La Expresión Dramática

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La Expresión Dramática

Introducción La expresión dramática es un lenguaje total que, por el camino del


juego, tiene como objetivo llegar a los contenidos de una forma menos consciente
y más expresiva, pudiendo así los estudiantes de lengua extranjera apropiarse de
la realidad e internarse en ella para conocerla, explorarla y transformarla. La
propia palabra
dramatización viene del
griego drao, que significa
‘hacer’.
Por eso en las actividades
dramáticas se superponen
el ‘saber’ y el ‘saber hacer’
junto con el ‘saber ser’. Con
este trabajo pretendemos
demostrar que la expresión
dramática puede ayudar a
expresarse de manera
correcta y apropiada sin
miedo a que la secuencia lingüística sea imperfecta, siendo siempre mejor que la
frustración que lleva al silencio.
Por una parte, favorece la adquisición de la lengua meta experimentando,
negociando, participando y analizando situaciones, personajes y conflictos
planteados, refuerza las estrategias de comunicación entre los estudiantes y, al
trabajar en equipo, posibilita la cooperación.
Por otra parte, desarrolla la autonomía con la implicación del alumno en su propio
aprendizaje, lo que fomenta la confianza en uno mismo, impulsa la desinhibición,
la fluidez verbal y, como reduce las barreras afectivas, aumenta la motivación, la
imaginación y la creatividad.
Por último, pero no por ello menos importante, hay que destacar la educación de
la sensibilidad artística, imaginativa y cultural.

Naturaleza de la expresión dramática


En la expresión dramática se crea una táctica ya que siempre queremos conseguir
algo que no está fácilmente a nuestro alcance y que sólo podemos lograr a través
del diálogo, lo que nos conduce a diseñar estrategias de persuasión porque las
palabras están dirigidas por la intención de modificar la conducta del otro.
Por eso la expresión dramática es hacer y no sólo hablar, nos hace conscientes de
la importancia del lenguaje oral, vemos cómo nuestra intención se traduce en una
palabra contextualizada, verbalizada y acompañada de todo nuestro cuerpo, que
da la pauta para ser entendida.

Expresión dramática y expresión oral


A menudo, al contrario de lo que sucede en la
lengua materna en que la capacidad oral es
superior a la escrita, en una L2 es más fácil
expresarse por escrito que hacerlo oralmente,
ya que perdemos riqueza y amplitud por las
dudas de pronunciación, entonación
incorrecta o, muchas veces, por problemas
lingüísticos que nos hacen parecer más
torpes de lo que somos.
El valor educativo de practicar lo difícil resulta evidente, pues enseñamos a
potenciar recursos expresivos que quedarían ensombrecidos por problemas
asociados a la oralidad.
El proceso de dramatización sirve, así, de mediador entre lo imaginario y lo real al
construir un espacio lúdico donde se puede experimentar cada fase del proceso y
donde se ejercitan las distintas capacidades del alumno que lo llevarán a un mayor
dominio de la destreza oral.
Por eso la expresión dramática ayuda a desenvolverse con más facilidad en el
mundo verbal cotidiano.

Expresión dramática como medio de conocimiento del


yo, del otro, de la cultura
Dramatizar es dar forma dramática a lo que no lo tiene y de esa manera eliminar la
información conocida y redundante para crear entropía, pues la impredecibilidad,
en distintos grados, es necesaria ya que de otra forma no existe comunicación.
La expresión oral que se desarrolla con las actividades dramáticas es espontánea
desde el comienzo en que se negocia el sentido y la intención que quieren dar al
conflicto con que se enfrentan, pues ofrece un elemento de sorpresa necesario.
Para ejemplificar estas ideas proponemos a continuación un trabajo en parejas
con un conflicto8.
Los estudiantes se agrupan en parejas y
cada uno recibe un rol diferente para
desarrollar una situación problemática.
En pocos minutos, deben acordar el
desarrollo de la discusión y tienen que
encontrar una solución. Después han de
improvisar, ante sus compañeros, una
pequeña representación basada en un
diálogo. Resulta interesante también
repetir situaciones entre las parejas para ver diferentes versiones de un mismo
tema.
La razón por la que un enunciado no suena bien no puede achacarse sólo a la
pronunciación imperfecta de alguno de los sonidos, ya que también intervienen la
entonación, las pausas, la forma de interrumpir, los ruidos que hacemos, por
ejemplo, al vacilar, etc.
La expresión dramática desarrolla estas estrategias y ofrece un marco lúdico en
que practicarlas en esos contextos específicos en que los estudiantes hablantes
pueden producir sus mensajes de manera apropiada y estudiar las consecuencias
de sus actos y palabras, es decir, los efectos que causan en su interlocutor.

EL NIÑO PROTAGONISTA DE SU
APRENDIZAJE
La propuesta metodológica que
usamos está próxima a la educación
viva y activa que está introduciéndose
con fuerza en muchas escuelas de
primaria. La idea es que el niño sea el
protagonista de su aprendizaje y la
experiencia teatral que viva en el aula
pueda estar ligada a su vida familiar,
social y escolar. El teatro puede
formar parte de su vida y su vida
puede formar parte del juego teatral
permitiéndole éste, expresar, experimentar e investigar con todo lo que le inquieta,
le motiva y despierta la curiosidad.
Los alumnos proponen noticias o aportan objetos en clase que serán el punto de
partida del trabajo, el imput primero para empezar a trabajar. Los objetivos
teatrales se incorporarán a través de los juegos que se propongan y surjan pero
siempre daremos espacio a los niños para que sean ellos quienes propongan y
aporten ideas. El maestro es quien acompaña en este aprendizaje. No es el
maestro que enseña sino el alumno quien aprende bajo la mirada atenta del
profesor.
Hacer protagonista del niño de su aprendizaje le da autonomía, responsabilidad,
implicación y seguridad, dándole un espacio de libertad donde cualquier propuesta
será bienvenida y donde las inquietudes y demandas de los niños serán recogidas
para trabajar con ellas. Al mismo tiempo despierta la creatividad y aporta una
mirada amplia de la realidad que nos rodea donde a veces un problema o
angustia, a partir de un juego teatral, se puede transformar en un nuevo reto o en
algo más positivo.

La expresión dramática es un campo abierto a la imaginación, a la creatividad y a


la espontaneidad de cada uno. Con este componente se persigue que el niño y la
niña disfruten con la Dramatización y muestren interés por participar en
representaciones. A la vez ofrece ventajas como representar diferentes roles por
ejemplo, ser un adulto que controla la situación o un niño que demandan la
atención. Aclarar hechos y al hacerlo expresar sus sentimientos de un modo
seguro y aceptable y por último establecer un puente entre la fantasía y la
imaginación.
       En las aulas de Educación Inicial se considera como uno de los espacios de
aprendizaje el de Imitar y Representar, sin embargo en otros espacios también se
pueden generar experiencia dramatizadas. Por ejemplo, si se ofrecen juegos con
agua se tiene el baño de las muñecas, el lavado de autos, en el patio al colocar
carpas o sábanas donde los niños puedan estar se generan variedad de juegos de
este tipo.
       El Rol del docente es de observador discreto, el desarrollo de la dramatización
no debe ser interrumpido, a menos que se presenten situaciones o
comportamientos que pueden afectar al niño negativamente. El maestro o la
maestra debe tener la habilidad de saber cuándo y como intervenir sin controlar,
debe estar preparado para participar si fuera necesario, más no debe ser un
participante no deseado. 
       En el espacio de Imitar y representar la docente o el docente debe rotar los
materiales: En ocasiones una casita, en otras una tienda, un consultorio, un
restaurante o una floristería, esta organización depende de las estrategias a
implementar según la planificación del aula.
       También se pueden implementar actividades que estimulen la dramatización:
Representar los tres cochinitos. Colocar vestuarios específicos de algún cuento
oído.
       Es durante los primeros años de edad que el niño forma conceptos y
desarrolla habilidades para relacionarse con personas distintas al grupo familiar.
Las oportunidades para la representación favorecen estas habilidades. Pero se
requiere que el docente comprenda el valor del teatro para el desarrollo social,
emocional y cognitivo del niño y la niña.

Expresión del pensamiento y


sentimientos.
Piaget llega a concluir que el juego simbólico es la forma de pensar del niño.
Como si la dificultad de pensar sobre sus propias experiencias se compensara con
la facilidad que demuestra para representarlos

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