Entrevista Salud Mental
Entrevista Salud Mental
Entrevista Salud Mental
ENFERMERÍA
Históricamente, la entrevista clínica, ha sido propia del ejercicio del médico psiquiatra /
psicólogo, y en un sentido amplio el objetivo es obtener información para establecer la base de
datos necesaria con la cual elaborar diagnósticos clínicos, establecer un plan terapéutico, un
tratamiento psico-farmacológico y evaluar la evolución, el proceso del enfermar y del curar.
Es así que la enfermera en el campo de la salud mental se relaciona más con el paciente y por
ende se genera un vínculo más estrecho, siempre y cuando la enfermera entrevistadora
reconozca sus limitaciones y capacidades intelectuales, físicas y sobretodo afectivas para
favorecer la relación enfermera- paciente.
La entrevista no es un hecho que se agota a si mismo con la última pregunta, sino que se
continua, donde, conocedores de la herida, estimulan el desarrollo del lado sano, porque saben
que salud sin reconocimiento de la propia dignidad no es tal.
DESCRIPCIÓN DE LA ENTREVISTA
Las diferentes partes de esta guía para una entrevista suponen tres líneas de información: en
un primer nivel, preguntamos sobre aquellos datos patronímicos que hacen a una primera
presentación del paciente. Un segundo nivel investiga sobre el nivel de conciencia de su propia
situación, su vivencia de esta y de su entorno inmediato, así como algunos puntos específicos
tales como su manejo de la agresividad, la frustración o la impulsividad, etc. Se incluye aquí un
apartado para aquellos pacientes usuarios de drogas ya sean adictos a las mismas o
consumidores. El tercer nivel es de uso específico del entrevistador y refiere a elementos
generales de un examen psiquiátrico.
Todo comienza con el llamado telefónico, posteriormente en la primera cita el terapeuta debe
observar al paciente desde el momento que se encuentra en la sala de espera, debe observar
quién está con él, cómo responde cuando le saluda por su nombre y cómo le da la mano.
Cuando el paciente entre a la habitación donde tendrá lugar la entrevista, el terapeuta deberá
mostrarse amigable, pero sin hacer preguntas ni comentarios clínicos hasta que la puerta esté
cerrada. Le indicará dónde debe sentarse, pero al mismo tiempo le ofrece la posibilidad de
acomodarse en otro asiento, si hay otro disponible.
Ejemplo: Un paciente varón de 24 años se fija en las largas trenzas y ojos azules de la
terapeuta. Comienza formulando varias demandas con un tono quejumbroso, sin ser consciente
de ello. Esta conducta exigente replica la manera en que se comportaba en presencia de una
tía suya importante para él en su juventud que tenía rasgos físicos parecidos, con quien
mantenía una relación muy dependiente y en cuya presencia mostraba una pauta de
entonación igualmente quejumbrosa.
Es importante que la terapeuta reconozca estas pautas y las trate como distorsiones y que no
responda de la misma forma. La comprensión última de estas conductas inconscientes es uno
de los objetivos de la psicoterapia orientada a la introspección (conocimiento que el sujeto tiene
de sus propios estados mentales).
Positiva: el terapeuta pasa a ser una figura: amable, simpática, digna de respeto, confianza,
admiración, esto favorece la relación.
Negativa: el terapeuta pasa a ser una figura: malévola, antipática, no fiable, indigna, autoritaria
y despótica, que hacen conflictiva, anti-terapéutico imposible la relación, “como el enfermo
imaginaba”.
Ejemplo: Una paciente de 32 años de edad con un trastorno límite de personalidad fue enviada
al terapeuta por su internista para que evaluara sus síntomas depresivos. El terapeuta se entera
de que la paciente abusa episódicamente de diazepam, recetado por su internista, junto con
alcohol cuando se siente acongojada. La evaluación del terapeuta es que la combinación de
fármacos depresivos está contribuyendo a sus síntomas depresivos.
El terapeuta solicita permiso para compartir esta valoración con el internista, pero la paciente se
niega. El terapeuta respeta los deseos de la paciente a la vez que la avisa de que es probable
que esta combinación esté contribuyendo a su sintomatología depresiva. También le sugiere
que reconsidere la negativa de compartir su hallazgo con el internista.
TÉCNICA DE ENTREVISTA
MENSAJES FACILITADORES:
Es necesario aprender un repertorio de técnicas de entrevista que faciliten tanto como sea
posible la comunicación. A continuación, se describen algunas de estas técnicas.
Tipo Ejemplo
Facilitación «Mmm...»
Silencio Larga pausa que permite al paciente distanciarse del material verbal.
Interpretación «Cuando no puede comportarse del modo que piensa que debería
hacerlo, intenta hacer algo para agradar».
Preguntas abiertas: Una pregunta abierta refleja el interés del terapeuta, pero deja que el
paciente elija las áreas que considere relevantes e importantes para discutir. Por ejemplo:
Refuerzo positivo: Para el paciente suele ser difícil hablar de su situación, por esta razón
cuando se ve que se esfuerza y logra comunicarse con claridad el terapeuta demuestra su
aprobación por medio de un refuerzo positivo. Por ejemplo:
Paciente: Según lo que le he explicado, parece que cada vez que me enfrento a nuevas
situaciones, desarrollo síntomas que reflejan mis ansiedades.
Terapeuta: Sí, eso es lo que he observado.
Terapeuta: Usted me acaba de contar lo mal que se siente cuando no puede complacer a su
madre. ¿Qué obtiene con eso?
Paciente: Si, cada vez que intento hacer algo para agradar a alguien que quiero que me trate
con cariño, y esa persona no responde del modo en que me gustaría, me siento frustrado y
me enfado.
Terapeuta: Parece que cuando no puede obtener lo que quiere con las mujeres, recurre a la
seducción y se involucra en actividades que más tarde lamenta. ¿Cómo ve esta forma de
proceder?
Paciente (pausa larga): Nunca me había dado cuenta de eso antes, pero parece coherente.
Aquí se utilizó una lista de preguntas de comprobación cuando el paciente no fue capaz de
responder a las preguntas abiertas.
Paciente (por cuarta vez): Estas voces... ¿Sabe Usted lo que me están haciendo?
Terapeuta: Sí, entiendo lo terroríficas que son, pero ahora debemos hablar de otras cosas y
ya volveremos a hablar de las voces en otro momento. ¿Qué le parece?
Terapeuta: Comprendo qué es lo que le trae aquí. Ahora, me gustaría que me contara algo
sobre usted mismo.
Una vez el terapeuta cree que conoce al paciente como persona, la siguiente transición
sería:
Terapeuta: Me hago una idea de cómo es usted como persona; dígame cómo se lleva con la
gente.
Posteriormente, esto podría llevar a la siguiente transición:
Terapeuta: Ahora que me ha hablado de sus amistades, cuénteme algo de su familia.
De esta forma el terapeuta conducirá al paciente de un tema significativo a otro al mismo tiempo
que le indica qué áreas resulta importante que conozca el terapeuta. La elección del orden de
los temas es mejor que venga determinada por el paciente una vez haya dado indicios de estar
preparado para hablar sobre un aspecto concreto. Mostrándose atento a la disposición del
paciente a hablar sobre un tema, el terapeuta realizará la suave transición entre un tema y otro.
Paciente: No estoy seguro de si sería mejor que mis problemas fueran tratados por un
consejero o un psiquiatra. ¿Qué tipo de formación recibió Ud.?
Terapeuta: Me gradué en la Northewstern Medical Shcool, en donde cumplí cuatro años de
formación como residente, y tengo un certificado de la American Board of Psychiatry and
Neurology. Tuve problemas similares cuando me enfrenté con lo que mi médico debería revelar
a mi agente de seguros sobre mi historial. Así es como hice frente a la situación.
Frecuentemente, existen resistencias que el paciente manifiesta con la pregunta del ejemplo o
con otras como “¿qué edad tiene?”, con las que busca realmente saber si el terapeuta tiene la
suficiente experiencia para tratarlo. En este caso se debe tener cuidado con la confidencia
porque indicar que tiene 28 años no va a resultar útil, sino que aumentará la desconfianza del
paciente.
MENSAJES OBSTRUCTIVOS:
El uso de preguntas excesivamente directas provoca que el paciente responda solo a lo que
enumera el terapeuta. Así el paciente se convierte en un receptor pasivo de las preguntas del
terapeuta, y ello no permite al paciente llegar a ser un interlocutor válido para el terapeuta.
Consejos Prematuros: El terapeuta afirma su autoridad diciendo al paciente lo que debe hacer
sin tener información suficiente y sin comprometer al paciente a buscar soluciones a sus propios
problemas, por lo tanto, el terapeuta avanza una serie de soluciones que pueden ser totalmente
inadecuadas para él. Esto provoca que el paciente reaccione con resentimiento y obstaculiza
su relación con el terapeuta. Ejemplo:
Falsas Afirmaciones: Cuando el terapeuta le dice al paciente que algo puede o no ocurrir, o bien
tiene insuficiente información para llegar a esa conclusión o la situación clínica sugiere que
podría ocurrir justo lo contrario, esta infundiendo falsos ánimos en el paciente. Ejemplo:
En este caso el terapeuta no tiene ninguna base para saber que la memoria del paciente vaya a
mejorar y le contesta con aquello que el paciente desea oír para sentirse mejor. Este tipo de
respuestas sirven para minar la confianza que tiene el paciente en el terapeuta.
Obras sin Explicar: Cuando el terapeuta hace algo a, o para, un paciente sin revisar el motivo y
sin obtener su consentimiento, supone erróneamente que el paciente acepta su autoridad sin
cuestionarla y que es un receptor pasivo de sus servicios. Ejemplo:
Aquí el terapeuta supone que el paciente confía implícitamente en su juicio clínico sobre el
diagnóstico y conoce el tratamiento preciso que le ayudara sin que él cuestione su autoridad.
Sólo en situaciones que supongan una amenaza para la vida, el terapeuta está obligado a
describir lo que planea hacer el paciente, y no solo obtener el consentimiento por adelantado,
sino también su cooperación.
Preguntas Despreciativas: Aunque el terapeuta pueda estar haciendo una pregunta, el mensaje
subyacente es de crítica, mofa o enfado con el paciente. Ejemplo:
Afirmaciones del tipo “Ud. está mal”: Otra forma de mofarse de un paciente es criticarle, aunque
creyendo erróneamente que esta haciendo una interpretación. Ejemplo de crítica negativa:
En este caso el terapeuta utiliza un término diagnóstico para etiquetar al paciente, haciéndole
pensar que ser pasivo es perjudicial. Coloca al paciente en una postura defensiva al mismo
tiempo que cree erróneamente que esta interpretando la conducta del paciente. También está
fomentando que el paciente haga también “juegos de palabras”, que a menudo conducen a
torneos logísticos entre los adversarios.
Atrapar al paciente con sus propias palabras: El terapeuta puede centrarse en las
contradicciones de las verbalizaciones del paciente hasta el punto de hacerle caer en su propia
trampa. Ejemplo:
Terapeuta: Acaba usted de decir que este contento con su progreso y ahora se queja de que
está deprimido.
En este punto se detiene el curso de la entrevista. El paciente esta molesto porque el terapeuta
le haya atrapado en una contradicción. Confrontar a un paciente con una contradicción de sus
verbalizaciones resulta contraproducente.
Las diferentes partes de esta guía para una entrevista suponen tres líneas de información:
1º La información General: Se constituye de aquellos datos que hace una primera presentación
del paciente. Cabe destacar el ingreso de antecedentes patológicos destacables o que
requieran algún tipo de cuidado y/o control especial.
Al preguntar sobre sus intereses “Laborales” buscamos proyectos que pueden resultar móviles
del proceso terapéutico y en los “personales” intereses que nos puedan servir en caso de
presencia de algunos síntomas o situaciones
2ª La vivencia: Se constituye datos de gran valor que nos informen de la relación conflictiva que
se expresa en la patología y lleva a la internación del paciente. Este segundo nivel lo
componen:
Impresión general: es aquella que se concluye de primera instancia, de forma inmediata luego
del término de la entrevista.
Otro punto que debemos considerar no debe ser solo la escucha sincera y abierta, sino que
también tenemos que establecer un vínculo real, ya que la entrevista es un encuentro con otro
ser humano que además se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Por esta razón como
entrevistadores en ningún caso debemos juzgar, ya que si el paciente se siente juzgado no se
lograría establecer el vínculo real necesario para la comprensión del paciente. De esta manera
una buena entrevista es aquella en la que nosotros cuidamos a nuestro paciente y él paciente
en si se siente cuidados por nosotros con lo cual se fortalece el vínculo terapéutico, saludable y
sanador.