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Oficina Internacional del Trabajo

Oficina Regional para América Latina y el Caribe

Potencial Emprendedor Juvenil en la Región y sus Políticas


e Instrumentos de Promoción

Mario Tueros
Especialista Principal en el Desarrollo de Pequeñas Empresas y Cooperativas
Oficina Subregional de la OIT para los Países Andinos

2007
Índice
INTRODUCCIÓN: LA JUVENTUD EMPRENDEDORA Y LA APERTURA DE OPORTUNIDADES ......................... 2
AUTOEMPLEO Y CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL........................................................................... 2
FACTORES EN EL DESARROLLO DE LA CAPACIDAD JUVENIL EMPRENDEDORA ......................................... 3
1. Los factores de contexto social, económico, demográfico e institucional ....................................... 3
2. Jóvenes emprendedores y su inserción en mercado laboral ............................................................ 4
3. Valores, disposiciones psicológicas y educación en la capacidad emprendedora juvenil .............. 5
4. Expectativas juveniles, empresarialidad latente y la independencia personal ................................ 6
5. Fases en el desarrollo de la capacidad emprendedora.................................................................... 7
a) La fase pre-empresarial ........................................................................................................... 8
b) La fase emprendedora incipiente............................................................................................. 8
c) La fase emprendedora emergente ............................................................................................ 9
Razones para apoyar la opción empresarial entre los jóvenes............................................................ 9
POLÍTICAS E INSTRUMENTOS PARA LA PROMOCIÓN DE CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL ............ 10
1. Promoción de un entorno cultural y social favorable a la alternativa empresarial .................... 10
2. Creación de un entorno regulatorio favorable a la empresa juvenil........................................... 10
3. Fomento a la educación empresarial juvenil.............................................................................. 11
4. Promoción de servicios para mejorar el autoempleo y la empresa de los jovenes.................... 12
a. Acceso a espacio e infraestructura......................................................................................... 12
b. Información técnológica y acceso a mercados ..................................................................... 13
c. Servicios Financieros............................................................................................................. 13
d. Servicios de desarrollo empresarial ....................................................................................... 13
e. Programas de formalización .................................................................................................. 14
Enfoque de género y capacidad emprendedora juvenil ..................................................................... 14
Asociatividad y jóvenes emprendedores............................................................................................. 15
Capacidad emprendedora juvenil y pueblos indígenas...................................................................... 16
LA OIT EN LA REGIÓN Y LA CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL ...................................................... 17
a) Formación Juvenil Pre-Empresarial ............................................................................................. 17
b) Formación y Asesoría de Emprendedores Incipientes en la Gestión de MyPE............................. 18
AREAS PARA EL FUTURO TRABAJO DE OIT CON EMPRENDEDORES JUVENILES ...................................... 20
1.Fortalecimiento de la formación juvenil emprendedora en el sistema educativo ....................... 20
2. Desarrollo de capacidades para la joven empresaria.................................................................. 20
3. Fomento e integración de las capacidades emprendedoras de jóvenes rurales .......................... 21
4. Estímulo del potencial emprendedor asociativo de los jóvenes................................................. 21
Referencias ......................................................................................................................................... 23

Potencial juvenil emprendedor en la región 1


Potencial Emprendedor Juvenil en la Región y sus Políticas
e Instrumentos de Promoción

Introducción: La juventud emprendedora y la apertura de oportunidades

Recientemente, el proyecto internacional Global Entrepreneurship Monitoring (GEM) publicó su


reporte anual en el que por segundo año consecutivo, dos países latinoamericanos comandaban
una lista de más de 50 en lo que toca a la intensidad de la actividad emprendedora inicial (Bosma
y Harding, 2006). GEM comenta que en los países de ingreso medio (categoría que describe la
mayoría de países latinoamericanos), la motivación de los emprendedores está guiada por la
oportunidad en igual medida que por la necesidad, y que es entre los jóvenes donde hay una
mayoría de emprendedores que se orientan por la necesidad o supervivencia (según, el informe
GEM sobre Perú, país que encabeza tal lista: Serida y otros, 2006). Más específicamente, según
lo indica el BID (Llisterri y otros, 2006), los sectores juveniles que se dedican al autoempleo y la
formación de negocios propios proceden fundamentalmente de estratos de bajos ingresos y
pobres condiciones de vida. Propone para ellos la denominación de ‘jóvenes emprendedores
orientados por la necesidad’.

En cada país hay un sector importante de jóvenes que también optan por la empresa y el
autoempleo. Éstos provienen de estratos sociales más afluentes, gozan de mejores niveles
educativos, de familias con más recursos para apoyar sus opciones empresariales, de contactos
sociales que les permiten un mayor acceso a recursos críticos para la consolidación de sus
emprendimientos y de otros elementos que configuran mejores oportunidades para el desarrollo
de la opción empresarial que los jóvenes de estratos pobres (Diez de Medina, 2001). Tal grupo es
el que constituye las opciones empresariales dinámicas en la mayoría de países de la región y,
como señala el BID, es el que se responsabiliza por la creación de futuras empresas dinámicas en
términos de generación de empleo e ingresos (Llisterri y otros, 2006). El BID indica igualmente
que las barreras de acceso a los servicios de desarrollo empresarial afectan especialmente a los
jóvenes de sectores pobres, lo cual explica que, al contrario de lo que ocurre en Asia, el origen
social de los emprendedores jóvenes tenga en América Latina una mayor composición de
sectores medios y altos.

El dilema que enfrentan las políticas de promoción de la opción empresarial juvenil es el de


reducir las condiciones de necesidad -en los jóvenes provenientes de estratos de bajos ingresos-
en su elección del autoempleo y la empresa, y conseguir que la opción empresarial de estos
jóvenes tenga al menos las mismas oportunidades de alcanzar el trabajo decente que las de los
jóvenes de sectores medios y altos. Esta nivelación de oportunidades abriría a mucho más
jóvenes emprendedores las posibilidades de contribuir con su trabajo a la integración y desarrollo
sociales.

Autoempleo y capacidad emprendedora juvenil


Es importante, para mayor claridad, deslindar estas nociones al principio. El término de
autoempleo se utilizará para definir todo tipo de actividades que los jóvenes emprendan por su
cuenta con fines productivos, sin importar la escala ni la modalidad organizativa. Se suele

Potencial juvenil emprendedor en la región 2


también entender el autoempleo como la categoría ocupacional de Cuenta Propia, en el que el
individuo trabaja solo y no tiene dependientes a cargo.

La capacidad emprendedora o empresarialidad se puede entender como un conjunto de


competencias que el individuo pone en práctica en determinadas condiciones, pero que no
constituyen necesariamente un rasgo personal. En ese sentido, se adopta la definición operativa
que los programas públicos australianos han recogido:

“…El potencial [o capacidad] empresarial es el reconocimiento de una oportunidad


para crear valor, y el proceso de tomar acción sobre dicha oportunidad, sea que
implique o no la formación de una nueva entidad.” (Australia., 2003)

Esta definición permite asociar la capacidad empresarial con la perspicacia para reconocer
oportunidades de creación de valor, y no se vincula a ningún tipo particular de empresa, de las
cuales se admiten varios tipos: la económica, la social, la pública, entre otras.

Factores en el desarrollo de la capacidad juvenil emprendedora


La dinámica actividad juvenil emprendedora en la región se vincula a una serie de factores
propios que se ubican en varios niveles. En primer lugar, se relaciona con las características
socio-económicas de los países de la región y en particular de sus mercados de trabajo. En
segundo lugar, responde a elementos del entorno cultural y educativo que afectan las
orientaciones y valores juveniles hacia el trabajo y las ocupaciones. Finalmente, responde
también a elementos propios de la condición personal de los jóvenes, tanto en los aspectos de
socialización como en el de su perfil psicológico. Se revisarán someramente los puntos más
saltantes de estos temas:

1. Los factores de contexto social, económico, demográfico e institucional

La situación del potencial empresarial juvenil en la región responde a un entorno económico y


sociolaboral que lo orienta en direcciones precisas. Algunos de estos factores son:

Importancia del crecimiento económico para mantener bajas tasas de empleo juvenil y reducir
recurso al autoempleo por necesidad: Ha sido una posición permanente de la OIT (Freeman,
2005) insistir en que una tasa sostenida de crecimiento económico es la mejor política de empleo
juvenil, y que también es la que evita que los jóvenes recurran al autoempleo por necesidad para
obtener ingresos y sobrevivir. Esta es tarea conjunta de los actores económicos, ejerciendo la
responsabilidad generacional que les toca para asegurar mejores condiciones de vida a la
juventud.

Mayor peso relativo de los segmentos juveniles en el mercado laboral de los países. En relación
con este punto, Jaramillo (2006) apunta a un elemento estructural decisivo para la opción por el
autoempleo entre los jóvenes: el incremento reciente y notable de la proporción de jóvenes en la
Población en Edad de Trabajar (PET) en la región. No es necesariamente su peso absoluto en la
estructura demográfica de los países, sino la irrupción de las cohortes juveniles en el mercado de

Potencial juvenil emprendedor en la región 3


trabajo lo que apremia por soluciones del elevado nivel de desempleo y subempleo que las
aqueja.

Tendencia a la disminución progresiva de empleos asalariados en la mayoría de países y una


mayor presión hacia el autoempleo. La presencia masiva de jóvenes en el mercado laboral en
muchos países vuelve más evidente la lentitud de la creación de empleos asalariados, al menos
en la proporción requerida por la incorporación de jóvenes al trabajo. Presionado por la
demografía y la creciente escasez de empleos asalariados, el mercado laboral en los países de la
región – siguiendo tendencias ya observadas en otras regiones (OIT, 2006) -orienta a los jóvenes
hacia formas de autoempleo basadas en unidades precarias, en su gran mayoría orientadas a la
supervivencia.

Flexibilización de la contratación del empleo juvenil y difusión de nuevas formas (aprendizaje,


pasantías, subcontratación, etc.). En décadas recientes, la flexibilización de las regulaciones
sobre el mercado de trabajo ha intentado volver menos onerosa para el empleador la contratación
de jóvenes, permitiendo que se extiendan las relaciones de aprendizaje juvenil en el trabajo.
Dichas reformas han tratado también de proteger la adquisición de conocimientos en el trabajo
por parte del joven, regulando pasantías e internados para aumentar las oportunidades de
formación en el trabajo (OIT, 2005). Estas regulaciones permiten un mayor espectro de
posibilidades de aprendizaje a los jóvenes, el cual es eventualmente transferido a sus empleos o
emprendimientos personales más duraderos. Sin embargo, esto se ha buscado muchas veces a
costa de la reducción de los costos de sus salarios, previsiones sociales, acceso a calificación etc.

2. Jóvenes emprendedores y su inserción en mercado laboral


La presencia de jóvenes en los mercados de trabajo regionales y su distribución en comparación
a la de los adultos indica que el trabajo independiente (o por cuenta propia) está constituido
principalmente por adultos (31%), mientras que los jóvenes cubren solamente un 13% (según
datos preliminares procesados por el estudio regional sobre jóvenes). Hay que tener en cuenta
que la forma más importante de inserción laboral de los jóvenes en la región, después de las de
empleo asalariado en MYPE y en mediana y gran empresa, resulta la de Trabajadores Familiares
No Remunerados (14% frente a un 4% de adultos), lo cual expresa la vulnerabilidad de su
inserción, en especial en el medio rural (donde, en media, el promedio juvenil asciende a 32%
frente al 9% urbano), donde está caracterizada por una carencia generalizada de competencias,
redes, oportunidades y activos para la actividad productiva.

Sin embargo, hay que tomar en cuenta la diversidad de situaciones nacionales o subregionales en
este punto. Frente al elevado nivel relativo de desocupación de los jóvenes en la región, que
asciende casi a tres veces el nivel de desocupación de los adultos (OIT, 2006), la opción de
trabajo independiente o Cuenta Propia no se puede ver solamente en el contexto de su contraste
con el empleo asalariado. Es necesario verla también en el cotejo con el trabajo doméstico y el
familiar no remunerado, que denotan niveles diferentes de organización de la estructura
ocupacional, según la afecte el peso de la industria y los servicios urbanos, el grado de pobreza,
la participación de la mujer y otros factores. Así, la relación entre trabajo juvenil por Cuenta
propia, Trabajo Asalariado, Doméstico y Familiar No Remunerado tiene un balance diferente
entre tramos de edad juvenil según países y subregiones (como lo señala la tabla 1, que compara

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Argentina y Ecuador), sugiriéndose algunos patrones distintivos regionales en la inserción
laboral:

- Países donde el empleo asalariado es relativamente bajo o mediano, el autoempleo y


TFNR son altos y sobre la norma.
- Países donde autoempleo y TFNR son reducidos entre los jóvenes, y la inserción
asalariada es mayoritaria.

La primera forma se da en países que tienen una estructura de empleo con un sector informal
alto, nivel primario o mediano de desarrollo industrial, y tasas lentas de crecimiento. Ello
también sugiere una falta de oportunidades de desarrollo específicas para –entre otras rutas- la
empresa y el autoempleo, y la necesidad de aplicar políticas públicas vigorosas para corregir tal
situación. La segunda forma se da en economías con mediano o avanzado nivel de desarrollo,
que otorgan espacios laborales a los jóvenes con determinadas condiciones, y que dedican
políticas y recursos especiales al empleo juvenil y sus alternativas, incluyendo la empresa y el
autoempleo.

Tabla 1. Estructura del empleo juvenil por tramos de edad en


Argentina y Ecuador, 1999

Argentina Asala- Cuenta Patron Servic TFNR Ecuador Asala- Cuenta Patron Servic TFNR
riado Propia Domes riado Propia Domes
’99:15-19 85.2 8.9 0.0 n.D 6.0 ’99: 15-19 55.8 11.5 0.8 13.1 18.9

’99:20-24 89.2 7.9 1.0 n.D 1.9 ’99: 20-24 69.8 14.3 2.6 6.2 7.2

’99:25- + 70.2 23.0 5.9 n.D 0.8 ’99: 25- + 50.6 30.6 9.8 4.6 4.4

Fuente: Diez de Medina, 2001. Elaboración propia

3. Valores, disposiciones psicológicas y educación en la capacidad emprendedora


juvenil
Si el objetivo a lograr es conseguir desarrollar la máxima difusión de la capacidad emprendedora
en la sociedad, es fundamental asegurar que los agentes de socialización (familia, escuela,
medios y Estado) fomenten valores, conocimientos y modelos de orientación conductual que
contribuyan a tal fin. Tales elementos deberían ayudar a mostrar mejor las contribuciones de la
empresa al desarrollo social, biografías emprendedoras que sirvan como modelos de rol para la
juventud, comportamientos éticos que ajusten la percepción de la opinión pública sobre el papel
de la empresa en el empleo, el crecimiento y gobernabilidad democrática. Ello fomentará una
percepción positiva del empresariado en la sociedad, lo cual estimulará el interés entre los
jóvenes en él, y el fortalecimiento de un entorno que favorezca la opción ocupacional
empresarial.

Potencial juvenil emprendedor en la región 5


A tal efecto, la generación de una matriz social emprendedora tendría que resultar en un clima
social propicio a la aparición y reforzamiento, entre los jóvenes, de disposiciones psicológicas
que han sido asociadas con la capacidad emprendedora: la autodeterminación, la auto-eficacia, la
innovación, la motivación de logro, la orientación planificadora, la identificación de obstáculos a
la acción emprendedora, y otras.

Buena parte de las teorías sobre la capacidad emprendedora han hecho hincapié en la
importancia de los factores psicológicos en la aparición, formación y emergencia de dicha
capacidad. Aunque lo anterior no es unánime (Blanchflower y Oswald, 1998, recogen el hallazgo
de estudios de panel sobre empresarios cuyos puntajes en pruebas psicológicas diversas no
muestran cambios luego de varios años), se ha podido mostrar que las características
psicológicas asociadas con la capacidad empresarial pueden requerirse de manera distinta según
la fase del proceso emprendedor (Chigunta, 2002). Asimismo, la capacidad empresarial se
manifiesta en una variedad de estilos y estrategias fuertemente influenciadas por las
características psicológicas del empresario, en interacción con el entorno sociocultural e
institucional que le toque enfrentar. Ello requiere que se identifique las mejores formas de
promover estos rasgos entre los jóvenes y aumentar las probabilidades de éxito en las empresas
que formen o integren.

Un importante corolario del enfoque psicológico sobre la capacidad emprendedora es el vigoroso


énfasis en la posibilidad de que la capacidad emprendedora puede ser desarrollada mediante la
capacitación, y en que es urgente plantearlo a la edad más temprana posible.

4. Expectativas juveniles, empresarialidad latente y la independencia personal


En lo relativo al plano socio-psicológico de las preferencias ocupacionales de la juventud, una
primera consideración en el análisis apunta a una consistente y extendida opinión favorable de
los jóvenes por la opción empresarial y el autoempleo. Se ha propuesto el término
“empresarialidad latente” (Blanchflower y otros, 2001) para referirse a la preferencia juvenil
que se expresa en medios de opinión pública sobre la empresa como carrera y perspectiva
ocupacional. Mediciones efectuadas en Europa y en Estados Unidos desde el 2001 muestran que
la opción empresarial es la primera entre las alternativas ocupacionales elegidas por los
ciudadanos de todas las edades, si pudieran elegir entre ellas (45% en Europa y 62% en Estados
Unidos), lo cual sugiere la extensión cada vez mayor de dicha empresarialidad latente (OIT,
2006). Esta elección de los jóvenes de países desarrollados refleja una incidencia cada vez mayor
en la subjetividad de los jóvenes, ejercida por las formas flexibles y autónomas de organización
del trabajo, que aumentan su importancia en el mercado laboral en la medida que disminuye la
estructura de organización basada en la jerarquía y la gran escala. En las encuestas en que se
aplican preguntas sobre qué forma de ocupación le gustaría tener al joven cuando trabaje en el
futuro, la preferencia generalizada es por una ocupación en la que tenga libertad de definir su
propio trabajo, sin imposiciones ni jerarquías (OECD, 2004)).

En esta región, se pueden verificar también las mismas inclinaciones de los jóvenes hacia una
opción ocupacional independiente, a pesar de que el motivo principal para la misma sea, como lo
revelan recientes entrevistas focales con grupos de jóvenes de varios países (Espinosa, 2005), no
ya escapar de las jerarquías como en el mundo desarrollado, sino evitar los problemas de un
desempleo prolongado y conseguir un ingreso rápido, aunque en precarias condiciones. Además,

Potencial juvenil emprendedor en la región 6


la consideración de la precariedad y otras desventajas de la opción independiente no parecen
tener un efecto sobre la positiva estimación de la preferencia por ella. Estas respuestas también
resaltan el ingrediente de la energía y creatividad que los jóvenes pueden aportar en un trabajo
que ellos diseñen y con el que se sientan totalmente identificados. Otro ángulo importante en el
análisis de estas expectativas es que en varios países de la región, los jóvenes que cifran más
esperanzas en la opción independiente son los que provienen de sectores más pobres de la
sociedad (Padilla y Arrieta, 2005), lo cual debe tomarse en cuenta en la discusión de políticas.
Veremos luego que estas percepciones pueden también matizarse de acuerdo al momento de la
trayectoria ocupacional del joven emprendedor.

5. Fases en el desarrollo de la capacidad emprendedora


Al observar el espectro de políticas disponibles para fomentar las condiciones de un entorno
favorable, se puede adoptar un enfoque que siga la trayectoria del joven empresario, enfatizando
el rol que juegan las políticas en avanzar la inserción de los jóvenes en cada fase. Siguiendo el
esquema propuesto por Chigunta, 2002, se presenta la analogía del Túnel de la Capacidad
Emprendedora, que representa con fines heurísticos la trayectoria general de los jóvenes
empresarios en su actividad.

El Túnel de la Capacidad Emprendedora: Modelo para Conceptuar


la Capacidad Emprendedora Juvenil

Millones de Empresariado Empresariado Empresarios


potenciales jóvenes Fase pre- Juvenil Juvenil Exitosos
emprendedores
empresaria Incipiente Emergente

Fuente: TechnoServe.
Elaboración propia

Cabe distinguir en ella las fases siguientes: una primera etapa o fase Pre-Empresarial, que va de
los 15 a los 18 años, en los que la joven se prepara e informa sobre la actividad productiva
empresarial, sin asumir aun ninguna tarea efectiva conducentes a la práctica de una unidad
productiva. La segunda etapa es la fase Empresarial Incipiente, que va de los 18 a los 21 años,
donde se van dando los primeros pasos de organización de la actividad independiente, se realizan
las primeras decisiones de inversión y se orientan los primeros planes del negocio. Finalmente, la
fase del Empresario Emergente, que corresponde a los 21 años en adelante, se vincula con la
conducción empresarial de cierta experiencia y el conocimiento técnico apropiado en la rama del
negocio.

Potencial juvenil emprendedor en la región 7


A) LA FASE PRE-EMPRESARIAL

La fase pre-empresarial se caracteriza como la de constitución elemental de conocimiento y


actitudes hacia la actividad empresarial, en la que probablemente se irán consolidando los
intereses personales que hasta
ahora han animado al joven. Así, la
etapa de “empresarialidad latente”
o potencial tiene en esta fase la
Pre- Empresariado Empresariado Empresarios
oportunidad de madurar y tomar un
empresariado Incipiente Emergente Exitosos
cauce apropiado. Mientras que el
interés en la actividad empresarial
puede congregar la atención de
• Entorno cultural y valores muchos jóvenes, es en esta etapa
• Programas de Formación que se toman pasos efectivos para
Emprendedora
consolidar esta orientación. Es
decisivo que en esta fase exista un
entorno cultural, valórico e institucional, favorable al autoempleo y la empresa, que le reconozca
un lugar respectivo a los jóvenes en el desarrollo del empresariado. También lo es que la
educación empresarial forme parte intrínseca de los programas de formación regulares, de modo
que la juventud pueda conocer las alternativas y posibilidades de la opción empresarial como
orientación vital y ocupacional.

B) LA FASE EMPRENDEDORA INCIPIENTE


Durante esta fase, la joven empresaria en ciernes se dedica ya a diversas actividades que
refuerzan su vocación. Entre otras, se conecta con redes de jóvenes que mantienen el mismo
interés; aumenta su capital social en contacto con empresarios experimentados con los que
desarrolla relaciones de asesoramiento o tutoría; se informa o ensaya, además, algunas de las
diferentes modalidades que puede adoptar su unidad empresarial. Incluso, con los conocimientos
adquiridos en la etapa anterior, puede iniciar sus primeras actividades empresariales.

Es también necesaria la difusión de oportunidades para que la joven empresaria en ciernes se


integre a redes de asesoría o tutoría para compartir sus experiencias y aprender de las de otros. El
capital social adquirido fortalecerá la educación emprendedora recibida y orientará a la joven a
buscar fuentes adicionales de
aprendizaje. Entre estas fuentes, debe
figurar de manera conspicua la de la
trayectoria de empresarios importantes, a
Pre- Empresariado Empresariado Empresarios
fin de que estos modelos de empresario Incipiente Emergente Exitosos
comportamiento puedan inspirar al
incipiente empresario. En la región, las
funciones de facilitación de redes y • Concursos de Planes de
Negocios
asesoría o tutoría para jóvenes se • Promoción de Modelos
realizan impulsadas por diversas Emprendedores
entidades de cooperación. • Redes empresariales
• Asociatividad

Potencial juvenil emprendedor en la región 8


Entre los instrumentos utilizados para promover la capacidad en esta fase, figuran los concursos
empresariales o de planes de negocio que existen en la mayoría de países y son promovidos por
gran cantidad de entidades, generalmente privadas (aunque también públicas).

C) LA FASE EMPRENDEDORA EMERGENTE


La fase empresarial emergente abarca a los empresarios en edad más bien adulta joven, y
describe las estrategias que despliega el joven empresario para mantener su negocio en el
mercado, utilizar servicios financieros y de desarrollo empresarial, buscar y recibir información
técnica relativa a su línea de actividad y de los mercados que mejor sirvan su propósito principal,
que en esta etapa es el crecimiento.

Los instrumentos de promoción en esta


fase se dirigen a conseguir el objetivo
del crecimiento sostenido del negocio,
mediante el acceso a los factores
productivos de modo rápido y eficiente. Pre- Empresariado Empresariado Empresarios
En este sentido, junto con estimular el empresario Incipiente Emergente Exitosos

acceso de los jóvenes emprendedores a


los servicios e instituciones que
fomentan el desarrollo empresarial
general, es preciso implementar el • Entorno regulatorio
favorable
acceso juvenil a servicios de • Información técnica y de
información técnica y de mercados, mercados
• Servicios financieros
servicios financieros y de desarrollo • Incubadoras
empresarial, así como a esquemas • Servicios de Desarrollo
Empresarial
integrados de incubación. • Formalización

Razones para apoyar la opción


empresarial entre los jóvenes
Los argumentos a esgrimir para defender las políticas de fortalecimiento de las opciones de
autoempleo y empresa entre los jóvenes se encuentran en la lista siguiente:

- Se crean oportunidades de empleo para jóvenes autoempleados y para otros jóvenes que
ellos emplean;
- Se llega hasta la juventud excluida y marginal y se la integra en la economía;
- Se da a al joven un sentido de identidad y pertenencia;
- Los negocios propios ayudan a abordar algunos de los problemas socio-psicológicos y
delincuencia que surgen de la falta de ocupación
- La formación empresarial ayuda a los jóvenes a desarrollar nuevas competencias y
experiencias que pueden aplicarse a otros desafíos en la vida;
- Se promueve la innovación y perseverancia en la juventud,
- Se promueve el desarrollo y revitalización de las comunidades locales mediante la
provisión de bienes y servicios de valor agregado;
- Se aprovecha la capacidad de respuesta que los jóvenes emprendedores pueden tener
frente a nuevas tendencias y oportunidades económicas;

Potencial juvenil emprendedor en la región 9


- En contrapeso, hay que señalar que, en situaciones y condiciones determinadas, las
empresas de jóvenes no deberían estimularse si solo van a estar dirigidas a mantener a los
jóvenes con algo que hacer (White y Kenyon, 2001).

Políticas e Instrumentos para la promoción de capacidad emprendedora juvenil

El análisis de los diferentes factores que alientan o no la capacidad empresarial de los jóvenes en
la región deriva en varias lecciones. La primera es aplicar las políticas e instrumentos favorables
a su desarrollo en los niveles siguientes:

1. Promoción de un entorno cultural y social favorable a la alternativa empresarial


El fin primordial de este nivel de las políticas es el de mostrar la opción empresarial y de
autoempleo como legítimas y alternativas a las del empleo asalariado. En lo que se refiere
al entorno cultural y de los valores, un ambiente cultural donde la contribución de la
empresa al desarrollo sea positivamente valorada es fundamental (Schoof, 2006). Ello se
va consiguiendo en la gran parte de los países de la región, donde hubo épocas y lugares
en que la empresa –sobre todo la privada- era vista desde el poder como centro de
explotación del trabajo. Sin embargo, el papel de la empresa y del empresario como
entidades claves en la creación de empleo, el crecimiento económico, la gobernabilidad,
la responsabilidad ética en la economía y la política, el respeto a la interculturalidad, la
conservación del ambiente, etc., se va conociendo mejor entre los diversos sectores
sociales. Esta percepción se abre paso especialmente en los sectores juveniles de todo
nivel socioeconómico.

2. Creación de un entorno regulatorio favorable a la empresa juvenil.


Es importante especializar a organismos en la problemática del emprendedor juvenil, de
modo que las instituciones que dan atención a las empresas diversifiquen sus servicios y
adapten sus regulaciones en función de sus necesidades específicas. En muchos países se
van formando consejos interinstitucionales para la promoción del empleo juvenil, que
tienen muy presente la promoción del autoempleo y empresas como central en sus
estrategias y programas. Las tareas principales de este entorno se orientan a levantar los
obstáculos a la iniciativa de los emprendedores juveniles en las regulaciones sobre
tributación, registros, el sistema financiero, el de innovaciones y desarrollo tecnológico,
el laboral, etc.

Resulta fundamental propiciar regulaciones que protejan el trabajo independiente, la


empresa familiar y el autoempleo en general como opciones ocupacionales, así como
posibilidades favorables para las carreras juveniles en ellas. Mientras que hay un entorno
facilitador para las oportunidades y servicios vinculados a la inserción en el empleo
asalariado de jóvenes, faltan las mismas facilidades para los que deciden emprender una
actividad por su cuenta (Kantis, 2005). Si bien se puede discutir sobre un sesgo ‘anti-
juvenil’ en las políticas de empleo, ciertamente existe un sesgo ‘anti-empresarial’ dentro
de las políticas de empleo juvenil.

Potencial juvenil emprendedor en la región 10


3. Fomento a la educación empresarial juvenil.
Se ha remarcado recientemente para la región su importancia como factor esencial en la
promoción de la capacidad emprendedora (CINTERFOR, 2007, Jaramillo, 2004, BID,
2004). Es un área donde existen esfuerzos notables en algunos países y algunas lecciones
de su puesta en práctica en otras regiones.

La educación tiene una estructura formal en cada país que debe ser utilizada para difundir
los principios de la cultura empresarial. Si bien los esfuerzos de capacitación y educación
realizados por sectores privados y no gubernamentales revisten importancia y van en la
dirección correcta, no pueden llegar a tener la escala necesaria para afectar la cultura y
los valores en la sociedad en general. Dicha estructura formal tiene niveles y modalidades
que deberían incluir contenidos y programas referidos al papel y tareas del empresariado
en la sociedad y su relación con el desarrollo económico. Por tanto, cada programa de
educación empresarial que se imparta en la escuela regular (primaria, secundaria o
técnica), en modalidades alternativas (formación profesional, compensatorias, etc.), o en
el nivel superior puede ajustar sus contenidos a las necesidades específicas de los
jóvenes participantes (Haftendorn y Salzano, 2003).

También es necesario notar que la perspectiva del retorno de la inversión en la educación


empresarial formal tiene diferentes horizontes según el nivel considerado: mientras que
los programas para la educación primaria o secundaria tienen una perspectiva de largo
plazo, pues los efectos de la formación deben esperar la conclusión de los estudios y la
integración al mercado de trabajo de los jóvenes educandos, la perspectiva en las
modalidades de educación superior es de mediano plazo, ya que la transición al mercado
en estos jóvenes tampoco es inmediata. Pero en el caso de las modalidades alternativas,
se debe tener en cuenta que se trata de jóvenes que ya están insertados en el mercado
laboral, y que acuden a la escuela para suplir un déficit educativo de orden general. En
este grupo, la educación empresarial tiene una perspectiva de aplicación inmediata y su
diseño debería acomodarse, en consecuencia.

Así, los programas que apuntan al largo plazo se diseñan con un contenido dirigido a
formar competencias, informar de procesos y desarrollar actitudes y valores
empresariales sin un fin de aplicación concreta inmediata. Más que apuntar a la
constitución de empresas juveniles reales, estos programas crean espacios para la
exploración de modelos empresariales y de sus posibilidades asociativas (hay importantes
movimientos de cooperativismo escolar en la mayoría de países), sectores de actividad y
del rol que juega la economía en el desarrollo local. No hay (o debería haber)
preocupaciones mayores con aspectos relativos a la constitución o condiciones
específicas para el funcionamiento real de la organización productiva.

En los programas dirigidos al mediano y corto plazo, el objetivo formativo suele dirigirse
a la formulación del proyecto empresarial y al análisis de sus condiciones de factibilidad,
así como del acceso a los factores de producción y sus requisitos de legalidad para el
funcionamiento. Aquí, el fin del proceso formativo se dirige al plan de negocios como
resumen aplicado de los conocimientos adquiridos, y se informa de los requerimientos
necesarios para su puesta en práctica. Sin embargo, el paso a la ejecución y sus

Potencial juvenil emprendedor en la región 11


condiciones adicionales (desde el acceso a redes de soporte a la facilitación de recursos
productivos) no forman necesariamente parte del programa formativo. El conocimiento
que hoy se dispone de las condiciones de éxito en estos programas puede permitir un
rediseño más efectivo.

Los temas de educación empresarial requieren de condiciones de diverso tipo, siendo una
de las centrales las de carácter institucional. Debido a su carácter transversal, la
promoción de la educación empresarial juvenil implica la concertación pública-privada,
que involucre la participación –al menos- de los Ministerios de Educación, Trabajo y
Producción (Industrias) en un esfuerzo al que deben sumarse gremios de empleadores y
trabajadores, así como las organizaciones de PYME y las no gubernamentales interesadas
en el tema. La agenda de una acción coordinada debería contar con ciertos elementos
comunes, como un marco curricular que admita la educación emprendedora como tema
esencial en la currícula nacional y regional que dirige los objetivos de la educación. Ello
permitiría no solo la legitimación de los esfuerzos diversos de creación de materiales,
desarrollo de contenidos y formación docente, sino que reforzaría dicho interés por la
formación empresarial juvenil mediante la asignación de recursos públicos.

Recientemente, países como Colombia y Perú han pasado leyes que afectan la currícula
nacional para fomentar la formación de la capacidad emprendedora a través de la escuela,
en el caso colombiano desde la primaria en adelante (Colombia, 2006), y en el peruano
en los últimos años de la secundaria (DINESST, 2004).

Hay que mencionar, sin embargo, que el énfasis en la escuela como centro de formación
de la capacidad emprendedora juvenil (en ese momento asociativa) ya había sido puesto
en varios países de la región desde la décadas de los 60 hasta los 80 través de la
promoción del cooperativismo educacional. En Argentina, Brasil, Colombia, Chile
(1972), México y Perú (1964), entre otros, se aprobaron leyes especiales o se mencionaba
la cooperativa escolar en la legislación cooperativa general como modalidad de
aprendizaje práctico de esta forma empresarial en la escuela.

4. Promoción de servicios para mejorar el autoempleo y la empresa de los jóvenes


Se trata de fomentar el conocimiento de los principios de la empresa y el autoempleo en
la formación regular y profesional; de darle los incentivos apropiados en términos de
servicios financieros, tecnológicos, de acceso al mercado y otros que constituyen los
elementos necesarios para prolongar la duración de sus empresas en el mercado en las
mejores condiciones (Angelelli y Prats, 2005); y en fin de alentar su inserción en sectores
dinámicos asociados a nuevas tecnologías que aprovechen el capital humano acumulado
que constituye la ventaja competitiva con la que un joven llega al mundo de la empresa.

A. ACCESO A ESPACIO E INFRAESTRUCTURA


El acceso a un local para negocio y otros problemas de infraestructura pueden
convertirse en los factores más importantes al optar por la empresa. Encontrar un
lugar de trabajo conveniente, bien ubicado y lo bastante grande como para una
futura expansión es algo que muchos jóvenes requieren para decidirse a abrir su

Potencial juvenil emprendedor en la región 12


negocio. Se suele empezar en espacios compartidos o, todavía más, desde la casa
sobre todo en las fases incipientes y tempranas. Esta necesidad es la que tratan de
satisfacer las incubadoras, que proveen espacios a costos razonables y otros
servicios comerciales y de gestión. Las incubadoras vienen a constituir una
solución de bajo costo a una serie de problemas de apoyo a la gestión de jóvenes
empresas.

B. INFORMACIÓN TÉCNOLÓGICA Y ACCESO A MERCADOS


De los servicios productivos, el de información tecnológica y de acceso a
mercados es crucial para el éxito de los emprendimientos juveniles en el estado
actual de una economía globalizada y basada en el conocimiento. Dado que la
gran mayoría de los emprendimientos juveniles serán MYPEs –al menos en la
edad juvenil de sus conductores-, el régimen de acceso a dichos servicios debe
estar vinculado al de ese tipo de empresas. Es fundamental, en este ámbito, que se
establezcan incentivos a la articulación de emprendimientos juveniles con
empresas consolidadas que les provean o capaciten en tecnologías y los
incorporen en sus redes de proveedores o distribuidores.

C. SERVICIOS FINANCIEROS
En cuanto a los servicios financieros, el hecho de que la mayoría de
emprendedores juveniles no constituyan sujeto de los mismos por su incapacidad
de presentar garantías debido a su corta vida empresarial, requiere programas
especiales dirigidos a eliminar estas trabas o compensar sus efectos. El círculo
vicioso de negación del crédito, incapacidad de crecimiento y aumento del riesgo
de desaparición debe romperse con la intervención de actores públicos o privados
que asuman (o compartan) el gran riesgo de la empresa juvenil, en lugar de
dejarlo al joven y su familia.

En tal sentido, se ensayan diferentes fórmulas en varios países: a) donaciones,


ubicadas en fondos para promover negocios en grupos con especiales dificultades
de acceso a recursos, como discapacitados, b) créditos blandos, con bajo interés,
amplios periodos de gracia, etc., c) varios tipos de subsidios a la demanda, en
forma de bonos y fondos especializados (de créditos, garantías, etc.), d) diversas
innovaciones en las tecnologías de entrega de servicios (ventanillas
especializadas, banca ‘juvenil’, combinaciones del paquete financiero con
servicios de desarrollo empresarial, etc.), manejo del riesgo (programas de capital
de riesgo, ‘ángeles’ inversionistas, etc.) y otras.

D. SERVICIOS DE DESARROLLO EMPRESARIAL


Ellos son parte esencial de un entorno favorable a los negocios juveniles
emergentes, especialmente aquellos que fortalecen su competitividad (como la
capacitación de gestión y técnica especializada, la asesoría en el diseño de
productos y el mercadeo), y en fin, todo servicio que contribuya a mejorar la
posición comercial del negocio y su rentabilidad (Schoof, 2006). También es
importante que los servicios de desarrollo empresarial se dirijan a los procesos
internos de los negocios y refuercen o mantengan la formalidad de la empresa,

Potencial juvenil emprendedor en la región 13


como los servicios contables o legales. Resulta evidente que muchos de estos
servicios podrían llegar mejor a empresarios jóvenes a través de programas
especiales (organizados por agencias estatales, gremiales o no gubernamentales) o
por vías de sistemas de asociatividad horizontal, como en conglomerados o
incubadoras. En particular, los sistemas de incubación o de provisión integral de
servicios empresariales dentro de espacios físicos o virtuales definidos se han
establecido como un instrumento muy versátil y afín a los propósitos de fomento
de la empresa juvenil.

E. PROGRAMAS DE FORMALIZACIÓN
Ocupan un lugar apropiado como instrumento promocional de la empresa juvenil,
ya que la mayor parte de los negocios de jóvenes se forman y permanecen en la
informalidad. En este punto, los servicios de asesoramiento sobre licencias,
regímenes tributarios, acceso a la seguridad social, contratación de personal, etc.,
deberían estar disponibles en la mayor cantidad posible de lugares que frecuentan
los jóvenes emprendedores, desde municipios hasta centros de esparcimiento.

Enfoque de género y capacidad emprendedora juvenil


Es sumamente necesario adoptar un enfoque de género en el análisis de la capacidad
emprendedora juvenil. Las mujeres jóvenes se insertan en gran mayoría utilizando la vía del
trabajo familiar no remunerado y la del trabajo doméstico, no en la del trabajo asalariado ni la del
autoempleo, a pesar de las tasas crecientes de participación laboral femenina en el mercado de
trabajo. Cuando se compara su contribución relativa a los hombres en el grupo de empleadores,
ésta es siempre minoritaria en todo nivel de tamaño de empresa. Otros aspectos que caracterizan
también la participación laboral de la mujer, incluyendo las jóvenes, son las diferencias
salariales, la concentración de la fuerza de trabajo en ramas “femeninas” y la ocupación de
niveles subalternos de decisión en las empresas.

En los países con un mediano desarrollo de la industria manufacturera y de los servicios


empresariales, el énfasis para conseguir cambios en las condiciones señaladas y una mayor
presencia de la mujer en roles empresariales tendría que darse en una acción combinada de
nuevos valores y esquemas de formación empresarial, la difusión de sus derechos laborales, y
aspectos complementarios.

Dentro de las medidas de promoción del potencial empresarial de la joven emprendedora, pueden
figurar:

- el mejoramiento del acceso al financiamiento del capital inicial para el proyecto


empresarial, que en diversos países se ha venido tratando de conseguir, especialmente
entre ONGs microfinancieras con enfoque de género (aunque sería necesario revisar si
estas políticas institucionales se dirigen a la joven empresaria);
- la capacitación con enfoque de género en la gestión empresarial y en aspectos
tecnológicos, para enfrentar la concentración de empresas de mujeres en sectores
“femeninos” como servicios personales, confecciones, etc.

Potencial juvenil emprendedor en la región 14


- el reconocimiento a los logros de la mujer y a la joven empresaria, incluyendo concursos
de planes de negocios y a las mejores empresarias;
- el asesoramiento a través de consultoras a las empresas dirigidas por jóvenes
emprendedoras, preferiblemente desde gremios empresariales, municipios y organismos
similares;
- el aporte de subsidios para servicios de cuidado infantil y guarderías, lo que permitirá
mejor aprovechamiento de la capacitación empresarial y de la integración a redes
empresariales;
- el desarrollo de tecnologías de servicios empresariales afines a las necesidades de la
mujer, siguiendo el ejemplo trazado por las microfinanzas.

Asociatividad y jóvenes emprendedores


Si bien la preocupación por los problemas de la capacidad de los jóvenes emprendedores urbanos
ha orientado la atención hacia modelos de empresa pequeña individual en la promoción del
emprendimiento juvenil, es necesario recordar que hay esquemas empresariales que basan su
fuerza en la cooperación entre los empresarios, en su orientación hacia fines comunitarios o
altruistas (lo que se da en llamar el “empresariado social”), etc.(véase Parker, 2004; Miles, 2005)
Como lo señala la OIT:

“…promover el espíritu empresarial y la creación de empresas es clave para aumentar el


empleo juvenil y salir del círculo vicioso de la pobreza y la exclusión social. Los gobiernos
tienen que alentar un concepto general y dinámico de espíritu empresarial a fin de estimular,
tanto la iniciativa individual como otras iniciativas más variadas en una amplia gama de
organizaciones entre las que se incluya, no exclusivamente, al sector privado: pequeñas y
grandes empresas, cooperativas, sector público y organizaciones de trabajadores y de
jóvenes” (OIT, 2005).

Durante los 60 y 70 hubo mucho interés en varios países por ensayar a través de la modalidad
cooperativa una vía de promoción de la capacidad emprendedora entre los jóvenes. Esta
modalidad ha seguido existiendo ininterrumpidamente en algunos de ellos (los que cuentan con
movimientos cooperativos sólidos), mientras que en otros el interés público en la vía asociativa
ha declinado mucho.

En aquellos países donde el interés subsiste, hay esquemas institucionales sólidos de promoción
del cooperativismo escolar o universitario en los que los jóvenes tienen papel central como
protagonistas del empresariado asociativo. Existe cooperativismo escolar oficializado y
promovido por el Estado en Argentina, México, Chile, Colombia, Brasil y otros, mientras que en
Canadá y EEUU se busca reinventar el cooperativismo con el aporte juvenil (Smith y otros,
2005).

Varios temas relacionados con la asociatividad y la empresarialidad juvenil se plantean de


inmediato. Entre ellos: la utilidad y viabilidad de un enfoque colectivo para la capacidad
empresarial; la consideración de modelos de asociatividad para proponer a jóvenes
emprendedores y los instrumentos para promoverlos; su capacidad colectiva, y el desarrollo
local.

Potencial juvenil emprendedor en la región 15


Capacidad emprendedora juvenil y pueblos indígenas
Los jóvenes indígenas están sub-representados en todos los niveles de programas de educación y
capacitación organizados por el sector público, y probablemente también en los programas
sociales. En los países de la región, ellos muestran bajos niveles de alfabetización y, en
consecuencia, se ha sugerido que los métodos educativos de aprendizaje y evaluación para los
jóvenes estudiantes indígenas deberían emplear técnicas que respeten su legado cultural y su
idioma.

Las culturas indígenas de la región divergen en su apreciación del potencial empresarial. Es claro
que se manifiesta con mayor claridad y está adaptado a la economía de mercado en algunas
culturas indígenas más que en otras (Peredo y otros, 2004). Los Otavalo ecuatorianos, los
Aymara bolivianos y peruanos, entre otras poblaciones indígenas, pueden mostrar grados
importantes de manifestación de un potencial empresarial en la economía que se ha proyectado
luego a las esferas social y política. Sin embargo, hay también culturas donde este potencial o no
está presente en las formas culturales propias o está bloqueado por la pobreza y las barreras de
acceso a recursos que impiden su manifestación.

Tres dimensiones son fundamentales en la consideración del potencial empresarial juvenil de las
poblaciones indígenas. Primero, las poblaciones indígenas en la región sufren en general una
postración económica secular que está a la base de la gran incidencia de pobreza extrema y que
se suma a la marginación cultural que las aqueja. La situación de los jóvenes es un reflejo fiel de
este rezago, y en especial la de las mujeres jóvenes indígenas. Hay que tener en cuenta que la
capacitación y el empleo se obstaculizan por la inadecuada vivienda, agua y saneamiento, la
inadecuada infraestructura vial y de telecomunicaciones. El desempleo que incide en las áreas de
residencia indígena se suele abordar mediante programas de asistencialismo de diverso tipo, que
fortalecen una cultura de dependencia de subsidios y se convierten en barrera para promover el
potencial emprendedor.

Segundo, de las formas emprendedoras que se conocen utilizadas por poblaciones indígenas en la
región, un denominador común a casi todas es el uso de mecanismos asociativos de diverso tipo
para su organización y funcionamiento. Desde la comunidad indígena hasta las empresas
comunitarias, incluyendo las redes empresariales de base étnica en las que se integran los
jóvenes migrantes indígenas al buscar trabajo en las ciudades capitales o las de los países
receptores, la asociatividad se vincula a las pautas de reciprocidad. Aunque está pendiente un
mejor conocimiento de tales formas indígenas de empresa, es preciso que su promoción tenga en
cuenta la dimensión asociativa en sus propuestas.

Finalmente, hay un aspecto que tiene que ver con la prioridad del espacio rural para el potencial
empresarial indígena. El campo es todavía el escenario donde el desempleo y subempleo
juveniles son los más intensos, lo cual está a la base del fenómeno de la migración rural-urbana
que no pierde intensidad y que más bien se estimula de nuevo con la globalización. La necesidad
de atender la crisis de empleo rural requiere imaginativas formas de promoción de la capacidad
empresarial, adaptada a las características productivas y culturales en cada población indígena.
Una agenda para este propósito incluye desde las formas y roles empresariales a ser promovidos
entre los jóvenes indígenas, los métodos y técnicas de transferencia y adaptación de
conocimientos, los sectores prioritarios (desde infraestructura y servicios hasta agroexportación y

Potencial juvenil emprendedor en la región 16


turismo), las estrategias institucionales de diseño e implementación de programas, su
financiamiento, etc.

La OIT en la región y la capacidad emprendedora juvenil

Del mismo modo en que se plantea en otros espacios reflexivos para la acción de la OIT, el
objetivo de la intervención de la OIT en este ámbito debe ser el fortalecimiento del entorno
favorable a la acción emprendedora de los jóvenes, al menos en igualdad de condiciones a las
que ya posee la opción asalariada (White y Kenyon, 2001; Rosas y Rossignotti, 2005, White y
Kenyon, 2001).

Dentro de su acción normativa, la OIT ha establecido espacios para la inclusión de la juventud en


el desarrollo del empleo y la creación de las empresas. La Recomendación 164 (1998) sobre
creación del empleo en las pequeñas y medianas empresas, la Recomendación 193 (2002) sobre
la promoción de las cooperativas, la Resolución sobre la economía informal (2002), entre otras,
señalan tareas a los constituyentes para involucrar a los jóvenes en la creación y desarrollo de
estas formas de empresa, y a implementar programas para poder cumplir este propósito.

En su ámbito de cooperación técnica en la región, la OIT ha venido desarrollando programas y


metodologías dirigidas a problemas específicos del empleo juvenil, algunos de los cuales
apuntan a los problemas del empresario joven. Tales programas se han desarrollado en los
departamentos técnicos, las oficinas de área y los programas especializados de OIT (como el
Centro Internacional de Formación OIT (CIF-OIT) de Turín y el CINTERFOR) en varias áreas
de las mencionadas arriba. Por su propio perfil, la OIT ha elegido solamente algunos de los
múltiples temas que hay en una agenda que cubra los requerimientos del desarrollo de jóvenes
emprendedores. Algunas de las actividades que se han implementado en América Latina y el
Caribe son las siguientes:

a) Formación Juvenil Pre-Empresarial

La OIT desarrolló en los 90, desde el CIF-OIT de Turín, un programa de formación dirigido
a desarrollar la vocación empresarial de los jóvenes escolares conocido como “Conozca De
Empresa” (o por su sigla, CODE), que corresponde al original “Know About Business” (o
KAB). Este programa, que se adaptó a las necesidades de la región desde la Oficina
Subregional Andina desde fines de los 90 (OIT, 2001 (orig. inglés 1996)), tiene como fin
transmitir conocimientos y desarrollar competencias sobre la creación y puesta en marcha de
una empresa a los jóvenes escolares de los últimos años de educación secundaria regular y
técnica. Para el efecto, se vale de un programa de capacitación dirigido a los maestros
secundarios que tienen a su cargo las materias afines al tema (como economía, educación
laboral, etc.) según lo disponga el currículo sobre el que se implemente. A su vez, cuando los
maestros reciben su formación (que se puede impartir en aproximadamente una semana
usando los materiales mencionados), quedan habilitados para desarrollar un curso con sus
estudiantes sobre introducción a la empresa (que puede durar unas 100 horas de trabajo
lectivo). Para organizar este esfuerzo, es importante que exista una red de apoyo, prestada

Potencial juvenil emprendedor en la región 17


por la OIT, a los estudiantes y maestros, que facilite la colaboración de los formadores y
especialistas a los y las jóvenes emprendedores involucrados en el programa.

El programa CODE se viene administrando desde entonces en varios países de la región


(incluyendo Bolivia, Perú, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Panamá) en colaboración con una
serie de instituciones públicas y privadas y ha conseguido diversos logros, entre los cuales
están:

- Cobertura de más de 20,000 estudiantes secundarios y de otras modalidades de formación


(incluyendo universitarios, conscriptos, jóvenes en rehabilitación judicial, etc.) en los
países indicados;

- Desarrollo de modalidades diversas de fortalecimiento de la formación mediante


concursos de planes de negocio, pasantías, fondos de estímulo para mejores planes y
otros medios;

- Influencia en políticas nacionales, al haberse incluido –al menos en un país- el tema de


Educación Emprendedora en la currícula nacional de educación secundaria. En el Perú, la
inclusión del tema en la currícula permite que las autoridades escolares asignen recursos
propios a la enseñanza de estos temas – y en algunos casos, la adopción del programa
CODE en su conjunto-, con lo que la sostenibilidad institucional del esfuerzo se
garantiza.

- Constitución de redes de formadores y asesores en competencias emprendedoras en el


sistema educativo en varios países (al menos Perú, Bolivia y Ecuador), lo cual asegura
que se mantendrá una constante supervisión técnica de la formación y un núcleo de
consultoría que le dará la dirección requerida al programa.

- Materiales de formación diversos apropiados a cada país y región.

b) Formación y Asesoría de Emprendedores Incipientes en la Gestión de MyPE

Esta línea de trabajo la ha desarrollado la OIT mediante varios proyectos ejecutados en países
andinos y centroamericanos. Partiendo de un diagnóstico de las carencias formativas de la
juventud que realiza actividades de autoempleo en el mercado de trabajo local, la OIT ha
dirigido algunos de sus productos de capacitación para la MYPE hacia los jóvenes tratando
de adaptarlo a sus necesidades y a las características del programa de acción juvenil diseñado
por su organización colaboradora.

La oferta formativa para tales jóvenes emprendedores está basada en el programa “Inicie /
Mejore Su Negocio (IMESUN)” (OIT, 1999 (cuarta edición: 2003); OIT, 1997 (segunda
edición: 2005)), adaptación del conocido como Start / Improve Your Business (SIYB) que la
OIT ha llevado a todas las regiones y países para trabajar con empresarios de pequeña escala.
El propósito del mismo es impartir un conjunto de conocimientos y competencias básicas

Potencial juvenil emprendedor en la región 18


necesarias para dirigir con éxito un pequeño negocio. El programa tiene diversas variantes,
desde la dirigida a los emprendedores que quieren iniciar una actividad y no saben dónde
empezar, hasta la que se propone fortalecer la empresa ya existente. También se han
preparado variantes de tipo sectorial (construcción, etc.) y en diversos medios (aunque el
material original consiste de cuadernillos impresos, se ha llevado el contenido a un programa
autosuficiente en CD, y a una plataforma abierta de Educación a Distancia). Cada una de las
variantes desarrollados ha tenido socios institucionales cuyos objetivos les empujaron a
considerar esta metodología como la más apropiada para adaptarla a sus programas y grupos
meta.

Estos programas de desarrollo de competencias para el manejo de pequeñas empresas se han


dirigido a jóvenes empresarios a través de bancos, ONGs, firmas consultoras que dirigen
programas hacia ellos, y, especialmente, servicios prestados por los equipos técnicos de
gremios de empresarios PYME. La ventaja de esta última modalidad de transferencia es que
se combina con la conformación de una red de apoyo conformada también por empresarios
ya constituidos que han transitado un camino similar.

Otro aspecto importante de la acción de la OIT en este rubro ha sido el desarrollo de


programas formativos de la capacidad empresarial dirigidos a la población juvenil de baja
escolaridad, que se ajusta especialmente a las calificaciones de la juventud rural. Programas
como el EGE, “Elementos de Gestión Empresarial para Microempresas” (OIT, 1999) y su
variante con enfoque de género, el EGE para la Mujer Andina, adaptación del denominado en
inglés GMT (Grassroots Management Training, ampliamente usado por la OIT en África y
Asia), han recibido mucha demanda de los constituyentes y las organizaciones colaboradoras
de la OIT en la promoción de los conocimientos y la capacidad emprendedora de la juventud
rural, particularmente en países como Perú, Bolivia, Ecuador, Honduras y Nicaragua.

Hay diversidad de programas de formación de capacidades empresariales para jóvenes en el


terreno, entre los cuales figuran aquellos que se proponen formar competencias técnicas en la
gestión (ver los portales Internet de CINTERFOR, 2007, y BID, 2007, para fuentes
electrónicas sobre experiencias nacionales e institucionales de formación emprendedora
juvenil).

En Perú hay casos de ambos tipos de concurso: el denominado “Haz Realidad Tu Negocio”
que realiza anualmente la entidad no gubernamental CID (Linares, 2002; CID, 2001), y el
concurso escolar “Escuela Emprende” que convoca el Ministerio de Trabajo y socios
privados. Este último es un buen ejemplo de la versatilidad de los programas como CODE e
ISUN, ya que se les adaptó a ambos para las características del concurso en forma de un
nuevo programa que duraba menos tiempo en su aplicación y se ajustaba a las exigencias
competitivas de la modalidad concursal en que intervenía.

Se disponen de documentos evaluativos sobre la experiencia de estos programas en América


Latina (Herrera, 2003, para el IMESUN y Gutiérrez, 2005, para el CODE en los países
andinos) que pueden servir para orientar la futura práctica de la OIT en el tema de la
formación juvenil emprendedora.

Potencial juvenil emprendedor en la región 19


Áreas para el futuro trabajo de OIT con emprendedores juveniles

Un elemento central en la acción de la OIT en la región es la promoción del empleo juvenil.


Por tanto, es necesario indicar algunas prioridades para las actividades de fomento a la
capacidad emprendedora de los jóvenes. Tales orientaciones se tienen que vincular a la
agenda del Trabajo Decente, ya recogida como un eje fundamental de las políticas
económicas y sociales en la región, y a los diversos marcos de referencia de la cooperación
internacional en que la acción de la OIT se inscribe, desde las Metas del Milenio en adelante.

Se plantean aquí los siguientes temas para la acción de la OIT sobre el potencial
emprendedor juvenil:

1. Fortalecimiento de la formación juvenil emprendedora en el sistema educativo


Cada vez resulta más claro que la condición esencial para implementar un efectivo
sistema de fomento de las capacidades emprendedoras a todo nivel es la de intentar el
cambio en la configuración de las pautas culturales prevalecientes en la sociedad hacia
una cultura en que los valores de iniciativa, independencia, solidaridad, creatividad,
eficiencia y afines formen la matriz de la que se nutren las prácticas económicas de las
sociedades de la región. Y para que ello ocurra, es también evidente que tales cambios
debe de transmitirlos el aparato educativo a las edades más tempranas posibles.

Por eso, además de los diversos métodos formativos que la OIT ha venido desarrollando
y que debería de ampliar más aun, es importante que se cubran áreas que no se han
podido todavía abarcar en la perspectiva de una formación emprendedora juvenil más
eficaz. Así, temas como
o la mayor participación de gremios empresariales y laborales en los programas de
fomento al emprendimiento juvenil (la OIT dispone de programas para optimizar
la gestión de gremios empresariales y canalizar en ellos el aporte juvenil);
o la organización y planificación de los esfuerzos integrales de formación juvenil
emprendedora a través de planes y mapas del conocimiento para el fomento del
empleo juvenil;
o desarrollo de variantes y formas prácticas de aplicación de instrumentos como las
pasantías y aprendizaje de jóvenes emprendedores en formación en las empresas
de asociados de gremios empresariales;
o la vinculación de los programas de emprendimiento juvenil en el sistema
educativo a una visión territorial y nacional inserta en los problemas del
desarrollo local y regional plantea las posibilidades que la OIT puede aprovechar
en su participación en los programas nacionales y regionales de fomento al
emprendedor juvenil.

2. Desarrollo de capacidades para la joven empresaria


Otra importante dimensión del apoyo a la capacidad empresarial juvenil es la de género.
En tal sentido, es importante que OIT busque de identificar y desarrollar formas de
promoción del empoderamiento de las jóvenes a través de iniciativas emprendedoras,

Potencial juvenil emprendedor en la región 20


tratando de levantar las barreras que restringen la participación de la mujer en la empresa
desde temprana edad. Entre esas barreras, es necesario tener especialmente en cuenta:
o la tendencia a la concentración de empresas conducidas por mujeres en ciertos
sectores (confecciones, servicios personales, etc.) los cuales eventualmente se
convierten en poco dinámicos y de baja rentabilidad, impidiendo a las empresarias
obtener beneficios apropiados por su trabajo;
o la mayor difusión de competencias de gestión empresarial entre jóvenes mujeres
con potencial emprendedor –mediante métodos con enfoque de género-, ya que se
debe buscar compensar la brecha existente de género en la categoría de
empleadores, en que la mujer cubre solamente un 35% del total;
o desarrollar e identificar proyectos empresariales para jóvenes empresarias en
conjunto con los gremios de mujeres empresarias, que puedan servir de ejemplo y
modelo de emulación a las jóvenes, las cuales pueden tener un interés en la
actividad independiente, mas cuyo conocimiento de las posibilidades de la
empresa no es suficiente.

3. Fomento e integración de las capacidades emprendedoras de jóvenes rurales


Como se planteó arriba, los jóvenes de origen rural en los países de la región tienen pocas
posibilidades de poner en práctica sus competencias emprendedoras, las cuales –de otro
lado- tampoco cuentan con un contexto de aliento y promoción institucional. Además de
las normas internacionales relativas al empleo y potencial empresarial, la OIT tiene un
mandato especial para propiciar el avance de los derechos y las oportunidades
económicas de las poblaciones indígenas y sus sectores juveniles (Convenio 169 para la
promoción de las poblaciones indígenas). Este instrumento puede constituirse en el marco
de acciones dirigidas al fomento del espíritu emprendedor en las formas empresariales
propias del sector rural de muchos países de la región con importantes sectores indígenas.

En esta perspectiva, la OIT puede aportar enfoques e instrumentos que apoyan el


desarrollo del conocimiento de la empresa entre los jóvenes rurales como una alternativa
ocupacional vinculada al desarrollo de sus culturas y sus territorios. Así, se han reunido
experiencias de formación para el empleo con poblaciones indígenas en Centroamérica
(Olguín, 2005), y también el Centro Internacional de Formación OIT de Turín y la
Oficina para los Países Andinos vienen trabajando algunos instrumentos específicos de
promoción empresarial para poblaciones Aymara y Quechua.

4. Estímulo del potencial emprendedor asociativo de los jóvenes


Como se mencionaba líneas arriba, la OIT enfatiza la necesidad de fomentar más que un
solo tipo de organización emprendedora y promueve diferentes formas de
emprendimiento social. En particular, promueve las cooperativas (a partir de sus normas
sobre esta forma empresarial, de las cuales la más reciente es la Recomendación 193 del
2002 sobre la promoción de las cooperativas) así como la responsabilidad social en las
empresas privadas.

Potencial juvenil emprendedor en la región 21


Siendo el potencial empresarial con orientación social una exigencia del rol cada vez
mayor que asume la empresa en el desarrollo económico, la OIT puede contribuir a
desarrollar estas modalidades empresariales como una alternativa importante para los
jóvenes. En tal sentido, la OIT puede contribuir a orientar el diseño de un entorno
apropiado para las formas asociativas en la economía, que fomente la economía social y
la participación juvenil en ella.

Potencial juvenil emprendedor en la región 22


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