Derecho Contable Libros de Contabilidad
Derecho Contable Libros de Contabilidad
Derecho Contable Libros de Contabilidad
*
Licenciado en estudios internacionales, Universidad Central de Venezuela. Abogado, Universidad Católica
Andrés Bello. Especialista en Derecho Mercantil, Universidad Central de Venezuela. Diplomado en
componente docente, Universidad Fermín Toro, Especialista en Derecho Procesal, Universidad Central
de Venezuela. Especialización en criminalística de campo (en curso), Instituto Universitario de Policía
Científica, Escuela Nacional de Fiscales, Ministerio Público. Email: [email protected]
Derecho Contable:
Los libros de comercio
Luis E. Fidhel Gonzáles*
RVDM, Nro. 4, 2020. pp-397-429
Sumario:
Introducción. 1.- Libros de Comercio. 1.1- Regulación. 1.2- Libro
Diario 1.3- Libros de Inventarios.1.4- Libro Mayor 1.5. Libros
Auxiliares 2.- Libro de Comercio: Objeto y medio de prueba. 3. Valor
de los Libros de Comercio. 3.1. Doctrina Extranjera. 3.2. Doctrina
venezolana. 3.3 Código Civil venezolano 3.4. Código de Comercio
venezolano. 4. Requisito de Validez Probatorio. 5. Confidencialidad de
los Libros de Comercio. 5.1. Excepciones. 5.1.1. Comunicación. 5.1.2.
Exhibición 5.1.3. Caso particular de la Exhibición. 6. Peritaje Contable.
Conclusión. Bibliografía.
Introducción.
El Derecho Contable constituye una nueva disciplina que busca establecer las
relaciones entre el derecho mercantil y la contabilidad; teniendo por consideración
que toda interpretación, definición, aplicación o conflicto de carácter contable termina
siempre en una solución legal; siendo varias las definiciones que al respecto se han
dado. Es preciso establecerla teniendo en cuenta la finalidad de la contabilidad.
La contabilidad es la disciplina científica que clasifica, registra, interpreta y pre-
senta los datos relativos a hechos y actos económicos-financieros en un lapso determi-
nado con objeto de brindar información histórica y útil sobre el estado patrimonial de
la persona jurídica o natural reflejando una “imagen fiel” de la situación económica
solicitada. Se ha clasificado: La contabilidad formal tiene por objeto el estudio de las
obligaciones del comerciante y libros de comercio que se han de llevar y el valor de los
asientos a efectos de prueba. La contabilidad material determina las reglas ordenadoras
del modo en que a través de los libros ha de ser establecido el resultado económico de
cada ejercicio.
*
Licenciado en estudios internacionales, Universidad Central de Venezuela. Abogado, Universidad Católica Andrés Bello.
Especialista en Derecho Mercantil, Universidad Central de Venezuela. Diplomado en componente docente, Universidad
Fermín Toro, Especialista en Derecho Procesal, Universidad Central de Venezuela. Especialización en criminalística de
campo (en curso), Instituto Universitario de Policía Científica, Escuela Nacional de Fiscales, Ministerio Público. Email:
[email protected]
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1. Libros de Comercio.
Jorge J. Galevan Izaguirre. Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados Vigencia y Aplicación (Lima:
1
Quipukamayoc. Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Contables, 2000 primer semestre)
p.124-134.
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informativo que se anotan, consignan, asientan y almacenan los datos numéricos y con-
ceptuales de carácter contable referidos a un determinado ente o sujeto.
Los registros sirven fundamentalmente para la transcripción o captación y acu-
mulación permanente y el consecuente almacenamiento ordenado y sistemático de la
información de tipo contable y naturaleza específica; registrando los acontecimientos,
las operaciones, las situaciones producidas en la entidad durante el desarrollo de sus
actividades específicas que fundamentalmente inciden en su patrimonio y resultados.
Se realiza mediante asientos, término que hace referencia a cada una de las anotacio-
nes o registros realizados en el libro de contabilidad. Se debe acotar que los adelantos
de la informática permiten llevarla por medios electrónicos y digitales a través de un
determinado programa.
El concepto de “sistema contable orgánico” significa que debe estar integrada no
sólo por los registros contables específicos, también por la documentación respaldato-
ria de los asientos transcritos en ellos, por el plan de cuentas y respectivo manual, por
el resto de los registros auxiliares y complementarios dado que no se admite parcializa-
ción o sectorización alguna para considerar plenamente al sistema contable como tal2.
Se realiza bajo la técnica de la partida doble, definida como la base y el princi-
pio universal de la contabilidad. Cada asiento o registro se basa en el principio no hay
deudor sin acreedor; todo hecho económico tiene origen en otro del mismo valor, pero
de naturaleza contraría. La contabilidad consiste en dos registros coetáneos de una sola
operación: Debe: aumento de las cuentas activas, disminución de las cuentas pasivas y
disminución de la cuenta de capital. Haber: disminución de las cuentas activas, aumen-
to de las cuentas pasivas y aumento de la cuenta de capital.
1.1. Regulación.
El Código de Comercio venezolano3 exige que todo comerciante lleve en idio-
ma castellano su contabilidad a través del libro diario, mayor y de inventarios, más
los libros auxiliares que estimare conveniente. La obligación consiste en la práctica
de anotaciones que registren con claridad las operaciones comerciales y la situación
patrimonial conforme a los principios de contabilidad. Para la validez del contenido, el
libro diario y de inventarios deben ser presentados previamente al tribunal o registrador
con competencia mercantil o al juez ordinario de la localidad del comerciante donde no
2
Quintino Pierino Dell’Elce, El Dictamen Profesional Sobre Los Registros Contables: Un Enfoque Actualizado de la
Presente Temática. (Buenos Aires, Colegio de Graduados en Ciencias Económicas, 2018) p 12.
3
Código de Comercio. Congreso de la República de Venezuela. Gaceta Oficial de la República de Venezuela, Caracas,
del 21 de diciembre de 1955. Numero 475 Extraordinaria. Libro Primero. Sección II. De las Obligaciones de los
Comerciantes. 3. De la Contabilidad Mercantil. Artículos: 32-44.
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existan los dos primeros, con la finalidad de colocar sobre el primer folio de cada libro
la nota que éste tuviere, fechada y firmada por el juez y su secretario o por el registrador
mercantil; y en las hojas numeradas el sello de la oficina respectiva. La validez de los
libros contables depende de cumplir esta solemnidad antes de registrar los asientos.
Debe hacerse referencia a la teneduría de los libros de comercio como la acti-
vidad de la contabilidad que se ocupa de recopilar, anotar y clasificar las operaciones
mercantiles por orden cronológico en los libros dispuestos al efecto, según las leyes,
normas y usos establecidos de manera frecuente o rutinaria particularmente diaria. In-
clusive se ha diferenciado entre la teneduría y la contabilidad. La primera tiene una
función instrumental es decir, desarrolla una actividad de registro de operaciones de los
asientos contables; la segunda se encarga a través de los datos aportados en los libros
de analizar y valorar los resultados económicos. En principio el tenedor de los libros
debe seguir estrictamente las instrucciones del sistema diseñado por el contador siendo
un auxiliar de éste.
Se establece la obligación de conservar los libros de comercio y sus comproban-
tes durante diez años, a partir de último asiento de cada libro.
Adalberto Emilio Pimentel Álvarez. Prácticas Administrativas y Comerciales. (México, Limusa, Grupo Noriega Editores.
4
cuyos efectos recaen sobre el mismo con aptitud según los casos, para establecer la
existencia de las operaciones asentadas, pero no para demostrar el origen jurídico de
las mismas. No pudiendo admitirse que la falta de anotación en los libros suponga por
sí sola la inexistencia del acto o contrato ni, a la inversa, que la anotación produzca la
existencia en principio.
Se ha discutido el alcance probatorio de los libros de comercio. Una primera
posición identifica que los documentos contables recogen hechos desprovistos de sus-
tancia jurídica; reflejando mutaciones o variaciones patrimoniales acaecidas en cuanto
tales, pero sin establecer una prueba directa sobre cada operación sino la existencia
a través de registros o asientos de transacciones que determina un estado o situación
patrimonial. En esta posición destaca Joaquín Garrigues con respecto al Código de
Comercio español 1885, vigente5, reiterando que el objeto del asiento no son nunca
los contratos, sino las prestaciones patrimoniales derivadas de aquéllos. Sólo por vía
de deducción podremos remontarnos al contrato causante de las prestaciones. Pero el
asiento, en cuanto se refiere a valores patrimoniales que puede responder a distintos
contratos, es en sí mismo indiferenciado. El valor probatorio de los libros consiste en
demostrar hechos materiales, no hechos jurídicos ni derechos6.
La Exposición de Motivos del Proyecto de Código de Comercio español reivin-
dica que los libros de comercio constituyen uno de los principales medios de prueba
de asuntos mercantiles, toda vez que al consignar el comerciante una operación en sus
libros viene a ser como el mandatario de otro contratante y el libro que lo contiene un
título común a ambas partes.
La otra tesis sostiene lo contrario no solo recoge hechos jurídicos sino verdade-
ros negocios a pesar que no tiene un “efecto constitutivo” es decir ser fuente o crea-
ción de obligaciones; no implica necesariamente que los asientos contables no recojan
hechos jurídicos u ocasionan la producción de efectos jurídicos. La contabilidad no se
practica con vistas a constituir un medio de prueba sino en ejecución de las prácticas de
los negocios como también nadie registra hechos más aún desfavorables si no se han
producido en la realidad 7.
Una posición ecléctica sería la siguiente: La contabilidad no puede cumplir la
función de un medio de prueba directo para acreditar la existencia de negocios jurídicos
porque no informa sobre el contenido exacto de éstos ni contiene firma de las partes,
5
Real Decreto de Alfonso XII. Agosto 1885. Ministerio Gracia y Justicia Gaceta 16 octubre 1885, núm. 289.
6
Joaquín, Garrigues Díaz Cañabate, Valor probatorio de los libros de comercio (Madrid: Revista de Derecho Mercantil ,
numero 13, Vol. V, Enero- Febrero 1948)
7
José María De La Cuesta Rute, La Contabilidad en el Código de Comercio (Madrid: Revista Española de Financiación y
Contabilidad. Vol. II. Nº 4: Enero- Abril, 1973) 327-374
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lo que impide pueda ser equiparada a los documentos constitutivos. Sin embargo, los
asientos contables recogen el contenido de las prestaciones que efectúan las partes en
ejecución de contratos y, en consecuencia, pueden probar hechos que tienen efectos
jurídicos. La fuerza probatoria del asiento dependerá en cada caso de la forma en que
venga redactado. En todo caso, una contabilidad llevada conforme a Derecho puede
servir como indicio para probar la existencia de un determinado acto o negocio, espe-
cialmente cuando la parte que alega la prueba de los documentos es aquélla que no los
ha redactado.
El Código de Comercio venezolano en el artículo 124, establece como parte
del elenco de pruebas para establecer la existencia de obligaciones mercantiles y su
liberación a los libros mercantiles que lleven las partes contratantes con la finalidad
de desvirtuar o comprobar las pretensiones de los litigantes. En consecuencia y desde
el punto de vista del derecho una de las finalidades de los libros de contabilidad es de
servir de prueba en los procesos judiciales darle eficacia probatoria si esta es llevada
conforme a la Ley.
La doctrina señala características probatorias de los libros de comercio a saber:
a.- Son documentos declarativos.
b.- Son documentos sin firma.
c.- Son documentos auténticos.
d.- Son documentos privados.
e.- Son documentos forzosos u obligatorios.
f.- Son documentos que gozan de confidencialidad.
e.- No pueden ser desvirtuados por quien los realiza.
g.- La prueba que de ellos resulta indivisible.
La Ley ha establecido diferentes grados de eficacia probatoria de los libros de
comercio sea constituyendo una plena prueba pues en algunos casos, pueden por si
mismo llevarle al juez convicción integral sobre el asunto litigioso no siendo necesario
acudir a otros medios de prueba para acreditar los hechos del proceso siendo suficien-
tes para ello. Lo contrario sucede en otras situaciones cuando la Ley decidirá según el
mérito que suministren las otras pruebas8.
Marco Antonio Álvarez Gómez, Eficacia Probatoria de los Libros de Comercio (Santa Fe de Bogotá. Universidad de los
8
Andes. Facultad de Derecho, Anuario de Derecho Privado, Revista 17, Diciembre 1995) 255-264.
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George Ripert, Tratado Elemental de Derecho Comercial (Buenos Aires: Topografía Editora Argentina. Traducción:
9
Marcel Planiol y George Ripert, Tratado Práctico de Derecho Civil francés (La Habana: Cultura S.A. Traducción: Mario
11
3.1. Los libros de comercio pueden constituir un comienzo de prueba por escrito,
pero no suficiente para que la prueba testifical sea admitida. Se ilustra con el siguiente
ejemplo: Si se trata de mercancías enviadas por un comerciante a un no comerciante,
el juzgador podrá investigar si son regularmente llevados, un principio de prueba y, por
los consiguiente, diferir el juramento supletorio a una u otra de las partes.
3.2. Conforme al artículo 13, del Código de Comercio francés promulgado en
1807, los libros irregularmente llevados no pueden hacer fe ni siquiera entre los comer-
ciantes y para hechos del comercio, a favor de los que lo han llevado. Ni aún pueden ser
producidos, ni hacer fe, ante los tribunales. La jurisprudencia ha atenuado considera-
blemente el rigor de ese precepto. En materia mercantil los libros de comercio llevados
irregularmente pueden admitirse a título de presunciones debido a la libertad que se
reconoce en ese caso a los tribunales en materia de pruebas.
3.3. Los libros facultativos, pueden servir también como presunción ya sea entre
comerciantes, sea en su favor, en los casos en que se admiten presunciones, respecto a
los actos de comercio.
Cuesta Rute12 asevera que el Código de Comercio francés posterior al Civil no
podía aislarse de éste al problema del valor probatorio de los libros de comercio de-
duciendo lo siguiente: Contra el comerciante sus libros hacen plena prueba, aunque
la otra parte no sea comerciante ni se trate de asunto mercantil ni, incluso, los libros
estén regularmente llevados. Pero es prueba que pueda destruirse por otra; resultando
indivisible. A favor del comerciante solo puede probar en pleitos entre comerciantes
por asuntos mercantiles; el juez es libre de admitirlos como prueba debiendo ser los
obligatorios y estar llevados regularmente. Se presumen verídicos los de ambas partes
y pueden presentarlos o no. Los libros de comercio de las partes se neutralizan recí-
procamente o bien se complementan para que el juzgador pueda formar su convicción.
El antiguo Código de Comercio italiano de 1865, reproducía puntualmente el
régimen del Código de Comercio francés al ser su principal fuente y puesto en vigencia
por el propio Napoleón; al respecto señalaban que, en contra del comerciante, los libros
hacen plena prueba; se trate de los obligatorios o facultativos, estén regular o irregular-
mente llevados y en fin, sea entre comerciantes o no y en asuntos de comercio o civiles.
A favor del comerciante, no hacen plena prueba y se estima como un medio más para
la libre apreciación del juzgador. Deben ser libros regularmente llevados y producirse
en asuntos mercantiles entre comerciantes.
12
De La Cuesta Rute, La Contabilidad… 356-357.
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13
Alfredo Rocco. Principios de Derecho Mercantil (Buenos Aires: Ediar.1967)
14
Morlés, Curso de Derecho Mercantil … P. 333
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Cesar Vivante15 con relación al estudio de las normas del Código de Comercio
italiano de 1882, en base que nunca se presume fraude al llevar los libros de comercio,
por eso es la regla que el juez puede tener en cuenta los registros hechos con regula-
ridad y juzgar con arreglo a ellos cuando un comerciante presenta sus libros contra
otros comerciantes. En esta hipótesis, o los libros de los comerciantes están acordes
se tendrán por verídicos o están en contradicción, el juez no otorgara fe ni al uno ni
al otro; o el comerciante contra quien se exhibe un libro de comercio, no puede o no
quiere presentar el suyo propio, y entonces es justo que se juzgue contra él que no ha
observado la ley.
Si el comerciante litiga contra quien no lo es, entonces sus libros ya no tienen
aquella fuerza probatoria, porque falta la posibilidad de cotejo; el juez solo podrá tener-
lo en cuenta como principio de prueba. Las razones que disminuye la credibilidad de
los libros de comercio cuando el negociante los exhibe en beneficio propio, no existe
cuando se citan en contra suya porque no cabe creer que allí escriba cosas contrarias a
la verdad, de ahí la plena fe que se conceden a los libros de un comerciante en lo que
prueban en contra.
Julio Olavarría16 cuyos estudios se realiza en base al Código de Comercio de la
República de Chile en vigencia desde enero de 1867, indica que los libros harán fe en
contra del comerciante que los lleva sin que se registren excepciones en esta materia y
sobre el particular no se le admitirá prueba alguna que tienda a destruir lo que resulte de
sus asientos. La disposición constituye una excepción al principio general de que nadie
puede fabricarse una prueba a su favor. La fe probatoria de los libros es indivisible,
y el litigante que aceptare en lo favorable los asientos de los libros de su contendor,
estará obligado a pasar por todas las enunciaciones adversas que ellas contengan. Los
libros de comercio hacen fe a favor del comerciante cuando se trate de un juicio entre
comerciantes, que la causa sea mercantil para ambas partes y los libros sean llevados
en forma legal. Si los libros de ambos comerciantes están de acuerdo en el hecho de
que dan cuenta, se produce plena prueba sobre el particular y el hecho se tiene como
establecido; caso contrario, los libros de ambos comerciantes están en desacuerdo, los
tribunales se desentenderán de una prueba que por ser igual y contraria se anula y se
decidirán las cuestiones que ocurran según el mérito que suministren las demás pruebas
que se hayan rendido.
15
Cesar Vivante, Derecho Mercantil (México: Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal. Dirección General de
Análisis de Jurisprudencia y Boletín General. Libro IV- Obligaciones Comerciales. Capítulo I. Nociones Generales. 75,
2002) P. 333.
16
Julio Olavarría. Manual de Derecho Comercial. (Barcelona, España. Imprenta Claraso, Tercera Edición, 1970) 165-167.
411
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17
Devis Echendia, Teoría General de la Prueba Judicial (Medellín: Biblioteca Jurídica Dike. Cuarta Edición, 1993) p.581.
18
Código Civil. Congreso de la República de Venezuela. Gaceta Oficial de la República de Venezuela Caracas, 26 de julio
de 1982. Número 2.990 Extraordinario.
19
Aníbal Dominici, Comentarios al Código Civil Venezolano, reformado en 1896 (Caracas: Editorial Rea. Colección Obras
Jurídicas venezolanas. Tomo 3-4, 1962) p.581.
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La Ley crea la presunción que los registros llevados en la debida forma siguien-
do los parámetros del Código de Comercio, tiene el mismo valor probatorio que una
confesión como sostiene Sanojo. También es aplicable a los registros y papeles do-
mésticos previstos en el artículo 1378, del Código Civil; al respecto, Sanojo comenta
–articulo 1265- que estas enunciaciones hacen prueba de liberación de pago equivale a
un recibo, aunque no tenga fecha ni firmas. La Ley presume la sinceridad de esta anun-
20
Jesús Eduardo Cabrera Romero, Contradicción y Control de la Prueba Legal y Libre (Caracas, Editorial Jurídica Alva.
Tomo II 1989) 243-245.
21
Luis Sanojo. Instituciones del Derecho Civil venezolano (Caracas: Imprenta Nacional. Tomo III, 1953) p.192.
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ciación, porque sabe que en general un acreedor que ha sido pagado no se divierte en
escribir lo contrario en sus registros.
Luis Guillermo Govea22, afirma que la doctrina nacional que encabezan Borjas,
Mármol y Morales se pronuncian por la naturaleza confesoria de los asientos contables
y por lo tanto, hace plena prueba, irrecusable en contra del comerciante. En este senti-
do la confesión es un medio probatorio que consiste en el reconocimiento de un hecho
que hace el interesado de un acto propio en atención a un asunto jurídico que de alguna
manera resulta desfavorable al confesante. El contenido de los libros de comercio hace
plena prueba en contra del comerciante que los lleva; sin embargo los registros no
constituyen per se una confesión ya que el comerciante al realizarlos no tiene ánimo
alguno de admitir hechos a favor de terceros porque no existen hechos controvertidos
y al no existir controversias no existen partes.
22
Luis Guillermo Govea, El valor probatorio de los libros de comercio (Caracas: Editorial Revista de Derecho Mercantil
7-8- enero-diciembre 4, 1989) pp. 189-200.
23
Luis Sanojo. Código de Comercio. Explicado y Comentado (Caracas: Imprenta Al Vapor, 1862) p.8-11.
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fuerza probatoria no solamente se limitan a los que son obligatorios llevar; también a
los auxiliares pues pueden tener datos suficientes para el esclarecimiento de la verdad.
Con respecto al valor probatorio señala:
La Ley autoriza al tribunal para que les dé fuerza a los libros llevados con regu-
laridad, a favor o en contra del propietario, cuando el pleito sigue entre comer-
ciantes y sobre actos de comercio. Hay notable diferencia para el efecto de que
tratamos entre un acto ocurrido entre dos comerciantes y el ocurrido entre un
comerciante y otro que no lo sea. En el segundo caso, estando obligado solo el
comerciante a llevar libros, se encuentra en frente de un contrario que acaso no
puede producir otros que se les opongan, al paso que en el primero la posición de
ambas partes es igual. Los asientos de los libros respectivos pueden corroborarse
ó corregirse mutuamente y dar consiguientemente mucha luz al tribunal. Esta
operación hecha con sagacidad por un tribunal inteligente y de buena fe, por la
fuerza ha de conducir al descubrimiento de la verdad.
24
Dominici, Comentarios al Código Civil venezolano…158-160
25
Carlos Morales, Comentarios al Código de Comercio venezolano (Caracas: Ediciones Garrido, 1954) p.103-125
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Por ello concluye que la prueba que arrojen los libros no es absoluta, sino que deja
al arbitrio del juez al apreciar su merito y se contrae solo a las operaciones comerciales:
Pueden hacer prueba entre comerciantes por hechos de comercio. En primer lugar
observa con esta expresión que la prueba que arrojen los libros no es absoluta, en
el sentido de que debe ser estimada irremisiblemente por el Juez sino que deja a
su arbitrio el apreciar su merito y que se contrae solo a operaciones comerciales
(…) En el caso de que uno de los litigantes no fuere comerciante, los libros del
que los fuere, solo harán fe contra él, bien entendido que no puede la otra parte
invocar lo que le favorezca sin admitir lo adverso que contengan. Hemos dicho
que los asientos de los libros se consideren como una confesión del comerciante,
y si es de principio establecido en el Código Civil, que la confesión es indivisible,
ellos justifica el precepto de la última parte26.
Roberto Goldschmidt27 señala que el artículo 38, distingue dos situaciones sobre
el valor probatorio:
Los libros llevados regularmente podrán hacer prueba entre los comerciantes
por hechos del comercio. Esta disposición tiene un carácter muy especial ya que
permite a los comerciantes preconstituir una prueba a su favor. El legislador lo
ha considerado admisible ya que la otra parte lleva también libros de modo que
hay un control reciproco. Respecto a otras personas que no fuere comerciante, los
asientos de los libros solo harán fe contra su dueño, pero la otra parte no podrá
aceptar lo favorable sin admitir también lo adverso que ellos contengan.
En este sentido parece orientarse la sentencia publicada por Oscar Lazo28, 4-12-
57, señala:
Entre los litigantes obligados a llevar libros de comercio, los del uno pueda hacer
prueba en su favor contra el otro, sin necesidad de que éste pida inspecciones
correlativas en los libros de su contendor, porque es a éste a quien le corresponde
hacer con los suyos la contraprueba que le convenga. Esto basta para que haya el
control reciproco de la prueba de los libros de comercio.
26
Morales, Comentarios al Código de Comercio venezolano…113-115.
27
Roberto Goldschmidt. Curso de Derecho Mercantil (Caracas: Ediar Editorial venezolana, sf) p.105-107.
28
Lazo, Código de Comercio Venezolano…116-117.
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29
Hugo Mármol. Fundamentos del Derecho Mercantil. Parte General. (Caracas: Universidad Católica Andrés Bello.
Estudios Jurídicos.1983) p. 222-223.
30
Morlés, Curso de Derecho Mercantil… tomo I p. 332-333.
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31
Nerio Perera Planas. Código Civil de la República de Venezuela. (Caracas: Ediciones Magon. 1978)
32
Lazo, Código de Comercio Venezolano…110
33
Lazo, Código de Comercio Venezolano…106-107.
418
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34
Devis Echendia, Teoría General de la Prueba Judicial… p.581.
35
Morlés, Curso de Derecho Mercantil… tomo I p. 332-333.
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36
Hernández Bretón Casación venezolana. (Caracas: Editorial La Torres .Colección Arandina. Sexta Edición.1968) p 44.
37
Lazo, Código de Comercio Venezolano…36-37.
38
Morales, Comentarios al Código de Comercio venezolano… 116.
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libro de comercios constituye más una carga que una obligación por la protección de
confidencialidad que le ofrece la Ley.
Cabrera39 ha discriminado entre reserva y secreto siendo jurídicamente concep-
tos distintos. Reserva es un impedimento jurídico para que los extraños que pretendan
ser usuarios de un archivo puedan utilizar o consultar, hasta que sea necesario ciertos
documentos. La razón por la cual se separan estos instrumentos, no nace de que el res-
ponsable del archivo no quiera que se conozcan, sino se trata de evitar que con el uso o
consulta de los documentos se interrumpa un servicio, o se corran riesgos de extravíos
u otros motivos semejantes; pero a pesar de la reserva, la consulta puede ser autorizada
por el órgano superior, tanto a funcionarios de otras dependencias públicas como los
particulares.
El concepto de secreto es muy distinto, se refiere a algo que es oculto, que no
puede ser comunicado a nadie y cuyo conocimiento corresponde a un limitado de per-
sonas. La Ley utiliza la voz de confidencial como sinónimo de secreto, para referirse
al dato, documento o información que solo puede ser conocido por un grupo estricto
de personas.
5.1. Excepciones.
La excepción al principio de confidencialidad de la contabilidad mercantil lo
constituye el artículo 42, del Código de Comercio al facultar al juez ordenar la pre-
sentación de los libros de comercio solo para el examen y compulsa de lo que tenga
relación con la cuestión que se ventila en juicio. El artículo 41, lo prevé en los casos de
sucesión universal, comunidad de bienes, liquidación de sociedades, legales o conven-
cionales y quiebra o atraso.
La compulsa implica la verificación de los asientos con los comprobantes conta-
bles. El examen de dos o más documentos contables comparándolos entre sí; la com-
pulsa es sinónimo de cotejo: confrontar algo con otra u otras cosas, compararlas tenién-
dolas a la vista. Conforme a la redacción de los artículos pertinentes se da entender que
puede ser solicitada sea de oficio por el tribunal o parte.
La sentencia del 16-12-36, contenida en la jurisprudencia recopilada por Lazo40
establece la orientación para interpretar ambos artículos la señalar.
39
Jesús Eduardo Cabrera Romero, Algunas Apuntaciones sobre el Sistema Probatorio del COPP EN LA Fase Preparatoria
e Intermedia (Caracas, Editorial Homero. Revista de Derecho Probatorio Nº 11, 1999). P. 198-199
40
Lazo, Código de Comercio Venezolano…104.
421
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5.1.1. Comunicación.
La doctrina ha denominado por la comunicación o entrega de los libros de co-
mercio la muestra total de los libros que solicita la contraparte en los casos especifica-
dos por la Ley o poner los libros al alcance de quien los propone. Los diversos casos
de comunicación tienen en común la característica de que consisten en una puesta a
disposición de quien corresponda de la documentación contable.
Es la presentación y análisis ante el tribunal de manera general o entera autori-
zando al adversario directamente la investigación de toda la contabilidad. Pueden ser
traídos al proceso por voluntad de una de las partes incluso de oficio. Sujeto obligado a
la comunicación es el poseedor de los libros y demás documentos contables, cualquiera
que sea el título comprendiendo así también al sucesor del comerciante y a quien ejer-
cite el derecho de retención. Quien los posea no puede invocar el secreto profesional.
Según Julio Olavarría41 esta medida se justifica por confundirse el interés de los que
aspiran a imponerse de contenido de los libros, con el del que los lleva.
Sanojo42 señala:
El artículo 41, establece los casos en que se puede exigir la manifestación y examen
general de los libros. En estos casos no solo se podrá extraer y compulsar lo que
sea relativo a una controversia claramente circunscrita; el examen podrá abrazar
todos los negocios del dueño de los libros: la comunicación es completa, debiendo
entregarse los libros para ser hojeados y leídos de todo en todo, disposición que se
aplica a todos los libros sin distinción alguna, los auxiliares inclusive.
41
Julio Olavarría. Manual de Derecho Comercial… 161.
42
Sanojo. Exposición del Código de Comercio venezolano…77
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Sala Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia. 16/02/2006. Caso: U21 Casa de Bolsa, C.A. en amparo, expediente
N° 05-1914.
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5.1.2. Exhibición.
Es una muestra parcial, de un asiento o sectores de los libros previa solicitud
de la contraparte o persona que tuviera un interés procesal legitimo en las resultas del
juicio y con el objeto de compulsar dichos asientos. La exhibición supone el análisis de
los puntos concretos que interesen al litigio; sin obligar al comerciante de trasladar los
libros a la sede del tribunal pudiéndose esta actividad realizarse donde estos ordinaria-
mente se encuentran. En este caso el órgano jurisdiccional analiza y pone a disposición
del adversario la contabilidad “solo” en las particularidades que interesan al litigio.
Sanojo44 afirma:
Cuando una de las partes piden la presentación de los libros de su adversario y
este rehúsa a presentarlo, el juez puede compelerle a ello por todos los medios
legales, si juzga que esa presentación es de necesidad para ilustrar la justicia; Y
aun en ausencia de toda oferta o de toda petición, el juez cuando lo crea oportuno
ordenará la presentación, no para acordar su manifestación o examen general en
el caso que prevé el artículo 41, sino solamente para el examen y compulsa de lo
conducente, como lo permite el artículo 42.
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compulsa, de lo que tenga relación con la cuestión que se ventila, lo cual deberá desig-
narse previa y determinante.
El otorgar la exhibición es una facultad exclusiva del juez; y en el caso que la
parte se le niegue; no se le está cercenando el derecho de probar. A este respecto vale
el comentario de Sanojo45 al aseverar que el juez tendrá siempre la facultad de negar
la presentación de los libros, aun cuando se le haya pedido. A fin de respaldar el argu-
mento, señala:
Considerando dice la Corte de casación francesa (cita de Alauzet) que las dispo-
siciones del Código de Comercio en lo concerniente a la presentación de los libros de
los comerciantes son puramente facultativos: que la lei entrega a la prudencia de los
jueces la apreciación de las circunstancias que pueden hacer admitir o rechazar la pre-
sentación y que su decisión no podrá presentar motivo de casación…La jurisprudencia
añade el autor citado, es constante en ese punto.
Carlos Morales46 manifiesta.
Se dispone en este precepto lo relativo a exhibición o presentación de los libros
de comercio limitada al estudio de la cuestión que se ventila, únicamente esa parte
puede ser copiada para agregar al expediente formado al efecto. Estos puntos
deben ser designados previamente y con precisión por la parte que solicite la
exhibición a fin que el juez pueda acordarla.
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46
Morales, Comentarios al Código de Comercio venezolano… 121.
47
Alfredo Morles Hernández, “Curso de Derecho Mercantil”, tomo I (Caracas: Publicaciones UCAB, 2004) 424, 425 y
426.
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Sala Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia. 16/02/2006. Caso: U21 Casa de Bolsa, C.A…
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Código de Procedimiento Civil. Congreso Nacional de la República de Venezuela. Caracas, 18 de septiembre, 1990.
Gaceta Oficial Nº 4.209.
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2.- A falta de copia, la afirmación de los datos que conozca el solicitante acerca del
contenido del mismo.
3.- un medio de prueba que constituya por lo menos presunción grave de que el
instrumento se halle o se ha hallado en poder de su adversario.
Es decir, las dos primeras condiciones son alternativas, la última es obligatoria.
Con la finalidad de salvaguardar el secreto de la contabilidad, podría plantearse que
dicha prueba es procedente cuando el promovente demuestre que obtuvo copia del
asiento o extracto del libro en forma legal.
El artículo 42, del Código de Comercio es una norma procesal mercantil que
prevalece sobre la ordinaria. La parte promovente no necesita cumplir las cargas del
artículo 436 del Código de Procedimiento Civil porque el comerciante está obligado
a llevar los libros de comercio conforme al 32, constituyendo un hecho notorio. Sin
embargo, el adversario tendrá la carga de especificar la cuenta o asiento del libro de
comercio que se quiere hacer valer.
No se puede confundir la prueba mercantil de exhibición de libros contables
regulada en los artículos 38 y 42 del Código de Comercio con la prueba de exhibición
de documentos prevista en el artículo 436 del Código de Procedimiento Civil, pues la
exhibición mercantil de los libros tiene su forma de promoción y evacuación distinta y
regulada de forma especial por el Código de Comercio. Para la evacuación de este me-
dio de prueba mercantil se necesita el traslado del tribunal hasta el lugar donde se en-
cuentren los libros, pues el comerciante no está obligado a sacarlos del establecimiento
comercial donde se encuentran además se acepta que el juez designe los expertos nece-
sarios para el examen de los libros de contabilidad de la empresa, no siendo procedente
en consecuencia las pruebas de experticia y de inspección judicial.
6. Peritaje contable.
El examen y compulsa de los libros de comercio se realiza a través de los peri-
tajes contables del cual emana el denominado “dictamen pericial” o “informe pericial”
constituye el resultado de la labor profesional y específica desarrollada por expertos o
peritos de alguna ciencia, arte, disciplina o actividad especializada con la finalidad de
dilucidar algún aspecto controvertido puesto a su consideración en el ámbito judicial.
La causa o razón que origina la designación del experto con respecto al punto pericial
en litigio tiene por objeto principal el asesorar y auxiliar a la autoridad judicial certi-
ficando sobre los hechos o con los elementos informativos propuestos o agregados al
expediente judicial.
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Conclusión.
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Jurisprudencia.
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