Ines Perez - El Hogar Tecnificado Cap. 2
Ines Perez - El Hogar Tecnificado Cap. 2
Ines Perez - El Hogar Tecnificado Cap. 2
■ ■
FAMILIAS, GÉNERO V
1 1 1
Editorial Biblos
La Argentina Contemporánea
é y vida cotidiana: 1940-1970. .
Pérez, Inés nificado: familias, g nerO
El bogar tee . s· Biblos, 2012. .
•ed - Buenos Aire . Ar entina contemporánea)
l . 16 CID, • (La g
248 pp.; 23 )[
ISBN 9'78-987-691-029-3
. I. Título
l. Histona.
CDD305.4 -----------------J
Para Memesita.
Y para Martín.
. 79
d méstícas en E·stad os Unid. os. En efecto , éste es . s neces idade s. Sin emba rgo, en buena m did
Por las. ecónomas o b escrit as las pnme ras ob ras sobre la
1 que esta pro:a _ares obser vado s en el discu rso de la raci:n
el registro en e . anla búsqu eda d e un aume nt o d e eficac ia al~ se_guia por los
racionalización de l~ cocm~¿ las de Cathe rine Beec e~t orno la adap tació n de las medi das de las sup
her y Chris tine-. rfiz~ción del espa-
del trabajo doméstico, cote tí' de plant eos (Free man, cio¡ e pacio de la cocin a a las del cuerp o huma n
2004 ).Que e cies de _trabajo y
· asm ~ P0 de e;end acion es segui das en el manu al de Lo;~~
Frederick, p10ne r , sin emba rgo, que entre enun ciadó ra- -en particular las
se tratar a de pares ~o suporor:lación -de igual dad: una reco .-irnentos realiz ados a parti r del propio cuerpo
sabía , la otra e,rpe» d b m respecto de los
.
y lect.ora se estableciera unaJ·et.o que partic ipaba de
este discu rso:, la En su relato ,
pue e o serva rse, adem ás un confüc t
aprendía. Hay un tercer su , ali ano habia apare ºd t al .'
ci o cen r ment e: el imperativo d o que hasta
. di · al quero. -s abía ro· "pren día, que re zaba _
· las ta - ah0 r .
muJer tra ~on .' fl . amen te y.,.utiliz aba, en conse . · al"d d d 1 . se prese e 1a racion
·
cuenc ia, :un .
• l1zaci·ón y la funci on i a ulin e os espac ios nta a-
d , t1cas rrre exiv . emin entem ente mase como un en-.
reas om~ , excesivas Se incita ba a las lecto ras.,a ' que . ten0 o frente al que se opone un ~ d
pensa r el espac io ornest ico
t' y ~ energias · . d , · •
iempo di tancia ,su propio queha cer cotid . .
iano para.-pode r exees ivam ente costosa e-imparocede
1orma e
nte
observasen con s 1 asociada a la figu~ a del ama de-~asa. Luis ret.om
. na1· vum·•ent.os y ahorr ar energ ías: os · · a aquí algunos de lo~
rac10 izar mo expe nmen tos-en an imper ativo s propi os ~e la arqm tectu ra mode rna
'd l Iect.or a en una clave de "h ágal t d . · - .v • -la simplificación,
ofrec1 os a a . d 1 o -us e mism a ; 61,en . la como didad -, otorg ando les ~ nuev~ sentido,
otros discursos el cuerpo .de refere ncia ·te . . . en la medida en que
e os c17- nos ergon ómic os los utiliz a para rema rcar la smgu landa d de su
muJ·er están dar (o inclu so de un varon), en el manu al .de forma de entender
era el de la el espac io del hoga r. Si el discu rso de la racion
Lobstein se sugiere al ama de casa que fuer3: e 11a ·qme · b · · alización del espacio
n es~a leciei :a doméstico, y en parti cular de la cocin a, surgió como
las medidas óptimas J>ara su cocina a p~rr. ~e su medio para ali-
prop~ o-cue11>0;- ger~-el esfue rzo de las muje res que debía n realiz
como se observa -en la image n con la.qu e se Imeia este arlo, con el tiempo
capit ulo. . . se trans form aría en uno de los elem entos a partir
de los que se mate-
Para diseñar la cocina, yo por ejemplo,· miro los ,libro rializ aría .el confl icto entre las mira das femen inas
s Y< y masculinas del
te dice: "La separación entre una mesqd a y ·otra tie~. espacio del hoga r y de las tarea s domé sticas .
que ser
como mínimo 1,40 metro, 1,50 metro". Esa.t iene 90
cen_tíme-
tros, ponéle. Pero qué pasa. Yo pongo una cqsa acá, mido La prime ra escar amuz a se desarrolló más o menos así:
a _ yo
90, y veo cómo me muevo yo. Son todas práct icas mías. había óbservado que mi mujer trabajaba mucho en
muevo bien en 90, listo[ ... ] Ella [por su ex esposa]
Si me ' m~y pront o se cansa ba. Ent.onces me puse a estudi
la casa y
querí a un ar su ma-
living de 6 por 12, y -yo con un 3 por 3 me alcan za. ñera dé traba jar y, al cabo de una semana, le dije:
¿Para qué · "Querida,
quiero más? ¡¿Para qué quiero más?! [.. .] Los -dorm me parec e que traba jas de más, innecesariamente".
nían que ser de 4 por·-4. Y yo digo para -qué. Ahor
itorio s te-· nó lo que estab a haciendo y me miró no sólo con los ojos, Abando-
a son de '• sino
2,80 por 2 ,80. ¿Para qué querés más? No, tiene que
se-rA por 4. tamb ién con los pelos, con la nariz, con la boca, las
manos, el
Tiene que ser alfombrado, empapelado, todo con un
papel. no estómago y hasta con los pies. Al punt.o comprendí esa
~ada:
sé qué cuernos .. . Cortinas terúan que ser de pana con
... Eso me "¿Tú a mf? ¿Un homb re a una mujer? ¿Un hombre ensena
ndo
atrasó mucho 'ª mí, porque desperdicié esfuer zo mone a una muje r cómo debe realiz ar las tareas de una casa?
t~rio en ¿Es~
cosas q~ no tendrían que haber sido. Pero era el gÚSto loco o te has vuelto idiota de golpe o estás bromeando O
de ella. eSt.ás
(Entrevista a Luis, Mar del Plata, abril de 2010) . borracho? Si no es así ¿no te parece q__ue sena , ·or que te
· en meJ
·'
que no me vea obligadª a echarte de
Y::
metie ras tus cosas para
Luis, que nació en 1943 c aquí a punta piés? ". [...] Algunos díijS después, tesone
70 • A pesar de ser , omenzo, a e d iºfi car en los pnm .
eros anos- ro
come rciant e rudo, y aprov echan do que ella estab a internada en
, . ., ,
, const ruyo su casa por sí mism ·
o. La ~ ~ sal
~ruamlªd qlue guio sus diseños -no sólo el de esa rio, rehic e la distri bució n de todas las cosas de la ~~e 1
smo e e as que refor m, prim era vivie ndá ·r:n ei
te . . que era usada much as veces en ~1 día, lª tema mi émuJ
con los que las e ui , 0 pos norm en~ así como extre mo más alejad o de las hornillas; yo la co1oqu
al alcance
el de los mueble_s
dad" En te fr q po- fue, en sus propi os térm inos - la
· es agme nto const ru la "func ionah -. de la mano . La canel a, 9-ue usab a una O dos veces en e1 800 '
· ' d sal. y así es-
homb re autónomo e in ' . ye una 1m.agen de sí como la d e un tenía éasi en la nariz · la coloqué en el lugar ube.1a .
, ri,.,.,.;né
gemoso, que adap ta los diseñ os de otros a sús '
taban todas las cosas. Después de 1ª-nue va periiec 1cae1on, .,..,.,.... "
cionar la dis-
y "lavé" y "man iobré " duran te dos días para
80 El hogar tecnificado ina tecnificada
La eOc
81
tribución que había hecho. Luego, feliz por haber contribuido d la racionalización de las tareas reproductiv
a su bienestar, y porque iba a regresar yo con ella y el primer es originales habrían tenido como objetivo al:VIs_queal, en sus versio-
hijo, fui al sanat.orio. Allí le expliqué las teorías y los sistemas
d ban lugar a un confl'1cto potencial •
ne ar ama de
de la "estandarización" de las tareas manuales descubiertos acerca de cóm0 . casa,
por hombres que habían estudiado científica y prácticamente ª ·
pacio
y el trabaJ·o doméstico.
. .,
organizar el es-
el trabajo, para disminuir los esfuerzos del ser humano en su El discurso de la taylonzac10n del hogar, sin emb
. 1 d . ., argo, no tuvo en
lucha por la vida. Le expliqué cómo da resultados asombrosos la Argentma e peso que a qmno en otros países (Nolan )
la eliminación de movimient.os innecesarios, como una correcta as campañas por 1 a ·
rac10n al' · ,
1zac1on del consumo po ,. 1990 · En
l . 1 . 'ó . , ' r eJemp1o, las
posición para lavar papas, planchar, o cocinar; y para leer y referencias a a orgamzac1 n cumtifica del trabajo domé t·
escribir y comer y caminar, y dormir Y reposar, hacen mucho . t· El h s 1co prác-
ticamente no exis 1eron. ogar era pensado como unid d d
bien a la salud evitando deformaciones del cuerpo, fatigas y en- 'd d d a e con-
sumo más que como um . a e producción
. . (Milanesio, 2006., Elena,
fermedades ... y que por todo ello había cambiado de lugar las
cosas de la cocina. Mi mujer no dijo una palabra. Cruzó una 2006). Tanto e 11enguaJe como 1os cntenos asociados a la racionaliza-
fugacísima mirada y una dulcísima sonrisa con la madre. Yo las ción del trabajo doméstico llegaron sólo de manera oblicua al mund
vi a ambas felices, celestiales, divinas. Había ganado, por fin, de los documentos oficiales.s En la mayor parte de los manuales d:
la primera batalla. Pero pocas horas después comprendí que mi economía doméstica de la época, lo más usual era no encontrar nin-
mujer y mi suegra (mujeres ambas) sabían gozar infiriitamente guna alusión explícita al imperativo de la racionalización. Cuando
pregustando deleites de diosas. 6 ésta aparecía, lo habitual era que los elementos que resultaban cen-
trales en otros textos fueran allí referidos de forma dispersa.
La recuperación de este discurso en un registro paródico da cu.en: Sin embargo, no todos los elementos presentes en el discurso de
ta de su nivel de difusión: para que fuera gracioso, debía ser cono> la racionalización corrieron la misma suerte. Por una parte, el peso
cido. En este artículo, publicado en 1962 por Claudia -una revista· de los discursos técnicos no debiera ser infravalorado en los cambios
que se presentaba como vanguardista y que apelaba a una "lectora en el diseño del espacio de las cocinas de este periodo. Por otra, las
"moderna"-,7 se hacía explícito el conflicto entre las miradas exper- superficies de trabajo, así como los placares y alacenas, también tie-
tas y profanas sobre el trabajo doméstico. El artículo reproducía una nen un lugar clave en la descripción de las cocinas de las mujeres
carta ficticia enviada al director d~ la revista, en la que un marido entrevistadas. En sus relatos, sin embargo, la intención de reducir el
furioso explicaba las razones por las que había estrangulado a su tiempo implicado en el trabajo doméstico es escasamente vinculada
mujer: a pesar de sus sabios y reiterados consejos, ella resistía la a la organización del espacio. En cambio, la introducción de nuevos·
adopción de los métodos científicamente probados para red1,1cir el artefactos (aunque también de nuevos servicios, combustibles y tec-
tiempo y esfuerzos implicados en las tareas de la casa. Los motivos nologías, como se verá en el capítulo siguiente) tiene en ellos un lu-
gar central. En los discursos que promovían su consumo se solía pre-
sentar a estos artefactos como los "liberadores" del ama de casa, ha-
ciendo desaparecer virtualmente el trabajo humano necesario para
6. "Por qué maté a mi mujer", C/,audi,a,, agosto de 1962. utilizarlos. Los modernos artefactos domésticos cumplían en ellos la
7. Claudi~, que comenzó a ser editada en 1957 por Abril, tomó no ya al Ladies' Home función del zapato de cristal en el cuento de la Cenicienta: con ellos,
J~umal smo a _Elle Y Mari.e C/,aire como modelos para proponer una renovación del la cocina se transformaba mágicamente en reina del hogar.
di~c~so a partir de los que se interpelaba al público femenino. Era más cara que sus
prmopales ~mpetidoras <Para Ti y Vosotras) y, a diferencia de ellas, aparecía con
~a frecuencia ~ensual Tanto por su estructura (más ágil, ligera, con mayor propor-
cion de ilustraciones Yuna nueva disposición del texto) como por su estilo periodístico
Ysus nuevos contenidos (en el que los saberes asociados a la psicología y a la sociolo-
gía gan~8!1 te_rreno), esta rev,ista se presentaba como una propuesta "moderna, refi-
na_d a Ychic · 81 se_tomaba distancia de ciertos elementos del lugar tradicionalmente 8 s·1 . rogramas de estudio
· bien pueden rastrearse algunos de estos elementos en 1os P las nonnales
asignado ª las muJere~, esa distancia era, en todo caso, moderada. Las novedades en de e fi
conomfa doméstica de las escuelas de artes Y O oos
· y de las escue
1diseño curri-
el cons~~ no necesanamente implicaban el abandono de la asociación de feminidad de 1960 · nte menor en e
, en todos los casos ocupan un lugar re1atívame
y domestmdad (Cosse, 2011). Cular. '
El hogar tecnificado . a tecnificada
Le. coc1n 83
82
• a del bogar
2. De Cenicienta a rem ciend e la s fronteras de• clase Y los .imperativos
. sociales el a
, scenso so-
cial alcanzado a traves de1 matnm~mo, la excepcional generosidad
[h 1 d a] eléctrica. Y tenía la... en ese enton-
Siempre tuve e ª ~rmar;do hizo así. Mi marido era un ser de su marido ' son elementos narrativos
• .
que la sitúan como h .
eroma
• p~ue~ • . . --~ nte. Los artefactos domesticos ocupan el lugar de ofrenda d
ces yo tenia.·· ,,,, do l undo lo ·quería. Una maravilla. Era tr1wua 'te ili' s e
ecial. 1.0 e m • · • ofrendas que penru n conc ar un romanticismo no vergon-
muy esp b marido, no era romantico, en el sentido ...
buen hombre, uen a época los hombres tenían vergüenza de amotr, con la figura del proveedor. Si los electrodomésticos hacen de
zan. e una reina tamb' , h
v
iste que antes, en es
• .
d •
Fel isa ien acen de su esposo un rey
ser romanticos, pero era un tipo que a pesar e serl asi d
.. . Por- ' . ·
La poética ro~a de 1~ cocma Y sus ~factos e~ un elemento re-
• fue siempre adorable ... Yo era emp ea a de él.
que conmigo · d és nte en distmtos discursos de la epoca que tienen como lector
. ....é como empleada para hacer copias,
Primero en.,. l yespu me
d lo un ama de casa. F e lisa y su man' d o contraJeron
. curre .
puso en ot ro lugar, después era la . secretaria de é . nosotros matrimonio
empezamos comO a noviary en cinco meses. nos casamos.
• Pero ::1;49. En agosto de 1954, la revista Para Ti publicaba un artículo
9
habia. trab ªJ
"ado casi dos años con él. Mi mama
• lo adoraba resume buena parte de los elementos condensados en la nueva
des ués. Era muy buen mozo, la verdad que si, muy buen mozo qu~na
coc1 propuesta como ideal. Cómoda,
. bella,
. bien equipada, mecani-
era~ Un tipo alto ... mis hijos también, son los dos buen mozo zada y adecuadamen~ _organizada, la cocma moderna ~arantizaría
[sic]. Era muy bueno. Todo el mu~~o lo ~uería. Así qu~ no l bienestar de la familia Y la belleza del ama de casa. La reina de
bien nos casamos, a lo primero yo vwi un ano en Buenos Aires,
~asa no debe ser una esclava", rezaba el título del artículo, en el que
orque por eso nos casamos tan apurados, porque a él lo ~an_-
~aron para allá. Yo le dije: "Si vos te vas para Buenos Aires, se analizaban las horas invertidas semanalmente por las mujeres
esto se acabó", y entonces él: "No, no, nos casamos", viste. Y en cada una de las tareas domésticas y se detallaban los novedosos
entonces lo primero que hizo fue me compró la Martinco que artefactos que le permitirían a la dueña de casa ser también "reina
e~a la primera máquina de lavar que salió en la Argentina. de sí misma".
(Entrevista a Felisa, Mar del Plata, junio de 2008)
Una de las cosas que más gustan a un hombre es sentir
Como ya se expuso, para mediados de siglo las cocina,s higiéni- que su esposa es una verdadera reina de su hogar. Pero hay
cas habían dado lugar a nuevos diseños que ponían en primer lugar veces en que para serlo la mujer se convierte en esclava de la
cocina. Y el marido no se da por enterado. La culpa no sólo es
su carácter efiáente. Encabalgada con esta imagen, emergió-otra en
de él. La mujer no ha utilizado todas las posibilidades que le
aquellos textos dirigidos a las amas de casa, en la que prevaleció una
ofrece nuestro siglo para ser "reina del hogar y de sí misma"
mirada romántica de la cocina y la vida doméstica. El carácter téc- (. .. ] ¿Qué es la cocina sino un lugar de trabajo? Pero la mujer
nico observado en el apartado anterior, centrado en los motivos de la debe colocarlo a la altura de cualquier lugar de trabajo. El
racionalización del espacio y la simplificación del trabajo doméstico, hombre en la oficina tiene su máquina de escribir para hacer su
era desplazado en ella por una poética rosa en la que la cocina Y los
objetos que la poblaban funcionaban como soporte de historias de
amor Y cuentos de hadas, de magia en el hogar y Venus en la cocina. 9· Para Ti comenzó a ser editada en 1922 por Atlántida (sigue siendo publicada a~-
En el fragmento que inicia este apartado, Felisa responde a una tualmente). Fue pensada teniendo como modelo el Ladies' Home Journal estadouru-
pregunta por los artefactos que había en su casa con la historia del dense Y, por la variedad de su contenido (que incluía desde fi cciones
· a notas .de e.c-
d
romance con el que sería luego su marido. El principio de relevancia tualidad a múltiples consejos para la vida cotidiana), se propuso com~_una revis_ta de
"sel"V:lcios
• • multipropósitos". Su éxito fue rotnndo no só1o l dimens10n de su tira a
que re~a el_diálogo, sin embargo, no es quebrado en esta respues- en ª d edi
·
sino también en su capacidad de adaptarse a las transfonnacwnes · del merca. o. b ·
ta. La histona de amor refuerza el sentido que ella busca dar a su to 'al
relato· su
·
·
casa siempre estuvo equipada con los artefactos más mo-
n Y del público lector. Promovía nna imagen de muJer •
mode~a que partiapallasa
de lª renovación ·
de las costumbres de los años 20, pero era resistente atariedad"aque
dernos, con lo último que había en el mercado. El acceso a "lo nuevo" novedades que podían atentar contra la moralidad familiar O la "c~mp1e~en • con-
es una marca d di t · · •
su s·
e s mcion. m embargo, que Felisa elija descn'b'ir de los sexos. Sm. embargo a partir . de los anos
- 3 0, ¡a reV1s · ta expenmentó .un 0
•,girlo que
servador que reforzó la asociación
' . ación y la sunuSJon,
casa, ! ~untualmente su cocina, apelando a una historia relatada de la muJer a a procre .
1 el extremo
en los codigos de la 1 . . _ :edundó en que para fines de los 50 -<:uando apareciera Claudi~- ocBuparat po 2006).
nove a rosa es s1gmficativo. El amor que tras trad·ic10
· nal" de la oferta de publicaciones para el pu' bl.ico ~emeruno ( on em ,
·
El hogar tecnifi ·na tecnificada
cado 1.,a coc1 85
84
. d su nombre de pila) realizaba las tareas más simples la · permite vislumbrar también la ansiedad s al
nut ivo e menor
. 2011) Lo lí ·te s que Evang
(Pite, . . s m1
, s que
a pericia 1:- . casa, senda de otra mujer en el espacio doméstic:~ ¡ue generaba
requerían un u• be • " d euo.a
Adela Y Luisa establecían para las mcum .nc1as e sus empleada~ la ~:elas entrevistas, el peligro del "robo del marido": 0:::yo~ ~ar-
e también como un modo de fortalecer su. lugar-_co:rn. te te tematizado, pero subyace en los relatos sobre 1 xp c1ta-
pueden leers 0 Jllen d t b" , 1 flexiones de Rita as empleadas
1 11
amas de casa, identificando tareas en as que . e as eran irreemplaza:. ticas marcan o am ien as re
... '",;éndolas de aquellas otras -simples y mecánicas-- dornés transformaciones
' . d e11ugar de la cocina fueron .d
bles y dis+;
-~ d li ··t '6 d 1 · <¡ue La S . e 1amanode
podía realizar alguien má~. La · e nn ac1 n e a~c~so a.los diferentes figu ra del ama de casa y su trabaJo en el hogar como sop rte d 1
espacios y tareas d~méstic3:s era un modo ~e ehm1:11ar la tensión de la
~ . •dad familiar.
D esde 1os anos- 20 es posible observar . un o ea
1e11c1 . . proceso
que hubiera dos mu3eres-alli donde se preveia una, idea que, de tod0 stetización del ambiente de la cocina en los discursos de 1 _
modos, es originaria de este tiempo (Rollins, 1985). _ de e 'bl' ~ . as re
~ . tas destinadas a un pu ico 1.ememno, paralelo a la transform .
vis d ~ . aliz . , d a
" n del discurso e pr01.esion ac1on el ama de casa (Bontemp
Yo a cada -casa que entré, a las mujeres principalmente les ClO • ( 999) bº o,
decía: "Yo vengo a auxiliarlas". Yo no me siento la cliosa, ,;,0 me 200 6). Francisco L1ernur _1. . u 1ca este proceso como parte de la
conformación de una sensibilidad de clase media dentro de la que la
siento /,a súper. Les d.aba bronca .a algunas, a otras no. "Ahí .·
cocina adquiriría el estatus de "corazón del hogar". Para mediados
llegó Tita, llegó Tita, y las cosas, los chicos, esto ... " Pero ella -
siempre tenía esa cosa así... [ ... ]No entiendo por qué, por qu(' ·
de siglo, esta estetización se apoyaba en la poética rosa de la que ha-
Si uno iba a ayudarlos. Yo no iba a sacarles nada[ .. ;] En.lb d~ ~ P; , blamos antes -en la que las referencias a los elementos fantásticos
l,a señora Mimosa, ahí cocinaba, planchaba, ahí hacia de toao: •· · y a lo~ cµentos de hadas serían recurrentes- y en una identificación
Aparte i1e que ·ella, ya te digo, venía acá porque -éua·-era' úrnY ' -"'.· -, de la cocina con el ama de casa.
señora muy de sociedad. Y bueno, ella me dejaba",todo ..-Estabá'.-t'., ,,
su marido, :estaban sus -hijos, su suegro, todos ·vivía7.1,~., eran , .. Cuatro cocinas sin complejos de inferioridad. Hace muchos
caserones granaes . .Jamás sentí yo,.n,i me cJ,io de mostrar., eUá ' años las· cocinas eran enormes ambientes de techos altos. El
que sentía r:elos de mí. Jamás,ja~ . (Entrevista aJii~~, l\1;~r,. humo de la leña esquivaba la más de las veces la campana de
del Plata, marzo de 2010) · .,_.,
la·chimenea y transformaba techos, paredes y piso en un solo
y lóbrego cl:ladro de hollín, cenizas y suciedad no menos eter-
Ri~ nació en 1940. Trabajó como el!lpleada doméstica,..4*~te: no· de las nieves andinas. Luego, cuando el gas y los combus-
veinticinco años. Comenzó a ocuparse en e~ta activi,qad a '.ñl)es ~e.los tibles líquidos trajeron la limpieza, cuando los artefactos se
hicieron funcionales y todo parecía indicar que la cocina sería
7Q, después de su.segunda separación,' y llegó.a ~~Í>(e.~rse ~pnpl}~ reivi_ndicada, las viviendas empezaron a achicarse más Y má~,
neamente en doce ·casas (algunas por hora, .otras-por _'i:nes). -E n. -~ ~t~ los edificios a transformarse en apretados panales, Y las coci-
fragmento de la entrevista, Rita reflexiona acerca. del re_sel,ltin.ii~n- nas, descrita la extraña parábola, termin~n en ~úscul~s
~ que algunas de sus empleadoras sentían frente a s,u PX:EI~t:µ,cja.Y, Y pulcros apéndices compasivamente denominados kitchene ·
vincula el hecho de que le asignasen distintos espacios y _tareas a tes[ ... ]. Hoy la arquitectura, arrepentida, está en plena luna
los c_elos que sentían, al peligro de que ella pudiera sacarles.-algo_(el
rnand~ con su trabajo. Si en una casa hacía "de todo" era porque
la duena no se sentía amenazada por ella. En el límite, opuesto, ~á
de miel con la cocina y-construye las casas alrede~or de ella.
Amplitud, comodidad y eficiencia fueron las preID1sas
mentales de la nueva cruzada, que ahora se enriquece con°
fun:
empleadora
. que lim · b a a su par competía con ella. S1.. esto
· pia
· puede factor: la decoración. 16
i:1:J>:tarse como Parte de una serie de estrátegias discursivas '.a. . d d [ ] Porque sipasó la coci-
Qmzá la cocina esconde· un uen e li•·· ·
p ir e_ las que Rita construye espacios de agencia en el marco de. . qué por
na no tiene un duende ¿me pueden exp car por
un trabaJo particul
.d (P
sent l o érez y e annente
tur1 201
•
. desigual, también puede leerse en r
l
to
'b . a
° .
t antas transformaciones en tap. poco empo.
ti ? De
....:..+,.
oscura,"'"'""
•a de un
" u.xili r" u , O). La aclaración de que ·e lla só o 1 ª .
Y macilenta, un buen día empez6 a t ener la fisonoIIll
~ "l diª. ª las dueñas de casa y de que por hacerlo no se sentía
m a osa ni l - . . ' ' • d al
ª
traba'o d 'é . super", permite vislumbrar el valor asigna O ·
J om stico como elemento central de la figura del ama de
lS. Claudia, enero de 1961.
El hogar tecllifi • tecnificad a
92 taao ¡,a. cocin11 93
arquitectura "arre:nti :,!11°do Y eficien~ , de ~a disciplm_ác'é?mo {ª ~~ apelació n al género fantásti co para retratar la cotidian eidad
iw·Ct
luna de miel.entre la ar el abandon o de este espacio y ae Wlª fam.ihar era. tambié n parte de un clima de época que trascend ía las
La identificación d ~ura Y la cocina. · . ·_ frontera s del espacio naciona l. Los supersónicos, Mi bella genio o
al campo semántico dee
, fu
ª co: 1?ª con
1O 1lllbco - · el ama·
•
d~ casa y la a.p·; lació~ Hechizada han sido pensad as como formas paródic as que expresa-
: s erte que_en un artículo de -;iagic~ q~zá .no_ haya.§id • - ·, ron cierto
· d esencan to con las
o4tlffi:Ca promes as de consum o y bienesta r del
. en Para Ti en juli d va G1bert1 publica do p()r,-ptim era ~ueño america no de la casa en los suburbi os. Jeannie Y Samant ha,
e hiperbolizaba una re~a ~, 1968· "La cocina de Venu~" ~~Íicita ba
~s recorda das protago nistas de Mi 'bella genio y Hechizada , son
sos trabajado s hasta aqw~lolnhsubyacente en muchos de los di~cur-
materno L . . · -a omol eJemplos de hechice ras que relegan sus poderes y su excepcio nalidad
infi til · ª I>Oética rosa mut
an es de los cu~ntos de ha¿
·,
ogacion de la cocina con el· útero
aquf en fantásti ca; las referenc ias
~ ·
iara ocupar un ansiado lugar como amas de casa. De acuerdo con
d Ynn Spigel (2001a) , sin embarg o, la tensión entre sus poderes Y los
8
' _
e n seducció n, a_u nque siempre en
;t los hombre s que las rodean -la fuerza, l a ciencia- nunca queda
almente resuelt a.
16. Para Ti 19
• de septi b
em re de 1966.
17. "La . d
cocma e Venus,,, Para Ti, I de julio de 1968.
Elhogar tecni"
94 ••cado . a tecnificada
1,11 coClll
95
,, también debe ser contextualizad a
"La coci·na de Venus . .
'6 crítica" de un estilo de vida concebid
en 11... ,., te diálogo es parte de uno de los episodios de La ,. . .
d
, Elina (una muJer ma ura, esposa perfecta Y m,amzlia Falc ,
""I .c,S •
· de "negac1 n . o
escenario p . 1 2002 ) Los años 60 se caracterizaron p coll.J.o d on.
. · al" ( uJO J\_~1.11 ntre adolescentes Y adultos) consuela a su hiJ·a ;ilre_ de cuatro
la vida cotidiana y en particu}· or di8•
"trad1c10n ·
.' 1..,Jos e ., . d , via. Ella ex
. tr formac10nes en ' ar de l u preocupac1on por 1a emergencia e múltiples te ta . ·
trotas. ans de los "roles" de género (Wainerman, 2005). En e ª· l~.
}ica s b'
P, d a los caro ws en a se 1 xualid d n c1ones aso-
sexu_ahdalddi~ de Giberti ha sido interpretado como un en ste c1a as . 1· d
a mencionados arn·b
. a que ponen
sentido e scurs0 ~amiha en pe igro ca a vez que su mando sale de e (Sil .
' fr te al "caos" imperante (PIotki n, 2003; Cepeda y R sayo a su 1, • fr asa via es
de orden en . d J • S Us-. ·oven esposa, mexperta, que ecuentemente discute
)_ Si los personaJes e eanrue Y amantha abnan una J . ) S b con su ma-
toyb uru, 2006 1 1 . poder un 'd es reprendida por e11o . o re el final del diálogo Elin .
. d tensión no resue ta en re a figura d e 1a muJer
t noY
las
.
tentac10nes
bd , avmcula
espacio e G"b rt· , lí -€xacer a as por la presencia del var'
e casa la Venus de 1 e 1 aparec1a como mite paraosa aquel ,, l . d s· . e1
Ye1.ama d I "d f: ·1· E o del "afuera - a as presiones e ilvia por tener más on en .
I. uso paródiun
, . ]'.llUDd . "in "
erot 1smo que podía poner .en Jaque a VI a anu 1ar. Y meJores
., co cos, as En la voz de Elina e1 sensato materialismo de los J·óven
, ero fantástico deVIene en una exacerbac1on hiperbólica d . d d ..
del gen . e como consecuencia no esea a un debilitamiento de la fr-:1, es
ama de casa, en la que la sensual"d d 1· · d ·
1 a 1nuta a al matrimonio e1 tien d . = a.
y la Como hemos observa o antes, sm embargo, el modelo de domes-
sexualidad reproductiva actuaba como barrera frente a los peligros ticidad puesto en jaque ~or el "sueño de vi~ mejor" de Silvia -y de
de la llamada "revolución sexual".
Ahora bien, éstos no eran los únicos desafios que la "década rebelde" 1 generación a la que se mterpelaba a partir de su personaj~ se ha-
~a sustentado en una incita_c ión al consumo. Puntualmente, con re-
supuso para el modelo de mujer doméstica que observábamos .en las lación a la cocina, la moderrudad y el confort eran consecuencia de la
décadas anteriores. Las expectativas de las nuevas generaciones, y en incorporación de nuevos bienes y servicios. Una cocina moderna era,
especial de las mujeres, de elevar su nivel de consumo también apare- ante todo, una cocina bien equipada: amplios espacios para guar-
cían como fuentes potenciales de erosión de la felicidad familiar de la dar alimentos, novedosos artefactos, modernos muebles funcionales
que antes habían sido un pilar fundamental (Nari y Feijóo, 1996). confeccionados con materiales de radiantes colores y fácil limpieza...
Pero si éstos eran los elementos que habían hecho de Cenicienta la
Silvia: -{ ... ] nos siguen educando como hace cuarenta reina del hogar, en una lógica en la que el aumento del confort refor-
años. Las ilusiones son las mismas. Una casa, una ventana,
zaba las fronteras del mundo doméstico, también fueron causantes
flores, hijos, tranquilidad y amor. Los padres normales tratan
de que esas fronteras se relajaran. En distintas ocasiones se ha ar-
de que sus hijos no lean novelistas crudos [ ... ], claman por un
cine sin pornografia, luchan contra el libertinaje, pero pensá güido que la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo -en
un moment.o, mamá. Una mujer joven como yo descubre de re- especial las de sectores medios- se explica por la necesidad de sos-
pente que frente a ella sólo tiene novelas indecentes, películas tener mayores estándares de consumo. 19 ¿De qué modos se articula-
pornográficas, teatro de insultos, con matrimonios fracasados, ron domesticidad y consumo? ¿Qué diferencias pueden rastre8:1"se en
destruidos ... Un mundo que se le escapa de las manos. Un las formas en que varones y mujeres de distintos sect.ore_s sociale_s Y
mundo en el que su marido se hunde todos los días al dejar la generaciones establecieron esa relación? ¿Qué expectativas teman
casa[ ... ]. ¿Pero por qué vivir así? Lo que tenemos es poco pero aquellas mujeres que hicieron de la cocma .
moderna un " sueno -"?
·
nos alcanza.
Elina: -Entendés ahora, frente al problema. De chica so-
ñabas con comodidades mayores. La posibilidad de un auto Y
otras cosas y lo contagiaste a él. 3.~e ensueño a encierro 1
Silvia: -Pero... ¿no es humano soñar con vivir mejor?18 . tes de la casa el
Entrevistadora: -¿Cuál fue de los am b1en . «
, . . , . h b t ·nado2
que mas satzsfaccwn le dw a er ermi · Decir: Bueno,
pude terminar... "
l8. La .familia Falcó E 8 diff ·1
tr . n. c1 establecer la fecha precisa en que e¡ epis
· odio fue
ans1D1(ltido por. televisión originalmente. Por datos vinculados al desarrollo de 1a
sene a presencia de¡ h .. d s ·¡ . , nto entre
1966 y 1969 últim _ª IJa e__1 via), puede decirse que es de algun mome 19 . . . os (Lobato, 1997, 2007).
' 0
ano de e1D1s1ón de la tira. · Esta hipótesis ha sido sostenida para d1stmtos context
96
• • A 1.
El h,.., . ""-ili
pro ~o, se pres enta ban más como bien ba de un arte fact
es _de conf ort que <;o.roo ~~ o cons ider ado "nec esanºo"E lad eca ae
rran uent as de t~ab aj~. Si en los años su pres enci. a en la may oria , de los h · n .d textos de,
20 a asUID l a en
1
~~ en las revistas femeninas, para los 50prác ticam~r~.t~~Jl?, ~r.1 ~
todo arte fact o que per-
ogar es er
nuti er~ mecanizar una tare a era objeto
de pon dera ción , pres enta do
como ~mtoma de un progreso <,lel que hab
gado, mde pen~ ente men te de su utili dad. ía que evit ar que dar reza- º·
2 Los datos
fuero n extra ídos de una publicidad publi el diario La Capital
. . d M cada en
ª
La referencia los adelantos producidos e e.r del Plata . Ni aquí ni en otras fuent • "l 5 (de otras publicaciones como
cons en Esta dos Unid os fu.e Para Ti) se espec ificab a el mont o total o la es sJIIJl are ueridas pe.ra el pago
. tante. a lo.largo del t·iempo en distin
. . . · a 16-
cantidad de cuotas req
gica que identificaba lo "americano" y lo tas pubh cac1 ones , en un final de la helad era en cuest ión.
21 B . al de Estadística
"moderno". Estó•.respon~!'.),.~n ·. oletin de Esta dísti ca J.ulio- septi embr In
y Ciinsós. . e de 1954 , stituto Naaon
,
98 El hogar leclliti
C&.do ·na tecnificada
••
r,a coc1
distinto tipo, desde sugere ncias de deco_ración y advert encias
99
"dentes domésticos, a recetas de cocma y recom endac· contra
acci . de sectore s medios como de trabaja dore .
ahorro de energía . Para entonc es, o t ros ob"~etos ganan iones Sobre 11as . 1
1 un espacio en e1 que se podía pennans. a cocm .
b"
a 1en equipa-
:e lo moderno y el barniz del lujo (quizá el televis or sea anl el lustre da eS ecer mclu
e ocio, y en el que no s~1o se espera ba que penn _so en tiempos
tacado). e lnásd d La figura de la cocma comedo r que da
es. casa, . d aneciera el ama de
Nuevos artefac tos, nuevos combu stibles , nuevo s m te . a integra ción e este espacio . ' cuenta de 1 b ,
l al resto del h a usqueda
de
generaªl . flale s: el
lástico, la fórmica, los maten"ales sm · tét·1cos en .
tralida d en este tiempo . E1 consumo pennit'ogar tamb· ,
P ·
tética de este ambien.
te s
h d
ufrió
1
ron colores antes msospe c -a os en a cocma
. ul
· . L a consid' llltrodu
· un rmp so no -meno r en erac10:n to
·
. , Je.
es.
cenina de "local habitab le" a "corazó n del hogar"
coc Estos elemen tos tambié n pueden pensars e co
~;t
, ' 1en ganó
ascenso de la
re~,_ 20l0b).
Como nunca antes, se publici taban muebl es para cocine s s años. . 1 . 1 . . nre 1ac1onalae
genc1a de un enguaJ e p~p para os mtenor es domésticos . mer-
c.• il li
dos por ser alegres, co1on"dos, d e tac · a, resiste nte
.· mp1ez a, Pal0 nder a imagen más relaJad a, fresca y joven Para 'Vlllcula
a. a un . dos
baratos. El zapato de cristal devino vestido de plástic o. . b
te lengua Je ha sido o servad o en revista s femerun. e1caso argent·
s Uso Y eS · mo,
. .d d as como Claudia
que' a pesar de1 su mas1vi a , constru ía un público de to
~~ cocina, después de vivir ~ur~te años la historia de la di
vinculado a as vangu ar as cultura les. El estilo pogus selecto
Y ' t· ,
Cenicienta, pasó a tener la apanenc1a aséptic a, limpia b interiores d ornes d I
1cos e a mano de una nueva relevanc P 11ego a los
m'da de ~ l ~boratorio P ero s1· se_ piensa
· d di
· en la cantida d Y-dea ho-
u- ño indust n"al en 1a Argent·ma. s·1 }os años 50 son ubicadolas e1 se-
ras que dianamente pasa la muJer en su recinto prep - d . tal . , d como 1os
comienzos d e 1a ms ac1on e esta disciplina en el país dich
l ~ -comi'das, ~'gil ~d.º su cocc1?n.
y, por último, limpian aran o te _
do la dencia ~e acentu ó en los 60. El énfasis en los aspectos co~unic:tiv~s
vaJilla y demas rec1p1entes, es mduda ble que su necesid d d
tt b"
encon arse con un am 1ente ordenado, funcional y a a 'd e_ · de los produc tos por sobre los funcionales, técnicos y productivos
ble .está plenamen~ justificada. En los últimos años _re:n:s la incorpo ración ~e _nuevos materi ales -plástic os y tecnopolímeros-'.
obse1:7ado las ·s u~vas metamorfosis ·por las que ha pasado . así como el surgim iento de un nuevo modo de entender la relación
la cocina para !b nndam os ejemplos ·estéticos, coloridos,.y per- produc to-usua rio, marca n transfo rmacio nes sustanciales en el modo
sonales. ~ dentt? d~ ~ste panorama, ¿cuál ha-;sido el áp-orte de ~ de presen tar los produc tos a un público cada vez más amplio pero
los i_nateriales smtéticos? La cocina y los plástic9s. La-cocina también cada vez más diversi ficado, en el que los jóvenes cobrarían
e~ smduda lahabit ación de la casa asaltad a con_m:ayo~ entu- un lugar centra l (Sama r, 2004). El contras te entre los consumos pro-
S1asmo :po. r 1os puu;L1co
- 1.c•..: s. Alegremente
se· treparo n por· sus-pa- puestos para varone s y mujere s seguía siendo notable. En la domes-
~edes baJo la forma de revestimientos líquido s[ ... ), o flexibles ticidad pop femeni na (Ribeir o, 2009), la formación de una familia
impermeables[ ... ); se estiraron en el suelo bajo la forma de' seguía ocupan do un sitio central , ya como parte del tiempo presen-
baldosas de caucho sintético. 22 tei ya como horizo nte futuro. En cambio, simultáneamente aparecía
una domest icidad mascu lina cómoda y descontracturada pero no fa.
Fuera que se trata d
se e manteles o cortma . s coéma
. s·a ,g as ·
hela-· miliar, que será trabaja da en el capítulo 4.
deras o licuadora d , '
. _ s, mesa as de marmo l o muebl es de fónnica . ' Ahora bien, en el nivel del relato de los usos cotidianos del espa-
cma sonada era una c . , la co-
. .
cocin . ocma que mc1tab a a compr ar. El deveni r de. 1a cio doméstico se registr an elemen tos que dan cuenta de un desdo-
este a enb.epicent
te ro del consum o pue d e observ arse en la ub1cact
. -•ó
a part~ t~ nen
iel televisor, la vedette de esas década s, en especial
blamiento del modelo que identifi ca las novedades en la c~c~a Yen
el consumo con la reedici ón de la imagen de la mujer domeStíca. En
Entrevistadora· ·Y lo h .
. · -(,
d hi'
. .
.
pesa a cuan o sus Jas eran pequenas~ · ,
__..,
b ,-.
s c 1.eos implicaron mucho tra aJo,. -
.r~ . -.
Por otra parte como ha señalado Catalma Wamerman (2005 '. .
años 80 y el reto~o de la democracia fueron un escen~o
para la visibilización de distintos cambios en las concepcione dé-
P::;~~
en el sentido de . i h b' iniciado en 1as
1, , C . _cosas paro hacer, llevarlos, ir a buscarlos ... • ,.,
,riana 118tina · ' T - h. . .
·
-;1,
uuua Y en las relaciones de género que se ª
ian , . habían sido
Dios no [ · -e,,..,us c 1.Cos, ml-8 hijas? No, no, gracuµ; a cadas anteriores. La reproducción y el trabajo dome st~co . ~ ..,.;_
... ]yo tuve la suerte de que Juan me ayudó mucho. Me
t . . t garu.zac1ones 1e.u.u
em.as centrales de las discusiones de distin as or d Estudios
ni t
s as desde mediados de los años 70. Den
de l a MUJer
• por eiemplo se considera
.
°
tr d 1 Centro e
e b • doméstico
b a que "[el tra aJo =;almen-
23. En este sentido lsabella . ., rieris;' e l ' ~ ' d 1 mujeres, esp.,.,.
ra a cuestión clave que afectaba a to as as primeros 90,
mo basado en la d '. Cosse (2010a) ha sostenido que·el·ideal del compa ., 1
Id" es1gua}dad d8 én e asenw ie ª l~s _mujeres pobres" (Fisher, 2000: 3~4).d~~ :b:;0 doméstico Y
e ISCUrso que las revistas ~ g . ero fue uno de los pilares sobre los qu~ ªcultades
Para COnciJiar el ·d al emeninas ofrecieron como respuesta a las •Q1fi as reivindicaciones del carácter productivo
l e con la realidad familiar. .
El hogartec .
104 nifl~db~, ·na tecnificada
¡,a coc1 105
Los modos
ción del h de habitar mod emos están , caracterizados por la inser-
-~--~ ~ . 1~ •.
bustibl ¡-ogar en
. redes sanitarias as1, como por la prov1S1on
. . , de com-
es impios, como la electricidad y el gas. Estas novedades no
.
. :!~ji~ ~
~~;;,
•-.,,~~- .. ...,,
!.~,:
*(2010c).
Algunos de lo s tópicos
· •
trab3Jados en este capítulo han sido desarrollados en Pérez
ii-:,, ~
l. Si bien
otros ~
art hablo .
en el titulo de "eléctricos servidores" en este capítulo analizo también
no hum e1actos vinculados
· al trabajo doméstico que 'funcionan con fuentes de energía
tomad ~a, como el gas o el querosén. La expresión "domésticos servidores" está
ª.
en los e una publicidad de Casa América que fuera publicada en la revista Para. Ti
anos 60 Y que es reproducida abajo.
[ 109]