Ines Perez - El Hogar Tecnificado Cap. 2

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INÉS PÉRE Z

■ ■

FAMILIAS, GÉNERO V
1 1 1

Editorial Biblos
La Argentina Contemporánea
é y vida cotidiana: 1940-1970. .
Pérez, Inés nificado: familias, g nerO
El bogar tee . s· Biblos, 2012. .
•ed - Buenos Aire . Ar entina contemporánea)
l . 16 CID, • (La g
248 pp.; 23 )[

ISBN 9'78-987-691-029-3

. I. Título
l. Histona.
CDD305.4 -----------------J

Para Memesita.
Y para Martín.

Diseño de tapa: Luciano Tirabassi U. . .


Ilustración de tapa: publicidad de Westinghouse, Para Ti , 5 de noviembre
de 1940.
Armado: Ana Souza

©Inés Pérez, 2012


©Editorial Biblos, 2012
Pasaje José M. Giuffra 318, Cl064ADD Buenos Aires
[email protected] / www.editorialbiblos.com
Hecho el depósito que dispone la Ley 11. 723
Impreso en la Argentina

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tran~num °
· '6n 1a transformación de este libro,' en cualquier forma o por al wer
cu q
:~dio, se~ electrónico o mecánico, mediante fotocopias, digitalización u otros
1asetodlos, 11.
eyes sm723
el permiso previo y escrito del editor. Su infracción está penada por
y 26.446.

Esta Primera edición


se t.enrunó de un · ·
avenida Dorrego ~~r;n lmpre~ta Dorrego,
República Argentina
. , uenos Aires,
en septiembre de 2ofa
70
El hog ar te .
cllitic11do
l
)

bie nte s de la cas a que


detendré en Ja cocina, uno de los am lllayºl'es
o, el má s sus cep tibl e -:1· unto CAPíTULO 2
modificaciones sufrió en el períod . t· d ern os de la eo~
l pera 1vos mo
e1 baño- de ser ad~ptado a os 11D La coc ina tec nif ica da
má s elo cue nte s en relación ~tr í-
ficación, pero tamb1é_n, ,~ o tle los .
en el esnac:•o do me,stzc
gén ero pro pue stas COlllo 1.d los Co nsu mo , efi cie nci a y gén ero o*
cambios en Jas identificaciones de
r-
iones del hab itar , la ti ~~~ ­
¿Cómo se articularon las representac 1
cocina? ¿Q~é !ug ar ocu p:;: 1 ª Y
~1 gé~ero ~n los discursos sobre 1~ que da de d1stmción? n las
1dentificacrones de género en la bus

Lo que abarca nuestro brazo. Nue


-
con
vamente formamos, separadamente
braz o -aho ra exte ndid o-, un círcu -
\ cada
s como si sostu vié-
\ ,-.dio
\ ;- p.,• el l,ab.fo
,n,b!fM
lo Y doblamos los dedo
-
ramos algo con la mano. Mas no debe
::./JI mos estar junto a la pared, sino deja r de
de
por medio el ancho de nuestra mesa
Rep itam os este mov imie nto va-
trabajo.
rias veces observando si nos estir
amos o
esforzamos con ello. De ser posi ble dibu-
jem os con tiza el círcu lo desc ripto sobre
más alto dete rmin ará
la pared. El punto
del esta nte supe rior, fácil men -
la altura
de casa mien -
te alcanzable para el ama
tras trabaja. El pun to más bajo debe
e
corresponder a un estante inferior dond
se utili zan
se guardarán los objetos que
ey
a menudo. El espacio que queda sobr
jo de nues tro braz o, se reser va-
por deba
s.
Ilus trac ión l. Alic ia Lob stei n rá para aquellos enseres poco utilizado
365 días sin serv i-
365 dfas sin servicio doméstico' Alic ia Lob stein ,
e cues -
' o. Una char la sobr
Bue nos Aire s, Sud ame rica na, cio dom éstic
no quie re ser
1959, p. 28. tiones domésticas... que
un libro más
sugerenc ias
ión previa de este capítulo y las
* Agradezco la lect ura de una vers ción Historia de las Relaciones entr
e
de Investiga
de los mie mbr os del Prog ram a g, perten~cien-
tura en la Arg enti na, dirigido por María Bjer
Eat ado, Soci edad y Cul Univ ersid ad Naci onal de ~m es.
stiga ción de la
te al Cen tro de Estu dios e Inve del Grupo de Estu dios sobre
rios de los miembros
También agra dezc o los com enta dirig ido por Norb erto Álvarez. Algu-
es de la UNMD P,
Fam ilia, Gén ero y Sub jetiv idad s en Pérez <20lOb).
en este capítulo fueron trabajado
nos de los tópicos desa rrol lado s
[ 71 J
1
El hogar te , ,
clli!lcado
72 La cocina tecnificada
73
estamos habituados son relativa- ·
inas a 1as que . ......ente
Las coc ácticamente todo el siglo XIX, la cocina est re. ciplinamiento en las transformaciones de la viviend
cientes. Durante pr de la vivienda burguesa, al puntó dé s~ _yyo re- que la figura del hogar moderno sólo sería u . a, de las que las
d un extremo er lllcl
1ega ªª d d campo de actividad de los arquitectos (Gu · u.
so desterra a e1 .bles utilizados en l a cocciºón d e 1os alim-ent
Volviendo sobre algunas de las hipótesis de~!~:¡~~Elias, 1993).
errand
·. , Donzelot (1979) acerca de la doble valencia de 1 f ºli por Jacques
2001). Los combustí . . o¡¡ ha. . d 1 . . a ami a como obieto
ambiente un lugar sucio y excesivamente calur e instancia
. e contro
1 di - social,d distintos
. trabaJ·os mostraron cómo, los
cían de este . . . d b . oso, en cambios en
. un lugar inhóspito. En la V1V1en a o rera y campesi · os b senos e las • • viviendas operaron como un medio . de
sfnte sis, t al l di na, e11 intervención so re las familias. La imagen del hogar como "pnsion . .,
cambl·o, la cocina tenía un lugar cenfi r , en fun a me., tla. en que · · erae'} .- . " f: .
burocrática agocitada por los expertos, a la que apelaba Geor es
único espacio templado, aunque su . orma dY c10n
i D
diferían ni'ucho Teyssot (1988: 11), es de lo más sugerente. g
de las que adquirirían en las cocmas mo ernas. e todos los~·
En una clave similar,
. desde el campo de los estudio d ,
s e genero
bientes de la casa, la c~ina ~e, junto con _el b~?º• el más adecu:: se ha puesto de reheve la
para los ideales de tecnificac1on y estandanzacion propios de.fos- . , conflictividad
. inherente a la vida fann·¡·iar,
destacand o 1as caractensticas opresivas de aquellos diseños del es-
dos de habitar modernos. En este sentido, la cocina puede peÍi'.s mo. pacio doméstico (pero también del espacio urbano) que reforzaban
como epicentro de una serie de transformaciones del espa~io do a~se los límites entre lo público y lo privado, identificando a las mujeres
tico que hacen a su proceso de tecnificación. - ..:_ ·~ ~ s- con este último (Hayden, 1976; Del Valle, 1997; Chapman, 2004).
Objeto de atención de arquitectos y constructores de ·riif~.:· '· . _;· Para nuestro país, distintos estudios históricos han ·mostrado la
refiormadores soc1ºales, l a _cocma· h ºd
a si o ·un medio par~ ' · · · · cos_,,,
_hál5Iár d·, construcción del espacio doméstico como femenino, así como la femi-
otras cosas: de la modermdad de la vivienda de la. salud cf::C¡ ~ nización de ciertos espacios públicos a partir de su "domesticación"
blación, de la moral familiar, del fomento, y~ del ahorro a de:·1ª~PO· (Liernur, 1997; Barry, 2008; Acha, 2008; Ballent, 2008). Esta línea
s d l · a1iz . , ,.Y . e con-
. umo, e .ª racmn . _acion ~el _trabajo de la casa, de lá •esqª sez O lo interpretativa contribuyó a desafiar la noción del hogar como espa-
mnecesano del servmo domestico. Ha sido pretexto pará;.habl~ d l cio idílico al acentuar su carácter de dispositivo disciplinar.
-lim . al ama de casa· L ugar de preparac1on
Y hablarle . , de,la· comida:·..lugar e Los discursos sobre el espacio de la cocina permiten rastrear la
de pieza 1a cocina 1 . - ,. ·- emergencia de una reedición del modelo de mujer doméstica en los
tico Lar n' ., b es e espacio por excelencia del trabajo.domés-
. e enon so re este b· t , . . -.. · años 50 presentado; sin embargo, bajo una apariencia de continui-
ante las tareas del h am ien e_ esta imbuida de las acti~udes
dad respecto de los ideales vigentes (Barrancos, 1999; Nari, 2004;
los esfuerzos por~~- ~omo en la rmagen que abre este c·a pítulo,
Pérez, 2010b). Ya a fines del siglo XIX, la escisión de los espacios p ú-
veces se tradujeron e i ~ m~dos en que eran ·realizadas.. mú~has
blicos y los privados, como correlato de la separación de producción
gonómicamente.naranadem caciones en este ambiente, dise:fiádo er-
"' cuarse al L". • • • " ,,, : Y reproducción, supuso la creación de dos papeles esenciales en el
po'. -las nuevas imágenes d la _ . cuerpo iemeruno,. Al nnsI'n~-tiem·, modelo de familia que se identifica con las décadas centrales del
c~zc.cambiaron las e~tiv~ocma co:ino un espaci9 cpnfortable y siglo xx: el hombre prqveedor y la mujer ama de casa. Sin embargo,
dianas entre sus pared s de qwenes pasaban largas horas para los años 40 es posible rastrear algunos elementos novedosos en
d Enl Ar · es.
a gentina, la const ., ~ ·-· -~ , las imágenes de ama de casa y de domesticidad prescriptas: la cen-
d:mo~ ha siao fundamentalruccion de unos modos de habítar mo· tralidad del consumo asociado al confort, una nueva relevancia de
. til~ ~tervención de sabe mente explorada a partir del análisis indicaciones tendientes a la racionalización y al aumento de la efi-
ins tuc1one (L. res experto l -
tos est di s iernur, 1999· Ball s Y a operación de distintas ciencia del trabajo doméstico, y una imagen del hogar (y de ~a cocin~)
rrolla~ os retomaron un¡ Íln ent, 1999, 2005; Armus, 2007). Es· como espacio de una vida hogareña armónica, plena Y satisfacton a
en Europa que ha ob portante línea interpretativ'a desa· para cada uno
servado difi . . r ., ·- •
erentes ~strategi~s .de dis· . de los miembros . de la familia.
d 1O de qué modo establecio .,
Ahora bien' ¿cómo·emergió .ese mo tée Y· s de género? ¿cuáles
I t"!~ nuevos parámetros de corrección en rmmo ' d
1l . En distintas zonas de! E .. ·.• .... , · fueron los circuitos de las representaciones Y los saberes acerca e
. c. 1 s discursos sobre este
a que no sólo se CI\MnftL a. llropa l"Ura) la
la noche (S . ---.uo.ua smo +n-L.
arti, 2003).
'
.
cocina 8 lí
' ..
'
.
-cuuoién ~daban~ ~ ocupar toda la planta-baja· en
1a cocma? ' ";de qué modo se trans1ormaron
. °
diri , ? • en qué me di-
Btíntos animales domésticos por ambiente con relación al público al que se gian. ' ¿
El hogar tecniJi
74 t;ado
La cocina tecnifi cada

· de nuevo S m odelos de muje. r diero n lugar a~1,.., 75


da la emergencia do de pensa r la cocm a.? E n este capít"~,a 1 eland o a todo aque l que "necesite organizar una cocin
transform.aci"ón en el. mot· ansformaciones ·de dis t·m t as . aeP , guí ,, te lib
a para e1 diseno
l.llO -
rgencia y r imág enes d S propo ma como racional de dichoa amb'
' es ro
te a
exploro 1~ ero.e . do las tensiones entre 1as repre senta cion e ·
La eficiencia en e1 t rab aJo · domést·1co -logra ien ·
este arob iente rastrean . t fi . . · n al d l da a travé d
,.
te n discur de distin tas revis as emer unas y aqueU es ·zación rac1o e espac ·
io- . s e 1a orga-
sos . . ni b era la idea predomm·ante b
presen : e b . rvarse en los relatos de vida as .
Tamb ién es posib le o serva r aqw, la presencia de enao1 ra.
de mis entre vista das otros elementos
que pue .en do seTambién en ellos habla r de la cocin ue resul tarán centr ales en el nuevo modelo-de "cocin
a es habla r de q am d
Y·entrevista
.. hos.blar la propia ident ida
· d d l f: ·¡· d . nfirt . oem a"·.
otra cosa. es a , e a ami 1a, e un tiempo la como didad, e1 co o y su imag en como un espacio habitable por
al .
nost gia, a veces con orgull o,. a :Veéés toda la famil ia.
pasado, recordado a veces con .
con alivio. Las -transformaciones en los mo dos en los . _ Dent ro del camp o de la arqui tectu ra, este modelo -imbu
que se -concibe- ido de los
cocina serán asimismo indici en donde rastr ear los marco princ ipios de diseñ o desar rolla~ os en Alem ~a y en
l
ª o de un amplio registro deosprac
ªsentid , t·1cas de consu
s de
en las prim eras décad as del siglo xx- habia comen
Estados Unidos
mo domésticas . zado a despla-
que serán analizadas en el capítulo sigui ente (Sou thert zar al de la "cocina higiénica" en los años 30. Dicho
on, 20fü). -·~ s principios se
origi naron en la obra de muje res que habían ideado
: • ,,;<,
·.,.· ~..
., -
distintas solu-
ciones para dism inuir el traba jo doméstico. Sus diseño
s iban desde
l. De higiénicas a eficie ntes 2 la fragm entac ión de cada movimiento en la búsqu
.~ ,t; ,j~,
los tiemp os muer tos, a la planificación de casas sin
eda de eliminar
~- .,,,i,-4:',;¡-'', cocinas, en las
La cocina, dependencia en la _qú~,~~ .¿ que el traba jo domé stico de varios hogares era realiz
ado en espacios
desar-rolla una gran parte. de l<;J,S,;af?.ti!J.f i , ~. públicos entre varia s perso nas, reduciendo así el
tiempo utilizado
dades del ama de ca_sa,. no puedescoñú -~ '" indiv idual ment e en.él ! A pesar de esta diversidad,
el modelo que
birse hoy en día planeada c~mo un ~i"ff/{• -'·· predo minó en el mund o de la arqui tectu ra tanto en
Estados Unidos
ple recinto en el que se hayan agrÚpaa:tJl . - . como en Euro pa, y tamb ién en la Argentina, fue el
que recuperó las
discrecion el aparato de cocción, ei'{reg~-. ~ propu estas meno s radic ales, aquel las que tomaban
dero, la nevera y uno o más armárioíl¾'FJ. , los criterios ta-
ylori stas de la eficiencia para llevarlos a la cocina y
siempre adecúa&s para una dete fmín~ . '- al trabajo domés-
tico. En este senti do, los discursos vinculados a la
da función. S'i · bien todos esos elem-e iÍtcfi- ' racionalización
del traba jo domé stico y a la incorporación de distin
forman parte de la cocina contemporánea tos artefactos
bien organizada, ellos deben ubicarse.,,rq,._1
•cionalmente par{J, facilitar el ,#sa,rro_J!q: .,,
de las labores propias de la prepargción, 3. El libro tuvo una amplia public idad en la revista
de las ~omidas co,Í un mcb:imo ~e ordi i(i, · Nuestra Arquitectura, de la ~s-
ma editor ial duran te toda la década de 1950. Mucho
s de los artículos sob1: la =.11ª
comodidad Y un mínimo de fatjga. . . .
puhhcado s en ' esta revist
. a duran
te esos años reproduc fan fr ª gmentos del atado libro.
. editad
La cocina. Especificaéión de sus' ele~ Lo que result a más intere sante es que la revista Casas Y
me to8 r. Jardines , tam~ién rod ª
~. Y ,orma de disponerlos para.,-g~e, , '\ por Conté mpora pero dirigid a a un público no técnico
o profesi_onal, t~bidén redp ute-
. fragm entos
faciliten todos los trabajos ··cuUnários'; JO de este libro en los artícul os dedicados a 1ª cocma publica os uran
Buenos Aires, Contémpora 1952; ·sohipir esta década .
delantera ' i.~.;::,--. 4. No todas las propu estas apelar on a las !Dls~a . ·ones Mientras Charlotte
En s. 501ua ·di . del socialismo
diri . 1952 salió a 1a venta La c . . • -.i"N,;n ;,-
Perkin s Gilma n diseña ba vivien das sin cocina - 51
r:i
gwe ndo 1~ tra 6ncti o- Christi-
girse especialmente • . utópico y tenien do como horizo nte la socialización
. ocin.a, editado por Cont émpo ra. Sin del trab!IJO ~ P u provpu,estas ta-
.
ª arqUitectos constructores sino más .bien
O ne Freder ick ideaba cocina s racion alizada
. t s m edi'an te·la apelao.6naS1as miradas sobre
la admiru.stració
Ylor1s as sobre . n . tífi d 1traba;o productivo. us
cien ca e ."" . . Gilman propugnaba
el lugar de la majer en la sociedad tambié n eran
2- Las ideas
e . . . divergente~. 51 bio de un salario
(2011). xpuestas en este ªPartad o h . , ·• ' por l a posibi lidad de que las muJere
. d 11
s esarro ar an un trab11Jo a cam
. . • reocupación central de
que les permi tiera gánar autono mía frente a los
an sido trabaja das inicial mente en Pérez varones,;1 P . yera sus aptitudes
Frede nck era que el exceso de trabajo del ama
de casa smmu •
como esposa y madre (Hayd en, 1981; Freem an, 2oo4
).
,
El hoga r tecn;l>
utta.do
76
La cocina tecn ifica da
. d que tale s tare as -se des arro llar
r. rtaiecieron el imp er~ ~~n ·er an ~- 77
10 y la división sex ual del trabaJ·o
unlll lll1ll •-Len. ~_•\. r dist into s fact ores , ent re los que sobr
el marco del hogar "
1a
responsable y e tiecti.va real izad . · · a: · ;, Pº esal
figura del "ama de casa lcomilares don 0 ora, d . :~ las caft ería s que d ese mb oca ban en e 1a menor exte · ,
de dich o disc urs o se sostu: ~- ~ el pozo cieg o ubic nsion de
los fond os del lote y la consecuente disnu·n
estas labores fue uno .
de os p
. 1 división sex ua1 d e1 t rab aJo . en 'ó dado en general
que no puso en discu s1 6n a . í .
m. la "in»:vo ~'. . -
construcción. Los an~ s 40 y 50 mar uc1
caron un salton enelo sc t d
. ,, d que cada ama -de casa real izar a por s mis ma tod as la
·'-l!t•.
inte grac ión de la coc ma al rest o de r ~s os e
ciencia e (Nolan, 1990). s ., p la vivienda de b elación a la
tareas de su ho~ar artir de los años 30, dist inta s noc ion es · ·•""'-:•;., t. • l a poblac10n. ara ese entonces 1a "cocm .
a modern ,, uena parte de
·tótÍía.•. · . recu rren te de 1as rev ista · fi . a era una figura
ª
En la Arg en~ ª: Pdel trabajo en las fábr · s eme mna s cuyo lector mod
icas (la cad ena -de níonv.\ · :' e cas al ·
a que potenc1 men te pod ía cambiar, e1o
d s de la orgaruzaci6n
~ . 'd d de las superfici·es ,d·e t rab aJo; · 1
d ' , · d el modo d era un li
ama
taJe la continw ª a- rac1· ona hza · ' ··
cie".,-~w--~ ·.
.
t rabaJ· 0 dom esti co .o ema nda r un tipo particular de orgaere aza rel
'
de los movmuen . . tos) fuer on 'd
introduci as alá b 't d ' ·
m 1 o ome stic o·,y.85ilifsf · ...t: ...~ ' la que serí a la coc ma de su casa . 6 ru·zac1. , d
on e
~ 0
tareas del ama de casa. Su figur.a, por otra art , . . , - -:- .~ ¿,.· Dur ant e tod a la déc a~a de 1950; dist
~ e, ga~ o cen:tr-ati.~'1\9:, ~; . in~ s revistas femeninas pu-
como pnncrp • · al operadora del--confort doméstico y blic aron num ero sos arti culo s sobre
des tma tarra.:,e--xcl-u~..:'f-;: la cocma en los que el criterio
· d la "cocina moderna" tant o en e1 d d l
siva e mu n o e a a:rq ui~~ -·. ,!{#,
i } •: ·
dom inan te era la bús que da de una
disminución en el tiempo y el es-
como en el de la publicidad (Cns· p1ai · · 1996) El d' - fuerzo imp lica dos en el trab ajo dom
i.1,- · • 1se no ,org á/;'· · ..., ·· :l<'~- éstico. Diferentes elementos del
racional de los espacios ,debía apoyarse discurso de la raci ona liza ción era n
en la med ició n de los t :.. • retomados en estos artículos, que
de las tareas domésticas, !le la perm ane ~7 apa recí an aco mpa ñad os por indicaci
ncia del :am a de,c asa eír;é ;_ ones explicativas o diagramas
una de las habitaciones, de las filst
anc tas reco rrid a.s ·en-el queh: des tina dos a faci lita r la .com pren sión
de los criterios allí expuestos.
cotidiano, etc. El espacio debía org aniz Sin emb arg o, el imp erat ivo de la raci
arse en dist into s:•ce:qii-:af ~~~ rt onalización de la cocina dirigido
trabajo, tan claramente definidos como a las ama s de cas a alca nza ría un
fue ra pos ible : el dé plieif". ·; pun to cúlmine con la publicación
ción, el de lavado, e1 de cocinado y el de en 1959 de un ma nua l de econom
servicio, .sig uie ndo :t:fui{, ~; . ía doméstica que dedicaba un in-
de derecha a izquierda (con la excepció usu alm ente exte nso y deta llad o cap
n de- las coc inas -dfaé'k"' a 1 ";/,'::;: .. ítulo inicial al diseño del espacio
para mujeres zurdas, ,en las que la org aniz de la coc ina. En 1959, la edit oria l
ació n era fove:rs~).:E~~ ~i ' ':,6_ Sudamericana sacaba al mercado
tivo detrás de estas minuciosas indicaci 365 días sin serv icio doméstico. Una
ones-.er a 'red uci r -la.., cáñbda:d,-_.;,,.;f¿ charla sobre cuestiones domésti-
de mo ~en tos innecesarios, evit ar la cas ... que no quie re ser un libro más
fati ga y dism inu ir ,eÚ¡ i~iniio_; .,'.\:-f, , de Alicia Lobstein. En este tex-
~e trabaJo. Un criterio erg-0nómico guia to rea par ecía n los tópi cos mencion
ba la disp osic ión de-l os:·dis~-.. , ~ ados ante s Ga organización de la
tintos el~mentos: las-alturas a las que deb cocina en cen tros de trab ajo; los crite
ían situ ars e las superficies '._-: rios ergonómicos para est~ble-
de trabaJo las medidas d cer las dim ens ion es de espacios, dist
. . ' e mesadas y alac ena s, la dist .
anc ia . , -1t,s..
1 -. , -
de obs erv ar cad a una de las tare as
ancias y muebles; la necesidad
distintods centros _Y su organización, deb ent r~} . ." domésticas para descomponerl~s
cuerpo e"lamuJer" apa rtir d ían calc ular se· en'f uné fón:1á~t . ~ en mov imi ento s, pos es, ges tos y
. - así reducir al m~ mo la energ¡a
Si desde mediad~s _e sus med idas ,e stan dan,zad. ~s. , -~ -,-~
,..:• .;1-.,,·1;_- . ·. util izad a en ella s). Sin emb argo , este
los elementos de te : los anos 30 es texto introducia una novedad
pos ible ras trea r al~ osFd~ ✓ en el con trat o de lect ura .
para los años
40 eellsos habia
sc_urso en revi stas como Casas -y _.J
n b d t;1,rdin~ f - Qui en enu nci aba esta s indicacione · to imper-
s pasó de ser un suJe , .
do un momento culm inan co ~a o may or cen tral ida: d, . . - •· :,'f
a'.l ~~~ - son al a ser un par de la lect ora que 1 • discurso constrwa. un
~da la década de 19S0. Late hac~a ~e
discurso es si<YY,;l: t· s de est~ déc ada ~~~~t.e
6UUJ.Ca 1va enamp, liación del púb hco pote nc1 ál de~¡;~
r: e mismo
ama de cas a que se diri ge a otra , . . d el mo de1o desarrollado
s1gmen °
extensión de la cocina inte lllás _de . un . ' r/t •'l '
sen tido . Por una p_art€l; ,_,.~
los sectores medios y tr b ?1'ªda a la
pla nta de la viv ien da, ~ntr~i , 5. ,"La noci ón de "lect or modelo" fue Umberto Eco en su Lector in
ª.la difusión de la cas a: ªJ~dores en la Arg ent ina fabula , dond e desc ribe las estra tegia
desarroll~da P¡:s "trampas" que el texto
tiende
fue sim ultá nea -,.,. . s, los desvios ~
t1eas_ d: vivienda observa~~ anta com 8. ese lecto r imag inar io e idea ·
unes Es justamente en ese
pac ta imp uls ada por las_P~1~: · ·
d
l, a part ir e inferene1 as com ·
delo se constituye Yse define ·
chonzo ' la cocina Y el baños en ~l cap Jueg
ítul o ant erio r. En 11!'-s_"f~s, _ s
o de dar pista s para la inter preta cion
°
" d nde e1mo
d l dialogismo -es decir'' el
resto de los ambientes de la ~b~ tual
men te esta ban sep ~;il.~Q~;-~~l , · ·
"
La noción de lecto r modelo se construye
hecho de que cual quie
r enun cia. d
sobre
o es cons..,,,d
14 =
_el sup~e
o temen
stodo :n interlocutor en el hori-
vienda. Est a sep ara ció n se .exphc~ zont e- (Arfuch, 2010: 27).
,,.,,,
El hogar tecnificado
. tecnifi cada
78 I,s coc1n 11

. 79
d méstícas en E·stad os Unid. os. En efecto , éste es . s neces idade s. Sin emba rgo, en buena m did
Por las. ecónomas o b escrit as las pnme ras ob ras sobre la
1 que esta pro:a _ares obser vado s en el discu rso de la raci:n
el registro en e . anla búsqu eda d e un aume nt o d e eficac ia al~ se_guia por los
racionalización de l~ cocm~¿ las de Cathe rine Beec e~t orno la adap tació n de las medi das de las sup
her y Chris tine-. rfiz~ción del espa-
del trabajo doméstico, cote tí' de plant eos (Free man, cio¡ e pacio de la cocin a a las del cuerp o huma n
2004 ).Que e cies de _trabajo y
· asm ~ P0 de e;end acion es segui das en el manu al de Lo;~~
Frederick, p10ne r , sin emba rgo, que entre enun ciadó ra- -en particular las
se tratar a de pares ~o suporor:lación -de igual dad: una reco .-irnentos realiz ados a parti r del propio cuerpo
sabía , la otra e,rpe» d b m respecto de los
.
y lect.ora se estableciera unaJ·et.o que partic ipaba de
este discu rso:, la En su relato ,
pue e o serva rse, adem ás un confüc t
aprendía. Hay un tercer su , ali ano habia apare ºd t al .'
ci o cen r ment e: el imperativo d o que hasta
. di · al quero. -s abía ro· "pren día, que re zaba _
· las ta - ah0 r .
muJer tra ~on .' fl . amen te y.,.utiliz aba, en conse . · al"d d d 1 . se prese e 1a racion
·
cuenc ia, :un .
• l1zaci·ón y la funci on i a ulin e os espac ios nta a-
d , t1cas rrre exiv . emin entem ente mase como un en-.
reas om~ , excesivas Se incita ba a las lecto ras.,a ' que . ten0 o frente al que se opone un ~ d
pensa r el espac io ornest ico
t' y ~ energias · . d , · •
iempo di tancia ,su propio queha cer cotid . .
iano para.-pode r exees ivam ente costosa e-imparocede
1orma e
nte
observasen con s 1 asociada a la figu~ a del ama de-~asa. Luis ret.om
. na1· vum·•ent.os y ahorr ar energ ías: os · · a aquí algunos de lo~
rac10 izar mo expe nmen tos-en an imper ativo s propi os ~e la arqm tectu ra mode rna
'd l Iect.or a en una clave de "h ágal t d . · - .v • -la simplificación,
ofrec1 os a a . d 1 o -us e mism a ; 61,en . la como didad -, otorg ando les ~ nuev~ sentido,
otros discursos el cuerpo .de refere ncia ·te . . . en la medida en que
e os c17- nos ergon ómic os los utiliz a para rema rcar la smgu landa d de su
muJ·er están dar (o inclu so de un varon), en el manu al .de forma de entender
era el de la el espac io del hoga r. Si el discu rso de la racion
Lobstein se sugiere al ama de casa que fuer3: e 11a ·qme · b · · alización del espacio
n es~a leciei :a doméstico, y en parti cular de la cocin a, surgió como
las medidas óptimas J>ara su cocina a p~rr. ~e su medio para ali-
prop~ o-cue11>0;- ger~-el esfue rzo de las muje res que debía n realiz
como se observa -en la image n con la.qu e se Imeia este arlo, con el tiempo
capit ulo. . . se trans form aría en uno de los elem entos a partir
de los que se mate-
Para diseñar la cocina, yo por ejemplo,· miro los ,libro rializ aría .el confl icto entre las mira das femen inas
s Y< y masculinas del
te dice: "La separación entre una mesqd a y ·otra tie~. espacio del hoga r y de las tarea s domé sticas .
que ser
como mínimo 1,40 metro, 1,50 metro". Esa.t iene 90
cen_tíme-
tros, ponéle. Pero qué pasa. Yo pongo una cqsa acá, mido La prime ra escar amuz a se desarrolló más o menos así:
a _ yo
90, y veo cómo me muevo yo. Son todas práct icas mías. había óbservado que mi mujer trabajaba mucho en
muevo bien en 90, listo[ ... ] Ella [por su ex esposa]
Si me ' m~y pront o se cansa ba. Ent.onces me puse a estudi
la casa y
querí a un ar su ma-
living de 6 por 12, y -yo con un 3 por 3 me alcan za. ñera dé traba jar y, al cabo de una semana, le dije:
¿Para qué · "Querida,
quiero más? ¡¿Para qué quiero más?! [.. .] Los -dorm me parec e que traba jas de más, innecesariamente".
nían que ser de 4 por·-4. Y yo digo para -qué. Ahor
itorio s te-· nó lo que estab a haciendo y me miró no sólo con los ojos, Abando-
a son de '• sino
2,80 por 2 ,80. ¿Para qué querés más? No, tiene que
se-rA por 4. tamb ién con los pelos, con la nariz, con la boca, las
manos, el
Tiene que ser alfombrado, empapelado, todo con un
papel. no estómago y hasta con los pies. Al punt.o comprendí esa
~ada:
sé qué cuernos .. . Cortinas terúan que ser de pana con
... Eso me "¿Tú a mf? ¿Un homb re a una mujer? ¿Un hombre ensena
ndo
atrasó mucho 'ª mí, porque desperdicié esfuer zo mone a una muje r cómo debe realiz ar las tareas de una casa?
t~rio en ¿Es~
cosas q~ no tendrían que haber sido. Pero era el gÚSto loco o te has vuelto idiota de golpe o estás bromeando O
de ella. eSt.ás
(Entrevista a Luis, Mar del Plata, abril de 2010) . borracho? Si no es así ¿no te parece q__ue sena , ·or que te
· en meJ
·'
que no me vea obligadª a echarte de
Y::
metie ras tus cosas para
Luis, que nació en 1943 c aquí a punta piés? ". [...] Algunos díijS después, tesone
70 • A pesar de ser , omenzo, a e d iºfi car en los pnm .
eros anos- ro
come rciant e rudo, y aprov echan do que ella estab a internada en
, . ., ,
, const ruyo su casa por sí mism ·
o. La ~ ~ sal
~ruamlªd qlue guio sus diseños -no sólo el de esa rio, rehic e la distri bució n de todas las cosas de la ~~e 1
smo e e as que refor m, prim era vivie ndá ·r:n ei
te . . que era usada much as veces en ~1 día, lª tema mi émuJ
con los que las e ui , 0 pos norm en~ así como extre mo más alejad o de las hornillas; yo la co1oqu
al alcance
el de los mueble_s
dad" En te fr q po- fue, en sus propi os térm inos - la
· es agme nto const ru la "func ionah -. de la mano . La canel a, 9-ue usab a una O dos veces en e1 800 '
· ' d sal. y así es-
homb re autónomo e in ' . ye una 1m.agen de sí como la d e un tenía éasi en la nariz · la coloqué en el lugar ube.1a .
, ri,.,.,.;né
gemoso, que adap ta los diseñ os de otros a sús '
taban todas las cosas. Después de 1ª-nue va periiec 1cae1on, .,..,.,.... "
cionar la dis-
y "lavé" y "man iobré " duran te dos días para
80 El hogar tecnificado ina tecnificada
La eOc
81
tribución que había hecho. Luego, feliz por haber contribuido d la racionalización de las tareas reproductiv
a su bienestar, y porque iba a regresar yo con ella y el primer es originales habrían tenido como objetivo al:VIs_queal, en sus versio-
hijo, fui al sanat.orio. Allí le expliqué las teorías y los sistemas
d ban lugar a un confl'1cto potencial •
ne ar ama de
de la "estandarización" de las tareas manuales descubiertos acerca de cóm0 . casa,
por hombres que habían estudiado científica y prácticamente ª ·
pacio
y el trabaJ·o doméstico.
. .,
organizar el es-
el trabajo, para disminuir los esfuerzos del ser humano en su El discurso de la taylonzac10n del hogar, sin emb
. 1 d . ., argo, no tuvo en
lucha por la vida. Le expliqué cómo da resultados asombrosos la Argentma e peso que a qmno en otros países (Nolan )
la eliminación de movimient.os innecesarios, como una correcta as campañas por 1 a ·
rac10n al' · ,
1zac1on del consumo po ,. 1990 · En
l . 1 . 'ó . , ' r eJemp1o, las
posición para lavar papas, planchar, o cocinar; y para leer y referencias a a orgamzac1 n cumtifica del trabajo domé t·
escribir y comer y caminar, y dormir Y reposar, hacen mucho . t· El h s 1co prác-
ticamente no exis 1eron. ogar era pensado como unid d d
bien a la salud evitando deformaciones del cuerpo, fatigas y en- 'd d d a e con-
sumo más que como um . a e producción
. . (Milanesio, 2006., Elena,
fermedades ... y que por todo ello había cambiado de lugar las
cosas de la cocina. Mi mujer no dijo una palabra. Cruzó una 2006). Tanto e 11enguaJe como 1os cntenos asociados a la racionaliza-
fugacísima mirada y una dulcísima sonrisa con la madre. Yo las ción del trabajo doméstico llegaron sólo de manera oblicua al mund
vi a ambas felices, celestiales, divinas. Había ganado, por fin, de los documentos oficiales.s En la mayor parte de los manuales d:
la primera batalla. Pero pocas horas después comprendí que mi economía doméstica de la época, lo más usual era no encontrar nin-
mujer y mi suegra (mujeres ambas) sabían gozar infiriitamente guna alusión explícita al imperativo de la racionalización. Cuando
pregustando deleites de diosas. 6 ésta aparecía, lo habitual era que los elementos que resultaban cen-
trales en otros textos fueran allí referidos de forma dispersa.
La recuperación de este discurso en un registro paródico da cu.en: Sin embargo, no todos los elementos presentes en el discurso de
ta de su nivel de difusión: para que fuera gracioso, debía ser cono> la racionalización corrieron la misma suerte. Por una parte, el peso
cido. En este artículo, publicado en 1962 por Claudia -una revista· de los discursos técnicos no debiera ser infravalorado en los cambios
que se presentaba como vanguardista y que apelaba a una "lectora en el diseño del espacio de las cocinas de este periodo. Por otra, las
"moderna"-,7 se hacía explícito el conflicto entre las miradas exper- superficies de trabajo, así como los placares y alacenas, también tie-
tas y profanas sobre el trabajo doméstico. El artículo reproducía una nen un lugar clave en la descripción de las cocinas de las mujeres
carta ficticia enviada al director d~ la revista, en la que un marido entrevistadas. En sus relatos, sin embargo, la intención de reducir el
furioso explicaba las razones por las que había estrangulado a su tiempo implicado en el trabajo doméstico es escasamente vinculada
mujer: a pesar de sus sabios y reiterados consejos, ella resistía la a la organización del espacio. En cambio, la introducción de nuevos·
adopción de los métodos científicamente probados para red1,1cir el artefactos (aunque también de nuevos servicios, combustibles y tec-
tiempo y esfuerzos implicados en las tareas de la casa. Los motivos nologías, como se verá en el capítulo siguiente) tiene en ellos un lu-
gar central. En los discursos que promovían su consumo se solía pre-
sentar a estos artefactos como los "liberadores" del ama de casa, ha-
ciendo desaparecer virtualmente el trabajo humano necesario para
6. "Por qué maté a mi mujer", C/,audi,a,, agosto de 1962. utilizarlos. Los modernos artefactos domésticos cumplían en ellos la
7. Claudi~, que comenzó a ser editada en 1957 por Abril, tomó no ya al Ladies' Home función del zapato de cristal en el cuento de la Cenicienta: con ellos,
J~umal smo a _Elle Y Mari.e C/,aire como modelos para proponer una renovación del la cocina se transformaba mágicamente en reina del hogar.
di~c~so a partir de los que se interpelaba al público femenino. Era más cara que sus
prmopales ~mpetidoras <Para Ti y Vosotras) y, a diferencia de ellas, aparecía con
~a frecuencia ~ensual Tanto por su estructura (más ágil, ligera, con mayor propor-
cion de ilustraciones Yuna nueva disposición del texto) como por su estilo periodístico
Ysus nuevos contenidos (en el que los saberes asociados a la psicología y a la sociolo-
gía gan~8!1 te_rreno), esta rev,ista se presentaba como una propuesta "moderna, refi-
na_d a Ychic · 81 se_tomaba distancia de ciertos elementos del lugar tradicionalmente 8 s·1 . rogramas de estudio
· bien pueden rastrearse algunos de estos elementos en 1os P las nonnales
asignado ª las muJere~, esa distancia era, en todo caso, moderada. Las novedades en de e fi
conomfa doméstica de las escuelas de artes Y O oos
· y de las escue
1diseño curri-
el cons~~ no necesanamente implicaban el abandono de la asociación de feminidad de 1960 · nte menor en e
, en todos los casos ocupan un lugar re1atívame
y domestmdad (Cosse, 2011). Cular. '
El hogar tecnificado . a tecnificada
Le. coc1n 83
82

• a del bogar
2. De Cenicienta a rem ciend e la s fronteras de• clase Y los .imperativos
. sociales el a
, scenso so-
cial alcanzado a traves de1 matnm~mo, la excepcional generosidad
[h 1 d a] eléctrica. Y tenía la... en ese enton-
Siempre tuve e ª ~rmar;do hizo así. Mi marido era un ser de su marido ' son elementos narrativos
• .
que la sitúan como h .
eroma
• p~ue~ • . . --~ nte. Los artefactos domesticos ocupan el lugar de ofrenda d
ces yo tenia.·· ,,,, do l undo lo ·quería. Una maravilla. Era tr1wua 'te ili' s e
ecial. 1.0 e m • · • ofrendas que penru n conc ar un romanticismo no vergon-
muy esp b marido, no era romantico, en el sentido ...
buen hombre, uen a época los hombres tenían vergüenza de amotr, con la figura del proveedor. Si los electrodomésticos hacen de
zan. e una reina tamb' , h
v
iste que antes, en es
• .
d •
Fel isa ien acen de su esposo un rey
ser romanticos, pero era un tipo que a pesar e serl asi d
.. . Por- ' . ·
La poética ro~a de 1~ cocma Y sus ~factos e~ un elemento re-
• fue siempre adorable ... Yo era emp ea a de él.
que conmigo · d és nte en distmtos discursos de la epoca que tienen como lector
. ....é como empleada para hacer copias,
Primero en.,. l yespu me
d lo un ama de casa. F e lisa y su man' d o contraJeron
. curre .
puso en ot ro lugar, después era la . secretaria de é . nosotros matrimonio
empezamos comO a noviary en cinco meses. nos casamos.
• Pero ::1;49. En agosto de 1954, la revista Para Ti publicaba un artículo
9

habia. trab ªJ
"ado casi dos años con él. Mi mama
• lo adoraba resume buena parte de los elementos condensados en la nueva
des ués. Era muy buen mozo, la verdad que si, muy buen mozo qu~na
coc1 propuesta como ideal. Cómoda,
. bella,
. bien equipada, mecani-
era~ Un tipo alto ... mis hijos también, son los dos buen mozo zada y adecuadamen~ _organizada, la cocma moderna ~arantizaría
[sic]. Era muy bueno. Todo el mu~~o lo ~uería. Así qu~ no l bienestar de la familia Y la belleza del ama de casa. La reina de
bien nos casamos, a lo primero yo vwi un ano en Buenos Aires,
~asa no debe ser una esclava", rezaba el título del artículo, en el que
orque por eso nos casamos tan apurados, porque a él lo ~an_-
~aron para allá. Yo le dije: "Si vos te vas para Buenos Aires, se analizaban las horas invertidas semanalmente por las mujeres
esto se acabó", y entonces él: "No, no, nos casamos", viste. Y en cada una de las tareas domésticas y se detallaban los novedosos
entonces lo primero que hizo fue me compró la Martinco que artefactos que le permitirían a la dueña de casa ser también "reina
e~a la primera máquina de lavar que salió en la Argentina. de sí misma".
(Entrevista a Felisa, Mar del Plata, junio de 2008)
Una de las cosas que más gustan a un hombre es sentir
Como ya se expuso, para mediados de siglo las cocina,s higiéni- que su esposa es una verdadera reina de su hogar. Pero hay
cas habían dado lugar a nuevos diseños que ponían en primer lugar veces en que para serlo la mujer se convierte en esclava de la
cocina. Y el marido no se da por enterado. La culpa no sólo es
su carácter efiáente. Encabalgada con esta imagen, emergió-otra en
de él. La mujer no ha utilizado todas las posibilidades que le
aquellos textos dirigidos a las amas de casa, en la que prevaleció una
ofrece nuestro siglo para ser "reina del hogar y de sí misma"
mirada romántica de la cocina y la vida doméstica. El carácter téc- (. .. ] ¿Qué es la cocina sino un lugar de trabajo? Pero la mujer
nico observado en el apartado anterior, centrado en los motivos de la debe colocarlo a la altura de cualquier lugar de trabajo. El
racionalización del espacio y la simplificación del trabajo doméstico, hombre en la oficina tiene su máquina de escribir para hacer su
era desplazado en ella por una poética rosa en la que la cocina Y los
objetos que la poblaban funcionaban como soporte de historias de
amor Y cuentos de hadas, de magia en el hogar y Venus en la cocina. 9· Para Ti comenzó a ser editada en 1922 por Atlántida (sigue siendo publicada a~-
En el fragmento que inicia este apartado, Felisa responde a una tualmente). Fue pensada teniendo como modelo el Ladies' Home Journal estadouru-
pregunta por los artefactos que había en su casa con la historia del dense Y, por la variedad de su contenido (que incluía desde fi cciones
· a notas .de e.c-
d
romance con el que sería luego su marido. El principio de relevancia tualidad a múltiples consejos para la vida cotidiana), se propuso com~_una revis_ta de
"sel"V:lcios
• • multipropósitos". Su éxito fue rotnndo no só1o l dimens10n de su tira a
que re~a el_diálogo, sin embargo, no es quebrado en esta respues- en ª d edi
·
sino también en su capacidad de adaptarse a las transfonnacwnes · del merca. o. b ·
ta. La histona de amor refuerza el sentido que ella busca dar a su to 'al
relato· su
·
·
casa siempre estuvo equipada con los artefactos más mo-
n Y del público lector. Promovía nna imagen de muJer •
mode~a que partiapallasa
de lª renovación ·
de las costumbres de los años 20, pero era resistente atariedad"aque
dernos, con lo último que había en el mercado. El acceso a "lo nuevo" novedades que podían atentar contra la moralidad familiar O la "c~mp1e~en • con-
es una marca d di t · · •
su s·
e s mcion. m embargo, que Felisa elija descn'b'ir de los sexos. Sm. embargo a partir . de los anos
- 3 0, ¡a reV1s · ta expenmentó .un 0
•,girlo que
servador que reforzó la asociación
' . ación y la sunuSJon,
casa, ! ~untualmente su cocina, apelando a una historia relatada de la muJer a a procre .
1 el extremo
en los codigos de la 1 . . _ :edundó en que para fines de los 50 -<:uando apareciera Claudi~- ocBuparat po 2006).
nove a rosa es s1gmficativo. El amor que tras trad·ic10
· nal" de la oferta de publicaciones para el pu' bl.ico ~emeruno ( on em ,
·
El hogar tecnifi ·na tecnificada
cado 1.,a coc1 85
84

. ás á ido En las fábricas se estudia constantemente


· d r los imperativos sociales, siempre que el fi 1
.
trabaJo.m .br •Plas· herrarruentas y las mesas de trab a.Jo para abor a s establecidos . na vuelva sobre
cómo distn w.r ·
• · to s mnecesanos· y pueda 10s cánone
haga menos movnruen .
que el obrero aspiración de
. ás En el campo el tractor es una b'1én su plan para María Fernanda:. -Yo no. puedo divertirme mientras • mi.
producir m · debe tener tam
. ulto es La muier
" 1 ali
marido hace as v Jas para irse de casa.
los agnc r ·
• anizar" su cocina (... ] ¿Qué gana al final del día? Unos Lucas Alegre: -¿Y por qué se va del hogar?
c::tos minutos para descansar. ¿Qué se evita? Malos ratos. M.F.: -Porque él soñó con ?tra mujer. Con una esposa útil,
y si rabia menos, y descansa más, seguro ~':1e su belleza es- capaz de atenderlo Y de maneJar una casa.
Es por eso que los utens1hos de cocina son
tará m ás radiante. l " l . io L.A.: -Comprendo, él quiere una fregona.
verdaderas "cremas de bel eza para a muJer. M.F.: -Tal vez para usted sean fregonas, Lucas. Pero para
mí son mujeres maravillosas . Y créame que las envidio. Tie-
En el artículo se retoman algunos de los motivos del discurso de nen la dicha de poder ofrecerles a sus hombres todo lo que
la racionalización del trabajo doméstico, pero para situarlos en un ellos quieren, hecho por sus propias manos.
marco de referencias en el que ganan peso otros elementos. Por una L.A.: -Así les quedarán las manos ...
M.F.: -Así quisiera tenerlas yo ...
parte, se compara el trabajo realizado en la cocina con el realizado
L.A.: -Pero usted es rica y ellas son pobres
en la oficina, el taller o el campo. Los artefactos domésticos son equi- M.F.: -Sí, es cierto .. . Pero ellas dentro de su pobreza son
parados a la máquina de escribir y al tractor, y la organización del felices. Yo, en cambio, con todo mi dinero, ah ... me siento muy
espacio de la fábrica es homologada a la que debiera haber en una desdichada.
cocina "mecanizada". Sin embargo, los utensilios de cocina no sólo L.A.: -No, no, no se ponga así. ¿A dónde quiere que la lleve?
aparecen como herramienta s de trabajo, también son presentados M.F.: - A cualquier parte ... donde enseñen a cocinar.
como "cremas de belleza". A pesar de haber sido publicado en una L.A.:-¿Cómo?
revista femenina, el artículo comienza con una referencia al marido M.F.: - ¡Yo quiero aprender a cocinar! (Carlos Schlieper,
de la lectora que el discurso construye. La primera razón para dejar Ama de casa último modelo, 1950)
de ser una esclava es dar un motivo de satisfacción aÍ "hombre" ~l
es el sujeto respecto del que la lectora adquiere su estatus discursivo En el diálogo transcripto, María Fernanda reniega de su riqueza y
de "esposa"-. Nuevamente , no se trata de un discurso aislado sino expresa envidia por aquellas mujeres que pueden hacer felices a sus
más bien de un tono de época. maridos gracias al trabajo que realizan con sus propias manos. Ésta es
Apenas unos años antes, en julio de 1950, se estrenaba un film una escena crucial en el desarrollo de la trama del film: es aquí donde
que sería un éxito de taquillas. Esposa último modelo, dirigida por se produce el quiebre a partir del que María Fernanda se "encauza".
Carlos Schlieper, cuenta la historia de una joven adinerada y recién El personaje de Lucas Alegre -un pretendiente de Maria Femanda-
casada que no fue "adecuadam ente" preparada para el matrimonio. repone la voz de quienes creen que en el dinero está la felicidad Y que
Huérfana de pequeña y "malcriada" por su abuela y su nana, Ma- la cocina es para los sirvientes. María Fernanda, en cambio, a partir de
ría Fernanda (Mirtha Legrand) debe recurrir en secreto a la ayu- esta escena, encarna los nuevos valores, que sin embargo se presentan
da de múltiples sirvientes para llevar adelante su hogar. Cuando como tradicionales: para ser feliz, debe aprender a cocinar.
finalmente su marido descubre este ardid, deja la casa y empieza La figura del ama de casa como responsable de la ejecución de las
los trámites de la .separación. La obra de Schlieper es conocida por tareas domésticas por sí misma ganó una nueva relevancia e~ las
poner de manifiesto el artificio de la vida doméstica así como por décadas centrales del siglo como modelo, no sólo para las muJeres
la ironía con la que pinta los roles de género usualmente asumidos de escasos recursos, sino incluso para aquellas que gozaban ~e una
como ~oi:rectos. La comedia de enredos, por otra parte, de la que Es- buena posición económica. La importancia de convertir la cocma_~n
posa ultimo modelo es un ejemplo, permite cierta flexibilidad para
un lugar confortable estaba vinculada a una nueva representacion
de 1a duena · durante una, buena 1
- de casa que la situaba en ese espacio
1
. .
canti·d ad de horas diarias. , ¡
Como se vera en e P , capitulo, a
ro'ximo
promoc1on , t ·
•, del consumo de electrodomes 1cos se apoyo en un nuevo
10. "La reina de ca sano deb e ser una esclava", Para Ti, 17 de agosto de 1954 ·
El hogar tecn·fi
1 Cado
,,....
. tecnificada
-
86 I,a cocin 8
87
. . . . d del trabajo doméstico. Por una Parte, Puso al
reaimen de visibilida en el centro de la escena. En tanto · el avance del "progreso" y de las dificultades de la vid .
, f,~ "sus" tareas que • · tas se van! 11
sirv1en a 1las
· ama de casa Y ª . destinataria de las compras de su man'd
'al umidora o o
l. potenc1 cons '. en el período. Los artefactos domésticos t '
anó relevancia d 'd d
su figura g . ·as tareas con tonos de mo erru a y glanraur. Sin
e- El gran drama se publica todos los días Apar
lumnas monótonas de letra pequeña. Personal· doméeceenco- ti . d
ñían sus rutín~ . te of:rec1'dos. Y la lista de pedidoss siempre
cientos pedíd os, vem co. os-
b al mismo t·1eropo , en tanto eran presentados
. como
- "ree- ..,.
em argo, b . humano instauraban la idea de que el traba· aumenta, los sueldos suben, las exigencias se reduéen a sú-
1 " del tra aJo ' • · Jo
p azo . era cosa delpasado y de que los e1éctncos servidores libe•
doméstico plicas increíbles. Detrás de cada pedido hay una muier
.
ve consunnrse su presente ~.su futur?· No - tiene tiempo que
" para
, al de casa de su pesada carga.
ranan ama , d é t· , asomarse al alma de sus hiJos. No tiene tiempo para char-
de econom1a oro s 1ca as1 como en las re
En los manuales , d d 1 · 1 ·· · lar con su marido. Ha renunciado a ser ella misma~detrás de
.
vistas fiemenm· as de las primeras deca 1 as .e ·1s1g o. se e.nc;ontra-
" , cada muchacha inhallable hay un hogar que empieza a teñirse
han numerosos consejos para el trato y a :71-gi anc1a ~e! ~ecyicio
con el gris de la frustración. Y más del treinta por ciento de
dornes , t 1co.
· Todavía en los años 30, los Tai:ticulosd' sobre la ,cocina· las porteñas trabajan. No importa si quedan solos los niños
bl . dos en revístas como Casas Y uar . mes presuponian su 0 padres ancianos. Hay que salir a la calle, a cumplir con un
pu ica ' bl' a 1 que
· di · , E n 1as déca-·
presencia en los hogares del pu .1cote _se tngia..
_b _ deber que podría ser orgullo y se vuelve angustia o reproche.
das siguientes, en cambio, los sirvlen s se encon ra ~ ausentes de No es la mera comodida4 lo que se halla en juego ... : son la paz
buena parte de este tipo de textos, -aunque no de 1:<>dos. El ~a de casa · familiar y la armonía matrimonial las que están mezcladas. A
era crecientemente la destinataria de los conseJos acerca de la !"~~- esas mujeres tensas e insatisfechas, a esos hogares en peligro,
lización de las tareas domésticas. El título d,el manúal ,de N,~cfa hemos querido dar ayuda. Entonces hemos interrogado a la
Lobstein que ya citamos resulta significativo:. 365 días 's[ri serv.icio otra parte, a las muchachas ... Las hemos vistoJanzadas casi
doméstico. En distintas revis~as y an!lllcios publicitarios,. el am_~ . con desesperación a la búsqueda de un empleo en una fábri-
de casa era representada cómo ejecutora de las t~r.eas ·4op;iés~i- ca. ¿Por.qué ese desencuentro de dos necesidades que podrían
cas. Por otra parte, la figura de los sirviente_s era réemplazácl_~ complementarse?12
por la de los artefactos para el hogar. Numerosas pul¡>licid'.1~e~
de distintos artículos para el hogar (desde artefác!_o s..,!1-oriié~,t}~~~ Las dificultades para encontrar servicio doméstico se explicaban
a alimentos envasados) retomaron la figura del ayudante, l a !11U· como parte de un proceso de reemplazo del trabajo humano por el
cama o el sirviente, identificándola con el producto ·ofrecido. Erali de las máquinas. La presagiada desaparición del servicio doméstico
textos dirigidos al ama de casa en los que se destacába-el 'ti~mpo' era presentada como parte de una transformación inevitable, cuyo
ganado gracias a la "ayuda" de los productos pu~li~itados. Si la. motor era una "condena" al progreso tecnológico en tod~s los,ór~enes
cocina dejó su condición de Cenicienta, fue gracias· a los nuevos de la vida, incluso el del hogar y la vida cotidiana. Diagnostícos Y
"servidores" del ama de casa. · explicaciones se repiten en el tiempo que va de los años 40 a los GO.
En los 60 sin embargo un nuevo elemento había cobrado fuerza: el
Las sirvientas se van. Anotando y comentando las cifras '
trabajo fuera del hogar' del ama de casa. En el segund fr agm_ento'
la preocupación por la
°
acerca de este ·problema, se llega a la conclusión de que en . . domes
escasez de servicio · ª parece vmcu-
, t ico
ningún otro ramo como en el del servicio doméstico la má- 1a da a nuevos peligros para la armorua , r:c.-:1
WW1lar generados por su
·
quina-está desplazando el trabajo humano . .Hemos ,dicho que ausencia del hogar. - 30 la
nuestras abuelas se asombrarían de ver cómo se puede v,ívir
De acuerdo con Susana Torrado (2003), si deSd~ 1~s b~osumen-
con tan poca servidumbre. Pero también es cierto que noso- Participación de las mujeres en el mercado de trabaJo 18 ª ª
tros nos asombramos a menudo al pensar cómo se podía vivir
en aquellos tiempos sin calefacción sin heladera eléctrica,
ni
s~ aire acondicionado y sin baños calefón ... ¡Cosas cié·los
1l. "Las sirvientas . con el servicio doméstico?", El
tiem~o~!, se dirá. Cosas de los tiempos que demuestran la se van: ¿qué pasa en Buenos Aires
relatividad de todo Y cualquier punto de vista humano. Lo Hogar, 4 de abril de 1941.
que no es relativo, sino muy tangible y muy real es que ante 12
· Clciudici , enero de 1961.
El hogar •-c,..;c
88 "" ·=•cado . a tecnificada
L,!l cocin
89
te rías a partir de 1945 se inició una tend
tado en _todas lasdcvía gi.:cipi~nte- de acuerd o a la cual las s _Aires lo hacían como emple adas domésticas.is Para
. ntonces to a a muJ· en. JlO taJ·e ascen día al 21 % de las mujere s econó . 1980, este
cia -e . el merca b . d , eres orcen
do de tra aJo espue s de los tr . , 1
vo1Vl~
, a mserta rse en
_
. 1 .
rmane cer activa s hasta os cincue nta y ch,elll.
p 1total del pa1s, o que muest ra que la creciénnucamte
ente ti
. . ac vas
ta y cmco anos y a pe ell e J.eres en el merca do de trabaj o no modificó t~clip ación de
artir de los 60 y 70 se f;ac1·1·tó 1 .
1 a incorp oració....co. nd 1as :mu t 14 e ruve de ocupa-
muJeres de c ase m
ª
Por_otra partel' p edia con mayor es nivele s de educa ción
a acti :
ción en este sec or. .
. .
inistra ción los servic .
ios socia1es, 1as finanz as Vl- En los relato s .de vida con los que trabajo ' la empleada domesb , .
dades como 1a a dm ersona Je recurr ente. Evang elina Adela y L •
. 0 fragme nto' citado cob ra sentl. d o en ese.conte..+- ' 1os ca es un P d d 192 1 ·
El últun . ' lllsa, 1as tres
seguros. . d t b · nac1'das en la déca a e O, as tres viudas -de un a,i_,_, t d
las muJere s que podían enorgu llecers e e su ra aJo, (las lectora"""· s un escrib ano y un constr uctor, res~v amen . uwuus ra or
las que e1artículo interp elaba) eran aquéll as que teman este tipo-da te-, las tres amas d;
.
ocupación y de estatu s social. e casa de tiemp o compl eto )(con excepc ,
ion de los años en qu Ad
. . · · trabaj ó como maest ra , despu es e e1a
El marco en el que dicho ~xto aparec ió no_ ~~b1: ra ser menos que de casarse, tuvieron siem
• d d , ti "C
ogar una emp1ea a ornes ca. ama adentro", "cama afue pre en
precia• do. Claudia era una revist a con una pos1c1on de avanza
da" . su h f;'-_, 1 • d ,,
.. según los ingres os i:Ulllli ares y e 1as edades de los hijos, la habita-ra ,
Allí podían leerse muy tempraname1:te_ discur_sos que destac
aban ción de servic io fue una cons~a nte en todas sus viviendas,
las ventajas que ·e l trabaj o extrad omest lco podía ~~ese ntar ubicada
~p ara él siempre en el sector de la cocma y con un baño independiente
ama de casa de clase media, inclus o cuand o tamb1 en se obsei:v . Las
asen entrev istada s les encar gaban difere ntes labores, regulando
los problemas que genera ba y cuand o en nin~ m_omentc;> .esj;o's su acce-
dis- so a los ambie ntes de la vivien da. Para Evangelina y Luisa la
cursos discuti eran la división sexua l del trabaJ o . .Sin embar cocina
go, se ha era centra l; "la chica" sólo acomo daba la casa. Cocinar, en
señalado que "un ángulo más critico de la doble jorna dá émeyg cambio ,
íá de formaba parte de las labore s de la emple ada de Adela.
la correspondencia de las lector as: Con ello la editor ial no
aparec ía Las emple adas domés ticas eran tambié n una figura recurrente
ella misma colocando el tema en discus ión pero· se permi tía de
incluir- las ficcíortes ·de la época . De la Catita de Niní Marshall a
lo entre sus página s con lo que daba pié a prese ntar su Virginia
pcfaición" y Claudi a (las emple adas respec tivas de la Familia
(Cosse, 2011: 9). En todo caso, la aparic ión en la revist a de Falcón y Doctor
distint as Cándido Pérez, señoras), estos person ajes son recordados por su
voces y posiciones en relació n al trabaj o remun erado habili ju-
taba dis- ventud, su candid ez y su frescu ra. Aunqu e distintas, poseían
tintas identificaciones por parte de sus lector as. algunas
caract erístic as comun es: jóvene s e inexpe rtas, atolondradas e
Ahora bien, a pesar de la persis tencia de los discur sos qtie inocen-
anun: tes, sus figura s aparec ían como contra punto del ama de casa,
ciaban la escasez de servicio domés tico, para media dos de niñas
siglo éste frente a la esposa y madre sobre la que descansaba la armoní
se encont raba lejos de desapa recer. Todav í~ en 1947,- el- 25% a del
de }á hogar. En el micro seman al de doña Petron a en Buenas tardes,
población femen ina econó micam ente activa trabáj abah éti mu-
~l. ~er~ cho gusto, Juani ta ocupa ba un lugar simila r al de Virginia YClau_d
vicio doméstico (Torrado, 2003; Barra ncos, 2007). La creaéi i~.
ón, déJ Juanit a (quien a difere ncia de Petron a era llamada a partir del
Régimen de Trabajo y Previs ión del Perso nal qué Presta dimí-
Sérvicios
en Casas de Famil ia en 1956 da cuenta , sin embar go, de
"algunas
de las transformaciones que marca ron este períod o con Téspec
'to '~
las primer as década s del siglo. Entre ellas cabe ·desta car·un
ficación en el origen de quiene s se emple aban en él -de inmíg
a modi:
13 E
· stos datos corresp onden a los registra dos para abril de 1966 por la encuesta de
em l
-P eo y desemple o realiza da para el Gran Buenos Aire . s.
· Encuesta de Emp Ieo Y es
d . \
r_an· empleo, Buenos Aires, Institut o Nacional de Estadi stica Y Censos, 1969 La ausencia
tes ~rovenientes de Europ a a otros prove niente s de países · 'tudinal un·
--veci~o~
Y IDigrantes de zonas rurale s del país- así como de la désapá
de las ocupaciones típicam ente mascu linas en este rubro
rlción
de estudios que aborden el trab .. io doméstico remunerad0 de manerad1
'd ""
PI e establec er la magnit ud de esos cambios . La auseno_a d~ datos = -
·
bre servicio doméstico en los censos nacionales de poblaoón ~ 1960
i~~-ln•dos so-
l970 no permi·
1
-valets , . ~nómicament.e
peones, pinches, choferes, etc.- la reducc ión del núme ro de ten,observar con detenim iento las transformaciones en la pob 6
ªº
emplea· n • distritos.
dos_por hogar Y el progresivo '
reemp lazo .del emple o "sin retiro · ".por
acti
14 p
va ocupad a en este sector a lo largo de este períod0 • 0 entre los !Dlsmos
Eliz 1
el 8~stema de "cama afuera ". En 1966, se calcul aba que el.18% b · ara análisis del servicio doméstico en este pen-000 wanse los traba,iOS de
rd (20l0a) y Rebekah Pite
_a·
de las th
ª Jelin (1976) Mónica Gogna (1989) Lilia Vázquez Lo 1
muJeres que partic ipaban en el merca do de trabaj o en el Gran
Bue· (2011). ' • '
ª ¡
¡
El hogar tecn·5. . tecnificada
90 t ca.do :L,ll coc1n 8 91

. d su nombre de pila) realizaba las tareas más simples la · permite vislumbrar también la ansiedad s al
nut ivo e menor
. 2011) Lo lí ·te s que Evang
(Pite, . . s m1
, s que
a pericia 1:- . casa, senda de otra mujer en el espacio doméstic:~ ¡ue generaba
requerían un u• be • " d euo.a
Adela Y Luisa establecían para las mcum .nc1as e sus empleada~ la ~:elas entrevistas, el peligro del "robo del marido": 0:::yo~ ~ar-
e también como un modo de fortalecer su. lugar-_co:rn. te te tematizado, pero subyace en los relatos sobre 1 xp c1ta-
pueden leers 0 Jllen d t b" , 1 flexiones de Rita as empleadas
1 11
amas de casa, identificando tareas en as que . e as eran irreemplaza:. ticas marcan o am ien as re
... '",;éndolas de aquellas otras -simples y mecánicas-- dornés transformaciones
' . d e11ugar de la cocina fueron .d
bles y dis+;
-~ d li ··t '6 d 1 · <¡ue La S . e 1amanode
podía realizar alguien má~. La · e nn ac1 n e a~c~so a.los diferentes figu ra del ama de casa y su trabaJo en el hogar como sop rte d 1
espacios y tareas d~méstic3:s era un modo ~e ehm1:11ar la tensión de la
~ . •dad familiar.
D esde 1os anos- 20 es posible observar . un o ea
1e11c1 . . proceso
que hubiera dos mu3eres-alli donde se preveia una, idea que, de tod0 stetización del ambiente de la cocina en los discursos de 1 _
modos, es originaria de este tiempo (Rollins, 1985). _ de e 'bl' ~ . as re
~ . tas destinadas a un pu ico 1.ememno, paralelo a la transform .
vis d ~ . aliz . , d a
" n del discurso e pr01.esion ac1on el ama de casa (Bontemp
Yo a cada -casa que entré, a las mujeres principalmente les ClO • ( 999) bº o,
decía: "Yo vengo a auxiliarlas". Yo no me siento la cliosa, ,;,0 me 200 6). Francisco L1ernur _1. . u 1ca este proceso como parte de la
conformación de una sensibilidad de clase media dentro de la que la
siento /,a súper. Les d.aba bronca .a algunas, a otras no. "Ahí .·
cocina adquiriría el estatus de "corazón del hogar". Para mediados
llegó Tita, llegó Tita, y las cosas, los chicos, esto ... " Pero ella -
siempre tenía esa cosa así... [ ... ]No entiendo por qué, por qu(' ·
de siglo, esta estetización se apoyaba en la poética rosa de la que ha-
Si uno iba a ayudarlos. Yo no iba a sacarles nada[ .. ;] En.lb d~ ~ P; , blamos antes -en la que las referencias a los elementos fantásticos
l,a señora Mimosa, ahí cocinaba, planchaba, ahí hacia de toao: •· · y a lo~ cµentos de hadas serían recurrentes- y en una identificación
Aparte i1e que ·ella, ya te digo, venía acá porque -éua·-era' úrnY ' -"'.· -, de la cocina con el ama de casa.
señora muy de sociedad. Y bueno, ella me dejaba",todo ..-Estabá'.-t'., ,,
su marido, :estaban sus -hijos, su suegro, todos ·vivía7.1,~., eran , .. Cuatro cocinas sin complejos de inferioridad. Hace muchos
caserones granaes . .Jamás sentí yo,.n,i me cJ,io de mostrar., eUá ' años las· cocinas eran enormes ambientes de techos altos. El
que sentía r:elos de mí. Jamás,ja~ . (Entrevista aJii~~, l\1;~r,. humo de la leña esquivaba la más de las veces la campana de
del Plata, marzo de 2010) · .,_.,
la·chimenea y transformaba techos, paredes y piso en un solo
y lóbrego cl:ladro de hollín, cenizas y suciedad no menos eter-
Ri~ nació en 1940. Trabajó como el!lpleada doméstica,..4*~te: no· de las nieves andinas. Luego, cuando el gas y los combus-
veinticinco años. Comenzó a ocuparse en e~ta activi,qad a '.ñl)es ~e.los tibles líquidos trajeron la limpieza, cuando los artefactos se
hicieron funcionales y todo parecía indicar que la cocina sería
7Q, después de su.segunda separación,' y llegó.a ~~Í>(e.~rse ~pnpl}~ reivi_ndicada, las viviendas empezaron a achicarse más Y má~,
neamente en doce ·casas (algunas por hora, .otras-por _'i:nes). -E n. -~ ~t~ los edificios a transformarse en apretados panales, Y las coci-
fragmento de la entrevista, Rita reflexiona acerca. del re_sel,ltin.ii~n- nas, descrita la extraña parábola, termin~n en ~úscul~s
~ que algunas de sus empleadoras sentían frente a s,u PX:EI~t:µ,cja.Y, Y pulcros apéndices compasivamente denominados kitchene ·
vincula el hecho de que le asignasen distintos espacios y _tareas a tes[ ... ]. Hoy la arquitectura, arrepentida, está en plena luna
los c_elos que sentían, al peligro de que ella pudiera sacarles.-algo_(el
rnand~ con su trabajo. Si en una casa hacía "de todo" era porque
la duena no se sentía amenazada por ella. En el límite, opuesto, ~á
de miel con la cocina y-construye las casas alrede~or de ella.
Amplitud, comodidad y eficiencia fueron las preID1sas
mentales de la nueva cruzada, que ahora se enriquece con°
fun:
empleadora
. que lim · b a a su par competía con ella. S1.. esto
· pia
· puede factor: la decoración. 16
i:1:J>:tarse como Parte de una serie de estrátegias discursivas '.a. . d d [ ] Porque sipasó la coci-
Qmzá la cocina esconde· un uen e li•·· ·
p ir e_ las que Rita construye espacios de agencia en el marco de. . qué por
na no tiene un duende ¿me pueden exp car por
un trabaJo particul
.d (P
sent l o érez y e annente
tur1 201

. desigual, también puede leerse en r
l
to
'b . a
° .
t antas transformaciones en tap. poco empo.
ti ? De
....:..+,.
oscura,"'"'""
•a de un
" u.xili r" u , O). La aclaración de que ·e lla só o 1 ª .
Y macilenta, un buen día empez6 a t ener la fisonoIIll
~ "l diª. ª las dueñas de casa y de que por hacerlo no se sentía
m a osa ni l - . . ' ' • d al
ª
traba'o d 'é . super", permite vislumbrar el valor asigna O ·
J om stico como elemento central de la figura del ama de
lS. Claudia, enero de 1961.
El hogar tecllifi • tecnificad a
92 taao ¡,a. cocin11 93

t,orio aséptico, limpio y ... aburrido. Esta aparienc ia dllr6 ,


la_oora l lor inició su aventura trepando por las Paredes . . ~ .
. ]ll.arco d el matrim
.
onio heteros exual, monóga mo y r
., . d .
epro ucbvo.
e1 rutinar ia de la prepara c1on de la comida es te- 'd d
anos; ~uegod e co los armarios, moviéndose con los utensilios:· "' ~- T . labor b"
l'.llisterio. Ahora 1en, s1 e l umvers
.
det.emén ose en . ru a e ma-
ed b · l
más tarde, la cocina decidió r lesdrillc~nr te · al ' ,,• ..- J.,I~
o de lo fantástic o ya estaba
o~ ma ~d es natu, . : . i gia Y te en los discurs os que present aban los cambios en
arecieron los vetustos a os, reJuvenec1 os con su . '•··!j.S .
p rt· de la parábol a d e l a eemc1en . . ta, la novedad
rales Y ap resen 1a cocma
color blanco o gris, la noble roadera,. c. tá t·
con sus 1ap. . ~ ,.••·,._ t ..•.
s icas vetai a 1r . . d aquf es d
y t,onos; y hasta se destacáronAh~a~ ollas Yc~uelli .~bs de hartó, 0011 ~ '~·
0 P
abieto p asi·vo de magias aJenas, e1 ama e casa pasa a ser h que, hi
e
0 J . ec cera
su aire primitivo y artesanal. . o~ 1a coc~a_,., . ~ de hllin.o y- •"½';e,: ue acrecen tar potenci as amorosa s.
olores (por las poderosas Gámpanas de .aspmrc1on), alegr~ {poi·-."'.: .•~ capaz q
sus t,onos radiantes), 'Ordenada (por sus numeros os placares•-" . · Tampoco resulta demasia do extraño esto de ver a Venus
que ocultan desde las.provisiones hasta las copas), práctica{Rór. ~ ~- n la cocina, ya que la cocina represen ta simbólicament.e el
sus artefactos tleplll'8.dos), 4a decidido reconqui¡,tar a J:-9da ~la , · :uerpo de la mujer. El cuerpo de la mujer es mucho más miste-
familia bajo su atractivo aspecto -de ·cocina-comedor. Quizá ;es .. ,'~-~ ri~so que el del hombre. Encierra secretos: el de sus ciclos pe-
la última conquista del (probable) duende de la cocina..Oonde- ,·t' ":,. riódicos, fuerzas inimitab les tales como el de fecundarse y dar
nado a _permanec er en su recinto, desea ampliar su hon_zonfu··i.-, ~,~, vida, todo ello combina do con lo desconocido e incontrolable
escuchando conversaciones, oyendo las pregunta s de los niñÍ5s • ... , . para el hombre. El interior del cuerpo femenino transform a el
y hasta participando ~ la tarea de poner la mesa. 1ª .· · ·.. " ...,, alimento en un bebé. Cuando se posee esa potencia biológica
"'".::: ~ ~ ...~ no es extraño que se promue van las más extrañas fantasías
La cocina era personiñ-cada. Se hablaba indus~ de ·una~· .-. , alrededo r de lo que puede lograr una mujer a través de los
"sm · comp1 · d infi · ·d d" . de . · - cocina
eJos e enon a a partir la referenc ia af ái - •i · -alimento s. Por una parte, la posibilid ad de hacer bebés; por
del · anál · · 1 d scurso
pS1co .1s1s, o que respon e al nuevo peso que este saber ( otra, hacer comida, platos hermoso s resultan tes de alimentos
otros pro~men tes del ~am~? de las ciencias_s-ociales ) había•g anad~ sencillos, y finalme nte producir un enriquec imiento amoroso
~~ ts medios .de comumcac1on masivos en estos a.iíos (Coss~ -2010a). a _tr,avés de la comida que se ofrece. De esto último resulta
lC o recurso redundab a en una identific ación del
est.e am.bient.e al to .:i ,
am ,•
d , . , "': .
a , _e ca_¡m cop.
ia Cocina de Venus, o sea, la imagen de la mujer-hechicera
poseedo ra de secretos y fórmula s capaces de acrecent ar las
de una ' Pun -ue que podría hablars e de una "sustitu éión
por ·1a ,otra En algun , . - . . · potencía s amorosa s. La mujer de ninguna manera es ajena a
entre la figura -del ama. os casos,"s e .produc1 a un desliz~ e~to estas fantasía s que frecuent emente encontra mos en los hom-
del hogar, :la cocina apa!-c asa Y el _duende ~e la coci:q.a"_: Centrg bres: ella también se siente hechicer a coordinando sabores y
épicas: se hablaba de "cruz: ~ 0
!;'1° SUJeto de historia s romlµ'l,ti~a¡,~y
en un ambiente am. lio , das por _fa transfor mación 1ie la ~o~~a
consiste ncias que luego ofrecerá al marido. 17

arquitectura "arre:nti :,!11°do Y eficien~ , de ~a disciplm_ác'é?mo {ª ~~ apelació n al género fantásti co para retratar la cotidian eidad

iw·Ct
luna de miel.entre la ar el abandon o de este espacio y ae Wlª fam.ihar era. tambié n parte de un clima de época que trascend ía las
La identificación d ~ura Y la cocina. · . ·_ frontera s del espacio naciona l. Los supersónicos, Mi bella genio o
al campo semántico dee
, fu
ª co: 1?ª con
1O 1lllbco - · el ama·

d~ casa y la a.p·; lació~ Hechizada han sido pensad as como formas paródic as que expresa-
: s erte que_en un artículo de -;iagic~ q~zá .no_ haya.§id • - ·, ron cierto
· d esencan to con las
o4tlffi:Ca promes as de consum o y bienesta r del
. en Para Ti en juli d va G1bert1 publica do p()r,-ptim era ~ueño america no de la casa en los suburbi os. Jeannie Y Samant ha,
e hiperbolizaba una re~a ~, 1968· "La cocina de Venu~" ~~Íicita ba
~s recorda das protago nistas de Mi 'bella genio y Hechizada , son
sos trabajado s hasta aqw~lolnhsubyacente en muchos de los di~cur-
materno L . . · -a omol eJemplos de hechice ras que relegan sus poderes y su excepcio nalidad
infi til · ª I>Oética rosa mut
an es de los cu~ntos de ha¿
·,
ogacion de la cocina con el· útero
aquf en fantásti ca; las referenc ias
~ ·
iara ocupar un ansiado lugar como amas de casa. De acuerdo con
d Ynn Spigel (2001a) , sin embarg o, la tensión entre sus poderes Y los
8
' _
e n seducció n, a_u nque siempre en
;t los hombre s que las rodean -la fuerza, l a ciencia- nunca queda
almente resuelt a.
16. Para Ti 19
• de septi b
em re de 1966.
17. "La . d
cocma e Venus,,, Para Ti, I de julio de 1968.
Elhogar tecni"
94 ••cado . a tecnificada
1,11 coClll
95
,, también debe ser contextualizad a
"La coci·na de Venus . .
'6 crítica" de un estilo de vida concebid
en 11... ,., te diálogo es parte de uno de los episodios de La ,. . .
d
, Elina (una muJer ma ura, esposa perfecta Y m,amzlia Falc ,
""I .c,S •
· de "negac1 n . o
escenario p . 1 2002 ) Los años 60 se caracterizaron p coll.J.o d on.
. · al" ( uJO J\_~1.11 ntre adolescentes Y adultos) consuela a su hiJ·a ;ilre_ de cuatro
la vida cotidiana y en particu}· or di8•
"trad1c10n ·
.' 1..,Jos e ., . d , via. Ella ex
. tr formac10nes en ' ar de l u preocupac1on por 1a emergencia e múltiples te ta . ·
trotas. ans de los "roles" de género (Wainerman, 2005). En e ª· l~.
}ica s b'
P, d a los caro ws en a se 1 xualid d n c1ones aso-
sexu_ahdalddi~ de Giberti ha sido interpretado como un en ste c1a as . 1· d
a mencionados arn·b
. a que ponen
sentido e scurs0 ~amiha en pe igro ca a vez que su mando sale de e (Sil .
' fr te al "caos" imperante (PIotki n, 2003; Cepeda y R sayo a su 1, • fr asa via es
de orden en . d J • S Us-. ·oven esposa, mexperta, que ecuentemente discute
)_ Si los personaJes e eanrue Y amantha abnan una J . ) S b con su ma-
toyb uru, 2006 1 1 . poder un 'd es reprendida por e11o . o re el final del diálogo Elin .
. d tensión no resue ta en re a figura d e 1a muJer
t noY
las
.
tentac10nes
bd , avmcula
espacio e G"b rt· , lí -€xacer a as por la presencia del var'
e casa la Venus de 1 e 1 aparec1a como mite paraosa aquel ,, l . d s· . e1
Ye1.ama d I "d f: ·1· E o del "afuera - a as presiones e ilvia por tener más on en .
I. uso paródiun
, . ]'.llUDd . "in "
erot 1smo que podía poner .en Jaque a VI a anu 1ar. Y meJores
., co cos, as En la voz de Elina e1 sensato materialismo de los J·óven
, ero fantástico deVIene en una exacerbac1on hiperbólica d . d d ..
del gen . e como consecuencia no esea a un debilitamiento de la fr-:1, es
ama de casa, en la que la sensual"d d 1· · d ·
1 a 1nuta a al matrimonio e1 tien d . = a.
y la Como hemos observa o antes, sm embargo, el modelo de domes-
sexualidad reproductiva actuaba como barrera frente a los peligros ticidad puesto en jaque ~or el "sueño de vi~ mejor" de Silvia -y de
de la llamada "revolución sexual".
Ahora bien, éstos no eran los únicos desafios que la "década rebelde" 1 generación a la que se mterpelaba a partir de su personaj~ se ha-
~a sustentado en una incita_c ión al consumo. Puntualmente, con re-
supuso para el modelo de mujer doméstica que observábamos .en las lación a la cocina, la moderrudad y el confort eran consecuencia de la
décadas anteriores. Las expectativas de las nuevas generaciones, y en incorporación de nuevos bienes y servicios. Una cocina moderna era,
especial de las mujeres, de elevar su nivel de consumo también apare- ante todo, una cocina bien equipada: amplios espacios para guar-
cían como fuentes potenciales de erosión de la felicidad familiar de la dar alimentos, novedosos artefactos, modernos muebles funcionales
que antes habían sido un pilar fundamental (Nari y Feijóo, 1996). confeccionados con materiales de radiantes colores y fácil limpieza...
Pero si éstos eran los elementos que habían hecho de Cenicienta la
Silvia: -{ ... ] nos siguen educando como hace cuarenta reina del hogar, en una lógica en la que el aumento del confort refor-
años. Las ilusiones son las mismas. Una casa, una ventana,
zaba las fronteras del mundo doméstico, también fueron causantes
flores, hijos, tranquilidad y amor. Los padres normales tratan
de que esas fronteras se relajaran. En distintas ocasiones se ha ar-
de que sus hijos no lean novelistas crudos [ ... ], claman por un
cine sin pornografia, luchan contra el libertinaje, pero pensá güido que la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo -en
un moment.o, mamá. Una mujer joven como yo descubre de re- especial las de sectores medios- se explica por la necesidad de sos-
pente que frente a ella sólo tiene novelas indecentes, películas tener mayores estándares de consumo. 19 ¿De qué modos se articula-
pornográficas, teatro de insultos, con matrimonios fracasados, ron domesticidad y consumo? ¿Qué diferencias pueden rastre8:1"se en
destruidos ... Un mundo que se le escapa de las manos. Un las formas en que varones y mujeres de distintos sect.ore_s sociale_s Y
mundo en el que su marido se hunde todos los días al dejar la generaciones establecieron esa relación? ¿Qué expectativas teman
casa[ ... ]. ¿Pero por qué vivir así? Lo que tenemos es poco pero aquellas mujeres que hicieron de la cocma .
moderna un " sueno -"?
·
nos alcanza.
Elina: -Entendés ahora, frente al problema. De chica so-
ñabas con comodidades mayores. La posibilidad de un auto Y
otras cosas y lo contagiaste a él. 3.~e ensueño a encierro 1
Silvia: -Pero... ¿no es humano soñar con vivir mejor?18 . tes de la casa el
Entrevistadora: -¿Cuál fue de los am b1en . «
, . . , . h b t ·nado2
que mas satzsfaccwn le dw a er ermi · Decir: Bueno,
pude terminar... "
l8. La .familia Falcó E 8 diff ·1
tr . n. c1 establecer la fecha precisa en que e¡ epis
· odio fue
ans1D1(ltido por. televisión originalmente. Por datos vinculados al desarrollo de 1a
sene a presencia de¡ h .. d s ·¡ . , nto entre
1966 y 1969 últim _ª IJa e__1 via), puede decirse que es de algun mome 19 . . . os (Lobato, 1997, 2007).
' 0
ano de e1D1s1ón de la tira. · Esta hipótesis ha sido sostenida para d1stmtos context
96

• • A 1.
El h,.., . ""-ili

bueno el sueño mío era la coci»,.. r,,l


l:&.llo
T .. ,.,.,. .
¡,e. cocine.
97
M, ria Cnst ina: -=•• '
- ª ío era la coci•na, cosa que es el lugar que menos uso '..... n. -...
[..: )lle elida ' a que para este tiem po en Estados Uru·d " ,
sueno m .
ndo yo me casé tenía en ese rinco ••~ ·. •j~
buena ducc ión de todo un mun do de satisfacción, dive os e1 enfasi
sai:1- Claro_pero cuauna mesadita así, era de ladr ncito tenía r. la pro
en . dent ro de la 1anu ~ .1. [ rtun to . s
aca la_ c<X:ina, ~~o s puertitas y ahí terminab
illos, y tenía -. - ';:., ¡ ia nuc1ear no tenía ] preceden en e m-
t1va
ven 25) Por otra part e, 1a ima · tes" (C
una piletita asi, a toda mi coci,: ,· ~ d 1b'
na Tenía spuedo rtitas nada más. El .
rinco .
ncito asi,, porq.ue·~n
-. oo·
2O. · .ond eran te en 1a promocio
gen e
. , d iene star doméstico ocupo, un
oontz,
. d . , ..,., _ n el american way of lif◄ tanto
.
este nncon , estab a. y • ·
yo no tenía lugar para na a, viste, fiará - -- sitio prepa como en Am éric a Lati na (Mo
. _
colmo, yo fu i. una novia de siete anos. , a pesa
- ~ _ •, -,;-..:. EuroP reno, 2003; De Graziae )
r u.e que me casé •" '-·"'-'t en allá de que lueg o se e xten diera , 2005 .
a los veinte, porque noso ~s nos p~i~ os .a,e . · • "ás . . b o no su uso, los objet os prod ._
, novios ~uando l e~ ... i,~ se cont exto se msp rra an en una unag . uci
niamos catorce ano - s, y srempre -trabaJé, entonces yo hacfa¡ -
. dos ~fin e da vinc ulad a así a la mod erni en de la cotid ianei dad
. q· ué
hac ' mitad de mi"suildoyo me comp
raba, antes pensa_bas así~· --. teclll ca ' dad y el progreso.
dis:::to, ahora ... no, ni~ ª· Mitad .del sueld 1 Arg enti na, d es d e 194 3 se rmci · · ·o,
una tendencia a la reduc-
En
para casarme, ,la otra mitad, compraba _cpsa
o compraba~cqs~ : ~,,_,,,.,.:, . d 1a eso de los gast os b asic , .
os
(alim t . ,
s par~ mi,/ ~R~ .,.p...,:. en acion, vivienda y combus-
me empilchaba, y me quedaba ... (Entrevista c~ón )e p el cons umo de los obre ros
a Mar ia ~ ~ st¾~,!-" ._, , t1bles en indu stria les de Buenos Aires, y
Mar del Plata, marzo de 2009) nto del cons umo "exced ente" (de bºiene d
.- ~:_,. ' al aume s urables, menaje, y
.,. .!!.- ' 'cios de salu d y e d ucac ion · , ). D
e acue rdo con Mano · Rapo
La cocina "soñada": vuelve a apar ecer la de sel'Vl d port
refe renc ia_a1 ~ ~d~ 'di ' 003 ) "la posi bilid ad de acce er a este tipo · d
e consumo -particu-
1armen'te de los bien es gen erad os por
la fantasía . Una cocina amp lia, con espa (Z
cosas construida con los mat eria les más
cios gran des ~ pm:a· ID¾iwi# . , _ se logr ó, sobr e todo , a part ir .
esta nuev a fase de industriali-
.
mod erno s .~ ii' §(ros· ~ci':" zac1on de 1964, por una expansión en
men ~s de la entr evis ta Mar ia Cris tina • gres d . ·
de la fórmica imitación mad era que eligi
se deti ene epJa
a:°'étliíp~iQ; • 1 o real de asal aria os activ os y pasivos tamb· ,
::: may or inco rpor ació n a la fuer za
y ien me di
ante
ó para SUS- W,~ébles"~2 ' · de trab ajo de los miembros del
que era lo últim o que habí a salido, lo grupo fam iliar " (579 ).
que más le gus t; ba_yJQ~'iis· . , .
fácil de limp iar-. Una cocina orga niza Los nuev os bien es se volv iero n ento
da, co'.9 la hela dera inchµd~_ nces mas accesibles. Por po-
en el diseño general del mue ble y el lava ner un ejem plo, en sept iem bre de
dero sepa rado de mgno..dt 1964 la ':ºt a mens~al de ~a
no utilizar la mism a pile ta para laya r heladera eléc trica Aur ora era de 1.46
los alim ento s y_ I;i ~o~a:. Up._ a 7 pesos. Para el 1D1smo peno-
cocina "bien" equipada: la refe renc ia a do, el sala rio nom inal med io de un
los año s de 11~yi~zgó ~_n)os' elec trici sta que trabajara como
que, gracias a su empleo, pud o adq µinr obrero oficial en la indu stria en la Cap
lo!> obje tos neé esan os·.P~_ra' ital Federal era de 78,50 pe-
el funcionamiento de su hog ar deno ta la sos por hora de trab ajo.21 Es deci r que,
iµip ort~ cja á.e _la·pi-~s ~~c~~ trab ajan do cuarenta horas
de ciertos bienes. semanales deb ía dest inar men sual men
: · - ·' ·· ' te poco más del 1~% de su
El confort aparece como crite rio cent ral salario a 1~ adq uisi ción de una hela dera
para eva hiai : el l1'.o.'gi,iy,.'. de producción n~cional. En
en part icula r, la cocina. El medio para este sent ido . se trat aba de un bien . re1 ti'
aica n~a~ lo er~ un ·co~s ~g; a vamente accesible ' ,sobre .
qu~, paradójicamente, supo ndrí a un "aho
rro" post erio r. (de_tie!l}~ºi todo si. se con ' .
side ra que , por ento nces , como se verá en el proxuno
fatiga ! energía). ¿Consumo de qué? aliz
m~ ~ar an las tare as de la casa -que
¼te todo , d~ ~,:t_ef~~i:B ~. qu~~:
, como se verá en el capitulo
capítulo, bue na part e de las ven tas de
en cuotas, por med io de créd itos pers
bien es durables s~re t:
onal es. Por otro,lado, sde lr9a60.
b

pro ~o, se pres enta ban más como bien ba de un arte fact
es _de conf ort que <;o.roo ~~­ o cons ider ado "nec esanºo"E lad eca ae
rran uent as de t~ab aj~. Si en los años su pres enci. a en la may oria , de los h · n .d textos de,
20 a asUID l a en
1
~~ en las revistas femeninas, para los 50prác ticam~r~.t~~Jl?, ~r.1 ~
todo arte fact o que per-
ogar es er
nuti er~ mecanizar una tare a era objeto
de pon dera ción , pres enta do
como ~mtoma de un progreso <,lel que hab
gado, mde pen~ ente men te de su utili dad. ía que evit ar que dar reza- º·
2 Los datos
fuero n extra ídos de una publicidad publi el diario La Capital
. . d M cada en
ª
La referencia los adelantos producidos e e.r del Plata . Ni aquí ni en otras fuent • "l 5 (de otras publicaciones como
cons en Esta dos Unid os fu.e Para Ti) se espec ificab a el mont o total o la es sJIIJl are ueridas pe.ra el pago
. tante. a lo.largo del t·iempo en distin
. . . · a 16-
cantidad de cuotas req
gica que identificaba lo "americano" y lo tas pubh cac1 ones , en un final de la helad era en cuest ión.
21 B . al de Estadística
"moderno". Estó•.respon~!'.),.~n ·. oletin de Esta dísti ca J.ulio- septi embr In
y Ciinsós. . e de 1954 , stituto Naaon
,
98 El hogar leclliti
C&.do ·na tecnificada
••
r,a coc1
distinto tipo, desde sugere ncias de deco_ración y advert encias
99
"dentes domésticos, a recetas de cocma y recom endac· contra
acci . de sectore s medios como de trabaja dore .
ahorro de energía . Para entonc es, o t ros ob"~etos ganan iones Sobre 11as . 1
1 un espacio en e1 que se podía pennans. a cocm .
b"
a 1en equipa-
:e lo moderno y el barniz del lujo (quizá el televis or sea anl el lustre da eS ecer mclu
e ocio, y en el que no s~1o se espera ba que penn _so en tiempos
tacado). e lnásd d La figura de la cocma comedo r que da
es. casa, . d aneciera el ama de
Nuevos artefac tos, nuevos combu stibles , nuevo s m te . a integra ción e este espacio . ' cuenta de 1 b ,
l al resto del h a usqueda
de
generaªl . flale s: el
lástico, la fórmica, los maten"ales sm · tét·1cos en .
tralida d en este tiempo . E1 consumo pennit'ogar tamb· ,
P ·
tética de este ambien.
te s
h d
ufrió
1
ron colores antes msospe c -a os en a cocma
. ul
· . L a consid' llltrodu
· un rmp so no -meno r en erac10:n to
·
. , Je.
es.
cenina de "local habitab le" a "corazó n del hogar"
coc Estos elemen tos tambié n pueden pensars e co
~;t
, ' 1en ganó
ascenso de la
re~,_ 20l0b).
Como nunca antes, se publici taban muebl es para cocine s s años. . 1 . 1 . . nre 1ac1onalae
genc1a de un enguaJ e p~p para os mtenor es domésticos . mer-
c.• il li
dos por ser alegres, co1on"dos, d e tac · a, resiste nte
.· mp1ez a, Pal0 nder a imagen más relaJad a, fresca y joven Para 'Vlllcula
a. a un . dos
baratos. El zapato de cristal devino vestido de plástic o. . b
te lengua Je ha sido o servad o en revista s femerun. e1caso argent·
s Uso Y eS · mo,
. .d d as como Claudia
que' a pesar de1 su mas1vi a , constru ía un público de to
~~ cocina, después de vivir ~ur~te años la historia de la di
vinculado a as vangu ar as cultura les. El estilo pogus selecto
Y ' t· ,
Cenicienta, pasó a tener la apanenc1a aséptic a, limpia b interiores d ornes d I
1cos e a mano de una nueva relevanc P 11ego a los
m'da de ~ l ~boratorio P ero s1· se_ piensa
· d di
· en la cantida d Y-dea ho-
u- ño indust n"al en 1a Argent·ma. s·1 }os años 50 son ubicadolas e1 se-
ras que dianamente pasa la muJer en su recinto prep - d . tal . , d como 1os
comienzos d e 1a ms ac1on e esta disciplina en el país dich
l ~ -comi'das, ~'gil ~d.º su cocc1?n.
y, por último, limpian aran o te _
do la dencia ~e acentu ó en los 60. El énfasis en los aspectos co~unic:tiv~s
vaJilla y demas rec1p1entes, es mduda ble que su necesid d d
tt b"
encon arse con un am 1ente ordenado, funcional y a a 'd e_ · de los produc tos por sobre los funcionales, técnicos y productivos
ble .está plenamen~ justificada. En los últimos años _re:n:s la incorpo ración ~e _nuevos materi ales -plástic os y tecnopolímeros-'.
obse1:7ado las ·s u~vas metamorfosis ·por las que ha pasado . así como el surgim iento de un nuevo modo de entender la relación
la cocina para !b nndam os ejemplos ·estéticos, coloridos,.y per- produc to-usua rio, marca n transfo rmacio nes sustanciales en el modo
sonales. ~ dentt? d~ ~ste panorama, ¿cuál ha-;sido el áp-orte de ~ de presen tar los produc tos a un público cada vez más amplio pero
los i_nateriales smtéticos? La cocina y los plástic9s. La-cocina también cada vez más diversi ficado, en el que los jóvenes cobrarían
e~ smduda lahabit ación de la casa asaltad a con_m:ayo~ entu- un lugar centra l (Sama r, 2004). El contras te entre los consumos pro-
S1asmo :po. r 1os puu;L1co
- 1.c•..: s. Alegremente
se· treparo n por· sus-pa- puestos para varone s y mujere s seguía siendo notable. En la domes-
~edes baJo la forma de revestimientos líquido s[ ... ), o flexibles ticidad pop femeni na (Ribeir o, 2009), la formación de una familia
impermeables[ ... ); se estiraron en el suelo bajo la forma de' seguía ocupan do un sitio central , ya como parte del tiempo presen-
baldosas de caucho sintético. 22 tei ya como horizo nte futuro. En cambio, simultáneamente aparecía
una domest icidad mascu lina cómoda y descontracturada pero no fa.
Fuera que se trata d
se e manteles o cortma . s coéma
. s·a ,g as ·
hela-· miliar, que será trabaja da en el capítulo 4.
deras o licuadora d , '
. _ s, mesa as de marmo l o muebl es de fónnica . ' Ahora bien, en el nivel del relato de los usos cotidianos del espa-
cma sonada era una c . , la co-
. .
cocin . ocma que mc1tab a a compr ar. El deveni r de. 1a cio doméstico se registr an elemen tos que dan cuenta de un desdo-
este a enb.epicent
te ro del consum o pue d e observ arse en la ub1cact
. -•ó
a part~ t~ nen
iel televisor, la vedette de esas década s, en especial
blamiento del modelo que identifi ca las novedades en la c~c~a Yen
el consumo con la reedici ón de la imagen de la mujer domeStíca. En

era el livin ºr·


96
espacio d:l h ' c~8:°do comenzó a popula rizarse su presen cia e~
1 el lugar
más habitu al para el primer televisor
en la cocin g ~ vmg-comedor, en mucho s casos tambié n fue ubicado
el
10 narrado
por las entrevi stadas, la permanencia en 1ª cocina
elevamiento de los estánd ares de consumo centrado en eSte ambien-
te no van siempr e de la mano. Entre las más jóvenes son mucalliha~
· ! el

ª· omo se verá en el capítul o 5, esto se repite tanto fami· las q . .


al t'
ue recuer dan la presen cia casi perman ente de sus madres dultas
,
lempo que la propia perman encia . acio como a
es d en ese esp ellas
escr1pta como mucho menos frecuen-te. s·m embargo
. , son
refi
22. Para Ti 21 de .
las q . . .
ho ue pnvile giaron este espacio . 1 to o en las ormas del
' noviembre de 1966. e~ e gas ; Cristina con el que
gar. En el fragme nto de la entrevi sta a Mana
1oo El hogar t .
ecn.1fiClldo . a. tecnificada
1,11 coc1n
artad o por ejemp lo, pued e obse rvars e
comenzaba e steb~p te desta cado en las refor mas 101
cocina es el am ien del hoga rque, si la: xnadre, Beat riz, llegó a la ciuda d de Mar d p
., d d ella decla ra pasa r meno s t·1emp o.
bien el lugar on e
, es
""-lll., .
t.,_ . Su us dos hijos en 1953. El marid o de Beat ~1
· · d · 8 lata consu ma-
Marí a Crist ina contrajo matn moru o Y se mu 6 rido { ue trans porta ba mate rial; ella borda ba Y:s~n
a la que h ..., ía un camión
. de sus suegros -que ya enton ces habí an fallec ·d abta con e qar a Mar del Plata , comp raron una pequ •
1
s1do6 aEcasase momento ella y su mari do decid ieron j\l Ueg - . .
ª "para afuera".
196 hace r-"~ ~ ,ei:r, d'fica ndo en los anos sigui ena casa que fu
ne ' entes hasta dejarl
de reformas en la vivi~nda. Las más 11:11-Pºrtante s
. -ia-ser¡ 1 a á . eron
JllO t do actua l en 1958. Ante la pregu
fu~ro:°- la·const e su es a nta por el prb~ticamente en
. d taller mecánico para su mand o, y la ampl iació
c16n e1 n y r l . l'llc. tisfac ción 1e b nn
. d
ara su construcción, Beatrizam iente que ma
li
zación de la cocina (¿el ~ler de e lla.?), Junto
. , e ~ali yor sa di h b .-
a la c~nst rucci ón de . distinto al que pud elra ª. erse pre:71.-sto escuchandoe ge un espacio
- lavadero En abier to contr aste con las pract icas
de . f lln .. Beatr iz sale e a cocm a para 1r al comedor día el relato de su
. (
en el relato de Man,a ens • t·
peqliduen,~'"ancia y ;artic ularm h1Jª· .
ente de su madr e, que siem p·r su atni- no espacio que
a e .uu, ma es 11amad o "sala de costur
en la cocina ella señal a que la f:ami"lia que 1orm
'" e estaba a").
, ó como adult
· a collle
siempre en el comedor. · Entrevistadora: -¿Y cuál es el espacio de la casa qu
disfrutó haber podido hacer? ,
e mas
Entrevistadora: -¡ftst aba mucho tiempo en la cocina ust Beatriz: -É~te [refiriéndose_al comedor diario]. Éste, por-
d
la usaba para estar? . e ' que acá traba1aba yo. (EntreVISta a Beatriz, Mar del
,. ,. · . Plata,
María Cristina: -No. Yo no ~staba much o en la ?Óáña agosto de 2008)
,~º
Usamos el comedor nosotros. Siempre usam()s el C07!1-e
dor. Ai- 0 • ,
morzamos y cenarnos en el comedor. Es más. Desayunam La ident ificac ión de las muje res de la generación
os ~it precedente con
el comedor. Cada uno se trae su bandejita y desay unam la .cocina es recur rente entre las entre vista das más
el comedor. os ·en jóvenes. Por lo
- : :~-,-:,. general, es conn otada nega tivam ente e implica un
E.: -¿Y en su casa de chica o en la casa de su marid ó? contraste con el
· , , modo en que se cons truye la ident idad propia. Entre
M.: -No, mi vieja no. Mi vieja no usaba el comed las mayores,
or. Mi , que ·efect ivam ente pasa ban much o tiempo en la
vieja te sabe usar el comedor... [ ... ] Pero •asf; que yo no.ve cocina, el espacio
ngo ·'ir .•• privilegiado, en camb io, es el comedor: signo de distin
de usar.el comedor. Mi mamá siemp re.comió en la·coc ción para mu-
ina•y_.vqs •. : _ . chas (no todos podía n tener un comedor), espacio
vas ahora cerca delme diodi a y está en la-cocing comie de trabajo para
n:clo:,X r- _. ,- otras (para un traba jo que, a difere ncia del doméstico,
le digo: "Mami, ponete en la de costura por. lo men9s.-. daba dinero ).
. ¡PoTJ,~te···..::; En contr aste con lo que apare ce en el relato de su
ahí, ,tenés la tele cerca!". Viste, no, la ves sola comiendo hija, Beatriz vuel-
med io . ·_ > ' ve repet idas veces sobre una imag en de sí misma
a lo-oscuro en la cocina. (Entrevista a Marí a Crist ina·
Plata, agosto de 2008)
Mai del ,,·.'e;'>·
imagen que inspi ra la elecc ión de su "ambiente predil
como trabajadora,
' · "' .:i! ecto". Sin em-
bargo, entre las más jóven es, para quien es la image
n de las ~dre s
En el discurso de Marí a Crist ina -eom o: enéi de de antes fijada s en la cocin a conn ota una figura de
ot'ras étltréyis= mujer dedicada
tadas de su gener ación - su madr e estab a en la cocí.Í a la casa, movi da por un ideal de sacrificio, la cocina
ia· ellá. .én éain- , sin embargo,
bio, "~sfrutaba:" de tod~ la casa. El yo de este discu puede ser un motiv o de orgul lo.
:r~o s'é i:imp~ne:
ª partir de un contr aste con la figur a de su mád re y''de fas'cmojet e·~
Carin a nació en 1959 y fue la más pequeña de
sus hermanos.
Su padre era come rcian . te de .
:re s, _la _"dueña d~! afuer a~ en opos ición a la vinos; su madre, un ama de casa ta de
. ª Cnsti na trabaJo desde Joven en disti ntos empl "due ~a ~t é:~~!} tiempo comp leto. Su infan cia trans curri ó en una
casa ~y~ P1an '
eos qlfe sólp_ como vimo s, resul taba típica en aquel entonces: dos
deJó después del nacim iento de sus hijas y aun habi~ciondes, unta
sí mism a como de • r
enton ces hahla"d e -
bano, .
come dor garaj e y cocin a. Las dimen . sdela cocm a ees
sione
una muJe que siem pre 'enco ntrab'a· t'temp
' '· , ·p'dra' . . , . b' te
pase_a r Y _disfrutar. Sin emba rgo en el marc o del o VlVJ.enda son práct icam ente iguales a las de cualqwer otro am ien d l
recue i dó _de las de 1
mod1ficac1ones h h a casa, en parti cular a las del comedor: 3,05 por3' 70metros e ª
ta . ec as ,a I diseno- ongm
' . .
al de la casa, ante Ia .,r ,.: egun· c · d cuer-
C ~~~ el ambi ente cuya refor ma le brind ó más , ocina contr a 3 05 por 4 metro s del come dor. y ' en efecto, e a
satisf acció n, Man a d0 , . 'd ..__ ;1;ar
ns ma vuelve a la cocina. col recue rdo de Carin a, la cocma era el lu gar de la Vl a uwllll
cuando ella era una niña.
El hog
102 ar tecllifi .na tecnificada
cado ¡.,a coc1
103
;da nuestra ero ahí [en la cocina] [ ] r..,
y es que la V• , . · · · i~oy e
. t - -'~ una casa y tenes una cocina para cocinar n, ayudaba a vestirlos y esas cosas [... ]Como Juan t .
dia vos er= l • . "b • . Y Un, el fondo, me ayudaba mucho. enia el taller
. harlar mirar te evisi6 n, reci ir amigos Allá
living para c ' . ·· · n.o en E.: -¿Sí? ¿Con la limpieza también?
. , lguien tomábamos mate en la cocina, charlÍíb ·.
Si venia a . p , . arn. 08
·na todo en la cocina. .. ara mi, yo siempre le d _ M.C.: -No, con la limpieza habíamos ocupad0 .
en la coci , . d ,,
. . . . ª Tendrtamos que tirar esta pare . . . ; claro p
ecia
. ·
(EntreV1sta a
M , C · t· M .
ana ns ma,
ª una chica
ar del Plata, agosto de 2008).
a mi vie¡a. . . . ·s·· . ... ! , orque
lp epe tener un lwmg. 1 i no se usaua. Ay, no, ponqu .
eraa
. . no t ·z- .d _
nero realmente -e ra as , si a vi a nuestra e-..
emi
En esa época. se cerraban los negocios al mediodza,- .
vie¡a, • •' _ , a ah( asi que
adentro[ .. . ] Vos si estás todo el d{a e~ tu c~a, sí, podés ser un salíamos de raJ: para ca sa a prep~rar la comida, y a las tres
ama
de casa espectacular. En cambio, yo siempre a las _ .
_. d corr¡. de la tarde habia que vo1ver a abnr, con las dos chicas baña-
das a las apuradas .. . Desde ya, si me as a elegir entre la das, cambiadas, a la noche había que volver, otra vez bañar-
, . S' d , . d casa
las, porque te imagi~s en un negocio ... , prepararlas para el
y trabajar, traba¡o. i, creo que me a mas in ependencia, me
actualizo más, no me gusta encerrarme. (Entrevista a Carina jardín o para el col~gw, lo que sea, lavar la ropa, plancharla,
Mar del Plata, enero de 2007) ' cosa que nunca mas plancho ropa ... No ... Desde que me di-
vorcié no toqué más la pl~ncha. ~e divorcié con la plancha y
todo [risas][ ... ] [Fue] temble. Te¡uro que si vuelvo a nacer ni
Para Carina, la cocina ya no es el sueño ansiado. Es, en ca bº
. ' del encierro:
la representacron . en su re1a t o, e 1 encierro
· · , m .1º'
en la
me caso, ni tengo hijos . .. (Entrevista a Carina, Mar del Plata
. 'd dl . -cocina agosto de 2008) '
funciona como smec oque e encierro en 1a casa y -en una vida
quizá no fuera dese~d~. Como contraste, e~la destaca su· acthr,¡J: María Cristina se casó en 1966; Carina, en 1983. Las diferencias
permanente. Las múltiples tareas que reahza de modo simtrltá:ft . , en el modo en que hablan del trabajo doméstico marcan un cambio
aparecen como límite a los estándares del -ama de casa:"espéétac: de época. En primer lugar, y a pesar de las profundas diferencias re-
lar" que fue su madre pero, a su vez, aparecen como el •opuesto1dél.; gionales y "de clase respecto de las que los promedios nacionales son
enci~rro ~el_que ella prefiere _escapar. Las miradas de
Cáfina'-y~dé; tan problemáticos, para los años 80 la tasa de actividad de las muje-
María Cristina sobre e1 traba.Jo doméstico tienen puntos ei:C-c.sfu.íñÍ: res se había incrementado notablemente, incluso respecto de las dé-
coinciden en marcar el exceso de meticulosidad de sus madres frénte• cadas precedentes, impulsada por el deterioro salarial y el creciente
a la propia practicidad. Sin embargo, también•tienen difére~<Üás';d~~ desempleo masculino "que impulsó a las cónyuges a incorporarse a
pes_o que permiten explicar los distintos lugares que asigna1P ittlf la actividad aunque sea en calidad de desocupadas" (Torrado, 2003:
cocma ~n su discurso. Mientras María Cristina enfátiza-1a·LétimpljiE•·- 215). Si en el tiempo en que María Cristina contrajo matrimonio -y
~entarie~ad de sus labores respecto del trabajo dé su esposo "(el'lá~ló' a pesar de que ya por entonces esta proporción iba en descenso- bue-
ayudaba con la administración del taller, él la "ayudaba" cohkl~s' na parte de las mujeres casadas no volvían a insertarse en el mer~~-
23
tareas ~e la -casa), Carina cuestiona la división sexual del ,ti'álrajÓ' do de trabajo, para la época en la que Carina se casó esa proporcion
sti
domé co Y~ritica la doble jornada laboral que todavíá' cumplé',p·eh~ era ya mucho menor. . . ) los
que era Particularmente d

Entrevistadora· ·Y lo h .
. · -(,
d hi'

. .
.
pesa a cuan o sus Jas eran pequenas~ · ,
__..,

b ,-.
s c 1.eos implicaron mucho tra aJo,. -
.r~ . -.
Por otra parte como ha señalado Catalma Wamerman (2005 '. .
años 80 y el reto~o de la democracia fueron un escen~o
para la visibilización de distintos cambios en las concepcione dé-
P::;~~
en el sentido de . i h b' iniciado en 1as
1, , C . _cosas paro hacer, llevarlos, ir a buscarlos ... • ,.,
,riana 118tina · ' T - h. . .
·
-;1,
uuua Y en las relaciones de género que se ª
ian , . habían sido
Dios no [ · -e,,..,us c 1.Cos, ml-8 hijas? No, no, gracuµ; a cadas anteriores. La reproducción y el trabajo dome st~co . ~ ..,.;_
... ]yo tuve la suerte de que Juan me ayudó mucho. Me
t . . t garu.zac1ones 1e.u.u
em.as centrales de las discusiones de distin as or d Estudios
ni t
s as desde mediados de los años 70. Den
de l a MUJer
• por eiemplo se considera
.
°
tr d 1 Centro e
e b • doméstico
b a que "[el tra aJo =;almen-
23. En este sentido lsabella . ., rieris;' e l ' ~ ' d 1 mujeres, esp.,.,.
ra a cuestión clave que afectaba a to as as primeros 90,
mo basado en la d '. Cosse (2010a) ha sostenido que·el·ideal del compa ., 1
Id" es1gua}dad d8 én e asenw ie ª l~s _mujeres pobres" (Fisher, 2000: 3~4).d~~ :b:;0 doméstico Y
e ISCUrso que las revistas ~ g . ero fue uno de los pilares sobre los qu~ ªcultades
Para COnciJiar el ·d al emeninas ofrecieron como respuesta a las •Q1fi as reivindicaciones del carácter productivo
l e con la realidad familiar. .
El hogartec .
104 nifl~db~, ·na tecnificada
¡,a coc1 105

te ecesidad de salarios, sistema de salud . . en la incorporaci ón de rec~tas para la "nueva ol " . .


d~- la consecluenma: de casa, y otras consignas esgriJ:nidas Yd·~u.bilá, rec~:n casadas que deseaban dedicar el menor tiem o a '. Jovencitas
c10n para as a 1 R , bl' A- • e'sde el
. . d Amas de Casa de a epu ica fi.[gentina (SACRA.) r~cl en las recetas de doña :i'etrona. Aun cuando e! l:sº::bl~ ª la co-
nud ªS que
Smtlica:~~ dan cuenta de la nueva visibilidad adquirida p -<:rea. cJJlª• a realizaba en sus micros televisivos habi+·nnl-
. •=ente utiliz b
do_en/
24
'tomo al trabajo doméstico. Más allá del rtnpor otras petron
. ntos envasados (cuyos fabncantes eran los auspiciantes
b
. . ª del
a
nura ~ds en el incremento del consumo de alimentos seÍnipracto.d e alune te se trata a de preparacione s
fu d epara · rna)· normalmen que requerían
estas 1 eas, progra ' . .
dos, la mayor frecuencia del almu~rzo _era el _~ogar, los cambio8- Jllucha pericia y tiempo: por eJemplo, para hacer panchos, utilizaba
tas de limpieza y en la crianza de los hiJos son indica dores- chas enlatadas pero amasaba el pan. La cocina de la nueva o1a
en 1aspaU d d 1 t·di salcbi , .
de transformac~ ones en el _mun o ~O~;o) l ano que comenzaron a in duda mas s1mp1e , aunque
.d
se preparaba entrada, plato Pnnci- . .
era S en 1os años 60, cuando Carina
. En este sentl o,
cuajar en este tiempo (Wamerma n, pal y P ostre. ., . era una
. ~ los parámetros con re1acion a 1a cocma todavía eran otros, dis_
Jl]Jla, , h b'tual
Elina: -Ay, ay, ay... Antes que no había teléfono para pe- . tos de los que senan a 1. es cuando ella llegara a la adulteZ..
t ID dí
dir una pizza, las mujeres criaban cinco hijos y cocinaban cada una pizza po a ser visto como "cocinar" 0 al
a ra los 80, preparar '
tuco que era un poema. Ahora hay uno y gracias, y pizza. ¡Piza P enos, resolver una cormºda.
25
za! (La familia Falcón) ro Como se verá en el capítulo siguiente, uno de los elementos cen-
trales para explicar las transforma ciones en el trabajo doméstico es
Si yo .comparo lo que se comía en mi casa, lo que comemos
el cambio en los parámetro s a partir de los que se lo evalúa. Esto
hoy... [...] Por ejemplo en mi casa hamburgues as no se hacían.
también es válido para los artefactos, que no implican en sí mismos
Salchichas, tampoco. Las pastas se elaboraban eTJ, la casa... i' .
Eh... Qué sé yo. Pizza, por ejemplo para mi papá pizza no era .:~·,,,. unos usos determinad os, más allá de que su diseño sí suponga cier-
0 5
comida. Decirle: "Te voy a hacer una pizza", erg, como decirle ·· ~~ . tas limitacione s. El consumo de los artefactos concebidos para las
nada. (Entrevista a Carina, Mar del Plata, agosto de 2008) •··!~.,,,.: ...;/· ., . .
cocinas modernas, central en la poética rosa presentada en el apar-
.
, r' - ~ -
tado anterior, es resignificad o en el relato de Carina: de "eléctricos
Este tipo de cambios en las pautas de consumo es rastreable dés- servidores" pasan a ser "elementos dispensables ".
de los años 60. Las imágenes televisivas más populares d~ aq ti.eY La cocina de Carina nunca fue muy amplia (como la de su ma-
1 ...""°'?:it:-
dre), pero a diferencia de lo que observábam os con María Cristina
• ' ~· • _,. r

tiempO .resultan ilustrativas . El fragmento del texto del e
p' rsoña:je
de Elina en La familia Falcón revela una tensión generáciona l en que hizo de la reforma de este ambiente "su sueño", Carina dejó
los parámetros a partir de los que se evaluaba el trabajo doméstjco. de usar las cosas que le resultaban poco prácticas. Los modernos
Elina critica aqw a su hija porque repetidame ~te elude ~a c¿;;i.I!:á artefactos domésticos con los que la equipó al casarse pronto fueron
apelando al teléfono y a la comida hecha. El mü¡mo conflicto ~p'a- abandonado s, "quedaron ahf'. Si hay un electrodoméstico que Cari-
na destaca de los otros es el lavarropas automático. A diferencia de
otros artefactos, éste supuso una disminución del tiempo e~p~ea-
do en las tareas domésticas aunque, como veremos en el p~momo
~- E~óSACdRAlfue un desprendimiento del Centro de Estudios de la Mujer. Si la orga· capítulo, no implicó un reemplazo del trabajo humano asociado ~
mzaci n e a que se de sprendió era de raigambre feminista y a pesar de compiu . -...i~
,u
al lavado de la ropa. Ni el sueño del consumo ni la promesa de la feli-
gunos postulados con el f,enunismo
La im rtan .
· · ' · ·
socialista, el SACRA se alejó de esos ,pnnctP108•
esta organizaci·ón Puede medirse-por la cantidad de llllem • bros..que•~

.
ci' d ad doméstica son suficientes para mvertrr el sen
· °
ti'd con el que .
llegó apoten cia de. · f, rma· habla de este ambiente o de las interminabl es jornadas de tra~~Jº
er: segun sus propio ·
han parte del Sindi to Est. s r~gistros, para 1995, quinientas mil ID\ij~re~ .8;Ji ,1 (re , li cuando sus hiJas
. . de la
mujeres lo que d catodasmane
· unaciones más confiables hablan. de unas cincuent:i,?- 1;. munerado y no remunerad o) que deb1a cump r
' , e d. , • lmiiS
más radicales del SACRA . ras, no eJa de ser una cifra elocuente. Las co~Bl"~o eran pequeñas: su divorcio del marido también fue su div~rci~d
simultáneamente a ' sm embargo, perdieron fuerza a partir de finales de·los· "' Planch a y la cocina, Si para María Cnstina . • e1trabajo. hab1a SI ob.un
25 N
un acei:cam.iento respecto del menemismo (Fisher, 2000). • '• lll. diO - Carma en calll lO,
'
• uevamente es dificil , 8 ste e Para alcanzar la cocina de ensueno, para
episodio. Sin embargo por elstabl~er la fecha precisa de la emisión original· de debe' fue el medio para salir del encierro doméstico. as de es-
, as ·llllsmas razones esgrimidas en el caso antenor,
corresponder a algún El relato de Óarina encarna una de las posibles lectur
momento entre 1966 Y 1969.
106 El hog.. ~ ....
.., ""Cltifi.
C8.do ·ne tecnificada
r,s coc1
fi aciones. Otras mujere s de su genera ción tuVi . 107
tas t~ans orm conflictiva con la cocina Y el trabajo do--< ei:on. llllt.
relación menos · •<11::St1c0 •ci
embargo, 1amaY presenc
or ia de 1as muJere s en el mercad ·d· • ~U\ ** *
. . b . ·d .
. 'rtió la femimzac16n del tra aJo omést1co, lo queo.•d¡eira1.- .. ua.,.
JO no revi .noció como "revolución estanc ada"· (Hoéhs chüdo l ~-
a lo_ que se co2005· Esquivel, 2009). Para los 80, distint os , 1997; La
cocina ha cambia do notablemente a lo
. t d C. . 1
e, e emcien ta a reina, deargodel
.
s1glO d
í,
Warnerman, , d
. .énica a efic1en confo XX: e r
han observado tm aumen to e 1a desigu . • ald d
ª. entre. las··'estnd··
in . ~os~
higt cierro. Parale lament e a los cambios material rtable a lugar
de en
trabaJa. doras Las que tenían un empl.eo neces1.t aban deleg· ~éres: han variad o 1os sent 1'dos a partir .
de los que sees que h
ha 8ufri
· di • !lJ:I P8.!ite do, h·a n coexistido entre la armoní a y la tensión 1

1
de1t r abaJ· 0 doméstico, pero
1
ias con cmnes para hacerl o fue- ._ que .
ª ª pensado,
fundamente desiguales: "A difi
erencia· d e 1as · s · de •un., 1'6:,
muJel'e el . · . nes y muJere
varo s de di st·m tas generaciones más ' m encarnados po
r 1
, . d . ' O
dia que tenían empleadas ·domés ticas Y un sistem a l>rivadoª~~ :ttl~ saberes técrucos e qwene s las construían a loenos cercano ~ s 1
a 1oS E . O
s pro1anos de
•dado -de la salud y de ju:bilac~ón, las mujere s trabaja
dor•Para.{e~ ·enes las usaban . n tanto que epicent ro del mundo dom , ti 11
cUl . t qUl . d d
afectadas más severamente por 1os crec1en . . aseran:-- bios en la cocma an cuenta e transformaciones más es co,al1os
es ruveles de dese . caJll
los decrecientes estánda res de vida Y el colaps o del sistem a~P1eo,,· los modos de h a b't .
1 ar: s1 este amb'1ente no está en el orige gener es
d
en , b' n e 1as
guridad social que caracte nzo · ' 1 80 t · 90"-(Fi e se. , tr ansf ormaci ones, si es, en cam 10, uno de los espacios dond
-~s Y empra nos sher¡,2O00 : , fu rte
326). En un contexto de reducc1on del Estado y de desreg ulariza transformaciones son mas e s y s1'gnificativas. e 1as
., . Resulta paradó jico qu~ el es~acio más estandarizado del hogar
del empleo , para quienes no tenían la posibil idad de contrat ar.: ~·
empleada fue necesario adapta r a las nueva s conrliciones los párá- ' haya sido postula do al nnsmo tiempo como su corazón. Pero no es
metros a partir de los que se evalua ba el trabaj o doméstico: _.,.-. ,.<.... ésta la única parado ja que contiene ese ambiente. En los discursos
Asimismo, el único medio ..para reduci r el tiempo implicado eni sobre la cocina, se incita al consumo para favorecer el ahorro -de
aquellas ta.reas ,que no podían suprim irse --'-fundam enfalm ente~el tiempo, de energí a, de dinero -; se vive en ella mientras se sueña con
otro ambien te y se sueña con ella cuando se dice vivir en otro lugar.
cuidado iie los hijos pequeñ os- fue compa rtirlas con macÍres ;,hijas;4
Lo que es aun más notabl e es la circulación de las lógicas a partir de
vecinas , recurriendo-a las redes de interca m:bio y-,,recip.ró~idafü:_pb:-
las que se pensó transfo rmar la cocina para disminuir tiempo y es-
servadas en el capítulo anterio r. Pa'radó jicame nté, lá disniinudón.
fuerzo implicados en el trabajo doméstico. De los modelos de trans-
del tiempo empleado en el trabajo<Cloméstico tuvo menos q1J:etver.<i&"n:.
formación de la cocina que estaba n en discusión entre fines del siglo
la versión de la organización "racion al" del trabajo domésticó~ e; XIX y comienzos del xx, primar on aquellos menos
primó dentro ·del campo de la arquite ctura "'"'aquélla que tomába:-los• radicales, los más
cercanos al paradi gma de la racionalización del trabajo "productivo".
criterios tayloristas de eficiencia elabor ados para el trabaji:d ao~Y: Sin embargo, la lógica a la que apelaron buena parte de las mujeres
l~s aplicaba a la cocina-, que con las propue stas más radicálest:oúyó· que se reinco rporab an al mercado de trabajo siendo ya madres fue
eJe e:a llevar el trabajo doméstico fuera del espacio del hoga'.r'y re,· la de distrib uir al menos una parte del trabajo doméstico con otras
P~rl~ luego entre más person as que lo ejecut aran, disminuyendo· personas (por lo genera l mujeres). El ideal de domesticida~ d; c~ase
~si el ~empo que cada una de ellas emple aba en ·esas -tareas. Repar· media, con límites preciso s entre lo "público" y lo "domésbc~ , s~ no
tirlo, sm e1?~argo, ~o quiso decir reparti rlo todo o equita tfv~m:~nt~. · que ese trabajo se
evitó compa rtiera, sí obstacu1·izo- que esa distrtbu-
L~- delegacion de ciertas tareas no implicó la pérdid a de -respops.a· ción fuera más amplia y profunda.
bilidad respecto de ellas. Además extend ió e intensi ficó-situácion~~ . . , d h ar
La cocina no es sólo una sinécdoque de la tecruficac10_n e1 °g ·
de. ex:plotac · ' d · s ' de E t- ·,
ion e muJere por parte otras mujere s. Como·'corola· s amb1en un espacio que permit • b
e o servar 1Os cambios en 1a re-
d , ero
~o, pue~e decirse que -cuando la dismin ución del trabajo domés~ co 1 · rt
.
nuentos e gen
ación entre los modos de habita r Ylos compo ª áli . e de
.
e posible, fue para dedicar tiempo a otro trabajo (eif est'e1:ce:s51, considerados adecua dos en distinto s moment os. Suan(d s1spon
rerieve la articul ación entre distinta
el se y de .J
rdemSunledrado). La división sexual del tiempo "libre" o .en términos • s desigu · aldades e ª
·a1 en las que
e oe ,
las m · ad Murillo. (2006) , de1tiempo .
"propio" perjud1?:ó~ ú ·más-a
c ~ -n . .· · genero) expres adas en diferen tes condiciones . maten es
. • te explora-
econó :::~:p :~~en te a aquella s que estaba n en UÍlá•posic~qn el trabajo domést ico era realizado. En el capítulo si~::gualdades,
ré el modo en que estos elementos reforzaron esas
108 Elhogar tecltili
·1
cado

ya acentuando la distancia entre unos hogares Y otros .


!izando el trabajo doméstico, ya reforzando su identific~c1ón ~a lll\risibi CAPtrt.JLº 3 *
c •
mujeres. .,, on las 1.ia1s reinas del hogar y sus eléct . ·
. d , tiº ricos se-~d
Los modelos de cocina son conceptos organizadores d 1 . El tra bOJO o mes co y la tecnificacion
. , del h.. •.. oresi
mas de objetos que a -ella se incorporan. ogar
. tSi
e5
los
· ¡objetos.s econs
e os siste.,
de acuerdo con tradiciones Y usos vigen , s1 os nuevo llln.en
se domestican de acuerdo con las imágenes del hogar ac s artefactos
transformaciones en las conceptualizaciones
. 1 · de la coc.ma.
eptadas,
dan las
ai
buena perspectiva para an izar a mcorporación de las- . · una
"d t·di nueva •~-
nolo~as y ~f~cto~ a 1a VI a co _1 ana, en.pa~icular con rel ~-...:\:•
trabaJo domestico. .¿En qué medida 1~ presencia de estos. acio~ al
modificó los tiempos y modos
. de realizarlo?
. ? ¿Cómo 1a.r ecuerdan
· :artefactos .
rones y mujeres de distmtas generaciones. ¿Cómo j1,1gar va.
liaridades regional~s y, en !'artic~ar, la~ del caso aquí a::i{ª~ })ecu.
la forma en que se mtroduJeron dichos bienes a los hog · - _?zado, en
caso de Mar de ata, esta mcorporación comenzó entre las·f: .~ el
I Pl · · ares Par
de mayores .recursos en los años 40 .Y 50, para Ueg~ i" amil.i.as
res con :presupuestos .más restringidos recién entrada laa_d ~s hoga-
1960. Si para ese entonces la clase media ·mostraba' ;r · . eca~a de
d tr tifi ., , d . (}Cientes s1gn
e es a cac10n, .¿como se pro UJO esa incorporac · , os
de distintos ingresos? Sobre estas preguntas vÓlver~ºI.1: ei ]log;u-es
siguiente. · e!l e capitulo

Ilustración l. Para Ti , 17 de julio de 1956.

Los modos
ción del h de habitar mod emos están , caracterizados por la inser-
-~--~ ~ . 1~ •.

bustibl ¡-ogar en
. redes sanitarias as1, como por la prov1S1on
. . , de com-
es impios, como la electricidad y el gas. Estas novedades no
.
. :!~ji~ ~
~~;;,
•-.,,~~- .. ...,,
!.~,:
*(2010c).
Algunos de lo s tópicos
· •
trab3Jados en este capítulo han sido desarrollados en Pérez
ii-:,, ~

l. Si bien
otros ~
art hablo .
en el titulo de "eléctricos servidores" en este capítulo analizo también
no hum e1actos vinculados
· al trabajo doméstico que 'funcionan con fuentes de energía
tomad ~a, como el gas o el querosén. La expresión "domésticos servidores" está
ª.
en los e una publicidad de Casa América que fuera publicada en la revista Para. Ti
anos 60 Y que es reproducida abajo.
[ 109]

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