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 m., 29/8/2022] Bryam Ayala: El intercambio social no se suele dar en transacciones


aisladas entre dos personas, sino en un contexto de sistemas de intercambio en el que hay
competencia por recursos escasos. A veces estos mercados sociales se asemejan a los mercados
económicos, aunque suelen manifestar impor tantes diferencias. Nos podemos hacer una idea
de las similitudes y las diferencias examinando el papel que representa el dinero en los sistemas
económicos, porque más que cualquier otra diferencia, es la ausencia del dinero lo que
diferencia los intercambios no económicos de los que lo son. ¿QUÉ ES EL DINERO? En los
trueques tiene que haber lo que Edgeworth (1991) vino a llamar una doble coincidencia de
necesidades. Es decir, no solo A tiene algo que B quiere, también B tiene algo que A quiere, y
ambos quieren más lo que el otro tiene que lo suyo y están dispuestos a intercambiarlo. Sin
embargo, se trata de un requisito formidable. El dinero es un medio para satisfacer la condición
de la doble coincidencia de necesidades. El dinero ha recibido numerosas definiciones: es una
reserva de va lor, un medio de intercambio y una unidad de cuenta. Sin duda todas las
definiciones son acertadas. No obstante, hay diferentes formas de dine ro que realizan estas
funciones. Para los propósitos del presente libro es necesario distinguir tres formas: el dinero
mercancía, que contiene su
[11:21 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: propio valor, el dinero fiduciario, que es una promesa de
pago; y el dinero fiat, que no llega a ser esa promesa. La moneda que usa una persona en una
transacción con una segunda persona suele considerarse dinero fi duciario, una promesa de
una tercera parte, el gobierno, que es aceptada por la segunda parte. Pero esto no es correcto.
La moneda emitida por un gobierno deja de ser una promesa de pago mediante una mercancía
que contiene un valor intrínseco (como el oro o la plata), y es simplemente dinero fiat, una
declaración fiat de que la moneda es de curso legal para todas las deudas dentro del dominio
de un gobierno. El dinero de curso forzoso expone crudamente lo que el dinero realmente es. El
dinero fiat se acepta no porque sea una promesa de pago, porque no lo es, sino por dos
razones: Su aceptación se requiere legalmente (aunque el valor del dinero en 1. términos de la
cantidad de bienes y servicios que puede comprar no está legalmente determinado). 2. Es
aceptado con un valor particular sobre la base de la cantidad de otros bienes y servicios que
puede comprar, es decir, debido a que otros lo aceptarán a cambio de bienes y servicios
(aunque su valor para ciertos usos, como el pago de impuestos, se fija mediante un fiat del
gobierno). Es decir, B acepta una cantidad determinada de moneda por los bienes o servicios
que proporciona a A sobre la base de la cantidad de bienes o servicios que el dinero puede
comprar de C. La promesa explícita del gobierno de «pagar al portador de la demanda» en
dinero mercancía ha sido reemplazada por una promesa implícita de no emitir dinero fiat a una
velocidad más rápida que la tasa de crecimiento de bienes y servicios en la economía. Es el
incumplimiento de esta promesa implícita lo que reduce el valor del dinero fiat. En las
transacciones privadas el dinero permite a las dos partes sepa rar las dos mitades de la doble
coincidencia en un trueque. Por ejemplo, B puede implicarse en la mitad de una transacción
con A, proporcionando servicios a A (a cambio de dinero) y luego implicarse en la segunda
mitad con C, quien proporciona a B servicios «a cambio» de los que B propor ciona a A
(concretamente a cambio del dinero que B recibió antes de A). B no precisa encontrar un D que
necesite lo que él puede proporcionar y que tenga lo que él necesita. Obviamente, lo que es
necesario para que se realice esta media transacción es un conjunto de personas tal que cada
una de ellas acepte dinero por aproximadamente el mismo conjunto de bienes o servicios. Lo
que también es necesario es cierta estabilidad en la velocidad en la que el dinero aumenta su
valor, de manera que cuando B se acerque a C descubra que el dinero que ha recibido de A
comprará los bienes que él anticipó. Esto requiere cierto equilibrio entre la cantidad de bienes y
servicios intercambiados por unidad de tiempo en una socie
[11:21 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: dad y la cantidad de dinero intercambiado por unidad de
tiempo (un pro ducto de la cantidad de dinero en circulación y su velocidad media, es decir, el
valor de las transacciones por unidad de tiempo por unidad de cantidad de dinero). Si la
cantidad de dinero intercambiado por unidad de tiempo aumenta más rápidamente que la
cantidad de bienes y servicios, se producirá una reducción continuada del valor del dinero
(debido a un incremento en la cantidad de dinero o de su velocidad), es decir, inflación'. El
papel del dinero en las transacciones en las que se implica el go bierno es especial, porque el
gobierno emite dinero fiat para pagar sus propias deudas. Lo que nos interesa aquí es el papel
que representa el dinero en las transacciones entre partes privadas. Al permitir la separa ción
de las dos mitades de una transacción, el dinero es un sustituto de las promesas de una de las
partes implicadas en el intercambio. El dinero fiat es una de las últimas Tases de una evolución
que se inicia con pro mesas o deudas, sigue con el carácter negociable de las deudas (es de cir,
el intercambio de las promesas de una tercera parte) y da paso a la competencia entre los
emisores de promesas (es decir, billetes). Gradual mente, los emisores menos fiables fueron
desplazados por el más fiable, que, en la mayoría de los casos, era (o llegó a ser) el Banco
Central de una sociedad. Así, la necesidad de la promesa desapareció completamente, porque
la tercera parte estaba formada por el Estado y la economía. Este desarrollo preparó el camino
para el dinero fiat, por el que la promesa de pagar se convirtió en una promesa (menos
explícita) de mantener un equilibrio entre el crecimiento de bienes y servicios y el aumento de
la provisión de dinero. En la siguiente fase de la evolución las tarjetas de crédito constituyen un
paso significativo. La sociedad que a veces se de nomina sociedad sin efectivo consiste
simplemente en lo que siempre ha sido la alternativa teórica al dinero: una cámara central de
compensación de deudas que funciona mediante la transferencia electrónica de informa ción
sobre las transacciones. Cuando la mitad de una transacción ocurre, un consumidor compra un
bien o servicio y da el número de una tarjeta como compensación. ¿Dónde está depositando el
vendedor su confianza? Por supuesto, ya no la deposita en el cliente: no es en su promesa en lo
que el vendedor confía. Confía en la promesa de pagar de la cámara de compensación (es decir,
proporciona crédito a cualquier saldo residual que haya una vez que el vendedor termina las
compras del día). Así, en la sociedad sin efectivo la identidad del fideicomisario y la naturaleza
de la confianza que se deposita en él son las mismas que en el dinero fiat. Las fases del
movimiento de separación del trueque se muestran en el diagrama de la figura 6.1. La figura 6.1
(a) representa el intercambio direc to de bienes y servicios; las demás partes de la figura
representan medias transacciones, con los bienes y servicios fluyendo en una sola dirección
[11:22 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: La figura 6.1 (b) representa el intercambio en el que una
promesa de una parte permite que las dos mitades de una transacción no sean simultá neas. La
figura 6.1 (c) representa el carácter negociable de la promesa de esa parte, lo que permite no
solo la no simultaneidad, sino también la ex pansión de las mitades de las transacciones más
allá del par inicial. La figura 6.1 (d) representa la ampliación de esta posibilidad al caso en que
las promesas de un único banco central (P, en el diagrama) constituyen el medio de
intercambio utilizado como la otra mitad en todas las tran sacciones. La figura 6.1 (e)
representa un sistema sin efectivo, en el que una cámara central de compensación equilibra las
cuentas y los saldos son pagados a o recibidos por la cámara de compensación. Me he
adentrado en este examen del papel del dinero en los sistemas económicos con la intención de
ayudar a que se comprendan los impe dimentos que obstaculizan el intercambio en los
sistemas económicos y el modo en que el dinero, en sus diversas formas, contribuye a superar
al menos uno de esos impedimentos: el hecho de que en cualquier mo mento dado y lugar, solo
una de las dos partes que podrían implicarse en una transacción esté interesada en lo que la
otra parte tiene. Las diversas alteraciones que ha experimentado y sigue experimentando el
carácter del dinero nos dan una idea de las diferentes maneras en que este impe dimento se ha
superado en los sistemas económicos, lo que posiblemente nos da algunas pistas para superar
otros impedimentos semejantes en los sistemas de intercambio sociales y políticos. En el
presente examen del dinero hay otra cuestión que es útil mencio nar: ¿por qué sigue dándose
el trueque, por ejemplo el que se da hoy día entre las naciones, cuando existen formas de
dinero avanzadas? El primer argumento que hay que apuntar es que en muchos de estos
trueques, uno o los dos países que se implican en el intercambio carecen de una moneda que
se puede intercambiar libremente (es decir, de una moneda fuerte). Esto significa que no puede
comprar bienes de un país con una moneda fuerte: sus promesas, encarnadas en su moneda,
no son apreciadas por los países con monedas fuertes a su interés nominal. Si la moneda de un
país así no se intercambia en el mercado abierto, su valor caerá por debajo de su valor nominal.
Una posible solución a este problema es que el país pague los bienes que le interesan no con su
promesa (es decir, su moneda) sino con sus bienes. Una segunda fuente de acuerdos de
trueque emana del hecho de que para los bienes que tienen sobreproducción existen
excedentes naciona les en el mercado mundial de precios, y una alternativa preferible a vender
esos bienes por debajo del precio del mercado o conservar el excedente puede ser venderlo no
a cambio de dinero, sino de otros bienes. O, por de cirlo de otra manera, cuando hay una
sobreoferta, un país puede ofrecer a otro, como incentivo para la compra de sus bienes en
lugar de los de un competidor, la disposición a aceptar a cambio bienes en lugar de dinero
[11:22 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: El trueque puede ser también considerado un tipo de
sistema de tran sacción que existe cuando no hay un medio común de intercambio. Aun que los
sistemas monetarios nacionales se encuentran en las fases avanza das antes descritas del
dinero fiat y otros, en el nivel internacional esto no es así. No hay una tercera parte cuyas
promesas excluyan las demás, pre cisamente debido a los dineros fiat creados por los gobiernos
nacionales. Las monedas predominantes, como la libra esterlina antes de la Segunda Guerra
Mundial o el dólar estadounidense desde esta guerra, represen tan este papel en muchas
transacciones (es decir, alguien del país A usa dólares estadounidenses para pagar a alguien del
país B, y ni A ni B son Estados Unidos); y dentro del área de las monedas fuertes, las monedas
se intercambian como mercancías a tipos que más o menos reflejan la con fianza internacional
en las promesas de un país (es decir, su producción en relación con su emisión de promesas o
moneda). Así, en el mercado internacional, igual en ciertas economías primitivas con formas
muy li mitadas de dinero (véase Einzig, 1966, para un examen más exhaustivo), las limitaciones
de un sistema de intercambio económico sin un sistema monetario bien desarrollado son
evidentes. MEDIOS DE INTERCAMBIO EN LOS SISTEMAS SOCIALES Y POLÍTICOS A partir de la
discusión precedente queda claro que una vez que el dine ro evoluciona más allá del dinero
mercancía y se convierte en promesas negociables (promesas de terceras partes) o moneda de
curso legal fiat o se sustituyen por una cámara de compensación de deudas, es fundamen
talmente diferente de aquello por lo que se paga. Paga por bienes y servi cios reales, es decir,
cosas de valor intrínseco. Podemos preguntarnos, por tanto, si hay cosas en los sistemas
sociales y políticos que representan una parte en las transacciones y, como el dinero, carecen
de valor intrinseco en sí mismas. En seguida vemos que sí las hay, porque las promesas repre
sentan un papel importante en los sistemas sociales y políticos además de su papel en el
intercambio económico. Hay otra pregunta relacionada con el primer paso hacia el dinero fi
duciario: ¿se negocian las promesas de terceras partes? ¿B, que ha recibi do una promesa de A,
la intercambia con C? Al parecer esto ocurre rara mente en los sistemas no económicos; las
promesas no se negocian o se negocian mínimamente. ¿Por qué es así? Regresaremos a esta
pregunta más adelante. Ahora solo apuntaré que en muy pocas circunstancias las promesas se
negocian mínimamente. En las comunidades cerradas, por ejemplo, donde los intercambios no
monetarios son muy densos, existen cadenas de obligaciones. En estas comunidades es
frecuente escuchar algo parecido a lo siguiente: «John me debe un favor. Dile de mi parte que
le pido que te eche una mano»; o «Me dijo Mary que me dejarías esto si te decía que venía de
parte suya». Pero estas cadenas suelen ser cortas, incluso en las comunidades cerradas. En
algunas negociaciones legislati
[11:22 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: vas y en algunas negociaciones para la determinación de
puestos políticos entre los partidos en los gobiernos de coalición, hay tratos entre tres o más
partidos, tratos que implican el cumplimiento constante de promesas. Pero ambos tipos de
intercambios ocurren en un entorno muy cerrado y controlado, de forma que representan solo
movimientos mínimos orien tados hacia promesas negociables
[11:23 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: En términos más generales, en algunos entornos sociales
donde Ay B están negociando una transacción, A dira: «Tengo la promesa de C de que hará X
si.....». En este caso A está usando la promesa de C como recurso para negociar con B. La
promesa de C no es totalmente negociable (ra ramente es verdad que A podría intercambiar
esa promesa con B, quien podría usarla en una negociación con D), porque se trata de una
promesa que se ha hecho específicamente a A, no a cualquier otro. Este intercam bio de
promesas de terceras partes está, en algunas sociedades, muy de sarrollado. Por ejemplo, en
Alemania la palabra Ringtausch describe esta práctica, que en algunos lugares está muy
difundida'. La figura 6.2 ilustra un Ringtausch que implica a cuatro actores. El flujo de la
promesa (P) va en un sentido en derredor del anillo, y el flujo de bienes y servicios (b+s) en el
otro. Es relevante advertir que antes de que el dinero fiduciario aparecie se las deudas
económicas monetarias se consideraban deudas privadas y no eran negociables. Por ejemplo, el
análisis de las economías primitivas realizado por Einzig (1966) no señala en ningún lugar que
estas deudas
[11:23 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: fueran usadas como un medio de intercambio. Así, la
virtual falta de nego ciabilidad de las promesas en los sistemas sociales y políticos no implica en
sí misma que no puedan ser negociables. Además, en algunas comunidades rurales parece
existir algo semejan te a una economía dual. En las transacciones que implican bienes impor
tados de fuera de la comunidad, se usa moneda de curso legal para equi librar las medias
transacciones. En otras que implican bienes localmente producidos (o, más frecuentemente,
servicios), para pagar se recurre a una suerte de promesa de pago futuro de bienes y servicios
(la promesa propia o la de una tercera parte). Esta economía dual parece surgir en co
munidades donde el valor del tiempo es muy bajo en comparación con el del dinero, es decir,
donde abunda el desempleo o el infraempleo Aparte de las promesas egociables, el mecanismo
más extendido que posibilita las medias transacciones en los sistemas sociales y políticos son
las promesas no transferibles análogas a la figura 6.1 (b). En los sistemas sociales y políticos
existe un uso amplio de este tipo de obligaciones, para las que se mantiene algún tipo de
cuenta, formal o informalmente. Este mecanismo proporciona un menor grado de libertad que
el dinero: per mite la extensión de las transacciones en el tiempo, pero no entre perso nas.
Tarde o temprano, la parte endeudada debe pagar la deuda a la parte con à que se ha
endeudado. No puede usar su crédito con otra parte para saldar su deuda con la primera parte
como se hace, por ejemplo, en una economía sin efectivo mediante transferencias electrónicas
de deudas y créditos a una cámara central de compensación. Una razón clara de por qué las
promesas no son negociables reside en el problema de los sistemas sin una unidad de cuenta
general: no existe ninguna unidad ampliamente reconocida para equilibrar las cuentas. Esto
puede ser característico de los tipos de bienes y servicios intercambiados fuera de los sistemas
eco nómicos. Posiblemente su valor depende de la relación particular y de que está
intrinsecamente relacionado con las identidades de las dos partes im plicadas. Otro mecanismo
que facilita el intercambio en los sistemas políticos y sociales cuando no es posible el trueque
entre dos partes es el interme diario o el mediador. Ostrogorski (1964 [1902]) describe el modo
en que la maquinaria política en las ciudades estadounidenses de principios de siglo actuó de
intermediaria. Para los votantes la maquinaria proporcionaba dinero y puestos de tra bajo a
cambio de que votaran a determinados legisladores. Para los legisladores la maquinaria
entregaba votos de los votantes a cambio de la aprobación de leyes favorables a los
empresarios
[11:24 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: Para los empresarios la maquinaria obtenía leyes
favorables a cambio de dinero que se invertía en la compra de votos. He aquí otro entorno
donde no hay doble coincidencia de necesidades y donde su ausencia no se puede remediar
simplemente difiriendo el pago con obligaciones, porque la barrera que hay que superar aquí
no es la no si multaneidad, sino la no complementariedad de intereses para algún par de los
tres partidos. Así, la maquinaria proporciona el servicio de unir a los tres partidos que, en
conjunto, sí tienen intereses complementarios y facilita la transacción. El diagrama de la figura
6.3 muestra la transacción implicada. Varios empresarios sociales y políticos hacen algo
parecido a esto. Las personas que ocupan determinadas posiciones en el Congreso de EE. UU.,
como el portavoz de la Cámara Baja o el líder de la mayoría en el Senado, realizan transacciones
entre múltiples partidos de una manera regular, aunque los partidos difieran en las distintas
transacciones. Estas transac ciones son quizás los mejores ejemplos disponibles, pero hay otros
ejem plos de relación empresarial en los sistemas políticos que sirven para lle var a cabo tratos
que requieren más de dos partidos. Adviertase que en un sistema como el que representa la
figura es necesario un intercambio minimo de promesas. En dos de las tres
[11:24 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: transacciones, ambas mitades podrían realizarse al
mismo tiempo. Sin embargo, si no se usa ampliamente la capacidad negociadora de las pro
mesas, lo que es imprescindible es algún «cebador» del sistema. La ma quinaria debe acumular
algún tipo de recursos para usarlos en las tran sacciones, porque los tres conjuntos de
transacciones no se realizan al mismo tiempo. La estructura de este sistema de transacción es
semejante a la de la figura 6.1 en el caso de un sistema económico en el que hay una cámara de
compensación central que equilibra las cuentas. Sin embargo, difiere en que la cámara central
de compensación se ocupa solo de balances resi duales: la mayoría de las transacciones se
realizan directamente. La figura 6.4 representa una estructura análoga para los votantes, el
parlamento y los negocio En esta estructura el papel de la maquinaria se limita a compensar los
saldos crediticios residuales requiriendo a uno o dos partidos que proporcionen cantidades
adicionales de votos, legisla ción o dinero, que sean suficientes para realizar pagos futuros por
parte de los otros partidos. Sin embargo, es claro que la maquinaria hace mucho más que esto,
porque organiza las transacciones. Debido a los problemas tanto del gorrón como de otro tipo,
ninguna de las partes en este conjunto de transacciones podría llevar a cabo fácilmente su
parte del trato por sí misma, incluso aunque exista alguna forma de dinero político o cuenta de
crédito. Retomando el problema general de facilitar la realización de medias transacciones,
como hace el dinero en los sistemas económicos, el me canismo distinto al dinero que
probablemente es más importante en los sistemas políticos y sociales es la organización formal
productiva. Aquí no lo voy a examinar minuciosamente, solo describiré la estructura: en una
organización central, una persona que ocupa un puesto realiza una tarea o servicio para otra
persona o personas que ocupan otro puesto; por [11:30 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala:
ejemplo, el operador de una fotocopiadora hace copias de documentos para todas las personas
de una oficina cuyo trabajo requiere tener copias de esos documentos. Esas personas, sin
embargo, no realizan ninguna ta rea o servicio que compense la tarea de ese operador; la
organización lo hace pagándole un sueldo o salario. Cierto es que, en muchos casos, la
organización impone una carga directa por el servicio, no a la persona sino al puesto o el
departamento que lo recibe. Por ejemplo, puede haber un débito en una línea del presupuesto
y un crédito en otra. Como, sin em bargo, este balance de débitos y créditos no afecta
normalmente a la com pensación de una persona, sino que solo sirve para la contabilidad orga
nizativa, no motiva en forma alguna a las personas para que se impliquen en medias
transacciones. La motivación la proporciona la organización en forma de sueldo o salario, junto
a una especificación de los deberes asig nados a cada puesto. Por supuesto, el uso del dinero
está implicado en esta estructura, pero el dinero solo, sin la organización, no haría posible este
complejo de medias transacciones. La estructura sería una combinación entre la figura 6.3 y
6.4. Como ocurre en esta última, las medias transac ciones se realizan directamente entre los
actores; pero, como ocurre con la maquinaria de la figura 6.3, el actor corporativo es necesario
para orga nizar el conjunto de transacciones y asegurar que se realicen. La organización
productiva no es, por consiguiente, un sustituto del dinero, sino un complemento. El dinero
facilita la realización de las me dias transacciones; pero la actividad productiva suele requerir un
com plejo organizado de medias transacciones, para cuya realización el dinero solo no es
suficiente. El estatus social como sustituto del dinero Otro mecanismo general que sirve para
equilibrar las transacciones en los sistemas políticos y sociales, en parte porque posibilita las
medias tran sacciones y en parte porque equilibra transacciones que de otro modo se rían
desiguales, es la concesión de estatus o la exhibición de deferencia por una parte a otra. Blau
(1963), en el estudio mencionado anteriormen te, muestra cómo funciona esto en una agencia
gubernamental. Algunos de los agentes tenían más conocimiento o capacidad que otros. Blau
ob servó la existencia de una pauta sistemática de transacciones. Algunos agentes se dirigian
regularmente a otros en busca de asesoramiento. Estas transacciones eran bastante
asimétricas, y las «deudas» no se saldaban en el transcurso del tiempo mediante el intercambio
recíproco de aseso
[11:30 p. m., 29/8/2022] Bryam Ayala: ramiento. Se saldaban mediante la exhibición de
deferencia de los que buscan asesoramiento hacia los que lo dan. El resultado era una jerarquía
de estatus donde a los agentes se les reconocía un estatus determinado o nivel de prestigio
diferente. He aquí otro ejemplo: un banquero de una pequeña ciudad puede con ceder un
préstamo a un prestatario potencial o negarse a hacerlo. Aunque el banquero tome la decisión
principalmente sobre la base del beneficio potencial, también tiene en cuenta las necesidades e
intenciones del pres tatario potencial. Si el prestatario no tiene fuentes alternativas de recur
sos, el banquero tiene todo el control sobre el evento, y el prestatario tiene poco que ofrecer si
la demanda de préstamos es mayor que la oferta. El poder es bastante asimétrico, y el
prestatario potencial está en la posición de un suplicante que depende de la decisión del
banquero. Puede, sin em bargo, darle al banquero, junto al documento por el que se
compromete con el banco a devolver el préstamo, un tipo de crédito generalizado que confiere
poder al banquero sobre varios eventos que el prestatario podría controlar en el futuro. Es
decir, de hecho le da al banquero un cré dito de estatus, lo que significa que en varios contextos
aquel se someterá o dará privilegios especiales al banquero. Si es un comerciante, asegurará al
banquero que él y su familia tendrán el mejor servicio; será agradable y respetuoso con el
banquero en la calle y la iglesia; le agradará especial mente que su hija salga con el hijo de
aquel. Proporcionará al banquero en una multitud de formas, rentas psíquicas a cambio del
beneficio que ha recibido de él o que suscitarán beneficios; la recompensa de estatus se deriva
así de los recursos desiguales de las dos partes de la transacción. Este ejemplo es un caso
especial porque implica un evento en el que la persona que concede estatus tiene un interés
personal directo. Sin em bargo, el estatus suele concederse sobre la base de eventos que no
afectan directamente a la persona que concede estatus. En una escuela el chico con más
estatus suele ser el jugador de fútbol estrella. En una sociedad por lo general las estrellas de
cine y otros artistas tienen un estatus alto. En un grupo de cazadores el hombre que mata más
animales o los más grandes tiene un estatus alto. Entre los chicos, los que tienen más éxito con
las chicas tienen un estatus alto. Entre las chicas, las que tienen más éxito con los chicos tienen
un estatus alto. Este fenómeno más general del estatus no es un resultado de interac ciones
concretas como la que existe entre el banquero y el prestatario, en la que un miembro repara la
asimetría otorgando estatus. El que otorga estatus puede no haber conocido nunca al que lo
recibe. En los casos como los mencionados antes, la estructura general es la siguiente: una
persona controla especialmente (debido a su capacidad o a otras muchas causas) eventos en
los que otra persona está muy interesada. Aquí no cuestionaré ni la fuente de control ni el
interés de esas personas. Pero cuando se da esta configuración, la persona con interés en la
actividad da una carta de crédi to de estatus a la persona que tiene control sobre esa actividad.
Se trata de

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