Compendio Unidad 4
Compendio Unidad 4
Compendio Unidad 4
Profesor Autor:
Ing. Jorge Alpizar Muni, MSc.
Titulaciones Semestre
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………………………… 3
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS………………………………………………………. 15
Resultado de aprendizaje de la asignatura
Reconocer la estructura, modalidades, contextos y ambientes de aprendizaje desde el marco
legal, bajo el enfoque de inclusión e interculturalidad, así como las funciones específicas y el
perfil que el docente debe poseer en la Educación Inicial en el Ecuador desde el marco legal.
Unidad 4
Las jornadas de atención y trabajo en las instituciones de la Educación Inicial
INTRODUCCIÓN
En esta Unidad de estudio, estaremos abordando las principales directrices derivadas de las
indicaciones del Ministerio de Educación para la organización del trabajo en los diferentes
niveles de la formación de los infantes de 0 a 5 años, así como en los programas de servicios
de atención familiar, como forma no escolarizada de la Educación Inicial.
Por otra parte, se describirán las propuestas metodológicas relacionadas con la organización
de las jornadas de trabajo por subniveles a nivel de las instituciones propias de la enseñanza
escolarizada y se dedicará especial atención a las acciones que debe acometer cada institución
en atención a garantizar un trabajo sistemático y coordinado con referencia a la atención de las
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familias, como elemento indispensable para lograr resultados de la mayor calidad en la
formación de los niños y niñas.
De esa forma construye su conocimiento a través de los reflejos, de las percepciones y de los
movimientos que realiza. En los primeros momentos de la vida, la inteligencia es de un carácter
natural (práctico); porque se manifiesta en acciones sobre el propio cuerpo y las demás
personas.
Los trabajos de Howard Gardner señalan, que las personas tienen inteligencias múltiples y que
estas se desarrollan según sus capacidades y las oportunidades de aprendizaje que brinda el
ambiente.
Por otra parte, en esta etapa se empieza a poner de manifiesto el denominado aprendizaje
social (Bandura & Walters, 1974). Este proceso de aprendizaje se manifiesta por medio de la
observación y la modelación en el desarrollo de las destrezas y la imitación como proceso
cognitivo.
Unido a ello los avances en las neurociencias nos demuestran que el cerebro recibe influencia
tanto del entorno como de su base genética y que existe un período temprano de oportunidades
para brindar al niño la adecuada nutrición, estimulación y seguridad que necesita para
desarrollar su cerebro al máximo y ayudarle a alcanzar todo su potencial.
El estímulo y la interacción temprana con los padres y la familia son un impulso esencial para
el desarrollo cerebral y para el aprendizaje a lo largo de la vida. Las investigaciones demuestran
que la crianza y la interacción afectuosa entre los niños pequeños y su familia fortalecen de
manera positiva y permanente la capacidad de aprender y puede cambiar el funcionamiento
cerebral para toda la vida.
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Desde esta base, la gestión del aprendizaje que se debe concretar a partir del diseño de los
ambientes más apropiados para el mismo; confieren una importancia significativa a la
estimulación multidimensional de los procesos a partir de las diferentes actividades que se
diseñan y programan para las jornadas de actividades en la Educación Inicial.
Durante los primeros años de vida a través de la estimulación oportuna, las familias y
educadores pueden promover el desarrollo óptimo de los niños a largo plazo y aprovechar las
oportunidades para que ellos puedan aprender.
Un niño que, durante sus primeros años de vida, vive en un ambiente estimulante física y
emocionalmente, desarrollará un mayor número de conexiones cerebrales necesarias para
procesar la información del entorno y aprender.
Los bebés cuentan con una capacidad innata para relacionarse activamente con su entorno y
buscar oportunidades para aprender; además, poseen mecanismos que les permiten controlar
la cantidad óptima de estimulación para sentirse confortables y protegerse de la estimulación
excesiva.
Así, conforme los niños van creciendo, irán transformando sus reflejos en mecanismos de auto
preservación efectiva y desarrollarán su habilidad para regular los estímulos mientras
interactúan en su ambiente, lo que asegurará que las experiencias típicas que ellos vivan
durante sus primeros años promuevan su desarrollo sin abrumarlos.
A largo plazo los niños que reciben estimulación oportuna muestran un mejor desempeño
cuando ingresan a la enseñanza escolarizada y manejan mejor las situaciones estresantes en
comparación con los niños que recibieron poca estimulación.
Al contrario, cuando los niños pasan sus primeros años en un ambiente poco estimulante, con
interacciones limitadas y carentes de apoyo emocional, su desarrollo cerebral y funciones
pueden ser afectadas, pues la carencia de estímulos altera la organización cerebral y la
posibilidad de crear estructuras funcionales para el aprendizaje, por lo que tendrán mayores
posibilidades de presentar retrasos cognitivos, problemas sociales o de comportamiento
y dificultades para enfrentar situaciones de mayor complejidad.
Como ya hemos insistido los niños aprenden a partir de las interacciones que establecen con
todo aquello que hay en su entorno inmediato. Nos referimos a un sinnúmero de objetos, de
personas y situaciones, las que generan infinidad de estímulos.
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Ahora bien, nunca es el aprendizaje tan significativo como
cuando un adulto está presente, sobre todo cuando ese
adulto se encarga de mediar, trasladar y traducir cada
estímulo al niño, en función de alcanzar determinados
aprendizajes. Esta constituye la labor fundamental de los
familiares que de manera sistemática interactúan con ellos
y por supuesto de los educadores.
1. Atender las señales y seguir sus intereses. Más allá de ofrecer afecto y cariño,
fundamentales en y por sí mismos, el adulto puede identificar y responder a las formas de
comunicación del niño, por ejemplo:
• Nombrando el objeto o acción de su interés: “¿Qué estás señalando? ¡Ah! ¡El libro de
cuentos del sol y la luna!”
• Respondiendo si el niño sonríe o balbucea al realizar una acción: “Te gusta que te haga
cosquillas en los pies, ¿verdad?”
• Hablarle de aquello que está sucediendo: “¡Sí! te estoy poniendo los calcetines para que
no tengas frío en los pies”.
3. Expandir el conocimiento del niño. Cuando miran o leen cuentos juntos, si el niño dice:
“guau-guau”, añadir: “sí, ¡es un perro grande y tiene cuatro patas!”, señalándolas.
4. ¡Jugad! Jugar es el principal medio de aprendizaje para el niño, además de una gran
diversión.
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Jugando, el adulto puede participar y potenciar el juego de roles (¡recuerda que los niños
imitan todo lo que hacen los adultos!) o introducir retos y problemas que el niño tiene que
resolver: jugando a abrir un tarro y sacar lo que hay en su interior, a armar un rompecabezas,
a encontrar un objeto que hemos escondido, y un largo etcétera.
El adulto puede variar el juego, planteando retos cada vez más complejos, pero alcanzables.
Si un juego es muy sencillo, y el niño puede resolverlo de inmediato, se aburre y pierde el
interés. Si es muy complejo, se frustra y no quiere continuar.
5. Reconocer y reforzar los intentos y logros de manera positiva: felicitar al niño con
aplausos, con besos, verbalizando su logro y sus intentos, promoviendo así su autoestima
y animándolo a seguir aprendiendo.
En la anterior unidad nos referimos a la utilización de los Rincones, como una de las alternativas
básicas establecidas en la Educación Inicial para promover, a través del juego el desarrollo de
las capacidades físicas, emocionales, sociales y cognitivas de los niños de forma conveniente.
Los rincones tienen una larga tradición en la escuela, cuya base reside en el trabajo de autores
como Dewey y Freinet entre otros. Sus aportaciones, abogando por una nueva pedagogía y
proponiendo actividades que a su parecer se deben desarrollar en el aula para el desarrollo
integral de los niños, se consideran como precursoras de esta alternativa.
Jhon Dewey (1859-1952), propone más de treinta actividades para llevar a cabo en la escuela
que abarcan desde el trabajo con madera, la narración de historias y literatura, la cocina,
jardinería, imprenta, dramatización o trabajo de tejidos entre otros.
Del mismo modo, se afirma que Célestin Freinet (1896-1966), pedagogo francés, tras hacer su
estudio psicológico y social de las necesidades de los niños, fija en ocho la cantidad de talleres
especializados de trabajo que se deben llevar a cabo en la educación infantil: cuatro
consistentes en trabajos manuales y cuatro más de actividades evolucionadas, socializadoras
e intelectualizadas.
En este contexto nos encontramos también con María Montessori (1870-1952) una de las
pedagogas más influyentes en el trabajo por rincones. Ella creó su propio método partiendo de
la educación sensorial como base del aprendizaje en la Educación Infantil, fundamentado
siempre en la actividad manipulativa y en la experimentación, que permiten interiorizar los
aprendizajes e ir adquiriendo conocimientos nuevos.
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El trabajo por rincones se caracteriza por la capacidad de elección del alumnado y por la auto
gestión de este para la realización de las actividades tal y como Montessori defendía, por ello
se la considera entre los precursores del método.
Es a partir de este momento y de las aportaciones de estos autores, donde se traza una línea
divisoria entre la pedagogía tradicional y la pedagogía colaborativa que es la pedagogía que
derivará en el trabajo por rincones.
El trabajo por rincones es una de las alternativas actuales de organización del aula de
Educación Inicial.
Mediante este método la organización del espacio del aula se realiza por zonas que están
destinadas a diferentes usos, en cada zona se ofrecen diferentes propuestas para llevar a cabo
actividades de diferentes tipos pertenecientes a distintos ámbitos educativos.
Los rincones son unos espacios delimitados en la clase. En los que los niños trabajan de manera
individual o en pequeños grupos de forma simultánea en diferentes actividades de aprendizaje.
El trabajo por rincones permite dar cobertura a las diferencias, intereses y ritmos de aprendizaje
de cada niño o niña. Los rincones requieren de una organización diferente del espacio en el
aula y delimitar espacios claros para cada uno de ellos.
Este tipo de organización del aula favorece la diversidad de opciones de aprendizaje para el
alumnado de modo que se trabajan todos los ámbitos educativos de una forma integrada, lúdica
y enriquecedora.
• Los rincones se deben organizar en función de las posibilidades del aula y necesidades del
grupo de clase.
• Según la edad de los niños son más adecuados un tipo de rincones u otros. No es lo mismo
organizar una clase por rincones para trabajar con niños de 2-3 años que para hacerlo con
niños de 5-6 años.
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• Se debe establecer un número máximo de participantes por rincón, que puede oscilar entre
los 5 y los 8 niños.
• Los rincones son el lugar ideal para respetar el ritmo de aprendizaje de cada niño y por lo
tanto no se deben establecer tiempos, aunque por cuestiones de organización será
necesario imponer un máximo de tiempo razonable.
• Deben montarse algunos rincones donde prime el juego libre o donde los niños
puedan funcionar de una manera autónoma y otros rincones más estructurados dónde se
realicen actividades con un nivel de organización y por tanto mediación del docente mayor.
En relación con el funcionamiento de los rincones es importante el establecimiento de algunas
normas específicas. En tal sentido pudieran ser consideradas las siguientes recomendaciones:
1. Establecer normas pactadas entre los niños y el educador, para el trabajo en los
rincones.
2. El educador debe realizar una actividad introductoria de cada rincón, con toda la clase,
con la finalidad de presentarlo al grupo, mostrando los materiales e indicando las
diversas actividades que se pueden llevar a cabo en cada uno de ellos
3. El educador debe realizar un seguimiento del uso de los rincon es, asegurándose de que
todos los niños pasan por todos los rincones del aula.
4. Las funciones básicas del educador para el seguimiento del trabajo en los rincones,
deben centrarse en: dinamizar las actividades, potenciar el juego libre, facilitar y
organizar los materiales para que se produzca el aprendizaje y observar las actividades
e interacciones que entre los niños se producen.
La constancia para el cumplimiento de esta rutina, sobre todo aquellos momentos que son
permanentes a la misma hora a modo de rituales, como la entrada, el saludo, el encuentro
común, los momentos de alimentación, de sueño o descanso, el tiempo de juego al aire libre,
los momentos para el aseo, la despedida y la salida, ayuda a crear seguridad y hábitos en los
niños; además, cada uno de ellos son momentos precisos para estimular a los niños de manera
natural.
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El momento de sueño es necesario en los niños más pequeños, conforme avanza en edad este
tiempo va reduciéndose paulatinamente, por lo que, para los niños más grandes, el sueño
puede ser opcional.
Si bien es cierto que estos momentos deben realizarse de manera estable, no se debe confundir
con rigidez, ya que la estabilidad hace referencia a que se repitan ciertas acciones de manera
constante, cada día, pero no necesariamente a horas inamovibles.
En el caso de los niños de hasta dos años, la rutina debe basarse en primer lugar en la
satisfacción de las necesidades de tipo biológico (alimento, el cambiado de pañales, el sueño),
luego se podrá introducir progresivamente otras de tipo social, pedagógico, entre otros,
establecidas por el adulto.
Es fundamental tener la rutina expuesta atractivamente en el aula, de manera que tanto padres,
como personal del centro educativo y niños puedan reconocerla y “leerla”. Los niños pueden
“leer” las acciones y momentos de la rutina al utilizar dibujos o imágenes que las representen.
Momentos de la
Recomendaciones para su implementación
Jornada
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Aseo Momentos estimulantes para el aprendizaje de buenos hábitos.
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Subnivel 2 de 3 a 5 años (Generalmente de 5 horas)
Estos deben ser considerados solo a manera de ejemplo, pues cada centro deberá adaptar sus
jornadas a las características de la localidad y de la propia institución.
Como se deriva de las principales valoraciones realizadas hasta aquí, en materia de contextos
y sistemas para la Educación Inicial, el papel de la familia en la búsqueda de alcanzar un
adecuado nivel de calidad en la formación de nuestros niños con el propósito de estimular su
desarrollo integral, potenciar sus capacidades, de forma tal que les permita contar con mejores
oportunidades en el futuro; resulta indispensable.
Cuando hablamos del papel de las personas adultas como motivadoras del desarrollo integral;
su decisivo rol en la organización, planificación y realización de un conjunto de las actividades
para el pleno desarrollo infantil integral; es necesario insistir en el hecho de que la educación y
el desarrollo no se trabajan únicamente desde una institución; por lo que las personas adultas
a las que nos referimos no son únicamente los docentes.
Como parte de esta determinante labor relacionada con el liderazgo de los procesos educativos,
a ellos debemos sumar el potencial educativo y desarrollador de los adultos de la familia e
inclusive de la comunidad, quienes necesariamente deben convertirse en dinamizadores
positivos de los procesos de desarrollo integral.
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El trabajo con las familias es uno de los grandes
retos del sistema educativo. Todos los docentes
tienen un importante papel con las familias de sus
niños. La comunidad educativa está formada por
los docentes, los niños, las familias y la comunidad
por ello es imprescindible que la respuesta
educativa en la casa, en la escuela y la comunidad
sea coherente, que se compartan valores para que
el niño crezca con seguridad.
Desde el punto de vista de los docentes de la Educación Inicial el trabajo con las familias se
pone en práctica cuando tienen reuniones o entrevistas con las familias, cuando hablan con
ellas a la entrada o la salida de la escuela, cuando les envían información sobre sus hijos o
cuando los papás participan en alguna actividad de la escuela.
Los padres son colaboradores, aliados del docente en la tarea de educar a los niños, nunca
debemos verlos como adversarios. Por ello el tema de las relaciones familia-escuela, se
considera fundamental para éxito de la educación infantil.
La función educativa de la familia, contrario a la idea de que es la escuela la encargada de la
educación de los niños, incrementa su papel particularmente en esa etapa en la que los niños
se van separando progresivamente de su familia, permaneciendo durante muchas horas en el
colegio; por lo que esta separación no debe suponer la dejación de funciones por parte de la
familia.
Como es evidente, unas familias difieren de otras en la disponibilidad mayor o menor de objetos
estimulantes, de rutinas cotidianas; si hay o no habitualmente problemas alrededor de
conductas tan cotidianas como comer, ver la televisión, dormir, o de circunstancias
potencialmente especiales (vacaciones, fines de semana, viajes y otras).
Para ello es necesario promover la participación y relación activa entre la familia y la escuela
ayudando a las familias a conocer los procesos de crecimiento y aprendizaje de sus hijos y
colaborando con ellas para que generen perspectivas más amplias en lo concerniente a la
educación de los pequeños.
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ESTRATEGIAS ACCIONES
Manejar adecuadamente • Claridad en el uso del lenguaje.
técnicas de • Evitar tecnicismos que persigan una situación de poder.
comunicación • Usar adecuadamente gestos, posturas, miradas, etc.
Conocer la realidad de • Evitar prejuicios o estereotipos.
cada familia • Observar y preguntar para tener una visión real del sistema familiar.
Valorar los progresos y • No comparar con otras familias.
los cambios; tanto del • Poner el punto de referencia en ellos mismos en un momento anterior. Lo que
niño como de los no hacía y ahora es capaz de hacer.
familiares. • Valorar pequeños cambios observados en el comportamiento
• Escucha activa: Con la mirada, con el cuerpo.
Considerar los
• Preguntar por qué o el cómo hacen las cosas.
conocimientos previos de
la familia • Cuando nos dicen cosas que les preocupan, hemos de prestarlas especial
atención porque son importantes para ellos.
• No culpabilizar a las familias.
Aceptar las emociones • Ayudarlas a identificar y etiquetar sus emociones en relación con el niño.
como parte del proceso • Proponer técnicas de afrontamiento. Estrategias para controlar la ira, la
ansiedad o el miedo
Manejar la información; • Ordenando y estructurando la información.
las familias necesitan • Interpretando y traduciendo la información.
información • Enfatizando la información relevante sobre la irrelevante
Validar la cultura de la • Considerar las pautas de funcionamiento de la comunidad.
comunidad; respetar los • Valorar sus materiales y sus propuestas.
valores y características • Considerar las habilidades específicas de la persona y ofrecer oportunidades
propias de que las ponga al servicio de la actividad.
• Estando presente y tratando de ajustarse a las posibilidades de la familia.
Estar disponible • Facilitando materiales, sugerencias, propuestas viables y eficaces
• Escuchando en momentos de crisis.
• Sugerir alternativas para que las familias elijan.
Implicarles en la toma
de decisiones • Entrenar procesos cognitivos de análisis de la situación, búsqueda de
alternativas, valoración de estas, elección, puesta en práctica y evaluación
• Buscar ámbitos de competencia de cada familia. ¿En qué sobresalen?, ¿Qué
Creer en la competencia
hacen bien?
de las familias
• Plantear acciones ajustadas a las capacidades de cada familia.
• Considerar que van a ser capaces de lograr las propuestas y hacérselo saber
• Variar los objetivos a trabajar con las familias.
• Plantear cambios en las propuestas, permite descubrir competencias que no
Hacer propuestas
siempre son evidentes.
dinámicas
• Ofertar sugerencias de actividades nuevas y divertidas.
• Facilitar el disfrute de niños y familias en las actividades.
• Revisar el posicionamiento actitudinal del docente.
• Ignorar la queja sistemática.
Instaurar una
• Plantear el optimismo como estrategia básica.
cultura del logro
• Buscar logros y aspectos positivos.
• Considerar el error
El trabajo directo con los niños, la efectividad y los resultados del trabajo de los docentes de la
Educación Inicial, estará determinada por el nivel de profesionalidad, la pasión, dedicación y el
amor que sientan hacia su trabajo.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
• Bandura, A. y Walters, RH (1963). Aprendizaje social y desarrollo de la personalidad. Holt
Rinehart y Winston: Nueva York. Disponible en:
http://www.soyanalistaconductual.org/aprendizaje_social_desarrollo_de_la_personaliad_al
bert_bandura_richard_h_walters.pdf
• Rubio-Codina, M. (2018) Cinco maneras de ayudar a los niños a aprender más y mejor.
Primeros pasos. Banco Interamericano de Desarrollo (BID) Disponible en:
https://blogs.iadb.org/desarrollo-infantil/es/5-maneras-de-mejorar-el-aprendizaje-de-los-
ninos/
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