Descubrir El Pensamiento de Los Ni+ Os (GRANDE)
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el pensamiento
de los niños
Introducción
a la práctica
del método clínico
Juan Delval
Temas de Psicología
Paidos
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 2
Temas de Psicología/11
Colección dirigida por Cesar Coll y Fernando Gabucio
Juan Delval
Descubrir el pensamiento
de los niños
Introducción a la práctica
del método clínico
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 4
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ISBN 84-493-1163-2
Deposito legal: B-38, 087/2001
ÍNDICE
Prefacio……………………………………………………………………… 11
4. El planteamiento de la investigación………………………………….. 81
Las representaciones de la realidad……………………………………… 82
La naturaleza del método……………………………………................... 84
La elección de un problema…………………………………................... 85
La revisión bibliográfica………………………………………………… 91
El procedimiento………………………………………………………… 93
Historias………………………………………………….................... 94
Dibujos o fotografías como estímulos……………………………….. 96
Dibujos del propio niño…………………………………..................... 98
Otras situaciones…………………………………………………....... 99
Otros materiales………………………………………….................... 100
El diseño de las preguntas……………………………………………….. 101
El estudio piloto………………………………………………………..... 103
Los sujetos……………………………………………………………….. 105
Número……………………………………………………………….. 105
Edades de los sujetos……………………………………..................... 106
Características de los sujetos……………………………..................... 108
Un ejemplo: las ideas sobre los propios derechos……………………….. 108
Bibliografía…………………………………………………………………. 261
Lista de recuadros
4. El planteamiento de la investigación
Dibujos de Jahoda……………………………………………………….. 97
Materiales para el estudio de la idea de nación………………………….. 101
5. a realización de la entrevista
Normas éticas sobre la investigación con niños………………………..... 116
Pasos para la realización de la entrevista………………………………... 120
Encabezamiento de una entrevista……………………………………..... 126
Algunas recomendaciones para la transcripción de la entrevista………... 127
PREFACIO
tenga, pero nos ha parecido que más valía pasarse de excesivamente prolijo que
suponer conocimientos que el principiante tendría que descubrir por sí mismo En
algunos capítulos hemos tenido que comentar asuntos demasiado obvios (como
la manera de colocar la grabadora durante el registro de una entrevista, la
necesidad de como probar si tiene pilas en buen estado o la conveniencia de
poner títulos en las distintas partes de una transcripción), pero hemos observado
que muchas veces se pierde parte del trabajo hecho o resulta difícil de utilizar por
no atender a esos detalles Es posible que también hayamos caído en el error
opuesto, es decir, no haber descrito cosas que puedan resultar necesarias, pero
esto sólo el lector puede juzgarlo En todo caso, lo que hemos pretendido escribir
es un libro eminentemente práctico dedicado a aquellas personas que tratan de
iniciarse en la investigación con niños utilizando la entrevista clínica. Esto nos ha
obligado a presentar bastantes ejemplos. Nos ha surgido una duda respecto a la
selección de los ejemplos entre elegir temas muy variados o insistir sobre las
mismas investigaciones y nos hemos decantado por una vía intermedia aunque
más escorada hacia tratar los mismos temas, pues lo contrario hubiera exigido
describir el procedimiento, los formatos de entrevista o los análisis de más
asuntos diferentes, lo cual hubiera exigido aumentar el tamaño del libro y que el
lector tuviera que introducirse en un mayor número de estudios, que en definitiva
sólo se aportan como ejemplos.
En los últimos años he tenido ocasión de dar varios cursos sobre el método
clínico para estudiantes de licenciatura o doctorado en psicología o en educación,
en España y en Iberoamérica. Esto me ha obligado a tener que hacer explícitas
muchas cosas que, cuando se tiene práctica, se realizan de una manera
automática y sin reflexionar sobre ellas. También me ha mostrado la importancia
que tiene sistematizar algunos aspectos de procedimiento, como es la
transcripción de las entrevistas En ese intento por iniciar a mis alumnos en la
práctica del método y durante el trabajo de dirección de tesis he comprobado
repetidamente lo difícil que resulta analizar los resultados y sobre todo la
ausencia de unas reglas simples y válidas en todos los casos respecto a cómo
hacerlo. Cuando terminamos de recoger nuestros datos y tenemos transcritas las
entrevistas, nos encontramos con una enorme cantidad de información que no
presenta una estructura clara. Al tratarse de un método muy abierto y flexible, las
respuestas de los sujetos son a primera vista muy variadas y somos nosotros los
que tenemos que encontrar una organización y una coherencia en esos datos. En
definitiva, nuestra tarea consiste en organizar la realidad de una manera que sea
significativa y que nos permita dar explicaciones y hacer anticipaciones. En esto
no se diferencia nada del descubrimiento o la invención científica, que supone
siempre un acto de creación.
Probablemente ésta es la razón que explica por qué los estudios sobre el
método clínico no suelen abordar el problema de análisis de datos.
Desgraciadamente no existen procedimientos ya hechos para realizar nuevos
15 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
***
Hace bastantes milenios que los seres humanos empezaron a preguntarse por
qué las cosas acontecen de una determinada manera. No sabemos en qué
momento pudo comenzar esa búsqueda de explicaciones de los fenómenos
naturales y sociales, pero los restos arqueológicos, las pinturas, los
enterramientos y otros vestigios de los cultos que remiten a la existencia de
ceremonias religiosas nos permiten suponer que nuestros lejanos antepasados
tenían algunas ideas sobre el sentido de la vida, sobre el origen del hombre y de
la sociedad, sobre las causas de los fenómenos naturales y sobre otros muchos
asuntos relacionados con su existencia. Los mitos que existen en la mayoría de
las culturas referentes al origen de los animales, de los hombres o de las cosas
ponen de manifiesto esa necesidad que experimentan los hombres de buscar
explicaciones que den sentido a lo que sucede a su alrededor. Las explicaciones
míticas suelen consistir en narraciones en las que algún ser superior o un héroe
dan origen a la sociedad humana o al mundo de las cosas. La Biblia comienza
con un mito de ese tipo en el que se describe la creación del mundo y del
hombre, que ha sido muy popular en Occidente, en el que la gente ha creído
durante siglos e incluso sigue creyendo. Pero mitos de ese tipo los encontramos
en casi todas las culturas.
Los griegos dieron un paso decisivo en la búsqueda de explicaciones, pues
pasaron de esas descripciones narrativas a tratar de explicar la realidad a través
de algunos principios generales de carácter más abstracto. Los filósofos de
Mileto, empezando por Tales, considerado «el padre de la filosofía griega», se
interrogaron sobre lo que son las cosas, sobre su origen y sobre el cambio, lo que
dio lugar a la filosofía. La reflexión filosófica alcanzó un auge extraordinario en
la Grecia clásica y allí se plantearon por vez primera numerosos problemas
referentes a la moral o la política que todavía nos preocupan y que estamos lejos
de haber resuelto y allí se originó también la ciencia como un conocimiento más
sistemático referente a cómo se comporta la realidad y por qué suceden las cosas
de una determinada manera.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 18
La explicación científica
con enunciados generales. Cuando tenemos delante una semilla que crece, la
explicación de lo que acontece consiste en relacionar el suceso determinado con
un tipo de acontecimiento general, como es la reproducción por semillas.
Hoy existe una gran confianza en la ciencia y en su poder no sólo para
explicar la realidad, sino también para transformarla. Pero, al mismo tiempo, hay
un desconocimiento bastante grande sobre la naturaleza, la verdad y la
perdurabilidad de las teorías científicas. Aunque la ciencia es algo enormemente
familiar, en el sentido de que se hacen continuas referencias a ella en los medios
de comunicación y en la conversación cotidiana, y sus efectos están presentes por
todas partes, existen muchas ideas erróneas sobre lo que es la ciencia, difundidas
incluso entre los que la enseñan en los niveles elementales. Conviene recordar
algunas.
Por ejemplo, Chalmers (1982. pág. 11) resume así lo que llama «una opinión
de sentido común ampliamente compartida sobre la ciencia», pero que no resulta
correcta:
Hoy sabemos cómo las ciencias nacen y crecen. Ante todo, y es un largo trabajo, es
necesario reunir un rico material de hechos muy auténticos y cuidadosamente observados.
Después hay que seleccionar, agrupar, clasificar, coordinar los hechos recogidos; sólo entonces
se pueden arriesgar inducciones, tratar de retrazar el encadenamiento de los fenómenos en el
pasado, entrever su evolución futura. No hay ni que decir que toda esta elaboración tiene tanto
más valor cuando reposa sobre una base más amplia. (Letourneau. 1880 pág. VIII.)
21 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Entonces, las creencias populares más extendidas tienden a sostener que los
descubrimientos científicos se realizan registrando cuidadosamente los
fenómenos que tienen lugar a nuestro alrededor, unas veces reparando por
primera vez en algo que se produce espontáneamente y que había pasado
desapercibido hasta ese momento y otras provocando mediante experimentos
situaciones que nos puedan informar sobre el desarrollo de un fenómeno. Por ello
se supone que el trabajo científico comienza con la observación y que mediante
ella se pueden descubrir hechos nuevos, que, una vez conocidos, pasan a
convertirse en algo indiscutible y aceptado por todos. Una vez descubiertos los
hechos, se analizan y se clasifican para dar lugar a generalizaciones y teorías que
luego vuelven a comprobarse en la práctica.
Sin embargo, la metodología de la ciencia ha realizado grandes progresos en
este siglo y ha puesto de manifiesto las insuficiencias de esa concepción, pues
esas ideas no se corresponden con lo que de hecho sucede en la investigación
científica y pasan por alto algo sobre lo que los filósofos de la ciencia han
llamado la atención insistentemente desde hace algunos años: la dependencia
entre los hechos y las teorías.
Hechos y teorías
La creencia popular tiende a suponer que los hechos, cuando están bien
establecidos, son algo incontrovertible, mientras que las teorías son mucho más
provisionales y dudosas y están sujetas a revisión. Sin embargo, la historia de la
ciencia muestra que muchos científicos tenían una fe ciega en sus ideas, incluso
antes de haberlas podido someter a comprobación, y que se han repetido
experimentos, aparentemente impecables, porque no estaban de acuerdo con una
teoría hasta que se ha comprobado que había algún error en el modo en que el
experimento se había llevado a cabo. Por ejemplo, cuando algunos resultados
experimentales parecían contradecir la teoría de la relatividad de Einstein, éste ni
siquiera se molestó en responder porque estaba convencido de la exactitud de su
teoría y sólo más tarde señaló dónde estaba la fuente probable del error en los
experimentos, comprobándose que tenía razón (Santillana, 1965, pág. 272).
Lo que los científicos han puesto de manifiesto es que para observar un
fenómeno es necesario situarse siempre en una perspectiva teórica y disponer de
una conjetura sobre lo que resulta importante observar. Por ejemplo, podríamos
detenernos a observar las formas de las hojas de los árboles, el número de las
ramas o los movimientos de brazos y piernas que realiza un niño que está en la
cuna y todo ello podría ser muy relevante o muy poco relevante, según
dispongamos de algunas hipótesis o conjeturas acerca del significado de esos
datos. Como mostró Hanson (1958), toda observación depende de un punto de
vista teórico y lo puso de manifiesto sosteniendo que muchas de las actividades
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 22
Cuando analizamos las cosas desde esta perspectiva, nos damos cuenta de que
la noción de ‘hecho’ como algo indiscutible se diluye. Aunque podamos pensar
que los hechos son directamente observables mediante los sentidos, tendremos
que admitir que cualquier observación supone la existencia de una serie de
categorías previas y que dista mucho de ser algo directo. En la misma percepción
visual podemos observar que nuestros conocimientos, nuestros presupuestos o el
contexto en el que aparece el objeto están determinando decisivamente lo que
percibimos. Igualmente, las declaraciones de testigos que han presenciado un
mismo acontecimiento, como un accidente, algo que podemos considerar un
hecho, pueden parecer tan distintas que nos inclinarían a pensar que los
observadores se encontraban en lugares diferentes si no supiéramos que estaban
en el mismo lugar en el mismo instante. Sus concepciones previas determinan lo
que creyeron ver y les llevan a descripciones que no concuerdan entre sí.
de leyes. Sin embargo, todos los estudios posteriores han mostrado que la observación
no es posible sin unos presupuestos que indiquen qué es lo que tenemos que observar.
Está muy extendida popularmente una concepción ingenua de la ciencia, de su
naturaleza y de su funcionamiento que no concuerda con las concepciones de los
filósofos y metodólogos actuales de la ciencia ni de los propios científicos. En esa
concepción, la ciencia tiende a concebirse como una recolección ordenada y
sistemática de conocimientos sobre la realidad, Eso lleva implícitos varios supuestos:
Como había señalado Novalis, un célebre poeta alemán de finales del siglo
XVIII, en una frase que nos recuerda Karl Popper (1959) al comienzo de su
influyente libro La lógica de la investigación científica: «Las teorías son redes:
sólo quien lance cogerá».
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 24
a partir de esos otros enunciados teóricos que proporcionan una comprensión más
profunda del fenómeno observable. Así, por ejemplo, en la teoría química
moderna, la ebullición del agua al aumentar la temperatura, hecho de la
experiencia cotidiana conocido desde que se descubrió el fuego, se explica en
términos de aumento de la energía cinética de las moléculas (equivalente al
aumento de temperatura), que se opone a las fuerzas atractivas que mantienen
unidas las moléculas (fuerzas de Van der Waals) del cuerpo en estado líquido y
le llevan a un cambio de estado. El hecho observable se explica entonces a partir
de entidades no observables, como son las moléculas, su energía, las fuerzas de
atracción, etc.
Así pues, una teoría científica está compuesta por un conjunto de enunciados,
de diferente grado de generalidad, relativos unos a fenómenos que no pueden
observarse directamente y otros a acontecimientos observables. La explicación
de un fenómeno determinado se realizará recurriendo a leyes de generalidad
creciente de las cuales el fenómeno observable es una consecuencia. La aparición
de una teoría científica permite una comprensión más profunda de fenómenos
conocidos anteriormente y hace posible el descubrimiento de otros. Permite
también conectar fenómenos aparentemente muy dispares. Así, por ejemplo, la
teoría de la gravitación de Newton permitía explicar el movimiento de los
proyectiles, la caída libre de un cuerpo, las mareas, la atracción de los planetas, el
movimiento de los cometas, el movimiento del péndulo, la forma de la Tierra,
etc. y llevó a descubrir otros hechos, como la existencia del planeta Neptuno. La
teoría química moderna permite explicar las propiedades de los cuerpos, la
formación de compuestos químicos, su estabilidad y una gran cantidad de hechos
fácilmente observables, conocidos desde hace muchos años o siglos, que
constituyen toda la química descriptiva, recurriendo a entidades inobservables
tales como átomos, partículas subatómicas, niveles energéticos de las capas y sub
capas electrónicas de los átomos, número de oxidación, electronegatividad, etc.
La ciencia en marcha
También nos ayuda a entender por qué los científicos se aferran a sus teorías. En
realidad a lo que se aferran es a ese núcleo duro, ya que cambiarlo supondría
cambiar de programa de investigación. Además hay que tener en cuenta que
buena parte de las teorías no resulta directamente verificable o falsable y esto
sólo puede hacerse con algunas partes de la teoría, que derivan de los enunciados
de carácter más general y que resulta imposible someter a contrastación directa.
Pero la posición de Lakatos se enfrenta también a algunas dificultades, sobre
todo respecto a la evaluación del progreso y la coexistencia de variaciones
teóricas dentro de un mismo programa de investigación. Para tratar de salvar
estas dificultades, Laudan (1977) ha realizado una propuesta alternativa que
guarda muchos puntos en común con la de Lakatos, aunque también presenta
algunas diferencias. Laudan sostiene que hay que distinguir las teorías
científicas más generales, como la teoría evolucionista o el conductismo, que en
realidad no son teorías simples, sino una familia de teoría y las teorías más
específicas (como podrían ser teorías particulares dentro del conductismo o
distintas que caben en él). Laudan sostiene que para explicar el progreso
científico y poder comparar teorías es imprescindible establecer esa distinción
(Laudan, 1977, pág. 106). Las teorías generales son lo que llama ‘tradiciones de
investigación’ que comparten compromisos metafísicos y metodológicos y que
están compuestas de teorías específicas, que pueden ser incluso rivales. «Una
tradición de investigación es un conjunto de supuestos generales acerca de las
entidades y procesos de un ámbito de estudio y acerca de los métodos apropiados
que deben ser utilizados para investigar los problemas y construir las teorías de
ese dominio» (ibid., pág. 116). Las tradiciones de investigación recuerdan al
núcleo duro de los programas de investigación de Lakatos en el sentido de que no
pueden alterarse ni falsearse, aunque también se diferencien de él.
El método científico
La ciencia tiene entonces como misión explicar los fenómenos que nos rodean
y la explicación es una respuesta a la pregunta ‘¿por qué?’ y no simplemente a la
pregunta ‘¿qué?’. Las cosas que tratan explicar pueden ser muy variadas, pero la
explicación consiste siempre en contar algo que se trata de explicar
(explicandum) con algo que lo explica (explican), lo cual equivale a decir que la
explicación consiste en hacer entrar nuestro problema dentro de una categoría
general de problemas.
La explicación avanza y se modifica cuando tenemos un modelo del mundo y
encontramos una discrepancia o algo que no concuerda y cuya explicación no es
inmediata. Nos planteamos entonces por qué sucede así y tratamos de
relacionarlo con otros acontecimientos que puedan estar conectados, con normas
31 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
que nos han sido útiles en otras ocasiones. A partir de aquí formamos una
conjetura sobre cómo podría explicarse y posteriormente examinamos si las
consecuencias que se derivan de esa conjetura se producen o no se producen.
La estrategia general de la investigación científica es siempre semejante: ante
un fenómeno discordante, un fenómeno llamativo, se formula una hipótesis en
relación con nuestros conocimientos anteriores y se examinan las consecuencias
que tiene esa hipótesis para la explicación de ese hecho y para otros semejantes.
Si la explicación que constituye la hipótesis concuerda con los hechos que tienen
relación con ella, la hipótesis puede mantenerse hasta que no se encuentren
nuevos hechos discordantes que requieran modificaciones en la hipótesis Las
consecuencias de la hipótesis se extraen mediante procedimientos lógicos que
constituyen lo que se denomina el método hipotético-deductivo.
Desde el surgimiento de la nueva ciencia en el Renacimiento se ha estado
buscando un ‘método científico’ que permitiera y garantizara el progreso de la
ciencia. Ésa es la ilusión que perseguían autores como Francis Bacon o
Descartes, disponer de un conjunto de reglas precisas que habría que seguir en
toda búsqueda de una explicación científica. Por eso Descartes (1701) decía.
«Necessaria est methodus ad veritatem investigandum» (Regulae ad directionem
ingenii. Regla IV).
Pero, aunque se suele hablar genéricamente del método científico, en realidad
probablemente hay más de un método y el examen del trabajo que han realizado
los grandes científicos de la historia muestra que es difícil reducirlo a reglas de
obligada aplicación. Las descripciones de los propios científicos que han
realizado descubrimientos importantes referentes a cómo han surgido sus ideas
muestran que éstas se producen de las formas más variadas e imprevisibles, en
situaciones muy distintas, que no pueden reducirse fácilmente a ninguna
regularidad. En muchos casos parece como si los descubrimientos se hubieran
realizado de una manera casual y fuera fruto del azar. Algunos científicos hablan
de una especie de iluminación que se produce en las circunstancias más
inesperadas, cuando la mente parece estar ocupada en otros asuntos. Por ejemplo.
Kekulé, un importante químico alemán llevaba tiempo estudiando cómo podían
estar distribuidos en el benceno los seis átomos de carbono y de hidrógeno en
una cadena lineal sin encontrar una solución satisfactoria. Según él mismo nos
cuenta, mientras se encontraba adormilado frente a las llamas de la chimenea, vio
cómo éstas adoptaban la forma de anillo, lo que le llevó a proponer que los
átomos de carbono e hidrógeno estaban situados en los vértices de hexágono.
Henri Poincaré, un gran matemático francés que ha escrito hermosas páginas
sobre la invención en las matemáticas (Poincaré 1909), cuenta que se le ocurrió
la solución de un problema en el que llevaba trabajando mucho tiempo sin llegar
a ninguna conclusión mientras ponía el pie en el autobús durante una excursión.
Darwin llegó a sus ideas sobre la selección natural mientras leía por
entretenimiento el libro de Malthus sobre la población. El examen de esas
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 32
Así pues, los hechos no existen con independencia de las teorías. No sirve de
nada acumularlos. Una buena teoría científica es la que permite dar cuenta de lo
que sucede y siempre es provisional. Las teorías no se eligen o se mantienen sólo
por su posibilidad de corroboración, sino también por su coherencia interna, su
no-contradicción, su elegancia, como dicen los matemáticos.
Ahora podemos pasar a ocuparnos de cómo se ha estudiado el pensamiento de
los niños.
33 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
La psicología del desarrollo es una disciplina que, como todas las ciencias
sociales y humanas, se encuentra muy atrasada con respecto a las ciencias de la
naturaleza. Existen grandes lagunas en nuestro conocimiento acerca de cómo se
produce el desarrollo psicológico y diversas teorías, a veces con pocos puntos en
común, coexisten para explicar los mismos o distintos hechos. En algunos
momentos se ha creído que, ya que no existen teorías suficientemente
abarcadoras, la tarea que debía realizarse era recoger datos, a la espera de
disponer de mejores teorías, cosa que, como hemos visto en el capítulo 1, no
conduce a progresos apreciables.
El examen de los progresos que ha realizado nuestra disciplina pone de
manifiesto que los avances se realizan siempre a partir de una nueva posición
teórica y los estudios de Piaget son un ejemplo de ello. Su concepción
constructivista acerca de cómo se producen los progresos en el conocimiento ha
permitido descubrir una enorme cantidad de hechos respecto al desarrollo y sobre
todo ha abierto enormes perspectivas a la investigación, es decir, nos ha
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 34
1
En Delval (1988a) me he ocupado más extensamente de la historia del estudio del niño, de sus orígenes y de las etapas
por las que ha pasado. Un resumen puede verse también en mi libro El desarrollo humano, capítulo 2 (Delval. 1994a).
37 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
[21] El día 26 [de enero de 1782, a los 5 meses y 3 días de edad] puede
reconocerse aún con mayor claridad su creciente curiosidad. La mujer que le cuidaba
le sacaba a la calle siempre que el tiempo lo permitía y esto le causaba una
extraordinaria alegría. A pesar del frío, siempre manifestaba vivos deseos por ese
cambio. A causa de ello, siempre se separaba de mala gana de su nodriza y prefería
estar con ella antes que con su madre, salvo cuando tenía hambre. Pudo observarse
entonces claramente con que rapidez se diferencian y asocian las representaciones
una vez puestos en marcha estos procesos. El muchacho no había tardado mucho en
darse cuenta de que el hecho de que su nodriza se pusiese el abrigo era señal de que
iban salir y, por ello, se ponía contento siempre que ella se ponía el abrigo, aún
cuando en esos momentos estuviese en pleno llanto, Tampoco había tardado mucho
en darse cuenta de que, para salir, la puerta tenía que abrirse; por eso, se echaba hacia
la puerta cada vez que la nodriza se acercaba a ella, se ponía contento cuando se abría
y se mostraba impaciente cuando volvía a cerrarse.
[22] Hasta ahora, siempre le había resultado indiferente lo que caía en sus manos
y, sin dar la menor muestra de desagrado, se había dejado quitar los objetos con los
que estaba jugando, El 7 de febrero, [5 meses y 15 días] sin embargo, se aferraba más
a las cosas con las que había conseguido hacerse, siempre que no estuviera harto ya
de ellas, y lloraba cuando se le quitaba un juguete. También era ya capaz de
entretenerse durante un rato jugando completamente solo. Anteriormente, las cosas
para él eran simplemente para ser miradas: aún no era capaz de ponerlas en
movimiento él mismo. Pero ahora, después de haber aprendido a utilizar las manos,
le servían de mayor distracción y, por eso, no le gustaba que le despojasen de ellas.
Reflejos
Durante los primeros siete días, mi hijo efectuó correctamente diversas acciones
reflejas, a saber: estornudar, hipar, bostezar, estirarse y, por supuesto, chupar y gritar,
El séptimo día le toqué la planta desnuda de su pie con una hoja de papel y la retiró
de un tirón, encogiendo a la vez las puntas de los pies, igual que un niño mucho
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 38
Por lo que observé, la primera acción que mostró un tipo de razonamiento práctico
ya ha sido mencionada, a saber: bajar su mano por mi dedo hasta meter la punta de
éste en su boca, lo cual sucedió cuando tenía ciento catorce días. Cuando tenía cuatro
meses y medio sonreía repetidamente a su imagen y a la mía en el espejo y, sin duda,
los confundía con objetos reales, pero mostraba sentido al sorprenderse
evidentemente por que mi voz provenía de detrás. Igual que todos los niños, se
divertía mucho, mirándose, y en menos de dos meses comprendía perfectamente qué
era una imagen, ya que, si le hacía con mucho sigilo alguna mueca rara, rápidamente
se volvía y me miraba. Sin embargo, a la edad de siete meses se quedaba perplejo
cuando al estar al aire libre me veía en el interior de un gran ventanal de cristal y pa-
recía dudar de si era o no una imagen. Otro de mis hijos, una niña, cuando tenía un
año, no era tan perspicaz y parecía completamente perpleja ante la imagen de una
persona en un espejo que se le acercaba desde atrás. Los monos superiores que traté
con un pequeño espejo se comportaron de manera distinta: colocaban sus manos
detrás del espejo y, al hacerlo, mostraban su sentido, pero lejos de disfrutar mirán-
dose se enfadaban y no miraban más.
Cuando tenía cinco meses, asociaba ideas independientemente de que cualquier
instrucción se fijara en su mente; así, tan pronto como se le ponía su gorro y su capa,
se contrariaba enormemente si no salía inmediatamente al exterior. Cuando tenía
exactamente siete meses dio el gran paso de asociar a su niñera con su nombre, de
manera que, si yo lo pronunciaba, él la examinaba.
Después, y a lo largo del siglo XIX, se sucedieron estas biografías, que descri-
bían los progresos del desarrollo de un niño, generalmente hijo del observador,
sobre diversos aspectos de sus capacidades o sobre alguna más en particular. La
influencia de la teoría de la evolución de las especies, formulada por Darwin en
39 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
1859, contribuyó a dar impulso a los estudios sobre el desarrollo de los niños. El
propio Darwin había ido anotando algunos aspectos del desarrollo de su hijo, que
publicó muchos años más tarde. (Recogemos una muestra de esas observaciones
en el recuadro.) Se había entrado en una etapa profundamente evolucionista en la
cual se intentaba estudiar la evolución de las especies, la evolución del hombre a
lo largo de la historia y por ello también la evolución del individuo durante su
infancia. Entre esos estudios sobre el desarrollo infantil destaca el estudio de
Preyer (El alma del niño) publicado en 1882, que estaba basado en las
observaciones sobre su hijo, así como en el trabajo de otros autores. Preyer
realizaba observaciones sobre el niño tres veces al día y, ocasionalmente,
pequeñas experiencias.
Lo que sucede es que la observación por sí misma sólo nos proporciona una
información limitada. Esos primeros trabajos permitieron recoger una gran canti-
dad de materiales útiles, pero tenían serias limitaciones y no podían penetrar en
muchos aspectos del comportamiento infantil. Durante un cierto período los psi-
cólogos del desarrollo acumularon gran cantidad de información sobre lo que los
niños hacían, pero mucha de esa información era bastante irrelevante porque no
se podía averiguar por qué hacían esas cosas y además muchos aspectos de la
conducta que pueden ser muy importantes pasaban desapercibidos. Esto se debía
también en buena medida a la falta de teorías sobre las causas del desarrollo y so-
bre cómo se produce.
Como ya hemos señalado, la observación no es algo que pueda realizarse sin
algún punto de partida o una hipótesis previa. Por ello, siempre hay alguna
creencia acerca de lo que resulta interesante observar, pues de lo contrario nos
podríamos poner a observar cualquier cosa. Lo que sucedía en esos trabajos es
que ese punto de partida no estaba explícito y generalmente sólo consistía en
alguna creencia de sentido común. Eso resta valor al trabajo de investigación y
deja la puerta abierta a que se cuelen en el trabajo de intención objetiva los
sesgos y prejuicios del investigador.
Más tarde, a los diecinueve y a los veinte meses, tuvo mi hijo dos maneras de
expresar, sin palabras, su deseo de salir de la habitación. Cogió un pedazo de tela que
le gustaba mucho y me lo trajo: le hice con él una capa, se la puse y se embozó en ella:
luego se abrazó a mis rodillas con aire suplicante y lanzó gemidos lastimeros que
indicaban vivo deseo; no calló hasta que le abrí la puerta que conducía a otra
habitación. Allí tiró al momento la tela y se puso a correr dando gritos de alegría. Su
otro procedimiento fue el siguiente: cuando experimentaba la necesidad urgente de
evacuar, tenía la costumbre de hacer oír gruñidos especiales, soplando por las narices
con la boca cerrada, después de lo cual era conducido. Si a1 niño no le desazona el
sitio en que se encuentra, hace exactamente lo mismo. Si se le aparta de él, no
manifiesta ninguna necesidad, pero revela gran satisfacción. En este caso, espera bien
lo que va a pasar: «Seré llevado fuera de este sitio si gruño de este modo», piensa.
Ovide Decroly (1871-1932), médico belga, que ha sido uno de los más importantes
educadores del siglo XX, se interesó pronto por la educación de niños con deficiencias
y posteriormente fundó una escuela para niños normales en la que puso en marcha una
serie de métodos de trabajo que pronto se hicieron famosos y que fueron conocidos
como el método Decroly. Pero, como buen pedagogo pionero e innovador, siempre
consideró que era muy importante la observación y el estudio de los niños para mejorar
la educación. En uno de esos trabajos, publicado en su libro Estudios de psicogénesis
(1929), recogió una serie de observaciones relativas a la aparición de las ideas
económicas en una niña, a la que llama la ‘pequeña S.’. Se trata de observaciones
ocasionales que muestran cómo la niña va descubriendo la actividad de compra, el
cambio en la tienda, el valor y la equivalencia entre las monedas, la fabricación y la
venta de los objetos, la obtención del dinero y otros muchos asuntos relacionados con
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 42
El descubrimiento de comprar
(3) A los 3 años y 2 meses cree que es la zapatera la que regala los zapatos. Vuelve
del centro con linos zapatos preciosos. «Qué bonitos zapatos», le decimos, y ella
responde: «La señora me ha dado eso, es buena (amable), tiene muchos zapatos».
(4) Algunos días más tarde entra con su tía en una tienda para comprar flores, No ve
el gesto de pagarlas y pregunta: «¿Por qué te regala esas flores?».
(7) Hacia esta época [4 años y 10 días] vamos siempre a la misma tienda a comprar
unos caramelos. La niña presencia el cambio, Las primeras veces, sin duda alguna
preocupada por examinar todas las golosinas, no ha prestado atención al pago; pero un
domingo que nos acompaña su hermana le dice al recibir su paquetito: «Ahora I., va a
dar ‘redondeles’ a la señora por los bombones». Su hermana, que tiene cuatro años
más, quiere hacer de maestra y la corrige: «Pero S., se dice dinero y no redondeles».
La lección le aprovecha y a partir de este momento emplea indiferentemente los
términos ‘redondeles’ y ‘dinero’. Sabe que hay dinero grande y pequeño (5 francos, 2
francos, 50 céntimos, etc.) y que hay dinero blanco y dinero con agujeritos (25,10 Y 5
céntimos), pero no conoce el valor de cada moneda ni lo que se puede adquirir con
cada una de ellas. Para adquirir bombones, fruta, se dan ‘redondeles’, redondeles
especiales bien determinados; ‘dinero’, pero sin distinción de valor ni preocupación de
número (4 años y 3 meses).
(10) Le parece extraordinario que se dé dinero sin que den nada por él. Tomamos un
tranvía y S. le instala confortablemente. Entonces ve salir del tan conocido bolsillo dos
monedas de 10 céntimos que damos al cobrador. Inmediatamente se sorprende: «¿Por
qué le das dos dineros al hombre; te va a dar bombones, di?».
(13) Después, a los 5 años, le atormenta ver devolver suelto de una moneda, No
puede concebir que se pague, que le den a uno algo por ello y encima, le devuelvan
dinero.
43 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
La equivalencia en dinero
(23) Hacia esta época [después de los cinco años y medio] la llevan a menudo a casa
del médico para curarse los oídos. Al volver, siempre se le da o un pastelillo o un
plátano, pero se le da primero el dinero (10 céntimos) para que compre ella misma lo
que desee. Al salir de la pastelería, hace un día el siguiente comentario: «Un pastel y
un plátano son lo mismo. -¿Cómo que son lo mismo?, no seas rara, ¿no ves la
diferencia – Quiero decir que son lo mismo de dinero (cuestan lo mismo)».
(27) A los seis años le preocupa saber de qué manera se determina el precio de la
mercancía: «¿Quién dice que el chocolate que se pega cuesta 10 céntimos? ¿Quién lo
dice; es la señora? (seis años y tres días). ¿Por qué cuestan 10 céntimos los pasteles?
Yo no quiero dar más que 1 céntimo por el pastel».
(28) También quiere saber quién hace el dinero: «¿Quién hace el dinero, cómo se
llama el hombre que hace el dinero?», y también por qué es redondo: «¿Por qué es
redondo el dinero? ¿Hay dineros que no son redondos?». Y, cuando le decimos que
hay dinero de papel y le enseñamos un billete de 100 francos, muestra gran sorpresa.
«¡Cuanto es!»
(29) A los cinco años y once meses no sabe todavía cómo se procura uno el dinero.
«El dinero se da», dice y en ello es completamente lógica, ya que el poco dinero, los
pocos céntimos que algunas veces posee, se lo han dado.
(30) Pero a los seis años y un mes seguramente se lo han dicho. Sabe que hay que
trabajar para tener dinero y que este papel está reservado al padre.
Decroly (1929).
Los cuestionarios
muchos niños creían que las madejas y las bobinas de hilo crecen en el lomo de
las ovejas, que los árboles han sido clavados en el suelo por Dios y carecen de
raíces, que la carne se saca de la tierra y que las patatas crecen en los árboles.
El interés de los resultados de Hall no está en los porcentajes que obtiene, sino
sobre todo en sus comentarios y en las cuestiones que señala como importantes
para la psicología infantil. Hall indica la conveniencia de distinguir entre el cono-
cimiento verbal y el conocimiento práctico y cómo los niños pueden conocer el
nombre de una cosa sin saber nada de ella o al revés y señala que hay que tener
todo esto presente a la hora de interrogar a los niños. Muchos de los resultados de
Hall anticipan otros que se han producido en la psicología evolutiva de nuestro
siglo y guardan relación con el trabajo de Piaget acerca de la representación
infantil del mundo.
Así se fueron realizando más y más trabajos sobre un buen número de sujetos
y se introdujeron pruebas estandarizadas, que pronto se denominaron tests, y se
difundieron extraordinariamente gracias a las pruebas elaboradas por Binet y Si-
mon. En este caso se trata de preguntas idénticas para todos los sujetos que se
plantean siempre en las mismas condiciones, pero generalmente nos confor-
mamos con la respuesta del sujeto, que luego categorizamos como verdadera o
falsa, correcta o no correcta y de ese modo situamos al sujeto en relación con
otros sujetos de su edad, clasificándolo como adelantado, retrasado o en nivel
normal. Al tratarse de preguntas que se realizan siempre en condiciones idénticas
para todos los sujetos, un problema que hay es que algún niño puede no entender
correctamente la pregunta o pensar que le estemos obligando a responder a algo
que no se ha planteado. Y, por otra parte, tiene el inconveniente de que, con este
método, nunca sabremos cuál es el camino que ha llevado al sujeto a dar su res-
puesta. Un camino erróneo, un razonamiento incorrecto puede llevar a dar una
respuesta justa, que nosotros tomaremos como tal, y que será justa en el sentido
en que se adecue a lo que el adulto considera correcto, pero la vía por la que el
niño ha llegado a dar esa respuesta puede ser simplemente debido al azar o a una
concepción errónea.
Las pruebas estandarizadas son de gran utilidad cuando tenemos que comparar
sujetos, pero eso presupone que conocemos perfectamente bien cuáles son los
tipos de respuestas del sujeto y que hemos realizado previamente amplios
estudios que nos han permitido categorizarlas de una determinada manera. Aun
así, siempre se corre ese riesgo de que el sujeto llegue a respuestas correctas por
caminos erróneos.
La esencia de todos estos trabajos consiste en tratar de establecer algunos hitos
por los que pasa el desarrollo del niño partiendo de ideas del sentido común. Sin
embargo, la fuerza de la investigación proviene de las hipótesis de partida. Tiede-
mann, por ejemplo, no se limita a observar los progresos de su hijo; tiene siempre
presente una problemática esencial detrás de lo que observa: el problema del
innatismo o del empirismo. ¿Lo que el niño hace es innato o es adquirido? Él
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 46
parte de una hipótesis empirista y trata de verlo todo desde esa perspectiva, lo
que enriquece enormemente su trabajo. Todas sus observaciones están
encaminadas a demostrar que el niño lo está aprendiendo todo de la experiencia
y, aunque esta hipótesis pueda resultar errónea o, al menos, insuficiente, le hace
seleccionar lo que observa y hace su trabajo mucho más rico que si lo hubiera
iniciado sin hipótesis previas. Por ello repetimos que es mejor tener una hipótesis
errónea que no tener ninguna.
El método experimental
Diseños evolutivos
Pasemos ahora a otro aspecto de los estudios que tratan de explorar el cambio
en las concepciones de los sujetos a lo largo del tiempo y, en particular, la forma-
ción de conocimientos y conductas, lo que se llama un estudio evolutivo.
Cuando realizamos un estudio evolutivo lo que nos interesa es ver cómo va
cambiando una conducta, una determinada capacidad o una representación a lo
largo del tiempo. Por tanto, tenemos que estudiar a los sujetos en distintos
momentos temporales o distintas edades. Si, por ejemplo, consideramos que el
problema que nos interesa se desarrolla entre los 3 y los 7 años, tenemos varias
posibilidades respecto a cómo elegir a nuestros sujetos y diseñar la experiencia.
Lo que suele hacerse en la mayor parte de los casos es elegir sujetos de
diferentes edades, por ejemplo diez de cada edad, pasarles las pruebas que
hayamos previsto y comparar los resultados de cada grupo. Las pruebas se
realizan aproximadamente en el mismo momento temporal, pero el conjunto nos
ofrecerá un panorama de cómo va cambiando la resolución de la tarea en
distintas edades. Este método, que suele llamarse transversal, consiste entonces
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 48
largo del tiempo sin que se vean afectados por la edad y separar así los efectos de
la edad de los del cambio temporal que puede producirse en la sociedad.2
2
Los psicólogos que se inscriben en la corriente que se ha denominado «psicología evolutiva del ciclo vital» (life-span
developmental psychology) se han ocupado ampliamente de estudiar los efectos de la cohorte o generación en el
desarrollo y han elaborado diferentes diseños para combinar estrategias longitudinales y transversales y diversos tipos de
diseños evolutivos. Véase una exposición de estas estrategias en Baltes, Reese y Nesselroade (1977). Véanse también
Achenbach (1978) y Vega (1983), entre otros.
51 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 52
53 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
sus lecturas de tipo filosófico le hablan llevado a interesarse por el problema del
conocimiento y había concebido el proyecto de estudiar los problemas
epistemológicos a través del proceso de formación de nuevos conocimientos,
proponiendo que esto podía hacerse a lo largo de la historia de la ciencia, o en el
individuo, examinando la génesis de nociones como las de espacio, tiempo,
número, causalidad, etc. Dado que existían bastantes estudios sobre historia de la
ciencia, con los que él estaba familiarizado 4, pero que apenas existían trabajos
sobre la adquisición de nociones científicas en los niños, decidió dedicar cierto
tiempo a la génesis del pensamiento científico en los niños.5
Al terminar sus estudios de Doctorado en Neuchâtel, se propuso continuar su
formación en otros lugares e inicialmente se trasladó a Zurich, donde siguió
durante algunos meses los cursos de Eugen Bleuler. Éste era un reputado
psicólogo clínico, conocido por sus estudios sobre las enfermedades mentales,
que había introducido el término ‘esquizofrenia’ para designar un grupo de ellas.
Posiblemente, con Bleuler, Piaget se familiarizó con el trabajo clínico y de
diagnóstico.
clínico servía para prevenir y tratar las deficiencias y las anomalías mentales de
individuos, entre ellos niños que tenían dificultades escolares normales. Para ello
se realizaban diversas pruebas y se llevaba a cabo un diagnóstico.
Posteriormente, el método clínico fue utilizado ampliamente por psiquiatras que
realizaban estudios detenidos de un individuo a partir de los cuales se pueden
realizar generalizaciones acerca de otros individuos, permitiendo establecer
categorías de síntomas y de enfermedades.
En la medicina, la clínica constituye una rama de las ciencias médicas que
resume otras disciplinas con un fin práctico para estudiar un organismo enfermo
y poder devolverle a su estado normal. Pero en el caso de la psicología norma1 y
del estudio del pensamiento de los niños, fue Piaget el que introdujo el método
clínico, dándole un significado muy distinto, que sólo guarda un lejano parecido
con sus orígenes. El comienzo de estos estudios puede considerarse casi como un
azar, como el producto de un afortunado accidente, aunque tiene una relación
profunda con el resto de las investigaciones realizadas por Piaget.
Como él mismo nos cuenta en su «Autobiografía» (1966), tras su breve estan-
cia en Zurich con Bleuler, Piaget llegó en 1919 a París, donde permaneció dos
años estudiando. Allí entró en contacto con el doctor Theodore Simon, que, como
dijimos antes, había sido el creador, como colaborador de Binet (ya fallecido), de
los primeros tests de inteligencia de amplia utilización. Simon le propuso que
realizara un trabajo de estandarización de los tests de razonamiento que Burt
había creado recientemente para adaptarlos a los niños de París. Piaget nos
describió así lo que le aconteció durante ese trabajo:
Ahora bien, desde mis primeros interrogatorios, observé que, aunque los tests de
Burt tuvieran méritos indudables en cuanto al Diagnóstico, ya que estaban fundados
sobre el número de éxitos y fracasos, era mucho más interesante intentar descubrir
las razones de los fracasos. De este modo emprendí con mis sujetos conversaciones
del tipo de los interrogatorios clínicos con la finalidad de descubrir algo sobre los
procesos de razonamiento que se encontraban detrás de sus repuestas correctas y
con un interés particular por los que escondían las respuestas falsas.
Descubrí con estupefacción que los razonamientos más simples que implicaban
la inclusión de una parte en el todo o el encadenamiento de relaciones o también la
‘multiplicación’ de clases (encontrar la parte común de dos entidades) presentaban
para los niños normales hasta los 11 años dificultades insospechadas para el adulto.
(Piaget, 1966. págs., 136-137.)
En estos párrafos Piaget nos manifiesta que no se llegó a sentir muy atraído
por el trabajo que le habían encomendado, que no le preocupó mucho determinar
el número de sujetos que respondían correcta o incorrectamente a los problemas
de Burt, pero se le planteó un problema nuevo que le interesó sobremanera: por
qué los sujetos tenían tantas dificultades para resolver algunos problemas y sobre
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 56
todo por qué los errores que cometían los sujetos eran tan sistemáticos. Eso le lle-
vó a tratar de profundizar en las causas que estaban detrás de las respuestas
erróneas y en la relación que tenían con su forma de pensamiento.
De éste modo Piaget inició un método de conversaciones abiertas con los
niños para intentar aprehender el curso de sus pensamientos, No se trataba
simplemente de contar el número de sujetos que respondían de forma correcta,
sino de indagar las justificaciones que daban los propios niños de sus
contestaciones. Éste fue el inicio del método clínico, que comenzó a utilizar en
sus primeros estudios sobre el pensamiento del niño, como en su trabajo sobre la
noción de parte (Piaget, 1921), Y que siguió utilizando en sus trabajos
posteriores.
Pero Piaget no mantuvo siempre igual el método, sino que lo fue adaptando a
los nuevos problemas y temas que iba abordando. Por eso el método clínico pia-
getiano ha pasado por una serie de etapas desde su introducción. Vinh-Bang
(1966), fiel colaborador de Piaget durante muchos años y encargado de las ense-
ñanzas de metodología en el Instituto de Ciencias de la Educación de la
Universidad de Ginebra, propone que se pueden distinguir cuatro etapas en la
utilización del método clínico. El primer período, al que llama ‘elaboración del
método’, comprende los trabajos realizados entre 1920 y 1930, dentro de los
cuales constituye un hito muy importante la investigación sobre la representación
del mundo en el niño. El segundo período, a1 que Vinh-Bang denomina
‘observación crítica’, se extiende desde 1930 a 1940 y se dedicó al estudio de
los comienzos de la inteligencia, es decir, al periodo sensorio-motor, por lo que
Piaget tuvo que introducir modificaciones en el método, que ya no podía
apoyarse en la entrevista verbal. La tercera etapa, a la que llama ‘método clínico
y formalización’, transcurre entre 1940 y 1955 y consiste en el estudio de las
operaciones mentales durante la etapa concreta y durante la etapa formal a través
de actividades en las cuales el sujeto tiene que realizar alguna tarea manipulando
un material. Finalmente incluye, como una cuarta etapa, los desarrollos recientes
a partir de 1955 en adelante. Vamos a apoyarnos en esta clasificación de Vinh-
Bang, pero vamos a dividir su primer período en dos, diferenciando los primeros
esbozos de la mayoría de edad del método.
En 1921 Piaget comenzó a publicar los resultados de sus estudios sobre las
preguntas del test de Burt, que había iniciado en París. Toma preguntas de Burt,
57 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
las modifica y pregunta a los niños para tratar de descubrir dónde encuentran las
dificultades. Así determina que los niños tienen serios problemas para entender la
relación de parte, como muestra en un trabajo que trata principalmente de la
comprensión de los cuantificadores ‘todos’ y ‘algunos’ (Piaget. 1921). Al año
siguiente publica otro estudio sobre la multiplicación lógica y los comienzos del
pensamiento formal (Piaget, 1922a), en el que sigue analizando problemas de
Burt referentes a la realización de inferencias sobre enunciados verbales,
llegando a la conclusión de que los niños tienen grandes dificultades para razonar
sobre la forma de los enunciados.
En otro de los trabajos de estos años (Piaget, 1922b), dedicado a las
explicaciones de los niños, cambia de asunto y ofrece sus primeros resultados
sobre la explicación del funcionamiento de las bicicletas, que luego aparecerán
en su libro sobre la causalidad en 1927.7
El primer libro de Piaget sobre el desarrollo infantil, 8 Le langage et la pensée
chez l’enfant (1923), pretendía estudiar cuáles son las funciones del lenguaje en
el niño y sus relaciones con el pensamiento. El estudio estaba basado
fundamentalmente en observaciones de las producciones verbales espontáneas de
los niños en la escuela mientras realizaban diversas actividades, como por
ejemplo dibujar. Por ello la intervención del observador era escasa y muchas
veces ni siquiera se recoge. Piaget llegaba a la conclusión de que una parte
sustancial del lenguaje en los niños de las edades que estudiaba, alrededor de los
6 y 7 años, era egocéntrica y no parecía estar destinada directamente a la
comunicación. En el libro examinaba también los tipos de explicaciones de los
niños y concluía que el egocentrismo se manifiesta en la incapacidad para la
explicación causal y para la justificación lógica estricta.
Su segunda obra, que llevaba por título Le jugement et le raisonnement chez
l'enfant (1924), se presentaba como el segundo volumen de una serie que tenía
como título general Estudios sobre la lógica del niño, pero que no continuó. En
este segundo libro se profundiza más en los tipos de explicaciones y se estudian
algunas relaciones lógicas a través del lenguaje, como cuando se preguntaba por
los hermanos y las hermanas o por la izquierda y la derecha. Esto llevaba a
Piaget a presentar estudios sobre la noción de familia o de nación y a estudiar una
serie de características del razonamiento del niño.
En todos estos trabajos se utiliza de una forma u otra la entrevista clínica, aun-
que no se dan precisiones sobre el método que utiliza, pero contienen ya un
bosquejo más claro del método que utilizará en sus obras siguientes, aunque
todavía no hay ninguna reflexión explícita sobre él. En El juicio y el
7
Agradezco a la profesora Silvia Parrat-Dayan, de los Archives Jean Piaget de la Universidad de Ginebra, haberme
proporcionado copias de esos primeros trabajos de Piaget.
8
Piaget había publicado ya en esa época una gran cantidad de artículos sobre temas biológicos y varios libros de tema
filosófico y comenzaba también a publicar estudios de carácter psicológico. Sobre los primeros años del trabajo de Piaget,
véase Ducret (1984) y Vidal (1994). Una bibliografía muy completa de sus escritos se encuentra en Fondation Archives
Jean Piaget (1989).
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 58
Dado el carácter tan general que tienen los problemas que se estudian, resulta
muy difícil la utilización de situaciones concretas en las que el niño pueda actuar
y por ello el método necesita armarse y perfeccionarse de una manera
extraordinaria. Poco después, en La causalité physique chez l'enfant (1927),
Piaget continúa sirviéndose del mismo método, pero al abordar la explicación de
algunos fenómenos físicos concretos que pueden realizarse delante del niño,
como el nivel del agua, la flotación de los barcos o la formación de las sombras,
hay más 1ugar para plantear situaciones concretas que el sujeto debe explicar.
Esto anticipa algunas de las modificaciones del método que utilizará en estudios
posteriores.
La noción de pensamiento
MONT (7; 0), «- ¿Sabes lo que es pensar? Si -Piensa en tu casa, ¿quieres? SI. -
¿Con qué piensas? Con la boca. -¿Puedes pensar con la boca cerrada? No -¿Con los
ojos cerrados? SI. -¿Y con las orejas tapadas? si. - Cierra tu boca y piensa en tu casa.
¿Piensas? Si. - ¿Con qué has pensado? Con la boca»
Los sueños
METR (5; 9). «- ¿De dónde viene el sueño? Pienso que se duerme tan bien que se
sueña, -¿Viene de nosotros o de fuera? De fuera -¿Con qué se sueña? Yo no lo se. -
¿Con las manos?.. -¿con nada? Si, con nada. -¿Cuando estás en la cama y sueñas,
¿dónde está el sueño? En mi cama, en el cobertor No lo se. Si estuviera en mi vientre
[¡!], estarían los huesos y no se vería, -¿Está allí el sueño cuando tú duermes? Si,
está en mi cama a mi lado. Intentamos sugestionar a Metr: «-¿Está el sueño en la
cabeza? Yo estoy en el sueño no esta en mi cabeza [¡!] Cuando se sueña, no se sabe
que se está en la cama. Se sabe que se anda. Se está en el sueño. Estás en la cama y
no sabes que estás en ella. -¿Pueden dos personas tener el mismo sueño? Nunca hay
dos sueños [idénticos]. -¿De dónde vienen los sueños? No lo sé. Se hacen - ¿Dónde?
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 60
En la habitación y luego vienen hacia los niños pequeños. Vienen solos. – Tú ves el
sueño cuando estás en la habitación. Entonces, si yo estuviera también en tu
habitación, ¿lo vería? No los señores no sueñan nunca. – Cuando el sueño está en la
habitación, ¿está cerca de ti? Si, allí [30 cm. Ante sus ojos].
El método no verbal
A partir de esa obra Piaget va a cambiar durante unos años el objeto principal
de sus intereses. Hasta ahora, aunque tratara de apoyar su investigación en la
actividad experimental del niño, los temas que había abordado no le permitían
hacerlo de una manera completa. En sus obras siguientes su objeto de
investigación van a ser los orígenes de la inteligencia antes de la aparición del
lenguaje. Ese trabajo se va a plasmar en tres obras fundamentales: La naissance
de l’intelligence chez l’enfant (1936), La construction du réel chez l’enfant
(1937) y La formation du symbole chez l’enfant (1945). Naturalmente, los
métodos puramente verbales son completamente inútiles en este caso, ya que no
pueden mantenerse conversaciones con niños recién nacidos o de pocos meses
que todavía no han empezado a hablar.
El inicio de esa trilogía hay que relacionarlo con el nacimiento de sus tres
hijos: la primera (Jacqueline) en 1925, Lucienne en 1927 y el tercero. (Laurent)
en 1931. Eso le dio la oportunidad de seguir muy de cerca, día a día, con ayuda
de su mujer 9 los progresos de esos niños. Su trabajo se basa, en principio, en una
observación extremadamente minuciosa de sus hijos, pero introduciendo
9
Valentine Chatenay, alumna primero y colaboradora luego en varios de sus primeros libros.
61 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Observación 19. –A los 0; 1 (4) 10, después de la comida de las seis de la tarde,
Laurent está muy despierto (al contrario que en las comidas anteriores) y no del todo
satisfecho. Chupa primero vigorosamente en vacío, después su mano derecha se
acerca a la boca, toca el labio inferior y, finalmente, se deja coger. Pero, como sólo ha
sido cogido el índice, la mano se escapa. Entonces, muy visiblemente, ya no se aparta
sino para volver poco después. Esta vez el pulgar ha entrado en la boca, mientras que
el índice se sitúa entre la encía y el labio superior. Nuevo retroceso de la mano, que se
aleja hasta unos 5 cm de la boca, para volver a introducirse a continuación: el pulgar
queda cogido y los otros dedos fuera. Laurent permanece inmóvil y chupa con vigor,
babeando tanto que, tras algunos instantes, hay que sacarle el pulgar de la boca. La
mano se aproxima por cuarta vez y tres dedos se meten en la boca. Vuelve a salir para
introducirse por quinta vez. Habiendo quedado de nuevo cogido sólo el pulgar, la
succión continúa sin interrupción. Le retiro entonces la mano y se la bajo hasta cerca
de la cintura. En una de sus posturas, Laurent parece desistir de chupar y mira ante él
tranquilo y repleto. Pero al cabo de unos minutos vuelven a moverse los labios y la
mano se acerca de nuevo. Ahora viene una serie de fracasos: los dedos se colocan en
la barbilla y contra el labio inferior. Sin embargo, el índice penetra en dos ocasiones
(6° y 7° éxitos). La octava vez que la mano penetra en la boca, sólo queda sujeto el
pulgar, por lo cual continúa la succión. Le vuelvo a quitar la mano. Nueva postura, sin
movimiento de los labios; después, nuevos intentos (9° y 10° éxitos, después de los
cuales se interrumpe la experiencia).
10
Ésta es la manera habitual de representar las edades de los sujetos; indica 1 mes y 4 días. Véase lo que decimos en la
nota 4 del capítulo 5.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 62
Observación 148. –Hasta los 0; 10 (16) puede decirse que Laurent no ha com-
prendido la relación ‘puesto sobre’, es decir, la relación que existe entre un objeto y
su soporte. Intentaremos demostrarlo más detenidamente en el segundo volumen [La
construction du réel chez l’enfant], al estudiar la noción de espacio propia del cuarto
estadio.
II. A los 0; 10 (16), por el contrario, Laurent descubre progresivamente las ver-
daderas relaciones entre el soporte y el objetivo y, por tanto, la posibilidad de utilizar
el primero para atraer el segundo. He aquí las reacciones del niño:
1. pongo mi reloj sobre un gran cojín rojo (de color uniforme y sin flecos) exac-
tamente ante el niño. Laurent trata de alcanzar directamente mi reloj y, al no con-
seguirlo, se agarra como antes al cojín y lo atrae hacia sí. Pero, entonces, en lugar de
soltar inmediatamente el soporte, tal como ha hecho hasta ahora, para tratar de nuevo
de coger simplemente el objetivo, empieza a mover el cojín mirando el reloj,
visiblemente interesado: todo ocurre como si por primera vez advirtiese la relación
por sí misma y la estudiase. Logra así, con toda facilidad, coger el reloj;
2. intento inmediatamente la contraprueba siguiente. Pongo ante el niño dos
cojines de color, de forma y de dimensiones idénticas; el primero, colocado como
antes, justo ante el niño; el segundo, más atrás, con una rotación plana de 45°, es
decir, que una de las esquinas del cojín está frente al niño. Esta esquina está
colocada, además, sobre el primer cojín, pero me las arreglo para aplastar ambos en
dicho lugar, de modo que el segundo no sobresalga y no sea demasiado visible. Por
fin, coloco mi reloj al otro extremo del segundo cojín.
En cuanto ve el reloj, Laurent tiende las manos y se apodera del primer cojín, que
atrae hacia sí progresivamente. Al darse cuenta de que el reloj no se mueve (no deja
de mirarlo), examina el lugar en el que los dos cojines están superpuestos (aún lo
están, a pesar del ligero desplazamiento del primero) y va directamente al segundo.
Lo coge por el ángulo, lo atrae hacia sí por encima del primero y coge el reloj.
Al repetir la experiencia da el mismo resultado;
3. pongo ahora los dos cojines, en prolongación uno del otro, con el lado proximal
del segundo paralelo al lado distal del primero. Pero superpongo el primero al
segundo en una banda de unos 20 cm de ancho (naturalmente, el reloj está en el
extremo del segundo). Laurent tira inmediatamente del primer cojín; luego, al
comprobar que el reloj no se mueve, intenta levantar este cojín para alcanzar el
segundo. En un momento dado, consigue enderezar el primero, pero sin separarlo, y
lo mantiene contra su pecho con la mano izquierda, mientras que con la derecha
intenta tirar del segundo. Lo consigue al fin y se apodera del reloj, con lo cual
demuestra su perfecta comprensión de la función del soporte;
4. por fin, coloco el segundo cojín como en el número 2, pero de lado, de modo
que el pico proximal del segundo esté superpuesto a uno de los picos distales del
primero: Laurent no se equivoca y, de primera intención, trata de alcanzar el segundo
cojín.
Estas cuatro reacciones reunidas demuestran que la relación entre el objetivo y su
soporte ha sido adquirida.
Manipulación y formalización
Entre los estudios más conocidos de Piaget, que han dado lugar a pruebas utilizadas
con mucha frecuencia, están sus investigaciones sobre algunos tipos de conservación,
entre ellos la de la sustancia, el peso y el volumen. Lo que Piaget puso de manifiesto
(en sus estudios con Inhelder) es que los niños, cuando se realizan transformaciones
(como cambiar la forma), piensan que se han modificado algunas características que
para los adultos permanecen invariables, como la cantidad de sustancia, el peso o el
volumen. Así, cuando se modifica la forma de una bola de arcilla o de plastilina, los
niños pequeños piensan que en algunos casos hay más y que en otros hay menos.
La técnica que Piaget e lnhelder utilizaron inicialmente consistía en dar al niño una
bola de arcilla pidiéndole que confeccionara otra exactamente igual: «Igual de gruesa e
igual de pesada». Una vez que las dos bolas se consideran iguales, se deforma una de
ellas, ya sea alargándola en forma de salchicha, convirtiéndola casi en un filamento,
aplastándola en forma de galleta o partiéndola en trozos separados, y se pregunta al
niño si las dos bolitas tienen todavía el mismo peso, la misma cantidad de materia, el
mismo volumen, etc. Naturalmente se pide al niño que vaya dando justificaciones, en
la medida de lo posible, de cada una de sus afirmaciones, pues el interés no sólo está
en saber si posee o no esas nociones de conservación, sino también en cómo llega a
motivadas y a elaboradas.
Lou (4; 6) construye una bolita parecida al modelo que se le presenta: «–¿Hay igual
de pasta en estas dos bolitas? Si –¿Son igual de pesadas? Si –¿E igual de grandes? Si –
(Se aplanan las dos bolitas, la primera ligeramente y la segunda más, transformándolas
así en dos discos, uno grueso y otro delgado y más ancho.) ¿Hay todavía igual? No.
Ésta (disco grueso) es más pesada. –¿Por qué? Porque tiene más tierra. –¿Por qué?
Porque es más gruesa. De la misma manera, cuando el primero de estos discos es
reducido al estado de salchicha, mientras que el segundo es convertido en bolita. Lou
piensa que la primera es ‘más ligera’: –¿Por qué? Porque hay menos tierra».
65 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Rog (7; 3). Una de las bolitas se transforma en disco plano y la otra en cilindro:
«Ésta (cilindro) es más pesada que la otra porque es más gruesa –Pero, ¿por qué es
más pesada? Porque hay más pasta. –¿En cuál hay más pasta? En ésta (cilindro). –
Pero antes tú me has dicho que había igual de pasta en las dos (las dos bolitas). Sí, lo
he dicho, pero es que ahora hay más allí que allí (en el cilindro que en el disco)
porque es más grueso. –Pero ¿qué decíamos antes: que había igual de pasta? Sí. –¿Son
todavía igual de pesadas? No, ésta (cilindro) es más pesada porque hay más pasta. –
Pero, dime, había dos bolas hace un momento. ¿Tenían igual de pasta? Sí. –¿Tienen
todavía igual de pasta? No, ésta (cilindro) tiene más porque es más gruesa. –¿Pero
dónde ha ido a parar la pasta? Es porque allí (disco) usted ha aplastado la pasta. Eso
hace menos».
Hay que observar que en todos los casos no se realizan las mismas transforma-
ciones y que la entrevista se va adaptando a las diversas situaciones y a las conductas
de los niños.
Piaget e Inhdder (1941), ed. francesa, págs. 9-10; trad. cast., págs. 36-38.
Las preguntas a las que trata de responder continúan siendo: ¿cómo construye
el sujeto sus representaciones de la realidad?, ¿cómo organiza mentalmente la
realidad? Pero ahora la estrategia para descubrirlo va a consistir en realizar
experiencias muy simples sobre materiales familiares para el niño, como fichas,
bloques de madera, cuentas, muñecos, juguetes, pedazos de plastilina, etc., para
plantear situaciones en las que tenga que ponerse en acción el pensamiento del
sujeto. Esto va a dar lugar a todos sus estudios sobre los conceptos matemáticos
y físicos y acerca de las operaciones lógicas, como las clasificaciones y las
seriaciones. Los estudios sobre el número, la geometría, el espacio, la velocidad,
el tiempo, el azar, etc. dieron lugar a la publicación de diferentes libros.
La estrategia sigue siendo la misma; plantear una situación, pero ahora
determinada por el material que el sujeto tiene delante, y tratar de ver cómo se
las arregla para dar una explicación de lo que está sucediendo delante de él. El
supuesto implícito es que la forma en que el sujeto trata la realidad está
expresando cuáles son las operaciones que puede llevar a cabo. Si esas acciones
van cambiando con la edad, se pone de manifiesto que en ello hay un progreso.
Por ejemplo, respecto a la clasificación, si le damos al sujeto una serie de objetos
que difieren en algunas características fácilmente perceptibles, como la forma, el
color, el tamaño, el grosor, etc., y le pedimos que «ponga juntas las que tienen
que estar juntas», podemos observar que, inicialmente, los sujetos construyen
figuras con sus objetos sin tener en cuenta claramente cuáles son las
características de esos objetos. Más adelante serán capaces de ordenarlos de
acuerdo con sus semejanzas, es decir de clasificarlos, pero sin tener flexibilidad
en las clasificaciones y sin realizar una serie de operaciones lógicas subyacentes,
como la inclusión. Posteriormente los sujetos podrán realizar clasificaciones
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 66
acción del sujeto y lo que el sujeto dice, aunque sigue siendo muy importante,
pasa a segundo plano. Piaget ha llamado a éste método ‘método crítico’, como
hace en el prefacio a la tercera edición de su libro de 1924. Pero esta
denominación no se ha impuesto, aunque así se habla en algunos casos del
‘método clínico crítico’.
El lenguaje se utiliza para dar instrucciones al sujeto sobre lo que tiene que
hacer, para pedirle que explique por qué lo hace, para hacerle sugerencias sobre
lo que está realizando; en una palabra, para que trate de explicar lo que está
haciendo con el fin de descubrir las dificultades que encuentra y cuál es el curso
de su pensamiento, pero sin suponer (como se hacía en los trabajos
instrospectivos) que el, sujeto nos va a explicar el curso de su pensamiento, que
es una actividad inconsciente, sino para obtener datos que nos permitan hacer
hipótesis sobre la organización y el funcionamiento de la mente.
Desarrollos posteriores
A lo largo de todas estas modificaciones podemos ver que hay una gran
constancia en el método que se utiliza aunque haya diferencias que
aparentemente son muy importantes pero que, en definitiva, dependen más del
tipo de problema que de la estrategia de investigación que se está utilizando.
Tipos Características
Entrevista libre Se mantiene una conversación abierta con el niño tratando de seguir el
Sin material curso de sus ideas respecto a la explicación de un problema. El
entrevistador interviene repetidamente y dirige sus preguntas para
tratar de esclarecer lo que el niño dice. La utilización de un material
está excluida o sólo puede ser muy limitada, debido a la naturaleza de
los problemas que le estamos planteando. Cuando tratamos de
averiguar sus ideas sobre fenómenos inaccesibles del mundo natural o
sobre la sociedad, nos encontramos en este caso.
Presupuestos
12
Por ejemplo, en nuestros estudios sobre la idea de ganancia (de los que nos ocupamos en el capítulo 8), los niños de 7 u
8 años piensan que el tendero vende al mismo precio que compra y de esa forma gana dinero, puede reponer la mercancía
73 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
y vivir. Sólo lentamente comprenden que el tendero tiene que cobrar más de lo que le ha costado la mercancía.
Inicialmente no son capaces de ver la contradicción.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 74
que está estudiando. Lo que en definitiva tiene que tratar de encontrar es una
coherencia en las conductas y en las explicaciones que dan los sujetos.
En un método experimental ordinario, el investigador tiene unas hipótesis de
partida acerca de las razones por las cuales se produce un determinado fenómeno
y trata de crear una situación experimental para poder comprobar si esas
hipótesis son correctas. Un ejemplo de ello podrían ser los estudios sobre la
constancia del tamaño realizados por Bower que mencionábamos en el capítulo
anterior. Pero las hipótesis se realizan antes de diseñar la experiencia y se
comprueban luego con los resultados de la experiencia. Para esto tenemos que
tener ya una buena información acerca de los comportamientos posibles de los
sujetos y haber realizado un análisis teórico del problema.
El método clínico, en cambio, nos permite examinar una situación que resulta
poco conocida. No sabemos cómo el niño explica las causas de un determinado
fenómeno, pero para descubrirlo producimos el fenómeno delante de él y le
pedimos que nos lo explique. A medida que el sujeto va dando explicaciones, que
pueden ser más o menos incompletas, el experimentador va tratando de dejar lo
más claras posibles las razones del sujeto e incluso tratar de provocar otras
situaciones que puedan aclarar, completar o contradecir las explicaciones que el
sujeto le está dando. Para ello el experimentador tiene que ir formulando
hipótesis acerca de la explicación que el sujeto está dando, sus razones y su
sentido, y modificarlas en el mismo momento. Cuando el sujeto da una
contestación, el experimentador tiene que plantearse por qué da esa explicación,
qué es lo que quiere decir y si los términos que utiliza son semejantes a los que
utiliza un adulto o tienen un sentido distinto. Entonces, en cada momento de la
entrevista, tiene que formularse varias hipótesis acerca de por qué está dando esa
contestación y modificar sus preguntas o la situación experimental en función de
la conducta o las repuestas del sujeto. Esta intervención repetida del
experimentador con hipótesis que va formulando sobre la marcha caracteriza el
método clínico.
El método clínico puede utilizarse como un sistema de diagnóstico, en cuyo
caso de lo que se trata es de determinar con exactitud cuál es la situación del su-
jeto, o como método de investigación y ambas utilizaciones son distintas. En
caso de utilizarse como diagnóstico, el examinador trata de plantearse una
hipótesis sobre la situación del sujeto. Imaginemos un médico ante el cual llega
un paciente que tiene determinadas dolencias. Ante la primera descripción de sus
dolencias el médico formulará una hipótesis o varias, Para decidir entre ellas o
para dar más fuerza a la hipótesis que ha formulado realizará algunas preguntas
complementarias al paciente que irán permitiendo seleccionar entre las distintas
posibilidades. En un determinado momento puede decidir que es necesario
practicar determinadas pruebas o análisis clínicos que complementen sus
hipótesis y que le permitan decidir entre ellas. Entonces se van añadiendo
75 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
pruebas para tener cada vez una información más precisa y menos ambigua sobre
las causas de la dolencia del paciente.
En el caso de la entrevista en psiquiatría el problema se plantea de la misma
manera y el terapeuta, a partir de sus primeras hipótesis, tiene que ir realizando
nuevas comprobaciones y también ir decidiendo nuevamente la realización de
pruebas de diagnóstico.
A partir de las explicaciones que el sujeto da, irá buscando causas y
detectando síntomas para ver cuál es el problema que tiene y dónde se encuentra
su origen.
En todo caso, es frecuente que diagnóstico y tratamiento se vean muy unidos
en la entrevista de tipo psiquiátrico.
13
El lenguaje y el pensamiento en el niño (1923) y El juicio y el razonamiento en el niño (1924) aparecieron en inglés
dentro de una colección muy prestigiosa (lntemational Library of Psychology, Philosophy and Scientific Method) de la
editorial Kegan Paul Trench Trubner de Londres en 1926 y 1928 respectivamente y simultáneamente en Harcoun Brace
de Nueva York. En español ambos fueron publicados en 1929 en una traducción del importante pedagogo y director del
Museo Pedagógico Domingo Bamés, que más tarde llegaría a ser Ministro de Educación. Hasta la Guerra Civil, la
influencia de Piaget en España fue considerable. Las traducciones al ruso, con prólogo de Vygotsky, aparecieron en 1932.
En 1937 Piaget fue nombrado doctor honoris Causa con motivo del tricentenario de la Universidad de Harvard.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 76
Piaget debe el hallazgo de nuevos datos, una mina de oro, al nuevo método introducido
por él, al método clínico, cuya potencia y originalidad lo sitúan entre los mejores métodos
de investigación psicológica y lo convierten en un elemento insustituible para el estudio
del cambio evolutivo de las complejas formaciones del pensamiento infantil. Este método
proporciona una unidad coherente a la totalidad de las variadísimas investigaciones
empíricas de Piaget, reuniéndolas en descripciones del pensamiento del niño llenas de
vida. (Vygotski, 1934, Pensamiento y lenguaje, pág. 31.)
Piaget se sirve del méthode clinique, interrogatorio sistemático que tiene por objeto
poner en claro todas las significaciones que van implícitas en una declaración, sin sugerir
respuesta determinada ni provocar puros verbalismos, palabras enlazadas sin pensar y que
no son respuestas sino aparentemente. Piaget se vale, siempre que sea posible, de
situaciones experimentales para facilitar las declaraciones a los niños y poder variar y
precisar las condiciones. Se sobrentiende que en este método de investigación no importa
que el niño halle la solución de un problema, sino que, en el fondo, se trata del análisis de
los errores típicos. El número de casos examinados es, por tanto, suficiente cuando ya no
se comprueben nuevos tipos de errores en una situación experimental dada. No es
suficiente, claro está, para la comprobación de promedios de edades y de valores de
dispersión con respecto a problemas típicos, lo cual es necesario para fines de test. Lo que
interesa a Piaget es la comprobación de las sucesiones de concepciones típicas de la
realidad y no su estandarización. Por consiguiente, el método ha de considerarse, en
principio, como genético.
1. Se les hacen preguntas a los niños sobre asuntos de los que no tienen
conocimiento porque no han recibido todavía la instrucción formal adecuada.
Entonces es normal que los niños no puedan contestar como los adultos.
2. La forma de las preguntas es sugerente y orienta ya las respuestas en una
determinada dirección. Le parece que preguntar «¿Por qué una mosca está viva?»
tiene que confundir a un niño.
3. Considera que no se le plantean al niño problemas reales que sean
atractivos, como los referentes a su vida en la escuela o en la casa, por lo que los
niños no pueden ofrecer en esas situaciones sus mejores resultados.
77 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
La fecundidad del método clínico de Piaget se mide por el alcance de las ideas
puestas en marcha. Cuando otros investigadores cogen sus trabajos con el ánimo
de someterlos a prueba, empleando los más estrictos métodos de medición, en la
mayoría de los casos no hacen más que confirmarlos (Bator, 1969, pág. 15.)
Aunque el método clínico ha sido utilizado de una forma muy amplia por
numerosos investigadores en todo el mundo, sin embargo las interpretaciones de
ese método difieren de una manera sustancial y podemos considerar que, en
muchos casos, lo que algunos autores denominan método clínico tiene bastante
poco que ver con la forma de trabajo que Piaget y sus colaboradores utilizaron.
Esto está propiciado, además, por el hecho de que no existe ninguna
exposición detallada sobre el uso del método clínico en todos sus aspectos que
haya sido realizada por Piaget o por alguno de sus colaboradores más próximos.
El trabajo más extenso de Piaget sobre el método y punto de partida de cualquier
estudio es la ya citada introducción a La representación del mundo en el niño, en
la que sólo se ocupa de la forma de preguntar a los niños y de los tipos de
respuestas que éstos proporcionan, pero no dice nada sobre cómo deben
analizarse las respuestas. Sin embargo, éste es un aspecto esencial de la
utilización del método.
Aunque la restante bibliografía es poco abundante, existen algunos trabajos
que es preciso tener en cuenta. En el recuadro adjunto comentamos los que nos
parecen los más relevantes de los que conocemos. Lo que sí conviene señalar es
que casi todo lo que se ha escrito se refiere más a la parte de la entrevista que al
14
Es interesante observar que, en cierto modo, la necesidad del método clínico ha sido redescubierta por algunas
corrientes de la psicología cognitiva en lo que llaman «análisis de protocolos»: Ericsson y Simon (1984).
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 78
EL PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN
procedimiento que vamos a seguir. En segundo lugar, tenemos que realizar esa
recogida de datos, utilizando la entrevista clínica, evitando caer en una serie de
errores. En tercer lugar, tendremos que analizar esos datos para obtener la
máxima información de ellos. Por último, nos quedará elaborar un informe en el
que se reflejen los resultados de nuestro trabajo.
En la práctica, la sucesión de pasos no es tan lineal como acabamos de
indicar, pues a veces un momento de la investigación nos obliga a volver atrás y
reconsiderar algunas decisiones que tomamos anteriormente: hay idas y venidas
y decisiones posteriores nos pueden llevar a reformular el punto de partida.
En este capítulo y en los siguientes vamos a ir examinando cada uno de los
momentos de la investigación. Pero, antes de entrar en ello, insistiremos en el
tipo de problemas que vamos a estudiar: las representaciones de la realidad y
cómo el método se adapta a ese tipo de estudio.
La representación de la realidad
Para la utilización del método clínico es esencial tener una (o unas) hipótesis
de partida. Sin ella el método resulta completamente inútil. Hay que comenzar
por delimitar un problema y tener unas expectativas respecto a la forma en que el
sujeto va a tratar el asunto que le planteemos. Hoy tenemos ya una gran cantidad
de conocimientos sobre el desarrollo del niño que nos obliga a no partir de cero.
No hay que ver el método clínico como un método excluyente de otros métodos,
pero su utilidad resulta gigantesca y difícilmente puede prescindirse de él cuando
nos adentramos en un campo de conocimiento nuevo en el cual no sabemos
cuáles van a ser las respuestas del sujeto. Cuando el campo es más conocido
podemos intentar utilizar preguntas y tratar las respuestas de una forma más
estandarizada.
La esencia del método consiste entonces en comenzar con unas hipótesis
acerca del problema, que necesariamente tendrán que ser de un carácter muy
general, y a partir de ellas plantear preguntas al niño y mantener con él una
conversación abierta en la cual se va siguiendo el curso de su pensamiento. En la
práctica, lo que suele hacerse es formular un cuestionario inicial con preguntas
básicas y realizar un primer interrogatorio para descubrir los tipos de respuestas
principales y algunos problemas que los propios sujetos plantean, lo cual nos
permitirá establecer un nuevo interrogatorio centrado ya sobre puntos más
concretos. Por eso resulta siempre necesario, antes de adentrarse en una
investigación definitiva, realizar un estudio piloto. Las hipótesis iniciales son
especialmente importantes porque son las que nos van a permitir encontrar algo.
Sólo si disponemos de hipótesis iniciales es posible realizar una búsqueda
interesante.
Como señala Piaget, el examen clínico «participa de la experiencia en el
sentido de que el clínico se plantea problemas, hace hipótesis, hace variar las
condiciones que entran en juego, y finalmente, controla cada una de las hipótesis
en contacto con las reacciones provocadas por la conversación. Pero el examen
clínico participa también de la observación directa en el sentido de que el buen
clínico dirigiendo se deja dirigir y tiene en cuenta todo el encadenamiento
mental, en vez de ser víctima de ‘errores sistemáticos’, como ocurre con
frecuencia en el caso de puro experimentador» (Piaget, 1926b, pág. 270).
El método clínico presenta una gran dificultad en su práctica y es muy fácil
cometer errores. Los dos errores principales que Piaget señala y que
examinaremos más adelante consisten, en primer lugar, en sugerir al sujeto la
contestación, es decir, hablar demasiado. La segunda dificultad está en no buscar
85 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
nada y entonces no encontrar nada; cuando no hay hipótesis que estén guiando
nuestro trabajo, es difícil que aparezcan respuestas interesantes por parte del
sujeto.
Cuando el experimentador tiene unas ideas demasiado rígidas y no consigue la
suficiente flexibilidad para adoptar el punto de vista del sujeto, entonces puede
estar interpretando erróneamente lo que éste dice y, en cierto modo, sugerir las
repuestas; el experimentador se sitúa en su propia perspectiva y no en la del
sujeto y no deja que éste hable o no indaga suficiente en lo que éste está
diciendo. En el método clínico hay que estar continuamente haciendo hipótesis
para tratar de distinguir lo interesante de lo superfluo. Como dice Piaget «La
esencia del método clínico consiste, por el contrario, en discernir el buen grano
de la cizaña y en situar cada respuesta en su contexto mental» (Ibid, pág. 271.)
La elección de un problema
Parece obvio que el primer paso para iniciar un estudio consiste en determinar
con la máxima precisión que sea posible el problema que se quiere estudiar.
Efectivamente, antes de iniciar la investigación resulta indispensable saber qué
es lo que se quiere investigar. Pero muchas veces, al iniciar el trabajo, no
tenemos perfectamente claro en qué va a consistir ni cómo lo vamos a realizar.
Hay una serie de factores que están relacionados y que son los que nos van a
llevar a la determinación final de nuestro problema. Esos factores son el objetivo
inicial que nos proponemos estudiar, el procedimiento para estudiado, es decir, el
tipo de preguntas, de situaciones y de materiales que se utilizarán en la entrevista
clínica, las características de los sujetos sobre los que se realizará el estudio y las
dificultades que los sujetos encuentran en la tarea. La realización de un estudio
piloto nos permitirá modificar las ideas iniciales.
Existen miles de problemas que merecen ser estudiados y, a medida que
avanza la investigación, surgen nuevos problemas y se abren perspectivas
también nuevas para el estudio de la mente humana. Esto es lo maravilloso de la
investigación científica y de la comprensión de la realidad: a medida que nuestro
conocimiento es más profundo y detallado, encontramos también nuevos
aspectos que merecen ser estudiados y el espectro de problemas, lejos de
reducirse, se amplía. 15
15
Una imagen muy gráfica del progreso de la investigación científica, que se ha utilizado frecuentemente, es la de que
«somos enanos que nos encaramamos sobre la espalda de gigantes». Esos gigantes son nuestros antecesores, las
grandes figuras de la ciencia. Por pequeños que seamos, al estar subidos sobre la espalda del gigante, podemos ver
más lejos que él. Eso nos permite no sólo divisar un panorama distinto, sino también descubrir nuevos terrenos que
están todavía por explorar. A finales del siglo XIX muchos pensaban que nuestro conocimiento del mundo físico
estaba próximo a completarse. Los cambios que tuvieron lugar en la física a comienzos del siglo XX, con la teoría de
los cuanta y de la relatividad, ampliaron enormemente las posibilidades de conocer la naturaleza. Por ello hoy se
tiende a pensar que d conocimiento científico nunca se completa y que cada nuevo avance nos abre perspectivas
nuevas para seguir investigando. (Véase Merton, 1965.)
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 86
16
Sin embargo, este problema apenas ha sido estudiado y parece que preocupa poco a los responsables de estos asuntos,
que gastan grandes cantidades de dinero en actividades de utilidad dudosa o de resultados desconocidos, tal vez porque no
se dan cuenta de lo importante que es conocer las representaciones de los sujetos. Una propuesta nuestra en este sentido
no fue aceptada.
87 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Éstas son sólo algunas de las razones que nos llevan a decidirnos por estudiar
un asunto. Como puede verse, esas razones pueden ser muy variadas y dependen
de nuestros gustos, intereses, preferencias o de la posible utilidad que veamos en
el estudio.
Hay dos tipos de extremos de investigaciones entre los cuales pueden situarse
otros muchos. Por un lado, está una investigación con la cual pretendemos
explorar un campo nuevo o relativamente nuevo que no ha sido estudiado de la
misma manera anteriormente (lo que podemos saber tras haber revisado la
bibliografía). En ese caso, necesariamente, nuestras hipótesis y nuestros
objetivos serán muy poco específicos y tendremos que realizar una entrevista
muy abierta para permitir que las explicaciones del sujeto puedan aparecer sin
cortapisas. Ésta es una situación en la que el método clínico muestra toda su
potencia y toda su utilidad. Posiblemente ningún otro método tiene tantas
ventajas como el clínico para estudiar esas situaciones mal conocidas y realizar
una primera aproximación a un campo nuevo. Precisamente esto es lo que
permitió a Piaget llevar a cabo tal cantidad de descubrimientos acerca del
pensamiento del niño. Naturalmente, unido a ello estaba el hecho de disponer de
una teoría que permitía seleccionar los problemas que son relevantes.
La otra situación, que se sitúa en el extremo opuesto, es cuando conocemos
bien un campo y nos interesa precisar la influencia de algunos factores, ya
detectadas anteriormente, que pueden determinar las respuestas del sujeto.
Entonces podemos utilizar una situación perfectamente estructurada en la cual
las respuestas del sujeto y sus acciones nos indiquen el camino que está
siguiendo. En ese caso las categorías de las respuestas del sujeto están
determinadas de antemano y nos estamos aproximando a lo que suele entenderse
por un método experimental. Entre ambas situaciones caben múltiples
posibilidades intermedias.
En todo caso, se trata de encontrar un problema que sea interesante, relevante
desde el punto de vista teórico, práctico o desde ambos, y que sea abordable.
Esto último constituye un aspecto de gran importancia, que, si no se tiene
suficientemente en cuenta, puede dar lugar posteriormente a grandes problemas o
incluso puede llevar al fracaso del estudio.
En efecto, una de las inclinaciones que suelen tener los que se inician en el
trabajo de investigación es plantearse problemas inabordables. Un problema no
abordable sería aquel en el que no tenemos garantías de llegar a resultados
mínimamente interesantes dadas las condiciones en las que se tiene que realizar
nuestro trabajo. El problema puede no ser abordable por múltiples razones,
algunas de las cuales mencionaremos a modo de ejemplo: a) porque nuestro
objetivo está formulado de una manera confusa, b) porque resulta demasiado
amplio, c) por que no disponemos de los sujetos adecuados, d) porque queremos
estudiar demasiadas cosas al mismo tiempo que resultan poco compatibles, e)
porque no disponemos de un método adecuado, etc. Todas estas cosas están
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 88
Un aprendiz de investigador puede pensar que las ideas que se forman sobre el
medio social están muy determinadas por el ambiente, la cultura y el propio
medio social. 17 Entonces decide ponerse a investigar sobre este asunto. Pero
iniciar una investigación supone una delimitación precisa de los elementos y las
condiciones en las que se va a realizar. Las ideas sobre el mundo social
constituyen algo extremadamente amplio y, por ello, lo primero necesario es
seleccionar las ideas sobre algún aspecto más concreto, ya sea en el ámbito de las
ideas políticas, económicas, sobre las clases sociales, sobre la nación, sobre la
religión, sobre la escuela, etc. Pero igualmente sería demasiado amplio
proponerse estudiar cualquiera de esos aspectos en su totalidad. Del mismo
modo, es necesario precisar qué es lo que se va a considerar que determina esas
ideas, es decir, qué factores consideramos relevantes dentro de la influencia
social: el país, el lugar de residencia, el nivel económico, ciertas creencias
compartidas, la ideología, una orientación de ese medio autoritaria o liberal, el
tipo de instrucción escolar y así sucesivamente. Sería, pues, necesario, antes de
comenzar, precisar mucho más lo que se quiere estudiar y determinar también si
queremos examinar esa influencia sobre las conductas, las normas, las
informaciones, los valores y las explicaciones que llegan a formar los sujetos.
Si queremos comprender las ideas de los niños acerca del trabajo, lo que
puede resultar un tema de estudio demasiado amplio, tendremos que seleccionar
algunos problemas. Por ejemplo, cómo caracterizan los niños el trabajo, qué
entienden por trabajo, cómo diferencian el trabajo con respecto a lo que no lo es,
¿el trabajo tiene que estar remunerado?, ¿por qué se recibe una remuneración por
el trabajo y de dónde viene ese dinero?, ¿qué relación hay entre trabajo y
producción de algo material?, ¿el trabajo se puede hacer en casa o hay que ir a
otro lugar? También nos podemos plantear d estudio del acceso a los puestos de
trabajo, la remuneración que se obtiene en los distintos trabajos, la preparación
necesaria para desempeñarlos, etc. Decidimos por unos objetivos determinados
es lo que nos llevará a plantearnos el estudio de una manera más concreta.
17
El sentido común lleva frecuentemente a pensar que las concepciones de los sujetos, sus representaciones del mundo,
están muy determinadas por el ambiente en el que viven. Esta idea se basa en una concepción empirista de la formación
del conocimiento, según la cual nuestras ideas son copias de lo que se encuentra en el ambiente. Por tanto, se piensa que
en cada medio social, en cada país, en cada cultura variarán las concepciones de los sujetos. Esta idea parece más
evidente cuando nos referimos al conocimiento sobre el mundo social que cuando nos ocupamos del mundo físico. Sin
negar esa dependencia evidente de las representaciones respecto al ambiente, veremos (en el capítulo 9) que la influencia
del ambiente depende mucho del problema que estudiemos y de cómo lo tratemos. En muchos casos encontramos
explicaciones sobre fenómenos sociales que son muy semejantes en distintos medíos.
89 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
amplio, es mejor dividirlo en partes y seleccionar sólo una de ellas, dejando para
otra ocasión estudiar el resto de los problemas. Una entrevista demasiado larga
resulta fatigosa para los sujetos, para el investigador y difícil de analizar y
además no se puede profundizar suficientemente en los distintos temas. Por ello
seria conveniente dividir un estudio sobre las ideas infantiles acerca del trabajo
en varias partes.
Por mencionar otro ejemplo, si queremos estudiar las ideas sobre la violencia
que tienen los niños y adolescentes, tema que, sin duda, tiene interés, lo que
tenemos que plantearnos es cómo podríamos hacerlo. No resulta sencillo a
primera vista porque la violencia puede incluir muchas conductas y, además, no
será muy útil preguntar directamente ¿qué es la violencia?, pues tal vez los
sujetos pequeños ignoren la palabra o tengan un concepto diferente del de los
mayores, aunque sepan bastantes cosas de ella. Por tanto, puede decirse que para
estudiar ciertos temas resulta completamente indispensable encontrar el
procedimiento con el que se va a hacer y que no basta con encontrar un tema de
aparente interés.
de sujetos que hubieran sufrido ese tipo de abuso sexual y que fueran semejantes
en otros aspectos, tales como educación, nivel socio-económico, nivel
intelectual, etc. Aunque en principio ese estudio resulta posible, puede que a
nosotros nos resulte difícil tener acceso a ese tipo de sujetos, lo que impediría la
realización de nuestra investigación.
Otras veces la dificultad para llevar a cabo el trabajo se puede deber a que
queremos controlar un gran número de variables, cosa que sucede a menudo, a
los que se inician en el trabajo de investigación. Eso resulta inviable en un
primer trabajo, que frecuentemente tiene como objetivo realizar una tesis de
licenciatura, de maestría o incluso de doctorado, por problemas de tiempo y de
medios. Una vez seleccionado el tema querrían controlar no sólo la edad de los
sujetos (cosa siempre necesaria en un estudio evolutivo), sino también el sexo, la
clase social (o nivel socio-económico), que asistan a una escuela pública o
privada o que pertenezcan a un medio rural o urbano. Como veremos cuando
hablemos de la selección de los sujetos, para que puedan establecerse
comparaciones se necesita una cierta cantidad de sujetos por edad, por ejemplo
10, pero si multiplicamos las características de la muestra, necesitaremos esa
cantidad para cada una de sus características: 10 niños y 10 niñas de 8 años, de 9,
etc., de cada clase social, de cada tipo de escuela, de medio rural y de medio
urbano, etc. Esto nos obligaría a tener que estudiar una muestra enorme que
queda fuera de nuestras posibilidades, teniendo en cuenta que la entrevista
clínica resulta muy laboriosa.
Ligado a nuestro objeto de estudio tienen que estar las hipótesis que nos
planteamos. Hay que señalar que caben diferentes tipos de estudios que requieren
hipótesis más o menos precisas. Si nos planteamos un estudio exploratorio sobre
un problema que ha sido poco estudiado, en ese caso lo podemos iniciar con
hipótesis generales poco precisas. Supongamos que queremos conocer cómo
explican los niños el acceso a diferentes profesiones, es decir, cómo se llega a ser
médico, secretaria, albañil o pastor, y no encontramos estudios previos sobre ese
asunto; podemos entonces diseñar un estudio en el que preguntemos
directamente a los niños por ese asunto sin formular unas hipótesis muy precisas
o teniendo algunas muy generales, como que tendrán un conocimiento más
adecuado de aquellas profesiones con las que tengan contacto directo. Podemos
suponer que las ideas irán cambiando con la edad, es decir, formular una
hipótesis evolutiva, y también que las explicaciones pueden variar en función del
tipo de profesión, según se requiera una preparación larga o corta, se aprenda con
la práctica o mediante estudios, etc.
Pero, si ya existen estudios previos y conocemos algo sobre el tipo de
explicaciones que dan los sujetos, el avance del conocimiento se producirá
formulando hipótesis más precisas. Si sabemos por un estudio anterior que en las
concepciones sobre la divinidad los sujetos jóvenes conciben que Dios se ocupa
91 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
y se interesa por controlar todos los aspectos de la vida de cada ser humano,
mientras que los adolescentes tienen una idea de Dios como un principio
abstracto que no interviene directamente en la vida de las personas, podríamos
planteamos estudiar si esas ideas están determinadas por el tipo de educación que
recibe el sujeto y se podría plantear la hipótesis de que una formación más
autoritaria podría hacer que perviviera durante más tiempo la idea de un Dios
que controla todos los aspectos de la vida de los seres humanos. Sería necesario
entonces precisar las características que atribuimos a una educación autoritaria o
rígida y determinar unos criterios que nos permitan seleccionar un grupo de
sujetos para poder compararlo con otro que reciba una educación que podamos
considerar más liberal o abierta.
En todo caso, es importante que el problema se formule con suficiente clari-
dad y precisión, que los objetivos estén bien determinados y que podamos
anticipar si los resultados nos proporcionarán alguna luz sobre el asunto que nos
interesa. Por ejemplo, he observado que cuando se plantea a personas sin
experiencia en la investigación estudiar algunos aspectos del mundo económico
relacionados con el mercado, surge espontáneamente un interés primordial por
estudiar las marcas, referido a las marcas comerciales de distintos productos,
sobre todo de moda. El origen del interés por ese estudio proviene
probablemente de la observación de que muchas personas se ven muy atraídas
por algunas marcas. Pero, a partir de ese interés inicial, no les resulta fácil a los
incipientes investigadores precisar qué es lo que querrían estudiar: si problemas
propiamente económicos, preferencias personales por una marca, el
funcionamiento de las marcas en el mercado u otros asuntos. El problema en sí
puede ser muy interesante o muy poco, según se plantee, los objetivos precisos
que se establezcan y el procedimiento que se utilice para realizar el estudio.
La revisión bibliográfica
no haya sido tratado de la forma que nos interesa. En disciplinas más avanzadas
que la psicología, como las ciencias de la naturaleza o de la vida, que tienen un
conjunto de problemas bien establecido, teorías consolidadas y formas de tratar
los problemas generalmente aceptadas, la investigación consiste
fundamentalmente en profundizar en algún problema, en extender un resultado o
en detectar un error en una investigación anterior. En general, se trabaja dentro
de un marco (o paradigma) bien definido en el que los problemas y los métodos
están bastante consensuados.
En la psicología y en otras ciencias humanas, estamos todavía lejos de
disponer de teorías generales universalmente aceptadas y existen muchos más
problemas que no han sido estudiados adecuadamente. Por eso resulta mucho
más fácil encontrar problemas nuevos o introducir modificaciones en el estudio
de los problemas. Pero no resulta razonable ponerse a estudiar un asunto sin
examinar lo que se ha hecho antes. Como decimos, el ritmo de publicación de
investigaciones aumenta vertiginosamente y es fácil que podamos encontrar
publicaciones anteriores referentes al tema que nos interesa. Hoy ponerse a
trabajar sobre un tema sin examinar la bibliografía anterior puede llevarnos que
estamos descubriendo el Mediterráneo, como coloquialmente se dice, que ya fue
descubierto hace mucho tiempo o que estamos inventando la pólvora. No hacer
esa revisión puede suponer que realicemos un estudio y más tarde descubramos
que ya está hecho y de forma mejor que como lo hemos llevado a cabo. Por eso,
si resulta posible, es aconsejable consultar con alguna persona experta que tenga
experiencia de trabajo en ese campo, lo que nos puede proporcionar una
orientación muy útil y evitarnos mucho trabajo.
No nos vamos a ocupar aquí de cómo se realiza una búsqueda bibliográfica,
pues existen bastantes publicaciones sobre este asunto y puede consultarse
también con los expertos en documentación de las bibliotecas universitarias.
Existen diferentes bases de datos que recogen los artículos publicados en las
revistas más importantes, que habitualmente pueden consultarse a través de
Internet. 18
El problema que tienen esas búsquedas, que generalmente se realizan
mediante ‘palabras clave’, es que, si no somos capaces de seleccionar muy
adecuadamente esas palabras clave, nos suelen proporcionar listas inmensas de
artículos y libros, la mayor parte de los cuales tendrán escasa relación con
nuestros intereses. Una vez obtengamos esa lista, tendremos que realizar un
penoso trabajo de selección, que puede verse facilitado porque generalmente las
bases de datos proporcionan un resumen del artículo, pero no deja de ser una
tarea muy laboriosa. Hoy, las formas de obtener información son cada vez más
abundantes y más accesibles, de tal manera que el problema que se plantea no es
18
Como PsycINFO, base de datos de la American Psychological Association, ERIC (más orientada a la educación) y
otras muchas. La Society for Research in Child Devdopment publica tres veces al año Child Development Abstracts and
Bibliograpby, donde se resumen artículos publicados en muchas revistas y libros relacionados con el desarrollo del niño.
93 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
El procedimiento
Historias
etc. Por ejemplo, para estudiar las ideas sobre la justicia retributiva y distributiva
presentaba la siguiente historia:
Una mamá tenía dos hijas; una obediente, otra desobediente. Esta mamá quería más
a la que obedecía y le daba trozos de pastel más grandes. ¿Qué te parece? (Piaget,
1932, pág. 221.)
Un niño conoce poco el nombre de las calles y no sabía bien dónde estaba la ca-
lle Carouge (una calle cerca de la escuela en la que trabajamos). Un día un señor lo
para en la calle y le pregunta: «¿Dónde está la calle Carouge?». Entonces el chico
contestó: «Me parece que esta allí». Pero no estaba allí. El señor se perdió comple-
tamente y no pudo encontrar la casa que buscaba.
19
Esta técnica, que hemos usado en varias de nuestras investigaciones, ha sido empleada por Navarro (1994) en su tesis
doctoral y se ha utilizado en otros muchos estudios.
97 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Materiales utilizados por Jahoda (1959) para estudiar la percepción de las diferencias sociales. El
conjunto 1 sirve de entrenamiento para que los sujetos aprendan a colocar la figura a junto a la b
(correspondientes al críquet) y la c junto a d (correspondientes al fútbol). Los conjuntos 2, 3 y 4 están
formados cada uno por cuatro dibujos y se trata de emparejar los que corresponden a clase baja (T) y
clase media (M). Tanto si el sujeto los empareja correctamente como si no lo hace, se le pregunta por
las razones y si se podrían poner de otro modo. Finalmente, el conjunto 5 permite colocar las figuras
de padres y niños en la casa que les corresponde. Desgraciadamente, Jahoda no analizó en detalle los
tipos de justificaciones que daban los sujetos.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 98
En una segunda sesión, distanciada de la primera dos o tres semanas, se les decía
que algunas eran de su país y otras no y se les pedía que las colocaran en dos
cajas con rótulos apropiados (inglés, no inglés). En la mitad de la muestra se
invertía el orden de la tarea y primero se realizaba la distribución por país y
luego por atractivo. Los resultados mostraban que los sujetos tendían a preferir
las de su país, aunque había importantes variaciones entre países y también entre
edades: la tendencia a emparejar las que les gustaban y las atribuidas al propio
país era mayor entre los sujetos de 6 a 8 años que en el grupo de mayores. De
esta manera, se podía comprobar si existía una relación entre las que no gustaban
por su aspecto físico y el hecho de que las situaran como extranjeras, lo que
pondría de manifiesto la existencia de un prejuicio. En realidad, en este caso, no
se trató de una investigación realizada con el método clínico, sino de un estudio
de tipo experimental. Pero el método clínico hubiera podido emplearse pidiendo
a los sujetos las razones de sus elecciones, lo que, en mi opinión, hubiera
enriquecido el estudio.
Otra técnica que puede resultar útil en la investigación es pedir al niño que
realice dibujos de aquellos sobre lo que se está preguntando. Es una técnica que
ha sido utilizada con cierta frecuencia por diferentes investigadores desde hace
mucho tiempo. Pager ya se sirvió de ella en sus estudios sobre los sueños (Piaget,
1926a), en la que pedía a los niños que dibujaran su sueño. Es una técnica que
también resulta útil con sujetos jóvenes, aunque no tan pequeños como aquellos
a los que les presentamos nuestros propios dibujos, pues hay que tener en cuenta
que los sujetos muy pequeños, de 3 a 5 años, frecuentemente tienen todavía poco
desarrolladas sus capacidades para el dibujo, por lo que los dibujos que hacen
son difíciles de interpretar. Hemos utilizado esta técnica en diferentes estudios y,
por ejemplo, Villoslada (1997) la utilizó para investigar las ideas sobre la
riqueza, la pobreza y la desigualdad social en niños de 4 a 10 años. Primero se
pedía a los niños que dibujaran «todo lo que supieran de la gente pobre, rica y de
la gente ni rica ni pobre». Posteriormente, en otra sesión se realizaba una
entrevista clínica para preguntarles por el mismo asunto y por su dibujo. El
dibujo dio resultados interesantes que no hubieran aparecido en la entrevista por
sí sola. También en el estudio de Muria (1995) sobre las concepciones acerca de
Dios, se pedía a los niños y adolescentes que realizaran un dibujo de Dios.
Bombi y Pinto (1993) se han servido del dibujo para estudiar las concepciones
sobre la amistad, pidiendo a los niños, de 6 a 11 años, que hicieran dibujos sobre
ésta. Además, incluyen en su estudio un sistema de codificación de los dibujos,
lo que resulta importante, pues constituye el aspecto más difícil de analizar. En
99 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
los dibujos aparecen múltiples rasgos, comunes a muchos asuntos, que no surgen
en la entrevista, como las dimensiones, la posición, el espacio ocupado, los
colores, etc., además de la mirada, la proximidad, la actividad común o
independiente, etc., específicas de la amistad.
A partir de los 12 o 13 años esta técnica empieza a perder su utilidad por la
relación que tienen los sujetos con el dibujo. Han entrado en la fase del realismo
visual y se preocupan mucho por la adecuación de su dibujo a la realidad, lo que
hace que vayan desapareciendo las capacidades expresivas que tienen los dibujos
de los niños más pequeños. Eso no quiere decir que no se pueda seguir
utilizando, incluso con adultos, pues, como se ha mostrado repetidamente, el
dibujo tiene un valor proyectivo.20
Una de las ventajas de esta técnica es que frecuentemente, y sobre todo en el
caso de los niños pequeños, éstos son capaces de expresar en el dibujo muchos
elementos a los que no se refieren verbalmente. En el caso de las ideas sobre la
riqueza y la pobreza, los niños pueden utilizar para distinguir a los sujetos ricos y
pobres diferencias de color, de tamaño, incluir diferentes objetos, ponerlos en
relación con otras personas o aislados, etc. Frecuentemente eso no aparece en las
entrevistas.
Con todas sus ventajas, el problema que presenta es que a veces resulta difícil
interpretar los dibujos. Por ello, lo mejor complementar el dibujo con la
entrevista. Puede suceder que, si realizamos primero la entrevista y después
pedimos el dibujo, éste refleje sobre todo los temas que han surgido en la
entrevista y limite la expresión del sujeto. Por ello es recomendable, en muchos
casos, realizar primero el dibujo y luego preguntar sobre él. Pero naturalmente
ésta no es una norma general, sino que depende del estudio que estamos
realizando y de cuáles sean nuestros objetivos.
Otras situaciones
Otros materiales
En nuestro estudio sobre la idea de nación (Delval y del Barrio, 1981) para
estudiar lo que denominamos el conocimiento «geográfico-espacial», utilizamos
un conjunto de cartulinas de diferentes colores, tamaños y formas, que
representaban muy esquemáticamente España, Castilla, Cataluña y Madrid y la
tarea de los sujetos consistía en atribuir una identificación a las cartulinas,
incluidas correctamente unas dentro de otras (Cataluña y Castilla dentro de
España y Madrid dentro de Castilla) 21 y, eventualmente, colocarlas en la
posición correcta. 22
Una vez hayamos decidido nuestros objetivos y los materiales en los que nos
vamos a apoyar o que vamos a realizar una entrevista puramente verbal, tenemos
que elegir las preguntas básicas que emplearemos en nuestra entrevista. Aunque
el método clínico sea un procedimiento de entrevista abierta, es conveniente que
tengamos un núcleo básico de preguntas que se refieran a aquellos aspectos
fundamentales de nuestra investigación y que, por tanto, debemos plantear a
todos los sujetos para que luego puedan compararse las respuestas.
21
Hay que tener presente que en la época en que se realizó el estudio Madrid formaba parte de la región de Castilla (la
Nueva). Hoy, la ciudad de Madrid es la capital de la Comunidad Autónoma de Madrid, además de la capital de España.
22
Se trataba de una modificación de un procedimiento utilizado por Jahoda (1963a), que empleó unas cartulinas
cuadradas de distintos tamaños. Nuestro material tenia formas que se asemejaban a las de los espacios geográficos que
representaban.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 102
muchas palabras que son usuales para los mayores, pero eso puede no impedirles
que nos contesten, aunque respondan a algo distinto de lo que les hemos
preguntado y resulta difícil percatarse de ello. Cuando nos referimos a asuntos o
utilizamos palabras que puedan no resultar familiares para el niño, nos debemos
cerciorar de que está entendiendo lo que le preguntamos. A veces esas
incomprensiones resultan sorprendentes para los adultos. En diversas ocasiones
hemos preguntado a niños cosas como «¿Qué trabajos conoces?» y nos han
contestado que no conocen ninguno, posiblemente porque interpretan ‘conocer’
como tener familiaridad con él o saber hacerlo y no con haber oído mencionarlo
o tener alguna referencia. Al variar las preguntas a otras como «¿Qué trabajos
existen?», «¿Qué trabajos hace la gente?», observamos que el niño menciona un
buen número de actividades que la gente desempeña.
Es conveniente también que la entrevista esté dividida en varias partes
referentes a los distintos asuntos que queremos abordar. La flexibilidad del
método clínico no nos obliga necesariamente a plantear las partes siempre en el
mismo orden si las respuestas del sujeto no lo exigen así. Pero resulta práctico
para la transcripción y para el posterior análisis, como luego veremos, separar
con claridad las diversas partes.
El estudio piloto
Podemos haber elaborado una entrevista con el máximo cuidado y, sin em-
bargo, sobre todo si estamos explorando un terreno nuevo, tener pocas ideas
acerca de cómo va a ser respondida por los sujetos. Por ello resulta de extrema
importancia realizar lo que se denomina un estudio piloto, que consiste en un
estudio preliminar sobre un número reducido de sujetos, que nos va a permitir
probar nuestro procedimiento de investigación antes de emprender el trabajo
definitivo. En el estudio piloto podemos aprobar el esqueleto de la entrevista con
bastante libertad sin necesidad de atenernos de una manera muy estricta a un
esquema más estable. Teniendo presentes nuestros objetivos fundamentales
podemos ir variando las preguntas de un sujeto a otro y abordar aspectos no
previstos inicialmente pero que surgen de las respuestas de los sujetos. Esto nos
proporciona una gran flexibilidad que nos va a permitir descubrir si nuestras
preguntas resultan comprensibles para los sujetos y también si obtenemos
respuestas que son ricas y valiosas o si son puramente estereotipadas.
Igualmente, podemos comprobar si las respuestas son demasiado fáciles para
sujetos de una cierta edad o si la entrevista resulta muy larga y los sujetos se
fatigan.
El número de sujetos necesarios para el estudio piloto no es muy amplio y
está determinado en buena medida por las edades que vayamos a estudiar:
cuanto más amplio sea el rango de las edades, mayor número de sujetos
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 104
tendremos que examinar. Puede decirse que un par de sujetos por edad puede ser
suficiente.
Si estamos embarcados en un estudio evolutivo, en el estudio piloto es
conveniente examinarsujetos de diferentes edades. Pero tampoco es necesario
que tomemos sujetos de todas las edades que vamos a examinar en el estudio
definitivo, aunque sí conviene hacerlo respecto a las edades en las que podamos
sospechar que pueden producirse cambios evolutivos importantes. Por ejemplo,
si pensamos realizar nuestro estudio entre los 8 y 14 años, sería conveniente
examinar sujetos de 8 años y de 10 u 11 y de 14 porque unos constituyen los
extremos de nuestra muestra y porque, por otra parte, sabemos que hacia los 10
u 11 años se suelen producir cambios en el pensamiento de los sujetos (véase el
capítulo 10). Es conveniente tomar más de un sujeto de cada uno de esos grupos,
al menos dos para que se puedan comparar los resultados porque a veces sucede
que nos topamos con un sujeto muy particular y poco representativo, mientras
que es más improbable que dos o tres sujetos sean igualmente excepcionales.
El desarrollo del estudio piloto puede llevamos a modificar el rango de edades
que habíamos pensando estudiar al descubrir, por ejemplo, que los sujetos de 8
años tienen ya ideas bastantes precisas sobre lo que estamos planteando, por lo
que, si nos interesa estudiar la génesis, tendríamos que empezar con sujetos más
jóvenes. Por el contrario podemos observar que los sujetos de 14 años tienen el
problema plenamente resuelto y que no hay grandes diferencias con respecto a
los de 10 u 11 años, por lo que podríamos terminar con sujetos menores. Pero
también podría suceder lo contrario y darnos cuenta de que los sujetos de 14
años siguen teniendo dificultades para entender o explicar adecuadamente lo que
les planteamos, por lo que sería conveniente seguir el estudio con edades
superiores.
En el estudio piloto se goza de una casi total libertad para modificar las
preguntas y plantearlas de diversas formas, también cambiando el orden en que
se realizan y formulando algunas que puedan resultar sugerentes pero que nos
permitan probar cuál es su valor, etc. Todo esto, en cambio, debe evitarse en la
entrevista definitiva.
A medida que vamos realizando las entrevistas del estudio piloto, es
conveniente transcribirlas y examinarlas con detenimiento para que podamos
introducir modificaciones en nuestro sondeo. De esta manera, si las cosas no
están marchando bien, podemos modificarlas inmediatamente sin haber
terminado ese estudio previo. Debemos tener muy presente que el objeto del
estudio piloto es poner a prueba nuestro procedimiento en todos sus aspectos
hasta que se adapte de la mejor manera posible a nuestros objetivos. Por tanto,
nuestro sondeo sólo terminará cuando creamos que hemos encontrado un
procedimiento satisfactorio que podamos considerar definitivo.
Una vez hayamos analizado los resultados del estudio piloto, a través de ese ir
y venir entre nuestros objetivos y lo que estamos encontrando, disponemos de un
105 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
mayor número de elementos para plantear nuestra entrevista definitiva. Esto nos
puede llevar a añadir o a quitar preguntas que habíamos empleado
anteriormente, a especificar más algunas, a cambiar la formulación verbal de
otras, a modificar el orden, a presentar ejemplos para hacer más comprensible lo
que buscamos, etc. Sin embargo, una vez hayamos establecido la entrevista
definitiva, ya no conviene que introduzcamos demasiados cambios porque, en
ese caso, sería difícil comparar las respuestas de unos sujetos y otros. Por
supuesto, en la entrevista definitiva podemos, y debemos, adaptar nuestra forma
de interrogatorio para seguir el pensamiento del sujeto, pero manteniendo las
preguntas básicas. El estudio piloto nos habrá permitido también determinar si la
duración de la entrevista es adecuada o si resulta excesivamente larga para los
sujetos más pequeños, en cuyo caso puede optarse por prescindir de partes o
incluso por dividirla en dos sesiones.
Los sujetos
Número
estadísticas. Hay que tener presente que las respuestas de los sujetos, sobre todo
cuando profundizamos en ellas, suelen expresar bastante bien su forma de
pensamiento y tienden a estar relacionadas con la organización de su mente y
con su visión del mundo. Pero podemos encontrarnos con respuestas, y
entrevistas enteras, que no sean muy representativas de las respuestas de los
sujetos de una edad por diferentes razones, ya sea porque el sujeto estaba
cansado, porque no nos entendió bien, porque estaba distraído o porque fuera un
sujeto anómalo por causas que no llegaremos a entender.23
debemos empezar con sujetos que sean lo más jóvenes posible, pues ese
conocimiento empieza muy pronto. Por ello, podemos seleccionar sujetos de 4
años (incluso de 3) y continuar hasta los 8 o 9, pues generalmente a esa edad los
niños ya son capaces de una perfecta identificación de esos medios de pago y de
establecer equivalencias entre ellos. En todo caso no tendría sentido continuar
con sujetos mayores utilizando la misma entrevista, pues los sujetos han
alcanzado ya un techo. Si, en cambio, nos planteamos estudiar el origen y la
circulación del dinero, lo que constituye un problema mucho más difícil,
tendríamos que proseguir nuestro estudio con sujetos mayores.
En nuestra investigación sobre las ideas acerca de la ganancia hemos
entrevistado a sujetos de entre 6 y 11 o 12 años, ya que a esa edad generalmente
los sujetos entienden bien el problema de la ganancia en la tienda. Sin embargo,
los estudios sobre la ganancia en el banco (mediante la diferencia entre el interés
que se cobra por los préstamos y el que se paga por los depósitos; véase Jahoda,
1981) resultan mucho más difíciles de entender, por lo que será conveniente
empezar con sujetos mayores de 6 años y proseguir hasta entrada la
adolescencia. Por lo tanto, el rango de edades que vamos estudiar está
directamente relacionado con nuestro problema y con la manera de abordarlo.
Como ejemplo podemos señalar que, en el primer estudio sobre la riqueza y la
pobreza que realizamos (Delval y otros, 1971), pensábamos que hacia los 7 u 8
años los sujetos ya diferenciaban claramente a los ricos de los pobres en relación
con d dinero que tienen. Sin embargo, en un estudio posterior en el que
tratábamos de indagar más respecto a las formas de adquirir la riqueza, los
cambios de nivel social y las soluciones al problema de la pobreza, estudiamos a
sujetos de entre 6 y 16 años y tal vez, si hubiéramos seguido con edades
superiores, habríamos continuado encontrando cambios.
Si estamos realizando un estudio evolutivo, resulta conveniente que tomemos
sujetos de edades consecutivas para poder observar esa evolución. Algunas
veces para reducir el número de entrevistas se recurre a entrevistar sujetos con
saltos en la edad, por ejemplo de 6, 9 y 12 años, o 6, 8, 10, 12 años. Cuanto
mayor sea el salto en las edades me parece que son mayores las desventajas para
un estudio evolutivo, ya que, si observamos cambios en los tipos de respuestas,
en las explicaciones de los sujetos, no podremos saber a qué edad se producen y
tendremos que limitamos a señalar que los sujetos de 9 años dan respuestas
diferentes de los de 12. Por supuesto, en algunos casos puede procederse
tomando sujetos de edades salteadas, como en el caso de que conozcamos
previamente por un estudio anterior en qué momentos se producen las
transiciones en las explicaciones y seleccionemos primordialmente sujetos de
esas edades. Pero, en general, me parece más deseable tomar sujetos de edades
sucesivas, sin saltos.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 108
Respecto al número de sujetos hay que señalar que está relacionado con las
diferentes características de la muestra que queramos estudiar. Esas
características de la muestra que queremos estudiar. Esas características de la
muestra pueden ser muy variadas de acuerdo con nuestros intereses. Las que se
consideran habitualmente más son el género, la raza, la clase social o el nivel
socio-económico, el tipo de escuela o de educación, la residencia rural o urbana,
la religión, la orientación política de la familia, etc.
Generalmente, en los estudios sobre el conocimiento acerca de la sociedad y
sobre otras muchas cuestiones, no se encuentran diferencias apreciables entre
varones y mujeres. Por ello, lo que suele hacerse para controlar la influencia del
sexo es tomar aproximadamente el mismo número de niños que de niñas, sin que
sea necesario analizarlos por separado. Pero en algunos casos esa característica
de la muestra puede resultar importante porque partamos de hipótesis acerca de
cómo pueda afectar a los resultados. Por ejemplo, si estamos estudiando las
ideas acerca del género, sería conveniente que tomáramos la mitad de varones y
la otra mitad de mujeres y que los analizásemos separadamente. Pero, en este
caso, tenemos que considerar que el número de 10 sujetos que señalábamos
anteriormente debe referirse a 10 de cada grupo, es decir, a 10 varones y a 10
mujeres por cada edad.
Así, a medida que aumentamos el número de características de la muestra que
suponemos que tienen incidencia sobre los resultados, tenemos que aumentar el
número de sujetos. Si queremos considerar además del sexo el nivel socio-
económico y lo categorizamos en tres niveles –clase baja, clase media y clase
alta–, necesitaremos examinar a 60 sujetos en cada grupo de edad, pues
tendremos seis grupos diferentes de sujetos (varones de clase baja, de clase
media y de clase alta y mujeres de cada una de esas clases). Esto, naturalmente,
limitará el número de edades que podremos examinar.
que los niños tienen de sus propios de derechos. Podíamos haber abordado otros
muchos temas, tales como los efectos que tiene algún tipo de abuso o maltrato
sobre el desarrollo psicológico, las características de los niños que trabajan u
otros parecidos. Pero, a partir de nuestros trabajos anteriores, en los que hemos
estado estudiando diversos aspectos de las representaciones sobre el mundo
social, teniendo en cuenta que la enseñanza de los derechos del niño y la niña va
cobrando un lugar cada vez más importante en la educación y que para enseñar a
un sujeto es conveniente partir de sus propias ideas, decidimos que sería
interesante estudiar directamente cómo entienden los niños sus derechos.
Estamos persuadidos de que conocer las ideas de los niños sobre este asunto
puede contribuir no sólo a facilitar la enseñanza, sino también a encontrar
formas más adecuadas para garantizar esos derechos, pues un sujeto que ignora
lo que es un derecho tiene pocas posibilidades de realizar reclamaciones sobre
él.
La necesidad de llevar a cabo este trabajo se vio reforzada por el hecho de
que, tras una búsqueda bibliográfica, apenas encontramos nada sobre este
asunto. Encontramos, eso sí, una enorme cantidad de artículos e incluso de libros
sobre los derechos de los niños, pero se referían fundamentalmente a los
distintos tipos de derechos o al respeto hacia ciertos derechos en algunos países;
muchos tenían un carácter jurídico y otros se referían a formas de asistencia
social. Sólo tuvimos conocimiento de alguna encuesta realizada por asociaciones
que defienden los derechos de los niños, donde se preguntaba directamente qué
eran los derechos y cuáles eran los más importantes. No encontramos, entonces,
nada que nos ayudara con el planteamiento de nuestro estudio.24
DERECHO A LA EDUCACIÓN
Unos padres no querían que su hijo (hija) (de la misma edad que el sujeto al
que se pregunta) fuera a la escuela porque preferían que se quedara en casa
para ayudar en trabajos domésticos y porque decían que aprender no servía
para nada. El niño no podía ir al colegio a estudiar.
¿Tú crees que está bien que sus padres hagan eso?
¿Tú crees que algún padre lo hace?
¿Tú crees que lo puede hacer?
111 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Pero estas preguntas sólo constituían el punto de partida para una entrevista
más en profundidad.
DERECHO A LA INFORMACIÓN
Un grupo de niños quiere saber cosas acerca del sida (drogas, otras
religiones) y entender bien lo que es y piden información a su profesor, pero
éste les dice que son muy pequeños y que ya se lo explicarán cuando sean
mayores; ellos están muy interesados e insisten.
PREGUNTAS GENERALES
Una vez recogidos los datos y transcritas todas las entrevistas en los
protocolos correspondientes, procedimos a realizar el análisis. Pero a esto nos
referiremos en otro capítulo.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 112
113 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
LA REALIZACION DE LA ENTREVISTA
Desde hace algún tiempo se presta cada vez más atención a los aspectos éticos
y sociales del trabajo de investigación con sujetos humanos. Parece evidente que
la experimentación puede afectar de alguna manera a los sujetos y resulta
necesario asegurarse de que esos efectos no serán negativos y de que no
implican riesgos. 25 Algunas investigaciones que se llevaron a cabo en psicología
y que hoy resultan clásicas han sido criticadas desde el punto de vista ético y
hoy nos parecen, cuanto menos, discutibles. Entre ellas se pueden mencionar el
trabajo que realizó Watson de condicionamiento del pequeño Albert (en el que
provocaba en el niño respuestas de miedo ante un conejo), los estudios de
Milgram sobre la obediencia a la autoridad (Milgram, 1974) o incluso los
trabajos de Harlow sobre la privación de relaciones sociales con monos. 26
Los niños son seres especialmente vulnerables que muchas veces no son ca-
paces de valorar por sí mismos las consecuencias y los efectos de la situación en
la que se encuentran. Por ello, hay que ser especialmente cuidadoso cuando se
trabaja con ellos y hay que tomar todas las precauciones para asegurarse de que
el estudio no implica riesgos ni supone amenazas para el bienestar de los niños y
de que no se vulneran sus derechos. Por ello, antes de empezar la investigación,
hay que plantearse cuáles son las consecuencias de nuestro trabajo y valorar si
puede tener algún efecto negativo, lo que nos obligaría a replantearlo o a
suspenderlo. Los aspectos principales que se deben tener en cuenta son los
siguientes:
25
Esto afecta a la investigación con cualquier tipo de seres vivos. En la investigación biológica y médica, tanto con
animales como con hombres, el sujeto puede verse afectado físicamente. Por ello se van haciendo más estrictas las normas
sobre lo que resulta permisible. En el caso de la investigación psicológica no se producen riesgos físicos, pero sí puede
afectar en otros aspectos a los sujetos.
26
Estas investigaciones han tenido una gran repercusión en la historia de la psicología. Recordemos que Watson logró
provocar emociones de miedo en el niño Albert, mediante condicionamiento, asociando la visión de un conejo con un
gran ruido. Posteriormente el niño mostraba miedo ante la visión del conejo y en ausencia del ruido (Watson y Rayner,
1920). Milgram (1974) mostró que los sujetos eran capaces de realizar conductas aparentemente reprobables para
obedecer al experimentador: una de sus tareas consistía en pedir a los sujetos que dieran descargas eléctricas (ficticias) de
intensidad creciente a unos supuestos sujetos y Harlow, para estudiar los efectos de las relaciones sociales, mantuvo
monos rhesus privados de toda relación social durante períodos de tiempo muy largos y producía así daños irreversibles
(véase, por ejemplo, Harlow y Harlow, 1966).
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 116
Dado que los niños son seres especialmente vulnerables y que no siempre tienen una
conciencia clara de lo que están haciendo o de lo que se está haciendo con ellos, es
conveniente extremar el cuidado y las precauciones para no causarles daños. Entre las
precauciones que debemos tomar están las siguientes.
27
Algunas asociaciones profesionales como la American Psychological Association (1992), así como otras sociedades
nacionales, han publicado documentos referentes a estas normas éticas. La Society for Research in Child Devdopment
(2000) ha publicado desde 1991 unas normas éticas para la investigación con niños.
117 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
El lugar de la entrevista
Una vez hayamos buscado el sujeto o los profesores nos lo hayan enviado,
debemos tratar de establecer una buena relación con ella o él. Si lo recogemos
119 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Asistentes a la entrevista
Redactar una presentación Esta descripción de los objetivos, sujetos, etc. nos servirá
de nuestra investigación. para informar al centro y para que éste informe a los padres
del estudio que pretendemos hacer.
Contacto con el centro. Dirigimos a una persona en el centro y exponerle nuestros
intereses y solicitar el permiso para nuestro trabajo.
Permiso del centro y de los Obtener la autorización y conocer las condiciones que ponen
padres. para nuestro trabajo (horas, lugares, etc.).
Seleccionar a los sujetos. Contando con la ayuda de una persona responsable del
centro.
Elegir un buen lugar para la Comprobar que tenemos un lugar adecuado y acondicionarlo
entrevista. colocando las sillas y una mesa en la situación adecuada,
instalar nuestras cosas y dejado todo listo para empezar la
entrevista.
Buscar un sujeto y Comprobar que sus características concuerdan con los
familiarizarse con él. sujetos que necesitamos para nuestra muestra. Mantener una
conversación con él para establecer un buen contacto.
Explicarle el propósito de Explicarle qué es lo que vamos a hacer, qué esperamos de él
nuestro trabajo. y el tipo de trabajo que hacemos. El alcance de esa
explicación está en función de la edad del sujeto.
Registrar los datos del Nombre completo, edad, datos familiares, etc.
sujeto.
Comprobar que estamos Hacer pruebas para comprobar si el magnetófono tiene pilas,
registrando la entrevista cinta, si el sonido se registra bien, si es audible y
adecuadamente. comprensible de tal manera que se pueda transcribir sin
problemas.
Estar atentos para que no se Tener delante el guión de la entrevista y recurrir a él siempre
nos olvide nada de la que sea necesario.
entrevista.
Devolver al sujeto a su Si el sujeto es pequeño, debemos acompañarle a su clase y
clase. entregarlo al profesor que le permitió salir. Si el sujeto es
algo mayor, le preguntaremos si puede volver solo.
Recoger datos del sujeto, Pedir a una persona del colegio que nos suministre los datos
en caso de que estén que nos puedan faltar del sujeto buscando en los archivos del
incompletos. colegio o en la secretaría (importante en los sujetos
pequeños).
Realizar la transcripción de Pasar a papel la entrevista, en un protocolo, procurando
la entrevista. respetar unas convenciones y haciéndolo de forma semejante
en todas las entrevistas. Es conveniente que no transcurra
mucho tiempo entre la realización de la entrevista y la
transcripción, pues eso dificultará nuestra tarea.
Control de los sujetos Conviene realizar una lista de los sujetos que hemos
entrevistados. entrevistado, incluyendo edad, sexo, curso y otras
características que sean relevantes para nuestro trabajo. De
este modo podremos saber también los sujetos que nos faltan
por entrevistar.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 122
El registro de la entrevista
28
Si se trata de niños de menos de 2 años es conveniente indicar también los días, en cuyo caso se indican al final entre
paréntesis. Así «1; 2 (28)» quiere decir 1 año, 2 meses y 28 días. Según Claparéde (1905, 10ª ed., 1924, pág. 257), la
práctica de representar así las edades fue introducida por el psicólogo alemán Stern en su libro Die Kindersprache (1907,
pág. v). Claparéde defiende decididamente que se emplee una notación internacional unificada y le parece que ésta es la
más adecuada, pues los primeros autores expresaban las edades en días, semanas, meses y años, lo que resultaba difícil de
entender y obligaba a hacer cálculos mentales difíciles, pues nos dice poco saber que un niño tiene 45 meses y 3 semanas.
Este sistema de notación fue el empleado por Piaget y por otros muchos autores, aunque no por todos, y tiene la ventaja de
que resulta cómodo y preciso. Por ello, como señalaba Claparéde, conviene no aportar variantes.
127 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
unas preguntas con otras, tales como ‘oye’, ‘ajá’, ‘dime, Carlos’, ‘a ver’, ‘así
pues’, ‘entonces me habías dicho’, etc. Se deben incluir las respuestas no
verbales, que pueden ir entre paréntesis o corchetes en la columna de las
respuestas: [Asiente], [Duda], [Sonríe], etc. Igualmente, se pueden indicar los
silencios largos y cualquier otro dato sobre su actitud durante la entrevista.
Resulta aconsejable, y es fácil de hacer cuando la transcripción se realiza con
ordenador, diferenciar mediante el tipo de letra las preguntas y las respuestas. Se
suelen poner las preguntas del experimentador en la letra redonda, es decir, en el
tipo de letra ordinario y en cursiva las respuestas del niño. La cursiva
generalmente se representa con un subrayado cuando se escribe a máquina; con
las impresoras de ordenador se puede utilizar directamente la letra cursiva. Esto
tiene la ventaja de que cuando se incluyen trozos de protocolo en el informe
final, en el que suelen presentarse como texto seguido, y no en columnas, resulta
fácil diferenciar las preguntas y las respuestas.
Es extremadamente útil que, si la entrevista básica está dividida en partes,
éstas se reproduzcan en la transcripción del protocolo como encabezamientos.
Esto facilitará enormemente que, si estamos analizando una parte de la entrevista,
podamos ir rápidamente a ella y localizarla con facilidad sin necesidad de leer
todo el texto.
Recoger las manipulaciones o gestos que sean relevantes y otros acontecimientos que
puedan producirse durante la entrevista. Se pueden indicar entre paréntesis ( ) o
corchetes [ ].
Poner un encabezamiento o pie a la entrevista con el nombre y la edad del sujeto para
localizarlo más fácilmente y evitar que se nos mezclen entrevistas.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 128
- Y en el caso que se diera que No sé, porque los padres mandan más en la casa.
los padres no dejaran a una niña
29
Hemos cambiado d nombre del sujeto y hemos suprimido los datos que permitieran identificarlo.
30
De este modo indicamos que se ha suprimido una parte de la entrevista, pues, en efecto, sólo hemos reproducido un
fragmento de ella.
129 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
- ¿Y crees que debería obligar la Hombre, no es su tema, pero... se meten donde no les
policía a los padres? llaman, bueno, en este caso les ha llamado la hija,
pero...
[Cambiamos de cinta]
- Estábamos en la policía, que si Porque así los padres tienen que pensar que..., vamos
los obligaban. ¿Has dicho que que la policía les dice que tienen que dejar a su hija
no era su tema? ¿Por qué crees que vaya al colegio y, si no hacen caso, pues entonces...
que no es su tema?
- Si no les hacen caso, ¿tendrían Hombre, no deberían hacer eso. En una parte sí y en
que dejar a los padres que otra no.
siguieran haciendo eso con la
niña?
- ¿En qué parte sí y en qué parte En la parte no es porque los padres deciden, pero en la
no? parte sí es porque la policía quiere ayudar a la hija,
que yo creo que es injusto.
- ¿Cómo podrían ayudarle? No sé, diciendo que es una injusticia, que la niña tiene
que ir al colegio y los padres hacer el trabajo.
- ¿El profesor tiene la obligación Hombre, si se lo preguntan con mucho interés, pues yo
de hacerlo? creo que sí.
- ¿Y si el profesor se niega? Pues que se lo pregunten a sus padres, ¿no?
- -Si resulta que los padres Pues que se lo digan, que saben mucho mejor los
tampoco se lo explican porque médicos, las enfermeras.
están muy atareados. Algunos
no lo saben porque no les
interesan los temas.
131 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
8. PREGUNTAS GENERALES
- ¿Tú has oído hablar de tener Ahora mismo no me suena.
derechos?, ¿del derecho a
alguna cosa?
- Pero no te suena lo de qué es un Para los abogados a lo mejor.
derecho.
- ¿y para los niños, por ejemplo? Por ejemplo, tener derecho a ver la tele.
- ¿Qué otros derechos? …
- ¿y son diferentes a los de los Creo que son diferentes a los de los adultos.
adultos o son iguales?
- ¿Y tú conoces algún derecho en A ver si me acuerdo. El derecho a que los padres traten
especial además de ese derecho bien a sus hijos.
a ver la tele?
- ¿Hay algún otro? A jugar. Si los padres dicen que no pueden jugar con
los libros y eso, pues sí pueden.
- ¿Y por qué crees que tienen más Porque son mayores, porque son más grandes.
derechos los mayores?
-
- ¿Y dentro de los derechos de los Yo creo que tenemos los mismos derechos.
niños, tienen los mismos
derechos un niño mayor que tú
que otro más pequeño que tú?
- Los niños tenéis los mismos Si
derechos.
- y si te dijera que me explicaras Creo que no.
con tus palabras qué es un
derecho, ¿podrías hacerlo?
- No, pues vale, gracias.
DESCRIPCIÓN INICIAL
- ¿Qué es un rico?
- ¿Qué es un pobre?
- ¿Cómo es un pobre?
- ¿Cómo es un rico?
AUTOCARACTERIZACIÓN
- ¿Tú cómo eres: rico o pobre?
- ¿y tus amigos cómo son: ricos o pobres?
RASGOS
- ¿Se nota en algo que una persona es rica/pobre?
- Los ricos/pobres ¿han ido a la escuela?, ¿a la universidad? -¿Los hijos van a los
mismos colegios?
- ¿Los ricos trabajan, los pobres trabajan? ¿En qué?
- ¿Los ricos trabajan con los pobres?
133 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
EXTENSIÓN
- ¿Toda la gente es rica o pobre o hay alguna gente que es otra cosa? -¿Cómo son
ésos [si menciona a otros]?
- ¿Qué hay más: pobres, ricos o...? ¿Por qué crees que es así?
- ¿Todos los pobres/ricos son igual de pobres/ricos?
CAMBIO
- ¿Cómo se hace la gente rica? (¿Qué crees que han hecho los ricos para llegar a
serlo?)
- ¿Cómo llega la gente a ser pobre?
- ¿Cómo podría un pobre hacerse rico?
- ¿Un rico se puede hacer pobre?
- ¿Cómo podrías hacerte rico tú?
- ¿El hijo de un rico es también rico o no? ¿Desde cuándo?
JUSTIFICACIONES
- ¿Por qué hay pobres y ricos? (¿Cuáles son las causas de las diferencias
económicas?)
- ¿De qué depende? [¿Es culpa de alguien?]
- ¿Siempre ha habido ricos y pobres?
- ¿Tiene que seguir habiéndolos?
SOLUCIONES
- ¿Podría hacerse algo para que no hubiera gente pobre? -¿Sería bueno hacerlo o no?
- ¿Alguien podría solucionarlo?
- ¿Se podría dar dinero a los pobres? ¿Quién podría hacerlo? [...] 31
ORGANIZAOÓN SOCIAL
DESCRIPCIÓN INICIAL
AUTOCARACTERIZACIÓN
RASGOS
- ¿Y se nota en algo que una Sí vamos, yo no he estado con ningún rico, pero yo
persona es rica? creo que sí se le nota. Hay alguien que va vestido con
su chaqueta, con su chaleco, con el reloj aquí, su
camisa de seda y etcétera.
- ¿Y a los pobres se les nota? Muchísimo, porque van todos sucios, no tienen dinero,
duermen en la calle, van muertos de hambre, van
pidiendo.
- ¿Y a los normales? A los normales, pues hay algunas veces que se les nota
- ¿En qué se les nota? Pues en que no van como los ricos. Por ejemplo, yo no
voy como los ricos, que van ahí todos de lujo. Esto es
lo que pienso yo.
- ¿Y los hijos de los ricos van al Hay algunos que sí y otros que no.
colegio?
- ¿Y por qué? Porque hay algunos que no saben nada, pero hay otros
que sí y los enseñan los padres, a algunos y no van al
colegio. Eso es lo que pienso yo.
135 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
- ¿Tu tío trabaja en el teatro Sí, es jefe de sala. Y también pueden trabajar en
también? ebanista, como trabaja mi padre, carpintero, etc.
- ¿Y los ricos trabajan con los No.
pobres?
- ¿Juntos, en el mismo sitio? No. Los ricos pueden trabajar con los normales, pero
que yo piense, eso no debería ser así, los ricos con los
pobres.
- ¿Por qué? Porque no. Porque se mezclan todos y hay algunos
pobres que tienen algunas enfermedades, se lo pega a
otro, otro a otro y así se va cubriendo toda la vida.
EXTENSIÓN
- ¿Toda la gente es rica o pobre o Toda la gente no es rica. Aquí en Madrid, que yo sepa,
normal, o hay algunos que no hay mucha rica. A donde hay rica, rica, rica es
son...? afuera de aquí de Madrid.
- ¿y todos los ricos son igual de Hay algunos que tienen más dinero que otros, hay
ricos? algunos que no son iguales, porque hay algunos...
Todas las casas de los ricos son bonitas y las normales,
pero hay algunas que son más bonitas, unas que tienen
una planta, otras dos, otras tres.
- ¿y todos los pobres son igual de Pues no. Hay unos que tienen dinero, pero es poco, y
pobres? son pobres, pero no son como esos que van por la calle
pidiendo dinero, comida, como veo yo por el Puente,
ahí donde me voy al médico.
- ¿Yesos señores que están en la Pues porque son pobres y no tienen dinero y no tienen
calle pidiendo dinero por qué para alimentarse.
tienen que hacer eso?
- ¿Y no podrían hacer algo para Pues sí, podrían trabajar, pero ellos no quieren. Y
ganar dinero? también los podrían coger, pero hay algunos que no los
quieren coger, otros que no quieren trabajar.
137 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
- ¿Tú crees que ellos no quieren o Yo creo que sí quieren, pero hay algunos pidiendo que
que no les cogen? no los cogen o que no quieren trabajar. Pero es que eso
también, como también hay pa' niños educación de
colegios, tenía que haber también para los pobres,
para dormir y todo.
- ¿Porque la educación es para Pues para los pobres y también para los normales,
qué niños? pero me parece que enseñan igual que aquí, na’ más
que hay algunas veces que enseñan más. Y hay en
algunos colegios, como por ejemplo en la Virgen del
Cerro, allí los enseñan a rezar y todo eso.
CAMBIO
- ¿Cómo se hace la gente rica? Pues hay algunas veces que se llega a ser rico
trabajando mu' duro, de día a noche, de noche a día, de
día a noche. Luego ya, cuando han re juntado muchas
huchas o lo que vayan a re juntar, a donde vayan a
meter ese dinero, cogen, se compran su casa. Yo creo
que lo primero que tenían que hacer..., también la casa,
para donde vivir, pero yo creo que lo más importante
era tener la salud y la comida.
- ¿y cómo llega la gente a ser Pues siendo mu' vaga, no trabajar... Porque, por
pobre? ejemplo, mi padre y mi tío le van a pintar a un hombre
a una casa, pues ese hombre les da dinero, ¿no?, pero
hay algunos que no hacen favores, pues no se ganan la
vida.
- ¿Tú crees que un pobre podría Pues sí, trabajando muy duro, de día a noche y de
llegar a hacerse rico? noche a día.
- ¿Y tú crees que un rico se puede Yo creo que sí porque, si vende su casa y luego el
hacer pobre? dinero que le han dado de su casa se lo va gastando en
caprichos y lo da todo justo en vez de... no sé cómo
decir, en vez de no darlo justo y no le sobra, pues se va
haciendo pobre.
- ¿y un normal tú crees que se Pues si
podría hacer rico?
- ¿y cómo? Trabajando mucho
- ¿Igual que un pobre? Sí, pero trabajando mu' duro, si se quiere hacer rico.
- ¿Y qué es más fácil, que se haga Pues yo creo que un normal. No porque hay algunos
rico un pobre o un normal? que se quieren hacer ricos, pero luego ya se cansan y
dicen: «Pues ya me quito y me vaya lo mío, a pedir por
la calle dinero, a vender cosas o a robar», y así yo creo
que no se pueden hacer ricos, pero también se pueden
hacer.
- ¿y tú te podrías hacer rica Sí, trabajando mu' duro.
cuando fueras mayor?
- ¿En qué vas a trabajar? Pues, si me metiera mi padre en el teatro, yo trabajaría
ahí
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 138
JUSTIFICACIONES
- ¿Y por qué hay gente que es rica Pues depende de si sus padres eran ricos y de mayores
y gente que es pobre? ¿De qué no le han dado dinero, pues se han ido haciendo
depende? pobres, pobres; porque, por ejemplo, alguna madre o
algún padre le da dinero a su hijo y el hijo, en vez de
gastárselo, se lo puede ir guardando para, cuando sea
mayor, ya tener su dinero y comprarse sus cosas.
Algunos, vamos yo creo que todos, se lo han ido
gastando en la discoteca, vamos, caprichos.
SOLUCIONES
- ¿y tú crees que se podría hacer Pues sí pues hacer algo de la educación y algunas
algo para que no hubiera gente veces que abriera no sólo el banco ni el ayuntamiento,
pobre? un trabajo para la gente, para la gente pobre y que
necesitara casa y algo, y dinero y comida, mandárselo
cada mes.
139 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
- ¿Tú crees que estaría bien hacer Sí... y, claro, pues quitar todo eso de la droga y luego,
eso? si no se van a seguir pinchando, pues darles comida y
un refugio, pero, si siguen pinchándose... Yo sé que
todos somos hermanos de parte de Dios, pero, si siguen
así de mal robando y todo, yo prefiero que no tengan
refugio. Hombre, sí lo prefiero, pero pa' que sigan así,
pues para eso que dejen la casa a otros que la
necesitan.
- ¿y se podría dar dinero a los Sí.
pobres?
- ¿y quién se lo daría? Los ricos también. Porque los ricos, aunque tienen
dinero... por ejemplo, ahí en su casa, pero hay algunos
que tienen cajas fuertes y luego tienen en el banco
dinero, entonces se va re juntando el dinero y tienen
mucho.
[..,]
Como se ve, hemos reproducido los protocolos literalmente, incluso con las
formas que usa el niño, como ‘mú’ en lugar de ‘muy’. El lector juzgará cuál de
las presentaciones resulta más clara. Es muy importante que los protocolos se
lean con facilidad y que se pueda encontrar en ellos fácilmente lo que se busca,
pues tendremos que revisados muchas veces durante el análisis.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 140
141 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
No todo lo que los sujetos nos dicen en la entrevista tiene el mismo valor.
Algunas de las respuestas tienen una incidencia directa sobre nuestro objeto de
estudio y expresan las convicciones profundas del sujeto sobre el asunto de
nuestro interrogatorio. En cambio, otras pueden estar muy alejadas de lo que nos
interesa, haberse producido al azar o haber sido sugeridas por algo que el
entrevistador ha dicho. Por lo tanto, conviene examinar los distintos tipos de
respuestas y cómo pueden diferenciarse.
En las páginas que Piaget dedica al método clínico, que sitúa como
introducción a su libro La representación del mundo en el niño, se ocupa
principalmente de describir los tipos de respuestas que se pueden encontrar en la
entrevista y señala que tienen un valor desigual para la investigación. Según él,
algunas deben tratar de evitarse o descartarse, mientras que otras son las que
tienen más valor. Piaget propone entonces que en la entrevista clínica pueden
encontrarse cinco tipos de respuestas diferenciadas, que además es importante
distinguir. Las clasifica en: respuestas espontáneas (basadas en lo que Piaget
llama las ‘creencias espontáneas’), que son aquellas que el niño da
espontáneamente sin intervención del entrevistador o los adultos; las respuestas
desencadenadas 33 (basadas en ‘creencias desencadenadas’), que son aquellas
33
En la versión española del libro de Piaget se traduce déclenchée por ‘disparada’, pero me parece más correcto usar en
nuestra lengua ‘desencadenada’ y creo que se adecua mejor al sentido de esas respuestas. Así lo uso en la reproducción
del texto de Piaget incluido en mis Lecturas de psicología del niño (Delval, 1978) (Piaget, 1926b).
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 142
que se generan a lo largo del interrogatorio pero que son producto de una
elaboración por parte del sujeto y que están de acuerdo con el resto de su
pensamiento; las respuestas sugeridas (producidas por ‘creencias sugeridas’)
son, en cambio, un producto del interrogatorio, de la manera de preguntar y, por
ello sólo, guardan alguna relación con el resto de su pensamiento; las respuestas
fabuladas (producto de la ‘fabulación’) consisten en historias creadas por el
niño a lo largo de la entrevista; y, finalmente, están las respuestas no
importaquistas (también llamadas ‘no importaquismo’) 34, en las cuales el sujeto
contesta cualquier cosa.
No siempre resulta fácil diferenciar con claridad estos cinco tipos de
respuestas, que tienen, naturalmente, un valor muy desigual desde el punto de
vista de los objetivos que persigue el psicólogo. Por ello, resulta importante
distinguir unas de otras, pero esto no es posible en todos los casos y
frecuentemente las distinciones son más sutiles de lo que el propio Piaget
sugiere.
Vamos a examinar cada uno de estos tipos de respuestas.
34
Ésta es una expresión un poco extraña, que fue introducida por Binet y Simon (n’importequisme), y Piaget, aunque la
califica como ‘bárbara’, considera que es útil (Piaget, 1926b. pág. 272).
143 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Espontánea Las que el niño posee espontáneamente Las que más interesa conocer.
s sin intervención del entrevistador o los
adultos.
Sugeridas Producto de la entrevista e influidas por Poco interesantes; deben tratar de evitarse.
la intervención del experimentador.
Fabuladas. Historias creadas por el niño a lo largo De valor desigual y no muy grande para el
de la entrevista con poca relación con el estudio del problema.
tema y de carácter personal.
Resulta muy difícil saber sobre qué cosas ha pensado y no ha pensado un niño
porque, en particular en los pequeños, es difícil que nos lo digan y que ellos
mismos lo sepan. Esto convierte la diferencia entre las creencias espontáneas y
desencadenadas en algo muy sutil que, además, depende de cada sujeto. En
efecto, un sujeto puede haber pensado sobre algún problema mientras que otro
puede no haberlo hecho nunca y no podremos saber con qué intensidad o
constancia lo ha hecho el primero. Depende, además, del medio y es muy
probable que niños en un determinado tipo de escuela, en un determinado medio
social o en un país hayan analizado ciertos problemas y no otros. El medio
proporciona incitaciones para el análisis de los problemas que el sujeto realiza
con sus propios instrumentos.
Así pues, lo que para un sujeto podía ser una creencia espontánea para otro
podría ser una creencia desencadenada y entonces la diferencia entre ambas
resulta muy difícil, por no decir imposible, de establecer. Podríamos pensar que
una diferencia entre ambas radicaría en que las creencias espontáneas se
presentan de una manera más semejante en todos los sujetos, pero esto no es así
y el propio Piaget nos dice que las creencias desencadenadas son susceptibles de
la misma uniformidad que las creencias espontáneas (Piaget, 1926b, pág. 273).
Nos ofrece el ejemplo de las explicaciones de por qué sube el nivel del agua
cuando echamos una piedra en un vaso: los niños suelen decir que se debe a que
la piedra es pesada, basando su explicación en el peso y no en el volumen. Hoy
sabemos bien, gracias a las experiencias posteriores de Piaget, que la noción de
volumen de los niños antes de los 9-10 años es distinta de la que tienen los
adultos y en cierto modo podríamos pensar, entonces, que se trata de creencias
espontáneas.
A lo largo de la entrevista podremos ver que el niño se está enfrentado con los
problemas que le plantean por primera vez. Por ejemplo, todos los niños que
hemos examinado, sobre todo a partir de los 6 años, pero incluso antes, tienen
clara la idea de que rico y pobre son categorías que se relacionan con el dinero y
que el pobre es el que no tiene dinero, mientras que el rico es el que tiene
mucho. Sin embargo, cuando preguntamos cómo se hace uno rico, muchos niños
nos contestan diversas cosas y nos dicen que no lo habían pensando antes, lo
cual sugiere que en algunos aspectos se trata de creencias espontáneas, pero que
otros se desencadenan en la entrevista.
Lo característico, pues, de las creencias desencadenadas es que el niño
elabora una explicación que está poniendo de manifiesto la organización de su
pensamiento, aunque no hubiera pensado antes en el problema. Desde este punto
de vista, las creencias desencadenadas tienen un gran valor en la entrevista
clínica, aunque se produzcan en el interrogatorio. Las creencias espontáneas son
importantes porque nos indican las cosas que preocupan al niño y sobre las que
piensa, pero, como decíamos, esto depende de los intereses de cada sujeto y
también de las incitaciones del medio. La única manera de considerar que son
145 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
realmente espontáneas es que sea el niño el que nos hable de ellas, sin ninguna
intervención por nuestra parte, pero eso sólo podríamos saberlo mediante la
observación. 35 Por eso nos parece que la distinción entre esos dos tipos de
respuestas es demasiado sutil o incluso engañosa.
Además de estos tipos de respuestas que son los más importantes para
comprender las representaciones de los sujetos en desarrollo y, por tanto, los que
más nos interesa encontrar, en la entrevista clínica se producen otras respuestas
que, por el contrario, son indeseables.
Una de ellas es la creencia sugerida, es decir, la creencia que aparece como
resultado de la misma entrevista y el planteamiento que hace el experimentador.
Piaget indica que hay dos tipos de sugerencias; la sugerencia por la palabra
y la sugerencia por perseveración. La sugerencia por la palabra se refiere al
sentido que los términos empleados tienen para el niño, que puede ser distinto
del que tienen para el adulto. La utilización de una palabra inadecuada puede
resultar, entonces, sugerente y Piaget recomienda que se empleen las mismas
palabras que estaba utilizando el niño.
La sugerencia por perseveración se debe a que el niño, una vez ha adoptado
una explicación, tiende a repetirla y a dar una y otra vez el mismo tipo de
justificación. Por ejemplo, puede decirnos que para hacerse rico hay que ahorrar
y a partir de aquí explicar todo lo referente a la estratificación social por
diferencias entre los que ahorran y los que no ahorran. La única solución es
intentar cortar la perseveración del niño planteándole otras posibilidades, pero
esto no siempre es fácil. Esta conducta tiende a darse sobre todo en los niños
más pequeños, mientras que desaparece en los mayores. Veamos este ejemplo de
una niña de 6 años:
MAITE [...] «–¿Cómo crees tú que llega un señor a hacerse rico? Por...,
ahorrándose. –¿Y cómo se hace la gente pobre? Sin ahorrar. –Maite: ¿un señor que es
pobre se puede volver rico? Sí, ahorrándose... –¿Y cómo crees que te puedes volver rica
tú? Ahorrándome. –Si un señor rico tiene un bebé, ¿ese bebé es también rico? Si se lo
guardan los padres, sí. –¿Y cuándo se hace rico si se lo guardan los padres? Cuando sea
grande. –¿Por qué crees que hay pobres y ricos? Porque unos ahorran y otros no. –
¿Crees que siempre, siempre ha habido ricos y pobres? Sí. –¿ Y crees que siempre los va
a haber, cuando tú seas mayor y todo? Sí. –¿Por qué? A lo mejor sí y a lo mejor no. –¿Y
por qué puede pasar eso? Porque alguno no quiere ahorrar. –¿Tú crees que se puede
hacer algo para que no haya gente pobre? Sí. –¿Qué se le ocurre que se puede hacer?
[Silencio] Ahorrarse algo.»
35
Pero incluso en observaciones como las que hacía Decroly (1929), que reproducíamos parcialmente en el capítulo 2, las
preguntas, respuestas y observaciones de Decroly y de las otras personas están ya incitando al niño a que reflexione sobre
esos asuntos económicos.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 146
Puede que esta niña piense realmente que la única forma de cambiar de
situación económica es ahorrando, pero puede tratarse de un caso de
perseveración (aunque el entrevistador nunca le habló del ahorro).
Desgraciadamente, no se le preguntó qué era ahorrar (o ahorrándose), si los
pobres podían ahorrar, cómo se ahorra y si se puede uno hacer rico trabajando
(aunque no sabía si los pobres trabajaban). En todo caso, se deberían haber
hecho algunos intentos de cortar la perseveración.
La fabulación consiste en una respuesta que el niño inventa a lo largo del
interrogatorio porque le agrada. Como señala Piaget, la diferencia con las
creencias sugeridas es que la respuesta del niño es enteramente libre y hasta
imprevisible, pero no se trata propiamente de una creencia, con lo cual no puede
clasificarse entre las creencias desencadenadas. El niño está jugando en la
situación de entrevista y puede incluso llegar a creerse en ese momento sus
propias respuestas, aunque en otro momento pudiera dar otras diferentes.
Finalmente, el último tipo de respuesta es lo que Piaget denomina, siguiendo a
Binet y Simon, ‘no importaquismo’. Se trata de respuestas dadas
completamente al azar, que tienen la función de contestar algo inventando la
respuesta sobre la marcha. Como señala Piaget, el niño fabula cuando se
divierte, mientras que el no importaquismo nace del aburrimiento.
Si examinamos las cosas con detenimiento, nos podemos dar cuenta de que,
aunque el interés principal del psicólogo es encontrar las respuestas espontáneas
y las respuestas desencadenadas, probablemente no puede negarse, en contra de
lo que Piaget sugiere, el valor que puedan tener los otros tipos de respuestas,
puesto que, si existe una coherencia en el pensamiento del niño en un
determinado momento, entonces las respuestas que dé serán dependientes del
nivel que haya alcanzado. Por tanto, las respuestas sugeridas, el «no
importaquismo» y, más aún, la fabulación, también nos están enseñando algo
sobre lo que el niño piensa en realidad. Lo que sucede es que resulta muy difícil
discernir aquí, como dice Piaget, el buen grano de la cizaña y resultaría
extremadamente laborioso tratar de penetrar en la significación que tiene lo que
el niño está diciendo.
Se ocupa Piaget de los criterios para distinguir los tipos de respuesta con el fin
de eliminar lo que no resulta interesante en la interpretación de los datos, pero
esto no es siempre sencillo. Hemos visto que la distinción entre las respuestas
espontáneas y las desencadenadas resulta extremadamente difícil y sólo podría
apoyarse en la observación: si el niño produce respuestas o realiza preguntas en
un determinado sentido de forma espontánea, entonces podemos pensar que se
trata de una creencia bien arraigada. De todas formas, nos parece que esta
147 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
el niño inventa una historia y lo hace con los instrumentos de los que dispone.
Por eso habíamos señalado anteriormente que incluso en la fabulación se pueden
encontrar los rasgos del pensamiento del niño. Pero Piaget señala que, en el caso
de que se trate de una fabulación, la respuesta desaparecerá bruscamente sin que
se den situaciones intermedias, como sucede con otras respuestas que siguen una
evolución lenta y por pasos que iremos descubriendo. La pervivencia de las
explicaciones y su desaparición lenta, de tal manera que pueden existir
adherencias incluso en estadios posteriores, es uno de los criterios que Piaget
utiliza para distinguir la fabulación de lo que no lo es.
NATALIA (6; 1 años) «– ¿De dónde viene el dinero? ¿Alguien lo hace? Lo trae
Dios para la gente. – Explícame eso. Dios tiene el dinero y se lo da a la gente. –
¿Cómo hace Dios el dinero? Con milagros como hace Él las cosas, dice: “Que se haga
dinero” y se hace. – ¿Cómo le llega el dinero a la gente? Se lo lleva Dios, lo pone en
los Zapatos para que tengan dinero los mayores. – Explícame más. Dios sabe todo lo
que pasa y, cuando los mayores necesitan dinero, se lo deja en los Zapatos. – ¿Y a los
niños les trae dinero? Sólo para Reyes, a mí me dejaron muchas cositas y también un
dinerito. – El dinero que te da tu madre, ¿de dónde lo ha sacado? Del que le ha dado
Dios y no puede darme mucho porque a Dios no le gusta que malgastemos el dinero,
hay que cuidarlo mucho y así Él trae más. – ¿Una persona puede pedirle dinero a Dios?
Tiene que rezar y le pide y, si ha sido bueno, Dios se lo trae. – ¿Una persona podría
fabricar su propio dinero? No, porque el dinero lo trae sólo Dios. – ¿Al Banco, cómo le
llega el dinero? No lo sé, pero mi madre lleva dinero a veces y se lo da. – ¿Para qué se
149 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
lo dará? A lo mejor para los pobres, porque, cuando en la tele lo dijeron, nosotros
fuimos a dejar dinero al Banco para los niños pobres. – ¿Cómo sabe Dios cuánto
dinero debe traer a la gente? Porque Él es Dios y lo sabe todo. – ¿Siempre trae la
misma cantidad de dinero? Le trae más a los buenos y a los malos que roban no les
trae nada. – Explícame eso. Hay señores malos que roban y andan tomando en la calle
y a esos no les trae dinero porque lo quieren para emborracharse. – ¿Le podría traer
dinero a todas las personas? Sí, pero tienen que ser buenos y no robar ni
emborracharse. – ¿Siempre ha existido el dinero? Cuando vino Jesucristo, trajo dinero
porque la gente no tenía para comprar comida y tenían hambre y él les dio el dinero
para que compraran comida. – ¿Y cuando se les terminó? Pues, la gente se puso a
rezar y Dios les dio más dinero.»
PATRICIA (6; 8 años) «– ¿De dónde viene d dinero? No sé... – Pero, ¿qué piensas
tú? Bueno... yo creo que de Dios, pero no lo sé bien. – ¿Cómo hará Dios el dinero?
Pues... yo creo que como hace las cosas Él, haciendo un milagro. – Por ejemplo, mira
esta moneda, ¿cómo se haría? Pues... yo creo que Dios hizo una o dos monedas y
después hizo más para que alcanzaran para la gente. – ¿Cómo le llegarán las monedas
a la gente? Dios se las dio a sus discipulos... creo que se llamaban así... y ellos a la
gente. – ¿Todas las monedas las hizo Dios? Yo creo que si – ¿Y los billetes? También y,
si quieres más, los pones en unas máquinas como si fueras a hacer más papel... –
¿Como si fueras a hacer más papel? Sí, en una máquina como ésa que saca copias en la
oficina del colegio pero para hacer dinero (Se refiere a la fotocopiadora).»
PATRICIA (7; 3) [Se califica como rica] «– ¿Los ricos trabajan? Sí. – ¿En qué
trabajan? Pues trabajan en el colegio, trabajan en... en consultas, en la... trabajan en...
en hospitales y... en hoteles. – ¿ Y los pobres trabajan? No. – ¿Por qué? Porque no
pueden, porque no tienen dinero y no saben casi hablar. – No saben casi hablar. ¿Y por
qué no saben hablar? Porque no han aprendido. – ¿Y por qué? Porque no han ido a un
colegio. – Ya, ¿y en el colegio se aprende a hablar? Sí.»
Pero las respuestas de otros niños nos aclararon el asunto y nos hicieron
comprender mejor lo que querían decir. Observamos que entre los niños pe-
queños existe una creencia bastante extendida acerca de que los trabajos se
compran, como cualquier mercancía o servicio; las respuestas de otros sujetos lo
explican con más claridad: los pobres no trabajan y, por ello, no ganan dinero,
porque no tienen dinero para comprar u obtener un trabajo. Estas respuestas nos
han sorprendido porque no las esperábamos. 36 Los sujetos piensan que es
necesario comprar el puesto de trabajo y, dado que los pobres no tienen dinero,
no pueden dar ese primer paso que les permitiría luego trabajar. Algunos sujetos
son muy claros a este respecto y otros lo dicen más veladamente. Hemos
encontrado respuestas semejantes en México y en otras investigaciones en curso.
Las explicaciones de sujetos como éste nos hicieron entender mejor su idea.
36
Aunque las mencionan de pasada Leahy (1983, pág. 81) y Berti y Bombi (1981a, págs. 35, 41, 71) pero no se detienen
en ellas, ni les prestan mayor atención, cosa que también nos sucedió a nosotros inicialmente.
151 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
LUIS (6; 11) «– ¿Tú crees que los pobres trabajan? No tienen ni un dinero para...
pagar..., para que les den los ricos un trabajo. – ¿Para conseguir un trabajo hay que
tener dinero? SI. – ¿Si? Hay que pagar. – ¿Y a quién le pagas? Pues no sé, yo nunca he
pagado a un trabajo, pero mi padre sí, para el Banco. – ¿Tu padre qué hace en el
Banco? Ya te lo he dicho, trabajar. – ¿Pero tiene que pagar para trabajar? No, pero,
cuando fue a ese Banco la primera vez tuvo que pagar, ya no paga.»
Este uso de la contrasugerencia parece que viola una de las normas que hemos
dado sobre la entrevista: que hay que evitar sugerir y que no son deseables las
respuestas sugeridas. Pero esta contradicción es sólo aparente, pues lo que
resulta peligroso es la sugerencia cuando no sabemos que la estamos realizando.
Si estamos sugiriendo con plena conciencia de ello, evitamos el peligro, ya que
valoraremos la respuesta del sujeto por su aceptación o rechazo de nuestra
sugerencia. Si la acepta y cambia lo que había dicho antes, es que sus
convicciones no son firmes y debemos seguir preguntando. Si, por el contrario,
rechaza la sugerencia y, sobre todo, nos da argumentos para ello, podremos estar
seguros de que sus ideas están bien establecidas. Por ello la podemos considerar
una estrategia que resulta útil cuando no conseguimos aclarar las ideas del sujeto
o no estamos seguros de su firmeza o de que hayan sido sugeridas por nuestras
preguntas.
Pero, por esta función que tiene la contrasugerencia, es conveniente dejarla
para el final de la entrevista, cuando ya no puede influir sobre otras respuestas
del sujeto. Una vez hayamos terminado nuestra entrevista en sus aspectos
básicos, podemos entretenemos con los sujetos en aclarar puntos que pudieron
quedar oscuros mediante preguntas más libres. Pero, naturalmente, a la hora de
analizar esas preguntas y respuestas tendremos que considerar que son
respuestas a sugerencias y valorarlas de acuerdo con ello. Insistimos en que los
efectos más perniciosos de las sugerencias se producen cuando no sabemos que
estamos sugiriendo y consideramos que las respuestas que da el sujeto
constituyen sus propias creencias y no están influidas por lo que nosotros
decimos.
presenta una forma de árbol y vamos eligiendo una de las ramas según lo que
responde el sujeto. Eso ocurre siempre en la entrevista clínica, pero en este caso
las ramificaciones están establecidas ya en el esquema.
Naturalmente, estos diversos tipos de entrevistas pueden corresponder a
diferentes fases de la investigación. La entrevista completamente abierta es útil,
como decíamos, en los comienzos de la investigación. La entrevista
semiestructurada es la que suele utilizarse en la práctica habitual con el método
clínico cuando ya tenemos algunos conocimientos de los problemas y queremos
explorados de una manera más completa. La entrevista estructurada sólo es
conveniente utilizarla cuando nuestro conocimiento del problema es bueno y
entonces nos podemos plantear más bien la comparación entre distintos tipos de
sujetos, etc., pues ya hemos establecido una primera categorización de las
respuestas de los sujetos.
155 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
respuesta del sujeto que le resulta nueva o que es poco clara, tiene que plantearse
cuál es su significado y formularse alguna hipótesis que dirija sus siguientes
preguntas. Mediante éstas tratará de aclarar lo que el sujeto quiere decir y si
tiene relación con el asunto de la entrevista.
En relación con lo anterior, es importante que el experimentador formule sus
preguntas de una manera clara y, en muchos casos, que se cerciore de que el
sujeto ha entendido bien la pregunta. A veces las respuestas del sujeto ponen de
manifiesto que no ha entendido lo que le estamos preguntando porque nos
contesta cosas que tienen poca relación con nuestra pregunta. En este caso
conviene repetir la pregunta o formularla de otra manera hasta que el sujeto la
entienda. Una estrategia conveniente es pedir al sujeto que repita nuestra
pregunta, diciéndole «¿Qué es lo que te he preguntado?». Comprobaremos, en
algunos casos, que el sujeto entendió otra cosa.
La memoria del sujeto, sobre todo de los pequeños, tiene una amplitud
reducida, como sabemos gracias a los estudios sobre la memoria en niños. Está
también influida (y en ello no se diferencia de la de los adultos) por la atención
y, si está algo distraído, puede que no se acuerde de lo que le hemos preguntado
o de lo que ha dicho. Respecto a sus propias respuestas, si las ha dado al azar,
como cuando se trata de respuestas ‘no importaquistas’, resulta más fácil que las
olvide. Por tanto, conviene pedirle que las repita preguntándole: «¿Qué es lo que
me habías dicho?».
Hay momentos en los que no conseguimos que el sujeto avance sobre un tipo
de respuesta que nos resulta confusa o incomprensible. En ese caso podemos
continuar nuestro interrogatorio sobre los asuntos siguientes y volver de nuevo
más adelante a lo que había quedado pendiente o planteado al final de la
entrevista. De ese modo puede suceder que el propio desarrollo de la entrevista
ayude a que el sujeto exprese sus ideas con más claridad.
El uso de la contrasugerencia, de la que hablábamos más arriba, también nos
permite precisar las ideas del sujeto y, sobre todo, comprobar su estabilidad.
Pero no debe abusarse de ella y hay que tener presente, sobre todo si se formula
en la mitad de la entrevista, que puede afectar a las respuestas siguientes. En
todo caso, debemos tener muy presente que se trata de una sugerencia.
Otra estrategia que resulta útil en la entrevista para que el sujeto aclare su
pensamiento es repetirle en forma de pregunta la última respuesta que nos ha
dado. Puede verse un ejemplo en la entrevista de Sara (9; 0) que reproducimos
en la página siguiente. Es una técnica empleada frecuentemente en la entrevista
no directiva utilizada por Carl Rogers que tiene la ventaja de que no introduce
nuevos elementos, utiliza la misma formulación del sujeto, pero le da pie para
que amplíe su respuesta. Resulta sorprendente ver cómo la repetición de la
respuesta, en general de la parte final de ésta, permite que el sujeto continúe con
sus explicaciones sin que tengamos que introducir nuevos elementos.
157 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Hemos indicado que la práctica del método clínico es una tarea bastante
complicada y, sobre todo cuando se es principiante, pueden cometerse
fácilmente muchos errores, pero, como en muchas otras cosas, nunca se deja de
aprender y siempre termina por cometerse algún error.
El primer defecto de la entrevista es generalmente dejar de preguntar cosas
que son fundamentales. Lo más simple (y fácil de corregir) es olvidamos de
algunas preguntas porque no estamos mirando el guión de la entrevista. Si no
estamos seguros, lo mejor es tener el guión delante y seguirlo.
Pero hay otros olvidos que se pueden deber a que no nos estamos tratando de
situar en la mente del sujeto. Algunas cosas que dejamos de preguntar pueden
deberse a que no tenemos presente que el niño utiliza el lenguaje de una manera
que no tiene por qué coincidir con la del adulto. En la entrevista, nosotros
estamos tratando de esclarecer los conceptos que el niño utiliza para explicar un
determinado fenómeno. Por tanto, un niño que nos está hablando de ‘trabajar’
como una fuente de dinero o como un procedimiento para hacerse rico puede
tener un concepto de trabajo que difiera del de los niños de otra edad o del de los
adultos. O el niño que en el curso de la entrevista nos habla de los impuestos
como una manera de igualar las situaciones sociales puede, sin embargo,
entender por impuestos cosas muy distintas de lo que ese término suele
significar. Por esta razón es muy importante precisar el sentido que tienen las
expresiones de los niños. En el momento en que nos aparezca un término dudoso
o que se pueda suponer que resulta de difícil comprensión para el niño, debemos
interrogarle sobre esto.
Por ejemplo, en una entrevista sobre los derechos de los niños, donde les
pedimos que comparen dos historias, una en la que los padres no dan de comer a
su hijo para castigarle y otra en la que no le dan de comer porque no tienen
dinero, se le pregunta a la niña:
SARA (9; 0) «– ¿Tú crees que los padres de las dos historias son igual de
responsables? No, los de la segunda son más responsables. – ¿Los de la segunda son
más responsables? Yo creo que sí, porque los otros tenían comida y no se la daban y
éstos tenían comida, pero poquita, y la repartían. – Entonces, ¿cuál de las dos crees tú
que es peor? La primera. – ¿Peor en qué sentido? Peor en que los padres no le daban de
comer.»
resulte poco usual para una niña de esa edad, y hubiera sido conveniente
preguntar qué significa. Pero el error se subsana cambiando la pregunta por
«¿Cuál de las situaciones es peor?», a lo que la niña contesta lo que sería
esperable: que se comportan peor los primeros padres.
Por eso es muy importante que nos cercioremos de que el sujeto entiende los
términos que estamos utilizando para preguntarle. Quizás esto no sea posible en
todos los casos, pues tendríamos que estar preguntando por muchas de las
palabras que utilizamos, pero, si empleamos palabras que se refieren a conceptos
importantes relacionados con el asunto de nuestra entrevista, debemos
comprobar que el sujeto las entiende correctamente y, en todo caso, estar atentos
a posibles dificultades en este aspecto. No siempre tenemos la suerte de que el
sujeto nos diga qué no entiende, pues es probable que no tenga conciencia de
que no lo está entendiendo. El ejemplo del siguiente sujeto es una muestra de esa
falta de comprensión en la que, afortunadamente en este caso, el sujeto nos
manifiesta que no lo entiende. Le estamos preguntando por la ganancia y nos
dice que no sabe qué es ‘caro’ y ‘barato’. La entrevista transcurre así:
JORGE (7; 6) «– ¿Al hombre le conviene venderlo más caro o más barato? ¿Qué es
Caro y barato? -Pues caro es que cuesta mucho y barato que cuesta menos. Creía que
era al revés. No sé lo que es mejor.»
El hecho de que no entienda algo puede suceder con bastante frecuencia en las
entrevistas y es, por lo tanto, un aspecto al que tenemos que prestar la debida
atención. Naturalmente depende de la edad de los sujetos: podemos suponer que
un niño de 11 o 12 años sabe lo que es caro o barato, pero no podemos hacer la
misma suposición respecto a uno de 5, 6 o 7 años.
No debemos contentamos, entonces, con la primera respuesta que el niño da.
Es preciso profundizar en ella y tratar de esclarecer su significado, cosa que sólo
puede hacerse mediante otras preguntas complementarias: las preguntas de
justificación.
Otro error que se produce en la entrevista, complementario al de preguntar
poco, es dar por supuesto el sentido que tiene la respuesta y sugerir entonces las
preguntas siguientes.
También hay que evitar la perseveración, de la que hablábamos antes. Las
preguntas deben formularse en un orden diferente para evitar, por ejemplo, que,
en el caso de que ofrezcamos alternativas, el sujeto se quede siempre con la
última o con la primera. Si en una experiencia de conservación estamos
preguntando si hay lo mismo, más o menos, en preguntas sucesivas deberíamos
cambiar el orden y preguntar si hay menos, más o lo mismo e ir rotando entonces
las preguntas que se realizan.
Una de las .habilidades, que debe tener el entrevistador es ser capaz de
conducir la entrevista para esclarecer lo que le interesa. Esto supone combinar
159 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
una buena dosis de flexibilidad con otra de rigidez. En efecto, los sujetos, al
responder nuestras preguntas, pueden orientarse hacia el tratamiento de otros
temas que no estaban previstos. No sabemos a priori si esos temas están
relacionados con nuestra indagación o si nos llevan por caminos completamente
distintos. Por lo tanto, no conviene que cortemos abruptamente las explicaciones
Errores Características
Objetivos imprecisos Lo más importante en la entrevista es tener unos objetivos precisos,
unidos a unas hipótesis sobre las respuestas que van a dar los sujetos.
Como dice Piaget, el que no busca nada no encuentra nada.
Sugerir La forma de interrogar puede orientar la respuesta del sujeto, por eso
es conveniente variar el orden y la formulación de las preguntas.
También es frecuente dar por supuesto lo que el sujeto quiere decir,
interpretándolo en términos adultos y, por ello, realizar nuevas
preguntas que supongan unas ideas que el sujeto en realidad no tiene.
No preguntar Este error es complementario al anterior y es el que se produce con
más frecuencia. Consiste en contentarse con la primera respuesta que
da el sujeto, interpretándola frecuentemente en términos adultos. El
resultado es que no sabemos exactamente lo que el sujeto nos quiere
decir ni qué sentido tiene dentro de su estructura de pensamiento.
Perseveración Hacer las preguntas de tal forma que el sujeto tienda a dar las mismas
respuestas para todo lo que le preguntamos. Si en una experiencia de
conservación preguntamos siempre si ‘hay lo mismo’, el sujeto puede
tender a contestar siempre de la misma forma, por lo que es
conveniente cambiar el orden.
Uso de términos Dar por supuesto que el sujeto entiende perfectamente las palabras
difíciles que estamos utilizando y, por consiguiente, los conceptos a los que se
refieren.
del sujeto, ya que pueden llevamos a asuntos muy interesantes que ni siquiera
sospechábamos. Si descubrimos algo así, tenemos que ser capaces de
profundizar en ello y examinar todas las implicaciones. Pero tampoco podemos
dejar que el sujeto se embarque en una narración que nada tiene que ver con
nuestro asunto contándonos historias familiares o algún acontecimiento que le
haya impresionado recientemente. Esto es frecuente sobre todo en los sujetos
pequeños y no suele producirse ya a partir de los 8 o 9 años. Tampoco es grave
que el sujeto se deleite con largas explicaciones sobre asuntos muy alejados de
nuestro tema; simplemente tendremos que prescindir de ello en el análisis. Pero
eso puede hacer que la entrevista se prolongue o que perdamos el hilo. En
realidad es más perjudicial que cortemos las explicaciones del sujeto en un punto
interesante. El equilibrio se logra a través de la práctica y lo que se haga en cada
caso tiene que quedar al buen criterio del entrevistador, pero, en todo caso, es
más dañino interrumpir al sujeto antes de tiempo que dejarle que se exprese
libremente hasta que comprobemos que lo que nos tienta no guarda relación con
lo que hemos preguntado.
Para tratar de ilustrar estos errores y mostrar cómo se desarrollan entrevistas
reales, hemos seleccionado dos entrevistas que presentan diversas deficiencias
que iremos comentando.
Procedimiento
que pedirle que la justifique indicando por qué. A continuación se le pide que
anticipe el retorno, es decir, lo que sucederá cuando la salchicha se vuelva a
transformar en bola. Se utiliza la contrasugerencia diciendo que un niño de su
misma edad había dicho que eran iguales o distintas (según lo que haya
contestado el sujeto). Luego, la bola roja se vuelve a su estado inicial.
Se realiza después la transformación de la otra bola en una especie de torta o
de galleta, aplastándola, y se siguen los mismos pasos: anticipación de la
transformación, preguntas sobre la transformación y justificación de la respuesta,
anticipación de la vuelta a la situación inicial o retorno.
La última transformación consistente en dividir la bola en trozos o bolas más
pequeñas, haciendo las mismas preguntas. Éstas son las instrucciones que se le
dan a los experimentadores.
Da la impresión de que esta entrevista no se ha transcrito literalmente, porque
las respuestas del sujeto son demasiado concisas y posiblemente se han resum
En primer lugar hay que señalar que no se ha indicado la edad en meses del
sujeto, sino que sólo se han puesto los años.
Entrevista Comentarios
Entrevistador: J. L.. M. M Nombre: A. F. V No se indica ni la edad completa ni la fecha de
Fecha. entr. 14-3-94 Edad 6 ; ? nacimiento ni d colegio o lugar donde se realizó.
Fecha nac:??
Curso: 1° EGB
a. Hola A., ¿son estas dos bolas iguales? Sin duda aquí falta una parte de la conversación con
Iguales. la niña.
b. Y, si con esta bola hacemos una salchicha, La pregunta está mal formulada y es sugerente, pues
¿en cuál de las dos habrá más plastilina? En se da por supuesto que en uno de los objetos habrá
ésta [la bola]. – En la bola más que en la más cantidad, cosa que no se debe hacer nunca, pues
salchicha, ¿estás segura? Sí está orientando ya la respuesta del sujeto.
- Pues antes me has dicho que aquí había Cuando se dice ‘aquí’, no se sabe a qué se refiere.
más. Pues no.
La forma de plantear la contrasugerencia es muy
- Entonces tú ves más plastilina en la incorrecta, como lo es también decir: «¿Tú crees que
salchicha, pero a mí me ha dicho un amigo no?», dando por supuesto que d sujeto no va estar de
que hay más en la otra. ¿Tú crees que no? acuerdo.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 162
Claro, si lo pones así [en vertical]. Cuando el sujeto alude a ponerla vertical no se
realizan preguntas de justificación ni se indaga más.
- Entonces ¿en cuál crees que hay más? En la Nuevamente pregunta sugerente.
bola.
- Bueno, pues vamos a hacer dos bolas otra En el protocolo no se recoge por qué el sujeto no
vez. Ahora, ¿vuelve a haber igual plastilina? acepta que hay la misma cantidad cuando se vuelve a
No. En ésta hay menos. hacer la bola.
c. Y, si yo cojo una y la aplasto como una Nuevamente se sugiere que hay más en una.
galleta, ¿en cuál va a haber más? En la bola.
Pero eso es si lo pones así [en vertical]. Si lo Se sigue sin preguntar qué efecto tiene cambiar la
pones así no [en horizontal]. posición del objeto, un asunto sobre el que hubiera
valido la pena profundizar.
- Entonces, si lo pones así, hay más; eso mi Comentario innecesario del entrevistador.
amigo no me lo dijo. Es que se ha
equivocado.
- [TRANSFORMACIÓN] -¿En cuál hay Se persiste en el error de preguntar «¿En cuál habrá
más, en esta grande o en estas cuatro peque- más?».
ñas? Si las ponemos juntas hay más.
- Pues mi amigo me dice que no. Porque las Contrasugerencia mal planteada.
cuatro bolas pequeñas, si las ponemos juntas,
son iguales que la bola grande.
-¡Ah! Es igual que la otra bola. Claro, si Al final el sujeto parece rendirse a la
coges ésta y la haces muchas bolitas así contrasugerencia, pero sin que se realice ninguna
[desmenuzándolas], es igual que antes. indagación suplementaria.
[...] – ¿Si se te acaban - En la papelería. Recordemos que [...] significa que hemos
los lápices, dónde los suprimido una parte de la entrevista, el
consigues? comienzo que sirve para establecer contacto
con el sujeto e introducirlo en el tema.
-¿Cuánto tiene que - Como... más o menos lo En este caso es indispensable preguntar
pagar por lápiz? mismo. exactamente cuánto, pues «más o menos lo
mismo» es poco preciso, podría referirse a
una cantidad levemente distinta del precio
de venta.
-¿Por qué? - Porque así cuestan. Aquí también es necesario realizar una
pregunta de comprobación porque no
sabemos si el sujeto está aludiendo a que los
lápices tienen precio fijo o a que ése es un
precio usual. Posiblemente el entrevistador
supone que el precio usual. Posiblemente el
entrevistador supone que el precio son 3
pesos, pero no tenemos certeza de que sea
así
165 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
- ¿Cuándo vende a ese - Tiene que ganar Como no se sabe exactamente cuál ha sido
precio gana algo de el precio pregunta y respuesta son
dinero, pierde o se imprecisas.
queda igual?
-¿Cuánto gana? - Unos pesos por lápiz. La respuesta es imprecisa y nuevamente no
se profundiza en ella. Es una respuesta que
nos deja llenos de interrogantes: si vende a
3 pesos, si compra más o menos por lo
mismo, de dónde salen esos pesos, que
además no sabemos cuántos son.
-¿Podría venderlo por - Tiene que ganar…a menos… Posiblemente el sujeto interrumpe al
menos, por ejemplo no, no, no, a más… mmm, sí a entrevistador, que no termina de formular su
a...? más. pregunta, pero luego tampoco lo hace. El
sujeto parece decantarse por que hay que
cobrar más en la tienda, pero no se le
pregunta por ello.
-¿Qué le conviene más - Más barato para vender más. Necesidad de preguntas de comprobación
vender más caro o más con cantidades precisas.
barato?
-¿Qué le cuesta? - Con lo que los hace. Sería necesario pedir más detalles:
materiales, máquinas, trabajo.
-¿Para qué crees que - Para mantener a su familia. Habría que preguntar si para alguna cosa
usa el señor de la más e indagar de dónde sale ese dinero.
tienda el dinero que
recibe?
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 166
Tras haber recogido los datos de nuestra investigación con el máximo cuida-
do, nos encontramos con la tarea más compleja y definitiva. No tendremos ahora
las urgencias que nos impone la presión de los acontecimientos que se producen
durante la entrevista, en la que hemos de tomar decisiones muy rápidas de las
que no podemos volvernos atrás. Para el análisis posiblemente dispondremos de
bastante tiempo, pues es una tarea que no conviene hacer con precipitación, en la
que tendremos que tomar muchas decisiones difíciles, sin que, en cambio,
dispongamos de una retroalimentación como la que nos daban la respuestas de
los niños cuando probábamos las preguntas de nuestra entrevista.
Algunos consideran que el análisis no forma parte propiamente del método
clínico, sino que es algo posterior que tiene que realizarse en cualquier tipo de
investigación. Sin embargo, no considero que sea así, pues los datos obtenidos
mediante la entrevista clínica presentan unas características muy particulares y
sólo pueden obtenerse mediante ella, pero requieren un análisis adecuado a sus
características. Sería una pérdida de tiempo lamentable recoger datos mediante
entrevistas clínicas, con el esfuerzo que supone, para analizarlos luego como si
se tratara de cuestionarios. Por ello hay que intentar sacar la máxima
información relevante de nuestros datos.
Piaget nunca se ocupó con detalle del asunto del análisis y los trabajos sobre
el método clínico tampoco suelen hablar de ello. La razón se encuentra posible-
mente en que no existe un procedimiento general y en que depende mucho de
nuestros objetivos. El análisis de los datos es específico de cada asunto y por ello
tendremos que limitamos a hacer observaciones muy generales, que se
complementarán en los dos capítulos siguientes con estudios sobre problemas
más específicos.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 168
permitirá realizarlo con más facilidad, pero sin que podamos transferir el método
de análisis que empleamos anteriormente a los datos que tenemos ahora delante
porque tendrán muchas particularidades que son nuevas.
Nuestros datos consisten en una enorme masa de respuestas, a veces muy
distintas entre sí, pero en otros casos semejantes, aunque no idénticas. Una de las
decisiones que tenemos que tomar se refiere a cuándo las podemos tratar como
semejantes y cuándo contienen diferencias que son de interés y debemos
considerarlas como diferentes. En una palabra, tenemos que imponer un orden,
establecer categorías. Un problema es, entonces, decidir qué consideramos
semejante y qué diferente.
Otro problema radica en que dentro de la variedad de las respuestas hay
algunos asuntos que pueden ser más importantes que otros, aspectos que tienen
que ver con nuestras hipótesis iniciales o que son relevantes en relación con las
concepciones generales de los sujetos de esa edad. Se trata de conservar en
nuestro análisis la mayor cantidad de cosas que nos han dicho los sujetos, pues
para eso hemos realizado esas entrevistas abiertas que les han permitido
explicamos lo que piensan. Pero sus explicaciones irán acompañadas de muchas
observaciones coyunturales y de una enorme cantidad de información sobre
muchos aspectos, algunos de los cuales pueden tener escasa relación con nuestro
objeto de estudio, por lo que podremos eliminarlos sin dificultad. Hay otra
información que puede parecernos interesante o no, pero eso sólo podemos
decidirlo basándonos en nuestros objetivos y nuestras hipótesis y tras haber
comparado las respuestas de unos sujetos y otros.
Por ejemplo, si estamos estudiando la fabricación del dinero, podemos
observar que algunos sujetos se refieren a que el dinero tiene que tener unas
marcas determinadas (marcas de agua, etc.) y una numeración determinada o
pueden referirse a que cualquiera no puede fabricar dinero si no tiene la máquina
adecuada. Sólo podemos considerar esa información relevante en función de
nuestras hipótesis acerca de los diversos tipos de explicaciones que van dando
los sujetos y de nuestros objetivos. Las marcas y números pueden entenderse
como algo exterior y aparente o relacionarse con que se trata de poner todo tipo
de obstáculos a la fabricación del dinero, cuyo monopolio tiene el Estado.
Nuestros objetivos y el curso de las explicaciones nos permitirán decidir si es
una información que debemos considerar importante o que debemos desechar
por su carácter anecdótico.
Respecto a practicar una profesión, los sujetos hablan de que para entrar a
desempeñar un trabajo sólo hace falta preguntar si necesitan a alguien o tener la
ropa adecuada. Puede parecer una pura anécdota, pero, si observamos que esa
respuesta aparece sistemáticamente respecto a determinadas profesiones, no
debemos descartada. Efectivamente, se observa que los niños pequeños, que
tienden a explicar los fenómenos mediante rasgos aparentes y fácilmente
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 170
El establecimiento de categorías
Nuevo análisis de las Niveles de respuestas. Tenemos que procurar que los tipos de
entrevistas para establecer respuestas no se superpongan entre si,
la sucesión de los tipos de se diferencien claramente y no sean
respuestas. ambiguos.
Redacción de los resultados Redacción del informe. Los resultados del trabajo se presentan
de nuestro trabajo. por escrito, se comparan con las
hipótesis y con trabajos anteriores y se
discuten.
Ésta es una presentación ideal de las fases del trabajo, que sólo tiene la función de ofrecer algunas
orientaciones. En la práctica puede alterarse el orden, seguir otros pasos o reunir o separar algunas de
las actividades mencionadas.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 174
explícitas que dan los sujetos, tal vez no lleguemos al fondo de su pensamiento
y, además, eso nos llevaría a tener un gran número de categorías.37-
Por ejemplo, si preguntamos por las características de ricos y pobres (de lo
que hablaremos más en detalle al final de este capítulo), puede aparecer un sinfín
de descripciones por parte de los sujetos que hacen referencia al aspecto físico, al
vestido, a la cara, a tener joyas, al dinero, a la forma de hablar, de comportarse,
etc. Probablemente necesitamos agrupar esas respuestas en un menor número de
categorías para poder analizarlas y comparar los sujetos de distintas edades.
Podemos reunir, entonces, sus descripciones respecto al vestido, al aspecto
físico, a las posesiones, a los rasgos psicológicos, etc. Pero, aun así, pueden ser
demasiadas categorías y tendremos que tratar de reducirlas de acuerdo con el
sentido que esperamos encontrar y tendremos que establecer, como si dijéramos,
categorías de categorías o al menos categorías de tipos de respuestas. Aquí la
comparación con sujetos de otras edades puede resultar muy provechosa. Por
ejemplo, podemos observar que los rasgos externos y más visibles van
desapareciendo con la edad y van dejando paso a otros rasgos de tipo más
interno, como puede ser la manera de hablar o de comportarse, los gustos, los
intereses, los hábitos, etc.
Por ello, puede decirse que las categorías de análisis muy apegadas a lo que el
sujeto dice conducen a un tipo de organización de los datos excesivamente
analítico en el que se pierden la coherencia y la organización general de las
respuestas de los sujetos, es decir, su representación sobre el problema del que
nos ocupamos. Esto no quiere decir que tengamos que despreciar la
categorización de las respuestas en distintos tipos, sino que tenemos que hacerlo
en relación con las ideas generales y tratar de ir más allá de las categorías que
aparecen a primera vista. Tenemos que tratar de encontrar detrás de las palabras
que emplean formas de organizar la realidad, lo cual puede llevamos a considerar
que algunas de las categorías que aparecen con formulaciones distintas puedan
ser tomadas como una sola o que varias formulaciones muy próximas encubran
ideas diferentes.
Por ello podemos decir que el análisis de los datos obtenidos mediante el
método clínico puede hacerse con distintos niveles de profundidad. Podemos
hacer un análisis como los que se realizan con los cuestionarios, en el cual
establecemos una serie de categorías para clasificar las respuestas de los sujetos
sobre los aspectos básicos de la entrevista y prescindimos de lo demás. Pero eso
nos hará perder una parte de la información que tal vez sea lo más novedoso de
nuestro estudio.
37
Precisamente lo que nos interesa estudiar es cómo van cambiando las concepciones de los niños sobre fenómenos
sociales. Por ello podemos comprobar que términos como ‘familia’, ‘Dios’, ‘trabajo’ ‘dinero’, ‘ganar’, etc. tienen
significados muy distintos en las diferentes edades. La comprensión de esos términos está relacionada con sus
concepciones sobre esas parcelas de la realidad social.
175 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Pero no sólo los datos pueden ser la fuente de nuestras formas de describir la
evolución de las explicaciones de los sujetos, sino que podemos encontrar otra
fuente de inspiración que nos sirva de contraste en los conceptos que utiliza la
disciplina científica que se ocupa de nuestro campo de estudio.38 Esto está claro
38
Esto es lo que señalan acertadamente Castorina, Lenzi y Femández (I989. pág. 141) cuando escriben que la elaboración
de categorías se puede hacer a partir de: «a) La elaboración empírica derivada de las respuestas de los niños durante la
entrevista clínica y b) la información conceptual constituida por el conocimiento del que dispone el investigador acerca
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 176
del objeto de conocimiento. de los problemas epistemológicos que han orientado su formulación y de ciertos supuestos
básicos de la teoría psicogenética».
39
A veces esas semejanzas son sorprendentes, aunque no deben hacernos pensar que la ontogénesis reproduce la
filogénesis, una vieja idea hoy abandonada. Nosotros mismos hemos encontrado paralelismos entre concepciones
infantiles acerca de la luz y la visión con concepciones mantenidas por los filósofos griegos (Delval, 1985). Pero no es
éste el lugar para que nos extendamos en este asunto.
177 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
acerca de cómo cambian y de cuáles son los factores que contribuyen a ello, sería
óptimo, pero eso generalmente resulta mucho más difícil de hacer y no siempre
está a nuestro alcance, pues se exige, además, un tipo de investigación mucho
más amplio. Pero, en todo caso, debe ser un ideal que debemos tener presente,
aunque no podamos llegar a él.
Pero lo que es de poca utilidad es encontramos con trabajos que están llenos de
tablas, de análisis de varianza, de significación de diferencias, pero realizados
sobre categorías de escaso interés. Muchas veces terminamos de leer esos
trabajos y nos quedamos sin saber cuáles son las ideas de los sujetos en las
diferentes edades sobre el fenómeno y cómo van evolucionando.
El análisis estadístico es una herramienta útil de trabajo, pero, como toda
herramienta, su valor dependerá de cómo la empleemos. No nos va a evitar tener
que hacer el trabajo de análisis teórico para esclarecer cómo se organizan las
ideas que sirven a los sujetos para explicar el fenómeno, cómo coordinan entre
ellos los elementos de su explicación. La estadística no nos va a evitar el trabajo
de pensar, pero sí nos permitirá comprobar si las diferencias que pensamos haber
encontrado son consistentes o se deben al azar.
El siguiente apartado trata de descubrir cuáles son las razones por las que la
sociedad está distribuida de esa manera, es decir, por qué hay ricos y pobres y si
se trata de una situación permanente o podría llegar a cambiarse en el futuro.
Luego tratamos de descubrir si existe algún medio para que no haya gente
pobre y cuáles serían las maneras de conseguirlo, así como de quién sería la
responsabilidad y quién podría hacerlo. Esto nos informa de las posibilidades de
cambios sociales.
Pasamos después a interrogar sobre los impuestos, como una forma de
redistribución de la riqueza, para ver si los sujetos tienen alguna noción sobre
este asunto.
Finalmente tratamos de descubrir la diferencia entre países pobres y países
ricos y la situación de los individuos en esos países.
Recordamos que una de nuestras entrevistas está reproducida en el capítulo 5,
págs. 132-139. Vamos a referimos ahora, fundamentalmente, a la parte relativa a
la movilidad social.
Cuando empezamos a analizar nuestros datos observamos que había decenas
de respuestas distintas, algunas que presentaban similitudes entre ellas y otras
que no. Los sujetos proponían procedimientos para llegar a ser rico muy
variados, entre los que se encontraban «dando billetes buenos», «comprando
cosas», «yendo al Banco», «encontrándose dinero», «que te toque la lotería»,
«heredando dinero», «ahorrando», «estudiando», «robando», «engañando»,
«vendiendo droga», «teniendo suerte», «trabajando», «siendo ambicioso»,
«esforzándose», «teniendo buenas aptitudes», «haciendo negocios», «con buenas
oportunidades», ocupando cargos políticos, aprovechándose o explotando a los
demás, siendo hijo de rico y muchas más que sería demasiado largo enumerar,
pues además cada sujeto podía referirse a varios procedimientos. Además, vale la
pena señalar que algunos sujetos pequeños negaban la posibilidad de que hubiera
cambios, pues los que nacían pobres eran pobres y los ricos se mantenían como
tales. 40
más tienen debían ayudar a los que tienen menos. Aquí se observaba una
evolución con la edad que resultaba más clara.
Esto nos puso sobre la pista de que deberíamos ponernos a buscar diferentes
tipos de concepciones acerca de cómo se producía la movilidad social. Tras
nuevos análisis de todos los protocolos y de nuevos sujetos que habíamos
entrevistado, nos pareció que podían encontrarse varios niveles de respuestas que
representaban distintas concepciones acerca de la organización y la movilidad
social. Estas concepciones parecían ir sucediéndose, como si se tratara de
distintos niveles o estadios. Había un primer nivel, en el que se incluían niños de
edades de entre 6 y 10-11 años aproximadamente, un segundo nivel
predominante entre sujetos de 10-11 y 13-14 años y un tercer nivel a partir de los
14 años. (Delval, 1992; Delval y Padilla, 1999.)
Centrándonos especialmente en la idea de la movilidad social observamos que
los más pequeños tenían una concepción muy limitada y en cierto modo
contradictoria, pero con unas contradicciones que el niño no es capaz de ver. Por
una parte uno nace y se queda como ha nacido, pero, por otra parte, uno se puede
hacer rico o se puede hacer pobre en un instante porque sale a la calle y se
encuentra con un monedero, con un trabajo y ya se hace uno rico o pierde su
monedero y se hace pobre. Los cambios son bruscos, súbitos, a veces producto
del azar. También aparece la idea de que el trabajo es algo importante para
conseguir dinero, pero, curiosamente, en la idea de trabajo que tienen los niños
lo importante es trabajar mucho: los que trabajan mucho son los que ganan
mucho dinero, los que trabajan poco son los que ganan poco dinero, pero sin
tener en cuenta en qué trabajan. Un niño nos explicaba que un albañil gana poco
dinero y un ingeniero gana más porque el albañil empieza a trabajar a las 10 y
termina a las 17 h, mientras que el ingeniero entra a las 8 y está trabajando hasta
las 9 de la noche. Él sabía, posiblemente por informaciones que le han llegado,
que un ingeniero gana más que un albañil, pero, por otra parte, como no
diferencia la cualidad de los trabajos, lo tenía que explicar apoyándose en las
horas que trabajaba cada uno de ellos.
Así pues, para los niños de este nivel el trabajo es un elemento esencial para
el cambio de nivel social, pero no influyen otros elementos –no influyen los
estudios y la preparación, no influye el tipo de trabajo que se haga–, sino que
sólo se considera la cantidad de trabajo que se realiza.
En el segundo nivel ya aparece la idea de buen trabajo y de un proceso que
comienza por estudiar en un colegio bueno. La idea que transmiten estos niños es
que hay dos vías para situarse socialmente: la buena y la mala. Si uno se pone en
el buen camino y empieza a hacer las cosas bien, ya sigue encarrilado y llega al
triunfo social y a una buena posición económica; si uno va por el mal camino,
que es no trabajar, no obedecer, no hacer las cosas, entonces no llega a ninguna
parte. Hay una diferencia con los niños anteriores porque en estos niños aparece
ya la idea de un proceso: hay una serie de pasos para hacerse rico, pero son
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 184
todavía muy automáticos, de tal modo que, una vez iniciado el camino, se va a
llegar necesariamente.
Aparece una diferenciación clara de los tipos de trabajo: hay trabajos buenos y
trabajos malos y no depende únicamente de la cantidad de trabajo, sino de la
cualidad.
Finalmente, los sujetos que situamos en el tercer nivel nos dan otro tipo de
respuestas. Mencionan que hay que considerar las consecuencias de la propia
acción y las distintas alternativas que se presentan y elegir entre ellas. Tienen en
cuenta no sólo la propia acción, sino también el entorno o algo que podríamos
considerar como una concepción del sistema social. Esto podría relacionarse con
el pensamiento hipotético deductivo tal y como lo describen Inhelder y Piaget
(1955), es decir, hay que concebir un conjunto de posibilidades, situarse dentro
de esas posibilidades y elegir el camino que más conviene. Ya no hay un solo
camino para el triunfo social, sino que hay diferentes caminos y uno puede irse
encontrando obstáculos continuamente. No se trata de situarse en el buen
camino, sino que hay que estar en cada momento haciendo evaluaciones de las
alternativas que se presentan arriesgándose en muchos casos. Hay una
concepción de un proceso con distintos elementos que tienen relaciones entre sí.
Resumiendo las ideas que se van formando respecto a la movilidad social,
puede decirse que en un primer nivel (véase el cuadro) se habla de cambios
Súbitos y poco realistas, cambios producidos por el azar o por el trabajo, que
sólo se considera de una manera cuantitativa, mientras que los estratos
económicos son poco permanentes. Las diferencias entre ricos y pobres son
únicamente diferencias de dinero, no diferencias de educación, de formas de
conducta, de formas de vida, de todo un conjunto de factores que sí consideran
los sujetos mayores. Las diferencias se pueden manifestar también en la
apariencia física, la cual es muy importante, pero los rasgos siempre son muy
extremos y externos: los ricos van con joyas, con coronas, con abrigos de pieles,
mientras que los pobres van vestidos con harapos, viven en la calle, no tienen
absolutamente nada, son mendigos.
En el segundo nivel los cambios se producen de una manera natural: cuando
uno empieza a ir por el buen camino, ya sigue por él, pero el niño empieza a
entender que esos cambios son procesos temporales que se demoran algún
tiempo, que no son procesos instantáneos y que las relaciones sociales no son
únicamente relaciones entre individuos, sino que son relaciones
institucionalizadas. El trabajo es la forma fundamental de alcanzar la riqueza,
pero en aquellos trabajos que son buenos, como en profesiones liberales o en
actividades que tienen relación con el dinero (como la de banquero).
Finalmente, en el tercer nivel podríamos hablar de cambios posibles, de un
mundo de posibilidades hipotéticas en el cual el niño entiende las relaciones
entre diversos sistemas.
Por ejemplo, los niños más pequeños (del primer nivel) piensan que para
resolver el problema de los pobres hay que darles dinero, ofrecerles una limosna,
practicar la caridad. Los niños del nivel intermedio ven también la caridad como
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 186
una solución, pero empiezan a ver limitaciones porque se dan cuenta de que hay
muchos pobres y de que no se trataría de dar individualmente, sino de que el
gobierno –en España, el rey; en México, el presidente–, tendría que decir a los
ricos que dieran dinero a los pobres de una manera general. En cambio, los
chicos del tercer nivel niegan la posibilidad de que dar dinero sea una solución y
hablan de dar trabajo o de dar educación, pero dar trabajo tiene sus limitaciones
porque es necesario crear ese trabajo. El trabajo no es algo que sea abundante,
como piensan los pequeños, sino que es necesario disponer de los puestos de
trabajo y eso implica ya la intervención de muchos elementos sociales, dentro de
una concepción mucho más rica, que es la que llegan a formar estos chicos
mayores acerca de los fenómenos sociales. Todavía son ingenuos en muchas
cosas y no entienden muchos aspectos del funcionamiento social, pero son
capaces de empezar a ver la realidad social con toda la dificultad que supone
encontrar soluciones a estos problemas.
Para llegar a este tipo de análisis tuvimos que ir y volver muchas veces entre
los protocolos y nuestras hipótesis en un trabajo lento de elaboración y
reelaboración y, naturalmente, tuvimos también en cuenta lo que sabemos sobre
el desarrollo de otros conceptos sociales y no sociales. Puede pensarse que
utilizar esos niveles más generales supone no basarse tan directamente en el
detalle de las respuestas, lo que conlleva que se pierdan muchas informaciones
concretas. Hay también una mayor labor de inferencia. Sin duda es así, pero lo
que nos parece es que hay que partir de estas concepciones generales para poder
estudiar el detalle de los datos y que esto hay que hacerlo poniendo en relación el
problema que nos ocupa con las concepciones acerca de otros conceptos
próximos, como el de dinero o trabajo, y teniendo en cuenta la capacidad de
comprensión de los cambios temporales. La prueba de que este tipo de análisis
funciona debe realizarse examinando si la totalidad, o al menos la gran mayoría,
de los sujetos puede incluirse en esos niveles sin demasiada ambigüedad (pues
siempre hay algún sujeto que plantea dudas sobre cómo situarlo) y una prueba
excelente consiste en examinar más sujetos y ver si también con ellos podemos
realizar la misma clasificación. Una vez dispongamos de este tipo de análisis,
podemos empezar a hacer análisis cuantitativos que tengan sentido, pues ya no se
tratará de categorías elaboradas muy directamente a partir de la forma verbal de
las respuestas, sino de las concepciones generales subyacentes que los sujetos
defienden. Además, este tipo de análisis nos permite comprender mejor las
concepciones de los sujetos y su evolución sin perdemos en tablas de porcentajes
en las que no se ve ninguna línea de progreso. (En el capítulo 9 examinaremos
más en detalle la utilidad y la posibilidad de recurrir a niveles de desarrollo.)
187 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
dinero, pero agregando otros elementos que incluyen este proceso dentro de un
conjunto amplio de relaciones en las que mencionan las de producción y el papel
específico del Banco Central como responsable de la emisión y el control
monetario.
41
Hemos expuesto con mucho más detalle la evolución de estas ideas en Delval y Denegri (en preparación).
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 190
Con los ejemplos anteriores hemos querido mostrar que en nuestra tarea de
análisis de los datos debemos procurar encontrar categorías que estén basadas en
criterios teóricos y que se debe tratar de mostrar los progresos en la
conceptualización del problema. Frecuentemente, los progresos en la explicación
de un fenómeno no se deben al hecho de encontrar nuevos factores, sino,
fundamentalmente, a la forma de organizar, de relacionar y de hacer
interaccionar esos factores entre sí, que se ven como formando parte de un
sistema organizado.
Vamos a pasar a continuación a examinar cómo han ido cambiando los
estudios de un fenómeno y cómo se ha ido avanzando en su explicación,
centrándonos en el problema de la ganancia.
191 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
42
Puede encontrarse un resumen de esos primeros trabajos en Delval (1989). Un trabajo curioso es el que realizó Ovide
Decroly, que hemos citado en el capítulo 2. Recordemos que Decroly recogió observaciones sobre diversos aspectos de la
comprensión de nociones económicas en una niña entre los 3; 1 años y los 6; 10 mediante observaciones esporádicas. En
ellas, muestra cómo la niña se va planteando preguntas sobre el valor las monedas, el proceso de compraventa, la relación
entre trabajo y dinero o el origen del dinero. Decroly era consciente de las limitaciones de su estudio y al final propone
realizar «exámenes clínicos, como preconiza Piaget» (Decroly, 1929).
193 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
43
Anselm Leonard Strauss (nacido en 1916) se había formado como sociólogo y ha escrito sobre variadísimos asuntos en
el ámbito de la sociología y de la psicología social, especialmente sobre sociología médica, sobre ocupaciones y
profesiones y sobre sociología urbana, pero también sobre G. H. Mead, considerado uno de los fundadores de la
psicología social, y sobre cuestiones metodológicas.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 194
Por fin los niños se dan cuenta de que los tenderos venden por más dinero de
lo que compran; esto es justo porque están de acuerdo. El tendero se merece las
44
Hemos editado este texto de Strauss (1952, pág. 283) reproduciéndolo con las convenciones que usamos en este libro
para la transcripción de las entrevistas, es decir, poniendo en letra redonda las preguntas y en cursiva las respuestas del
niño.
195 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
De esta forma Strauss ha tenido el mérito de recoger por vez primera (en lo
que alcanza nuestro conocimiento) el hecho de que los niños suponen que el
tendero vende al mismo precio que le costaron las mercancías y que no sería
justo hacerlo por más, pero no analiza en detalle el asunto ni le presta más
atención.
Posteriormente, Strauss (1954) recogió en un artículo las conductas de los
sujetos en forma de reglas y allí aparecen también algunos datos referentes a la
ganancia. Por ejemplo, la regla b de la escala 7 dice lo siguiente:
Se permite que el tendero venda las cosas por más de lo que ha pagado
originalmente al dueño de la fábrica, pero no está bien que lo haga, aunque lo
hace. El niño no sabe por qué.
Éstos son, entonces, los primeros registros referentes al hecho de que los
niños no entienden la ganancia como lo hacen los adultos. Pero el asunto no
recibió mayor atención hasta muchos años más tarde.
Kurt Danziger (1958) publicó un estudio sobre concepciones económicas
realizado sobre 41 niños australianos de edades comprendidas entre 5 y 8 años,
en el que estudiaba tres problemas: a) el significado de rico y pobre, b) el uso del
dinero y c) las funciones del jefe.
En la parte referente a la necesidad de llevar dinero a la tienda, menciona que
los niños más pequeños responden en términos morales, señalando simplemente
que es obligatorio llevar dinero a la tienda y que no se pueden comprar cosas sin
dinero. Frente a ellos, algunos sujetos de 8 años «responden puramente en
términos de consideraciones económicas», según Danziger, que lo ejemplifica
así:
«Porque ellos (la gente que vende ropa) ha de comprar nuevamente ropa».
«Así, la gente (de la tienda) puede comprar más cosas para vender.» «Porque las
fábricas trabajan para hacer los alimentos y los dueños de las tiendas tienen que
pagar por ellos.»
Danziger señala además que hay algunos niños que pertenecerían a un estadio
de transición, cuyas réplicas fueron una mezcla de consideraciones morales y
económicas:
«Hemos de pagarles (a los dueños de las tiendas) porque ellos tienen que
reponer la mercancía». «Es muy duro el trabajo para hacerlo y se ha de pagar
por ello.»
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 196
Las respuestas se incluyen dentro de tres tipos que se corresponden con las
anteriores. En el tipo más primitivo, cuando el acto de comprar está gobernado por
consideraciones puramente morales y las funciones económicas del dinero no se
consideran en absoluto, el dinero juega un papel puramente ritual en la compra y
en la venta. El acto del cambio es interpretado por el niño como un intercambio de
dinero entre el que compra y el que vende, lo que acompaña al acto de la compra,
pero sin ninguna conexión intrínseca con dicho acto. La entrega del dinero es, por
tanto, un ritual impuesto moralmente, no un acto con significado económico y
racional.
Pero Danziger, que no parece conocer los trabajos de Strauss, pues no lo cita,
no pregunta por e precio que el vendedor paga por la mercancía y, por tanto, no
se da cuenta de la dificultad para entender la ganancia. Su estudio constituye un
trabajo exploratorio en el que encuentra muchas cosas interesantes, pero no
percibe los problemas que tienen los niños con la idea de ganancia.
Tampoco recoge ningún dato referente a la ganancia Sutton (1962), que
estudia diversos problemas económicos en sujetos de 6 a 13 años. Menciona el
trabajo de Danziger y del artículo de Schuessler y Strauss (1950), pero sus
resultados, que pretenden abordar los problemas económicos desde la
perspectiva de la adquisición de conceptos, sólo recogen una información
anecdótica, sin referencias a los problemas de la ganancia.
En 1970 iniciamos una serie de estudios exploratorios sobre diversos aspectos
del conocimiento social, en panicular sobre las nociones económicas y políticas
(Delval, Soto, Fernández y otros, 1971). Para ello utilizamos el método clínico
partiendo de un cuestionario básico de veinte preguntas que trataba sobre tres
temas principales: a) la distribución del capital (centrado sobre las diferencias
entre ricos y pobres y la movilidad social), b) las relaciones de intercambio y c)
el proceso de producción y, junto con ello, un estudio de las fuentes de riqueza y
de la riqueza de las naciones. Partíamos de las observaciones de Decroly y del
trabajo de Danziger, pero no conocíamos los trabajos de Strauss. Examinamos
100 sujetos de entre 5 y 14 años de edad, pertenecientes a dos medios sociales
diferentes: clase media-alta y clase baja.
En la parte referente a las relaciones de intercambio, nos ocupábamos de
averiguar por qué es necesario llevar dinero a la tienda, qué hace el tendero con
el dinero que recibe y si puede cobrar lo que quiera por las mercancías. La
explicación de esto nos proporciona una visión de cómo concibe el niño el
intercambio de mercancías. Observamos tres niveles de respuestas, de acuerdo
con la complejidad. Para los sujetos del primer nivel, dar dinero en la tienda
constituye un acto ritual que no tiene relación con la adquisición de mercancías.
El comprador da dinero y muchas veces le devuelven más (más papeles o más
monedas, sin tener en cuenta su valor), menos o nada. Incluso algunos niños que
197 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
–¿Qué hace el tendero con el dinero? Pues él sube los precios y da al dueño de
las comidas el dinero y él se queda con lo que ha subido. –¿Quién es el dueño de
las comidas? El de la fábrica. –¿Entonces el tendero compra la comida a la
fábrica? Sí, y la paga cuando ya la ha vendido.
Hans Furth inició, en un artículo publicado en 1976 (junto con Baur y Smith),
una serie de publicaciones sobre las ideas de los niños acerca de la sociedad
(luego seguidas por otras publicaciones: Furth, 1978a, 1978b, 1979 y 1980) que
culminó con su libro de 1980, que constituye un amplio estudio sobre cómo
conciben los niños el mundo social. El trabajo se centra en tres aspectos
principales: la comprensión del dinero, los papeles sociales y la comprensión del
gobierno y la comunidad. Estudiando 195 niños de 5 a 11 años, mediante
entrevistas muy abiertas y poco estructuradas, llega a distinguir cuatro estadios
en la comprensión global de esos fenómenos.
En su primer trabajo de 1976, Furth y sus colaboradores se ocupan sobre todo
de establecer un marco piagetiano para el estudio de las instituciones sociales.
Por ejemplo, refiriéndose a la tienda, los niños consideran que el dinero proviene
de otras actividades o trabajos que realiza el tendero o que proviene del cambio o
la vuelta que se da en la tienda. Muchos niños pequeños sostienen que el tendero
no tiene que pagar por las mercancías, sino que se las dan. No parece que sean
capaces de conectar la idea de compra y la de venta. Aunque el problema de la
ganancia está claramente implícito en muchas de las cosas que estudia Furth, sin
embargo no pregunta directamente por las diferencias entre el precio de compra
y el precio de venta, con lo que el asunto no se manifiesta con claridad. Los
autores escriben:
parecen expresado espontáneamente: «Que ellos pagan una cierta cantidad por
las mercancías que obtienen de grandes compañías y entonces hacen... tienen
que pagar un poquito más por lo que venden... de forma que no les tiene que
pagar el gobierno. Sacan una especie de salario de ese poco más que cobran
cada vez» (sujeto de 10; 10 años).
Finalmente, en el libro de 1980, The world of grown-ups. Children’s
conceptions of society, el problema de la ganancia ocupa un lugar más destacado
y aparece como un criterio específico en su sistema de estadios de la
comprensión del mundo social. Estos estadios (que describimos
fundamentalmente en su relación con la idea de beneficio) son los siguientes:
para mantener la tienda y también el dinero necesario para los gastos personales
del tendero (Furth, 1980, págs. 49-50).
Así pues, a lo largo de sus distintos trabajos, Furth ha ido viendo cada vez más
claramente la importancia de la ganancia en la comprensión del orden
económico, pero creo que no le ha dado el papel fundamental que tiene para
llegar a entender perfectamente el funcionamiento de la economía.
Pero el autor que ha prestado una atención más especial al problema de la
ganancia ha sido Gustav Jahoda, un investigador pionero en el estudio de
muchos problemas referentes al conocimiento de la sociedad desde sus primeros
trabajos sobre percepción de las diferencias sociales (Jahoda, 1953 y 1959), que
fueron seguidos por sus estudios sobre la idea de nación (Jahoda, 1962, 1963a,
1963b, 1964) y sobre el tiempo y la historia (Jahoda, 1963c). Hacia finales de los
setenta, inició una serie de estudios sobre diversos aspectos de las nociones
económicas.
En su primer trabajo de esta serie (Jahoda, 1979), estudió la construcción de
algunos aspectos de la realidad económica en 120 niños de Glasgow, de edades
comprendidas entre los 6 y 12 años, pertenecientes a un medio socioeconómico
bajo: hijos de peones y obreros desempleados, muchos de los cuales recibían
subsidios de desempleo del Estado. 45
El trabajo se realizó utilizando varias técnicas. Con un primer grupo de niños,
se empleó un método consistente en contar a los niños dos historias, de una de
las cuales se le decía al niño que era ‘graciosa’ (funny), y había que determinar la
que lo era. En una historia una persona va a comprar manzanas y el tendero se
las da y recibe el pago. En la otra, se las da al comprador y le da también dinero.
Los niños que no entienden nada del intercambio no encuentran graciosa
ninguna historia, mientras que los más avanzados ven que en la segunda hay un
error.
Otra técnica consistía en simular la situación de la tienda, proponiendo que el
niño desempeñara el papel de tendero y varios experimentadores hacían de
compradores y proveedores. El objetivo era estudiar la comprensión de la
ganancia como diferencia entre el precio de venta y el de compra. Cuando una
mercancía se agotaba, el niño tenía que llamar al proveedor y pagarle con una
imitación de dinero. El precio de venta había quedado definido en las ventas
anteriores. Sólo la tercera parte de los chicos de 11-12 años comprendió que el
tendero tenía que comprar las cosas más baratas del precio al que las vendía. Se
consideró que los sujetos que daban un precio de compra menor que el de venta
45
Jahoda se refiere explícitamente al primer trabajo de Furth, Baur y Smith (1976), en el que, como acabamos de señalar,
las referencias a la ganancia eran todavía confusas. Por otra parte, Furth, en su libro de 1980 (pág. 12), hace una referencia
incidental al trabajo de Jahoda, pero sin citar su artículo de 1979, ya publicado. Hay que señalar también que en d libro de
Furth no aparece como una entrada en el índice analítico la noción de ganancia o beneficio (profit), lo que posiblemente
indica que no la considera esencial.
201 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
tenían adquirida la noción de ganancia, los que daban uno igual o mayor no la
tenían adquirida y los que oscilaban entre precios mayores y menores se
colocaron en un estadio de transición, de tal manera que se establecieron tres
estadios y sólo un tercio del grupo de 11-12 años tenía adquirida la noción.
Finalmente, una tercera parte del estudio se realizó mediante entrevistas
abiertas en las que se exploraba la utilización del dinero por el tendero, la noción
de ganancia, de dónde viene el dinero para pagar, si se paga a los empleados de
la tienda y con qué dinero, si el dueño de la tienda hace un trabajo y si obtiene
dinero.
Jahoda hace una interpretación de los progresos del niño en términos de la
comprensión de diversos ‘sistemas’: el sistema del beneficio, el sistema del
trabajo y el sistema del Banco y estableciendo conexiones entre ellos.
Inicialmente, los niños no entienden ningún sistema: al final del día no hay
dinero en la tienda, pues se ha usado para dar el cambio o se utiliza para darlo a
los pobres. Tampoco creen esos niños (de entre 6 y 8 años) que vender sea un
trabajo.
Posteriormente, los niños entienden que el tendero tiene que pagar por lo que
vende, pero paga lo mismo que lo que cobra. Por otra parte, piensan que el
dinero para el tendero o los empleados proviene de otro lado: del Banco o de
otro trabajo. Hay, por tanto, dos sistemas, pero desconectados.
Finalmente, a partir de los 10 años los niños empiezan a tomar conciencia de
la diferencia entre el precio de venta y el de compra y de que los vendedores
obtienen dinero de ello. Hasta entonces la función del dueño de la tienda no era
entendida. En este momento ya hay dos sistemas integrados.
En un trabajo posterior (Jahoda, 1981), abordó la función del Banco,
considerado otro sistema socioeconómico, pero basado en el mismo principio de
la ganancia. Se estudiaron un total de 96 sujetos, de 12, 14 y 16 años,
pertenecientes a dos tipos de escuela: una de clase media y otra de clase baja (8
chicos y 8 chicas por cada grupo de edad y tipo de escuda). El método consistió
en una entrevista abierta.
económica. Todos los sujetos de 13-14 años, más de la mitad de los de 10-11 y
sólo la quinta parte de los de 8-9 años alcanzan ese último nivel.
Berti y Bombi también estudian otros muchos problemas económicos, como
el origen del dinero, de dónde sale el dinero para pagar a los obreros de la Fiat,
las nociones de rico y pobre y las funciones del Banco y los medios de
producción y la idea de propiedad. En el problema de la formación de los precios
es donde se plantea d asunto de la ganancia. En un nivel 0 no hay comprensión
de la compra-venta. En el nivel 1, el tendero no compra, bien porque fabrica él
mismo la mercancía o porque se la dan. En el nivel 2, los precios son iguales en
la fábrica y en la tienda o mayores en la fábrica. En el nivel 3, los precios son
menores en la fábrica y son decididos por el tendero, el niño reconstruye el
precio en la fábrica a partir del de la tienda. Finalmente, en el nivel 4, los sujetos
también creen que el precio en la fábrica es menor que en la tienda, pero además
tienen una visión más global de todo d proceso.
En posteriores trabajos, las autoras italianas han elaborado sus niveles sobre la
comprensión del concepto de ganancia y han establecido los siguientes (Berti y
Beni, 1988; Berti, 1992):
1. El precio al por mayor y el precio al por menor son iguales. Los niños
justifican esta respuesta señalando que lo que el tendero paga es el precio justo
de los artículos. Están convencidos de que el dinero obtenido de este modo es
suficiente para los gastos personales y para volver a abastecer la tienda.
2. El precio puede cambiar. Los niños manifiestan que el tendero puede
cambiar los precios: puede reducirlos o aumentarlos, en el primer caso para
atraer más clientes y en el segundo para ganar más dinero. En todos los casos
obtiene suficiente dinero para todos sus gastos.
3. Los tenderos sólo ganan cuando aumentan los precios (pero sólo lo hacen
a veces). Los niños manifiestan que el tendero vende alternativamente a precios
iguales o mayores, de acuerdo con la necesidad: a un precio igual cuando
«quiere recuperar lo que ha gastado», a un precio mayor cuando no tiene
bastante dinero como resultado del primer procedimiento.
4. Los tenderos siempre aumentan los precios. Los niños manifiestan que los
tenderos siempre aumentan los precios con el fin de obtener un beneficio.
En uno de esos trabajos, Berti y Beni (1988) analizan los requisitos lógicos y
de memoria para entender el concepto de ganancia. Se estudia un aspecto
importante que es el de los cómputos y la relación del precio al por mayor y al
por menor. Se observa que sólo los sujetos que son capaces de establecer
comparaciones entre el costo y el beneficio han adquirido la idea de ganancia.
Esto parece indicar que la posibilidad de realizar los cómputos es un requisito
necesario, pero no suficiente, para entender la ganancia.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 204
Se trata de un buen análisis que tiene en cuenta lo esencial del problema y que
proporciona bastante luz para explicar las dificultades que se encuentran al
explicar la ganancia.
Nuestras Investigaciones
46
En la versión publicada de este trabajo (Berti y Beni, 1988), se mencionan igualmente estas tres dificultades, pero en
nuestra opinión se analizan con menos claridad.
205 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Por esta razón, Gerardo Echeíta inició en 1983 un estudio sobre diversas
nociones económicas, entre ellas la de ganancia. Los sujetos, examinados en
1982-1983, fueron 198 escolares de l° a 5° de E.G.B. (Enseñanza General
Básica, nombre de la etapa de enseñanza obligatoria de 6 a 14 años en ese
momento) de clase media y media-alta que asistían a un colegio público en la
zona norte de Madrid, muchos de cuyos padres tenían profesiones liberales. El
75% de los padres de los que se conoció la profesión tenía estudios superiores.
Había, aproximadamente, el mismo número de niños que de niñas. La edad de
los sujetos oscilaba entre los 5; 11 años y los 10; 11. Había 43 sujetos de 6 años
(en realidad 5 de ellos todavía no habían cumplido los 6 años), 37 de 7, 45 de 8,
40 de 9 y 23 de 10. 47
A los más pequeños se les empezaba preguntando por el reconocimiento de
las monedas y se les planteaban algunas preguntas referentes a las equivalencias
de unas monedas y otras. Se hacían también algunas preguntas referentes al
cambio. Después se formulaban las siguientes preguntas básicas:
47
El estudio constituyó la tesis doctoral de Gerardo Echeíta, realizada bajo mi dirección (Echeíta, 1985), que ha sido
publicada con modificaciones (Echeíta, 1988). Ahí se pueden encontrar muchos más datos sobre este estudio, que es más
amplio, pues trataba de ver también en qué medida el conflicto socio-cognitivo, en el sentido de Doise y Mugny, provoca
un avance en el nivel de conocimiento de los sujetos.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 206
Los del nivel I consideran dinero ganado por el vendedor todo el dinero que
éste recibe por vender en la tienda. Para estos niños, ‘ganar’ dinero en la tienda
es sinónimo de recibir dinero como tal y ésta es una situación independiente de
cualquier otra consideración económica. Cuando el de la tienda tiene que
comprar algo en la fábrica, dicho producto costará igual allí, o incluso más, de lo
que cuesta en la tienda. Normalmente, si afirman que es por lo mismo, aluden a
que es el mismo objeto y, por lo tanto, tiene que costar lo mismo. Cuando
mantienen que en la fábrica costará más que en la tienda, siempre dicen que «es
más difícil hacerlo que venderlo». Cuando el de la tienda vende el objeto en
cuestión, costará lo mismo o incluso menos de lo que costó en la fábrica.
Para los sujetos que se encuentran en el nivel II, el vendedor puede vender
sus productos por más dinero de lo que le costaron a él, pero subir los precios de
coste no es un proceso lógicamente necesario, sino, de alguna forma, voluntario.
Es más fácil ganar dinero vendiendo más cosas a menor precio de lo que
costaban en la fábrica que vendiendo menos cosas a mayor precio. Para estos
sujetos, se gana dinero mientras esté circulando y vaya de la mano del
comprador a la del fabricante, deteniéndose en algún momento en la del tendero.
En el nivel III, el vendedor siempre compra los productos más baratos de lo
que luego los vende, siendo la diferencia entre ambos precios el dinero que gana
como resultado de su trabajo y el que utiliza para ahorrar o ampliar el negocio.
La idea de ganancia se convierte definitivamente en un principio lógicamente
necesario, sin el cual comprar y vender resultaría, como dicen algunos niños,
una «pérdida de tiempo». (Echeíta, 1988, págs. 189-193.)
De acuerdo con estos criterios, los sujetos se distribuyeron de la siguiente
manera:
sujetos encontraban para entender la idea de ganancia y esto es lo que nos llevó
a realizar un nuevo análisis, centrándonos sobre todo en esas dificultades
(Delval yEcheíta, 1991).
Fuimos examinando las concepciones que consideran la venta como una labor
social, en la que el tendero realiza un trabajo por el que no obtiene beneficios; el
dinero necesario para vivir lo puede obtener en otro trabajo. También
consideramos las diferentes razones mediante las que se justifica que a las
fábricas se les pague más, cómo surge la necesidad lógica de la ganancia o las
dificultades que se encuentran para explicar las rebajas.
Observamos que la idea que mantienen muchos niños referente a que las cosas
tienen un precio determinado tiene un correlato en ideas que se han mantenido a
lo largo de la historia del pensamiento económico y ha sido elaborada sobre todo
en los escritos económicos de los filósofos escolásticos, incluyendo a Santo
Tomás de Aquino. La teoría del ‘justo precio’ aparece elaborada en sus formas
más sutiles por los escolásticos tardíos, como los jesuitas del siglo XVI y, entre
ellos, por Luis de Molina (1535-1600). Molina, refiriéndose a la fijación de un
precio por primera vez, señala que «su justo precio se debe juzgar y establecer
por el criterio de los prudentes, teniendo en cuenta la calidad del mismo, su
utilidad, su escasez o abundancia, las dificultades, gastos y peligros que supuso
trasladarlo a la provincia, etc. Deberá tenerse en cuenta, además, que la novedad
lo hace ser más apreciado» (Molina, 1597, trad. casto de 1981, págs. 173-174).48
Varios de estos factores aparecen también mencionados en las respuestas de los
sujetos, pero requeriría un estudio más pormenorizado examinar detenidamente
la teoría del valor en los niños.
Sin realizar un análisis en términos de niveles, pues nos pareció que no
siempre era fácil situar las respuestas de un sujeto en un nivel determinado y que
éstas tenían una mayor complejidad de lo que se recogía en los niveles que
habíamos usado anteriormente, propusimos agrupar las dificultades en dos tipos:
las de tipo cognitivo y las de tipo socio-moral, que tendrían las siguientes
características, siempre teniendo en cuenta que operan conjuntamente:
48
Como señala Schumpeter (1954, pág. 138), la teoría de Molina tiene ya una considerable sofisticación que anticipa
incluso posiciones muy posteriores propias del liberalismo.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 208
1a. Centración sobre un aspecto que destaca con olvido de los restantes.
Éste es uno de los problemas frecuentes: el niño se concentra en uno de los
aspectos de la transacción y olvida los otros. Por ejemplo, puede resultarle difícil
ver al vendedor al mismo tiempo como comprador y, sobre todo cuando se
centra sobre el proceso de venta, olvida las peculiaridades de la compra.
Algunos aspectos llamativos del fenómeno pueden contribuir a interpretarlo
mal. Por ejemplo, los niños señalan que el tendero tiene que pagar más porque se
lo traen a la tienda y entonces el fabricante tiene que gastar en gasolina. En
cambio el comprador va él mismo a la tienda. Este aspecto tiene relación con el
que vamos a considerar a continuación.
lb. Problemas con los cómputos. Los niños no dominan todavía las
operaciones aritméticas necesarias para entender el proceso de compraventa,
pero, sobre todo, no son capaces de aplicar esos conocimientos al caso concreto
que se les plantea. Algunos de ellos no consiguen disociar el precio por unidad y
el precio al por mayor y señalan que el tendero paga más porque compra
muchos, sin darse cuenta de que puede perfectamente pagar menos por cada uno
de ellos.
En relación con lo anterior está una explicación curiosa para defender que el
tendero tiene que pagar más y es que se atribuye al fabricante el mayor trabajo,
el de hacer las cosas, mientras que el tendero sólo las vende, por lo que tiene que
cobrar menos. Lo notable de esta explicación, que pone de manifiesto la
incapacidad sintética del niño, es que considera cada acto aislado de los restantes
y no puede verlos todos conectados. Está considerando que el precio que pone el
tendero sólo refleja su esfuerzo, olvidándose del trabajo anterior del fabricante,
del que lo transporta y lo distribuye a las tiendas, etc. Los adultos sabemos que el
coste total es el resultado de la adición de una serie de costes parciales, pero e!
niño no es capaz de adicionarlos, sino que considera cada uno de ellos
independiente de los otros y piensa que el del fabricante es mayor que el del
vendedor y que, por tanto, el precio del fabricante debe ser mayor que el del
tendero.
es que esos niños adquieren antes la idea de que el niño vendedor tiene que
cobrar más por el producto que vende de lo que le costó para poder ganar algo.
Pero hay varios hechos sorprendentes. Primero, no todos los sujetos lo saben y
algunos dan el mismo precio. Esto podría deberse a que ellos mismos no
adquieren la mercancía y no conocen el precio de compra, pero no deja de ser
llamativa esta ignorancia respecto a una actividad en la que están directamente
implicados. Esa falta de interés resultaría bastante notable, pero quizá sea debida
a que en su sistema explicativo les parece tan natural vender al mismo precio
que no se plantean otra posibilidad. Segundo, las explicaciones de algunos
sujetos (que dan ya un precio mayor para el vendedor) muestran que no
entienden la idea de ganancia, aunque saben que tienen que cobrar más.
Recurren, entonces, a explicaciones basadas en el tamaño de los refrescos o en la
compra por cajas, que son sorprendentemente semejantes a las de nuestros niños
madrileños (Delval y Echeíta, 1991) o a las de los sujetos italianos de Berti y
Bombi (1981a). Tercero, algunos de los que justifican la razón del precio de
venta mayor dudan de que el proveedor cobre más, lo que pondría de manifiesto
que han aprendido una explicación, pero que no la generalizan a las ventas en el
resto de la actividad económica y que, en definitiva, no han comprendido la
mecánica social del intercambio de mercancías. Si no son capaces de generalizar
las explicaciones a situaciones que son semejantes a las suyas, no puede decirse
que tengan una comprensión del proceso. Por todo ello, parecería que hay
obstáculos cognitivos que se oponen a una comprensión más temprana.
De esto podemos concluir que es cierto que hay pequeñas diferencias de edad
entre unos grupos de sujetos y otros respecto al momento en que ya son capaces
de explicar que el tendero tiene que vender a un precio mayor al que compra y
que los sujetos vendedores, que tienen experiencia directa, parece que adquieren
más tempranamente la noción de ganancia. Pero, curiosamente, los tipos de
explicaciones erróneas que dan los niños vendedores mexicanos que hemos
entrevistado y los españoles no vendedores son enormemente parecidos. Resulta
sorprendente esa semejanza en las explicaciones de sujetos que pertenecen a
diferentes medios y, leyendo transcripciones de entrevistas de otros autores con
niños de otros países, parece que son copias de niños que hemos entrevistado,
incluso en detalles que podrían parecer puras anécdotas.
Nuevas Investigaciones
En una larga conversación con Gustav Jahoda, en 1992, propiciada por que
participamos juntos en una sesión de un congreso en el que se trataron estos
asuntos, estuvimos discutiendo si algunas diferencias en los resultados de
distintos estudios, principalmente referentes a la edad, podrían deberse a
diferencias en la forma de la entrevista. En efecto, diferentes autores han
211 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
PAPELERIA
– ¿Al señor de la fábrica (almacén, etc.) le cuesta algo hacer los lápices?
– ¿Qué le cuesta?
– ¿A cuánto lo vende?
– ¿Lo vende por más, menos o igual de lo que le costó?
– ¿Para qué crees que usa (qué hace, en qué emplea) el señor de la tienda el dinero
que recibe?
FRUTERIA
ZAPATERIA
– Los señores de una zapatería venden unas zapatillas por 2.000 ptas. ¿Cuánto les
han costado a ellos?
– ¿Tú crees que ganan dinero? ¿Cuánto?
– ¿ De dónde sacan las zapatillas que venden?
– ¿Cuánto le cuesta al señor que lo hace? [Qué es lo que cuesta.]
– ¿Tú crees que las zapatillas se podrían poner de oferta?
– ¿A cuánto se venderían?
– En ese caso, ¿seguirían ganando?
– ¿Las podrían vender por 1.500 ptas. (menos del precio de coste)?
– ¿Por qué (sí o no)?
– ¿Las podrían vender por más? ¿Cuánto ganarían?
FIESTA
– Unos niños quieren hacer una fiesta para sacar dinero para un viaje. Venden una
Coca-cola a 100 ptas. ¿A cuánto crees que la compran?
– ¿Dónde la compran?
– ¿Ganan para el viaje? ¿Cuánto?
– Al señor de la tienda (bar, almacén) donde la compraron ¿cuánto le costó?
– ¿Por qué?
– ¿y al que las hace? ¿Qué es lo que le cuesta?
– Los niños compran chicles a 5 ptas. ¿A cuánto crees que los venden?
– ¿Por qué? ¿Ganan dinero? ¿Cuánto?
– ¿Qué les conviene más: vender más caro o más barato?
– ¿Siempre que se vende, se cobra igual, menos o más de lo que costó?
213 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
CONTRASUGERENCIA
– El otro día un niño me decía que, si el señor de la zapatería compraba zapatillas a
1.500 ptas. y las vendía a 2.000, sólo ganaba 500 ptas. ¿Tú crees que tenía razón?
¿Por qué?
Principios o reglas
Los sujetos funcionan en sus explicaciones con una serie de principios, que a
veces aparecen simultáneamente y que pueden contradecirse entre sí:
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 214
7. Regla de mercado. El vendedor tiene que vender por encima del precio de
coste, pero lo suficientemente barato para que la gente no vaya a comprar a otros
lugares donde encuentre los productos a un precio más bajo.
determinado por reglas. Parece que los sujetos ni siquiera entienden claramente
nuestras preguntas.
Los elementos fundamentales que intervienen son mercancías y dinero.
– Se empieza a intuir que conviene vender por más del precio de coste para
ganar más, pero sin que haya ninguna necesidad.
– Para fijar los precios se tienen en cuenta no sólo los gastos del vendedor,
sino también las necesidades del comprador. El vendedor no lo pone más caro
porque no quiere ganar mucho.
9
LA UTILIZACIÓN DE ESTADIOS
Pero esto nos lleva a un problema más general en el análisis de los resultados
de la investigación, un problema que, aunque está relacionado con el análisis de
datos, lo trasciende. Se trata de saber si cada asunto que estudiamos debe ser
descrito con categorías específicas para ese problema y diferentes de las que
aplicamos para estudiar otros temas relacionados o si podemos encontrar
categorías más generales.
En algunos estudios sobre diferentes aspectos del conocimiento social,
observamos que cada problema que se estudia da lugar a categorías distintas. Un
ejemplo es el trabajo realizado por Berti y Bombi 0981a), que, aunque hablan al
principio de su libro de estadios generales de desarrollo (que son los de Piaget),
luego se sirven de niveles de explicación diferentes para cada problema que van
estudiando. Hoy nos encontramos con muchos estudios sobre el conocimiento de
la sociedad, pero, generalmente, cada uno de ellos emplea unos niveles distintos
y lo que nos podemos plantear es si podrían existir algunas categorías más
generales.
En las páginas anteriores ya hemos tenido ocasión de exponer las formas de
organizar los datos de varios autores. Recordaremos algunas de ellas y
añadiremos otras.
Anselm L. Strauss (1952) (véase también Schuessler y Strauss, 1950; Strauss
y Schuessler, 1951 y Strauss, 1954; yel capítulo anterior) estudió a 66 niños de
entre 4; 6 años y 11; 6 años en relación con sus concepciones económicas.
Strauss divide a sus sujetos en nueve estadios, de los que vamos a citar algunos
como ejemplo. En el primero (5; 4 años de edad media), los sujetos empiezan a
diferenciar las monedas y a ver la relación que existe entre el dinero y comprar.
El tendero sólo vende y nunca compra y piensan que, a su vez, el dinero se
compra. En el tercer estadio (6; 3 años), se empieza a formar una idea de la
relación matemática entre el dinero y el valor y comienza a entenderse el cambio,
pero el niño no entiende todavía el papel del fabricante. En el quinto estadio (7;
10 años), comprende ya perfectamente el cambio y que el fabricante tiene que
pagar a sus obreros y la materia prima. En el séptimo estadio (8; 9 años), se
entiende que el tendero paga a sus empleados y a sí mismo y se comienza a
vislumbrar que el tendero tiene que vender más caro de lo que compra, aunque al
mismo tiempo se rechaza esta idea. En el octavo estadio (9; 9 años), los niños
admiten que el tendero obtiene beneficios y que las relaciones mercantiles son
impersonales, pero tanto en este estadio como en el siguiente (11; 12 años) no
entienden aún la existencia de varios intermediarios entre el fabricante y el
tendero.
El trabajo de Strauss da cuenta con bastante detalle de diversos aspectos de la
comprensión del dinero, aunque no siempre están claras las razones por las que
establece sus estadios y resulta confuso distinguir tantos en un período de tiempo
221 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
de poco más de seis años. En otro artículo (Strauss, 1954), analiza los datos
anteriores tratando de inferir las reglas que regulan la conducta de los sujetos en
los distintos estadios. Estas reglas expresan las conceptualizaciones que el niño
hace de la moneda y de las relaciones existentes entre los compradores, tenderos,
empleados de los tenderos, fabricantes y empleados de los fabricantes. Así, por
ejemplo, una regla del primer estadio sería: «Se necesita dinero para comprar, no
se pueden coger las cosas sin pagar. La razón es simplemente que no se puede o,
si no se paga, le meten a uno en la cárcel. Pero no se da ninguna razón excepto
que se debe». Una regla del tercer estadio diría: «A los empleados del tendero les
pagan por su trabajo, en parte el comprador que les da dinero, y en parte el
tendero». Una regla del séptimo estadio dice: «El propietario de la fábrica no
vende directamente al comprador porque la fábrica está demasiado lejos del
comprador». Una regla del noveno estadio dice: «El tendero puede a veces
engañar a sus compradores al darles el cambio porque desea hacerse rico».
Aunque las reglas puedan ser dudosas y su generación algo gratuita, sin
embargo, este trabajo tiene considerable interés, sobre todo si tenemos en cuenta
la época en la que se realizó. Tratar de expresar el conocimiento del sujeto
mediante las reglas que éste aplica a las situaciones constituye, en alguna
medida, una anticipación del enfoque del procesamiento de la información con el
que se trabaja en la actualidad, pero realizado mucho antes de que este tipo de
enfoque empezara a utilizarse ampliamente dentro de la psicología.
Strauss señala que las reglas se van volviendo más complejas con la edad y
van haciendo intervenir a un mayor número de individuos. Según él, para
comprender esas reglas el niño debe aprender a tener en cuenta simultáneamente
y de forma sistemática un número creciente de perspectivas y debe alejarse de su
propia perspectiva inmediata.
Kurt Danziger (1958) estudió las primeras concepciones sobre las relaciones
económicas en una investigación sobre 41 niños australianos de entre 5 y 8 años
de edad y llegó al establecimiento de los cuatro estadios siguientes:
confusión. En realidad, no es que el niño confunda las cosas, sino que lo que está
tratando de hacer, por el contrario, es distinguir lo que parece igual. Connell
introduce la idea de lo que denomina ‘the task pool’, que se podría traducir de
una manera relativamente literal como ‘el depósito (o el conglomerado) de las
tareas’ y de una manera más figurada como ‘el magma primigenio’. Define el
‘task pool’ como «el conjunto de concepciones de acciones políticas que un niño
de esa edad crea reuniendo (pooling) detalles de varias fuentes diferentes» (pág.
25). Las actividades políticas se reúnen, se atribuyen a personas diferentes y se
confunden las funciones de personas distintas, como la reina, el presidente, el
primer ministro, etcétera.
3. El siguiente estadio es el de la construcción del orden político, que alcanza
su punto más importante alrededor de los 10-11 años. Las tareas ya no aparecen
todas juntas, sino que se dividen y surge la jerarquía entre las distintas figuras
políticas. Se empiezan a entender las relaciones múltiples entre los actores
políticos. Al mismo tiempo, se empieza a comprender también el conflicto.
Connell rechaza la idea, sostenida por autores como Hess y Torney (967), de que
el conflicto está ausente en las concepciones de los niños. Según Connell, el
conflicto está muy presente, aparece ya en los cuentos, y la guerra es algo común
en el lenguaje de los niños. Pero lo que no entienden son las bases del conflicto,
el conflicto político, el conflicto sobre posturas. Empezar a comprender ese
conflicto permite entender los partidos políticos y su papel.
4. El pensamiento ideológico caracterizaría el cuarto estadio, en el que se
usan términos políticos abstractos y se conciben las sociedades y las políticas
como totalidades. La política empieza a verse como el sistema complejo que es.
49
No estamos entendiendo el término ‘dominio’ en un sentido técnico, sino simplemente como una parcela del
conocimiento que se acostumbra a diferenciar. No podemos entrar a discutir ahora en qué consisten los distintos dominios
del conocimiento ni cómo se pueden diferenciar, pero podemos anticipar que, en nuestra opinión, cada dominio se
caracteriza por algunas propiedades ontológicas propias, que son las que lo distinguen de otros dominios.
225 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
diferente de cada problema que por los rasgos generales de las explicaciones de
los niños sobre el mundo social.
Lo que vamos a discutir en este capítulo es si las representaciones que se
forman acerca de distintos aspectos del funcionamiento del mundo social tienen
un conjunto de rasgos comunes (aunque naturalmente adopten una forma
determinada en cada asunto que estudiamos) o si, por el contrario, pueden
encontrarse semejanzas entre los distintos dominios que implican una misma
manera de abordar las explicaciones. La mayor parte de los trabajos se ha
centrado en lo específico de cada dominio, pero creo que resulta interesante
centrarse en los rasgos comunes. Lo que estoy defendiendo es que los sujetos van
formando concepciones del mundo que aplican a los diferentes dominios. ¿Son
propias de los sujetos o son una construcción del investigador? En definitiva,
esas diferentes concepciones se comportarían como estadios por los que los
sujetos van pasando. Esto es lo que vamos a discutir.
Diferentes autores han utilizado ‘tipologías’ para describir las formas de
pensamiento. Entre ellos, podemos citar a Dilthey (1911), Spranger (1914), Jung
(1921) o Goldmann (1955, 1959) y también podríamos mencionar las
aportaciones del antropólogo francés Lévy-Bruhl y su teoría de la ‘mentalidad
primitiva’ (que mencionábamos en el capítulo 3). Se trataría de hacer una
tipología de las ‘concepciones del mundo’. Muy influyente ha sido la posición de
Max Weber y su utilización de los ‘tipos ideales’. Los tipos ideales o puros son
modelos que sirven para explicar la acción real, que está influida por todo tipo de
irracionalidades, que serían como desviaciones de la acción racional (Weber,
1922, pág. 7). En los tipos ideales se exageran las distinciones para alcanzar la
claridad conceptual.
¿Sería posible establecer rasgos comunes en las explicaciones que los sujetos
dan del mundo social que irían cambiando con la edad? Para examinar este
asunto conviene que nos detengamos en analizar la noción de estadio.
50
Efectivamente, si las observamos de cerca, lo que podemos comprobar es que esas estructuras tienen un estatus poco
claro porque Piaget las sitúa en la mente del individuo, pero están ya en él objeto de conocimiento. Los desplazamientos
en el espacio tienen una estructura de grupo en sentido matemático y lo mismo puede decirse del conjunto de los números,
de las dieciséis operaciones proposicionales, etc. Entonces, su estatus no queda claro, pues no sabemos si son propiedades
que el sujeto impone a la realidad o que descubre en ésta.
51
Se encuentra una exposición en muchos libros de Piaget y en casi todos los manuales de psicología del desarrollo. Para
una exposición de conjunto, véase Piaget e Inhdder (1966a). En mi libro (Delval, 1994a) también se describen
extensamente.
227 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Lo que nosotros queremos plantear ahora es algo mucho más limitado: se trata
de examinar si resulta posible encontrar estadios cuando estudiamos el
conocimiento de la sociedad, si podemos utilizar esos estadios descritos por
Piaget y empleados por otros muchos autores o si existirían otros. Vamos a
entender los estadios de una forma menos exigente. Nuestro primer requisito es
que el orden de sucesión de los estadios sea constante, es decir, que no se puedan
alcanzar los estadios superiores sin haber pasado por los inferiores. En segundo
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 228
lugar, los estadios deben aplicarse a una multiplicidad de problemas del mundo
social. En tercer lugar, lo que va a caracterizar esos estadios es la existencia de
una serie de supuestos comunes y de formas de explicación semejantes.
La hipótesis que proponemos es que, cuando pedimos a sujetos de distintas
edades explicaciones acerca del funcionamiento de la sociedad, encontramos
concepciones del mundo subyacentes que les sirven para organizar esas
explicaciones. Esto se manifiesta a través de una serie de rasgos comunes en la
forma de explicar cómo está organizada la sociedad que constituyen el hilo
conductor de esas explicaciones. Por eso podemos caracterizados como
concepciones del mundo. Esas concepciones se manifiestan a través de los
dominios y son coherentes. Además, cambian en las distintas edades.
El desarrollo se nos presenta como un proceso continuo, al menos si se mira
de una manera macroscópica, aunque quizá si se mira en sus más pequeños
detalles, en los pequeños avances, es decir, de una manera microscópica, podría
verse como uno discontinuo. Pero, cuando tenemos que describir cómo tiene
lugar el desarrollo de los sujetos de un determinado rango de edades, no resulta
apropiado tratado de una manera continua: nos perderíamos en los pequeños
progresos, casi imperceptibles, que tienen lugar en algunos aspectos, mientras
que otros no varían. Por ello, en psicología se suelen introducir estadios, etapas o
niveles, mediante los cuales describir los aspectos más importantes de los
progresos que los sujetos realizan. Esos estadios son cortes que el investigador
introduce. Pero, muy probablemente, si vemos el desarrollo como un proceso de
equilibrios y desequilibrios, puedan observarse períodos de un cierto equilibrio,
que dan paso a un nuevo desequilibrio que anuncia un nuevo estadio. Así, el
progreso del desarrollo puede describirse como una escalera, en la que los tramos
de unión entre los escalones y los escalones mismos no son horizontales, sino
que tienen una cierta inclinación.
Hay que tener bien presente que los estadios, o cortes en el desarrollo, los
pone el psicólogo para dar cuenta de los datos de acuerdo con sus intereses. Pero,
naturalmente, tienen que tener una correspondencia en la realidad y dar cuenta de
los cambios observables. Pero los estadios son siempre ‘tipos ideales’,
abstracciones que no se dan en los sujetos concretos de una manera perfecta.
Ningún sujeto está de una manera completa en un estadio si éstos son
suficientemente amplios. Para presentar las características de un estadio solemos
tomar como modelo a un sujeto que presenta el máximo de rasgos
correspondientes a ese nivel, un sujeto típico. Pero incluso estos sujetos pueden
proporcionar algunas respuestas que no encajan perfectamente en el perfIl del
estadio. Como, además, el progreso es continuo, lo más probable es que la
mayoría de los sujetos no sean ejemplos paradigmáticos de ese estadio, sino que
muchos de ellos se encuentren en un momento de transición: o acaban de pasar
del nivel anterior o empiezan a plantearse problemas que anticipan el nivel
siguiente.
229 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
El primer estadio
La primera forma de entender la realidad social, que se extiende hasta los 10-
11 años (téngase en cuenta que las edades son sólo aproximadas), se caracteriza
por que los sujetos basan sus explicaciones en los aspectos más visibles de la
situación, los que pueden observarse a través de la percepción, y no tienen en
cuenta procesos ocultos que deban ser inferidos. Los pobres son reconocidos por
su aspecto físico y los ricos tienen su dinero en la cartera o en una caja; se puede
pasar de pobre a rico encontrando dinero en la calle. Las mejores profesiones son
aquellas en las que se ayuda a los otros. No existen propiamente derechos de los
niños porque los adultos se ocupan convenientemente de ellos y hacen todo lo
necesario para su bienestar; si los padres u otras personas impiden a los niños
hacer algo que les corresponde, lo único que puede hacerse es hablar con ellos y
tratar de convencerles o, si no, aguantarse.
En ese nivel son poco sensibles a la existencia de conflictos, pues tienden a
centrarse en un solo aspecto de la situación en cada momento. Si reconocen la
existencia de un conflicto (por ejemplo, unos padres que no quieren que su hijo
vaya a la escuela en contra de los deseos del niño), no ven soluciones posibles,
como no sea dar alternativamente la razón a unos o a otro. No se reconoce la
existencia de relaciones propiamente sociales, sino que las relaciones son
personales y, por ejemplo, el maestro ayuda a los niños porque los quiere y
quiere que estén bien y aprendan. De esta forma, los conflictos sólo se pueden
resolver mediante la buena voluntad de las partes.
Las explicaciones de este primer estadio parecen estar determinadas por una
serie de características que determinan desde qué perspectivas se considera la
realidad social. Algunas de esas características son específicas del conocimiento
social, mientras que otras se manifiestan igualmente en las explicaciones sobre
233 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
La ausencia de procesos
Parece suponerse en las explicaciones que las acciones que los individuos
realizan están dirigidas ante todo por sus deseos, sin que se tengan presentes las
restricciones de la realidad. Para desempeñar una profesión hay que desear
tenerla. El tendero vende las cosas más baratas o más caras, con independencia
del precio de coste, porque quiere ganar más o menos.
Pero, curiosamente, la acción de los adultos, que parece estar gobernada por
sus deseos, en realidad se desenvuelve siempre dentro de normas no explícitas
que indican lo que se debe hacer. Cada uno desempeña la función que tiene
encomendada y parece que existen unas restricciones invisibles que los adultos
no van a traspasar. Las personas trabajan porque les gusta trabajar y eso es
independiente de la remuneración, aunque los niños de este nivel señalen que se
gana dinero trabajando. El tendero vende porque le gusta vender y el maestro
enseña porque le gusta enseñar a los niños. El maestro puede mandar a los niños
lo que quiera, pero nunca les ordenará hacer cosas que no se deban hacer o que
queden fuera del ámbito de su competencia.
Este papel que se atribuye al deseo podría estar ligado a una omnipotencia
infantil en la que no se tienen en cuenta las restricciones que la realidad impone.
Lo que sucede en la realidad se debe, frecuentemente, a la acción de los sujetos.
Así, en el problema de la explicación de las oscilaciones del péndulo, que
estudiaban Inhelder y Piaget (1955), los sujetos pequeños se referían
principalmente a las acciones del propio sujeto (el impulso, el lugar en el que se
situaba el péndulo) más que a las propiedades del dispositivo.
235 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Relaciones personales
Lo anterior tiene una relación estrecha con la idea de que las personas actúan
siempre haciendo lo que deben. Puesto que las acciones son entre personas y no
entre papeles, las normas morales están presentes en la mayoría de las situaciones
y de las relaciones. Por eso solemos encontrar referencias morales en la mayor
parte de las situaciones. Lo que se hace está determinado por lo que se debe
hacer y lo que es bueno y malo constituye un componente básico de las
explicaciones. Así, los tenderos no suben el precio de las mercancías porque
deben cobrar lo justo, en beneficio de los compradores. El maestro puede poner
en la clase cualquier norma, pero sólo pondrá las normas adecuadas, las normas
que debe poner, él sabe perfectamente cuáles son. Pero conviene tener presente
que se trata de una moral de la obligación, de una moral que es esencialmente
heterónoma, con normas que se imponen desde fuera.
La abundancia
Otro rasgo interesante de las ideas infantiles en este estadio, que no aparece
por igual en todos los problemas, pero que está implícita en muchas
explicaciones, es que no existe la escasez o no se piensa en ella. En las tiendas se
puede obtener lo que resulta necesario, el dinero se puede obtener en el Banco o
mediante una tarjeta. Los pobres lo son porque no saben dónde está el Banco o
viven en un lugar donde no hay bancos. No considerar la escasez supone una
seria limitación para entender las relaciones económicas, ya que la
administración de la escasez es un componente fundamental de la actividad
económica. Pero también tiene efectos en otros campos, pues se aplica
igualmente al mundo del trabajo o de las relaciones de poder. El mundo que se
representan los pequeños es un mundo feliz en el que las cosas no sólo están bien
organizadas, sino que también son abundantes.
La ausencia de conflictos
siempre lo que hay que hacer y cada uno desempeña la tarea que tiene
encomendada de la mejor forma posible.
Somos conscientes de que esta descripción de los rasgos que tienen las
explicaciones es demasiado simple y de que, además, esos rasgos no aparecen
aislados, sino que se relacionan estrechamente entre sí, como ha podido
apreciarse en nuestras descripciones y en los ejemplos que proporcionamos.
Podrían añadirse otros rasgos que quizá sean también importantes, aunque
creemos que los que hemos mencionado están entre los más evidentes. Pero un
tratamiento más extenso nos alejaría de nuestros objetivos actuales y requeriría
dedicarle un espacio mucho mayor. Sólo tratamos de proporcionar algunos
dementos para que se entienda nuestra propuesta de estadios.
Segundo estadio
Los avances que se producen hacia el final del primer estadio suponen, en
muchos casos, la negación de algunas de las características con las que se había
venido concibiendo el mundo social y, en cierto modo, constituyen una inversión
de esos rasgos anteriores. Creo que se trata de cambios muy importantes, que
empiezan a aproximar la concepción del niño respecto a las que sostienen
muchos adultos.
En este segundo estadio, que se extiende por término medio entre los 10-11
años y los 13-14, los sujetos empiezan a tener en cuenta aspectos no visibles de
las situaciones, procesos que deben inferirse a partir de la información de la que
se dispone, pero que no se perciben directamente. Los procesos incluyen una
duración temporal, es decir, se desarrollan en un período más o menos largo.
Aparece la distinción entre las rdaciones personales y las sociales o
institucionalizadas: el vendedor no es un amigo que nos proporciona las cosas
que necesitamos, sino alguien que desempeña una función social y que vive de
eso; el maestro se ocupa del aprendizaje de los niños y de ayudarlos porque ésa
es su función. En la misma línea, la asistencia del niño al colegio no. es un deseo
de los padres, sino que está prescrita por una norma social.
Se perciben más claramente los conflictos, aunque lo más frecuente es que no
sea posible encontrar todavía soluciones satisfactorias por la dificultad de
considerar aceptables distintos puntos de vista. Los sujetos empiezan a evaluar
las normas con sus propios criterios e incluso a criticarlas.
Frente a un mundo de apariencias, los sujetos empiezan a tener en
consideración fenómenos no visibles, aspectos ocultos, con lo que no puede uno
atenerse sólo a las evidencias. No es un mundo solamente de estados, sino
también de transformaciones.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 238
son conflictos ligados a intereses para conseguir algo que es escaso y que no está
al alcance de todos.
Como acabamos de decir, otra idea importante es que los cambios son
procesos que tienen una serie de etapas y que se dilatan en el tiempo.
Posiblemente, se puede establecer una relación entre esta idea y la de
conservación. Entender la transformación supone que hay algo que cambia en la
situación, pero por otras cosas que permanecen, que existen invariantes. Pero esa
transformación se va haciendo mediante una serie de pasos. Algunos autores que
estudian los cambios a través del tiempo, como Montangero (1996), muestran
que sólo partir de los 11 años de edad se empiezan a entender esos procesos
diacrónicos y se es capaz de entender las fases intermedias entre el estado inicial
y el estado final.
Como se empiezan a entender las restricciones que tiene la realidad, el deseo
pierde la importancia que tenía anteriormente. El niño se hace mucho menos
omnipotente porque empieza a conocer cómo es la realidad y la necesidad de
someterse a ella para poder transformarla. Para el pequeño basta con querer las
cosas, mientras que los sujetos de edad empiezan a darse cuenta de que se tienen
que poner los medios necesarios para alcanzar un fin, teniendo en cuenta las
propiedades de la realidad que son independientes de nuestra acción. Sólo así se
puede tratar de moldear la realidad de acuerdo con nuestras necesidades.
Se han logrado grandes progresos, pero ese mundo del preadolescente todavía
está muy restringido al mundo que conoce. Los sujetos han realizado unos
enormes progresos en su capacidad de lectura de la experiencia, de ver las cosas
como son, pero todavía les queda un largo camino que recorrer para encontrar los
principios que rigen la realidad y aceptar que las cosas que suceden están
dirigidas y subordinadas a esos principios. Su capacidad para describir lo que ven
ha mejorado mucho, pero las explicaciones de por qué sucede así y si las cosas
podrían ser de otra manera son todavía muy rudimentarias.
Tercer estadio
Uno de los rasgos más claros es que los sujetos intentan encontrar una coherencia
en las cosas y abordan directamente los conflictos. La solución de esas
situaciones problemáticas se ve en relación con el establecimiento de cesiones
por parte de los actores sociales, de compromisos entre una posición y otra, que
permite llegar a acuerdos en los que cada parte cede algo de sus derechos (Furth
y McConville, 1981). Las reglas se aplican de una manera mucho más flexible y
se pueden establecer también compromisos entre ellas. Los sujetos se vuelven
críticos con el orden social existente, emiten juicios sobre lo que está bien y lo
que no está bien y proponen soluciones alternativas.
Manejando los diferentes principios que se han ido estableciendo, se logran
construir mundos posibles, de los cuales lo real no es más que una parte. Esto es
semejante a lo que Inhelder y Piaget (1955) describieron como característico del
pensamiento formal. Es necesario combinar los principios entre sí y
jerarquizarlos, puesto que unos son más importantes que los otros. Las
restricciones no sólo son personales, sino también sociales.
El mundo de los adolescentes es, entonces, de una riqueza incomparablemente
superior al de los niños, porque son capaces de analizar las cosas desde muchos
puntos de vista, experimentar con el pensamiento para crear mundos posibles y
examinar esos mundos posibles para ver si podrían funcionar si no son
cóntradictorios. Pero esto permite hacer más cosas, pues permite pensar en la
posibilidad de cambiar el mundo y de ver nuestra acción como una fuerza
transformadora. Los adolescentes atribuyen un gran papel a la voluntad, pero ésta
no tiene nada que ver con el deseo, pues la voluntad consiste, precisamente, en la
toma de conciencia de las dificultades que existen para alcanzar un estado o una
meta y la acción del sujeto tiene que dirigirse a tratar de salvar los obstáculos, de
los que es perfectamente consciente. Mientras que los pequeños ignoraban la
resistencia de la realidad y pensaban que el deseo basta para conseguir lo que se
pretende, los adolescentes tienen muy presentes los obstáculos y la voluntad es lo
que proporciona la constancia necesaria al individuo para ir superándolos poco a
poco. Tal vez la falta de experiencia no les permita todavía entender el mundo
social de una manera completa y sigan conservando parte de la omnipotencia
infantil, pero son mucho más conscientes de que el deseo no es, suficiente.
Aparecen las ideologías, diferentes visiones del mundo, que pueden competir
entre sí, y se opta por una de ellas de acuerdo con un sistema general de valores.
Podemos inclinamos por una sociedad en la que existan pocas desigualdades o
por una en la que éstas sean mayores para premiar de forma diferenciada el
esfuerzo. Eso supone una opción personal. Por eso las explicaciones de los
sujetos se diversifican mucho más respecto a las opciones que se deben tomar
desde el punto de vista social.
241 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
|¿Estadios o niveles?
mundo físico, pero sin que seamos capaces de explicar de forma inequívoca por
qué el mundo social resulta más complejo de entender.
El problema de los subniveles o subestadios tampoco es fácil de resolver. En
los trabajos que hemos realizado no siempre es fácil distinguir con precisión
subestadios y éstos dependen dd asunto del que se trate. Por eso, de momento nos
contentamos con defender la existencia de esos tres niveles. Quizá donde parece
más fácil establecer la distinción entre dos subniveles es en el primer estadio, en
el que las respuestas de los más pequeños tienen un carácter tan concreto y
anecdótico que permite clasificadas más fácilmente en un estadio 1a, dejando
para el 1b las respuestas que han abandonado las anécdotas y las explicaciones
inverosímiles. Pero en los siguientes estadios esa distinción resulta más difícil.
No hemos podido entrar en las páginas que anteceden en todos los problemas
que plantea la existencia de esos estadios sobre el conocimiento social. También
es preciso realizar muchas más investigaciones sobre otros dominios o
subdominios del conocimiento sobre la sociedad para determinar si en ellos se
encuentran también los mismos estadios. Pero aquí lo único que pretendíamos
era ofrecer algunas ideas sobre tendencias generales que se encuentran en las
explicaciones y que nos parece que pueden resultar útiles como posibles
instrumentos para el análisis de los resultados.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 244
245 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
10
A lo largo de este recorrido por los variados asuntos que nos han ocupado
hasta ahora, hemos podido darnos cuenta de las dificultades que presenta el
método clínico, precisamente por su carácter de método abierto, pero también se
han podido percibir sus posibilidades, debidas igualmente a su naturaleza
flexible. Ningún otro método nos permite adentramos con tanta facilidad en los
vericuetos por los que deambula el pensamiento humano. En su esencia, es un
método completamente natural e intuitivo, pues ¿qué mejor procedimiento
podemos seguir para averiguar lo que alguien piensa que hablar con él, plantearle
problemas y ver cómo los resuelve? Su novedad está en que trata de sistematizar
esa práctica natural, ayudando a crear situaciones que nos informen sobre cómo
se piensa.
El subjetivismo
APÉNDICE.
LA PRESENTACIÓN DE UN INFORME Y UNA TESIS
El informe
52
Se puede encontrar también abundante información en varias páginas de Internet. Por ejemplo, se puede buscar en
ladirección:http://www.lib.csubak.edu/Dave/psyc/apaman.htm1.
253 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
53
No pretendemos en este capítulo dar indicaciones detalladas sobre cómo hacer la tesis, asunto sobre el que existe un
cierto número de publicaciones, como el libro del conocido escritor italiano Umberto Eco (1977) o el de Ibáñez Brambila
(1990). Aquí sólo se ofrecen en forma telegráfica algunos consejos, que suelo dar a mis estudiantes, y unas indicaciones
más detalladas sobre cómo hacer las referencias bibliográficas.
׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS 254
Planteamiento inicial:
Estudio principal:
– Introducción.
– Método:
Sujetos.
Procedimiento.
– Resultados.
– Discusión.
– Conclusiones.
Referencias.
ellos para no atribuimos lo que no nos pertenece. Si nos inspiramos en las ideas
de otro o reproducimos parte de lo que dice, conviene que dejemos constancia de
ello, pues lo contrario es lo que se considera un plagio (que el diccionario define
como copia en lo sustancial de obras ajenas, dándolas como propias).
Los trabajos antiguos solían colocar las referencias a otras obras en notas a pie
de página, pero esto hace la lectura pesada y se ha ido imponiendo cada vez más
la costumbre, difundida por los norteamericanos, de situar las referencias.dentro
del texto, indicando el autor, la fecha de edición de la obra y, si nos interesa, la
página. Un ejemplo, que ha aparecido varias veces a lo largo de este trabajo sería
«Piaget (1926a, pág. 23)», que indica que nos estamos refiriendo al libro de
Piaget publicado en 1926, en este caso La representación del mundo en el niño, y
en concreto a la página 23. Esa referencia remite a la bibliografía o lista de
referencias que se debe incluir al final del trabajo y en donde aparecen los datos
completos de ese libro. Las notas a pie de página o al final se reservan para
comentarios más extensos que no es esencial que aparezcan dentro del texto.
La forma de presentar los datos bibliográficos se realiza de una manera
estándar que conviene conocer y seguir, pues facilita mucho el trabajo. En los
trabajos de psicología se tiende a imponer cada vez más las normas de la
American Psychological Association (APA) (1994), que mencionábamos en la
pág. 252 y que son las que principalmente seguiremos aquí, con mínimas
variaciones.
El orden básico en que se presentan los datos es el siguiente: apellido del
autor, iniciales del o los nombres, año de publicación entre paréntesis, título del
trabajo y lugar de publicación. Pero estos datos básicos difieren según se trate de
un libro o un artículo de revista o un artículo que forma parte de un libro. Vamos
a referimos a cada caso.
Libros
54
Aunque en la mayoría de los libros y revistas en lengua inglesa se separa la ciudad y la editorial con dos puntos, en
algunas editoriales en castellano (y en otros idiomas) prefieren separados con una coma. Las revistas de psicología en
castellano suelen utilizar también los dos puntos. Nosotros hemos utilizado esta última convención, que nos parece que se
terminará imponiendo.
257 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
Bruner, J. S., Jolly, A. y Silva, K. (Eds.) (1976) Play: Its role in development and
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Reuchlin, M. (1969) Les méthodes en psychologie. París: Presses Universitaires de
France. Trad. cast. de J. Hernández: Los métodos en psicología. Barcelona: A.
Redondo, 1970.
no sabríamos a qué obra nos estamos refiriendo, mientras que cualquier persona
familiarizada con los trabajos de Piaget sabe a qué libro nos referimos cuando
indicamos Piaget (1932).
Cuando se trata de libros anteriores a la aparición de la imprenta, no se indica
la fecha del libro, basta con el autor o el título, como en los ejemplos siguientes:
Artículos
Berti, A. E. Y Bombi, A. S. (1981) The development of the concept of money and its
value: A longitudinal study. Child Development, 52, 1179-1182.
Detrás del título se indica la referencia completa del libro en que se encuentra
y al final las páginas precedidas de ‘págs.’ (o ‘pp.’), como abreviatura de
259 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS
páginas. Las iniciales del nombre del compilador (Comp.) o editor (Ed.) se
colocan delante del apellido: M. J. Rodriga, y no Rodriga, M. J.
Materiales no publicados
Piaget, J. (1932)
Piaget, J. (1953)
Piaget, J. (1970)
Piaget, J. y García, R. (1987)
Piaget, J., Grize, J. B., Szeminska, A. y Vinh Bang (1968)
Piaget, J. e Inhelder, B. (1941)
Piaget, J. e Inhelder, B. (1966)
Piaget, J., Inhelder, B. y Szeminska, A. (1948)
Piaget, J., Sinclair, H. y Vinh Bang (1968)
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51.
Tran-Thong (1967). Stades et concept de stade de développement de l’enfant dans la
psychologie contemporaine. París: Vrin. Trad. casto de J. A. Carranza y J. M. Serrano:
Los estadios del niño en la psicología evolutiva. Los sistemas de Piaget, Wallon, Cesell y
Freud. Madrid: Pablo del Río, 1981.
Objetividad, 32
Objetivos Rasmussen, Vilhelm, 249
de la entrevista, 122, 168 y sigs. Rayner, Rosalind, 115
Reconstrucción racional, 229
Reese, Hayne W., 50
279 ׀DESCUBRIR EL PENSAMIENTO DE LOS NIÑOS