Los Planetas Transpersonales
Los Planetas Transpersonales
Los Planetas Transpersonales
Cuando hablamos de los planetas trans-personales nos referimos a Urano, Neptuno y Plutón.
Estos planetas fueron descubiertos después de que Galileo Galilei habría inventado el
telescopio, ya que no son visibles al ojo humano.
¿Porque transpersonales? De alguna forma, porque son más allá de lo visible, más allá de los
limites, más allá de Saturno que define e impone las leyes de la realidad, tal que la tenemos
concebida a nivel más material y mundano.
Estos planetas (Urano, Neptuno y Plutón) tienen unas funciones distintas a las planetas
interiores y exteriores (Luna, Mercurio, Venus, Sol, Marte, Júpiter y Saturno), porque nos llevan
más allá de nuestra estructura humana básica fundamentada en los mecanismos definidos en
estos planetas enunciados. El objetivo con ellos, es de perturbar nuestra energía psíquica
definida para poder “desestructurar y desordenar” (Urano), “disolver y despersonalizar”
(Neptuno) y “aniquilar para transformar” (Plutón), y de tal manera integrarse en un mundo
espiritual mucho más amplio, infinito y luminoso. Si los antiguos consideraban a Saturno como
el “maléfico mayor” y a Marte como “el maléfico menor”, ¿de qué forma hubieran calificado a
los planetas transpersonales?
Desde lo personal, calificaría a estos planetas como “elementos claves que, de acuerdo con
determinadas formas de actuar bien definidas por la Astrología, están presentes para romper
con los esquemas, limites, creencias, comportamientos y formas de vivir, pensar y actuar,
Saturnizadas de forma Taurina, estos es, bien enraizadas y acomodadas, estables y anti-
evolutivas.
La palabra “crisis” es clave para entender a estos planetas, ya que mueven el orden establecido
para permitir a cada uno de explorar más allá del “si-mismo”. Es decir, una vez que me he
definido gracias a los 7 planetas tradicionales (en realidad dos luminares y 5 planetas), Urano,
Neptuno y Plutón van a llegar a darnos la posibilidad, a través de experiencias suficientemente
fuertes para mover nuestra conciencia, de explorar mucho más allá de lo personal, de lo
individual y de lo terrenal. Así mismo, después de asociar la palabra “crisis” a estos planetas, la
siguiente que me parece más relevante sería “oportunidad”. Las crisis que vivimos a través del
simbolismo de estos planetas no son obligatorias, de hecho, ni siquiera existirían si fuéramos
suficientemente abiertos y conscientes, hasta espirituales, para entender su dinámica, y eso es
clave entenderlo para poder interpretarlos con claridad. Lo que hacen es abrir puertas que
nuestro espíritu o nuestra conciencia desea abrir para poder seguir evolucionando y salir de la
rueda de la repetición de las experiencias. En realidad estos tres planetas son el motor esencial
en nuestro proceso de crecimiento.
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irruptivo, no lograría cuestionar el orden establecido por Saturno. La medicina de Urano es el
desapego.
Para finalizar, el efecto Plutoniano es quizá el más fuerte de todos, no por comparación, pero
para darse una idea de lo que representa. Plutón llega y destruye, aniquila, a través de procesos
lentos, dolorosos, llevándonos muchas veces a la oscuridad. La oscuridad tal como está
percibido en el mundo actual por lo menos. En lo profundo, Plutón es la iluminación, la llave que
nos permite trascender nuestra existencia a través de un aprendizaje profundo, poderoso y
complejísimo.
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sentido de su expresión, dependiendo de nosotros mismos varia el tiempo de permanencia en
el dolor y el sufrimiento, luego, tarde o temprano, nos lleva a la luz y al amor, al poder divino de
la transmutación. Plutón es la oscuridad sin la cual no percibiríamos la luz. Plutón es lo imposible
que se hace posible, a través de una fuerza de voluntad inquebrantable, de una fe inalterable.
Baptiste Le Bras
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