Cena de Pan y Vino
Cena de Pan y Vino
Cena de Pan y Vino
la palabra CENA que proviene del latín coena, cuya significación precisa se encuentra en el término
griego thoíne, festín, banquete, comida, cena, manjar, alimento.
Las cenas dedicadas a Isis por los egipcios, en donde el pan simbólico deja de sostenerse con la harina
del trigo que la luz del sol (Osiris) maduró, para ser la representación junto con el vino, ahora
transformados en elementos vitales que integran las cuatro materias primas del Universo: Fuego (Nour),
Aire (Rouahh), Agua (Iammim) y Tierra (Iabescheh), en una nueva reestructuración espiritual.
Es importante destacar que, desde la antigüedad en todos los misterios, las Iniciaciones eran terminadas
por una especie de comunión, en la que todos los asistentes comían el mismo pan, compartiéndolo entre
ellos y tomaban el mismo vino contenido en una copa única, para recordar la comunidad de bienes entre
los miembros que hacía que los iniciados no tuvieran nada propio.
La cena más popular de la historia, que millones de veces ha sido y seguirá siendo representada, siguió
la tradición de la Pesah, la Pascua judía. Esta fiesta comienza, según el calendario hebreo lunisolar, el
día 15 del mes de Nisan (marzo o abril, en nuestro calendario), coincide con la llegada de la primavera
boreal, tiene una duración de 8 días.
La cena de Cristo con sus apóstoles se celebró el primero de los siete días de los Ácimos (pan de poco
grosor y poca levadura, torta a base de trigo muy delgada y sin levadura, panes cuyo proceso se agiliza
y se hace rápido), en los que, según la Ley hebrea, los judíos recuerdan la liberación del pueblo de
Israel de la esclavitud en Egipto.
Era la noche de la Pesah, que significa “salto” por el “salto que dio Dios sobre las casas del pueblo de
Israel” cuyas jambas y dinteles habían sido pintadas con sangre de cordero para así salvar a los
primogénitos israelíes de la plaga que terminó matando, según cuenta la Torá, a todos los primogénitos
egipcios, incluido el hijo del Faraón. Ese acontecimiento marcó la salida de Egipto del pueblo de Israel
y su liberación y selló una alianza entre Dios y su pueblo.
En la cena de Pascua, los dos alimentos más importantes, son los más sencillos: el pan y el vino. El
vino, que ha tenido siempre un papel importante en la cultura mediterránea, es el primer alimento que
se bendice en la Pesah y es servido en una única copa para toda la mesa, pues se da a beber a todos los
comensales para que esa bendición llegue también a ellos. Es un canal de bendiciones.
En cuanto al pan, la Pesah es también la fiesta del pan ácimo. La Torá ordena tomar durante siete días
este pan no fermentado para recordar la huida de Egipto que obligó al pueblo de Israel a salir con el pan
horneado, pero no lo suficiente y, por falta de tiempo, no pudo elevarse. El pan es el alimento más
básico para el hombre. Ya es mencionado en el Génesis: “Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta
que vuelvas a la tierra pues de ella fuiste sacado”.
El pan ácimo fue la comida ideal concebida por los egipcios para sus esclavos judíos. Era barato, de
sencilla preparación y lenta digestión. Por todo ello es considerado el pan de los pobres y a los judíos
les recuerda la condición humillante de su cautiverio, su amargura y sufrimiento. Pero también tras la
huida, el mismo pan sin fermentar, que fue su primera comida al salir de Egipto, adquirió otro gusto, el
de la libertad, y así lo llaman también, el pan de la libertad.
La fermentación ha sido comparada por los judíos con la soberbia: la masa por sí misma comienza a
agrandarse al igual que el hombre engrandece su ego.
En el cristianismo el pan y el vino son elementos constitutivos del Sacramento, además de ser alimentos
y formar parte de los Servicios Divinos. En primer lugar, el pan es el símbolo por excelencia de
alimento humano. Y junto con el vino son de los alimentos más recurrentes que se mencionan en la
Biblia.
Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se menciona al pan como alimento y se encuentra
relacionado con diversos milagros.
En cuanto al vino, aunque también se vincula a la alimentación, se trataba de una bebida que se
consumía en las fiestas. Además de esto, en Israel consideraban al vino un símbolo de alegría y
salvación futura. Por último, tanto el pan como el vino forman parte de la Santa Cena, también conocida
como eucaristía.
Para las Iglesias de Comunión Anglicana, cuando el pan y el vino son consagrados se convierten en el
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Esto parte de los dichos de Jesús durante la Última Cena, asegurando que
el pan era su cuerpo y el vino su sangre. Por esta razón, estos alimentos son los elementos
fundamentales en el rito de la eucaristía.
Si analizamos estos dichos de Jesús y la asociación de estos alimentos con su cuerpo y sangre
encontramos más significados religiosos. En cierta forma, el pan sin levadura que sirvieron en la Santa
Cena representa la Palabra de Dios. Lo que igual equivale al cuerpo de Jesús, mientras que el vino
como su sangre representa al Espíritu Santo.
Otros significados asociados al pan y al vino
En la Biblia se suele mencionar al pan como símbolo de diferentes cosas, entre ellas: es un alimento
escatológico (Conjunto de creencias y doctrinas referentes a la vida de ultratumba), es la palabra de
Dios y representa sabiduría. También se lo asocia con Jesús y se lo suele denominar el pan de vida. En
cuanto al vino, se lo menciona como la bebida de uvas fermentadas y la primera mención a esta bebida
está relacionada con Noé.
Para finalizar, la cena que celebramos hoy se remonta a la tradición Judía del éxodo, que se encuentra
en el antiguo testamento, es un acto de gozo, de alegría, de felicidad que celebraba el pueblo judío para
agradecer a Dios por los beneficios obtenidos al permitirles salir de Egipto y marchar a la Tierra
Prometida.
La última Cena de Jesucristo, si bien, continua con la tradición judía de acción de gracias, le da una
nueva connotación con el mensaje de compartir la solidaridad, la unión en la fe del cuerpo de cristo
como alimento espiritual que fortalezca la Fe de los cristianos en los principios y en el compromiso con
el mensaje de Jesús y el nacimiento de una religión que se centra en el hijo de Dios hecho hombre.
Hoy hemos querido compartir fraternalmente esta cena y todos los principios que ella encierra para
cada uno de Uds.,
Gracias.