6 Corrientes Pedagogicas Contemporáneas
6 Corrientes Pedagogicas Contemporáneas
6 Corrientes Pedagogicas Contemporáneas
INTRODUCCIÓN.
Durante los últimos años, la escuela y sus principales actores se han visto
irremediablemente involucrados en una serie de críticas pedagógicas, sociales,
políticas, culturales y administrativas que para beneficio de todos han reorientado
la actividad formadora de docentes, estudiantes y padres de familia. Si bien, hoy
nos queda claro que las fallas de la escuela van desde el autoritarismo, el
centralismo y la idea obtusa de que su principal función es transmitir
conocimientos, preguntas y respuestas correctas, más que asegurar la
comprensión y aplicación o uso activo del conocimiento, también es cierto que
discretamente ha crecido de modo desmedido una tendencia de los educadores a
sobrevalorar el fenómeno del aprendizaje, y ello ha provocado una serie de
problemáticas, tanto en la actualización de los recursos docentes, como en la
metodología didáctica a implementar en las aulas escolares. El concepto de
aprendizaje se genera desde la raíz del ideal educativo, lo obvio necesita ser
reiterado: No puede haber educación sin aprendizaje. Aprendizaje es la condición
necesaria, empero tal vez no suficiente, de todo proceso educativo.
Para tales fines, Freire (1999) tuvo que recurrir a ciertas nociones básicas y hasta
entonces escasamente utilizadas en el lenguaje de la pedagogía, como es el caso
del poder, la deshumanización, conscientización, ideología, emancipación,
oprimido, opresor, dialogicidad. antidialogicidad, concepción bancaria de la
educación, educación problematizadora, radicalización, sociedad cerrada,
sociedad en transición, democratización, conciencia intransitiva, conciencia
ingenua o mágica, conciencia crítica, educación liberadora, alfabetización y otros
muchos que han contribuido a criticar los mecanismos más usualmente utilizados
en política de alfabetización, en tanto reducen los procesos de lectura, escritura y
pensamiento a meras técnicas alienantes que no solo ignoran la cultura del
oprimido, sino que además contribuyen a fortalecer las ideologías dominantes. En
tal sentido, numerosas experiencias populares de educación en todo el mundo han
basado su método en los aportes de Freire. De todos los términos mencionados
anteriormente valdría la pena recuperar al menos cuatro de su principal obra:
Pedagogía del oprimido (1999), que orientan y clarifican el análisis de la corriente
pedagógica liberadora de Freire que, sin duda, se constituye como entre los
últimos pedagogos que han analizado la problemática educativa desde un punto
de vista integral. Estos conceptos son:
En el período en que Freire escribe, contempla los traumas y dificultades por los
que atraviesa la gran mayoría de los campesinos del norte de Brasil, producto de
una educación alienante que lleva al pueblo a vivir su condición de miseria y
explotación con una gran pasividad y silencio. El pueblo pobre es tratado como
ignorante y es convencido de ello, lo que produce y explica la pasividad con que
se soporta la situación de esclavitud en que se vive. Ante esta realidad, Freire
plantea que el hombre debe ser partícipe de la transformación del mundo por
medio de una nueva educación que le ayude a ser crítico de su realidad y lo lleve
a valorar su vivencia como algo lleno de valor real.
Desde otro punto de vista el cognitivismo intentó oponerse al conductismo, más
que revivir las ideas funcionalistas. No era simplemente un rechazo del
conductismo sino una integración de este en un nuevo esquema teórico de
referencia. Las reglas de reforzamiento fueron puestas dentro de la mente del
individuo y se les llamó reglas de representación simbólica de un problema. El
comportamiento visible del organismo en sus procesos de aprendizaje fue
reemplazados por procesos internos de pensamiento llamados en forma genérica
resolución de un problema. En términos filosóficos el cognitivismo cambió el
énfasis empírico por un énfasis racionalista. Sin embargo, el cognitivismo
reclamaba también su estatus científico y su aspecto experimental, se extendió
hacia el estudio de problemas que no podían ser observados visual
o externamente como depósito de información en la memoria, representación
del conocimiento, metacognición y otros.
Muchas cosas “románticas” se han dicho acerca del constructivismo que ajustan a
la imagen que queremos ver en el hombre moderno. Se piensa mucho en la
libertad del individuo para construir su propio conocimiento, y esto suena
melodioso a los oídos postmodernistas. Es cierto que construimos nuestro propio
conocimiento pero no en esa libertad completa que la imagen casi publicitaria del
constructivismo alguna vez conlleva. Construimos destruyendo, cambiando y
acomodando aquellas estructuras de conocimiento que se nos han impuesto en
nuestras actividades de aprendizaje. No construimos de la nada, construimos con
los fragmentos de aquello que nos fue impuesto.
“No man is an island, entire of itself, everyone is a part of the continent a piece of
the main”: En efecto ninguno de nosotros somos islas autosuficientes en el océano
social. Dependemos de aquel “otro generalizado” para nuestro desarrollo físico,
mental y espiritual. El conocimiento y el aprendizaje no están localizados en los
recovecos neurales de la corteza cerebral sino en los encuentros sociales que
incansablemente enriquecen, atemorizan, oprimen y liberan nuestra existencia.
Sin temor a cometer un error fácilmente, puede considerarse que ningún pensador
ha dado más fundamento teórico a nuestra profesión pedagógica como lo ha
hecho Vygotsky. La educación más que ser un derivado de la psicología educativa
como ha sido hasta ahora, muy pronto ha de ocupar un lugar independiente en las
ciencias sociales como la antropología, la sociología y la psicología. En un futuro
tal vez lejano aquellos que tienen como función estudiar la enseñanza y el
aprendizaje no serán llamados maestros sino ‘educólogos’. Si el psicólogo ha de
hablar de la mente, el ‘educólogo’ ha de hablar de la mente y de la sociedad como
unión inseparable.
Todo esto queda encapsulado en otra célebre frase de Vygotsky (1978): “a través
de otros llegamos a ser nosotros mismos.” Otra contribución importante de
Vygotsky en el desarrollo de esta corriente pedagógica fue el estudio de la zona
de desarrollo próximo, a la cual Vygotsky (1980) definió de esta manera:
William James escribió: [La zona de los procesos formativos] “es el cinturón
dinámico de temblorosa incertidumbre, la línea donde el pasado y el futuro se
encuentran. Es el teatro de todo aquello que no podemos tomar por evidente, y
puede ser potencialmente capturado, es el escenario del drama palpitante de la
vida.” (1980, p.258).
Así que de acuerdo a Vygotsky (1980) se puede hacer una distinción importante:
“aprendizaje auténtico” es solo aquel que promueve desarrollo cognitivo, mientras
que ‘aprendizaje’ es simplemente incorporación de hechos en la memoria
permanente. Desde el punto de vista constructivista el primero es la integración de
nueva información en una estructura previamente construida, mientras que el
segundo es información nueva pero desconectada de la estructura.
Referencias