Ludmila y Sus Lunas (Cuaderno-Taller HS)

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LUDMILA Y SUS LUNAS

TALLER INICIÁTICO PARA ACOMPAÑAR A LAS NIÑAS


EN EL PORTAL DE LA MENARQUIA

CREADO Y COORDINADO POR GERMANA MARTIN


CUADERNO/TALLER

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER

EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA


Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

LUDMILA Y SUS LUNAS


TALLER INICIÁTICO PARA ACOMPAÑAR A LAS NIÑAS
EN EL PORTAL DE LA MENARQUIA

CUADERNO/TALLER

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER

EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA


Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Colección Palabra Chamánica – Serie Cuadernos/Taller

Otros Cuadernos/Taller de la misma autora:


- El regreso a mí misma. De crisálida a mariposa.
- Desde el útero. Escribir con el cuerpo.
- Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina.

Otros títulos de la misma autora:


Colección Palabra Chamánica – Serie Poesía
- Mujer Raíz. Poemas.

edición y diseño integral: Omar Pereira.


ilustraciones: Omar Pereira.

Ediciones Palabra Chamánica


La Plata, Buenos Aires, Argentina
e-mail: [email protected]

© Germana Martin, 2012.


© Omar Pereira, 2012 (ilustraciones).
1ª edición, © 2012.
2ª edición (corregida y aumentada), © 2013.

La Plata, Buenos Aires, Argentina.

Prohibida su reproducción, duplicación o copiado electrónico sin autorización de los


autores.
Todos los derechos reservados.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

ADVERTENCIA Y EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD

Este Cuaderno/Taller forma parte del material de trabajo del ta-


ller a distancia Ludmila y sus Lunas. Taller Iniciático para
acompañar a las niñas en el portal de la menarquia brin-
dado, exclusivamente, por su autora.
Debido a la profundidad y compromiso íntimo que implica su
abordaje los autores sólo autorizan su uso personal y privado.
Esta obra no ha sido creada ni diseñada para su utilización en
círculos, talleres o encuentros grupales de ningún tipo. Por lo
tanto, los autores, no autorizan su uso en los mismos; como así
tampoco la adaptación o modificación de la misma para dicho
uso, empleando o reproduciendo total o parcialmente su conteni-
do.
Los autores declinan cualquier responsabilidad legal que pudiera
generar un uso inadecuado y/o no autorizado, que involucre tan-
to a niñas menores de edad como a adultas mayores.

EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

INTRODUCCIÓN
AL ENCUENTRO DE LUDMILA Y SUS LUNAS
“En la sociedad moderna, donde los ritos de transición ya no existen, ¿cuántas niñas
realmente sienten que gozan del don de ser mujer, y a cuántas se las ha guiado para
convertir esta experiencia en una fuente de crecimiento? El hecho de que la mujer
aprenda a descubrir los dones que encierra su propia menstruación y a verla en
forma positiva, hará que luego pueda ayudar a sus hijas a aceptar su condición
femenina y los ciclos que le son propios.”
Miranda Gray

Este Taller Iniciático, que incluye ejercicios y


materiales simbólicos, se desarrollará en torno a
una bella y reveladora historia que será la que te
permitirá guiar a tu pequeña en el momento en
que ella atraviese el portal de la menarquia; es
decir cuando llegue su primer sangrado y co-
mience el ciclar de sus lunas (períodos mens-
truales).
Los cuentos, los mitos y los relatos son podero-
sos instrumentos que nos permiten conectar con
la sabiduría milenaria de la humanidad que se
ha transmitido oralmente de generación en generación y luego a través de la
palabra impresa.
Muchos de ellos pueden despertar en nosotras emociones, vivencias, revela-
ciones y una mayor comprensión de nosotras mismas, ya que conectan con
nuestro inconsciente individual, como así también con el inconsciente colec-
tivo, en el cual se refugia la memoria ancestral compartida por todas las mu-
jeres que integran nuestro linaje femenino desde los albores de la humani-
dad.
En algunas historias o relatos, podremos encontrar herramientas para el re-
conocimiento de cada una de las diferentes etapas que, como mujeres, tran-
sitamos en nuestro desarrollo; así como una guía simbólica para cruzar cada
uno de los portales que atravesamos en el largo viaje de nuestra vida.
Los cuentos y los mitos nos permiten bucear en nuestro inconsciente, conec-
tándonos con nuestra energía y fuerza instintiva. De esta manera, a través
de su simple escucha, abriendo nuestro corazón al lenguaje de las palabras
y las imágenes, podremos participar en ellos como si fuéramos las protago-
nistas de nuestro propio viaje heroico.
Un cuento iniciático presenta la singular característica de propiciar y facili-
tar el pasaje de una fase de la vida a otra etapa diferente, donde nos aguar-
dan nuevos desafíos, nuevos conocimientos y nuevas oportunidades de reali-
zación personal, así como también nuevas obligaciones y una nueva actitud
hacia el mundo externo.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

En la antigüedad, eran las madres y las abuelas quienes iniciaban o acom-


pañaban a sus hijas en el pasaje de una etapa a otra de sus vidas como mu-
jeres.
Hoy, esto ha sido – sobre todo en nuestra cultura occidental – algo olvidado o
relegado a las instituciones educativas, que sólo se encargan de mostrar los
aspectos biológicos de dichas etapas. En éstas y en los medios de comunica-
ción masiva, se habla de la menarquia, del inicio de la vida sexual, del emba-
razo, del parto, de la menopausia, desde un lugar fragmentado, distante y
carente del contenido espiritual y sagrado que cada uno de estos umbrales
representa para la mujer.
Ludmila y sus lunas es una bella, sencilla y reveladora historia iniciática.
Fue escrita con el fin de que mujeres adultas (madres, tías, abuelas, herma-
nas mayores, así como otras mujeres de confianza) acompañen y guíen, des-
de un vínculo amoroso y responsable, a las niñas que se asoman al portal de
la menarquia (su primer período menstrual). Esta historia también puede ser
portadora de antiguos conocimientos para aquellas jovencitas que ya han co-
menzado a transitar los primeros vaivenes de la Ciclicidad Femenina.
Es importante que la iniciación a esta nueva y poderosa etapa sea realizada
preferentemente por la madre (o quien ocupe ese rol), con el fin de sanar la
herida que la mayoría de las mujeres tenemos con nuestras madres. De esta
manera podremos lograr una vinculación más plena con nuestra esencia,
contribuyendo así a la revalorización de lo Sagrado Femenino en el planeta.
La madre, a partir de sus conocimientos y experiencias, contando con el
apoyo de este cuento, podrá transmitir a la niña la sabiduría milenaria que
su cuerpo de mujer atesora.
El Taller, como ya se ha mencionado, girará alrededor del cuento Ludmila y
sus Lunas, en el que la narradora y la oyente no sólo disfrutarán de una
simple lectura del mismo sino que, en diferentes momentos de la historia,
ambas compartirán ejercicios o vivencias. Cuenta con coloridas ilustraciones
que lo vuelven muy atractivo y motivador para despertar la intuición, la ima-
ginación y la creatividad; además de atesorar un profundo conocimiento
transmitido de mujer a mujer, con la confianza, el amor y la sabiduría pro-
funda que el linaje femenino resguarda.
Este Taller interactivo será nutricio, tanto para las niñas que se acercan a la
menarquia, como para las madres e hijas ya adultas que deseen revivir y re-
significar juntas ese momento. También será una estupenda ocasión para
que dos mujeres, unidas por un vínculo de amorosa amistad, puedan volver
a vivenciar y revalorizar el momento de su primer sangrado1 –que segura-
mente les fue negado, cuando debieron transitarlo, por mandatos sociales y
tabúes.
¡Bienvenida al mágico mundo de Ludmila y sus Lunas, que recorrerás con-
fíada y amorosamente junto a tu niña!

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En este caso, cada una de las mujeres ocupará alternativamente los roles de madre e hija, para que así ambas
puedan recuperar ese momento sagrado.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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PREPARACIÓN INTERIOR DE LA MADRE (O NARRADORA).2

Es importante que leas los siguientes textos in-


formativos para que te sientas más familiarizada
con la energía y el conocimiento femenino que
este Taller transmite.
En ellos encontrarás los conceptos básicos que
necesitarás conocer para guiar a tu niña en el
paso por el umbral de la menarquia.
Te aconsejo que realices la lectura de los mismos
con algunos días de anticipación, acercándote a
ellos sobre todo a través de la intuición, y obser-
ves como resuenan en ti. También haz una lec-
tura previa de la totalidad del cuento.

CICLICIDAD FEMENINA
Somos mujeres de ciclos lunares. Es importante para cada una de nosotras
comprender y vivenciar plenamente la naturaleza cíclica.
Desde que comenzamos a sangrar por vez primera, mes a mes, se repite en
nuestro cuerpo una bella ceremonia de entrega y gestación, de dar y volver a
crear, de morir y renacer, de descender a la oscuridad para luego volver a
brillar desde el centro de nuestro ser, nuestro útero morada, donde se aloja
la fuerza vital de lo femenino.
Con cada ciclo menstrual atravesamos estos vaivenes, estas mareas que me-
cen no sólo nuestro cuerpo físico sino también nuestra energía, nuestras
emociones, nuestro espíritu.
Como mujeres cambiantes tenemos la posibilidad de transformarnos con ca-
da período menstrual, de cambiar todo aquello que necesitamos modificar,
de gestar nuevos sueños y proyectos, de volver a darnos una y otra vez la
oportunidad de transmutación y nacer nuevas, distintas, renovadas.
Y es aquí donde se encuentra el verdadero poder de lo femenino; en el don de
experimentar en nuestro propio cuerpo el cambio, la transformación perma-
nente, el fluir de todo lo que Es, de todo lo que Existe.
A lo largo de nuestra vida pasaremos también por distintas etapas de nues-
tro ser femenino.
Distintos portales se abrirán invitándonos a lo desconocido, a lo misterioso:
la menarquia y nuestro ingreso al sangrado menstrual, la iniciación a la vida
sexual y al placer, la gestación en cualquiera de sus expresiones (biológica,
espiritual, creativa), el parir (hijos, ideas, proyectos, sueños), la menopausia
y la llegada de la Anciana Sabia.
El cambio siempre presente, ondulando nuestras vidas, empujándonos una
y otra vez a soltar, a no aferrarnos, a descubrir lo nuevo que está más allá.
Desconocer o negar este poder de transformación, ignorarlo o reprimirlo, no

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En el caso de que se trate de dos mujeres adultas, las que participan en el Taller, ambas deberán realizar en
forma individual, o compartida, esta preparación interior.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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sólo nos priva de aprovechar esta bendita fuerza femenina sino que hasta
puede enfermarnos o detenernos en nuestro propio proceso de crecimiento.
Si somos conscientes de esto podremos concebir nuestra naturaleza femeni-
na, cíclica y cambiante, como el reflejo de ese juego sagrado que nunca se
detiene: un Universo que se crea a sí mismo eternamente y que nos vuelve,
junto a él, co-creadoras de la Realidad.
Seremos así mujeres cíclicas, fluyendo como peces en este océano de sangre
lunar y sagrada que nos renueva, nos gesta y nos vuelve a parir una y otra
vez.

CARACTERÍSTICAS FÍSICO-BIOLÓGICAS DEL CICLO FEMENINO


Es importante que recordemos aquí las características físico-biológicas del
ciclo que ocurre cada mes en nuestro cuerpo.
Debemos aprender a diferenciar claramente las cuatro etapas dentro del ci-
clo menstrual: preovulatoria, ovulatoria, premenstrual y menstrual.
En nuestros ovarios existen grupos de células denominadas folículos, en los
que encontramos huevos inmaduros conocidos como óvulos.
Es en la fase preovulatoria cuando uno de los folículos madura, generando
una hormona llamada estrógeno que estimula la pared uterina y las mamas.
Alrededor de los días 14º y 16º del ciclo se produce la fase conocida como
ovulación: el folículo se abre y libera el óvulo.
El folículo, después de la ovulación, se transforma en el cuerpo lúteo produ-
ciendo progesterona, que es la encargada de preparar la pared uterina para
la fertilización y también estrógeno. Si la fecundación no se produce, el cuer-
po lúteo degenera gradualmente, encontrándose así en la fase premens-
trual.
Finalmente, el tejido que recubre interiormente el útero comienza a desinte-
grarse iniciándose así el sangrado, fase menstrual.

EL CICLO DE LA LUNA Y SUS FASES


En la actualidad sabemos que la luna influye tanto en el crecimiento de las
plantas como en el estado de salud. Cuando llega la luna llena el organismo
humano se comporta como un pequeño océano, ya que el 70 u 80 por ciento
del mismo está compuesto por agua (y en las mujeres aún más) originándose
una sucesión de mareas nocturnas y diurnas en nuestro cuerpo.
Es por esto que los ciclos femeninos se relacionan íntimamente con los ciclos
lunares, provocándose cambios no sólo en el cuerpo de la mujer sino tam-
bién en su conciencia.
El período promedio del ciclo lunar tiene una duración de veintinueve días,
doce horas y cuarenta y cuatro minutos.
Durante la fase de la luna nueva la cara luminosa de nuestro satélite se
mantiene oculta para nosotras y no podemos verla desde la tierra. Después
de unos días comienza a hacerse visible y se manifiesta ante nosotras como
luna creciente. Día a día va aumentando gradualmente su tamaño hasta

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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convertirse en luna llena. Luego de esto empieza a disminuir su luz paula-


tinamente, encontrándonos así con su faz de luna menguante.
La mayoría de las mujeres mantenemos una estrecha relación con el ciclo lu-
nar que suele manifestarse de dos maneras: o bien nuestras menstruaciones
coinciden con la fase de la luna llena o bien con la fase de la luna nueva.

LOS ARQUETIPOS FEMENINOS DE CADA ETAPA LUNAR


Los arquetipos surgen del inconsciente colectivo, que no es individual sino
universal y compartido por todos. Cuando se manifiestan lo hacen a través
de representaciones simbólicas y ancestrales que pueden describirse, por
ejemplo, como dioses y diosas, héroes y heroínas.
Todos los arquetipos son patrones potenciales de la psique de cada ser hu-
mano; sin embargo, en cada individuo algunos de estos patrones están acti-
vados (desarrollados) y otros no. Cuando están activos, es decir consciente-
mente reconocidos, éstos nos permiten conectarnos con capas más profun-
das de la psique, ayudándonos a ser nosotros mismos y permitiéndonos ha-
cer que nuestras vidas tengan más sentido. Cuando están inactivos, los ar-
quetipos negados o rechazados también tienen su influencia, que suele ser
perjudicial; la identificación distorsionada o extrema también es dañina.
Por ello, es importante que las mujeres desarrollen la capacidad de identifi-
car y activar, en sí mismas, los arquetipos femeninos más importantes que
las acompañarán durante toda su vida. Mientras la mujer se encuentra
experimentando, mes a mes, el ciclo menstrual, las energías que se manifies-
tan se describen como un ritmo de cuatro etapas que reflejan las fases de la
luna y se expresan en cuatro arquetipos:
El arquetipo de la Doncella y la luna creciente corresponde a la fase pre-
ovulatoria.
El arquetipo de la Madre y la luna llena a la ovulación.
El arquetipo de la Hechicera y la luna menguante a la fase premenstrual.
El arquetipo de la Bruja y la luna nueva coincide con la fase de la mens-
truación o período de “sangrado”.
- El arquetipo de la Doncella o la Virgen
La Doncella y la Luna Creciente representan la fase que se extiende desde el
fin del “sangrado” hasta el comienzo de la ovulación (etapa pre-ovulatoria).
Las energías que se manifiestan durante este tiempo se asemejan a las de
una joven y vital doncella.
En esta etapa de tu devenir menstrual te encontrarás en un momento de re-
nacimiento, plena de entusiasmo y energía.
La fase de la menstruación ha finalizado y el cuerpo recupera su vitalidad,
su flexibilidad, su júbilo.
Las energías oscuras se transforman en nuevas metas y te sientes dinámica,
emprendedora, fuerte.
La Doncella te invita, con su dinamismo, su creatividad, su fuerza, su segu-
ridad, a renovar tu mundo.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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- El arquetipo de la Madre
La Madre y la Luna Llena representan la fase misma de la ovulación y las
energías son semejantes a las de la maternidad, con su capacidad de criar,
sustentar y fortalecer.
Te sientes predispuesta a sentir la abnegación que caracteriza a la materni-
dad, olvidándote un poco de ti misma. Tus deseos y necesidades se vuelven
menos importantes, volviéndote más protectora con los otros. Te sientes res-
ponsable de tus nuevos proyectos y “alimentas” con alegría los ya existen-
tes.
Atraes con tu poderosa energía a los demás, sobre todo a aquellos que nece-
sitan contención y ayuda.
- El arquetipo de la Hechicera
La Hechicera y la Luna Menguante reflejan la reducción de la energía física
desde la ovulación hasta la menstruación (etapa pre-menstrual).
Al igual que la fase de la Doncella, ésta es una etapa de gran dinamismo pe-
ro con la significativa diferencia que en ella las energías se mueven orienta-
das hacia el interior y no hacia el exterior.
Aumenta la necesidad de conocer tu mundo interno, tornándote más intuiti-
va y abierta a la expresión de tus aptitudes psíquicas (sueños premonitorios,
visiones).
Te vuelves más consciente del aspecto sobrenatural de lo que te rodea y
sientes que puedes caminar entre dos mundos: lo visible y lo invisible, ese
sutil espacio abierto al hechizo.
- El arquetipo de la Bruja
La Bruja y la Luna Nueva representan la fase de la menstruación. Puede co-
menzar unos días antes del sangrado y finalizar aproximadamente cuando
concluye el flujo menstrual.
Es una etapa de introspección, donde te conectas con tu ser interior y con tu
cuerpo.
La línea que separa la mente consciente de la subconsciente está muy des-
dibujada permitiendo que puedas fluir e interactuar con tu conciencia corpo-
ral.
Es una etapa de recogimiento, de quietud, de aceptación previa a la irrup-
ción nuevamente en el mundo exterior con las energías de la Doncella. Es el
final de un ciclo y el inicio de otro.
La Bruja te lleva de su mano para que puedas hacer confluir en ti las ener-
gías de la oscuridad con las de la luz.

EL DIAGRAMA LUNAR
El concepto de diagrama lunar que utiliza Miranda Gray en su libro Luna
Roja, Los Dones del Ciclo Menstrual es una adaptación de una idea origi-
nal de Penélope Shuttle y Peter Redgrove, propuesta en su libro The Wise
Wound.
Si lo deseas, puedes hacer otra impresión del mismo Diagrama Lunar que
entregarás a tu pequeña o dibujar tu propio diagrama.

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Comienza por trazar un gran círculo y luego divídelo en tantas partes como
días tenga tu ciclo menstrual, prolongando las divisiones con líneas hasta el
centro de la circunferencia.
Luego, te propongo que escribas, diariamente, en los distintos casilleros del
Diagrama: la fecha del calendario, un número que señale el día del ciclo
menstrual en que te encuentras; es conveniente que el día en que comienza
tu sangrado menstrual corresponda con el número 1. Si no conoces en qué
día del período te encuentras no lo registres aún (espera a tu próximo san-
grado) y continúa completando los otros casilleros.
Agrega también las distintas fases de la luna que vas recorriendo día a día
(cómo se encuentra la luna en el cielo).
Puedes utilizar un pequeño símbolo para representar si se trata de la luna
creciente, llena, menguante o nueva.


Me gusta asignar distintos colores a cada fase para identificarlas y recono-
cerlas rápidamente, para ello elige libremente qué color sientes que repre-
senta cada momento del ciclo.
Escribe alrededor del área que abarca cada fase lunar, por fuera del Diagra-
ma, el nombre del arquetipo femenino vinculado a cada una de ellas.
Es importante que comprendamos claramente los cambios físico-biológicos
que nos suceden durante el ciclo, así como también aquello que ocurre en
nuestro interior para poder relacionar todo esto con las fases lunares y los
arquetipos que cada una de ellas representa.
Día a día puedes plasmar en el Diagrama: el estado de tus emociones, tu es-
tado físico (salud), la manifestación de tu sexualidad, el nivel de energía que
sientes tener (si es alto, bajo, nulo), tu actividad onírica (sueños), cómo te re-
lacionas con el mundo exterior, y todo aquello que te parezca importante
consignar.
Una vez que lleves el registro de varios meses comenzarás a notar que apare-
cen determinados patrones que se repiten. Notarás que en ciertos días del
mes experimentas energías o cambios físicos similares, o que los temas de
tus sueños son parecidos. ¡Te asombrarás de cuántas correspondencias des-
cubres!
Todo esto te ayudará a conocerte y a poder, así, utilizar tu energía de una
manera más creativa, más sana, más armónica con tu naturaleza de mujer
cíclica y lunar.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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ELECCIÓN DEL MOMENTO Y PREPARACIÓN DEL LUGAR


Juntas, elegirán el momento en que ambas se sientan con deseos de hacer-
carse al cuento y dispongan de unas horas para adentrarse en los misterios
femeninos y crear juntas.
Es importante contar con un lugar de la casa donde ambas no sean inte-
rrumpidas y se sientan a gusto, durante el tiempo que estén compartiendo
esta experiencia.
Prepararás un cálido rincón con almohadones y mantas en el suelo de la ha-
bitación, para sentirse cómodas y relajadas.
Coloca allí objetos que las trasladen a la infancia de ambas: muñecas, foto-
grafías, recuerdos y todo aquello que les resulte evocador de esta etapa de
sus vidas.
En algún rincón del lugar pon golosinas y bebidas para cuando necesiten re-
cuperar energía.
El lugar también deberá permitir que ambas puedan desplazarse y bailar li-
bremente, en el momento indicado, y contar con el espacio adecuado para
escribir, dibujar, colorear, recortar y pegar con comodidad (podrán hacerlo
sobre una mesa o en el piso de la habitación, según prefieran).
Podrás aromatizar con sahumerios de fragancias florales (jazmín, rosas,
violetas) que evoquen el jardín de Ludmila.
Vistan ropa cómoda que les permita moverse libremente.
Ten a mano un reproductor de música y las cuatro canciones, para reprodu-
cirlas en los momentos indicados de cada encuentro.

PREPARACIÓN DE LOS MATERIALES


Es necesario que tengas en cuenta que tu niña no debe tener contacto previo
con dichos materiales, ya que es muy importante conservar la sorpresa y el
asombro que este Taller atesora para ella.3
En cada Encuentro deberás contar con el siguiente material:
PRIMER ENCUENTRO.
- Las páginas 17 a 23, impresas, de este CUADERNO/TALLER.
- El Tema Musical Canción de bañar la luna.
- La Lámina o póster Ludmila y Luna Creciente.
- Los materiales necesarios para expresarse creativamente: hojas de papel,
lápices de colores, marcadores, témperas, papeles de colores, revistas viejas,
cintas o lanas de colores, tijeras, pegamento, etc.

3
En el caso de dos mujeres adultas que deseen compartir este Taller Iniciático para evocar su menarquia, la
que cumpla el rol de narradora, inicialmente, entregará a la otra estos materiales de acuerdo a las indicaciones
que figuran en el desarrollo del taller. Al cambiar de roles, será la nueva narradora quien los ofrezca a su com-
pañera.
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SEGUNDO ENCUENTRO.
- Las páginas 25 a 30, impresas, del CUADERNO/TALLER.
- El Tema Musical Otra Nana.
- La Lámina o póster Ludmila y Luna Llena.
- Los materiales necesarios, para expresarse creativamente, ya enumerados
anteriormente.
TERCER ENCUENTRO.
- Las páginas 31 a 38, impresas, de este CUADERNO/TALLER.
- Las cuatro CARTAS MÁGICAS, que tendrás que tener impresas y recortadas
para el momento indicado.
- El Tema Musical Primera Luna.
- La Lámina o póster Ludmila y Luna Menguante.
- Los materiales necesarios para expresarse creativamente, ya enumerados
anteriormente.
CUARTO ENCUENTRO.
- Las páginas 39 a 53, impresas, de este CUADERNO/TALLER.
- El DIAGRAMA DE LA RUEDA LUNAR, que tendrás que tener impreso para
entregarlo en el momento indicado.
- La Lámina o póster Ludmila y Luna Nueva.
- Las partes de la LÁMINA DECORATIVA DE LA RUEDA LUNAR: las páginas
impresas con los cuatro cuadrantes y la que contiene los cinco elementos
decorativos ya diseñados.
- El Tema Musical Pequeño capullo.
- Los materiales necesarios para expresarse creativamente, ya enumerados
anteriormente, que también utilizarás para armar y decorar la Rueda Lunar.
- El CUENTO LUDMILA Y SUS LUNAS, impreso, que obsequiarás a tu pequeña al
finalizar el Taller. También le entregarás las cuatro Láminas y las Cartas
Mágicas ya utilizados en los distintos Encuentros del mismo.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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PRIMER ENCUENTRO

“… si la mujer realmente toma conciencia de que su vida menstrual


es una expresión de un ser de naturaleza cíclica, comenzará a ver
que forma parte de los grandes ritmos del universo, aceptará aún
más su verdadera condición y conseguirá traer la armonía a su
vida.”
Miranda Gray

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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LUNA 1
LUDMILA Y LUNA CRECIENTE

¿Se encuentran dispuestas para recorrer esta


mágica historia junto a Ludmila?
Pídele a tu niña que se ponga cómoda y, si lo
desea, invítala a cerrar sus ojos, preparándose
para recibir las sabias y amorosas palabras que
tienes para brindarle.
Respira profundamente, conecta con tu corazón
y tu voz más dulce, para comenzar a leer este
cuento que las transformará a ambas.
Existe una breve frase que se repite siempre,
desde la primera historia que fue contada.
Estas pequeñas palabras hilvanadas son las que siempre abren la puerta de
todos los cuentos. Si bien son siempre las mismas que se dicen y se vuelven
a decir, nos llevan siempre a distintos lugares.
Esta fórmula que siempre es igual, cada vez que alguien la pronuncia suena
diferente. Cada persona que la repite le da un tono particular, un color que
no es similar a ningún otro, una magia especial, única.
Comienza entonces la narración del cuento, diciéndole:

Había una vez…

H
abía una vez una niña llamada por todos Ludmila y su nombre tenía,
atesorado en sus letras, el brillo de la luz y la dulzura de la miel.

Ludmila de luz y miel, así le gustaba imaginarse.


Ludmila, como muchas niñas de su edad sentía, al rondar los 12 años,
muchas preguntas que llegaban de su corazón, muchas inquietas ganas de
saber, que venían de su cuerpo y no de sus pensamientos.
Solía quedarse por las noches, asomada a su ventana, mirando el plateado
cielo cubierto de estrellas que formaban misteriosas constelaciones. Allí, con
sus ojos vagando por lejanas alturas, pensaba con quién compartiría todo
aquello que le sucedía.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Una de esas tantas noches,


en sólo un instante, sobre los
árboles del bosque próximo a
su casa, la vio asomarse.
Era ella.
La luna.
Sin dudarlo decidió saltar por
la ventana y salir al jardín,
abrir la puerta y correr hacia
el bosque que estaba cerca de
su hogar.
Allí fue donde pudo contem-
plar, en un pequeño lago de
aguas cristalinas que hacía
tiempo no visitaba, aquella le-
jana luna reflejada en el agua.
Brillaba. Sólo un cuarto de
ella resplandecía asomándose.
La sentía tan próxima, tan
cercana, como a una hermana
o una amiga.
Su abuela le había enseñado
que cuando la luna se encon-
traba así, como una medialuna finita que comienza a crecer, se la llamaba
Luna Creciente.
Luna Creciente estaba allí, rodeada de estrellas titilantes, y su luz plateada
la invitaba a reunirse con ella.
Ludmila se quedó contemplándola embelesada hasta sentir como sus pár-
pados, acariciados por la luz de la luna, comenzaban a cerrarse lentamente.
Poco a poco, todo su cuerpo se vio envuelto por los brazos luminosos de su
nueva amiga, que parecían empujarla hacia el cielo.
Sin dudarlo y sin abrir los ojos, Ludmila empezó a estirarse, poniéndose de
puntillas y elevando sus brazos para poder alcanzarla.
No necesitaba esforzarse. Su cuerpo se movía naturalmente y ella se sentía
cómoda al notar como éste se transformaba suavemente.
Notaba cada uno de los cambios que se sucedían en él: sus piernas se
torneaban y volvían más fuertes, sus caderas tomaban la forma de una
curvada vasija y se mecían sin temor, su cintura se espigaba y sus pechos
crecían tibios.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Su ser reflejado en el lago irradiaba una energía nueva. Una poderosa fuerza,
un cosquilleo placentero se abría como un capullo en primavera y brotaba de
una parte de su cuerpo que hasta hoy sólo había sido una mullida pancita
debajo de su ombligo.
Alguna vez en la escuela le habían hablado de un órgano femenino que se
encontraba allí, ella creía recordar que lo llamaban útero.
Hoy podía sentirlo vibrar.
El latido de su útero resonaba en su corazón.
Ludmila supo así que comenzaba a transformarse en una joven mujer.
Una suave brisa le agitó el cabello y entonces abrió los ojos.
¡Oh, qué inmensa fue su sorpresa! Junto a ella se encontraba, guiñándole
cómplice un ojo, una inesperada compañera de juegos, Luna Creciente.
– ¿Me esperabas hace mucho? –, preguntó con una sonrisa Luna Creciente.
Ludmila no conseguía salir de su asombro, ahora la luna también le habla-
ba. Sin embargo esto no la atemorizaba.
– No, hace poco tiempo que he comenzado a prestarte atención. Hasta no hace
mucho disfrutaba más jugando bajo el sol –, le contestó tímidamente la niña.
– ¿Jugar? Cada vez que me encuentro así de flaquita, comenzando a crecer
nuevamente, me encanta jugar en el bosque –, dijo pícaramente la luna, ba-
lanceándose de contento.
Sin dudarlo un instante, ambas comenzaron a correr y saltar libremente
entre los árboles que miraban complacidos la alegría que las embargaba.
Todos los animalitos se asomaron a observarlas reír y brincar. Las ardillas
salían de sus moradas, las gacelas corrían junto a ellas, las luciérnagas en-
cendían sus faroles para iluminar sus juegos y las ranas cantaban eufóricas.
Todos se sentían felices menos los búhos que las chistaban, furiosos, inten-
tando llamarlas al orden y hacer callar a todos los habitantes del bosque. Lo
intentaron en vano, pues nadie podía detener su entusiasmo.
Finalmente Ludmila tuvo una nueva idea:
– ¡Bailemos! –, gritó decidida.
– ¡Síííííííííííí! –, contestó Luna Creciente. –Tengo para compartir contigo una
bella canción. Sólo te pido que cierres los ojos y me aguardes un instante.
De pronto, comenzó a sonar en el bosque una divertida canción.

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Creado y coordinado por Germana Martin

Bailaron y bailaron hasta rodar


extenuadas por la hierba.
¡Cuánta euforia!
Ludmila sentía que su cuerpo se
agitaba en el viento y se abría
hacia todas las direcciones col-
mándose de una energía nueva,
fresca, desbordante. Se sentía
conectada con todo lo que la ro-
deaba: intercambiaba risas con
los animalitos y abrazaba a los
árboles más próximos fundién-
dose con ellos, piel y corteza
eran una.
Si bien no era una niña tímida,
igualmente sentía como esta
nueva fuerza la impulsaba a sa-
lir de sí misma y volcarse plena
y feliz hacia el mundo que la ro-
deaba. Luna Creciente la acom-
pañaba en su alegría dando
brincos entre las copas de los
árboles.
Ludmila notaba que su nombre era cantado por todos los seres vivos del
bosque, volviéndose un eco que lo hacía cada vez más brillante y más
dulce…

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

CONSIGNA:
Una vez finalizada la lectura de este fragmento del relato, reproducirás el te-
ma musical Canción de bañar la luna que has recibido con el Material de
Trabajo.
Al compás del mismo, bailarán, se moverán y jugarán libre y espontánea-
mente con sus cuerpos.
Al finalizar la canción, se sentarán, descansarán unos minutos y, luego, con-
versarán sobre las impresiones y sensaciones que éste ha despertado en ca-
da una de ustedes.
Aquí les dejo algunas preguntas orientadoras:
- ¿Cómo se han sentido después de danzar y jugar al son de la música?
- ¿Se sienten con más energía?
- ¿Han logrado conectarse con su cuerpo, con su propia vitalidad, con sus
ganas de jugar y divertirse?
- ¿Pueden sentir o imaginar el útero en sus cuerpos? ¿Qué saben acerca de
este órgano? Dialoguen sobre ello.
- ¿Cuál es la relación que suelen tener con la luna? ¿Reconocen sus
distintas fases? ¿Se sienten cíclicas y cambiantes como ella?
- ¿Han sentido la misma alegría que Ludmila al encontrarse con Luna Cre-
ciente?
- ¿Recuerdan haberse sentido de la misma manera en su vida cotidiana?
¿Cuándo? ¿Junto a quién? ¿En qué situación?
- ¿Han observado juntas, por la noche, la luna creciente en el cielo?
¿Si no lo han hecho, les gustaría hacerlo?
Las invito a que lo hagan y comiencen a sintonizar con su energía femenina
y cambiante.
Luego, mientras continúan conversando sobre lo experimentado anterior-
mente, te invito a que tomes, de los Anexos que te han sido enviados con el
Material de Trabajo, la lámina Ludmila y Luna Creciente, y, luego de obse-
quiársela a tu pequeña, la utilicen como disparador para realizar juntas sus
propias creaciones.
Para ello podrán utilizar las técnicas que deseen (dibujo, pintura, collage),
como así también expresarse por medio de la escritura (palabras significati-
vas, frases, poemas, pequeños relatos).
Para acompañarse en esta tarea pueden elegir la música que les agrade a
ambas. Ésta deberá ser alegre y vivaz.

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SEGUNDO ENCUENTRO

“Las antiguas culturas conocían sin duda el poder de la


menstruación, un saber y aceptación que aún hoy persiste en
determinadas aunque escasas sociedades; pero ocurrió que los
varones de las primeras sociedades patriarcales empezaron a
considerar este poder como un peligro para ellos, con lo que
aquellas prácticas que las mujeres habían establecido para tratar
con las energías creativas inherentes a este proceso natural de sus
organismos se convirtieron en objeto de duras críticas. La
menstruación pasó así de considerarse santa y sagrada a
convertirse en sucia y contaminante, y se fomentó la creencia de
que la mujer durante esos días era “una fuente de energía
destructiva andante”, en base a que tras su feminidad escondía un
tremendo poder mágico.”
Miranda Gray
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LUNA 2
LUDMILA Y LUNA LLENA

Ha llegado el momento de retomar el relato. Jun-


tas podrán evocar el alegre y divertido encuentro
con Luna Creciente y disponerse, ahora, a conti-
nuar adentrándose en el bosque, junto a Ludmi-
la.
Para ello, cómodas y relajadas, abran sus cora-
zones para recibir los nuevos misterios que este
cuento les depara.
Invita a tu niña, si lo desea, a cerrar nueva-
mente sus ojos y comienza a leer desde tu alma:

L
udmila notaba que su nombre era cantado por todos los seres vivos del
bosque, volviéndose un eco que lo hacía cada vez más brillante y más
dulce.
Mientras todo esto sucedía, Luna Creciente poquito a poco iba engrosando,
cambiando su curvada silueta en una redonda medalla de luz.
Su cambio era notorio para todos, salvo para Ludmila que estaba muy entre-
tenida queriendo trepar al árbol más bello que jamás había visto. Sus raíces
se asomaban sobre la tierra serpenteando el verde, su tronco era húmedo y
aterciopelado de musgo y enredaderas, sus ramas pendían suavemente, sus
hojas reflejaban la luz de todas las estrellas y sus frutos perfumaban el aire
de la noche.
Ludmila subía y subía, deseosa por alcanzar aquellos frutos que prometían
ser deliciosos. Sus colores la invitaban: rojos, rosados algunos, bermellones
otros. Jamás los había probado.
Finalmente pudo arrancar uno de ellos y lo mordió con curiosidad. Lo sabo-
reó lentamente y comprobó lo que ya imaginaba, que su sabor era único. Ja-
más había comido algo tan especial.
Le recordaba inmensidad de gustos pero éste no era igual a ninguno.
Entonces sintió entre las ramas del árbol, una voz que le hablaba despacito,
como cuando su mamá le contaba cuentos de pequeña.
– Nunca encontrarás un sabor igual. Éste es tu propio sabor, el que te acom-
pañará siempre. Es el sabor de tu nombre: Ludmila. Y no hay nadie en el mun-
do que pueda sentir este sabor como tú.
¿De quién era esta voz que se escuchaba tan cálida y acogedora?

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

¡Era la luna! Pero ya no era aquella vivaz Luna Creciente que había conoci-
do, ahora se había convertido en una luna diferente, que la abrazaba con
cuidado mientras descendían juntas del árbol.
Una vez debajo, se sentaron bajo su inmensa copa que parecía acariciarlas
con su rumoroso ramaje.
Entonces Ludmila preguntó asombrada:
– ¿Qué te ha ocurrido? Por un momento creí no reconocerte ¡Estás redonda!
¿Cómo has cambiado así, sin que yo lo notara siquiera?
– Te he traído hasta aquí, ayudándote a descender, protegiéndote como lo ha-
ce tu madre siempre, para explicarte lo que me ha sucedido.
Escucha con tu corazón y con tu vientre lo que voy a decirte, ellos sabrán com-
prender.
La niña, que no dejaba de mirar con ojos azorados a la luna, se recostó en
su falda para escucharla mullidita entre sus haces de luz blanquísima.
– Cuéntame –, le dijo.
– Estabas tan dedicada a tus juegos y danzas que no notaste que lentamente
fui transformándome. Momento a momento mi cuerpo de luna fue abultándose
bellamente hasta que mi contorno se redondeó totalmente, volviéndose este
hermoso disco plateado.
Ahora ya no me llamo Luna Creciente, durante un tiempo mi nombre será
Luna Llena.
Puedes descansar en mi regazo, protegida y calentita. Estoy aquí para escu-
char tus preguntas y, con amor, aconsejarte.
Ludmila sintió que algo nuevo se transformaba también en su interior. Ya
sus ganas de juguetear y correr por el bosque habían desaparecido. ¿Ella
también estaría cambiando? ¿De qué se trataría todo esto? ¿Tendría su nue-
vo amigo, el árbol, algo que ver en este asunto?
Entonces con voz pausada le dijo a su sorprendente amiga:
– ¡Oh, me siento tan cansada! He corrido, saltado, jugado hasta casi desfalle-
cer y luego no pude resistir trepar a este imponente árbol –, y suspiró, pasan-
do sus manos por aquellas rugosas raíces, como reconociéndolas.
– El momento de jugar ha finalizado por un tiempo –, sentenció la luna. – Es
hora de que hablemos y me cuentes tu experiencia al subir con tanta audacia
a lo alto del árbol.
– ¡Ha sido maravillosa! ¡He comido el fruto más delicioso! Y al hacerlo, miste-
riosamente descubrí un sabor que nunca antes había probado, un gusto total-
mente desconocido para mí, pero que me deleitaba como nada anteriormente.
Luego escuché tu voz que me decía que ése era mi propio sabor, que nadie
más que yo podría sentirlo con esa intensidad.
¿Es verdad, Luna Llena?

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

– Así es, Ludmila. Nuestro querido amigo es el Árbol de la Ciclicidad y todas


las mujeres prueban de su fruto.
De esta manera descubren que son únicas, que ninguna otra mujer es como
ellas en este mundo y sobre todo, aprenden que al comerlo, ya nunca más de-
jarán de cambiar. Siempre transitarán nuevos ciclos, cada uno diferente y esto
las dotará de un inmenso poder.
– ¿Quieres decir que cambiaré como tú lo has hecho? ¿Que tengo el don de
transformarme y no ser siempre la misma?
– ¡Eso mismo quiero decir!
Desde hoy comenzarás a ciclar, a recorrer una espiral que te llevará por luga-
res conocidos pero siempre diferentes. Experimentarás cambios en tu cuerpo,
en tus emociones, en tus deseos, en tus ganas de crear, en tu manera de rela-
cionarte con las otras personas y contigo misma.
¡Es un viaje maravilloso, circular, que nunca termina en esta vida y del que ob-
téndrás la sabiduría que todas las mujeres atesoran desde milenios!
Ludmila se sentía plena, casi
tan oronda y redonda como
su amiga, Luna Llena. Ahora
sabía que la vida es un her-
moso viaje y esto le daba sen-
tido a todo, ya nunca jamás
se aburriría.
Sin embargo, algo de nostal-
gia la fue embargando. Intuía
que el acto de cambiar en
forma permanente también la
obligaría a desprenderse de
muchas cosas, que así como
tomaría deliciosos frutos, o-
tras veces debería entregar-
los, devolverlos a la corriente
de la Vida y esto, seguramen-
te le causaría dolor.
Sin notarlo siquiera, comenzó
a sollozar, lagrimitas azules
caían de sus ojos y rodaban
hasta su mentón. Sus párpa-
dos se fueron cerrando y apo-
yada en el regazo de su com-
pañera de viaje, confiada-
mente, se entregó a un mere-
cido descanso.
Luna Llena la acariciaba y la mecía suavecito, mientras le cantaba, susu-
rrándole al oído, una antigua nana, una dulce canción de cuna.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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La noche se empapaba de una luminosidad y amor inabarcables.


Ambas se durmieron finalmente abrazadas como si fueran una. El calor de
sus cuerpos las envolvía y fácilmente se sumergieron juntas en los sueños
más tiernos…

CONSIGNA:
Una vez finalizada la lectura de este segundo fragmento del relato, reprodu-
cirás la canción Otra Nana, que has recibido con el Material de Trabajo.
Acompañadas por este tema musical realizarán el siguiente Ejercicio de
Mecimiento Mutuo:
Ambas deben sentarse en el suelo, sobre una manta, con una luz tenue
(pueden encender una vela) y acompañadas por la música indicada, tendrás
que mecer o acunar entre tus brazos a tu pequeña, procurándole todo el
amor maternal que fluya de tu corazón. Esto lo acompañarás con mimos y
caricias a lo largo de toda la canción.
Luego se invertirán los roles y será tu niña quien te acune, empleando para
ello el mismo tema musical.
Este ejercicio de maternaje mutuo suele ser muy sanador del vínculo entre
ambas, así como una profunda conexión con sus energías interiores
maternas.
Concluido el ejercicio de mecimiento, dialogarán acerca de cómo se han
sentido en esta vivencia.
Comparto con ustedes algunas preguntas orientadoras:
- ¿Se han sentido cómodas? ¿Les ha gustado? ¿Por qué?
- ¿Han preferido acunar, ser acunadas, o ambas cosas?
- ¿Se han sentido más conectadas entre ustedes?
- ¿Les gustaría repetirlo? Si es así, podrán hacerlo las veces que deseen.
Al igual que en el encuentro anterior, mientras continúan conversando sobre
lo experimentado, las invito a expresarse creativamente.
Para ello se inspirarán en la lámina Ludmila y Luna Llena, que encontra-
rás en los materiales Anexos y que obsequiarás a tu niña.
Podrán utilizar las técnicas que más les agraden (dibujo, pintura, collage),
como así también expresarse por medio de la escritura (palabras significati-
vas, frases, poemas, pequeños relatos).
¡Siéntanse libres para jugar con su imaginación y su creatividad!
Pueden elegir la música que les guste a ambas, preferiblemente canciones de
cuna o que evoquen la infancia, para acompañarse en esta actividad.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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TERCER ENCUENTRO

“Las energías del ciclo menstrual no deben restringirse ni controlar-


se, puesto que el hecho de bloquearlas o coartarlas puede hacer
que se vuelvan destructivas; por el contrario, deben aceptarse como
un flujo que tiene su propio modo de expresión y contra el que no
debemos luchar. De este modo evitamos correr el riesgo de hacer-
nos daño tanto física como mentalmente. No en vano, la mujer que
opone resistencia está negando su propia naturaleza por lo que el
resultado suele ser la agresión, la ira y la frustración; razón sufí-
ciente por la que debemos permitir que las energías menstruales
encuentren su expresión en los múltiples aspectos de la naturaleza
creativa femenina.”
Miranda Gray

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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LUNA 3
LUDMILA Y LUNA MENGUANTE

En este tercer encuentro, luego de haber sido


acunadas por la Luna Llena, fortaleciendo el vín-
culo madre-hija y descubriendo también los pro-
pios aspectos maternales, se internarán aún
más en el bosque acompañadas por Ludmila.
Prepárense entonces para una vez más, cómodas
y relajadas, abrir sus corazones a la milenaria
sabiduría que atesoran los cuentos.
Invita a tu niña, si lo desea, a cerrar nuevamente
sus ojos y vuelve a leerle la historia con la voz de
tu alma:

P
oco a poco, el bosque comenzó a poblarse de sonidos misteriosos y le-
janos. Los árboles parecían acariciar el cielo nocturno cubriendo las
estrellas con sus ramas y oscureciéndolo todo. Esto no impedía que el
lugar conservara su belleza natural, su encanto salvaje.
Así fue que comenzaron a llegar aquellos animales mágicos que habitan la
noche profunda: las lechuzas, los unicornios, las mariposas, las palomas, las
grullas, las liebres y tantos otros que apenas se dejan oír y mucho menos
ver.
Ludmila entre sueños comenzó a escuchar que la hojarasca crujía, de tanto
en tanto, como si alguien se deslizara sobre ella. Aquellos pasos se hundían
en el suave colchón de hojas no muy lejos.
Algo asustada, estiró sus brazos buscando a Luna Llena, pero sólo encontró
un lugar vacío y tibio, como si hiciera minutos ella hubiese partido.
Abrió los ojos sobresaltada y confirmó entonces que ella ya no estaba allí.
¿Dónde habría ido? ¿La habría abandonado en ese bosque cada vez más os-
curo e invadido por criaturas que jamás había conocido?
Entonces, con voz muy fuerte, comenzó a llamarla:
– ¡Luna Llena! ¡Luna Llena! ¿Dónde te encuentras? ¿Estás jugando a las es-
condidas? ¿Quieres asustarme?
Pero sólo se escuchaban los sonidos del bosque y aquellas pisadas que se
acercaban, de manera inquietante, cada vez más.
Repentinamente, detrás de un viejo fresno, se asomó una silueta que la niña
no podía reconocer y que, en forma sigilosa, movía su mano como invitán-
dola a acercarse.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

¿Quién se encontraría allí, agazapada detrás del árbol?


Temerosa, pero movida por su curiosidad, Ludmila fue acercándose a ella
lentamente.
Cuando estuvieron frente a frente, nuevamente la sorpresa la dejó boquia-
bierta.
Su amiga, Luna Llena, había cambiado totalmente. Ahora tenía frente a sí
una delgada luna que la miraba con ojos chispeantes. Cuando Ludmila la
observó con atención encontró que era muy similar a Luna Creciente pero
que esta vez mostraba un perfil diferente, su rostro miraba hacia el lado
opuesto.
– ¿Qué ha pasado? –, preguntó Ludmila, – ¿Has vuelto a cambiar?
– Sí –, contestó la luna. – Mientras tú dormías en la vasta noche, tuve el tiem-
po necesario para recorrer el bosque y transformarme en ésta que ahora ves.
Por un tiempo he dejado de ser Luna Llena, ahora tienes que llamarme Luna
Menguante.
A los ojos de Ludmila su nueva compañera de viaje, parecía estar dotada de
algo especial que no alcanzaba a comprender. En su mirada notaba algo dis-
tinto, como si sus ojos pudieran ver más allá y sus pasos caminaran en la
noche sin ningún problema. Luna Menguante parecía deslizarse entre los
dos mundos: el de la luz y el de la oscuridad a sus anchas, yendo y viniendo
por el entramado bosque.
– Ven, sígueme, necesito sentarme, me siento cansada y quiero hablarte de
asuntos muy importantes –, dijo la luna.
Mientras Luna Menguante buscaba el árbol adecuado, iba recogiendo hier-
bas y explicando a Ludmila que cada una de esas diminutas plantas ateso-
raba inmensos poderes sanadores. De tanto en tanto se inclinaba para reco-
ger algunas flores silvestres que perfumarían su hogar en el cielo. La luna no
se cansaba de enseñar a Ludmila todos los secretos que encerraba el bosque
en sus plantas, en sus aromas, en sus piedrecillas y, en cada roca en la que
se sentaban a descansar, susurraba en su oído alguna poción sanadora que
la ayudaría a crecer en libertad.
Finalmente, en la penumbra del bosque, rodeado de otros árboles que lo
ocultaban de cualquier posible visita, Luna Menguante halló el árbol indi-
cado. Debajo de él se sentaron y luego de permanecer un tiempo en silencio,
la luna entrecerró sus ojos y comenzó a hablar:
– En este momento me siento con la energía adecuada para mirar dentro de mí
y buscar allí el conocimiento que deseo transmitirte.
Ludmila, a su vez, también había notado en sí misma ciertos cambios. De
pronto, sus ganas se habían vuelto hacia su propio mundo interno, ese lu-
garcito del alma que muchas veces visitaba en sueños o con la imaginación.
Era allí donde quería explorar y buscar, no en el bosque como lo había he-
cho junto a Luna Creciente.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Entonces, como ya otras veces


le había sugerido su amiga lu-
na, se dispuso a escucharla
con el corazón y el vientre,
atenta a la respiración que
acompasaba el latir de su úte-
ro y cerrando sus ojos.
Luna Menguante, de manera
pausada y con una voz que
parecía envolverla en tenues
visiones, le dijo:
– Querida hermana, hoy es el
día en que comenzarás a intuir
y conectarte con cada una de
tus energías femeninas.
Ellas te acompañarán siempre,
con sus aspectos buenos y con
aquellos que no lo son tanto,
pero que aprenderás a encau-
zar a lo largo de tu vida.
Estas energías van de la mano
de cada una de nosotras, las
lunas que hoy estamos acom-
pañando tu iniciación como
mujer.
Para ello te he traído un regalo
de mucha importancia, que deberás conservar y cuidar amorosamente.
Se trata de cuatro Cartas Mágicas, que te guiarán cada vez que sientas que
has perdido la conexión con tu energía femenina y con nosotras, tus lunas.
Puedes abrir los ojos, aquí están.

En este momento pondrás frente a tu pequeña las cuatro Cartas Mágicas,


que has recibido con el material Anexo. Colócalas cara arriba, con las figuras
a la vista y, si ella se encontraba con los ojos cerrados, pídele dulcemente
que los abra.
Luego de que tu niña observe las cartas, sin dejar pasar demasiado tiempo,
continúa con la lectura del cuento.

Ludmila, al hacer lo que Luna Menguante le indicaba, encontró frente a sí


cuatro bellas cartas que irradiaban, en forma de espiral, una fuerza intensa
y desmesuradamente atractiva.
Su mirada quedó enamorada de tan rico colorido, de tan elocuentes imáge-
nes, de tanta sabiduría plasmada en un lenguaje que abría para ella puertas
jamás soñadas.
Fue tomándolas, una a una, entre sus manos y sintió que podía verse refle-
jada en cada una de ellas, como si fueran espejos.
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Juntas, Ludmila y Luna Menguante, se conectaron profundamente con las


imágenes. En cada una de ellas se encontraba representada una figura fe-
menina diferente:
- La Doncella
- La Madre
- La Hechicera
- La Bruja
Ludmila permaneció largo rato con cada una de ellas, apoyándolas suave-
mente sobre su corazón y su útero para escucharlas latir al unísono con
ellos.
No tardó en notar que, a cada una de las imágenes de estas figuras femeni-
nas, le correspondía el rostro de una luna:
Junto a la Doncella, se encontraba su amiga juguetona y traviesa, Luna Cre-
ciente.
Junto a la Madre, la acogedora Luna Llena que muchas veces había añorado
en esta noche tan vertiginosa.
Junto a la Hechicera, Luna Menguante, su actual compañera que tantos se-
cretos y pociones sanadoras le había enseñado.
Súbitamente, no pudo evitar darse cuenta que, en la carta que representaba
a la Bruja, aparecía una luna que aún no conocía y jamás había visto. En
ella se la nombraba como Luna Nueva.
¿Cuándo aparecería? ¿En qué momento Luna Menguante se transformaría
en ella?
Sin dudarlo, decidió preguntárselo a su amiga. Pero al intentar hacerlo, se
encontró con la sorpresa de que Luna Menguante dormía profundamente.
Ludmila no lo lamentó, porque ella también necesitaba adentrarse en el
mundo de los sueños. Así fue que se acomodó en la hierba mojada por el ro-
cío y se durmió sin mayor esfuerzo.
Ambas amigas, juntas, una al lado de la otra, se encontraban allí, embarca-
das en un viaje que las conducía a lugares lejanos, profundos, desconocidos.
Podía verse en sus rostros el placer de estar volando alto, hacia los cielos
más cristalinos de sus almas.
La niña despertó de su sueño al sentir un aletear de mariposas en su nari-
cita y, sin prisa, con un letargo placentero se incorporó, para luego recostar-
se cómodamente sobre la corteza del árbol.
Luna Menguante ya no estaba allí, pero podía atisbar su sombra espigada
detrás de un grupo de lavandas que se movían con la brisa. Podía ver cómo
la luna tomaba con mucho cuidado sus pétalos, pidiendo permiso y agrade-
ciendo a las hermanas flores, que invadían el aire con su perfume.
Ésta no tardó en regresar junto a Ludmila. Se sentó frente a ella y mirándola
a los ojos, donde el lila de las lavandas se reflejaba intensamente, le dijo:
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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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– Querida Ludmila, he tenido un sueño muy impactante para ambas.


En él he visto con claridad un sendero que nace aquí muy cerca, junto al río, y
conduce a través del bosque hacia un lugar que nos espera.
Debemos ponernos en marcha.
– ¿Sólo porque has soñado con un camino crees que debemos transitarlo? ¿No
es algo sin mucho sentido? –, refunfuñó Ludmila, con un humor algo extraño
que la invadía. Se sentía inquieta interiormente, como si muchas emociones
se agitaran dentro de sí y necesitara escucharlas.
– A través de los sueños es que habla el alma –, le respondió secamente la lu-
na. – No puedes desoírlos, porque ellos son el lenguaje de tu corazón. Si no es-
cuchas sus mensajes seguramente te perderás, no sólo en el bosque, sino tam-
bién dentro de ti.
¡Pongámonos en marcha, es importante disfrutar cada tramo del viaje!
Así fue que partieron Ludmila y Luna Menguante, por aquel camino que on-
dulaba junto a la orilla del río, acompañadas por un canto que las hacía so-
ñar despiertas…

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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CONSIGNA:
Una vez finalizada la lectura del tercer fragmento del relato, volverán a tomar
contacto con las cuatro Cartas Mágicas.
Siéntanse libres de observarlas con detenimiento permitiéndose sentir lo que
las cartas les transmiten. Dejen que ellas sean un espejo en el que puedan
mirarse.
Dialoguen sobre las percepciones y emociones que las cartas han despertado
en cada una de ustedes.
Luego volteen cada una de ellas (La Doncella, La Madre, La Hechicera y La
Bruja) y lean, en su reverso, las características que las definen.
- ¿Con cuál de ellas se sienten más identificadas? ¿Por qué?
- ¿Alguna de ellas les genera rechazo o temor? ¿Por qué?
Luego del acercamiento a las Cartas Mágicas, reproducirás la canción Prime-
ra Luna, recibida con el Material de Trabajo, para danzar juntas, suavemen-
te y tomadas del brazo.
Buscarán acompañarse con el ritmo la una a la otra, paseando acompasadas
por sus propios latidos que se enlazan.
A continuación de la danza, sentadas una al lado de la otra, dialogarán
acerca de cómo se han sentido en esta vivencia.
Comparto con ustedes algunas preguntas orientadoras:
- ¿Han podido llevar un mismo ritmo, sintonizando los pasos de ambas?
- ¿Alguna se ha adelantado o retrasado con respecto a la otra?
- ¿Cómo se han sentido al caminar juntas? ¿Se han mirado a los ojos? ¿Se
han sonreído?
- ¿Les gustaría repetirlo? Si es así, pueden hacerlo las veces que deseen.
Al igual que en los encuentros anteriores, mientras continúan conversando
sobre lo experimentado, las invito a expresarse creativamente.
Para ello se inspirarán en la lámina Ludmila y Luna Menguante, que en-
contrarás en los materiales Anexos y que regalarás a tu niña.
Podrán utilizar los recursos expresivos que más les agraden: dibujo, pintura,
collage y la escritura de palabras significativas, frases, poemas o pequeños
relatos.
¡Siéntanse libres para crear jugando con su imaginación!
Para acompañarse en esta tarea pueden escoger la música que les agrade a
ambas; preferiblemente temas instrumentales, suaves y tranquilos (por e-
jemplo: música clásica, música para meditar), o mantras, que les permitan
conectarse con su intuición femenina.

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CUARTO ENCUENTRO

“Tenemos que darnos cuenta de que una parte de nuestra actitud


respecto de la menstruación ha sido creada por la historia de la
sociedad; una vez que lo hagamos podremos deshacernos de ese
condicionamiento social y tendremos la oportunidad de volver a
analizar el ciclo menstrual con el fin de descubrir lo que significa
para cada una de nosotras individualmente, al margen de la
opinión de cualquier otra persona o grupo.”
Miranda Gray

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LUNA 4
LUDMILA Y LUNA NUEVA

En este cuarto encuentro, luego de haber com-


partido los misterios que Luna Menguante les ha
revelado con las Cartas Mágicas, las profundida-
des del bosque continúan aguardándolas para
entregarles una mayor sabiduría y el descubri-
miento de sus poderes femeninos.
Te invito una vez más a despertar tu intuición y
sumergirte, junto a tu pequeña, en el conoci-
miento de los dones atesorados en sus almas de
mujer.
Invita a tu niña, si lo desea, a cerrar nuevamen-
te sus ojos y vuelve a leerle la historia con la voz de tu corazón:

L
entamente el bosque comenzó a oscurecerse cada vez más. Las siluetas
de los árboles se desdibujaban y el cielo tomaba una profundidad aza-
bache e impenetrable. Poco y nada se veía alrededor. Pero Ludmila no
sentía miedo. Se dejaba llevar por el sonido de la canción y entrecerraba sus
ojos al caminar, dejando así que algo diferente guiara sus pasos. Sentía que
el rumor del río la acompañaba, que las alas de los pájaros la elevaban milí-
metros del suelo haciendo que el camino pareciera deslizarse bajo sus pies.
La noche se había hundido en la espesa negrura, pero ella seguía sin temer.
La melodía la llevaba tiempo atrás, muy atrás: un tiempo que tal vez sólo su
cuerpo recordaba.
Poco a poco, fue dándose cuenta que estaba caminando con los ojos cerra-
dos, que le bastaba con mirar el camino dentro de sí para no perderse y
avanzar segura, dueña de una nueva energía que ahora comenzaba a nave-
gar su sangre.
Ludmila viajaba en su silencio interior, envuelta en colores y sensaciones di-
ferentes, cuando la tibieza de una hoguera lejana le hizo abrir los ojos.
¿Qué fue lo que vio?
¡Un espectáculo maravilloso!
Frente a sí, cobijada en el seno de una inmensa montaña, se encontraba una
misteriosa gruta.
Ludmila quedó maravillada ante esta cueva cuya entrada resplandecía por
los tonos rojizos de sus piedras que fulguraban e iluminaban la noche. Jun-
to a la gruta, una sonora cascada de rojas y cantarinas aguas, parecía repe-
tir su nombre:

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Ludmila… Ludmila…
¿Dónde se encontraba Luna Menguante? Otra vez, ya no estaba junto a ella.
Calmadamente y sin inquietarse comenzó a llamarla, ya que no la sorpren-
dería encontrarla transformada una vez más. Estos cambios se habían vuel-
to algo natural, también para ella. Podía vivenciarlos en su cuerpo, sintién-
dose un espejo de su amiga, armonizada con su luz y sus vaivenes.
Desde el interior de la caverna, una voz conocida le respondió:
– Ludmila, ya no me busques, aquí estoy, dentro de la Gruta Roja, sentada
frente al fuego sagrado.
¡Entra! ¡Entra sin temor, que estoy aquí aguardándote!
La niña, sin dudarlo, atravesó el portal de piedras que coronaba la entrada y
allí encontró, sentada frente a una fogata de ondulantes llamas, a la luna.
Una vez más comprobó que su compañera de viaje estaba completamente
cambiada. Se había convertido en una redonda medalla oscura, que se perci-
bía tenuemente en la profundidad de la gruta.

– ¡Bienvenida a la Gruta Roja!


Ahora puedes llamarme con mi nuevo nombre: ¡Luna Nueva!
La cueva no era muy alta, ni demasiado espaciosa, sin embargo la niña sen-
tía que ese sitio era acogedor, como lo fue alguna vez el útero de su madre

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

antes de nacer. Necesitaba sentarse junto al fuego, cuya tibieza comenzaba a


envolverla, y así lo hizo.
Sentadas frente a frente, Luna Nueva la miraba directamente a los ojos, pa-
reciendo no necesitar hablar. En su mirada se asomaba la sabiduría milena-
ria de todas las mujeres que habían habitado la tierra antes que ella: su ma-
dre, sus abuelas, sus bisabuelas, sus antepasadas más lejanas en el tiempo.
Ludmila tampoco buscaba palabras, sólo permanecía en silencio, sostenida
por la mirada de Luna Nueva.
Así fue que su cuerpo comenzó a hablarle y ella se entregó confiada al placer
de escucharlo atentamente.
De pronto sintió como, entre sus piernas, desde su vagina, comenzaba a fluir
lentamente un líquido tibio y rojizo. No sentía asombro al comprobar que era
su propia sangre la que corría, como un delgado hilo, hacia el húmedo suelo
de la cueva. No sentía miedo ni dolor sino una profunda conexión con la tie-
rra que la acariciaba con una amorosa energía femenina al recibir la ofrenda
de su cuerpo, ya de mujer.
Entonces Luna Nueva, con mucha dulzura y alegría le habló:
-– Esta sangre que nace de ti, de tu útero, es la sangre más sagrada.
Es la manifestación de tus energías creativas, de tus dones femeninos, de tu
fuerza y sabiduría de mujer.
Mes a mes, te encontrarás con ella y te abrirá el camino a visiones y sueños.
Tendrás la hermosa oportunidad de conectarte contigo misma y descubrirte
siempre nueva.
Es ella, tu sangre, la que te llevará por el río de la Vida.
¡Desde hoy, Ludmila, eres una Mujer Sagrada!
Ludmila sentía que su alma se expandía y abarcaba todo el espacio de la
gruta con una mirada de amor y gratitud. Se sentía plena y feliz.
Fue entonces que Luna Nueva se acercó a ella y la abrazó con toda su luz.
Ambas sollozaron de emoción.
Luego de un tiempo de descansar juntas, Luna Nueva le dijo:
– Este es un momento de celebración y por ello quiero obsequiarte algo que te
acompañará siempre.
Ludmila, ansiosa, abrió sus ojitos que brillaron más que nunca.
La luna se acercó a un antiguo cofre que estaba oculto detrás de una roca y
sacó de él una lámina que le entregó a Ludmila.

En este momento del relato presentarás a tu niña el diagrama de la Rueda


Lunar, que encontrarás incluido en el material Anexo, y luego continuarás
con el relato.

– Esta será tu Rueda Lunar –, le dijo la luna.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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En ella podrás repetir una y otra vez el viaje que has realizado hoy conmigo.
A lo largo de su recorrido te encontrarás con cada una de mis caras: Luna Cre-
ciente, Luna Llena, Luna Menguante y Luna Nueva.
Ella te ayudará a recordar todo lo que hemos transitado juntas por el bosque y
a no olvidar lo que has aprendido.
Cada día podrás compartir allí cómo te sientes, cómo se encuentra tu cuerpo,
tus emociones, tus deseos.
Con ella aprenderás a conocer tus propios ritmos y cómo notar en ti los cam-
bios que te ocurrirán a lo largo del mes.
También te servirá de guía para sintonizar tu creatividad, tus ganas de hacer
y soñar, con mis distintas fases.
Te la ofrezco, como tu hermana luna, para que nunca sientas que estás sola
en este viaje.
En cada una de mis caras, estaré contigo.
¡Bastará que mires el cielo para encontrarme!
Luego de decir esto, la luna, como por arte de magia, desapareció de la gru-
ta.
Desde lejos, como si viniese de las estrellas, se escuchaba su voz que le can-
taba:
– ¡Cuida de nuestros dones!
¡Agradece tu sangre!
¡Comparte siempre con tus amigas!
Ludmila, sintiéndose renovada y feliz, decidió emprender el regreso hacia su
casa.
Llevaba consigo las cuatro Cartas Mágicas y la Rueda Lunar, pero sobre todo
la certeza de que ya no era la misma y de que nunca estaría sola.
Por primera vez atravesó el bosque sin compañía y la oscuridad de la noche
no la atemorizó. Se sentía parte de él, parte de la naturaleza y tenía a su
amiga luna, que siempre la protegería, muy adentro de su corazón y de su
vientre.
Cuando llegó a su casa, entró por la ventana de su dormitorio y muy can-
sada por todo lo que había vivido, necesitó recostarse en su cama y dormir.
En el momento en que estaba por hacerlo, una fuerza misteriosa la empujó
hacia la ventana y al mirar a través de ella, sintió una inmensa alegría. En el
cielo, entre las copas de los árboles, se encontraba su compañera de aven-
turas, Luna Creciente.
Ludmila trepó a la ventana y le regaló, con la brisa de la noche, su sonrisa
más dulce.
Luna Creciente, saltando de tejado en tejado, se zambulló en la fuente de su
jardín y desde allí, cómplice y risueña, le hizo cosquillitas con su luz platea-
da.
Ludmila y la luna se durmieron juntas entre infinitas caricias y carcajadas.
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Y colorín colorado…
los cuentos de las niñas y las lunas, jamás, jamás, se han terminado…

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CONSIGNA:
Al finalizar el relato, propondrás a tu pequeña dialogar amorosa y confiada-
mente sobre todo lo vivido en este último fragmento del relato, intercambian-
do dudas, experiencias, temores, sorpresas, alegrías.
Le explicarás, con paciencia y detenimiento, cómo podrá utilizar su Diagra-
ma Lunar, ofreciéndote a ayudarla durante los primeros meses, utilizando tú
también tu propio diagrama.
Al igual que en los encuentros anteriores, mientras continúan conversando
sobre lo experimentado, las invito a expresarse creativamente.
Para ello podrán inspirarse en la lámina Ludmila y Luna Nueva, que en-
contrarás en los materiales Anexos y que regalarás a tu niña.
Utilizarán los lenguajes expresivos que más les agraden: dibujo, pintura, co-
llage y la escritura de palabras significativas, frases, poemas o pequeños
relatos.
¡Permítanse descubrir el caudal creativo que atesoran sus almas!
Para acompañarse en esta tarea pueden escoger la música que les agrade a
ambas y las identifique con su esencia femenina.
Para finalizar el taller quiero proponerte que guíes a tu niña y compartas con
ella la confección de la Lámina Decorativa de la Rueda Lunar, disfrutando de
la canción Pequeño Capullo, que has recibido con la música del taller.
Esta lámina decorativa tendrá forma de rombo, con la Luna Nueva en la
esquina superior, la Luna Creciente a la izquierda, la Luna Menguante a la
derecha y la Luna Llena en la esquina inferior.
Una vez armada, siguiendo las indicaciones que encontrarás en la página
siguiente, deberán agregarle los elementos decorativos ya provistos. Luego,
podrán colorearla y terminar su decoración como deseen.
¡A disfrutar juntas creando esta gran Rueda Lunar, espejo de sus ciclos!

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INSTRUCCIONES PARA EL ARMADO:


1. Disponer de las páginas impresas
con los cuatro cuadrantes y la que
contiene los cinco elementos decora-
tivos ya diseñados.

2. Cortar el excedente de papel, por la


línea punteada. Repetir el procedi-
miento con cada uno de los cuadran-
tes, como indican las fotografías.

3. Formar las aletas de unión de los


cuadrantes 1 (Luna Llena) y 2 (Luna
Creciente), recortando los sectores
grises de cada uno.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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4. Unir los cuadrantes 1 y 2, pegando


la aleta de unión con el cuadrante 2
en la cara posterior de éste último,
como se indica en las imágenes.

5. Formar la aleta de unión del cua-


drante 3 (Luna Menguante), recortan-
do la tira de papel color gris.

6. Unir el cuadrante 3 al conjunto ya


armado, pegando la aleta del cua-
drante 1 (aleta de unión con el cua-
drante 3) en la cara posterior de éste
último, como se indica en las imáge-
nes que siguen.
Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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7. Recortar las tiras de papel color


gris del cuadrante 4 (Luna Nueva).

8. Unir el cuadrante 4 al conjunto ya


armado, pegando las aletas de los
cuadrantes 2 y 3 (aleta de unión con
el cuadrante 4 de cada uno de ellos)
en la cara posterior del mismo, como
puede apreciarse las fotografías.
Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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9. Recortar, prolijamente, los cinco


elementos decorativos: cuatro lunas y
una espiral central.

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10. Pegar la espiral en el círculo cen-


tral formado al unir los cuatro cua-
drantes.

11. Pegar las cuatro lunas en los


sectores asignados para cada una de
ellas dentro de la lámina.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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Aquí les muestro un ejemplo del colo-


reado básico de la lámina, que luego
continuarán decorando como deseen.
También pueden ver cómo me quedó
a mí (casi finalizada).

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

De la mano de Ludmila, la protagonista de esta historia, han podido conec-


tarse con la naturaleza femenina, cambiante y lunar.
Han recorrido esta experiencia a través de palabras, imágenes y canciones,
con alegría y asombro, acompañándose amorosamente la una a la otra.
¡Espero que hayan tenido un Buen Viaje, pleno de Luz y Sabiduría!
Quiero invitarlas, de aquí en más, a danzar con las mareas de sus cuerpos.
¡Bienvenidas al universo infinito de sus lunas!
Germana Martin

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APÉNDICE
LETRAS DE LAS CANCIONES

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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CANCIÓN DE BAÑAR LA LUNA


Ya la luna baja en camisón
a bañarse en un charquito con jabón.
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.
Ya la luna baja en palanquín
a robar un crisantemo del jardín.
Ya la luna baja muy feliz
a empolvarse con azúcar la nariz.
Ya la luna baja por allí
su kimono dice no, no y ella sí.
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva a Siu Kiu.
Ya la luna vino y le dio tos
por comer con dos palitos el arroz.
Ya la luna en puntas de pie
en una tacita china toma té.
Ya la luna baja en tobogán
revoleando su sombrilla de azafrán.
Quien la pesque con una cañita de bambú,
se la lleva Siu Kiu.
Letra y Música de María Elena Walsh

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OTRA NANA
Niña llora con locura
pobrecita se hizo nana
ya verá cómo se cura
en los brazos de su Mama
ya verá cómo se cura
con los besos de su Mama.
Niña mía que solloza
venga y préndase en mi cuello,
siempre ella tan hermosa
que de todo es lo más bello.
Qué dolor el de esta nena,
no me llore mi chiquita
que si a usted le da la pena
el corazón se me marchita.
Letra y Música de Sebastián Monk

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PRIMERA LUNA
Luna de las altas cumbres
cubre mi sueño de ti,
que es el frío de mi pecho
que no me deja dormir.
Madre luna dame abrigo
muerde el filo de mi sed,
que en la piedra que es mi lecho
el silencio es otro ser.
Luna de esta noche larga
vuelve tu cara a mi ayer,
cuéntame cómo he cambiado
dime cómo he de crecer.
Luna madre milenaria
dime cómo he de volver,
cuál será mi casa
dime cuándo lo sabré.
En el fondo de la tierra
vibra un cántaro de luz,
el latido del pasado
en su barro vive aún.
En el cauce de aquel río
quiero volver a vivir
ser guijarro del sonido
y con sus aguas fluir.
Letra y Música de Georgina Hassan

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PEQUEÑO CAPULLO
Pequeño capullo ven a mis brazos,
ven que te arrullo como hace años,
y así cantarte la dulce nana,
y que te duermas acurrucada.
Tu primer luna ya está en tu cuerpo
y en ti celebro este misterio,
somos hermanas en nuestra sangre,
tú eres la hija y yo la madre.
Has florecido en mariposa,
con amplias alas púrpura y roja,
mis bendiciones pequeña niña
y que la diosa sea tu guía.
Que tu camino de rosa y sueños
se abra claro bajo este cielo,
y que la luna sea tu aliada,
y que te cuide cuando descansas.
Pequeño capullo ven a mis brazos,
ven que te arrullo como hace años,
y así cantarte la dulce nana,
y que te duermas acurrucada.
Tu primer luna ya está en tu cuerpo
y en ti celebro este misterio,
somos hermanas en nuestra sangre,
tú eres la hija y yo la madre.
Letra y música de Silvana Musso

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
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ÍNDICE DE TEMAS MUSICALES

PRIMER ENCUENTRO:
- Canción de bañar la luna,
por Luna Monti y Juan Quintero,
del álbum Luna Monti y Juan
Quintero.

SEGUNDO ENCUENTRO:
Otra nana,
por María Elía y Diego Penelas,
del álbum Nuevas Canciones para
Niños sin Sueño.

TERCER ENCUENTRO:
Primera luna,
por Georgina Hassan,
del álbum Primera Luna.

CUARTO ENCUENTRO:
Pequeño capullo,
por Silvana Musso,
del álbum Con Voz de Mujer.

Si los grabas en un compact disk (cd), puedes completarlo con otros temas,
que sean del agrado de ambas, para escucharlos cuando les sean necesarios.

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GERMANA MARTIN
Comunicadora e investigadora de lo Femenino, con
un enfoque fundado en la psicología junguiana y
una visión integradora con lo Masculino.
Artesana con las palabras, poeta, escritora, docente
(con experiencia, especialmente, en áreas rurales).
Creadora de los Talleres de Autoconocimiento y
Creatividad Femenina – Palabra Chamánica, que
facilita y coordina en sus modalidades presenciales
y a distancia.
Creadora y facilitadora, junto a Adriana Barbato,
del taller presencial “Danzando las palabras en tu
piel”, dictado en la ciudad de Bariloche, Río Negro, Argentina.
Creadora de Ediciones Palabra Chamánica, proyecto editorial auto-gestio-
nado en el que ha publicado:
- El regreso a mí misma. De crisálida a mariposa.
- Desde el útero. Escribir con el cuerpo.
- Creando con mis lunas.
- Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina.
- Ludmila y sus Lunas. Una Historia Iniciática para madres e hijas en el
portal de la menarquia.
- Mujer Raíz - Poemas
Gestadora de videos y blogs que buscan re-significar el universo femenino a
través de re-nombrar el cuerpo, los ciclos y la naturaleza femenina con un
lenguaje propio creado con el aporte de mujeres de todo el mundo.
Creadora de la red Mujeres en círculo, desde diciembre de 2008, actual-
mente en Facebook, en la que ha reunido a más de 10.500 mujeres de todo
el mundo.
Creadora de la página Palabra Chamánica Espacio Creativo, en Facebook,
desde mayo de 2009, que actualmente cuenta con más de 10.000 seguido-
res.

FORMACIÓN:
Profesora para la Enseñanza Primaria.
Alumna de la Escuela de Biodanza de La Plata (EbiSur), perteneciente a la
International Biocentric Foundation, en la que ha aprobado los siguientes
módulos: “Afectividad”, dictado por la profesora Estela Piperno; “Contacto y
caricias”, dictado por la profesora Patricia Martello; “Educación Biocéntrica”,
dictado por la profesora María Adela Cremona; “Proyecto Minotauro”, dictado
por los profesores Ana María Vitale y Horacio Vitagliano.

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Experiencia de terapia transcultural (vinculada al chamanismo) con el Dr.


Arturo Philip.
Asistencia a diferentes talleres presenciales (Plenitud; Luz de Luna:
ciclicidad y sexualidad femenina) y experiencias chamánicas (temazcal,
machitún, ceremonias del tabaco) con la chamana y abuela chilena Luzclara.
Profundización en el tema de la menopausia a través del taller presencial
sobre la “Plenitud de la mujer”, brindado por la chamana Luzclara en la
Conferencia de la Diosa (diciembre de 2009, Capilla del Monte, Córdoba,
Argentina).
Asistencia al taller presencial de Vicki Noble, sobre el tarot Mother Peace,
dictado en la Conferencia de la Diosa (diciembre de 2009, Capilla del Monte,
Córdoba, Argentina).
Asistencia al taller presencial “Vientre Rubí: La Mujer y sus Ciclos” brindado
por Mahi Caro Barahona, psicóloga y cofundadora del Círculo Matríztico de
Chile.
Asistencia al taller presencial “Danza Mandálica Espiral de Tara” con la
maestra portuguesa Lila Vestury.
Participación en el Seminario a distancia “Vínculos y emociones desde
Oriente y Occidente”, dictado por Virginia Gawel, directora del Centro
Transpersonal de Buenos Aires.

E-mail:
Contacto: [email protected]
Secretaría Talleres Palabra Chamánica: [email protected]
Ediciones Palabra Chamánica: [email protected]

Blogs:
Palabra Chamánica: www.lapalabrachamanica.blogspot.com.ar
Útero… Jardín Sagrado: www.jardinsagrado.blogspot.com.ar
Deméter y Perséfone: www.demeterypersefone.blogspot.com.ar
Luna adentro… hacia la menopausia: www.lunaadentro.blogspot.com.ar
Gestando Círculos de Mujeres: www.ger-mujeresencirculo.blogspot.com.ar
Embarazo: mandala de panza y lunas:
www.embarazomandaladenuevelunas.blogspot.com.ar
Pareja Creadora… masculino y femenino en vuelo:
www.parejacreadora.blogspot.com.ar
Hilo de estrellas: www.hilodeestrellas.blogspot.com.ar

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Palabra Chamánica Espacio Creativo (página).
Mujeres En Círculo (perfil).
Mujeres en Círculo (página).
Ludmila y sus Lunas de Germana Martin (página).

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN
AL ENCUENTRO DE LUDMILA Y SUS LUNAS ………………………………... 7
PREPARACIÓN INTERIOR DE LA MADRE
(O NARRADORA) ………………………………... 9
ELECCIÓN DEL MOMENTO Y PREPARACIÓN DEL
LUGAR ………………………………... 15
PREPARACIÓN DE LOS MATERIALES ………………………………… 15
PRIMER ENCUENTRO ………………………………… 17
LUNA 1
LUDMILA Y LUNA CRECIENTE ………………………………… 19
SEGUNDO ENCUENTRO ………………………………... 25
LUNA 2
LUDMILA Y LUNA LLENA ………………………………… 27
TERCER ENCUENTRO ………………………………... 31
LUNA 3
LUDMILA Y LUNA MENGUANTE ………………………………… 33
CUARTO ENCUENTRO ………………………………... 39
LUNA 4
LUDMILA Y LUNA NUEVA ………………………………… 41
APÉNDICE
LETRAS DE LAS CANCIONES ………………………………... 55
ÍNDICE DE TEMAS MUSICALES ………………………………... 61
GERMANA MARTIN (RESEÑA) ………………………………... 63

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Cuaderno – Taller Ludmila y sus Lunas
Creado y coordinado por Germana Martin

Este Cuaderno/Taller se terminó de nutrir el 1 de octubre de 2013 en la ciudad de


La Plata, Buenos Aires, Argentina.
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LUDMILA Y SUS LUNAS
Germana Martin
Nació el 4 de julio de 1961, en La
Plata.
Vivió los primeros años de su
vida bajo los soles y las lunas de
su amada City Bell.
Luego regresó a su ciudad natal,
donde cursó sus estudios.
En la actualidad disfruta de ser
una artesana de las palabras,
creando y coordinando talleres
de autoconocimiento y creativi-
dad femenina.

“De la mano de Ludmila, la protagonista de esta historia, podrán


conectarse con la naturaleza femenina, cambiante y lunar. Recorre-
rán esta experiencia a través de palabras, canciones e imágenes,
con alegría y asombro, acompañándose amorosamente la una a la
otra.
¡Las invito a danzar con las mareas de sus cuerpos!
¡Bienvenidas al universo infinito de sus lunas!”
Germana Martin

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER


EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA

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