Sentencia T-113/21
Sentencia T-113/21
Sentencia T-113/21
Magistrada ponente:
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
1. Hechos
2. Pretensiones
8. Seguros de Vida Alfa S.A. manifestó que: (i) el accionante cuenta con
otro medio de defensa judicial ante la justicia ordinaria; y, (ii) el
reconocimiento de la pensión solicitada no es de su competencia, sino de la
Administradora de Fondos de Pensiones. Además, mencionó que en los
términos del artículo 52 de la Ley 962 de 2005 18, solo participa dentro del
proceso de calificación de pérdida de capacidad laboral, actuación que ya
llevó a cabo19.
4.2. Impugnación
I. CONSIDERACIONES
1. Competencia
37
Corte Constitucional, Sentencia T-662 de 2016.
38
En Sentencia T-1068 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero, se dijo: “(…) para demostrar el
perjuicio irremediable, al menos se deben señalar los hechos concretos que permitan deducir que ocurre
dicho perjuicio el juez no se los puede imaginar, por supuesto que no se necesitan términos sacramentales
pero al menos alguna indicación que le permita al juzgador tener la confianza de que en verdad se halla el
peticionario en una situación que lo afecta a él y a su familia”. Posteriormente, en Sentencia T-1316 de 2001.
M.P. Rodrigo Uprimny Yepes, se señaló: “(…) tratándose de sujetos de especial protección, el concepto de
perjuicio irremediable debe ser interpretado en forma mucho más amplia y desde una doble perspectiva. De
un lado, es preciso tomar en consideración las características globales del grupo, es decir, los elementos que
los convierten en titulares de esa garantía privilegiada. Pero además, es necesario atender las
particularidades de la persona individualmente considerada (…). De cualquier manera, no todos los daños
constituyen un perjuicio irremediable por el simple hecho de tratarse de sujetos de trato preferencial”. De
igual forma, sobre la flexibilidad en la valoración del perjuicio pueden observarse las Sentencias T-719 de
2003. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-456 de 2004. M.P. Jaime Araujo Rentería; T-167 de 2011. M.P.
Juan Carlos Henao Pérez; T-352 de 2011. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; T-796 de 2011. M.P. Humberto
Sierra Porto; T-206 de 2013. M.P. Jorge Iván Palacio; T-269 de 2013 y T-276 de 2014. M.P. María Victoria
Calle Correa, entre otras.
39
Corte Constitucional, Sentencias T-043 de 2014, T-402 de 2012 y T-235 de 2010.
40
Corte Constitucional, Sentencia T-471 de 2017.
41
Corte Constitucional, Sentencias T-052 de 2008, T-205 de 2012, T-315 de 2017 y T-471 de 2017.
31. Así, la procedencia del amparo se sujeta a las siguientes reglas: (i)
procede como mecanismo transitorio, cuando a pesar de la existencia de un
medio ordinario de defensa para el reconocimiento de la prestación, este no
impide la ocurrencia de un perjuicio irremediable, conforme a la especial
situación del peticionario42; (ii) procede la tutela como mecanismo definitivo
cuando el medio ordinario dispuesto para resolver las controversias no es
idóneo y eficaz, conforme a las especiales circunstancias del caso que se
estudia43. Además, (iii) cuando la acción de tutela es promovida por personas
que requieren especial protección constitucional, como niños y niñas, mujeres
cabeza de familia, personas en condición de discapacidad, personas de la
tercera edad, entre otros, el examen de procedibilidad de la acción de tutela es
menos estricto, a través de criterios de análisis más amplios, pero no menos
rigurosos44.
35. De manera especial en lo que tiene que ver con la evaluación del requisito
de subsidiariedad y la procedencia excepcional de la acción de tutela para la
solicitud de prestaciones de carácter pensional, en la Sentencia SU-588 de
201654 se precisaron las reglas que deben cumplirse para poder admitir, de
manera excepcional, la procedencia de una acción de tutela en la que se
pretenda obtener el reconocimiento y pago de una pensión de invalidez. De
este modo, la Corte señaló: “(i) si existe un medio de defensa idóneo y eficaz
para resolver el problema jurídico y no existe riesgo de configuración de un
perjuicio irremediable, la acción de tutela es improcedente; (ii) cuando no
existen mecanismos de defensa idóneos y eficaces para resolver el asunto
puesto a consideración, la tutela será procedente de manera definitiva; y (iii)
de manera excepcional, cuando la persona disponga de medios de defensa
idóneos y eficaces, pero existe riesgo de configuración de un perjuicio
irremediable, el amparo será procedente de manera transitoria con el fin de
proteger los derechos fundamentales del accionante55”.
37. Dicho test consiste en verificar las siguientes condiciones: (i) que el
accionante, además de ser una persona en situación de invalidez 58, pertenece a
un grupo de especial protección constitucional o se encuentra en una situación
de riesgo derivada de, entre otras, alguna de las siguientes condiciones:
analfabetismo, vejez, pobreza extrema, cabeza de familia, desplazamiento o
padecimiento de una enfermedad crónica, catastrófica, congénita o
degenerativa; (ii) debe poder inferirse razonablemente que la carencia del
reconocimiento de la pensión de invalidez afecta directamente la satisfacción
de las necesidades básicas del accionante, esto es, su mínimo vital y, en
consecuencia, una vida en condiciones dignas; (iii) deben valorarse como
razonables los argumentos que proponga el accionante para justificar su
imposibilidad de haber cotizado las semanas previstas por las disposiciones
vigentes al momento de la estructuración de la invalidez; y, (iv) debe
comprobarse una actuación diligente del accionante para solicitar el
reconocimiento de la pensión de invalidez.
59
La cuadriplejía o también llamada tetraplejia, es una lesión o enfermedad del sistema nervioso que afecta la
capacidad para mover las dos piernas y los dos brazos. La cuadriplejía y la paraplejía son principalmente
causadas por lesiones en la médula espinal. https://www.wnyurology.com/content.aspx?chunkiid=127567
Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
60
Consultada la base de datos del Sisben, Héctor Gabriel Canacué Avilez aparece clasificado en el grupo B,
correspondiente a pobreza moderada y en el subgrupo 5. Ficha número 41001001668300001257 y la encuesta
vigente corresponde al 19 de diciembre de 2019 con una última actualización del 21 del mismo mes y año.
Información consultada en: https://www.sisben.gov.co/Paginas/consulta-tu-grupo.aspx
Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
61
Consultada la información de Afiliados en la Base de Datos Única de Afiliados al Sistema de Seguridad
Social en Salud - BDUA, se reporta como fecha de afiliación efectiva del cotizante el 01/08/2015.
https://aplicaciones.adres.gov.co/bdua_internet/Pages/RespuestaConsulta.aspx?
tokenId=hDdMWsUok9yF+2thv1tqXQ== Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
62
fl. 25 del expediente digital.
actuaciones administrativas orientadas al del test de
reconocimiento del derecho a la pensión de procedencia
invalidez. En efecto, como se expuso en
precedencia, en 2 ocasiones (17 de diciembre
de 2019 y 20 de enero de 2020) acudió ante la
accionada para solicitar el reconocimiento y
pago de la pensión de invalidez.
63
La Corte en la Sentencia SU-588 de 2016 fue enfática en señalar que las personas en situación de
discapacidad son sujetos de especial protección constitucional. Al respecto, también pueden consultarse las
Sentencias T-694 de 2017 y T-217 de 2018, en las cuales se ha señalado que tanto la normativa interna como
internacional han desarrollado la materia. Así, los artículos 13 y 47 superiores imponen al Estado: i) el deber
de proteger especialmente a aquellas personas que por sus condiciones físicas o mentales se encuentran en
circunstancia de debilidad manifiesta y ii) adelantar políticas de previsión, rehabilitación e integración social
para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos. A su turno, la Convención Interamericana para la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad (aprobada por
Colombia mediante la Ley 762 de 2002) y la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad
(aprobada mediante la Ley 1346 de 2009) establecen el deber de los Estados parte de garantizar a las personas
en condición de discapacidad el acceso a una justicia material y efectiva y la protección especial de sus
intereses e integridad personales.
43. Para la Corte Constitucional, la seguridad social, “surge como un
instrumento a través del cual se le garantiza a las personas el ejercicio de sus
derechos fundamentales cuando se encuentran ante la materialización de
algún evento o contingencia que mengüe su estado de salud, calidad de vida
y capacidad económica, o que se constituya en un obstáculo para la normal
consecución de sus medios mínimos de subsistencia a través del trabajo” 64. E
igualmente ha expresado la jurisprudencia constitucional la relación intrínseca
entre el derecho a la seguridad social como condición de realización del
principio de la dignidad humana, en tanto hace “posible que las personas
afronten con decoro las circunstancias difíciles que les obstaculizan o
impiden el normal desarrollo de sus actividades laborales y la consecuente
recepción de los recursos que les permitan ejercer sus derechos subjetivos”65.
45. Ahora bien, mediante la Ley 100 de 1993 fue creado el sistema de
seguridad social integral con el fin de proporcionar la cobertura integral de las
contingencias, especialmente las que menoscaban la salud y la capacidad
económica de los habitantes del territorio nacional, con el fin de lograr el
bienestar individual y la integración de la comunidad. Para ello y en lo que
corresponde al régimen general de pensiones como uno de los componentes
que hacen parte del Sistema de Seguridad Social, el artículo 10 de dicha
legislación determinó como objeto del mismo, garantizar a la población el
amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y la
muerte, mediante el reconocimiento de las pensiones y prestaciones que se
determinan en la presente ley, así como propender por la ampliación
progresiva de cobertura a los segmentos de población no cubiertos con un
sistema de pensiones.
64
Corte Constitucional, Sentencias T-173 de 2016 y T-484 de 2019.
65
Ibídem.
66
Declaración Universal de los Derechos humanos (art. 22); el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (art. 9); la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (art. 16) y el
Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de derechos
económicos, sociales y culturales (art. 9).
67
La seguridad social se erige en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho constitucional a cuyo
cumplimiento se compromete el Estado, según se sigue de la lectura del artículo 48 Superior, el cual prescribe
lo siguiente: “Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la seguridad social”. Corte
Constitucional, Sentencias C-623 de 2004 y T-434 de 2012.
47. Frente al alcance de la pensión de invalidez y su relación con la
satisfacción del mínimo vital que les permita a las personas una vida en
condiciones dignas, ha expresado la Corte Constitucional que dicha relación,
“adquiere mayor relevancia en casos en los que están de por medio sujetos
de especial protección constitucional o aquellos que requieren de la
intervención del Estado en procura de la igualdad material consagrada en el
artículo 13 de la Constitución68”69.
50. Por otra parte, el artículo bajo análisis también añadió, en los parágrafos 1
y 2, dos supuestos con los cuales una persona que pierda el 50 % o más de su
capacidad laboral puede obtener la pensión de invalidez. En el primero de los
supuestos regula el evento en que un menor de 20 años quede inválido. Para
este caso la persona que vio mermada su capacidad laboral únicamente deberá
acreditar que ha cotizado 26 semanas en el año inmediatamente anterior al
hecho causante de su invalidez o su declaratoria. El legislador, en este asunto,
diferenció entre aquellas personas que empezaban su vida laboral de aquellas
que ya la habían concluido, en razón a su edad y con esto favorecer a la
población joven que está incursionando en el mercado laboral72.
plausible desde el punto de vista constitucional y se constituía en un parámetro más gravoso para acceder a
la pensión de invalidez, máxime cuando no se tuvo en cuenta un régimen de transición. Por ende, este
requisito resultaba desproporcionado frente a los derechos de las personas que veían disminuida su
capacidad laboral por causa de enfermedad o accidente”.
72
Al respecto, la Sentencia C-020 de 2015 señaló que “la Constitución no consagra –en sus normas
generales, abstractas e impersonales- criterios cerrados de edad para circunscribir de forma puntual en qué
rango preciso se encuentra de forma inexorable la población ‘joven’, la ‘juventud’ o las personas en
etapa ‘juvenil’. Desde luego, esto no impide que el legislador desarrolle las previsiones constitucionales y,
en ejercicio de su libertad de configuración, establezca razonablemente los límites entre los cuales se cumple
el periodo humano al que debemos considerar jurídicamente como juventud, según el contexto. Tampoco
significa que la Corte esté imposibilitada para controlar en abstracto la legislación que persiga desarrollar
la Constitución en materias vinculadas con la población joven. Si bien la Constitución no consagra límites
precisos de edad en este aspecto, el Estado de Derecho trae implícita una interdicción de arbitrariedad en el
ejercicio del poder, y en la Carta hay ciertas limitaciones que no pueden transgredirse aun cuando se
mantenga la libertad de configuración legislativa. (…)”.
[P]ara remediar el déficit de protección, la Corte declarará
exequible la norma acusada, con la condición de que se extienda lo
allí previsto en materia de pensiones de invalidez hacia toda la
población joven, definida esta última razonablemente, y en la
medida en que sea más favorable al afiliado. En los casos concretos,
sin embargo, mientras la jurisprudencia constitucional no
evolucione a la luz del principio de progresividad, la regla especial
prevista en el parágrafo 1º del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 debe
extenderse favorablemente, conforme lo ha señalado hasta el
momento la jurisprudencia consistente de las distintas Salas de
Revisión de la Corte Constitucional; es decir, se debe aplicar a la
población que tenga hasta 26 años de edad, inclusive. (negrillas
fuera de texto)
55. Por regla general, los requisitos exigibles a la persona que solicita la
pensión de invalidez son los consagrados en la ley vigente al estructurarse la
pérdida de capacidad laboral en un porcentaje mayor al 50 %, pues de acuerdo
con los principios generales y al artículo 16 del Código Sustantivo del
73
El parágrafo en mención establece una condición más beneficiosa que la planteada en los numerales 1 y 2
del artículo 1 de la Ley 860 de 2003, en la medida en que, para quienes hayan alcanzado el nivel de
cotización señalado en el parágrafo, esto es, 75 % del total de semanas que se requieren para adquirir la
pensión de vejez, la exigencia de 50 semanas cotizadas en los últimos tres años anteriores a la estructuración
de la invalidez, baja a 25 semanas. Con lo anterior, el legislador buscó proteger las expectativas legítimas de
pensionarse que tienen aquellas personas que se encuentran en la situación descrita por la norma y reconoce
el esfuerzo que estas han realizado por cumplir durante una gran parte de su vida laboral las cotizaciones
correspondientes al Sistema de Seguridad Social en Pensiones. Así las cosas, es preciso distinguir al
momento de analizar el reconocimiento de la pensión de invalidez si antes de la estructuración de la invalidez
el afiliado ha cotizado por lo menos el 75 % de las semanas mínimas para acceder a la pensión de vejez, en
este caso solo se exige que haya efectuado el pago de 25 semanas en los últimos tres años. De no ser así se
aplicará la regla general, es decir, 50 semanas en los últimos tres años a la fecha de estructuración de la
invalidez.
Trabajo74, las normas laborales y de seguridad social tienen efecto inmediato
y regulan las situaciones que durante su vigencia se presentan y desarrollan.
Además, a partir de la fecha de estructuración de la invalidez se consolida el
derecho pensional y se activa la posibilidad de solicitar su
reconocimiento. Sin embargo, esta Corte Constitucional 75 y la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia76, coinciden en sostener que
la Constitución prohíja un principio de “condición más beneficiosa”, que
admite aplicar normas derogadas a un caso, bajo ciertos requisitos.
(iv) La condición más beneficiosa. Una vez una persona contrae una
expectativa legítima en vigencia de un esquema normativo alcanza entonces un
derecho a que le sea protegida. Es decir, que, si bien la ley puede entonces
modificar los requisitos de acceso a la pensión de invalidez, le está vedado
anular el derecho constitucional de toda persona a que se protejan sus
expectativas legítimamente forjadas. En consecuencia, la ley en primer lugar ha
de contemplar regímenes de transición, para quienes, si bien no tienen derechos
adquiridos, cuentan más que con meras expectativas de derechos, pues han
cumplido buena parte de los requisitos para acceder a la prestación pensional.
Así, ante la ausencia de un régimen de transición, se justifica mantener las
condiciones más beneficiosas del esquema normativo derogado, bajo el amparo
del cual la persona creó legítimamente una expectativa de pensión.
79
Por ese motivo, la Corte Suprema de Justicia se ha referido a que, en el marco internacional de los derechos
humanos, los Convenios 128 y 157 de la OIT han mencionado el deber de “conservación de los derechos en
curso de adquisición”, en materia de pensión de invalidez, vejez y sobrevivientes. Corte Suprema de Justicia.
Sala de Casación Laboral. Sentencia del 11 de noviembre de 2015.
80
Entre los principios constitucionales a los cuales debe sujetarse la regulación pensional de invalidez se
encuentra el de “buena fe” (CP art 83). Esta disposición debe interpretarse a su vez en concordancia con el
Preámbulo, que enuncia como fin de la Constitución el de “asegurar” a sus integrantes la justicia y la
igualdad, y como fin social del Estado el de “asegurar los deberes sociales del Estado” (CP art 2). Una
lectura conjunta de estas previsiones da la idea inmediata de que los deberes sociales del Estado, entre los
cuales se encuentra el de proteger a sus habitantes frente a la invalidez, deben cumplirse con un cierto grado
de seguridad, que a su turno se traduce en un imperativo orientado a garantizar estabilidad relativa en las
condiciones de acceso al aseguramiento frente a los riesgos amparados por la seguridad social. Asimismo, la
Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Laboral, en Sentencia del 15 de febrero de 2011 sostuvo que la
condición más beneficiosa “entra en juego, no para proteger a quienes tienen una mera o simple expectativa,
pues para ellos la nueva ley puede modificarles el régimen pensional, sino a un grupo de personas, que si
bien no tienen un derecho adquirido, se ubican en una posición intermedia habida cuenta que poseen una
situación jurídica y fáctica concreta, verbigracia, haber cumplido en su integridad la densidad de semanas
necesarias que consagraba le ley derogada. A ellos, entonces, se les debe aplicar la disposición anterior, es
decir, la vigente para el momento en que las satisfizo. En ese horizonte, ha enseñado esta Corporación que
tratándose de derechos que no se consolidan por un solo acto sino que suponen una situación que se integra
mediante hechos sucesivos, hay lugar al derecho eventual, que no es definitivo o adquirido mientras no se
cumpla la última condición, pero que sí implica una situación concreta protegida por la ley, tanto en lo que
atañe al acreedor como al deudor, por lo que supera la mera o simple expectativa”.
81
Constitución Política, art. 48, reformado por el Acto Legislativo 01 de 2005 y la Ley 100 de 1993 art. 36.
82
Por ese motivo en la Sentencia T-737 de 2015, al conceder la tutela y aplicar la condición más beneficiosa
en su sentido amplio, la Corte señaló que entre los fundamentos de este principio se encontraba la equidad o
igualdad.
57. Con estos fundamentos puede caracterizarse el principio de la condición
más beneficiosa en pensiones de invalidez como un derecho constitucional, en
virtud del cual una solicitud de reconocimiento pensional puede examinarse
conforme a la condición más beneficiosa prevista en normas anteriores a la
vigente al estructurarse una pérdida del 50 % o más de capacidad laboral, en
la medida en que la persona se haya forjado una expectativa legítima en
vigencia de la normatividad anterior y en que la reforma de esta última no se
haya acompañado de un régimen de transición constitucionalmente aceptable.
6. Caso concreto
64. Por otra parte, en relación con la aplicación de la Ley 100 de 1993, en
aplicación del principio de la condición más beneficiosa, se advierte que no es
aplicable a la situación particular de Héctor Gabriel Canacué Avilez en razón
a que este no reunió la densidad de semanas de cotización para pensionarse
por invalidez en vigencia de este régimen. Conforme a la jurisprudencia y a
los lineamientos constitucionales y legales mencionados en precedencia
(fundamentos 38 a 41 supra) la condición más beneficiosa protege las
expectativas legítimas de quien haya cumplido buena parte de los requisitos
para acceder a la prestación pensional bajo un determinado régimen, en caso
de que sobrevenga la ocurrencia del riesgo.
65. En efecto, Héctor Canacué Avilez no generó una expectativa legítima bajo
la Ley 100 de 1993, ya que durante la vigencia de dicha normativa no realizó
cotizaciones al sistema, pues valga la aclaración, tan solo tenía 10 años
cuando esta perdió vigor. Es decir, el agenciado no reunió la densidad de
semanas de cotización para pensionarse por invalidez en vigencia de dicho
régimen, razón por la cual no se le generaron expectativas legítimas que
puedan ser protegidas mediante la condición más beneficiosa.
90
Ib.
91
Corte Constitucional, Sentencias T-777 de 2009, T-839 de 2010, T-934 de 2011, T-246 de 2012, T-506 de
2012, T-930 de 2012, T-1011 de 2012, T-630 de 2013, T-819 de 2013, T-443 de 2014 y T-580 de 2014.
un momento germinal y, por ende, cuenta con un historial incipiente
e inestable de aportes al sistema general de pensiones.
71. Por lo antes expuesto la Sala de Revisión encuentra que se vulneraron los
derechos constitucionales fundamentales a la seguridad social, al mínimo
vital, dignidad humana y a la salud de Héctor Gabriel Canacué Avilez, por lo
que se revocará la Sentencia del 23 de abril de 2020, proferida por el Juez
Primero Penal del Circuito para adolescentes con función de conocimiento de
Neiva, que confirmó el fallo del 13 de marzo de 2020, proferido por el Juez
Primero Penal Municipal para adolescentes con función de control de
garantías de Neiva que en su momento no ampararon los derechos
fundamentales del señor Canacué Avilez dentro de la acción de tutela
promovida contra Porvenir S.A.
7. Síntesis de la decisión
76. La Sala de Revisión luego del análisis del caso concreto, revocó las
decisiones de instancia por cuanto del material probatorio recaudado en sede
de revisión se pudo advertir que pese a que Héctor Gabriel Canacué Avilez no
cumple los requisitos establecidos para acceder a la pensión de invalidez
conforme a la legislación pensional, por cuanto no cotizó 50 semanas en los 3
años anteriores a la estructuración de la invalidez y que tampoco le es
aplicable la condición más beneficiosa en razón a que este no reunió la
densidad de semanas de cotización para pensionarse por invalidez en vigencia
de este régimen; sí le era aplicable el parágrafo 1° del artículo 1 de la Ley 860
de 2003, al contar con más de 26 semanas cotizadas en el último año
inmediatamente anterior a la fecha de estructuración de su invalidez y tener
26 años a ese momento.
II. DECISIÓN
RESUELVE
Comuníquese y cúmplase,