Trabajo Practico El Sentido Cristiano Del Sufrimiento Humano
Trabajo Practico El Sentido Cristiano Del Sufrimiento Humano
Trabajo Practico El Sentido Cristiano Del Sufrimiento Humano
DIACONADO PERMANENTE
Espacio Formativo:
PASTORAL DE LA SALUD
Tema:
(SD)
Elaborado por:
Rubén Edgardo Pissoni
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-2021-
Índice
Consignas…………………………………………………………………..….. pag. 3
Desarrollo….…………………………………………………………………... pag. 3
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TRABAJO PRÁCTICO: “El sentido cristiano del sufrimiento humano”
Consignas:
1- Reflexionar y expresar por escrito: ¿Cuál es el sentido que tiene para el enfermo la
cruz de Cristo?
2- Desde esta reflexión, ¿qué texto/s bíblico/s podría/n iluminar esta realidad del
enfermo?
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1- Asumiendo que las experiencias dolorosas en la vida de todas las personas son una
la vida, estas experiencias siempre plantean sorpresas y desafíos que llevan a replanteos y
tensiones en el interior de la persona. Aquí, tanto aquel que profesa la fe cristiana como
aquel que descubre por primera vez en el dolor a Dios, seguramente emprende un
camino que lleva paulatinamente a la Palabra de Dios, donde toda acepción de la palabra
“Sufrimiento” hace eco en nuestros oídos y se comienza a redescubrir los significados del
dolor, donde el hombre encuentra respuestas a interrogantes tales como ¿por qué?, ¿para
entrega y la asistencia.
La fe, nos pone en intimo contacto, con el sufrimiento, continuamente encontramos en los
evangelios los relatos de como Jesús actúa frente al que padece algún dolor, sanando,
para las tribulaciones, anticipándonos que el sufrimiento es parte del camino de fe, al
punto tal que el mismo vive su pasión y muerte, momento en que, como Verbo hecho
carne, también elevara su plegaria a Dios, aceptando su dolor llevado al límite y diciendo
tuya…”. Vemos a un Jesús que sufrió el látigo y cargo su cruz, pero también hubo quien
se compadeció de tanto dolor, alguien que le ayudo cargar esa cruz, hubo una madre,
María, testigo del sufrimiento y por eso aún más sufriente quien lloró a la pies de su
cuerpo clavado, hubo un discípulo muy amado. Cuanto dolor y cuantos doloridos en una
sola imagen, pero al final su resurrección, donde muestra y a la vez invita a vencer a la
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voluntariamente a sufrir por la redención de los demás, acción en la que cada cristiano se
El dolor y la enfermedad también abren una puerta para alcanzar una gran madurez
dolor el que marca la diferencia entre aquellas personas maduras espiritualmente, con la
fuerza suficiente para enfrentar difíciles situaciones, y aquellas personas que no pueden
de la entrega, de la ofrenda, tanto del que sufre como así también de aquellos que
acompañan a los dolientes. El dolor asumido permite superar el sentido de inutilidad del
2- Desde esta reflexión, algunos de los textos que podrían iluminar esta realidad de los
"…Le dijo Jesús: «Yo soy la resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera,
vivirá..El que vive, el que cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?. Ella contestó:
Sí, Señor; yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo…”
(Jn. 11,25-27)
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"…Un día subió Jesús a una barca con sus discípulos y les dijo: Crucemos a la otra orilla
del lago. Y remaron mar adentro. Mientras navegaban, Jesús se durmió. De repente se
desencadenó una tempestad sobre el lago y la barca se fue llenando de agua, a tal punto
y todo quedó en calma.. Después les dijo: ¿Dónde está su fe? Los discípulos se habían
asustado, pero ahora estaban fuera de sí y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste? Manda
“…En la ciudad donde entren… curen los enfermos que haya en ella y díganles: El reino
"¿Hay alguno enfermo? Que llame a los ancianos de la Iglesia, que oren por él y lo unjan
con aceite en el nombre del Señor. La oración hecha con fe salvará al que no puede
5,14-15)
"…Ahora me alegro cuando tengo que sufrir por ustedes, pues así completo en mi carne
lo que falta a los sufrimientos de Cristo para bien de su cuerpo, que es la Iglesia…." (Col.
1,24)
"Estimo que los sufrimientos de la vida presente no se pueden comparar con la Gloria que
esperanza de que los hijos e hijas de Dios se muestren como son.. Pues si la creación se ve
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obligada a no lograr algo duradero, esto no viene de ella misma, sino de aquel que le
impuso este destino. Pero le queda la esperanza; porque el mundo creado también dejará
de trabajar para que sea destruido, y compartirá la libertad y la gloria de los hijos de Dios
.Vemos que la creación entera gime y sufre dolores de parto. Y también nosotros, aunque
Estamos salvados, pero todo es esperanza. ¿Quieres ver lo que esperas? Ya no sería
esperar; porque, ¿puedes esperar lo que ya ves?. Esperemos, pues, sin ver, y lo tendremos,
si nos mantenemos firmes.. Somos débiles pero el Espíritu viene en nuestra ayuda. No
sabemos cómo pedir ni qué pedir, pero el Espíritu lo pide por nosotros, sin palabras, como
con gemidos.. Y Aquel que penetra los secretos más íntimos entiende esas aspiraciones del
Espíritu, pues el Espíritu quiere conseguir para los santos lo que es de Dios.. También
sabemos que Dios dispone todas las cosas para bien de los que lo aman, a quienes él ha
escogido y llamado. A los que de antemano conoció, también los predestinó a ser como su
Hijo y semejantes a él, a fin de que sea el primogénito en medio de numerosos hermanos .
Así, pues, a los que él eligió, los llamó; a los que llamó, los hizo justos y santos; a los que
hizo justos y santos, les da la Gloria. . ¿Qué más podemos decir? Si Dios está con nosotros,
¿quién estará contra nosotros?. Si ni siquiera perdonó a su propio Hijo, sino que lo
entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos va a dar con él todo lo demás?. ¿Quién acusará
a los elegidos de Dios? Dios mismo los declara justos.. ¿Quién los condenará? ¿Acaso será
Cristo, el que murió y, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios intercediendo por
nosotros?, ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Acaso las pruebas, la aflicción, la
persecución, el hambre, la falta de todo, los peligros o la espada?. Como dice la Escritura:
Por tu causa nos arrastran continuamente a la muerte, nos tratan como ovejas destinadas
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al matadero.. Pero no; en todo eso saldremos triunfadores gracias a Aquel que nos amó..
Yo sé que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni las fuerzas del universo, ni el presente
Anexo I
Documento a abordar:
“El sentido cristiano del sufrimiento humano” Una aproximación a la Carta Apostólica
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25. Los testigos de la cruz y de la resurrección de Cristo han transmitido a la Iglesia y a
este Evangelio ante todo con el propio sufrimiento asumido por amor, para que el
primera generación de sus discípulos y confesores y luego en las que se han ido
lado de Cristo, en primerísimo y muy destacado lugar junto a Él está siempre su Madre
Santísima por el testimonio ejemplar que con su vida entera da a este particular
desde el antiguo coloquio tenido con el ángel, Ella entrevé en su misión de madre el «
acompañaron el nacimiento de Jesús en Belén, cuanto del anuncio formal del anciano
Simeón, que habló de una espada muy aguda que le traspasaría el alma, así como de
las ansias y estrecheces de la fuga precipitada a Egipto, provocada por la cruel decisión
de Herodes.
indudablemente compartidos por Ella con aguda sensibilidad, fue en el Calvario donde
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el sufrimiento de María Santísima, junto al de Jesús, alcanzó un vértice ya difícilmente
subida al Calvario, su « estar » a los pies de la cruz junto con el discípulo amado,
fueron una participación del todo especial en la muerte redentora del Hijo, como por
otra parte las palabras que pudo escuchar de sus labios, fueron como una entrega
solemne de este típico Evangelio que hay que anunciar a toda la comunidad de los
creyentes.
Decía muy claramente: « Si alguno quiere venir en pos de mí... tome cada día su cruz
»[81], y a sus discípulos ponía unas exigencias de naturaleza moral, cuya realización
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La senda que lleva al Reino de los cielos es « estrecha y angosta », y Cristo la
»[83].
Varias veces dijo también Cristo que sus discípulos y confesores encontrarían
nuestros días.
He aquí algunas frases de Cristo sobre este tema: « Pondrán sobre vosotros las manos y
ante los reyes y gobernadores por amor de mi nombre. Será para vosotros ocasión de
vuestros adversarios. Seréis entregados aun por los padres, por los hermanos, por los
parientes y por los amigos, y harán morir a muchos de vosotros, y seréis aborrecidos
cabeza. Con vuestra paciencia compraréis (la salvación) de vuestras almas »[84].
El Evangelio del sufrimiento habla ante todo, en diversos puntos, del sufrimiento «por
Cristo», « a causa de Cristo », y esto lo hace con las palabras mismas de Cristo, o bien
con las palabras de sus Apóstoles. El Maestro no esconde a sus discípulos y seguidores
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aborrece, sabed que me aborreció a mí primero que a vosotros... pero porque no sois
del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por esto el mundo os aborrece... No es el
perseguirán... Pero todas estas cosas las harán con vosotros por causa de mi nombre,
porque no conocen al que me ha enviado » [85]. « Esto os lo he dicho para que tengáis
mundo »[86].
Este primer capítulo del Evangelio del sufrimiento, que habla de las persecuciones, o
sea de las tribulaciones por causa de Cristo, contiene en sí una llamada especial al
la pasión y la muerte, ha vencido al mismo tiempo este mundo con su sufrimiento. Sí,
señales de las heridas de la cruz en sus manos, en sus pies y en el costado. A través de
convicción de esta fuerza en el corazón de los que escogió como sus Apóstoles y de
todos aquellos que continuamente elige y envía. El apóstol Pablo dirá: « Y todos los que
26. Si el primer gran capítulo del Evangelio del sufrimiento está escrito, a lo largo de
las generaciones, por aquellos que sufren persecuciones por Cristo, igualmente se
desarrolla a través de la historia otro gran capítulo de este Evangelio. Lo escriben todos
los que sufren con Cristo, uniendo los propios sufrimientos humanos a su sufrimiento
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salvador. En ellos se realiza lo que los primeros testigos de la pasión y resurrección
una particular fuerza que acerca interiormente el hombre a Cristo, una gracia
especial. A ella deben su profunda conversión muchos santos, como por ejemplo San
Francisco de Asís, San Ignacio de Loyola, etc. Fruto de esta conversión es no sólo el
hecho de que el hombre descubre el sentido salvífico del sufrimiento, sino sobre todo
que en el sufrimiento llega a ser un hombre completamente nuevo. Halla como una
Cuando este cuerpo está gravemente enfermo, totalmente inhábil y el hombre se siente
como incapaz de vivir y de obrar, tanto más se ponen en evidencia la madurez interior
sanos y normales.
mismo es quien actúa en medio de los sufrimientos humanos por medio de su Espíritu
sentido, la esencia misma de la vida espiritual, indicando al hombre que sufre un lugar
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hermana que sufren este intercambio admirable, colocado en lo profundo del misterio
él la más sólida base del bien definitivo, o sea del bien de la salvación eterna. Cristo
con su sufrimiento en la cruz ha tocado las raíces mismas del mal: las del pecado y las
contra el Creador. Ante el hermano o la hermana que sufren, Cristo abre y despliega
un mundo liberado del pecado, que se está edificando sobre el poder salvífico del
amor. Y, de una forma lenta pero eficaz, Cristo introduce en este mundo, en este Reino
del Padre al hombre que sufre, en cierto modo a través de lo íntimo de su sufrimiento.
muy dentro de todo sufrimiento humano, y puede actuar desde el interior del mismo
No basta. El divino Redentor quiere penetrar en el ánimo de todo paciente a través del
continuación de la maternidad que por obra del Espíritu Santo le había dado la vida,
espiritual y universal— hacia todos los hombres, a fin de que cada uno, en la
cruz, y cada sufrimiento, regenerado con la fuerza de esta cruz, se convirtiera, desde la
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es la disposición, que el hombre lleva en su sufrimiento. Se puede sin embargo decir
que casi siempre cada uno entra en el sufrimiento con una protesta típicamente
humana y con la pregunta del « por qué ». Se pregunta sobre el sentido del sufrimiento
y busca una respuesta a esta pregunta a nivel humano. Ciertamente pone muchas
veces esta pregunta también a Dios, al igual que a Cristo. Además, no puede dejar de
notar que Aquel, a quien pone su pregunta, sufre Él mismo, y por consiguiente quiere
veces se requiere tiempo, hasta mucho tiempo, para que esta respuesta comience a ser
esta pregunta humana sobre el sentido del sufrimiento. El hombre percibe su respuesta
La respuesta que llega mediante esta participación, a lo largo del camino del encuentro
interior con el Maestro, es a su vez algo más que una mera respuesta abstracta a la
pregunta acerca del significado del sufrimiento. Esta es, en efecto, ante todo una
sufrimiento, sino que ante todo dice: « Sígueme », « Ven », toma parte con tu
sufrimiento. Por medio de mi cruz. A medida que el hombre toma su cruz, uniéndose
El hombre no descubre este sentido a nivel humano, sino a nivel del sufrimiento de
Cristo. Pero al mismo tiempo, de este nivel de Cristo aquel sentido salvífico del
alegría espiritual.
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27. De esta alegría habla el Apóstol en la carta a los Colosenses: «Ahora me alegro de
sufrimiento humano. Este no sólo consuma al hombre dentro de sí mismo, sino que
parece convertirlo en una carga para los demás. El hombre se siente condenado a
recibir ayuda y asistencia por parte de los demás y, a la vez, se considera a sí mismo
inútil. El descubrimiento del sentido salvífico del sufrimiento en unión con Cristo
Cristo lleva consigo la certeza interior de que el hombre que sufre « completa lo que
redención sirve, como Cristo, para la salvación de sus hermanos y hermanas. Por lo
tanto, no sólo es útil a los demás, sino que realiza incluso un servicio insustituible. En
mundo. El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la
gracia que transforma las almas. El sufrimiento, más que todo lo demás, hace presente
las fuerzas espirituales del bien y las del mal, de las que habla la carta a los Efesios[89],
particular apoyo a las fuerzas del bien, abriendo el camino a la victoria de estas
fuerzas salvíficas.
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Por esto, la Iglesia ve en todos los hermanos y hermanas de Cristo que sufren como un
de Cristo conservan en sus sufrimientos una especialísima partícula del tesoro infinito
de la redención del mundo, y pueden compartir este tesoro con los demás. El hombre,
cuanto más se siente amenazado por el pecado, cuanto más pesadas son las estructuras
del pecado que lleva en sí el mundo de hoy, tanto más grande es la elocuencia que
posee
[80] Jn 3, 16.
[81] Lc 9, 23.
[87] 2 Tim 3, 12
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