Texto Descriptivo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 1

Hogar convertido en restaurante

¿Qué preparo hoy de almuerzo?, es la pregunta que la señora Rosalba se hace todos los días, su
mayor preocupación y convirtiéndose en el más grande desafío. Cada día se esmera por
preparar los más deliciosos almuerzos para su familia, innova con nuevas recetas, pero siempre
teniendo en cuenta que cada integrante en su hogar tiene gustos distintos. Su familia está
conformada por su esposo Manuel y su hija Sara. Literalmente su hogar parece un restaurante
debido a que ellos tienen deleites variados, su reto es cocinar de acuerdo con las preferencias de
su familia. A modo de ejemplo, al padre no le gusta la carne y su hija no come pescado.

Cada día que Rosalba llega a la plaza de mercado de su barrio todo es un completo caos:
primero debe analizar lo que va a cocinar, al tener su mente en orden, se dirige al puesto de
carnes de don Martín, en donde puede ver distintos cortes de carnes jugosas mientras piensa en
todas las preparaciones que puede hacer con esta proteína, luego recuerda que su esposo no
come carne, entonces dirige su mirada hacia el puesto de doña Juana quien vende pechugas de
pollo criollo, las cuales decide comprar. Después, su olfato percibe el olor característico del
pescado, su comida favorita. Mientras piensa en comprarlo, imagina las recetas que podría
hacer aprovechando su sabor único, siempre que su hija no se encuentra en casa.

Entre sus pensamientos, decide dar vuelta a la derecha, y se encuentra con el puesto de frutas de
doña Beatriz, Rosalba está indecisa no sabe si llevar lulo, maracuyá o guayaba. Para decidirse
se dispone a percibir las frutas, sus texturas, su olor y apariencia; nota el lulo, con su color
característico: el naranja, la frescura y el aroma de la maracuyá, pero, decide comprar la
guayaba, escoge la que esté más madura y amarilla para que al partirla pueda notar ese rosado
de la fruta y el jugo quede muy rico para que su familia pueda refrescarse. Mientas se dirige a
la salida de la plaza, escucha en el puesto de desayunos de doña Ruth, la olla de presión pitando
con el delicioso caldo de costilla y las empanadas de pollo más exquisitas.

Seguidamente, Rosalba revisa cuánto dinero sobró luego de hacer el mercado, y opta por
comprar un salpicón endulzado con lecherita; al probarlo, puede saborear todas las frutas y su
placentera combinación. Al terminar las compras, Rosalba se dirige a casa a preparar almuerzo
del día, el cual realiza con mucho amor para complacer a su familia, sin embargo, no tarda en
terminar de preparar este para nuevamente pensar en qué hará de almuerzo para el día
siguiente.

También podría gustarte