Tabla de Contenido
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Tabla de ilustraciones
Ilustración 1.El amor ______________________ 2
Ilustración 2.La química del amor ____________ 3
Ilustración 3.¿Qué no es el amor? ____________ 5
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¿Qué es el amor?
¿Cómo definir algo tan complejo, contradictorio, fascinante y que al mismo tiempo nos hace sentir
tan vivos? No puede observarse bajo un microscopio, hay quien lo define en términos químicos y
quiénes hacen poesía de él.
Amor es inspiración, a veces hasta sufrimiento, todos quieren vivirlo, la mayoría lo han sentido
alguna vez, pero nuestra cuenta pendiente sigue siendo poder explicarlo.
Decía Mahatma Gandhi que “donde hay amor hay vida”. Esta es, sin duda, una de las definiciones
más sencillas, pero realistas sobre esta dimensión maravillosa, a la vez que misteriosa. Esta
emoción es la que nutre al bebé que acaba de nacer, la que nos ayuda a crecer, la que nos hace
sentir parte de un grupo social. El amor, por así decirlo, nos sitúa en el mundo…
Si ya has estado o estás enamorado, sabes de sobra lo que se siente, aunque no lo puedas
expresar en una definición que semánticamente abarque todos los matices. Así, si hay algo que la
mayoría sabemos es que no siempre somos libres de enamorarnos de quien de verdad
desearíamos. Por decirlo de otro modo: el amor nos elige. Y esa elección puede ser la apropiada o
por el contrario, traernos más sufrimientos que dichas.
¿Por qué tenemos tan poco control en materia afectiva, por qué no podemos ser más objetivos,
más racionales? ¿Qué subyace al fenómeno de la atracción?
En el amor existe cierto componente biológico, lo sabemos. Todos hemos oído hablar de esa
tormenta química conformada por neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la
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oxitocina… Ahora bien, tampoco podemos dejar de lado otro tipo influencias, en este caso,
externas. Hablamos de nuestra cultura y el peso de la sociedad como mecanismo de influencia.
Según la ciencia, cuando estamos enamorados se activan regiones cerebrales relacionadas con la
recompensa y la motivación, como el hipocampo, el hipotálamo y el córtex del cíngulo anterior.
Adicional a esto, la oxitocina y la vasopresina, producidas bajo el efecto del enamoramiento,
estimulan la liberación de dopamina y nos generan sensaciones placenteras asociadas a la persona
amada, su presencia y sus recuerdos.
Este coctel neuroquímico, que nos hace sentir tan a gusto cuando estamos empezando una
relación, también es la causa de los malestares emocionales que aparecen tras la ruptura.
En 1986, Robert Stenbergi, profesor de la Universidad de Yale, dio una primera definición
psicológica en su libro La teoría triangular del amor sobre las dinámicas que edifican una relación
de pareja. Sobre lo que en esencia busca y define el amor.
Pasión: es el deseo, pero no se refiere solo al deseo físico y sexual con todo el componente
neuroquímico que de ello se deriva. La pasión también se expresa mediante la admiración del
otro, mediante esa implicación psicológica donde surge el afecto más profundo y la necesidad de
estar cerca de la persona amada.
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Estas tres dimensiones pueden formar diferentes combinaciones que, de acuerdo con Sternberg,
dan lugar a siete estilos de relación afectiva:
Cariño: el cariño suele estar presente en las relaciones de amistad. Implica intimidad sin pasión y
con una forma diferente de compromiso.
Amor vacío: puede tratarse de relaciones construidas desde el interés y el egoísmo. En este tipo de
relaciones suele haber compromiso sin pasión, ni intimidad.
Amor romántico: se trata de parejas en las que hay fuerte presencia de pasión e intimidad, pero
en las que luego de un tiempo no aparece compromiso.
Amor sociable: suele aparecer en relaciones muy largas pues hay intimidad y compromiso, pero ya
parece haberse extinguido la pasión.
Amor fatuo: en el amor fatuo no hay pasión y compromiso peor no intimidad, es decir, es posible
que sean dos personas que se gustan y quieran estar juntas, pero que realmente no tienen
muchas cosas en común para construir afinidades.
Amor consumado: es el amor en el que se combinan los tres elementos: intimidad, pasión y
compromiso.
El amor es un poderoso sistema de motivación, un impulso básico que nos permite satisfacer una
serie de necesidades.
La principal necesidad es la de sentirnos amados. Esa ansia es más intensa que la propia
sexualidad. Así, Helen Fisher explica que este deseo vital del ser humano constituye lo que
conocemos como “amor romántico “. Se trata de toda una serie de dinámicas emocionales
caracterizadas por la motivación, el deseo de vinculación, las ganas por compartir vida, proyectos,
por formar parte conjunta del proyecto con alguien.
El tercer objetivo del amor desde esta perspectiva neurobiológica es el apego. Apego como
aspiración para obtener calma y seguridad al lado de alguien, apego como la evolución del amor
romántico para alcanzar la estabilidad y evolucionar como pareja.
¿Qué pasa si tienes ya cuarenta años y te sigue entusiasmando el ideal del amor
puro? Absolutamente nada. Seguramente te crean un iluso, se burlen de ti o te dirán que deberías
ser más realista. Para un momento: esa es tu realidad. Es un completo error negar lo que eres o lo
que sientes por los juicios de los demás.
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Históricamente se ha tendido a catalogar cómo deberíamos relacionarnos con el sexo opuesto. Si
decimos “sexo opuesto” es porque el colectivo LGTB, tristemente, aún sigue siendo omitido o
tratado como un tabú a la hora de hablar de amor.
¿Qué implicación tiene esto? Que socialmente seguimos derivando en los mismos errores. Se
sigue estableciendo cuál es el modo correcto de querer y desear, y con ello cercenamos el amor en
todas sus maneras, formas y expresiones. Negamos, por ejemplo, hechos como que la persona con
discapacidad también tiene sus necesidades afectivas y sexuales. Negamos (o no queremos ver)
que el amor y la sexualidad está presente también en la tercera edad.
¿Qué NO es el amor?
Como ya hemos visto, definir el amor es algo complejo. Esto nos ha llevado a confundirlo con otros
sentimientos y expresiones que, definitivamente, no corresponden al amor verdadero. De esta
forma, a continuación, te mostramos una lista de manifestaciones que deberías evitar en todas tus
relaciones (bien sea de pareja, de amistad, entre padres e hijos, etc.):
Dependencia emocional
Ocurre cuando uno de los miembros de la relación presenta una fuerte necesidad de estar en
continuo contacto con el otro. De esta manera, su bienestar y felicidad sólo depende de la
presencia de la otra persona. Además, constantemente tienen miedo a que el vínculo se acabe.
Celos
Hay una creencia popular que expresa que, si no te cela, entonces no te ama. Esto es falso.
Los celos son producto de la propia inseguridad, de no sentirse suficiente para la otra persona.
Esto suele generar intentos de control hacia el otro, lo que termina afectando la calidad del
vínculo.
Posesión
También es común pensar que la persona que “amamos” nos pertenece. De esta forma, se
generan conductas de control hacia el otro, así como también, se permite el control sobre uno
mismo. Esto definitivamente no es amor.
Manipulación
Esta es otra forma de ejercer control sobre el otro. En este caso se utiliza el chantaje
emocional para lograr una respuesta esperada en el otro. Recuerda que el amor implica aceptar la
propia libertad y la del otro.
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(Fisher, 1992)
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Robert Jeffrey Sternberg es un psicólogo estadounidense nacido el 8 de diciembre de 1949. Profesor de la
Universidad de Yale, expresidente de la APA. Entre sus principales investigaciones se encuentran las
relacionadas con la inteligencia, la creatividad, el amor, el odio, y la sabiduría.