Ponenciaaiso

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 20

Anlisis de casos exitosos de comunidades centradas en el desarrollo de PYMES Octavio Maza (UAA)1 Alejandro Garca (UAA-UAB)2 Georgina Ortega

(UAA)3

RESUMEN: La ponencia describe los planteamientos y hallazgos iniciales de un proyecto amplio de investigacin que estudia las configuraciones productivas y laborales en comunidades con industrializacin atpica, en este caso tres localidades con alta especializacin productiva en la industria de la ropa Morolen-Uriangato, Villa Hidalgo y Zapotlanejo- considerando el dualismo precariedad laboral desempeo econmico local, a partir de un enfoque que analiza las formas peculiares del capitalismo actual desde un nivel meso, que cuestiona las explicaciones a partir de modelos de alcance macro como el de los Distritos Industriales y que en cambio privilegia el anlisis de la estructura relacional presente en las localidades. Los autores llaman la atencin sobre el concepto de Distintos Industriales que explica mejor la dinmica socioproductiva de estas localidades y sealan que la comprensin de los sistemas productivos locales puede entenderse mejor desde un enfoque que incluya la precariedad, las redes personales y el capital social de los actores. La Red temtica de Conacyt Pobreza y desarrollo Regional, permiti dentro de su lnea Trabajo y polticas pblicas que planteramos un proyecto cuyo objetivo es definir las ventajas de los modelos de desarrollo basados en una industrializacin que consideramos atpica. En la primera fase del estudio se abordan las ciudades de Morolen-Uriangato, en Guanajuato, y Villa Hidalgo y Zapotlanejo, en Jalisco.

Octavio Maza [email protected] Alejandro Garca Macas [email protected] Georgina Ortega [email protected]

Por industrializacin atpica nos referimos a que stas son comunidades en las que sta se da a partir de la combinacin de lo rural con lo urbano, se basa en pequeas unidades productivas, y se detecta una alta especializacin de la mano de obra. Algunos estudios consideran que las comunidades se desarrollan a partir del desplazamiento de las unidades productivas a lugares en los que existen menores requerimientos de la mano de obra, es decir que se encuentran trabajadores dciles y dispuestos a aceptar menores ingresos. Cecilia Gil (2010) analiz las condiciones laborales en Villa Hidalgo, Jalisco, y encontr que las relaciones laborales se confunden con las familiares, se observa una fuerte movilidad social y las relaciones parecen ser muy poco conflictivas, todo lo cual requiere analizarse con mayor detenimiento. Esto nos llev a preguntamos por las condiciones que favorecen que algunas comunidades generen formas de desarrollo que promueven la reduccin del desempleo y en donde los niveles de bienestar tienden a crecer. En trminos generales, el proyecto implicar el anlisis de al menos 10 comunidades, analizando las configuraciones de desarrollo, las relaciones productivas, las polticas pblicas, las redes sociales y el gnero. Nos

preguntamos por las concepciones de los modelos de desarrollo, as como los avances tericos sobre el estudio del trabajo, las microempresas y las comunidades rurales. La tesis inicial que se plantea es cercana a la de Vangstrup (1995) quien reflexiona a partir del desarrollo en Morolen, Guanajuato, para afirmar que a

partir de esta comunidad se puede rechazar la hiptesis de que el desarrollo industrial se podra dar solamente en comunidades urbanas industrializadas. En esta ponencia centraremos nuestra atencin en una de las hiptesis que nos parece central y se relaciona con las redes sociales y el capital social como factores que definiran estas comunidades. Para ello revisaremos diversas definiciones de la condicin actual del capitalismo, pues nos enfrentamos a condiciones como las que menciona Touraine, entre otros, en las que el capitalismo ha mostrado una fuerte tendencia al individualismo. Cota (2004) reconoce el fuerte crecimiento de estas comunidades, en donde las iniciativas locales han tenido xito y se vinculan con un crecimiento acelerado de la industria, aunque no se trata de la gran industria sino de pequeas empresas. Esta autora pone especial atencin en los distritos industriales, tema que discutiremos ms adelante, para empezar a entender la forma en la que se conforman las iniciativas locales, sus factores de xito, la cultura y otros aspectos que debemos tipificar con mayor detalle, como flexibilidad laboral. Es importante considerar los aspectos que la misma Cota (2004, 169) menciona para explicar la situacin de comunidades como Zapotlanejo, Jalisco: a) Una serie de aspectos relacionados con habilidades en la confeccin de prendas de vestir, como resultado de una tradicin femenina del bordado y deshilado en la zona de Los Altos de Jalisco. Este aspecto deber ser analizado en los pueblos que revisaremos pues existen tradiciones que hace pensar en una mano de obra con una calificacin tcita previa.
3

el espritu innovador y la

b) Aspectos antagnicos relacionados con una cultura individualista en la que, al mismo tiempo, se procura construir y mantener redes de cooperacin tanto sociales como empresariales, formales o informales. Creemos que los fuertes tejidos sociales son los que favorecen estas formas atpicas de desarrollo capitalista. En pginas posteriores se pone especial atencin en la definicin y operatividad del concepto de capital social. c) Las formas de apropiacin del conocimiento mediante la comunicacin de padres a hijos en la creacin de mecanismos para la comercializacin y produccin de ropa. Al parecer son los mismos tejidos sociales los que permiten que el conocimiento fluya, y que se generen fuertes niveles de movilidad social. Donde las relaciones de transmisin del conocimiento estn basadas en las relaciones de cooperacin que se basan en relaciones sociales como el parentesco o los compadrazgos. d) La capacidad de incorporacin al sector ms dinmico de la industria del vestido, en produccin de prendas de moda con bajos costos, mediante una variedad de productos. Se trata de formas de produccin en las que predomina la flexibilidad y las formas de produccin segn la demanda. En una visita de observacin se pudo apreciar la forma en la que los comerciantes captan las necesidades de los compradores al mayoreo y pasan la informacin a los productores quienes en se comprometen a entregar las prendas a la semana siguiente.

f) La habilidad para convertirse y difundir su imagen y circuitos alternativos de mercado popular. Los pueblos que estudiamos producen lo que se ha dado en llamar moda a bajo precio. Por su parte, Vangstrup (1995, 107) considera que son 4 los factores que permiten el desarrollo de estas comunidades: El deterioro de la industria de la gran ciudad, el crecimiento del consumo de los productos, mejora de las condiciones de vida en el campo en comparacin con la ciudad y las nuevas tecnologas que permiten el desarrollo de pequeos talleres. Garcia (2003) evala la utilidad del concepto de Distritos industriales para explicar el desarrollo de estas comunidades. Desde su perspectiva, las aglomeraciones de empresas de una misma rama industrial en una regin geogrficamente delimitada, tienen rasgos culturales comunes lo que facilita que se creen redes de cooperacin diversas que se deben definir. Otro aspecto muy importante es la confianza o las relaciones sociales formales e informales de los empresarios, que les permiten el acceso a amplios recursos familiares o comunitarios, de tal forma que las redes sociales se convierten en factores clave para el xito econmico. Garca concluye que No hay por qu suponer la existencia de un solo tipo de distrito industrial. Lo que se tiene son distintos industriales que pueden o no ser innovadores, flexibles o especializados. Lo que nos interesa en este proyecto es buscar cuales son los factores que los hacen exitosos. En particular consideramos lo relativo a la cooperacin y las culturas empresariales y del trabajo.
5

En el debate Garca plantea que contra la idea de los distritos industriales tenemos una estrategia que se traduce en la precarizacin del mercado de trabajo y empleadores an precarios, que antes de parecer que emprenden, parecen estar simplemente sobreviviendo. En buena medida entonces podramos estar hablando de procesos ms cercanos a la informalidad o a la precariedad; sin embargo, si consideramos que los sujetos son activos, podemos encontrar que generan alternativas mediante las cuales pueden responder a las demandas de los mercados, adems de que la estructura social en que se encuentran inmersos, en buena medida condiciona su actuar y sus decisiones. El debate sobre la precarizacin del trabajo en las comunidades que seran parte de los distintos industriales es muy importante pues los datos nos muestran que la precarizacin no se da en todas las localidades de la misma manera. Para ilustrar esta afirmacin mostraremos un cuadro en el que se analizan, como ejemplo, los niveles en el ndice de Desarrollo Humano (IDH) de algunos municipios de Guanajuato:
MUNICIPIO CELAYA LEN MOROLEN GUANAJUATO IRAPUATO SALAMANCA SAN FRANCISCO URIANGATO VILLAGRAN ACAMBARO 2000 IDH POSICION 0.8222 2 0.8338 1 0.8054 3 0.8025 4 0.8014 5 0.7915 6 0.7869 7 0.7815 8 0.7701 10 0.7554 15 2005 IDH POSICION 0.8618 1 0.8562 2 0.8459 3 0.8372 4 0.8334 5 0.8311 6 0.8289 7 0.8148 8 0.8145 9 0.8130 10 CAMBIO 2000-2005 1 -1 0 0 0 0 0 0 1 5
CAMBIO PROMEDIO ANUAL 2000-2005

0.95% 0.53% 0.99% 0.85% 0.79% 0.98% 1.05% 0.84% 1.13% 1.48%

De acuerdo a lo analizado por Maza y Ortiz (2011) los municipios de Uriangato y Morolen se encontraban para 2005 dentro de los 10 primeros lugares de los 32 municipios que tiene el estado con mejor IDH. El ndice de Desarrollo Humano toma en cuenta tres factores su clculo, de manera general son la salud, educacin e ingreso, medidos en trminos de la esperanza de vida, la tasa de alfabetizacin y el PIB. Tomando en cuenta que el promedio estatal del IDH es de 0.8115 y que el promedio nacional es de 0.82 podemos decir que el municipio de Morolen se encuentra por encima. Estos datos nos permiten afirmar que algunos municipios con industrializacin atpica pueden tener niveles de marginacin muy bajos e incluso, de bienestar elevado. Evidencias como esta nos llevan a reconsiderar el debate que en su momento nace del concepto de precariedad laboral. Aunque pareciera que tericamente estos procesos de modernizacin y las redes de cooperacin devienen en peores condiciones laborales, encontramos que el IDH y otros indicadores de pobreza muestran que las condiciones de marginacin pueden ser cuestionadas. Es necesario tambin subrayar las grandes dificultades que presenta el analizar una relacin capital trabajo en un contexto atpico en donde las formas extralegales son la norma. Por ejemplo se menciona lo relacionado con el trabajo familiar y los aspectos que lo afectan. Antes se mencion el concepto de distintos industriales, que abre puertas para captar la diversidad de elementos y las configuraciones que se generan. Garca (2003) plantea el concepto de distintos industriales como:

La aglomeracin en un territorio determinado de diversas entidades productivas (empresas), que pueden ser o no altamente especializadas, tecnificadas o ligadas a la exportacin; que pueden estar marcadas por la informalidad, la extra legalidad o las simples estrategias de sobrevivencia. Esta propuesta, inspirada en la idea de las configuraciones de Enrique de la Garza, asume la enorme complejidad de la realidad social y nos plantea ante la necesidad de analizar empricamente cada comunidad. Por otra parte, queda claro que existe una parte de este comportamiento que resulta difcil de explicar, definido tanto por Cota como por Vangstrup como un espritu, lo que nos lleva en principio a pensar en Max Weber y la existencia de un conjunto de disposiciones que se podra considerar como el espritu del capitalismo, entendido como una concepcin tica de trabajo para la vida cotidiana del capitalismo (Weber, 2003, 13). Estas formas peculiares y atpicas de organizacin productiva requieren mayor discusin. Por ejemplo, en el contexto europeo, el empleo atpico se refiere a aqul que se realiza ya sea de manera temporal o a tiempo parcial. Desde esta perspectiva, un empleo atpico sera tambin un empleo precario, dado que la precariedad estara determinada tanto por la inseguridad (Contratos diferentes al permanente a tiempo completo, incluyendo el autoempleo) como por la pobreza (Ramos, 2000). Hay que tener en cuenta que tanto la historia laboral como la realidad actual del trabajo son distintas en Amrica Latina y Europa. Buena parte de los estudios del trabajo han insistido en centrarse en las formas del trabajo clsico, asalariado, estructurado, sindicalizado, lo cual se
8

entiende en parte porque las formas atpicas presentan mayores dificultades para su estudio. Es posible encontrar mercados de trabajo que son Anomalas tericas en los cuales se difuminan las demarcaciones entre el empleo Formalregulado-protegido y el Informal-desregulado-desprotegido, en una clara

institucionalizacin de la precariedad laboral (Olmedo, 2006). Quiz el problema sera evitar considerarlos como anomalas tericas, pues esto implica una relacin hipottica deductiva, donde se considera que la teora debera regir la realidad y no ser una herramienta para la comprensin de la realidad. En este sentido no se puede abordar la condicin laboral mexicana si no captamos estas especificidades. Alrededor del 28% de la poblacin ocupada en Mxico, 12.4 millones de personas, laboran dentro del sector informal de la economa. Esta cifra es superior a la del total de personas que conforman el sector secundario o industrial del pas (10.7 millones) y no se aleja mucho de la del total de trabajadores que tienen acceso a la seguridad social o los que cuentan con un contrato por escrito (15.7 y 15.5 millones de trabajadores respectivamente) (INEGI, 2010). De tal forma que podemos plantear que el modelo laboral mexicano estara basado en las condiciones de precariedad, lo que podra traducirse en que la precariedad es la forma tpica de relacin laboral. Segn lo observado en las localidades estudiadas, no se dan lgicas como el outsourcing, es decir la dimensin del empleo indirecto-directo, lo que nos lleva a recordar que las configuraciones de trabajo precario implican la convivencia de sistemas de trabajo modernos y flexibles con esquemas que se pudieran considerar arcaicos. De tal forma podemos afirmar que el anlisis de las
9

comunidades atpicas debe ser abordado con otros recursos, que van ms all de conceptos como el de distrito industrial. Sebastiano Brusco (1990), por ejemplo, seala que un Distrito Industrial normalmente transita por cuatro etapas: 1) La del artesano tradicional, que se caracteriza por la presencia de un gran nmero de pequeas empresas artesanales, que operan con mtodos de fabricacin antiguos y por lo tanto con bajos niveles de productividad; hacen uso intensivo de la mano de obra y presentan un nivel tecnolgico y salarial muy bajo; 2) la del modelo del subcontratista dependiente, en donde las empresas ms grandes tienden a descentralizar las fases de produccin ms marginales y aquellas que hay que realizar en peores condiciones; por lo tanto la produccin se traslada a donde los salarios son menores, las condiciones de trabajo son duras y existe un nivel tecnolgico bajo. 3) La fase de conformacin del Distrito Industrial de primera generacin, en donde no existe una intervencin del gobierno local y, finalmente, 4) El DI de segunda generacin, en el cual se produce la intervencin de diversas entidades, especialmente del gobierno. Conforme a esta propuesta, Uriangato-Morolen, Villa Hidalgo y Zapotlanejo, entre otras localidades similares, podran pasar por distritos Industriales. Sin embargo, de acuerdo a Becattini (1992), las caractersticas clave que los definiran como tales deberan ser: 1) La cercana de un gran nmero de empresas especializadas con una fuerte divisin del trabajo entre las empresas. (Hay esa concentracin, pero no necesariamente una divisin del trabajo). 2) La presencia de pequeos
10

empresarios. 3) Un tejido social de empresarios con un fondo cultural similar, lo que trae consigo colaboracin y cooperacin (Es indudable la existencia de ese tejido social denso, pero no hay esa colaboracin y cooperacin) 4) Las economas resultantes de estas caractersticas. (Lo que hay son caractersticas distintas, anomalas tericas, especificidades locales, configuraciones particulares, Distintos Industriales). Una localidad como las estudiadas puede finalmente ser entendida como una red de redes que trasciende a las empresas y su actuacin econmica, al tiempo que incluye otro nmero de redes de distintas cualidades y dimensiones. Brian Uzzi (1996) advierte que la organizacin de redes opera en una lgica de intercambio que difiere de la lgica de mercado. A esta lgica de intercambio la llama, como Granovetter, embeddedness puesto que las ligas sociales configuran las expectativas y oportunidades de los actores en forma distinta de la lgica econmica o el comportamiento del mercado. De este modo, un mayor o menor nivel de embebimiento puede conducir a resultados no previstos por la explicacin econmica. De acuerdo con Kenney y Von Burg (2000) los clster no son simplemente un paquete de beneficios econmicos, son regiones de beneficios construidos. Como lo advierte la UNIDO (2001), la construccin de confianza, el dilogo constructivo entre los actores, el intercambio de informacin, el establecimiento de objetivos estratgicos comunes, el acuerdo en una estrategia de desarrollo conjunta y su implementacin coherente y sistemtica requiere esfuerzos sustanciales y compromiso hacia metas comunes. Por todo esto es fundamental
11

conocer los mecanismos sociales que operan en los individuos, es decir la forma en la que se constituye su tejido social. En materia de polticas pblicas de industrializacin, se da por supuesto que promover la organizacin productiva en agrupamientos aunado al fortalecimiento de los mercados internos- es una forma viable de favorecer la competitividad de las pequeas empresas en el mbito de lo local, pues stas en lo individual tienen problemas de financiamiento, de informacin, desventajas en sus costos de produccin, promocin y distribucin, escaso poder de negociacin y barreras en cuanto a capacitacin, tecnologa y logstica, entre otros (Gonzlez y Glvez 2008). Sin embargo, en el caso de Mxico, donde las empresas de menor tamao representan el 99% de las empresas (3,7 millones de microempresas y 650.000 medianas y pequeas) y generan ms del 80 por ciento del empleo y cerca del 50 por ciento del Producto Interno Bruto (Daz, Lorenzo y Sols, 2005), la promocin de este supuesto no ha sido del todo exitosa, porque los mltiples intentos para conformar redes basadas en diferentes mecanismos de cooperacin, que tericamente potenciaran la adquisicin de mayores ventajas competitivas, no siempre han dado buenos resultados. En este problema, como en muchos otros, las explicaciones desde la economa suelen ser insuficientes, como lo demuestran los casos de las comunidades estudiadas, en las que las redes y relaciones se han establecido de manera natural. Para algunos autores como Casalet (1996) los estudios sobre distritos industriales, clster y sistemas productivos locales, plantean la profunda
12

vinculacin entre fenmenos econmicos y socioculturales, aunque tambin se ha argumentado que los enfoques puramente econmicos han mostrado una marcada insuficiencia para explicar las redes de empresas (Garca, 2003) una de las formas en que pueden entenderse los clster. De acuerdo a Semitiel y Noguera (2004) esto obedece, principalmente, a que el paradigma neoclsico, que es la corriente dominante de la economa, no considera relevantes ni el carcter social ni el carcter relacional de los agentes, a pesar de que todas las corrientes de la economa asumen su pertenencia al campo de las ciencias sociales. Es posible dar por supuesto, siguiendo a Granovetter (1985, citado en Villavicencio, 1999) que (a) la persecucin de objetivos econmicos va siempre acompaada de la persecucin de otros objetivos de naturaleza no econmica; (b) la accin econmica est socialmente impregnada y no puede ser explicada a travs de los mviles individuales (pues), depende de relaciones personales que los individuos entretejen en muchos espacios; (c) las instituciones econmicas no estn automticamente determinadas por circunstancias externas sino que son socialmente construidas y; (d) no es posible comprender la estrategia econmica de una empresa sin tomar en cuenta el sello social que caracteriza a sus dirigentes, o a los trabajadores. Por lo tanto, resulta clara la necesidad de incluir la dimensin social en el anlisis de todos los procesos y actividades econmicas entre las que destacaran la innovacin, la consecucin de la eficiencia, la produccin y el

13

consumo- para lo cual resulta til la perspectiva de la estructura relacional y del Capital Social (Semitiel y Noguera, 2004, p.7) Consistente con el objeto de estudio de la sociologa econmica, que no pretende estudiar el comportamiento econmico de individuos atomizados, sino la red de relaciones que determinan su participacin en el mercado, en el contexto de estructuras sociales y de arreglos institucionales especficos que se modifican con el desarrollo de la sociedad (Pozas, Mora y Prez Sinz, 2004, p. 10) uno de los objetivos de nuestro trabajo es el estudio de las redes personales de los empresarios mismo que puede arrojar luz suficiente para comprender desde un punto de vista ms completo -y complejo- la dinmica de la actividad econmica local a partir de los estudios de empresarios. Diversos estudios han sealado la importancia de las redes personales de los pequeos y medianos empresarios y sus correlaciones con el desempeo econmico de las empresas en diferentes momentos de su ciclo vital. Por ejemplo, Mc. Grath (2001, citando a Burt ,1992; Castells, 1997; y Granovetter,1985) afirma que las ligas entre actores son tan importantes para entender el proceso empresarial como lo son los actores mismos. Habra cuatro momentos clave en que las redes personales tienen una importancia central para los negocios: (a) El momento de la identificacin de una opcin de negocio, donde se supone que las redes influyen en el proceso de identificacin de oportunidades, (b)el momento de la conformacin del negocio, en el que la red tiene un papel preponderante en la reduccin de las incertidumbres; (c) la etapa de crecimiento, desarrollo y beneficio, en la que la red se materializa
14

en diversos flujos de apoyo en la bsqueda de la utilidad y el retorno de la inversin y; (d) el cierre del negocio, donde pueden analizarse las influencias de la red en la desaparicin de una empresa o la conclusin de una alianza temporal determinada (McGrath, 2001). Sequeira, Mueller y McGee (2007) hacen una recapitulacin de cmo la red social de un empresario tiene un papel fundamental en el arranque de su empresa, no solamente en trminos de informacin, sino de apoyo prctico y emocional, identificacin de oportunidades, ideas y, sobre todo, influencia en las intenciones para arrancar el negocio. Esto es confirmado tambin por Jenssen y Koenig (2002). Este es un factor que encontramos claramente presente en las empresas de lugares como Morolen y Uriangato, en las cuales las primeras formas laborales parece remitirse a la conformacin de la red, la cual provee desde los conocimientos, los recursos hasta las garantas para poder conformar un negocio. Por su parte, Fong y Wenhong (2007) encontraron que las redes de los pequeos empresarios privados en China facilitan el flujo de importantes recursos que posibilitan la operacin de las empresas, y que los empresarios utilizan a diferentes miembros de sus redes para la obtencin de diferentes tipos de recursos. Los familiares directos, por ejemplo, son extremadamente tiles en el acceso a recursos sensibles, como contactos con el gobierno o financiamiento; mientras que los parientes ms lejanos y los amigos son importantes para obtener recursos tecnolgicos.

15

Los hallazgos de Manolova, Manev, Carter y Gyoshev (2006) al estudiar la relacin entre las redes personales y las alternativas de financiamiento empresarial, muestran que los empresarios con mayor cantidad y diversidad de lazos en sus redes personales tenan mayores posibilidades de conseguir financiamiento para sus empresas. En contraste, Witt, Schroeter y Merz (2008) en una amplia investigacin con nuevas empresas alemanas, encontraron que en ese pas los lazos de redes tienen muy poca relevancia en el xito empresarial. Nuestros propios estudios en el sector de la confeccin de ropa en el centro occidente de Mxico concluyen que, an en al caso de agrupamientos industriales altamente especializados y geogrficamente delimitados, con la presencia de redes personales densas y diversificadas, los empresarios no utilizan

eficientemente su capital social para materializarlo en recursos para el mejoramiento de sus empresas (Garca, 2002). Nuestro proyecto propone un nfasis en el anlisis del nivel meso, porque interesa conocer no slo la forma en que los actores se relacionan con otros y de qu forma stos alteri influyen en el campo empresarial, sino tambin cmo el empresario vive y se desenvuelve en un entramado institucional dentro de una red de empresas e instituciones. Por eso la propuesta de abordar el problema a travs del estudio de redes personales resulta metodolgicamente pertinente dado que desde ah pueden observarse interacciones tanto personales como

organizacionales (Molina, 2005). El Anlisis de Redes sociales, como teora y mtodo, proporciona este alcance mesosocial, pues no es exclusivamente macrosocial ni microsocial y
16

como perspectiva relacionista permite enfrentar las dualidades holismo atomismo, estructuralismo interaccionismo y realismo cognitivismo (Lozares, 2005, p.29). A partir de otro concepto, el de Capital Social, tambin se intenta avanzar hacia la comprensin de la lgica econmica de las empresas. Este concepto se ha convertido en un modo popular de denotar muchos tipos de recursos apropiables a las relaciones personales (Garca, 2003) y organizacionales. De acuerdo a James Coleman, el capital social es historia acumulada en la forma de estructura social apropiable para usos productivos por un actor en la bsqueda de sus intereses. De acuerdo a Sandefur y Laumann (1998) la estructura social puede existir en formas relativamente discretas, como organizaciones, o en formas ms difusas, como familias extensas, comunidades u otras: en el esquema de Coleman, la estructura social, que consiste bsicamente en relaciones formales o de otro tipo, se convierte en capital social cuando es apropiable por un actor para un uso efectivo en el cumplimiento de sus objetivos.

Conclusiones En este documento presentamos algunas caractersticas de un grupo de ciudades que presentan formas de desarrollo que hemos denominado, de manera provisional, atpicas. Estas ciudades han llamado nuestra atencin ya que pueden representar un modelo de desarrollo que se podra replicar en otros lugares del pas.

17

Entre las caractersticas que hemos encontrado, considerando las diferencias especficas, se trata de comunidades donde el desarrollo se ha dado a partir de pequeas empresas, talleres en su mayora familiares. Existe como en los distritos industriales una fuerte concentracin de ramos productivas y las condiciones de trabajo tienen rasgos de informalidad. De acuerdo a lo revisado, se puede ver que aspectos tales como la precariedad laboral, las redes sociales y el capital social son conceptos

fundamentales para comprender la accin de los sujetos articulada con los resultados que nos han parecido exitosos. Nos enfrentamos a un espacio que exige que utilicemos los recursos tericos y metodolgicos al alcance considerando que ninguno de los actores que estamos analizando responde a los modelos ideales, as como las comunidades han generado formas de industrializacin que parecen mostrar lugares altamente desordenados y sin estructura, sin embargo se trata de espacios con altos niveles de bienestar.

Referencias Becattini, G. (1992). El distrito industrial Marshalliano como concepto socioeconmico. en Pyke, F., Becattini, G. Y Sengenberger, W. Los distritos industriales y las pequeas empresas 1: Distritos industriales y cooperacin interempresarial en Italia. Ministerio de trabajo y seguridad social, Madrid. Brusco, S. (1992) El concepto de distrito industrial: su gnesis. En Pyke, F., Becattini, G. Y Sengenberger, W. Los distritos industriales y las pequeas empresas 1: Distritos industriales y cooperacin interempresarial en Italia. Ministerio de trabajo y seguridad social, Madrid.

18

Casalet, M. (1996) Presentacin. En Redes y regiones: una nueva configuracin. Revista Latinoamericana de estudios del trabajo, ao 2, nmero 3, 1996. Asociacin Latinoamericana de Sociologa del Trabajo. Daz, A., Lorenzo, O., y Sols, L. (2005). Procesos de negocios de Pymes insertas en redes colaborativas. Academia: Revista Latinoamericana de Administracin, (34), 25-46. Cota, R. (2004) Estructura organizacional de las empresas de la confeccin en Zapotlanejo, Jal. Problemas del Desarrollo revista Latinoamericana de Economa. Vol. 35, nm. 138, julio-septiembre 2004. Fong, E., y Wenhong, C. (2007). Mobilization of Personal Social Networks and Institutional Resources of Private Entrepreneurs in China. Canadian Review of Sociology & Anthropology, 44(4), 415-449. Garca, A. (2002) Redes sociales y clusters empresariales. REDES- Revista hispana para el anlisis de redes sociales Vol.1, #6, Enero 2002. http://revistaredes.rediris.es Garca, A. (2003) La importancia de las relaciones sociales de los empresarios en la constitucin de redes de pequeas y medianas empresas. Tesis de Maestra en Sociologa Industrial y del trabajo. Universidad Autnoma de Aguascalientes, Mxico. Gil, C. (2010) Actuales Formas laborales y accin de los trabajadores: un estudio en Villa Hidalgo, Jalisco. Tesis para obtener el grado de doctora en Ciencias Sociales. Universidad Autnoma de Aguascalientes. Gonzlez, C., y Glvez, . (2008). Modelo de Emprendimiento en Red -MER. Aplicacin de las teoras del emprendimiento a las redes empresariales. Academia: Revista Latinoamericana de Administracin, (40), 13-31. INEGI (2010) Resultados de la Encuesta Nacional de Ocupacin y Empleo. Cifras durante el primer trimestre de 2010. En: http://www.inegi.org.mx/inegi/contenidos/espanol/prensa/comunicados/estrucb ol.asp Jenssen, J., y Koenig, H. (2002). The Effect of Social Networks on Resource Access and Business Start-ups. European Planning Studies, 10(8), 1039-1046. Kenney, M. & Von Burg, U. (2000) Institutions and economies: creating silicon Valley. In Understanding Silicon Valley: Anatomy of an Entrepreneurial Region. Stanford University Press. Lozares, C. (2005) Bases socio-metodolgicas para el Anlisis de Redes Sociales, ARS. EMPIRIA. Revista de Metodologa de Ciencias Sociales. N. 10, julio diciembre. 2005. pp. 9-35. Manolova, T., Manev, I., Carter, N., y Gyoshev, B. (2006). Breaking the family and friends' circle: Predictors of external financing usage among men and women entrepreneurs in a transitional economy. Venture Capital, 8(2), 109-132. Maza, O., Ortiz A. (2011) Monografa Morolen. Ponencia presentada en el seminario de la red temtica pobreza y desarrollo regional. Jalisco 2011. McGrath, R.(2001) "Entrepreneurship, Small Firms and Wealth Creation: A Framework Using Real Options Reasoning." Handbook of Strategy and Management. 2001. SAGE Publications.
19

Molina, J.L. (2005) El estudio de las redes personales: Contribuciones, mtodos y perspectivas. EMPIRIA. Revista de Metodologia de Ciencias Sociales. N." 10, julio-diciembre, 2005, pp. 71-105. Olmedo, C. (2006). Flexibilizacin e institucionalizacin de la precariedadinformalidad laboral: la experiencia de la provincia de La Rioja, Argentina. Revista Austral de Ciencias Sociales, 10, 4161. Pozas, M.A., Mora, M. y Prez, J.P. (2004) La sociologa econmica. Una lectura desde Amrica Latina. Cuaderno de Ciencias Sociales 134, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO, Costa Rica. Ramos, L. J. (2000). Flexibilidad laboral, Empleo Atpico y Precariedad en Tres Mercados de Trabajo Europeo: Espaa, Alemania y Reino Unido. Revista de investigacin econmica y social de Castilla y Len, N 3, 21-44. Sandefur, R. y Laumann, E. (1998) A paradigm for social capital. Rationality & Society. 10 (4): 481-501. 1998 Nov. Semitiel, M., y Noguera, P. (2004) Los Sistemas Productivos Regionales desde la perspectiva del Anlisis de Redes. REDES- Revista hispana para el anlisis de redes sociales. Vol.6, #3, Junio 2004. http://revista-redes.rediris.es Sequeira, J., Mueller, S., y McGee, J. (2007). The influence of social ties and selfefficacy in forming entrepreneurial intentions and motivating nascent behavior. Journal of Developmental Entrepreneurship, 12(3), 275-293. UNIDO. United Nations Industrial Development Organization (2001) Development of clusters and networks of SMEs. Vienna. Uzzi, B. (1996) The sources and consequences of embeddedness for the economic performance of organizations: The network effect, en American Sociological Review, 1996, vol. 61, Agosto. Pp. 674 698 Villavicencio, D. (1999) Sociologa del trabajo y sociologa econmica, en De la Garza, Enrique (Comp.) Los retos tericos de los estudios del trabajo hacia el siglo XXI, CLACSO, ASDI, UAA, Buenos Aires. Vangstrup, U. (1995) Morolen pequea ciudad de la gran Industria. Espiral, Estudios sobre estado y Sociedad. Vol II n. 4 Septiembre/diciembre 1995. Weber, M. (2003) La tica protestante y el espritu del capitalismo. Fondo de Cultura Econmica, Mxico. Pp. 300. Witt, P., Schroeter, A., y Merz, C. (2008). Entrepreneurial resource acquisition via personal networks: an empirical study of German start-ups. Service Industries Journal, 28(7/8), 953-971.

20

También podría gustarte