Los Mitos
Los Mitos
Los Mitos
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Otra característica de los mitos es que las acciones que narran se ubican en un tiempo indefinido y en
lugares poco precisos. Surgen porque todos los pueblos, en algún momento de su historia, sintieron la
necesidad de explicar el universo, los orígenes de la Tierra, de su gente, de sus costumbres y tradiciones, y
también los fenómenos naturales.
Muchas civilizaciones de distintos lugares del mundo y en diversos momentos históricos buscaron explicar
los mismos hechos, sucesos o fenómenos por medio de los mitos. Por eso, no debe extrañarnos que culturas
tan diferentes como la griega, la egipcia o la maya, entre muchísimas otras, hayan creado relatos míticos que
explican, por ejemplo, la sucesión de las estaciones a lo largo del año. Y tampoco debe sorprendernos que
esos relatos no sean iguales: cada cultura, cada civilización, elaboró sus propios mitos siguiendo sus
creencias y su modo de entender el mundo, y los adecuó a aquello que es creíble para los integrantes de
cada comunidad en particular.
Para nosotros, los mitos hoy por hoy pueden ser tomados como pura fantasía porque nos presentan hechos
y personajes sobrenaturales; sin embargo, es importante recordar que, para las civilizaciones que les dieron
origen, narraban historias que se consideraban verdaderas: cada pueblo necesitó comprender su entorno, su
naturaleza, para poder sentirse más seguro, y los mitos colaboraron para que eso sucediera.
El tiempo al que se
remontan y el lugar son
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Un mito maya…
El mito de la creación según los mayas
Según se relata en el Popol Vuh, el libro que recoge la mitología de los indios quichés (de origen maya), el
mundo estuvo en un principio cubierto por las aguas y fueron los creadores Tepeu y Gucumatz quienes dieron
origen a la tierra, a las plantas y a los animales. Pero no quedaron contentos con su obra ya que los animales
no podían alabarles por no poseer lenguaje, así que decidieron que debían crear a una criatura que les
profesase devoción y así empezaron la tarea de crear al hombre.
Los dioses creadores hicieron de barro a la primera pareja humana, pero eran débiles y apenas podían
mantenerse en pie, además de que se deshacían con la lluvia y tampoco podían hablar. La segunda pareja fue
hecha de madera, de árbol para él y de carrizo para ella, y todo fue bien en un principio. Los hombres se
reprodujeron y se extendieron por el mundo, tenían su lenguaje y hablaban entre ellos pero nunca elevaron
su voz hacia los dioses que les habían creado.
Estos hombres de madera no poseían memoria sobre su pasado y vagaban por el mundo sin saber de sus
orígenes divinos, y así vivieron hombres y dioses durante algún tiempo, hasta que una oscura y densa lluvia
cayó sobre la Tierra anegando todo. Los segundos hombres desaparecieron y dejaron como única
descendencia a los simios.
Tepeu y Gucumatz lo intentaron por tercera vez, esta vez usando la madera y añadiendo maíz amarillo y maíz
rojo. Con la madera hicieron sus partes rígidas, con el maíz blanco moldearon la carne y el maíz rojo fue su
sangre. Los primeros cuatro hombres (llamados Balam-Quitzé, Balam Agab; Mahu-cutah; e Iqi -Balam) fueron
interrogados por los curiosos dioses y demostraron poseer inteligencia y memoria, siendo aleccionados por
los propios dioses sobre sus orígenes, capacidades y obligaciones futuras.
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La perfección de su obra terminó por intimidar a Tepeu y a Gucumatz, quienes temieron que su creación
quisiera alzarse contra ellos y ocupar su lugar. Para evitarlo rociaron sobre los hombres una niebla que les
extirpó parte de su visión y parte de su sabiduría, así zanjaron el problema y empezaron con la tarea de crear
a la mujer usando los mismos materiales. Así los hombres y mujeres poblaron el mundo pero sin la posibilidad
de llegar al conocimiento absoluto, sin forma de llegar a suplantar a sus creadores.
1. ¿Quiénes fueron los mayas? Investigar y responder.
2. ¿Quiénes eran sus dioses y qué crearon?
3. ¿De qué materiales fueron creados los hombres? ¿qué sucedió con ellos?
4. Haz un dibujo que represente este proceso de creación.
Un mito griego…
La creación del Universo
Antes del nacimiento del Universo, existió el Caos. Este era un estado informe, nebuloso y confuso. Sin
embargo, llegó el instante en que una Potencia innombrable puso orden en el desorden separando los
elementos contrarios y juntando los iguales. De esta manera surgieron los dioses primordiales: Nix (la Noche),
Erebo y Eros (las Tinieblas y el Amor) y Gea (la Tierra). Gea, a su vez de sí misma desprendió a Urano (el Cielo
Estrellado).
Urano iba cada noche a cubrir a Gea. De esa unión nació la primera generación divina: las Titanes. Luego
procrearon una segunda generación y una tercera, todas monstruosas: las de los Cíclopes y la de los
Hecatónquiros. Urano, al ver que estos monstruos eran poderosos, decidió encadenarlos y ocultarlos en las
profundidades de la Tierra.
Gea, dolida en su amor de madre, pidió a sus hijos los Titanes que liberasen a sus hermanos que habían
sido odiados y despreciados. Cronos, el menor, escuchó su ruego. Pero se aprovechó de la ayuda materna solo
para destronar a su padre Urano y así convertirse en el Dios principal. Luego se unió a Rea consolidando su
reinado. Por otro lado, no desencadenó a los Cíclopes y los Hecatónquiros, incumpliendo su promesa. Gea,
despechada, le predijo que así como él había destronado a su padre, uno de sus hijos lo destronaría a él.
A lo largo del tiempo, Rea concibió varios hijos, pero tan pronto como nacían Cronos los devoraba
impasiblemente, a fin de que ninguno llegase a poseer jamás el poder supremo entre los Inmortales. Rea vivía
abrumada por un dolor inmenso.
Cuando iba a parir al último, suplicó a Gea y Urano que le enseñasen una forma de ocultar el alumbramiento
de su hijo. Ellos le revelaron cuáles serían los destinos del rey Cronos y de sus hijos magnánimos. Luego la
enviaron a Lictos, dentro de la vasta Creta, cuando ya estaba próxima a parir. Escondida entre los flancos de
la tierra divina, sobre el monte Argeo siempre cubierto de espesas selvas, Rea dio a luz a un niño y lo confió a
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los cuidados de Gea. Después tras envolver entre mantillas una piedra enorme, se la ofreció al gran príncipe
Cronos, quien sin mirarla se la comió pensando que era un niño más.
No preveía en su espíritu que, gracias a este engaño, sobreviviría su hijo invencible, quien con la fuerza de
sus manos lo dominaría y le arrebataría su poderío reinando entre los Inmortales.
Para que se cumpliera esta profecía, Gea engañó astutamente a Cronos instándolo a que bebiera una
pócima que lo hizo vomitar toda su progenie devorada hasta entonces.
Primero devolvió la piedra, que era lo último que se había tragado. A continuación, de sus entrañas,
surgieron Poseidón (el futuro señor del mar), Hades (el futuro señor del Inframundo), Hestia, Démeter y Hera.
Devueltos al Universo, ellos se unieron a su hermano Zeus, consolidando una alianza olímpica a fin de
destronar al padre voraz.
Zeus también liberó a sus tíos los Cíclopes y los Hecatónquiros, quienes aún permanecían encadenados a
las entrañas de la Tierra. Agradecidos, le dieron a Zeus el trueno, la blanca centella y el relámpago.
Desde entonces, armado de tales artificios, Zeus manda entre los hombres y los dioses.
GLOSARIO
Teogonía: creación de los dioses
Cíclopes: gigantes con un único ojo sobre la frente
Hecatónquiros: gigantes de cincuenta cabezas y de cuyos hombros nacen cien manos
Flanco: cada uno de los dos lados o costados de un cuerpo, mirado de frente
Progenie: descendencia o conjunto de hijos de alguien
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Para seguir leyendo…
Al principio creó Dios el cielo y la tierra. La tierra era entonces confusión, oscuridad y desorden. Y dijo Dios:
“Hágase la luz” y hubo luz, así la separó de la oscuridad, y llamó a la luz día y a la oscuridad noche. Este fue el
primer día de la creación.
El segundo día, hizo el firmamento del cielo y lo separó de las aguas. El tercer día, Dios juntó las aguas para
que apareciera también lo seco, y a la reunión de las aguas la llamó mares y a lo seco lo llamó tierra.
Después hizo brotar sobre la tierra la hierba verde, las plantas y todos los árboles con sus frutos y semillas. Y
vio Dios que eso era bueno.
El cuarto día, creó el sol para que alumbrase el día, y la luna y las estrellas para que destacaran por la noche;
también los creó para que nos señalasen la duración de los días y poder así medir los años y el tiempo.
El quinto día, creó Dios las aves que vuelan por el cielo, al igual que los peces y las criaturas marinas. Y vio
Dios que eso era bueno y los bendijo para que se multiplicasen por el cielo y por el mar.
El sexto día, creó a todos los animales de la tierra, y tras ello dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y
semejanza, y domine sobre todos los animales de la tierra, del cielo y del mar”. Y creó Dios al hombre, y con
él a la mujer. Ambos fueron creados a imagen y semejanza de Dios, y les dijo: “Creced y multiplicaos y llenad
la tierra y sometedla, y dominad sobre todos los animales”. Al terminar ese día, vio Dios que todo lo que
había hecho era muy
bueno.
Así pues, acabados el cielo, la tierra y todo cuanto dejó en ellos, dio por finalizada su obra creadora. Y el día
séptimo, descansó. Dios bendijo el día séptimo y lo santificó.
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El mito de Pangu
En el alba de los tiempos el universo era un oscuro caos, una negra masa de nada. El cielo y la tierra no
estaban separados, y tampoco lo estaban el día y la noche, ni el sol y la luna. En la antigua China se lo
imaginaban como un gran huevo. De esta masa oscura nació la primera criatura del universo. Y se llamó
Pangu. Pangu creció en la oscuridad y durmió durante varios miles de años. Cuando se despertó se había
convertido en un gigante, y al ver que vivía sumido en el caos, decidió poner orden.
Pangu salió del huevo y emprendió la tarea de crear el mundo: dividió el yin del yang con su hacha gigante,
creando la tierra del yin y el cielo del yang. Para mantenerlos separados permaneció entre ellos empujando
el cielo hacia arriba. Esta tarea le llevó 18.000 años, elevándose el cielo cada día un zháng (equivalente a
3,33 metros), mientras la tierra se hundía en la misma proporción y Pangu crecía también la misma longitud.
Como habían pasado muchos miles de años desde que había nacido, ya estaba viejo de cuerpo y de espíritu,
por eso, su sueño se hizo cada vez más profundo hasta que fue llevado lentamente hacia la muerte. Pero
Pangu no regresó a la oscuridad de la que había salido. Cuando murió, su cuerpo se transformó, creando el
mundo tal y como hoy lo conocemos. Su aliento se convirtió en viento y nubes, su voz en trueno, su ojo
izquierdo se convirtió en el sol, su ojo derecho en luna, su cuerpo en cadenas montañosas, su sangre en ríos.
Cada una de las partes de su ser se volvieron partes de la naturaleza. Su sudor cayó en forma de lluvia y las
pequeñas criaturas que poblaban su cuerpo, llevadas por el viento, se convirtieron en los seres humanos.
Obra: Sanwu Liji
Autor: Xu Zheng
Tipo de texto: Narrativo
Bibliografía
➢ Mitos griegos de amor y aventura. Versiones de Nicolás Schuff. Ed. Golu.
➢ http://clasesbiblioteca24.blogspot.com/2017/06/teogonia.html
➢ Comprensión lectora. Cuaderno de trabajo 1.
➢ Banco de Textos: textos.recursosdidacticos.es