Tueros OEI
Tueros OEI
Tueros OEI
Mario Tueros
Especialista Principal en el Desarrollo de Pequeñas Empresas y Cooperativas
Oficina Subregional de la OIT para los Países Andinos
2007
Índice
INTRODUCCIÓN: LA JUVENTUD EMPRENDEDORA Y LA APERTURA DE OPORTUNIDADES ......................... 2
AUTOEMPLEO Y CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL........................................................................... 2
FACTORES EN EL DESARROLLO DE LA CAPACIDAD JUVENIL EMPRENDEDORA ......................................... 3
1. Los factores de contexto social, económico, demográfico e institucional ....................................... 3
2. Jóvenes emprendedores y su inserción en mercado laboral ............................................................ 4
3. Valores, disposiciones psicológicas y educación en la capacidad emprendedora juvenil .............. 5
4. Expectativas juveniles, empresarialidad latente y la independencia personal ................................ 6
5. Fases en el desarrollo de la capacidad emprendedora.................................................................... 7
a) La fase pre-empresarial ........................................................................................................... 8
b) La fase emprendedora incipiente............................................................................................. 8
c) La fase emprendedora emergente ............................................................................................ 9
Razones para apoyar la opción empresarial entre los jóvenes............................................................ 9
POLÍTICAS E INSTRUMENTOS PARA LA PROMOCIÓN DE CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL ............ 10
1. Promoción de un entorno cultural y social favorable a la alternativa empresarial .................... 10
2. Creación de un entorno regulatorio favorable a la empresa juvenil........................................... 10
3. Fomento a la educación empresarial juvenil.............................................................................. 11
4. Promoción de servicios para mejorar el autoempleo y la empresa de los jovenes.................... 12
a. Acceso a espacio e infraestructura......................................................................................... 12
b. Información técnológica y acceso a mercados ..................................................................... 13
c. Servicios Financieros............................................................................................................. 13
d. Servicios de desarrollo empresarial ....................................................................................... 13
e. Programas de formalización .................................................................................................. 14
Enfoque de género y capacidad emprendedora juvenil ..................................................................... 14
Asociatividad y jóvenes emprendedores............................................................................................. 15
Capacidad emprendedora juvenil y pueblos indígenas...................................................................... 16
LA OIT EN LA REGIÓN Y LA CAPACIDAD EMPRENDEDORA JUVENIL ...................................................... 17
a) Formación Juvenil Pre-Empresarial ............................................................................................. 17
b) Formación y Asesoría de Emprendedores Incipientes en la Gestión de MyPE............................. 18
AREAS PARA EL FUTURO TRABAJO DE OIT CON EMPRENDEDORES JUVENILES ...................................... 20
1.Fortalecimiento de la formación juvenil emprendedora en el sistema educativo ....................... 20
2. Desarrollo de capacidades para la joven empresaria.................................................................. 20
3. Fomento e integración de las capacidades emprendedoras de jóvenes rurales .......................... 21
4. Estímulo del potencial emprendedor asociativo de los jóvenes................................................. 21
Referencias ......................................................................................................................................... 23
En cada país hay un sector importante de jóvenes que también optan por la empresa y el
autoempleo. Éstos provienen de estratos sociales más afluentes, gozan de mejores niveles
educativos, de familias con más recursos para apoyar sus opciones empresariales, de contactos
sociales que les permiten un mayor acceso a recursos críticos para la consolidación de sus
emprendimientos y de otros elementos que configuran mejores oportunidades para el desarrollo
de la opción empresarial que los jóvenes de estratos pobres (Diez de Medina, 2001). Tal grupo es
el que constituye las opciones empresariales dinámicas en la mayoría de países de la región y,
como señala el BID, es el que se responsabiliza por la creación de futuras empresas dinámicas en
términos de generación de empleo e ingresos (Llisterri y otros, 2006). El BID indica igualmente
que las barreras de acceso a los servicios de desarrollo empresarial afectan especialmente a los
jóvenes de sectores pobres, lo cual explica que, al contrario de lo que ocurre en Asia, el origen
social de los emprendedores jóvenes tenga en América Latina una mayor composición de
sectores medios y altos.
Esta definición permite asociar la capacidad empresarial con la perspicacia para reconocer
oportunidades de creación de valor, y no se vincula a ningún tipo particular de empresa, de las
cuales se admiten varios tipos: la económica, la social, la pública, entre otras.
Importancia del crecimiento económico para mantener bajas tasas de empleo juvenil y reducir
recurso al autoempleo por necesidad: Ha sido una posición permanente de la OIT (Freeman,
2005) insistir en que una tasa sostenida de crecimiento económico es la mejor política de empleo
juvenil, y que también es la que evita que los jóvenes recurran al autoempleo por necesidad para
obtener ingresos y sobrevivir. Esta es tarea conjunta de los actores económicos, ejerciendo la
responsabilidad generacional que les toca para asegurar mejores condiciones de vida a la
juventud.
Mayor peso relativo de los segmentos juveniles en el mercado laboral de los países. En relación
con este punto, Jaramillo (2006) apunta a un elemento estructural decisivo para la opción por el
autoempleo entre los jóvenes: el incremento reciente y notable de la proporción de jóvenes en la
Población en Edad de Trabajar (PET) en la región. No es necesariamente su peso absoluto en la
estructura demográfica de los países, sino la irrupción de las cohortes juveniles en el mercado de
Sin embargo, hay que tomar en cuenta la diversidad de situaciones nacionales o subregionales en
este punto. Frente al elevado nivel relativo de desocupación de los jóvenes en la región, que
asciende casi a tres veces el nivel de desocupación de los adultos (OIT, 2006), la opción de
trabajo independiente o Cuenta Propia no se puede ver solamente en el contexto de su contraste
con el empleo asalariado. Es necesario verla también en el cotejo con el trabajo doméstico y el
familiar no remunerado, que denotan niveles diferentes de organización de la estructura
ocupacional, según la afecte el peso de la industria y los servicios urbanos, el grado de pobreza,
la participación de la mujer y otros factores. Así, la relación entre trabajo juvenil por Cuenta
propia, Trabajo Asalariado, Doméstico y Familiar No Remunerado tiene un balance diferente
entre tramos de edad juvenil según países y subregiones (como lo señala la tabla 1, que compara
La primera forma se da en países que tienen una estructura de empleo con un sector informal
alto, nivel primario o mediano de desarrollo industrial, y tasas lentas de crecimiento. Ello
también sugiere una falta de oportunidades de desarrollo específicas para –entre otras rutas- la
empresa y el autoempleo, y la necesidad de aplicar políticas públicas vigorosas para corregir tal
situación. La segunda forma se da en economías con mediano o avanzado nivel de desarrollo,
que otorgan espacios laborales a los jóvenes con determinadas condiciones, y que dedican
políticas y recursos especiales al empleo juvenil y sus alternativas, incluyendo la empresa y el
autoempleo.
Argentina Asala- Cuenta Patron Servic TFNR Ecuador Asala- Cuenta Patron Servic TFNR
riado Propia Domes riado Propia Domes
’99:15-19 85.2 8.9 0.0 n.D 6.0 ’99: 15-19 55.8 11.5 0.8 13.1 18.9
’99:20-24 89.2 7.9 1.0 n.D 1.9 ’99: 20-24 69.8 14.3 2.6 6.2 7.2
’99:25- + 70.2 23.0 5.9 n.D 0.8 ’99: 25- + 50.6 30.6 9.8 4.6 4.4
Buena parte de las teorías sobre la capacidad emprendedora han hecho hincapié en la
importancia de los factores psicológicos en la aparición, formación y emergencia de dicha
capacidad. Aunque lo anterior no es unánime (Blanchflower y Oswald, 1998, recogen el hallazgo
de estudios de panel sobre empresarios cuyos puntajes en pruebas psicológicas diversas no
muestran cambios luego de varios años), se ha podido mostrar que las características
psicológicas asociadas con la capacidad empresarial pueden requerirse de manera distinta según
la fase del proceso emprendedor (Chigunta, 2002). Asimismo, la capacidad empresarial se
manifiesta en una variedad de estilos y estrategias fuertemente influenciadas por las
características psicológicas del empresario, en interacción con el entorno sociocultural e
institucional que le toque enfrentar. Ello requiere que se identifique las mejores formas de
promover estos rasgos entre los jóvenes y aumentar las probabilidades de éxito en las empresas
que formen o integren.
En esta región, se pueden verificar también las mismas inclinaciones de los jóvenes hacia una
opción ocupacional independiente, a pesar de que el motivo principal para la misma sea, como lo
revelan recientes entrevistas focales con grupos de jóvenes de varios países (Espinosa, 2005), no
ya escapar de las jerarquías como en el mundo desarrollado, sino evitar los problemas de un
desempleo prolongado y conseguir un ingreso rápido, aunque en precarias condiciones. Además,
Fuente: TechnoServe.
Elaboración propia
Cabe distinguir en ella las fases siguientes: una primera etapa o fase Pre-Empresarial, que va de
los 15 a los 18 años, en los que la joven se prepara e informa sobre la actividad productiva
empresarial, sin asumir aun ninguna tarea efectiva conducentes a la práctica de una unidad
productiva. La segunda etapa es la fase Empresarial Incipiente, que va de los 18 a los 21 años,
donde se van dando los primeros pasos de organización de la actividad independiente, se realizan
las primeras decisiones de inversión y se orientan los primeros planes del negocio. Finalmente, la
fase del Empresario Emergente, que corresponde a los 21 años en adelante, se vincula con la
conducción empresarial de cierta experiencia y el conocimiento técnico apropiado en la rama del
negocio.
- Se crean oportunidades de empleo para jóvenes autoempleados y para otros jóvenes que
ellos emplean;
- Se llega hasta la juventud excluida y marginal y se la integra en la economía;
- Se da a al joven un sentido de identidad y pertenencia;
- Los negocios propios ayudan a abordar algunos de los problemas socio-psicológicos y
delincuencia que surgen de la falta de ocupación
- La formación empresarial ayuda a los jóvenes a desarrollar nuevas competencias y
experiencias que pueden aplicarse a otros desafíos en la vida;
- Se promueve la innovación y perseverancia en la juventud,
- Se promueve el desarrollo y revitalización de las comunidades locales mediante la
provisión de bienes y servicios de valor agregado;
- Se aprovecha la capacidad de respuesta que los jóvenes emprendedores pueden tener
frente a nuevas tendencias y oportunidades económicas;
El análisis de los diferentes factores que alientan o no la capacidad empresarial de los jóvenes en
la región deriva en varias lecciones. La primera es aplicar las políticas e instrumentos favorables
a su desarrollo en los niveles siguientes:
La educación tiene una estructura formal en cada país que debe ser utilizada para difundir
los principios de la cultura empresarial. Si bien los esfuerzos de capacitación y educación
realizados por sectores privados y no gubernamentales revisten importancia y van en la
dirección correcta, no pueden llegar a tener la escala necesaria para afectar la cultura y
los valores en la sociedad en general. Dicha estructura formal tiene niveles y modalidades
que deberían incluir contenidos y programas referidos al papel y tareas del empresariado
en la sociedad y su relación con el desarrollo económico. Por tanto, cada programa de
educación empresarial que se imparta en la escuela regular (primaria, secundaria o
técnica), en modalidades alternativas (formación profesional, compensatorias, etc.), o en
el nivel superior puede ajustar sus contenidos a las necesidades específicas de los
jóvenes participantes (Haftendorn y Salzano, 2003).
Así, los programas que apuntan al largo plazo se diseñan con un contenido dirigido a
formar competencias, informar de procesos y desarrollar actitudes y valores
empresariales sin un fin de aplicación concreta inmediata. Más que apuntar a la
constitución de empresas juveniles reales, estos programas crean espacios para la
exploración de modelos empresariales y de sus posibilidades asociativas (hay importantes
movimientos de cooperativismo escolar en la mayoría de países), sectores de actividad y
del rol que juega la economía en el desarrollo local. No hay (o debería haber)
preocupaciones mayores con aspectos relativos a la constitución o condiciones
específicas para el funcionamiento real de la organización productiva.
En los programas dirigidos al mediano y corto plazo, el objetivo formativo suele dirigirse
a la formulación del proyecto empresarial y al análisis de sus condiciones de factibilidad,
así como del acceso a los factores de producción y sus requisitos de legalidad para el
funcionamiento. Aquí, el fin del proceso formativo se dirige al plan de negocios como
resumen aplicado de los conocimientos adquiridos, y se informa de los requerimientos
necesarios para su puesta en práctica. Sin embargo, el paso a la ejecución y sus
Los temas de educación empresarial requieren de condiciones de diverso tipo, siendo una
de las centrales las de carácter institucional. Debido a su carácter transversal, la
promoción de la educación empresarial juvenil implica la concertación pública-privada,
que involucre la participación –al menos- de los Ministerios de Educación, Trabajo y
Producción (Industrias) en un esfuerzo al que deben sumarse gremios de empleadores y
trabajadores, así como las organizaciones de PYME y las no gubernamentales interesadas
en el tema. La agenda de una acción coordinada debería contar con ciertos elementos
comunes, como un marco curricular que admita la educación emprendedora como tema
esencial en la currícula nacional y regional que dirige los objetivos de la educación. Ello
permitiría no solo la legitimación de los esfuerzos diversos de creación de materiales,
desarrollo de contenidos y formación docente, sino que reforzaría dicho interés por la
formación empresarial juvenil mediante la asignación de recursos públicos.
Recientemente, países como Colombia y Perú han pasado leyes que afectan la currícula
nacional para fomentar la formación de la capacidad emprendedora a través de la escuela,
en el caso colombiano desde la primaria en adelante (Colombia, 2006), y en el peruano
en los últimos años de la secundaria (DINESST, 2004).
Hay que mencionar, sin embargo, que el énfasis en la escuela como centro de formación
de la capacidad emprendedora juvenil (en ese momento asociativa) ya había sido puesto
en varios países de la región desde la décadas de los 60 hasta los 80 través de la
promoción del cooperativismo educacional. En Argentina, Brasil, Colombia, Chile
(1972), México y Perú (1964), entre otros, se aprobaron leyes especiales o se mencionaba
la cooperativa escolar en la legislación cooperativa general como modalidad de
aprendizaje práctico de esta forma empresarial en la escuela.
C. SERVICIOS FINANCIEROS
En cuanto a los servicios financieros, el hecho de que la mayoría de
emprendedores juveniles no constituyan sujeto de los mismos por su incapacidad
de presentar garantías debido a su corta vida empresarial, requiere programas
especiales dirigidos a eliminar estas trabas o compensar sus efectos. El círculo
vicioso de negación del crédito, incapacidad de crecimiento y aumento del riesgo
de desaparición debe romperse con la intervención de actores públicos o privados
que asuman (o compartan) el gran riesgo de la empresa juvenil, en lugar de
dejarlo al joven y su familia.
E. PROGRAMAS DE FORMALIZACIÓN
Ocupan un lugar apropiado como instrumento promocional de la empresa juvenil,
ya que la mayor parte de los negocios de jóvenes se forman y permanecen en la
informalidad. En este punto, los servicios de asesoramiento sobre licencias,
regímenes tributarios, acceso a la seguridad social, contratación de personal, etc.,
deberían estar disponibles en la mayor cantidad posible de lugares que frecuentan
los jóvenes emprendedores, desde municipios hasta centros de esparcimiento.
Dentro de las medidas de promoción del potencial empresarial de la joven emprendedora, pueden
figurar:
Durante los 60 y 70 hubo mucho interés en varios países por ensayar a través de la modalidad
cooperativa una vía de promoción de la capacidad emprendedora entre los jóvenes. Esta
modalidad ha seguido existiendo ininterrumpidamente en algunos de ellos (los que cuentan con
movimientos cooperativos sólidos), mientras que en otros el interés público en la vía asociativa
ha declinado mucho.
En aquellos países donde el interés subsiste, hay esquemas institucionales sólidos de promoción
del cooperativismo escolar o universitario en los que los jóvenes tienen papel central como
protagonistas del empresariado asociativo. Existe cooperativismo escolar oficializado y
promovido por el Estado en Argentina, México, Chile, Colombia, Brasil y otros, mientras que en
Canadá y EEUU se busca reinventar el cooperativismo con el aporte juvenil (Smith y otros,
2005).
Las culturas indígenas de la región divergen en su apreciación del potencial empresarial. Es claro
que se manifiesta con mayor claridad y está adaptado a la economía de mercado en algunas
culturas indígenas más que en otras (Peredo y otros, 2004). Los Otavalo ecuatorianos, los
Aymara bolivianos y peruanos, entre otras poblaciones indígenas, pueden mostrar grados
importantes de manifestación de un potencial empresarial en la economía que se ha proyectado
luego a las esferas social y política. Sin embargo, hay también culturas donde este potencial o no
está presente en las formas culturales propias o está bloqueado por la pobreza y las barreras de
acceso a recursos que impiden su manifestación.
Tres dimensiones son fundamentales en la consideración del potencial empresarial juvenil de las
poblaciones indígenas. Primero, las poblaciones indígenas en la región sufren en general una
postración económica secular que está a la base de la gran incidencia de pobreza extrema y que
se suma a la marginación cultural que las aqueja. La situación de los jóvenes es un reflejo fiel de
este rezago, y en especial la de las mujeres jóvenes indígenas. Hay que tener en cuenta que la
capacitación y el empleo se obstaculizan por la inadecuada vivienda, agua y saneamiento, la
inadecuada infraestructura vial y de telecomunicaciones. El desempleo que incide en las áreas de
residencia indígena se suele abordar mediante programas de asistencialismo de diverso tipo, que
fortalecen una cultura de dependencia de subsidios y se convierten en barrera para promover el
potencial emprendedor.
Segundo, de las formas emprendedoras que se conocen utilizadas por poblaciones indígenas en la
región, un denominador común a casi todas es el uso de mecanismos asociativos de diverso tipo
para su organización y funcionamiento. Desde la comunidad indígena hasta las empresas
comunitarias, incluyendo las redes empresariales de base étnica en las que se integran los
jóvenes migrantes indígenas al buscar trabajo en las ciudades capitales o las de los países
receptores, la asociatividad se vincula a las pautas de reciprocidad. Aunque está pendiente un
mejor conocimiento de tales formas indígenas de empresa, es preciso que su promoción tenga en
cuenta la dimensión asociativa en sus propuestas.
Finalmente, hay un aspecto que tiene que ver con la prioridad del espacio rural para el potencial
empresarial indígena. El campo es todavía el escenario donde el desempleo y subempleo
juveniles son los más intensos, lo cual está a la base del fenómeno de la migración rural-urbana
que no pierde intensidad y que más bien se estimula de nuevo con la globalización. La necesidad
de atender la crisis de empleo rural requiere imaginativas formas de promoción de la capacidad
empresarial, adaptada a las características productivas y culturales en cada población indígena.
Una agenda para este propósito incluye desde las formas y roles empresariales a ser promovidos
entre los jóvenes indígenas, los métodos y técnicas de transferencia y adaptación de
conocimientos, los sectores prioritarios (desde infraestructura y servicios hasta agroexportación y
Del mismo modo en que se plantea en otros espacios reflexivos para la acción de la OIT, el
objetivo de la intervención de la OIT en este ámbito debe ser el fortalecimiento del entorno
favorable a la acción emprendedora de los jóvenes, al menos en igualdad de condiciones a las
que ya posee la opción asalariada (White y Kenyon, 2001; Rosas y Rossignotti, 2005, White y
Kenyon, 2001).
La OIT desarrolló en los 90, desde el CIF-OIT de Turín, un programa de formación dirigido
a desarrollar la vocación empresarial de los jóvenes escolares conocido como “Conozca De
Empresa” (o por su sigla, CODE), que corresponde al original “Know About Business” (o
KAB). Este programa, que se adaptó a las necesidades de la región desde la Oficina
Subregional Andina desde fines de los 90 (OIT, 2001 (orig. inglés 1996)), tiene como fin
transmitir conocimientos y desarrollar competencias sobre la creación y puesta en marcha de
una empresa a los jóvenes escolares de los últimos años de educación secundaria regular y
técnica. Para el efecto, se vale de un programa de capacitación dirigido a los maestros
secundarios que tienen a su cargo las materias afines al tema (como economía, educación
laboral, etc.) según lo disponga el currículo sobre el que se implemente. A su vez, cuando los
maestros reciben su formación (que se puede impartir en aproximadamente una semana
usando los materiales mencionados), quedan habilitados para desarrollar un curso con sus
estudiantes sobre introducción a la empresa (que puede durar unas 100 horas de trabajo
lectivo). Para organizar este esfuerzo, es importante que exista una red de apoyo, prestada
Esta línea de trabajo la ha desarrollado la OIT mediante varios proyectos ejecutados en países
andinos y centroamericanos. Partiendo de un diagnóstico de las carencias formativas de la
juventud que realiza actividades de autoempleo en el mercado de trabajo local, la OIT ha
dirigido algunos de sus productos de capacitación para la MYPE hacia los jóvenes tratando
de adaptarlo a sus necesidades y a las características del programa de acción juvenil diseñado
por su organización colaboradora.
La oferta formativa para tales jóvenes emprendedores está basada en el programa “Inicie /
Mejore Su Negocio (IMESUN)” (OIT, 1999 (cuarta edición: 2003); OIT, 1997 (segunda
edición: 2005)), adaptación del conocido como Start / Improve Your Business (SIYB) que la
OIT ha llevado a todas las regiones y países para trabajar con empresarios de pequeña escala.
El propósito del mismo es impartir un conjunto de conocimientos y competencias básicas
En Perú hay casos de ambos tipos de concurso: el denominado “Haz Realidad Tu Negocio”
que realiza anualmente la entidad no gubernamental CID (Linares, 2002; CID, 2001), y el
concurso escolar “Escuela Emprende” que convoca el Ministerio de Trabajo y socios
privados. Este último es un buen ejemplo de la versatilidad de los programas como CODE e
ISUN, ya que se les adaptó a ambos para las características del concurso en forma de un
nuevo programa que duraba menos tiempo en su aplicación y se ajustaba a las exigencias
competitivas de la modalidad concursal en que intervenía.
Se plantean aquí los siguientes temas para la acción de la OIT sobre el potencial
emprendedor juvenil:
Por eso, además de los diversos métodos formativos que la OIT ha venido desarrollando
y que debería de ampliar más aun, es importante que se cubran áreas que no se han
podido todavía abarcar en la perspectiva de una formación emprendedora juvenil más
eficaz. Así, temas como
o la mayor participación de gremios empresariales y laborales en los programas de
fomento al emprendimiento juvenil (la OIT dispone de programas para optimizar
la gestión de gremios empresariales y canalizar en ellos el aporte juvenil);
o la organización y planificación de los esfuerzos integrales de formación juvenil
emprendedora a través de planes y mapas del conocimiento para el fomento del
empleo juvenil;
o desarrollo de variantes y formas prácticas de aplicación de instrumentos como las
pasantías y aprendizaje de jóvenes emprendedores en formación en las empresas
de asociados de gremios empresariales;
o la vinculación de los programas de emprendimiento juvenil en el sistema
educativo a una visión territorial y nacional inserta en los problemas del
desarrollo local y regional plantea las posibilidades que la OIT puede aprovechar
en su participación en los programas nacionales y regionales de fomento al
emprendedor juvenil.