Hornstein, L. Paradig P El Psicoan Complej o Reducc
Hornstein, L. Paradig P El Psicoan Complej o Reducc
Hornstein, L. Paradig P El Psicoan Complej o Reducc
PARA EL PSICOANÁLISIS:
REDUCCIONISMO O COMPLEJIDAD
LU I S H O R N S T E I N
PSYCIENCIA
NUEVOS PARADIGMAS
PARA EL PSICOANÁLISIS:
REDUCCIONISMO O COMPLEJIDAD
Psyciencia.com
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CRÉDITOS
Sobre el autor:
Luis Hornstein, ganador Premio Konex de platino en psicoanálisis (década 1996 a
2006). Sus últimos libros son Narcisismo (Paidós, 2000), Intersubjetividad y Clínica
(Paidós, 2003), Proyecto terapéutico (Paidós, 2004), Las depresiones (Paidós, 2006),
Autoestima e identidad (F.C.E., 2011) Las encrucijadas actuales del psicoanálisisis
(F.C.E, 2013). Puedes escribirle a su email: [email protected] o consultar su
página www.facebook.com/luishornstein
Psyciencia:
Psyciencia es una publicación online dedicada a la difusión de la psicología basada en
la envidencia, incluyendo terapéuticos y neurocientíficos.
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NUEVOS PARADIGMAS
PARA EL PSICOANÁLISIS:
REDUCCIONISMO O COMPLEJIDAD
“He conocido a Niels Bohr que, como usted debe saber, es uno de los más destacados físi-
cos de nuestro tiempo. No obstante no puedo aceptar uno de los puntos que nos explicó sobre
sus teorías, a saber el libre albedrío del átomo. El átomo va a ser ahora excluido del determi-
nismo. Me complació oírle decir que Einstein le había objetado lo siguiente: ‘No puedo imagi-
narme a Dios echando los dados’. Planck también parece poner objeciones diciendo que puede
deberse a una falta de conocimiento de todos los factores, el hecho de que no tengamos idea de
la dirección en que desea ir un átomo.”
“Lo que me dice sobre los grandes físicos es realmente muy notable. Es aquí donde verda-
deramente tiene lugar el colapso de la cosmovisión de nuestros días. sólo podemos esperar y
ver qué ocurre.”
Han pasado más de ochenta años. Sabemos que “Dios juega a los dados”.
Efectivamente el libre albedrío de los átomos existe y la física contemporánea
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cuestiona el determinismo absoluto. ¿Nos sigue motivando lo que motivaba a
Freud? ¿Nos inquieta?
Los paradigmas cambiaron una o más veces en la física, la biología, las neu-
rociencias, las ciencias sociales, la epistemología. Por más que estuviéramos ence-
rrados en un bunker, un saber no nace de sí mismo. El psicoanálisis fue la or-
questación hecha por Freud de los saberes de su época. Y el psicoanálisis es hoy,
o bien la parodia del freudiano, o bien algo que se articula con los saberes de
hoy, la ciencia de hoy y no la del siglo pasado. “Hoy en día es conveniente imple-
mentar una nueva práctica de la cura, un nuevo psicoanálisis más abierto y más
a la escucha de los malestares contemporáneos, de la miseria, de los nuevos dere-
chos de las minorías y de los progresos de la ciencia. Retorno a Freud, sí, relectu-
ra infiel de Lacan, ciertamente, pero lejos de toda ortodoxia o de toda nostalgia
hacia un pasado caduco…” (Roudinesco, E., 2011).
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El psicoanalista no se alimenta sólo de psicoanálisis. Vean, si no, la lista de
los autores leídos por Freud, poetas, filósofos, médicos, historiadores, políticos,
biólogos. Vean cómo mantiene el timón en el mar embravecido de tanta lectura,
que a otro llevaría al eclecticismo o a la dispersión. Podemos atribuirlo a su ge-
nio. Prefiero atribuirlo a su coraje, no menos indudable.
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elegir entre diferentes tipos de impurezas, y a esto se lo llama higiene. La pureza
esta del lado de la muerte o de la nada. El agua es pura cuando no tiene gérme-
nes, ni sales minerales. Es, por lo tanto un agua que sólo existe en nuestros labo-
ratorios.
Los modelos de la física clásica utilizados por Freud valen esencialmente pa-
ra los sistemas próximos al equilibrio. El determinismo en el cual Freud se for-
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mó le reservaba muy poco lugar al azar. El determinismo es la doctrina filosófi-
ca según la cual todos y cada uno de los acontecimientos del universo responden
a un encadenamiento riguroso de causas y efectos. El determinismo minimiza la
creación y la libertad. Tiene un aspecto positivo, la predictibilidad y uno negati-
vo, el fatalismo. Para un determinismo absoluto, el futuro está totalmente deter-
minado por el presente. ¿Y qué es el azar? ¿Un producto de nuestra ignorancia o
un derecho intrínseco de la naturaleza?
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nocimiento y su contexto, las partes y el todo. El orden ya no puede ser pensado
sin el desorden. Ambos se entrecruzan en forma interdependiente y coexisten en
el mayor nivel de complejidad de la organización (Morin, 1999).
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de los sistemas abiertos auto-organizadores se expresa en el azar organizativo co-
mo principio de complejidad por el ruido.
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El acontecimiento azaroso (el que se produce en la intersección de dos cade-
nas de causalidad independientes) tiene un rol primordial en los sistemas com-
plejos. En la evolución de los sistemas alejados del equilibrio hay sucesivas bifur-
caciones. Entre bifurcación y bifurcación, en la “meseta” prevalecen las leyes de-
terministas, pero antes y después de tales puntos críticos, reina el azar.
Entender el mundo es, sí conocer las leyes que rigen los componentes últi-
mos de la materia, pero también comprender los cambios de fases, las turbulen-
cias y los procesos irreversibles. Estos problemas, que se sitúan en los confines
de las matemáticas, de la física, de la química, de la biología y de las ciencias hu-
manas transforman el panorama epistemológico.
Una organización que no pueda ser perturbada por ruidos nuevos se encami-
na a una clausura mortífera, su extinción, según el principio de entropía. Esto su-
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cede tanto en sociedades como instituciones replegadas sobre ellas mismas que
se empobrecen y desaparecen (o también en teorías incapaces de abrirse a las
nuevas adquisiciones de conocimiento).
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En el trabajo analítico estamos preparados (deberíamos estarlo) para lo im-
predictible, lo azaroso, el desorden; para convivir con azar y determinismo, ya
que un psiquismo totalmente determinado no podría albergar nada nuevo y un
psiquismo totalmente abandonado al azar -que fuera sólo desorden- no constitui-
ría organización y no accedería a la historicidad. Aquél sería incapaz de transfor-
marse. Este, incapaz siquiera de nacer (Morin, 1982).
Pasaron los tiempos del estructuralismo, en que se nos forzaba a optar entre
la estructura y el acontecimiento (la bolsa o la vida). Foucault propuso el reem-
plazo de estructura por trama. La trama es vulnerable a ciertos acontecimientos.
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ción psíquica independientede ni existe un trauma exógeno en el que el aconteci-
miento puro se inscriba, indiferente del mundo fantasmático. Es que el aconteci-
miento siempre está inserto en una trama. Es un nudo de relaciones; aislado, no
es nada. Es el resultado de una encrucijada de itinerarios posibles.
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la vez destructora y creadora- volvemos a pensar la importancia de la realidad ac-
tual.
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La cura psicoanalítica propicia otra relación entre lo consciente y lo incons-
ciente mediante la reflexividad. La reflexión consiste en romper la clausura en la
que estamos cautivos proveniente de nuestra propia historia y de la institución
social-histórica. El surgimiento de esa subjetividad reflexiva es el objetivo último
del proceso analítico y el momento del adiós del paciente, el análisis suficiente-
mente terminado. La reflexión, al cuestionar la clausura que captura al sujeto, re-
quiere nuevas formas y figuras de lo pensable creadas por la imaginación radical
(Castoriadis, 1997).
DIÁLOGOS INTERDISCIPLINARIOS
Cuando dialogamos con otra disciplina debemos dialogar con representantes
actualizados. El primer requisito, entonces, es estar al día, en psicoanálisis y en
la otra disciplina. Segundo requisito: las preguntas no son de curioso ni de dilet-
tante sino que surgen desde la propia práctica. Sería inconducente estudiar mate-
mática, topología, lingüística sin tener idea para qué se está estudiando (sólo por
sumisión a las modas o por imitar a un “maestro”).
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plina para que la multidisciplina no genera confusión. Los autores contemporá-
neos más significativos –Lacan, Piera Aulagnier, Green y otros- incorporan aspec-
tos de otras disciplinas, pero desde una formación psicoanalítica sólida.
“Lo que me dice sobre los grandes físicos es realmente muy notable. Es aquí
donde verdaderamente tiene lugar el colapso de la cosmovisión de nuestros días.
Sólo podemos esperar y ver qué ocurre.”
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