Humor y Compromiso en La Poesía de José Moreno Villa : La Influencia de Los Ismos en
Humor y Compromiso en La Poesía de José Moreno Villa : La Influencia de Los Ismos en
Humor y Compromiso en La Poesía de José Moreno Villa : La Influencia de Los Ismos en
Résumé : À la fin des années 1920 et au début des années 1930, José Moreno Villa se situe à
la croisée des avant-gardes esthétiques et idéologiques : il parvient alors à concilier les deux courants
de déshumanisation et réhumanisation de l’art, l’humour et l’engagement politique étant les deux
composantes essentielles de son écriture poétique. Dans Jacinta la Pelirroja (1929), Carambas (1931),
Puentes que no acaban (1933) et Salón sin muros (1936), cohabitent l’héritage de l’Esprit Nouveau,
l’influence du surréalisme et la politisation du discours poétique.
Abstract: In the late 1920s and early 1930s, José Moreno Villa – whose poetic writing is essentially
characterized by humor and political engagement is standing at the point where aesthetic and political
avant-garde movements converge while he in turn advocates the deshumanization or rehumanization of
art. Jacinta la Pelirroja (1929), Carambas (1931), Puentes que no acaban (1933) et Salón sin muros (1936),
combine elements traceable to l’Esprit Nouveau and to surrealism as well as features that are proof of the
increased politicization of poetic discurse.
Key words: José Moreno Villa, humor, avant-garde, surrealism, political engagement.
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Introducción: José Moreno Villa en la encrucijada de las vanguardias estéticas y políticas entre
1929 y 19361
El “Tutor-residente especial”
José Moreno Villa, al que el dramaturgo José Ramón Fernández rindió un magnífico homenaje
en 2011 en su obra La colmena científica (o el café de Negrín)2, es una figura clave de las vanguardias
españolas de los años 20 y 30. En aquellos años de ruptura artística, Moreno Villa se mantiene siempre
muy próximo a todos los movimientos experimentales – tanto en el dominio de la pintura como en el
de la poesía –, muchas veces se ve involucrado en sus tanteos y sus debates. Así, publica sus poemas en
las revistas más relevantes del momento – Alfar, Horizonte, La Gaceta Literaria, Poesía, Gaceta de Arte,
Héroe o Caballo verde para la poesía –, y participa como pintor en la “Primera Exposición de la Sociedad
de Artistas Ibéricos” celebrada en Madrid en 19253. Aunque no reconoce él la influencia directa de
André Breton, es obvio que se inspira de las teorías del surrealismo que llegan de Francia a mediados de
los años 20, como lo atestiguan los poemas impregnados de automatismo que publica en los números 8
y 9 de junio de 1929 de la revista Litoral, dirigida por Emilio Prados y Manuel Altolaguirre4. En 1932,
Gerardo Diego le dedica una sección de su Antología de la poesía española contemporánea al poeta-pintor-
archivista, aficionado al jazz y fascinado por la capacidad de liberación creadora que ofrecen entonces los
ismos, sea el cubismo, el ultraísmo o el surrealismo5.
En aquel periodo de efervescencia artística, Moreno Villa vive en la Residencia de Estudiantes.
Entra en 1917 en la institución dirigida por Alberto Jiménez Fraud en calidad de “tutor-residente
especial” y allí seguirá hasta el estallido de la guerra en 1936. Así, José Moreno Villa vive en contacto
directo con los científicos e intelectuales del momento (Severo Ochoa, Juan Negrín, Santiago Ramón
y Cajal, Ortega y Gasset, Unamuno o Marañón, son unos de los asiduos al pabellón trasatlántico), pero
también con los artistas (Maruja Mallo, Francisco Bores, Rafael Barradas, Alberto Sánchez, Pancho
Cossío, entre muchos), y sobre todo, y a pesar de no pertenecer a su generación biológica6, con los poetas
novísimos: “Creo que los años de 20 a 27 fueron los más interesantes en la Residencia. Fueron los años
en que coincidieron allí García Lorca, Salvador Dalí, Emilio Prados, Luis Buñuel, Pepín Bello y otros
espíritus juveniles llenos de ocurrencias”, recuerda el poeta al evocar aquel período en su autobiografía
Vida en claro7.
De hecho, Moreno Villa es testigo de todas las extravagancias, provocaciones y otros juegos
1. Remito a un capítulo de mi tesis de Doctorado dedicado a la poesía de José Moreno Villa : “Automatisme, humour et
satire sociale chez J. Moreno Villa”, in: Cabrol, Isabelle, La poésie surréaliste espagnole à la croisée des avant-gardes esthétiques
et des avant-gardes politiques (1929-1934), 629 f., 2 vol., Spécialité: Espagnol: Université de la Sorbonne Nouvelle- París 3
(París): 2003, págs. 276-280.
2. Esta obra fue escrita con motivo de los cien años de la Residencia de Estudiantes, y fue galardonada por el Premio
Nacional de Dramaturgia en 2011. El Centro Dramático Nacional la representó en París el 23 de noviembre de 2011,
durante el “Festival don Quijote”, en el Café de la Danse.
3. “ Salón de Artistas Ibéricos. Manifiesto”, Alfar, La Coruña, julio de 1925, núm. 51.
4. Litoral, Málaga, diciembre 1926-junio 1929, núm. 1-9. Ed. facsímile, Madrid, Ediciones Turner, 1975/ Málaga,
Aynutamiento de Málaga, 1990.
5. Diego, Gerardo, Poesía española. Antología 1915-1931, Madrid, Editorial Signo, 1932. Los poetas reunidos por G. Diego
en 1932 son los siguientes: M. de Unamuno, Manuel y Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, José Moreno Villa, Pedro
Salinas, Jorge Guillén, Dámaso Alonso, Federico García Lorca, Rafael Alberti, Fernando Vilallón, Emilio Prados, Luis
Cernuda, Manuel Altolaguirre, Vicente Aleixandre, Juan Larrea y el propio G. Diego.
6. Recordemos que José Moreno Villa forma parte del jurado que otorga a Rafael Alberti el Premio Nacional de Literatura
en 1924 por su poemario Marinero en tierra.
7. Moreno Villa, José, Vida en claro. Autobiografía, México-Madrid-Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1976,
pág.107.
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
estudiantiles de los residentes que no dejan de recordar los actos nihilistas de los dadaístas del Cabaret
Voltaire o unos años después los happenings de los surrealistas franceses, como las conferencias de Rafael
Alberti en el Lyceum-Club Femenino de Madrid o los paseos de Lorca, Dalí y Buñuel por Madrid,
disfrazados de monjas y besándose por el metro o el tranvía: en 1925, Moreno Villa llega a formar parte
de la famosa Orden de Toledo – fundada por el estrafalario Buñuel –, cuya regla principal consiste en
ir a Toledo con la mayor frecuencia posible y que cuenta entre sus caballeros con Rafael Alberti, María
Teresa León, Salvador Dalí, José María Hinojosa y con los surrealistas franceses René Crevel y Pierre
Unik. Huelga decir que el ambiente de la Residencia está presidido por el humor, y es en este contexto
de bromas, chistes y subversión donde tenemos que situar la propia creación artística de Moreno Villa. Él
está al tanto de los juegos de escritura colectiva que se practican entonces dentro de la Residencia, llega
incluso a participar en la creación de los famosos anaglifos, aquellos poemillas inventados por el grupo
de Lorca, Buñuel y Pepín Bello, y que podemos comparar con los calembours y los cadavres exquis de los
surrealistas franceses:
Constaban de tres sustantivos, uno de los cuales, el de enmedio, había de ser “la gallina”. Todo
el chiste consistía en que el tercero tuviese unas condiciones que impresionasen por lo inesperadas.
Ejemplos:
El buho,..La codorniz,..El té
el buho,..la codorniz,..el té,
la gallina..la gallina..la gallina
y el Pancreator...y el viso...y el Teotocópuli.
Entre 1909, año en que Ramón Gómez de la Serna traduce el Manifiesto del Futurismo de Marinetti
en su revista Prometeo, y 1929, cuando el surrealismo desempeña un papel relevante en la poesía
española, en particular en torno al “grupo Litoral”, se difunden en España todos los ismos europeos en
un ambiente de efervescencia y euforia, de cosmopolitismo y apertura hacia todo lo que viene de fuera y
todo lo nuevo, en una atmósfera de juego y de ruptura, pero también de provocación y transgresión. Es el
período que se inicia con la publicación de las dos “Proclamas futuristas a los españoles” por Gómez de
la Serna, bajo el seudónimo de Tristán, y que culmina unos años más tarde, en 1918, con la traducción
de los poemas de Lautréamont, Apollinaire, Reverdy, Tzara, Breton y Aragon por Rafael Cansinos
Asséns en su revista Cervantes. En aquellos años, se imponen en España las ideas de l’Esprit Nouveau
francés, pero los intercambios entre ambos países no se deben tan solo a esta labor de traducción de
numerosas y efímeras revistas de vanguardia, sino que están relacionados también con la presencia en
Madrid de Vicente Huidobro y César Vallejo, después de su estancia en París. Los poetas ultraístas de las
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revistas Cosmópolis, Alfar, Ultra y Grecia se dejan seducir por la escritura caligramática de G. Apollinaire
y adoptan una nueva disposición tipográfica, así como la supresión de los signos de puntuación o de la
rima. Juan Larrea y Gerardo Diego inventan la imagen creacionista y el mismo Larrea, en colaboración
con César Vallejo, publica en París dos números de su revista Favorables París Poema, con textos que se
valen de las últimas innovaciones formales.
En los primeros años 20, la poesía es revolucionaria y reivindica una nueva concepción de
la creación artística, lúdica, siempre en ruptura con la tradición (en particular el modernismo y el
romanticismo, intentando evacuar su manierismo y sentimentalismo) y siempre en busca de novedad
(los poetas encuentran sus inspiración en la vida moderna y en el mundo cotidiano, en el deporte, los
medios de transporte, la radio, la publicidad o la técnica). El culto a la modernidad y la ruptura con el
pasado, la alegría y el optimismo, el experimentalismo y el hermetismo son rasgos comunes a todos los
ismos.
Si se analiza el nuevo estilo se hallan en él ciertas tendencias sumamente conexas entre sí. Tiende:
1°, a la deshumanización del arte; 2°, a evitar las formas vivas; 3°, a hacer que la obra de arte no sea sino
obra de arte; 4°, a considerar el arte como juego, y nada más; 5°, a una esencial ironía; 6°, a eludir toda
falsedad, y, por tanto, a una escrupulosa realización. En fin, 7°, el arte, según los artistas jóvenes, es una
cosa sin trascendencia alguna10.
En cuanto a Ramón Gómez de la Serna, sin duda el primer promotor de las vanguardias españoles,
dedica un capítulo de su libro Ismos al “Humorismo” y afirma: “La actitud más cierta ante la efimeridad
de la vida es el humor11”. A su vez, Guillermo de Torre, en su ensayo Literaturas europeas de vanguardia,
publicado en 1925, trata del humorismo en la estética cubista. Por lo que toca a los surrealistas, recordemos
que Breton publica un Antología del humor negro citando al Marqués de Sade, Edgar A. Poe, Lewis
Carrol y sobre todo al Conde de Lautréamont, y que por otra parte Eluard da la definición de la palabra
humour en el Dictionnaire abrégé du surréalisme refiriéndose a Jacques Vaché, Hegel y Freud, mostrando
así que el humor fue también uno de los recursos de su estética de la rebeldía y de la revolución.
Por otra parte, basta con citar algunos títulos de los poemas y programas de todos estos ismos
9. Varios críticos e investigadores han destacado el papel del humor en las primeras vanguardias : así Renato Poggioli, en
un ensayo precursor sobre las vanguardias históricas Teoría del arte de vanguardia (Madrid, Revista de occidente, 1964),
dedica un capítulo al humorismo, mientras que Gabriele Morelli propone una serie de estudios sobre la actitud lúdica de
los artistas vanguardistas en Ludus. Cine, arte y deporte en la literatura española de vanguardia (Valencia, Pre-Textos, 2000),
sin olvidar a Rosa M. M ARTÍN Casamitjana, que publica en 1996 un estudio completo sobre El humor en la poesía de
vanguardia (Madrid, Gredos).
10. Ortega y Gasset, José, La deshumanización del arte y otros ensayos de estética, Madrid, Espasa Calpe/ Col. Austral,
1997 [Primera ed., 1925], pág. 57.
11. Gómez de la Serna, Ramón, Ismos, Madrid, Gredos, 1932, pág. 106.
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
para percatarse de que humor y vanguardia están estrechamente vinculados. Gómez de la Serna publica
en 1918 sus Greguerías, inventando así un nuevo género literario que se sitúa en la encrucijada entre la
poesía y la prosa, y que él mismo definirá según la famosa fórmula “metáfora + humorismo = greguería”:
“Cuando oíamos hablar, siendo pequeños, de las Antillas se nos abría el apetito recordando las natillas”, o
“Cuando el mar está en un día de fiesta los langostinos se rizan los bigotes”, son tan solo unos ejemplos12.
Los ultraístas Eugenio Montes, Guillermo de Torre o José Rivas Panedas recurren también al
humor en los títulos de sus poemas “Los poemas musculares. Match”, “Madrigal aéreo”, “Caricaturas
rápidas del mi ultra”; las imágenes novedosas y la comicidad les sirven incluso para formular los programas
estrepitosos de su movimiento ya que sus lemas rezaban: “El ultraísmo para los relojes atrasados” o “Leed
ULTRA, el mejor ventilador atmosférico de nuestro verano tropical”13. Y algunos títulos de poemas,
poemarios u obras de Apollinaire, Maïakovsky o Breton, como por ejemplo Les mamelles de Tirésias,
Le nuage en pantalon, Le révolver aux cheveux blancs, Poisson soluble, funcionan también gracias a las
imágenes incongruentes, absurdas o grotescas, categorías que pertenecen todos al concepto de humor
y que volvemos a encontrar en algunos títulos de la poesía española vanguardista, por ejemplo el Yo,
inspector de alcantarillas, de Ernesto Giménez Caballero…
[…] la auténtica vanguardia será aquella que dé una obra construida con todos los elementos modernos
– síntesis, metáfora, antirretoricismo –, y organice en producción artística el drama contemporáneo de la
conciencia universal15.
12. Gómez de la Serna, Ramón, Greguerías, Valencia, Prometeo, 1917. (Ver también la edición de Cátedra, Madrid,
1989).
13. Ver la antología de Francisco Javier DÍEZ de Revenga, Poesía española de vanguardia (1918-1936), Madrid, Clásicos
Castalia, 1995.
14. “Una encuesta sensacional. ¿Qué es la vanguardia ? ”, La Gaceta Literaria, Madrid, junio de 1930, núm. 84. Ed.
facsímile, Vaduz/ Madrid, Topos Verlag AG/ Turner, 1980, Tomo II, pág. 183.
15. DÍAZ FERNÁNDEZ , José, El nuevo romanticismo. Polémica de arte, política y literatura, Madrid, Ediciones Zeus, 1930,
p. 79-80.
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Entre los años 20 y los años 30, se pasa entonces de la vanguardia formalista a la vanguardia
militante, de una concepción lúdica del arte del futurismo a una función utilitaria de la creación
poética, después de una transición por el surrealismo: este nuevo arte de avanzada defendido por los
intelectuales y artistas que se dejan seducir por comunismo y defienden las teorías del arte proletario
desde la A.E.A.R. (Asociación de Escritores y Artistas Revolucionarios) madrileña y la U.E.A.P. (Unión
de Escritores y Artistas Proletarios) valenciana – con las revistas Post-Guerra (1927-1928), Nueva España
(Madrid, 1930-1931), Octubre (Madrid, 1933-1934) o Nueva Cultura (Valencia, 1935-1937) –, llega a
ser instrumento de una ideología puesta al servicio de la Causa, al servicio del hombre. Se pasa entonces
de “los felices veinte” a “los hoscos treinta” (según el propio José Carlos Mainer en su ensayo La Edad
de Plata), y esta oposición entre una primera vanguardia aristocrática y el arte de masas de los años 30
suele desembocar en la dicotomía humor/ compromiso. Es cierto que en la poesía de avanzada de Alberti,
Prados, Balbontín, Pla y Beltrán o Serrano Plaja desaparece la dimensión cómica. Sin embargo, no
desaparece el humor, sino que frente al peso de la historia, este humor evoluciona: solo la sátira puede
ser entonces válida para los poetas como Luis Cernuda, Rafael Alberti y sobre todo José Moreno Villa.
A finales de los años 20 y a principios de los 30, Moreno Villa se sitúa en la encrucijada de las
vanguardias estéticas e ideológicas, entre la deshumanización y la rehumanización del arte, siendo el
humor y el compromiso político dos componentes esenciales de su escritura. Veremos cómo la evolución
de su práctica poética es a la vez sintomática de la evolución progresiva de las vanguardias históricas
españolas, y original en su rechazo de todo realismo, basando nuestra reflexión en sus libros Jacinta la
Pelirroja. Poemas en poemas y dibujos (1929), Carambas (1931), Puentes que no acaban (1933) y Salón
sin muros (1936), y centrándonos en los tres ejes siguientes: la herencia de las primeras vanguardias, la
influencia del surrealismo y la politización del discurso poético.
En 1929, con Jacinta la pelirroja, José Moreno Villa 16 reanuda con la concepción lúdica del arte
de las primeras vanguardias y practica de forma sistemática la comicidad. El poeta se deja así llevar por
el juego fonético que llega a ser más importante que el significado de los versos, por ejemplo en el primer
poema del libro “Bailaré con Jacinta la pelirroja”, en que el nombre de la novia americana le permite
jugar con el ritmo: “Oh, Jacinta, pelirroja, peli-peli-roja/ pel-pel-peli-pelirrojiza”17. El tono de broma, la
paronomasia y la ingenuidad de las asociaciones recuerdan las retahilas infantiles, y tanto las imágenes
como la rima llegan a ser cómicas, como ocurre en el poema “Si meditas, la luna se agranda”: “Si
meditas, la luna se agranda./ Si meditas, la remolacha/ sabe a tierra y escarcha”18. Como en el caso de los
ultraístas que redujeron a veces el poema a una serie de onomatopeyas o en el caso de los dadaístas que
practicaron la algarabía con sus poemas fonéticos, Moreno Villa escoge la palabra por el poder fónico y
rítmico de su significante.
Luego con sus “Carambas”, poemas que por su rapidez y aparente automatismo recuerdan las
greguerías de Gómez de la Serna, pero cuya dimensión satírica rebosa el alcance humorístico ramoniano
16. “ Antes de la contaminación francesa surrealista, ya había en España un espíritu despreocupado, rompe-títeres, audaz,
funambulesco, sumamente intuitivo y, a veces poeta en prosa: Ramón Gómez de la Serna”, Moreno Villa, José, Vida en
claro…, op. cit., pág. 146.
17. Moreno Villa, José, Poesías completas, Madrid/ México, El Colegio de México/ Publicaciones de la Residencia de
Estudiantes (Edición de Juan Pérez de Ayala), 1998, pág. 308.
18. Moreno Villa, José, Poesías completas, op. cit, pág. 325.
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
y se aproxima más bien a la poesía de denuncia, José Moreno Villa, sigue con la comicidad e introduce la
ironía. Ya la numeración estrafalaria de los poemas, que pasa de manera caprichosa de la “Caramba 1” a
la “Caramba 381” y a la “Caramba 58” en la primera serie, y en la última, titulada “Carambas talludas”,
de la “Caramba talluda núm. 2” a la “Caramba talluda núm. 5” y a la “Caramba 442”, refleja a la vez
una transgresión de la lógica matemática y traduce una concepción de la creación poética que no dista
mucho del juego. En cuanto al título del poemario, que es una simple interjección, no deja de tener
un efecto cómico, y en sus memorias, Moreno Villa volverá sobre este título explicando que se trata
de la “interjección que todo español usa a cada momento19”. En varios poemas, el poeta recurre al
lenguaje metapoético y despliega una serie de imágenes que remiten al título del poemario, por ejemplo
en “Caramba 49” (“Fíjate que depende de ti la vía láctea/ y que nada está suelto en esta carambólica
vida”20), o en el poema “Caramba 1” que abre el libro:
Con el almejón
– ojos de mar, de párpados duros –
anda el bisturí
de mi pluma Steffen mojada en carne de Taití,
rezumante de sueño tse-tse
y voz de café.
Pero en la cerveza
radica el secreto maravilloso de la almeja,
como dice el fraile a la canonesa.
¡Ca… ram… ba,
qué frío por la escalera 21!
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Las vanguardias estéticas han sido tachadas de deshumanizadas por su rechazo de los sentimientos,
y en esta posición antisentimentalista también, José Moreno Villa se mantiene fiel a la vanguardia: si
su libro Jacinta la Pelirroja nace de su experiencia amorosa con su novia norteamericana, no deja de ser
para él una experiencia de “liberación de la melancolía romántica”, según recuerda en sus memorias. La
dimensión autobiográfica existe, incluso en la construcción del poemario dividido en tres momentos
– el encuentro, la iniciación a la poesía, la separación–, sin embargo no se trata en ningún momento
para el poeta de abandonarse a la nostalgia y al patetismo. Es más: Moreno Villa se niega a entrar
en la corriente neorromántica que se extiende entonces en España, incluso llega a denunciarla en sus
sátiras humorísticas. En un poema metapoético, “Caramba 204”, el poeta proclama la necesidad de una
autocontención, poniendo en un mismo plano las quejas sentimentales y la vida exterior, las penas y una
serie de objetos dispares, lo cual provoca un efecto a la vez cómico y disparatado:
Para alejarse del sentimentalismo, Moreno Villa se burla de la temática amorosa, a veces mediante
juegos cómicos sobre una palabra nunca pronunciada (“Qué bonitos, qué bonitos, oh, qué bonitos/son,
sí, son, tus dos, dos, dos, bajo las tiras/ de dulce encaje hueso de Malinas”24), otras veces mediante el
erotismo, por ejemplo en el poema “Yo quiero merendar con Jacinta”25.
La reivindicación de la antipoesía
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
imágenes infantiles, los cantos y las retahílas ingenuas entran en el dominio de la poesía.
Unos años después de los ultraístas, Moreno Villa defiende a su vez una poética de lo moderno y
de lo trivial, y deja entrar en su universo poético la vida cotidiana y moderna, como la ciudad de Nueva
York y el jazz, los taxis, los trenes, automóviles y aviones. En el poema “A la madrugada”, los trenes y
motores circulan en el poema, y las palabras esdrújulas “atónitas” o “eléctricos”, con su efecto mimético,
niegan la ley de arbitrariedad del lenguaje28. El lenguaje directo, espontáneo y cotidiano, o sea lo que
algunos siguen considerando entonces como antipoesía, entra en algunos poemas conversacionales de
Jacinta la pelirroja. Los diálogos de “Jacinta compra un Picasso” recuerdan así los poemas del Apollinaire
de Alcools:
En mis primeros libros de versos chocó a la gente de letras la admisión de adverbios y vocablos
prosaicos. […] Nótese que hoy dicen de todos los buenos poetas que hablan prosaicamente32.
En la segunda mitad de los años 20, cuando ya el ultraísmo ha sido superado, empieza a imponerse
la influencia del surrealismo: Fernando Vela publica el Primer manifiesto del surrealismo de Breton en la
Revista de Occidente, Aragon pronuncia una conferencia en la Residencia de Estudiantes de Madrid, las
revistas Alfar et La Gaceta Literaria publican estudios sobre este nuevo ismo. Es entonces el período en
que Lorca, Alberti, Aleixandre, Prados, Moreno Villa e Hinojosa se alejan de las primeras vanguardias
y se dejan seducir por las experiencias de escritura automática y por la liberación y rehumanización de la
palabra que les propone el surrealismo para expresar su rebeldía y el conflicto entre el Yo y el Mundo. En
la mayoría de los casos, la concepción lúdica de la creación literaria de los años 20 tiende a ser sustituida
por una visión trágica de la vida, la comicidad es reemplazada por el humor negro. Sin embargo, el
28. MORENO VILLA, José, Poesías completas, op. cit., pág. 333.
29. Ibid., pág. 316.
30. Ultra. Poesía, crítica, arte, Madrid, núm. 1 (enero 1921)-núm. 24 (marzo 1922).
31. Caballo verde para la poesía, Madrid, núm. 1 (octubre 1935)-núm. 4 (enero de 1936). Dir. Pablo Neruda. Ed. facsímile:
Nendeln/ Liechtenstein, Auvermann, 1974 (Prólogo de Johannes Lechner).
32. Diego, Gerardo, Poesía española…, op. cit.
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chiste no desaparece del todo, y los poemas que publica Alberti en 1929 en homenaje a Charles Chaplin,
Harold Loyd y Buster Keaton en La Gaceta Literaria, bajo el título calderoniano Yo era un tonto y lo que
he visto me ha hecho dos tontos, están dotados de una doble dimensión cómica y burlesca propia del cine
mudo americano de la época33.
Con lo absurdo y lo grotesco, el surrealismo es el movimiento que a finales de los 20 y principios
de los 30 ofrece nuevos procedimientos para denunciar la realidad trágica. Por lo tanto, cuando Moreno
Villa emprende su crítica de la sociedad española de 1930, aquellos años en que “todo acusaba el derrumbe
de la monarquía y soplaban aires descompuestos34”, lo hace bajo la influencia del movimiento francés,
y el poema “Caramba talluda núm. 1” no es sino un homenaje indirecto que rinde a la bretoniana
“conciliación de los contrarios”:
En sus Carambas, y después en “Carambucos”, última sección de Puentes que no acaban, Moreno
Villa recurre al automatismo: como Alberti en su “Libro de los tontos”, José Moreno Villa se deja seducir
por la ininteligibilidad y el ilogismo como procedimientos artísticos para huir de la realidad. “Están
escritas dejándome llevar por la fuga de ideas, sin control, gozando de lo arbitrario y detonante, de lo
dulce y lo irrespetuoso”, recuerda el poeta a propósito de sus Carambas36 . Detrás de la aparente lógica
gramatical, se esconden la incongruencia y la incoherencia de las imágenes, la dicotomía Lógica/Absurdo
que encontrábamos ya en Jacinta la pelirroja en unos versos como “Es inútil todo intento de concordia/ la
jirafa tiene más día que yo,/ y la estilográfica no le sirve al canguro”37. El poeta se vale del hermetismo de
sus versos para plantear el tema de la angustia existencial del hombre contemporáneo, de forma onírica
eso sí, insólita e irónica también. Así, en el poema “Caramba 85”, el poeta construye un universo en el
que las preguntas quedan sin contestar, en que las ciudades están vacías o pobladas de fantasmas – de
“cuerpos vacíos” y de “hombres deshabitados” –, y de repente un juego de asociación/ oposición entre
dos palabras (“incólumes” y “columna”) confieren a sus versos un acento de crítica social que culmina
con el verso final:
¿A quién acudir?
33. Los títulos de estos poemas publicados en la revista de Ernesto Giménez Caballero son elocuentes: “A Rafael Alberti
le preocupa mucho ese perro que casualmente hace su pequeña necesidad contra la luna”, “Stan Laurel y Oliver Hardy
rompen sin ganas 75 o 76 automóviles y luego afirman que todo tuvo la culpa una cáscara de plátano”, “Buster Keaton
busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca”.
34. José Moreno Villa, Vida en claro…, op. cit., pág. 160.
35. José Moreno Villa, Poesías completas, op. cit., pág. 376.
36. José Moreno Villa, Vida en claro…, op. cit., p. 158.
37. José Moreno Villa, Poesías completas, op. cit., pág. 332.
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
No me dejé influir en ellas por ningún francés determinado, entre otras cosas porque yo
no leía a ninguno de los poetas galos que armaban ruido ; pero indirectamente me llegó el
espíritu de rebeldía latente en la juventud. Rebeldía formal e interna, que iba en contra de
lo estatuido39.
Si el crítico Díaz de Castro define las Carambas son “epigramas sociales”, la serie de poemas
“Carambucos”, dotados de una dimensión política y de un carácter premonitorio, pueden ser verdaderas
epigramas subversivas:
Corre, ve y dile
que peligra el jefe del Estado.
Corre y dile
que se acaba para siempre la paz social.
Toma un taxi. Ve con el parte.
Ya todo está, como quien dice, en la cuerda
(y la cuerda se quema).
Corre, ve y dile
que tu mujer está con otro40.
Aquí se encuentran reunidos el peso de las circunstancias histórico-políticas y el tono trivial del
vodevil. Este recurso a lo tragicómico, este rebajamiento de la dimensión política a la dimensión privada
(aquí, con el tema muy teatral del cocuaje), este paso de lo serio a lo vulgar, le permiten a Moreno Villa
permanecer fiel a una poética en que humor y compromiso son indisociables. Si es verdad que conforme
van pasando los años, el poema se hace más directo y explícito, si la función de la poesía se aleja de la
juguetización para cobrar una dimensión utilitaria, sin embargo Moreno Villa no se deja tentar nunca
por la poesía realista o de consigna, como la practican en el mismo momento poetas como Alberti o Plá
y Beltrán. En el caso de Moreno Villa, me parece obvia la influencia del surrealismo en toda su poesía
escrita entre 1929 y 1936, y la teoría de Breton y Trotski según la que el arte debe ser “revolucionario e
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independiente”. Así, el humor negro que oscila entre el espanto y la risa es el que volvemos a encontrar
en el poema premonitorio de Puentes que no acaban, “La manta en los ojos”:
A partir de 1933, cuando se afirma el compromiso de los poetas y se practica en España una
poesía de avanzada más directa y popular – desde la plataforma Octubre, por ejemplo42 –, José
Moreno Villa practica con iconoclastia una poesía de la denuncia, pero que sigue siendo hermética
y teñida de surrealismo. La yuxtaposición de asociaciones arbitrarias, el efecto desconcertante de la
decontextualización de objetos, la enumeración de proposiciones desvinculadas y de interrogaciones
incongruentes, todos estos procedimientos desembocan en lo absurdo y dificultan la lectura del poema,
pero ese no deja de ser subversivo y corrosivo. En el poema número XIII de la serie “Carambucos”, la
acumulación de imágenes irracionales, absurdas o arbitrarias están siempre al servicio de un mensaje de
protesta contra la política, la sociedad y la religión de la España de entonces:
Rebosa el tonel.
La mariposa vacila en su vuelo.
La niña mendiga pide con voz falsa.
El chófer intenta su estafa de 50 céntimos.
¿Qué? ¿Son así? ¿Han de ser así las cosas?
¿Es esto el maravillos encanto de la vida?
¿Ver que no le sale un colmillo en un ojo,
ni un bigote en las rodillas de la vecina?
¿Ver que todavía se salva de la monstruosidad el abeto
y que las máscaras del Carnaval no hacen revoluciones?
¿Ver que el pan
no es todavía cemento con estricnina43?
Entre 1929 y 1936, entre Jacinta la Pelirroja y Salón sin muros, Moreno Villa afirma su posición
de compromiso con la libertad y de denuncia de la alienación del hombre, en sus poemas “Carambas”
– “Carambas talludas” o “Carambas semitalludas” –, o en sus “Carambucos” de Puentes que no acaban.
En Jacinta la pelirroja, aparece un primer toque de este compromiso. Así, en el poema “Observaciones
con Jacinta”, una nota satírica de crítica antimonárquica aparece ya: “mira la casa inmensa que tiene lo
que llamamos rey./[…] mira al canalla, dueño de nuestro globo”44. En Carambas, el poema número 87
41. Ibid., págs. 401-402. Dirá Moreno Villa a propósito de este poema que “suena a vaticinio ”.
42. Octubre. Escritores y artistas revolucionarios, Madrid, núm. 1 (junio-julio 1933)-núm. 6 (abril 1934). Dir. Rafael Alberti
y María Teresa León. Ed. facsímile, Lichtenstein, Vaduz/ Topos Verlag, 1.G., 1977 (con introd. de Enrique Montero).
43. Ibid., pág. 408.
44. Moreno Villa, José, Poesías completas, op. cit., pág. 322.
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Humor y compromiso en la poesia de Jose Moreno Villa
denuncia la censura del régimen dictatorial y anuncia de forma utópica una libertad futura:
Los poemas “Aguarda” (“Se desmoronan las panaderías/ con un rumor de migas tostadas de
comunismo/ y los añejos estandartes pierden su significación”47), “La manta en los ojos”, el “Carambuco
núm. VIII”, en Puentes que no acaban, dan cuenta de la toma de conciencia progresiva del poeta en un
contexto europeo marcado por la subida del facismo y la adhesión de los intelectuales al comunismo. En
Salón sin muros, los poemas “Apuntes históricos”, “Otro apunte histórico” y “Mentira” son unos de los
mejores ejemplos de la nueva vanguardia política, y Moreno Villa se vale en ellos de recursos formales
del surrealismo – como el irracionalismo – para denunciar la realidad y la política del bienio negro. Aquí
tenemos un fragmento de “Otro apunte histórico”:
Nadie chistó
Los frailes estirados en la aurora,
desfilaban por los cables del teléfono.
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En los versos de “Otro apunte histórico”, Moreno Villa emplea la palabra directa e irreverente,
forja unas imágenes absurdas y cómicas, para poner de realce los vicios y los defectos del enemigo,
valiéndose de una forma de poesía de la denuncia muy eficaz, o sea la sátira. Practicada por Valle-Inclán
y Unamuno en la década de los años 20, la sátira es un género que se desarrolla sobre todo durante la
República49. Ya a finales de los años 20, Alberti cultiva esta forma de antipoesía heredada de los ultraístas
y dadaístas, desembocando en los versos de la “Elegía cívica”: en este poema destinado a ser pegado en
las paredes de la ciudad, Alberti denuncia los “últimos estertores” de la dictadura de Primo de Rivera
y la sociedad que abomina, y el que es ya poeta en la calle afirma su deseo de transgresión de la norma
burguesa. La fealdad y lo grotesco, lo escatológico y lo excrementicio, la irreverencia política y religiosa
son características comunes a Alberti y Moreno Villa, y los versos siguientes de Moreno Villa, sacados
del poema “73” del libro Carambas:
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Entre 1929 y 1936, Moreno Villa reivindica la herencia de los movimientos vanguardistas de la
década de los años 10 y 20, pero su poesía refleja ya la toma de conciencia de los poetas de la década
siguiente: como los ultraístas y los creacionistas, los surrealistas franceses y los poetas revolucionarios,
el poeta se vale sucesivamente de la comicidad para sorprender al lector, del humor negro para lograr
una doble subversión estética y ética del lenguaje poético y por fin de la sátira como arma política. La
trayectoria de Moreno Villa se parece así a la de todos los representantes de las vanguardias españolas que
pasan paulatinamente de un arte minoritario a un arte del compromiso. “Las circunstancias se reflejan
siempre en mis versos. Tal cosa será mal considerada por algunos maestros; dirán que es impureza”,
confiesa Moreno Villa en sus memorias54. Pero la originalidad de su escritura reside sin duda en el papel
relevante que siguen teniendo el humor y la juguetización, permitiéndole huir del realismo.
Así, en 1936, cuando ya el peso de las circunstancias no puede sino tener repercusiones en su poesía
y cuando el poeta comprometido (que nunca ha sido un político) tiene que rechazar la concepción lúdica
del arte de las primeras vanguardias, Moreno Villa sigue divirtiéndose con juegos de palabras y de
sonidos, como por ejemplo en el poema “Apunte histórico”:
Hasta 1936, con Salón sin muros, José Moreno Villa recurre al humor y a la burla, a las imágenes
irracionales y a toda clase de elementos impuros, para denunciar una realidad socio-política. Después,
con el estallido de la guerra, se rendirá a la poesía de avanzada o de urgencia (pero no de circunstancias),
y esta vez abandonará el tono avanzada, para participar en la aventura del Romancero de la guerra
civil, eso sí, siempre al lado de los poetas novísimos y de vanguardia que tanto le inspiraron en materia de
humorismo y de escritura sin pureza56. Y a esos jóvenes poetas les dedicaría el tutor-residente especial su
poema “Sobre tus memorias”:
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Bibliografía
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