Laponia MW
Laponia MW
Laponia MW
Una colosal comedia que cuestiona las verdades o falsedades, y sus secuelas
La idea y dirección parte del dúo de catalanes Cristina Clemente y Marc Angelet, cuya
puesta en España fue un total éxito. Aquí llega a escena bajo una elaborada adaptación
de Ignacio Gómez Bustamante. Una divertida tragicomedia que gira en torno a una
aventura familiar a las heladas tierras de Finlandia por un matrimonio argentino y su hijo
para conocer a Papa Noel. Precisamente a Laponia, ese lugar que da título a la obra
desde nació la tradicional leyenda popular. Pero además se puede descubrir las
maravillosas auroras boreales.
La ocurrente historia además presenta a otro matrimonio formado por una argentina,
hermana de la viajera, más un finlandés muy conservador, en comunión con sus
tradiciones. Lo que hace que en al poco tiempo que se encuentren ambas parejas se crea
un choque cultural explosivo. Muy divertido para la platea condimentado la ingenuidad, la
ilusión, la inocencia, el retrotraerse a la propia infancia. Además de un afilado humor
negro, en una disputa voraz sobre la educación infantil y diferencias más superficiales. La
pieza no decae en dinámica y mantiene en tensión espectador hasta el final con la
dirección magistral de Nelson Valente. Además lo que resulta totalmente efectivo en esta
versión argentina es el punto de tensión entre las diferentes idiosincrasias. Algo que
también invita a reflexionar sobre la verdad y la mentira. Un juego filosófico entre la razón
y lo mágico, tarea para pensar en el hogar.
En escena se luce una funcional y muy moderna escenografía, diseñada al milímetro por
Rodrigo González Garillo. La cual no solo enmarca la acción de los protagonistas sino
que transporta a los concurrentes a una cocina europea y living de hoy. Además de una
acertada iluminación de Matías Sendón, y música original que acompaña cada momento
de Gaby Goldman. En resumen, esta pieza resulto ser una sorpresa en la cartelera
porteña actual. Una historia chispeante y convincente, contada en setenta minutos que
funciona a la perfección. Donde es inevitable no divertirse y de yapa en su preciado final
emocionarse por igual, con una pincelada de recuerdos propios de la infancia.
Autoría: Marc Angelet, Cristina Clemente