En El Reino Milenial
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En El Reino Milenial
(Parte tercera)
Estudio bíblico
Introducción
“Porque así ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre el trono de la casa de Israel. 18 Ni
a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga
sacrificio todos los días.19 Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 20 Así ha dicho Jehová: Si pudiereis
invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche, de tal manera que no haya día ni noche a su
tiempo, 21 podrá también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que deje de tener hijo que reine
sobre su trono, y mi pacto con los levitas y sacerdotes, mis ministros. 22 Como no puede ser contado el
ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y
los levitas que me sirven” (Jeremías 33: 17-22)
Introducción
En la sección anterior, empezamos a tratar con la cuestión del templo del Milenio. Vamos por tanto a continuar
comentando al respecto, así como sus actividades.
Dijimos que en la Biblia, un gran detalle de exposición acerca del templo Milenial lo vemos en los capítulos de
Ezequiel que van del 40 al 48 inclusive. Ese templo descrito hasta el detalle por Ezequiel, quien recibió tal
instrucción por mensajero celestial, jamás ha sido construido hasta la fecha. Escribe Kenneth Gillming:
“El libro (de Ezequiel) culmina con la descripción de un templo glorioso (Ez. 40-48)…la descripción sugiere
que la majestuosa estructura será el centro universal de adoración al Señor en el futuro milenio, cuando Jesús
reine durante mil años (Ap. 20: 1-6) (1)
Por eso, si se busca el interpretar el pasaje de Ezequiel 40-48 de forma simbólica o alegórica, uno llega a la
conclusión de que no entiende nada, y que es estéril esfuerzo. La razón es sencilla. Ese texto hay que
interpretarlo tal y como está escrito; ni más ni menos.
Dios no nos ha dado Su Palabra, ni parte de ella para confundirnos, o para dejarnos sin entendimiento; en
este último caso, ¿para qué nos la iba a dar? Dios nos ha dado Su Palabra – y toda entera – para instruirnos,
como el Espíritu Santo nos lo ha dicho:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2
Timoteo 3: 16, 17)
Cuando hablamos acerca del Milenio, debemos pensar en Israel y no en la Iglesia. Recordemos que la Iglesia
para ese entonces ya habrá sido arrebatada y glorificada, y estará reinando con Cristo, como Su Esposa.
“Dios cumplirá sus promesas a Abraham, Isaac y Jacob. El “pueblo escogido” de Dios disfrutará algún día de
su “tierra prometida”, después que haya experimentado una regeneración nacional (Jeremías 31:31-34;
Romanos 11:25-26). No sólo para la Iglesia, sino también para Israel, son irrevocables los dones y el
llamamiento de Dios” (Rom.11:29)” (énfasis del autor) (2)
El Israel del Milenio, no será como el Israel que vemos hoy en los telediarios, un Israel secularizado y hasta
ateo por una parte, o legalista, anticristiano, a la defensiva, etc. por otra. No. El Israel del Milenio, que será
nacional también, estará compuesto por judíos convertidos a su Mesías (que es el nuestro), y por tanto,
regenerados y llenos del gozo del Señor.
Todo ello queda reflejado en la descripción hecha por Ezequiel, y que jamás en la historia hasta este día se
ha visto todavía. Escribe Natanael West:
“La entrada de la ‘Gloria’ al templo de Ezequiel para morar allí para siempre; las Aguas Vivas que fluyen,
creciendo desde debajo del Altar; los alrededores, los maravillosos árboles de sanidad, la nueva distribución
de la tierra de acuerdo con las doce tribus, su porción equitativa en ella, el reajuste de la tribus mismas, la
porción del Príncipe y el nuevo Nombre de la ciudad, ‘Jehová Sama’, todo prueba que el Nuevo Israel
restaurado es un pueblo convertido, que adora a Dios en ‘Espíritu y en Verdad’(3)
Es pertinente que al darnos las Escrituras una tan detallada descripción del templo Milenial, debamos asumir
por tanto que tal templo será tan literal como lo fue el tabernáculo y el templo de Salomón.
“Y me habló aquel varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu
corazón a todas las cosas que te muestro; porque para que yo te las mostrase has sido traído
aquí. Cuenta todo lo que ves a la casa de Israel”(Ezequiel 40: 4)
¿Qué sentido tendría el insistir - por parte de ese ser celestial - que Ezequiel prestara atención a todo lo que
iba con detalle a ver y oír respecto a ese templo, para luego narrarlo a Israel, si sólo fuera una simple
metáfora? ¡Dios no pierde el tiempo!
No solamente el templo no es algo simbólico sino literal, sino que además se debería hacer algo al respecto.
En Ezequiel 43, Dios le dice a Su pueblo que deberían ponerse manos a la obra, habiendo entendido todos
los pormenores:
“…hazles entender el diseño de la casa, su disposición, sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y
todas sus descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus leyes; y descríbelo delante de sus ojos,
para que guarden toda su forma y todas sus reglas, y las pongan por obra” (Ezequiel 43: 11)
Esto mismo ocurrió con Moisés respecto al Tabernáculo en el desierto, que él vio porque Dios se lo mostró y
construyó (Ex. 25: 8, 9)
Si nos damos cuenta, el templo genéricamente hablando es el lugar de reunión de Dios con Su gente. Dios no
necesita templo, porque los cielos de los cielos no le pueden contener (2 Cro. 6: 18), pero se vale de esa
figura para nuestro bien.
En la Palabra de Dios, la figura del Templo la vemos en el cielo, y en la tierra, a lo largo de todas las
dispensaciones a partir de que Dios tuvo Su pueblo. Ese templo fue el Tabernáculo del desierto y de la tierra
prometida; fue el templo de Salomón, etc. hasta la destrucción del último templo, el de Herodes en el 70 d. C.
Luego el Templo de Dios pasó a ser la Iglesia y cada miembro de ella (1 Co. 3: 16); y cuando la Iglesia ya
haya sido glorificada, el templo volverá a ser una realidad durante el Milenio en la tierra.
Lo que vamos a estudiar ahora requiere de toda nuestra atención y esmero. Hay mucho que la Palabra nos
dice, pero hay que escudriñarla.
En Apocalipsis, última revelación de Dios a Su pueblo, leemos que de la tribu de Leví, los levitas, habrá
12.000 sellados (Ap. 7: 7). Ahora bien, los levitas tenían la encomienda de servir en el templo. Esos levitas
sellados serán los que ministrarán al Señor durante el periodo Milenial.
“Les ceñirás el cinto a Aarón y a sus hijos, y les atarás las tiaras, y tendrán el sacerdocio por derecho
perpetuo. Así consagrarás a Aarón y a sus hijos… y los ungirás, como ungiste a su padre, y serán mis
sacerdotes, y su unción les servirá por sacerdocio perpetuo, por sus generaciones”(Ex. 29: 9; 40: 15)
Esta promesa se confirmó en Finees, nieto de Aarón, cuando obró en su celo por Dios (ver Nm. 25: 11-13)
En 1 Samuel 2: 35, vemos la promesa a un sacerdote al cual Dios le iba a edificar “casa firme”. Es evidente
que esta promesa recayó en el linaje de Sadoc. En 1 Reyes 2: 27, Salomón echó a Abiatar – descendiente del
pusilánime Elí - fuera de la casa de Jehová, “para que se cumpliese la palabra de Jehová que había dicho
sobre la casa de Elí en Silo”(ver de nuevo 1 Sam. 2: 35), “Y el rey puso en su lugar… a Sadoc puso el rey
por sacerdote en lugar de Abiatar” (1 Reyes 2: 35)
Si vamos a 1 Crónicas 6: 3-8, podemos ver esa genealogía con detalle. De Aarón a Sadoc.
“…esta profecía (de 1 Samuel 2: 35) se cumplió con la ascensión de Sadoc y de su familia al cargo sacerdotal
en la época de Salomón. Esto reestableció el oficio del sumo sacerdote en la línea de Eleazar
y Finees (cp. Nm. 25: 10-13). Los hijos de Sadoc servirán también en el templo milenario (ver Ez. 44: 15; 48:
11)” (4) (énfasis nuestro)
En cuanto a esto último, el que habrá sacerdotes del linaje de Sadoc, y tal linaje servirá en el templo del
Milenio, la Escritura también nos señala que ministrará y “andará delante de mi ungido todos los días”(1 Sam.
2: 35). Este ungido es el Mesías, Cristo Jesús, quien con su venida gloriosa derrotará para siempre a sus
enemigos, y establecerá Su gobierno en esta tierra durante el Milenio; véase esto último:
“Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová
juzgará los confines de la tierra, dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de su Ungido” (1 Samuel 2: 10)
“Maqueta del Templo de Ezequiel”
La promesa de un sacerdocio perpetuo fue dada por Dios a Aarón, a Finees, al linaje de Sadoc, y fue
confirmada de nuevo por boca del profeta Jeremías, tal y como leímos en el encabezamiento de este ensayo
(ver de nuevo Jeremías 33: 17-22).
“La promesa de un sacerdocio perpetuo fue confirmada enfáticamente por Dios por medio de Jeremías 22:
17-22 que enlaza la perpetuidad del sacerdocio Levítico con la perpetuidad del Reino Davídico y la
perpetuidad de la rotación de la tierra sobre su eje. En vista de estas promesas de Dios, confirmadas una y
otra vez, es muy significativo que el Templo Milenial de Ezequiel tendrá a los hijos de Sadoc como sus
sacerdotes (40:46; 44:15)” (énfasis del autor) (5)
El Templo Milenial descrito por Ezequiel, tendrá a los hijos de Sadoc como sus sacerdotes; así lo vemos
escrito:
“Y la cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen la guardia del altar; estos son los hijos
de Sadoc, los cuales son llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová” (Ez. 40: 46), ver también Ez.
44: 15.
En cumplimiento de la promesa de Dios hacia los hijos de Sadoc, Ezequiel da detalles específicos en relación
con el Templo Milenial. Los levitas descendientes de Sadoc serán principales entre el resto de los levitas
ministrantes (véase Ez. 40: 46; 43: 19; 44: 15; 48: 11)
En Apocalipsis 7: 7, vemos que de nuevo Dios vuelve a tratar con Israel (una vez el periodo de la Iglesia haya
terminado, habiendo sido esta arrebatada para Él y glorificada). Vemos que 12.000 levitas serán sellados, y
eso tendrá lugar en la última shabua, la última semana de años concedida por Dios para Israel y Jerusalén
(Dn. 9: 27) (ver el art. “Las setenta semanas de Daniel” http://www.centrorey.org/escatologia/esc_05.htm)
Hemos de entender que Dios ha discernido a los descendientes del linaje de Sadoc en esos 12.000 sellados
de la tribu de Leví, por la palabra que es clara como el cristal diáfano: “Pero el fundamento de Dios está firme,
teniendo este sello:Conoce el Señor a los que son suyos…”(2 Ti. 2: 19); véase también Nm. 16: 5.
Por el texto y el contexto, esos 12.000 levitas sellados serán literales, así como el templo del Milenio será
literal también, porque no se puede entender un templo sin la ministración dentro de él.
Bíblicamente, tanto son literales las promesas dadas a David, en cuanto a que su casa será afirmada, así
como su reino, y su trono será estable eternamente (2 Samuel 7: 16), como lo son las promesas dadas por
Dios a Aarón, Finees y Sadoc. No se puede afirmar una cosa y desbancar otra.
Ambas promesas tendrán lugar durante el Reino Mesiánico aquí en esta tierra; durante el Milenio.
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Sólo por Jesucristo y su obra en la cruz y su resurrección, todas esas promesas dadas por Dios se van a
cumplir. Esto hay que enfatizarlo suficientemente. Si no es por Cristo Jesús, no se podrían cumplir las
promesas mesiánicas ni las sacerdotales.
Israel sólo podrá ser el Israel de Dios (Gl. 6: 16), cuando haya creído y recibido al Mesías (Jn. 1: 12), como así
será (Ro. 11: 25-27). Por lo tanto el antiguo orden de cosas del A.T. por, y en sí mismo, no puede ni podrá
cumplir con las expectativas de Dios. Veremos, por tanto, cual será la razón y actuación del sacerdocio en la
época Milenial.
Antes, el Israel actual intentará cumplir con su religión durante el periodo de la Gran Tribulación, levantando
su templo en el monte Moriah, pero no lo conseguirá, siendo engañado por el falso mesías y su falso profeta
(Ap. 13; 2 Ts. 2ss). Pero de nuevo, Dios marcará la diferencia en la última semana de años (Dn. 9: 27), y
definitivamente, con la venida gloriosa del Mesías.
Es muy evidente, y así fue para los judíos que volvieron del exilio, que lo descrito por Ezequiel no era para su
tiempo, y no pretendieron implementar un templo y unos usos como los descritos por Ezequiel al levantar el
templo del tiempo de Hageo (520 a.C.).
Ellos inmediatamente supieron que lo descrito por Ezequiel debería cumplirse en la era del Reino prometido a
Israel. Esa es la razón por la cual no hicieron nada conforme a la descripción extremadamente minuciosa de
Ezequiel a la hora de levantar el templo de después del exilio.
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué
necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese
llamado según el orden de Aarón?!”(Hebreos 7: 11)
Empecemos por aquí. ¿Continuará el sacerdocio levítico, como en el Antiguo Testamento, en el Reino
Milenial? No.
Nada es comparable al único, irremplazable y perfecto sacrificio de Cristo, y por siempre. Sólo Su sangre nos
limpia de todo pecado (1 Juan 1: 9; He. 9: 12). Ningún sacrificio de animal puede limpiar pecado alguno. De
hecho, los sacrificios de animales en el A,T. no limpiaban el pecado. El culto en el A.T. apuntaba hacia la
Cruz, siendo la palabra de la Cruz, poder de Dios para salvación (1 Co. 1: 18).
Los sacrificios de animales – en aquel entonces - era todo lo que podía disponer el pueblo de Dios para
buscar la reconciliación con Dios, en espera del sacrificio de Cristo.
No obstante, el sistema de sacrificios del Milenio, descrito por el profeta Ezequiel, se diferencia
profundamente del sistema aarónico, como se puede apreciar si se leen con detenimiento los capítulos que
van del 40 al 48 del citado libro.
La promesa de Dios a Aarón de que él y sus hijos tendrían el sacerdocio perpetuo (Ex. 29: 9; 40: 15), ha de
entenderse de forma literal (ya que Dios no miente ni exagera), aunque ese sacerdocio prometido, vaya a
diferir del antiguo sacerdocio aarónico del A. T., llamado también el “orden de Aarón” (Nm. 4: 27; He. 7: 11), el
cual como tal ya terminó.
El sacerdocio perpetuo prometido a Aarón y sus hijos y el sacerdocio conforme al orden de Melquisedec, esto
es, Cristo (He. 7: 17), ¿pueden ir de la mano? Pues según venimos diciendo, si hablamos del sacerdocio
conforme al “orden de Aarón”, evidentemente no, pero como veremos, el sacerdocio manifestado en el Milenio
diferirá mucho del realizado en el A.T.
En el reino Milenial será Cristo el Sumo Sacerdote, tal y como lo es ahora en los cielos (He. 8: 1), y así como
es ministro del santuario celestial (He. 8: 2), lo será en la tierra y desde Jerusalén, manifestándose la
Teocracia o Autoridad de Dios en todo el planeta.
En el Milenio, siendo Israel la nación cabeza de naciones, y disfrutando este mundo de una verdadera
Teocracia: “Venga tu Reino, hágase tu voluntad, como en el Cielo aquí en la tierra” (Mt. 6: 10), no se restituirá
algo que ya desapareció para siempre: el judaísmo mosaico (He. 8: 13; Gl. 3: 18). Jamás la ley de Moisés per
se pudo salvar a nadie.
La diferencia entre el tiempo actual, en el cual la Iglesia todavía está sobre la tierra, y el tiempo Milenial, es
que ahora no se hace la perfecta voluntad de Dios en este mundo (1 Jn. 5: 19b; Ap. 11: 15), mientras tanto
Cristo está todavía sentado a la diestra del Padre en los cielos, pero cuando Él vuelva, lo hará para reinar in
situ en esta tierra.
Así que en el Milenio habrá gente nacida de nuevo (Jn. 3: 3) que no habrá sido todavía glorificada (a
diferencia de la Iglesia, que lo habrá sido ya), pero que verá cara a cara a Jesús, reinando Él desde
Jerusalén, sentado en Su trono de gloria, y con Él Sus doce (Mt. 19: 28); formando todo ello una verdadera y
visible Teocracia.
Esa gente gozosa deseará subir a ver al Rey (Salmo 122: 1-5), aunque muchos otros, y según vaya
discurriendo el Milenio, no.
“Y todos los que sobrevivieren de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para
adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos Y acontecerá que los de las
familias de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey…” (Zacarías 14: 16, 17)
“Desde el pacto de Dios con Abraham en Génesis, la que sería la tierra prometida fue siempre clave en la
historia de la humanidad, y así será hasta el final de los días”
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“Y me dijo: Las cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio abierto, son cámaras santas en
las cuales los sacerdotes que se acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las ofrendas
santas, la ofrenda y la expiación y el sacrificio por el pecado, porque el lugar es santo” (Ezequiel 42: 13)
En la descripción de Ezequiel, observamos que existen cinco tipos diferentes de ofrendas (Ez. 43: 13; 46: 15).
Cuatro de ellas son ofrendas con sangre.
Indudablemente, estas ofrendas sacrificiales y obligatorias, serán como un recordatorio que señalará
retrospectivamente hacia la Cruz, así como las ofrendas bajo el Antiguo Pacto, eran anticipadoras y miraban
hacia delante; es decir, a la Cruz también. En ninguno de estos casos tienen los sacrificios de animales el
poder de quitar los pecados (He. 10: 4; Ro. 3: 25). Como dice Whitcomb:
“Aun en la edad de la gracia, Dios estima que es necesario que los cristianos recuerden el tremendo precio
que pagó Jesús, por medio del simbolismo del pan y la copa. Tomar de esta “copa de bendición” (1
Co.10:16) no significa ofrecer nuevamente la sangre de Cristo, contradiciendo el Libro de Hebreos, sino que
sirve como un potente “recordatorio” de Cristo y un potente anuncio de “la muerte del Señor hasta que Él
venga” (1 Co.11:25-26)” (énfasis del autor) (6)
De igual manera, en el contexto Milenial, las cinco diferentes ofrendas, cuatro de las cuales serán con
derramamiento de sangre, servirán como un recordatorio constante a los judíos de ese tiempo que viene –
judíos que todavía estarán en sus cuerpos mortales - del tremendo y completo sacrificio que su Mesías, que
estará entonces presente en medio de ellos, sufriera hace muchos siglos para hacer posible su salvación.
Recordemos, y nunca olvidemos que a partir de la venida gloriosa de Cristo, tendrá lugar en este planeta lo
que jamás ha ocurrido todavía: el Reino de Dios visible y tangible sobre toda la tierra: “la tierra será llena
del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (Is. 11: 9)
De alguna manera, el Milenio significará la realidad que Dios quiso que hubiera existido en la tierra si Adán no
hubiese pecado. Obviamente, no es que Dios fallara; Dios lo sabe todo desde la eternidad, pero Él nos quiere
demostrar que Su voluntad se hace, cuando es el momento.
“Estos sacrificios servirán como vehículos eficaces para la instrucción divina de Israel y las naciones durante
el Reino Milenial” (7)
Aunque bien es cierto que Israel como tal será regenerado, no es menos cierto que grandes cantidades de
gentes que nazcan a lo largo de ese tiempo no lo serán, por eso ya la Palabra nos dice que el Señor deberá
utilizar de su fuerza y dominio (véase Salmo 2: 9-11; Ap. 20: 7-9). Entiéndase que estamos hablando del
Reino, y en el Reino todos tendrán que hacer lo que el Rey dice; unos con gozo, otros, a la fuerza, y esto
último en cuanto a los no salvos.
“La vasta mayoría de las personas que nazcan durante la Era Milenial permanecerán en incredulidad (Ap. 20:
7-9), y necesitarán obtener protección de la ira inmediata de un Dios santo. Esa protección la proveerán los
sacrificios de animales según el plan divino…Por el Espíritu de Dios, Ezequiel pudo ver que las ofrendas
continuarían (Ez. 45: 17), y Dios le dijo a Jeremías que “ni a los sacerdotes y levitas faltará varón que delante
de mí ofrezca holocausto y encienda ofrenda, y que haga sacrificio todos los días” (Jer. 33: 18)” (8)
Hay que entender algo que es vital a la hora de comprender el por qué de los sacrificios de animales en el
templo Milenial (único templo para toda la tierra): ahora vivimos en la dispensación de la gracia. Ahora todavía
vivimos en el tiempo en el cual una persona puede nacer de nuevo por recibir a Cristo por la fe (Jn. 3: 3), y
ser, por tanto, parte integrante de la Iglesia.
Pero esto no será así durante el Milenio. En ese tiempo, la dispensación de la gracia como tal, habrá
terminado, porque el tiempo de la Iglesia ya habrá terminado. Entonces será la Era del Reino (véase Dn. 2:
44, 45).
Por tanto las condiciones espirituales en este planeta serán diferentes a las de ahora. Me explico. Ahora no
vemos, sino que creemos (es por fe); pero en el Milenio, las gentes que nazcan en esta tierra, verán. Verán
al mismo Cristo en Jerusalén, por lo tanto no será un asunto de fe sino de vista. Por eso en Isaías 11, leemos
que “la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar” (v. 9)
No será un asunto tanto de fe, y por tanto de gracia (Ef. 2: 8, 9), sino de vista; por tanto algo similar al tiempo
de Adán y Eva cuando andaban solos en el Edén y hablaban con Dios. También, será en algunos aspectos
como en la época del A. T. En teoría todos “creerán” (porque verán). De ahí la provisión expiatoria temporal
de los sacrificios.
Escribe Whitcomb:
“El sacrificio futuro de animales será “eficaz” y “expiatorio” sólo en lo que se refiere a la estricta provisión del
perdón ceremonial (y por tanto temporal) dentro de la teocracia de Israel”(9)
Pero así como aquellos sacrificios de animales en el A. T. no podían salvar, tampoco lo podrán hacer los
nuevos sacrificios en el Templo Milenial bajo el Nuevo Pacto. Sólo Cristo salva.
Recordemos que lo que ocurrirá en el Milenio, en muchos sentidos será lo que hubiera ocurrido si Israel
hubiera sido fiel en la época veterotestamentaria, y Dios lo hubiera usado como cabeza de naciones, tal y
como fue su llamamiento: “Y vosotros me seréis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras
que dirás a los hijos de Israel “(Ex. 19: 6)
“¿Cómo puede llevarse a cabo la instrucción espiritual vital para los ciudadanos del Reino Milenial a través de
un sistema de sacrificios de animales? Cuando Israel sea regenerado, podrá obtener el equilibrio divinamente
planeado del Nuevo Pacto. No es sólo posible sino que también está proféticamente asegurado: los sacrificios
de animales en la Era Milenial serán empleados de un modo que honre a Dios (Sal. 51: 15-59; He. 11: 4) por
parte de una nación escogida y regenerada”(10)
De nuevo. Recordemos que la era Milenial será muy diferente a la era actual, tal y como estamos enseñando.
“Plano que sitúa sobre el mapa las futuras participaciones de las tribus de Israel en el Milenio, según el libro
de Ezequiel”
“En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la
casa de Jehová serán como los tazones del altar. 21 Y toda olla en Jerusalén y Judá será consagrada a
Jehová de los ejércitos; y todos los que sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y no
habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de los ejércitos”(Zac 12: 20, 21)
El vínculo entre Israel y los ethnos que hayan quedado, así como los hijos de ellos cuando vayan naciendo y
repoblando el planeta, será una constante realidad hasta el final del tiempo Milenial. Esto es algo que jamás
ha ocurrido en la historia, sino todo lo contrario; los judíos han sido perseguidos y muchas veces casi
exterminados.
Pero en el Milenio, como digo, las tornas cambiarán. Israel será de nuevo honrado por Dios – no porque lo
merezca, sino porque a Él le ha placido hacerlo así.
El culto a Dios se desarrollará en la Jerusalén que existirá entonces, y todos deberán acudir allí a presentar
sus ofrendas, etc. Pero como dije antes, el tipo de culto a desarrollar será diferente en muchos aspectos al del
A. T. Veamos más en detalle esto último.
En el Templo del Milenio, y según lo vemos en la descripción de Ezequiel, no habrá un Arca del Pacto (porque
se habrá manifestado la fidelidad de Dios); ni las Tablas de la Ley (porque la Ley de Moisés fue cumplida en
Cristo, Ro. 10: 4); ni los Querubines sobre el Propiciatorio (que simbolizaban la guarda del Propiciatorio); ni
Propiciatorio (donde se manifestaba la presencia de Dios, ya que Dios mismo en Cristo estará en medio de Su
pueblo); ni el Velo (que fue rasgado por Cristo en la cruz), ni el Candelabro de oro (que simbolizaba la
presencia de Dios, ya que el mismo Dios estará en persona, en Cristo); ni la Mesa de los Panes de la
Proposición (porque esa mesa que simbolizaba a Israel ante Dios, y Dios siendo de bendición a través de
Israel para las naciones, será en ese momento una realidad reconocida)
En ese tiempo se omitirá la Fiesta de Pentecostés, y la fiesta del Día de la Expiación (Yom Kippur), así como
los sacrificios de la tarde.
Habrá un principal o príncipe que será una figura nueva, desconocida en el A.T. Este tendrá ciertos poderes
reales y sacerdotales (Ez. 44: 3; 46: 2, 4, 8, 10, 12; 48: 21, 22) pero no será ni rey ni sumo sacerdote, porque
tales cosas es Cristo.
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“Después saldrá Jehová y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla.4 Y se afirmarán
sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de
los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande;
y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur” (Zacarías 14: 3, 4)
Pensamos, cuando hablamos de Jerusalén, como la actual ciudad. Es lógico, ya que no tenemos otra
referencia visual, pero nos equivocaríamos si siguiéramos pensando del mismo modo en relación a la
Jerusalén terrenal del Milenio. No va a ser la misma ciudad.
“El aspecto de la Jerusalén actual nada tendrá que ver con la que existirá en el Milenio”
Grandes cambios geológicos tendrán lugar a raíz de la Tribulación y de la venida gloriosa de Cristo, que se
traducirán en lo expuesto en Zacarías o en Ezequiel, etc. Esto no hay que dudarlo. Escribe Whitcomb al
respecto:
“Varias profecías del Antiguo Testamento hablan de grandes cambios geológicos que sucederán en Palestina
en el tiempo de la Segunda Venida de Cristo, de modo que no es imposible imaginar un área de 2.500 millas
cuadradas para el Templo y ciudad situada en una tierra renovada y ampliada. Ver Isaías 26:15; 33:17; 54:2 y
especialmente Zacarías 14: 4-10. El último pasaje nos habla de nuevos valles y nuevos ríos y que la tierra se
volverá como llanura “como el Arabá” que entonces “se elevará”. Posiblemente, toda la zona del Mar Muerto
sea elevada en más de 1.300 pies, por encima del nivel del mar actual, porque contendrá peces “según su
especie, como los peces del Mar Grande y muy numerosos” (Ezequiel 47:10)” (11)
En Apocalipsis 16: 20 vemos que al final de la Gran Tribulación habrá terremotos gigantescos que harán
desaparecer islas y montañas. De modo que ambos Testamentos hablan de cambios geográficos y
topográficos que acompañarán la inauguración del reino Milenial.
Del mismo modo se expresa el Dr. David R. Reagan:
“El gran terremoto de ese momento cambiará radicalmente la topografía de Jerusalén y de toda la tierra (Ap.
6:12-17). En Jerusalén resultará en la provisión de un área nivelada muy grande donde el Templo Milenial
será construido. Este es el templo desde el cual Jesús reinará sobre toda la tierra. Está descrito en detalles en
Ezequiel 40-46” (12)
“Debido a todo el impacto de los juicios, más la venida gloriosa del Señor, cambiará drásticamente la
topografía”
“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa
hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el
lado derecho de la casa, al sur del altar…Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles
a uno y otro lado. 8 Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán
en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. 9 Y toda alma viviente que nadare por
dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas
aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río”(Ezequiel 47: 1, 8, 9)
Como ya apunté antes, debemos entender que muchas de las condiciones edénicas existirán ampliamente
durante esa edad Milenial, con longevidad, paz universal, transformación de la vida animal y el florecimiento
de los desiertos. De hecho, en ese tiempo, será cuando se cumplirá la profecía del apóstol Pablo en Romanos
8: 21; “porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa
de los hijos de Dios”
Escribe Whitcomb:
“Si consideramos cuidadosamente algunas de las condiciones que existían en el jardín del Edén,
descubriremos que entre ellos había árboles y frutos que tenían abundante vegetación y que un río del jardín
se dividió en cuatro ríos (Génesis 2:10-14). Pocos de los que niegan la literalidad del río del Templo de
Ezequiel 47 llegarían a negar la literalidad de los ríos y de los árboles de Génesis 2” (11)
Eso es cierto. Así como de literal fueron las maravillas del Edén, serán las del Milenio. ¡Cómo es nuestro Dios!
En términos de este planeta, Él lo hizo todo bueno al principio, y Él lo hará todo bueno al final, muy a pesar de
la torpeza y pecaminosidad de los humanos.
Todo tiene su cumplimiento bajo el sol, porque todo tiene su tiempo. Dios siempre es fiel.
Hay mucho más que podríamos hablar de este tiempo que viene, una vez los verdaderos cristianos estemos
con el Señor (1 Ts. 4: 17), pero valgan estos tres artículos que son uno, para estimular al pueblo de Dios a
estudiar y escudriñar en la Escrituras mucho más, ya que estas generosamente nos ofrecen la sabiduría de
Dios.
Es nuestra responsabilidad como hijos del Altísimo (1 Jn. 3: 2). Espero que así sea; esta al menos, ha sido mi
intención.