El Lugar
El Lugar
El Lugar
Mario: O el Destino. (Pausa) Mario: Qué podemos hacer. Nada. Mario: Eso es lo de menos. Podemos empezar. (Señala la maleta
que divide.) ¿Me permite? (Sin esperar autorización avanza
Ángela: Cómo nada. Algo podemos hacer. Quejarnos. Aquí debe
sobre la valija y entra al sector de ella. Le extiende su cédula de
haber una oficina.
identidad.) Sírvase.
Mario: ¡Claro que hay una oficina! Y nosotros podemos ir,
Ángela: Qué.
toman nota de la queja, nos explican que ya está todo ocupado
que el error ya está hecho, que lo sentimos mucho, y que no va Mario: Mi cédula de identidad. Para que me conozca. (Ángela
a volver a ocurrir. mira la cédula y ríe.) Qué pasa.
Ángela: ¿Pero entonces qué tengo que hacer? Ángela: Mario. Lindo nombre. Yugoslavo. Qué raro.
Mario: Por mí no se preocupe; ése es asunto mío. (Ríe, coqueto) Mario: Por qué raro. Hay muchos. Sobre todo en Yugoslavia.
(Ríe solo.)'
Ángela: Qué gracioso. Me parece que el hotel no selecciona
mucho a sus. (No encuentra la palabra.) Ángela (Seria): Qué gracioso. Quiero decir que es raro que sea
yugoslavo y tenga apellido italiano. Además éste no se parece
Mario: ¿Inquilinos? (Mirándola afondo) ¡Yo pienso todo lo
en nada a usted; no es usted. Tome. (Le da la cédula.)
contrario!
Mario: Claro que no soy yo. Pero es lo único que tengo que me
Ángela: Hablemos en serio por favor. ¿Le parece divertido todo
identifique.
esto? Me gustaría saber qué hacemos, ahora.
Ángela: Cómo que no es usted. Mario: Desconcertada, ¿eh? Influencias que uno tiene.
Mario: Usted fue la que dijo que no era yo. Ángela: ¿Cómo pudo hacer eso? ¿Cómo es posible que... (Se
detiene. Mira a Mario con reprobación.) Qué gracioso. Usted no
Ángela: Pero yo lo dije en otro sentido.
me vio en la oficina cuando presenté la solicitud. Usted leyó mi
Mario: En qué sentido. nombre aquí, recién en la papeleta.
Ángela: No sé. Ahora no me acuerdo. En otro. Mario: Eso también puede ser.
Mario: No importa. Igual tiene razón. Éste no soy yo. Este es el Ángela (Tiempo): Me quiere desconcertar, ¿eh?
que yo era cuando me sacaron la foto. Pero ahora no tengo
Mario: Lo que importa es que usted ahora está aquí y que yo
nada que ver con éste.
estoy aquí y que tendremos que seguir aquí, juntos; éste es el
Ángela: Usted es raro, eh. lugar que nos adjudicaron. Así que… venga la música. (Pone
música. Es la misma de antes.) ¿Baila? (Le extiende la mano.)
Mario: ¿Por qué raro? ¿Porque soy yugoslavo y tengo apellido
Ángela (Mientras acepta la invitación y empiezan a bailar.
italiano? ¿Y acaso usted no es colombiana y tiene apellido
Hablan y bailan separados, cada uno por su lado). ¿Vino en
español? Ángela: ¿Cómo sabe que yo tengo apellido español?
tren?
Mario: Desconcertada, ¿eh?
Ángela: No, en micro.
Ángela: Vamos; dígame cómo sabe.
Mano: cansada del viaje de toda la noche en micro... y se
Mario: Está bien. Se lo voy a confesar. ¿No se acuerda del tipo encuentra con que su lugar ya está ocupado. Tendría que tener
que estaba detrás de usted, en la fila, el día que presentó la el corazón de hielo, yo, para no invitarla a compartir el lugar. (La
solicitud en el hotel. mira fijo. Sonríe. Ella también. El empieza a reír. Ella también.
Ríen los dos. Mario saca a bailar a Ángela, coquetean, se miran
Ángela: Cómo quiere que me acuerde. Hace seis meses, ya. Y no
a fondo sensualmente. Se abre la puerta. Aparece Ortiz. Entra
me diga que usted se acuerda.
con dos maletas iguales a las que trajeran los otros. Las deja en
Mario: No. Pero me acuerdo de la que estaba delante. el suelo. Ya hay seis valijas, un cujoncito y la caña de pescar.
Mario: ¿Pero si no me quejo porque tiene que decirme que no Ortiz (Fuerte. Un tic): ¡Muchas cosas son las que usted no va a
me puedo quejar? poder aguantar con el hígado en ese estado! ¡Pero mientras
tanto nosotros lo tenemos que aguantar a usted!
Ortiz: Que ganas de discutir tiene usted. Habíamos quedado
en que nos íbamos a llevar bien. Ángela (Que estaba como espectadora de un match de ping
pong): ¡Bueno basta señores, por favor! (Los hombres callan,
Mario: A lo mejor el que no deja que nos llevemos bien es
tratando de calmarse. Tres tics de Ortiz.) ¡Caramba! ¡Como
usted.
una mañana como la de hoy… llena de sol! En vez de planear
Ortiz: El que me parece que no nos deja es su hígado. algo pensando en lo bien que la podemos pasar… (Grita, como
fuera de sus casillas) ¡Se ponen a discutir!
Mario: Qué tiene mi hígado.
Ortiz: No se preocupe por mí. Yo no vine a pasarla bien.
Ortiz: No sé, pero de acuerdo a como usted reacciona, no debe
andar muy bien. Mario: Ah no. ¿Y a qué vino?
Ortiz: No parece. De acuerdo a como discute por cualquier Mario: ¿A eso solo vino?
cosa…
Ortiz: Bueno… a tranquilizarme los nervios también.
Mario (Más fuerte): ¡Pero yo tengo el hígado perfectamente
Ángela: Ah es nervioso.
bien o no entiende lo que le digo!
Ortiz (Un tic): más o menos. Ángela: Que personalidad interesante. Como don Quijote
Mario: ¿Y por eso la rutina? Ortiz: (Un tic) Quiero mantenerme aparte, sereno,
observando. Pero no hay caso. Me dejo llevar.
Ortiz: Claro.
Ángela: Por la rutina.
Angela: Y por los nervios
Ortiz: Si. Y por los nervios.
Ortiz: Claro.
Mario (A Ortiz): Ya está. La conmovió.
Quedan los dos pensativos, callados. Mario se acerca.
Ortiz: Yo no estoy conmoviendo a nadie. Yo le estoy contando
Mario: Así que la rutina eh.
a la señorita lo que me pasa.
Ortiz: ¿Eh? Ah sí. La rutina.
Ángela: ¿Y qué hay de malo en conmover, además? ¿Está mal
Mario: Y lo trajo Morgan en su coche. que nos conmovamos entre nosotros? Somos seres humanos
¿no?
Ortiz: Si.
Mario: Bueno, está bien; conmuévanse si quieren. Sigan,
Mario: Raro.
conmuévanse juntos.
Ortiz: Por qué raro.
Ángela: Ah no; no interprete mal eh. (Mario se aleja, Ángela lo
Mario: ¿Qué interés tenía Morgan en que usted estuviera observa maternalmente) Ayayay. Cuando llegue pensé que
aquí? usted tenía buen carácter.
Ortiz: Ninguno. Qué interés podría tener. Sabía que yo quería Mario: Algo me lo habrá cambiado. (Mira de reojo a Ortiz).
salir de la rutina, nada más. Que ando nervioso. (A Ángela) Por
Ángela: Ya habíamos quedado en que él no tiene la culpa de
ejemplo eso de tomarme todo a pecho. Es como un vicio, ya.
que el hotel también lo haya mandado aquí. Al fin tiene tanto
Todas las mañanas me levanto y me digo: “Hoy no vas a
derecho como nosotros.
discutir con nadie”. Sin embargo salgo a la calle y a la primera
injusticia que veo… allí estoy, metido en el lío. Es algo que no Ortiz (Sincero): Gracias. Es lo que yo dije al entrar: “La cuestión
puedo controlar es saber llevarse bien”.
Mario: ¿Con eso quiere decir que soy yo el que no quiere Ortiz: No sé. Nunca pesque.
llevarse bien?
Mario: ¿Nunca pesco?
Ortiz (Un tic): Yo no dije eso. Yo dije que lo que convenía era
Ortiz: No. No tuve oportunidad.
llevarse bien; nada más.
Mario: Tendría que probar. No sabe lo que se pierde.
Mario: Mire que descubrimiento. Eso cualquiera lo puede
decir. Ortiz: Si. Siempre pensé que algún día…
Mario: está bien. Mario: Debería probar. Hoy mismo. ¿Acaso no vino para salir
de la rutina?
Ángela: Para sellar el pacto. Vengan, vengan; dense la mano.
(Ella está en el medio de su ámbito. Los otros dos están cada Ortiz: Si
uno a un costado, separados por las valijas. Ellos miran al
(Mario avanza por en medio de Ángela y se sienta junto a
límite impuesto. Entiende:) Vengan, yo los dejo pasar. (Los dos
Ortiz).
pasan por sobre las valijas y llegan al centro, donde está ella.
Se dan la mano) Ahí está muy bien. ¿No es mucho mejor así? Mario: Vea: La gente que nunca pesco no podrá entender
nunca lo que se siente pescando. Creen que uno va a pescar
Ortiz: (mirando la caña) ¿Le gusta?
porque no tiene nada que hacer; solamente para matar el
Mario: ¿Qué? tiempo. Uno va a pescar porque allí… (No sabe cómo seguir.)
Ortiz: Pescar. Ortiz (Después de esperar): Allí…
Mario: Si. Si no, no pescaría. Mario: Bueno: Es como olvidarse del mundo. ¿Sabe?
Ortiz: Claro (Vuelve a mirar la caña) (Se miran. Pausa. Ortiz queda pensativo. Un tic.)
Mario (Se le ocurre algo): ¿Y a usted? Ángela: Bueno. ¿Por qué no dejan de hablar de esas cosas y
planeamos algo para hacer después? Hay que aprovechar el
Ortiz: ¿Qué?
tiempo. Ustedes saben cómo se va de rápido.
Mario: ¿Le gusta?
Mario: Tiene razón. (A Ortiz) La señorita tiene razón. Podemos lugar. Mario no quiere creer lo que ven sus ojos. Se
ir a pescar. Lo invito. Estoy seguro de que me lo va a agradecer acerca pesadamente al abuelo.)
toda la vida. Yo le presto la caña… en fin, todo el equipo. ¿Qué
Mario: 10 F.
le parece? Con sumo placer. Le doy una leccioncita en la costa
y lo dejo ahí solo, tranquilo, gozando. Abuelo (Muestra su papel): Si.
Ortiz: Bueno, voy, pero con una condición. Mario: Edificio H. (El abuelo cabecea aprobando.) Ala
izquierda.
Mario: ¿Qué condición?
Abuelo: si
Ortiz: Que usted venga conmigo.
Mario: bloque 4
Mario: Por supuesto. Yo voy, le enseño y después lo dejo
solito, gozando. Abuelo: Si
Ortiz: No, que usted se quede conmigo, pescando. Mario: sector Sur.
Mario: ¿Para qué? ¡Yo no tengo ninguna gana de pescar! Abuelo: Si (enojado)
Ortiz: ¡Ah sí! Me lo va a hacer creer a mí. ¡Usted también Mario: Adelante. Elija el lugar que quiera. (Se aleja
quería salirse de la rutina! refunfuñando. El Abuelo queda inmóvil sin entender.)
Mario (Desaforado): ¡Si pero hoy no! ¡Hoy quiero estar en la Ortiz: Adelante, abuelo, adelante. El lugar es de todos.
rutina!, ¿entiende? ¡Hoy necesito estar lo más metido que
Abuelo: Yo no soy abuelo.
pueda en la rutina! ¿Entiende?
Ortiz: No importa; adelante igual. El lugar es de todos.
Ortiz (Tiempo. Lo observa): No. No lo entiendo.
Abuelo: Pero yo no soy abuelo. (Avanzando, a Ángela:) Buenos
Antes que Mario pueda estallar, se abre la puerta y
Días.
aparece el abuelo. Ahora hay 4 bolsos y el equipo de
pesca. El abuelo mira extrañado a los que ya ocupan en Ángela (Sonríe): Buenos días.
Ortiz: ¿Qué lugar le gusta? ¿Aquí o allá?
Abuelo: Cualquiera. Me da igual. Ángela: ¡Ah! No tuvo hijos.
Mario (Moviendo bolsos) Por supuesto que tiene que darle Abuelo: Hijos sí. No tuve nietos.
igual. No sé para que viene, a su edad, para quitarle
Ángela: Ah, claro. Sus hijos fueron los que no tuvieron hijos. Y
lugar a los demás.
por eso no es Abuelo.
Abuelo: ¿Qué dijo?
Abuelo: Eso.
Ángela: Nada. Usted haga como que no oyó. (A Mario) Eso
Ángela (A Ortiz): ¿Ve? Entonces no lo llame más Abuelo.
está muy mal de su parte. El señor tiene derecho como
todos. (Al Abuelo) No le haga caso. Es una buena Ortiz: Desde la última vez no lo llame más Abuelo.
persona. Solo que tiene mal carácter.
Ángela: Podría llamarlo padre si quisiera, Tiene hijos.
Ortiz: El hígado.
Ortiz: Padre se le dice a los curas, y él no es cura.
Mario (A Ortiz): Vea: no siga más con eso del hígado, que yo…
Abuelo: Además no tengo hijos.
(Mirando al abuelo)Su lugar es éste. La ventana es
común. El baño también. Ángela: ¿En qué quedamos? Recién dijo que tenía hijos.
Ortiz: Espere que lo ayudo con ese bolso, abuelo. Abuelo: Si pero es como si no los tuviera. Para mi murieron.
Abuelo (No le da el bolso): No soy abuelo. Ángela: ¿Por qué? ¿Qué le hicieron?
Ángela (A Ortiz): ya le dijo que no era abuelo. ¿Por qué insiste? Abuelo: Prefiero no hablar. (Ángela calla. Pausa) Me metieron
en el tren y se libraron de mí.
Ortiz: Esta bien, eso me pasa por meterme.
Ángela (Al abuelo): ¿Cómo es eso que se libraron de usted?
(El abuelo avanza con su bolso y se ubica. Mario y Ortiz
también.) Abuelo: ¿Cómo es eso? Al padre un día se lo deja de necesitar;
y entonces se convierte en una incomodidad; y
Ángela (Al abuelo): ¿Y por qué no es abuelo, usted?
entonces hay que librarse de él.
Abuelo (Tiempo. La mira. Piensa): Porque no tengo nietos.
Mario: Perdóneme, pero no siempre es así. En mi caso, por Ángela: ¿Cuantos tiene?
ejemplo, no es así. Yo a mi mamá… lo que quiera. Para
Abuelo: Dos. Igual de tarados. Los dos se dejan manejar igual
mí mi mamá es sagrada.
por sus mujeres. Basta que ellas digan “a” para que
Abuelo: ¿Y por qué ahora no está con usted? ellos… (No sigue: da por sobreentendido)
Mario: ¿Usted se cree que ella no está aquí porque yo no Ángela: Digan “a”.
quiero? Usted no me conoce.
Abuelo: Si. Pero prefiero no hablar. (Pausa) La verdad es que
Abuelo: No. No tengo el gusto. en el fondo el que tiene la culpa soy yo. Demasiado
blando. De tanto que cambié a veces ni me reconozca.
Mario: Entonces vaya conociéndome. Es ella, que prefiere
Me miro al espejo y… (Gesto de disgusto)
estar con las plantitas, el chalecito. Tranquilita. No le
falta nada. Y además está acompañada. Con mis dos Ángela: (Quiere ayudarlo): … no se reconoce.
hermanas, mis cuñados y los tres nenes, un primo ya
Abuelo: Eso.
grande, su señora… en fin, toda la familia. Y uno
necesita de vez en cuando salir de la rutina (A Ortiz) Ángela: El que usted ve no es usted.
¿No es cierto?
Abuelo: Eso.
Abuelo: ¿Entonces usted es una buena persona?
Ángela: Pasa muchas veces.
Mario: Lo único que yo puedo decir es que para mí… mi mama
Abuelo:(Saca una foto postal) ¿Me reconoce, ahí? Ahí, entre
es sagrada. Y en cuanto al resto de mundo… bueno; no
las dos parejas; ellos y sus mujeres. Mírelo. (Con
me gusta hacerle mal a nadie.
desprecio) Lo fotografiaron para dejarlo contento antes
Abuelo: Menos mal. Por lo menos no es como los otros que… de despacharlo. Mírelo un poco. ¿Soy yo, ése? ¡Qué
en fin, prefiero no hablar. voy a ser yo! (Guarda la foto) No se deje fotografiar
nunca por sus hijos.
Ángela: ¿Quiénes? ¿Sus hijos?
Ángela: Yo no tengo hijos. Y menos tan grandes.
Abuelo: Si. Sus mujeres los manejan como si fueran títeres.
Pero prefiero no hablar. Abuelo: Bueno. Entonces no tenga.
Ángela (Con pesar): No, ya no. Ángela (Tiempo): Ah.
Abuelo: ¿No es casada? Mario: Morgan.
Ángela: Divorciada. Ortiz (Rápido): ¿Cómo dice?
Mario: ¿Divorciada? No parece. Mario: Digo que Morgan fue quien lo trajo a usted.
Ángela: Porque me divorcié hace mucho. Ortiz: Ah, sí.
Ortiz (Un tic): ¿Por qué se divorció? Mario: Y su mujer quedó sola allí.
Mario: Esas cosas no se preguntan. Ortiz (Un tic): Si.
Ángela: Sí. Por qué no. (Se encoge de hombros) No nos Mario: Qué curioso.
llevábamos bien. Además, yo era muy joven y… (Vuelve
Ortiz (Tics): ¿Qué es lo curioso?
a encogerse de hombros.)
Mario: Es un decir. ¿No es curioso?
Ortiz: ¿Y?
Ortiz (Más tics): ¡Le pregunto qué es lo curioso!
Mario: Bueno. La señorita… la señora no tiene por qué andar
ventilando su vida privada en público. Para eso es Mario: No se exaspere. Es curioso que aquí haya un
privada. Y a usted no sé por qué le interesa tanto lo representante de cada estado civil. (Señala a cada
que le pasó a la señora. ¿También es divorciado? uno:) Casado, divorciada, soltero… (Señala al abuelo) Y
viudo.
Ortiz: No; no soy divorciado.
Ortiz: Ah.
Ángela: Qué. ¿Es casado?
Ángela: De veras. ¡Qué casualidad!
Ortiz: Sí.
Abuelo: ¿Y quién le dijo que yo soy viudo? (Todos se
Ángela: ¿Y cómo no vino su mujer con usted?
sorprenden.) ¿Tengo cara de viudo yo?
Ortiz: Porque ella se quedó allí.
Mario (Confundido): No. De veras. No sé por qué se me Ortiz: Yo no dije nada en contra de su madre, al contrario.
ocurrió. ¡Qué raro! Perdón.
Mario: No diga nada ni en contra ni al contrario. Con ella no se
Abuelo: No tengo por qué perdonarle. Soy viudo (Antes de que meta. A usted no le gustaría que se metieran con la suya, ¿no?
los demás puedan hablar) pero soy viudo desde este
Ortiz: No, claro que no. (Un tic) Pero lo que yo…
momento. Antes no lo sabían; así que antes no era
viudo. No sé por qué tuvieron que llamarme viudo, sin Mario (Interrumpe): Bueno; entonces no se meta con la mía.
saberlo.
Ángela: En eso tengo que felicitarlo, ¿ve? Da gusto ver a un
Mario: Intuición. hombre cuando defiende a su madre.
Ortiz: ¿Intuición? Usted lo pensó por la edad (Tic) Abuelo: Si. Y papá que se muera.
Abuelo: ¿Por la edad de quién? Mario: Papá murió hace rato.
Ortiz: La suya. Si a su edad un hombre no tiene una mujer al Abuelo: Habría que averiguar quién lo mató.
lado es porque es viudo, abuelo. A menos que sea raro.
Mario: Vea, señor: no empecemos a faltarnos el respeto. Por
(Señala al Abuelo): ¿Usted qué dice?
favor. Ya que tenemos que estar aquí todos juntos, por lo
Abuelo: Que ya me tienen harto con la edad. menos guardémoslos el debido respeto. Y esto va para todos.
Ángela: Tiene razón; no conteste nada. Ortiz: Si lo dice por mí, yo no le falté el respeto a nadie. Fui yo
el primero que dijo “La cuestión es saber llevarse bien”.
Mario: Además no hace falta que conteste. Yo conozco a
muchos que ya pasaron los sesenta y se mantienen invictos. Ángela: Si, de eso soy testigo. Pero también es lindo que él
defienda a su madre. La madre es una cosa tan noble, tan
Ángela: Eso me parece otra exageración. No sé por qué tiene
pura…
que llegar hasta los cien sin casarse.
Mario: pero usted recién dijo que no era madre, ¿no?
Ortiz: Si. Va a ver dentro de unos años cuando le falte su
“mamá”
Mario: Por favor, no se meta con mi madre.
Ángela: ¿Y eso que tiene que ver? ¿Por eso no lo voy a Abuelo: Bueno, ya pasó. No se ponga así.
defender? Además, todas las mujeres somos madres de alguna
Ángela: No; no me pongo así. Me entró una pestaña.
manera.
Abuelo: Ah. (Tiempo. Se miran Ángela y Ortiz. Mario se acerca
Abuelo: Si. Pero usted madre no es.
todo lo que le permiten los límites.)
Ángela: No. Madre madre no.
Mario: Así que… usted es lo que se llama una mujer con
Abuelo: No lo lamente. Si hubiera tenido un hijo, ahora aquí pasado.
habría uno más. Y ya somos bastantes.
Ángela: Lo que se fue se fue; lo pasado pisado. Así que no
Mario: Y si usted no estuviera habría uno menos. hablemos más de él. En lo que hay que pensar es en el futuro.
En toda la vida que todavía tenemos para vivir. ¿No le parece,
Abuelo: ¿Qué es lo que está insinuando? (A Ángela): Señorita:
señor Ortiz?
dígale que lo que yo le advierto es que sufro del corazón. Y
que él será el responsable de cualquier cosa que me pase. Ya Mario: ¿Por qué se lo pregunta a él y no me lo pregunta a mí?
tuve dos infartos; me falta el tercero. Estaba hablando conmigo.
Mario: ¿Tratando de impresionar al prójimo? ¿No tiene armas Ángela: Porque usted insiste en hablar del pasado. Y yo quiero
más limpias que ésa? hablar del futuro.
Ángela: Bueno, vamos, pórtense bien. ¿No oyó que el señor (Se abre la puerta. Entran Willi y Susana. Willi fuma en pipa;
dijo que estaba enfermo? (Al Abuelo) Y usted no exagere. A lo tiene que sacársela de la boca cada vez que se dispone a
mejor no tiene eso en el corazón. Usted sabe cómo son los hablar. Traen dos bolsos y dos sillas. Ahora hay seis bolsos y
médicos. ¿Y cuál es su médico? cinco sillas, más el equipo de pesca.)
Abuelo: Cuál va a ser. Morgan. Lo conoce ¿no? Willi: Buenos días.
Ángela: Por supuesto. Mario: Buenos días.
Abuelo: ¿Y cómo le fue? Willi: ¿Este es el 10F?
Ángela: ¡Cómo quiere que me vaya! (se limpia un ojo) Mario: No.
Susana: ¿Cómo no? Si ahí dice F. Abuelo: ¿No tienen hijos?
Ortiz: Quedarse. (Un tic) Susana: No señor. Todavía no. Hace poco que nos casamos.
Mario: Cómo quedarse. Abuelo: No tengan.
Willi: No. Si este lugar no nos corresponde no podemos… Ángela: Qué, ¿esta es la luna de miel?
Ortiz (Un tic): Les corresponde. Este es el edificio H. Willi: No. Luna de miel, no.
Susana: Pero cómo. ¿Y entonces? Ángela: Qué lástima.
Ortiz (Por Mario): El señor está confundido. (Todos se mueven corriendo las valijas y creando nuevos
límites. El escenario está ahora dividido en cinco partes. La de
Mario (tiempo): Está bien. Entren. Acomódense (A Ortiz)
la pareja, un poco más grande que las otras. Siempre hay como
Cuando le falte el oxígeno me va a contar.
un corredor que va desde la puerta de entrada pasa frente a la
Susana: Qué suerte, Willi. Anda, cierra la puerta. (Willi ventana y llega hasta el baño. Una vez hecha la nueva
obedece.) división.)
Mario: La ventana es común. El baño también. Susana (A Willi): Muy grande no es.
Ángela: Son dos. Willi: No podemos quejarnos, querida. Nos acordamos tarde.
En realidad, tenemos que agradecerles a los señores la
Willi: Con un lugar está bien. No se molesten.
gentileza.
Susana: Cómo uno está bien. ¿No somos dos acaso?
Ángela: ¿Por qué? Si ustedes tienen tanto derecho como
Mario: Si. Pero ustedes son un matrimonio, ¿no? nosotros.
Susana: Por lo menos uno y medio. Creo que nos corresponde. Willi: No. En tren.
De cualquier manera, somos dos personas.
Abuelo: Con razón yo los conocía de alguna parte. ¿No se Abuelo: ¡Dale con el otro vagon! ¿Pero se creen que soy ciego
acuerdan de mí? yo? Los estuve viendo casi todo el viaje. Usted, por ejemplo,
en cierto momento echó la cabeza así, contra el respaldo y
Willi (Lo observa): No. (A Susana) ¿Y tú?
trató de dormir un rato.
Susana: Tampoco.
Susana (Tiempo. Piensa. Luego): Eso lo hace todo el mundo.
Abuelo: Estaba en el mismo vagón que ustedes: el E.
Abuelo: Si. Pero yo vi que era usted.
Susana: Nosotros vinimos en el F.
Susana: Se habrá confundido ¡hay tanta gente parecida!
Abuelo: No. Está equivocada. Vinieron en el E.
Abuelo: En eso tiene razón. Usted y mis nueras son igualitas.
Susana: En el F. Si precisamente comentamos la casualidad: (A Willi) Y mirando bien, usted se parece a mis hijos, también.
vagón F, departamento F.
Willi (Sincero): Ah, ¿sí? Muchas gracias.
Abuelo: ¿Tiene los pasajes por ahí?
Abuelo: ¿Adónde mandó a su padre?
Willi: Sí, yo los tengo. Aquí están.
Willi: ¿Cómo?
Susana (Los toma ella): A ver, F. ¿No le dije? Fíjese.
Abuelo: A su padre. Adónde lo mandó.
Abuelo (Lo mira): Le habrán borrado el palito de abajo. Pero es
Willi: A ningún lado. Mi padre murió el año pasado.
E. (Saca su pasaje.). ¿No ve que es igual al mío?
Abuelo: Ah ¡Menos mal!
Susana: Si. Todos los pasajes son iguales.
Willi: ¿Cómo menos mal?
Abuelo: Todos no. Sino todos viajarían en el mismo asiento.
¿No ve cómo el asiento de ustedes es diferente? 18 y 20. Y el Abuelo: Sí. Porque si no se habrían librado de él también.
mío 42. Por eso estaba más atrás. ¿Están seguros de que no
(Se aleja y se sienta sobre su silla. De su bolsillo saca
me vieron? Porque en una oportunidad usted se dio vuelta.
una banana y comienza a pelarla; luego la come y deja los
Susana: Ya le dijimos que no. Además… ¿Cómo íbamos a verlo restos envueltos en un papel, sobre el piso. Willi no sabe que
si viajábamos en otro vagón? hacer; mira a Ortiz como disculpándose.)
Willi: Hay tanta gente parecida. Es lógico que pasen estas Ángela: Bueno; cambiemos de conversación. (A Susana.) Usted
cosas. Digo yo. cuéntenos. ¿Así que no están de luna de miel?
Ortiz: Si. Yo también lo digo. (Un tic). Cada día que pasa uno se Susana: No, es que antes no tuvimos luna de miel.
confunde más.
Ángela: ¿No tuvieron luna de miel? ¿Se casaron y no tuvieron
Willi: Si. Habría que hacer algo, ¿no? (Se miran. Tiempo) luna de miel?
Ortiz: Si. Habría que hacer algo. (Un tic. Tiempo) Susana: No, Willi estaba ocupado.
Mario: Bueno pero es cuestión de fijarse bien. Siempre hay Ángela: ¡Qué barbaridad! ¿Y desde entonces hasta ahora
alguna diferencia. (A Ortiz, confundiéndolo.) Y a lo mejor el siempre ha estado ocupado?
señor tiene razón; a lo mejor viajaron en el mismo vagon y
Susana: Casi siempre.
ustedes ahora no lo reconoce porque usa anteojos. Pero él a
ustedes sí los reconoce. Ángela: Quiere decir, entonces, que esto es algo así como una
luna de miel.
Ortiz: Yo no viajé en tren. Yo vine por la ruta.
Susana: Bueno. Ya que insiste… más o menos.
Willi: El del tren soy yo. Y yo también uso anteojos.
Ángela: ¡Qué suerte! (A los demás) ¿Oyeron? Van a pasar la
Mario (Mira a Willi y lo reconoce): Ah, sí. Bueno; usted oyó lo
luna de miel aquí. (A Susana) Los envidio. Créanme que los
que dije.
envidio.
Susana: Si. Pero usted también oyó lo que dijimos nosotros. El
Susana: Gracias.
señor no viajaba en mismo coche.
Ángela (A Willi, haciéndole una crítica): La luna de miel se debe
Ortiz: Yo creo que no vale la pena discutir. Estas confusiones
pasar enseguida después de casarse, por más ocupaciones que
ocurren a menudo. La vez pasada yo iba caminando lo más
se tengan. (A Susana.) ¿Qué es el? Debe trabajar de algo
tranquilo cuando siento un golpe en la espalda, paff y alguien
interesante. Por su apariencia.
que me decía: “¿Qué decís, José?”.
Susana: Si. Es antropólogo.
Ángela: ¿Antropólogo? Qué lindo. último. Quien tiene que ver con quien. Quien todo. Si no va a
ser imposible vivir todos juntos aquí. Y ya es tiempo de que
Susana: Y además vende libros.
nos organicemos. ¿O todavía esperan que se abra la puerta y
Ángela: ¡No me diga! Yo el mes pasado compre una colección llegue otro más?
fantástica. Es sobre la vida fantástica de los animales. De los
(Se abre la puerta y entra un Muchacho de nombre
animales salvajes. Es fantástico. El vendedor ¡Era muy
Valentino. Una mochila al hombro, un bolso y una guitarra.
simpático! (Se inclina para ver mejor a Willi que está leyendo)
Ahora hay una mochila, siete bolsos, un equipo de pesca y una
A ver. No. Su marido no era.
guitarra.)
Susana: Qué. ¿Él no es simpático acaso?
Muchacho: Permiso. (Cierra la puerta de tras de sí y avanza.)
Ángela: Simpatiquísimo. Apenas entre me dije: “Qué hombre
Mario: ¿A dónde vas?
más simpático y más interesante”. Hoy sin simpatía no se hace
nada. (A Willi) ¿No le parece señor? Muchacho: A poner mis cosas por ahí.
Willi: Por supuesto, por supuesto. Mario: Nosotros no te molestamos ¿No es cierto?
Susana: No tienes por qué contestar ese tipo de preguntas. Y a Muchacho: Por qué me van a molestar. Gente hay en todos
usted, señorita… está de más que le hable de esa forma a un lados. No se preocupen por mí. Yo en cualquier rincón me
hombre casado. Y sobre todo delante de su mujer. arreglo.
Ángela: Perdóneme. Pero usted no pensará que yo estoy Ángela (Anticipándose a una reacción de Mario): No. ¿Por qué
tratando de quitarle a su marido, ¿no? en un rincón? Aquí todos tenemos el mismo derecho.
(Tiempo.)
Mario: Bueno, no se peleen y a ver si nos ponemos de
acuerdo; que tenemos que organizarnos. Mario: Dame eso (Toma el bolso del muchacho y lo pone
contra la puerta trabando la manija.) Se acabó. No entra nadie
Abuelo: ¿Organizarnos para qué?
más. (A todos.) Espero que todos estén de acuerdo. Aquí ya no
Mario: Para tratar de estar lo mejor posible. Quien cierra la cabe nadie más.
ventana, quien apaga la luz. Quien es el primero. Quien es el
Ángela: Venga aquí, a mi lugar. Yo le cedo la mitad. Total todo Muchacho: No sé, no me acuerdo.
esto es mucho para mí sola.
Mario: Ruedas tenía ¿No?
Mario (Con disgusto): Está bien (Al Muchacho) Anda agarra esa
Muchacho (Sonríe): Supongo que si.
mitad que ya te la ofrecen. (Se aleja).
Mario: “Supongo que sí” (A los otros) Miren a la juventud de
Muchacho: Gracias (Va al lugar de Ángela.)
ahora. Viajan toda la noche en un camión sin saber quién es el
Ortiz (Se acerca): ¿Cómo viniste? dueño.
Muchacho: A dedo. Muchacho: Si hubiera sabido que lo iba a encontrar a usted, le
habría preguntado al chofer.
Ortiz: Pero por la ruta.
(Pausa. Ángela observa al Muchacho, que deja la guitarra
Muchacho: Si, claro.
sobre el piso. Se acerca con simpatía)
Ortiz: Estaba pesada, ¿No?
Ángela: ¿Y esa guitarra para qué es?
Muchacho: No sé. Vine durmiendo.
Muchacho: Para tocar.
Ángela: ¿Y aceptaron llevarlo en un coche con el bolso la
Ángela: Ya sé. Quiero decir… si usted toca en alguna parte.
mochila y todo eso?
Muchacho: En todas.
Muchacho: Era un camión.
Ángela: Pero… ¿Toca en algún conjunto o algo así?
Mario: A lo mejor era uno de los míos.
Muchacho: No. Yo canto solo.
Muchacho: No sé. No me dijeron nada.
Ángela: Ah. ¿Canta también? ¿Quiere decir que podría tocar y
Mario: ¿Qué marca era?
cantar aquí, si nosotros se lo pedimos?
Muchacho: No sé, no me fije.
Muchacho (Se encoge de hombres): Sí.
Mario: ¿De qué color?
Mario: Si nosotros se lo pedimos. Pero nosotros no se lo Mario: ¡Shhhh! ¡Hable bajo! ¡Están golpeando de nuevo!
pedimos.
Susana: Golpea como si estuviera enojada.
Ángela (A Mario): ¿Pero qué le pasa a usted? ¿Ahora tampoco
Willi (Escucha): ¿No será Morgan? (Escuchan)
le gusta la música? Cuando yo entré usted estaba escuchando
música. Me hizo bailar y todo. Susana: No. No es su modo de golpear.
Ortiz: ¿Ah, sí? Entonces era por eso que quería mandarme a Abuelo (En voz baja): Bueno ¿Puedo seguir hablando?
pescar. Le interesaba seguir bailando con la señora.
Mario: Si. Hable nomás. Pero bajito. Que no nos vayan a oír.
Mario: Lo que conviene es pensar en una solución para este
Abuelo: Bueno. Decía que yo antes no hable por que los vi a
problema que… (Golpes en la puerta. Mario baja la voz) ¿Ven?
ustedes muy decididos a no dejar entrar a nadie. (Pausa) No
Esto se está poniendo cada vez peor. Menos mal que se me
tengo ningún inconveniente en compartir mi lugar con
ocurrió asegurar la puerta.
cualquiera. Depende de quien sea, claro. Pero si es una
Ángela (En volumen normal): Pero como puede ser que… persona honesta y limpia…
Mario (Interrumpe): ¡Shhh” ¡Hable bajo! Mejor que no nos Ortiz: Eso nunca se sabe hasta después.
oigan. (Tiempo. Escuchan. Más golpes. Mario se va en silencio
Abuelo: Bueno; supongamos que se pudiera saber: yo no
por el corredor hasta la puerta y pega la oreja. Vuelve) Era uno
tendría inconveniente en compartir mi lugar con cualquiera.
solo. Se fue. Menos mal. A lo mejor éste traía un trombón.
(Regresa a su lugar.) Ángela: Ya pueden hablar fuerte. Se fue,
Ortiz: Y qué se puede hacer. Abuelo (Ahora en volumen normal): Bueno: me oyeron, ¿no?
Yo no tengo inconveniente en compartir mi lugar con
Abuelo: Yo le habría dejado compartir la mitad.
cualquiera. Así que ya lo saben.
Mario: ¿Ah, sí? ¿Y el aire? ¿Cómo habría hecho para dejarle la
Ortiz: Si ya lo sabemos, sí. (Se van a sus sitios)
mitad suya?
(Muchacho saca la guitarra de la funda. Willi ve la
Abuelo: No hable porque… (Nuevos golpes en la puerta, esta
guitarra y se acerca.)
vez más rápidos y apremiantes)
Willi: Perdone. (Desde su límite, señalando la guitarra.) ¿Es de Muchacho: ¿Toca?
concierto no?
Willi: Hace un tiempo tocaba. Ahora…
Muchacho: No.
Susana: Toca muy bien y también canta. No le haga caso.
Willi: Pero parece buena. Siempre dice lo mismo pero toca muy bien.
Muchacho: Si. ¿Entiende? (Le alcanza la guitarra.) Muchacho: Dale, toque. Y cante también si quiere.
Willi: Algo. Willi: ¿Ahora me dices eso? ¿Me hiciste vender la guitarra y
ahora me decís eso?
Muchacho: ¿Quiere verla? Tome. (Avanza.)
Susana: Yo no te hice vender la guitarra. Lo que pasa es que
Ángela (Lo detiene señalando al Abuelo): Espere. Tiene que
hoy en día no hay lugar en una casa para guardar una guitarra.
pedirle permiso al señor.
(A los demás.) Si. Tiene una virtud es la de ser comprensivo.
Muchacho: ¿Permiso? ¿Por qué? El… (Fuerte rasgueo de guitarra producido por Willi. Susana
pega un respiro asustada.) ¡Willi!
Ángela: El lugar es de él.
Willi: ¿Qué?
Muchacho: Ah. (Al abuelo) Permiso.
Susana: ¿Quieres dejar esa guitarra? ¡Estaba hablando!
Abuelo: Pase, pase. (Muchacho pasa.)
Willi: Perdón. No… no me di cuenta. (Al Muchacho.) Tiene un
Willi: (Toma la guitarra. Lo observa.): ¡Ah! Es de Antigua Casa
lindo sonido. (Le da la guitarra.)
Morgan.
Muchacho: Toque algo.
Muchacho: Sí, claro.
Willi: No, gracias. Tengo que (Mira a Susana)… tengo que leer.
Willi: Le debe haber costado bastante.
Estoy preparando un trabajo y… tengo que leer.
Muchacho: Ya ni me acuerdo. La compre hace como tres años.
Muchacho: ¿Un trabajo?
Todavía la estoy pagando.
Willi (Un rasgueo tímido): Linda guitarra.
Susana: Si. Sobre el hombre contemporáneo y la sociedad de temor y el Muchacho. Mario le dice al Muchacho.) No te hagas
masas. el vivo, tú no votas.
Muchacho: ¿Y eso tiene tanto apuro? Muchacho: Por qué no. Yo quiero “ruido”.
Susana: Es sobre el hombre contemporáneo. Mario: No, usted no vota
Muchacho (Mira a uno y a otro): Pero que toque un poco si Angela (A Susana): ¿Y usted? ¿No vota?
tiene ganas.
Susana: Bueno, que toque y que cante
Willi: No. Gracias. Tengo que… tengo que leer.
Mario (A Ortiz): ¿Y ustedes no votan?
Ángela (Al Muchacho): ¿Y por qué no toca usted?
Ortiz: ¿Para qué?
Muchacho: Sí. Cómo no. (Un rasgueo fuerte.)
Mario: ¿Cómo para qué? Para dar su opinión. Cada uno da su
Mario: Un momento lo único que falta aquí es que opinión, aquí.
empecemos a hacer ruido.
Ortiz: Yo no me meto. Decídanlo ustedes. (Un tic) Además yo
Muchacho: Esto no es ruido. Esto es un acorde (Otro rasgueo) no creo en la democracia.
Mario: Bueno. Está bien. Llámalo como quieras. Mario: No confundamos. Yo tampoco creo en la democracia.
Pero aquí no se trata de democracia. Se trata de dar su opinión
Ángela: (A los demás) ¿A ustedes les molestaría? ¿Quién está
para que se haga el deseo de la mayoría, nada más.
de acuerdo que el muchacho toque algo? (A Willi) Yo estoy de
acuerdo ¿Y usted? Ortiz (un tic): Igual no me interesa. Yo no participo. Observo.
Willi: Yo también. Mario (Se contiene. Se dirige al Abuelo): ¿Y usted? ¿Tampoco
vota?
Ángela: Bueno, votemos. Entonces.
Abuelo: No voto por que no se me antoja. ¿Estoy viejo para
Mario: Muy bien. El que quiere que este haga ruido que
trabajar? ¿Estoy viejo para mis hijos? Entonces estoy viejo
levante la mano (Levanta la mano Angela, Willi con cierto
para votar. ¿O se cree que me van a venir a buscar solo Ármate con una flor.
cuando me necesitan?
Con la flor de nuestro amor.
Mario: Está equivocado, señor. Este voto no es para nadie más
Ármate con una flor.
que usted. Usted vota por usted mismo.
Deja de lado ese rencor.
Abuelo: Si. Esa historia ya me la contaron otra vez. Así que no
se gaste. Estoy viejo: no voto. Deja los cañones, los fusiles, la violencia
Mario (Conteniéndose): Está bien. No voten. Y que ellos hagan Y ese cruel dolor.
todo el ruido que quieran.
Ángela: Empiece, empiece; alguna canción linda, a ver. (El
Deja las armas, hermano.
Muchacho canta “Deja las armas”. Es una mezcla de dulzura y
violencia a la vez. La primera parte es lenta y suave. La ultima Y mira a tu alrededor.
rápida y Violenta.)
Con una flor en la mano
Muchacho: “Deja las armas, hermano
Te está esperando el amor.”
Y mira a tu alrededor.
Ángela (aplaudiendo): ¡Muy bien, muy bien! ¡Qué hermosa
Con una flor en la mano canción! ¿De quién es?
Te está esperando el amor. Muchacho: Es mía.
Ese odio que no es tuyo Ángela: ¡Lo felicito!
Para siempre dejarás Muchacho: Gracias.
Y en el alma del capullo Willi: Tiene muy buen ritmo. Me gusto. Yo también lo felicito.
La canta muy bien.
Nacerá la paz.
Muchacho: No sé. No me doy cuenta. Yo, cuando canto, es Muchacho: ¿Entonces por qué no canta? (Willi coge la guitarra
como si no fuera yo. obligado, pero con gusto)
Willi: De veras. No era usted el que cantaba. Mario: ¡Ah, no, no, no! ¡Esto sí que no! Que cante uno vaya y
pase. ¡Pero dos no! (Invade la jurisdicción de Willi y Susana sin
Muchacho: Como que no era yo.
pedir permiso.) Lo siento mucho, señores, pero aquí lo que hay
Willi: Usted fue el que dijo que no era usted. que hacer ahora no es tocar la guitarra, sino buscar una
solución. Vamos, deme eso (Le saca la guitarra a Willi.)
Muchacho: Yo lo dije en otro sentido.
Willi: ¡Un momento! Usted no tiene derecho a quitarme esa
Willi: ¿En qué sentido?
guitarra.
Muchacho: No sé. Ahora no me acuerdo.
Mario: No, no tengo derecho. ¿Y que?
Susana: esa canción es igual a la última que tú compusiste.
Willi (Tomando parte de la guitarra que está en manos de
Muchacho: ¿Así que usted compone? (pausa) Cante algo. (Al Mario): Que yo ahora quiero cantar. (Forcejean.)
abuelo) Permiso. (A willi) Vamos. Cante la última que
Mario: Y yo no quiero que cante.
compuso. A ver en que se parece a la mía. (Le da la guitarra)
Willi: Y yo sí.
Willi: No. Hace mucho tiempo que yo no…
Mario: Y yo no.
Muchacho: Tome, tome, cante. A ver en que se parecen.
Willi: ¡Y yo sí!
Ángela: Si, vamos, cante. No se haga rogar.
Mario: ¡Y le digo que yo no!
Susana: Él no se hace rogar. Si no quiere no quiere.
Willi: ¡Y le digo que yo sí!
Muchacho (interrumpe definitivo): ¿Pero le gusta o no le gusta
cantar? Abuelo: ¡Un momento! (Se detiene el forcejeo.) ¡Pártanla por
la mitad y listo!
Willi: Sí, claro que me gusta.
Muchacho: ¡No, eso no!
Abuelo (Señalándolo): El verdadero dueño. ¡Devuélvansela! Willi (Se acerca al límite del Abuelo): Permiso.
Muchacho: (A Mario) ¿No oyó? ¡Es mía! ¿Qué hace que no me Ángela: Pase. En estos casos no se pide permiso. (Pero ya
la da? avanzó Ortiz)
Mario: Por ahora no hace ruido nadie. Aquí no viven ustedes Ortiz (Toma al Abuelo de un brazo) Venga, venga tranquilícese.
solos. Esta es una comunidad. Siéntese. (Lo lleva hasta una de las sillas donde lo sienta. El
Abuelo va calmándose.) No tiene que ponerse así. Si sufre del
Abuelo: Es comunista. Yo ya lo sabía.
corazón no tiene que ponerse así.
Mario: Vea señor. No sé si se lo dije anteriormente que se
Abuelo: Me… me pongo así porque… sufro del corazón. (Se
estaba poniendo un poco pesado.
agita otra vez.)
Abuelo: 62 kilos.
Ortiz: Bueno, bueno. Ahora no hable, cálmese.
Mario: ¡Le estoy hablando en sentido figurado señor!
Abuelo: ¡Es que usted me hace hablar!
Abuelo: Yo no.
Ortiz: Está bien, está bien. No hablemos más, entonces. Ni
Mario (Acercándose a él lo que le permiten los límites): ¿Me usted ni yo. (a Ángela): ¿Ve? Eso me pasa por meterme. No sé
está tomando el pelo? Lo dejamos estar aquí por lastima. ¿Y cuándo voy a aprender.
encima me toma el pelo?
Ángela: Está muy bien lo que usted hizo. (A Mario, está
Abuelo (Enojado, se acerca al límite): ¡No me diga eso! ¡A mi escondiendo la guitarra detrás de un bolso) En cambio usted:
nadie me deja estar en ninguna parte por lástima! debería darle vergüenza. ¡Imposible, como si no hubiera
pasado nada!
Ángela: Claro. ¡No le diga eso, pobre!
Mario: ¿Y qué quiere que haga? ¿Qué me deje de tomar el
Abuelo: ¡Tampoco soy pobre! ¡Tengo suficiente plata en el
pelo? Además a lo mejor esa es la solución, que se mueran
banco como para vivir sin ayuda de nadie hasta el resto de… el
algunos.
resto de… (Se pone la mano en el pecho; vacila) El resto de…
Ángela: ¿Qué le pasa? Ayúdenlo.
Abuelo: ¿Pero ahora la coge conmigo, también? ¡Y ahora no Mario: Si. Más vale malo conocido. (Deja caer la valija) Se
solo en mi casa! ¡También aquí! Lo único que me falta es que salvó. (Y sigue caminando. Pero Ángela observa al Abuelo, que
ustedes me echen también, ¡como ellos! permanece inmóvil.)
Mario (Explota): ¡Si, señor! ¡Eso es lo que falta! ¡O lo que Ángela (Asustada): ¡Miren! (Todos miran al Abuelo) El corazón.
faltaba, mejor dicho! (El abuelo lo mira mal. Mario transpone ¡Él lo había dicho! ¡Está muerto!
los límites toma el bolso del Abuelo y mientras habla lo lleva
Abuelo (Gira su cabeza lentamente para mirar a Mario): No,
hasta la puerta) ¡Y a mí no me va a conmover con sus años ni
no, no estoy muerto. Estoy asombrado. Es capaz de echarme,
con su corazoncito enfermo! ¡Esta va a ser la solución!
¿vieron? ¡Es capaz de echarme! Y me va a echar. Yo sé que me
¡Vamos, vamos!
va a echar. ¡Cuando se vayan los que están ahí me va a echar!
Ortiz: No, un momento. ¿Por qué lo va a echar al abuelo?
(Golpean la puerta)
Mario: Ya lo dije. Por qué sobra. Y usted no se meta. Porque
Mario: Un momento. No hablen (Escuchan) Se fueron. A lo
aquí son varios los que sobran.
mejor ahora… (Va junto a la puerta y escucha.)
Ortiz (Lleno de tics): ¡Entonces eche a todos los que sobran! No
Abuelo (Poniéndose rápidamente de pie, alejándose de la
se meta solo con el abuelo.
puerta y gritando): ¡No! ¡No se vayan! ¡Los de ahí afuera, no se
Abuelo: ¡Que no soy abuelo! vayan! ¡No se vayan que si no me echan! ¡No se vayan!
Golpes en la puerta Mario: ¿Qué le pasa? Cállese la boca ¿está loco?
Willi (En voz baja): ¡Shhh! ¡Golpean otra vez! Abuelo (A Mario): No. No estoy loco. Si los de afuera se van
usted va a querer echarme otra vez. (Fuerte, hacia la puerta)
Susana: Si. Hable bajito.
¡No se vayan! ¡Los que están ahí afuera! ¡No se vayan ahora
(Siguen los golpes en la puerta. Mario vacila. Regresa al abrimos! ¡Aquí todavía hay lugar!
ámbito del Abuelo, quien desde su última intervención
Mario: ¡Está loco! ¡Háganlo callar! (Pega la oreja en la puerta.
permanece, inmóvil mirando un punto fijo.)
Todos menos Mario que queda junto a la puerta, y el
Muchacho que va en busca de su guitarra, se acercan al abuelo
hablándole y tratando de convencerlo de que calle. Invaden las parlamentos, Mario se acerca sigilosamente por atrás y
otras jurisdicciones sin importar los límites.) le toca con suavidad el hombro. El abuelo se interrumpe
sonriente y gira. Al mismo tiempo, Mario levanta las
Ortiz (En voz baja) ¡Cállese abuelo! ¡No tenga miedo que
dos manos a la altura de la cabeza, la mueve
nosotros no vamos a dejar que nadie lo eche!
nerviosamente, pone una cara de horror y exclama.)
Abuelo: (Fuerte, a los de afuera.) ¡No se vayan! ¡Quédense ahí!
Mario: ¡Buuuuhhhh!
Ángela (Acercándose al Abuelo): ¡Por favor, cállese! ¿Quiere
(El Abuelo queda sin respiración, se toca el pecho, pone
que tiren abajo la puerta y entren todos?
los ojos en blanco y el Abuelo tirado en el suelo. Tapado
Willi (Acercándose al Abuelo): No lo va a echar nadie. ¿No se por una valija. El Muchacho hace un fuerte rasgueo de
da cuenta de que no se puede abrir la puerta? guitarra.)
Susana (Igual): Claro. Tranquilícese. Usted se va a quedar aquí Ángela (Gira asustada:) ¡Ay!
con nosotros.
Susana: ¿Se… se murió?
Ortiz: ¡Cálmese, abuelo, por favor!
Ortiz (A Mario): Ya está consiguió lo que quería. Lo mató.
Abuelo: ¡No me llame abuelo!
Mario: Yo no lo maté. Murió solo. La Naturaleza es sabia.
Ortiz: ¡Bueno está bien pero cálmese! Había que empezar a limpiar esto: había demasiada gente
aquí. Ella sola dio la solución.
Angela: Sí, cálmese, por Dios. ¡Que si usted sigue gritando no
se van a ir más de ahí! Ortiz: No lo mató la naturaleza. ¡Lo mató usted!
Abuelo: ¡Eso es lo que quiero! ¡Que no se vayan más! ¿No se Mario: Lo mató la Naturaleza.
da cuenta de que es eso lo que quiero? Que no se va…
Ángela: Bueno no se peleen. Con este muerto ahí. ¡Lo que
(Tratando de eludir a todos los que fueron deberían pensar es qué hacemos ahora!
acorralándolo, el Abuelo fue gritando y retrocediendo.
(Pausa. Se miran.)
Sin quererlo quedó de espaldas a Mario, que aún está
cerca de la puerta. Mientras el Abuelo dice sus últimos
Mario: Tiene razón. Hay que sacarlo de aquí. (Mira alrededor. Ángela: Si fuera así, que desalmados serían, ¿no? (Mira la foto)
ve la puerta del baño. A Willi.) Usted venga; ayúdeme. (Lo va a No le mandemos la foto entonces. (No sabe qué hacer con
tomar de los hombros y Willi por las piernas.) ella) ¿Alguien la quiere?
Ángela: Esperen. Esperen (Se detienen Ángela revisa sus Susana (Que no la conoce): A ver. (Ángela se la da. La mira) no.
bolsillos.) No me gusta. Tome. (Quiere devolvérsela)
Mario: ¿Qué hace? Ángela: No. Yo no la quiero.
Ángela (Saca la foto que el Abuelo había mostrado) La foto. Así Susana (No sabe qué hacer con la foto. Le molesta): Toma. (Se
después se la mandamos a sus hijos. (Se la guarda.) la da a Willi, a quien también le molesta la foto en las manos.
La mira con cierta aprensión. Por detrás se le acerca curioso el
Mario: Bueno, vamos. (Lo llevan hasta el baño, queda con las
Muchacho.)
piernas del lado de afuera. Mario se limpia las manos una
contra otra. Willi lo mira y hace lo mismo.) Willi: Tome. Mírela.
Mario: Listo. Ya está. Ahora hay más lugar. Vamos; a correr las (Y prácticamente lo obliga a tonarla. El Muchacho la
valijas. mira nerviosamente y tampoco sabe qué hacer con ella. Lo ve a
Mario y extendiéndole la foto.)
(Llevan las valijas a un rincón y corren las otras.)
Muchacho: Tome. Téngala usted que fue el que… (Se detiene.
Ángela: Sigue muerto ¿No?
Mario lo mira a fondo)
Mario: Si.
Mario: ¿Qué fue el que qué?
Ángela: ¡Que barbaridad! (Mira la foto) ¡Que van a decir ahora
Muchacho: (Nervioso) Que fue el que…
sus hijos!
Ortiz: Que fue el que lo mató.
Mario (Señala el baño): Según él, era lo que ellos estaban
esperando: que se muriera. Mario (Arrebata la foto de las manos del Muchacho y la rompe
en pedacitos mientras grita:) ¡Le digo que fue la Naturaleza!
¡La Naturaleza!, ¿Entiende?
Ortiz: Ahora lo está matando por segunda vez. APAGON.
Ángela: No, eso sí que no. El mismo señor dijo antes que ese (Vuelve la luz. Todo igual menos Mario y Willi que están
no era él. (Mario la mira mal. Nerviosa) Yo… yo me voy al en la ventana. Mario se limpia una mano contra la otra. Willi lo
baño. (Va decidida al baño. Mario mira a los otros como para ve y hace lo mismo.)
seguir preguntando, pero Ángela regresa molesta.) ¡Por favor,
Mario: Bueno. Ya está.
alguien que saque a ese hombre de ahí! Una no puede hacer
nada tiene los ojos abiertos. Ortiz: No sé si me oyó. Le dije que yo no tuve ninguna idea.
Mario (A Willi): Venga vamos. Mario: Bueno, está bien. Si tiene tanto miedo…
(Willi va obediente. Desaparecen en el baño. Ortiz va al Ortiz: Yo no tengo miedo. (Un tic). Simplemente yo no tuve
ámbito del abuelo, recoge los restos de la banana y va a la ninguna idea entonces quiero que quede claro.
ventana, donde los mira a todos y va arrojando la cascara
Mario: ¿Pero tanto le preocupa lo que piensen los demás?
lentamente. Regresan con el cuerpo. Lo ponen en el rincón más
Aquí ya todos somos algo así como como socios.
próximo a la puerta. Mario duda. Mira alrededor y ve a Ortiz
que en ese momento está junto a la ventana, arrojando los Willi: sí. A eso le llaman mente colectiva. Durkheim dice que…
restos de la banana.)
(Mario va hacia el baño, por donde Ángela sale.Todos se
Mario: Buena idea. miran. Pausa.)
Ortiz: Yo no tuve ninguna idea. Ortiz: ¿Y ustedes van a permitir que sigamos así?
Ángela: ¿y lo van a tirar desde ahí? Se va a desfigurar todo Susana: ¿Así como?
¡Después no se lo va a poder reconocer!
Ortiz: ¿No se dan cuenta de lo que está tramando? ¡Lo del
Susana: ¿Y qué importa total ya está muerto? Abuelo fue el principio nada más! Después va a querer hacer lo
mismo con usted y con su mujer y conmigo. ¡Es su solución!
Ángela: A mí no me gusta ver eso. Así que aprovecho para ir al
¿No comprenden?
baño. Permiso ¿Eh?
(Se mete en el baño.)
Ángela: ¿Pero por qué se le ocurre eso? A mí no me parece tan Ángela: ¿Y eso alcanza hasta abajo de todo? Son diez pisos.
mala persona.
Mario: No. No creo que alcance. (Hace girar el carrete para
Susana: A mí tampoco. ¡Yo creo que usted exagera! atrás y adelante): Pasó algo raro. Picó antes de tiempo. A ver.
(Hace girar el carrete para atrás con cuidado. Expectación.)
Ortiz: hagamos algo. Pongámonos de acuerdo para salvarnos.
Hagamos… (Se interrumpe por que aparece Mario regresando Ángela: Me da miedo. ¿Qué puede haber pasado? (A Ortiz.)
del baño. Todos lo miran.) ¿Vio que pescar no es tan aburrido?. (Aparece el extremo del
hilo con el anzuelo y en la ensartada una hoja de papel.) Un
Mario: ¿Qué pasa? ¿Por qué no siguen hablando? (Silencio.)
papel.
No me digan que estaban hablando de mí. (Silencio.) Qué. (A
Ortiz.) ¿Algún complot? Ángela: Está escrito. ¿Qué dice?
Willi (Rígido): No. Hablamos, nada más. De… del abuelo. Mario (Leyendo): “¿Hay algún lugarcito ahí arriba? Aquí
estamos muy apretados. Los del octavo piso” (Silencio. Se
Mario: Para qué. Ya no molesta a nadie.
miran.)
Muchacho: Él no es abuelo. Mejor dicho, no era abuelo.
Ángela: ¿Y ahora qué hacemos?
Susana: De veras. No sabemos cómo se llama. (Se corrige.)
Susana: Les contestamos diciéndoles que aquí hay menos
Cómo se llamaba.
lugar que abajo.
Mario: ¡Bah! Si es por eso… todo tiene solución en este
Mario: ¿Y por qué tenemos que contestarles? Ellos quieren
mundo. El abuelo tenía un papel con su nombre. (Toma la
iniciar el diálogo solo porque nos necesitan. Me parece claro.
caña de pescar y prepara hilo y carrete.)
Susana: ¡Claro!
Ángela: ¿Qué va a hacer?
Mario: Entonces no les contestamos y listo. No se hable más.
Mario: Pescar el papel ¿No quieren saber su nombre? Lo
pescamos y listo. Ahí va (Mete la caña por el agujero de la (Deja la caña contra la pared. No sabe qué hacer con el
ventana y hace girar el carrete. El hilo desciende. Gran papel. Hace con él un bollo y va a arrojarlo por la
expectación.) ventana. Pero se arrepiente y se lo mete en el bolsillo.)
Ángela: ¿Y el papel? Willi: (Sonríe): ¡Por favor! ¡Ni pensarlo! Y mejor sería cambiar
de tema; porque…
Mario (Lo vuelve a sacar del bolsillo): Aquí está.
Mario (Interrumpe): No, no. Yo quiero que todos den su
Ángela: No. El del señor muerto.
opinión. (A Ángela, confundiéndola) Diga usted, ¿piensa que
Mario: ¡Ah! ¡Qué le vamos a hacer! Tendremos que soy un asesino, o piensa como su marido?
conformarnos con no saber quién es.
Ángela: ¿Qué marido?
Ángela: ¿Por qué no lo llamamos Señor Muerto, como lo llamo
Mario (Observa a Ángela y luego a Susana): ¡Ah perdón! (Ah
yo, y ya está?
Susana) Usted. ¿Piensa que soy un asesino o piensa como su
Mario: Por mi parte, aceptado. marido?
Mario: ¿Se dan cuenta? Resulta que ahora soy peor que un Mario (A Ortiz): ¿Ha visto? ¿Se convence? ¿Vio que todos
asesino. Digan algo. ¿Soy un asesino, yo? Je. (A Willi.) A ver opinan distinto que usted?
usted. Diga: ¿Soy un asesino?
Ángela: El joven todavía no opinó. ¿Por qué no le pregunta? Muchacho (Fuerte): “Lo que paso”. Lo que paso. ¿Siempre
pensando en lo que paso? ¿Por qué no piensan un poco en lo
(El Muchacho hace un fuerte rasgueo.)
que va a pasar?
Ortiz (Al Muchacho): Hable. Con tocar la guitarra solamente no
Ángela: Eso. En el futuro.
se gana nada. Usted piensa como yo: dígalo.
Ortiz: Precisamente. ¿No se dan cuenta de que lo del abuelo es
Mario: ¡Ah no! ¡Presiones no! ¡Yo no presiono a nadie aquí! Así
solo el comienzo?
que usted tampoco presione a nadie. Si no, no hay justicia. (A
Willi que se movió confundiéndolo.) Vos no le hagas caso. Mario: ¿El comienzo de qué? (Tiempo)
Además ya perdiste el turno, no podes opinar.
Muchacho: ¿El comienzo de qué? ¡Conteste!
Willi: ¿Cómo?
Ortiz: Él lo sabe.
Mario (Lo observa): ¡Ah, perdón! (Ve al Muchacho) A vos. Te
Muchacho (A Mario): Dice que usted lo sabe.
decía que ya perdiste el turno así que no podes opinar más.
Mario: ¿Qué yo lo es? Dígale que está equivocado. ¡Yo no sé
Ortiz (Al Muchacho): Si se puede opinar. Hable. Siempre hay
nada!
tiempo para hablar.
Muchacho: Dice que usted está equivocado. Que él no…
Mario: ¡Le digo que ya perdió el turno! ¿O aquí no hay ningún
orden ahora? Ortiz: Dígale que él sabe que mató al abuelo.
Muchacho (Violento): ¡Basta! (Los otros dos se detienen y lo Mario: Dígale que yo no lo maté. ¡Y que si no me quiere creer
miran. Tiempo): Ustedes ya son gente grande, ¿no?... ¿Por qué que no me crea! (Y se aleja enojado. Silencio. Ortiz queda junto
no tratan de vivir un poco en paz? al Muchacho. Tiempo.)
Ortiz (Al Muchacho:) ¿En paz? ¿Pero usted no vio lo que paso Muchacho (A Ortiz): ¿Por qué no le cree? (Silencio) Hay que
aquí recién? creer. ¿Por qué no le cree?
(Pausa. Ortiz mira a Mario y luego al Muchacho.
Dolorosamente.)
Ortiz: Porque no puedo. (Deja la manija de la puerta dentro del cajón de pesca. Gira. Ve
que todos están mirándolo en silencio.)
Va rápido a la puerta de salida. Allí de un puntapié
aparta la valija que aseguraba la puerta e intenta Mario: ¿Qué pasa?
abrirla. Pero ya Mario está allí.
Susana: Que ya lo dijo.
Mario: ¿Qué hace? ¡Deje esa puerta como está! (Forcejean los
Mario: ¿Qué es lo que dijo?
dos luchando por la posesión de la manija.) ¡Le digo que deje la
puerta como está! (Mario empuja a Ortiz que aparece a escena Susana: Que usted… a todos… Uno por uno…
y la manija queda en la mano de Mario. Los dos se inmovilizan.
Mario (A Ortiz. Se acerca amenazante): ¡Pero cuénteme,
Mario muestra la manija) Mire lo que hizo. La rompió. Eso fue
cuénteme! ¿Así que yo los quiero liquidar a todos? ¡Cuénteme
lo que ganó.
un poco!
Ortiz (Lleno de tics): ¡Abra esa puerta!
Ortiz (Esquivándolo, retrocediendo lentamente.): ¡Usted lo
Mario: ¡Pero vea que es caprichoso! Después de todo lo que se sabe mejor que yo! ¡No tiene necesidad de que se lo cuente!
le ha demostrado, todavía insiste.
Mario (Avanzando): A lo mejor lo sabía y me olvidé. ¡Venga
Ángela: De veras. Yo no sé por qué no cree en el señor. ¡No sé cuénteme; no tenga miedo! ¡Venga que no lo voy a comer!
qué le cuesta! (Al muchacho) Y a usted lo felicito por eso que
Ortiz: ¡No se si no me va a comer!
dijo.
Ángela: De veras. ¿Si no se lo va a comer porque lo persigue?
Muchacho: ¿Qué dije?
¿Seguro que no se lo va a comer?
Ángela: Eso de que hay que creer.
Mario (Girando hacia ella): Me extraña señora que usted me
Muchacho: Gracias. haga esa pregunta. (Al Muchacho confundiéndolo.) Y me
extraña que usted le deje decir eso a su mujer.
Mario: Pero ya ve para qué sirve todo lo que dijimos. Ustedes
oyeron al señor. Tiene miedo. Si sigue así…je… dentro de un Muchacho: No es mi mujer.
rato va a decir que los quiero matar a todos. Uno por uno. Je.
Mario (Lo observa y después mira a Willi): ¡Ah perdón! Era con Ortiz: ¡No; explique por qué no les dejo tocar la guitarra! ¡Y
usted. porque a mí me quiso mandar a pescar cuando estaba solo con
la señora! ¡Y por qué le dio el susto al abuelo!
Willi: Tampoco es mi mujer.
Mario (Vuelve a avanzar pesadamente): ¡Cállese de una vez y
Mario: ¿Cómo? (Observa a Ángela)
deme eso! (Pega un salto hacia Ortiz): ¡Le dije que me diera
Ángela: Soy yo. eso!
Mario: ¡Ah cierto! Bueno. Me extraña que usted me haga esa Ortiz (Esquivándolo): ¡No le doy nada!
pregunta.
(JUEGO DE LUCES)
Sigilosamente, aprovechando la distracción de Mario,
Comienza la persecución. Mario persigue a Ortiz por
Ortiz se acercó al cajón en el que Mario había guardado
todo el lugar. Tropezando con las valijas que obstruyen
la manija de la puerta. La toma y de un salto quiere
el paso. Los dos caen y vuelven a levantarse, volteando
alcanzar la puerta pero Mario ya está allí cubriendo el
algunas y apartando otras con violencia. La escena
lugar con su cuerpo.
debe dar idea de destrucción. Las dos mujeres de
Ortiz: Déjeme pasar ahora la manija la tengo yo. desplazan de un sitio a otro a lo lado de las paredes y
del proscenio, asustadas, chillando. Willi esta detenido
Mario (A Willi): Usted cuide la puerta. (Willi obediente, cubre el
frente a la puerta de entrada y el Muchacho también
lugar. Mario, con paso lento, persigue a Ortiz.)
detenido en el otro extremo. Frente a la puerta del
Ortiz: No le voy a dar nada. Quiero salir por ahí. (Tics. A Willi) baño. Durante la persecución el dialogo continúa sin
¿Y a usted no le da vergüenza? ¿No le deja ni tocar la guitarra detenerse.
y a pesar de eso es cómplice? Déjeme pasar.
Mario (A los demás): ¡Ustedes! ¡Ayúdenme a quitarle eso,
Muchacho: él tiene razón. ¿Por qué no lo dejo tocar la vamos!
guitarra?
Ortiz: ¡Párenlo! ¡Párenlo antes que nos mate a todos! (Llega
Mario (Sin calma): ¡Nadie te pidió la opinión ahora! junto a Willi) ¡Déjeme abrir esa puerta!
Willi (Balbucea): No se puede la manija esta rota.
Mario: ¡Deme eso! (Ortiz está junto a Willi. Mario se lanza brazo lentamente. Mira con timidez a los otros. Se pone
sobre él y cuando Ortiz lo elude. Mario se abalanza sobre de pie. Al fin.
Willi:) ¡Deme esa manija, vamos!
Mario: No se mueve. (Silencio.) Yo no le pegue. Se cayó, y…
Willi (Tratando de liberarse): No, yo no… (Silencio. Todos quietos. Resuelve inclinarse otra vez. Silencio.
Reaparece. Mira a todos.) Se… se murió. (Silencio. Todos
Mario: ¡Le digo que me de eso!
mudos e inmóviles. Mario se inclina otra vez y levanta el brazo
Willi: ¡Es que yo no soy! ¡Es él! que tiene la manija. La saca con dificultad y el brazo cae
inservible al suelo. Mario muestra la manija con timidez.) De
Mario se detiene. Lo observa.
que le sirvió. ¡Tanto que quería tenerla! De que le sirvió.
Mario: ¡Ah. Perdón! (Lo suelta. Busca a Ortiz con la mirada.) (Silencio. Todos quietos. Mario va lentamente a su bolso y allí
guarda la manija. Mira a todos. El Muchacho vuelve a tomar
Ortiz: ¡Párenlo! ¿No ven lo que él quiere?
su guitarra. El los mira alarmado.) Está claro que no fue más
Mario (Lo persigue pesadamente): ¡Cállese la boca! que un golpe, ¿no? Casual. El solo. Él solito.
Ortiz (Retrocediendo): Primero fue al pobre viejo. ¿Pero por Willi: Si, sí, claro que sí.
qué no nos dice quién es el que va a morir ahora? ¿Eh?
Susana (Casi al mismo tiempo): ¡Por supuesto! (Mario mira a
¿Quién?
Ángela.)
Mario (Desaforado): ¡Usted! ¡Usted va a ser la próxima victima
Ángela: Claro que fue casual.
si no me da eso!
El Muchacho queda callado.
Ortiz: ¡Claro! Eso es lo que usted…
Mario: ¿no hablas? (El Muchacho en silencio se aleja y se
Mario se abalanza hacia Ortiz quien se interrumpe y
sienta sobre una valija) ¿Qué? ¿Pena de otro modo, usted?
trata de eludirlo. Pero Mario está por hacerle un
´tackle´ y lo derriba. Enseguida se ve a Mario erguirse a El Muchacho hace unos punteos en la guitarra.
medias y levantar el puño como para asestárselo
Mario (Se abalanza sobre él y le quita la guitarra): ¡Te dije que
fuertemente sobre la cabeza. Observa a Ortiz. Baja el
hablaras, no que tocaras la guitarra! (se lleva la guitarra. El
Muchacho se contiene. Mario sigue rezongando) Es lo único (El Muchacho mira y no contesta. Deja de mirarla.)
que saben hacer ahora; tocar la guitarra. Uno está lleno de
Ángela: Si se siente mal yo tengo remedios, ahí en la cartera.
problemas y ellos, en vez de entenderlos y colaborar un poco…
tocan la guitarra. (Deja la guitarra contra la pared.) Muchacho: No. Gracias.
Muchacho: Tenía razón. Ángela: Yo siempre llevo de todo un poquito conmigo. Una
nunca sabe lo que puede pasar.
Mario: ¿Cómo?
Muchacho: Claro.
Muchacho: El del tic tenía razón.
Ángela: ¿No quiere una pildorita? ¿Para los nervios?
Mario: Me está acusando.
Mario: No. Gracias.
Ángela: Claro que no. Pero él está impresionado. Usted haga
como que no lo oyó y ya está. Ángela: Yo sí. (Saca un frasquito, pone una píldora en su mano
y se la va a poner en la boca.)
Mario (Tiempo. Pesa la situación): Si. Va a ser mejor. (Mira el
cuerpo de Ortiz. A Willi.) Vamos, ayúdame a sacar esto. Mario: Espere. ¿Así se la va a tomar? (Saca de su cajoncito un
vaso y se mete en el baño. Pausa. Ángela mira a la pareja.
Willi (Se acerca): ¿A… adonde?
Mario regresa con el vaso.)
Mario (Señala la ventana): Por allí. Como al otro.
Mario (A Susana): Sírvase.
Willi: ¿Por allí? ¿a él… a él también?
Ángela: Gracias. (Toma la píldora y el agua. Le devuelve el
Mario: Él fue el de la idea. (Willi se acerca.) Espere. Primero los vaso.) Gracias. Dentro de un rato voy a estar más tranquila.
documentos, por si después no se lo pueden reconocer. (Le (Pausa, mira a Mario, nerviosa) Un vaso de agua.
quita la cédula) Ahora si. (Lo levantan y lo llevan a la ventana.
Mario: Eso. ¿Y a alguien se le puede negar un vaso de agua?
Susana sigue a su marido. Apagón, vuelve la luz. Mario “se
limpia las manos” Willi lo ve y lo imita. Ángela después de Ángela: No. A nadie.
mirar eso, ve al Muchacho que aparece inmóvil y se acerca.)
Mario: ¿Entonces? (Va a dejar su vaso en su cajoncito. Ángela
Ángela (Nerviosa): ¿Sigue impresionado? se aleja. Todos callados y mirándose de costado. Mario regresa
hacia Susana y dice.) ¿Quién fue el que dijo: “Dad de beber al Angela: ¿Y de que otro modo se pueden tomar?
sediento”? ¿Dios?
Mario: Sigue nerviosa, ¿no?
Susana: No. Dios no habla.
Ángela: Sí, ya lo sé. Pero es que… (Estalla en llanto.)
Mario: Entonces fue algún santo.
Mario: ¿Pero por qué llora? ¿Qué le pasa? Si nadie le va a
Susana: Sí, creo que si. hacer daño. Ya estamos todos tranquilos aquí. (A la pareja)
¿No es cierto que estamos todos tranquilos?
Mario: Estuvo bien.
Willi (Nervioso): Si. Por supuesto.
Susana: Si.
Susana (Nerviosa al mismo tiempo): Si, si claro.
Mario: ¿Se siente mejor ya?
Mario (A Ángela): ¿Ha visto? ¿Ve como todos están tranquilos
Susana: Yo siempre me sentí mejor.
ya?
Mario: ¿Y para qué tomó la pildorita entonces?
Ángela (Entre sollozos): Todos no. (Señala al Muchacho) El no.
Susana: La pildorita se la tomó la señora. Mírelo como está. Tiene miedo, pobre. Yo no lo puedo ver así.
Mario (Mira a las dos): Ah sí. Bueno: usted está tranquila, (Mario observa al Muchacho que está inmóvil con la
entonces. Las cosas de la vida hay que tomárselas bien mirada perdida.)
Susana: Yo sí y Willi también. ¿No es cierto Willi? Mario: ¿Miedo? ¿Y por qué tiene miedo, el?
Willi (Nerviosamente): Si, si claro. Ángela: Usted sabe por qué. Por lo que dijo el segundo señor
muerto, eso de que vamos a morir todos. Uno por uno.
Mario (Acercándose a Angela): ¿Y usted qué opina?
Mario: ¿Pero todavía ustedes piensan en los disparates que
Ángela: ¿Qué opino de qué? (Nerviosa.)
dijo ese tipo?
Mario: Las cosas de la vida… ¿hay que tomárselas como vienen
Ángela (Un sollozo más fuerte): ¡Yo no quiero que el muera!
o no?
¡Prométame que no lo va a matar! ¡Prométamelo!
Mario: (bromeando) Está bien. Como quiera. Se lo prometo. Mario (No aguanta más. Se abalanza sobre el Muchacho): ¡Te
Pero a tipos como éste ya no los mata nadie. Se mueren solos. digo que te calles la boca! (Tomándolo de la camisa Mario lo
¿No los vio en los noticiosos? No hay necesidad de matarlos. zamarrea)
Se prenden fuego ellos solitos. “Por la paz”, dicen. Y se van al
Ángela: ¡No!
otro mundo. Así que no hay necesidad de matarlo, pierda
cuidado. Mario (Alejándose): ¡Así va a aprender a no levantar
calumnias!
Ángela: ¿Quiere decir entonces, que vamos a vivir todos?
Ángela: ¡Usted dijo que no lo iba a tocar! Usted…
(Todos miran al Muchacho. Le caen lágrimas por la cara.)
Lo interrumpe un fuerte gemido que lanza el Muchacho
Mario: ¡Llora! ¡Mírenlo un poco! ¡A su edad!
desde su inmovilidad. Lo repite. Es más que un gemido.
Muchacho: ¡Al del tic! ¡Usted lo mató! Es un grito, ahogado, doloroso. Todos lo miran
sorprendidos. Mario gira y lo mira asustado. El
Mario (A Ángela): ¿Lo oye? Me está acusando otra vez. ¡Ahora
Muchacho se yergue lentamente, resoplando de dolor y
no puedo hacer como que no oí!
de rabia. Avanza con los brazos extendidos hacia Mario.
Ángela: ¿Por qué no? ¡Cuántas cosas una no oye en la vida! Llora y gime. Mario retrocede.
Muchacho: ¡Déjelo que oiga! ¡Ya es hora de que oiga! Mario: Un momento. Fuiste vos el que… ¡Un momento, eh!
Mario (A Ángela): ¡Aconséjele que se calle la boca, eh! De pronto sorpresivamente, el Muchacho grita y gira
buscando a su alrededor. Patea un bolso mientras gira
Ángela (Al Muchacho): Ahora no piense en eso. ¡Tanta gente
buscando algo a su alrededor. Ve la guitarra, se acerca
muere por ahí y una no sabe cómo!
a ella corriendo sin dejar de chillar, la toma, la enarbola
Muchacho: ¡El los mató! ¡Al viejo y después al del tic! y corre hacia Mario con ánimo de descargársela sobre
la cabeza.
Mario: ¡Te dije que te calles la boca!
Mario: ¡Un momento que va a hacer!
Muchacho (Entre dientes, intenso): ¡Al viejo y después al del
tic! El Muchacho lo persigue con la guitarra enarbolada.
Muchacho: ¡criminal!... ¡criminal!... ¡criminal!... Ángela (Se sienta, pone la guitarra sobre su falta y la acaricia):
Hace un rato estaba tocando aquí.
Mario (Escapando aterrorizado): ¡Párenlo, no lo dejen! ¡Se
volvió loco párenlo! Mario: sí.
El Muchacho sigue persiguiendo a Mario por todo el Ángela comienza a llorar bajito. Pausa. Mario mira a
escenario mientras sigue farfullando: ¡criminal! Mario Willi y Susana nerviosamente.
agotado, tropieza y cae. El muchacho levanta con fuerza la
Ángela (Sollozo más fuerte): ¡Le gustaba tanto vivir! ¡Era tan
guitarra. Pero Ángela que está a su lado le toma el brazo antes
joven! (Sigue sollozando).
que pueda descargarla sobre Mario.
Mario: Bueno, cálmese. Con lamentarlo no va a remediar
Ángela: ¡No por favor, no lo mate! ¡Usted no! ¡Por favor!
nada. Lo que hay que hacer ahora es acomodarse a la nueva
El Muchacho se inmoviliza. Ángela aprovecha para situación. (A Willi) Vamos, ayúdeme. Arreglemos todo esto.
arrebatarle la guitarra que estaba todavía en el aire Ahora hay más lugar. Podemos dividirlo en dos partes.
dispuesta a caer sobre Mario.
Toma la mochila del muchacho y coloca todo sobre la pila de
Ángela: ¡Por favor! ¡Por favor! ¡Usted no! valijas de los muertos. Mientras, Willi modifica nuevamente los
limites, Mario vuelve y acompaña en la tarea a Willi. Se
El Muchacho mira a Ángela desguarnecido. Continua
escucha a Ángela sollozando mientras pone la guitarra contra
emitiendo un extraño sonido mezcla de lamento, de
su cuerpo. Mario y Willi terminan.
impotencia y llanto. Mira después a Mario, que sigue en el
suelo. Y de pronto, con un grito parecido a un aullido, gira, Ángela (Sollozando): ¡Le gustaba tanto vivir!
corre hacia la ventana. Apagón. Vuelve la luz. Willi y Susana
Mario: ¡A mí también me gusta vivir! ¡Qué gracia! ¡Pero yo no
están mirando por la ventana. Mario va lentamente a la
me tiro por la ventana! (pausa) ¡No se ponga así!
ventana. Espía hacia abajo. Vuelve a mirar a Ángela)
Ángela (Deja la guitarra a un costado y se levanta enojada):
Ángela: Se… ¿Se murió?
¡No hable de él así ahora, por favor!
Mario (Carraspea): Supongo que si, son diez pisos.
Mario: ¿Y cómo quiere que hable? ¡Me insulto, me quiso pegar
con la guitarra! ¿Cómo quiere que hable?
Golpes en la puerta. Mario (La abraza y trata de calmarla acariciándole la cabeza):
Llore más bajito, por favor, que afuera se oye. ¿No ve cómo
Mario (Mira a la puerta alarmada. Baja la voz.): Bueno; ahora
golpean? Y no diga eso que me enojo.
cálmese. Después vamos a conversar sobre esto. Ahora
cálmese. ¿Por qué no se toma otra pildorita? ¿Eh? Así se Ángela: ¡No me importa que oigan! ¡Usted lo mató! ¡Mató
tranquiliza. primero al viejito, después al señor y ahora al joven! ¡Y no me
extrañaría que también… también…
Ángela (Fuerte llanto): ¡Era lo único que yo tenía!
Mario: ¡Cállese por favor! (Y nerviosamente le cubre la boca
Mario: Llore más bajito, por favor, que pueden oír de afuera.
con la mano haciéndola callar. Ya no se oyen más que algunos
(Golpes. Sollozos de Ángela.) ¡Vamos, vamos, cálmese!
gemidos. Ángela lucha por desasirse. Mario gira la cabeza para
Continúan los accesos de llanto de Ángela y las mirar a la pareja que está junto a la puerta.)
tentativas de Mario, cada vez más angustiosas, por
Mario: ¿Están ahí todavía, esos?
hacerla callar. Al mismo tiempo Willi y Susana, que
hasta ahora fueron un solo cuerpo lleno de miedo, se Willi y Susana, que había escondido la manija detrás de
miran y corren juntos hasta el cajón donde Mario su cuerpo, se miran. Willi pone la oreja en la puerta y
guardó la manija de la puerta. Lo hacen rápido y dice que no con la cabeza. Al mismo tiempo el cuerpo
sigilosamente mientras siguen oyéndose los golpes y de Ángela, en brazos de Mario, ha dejado de moverse.
mientras Mario intenta hacer callar a Ángela. Willis y
Mario: Bueno. ¡Menos mal! (A Ángela.) Listo. Ya se fueron.
Susana encuentran enseguida la manija, corren hasta la
Ahora puede llorar un poquito más si quiere. Pero lo más
puerta e intentan abrirla pero no lo consiguen. La
bajito que pueda. (Le quita la mano y la suelta un poco, pero el
manija está rota. Se miran desesperados en el
cuerpo se derrumba encima. Está muerta. La apoya contra su
momento en que Ángela lanza un agudo llanto y sus
propio cuerpo. Piensa. Luego mira a la pareja.) Se murió. (Willi
palabras se oyen claramente:
y Susana a penas mueven la cabeza afirmando.) Yo no quise.
Ángela: ¡No me toque, que usted fue el que lo mató! ¡Usted lo Ustedes saben que yo no quise. Se puso a llorar, a gritar…
mató al también! (Ellos no contestan. Pausa. Se miran. Mario piensa, con Ángela
sostenida contra su cuerpo. Al fin:) ¿Y ahora qué hacemos?
(Ellos no contestan. Mario mira alrededor. Ve la ventana.) Silencio.) ¿Qué? ¿Me quieren dejar solo aquí, ahora? (Espera.
Venga, ayúdeme. (Temblando Willi se acerca.) Agarre de ahí. Empieza a ponerse nervioso) Está bien. ¡Hagan lo que quieran!
¡Quédense ahí por el resto de sus vidas! (Silencio. Deja la
Willi toma a Ángela de los pies y entre los dos la llevan a la
manija sobre el bolso. Se sienta. Quiere sonreír. Se levanta.
ventana. Mientras sigilosamente, Susana deja la manija en el
Camina por la habitación. Al fin vuelve a la puerta del baño:)
bolso de Mario, se acerca a la puerta del baño, la abre, espía
Vamos, no sean chicos, ¿a qué están jugando? ¡Vamos! ¡Salgan
adentro y la deja entreabierta. Mario y Willi ya dejaron caer a
de una vez! (Fuerte, exigiendo.) ¡Les digo que salgan de ahí
Ángela por la ventana. “escuchan el golpe”. Giran. Mario se
enseguida! ¿O no me entienden? (No hay respuesta. Está muy
sacude una mano contra la otra. Willi lo ve y hace lo mismo.
nervioso. Cruza el escenario y va hasta la puerta de entrada.)
Mario: Mejor no hacer ningún comentario. Toda esta claro me ¿Y qué pasa no hay nadie, ahora, ahí afuera? ¡Abran! (al baño)
parece. (Willi no contesta.) ¡Vamos por favor, salgan! Me están haciendo un chiste, ¿no?
(Silencio. Casi comienza a llorar:) No me van a dejar solo, ¿no?
Mario: Bueno. ¡Que se le va a hacer!
¡Oigan! ¡Oigan! (Rasguea torpemente la guitarra.) Venga y le
Ahora hay una pila de tres valijas y una mochila. dejo tocar. Salga. ¡Le juro que lo dejo tocar! (Se pone a llorar.
Lentamente, con cuidado, Willi se fue acercando a Rasguea torpemente y llora mientras repite.) Le dejo tocar, le
Susana respondiendo a su llamado. Cuando está a su juro. Pero no me dejen solo.
lado:
Susana: ¡Ven, entra!
APAGON. FIN.
Lo agarra de un brazo y lo mete en el baño. Detrás
desaparece ella cerrando la puerta tras de sí. Mario
gira. Todo ocurrió a sus espaldas. No entiende bien.
Mira alrededor. Va entendiendo. Se acerca a la puerta
del baño.
Mario: ¡Oigan! (Golpea la puerta.) ¿Qué paso? Están ahí, ¿no?
(Espera. Silencio. Quiere abrir la puerta pero ya está cerrada de
adentro.) ¿Por qué se encierran? ¿Les pasa algo? (Espera.