Manual Quimica Basica 1
Manual Quimica Basica 1
Manual Quimica Basica 1
Grupo y sección:
Tales características, han de tomarse muy en cuenta, ya que el cambio más mínimo en un
estado de oxidación, densidad, pH, o la estereoquímica, puede desencadenar consecuencias
no previstas dentro de su uso; tal es el caso del cloruro de hierro (III) FeCl3, liquido ligeramente
viscoso, de color ámbar, corrosivo, ampliamente utilizado para la remoción de materia
orgánica, en la revelación de placas fotográficas y en los circuitos electrónicos. Comparado
con el cloruro de hierro (II) FeCl2, sólido de color blanco verdoso que se encuentra presente
en el mineral lawrencita, y que se utiliza principalmente en la industria farmacéutica, también
como sustancia para fijar colores y en la síntesis de sustancias es utilizado como agente
reductor.
Ahí radica la importancia de conocer las características químicas de las sustancias dentro de
la industria, dejando una importante responsabilidad a quien tiene contacto y es responsable
de dichas sustancias.
Definiciones
Objetivo general: Lo constituye el enunciado global sobre el resultado final que se pretende
alcanzar en nuestro proyecto; en este caso nos ayuda mucho las preguntas ¿Qué? ¿Dónde?
¿Para qué? Precisa la finalidad de la investigación, en cuanto a sus expectativas más amplias
y nos ayuda a orientar la investigación.
Objetivo específico: Representan los pasos que se han de realizar para alcanzar el objetivo
general. Facilitan el cumplimiento del objetivo general mediante la determinación de etapas o
la precisión y el cumplimiento de los aspectos necesarios de este proceso. Señalan propósitos
o requerimientos en orden a la investigación.
Hipótesis: Es elaborar una explicación provisional de los hechos observados y de sus posibles
causas.
Variables: La definición más sencilla es la referida a la capacidad que tiene los objetos y las
causas de modificar su estado actual, es decir: entendemos por variable cualquier
característica o cualidad de la realidad que es susceptible de asumir diferentes valores, aunque
para un objeto determinado que se considere puede tener un valor fijo.
Metodología: Desde el punto de vista etimología significa tratado de los métodos; desde la
perspectiva global se presenta como una teoría de procedimiento para alcanzar un fin. Tiene
por objeto el estudio sistematizado de los métodos y que nos indica las vías convenientes a fin
de lograr realizar determinada actividad.
Resultados: A fin de Extraer la mayor información de los datos recolectados los científicos
someten dicha información a muchos estudios; entre estos está el el análisis estadístico, que
consiste en utilizar las matemáticas para determinar la variación de un factor.
Validación de hipótesis: Se formula una hipótesis sobre el fenómeno del estudio. Se diseña
un experimento. Si los resultados del experimento concuerdan con la teoría se da
provisionalmente como válida. Si se contradice se vuelve al primer paso y se modifica o se
hace uno nuevo.
Evolución de las teorías atómicas: En el siglo V a.C. el filósofo griego Demócrito expreso la
idea de que toda la materia estaba formada por muchas partículas pequeñas e indivisibles que
llamó átomos, cuyo significado es precisamente “indivisible” .
En 1808, un científico inglés, el profesor John Dalton formulo una definición precisa de las
unidades indivisibles con las que está formada la materia y que llamamos átomos. Propuso 3
hipótesis: *Cada elemento químico se compone de partículas diminutas e indestructibles
denominadas átomo que no pueden crearse ni destruirse durante una reacción química.
*Todos los átomos de un elemento son semejantes en masa y otras propiedades, pero los
átomos de un elemento son diferentes de los resto de los elementos.
*en cada uno de sus compuestos, los diferentes elementos se combinan en una proporción
numérica sencilla.
En 1911 Rutherford propuso que el átomo se divide en: *Un núcleo central muy pequeño
llamado núcleo, en el cual se concentran las cargas positivas mayor parte de la masa del
átomo*El resto del átomo es un espacio vacío y ocupa la mayor parte del átomo. *El átomo es
un neutro, porque tiene el mismo número de cargas positivas en el núcleo y de cargas
negativas girando alrededor de él.
Desde la época de Rutherford, los físicos han aprendido mucho acerca de la composición
detallada de los núcleos atómicos. En el curso de estos descubrimientos, la lista de partículas
que constituyen los núcleos se ha incrementado y continúa creciendo. Como químicos,
podemos adoptar una visión muy sencilla del átomo porque sólo tres partículas subatómicas
⎯el protón, el neutrón y el electrón⎯ afectan el comportamiento químico.
Las masas de los átomos son extremadamente pequeñas. Por ejemplo, la masa del átomo
más pesado que se conoce es del orden de 4x10-22 g. Dado que sería engorroso tener que
expresar continuamente masas tan pequeñas en gramos, preferimos usar una unidad llamada
unidad de masa atómica, o uma. Una uma es igual a 1.66054x10-24 g. Las masas del protón y
del neutrón son casi iguales, y ambas son mucho mayores que la del electrón. Un protón tiene
una masa de 1.0073 uma, un neutrón, de 1.0087 uma, y un electrón, de 5.486x10-4 uma.
Los átomos también son extremadamente pequeños; en su mayor parte tienen diámetros de
entre 1x10-10 m y 5x10-10 m, es decir, entre 100 y 500 pm. Una unidad de longitud cómoda,
aunque no del SI, que se emplea para expresar dimensiones atómicas es el angstrom (Å). Un
angstrom es igual a 10-10 m. Por tanto, los átomos tienen diámetros del orden de 1-5 Å. El
diámetro de un átomo de cloro, por ejemplo, es de 200 pm, o sea, 2 Å. Es común utilizar tanto
picómetros como angstroms para expresar las dimensiones de los átomos y las moléculas.
¿Qué hace que un átomo de un elemento sea diferente de un átomo de otro elemento? Todos
los átomos de un elemento tienen el mismo número de protones en el núcleo. Pero el número
específico de protones es diferente para cada distinto elemento. Además, dado que un átomo
no tiene carga eléctrica neta, el número de electrones que contiene debe ser igual al número
de protones. Por ejemplo, todos los átomos del elemento carbono tienen seis protones y seis
electrones. La mayor parte de los átomos de carbono también tiene seis neutrones, aunque
algunos tienen más y otros tienen menos.
Los átomos de un elemento dado que difieren en el número de neutrones, y por tanto en su
masa, se llaman isótopos. El símbolo o simplemente (léase “carbono doce”, carbono-12)
representa el átomo de carbono que tiene seis protones y seis neutrones. El número de
protones, que se denomina número atómico, se indica con el subíndice. El número atómico
de cada elemento se da junto con el nombre y el símbolo del elemento en el interior de la
portada de este libro. Puesto que todos los átomos de un elemento dado tienen el mismo
número atómico, el subíndice es redundante y suele omitirse. El superíndice indica el número
de masa, y es el número total de protones más neutrones en el átomo. Por ejemplo, algunos
átomos de carbono contienen seis protones y ocho neutrones, y por tanto se representan como
14C (léase “carbono catorce”).
La mayor parte de los elementos se dan en la naturaleza como mezclas de isótopos. Podemos
determinar la masa atómica promedio de un elemento a partir de las masas de sus diversos
isótopos y de sus abundancias relativas. Por ejemplo, el carbono natural se compone de un
98.93% de 12C y de 1.07% de 13C. Las masas de estos núclidos son 12 uma (exactamente) y
13.00335 uma, respectivamente. Calculamos la masa atómica promedio del carbono a partir
de la abundancia fraccionaria de cada isótopo y la masa de ese isótopo:
La masa atómica promedio de cada elemento (expresada en uma) también se denomina peso
atómico. A pesar de que el término masa atómica promedio es más correcto, y a menudo se
usa el término más sencillo de masa atómica, el uso del término peso atómico es lo más
común. Los pesos atómicos de los elementos se dan tanto en la tabla periódica como en la
tabla de elementos, que se encuentran en el interior de la portada de este texto.
El mol
Aun las muestras más pequeñas que manejamos en el laboratorio contienen números enormes
de átomos, iones o moléculas. Por ejemplo, una cucharadita de agua (unos 5 mL) contiene
2x1023 moléculas de agua, un número casi imposible de comprender. Por ello, los químicos
han ideado una unidad especial de conteo para describir cantidades tan grandes de átomos o
moléculas.
En química, la unidad para manejar el número de átomos, iones y moléculas en una muestra
de tamaño ordinario es el mol*, cuya abreviatura también es mol. Un mol es la cantidad de
materia que contiene tantos objetos (átomos, moléculas o cualquier otro tipo de objetos que
estemos considerando) como átomos hay en exactamente 12 g de 12C isotópicamente puro.
Mediante experimentos, los científicos han determinado que este número es 6.0221421x 1023.
Este número se conoce como número de Avogadro, en honor de Amadeo Avogadro (1776-
1856), un científico italiano. Para casi todos nuestros fines usaremos un valor de 6.02x1023 o
6.022x1023 para el número de Avogadro en el presente texto.
*El término mol proviene del vocablo latino moles, que significa “una masa”. El término molécula es la forma
diminutiva de esta palabra y significa “una masa pequeña”.
EJEMPLO
Solución
Análisis: Nos dan tanto la cantidad de la sustancia (0.350 mol) como su fórmula química
(C6H1206). La incógnita es el número de átomos de H que hay en esta muestra.
Resolución:
Una docena siempre es el número 12, sea que hablemos de una docena de huevos o de una
docena de elefantes. No obstante, es obvio que una docena de huevos no tiene la misma masa
que una docena de elefantes. De manera análoga, una mol siempre es el mismo número
(6.02x1023), pero una mol de una sustancia y una mol de otra sustancia distinta tienen diferente
masa. Comparemos, por ejemplo, una mol de 12C y una mol de 24Mg. Un solo átomo de 12C
tiene una masa de 12 uma, pero un solo átomo de 24Mg tiene el doble de masa, 24 uma (con
dos cifras significativas). Puesto que una mol siempre tiene el mismo número de partículas,
una mol de 24Mg deberá tener el doble de masa que una mol de átomos de 12C. Puesto que
una mol de 12C pesa 12 g (por definición), una mol de 24Mg deberá pesar 24 g. Observe que la
masa de un solo átomo de un elemento (en uma) es numéricamente igual a la masa (en
gramos) de una mol de átomos de ese elemento. Esto es cierto sin importar de qué elemento
se trate:
Un átomo de 12C tiene una masa de 12 uma ⇒una mol de 12C tiene una masa de 12 g
Un átomo de Cl tiene una masa de 35.5 uma ⇒una mol de Cl tiene una masa de 35.5 g
Un átomo de Au tiene una masa de 197 uma ⇒una mol de Au tiene una masa de 197 g
Existe la misma relación entre el peso fórmula (en uma) y la masa (en gramos) de una mol de
otros tipos de sustancias:
1 molécula de H2O tiene una masa de 18.0 uma ⇒una mol de H2O tiene una masa de 18.0 g.
1 ion NO3 - tiene una masa de 62.0 uma ⇒una mol de NO3 - tiene una masa de 62.0 g.
1 unidad de NaCl tiene una masa de 58.5 uma ⇒una mol de NaCl tiene una masa de 58.5 g.
La masa en gramos de una mol de una sustancia (es decir, la masa en gramos por mol) es su
masa molar. La masa molar (en g/mol) de cualquier sustancia siempre es numéricamente igual
a su peso formular (en uma). El NaCl, por ejemplo, tiene una masa molar de 58.5 g/mol.
Solución
Análisis: Se nos da la fórmula química de la glucosa y se nos pide determinar su masa molar.
Estrategia: La masa molar de una sustancia se obtiene sumando los pesos atómicos de sus
átomos.
Resolución:
6 C átomos = 6(12.0) = 72.0 uma
12 H átomos = 12(1.0) = 12.0 uma
6 O átomos = 6(16.0) = 96.0 uma
180.0 uma
Puesto que la glucosa tiene un peso fórmula de 180.0 uma, una mol de esta sustancia tiene
una masa de 180.0 g. En otras palabras, C6H12O6 tiene una masa molar de 180.0 g/mol.
Es común tener que realizar conversiones de masa a moles y de moles a masa en cálculos en
los que se usa el concepto de mol. Estos cálculos se facilitan si se aplica análisis dimensional.
EJEMPLO
Calcule el número de moles de glucosa (C6H12O6) que hay en 5.380 g de esta sustancia.
Solución Análisis: Se nos da el número de gramos de C6H12O6 y se nos pide calcular el número
de moles.
Resolución: Empleando 1 mol de C6H12O6 = 180.0 g/mol como factor de conversión, tenemos
Comprobación: Ya que 5.380 g es menor que la masa molar, es razonable que nuestra
respuesta sea menor que 1 mol. Las unidades de nuestra respuesta (mol) son apropiadas. Los
datos originales tenían cuatro cifras significativas, así que nuestra respuesta tiene cuatro cifras
significativas.
EJEMPLO
Solución
Análisis: Se nos da el número de moles de nitrato de calcio y se nos pide calcular la masa de
la muestra en gramos.
Estrategia: Para convertir moles a gramos necesitamos la masa molar, misma que podemos
calcular a partir de la fórmula química y los pesos atómicos.
Resolución: Puesto que el ion calcio es Ca 2- y el ion nitrato es NO3-, el nitrato de calcio es
Ca(NO3)2. Si sumamos los pesos atómicos de los elementos del compuesto obtenemos un
peso formular de 164.1 uma. Utilizando 1 mol de Ca(NO3)2 = 164.1 g de Ca(NO3)2 para escribir
el factor de conversión apropiado, tenemos
Comprobación: El número de moles es menor que 1, así que el número de gramos debe ser
menor que la masa molar, 164.1 g. Si usamos números redondeados para estimar, tenemos
0.5X 150 = 75 g. Por tanto, la magnitud de nuestra respuesta es razonable. Tanto las unidades
(g) como el número de cifras significativas (3) son correctos.
Dentro de las medidas de seguridad y calidad que deben seguir se en el pais se encuentran:
Referencias:
Referencias:
Matraz Erlenmeyer Son matraces de paredes rectas, muy usados para las
valoraciones. Se pueden calendar directamente sobre
la rejilla.
La técnica del pipeteo abarca diferentes herramientas y medios que se requieren para pipetear.
El empleo de la técnica del pipeteo permite dosificar líquidos de forma rápida y precisa. Las
herramientas utilizadas para ello se denominan pipetas. Debido a la elevada importancia de la
técnica del pipeteo en laboratorios de cualquier tipo, desde la medicina hasta la química, a lo
largo de los años se han desarrollado diferentes pipetas de múltiples tamaños y versiones. La
versión más conocida es la pipeta de medición, se compone de un tubito de vidrio con una
escala de volumen grabada, que se estrecha en la punta y lleva el otro extremo o bien abierto,
o bien cerrado con una pera de succión.
Para pipetear en una pipeta volumétrica y graduada se siguen los siguientes pasos:
LA BALANZA ANALÍTICA
La balanza analítica tiene una capacidad máxima comprendida en general entre 120-200 g. La
exactitud o la fiabilidad de los resultados de pesada están muy relacionados con su
emplazamiento y por esto se ha de colocar en un lugar:
Antes de empezar se ha de asegurar que la balanza esté bien nivelada (la mayoría de las
balanzas tienen una burbuja de aire que permite comprobar su nivel). Es necesario verificar
que la balanza señale exactamente el cero; es caso de no ser así, hay que calibrarla
nuevamente.
- Utilizar un recipiente limpio y seco: un vidrio de reloj o un recipiente lo más pequeño posible.
- El recipiente y la carga que se han de pesar tienen que estar a la misma temperatura que
el entorno.
Se pesa el recipiente idóneo que ha de contener a la muestra (esto se llama tarar). Se retira
de la balanza y una vez fuera se añade la sustancia que se quiere pesar con una espátula, si
es un sólido, o se adiciona con una pipeta, si es un líquido. Siempre se debe retirar el recipiente
del plato de la balanza para adicionar el producto, para evitar que se nos caiga un poco sobre
el plato y deteriore a la balanza. El recipiente con la muestra se vuelve a colocar en el centro
del plato de la balanza y se efectúa la lectura de pesada. Hay que anotar el peso exacto,
indicando todas las cifras decimales que dé la balanza utilizada. La diferencia entre este valor
de pesada y la tara nos dará el peso del producto.
Después de pesar se ha de descargar la balanza, es decir ponerla a cero (a menos que las
indicaciones del fabricante aconsejen otra cosa).
Entre dos pesadas independientes hay que lavar la espátula con el disolvente adecuado, en
general agua desionizada y secarla.
Errores de pesada
Al intentar pesar nos podemos encontrar que la lectura del peso sea inestable. Las causas
más frecuentes de este hecho y sus posibles soluciones son:
ENRASAR Y AFORAR
En química, se llama enrasar al procedimiento por el cual se lleva el volumen del líquido
del material volumétrico al deseado. El procedimiento consiste en hacer coincidir la tangente
de la curva formada en el límite líquido-aire (menisco) con la marca (ya sea aforo o graduada)
del elemento.
En química, un aforo es una marca circular grabada con precisión sobre el vidrio (o material
que corresponda) del material volumétrico para indicar que ese es el volumen determinado.
DEFINICION DE MENISCO: Es una superficie curva que presentan los líquidos contenidos en
tubos estrechos debido al fenómeno de capilaridad. El menisco puede ser cóncavo o convexo
(ver figura siguiente).
Cuando se miden líquidos transparentes y el menisco es cóncavo se lee la graduación
tangente a la curva inferior del menisco. La curva superior se considerará cuando tenemos
líquidos opacos, turbios o muy coloreados. En todo caso el menisco es cóncavo cuando el
líquido moja el tubo. En el menisco convexo se considera la curva superior. En este caso el
líquido no moja el tubo ejemplo el Mercurio.
El recipiente o instrumento debe sostenerse o colocarse en posición vertical y el nivel de
observación debe ser horizontal y al mismo nivel de la curva del menisco.
Pulverización y Tamizado. - En esta técnica se reduce de tamaño a los cuerpos que han de
someterse a reacción química, disponiendo de esta forma mejor a los reactivos o a los
solventes. Para realizar el pulverizado se emplean los morteros que de acuerdo al material a
reducir, el mortero puede ser de porcelana (generalmente el más común), de vidrio, de fierro
o de ágata. Luego de realizar el pulverizado frecuentemente se emplea el tamizado, el cual
consiste en pasar las partículas sólidas de acuerdo a los huecos del tamiz (especie de malla);
si encontramos que el tamizado presenta una pequeña porción de polvo al proceso se
denomina trituración, sin embargo, si en el proceso de tamizado todo se encuentra en polvo,
el proceso se denominará molienda.
Definiciones
Residuos químicos peligrosos: se producen en la fase final del ciclo de vida de los materiales
peligrosos, cuando quienes los generan los desechan porque ya no les interesa conservarlos.
Incluyen residuos de laboratorios de docencia e investigación: ácidos y bases entre otros.
Sustancias tóxicas: cualquier sustancia que, aún en pequeñas cantidades, puede dañar los
tejidos vivos cuando se ingieren, inhalan o absorben por la piel. Por ejemplo, el asbesto,
arsénico, cianuro, mercurio y plomo.
Almacenamiento temporal
Los residuos deberán almacenarse en anaqueles, los cuales no deberán saturarse (70-75%
de su capacidad), ni rebasar la altura de los ojos (+/-1.70 m).
En el caso de los recipientes vacíos de plaguicidas, antes de colocarse en los tambos para su
retiro, deberán someterse a la técnica de triple lavado que consiste en enjuagar el envase de
agroquímico o producto afín, inmediatamente después de vaciarlo, tres veces consecutivas. El
agua de enjuague se deberá agregar directamente al caldo de aspersión, con lo cual el
producto se aprovecha al cien por ciento y se evita cualquier contaminación posterior.
El responsable del manejo y disposición de los residuos deberá empacar los residuos químicos
atendiendo a su compatibilidad en tambos recubiertos con resina epóxica o cubetas de
plástico. Con el fin de evitar que los envases choquen entre sí se utilizará un material de
empaque inerte que puede ser aserrín. Finalmente, los tambos o cubetas se rotularán
utilizando las etiquetas institucionales.
Una vez que los residuos químicos se encuentren adecuadamente empacados, el responsable
del manejo y disposición de los residuos peligrosos solicitará su retiro mediante el formato
correspondiente en el cual deberá declarar el número y tipo de envases, el volumen y los tipos
de residuos que requiere retirar.
El responsable del manejo y disposición de los residuos deberá firmar la copia del “Manifiesto
de entrega, transporte y recepción de residuos peligrosos” que le solicite la empresa
autorizada.
Muchos elementos tienen notables similitudes entre sí. Por ejemplo, el litio (Li), el sodio (Na) y
el potasio (K) son metales blandos muy reactivos. Los elementos helio (He), neón (Ne) y argón
(Ar) son gases muy poco reactivos. Si disponemos los elementos en orden de número atómico
creciente, vemos que sus propiedades químicas y físicas exhiben un patrón repetitivo, o
periódico. Por ejemplo, cada uno de los metales blandos y reactivos ⎯litio, sodio y potasio⎯
siguen inmediatamente después de los gases no reactivos ⎯helio, neón y argón⎯
A veces observamos pequeñas variaciones en las tablas periódicas de un libro a otro o entre las
que están en las aulas y las de los textos. Éstas son sólo cuestiones de estilo o de la cantidad de
información que se incluye, pero no hay diferencias fundamentales.
La tabla periódica está formada por 112 elementos, siendo los últimos artificiales (a partir del
uranio Z = 92).
Los elementos están ordenados en orden creciente según su número atómico Z, ya que el
número de protones en el núcleo es lo que caracteriza a los átomos de un mismo elemento.
La tabla periódica se organiza en 7 filas o períodos y 18 columnas, grupos o familias (8
largos y 10 cortos). Ej: alcalinos (grupo 1), alcalinotérreos (grupo 2), halógenos (grupo 17),
gases nobles (grupo 18).
Los elementos de una misma fila tienen el mismo número de niveles de energía y sus
propiedades varían periódicamente al avanzar en la fila. Por ejemplo, los elementos del
período 2 (Li, Be, B, C, N, O, F, Ne) tienen el mismo nivel energético.
También se pueden agrupar en cuatro bloques de acuerdo con los orbitales que se van
llenando:
* Bloque s: Se llena el orbital s del número cuántico n del mismo periodo, grupos 1 y 2.
* Bloque p: Se llenan los orbitales p del número cuántico n, grupos 13 a 18.
* Bloque d: Se llenan los orbitales d del número cuántico n-1, grupos 3 a 12.
* Bloque f: Se llenan los orbitales f del número cuántico n-2, lantánidos y actínidos.
Energía de ionización (I): “Es la energía mínima necesaria para arrancar el electrón más
externo, es decir, el menos atraído por el núcleo, de un átomo en estado gaseoso y convertirlo
en un ión gaseoso con carga positiva, en condiciones de presión y temperatura estándar”. En
un átomo polielectrónico pueden arrancarse varios electrones, por lo que se pueden definir
tantas energías de ionización como electrones tiene el átomo.
Afinidad electrónica (A): “Es la energía mínima necesaria para arrancar el electrón más
externo, es decir, el menos atraído por el núcleo, de un anión en estado gaseoso y convertirlo
en un átomo neutro gaseoso, en condiciones de presión y temperatura estándar”.
Electronegatividad: Es una magnitud empírica que no está definida con gran precisión. Se
define como: “la tendencia de un átomo a atraer electrones durante la formación de un enlace
químico”.
Volumen atómico aparente: Meyer lo calculó dividiendo el peso atómico del elemento por la
densidad de su sólido. Es sólo una medida cualitativa del tamaño atómico ya que la densidad
del sólido depende de su estructura cristalina y de la temperatura.
Radio atómico. - El radio atómico es la distancia media entre los electrones externos y el
núcleo. En términos generales, el radio atómico aumenta hacia la izquierda en los periodos, y
hacia abajo en los grupos.
La forma en que los electrones se distribuyen entre los diferentes orbitales de un átomo es su
configuración electrónica. La configuración electrónica más estable, o basal, de un átomo es
aquella en la que los electrones están en los estados de energía más bajos posibles. Si no
hubiera restricciones en cuanto a los posibles valores de los números cuánticos de los
electrones, todos los electrones se aglomerarían en el orbital 1s porque es el de más baja
energía.
El principio de exclusión de Pauli, empero, nos dice que puede haber cuando más dos
electrones en un orbital dado. Por tanto, los orbitales se llenan en orden de energía creciente,
con un máximo de dos electrones por orbital. Por ejemplo, consideremos el átomo de litio, que
tiene tres electrones. (Recuerde que el número de electrones de un átomo neutro es igual a
su número atómico, Z.) El orbital 1s puede dar cabida a dos de los electrones. El tercero se
colocará en el orbital con la siguiente energía más baja, el 2s.
Cuando dos electrones con espines opuestos ocupan el mismo orbital, decimos que están
apareados ( ). Un electrón no apareado no está acompañado por otro de espín opuesto.
En el átomo de litio, los dos electrones del orbital 1s están apareados, y el electrón del orbital
2s no está apareado.
Veamos ahora cómo cambian las configuraciones electrónicas de los elementos conforme
pasamos de un elemento al siguiente en la tabla periódica. El hidrógeno tiene un electrón, que
ocupa el orbital 1s en su estado basal:
La selección de un electrón espín arriba aquí es arbitraria; habría sido igualmente correcto
mostrar el estado basal con un electrón espín abajo en el orbital 1s. Sin embargo, se
acostumbra mostrar los electrones no apareados con su espín hacia arriba. El siguiente
elemento, helio, tiene dos electrones. Puesto que dos electrones con espines opuestos pueden
ocupar un orbital, los dos electrones del helio están en el orbital 1s:
Los dos electrones presentes en el helio completan el llenado de la primera capa. Esta
disposición representa una configuración muy estable, lo que se manifiesta en la poca
reactividad química del helio.
El elemento que sigue al litio es el berilio; su configuración electrónica es 1s22s2. El boro, con
número atómico 5, tiene la configuración electrónica 1s 22s22p1. El quinto electrón debe
colocarse en un orbital 2p porque el orbital 2s ya está lleno. Puesto que los tres orbitales 2p
tienen la misma energía, no importa cuál de ellos sea el que se ocupe.
Con el siguiente elemento, el carbono, enfrentamos una situación nueva. Sabemos que el
sexto electrón debe entrar en un orbital 2p, pero, ¿se coloca en el que ya tiene un electrón o
en uno de los otros? La respuesta a esta pregunta la da la regla de Hund, que dice que en el
caso de orbitales degenerados, se alcanza la menor energía cuando el número de electrones
que tienen el mismo espín es el más alto posible. Esto implica que los electrones ocuparán
orbitales individualmente hasta donde sea posible, con el mismo número cuántico magnético
de espín. Decimos que los electrones así acomodados tienen espines paralelos. Así, para que
el átomo de carbono logre la energía más baja, los dos electrones 2p deben tener el mismo
espín. Esto sólo puede suceder si los electrones están en orbitales 2p distintos, como se
muestra en la tabla. Vemos que un átomo de carbono en su estado basal tiene dos electrones
no apareados.
De forma similar, para el nitrógeno en su estado basal, la regla de Hund requiere que los tres
electrones 2p ocupen individualmente cada uno de los tres orbitales 2p. Sólo así los tres
electrones pueden tener el mismo espín. Para el oxígeno y el flúor, colocamos cuatro y cinco
electrones, respectivamente, en los orbitales 2p. Para lograr esto, apareamos electrones en
los orbitales 2p.
La regla de Hund se basa en parte en el hecho de que los electrones se repelen mutuamente.
Al ocupar diferentes orbitales, los electrones mantienen la distancia máxima entre sí, y las
repulsiones electrón-electrón son mínimas.
El llenado de la subcapa 2p se completa en el neón, que tiene una configuración estable con
ocho electrones (un octeto) en la capa más exterior. El siguiente elemento, el sodio, con
número atómico 11, marca el principio de una nueva fila de la tabla periódica. El sodio tiene un
solo electrón 3s más allá de la configuración estable del neón. Podemos abreviar la
configuración electrónica del sodio así:
Na: [Ne]3s1
Li: [He]2s1
Llamamos a los electrones representados por el símbolo de un gas noble “centro de gas noble”
del átomo, aunque es más común llamarlos electrones internos. Los electrones que se dan
después del centro de gas noble se denominan electrones de capa externa o electrones de
valencia.
Si comparamos la configuración electrónica del litio con la del sodio, apreciaremos por qué
estos dos elementos son tan parecidos químicamente: tienen el mismo tipo de configuración
electrónica en su capa externa. Efectivamente, todos los miembros del grupo de los metales
alcalinos (1A) tienen un solo electrón s más allá de una configuración de gas noble.
Nuestra reseña de las configuraciones electrónicas de los elementos, un tanto breve, nos ha
llevado de principio a fin de la tabla periódica. Hemos visto que las configuraciones electrónicas
de los elementos están relacionadas con su posición en la tabla periódica, la cual está
estructurada de modo que los elementos que tienen un mismo patrón de configuración de los
electrones de capa externa (de valencia) estén dispuestos en columnas. Como ejemplo, en la
tabla siguiente se muestran las configuraciones electrónicas de los elementos de los grupos
2A y 3A. Podemos ver que todos los elementos 2A tienen configuraciones externas ns2,
mientras que los elementos 3A tienen configuraciones ns2np1.
hacemos hincapié en que la tabla periódica es la mejor guía para recordar el orden en que se
llenan los orbitales. Es fácil escribir la configuración electrónica de un elemento con base en
su posición en la tabla periódica. El patrón se resume en la figura a continuación. Adviértase
que los elementos pueden agruparse en términos del tipo de orbital en el que se colocan los
electrones. Ala izquierda hay dos columnas de elementos.
Estados de la materia
Una muestra de materia puede ser gaseosa, líquida o sólida. Estas tres formas de materia se
denominan estados de la materia. Los estados de la materia difieren en algunas de sus
propiedades observables. Un gas (también llamado vapor) no tiene volumen ni forma fijos;
más bien, se ajusta al volumen y la forma del recipiente que lo contiene. Podemos comprimir
un gas de modo que ocupe un volumen más pequeño, o expandirlo para ocupar uno mayor.
Un líquido tiene un volumen definido independiente del recipiente, pero no tiene forma
específica; asume la forma de la porción del recipiente que ocupa. Un sólido tiene forma y
volumen definidos; es rígido. Ni los líquidos ni los sólidos pueden comprimirse de forma
apreciable.
Las propiedades de los estados pueden entenderse en el nivel. En un gas, las moléculas están
muy separadas y se mueven a alta velocidad, chocando repetidamente entre sí y con las
paredes del recipiente. En un líquido, las moléculas están más cercanas, pero aún se mueven
rápidamente, y pueden deslizarse unas sobre otras; por ello los líquidos fluyen fácilmente. En
un sólido, las moléculas están firmemente unidas entre sí, por lo regular en patrones definidos
dentro de los cuales las moléculas apenas pueden moverse un poco de esas posiciones fijas.
Por ello, los sólidos tienen forma rígida.
Evaporación: este proceso ocurre de manera muy lenta a temperatura ambiente. Puede
tomarse como ejemplo de referencia la evaporación del agua de la ropa en el tendedero.
Ebullición: este es un proceso más rápido que se produce a una temperatura fija. Este proceso
se observa fácilmente al poner el agua a hervir.
Calefacción: es el proceso más rápido y se produce cuando la fuente de calor está a una
temperatura mucho más alta que la temperatura de ebullición de la sustancia. Tomemos, por
ejemplo, una gota de agua sobre una placa metálica caliente.
Sublimación El paso directo del estado sólido al estado gaseoso sin pasar por el líquido es
definido como sublimación. Tal proceso solamente ocurre en condiciones adecuadas de
presión y temperatura.
La materia existe en tres estados físicos: sólido, líquido y gaseoso. La mayoría, aunque no
todas las sustancias pueden existir en los tres estados. Casi todos los sólidos cambian a
líquidos y casi todos los líquidos cambian a gases al ser sometidos a calentamiento. Los
líquidos y los gases reciben el nombre de fluidos porque pueden fluir con libertad. Los sólidos
y líquidos se conocen como estados condensados porque tienen densidades más altas que
los gases.
DIAGRAMA DE FASES
El diagrama de fases o diagrama de equilibrio es un gráfico que presenta las zonas donde sólo
puede existir una fase de un sistema y las curvas formadas por aquellos puntos (T, P) en los
que coexisten en equilibrio dos de las fases correspondientes. La pendiente de cualquiera de
estas curvas está dada por Por último, sólo existe un punto en el cual pueden coexistir las tres
fases: este recibe el nombre de punto triple.
Como se observa en la gráfica, la fase que posee el menor valor de es la más estable a
esa temperatura. A temperaturas bajas, la fase más estable es la sólida debido a que tiene la
energía libre de Gibbs más pequeña. Sin embargo, conforme aumenta la temperatura la fase
líquida se vuelve más estable que la sólida y, por último, con una energía libre de Gibbs más
baja, y una temperatura más alta, será más estable la fase gaseosa
Las propiedades físicas son aquellas que se pueden medir, sin que se afecte la composición
o identidad de la sustancia. Podemos poner como ejemplo, el punto de Fusión (ejemplo del
agua).
También existen las propiedades Químicas, las cuales se observan cuando una sustancia
sufre un cambio químico, es decir, en su estructura interna, transformándose en otra sustancia,
dichos cambios químicos, son generalmente irreversibles. (ejemplo formación de agua, huevo
cocido, madera quemada).
VOLUMEN
PRESION
Los gases ejercen presión sobre cualquier superficie que toquen, debido a que sus moléculas
están en constante movimiento. Los seres humanos nos hemos adaptado tan bien a este
comportamiento que casi ni nos percatamos de su presencia al igual que los peces ni se darán
cuenta de la presión que sobre ellos hay. Así mismo, sobre nosotros hay una presión, la que
ejerce una columna de gas es de más de 10 Km de altura, llamada presión atmosférica.
La propiedad más fácil de medir de los gases es su presión. Esta tiene unidades de:
N = kg * m / s2
LA DENSIDAD
¿Para los sólidos de forma regular existen relaciones matemáticas que pueden definir su
volumen, pero para sólidos irregulares? Bueno, el volumen de un sólido se puede medir, por
la cantidad de fluidos que desplaza cuando este se sumerge.
Punto de ebullición:
Si ponemos al fuego un recipiente con agua, como el fuego está a mayor temperatura que el
agua, le cede calor y la temperatura del agua va aumentando, lo que podemos comprobar si
ponemos un termómetro en el agua. Cuando el agua llega a 100 °C, empieza a hervir,
convirtiéndose en vapor de agua, y deja de aumentar su temperatura, pese a que el fuego
sigue suministrándole calor: al pasar de agua a vapor de agua todo el calor se usa en cambiar
de líquido a gas, sin variar la temperatura.
La temperatura a la que una sustancia cambia de líquido a gas se llama punto de ebullición y
es una propiedad característica de cada sustancia, así, el punto de ebullición del agua es de
100 °C, el del alcohol de 78 °C y el hierro hierve a 2750 °C.
Si sacas unos cubitos de hielo del congelador y los colocas en un vaso con un termómetro
verás que toman calor del aire de la cocina y aumentan su temperatura. En un principio su
temperatura estará cercana a -20 °C (depende del tipo de congelador) y ascenderá
rápidamente hasta 0 °C, se empezará a formar agua líquida y la temperatura que permanecerá
constante hasta que todo el hielo desaparezca.
Igual que en el punto de ebullición, se produce un cambio de estado, el agua pasa del estado
sólido (hielo) al estado líquido (agua) y todo el calor se invierte en ese cambio de estado, no
variando la temperatura, que recibe el nombre de punto de fusión. SE trata de una temperatura
característica de cada sustancia: el punto de fusión del agua es de 0 °C, el alcohol funde a -
117 °C y el hierro a 1539 °C.
Alcohol -117 78
MASA Y PESO.
Los ácidos y las bases tienen una característica que permite medirlos: es la concentración de
los iones de hidrógeno (H+). Los ácidos fuertes tienen altas concentraciones de iones de
hidrógeno y los ácidos débiles tienen concentraciones bajas. El pH, entonces, es un valor
numérico que expresa la concentración de iones de hidrógeno.
Los valores numéricos verdaderos para estas concentraciones de iones de hidrógeno marcan
fracciones muy pequeñas, por ejemplo 1/10.000.000 (proporción de uno en diez millones).
Debido a que números como este son incómodos para trabajar, se ideó o estableció una escala
única. Los valores leídos en esta escala se llaman las medidas del "pH".
Se define como la propiedad química de los materiales a reaccionar con el oxígeno mientras
se emite una energía radiante. La combustibilidad de un material es un requisito para que
prenda.
Inflamabilidad
Oxidación
Corrosión
Para obtener información acerca de una sustancia dada, es necesario conocer su fórmula
química y su nombre. Los nombres y las fórmulas de los compuestos son parte del vocabulario
fundamental de la química. La asignación de nombres a las sustancias se denomina
nomenclatura química, de los vocablos del latín nomen (nombre) y calare (llamar).
Se conocen más de 19 millones de sustancias químicas. Nombrarlas todas sería una tarea
abrumadoramente complicada si cada una tuviera un nombre especial independiente de todos
los demás. Muchas sustancias importantes que se han conocido desde hace mucho tiempo,
como el agua (H2O) y el amoniaco (NH3) sí tienen nombres individuales tradicionales (los
llamados “nombres comunes”). Sin embargo, para la mayor parte de las sustancias nos
apoyamos en un conjunto sistemático de reglas que nos llevan a un nombre único e informativo
para cada sustancia, con base en su composición.
Algunos aniones poliatómicos sencillos tienen también nombres que llevan estas
terminaciones:
(b) Los aniones poliatómicos (de muchos átomos) que contienen oxígeno tienen nombres
que terminan en -ato o -ito. Estos aniones se llaman oxianiones. La terminación –ato se
emplea para el oxianión más común de un elemento. La terminación -ito se usa para un
oxianión que tiene la misma carga, pero un átomo menos de O:
(c) Los aniones que se obtienen agregando H+ a un oxianión se designan agregando como
prefijo la palabra hidrógeno o dihidrógeno, según resulte apropiado:
Observe que cada H+ reduce la carga negativa del anión original en 1. Un método antiguo para
designar algunos de estos iones utiliza el prefijo bi-. Así, el ion HCO3 - comúnmente se llama
ion bicarbonato, y HSO4 - a veces se llama ion bisulfato.
Los ácidos son una clase importante de compuestos que contienen hidrógeno y se designan
con un método especial. Por ahora, definiremos un ácido como una sustancia cuyas moléculas
producen iones hidrógeno (H+) cuando se disuelve en agua. Cuando nos encontremos con la
fórmula química de un ácido en esta etapa del curso, la escribiremos con el H como primer
elemento, por ejemplo, HCl y H2SO4.
Podemos considerar que un ácido se compone de un anión unido a suficientes iones H+ como
para neutralizar totalmente o equilibrar la carga del anión. Así pues, el ion SO4 2- requiere dos
iones H+ para formar H2SO4. El nombre del ácido se deriva del nombre de su anión.
1. Ácidos basados en aniones cuyo nombre termina en -uro. Los aniones cuyo nombre
termina en -uro están asociados a ácidos cuyo nombre termina con -hídrico, como en
los siguientes ejemplos:
Anión Ácido correspondiente
-
Cl (cloruro) HCl (ácido clorhídrico)
S2- (sulfuro) H2S (ácido sulfhídrico)
2. Ácidos basados en aniones cuyo nombre termina en -ato o -ito. Los aniones cuyos
nombres terminan en -ato están asociados a ácidos cuyo nombre termina en -ico, en
tanto que los aniones cuyo nombre termina en -ito están asociados a ácidos cuyo
nombre termina en -oso. Los prefijos del nombre del anión se conservan en el nombre
del ácido. Ilustramos estas reglas con los oxiácidos del cloro:
Los procedimientos que se siguen para dar nombre a los compuestos moleculares binarios
(formados por dos elementos) son similares a los que se emplean para nombrar compuestos
iónicos:
1. Por lo general se escribe primero el nombre del elemento que está más a la derecha en la
tabla periódica. Una excepción a esta regla es el caso de los compuestos que contienen
oxígeno. El O2 se escribe siempre al último excepto, cuando se combina con el flúor.
3. Se añade la terminación -uro (-ido en el caso del oxígeno) al primer elemento y se inserta la
partícula “de” entre los nombres de los dos elementos.
4. Se usan prefijos griegos para indicar el número de átomos de cada elemento. Nunca se usa
el prefijo mono- con el segundo elemento. Si el prefijo termina en a u o y el nombre del anión
comienza con vocal (como en óxido), por lo regular se omite la a u o.
Es importante darse cuenta de que no podemos predecir las fórmulas de la mayor parte de las
sustancias moleculares de la misma forma como predecimos las de los compuestos iónicos.
Es por ello que las nombramos usando prefijos que indican específicamente su composición.
Los compuestos que contienen hidrógeno y otro elemento son una excepción importante, ya
que pueden tratarse como si contuvieran iones H+. Así, HCl es cloruro de hidrógeno (éste es
el nombre que se da al compuesto puro; las soluciones de HCl en agua se llaman ácido
clorhídrico). De forma similar, H2S es sulfuro de hidrógeno.
El estudio de los compuestos de carbono se llama química orgánica. Los compuestos que
contienen carbono e hidrógeno, muchas veces en combinación con oxígeno, nitrógeno u otros
elementos, se llaman compuestos orgánicos.
El nombre de todos los alcanos termina en -ano. Se pueden hacer alcanos más largos
añadiendo más átomos de carbono al “esqueleto” de la molécula. En el caso de alcanos con
cinco o más átomos de carbono, los nombres se derivan de prefijos.
Se obtienen otras clases de compuestos orgánicos cuando los átomos de hidrógeno de los
alcanos se sustituyen por grupos funcionales, que son grupos específicos de átomos.
Los alcoholes, por ejemplo, se obtienen sustituyendo un átomo de H de un alcano por un grupo
—OH. El nombre del alcohol se deriva del nombre del alcano añadiéndole la terminación -ol:
Las propiedades de los alcoholes son muy diferentes de las de los alcanos de los que se
obtienen. Por ejemplo, el metano, etano y propano son gases incoloros en condiciones
normales, mientras que el metanol, etanol y propanol son líquidos incoloros.
Por otra parte, los octanos, que son alcanos con ocho átomos de carbono, son líquidos en
condiciones normales. Si la serie de los alcanos se extiende a decenas de miles de átomos de
carbono, obtenemos el polietileno, una sustancia sólida que se emplea para hacer miles de
productos de plástico, como bolsas, recipientes para alimentos y equipo de laboratorio. El
polietileno es un ejemplo de polímero: una sustancia que se forma juntando miles de moléculas
más pequeñas.
L.C.Q. Sergio Alberto Mijares Almanza
Página 63
UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA
DE LA REGIÓN CENTRO DE COAHUILA
DIRECCIÓN ACADÉMICA DE MANTENIMIENTO área INDUSTRIAL
MANUAL DE QUIMICA BASICA
El carbono también puede formar múltiples enlaces consigo mismo y con otros átomos, como
el oxígeno y el nitrógeno. Los múltiples enlaces alteran considerablemente las propiedades de
las moléculas orgánicas y son uno de los principales motivos por los que muchos de ustedes
llevarán un curso de un año dedicado totalmente a la química orgánica.
Casi toda la materia que nos rodea consiste en mezclas de sustancias. Cada sustancia de una
mezcla conserva su identidad química, y, por tanto, sus propiedades. Mientras que las
sustancias puras tienen composición fija, la composición de una mezcla puede variar. Una taza
de café endulzado, por ejemplo, puede contener poca o mucha azúcar. Las sustancias que
constituyen una mezcla (como azúcar y agua) se denominan componentes de la mezcla.
Algunas mezclas, como la arena, las rocas y la madera, no tienen la misma composición,
propiedades y aspecto en todos sus puntos. Tales mezclas son heterogéneas. Las mezclas
que son uniformes en todos sus puntos son homogéneas. El aire es una mezcla homogénea
de las sustancias gaseosas nitrógeno, oxígeno y cantidades más pequeñas de otras
sustancias. El nitrógeno del aire tiene todas las propiedades del nitrógeno puro, porque tanto
la sustancia pura como la mezcla, contienen las mismas moléculas de nitrógeno. La sal, el
azúcar y muchas otras sustancias se disuelven en agua para formar mezclas homogéneas.
Las mezclas homogéneas también se llaman disoluciones. La figura siguiente resume la
clasificación de la materia en elementos, compuestos y mezclas
El abatimiento del punto de congelación y la elevación del punto de ebullición son ejemplos de
propiedades físicas de las disoluciones que dependen de la cantidad (concentración) pero no
del tipo o la identidad de las partículas de soluto. Tales propiedades de denominan
propiedades coligativas. (Coligativo significa “que depende de la colección”; las propiedades
coligativas dependen del efecto colectivo del número de partículas de soluto.) Además del
abatimiento del punto de fusión y la elevación del punto de ebullición, hay otras dos
propiedades coligativas: la reducción de la presión de vapor y la presión osmótica. Al examinar
cada una, fijémonos en cómo la concentración del soluto afecta la propiedad en comparación
con el disolvente puro.
FENÓMENOS DE SUPERFICIE
Este fenómeno en los sólidos hace que la superficie tenga la tendencia a captar partículas de
otras sustancias dando origen a la adsorción.
En los líquidos la superficie se convierte en una especie de membrana elástica que se resiste
al incremento de su superficie como consecuencia de la resultante de las fuerzas
intermoleculares en la superficie, dando origen a la tensión superficial, responsable del
ascenso o descenso capilar.
Tensión Superficial: fuerza por unidad de longitud que se opone al incremento del area
superficial
El adsorbente dispone de nano poros, lo que se conoce como centros activos, en los que las
fuerzas de enlace entre los átomos no están saturadas. Estos centros activos admiten que se
instalen moléculas de naturaleza distinta a la suya.
BIBLIOGRAFÍA