Cuidado de Enfermería en La Terapia de Sistema de Vacío (V.A.C.)

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Cuidado de Enfermería en la

Terapia de Sistema de Vacío


(V.A.C.)
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Justificación
La indicación de este procedimiento está dada por el alto índice de
individuos que presentan heridas abdominales, entre otras, por
procedimientos quirúrgicos con pérdida de líquidos corporales cuyo
origen es muy diverso. A esto se añaden los problemas que estas
heridas ocasionan a la salud de los individuos, su calidad de vida y la
gran carga emocional tanto para el paciente como para su familia.

Procedimiento de Enfermería
1. Definición

Conjunto de actividades de enfermería, encaminadas a promover la


cicatrización de las heridas en un medio húmedo y cerrado,
manteniendo el correcto funcionamiento del equipo de terapia de
presión negativa (VAC).

Falafel

2. Objetivos

2.1. Favorecer la cicatrización y disminuir el volumen de la herida o


preparar el lecho de la lesión para la posterior reparación quirúrgica
(Cierre primario o injertos).
2.2 Disminuir el riesgo de infección relacionado con la manipulación de
las heridas.
2.3 Detectar la aparición de complicaciones.

3. Valoración

3.1 Valoración inicial


3.1.1 Presencia de factores de riesgo que puedan interferir en el proceso
de curación
3.1.2 Características de la lesión: localización, tamaño, forma, estado de
los bordes y piel circundantes, fondo de la herida (limpio, necrótico,
esfacelado, con tejido de granulación), características de exudado
(cantidad, olor, color).
3.2. Valoración psicosocial

Efectos que provoca la lesión sobre:

1. Su relación con los demás,


2. su nivel laboral y económico,
3. sus capacidades anteriores,
4. su autoestima,
5. capacidad, habilidad y motivación de la persona para participar y
adaptarse al tratamiento y,
6. apoyo familiar. En caso de que el paciente sea candidato a la terapia
de cierre asistido con vacío:

• Planificación de cuidados para cubrir las necesidades básicas


• Realización de pruebas diagnósticas
• Administración de tratamiento médico
• Vigilancia de la aparición de complicaciones
• Instauración del plan de cuidados específicos en la terapia de cierre
asistido con vacío.

4. Diagnósticos de enfermería más frecuentes en pacientes con la


terapia de vacío asistido Según la taxonomía de la NANDA e
Intervenciones de enfermería(5)
4.1. Deterioro de la integridad tisular.

Se define como el estado en el que el individuo experimenta un daño en


los tejidos (tejido celular subcutáneo, muscular).

Objetivo

• Recuperar la integridad de los tejidos.

Acciones

• Instauración del tratamiento de presión negativa


• Evaluación de la herida dando las características propias de la lesión
como son: localización, tamaño, forma, estado de los bordes y piel
circundantes, fondo de la herida (limpio, necrótico, esfacelado, con
tejido de granulación), características de exudado (cantidad, olor, color)
• Realización de la técnica de curación según la guía de cuidado ·
Registro de la evolución de la herida.

4.2. Riesgos de Infección. Se define como el estado en el que la


persona presenta un aumento del riesgo de ser invadido por
microorganismos patógenos.

Objetivo

Se mantendrá libre de infección al paciente.

Acciones

• Enseñar al paciente los hábitos higiénicos que debe seguir


• Cambio de apósito según la evolución de la herida
• Vigilancia del estado nutricional e hidratación del paciente
• Valoración continúa de signos y síntomas de infección
• Si aparecen síntomas de infección, tomar muestras para cultivo y
comunicar al médico.
4.3. Deterioro de la movilidad física, relacionado con las
restricciones impuestas al movimiento, por el equipo. Se define como la
limitación de la capacidad para el movimiento físico, del cuerpo de una o
más extremidades.

Objetivo

• El paciente podrá asumir la restricción de movimientos secundaria a la


instauración de la terapia
• Cooperará en la movilización de acuerdo con sus capacidades durante
el tiempo pactado.

Acciones

• Informar y educar al paciente de los movimientos que pueda realizar


• Informar al paciente de los beneficios que se obtendrán en la
evolución de la herida
• Identificar las actividades que la persona puede hacer de forma
autónoma, y aquellas en las que necesita ayuda
• Dejar al alcance del paciente los objetos que pueda necesitar, así
como el timbre de llamada y objetos de distracción.

5. Procedimiento Información y Enseñanza

• Explicar el procedimiento del cuidado de la herida, antes y durante la


realización del mismo, solicitando su colaboración.
• Preparar psicológicamente al paciente para reducir el miedo, la
angustia, la ansiedad, etc.
• Recomendarle que informe cualquier anomalía que detecte (dolor, mal
funcionamiento del sistema, etc.)

6. Material

• Batas estériles
• Gasas
• Guantes estériles
• Apósitos de poliuretano adhesivo transparente
• Apósitos de silicona no adherente
• Solución salina para lavado
• Solución y jabón yodados
• Hoja de bisturí
• Bolsa roja y verde para residuos
• Esponja de poliuretano (negra) y esponja de polivinilo, (blanca o
suave) (figura 4)
• Cánister (colector de 350 ml, 500 ml o 1000 ml específico de la
bomba, que recoge el exudado producido por la herida)
• Bomba de vacío.

7. Técnica

• Levante el apósito despegándolo de forma suave, humedeciéndolo con


suero fisiológico si es necesario

• Observe la herida y verifique el estado de la misma

• Limpie la herida con suero salino, de adentro hacia fuera y de arriba


hacia abajo

• Seque con toques suaves, sin friccionar.


• Seleccione el tipo de esponja de pendiendo de las características de la
lesión. Esponja negra de poliuretano en heridas profundas y cavitadas o
esponja blanca y suave de polivinilo para heridas poco profundas, que
precisen reepitelización, o con exposición tendinosa.

• Con un bisturí o tijeras estériles re corte la esponja del mismo tamaño


y forma que la cavidad de la herida con la finalidad de que ésta contacte
con el fondo y paredes de la misma sin producir presión. Si por la forma
de la herida queda alguna zona sin rellenar, introduzca trozos de
esponja más pequeños, que al sellar la herida actuarán como si fuera
una sola esponja (figura 5).

• Selle la herida con la esponja y el tubo de drenaje puesto, mediante


un apósito de poliuretano adhesivo. Es importante poner el apósito
adhesivo sobre la piel seca y que cubra más de 5 cm, al rededor de la
herida, cuidando que no que den pliegues ni arrugas, para evitar fugas y
que pueda realizarse el vacío (figura 6).
• Conecte el tubo de drenaje que va acoplado a la bomba de vacío y que
tiene una capacidad de 350 ml, 500 ml o 1000 ml. Está dotada de un
sistema antiespumante y antiolores, el cual se cambia cuan do el
recipiente esté lleno.

• Una vez todo el sistema se encuentre montado y conectado, encienda


el aparato y ajuste 125 mm Hg de vacío durante las primeras 48 horas,
la cual puede ser modificada por indicación médica. Conectada la
bomba, compruebe la hermeticidad del sistema, cuando la esponja se
colapse y no suenen las alarmas (figura 7).
• El cambio de esponja se realiza cada 48 horas, o antes, si se ha
perdido la integridad del sistema o según indicación médica. 8.
Consideraciones Generales

• La herida debe estar rodeada de suficiente tejido intacto para


mantener un cierre hermético.

• Antes de iniciar el tratamiento, retire el tejido necrótico que presente


la herida.

• La bomba debe estar conectada al menos durante 22 horas al día,


limitando en lo posible las desconexiones para que la batería esté
siempre cargada.

• Se puede utilizar como terapia continua o intermitente, de acuerdo con


el criterio médico y la sugerencia de la enfermera
• El rango de las presiones se aumenta o disminuye de 25 en 25 mm
Hg, iniciando en 50 mm Hg hasta 200 mm Hg y la intensidad,
comenzando de 10 en 10 y aumentando de 5 en 5 hasta 50, en las
primeras 48 horas, lo ideal es que la terapia sea continua y con una
presión de 125 mm Hg, después de estas 48 horas use la terapia
intermitente con la misma presión.

9. Vigilancia de la Aparición de Complicaciones

9.1. Intolerancia de la piel del paciente a los cambios frecuentes del


apósito. Para proteger la piel, corte la lámina selladora siguiendo el
contorno de la esponja y retírela. Lave la herida e inserte una nueva
esponja, sellando nuevamente la lesión.

9.2 Intolerancia de la piel a la lámina selladora. Dentro de lo posible,


rote la zona de con tacto de la lámina selladora con la piel en cada
cambio de apósito. En caso de intolerancia grave proteja la piel con un
apósito hidrocoloide extrafino, ponga la lámina de poliuretano encima de
éste.

9.3. Riesgo de aparición de úlceras por decúbito. Puede deberse a la


presión que ejerce el tubo de drenaje en la piel. Ponga el tubo por
encima de la piel afirmando con la lámina selladora. Varíe la dirección
del tubo de drenaje en cada cambio del apósito (figura 8).

9.4. Aparición de olor intenso. Puede producirse por:


• Infección de la herida: cambie el apósito cada 12 horas, lave la herida
con solución salina. Una vez desaparecida la infección reinicie los
cambios de apósito cada 48 horas

Interacción de la esponja y los fluidos de la herida, el tipo de bacteria y


proteína presentes en la herida pueden ser los causantes de la aparición
de olor, sin que esto signifique que la herida esté infectada. Haga una
limpieza exhaustiva con el fin de disminuir la carga bacteriana y la
intensidad del olor.

9.5. Aparición de dolor. Si el paciente refiere que aumenta el dolor, se


puede bajar la presión de vacío de 25 en 25 mm Hg, hasta cuando
disminuya el dolor. La presión mínima requerida es 50 mm Hg.

9.6. Aparición de hemorragia. Vigile especialmente la aparición de


sangrado en aquellos enfermos que estén anticoagulados y en quienes
presenten una hemostasia difícil después del desbridamiento.

10. Conclusiones

En nuestra experiencia, la terapia de cierre asistido con vacío (V.A.C.):

· Es un procedimiento eficaz en el tratamiento de heridas abdominales,


entre otras, con escasa tendencia a la cicatrización espontánea

· Hay menor manipulación de las lesiones, y por lo tanto menor riesgo


de infección

· La unificación de criterios y el establecimiento de un protocolo de


actuación en la terapia de cierre asistido con vacío, nos permitirá poder
facilitar una prestación de cuidados de calidad a pacientes con deterioro
de la integridad cutánea o tisular

· Esta terapia facilita el manejo de los pacientes, por parte del personal
de enfermería (figura 9)
· Nos permite llevar un cálculo exacto de la pérdida de líquidos

·Se tiene un mayor control y evita la contaminación con otros pacientes

· Disminuye el costo en el trata miento

· Nos facilita la realización de cambios tempranos de posición y evita


lesiones en otros sistemas

· La valoración conjunta del paciente por parte del equipo médico y de


enfermería encargado de la instauración, cuidado, vigilancia y
mantenimiento del tratamiento es fundamental para el éxito del mismo

· La información y comunicación son importantes porque favorecen el


conocimiento y comprensión del tratamiento

· La aceptación y adaptación al tratamiento por parte del paciente y la


colaboración y apoyo de la familia en el cuidado es una parte importan
te del mismo

· Una vez se consigue la adaptación del paciente a la terapia se observa


mayor comodidad en las curaciones y mejoría de su bienestar.

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