Favorables París Poema. 10-1926, N.º 2
Favorables París Poema. 10-1926, N.º 2
Favorables París Poema. 10-1926, N.º 2
PARÍS
POEMA
192b ^«2
OCTUBRE
PORVENIR
T e n ^ en mi mano el ingel de carbAn y pluma» de pizarra
Oye lai miradas cargan con las ettrella> geomitricat diipueslat por el corazón
Sobre la piel de poieuin guardada en lot armarioi.
Carece de color.
Peto té que tu vientre tiene una vena azul,
Llena de ícido de aspecto de dulzura.
Y sus ojos contienen una estaca de humo duro
Capaz de ir por entre los emocionantes calores y los _ latido* de labio* y la
sangre de las profundidades tristes
A buscar y traer lo* trozos rosados de los sesos eitraidos
Para ofrecerlos eo comida a su preparador
Dulce pasta de las alturas.
Afeite ahora del que perdió su alma.
Confio haber hallado una de piel desnuda y pura
Que no sepa qué et lo que es,
Y valga por fin la pena de que uno se imagine aguardar el siguiente día,
Y lo depositaré en sus seno*
Para destruirla.
Únicamente para esto puede servir la pureza,
Y (ksde hace ya mucho tiempo el ingel de carbón no ha comido.
G, RiBEMONT DESSAÍGNES
He aquí que hoy saludo, me pongo el cuello y vivo,
•uperfictal de pasos insondable de plantas.
Tal me recibo de hombre, tal más bien me despido
y de cada hora mía retoba una distanciA.
APELES FENOSA
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DULCE VECINO
Llega un punto en que la tierra endurecida por los talo-
nes del viajero y en el fondo molesta por su silencio, se es-
conde entre rocas negándose a dejarse pisar. Entonces es
cuando ante unos ojos atónitos se dibujan las cordilleras,
glaciales de gesto en colaboración con los desmelenados días
del otoño. Pero el viajero lanza un suspiro y emprende la
ascensión. Ya no son sus talones sino la afilada punta de sus
pies la que se hinca, hasta que viajero y tierra comprenden
luego su mutuo enor; quisieran satisfacerse. Y si algo les
detiene es sola vanidad.—Vd. primero.—Oh, de ninguna
manera, primero Vd. Sigilosamente viene la hierba a suavizar
asperezas, luego, y a un mismo tiempo, mezcladas palabras
y florecillas, hasta que por último en fácil pendiente abajo
todo reingresa en la normalidad.
Vd. primero, Vd. primero... Se trata de coger al otro por
la espalda, posición por muchos motivos ventajosa. Se puede
cerrar la puerta dejando al adversario dentro. Es el caso del
pintor que puesto ante su cuadro llegó al prodigio en esta
msistente técnica.—Vd. primero,— consiguiendo que su
modelo penetrara descuidadamente. Después ya no era cues-
tión sino de a rápido brochazo tapiar la salida. La gran di-
ficultad surgió cuando trató de hacer su autorretrato, mas con-
siguió la fórmula. Ayudado por el silencio de una noche se
coló él mismo dentro del lienzo y desde el otro lado cenó.
Todo el umv(;rso quedó prendido en la ratonera. Murió, peto
con él la pintura realista. Desenterrado aftos más tarde se
pudo comprobar la existencia de una inscripción en la parte
interna de la tapa de su ataúd: "Aquí yace el mundo eidero
de la pintura". Había conseguido su autorretrato.
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JUAN LARREA
VENUS
VICENTE HUIDOBRO
ES LO CONTRARIO
DE LO QUE QUIERO DECIR
Este mármol no es escultura
Y este cuadro no es pintura
Igual a:
Este señor no es un hombre
Ya está
Ya está
Se acabó.
CÉSAR VALLEJO
ANTONIO RIQUELME
CAMINO DEL TIEMPO
Hay un terrible gris de polvareda eD el tiempo
Un viento sur de ala» f^rreai
Lof tordos ecos del agua en la tarde zozobrante
Y en la noche que brota de la inquietud reinante
Voces rugosas que te quejan
Un sabor de ceniza en la lengua
Un ruido de ¿rgano en lot caminos
El iuv(o del corazón que tiembla
Todos los desastres del oficio
Cuando uno a uno expiran lot fnegot del desierto
Cuando los ojos se ettin húmedos como hierbezuda*
Cuando baja el rocío descalzo por laa hojas
Apenas la mafiana se incorpora
Hay aquel que butca una direcdón perdida en la escondida senda
Los astros desoxidado* y las flores se desploman
Por entre los ramajes desgajados
Y el oscuro arroyo enjuga sus frescos Ubiot apenas despegados
FIERRE REVERDY
De
PABLO NERUDA.
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PEPITO
Es la escala gradual
según se va del cero al hospital
Y en el jardín
oh en mi inolvidable jardín
el lirio de puntillas grita
Bandidos
GERARDO DIEGO
II
De
" L a guía oe los caminos oe corazón
TRISTÁN TZARA
12
JUAN LARREA
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América Latina.
Ahí tenéis dos palabras que en Europa han sido y son
explotadas por todos los arribismos concebibles. América
Latina. He aquí un nombre que se lleva y se trae de uno a
otro bulevar de París, de uno a otro musco, de una a otra
revista tan meramente literaria como intermitente.
En nombre de América Latina consiguen hacerse ricos,
conocidos y prestigiosos. América Latina sabe de discursos,
versos, cuentos, exhibiciones cinemáticas, con música, pastas,
rehescos y humores de domingo. En nombre de América
Latina se merodea en tomo a las oficinas europeas de explo-
tación de humildades infatuables de América, en busca de
difusión de un folklor y una arqueología que se trae por las
crines a servir aprendidos apotegmas de sociología barata. En
nombre de América Latina se juega el peligroso rol diplomá-
tico de oratoria, suceptible de ser engatusado, en banquetes
y aniversarios, a favor de flamantes quimeras convencionales
de la política europea.
Para todo esto se presta estas dos palabras. De ellas sa-
can gran provedio personal todos aquellos que nada pueden
hacer por cuenta prq>ta, sino agarrándose al país de su pro-
cedencia y a antecedentes y r^erencias de familia.
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*
* *
Al celestinaje del claro de luna en poesía, ha sucedido
el celestinaje del cinema.
*
* He
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CÉSAR VALLEJO
LIBR05 RECIBIDOS
ALCIDES SPELUCÍN.—£/ libro Je ¡a nave Jo,ada.-Ttu,i\\o, Perú. 1926.
LUIS CARDOZA ARAGÓN—A/ae¿»/rom.—Pr61ogo de R. Gómez de
la Serna.—Parí». 1926.
EIMILE MALESPINE. —Mon áne a let qualre pieds blancs.—Lyon, 1926.
ALEJANDRO PERALTA.-/ln</e.-Puiio, Peni, 1926.
ROBERTO MAC LEAN.—Oemocroca—Lima. 1926.
G. CLERC-RAMPAL.-La pratique da Yachling.—Píñ, \92b.
COLABORACIONES RECHAZADAS
CARLOS AGÜEROS. (En cierto modo y contervando lai distancia», imita
uwed a Marcel Prouir.)
INSULINA PORTAL.
LUIS ASTRANA MARÍN.
JULIO GÁLVEZ.
ENRIQUE DE LA HUERTA. (Jean Cocleau tiene vivo, deseo» de co-
nocerle.)
AZORIN. (Su «efundo trabajo e>ti mejor, pero aún no no» »alisíace del lodo).
JUAN JOSÉ ROSELLÓ.
ERNESTO ROSSl.
JOSÉ VASCONCELOS. (No« guiUria conocer lu apellido materno.)
JOSÉ SANTOS CHOCANO.
GABRIELA MISTRAL.
FRANCISCO GUISO. (Lea u.ted todo Chocano, Painleví y Pialan y en-
víeno» iw aegundo traba)o.)
RAMÓN PÉREZ DE AYALA.
PLUTARCO ELÍAS CALLES. (Lamenlamo» que U exleniión de tu en-
•ayo (obre Juliano, el ApótUta, tea excetiva para etta revitta.)
JUAN MARÍA LIGERO.
ALEJANDRO MERCADO Y BRINGAS.
Diríjase toda la correspondencia rclati\>a a ala roiiíla a Juan Larrea,
3, me Vetcingtiorix, París (XIV)