Articulo de Opinion

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ARTICULO DE

OPINION
DATOS PERSONALES
NOMBRES: ANDY STEVEN.
APELLIDOS: MENDOZA PEREZ.
PROFESOR: RONALD JESUS
OLIVOS UGAS.
GRADO Y SECCION: 2DO C
PERSEVERANCIA.

2022
Futbol: ¿Deporte o negocio?
Deporte y dinero van cada vez más unidos de la mano. Muchos deportes se han alejado de sus
orígenes y se han convertido en negocios muy rentables y lucrativos gracias al espectáculo y al
marketing que les acompañan. Sueldos astronómicos, fichajes millonarios, patrocinios e
ingresos por los derechos de emisión y publicidad son el verdadero motor de la industria del
deporte.

Los valores iniciales del deporte como la superación personal, esfuerzo, igualdad de
oportunidades o juego limpio, han dado paso al “deporte- espectáculo”, donde se impone con
fuerza la productividad comercial. Lo más importante: conseguir un mayor beneficio y más
popularidad.

Sueldos millonarios
Al contrario que en la antigua Grecia donde el resultado era lo importante, el premio es ahora lo
primordial. Porque el premio es el dinero. Y es que muchos deportistas no notarán los embistes
de la crisis económica por la que atraviesan muchos países, ya que sus sueldos no han sido
recortados. O si no echen un vistazo a los “sueldazos” de los 10 deportistas mejor pagados del
mundo según la revista Forbes.

Cada vez es más común ver a estrellas deportivas anunciando helados, coches, relojes,
seguros…y es que muchos de ellos ingresan más dinero por su imagen que por su trabajo en el
terreno de juego. Por ejemplo, el británico David Beckham gana más por prestar su imagen,
que como futbolista. Y es que el físico reporta a muchos deportistas más beneficios que sus
habilidades deportivas.

El negocio del fútbol


El fútbol, un espectáculo de masas que moviliza a miles de personas, se ha convertido en un
“macronegocio” que mueve muchos millones de euros. Según se infiere del estudio Annual
Review of Football Finance elaborado por la consultora Deloitte & Touche, el fútbol podría ser
la decimoséptima economía del mundo, por encima de naciones como Suiza, Bélgica y Taiwán.

Los clubes de fútbol obtienen sus ingresos fundamentalmente de los derechos de televisión,
pero también consiguen grandes sumas de dinero de las entradas que pagan los aficionados para
ver los partidos y del merchandising.

Los clubes de las 5 principales ligas europeas de fútbol ingresan anualmente 631 millones de
euros por merchandising y licensing. Este es uno de los resultados que arroja la segunda edición
del European Footbal Merchandising Report, estudio realizado conjuntamente por Sport+Markt
y PR Marketing. Con semejantes cifras muchos países podrían combatir el hambre, la miseria e
invertir en educación, salud o vivienda.

A pesar de estas cifras desmesuradas, ¿cumplen los clubes de fútbol con sus obligaciones
tributarias? La respuesta es negativa, por lo menos en España. Parece ser, que a los clubes
españoles de fútbol no les salen las cuentas. La deuda con el Erario Público asciende a 752
millones de euros a fecha 1 de enero de 2012, según datos facilitados por el Gobierno en
respuesta a una pregunta realizada por Caridad García, diputada de Izquierda Unida.

Además, a esto hay que sumarle la deuda contraída con la Seguridad Social, que nunca se ha
hecho pública. Ya que conforme al artículo 66.1 de la Ley General de la Seguridad Social, de
1994, y la Ley Orgánica de Protección de Datos, de 1999, «los datos, informes o antecedentes
por la Administración de la Seguridad Social en el ejercicio de sus funciones tienen carácter
reservado»

Estamos en un año olímpico. Y hasta en las olimpiadas el negocio de las marcas es de vital
importancia. La pasada semana Sebastián Coe, Presidente del Comité Organizador de los
Juegos Olímpicos de Londres, declaró que cualquier espectador que vista una camiseta con el
logo de Pepsi podrá ser expulsado del recinto, ya que eso molestaría a los patrocinadores, en
este caso Coca-Cola, que han invertido mucho dinero en ello. También, se está pensando si
expulsar a todos aquellos espectadores que lleven unas Nike, ya que por lo visto, a Adidas, otros
de los sponsors, no le hace ninguna gracia. Y es que nunca fue tan difícil, decidir qué ponerse
para ir a unos Juegos Olímpicos.

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