Reflexión de La Identidad Social y La Conducta Prosocial
Reflexión de La Identidad Social y La Conducta Prosocial
Reflexión de La Identidad Social y La Conducta Prosocial
Es una clara realidad que las personas convivimos en sociedades. Estas a su vez se forman
por los atributos en común que comparten los integrantes de la sociedad. Resulta interesante
observar que los individuos utilizan un adjetivo que nos facilite relacionarlo o identificarlo con otra
serie de conceptos y darle un significado en nuestro entendimiento de nuestro entorno. Mi
opinión particular es que esta identidad es una forma de que nos involucremos en la sociedad de
acuerdo a los atributos que tengamos como personas para tener una referencia en la sociedad. Sin
embargo, al pensar profundamente esta teoría me encuentro con ciertos problemas intelectuales
que vale la pena pensar.
Primero, podemos caer en el error de alienar las ideas de las personas y preconcebir todas
sus ideas por el simple hecho de que los asociamos a lo que representa la sociedad a la que
pertenece, pero ignoramos la naturaleza de la diversidad de opiniones. No siempre corresponderá
el pertenecer a un grupo con apoyar todas sus posturas, por lo cual puedo decir que la supuesta
“identidad social” solo existe en el lenguaje como una manera de referenciar a una persona a
alguna actividad, origen o pensamiento, por ejemplo, se puede decir: Soy venezolano y las
personas al escucharlo inmediatamente presupondrán conocer todas tus ideas, costumbres y
hasta modos de opinar. Viene a ser otra manera de generalizar.
En cuanto a la conducta pro social, voy a compartir la reflexión que obtengo de ella luego
de haber revisado los diferentes modelos y teorías. Las diferentes teorías creo que son válidas y se
aplican a diferentes personas, sin embargo, en lo personal tiendo a pensar que hay razones por las
cuales nos comportamos pro sociales y pude identificar dos, que en mi opinión son las que más
pude dilucidar durante mi reflexión.
La primera es identificarse con la causa o persona a beneficiar. Una vez que identificamos
un problema vemos a través de nuestra percepción de la realidad si es verdaderamente un
problema y le damos un rango con relación a otras necesidades. La segunda es el sesgo cognitivo
de la reciprocidad, este último se explica desde la teoría moral de Colbert en el nivel convencional,
que dice que en el pasado cuando nos hacíamos favores nos sentíamos en deuda con la persona
que nos favoreció y por ende como comunidad colaborábamos entre sí.
En este mismo orden de ideas tiendo a creer que estas razones son meras suposiciones, ya
que las motivaciones personales no se pueden visualizar. Por ende, no se puede tener certeza
absoluta del porqué nos comportamos pro socialmente más allá de nuestras propias convicciones
o de lo que nos afirmen otras personas. No con ello quiero decir que la conducta pro social trae
daños y perjuicios, pero sí insisto en la idea de que los orígenes de ella pueden tener una
particularidad dependiendo del individuo. Considero que ninguna teoría está por encima de la
otra, porque en ocasiones me he observado varios modelos en diversos individuos. El modelo
psicoanalítico dice que se suele actuar pro socialmente para justificar las malas acciones, luego la
teoría del aprendizaje social afirma que mi conducta pro social es producto de mi educación o el
hábito de ayudar a las personas que lo necesiten y sin lugar a dudas he observado confesiones de
quienes aparentan conductas pro sociales frente a otras personas para impresionar, todas estas
teorías son válidas a mi parecer, varían según la madurez de la persona y el contexto.