La Formacion Permanente

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CAPÍTULO 26

LA FORMACIÓN PERMANENTE
CRISTINA GUIRAO MIRÓN
Departamento de Sociología y Política Social
Universidad de Murcia
E-mail: [email protected]

I. Introducción: la formación permanente en la sociedad de la información y


del conocimiento (SIC).
II. La formación permanente: definición, objetivos y competencias.
III. El marco europeo de la formación permanente.
IV. La formación permanente en las universidades españolas
V. A modo de conclusión.

Conceptos clave.
Preguntas para el debate y la reflexión.
Bibliografía para ampliar el tema.
Recursos en la red.
Temas a elaborar.
Referencias bibliográficas.
Texto para el debate.

I. INTRODUCCIÓN: LA FORMACIÓN PERMANENTE


EN LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN
Y DEL CONOCIMIENTO (SIC)

Las grandes transformaciones que las nuevas tecnologías han producido en


la sociedad, han tenido como consecuencia inmediata la producción de nuevos
conocimientos. La sociedad de la información y del conocimiento (SIC) ha ge-
nerado nuevos desafíos y retos en la ciudadanía. Estos desafíos se orientan hacia
la necesidad de un desarrollo continuo de capacidades y destrezas; estrategias
de aprendizaje permanente, propias de una sociedad que genera continuamente
información y conocimientos. Es un hecho, hoy, que la formación de los ciuda-
danos y el acceso a las oportunidades laborales dependen cada vez más, de los
conocimientos en el uso de los medios y modos de información. Las viejas teo-
rías del capital humano sobre la relación directa entre el poder productivo de

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los trabajadores educados formalmente, y el incremento del crecimiento econó-


mico de un País, se sitúan, ahora, en el primer nivel de la realidad. Es así que,
organismos internacionales, uniones de estados y en general países con un me-
dio-alto grado de desarrollo, han incluido en sus políticas educativas, cono ob-
jetivo prioritario, la formación permanente.
En España, la Ley Orgánica de Educación (2006), incorpora al currículum
educativo ocho competencias básicas1. Estas ocho competencias se sitúan en la
promoción de la etapa de primaria y en la titulación de la etapa de secundaria.
Una de las ocho competencias educativas básicas, concretamente, la número
cinco «aprender a aprender», nos lleva directamente a la necesidad de desarrollar
en la ciudadanía una habilidad o destreza fundamental para enfrentarse a la
nueva sociedad. La habilidad para «proseguir y persistir en el aprendizaje», es
decir, la destreza de poder aprender a ser cada vez más autónomos en la adqui-
sición de conocimiento y depender menos de situaciones educacionales instruc-
tivas.

II. LA FORMACIÓN PERMANENTE: DEFINICIÓN, OBJETIVOS


Y COMPETENCIAS

El concepto de «Life long learning», traducido al español por «aprendizaje


a lo largo de la vida», y que en el ámbito del conocimiento especializado se
conoce por «formación permanente», se define como: «la capacidad para ad-
quirir competencias y desarrollar conocimientos, destrezas, hábitos y actitudes,
es decir, la capacidad para aprender independientemente de la edad, el espacio
y el tiempo.» ( AA.VV., 2010: p. 13)
Este concepto ha sido objeto de debate durante muchos años desde organis-
mos internacionales como la OECD (Organización para la Cooperación y el
Desarrollo), o la UNESCO, y adquiere mayor relevancia en la sociedad de la
información y del conocimiento por constituir un elemento crucial para el de-
sarrollo del capital humano; clave para entrar en el siglo XXI en el marco de
sociedades de aprendizaje, las cuales comprenden que todo momento o situación
es ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo.
Aunque ambos términos son sinónimos, el término «formación permanen-
te», usado en contextos más especializados, apunta más a la comprensión de la
educación en un sentido global, rompiendo los limites tradicionales que reducían
la educación a la educación formal y reglada, y englobando ahora tanto la edu-

1
Tras la recomendación del Consejo Ministros de Eduación de la Unión Europea, celebrado
también en 2006. En dicha recomendación se define competencia como: «combinación de destrezas,
conocimientos, aptitudes y actitudes y la disposición de aprender, además del saber cómo. Las
competencias clave representan un paquete multifuncional y transferible de conocimientos, destrezas
y actitudes que todos los individuos necesitan para su realización y desarrollo personal, inclusión y
empleo. Estas deberían haber sido desarrolladas para el final de la enseñanza o formación obligatoria
y deberían actuar como la base para un posterior aprendizaje a lo largo de la vida». (Consejo Escolar
del Estado, 2006).

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cación formal2 en todos sus niveles: infantil, primaria, secundaria, bachillerato,


módulos, universidad, ocupación y de adultos; la educación no formal que tiene
que ver con la formación personal para la mejora profesional y laboral; y la
educación informal referida a la formación para la gestión del ocio y tiempo
libre.
Es así que ambos términos, resignifican la idea misma de aprendizaje, al
apuntar hacia un proceso de conocimiento que va más allá de la educación y de
la enseñanza formal, en tanto que apunta a todos los aprendizajes que suceden
a lo largo de la vida de una persona; en diferentes entornos: formales, informa-
les y no formales, y usando nuevos métodos de aprendizaje (e-learning y nuevas
tecnologías de aprendizaje no presencial).
En la unión Europea, la formación permanente se ha convertido en un claro
objetivo de las políticas educativas que debe ser valorado y potenciado como un
elemento más del proceso productivo y del desarrollo social, necesario para la
transición hacia una economía y una sociedad basadas en el conocimiento (Con-
sejo Europeo de Lisboa, 2000). Por ello, desde Europa se han establecido dos
objetivos claros, que ha de alcanzar la formación permanente:

1. Promover las capacidades y destrezas de la SIC.


2. Contribuir al desarrollo de la ciudadanía activa, favoreciendo con ello
la cohesión social y la empleabilidad.

Si bien es cierto que el sistema educativo puede hacerse cargo de estos dos
retos, no lo es menos que se trata de objetivos fundamentales que han de ser
afrontados desde procesos de aprendizaje diversos, formales y no formales, y
desde tiempos del ciclo vital diferentes. Es un hecho que la nueva sociedad del
conocimiento y la información, exige el desarrollo ciudadano de nuevas compe-
tencias y destrezas, algunas de las cuales no forman parte de los objetivos del
sistema educativo, pero que son fundamentales para el desarrollo del mismo,
estas competencias son:

1. Aprender a encontrar información en circuitos múltiples y complejos.


No sólo se trata de conocer cómo funcionan los medios tradicionales de tras-
misión de la información, habría también que aprender a utilizar adecua-
damente los distintos soportes que van surgiendo gracias a las nuevas tecno-
logías.
2. Desarrollar habilidades para seleccionar y procesar la información ade-
cuada, utilizando técnicas y estrategias diversas según la fuente a la que se
acuda y el soporte que se utilice (oral, impreso, audiovisual, digital o multime-
dia). En la SIC el problema fundamental es el exceso de información, esto nos

2
En el ámbito de la política educativa se distingue frecuentemente entre aprendizaje o educación
formal, informal y no formal. Según las definiciones clásicas, la educación formal es la impartida
en escuelas, colegios e instituciones de formación; la no formal se encuentra asociada a grupos y
organizaciones comunitarios y de la sociedad civil, mientras que la informal cubre todo lo demás
(ocio, relaciones sociales, familia, etc...).

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obliga a distinguir cuál es la verdaderamente significativa para los propósitos


que perseguimos, pues la información no produce inmediatamente conocimien-
to, por ello es necesario:
3. Adquirir la destreza de transformar la información en conocimiento.
Siendo esta la competencia más compleja, es sin duda la más importante. Trans-
formar la información en conocimiento exige la destreza del razonamiento para
organizarla, relacionarla, analizarla, sintetizarla y hacer inferencias y deduccio-
nes de distinto nivel de complejidad, en definitiva, construir conocimiento a
partir de la información seleccionada.

Es por ello que, la formación permanente o aprendizaje a lo largo de la vida


es un elemento estratégico de innovación y desarrollo productivo, que revaloriza
el capital humano, que ha pasado a formar parte de los objetivos fundamentales
de las políticas educativas de los países europeos, pues pretende mejorar los
conocimientos, las competencias y las aptitudes de los individuos durante su
vida, tanto desde una perspectiva individual como social.

III. EL MARCO EUROPEO DE LA FORMACIÓN PERMANENTE

El aprendizaje a lo largo de la vida o formación permanente ha sido un re-


ferente básico en la configuración del Espacio Europeo de Educación Superior
(EEES). La primera alusión al tema es hecha por el Consejo Europeo en la
Reunión de Lisboa (2000). En dicha reunión, los responsables políticos europeos
ya eran conscientes de que había que modernizar la estructuras europeas para
acercarlas a la sociedad del conocimiento y que para ello era necesario: «pro-
mover la promoción profesional y la integración social mediante la inversión en
los conocimientos y las aptitudes de los ciudadanos, crear una sociedad de la
información para todos y favorecer la movilidad» (Comisión de las Comunida-
des Europeas, 2001). Este tema surgió de nuevo en Estocolmo (2001) y Barcelo-
na (2002). En todas estas reuniones del Consejo Europeo se establece como
prioridad el desarrollo de la formación permanente como medida para el desa-
rrollo de estrategias políticas de movilidad, inclusión social, empleabilidad y
desarrollo personal.
Realmente, las primeras medidas que vinculaban la formación permanente
a la educación superior, se tomaron en las reuniones de ministros responsables
de la Educación Superior de la UE. Así, en la Declaración de Bolonia (1999) se
empezó a hablar de la formación permanente. En la reunión de Praga (2001) de
la necesidad de incorporar el aprendizaje de toda la vida al área de educación
superior. En Berlín (2003) se insiste en que la educación superior aumente sus
posibilidades de ofrecer una educación permanente. En Bergen (2005) la impor-
tancia de compaginar la educación general con la formación profesional y el
aprendizaje a lo largo de toda la vida. En Londres (2007) se crea un grupo de
seguimiento sobre el tema y se pide al grupo de seguimiento de Bolonia que
fomente en la educación superior, la formación permanente (Comisión de For-
mación Continua, 2010: 26). Finalmente, en la conferencia de Ministros Eu-

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ropeos responsables de la Educación Superior celebrada en Lovaina (2009) el


aprendizaje permanente aparece como uno de los objetivos prioritarios de la
educación superior.
Ahora bien, el antecedente más importante en la consolidación de la for-
mación permanente es, sin duda, la creación del Espacio Europeo de Educa-
ción Superior, EEES (Declaración de la Sorbona, 1998), que posibilita, años
después, la creación de un Espacio Europeo de Formación Permanente, EEFP
(Comisión de la Comunidades Europeas, 2001), y posteriormente la creación
de un Espacio Europeo de Investigación, EEI (Comisión de las Comunidades
Europeas, 2002). Todos estos procesos dan unidad y sentido; construyen una
nueva Unión Europea que persigue la convergencia, el reconocimiento, la
movilidad y la cohesión de su ciudadanía. Pues para ello, es necesario impul-
sar una ciudadanía europea formada: «La creación de la EEFP no es una
acción diferenciada e inconexa de la realidad de la UE, sino que se debe inter-
pretar como una acción comunitaria común juntamente con el EEES y el EEI
como distintivo de calidad de la UE en beneficio de un sello distintivo común
europeo» (COMAS, 2010).
Este nuevo concepto de Europa, trae dos principios básicos:

1. Libre circulación de ciudadanos europeos, con mayor oferta y mejores


posibilidades formativas y laborales, a lo que contribuirá sin duda la construc-
ción del EEFP.
2. El desarrollo de la «Europa del Conocimiento». Un proyecto de Europa
no sólo fundamentada en los bancos, el euro y la economía, sino también en la
dimensión cultural, informacional, social y técnica del continente.

Para el desarrollo de estos dos principios básicos que fundamentan la nueva


Europa, la educación es el motor principal y así lo vieron los políticos europeos.
En la reunión de Lisboa, la Comisión de las Comunidades Europeas (2001) creó
un grupo de trabajo, para definir los objetivos prioritarios de los sistemas de
educación y formación, estos objetivos pretendían el logro de las ya mencionadas
competencias básicas, propias de la sociedad del conocimiento, y para ello, la
comisión Europea propuso crear entornos de enseñanza abiertos, el objetivo
inmediato era alcanzar más fácilmente las siguientes medidas:

1. Multiplicar la oportunidades de formación permanente, por ejemplo


mediante medios de aprendizaje a distancia y concretamente mediante el uso de
las TICs.
2. Estimular la formación permanente mediante medidas que reconcilien
trabajo y vida familiar.
3. Determinar modelos de formación continua de costes compartidos (em-
pleadores, empleados y servicio público).
4. Arbitrar medidas nacionales que igualen las oportunidades de acceso a
la formación permanente entre grandes y pequeñas empresas, y entre personas
con un nivel elevado o bajo de competencias (Diario oficial de la Unión Europea,
07/04/2005).

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Ahora bien, la implantación de políticas de aprendizaje requiere de fuertes


compromisos por parte de los agentes educativos principales: universidad,
consejos educativos, consejos escolares. Por ello, en la última Conferencia de
Ministros Europeos responsables de Educación Superior celebrada en Lovaina
(2009), se estableció como objetivo prioritario de la educación superior, la
formación permanente. Es así que las universidades como responsables de la
educación superior han de responsabilizarse también de la proyección que
alcance la educación permanente en la ciudadanía. Por ello, es conveniente que
consoliden una oferta propia de formación a lo largo de la vida profesional
de todos los ciudadanos, contribuyendo con ello a la transferencia de conoci-
miento.

IV. LA FORMACIÓN PERMANENTE EN LAS UNIVERSIDADES


ESPAÑOLAS

Los nuevos retos y cambios de nuestras sociedades, han impulsado al sistema


educativo universitario a un mayor compromiso con la formación permanente
o aprendizaje a lo largo de la vida. De hecho, la universidad tiene entre sus
funciones básicas crear conocimiento y difundirlo a la sociedad.
En España, la formación permanente se ha ofertado desde múltiples ám-
bitos no institucionales: centros especializados, academias, colegios profesio-
nales, consultoras, escuelas de negocios... pero es a finales de los años 80
cuando esta actividad es contemplada dentro de la oferta educativa universi-
taria. Concretamente la Ley de Reforma Universitaria (LRU 11/ 1983) abre el
camino estableciendo en su artículo 11 la posibilidad de que, por primera vez,
las universidades españolas pudieran establecer «contratos con entidades pú-
blicas o privadas o con personas físicas para desarrollar cursos de especializa-
ción»; y en su artículo 28 indicaba que: «las universidades, en el uso de su
autonomía, podrán impartir enseñanzas conducentes a la obtención de otros
diplomas y títulos.»
Esta actividad se intensifica a partir de la década de los noventa, en este
tiempo la oferta educativa universitaria en formación permanente se consolida
y busca establecer criterios de calidad de esta formación. En estos años la uni-
versidad va tomando conciencia de ser un agente social de primer orden, un
actor cada vez más relevante en el desarrollo económico y social. Este desarro-
llo demanda la formación de nuevos perfiles de estudiantes que se alejan de las
edades y las motivaciones de los clásicos estudiantes universitarios. Esta deman-
da de formación ha de ser abierta y flexible. Abierta a ampliar las edades de
admisión de alumnos en la educación superior universitaria y flexible al perfil
de los mismos, que abarcaría ahora el ámbito profesional y de la empresa.
Tres son los factores fundamentales que han consolidado el peso de la uni-
versidad en la formación permanente:

1. Una mayor relación con el entorno social, que se refleja en la obligación


de crear conocimiento y transferirlo a la sociedad.

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2. La constatación de la necesidad de crear mecanismos de flexibilidad en


la admisión y en la oferta formativa, ante la demanda de formación de otros
colectivos como adultos o mayores que en su momento no tuvieron acceso a la
universidad o profesionales del sector empresarial.
3. La creación del Espacio Europeo de Educación Superior y la creciente
interrelación con universidades extranjeras.

Ya en el nuevo siglo, la década que va del 2000 al 2010, la universidades


españolas han generado una gran oferta de estudios que consolida la formación
permanente a través de los grados, los postgrados, la formación complementaria
y la formación de adultos. Así la LOU (6/2001) reconoce en su preámbulo la
importancia para la sociedad, de la formación permanente: «la sociedad exige,
además, una formación permanente a lo largo de la vida, no sólo en el orden
macroeconómico y estructural sino también como modo de autorrealización
personal. Una sociedad que persigue conseguir el acceso masivo a la informa-
ción, necesita personas capaces de convertirla en conocimiento mediante su
ordenación, elaboración e interpretación.»
Posteriormente la Ley Orgánica que modifica la LOU (LOMLOU) es clara
en su apuesta por el impulso de la formación permanente, al asumir la necesidad
de reformar la enseñanzas universitarias para dar respuesta a los objetivos de
construcción de un espacio común basado en la movilidad, el reconocimiento
de titulaciones y la formación a lo largo de la vida: «la Ley apuesta decidida-
mente por la armonización de los sistemas educativos superiores en el marco del
espacio europeo de educación superior y asume la necesidad de una profunda
reforma en la estructura y organización de las enseñanzas, basada en tres ciclos:
Grado, Máster y Doctorado. Se da así respuesta al deseo de la comunidad uni-
versitaria de asentar los principios de un espacio común, basado en la movilidad,
el reconocimiento de titulaciones y la formación a lo largo de la vida. El nuevo
modelo de enseñanzas aporta una manera diferente de entender la universidad
y sus relaciones con la sociedad. Se trata de ofrecer una formación de calidad
que atienda a los retos y desafíos del conocimiento y dé respuesta a las necesi-
dades de la sociedad.» (LOMLOU 4/2007).
En este camino hacia la apertura y flexibilidad de los estudios universita-
rios en 2008 aparece el Real Decreto 1.892/2008 por el que se regulan «las
condiciones para el acceso a las enseñanzas universitarias de grado y los pro-
cedimientos de admisión a las universidades públicas españolas». En el capi-
tulo V del citado decreto, se abren las vías de acceso a los grados universitarios
para los mayores de 25 años y aquellos que cumplidos 40 o 45 años pue-
den acreditar experiencia profesional o laboral. Lo que en definitiva, supone
un gran impulso a la consolidación de la formación permanente en el ámbito
universitario.
Es así que, la universidad española ha asumido su papel de agente funda-
mental ante los nuevos cambios sociales. La formación de especialistas y profe-
sionales que demanda la nueva sociedad es uno de sus objetivos fundamentales.
Queda, sin duda, mucho camino por hacer, pero en él, las universidades espa-
ñolas están siendo un punto de referencia en la formación permanente.

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V. A MODO DE CONCLUSIÓN
Como hemos visto, en la nueva Sociedad de la Información y del Conocimiento,
el aprendizaje permanente es uno de los factores fundamentales de la productividad.
En este marco, es imprescindible la formación de un capital humano que respon-
da a capacidades, destrezas y conocimientos nuevos. Esta demanda de educación
se traduce en un aumento de medidas formativas deslocalizadas espacial y tem-
poralmente, que rompan el monopolio clásico del saber enclaustrado en las institu-
ciones educativas tradicionales y recibido durante una época determinada de la vida.
En la nueva sociedad hay que tomar conciencia de que el proceso educativo
es una tarea inacabada, que la formación permanente o la formación a lo largo
de la vida constituye ahora una necesidad en el ciudadano del nuevo siglo, un
estado permanente de aprendizaje para captar el significado de las cosas, inter-
pretar, seleccionar y estar abierto a la adquisición de nuevas destrezas, capaci-
dades y conocimientos. Por ello, es importante entender que la educación per-
manente es un proyecto en evolución, que abarca procesos educativos formales
y no formales, y que constituye la piedra angular para afrontar con garantías de
éxito los nuevos retos de la sociedad.
La educación, que fue el gran instrumento de cambio hacia la sociedad indus-
trial, si no se adapta rápidamente a los nuevos cambios sociales, se verá fuera de
la sociedad del conocimiento. Los nuevos tiempos han perturbado los espacios
tradicionales de la educación: la escuela, la familia, la comunidad de vecinos o la
tribu. La ilusión racionalista de que la escuela por si sola puede satisfacer todas
las necesidades educativas de la vida ha quedado atrás. Esta sociedad le exige que
se acomode a las nuevas estructuras y retos que plantea. Para ello, la educación
tradicional tal y como la hemos entendido en los siglos  XIX y XX, ya no puede
concebirse solamente como una educación reglada y formal, sujeta a los periodos
clásicos de aprendizaje. La educación, hoy, ha de romper los límites de estos es-
pacios y tiempos educativos para expandirse en todas las dimensiones de la vida.

CONCEPTOS CLAVE

El Espacio Europeo de Educación Superior es un ámbito de organización edu-


cativa iniciado en 1999 con la Declaración de Bolonia, que quiere armonizar los
distintos sistemas educativos de la Unión Europea y proporcionar una forma eficaz
de intercambio entre todos los estudiantes,.
Formación permanente: La noción de educación y formación permanente es
indispensable para la competitividad de la economía y del conocimiento. Se aplica
a todos los niveles de educación y formación, y concierne a todas las etapas de la
vida, así como a las distintas formas de aprendizaje. La educación y la formación
permanentes tienen por objeto proporcionar a los ciudadanos las herramientas
necesarias para desarrollarse personalmente, integrarse socialmente y participar en
la sociedad del conocimiento.
Aprendizaje a lo largo de la vida: manera de entender la educación en su dimen-
sión dinámica y continua. Capacidad para aprender independientemente de la
edad, el tiempo y el espacio.

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CAP. 26. LA FORMACIÓN PERMANENTE 415

PREGUNTAS PARA EL DEBATE O LA REFLEXIÓN

1. Confecciona un cuadro con las ideas fundamentales que hayan apareci-


do en el presente capítulo.
2. Comenta el siguiente texto:
«El pensador chino Kuan Tzu, en el siglo III decía: cuando planifiques un
año, siembra; cuando planifiques una década, planta árboles; cuando planifi-
ques toda una vida, forma y educa a los hombres».
3. En grupos de tres busca en alguna de las páginas webs siguientes, infor-
mación sobre Formación Permanente o Educación a lo largo de la vida. Haz un
breve resumen de la información encontrada.

BIBLIOGRAFÍA PARA AMPLIAR EL TEMA

LONGWORTH, N. (2005): El aprendizaje a lo largo de la vida. Ed. Paidós: Barcelona.

RECURSOS EN LA RED

• Ministerio de Educación. www.educaion.es/cide


• Eurostat www.epp.eurostat.ec.europa.eu
• Eurydice www.eurydice.org
• Parlamento Europeo: http://www.europarl.europa.eu/
• Espacio Europeo de Educación Superior/ documentos: http://www.eees.es/es/docu-
mentacion

TEMAS A ELABORAR

1. La Sociedad de la Información y el Conocimiento y su relación con el aprendi-


zaje a lo largo de la vida o formación permanente.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ARIS REDÓ, N. y COMAS, M. A. (2011): «La Formación permanente en el contexto del


Espacio Europeo de la Formación Permanente». Revista de Universidad y Sociedad
del Conocimiento, vol. 8. n.º 2. Barcelona: Universitat Oberta de Catalunya.
AA.VV. (2010). La formación permanente y las universidades españolas. Documento de la
Comisión de Formación Continua del Consejo de Universidades. [Fecha de consulta
02-02-2012]. http://www.educacion.gob.es/dctm/eu2015/2010-formacion-permanente-
universidades-espanolas-060710.pdf ?documentId=0901e72b802bcfbf
COMISIÓN DE LAS COMUNIDADES EUROPEAS (2001). Hacer realidad un espacio
europeo del aprendizaje permanente [comunicación]. Bruselas. [Fecha de consulta:
02-02-2012]. http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=COM:
2001:0678:FIN:ES:PDF

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416 MANUAL DE SOCIOLOGÍA DE LA EDUCACIÓN

CONSEJO ESCOLAR DEL ESTADO (2006): «Aplicación de las competencias educativas bá-
sicas en las CCAA y en el Estado». Ministerio de Educación y Ciencia.
CONSEJO EUROPEO Y COMISIÓN EUROPEA (2000): Carta de los Derechos Fundamentales
de la Unión Europea. [Fecha de consulta: 02-02-2012]. http://www.europarl.europa.
eu/charter/pdf/text_es.pdf
CONSEJO EUROPEO (2000, 23/24 de marzo). Conclusiones de la presidencia del Consejo
Europeo de Lisboa. [Fecha de consulta: 02-02-2012]. http://www.consilium.europa.eu/
ueDocs/cms_Data/docs/pressData/es/ec/00100-r1.es0.htm
CONSEJO EUROPEO (2001): Futuros objetivos precisos de los sistemas educativos y formación
[informe]. Bruselas. 5980/01 EDUC23. [Fecha de consulta: 02-02-2012] http://ec.eu-
ropa.eu/education/lifelong-learning-policy/doc/future_es.pdf
CONSEJO EUROPEO (2002): «Resolución del Consejo sobre la educación permanente».
Diario Oficial de las Comunidades Europeas. 2002/C 163/01. [Fecha de consulta: 02-
02-2012] http://eurlex.europa.eu/LexUriServ/LexUriServ.do?uri=OJ:C:2002:163:000
1:0003:ES:PDF
DÉCLARATION DE LA SORBONNE (1998, 25 de mayo): [Fecha de consulta: 02-02-2012]
http://www.eees.es/es/documentacion
DELORS, J. (1996): «La educación encierra un tesoro». En La educación a lo largo de la
vida. México. UNESCO. 111-126.
SARRATE CAPDEVILA, M. (2000): «La educación a lo largo de la vida, prioridad de la
Unión Europea». Educación XXI: Revista de la facultad de Educación, n.º 3 pp. 245-
262. [Fecha de consulta: 02-02-2012]. http://www.uned.es/educacionXX1/pdfs/03-08.
pdf

TEXTOS PARA EL DEBATE

TEXTO 1: «La UE se enfrenta a un enorme cambio fruto de la mundialización


y de los desafíos que plantea una nueva economía basada en el conocimiento.
Estos cambios afectan a todos los ámbitos de la vida de las personas y exigen una
transformación radical de le economía europea. La Unión debe modelar estos
cambios de manera coherente con sus valores y conceptos sociales y también en
orden a la próxima ampliación. El ritmo cada vez más rápido del cambio significa
que es urgente que la unión actúe ahora para aprovechar plenamente los beneficios
y las oportunidades presentes. De aquí la necesidad que la Unión establezca un
objetivo estratégico claro y acuerde un programa ambicioso de creación de infraes-
tructuras del conocimiento, de fomento de la innovación y de la reforma económi-
ca y de modernización de la seguridad social y de los sistemas educativos. (...) Las
personas constituyen en Europa el principal activo, por el que deberán convertirse
en el centro de las políticas de la unión. La inversión en capital humano y el fo-
mento de un Estado de bienestar activo y dinámico serán esenciales tanto para que
Europa ocupe un lugar en la economía basada en el conocimiento como para
garantizar que el surgimiento de esta economía no incremente los problemas so-
ciales existentes de paro, exclusión social y pobreza. Los sistemas de educación y
formación europeos necesitan adaptarse tanto a las demandas de la sociedad del
conocimiento como a la necesidad de mejorar el nivel de vida y la calidad del
trabajo, y tendrán que ofrecer oportunidades de aprendizaje y formación adapta-
das.» (Consejo Europeo, 2000).

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CAP. 26. LA FORMACIÓN PERMANENTE 417

TEXTO 2: «(...) Hay que olvidar que al hablar de Europa no sólo debemos
referirnos al euro, a los bancos y la economía, sino que también debemos pensar
en una Europa de conocimientos. Es nuestro deber consolidar y desarrollar dimen-
siones intelectuales, culturales, sociales y técnicas de nuestro continente. Se aproxi-
ma un tiempo de cambios por las condiciones educativas y laborales, una diversi-
ficación del curso de las carreras profesionales, en el que la educación y la
formación continuas sean una obligación evidente. Debemos a nuestros estudiantes
y al conjunto de la sociedad un sistema de educación superior que ofrezca las
mejores oportunidades para buscar y encontrar su propio ámbito de excelencia»
(Déclaration de La Sorbonne, 1998).
«La educación ocupa un lugar cada vez mayor en la vida de los individuos a
medida que aumenta su función en la dinámica de las sociedades modernas. Este
fenómeno tiene diversas causas. La división tradicional de la existencia en periodos
claramente separados —la infancia y la juventud, dedicadas a la educación escolar;
la edad adulta, consagrada a la actividad profesional, y el periodo de la jubila-
ción— ha dejado de corresponder a las realidades de la vida contemporánea y se
ajusta aún menos a los imperativos de futuro. Nadie puede esperar que el acervo
inicial de conocimientos constitutito en la juventud le baste para toda la vida, pues
la rápida evolución del mundo exige una actualización permanente del saber; en
un momento en el que la educación básica de los jóvenes tiende a prolongarse. Por
otra parte, el acortamiento del periodo de actividad profesional, la disminución del
volumen total de horas de trabajo remuneradas y la prolongación de la vida des-
pués de la jubilación aumentan el tiempo disponible para otras actividades.
Paralelamente, la propia educación está en plena mutación; en todos los ám-
bitos se observa una multiplicación de las posibilidades de aprendizaje que ofrece
la sociedad fuera del ámbito escolar; y la noción de especialización en el sentido
tradicional está siendo reemplazada en muchos sectores modernos de actividad por
las de competencia evolutiva y adaptabilidad.
Así pues, es indispensable reflexionar nuevamente acerca de la distinción tra-
dicional entre educación básica y educación permanente. Para adaptarse realmen-
te a las necesidades de las sociedades modernas, la educación permanente no
puede ya definirse por referencia a un periodo particular de la vida —por ejemplo,
la educación de adultos, por contraposición a la educación de los jóvenes— o una
finalidad demasiado circunscrita, cuando se distingue, por ejemplo, la formación
profesional de la formación general. En lo sucesivo, el periodo de aprendizaje cubre
toda la vida, y cada tipo de conocimiento invade el ámbito de los demás y los
enriquece.» (Jacques Delors, 1996: pp. 111-126).

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