Políticas Públicas y Su Relación Con La Creación de Municipios en México
Políticas Públicas y Su Relación Con La Creación de Municipios en México
Políticas Públicas y Su Relación Con La Creación de Municipios en México
Inicio Acerca de ... N�meros anteriores Anuncios y Convocatorias Otras Revistas de EUMEDNET
Mayo 2010
RESUMEN
El presente artículo es el resultado de una investigación que analiza la relación que existe entre
las políticas públicas reflejadas en la gestión gubernamental, con la creación de municipios en
México. Para ello, se revisó la base conceptual y la contextualización de las políticas públicas en
los gobiernos locales, la problematización que orienta el estudio y se examinaron las evidencias
documentales, experiencias y conflictos en algunas entidades federativas del país, durante el
periodo 1990-2005, acerca de los procesos de municipalización, además de una exhaustiva
revisión bibliográfica.
ABSTRACT
This paper is the result of research that examines the relationship between public policies
reflected in governance, with the creation of municipalities in Mexico. To this end, we reviewed:
the conceptual basis and the contextualization of public policy in local governments, the
problematization that guides the study and reviewed the documentary evidence, experiences and
conflicts in some states of the country during the period 1990-2005, about municipalization
processes, in addition to an extensive literature review.
His contribution emphasizes the importance assumed by the public administration and political
science, primarily discipline based on public policies related to the processes of creation of
municipalities in Mexico.
ANTECEDENTES
Este proceso ha sido incompleto y obstaculizado por la rigidez de la política económica adoptada
por el gobierno federal y los gobiernos estatales, situación que exhibe la necesidad de que los
gobiernos municipales –además de administradores de recursos centralmente asignados–
adopten nuevas formas y condiciones que permitan aprovechar las potencialidades en sus
territorios para la solución compartida de los problemas; una de las vías es la aplicación de
políticas públicas integrales, con equidad y con democracia en el quehacer de los gobiernos
locales.
Con esa orientación se abordó el tema del presente artículo, denominado Políticas públicas y su
relación con la creación de municipios en México, independientemente de que en las tres últimas
décadas se han incrementado en México los estudios e investigaciones acerca de las políticas
públicas y los procesos de municipalización originados en el país, los cuales han sido poco
relacionados y estudiados desde la perspectiva de la práctica de políticas públicas, aspecto
incorporado como necesario en la agenda gubernamental. El objeto fue contribuir en el debate
referido a la problemática de los procesos, que de manera acelerada ha vivido el país.
El artículo plantea como supuesto de la investigación, la ineficacia de las políticas públicas que
repercuten en la gestión pública, donde los gobiernos locales estimulan la creación de
municipios. Dicha planteamiento se sustenta en las siguientes preguntas de investigación:
¿Cómo se contextualizan las políticas públicas en los gobiernos locales?, ¿Cuáles son las
consecuencias de la creciente creación de municipios? y ¿En qué medida constituyen las
políticas públicas una alternativa para orientar los procesos de municipalización?
En este apartado se definen los conceptos básicos de política pública y municipio, sustentados
en las aportaciones de diversos autores que tienen relevancia en este campo de conocimiento y
disciplinas de estudio.
De acuerdo con Aguilar, (2003), la política pública es un doble sentido y un curso de acciones:
deliberadamente diseñado, y segundo, porque es el curso de acción efectivamente seguido. No
sólo en función de lo que afirma el gobierno y lo que quiere hacer. También lo que en realidad
hace y logra por sí mismo o en interacción con actores políticos y sociales, más allá de sus
intenciones. Entonces, es una estrategia de acción colectiva, deliberadamente diseñada y
calculada, en función de determinados objetivos. Implica y genera toda una serie de decisiones
para adoptar y de acciones a efectuar por un número extenso de actores, lo que significa que el
autor integra la política y la gestión pública en una sola definición, como curso de acción
deliberadamente diseñado, mientras que también es el curso de acción efectivamente seguido;
es decir la instrumentación de la política pública.
En ese sentido, las políticas públicas implican también actividades de comunicación pública para
la implantación de estrategias ante un problema determinado, convirtiéndose en un conjunto de
actividades posteriores a la toma de decisiones inicial que dan origen a las actividades
retrospectivas, por las cuales es posible proveer de elementos con evidencia, argumentativos y
de persuasión, necesarios para la obtención de consensos (Aguilar, 1996).
Para Lahera, Parada (2002:18-19), […] las políticas públicas son cursos de acción y flujos de
información relacionados con un objetivo público definido éste de manera democrática, los
cuales son desarrollados naturalmente por el sector gubernamental, con la participación de la
comunidad y del sector privado.
En esta definición, Lahera distingue que la política pública es política porque incorpora a los
actores, a quienes afectan las decisiones de los problemas que interesa, sean integrados a la
agenda gubernamental para lograr la debida negociación y solución. En el conjunto de los
actores involucrados, es indispensable considerar el papel y capacidad de influencia del sector
público, como señala el autor, es un error valorarlo como un actor neutral.
Define las políticas públicas como: […] una concatenación de actividades coherentes por los
menos en su intención, y tomados principalmente por los actores del sistema público
administrativo de un país con la finalidad de resolver un problema colectivo. Estas decisiones
generan actos formalizados, de naturaleza más o menos coercitiva, con el objetivo de modificar
el comportamiento de “grupos que conforman blancos”, los cuales se encuentran supuestamente
en el origen del problema por resolver Lahera (2000: 20).
Afirma Meny-Thoenig (1992:89), que “Una política pública se presenta bajo la forma de un
programa de acción gubernamental en un sector de la sociedad o en un espacio geográfico”.
Meny-Thoenig señalan que la política pública debe ser liderada por el gobierno, ya que ésta es el
resultado de la actividad de una autoridad investida de poder público y de legitimidad
gubernamental, naturalmente en coordinación con los sectores social y privado.
Cabrero (Thoenig, citado en Cabrero, 2005:19), en lugar de política pública, define la acción
pública como “la construcción y la calificación de los problemas colectivos por una sociedad,
problemas que ella puede delegar o no delegar a una o varias agencias gubernamentales, así
problemas que ella puede delegar o no delegar a una o varias agencias gubernamentales, así
como la elaboración de respuestas, contenidos, instrumentos y procesos para su tratamiento”.
Se infiere en esta definición que la política pública o acción pública como aquellas acciones que
el sector público o entidades públicas emprenden para atender los problemas sociales de
manera conjunta con la participación ciudadana.
En función de lo mencionado por los autores, exponen acerca de la definición de política pública,
la reflexión de definición de política pública es como la identificación por la entidad
gubernamental de un problema y su propia decisión de diseñar e implementar estrategias y
acciones conjuntas con la ciudadanía para la solución equilibrada, integral y democrática de ese
problema, y no sólo la identificación del propio problema y, por consecuencia, que el diseño e
implantación de estrategias y acciones queden como parte del discurso, es decir, sólo quedan en
el papel. Con esta orientación, el gobierno tiene que dar solución real a los problemas que
aquejan a la sociedad mediante la política pública; sólo así cumplirá con su función primordial,
que consiste en atender los problemas de la comunidad.
La política pública en consecuencia, debe plantearse con base en una visión transformadora,
provocar cambios en la sociedad, situando una acción que demanda coordinación institucional
en el mediano y largo plazos. Además, debe ser participativa y primordialmente debe reconocer
las principales necesidades de la sociedad.
Los gobiernos tienen la obligación de resolver problemas trascendentales para la sociedad, como
son el empleo, vivienda, educación, abastecimiento de agua, alcantarillado, medio ambiente,
salud y seguridad entre otros; para resolver o incluso, prevenir estos problemas por lo que resulta
necesario la eficiente implantación de las políticas publicas, para lo cual se deberá contar con
una estructura pública de carácter administrativo que opere con efectividad y contribuya para
satisfacer a la sociedad en el cumplimiento a sus demandas. Con ello, se tendrán elementos
para catalogar al gobierno como efectivo en su caso. Un gobierno puede ser valorado y calificado
como eficaz si el objeto es alcanzado, o los rendimientos permanecen y crecen ante los desafíos
públicos que tienen encomendados. El grado de alcance de ese objeto es variable y por
consiguiente, es variable el grado de gobernabilidad (Martinelli, 2002).
Concepto de municipio
Como parte fundamental de este apartado, se desarrolló un análisis teórico y conceptual del
municipio, destacando en esencia la naturaleza del municipio; identificación de las disciplinas de
política pública y gestión pública. Además, se realizó un análisis de la doctrina municipalista en el
derecho municipal de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que relaciona la
disciplina de políticas públicas. En ese se tenor se abordó:
En esta corriente teórica, Carlos F. Quintana (2005:6-9) cita a los siguientes autores: Adolfo
Posada (1936), quien sostiene que “el municipio es una sociedad, entidad o comunidad, para
algunos natural, el Estado no lo creó; es anterior al mismo que ha de reconocerlo en donde
quiera que exista”.
Efrén Córdova (1964) afirma […] que el municipio es una realidad social anterior a la ley y ésta
no hace más que descubrir o reconocer lo que la naturaleza había creado. No niega [la escuela
sociológica] que exista un concepto legal de municipio, pero sostiene que el mismo no es más
que la investidura de un concepto sociológico que había surgido con anterioridad. Existe una
estructura social, una comunidad engendrada por la propia naturaleza, por la historia, la tradición
y la geografía, que es anterior y superior a lo que pueda decirse en el texto legal.
Carlos F. Quintana (2005:9) afirma que […] el jus-naturalismo sostiene que el municipio no es
obra del legislador, sino un hecho social de conveniencia anterior a la formación del Estado y, por
ende, anterior a la ley, y más aún, superior a ésta. Por lo tanto, la ley no hace otra cosa que
circunscribirse a reconocerlo y protegerlo en su función adjetiva. La ley simplemente admite la
personalidad del municipio donde la naturaleza lo ha creado y le otorga sus derechos. El
jusnaturalismo asume, como una variantes, la interpretación teológica del orden natural,
atribuyéndole a una voluntad superior, que el hombre no hace más que reconocer y esa voluntad
la identifica con Dios…
Para esta corriente, el municipio es una figura jurídica y en consecuencia, la creación del Estado.
También se le llamar formalista o jurídica. Con ella asume plena responsabilidad el Estado de
otorgar al municipio personalidad jurídica, patrimonio y competencias propias. Es decir, mientras
que el Estado, por ley, no lo considere como tal, éste seguirá fungiendo como comunidad o
congregación asentada en un territorio o espacio geográfico.
Con el enfoque legalista, los apologistas de la misma expresan que el municipio es una entidad
humana, territorial y jurídica, creada por la ley y que si no está sustentado en ella, el municipio no
existe. Entre los que guardan esta posición figuran:
Hans Kelsen, citado por Carlos F. Quintana (2005) Teoría para el derecho, p. 119. Derecho
municipal (2005:10), uno de los más destacados defensores, identifica la identidad del municipio
de la siguiente manera: “[…] Una teoría del Estado depurada de todo elemento ideológico,
metafísico o místico, sólo puede comprender la naturaleza de esta institución social
considerándola como un orden que regula la conducta de los hombres […] El Estado es un orden
jurídico, pero no todo orden jurídico es un Estado, puesto que no llega a serlo hasta el momento
en que establece ciertos órganos especializados para la creación y aplicación de las normas que
lo constituyen. En las comunidades jurídicas primitivas, preestatales, las normas generales son
creadas por vía consuetudinarias. Son el resultado de la conducta habitual de los sujetos del
derecho…”
El jurista mexicano Ignacio Burgoa Orihuela (1986:817) señala que […] “el municipio entraña una
entidad jurídica política que tiene como elementos de su estructura formal una determinada
comunidad humana, radicada en un cierto espacio territorial; estos elementos, ópticos o
naturales, por sí mismos, es decir, sin ninguna estructura jurídica, en la que se proclame su
autonomía y la autarquía de la que hemos hablado, no constituyen el municipio, cuya fuente es el
derecho fundamental del Estado al que pertenezcan…”
Esta escuela forma el polo opuesto de la Escuela jus-naturalista, al confrontar la creación por
ascendencia natural histórica y el derecho jurídico, dos posiciones de extremo para la búsqueda
de la identidad del municipio.
Se ha reiterado que las bases estructurales del municipio en México se encuentran en el artículo
115 constitucional. Este precepto señala que los estados adoptarán en su régimen interior la
forma de gobierno republicano, representativo y popular, teniendo como base de su división
territorial y de su organización política y administrativa al municipio libre.
Al revisar la doctrina del municipalismo mexicano en su fracción tercera, enumera los servicios
públicos que estarán a cargo de la municipalidad y que son aquellos que la población demanda
para tener una vida digna. Estos servicios a los que alude el 115, deberá ofrecerlos la
municipalidad con el concurso de los estados, cuando así se requieran. Entre estos servicios se
mencionan los siguientes: agua potable, drenaje, alcantarillado, alumbrado público, limpia,
recolección, traslado, tratamiento y disposición final de residuos, mercados, panteones, parques
y jardines, como fundamentales, atendiendo la capacidad administrativa y financiera de los
municipios.
Dicho precepto no utiliza el término de políticas públicas, pero se puede inferir que para la
realización de los servicios prestados por el municipio, mediante el órgano administración
definido como ayuntamiento, se debe hacer gestión o acción pública, esta última es propiamente
el instrumento para aplicar o dejar de aplicar la política pública.
ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad
protege la constitución.
Las modificaciones y el contenido del artículo 115 fundamentan el sentido que la doctrina
municipal debe atribuir a la disciplina de políticas públicas.
Los gobiernos locales y específicamente los municipios, son actores importantes para el
fortalecimiento del desarrollo y el bienestar social. Su ámbito de gestión es un campo que
favorece para ejercer la política pública local y construir nuevos espacios de acción pública en
contextos que habitualmente no habían sido de su competencia.
Las políticas públicas en México han cobrado fuerza. Empezaron a desarrollarse de manera
significativa a partir de los años ochenta. En el contexto municipal, no se puede afirmar lo mismo,
ya que el avance es precario, en virtud de que todas las investigaciones acerca de políticas
públicas se habían orientado a cuestiones relacionadas con el gobierno federal y, en menor
grado, con el ámbito estatal, marginando las políticas públicas en el espacio municipal.
Las políticas públicas se han adoptado a partir de los años ochenta como una prospectiva de
modernizar el quehacer político y administrativo, no significa que no hayan existido, sino que la
toma de decisiones por los actores en la acción pública se aplicaban discrecionalmente.
Cabrero (2003) señala que […] en las políticas públicas municipales en México es posible
encontrar la falta de propuestas que tengan como origen el ámbito municipal. Las agendas
municipales responden más que todo a la inercia de atender las demandas por servicios públicos
o demandas específicas sin ninguna visión integral de desarrollo. Las decisiones son tomadas
con una visión a corto plazo y siguiendo estrictamente los criterios rígidos del gobierno federal y
estatal. Sin embargo, a pesar de todo ello, en los últimos años investigadores y estudiosos
municipalistas se han dado a la ardua tarea para analizar la dinámica de las políticas públicas en
los municipios, destacando los avances que al respecto se han dado…
La importancia de las políticas públicas radica en lo que directamente los gobiernos realizan para
mejorar su actuación y en consecuencia, constituyen las formas de acciones concretas desde el
gobierno hacia la sociedad. Las políticas públicas, para su aplicación y procedimiento, deben ser
de igual manera específicas y claras en sus propósitos, instrumentos y procedimientos para
resolver con eficiencia las demandas de la población, en esta ocasión en el ámbito de los
municipios.
Los gobiernos deben calificar por su rendimiento y por su capacidad para resolver los problemas
públicos y conducir a la sociedad hacia mejores niveles de bienestar y de vida digna. Aunque en
México se ha avanzado muy lentamente en el ejercicio de la democracia, en la asignación de
recursos y en la figura de autoridad en el ámbito municipal. todavía existe incapacidad para
resolver con éxito problemas sobre los que existe una fuerte demanda de acción pública; por
ejemplo, el deterioro del ambiente, la seguridad, el empleo y la marginación social. Este
escenario pudiera atribuirse a la ineficacia en el ejercicio de políticas públicas en los ámbitos
federal, estatal y municipal.
La falta de recursos económicos ha provocado que casi todos los municipios en México
padezcan graves problemas de administración y de subordinación, ya que la mayor parte de los
recursos son asignados por la federación. Factores como la insuficiencia de recursos propios,
programas controlados por el centro y escasa visión de las autoridades y funcionarios
municipales para impulsar proyectos de inversión municipal y de fomentar la participación
ciudadana, han provocado mayores rezagos en las municipalidades del país.
México, país integrado por 31 entidades federativas con un total de 2,439 municipios en 2005 y
el Distrito Federal, formado por delegaciones; de ese total de municipios, por ejemplo, Oaxaca
tenía 570, le seguía Puebla con 217 y Chiapas con 118; por su parte, Baja California y Baja
California Sur contaban con 5 cada uno. En los tres primero casos, la suma de municipios en el
Las entidades federativas que en los últimos 15 años crearon un total de 53 municipios fueron
Aguascalientes (2), Baja California (1), Baja California Sur (1), Campeche (3), Chiapas (7),
Estado de México (4), Guerrero (6), Jalisco (1), Quintana Roo (1), San Luis Potosí (2), Sonora
(2), Tlaxcala (16), Veracruz (5) y Zacatecas (2). En el caso del estado de Tlaxcala, es importante
observar, por ejemplo, si en cada uno de los nuevos municipios fue considerado el factor
capacidad financiera para sostener la operación de su administración, así como el factor
infraestructura de servicios públicos con los que deben contar esos espacios para adquirir la
categoría de municipio, aparte de otras condiciones contenidas en la Constitución local de esta
entidad federativa. Casos extremos al de Tlaxcala, en los que sólo se crearon uno o dos
municipios, son los estados de Baja California y Sonora, respectivamente (Tabla 2).
Entre las entidades donde se crearon municipios, se advierte que existe una diferenciación de
tamaño territorial, densidad poblacional, percepción de ingresos en salarios mínimos (Tabla 3).
Se compara el territorio del estado de Tlaxcala, siendo 17 veces menor que el de Baja California.
En densidad de población, el primero es casi siete veces mayor que el segundo; si estas
diferencias se equiparan con el número de municipios creados en ambas entidades, da una
diferenciación desequilibrada de los municipios. (Tabla 3)
También existe heterogeneidad de índices de marginación social de una entidad federativa a otra
(Tabla 4). Por ejemplo, Baja California tenía un índice de marginación social muy bajo, mientras
que para Sonora era bajo, para Tlaxcala medio y para Zacatecas el índice era alto. Esa
caracterización de índices de marginación social entre las entidades federativas expresa la
suficiencia e insuficiencia de infraestructura y servicios públicos, factor contenido en las
constituciones políticas locales como requisito elemental para la creación de municipios, además
de que son elementos relacionados por completo con el concepto gestión pública y, por
consecuencia, con políticas públicas, que bien sus indicadores pudieran poner en juicio la
eficacia y, por tanto, la calidad de las políticas públicas aplicadas. (Tabla 4)
La tendencia creciente en la creación de municipios en los últimos quince años encuentra como
causa principal la excesiva concentración de recursos económicos y de servicios en las
cabeceras municipales de las que se separaron. Se puede argumentar que la experiencia ofrece
evidencias que, salvo raras excepciones, los municipios de reciente creación tienen la suficiente
capacidad y la infraestructura para autogobernarse (condición ajena a lo que establecen las
constituciones locales como requisitos para crearlos). En la mayor parte de los casos, provocan
que se dupliquen las funciones administrativas y la burocracia, en detrimento del gasto de
inversión productiva que podrían tener para una mayor calidad de la población.
González Madrid (2002:176-178) señala que “[…] a pesar de las modificaciones al marco legal
electoral en 1994, fundamentalmente para dar certidumbre en torno a las acciones de los
organismos electorales y para estimular la participación electoral, a finales de 1994 surgieron
conflictos poselectorales como en ninguna época, prolongados éstos durante 1995 en varios
Santa Apolonia se puede tomar como un caso de una vía violenta por lograr su municipalización;
en otros, se promovieron acciones de presión (como los plantones frente al Congreso local).
Puede hablarse de una vía de fundamentación histórica, como el caso típico de Quilehtla (en
donde, por sus usos y costumbres, funcionó la figura Presidencia Municipal Auxiliar, que en 1995
se adoptó en la Constitución y en la ley electoral locales).
Una vía distinta para crear municipios en Tlaxcala se tipifica en el caso de la comunidad de
Benito Juárez, ejemplo de la vía pacífica y negociadora ya que, además de ser el último
municipio creado en 1995, se resolvió en sesión extraordinaria y en un plazo de sólo once días
entre la presentación de la solicitud y la aprobación del dictamen de decreto.
a) La supuesta forma arbitraria como se integraron los municipios en el siglo XIX (en alusión a las
desventajas experimentadas por las comunidades de Quilehtla, Ayometla, Xiloxoxtla, Huctzingo,
Zacualpan, Tlaltelulco y Tetlanohcan).
b) La difícil convivencia social y política entre las comunidades (Santa Apolonia Teacalco y
Texoloc).
Estos criterios evadían la realidad de que la creación de municipios en la entidad tenía implícito
crear estructuras administrativas complejas que afectaron negativamente el erario, así como el
conflicto político derivado por exigencia de los partidos políticos de querer participar en la
conformación de las administraciones municipales respectivas, aun siendo perdedores en los
procesos electorales.
El autor esboza, a la luz de la metodología propuesta por George L. Morrisey (1996), una síntesis
de las fortalezas y limitaciones del espacio objeto de estudio, así como de las oportunidades y
las amenazas que influyen sobre el mismo. El investigador incluye en ese resumen los elementos
territorio, población, actividades económicas, servicios públicos, infraestructura económica y
social y presupuesto fiscal del territorio estudiado. Algunas de las conclusiones obtenidas por
Meza Campusano se evalúan de la siguiente manera: La creación del municipio 19 es una gran
responsabilidad histórica por los actores de ese proceso. Del análisis realizado en el presente
trabajo podemos atisbar que tal municipio difícilmente soportaría una nómina con salarios muy
elevada, mucho menos asignación de deuda pública. Aun así, en la austeridad, el nuevo
ayuntamiento sería muy sensible ante los cambios negativos tanto de la producción agrícola,
como de la pesquera, acuícola y del azúcar (Meza, 2000:154).
Consejo de Pueblos Nahuas del alto Balsas (CPNAB), creación de cinco municipios en el
estado de Guerrero
Es importante tratar en el tema los antecedentes del estado de Guerrero, donde el Consejo de
Pueblos Nahuas del alto Balsas (CPNAB), asociación civil del estado de Guerrero, demanda, por
los menos, cinco casos para la creación de municipios, pero según esta asociación las
limitaciones que dispone la legislación local han impedido que se formalice legalmente la
decisión de varios pueblos de reagruparse territorialmente.
Los argumentos del CPNAB indican que estos espacios territoriales quieren separarse de sus
cabeceras municipales y crear municipios, unos por razones históricas y otros por la lejanía de
sus cabeceras municipales, lo que se traduce en falta de atención y desinterés a sus problemas
por las autoridades. Así también, al observar la marginación social de las comunidades y,
muchas veces, por las divisiones partidistas que fomentan y cultivan los presidentes municipales
o directamente del gobierno del estado, ligados al partido Revolucionario Institucional, por medio
de algunas dependencias de gobierno. Otras de las razones es que los pueblos se ven obligados
a soportar las decisiones sin consenso por parte de los presidentes municipales y del gobierno
en materia de asuntos públicos; es decir, del centro o de la cúspide.
Los casos propuestos por la CPNAB para la creación de municipios son los siguientes:
Hueycantenango (Chilapa), Santa Cruz del Rincón (San Luis Acatlán) o municipio Montaña Sur,
Rancho Viejo (Tlacoa-Chistlahuaca), Marquelia y municipio del Alto Balsas (abarca cuatro
municipios: Tepecoacuilco, Zumpango, Mártir de Cuilapan y Huitzuco).
El caso del estado de Guerrero conduce a reflexionar que si los factores relacionados con las
demandas de municipalización obedecen más a razones políticas públicas circunstanciales, y se
puede pensar en crear municipios ajenos a juicios objetivos, lo que puede generar decisiones
desatinadas, sin atender en realidad a los pueblos que demandan con justicia la creación de
municipios. Los casos demandados para la creación de municipios se pueden multiplicar y,
fortalecer por parte de los gobiernos estatales.
Existe un factor común en los tres casos analizados, que son razones fundamentales en las
crecientes movilizaciones a nivel nacional con propósitos de demandar nuevas municipalidades;
éstas son la percepción de abandono por las autoridades federales, estatales y de los
ayuntamientos establecidos, la carencia de servicios e infraestructura adecuados, la pobreza y la
falta de oportunidades de la población por alcanzar mejores niveles de vida. Se percibe, también,
que las cabeceras municipales concentran la mayor parte de los beneficios, marginando a las
comunidades de la periferia. Por ello, la creación de un nuevo municipio se presenta como la
única alternativa u opción viable para sacar del atraso a la población.
Las evidencias permiten entender que el progreso es un fin deseado que sólo será realidad
siempre y cuando las comunidades alcancen la categoría de municipio. Con esas razones y
evidencias se le puede contrastar con la idea de que las políticas públicas son una vía alterna
para orientar y mejorar la toma de decisiones en casos de municipalización antes o después de
la posibilidad de crear municipalidades, sin menoscabo de las atribuciones y derechos que la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos otorga a los gobiernos locales.
APORTACIÓN INACABADA
Asimismo, se hace necesario una reforma profunda del artículo 115 constitucional, que supere
las ambigüedades y vacíos en materia de atribuciones y responsabilidades de los ayuntamientos.
Valorar la toma de decisiones políticas sobre los parámetros técnicos. En casos especiales de
comunidades con territorio limitado, dispersión de comunidades y baja población por migración,
analizar la opción de supresión y compactación de municipios.
Formular indicadores de impacto social para evaluar los resultados administrativos de los
ayuntamientos.
Ampliar la participación de la comunidad municipal en los asuntos públicos, en tanto afecten sus
niveles de vida y la perspectiva de crecimiento familiar, acompañado todo ello de una profunda
descentralización y desconcentración de funciones y recursos para superar la estrecha
y y p p
concepción del municipio como mero prestador de servicios y convertirlo en promotor de
desarrollo.
El papel que tengan los regidores, los síndicos, los delegados y consejeros municipales es
fundamental para que el municipio se desarrolle con justicia, con equidad y con armonía entre
sus habitantes.
Realizar estudios comparados en los municipios de reciente creación para evaluar sus
indicadores de vida diga en el momento de su creación y los de actualidad para observar la
sustentabilidad de municipalizar nuevos espacios geográficos.
CONCLUSIONES
En el contexto de los supuestos, las políticas públicas son cursos de acción orientadas a la
solución de problemas complejos y multifactoriales, sustentados en la gestión pública, parte
esencial de su implantación y permite alcanzar capacidad al gobierno para que diseñe y ejecute
acciones con el objeto de solucionar una problemática específica. Esa capacidad debe garantizar
la solución de los problemas sociales en sus distintos ámbitos.
Al comprenderse y aplicarse las políticas públicas con ese enfoque, se infiere que las políticas
públicas aplicadas por la acción gubernamental en el desarrollo local no han sido eficaces,
puesto que la tendencia creciente de creación de municipios en México, durante los últimos
quince años, es producto, principalmente, de la excesiva concentración de recursos económicos
y de servicios en la cabecera del municipio del que se pretenden separar o separaron. En este
último caso, la experiencia evidencia que salvo raras excepciones, los municipios de reciente
creación tienen la capacidad y la infraestructura para autogobernarse. En la mayoría de los
casos, provocan que se dupliquen las funciones administrativas, la burocracia y disminuya el
gasto de inversión productiva que podrían tener. Por consecuencia, el avance de las políticas
públicas es precario, orientadas, principalmente, a cuestiones relacionadas con el gobierno
federal y en menor grado con el ámbito estatal, marginando las políticas públicas generadas en
el espacio municipal.
Como parte de estas conclusiones se da respuesta a las preguntas de investigación las cuales
se describen a continuación:
Los gobiernos adolecen de creatividad para desarrollar políticas públicas alternativas, pues se
adhieren firmemente a la rigidez legal que establece el municipio como única figura de autoridad
territorial relevante, y nunca han examinado la posibilidad de disponer de otras figuras legales
subalternas al municipio, como sindicaturas, delegaciones y comisarías, que ejerzan nuevos
mecanismos, los cuales asegurarían una mejor representación de los intereses y demandas
sociales. Es evidente una grave falta de imaginación política e institucional y una gran
incapacidad para crear nuevas estrategias y alternativas que puedan paliar la solución de
problemas sociales en el ámbito municipal, así como la exclusión política de la población sin que
necesariamente se cree el nuevo municipio.
Las consecuencias son evidencias que expresan baja capacidad de los gobiernos para atender
con eficacia y eficiencia las demandas de municipalización, las cuales, en cierta medida, son
producto de no observar, en primer término, los contenidos constitucionales para crear
municipios.
¿En qué medida constituyen las políticas públicas una alternativa para orientar los procesos de
municipalización? Ante la evidente y aguda presión por la creación de municipios en México –
producto, en gran parte, por la falta de atención y gestión ante las demandas sociales– las
políticas públicas son una verdadera alternativa para el desarrollo municipal y, por ende, de
orientación a los procesos de creación de municipios.
Se puede valorar que la política pública en los espacios municipales a través de la gestión
pública no se ejerce con eficacia, de manera integral, con equidad y, por consecuencia, con
democracia, lo que vuelve débiles a los gobiernos locales en sus funciones. Ante esta situación
es indispensable:
Que se genere una política de mayor equidad ante las demandas de los servicios públicos por
parte de la población y evite las expectativas por crear municipios.
Que los mecanismos entre cabecera municipal y las comunidades o entre los recursos aportados
y los beneficios directos recibidos, se constituyan en la base del crecimiento, de bienestar y de
justicia con equidad.
Una reforma administrativa que beneficie la pertinencia de los servicios prestados por el
municipio y la atención y grado de involucramiento en su destino comunitario de la ciudadanía.
BIBLIOGRAFÍA
AGUILAR VILLANUEVA, Luis F. (1996). El estudio de las políticas públicas (estudio introductorio
y edición). México. Segunda Ed, Miguel A Porrúa, pp. 27, 32, 36).
BERUMEN ARELLANO, Sergio (2001), “Los municipios de México: una propuesta para la
operación del fondo para la infraestructura social municipal; el caso de San Cristóbal de las
Casas, 1995-1998”, tesis doctoral, ESCA/IPN, México.
BURGOA ORIHUELA, Ignacio (1986), Derecho constitucional mexicano, sexta edición, Porrúa,
México, p. 875.
CABRERO MENDOZA, Enrique (2005), Acción pública y desarrollo local, Fondo de Cultura
Económica, México, p. 19.
CÓRDOBA, Efrén (1964), Curso de gobierno municipal, Editorial Universitaria, Puerto Rico, Río
Piedras, Puerto Rico.
DAFT Richard, L. (2000), Teoría del diseño organizacional, traducción al español, Internacional
Thomson Editores, México.
ESPEJEL, Iliana (2004), Propuesta para un nuevo municipio con base en cuencas hidrológicas,
Universidad Autónoma de Baja California, México.
Indicadores económicos en México por entidad federativa, 2000; Indicadores sociales en México
por entidad federativa, 2000. Fecha de consulta septiembre de 2007, México, D.F.
KELSEN, Hans (1954), Teoría general del Estado, Editora Nacional Edinal, México.
LAHERA PARADA, Eugenio (2002), Introducción a las políticas públicas, Santiago de Chile,
Fondo de Cultura Económica, Chile.
LASSWELL, Harold D. (1971), A Pre-view of policy sciences, American Elsevier Publishing Co.,
New York.
MARTINELLI, José María (2002), Políticas públicas en el nuevo sexenio, Plaza y Valdés, México.
MARTÍNEZ BARRAGÁN, Hirineo, Luis Ramírez Sevilla, Raúl Solís Gadea y María Basilia
Valenzuela (2007), Creación de nuevos municipios en México-Procesos y perspectivas,
Universidad de Guadalajara, Jalisco, México.
YVES, Meny –JEAN CLAUDE Thoenig (1992), Las políticas públicas, Ciencia Política, Ariel,
México, p. 89.
Oficialías mayores de los congresos estatales, periódicos oficiales de los gobiernos de los
estados. Información consultada: número de municipios en México, 2005; número de municipios
creados en México por entidad federativa 1990-2005.
B�squeda de Google
POSADA,
Web Adolfo
www.eumed.net
(1936), El régimen municipal, de la ciudad moderna, Librería General de
Victoriano Suárez, Madrid, España.