Capitulo 2 Identidad y Marca
Capitulo 2 Identidad y Marca
Capitulo 2 Identidad y Marca
Identidad corporativa
"El estudio de la identidad de una empresa, como la de una persona, puede ser abordado de
diversas maneras. (...) la identidad de un ser humano vendría dada irreductiblemente por su
código genético, lo único que realmente le identifica, le diferencia de cualquier otro, y, además,
nunca cambia." (p. 17)
En esta cita se puede apreciar como hace un paralelismo entre las personas y su identidad,
que ella aclara se la da en principalmente sus genes, este análisis lo lleva también al plano
empresarial.
De esta forma, si bien una institución no tiene genes como las personas, si cuenta con
atributos identificadores y diferenciadores, entre los cuales los más fiables son los códigos
de registro, y los más perecederos son las marcas o las razones sociales que le dan una
personalidad comercial jurídica.
Al presentar tanto atributos inamovibles como otros menos estables se requieren otras
categorías para analizar la identidad de una empresa. A continuación, comenzaremos
analizando los elementos que confieren a las empresas su identidad.
● El eje horizontal es mutable por tratarse del proyecto empresarial, cuyo objetivo
es cumplir con las metas. Sufre cambios para adaptarse a las circunstancias nuevas
del entorno donde se desenvuelve la institución, y a la vez es definida por la filosofía
corporativa, las orientaciones estratégicas y las políticas de gestión.
● El eje transversal se trata de la cultura corporativa tanto la del presente como del
pasado, ambos simultáneamente, formada por los comportamientos expresos, los
valores compartidos y las presunciones básicas. Es decir, sus costumbres, sus
ideales y sus convicciones.
Imagen institucional
Chaves (2010) por su parte propone que la forma en que una empresa se autopercibe y es
percibida por otros forma parte de su “imagen institucional”. Es por esta razón que para
llegar a abordar este término en su totalidad propone la división de toda la actividad
institucional en cuatro componentes: Realidad institucional, Identidad institucional,
Comunicación institucional e Imagen institucional. De esta manera la “imagen
institucional” acaba definiéndose por contraposición a los otros términos.
~ La realidad institucional son todos los datos objetivos y hechos reales que forman parte
de una institución, su condición empírica.
Este elemento es tanto un estado y un proceso, en el que forman parte los datos
materializados, los proyectos institucionales de acción externa e interna, y los procesos que
modifican la realidad institucional. Los elementos que la forman son, por ejemplo: la
cantidad de empleados, la infraestructura de la empresa, su realidad económica, los datos
que componen su entidad jurídica, entre otros.
Semiosis institucional
Luego de detallar todos los elementos que componen la imagen institucional y todas las
relaciones que existen entre estos elementos podemos definir el proceso final que se
genera a partir de todos estos componentes: la semiosis institucional.
La semiosis institucional es el proceso espontáneo, artificial o mixto por el cual una
institución produce y comunica el discurso de su identidad y motiva en su contexto una
lectura determinada que constituye su propia imagen.
Signos identificadores
Teniendo esto en cuenta, es pertinente aclarar que los signos identificadores no se deben
confundir con los medios que comunican los atributos corporativos de imagen y
posicionamiento. Chaves y Belluccia realizan una reflexión sobre el tema:
"La buena gestión busca siempre la mayor compatibilidad estilística y el encastre técnico
más preciso entre la marca gráfica y el posicionamiento estratégico de la organización.
Pero debe insistirse que no es la marca la encargada de transmitir ese posicionamiento,
es el posicionamiento (que se comunica al público por diversos medios) el que termina
por llenar de contenidos y significados a la marca." (p. 25)
Los signos identificadores deben tener compatibilidad con los conceptos que se desee
transmitir, pero es imposible pedirles que transmitan la totalidad de la identidad de una
empresa / institución. Dado que, junto con la comunicación institucional, es el público quien
en definitiva atribuye a la marca (o no) los contenidos presentes en la identidad.
El nombre
Habiendo repasado qué son y qué función les corresponde a los signos identificadores, a
continuación, vamos a tomar la clasificación de Chaves y Belluccia (2003), donde los
dividen en signos identificadores primarios y signos identificadores secundarios. En
los siguientes apartados vamos a realizar una definición y descripción de cada uno.
Los signos identificadores primarios son aquellos que cumplen la función identificadora de
forma directa y pura, estos son los logotipos y símbolos.
El logotipo es la forma gráfica estable y explícita del nombre; por su parte el símbolo llega a
ser un sinónimo del logotipo y ambos cumplen la función de firma, en ocasiones de manera
separada y en otras juntos. Gracias a la posibilidad de elegir entre infinidad de familias
tipográficas y que a la tipografía se la puede modificar gráficamente para incorporar otras
connotaciones deseadas, las manipulaciones y combinaciones posibles se tornan infinitas.
Logotipos
Dentro del logotipo se contemplan dos tipos de polares, el logotipo tipográfico estándar que
responde al modelo de la escritura regular; y el logotipo singular que responde al modelo de
firma autógrafa. Entre ellos también hay más variantes y son:
● Logotipo singular: El logotipo es diseñado como un todo con una fuente única que
no responde a ningún alfabeto ni estándar ya creado.
Símbolos
● Símbolos icónicos: El símbolo es diseñado con una imagen que representa algún
referente reconocible del mundo real o imaginario, pero la forma no es semejante al
real, pero se sigue reconociendo.
● Símbolos alfabéticos: Utilizan las iniciales de nombre o cualquier otra letra como
motivo central sin confundirse con el modelo de la sigla.
Chaves (1988) por su parte dentro de los signos identificadores básicos, en lugar de definir
a los símbolos los define como imagotipos. Para el autor debe ser una forma visual
pregnante que no requiera de una lectura compleja, es por esto que su mayor requisito es la
memorabilidad permitiendo diferenciarse del resto. Dentro de esta categoría se encuentran
los: iconos, mascotas, figuras características de personajes u objetos o figuras abstractas,
entre otros.
Además, pueden ordenarse en:
Por otro lado, los identificadores secundarios son aquellos que complementan y refuerzan la
identificación, pero no son capaces de funcionar solos o de forma aislada, por ejemplo,
ciertos elementos gráficos y la paleta cromática.
Ejemplos de estos signos pueden ser: las tramas, texturas, subrayados, contenedores del
logotipo, entre otros.
Signo cromático
A pesar de la necesidad de que existan este tipo de sistemas cromáticos que simplifiquen la
significación de los colores, es necesario advertir que el significado de estos depende en
qué contexto se los referencia. Por esta razón es arbitrario, en lo que a creación marcaria
respecta, atribuir significados aleatorios a los colores de un sistema visual o una marca. Los
colores de un sistema de identificación visual se van a enriquecer de significados
identitarios totalmente cuando el público asocie de manera inequívoca el logotipo, el
símbolo y la paleta cromática a determinados atributos de la institución.
3. Corrección estilística: El estilo que se elija para los signos identificadores es el que
condiciona el significado que se le dé a los mismos. En este punto para la
identificación institucional importa más el plano retórico que el semántico.
5. Suficiencia: Este parámetro está relacionado con el de “ajuste tipológico” ya que los
signos identificadores no solo tienen que ser los correctos para esa determinada
necesidad identificadora, sino que además tienen que ser los justos, no deben ser
excesivos ni insuficientes para la necesidad que cubren.
6. Versatilidad: Los identificadores deben ser compatibles con todos los discursos, el
signo debe poder rubricar en todos los casos, por ejemplo: en comunicaciones
institucionales como en las comerciales, sin modificarse o adaptarse al caso.
10. Inteligibilidad: El signo debe ser interpretado según los parámetros identificadores
pretendidos, es importante que no exista ambigüedad en el significado de un signo.
Ya sea abstracto o que refiera a algo real debe entenderse el significado esperado.
12. Vocatividad: Es la capacidad del signo de llamar la atención. Puede hacerlos por
distintos recursos, por ejemplo: tamaño, proporción, expresividad, dinamismo, color,
entre otros. El recurso elegido dependerá de lo adecuado para la identidad de la
institución.
La Arquitectura de Marca
“Los clientes (externos e internos) se convierten en fieles a una marca cuando la hacen suya y
saben que pueden esperar de ella; si una marca falta al contrato comunicacional que la une a sus
clientes, la fortaleza del vínculo individuo-marca se debilita” (Gastón Martínez. p. 40)
Los aportes que puede generar el enfoque de la arquitectura de marca son muy
beneficiosos, no solo en casos de nuevos lanzamientos de productos, sobre todo cuando
estos se alejan del mercado habitual de la marca y puede generar conflictos con el
consumidor, sino también para utilizar como estructura organizativa que genere claridad y
pueda colocar a cada producto / servicio en un lugar diferencial.
El concepto de arquitectura de marca como tal, se comienza a estudiar alrededor de la
década de 1990, por este entonces surgen 2 escuelas que hacen aportes significativos para
la gestión de marca:
● Escuela Americana: Más orientada hacia el valor que pueda tener la oferta para el
consumidor y la estructuración de esta.
● Escuela Europea: Se centra en la arquitectura de marca en sí misma como un
proceso más interno, más en relación con la gestión.
Ambos enfoques son valiosos y complementarios. Por un lado, una marca debe orientarse a
la investigación del mercado y a la relación del usuario con su producto y con la marca
misma, pero es fundamental que para generar una buena arquitectura de marca no se deje
de tomar en cuenta sus objetivos, recursos y su equipo de gestión.
Manual de marca
Por último, es esencial presentar con su normativa específica todos los signos
identificadores que se hayan creado dentro de un manual de marca. Este manual es un
documento importante donde se dejan asentadas las pautas establecidas para la
manipulación correcta de los signos. Además, contiene la información detallada que avala la
toma de decisiones del diseñador encargado de encabezar el proyecto de identidad. Este
documento también servirá de guía en el caso de que otros diseñadores sean contratados
para modificar o realizar piezas de comunicación institucional, de esta manera sabrán
exactamente la normativa establecida para la manipulación de los signos identificadores.
Dentro del manual deberá encontrarse lo siguiente:
1. El logotipo, con sus versiones a color, blanco y negro, negativo y escala de grises
(si las tuviera todas o las que tuviera); y sus reducciones mínimas, tanto en cm (para
pieza impresas) como en px para piezas digitales.
3. Grillas de proporciones y constructiva, que sirve para dar una estructura correcta
al logotipo y mayor equilibrio. Dentro de la grilla debe señalizarse el área de
resguardo que establece una zona libre que no debe ser invadida por otros
elementos.
5. Las tipografías utilizadas junto a sus variables. Tanto la que se haya utilizado en el
logotipo (de ser el caso), como la que se usará en como tipografía
secundaria/complementaria.