Análisis e Interpretaciòn de Resultados
Análisis e Interpretaciòn de Resultados
Análisis e Interpretaciòn de Resultados
evaluaciones
Introducción
Uno de los obstáculos que con mayor frecuencia tienen las instituciones
educativas para realizar un trabajo sistemático de evaluación del aprendizaje,
consiste en la falta de una cultura de la evaluación entre los actores del proceso
educativo -alumnos, profesores y directivos-, lo que conduce a prácticas
evaluativas que nos son congruentes con los contenidos, enfoques y propósitos
del modelo educativo, o bien son insuficientes o superficiales.
Se trata de un proceso sistemático; es decir, la evaluación debe ser un proceso racionalmente
planificado como parte del desarrollo de la enseñanza, de forma que no debe entenderse como
algo aislado, ni improvisado, ni desconectado del diseño y desarrollo de la docencia.
…que pretende la emisión de un juicio de valor sobre la misma; finalmente se requiere emitir
un juicio de valor, basado en criterios objetivos u objetivables, se entiende que un elemento de
objetivación imprescindible en el contexto de la e v a l u a c i ó n educativa es el consenso
intersubjetivo que pueden manifestar expertos en educación acerca de la calidad de los
fenómenos educativos evaluados.
… orientado a la toma de decisiones; es la base necesaria para poder tomar decisiones –de
cualquier tipo, sean de mejora (evaluación formativa) o de rendición de cuentas (evaluación
sumativa)‐.
…y la mejora; sólo puede entenderse que una evaluación es de calidad, si permite identificar
no sólo los elementos que requieren mejora, sino el cómo dinamizar el proceso de mejora o
innovación, es decir, el carácter formativo se identifica como un componente fundamental para
cualquier evaluación.
La propuesta incluye otras dimensiones que hemos denominado transversales las cuales se
consideran complementarias porque refieren a las posibles especificaciones de los escenarios y
situaciones educativas en los que se desarrolla la intervención educativa. De esta clasificación
retomaremos por ahora, la dimensión que hace referencia a la unidad de análisis a la cual se dirige
el proceso evaluativo. ¿Qué se evalúa o pretende evaluar? Las unidades identificables como
referencia de los diversos procesos son:
Las organizaciones educativas. Las cuales se pueden clasificar como formales (sistemas
educativos, niveles y/o modalidades educativas, instituciones escolares –de educación básica,
media superior o superior); no formales (programas sociopolíticos de actuación formativa laboral,
social, económica, empresarial), instituciones de formación para la empresa, entre otras.
Los elementos materiales de la intervención educativa. Se incluyen aquí todos los elementos
en que se materializa la organización educativa, tales como los proyectos educativos, los curricula
o planes de estudio, programas de intervención educativa a cualquier nivel tanto del ámbito
educativo como empresarial o social; y materiales educativos (libros de texto, fichas didácticas,
material multimedia…).
E l normotipo se refiere a la clasificación de los tipos de referencias o criterios que subyacen a las
interpretaciones, en términos de si tales referencias o criterios son externos o internos al propio
estudiante o persona sujeta a evaluación. La evaluación nomotética, cuyo referente es externo,
puede ser referida a una norma la cual depende de la población o grupo del cual forma parte el
sujeto evaluado, o bien a un criterio establecido en algún programa educativo formal. Cuando la
referencia es normativa, nos permite la comparación del rendimiento de cada alumno con
respecto al logrado por el grupo, entonces es común escuchar que tal alumno tiene un
rendimiento superior al rendimiento promedio de su grupo; o bien que un grupo específico está
una desviación estándar por debajo del promedio nacional o estatal, ya que generalmente la
norma representa la media de la población evaluada y los puntajes de cada persona o grupo
evaluado pueden distribuirse en torno a esta media en una distribución normal. Si la referencia
empleada es criterial, la interpretación es independiente del nivel logrado por el grupo o
población a la cual pertenece el alumno o persona evaluada, en este caso el interés se centra en
determinar el nivel de competencia del alumno con respecto a uno o más estándares previamente
fijados.
Por otra parte si lo que se requiere es conocer la evolución de cada alumno a lo largo de su
proceso educativo, el criterio contra el cual comparar su ejecución es interno y es lo que se
denomina evaluación ideográfica; la cual nos permite determinar los progresos que ha realizado
cada alumno con respecto a su propia ejecución, en otros cursos o momentos de un curso y
comparar con ellos las nuevas adquisiciones. Esta historia personal o individualizada resulta
esclarecedora respecto a las causas de cada situación, en un momento dado y permite proyectar
su posible evolución en el futuro, así como diseñar un proceso de intervención adaptado y con
garantías de efectividad.
SINTESIS DE LA PRIMERA PARTE
Evaluar el proceso educativo que implica a la enseñanza y al aprendizaje, significa interpretar los
resultados obtenidos de la actividad que conjunta a profesores y alumnos en cuanto al logro de los
objetivos de la educación, sean éstos referidos a conocimientos o al desarrollo de competencias,
además de que la evaluación del aprendizaje como proceso sistemático mediante el cual se recoge
información acerca del aprendizaje del alumno, permite no sólo mejorar ese aprendizaje y
detectar elementos para formular un juicio acerca del nivel alcanzado, sino que también informa
acerca de la calidad del aprendizaje logrado y de lo que el alumno es capaz de hacer con ese
aprendizaje, aspecto especialmente útil para el enfoque orientado al desarrollo de competencias.
Como proceso sistemático podemos considerar a la evaluación como una serie de actividades
planeadas con suficiente anticipación que responden a intenciones claras y explícitas y que
guardan una relación estrecha y específica con el programa escolar, con las actividades de
enseñanza y de aprendizaje y con las circunstancias en que se dan esas actividades. Las
características del aprendizaje, las posibilidades del profesor y las circunstancias en que ha de
desarrollarse la evaluación, determinan cual es la estrategia más adeºcuada, o simplemente
posible, y a que nivel de rigor o complejidad puede llegarse. Lo que es realmente indispensable, es
que el juicio de evaluación no se base en impresiones subjetivas, situaciones excepcionales o
aisladas, ni en información insuficiente, irrelevante o accesoria. Además de la estrategia de
recogida y análisis de la información, los cuerpos colegiados o academias deben establecer los
estándares de ejecución esperados como resultado del análisis y discusión de lo que persiguen los
programas de intervención, facilitando con ello una interpretación adecuada del nivel logrado por
los estudiantes.
2. PLANEACIÒN DE LA EVALUACIÒN
Entre las más conocidas se encuentran las publicadas por Bloom (1956), Gagné (1972), Tuckman
(1979), Merril (1994), Haladyna (1997), Marzano (2000, 2006); aunque existen otros enfoques
diferentes o complementarios. Como resultado de tal revisión, para esta guía práctica propongo
utilizar la taxonomía de Marzano (2000, 2006) la cual ha resultado ser útil y congruente con los
modelos educativos actuales basados en competencias tanto de nivel medio superior como en
diversas carreras de educación superior.
El modelo teórico en que se sustenta la taxonomía, es propiamente una teoría del pensamiento
humano, y no una estructura como en el caso del sustento de la taxonomía de Bloom.
Técnicamente los modelos y las teorías son sistemas que permiten predecir fenómenos, mientras
que una estructura representa conjuntos organizados de principios que describen características
de un fenómeno dado pero no necesariamente permiten la predicción del fenómeno.