Formas Tecnicas
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NATIVAS
Sobre la recolección:
El recolector debe estar familiarizado con técnicas de recolección apropiadas y contar con
herramientas de trabajo adecuada como tijeras, sierras y machetes.
Cuando se extra raíz no se debe desenterrar la raíz principal, menos cortarse. Se deben
recolectar las raíces laterales.
Cundo se extrae corteza no debe anillarse el árbol, sólo sacarse tiras longitudinales a un
solo lado del árbol.
Si se sacan hojas debe dejar al menos el 50% de la planta.
Debe mantener herramientas en buen estado, libre de óxido, bien afiladas y limpias, sin
restos de aceites ni lubricantes al momento de cortar.
Debe eliminar en el sitio las partes de la planta que no son necesarias y ahí también
eliminar restos de tierra.
Se debe guardar el material recolectado en recipientes limpios y aireados, que no contengan
resto de colectas anteriores.
Si se colecta más de una especie, guardar cada una por separado.
Debe tener conocimiento del momento más apropiado para la colecta y la forma de ejercer
menos presión sobre los ejemplares de interés a colectar.
No debe colectar las especies con un bajo nivel de abundancia.
La colecta de las ramas se debe realizar en la época apropiada, que generalmente
corresponde a la plena floración.
El número de hojas es máximo en el comienzo de floración, y desde ese punto en adelante
los recursos de la planta se dirigen principalmente a la formación de órganos reproductivos,
y comienza el envejecimiento y caída de las hojas. Por ello se recomienda respetar esos
momentos para maximizar el volumen cosechado y la calidad del producto final.
Se recomienda no arrancar las plantas. Si bien la modalidad de compra y el precio pagado
por el acopiador privilegian el peso del material sobre la calidad, provocando que la colecta
se haga de manera destructiva, a la larga el único perjudicado es el recolector, obligado a
recorrer mayores distancias para juntar una cada vez menor cantidad de material. Además,
en los ambientes serranos los suelos son pobremente estructurados e inestables, por lo que
la desaparición de una planta provoca la pérdida del suelo que el sistema radicular fijaba,
agravando el daño al ambiente.