Apunte - Tecnología Mecánica
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TECNOLOGÍA MECÁNICA
de
ÍNDICE
UNIDAD I - MEDICIONES I-7
I-4
CORREA SAPIEGA, Luciano Apunte de Tecnología Mecánica
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla I.2.1: Medición ejemplo de la altura de un folio A4 con regla milimétrica. I-11
Tabla II.2.1: Grados de tolerancia. II-19
Tabla II.2.2: Fórmulas de las desviaciones fundamentales de los ejes y agujeros. II-23
Tabla II.2.3: Valores numéricos de los grados de tolerancia normalizados IT para las medidas nominales inferiores o
iguales a 3150mm. II-25
Tabla II.2.4: Valores numéricos de las desviaciones fundamentales para ejes. II-26
Tabla II.2.5: Valores numéricos de las desviaciones fundamentales de los agujeros. II-28
Tabla III.4.1: Significado físico de d y n en distintas máquinas de movimiento principal de rotación. III-40
Tabla IV.1.1: Factores y constante de la ecuación de Taylor para la velocidad máxima de corte con 𝒗 = 𝒎/𝒎𝒊𝒏. IV-43
Tabla IV.1.2: Valores asignados para cada operación y material. IV-45
Tabla IV.1.3: Valores de velocidades de corte para sección normal. IV-46
Tabla IV.1.4: Valores para la fórmula de Kronnemberg para distintos materiales. IV-48
Tabla IV.1.5: Velocidades límite de corte para herramientas de acero rápido en m/min. IV-49
Tabla IV.1.6: Velocidades de corte torneado con plaquetas de carburos metálicos extraduros según 𝒒 y 𝑲𝒛. IV-49
Tabla IV.1.7: Velocidad de corte en m/min (torneado) para herramientas de acero rápido (16-18 W) según el material a
trabajar y la sección de viruta. Duración del afilado: 60 min. IV-50
Tabla IV.1.8: Velocidad de corte en m/min (torneado) para herramientas de acero super rápido (10-12 Co) según el
material a trabajar y la sección de viruta. Duración del afilado: 90 min. IV-51
Tabla IV.1.9: Progresión aritmética con 𝒏𝟏 = 𝟗 𝒓𝒑𝒎, 𝒏𝟖 = 𝟑𝟖𝟎 𝒓𝒑𝒎 y 𝜹 = 𝟓𝟑 𝒓𝒑𝒎 (en 𝒓𝒑𝒎). IV-52
Tabla IV.1.10: Progresión geométrica con 𝒏𝟏 = 𝟗 𝒓𝒑𝒎, 𝒏𝟖 = 𝟑𝟖𝟎 𝒓𝒑𝒎 y 𝝋 = 𝟏, 𝟕𝟏 (en 𝒓𝒑𝒎). IV-52
Tabla IV.1.11: Comparación entre velocidades de giro reales de un torno paralelo y las correspondientes a su
progresión geométrica. IV-54
Tabla IV.2.1: Valores de K y M para las fórmulas de Hippler. IV-56
Tabla IV.2.2: Valores de m para la fórmula de Kronnemberg. IV-57
Tabla IV.2.3: Presiones específicas de corte (𝒌𝒔) para torneado de materiales según dureza Brinell y avance. IV-57
Tabla VII.4.1: Ángulos característicos para las herramientas según el material a trabajar. V-78
Tabla VII.4.2: Secciones circulares y cuadradas para tornear acero dulce, según la sección de viruta. V-79
Tabla VII.4.3: Longitud L en voladizo de la herramienta dadas las dimensiones que definen su sección. V-79
Tabla VII.4.4: Dimensiones normalizadas en mm que definen secciones de herramientas, según DIN 770. V-79
Tabla VII.4.5: Presión específica de corte según cada caso y sección de viruta a cortar. V-79
Tabla VII.5.1: Fuerza P según Taylor. V-81
Tabla VII.5.2: Valores necesarios para el cálculo de 𝒌𝒔′ según Kronnemberg. V-82
Tabla VIII.2.1: Ancho de guía helicoidal según el diámetro de la mecha. VIII-84
Tabla VIII.2.2: Ángulos de hélice 𝜶 según el material a trabajar. VIII-84
Tabla VIII.3.1: Velocidades de corte para agujereado según material y 𝑲𝒛 (mechas de acero rápido). VIII-88
Tabla IX.2.1: Ángulos de corte en las fresas de acero rápido. IX-101
Tabla IX.2.2: Dientes según la enumeración de cada fresa. IX-106
Tabla IX.4.1: Velocidades de corte y avance para fresas de acanalar, dentar y filetear. IX-111
Tabla IX.4.2: Velocidades de corte y avance para fresas de disco y frontales para acanalar. IX-111
Tabla IX.4.3: Avances y velocidades de fresas comunes de acero al carbono. IX-112
Tabla IX.4.4: Avances y velocidad de fresas comunes de acero rápido. IX-112
Tabla IX.4.5: Avances y velocidad de fresas de acero super rápido con 𝒗 = 𝒎/𝒎𝒊𝒏 y 𝒗𝒂 = 𝒎𝒎/𝒎𝒊𝒏. IX-112
Tabla IX.4.6: Presión específica de corte. IX-113
Tabla XI.2.1: Número de granos. XI-125
Tabla XI.2.2: Grado de dureza convencional "Norton". XI-125
Tabla XVI.2.1: Resistencia a la rotura y cortadura de los materiales laminados más corrientes. XVI-140
Tabla XVI.2.2: Lubricantes para el estampado en frío según el material a deformar. XVI-143
Tabla XVI.2.3: Siglas de referencia para lubricantes usados en estampado en frío. XVI-144
Tabla XVI.3.1: Posición y de la fibra neutra en función de r/s. XVI-147
Tabla XVI.3.2: Valores de la constante K para plegado a 90° de chapas de hasta s=4mm según el radio interior. XVI-147
Tabla XVI.4.1: Lubricantes para embutido en relación al material a deformar. XVI-155
Tabla XVI.4.2: Fórmulas del diámetro D del disco desarrollado. XVI-158
I-5
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PREFACIO
Este apunte, realizado durante la cursada, recopila conceptos, tablas y gráficos de uso común en el desarrollo de
los problemas de Tecnología Mecánica. Como siempre, recomiendo con mucho ímpetu que consulten las bibliografías
fuente (referenciadas al final), en especial si se encuentran con algo que tiene un aspecto raro en este documento,
porque es altamente probable que contenga errores de tipeo o en alguna expresión particular. El apunte lo revisé
cuando preparé la materia y corregí algunas cosas, pero es probable que se me haya pasado algo por alto.
En lo que corresponde al contenido extraído de (Pezzano, Tecnología Mecánica I 11va Ed., 1992) y (Pezzano,
Tecnología Mecánica II 10ma Ed., 1988), intenté transcribir las fórmulas sin los factores de conversión que el autor
describe en sus libros (al menos las fórmulas no empíricas). Lo decidí así porque, a mi parecer, es más fácil lidiar más
adelante con la conversión que durante el desarrollo de las fórmulas, sobre todo porque una vez consultada la ecuación
final con la que se trabaja, puede ser difícil reconocer cuáles factores corresponden a un desarrollo matemático del
concepto físico tratado y cuáles corresponden a factores unitarios para la conversión de unidades.
Además, las fórmulas que incorporan factores de conversión de unidades representan otro problema: solo
funcionan cuando se insertan los valores con las unidades pretendidas (para las que se eligieron los factores en
cuestión al momento de dar lugar a dicha fórmula). Esto quiere decir que si quisiera readaptar esta ecuación para
trabajar con otras unidades tiene dos opciones:
• Readecuar los factores de conversión en la fórmula (lo que implica poder discernirlos entre otros
coeficientes que son propios del modelo matemático) o
• Convertir las unidades de las magnitudes con las que cuenta a unos en las unidades que la fórmula
pretende utilizar
Esta última opción tiene un trabajo adicional que tendrá que efectuar de todas maneras en el desarrollo usual de
las fórmulas como terminaron en este apunte, así que me pareció adecuado generalizarlas en términos de unidades.
Así, por ejemplo, verá que mi expresión para una potencia queda
𝑁 = 𝑀𝑡 𝑛
porque 𝑛 no es más que una velocidad angular (que, con frecuencia, se mide en rpm) y 𝑀𝑡 un momento torsor.
Dimensionalmente hablando, refiriéndonos al sistema internacional, 𝑟𝑝𝑚 mide la misma magnitud que 1/𝑠, afectada,
claramente, por un factor de conversión. Esto quiere decir que, fundamentalmente, la anterior ecuación puede
analizarse dimensionalmente como
1
[𝑁] = [𝑀𝑡 ][𝑛] = [𝐽] [ ] = [𝑊]
𝑠
Naturalmente, usted debe realizar la conversión de 𝑟𝑝𝑚 → 1/𝑠 con el factor de conversión adecuado (en este caso,
2𝜋/60), pero físicamente hablando se trata de lo mismo.
Por último, queda desearle éxitos1 durante la cursada y los finales.
UNIDAD I - MEDICIONES
Instrumentos de medición, de comparación y medición. Reglas, escuadras, compases, calibre, tornillo micrométrico,
comparadores y bancos micrométricos. Lectura de un instrumento. Escalas milimétricas y en pulgadas. Nonius.
Lectura directa e indirecta de un instrumento. Instrumento de verificación y control.
I.1) Generalidades
Lo que entendemos por medición consiste en comparar magnitudes de un objeto en relación con las de otro
objeto que utilizamos como patrón. Así, resulta enteramente posible realizar mediciones de longitud con, por
ejemplo, pasos. Naturalmente, no se puede esperar gran reproducibilidad de una medición efectuada con un patrón
que no todos pueden reproducir de forma exacta o con la facilidad necesaria.
Por ello, gran parte de los esfuerzos de la metrología están dirigidos a transformar la totalidad de los patrones a
constantes fundamentales. A modo de ejemplo, el metro, que se solía obtener como la distancia entre dos marcas en
una barra de iridio-platino, pasó a definirse como la distancia que recorre la luz en el vacío durante 1/299.792.458 de
segundo.
No obstante, incluso cuando la medición se obtenga por medio de un patrón confiable, siempre existirá una
incertidumbre asociada a la medida (por errores aleatorios o negligencia), además de la ya entendida por la exactitud
del instrumento de medición.
Para realizar estas mediciones, como verá en el siguiente parágrafo, hacemos uso de instrumentos de medición
previamente calibrados respecto de un patrón. Una característica importante de cada instrumento es la llamada
apreciación que se define como la menor medida que se puede medir con dicho instrumento.
Por último, llamamos lectura directa a la que se realiza sobre la regla fija de un instrumento de medición y, como
comprenderá, es parte constituyente de la medición final.
Esto nos permite acceder a apreciaciones por debajo de la menor división de la regla fija.
La regla móvil tiene divisiones tales que solo una de ellas puede coincidir con otra de la regla fija a la vez (o, como
mucho, solo dos de ellas pueden estar igualmente cerca de coincidir con otra división de la fija). De este modo,
entendemos que la medida se obtiene como
Medición = Lectura directa + Apreciación × Nro. de divisiones del vernier hasta coincidir
Ec. I.2-2: Medición
En los calibres milimétricos, con un poco de práctica, verá que no es muy difícil obtener la medición sin necesidad
de aplicar ecuación alguna, pues en esta región del mundo estamos acostumbrados a usar un sistema de medidas
propio de sociedades civilizadas. En contraste, quizá encuentre un poco de resistencia al cálculo de la medida en
pulgadas. Que no le extrañe necesitar computar la Ec. I.2-2 para dar con ella.
En los calibres milimétricos, la regla fija tiene su menor división en 1 𝑚𝑚. La regla móvil, por otra parte, puede
tener de 10 a 50 divisiones. La primera configuración es la que se ve en el ejemplo más abajo, en la Figura I.2.3.
Figura I.2.2: Demostración – el avance de cada coincidencia de la regla móvil es, para las 10 divisiones, de una
décima de milímetro.
La situación con las reglas móviles que tienen 50 divisiones es similar. Se toman 49 divisiones de la regla fija y se
hacen 50 en la regla móvil. Con ello, logra una apreciación de dos centésimas de milímetro.
1 𝑚𝑚
𝐴𝑝50𝑑𝑖𝑣,𝑚𝑚 = = 0,02𝑚𝑚
50 𝑑𝑖𝑣
A modo de ejemplo, intente hacer la lectura de la Figura I.2.3 en un calibre con 10 divisiones.
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2 En algunas mediciones es posible que no haya coincidencia exacta visiblemente. En ese caso, cíñase a la más
cercana a coincidir. Puede que haya, como mucho, dos que estén muy cerca. Cualquiera de ellas daría una medida
válida.
3 Recuerde que las unidades imperiales son fraccionarias. Es decir, 1/16 ′′ es un dieciseisavo de pulgada.
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Figura I.2.5: Esquema de regla fija-móvil en calibre en pulgadas con 40 divisiones de regla fija y 25 de móvil.
Con una configuración así, cada arrastre hasta coincidencia/apreciación/menor magnitud medible por el calibre es
1/40 ′′ 1′′
𝐴𝑝40/25𝑑𝑖𝑣,𝑖𝑛 = =
25 𝑑𝑖𝑣 1000 𝑑𝑖𝑣
Es decir que esta configuración tiene una apreciación de una milésima de una pulgada. Con todo y estas
modificaciones, la lectura sigue siendo idéntica al caso anterior o al milimétrico. Trate de tomar la medida de la Figura
I.2.6.
Figura I.2.6: Medida de ejemplo para el calibre en pulgadas con apreciación de una milésima de pulgada.
En primer lugar, verá que la medida directa es, al menos, dos pulgadas. Hay que sumarle las divisiones hasta que
llega el cero de la regla móvil. Como sabemos, la regla fija está dividida en 1/40 ′′ por cada división. Así, dado que aquí
se llegan a las 3 divisiones, la lectura directa resulta
3
𝐿𝐷 = 2′′ + ′′
40
Si se fija bien, la coincidencia ocurre recién para la división 5 del vernier o regla móvil. Si recuerda, cada división
de esta regla móvil se contabiliza como una unidad de la apreciación. Es decir, como aquí la apreciación es de una
milésima de pulgada, esto se traduce en que 5 divisiones resultan en 5 milésimas de pulgada. Si quiere verlo con más
claridad, siga la siguiente ecuación
1′′ 5′′
𝐿𝐼 = 𝑛𝑟𝑜. 𝑑𝑖𝑣.× 𝐴𝑝 = 5 𝑑𝑖𝑣 × =
1000 𝑑𝑖𝑣 1000
Así, la medición resulta4
3 ′′ 5′′ 80 ′′ 8 ′′ 2
𝑀 = 𝐿𝐷 + 𝐿𝐼 = 2′′ + + = 2′′ + = 2′′ + = 2 ′′
40 1000 1000 100 25
Esta última se lee una pulgada y 2 veintinco-avos de pulgada (2 y 8 centésimos de pulgada). Esta es la parte donde
resulta engorroso usar unidades imperiales: hay que sumar fracciones que no tienen el mismo denominador, como sí
ocurría en el sistema métrico (10, 100, 1000, etc.). No es imposible acostumbrarse a esto, pero que no le extrañe que
las medidas no salgan rápido, sin el cálculo si no está habituado a trabajar con este sistema. Siempre puede recurrir a
la Ec. I.2-2.
4 La notación mixta de fracciones resulta útil para las medidas en pulgadas y está ampliamente difundida.
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Esto quiere decir que puede confiar en los primeros dos dígitos, pero no puede confiar en el dígito que corresponde
a la apreciación en un 100%. Menos aún en los siguientes dígitos.
Esto último tiene la siguiente consecuencia: si usted precisa determinar una magnitud de forma exacta en
cierto orden de magnitud, debe buscar un instrumento con apreciación menor que este orden de magnitud.
En un caso práctico, esto resultaría en que, si usted requiere determinar el diámetro de un eje a la décima de
milímetro de forma exacta, no utilizaría el calibre con apreciación 0,1mm, sino el de apreciación 0,02mm, así, podría
estar completamente seguro5 de que el dígito de la décima tiene 0% de incertidumbre.
Figura I.2.7: Coincidencia de muescas izquierda y derecha del calibre (fija y móvil) con el elemento.
Fíjese en que coinciden en la superficie más externa y no en la más interna que se encuentra por arriba. En este
caso, esta última coincidencia no sería posible porque el elemento a medir tiene dimensiones considerables, pero en
elementos más reducidos, la medición debería comenzar por hacer coincidir las muescas como enseña la Figura I.2.8
para el elemento en negro (el blanco es el mismo, pero mal medido).
Figura I.2.8: Coincidencia a lograr entre muescas para elementos de tamaño más reducido.
Cuando el tamaño del elemento a medir fuera como el de la Figura I.2.7, puede asegurarse de que la coincidencia
es tal si también hace coincidir la regla fija con la parte superior de dicho elemento, como también se enseña en la
misma figura.
2) La fuerza con la que se debe asegurar la muesca de la regla móvil a la superficie del elemento a medir
no debe ser excesiva. Recuerde que la regla móvil para poder desplazarse sobre la fija requiere cierta
holgura. Si se excede con la fuerza, podría hacer que la superficie de la muesca de la regla móvil se incline como
indica la línea dibujada sobre la anterior Figura I.2.8.
3) Se debe verificar que no existe juego en la medida. Es decir, el calibre no debe poder moverse rotando en
dirección paralela al plano de las figuras anteriores. En otras palabras, se debe verificar que la siguiente
posición no pueda alcanzarse.
Figura I.2.9: Juego entre muescas y elemento a medir. La figura enseña el juego que no debe haber.
4) Por último, para la medición de diámetros externos, se debe, en lo posible, inclinar el calibre para lograr que la
regla fija esté completamente apoyada en la dimensión transversal del elemento a medir, como enseña la
Figura I.2.10.
Para mediciones de diámetros externos, es en la posición de la Figura I.2.10 donde debe realizarse la lectura.
Para el caso de mediciones de diámetros internos los principios son los mismos, pero se utilizan las muescas que
están por encima de la regla fija.
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Figura I.2.11: Verificación de que se está tomando la menor medida como diámetro.
Por último, debe verificarse que las muescas están bien apoyadas sobre la superficie del diámetro interno a medir.
Esto se puede constatar cuando el calibre ya no puede realizar el movimiento de la Figura I.2.12.
Figura I.2.12: Verificación del correcto apoyo de las superficies de las muescas para diámetros internos.
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Figura I.2.13: Tornillo micrométrico. 1) tope, 2) pieza a medir, 3) vástago, 4) tuerca de aproximación, 5) escala en
mm, 6) lectura en centésimos de mm, 7) escape de sensibilidad, 8) cuerpo, 9) lecturas de ½ mm y 10) tambor.
En este tipo de instrumentos, la pieza fundamental es un tornillo de paso decimal de 0,5 o 1mm. El cuerpo tiene
una forma de U y por uno de los brazos de esta penetra el tornillo. Por este brazo se tienen las divisiones en milímetros
de lo que sería, aquí, el equivalente a la regla fija. La cabeza del tornillo, con forma de manguito y comúnmente
moleteada, presenta 50 o 100 divisiones, según si el paso es de 0,5 o 1mm, respectivamente. Con esta configuración,
tendríamos la misma apreciación para ambas configuraciones.
1 1 1 𝑚𝑚
𝐴𝑝 = = =
1 1 100 𝑑𝑖𝑣
50 × 100 ×
0,5 1
Algo a destacar rápidamente es que la regla fija tiene las marcas en milímetros hacia arriba. Las que están hacia
abajo son los medios milímetros (que, naturalmente, están a 1mm entre ellas, también).
Ejemplo
II.2) Tolerancia
II.2.a) Definiciones generales
La totalidad de estas definiciones están extraídas de la norma UNE-EN 20286-1.
Como se aclara en la mencionada norma, los términos “agujero” o “eje” designan igualmente el espacio que
contiene (o contenido) entre dos caras (planos tangentes) paralelas de una pieza cualquiera. Incluyen, también,
aquellas piezas lisas de otra sección que no sea circular, designando así el campo de aplicación de esta normativa.
A continuación se presentan algunas definiciones que serán utilizadas posteriormente, extraídas directamente de
la EN 20286-1. No se preocupe si no las entiende, al explicar los temas se recordará su definición.
• Eje: término utilizado para designar todo elemento exterior de una pieza, incluso no cilíndrica.
• Eje normal/Sistema de eje único/S.E.U.: eje elegido como base de un sistema de ajuste de eje normal.
En el sistema ISO, equivale a un eje cuya desviación superior (también llamada discrepancia6 superior) es
nula.
• Agujero: término que designa todo elemento interior de una pieza incluso no cilíndrica.
• Agujero normal/Sistema de agujero único/S.A.U.: agujero elegido como base de un sistema de ajuste
de un agujero normal. En el sistema ISO, equivale a uno cuya desviación inferior (también llamada
discrepancia inferior) es nula.
• Medida/cota: es la unidad elegida, el valor numérico de una longitud.
• Medida nominal: medida a la que se referencian las medidas límites por la aplicación de las discrepancias
superior e inferior.
• Medida efectiva: medida de un elemento obtenida por medición.
• Medida efectiva local: cualquier dimensión medida entre dos puntos opuestos cualesquiera.
• Medidas límites: las dos medidas extremas admisibles de un elemento entre las cuales debe encontrarse
la efectiva, estando incluidas las medidas límites igualmente.
• Medida máxima: la máxima medida admisible de un elemento.
• Medida mínima: la más pequeña medida admisible de un elemento.
II.2.b) Ejes
Como hemos mencionado, un eje constituye un elemento que consideramos como cilíndrico y refiere a todo
elemento exterior de sección arbitraria. Para ver las posibles situaciones con este elemento, refiérase a la figura.
8Lo que divide las aguas es, en realidad, el hecho de cuál es la desviación fundamental. Verá que existe una región
de posibilidades donde la desviación fundamental corresponde a la inferior y otra donde corresponde a la superior.
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Figura II.2.3: Posición de las desviaciones fundamentales (mínima distancia) para ejes. Recuerde que también se
designa 𝑫𝑺 = 𝒆𝒔 y aquí se utilizan minúsculas porque nos referimos a ejes.
Note que de 𝒂 a 𝒈 la desviación fundamental (mínima distancia) es la discrepancia superior, mientras que a
partir de la clase 𝒉, la desviación fundamental (mínima distancia) es la discrepancia inferior. En otras palabras,
de 𝒂 a 𝒈, la medida efectiva del eje residirá por debajo de la nominal, mientras que de 𝒉 en adelante residirá
por encima.
A modo de resumen, puede interpretarse que, en la Figura II.2.2, el primer caso constituye a las clases 𝑎 − 𝑔, en el
segundo caso se tiene una de clase ℎ y de 𝑚 en adelante se trataría del tercer caso9.
Ahora bien, hemos dicho que la clase de la tolerancia nos permitiría fijar la menor distancia/desviación
fundamental ¿Cómo se hace esto? Se determina la desviación fundamental para una clase con la Tabla II.2.2, donde
qué representa esta desviación fundamental dependerá de si la clase está antes o después de ℎ.
Ejemplos
Si una medida tiene un diámetro nominal 𝜙𝑛 = 60𝑚𝑚 y la clase de tolerancia es 𝑓, se tendrá una situación como
la de la Figura II.2.4.
9 Si bien existen más casos, como los intermedios j y js, no son comunes en la práctica. De todas formas, la
determinación de los demás grados se efectúa con ecuaciones que están presentes en las Tablas 2, 3 y 9 de la UNE- EN
20286-1 (Normas Europeas, 1996).
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Tolerancias fundamentales
Los grados de tolerancia están definidos en función de 𝑖 (cuando 𝐷𝑛 ≤ 500𝑚𝑚) o 𝐼 (500 < 𝐷𝑛 ≤ 3150𝑚𝑚). Estas
son las llamadas unidades de tolerancia y se calculan como
3
𝑖 = 0,45 √𝐷 + 0,001 × 𝐷 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝐷𝑛 ≤ 500𝑚𝑚
𝐼 = 0,004 × 𝐷 + 2,1 𝑝𝑎𝑟𝑎 500 < 𝐷𝑛 ≤ 3150𝑚𝑚
Ec. II.2-4: Unidad de tolerancia con [𝑫] = 𝒎𝒎 → [𝒊] = [𝑰] = [𝝁𝒎] .
La norma da la Tabla II.2.1 para el cálculo de las tolerancias fundamentales de los grados 1 al 18.
Tabla II.2.1: Grados de tolerancia.
Medida nominal Grados de Tolerancia Normalizados 10
en mm IT1 IT2 IT3 IT4 IT5 IT6 IT7 IT8 IT9 IT10 IT11 IT12 IT13 IT14 IT15 IT16 IT17 IT18
Hasta
Por
e Fórmulas para las tolerancias normalizadas (resultados en micrómetros)
encima
incluido
− 500 − − − − 7𝑖 10𝑖 16𝑖 25𝑖 40𝑖 64𝑖 100𝑖 160𝑖 250𝑖 400𝑖 640𝑖 1000𝑖 1600𝑖 2500𝑖
500 3150 2𝐼 2,7𝐼 3,7𝐼 5𝐼 7𝐼 10𝐼 16𝐼 25𝐼 40𝐼 64𝐼 100𝐼 160𝐼 250𝐼 400𝐼 640𝐼 1000𝐼 1600𝐼 2500𝐼
Ejemplo
Para una medida nominal de 𝐷𝑛 = 60𝑚𝑚 ≤ 500𝑚𝑚 cuyo grado de tolerancia es 8 tendrá una tolerancia
fundamental (que corresponde a la dimensional) tal que
𝑇𝑂𝐿 = 25𝑖
3
donde 𝑖 = 0,45 √60 + 0,001 × 60 = 1,82𝜇𝑚. Entonces resulta
𝑇𝑂𝐿 = 25 × 1,82𝜇𝑚 = 45,5𝜇𝑚 = 0,0455𝑚𝑚
De la misma manera, si la medida nominal fuera 𝐷𝑛 = 600𝑚𝑚 > 500𝑚𝑚 𝑦 𝐷𝑛 < 3150𝑚𝑚, el cálculo para una
tolerancia de grado 8 sería idéntico, solo que la unidad de tolerancia utilizada cambiaría por
𝐼 = 0,004 × 600 + 2,1 = 4,5𝜇𝑚
y la tolerancia queda
𝑇𝑂𝐿 = 25 × 2,5𝜇𝑚 = 112,5𝜇𝑚 = 0,1125𝑚𝑚
10En el Sistema Argentino encontrará que no designamos 𝐼𝑇 antes del número y nos referimos, por ejemplo, al
grado IT8 como “grado 8” simplemente.
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Ejemplo
El caso más usual es que, durante la fabricación de una pieza, como ser un eje, se tenga que pasar un plano donde
las dimensiones sean claras para el operario (por ejemplo, un tornero). Imagine que este eje tiene que encajar con la
pista interna de un rodamiento. El ingeniero sabe que requiere la pieza eje con cierta clase y grado de tolerancia,
porque esto viene dado por las especificaciones de fabricante para ese rodamiento en particular (y para la aplicación
también) por tablas como la que se enseña en la Figura II.2.7.
Figura II.2.7: Tabla de tolerancias para ejes de acero macizo de un catálogo general de SKF.
Supongamos que requerimos que este eje se relacione con un rodamiento axial de rodillos a rótula y estará bajo
cargas giratorias. El diámetro de la pista interna del rodamiento es de 45𝑚𝑚. Así, la tabla del catálogo nos indica que
la tolerancia debe ser de clase 𝑘 y grado 6. Entonces, la denominación completa del diámetro del eje a fabricar es
45𝑘6
Ahora bien, en un plano que va dirigido a un operario, no se le puede indicar que el eje tiene una dimensión 45𝑘6,
porque el operario, si bien sí puede saberlo, no tiene la obligación de saber cómo calcular tolerancias. Además, lo
que el operario necesita son los diámetros máximo y mínimo. Es trabajo del ingeniero proporcionarle al operario
estos diámetros máximo y mínimo y, como veremos, estos quedan completamente determinados con la medida
nominal, la clase y grado de tolerancia.
La clase de tolerancia indica que estamos en una situación donde la desviación fundamental es la discrepancia
inferior, lo que significa que la zona de tolerancia está por encima del diámetro nominal, como enseña la Figura II.2.8.
II-20
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Figura II.2.8: Situación ejemplo de una tolerancia k6 (escala exagerada para facilitar la distinción).
En esta situación podemos calcular, con ayuda de la Tabla II.2.2, que
3
𝐷𝐼 = 0,6 × √45 = 2,13𝜇𝑚
Fíjese que, con esta información, ya podemos fijar la posición de la tolerancia (porque conoceríamos dónde
comienza de abajo hacia arriba). En otras palabras, también sabríamos que el diámetro mínimo es
𝑫𝒎í𝒏 = 𝑫𝒏 + 𝑫𝑰 = 𝟒𝟓𝒎𝒎 + 𝟐, 𝟏𝟑𝝁𝒎 = 𝟒𝟓, 𝟎𝟎𝟐𝒎𝒎
Luego, la unidad de tolerancia para este ejemplo está dada por la Ec. II.2-4 correspondiente y es
3
𝑖 = 0,45 √45 + 0,001 × 45 = 1,65𝜇𝑚
Teniendo en cuenta que se trata de un grado de tolerancia 6, según Tabla II.2.1, resulta
𝑇𝑂𝐿 = 10𝑖 = 16,5𝜇𝑚
De nuevo, auxiliándose por la figura, coincidirá conmigo cuando digo que 𝐷𝑚í𝑛 + 𝑇𝑂𝐿 = 𝐷𝑚á𝑥 , por tanto, se tiene
𝑫𝒎á𝒙 = 𝑫𝒎í𝒏 + 𝑻𝑶𝑳 = 𝟒𝟓, 𝟎𝟎𝟐𝒎𝒎 + 𝟏𝟔, 𝟓𝝁𝒎 = 𝟒𝟓, 𝟎𝟏𝟗𝒎𝒎
Finalmente, teniendo en cuenta que en la mayoría de las aplicaciones técnicas que no sean de muy alta precisión
trabajará con instrumentos que solo podrán medir hasta la centésima de milímetro, podrá dar los diámetros como
𝑫𝒎á𝒙 = 𝟒𝟓, 𝟎𝟐𝒎𝒎 𝑦 𝑫𝒎í𝒏 = 𝟒𝟓, 𝟎𝟎𝒎𝒎
11 Algunos autores siguen utilizando la unidad de tolerancia 𝑖 para dimensiones mayores a 500𝑚𝑚. Si bien no está
recomendado en la norma, este acercamiento le daría una tolerancia 𝑇𝑂𝐿 = 106𝜇𝑚 = 0,106𝑚𝑚, donde aún se
verifica que 𝑇𝑂𝐿 ≫ 0,02𝑚𝑚.
II-21
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II.2.c) Agujeros
La situación con los agujeros es similar a la vista para los ejes, por lo que encontrará que ciertas explicaciones
siguen siendo válidas, con sutilezas. Por ejemplo, la Figura II.2.9 es análoga a lo que se tenía en la Figura II.2.2.
Figura II.2.9: Posibles situaciones para la tolerancia (relleno cuadrillé) respecto del diámetro nominal.
Observe que, físicamente hablando, el primer caso es uno donde el diámetro del agujero quedará por debajo del
nominal, mientras que el tercer caso es uno donde quedará por encima del nominal. En el segundo caso se tiene
uno donde el 𝐷𝑚í𝑛 = 𝐷𝑛 y, por tanto, 𝐷𝑆 = 𝑇𝑂𝐿.
II-22
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II-23
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Para el caso de las tolerancias de los agujeros, la determinación de la posición de la tolerancia se hace como
hemos visto antes salvo por las siguientes dos excepciones:
a) Para clase N, con grados de tolerancia IT9 a IT16, en medidas nominales superiores a 3mm, pero inferiores
o iguales a 500mm, la desviación fundamental es NULA.
b) Los ajustes de sistema de agujero único o sistema de eje único, para medidas nominales superiores a 3mm
y menores a 500mm, donde un agujero de grado de tolerancia dado es asociado a un eje de grado de
tolerancia más fino inmediatamente superior (ejemplo 𝐻7/𝑝6, 𝑃7/ℎ6) y que deben tener exactamente el
mismo juego o aprieto.
En este caso, se calcula la desviación fundamental según la tabla y se le añade algebraicamente un valor 𝛥
que se define como la diferencia ITn-IT(n-1) entre las tolerancias fundamentales del grupo de medidas
nominales en el grado dado y la tolerancia correspondiente en el grado más fino inmediatamente superior.
Ejemplo integrador
A modo de ejemplo integrador, si un agujero tiene la siguiente especificación 𝐷 = 60𝐺7 ya podemos concluir, por
la clase G, que el diámetro del agujero estará por encima del nominal (véase Figura II.2.10). Con esto y la Tabla II.2.2
queda claro que con la ecuación de dicha tabla estaríamos determinando la DISREPANCIA INFERIOR.
𝐷𝐼 = 2,5 × 600,34 = 10,06𝜇𝑚
Entonces, la situación es la de la Figura II.2.11.
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1) Las desviaciones fundamentales a y b no deben utilizarse para las medidas nominales inferiores o iguales a 1𝑚𝑚.
2) Para las clases de tolerancia 𝑗𝑠7 a 𝑗𝑠11, si el valor 𝑚 de IT es un número impar, redondear a un número par
inmediatamente inferior de forma que la desviación resultante sea ± 𝐼𝑇𝑛/2 y pueda estar expresada en un número
entero de micrómetros.
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Tabla II.2.4: Valores numéricos de las desviaciones fundamentales para ejes. (cont.)
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1) Las desviaciones fundamentales A y B no deben utilizarse para medidas nominales inferiores o iguales a 1𝑚𝑚.
2) Para las clases de tolerancias 𝐽𝑆7 a 𝐽𝑆11, si el valor de 𝑛 de IT es un número impar, redondear a un número par
inmediatamente inferior, de forma que la desviación resultante, sea ± 𝐼𝑇𝑛/2, pueda estar expresada en un
número entero en micrómetros.
3) Para determinar los valores K, M y N de los grados de tolerancia hasta IT8 (incluido) y las desviaciones P a ZC de
los grados de tolerancia normalizados hasta IT7 (incluidos), tomar valores de 𝛥 en las columnas de la derecha.
II-28
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Tabla II.2.5: Valores numéricos de las desviaciones fundamentales de los agujeros. (cont.)
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II.3) Ajustes
La relación de dependencia entre dos piezas se denomina ajuste o asiento y la existencia de esta relación es
necesaria porque no es posible conseguir igualdad absoluta entre dos piezas (francamente tampoco es
necesario), como es el caso de un conjunto eje-agujero. En general, tendremos tres situaciones bien distintas respecto
de la posición relativa de las tolerancias del eje y del agujero, pero primero nos conviene determinar el sistema base.
Sistema base
Sistema de eje único
El sistema de eje único (S.E.U.) es uno donde la tolerancia del elemento eje es de clase h. Lo que quiere decir que
nos encontramos en la situación de la Figura II.3.1.
Figura II.3.2: Posibles situaciones de ajuste para un sistema de eje único. En naranja las líneas y tolerancias
correspondientes a los posibles agujeros donde se posiciona este elemento eje.
Llamamos juego cuando el ajuste es tal que medida máxima del eje es menor que la medida mínima del
agujero. Es visualmente reconocible porque las tolerancias están desfasadas y la del agujero está por encima de la del
eje.
Un ajuste de deslizamiento es el que se tiene cuando la medida máxima del eje coincide con la medida mínima
del agujero.
Finalmente, un ajuste de aprieto es el que tenemos cuando la medida máxima del eje es mayor que la medida
mínima del agujero. Visualmente es reconocible porque existe una interferencia entre las tolerancias del agujero y del
eje.
Si bien el nombre de aprieto/apriete parece implicar que no existe juego alguno, existe un caso muy particular
donde la interferencia entre las tolerancias es tal que sí que puede existir juego. Esto puede ocurrir cuando la posición
de las tolerancias y sus magnitudes son tales que configuren un sistema como el que se ve en el último caso (el segundo
de aprieto) en la Figura II.3.2. En este caso, la medida máxima del agujero es mayor que la medida mínima del eje,
pero sigue siendo cierto que la medida mínima del agujero es menor que la máxima del eje, de modo que
seguiríamos en un caso de aprieto. En esta situación, la medida efectiva del eje podría ser, tranquilamente, menor que
la del agujero y, por tanto, existiría un juego.
En definitiva, el aprieto no es absoluto, sino que está en función de las clases y magnitudes de las tolerancias. No
obstante, sí es cierto que es un caso muy infrecuente. Fíjese en que la clase debería ser muy cercana a H para el agujero
y el grado de magnitud de tolerancia debería ser mucho menor que el del eje para que algo así suceda. Esto último es
lo que le dota de infrecuencia, porque lo usual es que los grados de tolerancia sean congruentes; no se va a fabricar
un eje ℎ8 para introducirlo en un agujero 𝐽5.
II-30
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Figura II.3.3: Juegos máximo y mínimo en situación de juego para un sistema de eje único.
En una situación de deslizamiento, también podría existir un juego. Naturalmente, se trataría del juego máximo,
cuya definición sigue siendo la provista por la Ec. II.3-1. También según esta ecuación, el juego mínimo sería nulo.
También es posible que exista un juego máximo en el caso de aprieto incierto (el cuarto caso de la Figura II.3.2).
Aprieto máximo y mínimo
En una situación de aprieto, también existen magnitudes análogas a las anteriores. Son los aprieto máximo y
mínimo. Estos aprietos son el reflejo de la mínima y máxima deformación que el elemento de menor dureza sufrir
durante el ajuste. Se definen como
𝐴𝑝𝑚á𝑥 = 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚í𝑛 − 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚á𝑥 𝑦 𝐴𝑝𝑚í𝑛 = 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚á𝑥 − 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚í𝑛
Se representan en la Figura II.3.4. En la normativa se los define como diferencias negativas, de modo que, si bien
el segmento físicamente hablando sí son los señalados en la figura, la diferencia debe hacerse de tal forma que resulte
una medida negativa.
Figura II.3.4: Aprietos máximo y mínimo en situación de aprieto para un sistema de eje único.
En el caso de un aprieto incierto, habría un aprieto máximo también.
Para un sistema de agujero único también existen las posibilidades de juego, deslizamiento y apriete vistas para el
de eje único. Puede corroborarlas en la siguiente Figura II.3.6.
Figura II.3.6: Posibles situaciones de ajuste para el sistema de agujero único. En naranja se tienen las líneas y
tolerancias del eje.
Igual que ocurría con el caso del eje único, la interferencia entre tolerancias podría dar lugar a un caso de aprieto
donde haya juego (aprieto incierto)
Juego máximo y mínimo
En este caso, el juego máximo y mínimo pueden definirse como
𝐽𝑚á𝑥 = 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚á𝑥 − 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚í𝑛 𝑦 𝐽𝑚í𝑛 = 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚í𝑛 − 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚á𝑥
y pueden observarse en la figura.
Figura II.3.7: Juegos máximo y mínimo en una situación de juego para un sistema de agujero único.
También como ocurría en el sistema de eje único, existirá un juego máximo en el deslizamiento, pero el juego
mínimo será nulo.
Aprieto máximo y mínimo
Se definen como
𝐴𝑝𝑚á𝑥 = 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚á𝑥 − 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚í𝑛 𝑦 𝐴𝑝𝑚í𝑛 = 𝐷𝑒𝑗𝑒,𝑚í𝑛 − 𝐷𝑎𝑔𝑢𝑗𝑒𝑟𝑜,𝑚á𝑥
y pueden observarse en la figura
Figura II.3.8: Aprietos máximo y mínimo en una situación de aprieto para un sistema de agujero único.
También existirá un aprieto máximo en un aprieto incierto.
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12 Otra peculiaridad es que con frecuencia los criterios le dirán cuál fabricar de mayor dureza. Por ejemplo, si todos
los criterios, salvo el de dureza, apuntan a tomar sistema de eje único, entonces será mejor si se puede fabricar este
elemento que cumple la función de eje de mayor dureza.
II-34
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III.1) Generalidades
Se entiende por herramienta de accionamiento mecánico a aquel elemento que, por su forma y empleo
adecuado, es capaz de modificar gradualmente las formas de un cuerpo hasta darle las dimensiones requeridas.
Las herramientas de corte adoptan numerosas formas, pero una de las clasificaciones habituales refiere a la
cantidad de bordes cortantes que tiene, como la Figura III.1.1 enseña. En esta clasificación distinguiremos entre
monocortante y policortante (o multicortante). Además, esta clasificación a veces también resulta en una respecto de
su uso:
• Las monocortantes son habituales en torneado, limado, alesado, mortajado y cepillado.
• Las policortantes son de uso común en procesos de fresado, agujereado, calibrado o escariado y
rectificado.
Figura III.1.1: a) herramienta monocortante para roscar; b) fresa cilíndrica de bordes cortantes múltiples de una
sola pieza; c) fresa cilíndrica con bordes cortantes múltiples postizos.
Por último, queda mencionar que, analizando cada una de sus aplicaciones en detalle, la acción de cada
herramienta variará según se trabaje en línea recta o en una curva, si la herramienta tiene un solo borde cortante o más,
etc. Entonces, la acción recíproca herramienta-material se puede empezar a estudiar como una derivada de la
correspondiente al torneado.
III-35
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Figura III.2.1: Planos de referencia formados por las fuerzas y reacciones por una herramienta cortante recta: Los
planos contienen: I) la dirección de corte y el avance longitudinal; II) plano que contiene el avance transversal y la
dirección de corte; III) el avance longitudinal y el de profundidad.
Además, sobre las fuerzas que están teniendo lugar podemos decir que
• la fuerza de corte principal es 𝑷 y está en la dirección del corte,
• la fuerza de avance 𝑷𝒂 está en la dirección del avance longitudinal,
• la fuerza de penetración 𝑷𝒕 está en la dirección del avance normal.
Para mayor claridad, tomamos las reacciones en lugar de las cargas, lo cual es también interesante desde el punto
de vista de las solicitaciones a las que está sometida la pieza 13.
III.2.a) Ángulos
Los ángulos también son importantes. En la siguiente figura, podrá ver una esquematización de los ángulos que
se tienen en cuenta a la hora de definir por completo cómo se realiza el corte. En ella, se observan:
• el ángulo de corte 𝜹 que siempre se mide en un plano normal al III (véase la Figura III.2.1).
• el ángulo de incidencia 𝜶 que es el que forma la superficie de corte con la de incidencia.
• el ángulo de filo 𝜷 entre las superficies de incidencia y de ataque.
• el ángulo de ataque 𝜸 entre la normal de las superficies de corte y de ataque debe ser el adecuado para
evacuar la viruta que genera este material.
• el ángulo de posición 𝝌. Algunas bibliografías lo denominan ángulo de filo primario.
• el ángulo de inclinación 𝝀.
• el ángulo de punta 𝜺
Por otra parte, aunque no esté señalado en la figura, puede observarse desde aquí el espesor de pasada como la
profundidad radial que está metida la herramienta de corte en la pieza a cortar.
III.2.b) Superficies
Por último, las superficies también requieren atención. Fijándonos de nuevo en la Figura III.2.2, podrá ver que
distinguimos las siguientes:
• la superficie de ataque es la frontal de la herramienta, sobre la que resbala la viruta.
• la superficie de incidencia es la de la herramienta que da frente a la pieza pero que no debe rozarla.
• la superficie de corte corresponde a una de la pieza y está señalada en la figura.
III-37
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La superficie de ataque se hace, por lo general, plana. Solo en aquellos casos donde se deba garantizar una salida
cómoda de la viruta (como es el caso de materiales tenaces14) adquieren una forma curva.
La posición del borde cortante también es importante. Piense en que un borde cortante frontal no resulta
conveniente fuera de los casos donde se realice un trabajo de acabado o cuando se corta acanalado (tronzado). Para
los torneados cilíndricos y el cepillado, conviene que el borde esté dispuesto de costado, enfrentando el sentido del
movimiento longitudinal de la herramienta.
Figura III.3.1: Esquema de una vista superior de la situación representada en la Figura III.2.1.
El elemental representado con línea de trazo en la Figura III.3.1 está sometido a una carga por parte de la
herramienta, generando esfuerzos de compresión en él. Las tensiones de corte harán que este elemental falle en un
ángulo de 45° respecto de la dirección donde actúan los esfuerzos si es que se trata de un material dúctil. Si se trata
de uno frágil, será a 90°. En cualquier caso, lo importante es que parte de este material se desprenderá. Esto es lo que
llamamos viruta.
Energéticamente hablando, los materiales dúctiles son capaces de absorber (una parte de15) la energía provista
por el trabajo que efectúa la herramienta cortante en forma de energía de deformación. Así, primero se deforman
elástica y plásticamente y luego fallan. Con los materiales frágiles, al no poder absorber esta energía en forma de
deformación, su principal forma de disipación de esta es el calor, pero tampoco es que disiparán mucho antes de fallar,
porque son frágiles.
14un material tenaz se resiste a deformarse. Es otra forma de definir materiales frágiles, que no pueden absorber
mucha energía de deformación y, por tanto, rompen súbitamente.
15 También disipan parte de esta en forma de calor.
III-38
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Mecánicamente hablando, incorporando las nociones energéticas recién discutidas, podemos definir tres tipos de
viruta que son posibles de observar en la Figura III.3.2 y discutidas a continuación.
III-39
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Figura III.4.1: Arranque de viruta con movimiento principal de rotación. A) agujereadoras, B) torneado cilíndrico y
C) frenteado, D) esmeriladora y C) fresadora.
Como normal general, verá que el diámetro a elegir es siempre el mayor en el proceso en cuestión. Esta aclaración
es necesaria porque en procesos como el frenteado, en un torno, el diámetro irá variando (pues la pieza se va acotando
en diámetro), entonces, como cota máxima del diámetro, siempre se usa el diámetro mayor o exterior. En la Tabla
III.4.1, puede comprobar a qué diámetro y velocidad de rotación nos referimos.
Tabla III.4.1: Significado físico de d y n en distintas máquinas de movimiento principal de rotación.
Máquina Proceso Diámetro 𝒅 𝒏
Cilindrado diámetro máximo de la pieza rpm de la pieza
Tornos
Frenteado diámetro máximo de la pieza rpm de la pieza
Fresadoras Todos diámetro exterior de la fresa rpm de la fresa
Agujereadoras Todos diámetro exterior de la mecha rpm de la mecha
Esmeriladoras y
Todos diámetro de la piedra esmeril rpm de la muela
rectificadoras
III-40
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Figura III.4.2: Arranque de viruta con movimiento rectilíneo como principal. A) sierra sin fin y B) brochadora.
Sierra sin fin
Como puede ver en la Figura III.4.2, la velocidad de corte 𝑣𝑐 está directamente relacionada con el giro de la polea
sobre la cual se enrolla la cinta sin fin. Si esta polea gira a 𝑛 rpm y tiene un diámetro 𝑑, resulta evidente que
𝑛𝑑
𝑣𝑐 =
2
Ec. III.4-2: Velocidad de corte de una sierra sin fin (movimiento principal rectilíneo).
Estas máquinas suelen ser de velocidad uniforme.
Brochadora
En esta, la brocha realiza una carrera 𝑆, empleando para ella un tiempo en segundos. La velocidad queda
𝑆
𝑣𝑐 =
𝑡
Ec. III.4-3: Velocidad de corte en Brochadora (movimiento principal rectilíneo).
donde [𝑆] = 𝑚 y [𝑡] = 𝑠 o min. También las velocidades son uniformes en estas máquinas.
Figura III.4.3: Arranque de viruta por movimiento principal rectilíneo y alternativo. A) Limadoras, B) Acepilladoras
y C) mortajadoras y acanaladoras.
III-41
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El movimiento de este tipo de máquinas está compuesto por una primera carrera, un movimiento activo que realiza
el corte, y una segunda carrera, cuyo movimiento es pasivo en el sentido de que no corta, sino que vuelve a la posición
original para empezar nuevamente. Por ello, es natural que la velocidad incluso se anule, pues debe ocurrir,
necesariamente, en los extremos.
Con esto en consideración, lo usual es tomar una velocidad media 𝑣𝑚 como la velocidad de corte. Estará en función
de la carrera S y el tiempo empleado en la carrera activa 𝑡𝑎 .
𝑆
𝑣𝑚 =
𝑡𝑎
Ec. III.4-4: Velocidad de corte en máquinas cuyo movimiento principal es rectilíneo y alternativo.
III-42
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16 En los casos que venimos viendo, el paso refiere al avance longitudinal por cada vuelta.
17 La velocidad de corte es, en el caso del torneado, la velocidad tangencial (con el diámetro trabajado como
parámetro). En el caso de cepillados, la velocidad es lineal y es la relativa entre la pieza y la herramienta cortante.
18 Tensión de ruptura por tracción.
IV-43
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Notará, en la Tabla IV.1.1, la ausencia de parámetros para el acero inoxidable. La bibliografía consultada (Pezzano,
Tecnología Mecánica I 11va Ed., 1992) no tiene en cuenta este material porque, a la fecha de su edición, no era habitual
su uso en la técnica. Ni hablar de aleaciones especiales. Algunas de las consideraciones a tener en cuenta con el acero
inoxidable están relacionadas a su notablemente mayor dureza y capacidad para la transferencia de calor. En
definitiva, para maquinar materiales que no se encuentren en la bibliografía (y en algunos casos incluso para los que
sí están), siempre es prudente consultar los catálogos de los fabricantes.
IV-44
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Denis adopta una sección de viruta normal, que es la utilizada en sus experiencias. Para otra sección es necesario
utilizar lo que él denominaba Ley de Rendimiento Constante, mediante la cual puede aplicarse a secciones diversas.
Las secciones normales son
Para torneado: 𝑎 = 0,5 𝑚𝑚 𝑒 = 5 𝑚𝑚
Para agujereado: 𝑎 = 0,25 𝑚𝑚 𝑒 = 25 𝑚𝑚
Para fresado: 𝑎 = 0,05 𝑚𝑚 𝑑𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒,
𝑏 = 50 𝑚𝑚 𝑙𝑎𝑟𝑔𝑜 𝑑𝑒 𝑓𝑟𝑒𝑠𝑎 𝑐𝑖𝑙í𝑛𝑑𝑟𝑖𝑐𝑎
La sección 𝑒 = 10𝑎 es muy exagerada, se suele tomar 𝑒 = 3𝑎 hasta 6𝑎. Taylor tomó 3𝑎.
Condiciones experimentales
La herramienta, preparada según los ángulos correspondientes al material, se utilizaba haciéndola trabajar a
distintas velocidades. Primero, se sometía la misma a una velocidad de corte 𝑣1 durante 90 minutos. En este lapso, la
herramienta quitaba de la pieza un volumen 𝑄1 de viruta. Con esto se tiene un punto en una gráfica que tiene por
abscisas las velocidades y el volumen de viruta por ordenadas. Esto se repetía con herramientas idénticas para
velocidades distintas, dando lugar a las llamadas curvas de producción. Puede verse un ejemplo en la Figura IV.1.1.
De todas formas, puede que la disminución del volumen de viruta pueda estar compensada económicamente por
el tiempo que se ahorra de trabajo, si la velocidad se aumenta de forma prudente. Denis adopta un valor 𝑣𝑝 como
velocidad práctica límite. Este valor se corresponde con, aproximadamente, 𝑣𝑝 = 4/3 𝑣0 y, para esta velocidad, 𝑄𝑝 =
1/2 𝑄0 .
Toda la zona rayada en la Figura IV.1.1 corresponden a velocidades convenientes. Así, las menores pueden usarse
para el desbaste y las mayores para el acabado.
También, de acuerdo con los resultados gráficos, Denis admite que 𝑣𝑙 = 3/2 𝑣0 .
Analizando el tipo II de curva en la misma figura, corroborará que existen dos máximos. Si traza una tangente al
segundo (una horizontal) verá que
3 4 5
𝑣𝑝 = 𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑝𝑟á𝑐𝑡𝑖𝑐𝑎 = 𝑣0 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑄 = ( 𝑎 ) 𝑄0
2 3 4
𝑣𝑙 = 𝑣𝑒𝑙𝑜𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑 𝑙í𝑚𝑖𝑡𝑒 = 2 𝑣0 𝑒𝑛 𝑙𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑄 = 0
Se aconsejan las velocidades comprendidas en la zona rayada.
Tabla IV.1.3: Valores de velocidades de corte para sección normal.
IV-46
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Ec. IV.1-8: Ecuaciones para la determinación de velocidad de corte según Denis referidas a la sección normal.
IV-47
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IV-48
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En definitiva, no solo es difícil sino imposible dar con una velocidad adecuada para el proceso de antemano, aunque
sí es cierto que se pueden dar con velocidades límite.
Además, dado que la función principal de una máquina cortante es la de cortar metal, es decir, producir viruta,
resulta conveniente, durante la producción, especificar en 𝑘𝑔/𝑚𝑖𝑛 o 𝑐𝑚3 /𝑚𝑖𝑛 la cantidad de viruta removida.
Antes de acercarnos a una suerte de velocidades límites, se debe aclarar que estas están dadas según el proceso,
la máquina y la dureza del material. Además, también están en función del material que conforma el borde cortante
de la herramienta. Por ejemplo, para los aceros rápidos se tiene la Tabla IV.1.5, pero para otros materiales esta tabla
pierde validez.
Tabla IV.1.5: Velocidades límite de corte para herramientas de acero rápido en m/min.
Como comentamos anteriormente, las herramientas de corte que tenían por filo una plaqueta de carburo metálico
duro aumentaron las velocidades obtenibles para una misma duración. De hecho, puede contrastar la anterior tabla
con la siguiente y verificar esto, donde se dan velocidades caracterizando los materiales por 𝐾𝑧 (no 𝐾𝑠 ).
Tabla IV.1.6: Velocidades de corte torneado con plaquetas de carburos metálicos extraduros según 𝒒 y 𝑲𝒛 .
IV-49
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Esta tabla puede ser útil como referencia. Notará que no se tiene una distinción entre los procesos de acabado ni
desbastado, como sí se tenía en la Tabla IV.1.5. Aquí, entra el sentido común.
Para la elección de la columna deberá tener en cuenta que
• el desbastado se hace a poca velocidad, arrancando mucha viruta (mayor sección de viruta).
• el acabado, en contraste, se hace a mucha velocidad, arrancando poca viruta (menor sección de
viruta).
Recuerde la definición de la sección de viruta 𝑞 = 𝑎 𝑒. Elegirá un valor superior de 𝑞 para un desbastado que para
un acabado. De ese modo, resulta evidente que las columnas más a la derecha (de mayor 𝒒) se utilizan para el
desbastado.
Ahora la pregunta es si se desea realizar un desbaste ¿cuán a la derecha debe elegirse la columna? (por tanto, la
sección de viruta). Resulta que esto no es ajeno a la capacidad de la máquina cortante que estamos utilizando. Es decir,
para lograr un desbastado y ahorrarse el mayor tiempo posible, lo mejor sería arrancar muchísima viruta a poca
velocidad (es decir, elegir la columna más a la derecha). No obstante, puede que nuestra máquina, para el material
que se tiene, no pueda proveer la potencia necesaria de corte. Así, se entiende que deberíamos ir a una más a la
izquierda (por ejemplo, 𝑞 = 8𝑚𝑚2 ).
Para el acabado, la cuestión es bastante más simple: siempre se debe optar por la menor sección de viruta posible
y, por tanto, por la mayor velocidad. Esto es porque el proceso de acabado tiene por objetivo no dejar rayas visibles
sobre el material, labor que solo se puede completar si la sección de viruta arrancada es diminuta y, por tanto, no deja
trazos visibles.
En definitiva: para el ACABADO siempre se opta por la mayor velocidad y la menor sección de viruta posible (lo
más a la izquierda posible en la tabla) y para el DESBASTADO dependerá de la máquina, pero siempre se opta por lo
más a la derecha de la tabla posible.
Para la elección de la fila se deberá tener en cuenta el material y, más bien, la tensión de rotura por compresión
(𝑘𝑧 ). Como en el acero este valor coincide con la de tracción, se utilizan indistintamente. Si se fuera a maquinar otro
material debe tenerse cuidado, pues esta coincidencia ya no es válida y se debe recordar que se requiere la de
compresión.
Con un criterio idéntico, también pueden utilizarse la Tabla IV.1.7 para acero rápido y la Tabla IV.1.8 para acero
super rápido.
Tabla IV.1.7: Velocidad de corte en m/min (torneado) para herramientas de acero rápido (16-18 W) según el
material a trabajar y la sección de viruta. Duración del afilado: 60 min.
IV-50
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Tabla IV.1.8: Velocidad de corte en m/min (torneado) para herramientas de acero super rápido (10-12 Co) según el
material a trabajar y la sección de viruta. Duración del afilado: 90 min.
400
200
mm
Figura IV.1.4: Velocidades de rotación según el diámetro fijadas tres velocidades de corte.
19 Se hace notar que incluso en las máquinas cuyo movimiento principal o de corte se tenga uno rectilíneo
(alternativo o no), este movimiento lineal se obtiene luego de diversas transformaciones, pues lo normal sea que se
obtenga este a través de un movimiento generado por un el eje de un motor u otro sistema de transmisión anterior
(cuyo movimiento sería de rotación).
IV-51
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Los valores de 𝑛 variables pueden conseguirse solamente en el caso de máquinas con control numérico. En general,
las máquinas tienen velocidades 𝑛 fijadas y el cambio de estas durante un proceso es inaccesible. El número de
velocidades del que disponen las máquinas está dado en alguna de las siguientes progresiones:
• por progresión aritmética
• por progresión geométrica
La clave para fijar las velocidades es elegir una progresión y contar con las velocidades máxima y mínima. Por
ejemplo, en el caso en que, de menor a mayor, las velocidades fueran 𝑛1 , 𝑛2 , … 𝑛𝑚 y 𝑛1 = 9𝑟𝑝𝑚 y 𝑛𝑚 = 380 𝑟𝑝𝑚, podría
fijar los valores intermedios según alguna de las progresiones. En este caso, 𝑚 = 8.
Por ejemplo, en progresión aritmética, construirá los valores intermedios efectuando
𝑛1 , 𝑛1 + 𝛿, 𝑛1 + 2𝛿, … , 𝑛1 + (𝑚 − 1)𝛿
Ec. IV.1-11: Progresión aritmética.
Con 𝛿 = 53 𝑟𝑝𝑚 resultan los valores de la Tabla IV.1.9.
Tabla IV.1.9: Progresión aritmética con 𝒏𝟏 = 𝟗 𝒓𝒑𝒎, 𝒏𝟖 = 𝟑𝟖𝟎 𝒓𝒑𝒎 y 𝜹 = 𝟓𝟑 𝒓𝒑𝒎 (en 𝒓𝒑𝒎).
𝑛1 𝑛2 𝑛3 𝑛4 𝑛5 𝑛6 𝑛7 𝑛8
9 62 115 168 221 274 327 380
Por otra parte, para una progresión geométrica se calculará cada iteración como
𝑛1 , 𝑛1 𝜑, 𝑛1 𝜑 2 , … , 𝑛1 𝜑 𝑚−1
Ec. IV.1-12: Progresión geométrica.
Con un valor 𝜑 = 1,71, los valores que resultan en esta ocasión son los de la Tabla IV.1.10.
Tabla IV.1.10: Progresión geométrica con 𝒏𝟏 = 𝟗 𝒓𝒑𝒎, 𝒏𝟖 = 𝟑𝟖𝟎 𝒓𝒑𝒎 y 𝝋 = 𝟏, 𝟕𝟏 (en 𝒓𝒑𝒎).
𝑛1 𝑛2 𝑛3 𝑛4 𝑛5 𝑛6 𝑛7 𝑛8
9 15,4 26,3 44,6 77 129,5 225 380
En el lenguaje de las progresiones, llamamos escalonamiento a la separación que existe entre dos iteraciones
sucesivas. Para visualizar “que tan alejados” están entre sí los valores que representan los de la progresión aritmética
y geométrica, podemos escribir que
𝑛𝑑
𝑣𝑐 =
2
y dado que 𝑛 = 𝑛𝑖 , fijándolo para cada 𝑛 calculado por la progresión, resulta evidente que 𝑣𝑐 es la ecuación de una
recta. Graficamos, entonces, para las progresiones aritmética y geométrica.
En la Figura IV.1.5 pueden verse estas rectas para cada progresión. En esta figura, en sentido antihorario aumenta
la velocidad. Esto quiere decir que 𝑛1 es la traza correspondiente a la línea “más horizontal” que se tiene y 𝑛8 la más
empinada.
50 50
40 40
30 30
vc (m/min)
vc (m/min)
20 20
10 10
0 0
0 200 400 600 0 200 400 600
(mm) (mm)
Figura IV.1.5: Rectas representativas de las velocidades de corte para distintas velocidades de vueltas por minuto
en progresión (izq.) aritmética y (dcha.) geométrica.
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Note que el escalonamiento de la progresión geométrica, para unas mismas velocidades iniciales y finales, es tal
que las rectas están más espaciadas entre sí y distribuidas con cierta proporción. En cambio, en la progresión
aritmética, las rectas se amontonan con mayor inclinación.
Esto último se traduce en que en la progresión aritmética, para diámetros pequeños se tiene muchísimas
velocidades, mientras que para diámetros mayores se tienen apenas una o dos velocidades de giro del plato
(en el caso del torno). Con todo esto, la geométrica resulta la más apropiada para la distribución de velocidades
en el plato de un torno. A modo de ejemplo, la aritmética puede utilizarse, por ejemplo, para las velocidades de
avance.
Factores de la progresión
En la progresión aritmética, 𝛿 se define como
𝑛𝑚 − 𝑛1
𝛿=
𝑚−1
En la progresión geométrica, por otra parte, se tiene
𝑚−1 𝑛𝑚
𝜑= √
𝑛1
Como particularidad, se hace notar que 𝜑 es un factor que los fabricantes han acordado siempre elegir entre las
siguientes posibilidades: 1,06 − 1,12 − 1,26 − 1,41 − 1,48 − 2. Note que este valor definirá la progresión de las
velocidades de giro de una máquina, de ahí la necesidad por tomar estándares o valores normales que pueda asumir
este valor.
Todo esto surge de considerar un campo de regulación 𝑹
𝑛𝑚
𝑅 = 𝜑 𝑚−1 =
𝑛1
Ec. IV.1-13: Campo de regulación.
Así, por ejemplo, para el caso que hemos visto, resulta que 𝑅 = 42,22 → 𝜑 = 1,71.
Este diagrama es vital para elegir una velocidad enésima entre las posibles para la máquina a la hora de
trabajar con cierto diámetro. Se lo utiliza de la siguiente manera:
1. Se fijan los dientes de sierra con ayuda de las velocidades límite provistas por el fabricante.
2. Se traza una vertical correspondiente al diámetro de corte.
3. La anterior vertical debe coincidir con la línea trazada que forma los dientes de sierra en algún punto. Si
coincidiese en una diagonal (lo que significa que coincide en una velocidad enésima), esta será la velocidad
para trabajar.
4. Si no coincide con una diagonal y lo hace con una horizontal, se desplaza hacia la derecha hasta dar con
una diagonal, representativa de la velocidad que utilizará.
Por ejemplo, en la misma Figura IV.1.6, puede ver que para un diámetro de 400𝑚𝑚, en con estas velocidades límite
de corte, al no coincidir con una diagonal, debe elegirse la 𝑛 representada por la recta más a la derecha, siguiendo el
trazo que da la forma de diente de sierra. Así, si recordamos que en sentido antihorario contamos las rectas como
𝑛1 , 𝑛2 , … , 𝑛𝑚 , resulta que la velocidad para este diámetro, en esta franja, debe ser 𝑛2 . Para los 300𝑚𝑚 sí que coincide
con una diagonal del diente de sierra, así que tomamos esta recta, que representa la velocidad 𝑛3 .
En la práctica, es común que estos gráficos dientes de sierra vengan en su versión logarítmica, para que se pueda
visualizar cada recta representativa de 𝑛𝑖 equiespaciada de otra. El proceso de la conformación de un diente de sierra
se realiza y utiliza de manera idéntica al recién visto. Tiene el mismo ejemplo en la Figura IV.1.7.
100
vc (m/min)
10
1
3
1 10 100 110
(mm)
Como comprenderá, algunas herramientas pueden tener más de dos velocidades límites, delimitando así dos
franjas: por ejemplo, una para desbaste y otra para acabado.
Por último, queda aclarar lo siguiente. Supongamos que las velocidades de una máquina, como ser un torno
Figura IV.1.7: Diagrama dientes de sierra logarítmico.
paralelo, son las enseñadas en la Tabla IV.1.11. Al realizar la progresión geométrica, resultarán las velocidades de
abajo según la Ec. IV.1-12.
Tabla IV.1.11: Comparación entre velocidades de giro reales de un torno paralelo y las correspondientes a su
progresión geométrica.
Origen 𝒏𝟏 𝒏𝟐 𝒏𝟑 𝒏𝟒 𝒏𝟓 𝒏𝟔 𝒏𝟕 𝒏𝟖
Máquina
85 185 280 410 640 950 1400 2000
existente
Progresión
85 134.3 212.19 335.27 529.72 836.96 1322 2089
geométrica
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Esta discordancia entre estos valores está asociada a lo siguiente: las velocidades 𝑛𝑖 son fruto de relaciones de
transmisiones de una 𝑛0 original, entregada quizá por un motor eléctrico o proveniente de otra fuente a través de un
sistema de transmisión. En definitiva, hay que ir transformando esta 𝑛0 para llegar a nuestra primera 𝑛1 lo cual, en el
caso en que no se pueda regular la fuente, se realiza a través de sistemas de engranajes.
Primer factor que salta a la vista: los engranajes tienen un número de dientes entero, de modo que las relaciones
de transmisión 𝑖 siempre tendrán una forma fraccionaria, lo cual no siempre puede decirse de los números que
resultan de elevar 𝜑 a 𝑘 − 1.
Segundo factor: no basta con que cualquier engranaje se acople a otro, para ello se necesita que coincidan en
módulo (razón entre el diámetro de paso y el número de dientes).
Esto, entre otras cosas, termina por dejar solo un puñado de velocidades disponibles, pero sí cercanas a las
provistas por la progresión geométrica. Por ello, incluso en máquinas donde la progresión geométrica es la más
frecuente (como el caso del husillo de un torno paralelo, de donde se extrajeron las velocidades de la Tabla IV.1.11),
verá una diferencia entre la predicha por la progresión y la real en cuestiones de velocidades de revolución.
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El valor que toma la presión específica es motivo de distintas características y, al igual que ocurría con la velocidad,
existen diversas formas de determinarla empíricamente.
Como comentario final, deberá reconocer que la fuerza de corte dependerá en gran medida de
• Material de la pieza por trabajar.
• La sección y forma que asume la viruta.
• La forma del filo y su posición frente a la pieza.
Ec. IV.2-5: Presión específica de corte para herramientas de accionamiento mecánico según Hippler.
donde [𝑞] = 𝑚𝑚2 y 𝐾 es un coeficiente que se extrae de la tabla. Se trata de una fórmula empírica, de modo que un
análisis dimensional carece de sentido.
Tabla IV.2.1: Valores de K y M para las fórmulas de Hippler.
20 Recuerde que las escalas de dureza son, de menor a mayor: Brinell, Rockwell B, Rockwell C y Vickers. Entonces,
esta ecuación solo sería válida para durezas relativamente bajas.
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Finalmente, Kronnemberg propone la siguiente ecuación para determinar la fuerza principal de corte:
𝑃 = 𝐶 𝑞𝑚 [𝑃] = 𝑘𝑔𝑓
Ec. IV.2-9: Fuerza principal de corte según Kronnemberg.
donde el valor de 𝑚 es distinto para cada material y sección de viruta. En la Tabla IV.2.2 se encuentran algunos de
estos valores.
Tabla IV.2.2: Valores de m para la fórmula de Kronnemberg.
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Figura IV.2.1: Presión específica de corte para torneado de distintos materiales en función del espesor.
Algunas formas analíticas para dar con este valor pueden verse en la sección VII.5.a).
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21Note que los dos grupos de engranajes de este eje intermedio no están fijos respecto de un mismo eje, como sí
ocurre en I. Esto quiere decir que se puede mover el grupo 4-6-2 sin mover el 9-7 y viceversa.
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Note que en esta primera solución los puntos se enlazan de manera que las relaciones de transmisión se obtienen
combinando las ruedas
𝑧1 𝑧3 𝑧5
𝑖1 = ; 𝑖2 = ; 𝑖3 =
𝑧2 𝑧4 𝑧6
de modo que las velocidades derivadas se obtienen por
𝑛𝐼𝐼1 = 𝑛𝐼 𝑖1 ; 𝑛𝐼𝐼2 = 𝑛𝐼 𝑖2 ; 𝑛𝐼𝐼3 = 𝑛𝐼 𝑖3
De cada una de estas se obtienen dos velocidades derivadas mediante las relaciones de transmisión
𝑧7 𝑧9
𝑖1′ = ; 𝑖2′ =
𝑧8 𝑧10
Figura V.2.2: Ejemplo para la misma caja de velocidades, pero en segunda solución.
Note que entre la primera y segunda solución hay aún más diferencias que los números de dientes de los
engranajes. El salto entre las velocidades del eje II en la primera solución es de valor 𝜑, mientras que, en la segunda,
para el mismo eje, el salto es 𝜑 2 . En contraste, el salto entre velocidades en el eje III, que era de valor 𝜑 3 para la
primera opción, en la segunda es 𝜑.
Como se comentó en la sección IV.1.f) de este apunte, los valores que 𝜑 puede tomar son: : 1,06 − 1,12 − 1,26 −
1,41 − 1,48 − 2
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VII.1) Generalidades
La versatilidad del torno a la hora de operaciones que se pueden realizar en el mismo ha dotado a esta máquina
una particular difusión. Tal es así que, incluso en industrias relativamente pequeñas, se posee siempre al menos un
torno.
Gran parte de las cuestiones que aquí debieran tratarse, como ser la sección de viruta o ángulos de herramienta de
corte ya han sido discutidos en anteriores secciones, pues el torno tiene la particularidad de que la mayoría de los
conceptos que surgen en su funcionamiento son extrapolables a otras máquinas herramientas. Por ello, solo se
completará el apunte en materia de conceptos que no hayan sido cubiertos con anterioridad.
VII.1.a) Clasificación
Grosso modo, una clasificación útil de estas máquinas consiste en las siguientes categorías:
• Tornos horizontales o de bancada horizontal (de los más comunes).
• Tornos verticales, con eje de rotación vertical.
• Tornos de plato, para piezas cortas y de gran diámetro, usualmente a eje horizontal de rotación.
• Tornos revólver o de múltiples herramientas que entran en acción sucesivamente en un orden
establecido.
• Tornos semiautomáticos y automáticos, con cambio automático de alimentación y de utilización
automática de herramientas establecidas en un orden dado.
• Tornos copiadores, que permiten la simultaneidad de dos o más movimientos en el plano o espacio.
Como intuirá, estas clasificaciones, salvo las dos primeras, no son excluyentes; un torno automático puede ser
horizontal o vertical, también.
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• Radio de volteo sobre la bancada (𝑅), el cual determina el diámetro máximo de piezas largas que
pueden tornearse.
• Radio de volteo en el escote (𝑅𝑒 ), que determina el diámetro máximo de piezas muy cortas (que pueden
pasar por la escotadura de la bancada).
Por otra parte, sin importar cuál sea el tipo, los tornos poseen siempre los siguientes mecanismos.
Figura VII.2.3: Secciones que permiten una mejor evacuación de viruta y lubricantes usados para refrigerar el corte.
Adicionalmente, se debe notar que la secciones se fabrican, en la modernidad, con distintas formas para poder
garantizar distintas ventajas. Por ejemplo, en las visibles en la Figura VII.2.3, se logra una mayor facilidad para la
evacuación de viruta y agua jabonosa o líquidos en general (como los que se emplean como refrigerante o
lubricadores).
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Figura VII.2.4: Esquema de un torno horizontal monopolea con caja de velocidades en el cabezal.
22Como veremos más adelante, en la sección VII.3.i), el tornillo patrón es de uso exclusivo para lograr roscados,
por eso se tiene otra barra adicional para los demás procesos del torno.
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Lo usual es que en la contrapunta se tenga la hembra de un cono morse, así, con herramientas que posean el macho
con la conicidad correcta, se logrará una cuña que permite la sujeción de esta herramienta de contrapunta. Algunas
herramientas que se disponen en la contrapunta con frecuencia son las de la Figura VII.2.6.
Figura VII.2.7: Luneta de apoyo, otro accesorio de uso frecuente en los tornos.
Cabezal de un torno
En términos generales, el cabezal de un torno debe cumplir los siguientes requisitos:
• Transmitir el movimiento de rotación a la pieza a tornear.
• Ser suficientemente sólido para no producir vibraciones y/o trepidaciones.
• El husillo
o no debe tener juego en los soportes
o debe resistir los esfuerzos de flexión (por tensión de la correa y por las resistencias útiles debido
al corte de los metales en el torno).
En este apartado, verá los conceptos que probablemente haya visto en mecánica y mecanismos respecto a
transmisión de movimiento. Lo más complicado que puede ocurrir, es que dicho mecanismo se complejice, pero los
conceptos básicos siguen siendo aplicables.
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Figura VII.2.11: Cabezal con comando monopolea y diagrama de velocidades de rotación disponibles para el
mismo.
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En la Figura VII.2.11, los números representan las ruedas que engranan entre sí y las letras los acoplamientos.
Estos últimos se logran desplazando hacia la izquierda o la derecha, accionando palancas respectivas. Note que las
ruedas 7 y 8 están enchavetadas al eje 𝐸2 .
Carro portaherramientas
El carro portaherramientas, también llamado charriot, debe suplir las siguientes necesidades:
• realizar movimientos de traslación longitudinal (para torneado cilíndrico, cónico, agujereado,
frenteado, etc.) en forma automática y/o a mano.
• realizar movimiento de traslación transversal para el frenteado, lo que se consigue con el carro auxiliar
dispuesto sobre él.
• sujetar la herramienta para que el trabajo resulte regular y efectuarlo sin producir vibraciones y/o
trepidaciones.
Sujeción de la herramienta
En la actualidad, se disponen de varios métodos de sujeción de las herramientas cortantes, pues en algunos casos
se sujetan más de una. En la Figura VII.2.14 puede ver algunos ejemplos.
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Figura VII.2.15: Cadena cinemática de avance del carro mediante tren de ruedas en la lira.
Observando el esquema en la Figura VII.2.15, analicemos lo siguiente: si 𝑎 es el avance de la herramienta y 𝑝 el
paso del tornillo patrón23, resulta que, con las ruedas dentadas del tren de inversión y el tren de ruedas de la lira, debe
lograrse una relación que permita calcular el avance. En otras palabras, debe verificarse que
𝑎 𝑧1 𝑧3 𝑧5
𝑖= = × = 𝑖1 𝑖2
𝑝 𝑧2 𝑧4 𝑧6
donde 𝑖1 𝑒 𝑖2 son las relaciones de transmisión en el inversor y en la lira, respectivamente.
A efectos de conseguir distintos avances para cada vuelta de la pieza, los tornos suelen poseer un juego de ruedas
que, combinadas, permiten distintos avances, así como pasos de rosca.
Figura VII.2.16: Cadena cinemática del carro, mediante transmisión a correa (muy anticuada y en desuso).
Antiguamente, los tornos tenían una barra independiente para tornear cuyo movimiento de rotación se obtenía
derivando el principal mediante poleas escalonadas. En este tipo de tornos, existirán tantos avances como escalones
presenten las poleas. El valor de estos avances se deduce de la relación de transmisión producida por los mecanismos
intermedios.
23En este caso, el ejemplo del libro alude a que se use el tornillo patrón para tornear. Recuerde que esto no es lo
recomendable según la sección más adelante sobre roscado.
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VII.3.a) Cilindrado
Exterior
En este caso, el arranque de viruta se efectúa con la herramienta avanzando de forma paralela al eje de rotación
del husillo (y, por tanto, de la pieza) por fuera de esta, como enseña la Figura VII.3.1.
Figura VII.3.3: Mechas de centrar A) para piezas de pequeño diámetro y B) para piezas pesadas.
Si las piezas a trabajar son muy pesadas, en uno de los extremos se toma un plato a mordazas y en la contrapunta
se hace uso de un arreglo especial que consiste en un cono morse hembra sobre el cual se montan puntas que evitan
el excesivo rozamiento (Figura VII.3.4).
Figura VII.3.4: Puntas de apoyo para piezas livianas, pesadas y muy pesadas.
Para asegurar un torneado cilíndrico se necesita asegurar la exacta coincidencia de ambas puntas (husillo o
eje de giro del husillo y contrapunta). El eje geométrico de la pieza debe ser paralelo a las guías sobre las que se mueve
el carro, también.
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Interior
También llamado alesado, el cilindrado interior consiste en un torneado como el que se obtiene en el exterior, pero
esta vez se realiza desde adentro hacia afuera, como enseña la Figura VII.3.5. En estos casos, la pieza se coloca en
voladizo en el plato y las herramientas usadas son las mostradas en dicha figura, sujetándose estas sobre el carro de
la forma usual24.
Figura VII.3.5: Alesado con herramienta común (izq.) y con portaherramienta sin guía (dcha.).
Esto no sucede así cuando los diámetros a tornear son reducidos y la operación no puede hacerse empleando
mechas (porque estas serían exageradamente grandes, costosas y de precisión necesaria en la dimensión diametral
impráctica de dar). Tampoco será así para piezas de diámetro muy grande y longitud considerable, cuando fijarlas
solamente al plato sin ocasionar esfuerzos de flexión ni reacciones grandes en el husillo y en sus soportes sea
imposible. Para estas situaciones, el cilindrado interior se logra con configuraciones como muestra la Figura VII.3.6.
Se coloca la pieza de forma fija sobre el carro, de modo que el movimiento de rotación característico de los casos
anteriores ya no afecta a la pieza. En este caso, este movimiento lo posee el mandril portaherramienta, accionado por
el cabezal del torno. El movimiento de avance lo realiza el carro.
VII.3.b) Frenteado
Consiste en un torneado por desplazamiento transversal de la herramienta de corte. El objetivo es aplanar total o
parcialmente la sección transversal de una pieza, como enseña la figura
24Cabe aclarar que, como verá en el proceso de agujereado más adelante, resultará extremadamente útil (si no es
que estrictamente necesario) agujerear con mechas de diámetro más reducido, respecto del agujero que se quiere
lograr, para lograr un correcto alesado.
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VII.3.c) Tronzado
Consiste en un corte transversal para dividir en dos una pieza que se tornea o para separar una pieza ya ejecutada
del trozo de barra utilizado, o simplemente para realizar acanaladuras. Puede verse un ejemplo en la Figura VII.3.8.
Notará que la herramienta tiene un borde cortante frontal y caras laterales no paralelas. Esta última condición es así
para evitar el rozamiento sobre la pieza en dichas caras.
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En realidad, la única complicación que surge en un proceso como este procede de la determinación de la distancia
radial entre los distintos ejes que se han determinado. Por ejemplo, en la Figura VII.3.14 puede verse el proceso de
cilindrado exterior excéntrico para dar con un cigüeñal de un acodamiento a partir de una barra maciza.
Este procedimiento se torna particularmente difícil al tener múltiples excentricidades, lo que equivaldría, en
nuestro ejemplo, a tener múltiples acodamientos. Por ello, esto es solamente viable en tanto los cigüeñales sean
relativamente pequeños o directamente destinados a motores monocilíndricos (como en este caso). Caso contrario,
requieren accesorios adecuados, como una luneta de dimensiones específicas que pueda dar apoyo intermedio.
VII.3.h) Agujereado
Los fundamentos para el agujereado serán cubiertos en la unidad correspondiente a agujereadoras, pero debe
reconocerse que pueden realizarse agujeros concéntricos al eje de rotación de la pieza en un torno. De hecho, es una
práctica relativamente común cuando el proceso no puede realizarse en agujereadoras, ya sea por la potencia a
soportar (porque la mecha es demasiado grande) o por la dificultad para lograr un centrado perfecto de una pieza
cilíndrica en estas máquinas, trabajo que es relativamente simple en un torno una vez centrada la contrapunta.
VII.3.i) Roscado
Sentido de la rosca
En la industria, tenemos dos denominaciones para una rosca: rosca izquierda o rosca derecha. Esta denominación
hace alusión a qué ocurre con el tornillo y la tuerca al girar en cierto sentido alguno de ellos. Más concretamente,
diremos que la rosca es
• derecha si
o teniendo fijo el tornillo, al girar la tuerca en sentido horario, esta última se aleja de mí 25.
o teniendo fija la tuerca, al girar el tornillo en sentido horario este se aleja de mí.
• izquierda si
o teniendo fijo el tornillo, al girar la tuerca en sentido horario, esta última se acerca a mí.
o teniendo fija la tuerca, al girar el tornillo en sentido horario, este se acerca a mí.
Figura VII.3.16: De izquierda a derecha, rosca izquierda y derecha, respectivamente. En este caso es el tornillo el
que se mantiene fijo para lograr la definición.
25 Visto desde el extremo opuesto a la cabeza del tornillo, es decir, el extremo roscado del vástago.
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Si le quedan dudas respecto a esto, recomiendo tomar un tornillo y tuerca cualquieras y probar. Lo más probable
es que sea de rosca derecha, porque es lo habitual. La rosca izquierda se suele utilizar por razones de seguridad 26 en
algunos sistemas como los reductores de presión que se usan en las garrafas de gas.
En los tornos pueden hacerse ambos tipos de roscas, solo debe elegirse la paridad adecuada de ruedas dentadas
que vinculan el movimiento principal del torno al secundario de avance del carro.
Tipos de rosca
En la actualidad predominan dos tipos de rosca. Esta diferenciación viene dada por la forma en la que dan el dato
del paso del roscado. Recuerde que esta magnitud refiere a la distancia entre dos elementos equivalentes consecutivos
de cada filete del roscado. Es decir, el paso sería, por ejemplo, la distancia entre dos valles consecutivos, así como la
distancia entre dos picos consecutivos.
Rosca Whitworth
Normalizado en Francia, este sistema define su paso a raíz de dar el dato de cuántos hilos hay por pulgada. Para
ejemplo, vea la Figura VII.3.17.
26 Al ser la gran mayoría de roscas derechas en la vida cotidiana, instintivamente, por ejemplo, para aflojar un
tornillo, girará el mismo en un sentido antihorario (viéndolo desde la cabeza del tornillo). Cuando la rosca es
izquierda, esto ocasionará que se apriete más, en lugar de aflojarse, de modo que tendrá que reafirmar su intención
de aflojar y hacer lo anti intuitivo para lograrlo. En definitiva, se logra que piense dos veces en aflojar esta unión.
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Si llamamos 𝑃 al paso del roscado a lograr y 𝐶 al paso del tornillo patrón27, que puede tener un roscado Whitworth
o métrico, se entenderá que la relación que debe lograrse entre las velocidades de rotación del husillo y el tornillo
patrón verificará
𝑛2 𝑧1 𝑃
𝑃𝑛1 = 𝐶𝑛2 → 𝑖= = =
𝑛1 𝑧2 𝐶
Ec. VII.3-3: Ecuación fundamental para el roscado en un torno.
donde los subíndices 1 y 2 representan magnitudes (𝑧 = número de dientes y 𝑛 = velocidad de rotación) de los ejes
correspondientes al husillo y tornillo patrón, respectivamente.
Ejemplos
Roscado Whitworth con tornillo patrón el Whitworth
Digamos que se quiere lograr un roscado de paso 𝑃 = 15ℎ𝑝𝑝 y la constante del tornillo patrón es 𝐶 = 5/16 𝑖𝑛.
1 ′′
16 16 𝑧1
𝑖 = 15 ℎ𝑖𝑙𝑜𝑠 = = =
5 15 × 5 75 𝑧2
′′
2
Roscado métrico con tornillo patrón en Whitworth
Este caso es análogo al caso inverso, así que puede tomarlo como referencia.
Digamos que se quiere lograr un roscado de paso 𝑃 = 1,25𝑚𝑚 con un tornillo patrón de paso 𝐶 = 1/4 𝑖𝑛.
1,25𝑚𝑚 5 50 25
𝑖= = = =
25,4𝑚𝑚 25,4 254 127
4
Como dijimos antes, las ruedas dentadas se fabrican a partir de 16 dientes. De este modo, resulta necesario que
ese 5 en el numerador resulte mayor. Multiplicando y dividiendo por 10 se logra la última igualdad. También hemos
mencionado que todos los tornos tienen al menos una rueda dentada de 127 dientes porque resulta extremadamente
útil al trabajar entre sistemas métrico y Whitworth. Así, si multiplicáramos y dividiéramos todo por 2 resulta el último
miembro de la igualdad, donde se presenta esta rueda dentada de 127 dientes.
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En la Figura VII.4.4 se tienen algunas herramientas especiales para trabajos exteriores, como ser: A) para
acanalar y tronzar, B) y C) para acanalar, corte izquierdo o derecho, con la diferencia de que C) permite un roscado
cuadrado también, D) para roscar un perfil triangular y E) y F) para redondear convexo y cóncavo, respectivamente.
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Tabla VII.4.2: Secciones circulares y cuadradas para tornear acero dulce, según la sección de viruta.
En lo que respecta a la longitud L en voladizo se tiene, según la norma DIN, la Tabla VII.4.3. En esta, 𝑑 es el diámetro
de una sección circular, 𝑎 el lado de una cuadrada y 𝑏 y ℎ los dos lados de una rectangular.
Tabla VII.4.3: Longitud L en voladizo de la herramienta dadas las dimensiones que definen su sección.
Naturalmente, no pueden elegirse secciones arbitrarias y, por extensión, tampoco dimensiones que definan estas
secciones de forma arbitraria. La norma DIN 770 da la Tabla VII.4.4, donde se tienen estas dimensiones normalizadas.
Tabla VII.4.4: Dimensiones normalizadas en mm que definen secciones de herramientas, según DIN 770.
La saliente L fuera del portaherramienta o el sistema de sujeción que posee el carrito del torno, debe ser
proporcional a la altura de la sección del cuerpo de dicha herramienta. Si llamamos 𝑎 a dicha altura, podemos
considerar los cuatro casos (de I a IV) en la Tabla VII.4.5. Para cada uno de estos, se puede conocer la presión específica
de corte 𝐾𝑠 según la dimensión de la sección de viruta en 𝑚𝑚2 que se desea cortar.
Tabla VII.4.5: Presión específica de corte según cada caso y sección de viruta a cortar.
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Figura VII.4.6: Esquematización del posicionamiento del borde cortante para una operación de desbaste.
Para todos los demás casos, lo usual es que el punto medio de la arista de corte y el eje geométrico de la pieza a
tornear compartan un plano que, a la vez, sea paralelo con la base sobre la que se apoya la pieza, como indica la
representación A de la Figura VII.4.7 y se denomina posición normal media. Es una posición común para pasadas finas
o de acabado
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Según Taylor
Es entendible considerar la existencia de al menos dos resistencias que debe vencer la herramienta de corte: la
tangencial 𝑅𝑡 en sentido opuesto a la rotación y la normal 𝑅𝑛 que es perpendicular al borde cortante (ver Figura VII.5.1
izquierda).
En particular, la resistencia 𝑅𝑛 puede descomponerse en una componente que se opone al avance de penetración
(𝑅𝑒 ) y otra que se opone al avance paralelo al eje de la pieza (𝑅𝑎 ). Se entiende que 𝑅𝑒 debe ser anulada por la sujeción
de la herramienta de corte.
Figura VII.5.1: Resistencias presentes, según Taylor, en torneado (izq.) y tronzado (dcha.).
Con todo esto, Taylor entiende que las fuerzas necesarias para vencer estas resistencias son 𝑃 = 𝑅𝑡 , y 𝑃𝑎 = 𝑅𝑎 .
Además, según la misma figura, 𝑅𝑎 = 𝑅𝑛 sin 𝛿 y 𝑅𝑒 = 𝑅𝑛 cos 𝛿.
Tanto Taylor como Fischer consideran que 𝑅𝑎 = 𝑅𝑡 y, en la práctica, 𝑅𝑎 = 𝑃. Así, solo es esta resistencia al avance
paralelo la fuerza de corte. Taylor, en particular, dio las siguientes expresiones para el valor de 𝑃 en kgf.
Tabla VII.5.1: Fuerza P según Taylor.
𝑷 (𝒌𝒈𝒇) Material
88 𝑒 3/4 14/15
𝑎 fundición blanda
138 𝑒 3/4 14/15
𝑎 fundición dura
200 𝑒 14/15
𝑎 acero mecánico
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En el caso del tronzado solo existen 𝑅𝑡 y 𝑅𝑛 . La segunda se debe anular por la sujeción de la herramienta, de modo
que es solamente 𝑅𝑡 la que debe compensarse con el momento de rotación disponible en el husillo.
Para facilitar los cálculos, se puede usar el gráfico de la Figura VII.5.2. Este es uno logarítmico construido a partir
de las expresiones anteriores, caracterizando el comportamiento de cada uno de los materiales.
Según Fischer
La fórmula para dar con la fuerza según Fischer es la vista en Ec. IV.2-4, donde lo único que resta, para cada
condición de corte, es hallar el valor de la presión específica de corte 𝑘𝑠 , lo cual puede hacerse, por ejemplo, con la
Tabla IV.2.3 o la Figura IV.2.1.
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Figura VIII.1.1: Proceso de compresión inicial para comenzar el agujereado. Los trazos discontinuos representan
los bordes cortantes.
Esta compresión ocurrirá cuando la presión ejercida por la fuerza de avance longitudinal (impresa a través de la
mecha por la máquina o el operario), en la superficie de contacto de la mecha, venza la resistencia a la compresión 𝑘𝑧
que presenta el material para esta operación de corte. Si llamamos a esta última 𝐾, queda en evidencia que, para
efectuar la perforación, debe verificarse 𝑃/𝑆 > 𝐾.
Esto quiere decir que, conforme más chica sea la superficie de contacto (menor diámetro de la mecha) menor
fuerza deberá hacerse para obtener esta deformación inicial. En el caso contrario, nos encontraremos con la dificultad
que se describe a continuación.
VIII.2) Herramientas
Las herramientas utilizadas para el taladrado o agujereado son las llamadas mechas o brocas. Estas pueden
presentarse en distintas entregas, según el objetivo con el que se arranca esta viruta.
Figura VIII.2.1: Mecha o broca helicoidal. (a) tenón/tetón, (b) cola, (c) cuerpo, (d) punta, (e) borde cortante, (f) guía
helicoidal cilíndrica, (g) acanaladura para la salida de viruta, (1) superficie de despojo lateral, (2) cara anterior de
despojo, (3) cara posterior de despojo y (4) bordes cortantes.
Por otra parte, la parte activa de esta mecha es fácilmente reconocible por las acanaladuras helicoidales cuyo
perfil forma los bordes cortante en el extremo correspondiente. La función de estas acanaladuras es la de evacuar la
viruta que se arranque del material. Por ello verá que el ángulo 𝛼 resulta de particular importancia y distinto según
qué material se esté cortando.
La profundidad de estas acanaladuras va disminuyendo conforme se acercan a la cola, pues así resulta más sencillo
soportar los esfuerzos de torsión que surgen. Además, el paso de esta hélice no es constante, sino que va creciendo de
punta a cola, lo que ocasiona que el ángulo 𝛼 disminuya también progresivamente.
Adicionalmente, se entiende que el ancho de esta guía helicoidal (f) está en función del diámetro D, como muestra
la Tabla VIII.2.1.
Tabla VIII.2.1: Ancho de guía helicoidal según el diámetro de la mecha.
𝐷(𝑚𝑚) = 10 20 30 40 50 60 80 100
𝑓(𝑚𝑚) = 1,3 2 2,6 3 3,4 3,6 3,8 4
El ángulo de la hélice 𝛼 se recomienda según el material a trabajar, como la Tabla VIII.2.2 indica.
Tabla VIII.2.2: Ángulos de hélice 𝜶 según el material a trabajar.
𝜶 Material
15° bronce y latón
30° acero y fundición
40 a 45° metales ligeros
VIII-84
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Sobre la punta
A primera vista, podría parecer que la punta tiene una forma cónica. Lo cierto es que se trata de dos conicidades
excéntricas entre sí, como quizá pueda apreciarse en la Figura VIII.2.2.
29 Recuerde que en un mecanismo de cuña, la sujeción se logra por el rozamiento entre las superficies cónicas, que
es proporcional a la componente normal de la fuerza. Esta componente existe porque, en primer lugar, se le ha
impreso una fuerza longitudinal hacia dentro del cono para fijar la herramienta. Si le imprime una fuerza contraria, es
decir, hacia afuera, la componente normal cesará de existir y también el rozamiento que fija el macho en la hembra.
VIII-85
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La remoción de esta mecha consiste, sencillamente, en desajustar dicho mecanismo (ya sea por medio de la llave
o a mano), liberándola.
Lubricación
El calentamiento producido durante el agujereado puede influir en las características del filo, haciéndolo más
propenso al desgaste o, de plano, desafilarlo. Si la perforación no es muy profunda o la operación se hace a intervalos
de tiempo, esto no representa un problema. En el caso contrario a cualquiera de estas situaciones, es conveniente
lograr una refrigeración de la mecha con lubricante como aceite emulsionado. Incluso hay mechas que tienen
cavidades longitudinales sobre las que se hace llegar este lubricante a los bordes cortantes.
Materiales
Actualmente, se fabrican mechas de acero rápido y acero super rápido. Pero, al igual que ocurría con las
herramientas de corte para torno, existen versiones de mechas que tienen un cuerpo de acero al carbono, pero que
llevan carburos extraduros (widias) por bordes cortantes, como las que se utilizan con frecuencia para perforar
concreto, pero también se pueden utilizar para cortar metal y, de hecho, dan mayores velocidades de corte.
Una desventaja de las mechas de widia es que, como el filo cortante lo proporciona la plaquita soldada en su punta,
si esta fuera a desafilarse (como cuando se produce un quemado de la mecha) o bien si esta se desprendiera de la
mecha, esta última quedará inútil por completo. Este inconveniente es inexistente en las mechas de acero rápido, por
cuanto, como todo el cuerpo está hecho del material cortante, se puede ir comiendo el material, volviendo a afilarla.
Afilado
Hasta este punto, resulta evidente que la punta de la mecha helicoidal tiene una forma muy particular dada por
dos conos no coaxiales que se intersecan. Durante el afilado, la idea es ir comiendo el material de la mecha, dejando el
borde cortante con un filo adecuado sin perder esta doble conicidad. Entonces, se advierte que el afilado no consiste
en dejar descansar la mecha en una piedra rotante esmeril, sino que la mecha debe realizar un movimiento que talle
el filo e, inmediatamente, coma la superficie cónica para rebajarla con la misma conicidad. Resulta, evidentemente, un
trabajo que requiere de cierta habilidad, si se fuera a efectuar manualmente.
Sin embargo, existen mecanismos, como el que se muestra en la Figura VIII.2.5 (en la que también se enseña el
movimiento que deberá seguir la mecha). Estos permiten realizar un afilado sin tanta exigencia en destreza por parte
del afilador. Esto no quiere decir que no se requiera habilidad para realizar un afilado con este accesorio, porque sigue
siendo cierto que se debe conservar la doble conicidad, lo cual es más fácil decir que hacer.
Agujereado profundo
Para evitar los inconvenientes analizados en VIII.2.b), para perforar agujeros profundos con mechas helicoidales
se suelen usar dos acercamientos, evidenciables en la Figura VIII.2.6.
Figura VIII.2.6: (izq.) Taladrado con guía y (dcha.) Taladrado por rotación de la pieza.
1. Trasladar el movimiento principal a la pieza
Si la pieza es la que rota y la mecha se mantiene fija, dado que la pieza suele estar fijada en una estructura más
rígida (que a su vez está comunicada con la bancada), resulta conveniente que la responsabilidad del movimiento se
traslade a la pieza.
2. Uso de guías que evitan la flexión
Con forma variada, estas guías buscan dar un punto de apoyo intermedio entre la pieza y la herramienta (si lo
piensa, es equivalente al uso de una luneta de apoyo en un torneado para piezas suficientemente largas).
VIII-87
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Para aceros extra rápidos conviene incrementar en un 25% los valores, como sigue
𝑣1 = 1,25 𝑣 𝑦 𝑎1 = 1,25 𝑎
y para herramientas de acero al carbono conviene tomar el 50% de lo que indica la Tabla VIII.3.1.
𝑣2 = 0,5 𝑣 𝑦 𝑎2 = 0,5𝑎
También se pueden determinar el avance y la velocidad para mechas de acero extra rápido con los gráficos de la
Figura VIII.3.1
Figura VIII.3.1: Gráficos para la determinación de (izq.) la velocidad de corte periférica y (dcha.) el avance según.
VIII-88
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30 Si realiza un análisis dimensional verá que se trata de una fuerza, no de una presión.
31 Que 𝑃/2 sea el valor de la reacción vertical será cierto solo si ambos filos están al mismo ángulo y arrancan la
misma cantidad de viruta, que es una situación extremadamente ideal (y una razón para tratar de conservar el filo
durante el afilado). Cuando no sea así, la reacción horizontal no se anulará a ambos lados y se tendrá una resultante
que descentrará la mecha, ocasionando que el agujereado no sea cilíndrico.
32 Recuerde que, según hemos visto en VIII.2.a), 𝛼 = 𝜑 = 116° 𝑎 120°
VIII-89
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Figura VIII.3.3: Valor del producto 𝒂𝒌𝟐 para (1) acero de herramientas, (2) fundición dura, (3) acero moldeado, (4)
acero S. Martín, (5) fundición gris, (6) bronce fosforoso y (7) bronce y latón.
Figura VIII.3.4: Valores del producto 𝒂𝒌𝟏 para (1) acero de herramientas, (2) acero S. Martín, (3) acero moldeado,
(4) fundición dura, (5) fundición gris y (6) bronces.
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Figura VIII.3.5: Valores de k para (1) acero duro, (2) fundición dura, (3) acero mediano, (4) acero dulce y (5)
fundición dulce.
Figura VIII.3.6: Valores de p para (1) acero duro, (2) fundición dura, (3) acero mediano, (4) acero dulce (5), acero
extradulce y (6) fundición dulce.
VIII-91
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Por último, queda establecer una diferencia entre las agujereadoras que no son de mano (de uso profesional o
industrial). Estas últimas las hay sensitivas y con avance automático. Esta distinción no viene a cuento del
mecanismo de avance, sino de quién efectúa este.
En las agujereadoras sensitivas, el avance lo realiza el operario, comúnmente haciendo uso de una palanca cuyo
piñón engrana con una cremallera sobre la que se dispone el portamecha (haciéndolo descender o subir). En esta
acción, el operario siente la resistencia que pone el material a la mecha y de ahí el nombre. En contraste, esta
apreciación de sentir la resistencia es inexistente en las agujereadoras con avance automático, donde este se fija
mediante mecanismos de transmisión como hemos visto en los tornos.
No obstante, debe entenderse que, si bien esta es una diferencia importante, algunas máquinas agujereadoras
cuentan con ambas posibilidades de operación respecto del avance.
Figura VIII.4.1: Esquema de una máquina sensitiva de banco con transmisión por poleas escalonadas.
El motor eléctrico está sobre el bastidor, fijado con dos pernos. Aflojándolos, puede desplazarse horizontalmente
el motor, para lograr mayor o menor tensión de las correas en las poleas. Estas últimas se encargan de transmitir el
movimiento, de modo que este motor, en particular, tendrá 4 velocidades posibles, según las rpm del motor.
El avance se logra con la palanca en línea de trazo por encima del portamecha. Por esto esta máquina es sensitiva.
La de la Figura VIII.4.2 es una agujereadora de banco relativamente similar a la anterior en sus principios. Sigue
tratándose de una sensitiva. Su principal diferencia está en la presencia de un sistema hidráulico, con su tanque de
aceite y bomba alojados dentro de la columna. Con ello se logra elevar el cabezal accionando la palanca izquierda. Este
movimiento corresponde al cabezal, no al portamecha cuyo ascenso o descenso solo se puede realizar con la palanca
de mano que lo hace descender.
Estas dos son presentaciones usuales para agujereados no mayores a 12mm.
Figura VIII.4.3: Esquema de una agujereadora sensitiva común a columna y su mecanismo de avance.
En la misma figura, a la izquierda, puede verificar la complejidad del mecanismo de avance. Tiene que considerar
que el portamechas debe ser capaz de girar y, a la vez, permitir un avance longitudinal. Para ello el árbol portamecha
pasa a través de un buje, así mientras efectúa el movimiento de rotación sigue siendo posible el de avance. Esto es
posible por los cojinetes de empuje axial (C). Algunas de estas máquinas poseen, además, un volante de mando para
comandar el avance, perdiendo la característica sensitiva del proceso, pero sin ser automáticas.
El plato (B) se desplaza con el soporte (S) sobre la columna hasta llegar a la posición de trabajo.
La elevación de la mesa se logra mediante una palanca de pedal (P) que acciona la bomba, elevando el cilindro (S’).
De manera análoga, puede lograrse la elevación del bastidor (T) haciendo lo mismo para el cilindro (S). Se debe notar
que el accionamiento hidráulico solo se utiliza para posicionar los elementos mesa y bastidor, el avance sigue
realizándose de forma sensitiva con la palanca de mano.
Figura VIII.4.5: Esquema de una transmisión que deriva del movimiento principal el avance automático.
Como se puede observar en la representación a la derecha de la misma figura, cuando el anillo dentado deslizante
se encuentra a la derecha, se pueden obtener las velocidades 𝑛1 , 𝑛2 , 𝑛3 𝑦 𝑛4 (directas). Si el anillo se dispone a la
izquierda, acoplando con la rueda 𝑧4 (loca, sobre el árbol), el movimiento incorpora la reducción, de modo que la
relación pasa a ser
𝑧1 𝑧3
𝑖=
𝑧2 𝑧4
logrando las afectaciones 𝑛𝑗 𝑖 para 𝑗 = 1 𝑎 4. O sea, ocho velocidades de rotación.
El movimiento de avance se deriva del principal a través de las poleas escalonadas 𝑃1 y 𝑃2 . Observe la cadena
cinemática que sigue. La polea que recibe este movimiento lo transmite, a través de ruedas cónicas, a un tornillo sinfín
de 𝑚 filetes. El mismo transmite este movimiento a un engranaje helicoidal de 𝑧 dientes y, finalmente, pasa este
movimiento a un piñón de 𝑧5 dientes que engrana con la cremallera de paso 𝑝. Llamando 𝑖1 , 𝑖2 𝑒 𝑖3 a las tres relaciones
obtenibles a través del arreglo de poleas presente para el mecanismo de avance, tendríamos que
𝑧1 𝑧3 𝑚
𝑎1 = 𝑖1 𝑧 𝑝 = 𝑖1 𝑖 𝑧5 𝑝
𝑧2 𝑧4 𝑧 5
𝑎2 = 𝑖2 𝑖𝑎
𝑎2 = 𝑖3 𝑖𝑎
siendo 𝑖𝑎 = 𝑖 𝑧5 𝑝.
VIII-94
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Note que aquí no hemos incluido ninguna modificación de la velocidad debida a las ruedas cónicas. Por tanto, lo
anterior será válido siempre y cuando estas no afecten el movimiento.
El árbol portamecha debe transmitir una fuerza de avance con cierto valor, por ello se usan cojinetes de
rodamiento radiales y axiales, reduciendo el rozamiento y la potencia de accionamiento total.
Figura VIII.4.6: Máquina de agujerear a columna con avance automático y caja de velocidad para estos.
El avance se efectúa derivándolo del movimiento de rotación, dirigiéndolo al árbol C hasta una caja de velocidades
formada por cuatro pares de ruedas a chaveta deslizable, traduciéndose en cuatro avances posibles. La cadena
cinemática es como sigue: del árbol (B) se transmite el movimiento mediante un tornillo sinfín con 𝑚1′ filetes a una
rueda helicoidal de 𝑧1′ dientes, luego:
𝑚1′
𝑖1 =
𝑧1′
El movimiento prosigue en el árbol (C), llegando a la caja de velocidades, donde cuatro ruedas dentadas solidarias
a este lo transmiten a una cualquiera de las del árbol auxiliar, según la posición de la chaveta. Así, se lograrían en esta
caja las relaciones
𝑧1 𝑧3 𝑧5 𝑧7
𝑖2 = 𝑖3 = 𝑖4 = 𝑦 𝑖5 =
𝑧2 𝑧4 𝑧6 𝑧8
El movimiento es recibido por un par de ruedas cónicas de relación 𝑖6 = 𝑧9 /𝑧10 , y, más adelante, recibido por un
tornillo sin fin de 𝑚2′ filetes, dando lugar a la relación 𝑖7 = 𝑚2′ /𝑧2′ . Si el piñón 𝑧11 engrana con la cremallera y esta tiene
un paso 𝜋𝑀0 , por cada vuelta del piñón la cremallera recorre una distancia
𝑧11 𝜋𝑀0
donde 𝑀0 es el módulo de los dientes del piñón y cremallera.
VIII-95
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Caja de velocidades
En la Figura VIII.4.7se muestra una aplicación para obtener ocho velocidades de avance. En este ejemplo, el
movimiento principal es recibido por la polea (P) y transmitido a las ruedas superiores, lográndose
𝑧11 𝑧12
𝑖1 = 𝑒 𝑖2 =
𝑧9 𝑧10
VIII-96
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UNIDAD IX - FRESADORA
Distintos tipo, simples, universales, especiales. Clasificación. Descripción. Fresado: herramientas, tipos y usos. Formas
de fresado. Periférico en oposición y en concordancia. Frontal. Fuerza y potencia de corte. Método de volumen de
viruta cortado en la unidad de tiempo y del momento torsor. Método de la presión total de corte.
IX.1) Fresado
Se trata de una operación que consiste en realizar corte de los metales mediante una herramienta policortante que
gire sobre sí misma. Por ello, la herramienta cortante, que recibe el nombre de fresa, está constituida por un sólido de
revolución provisto de generatrices cortantes. La operación en sí puede ejecutarse de dos formas distintas: periférica
o frontal. En la Figura IX.1.1 puede ver la diferencia entre ambas.
33El fresado frontal también tiene sección de viruta variable. Hago la aclaración porque es el primer fresado que
se analiza en el apunte.
IX-97
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Observe como, en la Figura IX.1.2, el espesor de la viruta arrancada pasa de ser nulo a un máximo y vuelve a
decrecer. Como existe un espesor mínimo a partir del cual se arranca la viruta, es de esperar que en la primera parte
de la trayectoria del diente no se arranque ninguna viruta y, más bien, se comprima la pieza en esta región. Esta
deformación termina por endurecer la superficie (endurecimiento por deformación) y se traduce en que el próximo
diente tenga que hacer más fuerza.
Además, se produce un golpe cuando el diente abandona la región donde hay material, porque pasa de estar
venciendo una resistencia a la deformación a encontrarse sin ninguna, lo que ocasiona vibraciones que tienen un efecto
visible en el acabado de la pieza.
En la Figura IX.1.2 se tienen
o 𝑃 = esfuerzo periférico,
o 𝑆 = resistencia de rozamiento de la viruta sobre la cara frontal del diente y
o 𝑅 = resistencia de deformación del material sobre la cara a-b, que puede descomponerse en
o 𝑅𝑒 = empuje axial sobre el eje de la fresa y
o 𝑅𝑎 = resistencia al avance de la pieza.
Es esta última componente, 𝑅𝑎 , la que elimina el juego durante el trabajo.
Fresado en concordancia
En máquinas que pueden permitirse eliminar el juego mediante otra alternativa, este tipo de fresado periférico
es el más conveniente, por cuanto pierde muchos de los defectos que posee el fresado por oposición. En la Figura
IX.1.3 puede ver una esquematización de este proceso. Observe que 𝑅𝑎 no representa una oposición al movimiento
de avance de la pieza sino que, más bien, le acompaña.
La inclinación de la hélice varía entre 30° y 60°, comúnmente fijada en 45°. Según la anterior figura se tiene
o 𝐹𝑡 = esfuerzo tangencial,
o 𝐹𝑎 = esfuerzo axial,
o 𝐹𝑟 = esfuerzo normal sobre el diente y
o 𝛼 = inclinación de la hélice.
De esto último se entiende que 𝐹𝑡 = 𝑃 = esfuerzo periférico.
IX-99
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Figura IX.1.7: Fresado frontal con pieza de menor anchura que el diámetro de la fresa.
IX.2) Herramientas
En general, verá que se hacen dos clasificaciones convencionales entre fresas de dientes fresados o comunes y de
dientes destalonados o de perfil constante. Pero primero, cubramos algunas generalidades.
IX-100
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Fresas cilíndricas
Se trata de fresas cuyos dientes son rectos y paralelos al eje de la fresa. No son muy usadas por el violento choque
que genera cada diente al entrar en contacto del material. En su lugar, se utilizan fresas helicoidales, que eliminan este
defecto porque entran al sesgo al material y siempre existen, al menos, dos dientes trabajando. No obstante, las fresas
helicoidales traen consigo un problema de esfuerzos axiales importantes, que se busca solucionar mediante el uso de
las fresas bihelicoidales.
IX-102
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Fresas de forma
Son comunes para fresados de guías prismáticas de lados iguales o distintos (primera de la Figura IX.2.8), para
cara frontal plana o a 90° (segunda de la misma figura) y para acanaladuras de forma especial (tercera).
IX-103
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IX-104
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IX-107
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Figura IX.3.3: Relación entre el ángulo de filo primario, la profundidad axial y la sección de viruta.
Es decir,
𝑎𝑝
𝑎𝑤 =
sin 𝜅𝑟
Ec. IX.3-1: Altura diagonal de la sección de viruta si el ángulo de filo primario es distinto de 90°.
IX-108
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Figura IX.3.4: Espesor de viruta según los ángulos de filo primario y de posición radial.
𝑎𝑐 = 𝑓𝑧 sin 𝜃 sin 𝜅𝑟
Ec. IX.3-4: Espesor de viruta.
Si 𝜅𝑟 = 90° → 𝑎𝑐 = 𝑓𝑧 sin 𝜃, como enseña la Figura IX.3.5.
34Esta magnitud corresponde a la 𝑞 especificada en la Ec. IX.1-1, solo que en este caso alude a un fresado frontal.
Pero preste atención a los parámetros que utilizaremos para determinarla y verá que se trata de un caso análogo. El
cambio en la notación se debe a que el autor de la bibliografía de donde extraje las figuras las especifica así.
IX-109
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35 Aunque en el apunte se trate de métodos que determinan la potencia para fresados periféricos, estos son
completamente válidos para la determinación de esta magnitud en fresados frontales.
36 Todavía queda afectarle por el rendimiento de los mecanismos anteriores al husillo.
IX-110
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Luego, como esta potencia se realiza debido a la mencionada fuerza 37 𝑃, en cuyo punto de aplicación la fresa lleva
una velocidad tangencial 𝑣𝑐 , se entiende que de esta potencia puede obtenerse la presión de corte P como
𝑁 𝑒 𝑏 𝑣𝑎 𝑘𝑠
𝑃= =
𝑣𝑐 𝑣𝑐
Ec. IX.4-3: Fuerza o presión de corte en fresado (Método de volumen de viruta).
Resistencia al avance
Como hemos dicho, esta resistencia R se descomponía en S y P (radial y tangencial). Si los ángulos entre estas
componentes y R son iguales, se tendrá que 𝑆 = 𝑃 y, por tanto,
𝑅 = √2𝑃 ≈ 1,4𝑃
Ec. IX.4-4: Resistencia al avance.
Además, debe tener en cuenta que la componente radial de esta resistencia solicitará por flexión al árbol
portafresa. Tendrá 𝑃 = 𝑆, pero debe recordar tenerlo en cuenta.
Valores de 𝒌𝒔
Como hemos visto en el caso de tornos, el valor de la presión específica de corte depende de múltiples cuestiones,
pero de forma aproximada puede entenderse que
𝑘𝑠 = 3 𝑎 4 𝐾𝑧
donde 𝐾𝑧 es la tensión de rotura por solicitación a tracción del material.
De todas formas, algunos valores de presión específica de corte pueden encontrarse en la Tabla IX.4.6.
Tabla IX.4.2: Velocidades de corte y avance para fresas de disco y frontales para acanalar.
37 El autor la denomina presión de corte, pero tiene unidades de fuerza. (Pezzano, Tecnología Mecánica II 10ma
Ed., 1988)
IX-111
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Usando fresas con plaquetas de carburo de tungsteno, los valores de la tabla deben
afectarse por 1,6 y 2,5 para el avance y corte, respectivamente.
IX-112
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(1) el mayor valor para 𝑞 = 1𝑚𝑚2 ; el menor para 𝑞 = 10𝑚𝑚2 (Torneado). Para el
fresado conviene usar el menor valor, en razón del número de dientes que
interviene y el espesor variable de la viruta.
Figura IX.4.2: Esquematización del fresado para el método de presión total de corte.
Observe que el máximo “espesor” de viruta es el que se tiene en 𝑎2 . Esto quiere decir que el que necesitamos para
calcular por arriba las magnitudes es 𝑎2 = 𝑎1 𝑠𝑒𝑛 𝛼. De hecho, se tiene que la sección de viruta es
𝑞 = 𝑎2 𝑏 = 𝑎1 𝑠𝑒𝑛 𝛼 𝑏
De acuerdo con todo esto, la fuerza máxima de corte es
𝑣𝑎
𝑃𝑚á𝑥 = 𝑎2 𝑏 𝑘𝑠 = 𝑎1 𝑠𝑒𝑛 𝛼 𝑏 𝑘𝑠 = 𝑠𝑒𝑛 𝛼 𝑏 𝑘𝑠
𝑧𝑛
Para dar con 𝑠𝑒𝑛 𝛼 podemos usar un poco de trigonometría. Si entiende 𝑅 = 𝐷/2, se puede decir que
𝐷
𝑠𝑒𝑛 𝛼 = √𝑅2 − (𝑅 − 𝑒)2 = √𝑅2 − (𝑅2 − 2𝑅𝑒 + 𝑒 2 ) = √2𝑅𝑒 − 𝑒 2 = √𝑒(2𝑅 − 𝑒) = √𝑒(𝐷 − 𝑒)
2
IX-113
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2√𝑒(𝐷 − 𝑒)
𝑠𝑒𝑛 𝛼 =
𝐷
y si se reemplaza esto y 𝑛 = 2𝑣/𝐷, la fuerza máxima de corte puede expresarse
2𝑣𝑎 𝑏 √𝑒(𝐷 − 𝑒) 𝑣𝑎 𝑏 √𝑒(𝐷 − 𝑒)
𝑃𝑚á𝑥 = 𝑘𝑠 = 𝑘𝑠
𝐷𝑧𝑛 𝑧𝑣
Recuerde que definimos 𝑎1 como avance por vuelta y diente. Esto quiere decir que para una vuelta, debemos
multiplicar por el valor en radianes de una revolución: 𝑟𝑒𝑣 = 2𝜋 y, por tanto, la fórmula queda.
4𝜋 𝑣𝑎 𝑏 √𝑒(𝐷 − 𝑒) 2𝜋 𝑣𝑎 𝑏 √𝑒(𝐷 − 𝑒)
𝑃𝑚á𝑥 = 𝑘𝑠 = 𝑘𝑠
𝐷𝑧𝑛 𝑧𝑣
Ec. IX.4-5: Fuerza máxima de corte (método de fuerza total de corte).
De aquí en adelante el modelo es idéntico al anterior, porque
𝐷 2𝜋 𝑣𝑎 𝑏 𝐷√𝑒(𝐷 − 𝑒)
𝑀𝑡 = 𝑃𝑚á𝑥 = 𝑘𝑠
2 2𝑧𝑣
Ec. IX.4-6: Momento torsor para la fuerza máxima de corte (método de fuerza total de corte).
y
4𝜋 𝑣𝑎 𝑏 √𝑒(𝐷 − 𝑒)
𝑁 = 𝑀𝑡 𝑛 = 𝑃𝑚á𝑥 𝑣 =
𝐷𝑧
Ec. IX.4-7: Potencia absorbida por el husillo (método de fuerza total de corte).
En las ecuaciones Ec. IX.4-5 y Ec. IX.4-6 es necesaria esta multiplicación por 𝑟𝑒𝑣 = 2𝜋 porque, de lo contrario, la
potencia se está calculando por ángulo radián según las fórmulas vistas. Es difícil de ver y la diferencia conceptual es
sutil, pero si quiere corroborarlo vaya al ejemplo N°58 en (Pezzano, Tecnología Mecánica II 10ma Ed., 1988). En él,
con los datos que definimos a continuación, se pide hallar la potencia absorbida por el husillo para trabajar con una
fresa de acero super rápido (Tabla IX.4.5) si se va a trabajar acero con 𝑘𝑧 = 60 𝑎 70 𝑘𝑔𝑓/𝑚𝑚2 .
IX-114
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Figura IX.4.5: Gráfico para la determinación de 𝒌𝒎 según Schlesinger con abscisas en 𝝁𝒎.
IX-115
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Según Fischer38
Teniendo
➢ 𝑏 = ancho de la faja fresada en mm,
➢ 𝑒 = espesor de pasada en mm,
➢ 𝑣𝑎 velocidad de avance de la pieza 𝑚𝑚/𝑚𝑖𝑛,
➢ 𝑣 = velocidad de corte periférica en mm/min y
➢ 𝑑 = diámetro de la fresa
38Como indiqué al principio de este apunte, por lo general paso las fórmulas y desarrollos a este apunte con las
magnitudes fundamentales, sin tener en cuenta las unidades que se utilizan realmente. No es el caso para este método,
porque este tiene exigencias muy particulares y unos factores que ajustan empíricamente los resultados.
IX-116
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X-117
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Si piensa en cuántas divisiones puede hacer en un giro (360°), mediante un divisor como este solo podrá efectuar
las que tenga el plato divisor, que viene en distintas entregas. Por eso se dice que este aparato divisor es directo, pues
el número de divisiones está dado directamente por el plato divisor. Como mucho, podrá efectuar divisiones que sean
submúltiplo de las dadas por el plato divisor.
Para dar con cada ‘lugar’ de tallado del diente, debe darse, desde la posición inicial, dos vueltas
en la manivela y luego avanzar 14 posiciones en la circunferencia que tenga 23 divisiones.
Lo que quiere decir que la interpretación se hace según la Figura IX.4.4.
X-119
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Se debe notar que la rotación del disco divisor no es arbitraria, sino que está fijada por una relación de transmisión
existente entre el eje del husillo (o más bien, la rueda dentada R sobre la que se encuentra este eje) y el plato divisor.
De hecho, el giro de la rueda dentada R está siendo transmitido, a la vez, a un tren de engranajes que comunica dicha
rotación al disco divisor.
Figura IX.4.7: Plato de un divisor al haber girado una vuelta la manivela si la constante es C=60, teniendo en cuenta
solamente el mecanismo del universal.
Ahora, piense en que el giro del plato divisor es horario. Como usted giró en sentido horario la manivela, al
terminar la vuelta, la posición del agujero 1 con la que comenzó no está allí, sino que fue desplazada a la posición
marcada como 1’ en la Figura IX.4.8. Esto se traduce en que para llegar a esta, deberá dar un pequeño ángulo de giro
adicional, provocando así que el mecanismo diferencial avance el plato un ángulo adicional Δ.
Esto significa que no dividirá 360 en segmentos de circunferencia de 6°, sino que lo hará en 𝟔° + 𝚫, es decir,
le quedarán menos agujeros de los que se indicaban para la circunferencia del plato divisor seleccionada.
X-120
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Figura IX.4.8: Posiciones del plato y plato/disco divisor del divisor diferencial al darle una vuelta a la manivela.
De manera análoga, si el giro del plato divisor fuese antihorario al girar la manivela en sentido horario (si
agrega un engranaje al plano de 𝑧1 − 𝑧 − 𝑧2 ), cuando dé una vuelta con la manivela, verá que el plato divisor ha girado
en sentido contrario un pequeño ángulo, de modo que para encontrarse con el agujero que necesita deberá retroceder
un poco el giro de la manivela, provocando que el giro en el plato sea 𝟔° − 𝚫 para la misma constante. Con el mismo
razonamiento que antes, esto se traduce en que hará más agujeros que los que se indicaban en la circunferencia elegida
en el plato divisor.
En definitiva:
• si el giro de la manivela y el plato son del mismo sentido, hará menos agujeros de los que indican
el plato divisor y la constante C para esa circunferencia en un divisor universal.
• si el giro de la manivela y el divisor son en sentido distinto, hará más agujeros de los que indican
el plato divisor y la constante C para esa circunferencia en un divisor universal.
El ángulo que se tiene girado en el plato divisor al dar una vuelta con la manivela estará en función de la constante
y la relación 𝑖12 (entre los engranajes 1 y 2 de la Figura IX.4.6). Así, un divisor diferencial quedaría caracterizado por
la constante C del mismo y la relación de engranajes existente entre la corona y el plato divisor 39.
39 Con frecuencia, los engranajes cónicos se hacen con relación 1:1, de modo que, al ser del mismo módulo, resultan
con idénticas dimensiones y se pueden fabricar repuestos para cualquiera de ellos con un mismo diseño. Por eso es
que, en general, solo se tiene en cuenta el tren de engranajes del plano en cuestión para dar con la relación entre
corona y plato divisor.
X-121
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Figura X.1.1: Tren de ruedas (a) a dos ruedas y (b) a cuatro ruedas.
𝑍1 𝑝ℎ
=
𝑍2 𝐶 𝑝𝑡
Ec. X.1-2: Tren de dos ruedas.
𝑍1 𝑍3 𝑝ℎ
=
𝑍2 𝑍4 𝐶 𝑝𝑡
Ec. X.1-3: Tren de cuatro ruedas.
X-122
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UNIDAD XI - ABRASIVOS
Rectificado. Muelas. Abrasivos y aglomerantes. Distintos tipos. Clasificación de muelas – grano. Dureza. Montaje y
fijación de muelas.
XI.1) Generalidades
Los procesos de esmerilado y rectificación hacen uso de herramientas de corte distintas a las que se usan para el
arranque convencional de viruta, valiéndose de los llamados abrasivos. Estos consisten en un gran número de granos
de notable dureza, pequeño tamaño y formas prácticamente aleatorias, con diminutos bordes cortantes en direcciones
igual de aleatorias. Estos granos se aglutinan mediante el material aglutinante (también llamado cemento o liga). A
esta pieza terminada, que aglutina estos granos que conforman el abrasivo, se le suele llamar muela o piedra esmeril,
incluso cuando los materiales que componen estas herramientas no tienen relación alguna con dicha piedra.
Note que, así descrita, la muela o piedra esmeril resulta una herramienta policortante y el arranque de viruta que
provee es diminuto por cada grano, pero este se incrementa según más granos y bordes cortantes se tenga (razón por
la cual se los aglutina, en primer lugar). Así, resulta que este tipo de herramientas se utilizan para:
• afilar herramientas de corte de metales (como mechas, por ejemplo).
• desbastar, desbarbar y pulir superficies (por razones estéticas o de tolerancias).
• rectificar, acabar o terminar superficies.
• rectificar piezas templadas, para eliminar las deformaciones superficiales remanentes de los tratamientos
térmicos.
Quizá convenga diferenciar el desbaste y desbarbado del rectificado. Debe entender que los primeros procesos
surgen por una necesidad estética, pues el desbaste y desbarbado permiten dar una mejor terminación a la superficie
(además de favorecer la lubricación de dichas superficies). El rectificado, por otra parte, surge como una necesidad
directa al plantear la idea de piezas intercambiables, pues pasa a ser imperante lograr que las pieza tengan tolerancias
muy ajustadas, que solo se pueden conseguir a través de un proceso de desbaste y un posterior acabado y rectificado.
XI.2) Muelas
Como hemos mencionado, las muelas o piedras esmeril están formadas por dos elementos:
Natural
Son muy frecuentes la sílice, el cuarzo, el esmeril, el corindón y el gres. El esmeril tiene de un 50 a 65% de alúmina
(𝐴𝑙2 𝑂3 ), mientras que el corindón tiene de70 a 90%, por lo que posee una mayor dureza.
Además de la dureza, también es importante el tamaño de los granos, porque está en directa relación con cuál es
el máximo tamaño que podemos darle a los granos de la superficie a rectificar, como veremos más adelante.
Sintético
En este aspecto, la bibliografía utilizada se queda muy atrás, así que debe considerar algo que el propio Pezzano
aclaraba: “La elección de la muela más conveniente debe hacerse siempre, consultando los catálogos y prospectos de
las casas fabricantes.” (Pezzano, Tecnología Mecánica II 10ma Ed., 1988).
No obstante, se mencionan algunos de origen sintético que, se sabe, siguen formando parte de los componentes
habituales en los abrasivos más modernos: Alundum, Carborundum, carburo de silicio, diamante negro, carburo de boro
y diamante de baja calidad.
También se han fabricado conglomerados a base de diamante, cuya dureza les ha permitido cortar pastillas de
carburos de tungsteno (Widia y similares).
XI-123
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Dureza
Comprenderá que los usos a los que se destina cada uno son distintos. Observe la Figura XI.2.1, en la que se muestra
de forma ilustrativa una comparación de la dureza en la escala de Mohr para algunos de estos abrasivos.
XI-124
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XI.2.d) Clasificación
Las muelas suelen clasificarse según el grosor del grano y la dureza.
Se entiende, por ejemplo, que la N°50 está hecha con cristales que han pasado por una malla de 50x50 aberturas
comprendidas en una pulgada cuadrada, o sea unas 2500 aberturas en dicha superficie. Se dice simplemente 50 mallas
por pulgada.
Dureza
La dureza convencional de la muela no depende de la de los cristales abrasivos. De hecho, expresa, más bien, la
tenacidad del cemento. El grado está indicado por letras mayúsculas. Norton da la Tabla XI.2.2.
Tabla XI.2.2: Grado de dureza convencional "Norton".
XI.2.f) Montaje
El montaje de las muelas se efectúa como se enseña en la Figura XI.2.4. Se tienen dos discos que tienen un borde
anular plano saliente. Uno de ellos está enchavetado con el árbol que recibe la potencia del motor, mientras que el
otro es de agujero libre. Es entre estos que se coloca la muela. El extremo del árbol está roscado con paso fino y se
produce el cierre por medio de una tuerca. A veces, incluso, se efectúa una unión tuerca-contratuerca.
XI-126
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XII.1) Rectificación
Dentro de los procesos de rectificación, se tienen las siguientes operaciones de trabajo:
• La rectificación propiamente dicha, consiste en arrancar viruta diminuta por medio de los cristales
agudos del abrasivo que se haya empleado para formar la muela.
• En la lapidación, el arranque de viruta se efectúa con abrasivos que se encuentran relativamente sueltos
en un aceite (que hace de vehículo). Se trata de un proceso a bajas velocidades, presiones y temperatura.
Por esto último, los cambios metalográficos sobre la superficie trabajada son mínimos o inexistentes. Se
utiliza cuando se necesitan magnitudes de tolerancia muy reducidas. (Youssef & El-Hofy, 2008)
• El pulido se ejecuta por una herramienta no rígida, formada por cristales abrasivos fijos en una tela, cinta
o discos pulidores.
• La levigación hace uso de muelas con granos muy finos, trabajando con abundante líquido que, en un
principio, funciona como refrigerante. Conforme se alcancen las dimensiones deseadas, el líquido actúa
como capa protectora, impidiendo que los granos tan finos sigan arrancado viruta.
XII-129
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XII-130
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XVI-131
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XVI.1.a) Ángulos
El ángulo de incidencia 𝜶 no es cero, de hecho se encuentra entre 4 a 6°. Su función es la de, una vez efectuado
el corte con el filo, mantener la superficie de incidencia alejada de la chapa cortada, para evitar rozamiento. Cumple
exactamente la misma función vista en los maquinados con arranque de viruta.
El ángulo de corte 𝜷 suele ser de 70 a 80°.
El ángulo de abertura de los filos 𝜸 suele estar entre 8 a 10°. Observe la Figura XVI.1.3 para visualizar de dónde
proviene.
Figura XVI.1.3: Visualización del ángulo de abertura de los filos. El ángulo 𝜸 está exagerado.
XVI.1.b) Dureza
La dureza de las cuchillas debe ser, por mucho, mayor que la del material a cortar. De lo contrario no efectuaremos
el mismo. Por eso, suelen ser de aceros al manganeso o, de menor calidad, SAE 1045 templado. Debido a las altas
durezas que se tienen en las hojas, lo usual es que el afilado solo se pueda lograr mediante un rectificado.
Por otra parte, se tiene la complicación de que, para una misma dureza de cuchilla, el aumento de la dureza de la
chapa a cortar trae consigo un mayor desgaste de las cuchillas. Por ejemplo, en el caso del acero, la concentración del
carbono en aumento produce un incremento de la dureza. Por ello, algunos talleres ni siquiera realizan cortes de
chapas para aceros, digamos, SAE 1045, pero sí para SAE 1010, excusándose (y con razón) en el desgaste que cortar
chapas de tales durezas implica sobre las cuchillas.
Además, quedan por considerar los aumentos de dureza que pueda sufrir el material en la región donde se fuera a
realizar el corte. Por ejemplo, el óxido de hierro tiene mucha más dureza que el hierro. Por eso, si se tiene una chapa
con corrosión, es muy probable que el plegador se niegue a cortar la chapa, por el desgaste que esto le supone a su
guillotina. Lo mismo ocurrirá si se trata de soldaduras, porque el material de aporte y el temple que se logra en la
región del cordón de soldadura, ocasionan un aumento de la dureza. Por eso se recomienda efectuar las soldaduras y
demás uniones que provoquen discontinuidades luego de los cortes requeridos.
40 De estabilidad debería recordar que la tensión de rotura por corte es exactamente la mitad de la de tracción,
para el caso de los materiales como el acero (porque la acción es diagonal). No obstante, se toma un margen un poco
por encima para estar seguros de que, en efecto, se logrará el corte.
XVI-132
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Note que un aumento de la longitud 𝑙 trae consigo un aumento de la fuerza necesaria para efectuar el corte. Ocurre
exactamente igual con una disminución de ángulo de apertura 𝛾. De hecho, cuando usted corta con una tijera un cartón
o un papel de grosor importante y observa que no puede efectuar este corte en el extremo más alejado del filo de la
tijera, acerca el elemento a cortar hacia el punto de apoyo de los filos; así aumenta 𝛾 y por tanto reduce la fuerza 𝐹
necesaria para el corte.
Otra conclusión de la Ec. XVI.1-1 es que, si usted duplica el espesor 𝑠 a cortar, deberá efectuar el cuádruple de la
fuerza necesaria para la mitad del nuevo espesor (observe que el espesor está afectado al cuadrado).
XVI.1.d) Accionamiento
El accionamiento de la guillotina se efectúa por un motor eléctrico que transmite potencia al volante por medio de
poleas y correas. Existe un mecanismo que previene los arranques bruscos encajado sobre el volante, que conduce el
giro del árbol de entrada al reductor. El árbol de salida, a mucha menor velocidad, se une a un embrague que, al ser
accionado por el aire comprimido, pone en rotación el árbol longitudinal porta excéntricas de mando del prensa-chapa
y de la tijera. Se pueden tener varios árboles longitudinales y que al menos dos de ellos se encarguen de prensar la
chapa (sujeción) y otro que accione, una vez prensada la chapa, la guillotina. Esto último ocurrirá cuando se deje paso
al aire comprimido, permitiéndole al embrague acoplarse con dicho árbol.
Otros tipo de accionamiento, como el hidráulico, son más frecuentes en la actualidad, en especial para operaciones
relativamente grandes. Sobre todo porque el accionamiento por medio de este volante requiere un tiempo de recarga
luego de accionar este, lo que significa darle potencia al mismo nuevamente. Los de accionamiento hidráulico, si bien
consumen potencia al desplazar el fluido, solo la consumen en esta instancia, el resto es entregado como energía
potencial.
XVI.2) Punzonado
Se trata de una operación mediante la cual se consigue separar una parte metálica de otra, obteniéndose una figura
determinada. Puede entenderlo, si quiere, como un proceso similar al del corte de chapa, solo que esta vez se logra
con un punzón y una matriz tales que se logren figuras predeterminadas, como la propuesta en Figura XVI.2.12.
En la práctica, el punzonado es bastante utilizado a la hora de lograr estampados (como arandelas y tuercas),
recurriendo solamente a máquinas-herramientas con arranque de viruta solo para roscados.
En la Figura XVI.2.1 puede visualizar este proceso. Atendiendo a ella, debe notar que el punzón comprime el
material dando lugar a un vientre cóncavo visible en la iteración a) de la figura. Al encontrar libre el camino (según
diseño de la matriz) el punzón prosigue, dando lugar a una expansión lateral del medio plástico. Durante un instante,
la compresión supera a la resistencia a la cortadura del material, provocando un desgarro brusco del mismo y el trozo
de plancha sujeto al punzón se separa y cae al fondo de la matriz.
Figura XVI.2.1: Chapa sometida a punzonado (en la zona solicitada se originan las fuerzas radiales según indican las
flechas).
XVI-133
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En la proximidad de los hilos las fibras de la chapa se doblan siguiendo el punzón, reaccionando luego para
oponerse a la acción de corte. Es porque la acción supera a la resistencia pasiva que se efectúa el corte. No obstante,
debido a la propia elasticidad del material, estas fibras tienen una intención no despreciable por recuperar sus
dimensiones, dando lugar a una fuerza de rozamiento entre las paredes de deslizamiento de la matriz y la pieza
removida de la chapa, pero también entre el punzón y la superficie de la chapa recién punzonada. Note que las líneas
de fuerza que dan lugar a estos rozamientos se pueden ver en la Figura XVI.2.1.
En virtud de lo mencionado, siempre existirán rebabas o deformaciones implicadas en la región del punzonado.
Por ejemplo, en la Figura XVI.2.2 puede ver una arandela conseguida por este proceso. En la iteración a) de la figura
observa la arandela como ha salido del punzonado, mientras que en la b) se visualiza luego de un aplanado con martillo
(note que la rebaba, aunque menos evidente, sigue existiendo).
Figura XVI.2.2: Sección de una arandela cortada (a) antes del aplanado y (b) después del aplanado.
Por último, consideremos la siguiente cuestión: la relación entre el espesor s de la chapa a punzonar y el diámetro
d del punzón. Teórica y prácticamente se ha concluido que para la chapa de hierro y punzones de acero templado
toma un valor 1,2, es decir
𝑠𝑚á𝑥 = 1,2 𝑑
lo que se traduce en que, si la chapa es de hierro y el punzón de acero templado, el espesor debe ser menor o
igual que el diámetro del punzón mismo.
XVI-134
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La matriz completa está constituida, a su vez, por un bloque o mazo C que actúa como guía del punzón y dos chapas
D que crean el pasillo por el que se desliza la tira o cinta de chapa a cortar. Un sistema de tope debe permitir a la tira
de la chapa avanzar un paso fijo por cada estampado.
41Aproximadamente entre 20.000 y 30.000 piezas para punzones cilíndricos de pequeñas dimensiones cortando
material dulce de espesor 1mm.
XVI-135
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Figura XVI.2.4: Juego entre punzón y matriz en función del espesor de la chapa y la calidad del material de esta.
XVI-136
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Figura XVI.2.6: Estampa con punzón de goma para cortar una chapa de aluminio (a) antes y (b) después del corte.
La goma da buenos resultados para cortar, particularmente, aleaciones ligeras. Por ejemplo, una plancha de acero
de unos 6mm de espesor y una almohadilla de goma, puede agujerear y cortar en una sola operación. La almohadilla,
que ejerce como punzón, se compone de capas de goma de composición especial y este conjunto se une al porta
punzón que se fija sobre la prensa excéntrica. La matriz, con una o varias aberturas, se fija sobre la base de asiento de
la mesa y la chapa reposa sobre dicha matriz. Al empujarse la almohadilla de goma sobre la matriz, se deforma
siguiendo los contornos de esta última, permitiéndole al filo de dichos contornos en la matriz cortar el material. Se
han producido millares de piezas y la matriz no experimentó desgastes apreciables.
Lo prohibitivo de este acercamiento está relacionado a las limitaciones para trabajar con él, que, en general, están
asociadas al espesor del material y la presión que recibe el punzón de goma (que puede romperse). Por ejemplo, se
ha visto que con chapas de acero de 1,5mm y 𝜎𝑅 = 49 𝑎 58 𝑘𝑔/𝑚𝑚2 , no se pueden cortar agujeros inferiores a 13mm.
XVI-137
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Figura XVI.2.8: Corte simultáneo y sucesivo de una tira de chapa para obtener piezas como la de a). Las partes
rayadas indican la posición y la forma de los punzones.
La minimización de esta superficie requerida y el consecuente ahorro del material desperdiciado se puede lograr
a través de cálculos aritméticos y pruebas gráficas. Si las piezas tienen agujeros o ventanas, puede obtenerse la figura
en forma simultánea pero sucesiva, como el ejemplo de la Figura XVI.2.8.
A veces, las figuras poseen ejes de simetría que permiten determinar de forma más intuitiva y rápida la mejor
distribución. Piense, por ejemplo, en el caso de las arandelas (que son simétricas respecto de un eje perpendicular al
plano que habitan en el centro de la circunferencia). Esto permite discernir por qué una distribución como la de la
Figura XVI.2.9 es la más eficiente.
Figura XVI.2.9: Disposición de arandelas cortadas progresivamente. Las partes rayadas indican las posiciones de
los punzones.
XVI-138
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En aquellas situaciones donde no exista ningún eje de simetría, como ocurría en la Figura XVI.2.8, puede organizar
la disposición de alguna manera particular. Si quiere otro ejemplo más sencillo, revise la Figura XVI.2.10, donde la
figura en L no tiene eje de simetría alguno tampoco.
Figura XVI.2.10: Disposición más conveniente de los elementos a obtener de una tira de chapa mediante el corte.
Tabla XVI.2.1: Resistencia a la rotura y cortadura de los materiales laminados más corrientes.
Figura XVI.2.11: Representación del momento Q l que surge si la línea de presiones media no coincide con el
esfuerzo P.
XVI-140
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43 Existe una forma gráfica, pero, a mi parecer, esta es más sencilla y puede determinarse con unos sencillos
cálculos programables o directamente con AutoCAD dibujando el perímetro, transformándolo en una polilínea, en una
región y luego aplicando el comando massprop para cada contorno para obtener las magnitudes necesarias.
44 El primer estampado removerá de la chapa el contorno más exterior y el siguiente, al haber avanzado 𝑒,
de desglosar la estampa deseada en esta disposición, coinciden. Básicamente, estamos describiendo, con 𝑒45, el avance
necesario para que las dos estampas se complementen dando como resultado la figura deseada.
45Note que esta distancia debe ser tal que los contornos a cortar en las distintas etapas estén separados por, al
menos, el valor del espesor. Es decir, para una chapa de s=2mm, la distancia mínima entre los contornos de las etapas
de corte debe ser 2mm (vea Separación de las formas en XVI-139).
XVI-142
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2. Calcule los centros de los contornos en cuantas divisiones desee, considerando sus perímetros. En este
caso, se subdividieron los contornos en tres partes:
a. Rectángulo redondeado exterior: 𝑙1 = 237,12𝑚𝑚 y 𝑥1 = −50𝑚𝑚
b. Cuasi rectángulo redondeado interior: 𝑙2 = 118,98𝑚𝑚 y 𝑥2 = −123,46𝑚𝑚
c. Cuatro circunferencias: 𝑙3 = 100,53𝑚𝑚 y 𝑥3 = −123𝑚𝑚
3. Aplique la Ec. XVI.2-3 (porque en este caso no cuento con el dato de 𝜎𝑇 y el espesor es constante).
𝑙1 𝑥1 + 𝑙2 𝑥2 + 𝑙3 𝑥3 237,12 × (−50) + 118,98 × (−123,46) + 100,53 × (−123)
𝐶𝑝𝑚 = ( 0) = ( 0) 𝑚𝑚
𝑙1 + 𝑙2 + 𝑙3 237,12 + 118,98 + 100,53
𝐶𝑝𝑚 = (−85,21 0) 𝑚𝑚
XVI-143
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46 Incluso cuando no se forman estas arrugas, piense en que el punzó para doblar se encontrará del lado interno
de la curvatura, de modo que las fibras solicitadas por compresión podrán evacuar parte de esta tensión en el material
del punzón, evitando así la falla por compresión.
XVI-144
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En los casos donde el plegado a obtener sea más complejo y requiera mayor precisión, es usual que se auxilie la
correcta conformación de la matriz al punzón con ayuda de unos insertos de acero que sigan, aproximadamente, el
perfil del punzón, como los visibles en la Figura XVI.3.3. Con esto, al deformarse la matriz, encontrará resistencia en
el fondo con la forma del punzón, obligando a la chapa a tomar esta forma de manera más precisa.
XVI-146
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𝜋
𝑐 =𝑎+𝑏+ (𝑟 + 𝑦)
2
donde 𝑟 es el radio interno de la curvatura. Esta expresión, aunque cierta, resulta impráctica porque las cotas de 𝑎 y
𝑏 son difíciles de medir. No obstante, se las puede expresar en función de 𝑎1 y 𝑏1 y estas últimas sí que se pueden
medir. Geométricamente, puede concluir que
𝑎 = 𝑎1 − 𝑟 − 𝑠 𝑦 𝑏 = 𝑏1 − 𝑟 − 𝑠
Con un poco de manejo algebraico47 puede reemplazar a y b en la ecuación para c (que pasaremos a llamar l) y
verá que
𝜋
𝑙 = 𝑎1 + 𝑏1 − [2(𝑟 + 𝑠) − (𝑟 + 𝑦)] = 𝑎1 + 𝑏1 − 𝐾
2
Llamamos al término entre corchetes constante auxiliar del plegado (que en este caso es a 90°):
𝜋
𝐾 = 2(𝑟 + 𝑠) − (𝑟 + 𝑦)
2
Ec. XVI.3-1: Constante auxiliar del plegado (para 90°).
Note que 𝐾 será función de los principales valores que intervienen en el diseño del plegado: el radio de curvatura
interno (dado por el conjunto punzón-matriz), el espesor s y la distancia entre la fibra neutra y la superficie interna.
Esta última puede obtenerse según la relación entre el radio interno y el espesor como indica la Tabla XVI.3.1.
Tabla XVI.3.1: Posición y de la fibra neutra en función de r/s.
𝑟/𝑠 𝑦
0,2 0,347 s
0,5 0,387 s
1 0,421 s
2 0,451 s
3 0,465 s
4 0,470 s
5 0,478 s
10 0,487 s
El valor de K, por otra parte, se puede obtener por la Tabla XVI.3.2 cuando el plegado sea a 90°. Puede calcular los
valores intermedios por interpolación en caso de necesitarlos.
Tabla XVI.3.2: Valores de la constante K para plegado a 90° de chapas de hasta s=4mm según el radio interior.
Volviendo al desarrollo matemático, con las tablas como herramientas y una buena medida de las cotas 𝑎1 y 𝑏1 , la
ecuación que da la longitud de la chapa de espesor s para un plegado a 90° queda
𝑙 = 𝑎1 + 𝑏1 − 𝐾
Si se tratase de dos plegados, tendría que agregar una cota de subíndice 1 adicional, así como afectar la constante
por el número de plegados total. Es decir, para dos plegados a 90° tendrá
𝑙 = 𝑎1 + 𝑏1 + 𝑐1 − 2𝐾
En términos generales, diremos que, para n plegados, la longitud de la chapa original debe verificar:
𝑙 = 𝑎1 + 𝑏1 + ⋯ + 𝑛1 − 𝑛 𝐾
Ec. XVI.3-2: Desarrollo de la chapa con n plegados a 90°.
Cuando no pueda utilizar estas ecuaciones porque el plegado fuera distinto de 90°, sí que podrá ir construyendo
el desarrollo como fuimos haciendo con las medidas de las alas, el radio interno y la ubicación y de la fibra interna (la
Tabla XVI.3.1 sigue siendo válida), porque el desarrollo matemático hasta el punto donde se designó K es general.
Si resuelve para 𝑀𝑓 la Ec. XVI.3-4 y reemplaza en Ec. XVI.3-4 este parámetro, puede resolver la ecuación para P y
queda
4
𝑃= 𝜎 𝑊
𝑙 𝑑 𝑥
Si ahora reemplaza el valor calculado de 𝑊𝑥 tendrá
4 𝑏𝑠 2 2 𝑏𝑠 2 4 𝑏𝑠 2
𝑃= 𝜎𝑑 = 𝜎𝑑 = 𝜎𝑅
𝑙 6 3 𝑙 3 𝑙
Ec. XVI.3-6: Fuerza necesaria para el doblado en V.
porque 𝝈𝒅 = 𝟐𝝈𝑹 50, con 𝝈𝑹 = tensión de rotura por tracción del material.
La Ec. XVI.3-6 es perfectamente aplicable para doblados en V, como el que se enseña en la Figura XVI.3.5. Si se
busca un plegado en U, como el que enseña la Figura XVI.3.6, el análisis es distinto.
50 Si bien la tensión supera la de rotura, el material no falla porque puede aliviar parte de estas tensiones hacia el
punzón. Piense en que esta tensión se obtiene experimentalmente sometiendo al material en el aire a esta solicitación.
En este caso, el material solicitado no queda en el aire, porque se apoya sobre el punzón. No obstante, al estar bastante
por encima de 𝜎𝑅 , se tiene un fenómeno de fluencia y, por tanto, la posibilidad de formación de arrugas.
51 El que surge por las tensiones ocasionadas por este.
XVI-149
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La Ec. XVI.3-5 sigue siendo aplicable y del DCL de la Figura XVI.3.7 se extrae que
𝑃
𝑀𝑓 = 𝑠
2
Entonces, relacionando esta última con la Ec. XVI.3-5 se logra
𝑀𝑓 = 𝑀𝑓
𝑃 1
𝑠 = 𝜎𝑑 𝑏𝑠 2
2 6
Resolviendo esta última para 𝑃 encontrará la ecuación de la fuerza necesaria para un plegado en U.
1 2
𝑃 = 𝑏𝑠 𝜎𝑑 = 𝑏𝑠 𝜎𝑅
3 3
Ec. XVI.3-7: Fuerza de plegado en U.
Otro caso frecuente es el plegado en L, como el que se enseña en la figura. Observe que se trata de un caso como el
plegado en U, pero con solo una viga empotrada en voladizo, en lugar de dos. Esto quiere decir que la fuerza será
calculable por la mitad de lo que indica la Ec. XVI.3-7.
1 1
𝑃= 𝑏𝑠 𝜎𝑑 = 𝑏𝑠 𝜎𝑅
6 3
Ec. XVI.3-8: Fuerza de plegado en L.
XVI-150
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Figura XVI.3.8: Factor de restitución según relación r/s y tensión de rotura por tracción del material.
De todas maneras, incluso con esta consideración, el diseño definitivo del conjunto punzón-matriz no será un
proceso directo, sino más bien uno en el que, por tanteos, se llegará a las dimensiones adecuadas. No obstante, el
gráfico anterior puede ahorrarnos algunas horas en acercarnos a las medidas adecuadas.
XVI.4) Embutido
El proceso de embutido es tal que la chapa plana sometida a este conforma un cuerpo hueco (como puede ser un
vaso de acero inoxidable), pudiéndose lograr esto en una o más pasadas. Los supuestos son los siguientes:
• El espesor s se mantiene constante.
• El volumen que conforma la pieza (antes y después del embutido) es constante.
• Se produce un escurrimiento durante la deformación.
XVI-151
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En primer lugar se debe analizar con cuidado la cuestión de la variabilidad de la superficie (pero conservación del
volumen). Preste atención a la Figura XVI.4.1. Si usted desea conformar el recipiente B, partirá de un disco de chapa
como el A. Una vez producido el embutido, la superficie del fondo del recipiente no ha sufrido deformación alguna.
Por otra parte, la pared cilíndrica sí que sufrió una deformación. Observe que esta conformaba, en A, la corona circular
de diámetro d y anchura ℎ0 (corona delimitada por d y D) 52.
52El diámetro d no es el interno del recipiente terminado y tampoco es el externo. Constituye, en realidad, uno
intermedio, pero que sí es importante a la hora de calcular la dimensión del conjunto punzón-matriz para embutir.
XVI-152
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La tarea de sujetar la chapa permitiendo el deslizamiento hacia adentro del agujero conforme se efectúa el
embutido no es trivial. Lo que se debe lograr es que el perímetro de este disco quede tieso durante todo el proceso y
comience a deslizar hacia adentro conforme vaya necesitando, lo que implica que no se puede empotrar este
perímetro. Para ello, se colocan dos planos que obliguen a la chapa a estar extendida superficialmente, agarrándose
al borde, permitiendo que se deslice hacia adentro (ver Figura XVI.4.3). En la Figura XVI.4.4 pueden verse las fases del
embutido.
XVI-153
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𝐷 = √𝑑 2 + 4𝑑ℎ
Ec. XVI.4-1: Diámetro del desarrollo de un disco para embutir un cuerpo cilíndrico recto y hueco de altura h y
diámetro medio53 d.
La Ec. XVI.4-1 tendrá una gran exactitud para chapas delgadas, incluso a sabiendas de que existe cierto
adelgazamiento en ellas. El efecto será más evidente según mayor sea el espesor, de modo que una mayor exactitud
requiere tener en cuenta un espesor variable e igualar los volúmenes como se hizo al principio.
Si el mismo recipiente cilíndrico tuviera un radio interno 𝑟 en lugar de un embutido recto, siempre y cuando 𝑟 ≤
1/4 ℎ, se puede utilizar la Ec. XVI.4-2.
𝐷 = √𝑑 2 + 4𝑑ℎ − 𝑟
Ec. XVI.4-2: Diámetro del disco para un cubilete con cantos redondeados al fondo según el radio r.
𝐷 = √𝑑22 + 4𝑑1 ℎ
53Recuerde que este diámetro no es el interior ni el exterior, sino el medio del cilindro una vez embutido.
54Recuerde que, en realidad, se igualan los volúmenes pero, al considerar s=cte., se pueden simplificar los
espesores y resulta una igualdad de superficies, matemáticamente hablando.
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Figura XVI.4.8: Recipiente cuyo fondo pertenece parcialmente a un anillo anular o toro.
El desarrollo de la Figura XVI.4.8 es la prueba de que conforme se complejizan las figuras, más complejo se tiene
este procedimiento para calcular el desarrollo. La superficie de la corona y el fondo no guarda ningún secreto, porque
se calculan igual que hemos visto anteriormente. Es la superficie del toro (los cantos redondeados) lo que entraña la
dificultad, matemáticamente hablando.
Si fuera a ver el toro original (el que en la Figura XVI.4.8 se observa con trazo discontinuo), tendría, por un lado, lo
que enseña la Figura XVI.4.9.
Esta es la superficie del toro delimitada de 0 a 𝜋/2. Pero el resto puede calcularse sencillamente y se plantea la
igualdad completa de superficies como
𝜋𝐷2 𝜋𝑑32 𝜋𝑑22 𝜋𝑑12 𝜋 2 𝑑1
= − + + 𝑟 + 2𝑟 2 𝜋
4 4 4 4 2
Resolviendo para D se tiene
De la Figura XVI.4.8 puede extraer que 𝑑1 + 2𝑟 = 𝑑2 → 𝑑1 = 𝑑2 − 2𝑟. Esto puede simplificar la ecuación anterior
dando lugar a
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Experimentalmente, se determina que el lado 𝑢𝑣 del chaflán dista de la tangente del círculo de diámetro D en una
medida t
𝐷
𝑡≈
32
Se calculan, entonces, las curvas de radio:
𝑏2 − 𝑏1
𝑅=
2
Figura XVI.4.11: Tensiones normales en una partícula P de reacción para el cuerpo cargado externamente.
Como en nuestro caso la deformación del espesor es nula (es decir, el espesor es constante), se entiende que 𝜎3 =
0. La resistencia ideal a la deformación es una fuerza interior que resiste los desplazamientos fruto de estas tensiones
y se puede entender, entonces, como
𝑟𝑑 = 𝜎1 − 𝜎2
Ec. XVI.4-5: Resistencia ideal a la deformación.
Con el aumento de las cargas exteriores, se produce un desplazamiento de los cristales que conforman la plancha,
según su dirección longitudinal.
Por otra parte, dado que el volumen se mantiene constante, podemos plantear para la pieza de chapa de la Figura
XVI.4.12 lo siguiente:
𝑠 𝑎0 𝑏0 = 𝑠 𝑎1 𝑏1 = 𝑉𝑐
Si tomamos los primeros dos miembros y dividimos por 𝑠 𝑎0 𝑏0 quedará
𝑎1 𝑏1
=1
𝑎0 𝑏0
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Si desarrolla esta expresión, despreciando los infinitésimos de orden superior (3) y sabiendo que como 𝑑𝛼 → 0 se
puede decir sin 𝑑𝛼/2 → 𝑑𝛼, quedará con
𝑥 𝑑𝛼 𝑑𝜎𝑟 + 𝜎𝑟 𝑑𝑥 𝑑𝛼 = 𝑑𝑥 𝑑𝛼 𝜎𝑡
Si divide toda la ecuación por el diferencial de alfa tendrá
𝑥 𝑑𝜎𝑟 + 𝜎𝑟 𝑑𝑥 = 𝜎𝑡 𝑑𝑥
Dividiendo el total por 𝑥 y resolviendo para 𝑑𝜎𝑟
𝑑𝑥
𝑑𝜎𝑟 = (𝜎𝑡 − 𝜎𝑟 )
𝑥
pero hemos visto que 𝑟𝑑 = 𝜎𝑡 − 𝜎𝑟 . Si designáramos 𝑅𝑑 a la resistencia real a la deformación55, tendremos
𝑑𝑥
𝑑𝜎𝑟 = −𝑅𝑑
𝑥
En la práctica, dado que la tensión radial es variable, también lo será la resistencia a la deformación 𝑅𝑑 . Por ello se
toma una media 𝑅𝑑𝑚 .
Como nos interesa conocer la tensión radial correspondiente al borde de la matriz de radio ideal r (radio del
punzón + semi espesor de la chapa), podemos integrar de R a r la anterior ecuación y llegaremos a
𝑅
𝜎𝑟 = 𝑅𝑑𝑚 ln ( )
𝑟
Ec. XVI.4-6: Tensión radial al borde de la matriz de radio ideal r.
Como esta 𝜎𝑟 se calculó para un punto sobre el borde de la matriz de radio ideal r, se entiende que para la
circunferencia entera 2𝜋𝑟 y para el espesor 𝑠 de la chapa debe verificarse que la fuerza de deformación teórica sea
𝑅
𝑃𝑑 = 2𝜋 𝑟 𝑠 𝜎𝑟 = 2𝜋𝑟 𝑠 𝑅𝑑𝑚 ln ( )
𝑟
Ec. XVI.4-7: Fuerza de deformación teórica 𝑷𝒅 .
La resistencia media a la deformación se toma relacionando las resistencias a la deformación radial más externa y
luego la más interna. Es decir, se toma la que se calcula para el borde exterior (el del disco a embutir, con radio 𝑅0 ) y
el borde interior del disco ya embutido (de radio r).
55 𝑅𝑑 , básicamente, tiene en cuenta factores prácticos a través de un rendimiento tal que 𝑅𝑑 = 𝑟𝑑 /𝜂. El valor de 𝑅𝑑
se establece a través de resultados teórico-prácticos.
56 La fuerza es función de la carrera del punzón, porque es máxima cuando esta carrera recién comienza (𝑐 = 0).
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Durante un proceso de embutido, las mayores fuerzas (y, porque 𝑠 = 𝑐𝑡𝑒, las mayores tensiones) ocurren cuando
la carrera del punzón es ℎ = 0, es decir, al inicio del embutido. Con ℎ = 0, resulta 𝑅 = 𝑅0 y la deformación 𝜑𝑅 = ln 1 =
0. Entonces, las Ec. XVI.4-7 y Ec. XVI.4-6 se transforman en las que indican la fuerza máxima teórica y la tensión
máxima teórica. Obviamente, debemos recalcular 𝜑𝑟 y así determinar la 𝑅𝑑 correspondiente a cada una de estas
deformaciones según la Figura XVI.4.14, para luego dar con la 𝑅𝑑𝑚 que impacta en las siguientes ecuaciones.
𝑅0
𝑃𝑑𝑚á𝑥 = 2𝜋𝑟 𝑠 𝑅𝑑𝑚 ln ( )
𝑟
Ec. XVI.4-8: Fuerza de deformación máxima.
𝑅0
𝜎𝑟𝑚á𝑥 = 𝑅𝑑𝑚 ln ( )
𝑟
Ec. XVI.4-9: Tensión radial máxima.
Figura XVI.4.14: Diagrama para la determinación de 𝑹𝒅 en función de 𝝋% (para el acero extradulce se tiene 𝝈𝑹 =
𝟑𝟏 𝒌𝒈𝒇/𝒎𝒎𝟐 )
Ejemplo
Imagine un recipiente como el de la forma 3 de la Tabla XVI.4.2. Hagamos un procedimiento con las siguientes
notaciones.
𝑑1 = diámetro interior del recipiente
𝑑2 = diámetro exterior del recipiente
𝑐 = carrera del punzón
ℎ = altura final del recipiente (lo que equivale a decir que es la carrera máxima del punzón)
𝑑1𝑚 = diámetro interior medio (su radio sería 𝑟1𝑚 ), con un espesor 𝑒 se calcularía como
𝑑1 + (𝑑1 + 2𝑒)
𝑑1 𝑚 =
2
𝐷0 = diámetro del disco metálico desarrollado necesario (su radio sería 𝑅0 ).
Pongámosle algunos números. Digamos que los datos son los siguientes
𝑘𝑔𝑓
𝑑1 = 40𝑚𝑚, 𝑑2 = 55𝑚𝑚, ℎ = 15𝑚𝑚, 𝜎𝑅 = 31 𝑦 𝑒 = 2𝑚𝑚
𝑚𝑚2
y que se nos pide hallar la fuerza para una carrera intermedia 𝑐 = 10𝑚𝑚, además de la máxima. El caso sería como el
que enseña la Figura XVI.4.15.
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Para calcular la fuerza, según la Ec. XVI.4-7, necesitamos dar con 𝑅𝑑𝑚 lo que, en otras palabras, implica hallar las
deformaciones relativas para dar con 𝑅𝑑𝑚 . Empecemos por 𝜑𝑅 , que establece la deformación entre los diámetros
exteriores (al momento previo a la primera deformación, es decir, el diámetro de desarrollo del disco y como va
quedando el 𝑑2𝑐 para esta carrera c).
𝐷0
𝜑𝑅 = ln ( )
𝑑2𝑐
y aquí nos encontramos con el siguiente problema: no contamos con el diámetro 𝑑2𝑐 al momento de la carrera 𝑐,
porque el que tenemos por dato es el final (cuando la carrera es 𝑐 = ℎ = 15𝑚𝑚). Entonces, podemos recalcularlo
según la fórmula que usamos para el desarrollo, porque sigue siendo válida, solo que ahora ℎ = 𝑐 = 10𝑚𝑚.
Con esto ya podemos computar 𝜑𝑅 y extraer 𝑅𝑑𝑅 del gráfico de la Figura XVI.4.14.
74,46 𝑘𝑔𝑓
𝜑𝑅 = ln ( ) = 0,18 = 18% → 𝑅𝑑𝑅 = 37
62,17 𝑚𝑚2
Para la deformación entre radios externo e interno al momento de la carrera, es decir, 𝜑𝑟 , ya que 𝑑1𝑚 = 𝑐𝑡𝑒 y no
cambia según la carrera, se tiene que
𝑑2𝑐 62,17 𝑘𝑔𝑓
𝜑𝑟 = ln ( ) = ln ( ) = 0,392 = 39,2% → 𝑅𝑑𝑟 = 46,5
𝑑1𝑚 42 𝑚𝑚2
Entonces, la media da
𝑅𝑑𝑅 + 𝑅𝑑𝑟 37 + 46,5 𝑘𝑔𝑓
𝑅𝑑𝑚 = = = 41,75
2 2 𝑚𝑚2
Entonces, para la carrera 𝒄 = 𝟏𝟎𝒎𝒎 del punzón, la tensión y fuerza embutido son
𝑘𝑔𝑓 𝑘𝑔𝑓
𝜎𝑑𝑚𝑐 = 𝑅𝑑𝑚 𝜑𝑟 = 41,75 × 0,392 = 16,37
𝑚𝑚2 𝑚𝑚2
𝑃𝑑𝑚𝑐 = 𝑆 𝜎𝑑𝑚𝑐 = 𝜋𝑑1𝑚 𝑒 𝜎𝑑𝑚𝑐 = 𝜋 × 42 × 2 × 16,37 = 4320 𝑘𝑔𝑓
porque la superficie sobre la que actúan estas tensiones radiales57 es 𝑆 = 𝜋𝑑1 𝑚 𝑒.
Ahora bien, esto está referido a la carrera 𝑐 = 10𝑚𝑚 del punzón. La tensión y fuerza máximas ocurrirán cuando
𝑐 = 0, es decir, cuando ℎ = 0 (cuando el punzón entra en contacto con el disco desarrollado, pero todavía no se le ha
impreso ninguna deformación en términos de profundidad). Esto, según la ecuación de la que extrajimos 𝑑2𝑐 , da
𝑑2𝑐 = 𝐷0
lo cual tiene sentido, porque como aún no se ha deformado el disco, cabe esperar que el diámetro exterior para este
instante coincida con el del desarrollo extraído de la ecuación correspondiente según la Tabla XVI.4.2.
57 Las tangenciales sí que generan una deformación, por eso existe 𝜑 , pero las tensiones entre sí se cancelan,
𝑅
porque son de sentidos opuestos. Por eso no impactan en el cálculo de 𝜎𝑑𝑚𝑐 .
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Veamos qué ocurre con la deformación relativa entre los diámetros del desarrollo y el exterior a este instante de
la carrera.
𝑅0 𝑘𝑔𝑓
𝜑𝑅 = ln ( ) = ln 1 = 0% → 𝑅𝑑𝑅 = 18
𝑑2𝑐 𝑚𝑚2
Para la deformación relativa entre diámetro exterior y el interior, 𝑑1𝑚 tiene el mismo valor porque viene dado por
la forma deseada.
𝑑 2𝑐 𝐷0 62,17 𝑘𝑔𝑓
𝜑𝑟 = ln ( ) = ln ( ) = ln ( ) = 0,57 = 57% → 𝑅𝑑𝑟 = 52,5
𝑑1𝑚 𝑑1𝑚 42 𝑚𝑚2
Esto da una media
𝑅𝑑𝑅 + 𝑅𝑑𝑟 18 + 52,5 𝑘𝑔𝑓
𝑅𝑑𝑚 = = = 35,25
2 2 𝑚𝑚2
y con esto calculamos la tensión y fuerza máximas
𝑘𝑔𝑓 𝑘𝑔𝑓
𝜎𝑑𝑚á𝑥 = 𝑅𝑑𝑚 𝜑𝑟 = 35,25 × 0,57 = 20,19
𝑚𝑚2 𝑚𝑚2
𝑃𝑑𝑚á𝑥 = 𝑆 𝜎𝑑𝑚𝑐 = 𝜋𝑑1𝑚 𝑒 𝜎𝑑𝑚𝑐 = 𝜋 × 42 × 2 × 20,19 = 5237 𝑘𝑔𝑓
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Bibliografía
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Pezzano, P. A. (1992). Tecnología Mecánica I 11va Ed. Buenos Aires: Editorial Alsina.
Rossi, M. (1979). Estampado en frío de la chapa. Madrid: Editorial Dossat.
Youssef, H. A., & El-Hofy, H. (2008). Machining Technology: Machine Tools and Operations. Boca Raton, Florida, U.S.A.:
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