Bien A Ventura NZ As
Bien A Ventura NZ As
Bien A Ventura NZ As
Las
bienaventuranzas
un camino a la
felicidad
¿Qué haremos en esta unidad?
Fecha: 22 al 26 de marzo
Las bienaventuranzas son el camino que señaló Jesús para ser feliz.
Jesús quiere y busca nuestra felicidad y amistad, especialmente al invitarnos a participar del
Reino de Dios.
Todas las personas están llamadas a ser parte del Reino de Dios. No importa su raza, color de
piel, pensamientos, tradiciones o costumbres, sobre todo, porque todos somos sus hermanos y
hermanas.
Para ser realmente feliz, Jesús propuso un proyecto de vida concreto, que se expresa en las
Bienaventuranzas. No son buenos deseos, sino un programa de vida que se puede hacer
realidad cada día y con las personas que tenemos a nuestro lado.
Este proyecto de vida que propuso Jesús sorprendió a todos, pues la gran meta a la que aspira
es la felicidad. Una felicidad que nos invita a compartir junto a otros el amor que respeta, que
une y que nos hace sentir que somos hermanos, sin discriminación, ni diferencias.
Bienaventuranza Ejemplo
EJ: La paz Papa Francisco
Clase
2
Fecha: 12 al 16 de abril
Jesús revolucionó su tiempo y pueblo, porque se atrevió a desafiar lo establecido renovando la confianza y la
amistad en Dios. El mensaje central de Jesús fue el Reino de Dios y una propuesta de vida plena, resumido en las
Bienaventuranzas.
Lee esta carta de Jesús:
Hola, soy Jesús. Y hoy quiero compartir contigo algo sobre mi mensaje para que me conozcas y comprendas la
invitación que te hago.
Después de haber sido bautizado en el río Jordán, inicié mi predicación con el mensaje: “Alégrense, el Reino de Dios ha
llegado”. Este Reino es el núcleo central de mi predicación. Con mis obras y palabras lo hice presente en el mundo.
La invitación a entrar en él la dirigía a todos los hombres y mujeres, sin excepción. Pero, de una manera especial, la
dirigía a los más pobres, los excluidos y a todos quienes sufrían. Sólo les ponía una condición: que se convirtieran de las
cosas malas que hacían y pidieran perdón a Dios.
En la Palestina de aquellos tiempos, el pueblo esperaba que Dios les mandara un rey poderoso para librarlos de la
dominación romana y, con él, el pueblo recobraría la independencia y la libertad. De ahí que, al oírme que anunciaba la
llegada del Reino de Dios, muchos pensaran que era el momento de liberarse de los romanos. Pero yo no me refería a
un reino material, sino al reinado de mi Padre Dios. Expliqué de diferentes maneras que el Reino de Dios consiste en
amarlo y cumplir su voluntad. Y la voluntad de mi Padre es que ustedes se amen mutuamente. Y de eso yo mismo di el
ejemplo.
Pero muchos no me entendieron bien. Por eso creo que esto refleja en algo tu situación de vida: a veces eres
incomprendido, otras se hacen grandes expectativas contigo y sientes la presión de no poder responder a todo y a
todos... ¡Ánimo!, yo he vencido el mal y tú también puedes lograrlo conmigo. Te invito a seguirme pues yo soy el
Camino, la Verdad y la Vida.
Tu amigo, Jesús
Ladrillos de misericordia
De las siguientes palabras, elige diez de ellas para formar una pirámide
que promueva la bienaventuranza de la misericordia, y construir un
mundo donde las personas sientan la presencia del Reino de Dios.
Clase
3
Fecha: 3 al 7 de mayo
Hemos visto hasta aquí que las bienaventuranzas son un camino propuesto por Jesús
para ser feliz.
¿Pero en que buscan las personas la felicidad? ¿Qué te hace feliz? ¿Cómo crees que las
personas pueden ser más felices hoy en día?.
En tiempos de Jesús los fariseos y los escribas se dedicaban a interpretar, enseñar y exigir
el cumplimiento de la ley al pie de la letra, pues según ellos, tal cosa convertía a las
personas en justas.
Para Jesús lo esencial era el espíritu de amor hacia Dios y hacia el prójimo. Estos eran sus
criterios para interpretar y aplicar la ley.
Los líderes religiosos evitaban el contacto con los pobres, los enfermos, los extranjeros y
los que no cumplían la ley, pues todos ellos eran considerados impuros. Quien se les
acercara también quedaba impuro (inhabilitado para acercarse a Dios y a los demás).
Para Jesús, todas las personas son iguales y cada uno debe sentir que Dios lo ama. Por
eso, tocaba y sanaba a los enfermos, comía con cobradores de impuestos, perdonaba a
los pecadores, dialogaba con mujeres y hombres de mala vida, tomaba en brazos a los
niños, etc. Él no hacía discriminaciones.
Jesús enseñó a tratar a Dios como a un Padre bueno, que ama y perdona. Produjo una
revolución religiosa porque trató familiarmente a Dios llamándolo “papito” y se atrevió a
decir “Quien me ve a mí ve al Padre”. (Jn. 14,19)
Aplicación a la vida