Sentencia T-113/21

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Sentencia T-113/21

Referencia: Expediente T-7.957.402

Acción de tutela presentada por Rocelix


Avilez Valderrama, como agente oficiosa
de Héctor Gabriel Canacué Avilez contra
la Sociedad Administradora de Fondos de
Pensiones y Cesantías Porvenir S.A.

Magistrada ponente:
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA

Bogotá D. C., veintiocho (28) de abril de dos mil veintiuno (2021)

La Sala Quinta de Revisión de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus


competencias constitucionales y legales, ha proferido la siguiente

SENTENCIA

En el trámite de revisión del fallo de segunda instancia adoptado por el Juez


Primero Penal del Circuito para adolescentes con función de conocimiento de
Neiva el 23 de abril de 2020, que confirmó la decisión tomada por el Juez
Primero Penal Municipal para adolescentes con función de control de
garantías de Neiva el 13 de marzo de 2020, en el proceso de tutela promovido
por Rocelix Avilez Valderrama, como agente oficiosa de Héctor Gabriel
Canacué Avilez en contra de la Sociedad Administradora de Fondos de
Pensiones y Cesantías Porvenir S.A. (en adelante Porvenir S.A.).

I. ANTECEDENTES

El 28 de febrero de 2020, Rocelix Avilez Valderrama, en calidad de agente


oficiosa de Héctor Gabriel Canacué Avilez, presentó acción de tutela en
contra de Porvenir S.A., en procura de la protección de los derechos
fundamentales a la vida, mínimo vital, dignidad humana, confianza legítima,
buena fe, debido proceso, salud, seguridad social e igualdad de su hijo, los
cuales fueron presuntamente vulnerados debido a la negativa de Porvenir
S.A.1, en el reconocimiento y pago de la pensión de invalidez de este último,
1
La Sociedad Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías, PORVENIR S.A., es una sociedad
anónima, de nacionalidad colombiana, constituida mediante la Escritura Pública No. 5307 del 22 de octubre
de 1991 de la Notaria 23 del Círculo de Bogotá, con autorización de funcionamiento otorgada por la
Superintendencia Bancaria, hoy Superintendencia Financiera, mediante la Resolución No. 3970 del 30 de
octubre del mismo año y con domicilio principal en la ciudad de Bogotá D.C., Colombia. // Desde el punto de
vista de su naturaleza jurídica, es una entidad financiera, del género de las sociedades de servicios financieros
y de la clase de las administradoras de fondos de pensiones y cesantías, que en tal calidad se encuentra
sometida al control y vigilancia de la Superintendencia Financiera. Información obtenida en el documento de
en claro desconocimiento del principio de la condición más beneficiosa o
principio de favorabilidad, pues el agenciado “al momento de la
estructuración de la pérdida de capacidad laboral (15 de marzo de 2019)
[contaba] con 27 semanas cotizadas”2, por lo tanto, le aplican los artículos 38
y 39 de la Ley 100 de 1993.

1. Hechos

1. Héctor Gabriel Canacué Avilez nació el 19 de marzo de 19933 y se


encuentra afiliado al subsistema de seguridad social en pensiones en el
régimen de ahorro individual con solidaridad (RAIS) 4 en Porvenir S.A. desde
agosto de 2014.

2. El 6 de enero de 20195 el señor Canacué Avilez sufrió un grave accidente6


que lo dejó en estado de cuadriplejia7. Por tal motivo, el 22 de octubre de
2019 la compañía Seguros de Vida Alfa S.A., aseguradora con la cual
Porvenir S.A. tenía contratada la cobertura por las contingencias derivadas del
riesgo de invalidez8, le dictaminó una pérdida de capacidad laboral del 80.56
% de origen común, con fecha de estructuración el 15 de marzo de 20199.

3. El 17 de diciembre de 2019 la señora Rocelix Avilez Valderrama, en


representación de su hijo, solicitó mediante radicado No. 0105440013577700
a Porvenir S.A. que le reconociera y pagara la pensión por invalidez 10, la cual
fue negada por la entidad argumentando que “no se encuentra acreditado el

Código de Buen Gobierno Corporativo de la AFP disponible en el siguiente enlace


https://www.porvenir.com.co/documents/64086/0/Codigo_buen_gobierno_v5.pdf/71f44fe1-a55f-0ea3-cd6e-
f2825df2bd61?t=1556642730570 consultado el 16 de abril de 2021.
2
fl. 9 del expediente digital.
3
Cédula de ciudadanía de Héctor Gabriel Canacué Avilez. fl. 22 del expediente digital.
4
Ley 100 de 1993, artículo 12 literal b.
5
Esto es, a la edad de 25 años.
6
Según el reporte de epicrisis del servicio de urgencias de la Clínica Medilaser de Neiva, el paciente Héctor
Gabriel Canacué Avilez quien para la fecha de la atención contaba con 25 años, 9 meses y 18 días de edad,
ingresó a la IPS el día 6 de enero de 2019, según motivo de consulta: remitido de hospital de Palermo por
trauma raquimedular, y enfermedad actual: paciente quien según médico acompañante presenta cuadro clínico
de aproximadamente 1 hora de evolución consistente en trauma en región parietal y en región occipital
posterior a lanzarse a un río es trasladado hasta hospital de Palermo en una camioneta, presentando
posteriormente paraplejia y disminución de sensibilidad hasta nivel de pezones por lo cual ingresa a hospital
de Palermo en donde valoran, dan manejo con inmovilización cervical y remiten para manejo en esta
institución. ff. 25 y ss. del expediente digital.
7
Historia clínica de Héctor Gabriel Canacué Avilez. ff. 25 al 187 del expediente digital. Describe que tiene
parálisis parcial de brazos y piernas causada por daño en la médula espinal.
8
Conforme al inciso segundo del artículo 41 de la Ley 100 de 1993, modificado por el artículo 52 de la Ley
962 de 2005 y por el artículo 142 del Decreto 019 de 2012, “…Corresponde al Instituto de Seguros Sociales,
Administradora Colombiana de Pensiones -COLPENSIONES-, a las Administradoras de Riesgos
Profesionales - ARP-, a las Compañías de Seguros que asuman el riesgo de invalidez y muerte, y a las
Entidades Promotoras de Salud EPS, determinar en una primera oportunidad la pérdida de capacidad
laboral y calificar el grado de invalidez y el origen de estas contingencias. En caso de que el interesado no
esté de acuerdo con la calificación deberá manifestar su inconformidad dentro de los diez (10) días
siguientes y la entidad deberá remitirlo a las Juntas Regionales de Calificación de Invalidez del orden
regional dentro de los cinco (5) días siguientes, cuya decisión será apelable ante la Junta Nacional de
Calificación de Invalidez, la cual decidirá en un término de cinco (5) días. Contra dichas decisiones
proceden las acciones legales”.
9
ff. 205 a 211 del expediente digital.
10
ff. 124 a 125 del expediente digital.
requisito de 50 semanas de cotización en los 3 últimos años inmediatamente
anteriores a la fecha de estructuración de la invalidez, como lo menciona la
norma”11.

4. El 20 de enero de 2020, la accionante en representación de su hijo Héctor


Gabriel Canacué Avilez nuevamente solicitó a Porvenir S.A. que le
reconociera y pagara la pensión por invalidez, “basados en el principio de la
condición más beneficiosa, principio de favorabilidad. Artículo 39 de la Ley
100 de 1993; decreto 758 de 1990”12. El 27 de enero de 2020 la accionada le
reiteró la negativa a la prestación solicitada, en razón a que no acreditó el
cumplimiento del requisito de 50 semanas de cotización en los 3 últimos años
anteriores a la fecha de estructuración de la invalidez13.

5. La agente oficiosa manifiesta que es madre cabeza de hogar, tiene a cargo


a su hijo (quien depende totalmente de ella), no tiene empleo ni recursos
económicos y tanto ella como su hijo tienen un puntaje en el SISBÉN de
38.92%14. Señala que “debido al grave accidente ocurrido el 6 de enero de
2019 [le] tocó retirar[se] del trabajo medio tiempo donde laboraba para
dedicar[se] las 24 horas al cuidado de [su] hijo y debido al no poder laborar
cada día las condiciones económicas son más precarias hasta tal punto de no
contar con lo más mínimo para sobrevivir”15.

2. Pretensiones

6. En su escrito de tutela, la señora Rocelix Avilez Valderrama solicita que


se protejan los derechos fundamentales a la vida, mínimo vital, dignidad
humana, confianza legítima, buena fe, debido proceso, salud, seguridad social
e igualdad de Héctor Gabriel Canacué Avilez, y se ordene a Porvenir S.A.
“reconocer y pagar la pensión por invalidez a [su] hijo Héctor Gabriel
Canacué Avilez conforme a lo dispuesto en el artículo 38 y 39 de la Ley 100
de 1993 (26 semanas cotizadas)”16.

3. Respuesta de las entidades accionada y vinculada

7. El 4 de marzo de 2020, Porvenir S.A. señaló que: (i) el accionante no


cumple con los requisitos para acceder a una pensión de invalidez en el
régimen de ahorro individual con solidaridad (Ley 860 de 2003), pues no
acredita el requisito legal de 50 semanas dentro de los últimos 3 años
anteriores a la fecha de estructuración de la invalidez (señala que solo acredita
23.38 semanas); (ii) al señor Canacué Avilez no le es aplicable el parágrafo 1
del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 por cuanto a la fecha de estructuración de
la invalidez tenía más de 20 años y la norma es clara en cuanto a que la
11
fl. 214 del expediente digital.
12
ff. 220 a 222 del expediente digital.
13
fl. 223 del expediente digital.
14
ff. 279 y 280 del expediente digital.
15
fl. 8 del expediente digital.
16
fl. 20 del expediente digital.
pensión de invalidez para población joven se otorgará a los menores de 20
años; y, (iii) solicitó que se declare la improcedencia de la tutela en razón a
que no cumple con el requisito de subsidiariedad pues el accionante cuenta
con otro medio de defensa judicial17.

8. Seguros de Vida Alfa S.A. manifestó que: (i) el accionante cuenta con
otro medio de defensa judicial ante la justicia ordinaria; y, (ii) el
reconocimiento de la pensión solicitada no es de su competencia, sino de la
Administradora de Fondos de Pensiones. Además, mencionó que en los
términos del artículo 52 de la Ley 962 de 2005 18, solo participa dentro del
proceso de calificación de pérdida de capacidad laboral, actuación que ya
llevó a cabo19.

4. Decisiones objeto de revisión

4.1. Primera instancia

9. El 13 de marzo de 2020, el Juez Primero Penal Municipal para


adolescentes con función de control de garantías de Neiva “no tuteló” los
derechos fundamentales invocados en la tutela en razón a que, por una parte,
el agenciado no cumple con las 50 semanas20 de cotización anteriores a la
fecha de estructuración de su pérdida de capacidad laboral, ni con los
requisitos para la aplicación de la condición más beneficiosa. Por otra parte,
consideró que no le es aplicable el parágrafo 1 del artículo 1 de la Ley 860 de
2003 por cuanto a la fecha de estructuración de la invalidez de Héctor Gabriel
Canacué Avilez tenía 25 años21.

4.2. Impugnación

10. El 19 de marzo de 2020, la agente oficiosa impugnó la decisión de


primera instancia, por dos razones. La primera, referente a que el juez de
primera instancia señaló que el agenciado cuenta con 23.38 semanas
anteriores a la fecha de estructuración, sin embargo “el fondo de pensiones
PORVENIR S.A. se equivoca flagrantemente pues a la fecha de
estructuración de la pérdida de capacidad laboral (15 de marzo de 2019)
Héctor Gabriel Canacué contaba con 26.57 semanas”. La segunda, por
cuanto “la AFP PORVENIR S.A. (…) niega el reconocimiento y pago de la
pensión de invalidez basado en la ley más reciente 50 semanas y no LA
RETROACTIVIDAD estableciendo en la aplicación de la condición más
beneficiosa artículo 38 y 39 de la Ley 100 de 1993, como lo establece la
Sentencia T-157/17”. En ese sentido, concluye que “por vía jurisprudencial
se ha consolidado el principio de la condición más beneficiosa, en virtud del
17
ff. 249 a 252, 256 y 257 del expediente digital.
18
Artículo modificado por el artículo 142 del Decreto 019 de 2012.
19
ff. 238 a 240 del expediente digital.
20
Señaló que cuenta con 23.38 semanas cotizadas anteriores a la fecha de estructuración de su pérdida de
capacidad laboral.
21
ff. 254 a 264 del expediente digital.
cual es posible examinar los requisitos para el acceso a la pensión a la luz de
un régimen derogado, siempre que el interesado cumpla con las exigencias
previstas en la norma a la cual se pretende acoger”, por lo que Héctor
Gabriel Canacué Avilez cumple con las exigencias señaladas en los artículos
38 y 39 de la Ley 100 de 1993, esto es, estar cotizando al sistema y contar con
más de 26 semanas cotizadas al momento de la estructuración de la pérdida de
la capacidad laboral22.

4.3. Segunda instancia

11. El 23 de abril de 2020, el Juez Primero Penal del Circuito para


adolescentes con función de conocimiento de Neiva - Huila confirmó la
sentencia de primera instancia. Lo anterior por cuanto el señor Héctor Gabriel
Canacué Avilez no cumple: (i) con los requisitos establecidos en la Ley 860
de 2003 para acceder a la pensión de invalidez, ya que no cotizó las semanas
suficientes; (ii) ni se generó en él una expectativa legítima, exigida por la
jurisprudencia para aplicar el principio de la condición más beneficiosa, toda
vez que durante la vigencia del artículo 38 y 39 de la Ley 100 de 1993, el
actor no cotizó a dicho régimen (pues no tenía edad para hacerlo) y por tanto,
no puede acogerse al mismo23.

5. Actuaciones en sede de revisión

12. La magistrada sustanciadora, mediante Auto del 25 de marzo de 2021,


ordenó que, por medio de la Secretaría General, se solicitaran y recaudaran
pruebas encaminadas a determinar: (i) la situación socioeconómica del
agenciado y su núcleo familiar; (ii) su estado de salud actual; (iii) la última
fecha en la que realizó aportes al fondo de pensiones; y, (iv) el total de
semanas cotizadas por el representado, con el fin de allegar al proceso de
revisión de tutela, elementos de juicio relevantes para adoptar la decisión
correspondiente24.

13. El 5 de abril de 2021 Porvenir S.A. informó que el total de semanas


cotizadas por el señor Canacué Avilez en su vida laboral es de 87.42. Para el
22
ff. 271 y 272 del expediente.
23
ff. 281 al 288 del expediente.
24
Específicamente se solicitó a la agente oficiosa que informara: “a) ¿Quiénes conforman el núcleo familiar
del agenciado?, en particular, deberá indicar: (i) ¿Cuáles personas del núcleo familiar en la actualidad
tienen algún vínculo laboral o desarrollan alguna actividad productiva (incluido el agenciado) ?, en caso
contrario señalar la fecha hasta la que laboraron y la empresa, entidad o persona natural con la que
estuvieron vinculados; (ii) si reciben algún apoyo económico; y (iii) si tienen personas a su cargo. b) ¿Qué
obligaciones económicas están a cargo de la agente oficiosa y del agenciado? Al respecto, deberá aportar la
relación de gastos mensuales por todo concepto (alimentación, vestuario, salud, vivienda, préstamos, etc.).
Asimismo, deberá informar la fuente de los recursos con los que han cumplido con dichas obligaciones. c)
¿Qué ingresos percibe la agente oficiosa y el agenciado en la actualidad?, y si ¿Son propietarios o perciben
rentas de bienes muebles o inmuebles? d) ¿Cuál es el estado de salud actual del agenciado? Al respecto,
deberá precisar las condiciones médicas que le impiden interponer o ratificar la acción de tutela. e) ¿Hasta
qué fecha el agenciado realizó aportes al fondo de pensiones Porvenir S.A. o cualquier otro al cual estuviera
vinculado?”. Por su parte, se requirió a Porvenir S.A., para que informara: “(i) el número de semanas
cotizadas por Héctor Gabriel Canacué Avilez identificado con la cédula de ciudadanía No. 1.075.269.737
(señalando año y mes de cotización) a ese fondo de pensiones; y, (ii) la última fecha en la que el agenciado
realizó aportes a ese fondo”.
efecto allegó el informe de la historia laboral requerido, en el que se
especifica la información frente a fecha de pago y periodo pagado. Asimismo,
indicó que la última fecha en la que Héctor Gabriel Canacué Avilez realizó
aportes a ese fondo correspondió al periodo de noviembre de 2019.

14. El 5 de abril de 2021 la agente oficiosa informó: (i) en lo que corresponde


a conformación del núcleo familiar, está compuesto por Héctor Gabriel
Canacué Avilez y Rocelix Avilez Valderrama; (ii) respecto a la vinculación
laboral de los integrantes de la familia, que desde el 6 de enero de 2019 (fecha
del accidente sufrido por Héctor Canacué), ninguno de los dos labora. A raíz
del accidente de su hijo debe dedicarse las 24 horas a él, lo que le impide
trabajar; (iii) frente a ingresos, gastos, propiedades y condiciones de vivienda,
el señor Héctor Gabriel Canacué Avilez recibe la suma de $160.000
mensuales por concepto de ingreso solidario y esporádicamente reciben ayuda
de sus familiares. La agente oficiosa debe asumir el pago de servicios
públicos y alimentación y no son propietarios de bienes muebles e inmuebles.
La vivienda en la que habitan es un “apartaestudio prestado” con la
condición de que sea devuelto en tanto su hijo se recupere; y, (iv) sobre el
estado de salud del representado, está en proceso de recuperación y continúa
en dependencia total.

I. CONSIDERACIONES

1. Competencia

15. La Sala Quinta de Revisión de la Corte Constitucional es competente para


revisar los fallos de tutela proferidos dentro del trámite de la referencia, con
fundamento en lo dispuesto por los artículos 86 y 241.9 de la Constitución
Política y 33 a 36 del Decreto 2591 de 1991.

2. Delimitación del caso, problema jurídico y metodología de la decisión

16. La acción de tutela sub examine versa sobre la presunta amenaza o


vulneración de los derechos a la vida, al mínimo vital, dignidad humana,
confianza legítima, buena fe, debido proceso, salud, seguridad social e
igualdad del señor Héctor Gabriel Canacué Avilez. Esto, como consecuencia
de la negativa del reconocimiento y pago por parte de la Administradora de
Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A. de su pensión de invalidez.
Por su parte, Porvenir S.A. manifestó que el señor Canacué Avilez no cumple
con los requisitos para acceder a dicha prestación, esto es, haber cotizado 50
semanas dentro de los últimos 3 años anteriores a la fecha de estructuración
de la invalidez, de conformidad con la Ley 860 de 2003.

17.  En ese sentido, corresponderá a la Sala resolver el siguiente problema


jurídico: ¿La Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir
S.A. vulneró los derechos del señor Héctor Gabriel Canacué Avilez al negarle
el reconocimiento de la pensión de invalidez que reclama, por considerar que:
(i) no tiene derecho a ella pues no cumple con los requisitos exigidos para el
efecto en la Ley 860 de 2003, tanto en el numeral segundo como en el
parágrafo primero del artículo primero de esta normativa; y, (ii) no le es
aplicable la Ley 100 de 199325, en virtud del principio de la condición más
beneficiosa?

18. Para dar respuesta al problema jurídico la Sala de Revisión analizará, en


primer lugar, si la acción de tutela satisface los requisitos de procedibilidad.
En caso afirmativo, reiterará la jurisprudencia respecto a (i) la pensión de
invalidez; y, (ii) los fundamentos constitucionales de la condición más
beneficiosa aplicada para el caso de pensiones de invalidez. Finalmente, (iii)
resolverá el caso concreto.

3. Cuestión previa. Procedibilidad de la acción de tutela

19. Requisitos generales de procedibilidad de la acción de tutela. De acuerdo


con el artículo 86 de la Constitución Política, toda persona puede ejercer la
acción de tutela “mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí
misma o por quien actúe a su nombre” 26, para la protección inmediata de sus
derechos fundamentales, siempre que resulten amenazados o vulnerados por
la acción o la omisión de cualquier autoridad pública o de un particular. Esto,
siempre y cuando el accionante no disponga de otro medio de defensa judicial
idóneo y eficaz para la protección de sus derechos, salvo que se utilice como
mecanismo transitorio para evitar el acaecimiento de un perjuicio
irremediable. En esta medida, antes de pronunciarse de fondo sobre el caso
concreto, es deber del juez constitucional verificar el cumplimiento de los
requisitos generales de procedibilidad de la acción de tutela, a saber: (i)
legitimación en la causa, (ii) inmediatez y (iii) subsidiariedad.

20. Legitimación en la causa. El artículo 10 del Decreto 2591 de 199127


dispone que la acción de tutela puede ser ejercida “por cualquier persona
vulnerada o amenazada en sus derechos fundamentales”, quien podrá actuar
por sí misma, mediante representante o apoderado judicial, agente oficioso, el
Defensor del Pueblo o los personeros municipales. Este requisito de
procedencia tiene por finalidad garantizar que quien interponga la acción
tenga un “interés directo y particular”28 respecto de las pretensiones incoadas,
de manera que el juez constitucional pueda verificar que “lo reclamado es la
protección de un derecho fundamental del propio demandante y no de otro”29.
A su vez, esta acción debe ser ejercida en contra del sujeto responsable de la
25
“Por medio de la cual se creó el Sistema de Seguridad Social Integral y se dictaron otras disposiciones”.
26
Constitución Política, art. 86.
27
Decreto 2591 de 1991, art. 10. Legitimidad e interés: “La acción de tutela podrá ser ejercida, en todo
momento y lugar, por cualquiera persona vulnerada o amenazada en uno de sus derechos fundamentales,
quien actuará por sí misma o a través de representante. Los poderes se presumirán auténticos. // También se
pueden agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos no esté en condiciones de promover su
propia defensa. Cuando tal circunstancia ocurra, deberá manifestarse en la solicitud. // También podrá
ejercerla el Defensor del Pueblo y los personeros municipales”.
28
Corte Constitucional, Sentencias T-678 de 2016 y T-176 de 2011.
29
Ib.
presunta vulneración o amenaza de los derechos fundamentales, sea este una
autoridad pública o un particular.

21. En lo que respecta a la agencia oficiosa en materia de tutela, dicha


posibilidad de acudir a la acción de amparo constitucional para la protección
de los derechos de otro, se encuentra contemplada en el artículo 86 de la C.P.,
y en el inciso segundo del artículo 10 del Decreto 2591 de 1991, que permiten
reclamar ante los jueces la tutela de derechos, por sí o por quien actúe a su
nombre, en cuyo último caso, es viable agenciar derechos ajenos cuando el
titular de los mismos no esté en condiciones de promover su propia defensa, y
así se exprese en la solicitud. La Corte Constitucional ha señalado que los
elementos de la agencia oficiosa en materia de tutela son dos: (i) que el agente
oficioso manifieste explícitamente que actúa como tal; y, (ii) que el titular de
los derechos invocados no se encuentre en condiciones para instaurar la
acción de tutela a nombre propio30.

22. La acción de tutela satisface los requisitos de legitimación en la causa


por activa. La legitimación en la causa por activa se cumple por cuanto fue
interpuesta por Rocelix Avilez Valderrama, quien expresamente manifestó
actuar como agente oficiosa de su hijo Héctor Gabriel Canacué Avilez, en
virtud de lo previsto en el inciso segundo del artículo 10 del Decreto 2591 de
199131. La razón de solicitar la protección de los derechos constitucionales
fundamentales por parte de la agente y a favor de su hijo, guarda relación con
la imposibilidad de acudir de manera directa a la acción de tutela, debido al
grave accidente sufrido que lo dejó en estado de cuadriplejia, lo que
compromete sus funciones motoras y le impiden ejercer, por sí mismo, la
defensa de los derechos fundamentales presuntamente vulnerados.

23. La acción de tutela satisface los requisitos de legitimación en la causa


por pasiva. Por otra parte, se cumple con la legitimación en la causa por
pasiva, en tanto Porvenir S.A. es el fondo de administración de pensiones
encargado del reconocimiento y pago de la pensión de invalidez a los
afiliados que cumplan con los requisitos y al cual se encontraba afiliado
Héctor Gabriel Canacué Avilez. Además, por ser la entidad presuntamente
vulneradora de los derechos fundamentales invocados. Por tal razón tiene
aptitud legal y constitucional para asumir las consecuencias del fallo.

24. Inmediatez. La jurisprudencia constitucional ha señalado que la acción de


tutela debe presentarse en un término oportuno y razonable respecto del hecho
que generó la presunta vulneración de los derechos fundamentales. Este
requisito tiene por finalidad preservar la naturaleza de la acción de tutela,
concebida como “un remedio de aplicación urgente que demanda una
protección efectiva y actual de los derechos invocados”32. Así mismo, la
jurisprudencia constitucional ha señalado los eventos en los que no es exigible
30
Corte Constitucional, Sentencias T-004 de 2013, T-397 de 2014, T-541A de 2014 y T-742 de 2004.
31
“Se pueden agenciar derechos ajenos cuando el titular de los mismos no esté en condiciones de promover
su propia defensa. Cuando tal circunstancia ocurra, deberá manifestarse en la solicitud”.
32
Corte Constitucional, Sentencia SU-391 de 2016.
el principio de inmediatez de modo estricto, como son: (i) cuando  se
demuestre que la vulneración es permanente en el tiempo y que, pese a que el
hecho que la originó por primera vez es muy antiguo respecto de la
presentación de la tutela, la situación es continua y actual; y, (ii) cuando la
especial situación de aquella persona a quien se le han vulnerado sus derechos
fundamentales, hace desproporcionado el hecho de adjudicarle la carga de
acudir a un juez. Por ejemplo, el estado de indefensión, interdicción,
abandono, minoría de edad, incapacidad física, entre otros33. Acorde con ello,
la Corporación ha considerado de manera general que, “cuando el amparo es
promovido por personas que requieren especial protección constitucional,
como niños, niñas y adolescentes, personas cabeza de familia, en situación de
discapacidad, de la tercera edad o población desplazada, entre otros, el
examen de procedencia de la tutela se hace menos estricto, a través de
criterios de análisis más amplios, pero no menos rigurosos”34 .

25. La acción de tutela satisface el requisito de inmediatez. La Sala constata


que la solicitud de amparo fue interpuesta en un término razonable, pues
transcurrieron 2 meses entre el hecho que originó la presunta violación de los
derechos fundamentales y la presentación de la tutela. De un lado, el 27 de
enero de 2020, Porvenir S.A. le negó a Héctor Gabriel Canacué Avilez (por
segunda vez) el reconocimiento y pago de la pensión de invalidez solicitada.
De otro lado, la tutela fue presentada el 26 de marzo de 202035.

26. Subsidiariedad. La jurisprudencia constitucional ha precisado que la


exigencia del requisito de subsidiariedad se funda en que la protección de los
derechos fundamentales no es un asunto reservado al juez de tutela. Los
jueces y los mecanismos ordinarios de defensa también han sido diseñados
para garantizar la vigencia de los derechos constitucionales, incluidos los de
carácter fundamental. En esta medida, la verificación de este requisito busca
evitar la “paulatina sustitución de los mecanismos ordinarios de protección
de derechos y de solución de controversias”36.

27. Este requisito, conforme al artículo 86 de la Constitución, implica que la


acción de tutela solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio
de defensa judicial, salvo que se utilice como mecanismo transitorio para
evitar un perjuicio irremediable. En otras palabras, las personas deben hacer
uso de todos los recursos ordinarios y extraordinarios que el sistema judicial
ha dispuesto para conjurar la situación que amenaza o lesiona sus derechos,
de tal manera que se impida el uso indebido de este mecanismo constitucional
como vía preferente o instancia judicial adicional de protección.

28. Como ha sido reiterado por la jurisprudencia constitucional, el


presupuesto de subsidiariedad que rige la acción de tutela, debe analizarse en
33
Corte Constitucional, Sentencia SU-428 de 2016.
34
Sentencias T-401 de 2017; T-163 de 2017; T-328 de 2011; T-456 de 2004; T-789 de 2003 y T-136 de
2001, entre otras.
35
fl. 2 del expediente digital.
36
Corte Constitucional, Sentencia SU-691 de 2017.
cada caso concreto. Por ende, en aquellos eventos en que existan otros medios
de defensa judicial, esta Corporación ha determinado que existen dos
excepciones que justifican su procedibilidad37: (i) cuando el medio de defensa
judicial dispuesto por la ley para resolver las controversias no es idóneo
y eficaz conforme a las especiales circunstancias del caso estudiado, procede
el amparo como mecanismo definitivo; y, (ii) cuando, pese a existir un medio
de defensa judicial idóneo, este no impide la ocurrencia de un perjuicio
irremediable38, caso en el cual la acción de tutela procede como mecanismo
transitorio.

29. Las anteriores reglas implican que, de verificarse la existencia de otros


medios judiciales, siempre se debe realizar una evaluación de la idoneidad de
los mismos en el caso concreto, para determinar si aquellos tienen la
capacidad de restablecer de forma efectiva e integral los derechos invocados.
Este análisis debe ser sustancial y no simplemente formal, y reconocer que el
juez de tutela no puede suplantar al juez ordinario. Por tanto, en caso de
evidenciar la falta de idoneidad del otro mecanismo, la acción puede proceder
de forma definitiva39.

30. El principio de subsidiariedad en el ámbito de la seguridad social implica


que, por regla general, la acción de tutela no puede utilizarse para el
reconocimiento y pago de acreencias pensionales, ya que existen mecanismos
judiciales ordinarios con los que pueden debatirse dichos asuntos y que
pueden presentarse ante la jurisdicción laboral 40. No obstante, como fue
desarrollado anteriormente, esta Corporación ha admitido la procedencia
excepcional de la acción de tutela cuando se trata de la protección de derechos
de contenido prestacional, como son las acreencias pensionales, bien sea
como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable, o como
medio principal cuando las vías de defensa judicial ordinarias no resultan
idóneas ni eficaces para la protección de los derechos fundamentales
trasgredidos41. 

37
Corte Constitucional, Sentencia T-662 de 2016.
38
En Sentencia T-1068 de 2000. M.P. Alejandro Martínez Caballero, se dijo: “(…) para demostrar el
perjuicio irremediable, al menos se deben señalar los hechos concretos que permitan deducir que ocurre
dicho perjuicio el juez no se los puede imaginar, por supuesto que no se necesitan términos sacramentales
pero al menos alguna indicación que le permita al juzgador tener la confianza de que en verdad se halla el
peticionario en una situación que lo afecta a él y a su familia”. Posteriormente, en Sentencia T-1316 de 2001.
M.P. Rodrigo Uprimny Yepes, se señaló: “(…) tratándose de sujetos de especial protección, el concepto de
perjuicio irremediable debe ser interpretado en forma mucho más amplia y desde una doble perspectiva.  De
un lado, es preciso tomar en consideración las características globales del grupo, es decir, los elementos que
los convierten en titulares de esa garantía privilegiada. Pero además, es necesario atender las
particularidades de la persona individualmente considerada (…). De cualquier manera, no todos los daños
constituyen un perjuicio irremediable por el simple hecho de tratarse de sujetos de trato preferencial”. De
igual forma, sobre la flexibilidad en la valoración del perjuicio pueden observarse las Sentencias T-719 de
2003. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-456 de 2004. M.P. Jaime Araujo Rentería; T-167 de 2011. M.P.
Juan Carlos Henao Pérez; T-352 de 2011. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva; T-796 de 2011. M.P. Humberto
Sierra Porto; T-206 de 2013. M.P. Jorge Iván Palacio; T-269 de 2013 y T-276 de 2014. M.P. María Victoria
Calle Correa, entre otras.
39
Corte Constitucional, Sentencias T-043 de 2014, T-402 de 2012 y T-235 de 2010.
40
Corte Constitucional, Sentencia T-471 de 2017.
41
Corte Constitucional, Sentencias T-052 de 2008, T-205 de 2012, T-315 de 2017 y T-471 de 2017.
31. Así, la procedencia del amparo se sujeta a las siguientes reglas: (i)
procede como mecanismo transitorio, cuando a pesar de la existencia de un
medio ordinario de defensa para el reconocimiento de la prestación, este no
impide la ocurrencia de un perjuicio irremediable, conforme a la especial
situación del peticionario42; (ii) procede la tutela como mecanismo definitivo
cuando el medio ordinario dispuesto para resolver las controversias no es
idóneo y eficaz, conforme a las especiales circunstancias del caso que se
estudia43. Además, (iii) cuando la acción de tutela es promovida por personas
que requieren especial protección constitucional, como niños y niñas, mujeres
cabeza de familia, personas en condición de discapacidad, personas de la
tercera edad, entre otros, el examen de procedibilidad de la acción de tutela es
menos estricto, a través de criterios de análisis más amplios, pero no menos
rigurosos44.

32. En efecto, en el marco del proceso ordinario es dable exigir al juez el


deber de asumir “la dirección del proceso adoptando las medidas necesarias
para garantizar el respeto de los derechos fundamentales y el equilibrio entre
las partes, la agilidad y rapidez en su trámite” 45. Asimismo, es posible
solicitar el decreto de “cualquiera otra medida que encuentre razonable para
la protección del derecho objeto del litigio, impedir su infracción o evitar las
consecuencias derivadas de la misma, prevenir daños, hacer cesar los que se
hubieren causado o asegurar la efectividad de la pretensión”46.

33. En consecuencia, dada la eficacia prima facie del proceso ordinario


laboral para proteger los derechos fundamentales relacionados con el
reconocimiento de la pensión de invalidez, le corresponde al accionante
esgrimir razones acerca de su ineficacia en concreto, de tal forma que el juez
constitucional pueda valorar esta47, “atendiendo las circunstancias en que se
encuentre el solicitante”, tal como lo disponen el inciso 3º del artículo 86 de
la Constitución48, el numeral 1 del artículo 649 y el inciso 1° del artículo 8 del
Decreto Ley 2591 de 199150.
42
Corte Constitucional, Sentencias T–859 de 2004, T–800 de 2012 y T-471 de 2017.
43
Corte Constitucional, Sentencias T–436 de 2005, T–108 de 2007, T–800 de 2012 y T-471 de 2017, entre
otras.
44
Corte Constitucional, Sentencias T-789 de 2003, T-456 de 2004, T–328 de 2011 y T-471 de 2017, entre
otras.
45
Artículo 48 del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social.
46
En especial, es posible solicitar el decreto de las medidas cautelares previstas para los procesos
declaratorios por el artículo 590 del Código General del Proceso, aplicable por vía remisión al proceso
laboral, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 145 del Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social.
47
El artículo 6 numeral 1° del Decreto Estatutario 2591 de 1991 establece que la disponibilidad de dichos
medios debe ser “apreciada en concreto, en cuanto a su eficacia, atendiendo las circunstancias en que se
encuentra el solicitante”.
48
“Artículo 86. […] Esta acción solo procederá cuando el afectado no disponga de otro medio de defensa
judicial, salvo que aquella se utilice como mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable”.
49
“Artículo 6. Causales de improcedencia de la tutela. La acción de tutela no procederá: 1.
Cuando existan otros recursos o medios de defensa judiciales, salvo que aquélla se utilice como mecanismo
transitorio para evitar un perjuicio irremediable. La existencia de dichos medios será apreciada en
concreto, en cuanto a su eficacia, atendiendo las circunstancias en que se encuentre el solicitante”.
50
“Artículo 8. La tutela como mecanismo transitorio. Aun cuando el afectado disponga de otro medio de
defensa judicial, la acción de tutela procederá cuando se utilice como mecanismo transitorio para evitar un
perjuicio irremediable”.
34. Ahora bien, a pesar de la eficacia prima facie del proceso ordinario
laboral para proteger los derechos fundamentales relacionados con el
reconocimiento de la pensión de invalidez, en la Sentencia SU-442 de 201651
la Corte precisó que “el juez constitucional debe ser más flexible al estudiar
la procedibilidad cuando el actor es un sujeto de especial protección, o
cuando se encuentra en una situación de debilidad manifiesta” 52. Por tanto,
indicó que el juez debía dar un tratamiento diferencial positivo a estos sujetos,
en aras de hacer efectivo el principio de igualdad, al considerar que,

En estos casos [los solicitantes] no puede[n] soportar las cargas y


los tiempos procesales que le imponen los medios ordinarios de
defensa judicial de la misma manera que el resto de la sociedad [,
pues] los otros mecanismos de defensa no son eficaces en concreto
para salvaguardar los derechos en juego53.

35. De manera especial en lo que tiene que ver con la evaluación del requisito
de subsidiariedad y la procedencia excepcional de la acción de tutela para la
solicitud de prestaciones de carácter pensional, en la Sentencia SU-588 de
201654 se precisaron las reglas que deben cumplirse para poder admitir, de
manera excepcional, la procedencia de una acción de tutela en la que se
pretenda obtener el reconocimiento y pago de una pensión de invalidez. De
este modo, la Corte señaló: “(i) si existe un medio de defensa idóneo y eficaz
para resolver el problema jurídico y no existe riesgo de configuración de un
perjuicio irremediable, la acción de tutela es improcedente; (ii) cuando no
existen mecanismos de defensa idóneos y eficaces para resolver el asunto
puesto a consideración, la tutela será procedente de manera definitiva; y (iii)
de manera excepcional, cuando la persona disponga de medios de defensa
idóneos y eficaces, pero existe riesgo de configuración de un perjuicio
irremediable, el amparo será procedente de manera transitoria con el fin de
proteger los derechos fundamentales del accionante55”.

36. Posteriormente, la Corte Constitucional mediante la Sentencia SU-556 de


2019 unificó su jurisprudencia en relación con el cumplimiento del requisito
de subsidiariedad cuando se pretende el reconocimiento y pago de la pensión
de invalidez. Mencionó que este se satisface cuando se acreditan 4
51
En esta sentencia le correspondió a la Sala Plena valorar si una entidad administradora de pensiones había
desconocido los derechos fundamentales a la seguridad social y al mínimo vital, al haber negado el
reconocimiento de una pensión de invalidez, al considerar que la situación de invalidez del accionante se
había estructurado en vigencia de la Ley 860 de 2003 y no cumplía los requisitos dispuestos en dicha norma,
ni en la Ley 100 de 1993, a pesar de acreditar las exigencias del Acuerdo 049 de 1990. La jurisprudencia
contenida en esta sentencia se ha sido reiterada, entre otras, en las Sentencias T-716 de 2016, T-703 de 2017,
T-053 de 2018, T-104 de 2018, T-176 de 2018, T-024 de 2019, T-157 de 2019 y T-279 de 2019.
52
Parámetro fijado con fundamento, entre otras, en las Sentencias T-719 de 2003, T-456 de 2004, T-015 de
2006, T-700 de 2006, T-1088 de 2007, T-1042 de 2010, T-167 de 2011, T-352 de 2011, T-225 de 2012, T-
206 de 2013 y T-269 de 2013.
53
Parámetro fijado con fundamento, entre otras, en las Sentencias T-1316 de 2001, T-719 de 2003, T-456 de
2004, T-015 de 2006, T-515A de 2006, T-700 de 2006, T-972 de 2006, T-167 de 2011, T-352 de 2011 y T-
206 de 2013.
54
En ese pronunciamiento la Corte hace alusión a la Sentencia SU-355 de 2015.
55
Sentencia T-308 de 2016.
condiciones, cada una necesaria y en conjunto suficientes, de un “test de
procedencia” 56, el cual en cada caso concreto permite valorar las distintas
circunstancias que inciden en la eficacia del mecanismo judicial principal para
la garantía de los derechos que ampara el reconocimiento y pago de la
pensión de invalidez57, dado que considera las condiciones de vulnerabilidad
derivadas del entorno social y económico del accionante.

37. Dicho test consiste en verificar las siguientes condiciones: (i) que el
accionante, además de ser una persona en situación de invalidez 58, pertenece a
un grupo de especial protección constitucional o se encuentra en una situación
de riesgo derivada de, entre otras, alguna de las siguientes condiciones:
analfabetismo, vejez, pobreza extrema, cabeza de familia, desplazamiento o
padecimiento de una enfermedad crónica, catastrófica, congénita o
degenerativa; (ii) debe poder inferirse razonablemente que la carencia del
reconocimiento de la pensión de invalidez afecta directamente la satisfacción
de las necesidades básicas del accionante, esto es, su mínimo vital y, en
consecuencia, una vida en condiciones dignas; (iii) deben valorarse como
razonables los argumentos que proponga el accionante para justificar su
imposibilidad de haber cotizado las semanas previstas por las disposiciones
vigentes al momento de la estructuración de la invalidez; y, (iv) debe
comprobarse una actuación diligente del accionante para solicitar el
reconocimiento de la pensión de invalidez.

38. La solicitud de tutela satisface el requisito de subsidiariedad. De


conformidad con el artículo 2.4. del Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social (modificado por los artículos 2 de la Ley 712 de 2001 y 622
de la Ley 1564 de 2012), el proceso ordinario laboral es el mecanismo judicial
principal e idóneo para la protección de los derechos fundamentales que
ampara el reconocimiento y pago de la pensión de invalidez. Este es, además,
prima facie, y de manera abstracta, un mecanismo eficaz para la resolución de
este tipo de pretensiones.

39. En consecuencia, se dará aplicación al test de procedencia fijado en la


Sentencia SU-556 de 2019, dado que el señor Canacué Avilez cuenta con el
proceso ordinario laboral, regulado por el numeral 4º del artículo 2º del C.P.T.
y de la S.S., para obtener la garantía de sus derechos constitucionales
fundamentales. Dicho test exige valorar la acreditación de 4 condiciones, cada
una necesaria y en conjunto suficientes:

Condicione Valoración en el caso concreto Cumple /


s No cumple
56
Cfr. Corte Constitucional, Sentencia SU-556 de 2019. En la sentencia se indica que: “La superación del
test de procedencia en cada caso en concreto permite valorar las distintas circunstancias que inciden en la
eficacia del mecanismo judicial principal para la garantía de los derechos que ampara el reconocimiento y
pago de la pensión de invalidez, dado que considera las condiciones de vulnerabilidad derivadas del entorno
social y económico del accionante.”
57
El citado mecanismo es el previsto en el artículo 2.4 del C.P.T. y de la S.S., modificado por los artículos 2
de la Ley 712 de 2001 y 622 de la Ley 1564 de 2012.
58
Esta se acredita con una calificación de pérdida de capacidad laboral igual o superior al 50 %.
Primera El señor Héctor Gabriel Canacué Avilez fue Cumple el
condición calificado con el 80.56 % de pérdida de requisito
capacidad laboral. Sufrió un grave accidente del test de
que lo dejó en estado de cuadriplejia59 y se procedencia
encuentra en situación de pobreza (38,92
puntos en el SISBEN)60.
Segunda El agenciado no acredita una fuente autónoma Cumple el
condición de renta. Es una persona que vive con su mamá requisito
quien, además, tuvo que renunciar a su trabajo del test de
para dedicarse a su cuidado. Solo recibe ayuda procedencia
del Gobierno por concepto de ingreso solidario
y su situación de salud no le permite trabajar.
Por tanto, es posible inferir razonablemente que
la ausencia de reconocimiento de la pensión de
invalidez, de acreditar las condiciones para
acceder al derecho, afecta su mínimo vital y
vida en condiciones dignas.
Tercera Se advierte que el accionante no pudo efectuar Cumple el
condición las cotizaciones exigidas por el Sistema requisito
General de Pensiones para acceder a la pensión del test de
de invalidez como consecuencia de su procedencia
temprana edad (26 años), pues a esta edad se
encontraba iniciando su vida laboral y, paralelo
a ello, comenzó su afiliación al Sistema en
calidad de cotizante61. Ahora bien, pese a que el
señor Canacué Avilez cuenta con cotizaciones
desde el año 2014, las mismas son
interrumpidas y/o discontinuas, pues a lo sumo
en cada año alcanzó a cotizar máximo 6 meses.
Esto se corrobora con los datos de profesión
consignados en la historia clínica, como
Electricista de construcción y asimilados62, por
lo que las actividades operativas se sujetaban al
plazo de ejecución de cada obra.
Cuarta La tutelante en su calidad de agente oficiosa Cumple el
condición acreditó su diligencia, al haber adelantado las requisito

59
La cuadriplejía o también llamada tetraplejia, es una lesión o enfermedad del sistema nervioso que afecta la
capacidad para mover las dos piernas y los dos brazos. La cuadriplejía y la paraplejía son principalmente
causadas por lesiones en la médula espinal. https://www.wnyurology.com/content.aspx?chunkiid=127567
Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
60
Consultada la base de datos del Sisben, Héctor Gabriel Canacué Avilez aparece clasificado en el grupo B,
correspondiente a pobreza moderada y en el subgrupo 5. Ficha número 41001001668300001257 y la encuesta
vigente corresponde al 19 de diciembre de 2019 con una última actualización del 21 del mismo mes y año.
Información consultada en: https://www.sisben.gov.co/Paginas/consulta-tu-grupo.aspx
Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
61
Consultada la información de Afiliados en la Base de Datos Única de Afiliados al Sistema de Seguridad
Social en Salud - BDUA, se reporta como fecha de afiliación efectiva del cotizante el 01/08/2015.
https://aplicaciones.adres.gov.co/bdua_internet/Pages/RespuestaConsulta.aspx?
tokenId=hDdMWsUok9yF+2thv1tqXQ== Fuente electrónica consultada el 16 de abril de 2021.
62
fl. 25 del expediente digital.
actuaciones administrativas orientadas al del test de
reconocimiento del derecho a la pensión de procedencia
invalidez. En efecto, como se expuso en
precedencia, en 2 ocasiones (17 de diciembre
de 2019 y 20 de enero de 2020) acudió ante la
accionada para solicitar el reconocimiento y
pago de la pensión de invalidez.

40. En el caso sub examine se cumple el requisito de subsidiariedad al estar


acreditadas las condiciones del test, lo que torna en procedente la acción de
tutela.

41. De otra parte, el mecanismo judicial ordinario, por las condiciones


especiales del asunto, no responde adecuadamente a la protección solicitada.
Lo anterior, por cuanto si bien la jurisdicción laboral ordinaria es el escenario
jurídicamente idóneo para resolver las controversias enmarcadas alrededor del
reconocimiento de prestaciones pensionales, esta no es una alternativa factible
en el caso del señor Héctor Gabriel Canacué Avilez, por resultar ineficaz, esto
es, por tratarse de un recurso que, en concreto, no responde de manera integral
y oportuna a la salvaguarda invocada. Esto es así, pues el accionante
corresponde a una persona de especial protección constitucional63, derivada
principalmente de su condición de discapacidad, debido a que fue calificada
con una pérdida de capacidad laboral del 80.56 %, con fecha de estructuración
del 15 de marzo de 2019, por padecer cuadriplejia y su situación económica
es precaria, lo cual exige del juez constitucional la adopción de medidas que
respondan a esta situación.

42. En consideración a lo anterior, la Sala advierte que en el presente caso


exigirle a Héctor Gabriel Canacué Avilez que acuda a la jurisdicción ordinaria
laboral, para la protección de los derechos invocados, implicaría una carga
desproporcionada atendiendo sus actuales condiciones. En tal virtud, el
estudio de fondo del recurso de amparo se torna procedente como mecanismo
definitivo.
 
4. El derecho a la seguridad social y a la pensión de invalidez -
Reiteración de jurisprudencia

63
La Corte en la Sentencia SU-588 de 2016 fue enfática en señalar que las personas en situación de
discapacidad son sujetos de especial protección constitucional. Al respecto, también pueden consultarse las
Sentencias T-694 de 2017 y T-217 de 2018, en las cuales se ha señalado que tanto la normativa interna como
internacional han desarrollado la materia. Así, los artículos 13 y 47 superiores imponen al Estado: i) el deber
de proteger especialmente a aquellas personas que por sus condiciones físicas o mentales se encuentran en
circunstancia de debilidad manifiesta y ii) adelantar políticas de previsión, rehabilitación e integración social
para los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos. A su turno, la Convención Interamericana para la
eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad (aprobada por
Colombia mediante la Ley 762 de 2002) y la Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad
(aprobada mediante la Ley 1346 de 2009) establecen el deber de los Estados parte de garantizar a las personas
en condición de discapacidad el acceso a una justicia material y efectiva y la protección especial de sus
intereses e integridad personales.
43. Para la Corte Constitucional, la seguridad social, “surge como un
instrumento a través del cual se le garantiza a las personas el ejercicio de sus
derechos fundamentales cuando se encuentran ante la materialización de
algún evento o contingencia que mengüe su estado de salud, calidad de vida
y capacidad económica, o que se constituya en un obstáculo para la normal
consecución de sus medios mínimos de subsistencia a través del trabajo” 64. E
igualmente ha expresado la jurisprudencia constitucional la relación intrínseca
entre el derecho a la seguridad social como condición de realización del
principio de la dignidad humana, en tanto hace “posible que las personas
afronten con decoro las circunstancias difíciles que les obstaculizan o
impiden el normal desarrollo de sus actividades laborales y la consecuente
recepción de los recursos que les permitan ejercer sus derechos subjetivos”65.

44. El derecho a la seguridad social es una de las garantías subyacentes a los


más importantes instrumentos internacionales de protección de los derechos
humanos ratificados por Colombia y que hacen parte del bloque de
constitucionalidad66.

45. Ahora bien, mediante la Ley 100 de 1993 fue creado el sistema de
seguridad social integral con el fin de proporcionar la cobertura integral de las
contingencias, especialmente las que menoscaban la salud y la capacidad
económica de los habitantes del territorio nacional, con el fin de lograr el
bienestar individual y la integración de la comunidad. Para ello y en lo que
corresponde al régimen general de pensiones como uno de los componentes
que hacen parte del Sistema de Seguridad Social, el artículo 10 de dicha
legislación determinó como objeto del mismo, garantizar a la población el
amparo contra las contingencias derivadas de la vejez, la invalidez y la
muerte, mediante el reconocimiento de las pensiones y prestaciones que se
determinan en la presente ley, así como propender por la ampliación
progresiva de cobertura a los segmentos de población no cubiertos con un
sistema de pensiones.

46. La pensión de invalidez es una de las prestaciones que conforma el


derecho a la seguridad social67. Esta tiene como fin proteger aquel miembro
del conglomerado social que ha sufrido una enfermad o accidente de origen
común o profesional que disminuye o anula su capacidad laboral, brindando
una prestación económica para que con esta sean solventadas sus necesidades
básicas y así pueda disfrutar de una vida digna.

64
Corte Constitucional, Sentencias T-173 de 2016 y T-484 de 2019.
65
Ibídem.
66
Declaración Universal de los Derechos humanos (art. 22); el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales (art. 9); la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (art. 16) y el
Protocolo adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de derechos
económicos, sociales y culturales (art. 9).
67
La seguridad social se erige en nuestro ordenamiento jurídico como un derecho constitucional a cuyo
cumplimiento se compromete el Estado, según se sigue de la lectura del artículo 48 Superior, el cual prescribe
lo siguiente: “Se garantiza a todos los habitantes el derecho irrenunciable a la seguridad social”. Corte
Constitucional, Sentencias C-623 de 2004 y T-434 de 2012.
47. Frente al alcance de la pensión de invalidez y su relación con la
satisfacción del mínimo vital que les permita a las personas una vida en
condiciones dignas, ha expresado la Corte Constitucional que dicha relación,
“adquiere mayor relevancia en casos en los que están de por medio sujetos
de especial protección constitucional o aquellos que requieren de la
intervención del Estado en procura de la igualdad material consagrada en el
artículo 13 de la Constitución68”69.

48. La condición de invalidez ha sido definida por el legislador en el artículo


38 de la Ley 100 de 199370. A su turno, en el artículo 39 ibidem modificado
por el artículo 1 de la Ley 860 de 2003, señala los siguientes requisitos para
acceder a la pensión de invalidez:

Tendrá derecho a la pensión de invalidez el afiliado al sistema que


conforme a lo dispuesto en el artículo anterior sea declarado
inválido y acredite las siguientes condiciones:

1. Invalidez causada por enfermedad: Que haya cotizado cincuenta


(50) semanas dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente
anteriores a la fecha de estructuración.

2. Invalidez causada por accidente: Que haya cotizado cincuenta


(50) semanas dentro de los últimos tres (3) años inmediatamente
anteriores al hecho causante de la misma.

Parágrafo 1. Los menores de veinte (20) años de edad sólo deberán


acreditar que han cotizado veintiséis (26) semanas en el último año
inmediatamente anterior al hecho causante de su invalidez o su
declaratoria.

Parágrafo 2. Cuando el afiliado haya cotizado por lo menos el 75 %


de las semanas mínimas requeridas para acceder a la pensión de
vejez, solo se requerirá que haya cotizado 25 semanas en los
últimos tres (3) años71.
68
Sentencias T-086 de 2018 y T-484 de 2019.
69
Sentencias T-136 de 2019 y T-484 de 2019.
70
Ley 100 de 1993, art. 38. Al efecto establece que: “ESTADO DE INVALIDEZ. Para los efectos del presente
capítulo se considera inválida la persona que, por cualquier causa de origen no profesional, no provocada
intencionalmente, hubiere perdido el 50% o más de su capacidad laboral.”
71
En Sentencia C-428 de 2009, la Corte analizó el artículo en comento y declaró: “- (i) La exequibilidad
simple del presupuesto de las 50 semanas dentro de los tres años anteriores a la fecha de estructuración de
la invalidez de la que tratan los numerales 1° y 2°. Al respecto, indicó que si bien se aumentó el número de
semanas de cotización de 26 a 50, también se incrementó el plazo en que debían ser acreditadas, de un año
inmediatamente anterior a la fecha de estructuración de la invalidez a tres años. Señaló que esta
modificación favoreció a los sectores de la población carentes de un empleo permanente, que por la
normatividad anterior, se encontraban excluidos de acceder a la prestación de invalidez. Igualmente, precisó
que se había eliminado el trato diferencial entre quienes se encontraban cotizando al sistema y aquellos que
no lo estuvieran haciendo al momento de la invalidez, al establecerse los mismos requisitos para todos los
afiliados. “- (ii) La inexequibilidad del mencionado presupuesto de fidelidad, al constatar que no se
acompasaba con el principio de progresividad de los derechos sociales. Encontró que la finalidad de
promover una cultura de afiliación y evitar fraudes, la cual podía ser obtenida por otros medios, no era
49. Así las cosas, para acceder a la pensión de invalidez bajo los supuestos
consagrados en los numerales 1 y 2 del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 es
necesario acreditar por parte de la persona que solicita esta prestación: (i)
encontrarse en un estado de invalidez, es decir, haber perdido el 50 % o más
de su capacidad laboral; y, (ii) haber cotizado 50 semanas dentro de los
últimos 3 años inmediatamente anteriores a la fecha de estructuración de la
invalidez o al hecho causante de la misma.

50. Por otra parte, el artículo bajo análisis también añadió, en los parágrafos 1
y 2, dos supuestos con los cuales una persona que pierda el 50 % o más de su
capacidad laboral puede obtener la pensión de invalidez. En el primero de los
supuestos regula el evento en que un menor de 20 años quede inválido. Para
este caso la persona que vio mermada su capacidad laboral únicamente deberá
acreditar que ha cotizado 26 semanas en el año inmediatamente anterior al
hecho causante de su invalidez o su declaratoria. El legislador, en este asunto,
diferenció entre aquellas personas que empezaban su vida laboral de aquellas
que ya la habían concluido, en razón a su edad y con esto favorecer a la
población joven que está incursionando en el mercado laboral72.

51. El Parágrafo del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 modificatorio del


artículo 39 de la Ley 100 de 1993, fue demandado en su constitucionalidad,
trámite resuelto a través de la Sentencia C-020 de 2015. En esa oportunidad,
la Corte se pronunció sobre una demanda, en la que a juicio de los
accionantes la norma acusada vulneraba el derecho a gozar de la seguridad
social sin discriminación de quienes siendo jóvenes tienen entre 20 y 26 años
de edad, pues a su juicio a estas personas se les aplica la regla general, que
exige reunir 50 semanas de cotización en los tres años anteriores a la
estructuración de la invalidez. 

52. La sentencia en referencia declaró EXEQUIBLE el parágrafo 1º del


artículo 1º de la Ley 860 de 2003, EN EL ENTENDIDO de que se aplique,
en cuanto sea más favorable, a toda la población joven conforme a los
fundamentos jurídicos 60 y 61 de la parte motiva de esta sentencia. En el
segundo de los fundamentos enunciado postuló el alto tribunal:

plausible desde el punto de vista constitucional y se constituía en un parámetro más gravoso para acceder a
la pensión de invalidez, máxime cuando no se tuvo en cuenta un régimen de transición. Por ende, este
requisito resultaba desproporcionado frente a los derechos de las personas que veían disminuida su
capacidad laboral por causa de enfermedad o accidente”.
72
Al respecto, la Sentencia C-020 de 2015 señaló que “la Constitución no consagra –en sus normas
generales, abstractas e impersonales- criterios cerrados de edad para circunscribir de forma puntual en qué
rango preciso se encuentra de forma inexorable la población ‘joven’, la ‘juventud’ o las personas en
etapa ‘juvenil’. Desde luego, esto no impide que el legislador desarrolle las previsiones constitucionales y,
en ejercicio de su libertad de configuración, establezca razonablemente los límites entre los cuales se cumple
el periodo humano al que debemos considerar jurídicamente como juventud, según el contexto. Tampoco
significa que la Corte esté imposibilitada para controlar en abstracto la legislación que persiga desarrollar
la Constitución en materias vinculadas con la población joven. Si bien la Constitución no consagra límites
precisos de edad en este aspecto, el Estado de Derecho trae implícita una interdicción de arbitrariedad en el
ejercicio del poder, y en la Carta hay ciertas limitaciones que no pueden transgredirse aun cuando se
mantenga la libertad de configuración legislativa. (…)”.
[P]ara remediar el déficit de protección, la Corte declarará
exequible la norma acusada, con la condición de que se extienda lo
allí previsto en materia de pensiones de invalidez hacia toda la
población joven, definida esta última razonablemente, y en la
medida en que sea más favorable al afiliado. En los casos concretos,
sin embargo, mientras la jurisprudencia constitucional no
evolucione a la luz del principio de progresividad, la regla especial
prevista en el parágrafo 1º del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 debe
extenderse favorablemente, conforme lo ha señalado hasta el
momento la jurisprudencia consistente de las distintas Salas de
Revisión de la Corte Constitucional; es decir, se debe aplicar a la
población que tenga hasta 26 años de edad, inclusive. (negrillas
fuera de texto)

53. En este orden de ideas, para acceder a la pensión de invalidez bajo el


supuesto consagrado en el parágrafo 1 del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 es
necesario acreditar por parte de la persona que solicita esta prestación: (i)
tener 26 años o menos al momento de la pérdida de capacidad laboral; (ii)
encontrarse en estado de invalidez, es decir, haber perdido el 50 % o más de
su capacidad laboral; y, (iii) haber cotizado 26 semanas en el último año
inmediatamente anterior al hecho causante de su invalidez o su declaratoria.

54. Finalmente, el segundo supuesto introducido por el artículo 1 de la Ley


860 de 2003 ampara a aquellas personas que quedaron inválidas y hayan
cotizado más del 75 % de las semanas exigidas para acceder a la pensión de
vejez, y solo se les exigirá haber cotizado 25 semanas en los últimos tres años
con anterioridad a la pérdida de capacidad laboral, para acceder a la
prestación por invalidez73.

5. Fundamentos constitucionales de la condición más beneficiosa aplicada


para el caso de pensiones de invalidez

55. Por regla general, los requisitos exigibles a la persona que solicita la
pensión de invalidez son los consagrados en la ley vigente al estructurarse la
pérdida de capacidad laboral en un porcentaje mayor al 50 %, pues de acuerdo
con los principios generales y al artículo 16 del Código Sustantivo del

73
El parágrafo en mención establece una condición más beneficiosa que la planteada en los numerales 1 y 2
del artículo 1 de la Ley 860 de 2003, en la medida en que, para quienes hayan alcanzado el nivel de
cotización señalado en el parágrafo, esto es, 75 % del total de semanas que se requieren para adquirir la
pensión de vejez, la exigencia de 50 semanas cotizadas en los últimos tres años anteriores a la estructuración
de la invalidez, baja a 25 semanas. Con lo anterior, el legislador buscó proteger las expectativas legítimas de
pensionarse que tienen aquellas personas que se encuentran en la situación descrita por la norma y reconoce
el esfuerzo que estas han realizado por cumplir durante una gran parte de su vida laboral las cotizaciones
correspondientes al Sistema de Seguridad Social en Pensiones. Así las cosas, es preciso distinguir al
momento de analizar el reconocimiento de la pensión de invalidez si antes de la estructuración de la invalidez
el afiliado ha cotizado por lo menos el 75 % de las semanas mínimas para acceder a la pensión de vejez, en
este caso solo se exige que haya efectuado el pago de 25 semanas en los últimos tres años. De no ser así se
aplicará la regla general, es decir, 50 semanas en los últimos tres años a la fecha de estructuración de la
invalidez.
Trabajo74, las normas laborales y de seguridad social tienen efecto inmediato
y regulan las situaciones que durante su vigencia se presentan y desarrollan.
Además, a partir de la fecha de estructuración de la invalidez se consolida el
derecho pensional y se activa la posibilidad de solicitar su
reconocimiento. Sin embargo, esta Corte Constitucional 75 y la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia76, coinciden en sostener que
la Constitución prohíja un principio de “condición más beneficiosa”, que
admite aplicar normas derogadas a un caso, bajo ciertos requisitos.

56. La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia y de la Corte


Constitucional77 han señalado como fundamentos centrales de la condición
más beneficiosa esencialmente los siguientes:

(i) La seguridad social. La Constitución garantiza a todos los habitantes “el


derecho irrenunciable a la seguridad social” (CP art 48). Este derecho
implica la garantía que tiene toda persona a recibir la protección más amplia
posible frente a un riesgo humano drástico como es el de sufrir una pérdida
significativa de fuerza de trabajo o capacidad laboral. Una forma de
garantizarlo es establecer un esquema normativo que asegure la pensión de
invalidez, bajo condiciones que se ajusten a los demás principios
constitucionales78.

(ii) La protección de las personas que por sus condiciones de salud se


encuentran en circunstancias de debilidad manifiesta. El contenido de los
arts. 1, 13, 47, 48, 93 y 95 de la Constitución implica que no es posible
restringir el acceso a una pensión de invalidez sino cuando haya razones
claras, objetivas, sustanciales y suficientes, pues está de por medio la
protección a personas en condiciones de debilidad manifiesta por su situación
de salud, respecto de quienes la sociedad debe obrar con solidaridad.

(iii) La confianza legítima. Respecto a quien ha reunido la densidad de


semanas de cotización para pensionarse por invalidez en vigencia de un
régimen, pese a que no haya perdido aún la capacidad laboral en el grado
exigido por la ley, se forja la expectativa legítima consistente en la posibilidad
de pensionarse en caso de que sobrevenga la ocurrencia del riesgo 79. Por lo
mismo, una alteración abrupta, desprovista de regímenes de transición, y
74
El art. 16 del Código Sustantivo del Trabajo señala: “Efecto: 1. Las normas sobre trabajo, por ser de orden
público, producen efecto general inmediato, por lo cual se aplican también a los contratos de trabajo que
estén vigentes o en curso en el momento en que dichas normas empiecen a regir, pero no tienen efecto
retroactivo, esto es, no afectan situaciones definidas o consumadas conforme a leyes anteriores. || 2. Cuando
una ley nueva establezca una prestación ya reconocida espontáneamente o por convención o fallo arbitral
por el patrono, se pagará la más favorable al trabajador”.
75
Corte Constitucional, Sentencias T-1058 de 2010, T-062A de 2011, T-553 de 2013, T-872 de 2013, T-110
de 2014, T-208 de 2014, T-710 de 2014, T-953 de 2014, T-190 de 2015, T-444 de 2015, T-569 de 2015, T-
737 de 2015, T-065 de 2016, T-112 de 2016, T-717 de 2014, T-662 de 2011, T-668 de 2011, T-186 de 2010,
T-299 de 2010, entre otras.
76
Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Laboral, Sentencias del 5 de julio de 2005, Radicado 24280,
del 5 de febrero de 2008, Radicado 30528, del 11 de noviembre de 2015, Radicado 54093, entre otras.
77
Corte Constitucional, Sentencias T-553 de 2013, T-208 de 2014, T-128 de 2015, T-737 de 2015, T-208 de
2014. Corte Suprema de Justicia- Sala de Casación Laboral, Sentencia del 15 de febrero de 2011.
78
Corte Constitucional, Sentencia T-553 de 2013.
además desfavorable, constituye una defraudación de la confianza
legítimamente contraída en la estabilidad de las instituciones80.

(iv) La condición más beneficiosa. Una vez una persona contrae una
expectativa legítima en vigencia de un esquema normativo alcanza entonces un
derecho a que le sea protegida. Es decir, que, si bien la ley puede entonces
modificar los requisitos de acceso a la pensión de invalidez, le está vedado
anular el derecho constitucional de toda persona a que se protejan sus
expectativas legítimamente forjadas. En consecuencia, la ley en primer lugar ha
de contemplar regímenes de transición, para quienes, si bien no tienen derechos
adquiridos, cuentan más que con meras expectativas de derechos, pues han
cumplido buena parte de los requisitos para acceder a la prestación pensional.
Así, ante la ausencia de un régimen de transición, se justifica mantener las
condiciones más beneficiosas del esquema normativo derogado, bajo el amparo
del cual la persona creó legítimamente una expectativa de pensión.

(v) El principio de igualdad. Para otros riesgos, como el de vejez, el legislador


y el constituyente originario se han encargado de prever regímenes de
transición que protegen las expectativas legítimas de los afiliados al sistema 81.
Esta disparidad en el tratamiento supondría una desigualdad
constitucionalmente inaceptable con respecto a las personas que también se
forjaron expectativas legítimas de pensionarse por invalidez antes de la Ley
100 de 1993, o antes de su reforma a través de la Ley 860 de 2003, por cuanto
cumplieron cabalmente los requisitos vigentes de cotización y confiaban
entonces en que un advenimiento desafortunado del riesgo al menos podía
quedar amparado por la seguridad social82.

79
Por ese motivo, la Corte Suprema de Justicia se ha referido a que, en el marco internacional de los derechos
humanos, los Convenios 128 y 157 de la OIT han mencionado el deber de “conservación de los derechos en
curso de adquisición”, en materia de pensión de invalidez, vejez y sobrevivientes. Corte Suprema de Justicia.
Sala de Casación Laboral. Sentencia del 11 de noviembre de 2015.
80
Entre los principios constitucionales a los cuales debe sujetarse la regulación pensional de invalidez se
encuentra el de “buena fe” (CP art 83). Esta disposición debe interpretarse a su vez en concordancia con el
Preámbulo, que enuncia como fin de la Constitución el de “asegurar” a sus integrantes la justicia y la
igualdad, y como fin social del Estado el de “asegurar los deberes sociales del Estado” (CP art 2). Una
lectura conjunta de estas previsiones da la idea inmediata de que los deberes sociales del Estado, entre los
cuales se encuentra el de proteger a sus habitantes frente a la invalidez, deben cumplirse con un cierto grado
de seguridad, que a su turno se traduce en un imperativo orientado a garantizar estabilidad relativa en las
condiciones de acceso al aseguramiento frente a los riesgos amparados por la seguridad social. Asimismo, la
Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Laboral, en Sentencia del 15 de febrero de 2011 sostuvo que la
condición más beneficiosa “entra en juego, no para proteger a quienes tienen una mera o simple expectativa,
pues para ellos la nueva ley puede modificarles el régimen pensional, sino a un grupo de personas, que si
bien no tienen un derecho adquirido, se ubican en una posición intermedia habida cuenta que poseen una
situación jurídica y fáctica concreta, verbigracia, haber cumplido en su integridad la densidad de semanas
necesarias que consagraba le ley derogada. A ellos, entonces, se les debe aplicar la disposición anterior, es
decir, la vigente para el momento en que las satisfizo. En ese horizonte, ha enseñado esta Corporación que
tratándose de derechos que no se consolidan por un solo acto sino que suponen una situación que se integra
mediante hechos sucesivos, hay lugar al derecho eventual, que no es definitivo o adquirido mientras no se
cumpla la última condición, pero que sí implica una situación concreta protegida por la ley, tanto en lo que
atañe al acreedor como al deudor, por lo que supera la mera o simple expectativa”.
81
Constitución Política, art. 48, reformado por el Acto Legislativo 01 de 2005 y la Ley 100 de 1993 art. 36.
82
Por ese motivo en la Sentencia T-737 de 2015, al conceder la tutela y aplicar la condición más beneficiosa
en su sentido amplio, la Corte señaló que entre los fundamentos de este principio se encontraba la equidad o
igualdad.
57. Con estos fundamentos puede caracterizarse el principio de la condición
más beneficiosa en pensiones de invalidez como un derecho constitucional, en
virtud del cual una solicitud de reconocimiento pensional puede examinarse
conforme a la condición más beneficiosa prevista en normas anteriores a la
vigente al estructurarse una pérdida del 50 % o más de capacidad laboral, en
la medida en que la persona se haya forjado una expectativa legítima en
vigencia de la normatividad anterior y en que la reforma de esta última no se
haya acompañado de un régimen de transición constitucionalmente aceptable.

58. La condición más beneficiosa, en materia de pensión de invalidez, ha sido


aplicada por la jurisprudencia tras observar que la sucesión de regímenes y
normas aplicables al aseguramiento de este riesgo ha estado desprovista de
esquemas para la transición que protejan las expectativas legítimas. A partir
de la Constitución de 1991, se advierte que la pensión de invalidez se ha
regido por tres esquemas normativos diferentes y sucesivos: (i) el Acuerdo
049 de 199083, aprobado por el Decreto 758 del mismo año 84, que exigía
acreditar la condición de invalidez y tener 150 semanas en los 6 años
anteriores a la fecha de acaecimiento del riesgo o 300 semanas en cualquier
tiempo; (ii) el artículo 39 de la Ley 100 de 1993 en su redacción original 85,
que exigía estructuración de la invalidez y 26 semanas de cotización para
quien se encontrara cotizando, o 26 semanas en el año inmediatamente
anterior a la fecha de estructuración para quien hubiese dejado de hacerlo; y,
(iii) la Ley 860 de 2003, actualmente en vigor, que exige constitución de la
invalidez y 50 semanas en los 3 años anteriores a la misma.

59. Ninguna de estas reformas ha contemplado un régimen de transición para


la pensión de invalidez que garantice las expectativas legítimas, por lo cual es
dable aplicar en concreto la condición más beneficiosa entre las disposiciones
anteriores a quienes se las hayan forjado mientras estuvieron vigentes86.

6. Caso concreto

60. La administradora de pensiones Porvenir S.A. se ha negado a reconocer y


a pagar la pensión de invalidez de Héctor Gabriel Canacué Avilez con
fundamento en que no cumple con las 50 semanas cotizadas en los 3 años
anteriores a la fecha de estructuración de la invalidez, de conformidad con la
Ley 860 de 2003, como tampoco con los requisitos para la aplicación del
parágrafo primero del artículo 1 de la misma norma, porque el cotizante
contaba con más de veinte años de edad al momento del hecho causante de la
invalidez. Por otra parte, la agente señala que a su hijo se le debe aplicar el
principio de la condición más beneficiosa, esto es, el artículo 39 de la Ley 100
de 1993.
83
“Por medio del cual se expidió el Reglamento General del Seguro Social Obligatorio de Invalidez, Vejez y
Muerte”.
84
“Por el cual se aprobó el Acuerdo número 049 de febrero 1 de 1990, emanado del Consejo Nacional de
Seguros Sociales Obligatorios”.
85
“Por medio de la cual se creó el sistema de seguridad social integral y se dictaron otras disposiciones”.
86
Corte Constitucional, Sentencia SU-442 de 2016.
61. Así las cosas, la Sala de Revisión procederá a verificar si el señor
Canacué Avilez cumple con los requisitos establecidos por el artículo 1 de la
Ley 860 de 2003 para acceder a la pensión por invalidez. Para ello, examinará
si aquél cotizó 50 semanas dentro de los 3 años anteriores a la fecha de la
invalidez. En caso de no contar con dichas semanas, analizará si le es
aplicable la Ley 100 de 1993, en aplicación del principio de la condición más
beneficiosa. Finalmente, se procederá a indagar si el actor cumple con los
requisitos establecidos en el parágrafo 1 del artículo 1 de la Ley 860 de 2003,
para el acceso a la pensión de invalidez para población joven, esto es, cumplir
con el requisito de la edad, ello es, tener 20 a 26 años de edad inclusive al
momento del hecho causante de la invalidez y haber cotizado 26 semanas en
el último año inmediatamente anterior al hecho causante de su invalidez o su
declaratoria, con el objetivo de obtener la prestación reclamada.

62. En relación con el numeral 1 del artículo 1 de la Ley 860 de 2003,


encuentra la Sala que de las pruebas que reposan en el expediente es posible
concluir que Héctor Gabriel Canacué Avilez no cotizó 50 semanas en los tres
años anteriores al 15 de marzo de 2019, fecha de estructuración de la
invalidez. En efecto, en la historia laboral del afiliado, aportada por la
accionada en sede de revisión, se lee lo siguiente:
63. Como se advierte del reporte de la historia laboral del afiliado antes
transcrita, Héctor Gabriel Canacué Avilez únicamente cotizó 39.57 semanas,
desde marzo de 2016 a marzo de 2019 (fecha de estructuración de la
invalidez), de las 50 exigidas en los 3 años anteriores a la fecha de
estructuración de la invalidez. Ahora bien, los periodos cotizados después de
marzo de 2019 no constituyen aportes en ejercicio de una capacidad laboral
residual87, pues tal como lo informó la agente oficiosa en sede de revisión,
87
La Corte ha reconocido que existen situaciones en las que la enfermedad o el accidente padecido por una
persona generan en ella pérdida de su capacidad laboral de manera inmediata, de ahí que la fecha de
estructuración de la invalidez, fijada en el correspondiente dictamen, coincida con la ocurrencia del hecho
generador de la misma. Sin embargo, también ha identificado que, tratándose de enfermedades degenerativas,
crónicas y/o congénitas, entiéndase por tal aquellas de larga duración y de progresión lenta, ocurre que la
disminución o pérdida de la capacidad laboral no se produce en un mismo momento sino que, por el contrario,
se genera de manera paulatina. Frente a este tipo de eventos, la Corte ha evidenciado que, en la mayoría de los
casos, los entes responsables de efectuar la calificación del grado de pérdida de la capacidad laboral
establecen como fecha de estructuración de la invalidez el momento a partir del cual se presenta el primer
síntoma de la enfermedad o se obtiene el primer diagnóstico e, incluso, el día del nacimiento, sin importar
Héctor Canacué laboró hasta el 6 de enero de 2019, fecha en la que ocurrió el
accidente y que le generó una pérdida de su capacidad laboral de manera
inmediata. Por esta razón no son tenidos en cuenta en la contabilización de las
semanas cotizadas.

64. Por otra parte, en relación con la aplicación de la Ley 100 de 1993, en
aplicación del principio de la condición más beneficiosa, se advierte que no es
aplicable a la situación particular de Héctor Gabriel Canacué Avilez en razón
a que este no reunió la densidad de semanas de cotización para pensionarse
por invalidez en vigencia de este régimen. Conforme a la jurisprudencia y a
los lineamientos constitucionales y legales mencionados en precedencia
(fundamentos 38 a 41 supra) la condición más beneficiosa protege las
expectativas legítimas de quien haya cumplido buena parte de los requisitos
para acceder a la prestación pensional bajo un determinado régimen, en caso
de que sobrevenga la ocurrencia del riesgo.

65. En efecto, Héctor Canacué Avilez no generó una expectativa legítima bajo
la Ley 100 de 1993, ya que durante la vigencia de dicha normativa no realizó
cotizaciones al sistema, pues valga la aclaración, tan solo tenía 10 años
cuando esta perdió vigor. Es decir, el agenciado no reunió la densidad de
semanas de cotización para pensionarse por invalidez en vigencia de dicho
régimen, razón por la cual no se le generaron expectativas legítimas que
puedan ser protegidas mediante la condición más beneficiosa.

66. Finalmente, la Sala encuentra que el representado sí cumple con los


requisitos para acceder a la pensión por invalidez prevista por el parágrafo 1
del artículo 1 de la Ley 860 de 2003 porque: (i) cuenta con más de 26
semanas cotizadas el año inmediatamente anterior a la fecha de estructuración
de invalidez88. Como se observa de su historia laboral, desde marzo de 2018
hasta marzo de 2019, el número de semanas cotizadas fue de 27.5989; y, (ii) en
aplicación de la Sentencia C-020 de 2015 la regla del parágrafo en mención se
que, de acuerdo con la realidad objetiva, la incapacidad permanente y definitiva para desempeñarse
laboralmente se produzca mucho tiempo después. En efecto, son numerosos los casos de personas que, a pesar
de que padecen alguna enfermedad catalogada como degenerativa, crónica o congénita, su estado de salud les
permite desarrollar actividades productivas con relativa normalidad y, en esa medida, continuar cotizando al
sistema general de pensiones, hasta que llega un momento en el que la progresión de su afección es tal, que
les impide, de manera definitiva, seguir proveyendo su sustento y aportar al sistema. En tales eventos, en los
que el estado de invalidez de una persona está asociado al padecimiento de enfermedades de carácter
degenerativo, crónico y/o congénito, esta Corporación ha señalado, de manera reiterada y uniforme, que, para
efectos del reconocimiento de la pensión de invalidez, las entidades administradoras de fondos de pensiones
deben tener en cuenta las semanas cotizadas con posterioridad a la fecha de estructuración de la misma, las
cuales se asumen efectuadas en ejercicio de una capacidad laboral residual que, sin ánimo de defraudar el
sistema, es decir, habiéndose corroborado un significativo número de cotizaciones, le permitió seguir
trabajando y haciendo sus aportes hasta perder toda capacidad productiva y funcional de forma permanente y
definitiva. Lo anterior, en procura del respeto por los principios
de universalidad, solidaridad, integralidad y buena fe en materia laboral (art. 53 Const.); como garantía
efectiva del derecho fundamental a la seguridad social de sujetos en situación de debilidad manifiesta; y como
una medida tendiente a evitar que se genere enriquecimiento sin justa causa por parte de las Administradoras
de Fondos de Pensiones. Sobre la capacidad laboral residual ver Corte Constitucional, Sentencias T-557 de
2017, T-040 de 2015, T-318 de 2016, T-157 de 2019, entre otras.
88
Corte Constitucional, Sentencias T-1011 de 2012 y T-179 de 2017.
89
Considerando que 30 días corresponden a 4.28 semanas. Corte Suprema de Justicia, Sala de Casación
Laboral, Radicación No. 42299. 5 de junio de 2012.
aplica favorablemente a la población que tenga hasta 26 años, inclusive. Para
el caso bajo análisis, Héctor Canacué estaba próximo a cumplir los 26 años de
edad al momento en que se estructuró la invalidez -15 de marzo de 201990.

67. Lo anterior encuentra fundamento en la protección especial que requieren


aquellos jóvenes que pierden un gran porcentaje de capacidad laboral, por una
enfermedad o accidente de origen común. Ello por cuanto a una persona joven
no se le puede exigir igual número de cotizaciones que a una persona mayor,
toda vez que quien inicia su vida laboral estaría durante las primeras
cincuenta semanas, que se exigen el artículo 1° de la Ley 860 de 2003,
desprotegido para los riesgos de invalidez, vejez o muerte que le sobrevengan
por causas de origen común.

68. Como da cuenta la Sentencia C-020 de 2015 las distintas Salas de


Revisión de tutela de la Corte desde el año 2009 venían inaplicando el
requisito de la edad previsto en el parágrafo primero del artículo 1 de la Ley
860 de 2003, para acceder a la pensión de invalidez por parte de personas que
sin tener menos de veinte años de edad, podían considerarse jóvenes caso a
caso91.

69. Por esta razón, consideró en dicha oportunidad la Corte Constitucional


como razón de la decisión de exequibilidad condicionada, el déficit de
protección de las personas jóvenes con veinte o más años de edad aunada a
las condiciones del sector productivo que generan una incipiente inserción
laboral de este segmento de la población. Así se indicó en dicha providencia:

La Sala Plena en esta ocasión no encuentra razones para apartarse


de la conclusión consistente, consolidada y relevante de las distintas
Salas de Revisión de la Corte, en el sentido de que la regulación
actual supone un déficit de protección para las personas jóvenes con
veinte o más años de edad. A la luz de todo lo anteriormente
indicado, la Corporación considera de hecho que ese déficit de
protección previamente constatado en decisiones de tutela, antes
que desaparecer, se ha hecho aún más evidente. Por lo mismo,
siendo coherente con los fundamentos de las decisiones anteriores
de la Corte Constitucional, la Sala Plena reitera entonces en esta
ocasión que la norma acusada prevé una limitación por edad que
desprotege sin justificación suficiente a la población joven con
veinte años o más de edad, entendida esta última –en un campo
laboral o de seguridad social en pensiones de invalidez- como la
que por su edad o periodo de formación, capacitación o
adiestramiento está en un periodo vital de tránsito hacia la inserción
plena y relativamente estable en el mercado laboral u ocupacional,
y que si ha previamente comenzado a laborar está en todo caso en

90
Ib.
91
Corte Constitucional, Sentencias T-777 de 2009, T-839 de 2010, T-934 de 2011, T-246 de 2012, T-506 de
2012, T-930 de 2012, T-1011 de 2012, T-630 de 2013, T-819 de 2013, T-443 de 2014 y T-580 de 2014.
un momento germinal y, por ende, cuenta con un historial incipiente
e inestable de aportes al sistema general de pensiones.

70. En consecuencia, descendiendo al contexto fáctico y jurídico de la acción


de tutela objeto de análisis, no encuentra la Sala de Revisión ninguna
justificación atendible, para que tanto los juzgados de tutela de instancia
como la Administradora de Fondos de Pensiones, hubieran pasado por alto, el
análisis de la configuración de los requisitos para acceder a la pensión de
invalidez prevista por el parágrafo primero del artículo 1 de la Ley 860 de
2003. Más aún cuando en la segunda de las peticiones hecha a la AFP, la
ahora agente oficiosa de la persona en condición de invalidez, expresamente
solicitó analizar el reconocimiento y pago de la prestación pensional bajo
dicho marco normativo, por lo que mal podría entonces haberse inadvertido la
interpretación adscrita que moduló con efectos vinculantes dicha disposición,
realizada por el intérprete autorizado de la Constitución en la pluricitada
sentencia.

71. Por lo antes expuesto la Sala de Revisión encuentra que se vulneraron los
derechos constitucionales fundamentales a la seguridad social, al mínimo
vital, dignidad humana y a la salud de Héctor Gabriel Canacué Avilez, por lo
que se revocará la Sentencia del 23 de abril de 2020, proferida por el Juez
Primero Penal del Circuito para adolescentes con función de conocimiento de
Neiva, que confirmó el fallo del 13 de marzo de 2020, proferido por el Juez
Primero Penal Municipal para adolescentes con función de control de
garantías de Neiva que en su momento no ampararon los derechos
fundamentales del señor Canacué Avilez dentro de la acción de tutela
promovida contra Porvenir S.A.

72. En su lugar, se protegerán los derechos fundamentales de Héctor Gabriel


Canacué Avilez al mínimo vital, dignidad humana, salud y seguridad social.
Ahora bien, atendiendo a sus circunstancias de salud y socioeconómicas ya
descritas, la tutela se concederá de forma definitiva y se ordenará a la
Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A., que le
reconozca y pague la pensión de invalidez por riesgo común, desde el
momento en que se estructuró la invalidez, esto es, desde el 15 de marzo de
2019, pues sería desproporcionado exigirle que agotara los medios ordinarios
para la resolución del presente asunto o someterlo a un nuevo estudio de su
caso ante la accionada, en razón al prolongado tiempo que ha tenido que
esperar para que se le dé una solución efectiva a sus pretensiones.

7. Síntesis de la decisión

73. Rocelix Avilez Valderrama, en calidad de agente oficiosa de Héctor


Gabriel Canacué Avilez, interpuso acción de tutela en contra de la Sociedad
Administradora de Fondos de Pensiones y Cesantías Porvenir S.A., debido al
no reconocimiento y pago por parte de la accionada de la pensión de
invalidez, lo que en su criterio vulneraba los derechos fundamentales de su
hijo a la vida, mínimo vital, dignidad humana, confianza legítima, buena fe,
debido proceso, salud, seguridad social e igualdad.

74. Los jueces de instancia no tutelaron los derechos fundamentales exigidos,


al concluir que el representado no cumplía con los requisitos establecidos en
el parágrafo 1 de la Ley 860 de 2003 para acceder a la pensión de invalidez.

75. La Sala para resolver el problema jurídico verificó:

(i) La procedencia excepcional de la acción de tutela para el reconocimiento


y pago de una pensión de invalidez. Al respecto, encontró acreditado el
requisito de subsidiariedad al resultar probado que el señor Héctor Gabriel
Canacué Avilez, se trataba de una persona de especial protección,
principalmente por su condición de discapacidad, al ser calificado con una
pérdida de capacidad laboral del 80.56%, con fecha de estructuración del 15
de marzo de 2019, por padecer cuadriplejia y que su situación económica es
precaria, lo cual exigía del juez constitucional la adopción de medidas que
respondieran a esta situación.

(ii) El derecho a la seguridad social y a la pensión de invalidez. Su concepto


y los requisitos para acceder se encuentran definidos en los artículos 38 y 39
de la Ley 100 de 1993, este último modificado por el artículo 1° de la Ley 860
de 2003. En tal sentido, la Sala recordó que la Corte mediante Sentencia C-
020 de 2015 determinó que la regla especial definida en el parágrafo 1° del
artículo 1 de la Ley 860 de 2003, debe extenderse favorablemente y por lo
tanto aplicarse a la población que tenga hasta 26 años de edad, inclusive.

(iii) Fundamentos constitucionales de la condición más beneficiosa aplicada


para el caso de pensiones de invalidez. Al respecto, puede caracterizarse el
principio de la condición más beneficiosa en pensiones de invalidez como un
derecho constitucional, en virtud del cual una solicitud de reconocimiento
pensional puede examinarse conforme a la condición más beneficiosa prevista
en normas anteriores a la vigente al estructurarse una pérdida del 50 % o más
de capacidad laboral, en la medida en que la persona se haya forjado una
expectativa legítima en vigencia de la normatividad anterior y en que la
reforma de esta última no se haya acompañado de un régimen de transición
constitucionalmente aceptable.

76. La Sala de Revisión luego del análisis del caso concreto, revocó las
decisiones de instancia por cuanto del material probatorio recaudado en sede
de revisión se pudo advertir que pese a que Héctor Gabriel Canacué Avilez no
cumple los requisitos establecidos para acceder a la pensión de invalidez
conforme a la legislación pensional, por cuanto no cotizó 50 semanas en los 3
años anteriores a la estructuración de la invalidez y que tampoco le es
aplicable la condición más beneficiosa en razón a que este no reunió la
densidad de semanas de cotización para pensionarse por invalidez en vigencia
de este régimen; sí le era aplicable el parágrafo 1° del artículo 1 de la Ley 860
de 2003, al contar con más de 26 semanas cotizadas en el último año
inmediatamente anterior a la fecha de estructuración de su invalidez y tener
26 años a ese momento.

II. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Sala Quinta de Revisión de Tutelas de la Corte


Constitucional, en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,

RESUELVE

Primero. REVOCAR la Sentencia del 23 de abril de 2020, proferida por el


Juzgado Primero Penal del Circuito para adolescentes con función de
conocimiento de Neiva, que confirmó el fallo del 13 de marzo de 2020,
proferido por el Juzgado Primero Penal Municipal para adolescentes con
función de control de garantías de Neiva, que negó la acción de tutela de la
referencia. En su lugar, CONCEDER el amparo de los derechos
fundamentales al mínimo vital, dignidad humana, salud y seguridad social del
señor Héctor Gabriel Canacué Avilez.

Segundo. ORDENAR a la Administradora de Fondos de Pensiones y


Cesantías Porvenir S.A., que en el término de cuarenta y ocho (48) horas
contadas a partir de la notificación de esta providencia, reconozca al señor
Héctor Gabriel Canacué Avilez la pensión de invalidez por riesgo común y
pague, desde el momento en que se estructuró la invalidez, esto es, desde el
15 de marzo de 2019. De igual manera, se autoriza a Porvenir S.A., deducir el
monto del valor pagado por concepto de devolución de saldos de que trata el
artículo 72 de la Ley 100 de 1993, en caso de que el señor Canacué Avilez lo
hubiere reclamado, sin que se afecte el derecho al mínimo vital del
beneficiario.

Tercero. ADVERTIR a Porvenir S.A., que debe observar las


consideraciones expuestas en esta sentencia para la solución de asuntos
similares.

Cuarto. LIBRAR, por la Secretaría General de la Corte Constitucional, la


comunicación de que trata el artículo 36 del Decreto 2591 de 1991, para los
efectos allí señalados.

Comuníquese y cúmplase,

PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA


Magistrada
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
Magistrada

GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO


Magistrada

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria

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