3..reanimación Cardiopulmonar en La Paciente Embarazada
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Obstetricia
Tabla 1
Principales causas de paro cardiorrespiratorio en el embarazo.
Hoy en día, se dispone del MEOWS (Modified Early Obstetric Warning System), herramienta
que permite detectar precozmente a los gestantes con deterioro de parámetros fisiológicos y
disfunción orgánica que podrían desarrollar PCR materno, con el fin de manejarlos de manera
oportuna en las unidades de cuidados intensivos obstétricos.5
Es muy importante que los profesionales de la salud involucrados en el manejo de
embarazadas (obstetras, enfermeras, médicos generales y de urgencias, anestesiólogos,
intensivistas, entre otros) conozcan los principios fundamentales y más actualizados en el
manejo de PCR en estas pacientes, entiendan que su tratamiento debe ser abordado de
manera interdisciplinaria y que deben prepararse en escenarios de simulación, con el fin de
obtener competencias técnicas y no técnicas orientadas a mejorar los desenlaces en el
binomio.5
Cambios fisiológicos durante el embarazo que dificultan su
reanimación
Para el manejo óptimo de un paro cardíaco en la embarazada deben tenerse en cuenta los
cambios fisiológicos del embarazo y su relación con la reanimación:
Vía Aérea: las pacientes embarazadas, por definición, son de vía aérea difícil. La intubación
fallida tiene una incidencia de aproximadamente 1:300 y existe una relación entre la
morbilidad y la mortalidad materna, esto ha dado lugar al desarrollo de estrategias
especializadas de manejo.6 Los cambios fisiológicos del área superior superior incluyen:
hiperemia, hipersecreción y edema; estos cambios aumentan la friabilidad de la mucosa que
puede dificultar la visualización y hemorragia especialmente en manipulaciones repetidas.
Además, la vía aérea en el embarazo es pequeña por lo que se recomienda el uso de tubos
excesiva.8 Durante el embarazo por la elevación del diafragma se requieren bajos volúmenes
pulmonares, por lo que se debe evitar la hiperinflación y disminuir el riesgo de
broncoaspiración, además de la disminución del tono del esfínter esofágico inferior.8 Los
cuatro puntos importantes a considerar en la embarazada son:
1. Mantener y monitorizar la oxigenación.
2. Evitar la alcalosis respiratoria.
3. Ajustar volúmenes pulmonares bajos.
4. Tener en cuenta el riesgo elevado de broncoaspiración.
Circulación: la principal consideración durante el paro cardiorrespiratorio de la embarazada es
la compresión cava-aorta del útero grávido, la que puede comprimir la vena cava y disminuir
la precarga y el volumen de choque, sobre todo, después de la semana 20 de gestación. Sin
embargo, se ha observado que el útero grávido desde la semana 12 de gestación ya tiene
Lo ideal sería que el paro cardiaco, durante el embarazo, fuera siempre presenciado y que las
pacientes se encontraran adecuadamente monitorizadas, con un acceso venoso apropiado,
oxígeno, fármacos de emergencia, y un desfibrilador disponible de manera inmediata. Sin
embargo, no es una entidad que se presente de manera frecuente, por lo que la velocidad
con la que se realiza el diagnóstico y la consistencia en el manejo apropiado varía.
Toda vez que una causa potencialmente reversible de PCR se presume, se tiene que iniciar
una resucitación agresiva y prolongada. Es importante recordar que aunque el PCR en el
embarazo es poco frecuente, se debe tener un resultado favorable al menos en 80% de los
casos.10
Los ritmos cardiacos asociados con el PCR están divididos en dos grupos : ritmos
desfibrilables, como FV (fibrilación ventricular) y TV (taquicardia ventricular) y ritmos no
desfibrilables, como AESP (asistolia y actividad eléctrica sin pulso). La principal diferencia en
el tratamiento de estos dos grupos de arritmias es la necesidad de una desfibrilación pronta y
oportuna en aquellos pacientes con FV o TV. Los actos subsecuentes, incluyendo
compresiones torácicas de alta calidad y mínima interrupción, manejo de la vía aérea y una
adecuada ventilación, acceso venoso con la administración de adrenalina y la corrección de
las alteraciones reversibles, son comunes en el tratamiento para ambos grupos.11
Existe un algoritmo de reanimación que es aplicable para todos los eventos de PCR,
independientemente del tipo de paciente o del área hospitalaria o prehospitalaria en donde
suceda. La intervención, que de manera incuestionable mejora el pronóstico después del PCR,
es una rápida y efectiva aplicación de las maniobras básicas de reanimación, compresiones
torácicas de alta calidad e ininterrumpidas y una desfibrilación temprana en FV/TV. El uso de
adrenalina ha demostrado un incremento en la posibilidad de que el paciente tenga una REC.
Sin embargo, la no utilización de fármacos de resucitación o medidas avanzadas de la vía
aérea incrementa la sobrevida tras ser egresados del hospital.12
Ritmos desfibrilables
gases de la sangre venosa central provee un estimado más cercano a lo que realmente pasa
a nivel tisular.
FV/TV persistente
Si la TV/FV persiste, se debe considerar, como primera medida, cambiar las paletas del
desfibrilador de posición, así como revisar y tratar todas las causas potencialmente
reversibles. Además, la persistencia puede indicar una intervención coronaria percutánea o
trombolisis. Sin embargo, en estos casos, se debe contar con un dispositivo mecánico para
mantener una reanimación de calidad y por periodo prolongado.18
La duración de cualquier intento de reanimación es determinado por juicio clínico, tomando
en consideración las circunstancias y la proyección de un desenlace satisfactorio. Si se
considera apropiado iniciar la resucitación, se debe considerar continuarla por lo menos
mientras el paciente se mantenga en FV/TV.
Monitorización de parámetros fisiológicos.
Si se encuentra disponible la monitorización continua con capnografía o capnometría, puede
servir de manera efectiva como retroalimentación de las compresiones torácicas.
Ritmos no desfibrilables
La AESP (actividad eléctrica sin pulso) es definida como un paro cardiaco con la presencia de
actividad eléctrica que normalmente estaría asociado a un pulso palpable. Estos pacientes, a
menudo, tienen algunas contracciones miocárdicas, pero son demasiado débiles para
producir un pulso detectable o presión arterial. La AESP regularmente es causada por
condiciones reversibles y puede ser tratada si estas condiciones son correctamente
identificadas. Sin embargo, la sobrevida asociada a asistolia y a AESP es menor, a menos que
se identifique la causa y sea tratada efectivamente.
Si el ritmo inicial identificado en el área de quirófano es AESP o asistolia, se debe iniciar la
RCP por dos minutos, sin pausas durante la ventilación y administrar 1 mg de adrenalina
inmediatamente. Además, sin detener la RCP, se debe verificar la correcta colocación de las
derivadas del monitor. Al término de los primeros dos minutos, se debe verificar el ritmo, si
se mantiene la asistolia, se debe reiniciar con compresiones de manera inmediata; si se
obtiene un ritmo organizado, se debe detener brevemente para verificar el pulso. Ante la
duda de la presencia del pulso, se deben reiniciar las compresiones, y administrar
alternadamente durante cada ciclo 1 mg de adrenalina. En el momento en que se obtenga el
pulso, se deben iniciar los cuidados posresucitación. Si durante la reanimación regresa algún
signo de vida, se revisa el ritmo y se palpa el pulso.
Siempre que se haga el diagnostico de asistolia, se verifica el ECG cuidadosamente en busca
de ondas P, ya que este posiblemente responda a un marcapaso cardiaco. Si existe alguna
duda sobre si el ritmo es asistolia o un FV fino, no se realiza la desfibrilación, se mantienen las
compresiones y la ventilación. Mantener la reanimación de buena calidad, puede mejorar la
amplitud y la frecuencia de la FV, y la posibilidad de una adecuada desfibrilación que nos
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En general, los algoritmos de resucitación durante PCR son los mismos, independientemente
de si la paciente está o no embarazada. Sin embargo, es fundamental que se consideren las
siguientes excepciones:20
La maniobra de Heimlich está contraindicada en el embarazo después de las 20 semanas. Si
es necesario liberar la vía área, se pueden aplicar compresiones torácicas.
Se debe desplazar el útero a la izquierda para incrementar el retorno venoso. Esto se logra de
diferentes maneras: puede ser un desplazamiento manual del útero por algún miembro del
equipo de reanimación, posicionar al paciente inclinándola del lado izquierdo en la mesa de
operaciones, colocar una toalla o una sábana del lado de la cadera derecha del paciente,
utilizar una cuña o la parte desmontable posterior de una silla, o utilizar una tipo Cardiff. Esta
cuña está hecha específicamente para la RCP en mujeres embarazadas con un ángulo
calculado de 27 grados, el cual fue calculado de manera experimental cuando Rees y Willis
midieron la fuerza de resucitación en maniquís en la posición supina para que fuera 67 % del
peso corporal comparado con 36 % en la posición supina lateral. A 27 grados de inclinación, la
fuerza de resucitación fue de 80 %, la misma que se puede alcanzar en la posición supina por
completo.21
El manejo agresivo e inmediato de la vía aérea es fundamental, se debe realizar presión del
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bicarbonato cruza fácilmente la placenta de manera lenta. Con una corrección rápida de la
acidosis metabólica materna, la compensación respiratoria del paciente puede detenerse
cuando se normalice la presión parcial de PCO2 (dióxido de carbono). Por lo tanto el PCO2 del
feto puede incrementar, lo que lleva a una reducción de su pH. Por lo que una ventilación y
Los factores agravantes para los que existe un tratamiento específico deben ser considerados
durante cualquier PCR. Para una adecuada y fácil identificación y corrección se han dividido
en dos grupos de acuerdo a su letra inicial: H y T.
Las cuatro H
Se debe minimizar el riesgo de hipoxia asegurando que el paciente esté ventilado
adecuadamente con oxígeno al 100 % durante la reanimación. Es necesario asegurarse de
que haya una adecuada elevación del pecho, y una ventilación bilateral, verificar la adecuada
colocación del tubo endotraqueal y que no se encuentre en un solo bronquio o en el esófago.
La AESP causada por hipovolemia es asociada principalmente por una hemorragia grave. La
cual puede estar precipitada por trauma, sangrado gastrointestinal o ruptura aneurismática
de la aorta. El volumen intravascular debe ser repuesto rápidamente con soluciones
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Existe un enfoque más fisiológico para definir las fases del PCR después de lograr la REC de
acuerdo al tiempo. La fase inmediata después del PCR se define dentro de los primeros 20
minutos tras obtener REC, la fase temprana es desde estos 20 minutos hasta dentro de las
siguientes 6 y 12 horas, este es el momento en que el tratamiento temprano da más
oportunidad de que sea efectivo. Una fase intermedia se identifica entre las 12 y 72 horas,
cuando los mecanismos de daño se mantienen aún activos y se requiere un tratamiento
agresivo. Finalmente, en la fase de recuperación, que se considera después de los 3 días, el
pronóstico es confiable y se pueden determinar las secuelas.24 (Figura 2)
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Estas alteraciones se resumen en los 4 componentes principales del síndrome, que son el
daño neurológico, disfunción miocárdica y la respuesta sistémica a la isquemia y reperfusión.
La fisiopatología de este síndrome es complicada y parcialmente desconocida. Parece ser,
que se encuentra dominado globalmente por el fenómeno de isquemia y reperfusión, afecta a
todos los órganos, y activa una respuesta inflamatoria sistemática grave pero muy
inespecífica. Durante la isquemia, la reducción del suministro de oxígeno es compensado por
la disminución en las necesidades metabólicas.
Sin embargo, si el metabolismo celular exige una mayor demanda o el tiempo de isquemia es
prolongado, existe una disminución de la síntesis de ATP, lo cual conduce a una
despolarización de la membrana plasmática, abriendo canales dependiente del voltaje en el
sarcolema, cayendo considerablemente el potencial de la membrana de la mitocondria.
Este fenómeno resulta en un incremento de la concentración de calcio intracitoplasmático
responsable directo del daño celular. Esto sucede durante la fase de no flujo, en donde ocurre
el daño celular inicial. La fase de reperfusión (fase de bajo flujo) así como la fase de
restauración del flujo sanguíneo (creada por las compresiones o de manera espontánea) son
las responsables de la formación de radicales libres como el anión O2– (superóxido), el H2O2
(peróxido de hidrogeno), y el radical *OH (hidroxilo). Este último, particularmente citotóxico,
conlleva las peores lesiones estructurales y funcionales causando muerte celular; incluso,
altera los citocromos modificando el transporte transmembrana de proteínas, condicionando
un fenómeno de peroxidación lipídica de la membrana.25
El daño al endotelio vascular explica como este fenómeno de isquemia y reperfusión
evoluciona hacia una inflamación sistémica, caracterizada por: producción de citocinas ( IL- 1,
IL-6, IL-8, TNF-α), síntesis de metabolitos del ácido araquidónico, activación del complemento,
expresión de moléculas de adhesión leucocitaria y quimiotaxis de neutrófilos
polimorfonucleares como el origen de la respuesta inflamatoria. El secuestro de los neutrófilos
activados en los pulmones y demás órganos es el principal motor para el desarrollo de una
falla orgánica múltiple. Es posible que las infecciones de origen digestivo estén involucradas,
en relación a la translocación bacteriana por las alteraciones a nivel micro circulatorio de la
mucosa gástrica. Esto explicaría el alto nivel de endotoxinas evidenciado en la mayoría de los
pacientes críticamente enfermos.
La activación de la respuesta infamatoria sistémica asociado con los cambios en la
coagulación, genera un segundo daño endotelial, responsable de la trombosis y del
incremento de la permeabilidad capilar.
Las anormalidades de la coagulación identificadas, incluyen una activación significante de los
factores de coagulación, mientras que los anticoagulantes endógenos (proteína C y S,
antitrombina) disminuyen. Esta coagulación intravascular está implicada en la génesis de
anormalidades microvasculares, que a su vez conducen a más lesiones viscerales. Estas
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alteraciones son comunes en aquellos pacientes que fallecen rápidamente después del
choque posresucitación.26
Manifestaciones clínicas
Regularmente el síndrome tiene múltiples formas de manifestarse. Su intensidad varia y es
proporcional a la duración de la fase de no flujo y bajo flujo, así como las dificultades
encontradas al final de la resucitación. La disminución del flujo cerebral, causado por las
alteraciones hemodinámicas, puede empeorar el pronóstico neurológico de los pacientes.
Choque pos PCR: inicialmente descrito en 1975 por Negovsky,27 es un choque mixto, con
componentes cardiogénicos y vasodilatación, y está caracterizado por una disfunción sistólica
grave pero reversible. Regularmente, la disfunción del ventrículo izquierdo inicia de manera
temprana, minutos después de la REC y revierte tras 48 o 72 horas.
Falla neurológica: el daño neurológico anoxo-isquemico es la principal causa de muerte
ocurrida en pacientes que fueron resucitados tras un PCR. Esta discapacidad neurológica
puede, usualmente, ser detectada desde el tercer día después de la resucitación.
Fallas orgánicas: Si no se aplica un tratamiento específico, el choque pos PCR regularmente
lleva a FOM y muerte. La lesión renal y pulmonar agudas ocurren aproximadamente entre 40
y 50% de los pacientes resucitados tras un PCR. La hipoxia (a consecuencia del edema
pulmonar, contusión pulmonar, atelectasias o aspiración), el choque cardiogénico, la lesión
renal aguda, y la insuficiencia hepática cursan con peor pronóstico y retrasan la recuperación
neurológica. El daño al tracto digestivo, asociado a las alteraciones circulatorias, es fuente
para una falla orgánica a través de la translocación bacteriana y la endotoxemia secundaria.
Enfermedades infecciosas: existen muchos mecanismos que pueden ocurrir después de un
PCR, y que a su vez, predispongan a complicaciones infecciosas. La pérdida de la protección
de la vía aérea, el coma, una contusión pulmonar, los accesos vasculares, la ventilación
mecánica, y el fenómeno de isquemia-reperfusión. La hipotermia terapéutica juega un papel
importante dual, promoviendo el proceso infeccioso y alterando los mecanismos de defensa
del huésped, además de presentar criterios inusuales de infección sistémica
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El manejo médico del síndrome tiene dos principales metas: el tratamiento inicial del choque
y fallas orgánicas, y la optimización de la protección cerebral. (Figura 3)
la medida de lo posible, proceder a los vasoconstrictores, los cuales han sido probados con
buenos resultados como los inhibidores de fosfodiesterasa y Levosimendan, sin embargo, no
existe un estudio en el que se haya demostrado una mayor eficiencia. (Tabla 2)
Tabla 2
-Útil en bradicardia
sintomática, si no
existe disponibilidad de
0.1 a
atropina y marcapaso
0.5 mcg/kg/min
Epinefrina trasnscutaneo
Adulto 70 Kg. (
-Hipotensión Grave
7-35 mcg/min)
-Uso en Anafilaxia con
inestabilidad
hemodinamica.
-Hipotensión grave
0.1 a (Presión sistolica menor -Contraindicación
0.5 mcg/kg/min de 70 mmHg) relativa en hipovolemia
Norepinefrina
Adulto 70 Kg. ( -En sepsis mejora gasto Induce vasoconstricción
7-35 mcg/min) urinario y flujo renal y mesenterica
sanguíneo renal
0.5 a 2
-Hipotensión grave
mcg/kg/min
Fenilefrina (Presión sistolica menor
Adulto 70 Kg. (
de 70 mmHg).
35-140 mcg/min)
-Hipotensión asociada a
Dopamina 5-10 mcg/kg/min
Bradicardia
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-Los efectos
vasodilatadores B2-
adrenergicos del
-El isómero (+) es un isómero (+),
potente agonista beta contrarregula los
Dobutamina 5-10 mcg/kg/min adrenergico , el efectos
isómero (-) un potente vasoconstrictores alfa –
alfa agonista adrenergicos, llevando
a un cambio discreto
en la reducción de
resistencias vasculares
El tratamiento en general con líquidos, inotrópicos y vasopresores debe ser guiado con base
en la presión arterial, frecuencia cardiaca, gasto urinario, el grado de depuración de lactato y
la SvO2 (saturación venosa central); y los monitores cardiacos no invasivos pueden ayudar a
guiarlo. Si el tratamiento con líquidos y vasopresores es insuficiente para dar un adecuado
soporte de la circulación, se debe considerar la aplicación de un balón intraaórtico de
contrapulsación.30
Existe controversia sobre las metas de la presión arterial para un mejor desenlace en el
paciente después de un PCR, algunos estudios aleatorios no obtuvieron una diferencia entre
PAM (presiones arteriales medias) mayor que 100 mmHg o menor que 100 mmHg, 5 minutos
después de la REC.31 Sin embargo, se asocia una recuperación funcional adecuada con
presiones arteriales altas durante las primeras dos horas después del PCR. En ausencia de un
parámetro definitivo establecido, de momento, se sugiere mantener una TAM que permita un
adecuado gasto urinario (1 ml/kg/hr), y un decremento satisfactorio de los niveles plasmáticos
del lactato sérico.
Se está nutriendo la experiencia con el uso de soporte circulatorio por una membrana extra
corpórea de oxigenación después del PCR, demostrando resultados prometedores e impacto
sobre la mortalidad.
El síndrome coronario agudo es la principal causa de PCR en quien lo sufre fuera del hospital.
Existen cambios agudos en la placa coronaria de 40 a 86 % de los casos después de un PCR y
de 15 a 64 % en la necropsias.32 Está reconocido que los pacientes con síndrome pos PCR con
elevación del segmento ST, deberían ingresar a una coronariografía temprana y angioplastia
percutánea, sin embargo, el dolor torácico y la elevación del segmento ST son predictores
pobres de una oclusión coronaria aguda en estos pacientes. Por lo que en todos los pacientes
con factores de riesgo o sospecha de enfermedad coronaria se debe realiza la angioplastia.
Muchos estudios indican que la combinación de hipotermia terapéutica y la angioplastia
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cerebral ligado a la actividad neuronal.33 Por lo que se debe mantener una presión arterial
media normal reflejada en una adecuada presión de perfusión normal.
Control de la hematosis: en todos los casos se debe evitar la hipoxemia, incrementando la
fracción inspirada de oxígeno para mantener una saturación de oxígeno por arriba de 92 %,
para que permanezca el adecuado transporte de oxígeno a los tejidos periféricos. La
hipocapnia debe ser evitada, ya que reduce el flujo sanguíneo cerebral. Y la hiperventilación
puede ser la responsable de incremento en la presión intracraneana, debido a un aumento en
la presión positiva al final de la expiración. Contrariamente, la hipercapnia produce
vasodilatación cerebrovascular e incrementa también la presión intracraneana, por lo cual se
debe evitar. Lo recomendable es una monitorización estrecha del CO2 expirado y de gases
fenitoina, valproato de sodio, propofol o barbitúricos. Puede ser complicado manejar las
mioclonías y, en estos casos, la fenitoína es casi siempre inefectiva. La mejor opción de
tratamiento es el clonazepam, como segunda línea se puede utilizar levetiracetam, valproato
de sodio, o propofol. Se debe iniciar una terapia de mantenimiento después del primer evento
y una vez que se descarte un factor precipitante (hemorragia intracraneal, desequilibrio
hidroelectrolitico). No hay evidencia sobre la necesidad de anticonvulsivantes profilácticos
después de un PCR.34
Control glucémico: existe una fuerte asociación entre niveles séricos de glucosa altos y un
pobre desenlace neurológico después de la resucitación tras un PCR. Así mismo, la
hipoglucemia grave está relacionada con una mayor mortalidad en pacientes críticos, y los
pacientes en coma tienen mayor riesgo de hipoglucemia no reconocida. Por lo que, con base
en la literatura disponible, se aconseja mantener los niveles séricos de glucosa menor que
180 mg/dl y mayor que 140 mg/dl. El control estricto de glucosa no debe ser implementado
en los pacientes con REC, ya que incrementa el riesgo de hipoglucemia.
Fármacos neuroprotectores: a pesar de los ensayos realizados, ningún medicamento ha
demostrado eficacia en la fase temprana o tardía para reducir las consecuencias del daño
cerebral anoxo-isquemico después de un PCR. Existen algunos estudios en los que se
demostró la habilidad de la ciclosporina para inhibir la apertura de los poros permeables de
transición de la mitocondria, la eritropoyetina también está en estudio, como posible
neuroprotector.34
Control de la temperatura
Un periodo de hipertermia es común dentro de las primeras 48 horas después del PCR,35 no
existen estudios que demuestren una adecuada relación entre esta y el desenlace del
paciente, pero sí con una recuperación más tardía, por lo que es prudente tratarla una vez
identificada con antipiréticos o medios físicos fríos.
Hipotermia
Dentro de varios estudios experimentales, se ha demostrado que la hipotermia inducida
puede ejercer efectos neuroprotectores a través de múltiples mecanismos de acción:
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o mantener la temperatura:41
Paquetes de hielo o toallas mojadas: se considera una técnica económica, sin embargo,
requiere mayor utilización de los recursos humanos, puede resultar en fluctuaciones de la
temperatura y mucha dificultad para la fase del recalentamiento
Mantas de enfriamiento
Vaporización fría transnasal
Bypass cardiopulmonar
En la mayoría de los casos, es fácil enfriar a los pacientes, después de la REC, porque
normalmente la temperatura disminuye dentro de la primera hora. La fase inicial también es
facilitada por el bloqueo neuromuscular y la sedación, con lo que, además, se previene el
temblor, se puede agregar sulfato de magnesio, ya que tiene la capacidad de reducir el
umbral del temblor. Durante la fase de mantenimiento ,un sistema de enfriamiento con una
monitorización adecuada de la temperatura que evite las fluctuaciones de la misma es lo
preferido. Esto se logra de manera adecuada con sistemas externos o internos que incluyan
una retroalimentación continua de la temperatura para mantener la meta.
La fase de calentamiento se realiza usualmente en un periodo de 12 horas, sin embargo, la
concentración sérica de electrolito y el volumen intravascular efectivo pueden cambiar
rápidamente, por lo que se sugiere realizarlo de manera lenta. Aunque no se tiene un
consenso sobre el patrón de calentamiento ideal, se recomienda una elevación de entre 0.25º
y 0.5º C por hora.42
Cesárea peri mortem
semana 24. Por lo que es necesario tener en cuenta las siguientes sugerencias:
Si la edad gestacional es menor a 20 semanas, una histerotomía de emergencia es poco
probable que mejore la situación.
En edad gestacional de 20 a 23 semanas, una histerotomía puede mejorar la sobrevivencia de
la madre, aunque la fetal es muy poco probable.
En edad gestacional de más de 24 semanas, la cesárea de emergencia puede mejorar la
sobrevida del binomio.
Las características relacionadas con las causas del PCR pueden mejorar la sobrevida del feto
después de una cesárea perimortem, de las cuales se incluye:
Un periodo corto entre el PCR y el nacimiento.
Que no exista una hipoxia sostenida previo al PCR.
Que no existan datos clínicos de sufrimiento fetal antes del PCR.
Que se realice una RCP agresiva y efectiva a la madre desde el inicio del PCR.
Que exista una unidad de cuidados intensivos neonatales disponibles.
El escenario de la cesárea perimortem es esencial para incrementar la sobrevida de la madre
y del feto. Es necesario contar con el equipo apropiado y personal médico entrenado (unidad
de cuidados intensivos neonatales y de adultos). Si el personal considera que la cesárea peri
mortem es factible, se debe activar la alerta de manera inmediata ante la presencia del PCR,
para realizar el procedimiento en los primeros 5 minutos, debiendo mantener la reanimación
durante el acto quirúrgico.20
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