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10 Reglas para Diseño Editorial

Este documento presenta 10 reglas para el diseño editorial. Estas incluyen: 1) leer el contenido para comprenderlo y tomar decisiones creativas, 2) usar un tamaño de letra pequeño para optimizar el espacio, y 3) tratar el archivo desde el inicio como un original mecánico para reducir errores. También recomienda 4) mantener un estilo único, 5) cuidar la ortografía, 6) usar el programa adecuado para cada proyecto y 7) bocetar antes de comenzar el diseño digital.

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10 Reglas para Diseño Editorial

Este documento presenta 10 reglas para el diseño editorial. Estas incluyen: 1) leer el contenido para comprenderlo y tomar decisiones creativas, 2) usar un tamaño de letra pequeño para optimizar el espacio, y 3) tratar el archivo desde el inicio como un original mecánico para reducir errores. También recomienda 4) mantener un estilo único, 5) cuidar la ortografía, 6) usar el programa adecuado para cada proyecto y 7) bocetar antes de comenzar el diseño digital.

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MARIO BALCÁZAR

10 reglas para hacer diseño editorial


Desde un folleto hasta un libro de arte, el diseño editorial es una
de las áreas más grandes del diseño. Aquí algunos consejos para
lograr una mejor comunicación impresa.

El diseño editorial es una de las ramas más completas en el diseño gráfico, requiere no solamente
de una buena dosis de creatividad, sino también de aplicar el idioma correctamente, utilizar los
programas apropiados y conocer los pormenores de la producción, entre otras cosas. Resulta
básico conocer las reglas, dominarlas y aplicarlas. Con base a experiencias ajenas y propias,
presento aquí diez de ellas, sin pretender englobarlas a todas. Apenas recalcando algunas que son
de suma importancia y muchas veces no se toman tanto en cuenta.

1. Lee lo que diseñas


Parecerá muy obvio, pero es fácil detectar cuando se diseña un texto sin conocer la parte sensible
de la información. En publicaciones cortas como folletos o revistas, leer los textos nos permitirá
saber dónde cortar columnas, hacer tablas o apostillas, entender el lugar donde deben ser
colocadas para dar dinamismo y orden de lectura. Lo mismo aplica en libros que no sean de texto
corrido (como libros de arte, por ejemplo) y que en lo posible se empata o complementa el
contenido con la parte gráfica. Leer el texto nos permitirá adentrarnos en el tema de lo que
diseñamos y podremos tomar decisiones creativas que incluso puedan llegar a ajustar los textos en
pro de una comunicación más efectiva.

2. Haz la letra pequeña


Este tema es muy recurrente en cuestiones de producción. Una letra demasiado grande no solo
ocupa mucho espacio sino que reduce el ancho de las columnas provocando que surjan balazos en
la mancha tipográfica, muy difíciles de maniobrar, además de minimizar la libertad de aplicación
de otros elementos en la misma página.

Lo más recomendable es, una vez seleccionada la tipografía a utilizar, imprimir una hoja con
párrafos compuestos en diferentes tamaños (de 6 a 12 puntos, y luego de 14, 16, 18, 21, 24 y 36
para los títulos, subtítulos y balazos). Puedes hacer el mismo ejercicio con distintas interlíneas para
entender cómo se comporta la mancha en cada combinación de fuente-tamaño-espaciado.

El tamaño de 12 puntos se usa en libros de texto infantiles y de texto corrido; para libros con
textos cortos puede usarse en una escala de 9 a 11 puntos y para folletería y revistas los tamaños
son mucho más pequeños, a veces desde los 7 hasta los 10 puntos, siendo 9 el más común. El
tamaño de la tipografía varía según qué fuente se utilice. Una misma letra en Helvetica o
Garamond puede presentar enorme diferencia, como puede verse a continuación.

3. Comienza tu archivo como original mecánico


Una vez aprobado el diseño, comienzas a convertirlo en original mecánico, le pones los rebases,
revisas los tamaños y resolución de las imágenes, terminas los folios y lo envías a producción en
menos de media hora. Cuando sale impreso te das cuenta que hay elementos a los que se te pasó
aplicar los rebases. Eso es un problema grande que tiene muchas explicaciones no tanto
relacionadas con tus conocimientos sobre cómo armar un original mecánico. En general es
consecuencia de trabajar con el tiempo encima y la presión constante de tu cliente y de la
imprenta.

El mejor consejo para esto es que desde el principio trates tu archivo final como si ya estuvieras
armando un original mecánico. Dedícate a hacer los rebases correspondientes y a revisar las
imágenes desde que comienzas a aplicar el diseño, de esta forma reduces considerablemente el
margen de error producido por la presión el día de la entrega.

4. Mantén un solo estilo


Este es un descuido recurrente, especialmente cuando manejas textos independientes o que se
encuentran separados por imágenes de forma reiterativa. Para lograr mantener un estilo único es
necesario realizar un planteamiento claro del diseño antes de ejecutarlo. Seleccionar la tipografía
cuidadosamente y el formato de los textos: tamaño, interlínea, alineación, si llevará cortes de
palabra, kerning y tracking. También es importante que plantees el espacio entre párrafos y lo
combines con sangrías. El secreto es la constancia en todos estos aspectos a lo largo de tu
publicación. Una de las cosas que recomiendo es minimizar el número de fuentes. Realmente
puedes plantear el diseño de una revista trabajando con una sola fuente —con sus respectivas
variantes— y cambiarla en los títulos, subtítulos, balazos, tablas y textos alternos

5. Cuida la ortografía
Un diseñador serio sabe de ortografía. Si la tuya es mala siempre estarás expuesto a correcciones
vergonzosas. Y, peor aún, si no hay alguien que revise tus trabajos antes de producirlos, a la
vergüenza se sumarán problemas graves con tus clientes así como críticas brutales de los usuarios
finales. Un diseñador no puede darse el lujo de tener mala ortografía, de no conocer las reglas más
elementales del español así como los estilos de redacción.

¿Cómo puedes mejorar tu ortografía? Lo mejor es leyendo, es la forma más rápida e intuitiva. Un
curso de ortografía te servirá para resolver situaciones muy complicadas. Además siempre es
importante tengas tu diccionario a la mano o bien, un acceso directo a algún diccionario en línea,
como el de la Real Academia Española

6. Usa el programa correcto


Con el paso del tiempo los programas se han robado ideas entre sí y comparten ya muchas
herramientas comunes. Aun así, cada uno conserva en su base de trabajo elementos que lo
definen y especializan para hacer determinadas tareas.

Es muy importante la decisión del programa a utilizar para ejecutar cualquier diseño. Un folleto de
cuatro páginas se puede hacer en Illustrator o InDesign. Si no hay demasiados textos o imágenes
nos inclinaremos por el que mejor dominemos, pero si son 12 páginas, con muchos textos y fotos
en alta resolución, hacerlo en Illustrator tendrá como consecuencia un archivo muy grande, lento y
más dificultad para darle salida en preprensa. Mucho peor aún si lo hacemos en un solo lienzo
utilizando una capa o layer diferente para cada página (los layers no sirven para eso).

Utilizar el programa correcto es importante para trabajar más rápido, con mayor facilidad y reducir
errores y complicaciones de producción.

7. Boceta
Llevamos más de 20 años diseñando en computadoras, lo cual implica que las nuevas
generaciones se van alejando poco a poco de los sistemas tradicionales de diseño. Cada vez son
menos los estudiantes que bocetan antes de sentarse frente al ordenador, lo cual denigra la labor
del diseño como una industria. Bocetar tiene la ventaja de la ocasión: detener el auto en cualquier
lado para plasmar una idea en una libreta o bien, experimentar rápidamente ideas o conceptos,
además de que nos ayuda a diseñar sin la predisposición de una herramienta concebida en
cualquier programa.

8. Cuida las manchas tipográficas


Con el paso del tiempo los tipos de letra se han adelgazado y limpiado. Los pesados y complicados
remates se convirtieron en patines, que cada vez se hicieron más discretos hasta que hoy han
desaparecido en más de la mitad de las fuentes existentes. Con ello, crear una mancha tipográfica
efectiva se ha vuelto más difícil, ya que especialmente en las composiciones justificadas a ambos
lados se tienden a abrir espacios que perforan la mancha tipográfica.

Controlarlos implica un conocimiento y sensibilidad especial sobre la tipografía. Saber ajustar el


espacio entre palabras, el interletraje y los guiones para partir palabras implica un trabajo crítico.

9. No uses copy/paste
Tanto Illustrator como InDesign tienen dos formas de importar imágenes: la primera es como un
liga, es decir, colocar un previo de la imagen para que se pueda visualizar en el documento, pero
que forzosamente está ligada al archivo de la imagen original y la otra, que cada vez usan más los
estudiantes y contemporáneos, que es seleccionar la imagen en Photoshop y transportarla al
documento con copiar/pegar, o copy/paste, como se le conoce comúnmente.
En un principio resulta muy cómodo, pero si se debe regresar al programa original para hacer
algún retoque o corrección eso ya no es posible. Solo repitiendo la misma acción, lo cual va en
detrimento de la calidad de la imagen. Esto hace que el proceso de preprensa se complique, ya
que no se puede comprobar la resolución correcta de las imágenes a través de los sistemas que
alertan cuando hay un error (como Preflight).

Finalmente, usar este método delata la falta de cuidado en detalles como manejo del color, puntos
por pulgadas (dpi) y formato de color. Como lo explicamos en el punto 3, hacer de nuestro original
un original mecánico es importante desde un principio.

10. Jerarquiza
El diseño editorial podemos llevarlo a dos niveles distintos: el primero es para llamar la atención
del lector e interesarlo en el tema, y el segundo para dar confort y dinamismo a la lectura. No
siempre van juntos.

La finalidad de esto es que primero cachemos al lector cuando hojea la revista. Si la imagen y el
título le son atractivos automáticamente pasará al segundo nivel que es leer los balazos del
artículo. Hasta este punto el diseño editorial se comporta como publicidad, en el sentido que
podemos jugar con los textos, colores, alineaciones, imágenes y más. Finalmente, si al lector le
sigue interesando el tema, pasará al tercer y último nivel, que es permitir que la lectura del
contenido se pueda desarrollar con comodidad.

Una regla extra. Aplica correctamente la tipografía

Un buen diseñador sabe usar la tipografía. A casi todos los diseñadores les gusta pero realmente
no todos tienen esa sensibilidad para seleccionar y aplicar la fuente correcta. Habrá que
imprimirla, de ver cómo funciona con el sustrato final, probar con interlíneas, con interletrajes y
con los diferentes pesos y estilos que ofrece.

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