QUITMAN Sesion 2 Modulo 2

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Quitmann, Helmut, Cap.

1
Psicología Humanística,
Barcelona: Herder

DECLARACIONES PROGRAMÁTICAS DE LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA

En las décadas de los cincuenta y sesenta apareció en los Estados Unidos la «psicología
humanística» como "tercera fuerza" junto al psicoanálisis y al conductismo. Se trata de una
corriente psicológica que, limitada en principio a aquel país, llegó a Alemania y al resto de
Europa en los años sesenta.1

El hecho de que se tratase al principio de un desarrollo exclusivamente estadounidense en el


seno de la psicología representa un fenómeno en sí mismo, dado que los conceptos de la
psicología humanística fueron desarrollados de forma decisiva y personal también por
psicólogos alemanes emigrados a los Estados Unidos tras la subida de Hitler ni poder.
Psicólogos psiquiatras como Kurt Goldstein, Erich Fromm, Fritz Perls, Charlotte Bühler, Ruth
Cohn y muchos otros, armados con las ideas de la psicología existencialista en germinación,
llegaron a unos Estados Unidos que, después de la sacudida de la crisis económica, iniciaban
un periodo de prosperidad con el programa del «New Deal», puesto en marcha por el
presidente Roosevelt.

Es interesante e importante ver cómo se vinculan el espíritu pragmático, democrático y


humanístico de la reforma económica del «New Deal» con las ideas europeas de la filosofía
existencialista y de la fenomenología, entre otras, para desembocar en el nacimiento de una
nueva corriente psicológica.

Cuando a finales de los sesenta se dan a conocer en Alemania y en el resto de Europa la


psicoterapia conversacional, la terapia de la forma (Gestalt), la interacción centrada en los
temas y otros conceptos, se cierra posiblemente el círculo: las ideas aparecidas en Alemania,
donde no pudieron desarrollarse a causa del fascismo, llegan a los Estados Unidos y vuelven
a Europa, en un cierto modo, en forma de conceptos psicológicos.

Los principios fundamentales de la psicología humanística, basados en estos puntos


de partida y con su carácter exaltadamente ingenuo, además de optimista y pragmático, junto
al gran ímpetu con el que iniciaron su trabajo los psicólogos reunidos en la recién formada
AAHP2, influyeron también en los psicólogos que acababan de llegar de Alemania.

En el prólogo del primer número del «Joumal of Humanistic Psychology» su editor, Anthomy
Sutich, escribía: «las psicologías existencialista y fenomenológica, entre otras, surgieron en el
curso de nuevos intentos para abrir la vasta y crucial vida interior del hombre, con vistas a
liberar sus potencialidades y lograr la máxima autorrealización» 3.

Bugental, en su famoso articulo The Third Force in Psycholoy4, habla de una «ruptura» que
compara con acontecimientos históricos tales como el final del feudalismo, la introducción de
la electricidad o el comienzo de los trabajos de laboratorio en la psicología experimental.

1
Profetiza que la psicología humanística traerá a la humanidad cambios revolucionarios
parecidos a los que supuso la ciencia en su tiempo y asegura que representa un contrapeso
eficaz frente a la creciente amenaza para la humanidad de un holocausto nuclear. Con
apasionamiento casi exaltado, compara la aparición de la psicología humanística con el
descubrimiento de América: "Es... como si un hemisferio totalmente nuevo de nuestro globo
hubiera sido descubierto por un nuevo Colón» 5.

Para Ch. Bühler las metas de la vida del ser humano son la autorrealización y la
«satisfacción». Formula, asimismo, cuatro «tendencias básicas» del ser humano para la
consecución de la autorrealización y de la satisfacción, en su lucha por alcanzar dichas metas
finales: «Satisfacción de las necesidades, autolimitación adaptativa, creatividad expansiva y
apoyo del orden interno”6.

En una entrevista, aparecida en el segundo número de la revista, A. Maslow afirma sobre las
metas de Eupsychia, la comunidad ideal de hombres sanos: «En nuestra Eupsychial… todo el
mundo sería psicológicamente sano, todo el mundo sería capaz de manejar ideas
espontáneas y ya que habría pocas hostilidades personales, existiría muy poco temor y, por
consiguiente, una gran espontaneidad y creatividad. La gente tendría confianza en sí misma;
se alegraría de las nuevas ideas, de las novedades y de los cambios. No habría necesidad de
recurrir al pasado, la gente se adaptaría alegremente a las condiciones cambiantes» 7.

Carl Rogers formula afirmaciones parecidas. En su artículo Toward a Science of a Person,


aparecido en 1963, profetiza grandes transformaciones: «(la psicología humanística)
conducirá a formulaciones teóricas que resultarán tan sorprendentes para los psicólogos
convencionales como lo fueron las teorías del espacio no euclidiano para los físicos
convencionales... Conllevará una "visión del hombre como arquitecto responsable de sí
mismo, subjetivamente libre y que elige»8.

En 1964, es decir dos años después de la aparición de Artieles of Association, Bugental


formula por vez primera algo parecido a unos principios de la psicología humanística. Bajo el
título Basic Postulates and Orientation of Humanistic Psychology menciona cinco principios:

1. En su condición de ser humano, el hombre es más que la suma de sus componentes, 9


es decir, a pesar de la importancia que tiene el saber constituido por el conocimiento de
las funciones parciales del ser humano, Bugental subraya la peculiaridad y el ser
persona del hombre.
2. La existencia del ser humano se consuma en el seno de las relaciones humanas 10, es
decir, la peculiaridad del ser humano se expresa, por ejemplo, a través del hecho de
que su existencia está siempre ligada a relaciones interhumanas.
3. El hombre vive de forma consciente 11, es decir, independientemente de cuánta
conciencia sea asequible al hombre, aquélla de la que dispone representa una
característica esencial del ser humano y es la base para la comprensión de la
experiencia humana.
4. El ser humano está en situación de elegir y decidir 12, es decir, este postulado sigue de
algún modo al anterior, puesto que cuando un ser humano vive conscientemente no
tiene por qué permanecer en el papel pasivo del espectador, sino que mediante sus
decisiones activas puede variar su situación vital.
5. El ser humano vive orientado hacia una meta 13, es decir, la persona vive orientada
hacia un objetivo o unos valores que forman la base de su identidad, por lo cual se
2
diferencia de otros seres vivientes. Este estar orientado tiene un doble carácter, esto
es, el ser humano tiende en igual medida; por ejemplo, a la tranquilidad y a la
excitación.

Bajo el título Orientation of Humanistic Psychology sigue una toma de postura teórico-
científica:

1. El ser humano está en el centro de la psicología humanística 14, es decir, la psicología


humanística se vuelve contra la exigencia científica de objetividad. La psicología
humanística insiste en que el ser humano que investiga tiene que ser siempre parte de
la investigación sobre el ser humano.
2. La psicología humanística confiere más importancia al sentido y significación de las
cuestiones que al procedimiento metódicos 15, es decir, la psicología humanística iría
contra sus principios si, por muy necesarios que sean el desarrollo y la validación de
los métodos científicos, descuidase ocuparse de las relaciones de significado de la
existencia humana para favorecer la metodología.
3. Para la validación de afirmaciones la psicología humanística se basa en criterios
humanos16, es decir, la psicología humanística no va en contra del empleo de métodos
estadísticos y tests, sino que exige que éstos estén subordinados al criterio de la
experiencia humana.
4. La psicología humanística proclama la importancia relativa de todo el conocimiento 17,
es decir, la psicología humanística parte de que todo saber tiene una importancia
relativa, por lo que invita a aprovechar las infinitas posibilidades de nuestra
representación mental y creatividad para ampliar nuestro conocimiento.
5/6. La psicología humanística confía ampliamente en la orientación fenomenológica, sin
que por ello desprecie los logros de otras orientaciones; así intenta completarla y agregarla
a la relación total de una concepción de la experiencia humana 18, es decir, como se
desprende de los puntos anteriores, la psicología humanística hace hincapié en la posición
central de la orientación fenomenológica para la investigación de la existencia humana en
su integridad.

HISTORIA DE LA PSICOLOGÍA HUMANÍSTICA

Para la comprensión de la relación general de la presente investigación, considero razonable


ofrecer una visión general acerca de la historia de la psicología humanística, así como de su
trasfondo político y cultural. Lo considero importante porque, junto a la lógica relación mutua
de las corrientes científico-filosóficas, hay que tener en cuenta el aspecto de un «espíritu de la
época»19, en el que fluyen todas las corrientes existentes de la vida y cultura humanas y que
da lugar, en diferentes sitios de la Tierra, de forma simultánea, a pensamientos, ideas y
conceptos semejantes.

Denominaré «historia» de la psicología humanística al tiempo que media entre 1929, punto
culminante de la crisis económica mundial, y 1962, año de la fundación de la American
Association of Humanistic Psychology. Hasta finales de la década de los veinte era el viejo
espíritu pionero el que constituía la columna vertebral intelectual y moral de la sociedad
estadounidense. La política de quien era presidente en esa época, Coolidge (mandato 1923-
29), se basaba en una filosofía que afianzaba el éxito del desarrollo de la sociedad
estadounidense en valores tales como «trabajo duro», «moderación» y «religiosidad». A pesar
de ello -o precisamente por eso mismo la catástrofe económica era imparable.
3
La «gran depresión», que alcanzó su punto culminante en 1929, bajo el nuevo presidente
Hoover, con el «viernes negro», hizo temblar hasta la médula no sólo la economía mundial,
sino también la nación americana. A la autoconciencia de la época de los pioneros y de los
fundadores, se le quitó formalmente la base. Cuando Roosevelt accedió, en 1933, a la
presidencia, había en los Estados Unidos aproximadamente 15 millones de parados, es decir,
casi uno de cada cuatro estadounidenses no tenía trabajo.

La gigantesca reforma económica introducida por Roosevelt, el «New Deal», iba ligada a una
renovación cultural. Al grupo de consejeros de Roosevelt pertenecían principalmente
personas que seguían el pragmatismo de orientación humanística de John Dewey. Las
nuevas leyes para la promoción de los programas de trabajo estatales, la electrificación de las
zonas rurales, la mejora de la sanidad pública, los programas de construcción de viviendas y
la seguridad de los trabajadores mediante sindicatos protegidos por la ley, se mezclaban con
programas de bienestar social, igualmente bien dotados, que debían asegurar de nuevo una
existencia digna a todos los ciudadanos, en especial a los niños, parados, jubilados,
pequeños campesinos y comerciantes. Esta mezcla de medidas de orientación puramente
económica y humanística tenia, entre otras, su explicación en la personalidad de Roosevelt.
En los libros de historia se puede releer que las emociones y la comprensión intuitiva tenían
para él la misma importancia que el pensamiento y la actuación racional, que para él era de
gran importancia, junto a la gran política, mantener siempre el contacto con los ciudadanos de
su país. Las cuatro libertades20 que colocó en el centro de la política, acompañaban a la
imagen del hombre que consideraba la naturaleza humana como fundamentalmente buena y
razonable.
La fase de reforma del «New Deal», realizada con abundancia de medios -apoyada
ideológicamente por la inteligencia liberal del país-, era en último extremo una vinculación de
política económica y social activa y de pragmatismo humanístico, soportada por la idea de
una democratización a largo plazo de la sociedad estadounidense. El saneamiento de la
economía debía ir parejo con un reforzamiento del individuo en provecho de la comunidad.

De este modo, Roosevelt logró reorientar nuevamente el sentimiento social de la sociedad en


los Estados Unidos hacia valores positivos; en lugar de la depresión nacional reapareció, en
un corto lapso de tiempo, un optimismo pragmático y humanístico, que atacó con conciencia
reforzada, las tareas cotidianas y futuras. En su discurso con motivo de su tercer mandato 21
en el año 1941, que despertó gran expectación en la opinión pública mundial, Roosevelt
vinculó las metas de una nación democrática con las del individuo: «la democracia no está
muriendo... Sabemos que no puede morir, pues está construida sobre la iniciativa de hombres
y mujeres individuales unidos entre sí en una empresa común -una empresa emprendida y
conducida por la libre expresión de la mayoría libre» 22. A continuación compara, de manera
expresiva, el ser de la nación con el del ser humano: «Una nación, al igual que una persona,
tiene un cuerpo; un cuerpo que hay que alimentar, cubrir y albergar... Una nación, al igual que
una persona, tiene una mente, una mente que hay que mantener informada y alerta, que debe
conocerse a sí misma, que comprende las esperanzas y las necesidades de sus vecinos,
todas las otras naciones que viven dentro del círculo próximo del mundo. Y una nación, al
igual que una persona, tiene algo más profundo, más permanente, mayor que la suma de sus
partes. Es ese algo que se refiere en mayor medida a su futuro... La aspiración democrática
no es una simple fase reciente de la historia de la humanidad. Es la historia de la
humanidad... estaba escrita en la Carta Magna» 23

4
La inmigración de muchos europeos durante el dominio nazi fue un apoyo para la renovación
cultural y humanística que empezaba en los Estados Unidos. Una mayor preocupación por la
literatura, la pintura, la música y otras áreas del arte estimulaba a ocuparse con mayor
intensidad de cuestiones como la del valor y el sentido de la vida. Para muchas personas se
hizo claro que el rápido desarrollo técnico no podía continuar imparable de esta forma, si no
se quería poner en peligro la importancia del individuo o de la raza humana en su totalidad.

La importancia de cada ser humano apareció reducida de forma aterradora a la vista de la


bomba atómica. Muchas personas se sintieron desamparadas. Aquí no se trata de la soledad
existencial como estado fundamental de la existencia humana, sino de la forma neurótica de
soledad que acompaña a la creciente alienación de los individuos respecto a sí mismos y de
otros seres humanos.

Se intensificó asimismo la preocupación por las cuestiones filosóficas. Hubo un gran interés
por la filosofía existencialista, que en Europa estaba en sus inicios conceptuales y que los
científicos inmigrantes llevaban casi consigo "los equipajes". Los escritos de Soren
Kierkegaard, Martín Heidegger, Martín Buber, Karl Jaspers y Jean-Paul Sartre, que se
oponían a la filosofía reinante, fueron recibidos del mismo modo que los pensamientos de la
filosofía oriental (Zen, Tao) y las novelas, por ellos fuertemente influenciadas, de Hennann
Hesse.

También en los campos de la psicología y de la psiquiatría completaron los europeos


inmigrados la unión entre ser humano y sociedad introducida por Roosevelt.

Tenemos en primer lugar la Escuela de Berlín de psicología de la Gestalt, cuyos máximos


representantes, Max Wertheimer, Wolfang Köhler, Kurt Kofika y Kurt Lewin, emigraron juntos
a los EEUU, y trabajaron en diversas universidades del este de los EEUU. 24

La enseñanza de la psicología de la Gestalt de que junto al hecho del orden establecido por
cada sociedad, es decir, al orden artificial (p. Ej., a través de las leyes) existe en el mundo
algo así como un orden natural, que no debe crearse, sino que se da en libertad, muestra que:
el orden y la libertad no se excluyen y que: la investigación de las leyes de dicho orden es una
tarea importante de la ciencia psicológica. El que el todo ya no sea sólo la suma de sus
partes, sino en muchos casos algo más, y que la percepción humana del mundo funcione de
acuerdo con el principio de la Gestalt del orden en libertad y tenga carácter dinámico, son
resultados de la psicología de la Gestalt, que no sólo condujeron, sin solución de continuidad,
a las ideas fundamentales de la política de Roosevelt, sino que tuvieron también una enorme
influencia en el desarrollo de la psicología.

En el psicoanálisis, el círculo de aquellos que consideraban que el marco teórico rígido del
psicoanálisis clásico necesitaba ampliarse, emigran casi en bloque al oeste de los EEUU.
Salvo Carl Gustav Jung25, emigraron, entre otros, Alfred Adler, Wilhelm Reich, Erich Fromm,
Otto Rank, Fritz Perls, Ruth Cohn, Karen Homey, Frieda Fromm Reichmann y Helene
Deutsch, a los EEUU.

En el área de la psiquiatría fueron sobre todo el existencialismo europeo de Jean Paul Sartre,
el "análisis de la existencia" de Ludwig Binswanger y Medard Boss, estrechamente ligado a
Martín Heidegger, así como la orientación organísmica de Kurt Goldstein, estrechamente
vinculada a la Escuela de Berlín, las ideas que representaron un reto para la psiquiatría
5
americana imperante.

Se reprochaba la concepción médica de la enfermedad mental, que anida en el ser humano la


posibilidad de redescubrir su propia personalidad y su autenticidad personal. La nueva línea
conductora del movimiento psiquiátrico de oposición 26 no era una armonización de trastornos
psíquicos en el sentido de las normas imperantes, sino una confrontación con toda la amplitud
de las experiencias de la existencia humana, desde el desánimo y la desesperación hasta la
experiencia del amor y el éxtasis, y con ello una apertura radical a todas las áreas de la
experiencia.

Para ello hay dos aspectos de fundamental importancia: por un lado la respuesta afirmativa y
ofensiva de la parte amenazadora y dolorosa de la vida, lo que en principio parecía
irreconciliable con el optimismo estadounidense que en el momento actuaba sin fronteras 27,
por el otro, la marcada conciencia política de los psiquiatras orientados hacia la filosofía
existencialista, que se expresaba en que ellos analizaban las estructuras sociales como
«generadoras de enfermedad», y a la cabeza de ellas la institución de la pequeña familia, en
la que las estructuras políticas, en forma de educación, son interiorizadas directamente por
parte de los adolescentes. El jardín de infancia, la escuela, el puesto de trabajo y los medios
de comunicación continúan este proceso de alineación del ser humano de sí mismo y de sus
semejantes.

Ante este fondo se desarrolló, como polo opuesto a las corrientes psicológicas establecidas
de psicoanálisis y del conductismo, una «tercera fuerza».

Todas las psicologías y psicólogos considerados en la presente investigación como


representantes principales de esta tendencia los encontramos, a comienzos de los años 30,
en los EE.UU.28

Aquí se encuentra el origen filosófico, de concepción del mundo y psicológico, del abandono
de lo antiguo y la orientación hacia lo nuevo.

Antes de diez años aparecieron ya los primeros pasos que indicaban la corriente:

 1939: Rogers, C.: The Clinical Treatment of the Problem Child (en los capítulos Means
of Changing parental attitudes y Deeper Therapies, Rogers ya esboza el concepto de
«terapia relacional», que contiene ya las ideas esenciales de la ayuda para la auto
ayuda).
 Goldstein, K.: The Organism
 1940: Goldstein, K.: Human Nature in the light of Psycho-pathology
 1941: Fromm, E.: Escape from Preedom
 1942: Rogers, C.: Counseling and Psychotherapy
 1943: Maslow, A.: Dynamics of Personality Organization
 1946: Perls, F.: Ego, Hunger and Aggression Fromm, E.: Man for Himself
 1950: Maslow, A.: Self-Actualizing People: A Study of Psychological Health;
Personality. Symposium Nr. 1 on values (1950)
 1951: Perls, F.: Gestalt Therapy
 1955: Fromm, E.: The Sane Society
 1956: Maslow, A.: Towards a Humanistic Psychology, en: «A review of General
6
Semantics» 13 (1956) 10-22 Fromm, E.: The Art of Loving
 1957: Maslow, A.: A Philosophy of Psychology: The Need for a Mature Science of
Human Nature, en: «Main Currents in Modero Thought) 13 (1957) 27-32.

Poco a poco se formó un «movimiento» encabezado por Abraham Maslow. En 1949, Maslow
se encontró por primera vez con Anthony Sutich (que más tarde sería editor del «Journal of J
Humanistic Psychology»). En 1954 empezaron, sobre la base de una lista de colegas
interesados, a enviar trabajos cuyas temáticas, como amor, creatividad, autonomía,
crecimiento, etc., no se imprimían con agrado en las revistas de orientación conductista. En
1958 apareció en Inglaterra el libro Humanistic Psychology de John Cohen y un año más larde
tuvo lugar en Cincinnati/Ohio el primer simposio sobre «psicología existencial».

Sin embargo, el movimiento apareció en realidad por vez primera a la luz pública
(psicológica), con el nombre de «psicología humanística», cuando en 1961 se publico el
primer número de «Journal of Humanistic Psychology», y un año más tarde se fundó, bajo la
presidencia de Maslow29, la American Association of Humanistic Psychology (AAHP).

La AAHP30 se definía, en su fundación, de la siguiente forma en los «artículos de la


asociación»:

«La psicología humanística puede definirse como la tercera… rama fundamental del campo
general de la psicología (las dos ya existentes son la psicoanalítica y la conductista) y como
tal trata en primer término de las capacidades y potenciales humanos que no tienen lugar
sistemático ni en la teoría positivista ni en la conductista, o en la teoría clásica del
psicoanálisis: p. ej., creatividad, amor, sí mismo, crecimiento, organismo, necesidad básica de
gratificación, auto actualización, valores superiores, ser, devenir, espontaneidad, juego,
humor, afecto, naturalidad, calor, trascendencia del ego, objetividad, autonomía,
responsabilidad, salud psicológica y conceptos relacionados con ellos. Esta aproximación se
puede caracterizar también por los escritos de Goldstein, Fromm, Horney, Rogers, Maslow.
Allport, Angyal, Bühler, Maustakas, etc., al igual que por ciertos aspectos de los escritos de
Jung Adler y los psicólogos psicoanalistas del ego y psicólogos existencialistas y
fenomenológicos»31

Además de los conceptos mencionados, se encuentran en las publicaciones del «Journal of


Humanistic Psychology», correspondientes a los años 1961 a 1965, otros conceptos, como p.
ej., salud, existencia personal, emociones, identidad, motivación autónoma, libertad,
experiencia excepcional, psicología del ser, parte, satisfacción, opción, sexo, motivación del
ser, placer, realidad, trabajo, acción, ciencia de la persona, controversia de las drogas
psicodélicas, misticismo religioso, curso de la vida, ciencia de la experiencia interna, cobardía,
intencionalidad, querer, etc.

Este nuevo comienzo psicológico contenía de forma implícita un desafío al psicoanálisis y otro
aún más fuerte al conductismo, ya que en una América en la que el espíritu pragmático de la
era Roosevelt se vinculaba con las corrientes humanísticas y en la que, sin embargo, en
buena tradición newtoniana, el neopositivismo unido al pragmatismo exigía una metodología
científica rigurosa y estricta, no existía en principio interés alguno por la filosofía existencialista
o las corrientes fenomenológicas.

Esto cambió en los años que siguieron a la fundación de la AAHP. Aparecieron artículos
7
orientados en el «Journal of Humanistic Psychology». En 1963 se celebró un simposio sobre:
«Conductismo y fenomenología: contraste de las bases de la moderna psicología»
aparecieron las primeras recopilaciones acerca de la psicología humanística 32, y en 1970 se
celebró, en Miami Beach/Florida, el primer simposio internacional sobre el tema «Psicología
fenomenológica: implicaciones de la fenomenología en la teoría y en la investigación».

Ese mismo año se convocó, por vez primera, en Amsterdam, una conferencia internacional
sobre psicología humanística, con participantes provenientes de los EEUU, Reino Unido,
Países Bajos, Dinamarca, Suecia, Noruega, Bélgica, Francia, República Federal de Alemania,
Suiza y Sudáfrica33, seguida, un año más tarde, por la segunda, celebrada en Würzburgo.

El creciente reconocimiento por parte del mundo especializado se expresó también en la


elección de Abraham Maslow, en 1968 como presidente de la American Psychological
Association (APA), la máxima organización de los psicólogos estadounidenses.

Finalmente, la creación de una sección de psicología humanística en el seno de la APA en el


año 1971, significó el reconocimiento de esta tendencia psicológica también a nivel
corporativo, formal y oficial.

Sin embargo, deben considerarse como «instantes del nacimiento de la psicología


humanística» los años 1961/62. La fundación de la asociación (AAHP) y de una revista propia,
corrieron parejas con la apertura del Instituto Esalen, situado en Big Sur/California, por
Michael Murphy y Richard Price. Su concepto era el de continuar la idea de los National
Training Laboratories (NTL)34 mediante grupos T y entrenamientos sensitivos, y permanecer,
a pesar de todo, abiertos a otras orientaciones y técnicas humanísticas, como p. ej., el yoga,
la meditación, el zen, la experiencia extrasensorial, el trabajo corporal, el teatro, la música, el
masaje, la astrología, etc. En los grupos de encuentro del Instituto Esalen las personas tenían
la posibilidad de experimentarse a sí mismas como susceptibles de cambio y de comprender
que no estaban entregadas a merced de su propio miedo, aburrimiento y falta de sentido. Las
experiencias de grupo transmitían algo parecido a una utopía concreta de una sociedad en la
que los seres humanos desarrollaban sus «potenciales humanos» y podían encontrarse sin
máscara ni fachada. Con Esalen la contracultura había logrado una organización psicológica y
personal, junto a la política.

Se puede afirmar con Carl Rogers: «el momento estaba maduro» para una orientación
humanística, no sólo en la psicología sino también en la sociedad.

John F. Kennedy se había convertido en presidente; la juventud se rebelaba y se acordaba de


los ideales humanísticos del «New Deal». La rebelión tenía diferentes causas. Gracias al
desarrollo técnico de las últimas décadas, los seres humanos habían logrado dominar cada
vez más el mundo que los circundaba, y asegurar, en gran medida, las necesidades físicas
tales como la comida, la bebida y el vestir. A partir de entonces los problemas personales del
ser y del llegar a ser, así como las relaciones entre los seres humanos pasaron, cada vez con
más fuerza, a primer plano. Quedó claro que el rápido desarrollo tecnológico había escapado
del control de los hombres, ya que si bien traía la riqueza material y el reconocimiento
internacional, hacía cada vez mayor el abismo entre las necesidades de cada ser individual y
las de la sociedad.

La separación entre la vida pública y privada estaba ligada a una creciente alineación del ser
8
humano frente a sí mismo, frente a otros seres humanos, frente a la sociedad y la historia. Las
identificaciones tradicionales como religiosidad genuina, patriotismo o autoridad familiar
perdieron su fuerza integradora y la rebelión contra lo establecido fue pareja con la necesidad
de mejora de las relaciones interpersonales en la familia, en los estudios y en el puesto de
trabajo. Ya no era posible orientarse sencillamente en el sistema de valores de los ancestros
o de la Iglesia, sin poner en tela de juicio la esencia y estructura del sistema social presente.

El inicio de la guerra de Vietnam, se desarrollo lleno de pérdidas, y la matanza de My Lay,


sacudieron las fortalezas de la América libre. La resistencia contra ella, comprendía no sólo a
la juventud sino a toda la nación y movilizaba los pensamientos de renovación en el sentido
de una continuación de la era Roosevelt. El movimiento político no sólo se dirigía contra la
guerra de Vietnam, la polución del medio ambiente, la discriminación racial, la corrupción, la
burocratización y la industrialización de la existencia humana, sino que formulaba también
metas positivas como: la vinculación entre trabajo y tiempo libre, la ampliación de la
conciencia, la reestructuración de las grandes ciudades en comunidades apreciables en su
conjunto, descentralización de las áreas económicas y sociales de la vida, vuelta a la vida de
los ideales de la Revolución Francesa, es decir, libertad, igualdad y fraternidad, así como una
nueva orientación del sistema educativo. Apareció el movimiento del Fellowship of Intentional
Communities, una reunión de iniciativas ciudadanas que con la meta de «salud espiritual,
bienestar y creación de una buena sociedad», querían unir las necesidades de los individuos
con las de la sociedad. Los «conceptos básicos» formulados por ellos en 1959 dicen:
«Muchos de los conceptos siguientes residen en el pensamiento y sentimiento de fondo que
ha llevado al establecimiento de cada una de las comunidades que pertenecen al movimiento.

1. Comunidad significa reciprocidad y compartición de la misma forma de vida en todos


sus valores y responsabilidades.
2. La esencia de la comunidad es espiritual, es decir, el sentimiento de reciprocidad, la
práctica de respeto mutuo, amor y comprensión. La comunidad no intenta crear formas
o prácticas físicas, las formas, métodos y prácticas surgirán del espíritu.
3. El valor último de la personalidad; la importancia de relaciones respetuosas,
comprensivas y amables; la superioridad de los valores vitales, emocionales, culturales
y religiosos; la comunidad última de la humanidad, conceptos que entran dentro de los
propósitos y objetivos de la comunidad intencional.
4. La participación en la comunidad es esencial para madurar la personalidad individual,
por un lado, y por el otro la práctica de la comunidad es esencial para madurar la
sociedad humana. La comunidad intencional facilita ambas.
5. La comunidad intencional es un esfuerzo por crear un orden social que con el tiempo
se aceptará universalmente en mayor grado y ayudará así a crear una comunidad
humana inclusiva, en la que lo normal sea practicar la preocupación, el respeto y el
amor mutuos, y compartir de forma cooperativa y democrática la responsabilidad, el
trabajo y el uso de los valores de la vida.
6. Pequeños grupos de personas dedicadas intencionalmente a la preocupación mutua
para compartir la responsabilidad y trabajar en la creación de valores de una forma de
vida integral, para compartir la tarea cotidiana y las emergencias especiales de la vida,
para esforzarse por que uno y todos disfruten completamente de los valores de la vida,
y para desarrollar estos propósitos en amor y respeto mutuo, están comprometidas en
la comunidad intencional.
7. La comunidad en cuanto a lo conceptual, lo práctico y la experiencia, es cuestión de
crecimiento. Todos los grupos empiezan inmaduros. La madurez aumenta a través de
9
la experiencia devota y la humildad de mente abierta.»

Muchas de las metas y valores formulados en la declaración de las «comunidades


intencionales» los encontramos, en esa época o un poco más tarde, en Ias declaraciones
programáticas de la psicología humanística. El nombre de «comunidades intencionales» y las
declaraciones tales como:

 «comunidad significa mutualidad y participación de la misma forma de vida en todos


sus valores y responsabilidades»,
 «el valor último de la personalidad»,
 «superioridad de los valores vitales, emocionales, culturales y religiosos»,
 «la comunidad... es cuestión de crecimiento»,
 «la comunidad es esencial para madurar la personalidad individual, por un lado, y... por
el otro, para madurar la sociedad humana. La comunidad intencional facilita ambas»,
 «para disfrutar completamente de los valores de la vida», así como conceptos tales
como «esencia», «espiritual», «respeto», «amor», «comprensión», «humano»,
«cooperativo», «democrático», «experiencia», «humildad de mente abierta» reflejan el
espíritu de una época, al que también se sienten obligados los representantes de la
psicología humanística.

RELACIÓN PERSONAL CON EL TEMA

¿Por dónde empezar?

Contemplar la propia socialización y establecer desde ella una relación con la presente
investigación guarda relación, dado que en mi historia hubo una serie de vivencias y
experiencias centrales que despertaron mi interés por la psicología, a pesar de que durante
mucho tiempo no conocí la palabra «psicología».

Recuerdo una infancia bonita y una juventud no tanto. Fui el segundo de cuatro hijos, me
encontraba en el centro de su interés, y me aproveché -como sé por conversaciones
mantenidas con mis padres- de los errores que ellos pensaban haber cometido durante la
educación de mi hermano, cinco años mayor que yo.

A pesar de que siempre tuvimos niñera, mi madre dejó su trabajo, posiblemente porque ésa
era la costumbre. Salvo en la época navideña, en la que ella ayudaba a mi padre en la
empresa, estaba siempre en casa. Los conflictos se «resolvían» de acuerdo con un esquema
fijo: nosotros, los niños, teníamos que disculparnos ante los padres, sin importar si era o no
justo; con ello se daba por finalizado el incidente y éste quedaba «olvidado». Los pareceres
de mis padres siempre coincidían. A fin de cuentas, éramos lo que se llamaba una familia
armoniosa. Ellos me dieron un hogar que se ocupaba de mí, pero no me reconocieron como
una persona independiente y no sentí atención amorosa respecto de aquella parte de mi
personalidad que difería de sus conceptos.

En la escuela primaria fui un buen alumno. Con mi paso al instituto de enseñanza media esto
cambió. Alcancé el bachillerato con grandes esfuerzos pero sin repetir curso.

Ésta fue también la época en que empecé a pensar por mí mismo sobre la vida. Las

10
discusiones con mis padres aumentaban constantemente. Viví situaciones de impotencia, me
negué a las disculpas ritualizadas e invertí mucha energía en pensar sobre el carácter de mis
padres.

Probablemente fue en esta época cuando empezó a desarrollarse mi interés por la psicología.

Por aquel entonces estaba casi cada fin de semana con mi abuela; era una mujer muy
inteligente, que leía mucho, se ocupaba intensamente de la política y poseía la sabiduría de la
edad. Sentía que ella me tomaba como era y me animaba de forma agradable. Me ofreció
algo parecido a un terreno neutral; escuchaba mis quejas acerca de mis padres, aunque no
1
En el apartado siguiente (1.2) se ofrece una visión general diferenciada sobre la historia de la psicología
humanística
2
AAHO = American Association of Humanistic Psychology (fundada en 1962).
3
Journ. Of H.P., 1961, 1, prólogo, VII.
4
Joum. Of H.P., 1964, 1, 19-26.
5
O.c. 21
6
Journ. Of H.P., 1961, 1, 8
7
Joum. Of H.P., 1961, 2, 4
8
Journ. Of H.P., 1963, 2, 90
9
«El hombre. como hombre, supera la suma de sus partes» Oourn. of H.P., 1964, 1, 23
10
«El hombre tiene su esencia en un contexto humano» (o.c.)
11
«El hombre consciente» (aware) (o.c.).
12
«El hombre tiene capacidad de elección» (o.c. 24).
13
«El hombre es intencional» (o.c.).
14
«La psicologla humanística se preocupa por el ser humano» (o.c.).
15
«La psicología humanística valora más el sentido que el procedimiento» (o.c.).
16
«La psicología humanística busca más bien las validaciones humanas que las no humanas». (o.c.).
17
«La psicología humanística acepta el relativismo de todo conocimiento» (o.c.).
18
«La psicología humanística confía mucho en la orientación fenomenológica» (o.c.). «La psicología humanística
no desprecia las contribuciones de otros puntos de vista, pero intenta complementarlas y ajustadas dentro de
una concepción más amplia de la experiencia humana» (o.c.).
19
En una entrevista que me concedió Rum Cobo para tratar del trasfondo filosófico de su concepto, me confirmó
en este pensamiento y me explicó que el concepto «espíritu de la época» (Zeitgeist) persiste en el idioma
americano como palabra alemana.
20
Las cuatro libertades: 1. Libertad para hablar, 2. Libertad religiosa, 3. Estar libre de la necesidad. 4. Estar libre
del miedo.
21
Ningún presidente antes ni después de Roosevelt ha gobernado hasta ahora durante más de dos mandatos; el
mismo Roosevelt se convirtió en 1945 en presidente por cuarta vez antes de fallecer ese mismo año.
22
En: Nothing to Fear; Selected Addresses of Franklin D. Roosevelt, 1932-45, edición, introducción y notas
históricas de B.D. Zevin; Books for Libraries Press 1946, pág. 269.
23
O.c. 269-270
24
Wertheimer en la New School for Social Research de Nueva York, Köhler en el Swarthmore College de
Filadelfia, Koffka en el Smith College de Madison (Wisconsin) y Lewin en el lnstitute por Child Behavior and
Research en Iowa.
25
Jung simpatizó con los nacionalsocialistas y permaneció hasta su muerte en Suiza.
26
Ver Laing, R.: Reason and Violence. Tavistock 1964; verso cast.: Razón y violencia, Piados Ibérica, Barcelona
1984.
27
El optimismo Estadounidense es de hecho una peculiaridad cultural de este país que no puede trasladarse sin
más a otras culturas; muchas religiones y usos culturales que han tenido un éxito enorme en los Estados Unidos
han sido de poca importancia para Europa hasta la actualidad
28
Fritz Perls emigra primero a Sudáfrica y llega en 1946 (el año de aparición de Ego, Hunger an Aggression) a
Nueva York. Sólo dos de dichos psicólogos tienen la ciudadanía americana: Abraham Maslow y Carl Rogers; los
demás, es decir. Kurt Goldstein, Charlotte Bühler, Fritz Perls, Erich Fromm y Rulh Cohn pertenecen al círculo de
11
expresaba su opinión sobre ellas o bien, si lo hacía, era sin tomar partido. Me sentía atraído
hacia ella, pues mi abuela tenía simpatía por mí, y yo lo notaba. La opinión, sobre mi persona,
que ella me transmitía, era más estimulante que la de mis padres, que parecía, coincidir con
la de mis profesores, es decir, que no iba a ser ninguna maravilla.

Cuando expresé mi deseo de estudiar psicología, mis padres y profesores no sabían por
dónde empezar, ya que todos coincidían en que yo daba, como mucho, para maestro de
primera enseñanza. Los maestros de primera enseñanza eran, para la opinión pública, los
universitarios de segunda clase.

Recuerdo que por un lado estaba completamente solo frente a esta situación, me sentía
enormemente humillado y vejado, y por el otro podía oponer a todo ello poca cosa. Si era
honrado conmigo mismo tenía que darles incluso la razón. Entonces no estaba en situación
de ver que esta valoración, propia y externa, era cierta sólo en relación con las normas
prescritas por la escuela y mis padres. Sentía simultáneamente una enorme fuerza en mí, que
dio entonces sólo para mantenerme obstinado e ir pasando, es decir, la fuerza y las
posibilidades, que yo sentía en mí, se consumieron completamente en mi rebelión contra la
imagen negativa, que los demás, y en último término yo mismo, tenían de mí. No podía dirigir
estas fuerzas hacia el desarrollo de metas o valores propios, estaba prisionero en la jaula de
las expectativas y normas ajenas y no podía utilizar todavía mi personalidad para superar el
umbral de la jaula en dirección a la colaboración activa y creativa con el mundo, que es lo que
deseaba.

Esta lucha por la autoafirmación, llevada a cabo en principio únicamente a nivel individual y
familiar, experimentó una extensión esencial a través de los estudios y de la actividad
profesional.

Interioricé los retos del movimiento estudiantil, sin que pudiera considerarme sin embargo
como una parte importante de dicho movimiento. La carrera de psicología, que había llegado
al punto culminante de su demanda unilateral de reconocimiento como una ciencia natural,
me ayudó en principio poco y fue tan sólo una prolongación de la experiencia escolar: estudiar
sin saber por qué ni para qué.

los emigrantes alemanes que, a excepción de Erich Fromm. nacido en Francfort, proceden todos de Berlín.
Además fueron importantes para el desarrollo de la psicología humanística: J.F. T. Bugental, Káren Homey, Rollo
May, Harry Stack Sullivan, Gordon Allport, Frank Severin, Sidney Jourard, Ronald Laing, Viktor Frankl, D, Lee, F.
Barron, E.G. Schachtel, C. Moustakas, A, v. Kaam, H, Winthrop, D. Riesmann.

29
Entre los miembros fundadores se encontraban Ch. Böhler. A. Maslow, J. Bugental y C. Rogen
30
Más tarde, cuando la psicología humanística había arraigado en otros países, tomó sólo el nombre de AHP
(Association of Humanistic Psychology).
31
En: louro. Of H.P., 1962, 1, 96.
32
F. Severin: Humanistic Viewpoints in Psychology. 1965 (con contribuciones. entre otros. De J.F.T. Bugental. A.
Maslow. A.G. Allport. E. Cassierer. C. Rogers. R. May. W. Heisenberg. Ch. Bühler). J.F.T. Bugental: Challenges
of Humanistic Psychology. 1967 (con contribuciones. entre otros. de Ch. Baöhler, S. Jourard. F. Severin. C.
Whitaker. J. Warkentin. C. Rogers. A. Maslow).
33
Charlotte Bühler actuó como presidenta de esta conferencia
34
Los laboratorios NTL creados por los alumnos de Lewin y Moreno, Bradford, Benne, Bavellas, entre otros,
fueron, junto al centro Ann-Arbor y al Massachusetts Institute of Technology, fundado por Lewin, importantes
predecesores del Human Potential Movement y de la psicología humanística

12
En primer lugar, el trabajo con Reinhard y Anne-Marie Tausch me dio la posibilidad de
determinar el lugar en el que me encontraba. Por primera vez en mi vida vi relaciones, obtuve
una sensibilidad para lo que es la psicología, lo que yo soy y que mi lugar en esta psicología
podría encontrarse en el campo de tensiones entre profesores y alumnos, padres y niños.

Mi actividad política consistía, todavía durante este tiempo, en representar y defender


verbalmente las metas de ataque del movimiento estudiantil (guerra de Vietnam, Irán,
legislación de emergencia). Esto cambió de forma radical cuando empecé a trabajar y
experimenté en mis propias carnes la presión, directa y concreta, ejercida por la sociedad
sobre mí, en forma de personas (director del seminario, rector, jefe de estudios) e
instituciones (administración de las escuelas, secciones jurídicas, tribunal administrativo). Se
me hizo todavía más claro que la psicología podía jugar un papel importante en la vida de los
individuos y en la convivencia de los seres humanos, pero que para el cambio de las
estructuras sociales debe cumplirse, sin embargo, todavía una condición: la capacidad de
actuación colectiva, para la unión organizativa en partidos, sindicatos u otras agrupaciones
políticas, como p. ej., Amnesty Internacional, Green Peace, grupos pacifistas, § 218, y otros.
Mi interés actual es reunir la psicología y la política y contribuir a liberadas de sus respectivas
unilateralidades. Me fascina(ba) el pensamiento de vincular las experiencias político-
económicas del movimiento sindical y obrero, acumuladas a lo largo de una larga historia, con
una psicología, que no deduce la actuación colectiva únicamente a partir de lo programático y
pragmático de la unión organizada, sino simultáneamente y precisamente también a partir de
la perspectiva de la experiencia individual del ser humano en relación consigo mismo y con
los demás.

Desde esta perspectiva los conceptos de la psicología humanística ganaron nuevamente


importancia para mí. La «terapia conversacional centrada en el cliente» de Carl Rogers, traída
a Europa por Reinhard y Anne-Marie Tausch, la «terapia de la Gestalt» de Perls, la
«interacción centrada en los temas» de Ruth Cohn y otros conceptos de relevancia práctica
como «psicódrama» (Moreno), «análisis transaccional» (Heme), «bioenergética» (Lowen),
«Logoterapia» (Frankl), etc., anunciaron un cambio de orientación en la psicología, un
alejamiento de la psicología «pura», es decir, de experimental y científicamente objetiva, hacia
una ciencia que colocaba al ser humano como sujeto en el centro de sus investigaciones y
conceptos, y le subordinaba simultáneamente también, a una responsabilidad frente a sí
mismo y sus semejantes, una necesidad de desarrollo individual y social así como a una
orientación hacia el sentido y los valores.

Durante mi colaboración con Hartmut Frech, que se había ocupado mucho antes que yo de
las ideas y conceptos de la psicología humanística, se concretó mi interés en la dirección, en
que es importante primero hacer un inventario, es decir, seguir hacia atrás el camino a través
del cual la psicología humanística -influida por la filosofía y psicología europeas- ha nacido a
partir de la sociedad estadounidense y ha regresado finalmente a Europa. Se hizo claro para
mí, que un inventario de este tipo es la condición necesaria para la determinación del lugar
que ocupa la psicología humanística en Alemania, lo que podría dar como resultado la
aportación por mí deseada a la vinculación entre psicología y política, individuo y sociedad,
actuación individual y colectiva.

OBJETO DE LA INVESTIGACIÓN Y PLANTEAMIENTO CENTRAL DE LAS CUESTIONES

13
El objeto de esta investigación es el inventario de la "psicología humanística" estadounidense
desde el punto de vista europeo, es decir, dado que todos los iniciadores de esta tendencia
psicológica no han alcanzado la misma importancia para Europa, no se encuentran en el
centro de esta investigación todos los representantes americanos de la psicología
humanística, sino sólo aquellos conceptos que tuvieron una influencia determinante, en la
segunda mitad de la década de los sesenta, para el desarrollo de la psicología en Europa y
Alemania. Acerca de los iniciadores de dichos conceptos se cumple que, dado que -con
independencia de que sean fundamentalmente de nacionalidad alemana han desarrollado sus
respectivos conceptos en el seno de la cultura y sociedad estadounidenses descritas se les
puede y debe considerar como representantes relevantes de la psicología humanística
estadounidense.

Mi primer supuesto es el siguiente: La psicología humanística ha podido afirmarse y


finalmente imponerse como "tercera fuerza" junto al psicoanálisis y al conductismo en realidad
sólo porque con la «terapia conversacional», la «terapia de la Gestalt» y la «interacción
centrada en los temas», p. ej., ha creado modelos que han influido en gran medida y han
dado lugar, hasta el día de hoy, de forma determinante a la práctica psicológica, en parte, en
todo el mundo, y en todo caso en Europa. Me interesa presentar al menos a los
representantes más importantes para Europa de la psicología humanística, por decirlo así,
como «grupo». Todavía se conoce, p. ej., a Carl Rogers, Fritz Perls o Ruth Cohn menos como
«psicólogos humanísticos» que, a cada uno de ellos y de forma aislada, asociados a las
teorías por ellos desarrolladas. Con este trabajo quisiera sacar a los representantes de la
psicología humanística, relevantes desde el punto de vista europeo, de sus status de
psicólogos y, empezando por Kurt Goldstein, el «padre» de la psicología humanística,
presentar a Charlotte Bühler, Fritz Perls, Erich Fromm, Carl Rogers, Abraham Maslow y Ruth
Cohn como «fundadores» de la psicología humanística.

Otro supuesto es la investigación de cada uno de los conceptos de la psicología humanística


con vistas a determinar la aportación específica respectiva a la creación de esta tendencia
psicológica. Desde el punto de vista europeo es especialmente interesante el siguiente
aspecto. Los psicólogos antes citados evocan, sin excepción, en la exposición tanto de sus
teorías científicas como de los conceptos psicológicos, la tradición europea de la filosofía
existencialista y la fenomenología.

De aquí deriva la suposición central de mi investigación. Quiero comprobar si los principios de


la psicología humanística, expuestos en aquella época con gran énfasis y pragmatismo
armonizador, y los conceptos psicológicos, desarrollados a partir de ellos, están de verdad en
armonía con las afirmaciones básicas de la filosofía existencialista y la fenomenología; o si la
reclamación de dichos orígenes filosóficos por parte de la psicología humanística es más bien
de naturaleza verbal o declamatoria.

Los modos de plantear el problema de esta investigación son por ello:


1. ¿Cuáles son las afirmaciones centrales de la filosofía existencialista y de la
fenomenología?
2. ¿Se tienen en consideración dichas afirmaciones durante el desarrollo de los diferentes
conceptos psicológicos de la psicología humanística? En caso afirmativo: ¿De qué
forma tienen entrada las afirmaciones centrales de la filosofía existencialista y la
fenomenología en los diferentes conceptos psicológicos?
3. ¿Cuál es la aportación específica de los diversos conceptos psicológicos en el contexto
14
total de la psicología humanística?

ESTRUCTURA DE LA INVESTIGACIÓN

La investigación se divide en tres capítulos y un apéndice.

El capítulo primero introduce al objeto de la investigación. A una exposición de las


afirmaciones programáticas de la «psicología humanística» le, sigue una visión general sobre
la «historia» de dicha psicología, mi relación personal con el tema de esta investigación, así
como la formulación de los modos centrales de plantear el tema.

En el capítulo segundo, que viene a continuación, se explican las afirmaciones fundamentales


de la filosofía existencialista y la fenomenología sobre la base de los representantes de dichas
corrientes filosóficas relevantes para mi modo de plantear el problema. A modo de breves
exposiciones se exponen -de forma cronológica- Soeren Kierkegaard, Martin Buber, Karl
Jaspers, Martín Heidegger y Jean-Paul Sartre. En el apéndice se encuentra un análisis
completo y diferenciado de los representantes para mí más importantes -Martín Heidegger
(que da ocasión para hablar, también de Edmund Husserl, Maurice Merleau-Ponty y Stephan
Strasser) y Martín Buber-. El capítulo segundo se cierra con una recopilación de las
afirmaciones principales de dichas corrientes filosóficas y con ello, con la contestación a mi
primera pregunta.

En el capítulo tercero expongo los conceptos de la psicología humanística orientados hacia la


práctica, es decir, la «terapia de la Gestalt» (Fritz Perls), la "psicoterapia conversacional" (Carl
Rogers) y la «interacción centrada en los temas» (Ruth Cohn), así como aportaciones más
bien teóricas a la psicología humanística, es decir, la «teoría organísmica» de Kurt Goldstein,
los pensamientos social-psicológicos y marxistas de Erich Fromm y los conceptos de la
autorrealización de Charlotte Bilhler y Abraham Maslow.

Cada uno de estos conceptos se investiga de acuerdo con una estructura


determinada:
 Exposición del trasfondo personal de la fundadora o fundador de cada uno de los
conceptos (siempre que me fue posible averiguarlo).
 Exposición del contenido de la concepción.
 Fondo filosófico de la concepción con vistas a la recepción de los pensamientos de la
filosofía existencialista y de la fenomenología (es decir, referencia al capítulo segundo,
así como contestación a la pregunta 2).
 Aportación específica de cada concepción al contexto total de la psicología humanística
(contestación a la pregunta 3).

Al final del capítulo tercero (apartado 1!) se expone, a modo de tratado suplementario, el
concepto de «análisis de la existencia» de los dos psiquiatras suizos Ludwig Binswanger y
Medard Boss, que tomaron la «ontología fundamental» existencialista de Heidegger casi en
estado puro y la trasladaron a una teoría para el tratamiento terapéutico de pacientes
psiquiátricos. La tendencia terapéutica por ellos creada, el «análisis de la existencia», que
apareció casi simultáneamente con los primeros conceptos de la psicología humanística,
sigue todavía en vigor en la actualidad como una tendencia terapéutica independiente.

La recopilación final trata de explicar nuevamente los resultados de la investigación de forma


15
abreviada y de posibilitar una visión de conjunto en lo referente a la perspectiva de la
psicología humanística en Alemania.

16

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