Luces y Tinieblas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 184

Luces y tinieblas

(Biografía de Gastón Baquero)

Alberto Díaz-Díaz

1
2
3
A la memoria de todos nuestros
intelectuales triturados por el silencio
y la indiferencia que imponen un exilio.

4
5
ÍNDICE
Introducción 7
Capítulo I 9
Capítulo II 15
Capítulo III 19
Capítulo IV 25
Capítulo V 29
Capítulo VI 34
Capítulo VII 44
Capítulo VIII 57
Capítulo IX 66
Capítulo X 72
Capítulo XI 78
Capítulo XII 83
Capítulo XIII 93
Capítulo XIV 108
Capítulo XV 117
Capítulo XVI 124
Capítulo XVII 126
Capítulo XVIII 128
Capítulo XIX 134
Capítulo XX 142
Capítulo XXI 149
Capítulo XXII 158
Capítulo XXIII 164
Capítulo XXIV 166
Capítulo XXV 170
Anexos 178
Bibliografía 183

6
Introducción

Queremos que esta primera aproximación a la vida de Gastón Baquero aparezca


más cercana a un trabajo de investigación científica que a un placentero juego de
lectura mullida. Las razones las justificamos en la seriedad, en la potencial
abolición maliciosa o al ingenioso y forzado equívoco que atrapa adeptos, pero
aleja de la verdad.

Suelen los jocosos y edulcorados almibarar sus escritos para ungirse y calar,
penetrar la muchedumbre que de ungüentos entiende pero no de esencias, que
éstas ásperas han de ser al olfato y al tacto. El objetivo de la escritura varía
enormemente entre un juglar y un saltimbanqui. Pero como el ejercicio de la
prestidigitación oculta, vela y trasmuta el contenido, deslizando disfraces
múltiples sobre el continente nos alejamos de lo circense. Si lamentable es el
espectáculo que busca distraer, deleznable es el acto que de feria viste su
función.

Sentados los precedentes, ahondamos que, dada la insuficiente documentación


impresa sobre detalles claves, nos hemos visto forzados a hacer uso del estilo
ecléctico que nos gusta y es parte de nuestro patrimonio. Creemos que así lo han
dictado aquellos que en su día pretendieron alterar, modificar el estado y el curso
de nuestras vidas. La visión que termina en unas fronteras está condenada a la
ceguera por su irracional anquilosamiento. ¡Pobres almas aquellas que nunca han
transmigrado!

Eso sí, aquí el rigor está estructurado y jerarquizado sin opciones ni alternativas
posibles a la modificación de su inercia. Reconocemos que es todavía el
principio de un trabajo arduo e interminable. Apenas hemos consultado para su
redacción una ínfima parte de nuestro arsenal disponible en almacén. Como
anécdota colateral queremos decir que durante nuestros larguísimos años de
penurias impuestas por España a nuestra condición de exiliados de un régimen
conveniente a sus fueros neocolonialistas, la única ayuda financiera que
recibimos provino de un cheque por valor de cincuenta mil pesetas que nos
extendió don Javier Aguado Sobrino para poder retirar el producto de nuestra
investigación microfilmada de la hemeroteca municipal de Madrid.

Becas denegadas, exclusión social y cuanta miseria humana se puede esperar


nos dieron luz suficiente para emprender nuevos exilios hasta encontrar un retiro
y una nacionalidad en el Reino Unido. ¡Qué Dios nos mantenga alejados de tal
descomposición real, tangible, palpable! Recordando siempre que “más se perdió
en Cuba” y que a nadie se le perdió nada en Cuba. El espíritu de Antonio Maceo
moraba en Gastón Baquero y lo hemos derramado en profusión sobre estas
páginas con el asesoramiento de José Martí, rescatado del contenedor de la
basura del Instituto de Cultura Hispánica – por el poeta - donde fue a dar por
orden expresa del duque de Cádiz. Aquí machete y pensamiento se juntan para

7
evitar que algún nuevo Hatuey sea quemado vivo en la hoguera y para no dar
lugar a que surjan otros frailes “protectores de indios” al estilo del dominico
Bartolomé de las Casas.

Conocemos de las debilidades, carencias y excesos de ésta primera entrega


biográfica, empero el asedio de la fortaleza que se nos ha confiado en custodia se
hace cada vez más cruento ante la rabia incontenible de los mediocres, y ante el
vacío legal que impera, lo mejor para mermar las filas de facinerosos es roerles
los huesos para que laman la carne endurecida de la acción viril encaminada a
proteger la fuga y penetrando los agujeros por donde se ha de eyacular el
conocimiento como alimento lácteo y nutritivo que es.

Alberto Díaz-Díaz

8
Capítulo I

Gastón Baquero como hombre de mundo que fue, conoció muy bien ese telón
de fondo, esa decoración del escenario en que tuvo que actuar, y se cuidó mucho
en su actuación de desdoblarse todo lo posible, para que el resto de los
aprendices a actores no supiesen distinguir entre el alumbrado público y el efecto
de las candilejas, - su vida privada que fue prácticamente impenetrable.

No podemos preciarnos de ir más allá de sus padres en materia de genealogía.


Sabemos de la existencia de la abuela materna como matriarca de un pequeño
gineceo, que preservaba lo más honestamente posible, como un celoso eunuco, la
intromisión del macho que no viniera con la intención de pasar por la sacristía o
el registro civil – Cuba fue siempre muy liberal y abierta. Esa abuela tenía a su
cargo la administración y el recato del prestigio de tres hijas. Según el propio
Baquero, amén de las trancas de las puertas, la señora abuela disponía de un
trabuco siempre dispuesto a lavar la honra de un virgo descorchado a destiempo.
No obstante tanta precaución por guardar la honra de las tres hijas casaderas, un
día la madre superiora – abuela – se vio con la profanación de la tapia del
convento y tejiendo canastilla para sin remotamente sospecharlo – entonces no
existían las ecografías – la incorporación de dos nuevos inquilinos. No podemos
decir que se trataba de nuevas novicias porque en esa entrega por cigüeña y
desde París venía de estraperlo Gastón Baquero.

Aquel equipo de mujeres, comandado por la abuela del futuro poeta, se ganaba
la vida lavando y planchando ropas para los de mejor situación económica.
Fredesbinda Díaz, la futura madre del poeta y penúltima en orden de nacimiento,
es decir la hija del medio, se encargaba de distribuir a domicilio el producto ya
limpio y traer a casa lo sucio, el trabajo por hacer. La hija menor todavía no era
considerada, en el momento en que emprendemos esta biografía, como lo
suficientemente crecida – responsable – para el trabajo con el público y la mayor,
ya candidata a solterona, por fea o por tímida, no valía para estos menesteres.

Corría el año 1912. La república recién estrenada y ya vejada hasta la saciedad


por los nuevos verdugos, los yanquis, reptaba a trancas y barrancas en búsqueda
de una identidad como nación dependiente. Había heredado todos los males y
prejuicios cómo la benjamina de la metrópoli. Las recomendaciones, el
nombramiento a dedo, el acostarse con fulano o fulana para emplearse, la
oposición al funcionariado como garantía de vida y mediocridad perpetua eran
algunos de los males menores que Cuba experimentaba si no en sus carnes, al
menos si en sus entrañas dolidas. Así fue como una tarde del 28 de septiembre de
1912 un tren procedente de la capital vomitó en la estación de Banes, provincia
de Oriente, a José María Baquero. Un hombre alto, de esmerado porte, vistiendo
camisa blanca y corbata, un bigote bien recortado, pelo muy negro y tupido, con

9
cejas espesas. Mirada penetrante protegida por gafas, guapo para el medio y con
un maletín tal vez más surtido de esperanza que de enseres útiles.

Procedente de La Habana, José María Baquero venía a tomar posesión de su


puesto de telegrafista en la oficina de correos de Banes. Había hecho la “gran
proeza” de sacar las oposiciones para el desempeño del empleo. Abandonó la
estación con paso apresurado. No tomó taxi ni coche de caballo. La facha era
buena pero el bolsillo magro, todo un arrancao, un muerto de hambre, como
hubiesen dicho los lugareños de haberlo sabido. Banes, a medio camino entre la
categoría cubana de ciudad o pueblo, era próspero. Prosperidad, claro está llena
de contrastes al más puro estilo yanqui. Burguesía pretenciosa en abundancia y
miseria rampante en proliferación. No podía negar este pueblo las influencias de
la presencia en su territorio de los norteamericanos, que habían sentado allí la
cede de una de las compañías más poderosas y rapiñeras con que ya Cuba
contaba en su embrionario suelo “libre”, la United Fruit Company of Cuba1. Sí,
allí estaban los gringos con su estulticia robando a más no poder y maleando el
ambiente con su influjo bárbaro y despiadado.

Por fin, tras andar un trecho considerable, José María Baquero encuentra la
pensión que le había recomendado un conocido, banés, en La Habana. A la
semana siguiente, tras peregrinar por muchas ventanillas y lidiar con infinito
número de burócratas, no sin sentir gran alivio – ya tenía el resto de la existencia
garantizada – nuestro flamante funcionario toma posesión de su cargo. Pero
como los problemas nunca terminan y menos para un hombre hispano,
incompetente para todo lo doméstico y hasta para amar bien a las mujeres, se vio
José María con el par de camisas sudadas a más no poder y con los cuellos
renegridos, no hablemos ya de los calzoncillos y calcetines para no ruborizar a
nadie. Indagando por aquí, preguntando por allá y cotilleando en demasía, le
hablaron de un serrallo de mulatas a las afueras del pueblo que se dedicaba a
quitar la suciedad en las ropas ajenas. La maledicencia local le habló que una de
ellas, la que hacía las entregas y recogía lo guarro, llamada Fredesbinda, era un
tronco de hembra con unas caderas y un culo que movía como el mejor de los
péndulos, capaces de arrebatar al macho más mojigato y confesado que existiese.

Como buen hijo de español – dicen que de un asturiano – afincado en un barrio


promiscuo de la pujante Habana, José María Baquero se sentía atraído por negras
y mulatas. Nunca con la intención del matrimonio, sólo para gozarlas. Para el
matrimonio las blancas y si eran recién llegadas de España mejor, porque
estarían menos contaminadas con la salacidad y sensualidad del trópico. Bueno,
ya el enlace de José María estaba consumado y había cumplido con los
pronósticos deseables para toda la familia: decente y española, que no es lo
mismo que criolla, es decir: degenerada, mezclada. Había dejado en La Habana
mujer – una andaluza – y dos hijas pequeñas. El plan era ir ascendiendo y,
saltando de pueblo en pueblo, desandar el camino hacia la capital, donde se
produciría el reencuentro familiar, sin tener que abandonar el progreso y el

1
Nombre lleno de ironía, puesto que las ganancias iban a parar a manos de los yanquis.

10
asfalto de la gran ciudad que era La Habana. Salió José María del amparo de las
faldas de la madre para buscar refugio y protección debajo de las sayas de una
esposa que le lavara, planchara, cocinara, le diera cría y le moviera las caderas en
la cama. Un servicio completo; para eso él era un buen macho, bien plantado y
chuleta. ¡Quién ha visto a un hombre que se precie de tal realizando labores de
mujeres! Las mujeres para la cama y para el trabajo de la casa. La lección de los
padres fundadores de la nación estaba aprendida harto sobrada. Quien lo dudase
que hurgara entre sus entrepiernas y ya verían con lo que se iban a encontrar.

Tampoco, teniendo mujer propia con derecho a posesión, firmado ante el cura y
el juez del registro civil, nunca había pagado José María servicio alguno como no
fuera el de alguna prostituta en los burdeles habaneros. Así que el hombre se vio
perplejo y acomplejado cuando acudió a Fredesbinda Díaz para requerir sus
servicios de lavandería. ¡Y sorpresa! La mulata le pareció incluso superior a la
descripción popular. Era un tronco. Estaba durísima, buenísima, como para
comérsela hasta con el cesto de la ropa sucia. Él la abordó cuando ella salía de
una casa en la calle principal del pueblo. La mulata asintió a los servicios
pactados y hasta le puso un añadido, una sonrisa como un mamey2, como pocas
había visto José María en su vida de cuartería habanera. Fue el punto de inicio y
la continuidad.

No sabemos si el salario de José María le daba para mantener a la familia que


había quedado detrás y a la vez incrementar el ropero. Fuese como fuese y dado
que el cubano es limpio en exceso por norma general, amén de que el puesto
requería una higiene considerable. Había que adecentar el porte. Los gringos
malísimamente mal acorbatados y escupiendo chicles ya sin sabor, se pasaban el
santo día enviando cables a EE.UU.

-La madre que los parió. Cabrones - murmuraba para sí José María que, se ponía
de muy mala leche con el jodido inglés de los americanos, nasalizado hasta en las
consonantes bilabiales.

Tacaños de mierda. Por qué no utilizaban el teléfono con la pasta que robaban a
los cubanos.

Insensible José María que no se daba cuenta que en aquellos tiempos la


comunicación por teléfono era costosa y más si se trataba de llamadas
internacionales. No importaba que los gringos hubiesen traído con ellos todo su
progreso de mierda. Pero él ya no pensaba más que en terminar la jornada para
acudir a sus citas con Fredesbinda. También en su fuero amoroso de caballo
rijoso era insensible al sufrimiento de los yanquis hijos de puta como les
llamaban él y toda Cuba.

2
Exquisita fruta cubana en fase de extinción en la Cuba actual, debido al abandono del campo
por las expropiaciones.

11
-¡Pobres animales rubicundos como la pendejera de una mazorca de maíz tierno
y de color rosa como las deposiciones de un culo con hemorroides y fisura! Así
se divertía para sus adentros José María, mientras paladeaba con la imaginación
el caviar de Fredesbinda.

La que se armó en casa de Fredesbinda cuando la novicia tuvo que dar cuentas a
la superiora de la metedura de pata, del inevitable traspié, no podemos narrarlo
porque es inefable.

- Perra. Mil veces perra. Pasaste de ser jaca a yegua perforada. La potranca se
esparrancó ante el semental. Ahí tienes el resultado, un racimo de plátanos en la
barriga por haber derramado la leche del tronco. Si no te echo de esta casa es
porque después de todo te parí. ¿Dios mío, qué diría tu difunto padre si viviera? -
así se manifestó la abuela a Fredesbinda tras el resbalón y la entrada del placer a
través del blanco relamido que era José María Baquero.

- Un muerto de hambre. Un don mierda, un cagao, un lampiño de entrepiernas,


un mariquita equivocado de profesión y encima preñada como una puerca de
arrabal - siguió la vieja descargando antes de irse a arrodillar de pleno ante la
raída estampa enmarcada de la virgen de la Caridad del Cobre.

Mil ideas – y ninguna buena – atravesaron la cabeza atormentada de


Fredesbinda. Concibió incontables formas de suicidio romántico al más puro
estilo del manoseado y grasiento cuaderno de poesía de su hermana menor que se
pringaba las manos todos los días para llenarse la boca con la recitación de
versos melosos y azucarados capaces de provocar el desmayo de la mujer más
dura de corazón que hubiese. Pensó hasta en la posibilidad de ser remontada
hasta lo alto de las barbas de una palma real por su antiguo cortejante Federico el
desmochador al que le olían los sobacos más que un depósito de cebollas
podridas. Una vez en lo alto del árbol nacional de Cuba, tan espigado como
esbelto, se abrazaría a una yagua imaginando que era José María y se reventarían
juntos sobre un pedregal o en el filo de las lajas de la cañada. Mas la retuvo la
idea de tener que remunerar a su ex cortejante con la entrega del cuerpo.

- Eso jamás. Se prometió a sí misma de modo rotundo, jurándose a la vez trabajar


el doble para mantener a la criatura.

Cuando Nena – así era llamada familiarmente la madre de Baquero - había


comunicado a José de la gestación entre temerosa y entusiasmada a la vez por la
posibilidad de un casamiento, aunque fuera forzado, éste montó en cólera en lo
exterior, mientras embadurnaba los blancos lienzos del calzoncillo criollo con
una deposición líquida incontenible.

- No, casarnos no podemos. Afirmó rotundo.


- ¿Porqué? Le interrogó la doncella desvirgada y grávida.
- Simplemente porque no, y a ello añadele que mi salario no alcanza ni para mi
solo. Tengo a mi anciana madre muy grave en La Habana y debo enviarle casi

12
todo el sueldo para pagar médicos y jarabes - esa disculpa esgrimió el pichón de
gallego metido a negrero como decía el populacho racista de los descendientes de
españoles, débiles como sus ancestros por esas redondeces concentradas e
independientes a la vez que cuelgan y se mueven dispersas en la parte baja de las
espaldas de las mulatas sandungueras y sabrosas.

Tras la amarga disputa y las sucesivas, Nena terminaría siempre bañada en


lagrimas y ahogada en suspiros, sin que José consiguiera jamás que ella le soltara
el panal. La mulata le impuso un riguroso y cruel – al parecer de él – embargo al
chorizo ibérico. Una mejicana más liberal, tal vez, como lo fuera Adelita en sus
tiempos le hubiera dicho: chinga a tu madre. Pero Nena venía de una familia de
beatas.

Aunque posaba como un machazo, entre otras cosas tenía la seguridad que en la
familia no habían hombres, José María no podía contener las diarreas y el
sobresalto continuo durante aquellos meses que sobrevinieron a la debacle del
embarazo confirmado. Cable tras cable a La Habana – gratuitos todos, por
supuesto. Robar al estado es una honra para cualquier español y sus
descendientes. Cartas al capo de las oposiciones que lo había aprobado por unos
reales y trabajos y limpiezas con el padrino, el más famoso babalao de Banes.
Mas nada parecía funcionar. De la capital le habían prometido trasladarlo, previo
pago por anticipado, pero había que esperar a liquidar a un fulano que estaba
estorbando de momento. Un brujero, oráculo negro de una religión afrocubana le
había jurado por todos los santos del panteón lucumí que tendría jimaguas3 y
muy rollizos. Para colmo de males el espiritista Rubalcaba, uno de los más
reputados de la provincia de Oriente – provincia con mayor población negra que
blanca -, le había reafirmado la entrega de mellizos – Rubalcaba era blanco fino
como para decir jimaguas. Llegando el muy relamido, insolente y descarado a
pronosticar que serían una hembra y un varón.

Claro lo tenía nuestro hombre a medias. Huir ante el peligro que lo acechaba. Su
melosa mujer andaluza no paraba de reclamarlo. Lo necesitaba cerca de las niñas
porque a ella de poco le servía, limitado como estaba por la tradición española de
una monta a la quincena tras el baño de rigor no aplicable en el trópico, no valía
la pena estar lavando ropa interior mal oliente sin recibir las prestaciones
adecuadas. Sin embargo en las noches de cuartería habanera, la andaluza perdía
el control y se salía como una sandía recién cortada cuando por el tabique del
cuarto escuchaba los gemidos de placer de su vecina onubense. Una descarada
arrimada a un negro zalamero de unas dimensiones descomunales recogidas en
todo tipo de crónicas. El voyerismo allí era el pan nuestro de cada día y la misa
cotidiana de la esmirriada España enterrada en el recuerdo del lodo de sus
miserias.

3
Palabra de origen bantú que se emplea en Cuba en lugar de gemelos.

13
Mucha clientela se distanció de Fredesbinda y su familia a medida que el
vientre se iba dilatando. El hambre rondaba la casa familiar patrimonio de
mujeres. La madre avergonzada no había querido ir a la oficina de correos y
telégrafos a pedir cuentas al canalla; y el malandrín se pasaba el resto del tiempo
que le quedaba libre escondido en el cuarto fétido del fonducho de mala muerte
en el que se alojaba.

Era el 4 de mayo de 1914 el día en que una comadrona fue requerida en el


serrallo de las Díaz para asistir al parto de Fredesbinda que se presentaba difícil.
Dura y ardua fue la labor de sacar a la criatura que resultó ser hembra, pero
extenuante y doloroso al extremo fue el descubrimiento de una nueva cabeza –
enorme, por cierto – que estaba trabada. De moropo grande salió el macho. La
abuela de las dos nuevas criaturas pegó el grito en el cielo y dio varias patadas en
el suelo cuando vio aparecer dos nuevas bocas que alimentar. La hija calentorra y
perdida se las había jugado bien a todas. Las hermanas, por el contrario, estaban
ilusionadas con el hallazgo. Para la solterona sobre todo, aquello era un jolgorio
pues ya se sentía en posesión de juguetes para el resto de sus días; y la menor se
contentaba con más audiencia para sus poemas melifluos y contagiosos de
lagrimas.

Un emisario barriobajero vino con el chisme nada menos que a la oficina de


José María. Allí, delante de todo el público – clientes y empleados – soltó el
petardo que tuvo un efecto como de bomba en el Don Juan de pacotilla. Hasta los
gringos, gordos y rechonchos como focas, cogieron el mensaje en su código
tribal. El galán se puso enfermo. Incontinencia por todas partes. Dos días
encamado con la cabeza tapada y bebiendo cocimientos de tila azucarados para
controlar los nervios. Cuando volvió a ocupar su puesto de trabajo sus
compañeros lo encontraron pálido, ojeroso y demacrado; sus clientes delgado,
anémico y desconcentrado. Envió recados con el lleva y trae cotilla y chusma,
pero Fredesbinda se negó a dejarle ver las criaturas.

14
Capítulo II

Mucho se le habían complicado las cosas a José María desde su llegada a Banes
en septiembre de 1912, hasta el presente, 4 de mayo de 1914, cuando nacieron
Gastón Baquero y su hermana gemela. Seis bocas para tirar del magro salario
eran una empresa inviable. No, jamás pensó José María en el suicidio ni cosa
semejante, pero sí comenzó a planear la huida del lugar cuanto antes. Así lo hizo.

El 7 de octubre de 1914, cinco meses y dos días después de haber nacido los
mellizos, y dos años y nueve días después de su llegada a Banes, unos ojos
maliciosos dicen haber visto partir, embozado en una sábana a las primeras horas
de la madrugada y montando un caballo alquilado a sabe Dios quién, a José
María – el gallego cagueta – hacia rumbo desconocido lleno de miedo y vacío de
sentimientos. Más arrancao que dos años atrás. Aquella decisión le había costado
cara a su magra economía.

Lo planeó todo antes que el tiempo permitiera tomarle afecto a los recién
nacidos. Para dónde se largó es un misterio, pero desapareció de escena sin decir
adiós. Toda una canallada.

Quedó Fredesbinda viuda en vida del mozo que la arrastró al amancebamiento.


Concubina, querida mulata, gozada y abandonada. Algo típico y folclórico,
reflejo del hispanismo en Cuba y en toda la América colonizada por la Iberia
incluyendo los portugueses en Brasil. Los niños eran hermosos. El cura se negó a
bautizarlos sin la presencia del padre.

-A los bastardos no se pueden administrar los sacramentos. Compréndame


señora. Haberlo pensado antes. Así dijo el sacerdote castellano, egresado
recientemente del Seminario de Toledo y llegado a Cuba hacía poco.

A su parecer y en contra del de Dios, aquello era un pecado más que capital,
mayúsculo, y había que castigarlo en proporción, sin dar esperanzas de
regeneración.

Compréndase la situación de aquella mujer desesperada, sin recursos,


abandonada por todos incluyendo al amante y con sus jimaguas a cuesta. Pagó
muy caro para el resto de sus días los pocos instantes de placer a medias – mal
poseída – en la cama, Fredes. Sino de la mujer “de color” por esas tierras de los
“Conquistadores”, donde los curas desamparan en nombre de Dios. La pobreza
del hogar se multiplicó lo indecible. Así crecieron Gastón Baquero y su hermana.
Hijos espurios, sumidos en la miseria, sin poder escolarizarse ni asistir a la
catequesis. Gastón Baquero no pudo ser bautizado hasta que no echaron de la
parroquia de Banes al cura castellano, a quien cogieron en acto de fornicación
detrás del altar unas feligresas muy beatas que andaban sobre la pista del pecado.

15
El nuevo ministro de Dios, un colombiano, menos severo y mejor embajador de
Cristo acogió en el seno de la iglesia a un nuevo cristiano, que sería durante toda
su vida tremendamente fiel a la fe católica, sin guardar rencor por el rechazo
inicial.

-Por una papa podrida no se puede tirar el saco entero - nos dijo con respecto a
este incidente Gastón Baquero en cierta ocasión de confesiones y charla privada.

De modo que como expone Gastón Baquero a Felipe Lázaro en el libro


Conversación con Gastón Baquero4, su mundo fue primordialmente el hogareño,
rodeado de mujeres. Siendo cierta esa necesidad vital de la mujer cubana de
todas las épocas de tener cuadernos de versos. Unas veces, simples rimas
populares, otras algo más elaborado, pero siempre teniendo por temática al amor.
Así las cosas, no hay que poner en duda que este fuese el primer contacto con la
letra impresa que tuviese Gastón Baquero, y a la vez su cartilla de alfabetización,
dada su condición de paria que el medio y las circunstancias le imponían.

La maledicencia local no tardaría en atribuir a Fredesbinda Díaz un nuevo


amante. Esta vez se trataba de un campesino de las afueras de Banes. Ese hombre
de campo, que no tenía porqué haber sido un rústico – existe la estúpida
costumbre de asociar al que se cría en el medio rural como algo sin pulir – parece
ser que era simplemente un buen amigo de la familia y se interesó
tremendamente por cuidar y proteger de algún modo a aquel niño curioso y
preguntón que fue Gastón Baquero. La avidez de conocimientos que siempre
caracterizó al escritor cubano, durante su niñez, sólo pudo saciarse a través del
interrogatorio. Dio su fruto esa ansiedad por conocerlo todo. Baquero fue un
sabelotodo a edad muy temprana. Pues bien, ese hombre de las afueras de Banes,
sacaba con mucha frecuencia de paseo al niño mulato. Al campo se iban a chupar
marañones, a comer canisteles, anones, caimitos, guanábanas y cuanta fruta se
presentase por delante; todas ellas compitiendo en jugosidad, pulpa y por encima
de todo en dulzura. Volvía el niño cargado de frutas y de hierbas olorosas,
medicinales y curativas a la vez. No crece en Cuba planta alguna que Baquero no
hubiese tenido en sus manos, estado bajo su sombra, o comido de sus frutos. En
cierta ocasión nos contaba:

-La naturaleza es sabia. Allí donde coloca el veneno, sitúa el antídoto a tres
pasos. No falla nunca. Cuando encuentras yuca agria5, al lado está el ateje.

Sabiduría guajira, conocimiento profundo de pueblo llano. En ese ambiente


transcurrió la niñez de Gastón Baquero, sin que nunca levantara el brazo para
intentar matar a un pájaro. Cuando el cura colombiano le permitió abandonar su

4
Lázaro, Felipe, Editorial Betania, Madrid, 1987.
5
Especie de yuca apócrifa que si se come puede causar trastornos gástricos severos y que sólo se
pueden aliviar si se toma a tiempo cocimiento de hojas de ateje.

16
condición de judío6 y se catequizó en una catequesis o especie de cursillo
alternativo para niños pobres, para que no contaminasen la impoluta burguesía
local – criolla, peninsular y gringa -, pudo el futuro poeta tomar la Comunión en
ceremonia aparte a la de la main stream y a la vez segregado del conjunto de los
pobretones. También se velaba por la pureza étnica. Los negros a un lado y los
blancos a otro. Una limpieza étnica a lo cubano. Práctica que por desdicha aún se
mantiene con gran fervor en la isla y con extrema virulencia en los sectores del
exilio. Al menos si hipotéticamente alguna vez viajaba a La Habana y el tren
descarrilaba, muriendo el futuro periodista, ya no quedaría en el limbo7.

Profecía o mal agüero. Que cada uno lo tome como quiera, pero no tardaría en
emprender viaje a La Habana. No hubo descarrilamiento porque no fue en tren y
además se hizo muy lentamente y por etapas. La conciencia de José María
Baquero no le daba ni un minuto de respiro. Se había largado huyendo de la
responsabilidad. La vida se le escurría anónimamente en su mísero puesto. Le
resultaba imposible volver a La Habana por lo pronto. Tampoco tenía a su lado a
su mujer y a sus dos hijas. Se conformaba con frecuentar alguna mujer pública
una vez por semana cuando el sueldo se lo permitía. Dejó de seducir mulatas más
que nada por cagueta. Todas las hembras “de color” que se ponían a tiro, o tenían
padre o tenían hermanos. Un peligro que no había necesidad de correr. Tal vez
los testículos le permitían concebir un nuevo amancebamiento con hembras de
otra raza, pero se hacía pis de pensar en la braveza de los prietos.

Un día cuando Baquero tenía los trece años recién cumplidos, se plantó en
Banes José María. Venía a implorar a Fredesbinda que le entregase al niño.
Quería educar a su hijo. Quería liberarlo del reparto de ropas de casa en casa,
entregas de lo limpio y recogida de lo sucio. No, la niña por lo pronto que se la
quedara la madre. Tenía otras dos en La Habana. En el futuro ya se vería.
Prometió rescatar también a la “hembra” más adelante.

Con dolor, pena y llanto, accedió Fredesbinda a deshacerse del niño. Con gusto
se hubiese opuesto. Él nunca se ocupó con anterioridad de si vivía o había
muerto, pero pudo más el amor de madre, desprendido de egoísmo, deseando una
posible salida para el hijo, que ella no podía brindarle. Dura fue la despedida y
duro fue para Baquero desprenderse de su pobreza feliz y de los queridos campos
orientales, amén de dejar detrás a la madre.

Con el hijo a su lado, sintió José María nuevos bríos para trabajar y se propuso
con tenacidad alcanzar La Habana cuanto antes. Recuerda Baquero que el último
pueblo del” interior” donde su padre se desenvolvió como telegrafista fue
Aguada de Pasajeros, pueblo limítrofe de la provincia de Las Villas con la de
6
Así se decía de quien no estaba bautizado por la fe católica. Influencia de la península sin duda,
que llegó hasta nuestros primeros años. Castro se encargaría de quitar el estigma. Una de las
poquísimas cosas buenas que ha hecho es haber aniquilado a las religiones y a sus legiones de
parásitos. Actuó el tirano tal vez movido por su odio a los jesuitas que lo formaron y educaron.
7
Otro limbo lo aguardaba. No fue nunca reconocido. Limbo de la envidia y el rencor humano,
como todos.

17
Matanzas. José María le echó valor al asunto y decidió irse de maestro para La
Habana. A principios de la república había ido a EE.UU. a cursar esta carrera que
nunca antes había ejercido. En tiempos de la colonia, ser maestro en Cuba era
una profesión considerada de muy baja categoría, pero había ido revalorizándose
y en el presente – hablamos del final de la década de los veinte – se pagaba bien.

18
Capítulo III

Tenemos a un Baquero adolescente, deslumbrado por la pujanza y despegue de


la ciudad que era La Habana en el año 19298, cuando sacudiéndose todavía el
polvo rojo de las tierras bajas y rojas de Aguada de Pasajeros, entra en un
Instituto de Segunda Enseñanza que le resultó fácil a pesar de haber tenido un
solo año de escolarización con anterioridad. Infatigable y sediento, Baquero no
paraba de leer, de estudiar, de pulirse en todos los aspectos de la vida, siempre
con la mente puesta en recompensar los esfuerzos y desprendimientos de aquella
madre querida y añorada que había quedado detrás. La semilla de la poesía
plantada en el hogar materno de Banes y ahora regada con los conocimientos de
todo tipo, que a diario adquiría en la capital, no tardarían en reventar, crecer,
florecer y dar frutos exquisitos. En la década de los treinta comenzó a publicar
poesía y crítica literaria, a la par que estudiaba, en varias publicaciones
habaneras, siendo la principal, la revista Grafos (1933-1946). Empieza a
relacionarse con poetas y escritores noveles y consagrados, hasta que tiene
conocimiento de la figura de José Lezama Lima, por quien se siente deslumbrado
desde el primer instante en que leyó un poema suyo como narra a Felipe Lázaro9:

Me acerqué a él por carta en los años treinta y tantos, creo hacia el 35 o el 36, no puedo
precisar, ni tiene interés alguno la exactitud de las fechas.
Por pura casualidad, que yo interpreté y sigo interpretando como una señal, un signo, un
aviso, hallé en la calle, en una revistita que acababa de salir llamada Compendio, el poema
titulado <<Discurso para despertar a las hilanderas>>. Nunca, ni antes ni después, me ha
producido tal impacto la lectura de un poema. Firmaba aquello <<José A. Lezama>>,
porque todavía usaba la inicial de Andrés, su segundo nombre. Se hablaba allí, al pie del
poema, de que se trataba de un joven poeta <<que cultivaba lo onírico>> y que preparaba
un libro titulado Filosofía del clavel. Me hice con la revista y me fui a mi casa decidido a
escribirle a quien había escrito aquello que, de acuerdo con mi enorme pedantería de
entonces, no se podía producir en Cuba.
Envié a Lezama, cuya dirección averigüé con mucho trabajo, una carta larguísima,
pedantísima, llena de citas: una vitrina infantil para exhibir lecturas abundantes, dispersas
y mal asimiladas, pero impresionantes. A poco llegó a mi casa – en la calle Virtudes, 880
– una larga carta de Lezama, que terminaba con estas palabras: <<Salud, arcos y
flechas>>.
Tardé no sé cuántos meses en conocer personalmente a quien yo llamaba, Maestro, como
lo sigo llamando cincuenta años después.

Mucho antes de tener acceso a Lezama ya Baquero había fundado amistad con
Cintio Vitier. Tanto Lezama como Vitier formaron parte de lo que los estudiosos
han dado en llamar como <<grupo Orígenes>>, tomado del nombre de la revista
cultural fundada por Lezama.

8
Aunque el desplome financiero de los EE.UU. en este año, repercutió bastante sobre la
actividad económica de Cuba, que dependía casi por entero del comercio con los yanquis en
aquella época, no se puede decir que La Habana fuese precisamente una ciudad muerta.
9
Lázaro op. cit., pp. 25-26

19
Los conocidos origenistas, de los cuales Gastón Baquero no formó parte,
tuvieron fama por ser todos elitistas, pesados, estirados e insoportables desde el
punto de vista del trato humano y su relación con los demás. Si bien desde el
punto de vista de los estudios, Baquero no se puede considerar como miembro
del tal <<grupo Orígenes>>, si parece ser que durante su etapa cubana reunía
todos los ingredientes para incorporarse a todos estos “pesados y pedantes”,
encabezados por Lezama. Así lo confirman sus declaraciones a Felipe Lázaro,
donde a pesar de expresar los largos meses de espera para conocer a Lezama
personalmente, se puede decir que este fue muy condescendiente y amable con
él. Al cabo de unos meses el Maestro citaba a Baquero para iniciar relaciones
literarias primero y posteriormente de amistad. Esto quiere decir que toda la
pedantería contenida en la carta de Baquero, según declaraciones propias, le
pareció a Lezama digna de tenerse en cuenta al aceptarlo, “tan pronto”,
conociendo las exigencias de Lezama. Sobre esta relación habrá que volver más
de una vez. Veamos la suerte que corriera el también cubano ilustre, José Olivio
Jiménez cuando intentó contactar a José Lezama, apodado el “escaparate con
patas” por su sabiduría – según nos lo comentó en nuestras sesiones para el
desarrollo de este trabajo:

Tú sabes que la gente de Orígenes era muy estirada. Gastón no dejaba de serlo, pero era
el más asequible. Yo escribí a Lezama, no recuerdo en que año. Carta que nunca me
contestó. A los dieciocho años, otra vez por motivos de estudios, volví a escribirle y para
mi sorpresa me dice:

- ¡Ah! Sí, usted fue el que me escribió aquella carta.

Mencionó la fecha con exactitud. Hasta el mismo Gastón ha comentado con bastante
frecuencia lo que hizo cambiar la revolución a Lezama y a todos los origenistas, que se
vieron obligados a tratar y recibir a todo el mundo.

Hecho este comentario que al presente parece innecesario – no siéndolo así -,


volvamos al Baquero que se está abriendo camino en La Habana de los años
treinta.

Terminado el bachillerato, ingresa en la Universidad de La Habana, donde en el


año 1940 se graduó de Ingeniero Agrónomo y Químico Azucarero. Al siguiente
año, 1941, obtuvo el título de Doctor en Ciencias Naturales10 por la misma
Universidad11.

10
Sobre este título albergamos la sospecha de que nunca existió. Para ello nos basamos en que
Baquero nunca nos hizo mención de ello y que por otra parte, si era un título superior al de los
estudios de ingeniería, hubiese sido el escritor aludido como Doctor y no como Ingeniero como
siempre se le menciona en la vida de sociedad de la época.
11
Dictionary of Twenty-Century, Cuban Literature, Martínez A., Julio, Wesport, Connecticut,
1990,U.S.A.
No volveremos a citar esta fuente, dado que los datos aquí recogidos son traducidos del original
encargado a José Olivio Jiménez, quien amablemente y en honor a nuestra auténtica amistad nos
lo cedió conjuntamente con todo su archivo sobre Gastón Baquero y otra valiosísima
documentación personal y académica.

20
Todos estos años los pasó Baquero ausente de Banes y añorando poder trabajar
para ayudar a su madre. Quería traer a su familia para La Habana cuanto antes.
La mayor parte del tiempo lo pasó en una habitación alquilada en la ya citada
calle Virtudes, 880 de Centro Habana, desde donde podía ir andando hasta la
Universidad.

Nos contó Baquero, cómo su padre decepcionado de la enseñanza, había


aprovechado sus conocimientos de telegrafista y del idioma inglés, para entrar de
traductor de cables en un periódico de la capital, ayudado por un tío suyo que ya
llevaba años en la profesión. Con ambos pasaba el futuro periodista su tiempo
libre en las redacciones de los diarios, de donde al parecer le vino la inclinación a
dedicarse él también a esta labor una vez concluidos sus estudios universitarios.
Profesión que cazaba más con sus aspiraciones literarias.

Nos dijo Baquero de viva voz como fue su iniciación en el periodismo, pero
dado el carácter científico de este trabajo, estimamos oportuno insertarlo copiado
de la letra impresa como producto de nuestra labor investigativa. El 24 de abril
de 1950, a las cuatro y treinta minutos de la tarde comenzaba Gastón Baquero a
pronunciar su conferencia <<El periodismo como espejo de nuestro tiempo>>,
ante los alumnos, profesores y directiva de la Escuela Profesional de Periodismo
“Manuel Marquéz Sterling” de La Habana. Esta conferencia originó la
publicación de un libro, El Periodismo como Espejo de nuestro Tiempo
(Baquero, Gastón, Ediciones del Ministerio de Educación, La Habana, Cuba,
1950).

Para fortuna nuestra, el saludo-presentación a esa conferencia pronunciada por


Baquero, que estuvo a cargo del alumno de cuarto año, Osvaldo Valdés
Fernández, también fue recogido en el libro anteriormente citado y, dado lo
valioso de la información bibliográfica que contiene, estimamos indispensable
incluir sin omisiones de principio a fin. Leía aquella tarde Valdés Fernández:

Señores Director y Secretario de la Escuela de Periodismo, Ingeniero Gastón Baquero,


estimados profesores, señores visitantes, queridos compañeros:

“El periodista ha de saber desde la nube hasta el microbio”. Inspirado - sin duda – en esa
frase del Apóstol, nuestro Director, Profesor Octavio de la Suarée, organizó este ciclo de
Conferencias de Extensión Educacional, brindándonos la oportunidad a nosotros los
alumnos de escuchar de labios de las personalidades especializadas en el periodismo, las
nuevas orientaciones del diarismo 12 moderno.

Es una difícil tarea ésta de presentar a quien es conocido de todos. A un periodista


brillante, que ha ascendido rápidamente, para consagrarse, como una de las primeras
plumas de Cuba, al Ingeniero Gastón Baquero, que ocupará hoy nuestra tribuna de esta
Aula Magna, para hablarnos sobre “El Periodismo como Espejo de nuestro Tiempo”.

No obstante, señalemos algunos datos interesantes de la vida de este gran periodista


cubano, Jefe de Redacción de Diario de la Marina. Gastón Baquero nace en Banes,
provincia de Oriente y desde niño siente gran afición por las cosas de la agricultura, por

12
Sic. en el original.

21
redimir al guajiro de las miserias en que vive, por poner un poco de luz en el oscuro
campo de la patria13.

Cuando es un niño, le dice a su padre.

- “Papá, cuando yo sea grande, quiero ser agrónomo” 14

El padre sonríe y le dice:


- “Sí hijo mío, cuando seas grande serás agrónomo”.

Baquero permanece en su pueblo natal hasta los doce años 15 y por fin, decide venir a La
Habana16, donde estudia la carrera de Maestro Agrícola17. En el año 1936 ingresa en la
Universidad para cursar la carrera de Ingeniero Agrónomo con que siempre soñó 18 y
comienza a leer gran cantidad de libros y a estudiar francés e inglés 19. Entonces, se
despierta en Baquero su segunda gran vocación: las letras. Se inicia en el ensayo y en la
poesía y comienza a colaborar en las revistas universitarias Verbo y Social.

Su padre y su tío, dos viejos periodistas cubanos 20, traductores de cables, comienzan a
llenarlo de esa corriente atrayente del diarismo21 y Gastón Baquero observa a ambos en su
labor y empieza a interesarse por la letra de molde 22.

En Información23 trabajaba duro y ganaba poco. Un buen día, se le ocurre ir a ver al


Director, Santiago Claret24, para pedirle un aumento de sueldo y éste le mantiene como

13
De acuerdo a nuestro conocimiento personal de Gastón Baquero y del estudio y seguimiento de
su trayectoria periodística y obra, damos por muy certera la afirmación “redimir al guajiro de las
miserias en que vive”…
14
Ya sabemos que en primer lugar, la vida de Baquero apenas transcurrió un par de años de la
primera adolescencia al lado de su padre. Por otra parte, cursó la carrera de Ingeniero Agrónomo
diríamos que forzado por su padre. Él por respeto decía, “por complacer a mi padre”.
15
Realmente permaneció en Banes hasta unos pocos días después de haber cumplido los trece
años. Esa fue la información que escuchamos de sus labios y que coincide con la ofrecida a
Felipe Lázaro en su Conversación.
16
También se han explicado ya las circunstancias en que Baquero salió de su pueblo natal. Algo
que nunca fue una decisión tomada por él y menos si tenemos en cuenta la edad que tenía cuando
esto ocurre.
17
Estos estudios no eran otra cosa que un bachillerato que preparaba especialmente para ingresar
a la Universidad en la carrera de Ingeniero Agrónomo. Fijación de José María Baquero desde el
instante en que decide darle estudios al hijo abandonado, y opción más barata porque existían
bolsas de estudio para formación agrícola.
18
Ya hemos dicho que este sueño no fue otra cosa que una imposición de su padre. El estilo
dictatorial del mundo hispano de aquella época, donde había que cumplir la santa voluntad de los
padres, que llegaban hasta el chantaje emocional para conseguir sus propósitos.
19
Datos enteramente fiables. Además, su función en los periódicos El País e Información era la
de traducir cables. Baquero era muy hábil en la traducción del inglés y el francés, pero incapaz de
hablarlos.
20
Ni su padre ni su tío eran periodistas. Es cierto que el tío a que se alude se dedicaba a la
traducción de cables, profesión relacionada con el periodismo pero que no es tal. Por otra parte, el
padre de Baquero, telegrafista y maestro de primaria, se inició en la traducción de cables muy
tardíamente.
21
Sic. en el original.
22
Sic. en el original.
23
En el artículo publicado en El Nuevo Herald el 24.11.1986, Baquero menciona las
circunstancias que rodearon sus inicios en la publicación: “Ese maestro de periodistas y de
hombría se llamaba Dionisio Pérez, padre de Rafael Pérez Lobo, a quien tanto recuerdo por la

22
traductor de cables, pero le sugiere que escriba algunos artículos sobre temas de América
del Sur y después hablarían del aumento.

Entonces Baquero escribe su primer artículo sobre la muerte del gran poeta colombiano
Guillermo Valencia. Después escribe sobre la tesis católica de la Revolución Francesa, y
en vista de las innumerables felicitaciones que llegaban al diario, comienza Gastón
Baquero – con el aumento de sueldo – a escribir sobre temas de su agrado.

El año de 1943 es pródigo para Gastón Baquero. Escribe numerosos artículos y recibe
muchos elogios.

Cuando <<El Encanto>> lanza la convocatoria para el Premio <<Justo de Lara>>,


Gastón Baquero siente el deseo de presentar algún trabajo suyo. Faltando solamente un día
para vencerse la prórroga de admisión, don Rafael Suárez Solís y Gastón Baquero bajan al
archivo del periódico Información y escogen cinco artículos periodísticos del
conferenciante de hoy, para presentarlos al concurso. El Jurado del Premio <<Justo de
Lara>> hace las eliminaciones de costumbre y a las discusiones finales quedan sólo cinco
trabajos y asómbrense de esto, señores, los cinco trabajos eran de Gastón Baquero 25.

Después de unas discusiones se acuerda concederle tan preciado galardón por su artículo
sobre Enrique José Varona. Más tarde, Baquero obtiene los premios <<Juan Gualberto
Gómez>> y <<Pepín Rivero>>.

La noticia de que Baquero había obtenido el <<Justo de Lara>> le fue ofrecida por el
profesor Francisco Ichaso y ratificada más tarde por José María Chacón y Calvo. Baquero
no lo quería creer.

Pepín Rivero, ese gran maestro de la pluma, leía a Gastón Baquero y siempre decía: “Yo
quisiera tener en el Diario a ese muchacho”.

Unos años más tarde, después de la muerte de Pepín Rivero, Ramiro Guerra, Director de
Diario de la Marina va a ver a Baquero y lo invita ingresar en ese importante rotativo.
Pero Baquero le pone una condición única y esencial.

Al preguntarle el Dr. Ramiro Guerra cuál era esa condición, Baquero se echa hacia atrás
en su silla, dibuja una sonrisa y dice:

-“Por favor, yo voy al Diario, pero no quiero traducir más cables”.

Enseguida, Baquero pasa al Diario de la Marina como editorialista e inicia su brillante


carrera ascensional, hasta llegar al cargo de Jefe de Redacción, que hoy ocupa.

Los alumnos de la Escuela de Periodismo sentimos gran admiración por los hombres
que, como Gastón Baquero, de procedencia humilde y sencilla, saben labrarse un gran
porvenir, a través de lucha y sacrificios.

generosidad con que guió mis primeros pasos en el diario Información, donde comenzaba yo esta
bella esclavitud del periodismo”.
24
Sobrino del beato Antonio María Claret.
25
En una de nuestras entrevistas, interrogado Gastón Baquero sobre el Premio <<Justo de
Lara>>, nos hizo la siguiente confesión:
- “Mira, <<El Encanto>> crea ese premio. Había tres grandes periodistas que se querían comer y
matar entre ellos por acaparar los lauros. En justicia eran los mejores. Te hablo de Ramiro
Guerra, de Ramón Vasconcelos y de Pepín Rivera. Aparecí yo a última hora y fue la coartada
magnifica para evitar esa guerra. Considero que mi trabajo sobre Varona es bueno y le tengo
afecto, pero no olvides los antecedentes del premio”.

23
Nosotros los alumnos admiramos sinceramente, a todos los que llegan a esta Casa con
una sonrisa alegre y una mirada de comprensión.

Por eso, si los visitantes que honran nuestra Escuela y que nos brindan su palabra de
aliento y su frase de esperanza; si los protectores de este hogar, que hacen cada día más
por elevar el nivel cultural de este centro docente, para colocarlo en primer plano entre las
escuelas de periodismo del mundo; si los conferenciantes que honran nuestra tribuna,
trayendo una palabra de enseñanza y un mensaje de orientación, como hoy el Ingeniero
Gastón Baquero; si todos ellos, repito, pudieran mirar con ojos escrutadores a través de los
pechos de profesores y alumnos, verían que en la primera página del diario de nuestros
corazones, hay un cintillo que dice:

“¡Bienvenidos aquellos que aman la Escuela de Periodismo!”

Como vemos, el talento y la entrega de Baquero a su labor periodística, además


de valerle varios premios, le permitió un ascenso económico también meteórico;
así como una encumbrada posición social que repercutiría más allá de las
fronteras nacionales.

24
Capítulo IV

Hemos adelantado mucho la vida social de Gastón Baquero. Vida que se


originó a través de su posición en el Diario de la Marina. Volvamos un poco
sobre sus andanzas literarias, si por tal han de tomarse sus incursiones en el
mundo de la poesía – su auténtica vocación – el mundo de la fantasía. En una de
nuestras numerosas entrevistas para la confección de este texto nos dijo:

Mira, tú sabes, allá en el pueblo se tenían muchas creencias seculares, propias del medio
rural. Siempre estaban las mujeres cuidándose de no exponerse al influjo de la luz de la
luna cuando estaban grávidas. Lo mismo sucedía con respecto a los niños. Siempre nos
escondían de la luna para dormir. Mi abuela me tapaba hasta la cabeza con una sábana a
riesgo de asfixiarme y cuando no, ponía trapos viejos en las rendijas de las tablas.
Recuerdo verla poner hojas de plátanos cogidas con ganchos de colgar la carne de los
cerdos que se mataban.

Tú sabes todo el misterio, todo el encanto, que eso arroja sobre la mente de un niño. Ahí
empecé yo a ser poeta. Esto ocurrió tan pronto como se pueda tener conciencia, muy
temprano en mi vida. Tardaba mucho en dormirme pensando y añadiéndole cosas a aquel
mundo real y mágico a la vez. En memoria de esos recuerdos quise que mi poesía se
publicase bajo el título de Magias e invenciones. Añadí mucho a aquel mundo que ya tenía
demasiados elementos fantásticos por sí solo.

Es imposible definir con exactitud la fecha concreta de la publicación del


primer poema de Baquero. Tampoco es posible identificar si fue en un periódico
o en una revista.

Según José Olivio Jiménez, en la revista Grafos (1933-1946), se publicaba


periódicamente una <<Antología poética del siglo XIX>> a cargo de Cintio
Vitier y el propio Baquero. Este dato enteramente fiable, pudiera hacernos
sospechar que también fue en Grafos donde por primera vez publicase Baquero
sus poemas. Sospecha por demás bien fundamentada, si tomamos en cuenta que
también fue en Grafos, donde salió a la luz la primera crítica literaria a sus
poemas de que tenemos noticias. Hablamos de la crítica realizada por el poeta y
profesor cubano, Emilio Ballagas, que apareció en Grafos: La Habana,
septiembre-octubre de 1942. Todo indica también a que trabó amistad con Cintio
Vitier con bastante anterioridad a Lezama. En esos momentos iniciales tampoco
Vitier conocía, o mejor, no estaba a la altura del mundo de Lezama.

Es precisamente en el año 1942, todavía trabajando Baquero como traductor de


cables para el diario habanero El País, que participa en la fundación y consejo
editorial de la revista Clavileño (1942-1943). Entre los cofundadores de
Clavileño junto a Baquero, se encontraban entre otros: Alberto Baeza Flores y
Luis Ortega. También sabemos por el propio Baquero que ya por entonces
conocía a Eugenio Florit a quien admiraba por sus funciones de catedrático y

25
más tarde de diplomático. Siempre según Jiménez, “con Lezama y otros jóvenes
poetas de entonces, colaboró en las varias publicaciones de duración efímera que
aquél fue dando vida: Verbum, Espuela de Plata…”). Hemos incorporado ya
alguna otra revista como Social publicación de la Universidad de La Habana.

Citadas todas estas publicaciones, sobreviene una tormenta que originará no


pocos comentarios. Llegamos a la fecha de la fundación de Orígenes. Su primer
número se publicó en la primavera de 1944. Pues bien, Baquero colaboró en este
primer número con el poema <<Canta la alondra a las puertas del cielo>>. Hasta
ahí fue origenista nuestro poeta.

Recuérdese que en 1944 obtuvo Gastón Baquero el importante premio


periodístico <<Justo de Lara>>, fundado por los grandes almacenes <<El
Encanto>>, propiedad del asturiano Pepín Fernández. Otro descendiente de
asturianos, Pepín Rivero comenzó a reclamarlo casi de inmediato para su
influyente Diario de la Marina. No tardó Baquero en aceptar la propuesta, puesta
su condición de no traducir más cables. Su primer artículo en Diario de la
Marina data del veintiuno de febrero de 1945. Ese mismo mes y año entró en el
reputado periódico.

Si ya había acritud en la relación personal de Baquero y Lezama, su entrada al


Diario de la Marina, la exacerbó aún más. Nunca dejaron de tratarse, pero
permanecieron largos períodos sin comunicarse. Cuando Baquero asciende a Jefe
de Redacción, los insultos de Lezama, “se hicieron simplemente insoportables.
Estuvimos mucho tiempo sin dirigirnos la palabra”. Así nos lo contó Baquero,
que prosigue: “Él no entendió nunca que yo necesitaba sustentar a mi familia,
rescatar de la miseria a mi madre que me había criado con tantos sacrificios.
Quería que yo me lanzase sin más a la idea suicida de ser poeta y nada más”.

Por fortuna para la cultura cubana e hispana en general, con sus altos y bajos,
esta relación entre Baquero y Lezama nunca desembocó en una ruptura total. Un
gran ejemplo de ello es como Gastón Baquero de un modo elegante pagó de su
bolsillo las colaboraciones de Lezama en el Diario de la Marina a sus espaldas.
Ningún periódico hubiese aceptado publicar los escritos de Lezama. Téngase en
cuenta que éste se negaba a podar a la literatura de sus frondosos ramajes. En la
introducción del libro de José Lezama Lima, compilado por el crítico cubano,
José Prats Sariol y que se titula: La Habana (J.L.L. interpreta a su ciudad),
Editorial Verbum, Madrid, 1991; Baquero escribe: “El episodio de la tarea
periodística, o mejor, periódica, de Lezama, me tuvo a mí de co-protagonista ex
oficio; cierto, pero ni aun esa circunstancia actúa como revividora de lo
ocurrido”. Estas palabras son un reconocimiento abierto al hecho como tal.

Para cerrar la importante relación entre Baquero y Lezama, demos a conocer lo


que nos respondió el primero interrogado por nosotros acerca de la fama de
“pesado” que gozaba el segundo:
-El Maestro, que lo era, era insoportable, intratable y no quiero seguir
piropeándolo.

26
En otra ocasión le preguntamos a Baquero sobre el ambiente de La Habana de
la década de los cincuenta y sobre la veracidad de la gula de Lezama y nos dijo:

Sí. ¡Uhhhhh! Lezama gustaba de comer bien. En ello no hay lo que llaman pecado. No
fueron pocas las veces, que después de almorzar, sobre todo los domingos; salíamos del
Carmelo. Conocerás si no fue borrado del mapa, que el Carmelo era un restaurante del
Vedado. Los dos éramos haraganes, incapaces de caminar ni una cuadra bajo aquel sol que
no tengo que describirte. Los domingos y los días festivos no tenía mi coche. El chofer
descansaba y yo nunca conduje. Ahora, no fui eso que dicen por ahí de un “mulato
burgués”. Cogíamos un taxi que entonces abundaban en La Habana y muy lujosos. Nos
íbamos a Prado y Neptuno, donde había una heladería. Era más bien un café, porque
también vendían unas frutas muy buenas y bebidas de todo tipo, pero yo la recuerdo por
los helados. Figúrate que se llamaba “Miami”. Quién iba a imaginarse en aquel entonces
lo que se valorizaría esa ciudad para los cubanos en el futuro que nos aguardaba.

El helado favorito de Lezama era el triple anón. Era como una esencia de esa fruta.
Como si la pulpa del anón hubiese sido colada tres veces. Entonces salía esa textura, ese
sabor tan fino. Los dos sorbíamos con verdadera fruición. Un deleite en los celajes.

Para concluir la vida “poética” de Baquero en La Habana, que fue breve y no


muy intensa, dadas sus circunstancias – compromisos sociales, prensa diaria, etc.
– hablemos de sus poemarios publicados durante aquella etapa. En libro sólo se
recogen Poemas, La Habana: Imprenta Serafín García, 1942. Obra que confirma
tener en sus archivos la Biblioteca Nacional de Cuba.

Saúl sobre su espada, La Habana: Ediciones Clavileño26, 1942; (según José


Olivio Jiménez), no es otra cosa que un extenso poema que apareciera ese año en
que se fundó la revista Clavileño, en sus páginas.

Es bastante fiable aceptar lo que dice Jiménez en su entrada para el diccionario


de Literatura Cubana publicado en Connecticut:

…y a lo largo de los años siguientes dio a conocer otros textos de cuya existencia sólo
tenemos noticias por información personal del autor: El álamo rojo en la ventana, (1948)
y El libro de las estrellas, (1949). Eran colecciones privadas, mecanografiadas, que sólo
circulaban entre amigos. No llegaron a publicarse en revistas o libros; y pueden, por ello,
considerarse actualmente perdidas.

También dijo Gastón Baquero a Felipe Lázaro27:


En cuanto oí en una clase hablar de dos sales llamadas Rejalgar y Oropimente corrí y
escribí un poema titulado <<Fábula de Rejalgar y Oropimente>>, que creo recordar se lo
envié a Marcos Fingerit, un heroico editor de revistas poéticas en Buenos Aires. (A él le
envié también, después, un poema titulado <<Dafnis>>, del que sé fue publicado como el
otro, pero jamás volví a verlos).

26
Este dato de Jiménez es incorrecto, ya que la revista Clavileño no se fundó hasta 1943.
27
Lázaro op.cit., pp. 14-15

27
Tan solo resta añadir lo que dice J. O. Jiménez:

En 1948, y en su clásica antología Diez poetas cubanos (que tanta cohesión pública y
repercusión dio a “los poetas” de Orígenes) ya Cintio Vitier, su editor, concede gran
significación – y un amplio espacio en el libro – a la labor poética de Baquero…

Y viene después un largo silencio poético del autor, prácticamente a todo lo largo del
decenio del 50. Aquí cabría cerrar, entonces, lo que pudiera entenderse como primera gran
época de su obra lírica.

Es cierto que en términos poéticos Gastón Baquero estuvo invernando en una


especie de claustro materno, durante esa década de los cincuenta. Mas en torno al
periodista había una algarabía y una alharaca propia de taponarse los oídos, por
lo ruidosa. Creemos que si no hubiese llegado a ocurrir ese cataclismo histórico y
social, llamado revolución, Gastón Baquero se hubiese perdido para las letras
cubanas, arrastrado por una marejada social apoteósica. El estrellato a que lo
condujese su posición en el Diario de la Marina, que iba más allá de las paredes
de la redacción y de las páginas impresas; hubiese terminado por estrellar al
ensayista y al vate.

Pero antes de alarnos con el vuelo que tras despegar, ha remontado tan alto al
niño pobre de Banes, dejemos bien claro que si bien, Baquero, se inicia a trabajar
en periódicos en el año 1942, a la par que pública su primer libro de poemas, ya
con anterioridad había publicado, de forma no remunerada, en publicaciones
diarias. Nos contó, que conjuntamente con el también periodista y escritor
cubano, Luis Ortega, otro de los fundadores de Clavileño, había publicado ya en
1936 cuentos breves y ensayos en el diario habanero La Discusión.

28
Capítulo V

De modo que podemos reencontrarnos con ese Gastón Baquero firmemente


asentado en La Habana y rodeado de su familia. Para dar fe de este hecho y algo
de comidilla a los cotilleros, reproducimos intacto y completo el reportaje, que
bajo el título: <<Cómo vive y trabaja el Ing. Gastón Baquero>>, publicase el
periodista cubano Octavio R. Costa; el 12 de septiembre de 1954 en las páginas
del Diario de la Marina.

Con treinta y siete años. Es una vida levantada desde de la humildad de una infancia
transcurrida en Banes, hasta la consagración prematura que hace a don José Vasconcelos
decir que Gastón Baquero es una de las conciencias de América. Es una monumental
anatomía, una fuerte complexión, una plástica facial poderosa, unos ojos relampagueantes,
una palabra que tiene tras el grave timbre las más suaves tonalidades. Y es una casa de la
calle 15 en el Vedado, ancha, clara, acogedora, porque la preside el ademán sencillamente
provinciano, la sonrisa franca, la limpia mirada de la madre del escritor.

Con ella y con su hermana gemela y con una hija de ésta, y con su abuela, en pleno
ámbito familiar transido de asistidora ternura, vive Gastón Baquero, gustando y gozando
los encantos de la vida casera. Disfrutando de la comida que especialmente para él
confeccionó la madre. Escuchándole sus cuentos. Esquivando las agresiones con que
exhibe su tamaño esa gran perra blanca y pintada de negro, que es “Cleopatra”, y que es
naturalmente, una persona más de la casa. Un pariente que no es menos pariente que
cualquier otro.

Y por todas partes cuadros de pintores cubanos contemporáneos. Por dondequiera un


Ponce28. Y en uno y otro lado la geométrica presencia de Portocarrero. Aquí un sereno
rostro de femenino trazado por Víctor Manuel y cerca unos aguafuertes de Amelia Peláez.
Sobre todo una virgen de Mariano, y entre tanto siglo veinte un lienzo del Greco que tiene
la marca de su genio, y que, por lo pronto, está probada su firma 29.

Sobre una mesa de la sala un pequeño bronce de impresionante contorsión, salido de las
manos de Estupiñán. Es el caballero de la muerte dándole vida a la inercia de la materia. Y
a su lado una foto de José Ignacio Rivero y Hernández.

Un raro sillón chino de repujada y afiligranada madera, trae la presencia de la filosofía


asiática con que purifica la carne a través de las incomodidades a esta pictórica asamblea
que es la casa de Gastón. Porque no es un silencioso museo, en el que los lienzos están ahí
colgados y ajenos al transcurrir de la vida familiar. Más allá de sus marcos, los seres
trazados por Ponce o Víctor Manuel, son también gente de la casa.

Y allá al final, la habitación del periodista. ¡Qué reguero de libros! Es lo primero que se
mete por los ojos. Sobre una silla, sobre la mesa de noche, sobre todos los muebles. ¡Pero

28
Se refiere al famoso pintor cubano Fidelio Ponce de León que fuese gran amigo y protegido de
Gastón Baquero.
29
En más de una ocasión visitó Baquero exposiciones organizadas en España por obra y gracia de
la colaboración de los diferentes gobiernos e instituciones solidarias con el sátrapa cubano,
reconociendo los que fuesen cuadros de su pertenencia y propiedad como patrimonio del pueblo
cubano en posición sólo de miseria y represión.

29
que sencillez! Y sorprende, porque se sabe cómo estos diez años han sido para Baquero de
firme ascenso en todo y cómo se mueven sus manos gastadoras y generosas30. Ni un solo
lujo. Pero eso sí, cuadros y más cuadros de nuevo. De los mismos artistas: Ponce,
Portocarrero, Amelia Peláez. Y la cerámica de los auténticos gallos chinos. Y una
reproducción de la página que Lincoln inmortalizó en Gettusburg. Y una estatuilla de San
Juan Bosco.

Y otro sillón chino, el gemelo del que existe en la sala. Y una máquina de escribir
eléctrica, en la que Gastón, sentado junto a la cama, teclea sus Panoramas y sus
editoriales. Los libros que están aquí son los de su actual lectura. Son las obras completas
de Lorca sin mutilación alguna. Por razón de su oficio y de su responsabilidad tiene que
vivir perfectamente informado de cuanto ocurre en el ámbito nacional y hasta más allá de
los linderos insulares. Pero, con una intuición que no falla, él sabe siempre a dónde tiene
que clavar la mirada y posar la atención. Sobre todo lo demás apenas si resbala la negrura
escrutadora de sus ojos, los ojos que son como las garras poderosas de una mente sólida,
absorbente, equilibrada, metódica, abierta siempre a todos los conocimientos, a todos los
sucesos del mundo. Es una ventana sin puertas y es un arsenal.

Tras esta primera lectura a escribir – “lo menos posible”, dice – si hay que escribir, el
Panorama, la columna que tiene Gastón en la página cuatro, y que es como un puesto
sensible a todo. Por sus párrafos desfila toda la vida. Lo mismo un acontecimiento de
resonancia universal, que un problema local, sin importar su índole. Lo mismo una sombra
histórica bajo el signo de un aniversario que un escritor de renombre actual. Nada le es
ajeno al espíritu de Baquero, que vive como si estuviera en el corazón del mundo, en
medio de la humanidad, con la sensibilidad abierta a los cuatro puntos cardinales. Lo
grande y lo pequeño. Lo político y lo literario. Lo mismo da un problema obrero, que una
cuestión fiscal, que un libro, que una exposición, que Mozart. Ni espacio, ni tiempo, ni
índole, ni clase, todo lo humano, toda señal de vida, toda manifestación del espíritu, toda
presencia del hombre. Del hombre como tal. ¿No fue Unamuno una de sus grandes
pasiones? ¿No estuvo durante cinco años metido en su mundo hasta comprender que le
sembraba demasiadas anarquías en el ánima?

Y del Panorama a la lectura, porque a Gastón le gusta más leer que escribir. La prosa no
es su vocación. Es el gaje del oficio. Y el oficio es la imposición de su vida, es la fuerza
del deber, es la angustia de la responsabilidad. Por eso no recoge nada de lo que escribe, ni
le interesa salvar ninguna de sus páginas. “No me gusta escribir- dice – lo hago por
obligación y por cumplir con mi deber”31. Cree que no ha escrito ni una página que
merezca salvarse. “Si acaso algún verso suelto, pero nada más”.

Y lee todo, libro tras libro. Mientras no termina uno, no comienza otro. Y lee como el
viejo vasco de su admiración y su cariño, sin dejar huella en las páginas, que quedan
intactas y pulcras. Lee versos, novela, teatro, filosofía, ensayos de todo tipo, política,
reportajes e informaciones sobre la vida actual, sobre la marcha del mundo. Está en tierra,
en la hora presente y en ese mundo intemporal de la más pura creación literaria. Todo le
interesa. Todo le trae mensaje. Todo estimula su curiosidad. ¿No se entusiasmó acaso
gozosamente en los días universitarios cuando estudiaba una carrera tan ajena a su
temperamento como la Ingeniería Agronómica 32? Si encontró poesía e interés en los textos
que hablaban de la patología botánica, ¿cómo no van a herir su fina sensibilidad un libro

30
Gastón Baquero fue mecenas de artistas de todo tipo. Financiaba directa o indirectamente a
través de la ayuda anónima o comprando las obras. Ejemplos relevantes son los del pintor Fidelio
Ponce y los del poeta José Lezama.
31
Recuérdense las ya mencionadas disputas y acritudes con Lezama en torno al ingreso en el
periodismo y la auténtica vocación, cuando el poeta siempre anteponía el deber y la familia a
cualquier otra fórmula.
32
No olvidemos la imposición del padre con respecto al estudio de esta carrera.

30
que traiga la angustia de un poeta, una novela que trace el cuadro de una Europa
devastada, un drama que recoja la complicidad de la atormentada psicología del hombre
actual? De las páginas de Thomas Merton pasa a las periodísticas de Krarub. Y de ellas
recala a sus dioses permanentes. Es Lezama entre la nómina de Cuba, a quien considera al
más grande poeta cubano de todos los tiempos. Es Vallejo en las Américas. Son
numerosos los poetas españoles que admira. A Eliot y Peggy y Claudel. No puede
olvidarse de la poesía de Paul Eluard y la de Dylan Thomas.

Son poetas y es que la poesía es la raíz, la entraña, el soplo vital, la ilusión de Baquero.
Eso es él y nada más, él: un aspirante a poeta, que es un fenómeno inusual, aunque sea
también la traducción lo que lo llevó a la redacción del periódico Información a hacer
traducciones porque nada podía hacer con su título de Ingeniero Agrónomo y había que
traer de Banes a esa noble madre y amada mujer que había tenido que abandonar antes de
tiempo33, sin que pierda en el trato la escasez en el sacrificio y la dedicación literaria, su
talento y valía lo hicieron articulista y ganó el <<Justo de Lara>>. Muerto Pepín Rivera,
ingresa en el Diario.

Gastón es católico militante y comprometido34, de ello nos habla. Y evoca la vieja


alianza. Y la otra que se consumó con la llegada de Cristo. Y con palabra firmemente,
profundamente convencida, explica como el hombre traicionó a Dios y está en vísperas de
una verdadera catástrofe. Es el castigo necesario, imprescindible, para poder salvar al
hombre… Y se mete por los meandros de la Revolución Francesa y por los vericuetos de
la rusa para ver en ambas la presencia de Dios en busca de equilibrio humano por medio
del temor. La sabiduría divina, la infinita bondad del Padre, siempre anheloso de rescatar a
los hombres, de asistirlos en los trances más negativos y desastrosos.

Sin sectarismo, con la imparcialidad de su cultura, con el dominio de un saber amplio,


seguro, ceñido, firme, ordenado, un saber que asombra, revisa y valora las corrientes del
pensamiento, las posturas religiosas, el drama entero en que el hombre se mueve. Y sin
sustos, serenamente, está convencido de que pronto llegarán tiempos apocalípticos 35.
Mientras, en la medida de sus posibilidades, él dice su verdad. Escribe a regañadientes,
pero con la sinceridad de un hombre que no puede traicionar sus convicciones, aunque
éstas choquen con las ideas que están de moda y corren de mano en mano. Él tiene una fe,
una actitud, siente dentro de sí una responsabilidad, y no puede falsificar su propio
pensamiento36. Por eso se le ve siempre de la mano de Dios.

Al Diario sus mayores afanes. Desde las once hasta las dos, hasta las tres. A despachar
con el director, a cambiar impresiones con los editorialistas, a dar instrucciones, a orientar.
En todo está presente con tino y desvelo. Es un mundo difícil y complicado la intimidad
de un periódico. Y en esta intimidad del Diario está la presencia de Gastón Baquero. Una
presencia sencilla, cordial, modesta. Sin petulancias ni vanidades.

33
Es bueno que rememoremos llegados a este punto las circunstancias en que salió Baquero de
Banes siguiendo la voluntad de su padre.
34
Ya hicimos mención de las circunstancias en que Gastón Baquero fue bautizado y la
discriminación sufrida durante la catequesis que no le sembró resentimiento alguno.
35
Si se echa una mirada sobre el periodismo de Baquero, incluido en el Capítulo V de nuestra
tesis doctoral: Perfil Íntegro de Gastón Baquero, se puede comprobar como a través de sus
artículos y en orden cronológico, iba profetizando con certeza asombrosa lo que ocurriría en
Cuba. Profeta en su tierra y en el exilio, tal vez lo único que no pudo adelantar fue la magnitud y
prolongación del cataclismo cubano, tan sustentado por la comunidad internacional con España a
la cabeza.
36
La ética profesional y personal fue siempre una constante en todos los escritos de Baquero
independientemente de las posibles consecuencias que de la verdad pudieran derivarse. Por ello
precisamente fue el primer intelectual cubano que tuvo que huir tas el ascenso del castro-
comunismo al poder.

31
Después del almuerzo que es casi siempre en la casa, si un compromiso no lo lleva a un
restaurant37, al Diario de nuevo. Y por la noche otra vez más. No es posible desentenderse
de nada. Ni de lo grande ni de lo pequeño. Lo mismo hay que vérselas con un juicio
editorial que con una foto, que una simple noticia.

Es una cotidianidad tiránica, absorbente. Pero al margen de ella, y en todos los momentos
libres, la lectura constante e indefinida. Libros y revistas tiene Gastón por todas partes. No
hay más que ver el automóvil. Y mientras va de un lugar para otro, lee el último libro que
ha comprado o la última revista que le ha llegado de Francia o de España.

Pero flota sobre todo. Y está presente en una función de ópera, de teatro o de ballet, en
un concierto, en una exposición, en una conferencia. Aquí habla de Poe y allí de Ponce 38.
O ahora es una evocación de Juan Gualberto 39 con el motivo del centenario de su
nacimiento. Y cuando llega el fin de semana, la evasión, la huída a lo recoleto de un
paisaje en que están, para su disfrute, los cuadros mayores, y los libros sobre música y
poesía, y la discoteca que es un orgullo 40, y que cuesta más que los libros. Si la poesía es
su vocación, su pasión es la música. Toda la música. Lo mismo la de ayer que la de hoy.
Esto es una característica de su sensibilidad, de su temperamento, de su personalidad. “no
cerrarse, a nada, no tener prejuicios, conocer, aprender” es su lema41. Toda música, pero
sobre todo los grandes y sobre todos los gustos y preferencias, el gran Mozart, el más
musical de los músicos, el Mozart discreto, púdico y digno que muere de frío mientras
escribe una de sus grandes obras y no lo dice. No lo transparenta. No lo llora con la nota
plañidera que le quita grandeza a tantas creaciones42.

Una juventud triunfante. Una devoción sin límite a la madre, que es para él una
institución. Una vida en permanente quehacer. Una vocación lírica que flota sobre una
dolorida frustración. Un hombre en militancia periodística y en trajín de cultura. Una
dramática preocupación por la suerte y el destino del hombre. Una constante conversación
con Dios. Así es y así vive y trabaja Gastón Baquero, el periodista en quien ha devenido el
niño que en Banes estuvo a punto de naufragar por la necesidad de ocuparse precozmente
en los más difíciles menesteres.

Este reportaje que acabamos de incluir es una corroboración a los datos que tan
celosamente en su día Gastón Baquero nos confesara y que tanto le agradecemos.
Lo incluimos con el fin de dar rigor científico a un trabajo de estudio e
investigación. No queremos en ningún momento aparecer como novelistas
Baquero era muy intuitivo y celoso en exceso de su privacidad. Parece ser que
esa intuición y la amistad con que nos honró nos permitieron ser depositarios de
confesiones que no solía hacer a nadie. Seguros estamos que estaba convencido

37
Sic. en el original.
38
Gastón Baquero fue un destacado conferencista dentro y fuera de Cuba. Otra cosa es que haya
sido enviado ex profeso al rincón del silencio en España por sus ideas democráticas y por su
perfil inequívocamente honrado.
39
Juan Gualberto Gómez: patriota cubano, mulato como Maceo y Gastón Baquero, que tras la
independencia fue un pionero del sindicalismo cubano y los derechos del negro.
40
Se refiere el periodista Octavio R. Costa a la quinta de recreo que poseía Gastón Baquero en el
reparto de Santa María del Rosario en las afueras de La Habana en el municipalidad del Cotorro.
Allí, además de las colecciones mencionadas, poseía caballos, piscina y colecciones de ricas
porcelanas chinas.
41
Gran ironía, a quien le fueron aplicados todos los prejuicios y medianías habidas y por haber.
42
Con similar estoicismo y dignidad soportó Baquero su exilio pleno de creación.

32
que nunca utilizaríamos tales datos con fines mezquinos o perversos como
intentan hacer otros.

Aunque más adelante se hará necesario narrar hechos que involucran a su


vivienda de recreo, volvemos a la cientificidad, incluyendo fragmentos del
artículo publicado por la escritora y periodista cubana, radicada en Miami, Anita
Arroyo, el 15 de mayo de 1993 en el Diario de las Américas. Dice Arroyo:

Ingresamos en el Diario de la Marina casi al mismo tiempo: él como Jefe de Redacción;


yo, como simple colaboradora a través de mi vieja columna <<Reflejos>>. Una tarde lo vi
caminar deprisa, cargadas de papeles las manos. Aguardaba yo silenciosa en el gran salón
central del hermoso edificio del Decano de la prensa cubana. Él entraba y salía, en mangas
de camisa, a la redacción. No olvido el efecto que me hizo. Era un hombre alto y fornido,
de hermosa cabeza y porte distinguido. Me entró gran curiosidad por conocerlo. Y pronto
se presentó la inolvidable ocasión. Lydia Cabrera y María Teresa Rojas remozaban
entonces la iglesia de Santa María del Rosario, reconstruyendo su hermoso retablo. Ellas y
Gastón conocían también a una cuñada mía, Gisela Hernández, gran compositora musical.
Fue precisamente a través de ellas que tuve el gusto de conocer a Gastón. Éste, el de
aquella figura que yo atisbaba desde lejos, se convirtió en el más elegante anfitrión que yo
haya conocido. Nos invitó a una cena en su bella casa de Santa María del Rosario,
decorada primorosamente con preciosas pinturas, muebles coloniales y resplandecientes
candelabros. Fue la noche más encantadora y exquisita que yo haya disfrutado con amigo
alguno. ¡Qué refinamiento, qué amena conversación!

Gastón se rodeó siempre de cosas bellas. Amaba al arte tanto como a la literatura y se
refugiaba, reservado como es, entre sus cuadros, sus montañas de libros y objetos de arte.
Pero entre lo que lo rodea, ayer y hoy, lo que se destaca es él, Gastón Baquero, modesto y
a la vez, personalidad cautivadora. Prototipo de la más espiritual elegancia, modelo de
amigo cuando se tiende el a veces difícil puente de la afinidad.

33
Capítulo VI

Retrocedamos un poco ya que nos hemos adelantado a algunos datos que


aunque no rompen la armonía de nuestra composición, sí constituyen un salto
sobre algunos acontecimientos de suma importancia. El rigor de una cronología a
falta de otras fuentes de orientación nos va a ayudar al seguimiento de los pasos
de Gastón Baquero. Pasos siempre muy bien encaminados, dicho sea de paso, sin
que persigamos la apología banal o el panegírico frívolo.

1945

Su entrada al influyente Diario de la Marina en febrero de este mismo año


(1945) trajo para Baquero prosperidad económica y posición social para erigirse
en tribuno de los desfavorecidos y humildes a quienes, por su origen, se sentía no
ya vinculado, sino formando parte de de ellos. Si hacemos memoria de su niñez
ya explicada, no resulta nada extraño que su nombre apareciera firmando en
<<Panorama>> por vez primera el 21.02.1945 el artículo: <<Defensa
permanente del niño>>. Y tan temprano como en mayo, ya incursionaba sus
pasos por las provincias como hombre ávido de conocer su país y su cultura. La
primera escapada que hace del bullente asfalto habanero fue a Sagua la Grande
en el norte de la provincia de Las Villas. (Veáse 06.05.1945 <<Sagua, ciudad de
luz>>). Preguntado por este infatigable estudioso de su vida y obra el por qué
había sido Sagua la ciudad escogida, el poeta respondió: “porque tenía la idea
romántica de que era la Venecia cubana.”

En mayo también retorna a su entorno de nacimiento a través de la escritura: el


13, <<Razón del maestro rural>>; el 23, <<Terror en los campos, derecho y
revés de la Constitución>> y el 2 de junio <<Sobre los desalojos campesinos>>.

Este año 1945 hizo un verano caliente y debatido en la historia cubana, aunque
como todo lo encargado a producir cambios, tuvo resultados muy encomiables.
El 18.07 Baquero escribe <<La propiedad en la picota>> y el 25 del mismo mes,
<<La defensa de la propiedad>>. Precisamente en torno a este debate, que fuese
el pan caliente del año, es que Gastón Baquero se inicia como ensayista
publicando libros, su: Pro-defensa del derecho de la propiedad: tres artículos y
una sola idea. La Habana, 1945, fue la primera publicación en prosa que viera la
luz en forma de libro. Este título es el que erróneamente se viene dando, por
desconocimiento y falta de rigor, como Ensayos, La habana, 1945. Pudiéndose
responsabilizar y culpar al boliviano Pedro Shimose, adocenado escritorzuelo y
achantado funcionario que fuese del vergonzoso ICI, sustituto del infame
Instituto de Cultura Hispánica convertido hoy en la alcahueta AECI.

34
La defensa del medio rural y los campesinos nunca faltaron ni en los
encabezamientos ni en los textos periodísticos de Baquero, como tampoco se
ausentaron jamás sus denuncias a la amenaza comunista primero y a sus males
después desde el exilio. Citamos un último escrito sobre el tema por lo mucho
que diera para hablar y rechiflar al incorregible pueblo cubano y su inmortal
choteo – con lo positivo y negativo que en ello subyace. Nos referimos a <<La
fiesta guajira y la Fundación del Buen Vecino>> del 29 de septiembre. La
estrategia política norteamericana para la compra de azúcar se conoció bajo el
nombre del Buen Vecino. No existen pocas burlas y mofas a la bondad del “del
frente”, pero la mayor parte de ellas se recogen en canciones tradicionales. Una
de las mejores, compuestas e interpretada por el inmortal dúo Los Compadres.

No podían faltar en el escenario del fanfarroneo cubano, tan español, los


estirados cuellos de la alta y enlodada sociedad que ese año no pudo sustraerse de
fundar un Pen Club y reunirse en almuerzo tan solemne como pedante, en el cual
todos los participantes, sin excepción, se atropellaron la palabra – incluido
Baquero, al que le estropearon, el hasta entonces, su mejor traje de dril blanco
comprado especialmente para esa ocasión en El Encanto; cuando le derramaron
la indeleble salsa de un pavo en fricasé aliñado con bijol y pettite pois, entre otras
cosas, sobre la americana y parte del regazo. Un agitado, fervoroso y elocuente
orador – que Baquero no recordaba quién fue – más inspirado por Baco que por
Júpiter blandía sus brazos como aspas de molino de viento, que fueron a chocar
con una bandeja que portaba un camarero “negro como un tizón” y aderezado
con librea blanca para el acto monumental de la fauna intelectual cubana de elite.
El 07.10 Baquero publicaba <<El primer Almuerzo del “Pen Club”>>, pero por
supuesto, sin aludir a los pormenores. Años más tarde, con igualdad de fines el
exilio “que nunca aprenderá la lección” fundó un nuevo Pen Club en Miami al
cual Baquero se negó siempre a pertenecer, y en el que metieron a José Olivio
Jiménez sin contar con él para nada.

También en octubre – siempre lo haría a partir de entonces hasta su exilio – el


día 12 Baquero pronunció un inflamado discurso apologético en el centro
asturiano a la gloria de España, que exterminó a los indios y esclavizó a los
negros, para celebrar El Día de la Raza. Mención al panegírico hace en su
artículo del 13 <<Palabras para España en el Día de la Raza>>. Esa misma raza
que luego lo condenase a él al hambre durante su cruel exilio en esa tierra de
entrañas marchitas. El tal “Día de la Raza” se celebró por última vez en Cuba en
1958. A partir de 1959 cuando Castro encadenó al pueblo cubano, al menos tuvo
el heroico y patriótico gesto de liberarlo de tal celebración bajo todo tipo de
pseudónimo o disfraz. Esa prohibición, junto al exterminio y persecución de la
religión y en especial la católica, da fe de algunas de sus pocas buenas
intenciones y logros a favor del pueblo de Cuba. El resto fueron traiciones.

En diciembre del mismo año retorna como turista a la provincia de Las Villas,
pero esta vez a la costa sur. Las motivaciones para desplazarse a Cienfuegos
subyacían en visitar al cementerio de esa ciudad que posee una imitación en
escala pequeña de la Acrópolis de Atenas, e ir hasta el Castillo de Jagua haciendo

35
escala en Cayo Carena. Nos confesó el poeta que la atracción por Cienfuegos se
la provocó la evocación que de ella hacía la famosa Orquesta Aragón de esa
ciudad conocida como La Perla del Sur. El artículo del día 2: <<Cienfuegos o la
cordialidad>>.

1946

En su agenda voluntaria – preferimos evitar el término caritativo tan abusado


como el solidario – Baquero incluía La Liga contra el Cáncer, a la cual estaba
vinculado a través de la Iglesia Católica de la que a su vez era portavoz el Diario
de la Marina, reaccionario y retrógrado por antonomasia en materia de
oscurantismo y prejuicios como engendro español. Ello no quiere decir que todos
los que se sustentaban de su nómina lo fueran como algunos lo han pretendido
esgrimir.

A esa Liga contra el Cáncer dedicó muchos esfuerzos y tiempo libre Baquero,
sobre todo, con su comparecencia en público para recaudar fondos, abrir centros
de atención médica, hospitales, etc. Prueba de ello nos da el 19 de enero cuando
publica: <<La Liga contra el Cáncer, escuela de Caridad>>.

Si el año precedente – 1945 – fue generoso con el niño pobre de las afueras de
Banes, el siguiente lo fue más. En mayo Gastón Baquero realiza un viaje a
México. Solía relatar como antes de desembarcar en la capital del país las
azafatas de Cubana de Aviación le impusieron beber un largo trago de ron – un
doble como se diría en Cuba – para combatir el síndrome de la altitud. No
obstante, se sintió muy mareado y al llegar al hotel le recomendaron permanecer
unas veinticuatro horas yaciendo boca arriba. Así lo hizo y al siguiente día el
guajiro bardo, algo tostado como el buen café oriental, después de un suculento
desayuno rico en tortillas y espeso en guacamol salió a patear las calles de la
ciudad. Metió las narices en todo como poeta curioso y como fisgón de
profesión. La cultura no podía excluirse de su itinerario y desde allí telegrafió
varios comentarios, siendo muy notorio: <<Sobre una exposición de pintura
moderna en México>> el 21.05.

En junio la madre le hace de nuevo las maletas, que llegarían a ser más viajeras
que el baúl de la Piquer, para dar un salto a Colombia. Comenzó su gira por las
ciudades caribeñas que hablando en cheli, le molaron un montón. Baquero estaba
muy familiarizado con el mundo vacuno y con el vacunao – aunque nunca fue
rumbero -, pero jamás había presenciado una corrida. El arte de vapulear a los
cornudos no prendió en Cuba, quizá porque el público era más sensual y
aprovechaba sus agudizados sentidos en eyacular bromas como el toque de
fotuto, o tal vez porque no le gustaba ajustar cuentas tan rotundas con el animal
vejado, limitándose a su sometimiento. De este modo, los dientes del cubano –
acostumbrados a la exquisitez del canistel y la guanábana – castañetearon

36
aplaudiendo el colorido de la fiesta y resintiendo la muerte de los toros bizarros y
gallardos. Su comentario cablegrafiado se imprimió en La Habana el
23.06:<<Muerte de unos toros en Barranquilla>>. Después un cambio de
escenario para una celebración religiosa en Bogotá que dio lugar el 29.06 a
<<Fiesta de Corpus en Bogotá>>. De la capital a la costa pacífica que le obliga a
un brusco cambio de vestimenta, 30.06 <<Del abrigo a la guayabera. (Pequeño
sartorial de Colombia)>>. Por última estación tuvo a Medellín donde asistió a un
certamen de poesía invitado por el poeta Eduardo Carranza, a quien conocía por
carta pero no personalmente. Fue allí donde se produjo el encuentro físico que
prolongaría la amistad de ambos poetas hasta la muerte. En el certamen se hizo
un homenaje a poetas cubanos muertos que arrancó lágrimas de felicidad al
cubano. De ahí surgió <<Amor a Cuba en Colombia>> 02.07. Antes de volver a
casa una breve escala en Venezuela para venerar la estatua de Bolívar en Caracas
y aprehender algo más de la cultura del país de Andrés Bello. <<Pequeña elegía a
un libertador>>, 06.07.

Una vez reinstalado en la redacción del Diario de la Marina en la Calle de la


libertad, 10.1º el periodista continúa con sus reivindicaciones al campesino, la
denuncia de la amenaza comunista, la educación, la literatura, etc. a la vez que
comparece a su vida social in crescendo y sus citas permanentes con el arte como
<<El redescubrimiento de Trinidad: Exposición de Esteban A. Varona>> 20.10.
Por entonces sus contactos con el pintor Fidelio Ponce de León eran ya una
sólida amistad. Gastón Baquero no solo fue un ferviente admirador del arte de
Ponce, sino que lo protegió tanto como pudo contra el hambre y la pobreza.

1947

Año de intensa actividad cultural marcada por la <<Introducción al año de


Cervantes>>, 09.02. Esta celebración mantendrá al ensayista y conferencista
ensimismado y compareciente a la vez. Debe escribir y disertar continuamente
sobre la vida y obra del Manco de Lepanto. No faltó el 23.03, <<¿Qué haremos
con Cervantes?>>. El 13.04 aparece el anticipo a la original ponencia que
expondría en el Congreso Cervantino de Madrid: <<Sancho como esteta>>.
También en abril, el 22 <<Don Miguel de Cervantes se encamina a morir>>. El
joven Baquero estaba tan entusiasmado con la perspectiva de su primer viaje a
España y Europa que derramaba Cervantes hasta en la mantelería a la hora de los
criollos almuerzos tan bien sazonados por su madre. Verificar si no como el
27.04 escribe <<Tomás Rodaja, Quijote chico y Licenciado Vidriera>> Nuestro
hombre iba – como siempre – de Quijote en todo, así el 17.08, <<De Don
Quijote a los gobernantes>>.

Por fin llega el tan ansiado mes de octubre y con él la partida hacia Madrid en
un moderno – entonces – turbo hélice que debía hacer escala en las islas de Cabo
Verde antes de desembarcarlo en Lisboa, que había decidido visitar antes de

37
abordar un asmático tren de vapor para atravesar las llanuras de la península
ibérica. Nos relataba Baquero su fuerte impresión sobre el brillo y la luminosidad
de la luna llena durante su escala en Cabo Verde. De estos fuertes recuerdos que
le marcaron surgió su devoción por la naturaleza africana y por sus poetas que
tan bien la recrean. De ahí, sus Poemas Africanos años más tarde, mal recogidos
en Magias e Invenciones por Pedro Shimose.

En Lisboa permanece tres días para saciar sus intereses y curiosidad. Se alojó en
un hermoso hotel cuya ventana de la habitación daba a la Plaza del Rocío que lo
había enamorado. De este modo nace el 19.10, <<Cervantes y Don Juan de
Austria>>. Dejemos que algunos fragmentos del ensayo nos ilustren la realidad
que vivía el poeta:

En Lisboa, junto a la Plaza del Rocío. Vamos camino de España, para asistir a las
grandes fiestas conmemorativas de dos hechos capitales en la historia del mundo; el
nacimiento de Miguel de Cervantes y el de don Juan de Austria…

A las fiestas de sus recuerdos vamos. Frente a nosotros, aquí en Lisboa, la Plaza del
Rocío. Unas bellísimas fuentes, y el agua cantando a toda hora. Lisboa, puerta de Europa,
como España su umbral. He aquí un paréntesis de calma, una zona de luz tranquila, donde
prepararnos a gozar del recuerdo y de la fiesta. A la patria nuestra la hemos dejado
envuelta en brumas, rodeada del silencio. Alternativamente, vamos del pensamiento de lo
que nos espera, al pensamiento de lo que dejamos. Venimos de nuestro pueblo, hoy triste
y turbado, a participar en una conmemoración de valor universal. No sabemos ni
queremos saber de otro estilo de ser y de pensar que el dictado por la especie de la Patria:
lo que amamos y lo que odiamos, lo que pensamos y lo que decimos, lo que soñamos y lo
que escribimos, sólo tiene un signo, una ambición, un sentido: la Patria. Y para ésta, para
nosotros como hijos de ella, ¿qué significación tienen estas fiestas hacia las cuales
vamos?, ¿no nos dicen nada su vida, no nos enseñan nada su obra? ¡Cervantes y don Juan
de Austria, cifras universales, sombras gloriosas que crecen y fecundan más con los
tiempos y los tiempos! ¿Qué son, qué pueden ser para nosotros? Contemplemos de nuevo,
antes de responder, las fuentes de esta Plaza del Rocío. Cae agua incesante, fina, cantarina
y brillante. Es el agua nada más. Es la misma de todas partes, como es el mismo de todas
partes este cielo tan claro de Lisboa. ¿Quién diría que esta agua no es también nuestra? Y
este cielo, ¿no nos pertenece también? Así es la Historia, así es el género humano. Como
un cielo, como un agua que Dios ha creado en todos para todos. Tiene, la Historia, el
matiz de los pueblos, el tono de las razas y de las lenguas, pero es una médula de sus
hechos. Nosotros, los que hemos nacido en un pueblo que pertenece a ese matiz hispánico,
a esa raza y a esa lengua denominados España, somos dueños también de toda su Historia
propia. No comenzamos a vivir históricamente en 1492, sino mucho antes. A la hora de
1547, cuando nacieron don Miguel de Cervantes y don Juan de Austria, ya esos
nacimientos eran cosa nuestra también, eran de nuestra historia, de la Historia única y
común. Lo que ellos significaban también para el mundo todo, pero muy íntima y
directamente lo que significan para nosotros. Ni Cervantes es un fenómeno literario
extranjero, ni la hazaña de don Juan de Austria es un episodio a estudiar por los niños
españoles y nada más. Lepanto y el Quijote son vivas entidades de nuestra existencia,
figuras, categorías del ser nuestro…

El agua, desde las hermosísimas fuentes de la Plaza del Rocío, sigue cayendo, cantando
sigue. Esta agua es la misma de todos los puntos de la tierra. Este cielo es el mismo que
allá nos protege. Cerramos la ventana. Nos disponemos a partir. Vamos hacia las fiestas
que en España hacen por don Miguel de Cervantes y por don Juan de Austria. No somos

38
extranjeros. Somos miembros de una comunidad, de la Comunidad Hispánica de
Naciones, en peregrinación hacia los santuarios de nuestra fe, de la historia y de la vida
nuestras. Ya dejamos atrás las fuentes de Lisboa. A lo lejos, en el alto azul, claro y
radiante, aparece el primer bosquejo de una tierra española…

El Congreso Cervantino y el contacto con la añorada España, que luego


resultara tan vil, elevaron al joven cubano de la ilusión a la exultación, al júbilo
encarnado. Por fin se había presentado la oportunidad de tener ante sí a escritores
e intelectuales hispanoamericanos, y a hispanistas que aún no conocía. El
mexicano José Vasconcelos y el gran humanista italiano Arturo Farinelli entre
ellos. Pero hay más que intercambio fraternal y amistoso. Gastón Baquero recibe
una importantísima condecoración. Veamos como lo recogió la revista cubana
Carteles: Año 28, Nº 21, Pág.33, 1947, Sección Instantáneas. Al pie de foto del
guapo efebo que entonces era el poeta aparece el siguiente texto:

Gastón Baquero, brillante escritor, Jefe de Redacción de nuestro querido colega Diario
de la Marina, que ha sido condecorado por el general Franco con la encomienda de la
Orden de Alfonso el Sabio.

Volvió el vate al Caribe pletórico y renovado con intención de seguir su


peregrinaje por Europa tan pronto como se presentara la ocasión. En diciembre
viaja a Oriente para degustar un macho asado a la brasa en hamaca y relleno de
congrís con rábanos, lechugas y yuca, a la par que charla al <<Calor del
taburete>> como nos dice el 14. Tal y como deben hacer los guajiros de verdad,
“con el sombrero inclinado hacia la derecha y el espaldar del taburete por delante
para apoyar los brazos cruzados y dejar que la ceniza del puro se desintegre en el
piso de tierra del bohío con paredes de yagua y cobijado con guano de la palma
real.”

1948

Se puede decir que inaugura el año con sus menesteres si no altruistas, al menos
filantrópicos. El 03.02 <<La colecta de La Liga contra el Cáncer>>. Y continúa
más allá de las fronteras nacionales, limitadas en aquel entonces sólo por el
extenso océano porque <<Ayudar a los niños de Europa es ayudar a los niños de
Cuba>> 08.06. Sí, porque la Cuba de la mendicidad posterior a enero de 1959
nunca había existido después de dejar de ser colonia de España, y se podía
permitir el lujo de dar a los necesitados.
Mientras, el Baquero antiimperialista no falla, siempre devoto a la
independencia de Cuba e inspirado por su Titán – Antonio Maceo. El 11.08 lo
expresa en su <<Lección del espionaje en los EE.UU.>>.

En agosto acompaña a su madre a la provincia de Oriente para visitar el


Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre – patrona de Cuba – y así cumplir

39
una promesa que ésta había hecho años atrás. Permanecieron cinco días en
Santiago, desde donde viajaron a Banes en visita muy breve para depositar flores
en la sepultura de su abuelo. El 26.08, <<Una peregrinación a Santiago>>.

El imparable, el indetenible adalid de las denuncias escribe el 22.09 <<La ONU


vuelve a montar sus comedias (y Stalin, feliz sonríe)>>. El mambí de Banes
siempre blandiendo el afilado machete de su verbo contra las amenazas
comunistas y los intereses creados de las instituciones internacionales.

Un nuevo salto a la tierra del gran Moctezuma siguiendo una invitación de José
Vasconcelos a quien había conocido personalmente y trabado amistad el año
anterior en España durante la celebración del Congreso Cervantino. Su grata y
fructífera estancia le permite escribir: <<Impresiones de México: Devoción y
cortesía I>>, 09.10 e <<Impresiones de México: Devoción y cortesía II>> el
16.10.

Su origen mismo, las injusticias que presenció y protagonizó, más las


exclusiones que también padeció le guiaban constantemente a sentir inquietud
por todo tipo de discriminaciones y muy en particular las de motivaciones étnicas
que tan profundo le tocaban y afectaron durante toda su vida. El 24.10 salió en el
Diario, <<Don Juan y el racismo>>. Mucho más tarde ya desde su infame exilio
llegó a publicar en el El Nuevo Día <<A Zorrilla no le gustaban las mulatas>>.

Otro gran acontecimiento ocurría ese mismo 24.10 en la vida de nuestro


biografiado. Veamos que apareció en la revista Carteles: Año 29, Nº 44, Pág. 44,
La Habana 31 de octubre de 1948; bajo el título de <<Entrega de los premios
Juan Gualberto Gómez>>, en el texto que acompañaba a las fotografías de los
premiados:

El pasado domingo día 24, Día del Periodista, tuvo efecto por la noche, en
el Salón de Actos de la Asociación de Repórters43 de La Habana (Círculo
Nacional de Periodistas), la entrega de premios a los triunfadores en el gran
concurso que bajo la advocación del insigne patricio y periodista don Juan
Gualberto Gómez se celebra todos los años.

Como se sabe dichos triunfadores fueron los señores Lisandro Otero


Masdeu, Francois Baguer Marty y Alfredo Núñez Pascual (Reportaje);
Gastón Baquero, José M. Valdés Rodríguez y Ángel I. Augier (Artículo o
Crónica); Jesús Miralles, Isaac Astudillo y Lorenzo Vigoa (Información
Gráfica o Fotografía); Juan David (Caricatura o Dibujo) y Eduardo
Hernández Toledo (Información Cinematográfica), todos distinguidos y
queridos compañeros, cuyos retratos recogemos en esta página.

Entre las causas de su tribuna para defender las libertades y los derechos
fundamentales del hombre, encuentra espacio el periodista para hacia finales del

43
Sic. en el original.

40
año escribir <<La esfinge roja>> el 15.12 y <<Para defender la democracia>> el
19.12.

Todavía dio más de sí el año 48 en lo que respecta a reconocimiento y


popularidad, en el buen sentido, a nuestro poeta. En febrero apareció en el Nº 1
de la revista Mundo Hispánico en la sección <<Señores con Pasaporte>>. El pie
de foto rezaba: El redactor del fraternal Diario de la Marina, de La Habana, Sr.
Gastón Baquero, fue nuestro huésped.

1949

No podía faltar el iniciar el año reclamando lo que para él nunca tuvo, así
<<Envíe un juguete para el niño>> el mismo 01.01. Tampoco estaban ausentes
las profecías del campesino que sabía hacer los cálculos de las cabañuelas y otras
guajiradas tan agudas como <<Sobre el pistolerismo: la generación del
mañana>> el 18.01, en clara alusión a lo que estaba sucediendo en las
universidades.

El Baquero despreciado y maltratado en España por su posición política era un


patriota excelente que controlaba todo lo que tuviera que ver o estuviese
relacionado con la nación cubana y con el cubano: <<Los capitales extranjeros
en Cuba (yendo de lo pequeño a lo grande)>>, el 17.02. El 16.01.1969 hará un
informe muy detallado sobre esto en el ya desparecido diario español El Alcázar,
donde expone que los españoles poseían un capital en 1958 que ascendía a 2.300
millones de dólares y los norteamericanos 800 millones de dólares, quedando
muy poco para el cubano.

Mas el combativo denunciante de horrores estaba permeado de una ternura


ilimitada. Todo su universo creía deberlo a su madre sacrificada y amorosa, al
hogar como la fuente de felicidad y amparo de toda familia. Recordaba a su
madre como el “supremo aliño, la sazón de la vida.” Ese cariño, ese amor
desbordado lo pretendía para toda madre; por ello el día de la madre el 08.05
publica, <<Madre y hogar. Darlo todo por nada. El porvenir de la madre>>.

El poeta contemplaba con gran preocupación como marchaban las cosas en su


país durante el gobierno de Prío Socarrás y siente el deber de alentar, de
denunciar, de prevenir. Elocuentes son <<Libertad de pensamiento. Libertinaje y
democracia. ¿Es qué se quiere una dictadura?>> y <<Lo que yo defiendo, o
gangsterismo y gubernamentalismo>>, 12.05.

Agobiado por estas circunstancias es que unos días antes había decidido tomar
unas breves vacaciones en Haití, llevando como invitado a su amigo José
Lezama Lima. Mas mientras eran “felices espectadores de las doradas montañas
de Kehakof” algo desagradable ocurrió en Cuba.

41
El domingo pasado se encontraba este comentarista descansando en las montañas de
Haití. Paisajes de poesía, perfecciones de la naturaleza, que Haití regala silenciosamente a
la modesta felicidad que el hombre puede alcanzar, tocáse allí en la inmediatez de las
nubes, en la súbita aparición de los rosales que decoran la falda de la montaña. Día
perfecto, había de ser, sin embargo, porque éste es el reverso de la vida, día doloroso y
difícil: la muerte se asomaría por él, por el balcón del día, para llevarse hacia su reino a un
amigo querido, a un poeta, a un compañero que andaba herido por la muerte desde hacía
tiempo, pero que no osó jamás imponer a nadie el antiestético espectáculo de una
desesperación o de una amargura. Ese domingo que fue allá feliz para nosotros, volvíase
infeliz aquí, porque se iba de la vida Ramón Guirao. Diario de la Marina, 24.04.1949.

Se desplazaron también a Port Prince a visitar la Universidad Nacional de Haití


donde le fue extendida a Baquero una invitación para impartir un ciclo de
conferencias que constituirían su segunda visita al país más próximo a Cuba por
el Este.

Los poetas sintieron curiosidad y necesidad imperiosa de ver y experimentar lo


más posible. Varios años más tarde Gastón Baquero nos dará testimonio de ello
el 01.06.1963 en la revista <<Blanco y Negro>> Nº 2665.

Yo he estado en una de esas exhibiciones de vudú para turistas. Era sencillamente


sincretismo religioso. En el “peristilo de monsieur Thelemaque” el sereno y untuoso
“sacerdote” nos mostraba a los turistas la más abigarrada confusión de divinidades: un
retrato de Allan Kardec – el espiritista – aparecía junto a una bella estampa del apóstol
Santiago; unos milímetros más allá, una virgen de Murillo se codeaba democráticamente
con una muñequita negra, de trapo, que representaba a no sé cuál divinidad. Unos huesos
de muerto, una balanza con unas gafas sin cristal en un platillo, y una imagen de cera
atravesada de alfileres en otra, y raíces secas, caracoles irisados, mariposas muertas, ¡un
poquito de todo! constituían el altar. Monsieur Thelemaque, mientras me pedía cigarrillos
Chesterfield, pretendía hacerme creer que estaba ofreciéndome una auténtica muestra de
vudú.

También Baquero nos habló de sus intereses por conocer la cultura, el modo de
pensar de negros y mulatos de otros países del Caribe con diferente lengua, a
quienes se sentía unido al igual que con los africanos, pero siempre manteniendo
el rigor de sus creencias católicas y obedeciendo al mayor de los respetos en
cuanto a la canalización espiritual de los otros.

Del mismo modo que realizó “adaptaciones” de poemas escritos por poetas
africanos, es decir, por amor a sus orígenes y afinidades, creemos que fue
motivado por esas mismas inclinaciones a oír misa junto a Lezama durante ese
mismo viaje y sucesivos a Haití como bien expresa en el mismo artículo de
Blanco y Negro: …”El catolicismo ha avanzado en ciertas zonas. La “elite”

42
desde luego, es católica. Los sacerdotes han procurado conquistar a las masas, y
yo he escuchado sermones en el patois o creole que habla el pueblo”…

Incesante como un Martí desde la tribuna, infatigable como un Maceo


trasladándose de campamento en campamento para levantar la moral de la patria
amenazada desde dentro y desde fuera. Arenga en las conferencias y arenga en el
periódico: <<Reafirmación de la patria>>, 20.05; <<Los límites de una
demagogia. (Peligros de una representación americana)>>, 24.05 y <<Turismo y
contrabando por Miami y La Habana. (Carta de una cubana que viaja poco)>>,
26.05. La joven república está amenazada y el poeta no cesa de alertar.

La década democrática de Cuba va tocando a su fin debido al libertinaje y el


periodista lo intuye a la par que advierte, siente en su interior que aquello no
puede durar mucho al ritmo que se malgastan las libertades y se despilfarra la
moral de la nación. Su situación económica es buena, la moneda cubana fuerte,
su ímpetu por cultivarse y conocer es insaciable en medio del caos en que se está
viviendo. Alejarse de los tormentos que evitan la creación poética – la pluma ha
de estar al servicio de los intereses patrios antes que a los personales – le alivia, y
para ello no hay mejor remedio que regresar a Europa aún convaleciente para
contemplar un poco de arte. Esta vez el destino son los países bajos y Francia. Es
el mes de junio, tránsito entre la primavera y el verano. Constancia de estos
destinos y su regocijo deja en numerosos artículos:<<Impresiones de un viaje sin
fatiga I. (Habana y Ámsterdam; París, Habana)>>, 12.06; <<Impresiones de un
viaje sin fatiga II. (Ámsterdam, pintura, bicicleta, agua)>>, 14.06; <<”La Ronda”
de Rembrandt. ¿Nocturna o diurna? III>>, 16.06; <<Un artículo imposible sobre
París>>, 10.07 etc.

Los viajes le surten de energía e ideas y le llenan los pulmones de oxígeno


renovado para continuar arremetiendo contra lo mal hecho. Consciente del juego
doméstico y en el exterior escribe: <<Capitalistas y burgueses, colaboradores del
comunismo>>, 27.07; <<¿Qué hacen los comunistas en el empréstito?>>, 30.10.
Y aunque siempre dependió del capital o de la limosna española para vivir bien o
para casi perecer de hambre, antepone el sacrificio propio y el ajeno por Cuba.
En noviembre recuerda a los estudiantes de medicina fusilados por los
administradores españoles de la colonia. <<En el aniversario de los
estudiantes>>, 27.11.

43
Capítulo VII

1950

Entre viaje y viaje la situación en Cuba se va caldeando políticamente. El joven


Baquero ya tiene madurez más allá del conocimiento del mundo que aportan los
libros. Siente una enorme preocupación por lo que está sucediendo en el mundo y
la repercusión que intuye eso va a tener en su patria donde la democracia está
constantemente bajo amenaza, y donde el comunismo podría encontrar un
perfecto caldo de cultivo. Considera su deber el alertar, el informar puntualmente
toda catástrofe política que ve venir. El 17.01 escribe: <<El Titoísmo en
China>>; el 19.02, <<¿Para una defensa de la democracia? (Nota sobre los
golpes militares)>> y el 24.02 <<¿Para el 24 de febrero? Una mirada al regreso
del comunismo…>>; 28.02 <<El guante que los comunistas obligan a
recoger>>; 04.03 <<La cuestión racial y el comunismo II>>.

Esta combatividad incansable, unida a su talento y virtudes tienen repercusión


merecida en el mundo. Uno de los mejores ejemplos es lo que escribiese el
periodista español Nazario G. Seco en el Faro de Vigo el 20.09.1950 en la
sección <<De aquí para allá>>, bajo el título de <<Gastón Baquero o las virtudes
hispanas>>.

En Gastón Baquero, excelente periodista cubano del Diario de la Marina, residen las
más selectas virtudes hispanas. Las luces de su prosa valiente se proyectan desde el
rutilante prisma castellano para fundir las siniestras sombras de los contubernios
nocturnos. Nada escapa a su ágil pluma, y con su castellano incisivo, secciona las viles
arterias que conducen la sorda e innoble conspiración contra la civilización Occidental.

Gastón Baquero, al servicio de la verdad y de la mejor ética periodística, nos da de


siempre una explicación coherente y real de los hechos y sus antecedentes. Por la brecha
que abre su lógica incontestable en las defensas adversarias, se lanza a la lucha
esgrimiendo su concepción particular del fenómeno, analizando, sometiendo a la más
severa crítica la actuación de aquellos que no se resignan con la pérdida de pretéritos y
particulares beneficios. Estamos, pues, ante el luchador tenaz que defiende la ciudadela de
sus propias convicciones, tan profundamente ligadas al Occidente cristiano, a este
Occidente desventurado bajo la constante amenaza de brutal agresión.

Desde las páginas del Diario de la Marina, Gastón Baquero asesta severos y
contundentes golpes a las fuerzas del caos y a las apátridas quintas columnas. Por su
<<Panorama>> desfilan una y otra vez, en exposición concluyente ante la luz publica, los
manejos de los asalariados que laboran bajo la dirección de poderes exóticos,
mostrándonos los acusados relieves de las verdades descubiertas y de los proyectos
elaborados bajo la inspiración de personajes más o menos visibles.

En el crisol de sus artículos fúndese toda la escoria de la intriga tratando de purificar a la


opinión pública. Arremete contra la aplicación de ciertos principios que entorpecen las
relaciones internacionales y sirven de engaño a la masa de los inconscientes. Rompe una y
otra lanza contra determinadas consignas, que son poderosa arma en mano de los

44
iniciados, dando la voz de alarma contra el peligro inmediato que se cierne sobre el
mundo: el comunismo44.

Mucho hay de heroico en esta consciente y constante labor de tan noble cubano45. Sus
pensamientos se elevan altos y ellos se ajustan a los actos de una vida pródiga en hechos46.

Solidamente vinculado a un ideal que escruta con toda su potencia intelectual, sábese en
posesión de aquella verdad que le ayuda a destrozar los sofismas desprovistos de base que
esgrimen sus adversarios. Serenamente, como un estilista, ataca el equívoco constituido
por algunas ideas doctrinales como medio propio de la subversión social, dejando bien
sentado el principio de la estabilidad política del sistema democrático cristiano, lejos de
las influencias moscovitas.

Gastón Baquero ama a España 47 porque ama la verdad y la historia de un pueblo noble.
No oculta su disgusto ante las injusticias que diariamente se cometen con nuestra Patria en
el tinglado internacional de una ONU en discordia. Pone el dedo sobre la llaga y desploma
sobre la incierta democracia que ya no resiste el más ligero análisis de la Justicia, todo el
peso de su temible argumentación saturada de lógica.

Hechos precisos, agresiones brutales y provocaciones descaradas de la horda esteparia


harán sonreír, sin duda alguna, a este buen amigo de España, al recordar aquella nuestra
<<amenaza en potencia>> que un día <<preocupó gravemente>> al concierto mundial de
las Naciones Unidas.

Continuaremos, como hasta ahora, aplaudiendo la patriótica labor de Gastón Baquero, en


la seguridad de que con el pretexto de la libertad, las democracias – tengamos presente su
táctica de apaciguamiento – sostienen la mano que asesinará a la libertad misma.

Las palabras merecidamente elogiosas de Nazario G. Seco no hacen otra cosa


que hacer justicia a quien gustaba de aplicarla en todo. Pero sigamos tras la pista
de Baquero. Mientras los comunistas agitan en La Habana y se multiplican por el
país, el periodista escribe el 23.05 <<Apoteosis comunista en el Parque
Central>>; el 31.05 <<Votar por los comunistas es votar por el comunismo>>. El
visionario desplaza su agudeza a todos los ángulos y ataca la vulnerabilidad para
el país – su tierra – que ve debilitarse; hace suya la causa de la inútil prevención
y el 05.11 expresa con sumo dolor <<Cuba: país exportador de defectos y
escándalos>>. (Justo lo que en la actualidad y, siempre, podemos decir de
España). Más que nunca cree oportuno exaltar los valores de aquellos que
lucharon por la independencia de Cuba que ahora retrocede en el terreno
democrático. El 07.12 hace un hermoso recordatorio del Titán de Bronce en

44
Realmente asombra a cualquiera que se asome al periodismo de Baquero, como profetizó con
precisión de franco tirador lo que iba a ocurrir en Cuba. Su lucha contra el comunismo
internacional a través de la denuncia en sus columnas merece un lugar cimero en la Historia
Universal y Cubana en particular. No por gusto el Che Guevara lo definió en su rabia como
“vocero de la reacción” en ese castellano tan imperialista que lo caracterizaba.
45
Perfecta definición de Baquero por parte del gran Nazario G. Seco.
46
Se echa a ver la buena documentación del articulista sobre el quehacer de Baquero. Tómese en
cuenta que este es el año 50. Quedaba por delante toda la década para que el cubano diese mucho
más de su potencial a causas nobles.
47
Triste verdad que se hace monumental con el desprecio con que se le pagó ese amor y esa
fidelidad.

45
<<Maceo y ‘los derechos del hombre’>>. El profeta que tuvo que abandonar su
tierra el primero porque nadie le creyó era ya para fines de 1950 un apóstol en la
lucha contra el Comunismo Internacional, campo de batalla que abandonará el
día de su muerte y con la amargura de ver a su patria como el festín mundial de
ese comunismo. Sacrificó sus intereses personales como intelectual a esa noble
causa sin transigir con ninguna conveniencia, enfrentándose incluso a los judas
del exilio que auspiciaron aquella situación y mantienen la actual por su
conveniencia.

1951

Y como ha sido común la difamación en torno a todos los que hemos combatido
y combatimos el régimen comunista cubano, no siempre hemos sido ni somos
aliados del imperialismo yanqui – ni tampoco del europeo. La tragedia de Puerto
Rico es también tragedia para todos los cubanos demócratas – muy pocos por
cierto. El 06.02 <<Nota sobre el drama de Puerto Rico I>>; el 07.02 <<Nota
sobre el drama de Puerto Rico II>>. Denunciar lo mal hecho y dar a conocer las
desgracias de todos, pero sin descuidar lo que nos ocurre porque <<Crece la
ofensiva interna y secreta del comunismo. (Advertencia a la prensa y a los
periódicos)>>, 15.02; aun cuando ésta vaya a parar a oídos sordos y aunque <<El
día de la Patria: los veteranos no cobraron>>, 24.02. No hay que descuidar
tampoco los principios cristianos que le instaban a sus causas filantrópicas, en las
cuales estuvo presente de muchas maneras laudables como en La Liga contra el
Cáncer de la que nos escribe el 01.03, <<La lección de La Liga contra el
Cáncer>>. Como es su tradición, no deja de escapar la celebración de la Semana
Santa para hacer llegar el mensaje cristiano a la sociedad, pero vemos cómo ante
sus crecientes inquietudes este mensaje se va tornando cada vez más defensivo
frente a las ofensivas comunistas que sacuden al país en nombre de la “justicia
social”. El 13.03 escribe <<Nota sobre el cristianismo y la cuestión social I>>; el
16.03 <<Nota sobre el cristianismo y la cuestión social II>>; el 23.03 <<Nota
sobre el cristianismo y la cuestión social III>> y el 24.03 nos hace reflexionar
cuando en nombre de todo el pueblo se hace la pregunta <<¿Existe alguna
relación entre cristianismo y comunismo?>>. Sabe que el método de infiltración
comunista por excelencia es la propaganda precediendo a las armas, y por ello
empuña las suyas propias para hacer el 03.05 <<Propaganda para el bien. (La
Colecta de la Cruz Roja)>> y es que el cristianísimo periodista participaba de
todo lo que tuviera que ver con amor y beneficio al prójimo.

Ya conocemos por boca del propio Baquero como terminó él mismo con el
premio <<Justo de Lara>> y a qué criterios respondían los “jurados” para
otorgarlos tomando en cuenta la voracidad de los aspirantes y los componentes
mafiosos de los concesores. Sobre ello considera decir algo a los lectores y así
concibe <<Carta sobre premios periodísticos I>>, 12.06 y <<Carta sobre premios
periodísticos II>>, 16.06; a la vez que emprende una <<Nueva acción contra el

46
comunismo>> el 29.06 porque está próxima la fecha de una visita a La Habana
por parte de un jerarca de la Iglesia Católica y señala el 27.07 <<Catolicismo y
capitalismo: a propósito de la llegada de Monseñor Cardin I>>; prosigue con el
tema el 29.07, <<Catolicismo y capitalismo: a propósito de la llegada de
Monseñor Cardin II>>. Todo esto acontece por aquellos días de zozobras para el
poeta <<…Y mientras el circo gira, el comunismo no duerme>> (31.07),
tampoco lo hace el batallador periodista que intuye el 14.09 que el país ha de
escoger entre dos opciones <<La violencia o las urnas>>, mientras que <<La
policía a la cárcel y la calle libre de perturbadores>> (16.09); ese es el resultado
de <<La indiferencia ante el comunismo>> (19.09).

Dentro de ese pesimismo político que azotaba a la nación y que no parece que
nunca vayan a existir razones para que cese, de cuando en cuando ocurría algún
acontecimiento agradable para sacar al poeta de sus justificadamente lúgubres
reflexiones. Ya hemos dicho que conoció personalmente al mexicano José
Vasconcelos durante su primera visita a España en 1947 durante la celebración
del Congreso Cervantino. A partir de entonces se convirtieron en amigos. Ya
vimos también que Baquero ha realizado varios viajes a México hasta la fecha
que nos ocupa. Viajes durante los cuales siempre mantuvo entrevistas personales
y comidas de amistad con el gran pensador mexicano, al que ahora le ha llegado
el turno de visitar La Habana y teniendo por anfitrión a Gastón Baquero.
<<Horas habaneras de José Vasconcelos>>, 13.10. Dice Baquero:

Anoche le veíamos de nuevo, tan vigoroso, tan alerta, lleno de la misma alegría reposada
que le conocimos en España hace cinco años. Mientras la conversación se deslizaba sin
métodos – nos reunió en su casa el Embajador de México, Licenciado Coquet, a Jorge
Mañach, a Pablo Levín, y a quien esto escribe -, recordábamos que un Día de la Raza, en
Madrid, la juventud española aplaudía frenéticamente a José Vasconcelos, tan mexicano,
tan hispánico, tan universal. Las horas habaneras del pensador, iban a ser muy breves. En
la madrugada de hoy habrá seguido rumbo al Brasil, donde asistirá al Congreso de la
Unión Latina. Fue el re-encuentro con él, fuera de tristeza por lo efímero, una
reafirmación de aquel sentimiento que no pudimos rechazar al conocerle: si alguna vez un
Hombre nos ha hecho comprender, con su sola presencia qué fue lo que quiso decir
Napoleón al exclamar <<¡Ese es un hombre!>>, deslumbrado pro la personalidad de
Goethe, esa vez ha sido la del encuentro con José Vasconcelos. Firme, lleno de dignidad,
sereno como un guerrero que ha encontrado la paz interior luego de librar todos los
combates, este pensador genuino, honor de América, es arquetipo del Hombre trabajado
por la cultura, salvado por el pensamiento, iluminado por la ascensión de la Fe.

Es durante esta breve estancia en la capital cubana que Vasconcelos declara a la


prensa que Gastón Baquero es una de las conciencias de América. Mientras el
anfitrión atiende a su huésped y se regocija en las merecidas palabras de elogio
que le reconocen y honran, en la calle hay <<Más garantías para los
comunistas>>, 19.10 y se sigue cultivando el arte a lo grande. No el arte que se
pretende presentar hoy como un logro del comunismo, sino el arte libre que no

47
ciñe más que a las bailarinas por el talle y que solo por ello es que merece
escribir una <<Nota sobre Alicia Alonso y su ballet>>, 20.10; <<Una exposición
sobre el ballet de Alicia Alonso I>>, 07.11; <<Una exposición sobre el ballet de
Alicia Alonso II>>, 08.11; o pasar <<Una tarde con los ciegos>>, 16.11 como
parte de lo que siente Baquero una de sus obligaciones como miembro de honor
de <<La Liga contra la Ceguera>>.

Por su parte, en otra esquina de la encantada ciudad que era La Habana en ese
entonces, un baúl viajero se está deshaciendo una vez más para provocar los
comentarios, los aplausos y la visita al camerino del periodista deslumbrado por
las candilejas y el fulgor de <<Conchita Piquer: la magia de la escena>>, 18.11.
Estos destellos artísticos que comparte con sus protagonistas y sus escapadas a la
quinta de recreo de Santa María del Rosario no alcanzan a tranquilizar a este
cubano ferviente defensor de las libertades cívicas y políticas. El año está a punto
de terminar y la angustia fijada en el pecho de nuestro protagonista que decide
escribir <<Para un análisis del gansterismo>>, 18.12. Algo no marcha bien en los
entresijos de la Patria, algo se avecina, algo se aproxima, algo que va a dar lugar
a otro algo mucho más trágico. Baquero apenas duerme, da vueltas y más vueltas
en la cama antes de conciliar el sueño. Teme por el futuro, a lo que se va a
desencadenar y en sus repercusiones, en sus consecuencias para todos los
cubanos. Siente responsabilidad, se siente responsable desde su posición de
informador y decide asumirlo todo.

1952

El 28.01 evoca a <<Martí y lo cubano>> que tanta falta hacen en momentos de


crisis, apenas le queda tiempo para nada más antes de recibir al gran vuelco de la
vida debido a las circunstancias.

Muy temprano en la mañana del 10 de marzo de 1952 Baquero es despertado


por la mano trémula de su amante y cariñosa madre que le insta a levantarse
porque hay una llamada urgente para él desde la redacción del periódico.
Sobresaltado el periodista atiende la llamada mientras su atenta y solicita madre
sale disparada a preparar la muda limpia. Nuestro hombre cuelga el auricular
para volverlo a coger; esta vez marca el número de su chofer y le da
instrucciones para que vaya a reunirse con él en Columbia. El General Batista ha
dado un golpe de estado y debe cubrir el suceso en toda su amplitud, además le
informan que requiere su presencia. Tomará un taxi pues no hay tiempo que
perder. Esta vez quien marca el número para hacer el pedido del coche es la
madre del poeta quien ultima una higiene elemental y sale con el traje todavía
por componer. Terminará de acicalarse adecuadamente en el vehículo de servicio
público.

48
Acostumbrada a estas mareas políticas, la ciudad se comporta tranquila,
amodorrada en sus reflexiones de piedra y asfalto; de ladrillo y cemento, ajena a
los hechos, y peor aún, escéptica por completo. Al llegar al cuartel de Columbia
se percibe por el contrario una gran agitación, un revuelo extraordinario y un ir y
venir poco frecuente. Para comenzar, el taxi es interceptado por los militares que
deben consultar al General personalmente antes de permitir acceso alguno; al
enterarse éste de la llegada de Gastón Baquero pide que sea conducido
inmediatamente ante él. Debemos añadir que el traslado del periodista al cuartel
respondía solamente a exigencias profesionales. Debía cubrir el desarrollo de los
acontecimientos y si era posible entrevistar al general golpista para informar a la
población de sus proyectos inmediatos.

Una vez frente a Batista, éste propone al periodista hablar a solas para un asunto
de suma importancia, para lo cual lo conduce a un improvisado despacho
presidencial. Sin entrar en detalle alguno de otra índole le espeta súbitamente a
Baquero la proposición de que va a crear un nuevo Ministerio: el de la
Información y que necesita se haga cargo de la cartera. Como justificación para
que acepte le expone sus capacidades intelectuales y su prestigio como periodista
que harían de él, el ministro por excelencia.

Baquero no acepta. El general no oculta su contrariedad pero le dice al


periodista que la puerta queda abierta y que espera contar con él en el futuro para
otras funciones. Cómo solucionó la negativa de Baquero el general, lo podemos
verificar remitiéndonos a la página 69 del Número Especial dedicado a Cuba
como suplemento al número 71 de la revista Mundo Hispánico en 1954, en un
extenso reportaje que cubre el periodista y escritor de origen catalán emigrado a
Cuba, don Rafael Marquina y que va de las páginas 64 a 69 donde aparece en
recuadro el siguiente texto: Desde el 10 de marzo de 1952, Cuba cuenta en su
gobierno con un nuevo e importante Ministerio: el de Información, y para su
desempeño el General Fulgencio Batista y Zaldívar, Presidente de la República,
designó a un hombre joven, periodista activo de avanzadas ideas de progreso: el
señor don Ernesto de la Fe.

Un golpe de estado más no produjo alarma en la población sensibilizada a estos


cambios promovidos desde Washington. Se sobreentendería hoy, como después
en 1959, que era el hombre afín, conveniente en ese momento a los intereses de
La Casa Blanca e inconveniente a los beneficios del pueblo cubano. Tras unos
días de cierto desorden las aguas fueron tomando su nivel. El gabinete
presidencial cobró forma rápidamente y como narraba el poeta, en su afán por
aparentar una vocación que no poseía – la de demócrata – Batista quiso cubrir las
apariencias lo más posible y por ello incluyó en ese gabinete a algún
renombrado agitador comunista.Yy hay que tener <<Cuidado con el
comunismo>>, 14.03 porque se nos hecha encima y se infiltra por cualquier
rendija.

También creó Batista una especie de cuerpo legislativo, al que dio el nombre de
Consejo Consultivo, compuesto por ochenta miembros. Gastón Baquero fue

49
propuesto a formar parte del Consejo y según nos confesó, esta vez no se atrevió
a dar una negativa porque no creía conveniente estar a mal con Batista, hombre
capaz de deshacerse de cualquiera de quien se sintiera ofendido.

El 19 de abril se dio a conocer la integración del Consejo. Veamos como lo


presentó la revista Carteles: Año 33, Nº 17, Pág. 33, Abril 27 de 1952. El sábado
19 se anunció a la prensa la designación de los miembros del Consejo
Consultivo, que presidirá el doctor Carlos Saladrigas. En esta página
recogemos las fotos de algunos de sus miembros, no habiéndose podido
obtenerlas todas por falta material de tiempo. Entre algunos de esos miembros
se encontraban: Dr. Walfredo J. Rodríguez, Ing. Gastón Baquero, Dr. Miguel de
Marcos, Ramón Vasconcelos, Ing. Gustavo E. Urrutia, Dr. Carlos Miguel de
Céspedes, Luis Ortega, Eusebio Mujal, Dr. Octavio Montoro, etc. Como
podemos ver los destinos de Gastón Baquero y Luis Ortega estuvieron siempre
muy unidos, por lo que no debe asombrarnos su gran amistad y las defensas
realizadas por Luis Ortega cuando Baquero ha sido ofendido como en los casos
reiterados de Francisco Umbral.

El 18.04 Baquero hace un análisis comparativo <<Antes del golpe y después del
golpe>>. Su inclusión en el Consejo Consultivo le traería no pocas enemistades,
creemos que más por envidia que por ninguna otra cosa, puesto que Baquero
siempre tuvo una auténtica vocación democrática y de justicia social. Su propia
defensa, siempre con el estilo elegante de su periodismo ante los ataques de
Orestes Ferrara48, nos despeja la incógnita y nos permite valorar más a Baquero.
Menos de dos meses del conocido “cuartelazo” o golpe de estado dado por
Batista el 10 de marzo de 1952, Baquero sale al paso de ciertas infamias que
sobre él arrojara en el rotativo habanero Alerta, Orestes Ferrara. Esto publicaba
en su <<Panorama>> del Diario de la Marina, el domingo, 4 de mayo de 1952,
Gastón Baquero:

Carta a Orestes Ferrara

Quiero agradecer a usted admirado Ferrara, la mención que de mi modesto nombre


hace en sus interesantísimas declaraciones de Alerta. Este aval que un gran historiador
y un experto en la psicología predominante en nuestra querida aldea me concede, llega
en un momento interesantísimo para mí, pues he tenido la debilidad de aceptar una
invitación del presidente Batista para trabajar en el Consejo Consultivo, y sabrá usted
que en estos momentos eso significa en Cuba, siendo civil, meterse por los propios

48
Historiador cubano que gozó de mucho prestigio durante la década de los 40 y que luego cayó
en el silencio por su intromisión en temas políticos. Su enfoque de la historia le mereció el ser
borrado totalmente de la nómina de intelectuales cubanos por parte del gobierno de Castro.

50
pies en una vitrina que apedrean los vivos49 y los ganosos de mantener sin riesgos un
“cartel de guapo”50.

Ahora somos los del Consejo Consultivo un organismo formado por el Gobierno en
obediencia a su deseo de conocer el pensamiento de los sectores esenciales del país,
blanco preferido de cuantos señoritos aspiran a que el pueblo los considere como
grandes sagitarios oposicionistas. Por descontado: del general Batista dicen nada o
muy poco; de los militares que dieron el golpe, muchísimo menos; de cuantos tengan
en sus manos fuerzas represivas suficientes, silencio y más silencio 51. ¡Ah, pero el
Consejo Consultivo! Figuro pues en estos instantes entre los ochenta cubanos que nos
hemos prestado a servir de mira a los saeteros que calculan muy bien la dirección de
sus flechas, y para la galería juegan con la cadena, pero ni por asomo juegan con el
mono. Ahora el valor y el patriotismo, y el coraje que el día 10 de marzo eligieron la
cómoda meditación bajo la cama, asaltan la arena y arrojan sobre el Consejo
Consultivo las más enfurecidas catilinarias. Esto le pinta en grueso trazo el tono
psicológico del presente cubano52.

Las energías contenidas de tantos héroes – héroes que cobran muy ceñudamente su
cheque a fin de mes -, hallan salida y aplicación útil volcándose sobre nosotros. Es
cuasi cómico el espectáculo. Tenemos al periodista que suma con sus botellas y otras
prebendas mucho más de mil pesos mensuales, escandalizado, horrorizado porque a
los del Consejo nos pagan treinta pesos por sesión: tenemos al periódico que posa de
independiente y de integérrimo defensor de la Constitución del 40 53, cortándole un
traje diario al Consejo, para jugar la carta oposicionista, siempre grata al cubano, pero
sin decidirse a renunciar a las “atenciones” palaciegas y ministeriales del fin de mes 54.

Gritan para la galería; gritan para que se les vea gesticulando y no se les descubra el
suculento cheque oculto entre los pliegues de la toga. El pueblo no cree en eso. Ya el
criollo55 está de vuelta de muchas actitudes y sabe que en última instancia lo que
importa es que se gobierne bien. En materia de personas – como dicen los guajiros56 de

49
Se usa en Cuba popularmente este término con el mismo significado de “listillo” en España, es
decir, oportunista, arrivista, trepa, etc.
50
Sólo se utiliza en Cuba este adjetivo con el significado de camorrista y pendenciero, nunca
como bizarro o bien parecido. En el contexto específico que nos ocupa corresponde a bravucón,
falso valiente que ataca a quien no puede tomar represalias.
51
Demuestra aquí Baquero su gran valor, a la par que denuncia la forma cubana de hacer política
a la española, es decir, nunca tocar a quienes nos pueden arrestar o torturar. Es esta misma
estrategia la que desde de Miami se sigue, donde los cubanos implicados en política están aliados
a los yanquis y desde luego sólo ladran con respecto a Castro y a distancia.
52
Nos aterra pensar en la vigencia inamovible que este enunciado tiene en el comportamiento del
cubano.
53
La más avanzada que en su tiempo tuviera país de habla hispana alguno. En ella a sugerencia
del intelectual cubano Jorge Mañach, que participó en su elaboración y redacción, se denominó
oficialmente por primera vez, al idioma Castellano como Español; tomándose en cuenta que la
lengua en Cuba había recibido aportaciones de todas las regiones de España y no sólo de Castilla.
54
Como se puede apreciar Cuba fue la réplica perfecta de España. Ello explica el desenlace
“histórico”. Cuba no está empotrada en una Unión Europea que salvaguarda las revueltas
nacionales.
55
La palabra criollo que significa cubano, surgió durante la época de la colonia como oposición
al término peninsular, con el fin de distinguir a los nacidos en Cuba, y que comenzaban a sentir la
pertenencia a una nacionalidad que emergía.
56
Gusta Baquero de utilizar este término, identificándose de ese modo con sus raíces campesinas
de las cuales siempre vivió muy orgulloso. Es muy común en el cubano renunciar a hacer
mención a su lugar de nacimiento para que no lo consideren un paleto provinciano. Complejo de
inferioridad al estilo ibérico.

51
mi tierra – no se hace ilusiones. Caudillos no hay, ni casi jefes. A Batista puede
perjudicarle mucho la dualidad cívico-militar que ha renacido en él. Los ortodoxos
tienen el horizonte muy amplio que siempre abre aquí el oposicionismo, pero no
aparece por ningún lado el Jefe. Como no tenían programa en serio, y se limitaban a
prometer que no robarían, cometen ahora el absurdo de actuar en forma que a poco
menos santifica la misma situación que ellos dinamitaron por los cuatro costados. En
lugar de formularse un programa para el porvenir inmediato, lleno de novedades, con
un contenido revolucionario, se limitan a decir las mismas cosas que los auténticos y
que los constitucionalistas por la Constitución misma. Están en un callejón sin salida,
camino de la disolución, no por el golpe de estado, sino por la falta de jefes con visión
política. ¿Creerá usted que la única medida enérgica adoptada por el Partido Ortodoxo
consiste en enunciar que no irán a las elecciones? Por insensato que le parezca en un
partido político esa actitud, es así. Según los surveyes 57, la ortodoxia iba a ganar las
elecciones; frente al gobierno del general Batista, que sigue fascinado por el fetiche de
los votos58, y va a unas elecciones dentro de pocos meses, los ortodoxos deciden
mantenerse en una oposición no-política, sino de tipo universitaria, con velorios
chuscos en la Escalinata59 y otras bufonadas que no van a la médula de ningún
problema. Sin ser zahorí se puede predecir lo siguiente: los políticos que hay en ese
partido, irán a otro de oposición, pero orientado hacia las urnas; la masa en cuanto
Batista comience a gobernar y produzca tres o cuatro leyes de beneficio colectivo,
dejará a los teorizantes con sus posiciones ya aseguradas, y se irá con el gobierno. No
es lo mismo tener sueldo vitalicio que permite inhibirse, que lidiar día tras día por el
“dinerito de los mandados”60. Los partidos que exigen del pueblo el sacrificio del pan
diario, mientras los dirigentes, o tienen millones o puestos sólidos, inamovibles; no
conocen al pueblo. No ir a las elecciones, alejarse del Poder más de lo que un hombre
sin cuenta en el Banco puede resistir… En cuanto al autenticismo, aparecen algunos
sub-lideres de ayer, modestos correveidiles de otrora, empeñados en rescatar al PRC 61,
como si la obra de consunción producida por el disfrute del poder, con el hábito de la
nómina y la petrificación de los ideales, fuese una cosa fácil de echar a un lado.

Como ve, en política andamos mal. El general Batista está haciendo un gobierno
lento, demasiado lento62. Como gobernar es mantener caliente los fogones, y hay
excesivo desempleo, imagino que dentro de poco despertará el gobierno de su inercia –
¿respiro después del golpe?, ¿propósito de no asustar?, ¿preparación de planes al
conocerse removerán al país de punta a punta? -, y conseguirá elevar la temperatura
pública. Él se mantiene fiel a la idea de elecciones. Confía en su estrella, (no en sus
estrellas querido Ferrara), para ganarse a la masa electoral de aquí al próximo año. En
la pequeña ínsula, se dará, posiblemente, una muerte del corsi e ricorsi viqueriano.

Hay ataques, hay críticas, hay de todo. Pero pocos se atreven a tocar en serio la raíz
del problema. Es que no existía verdadero amor a la Constitución ni huella de respeto
al poder civil, ni vigencia del texto constitucional, salvo con lo de celebrar elecciones.

57
Sic. en el original.
58
Nos contaba Baquero que no teniendo vocación democrática ninguna, Batista vivía
obsesionado por el respaldo de las urnas. También nos confesaba que el otro tema obsesivo de
Batista era el color de su piel, el deseo de ser blanco. “Dos cosas imposibles de cambiar”,
reafirmaba el periodista.
59
Hace referencia a la Escalinata de la Universidad de La Habana, cuya fachada se encuentra
frente a una gran pendiente.
60
Vemos como Baquero a pesar de su posición económica y social, siempre sale a la defensa de
los más desfavorecidos.
61
Partido Revolucionario Cubano.
62
Se puede apreciar el arrojo y la valentía de Baquero, así como su compromiso con el pueblo
llano como periodista, cuando se atreve a hacer críticas a Batista y su modo de gobernar. Con su
gran visión vio a tiempo el cubano que bajo Castro nada de esto iba a ser posible.

52
Si se encienden los fogones que hoy están apagados; si los americanos no intentan
desarmarse en serio y vendemos la zafra del 53 como estamos vendiendo ésta,
mantendremos el paso de calma, sin muertos espectaculares ni sangre que engendre
resentimientos. Que empleemos ese tiempo de paz, esa nueva tregua que nos da el
cielo, en asegurarles el pan a los cubanos, y en afinar el sentimiento de equilibrio entre
los derechos y las obligaciones que debe ser la democracia, son los sinceros deseos de
quien firma esta carta como su lector entusiasta y su amigo agradecido.

A pesar de su pertenencia al consejo por nominación del general, el periodista


no se pliega a nada y continúa su defensa de los humildes a quienes no olvida por
haber militado entre ellos, pasando hambre y necesidades en el mismo frente.
<<Sobre los desalojos campesinos>>, 08.05, dice mucho acerca del niño pobre,
del guajirito de Banes. También en el día de la República (20.05), cuando sus
libertades han sido atadas a la voluntad de un dictador recién estrenado, un buen
cristiano ve con buenos ojos <<El paso de la Virgen a intención de la Patria>>;
lo que no impide dos días más tarde (22.05), asumir <<Una acción oportuna
frente al comunismo>>.

Para que se tenga una idea de las funciones del Consejo Consultivo añadimos
un texto al respecto publicado en la revista Carteles: Año 33, Nº 24, Pág. 50,
Junio 15 de 1952.

Una trascendente proposición


En su última sesión de la pasada semana al Consejo Consultivo fue presentada una
proposición de suma importancia por la consejera Josefina Mosquera y respaldada por los
también consejeros Miguel de Marcos, Ricardo Eguilior y Evelio Govantes.

La proposición recoge una de las principales iniciativas del fenecido partido Renovación
Nacional, según fue expuesta en números recientes de esta revista por nuestro director,
Alfredo T. Quílez.

Se trata de utilizar los millones de pesos que hoy ingresan en el llamado Fondo de
Desocupados que se nutre de descuentos mensuales que proceden de los sueldos de los
empleados públicos, contratistas y suministradores del Estado, para la adquisición de
grandes fincas en las provincias de Pinar del Río, Matanzas, Las Villas, Camagüey y
Oriente, al objeto de crear grandes centros educacionales, en los que habría de rescatarse
de la ignorancia y la miseria a los jóvenes de los dos sexos, tanto los que dedicaran sus
esfuerzos a los cultivos agropecuarios, como aquellos que tengan vocación para el
aprendizaje de artes y oficios, todo en un ambiente propicio a su mayor desarrollo físico,
intelectual y moral.

Los detalles de estos centros educacionales han sido expuestos en los artículos
recientemente publicados en esta revista por nuestro director, particularmente en los
números del 11 y 18 de mayo pasado, bajo el título de <<Hacia una Cuba mejor>>.

53
En el próximo número publicaremos el texto íntegro de la referida proposición de la
consejera Josefina Mosquera, refrendada, como ya hemos dicho, por los tres miembros del
Consejo, señores Miguel de Marcos, Evelio Govantes y Ricardo Eguilior.

Esta iniciativa ha sido considerada como una de las más serias y constructivas de las
presentadas en el Consejo de Estado, y es de esperarse que reciba la aprobación del pleno
y sea sometida al Consejo de Ministros para su sanción definitiva mediante el
correspondiente decreto ley.

El director de Carteles se siente altamente honrado por la proposición presentada ante el


Consejo Consultivo, y agradece profundamente la eficaz gestión de los consejeros
proponentes, Josefina Mosquera, Miguel de Marcos, Evelio Govantes y Ricardo Egulior.

Nuevamente el próximo mes en la misma revista Carteles se vuelve a hacer


alusión a las actividades del Consejo. Carteles: Año 33, Nº 27, Pág. 23, Julio 6 de
1952. Al pie de fotos aparece el texto siguiente: Los Presupuestos de la Nación –
Reunión de la Comisión de Hacienda del Consejo Consultivo en la que fueron
discutidos y aprobados los presupuestos de la nación para 1952-53, por una
ponencia del Senador Albanés. Arriba: el ministro de Hacienda, doctor Marino
López Blanco, usando de la palabra. A su lado, el presidente del Consejo, doctor
Carlos Saladrigas, y el ponente, doctor Albanés. Abajo: el pleno de la Comisión.
Entre esos miembros del pleno de la Comisión se encuentra Gastón Baquero que
por cierto es el único que no es blanco. Esto nos da una idea cabal de la
discriminación racial que existía en Cuba. Todo muy español. No es raro que se
diga que Cuba era españolísima y que Baquero dijera que los cubanos son los
hijos y los nietos de los españoles.

Entramos en el verano, el calor eterno de la isla se hace sentir más, y unido al


recalentamiento político de los últimos meses el ambiente está verdaderamente
caldeado en exceso. Para combatirlo lo más oportuno es un desplazamiento al
hemisferio sur donde el invierno surtirá un efecto equilibrante. El poeta ha sido
invitado por Eva Perón a intervenir con una disertación en un acto organizado
por la Iglesia Católica de Argentina con el propósito de recaudar fondos para
hospicios, huérfanos y niños pobres. Por los últimas días del mes de julio realiza
ese viaje a Buenos Aires y otras ciudades de la geografía argentina, de donde
regresará con <<Un recuerdo personal de Eva Perón>> (01.08) y sabiendo <<Lo
que representa Eva Perón>> (05.08).

Como en determinado libro dirigido a fomentar el odio, la subversión, el


sabotaje y a entrenar guerrillas y todo tipo de insurgencia se acusará a Baquero
de “reaccionario”utilizando términos que nada tienen que ver con el castellano y
en relación directa con el tema de los alquileres, es oportuno que se conozca su
quehacer al respecto. Tan temprano como el 10.09 publicaba: <<La Ley de
Alquileres: ¿problema económico o político?>>. Al día siguiente 11.09 se iba a
ocupar de hacer referencia a los acontecimientos golpistas, asumiendo actitudes
muy dignas en <<La manifestación de mañana y el 10 de marzo; ¿gobernar u

54
obedecer?>>63. Al otro, 12.09 más intervención severamente comprometida en el
tema de dos días atrás: <<Preferencia comercial y otros extremos de la Ley de
Alquileres>>. Pero tampoco se olvida de <<La vivienda rural>> (02.10), para el
05.10 continuar con <<La Ley de Alquileres: esperanza dramática>>.

Consideramos indispensable llegados a este punto insertar unos fragmentos


sobre textos y discursos del Che Guevara recopilados en el libro La Guerra de
Guerrillas (Guevara, Ernesto Che, Editorial de Ciencias Sociales. La Habana,
1989).

Inserción que sólo pretende dar una muestra mínima de hasta donde es
manipulable la ignorancia de las masas y la ineptitud y peor mala fe de los que se
proclaman a sí mismos “intelectuales” en el mundo occidental “democrático y
desarrollado”. Por otra parte es harto elocuente para el que quiera ver, aun sin
poseer instrucción, dado que como reza en los créditos: Este título fue impreso en
el Combinado de Revistas y Otros Medios de Propaganda, Federico Engels;
Noviembre de 1989, Año 31 de la Revolución. Esa propaganda maligna unida a la
malévola intención y mala fe de la progresía española confinó a Baquero a la
despiadada condición de hambriento paria, de sujeto desclasado y de marginado
a conciencia como nos sucede a nosotros los, que ahora denunciamos con esta
biografía y otros escritos. En las páginas 160-161 se dice entre otras cosas:

Se da el primer toque de atención contra las esperanzas de las clases parasitarias del país,
cuando son decretadas, en rápida sucesión, la ley de alquileres, la rebaja del fluido
eléctrico y la intervención de la compañía telefónica con la subsiguiente rebaja de tarifas.
Empezaron a sospechar, quienes pretendían ver en Fidel Castro y en los hombres que
hicieron esta Revolución unos politiqueros a la vieja usanza, o unos tontos manejables,
con barbas como único distintivo, que había algo más hondo emergiendo del seno del
pueblo cubano y que sus prerrogativas estaban en peligroso trance de desaparecer. La
palabra comunismo empezó a rondar alrededor de las figuras de sus dirigentes, de los
guerrilleros triunfadores y, consecuentemente, la palabra anticomunismo, como posición
dialéctica contraria, empezaba a nuclear a todos los resentidos o los desposeídos de sus
injustas prebendas.

La ley de solares yermos o la venta a plazos fueron creando también esta sensación de
malestar entre los capitales usuarios. Pero estas eran pequeñas escaramuzas con la
reacción, todo era bueno y posible, “ese muchacho loco” de Fidel Castro podía ser
aconsejado y llevado a los buenos senderos “democráticos” por un Dubois o un Porte.
Había que tener esperanzas en el futuro.

La ley de Reforma Agraria fue tremenda sacudida; la mayoría de los afectados lo vio
claro ya. Antes que ellos, el vocero de la reacción, Gastón Baquero, había apuntado con
línea certera lo que pasaría y se había retirado a las más tranquilas aguas de la dictadura
española…

63
Queremos hacer notar el hecho de la posibilidad de manifestarse, de ir a la huelga y de
organizar protestas bajo el mandato de Batista cosa impensable en momento alguno del régimen
de Castro.

55
Entrar en un análisis profundo del texto que acabamos de ver es innecesario ya
que hemos venido ofreciendo notas puntuales sobre las predicciones de Gastón
Baquero en torno a lo que se arrojaba sobre Cuba. Lo vio claro todo desde los
años cuarenta cuando se inicia al periodismo. Pero como al profeta no se le
presta atención en su tierra ni en ninguna otra, y al poeta que es sinónimo de
profeta se le margina en todos los suelos, así andamos rodando por el piso
indolente de la discriminación para que todos pisen nuestro potencial y talento y
los canallas se beneficien del fruto patrio. En cuanto a la dicción y creación del
que se tiene como símbolo de la lucha contra el imperialismo yanqui por
antonomasia, el jacarandoso Che Guevara, deja tanto espacio a la penetración
yanqui y al consumo norteamericano que con solo el término vocero por
portavoz es para partirse de risa con su retórica sumergida en las pestilencias de
los anglicismos polutos e innecesarios. Ya sabemos que junto a la religión, la
ignorancia es la cocaína de los pesebres donde crecen las criaturas de dios
alimentadas por mulas.

Retomemos el discurso por la senda de la decencia, por los caminos donde


transita el bien acompañado de la verdad. Y así vemos que le podemos dar
auténticas lecciones a aquellos que se creen pioneros de la ecología, fundadores
de los partidos verdes, abanderados de las grescas callejeras sobre temas tardíos a
conveniencia sexual y acomodaticia. Presentamos una cara de la Cuba anterior a
1959 y el rostro verdadero de un ecologista. En efecto, en Cuba existía <<La
Sociedad Protectora de la Naturaleza>> (25.10) y Baquero era miembro y
patrocinador de la misma; lo que no le impedía para implicarse en el tema de las
<<Elecciones democráticas y elecciones comunistas>> (04.11).

Para finales de años el baúl de la Piquer retorna a La Habana y el periodista nos


dice unas <<Palabras sobre el arte de Conchita Piquer>> (19.12). Palabras de
alegría primero y palabras de alegría después porque la <<Nochebuena sin
villancicos, vida sin alegría>> del 25.12, nos obliga a recordar la suspensión de
la celebración de la Navidad y todo tipo de fiestas religiosas en Cuba por parte
del castrismo, que si bien no aportan nada en lo espiritual, significan el ocio
cultural merecido por todo pueblo. Cierra el año periodístico tajante: <<Los
impuestos: la raíz del mal>> (26.12), mientras disfruta de villancicos y paz
hogareña que un día iba a perder.

56
Capítulo VIII

1953

Durante el año 1953 apenas vemos a Gastón Baquero comparecer públicamente


o informándonos con sus escritos porque se ultimaban las obras de renovación
total para inaugurar el nuevo edificio y equipamiento del Diario de la Marina
que tendría lugar ese mismo año. Para que se tenga una idea exacta del grado de
esa modernización y la implicación de Baquero en ello, lo más oportuno es
insertar lo que escribiese para la revista Mundo Hispánico el gran periodista y
escritor español Manuel Calvo Hernando en el Número Especial Dedicado a
Cuba que se publicó en 1954 como Suplemento al Número 71, y en cuyo número
también se insertan las hermosas palabras de Agustín de Foxá: Las demás son
hijas de España, pero Cuba es la novia64. Quedémonos con el testimonio de
Manuel Calvo:

El Diario de la Marina, por dentro65

Quien no haya ido a La Habana últimamente, se encontrará con un cambio importante en


la fisionomía de la ciudad. El caserón del Diario de la Marina, el entrañable diario de
cubanos y españoles, ha dejado paso a la juventud de un nuevo edificio contiguo, que
dentro de muy pocos meses devorará al viejo, con ese desenfado alegre e irrespetuoso de
la juventud. Pero el vino antiguo se conserva vivo y generoso y sólo han sido los odres los
que han dejado paso a la novedad. El mismo espíritu, los mismos ideales y hasta la misma
familia alientan en el Diario; un sentido de renovación, en cambio, de tradición bien
entendida que, como nos han enseñado, tiene más de adivinación que de otra cosa, ha
obligado al Diario de la Marina a adquirir las más modernas técnicas para que sirvan las
causas de siempre. Y ahí está, a pocos metros del Capitolio, del Centro Asturiano y del
Centro Gallego. Si lo que hemos nombrado no es toda Cuba, una buena parte sí lo es.

La primera impresión de grandeza actual está en la gran cristalada del vestíbulo, hasta el
primer piso, de modo que desde la calle puede verse ya el interior, pintado
espléndidamente con motivos del periodismo y de la imprenta. Este mismo sistema de
paredes de cristal se sigue luego en algunos casos: el despacho del administrador y las
oficinas correspondientes, algunas salas de visitas y los cuartos de los redactores
especializados, dentro de la inmensa sala de redacción, que tiene más de cincuenta mesas
con sus correspondientes máquinas de escribir. En el centro de esta gran sala, y diseñadas
personalmente por el director, se han instalado dos grandes mesas semicirculares, que
sirven a los jefes de información nacional e internacional para cambiar impresiones con
los redactores y ordenar de acuerdo con ellos el trabajo. Entre estas dos mesas se
encuentra el teletipo, el último modelo fabricado. Toda la maquinaria instalada en el
nuevo edificio es el último grito de la técnica de impresión.

64
Como subtítulo a <<Cuba, La Perla>>, pág. 21.
65
Ibid., p. 100.

57
Recorro los seis pisos del edificio, acompañado amablemente por el director del Diario,
José Ignacio Rivero, hijo de aquel inolvidable Pepín Rivero, cuya memoria va a honrarse
en Madrid esta primavera, con la presencia de su viuda y de algunos miembros de su
familia. El despacho del director, algunas de las habitaciones y los cuartos de fotografía,
fotograbado y huecograbado disfrutan de instalaciones de aire acondicionado, que en La
Habana se hace ya indispensable en todas partes. Los obreros tienen unos lavabos como
yo no he visto en los internados de más campanillas. La palabra decoro no es adecuada
para calificarlos, y hay que emplear otra más significativa: lujo. Lo mismo puede decirse
de la terraza para fiestas y del comedor de gala, digno de un palacio. El comedor lleva
aneja una cocina con piso de mármol. Esto es curioso, y se debe según parece, a que han
utilizado el del edificio viejo, que no empleaban para otra cosa.

Más de una hora tardamos en recorrer los departamentos. Los detalles más
insignificantes para la marcha de un gran periódico están previstos aquí, y hay hasta una
habitación destinada exclusivamente al cuadro de mandos eléctrico de todo el edificio. Las
salas de máquinas son estremecedoras. Dos enormes rotativas, una de tipografía y una de
huecograbado, con toda clase de aparatos complementarios. La rotativa de tipografía
puede tirar 60.000 ejemplares por hora. En total, el edificio y las máquinas han costado la
fabulosa suma de tres millones de dólares.

En una de las habitaciones se apilan, todavía sin ordenar, los tomos de la colección del
periódico, que el subdirector, Gastón Baquero, periodista agudísimo y escritor excelente,
me va mostrando. Son ciento veintidós años de servicio a la verdad y a Cuba, y de cariño
insobornable a España. Una ejecutoria limpia y nobilísima, orgullo de América y del
mundo.

También este artículo de Calvo Hernando limpia la incógnita y la especulación


de tantos advenedizos que después de la muerte de Baquero pretenden profanar
su memoria y saquear su patrimonio físico y moral. Tenemos disponible el dato
exacto e irrefutable de que ya en 1953 Gastón Baquero era subdirector del Diario
de la Marina. No estamos poniendo en duda que con anterioridad haya sido Jefe
de Redacción, pero también conocemos que la viuda de Rivero, doña Silvia
Rivero de Sosa, era consciente de la incompetencia de su hijo José Ignacio tan
incapaz tanto de preñar marranas como de dirigir periódicos. El hombre no servía
ni para sacar perros a mear. En algún momento se le nombra subdirector en un
intento desesperado de cubrir las apariencias porque Baquero era en realidad el
director. No obstante todavía algunos medios titubeaban a la hora de hacer
mención al cargo del banés. Ese no era el caso de Manuel Calvo Hernando que
no tenía que lidiar con la jauría habanera y que siempre ha gustado de informar
verazmente.

No obstante, verifiquemos una vez más lo que se cocía en aquella olla


caribeña tan española en lo de tirarse el pedo más alto que el culo. En el Nº 1,
Año 35 del 3 de enero de 1954 la revista Carteles de La Habana, recoge en las
<<Páginas Gráficas>>, concretamente en la 33, un despliegue de cursilería
social bajo el título de <<Inaugura el Diario su nueva casa>>, y continúa:

Nuestro querido colega Diario de la Marina, decano de la prensa cubana, inauguró el


lunes 21 su nuevo y magnífico edificio, construido en el Paseo Martí, junto al edificio
antiguo.

58
Con el edificio inauguró sus nuevos talleres, bendecidos por S.E. el doctor Manuel
Arteaga, cardenal arzobispo de La Habana, en un hermoso acto al que asistieron
distinguidas personalidades.

Carteles felicita cordialmente al Diario, a la dirección y a la empresa y a todo el


personal, por el paso de avance que el nuevo edificio y los nuevos talleres representan.

No hay que entrar en detalles sobre las fotografías porque se puede imaginar el
lector la risible comparsa de títulos y chocarrerías bajo los pies de foto,
olvidando que el metatarso encerrado de todo mortal es vulnerable al mal olor
por no decir que a la pestilencia. Baquero también aparece como una concesión a
un negrito bueno que salva al periódico de la ruina. Esto nos hace rememorar al
<<Rotograbado>> del mismo Diario y a la sección de <<Sociedad>> del Diario
de las Américas de Miami que se le enviaba por pedantería a Baquero y que
antes de patearlo a la papelera lo ojeaba para burlarse amargamente y luego
pronunciar con amargura de patriota el conocido, “volverán del exilio y no
habrán aprendido nada.”

Resulta conveniente por rigurosidad científica insertar un pequeño fragmento


del extenso artículo <<Diario de la Marina>>66que en el mismo número especial
dedicado a Cuba de Mundo Hispánica de 1954 publicara Gastón Baquero:

El año 1953 La Habana vio otro renacimiento del Diario de la Marina. El que ya era el
único periódico en América que publica un suplemento diario en rotograbado, es ahora el
periódico poseedor de las más modernas maquinarias, incluso el rotograbado en colores.
Un edificio espléndido continúa la serie de históricos locales del Diario: de la vieja calle
de la Muralla, pasó al que es hoy <<Hotel Plaza>> en Neptuno y Zulueta, y luego, en
tiempos de don Nicolás, a la esquina de Prado y Teniente Rey, donde ahora se encuentra.
El nuevo edificio está situado adjunto al actual. Es esto un símbolo del Diario de la
Marina: no cambia sus ideales, no modifica sus esencias, pero siempre está listo, como
Proteo, a adoptar las formas externas que más y mejor le permitan defender sus bellísimas
tradiciones.

El nombre de Baquero también aparece en este homenaje a Cuba en <<La


poesía>>, página 29, con su poema <<Nacimiento de Cristo>> que vio la luz por
vez primera aquí, y que le mantiene de algún modo vinculado a la creación
poética, aunque magramente. Llenando las páginas de la 29 a la 31 le acompaña
la siguiente nómina de poetas criollos: Eugenio Florit, Emilio Ballagas, Samuel
Feijoo, Octavio Smith, Nicolás Guillen, Ramón Guirao, Dulce María Loynaz,
Justo Rodríguez Santos y el gran José Lezama Lima.

1954

66
Pp. 72-73 y 100, aunque aparece una errata en la página 73 que remite la continuación a la
página 98. El fragmento insertado corresponde a la página 100.

59
El año nuevo anima a nuestro biografiado a realizar una gira por los
archipiélagos caribeños en combinación del ejercicio lúdico y la ocupación
laboral, respondiendo a invitaciones para impartir conferencias y otras embajadas
culturales. Visita un buen número de islas de las más diversas culturas e idiomas
y hurga mucho el patrimonio étnico de sus habitantes, esos hermanos
descendientes de africanos y desplazados de su entorno original. Impresiones y
experiencias no le faltarán de los diferentes escenarios: <<Haití en su
sesquicentenario>>, (05.01); <<En el día de los Reyes Magos: una página de
Granada>>;(06.01), etc.

De vuelta a casa predominarán las preocupaciones ya cotidianas y a ello se une


el inicio de una nueva etapa de recolección del producto de los cañaverales,
aflora <<La zafra, los salarios y el capital necesario>> (19.01). <<Justo clamor
de los pequeños colonos>>(21.01); todo casi dos años posterior al golpe de
estado cuando la Casa Blanca ya ha comenzado a mirar a Fulgencio Batista como
un traidor por su política económica de expandir las relaciones cubanas al capital
internacional y no limitarla al comercio dependiente de EE.UU. Desde
Washington se observan y condenan estos actos liberales como una deslealtad
que habrá que hacerle pagar al gobierno ilegítimo de Cuba. Esta apertura de la
economía nacional terminará por colmar la paciencia de los gringos cuando el
contrato para la construcción del túnel de la bahía de La Habana le fue concedido
a una empresa francesa en lugar de a una compañía norteamericana. Tras dos
años en el poder ya en la Casa Blanca se planeaba deshacerse cuanto antes del
inquilino del Capitolio cubano. Esto obliga a reflexionar a Baquero sobre <<Las
relaciones entre Cuba y Estados Unidos>> (24.01). También es saludable
recordar el ideario de <<Martí visto desde el Centenario>> (28.01), en momentos
de perplejidad como los que vive la Patria y en fecha tan significativa como <<El
24 de febrero: nota sobre la democracia>> (24.02); sin por ello desatender los
menesteres cristianos a través de <<La Liga y los sentimientos de comunidad>>
(04.03).

En el segundo aniversario del “cuartelazo” (10.03) se toma nuestro periodista


una licencia muy arriesgada al publicar ese mismo día: <<Los golpes de estado y
la estabilidad política en América>>. Pero el dictador que era un imberbe, como
han terminado por demostrar la historia y los acontecimientos – literalmente
además -, cometió una larga cadena de errores, estando entre ellos el tan torpe
como grave de poner en libertad a los presos políticos que de inmediato
comenzarían a reiniciar su táctica de sabotajes. Vemos como esto tiene un
impacto funesto para el país en <<La amnistía y la economía>> (13.03). Fidel
Castro estuvo en una prisión de lujo por un tiempo ínfimo.

El general golpista estaba obsesionado por la celebración de elecciones, este era


su talón de Aquiles según contaba Baquero, el querer aparecer a toda costa como
demócrata cuando nunca tuvo vocación para ello. Continuamente pretendía
organizar sufragios y se encontraba con <<Las abstenciones electorales: un

60
problema de conciencia para la nación>> (30.03)·o <<La beatería del voto
directo o andarse por las nubes>>(31.03).

El 29.04 nos habla sobre <<El drama de Guatemala y la democracia en


América>>. Recordemos el golpe de estado de Jacobo Arbenz en ese país
centroamericano con intenciones de implantar el comunismo. Por ello debe
seguir arremetiendo y el 04.05 escribe una <<Carta al Sr. Embajador de
Guatemala>>.

Es insostenible pretender presentar al General Fulgencio Batista y Zaldívar


como un demócrata, no obstante en materia de bienestar y obras para el disfrute
del pueblo cubano hizo mucho. Entre esas obras podemos citar la construcción
en Topes de Collantes en la provincia de Las Villas y cercano a Trinidad un
sanatorio para los enfermos de tuberculosis. Haciendo uso de su cultura adquirida
a través de los viajes y de los libros el periodista considera a <<Topes de
Collantes: nuestra montaña mágica>> el 09.05.

Sigue por su senda con <<El drama de Guatemala>> (20.06); para caer en <<El
triunfo del comunismo: ¿es ya inevitable?>> el 27.07. El 14.09 nos da una mala
noticia <<En la muerte de Emilio Ballagas>> que había fallecido el once del
mismo mes. Sobre Ballagas el poeta nos contó una anécdota risible ante nuestros
ojos, pero respetable ante los de los creyentes. Emilio Ballagas vivía con una
mujer sin estar casado, sin embargo se consideraba cristiano y al ver avecinarse
la muerte solicitó la presencia de un sacerdote. Tal y como sucediera con el
bautizo de Baquero, el cura se tiró para atrás con obstinación de mulo
empecinado por su terquedad: “A los amancebados no se les otorgan los
sacramentos, el cielo les está vedado. Y la concubina también al infierno por
fornicadora”. Total que el banés se fue a la Embajada Mexicana para localizar a
un eclesiástico más pragmático que le pegó una buena mordida y al que Gastón
Baquero untó generosamente para que Emilio Ballagas muriese en gracia de Dios
y simpatía de poetas. Más adelante se detalla este asunto más ampliamente.

Este mismo año de 1954 publicó Gastón Baquero una antología de poesía de
Gertrudis Gómez de Avellaneda. También nos narraba el periodista que Batista
lo tría loco con su afán de elecciones en su neurosis por ir contra su vocación de
dictador, con la intención de aparecer con mejor rostro ante el pueblo y la
opinión publica. De ahí surge el <<Paso firme para llegar a las elecciones>>,
02.10 y el preguntarse <<¿Con qué autoridad amenazan a Cuba los de la
FEU?>> el 15.10. Irónicamente el 29.10 el nos habla de <<El arma de los votos
frente al voto de las armas>>. Las cosas por Cuba andaban muy revueltas. El
fracasado ataque al Cuartel Moncada el 26 de julio de 1953 lo confirmaba con
creces. Tal vez por ello es que Baquero piensa en que <<Después de las
elecciones: adiós a la política>>, 24.11. Aquello iba de mal en peor. No deja de
llamar la atención el 10.12 <<En el Día de los Derechos Humanos I>> y otra vez
lo reitera al día siguiente, 11.12 <<En el Día de los Derechos Humanos II>>.
Para que luego difamen los amigos de hacer daño que era un aliado de Batista.

61
1955

Sigue batiendo sobre Cuba el peligroso viento del comunismo inflamado por
<<El nuevo misterio de Rusia>>, 15.02. Por eso hay que hacer el bien en todo lo
que se pueda como dictan los principios cristianos, que tan bien secundaba
Baquero hasta que las circunstancias impongan otra cosa. Para el poeta su tribuna
de cristiandad más conocida era La Liga contra el Cáncer. El 04.03 escribe:
<<Lucio Fuentes y la colecta de la Liga o formas distintas de una misma
gratitud>>. Por supuesto que no falta el tiempo entre tanto ajetreo para hablar de
poetas como Paul Claudel, Whitman o de la poesía que se publica en Orígenes a
pesar de que él no participa en el proyecto.

El 25.03 escribe <<Sobre la miopía general de los periodistas americanos>>,


tema este de perenne actualidad, ya que el periodismo de los EE.UU. al igual que
su intelectualidad y gobernantes siempre ha estado regido por una ignorancia
sólo comparable a su poderío militar usado para el saqueo mundial que
afortunadamente los está conduciendo a asistir a su propio funeral y hacia ello
arrastran al embrutecido occidente que importa sus modelos en su afán por
abatirlos y ocupar su lugar imperialista. Ya sabemos que el hombre que
promovió a Castro desde la Sierra Maestra no fue otro que Herbert Matthews, un
judío, del New York Times.

Es bueno que dejemos aclarada de una vez y por todas la implicación americana
en el caso cubano en testimonio del propio Baquero. En el año 1960 el periodista
publicó una serie de artículos en La Vanguardia Española firmados, por
imposición de su entonces director D. Manuel Aznar, bajo el pseudónimo de
Alcides Vallano. Don Manuel no quería ofender a Castro y excepcionalmente
aceptó estas colaboraciones de Baquero a quien solo pagó cuatrocientas pesetas
por colaboración cuando a los españoles le abonaba mil. El motivo racial era uno
de los móviles, la cubanía otro, pero lo que ignoraba Manuel Aznar era que
Alcides Vallano había existido de verdad y fue según nos contó el poeta un
negrito del Perú que peleó junto a Bolívar por la independencia de Nuestra
América.

Esta serie de artículos indispensables para clarificar la verdad de la Historia


cubana aparecieron bajo el título genérico de <<El caso de la revolución cubana:
Una lección y una advertencia>>. A continuación reproducimos unos fragmentos
de lo aparecido en La Vanguardia Española el 14.05.1960.

Protegido por los Estados Unidos

La prensa y la televisión norteamericanas dieron publicidad mundial a Fidel Castro y


crearon para él un ambiente de redentor de libertades democráticas y de David

62
combatiendo a Goliat. Unos interpretan que ese extraordinario calor publicitario se debió
al valor puramente periodístico del asunto y a la devoción norteamericana por los
principios democráticos, ya que el gobierno del general Fulgencio Batista estaba acusado
de no celebrar elecciones imparciales y de aplicar métodos de violencia en la represión
política. Otros intentan la protección de Castro por los americanos como una represalia de
grandes intereses contra la política económica de Batista, que bajo la inspiración del
Presidente del Banco Nacional de Cuba, doctor Joaquín Martínez Sáenz – un antiguo
nacionalsocialista cubano, de nacionalismo extremo, pero anticomunista -, venía
produciendo actos beneficiosos para la economía cubana, pero contrarios a los intereses
del capitalismo norteamericano. El gobierno de Batista se había permitido hacer
operaciones como el tratado con la Alemania occidental, como la solicitud de revisión de
renglones para Cuba en GATT (General Agreement on Tariffs and Trade, Acuerdo
General sobre Tarifas y Comercio, cuerpo de aranceles que prácticamente rige el comercio
mundial desde Ginebra), como la construcción del túnel de la bahía de La Habana por una
compañía francesa y pagándolo con azúcar cubano… Además, Cuba recibía la visita de
misiones comerciales procedentes de Hungría y de otros países de la cortina, a fin de ir
abriendo sus mercados en el mundo. Una política monetaria encaminada a permitirle a
Cuba comerciar con los países de moneda blanda, ofrecía a Cuba grandes perspectivas a la
expansión de la economía cubana fuera de la órbita norteamericana.

Fuese por ideología democrática o fuese por represalia económica, el hecho cierto es que
Fidel Castro recibió tal protección de los Estados Unidos en su resistencia al régimen de
Batista, que incluso se produjo una vez el hecho misteriosamente de que de la base naval
en Caimanera, Guantánamo, a un paso del refugio de Castro en la Sierra Maestra, hubo de
desaparecer una cantidad extraordinaria de armas, superiores en calibre a las que tenía el
ejército de Batista, y estas aparecieron en manos de los guerrilleros de Castro. La
“perdida” de esas armas, unida al hecho de que los periodistas norteamericanos llegaban al
refugio de Castro llevando incluso instalaciones eléctricas portátiles, cámaras de televisión
y cine, y todo esto burlando una vigilancia descomunal, hizo pensar a los imaginativos
cubanos que esos periodistas americanos no entraban en la Sierra Maestra por territorio
cubano, sino por helicópteros de la base naval.

Siempre hemos pensado que la imaginación es el recurso más valioso de que


dispone el ser humano y que incluso dentro de ella cabe la espiritualidad cuando
es rica en sentimientos. Esperemos que los lectores tengan su dosis de
imaginación para sacar conclusiones mientras seguimos la pista de Baquero que
el 30.03 nos habla de <<Octavio R. Costa: un nuevo director de periódicos>>.
Recordemos que el 12 de septiembre del año anterior (1954) apareció el
magnifico reportaje sobre Baquero en el Diario de la Marina, elaborado por
Octavio R. Costa y publicado en su habitual sección de <<24 horas en la vida
de>>. Continúa el 01.04 con <<Pepín Rivero: la perdurabilidad de la obra
periodística>>.

Recordemos que no faltaba una Semana Santa donde Baquero no hiciera sentir
<<El sentimiento religioso en la vida cotidiana>>, 07.04. No da tregua a <<Las
dos falsedades: lucha de clases y dictadura del proletariado>> (01.05), en torno a
las agitaciones comunistas y el vandalismo característico de los Días del
Trabajador, aprovechados para alentar la subversión por esos chulos universales
que son los sindicalistas.

63
Este mismo mes se toma un respiro para viajar por Alemania y Austria. Para
hacer visitas impostergables a Munich, Viena y Salzburgo. Independientemente
de su artículo <<Viena: milagros de la geografía y de la historia>> (26.05), nos
lo expone explícitamente en su artículo <<Kokoschka y la miopía de la vejez>>
publicado el 02.05.1993 en El Nuevo Día (Puerto Rico). Dice: Conocí a
Kokoschka en Munich. Se inauguraba la gran exposición de su obra al cumplir
los cincuenta años de actividad como pintor… En el momento de su gran
exposición jubilar en Munich, era una reliquia, casi un mito. Fui a ver su
exposición, por los primeros años de la década de los cincuenta, guiado
amablemente por el pintor Hans Platchek…

Sabemos que de regreso a Cuba de ese viaja haría una estancia en Nueva York
para visitar el monumento a José Martí lo que le inspira a escribir
abundantemente sobre al apóstol ese año. Nos limitamos a menciona <<El
monumento a Martí en Nueva York>>, 16.06 y <<Las cartas de Martí y la
lección permanente del Apóstol>> (21.06), porque detrás vendrá lo que muy
pocos quieren escuchar: <<A los 93 años de la muerte de la Luz; ¡qué Dios nos
coja confesados!>> el 22.06. Se refiere con ello a la verdad sobre José de la Luz
y Caballero quien tenía la idea macabra junto a otros cubanos – como todavía
hay tantos en el exilio – de devolver los negros a África una vez abolida la
esclavitud. Toda una limpieza étnica. De igual modo Baquero siempre nos
instruyó como tras la independencia de Cuba no pocos pidieron el retorno de
Máximo Gómez a Santo Domingo por no ser cubano, al igual que los negros
fueron excluidos de toda función o labor decente después de haber sido la fuerza
decisiva para ganar la guerra. Para verificar estos datos remitimos a La
Enciclopedia de Cuba, 2ª ed., Editorial Playor S.A.,Madrid, 1975.

La preparación y edición de esta enciclopedia tuvo por director a Gastón


Baquero, y él mismo redactó numerosos ensayos. Vamos a hacer uso del Tomo
VI: <<Prosa de guerra. Sociedad. Filosofía>>. Aquí Baquero publica su texto:
<<El negro en Cuba>> que abarca de las páginas 139 a 177. En la página 150
Baquero inserta una muestra pequeña del modo de pensar de José de la Luz y
Caballero que expone: La introducción de negros en Cuba es nuestro pecado
original, tanto más cuanto que pagarán justos por pecadores. Pero justo es
también que los miembros de la sociedad sean solidarios y mancomunados en
esa deuda, cuando ninguno de ellos está exento de complicidad.

Por todo eso es que quizás uno de los últimos artículos que ese año sacara a la
luz Baquero fuese: <<Notas para el autorretrato de Antonio Maceo>> el 07.12. Y
volviendo a <<El negro en Cuba>>, en la página 165 el poeta escribe lo siguiente
sobre el Titán de Bronce:

Este hombre, muy sagaz, muy conocedor del mundo y de las gentes, vivía rodeado de
blancos, y salía bravamente al paso de la más mínima observación sobre una posible
ambición suya de gobernar a Cuba algún día. El sabía que tenía derecho a morir por Cuba,
pero no derecho a aspirar a nada. No quiso nunca sacrificar la posibilidad de la

64
independencia por ofrecer pretextos a los racistas. Vio lo que había en las entrañas del
Zanjón, y por eso cedió al fin y puso fin a la lucha. Sabía que de seguir peleando en aquel
momento, ya no se le consideraría un soldado de la independencia de Cuba, sino un negro
aspirante al poder.

Y de nuevo vuelve sobre Antonio Maceo en el mismo ensayo en la página 170:

Todas las poesías y canciones patrióticas españolas de la época se centran en que Maceo
era negro, comía gente cruda, violaba mujeres y quería matar a todos los blancos. La raza
era el gran tema, el espantapájaros, el coco. Y que lo fuera en España se explica, porque
en efecto el negro era el enemigo número uno y el más temido. Pero lo grave es que ese
fuera también el tema decisivo en ciertos sectores de la sociedad cubana. Las familias
separatistas llegaron a ser vistas como “negreras” (porque la denominación había
cambiado de sujeto: ya no eran los traficantes en negros, sino los amigos de los negros),
como traidoras a la raza y a la tradición. El hecho de que los adalides fuesen blancos, en el
68 como en el 95, era astutamente ignorado por la propaganda. “Esos blancos locos
trabajan para los negros”, decían.

Tristísimo tema sobre el que tendremos que volver más de una vez, pero
despidamos el año con la defensa justa de Antonio Maceo como todas las causas
que emprendía Baquero y que hoy nosotros pretendemos recoger del suelo lodoso.

65
Capítulo IX

1956

El panorama político está cada vez más caldeado, <<El reflector soviético sobre
América Latina>>, 18.01 se hace sentir y con especial intensidad sobre Cuba. No le
quedó nada por predecir a Gastón Baquero que no haya sucedido, por ello, es decir,
por sus certezas y verdades anunciadas con suficiente antelación a los hechos como
para impedirlos es por lo que el exilio siempre lo rechazó, cuestiones étnicas aparte
– y España lo marginó. Sin duda en todo esto influyó mucho el color de su piel; y
para no desmentirnos el propio periodista nos proporciona los datos el 24.01 cuando
se produce <<¿Un nuevo caso de discriminación racial? La denuncia por la
admisión de una Sociedad en la Unión Atlética>>. Y es que en la Cuba anterior a
Castro existía declaradamente la segregación racial - aclaramos esto, porque en la
actualidad también existe más sumergidamente o cosmetizada. Por ejemplo, en
todos los municipios existían Liceos y Sociedades de color. Eran lugares de recreo
donde se organizaban fundamentalmente bailes y celebraciones. Hay que aclarar
que a su vez esas Sociedades de color estaban subdivididas en Sociedades de negros
y Sociedades de mulatos. Solían hacerse embajadas de intercambios mediando los
respectivos protocolos para la aceptación. No digamos ya de los clubes elitistas
donde ni el mismo Batista no podía poner un pie por ser mulato.

Regresemos nuevamente al texto de Baquero en La Enciclopedia de Cuba, Tomo


VI: <<Prosa de guerra. Sociedad. Filosofía>> ya citado en el capítulo anterior: <<El
negro en Cuba>>. Inicia el ensayo en la página 139 con estas palabras: Uno de los
temas favoritos del exiliado blanco cubano es el de la inexistencia en Cuba, antes
del comunismo, de conflictos raciales.

En la página 161 añade: Las bolas negras a Batista y a otros poderosos, en el


Biltmore y en el Yacht, eran una radiografía de la ceguera infinita de la burguesía.

Resulta conveniente en extremo seguir con el tema para que queden zanjadas todas
las dudas con respecto a la verdad cubana vivida por nuestro biografiado y
constatada por nosotros. Inserta Baquero para ilustrar su escrito algunos fragmentos
de una carta que en 1848 José Antonio Saco escribiera a Gaspar Cisneros
Betancourt págs.166 y 167.

Teme que si se hace una alianza con otra nación para invadir a Cuba, la Corona consiga
que los negros la apoyen, ofreciéndoles la libertad que en modo alguno podrían ofrecerles
los norteamericanos. “Tenemos en Cuba 700.00 negros”, dice. Y luego resume su temor a
una acción conjunta con Norteamérica: “¡No, Gaspar, por Dios! – clama -. Apartemos del
pensamiento ideas tan destructoras. No seamos el juguete desgraciado de hombres que con
sacrificio nuestro quisieran apoderarse de nuestra tierra, no para nuestra felicidad, sino
para su provecho. Ni guerra, ni conspiraciones de ningún género en Cuba. En nuestra
crítica situación, lo uno o lo otro es la desolación de la Patria. Suframos con heroica

66
resignación el azote de España; pero sufrámoslo procurando legar a nuestros hijos, si no
un país de libertad, al menos tranquilo y de porvenir. Tratemos con todas nuestras fuerzas
de extirpar el infame contrabando de negros; disminuyamos sin violencia ni injusticia el
número de éstos; hagamos lo posible por fomentar la población blanca; derramemos las
luces, construyamos muchas vías de comunicación; hagamos, en fin, todo lo que tú has
hecho, dando glorioso ejemplo a nuestros compatriotas, y Cuba, nuestra Cuba, será Cuba
algún día”.

Esta página excepcionalmente sintetizadora del pensamiento de Saco, y diría yo que de la


mayoría de la población blanca de Cuba hacia 1850, es el evangelio del reformismo…

Continúa en las págs. 170 y 171.

En esa atmósfera, con ese punto de partida, ¿cómo asombrarnos de lo que ocurrió en 1898?
Inmediatamente se pusieron de acuerdo España y Norteamérica, y se llegó al Tratado de París.
Luego se llegó a la Enmienda Platt. Había muchos, demasiados negros armados. Había muerto
Antonio Maceo, era cierto, pero quedaban muchos, demasiados…

Cuando la República es instalada, al frente de ella aparece un hombre, Estrada Palma, que era
incapaz, según dicen, de robarse mil dólares, pero que también era incapaz de oponerse a ninguna
“indicación” de los norteamericanos. La propiedad seguiría en manos de los españoles, como
estaba acordado en el Tratado de París, pero también seguirían en manos de éste los empleos, aun
los más humildes. La primera situación difícil en el campo laboral se plantea porque los cubanos
aspiran a algo tan modesto como es a poder entrar de aprendices en los talleres de tabaco y en
otros centros de trabajo. Los españoles reclaman el derecho que les concede el Tratado, Estrada
Palma los respalda, y hay muerto en las calles de La Habana. Los muertos son, naturalmente,
negros cubanos que pedían trabajo en la República libre…

Piden una ley a la República. Tienen los negros dos figuras prominentes, con méritos como
independentistas ambas: Juan Gualberto Gómez y Martín Morúa Delgado, hombres de cultura de
prestigio, de autoridad. Pero los dos son hombres de paz, conciliadores, evolucionistas, no
revolucionarios. No están en el gabinete de Estrada Palma. Ni estarán en el de José Miguel
Gómez, ni en el de Menocal…

Juan Gualberto ha tenido que luchar contra Estrada Palma y contra don Carlos de la Torre
cuando estos cubanos iban a acceder a la solicitud norteamericana de crear en la República
escuelas públicas para blancos y escuelas públicas para negros. Ha tenido que luchar también,
con la ayuda de Máximo Gómez, contra los que querían aceptar la tesis norteamericana de
escuadrones de blancos y escuadrones de negros en el Ejército de la República…

En la página 172 revisa con profundidad y entra en detalles muy concretos:

A un hombre como Quintín Banderas, general cuatro veces, le dio Estrada Palma un
nombramiento de barrendero. Años más tarde, a un hombre honorable como, esta vez con
preparación y no como el caso de Quintín, que era guerrero de tan pocas letras como Pizarro, al
coronel Gálvez (padre de la soprano Gloria Gálvez), le dio Menocal un nombramiento de jefe de
la Recogida de Basuras de La Habana. ¿A qué seguir?

67
Creemos que vale la pena hacer nuestra la pregunta final y lapidaria de Gastón
Baquero. Es bueno recordar una vez más que en 1952, Fulgencio Batista, el
minúsculo dictador que precedió a Castro, había dado un golpe de estado. Batista
era mulato como Gastón Baquero. En aquella Cuba de entonces, tan próspera que
causaba la envidia y la dentera del mundo entero, había excesivos males. Una de
esas pandemias era el racismo que sigue existiendo dentro y fuera de la isla – ya lo
hemos hecho notar. No por ser el presidente de la república, escapaba Batista a esa
fobia al color tostado. El general no tenía acceso a muchos sitios privados y de elite
como el Yatch Club de La Habana, sólo por dar un ejemplo. Lo mismo le sucedía a
Gastón Baquero, pero más agudizado. Nos contaba:

Si yo podía entrar a ciertos restaurantes, - no a todos -, a ciertos clubes, era por mi cargo.
Un mulato normal y corriente jamás podía pensar en semejante privilegio. A mi se me
permitía entrar al <<Carmelo>> por lo que yo hacía en aquel momento, no por mis valores
como ser humano. Si eso se me hubiese aplicado, me correspondía en aquella etapa barrer
el parque de La Fraternidad o ser limpiabotas en los soportales del Prado.

Para que no se nos vaya acusar de estar haciendo literatura de ficción, es decir,
sacarnos de la manga las palabras del poeta retornamos por última vez al escrito
que venimos utilizando de apoyo <<El negro en Cuba>>. Entre las páginas 173 y
174 Baquero escribe:

Una vez definido, aceptado por los blancos que el negro estaba “poco preparado”, que no
era fino, que no se portaba bien casi nunca, etc., cerrarle las puertas de los empleos, de los
sitios de diversión, de los restaurantes de primera clase, era casi una obligación moral.

…Por otro lado, el malísimo ejemplo del admirado norteamericano empujaba también a
los cubanos blancos a conducirse en materia de relaciones con los negros en una forma
que, aun siendo amable casi siempre en lo exterior, en lo superficial, era rígida e
implacable en lo tocante a compartir, participar, convivir.

A propósito de la situación del negro, Baquero hace un viaje, precisamente este


año de 1956, a Jamaica para ver las condiciones de vida en ese país. Hasta
entonces era el único que no había visitado en el Caribe. Algo de ello comentaría
años más tarde en su ensayo <<¿Y qué tal si nos hubiéramos quedado con los
ingleses?>> que escribió para Bohemia Libre Internacional: Agosto 19, 1962, Nº
98, Año 54, 2ª Etapa, pág. 64. Dice: Y yo he visto, en 1956 en las calles de
Kingston, a mujeres descalzas mientras regaban cemento y concreto, en obras
públicas. Excelente epitafio para el tema y retomar las actividades cotidianas del
poeta en aquel año de 1956.

<<Contribuir a la cuestión de la Liga contra el Cáncer es formar parte de un


ejército de civilización>>, 02.03 es la continuación de una labor permanente.
Este marzo asiste a un seminario de periodismo en Nueva Orleáns; el 15.03 nos

68
da la <<Información de un seminario periodístico en Nueva Orleáns>>. Por
supuesto que no faltan los escritos sobre arte, pero ahí está permanentemente
<<El comunismo y sus nuevas batallas>>, 03.07 o <<La neutralidad: nueva arma
del comunismo>>, 18.07. Este mismo mes de julio ha de acompañar en calidad
de periodista a Batista que va de visita oficial a Panamá. <<El tiempo del
presidente Batista en Panamá>>, 27.07. No olvidemos que Baquero es el hombre
designado por el general para recibir estadistas y para cubrir sus viajes cuando el
Ministro de Información andaba en otras funciones prioritarias para el Estado. En
agosto vuelve a viajar con el general. Esta vez a la República Dominicana. De
ello da fe en <<Las relaciones cubano-dominicanas>>, 29.08.

No faltaban en sus columnas las fechas patrióticas como <<El 10 de octubre: La


Luz de Yara>>, 10.10; lo que nos hace rememorar esta misma fecha de 1994
cuando Baquero, cuya salud ya declinaba sensiblemente, se empeñó en cocinar
ese día en su casa para él y para quien esto escribe como celebración de la
efemérides. Salimos a hacer la compra. Recuerdo que nos detuvimos en una
pescadería y escogió un pez rosáceo que no puedo recordar el nombre, pero las
razones que me dio Baquero fueron las de sus semejanzas con el pargo. También
iba a estar integrada en el menú la batata asada que debía recordarnos al boniato
y soñar con el boniatillo al cual el vate era un fanático; de postre tendríamos
uvas. Desafortunadamente al regresar a su vivienda Baquero se sintió
extremadamente fatigado y con lágrimas en los ojos tiró toda la compra a la
basura. Dijo una frase muy inusitada en él: la vida es una mierda. Fue la única
vez que le oí hablar de ese modo en una circunstancia de armonía. Se opuso
rotundamente a dejarme cocinar y transcurrido un tiempo nos fuimos a comer al
restaurante de todos los días en la calle Jorge Juan.

Es en este mismo año de 1956 cuando Gastón Baquero comienza a publicar en


la sección <<Aguja de Marear>> y con frecuencia lo hará bajo el pseudónimo del
Bachiller de Almanza para no repetir colaboraciones. Todavía permanece como
un misterio para nosotros por qué a partir de entonces irá abandonando
gradualmente <<Panorama>>, aunque este año de 1956 escribió en ambas
secciones con una frecuencia más o menos similar. Para hacer justicia a quien
tanto la merece debemos decir que el investigador que identificó a Baquero por
este pseudónimo fue el gran talento y profesor cubano doctor Óscar Fernández de
la Vega cuando colaborábamos juntos en seguir las huellas de nuestro
biografiado. A mi me tocó esta vez verificarlo con Baquero quien nunca me negó
una respuesta ni me manipuló la realidad aun cuando solía hacerlo con casi todo
el mundo. Baquero me dio su venia para comunicar a Fernández de la Vega que
en efecto él era el Bachiller de Almanza.

Los temas en <<Aguja de Marear>> suelen ser los comunes, pero es bueno
resaltar al Baquero defensor de lo autóctono y lo hispano: <<El boticario y el
farmacéutico, la botica y el “drug store”, el “grocery” y la bodega>>, 19.02. Y el
10.04, <<Sartre y el odio europeo>>. Consideramos oportuno que sin entrar en
más profundidades, que las hay en abundancia, con el solo daño que Sartre nos
hizo a los cubanos existen motivos suficientes para que los hijos de nuestra

69
nación le devuelvan a Francia tal regalo. Es a partir del 02.08 que con frecuencia
firmará el poeta bajo el pseudónimo del Bachiller de Almanza (BA).

Por aquel entonces dada la riqueza de la isla y la pobreza de Europa sólo podían
visitar Cuba algunos turistas norteamericanos, a los que Baquero arroja el dardo
por el mal gusto de estos y la peor imitación de los cubanos, 03.08, <<De cómo
se visten los turistas y cómo se desvisten los criollos>>. El cubano siempre fue
muy distinguido en el vestir, la limpieza y los buenos modales sin pesar en ello
su extracción. La virtud del humilde es la limpieza y el honor. El 02.10 suelta
una estrepitosa bomba contra el racismo: <<No se admiten niños, ni perros,
ni…>>. Sobre esto ya hemos ofrecido numerosos ejemplos a través de la historia
ilustrados por el periodista en sus propios escritos.

1957

Durante este año apenas aparece en <<Panorama>>, pero cuando lo hace la


contundencia es aguda: <<Sobre la duración del mando presidencial>> (12.03).
Por el contrario, la participación en <<Aguja de Marear>> es nutrida. Comienza
el 01.01 con <<Expectación, esperanza, anhelo>> porque ese es el sentimiento
de la población ante la continua y prolongada promesa de celebración de
elecciones por parte del general Fulgencio Batista Zaldívar. Y como, en palabras
de Agustín de Foxá, Cuba es la novia de España, aunque yo diría que en estos
momentos es la barragana; las malas costumbres se contagian y ante el vicio de
pedir la virtud de no dar porque <<Hay muchas colectas: el límite de dar>> (BA,
30.01).

En la década de los 50 ocurría en Cuba lo que hoy es un fenómeno universal y


que los retrasados en todo lo llaman globalización, cuando no es otra cosa que la
Revolución Cultural Americana untada por toda la faz del planeta. Aquella Cuba
importaba modelos que entonces Europa no podía porque antes debía sacudirse
los piojos, así que <<Del Rock and Roll y del histerismo nacional>>, (15.02)
porque se nota la <<Ausencia del cubano verdadero>> (BA, 05.04). El ambiente
político no es bueno y los facinerosos se aprovechan de ello con actos de sabotaje
y otros medios de subversión, lo que hace pensar al periodista que <<Si hoy
queman escuelas, mañana…>> (BA, 24.07).

1958

Llegamos al último año de vida de Gastón Baquero – decimos de vida porque al


modo en que fue maltratado en España no se le puede llamar vida – aunque es
muy probable que él no podía imaginarse que pronto iba a ser sepultado. En
<<Panorama>> le preocupa <<El Sputnik y el adelanto de Rusia>> (29.01), así

70
como <<El avance económico de Rusia en América Latina>> (31.01); al mismo
tiempo que se cuestiona <<Y de la actualidad cubana, ¿por qué no hablamos?>>
(01.02) porque proliferan <<Dictadores y dictaduras en América>> (09.02).

Este año se consuma un acontecimiento deseado por todos y que estuvo


protagonizado por el gobierno de Batista como tantas otras obras cívicas
importantes. Baquero nos lo cuenta el 22.02 <<En la inauguración de la
Biblioteca Nacional>>, a lo que también hace referencia en <<Aguja de
Marear>> bajo el mismo título y el mismo día 22.02, firmado por el Bachiller de
Almansa.

El poeta se siente inquieto con un malestar que le ronda y que desconoce las
causas de su verdadero origen. Se toma unos días a principios de marzo para oír
buena música y navegar por el Rhin. Nos lo describe en <<Notas de un breve
viaje por Alemania I>> (21.03), <<Notas sobre un breve viaje por Alemania II>>
(06.04) y <<Notas de un breve viaje por Alemania III>> (09.04). Y hay que abrir
los ojos por <<Un nuevo paso soviético hacia la victoria>> (18.07).

71
Capítulo X

Tras esta información, que abarca casi toda la vida diaria del Gastón Baquero de
la década de los cincuenta, poco hay que añadir, como no sea para dar a conocer
algo más de sus responsabilidades y quehaceres sociales.

Las manos de Baquero saludaron a todos los artistas importantes de la cultura


universal que visitaron Cuba entre 1945 y 1958. Sus numerosas entrevistas con
esos personajes dan detalles amplios sobre ello.

José Olivio Jiménez nos lo presentaba de este modo:

Yo nunca conocí personalmente a Baquero en Cuba, ni tuve trato con él. Mi madre, que
era muy católica, era quien lo tenía todo el día en la boca, y no se perdía ninguna de sus
numerosas disertaciones en ese campo. Gastón era muy ecuménico, él sabía y se prestaba
para hablar sobre todo. En esos encuentros religiosos él era siempre el gran orador.
Además de gustarle, tenía cultura para ello. Como te dije, mi conocimiento de él viene a
través de mi madre que lo adoraba. Sí, conocía yo su nombre del periódico. Era muy
reconocido ya en aquellos años que yo pasé casi todos fuera de Cuba – en España como
sabes -, pero repito, nunca lo tuve frente a frente. En la televisión comparecía con
frecuencia recibiendo estadistas en representación del gobierno y a la vez
entrevistándolos. Coincide lo que me dices sobre la vestimenta. Con bastante frecuencia
aparecía en las fotos y en la televisión vestido de trajes de dril blanco y zapatos de dos
tonos, que tanto se usaban por aquella época en Cuba. También es cierto que usaba bellos
sombreros de jipijapa. Tal como lo describes, dicen que marchaba altivo, orondo, lleno de
orgullo; desafiando al mundo en el mejor sentido de la palabra.

Mira, ya en lo político, yo no tengo certeza ninguna, son cosas que me llegan


transmitidas por otros y siempre pueden tener añadiduras, y otras se pueden lijar. Lo cierto
es que parece ser, que en su afán por aparentar un gobierno democrático tras el cuartelazo
del 10 de marzo a Prío Socarrás en el año 1952, Batista hizo todos los intentos posibles
por hacer ver que aquello no era una dictadura; así fue que a dedo nombró una especie de
senado con ochenta miembros. Todo indica que uno de esos elegidos fue Gastón Baquero.
En realidad no tenían ningún poder político, ni ejercían influencia sobre decisión alguna.
Ya sabes, decretos arrojados a la calle de la noche a la mañana y todo resuelto. Es posible
que esos miembros tuvieran acceso a Batista, en cuanto a pedirle algún favor, hacer una
petición, supongo que más bien una especie de súplica, pero de ahí no pasaba. Recuerda lo
que dijo el Ché Guevara de Gastón: “que fue el único de verdadero olfato para predecir lo
que sucedería en Cuba”67. Yo por suerte o por desdicha viví aquellos años demasiado
alejado de Cuba, física y mentalmente.

67
Textualmente:“Antes que ellos, el vocero de la reacción, Gastón Baquero, había apuntado con
línea certera lo que pasaría y se había retirado a las más tranquilas aguas de la dictadura
española”. (Guevara, Ernesto Che, La guerra de guerrillas, Ediciones Políticas,Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana, 1985.

72
Veamos las impresiones de José Luis Castillo Puche en entrevista especial para
este trabajo:

Sabes muy bien que conocí a Gastón Baquero en esa mi visita a La Habana en 1958. Veo
que has leído muy bien lo que publiqué en mi América de cabo a rabo68. Reitero lo que
escribí, hoy en pasado desafortunadamente. Era un tipo fenomenal, cubanísimo en todo y
de una cultura que parecía no tener límites. Físicamente imponente y con una riqueza
material superior a la de Ernesto Heminway. Un mulatazo de una gran estatura, muy buen
porte y una elegancia poco frecuente. Sus gustos, sus movimientos, su forma de actuar en
todo era muy aristocrática, pero a la vez muy llana. Había que contar con él para todo en
Cuba. Ejercía una influencia vital sobre toda la vida cultural del país. Irradiaba
sensibilidad, pero también ese destello deslumbrante que proviene de una posición
influyente, de la cual no hacía ostentación alguna. Era un Señor, un Caballero dotado con
todo lo que se puede aspirar. Elegantísimo en el vestir y en el actuar. Mira que había
figuras respetables en la comida a que me invitó en el restaurante “La Zaragozana” - ¡qué
derroche de lujo y exquisitez! Allí estaban entre otros, Lezama, Zendegui, Rafael
Marquina, Labrador Ruiz, Guy Pérez Cisneros, Eugenio Florit y algunos más. Todos
figuras de primera línea en la cultura, pero Baquero sobresalía con creces. Creo que era su
hechizo para contar, unido al dominio absoluto sobre todos los temas. Contrastaba con
Lezama, en que este último sólo podía meterse en el mundo del arte. No por incapacidad,
sino porque rechazaba de entrada todo lo demás. La caja de puros que me regaló Baquero
es inolvidable. Nunca los he vuelto a ver iguales, ni mucho menos a probarlos. Tenían por
lo menos un pie de largo.

Interrogado Gastón Baquero sobre su atuendo habanero, nos dio la siguiente


información:

-¡Cómo no! Con bastante frecuencia iba yo de punta en blanco y salía a desafiar Prado
abajo el sol de Cuba. Pero no te creas que iba descubierto. Llevaba mi cabeza tocada con
un sombrero de jipijapa. Tuve muchos, pero recuerdo uno en particular que me regalaron
en una de mis visitas a Venezuela. Un regalo exquisito proveniente del presidente de la
república. El valor que tenía era que había sido tejido a mano. No sé si sabrás que los
auténticos son tejidos por los indios bajo el agua. No se extraen del agua hasta que el
sombrero esté terminado. Sí, claro que los había de fabricación industrial y de muchas
marcas. Con la calidad y el precio ocurría otro tanto. Jipijapa es un lugar, no recuerdo
ahora si es exactamente de Venezuela o de Colombia. Está por ahí por los límites 69. Esos
sombreros recibieron en Cuba el nombre de sombreros Panamá, y Lope de Vega recogió
en sus versos la cosa de la llegada de los indianos a España, que vienen trajeados y con
sombrero Panamá: “Con la pluma en el sombrero viene el caballero / viene de Panamá”.

Cerremos la etapa habanera y cubana de Gastón Baquero mencionando algunas


de sus responsabilidades, y antes de sacarlo al cruel exilio de que fue víctima
inmerecidamente.

Gastón Baquero en 1958 acumulaba entre otras obligaciones:

68
Castillo Puche, José Luis, América de cabo a rabo, Ediciones Cid, Madrid, 1959.
69
Jipijapa es una población del Ecuador.

73
- Presidente de la Asamblea de Institutos Interamericanos de Cultura70.

- Presidente del Instituto Cubano-Ecuatoriano de Cultura.

- Presidente honorífico de la Casa Continental de la Cultura, Asociación de


Escritores y Artistas Americanos e Instituto Nacional de Previsión y Reformas
Sociales.

Presidente de la Academia Nacional de Artes y Letras.

- Todo esto aparte de su implicación en las asociaciones religiosas – católicas – y


caritativas.

Fue Presidente Honorífico de los Caballeros de Acción Católica, Presidente


también de La Liga Contra el Cáncer y La Liga Contra la Ceguera. Presidió la
Asociación de Unidad y Lucha por la Reivindicación Campesina y los Derechos
del Niño.

El triunfo de la revuelta castrista hizo que la envidia de “pequeños perrillos”,


intentara hincar sus venenosos colmillos en las carnes de aquel hombre de
estatura ciclópea que era Gastón Baquero. Al siguiente fin de semana tras el
atropellamiento del poder por Castro, cuando Baquero llegó a su quinta de recreo
en Santa María del Rosario en las afueras de La Habana, se encontró con que esta
estaba tomada por un grupo de “intelectuales revolucionarios armados”, que
habían secuestrado al personal de servicio y saqueado las valiosísimas obras de
arte allí acumuladas por el fruto de su arduo trabajo. Entre esa constelación de
“pensadores” que encabezaban el grupo de bandidos, se encontraba nada más y
nada menos que como principal cabecilla, el rabioso y laureado Premio
Cervantes: Guillermo Cabrera Infante acompañado de dos de su secuaces y
acólitos, Carlos Franqui y José Pardo Llada. No se olvide que cuando Guillermo
Cabrera Infante desertó de su puesto en la embajada cubana en Bélgica, tras la
obtención del premio “Seix Barral”, por sus Tres tristes tigres, pidió asilo en
España. Siendo esta petición denegada por Francisco Franco que conocía muy
bien sus antecedentes.

Gracias a la gran habilidad del chofer de Baquero, - un negro bien puesto de La


Habana Vieja – ambos salvaron el pellejo en esa ocasión y en otras posteriores.
Ni corto ni perezoso, Baquero se puso en guardia, pero nunca llegó a tiempo de
salvar sus cuentas corrientes que ese lunes que siguió al ataque de los “genios”

70
Entiéndase claramente interamericano por lo que concierne a los países de habla hispana.
Sabemos de la estúpida concepción que se tiene sobre Cuba y los cubanos – anteriores a Castro -,
rendidos al imperialismo yanqui. Aclaremos también que fueron los gringos quienes instalaron a
Castro – “el vengador de España” – en el poder. Introdujeron las armas para sus guerrillas por la
base naval de Guantánamo con la ayuda de su embajador en Cuba el señor Gardner. Ya Batista
no les convenía, porque habría la economía cubana a otros países. La paciencia se les colmó
cuando Batista otorgó la construcción del túnel de la bahía de La Habana – obra de gran
envergadura que significaba grandes ganancias – a los franceses.

74
de la cultura revolucionaria ya estaban confiscadas por el Ché Guevara en
persona – incluso cuando los bancos eran todavía privados.

Pero la condición de bien nacido nunca abandonó a Gastón Baquero y de ello


nos da fe todo lo que hizo años más tarde por Guillermo Cabrera Infante, y cómo
no se plegó jamás a la barbarie del exilio que le odiaba por <<negro>> y por
<<demócrata>>. Así lo deja ver explícitamente en su artículo <<¿Podemos
elogiar a los comunistas?>> que publicara en España en El Alcázar el 27 de
agosto de 1970:

La reacción de algunos compatriotas míos, por el hecho de que participara hace poco en
un curso sobre novela hispanoamericana desarrollando los temas correspondientes a la
obra de Alejo Carpentier y a la obra de José María Arguedas, me obliga a tratar de una vez
y por todas un tema cuyo solo planteamiento me parece lindante en la barbarie.

No se trata de dar explicaciones, porque creo con Shelley que no es propio de un


caballero quejarse ni dar explicaciones. <<Never complain, never explain>> me parece un
lema tan bueno como aquel de Fernando el Católico: <<como yunque sufro, y callo por el
tiempo en que me hallo>>. Se trata de que conviene aclarar, puntualizar ciertas actitudes,
porque si en lo personal está muy bien que rija la capacidad de desdén ante los
malentendidos y las incomprensiones, en lo ideológico no es bueno que haya sombras.

¿Puede un anticomunista elogiar la obra literaria, artística o científica de un comunista?


Mi respuesta no es sólo que sí, sino que además me parece torpe la pregunta, porque
suponer que la ideología política de uno puede llevarlo a desconocer los méritos que
pueda tener la obra hecha por alguien de otra ideología es pura y simplemente barbarie,
intolerancia, cerrilidad.

¿Qué pensaríamos de un español que pidiese a las autoridades la prohibición de


interpretar las orquestas sinfónicas españolas las oberturas de Leonora de Beethoven, o El
Rapto del Serrallo y el Don Giovanni, de Mozart, en razón de que pueden sentirse heridos
los sentimientos patrióticos españoles? ¿O qué pensaríamos de quien pidiese la
prohibición de La Flauta Mágica, en razón de que es una obra masónica? Lo que ha
quedado del Fidelio de Beethoven, es la música, y ya nadie se acuerda de lo mal que
quedan en la obra los españoles de tiempos de Don Felipe. Es decir, que fuesen cuales
fuesen los prejucios de Ludovico contra España, lo que se aprecia al escuchar sus obras no
son esos prejuicios, sino la obra artística en sí. A nadie le interesa hoy si Mozart era
masón, si Bach era luterano, si Leonardo era esto o lo otro.

Y trayendo el asunto a nuestros días, ¿qué puede importarnos la ideología política de


César Vallejo cuando escribe sus libros de poesía? En política, Pablo Neruda es un
chisgarabís, un siervo de Moscú, capaz de las mayores vilezas. Sí; pero Pablo Neruda
escribió Residencia en la Tierra y algunos otros libros que ya quisiéramos para un día de
fiesta. Negar la calidad de una obra por la ideología del firmante es pura burrada. Alejo
Carpentier ha escrito unas novelas maravillosas, realmente excepcionales y desconocerlo
en razón de su ideología política (que viene por lo demás desde el año 1927) es uno de
esos actos de brutalidad que yo prefiero reservar para uso exclusivo de los comunistas.
Ignorar lo que significa en las letras hispanoamericanas la obra de José María Arguedas
(que era en realidad nacionalsocialista o socialista nacional, precursor literario de la actual
revolución peruana, pero con base en la comunidad indígena precolombina) es cometer un
acto de injusticia y de incultura sumas, porque esa obra cuenta entre las más
auténticamente americanas que se han escrito.

75
Elogiar con toda objetividad lo que se considera bello o valioso, y elogiarlo por encima
de cualquier consideración extraliteraria, es un acto de libertad y de conciencia. Son los
comunistas quienes no pueden elogiar lo que no pertenezca exactamente a su cuerda. Hay
ciertos editores españoles que tienen que estar averiguando constantemente si tal o cual
autor se ha ido o no de Cuba para sólo entonces decir si le publican o no. (Ya les hemos
colocado algunos libros de exiliados inconfesos. Por consejo mío, algún autor ocultó su
separación del comunismo hasta que le publicaran la novela y lo declararan oficialmente
genio71.)

El comunista no puede elogiar la obra de quien no esté <<dentro de la línea>>, porque el


comunista no es hombre libre, sino un esclavo. Pero yo sí puedo decir lo que pienso de la
novelística de Alejo Carpentier, o de Miguel María Arguedas 72, por que soy un hombre
libre, pertenezco a una cultura libre y vivo en un mundo libre 73.

Alguien puede redargüir: ¿Pero elogiando esas obras no está usted elogiando el
comunismo y ayudando por lo menos al prestigio de unos servidores del comunismo? A
esa pregunta tengo también respuesta muy clara que dar. La daré otro día.

Como verdadero profeta – sinónimo de poeta – Baquero llevaba anunciando lo


que se abalanzaba sobre Cuba desde sus mismos inicios en el periodismo activo,
en los primeros años de la década de los cuarenta, la más democrática, por no
decir que la única que vivió la república de Cuba. Durante los meses que
siguieron a estos acontecimientos – muy pocos, febrero y marzo -, José Ignacio
Rivero entregó el sueldo a Baquero en mano y al contado. Sobra decir que no
pudo más el periodista volver a Santa María del Rosario, ni tuvo más noticias
sobre la suerte que corrieron sus empleados allí, cree que terminarían cediendo al
chantaje y la extorsión de “los revolucionarios”.

Esos tres escasos meses bajo el castrismo, los pasó Baquero en un constante
estado de desvelo e inquietud. Nos contaba que los días en que los ataques se
limitaban a arrojar huevos, piedras y tomates sobre su coche, se sentía “dichoso y
afortunado”, “protegido por el Señor”. Más de una vez volvieron a aparecer en
escena los “pequeños perrillos” (Franqui, Pardo Llada y Cabrera Infante) para
atacar al Diario de la Marina y su plantilla74.

71
Se refiere Gastón Baquero a Guillermo Cabrera Infante, que a pesar de las atrocidades que
cometió contra el poeta en Cuba, antes de desertar consultó a Baquero y éste le aconsejó, bajo la
promesa de que jamás se dirigirían la palabra.
72
Juzgue el lector por sí mismo si esto se puede hacer en la Cuba actual con un escritor de
posición ideológica opuesta a los intereses comunistas. No se olvide tampoco que esto ocurría
bajo la dictadura de Franco.
73
Para los trogloditas de todas las naciones, comenzando por los cubanos de todos los racimos,
sirva de aclaración que cuando Baquero habla de <<mundo y cultura libres>>, se refiere a su
cultura personal sin prejuicios ni ataduras, y a su mundo propio: el que escoge todo hombre sabio
rodeado de salvajes. La libertad personal campea suelta bajo todas las banderas por más
encerronas que le tiendan. No se olvide que se burla burlando.
74
Remitimos a quien desee profundizar sobre este tema, a la lectura de.
<<Diario de la Marina, de La Habana: Una Institución con más de 120 años de vida>>
Punta Europa: 53, Mayo 1960. Pp. 66-78
También debe consultarse:

76
Nos contaba Baquero, como tras haber sido aconsejado por amigos de varias
embajadas, que se ofrecían para concederle asilo, fue el 23 de marzo de ese 1959,
tras una llamada del embajador ecuatoriano, que decidió abandonar el país:

Mi amigo el ecuatoriano – no dijo nombre – me alertó que me esperaban en varios


puntos para lincharme, para liquidarme definitivamente. Sabían todas las alternativas a mi
ruta. Yo cambiaba a diario, pero ya las sabían todas. Donde único no estaban era a la
salida del periódico, que todavía no habían agredido físicamente hablando. También había
un grupo frente a mi casa en el Vedado. Llamé a mi madre para llevarla conmigo a donde
fuera y me confirmó todo esto. Habían llamado a la puerta – casi derribado – y ella estaba
bajo amenaza de muerte si se movía o incluso si me avisaba. Estaban los “pequeños
perrillos” dentro de casa incluso. Mi madre fingió cuando recibió mi llamada, que hablaba
con otra persona, pero nos entendimos muy bien. Estaba muy nerviosa pero era una mujer
muy fuerte, acostumbrada a las durezas de la vida y tenía mucho carácter, mucha firmeza.
No pudimos ni despedirnos. Los embajadores de Perú, Colombia y Chile vinieron
personalmente a buscarme al periódico y a acompañarme, a despedirme al aeropuerto. El
embajador del Ecuador estaba en la terminal aérea con un billete en la mano para Quito. El
vuelo salía dentro de dos horas. Era el vuelo más próximo y no había tiempo que perder.
Lo mismo hubiera dado salir para Haití o Jamaica. Su familia me esperaría y me acogería.

Al llegar a Quito, me encuentro con un coche oficial enviado por el Presidente de la


República. Me entrevisté con él. Me ofreció un puesto en el gobierno y que me quedara en
Ecuador. Yo se lo agradecí mucho, pero ya que había tenido que abandonar Cuba, soñaba
con venirme a España. Acepté algún dinero del Presidente ecuatoriano, y el 29 de abril de
1959 ya estaba en España de donde no he vuelto a salir jamás. Al menos que ir a Canarias
se considerase como salir del territorio español y me parece que no es así.

Poco más de un año sobrevivió el Diario de la Marina al Baquero cubano. El


12 de mayo de 1960, cerraba sus puertas un periódico con ciento veintiocho años
de historia a sus espaldas. El más viejo de la América hispana hasta entonces.

Ya, del 17 de septiembre de 1960, pág. 5


<<Ante la reaparición de un periódico>>

77
Capítulo XI

De modo que ya tenemos a un todavía joven Gastón Baquero en territorio


español. Había tenido que dejar todo detrás. El encono de los barbudos,
encabezados por la “crema intelectual” del momento, hicieron de Baquero el
primer intelectual exiliado del sangriento régimen castrista.

Con el elegante señorío que siempre presidió las acciones de Baquero, éste supo
adaptarse desde el primer momento a su nueva situación, al revés que la vida le
había deparado.

Buscó alojamiento en el Colegio Mayor “Nuestra Señora de Guadalupe”,


mientras intentaba establecer contactos para ganarse la vida. De ello nos dejó
constancia el 19.07.1996 en el ABC en la sección <<Necrológicas>> cuando
escribe sobre la muerte de María Luisa Robles Piquer:

Este solemne ejercicio de reinstalarse en el mundo lo llevé yo a cabo en gran medida, a


partir de 1959, a la luz del entonces <<Instituto de Cultura Hispánica>>, organismo
apenas apreciado por los españoles en su justa medida, pero de cuya significación tenemos
mucho y muy bueno que decir los hispanoamericanos.

Para nosotros, el Instituto, con su vástago el Colegio Mayor Guadalupe, era la forma
concreta del asentamiento afectuoso de España y de los españoles a nuestra presencia
aquí. Los llegados con el propósito de rehacer una vida o de hacer una profesión para toda
la vida, éramos en cierta forma el reverso de la tradicional emigración española hacia
América, bien que ésta se contabilizaba por millones a través de los años, y la
miniemigración nuestra se contaba por unos reducidos millares de viajeros venidos de
muy distintas procedencias.

Desde el primer momento identifiqué al Instituto con una persona: María Luisa Robles
Piquer…

La primera publicación de Baquero en España durante su extensa etapa de


exiliado, que se extendió hasta su muerte, se produjo en el diario ABC, el 21 de
mayo de 1959. Una ruindad de espacio por año que se extinguiría pronto gracias
a la mano larga del censor franquista y peligroso cacique de la literatura de
España, hasta su muerte; el paisano y admirador de Castro, Camilo José Cela.

Mezquindades hispanas aparte, el cubano descubre que el tema del empleo en


España es una pandemia bíblica y por ende endémica y eterna. Ello lo inspiró a la
hora de legalizar su situación a restar algunos años – cuatro concretamente- de su
edad factual biológica. De ello quedó una prueba en el mismo ABC para no
desmentirnos independientemente de sus confesiones personales a quien esto
escribe. Apareció el 01.12.1962 bajo el título:

El delito de madurar

78
Es un buen medio de conocimiento directo del mundo en que vivimos la lectura
de los anuncios. ¡Lo que vende y lo que compra la gente! ¡Las cosas que se ofrecen y las
cosas que se piden!
Por los anuncios vamos midiendo la temperatura de la riqueza y la pobreza de
los pueblos, pero también la temperatura de los sentimientos. “Se alquila departamento a
matrimonio sin niños”, “Se alquila sólo a extranjeros un ático”, Si quiere usted un Rolls-
Royce, aproveche esta ganga”, leemos y nos vamos enterando así de que los niños
estorban, de que los extranjeros tienen preferencia y de que un Rolls puede ser una ganga.
Pero también nos vamos enterando de otras cosas mucho más significativas y hasta
inconcebibles; por ejemplo, de que madurar, tocar los años de la madurez, es un delito que
la sociedad actual pena con el desdén, la preterición y el menosprecio.

He aquí algunos textos recientes: “Se solicita un médico menor de treinta y dos
años”, “Se ofrece gran empelo en relaciones públicas a persona con mucha experiencia y
no menos de tres idiomas, no mayor de treinta años”, “Para contable, entre veinte y
veintiocho años, gran oportunidad si trae buenas referencias y experiencia”. ¿Qué es esto?
Decíase, hasta hace muy poco, que se trataba de una mala práctica norteamericana. Los
hombres maduros, no digamos los llamados viejos, hallaban con mayor dificultad cada
vez el medio de ganarse la vida o de continuar ganándosela en los Estados Unidos, debido
a que cierto complejo deportivo, triunfalista, juvenil, hacía de ese país una despiadada
nación que sólo tomaba en cuenta al ser humano altamente productivo, dinámico, fresco
como un chorro de agua y vigoroso como un puñetazo de Paulino Uzcudún.

Pero sea por contagio, sea por intercambio de ideas o por necesidad de aumentar
el rendimiento en el trabajo – no sólo los marxistas subordinan al hombre a la producción
-, la práctica se ha ido extendiendo por el mundo como una mancha de aceite, y entre las
muchas cacerías implacables que aún contemplamos a diario entre humanos, está en muy
principal sitio la cacería del hombre maduro. Se le quiere echar de todas partes. Se le
acorrala como si hubiese cometido una falta imperdonable con vivir. Acercarse a los
cuarenta años es hoy un motivo de grave preocupación, pues se sabe que ya todo resultará
mucho más difícil que de sólito. En la propia empresa a la que se ha servido desde los
quince años, con lealtad, con eficacia, puede aparecer de un momento a otro ese curioso
ser que es el “gerente con nuevas ideas”. Y como casi siempre las nuevas ideas se reducen
a ponerlo todo al revés de cómo estaban, de inculpar a los predecesores y a pensar que si
las cosas no van como se desea es porque “aquí hay ya muchos viejos”, la aparición del
innovador es una especie de “safari”, al término del cual los vigorosos cazadores juveniles
han cobrado cuatro o cinco cabezas de los terribles retardatarios y carcamales que dicen
ser hombres maduros.

Es patética la manera con que éstos procuran escapar de los arqueros, de los
netezuelos de Nemrod. Ante todo, se impone fabricarse una fisonomía juvenil a todo
trance, vestirse con sastres muy modernos, ir al peluquero “que quita diez años de
encima”, sonreír a toda hora, caminar aprisa como los actores del cine americano, comer y
beber lo que hace daño, y, lo mismo en temas de deportes que en temas de política
internacional, andar pie a pie con las preferencias juveniles. ¡Todo menos desentonar con
alguna idea olorosa a vejez!

Antes, una cana podía ser una mortificación para el presumido, para el emulillo
de Don Juan; ahora, una cana puede ser la puerta que se cierra, el desempleo, el inútil
peregrinar en busca de una oportunidad a la altura de la preparación que se tiene. Ya no
hay frivolidad en quitarse años75, porque en el extraño mundo que nos ha tocado vivir, esa

75
Con estas palabras Baquero justifica el hecho de restar años a su edad y con ello quedan fuera
de circulación todos lo mitos y comidillas surgidos al respecto.

79
mentira equivale a un seguro de trabajo76. Lo que en buena lógica debería ser la mayor
recomendación, es decir, la experiencia acumulada, los quince o veinte años de práctica
post-universitaria, el conocimiento directo del mundo y de sus varias gentes (que no puede
ser adquirido sino en largo y alerta convivir), se ha transformado, en este amasijo de
paradojas que es el mundo actual, en la peor de las recomendaciones. El hombre que
mejor conoce el negocio, que probablemente lo vio nacer y lo ama como a un hijo, o el
que lleva la oficina como nadie podrá llevarla sin veinte años de consagración a ella, se
ven convertidos de la noche a la mañana en los pararrayos de los innovadores. ¿Cuarenta,
cuarenta y tres, cuarenta y ocho77? Ya si se le conserva, no se le asciende, no se le toma
muy en cuenta porque según dicen, hay que estar al día, a tono con lo que hacen en los
países ricos, jóvenes y vigorosos las empresas que van hacia delante.

Hay en todas partes, es cierto, una legislación de seguridad social que ampara a
los ancianos, establece las pensiones de vejez y fija el límite de edad para el ejercicio de la
profesión o el empleo.

Por una cuestión de estética, de prestigio, de indigestión de psicología aplicada


a los negocios, lo que es más triste, de imitación. son cada día más altas las murallas que
cierran el paso al hombre maduro, y ni que decir tiene a la mujer madura. Quiérese que
toda joven que atienda al público tenga la carita de Briggite Bardot, y que todo joven
empleado sea el gemelo de Alain Delon. A los (y a las) mayores de treinta años, pero sin
llegar a la edad reglamentaria para el retiro legal, se les mira como a intrusos o como a
gente anacrónica. Particularmente en las nuevas oportunidades, en los nuevos empleos,
generalmente mejor retribuidos que los antiguos, el acceso está cerrado. Incluso para
aspirar a ciertas becas hay que tener la edad en que Romeo se resfriaba bajo el balcón de
Julieta78… Dícese que la justificación está en que quien a los treinta o treinta y cinco años
no se ha situado firmemente en la vida, no ha puesto ya los cimientos para una posición
buena y segura, será porque le han fallado otras condiciones esenciales, sean de carácter,
sean de eficiencia, sean de ambientación social.

Eso es falso de toda falsedad. Una persona puede reunir todo lo deseable y
necesario y, sin embargo aspirar a una posición mejor que la que ocupa, o puede querer
cambiar de empleo por diversos motivos. ¿Es justo que la fijación arbitraria de una edad-
límite, que la ley y la ciencia médica no establecen como posible impedimento, pueda
cerrar el paso a las aspiraciones y al deseo de superación? La sociedad invierte mucho
dinero y mucho tiempo en producir un médico, un ingeniero, un abogado, un maestro, un
oficinista, para que admita después el derroche de vida y de talento que supone
inmovilizarlos antes de los sesenta años.

Y por otra parte, ¿cuánto tiempo necesita de veras un profesional, incluso un


artesano o un obrero cualificado, un conductor de taxis, un policía, para hacerse con la
experiencia profunda de lo suyo, con el saber vivo, no libresco ni teórico? Sobre los
cuarenta años es cuando se comienza a ser útil de veras, porque es entonces cuando se
inicia la madurez. Este es un término que en otro tiempo valía como sinónimo de

76
Ahora nos deja claras las razones por las que recurre al subterfugio almanacal. Toreo del
calendario para sobrevivir.
77
Justo cuarenta y ocho años tenía Gastón Baquero al publicar este artículo y como no podemos
desprendernos de la carga autobiográfica ni para ir al baño, se justifica que al teclear nos
delatemos, a veces, en contra de nuestra propia voluntad.
78
Es una clara alusión de Baquero a la negativa que recibió por parte del entonces Instituto de
Cultura Hispánica a una de sus miserables becas; como en su día le ocurriera al que esto escribe
con el que ya era ICI y no porque le faltara juventud precisamente, sino indecencia sexual y
moral para ser incluido en la nómina de los cubanos gratos a la racista España para la cual
nuestros rasgos y apariencia son demasiado avasallantes por competitivos y superiores a la media
reinante en ese reino de las tinieblas y los malos rumores.

80
admiración, de respeto, de confianza. Hoy, no sabemos bien por qué, madurar es un delito.
Hay una proscripción laboral de los cuarentones en todo el mundo. No es de extrañarse si
paralelamente hay una baja mundial en la calidad del trabajo. Ese descenso no es
atribuible sólo a la sustitución del hombre por la máquina. Falta mano de obra experta, la
madurada en el horno del tiempo.

El Papa Juan XXIII, el canciller Adenauer y don Ramón Menéndez Pidal tienen
auténtica juventud y rica fecundidad para regalar a toda una muchedumbre de bailadores
de “twist”. ¿Por qué? Porque cuando ellos maduraron, nadie les cerró el paso. ¡Quién sabe
cuántas ancianidades fecundas estamos frustrando por esta manía de solicitar médicos
menores de treinta años y empleados que no hayan visto más vida que la de las pantallas
cinematográficas!

Viendo que le iba a resultar difícil ganarse la vida, Baquero se resignó a


mudarse a pensiones, peregrinando de una en otra, sin más equipaje que sus
grandes conocimientos. La última pensión en que se alojó estaba situada en la
Ave. Menéndez Pelayo, donde le visitó José Luis Castillo Puche informante
certero de este dato. Finalmente, viendo que su exilio se iba a extender, opta por
mudarse a un piso. Sus esperanzas de volver a Cuba pronto se esfumaban cada
amanecer. El 8 de agosto de ese mismo año, 1959, comenzó a residir en la que
fue su primera vivienda en España, sita en la calle Conde del Valle de Suchil, 4;
en el distrito postal Madrid 15. Desde esta dirección firmará la primera de las dos
colaboraciones que la limosna de Cela permitió a Baquero publicar en sus
Papeles de Son Armadans: Año IV, Tomo XV, Nº XLV, Diciembre (MCMLIX)
1959 (<<Ciro Bayo el de la vida en fracaso, ¿no sería el triunfador
verdadero?>>) y la segunda<<Tres Poemas>>: Año IX, Tomo XXXIV, Nº CI,
Agosto (MCMLXIV) 1964, habitando ya la que fuese su segunda vivienda en
España antes de mudarse a Antonio Acuña 5. Esta segunda morada de Baquero
se encontraba en la calle General Mola 3 de Madrid y aunque el nombre de la
calle no mola hoy en día, tampoco lo hace el hecho de que el mediocre y
adocenado poetastro boliviano Pedro Shimose, administrativo de cuarta categoría
en el ICI como todos los sudacas – el término pertenece al acervo cultural
xenófobo de España - por racismo, en su incompetencia y desamparo intelectual
dejó fuera en Magias e invenciones, edición que tuvo a su cargo, un poema
fundamental que debía integrar <<Poemas Africanos>>. Nos referimos a Ein
Klein Nachtreis (Según la leyenda africana el alma del durmiente va a la luna), y
que tampoco apareció en la primera edición de su Poesía Completa: Verbum,
Madrid, 1998. Estamos seguros que los lectores malignos de nuestra tesis Perfil
Íntegro de Gastón Baquero han dado la voz de alarma y ya aparecerá en la
segunda edición de Verbum que pronto estará en el mercado sin mencionarnos
como fuente de origen investigativo. Todavía para empeorar su trabajo y su
prestigio, porque reputación nunca ha tenido, el bolivianucho, Shimose, trocó la
fecha de nacimiento de Baquero colocando el mes de marzo donde debía ir el de
mayo, hazaña de burdel que nunca le perdonó el gran cubano junto con otras
conspiraciones en las que participó en conjunción con el gaucho miope, Blas
Matamoro, con la bendición de otros <<efebos>> de las letrillas morosas.
<<Mentecatos>> les llamaba Baquero.

81
Los poemas aparecidos en Papeles de Son Armadans fueron: <<Relaciones y
epitafio de Dylan Thomas>>, <<Los lunes me llamaba Nicanor>> y el ya
mencionado, que como tampoco se incluyó en la Poesía de las obras publicadas
por el Banco Central Hispano en 1995 preparadas por otro “sudaca” rastracueros
como los anteriores (Alfredo Pérez Alencart), lo reproducimos para evitar el
plagio de los aprendices de Gutenberg y discípulos de Carlos Alberto Montaner.

Ein Klein Nachtreis

(Según la leyenda africana el alma


del durmiente va a la luna).

Mi madre no sabe que por la noche


cuando ella mira mi cuerpo dormido
y sonríe feliz sintiéndome a su lado,
mi alma sale de mí, se va de viaje
guiada por unicornios y gacelas,
y toda la tierra queda abandonada,
y ya no pertenezco a la prisión del mundo,
pues llego hasta la luna, desciendo
en rojos ríos y en sus bosques de oro,
y pastoreo rebaños de tiernos elefantes,
y cabalgo los dóciles delfines de la luna,
y me divierto en el teatro de los astros
contemplando a Júpiter danzar, reír a Hyleo.
Y mi madre no sabe que al otro día,
cuando toca mi hombro y dulcemente llama,
yo no vengo del sueño: yo he regresado
pocos instantes antes, después de haber sido
el más feliz de los niños, y el viajero
que despaciosamente entra y sale del cielo
cuando la madre llama y obedece el alma.

82
CapítuloXII

Incansable, Baquero no paraba de ir de puerta en puerta buscando


colaboraciones en revistas y periódicos. A pesar de los desplantes, desprecios y
mezquindades, jamás renunció a la defensa de España ni a sus valores personales
– tal vez demasiado elevados para el medio -, ni a la ética profesional siempre
presente en su periodismo. El 17 de mayo de 1997, dos días después de la muerte
de Baquero, en su habitual columna de El Mundo titulada <<Los placeres y los
días>>, el racista Francisco Umbral denigraba a Gastón Baquero una vez más.
Incluimos ese testimonio porque da fe de cómo es cierto que Baquero tuvo que
mendigar colaboraciones – toda una vergüenza para España. Así se manifestó
Umbral, sobre quien volveremos más adelante:

Más que de la revolución de Fidel Castro parecía venir de La Cabaña del Tío Tom. Era
bueno y sabio como el Tío Tom y andaba por el Madrid de los primeros sesenta con su
elegancia de mulato grande, sus abrigos holgados (se los dejaba en herencia un marqués
más grande que él), su cartera/acordeón de ministro sin poderes de una revolución
incruenta, anticastrista, de embajador plenipotenciario de las repúblicas mulatas de la
intemperie, de periodista sin periódico y poeta sin musa, incidiendo en redacciones,
mendigando altivamente colaboraciones79, con esa altivez de voz humilde, que también
suben al cielo todos los negritos buenos.

Primerísimos sesenta, sí, y Gastón Baquero, que había sido un naipe duro en el
periodismo habanero e intelectual de Batista80, se encuentra con que Castro le cae muy
bien a Franco y a los comunistas, con lo que él se queda en gusanito de los que hacían cola
en Auxilio Social, calle de Santa Catalina, viviendo del caldillo de los cuarteles y la sopa
de los conventos, haciendo de gacetillero literario, como el Baudelaire de la negritud,
siempre alta la cabeza alta, por encima incluso de su gran estatura, que era la estatura triste
de los exiliados y los poetas malditos, que suelen salir contrarrevolucionarios, gusanitos y
niños equivocados en el juego atroz de la política, que les usa y desnivela para siempre.

Ha muerto tal que ayer o anteayer en Madrid, a los 79 años, lleno de una gloria
clandestina y como equívoca, o en todo caso equivocada. Me contaba que en La Habana le
había criado un aya negra vestida de Dama de Elche antillana que le decía <<Duérmase
vuesa mercé>>, y un niño que se ha oído llamar vuesa mercé desde rorro no puede dar
luego en revolucionario anticapitalista, estas cosas no las entienden los políticos, a ver81.

Pronto empezó a colaborar mucho aquí en Madrid y tuvo esa temporada de firmar
Margarita Alanís82, por no repetir el nombre o por multiplicados miedos del <<negro>> 83,

79
Este hecho, desafortunadamente verídico, debía ser más que suficiente para hacer avergonzarse
a una nación. Mas no se pueden reclamar ciertos valores donde no existen. Sobre eso tenemos
mucha experiencia y podemos dar fe, como en su día lo haremos.
80
Esto es una gran infamia, puesto que Baquero era ya una gran figura muy anterior a la
usurpación del poder por Batista.
81
Ya hemos dado a conocer los orígenes humildes de Baquero.
82
Lamentamos mucho la mala voluntad de Umbral pero a la vez justifica sin proponérselo el gran
valor de Baquero. Sólo una vez utilizó Baquero el pseudónimo Margarita Alanís. Fue en Mundo
Hispánico: 234, septiembre de 1967. La razón denigra más a España que a Baquero como quiere
Umbral. Este número extraordinario fue dedicado al poeta nicaragüense Rubén Darío, y para
vergüenza de España donde siempre se ha despreciado la literatura hecha en sus antiguas

83
el exilio, el que va contra el sistema (también contra el suyo) y el que se viste de ropero
del Auxilio Social o de herencia de marqués. En el <<Margarita Alanís>> (nombre cierto
de otra) estaba toda la clave de su misterio de poeta, que yo le saqué algunos versos en
Poesía Española84 y era como un Carpentier (mi otro gran amigo cubano) en verso, con
ese barroquismo de manigua recalentada y Siglo de las Luces ardiendo en el Caribe como
un galeón español de cien años (los siglos son galeones hundidos). Al salir de la tertulia
matutina del Gijón o Teide yo le llevaba a casa en taxi y él se sacaba de los bolsones del
abrigo heredado una botánica de yerbas y sándalos para mis catarros, más algunos
consejos de hechicero de tribu cruzado, ya digo, de Tío Tom. Qué gran poeta.

El único desbloqueo de Cuba, en estos últimos años, lo hicieron los poetas jóvenes
descubriendo a Gastón Baquero (cuando yo le publicaba versos era el socialrealismo y los
poetas decadentes, negros e ilustrados iban de Auxilio Social y abrigo prestado). Sabio,
provisto y nunca previsto en la conversación, tenía enfermedad de Europa como todos los
americanos, pero su cadencia culta y oscura era muy de oír. Fue un poeta secreto, un
gigante perdido, algo así como Baudelaire y la negra Juana Duval en una pieza. Ha muerto
en Madrid con aguacero. Duérmase, vuesa mercé.

Ni que decir tiene la indignación que este artículo de Francisco Umbral provocó
en todos los cubanos que conocimos, estimamos y admiramos al noble Baquero.
Incluimos la carta que envió el otro gran cubano, - que a tantos españoles
convirtió en poetas con sus críticas eruditas - José Olivio Jiménez al Sr. Manuel
Llorente, director de la Sección de Cultura de El Mundo. (Anexo I).

Insertado este artículo de Umbral que reafirma las humillaciones a que se vio
sometido Baquero durante su exilio en España al igual que nos ocurrió a nosotros
que terminamos a su vez por exiliarnos de la fusta ibérica en el Reino Unido,
antes de continuar con otros acontecimientos, hemos decidido incluir un artículo
que al respecto publicara Baquero en el Miami Herald (El Nuevo Herald,
suplemento en español), el jueves 12 de febrero de 1987.

Los semidioses y las cucarachas

Mario Vargas Llosas publicó el pasado 25 de enero un artículo titulado <<Matones en el


país de la malaria>> en el periódico El País, de Madrid, que bien pudiera estar firmado
por 280 millones de personas, es decir, por los hispanoamericanos todos, desde México
hasta Argentina, islas y Brasil incluidos.

colonias, no había colaboradores suficientemente preparados para cubrir las colaboraciones


exigidas para esta publicación.
83
Insistimos en que no era de mucho prestigio para la revista Mundo Hispánico, que un mismo
colaborador firmase dos veces en un mismo número. Esta práctica se hizo frecuente con otros
pseudónimos cuando se trataba de hablar sobre escritores o asuntos específicos de
Hispanoamérica. Es tradición en España menospreciar la literatura hispanoamericana a menos
que se rebaje a la condición de pornografía.
84
Este dato es también falso pues cuando Baquero publicaba en Poesía Española era director ese
gran caballero e intelectual español que fue José García Nieto por quien Baquero sentía una gran
estima. Estima que devolvía por igual García Nieto. Todo quedaba entre iguales. Figuras
elevadas.

84
Porque el escritor peruano ha puesto el dedo en la llaga, siempre sangrante e
insoportable, del menosprecio que de una manera casi absoluta sienten los europeos por
los hispanoamericanos. Y por supuesto, cuando digo europeos, me estoy refiriendo en
primer término a los españoles, que vienen a resultar los más criticables por este
menosprecio de unos países que, en lo malo como en lo bueno, fueron engendrados en su
configuración actual por España y por Portugal.

Vargas Llosa tomó razón para su artículo de la forma en que trataron los medios de
comunicación de España el suceso del secuestro del suceso del presidente del Ecuador.
Los europeos vieron en esa dramática peripecia nada más que uno de los tantos episodios
cómicos con que “Latinoamérica” contribuye a la diversión de Europa. Lo que en realidad
fue como dice Vargas Llosa, una lucha entre militares armados y civiles gobernando
democráticamente, se redujo para la óptica europea en un duelo entre matones. “Reducir el
semimotín ecuatoriano – dice Vargas Llosa – poco menos que a un pulso entre el ‘muy
macho Vargas’ y el ‘menos macho Febres Cordero’, es lo que resulta, más bien risible.”

Esta manera torpe y prejuiciosa con que nos miran los europeos no tuvo nunca razón de
ser, por muy alto que sea el concepto que de ellos mismos tengan. Cuando en el siglo XVI
se discutía si los naturales de América eran personas o bestias, Benvenuto Cellini, que
algo sabía de orfebrería, dijo refiriéndose a las muestras de oro trabajado por los
quimbayas: “Los hombres que han hecho esto no pueden ser llamados salvajes.”

Pero los europeos no asimilaron la lección, la advertencia, Antonello Gerbi tiene todo un
libro. La disputa del Nuevo Mundo, publicado en el Fondo de Cultura Económica de
México, dedicado a contar el proceso de esos prejuicios. Muy adelantado el siglo XIX, un
editorial del Times londinense repetía que en América todo ha degenerado. El elefante, el
león, el tigre, el camello, se presentan allí degradados en su grandeza, empequeñecidos y
subdesarrollados. La nómina de inferiorizaciones se cierra, naturalmente, con la
degeneración del hombre, que en América es el indio.

Arciniegas cuenta en algún escrito suyo el terror que sobrecogía a la señora inglesa
propietaria de una casa de huéspedes en Londres cada vez que él se acercaba a uno de los
finos sillones del salón. ¡Un colombiano cerca de un mueble elegante, qué peligro! Y
cuantos de nosotros vivimos en un país europeo, podemos contar cosas graciosísimas, bien
que a veces muy mortificantes. Recuerdo a una señora que asistió a una charla mía, y en
son de elogio me lanzó al despedirse este piropo: “¡Qué pronto ha aprendido usted a
hablar el español!” Sin inmutarme le dije del modo más versallesco que pude: “Señora es
que llevo cuatrocientos años aprendiéndolo.”

De anécdotas como ésta tengo un serón, o una jaba, o un cataurito, pero sé que los
franceses ganan a los españoles en lo de tener una visión “exótica” de América. El
cantante Charles Trenet contó en París, a su regreso de Montevideo, que era tanta la
admiración que sentían allí por él. Que cuando desembarcó fue recibido por el presidente
de Uruguay con todo su gabinete, quienes, guitarra en mano, cantaban a coro Le Mer.

El desconocimiento de la geografía y de la historia de América por los franceses puede


compararse con el de los españoles. Si usted dice con tono autoritario en París o en Madrid
que en la frontera que corre entre Guatemala y Uruguay hay guerrilleros, nadie mostrará
asombro. Un alumno mío, llegado de la Universidad, puso por escrito en un examen que
Costa Rica era un pequeño país “nacido de un desgajamiento de Bolivia.” Me impresionó
tanto esta fantástica geografía, que le di aprobado no fuera ser que en el fondo tuviera
razón.

Sobre esta inopia cultural se construyen artículos, editoriales y opiniones sobre


Hispanoamérica que, en la mayoría de los casos, no hacen sino confirmar lo que decía

85
Antonio Machado de sus compatriotas: desprecian cuanto ignoran. Sus prejuicios no les
sirven para aquello que decía Eugeni D´Ors que debieran servir, para apoyarse en ellos
como en el primer peldaño de una escala, sino que les sirven para armarse de una soberbia
jupiteriana y de una infalibilidad que ya quisiera para sí el Pontífice Supremo.

En el terreno intelectual, nos miran a los hispanoamericanos como a unas grandes


cucarachas, y se sorprenden cuando uno de nosotros dice algo medianamente inteligente,
con la misma estupefacción que produciría oír a una vaca cantar Aída. Por definición ellos
son listos y nosotros obtusos; ellos geniales y nosotros onagros. Pero como tienen buen
corazón nos tratan con condescendiente afecto, nos perdonan la vida; y como decía Arturo
Rubinstein, no nos quieren para nada a los extranjeros, pero nos dejan asistir a su vivir.”

Los prejuicios creados en los siglos XVI y XVII se mantienen casi intactos en nuestros
días; son muy leves las modificaciones. Por ejemplo: ya saben que no somos caníbales y
que el taparrabos quedó en las playas. Pero con la natural excepción de quienes conocen
de cerca y de veras a Hispanoamérica, lo más frecuente es “detectar” un paternalismo
compasivo, una generosa tregua momentánea de la suficiencia y de la superioridad que el
solo hecho de haber nacido en la tierra de donde salieron las carabelas les fue concedida
por el cielo a los españoles.

¿Cuándo cesará este malentendido entre los europeos en general y los


hispanoamericanos, y especialmente entre los españoles y los hispanoamericanos? Pienso
que en un par de siglos más la situación puede cambiar a mejor. Y es hasta posible que la
multiplicación de las corrientes turísticas en las dos direcciones, y el enorme potencial de
latente humanización que hay en los medios de comunicación y de información, realicen
el milagro y disuelvan los complejos de superioridad, tan pocas veces justificados y tan
ridículos siempre.

Viendo estas injusticias, propias de la mezquindad humana, que tanto


prevalecen en nuestros pueblos, alguien da un paso al frente y saca la cara por “el
negro apestado”, por “el gusano”. Por entonces trabajaba en el Instituto de
Cultura Hispánica D. José Rumeo de Armas, hermano de D. Antonio Rumeo de
Armas, de la Real Academia de la Historia. Mencionamos al historiador porque
suele ocurrir con frecuencia que se conoce más a una figura que a otra. Pues bien
D. José Rumeo de Armas toma cartas en el asunto y decide adoptar bajo su tutela
a Gastón Baquero. Se lo lleva a trabajar al Instituto de Cultura Hispánica. Es de
agradecer y mucho el gesto, pero el rigor y la ética nos obliga a atenernos a la
verdad. El salario de Baquero allí, nunca estuvo al nivel de los funcionarios
españoles. Siempre muy por debajo. A Radio Nacional de España entró gracias a
Gerardo Diego, que junto con Camilo José Cela eran los dos que más ganaban en
esa institución. También el sueldo de Baquero allí fue una miseria comparado
con el de sus colegas españoles.

Estamos ya en 1962. Esta endeble economía obliga a Gastón Baquero a buscar


colaboraciones allende los mares entre sus compatriotas de mala sangre y peor
cepa. Todos ellos racista gusanera de muy malas entrañas y aliados del
Imperialismo Yanqui. Anexionistas vende patria. La autodenominada Bohemia
Libre - de negros - lo recibe en el Nº 80 del 15 de abril de 1962 con esta filípica

86
entronizada delante de su ensayo como si le hicieran un gran favor admitiéndolo
en sus páginas y acusándolo de comunista sólo por defender la verdad:

Nota de Redacción

Acogemos sin reservas en Bohemia Libre este certero ensayo de Gastón Baquero, uno de
los grandes de las letras cubanas. Ensayista, polemista 85, hombre de firmes principios
conservadores, Baquero ha defendido siempre sus convicciones con un coraje y una
dignidad que nadie podrá menos de admirar. Por eso – por esa fidelidad a sus ideas y por
su altura y valor con que las ha sostenido – ha merecido siempre el respeto de quienes más
fuertemente discrepan de él. Baquero se halla hoy exiliado en España, como tantos miles
de cubanos lo estamos en otras partes. Su colaboración en Bohemia Libre no debe pues,
extrañar a nadie. Nunca hemos renunciado ni renunciaremos a dar cabida en nuestras
páginas a las opiniones y conceptos de aquellos que, con el alma puesta en Cuba y en el
bien de la humanidad, sepan – como sabe Baquero – expresarlos con nobleza, belleza y
responsabilidad.

Es para quedarse pasmados y temblando por el futuro de Cuba el contenido de


estas palabras arrogantes, racistas y anexionistas de quienes han sacado y sacan
partido de todas las situaciones dentro y fuera de Cuba, sobre todo explotando a
sus compatriotas en situaciones más desfavorecidas. Dios guarde a la isla del
potencial retorno de sus cadáveres o descendencia y a nosotros nos mantenga
bien lejos de su influencia sin duda alguna siempre negativa, perniciosa y
perjudicial.

No contentos ni satisfechos con esta tamaña grosería, en el Nº 108 de octubre de


ese mismo 1962, en el año 54 de la autodenominada segunda etapa, como reflejo
de sus divisiones y caudillismos internos, aparece un artículo de dimensiones
ridículas, denigrantes e irrespetuosas firmado por Enrique Ros, entonces Primer
Coordinador Nacional del Movimiento Democristiano de Cuba. La
rimbombancia y el estruendo del título ya debían servir para avergonzar al que lo
ostentaba y que se atrevió en su ignorancia y mala fe atacar a Gastón Baquero
con su panfletario artículo<<Respuesta al Señor Baquero. Hablar sin ton ni
son>>.

El agresor arremete tan ferviente como descabellada e irracionalmente en su


egocentrismo contra el documentado ensayo publicado por Baquero en el Nº 102
de la susodicha Bohemia Libre – de opiniones autorizadas – del 16 de septiembre
de ese año, titulado <<La piedra en el lago>>. Debemos añadir que este mismo
Enrique Ros que sigue viviendo del cuento y de explotar a sus ingenuas víctimas
compatriotas, como su amigo Carlos Alberto Montaner, que es el autor que más
vende en Miami y el filón felón de Juan Manuel Salvat, el dueño de la editorial

85
Polemista en este contexto especial de cubanos aliados a EE. UU., a precio de empeñar la
potencial independencia Cuba, significa defensor de la verdad y la libertad desde todos los
ángulos y contra toda ingerencia foránea, sea ésta americana o europea.

87
Universal de esa ciudad, madriguera y refugio de la vanguardia fascista cubana.
Por esa razón Salvat nunca sacó a la luz la edición sobre Baquero que le
entregamos y que anuncia en su catálogo: La erosión del Silencio. En ella se
recogen ensayos publicados por Baquero en Bohemia Libre y que dicen la verdad
sobre las implicaciones del Imperialismo Yanqui en la ascensión de Castro al
poder.

A la par que esto sucede, algunos diarios le entreabren sus puertas. Entre 1964 y
1966 publica algunos artículos de gran calidad en Arriba. Ya aceptó
colaboraciones de Baquero entre 1960 y 1968, gracias a la mediación de nuestro
gran amigo y maestro Manuel Calvo Hernando que en 1966 era redactor jefe de
ese prestigioso periódico. Fue el Órgano Oficial de los Requetes el periódico que
más se benefició del talento del cubano, que publicó con bastante frecuencia
entre 1969 y 1971. Esto se debió a la clarividencia y ausencia de mezquindad
durante la etapa de director de El Alcázar de D. Lucio del Álamo Urrutia, tras
una interesante carta que le enviase Baquero y que se convirtió en su primera
colaboración en ese diario. Cesó en sus funciones D. Lucio del Álamo el 25 de
enero de 1971, sucediéndole en el cargo de director de Alcázar, Antonio Gibello
García, que no permitió a Baquero colaborar más allá del 30 de julio de ese
mismo año, 1971.

Con no poca aflicción, vemos como las más de las veces las colaboraciones
estuvieron subordinadas al criterio irracional de los caciques al mando de las
publicaciones. Una España que siempre ha visto con simpatías a un Castro,
supuesto vengador del arrebato por parte de los yanquis de la golosa y preciada
colonia que fue Cuba. No olvidar el omnipresente <<más se perdió en Cuba>>.
La sociedad española por disfrutar durante un período más breve una dictadura
derechista que el que dura la dictadura comunista de Cuba, ve la panacea
universal en una extrema izquierda. Tendencia del mundo hispano que en su
irracionalidad padece lo que el propio Lenin define como “Infantilismo de
Izquierdas”.

Informaciones aceptó como colaborador a Baquero entre 1961 y 1967.


Nuevamente verificamos como una vez más salido del cargo de director de
Informaciones D. Miguel Ángel Gózalo, su sucesor Jesús de la Serna no permitió
la publicación de un solo artículo a Baquero.

En septiembre de 1963, Pueblo publicó ocho artículos de Gastón Baquero,


todos sobre el tema del racismo. Por supuesto que en ninguno hacía alusión el
gran periodista cubano de la discriminación de que él era objeto. Siempre sumiso
y leal a España.

Sin embargo el capítulo más negro y denigrante del periodismo de Baquero en


España lo protagonizó D. Manuel Aznar, siendo director de La Vanguardia
Española. Parece ser que D. Manuel era un buen seguidor de su padre que hizo y
deshizo en Cuba todo tipo de tropelías y desmanes. El entonces director de La
Vanguardia Española chantajeó a Baquero del mejor de los modos. Primero le

88
puso la condición de que para publicarle algo que pudiese afectar al prestigio de
la revolución de Castro, tenía que firmarlo bajo pseudónimo. Segundo, don
Manuel Aznar pagaba a 400 pesetas las colaboraciones a Baquero, mientras que
a los colaboradores españoles y blancos les pagaba 1000 pesetas por el mismo
trabajo o tal vez de peor calidad y ética.

Así las cosas, el sábado 14 de mayo de 1960 – día de la primera colaboración de


Gastón Baquero – aparecía en la página cinco de La Vanguardia Española, la
siguiente promoción:

Alcides Vallano86 una gran pluma cubana, inicia hoy en La Vanguardia, la publicación
de una serie de ¡Cuatro artículos! Acerca del proceso político cubano.
Bajo la Jefatura de Fidel Castro
Es una exposición insuperable del momento político que Cuba está viviendo.

Página 19

D. Manuel Aznar fue prodigo en generosidad, permitiéndole publicar a Baquero


un total de veinte artículos, que en realidad fueron veinte valiosos ensayos87. De
esas veinte colaboraciones, las primeras seis fueron firmadas por Alcides Vallano
y el resto por Gastón Baquero. Este cambio abrupto de don Manuel Aznar no se
debió a una renuncia a sus practicas racistas contra “el negro cubano”. Una de las
tantas crisis diplomáticas entre la Cuba castrista y España tocó de cerca a
un amigo del ínclito director de ese periódico, que siempre fue y ha sido catalán,
y que en ese momento lo llamaban español: La Vanguardia Española. No
perdemos las esperanzas de ver un día no muy lejano a ese periódico convertido
en La Vanguardia Catalana con su equivalente La Vanguardia de Euskadi, una
vez que los pueblos vascos y catalanes consigan desprenderse de la metrópoli
española y enfocar su rumbo por la vía de los logros de la revolución cubana.

En el Instituto de Cultura Hispánica, Baquero desarrolló una importantísima


labor. Allí tuvo oportunidad de desplegar todo su talento y conocimientos –
miseria de salario aparte. Todos los asuntos de Hispanoamérica los ventilaba él.
Cuando asumió la dirección el Duque de Cádiz, Baquero se convirtió en un
factótum. Desde indicarle a Su Alteza – así se dirigía a Alfonso de Borbón –
dónde quedaba el Paraguay, hasta darle su opinión para la votación en los
premios Cervantes. Opinión que de nada servía, puesto que el Duque de Cádiz
siempre se dejaba intimidar por los capos del jurado. Veamos cómo da fe de esto
Gastón Baquero en su artículo <<El prejuicio y la política en el Premio

86
Baquero asumió este pseudónimo para honrar a un “negrito” que luchó junto a Bolívar por la
independencia del Perú.
87
Varios de esos ensayos por su gran valor literario e histórico están recogidos en nuestra
edición: La erosión del silencio (Ediciones Universal Miami), que nunca verá luz por la envidia y
el rencor de la gusanera cubana, aliada de los imperialismos yanqui y europeo.

89
Cervantes>>, publicado en el diario puertorriqueño El Nuevo Día, el 30 de mayo
de 1993:

El Premio Cervantes fue concedido este año a la poetisa y novelista cubana Dulce María
Loynaz. Los críticos españoles, en su mayoría, tomaron a mal el veredicto por considerar
que es una poetisa prácticamente desconocida. Desde que fue creado el Premio Cervantes,
en tiempos de Franco, se proponía el Ministerio de Cultura (adscrito entonces al de
Educación) hacer de ese galardón “el Premio Nobel de la literatura en lengua española”.
Esa finalidad no se ha conseguido, a pesar de que económicamente ambos premios andan
muy cerca uno del otro. Son parecidos también en las polémicas que por lo general
suscitan los laudos de los jurados. No quiero entrar ahora en la pésima reglamentación de
ambos. De eso se hablará otro día. El Premio Cervantes de este año fue a parar a manos de
la poetisa y novelista cubana Dulce María Loynaz, nacida en la La Habana el 10 de
diciembre de 1902.

Los críticos y comentaristas españoles, en su mayoría, tomaron a mal el veredicto. En


ocasiones se ha llegado hasta el insulto de decir que ese premio ha quedado destruido,
aniquilado ya por ir a las manos de una poetisa prácticamente desconocida por los críticos
españoles de hoy. En verdad nadie esperaba el resultado, porque de sobra se sabe que los
premios literarios españoles son concedidos, casi siempre, por motivos que tienen muy
poco que ver con la literatura. Predominan las capillas, los bandos, el amiguismo y el
enemiguismo. Este año el debate que se produjo tuvo como eje, no los méritos de los
candidatos españoles e hispanoamericanos, sino la lucha a brazo partido entre el Premio
Nobel Camilo José Cela, hombre combativo, y el Ministerio de Cultura. Hoy rige ese
ministerio el señor Sole Tura, quien heredó y aceptó, por lo que se ve, el fiero debate entre
el Premio Nobel y el ex ministro Jorge Semprun, en cuyo período se acentuó la querella –
iba a decir la reyerta – entre Cela y el ex ministro Solana. Por el combate diario del
periódico ABC contra el gobierno socialista, el poderoso diario se colocó desde el
principio junto a Cela y en contra del Ministerio.

Cuando se le otorgó el Cervantes a la grande, a la inmensa María Zambrano, el ABC


publicó la noticia afirmando, bajo los retratos de Cela y del Ministro Semprun, que el
premio se le había dado a la pensadora “por razones políticas” y por decisión del Ministro,
como si María Zambrano no tuviese una obra que justificaba y aun exige cien veces el
Cervantes88. Todo el mundo sabía, además, que la candidatura de María Zambrano fue
presentada por el mejicano Carlos Fuentes, ganador el año anterior y con derecho por ello
para presentar una candidatura, este año, con Ministro nuevo, los partidarios de Cela
daban por seguro que el Cervantes sería para el autor de La familia de Pascual Duarte.
Tras él, en la lista de las conjeturas, venía Miguel Delibes, presentado de nuevo aun
cuando él obtuvo el Cervantes en la primera etapa de ese premio. La Lucha entre los dos
candidatos llegó a tal punto, que en ocho votaciones sucesivas el jurado no lograba tomar
un acuerdo. Es en ese momento de impasse, de callejón sin salida, cuando surge por boca
del poeta cubano Pablo Armando Fernández que formaba parte del Jurado, el nombre de
Dulce María Loynaz.

Esta candidatura de transición para romper el círculo vicioso, produjo una especie de
motín entre el jurado. Algunos señores se fueron, huyeron, para decirlo finamente, y otros
se rompían la cabeza averiguando quien era esta señora 89. Olvidaban que ella fue

88
Es bueno aprovechar esta ocasión para hacer resaltar la objetividad que siempre estuvo
presente en los enjuiciamientos de Baquero, marcado de facha por la estulticia de la progresía
española. Siempre veló por los auténticos valores poniendo a un lado las ideologías y la política.
89
Esto confirma, una vez más, lo que ya hemos mencionado sobre la ignorancia voluntaria por
parte de España de los valores literarios de Hispanoamérica.

90
propuesta para el Cervantes por la reaparición pública de una poetisa que llevaba más de
veinticinco años en ese exilio interior, el inxilio, que el régimen reserva para quienes están
allí pero no son obsecuentes. Dulce María reapareció al iniciarse esa modificación, no sé
si espontánea o impuesta por las circunstancias que consiste en renunciar el régimen al
totalitarismo estalinista en materia cultural. Es una imitación más de lo ocurrido en la
antigua URSS al echar andar Gorbachev su perestroika. El novelista Denisvon contó el
terror que le acometió una mañana al ver acercarse a su casa uno de los siniestros coches
negros del Partido.

Pero el terror desapareció cuando del coche bajó una señora elegantemente vestida.
Risueña, simpática, que tocó en la puerta del novelista, pero era que traía en las manos un
ejemplar de una obra del señor, y venía a pedirle su autógrafo. Era Raisa. Pero de lo que
quiero hablar, ya lo dije, es de la mala acogida que ciertos medios de comunicación
tuvieron para Dulce María entrando en la nómina del Premio Cervantes. Es muy posible
que resultara tan fuerte la sorpresa, que no tuvieron tiempo para reponerse, asimilar, y
serenarse. ¡Quién iba a pensar que una hispanoamericana (desconocida para ellos, claro)
iba a llevarse para su tierra indígena el suculento premio! Muchos tragaron hiel, y se les
vio la mala encaradura en la crueldad del comentario90.

Para que sirva de consuelo a quienes se sientan heridos ante la pésima prensa que
acompañó el triunfo indirecto o por carambolas (expliqué en su momento que el jurado
acertó por casualidad y contra su voluntad, pero acertó, porque Dulce María Loynaz se
merece el premio), voy a citar, para terminar, dos hechos relevantes. El más importante,
quizás el más fecundo de los humanistas españoles del siglo, Juan David García Bacca fue
presentado para el Premio Príncipe de Asturias en el apartado de humanidades; pues bien,
ese año tuvo el jurado el rostro de darle el premio, ¡a una estación de radio del Brasil! El
otro hecho, en el que tuve cierta participación, está relacionado con el Premio Cervantes,
la primera vez que se concedía en su segunda etapa, la actual. Tenía voto en el jurado el
Presidente del Instituto de Cultura Hispanoamericana, el actual ICI. Ese presidente era el
Duque de Cádiz, con quien trabajaba yo, dentro del Instituto, en su Gabinete Técnico. Este
hombre tenía confianza en mis asesoramientos. Me pidió un día que le preparara su voto
para el jurado del Cervantes.

Revisé la lista de candidatos, y vi que figuraba allí, presentada por cinco academias, nada
menos que Juana de Ibarborou, a la que muchos daban por desaparecida. Naturalmente
preparé la propuesta del Duque favoreciendo la candidatura de la gran uruguaya. Pero
como también estaba presentado, por la Academia Argentina, (cosa rara) el gran poeta
español Jorge Guillén, lo lógico, lo razonable era el voto ex aequo, y le subrayé que no
podía él, presidente del Instituto, dejar de votar por Jorge Guillén, lo lógico, lo razonable
era el voto ex aequo. Quedó muy contento, y salió para el lugar de votación, que era, es, la
Real Academia Española de la Lengua. Naturalmente, el nombre de Juana de Ibarborou no
figuró para nada en el veredicto.

El premio fue para Jorge Guillén. Era el Duque hombre tan correcto y considerado con
sus subalternos, que el otro día me llamó a su despacho para darme una explicación.
“Sentí mucho, amigo Baquero, no poder seguir su consejo. Pero Fulano, Zutano y

90
Esto no debe sorprender a nadie. La animadversión hacia el talento y la dignidad cubana es
tradición en España. Sobre Cecilia Valdés, la obra cumbre de la literatura cubana, escrita por
Cirilo Villaverde, Benito Pérez Galdós, comentó que no “creía a un cubano capaz de escribir algo
así”. Nosotros mismos siempre hemos sido rechazados y condenados al hambre al punto extremo
de vernos obligados a solicitar asilo en el Reino Unido debido a nuestra desesperada situación de
persecución política que amenazaba con exterminarnos físicamente, ya que intelectual y
humanamente hablando nunca hemos existido para “el déspota íbero”. Fuimos borrados, hechos
desaparecer desde el inicio, cuando el destino cruel nos llevó a naufragar en esas costas sucias y
contaminadas.

91
Perencejo, (aquí tres nombres ilustres, fallecidos todos a estas fechas) me esperaron en la
acera, y nada más bajarme del coche, me acorralaron y me dijeron que “habían acordado
por unanimidad para no herir a Guillén, y me pedían que mi voto lo uniera al de ellos”.
Debo aclarar, como dato anecdótico, que el Duque de Cádiz era hombre más bien tímido,
y se apocaba ante los prestigios de “los grandes”. “No me atreví a sacar el papel que usted
me preparó: perdóneme”, dijo.

Y yo le respondí: “No se preocupe Alteza, usted no tiene que darme explicaciones,


aunque agradezco su delicadeza. Conozco muy bien la técnica de esos señores para salirse
con la suya. Son cabilderos y manipuladores de los premios, de los jurados, y del
pipisigallo”.

Así humillaron a la insigne Juana de Ibarborou, una anciana gloriosa que moriría dos o
tres meses después, sin el reconocimiento que tanto merecía. ¿Cómo asombrarse, después
de estos ejemplos, de la cólera de los muñidores que no pudieron dar el Cervantes de este
año a quien ellos querían? Muy a su pesar vieron escapar de sus manos, para aterrizar en
el Caribe, el asediado galardón.

Año tras año figuran entre los candidatos al Cervantes, inútilmente presentados por las
academias americanas correspondientes, nombres que merecen un respeto, una justicia.
Está tan mal hecho el reglamento, que figuras como las de Ángel Battistesa, Pedro Grases,
Jorge Agustín Balseiro, Alfredo Pareja Diez-Canseco, y cien más, no reciben del jurado
del Cervantes ni una mención de cortesía, de reconocimiento. José Agustín Balseiro, por
citar un caso escandaloso, muere con la amargura de verse siempre citado entre los
derrotados, entre los no premiados, como murió el gran Julio César Chávez, de Paraguay.
Dulce María Loynaz viene a reivindicar a los grandes olvidados de Hispanoamérica.

No olvidemos que el cuadro de José Martí que colgaba en la estancia de trabajo


de Gastón Baquero había sido rescatado por éste del contenedor de la basura del
Instituto de Cultura Hispánica, donde fue arrojado por orden expresa del duque
de Cádiz, que justificaba su acción alegando que “por culpa del Martín ese
perdimos a Cuba”.

92
Capítulo XIII

Gastón Baquero no era ningún desconocido en España. No existió español de


relevancia con valores éticos y literarios que lo ignorase. Sólo se le volvió la
espalda cuando el español resentido sucumbió al canto de sirena de Castro que
los vengaba, según pensaban ellos, de la pérdida de Cuba. Un buen ejemplo de
este reconocimiento lo encontramos en el artículo que publicara Nazario G. Seco
el 20 de septiembre de 1950 en el diario Faro de Vigo de esa ciudad gallega,
donde define muy bien al cubano, y que ya hemos insertado en el capítulo VII

Dos años antes de publicarse este artículo de Nazario G. Seco, que tan bien
define a Baquero, la revista Mundo Hispánico publicó en su número 1 de febrero
de 1948, en la sección <<Señores con pasaporte>>, la fotografía del cubano que
había venido a España por primera vez en noviembre de 1947, para participar en
el <<Congreso Cervantino>>, con la ponencia: <<Sancho como esteta>>.

En 1954 también Mundo Hispánico, recoge un artículo y un poema de Baquero:


<<Nacimiento de Cristo>>, en su número especial dedicado a Cuba y que era
suplemento al número 71. El artículo de Baquero se titulaba <<Diario de la
Marina>>.

No salió nunca de la pluma de Baquero nada que no fuera una loa para España y
la hispanidad. Nunca pronunció una palabra para agraviar sus raíces. A cambio
se multiplicaban los Manuel Aznar, los Celas y los Umbrales o se premian a los
Cabrera Infanta o a las Zoé Valdés.

Francisco Umbral llegó a declarar en público que Castro había enviado a tres
monos para entretener a los españoles durante la dictadura franquista. Los tres
negros eran: el boxeador José Legrá, el cantante Antonio Machín y Gastón
Baquero. Olvidaba Umbral que había sido Baquero quien le había enseñado a
puntuar, que mientras su hijo se moría y él no lo visitaba, Gastón Baquero iba
diariamente a verlo desde el Instituto de Cultura Hispánica hasta lo que es hoy la
<<Fundación Jiménez Díaz>>, a acompañar la soledad de la madre (España)
sacrificada y maltratada por el marido, y a llevarle caramelos al niño abandonado
por el progenitor. Cela, ese feroz y sañudo censor franquista, en su gallarda
cobardía escribe una carta a su paisano, Castro, para reivindicar la defensa del
idioma español, desde su confortable habitación del hotel <<Habana Riviera>>,
donde pastaba de chulo a cuenta del hambre del pueblo cubano, cuando se prestó
a ser miembro del jurado del premio <<Casa de las Américas>> en 1965.

Mencionar todas las publicaciones periódicas en que colaboró Baquero en


España, anterior y durante su etapa de exiliado, es algo que no concierne a esta
nota biográfica, puesto que existe un capítulo (V) de nuestra tesis doctoral Perfil

93
Íntegro de Gastón Baquero, dedicado por entero a su bibliografía. De modo que
demos a conocer otras facetas y actividades del poeta cubano.

No paraba Baquero en sus incesantes actividades. Una conferencia en Burgos,


una charla en el <<Centro Cubano de España>>, una disertación erudita en La
Fundación Universitaria Española y mucho más.

Por fin llega algo de reconocimiento. En el año 1962 se le concedió el Premio


<<Fraternidad Hispánica>> correspondiente a 1960, el más importante de
aquella época. El día 14 de marzo de 1962, el diario ABC publicaba la noticia del
siguiente modo:

Don Gastón Baquero Obtiene el Premio <<Fraternidad


Hispánica>> 1960

El jurado en virtud de sus atribuciones, eligió una colección de


trabajos que no habían sido presentados al certamen
El galardón estaba dotado este año con cien mil pesetas

Las deliberaciones que han precedido a la concesión a don Gastón Baquero del premio
<<Fraternidad Hispánica 1960>> han sido laboriosas. El Jurado se atuvo a cláusulas que,
tanto por el valor espiritual (o dicho más modestamente, histórico) del Premio, cuanto por
su extraordinaria cuantía, impresionaban a los hombres que, a solas, meditaron, y luego,
conjuntamente, en dos largas sesiones, arguyeron, y, con pleno sentido de la justicia,
finalmente decidieron. La política volandera no pudo influir en su fallo. Estaban
gustosamente sujetos a las condiciones que el ilustre Fundador del Premio – cien mil
pesetas a una labor periodística anual de confraternidad hispánica – les había impuesto. Y
se las había impuesto con tanta naturalidad, fe y flexibilidad en los designios que esa
misma confianza explícita obligaba al rigor. Lo proclamamos como homenaje al munífico
compatriota que, a través de las columnas de ABC, desde su lejano y oscuro aislamiento,
aspira a perpetuar la grandeza de esta sencillísima constante histórica: la hermandad del
mundo hispánico. Interpretar fiel y correctamente, en cuanto ello es posible, el noble
pensamiento del Fundador de este Premio nos parece honrosa tarea, y también creemos
que es honrosa y digna del ideal de <<Fraternidad Hispánica>>, la concesión a don
Gastón Baquero de este Premio. Gastón Baquero, en los diarios Ya, La Vanguardia
Española y ABC, donde regularmente colabora, ha consolidado en el año 1960 el claro
renombre que tenía de antiguo en toda la América de origen español 91. Como escritor y
como hispanista92. Es un gran escritor de América que siente y que ha sentido siempre los
viejos latidos de la raza, perpetuamente remozados, perpetuamente rejuvenecidos,
perpetuamente vinculados con nosotros.

91
Volvemos a dejar bien claro que Gastón Baquero nunca fue amigo de la América del Norte y
que su nombre fue sinónimo de autoridad en la América hispana.
92
Entendemos que el adjetivo “hispanista” es el que mejor define al Baquero de todas las etapas
No renunció nunca a ese hispanismo, ni aun siendo víctima de los dardos de la mezquindad y las
flechas de la alevosía hispana.

94
Ese mismo 14 de marzo de 1962, el diario ABC publicaba una breve entrevista a
Gastón Baquero.

Entrevista con Gastón Baquero

Cuando el Jurado del Premio <<Fraternidad Hispánica>> firmó el acta de su resolución,


Gastón Baquero acababa de llegar de un viaje a Asturias. Fue allí con José Ignacio Rivero,
el director del Diario de la Marina, de Cuba, que quiso visitar Villaviciosa, solar de sus
ascendientes. En las primeras horas de la noche, que fue cuando lo buscamos, Gastón
Baquero debía atender algunos asuntos ineludibles. De modo que llegamos hasta él en el
preciso momento en que salía de su casa, y con él pudimos hablar durante los minutos que
invierte un taxi en ir desde el principio de la calle del General Mola hasta el hotel Palace.

¿A quién descubrir ahora que Gastón Baquero es un periodista extraordinario? Como


además, es un gran poeta, guarda el lirismo para su poesía, y deja para el periodismo el
acento lógico, del que todos estamos tan necesitados. El concepto de la Hispanidad, tan
caro a Gastón Baquero, ha sufrido la plaga de los mil y un adjetivos. Pues bien: Gastón
Baquero es periodista de sustantivos.
.
- Es menester vivificar y actualizar constantemente el concepto de la Hispanidad. No tanto
en bien de España como a favor de los países hispánicos.

- ¿Podemos decir que es ese el denominador común de los numerosos artículos que le han
valido a usted ese premio?

- Exactamente. Los males de los países hispanoamericanos vienen del querer salirse de la
órbita hispánica. No es posible atentar impunemente contra las propias raíces vitales,
contra el propio ser. O lo que es lo mismo: los pueblos no pueden improvisar un perfil
histórico a cada momento. Y esto no es sentimentalismo o cosa semejante. La
supervivencia de los pueblos hispánicos solamente es posible dentro de la Hispanidad.

- Cambiamos de tema: Tenemos entendido que usted es ingeniero agrónomo.

-Sí. Y licenciado en Ciencias Naturales93. Pero todo esto ha ayudado mucho a mi vocación
de escritor y aun de poeta. Recuerdo que una vez, de estudiante, hice un poema, bastante
eufónico, titulado <<Fábula de Rejalgar y Oropimente>> 94.

Suponemos que al lector le hará también mucha gracia el título. Rejalgar y oropimente
son sales, y es asunto de las ciencias de la Naturaleza. Y así, sucesivamente, Gastón
Baquero fue aprobando sus asignaturas…

93
Con esta respuesta de Baquero queda esclarecido el error que se ha venido repitiendo
continuamente con respecto a sus titulaciones y sobre lo que ya habíamos llamado la atención.
Siempre se le otorga el título de Doctor en Ciencias Naturales. Conociendo la idiosincrasia
cubana e hispana, en general tan dada a las titulaciones y al anillo de graduado, siempre nos
pareció muy extraño que se le nombrase públicamente por Ingeniero y no por Doctor.
94
Como todo escritor, Gastón Baquero se repite en aquellos puntos que marcaron su lanzamiento
o su inspiración. Esta anécdota la vemos repetida en muchas entrevistas.

95
-Quiero aprovechar este momento para agradecer la acogida afectuosa que siempre me
han dispensado las publicaciones españolas95.

El taxi, por fin llega al Palace sin dar tiempo a más. Saludamos a José Ignacio Rivero, y
nos despedimos.

Pero ese 14 de marzo de 1962, el ABC, se volcaba por completo sobre Baquero
y fue más lejos, publicando una pequeña reseña biográfica que aunque no
modifica lo que ya hemos aportado, creemos de interés añadirla:

Datos biográficos

Gastón Baquero nació en Cubamén96, en la provincia cubana de Oriente, en el año


191897. Estudió ingeniería agronómica y luego se doctoró en Ciencias Naturales 98. Al
mismo tiempo siente la inquietud de las letras y de la poesía, y sobre todo la gran
inquietud del periodismo 99. Sus primeros poemas y sus primeros editoriales, por decirlo
así, encontraron asilo en las libretas de Química 100.

En 1937 publica su primer ensayo, titulado <<Monólogo de Don Quijote>> 101, y también
en aquel año ingresa en la Espuela de Plata, un grupo literario de algún fuste 102, que
inmediatamente le publica varios ensayos y trabajos. Entre ellos <<Antonio Machado y el
Barroco>>103. Gastón Baquero gusta también de las traducciones. Pero de las traducciones
como verdadero trabajo de creación104, cuando se posee no solamente la letra, sino
también el espíritu de aquella lengua extraña que vertemos a la propia. Entre sus primeras
traducciones está la de <<Los hombres huecos>>, de T.S. Eliot.

95
Siempre elegante en su decir y actuar, Baquero jamás dejó traslucir un gesto de resentimiento.
Es lo que podríamos definir como la mentira ética.
96
Nombre indígena de Banes.
97
El error sobre la fecha de nacimiento de Baquero no se ha subsanado hasta el presente.
98
Vemos repetirse el mismo día y en la misma publicación el error contradictorio sobre la
titulación de Gastón Baquero, que como él mismo dijese en la entrevista concedida para esta
ocasión, cursó estudios de Licenciatura en Ciencias Naturales y no de Doctor.
99
Otro gran error, puesto que Baquero fue al periodismo por necesidad y no por vocación, lo que
no le impidió ser una figura excepcional de esa profesión.
100
Esta hermosa metáfora define bastante bien la realidad, aunque ya Baquero se había iniciado
en el mundo de la poesía en su pueblo natal, aun cuando no supiese escribir apenas.
101
La veracidad de este dato no la podemos confirmar puesto que es harto sabido que como
exiliados del régimen de Castro no podemos tener acceso a lo que se retiene en La Habana. En la
época en que conocimos personalmente a Baquero, muchas veces prefería no hablar demasiado
de su vida en Cuba, actitud que comprendemos cabalmente, puesto que nos ocurre algo similar.
Cuando algo duele demasiado lo mejor es silenciarlo.
102
Debemos aclarar que Espuela de Plata fue una revista literaria de la Universidad de La
Habana, pero no dio origen a ningún grupo específico, aunque es cierto que tenía prestigio y
calidad como publicación.
103
Nuevamente debemos aceptar estos datos sin verificación posible por las razones que ya
hemos expuesto en más de una ocasión.
104
Ya conocemos la condición que puso Baquero para ingresar en el Diario de la Marina, cuando
tras la obtención del Premio <<Justo de Lara>>, Ramiro Guerra se personó en la redacción de
Información, para proponerle su ingreso en el prestigioso rotativo. Dijo que aceptaba pero no
para “traducir más cables”.

96
Gran fama ha tenido el libro de Gastón Baquero Poemas, vertido ya al inglés, francés y
alemán105. Ha pronunciado conferencias en Cuba, naturalmente, en Colombia, República
Dominicana, Haití, Alemania…Ha recorrido América desde el Canadá a la Patagonia; ha
cruzado el Atlántico cuatro veces y ha visto a todos los países de Europa.

En 1943 ingresa de un modo definitivo en el periodismo. (En el periodismo siempre se


ingresa definitivamente). En 1945 es jefe de editorialistas del Diario de la Marina, de La
Habana, y poco después ocupa la jefatura de Redacción106 de aquel periódico, dirigido por
el último Rivero de la dinastía, José Ignacio Rivero, que ahora precisamente, está en
España.

La actividad de Gastón Baquero es muy grande. Además de sus conferencias y sus


lecturas, publica poemas y artículos en revistas y diarios, como Punta Europa, Papeles de
Son Armadans entre las primeras, y La Vanguardia Española, Ya, ABC, entre los
segundos. Su último libro poético ha sido Canciones de amor de Sancho a Teresa.
Pertenece a cuatro Academias. Y, según dijo una vez, lo que más le molesta es escribir,
lo que más le gusta es leer y lo que más le inquieta es el público.

Blanco y Negro, se suma al homenaje más justo y auténtico que recibiera


Gastón Baquero en España, y en el núm. 2602 del 17 de marzo de 1962 aparece
un amplio reportaje con entrevista incluida, hecho por el periodista Pedro de
Lorenzo, que se hace imprescindible para dar una imagen objetiva sobre la vida y
la labor del cubano:

Gastón Baquero, Premio <<Fraternidad Hispánica>>, 1960


Por segunda vez ha recaído en escritor hispanoamericano

Por un lector de la edición aérea de ABC

Componían el Jurado don Torcuato Luca de Tena, Ivan P.


Ivanissevich, Emilio Garrigues, Francisco Leal Insúa, José de las
Casas Pérez y Antonio Carrera.

El premio <<Fraternidad Hispánica>> fue creado para distinguir y recompensar la más


relevante labor periodística realizada en el curso de cada año con trabajos firmados o sin

105
Debemos añadir que en la actualidad Baquero también ha sido traducido al italiano y al
griego.
106
Debemos aclarar de una vez y por todas que Baquero ocupó la jefatura de redacción sólo por
un período limitado de tiempo, después del cual la viuda de Rivero (Silvia) viendo que el hijo era
un desastre, incompetente e inútil, decide nombrarle subdirector para que en realidad se ocupara
de la dirección; fungiendo solo con el nombre como director José Ignacio Rivero y encargándose
de los actos sociales para los cuales Gastón Baquero le escribía los discursos.

97
firma, de escritor español o hispanoamericano, singularmente dedicados a divulgar, exaltar
y fomentar los sentimientos de fraternidad entre las naciones de origen hispánico.
Muchos y muy meritorios son los conjuntos de artículos que este año concurrían, y
muchos también los que, sin optar expresamente, disputaban el premio. Entre ellos, el
galardonado, que no se presentó a concurso, pero a quien por virtud de una cláusula de la
convocatoria, se ha hecho este doble honor de otorgarle el premio sin el requisito de que lo
solicitara.

Los premios <<Fraternidad Hispánica>>

Es la sexta vez que se concede este alto galardón. Correspondió el de la labor periodística
de 1955 a don José de las Casas Pérez; el de 1956 a don Manuel Calvo Hernando; la
dotación del premio hasta entonces de 25.000 pesetas, fue elevada para el convocado en
1957, que se adjudicó a don Armando Rubén Puente Olabarriaga, periodista argentino y
primer hispanoamericano que recibía la honrosa distinción. Sucesivamente, en los premios
para trabajos publicados en 1958 y 1959 resultaron ganadores don Enrique Ruiz García y
don Manuel Lizcano. Ahora se discernía el concurso de conjunto de artículos publicados
en 1960. Y el Jurado acordó premiar, por segunda vez a un escritor hispanoamericano; el
elegido es este gran periodista, don Gastón Baquero, redactor jefe del Diario de la
Marina, el inolvidable periódico cubano.

Nuevamente <<Prensa Española>>, mandataria del filántropo creador de estos premios, ha


sentido el gozo y el orgullo de interpretar los sentimientos nobilísimos de su lector de la
edición aérea de ABC, a quien rinde homenaje público de admiración y reconocimiento,
así como su gratitud a la exquisita tarea de lectura y selección por tanto esmero y tan
encomiable imparcialidad realizada por el Jurado.

El de este premio <<Fraternidad Hispánica>> 1960, estaba integrado por don Torcuato
Luca de Tena, don Ivan P. Ivanissevich, don Emilio Garrigues, don Francisco Leal Insúa,
don José de las Casas Pérez, don Luis Calvo y don Antonio Carrera.

Pormenores del acta

El Jurado declara en el acta haber tenido en cuenta el párrafo último de la cláusula 3ª de


la convocatoria que dice así: “Por razones que deberá exponer públicamente, también
puede el Jurado atribuir el premio a un escritor o periodista español o hispanoamericano
que no lo haya solicitado”.

Ha examinado trabajos no presentados a certámenes. En dos laboriosas reuniones,


después de un estudio por parte de cada uno de los firmantes, el Jurado decidió acogerse a
este párrafo tercero.

Ha tenido en cuenta que toda la obra periodística realizada por el escritor cubano don
Gastón Baquero – quince años redactor jefe del Diario de la Marina, de La Habana –
estuvo presidida siempre "por un elevado espíritu de dignidad profesional, independencia

98
de criterio y espíritu de fraternidad hispánica entre los pueblos de España y América; todo
ello servido por un depurado estilo literario y una profunda cultura hispánica” 107.

Genio y figura

Con su nombre – Gastón – de nobleza bearnesa, con apellido de pintores españoles –


Baquero -, este hombre, de talla gigantesca, moreno de piel, ha nacido en la primavera de
1918, el 4 de mayo de 1918108, junto a la bahía de Banes, en la provincia cubana de
Oriente109, la misma tierra, pero al extremo opuesto de la dramática 110 Sierra Maestra,
tantas veces decisiva en los destinos violentos de su país. Ha nacido en el mismo día y
mes que Ramiro de Maeztu, pero el año que nacieron los jóvenes creadores – Gaspar
Gómez de la Serna, Rafael Morales… - españoles.

Gemelo de su única hermana, Gastón Baquero trae una infancia agoral; la adolescencia,
trabajada: se diploma en ingeniería agrónoma azucarera y doctora en Ciencias Naturales.
Lee, contempla, sueña, escribe y, al fin, se encuadra en las disciplinas del Periodismo.
Periodista activo desde 1943, ingresa en 1945 en el Diario de la Marina. Viaja por toda
América, desde Terranova a la Pampa. Pero estas averiguaciones y estos pormenores van
saliendo a paso de conversación…

En su casa de Madrid

Una casa del barrio de Salamanca, muy próxima al eje de la calle de Alcalá. Una casa de
familia, con salitas alfombradas, y, en la que charlamos, retratos en óvalo, cuadros
patinados, rinconeras; vitrinas, para la nostalgia y el marfil; dorados, porcelanas, bibelots,
y el tonelillo de un reloj, las horas varadas, enhiesto en el bronce de sus angelotes.

- Estoy aquí solo. Toda mi familia, mis padres 111, mi hermana, sigue allá.
- ¿Cuándo llegó a España?
- ¿Definitivamente? Ya conocía España. En esta ocasión, vine en mayo del 59.

- ¿Qué no ha visto de España?

- Sevilla112. Muy poco Galicia. He andado todo lo demás. Estos días por ejemplo, han sido
emocionantes: ¡sobrecogedor el recibimiento en Asturias a José Ignacio Rivero!

107
Personalmente creemos que es la constante que caracterizó hasta el último día al periodismo
de Baquero.
108
Una vez más nos tropezamos con el error del año de nacimiento de Baquero.
109
Debemos aclarar que ya esta provincia no existe. En 1976, Castro introdujo una nueva
división política administrativa, innecesaria, con el propósito de tener mayor control sobre la
población y garantizar la perpetuidad del aparato represivo que sostiene la dictadura.
110
Excelente adjetivo caracterizador, puesto que en realidad lo que se coció en la Sierra Maestra
fue el drama mayor que jamás haya caído sobre Cuba.
111
Sabemos que los padres de Baquero nunca vivieron bajo el mismo techo. Intimidad que el
escritor no tenía porqué detallar a nadie.
112
No sabemos cuando visitó Baquero Sevilla por primera vez, pero sí tenemos la certeza por sus
propias declaraciones que era la ciudad de España que más le gustaba, aunque no para vivir.

99
- ¿Se acercaron a Villaviciosa?

- Fuimos a honrar la tumba de la familia Rivero. Y en Oviedo se nos dio un homenaje


inolvidable…Acabamos de llegar esta mañana.

- ¿Le satisface el premio?

- Me emociona. Toda mi labor de periodista ha servido ese afán de fraternidad entre los
pueblos de origen hispánico. No había concurrido. Por eso es doble mi gozo y mi
emoción.

- ¿Ha reparado usted que hoy es 13 y martes?

- No soy supersticioso. Nací bajo un signo espléndido: bajo el signo de Taurus113.

Elogio de la rosa

- Querríamos reproducir uno de sus artículos, Gastón.

- Bueno, yo publiqué un artículo – yo publiqué muchos artículos -, pero le digo, un


artículo sobre la rosa. La rosa es el principio de la civilización. Cuando se cultiva la rosa,
empieza la cultura. ¡Qué maravillas dijo sobre la rosa de América Víctor de la Serna!

- ¿Cuál es la flor preferida de Gastón Baquero?

- La rosa114. Una rosa y con mucho de Rilke.

- Que murió de una rosa.

- De la espina de una rosa.

- ¿Y su músico?

- Mozart.

- ¿En qué emplea las veinticuatro horas Gastón?

- Madrugo. Ponga las nueve de la mañana. Leo y escribo.

- ¿Ordenamos un poco esta conversación? ¿Cómo escribe: a mano, a máquina?

- A mano.

- ¿También su labor periodística?

113
Con esta declaración, Gastón Baquero reafirma su auténtico mes de nacimiento.
114
Estando internado en la residencia del INSERSO y en malas condiciones de salud para asistir
a la presentación de sus obras, publicadas por la Fundación del Banco Central Hispano, unas
horas antes del acto; llamó a la residencia don Javier Aguado Sobrino, director de la Fundación,
para preguntar a Baquero qué poema se podía leer que, en su criterio, resumiese su pensamiento.
El poeta nos indicó que respondiésemos que el titulado <<¿Qué pasa, que está pasando…>>,
donde alude a la rosa continuamente.

100
- ¡Oh, imposible! A mano los poemas. Y los ensayos.

- ¿Dará un autógrafo a nuestros lectores?

- Doy un poema. Uno de mis últimos poemas.

MARIPOSA115

Teresa:
traía para ti,
entre las manos,
una mariposa.

Era roja, era azul,


era oriblanca,
era tan linda,
que al verla bajo el sol
esta mañana,
quise que la tuvieras
o al menos la miraras.

Traía para ti,


lleno de contentura,
aquella mariposa
que aleteaba en mis manos
como un pajarito.
¡Quería verte la cara
cuando vieras saltar
sobre tu falda
aquella mariposa!

Pero ya junto a tu casa


vi otra mariposa
sola, amarilla y verde,
parecía estar triste
como un hombre sin novia,
y pensé si sería
la novia de la mía;
abriendo las mis manos
dejé que se escapara
la oriblanca, la azul,
la roja mariposa;
y las dos volaron,
y juntas fueron a quererse
perdidas por el cielo.

Nota para una bibliografía

- ¿Qué obras ha publicado?

115
También se ofreció el manuscrito del poema.

101
- ¿Poesía? Un libro titulado de este modo: Poemas, 1940, vertido al francés, inglés y
alemán; otro en 1942 Saúl sobre su espada; Colección de poemas, 1950116. Y ya aquí,
estas otras cosas: Poemas escritos en España, 1960; un pequeño libro de ensayos:
Escritores de Hispanoamérica117, en que doy 20 semblanzas118 de figuras literarias y
podría muy bien haberse llegado a las cincuenta. Otros ensayos, de primera, son estos;
<<Monólogo de Don Quijote>>, 1937, y <<Antonio Machado y el barroco>>.

- Le sigo en sus colaboraciones de prensa y radio.

- Sí, hago para la radio una sección semanal; los nuevos valores hispanoamericanos. Y
artículos en Informaciones, Ya, ABC, La Vanguardia119, Punta Europa…

- También he visto algunas separatas: verso y crítica.

- Me apasionó mucho la prosa de Ciro Bayo. No es que yo la tenga por la más cumplida
del siglo, como ha dicho en Clavileño Manuel Cardenal. Pero extraordinaria. Le he
dedicado un estudio en la revista Papeles de Son Armadans.

- ¿Poemas últimos?

- El tema de Sancho: <<Canciones de amor de Sancho a Teresa>>. Joven Sancho,


enamorado de Teresa. Yo soy “sanchista”. En el Congreso del 47120, el centenario de
Cervantes, presenté una comunicación con este motivo: <<Sancho como esteta>>.

La palabra viva

- El periodista es conocido naturalmente: el columnista y el redactor jefe. Vamos


rastreando por los caminos de la poesía. Y vamos a hacer un alto: Gastón Baquero,
conferenciante. Con su palabra, honda y ardida, en tribunas de medio mundo…

- Veo en discurso muchos de mis temas. Incluso los asuntos estrictamente poéticos. Así mi
<<Discurso sobre la rosa en Villalba>>.

- ¿La rosa le obsesiona?

- Me turba. Le voy a dar ese artículo sobre la rosa. Un artículo en que se funden estos dos
amores: el naturalista y el de escritor.

- ¿Sabe que en Canarias se levantan espaldares de rosas para la defensa de la platanera?

116
Nuevamente estamos frente al desconcierto que provoca el número de libros de poesía
publicados por Baquero en Cuba. En nuestra tesis doctoral Perfil Íntegro de Gastón Baquero nos
ocupamos en un extenso capítulo a su bibliografía.
117
Sic. En el original.
118
Es muy característico de Baquero, cuando escribe sobre escritores, dar semblanzas. Ello se
explica porque con frecuencia tuvo trato personal con ellos, o estaba muy familiarizado con sus
vidas
119
Sic. en el original.
120
Ya hemos dicho que fue este año de 1947 y motivado por su participación en el Congreso, que
Baquero visitó a España por primera vez, habiendo pasado antes por Portugal.

102
- Es lindo. Sí. Lo bello protegiendo a lo útil…

- ¿Vio en nuestras páginas azules un poema de usted?

- Ese poema…Mire: en Segovia vi, de repente, un pan, enorme, sobre la mesa: era un sol.
Lo vi poéticamente: <<La luz del pan en Segovia>>.

- ¿Se quedaría en la lírica pura?

- He hecho poemas al Metro. <<Entre Goya y Velásquez>>, o primavera en el Metro.


Vuela usted bajo tierra. Y de golpe la luz, toda la luz… Pero mi lírica podría ser
catalogada de lírica narrativa.

- En esa línea estamos. ¿Cuál es su poeta preferido?

- ¿Español del siglo? Juan Ramón Jiménez.

- ¿Le conoció?

- Fui a verle. Sí. En Juan Ramón Jiménez está todo: la depuración constante de lo mismo.

- De los prosistas, me dijo Ciro Bayo…

- Baroja. Yo siento la poesía como un joven campesino pero bebo en los clásicos. Sin
anacronismo ni arcaísmos. Me sitúo en climas de época. Le diría a usted: el “bululú”.

Tareas de Fraternidad

- Cerramos. ¿La fraternidad hispánica?

- Presidí el Instituto de Cultura Hispánica de Cuba. Y a un tiempo llevé la sección


hispánica ecuatoriana. Soy fiel a esta fraternidad: con mi conducta de hombre, con mi
labor de periodista, con mil anécdotas que le contaría y que se remontan a los años
difíciles, época del “Pen Club”, cuando en cierta ocasión el propio Pittaluga tuvo que
situarse a mi lado y defender los valores hispánicos121.

Este hombre excepcional, que anoche hablaba en Oviedo y esta mañana abría sus ojos
bajo el cielo de Madrid es apenas hace una hora, premio <<Fraternidad Hispánica>>,
1960. Una hora. La que llevábamos hablando. José Ignacio Rivero, su director – director
del Diario de la Marina – aguarda. Desaparece Gastón un momento y torna a la salita 122
con unos números de Garcilaso en la mano.

- ¿Va de tertulia?

- No. Todavía…Es mi próxima etapa.

- Gastón Baquero, voluntario de Madrid…

121
España debía sentir vergüenza del trato que dio a Baquero y del modo en que murió
arrinconado sin un reconocimiento digno.
122
Clara alusión a las dimensiones de la minúscula vivienda de Baquero.

103
Y así le dejo, inmenso, oscuro, recortándose y llenando toda la puerta en la escalera.
Como su mismo germánico nombre – Gastón o el hospitalario -, alto, ancho, generoso.

Sin duda alguna esta fue la mejor racha de Gastón Baquero en España a pesar
de la existencia de ciertos individuos adversos. Todavía quedaban valores y
hombres ilustres capaces de reconocer el talento de un “negro antillano”. El día 4
de abril de 1962, el Instituto de Cultura Hispánica rendía un merecido homenaje
al escritor cubano, con la participación de ilustres personalidades. Veamos como
recogió este hecho el diario ABC, el día siguiente, 5 de abril de 1962:

Homenaje del Instituto de Cultura Hispánica a Gastón Baquero

Discursos de don Gregorio Marañón Moya y del ilustre escritor cubano que obtuvo el
premio “Fraternidad Hispánica”, creado en ABC por un lector de su edición aérea

En el Instituto de Cultura Hispánica se ha celebrado un almuerzo que el director de


aquella institución, don Gregorio Marañón, ha ofrecido en honor de don Gastón Baquero
con motivo de la concesión del premio “Fraternidad Hispánica”, dotado con cien mil
pesetas, y creado en ABC por un lector de nuestra edición aérea. El premio le fue
concedido al ilustre escritor cubano el 13 de marzo.

Asistieron al homenaje, además de las personalidades mencionadas, el ex ministro D.


Joaquín Ruiz-Jiménez; el académico D. Melchor Fernández Almagro; el director de
Blanco y Negro, D. Torcuato Luca de Tena; el director de la Oficina de Información
Diplomática, D. Adolfo Martín Gamero; el director de Semana, don Manuel Halcón; el
teniente de alcalde del Distrito de Tetuán, marqués de Grijalba; el director de Ya; D.
Aquilino Morcillo; el director de ABC, D. Luis Calvo; el subdirector del Instituto de
Cultura Hispánica, D. Pedro Salvador; director de Informaciones, D. Jesús Revuelta; D.
Emilio Martín, subdirector de la Oficina de Información Diplomática; D. Alfonso de la
Serna, secretario de Embajada; D. Guillermo Luca de Tena, director de ABC de Sevilla; D
Juan Sampelayo; D. Enrique Suárez de Puga, secretario general del Instituto de Cultura
Hispánica; D. Luis Rosales, director de Cuadernos Hispanoamericanos, D. Francisco Leal
Insúa, director de Mundo Hispánico.

Palabras de don Gregorio Marañón Moya

El ilustre director del Instituto de Cultura Hispánica, a los postres, ofreció a D. Gastón
Baquero el agasajo, y dijo entre otras cosas:

“Festeja el Instituto el premio <<Fraternidad Hispánica>>, tan justo, que un ilustre


donante ha entregado a Prensa Española para su adjudicación. Lo festejamos aquí reunidos
don Torcuato y don Guillermo Luca de Tena y don Luis Calvo. También están con
nosotros lo que podríamos llamar la mejor quilla del Instituto de Cultura Hispánica, don

104
Manuel Halcón y don Joaquín Ruiz-Giménez123. Ellos dos, y todos los aquí presentes,
enviamos un entrañable saludo a Alfredo Sánchez Bella, nuestro embajador en Colombia,
y a Blas Piñar, el cual, reintegrado a su quehacer profesional y privado, ha dejado en esta
casa el recuerdo de una labor admirable y ejemplar llevada a cabo durante más de cinco
años.

“Gastón Baquero es el autor de un libro que todos conocéis y habéis leído: Escritores
hispanoamericanos de hoy124. Libro, como él dice, sencillo y escrito para los
estudiantes125. Precisamente en los libros sencillos y escritos para la gente joven está la
mejor literatura de todo cuanto se ha escrito. En ese libro hay un prólogo admirable del
autor en el que dice que las relaciones culturales entre la América española y la España
americana pasan por crisis evidentes debidas a la sordera, al aislamiento y la
incomunicación, y que la culpa de dichas crisis y de sus causas se deben a la <<dejadez>>
de la política cultural entre ambas partes. Añade el ilustre autor que el único remedio para
corregir esa dejadez inaceptable es lo que él llama <<la práctica de la hispanidad>>.”

Discurso de don Gastón Baquero

A continuación pronunció unas palabras don Gastón Baquero. Fue un discurso ameno y
jugoso. Primeramente agradeció el homenaje que se le tributaba. Dijo que es adversario de
los discursos en los banquetes, “ahuyentadores de la cordialidad”, y luego de dar gracias al
director del Instituto y a todos los presentes, expuso lo que llamó su vivencia de la
Hispanidad, que comienza por despojar a esta noción de todo lo que pueda parecer una
rutina propagandística de carácter más o menos político oficial. Explicó que la
Hispanidad, según su concepto, es una manera de vivir y de convivir, dentro y fuera de
España, a la luz de unos ideales y de unas normas de conducta que quedaron plasmados en
lo que a su juicio da nacimiento a la Hispanidad como hecho histórico, y que no es el
Descubrimiento de América, con toda la importancia que tiene, sino el gesto maternal y
cristiano de Isabel la Católica, cuando a los primeros indígenas de América llegados a
Barcelona, traídos por Colón, los liberta y bautiza 126, tratándolos no en súbditos sometidos
a poderíos, sino en hijos.

Explicó con ejemplos de su experiencia personal la manera “existenciaria”, viva, con que
fue adentrándose en la práctica cotidiana de la Hispanidad, recordando desde el hecho de
tropezar cuando niño frecuentemente, en su casa, con un libraco que iba y venía por todos
los rincones y el cual los niños leían a veces a hurtadillas, pero siempre como un libro de
aventuras, de suspense, de exaltador de la imaginación: ese libro era el Quijote. Más tarde,
y cuando poseía ya un concepto amplio de la Hispanidad, pero principalmente de origen
libresco, de formación intelectual, vivió la experiencia de visitar Jamaica, tan próxima a
Cuba, y al sentir allí la diferencia gigantesca entre el ser humano creado por España en sus
tierras de América a partir del mismo siglo XVI, y el ser que veía en Jamaica en pleno

123
Es desconcertante la imposibilidad de asumir una postura concreta en lo que respecta a la
ortografía del apellido del señor Joaquín Ruiz-Jiménez, ya que unas veces nos lo presentan con
“j” y otras con “g”.
124
Baquero, Gastón, Escritores hispanoamericanos de hoy. Colección Nuevo Mundo, Instituto de
Cultura Hispánica, Madrid, 1961.
125
Este libro fue concebido por Baquero durante la preparación de sus clases para los estudiantes
de la Escuela de Periodismo de la Iglesia, donde impartía clases de literatura e historia
hispanoamericana.
126
Vemos como Baquero no guarda rencor a la actitud del curita castellano enviado a Banes y
que se negó a bautizarlo sin la presencia de un padre.

105
siglo XX, exclamó en forma espontánea: “gracias doy a Dios porque en el reparto de
reinas llamadas Isabel, a nosotros nos tocó Isabel la Católica”.

Como experiencia final, narró su encuentro con una anciana en un rincón de Castilla, y
subrayó que aunque actos como el que en ese instante ilustraba también a la perfección la
generosidad española y el sincero amor a los hijos de América, cabía pensar que en
definitiva se trataba de personas refinadas, amigas de la cultura y que obraban así en honor
de un periodista de América, por conocerle y estimarle; pero esa generosidad colectiva,
racial, de los españoles se patentizaba en forma abierta en encuentros como ese al que se
refería con una anciana127, que al sentirle el habla y saber que era, primero, de América, y
luego, de Cuba, sufrió una verdadera transformación de afecto 128 y estableció una
comunicación semejante a la de la anciana madre que reencuentra a un hijo.

Para finalizar, expresó su convicción de que trabajos como los realizados por él a través
del tiempo no tienen, si bien se miran, tanto mérito como quiere dárseles, porque, en
realidad, están motivados por egoísmo en el sentido de que es la América Hispana quien
más se beneficia y quien más necesita de que la noción y la práctica de la Hispanidad se
hagan en ella una manera tan profunda como diaria de vivir.

Don Gastón Baquero fue calurosamente aplaudido y felicitado.

Por último, para cerrar esta etapa de la vida de Baquero en España, sin duda la
más afortunada, incluimos el artículo que publicase Alfonso de la Serna en el
ABC, también el 5 de abril de 1962:

Las manos de Gastón Baquero

Yo tan sólo veía las manos morenas de Gastón Baquero. Uno estaba sentado a cierta
distancia de él, a su izquierda en el extremo de una mesa en la que unos amigos, bajo la
presidencia cálida e inteligente de Gregorio Marañón, festejábamos que Gastón Baquero,
ilustre escritor cubano, periodista hispánico de vanguardia, acababa de ganar un gran
premio literario.

Gastón Baquero hablaba y yo no lo veía. Sólo veía sus manos morenas, que eran como
una móvil sombra oscura sobre el mantel blanco, y que, mientras él hablaba, gesticulaban
con esa grácil elocuencia de las manos cubanas, que dicen aún más que la palabra y que
son todo un espectáculo de expresión.

Gastón Baquero hablaba de España. Yo, en tanto que miraba el discurso de sus manos,
oía el discurso de su lenta y suave voz antillana. Todos estábamos silenciosos e
impresionados y había un aire de emoción contenido mientras este cubano nos decía a
unos españoles lo que él entendía por Hispanidad.

Uno, que entre los dos extremos de la retórica y la incredulidad piensa que la Hispanidad
“es” algo y que ahí “está”, no había escuchado aún la conmovedora definición que nos dio

127
Baquero, “el caballero”, se adapta a las circunstancias y dice una verdad espontánea con
respecto al encuentro con esa anciana castellana. No dudamos que en gente de campo y de
aquellos años ese acercamiento fuera auténtico. La realidad que el vivió fue muy otra. Los
“sudacas” en España no tenemos valor ninguno a menos que nos prestemos a arrendar nuestros
cuerpos y a vender nuestras almas.
128
Diríamos que hoy en día sería un corrientazo de repulsión y rechazo.

106
Gastón Baquero en la hora cubana de la sobremesa, en la hora de la amistad y la
confidencia. Para Gastón Baquero la fiesta de la Hispanidad no es el 12 de octubre; la gran
fiesta hispánica no empieza con el Descubrimiento, porque eso, con ser grandioso, “lo
pudo hacer cualquiera en aquella época”. La fiesta empieza en las manos de una mujer – y
aquí las morenas manos de Gastón Baquero temblaron un poco sobre el blanco mantel -,
una mujer maternal llamada Isabel, que, cuando llegaron ante ella, en Barcelona, los
primeros hombres morenos de América, les miró con su dulce mirada azul y castellana y
empezó a considerarles maternalmente, y vio en ellos unos seres libres, a los que amó.

Todo el mundo se estremece hoy ante la “revolución mundial de color” que anunció hace
treinta años Oswald Spengler, el meditabundo alemán profético. Todo el mundo se
inquieta hoy ante la “explosión” de los nuevos lejanos países que distienden sus músculos
retadoramente como jóvenes atletas. Y todo el mundo mira con preocupación a
Hispanoamérica, en donde graves crisis agitan a las masas indígenas y mestizas que
avizoran y no saben cómo lograr una vida mejor. Y uno piensa que, junto a las fórmulas
políticas y los planes económicos, junto a las reformas de las estructuras materiales que
exige con urgencia e imperio nuestro tiempo, está ahí, viva, aunque tal vez un poco
olvidada, la vieja fórmula española de convivencia con los pueblos de razas diferentes: la
fórmula del amor. Los españoles en América habrán construido o no buenos edificios
políticos, pero han amado con un amor grave y duradero que les llevó a penetrar en la
tierra y en los espíritus por las fibras de una raíz inextinguible: la sangre de las venas
mestizas129.

Ahí está para quien quiera entender el fondo de las cosas, la receta del acercamiento y la
comprensión entre las clases sociales, las razas distintas, los pueblos lejanos. Es un
impulso radical que vence todas las distancias y todas las aversiones, que es capaz de
construir una sociedad nueva y que sin él nada serán los planes y los programas, porque
sin él, sin la auténtica aproximación al prójimo, no habrá justicia ni caridad.

Y para quien crea que esto que uno dice es pura retórica, ahí está la viva lección de
Gastón Baquero, que viene de lejos, del seno antillano, para decirle a España lo que él
entiende que es la Hispanidad. Yo se lo oí decir mientras sus manos, como las de un
tostado caballero del Greco y en las que laten las sangres diversas de nuestro linaje
común, trazaban una oscura sombra sobre el blanco mantel que era entonces, transmutado,
como el aura cándida de España.

129
Mestizaje que por desdicha es hijo del concubinato y el amancebamiento. El caso ilustrativo
por excelencia lo tenemos en el propio Baquero. Nunca hubo, ni hay matrimonios auténticos con
esas otras razas. En la actualidad tenemos el triste ejemplo cubano donde se va de turismo sexual
y si se importa una mulata es para que haga la calle.

107
Capítulo XIV

Efímera fue esta gloria del galardonado Baquero con el Premio <<Fraternidad
Hispánica>>. Fanfarria de pan para hoy y mucha hambre para mañana. De poco
sirvieron su nobleza y su buen quehacer. La casta de bien nacidos se iba
reduciendo en España. En 1966 publica Memorial de un Testigo130. La crítica a
este gran poemario fue tibia. Como siempre algún grande como Guillermo Díaz-
Plaja sacó la cara y con mucho tino, algo propio de su talento.

Es penoso hacer mención a este detalle, pero con la desaparición del


<<Caudillo>> la situación de Baquero en España fue yendo a peor por días. El
izquierdismo rabioso, sañudo y lleno de frustraciones lo asociaba con la derecha
y eso es más que suficiente para la mediocridad entronizada. Aguantó el cubano
en el Instituto de Cultura Hispánica mientras fue director de la revista Mundo
Hispánico el gran José Luis Castillo Puche. Por entonces era Baquero asesor de
documentación hispanoamericana y se encargaba de escribir los editoriales. Al
respecto nos dijo Castillo-Puche interrogado por nosotros sobre este tema:

- Cómo iba yo a volverle las espaldas a Gastón Baquero. Aquel gran Señor que me agasajó
con su hospitalidad y su exquisita conversación en La Habana que yo visité en 1958.
Aquella caja de puros que me regaló, los mejores que me he fumado en mi vida, la tengo
en el recuerdo tan clara como su propia estructura impresionante destilando cultura y
maneras únicas. Muchos de los que fueron llegando a última hora al Instituto, ni le
dirigían la palabra, lo miraban como a un leproso. España sufría, y todavía lo sufre, un
izquierdismo torpe e insensible. Castro estaba de moda más que nunca con la muerte de
Franco. En 1977 durante una conversación privada me confesó que quería retirarse, que no
se sentía a gusto con el ambiente. Le aconsejé que aquello era suicida. Es cierto que allí su
salario no era una gran cosa, pero la pensión que iba a sacar sería una mofa. No tardó ni
una semana en cumplir su palabra. Presentó por escrito su renuncia con mucho señorío,
solicitando su jubilación por motivos de salud. Yo lo comprendí. Estaba arrinconado. Para
colmo de males, las tensiones entre nuestra revista y Cuadernos Hispanoamericanos eran
cada vez más fuertes. No podíamos seguir conviviendo al mismo tiempo. Con tristeza lo
vi partir. Había realizado una gran labor en nuestro equipo.

Con 30.000 pesetas de pensión en una España que se modernizaba y subía los
precios junto al progreso, Baquero se vio obligado a continuar trabajando para
Radio Nacional de España. Debemos añadir que había colaborado en sus
primeros años de exilio en esta casa, con una emisión semanal titulada
<<Recorrido por la actual poesía hispanoamericana>>. Años más tarde en Radio
Exterior le asignaron un oscuro rincón junto a las telas de arañas y el olvido
esencial, mas lo necesitaban para todo. Aparte de manejar toda la documentación
sobre Hispanoamérica y ser la única fuente de información para toda la plantilla,
Baquero alguna vez realizó comentarios literarios para las transmisiones

130
Baquero, Gastón, Memorial de un Testigo. Ediciones Rialp, S.A., Madrid, 1966.

108
dirigidas al continente americano. Quien le había ayudado a entrar a Radio
Nacional fue Gerardo Diego, que junto a Cela era de los mejor pagados, siendo el
salario de Baquero muy por debajo del de los españoles, como sucedió con
Manuel Aznar en La Vanguardia Española. El odio, la animadversión del capo
gallego hacia Gastón Baquero nació precisamente en Radio Nacional y se vio
culminada cuando pudo impedir al cubano continuar publicando en el ABC,
donde era censor de la dictadura franquista. En su hediondo proceder como
“huésped” de Fidel Castro, como él mismo firma, Camilo José Cela implora al
sátrapa cubano la salvación de la hispanidad desde el entonces lujosísimo
<<Hotel Habana Riviera>>, Paseo y Malecón, Vedado, La Habana, Cuba,
teléfono 30-5051, el 2 de febrero de 1965:

Cuba, que habla español, que vive y sufre y trabaja y pelea y ama y muere en español, le
cabría el honor histórico de poner las cosas en su sitio y vivificar la precisa y señaladora
voz Hispanoamérica (y su correspondiente adjetivo hispanoamericano).

En todo el mundo de habla española, en todo el mundo hispánico, la única persona que
puede hacerlo con eficacia y sin herir susceptibilidades de nadie, es usted.
Científicamente, puede apoyarse la decisión en el acuerdo tomado por el Congreso de
Academias de Bogotá. Y políticamente, los alcances de la medida serían insospechados.

Reciba Sr. Primer Ministro, el respetuoso saludo de su huésped.

Me permito enviarle un ejemplar de mi último libro, con el mejor deseo de que lo


acepte.

Este vergonzoso panfleto fue publicado por primera vez en Papeles de Son
Armadans, en el número CVIII, de marzo de 1965. Y como su relevancia fuese
tan elemental – decimos elemental – no pudo resistirse a la tentación de
republicarlo en Mundo Hispánico: 328, julio de 1975.

Queremos recordar que durante su etapa relativamente dorada, Baquero había


sido profesor en la Escuela de Periodismo de la Iglesia, donde impartió Literatura
e Historia Hispanoamericana. También impartió varios cursos en la Universidad
Internacional “Menéndez Pelayo” de Santander. En 1969, vio la luz su
recopilación de ensayos aparecidos bajo el título de: Darío Cernuda y otros
temas poéticos131. Con este otro libro la crítica fue todavía más indiferente como
pasó con Escritores hispanoamericanos de hoy.

Así tenemos ante nosotros a un Baquero lleno de buena poesía y mayores


decepciones. En 1984 ve la luz Magias e Invenciones132. La actitud de la crítica
no fue mucho mejor que con sus anteriores libros, aunque ya su nombre se iba
haciendo vital muy a pesar de las intenciones ideológicas propias de los párvulos.
Esta vez solo se ocuparían de mencionar la fina poesía de Baquero, Luis Antonio

131
Baquero, Gastón, Darío Cernuda y otros temas poéticos. Editora Nacional, Madrid, 1969.
132
Baquero, Gastón, Magia e Invenciones. Ediciones Cultura Hispánica, Madrid, 1984.

109
de Villena, Diario 16, 24.03.1985 y José García Nieto, ABC, 20.04.1985. Por fin,
convencido de su sino y con los años que van pesando, decide también jubilarse
de Radio Exterior de España. Otra pensión elocuente de miseria y portavoz de la
pobreza le es asignada; 30.000 pesetas se añaden a similar suma de su etapa en el
Instituto de Cultura Hispánica. El salario del vate cubano en Radio Exterior de
España era tan mísero que nunca pagó el seguro médico especial para los
empleados de esa institución pública. Cuando su enfermedad intentó a través de
algunos colegas, que tanto le debían, usando la influencia de Fernando G.
Delgado poder recibir atención médica por medio de ese seguro, pero ahí no
alcanzó el poder del guanche ni llegó “la buena voluntad” de sus deudores.

Antes de continuar, debemos informar, que el cubano había instalado su


residencia definitiva en el número 5 de la madrileña calle de Antonio Acuña,
desde el año 1971. Allí permaneció hasta que tuvo que ingresar en una residencia
para la tercera edad. Pues bien, el alquiler histórico de esa vivienda ascendía al
conto de sus dos pensiones juntas, es decir, 60.000 pesetas. No es de extrañar que
Baquero tuviese que seguir tecleando artículos en su vieja máquina con la “ñ”
mutilada, hasta dos días antes de su muerte.

Comienza a colaborar en El Nuevo Herald133 el 25 de noviembre de 1980.


Colaboraciones que interrumpe en 1994, siendo director de la sección
<<Opiniones>> el hijo de Mario Vargas Llosa. Con esa luminosidad que
caracteriza a los cubanos, dignos descendientes de españoles, le concedieron ese
puesto en Miami a Álvaro Vargas Llosa, el hijo de su padre, ambos amigos del
politiquero cubano Carlos Alberto Montaner y del colombiano Plinio Apuleyo
Mendoza. Recordemos el panfletillo Manual del Perfecto Idiota
Latinoamericano que tiene por coatures a esos tres elementos afines al
imperialismo yanqui.

Carlos Alberto Montaner lleva el monopolio de las firmas Press, es decir,


decide quién publica y quien no independientemente de su talento o valía en ese
periódico de Miami. También Carlos Alberto Montaner es amigo del fascistoide
ex-presidente del gobierno español, José María Aznar, cuyo padre maltrató a
Baquero hasta la saciedad, lo que confirma que no existen hechos aislados, sino
concatenados. En el Anexo II, incluimos la carta que escribiese Álvaro Vargas
Llosa a Gastón Baquero, fechada en Miami el 17de marzo de 1994.

Resulta de interés supremo para el entendimiento de la discriminación de


Gastón Baquero por parte de la “gusanera” cubana incluir lo que publicase su
gran amigo y defensor de siempre, Luis Ortega, en El Diario / La Prensa de
Nueva York el 29.05.1996.

Tres mensajeros sin mensaje

133
Suplemento en español añadido al rotativo Miami Herald, con fines de mercado, debido a la
numerosa población cubana instalada en esa ciudad norteamericana.

110
Tres juglares, adiestrados en juegos y picardías, están recorriendo los países de la
América hispana, predicando el nuevo Evangelio que acaban de inventar. Se trata de un
cubano muy listo, llamado Carlos Alberto Montaner, un colombiano, amigo del presidente
Ernesto Samper y, que es todavía, al parecer, embajador en algún lugar que no recuerdo, y
que se llama Plinio Apuleyo Mendoza, quien entró en la gloria literaria del brazo de
Gabriel Garcías Márquez, y el tercero es el hijo de Mario Vargas Llosa y de nombre
Alvarito. El nuevo Evangelio lleva el título de Manual del perfecto idiota latinoamericano
y en él se trata de demostrar, con gran desenfado y pocos escrúpulos, que el
latinoamericano que se atreva a pensar todavía que Estados Unido tienen alguna
responsabilidad en el atraso y la miseria de los países de la América Latina, es un perfecto
idiota. Los tres juglares, con una pasión asombrosa, se constituyen en voceros de lo peor
de Washington y van de país en país, de periódico en periódico, asistiendo a los programas
de televisión y de radio y a las universidades, promocionando el pintoresco libro y
lanzando excomuniones a diestra y siniestra.

Se debe suponer que la estancia en cada país tiene que costar no menos de diez mil
dólares. Los tres juglares son aficionados a la buena mesa y a la buena cama, y no viajan
con la mochila al hombro. Si recorren veinte países gastarán no menos de $200,000. A
estos miles hay que agregar los salarios que percibirán los peregrinos. Estamos hablando,
por consiguiente, de un tercio de millón de dólares. ¿De dónde sale tanto dinero? ¿De la
empresa editorial para promocionar el librito? Ni hablar de eso. No hay editorial que se
gaste esa suma en promocionar un libro equívoco. Entonces, ¿quién paga? No es difícil
sospecharlo. Montaner es hábil en la organización de empresas bien pagadas. Tiene
buenos contactos con las fundaciones americanas, sobre todo las de la extrema derecha.
Sabe presentar los proyectos. No es difícil entender que la jira ha sido pagada por algún
grupo americano al que han convencido de que hay que hacer una intensa propaganda para
disipar los mitos centenarios que existen en la América Latina contra Estados Unidos.

Obviamente, los americanos que están pagando esta costosa jira de propaganda se han
dejado embaucar por los autores del proyecto: Esa no es la manera de defender el prestigio
de EE UU en América Latina. No es con estos desenfadados personajes con los que se
puede mejorar la imagen de la nación del norte entre los nativos del sur.

Tengo delante de mí la transcripción de la entrevista que le hizo Nelson Bocaranda, en


Venevisión, de Caracas, a los tres juglares. Es patético lo que dicen en la entrevista. Los
tres confiesan que, en un tiempo, fueron también idiotas latinoamericanos pero que, a
partir de cierto momento, vieron la luz. Ya no son idiotas. Ahora están cómodos. Ahora
ven las cosas con claridad. <<El único elemento revolucionario que existe en el mundo, la
única revolución posible, es el mercado>>, exclamó Carlos Alberto Montaner, el hijo de
Ernesto, el poeta de la calle Tejadillo.

Los venezolanos que salen por las noches a recorrer la ciudad para rebuscar comida en
los latones de basura de los restaurantes no tienen tiempo para ver la televisión y escuchar
las peregrinas teorías económicas de Carlos Alberto Montaner. Si lo hicieran, saldrían a
buscarlo para romperle la crisma. Vargas Llosa, el hijo de Mario, el candidato presidencial
de la feroz oligarquía peruana, dijo cosas muy interesantes. <<El rey de la idiotez es Fidel
Castro y quienes en América Latina justifican la tragedia del pueblo cubano con el tema
del dichoso embargo norteamericano son idiotas>>, eso fue lo que dijo. Hay una
asombrosa desfachatez en esto de negar las consecuencias visibles de 37 años de bloqueo.
Eso no se lo traga nadie en el mundo civilizado. En el año 1963, como corresponsal de una
revista de Nueva York, yo recorrí la América Latina, de extremo a extremo, investigando
la recepción que le habían dado a la Alianza por el Progreso del presidente Kennedy.
Hablé con presidentes y líderes de la oposición en cada país y encontré un optimismo
sorprendente. Al fin, Estados Unidos estaban dando los pasos correctos para establecer
buenas relaciones con América Latina. Kennedy fue el presidente más popular en la

111
región. En México, el día en que Kennedy fue asesinado, el taxista que me llevaba se echó
a llorar mientras exclamaba: <<¡Lo venadearon, señor!>>

Pero mandar a estos tres juglares a insultar a los latinoamericanos, tildándolos de idiotas
porque no aceptan la turbia propaganda que les quieren hacer tragar es un grave error. Es
como echar sal en las viejas heridas. Ningún americano de verdad, o ningún proamericano
sincero, se habría arriesgado a cumplir una misión tan peligrosa o tan equívoca. Hay algo
ofensivo y humillante en estos planteamientos.

Al terminar la lamentable entrevista en Caracas, Plinio Apuleyo, el colombiano amigo de


Samper, anunció con entusiasmo que iban para Centroamérica y México a catequizar a los
nativos. ¿Van acaso a decir a los pobres panameños que son unos idiotas por protestar de
los miles de muertos que dejó el bombardeo de los poderosos aviones de George Bush en
1989? ¿Qué van a decirles a los nicaragüenses, que todavía están sufriendo las
consecuencias de la guerra estúpida que les declaró Ronald Reagan? ¿Y qué hubo de los
escuadrones de la muerte en El Salvador, que dejaron miles de muertos? Y de los cien mil
muertos en Guatemala? Nada de eso tiene sentido. No es así como se defiende el prestigio
de Estados Unidos. No es con gente como éstas que se puede mejorar la imagen.

En realidad, los tres juglares están vulgarizando el ideario, un poco disparatado de Carlos
Rangel, el venezolano que inició hace años la campaña de propaganda auspiciada por la
embajada para contrarrestar la mala imagen de EE UU en Venezuela. Los argumentos de
Rangel, mejor expresados, que los de estos tres individuos, no prosperaron. Después de su
lamentable suicidio, Rangel fue olvidado.

El libro, en rigor, no vale la pena de ser leído. Salta a simple vista, la intención
mercenaria. El tema del conflicto entre EE UU y América Latina no puede ser tratado con
tanta frivolidad. Es un tema largo y profundo. Hace falta honestidad para enfrentarlo. Hay
que meterse un poco en la historia. Hay que conocer América Latina y conocer EE UU por
dentro. Es un poco, como el tema de Cuba. Si no se conoce la angustiosa historia de las
relaciones de la isla con EE UU, no se puede juzgar la revolución cubana. Si uno se
mantiene en el terreno del anticomunismo no puede entender nada. En Cuba no ha habido
ni comunismo ni antiamericanismo. El castigo que le ha infligido EE UU a Cuba, durante
37 años, arranca de la indignación de Washington ante la sublevación de la antigua
colonia. En rigor, es un retardado episodio de la guerra fría. Cuba se vinculó con la Unión
Soviética, empujada por EE UU, que no perdonaban los gestos de rebeldía de Castro.
Increíblemente, la indignación los ha llevado a destruir la isla con sus 11 millones de seres
humanos. Nueve presidentes americanos, desde Eisenhower a Clinton, han insistido en
poner de rodillas a Cuba. Lo admirable es que no lo han logrado todavía.

POSDATA – Los comentaristas de Miami, que son como auras tiñosas que revolotean
sobre Cuba, están encantados con eso de que la Unión Europea se haya negado a
suscribir acuerdos con Cuba porque ésta no acepta que le pongan condiciones. Vista la
cosa desde otro ángulo, es encomiable que Cuba no acepte que vengan unos tipos a
exigirle que haga esto o lo otro so pretexto de la democracia y de unos derechos humanos
que no se respetan en ninguna parte. El día que Cuba acepte mansamente que EE UU o
los europeos, manipulados por los primeros, le impongan tales y más cuales condiciones,
ya ese día la soberanía no residirá en Cuba sino en el país que pone las condiciones.

El martes, 19 de junio de 1990, lee Baquero una selección de poemas


publicados e inéditos en la Clausura del Curso 1989-1990, (1.173ª , sesión) del
Aula de la Tertulia Literaria Hispanoamericana del Instituto de Cooperación
Iberoamericano. Esta lectura daría origen al que fuese su último libro de poemas,

112
recogidos bajo el título: Poemas Invisibles134. Nos comentaba el autor como
había seleccionado ese título con el convencimiento – la amargura añadiríamos
nosotros – de que sus poemas correrían la misma suerte que los anteriores. Sin
embargo, se venía sobre la vejez de Baquero un reconocimiento a medias y su
poesía comenzaba a sonar más fuerte que nunca. La caída del muro de Berlín y el
subsiguiente desplome del bloque soviético obligaron a Castro a enviar a sus
sabuesos intelectuales a buscarse la vida en el extranjero. La desestalinización
del arte al estilo cubano, permitió que los agentes a cargo de ciertas cátedras y
estudios específicos, tuvieran contacto con viejas figuras del exilio y se montara
la comedia de la apertura. Empieza el nombre de Gastón Baquero a salir del
olvido. España que late a los impulsos de su amado hijo, Fidel Castro, se da
cuenta de repente que tiene un grande de las letras cubanas en su territorio por
más de treinta años, ignorado. La progresía no quiere quedarse rezagada y
comienza a proliferar la publicación de artículos muy mediocres acerca del poeta.
Nunca mencionando las otras facetas del gran cubano. Apenas esta lluvia de
comentarios pasan de una descripción física de Baquero y de su impresionante
erudición. No existen fundamentos para un estudio serio. No existen intelectuales
de rigor que sean pacientes y estudiosos, comprometidos como para investigar,
para compilar la dispersa literatura de éste y sobre este gran cubano.

Tal vez avergonzada de tanta mezquindad, España se apresta a rendir un


homenaje a Gastón Baquero. Este Homenaje Internacional – así se nombró - tuvo
lugar los días 27 y 28 de abril de 1993 y fue tributado y auspiciado por la Cátedra
de Poética Fray Luis de León de la Universidad Pontificia de Salamanca. Fueron
invitados a participar en este homenaje no los más enterados estudiosos, sino los
más cercanos cofrades de la capillita del ambiente. Por supuesto que sólo se
reconoció entre los amiguetes al poeta y nada más, muy independientemente de
la prosa con estreñimiento cagada por Pedro Shimose en torno al ensayista. De
repente parecía que se sobrevenía sobre Baquero algún premio, algún
reconocimiento auténtico, tal fue el aluvión de escrititos irrelevantes y de
parloteos en los corrillos de conferenciantes y oradores repentistas e
improvisadores de unos conocimientos que no poseían. Incluso se publicó un
libro135 que recogió la intervención de los ponentes – cofrades de las Sociedades
de Elogios Mutuos y Desentonos Parejos – y algunos de los artículos de los big
names que se publicaron en torno a este reconocimiento. Incluimos el artículo de
Francisco Umbral, el máximo exponente del artículo costumbrista, ese género tan
único del periodismo español. Lo lamentable de todo esto es lo degradado del
género por las malas costumbres, como el racismo y la xenofobia de España.
Veamos qué escribió Umbral en El Mundo, el 13 de febrero de 1994 y que
lamentablemente los editores de este libro en torno al homenaje, tardío y mal
organizado, a Baquero reprodujesen en sus páginas:

134
Baquero, Gastón, Poemas invisibles. Editorial Verbum, S.L., Madrid, 1991.
135
Celebración de la Existencia (Homenaje Internacional al poeta cubano Gastón
Baquero).Alfonso Ortega Carmona – Alfredo Pérez Alencart (Ed.), Departamento de Ediciones y
Publicaciones, Universidad Pontificia de Salamanca, Salamanca, 1994.

113
Gastón Baquero

Negro bembón, o no tan negro, sino mulato, quizás cuarterón, apareció por Madrid,
Gastón Baquero, director que fuera del Diario de la Marina136, de La Habana, a poco de la
revolución de Fidel.

Negro bembón, mi querido gigante negro137 y reaccionario138, enorme poeta en el influjo


barroco de sus paisanos Lezama Lima y Carpentier (también traté mucho a Carpentier),
ese barroquismo de América, o sea, ese barroquismo negro139 que se torna luctuoso,
fúnebre y lento como lo hubieran querido André Bretón o Baudelaiere. Andaba Gastón
Baquero ofreciendo artículos por los periódicos, por las revistas, haciendo tertulia de sí
mismo140, conversando interminablemente con la fluidez perezosa y la sabiduría de un
mago místico inmemorial que lo ha vivido todo, que ha sido todos los negros 141 del
mundo, desde Otelo a Antonio Machín. 142.

Colaboraba tanto, firmaba tanto (y qué calidad y abundancia de escritor), que a veces
tenía que usar pseudónimos para no repetirse143. Recuerdo uno: Margarita Alanís144. Qué
nombre de heroína para García Márquez. Yo, por entonces, fidelista fanático, amaba sin
embargo a Gastón Baquero145, poeta de plurales tradiciones y personal voz oscura146,

136
Nunca fue Baquero director – de modo oficial - del Diario de la Marina. Entró como Jefe de
Editoriales, en breve ascendió a Jefe de Redacción y posteriormente a subdirector, aunque como
ya hemos explicado en la práctica era el director.
137
Nótese como se complace el hijo de Valladolid en el adjetivo “negro”, para definir a Baquero.
138
Imita aquí el abominable español al deleznable argentino, Che Guevara.
139
Llega a tales extremos la xenofobia de Umbral, que califica al “barroquismo de América”
como “negro”. Sólo unas entrañas negras pueden producir estas infamias.
140
Enorme falacia, puesto que si alguna cosa gustaba muy poco de hacer Gastón Baquero era
hablar de sí mismo. Cuando le arrancamos alguna confesión fue por su gran estima y confianza
hacia nosotros y jamás a través de la pregunta insidiosa, sino de la espontánea y amigable
conversación.
141
Se regodea el español en humillar la negritud. Condición que lleva en su alma y necesita
dejarla escapar.
142
Reiteramos lo que dijo Umbral sobre tres grandes cubanos negros, ya que hace mención de
dos de ellos: “Castro envió a tres monos para entretener a los españoles durante el franquismo”.
Los monos eran Gastón Baquero, el cantante Antonio Machín y el boxeador José Legrá, tres
glorias cubanas.
143
Lo que no dice Umbral es que si se le permitían estas prácticas a Baquero era porque no había
españoles con conocimientos suficientes sobre Hispanoamérica. España siempre nos ha
considerado inferiores y no se ha interesado por nuestros valores en ningún aspecto. A última
hora en el complejo racial y tras el redescubrimiento de Cuba, que Castro a permitido tras el
desplome de la Unión Soviética, les ha dado a los íberos por conocer nuestra sexualidad.
Tampoco documenta Umbral sobre los casos como el de don Manuel Aznar que obligaba a
Baquero a firmar bajo pseudónimo para no ofender a Castro.
144
El odio y la envidia hacia Baquero hacen de Umbral un incapacitado para ir más allá de las
repeticiones. El artículo que escribiese el 17/05/97, tras la muerte del poeta y que ya incluimos
previamente, no es un refrito de este que tratamos en la actualidad, es algo más deplorable en la
práctica del periodismo, que es la reiteración a través de la práctica de la maldad y la sevicia.
145
Este amor de Umbral hacia Baquero, manifestado en sus artículos provocó profundas
reacciones de rechazo e ira hacia los que le amábamos y admiramos. No pocas cartas de protesta
debieron haber llegado hasta la redacción de El Mundo, que por su parte se abstuvo de mencionar
ninguna, como sucedió con la de José Olivio Jiménez, en su momento, incluida en el anexo I.

114
como Rubén. Gigantesco, pacífico 147, con manos de pianista de jazz, sus bolsillos o
bolsones eran boticas. Allí llevaba, entre los versos y los botones sueltos, semillas que le
crecían dentro del abrigo148, curaciones para todo, y me quería remediar la faringitis con
aquellas yerbas.

La ropa le colgaba por todas partes, los largos abrigos arrastraban de su estatura de mito
oscuro149. “Es que mira, Umbral, me visto de lo que me deja un marqués amigo mío, y el
marqués es más grande que yo 150”.

Ahora Gastón Baquero ha vuelto a Cuba151, ha hecho una visita, hablado y triunfado. Es
uno de los grandes de Orígenes, y encima poderoso periodista barroco. Le ayudé lo que
pude152 (poco), porque una cosa es la fe política y otra la fe poética. Nuestros
postmodernos más avizor le han reivindicado como fecundo poeta, tal día hicieran con el
manantial Álvares Ortega, postergado por el surrealismo. Uno en política se equivoca,
pero en poesía no se equivoca nunca, y el tiempo me da la razón. Gastón y yo hemos
compartido muchos taxis (que nunca fueron el fiacre hermético de Madame Bovary,
ojo153), y una tarde me llevó a hablarles a los cubanos del exilio. Empecé a cantar la
revolución (calle de Claudio Cuello o así), y las señoras de las joyonas y los ricos
paraguas se levantaron y se fueron154. Lo siento Gastón, perdóname, hoy hubiera hecho lo
mismo. “Umbral, allá en Cuba, al bebé que no se duerme le decimos duérmase vuesa
mercé”. ¿No es eso la pervivencia de España? 155.

Lo que se me ocurre que, a izquierda/derecha, los poetas, ingenuos como niños en esto
de la política (duérmase vuesa mercé), son siempre víctima inocente, el cordero de Cristo,
los eternos bondadosos equivocados. Por salvar a un poeta yo me juego lo que sea. Ese

146
Este adjetivo no es precisamente el más adecuado para definir una voz, a menos que se
alberguen intenciones muy concretas.
147
Precisamente ese pacifismo de Baquero lo sepultó. Por contraste, el guerrero Guillermo
Cabrera Infante que ha sonado las verdades en las caras de los españoles, fue premiado con el
Cervantes. También se premian a generaciones de escritorzuelas cubanas que se dedican a narrar
sus múltiples experiencias sexuales para disfrute de unos españoles que desean vernos como
inferiores objetos sexuales, incapaces de pensar y razonar autonómicamente sin ser colonia.
148
Esta es otra aborrecible infamia para también descalificar a Baquero en la apariencia física y la
higiene.
149
Mucha perversidad demuestra Umbral al hacer continuamente mención a la falta de claridad
en todo. No tiene que velar sus intenciones para que se transparenten.
150
Lamentamos la mentira de Umbral, pero España no tiene aristócrata ni lo tendrá jamás que
alcance la estatura de Baquero. No se debe ignorar que el monarca español ha viajado a Cuba en
visita oficial, y que en la cumbre de países iberoamericanos celebrada en La Habana, se abrazó
llorando, “lágrimas de cocodrilo” a los hombros de Castro cuando este le hizo entrega de un
cuadro de su padre, lujosamente enmarcado y expropiado a familias nobles como la nuestra.
151
Gastón Baquero nunca regresó a Cuba. Su obra poética, parcialmente, sí fue llevada por los
sicarios españoles partidarios de su régimen y de la opresión de los cubanos.
152
Diríamos que fue todo lo contrario, puesto que si Umbral llegó a puntuar aceptablemente fue
gracias al gran cubano.
153
Con chinitas de descendiente de ramera Umbral alude malignamente a la homosexualidad de
Baquero.
154
Este dato bastante fiable aunque no tiene porqué ser del todo veraz – en lo que respecta a la
invitación -, si retrata muy bien al tipo de cubano que huyó de Castro en los primeros años.
Todavía existe en la calle Claudio Cuello de Madrid, el llamado “Centro Cubano de España”; un
nido de arpías y vejestorios al servicio del imperialismo yanqui y de ideología fascista.
155
Mentira infamatoria que nunca pudo salir de los nobles labios de Baquero, pero la
elucubración casa muy bien con la manía de vasallaje español, identificando muy bien a ambos
países.

115
poeta cualquiera es el que yo no conseguí ser. La política silenció a Gastón Baquero, en
Cuba y en España.

Como el protagonista de El reino de este mundo, Carpentier (tomado de Lope), Gastón


ha ido y vuelto, ha visto su isla ya de viejo, cuando no lo esperaba, ha hablado al público
de La Habana. Me enseñó periodismo y me embrujó con su poesía156. Hoy domingo
conviene sacar a un gran poeta, víctima de la Historia, en la columna. Gastón Baquero
supongo que sigue vistiendo de las sobras de algún marqués difunto 157, adecentándose de
guardarropías muertas, y su visión de La Habana, repentina, irreal, posible e imposible, le
habita la mirada blanca y negra158, le desvela. Duérmase vuesa mercé.

Con respecto a la inclusión de esta insultante paletada en la llena de erratas


Celebración de la Existencia, Gastón Baquero no dejó de maldecir hasta el final
de sus días al peruano Alfredo Pérez Alencart, amiguete de Shimose y cofrade en
la mediocridad, la ignorancia y la incompetencia.

Para que se tenga una idea somera de la situación a que fue condenado Gastón
Baquero a mal vivir en suelo español, reproducimos unos fragmentos de lo que
escribiese Santiago Castelo en el ABC el 16.05.97, tras el fallecimiento del poeta
y bajo el título <<Mi Maestro>>.

…Fue el prime cubano que conocí y el que me metió en mi sangre el dulce veneno de la
cubanía>>. Luego vinieron los años difíciles, los lustros de la falsa progresía, los de los
comunistas y compañeros de viaje, exaltados, negando no sólo el pan y la sal. Todo se lo
negaron. Malvivía en su sotabanco de la calle Antonio Acuña, enterrado entre libros,
raídas las ropas, malalimentado. ¡Cuánto agradecía, en aquellos años, una palabra amable,
una invitación a comer, sí, así como suena, un libro o un pequeño regalo!…

Sobran los comentarios como mismo abundó la miseria sobre el bardo.

156
Reiteramos que dentro del magisterio de Baquero aplicado a Umbral entra también la
enseñanza de los signos de puntuación.
157
Si bien en el momento en que Umbral escribe este denigrante artículo sobre Baquero ya no
necesitaba el poeta cubrir sus vergüenzas, que le impuso España, con ropas de segunda mano, al
menos si tenemos constancia de su pobreza y lo daremos a conocer por la humillación que pasó
para salir un tantillo de ella.
158
Vuelve una vez más el racista, Umbral, al empleo del adjetivo negro. No pierde ocasión de
expresar su fobia por el cubano mulato.

116
Capítulo XV

Tomando como referencia las palabras de Umbral: “la política silenció a Gastón
Baquero, en Cuba y en España”, se hace necesario introducir ciertas
aclaraciones, aunque no estamos analizando a Gastón Baquero como el gran
articulista que fue. Baquero no fue un político ni en Cuba ni en España,
simplemente puso su pluma y sus amplios conocimientos al servicio de la
diseminación de la verdad y la justicia. Lo que realmente silenció a Baquero
fueron las estrecheces de mira de los españoles y la incapacidad de expresión de
los cubanos dentro de la isla, unidos al racismo y fascismo de los cubanos del
exilio. Añadamos a esto la envidia típica de ambas nacionalidades. El ejemplo
más elocuente de la animadversión que los españoles le tomaron a Baquero se
refleja en la que fue su primera colaboración en el periódico El Alcázar, el
jueves, 16 de enero de 1969. La verdad nunca debiera ser motivo de venganza si
se posee honor. Constatemos los hechos:

El régimen de Fidel Castro, visto por Gastón Baquero

Gastón Baquero es –resulta ocioso decirlo en un periódico español – una de las más
ilustres plumas de la América que es nuestra por el corazón 159. Años y años desde su
cabina de gran piloto del Diario de la Marina, de La Habana, sirvió limpia, señeramente a
su país y – por ello – fue leal amorosamente a España160. Desde el triunfo de Fidel
Castro161 vive en el exilio. Es posible que su nobilísima pasión162 haya visto en nuestro
editorial, “La revolución impuesta”, afirmaciones, matices e intenciones que no estaban
en nuestra pluma. Pero las precisiones de la carta de Gastón Baquero – compartidas o no
en ciertos aspectos – son gala para estas páginas. Porque nos unen ideales que no se
discuten y hacia el gran escritor cubano afectos y admiraciones que no se borran. Esta es
la carta de Gastón Baquero a nuestro director163:

159
El corazón se hace eco de los sentimientos originados en la mente, que pueden ser el amor o el
odio.
160
Motivo más que suficiente para no haberlo discriminado nunca, ni por su color, ni mucho
menos por su servicio a la verdad.
161
Triunfo que los españoles han interpretado como su triunfo personal sobre los yanquis.
Supuestos culpables de la pérdida de la rica colonia; sin ver el valor de los cubanos auténticos y
no anexionistas que lucharon por la independencia de la isla, de todo imperio y sometimiento.
Triunfo a la vez auspiciado por los yanquis en contubernio con la burguesía criolla.
162
De nobleza entendemos que hubiese mucha, mas no debe confundirse la pasión con la defensa
de la verdad, que otros tratan de escamotear.
163
Esta carta abrió las puertas de Alcázar a Gastón Baquero. Creemos que el entonces director,
Lucio del Álamo Urrutia, un caballero de estilo muy diferente al de don Manuel Aznar, se dio
cuenta de lo erróneo del editorial y de la ofensa que constituía para el pueblo cubano, amén de lo
que se alejaba de la tendencia del periódico que dirigía, lo que allí se reflejó. Ya aclaramos con
anterioridad que una vez que don Lucio dejó de ser director de El Alcázar, Baquero publicó muy
pocos artículos más en ese periódico, que también fue el más generoso con el cubano, a pesar de
este comienzo algo tenso. Recordemos que el siguiente director fue Antonio Gibello García.

117
Le ruego de antemano me perdone lo que en esta carta pueda haber de discordante con
un criterio del periódico; pero le aseguro que sólo por tratarse precisamente de un diario
con la ideología de ése es por lo que me he sentido profundamente sorprendido –
dolorosamente sorprendido, no se lo niego -, por el editorial aparecido hoy en la página
dos, bajo el título <<La revolución impuesta>>. En otros periódicos y revistas de esta
capital no me hubiera llamado la atención este cúmulo de errores, esta interpretación tan
equivocada y dañina para España de la acción comunista en Cuba, porque bien sé que
debido a los años transcurridos desde la guerra hasta aquí, así como a la trágica incitación
al suicidio de la sociedad producida por el bienestar, reina en la inmensa mayoría de la
Prensa española una confusión en materia del comunismo y sus peligros, que sólo queda
cruzarse de brazos, rezar por España y pensar que Dios ciega a quienes quieren perder.

Pero El Alcázar, no. El Alcázar no tiene derecho a la especulación que produzca


confucionismo, porque El Alcázar es precisamente eso: El Alcázar, el bastión llamado a
resistir frente a la torrencial arremetida del comunismo, que de nuevo se ha infiltrado en
España tan hondamente en los últimos seis o siete años. Allá con esos sacerdotes y esas
publicaciones que presentan al Che Guevara como modelo para la juventud, y allá con
esos que dicen creer que lo que Cuba no es más que una consecuencia “del imperialismo
yanqui”164; pero que Castro no era ni es comunista, sino tan sólo un heroico retoño del
Cid, que ha derrotado a los enemigos de España en 1898 165. Todo eso es pura máscara,
puro antifaz. Detrás se ocultan los comunistas que no se atreven todavía a decir claramente
que lo son. Castro fue hacia ese sistema porque creía y cree en él, no empujado por
Norteamérica. Castro está haciendo sufrir al pueblo de Cuba lo mismo que ha sufrido y
sufre (y sufrirá en su día, por turno), todo pueblo cuyo gobierno caiga en manos de los
marxistas-leninistas. La manera genial con que Castro consigue todavía que en España se
ataque más a los Estados Unidos que a él y a su régimen cuando se habla de Cuba, es cosa
que debe preocuparnos, a quienes amamos a España y deseamos lo mejor para ella166, por
lo que tiene de peligro para el porvenir inmediato de este país. Haciendo de este hombre
una víctima del yanqui y, sobre todo, presentando la cuestión como una simple alternativa:
o Castro o Estados Unidos, se está de antemano indicándole a la opinión pública española
que el camino a seguir es Castro. No se piensa, por supuesto, en el antiyanquismo por lo
que pueda serlo un patriota español o un adversario del capitalismo, sino que él es
antiyanqui por lo mejor que esa nación tiene, que es haberse constituido en barrera frente a
la dominación bolchevique del mundo, y en fuente de reformas económicas y sociales que
quitan al comunismo el pretexto de la miseria.

El racionamiento y el bloqueo

Permítame señor director, aludir a las materias que juzgo mal interpretadas en su
editorial:

164
Esta creencia continua arraigada en España y extendida por el mundo, con más fuerza en
Europa que en ninguna otra parte.
165
Esto se mantiene vigente a través de la ayuda que todos los gobiernos e instituciones, sin
excepción, han brindado y continúan brindando a ese vengador de España, que martiriza al
pueblo cubano. Expresarse abiertamente en España como opositor al régimen de Castro se paga
muy caro, de ello tenemos experiencia y podemos dar fe a través de nuestro exilio en el Reino
Unido impuesto por tal situación.
166
Es escandaloso constatar que España no haya tenido esa reciprocidad para con Cuba,
contribuyendo a la represión de nuestro pueblo con la ayuda y apoyo que ha brindado y brinda a
Castro y su promoción en la U.E.

118
El racionamiento (el hambre) del pueblo de Cuba no tiene justificación alguna, salvo en
estas realidades: el desastre inexorable de una organización económica marxista-leninista
y la aplicación por Castro de los dineros ganados con la exportación de cuanto Cuba
produce a organizar guerrillas, desórdenes, conspiraciones, subversión armada y
propaganda ideológica intensa en Hispanoamérica, en Estados Unidos (a través de
los grupos radicales negros), en Europa, etcétera. El pueblo de Cuba pasa hambre
porque su Gobierno, exportador de revoluciones ad majorem Castre gloria, invierte
cuanto gana en pagar la expansión de la revolución por todo el mundo. Hay la caída
vertical de la producción, que es inseparable de los primeros cien años de un régimen
marxista-leninista, pero hay además lo que debe preocupar centralmente a hombres y
gobiernos, no sólo en Hispanoamérica, sino también en aquellos países europeos cuyos
jóvenes son adiestrados en el campamento Cinco de Mayo.

El millón de personas (caso de ser cierta la cifra) es llevado a la fuerza a la


concentración, previo pase de lista en todos los sindicatos, colegios 167, etcétera. Quien no
tenga idea de lo que en materia de organización y movimientos de masas es un régimen
ultra policiaco como el de Cuba, puede creer que esa masa va allí voluntariamente a
respaldar a Castro por su antiyanquismo. Pero quien tenga la más ligera noción de lo que
un régimen comunista es capaz de hacer en materia de coacción a los seres humanos, sabe
que el pueblo de Cuba va a la agricultura (campos de concentración), o a estas
convocatorias, a punta de bayoneta.

El tópico favorito de Castro y de los pro castristas españoles es el del bloqueo. Lo


cómico de esto consiste en que España es precisamente el país que sabe mejor que nadie
lo que es un verdadero bloqueo168, porque lo padeció en Cuba en 1898. Pero ¿es bloqueo
el mar libre, por donde entran y salen cuantos barcos rusos, ingleses, canadienses, etcétera,
quieren comerciar con Cuba? En Cuba no ha habido jamás bloqueo contra el
comunismo, porque si de veras se hubiera implantado, llevarían ya mucho rato los pro
comunistas españoles injuriando a Estados Unidos por haber destruido a su bien amado
Fidel169. Lo que se quiere, siguiéndole el apunte a Castro, es que los Estados Unidos
paguen la revolución comunista, premien la destrucción de una riqueza fabulosa (en la
cual los españoles han perdido más de 2.300 millones de dólares frente a sólo 800
millones de Norteamérica170), y derramen su dinero en las manos de quien desde enero de
1959 viene dedicado a preparar la revolución comunista en todos los países, comenzando
por Estados Unidos. No. La revolución comunista debe pagarla el comunismo; y los
regímenes no comunistas que contribuyan al sostenimiento de un régimen como el de

167
Podemos afirmar por vivirlo en nuestras carnes, que era y es así, tal y como lo describe
Baquero, aun cuando el no estaba presente en la isla-infierno en esa etapa.
168
Realmente el término “bloqueo” ha sido muy bien manipulado por Castro y secundado por
ignorantes de toda clase del mundo entero. Hay “bloqueo” cuando una plaza está sitiada por
tierra, mar y aire. En el caso concreto de EE. UU. y Cuba existe un embargo económico por parte
de ese país hacia la isla en teoría, pero que en la práctica lo rompe el tráfico de drogas dirigido y
organizado por los ejércitos de ambos países actuando en conjunción.
169
Creemos que esta frase solamente fue suficiente para condenar al gran Baquero en la
menguada España que sufre de “Infantilismo de Izquierdas”. Algo conocemos de eso por haberlo
sufrido en nuestras carnes. Puesto que esto no es pasado, como no lo son Castro y el comunismo
en Cuba.
170
Los españoles estaban tan enseñoreados en la isla de Cuba, que en 1948, el gobierno de Carlos
Prío Socarrás tuvo que implantar la llamada Ley del Cincuenta por Ciento. Esta ley obligaba a los
propietarios de comercios – españoles- a tomar igual número de empleados nacidos en Cuba que
provenientes de España. Enviaban estos empresarios a buscar a sus familiares y conocidos en
España, en detrimento del empleo de los nacionales cubanos. Por contraste lo americanos eran
dueños de unos pocos grandes Trusts, como la United Fruit Company of Cuba, The Telephone
Company, etcétera.

119
Cuba, no hacen sino justificar el dicho de Lenin, según el cual, “las armas para destruir a
la burguesía son ofrecidas por la propia burguesía”.

Sierra Maestra

La gesta de Sierra Maestra no fue una gesta hispánica de proletarios y campesinos, sino
un movimiento de la alta burguesía y de la democracia liberal, cuya finalidad declarada
era celebración de elecciones libres y nada más. Hijos de ricos, gente de clase media
hacia arriba, amén de un grupo de aventureros internacionales como el Guevara, fueron
los que, apoyados por los Estados Unidos y por la plutocracia cubana171, recogieron
del suelo el Poder el día 2 de enero de 1959. Una vez en el Poder, Castro, por la magia que
ejerce el caudillismo en nuestras tierras, se declaró comunista, como pudo declararse
budista o espiritualista e impuso por el terror su voluntad personal. Quería ser “el Lenin de
América”, su aspiración suprema una vez que se convenció de la impopularidad de Adolfo
Hitler en América, porque su héroe verdadero, de quien tomó la frase “la historia me
absolverá”, fue hasta 1954 el señor Hitler.

Creer Que Castro está haciendo una heroica resistencia económica, y que el pueblo lo
acompaña a gusto, es como creer que cuando la Pasionaria se iba a colocar dinamita
contra el Alcázar, la heroína era ella y no los hombres y mujeres del Alcázar 172. Ese
pueblo está torturado y martirizado por el régimen comunista, que comenzó por perseguir
la industria azucarera en sus dos primeros años de existencia, y que al cabo ha descubierto
lo que Arango y Parreño señalaran en el siglo XVIII como eje y fundamento de la
economía cubana: la producción de azúcar para un gran mercado vecino. Ahora están
transformando en esclavos en las plantaciones a todos los hombres y mujeres del país,
para llegar a producir 10 millones de toneladas 173. ¡Diez años de horrores, de paredones,
de cárceles atestadas, de miseria en uno de los países más ricos del mundo hasta 1958 ha
necesitado el comunismo para comprender que el petróleo traído del mar Negro hasta La
Habana es más caro que el traído desde Aruba!174No ha habido tal persecución. Todos los
países que quieren, comercian con Castro. ¿Por qué no pensar que el error está en el
sistema, en la aplicación del marxismo-leninismo? No hay heroísmo, hay
empecinamiento, hay soberbia. Castro cree que Stalin salió de la miseria de los años 30 a
fuerza de látigo, y aplica el látigo. Olvida las enormes diferencias de recursos naturales, de
extensión, industrialización, etcétera, que separan a Cuba de la Rusia de los años 30. Pero
olvida sobre todo, el punto esencial de todo esto, que es, efectivamente, lo hispánico175.

171
La enunciación de esta verdad también le valió a Baquero el desprecio y aislamiento por parte
de esa plutocracia cubana que escapó de la isla cuando se vio traicionada. Él era consciente de
que nunca fueron su gente, ni dentro ni fuera de Cuba. El racismo cubano siempre ha sido muy
español. La intolerancia y los extremismos de los “exiliados” de Castro hacen de Cuba un país sin
futuro, y justifican aún más su existencia y apoyo internacional.
172
Esta frase es más que suficiente para juzgar la fina pluma de Baquero. Sin duda el periodista
mayor que ha dado Cuba en el siglo XX.
173
Esta amarga realidad que vivimos personalmente, también condujo a la supresión de la
celebración de la Navidad. Pero más amargo es ver como en la actualidad la Iglesia española va a
ayudar al infante que amamanto en su seno, visita de Papas incluidas.
174
Por obra y gracia de esos giros que da la Historia, el petróleo ingresa en Cuba de nuevo,
procedente de Aruba. Castro provee al dictador venezolano, Chávez, de entrenadores del aparato
represivo, asesores militares y médicos a cambio del oro negro. Y después de haber llorado como
plañidera circense en los brazos de Castro, el rey de España intenta ponerle un bozal a Hugo
Chávez, en un esfuerzo inútil por ganar una autoridad que no ha cultivado.
175
Contemplamos no sin sentimientos de rechazo y repugnancia hacia la mezquindad de España,
cómo Baquero ni en sus momentos de más dolor, de más angustia, desesperación e impotencia;

120
Pero lo hispánico no entendido como, la persistencia en el crimen y en la destrucción,
que eso no es hispánico, sino bárbaro; lo hispánico entendido como disposición a dar la
vida por la libertad. A quien tienen ustedes que elogiar al cabo de estos diez años es al
pueblo de Cuba176, que en razón de su grandeza moral y de sus raíces no acepta la tiranía
comunista; ustedes tienen que aplaudir a los cien mil hombres y mujeres que están en las
cárceles de Castro; a los miles y miles de hombres y mujeres que han caído en el paredón
del comunismo; a los que constantemente se juegan la vida realizando sabotajes,
infiltrándose en el país desde el exilio, ofreciéndose a morir por aquellos principios que,
según creíamos, y queremos seguir creyendo, son los mismos por los cuales murieron
tantos aquí en España y son los mismos por los cuales resistieron los hombres del Alcázar.
Si ahora resulta que por el odio a Norteamérica se le va a decir al pueblo español, y no
desde las columnas de un órgano filocomunista de los tantos que hay aquí, ¡sino desde la
columna editorial de El Alcázar!, que el héroe es Castro y sólo queda, señor director, rezar
por España y pedirle al cielo que a pesar de todas las cegueras aleje por siglos de aquí la
espantosa posibilidad de que un día lleguen a implantarle un régimen como el de Cuba y
con hombres como Guevara, Castro y compañía 177.

Le reitero mi pena por dirigirle estas líneas, pero justamente porque ese periódico es lo
que me es me ha parecido inexcusable el silenciar mi desconcierto de lector y de amigo,
Gastón Baquero. General Mola, número 3. Madrid 1.

Para completar toda la amarga verdad incluimos un artículo indispensable:


ABC, 14 de octubre de 1967. En este ensayo, el Baquero patriota por excelencia,
nos muestra su perfil enteramente democrático y opuesto a toda ingerencia
externa (Baquero antiimperialista y anticolonialista podríamos decir), así como
su crítica directa a los cubanos tan dados a empeñar por anticipado la libertad de
la Patria e hipotecar su futuro, comprando voluntades ajenas a su porvenir y
conveniencia

La víctima de su mito

Si se acepta que en definitiva pereció en combate el guerrillero Che Guevara – y esta


condicional no se refiere a la posibilidad de que viva, sino a la creencia de que había
muerto hace mucho tiempo, y no en Bolivia, sino en Cuba -, hay que aceptar que ha
muerto víctima de su propio mito. Llegó a creer en la explicación que a posteriori dieron
ellos de su llegada al poder en Cuba. Esa credulidad lo ha llevado a la muerte.

Porque todo comienza en si se entiende o no lo ocurrido en Cuba. Quienes han aceptado


la explicación marxista y dicen que en Cuba llegó el comunismo al poder a consecuencia
de una de estas cosas: de que Cuba era un país desarrollado y con trabajadores muertos de

jamás traicionó a la hispanidad. A cambio, España lo avasalló, lo arrinconó miserablemente,


como si se tratase de un leproso. Su Castro vale más. El vengador es siempre el elegante
caballero de la cara auténtica del hispanismo que apuñala por la espalda y a sangre fría.
176
Muy lejos de elogios y ayuda al pueblo de Cuba, España ha querido por último tomarnos
como su burdel y a los hijos de Cuba como prostitutas y sementales a su servicio.
177
Nunca perdió la nobleza Baquero, ni en los momentos de mayor acorralamiento. Pudiera haber
deseado para España un mal semejante como el de Cuba y sin embargo clama a Dios porque no
sea así.

121
hambre; de que Cuba era una colonia económica norteamericana; de que el comunismo es
la solución inexorable a los problemas planteados por la necesidad de ajustar las
sociedades hispanoamericanas a las nuevas demandas de la demografía y de la economía;
quienes aceptan eso como punto de partida, no pueden comprender por qué el Che
Guevara es derrotado en Bolivia.

Quien esto escribe afirmaba hace poco que si los guerrilleros de cada país se tomasen el
trabajo de analizar objetivamente lo que ha ocurrido en Cuba, o sea, cómo fue posible que
llegasen al poder los comunistas allí, tirarían las armas y se dedicarían a luchar por sus
ideales en un campo de acción política. La leyenda creada en torno a Castro y Guevara ha
llevado a muchos jóvenes a creer que de veras puede ser derrotado un ejército
medianamente disciplinado con cien o doscientos hombres que se internen en unas
montañas. Y por no conocer exactamente el desarrollo de los sucesos en Cuba, el
Continente y el mundo aceptaron como buenas las explicaciones y las edificaciones
hechas a cuenta de la llegada al poder. Napoleón, César, Alejandro, acabaron por
convertirse en aprendices de estrategas al lado de aquellos dos hombres que habían
derrotado, en feroces batallas, en una campaña terrible no sólo al ejército de Cuba, sino
también al ejército de los Estados Unidos.

Cuando una persona lleva dentro de sí ciertas simientes de vanidad, acaba por creer todo
lo que alabe esa vanidad, aun cuando esté en condiciones de conocer mejor que nadie la
falsedad de los halagos. Leyendo los discursos de Castro y el Manual de Guerrillas178 de
Guevara, se comprende que estos hombres llegaron a convencerse a sí mismos de que
ellos estaban poco más o menos en la línea de los Rommel y los Montgomery. Olvidaron
rápidamente, por un explicable mecanismo psicológico, las verdaderas razones de su
disfrute del gobierno. Para lo político y económico, como para lo militar, inventaron una
explicación grandiosa, monumental, fascinante, que borrase el mentís rotundo al
marxismo que era su llegada al poder. Y fue tanta su propia embriaguez con la
autovaloración de su victoria, que de la isla pasaron al continente y al mundo: “Lo que
hicimos aquí, podemos hacerlo en todos los países: tomaremos Venezuela, Argentina,
Canadá, en cuanto nos lo propongamos, porque nosotros somos los napoleones de esta
época y lo hemos demostrado.”

Para un cubano que ame a su patria y que en consecuencia no gusta hablar de los
defectos de ésta – no exclusivos, por lo demás -, no resulta explicar de manera
convincente, sin dañar sentimientos respetables, lo ocurrido. ¿Por qué pudo llegar a
apoderarse del país esta banda comunista? Déjese a un lado el infantilismo marxistoide de
ligar la llegada de Castro a La Habana con el nivel de los salarios o los sufrimientos del
obrero y el campesino, porque cuando se conozca la realidad habrá que echar al cesto todo
el marxismo.

Por motivos que no son para analizar ahora, el ejército cubano no peleó como el
boliviano, ni como el peruano, ni como el venezolano, ni el general Batista actuó como ha
actuado el general Barrientos. Los guerrilleros, provistos de millones y millones de
dólares entregados por la alta aristocracia cubana, y contando con la simpatía y con la
ayuda militar de la base naval de Guantánamo (los pesados equipos cinematográficos de la
CBS fueron llevados por helicópteros de la base para “levantar” la figura de Castro, en
quien veían los americanos un demócrata al estilo Washington), no tuvieron que hacer
sino huir el cuerpo a los encuentros, y aprovecharse de la corrupción que había invadido
ciertos medios militares.

Cuando los pobres guerrilleros bolivianos seguían a Guevara, de seguro pensaban estar
en manos del genio militar que había hecho la proeza de salir de la Sierra Maestra y llegar
con 120 hombres a la Sierra del Escambray, sin perder un solo hombre. No se les ocurría

178
Sic. en el original.

122
pensar (acaso no conocían la geografía de Cuba siquiera) en cómo es posible recorrer las
llanuras camagüeyanas sin que un solo soldado vea pasar las partidas enemigas. Bien se
cuidaba Guevara de no aclarar lo sucedido. Y lo sucedido fue que compró y pagó en
gruesas sumas de dólares a los jefes militares de las provincias. Esto es una vergüenza
para la República, pero esta es la verdad. Fue el soborno y no la pericia militar lo que
colocó a Guevara en el Escambray, amén de la protección de los millonarios que ofrecían
sus fincas para que descansasen allí los guerrilleros, cuyo único compromiso con los
militares vendidos era andar de noche y no aparecer de día. En las lujosas mansiones de
los millonarios cubanos, no en las chozas de los campesinos, se reponían y descansaban
aquellos que sólo hablaban entonces de elecciones libres y de cambios de gobierno, pero
no de cambio de sistema.

No hubo tales combates, no hubo tal guerra. Recogieron el poder del suelo, cuando una
junta militar inepta no pudo repetir en Cuba la fórmula de Venezuela a la caída de Pérez
Jiménez. Batista, obsesionado por la celebración de elecciones, no se puso al frente de las
tropas. Y cuando en un país falla el ejército, ya pueden ser ricos todos los campesinos, y
felices todos los obreros, que el país se desploma. Los comunistas, que una vez en el poder
se dedican centralmente a la creación de un ejército sólido e impenetrable, saben mejor
que los demoliberales y que los demócratas lo que representa el ejército en una nación.

El error de Guevara consistió en creer que en Bolivia o en Venezuela, encontraría dos o


tres coroneles que se le venderían. De sobra sabía que con los campesinos no pueden
contar los comunistas. El campesino ama la tierra y ama la propiedad de la tierra. Puede
que no quiera mucho a su gobierno, pero teme a los guerrilleros y respeta al ejército. Son
los hijos de la burguesía, los millonarios como Debray, los ociosos hijos de papá, los que
se unen a las guerrillas fascinados por el prestigio militar de un nuevo Napoleón y
atontados con la idea de que sólo el marxismo vencerá al subdesarrollo. Creen en el mito
de la inevitable victoria del comunismo. Y sobre todo, creen en el mito de las grandes
personalidades. Guevara había olvidado la derrota en Guatemala, cuando lo de Arbenz y
sólo recordaba la victoriosa entrada en La Habana como segundo de Castro. Llegó a creer
él mismo en el saber militar de Guevara.

Cuando murió Camilo Cienfuegos, Guevara dijo: “¿Quién lo mató? Lo mató su


carácter.” Lo propio exactamente puede decirse ahora de él. Lo ha matado su mito de sí
mismo, la creencia irracional de que con cien hombres y un montón de dólares se puede
derrotar a un ejército consciente de sus obligaciones y de sus responsabilidades.

123
Capítulo XVI

Para que se tenga una idea clara de como España trató, corneó y acosó al gran cubano,
pongamos otro ejemplo que Baquero muestra en su artículo publicado en su segunda
etapa del ABC, el 16 de febrero de 1996:

El cálido corazón de Gerardo Diego

El hombre realmente valioso, reserva siempre a sus semejantes grandes sorpresas. La


apariencia puede engañar mucho, y lo más frecuente es que la imagen generalizada o
corriente de ese hombre cree a su alrededor un mal entendido, un desenfoque que impida
ver al hombre verdadero.

La persona <<civil>> de Gerardo no daba a primera vista la imagen real del poeta
Gerardo Diego. Hombre capaz de silencios y hasta de mutismos, mantenía un talante tan
sereno y reposado que no se le asociaba nunca al hombre expansivo, comunicante fácil,
presto a mostrar sus poesías a la primera provocación, que es casi siempre la marca de
fábrica de los poetas.

Decía Nietzsche que el poeta quiere siempre tener un público, aunque sea de
rinocerontes. Gerardo Diego no quería asomarse al balcón, no se exhibía, no era un peligro
público. Seguro estoy de que jamás dio lata a nadie. <<Latoso>> según Croce citado por
Ortega, es el que nos quita la soledad y no nos da la compañía>>. Hasta en la clase
imagino a Gerardo comedido y medido, transmitiendo sus conocimientos a sus alumnos
como quien sin elevar la voz sabe hacerse oír y entender personalmente por cada uno.

Un poeta que no grita es un papemor, un ave rara que dijera Darío; pero un poeta en
lengua castellana silencioso, es casi un milagro de rareza, una sorpresa. De Gerardo Diego
es frecuente decir que era impávido, frío, cerrado como una ostra. Porque no se advertía
que su manera <<natural>> de guardar silencio, de ahorrar cháchara y palabrería, no se
debía a retraimiento ni a inapetencia de diálogo con sus semejantes, sino que obedecía a
una auténtica e inevitable manera de ser, de estar pon el mundo un hombre lleno de
equilibrio y de luz. La contemplación preferentemente muda de ese mundo – persona,
idea, paisaje, emociones – era connatural a él. Cuerpo y alma suyo eran estos absortos,
contemplativos para lo activo que el poeta transmite y manifiesta en la poesía. Su
contemplación alerta y muy viva del orbe poético le permitió producir en el momento
genésico, en la hora augural de la nueva poesía española, su inmejorable <<Antología>>,
que sigue siendo la partida bautismal de la generación del 27, madre a su vez de nuevas
generaciones. Para la América hispanohablante la <<Antología>> de Gerardo Diego, fue
exactamente lo que la antología de Federico de Onís para sacudir el árbol exhausto del
post-dariismo. Todos aprendimos mucho de Gerardo Diego, todos le debemos, allá y aquí,
mucho más de lo que confesamos.

El dinamismo interior suyo hizo posible su adelantamiento en tantas zonas de lo más


nuevo, desde los días semilúdicos, semiprecursores del Creacionismo, las hélices y los
paracaídas del Huidobro de Altazor y de las <<extravagancias>> de Guillermo de Torre y
todo el grupo. Gerardo Diego que parecía que nunca había roto un plato, hacía saltar por
los aires las viejas vajillas esqueléticas ya.

124
Porque dentro y detrás del señor inalterable, palpitaba un muy cálido corazón.
Personalmente quiero contribuir a la férvida evocación, tan merecida, que en el Centenario
del nacimiento de Gerardo Diego se está haciendo, con la impertinencia de una anécdota
personal. Mantuve con él, en La Habana y luego aquí, una amistad apropiada para el estilo
de Gerardo Diego179: amistad serena, sin estrépitos, sin golpecitos en la espalda y sin
abrazos (hay en la comedia de la vida mucho abrazo que es puro <<abraso>>). En el
primer día de Navidad de mi nueva vida como exiliado en Madrid de un régimen que por
entonces era visto como la resurrección de Cristo y la consumación de la Utopía, cuando
casi nadie me dirigía la palabra por no ser confundido con los cubanos malos, enemigos de
la renovación <<salvadora de Cuba y del mundo>>, se presentó de súbito en mi casa el
poeta Gerardo Diego: <<Vengo a invitarlo, dijo, para que pase esta noche de Navidad en
mi casa con mi familia. No quiero que se quede solo>> 180.

No me fue posible aceptar aquella conmovedora invitación. Pero sí pude tocar natural y
nítidamente el cordial corazón de un hombre que parecía lejano y remoto, indiferente y
frío.

¡El cálido corazón de Gerardo Diego! Quisiera que ese sentimiento de su verdad
verdadera, presidiera y preludie hoy la lectura de sus nobles poemas.

Volvamos un instante sobre las palabras de Francisco Umbral que son más
representativas de la acogida que tuvo Baquero en España, que el buen quehacer
del noble caballero, Gerardo Diego. A punto de cerrar su artículo de El Mundo,
el 13 de febrero de 1994, Umbral expresa: “Gastón Baquero supongo que sigue
vistiendo de las sobras de algún marqués difunto, adecentándose de
guardarropías muertas”. Pues bien, si Baquero nunca vistió de sobras de nadie, sí
es cierto que estuvo al borde de la mendicidad por la mezquindad con que
España lo trató. Ya mencionamos con anterioridad las míseras pensiones que
sacó de su arduo quehacer en el Instituto de Cultura Hispánica y en Radio
Nacional de España. Baquero estaba necesitado de dinero y de una buena
atención médica que el sistema de salud español no provee, por más que sus
políticos lo presenten como el no va más. Tal era su desespero económico
estando ya severamente enfermo, que nos pidió le acompañásemos a la que fue
su última aparición en público antes de internarse definitivamente en la
residencia de la tercera edad de Alcobendas – que hoy lleva su nombre -,
perteneciente al INSERSO. Allí pudo recluirse gracias a la intervención de
ciertas personas del Ministerio de Asuntos Exteriores interesadas en la
neocolonización de Cuba, que ejercieron su influjo sobre la entonces Ministra de
Asuntos Sociales, Cristina Alberdi, quien cedió a las peticiones de su Excelencia,
“administrador colonial” en palabras de Fidel Castro, el amado hijo de España.

179
Indiscutiblemente sólo podían coincidir en ese sagrado terreno de la amistad, poetas con los
valores y la sensibilidad que compartían Gerardo Diego y Gastón Baquero.
180
Sirva la inserción de este artículo para ilustrar la bondad y nobleza de Gerardo Diego, frente a
la maldad, la canallada y la bajeza que caracterizan a una gran parte de la población española.
Que también sirva para dar una idea somera de lo que vivió Gastón Baquero y de lo que hemos
vividos otros, salvando las distancias entre ese grande y nosotros.

125
Capítulo XVII

Era el martes, 4 de abril de 1995. A las 19:05, Baquero y quien esto escribe
abordamos un taxi en la calle de Alcalá, donde confluye con Jorge Juan y
Antonio Acuña. El poeta necesitaba ayuda constante. Había que ayudarle hasta a
introducir sus piernas rígidas para poderse sentar en el taxi. Pasados estos
sofocos en torno a la fragilidad del gran cubano que emprendía un viaje más
hacia la humillación, indicamos al taxista nuestro destino. Íbamos para la
Avenida de los Reyes Católicos 4, al Instituto de Cooperación Iberoamericana –
el gran aliado de los agentes castristas. Allí en la 1.292ª Sesión leería una
selección de su libro de poemas, entonces inédito, Autobiografía del hijo,
Fernando G. Delgado. La presentación estaría a cargo de Carlos Bousoño.

Personaje muy influyente este Fernando G. Delgado; se imponía por necesidad,


por mendicidad, la presencia de Gastón Baquero en el Aula de la Tertulia
Hispanoamericana ese día.

Delgado representaba al santo milagrero. Tenía en la tinta de su estilográfica el


agua del Santuario de Lourdes, en su boca las predicciones de Fátima y ante los
chulos sindicalistas al servicio del PSOE y Felipe González – en ese momento –
era una especie de Escrivá Balaguer. Su palabra era infalible en ciertos asuntos
aunque no fuese el morador del Vaticano – también aliado de Castro.

Sí, Baquero no tenía más remedio que estar presente, bien que en contra de su
voluntad. Fernando G. Delgado le estaba tramitando una pensión digna de
160.000 pesetas y el derecho a utilizar los servicios médicos de que dispone
Radio Nacional de España para sus empleados. Cumplió el “santo canario” con
su promesa en lo de la pensión, lo de los servicios médicos nunca llegó a
materializarse. La residencia de Alcobendas reclamaría luego el 75% de esos
nuevos ingresos de Baquero conseguidos al estilo español. Tradición que tan bien
retrata el que fuese en verdad gran canario –su desdén por Cirilo Villaverde181
aparte -, Benito Pérez Galdós. En aquella lectura de Delgado había gran
despliegue de medios de comunicación y muy poco público. Reflejo de su
omnipotencia en Radio Nacional de España. Carlos Bousoño se nos acercó y dijo
a Baquero que él siempre votaba a su favor en todas las propuestas para premios.
El mejor de los piropos de un exhausto Baquero fue “hipócrita hijo de Satanás”.
El gran José Olivio Jiménez que promovió a toda una generación de poetas
españoles y algunos más, estaba al tanto de toda esta animadversión en torno a su
paisano. De aquella farsa nos retiramos tan pronto fue posible, sintiéndose
Baquero muy mal física y moralmente. Aquel ultraje, aquella prostitución de su
dignidad le producía repugnancia extrema. No paraba de lamentarse diciendo:
“mi exilio no ha servido de nada”.

181
Autor de la que se considera la obra cumbre de la literatura cubana: Cecilia Valdés o la Loma
del Ángel.

126
También hay que decir que fue por esta necesidad económica que Baquero
cedió a los chantajes del Ministerio de Asuntos Exteriores de España y de ciertos
cubanos sin escrúpulos, para que participase en la mamarrachada auspiciada por
esta Institución gubernamental española, y que se tituló <<La isla entera182>>.
Por la parte cubana el Judas fue Pío Serrano y la española tuvo por alcahueta a
Pilar de Saro y Saro.

182
Evento destinado a reunir poetas de dentro y fuera de la isla. La calidad del encuentro fue
pésima. Teniendo como centro a la figura de Lezama Lima; estuvo más cerca de un anecdotario
que de un trabajo académico. Baquero consciente de sus males físicos y económicos decidió
sumarse a la comedia para apalancar su papel de limosnero.

127
Capítulo XVIII

1995

Revisada la desesperada situación de Baquero en todos los órdenes y antes de


volver sobre las consecuencias de este Homenaje Internacional celebrado en
Salamanca, veamos como discurría la vida real de Gastón Baquero.

Rotas sus relaciones con El Nuevo Herald y su tribu de desalmados, Baquero


empieza a ganarse la vida colaborando en el diario El Nuevo Día de Puerto Rico.
En 1992, tras largos años de silencio y sepultura, gracias entre otros a don
Camilo José Cela, ABC reabre sus puertas al gran periodista cubano. No obstante
la salud de Baquero iba decayendo y se deterioraba por día.

A pesar de las groserías de que fuese víctima Baquero por parte del odioso hijo
de Mario Vargas Llosa – Álvaro – y el elemento fascistoide cubano Carlos
Alberto Montaner, ambos lacayos al servicio del imperialismo yanqui, Gastón
Baquero no se negó a colaborar en el centenario de la caída de José Martí en El
Nuevo Herald, por lo que ese día, 19.05.1995, recibe una llamada de una amiga y
admiradora desde Miami, de nombre Sara Cabezón Feito que deseaba felicitarle
y elogiarlo por su artículo. Le comparó con Leví Marrero y dijo que periodistas
cubanos derramaban mieles sobre él, encontrándose entre ellos: Virgilio Beato,
Agustín Tamargo y Bernardette Bardó. Poco entusiasmó aquello al abatido poeta
que tomaba altas dosis de digoxina, diemil, pharmaton complex, biz y asternolí.
Ese día había llegado temprano junto al lecho del poeta que reposaba
tranquilamente. Había bebido un vaso de leche calentado por Agustín – el
practicante con sida. Se mostró muy conversador, recayendo el tema
fundamentalmente sobre lo aparecido en el ABC, incluida su colaboración. Le
molestó mucho, y con razón, lo escrito por un tal Sánchez Barba catedrático de
Historia en la Complutense que acusaba a Martí de traidor. No olvidemos que
Baquero había rescatado el cuadro de José Martí que colgaba en el salón de su
vivienda del contenedor de la basura del Instituto de Cultura Hispánica donde
había sido depositado por orden expresa del duque de Cádiz, ya que a ésta
lumbrera se le ocurrió pensar y expresar que “por culpa del Martín ese perdimos
a Cuba”. A partir de ese día comencé a ocupar su sillón que nunca nadie había
profanado hasta entonces. La salud comenzaba a mermar y le obligaba a guardar
cama. El día anterior 18 de mayo le habían instalado la teleasistencia y se había
fatigado mucho elevando el tono de la voz para probar el funcionamiento de los
equipos. El quedarnos a solas y sin llamadas nos daba gran satisfacción a los dos
porque recuperábamos el placer de la conversación espontanea e ininterrumpida.
- incluso en ocasiones como esa que significaban el final de años de charla bis a
bis y sin otra interferencia que mis visitas al descolorido Rudolf Nureyev que tan
dignamente cubría los cristales faltantes en la puerta del baño con el estoicismo
propio de todos los condenados a la Siberia por los progres de turno y vigilancia

128
militante en los diarios y rotativos menesteres. Empero el bardo oriental era
incapaz de pedir un vaso de agua para no causar lo que el creía molestias. Ese
día, el primero en años, que nos vimos separados en su propia casa lo acusé de tal
modo que escribí lo siguiente sentado en su poltrona:

En esta vivienda cuando no hay ruido perturbador, ajeno a su propio latir, el silencio
sabe venerar la excelsitud de su inquilino. Las ideas afloran aquí como se asoma un niño a
una ventana a ver el río fluir, y flotan por el aire tantos pensamientos preñados de ternura,
comprensión y cariño que no hay alimaña física o incorpórea que transgreda la paz tácita
aquí reinante.

Algún paso perdido, suelto, que se apaga, arriba o al lado, pero las gruesas paredes
retienen todo sonido agudo para resguardar a su morador. Late aquí sólo la vida del poeta
que yace reposando de tanto trajín y algarabía, de tanto viaje, de tanto ir y venir a La
Habana braceando entre las olas y con el gran esfuerzo añadido de llegar hasta Banes
cruzando la indómita manigua y los caudalosos ríos de Oriente que a su amado Titán
acogieran y cobijaran antes de atravesar la isla, y exangüe ofrecer el hálito final que ahora
aquí se nos avecina como visitante no deseado.

La primera señal de ese empeoramiento había ocurrido el día 15 de mayo de


1995. Ese día tiene que ingresar por urgencias en el hospital de la Princesa por
vez primera. Se le diagnosticó una lipotimia, pero comienzan a sucederse estos
estados con mucha frecuencia.

La historia se repite el domingo 20 de mayo. Ese día como tantos otros desde
hacía un buen número de años, llegué a casa del poeta a las 10:00 horas. Al poco
rato llegó el practicante – un chico con sida de nombre Agustín – y lo inyectó.
Baquero abandonó el lecho acompañado por mí, pero por sus propios pies. Tras
finalizar sus necesidades nos fuimos a su estancia de siempre. Leyó los
periódicos y habló poco. Como a las dos horas y después de haberme hecho
anotarle, siguiendo la radio, los resultados de la lotería nacional de la que era un
incondicional – tal vez con la esperanza de todo desposeído – empezó a sentir
frío. Le traje una manta de su habitación. No siendo suficiente, le puse la mantita
eléctrica. Le entraron sudores y a fallarle la respiración. Terminó la mantita
eléctrica haciendo la función de manguito tras envolverle las manos en ella.
Posteriormente procedí a darle alcohol de 96 grados en las sienes y la frente hasta
que apareció el alcohol de romero. No siendo el remedio suficiente, me pidió le
untara la pomada <<calmatel>> que él solía llamar “calmalotodo”.
Posteriormente quise llevarlo para la cama y se negó. Al empeorar, llamé a
Antonio - el portero de la casa – para entre los dos acompañarlo a la cama. Se
sintió incapaz de sostenerse y requirió la señal de la teleasistencia. Se estableció
la comunicación perfectamente y en eso llegó un amigo del vate que no me
incube desvelar su identidad por respeto a la intimidad – lo más sagrado de todo
individuo y que es de canallas desvelar cuando se nos hace depositarios de la
confianza total y absoluta.

Primero llegó una médico y enseguida detrás la ambulancia. Entretanto llamó


Paco Brines y como creíamos que era el médico de urgencias, puse a Baquero al
teléfono para que explicara la situación. Al percatarme de lo que sucedía metí el

129
dedo para cortar la comunicación. Brines repitió la llamada y la tercera persona
presente le dio una breve explicación.

Costó mucho trabajo sacar a Baquero hasta la silla de ruedas. Cogí su chaqueta.
Lo subimos entre quejidos y ahogos en la camilla. Yo me fui con él en la
ambulancia hasta el hospital de la Princesa nuevamente. Detrás en su coche nos
seguía la tercera persona. En el trayecto, Baquero me hace entrega de un fajo de
billetes y me pide los entregue a su amigo. El diagnóstico volvió a ser una
especie de lipotimia con arritmia cardiaca, aunque esta vez estuvo regada por
abundante sudoración fría que sequé con una toalla. Regresamos pronto a casa.
Fui testigo presencial de un amor especial entre hombres a pesar de la diferencia
abismal de edad existente entre ambos. Esta hermosa relación discreta y digna se
remontaba a treinta años en el pasado y aún sobrevivía fresca y lozana
manifestada a través de un cariño latente allí manifestado.

Por fin, siempre valiéndose de influencias – así es España – consigue que lo


internen en el Hospital de Getafe en el Departamento de Geriatría. El lunes 22 de
mayo de 1995, mientras aguardábamos la ambulancia para el traslado a Getafe, le
dio un fuerte ataque – “sirimba183”- diría él, del mismo tipo. Como era el que
estas páginas escribe quien había de acompañarlo; he de decir en primera
persona, que me pidió le diera fricciones con alcohol de romero por la frente.
Siempre tuvo Baquero mucha afición por todo lo que fuese medicina tradicional,
por el producto del campo. Herencia de su Banes natal. El guajiro184 que siempre
moró en él. Ocupó entonces la cama 1 de la habitación 313.

A partir del ingreso de Baquero en Getafe conjuntamente con la comedia falaz


de los medios de comunicación, comenzó una guerra declarada entre fascistas y
comunistas cubanos, al más puro estilo de La Habana y Miami. Ya sabemos que
heredamos de España la carencia de moderación, de términos medios o
conciliatorios, de ser capaces de hacer una política medio decente y sin el puerco
racismo por medio. No por gusto me decía Baquero: “Somos los hijos y los
nietos de España, no te olvides”.

El mismo día de su ingreso la tarjeta de visitas fue secuestrada por manos


duchas en el hurto, por ello al día siguiente me hice con un pase al que conseguí
añadirle un sello de permanente gracias a la colaboración de un médico llamado
Juan, quien al tiempo me informa de que Gastón Baquero estaba al cuidado de la
doctora Torres. Cuando llegué a verle el viernes 26 se puso muy contento y me
confesó dos cosas: su preocupación por el rapto del pase para impedir mi acceso
a él y las molestias que le causaban tantas visitas falsarias. Al llegar yo, estaba
junto a él Conchita, la señora pagada por Víctor Batista185 para ayudarle en la

183
Palabra de origen africano, posiblemente bantú, muy empleada en Cuba en lugar de ataque.
184
Nativo del campo en Cuba.
185
Este ricachón se ha negado siempre a subvencionar nuestros trabajos compilatorios sobre
Baquero porque no formamos parte de su séquito de criados aduladores y gentuza chusma y de
baja estofa que patrocina por amor y vocación a la cochambre.

130
casa, quien al verme se mostró satisfecha y cordial cediéndome su puesto de
cabecera junto al vate. Otro tanto hice cuando irrumpió la persona más cercana
en sentimientos a Baquero. A su vez Conchita se fue a conversar conmigo y me
contó como la tarde anterior se habían aparecido Marta Frayde acompañada de
Andrés Lacau y un tal Juan. El enfermo, que no podía oír ni mencionar a la
Frayde de tanto que le disgustaba por sus actividades represivas en Cuba contra
los homosexuales cuando ella ocupaba un alto puesto en el Ministerio de Salud
Pública, se puso iracundo y sólo permitió subir a la indeseable señora sin ningún
otro acólito. Ya tenía bastante con la presencia nada grata de Enrique Tous y
Roberto Fernández Riaño, dos fachas del Centro Cubano en Madrid que nunca
ayudaron a Baquero a nada más que a morirse. Tous y Frayde se pedían la cabeza
y coincidieron allí para colmo de dichas.

Cuando se hubo marchado la persona que por orden jerárquico le correspondía


el puesto más cercano a Baquero, regresé a su lado y éste me pidió que lo llevara
a “pasear un poco como en los viejos tiempos cuando íbamos juntos a Cuba”.
Cuba era para él el monumento a la República que hay en el parque del Buen
Retiro de Madrid y donde se representa a la isla por la cornucopia de la
abundancia derramándose; de ahí viene la maldita obsesión colonialista
encarnada en el perenne “más se perdió en Cuba” que tanto mola a los seguidores
del general Mola progresistas o fascistas. Cuando todavía su salud lo permitía
Baquero me pedía que lo acompañara mañana por mañana a dar “este viaje de
retorno a la Patria” que nunca se dio en la realidad. Accedí gustoso a su petición
porque lo notaba en buen ánimo que no tardó en manifestarme como en los
viejos tiempos – ahora soy yo el añorante. Le traje el andador y con ayuda de un
celador lo levantamos, iniciando inmediatamente el hidalgo y su escudero el tour
que él aprovecharía para verter – como siempre – sabiduría en mi memoria ávida
de conocimientos a tiempo completo. Allí estaba el dómine en su territorio
favorito con el discípulo presto a la vera y tardó nada en ejercer su magisterio.
Salimos de la sala y nos pusimos a contemplar el Cerro de los Ángeles. Su
lección comenzó por decirme que era el punto más central de España y prosiguió
por instruirme que allí durante la guerra ambas facciones fusilaban a sus
prisioneros, que los comunistas habían disparado contra el Cristo diciendo que
habían matado a Dios. Me habló de que Alfonso XIII había consagrado este
monumento al Sagrado Corazón, de las fiestas de Getafe, de que el 25 habían
bajado a la virgen y no la subirían hasta dentro de una semana; mientras ésto no
ocurra el pueblo está de fiestas. Caminamos hasta más allá de la primera cabina
telefónica, él contento y hablador, yo expectante y oidor. Al regresar, antes de
ingresar en la sala se detuvo muy atildado y parsimonioso para decirme en un
tono de regocijo y satisfacción suprema que Maceó se llamó Antonio de la
Caridad. Eso significaba para él cerrar con broche de oro nuestra passeggiata. En
el camino de retorno me pidió una pastilla de menta o algo similar. Le di una
pastilla de almax, que tras chuparla me dijo le había sentado muy bien. A
escondidas le deslicé el paquete con las restantes en la faltriquera del pijama de
hospital. Llegó cansado a la cama y ya apenas habló más. Permaneció sumido
como en un letargo y somnolencia. Rebasado el horario normal de visitas llegó
alguien no grato a mi persona y escurrí el bulto dignamente para evitar

131
situaciones embarazosas. Debo añadir que esa tarde Baquero me advirtió que
anduviera con extremo cuidado para no caer en la trampa de firmar cartas a la
embajada cubana o a funcionarios comunistas a iniciativa de la resentida Simone
Lerch –arpía belga, ex mujer de un agente nazi. Al llegar a mi casa telefonearon
todo tipo de curiosos, encontrándose entre ellos el fallecido Wilfredo Surís,
falsificador de títulos médicos, para ensalzar las virtudes y amenazarme con sus
amigos delatores de la CIA.

***

El lunes 29 llegué al hospital a las 13:00 horas. El poeta aún no estaba de vuelta
en su habitación porque permanecía en la sala de escáner. En torno a las 15.00
horas lo devolvieron a su lecho de enfermo. Venía agotado y muy irritado. No se
mostró propicio a la conversación, más bien quiso mantenerse en el terreno de las
preguntas. Su primera interrogante fue si había habido algún regocijo por el
resultado de las elecciones, prosiguió muy persistente y reiterativo por inquirir
acerca del asunto de la carta que Simone Lerch quería enviar a la embajadora
cubana, Isabel Allende, para intentar vender los libros de su biblioteca. Dijo
sentirse muy contrariado y preocupado porque la susodicha carta llegase a la
embajada cubana y la hiciesen un documento público para pregonar su miseria y
petición de ayuda y amparo económico a las autoridades isleñas. Luego se ocupó
de verificar si había cumplido con el encargo que me había hecho para
transmitirlo a la funcionaria Conchita Antolinez Amat. Se negó a ingerir
alimento alguno, limitándose a la ingestión de unas pocas cucharillas de natilla.
A poco, llegó la doctora Torre quien de modo procaz e insolente, con muy mal
talante respondió a mi pregunta sobre el estado de Baquero.

- Ya le dije a su amigo ese que dice que es médico – en clara alusión a Wilfredo
Suris, que nunca fue amigo mío – y que pregona de atenderle desde siempre que
a este hombre lo estamos investigando y que no se emite resultado ninguno hasta
el final. Hemos detectado que tiene una lesión cerebral - alzando aún más el tono
de la voz – y hay que verificar si eso es lo que le impide caminar. Se harán rayos
x y más cosas, y ya veremos si hay que intervenir.

Toda esta filipica me fue espetada de sopetón frente al enfermo, en lo que


considero una falta de ética profesional y una carencia de modales rampante. No
más dar las espaldas la doctorzuela, el poeta me preguntó por lo concerniente al
tumor cerebral. Traté de restarle importancia al asunto para dar algún consuelo al
paciente, cosa que conseguí a medias. Logré que conversar algo más y fue
entonces que me habló de lo similar que habían sido las elecciones en épocas de
Alfonso XIII con las del momento, que aquellos habían cogido en total menos
votos que los socialistas, pero puntos más estratégicos, capitales importantes y
ciudades claves. Por mi parte yo no podía contener una risilla muy mal
disimulada por el talante de mala uva con que se expresaba.

- ¿De qué te ríes? - preguntó con picardía.


- De tus resabios - respondí.

132
- Es que esta mañana han estado aquí creando problemas Lorenzo Mena y Suris.

Tras este dialogo finalizamos la conversación y al irme a marchar me asió el


antebrazo mirándome fijo a los ojos.

Paz hijo. Paz, que haya paz. Encargate de ello tú que tienes sentido común.
- Adiós. No te preocupes, descansa.

Lo dejé con el alma embargada por la tristeza de lo que en su entorno ocurría y


su situación tan vulnerable en medio de aquella jauría irracional y mordedora. A
la salida del hospital me crucé con Conchita. Me sorprendí de verla porque
Simone pregonaba que habían suspendido la ayuda desde Valencia para pagarla.
Resulta que para evitar herir a Gastón Baquero se le hizo creer que la señora
Conchita recibía una paga de la comunidad valenciana y no del bolsillo de Víctor
Batista. Es gracioso reproducirlo porque él solía decir: Fíjate los dislates y las
locuras de este país que para pagar a esta mujer desvían fondos desde la
comunidad valenciana. Entre tanto Baquero no hacía más que lamentarse
repitiendo una y otra vez que su exilio había sido inútil y que al final había
venido a caer en manos de Cuba. Ironías del destino, expresaba
desgarradoramente.

El sospechoso doctor Suris contaba a su vez a Lorenzo Mena que iba a llevar al
hijo de Bacardí para que Baquero pudiese descansar tranquilo con respecto a la
venta de su biblioteca. Ya el vate estaba furiosísimo porque José Antonio Torres
había escrito a la adinerada familia Mestre pidiéndole la compra de los libros.
“No hay nada más degradante que mendigar,” decía con énfasis y enfado muy
manifiestos el poeta.

133
Capítulo XIX

Martes, 30. Después de hablar con Simone, ésta me dice de la necesidad


inminente de operar a Baquero y de las estupideces cometidas por Wilfredo
Suris. Acto seguido hablo con el galeno travestido que me dice que él y Lorenzo
Mena iban para el hospital en breve, sin tener el menor detalle de invitarme.
Decido ir por mi cuenta. Coincidimos los tres en la sala 313 alrededor de la cama
1 en torno a la 12:00 horas. En tolerante plática nos encontrábamos cuando
apareció la verdadera doctora Torres y no la mediquilla que hasta entonces había
estando falsificando su identidad. Esta mujer, la auténtica, supera los 50 años y
da la impresión a primera vista de ser una verdadera profesional. Lo primero que
hizo la doctora fue preguntar a quién de las tres personas presentes se le debían
dar explicaciones y contar con ella. Baquero reaccionó de inmediato, indicando a
Suris. Aclarado el punto se fueron aparte a conversar. La nominación como
depositario del secreto profesional infló hasta lo indecible la fatuidad del
achaparrado cubanejo, permitiendo que se fueran exultantes con una victoria
pírrica filtrándoseles por entre las gomas de sujetar las bragas.

Con ellos partió la sarna y quedó Baquero insistiendo mucho en que me


tranquilizara. Le ayudé a afeitar con la maquinilla eléctrica y ante los tirones de
pelos que daba el artefacto me dijo:

- No te olvides que por ahí dentro fluye sangre del Titán. En clara alusión al
valor de Antonio Maceo y al mestizaje que ambos compartían y del que tan
orgulloso se sentía el poeta.

Después, mientras yacía tendido en la cama le pasaba la mano por la frente para
darle un poco de consuelo y calor humano. Durante el transcurso de esta acción
le pregunté si no sabía por la santería que si alguien le pasaba a uno la mano por
la frente o por la cabeza le robaba la inteligencia. Me contestó:

- Manosea, manosea ahí para que te quede toda a ti, que irá a parar a buenas
manos.

Nos reímos juntos y volvió a insistir en la necesidad de hacerme responsable de


hacer prevalecer la paz y la armonía en torno a él. En eso llegó la encargada de
vestir las camas y aproveché para despedirme. Me dio un adiós muy tierno, pero
siempre aclamando por la paz. Consciente de la guerra de intereses políticos
mezquinos que había desatada en torno a su figura parecía querer encontrar algún
ángel pacificador, y tal vez ni yo fuese ese ser alado de la mitología bíblica ni
tampoco un embajador con la ramita de olivo entre los dientes, más propenso a
morder que a pacificar, a repartir bocaos a unos y a otros por igual por no
merecerme ningún bando respeto ninguno. Colateralmente Simone Lerch sueña y

134
levita con dar un golpe de efecto y convertirse en apoderada de la sobrina del
poeta, que presumiblemente iba a ser la heredera.

***

Miércoles 31 de mayo. Simone me llama muy temprano en la mañana para


pedirme le dejara el pase permanente y tras una argumentación se enfada y me
cuelga el teléfono. Un minuto más tarde rectifica y con voz y tono camelador me
habla de una intimidad profunda y rotunda entre ella y Víctor Batista,
presentándomelo como un hombre de confianza de ella con quien se codea,
bracea y revuelca a su antojo. Fue en ese momento que me desveló que era él
quien pagaba a Conchita y a la anterior asistenta social y no la Comunidad
Valenciana, guión que había diseñado ella a partir de una amiga residente en
Valencia y de nombre Lucila.

Fue durante el transcurso de esta conversación que la vieja Lerch me confiesa


que Víctor Batista Falla y Annabelle Rodríguez García tienen muy buenas
relaciones. La hija enchufada por el PSOE del Ministro batistiano y de Castro, el
truculento Carlos Rafael Rodríguez, ocupó durante años el cargo de Asesora
Ejecutiva del Gabinete del Secretario de Estado para la Cooperación
Internacional y para Iberoamérica en el Ministerio de Asuntos Exteriores. Le
correspondía el número de teléfono 366 79 86 y el fax 366 73 58. Entonces el
sistema de prefijos no se había incorporado oficialmente al marcado y sólo se
usaba desde provincias para tener acceso y viceversa. Annabelle Rodríguez, que
había estado casada con el cura arrepentido Mario Parajón, era a su vez colega e
íntima cofrade de María del Pilar de Saro y Saro, Asesora Ejecutiva de la
Secretaria de Estado para la Cooperación Internacional y para Iberamérica en el
mismo Ministerio de Asuntos Exteriores y le correspondía el número de teléfono
366 79 86. Harto elocuente la conexión de estas dos arpías por la misma
centralita y ombligo umbilical, y que veremos entrar en escena de modo más
profundo posteriormente.

Esa misma mañana, algo más tarde, llamó Alfredo Pérez Alencart desde
Salamanca para fijar con Gastón Baquero la fecha de la presentación de las
Obras completas. Había que escoger perentoriamente entre el 15, 21 o 22 de
junio como fecha última y tope. Añadir quiero que Simone Lerch me había
prevenido sobre Pérez Alencart y de su mujer, Jacqueline, como de unos trepas
inescrupulosos y capaces de cualquier cosa por ascender un peldaño. Decidí dejar
a la vieja Lerch ese día el pase y posponer mi visita para el siguiente. Era la
primera jornada en años que faltaba un día a la cita con Gastón Baquero. No iba
a ser la última por desdicha.

***

Jueves, 1º de junio. A las 9:00 horas ya estaba junto a GB. Había ido en mi
propio coche. Charlamos un poco mientras le pasaba la máquina de afeitar
eléctrica ya por los dos asociada para siempre a la sangre y arrojo del bravísimo

135
mambí y patriota que fuera Antonio Maceo. Le pregunté quiénes habían
publicado sus versos en La Habana y me respondió que la revista Credo,
añadiendo que era una publicación que se hacía pasar por pertenecer al obispado
y que por ello se suponía que su contenido era de carácter católico; que la gestión
o autorización la había dado un tal Carneado, personaje que atendía los asuntos
religiosos por el Partido. Prosiguió explicándome que lo que había salido en la
revista de la Fundación Pablo Milanés había sido un comentario en forma de
artículo sobre los versos dados a conocer en Credo.

Posteriormente le comenté que me iba a Vitoria el fin de semana y me dijo que


allí estaba enterrado el general Obando. Luego, cuando supo que también
visitaría Laredo aprovechó para darme a conocer que por allí había
desembarcado por primera vez en España Carlos V, siendo aún Carlos I y que
habiendo mucho barro un español lo había trasladado a cuestas. Una vez
depositado en lugar seco, Carlos V (I) se volvió y le dijo: usted será el Marqués
del Real Transporte, y de esa situación en lo adelante subsiste el título nobiliario
– marquesado - con ese nombre.

Me pidió que se prolongase la presentación de su obra todo lo más posible. Intuí


que presentía o temía no poder estar presente. De ese tema pasó a hablarme de
una mujer de nombre Emilia que había sido compañera suya en Radio Nacional
de España. Nunca he podido saber quien era esa señora.

A las 14:10 horas me llamó Mari Carmen, la chica de Tele Asistencia, para
interesarse por la salud del cubano, dejándome sus saludos y el deseo de una
pronta recuperación para el enfermo. A las 14:30 entró una llamada de Lorenzo
Mena para decirme que las pruebas practicadas a GB dieron que no tenía
glaucoma, que la falta de vista en un ojo podía ser de nacimiento y que él mismo
lo hubiese estado ignorando conscientemente toda su vida. Por regla de tres, y
siempre según Mena, el aneurisma cerebral compartía la apatía del poeta hacia
los padecimientos congénitos. El mediático Mena prosiguió informándome que
el día anterior la sobrina del poeta había consultado al eminente medicucho
Wilfredo Suris para preguntarle si existían motivos sólidos para desplazarse hasta
Madrid.

***

Martes, 6 de junio. Gracias a ir conduciendo nuevamente, a las 8:30 horas ya


estaba junto a Baquero. Lo encontré sentado con muy buen estado de ánimo y de
salud. La primea cosa que me dijo fue que el día anterior habían estado su
sobrina acompañada de Simone Lerch y otra persona. También me dijo de otra
visita para él más entrañable que ninguna y que ya he dicho no es de mi
incumbencia mencionar. Por mi parte, viendo el jaleo y la chusmería de baja
estofa que se arremolinaba junto al Baquero doliente, yo comenzaba a distanciar
mis visitas y a ir a verle a horas tempranas cuando fuese improbable tropezarse
con nadie más.

136
Estando junto a él pasó por delante de nosotros el Dr. Guillén, jefe de geriatría.
Baquero reaccionó de inmediato y me pidió que si entraba a la sala los dejara
solos. Así sucedió. Posteriormente el poeta me diría que pretendía aclararle que
nadie intentara firmar ordenes de intervención quirúrgica en su lugar o ningún
otro documento dando autorizaciones sin él consentirlas. El Dr. Guillén se
mostró muy correcto y profesional, como en su día lo hiciera la auténtica doctora
Torres.

El poeta fue más lejos, llegando a confesarme que él tenía toda su herencia
arreglada con la persona amada. También me pidió que no dijera nada a Simone
Lerch, que estaba a punto de cerrarse un trato con Delfín Bacardí referente a la
venta de su biblioteca. El último favor de ese día fue pedirme que llamara a Pío
Serrano y que comunicara por radio Martí que él se encontraba en “franca
recuperación”, a lo que yo añadí franca y notoria por lo cual se sonrió del modo
picaresco y socarrón que tácitamente tenía acordado desde siempre conmigo. Le
expresé mi voluntad de comunicar la misma noticia a la agencia EFE. Llamé a
Serrano y a Guadalupe González de EFE que pasaría el comunicado a través de
Gloria Valenzuela Comte del departamento de literatura de la agencia española
de noticias. Transmití la noticia envuelta en una placenta segregada por mi
propio parto intelectual. Baquero había estado padeciendo una perturbación
metabólica acrecentada por síntomas de astenia primaveral pronunciada.

De vuelta a casa recibí una llamada de Alfredo Pérez Alencart donde me


comunica que la presentación de las Obras completas de Baquero sería
definitivamente el 21 de junio porque al día siguiente el Presidente de la entonces
Fundación del Banco Central Hispano don Alfonso Escámez tenía que volar a
Canadá para un contrato. Añadió que en la presentación participarían Carlos
Bousoño, Francisco Brines, Alfonso Ortega (Director de la Cátedra de Poética
Fray Luis de León), Escámez y el propio Baquero, se suponía; además me
confirmó que el próximo martes estarían disponibles los libros.

***

Martes, 13 de junio. Vuelvo a ir en coche y a las 9:00 horas ya estaba a su vera.


Lo encontré sentado con muy buen aspecto, ya se había afeitado él mismo y se
mostró conversador en extremo con ese estado medio eufórico que lo lanzaba a
hacer gala de su erudición y conocimiento cuando sabía que su discurso iba a ser
recogido para cosecha futura. Todavía podía yo presumir de a ratos tener el
monopolio de la sabiduría de Baquero volcada en conferencias solo pronunciadas
para mis oídos. Visto en el tiempo me percato del privilegio del que gocé sin
límites y con toda la confianza del mundo.

Me habló de temas variados. Entre lo más relevante estuvo la conversación en


torno a Rafael Díaz Balart – padre de Lincoln y hermano de Mirta y Waldo. Este
tema vino por la entrega del prófugo americano magnate que Castro devolvió a
los yanquis. Me contó que Rafael era muy osado, muy arrojado y aventurero y
que había tenido relaciones con ese individuo para negocios, que él lo había

137
avistado cuando leyó algo en el Financial Times sobre la expulsión de Suiza.
Prosiguió su narración diciéndome que Rafael Díaz Balart era en algunos
aspectos muy similar a Fidel Castro, incluido el uso de la pistola, pero que
encaminaba sus fueros y sus ambiciones hacia los negocios y no a la política.
Otro nombre de pistolero famoso entre los estudiantes universitarios cubanos de
la época me dijo había sido Masferrer.

Más tarde la conversación tomó otro rumbo y ahora me hablaba de Baquero


Godoy, hombre de recursos que se estableció en España, y cómo en una de sus
visitas a un despacho que tenía Godoy en la calle de Alcalá le llamó la atención
sobre el modo en que tenía empleado a Gonzalo de Borbón – hermano del Duque
de Cádiz. El puesto era como una especie de ujier u ordenanza en una mesa en la
entrada. Le aconsejó que lo metiera dentro en algún despacho ya que debía
considerar que era un cubano empleando a un Borbón. Habló nuevamente de los
tiempos en que el Duque de Cádiz había sido su jefe, que aunque ignorante al
máximo, él siempre lo había tratado como su alteza. Dijo que Baquero Godoy
había pretendido utilizar a Gonzalo de Borbón para obtener tráfico de influencias
en los negocios.

Me aclaró ese día que Delfín Bacardí no era nombre, sino apellidos; y que éste
provenía del padre que había sido el famoso compositor Eusebio Delfín,
incorregible bohemio, mujeriego y seductor que le había destapado el corcho a la
hija de Bacardí y le habían obligado a reparar la ofensa, a lavar la honra y la
sangre del himen rasgado con el matrimonio. Bromeó y se rió como nunca al
decirme que cree que el compositor se inspiró para ensamblar la letra de <<La
guinda>>, en los sangrantes labios de la vulva cuando el mala cabeza le perforó
el agujero con su sacacorchos. Terminó enfatizando en que de ahí provenían los
actuales herederos del ron más vendido del mundo.

Antes de marcharme, como yo le hablara de la conmemoración de San Antonio


de Padua ese día, me recordó que también era la fecha del Santo Niño de Atocha.
Por último insistió mucho en recalcarme que yo estaba bravo - que en cubano
quiere decir enfadado. Me despidió diciendo:

- Recuerda que a Gastón Baquero no se le puede engañar.

El miércoles no fui a verle. A las 8:15 horas ya me estaba llamando Simone


Lerch para decirme que Alfredo Pérez Alencart la había molestado a una hora
intempestiva sólo por el hecho de que ella tenía fax y podía devolverle el aviso
de confirmación con toda garantía. A su vez me dijo que el día anterior había
llamado a la Fundación del Banco Central Hispano y conversado con Javier
Aguado, y que éste me llamaría en cualquier momento para confirmar conmigo
la fecha de la presentación.

***

138
Jueves, 15 de junio. A la hora matutina de costumbre ya estaba junto a la cama
1 de la habitación 313 del hospital de Getafe. Al no encontrar al poeta en su
cama pregunté por él al celador llamado Carlos y me respondió que lo habían
bajado a medicina nuclear a repetirle una prueba. Esperé largamente y agotado
de aguardar escribí la siguiente nota: Estuve por aquí, la impaciencia me expulsó.
Abrazos y salud.

Por la tarde, algo pasadas las 18:00 horas recibí una llamada telefónica con una
voz formal de secretaria preguntando por mí. Me dijo que don Javier Aguado
Sobrino deseaba hablarme. Nuestra primera conversación discurrió amigable,
correcta y familiar como iba a ser nuestra relación a partir de ese primer
contacto. Entonces la sede de las oficinas de la Fundación Central Hispano se
encontraba en la Ave. de América, 32, 6ª planta y los teléfonos eran el 337 74 34
y el 337 74 33, con el número de fax 337 72 36. Aguado me dijo que todo estaba
previsto para que el acto de presentación de las Obras completas de Baquero
tuviera lugar el 21, y se mostró preocupado por la asistencia del vate. También
me comunicó que tenía los libros listos y que me los enviaba esa misma tarde
con un mensajero, más unas invitaciones extras. Así ocurrió, con lo que me dio
gran alegría poder ser el portador de tan buenas noticias a mi amigo que sufría
hospitalizado y que se encontraba acosado por la gentuza que a su alrededor se
arremolinaba sacando partido de su indefensión en ese momento. Quedé con
Aguado en llamarle al día siguiente tan pronto como regresara de la visita al
poeta y que exploraría el terreno para preparar su entrevista con Baquero en el
hospital.

***

Viernes, 16 de junio. Antes de las 9:00 horas ya estaba junto a Gastón Baquero
con sus libros en una bolsa. Estaba en el baño aseándose, tardó en salir. La puerta
estaba entrejunta y por la sombra dibujada a contraluz pude verificar la torpeza
de sus gestos, debilitados por la enfermedad, al ponerse el pijama. Salió mal
humorado e irritado por la impotencia y el cansancio del esfuerzo ingente que
demandaba cualquier actividad para él. Vino directamente al desayuno, se bebió
el café con leche y posteriormente el febrectal y una cápsula de prozac de 20 mg
de color verde y blanco.

Según fue pasando el tiempo, después de comprobar que no lo llevarían a la


rehabilitación, recuperó un poco la calma y se va haciendo una paz consagrada
de la cual había disfrutado y compartido tantas veces junto a él cuando teníamos
la enorme dicha de estar solos sin terceras presencias en las que nunca tuvo la
menor confianza. Se sintió un poco acosado por mis preguntas en torno a la
presentación, Pérez Alencart y Javier Aguado. Me confesó no tener ánimos para
mirar los libros en ese momento. Al final nos reconciliamos y me pidió que le
hiciera el favor de llamar a Pérez Alencart y que le dijera que deseaba verlo
cuanto antes posible.

139
Se fue quedando sumido en su mundo y tras la reconfirmación de que no iría a
rehabilitación, pudiendo permanecer a su gusto en la habitación, me pidió una
almohada para recostarse contra la pared en el butacón de hospital vecino a su
cama. Fue alcanzando gradualmente niveles de serenidad hasta lograr esa
irradiación, toda esa luz que sólo los iluminados destellan cuando se les va
acercando el final de la vida. Fue entonces que me pide me estuviera tranquilo,
que no me fuera, que no me moviera y sentencioso como un padre tierno, dulce y
protector dijo:

- Acuérdate que la compañía está también hecha de silencios.

Mi visita sólo había sido interrumpida por la doctorzuela que se hizo pasar en
un principio por la Dra. Torres. Al entrar en la habitación dijo:

- Por favor que salgan los familiares.


- No es familiar -replicó Baquero.
- Soy amigo. Chillé sentencioso, autoritario y peleón, elevando la voz hasta
niveles de romper toda armonía posible.

Mi predisposición a la gresca entonó a la doctora que comenzó a transmitir en


mi frecuencia. Al marcharse, acompañada de su acolita, se despidió de mi
correctamente por primera vez desde que la conocía. La tensión arterial baja y las
pulsaciones por el suelo fueron la causa que le salvaron ese día de la
rehabilitación que tanto odiaba el bardo cubano. Cuando nos interrumpieron de
nuevo porque venían a asear al señor de la cama vecina a Baquero, aproveché
para despedirme de mi gran amigo. Le di unas palmaditas de ánimo y cariño en
los hombros y le susurré al oído una bendición por la que me dio las gracias y me
solicitó con amor en su gesto y mirada que volviera pronto. La persona
sentimentalmente ligada a él por décadas había llamado para hacerme una
petición muy correctamente, como de costumbre.

Al volver a casa llamé a Javier Aguado como había prometido. No se


encontraba en ese momento. Dejé el mensaje a su secretaria. Pasado unos 20
minutos recibí su respuesta y quedamos para el lunes en el lateral del Museo de
Arte Moderno Reina Sofía en el área donde comienza el Paseo de Santa María de
la Cabeza.

Decidí no ir el fin de semana para evitar el encuentro, desagradable siempre,


con terceros visitantes imprevistos. Por ello el domingo dejé mi pase permanente
a Alfredo Pérez Alencart.

***

Lunes, 19 de junio. Antes de las 9:15, hora concertada con Javier Aguado ya me
encontraba en el lugar acordado. Javier me había informado que conducía un
coche Audi 90 de color azul oscuro con matricula de Madrid para facilitar el
reconocimiento mutuo, pues era la primera vez que nos encontrábamos a pesar

140
de haber estado varias al teléfono. La impresión que recibí de Aguado fue la de
un hombre amable con modales correctos y excelente educación. Me dijo había
trabajado en el periódico Pueblo que en sus tiempos fue una publicación de gran
peso en Madrid. Baquero también hizo unas pocas colaboraciones para ese
rotativo.

Encontramos al poeta en buen estado de ánimo. Dijo que definitivamente no iba


a asistir a la presentación y que delegaba en Alfonso Ortega Carmona.
Posteriormente nos habló de España y del grave problema de las autonomías, del
gran peligro de los nacionalismos en Europa, poniendo como ejemplo el terrible
caso de Bosnia. En el viaje de regreso Aguado me preguntó por mi relación con
Gastón Baquero a lo que respondí con toda sinceridad, que nos unían la amistad
sincera, la literatura y proyectos de estudios míos con respecto a la vida y obra
del egregio cubano.

141
Capítulo XX

A las 15:40 horas me llamó Lorenzo Mena para decirme que al día siguiente –
martes 20 – trasladarían él y Suris a Gastón Baquero para la residencia de la
tercera edad de Alcobendas. Me dicto el número de teléfono 661 71 91 como el
de la mencionada residencia, añadiendo que habían ganado la pelea en torno al
internamiento de Baquero en una residencia u otra él y Suris. A las 17:00 llamé a
Javier Aguado para ultimar lo de la presentación, al no encontrarle en el
despacho me devolvió la llamada 20 minutos más tarde. En la conversación con
Mena obtuve una importante información que me sirvió de mucho. Me dijo el
pintor cubano, de brocha de afeitar, que el gran periodista cubano Luis Ortega
estaba en Madrid expresamente para visitar a Baquero. Ortega estaba alojado en
el hotel Sofitel de la calle Ventura Rodríguez en la habitación 401 y que el
teléfono era el 541 98 80. Allí fui a visitarle antes de marcharse de Madrid. Me
comentó Mena que Pío Serrano evitaba ofrecer información alguna y que le
echaba a él encima todo el muerto, y que Annabelle Rodríguez estaba para La
Habana a coordinar cosas en torno a Baquero.

Inmediatamente después de finalizada la conversación con Mena llamó Felipe


Lázaro en un tono extremadamente amable para los escasos contactos tras la
debacle baqueriana. Me habló en primer término de la presentación de Baquero,
tema sobre el cual me hice, como siempre, el desentendido y me expresó que lo
tenía abandonado. Prosiguió por invitarme a una presentación suya de una autora
de origen cubano llamada Carlota Garfield en el Sunset Boulevard. Respondí
cortésmente como siempre.

***

Martes, 20 de junio. Este día debido al agotamiento físico por el calor excesivo
decidí coger el autobús de la línea 444 en la parada de Santa María de la Cabeza.
A las 9:05 ya estaba en Getafe junto a Gastón Baquero, a quien encontré vestido
con sus propias ropas de andar por la vida, despojado de la indumentaria de
hospital, muy contento de talante y con muy buen semblante que me corroboraba
lo informado por Mena sin necesidad de hacer preguntas con respuestas obvias.
Al rato de estar junto a él me pidió que mirase su guardarropa para ver qué podía
haber aparte de su chaqueta. Hallé una bolsa con un par de calcetines sucios, dos
camisas limpias colgando y aparte, otra bolsa con 3 pañuelos limpios y tres pares
de calcetines en igual estado. Revisé la mesita de junto al cabecero de la cama,
retiré del cajón sus gafas que él se guardó en el bolsillo de la camisa que llevaba
puesta. Lo demás eran clinex, servilletas y caramelos; otro par de calcetines
sucios y la maquinilla eléctrica de afeitar marca Philips con la que después del
desayuno le ayudé a rasurarse en el cuarto de baño.

142
Degustó con especial deleite y fruición el desayuno. Comió algunas galletas de
maría de más de las estipuladas en el paquete reglamentario – como buen cubano
lo dulce le pirraba. Prosiguió el banquete con el febrectal – versión de
paracetamol – y el consiguiente prozac de 20 mg. Concluida la ceremonia del
desayuno nos pusimos a conversar aprovechando su predisposición favorable a la
platica y como había mucho que no lo pillaba en tal estado de cháchara comencé
a tirarle de la lengua.

- Usted siempre estuvo muy obsesionado con la muerte. ¿Cosa de juventud?


- No. Ahora de viejo y presintiéndola cercana lo estoy aún más.

Quiero aclarar que cuando realizaba preguntas de tipo divulgativo técnico al


bardo le daba siempre el tratamiento formal de Usted, fórmula nunca presente en
nuestra relación diaria.

Continúe nuestra conversación por los Nuevos poemas invisibles.

- ¿<<Nureyev>> es el póster que cubre la astilladura del cristal de la ventana o


un huésped especial para acompañar la acusada soledad de tantos años?
- Bueno. Es algo diferente al espíritu de Vallejo, pero está ahí manifestando su
arte desde una posición estratégica, soportando las inclemencias del tiempo por
culpa de permanecer la desvencijada ventana trasera abierta todo el rato. Lleva la
carga del polvo con un estoicismo sólo propio de los perseguidos y los exiliados.
Nos identificamos bastante el bailarín al que tanto admiraba y yo.
- ¿Y Coriolano?
- Al perro lo invento para hacerlo el objeto directo del tema poético, pretexto
universal, creador y regidor de la enunciación de los versos mismos.

Antes de dejarme meter basa nuevamente comenzó a hablarme sobre la guerra


de Las Malvinas, sobre la cual me dijo una frase cuya autoría correspondía a
Jorge Luis Borges: “Son dos calvos peleándose por un peine.” Eso había dicho el
argentino. Continúe aprovechando la veta inspiracional:

- ¿Cuándo dice “¡Remedio santo! ¡Bálsamo de Fierabrás! ¡Parche de copal!” a


qué se refiere?
- Evidentemente a lo que en Cuba se conoce popularmente como <<mano de
santo>>, o sea que cura con las manos. Acuérdate del día que hablamos de cómo
se curaban los empachos, de la salvia en los pies, de cómo cortar los rabos de
nubes con las tijeras. Aquel día te dije muchas recetas de ese tipo. No te olvides
que la naturaleza lo tiene todo previsto, que coloca el antídoto junto al veneno.
Así, la yuca agria que es venenosa siempre aparece en avecinamiento con la bija
que es el remedio.

- ¿Qué oculta detrás de <<El huésped>>?


- Es una simple evocación del gran poeta cubano René López que con todo y lo
común de su nombre que tanto afea al primer golpe de oído, antes de la

143
revolución de Machado la gente iba prácticamente en peregrinación a su tumba.
Era una especie de ídolo.
- El soneto <<Del pan y de la muerte>> está muy logrado. ¿Qué representa o qué
significa para usted?
- Lo primero, resume un poco el pensamiento de Unamuno del que yo fui tan
partidario en su momento y del que creo no haberme apartado en lo esencial.
Luego, considero que tiene un gran valor estructural y estético, que está muy
construido para la época en que fue concebido – 1942.
- ¿Y el <<Soneto>> de la página 240 dedicado al marqués de Acapulco, qué
entraña?
- Es para mi uno de los mejores y de los más queridos porque encarna la
sublimación de la belleza en el arte que entra por la combinación de la música y
la muerte. Esa cosa a la que creo todos aspiramos que es el irnos de este mundo
acompañados de algo reconfortante y para ello, al menos, yo creo que no hay
como la buena música. Ya sabes de mi pasión por la buena música y si es la
compuesta por Mozart pues ya no te digo más.

Hice uso de la ocasión poética para recordarle a Baquero la vez que iba para
Barcelona invitado por la Universidad a dar una conferencia y que yo le había
acompañado al aeropuerto, cuando al despedirme le dije requetebién y se volvió
para responderme “requetebién Florit”. Estimulado me recitó unos veros
intercambiados de modo epistolar en ocasión de un homenaje que se hizo al
poeta Eugenio Florit y que se publico en El Nuevo Herald de Miami. Dijo que
había sido un intercambio al modo guajiro con el estilo de la décima campesina:

Eugenio requetebién
me parece que el heraldo
en lugar de ponerte a caldo
te haya dado el parabién.

De Florit a Baquero:

Cual de Guillén
estos versos me han quedado
pero les tengo encargados
que te saluden también.

Posteriormente salté a hacerle preguntas sobre Luis Ortega de quien hasta


entonces solo conocía sus magníficos escritos periodísticos. Me dijo que eran
excelentes amigos y que ambos habían publicado ensayos, cuentos, etc. en el
diario La Discusión de La Habana en 1936, que Ortega también había sido
cofundador de la revista Clavileño, y que Alberto Baeza Flores era otro de los de
su grupo. Este día por vez primera en nuestros largos años de amistad me
aventuré a solicitarle a Baquero algún dato concreto para su biografía y su
respuesta fue la siguiente: “El biógrafo que quiera contar la vida de un poeta que
la busque en sus poemas.” Le rebatí respondiéndole que él también había sido
periodista. “Eso es algo que conviene olvidar en este momento, pero la regla a

144
aplicar es la misma.” Ahora basta ya. Esta fue su respuesta lapidaria. Es obvio
que, ante la posibilidad de un reconocimiento de última hora, el poeta temía
desenvolver documentos que pudieran irritar a los progresistas, siempre alertas y
a la caza de una palabra a la que sujetarse por más nimia que ésta fuese.

La crónica del día la cerré con Lorenzo Mena que me informó cómo él y
Wilfredo Suris habían trasladado al vate hasta la residencia de la tercera edad de
Alcobendas que está detrás del supermercado <<Continente>>, que a Baquero le
había sido asignada la habitación 408 ubicada en la primera planta y que el
teléfono al contactar era el 661 71 91, siendo el autobús idóneo el 151 que se
había de tomar en la Plaza de Castilla.

***

Miércoles, 21 de junio (el gran día). Tras dejar en el colegio al que fuera mi
hijo, antes de ser expropiado por su madre y abuela con técnicas de torturas
psicológicas, mis pasos se encaminan hacia la residencia del INSERSO de
Alcobendas. Después de un razonablemente distante viaje en coche de línea y
tras un primer tropiezo con una residencia privada por mala información,
llegamos a la residencia perteneciente al estado español y a la que Baquero tuvo
acceso gracias al tráfico de influencias que originado en el Ministerio de Asuntos
Exteriores fue a caer en manos de Cristina Alberdi, entonces Ministra de Asuntos
Sociales. Esta situación unida a la pensión arreglada por Fernando Delgado, a la
terrible abominación cometida por don Manuel Aznar sobre la persona de
Baquero, más la ayuda del caudillo Francisco Franco a Castro que superó a la de
todos los otros gobiernos, que nunca han escatimado en apoyar al vengador de
los yanquis, hacía que el bardo antillano se sintiera bastante más inclinado al lado
de los socialistas que a los del PP. De hecho recuerdo como cuando Baquero se
enteró de mi entusiasmo por el cambio de gobierno a manos de José María Aznar
me dijo en tono muy adoctrinador: “Ya te desengañarás y arrepentirás por ti
mismo, acuérdate de lo que te digo.” Debo confesar por honor a la vedad que me
propongo desvelar con la escritura de ésta biografía, que así fue. Algún día
cuando me toque desvelar mi vida sacaré a la luz todos los detalles y espero que
ocurra muy pronto.

Encontré al poeta a medio camino hacia la biblioteca, cansado y desanimado,


sentado en una silla con el andador delante. Al poco rato de permanecer junto a
él me pide que le localice al médico a través de una empleada llamada Adelaida.
Accedió Adelaida a la demanda y sugirió una silla de ruedas que se encargó de
traer. La silla era muy cómoda y elegante. Dijo Adelaida que intentara manejarla
él mismo y que al médico tendríamos acceso a las 11:30 – en ese momento eran
las 10:32- Baquero hizo delante de Adelaida unos desganados movimientos y en
cuanto ésta despareció por el pasillo me pidió que lo empujara hacia la
biblioteca. Revisamos los periódicos. El sólo miró algo de El País, y al ver que
no había nada sobre lo suyo me preguntó que si en los otros rotativos – Diario 16
y El Mundo – aparecía algo. La respuesta era negativa, por lo que nos fuimos.
Busqué un remanso tranquilo en aquellos hermosos y pulidos pasillos, donde

145
estuvimos a solas y en silencio, ya que donde habíamos estado antes, la cháchara
reiterativa y amplificada de las viejas sobre la petición de un cura nos mantuvo a
ambos muy agobiados.

Estando en ese recodo de paz por el altavoz se anuncia una llamada para Gastón
Baquero. Éste se anticipa con un gesto a que le sirva de emisario. Se trataba de
Javier Aguado. Lo primero que me comentó fue los horrores que decía el ABC
del día firmado por Lissette Bustamante. La única verdad dentro de toda la
bazofia divulgada por Bustamante fue precisamente la que no mencionó. Ella se
había aparecido el día anterior en la residencia, pero Gastón Baquero no quiso
recibirla. Ante ésta situación empezó a acosar con llamadas a quien esto escribe
para sacar información que no consiguió de modo alguno ni en mínimas dosis.

Retomando la conversación con Javier Aguado, dije a éste toda la verdad de


esas mentiras y más. Javier me dice que él leería un poema al final del acto y
desea saber cual es la preferencia y voluntad de Baquero, tomando en cuenta
algún poema en especial que el poeta estimase que resumía su pensamiento y que
tuviera una duración adecuada. La respuesta del poeta fue instantánea. Dijo que
el de la página 66, <<¿Qué pasa, qué está pasando…>> dedicado a Fina García
Marruz. La llamada de Aguado tenía su origen en la inquietante preocupación
que había sembrado la desconcertante desinformación emitida por la falaz noticia
elucubrada en la mente morbosa de Bustamante, ávida de protagonismo a toda
costa.

A quienes sí había recibido Baquero, y con mucho gusto y mayor satisfacción,


fue a Luis Ortega y a su mujer Olga Porres, que al decir de Baquero era una
verdadera santa.

El bardo me contó como durante el diálogo II de La Habana en abril de 1994, al


cual asistió Luis Ortega sólo por molestar al fascistoide Jorge Mas Canosa al cual
odiaba muy justificadamente, se le acercó Fidel Castro y le dijo:

- Caramba, Luis, los periodistas nunca se retiran


- Ni los comandantes tampoco - soltó Ortega a la velocidad de un rayo.

Todavía antes de quedarnos solos el poeta y yo vino un periodista de El Mundo


y entró una llamada de Luis María Ansón que atendí personalmente. Ya sin
moros en la costa y sin berros en la cañada pudimos el vate y yo tener unos
minutos de solaz y esparcimiento en su poesía. Hablamos sobre el poema
<<Himno al doncel de Sigüenza>>. Dijo Baquero que existía un palacio en
ruinas en Sigüenza (Palacio del marqués de Santillana) propiedad de la duquesa
de Alba, que preguntada esta última por los motivos por los qué no reconstruía el
castillo, respondió que porque tenía cien más para hacer lo mismo; que el
monumento a Martín Vázquez de Arce está cerca de la iglesia de Sigüenza.
Según Baquero, el doncel está leyendo, tiene un libro en la mano, y existen otros
dos monumentos en España con un muerto leyendo un libro: uno es el de
Menéndez Pelayo en Santander y el otro el de un obispo del cual no recordaba el

146
nombre ni el lugar. Por último añadió que ese monumento inspiró el poema
porque le hizo pensar en la llama del saber, en la sed del conocimiento,
encarnada y ardiente en aquella piedra fría a la intemperie desafiando el paso del
tiempo y todo tipo de inclemencias. La verdadera ansia por la sabiduría que
implica todo tipo de sacrificios.

***

Jueves, 22 de junio. Marché hacia la residencia después de dejar a mi hijo en su


colegio. Al llegar me encontré con Baquero saliendo del comedor tras el
desayuno. Se encontraba sudoroso y muy fatigado. Los pantalones amenazaban
con caer al suelo por pura gravedad ante la magrez del vate. Había perdido peso
considerablemente. Me pidió que intentara abrirle un agujero al cinturón.
Equipado de un tenedor conseguí aliviar esta situación. Mientras hacía esto, él
descansaba en una silla y sólo nos fuimos del comedor cuando ya lo cerraban. De
aquí echamos a andar hacia la cafetería. Él hacía uso del andador por primera
vez.

Nos sentamos a una mesa de la cafetería y fui a por dos infusiones de


manzanilla. Le estuve hablando del acto de presentación de sus libros la tarde
anterior, de cómo la favorita de las intervenciones para mí había sido la de Paco
Brines, y de como Carlos Bousoño no asistió, enviando en su lugar un escrito,
por alegar que debía estar presente en el homenaje que le organizaba un instituto
de Majadahonda que lleva su nombre. Añadí que en segundo lugar de
preferencias optaba por lo pronunciado por Luis Antonio de Villena; de cómo
Alfonso Escámez había leído Gastón Banquero, lo que produjo una gran
hilaridad entre los presentes; que Javier Aguado había estado impecable y de
cómo a la salida del acto abordé a Escámez y a Aguado para darles las gracias a
nombre propio y en el suyo. Nada parecía estimular al bardo.

Mencioné a todas las personas que de corazón se habían acercado a mí para


preguntar e interesarse por la evolución de su estado de salud, encontrándose
entre ellas las más auténticas: Ángel Rodríguez Abad, Mario Míguez –el chico
que padece elefantiasis en la memoria - , Manuel Borras de la editorial Pre-
Textos y el propio Paco Brines. No había manera de poder impactar de modo
favorable al entristecido y abatido Gastón Baquero. No paraba de quejarse, no
permitía que me apartase de él un instante. Cuando fui a hacer un gesto para
incorporarme e ir a llevar las tazas vacías a la barra del bar me sujetó el
antebrazo y me preguntó indefenso que a dónde iba. Me pidió por enésima vez
esa mañana que no me fuera a ir y dejarlo solo. Tenía miedo a la muerte. Por
último dijo: “La vida es cómica, las cosas llegan cuando ya no le sirven de nada a
uno.” Era una clara alusión a su pobreza anterior y a la euforia de gloria que
había en torno a su persona cuando siente que la vida se le escapa. La noche
anterior no había dejado marcharse a Simone Lerch hasta las 23:30, cuando ya
estaba suelto el perro guardián de la residencia.

147
De vuelta a casa, a las 14:30 me llamó Paco Brines. Hablamos largo y tendido.
Sus primeros comentarios fueron en torno al enorme número de erratas
ortográficas y de la no identificación de algunas secciones dentro del libro y sí en
el índice. Todo esto sólo en el volumen de la poesía, que, en el de ensayos me
comentó que el inicio de los diferentes libros sólo se podía identificar por la
marca en la parte superior. Coincidimos ambos en lo pésimamente trabajada que
había estado la edición. Brines abundó en torno a los canales de distribución,
cómo los distribuidores no hacían llegar los libros a provincias, y los libreros
nunca encargaban un ejemplar suelto de un cliente desconocido; para ello tenía
que ser un parroquiano habitual y que soliera hacer grandes volúmenes de
compra. Me contó cómo le había estado insinuando a Javier Aguado la
posibilidad de <<Visor>> como distribuidores. Esto me hizo recordar como una
vez Aguado me había dicho que la gente de <<Visor>> había estado interesada
en ser coeditares en el tema de las Obras Fundamentales.

Prosiguió Brines sobre cómo para el suplemento cultural de El Mundo la


próxima semana le habían pedido a él y a Luis Antonio de Villena una
colaboración sobre Gastón Baquero, ya que iban a poner estos libros como los
mejores del mes. Me interrogó Brines sobre una posible golosina para Baquero.
Le respondí que le encantaba el dulce de coco. Fue entonces cuando me dijo el
valenciano natural de Oliva que al día siguiente, viernes, iría después del sopor
del mediodía a visitar al cubano, acompañado de su paisano Manuel Borrás y del
prodigio de memoria, Mario Míguez. Antes de concluir su conversación Paco
Brines me dijo que al concluir el acto de presentación de las obras de Baquero
ayer había llamado a José Olivio Jiménez quien llegaría a Madrid el 11 de julio
próximo. Fue una conversación extensa, cordial y satisfactoria desde mi punto de
mira que concluyó con Brines dictándome su número de contacto en Madrid.

Para concluir el día baqueriano, Simone Lerch me llamó a última hora de la


tarde para decirme que Lissette Bustamante había querido justificar ante Luis
María Ansón sus mentiras publicadas en ABC el día anterior, poniéndonos a ella
y a mí como fuentes informativas.

148
Capítulo XXI

Viernes 23 de junio. Fui a la Universidad Complutense a ventilar unos asuntos


referentes a los trabajos de fin de curso del doctorado.

Me disponía a preparar la comida cuando llamó un personaje de voz melosa y


timbre pegajoso: un guanche de cuartería, arribista y pendenciero al estilo
femenino de uñas y tirones de pelos. Comenzó su conversación con diatribas y
encono hacia el sinfín de errores de las Obras de Baquero que ya era la comidilla
del ambiente literario y sus sochantres. Recalcó que lo mismo sucedía con
Celebración de la existencia, edición de la cual se encargó también el peruano
Alfredo Pérez Alencart. En la pésima calidad coincidía con el canario y con
todos, pero el veneno de este guanche siempre me ha repugnado en extremo.
Terminó el curita de la sotana aminifaldada proponiéndome hacer una visita
juntos a Baquero. Quiero decir que Gastón Baquero no podía ver a este individuo
desde el día que se le presentó en su casa con un cubano, un tal Iván de la Nuez,
y que le importunaron hasta la tortura sintiéndose él mal tras sufrir un vértigo y
posterior caída.

A las 17:30 estaba junto a Baquero que encontré acompañado de una mujer que
dijo llamarse Carmen, ser enfermera del hospital de Alcobendas y conocer al
poeta de RNE, donde ella había trabajado también. Como regresara con ella a
Madrid me habló de la posibilidad de operar a Baquero del tumor cerebral por
vía nasal. Estábamos los tres serenos y tranquilos en el recodo del pasillo que
conduce a la biblioteca, cuando hicieron acto de presencia los cubanos Enrique
Tous, Roberto Riaño – presidente, entonces del Centro Cubano -, Jesús
Manzabeitia – miembro de la directiva de la fascista Fundación Nacional
Cubano- Americana – y Jesús Carrasco – vice-presiedente del Centro Cubano.
Estuvieron un buen rato hablando sandeces y se marcharon justo en el momento
en que entraban Paco Brines, Manolo Borrás y Mario Míguez. Paco le llevó a
Baquero su último libro, editado por Tusquets, también le llevaron frutas y
dulces y un manuscrito presumiblemente perteneciente al poeta cubano José
María de Heredia.

***

Domingo 25 de junio. Salí temprano en mi coche para visitar a Baquero y como


me perdiera regresé a Plaza de Castilla donde aparqué y cogí el autobús de línea.
Ello fue la causa de que no llegara todo lo temprano para evitar encuentros
desagradables. Subí directamente hasta la habitación del poeta. Estaba tumbado
en la cama a lo largo, quejumbroso y fatigado. Parecía un niño gigante yacente,
con aquel dodotis y el cuerpo lampiño sólo cubierto por la camiseta. Desayunó
una infusión de manzanilla que le llevó la enfermera andaluza y a poco se fue
entonando el que no tenía deseos de levantarse. Dejó el lecho para ir al baño a

149
tirarse pedos sobre lo que le gasté alguna broma que nos hizo reír a ambos.
Después de esto me pidió le ayudara a afeitarse.

Bajamos en silla de ruedas. Ya se encontraba animado, con lo que me aventuré


a preguntarle pequeñas cosillas sobre las que tenía grandes dudas. Sobre las
manzanas me dijo que le atraían por su estética y por su sabor. Sobre su madre
me dijo muy mal humorado que la llamaban Nena. Insistí y para ello argumenté
que eso no era un verdadero nombre sino un diminutivo familiar. Fue entonces y
sólo entonces que me dijo que el nombre de su madre era Fredesbinda y el de su
padre José María. Creí que este nombre era inventado, algo fabulado a partir del
Quijote o literatura similar. Sabía que no coincidía con el de su carné de
identidad al igual que su edad, pero esto último no tenía dónde verificarlo. No
fue hasta septiembre de 2006, que José A. Torres me envió desde Nueva York la
fotocopia de un pequeño folleto- no siempre acertado – de una entrevista
realizada por Remigio Ricardo Pavón a José Baudín Vázquez en Banes en 1993
que pude verificar que el bardo no me mintió tampoco esa vez. Quiero aclarar
que si uno quería sacar alguna información a Baquero, ésta nunca se le debía
solicitar en forma de pregunta, sino darle pie a la charla porque de lo contrario o
se perdía su amistad o te salía con una de sus trolas tan bien urdidas a manera de
fábula.

En esas amenas y donosas pláticas nos hallábamos sumidos en el jardín de la


residencia cuando llegaron Pío Serrano y Aurora Calviño. Se tornó la
conversación en un melodrama de poca monta donde el discípulo de Carlos
Alberto Montaner se lució en pedantería. Su habla fingida, su sonrisa postiza, su
rostro inexpresivo y su mirada divagadora y perdida en los infiernos mostraban al
hombre presente ante la víctima que le va propiciar ingresos, a levantar el
nombre y a erigir un prestigio de hermanita de la caridad. Me llamó
particularmente la atención lo mal que habló Serrano del artículo publicado en El
Mundo el día 22, todo porque en éste se citaba a la editorial que publicaba
Poemas invisibles a Betania en lugar de Verbum. Es cierto que era un error, pero
no para originar tanta saña y resentimiento.

Más tarde corroboraría a través de la información suministrada por Lorenzo


Mena que Felipe Lázaro el director de Betania también poseía una mano negra,
confirmándome lo que me había dicho Simone Lerch, que en la Feria del Libro
recién concluida había estado informando que Gastón Baquero se encontraba
firmando en su caseta la obra titulada Conversación con Gastón Baquero de la
cual es autor y editor. La distribución de las invitaciones para la presentación de
las Obras de Baquero había estado a cargo de Alencart y Serrano, quienes
escamotearon y tapujaron todo quedándose la mayor parte de las personas sin
recibirlas.

***

Martes, 27 de junio. Acepté la compañía de Carlos Javier Morales para ir a ver


a Baquero. Cuando llegamos, subí a avisarle al poeta de la presencia del beato

150
canario ante lo cual hizo un gesto de fastidio y repugnancia con la mano y los
labios. Estaba en la cama, aunque bastante recuperado. A pesar de lo poco grata
que le resultaba la presencia de Morales, después de hablar un rato sobre su
poesía, el alimento del ego terminó por contener las nauseas. Dijo que por la
mañana le habían visitado Felipe Lázaro y Bladimir Zamora, el periodista
cubano, y que también había estado Fausto García Menocal. El numerario me
insinuó que existía una relación homosexual entre Zamora y Baquero. Debo decir
que este personajillo de los bajos fondos y los oscuros designios, conocido como
el Célibe Bachiller, es muy dado al cotilleo, a la insidia y la cizaña. No pocas
veces intentó predisponer desfavorablemente a José Olivio Jiménez contra mi
persona, a lo que mi paisano respondía advirtiéndome del peligro de su lengua
viperina y aconsejándome que no lo tratara porque era “muy mala persona.”

***

Sábado, 1º de julio. Por la mañana estando junto al poeta llegó a visitarle


Antonio Fernández Ferrer, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.
Durante la estancia de Ferrer llamó Eva Talamanca del departamento de gráficas
de la Agencia EFE. También llamó Santiago Castelo para comunicar al poeta que
Alicia Alonso le había pasado un fax de felicitación para él en nombre de ella y
de su marido Pedro Simón. Castelo insistió nuevamente en hacerme la pregunta
de si yo me encontraba a tiempo completo junto a Baquero. Más tarde la
conversación con Fernández Ferrer fue transitando por todos los vericuetos de la
poesía. Llegados al tema de la poesía negrista Baquero contó algo de como
siempre se colocaba al negro de perdedor:

- Un negro y un blanco acuerdan juntarse para comer poniendo ambos los


ingredientes. El negro, siempre jodido, pone el gallo y el blanco aporta el ñame.
Durante la comida el blanco no hace otra cosa que comer carne, por lo que el
negro le dice de un modo ridículo: Come la posta y deja langallo.

Evidentemente, el negro llamaba posta a los trozos de ñame y dice – langallo –


en lugar de gallo. Cuando había pollos en Cuba a sus partes troceadas, ya
cocinadas, se les solía llamar postas.

Como Fernández Ferrer estaba todo empeñado en disertar sobre su intervención


en el homenaje a Baquero en Murcia, forzó la conversación hasta que dijo que su
intervención estaría lanzada a partir del poema <<Con Vallejo en París mientras
llueve>>. Dijo Baquero que ese poema era un canto a los indios perdidos en
París, y que en la revista Versión Celeste había hablado ficticiamente, dentro del
campo de sus invenciones, de la presencia de un Vallejo que forzó a habitar en el
número 4 de Antonio Acuña y él en el 5, coincidiendo temporalmente que la
“muchachita” que entraba y salía correteando del portal 9 de la misma calle era
Sara Montiel, que nació allí, donde su abuela era portera. Narró Baquero cómo
cuando tras el final de la guerra que se celebró el Congreso de Valencia, Neruda
había quitado un puestecito – el hipocorístico es de Baquero – a Vallejo para
dárselo al viejo comunista cubano Félix Pita Rodríguez. Estando en el comedor

151
llegó el amante de Baquero, que se puso muy nervioso al verme anotando en mi
cuaderno la fecha de turno del oculista del poeta. Tan preocupado lo vi que le
expliqué las razones. Este hombre terminó esquivándome y aliándose con otras
personas, de baja estofa, en torno a Baquero. Por su parte, el poeta siempre se
cuidó de mantener conmigo un trato de suma cortesía y agradecimientos que se
limitaba a participarme en privado únicamente.

***

El ambiente en torno a Gastón Baquero es cada vez más mezquino y enlodado,


por lo que yo decido distanciar mis visitas al máximo y limitarme a ir en horas de
exclusiva quietud para no coincidir con nadie.

Jueves, 6 de julio. A las 10:12 me llamó Carmen, la secretaria de Javier


Aguado. Estuvimos conversando él y yo sobre temas diversos en torno a Gastón
Baquero. Aguado me habló de la distribuidora Celesa que lleva libros a otros
países de habla hispana y Miami y que se ha interesado por distribuir la obra de
Baquero. Quedo con él para las 17:30 en el Paseo de la Castellana esquina con
Marqués de Villamagna. No obstante, tuvo la amabilidad de dictarme su
dirección particular, síntoma de respeto y confianza. Añadió que le gustaría tener
una fe de erratas de la obra del cubano como referencia.

A las 17:20, diez minutos antes de lo previsto, ya rodábamos Javier Aguado y


yo rumbo a Alcobendas. Comenzamos por hablar de esas cosas que son sensibles
a todo padre de familia que se precie de tal. Después vino algo acerca de las
faltas de la impresión del trabajo de Baquero y de lo que había dicho Camilo José
Cela. Estuvimos muy pronto en la residencia y como no había nadie en la
recepción subimos directamente a la habitación del poeta. Allí estaba, tumbado
en la cama y escuchando Sinforadio como de costumbre siempre que las visitas
le dejaban tiempo. Estuvo muy correcto y procuró muy mucho durante la
conversación de pasar la mirada continua y alternativamente entre Javier Aguado
y yo. Se notaba claramente que estaba en su estado de ánimo recomponer las que
yo consideraba ofensas infligidas a mi persona por dedicarse a hacer carantoñas y
a adular a cierta gentuza de la que se valía indiscutiblemente a conveniencia
suya, pero sin mediar afecto verdadero alguno.

La charla entre Javier Aguado, Gastón Baquero y yo fue variada. Él nos contó
que el día anterior mientras cenaba hubo que retirarlo del comedor con una
lipotimia y que tras recuperarse había vuelto a terminar de cenar. Dijo lo había
impresionado profundamente el que tuvieran que retirar una de sus compañeras
de mesa del comedor en muy mal estado de salud. Habló mucho de la guerra
tradicional entre el Corte Inglés y Galerías Preciado. Dijo conocer personalmente
a Pepín Fernández, que emparentado con Ramón Areces siempre había cometido
las más grandes estupideces; como por ejemplo en materia de promoción,
anunciar siempre lo mismo que proponía el Corte Inglés. Habló de cuando
Fernández era propietario del Encanto de la Habana, de cómo tenía la tienda
asegurada con una compañía inglesa que luego le pagó el daño de la

152
expropiación. Dijo que fundó un Encanto en la calle de Fuencarral hacia la
esquina con la calle de la Farmacia, una verdadera locura, según expresó, porque
no había una infraestructura adecuada que permitiera sacar adelante la tienda,
carencia de aparcamiento añadido a la estrechez de las calles, etc. Aguado
mencionó que él había vivido en la calle San Mateo cuando vino a Madrid.

Se hicieron por parte de ambos comentarios y elogios a la carta enviada por


Alfonso Escámez a Baquero, y éste se disculpó sentidamente por no haberla
podido responder hasta ese momento. Aguado comunicó como la embajadora
cubana, Isabel Allende, había llamado a Escámez para protestar porque en el
discurso que éste leyó preparado por el propio Javier, se hablaba del Baquero
silenciado en Cuba. Cosa que ella negaba rotunda y ofendidamente, porque
afirmaba que era muy leído por toda la juventud cubana y que se estudiaba en la
universidad, llegando a aludir a los famosos versos publicados en Credo, sobre
los cuales ya hemos explicado las circunstancias, siendo el resto mentiras y
componendas limitadas a grupúsculos de elite de la Unión de Jóvenes
Comunistas y el Partido. No se dijo nada más de interés. Cuando nos
disponíamos a marcharnos Aguado y yo Baquero se dirigió al primero
diciéndole: “Cuídeme a ese muchacho que tiene gran talento y es amigo fiel y
honesto.”

Acompañé a Javier Aguado a ver las instalaciones de la residencia y tras ello


nos sentamos a conversar tranquilamente y durante un buen rato en uno de los
pasillos, ya que la cafetería estaba cerrada. Hablé a Aguado de cómo recopilaba
información para ir preparando la biografía de Baquero. Por su parte él me habló
de la propuesta de Cela para que la siguiente obra de la colección fuese la poesía
de José García Nieto. Así, de modo distendido y agradable transcurrió la tarde
hasta que bajado un poco el sol regresamos a Madrid y con la gran suerte de no
coincidir con ningún otro visitante en la residencia.

***

Lunes, 10 de julio. Fui temprano a ver al poeta. A las 10:00 estaba a su lado. Lo
encontré en la biblioteca solo y sin leer nada. Le manifesté mi enfado por el
tratamiento que últimamente me concedía en relación con el pasado y cuando se
encontraba rodeado de terceras personas consideradas no gratas por mí. Se rasgó
las vestiduras y se mostró muy asombrado. Me dijo:

- Eres muy bueno, pero muy susceptible.

Di el asunto por zanjado y le sugerí la posibilidad de concertar las visitas para


evitar esos encuentros desagradables entre personas que no tienen en común nada
más que rencores y miserias humanas. No mostró ni desacuerdo ni
desaprobación, se limitó a corregirme la palabra recibir por visitar. Como no
llegaban los periódicos, me pidió que lo llevara a su habitación para tumbarse en
la cama. No pudimos permanecer allí mucho tiempo, pues al poco rato llegó la
empleada de la limpieza y tuvimos que desalojar el recinto. Nos bajamos a la

153
cafetería y bebimos infusiones ambos. Comencé a hacerle preguntas sobre su
trabajo periodístico y fingió al principio sentirse molesto. Me dijo:

- Yo comprendo que tú aproveches el viaje hasta acá para tu estudio. Es lejos,


pierdes tiempo y esto te ayuda a ganarlo pero perdóname, no puedo hacer
grandes esfuerzos de memoria, me encuentro agotado.

Mas se contradijo en sus palabras, porque de inmediato comenzó a hablarme de


revistas como Mundo Hispánico, Cuadernos Hispanoamericanos, Versión
Celeste, etc. Llegados a este punto volvió una vez más a relatar sus invenciones
sobre Vallejo con ciertas variantes. Repitió lo de <<oye, mira, esos pasos son los
de él>> y que vivió en el número 4 de Antonio Acuña. Pero esta vez hubo
variantes con respecto a Sara Montiel. Dijo que había nacido en el número 13 y
no en el 9 como solía. Ahora, en lugar de correr, patinaba con 13 años y no con
9, y añadió que ya entonces los hombres la miraban con cierta lujuria o lascivia
porque tenía unas piernas muy bonitas además del rostro bello, y que se veía
despuntar la coquetería de la artista en ciernes.

Sobre el Diario de la Marina me contó cómo había sobrevivido los pocos


meses posteriores a su partida con muchísimos problemas. Debajo de cada
escrito aparecía como una reiteración o repetición del artículo que él no
recordaba como lo llamaban y que mencionó como <<apostillas>>. Esto no era
otra cosa que un nuevo escrito supuestamente enunciado o creado por un
colectivo obrero, un sindicato, etc., para quitar fe y veracidad a la verdadera
información. Enfatizó mucho y recalcó que quien había sido un verdadero héroe
por su valentía en no admitir contradicciones o censuras en la información en su
periódico, Avance, había sido Jorge Zayas.

Me dijo que había conocido a Lydia Cabrera en los años 20 en La Habana, que
procedía de una familia pudiente y de prestigio, que ésta se había exiliado en
Madrid y que de aquí había tenido que marcharse a Miami bajo la amenaza de
muerte por neumonía:

- Recuerdo que era un día de esos de diciembre en que el sol engaña mucho aquí
en Madrid. Ella salió a pasear, iba hasta con gabardina puesta; tenía esa inquietud
cubana por andar y andar. Se resfrió en serio y comenzó a padecer. El médico
dictaminó que no podía seguir saliendo a la calle en este clima, que se quedaba
en casa encerrada para siempre, tapiada a lo rotundo, o que se tenía que marchar.
Así fue como perdí la cercanía de Lydia que tanto me acompañaba,
admitiéndome en su casa cada vez que a mi se me antojaba.

Continuó la conversación derivando hacia Alberto Baeza Flores y Eugenio


Florit. Citó a Florit enzarzando sus valores y haciéndome saber que había sido
catedrático y diplomático. Sobre Baeza Flores me contó que había sido biógrafo
de Martí y que era un gran poeta. Aproveché para preguntarle qué biografía de
José Martí consideraba mejor si la de Alberto Baeza Flores o la de Jorge
Mañach:

154
- “Yo no puedo desdeñarte una biografía por otra. ¿Cómo voy a compararte a
Mañach con Alberto? Es como decirle al anón marañón. Mañach tenía el estilo
de la redacción; Baeza Flores la precisión de los datos. Esto no es para nada una
comparación; es una referencia para que te hagas ideas de cada cual. Luego lee y
saca tus propias conclusiones. Alberto Baeza y yo tenemos en común la poesía y
el periodismo, hasta en la manera de confeccionarlo. Yo nunca he podido
concebir un poema arrojado directamente sobre la máquina de escribir. Siempre
ha sido sentado pausadamente con una pluma y papel, como un acto sagrado para
perpetuar. Para nada puede ser interferido el trance poético por un movimiento
mecánico y mucho menos ruidoso. Es como romperle la estética al silencio. Si es
hasta un problema moral de lo interior. ¡Es tan impúdico que te sorprenda una
visita en la bañera!

“El periodismo es otra cosa. Ese lo lanzaba yo contra las teclas con verdadera
crudeza. Eso sí, con rigor y seriedad, pero no me dolía la intromisión medio
ambiental. Tenía que salir algo directo y momentáneo. Los dedos se disparaban
solos a contar, a informar que es de lo que se trata. Alberto Baeza Flores, tiene
un método de trabajo, y te hablo presente porque él aún ejerce el periodismo.
Pero detente, que es un gran poeta. No sé cómo Emilio Ballagas podía escribir
directamente sus poemas en la máquina y salirle tan buenos, tan melodiosos. Casi
se lo reproché varias veces y me respondía con una de esas sonrisas francas que
él tan bien sabía repartir.”

Dejando el espacio y el tiempo suficientes para reposo del poeta, sigo adelante
con la plática y le pregunté sobre las estancias respectivas de Lydia Cabrera y
Marta Frayde en París.

- Por favor, nada tiene que ver una estancia como la de Lydia Cabrera que fue
incluso anterior en tiempo y en todo con el paso, o mejor, el envío de Marta
Frayde a París a estudiar medicina como se hizo costumbre en aquella época.
Fueron muchos jóvenes cubanos a estudiar esa carrera a París. La madre de
Marta Frayde era una gran señora. La hija era un mundo aparte, con decirte que
fue antimachadista. Amiga de la gresca y la riña, todo lo contrario de Lydia que
no se metía en eso. Marta volvió envilecida de París, maldita para toda su vida,
corrompida hasta de sentimientos creo, pero tiene su mérito. Ahí la tienes, con su
edad hay que ver lo que se mueve. Está en todo y en todas partes. Si me oye me
mata pero ya uno está tan condenado por todas partes que uno más o uno menos
pesan poco sobre el corazón, sobre la conciencia que va tirando cada vez más
hacia lo veraz. Eso sí, hay que dormitar con frecuencia en la superficie de las
aguas y dejarse arrastrar; no por las corrientes, sino por el rizo del viento. Es
humano y hasta necesario a veces dejarse devorar las entrañas. Tú eres aún joven
y aunque sé con el sufrimiento que has crecido y te mantienes, alguna vez
sentirás el peso de los dilemas. Es un ajuste de cuentas de los años, hasta una
venganza de los excesos de la juventud. Marta Frayde masacró multitudes de
homosexuales desde su posición en el Ministerio de Salud Pública en La Habana.

155
Estando junto a Baquero llegó a visitarle Fernán Flores Jaramillo, novelista
ecuatoriano oriundo de Quito, ex embajador de Ecuador en Madrid y jefe de
Conchita Antolinez Amat. Aproveché para dejarlo en compañía tras un largo y
fructífero día.

***

Martes, 11 de julio. Fui por la mañana a ver al poeta. Lo único digno de


recogerse es la firma de la renuncia a la residencia de Manoteras que traía en
disputa a los fachas y a los rojos cubanos. Fue la oportunidad de trabar amistad
con la directora de la residencia Mar Gómez Bueno.

***

Vierenes, 14 de julio. Llegué temprano a la residencia y encontré al vate en la


biblioteca escoltado por Antonio Barba, el pelma que no le pierde pie ni pisada.
Me habló Baquero de José María Chacón y Calvo como figura de primera línea
colaborador del Diario de la Marina y de su padre Francisco Chacón, que
también lo fuera. Añadió que la sección de sociedad <<Rotograbado>> la llevaba
en sus tiempos como subdirector del Diario Luis Posada. Dijo que Fidelio Ponce
de León fue un pintor muy amigo suyo y padre de Poncito. Expresó su disgusto
por la misma estulticia con que continuaban comportándose los cubanos en el
exilio, siendo el mejor de los ejemplos la sección de <<Sociedad>> del Diario de
las Américas de Miami, equivalente al <<Rotograbado>> del Diario de la
Marina, con sus mamarrachadas de la ilustre pareja, la distinguida señorita, el
egregio doctor, etc. Finalizó, como siempre que hablaba del tema, con el
sentencioso: “volverán del exilio sin haber aprendido nada ni variado su
comportamiento.” Debo añadir que a Baquero le enviaban por cortesía, o por
babosería, el Diario de las Américas desde Miami, que tiraba a la basura con
desprecio, como hacía con todos los panfletos producidos por los “exiliados” que
caen bajo el apartado de “gusanos.”

En estas sabrosas y amenas pláticas nos encontrábamos inmersos cuando llegó


madame Lerch. Ésta comenzó por acaparar el protagonismo de la conversación y
arrastró a Baquero a su terreno hablándole de peces y pescados hasta caer en el
tema de la reencarnación al que es adicta por su manía esotérica. Fue cuando
Baquero cedió y dijo que él primero había sido un pez de ahí el <<Testamento
del pez>>, que después había sido un leopardo de Kenia hasta más tarde nacer en
Cuba. De esta ocasión se agarró madame Lerch para continuar con el pescado y
dijo que los más hermosos y sabrosos solían tener las espinas en mayor
abundancia, a lo que Baquero añadió en cubano: “los más lindos son los peores.”
Luego, valiéndose de una rendija dejada sin cubrir por la belga, el vate disertó:

- Yo una vez gané un premio de periodismo por una carta que escribí para incitar
a no pescar y a no cazar. A mi nunca me gustaron ni una cosa ni la otra. De niño
jamás tuve una caña en la mano ni tiré con una flecha. Es que no me llamaba la
atención hacerlo. Sí, jugué mucho a la quimbumbia, pero eso no guarda relación

156
con ese instinto cruel. Tampoco me bañé en un río nunca. Puede que haya pasado
por él por una necesidad y salir empapado por las circunstancias, pero nunca
habrá sido un acto espontáneo. En el mar sólo he metido los pies una sola vez en
mi vida, y creo que no se repetirá. Existe entre lo mejor de Ortega y Gasset un
prólogo a un libro de caza, que se títula <<Prólogo a un libro de caza mayor>> y
se lo escribió al conde de Romanones creo recordar. El conde se lo pidió y creo
fue de lo mejor de Ortega y Gasset.

Madame Lerch hacía todo lo posible por hacerme participe del coloquio del que
yo me había mantenido al margen, hasta que por fin logra que diga algo y fue mi
ocasión para preguntar al poeta cuáles eran los animales de su preferencia.

- Entre los animales que más me gustan están los gatos, pero nunca he tenido
uno; recuerdo allá en Banes las trampas jamaiquinas para coger gatos callejeros,
de esos que se te meten por una ventana y desaparece todo lo de la cocina, con
especial predilección por lo frito y las carnes. Terminan siempre los dueños por
cansarse y quieren matar al gato. Es cruel, pero es lógico. En la mayoría de los
casos es la subsistencia, la comida de los hijos. Por aquella época de mi niñez
circulaba un cuento jocoso, de esos populares. Se trataba de una mujer que tenía
un marido de nombre Raimundo, y por supuesto le llamaban Mundo; también
tenía un gato que se llamaba Mundo. El felino entraba y se robaba un bistec tras
otro. La mujer dice: “Ay Mundo que te los llevas uno a uno” (los bistecs), y el
marido pensaba que era con él.

La conversación siguió por los derroteros de los temas electorales. Contó lo de


la doble urna en México, una para depositar los votos los electores y una
escondida detrás para suplantarla a la hora del conteo. Dijo que de ahí provenían
los 98 % etc. Dije adiós y me marché a toda prisa.

157
Capítulo XXII

Lunes, 17 de julio. Salí hacia Alcobendas temprano por la mañana. Encontré a


Gastón Baquero en la biblioteca algo bajo de tono y no muy predispuesto a la
conversación. Al comenzar a hojear los periódicos aquello se fue entonando un
poco. Pasado un rato aparecieron en la misma biblioteca Pilar Saro Saro y
Carmen Diez la directora de la biblioteca del ICI. El poeta quiso ir a conversar
aparte, por ello dedicó un cierto período de tiempo a disculparse conmigo. Se
marchó, yo empujando su silla de ruedas, hasta el recodo del pasillo que a mi me
gustaba tanto. Como supuse, estas mujeres iban a negociar lo de la biblioteca
que, parecía entonces probable se quedara en el ICI, teniendo presente que había
muerto repentinamente Eusebio Delfín Bacardí.

La visita no fue excesivamente extensa. En ese ínterin de tiempo me llamó


Javier Aguado y pude enterarme de que quizás Alfonso Escamez le diera algo
más de dinero a Gastón Baquero. Era algo muy confidencial de su parte. Iba a ser
poca cantidad en cualquier caso. Ya se le había dado de antemano algo más de un
millón de pesetas pagando el IVA la Fundación del Banco Central Hispano.

Como en los últimos tiempos yo le había estado manifestando a Baquero mi


enfado por su actitud hipócrita, cuando regresó de hablar en privado con Saro y
Diez me dijo:

- Tú eres el amigo leal, franco, de confianza. Tú eres muy sensible, muy


delicado, muy educado, culto e inteligente. Tienes que olvidarte de tener
conmigo una relación puramente literaria. Tienes que comprenderlo y además
perdonármelo. Tú no necesitas de aceites ni almíbares para presentarte las cosas
porque representas lo puro y lo honesto. Entiéndeme y perdónamelo te lo repito;
yo… hay cosas de mi pasado que no recuerdo y otras que no quiero traer al
presente, por favor tenlo en cuenta…

En ese preciso instante se produjo la irrupción de un grupo de jóvenes


intelectuales entusiastas y amigos del poeta. Se trataba de la panda compuesta
por Ángel Rodríguez Abad, Leopoldo Alas, la cubana Nidia Fajardo y Raúl un
chico caricaturista. La presencia de este grupo de jóvenes intelectuales que le
admiran alimenta el ego y la moral de Gastón Baquero que desde el primer
instante se deshace en sonrisas e inicia una larga plática sobre Martí, toca a
Valeriano Weyler, recrea a la Avellaneda y vuelve a caer en manos de José
Martí, sin haber escatimado anécdotas de Maceo: el robo del supuesto reloj del
Titán de Bronce en Nueva York, o el robo del clavo de oro puesto en Cuba en la
estatua de José Martí para dar fe de la probidad del pueblo, que fue robado casi
de inmediato. En el curso de la narración de estas anécdotas reconozco la dosis
de invención del poeta, pero me gusta escuchárselas una y otra vez,

158
incansablemente, siempre que tiene audiencia, sobre todo de la que inyecta
vitalidad que tanto le regocija.

No faltó la protección de Valeriano Weyler a un nieto que le fue presentado por


una amante del hijo en el domicilio de Pintor Rosales. Dijo a la joven concubina
que se presentara a la tarde siguiente con el niño a las 16:30 – según Baquero.
Allí esperaba al otro día a la mujer según lo acordado, contando además con la
presencia de un notario. La hizo casarse con él y así le daba el apellido al nieto.
El día antes le había dado algún dinero al niño. Por supuesto, que antes de
emprender acción tan decisiva había consultado a su hijo acerca de la veracidad
de los hechos.

Además, habló de Banes, de Manzanillo, de Jíbara y de muchas otras cosas que


creo no merece la pena narrar. Llegada la hora de la comida parto con el vate
hacia el refectorio, mientras los jóvenes se despiden dejando detrás un halo de
alegría y rejuvenecimiento en el rostro y en el alma de Gastón Baquero. Lo dejé
en su puesto de siempre acompañado de sus compañeros de mesa y yo algo
contagiado por la presencia del grupo me fui a conversar con la guapa directora
de la residencia, Mar Gómez Bueno con quien tuve una hermosa conversación.

Cuando salió del comedor Baquero me dijo que el título del libro que preparaba
con Pre-Textos era La Fuente inagotable, y que él en un principio había sugerido
Aproches a Martí, explicándome el por qué se había fijado en ese arcaísmo.

***

Miércoles, 19 de julio. Doy el viaje concertado con Eva Talamanca y Alberto


de la agencia EFE. El poeta está fatigado y de mal humor. Cuando Eva le
propuso salir al exterior dijo:

- Nunca me han gustado los exteriores. No me gusta sentir el aire puro, necesito
estar encerrado, metido en mi mundo, que no se meta en mi cuerpo ninguna
partícula que pueda contaminar mi modo de pensar. No es una asepsia, es simple
y llanamente un modo de combatir la no contaminación por exceso de influencias
externas.

Fue imposible lograr ninguna otra conversación. Decidimos no insistir y nos


marchamos.

***

Jueves, 20 de julio. Viajo a la residencia de Alcobendas, por la tarde,


acompañado por José Olivio Jiménez, Adolfo Cueto y el canario Morales. El
primer tema y el más prolijo que se tocó fue en torno a Emilio Ballagas y las
condiciones que rodearon su muerte. Era el año 1954 y José Olivio Jiménez se
encontraba en España. Contó Gastón Baquero con lujo de detalles todo el
proceso final de Ballagas, como su madre (la de Baquero) estaba

159
permanentemente al lado del lecho de Emilio Ballagas, y que estando vecino a la
muerte requiere un sacerdote. Baquero fue a buscar un franciscano para que le
administrara el viático. Habiéndose negado el cura franciscano al tal menester,
porque Ballagas era divorciado y amancebado a la vez; Gastón Baquero, dijo,
que lo había madurado a insultos yendo a buscar a un religioso de otra orden que
le dio la atención espiritual requerida. Con esto, prosiguió, pasó los dos últimos
días de su vida disfrutando de una gran paz y se marchó a otras regiones
tranquilo y relajado.

Comentó Baquero de Pablo Lafargue el yerno cubano de Karl Marx y de la


muerte por suicidio que éste pactó con su esposa. Él era médico y había
esgrimido alguna vez la teoría, a edad temprana, que el hombre era inservible a
los 60 años. Por esa edad se autolíquida. Narró que cuando Lafargue pidió a
Marx casarse con su hija, éste le respondió que con qué recursos contaba para
mantenerla, fue entonces que le habló de las propiedades familiares en Oriente en
Cuba, donde habían ido sus antepasados huyendo de la guerra de Haití. No le
bastó al teórico del comunismo con la palabra e hizo que el futuro yerno le
presentara los certificados de propiedad. Fue así como accedió finalmente. Como
un padre convencional, nada proletario., finalizó el bardo.

A partir de aquí surge el tema de los juegos de palabras y Gastón Baquero


recuerda uno utilizado en un periódico argentino en la época de Perón que decía:
<<Perón respalda la constitución y evita la prostitución>>. Una clara alusión a
Evita la mujer de Perón como meretriz egregia.

Prosiguió el poeta para decirnos del marqués Kagada, que fuese embajador del
Japón en Cuba, y cómo hubo que hacerle un determinado arreglo, una adaptación
para que el choteo cubano no se cebara en la pareja. Luego pasó a contar como
tras el triunfo de la revolución, Jorge Mañach hizo incontables esfuerzos por
hacerse con una posición. Tras solicitar quince audiencias con Fidel Castro,
consigue ser recibido y le plantea que él es el hombre idóneo para ocupar el
puesto de embajador de Cuba en España. El comandante responde:

- Yo no tendría ningún inconveniente, pero el presidente de la república don


Manuel Urrutia tiene algunas objeciones - añadió que esto era gran burla si se
tiene en cuenta que Urrutia no tenía poder ninguno ni significaba nada.

***

Viernes, 21 de julio. Fui a ver a Gastón Baquero acompañado de la poetisa y


filosofa cubana, mi admirada gran amiga, Lourdes Rensoli Laliga. Cuando
llegamos, el poeta estaba sentado junto a un grupo de compañeros internos. La
conversación más que intrascendente era vulgar para un intelectual de semejante
talla. El tour de Francia y el liderazgo de Miguel Induráin eran el móvil que
tiraba de la lengua. Pensé que si tan sólo tres meses atrás se le hubiese
pronosticado de forma rotunda al poeta que se iba a ver reducido a tan estrecho
margen de conversación y confinado detrás de una gigantesca pantalla de

160
televisión se hubiese suicidado sin pensarlo dos veces. Fue entonces y solo
entonces que me di cuenta de las enormes concesiones que tenemos que hacerle a
la vida en pago de los escasos beneficios que nos tributa. Lo único interesante
que obtuve ese día del vate fue saber que había sido Alberto Baeza Flores quien
le indujera a leer a Rilke y a Valery.

El domingo 23 Lorenzo Mena me llamó y me cuenta que Lissette Bustamante


había estado dos veces en la residencia y que en recepción le habían denegado el
acceso alegando que Baquero dormía. Yo sabía que el poeta había dado
instrucciones estrictas de no permitir que se acercara por sus alrededores. Decía:
es una enredadora y liante de mucho cuidado.

Como el ambiente en torno a Gastón Baquero se estaba convirtiendo en algo


más asfixiante que el mismo calor de Madrid, decido ir distanciando mis visitas
considerablemente y darle a conocer que no soy guarnición de ningún plato y
mucho menos precocinado. Nuevos elementos recién aterrizados se habían
añadido al cortejo fúnebre con la pericia de quienes esperan la muerte del escritor
para beneficiarse.

***

Domingo, 6 de agosto. Intencionadamente fui muy temprano a ver al poeta.


Esperé a que saliera del comedor. A las 9:35 ya estábamos en nuestro rincón
favorito. A la primera de cambio me espetó lo siguiente:

- Le dijiste a X (me reservo el nombre porque he dejado claro que no participo de


la intimidad de nadie) que yo no hablaba, que estaba introvertido. Eso tienes que
comprenderlo, dentro de una verdadera amistad entra el estar callados, para eso
existe la confianza; si no fuera así habría que estar dando cháchara, fingiendo que
se atiende, que se asiste a una conversación en la que uno no tiene
verdaderamente participación, donde no hay sentimiento involucrado. Con el
silencio también se demuestra que se ama intensamente. Ayer es que estaba
preocupado por lo de la epistaxis. Espero puedas y sepas perdonarme. Creo que
tú no necesitas que te pase la mano a contrapelo como a un gato, que por otra
parte no valora las caricias y cierra los ojos para no agradecer.

Me di por satisfecho con la explicación y las disculpas pues sólo quería dejar
muy bien esclarecida mi condición una vez más y reclamar el trato de distinción
merecido por mi conducta, sinceridad y honorabilidad no comparables ni
susceptibles de parangonar o avecinar a ningún prójimo.

Al enterarse de que yo visitaría a José Olivio Jiménez el próximo martes 8 de


agosto, explicó nuevamente, a voluntad, suya por qué no le había dado los libros
en presencia de otros. Dicho esto, me pidió que subiera a su habitación y cogiera
un juego de libros para Jiménez. Le dedicó ambos volúmenes profusamente. En
la conversación se mostró muy preocupado por el estado de salud del académico,

161
de cuándo regresaba a Nueva York, de si asistía a terapia de recuperación.
Preguntó si se había jubilado y si volvía pronto a Madrid. Prosiguió:

- José Olivio es un gran talento, un hombre de muchísimo conocimiento. Él sabe


mucho más de lo que aparenta porque es un hombre que no afecta nada. De trato
es muy sencillo, pero está entre los eruditos más grandes del mundo hispano; y
ya no hablemos de sus cualidades morales, de su condición de amigo. Un gran
estudioso que lleva sobre sus hombros un recorrido digno de los mayores
reconocimientos. A mí me impresiona y lo admiro particularmente por su
conocimiento acerca de Martí. Es indudable que en eso no hay quien le supere.
De poesía no te cuento lo que sabe. Me agrada saber que compartes amistad con
él. Consérvala que te has hecho con un tesoro de incalculable valor.

Dijo también el vate que pronto vendría el padre Gaztelu a visitarlo, que había
estado malo con un cáncer pero que parecía iba mejor. Contó que el varón
eclesiástico era muy amigo del Dr. Dalmau, médico de mucha reputación que en
su día Castro le asignara la dirección del hospital psiquiátrico de La Habana
conocido popularmente como <<Mazorra>>. Durante el desempeño de su
puesto, el galeno se tropieza con la situación de que siendo director de la
institución no se le permite acceder a un área determinada del hospital, por lo que
llevó personalmente su protesta al comandante en jefe, que le respondió que esa
parte era competencia de la Seguridad del Estado y no le incumbía a un cargo
directivo del Ministerio de Salud Pública. Ante esta situación, el Dr. Dalmau
presenta su renuncia y no ceja hasta lograr abandonar el país.

Terminó su conversación sobre el espinoso tema el vate, diciéndonos que por


aquella época en que charlábamos, Dalmau había desarrollado una curiosa
amistad con la “controvertida y contumeliosa” Marta Frayde, a quien él
agradecía enormemente el no haber vuelto a verla desde su desagradable
aparición al hospital de Getafe. Esta frase unida a otros cotilleos dio lugar en que
cuando José Olivio Jiménez y yo queríamos desearnos algún mal superior en
broma, nos dijéramos: “entre Marta Frayde y María Elena Cruz Varela te veas.”
Frase que tenía su origen en conflictos de extrema chusmería acaecidos en el
Central Carmita de la provincia de Las Villas donde transcurrió la niñez de
Jiménez. La sentencia genérica rezaba: “entre Gómez y Pentón te veas.” Familias
reñidas a muerte de por vida y generaciones.

***

Martes, 8 de agosto. Este día las noticias sobre Baquero me llegan a través de
Simone Lerch, que fue a visitarle. El vate le dijo sentirse muy abatido y
excesivamente deprimido por el número de renuncias a su intimidad, el ambiente
mediocre que le rodeaba, la agresión de aparatos de televisión que le acosaban, la
conversación estúpida y sobre todo por la cantidad de visitas inoportunas e
inesperadas. Madame Lerch le propuso poner restricciones a esas visitas y él
respondió que no estaba en condiciones de rechazar a nadie, ni perder contacto
alguno debido a su mala situación económica. De las 160,000 pesetas arregladas

162
por Fernando Delgado, debía dar el 75% a la residencia y pagar 60,000 por el
alquiler del piso donde estaban los libros que no conseguía vender.

Dijo Lerch que su visita había sido interrumpida por la llegada de Pilar de Saro
y Saro acompañada por Carlos Barbáchano – agregado cultural en la embajada
de España en La Habana. Barbáchano alegaba como motivo para visitar al poeta
su partida para Cuba al día siguiente, cuando en realidad lo que quería era tomar
una foto de su hija mestiza con el poeta, que montó en cólera y se negó
rotundamente, llegando hasta decir que estaba prohibido tomar fotografías en el
lugar. Cuando se marchaban casi echados por Gastón Baquero, Barbáchano dijo
al bardo que llevaba media docenas de libros que había solicitado a la Fundación
del Banco Central Hispano para repartirlos en La Habana.

***

Miércoles, 9 de agosto. Viajo con madame Lerch. Cuando dije al poeta que le
encontraba muy buen semblante me respondió irónicamente que era muy buen
observador. Al rato de estar junto a él me pide le acompañe al servicio y allí me
confesó sentirse “trágicamente deprimido.”

El lunes 14 de agosto y el miércoles 23 del mismo mes visitamos a Baquero


juntos y en solitario José Olivio Jiménez y yo. Las conversaciones fueron
profundas y sobre temas académicos siempre. Los tres quedábamos muy
satisfechos de estos encuentros sin interrupción.

***

El lunes 28 de agosto fui con mi talentosa amiga Lourdes Rensoli. Al


encontrarnos solos los tres, el poeta estuvo muy amable y conversador. Ese día
nos dijo que su padre, en 1902, había hecho un viaje de estudios de magisterio a
EE. UU. acompañado de otro muchacho, ya que esa profesión había sido
considerada muy baja durante la época de la colonia y que después de la
independencia había ocurrido todo los contrario, una gran revalorización a favor.
Al marcharnos me entregó dinero y unas cartas para despacharlas en correos.
Este gesto me demostraba que no se había perdido la confianza que existía entre
nosotros.

***

Jueves, 14 de septiembre. Tras unos días de reposo llamé a Javier Aguado a su


oficina de la Ave. de América. Como siempre nuestra conversación fue grata y
cordial, llegando a confiarme la noticia que había ido hacía unos días a llevar a
Baquero un cheque por valor de 500, 000 pesetas expedido por Alfonso Escamez
para completar el total de un millón y medio en concepto de remuneración por la
publicación de sus obras.

163
Capítulo XXIII

La guerra La Habana-Miami tuvo diferentes manifestaciones, desde corrillos de


chusma, hasta publicaciones oficiales. Concluida su estancia en el hospital de
Getafe, Gastón Baquero no volvió a habitar su vivienda en Antonio Acuña 5. Ya
hemos dicho anteriormente que pasó directamente a la residencia de la tercera de
edad de la localidad madrileña de Alcobendas, en la Avenida Chico Méndez s/n,
que hoy lleva su nombre, que le fue asignada la habitación 248 de la primera
planta, pero al tener vecinos muy ruidosos, se le trasladó definitivamente a la
habitación 217 de esa misma planta.

El homenaje de Salamanca, aunque reservado para los adeptos a la secta


derivada de la capilla correspondiente, tuvo una cierta repercusión. D. Alfonso
Ortega Carmona, propuso a Bastón Baquero para iniciar la colección <<Obra
Fundamental>> patrocinada por la Fundación del Banco Central Hispano. Lo
más asombroso de todo es que un nuevo milagro tuvo lugar, esta vez venía si no
de Dios, al menos sí de alguien bien endiosado. El capo gallego de la Real
Academia, Camilo José Cela, que había estado haciendo la vida imposible
durante décadas a Baquero, dio su venia. Era él quien debía dar la última palabra.
Otorgada la bendición del premio Nobel, Alfonso Escamez no tenía nada que
objetar. El día 21 de junio de 1995 se presentaban los dos tomos
correspondientes a esta publicación; uno reunía la poesía de Baquero conocida
hasta ese momento y el otro una selección de sus ensayos. Aparecieron escritos y
más escritos por doquier, pero todos carentes de profundidad y conocimiento,
tanto en lo académico como en lo personal. Hubo demasiado entusiasmo.
Algunos hasta llegaron a pensar que se le otorgaría a Baquero aunque fuese el
Premio de poesía “Reina Sofía.” Las aves carroñeras no dejaban en paz a un
Baquero cada vez más enfermo y decepcionado. La embajadora de Cuba en
España (Isabel Allende) llamó al director de la Fundación del Banco Central
Hispano, don Javier Aguado Sobrino, para protestar porque en el discurso de
presentación, el Presidente, don Alfonso Escámez, había hecho alusión a la
verdad de que Baquero había sido silenciado en Cuba. Por motivos de salud,
Gastón Baquero no pudo asistir a la presentación de sus libros.

Nuestro valioso y entusiasta amigo común, el primer Profesor Emérito


Distinguido de habla hispana en EE.UU., José Olivio Jiménez, con mucha fe y
mayor ingenuidad hasta llegó a proponer a Baquero para el <<Premio Reina
Sofíade Poesía>>, en su edición correspondiente a 1994. Era tan bueno Jiménez
que era incapaz de ver que nada que tuviera que ver con la monarquía española –
ni el nombre - se iba a arriesgar a ofender a Castro. Por el contrario, el monarca
no tardaría en colmar al dictador con lágrimas y abrazos. La carta de José Olivio
Jiménez se adjunta en el Anexo III.

164
Con motivo de toda esta movida madrileña y salmantina, la revista cubana
Credo, que teóricamente pertenece a la iglesia católica186, publicó en Cuba unos
versos de Baquero ese mismo año 1995. Esto fue posible, gracias a la
autorización de un jerarca del Partido Comunista y único en Cuba, Carneado, que
en esos momentos era el encargado de los asuntos religiosos. El mismo Carneado
autorizó la publicación de ciertos comentarios sobre Gastón Baquero en la revista
de la <<Fundación Pablo Milanés>>.

186
La iglesia en Cuba siempre se ha plegado a Castro sin ejercer influencia alguna para mejorar
la situación del pueblo.

165
Capítulo XXIV

La estancia de Baquero en la residencia de Alcobendas fue un verdadero


purgatorio para él, por no decir que un infierno. Visitas imprevistas. Mezcla de
enemigos a muerte que coinciden en el lugar, exceso de ruidos en su entorno y
ninguna privacidad. El día 15 de noviembre de 1995 ingresa en la clínica Puerta
de Hierro de Madrid para una intervención quirúrgica de un supuesto aneurisma
cerebral. Estuvo internado en la habitación 429 de la cuarta planta. La
intervención la efectuó el Dr. Uría, neurocirujano.

Mientras estaba en proceso la operación se descubrió que el verdadero mal era


un tumor cerebral. El supuesto origen de este tumor, ya incurable, se atribuyó a
la glándula tiroides. De acuerdo con los médicos, la tiroides había carecido de la
suficiente cantidad de yodo para desarrollar sus funciones. Carencia de yodo
provocada por la poca costumbre de Baquero de exponerse a los rayos solares a
lo largo de su vida. Es evidente que esta operación no sirvió de nada.

Miércoles, 22 de noviembre. Algo pasadas las 6:30 horas en su programa


importado de Cuba <<Radio Hora>> a imagen y semejanza de <<Radio Reloj>>
- donde fuera empleado -, Enrique Dausá del Centro Cubano de Madrid – guarida
de fachas aliados del Imperialismo Yanqui – dio como noticia de convocatoria,
en torno al Encuentro y Exposición de Artistas Latinoamericanos que se estaba
desarrollando en el Mercado de Puerta de Toledo, el día dedicado a Cuba durante
esa jornada. Según leyó Dausá, se presentaría ese día, el libro Las dos orillas, de
los poetas cubanos Felipe Lázaro y Bladimir Zamora, que era una recopilación
de poemas de los participantes cubanos del encuentro de poesía “auspiciado” por
Gastón Baquero. Continuaba diciendo que la presentación estaría a cargo de los
poetas cubanos Felipe Lázaro y Bladimir Zamora, contando además con la
participación de la profesora de estética del Instituto Superior de Arte de La
Habana Magalys Espinosa.

Asombrado por la noticia tan contundente emitida por Enrique Dausá lo llamé a
la emisora del barrio de Chamberí, donde me había citado con él en varias
ocasiones, y le pedí detalles acerca de la infamatoria declaración. Dausá me
aseguró que Felipe Lázaro le había pasado una nota urgente pidiéndole
comunicara exactamente esas palabras, estando subrayadas: “encuentro
auspiciado por Gastón Baquero.” Esto me confirmaba lo que en su día me había
dicho Simone Lerch de cómo el nombre del vate se había utilizado también como
cebo en la feria del libro en junio por la misma persona. Así suelen ser los
“amigos” cubanos y españoles por regla general. Ya en su día Pío Serrano había
ejercido una enorme presión utilizando además a Pilar de Saro y Saro para
coaccionarr – más bien extorsionar emocionalmente - a Baquero para que
participara en el encuentro <<Las dos orillas>>, auspiciado por el Ministerio de
Asuntos Exteriores de España. El poeta se resistía, pero Serrano le recordaba una

166
y otra vez su mala situación económica y la posibilidad de obtener alguna
solvencia cediendo a participar. Por su parte, Serrano perseguía revalorizar la
asamblea de mediocres donde únicamente se hubiese salvado César López si
Baquero no interviene. El vate nos dijo que estaba atado a participar debido a la
insistencia de Serrano. Por su parte José Olivio Jiménez se negó rotundamente a
tener nada que ver con el asunto y nos confirmó que dos días antes de celebrarse
el aquelarre, el propio Baquero le había asegurado que no asistiría.

***

Miércoles, 20 de diciembre. Viajo por la mañana a la residencia de Alcobendas


acompañado de Manuel Borrás, el director de Pre-Textos, a llevarle a Baquero el
primer ejemplar de La fuente inagotable. Borrás me habló de su proyecto de
publicar una antología de la poesía de Gastón Baquero que sería preparada por
Francisco Brines. Como me pidiera opinión, le respondí lo que realmente
pensaba, que no podía ser nadie más indicado que el poeta de Oliva que mantenía
amistad prolongada con el cubano compartida además con José Olivio Jiménez.
Dijo Borrás que esto ayudaría a dar impulso a Gastón Baquero, aspecto en el que
también estuve de acuerdo. Así satisfechos de buenas noticias fue que nos
encontramos al poeta de Banes caminando por los pasillos de la residencia.

Siendo más listo que el hambre y más inteligente que la miseria el cubano se
anticipó a decir a Manuel Borrás que le llevaba cuatro regalos: su visita, mi
compañía, el ejemplar del libro y la noticia de la antología a preparar por
Francisco Brines. Hasta llegó a añadir que le iba a dar a Brines algún poema
inédito sobre bailarines famosos al estilo Nureyev.

Gastón Baquero que conocía muy bien de mis enfados por sus arrumacos con
fariseos, no escatimó piropos hacia mi persona ante Borrás y mantuvo una
conversación muy amena en todos los sentidos. El tema derivó hacia las alturas
de ciudades en América como Ciudad México, Bogotá, Quito, La Paz, etc. Dijo
que su padre no le había permitido de joven ir a Quito por lo que le había
sucedido en México, que el mismo día que llegó salió a ver una plaza, se le
aflojaron las piernas y cayó al suelo. De allí lo levantó un policía que lo llevó al
hotel. Entonces fue cuando aprendió que la medicina era que al llegar uno se
acostara de inmediato y no ingerir alimento alguno, como mucho un caldo
vegetal y no levantarse hasta el día siguiente.

***

Sábado, 10 de febrero de 1996. Realizo una visita sorpresivamente temprana a


Gastón Baquero. Recibo una grata impresión sobre su estado de ánimo. Nos
retiramos a conversar en un rincón de la sala de estar de la primera planta.
Comencé por hablarle de su conferencia <<El periodismo como espejo de
nuestro tiempo>>, pronunciada en la Escuela de Periodismo Marqués Sterling de
La Habana en 1950. Se mostró bastante escurridizo sobre el tema y me hizo una
especie de reproche en tono amargo, llegando a expresarme que sabía yo más de

167
sus asuntos que él mismo. Percibí el temor a que se hurgara en su vida pasada,
para que no le afectara el presente invadido por la progresía española y los
comunistas cubanos. La posibilidad que se manejaba de darle un premio lo hacía
temer de todo lo pretérito incluida su propia familia. Escribiendo estas notas
siento pena de su espejismo que lo deslumbró en medio de la charca de la maldad
y en mitad del desierto de las carroñeras. Pudor inútil por sí mismo.

A pesar de esta reprobación inicial, la lengua se le fue soltando algo más de lo


acostumbrado. Dijo como algunas de las personas involucradas en la
construcción del túnel de La Habana-La Habana del Este, y más concretamente
el que había puesto el dinero, le reprocharon que él no criticara este acto en
contra de Batista en el Diario de la Marina. Lo que él supuestamente debía
censurar era el hecho de que el contrato se concediera a una empresa francesa y
no a una norteamericana.

Prosiguió: La cuestión esta de la construcción del túnel de La Habana fue una


coartada magnifica para que los americanos se empeñaran en quitar a Batista,
cosa muy anhelada por los blancos. Todo porque le fue dado el contrato de
construcción a los franceses y no a ellos. Apareció Fidel y les resultó una
coartada magnifica. El orgullo de los americanos herido es muy peligroso,
sentenció frunciendo el entrecejo y lanzando el dedo índice al aire en modo de
advertencia.

Al recordarle que él había sido el ganador del Premio Justo de Lara con el
trabajo sobre Varona me dijo:

- Mira <<El Encanto>> crea ese premio. Había tres grandes periodistas que se
querían comer entre ellos por acaparar los lauros – en justicia eran los mejores.
Te hablo de Pepín Rivero, de José Vasconcelos y de Ramiro Guerra. Aparecí yo
a última hora y fue la solución al problema insoluble, la manera ideal de evitar la
guerra. Considero que mi trabajo sobre Varona es bueno y le tengo su afecto,
pero no olvides los antecedentes.

Fue esta misma mañana que me dijo como Manuel Aznar, el padre de José
María, le había impuesto la condición de firmar los artículos adversos a Castro
bajo el pseudónimo de Alcides Vallano y cómo sólo le iba a pagar 400 pesetas en
lugar de las 1000 que pagaba a los colaboradores españoles blancos. También me
comunicó nuevamente como un señor de nombre Alfredo Caballero, hermano de
Hilda Caballero, ex-esposa de Rafael Díaz- Balart (padre de Lincoln y hermano
de Waldo y Mirta) había realizado alguna vez algún trabajo sobre su periodismo.
Por vez primera lo vi con el ego inflamado cuando me dijo que el argentino Julio
Caillet-Bois lo había incluido el primero en su antología, añadiendo detrás, “por
algo será.” Tuve la impresión que todas aquellas confesiones pretendían sacar a
flote sus verdaderos sentimientos heridos cuando por debajo de toda aquella
podredumbre que lo rodeaba y en su fuero interno intuía que no recibiría
reconocimiento ninguno. Concluyó el tema tocante a las antologías diciéndome

168
que la preparada por Humberto Morales y Rossardi era buena, pero que estaba
muy mal hecha.

El habla derivó en torno a nuestra amiga común, la gran señora Mercedes Pérez,
bibliotecaria del ICI e hija de Blas Pérez. Dijo que ella había heredado una
excelente biblioteca y cómo un día le había prestado una Historia de las Islas
Canarias escrita por Clavijo. Le expresó con asombro y cariño: “hija esto no se
presta.” A continuación, la instó a reeditarla.

Cuando me disponía a despedirme me sujetó amablemente por el antebrazo


como había hecho otras veces y mirándome fijo a los ojos dijo:

- Alberto, no quiero que te molestes, pero eso todo es el pasado, y el pasado no se


debe tocar porque impacta en el presente. Y si quieres que te diga la verdad, no
me interesa revolverlo. Mucho menos ahora al final de mi vida sin sentido y a la
deriva de la caridad en un país ajeno que se ha manifestado hostil. Espero que lo
comprendas y lo sepas perdonar.

- Gastón, no me debes explicaciones aunque te las agradezco. Perdona si te


molesto con ello no son mis intenciones y lo sabes. Conoces mi forma de
trabajar, en silencio, en solitario y como una hormiguita - respondí con amor de
amigo y corrección de discípulo.

- Esos hombres así son los buenos, los que hacen grandes cosas y son muy
capaces. ¡Qué Dios te ayude hijo, te admiro! No descuides nunca de defender la
identidad cubana como nación libre e independiente de toda ocupación e influjo
pernicioso.

Aunque faltaba algo más de un año para desaparecer físicamente fueron las
últimas palabras de intimidad y confesiones profundas y rotundas que recibí del
amigo de tantos años. El mal ambiente urdido, junto al deterioro de su persona en
general, nos fue distanciando de la sinceridad en el trato; y el recelo mezquino
creado por terceras partes de muy mala fe y peor calaña, que formaron una
especie de séquito saqueador terminó por apenas permitirnos comunicar.

Recuerdo, en el calor distante de su afable talante en Antonio Acuña 5 el


pequeño cartel que colgaba detrás de la puerta de entrada:

¿QUÉ COSA BUENA PARA ÉL Y MALA PARA MÍ QUERRÁ EL QUE


TOCA? PERO VAMOS A ABRIR A VER QUÉ PASA.

Todo un epitafio para su amargo exilio edulcorado con rencillas y enredos,


zancadillas y delaciones, espionaje y chivatería de la hez hispano-cubana.

169
Capítulo XXV

En medio de gran acoso por parte de la prensa y la molestia de profesorzuelos


de todo tipo a la caza de información ante la posibilidad de un “premio”,
transcurría la poco cómoda vida del poeta. Así las cosas, el 28 de febrero de 1996
tiene que ser trasladado urgentemente a la clínica de “La Paz”. Su salud estaba
deteriorándose aceleradamente, así lo pudimos constatar cuando fuimos a
visitarlo a la cama 2 de la habitación 114 que ocupó en un principio. Se veía
claramente que su gran obsesión, “la muerte”, no podía tardar en despejarse. Dos
días más tarde lo trasladaron a la habitación 16, cama 1, debido a su
recuperación. De vuelta a la residencia seguía tecleando artículos y recibiendo
visitas molestas e inoportunas, la mayor parte. Pero el destino le deparaba un
trago mucho más amargo que toda esta algarabía de cantores sin entonación. Para
sorpresa de todos los que supiesen un mínimo de verdad acerca de Cuba, le fue
otorgado el Premio de periodismo <<Mariano de Cavia>> a la falsa disidente
cubana, María Elena Cruz Varela.

Al Premio que se entregó el 13 de junio de 1996 en la casa de ABC, fue


invitado Baquero. Rendido de agotamiento y albergando la ilusoria posibilidad
de un reconocimiento verdadero a él, asistió. Allí, para aumentar la bilis y el
cansancio que dominaron los últimos meses de su vida, tuvo que compartir la
mesa, aunque a prudente distancia, con “el caballerito español” tan bien definido
por Castro. Nada más y nada menos que el hijo de don Manuel Aznar.

Ningún otro incidente perturbó la vida del ilustre y noble cubano. La


publicación del libro de ensayos La fuente inagotable187, por la editorial Pre-
Textos tuvo muy poca resonancia, pensamos que debido al gran número de
trabajos sobre el poeta y filósofo cubano José Martí, que se recogen en ese libro.
Vemos llegado el momento de reiterar que Gastón Baquero recogió del
contenedor de la basura del Instituto de Cultura Hispánica, el retrato de José
Martí, que una vez tuvo esa institución. A partir de entonces el retrato del
pensador cubano presidió el salón del piso de Baquero en la calle de Antonio
Acuña 5. Como un colega y amigo del Instituto le confesó a Baquero, el duque
de Cádiz había dado la orden de desalojo y arrojo del retrato de Martí a la basura
porque: “Por culpa del Martín ese perdimos a Cuba.” Se hace necesario añadir
que es frecuente encontrar en estudios de literatura española y hasta en manuales
a la cubanísima Gertrudis Gómez de Avellaneda considerada como española. Si
se interroga a los eruditos, suelen justificarlo alegando que en aquellos momentos
Cuba era una provincia española de ultramar. Estamos de acuerdo en lo de la
humillante condición de colonia, pero José Martí hijo de esa provincia de
ultramar y que murió en 1995, tres años antes de conseguir Cuba la
independencia tiene otro tratamiento muy diferente. Nunca hemos visto aparecer
a José Martí como español en ningún libro. Tal vez se deba a que para su tiempo
187
Baquero, Gastón, La fuente inagotable, Editorial Pre-Textos,Valencia, 1995.

170
Gertrudis Gómez de Avellaneda representaba el sexo caliente de la isla, como
representa en nuestros días el burdel facilitado por Castro, y las laureadas
vergüenzas de Cuba. Desde luego ni Martí ni Baquero ni quien esto escribe
podemos ser vistos como seres inferiores puestos a comparar. Tampoco era una
cualquiera Gertrudis, pero ha servido de comodín para ciertos estudios
feministas.

Esta víctima del racismo, la envidia y la maldad que fuese Gastón Baquero
pronto encontraría reposo para su alma después de tantos miserables avatares. El
sábado 3 de mayo de 1997 ingresó en la madrileña clínica de “La Paz”.
Permaneció dos días en la habitación 1114 y después sería trasladado a la
habitación 1116, donde por fin se libró de la maldición de su exilio el día 15 de
mayo de ese año, 1997. A las 14:20 cerraba sus ojos y dejaba detrás el acoso, la
insidia y la mendicidad.

El despliegue de medios de comunicación que desfiló por el tanatorio de la M-


30 fue espectacular, al más puro estilo de la lectura de poemas de Fernando G.
Delgado. Hubo pantomimas y comedias de todo tipo, sólo faltaron las plañideras,
pero ya hubo quien se encargó de embalsamar al “negro” como también se
regocijara Umbral en sus artículos costumbristas que reflejan los usos y
costumbres del país. La que fuese Ministra de Educación y Cultura en esa etapa,
su excelentísima doña Ignorancia Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, apareció
también por el tanatorio con su boca llena de mendacidad y su escritura plagada
de errores. Firmó Esperanza Aguirre el libro de condolencias, y escribió Vaquero
en lugar de Baquero, además propuso otorgar al fallecido poeta la Gran Cruz de
Alfonso X a título póstumo. No creemos que desde entonces Esperanza Aguirre
haya ganado mucho en el terreno cultural.

La mayor parte de los artículos publicados fueron refritos de los anteriores.


Donde no existe el conocimiento no se puede improvisar. Reproducimos para ser
justos, uno correspondiente a un español y otros dos a un gran cubano.
Comenzamos por el obituario escrito por Luis Antonio de Villena para El
Mundo, el 16 de mayo de 1997, porque hace alusión a la homosexualidad de
Baquero. Sabido es por todos que este “dandy” español se complace en hacer
proselitismo a favor de la sodomía. Lo que fuese en su vida privada Gastón
Baquero era algo que no era de interés público. El mal gusto de Villena disgustó
incluso a su amigo José Olivio Jiménez, quien nunca compartiese esos
abanderamientos. Veamos lo que escribió Villena:

El esplendor de la poesía

Hombre alto, mulato, elegante, incluso en la época en que no se preocupaba de la


elegancia, Gastón Baquero, que ayer murió en Madrid, víctima de un infarto cerebral,
había nacido en Cuba hace 79 años. Estudió Agronomía en La Habana, pero pasó muy
pronto a dedicarse al periodismo y a la poesía. Según el propio Gastón me contó fue la

171
lectura casual, en una revista (en 1939) de un poema de Lezama Lima – una figura que
Baquero veneraba – lo que lo llevó, algo súbitamente, a querer conocer a poetas y a
publicar sus poemas188.

Gastón Baquero (con Eliseo Diego, Fina García Marruz, Virgilio Piñera y el propio
Lezama) está vinculado a la mítica revista orígenes, que representó – en los años 40 – la
mayor altura, pluralidad y avance en la cultura cubana. Su primer libro – Poemas – se
edita en 1942, y el segundo (son breves), Saúl sobre la espada189, unos meses después el
mismo año. Entre esos dos tomitos y poemas sueltos en revistas, Baquero funda su
prestigio de poeta en Cuba, de verso largo e imágenes acuáticas y grávidas como el poema
<<Testamento del Pez>>. El Gastón Baquero mágico ya está ahí, pero aún no el poeta que
agregará a la magia sus cultísimas invenciones.

Del período que va entre 1947 y 1959 a Gastón Baquero no le gustaba hablar. Su figura
es ahí, en La Habana, mundana, liberal y poderosa. Secretario190 de redacción del
conservador Diario de la Marina, Baquero se convirtió en un famoso conferenciante y
periodista, vinculado al poder, rico – poseía una casa espléndida, repleta de cuadros y de
libros – aunque genuinamente liberal. El Gastón que invitó a Cuba a Juan Ramón Jiménez
y a Luis Cernuda era un personaje sibarita, católico y homosexual 191. Cuando triunfa la
revolución de Castro, Baquero se sabe en el punto de mira del nuevo poder y por miedo a
ser detenido sale de La Habana (protegido por cuatro embajadores)192 en marzo de 1959.
Desgraciadamente no volverá.

En ese momento empieza una nueva etapa en la vida del gran poeta que fue Gastón: el
exilio, con su extraña intimidad, le devolvió al poema. Quien fuera rico y célebre se tornó
casi anónimo – el éxito poético le llegó muy tarde aquí – mientras su refinamiento supo
volverlo estoico y sobrio. La casa de Gastón en Madrid era un amasijo de libros, discos,
polvo y un sillón desvencijado. En 1960 – trabajando pudorosamente193 en Radio Exterior
de España, donde se jubiló – Baquero publica Poemas escritos en España, y en 1961 un
tomito194 de ensayos, Escritores hispanoamericanos de hoy, donde ya habla de García
Márquez. Pero será en 1966 cuando Gastón Baquero edite su mejor y más original libro de
poemas: Memorial de un Testigo, una poesía donde el verbo canta, se encrespa, imagina
leyendas y habla a la hondura del corazón callado.

No sé si le falta eco, o la voluntad de Gastón lo mantuvo largos años en silencio 195 - fértil
lector, gran auditor de música – gustoso de la miel del olvido, español 196 y cubano a la
vez. Brines y José Olivio Jiménez me hablaron de él, y gracias a ellos lo leí y conocí,
intentando – cuando se editó en 1985197, Magias e invenciones, su poesía reunida – que se
le reconociera como era debido. Aún publicó Gastón Poemas Invisibles (1991) y dos

188
Como hemos demostrado no fue así, pero ya se conoce la erudición de los columnistas.
189
Sic en el original.
190
Baquero era Subdirector, no Secretario de redacción.
191
Aunque de todos es sabido que el catolicismo y la homosexualidad van de la mano con harta
frecuencia, no era necesario hacer alusión a tales condiciones.
192
Ya se han detallado con exactitud las condiciones y circunstancias en que salió Baquero de
Cuba.
193
Querrá decir miserablemente y arrinconado.
194
Se empeña el articulista en empequeñecer, en reducir al máximo todo lo publicado por
Baquero. Los hipocorísticos mal intencionados solo reducen a quien pretende disminuir la talla
que atacan.
195
No es capaz Luis Antonio de Villena de reconocer que el silencio de Baquero no fue
espontáneo y sí impuesto por la mala voluntad de los españoles hacia él, por motivos que ya
hemos explicado.
196
Con el tratamiento que recibió, Baquero nunca pudo sentirse español.
197
No fue editado ese año, sino en 1984.

172
tomos de ensayos, Indios, blancos y negros en el caldero de América – el mismo año – y
La fuente inagotable, en 1995.

Gastón (culto, sabio, humilde), como Cernuda, sólo halló eco al final, y es lástima, pues
sus futuros lectores asombrados sentirán la ausencia del hombre mágico y del gran
conversador perdido.

Para cerrar esta noticia biográfica, incluyamos y analicemos sendos artículos


publicados por el gran periodista cubano, Luis Ortega, radicado en Miami y
fundador junto a Baquero de la revista Clavileño. Luis Ortega es un gran
antiimperialista y totalmente opuesto al comportamiento de los cubanos que
hacen política alineados a los americanos. Queremos hacer notar que sentimos
gran admiración por él y que compartimos al cien por cien sus ideas. El
miércoles 11 de junio de 1997, publicaba en su habitual columna de El Diario /
La Prensa, de Nueva York:

Gastón Baquero: el desterrado

Hay muertes que nos llenan de tristeza y que vienen a ser como un preludio de la propia.
Me refiero a la desaparición de Gastón Baquero, convertido también en cenizas. Cuando
se llega a cierta altura de la vida son tantas las cruces que van quedando en el camino que
uno se va familiarizando con la idea del último viaje y se le va perdiendo miedo.

La última vez que vi a Baquero fue en Madrid, el verano de 1995, cuando apenas
acababa de entrar en el asilo de la tercera edad. Estaba muy deprimido y, sin embargo, ya
se había creado en torno a su persona una atmósfera de amor y simpatía. Las enfermeras
venían y lo besaban. Una médico, muy joven, se pasaba horas conversando con él y
tratando de alegrarle la vida. Esta era una condición del carácter de Gastón: las gentes se
apresuraban a protegerlo, se disputaban el derecho a cuidarlo.

Siempre fue así y siempre me maravilló la suerte que tenía Gastón para despertar la
admiración y el cariño de las gentes. Es posible que las gentes vean a los poetas como
seres desamparados que necesitan ser mecidos en la cuna. La propia personalidad de
Gastón, siempre abierto a la comunicación a todos los niveles, con toda clase de gentes,
contribuyó mucho a su aureola.

Nunca entendí por qué Gastón decidió buscar refugio en España. “¿Por qué no vas a
Estados Unidos?”, le pregunté en abril de 1959, en vísperas de su salida de Cuba a través
de una embajada. Me hizo una señal, aludiendo al color de la piel. “Allí nos discriminan”,
me dijo. Tal vez exageraba un poco. Con el tiempo yo he descubierto que la
discriminación no es solamente por el color.

Si algún día se tratara de escoger al cubano que puede simbolizar el destierro sería
necesario acudir a Gastón Baquero. El destierro para muchos, ha sido alegre y próspero.
En Miami, por ejemplo, es difícil encontrar un cubano que no se sienta feliz de haber
salido al destierro, a la “liberación”, a la prosperidad. Es cosa muy común tropezar con el
cubano que alardea de haber “triunfado en el exilio”.

173
Lo de Gastón fue un fracaso desde el primer día que llegó a España. Vivió en Madrid,
durante 38 años, hasta el día de su muerte, como sepultado. Hubo épocas en que no le
abría la puerta a nadie.

En una carta a Justo Rodríguez Santos, recientemente publicada, le decía lo siguiente:


“Estoy retirado, automarginado, voluntariamente alejado de todos. No voy a reuniones,
conferencias, lecturas de poemas, etc., porque comprendo que en mi estado de ánimo
terriblemente pesimista y negativo, no se debe andar por la calle. He perdido por completo
la fe en la comunicación…”

Tengo mil anécdotas sobre Gastón Baquero que lo retratan como un cubano excepcional,
muy aferrado a su tierra y a sus frutos. Para él, es obvio, el destierro fue castigo brutal.
España siempre ha sido un paraje inhóspito para los cubanos 198, a pesar de las
comunidades de lengua, que es engañosa.

Baquero, en España, tanto en tiempos de Franco como en los años posteriores, debió
haber ocupado un lugar importante en la literatura y la poesía, y no fue así. No recuerdo
quién fue el que dijo, a lo mejor el propio Baquero, que los españoles, a lo más que llegan
es a “permitirnos contemplar su vivir”. Nada más. No se admiten más que observadores y
admiradores199.

En los últimos tiempos, cuando ya se acercaba la hora final. Baquero empezó a recibir
algún reconocimiento. Algo así como una despedida. Un consuelo por haberse pasado
tantos años viviendo al margen de la vida española y a veces hasta insultado en la
prensa200. Lo curioso es que nunca se quejó ni dijo una sola palabra de protesta contra la
roña201 de los españoles.

Fue Baquero el desterrado simbólico porque siempre, en todo momento, se sintió con las
raíces al aire fuera de su tierra202. Entre las muchas cosas que hay que censurarle a la
revolución está ésta de haber forzado a hombres como Baquero a marcharse del país por
las presiones del medio203. No era necesario. Lo curioso es que los que practicaron el
extremismo como fiscales de la revolución, en los primeros tiempos, fueron luego los que
la traicionaron para convertirse otra vez en fiscales en el exilio 204.

Baquero, su vida de desterrado pobre y humilde, y su obra luminosa hecha en el


desamparo, cobrarán nueva vida con el paso del tiempo 205. Fue un cubano excepcional.
Sus opiniones políticas serán olvidadas, porque en realidad no tenían autenticidad.

198
Estamos totalmente de acuerdo con Luis Ortega, y lo podemos demostrar con nuestra propia
experiencia.
199
Eso fue justamente Baquero, un admirador premiado con el desprecio y el racismo.
200
Insultado no solo en la prensa sino en acciones cotidianas.
201
Este cubanismo puede asumirse literalmente como odio.
202
Creo que España, más que ningún otro país, hace sentirnos a los cubanos foráneos,
desterrados, desarraigados, maltratados, vejados, humillados hasta la saciedad.
203
Queremos añadir que Luis Ortega participó en el coloquio que tuvo lugar en La Habana en
1994 con Fidel Castro y que siendo un exiliado del Castro-comunismo desafía continuamente a
los grupos radicales ultraderechistas y pro yanquis establecidos en Miami y encabezados por la
ya fragmentada Fundación Nacional Cubano-Americana.
204
Ejemplo harto elocuente es el de Guillermo Cabrera Infante y también el de Marta Frayde, la
Presidenta del Comité Pro Derechos Humanos para Cuba en España.
205
Precisamente restaurar tanta injusticia y reconocer el valor de esa gran obra es el propósito de
esta primera biografía presentada como trabajo académico.

174
Brotaban de su tristeza profunda al tener que vivir fuera de Cuba. En él, como en nadie,
esto se dio como castigo 206.

No necesita más comentario este artículo que retrata tan bien la realidad de
Baquero en su doble destierro en España y que incluimos para que no se nos
tome como imparciales o enemigos de España. Creemos que si desarrollamos
opiniones basadas en la realidad propia y en la experiencia ajena difícilmente se
puedan rebatir con argumentos, aunque sí pueden aumentar “la roña”, según
Ortega; el odio según nosotros. Veamos otro escrito de Luis Ortega, también
aparecido en El Diario / La Prensa, el 18 de junio de 1997:

La mala herencia española

Gastón Baquero murió el 15 de mayo en Madrid. Y dos días después apareció en El


Mundo un artículo de Francisco Umbral, uno de los periodistas más famosos de España,
hablando de Gastón.

¿Qué dijo Umbral? Vamos a ver, voy a tratar de hacer un resumen. En primer lugar,
antes de avanzar en el juicio sobre el muerto, Umbral describe a Gastón como un tío Tom.
Es un hombre escapado de La cabaña del tío Tom. Tenía la elegancia del mulato grande.
Sus abrigos holgados los había heredado de un marqués más grande que él. Era embajador
plenipotenciario de las repúblicas mulatas de la intemperie. Periodista sin periódico y
poeta sin musa. Iba por las redacciones de periódicos mendigando colaboraciones. Y lo
hacía con la altivez de los negritos buenos.

Es decir, para Umbral, el poeta Gastón Baquero no era otra cosa que un negrito bueno. Y
algo más. Un intelectual de Batista. Era un genuino gusanito de los que hacían cola en el
Auxilio Social. Un negrito que vivía del caldillo de los cuarteles y la sopa de los
conventos. Y todo esto mientras hacía de gacetillero literario. Era el Baudelaire de la
negritud.

Entonces Umbral nos dice que Baquero ha muerto. Pero no sabe cuándo. No vale la
pena. “Ha muerto tal que ayer o anteayer, en Madrid…”, dice. No sabe. Y entonces el
ibero cuenta cómo era que Baquero tenía en La Habana un aya negra que le decía
“Duérmase Vuesa Merced…”207.

Para Umbral como para muchos españoles, Cuba era y sigue siendo una colonia con
esclavos y ayas negras208. Ahora se ha visto esto, con gentes como Aznar y Matute, que no
vacilan en ponerse de acuerdo con Washington para ayudarlos en la reconquista de la vieja
colonia.

Luego cuenta Umbral como al salir de la tertulia matutina del Gijón él Umbral, llevaba a
Gastón a su casa en taxi. Y entonces Gastón se sacaba de los bolsillos del abrigo heredado

206
Hay que añadir que los que tenemos que abandonar Cuba y nos instalamos en España somos
castigados doblemente. Los españoles nos azotan por haber abandonado el paraíso creado por el
gran “vengador” del 98.
207
Sic. en el original. Umbral escribe, “mercé.”
208
Durante nuestros horrendos años españoles pudimos constatar que subyace en la psique de
muchos españoles la idea de yacer en una hamaca bajo palmeras y junto al mar con negros
abanicándolos.

175
unas yerbas para curarle el catarro y le daba consejos de hechicero de tribu cruzado con tío
Tom.

“Tenía Baquero la enfermedad de Europa, como todos los americanos…Era algo así
como un Baudelaire con la negra Juana Duval…”, termina diciendo mientras repite lo de
“Duérmase Vuesa Merced”.

Ese es el juicio que le merece Gastón a un periodista importante de Madrid, en un


periódico importante. Un negrito bueno que andaba con unos abrigos heredados de un
marqués y en cuyos bolsillos llevaba yerbas para curar catarros y que, además, escribía
poesía.

Gastón Baquero fue, sin duda, el desterrado más importante que salió de Cuba en 1959.
Olvidemos la política. Gastón era importante por su espíritu, pos su genio poético. Nunca
debió verse obligado a marchar al destierro. Y, pos supuesto, nunca debió ir a España
donde hay individuos como este Umbral 209, una especie de chulo de la literatura española,
que so pretexto de escribir al desgaire es capaz de escribir hasta de los pechos de su
madre210.

Umbral escribió en el pasado algunos libros interesantes. Tenía un estilo sólido y


punzante. ¿Por qué es que se convirtió en un gacetillero medio porno dedicado al
chisme?211 Tal vez es que en España, cuando vino el destape, fue de buen tono que las
mujeres se encueraran y los hombres se bajaran los pantalones 212. Lo que en Europa se
hace con moderación y buen gusto, en España se hace con exceso y en forma grosera 213.

Yo no conozco los antecedentes de Umbral, pero me lo imagino, a juzgar por sus libros,
como un viejo que lucha contra la calvicie y anda por los camerinos de las artistas
vendiéndose como protector. Tiene un libro que se titula Mis mujeres en el cual trata a
todas como si formaran parte de su serrallo particular.

En un artículo anterior sobre Gastón Baquero, a propósito de su muerte, yo mencionaba


el hecho de que fue siempre maltratado214 en España. Él lo soportó estoicamente. Nunca se
quejó. Por lo menos públicamente. Pero es obvio que España es un lugar inhóspito para
los cubanos que se respeten a sí mismos215.

209
Los Umbrales son una especie muy extendida por España, se encuentran en todas las esquinas
y profesiones.
210
Es bueno hacer notar que Umbral fue discípulo del fascista César González Ruano, quien
ocupó un cierto cargo en la embajada española en Francia durante la época nazi, y vendía visados
a los judíos, para luego entregarlos a los alemanes también por dinero.
211
La genética justifica lo pornográfico en el caso específico de Umbral.
212
No anda desinformado Luis Ortega, pero por supuesto siempre dejando el lugar que merecen
las damas y caballeros. Ya se sabe que las excepciones confirman las reglas. Por otra parte, esto
justifica la acogida tan fraternal que se brinda a los cubanos de igual condición y la
animadversión a los que somos decentes.
213
No existe país en el mundo donde se hable con mayor desfachatez y grosería que en España.
Impresionan, asustan, ahuyentan los tacos, los sapos y las culebras a las personas educadas. Pero
tampoco es un plato fuerte de España la educación, ni aun en aquellos que poseen instrucción.
Dos cosas que no van a la par y que suelen asociarse.
214
Esto y mucho más venimos señalando desde el principio de esta biografía.
215
Aquí está la clave de la hostilidad de España hacia los cubanos. Hostilidad que sólo se
manifiesta hacia aquellos que nos respetamos y nos hacemos respetar. Los españoles nos quieren
ver arrastrados física y moralmente por los suelos para poder ejercer su “superioridad.”
Manifestación abierta del complejo de inferioridad español.

176
El Matute que dijo recientemente que ellos tenían derecho a meterse en los asuntos de
Cuba “puesto que Cuba había sido colonia de España” no es caso único de arrogancia. El
ejemplo de Camilo José Cela, que vino a Miami y dijo que ahora los cubanos podían
arrepentirse de haberse liberado de España es muy elocuente 216.

El caso de Baquero es muy revelador. Durante 38 años vivió en España, en una discreta
miseria, bastante ignorado, siempre leal a lo que él consideraba sus raíces espirituales, y al
final viene un patán de la literatura y lo describe como un negrito bueno que llevaba unas
yerbas en los bolsillos del abrigo del marqués.

No hay derecho. Se puede escribir al desgaire sobre todo. No es necesaria la solemnidad


para hablar de las gentes. Tampoco hay que derramar lágrimas sobre los muertos. Pero
hay un límite, más allá del cual se pierde toda noción de decencia.

Yo sostengo siempre, sin entrar en generalizaciones, que todo lo malo que tenemos los
cubanos, sobre todo la roña, nos viene de España. Es la herencia maldita 217.

Anda por Miami una señora llamada Margarita Ríos o Ruiz, vaya usted a saber, que en
cierta ocasión, insultando a Gastón Baquero en la radio, dijo que “si los negros no la hacen
a la entrada la hacen a la salida”. ¿Por qué? Porque Gastón Baquero había saludado con
efusión a Dulce María Loynaz, que era una gran poetisa. Nada más. Es la herencia. ¿Qué
diferencia hay salvo la sintaxis, entre esta doña y Umbral? 218

Poco nos queda por añadir. Quisiéramos comentar el error tan frecuente que
aparece como algo establecido en torno a la fecha de nacimiento de Gastón
Baquero. El poeta realmente nació el día 4 de mayo de 1914; según nos confesó
el error en el mes de nacimiento es culpa de Pedro Shimose219, que tuvo a su
cargo la preparación de la edición de su poesía recogida bajo el nombre de
Magias e invenciones y puso marzo en lugar de mayo (error que ya aparece en la
solapa de la edición de Adonais de Memorial de un testigo). En cuanto a lo que
al año se refiere, nos dijo que lo había trasladado a 1918 para alargar su vida
laborar – ya lo hemos justificado con anterioridad con un artículo suyo acerca del
tema. Esto lo pudo hacer, ya que sabemos las condiciones en que abandonó
Cuba, sin pasaporte ni dinero propio. Luego en España se buscó un par de
testigos según lo exigido por la ley y eso fue todo; a partir de entonces se le
comenzó a considerar como nacido en 1918.

216
Cuba, que ya en el siglo XVIII producía más que toda España era considerada indispensable
para la subsistencia de la metrópoli, siempre metida en guerras. El impulso neocolonial de
España sobre Cuba está latente y se escapa inconscientemente. No por gusto tiene tanta vigencia
el refrán “más se perdió en Cuba,” cuando se hace alusión a la perdida de algo verdaderamente
valioso, a un descalabro importante.
217
Sobre esto Baquero solía decir: “Somos los hijos y los nietos.” Se suele en los países
hispanoamericanos echar la culpa al negro o al indio, dependiendo del país de que se trate; pero
sí, lo malo que tenemos, que no es poco, nos viene de España. Aquí roña se usa como envidia, y
por extensión encarna lo peor de lo más malo, es decir, lo español.
218
Los cubanos están al mismo nivel de los españoles en materia de racismo.
219
Poeta boliviano vinculado al Instituto de Cooperación Iberoamericano y Premio “Casa de las
Américas,” en Cuba.

177
Anexos

178
179
180
181
182
BIBLIOGRAFÍA

Baquero (1950): El periodismo como espejo de nuestro tiempo. La Habana:


Ediciones del Ministerio de Educación, 1950.
Baquero (1961): Escritores hispanoamericanos de hoy. Madrid: Instituto de
Cultura Hispánica (Colección Nuevo Mundo), 1961.
Baquero (1966): Memorial de un testigo. Madrid: Ediciones Rialp, S.A., 1966.
Baquero (1969): Darío, Cernuda y otros temas poéticos. Madrid: Editora
Nacional, 1969.
Baquero et al (1974): Gertrudis Gómez de Avellaneda. Madrid: Fundación
Universitaria Española, 1974.
Baquero (1984): Magias e invenciones. Madrid: Ediciones Cultura Hispánica,
1984.
Baquero (1991): Poemas invisibles. Madrid: Editorial Verbum, 1991.
Baquero (1991): Indios, blancos y negros en el caldero de América. Madrid:
Ediciones de Cultura Hispánica, 1991.
Baquero (1992): Autoantología comentada. Madrid: Editorial Signos, 1992.
Baquero (1993): Acercamiento a Dulce María Loynaz. Madrid: Ediciones de
Cultura Hispánica (Instituto de Cooperación Iberoamericano), 1993.
Baquero (1995): Poesía completa. Salamanca: Fundación Central Hispano, 1995.
Baquero (1995): Ensayo. Salamanca: Fundación Central Hispano, 1995.
Baquero (1995): La fuente inagotable. Valencia: Pre-Textos, 1995.
Baquero (2007): Geografía literaria (1945 – 1996). Introducción, prólogo y
notas de Alberto Díaz-Díaz. Madrid: Huerga y Fierro Editores, 2007.
Baquero (2009): Andaluces. Introducción, prólogo y notas de Alberto Díaz-Díaz.
Sevilla: Editorial Renacimiento, 2009.
Baquero (2011): Apuntes literarios de España y América. Introducción prólogo y
notas de Alberto Díaz-Díaz. Sevilla: Editorial Renacimiento, 2011.

Bibliografía secundaria:

Castillo (1959): José Luis Castillo Puche: América de cabo a rabo. Madrid:
Ediciones Cid, 1959.
EC (1975): Gastón Baquero (Coordinador): La Enciclopedia de Cuba. Madrid,
Enciclopedia y clásicos cubanos, Inc., 1975.
Lázaro (1987): Felipe Lázaro: Conversación con Gastón Baquero. Prólogo de
Juan Gustavo Cobo Bora, epílogo de José Prats Sariol. Madrid: Editorial Betania,
1987.
Martínez (1990): Julio A. Martínez: Dictionary of Twenty-Century Cuban
Literature. Wesport (CT), 1990.

183
184

También podría gustarte