Nuevo Codigo Procesal de Rio Negro. 2017. Juliano. Vargas. Delgado

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MARI0 A.

JULIANO
NICOLÁSO. VARGAS CELlA G. DELGADO
DIRECCI~N

mCódigo Procesal
Penal de Río Negro
Análisisdoctrinal de los principales cambios
del nuevo procedimiento

ROL DELJUEZ, FISCAL, DEFENSORY QUERELLANTE. PRINCIPIOS DEL CÓDlGO PROCESAL PENAL.
ALLANAMIENTO, REQUISA E INTERVENCIONES TELEFÓNICAS. PRISIÓN PREVENTIVA. ETAPA
DE INVESTIGACIÓN. ETAPA INTERMEDIA. ELJUICIO: PRESENTACIÓNDE LA PRUEBAY EXAMEN
Y CONTRAEXAMEN DE TESTIGOS. JUICIO POR JURADOS. EJECUCIÓNDE LA PENA. RECURSOS.

AUTORES: FERNANDOAVILA- JUAN P. CHlRlNOS - JORGE CRESPO - MAR¡A R. CUSTET


LLAMBl - DANILO J. DE LUCA - CELlA G. DELGADO - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU
HERNANV. GULLCO - DALMIRO HUACHACA
GONZALO FREIJEDO - JUAN C. GOÑl -
SANCHEZ- MARIOA. JULIANO - PABLO LARSEN - LETlClA LORENZO - ADRIAN N. MART~N
FRANCISCO MARULL - JORGELINA MONTERO - OSCAR R. PANDOLFI - GASTÓN PlERONl
IGNACIO RACCA - MARCOS R. ROCA - JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA
NICOLASO. VARGAS - GUSTAVO L. VITALE

E N ANEXO
LEY 5020
TEXTO DEL
C6DlGO PROCESAL
PENAL DE RIO NEGRO
Código Procesal Penal de Río Negro
O Copyright by
editorial hammurabi s.r.1.
Talcahuano481 - 4O piso
C1013AAI - Buenos Aires- Argentina
Tel.: (54-1 1)4382-3586
E-mail: infoBhammurabi.com.ar - www.hammurabi.com.ar

Producción inteqral

concept design
de Fernando Lucas Depalma
Tel.: 4 3 8 2 - 2 0 8 0 l í n e a s rotativas-

Esta edición se terminó de imprimir


en el mesde juniode 2017
en ((Docuprint S.A.»
Tacuarl123, Buenos Aires- Argentina
Hecho el depósito de ley 117 2 3
Derechos reservados
Prohibida su reproducción total o parcial
Impreso en ArgentinaIPrinted in Argentina
ISBN: 978-950-741-835-8 (rústica)

............................................................
- -
MARI0 A. JULIANO NICOLAS O. VARGAS CELlA G. DELGADO DlRECCl6N
Código Procesal Penal de Río Negro
l-dición, Buenos Aires, Hammurabi, 2017
444 ps., 23 x 1 6 cm.
ISBN: 978-950-741 -835-8
1. Derecho Procesal Penal. l. Título
CDD 347.05 Fecha de catalogación: 16/6/2017
MARI0 A. JULIANO
NICOLÁS O. VARGAS CELlA G. DELGADO
DIRECCI~N

Código Procesal
Penal de Río Negro
Análisis doctrinal de los principales cambios
del nuevo procedimiento

ROL DELJUEZ, FISCAL, DEFENSORY QUERELLANTE. PRINCIPIOS DELCÓDIGO PROCESAL PENAL.


ALLANAMIENTO, REQUISA E INTERVENCIONESTELEFÓNICAS. PRISIÓNPREVENTIVA. ETAPA
DE INVESTIGACIÓN. ETAPA INTERMEDIA. ELJUICIO: PRESENTACIÓNDE LA PRUEBAY EXAMEN
Y CONTRAEXAMEN DETESTIGOS. JUICIO POR JURADOS. EJECUCIÓN DE LA PENA. RECURSOS.

AUTORES: FERNANDOÁVILA-JUAN P. CHIRINOS - JORGE CRESPO - MAR¡A R. CUSTET


LLAMBI - DANILO J. DE LUCA- CELlA G. DELGADO - LUIS E. DUACASTELLAARBIZU
GONZALO FREIJEDO- JUAN C. GONI - HERNÁNV. GULLCO- DALMIRO HUACHACA
SÁNCHEZ- MARIOA. JULIANO- PABLO LARSEN - LETlClA LORENZO-ADRIÁN N. MARTíN
FRANCISCO MARULL- JORGELINA MONTERO- OSCAR R. PANDOLFI -GASTÓN PlERONl
IGNACIO RACCA- MARCOS R. ROCA- JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA
NICOLASO. VARGAS- GUSTAVO L. VITALE

E N ANEXO
LEY 5020
TEXTO DEL
CÓDIGO PROCESAL
PENAL DE R ~ O
NEGRO
Presentación
-
Nos honra, como así también nos genera una gran alegría y satisfacción, pre-
sentar esta obra por varios motivos.
En primer lugar, porque Río Negrose suma al conciertodelasprovinciasque han
decidido, en sintonía con los postulados constitucionales y convencionales, darse
un proceso penal puramente acusatorio que contempla la participación ciudada-
na en la administración de justicia.
En segundo término, pero no por ello menos importante, estamos sumamente
agradecidos con los autores y autorasque se han sumado a esta empresa colectiva.
Desde el minuto cero en que comenzamosa pensar en esta publicación ha sido
nuestra intención construir una herramienta que sea útil tanto para los operado-
res del sistema de justicia penal, como para los estudiantes que se están formando.
La implementación de un sistema de enjuiciamiento netamente acusatorio,
como el que prevé el nuevo Código Procesal, es un gran desafío y son muchas las
expectativas que se depositan en su ejecución. En lugar de ser una moda importa-
da de los paísesanglosajoneso una herramienta para combatir la inseguridad1, el
sistema acusatorio es el que más garantiza losderechosdel imputado en el proce-
so penal en tanto el respeto del debido proceso y las garantías sea el norte que
oriente la actividad de las diferentes agencias. Pero también el que posibilita a víc-
timas y damnificados por el delito cobrar un protagonismo más directo en la reso-
lución del conflicto.

' Hemosadvertido quevarios procesosde reforma de los procedimientos penalesque han


tenido lugar en diferentes provincias de nuestro país, como así también el proceso que a nivel
federal culminócon la sanción del nuevo CPPmediante la ley 27.063, se apoyaron en la necesidad
defortalecer los procesos de prevención de la inseguridadciudadana. Nada resulta masfalazque
ello,valgancomo muestra las palabrasdeWelzel,quien sostenía que" ... cuandoel derecho penal
entra en acción esverdaderamente muytarde ..." (Derechopenalalemán, trad. deJuan B. Rami-
rez, p. 13).
En sus primeros quince artículos, el Código Procesal aprobado por la ley 5020,
establece una seriede principios generales que deben orientar la actuación de los
actores del proceso penal. Ya alguna vez un jurista comprometido con el derecho
penal liberal, como con losprincipiosrepublicanos,como lo fue el profesor Manuel
de Rivacoba y Rivacoba, había advertido que "...el penalista ya está acostumbra-
do a encontrar afirmaciones más o menos semejantes en la parte dogmática de
variados textos constitucionales o en los lugares de mayor relieve en ciertos códi-
gos criminales sin otro carácter ni valor que el meramente retórico"*.
El Código Procesal que motiva esta publicación no escapa a esa estructura.
Dependerá del compromiso de los operadores con la vigencia del Estado de dere-
cho que esos principios no se transformen en letra muerta, aunque también cuen-
tan con varios cuerpos de ventaja en comparación al contexto en que Rivacoba y
Rivacoba realizó la afirmación que citamos, en tanto el nuevo ordenamiento pro-
cesal brinda un marco más amigable para mantener la vigencia de lasgarantíasde
la legislación procesal que se deja atrás.
No desconocemos que el sistema penal funciona bajo una lógica selectiva que
es su marca distintiva y constante a lo largo de la historia. Seríamos muy ingenuos,
y nos estaríamos engañando de una manera burda, además de faltar el respeto a
la inteligencia de los lectores, si sostuviésemos que la entrada en vigencia de un
nuevo ordenamiento procesal es suficiente para revertir esa selectividad, queade-
más de ser la impronta característica de funcionamiento del sistema penal, es una
de sus marcas de nacimiento.
No vamos a caer, parafraseando a Francisco Peñalver, en el irresponsable opti-
mismo de pensar que todos los conflictos en la polis son resolubles, pero sí soste-
nemos que el sistema penal puede hacer mucho para que algunos de esosconflic-
tos tengan salidas o soluciones más razonables para las partes involucradas.
La búsqueda deestas soluciones plausibles para los protagonistas del conflicto,
consecuenciade reconocer el fracaso de las estructuras judiciales para dar respues-
tasa los requerimientosdelasociedad, ha modificado las nocionestradicionalesde
la teoría del proceso, queconcebía al juicio como su razón de ser misma, para pasar
a reconocerlo como la respuesta excepcional del sistema, reservado para aquellos
casosque no admiten otro tipo de tratamiento, mientrasque la respuesta normal
debeser la solución consensuada, el tratamiento del conflicto para procurar limar
sus aristas más agudas.
Una inteligencia de esta índole requiere reformular el concepto de víctima o
damnificado por el delito y su rol dentro del proceso. Para decirlo rápida y sencilla-
mente: no existe posibilidad de resolver el conflicto penal de modo alternativo si no
contamoscon el concurso y participación deambos protagonistas. Aceptar a lavícti-
ma, darle su negado lugar dentro del proceso, exige abandonar la imagen estereo-

Rivacoba y Rivacoba,Siglo ymedio de codificaciónpenalen Latinoamérica, 1980, p. 57.


tipada de que todas las víctimas son vindicativas y punitivistas y admitir que, aun
cuando algunasde ellas responden a esa caracterización, también hay otras quetie-
nen unaamplia predisposiciónparaexplorar solucionesqueno impliquen la prisión.
La adopción de un nuevo ordenamiento procesal debe ir acompañada de cam-
bios en las estructuras y rutinas de trabajo del Ministerio Público Fiscal que permi-
tan que los conflictos de menor intensidad sean abordados mediante mecanismos
alternativos de resolución, que en lo posible no involucren salidas punitivas y privi-
legien lavoluntad delas partes, para queel sistema pueda depositar susenergíasen
procesar los casos que son realmente graves y los hechos que históricamente han
sido beneficiados por la impunidad. Por supuesto, para concretar lo precedente es
necesario que se devuelva a la víctima el lugar central en la resolución del conflic-
t o quearbitrariamente se le ha quitado.
lnsistimos en que no es una tarea sencilla, ya que requiere de similares dosis de
decisión política3, como así también de creatividad y originalidad. Pero también
debemos decir que el nuevo Código brinda múltiples herramientas para hacerlo
posible. No hablaremos deellas porque este no ese1espacio para hacerlo, pero nos
detendremosen una que entendemos fundamental: el principio de oportunidad.
El sistema penal secimenta sobre una seriedeficcionesjurídicasqueen la prác-
tica se desvanecen cual castillo construido en el aire, pesea su logicidad, coheren-
cia y razonabilidad en abstracto. El principio de legalidad procesal era una deesas
ficciones. Pretender queel sistemajudicial pueda procesartodos los hechosque Ile-
gana su conocimiento es condenarlo al cilapso y a que termine, como toda buro-
cracia, procesando los casos más sencillos, retroalimentando de ese modo la selec-
tividad. Acontramano de esa tendencia, el principio de oportunidad permite que
el Ministerio Público Fiscal prescinda en forma total o parcial de la acción penal o la
limite cuando se trate, por ejemplo, de un caso de insignificancia, de pena natural
o las partes arriben a una conciliación. Aunque, claro está, debemos advertir que
esta no es una herramienta para utilizar en forma arbitraria o discrecional, sino
que debeaplicarse bajo parámetrosobjetivos, con criteriosde política criminal y no
como un "comodín" para archivar causas.
Por último, en esta selección arbitraria de algunas de las novedadesquetrae el
nuevo Código Procesal no podemos dejar de hacer mención a la trascendental
importancia que tiene el establecimiento del juicio por jurados.
Como bien dice Andrés Harfuch4 "...San Martín, Bolívar, Dorrego, Sucre, Bel-
grano, Monteagudo, e l Dean Funesseplanteron elobjetivo de construir una Gran

Tobías Barreto decía, hace más de cien años, que la pena no es un concepto jurídico sino
un concepto político. En consecuencia, hacer una selecciónestratégicay en basea criteriosde polí-
tica criminal de qué hechosdeben ser penados es también una decisión política.
Harfuch, Eljuicio porjurados en la provincia de Buenos Aires. Leyprovincial 14.453 ano-
tada y comentada. El módelo de jurado clásico, 2013, ps. 43 y 44.
NaciónSuramericana con un PoderJudicialrepublicano, democrático, constitucio-
nalyen manosdelpueblo". Tan es así que los tres artículos de la Constitución que
establecen el juicio por jurados fueron aprobados por unanimidad por los consti-
tuyentes, como que la Constitución de Río Negro reconoce el derecho de los ciuda-
danos rionegrinos de ser juzgados por sus pares.
En momentos donde el sistema judicial atraviesa una seria crisis de legitimidad,
que entre otras consecuencias trae aparejada que magistrados que dictan senten-
cias ajustadas a derecho sean amenazados con ser destituidos, volver a poner la
administración de justicia en manosdel pueblo puede ser el primer paso para vol-
ver a dotar de legitimidad las decisiones judiciales.
La puesta en funcionamiento de un sistema acusatorio es un apasionante desa-
fíopara losoperadoresjudiciales. Hacealgunasdécadas,GustavRadbruch dijoque
la ley "es como un navío que el legislador despide desde el muelle y al que ya no
puede controlar, navega solo, con lasvirtudes y defectos del texto". Esperamos, y
confiamos, en que este nuevo Código navegue por aguasque lo lleven hacia el res-
peto de las garantías y los derechos y un sistema penal más humano y razonable,
que sin lugar a dudas es la mejor obra que una sociedad puede llevar adelante has-
ta tanto no encuentre algo mejor que el derecho penal.

No queremos dejar de agradecer a quienes han hecho posible esta obra.


En primer lugar a nuestrasfamilias, que son quienes no solo soportan nuestras
ausencias por embarcarnos en estos proyectos, sino que nos acompañan en los
buenos momentos y nos apoyan y sostienen en forma incondicional en los otros.
A losautores y autorasque se han sumado a esteemprendimiento sin dudarlo,
ni pidiendo nada a cambio, motorizados solo por el afán de acompañar la trans-
formación del sistema de justicia penal.
A nuestros compañeros, amigos y amigas de la Asociación Pensamiento Penal.
Y por último, aunque no por ello menos importante, a aquellos profesores y
juristasqueen un paísarrasado por la barbariegenocida sentaron las bases para un
derecho penal democrático. Toda enumeración, y más una de este tipo, trae apa-
rejada la posibilidad de incurrir en omisiones imperdonables. No obstante, asu-
miendo ese riesgo, queremos mencionar a Julio B. J. Maier, Edmundo Hendler,
Eugenio Raúl Zaffaroni y Alberto Binder, que siempre nos inspiran.

CELlA DELGADO * - M A R I 0 JULIANO ** - NICOLAS OMARVARGAS ***

* Defensora Oficial.
** Director Ejecutivo de la Asociación PensamientoPenal.
*** Directordel área decapacitación de la Asociación Pensamiento Penal,
índice general

PRESENTACI~N___
ABREVIATURAS - _

l. ANALISIS DOCTRINAL DE LOS PRINCIPALES


CAMBIOS DEL NUEVO PROCEDIMIENTO

CAP~TULOI - EL ROL DE LAS PARTES


I
EN EL PROCESO ACUSATORIO

1.
Reconstruyendo la función judicial
para un sistema de enjuiciamiento acusatorio
ADRIANN. MARTIN

2.
El rol del Ministerio Público Fiscal de Río Negro
en el marco del proceso acusatorio instaurado
por el nuevo Código Procesal Penal de la provincia
MARCOS RODOLFO ROCA
.,
5 1. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
5 2. De qué hablamoscuando hablamos de «sistema acusatorio)) _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ 50
5 3. El acusatorio a la rionegrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
. .,
a) Informalidad de la investigacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
. .. .,
b) Disponibilidad de la accion penal _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ 54
., , .
C) Deberde proteccion de la victima - _ - - _ - - _ - _ - - _ - -_-_--_- -_-_- 57
[NDICE GENERAL

d) Deberde requerirautorización jurisdiccional para la adopción de medidascau-


telares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 60
5 4. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61

5.
Desafíos de la defensa pública
en un sistema acusatorio
CELlA GUADALUPE DELGADO - MARIA RITACUSTET LLAMBI
DALMIRO HUACHACA SANCHEZ

5 1.
.,
Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
5 2.
, . .
La Defensa Publica rionegrina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65
5 3. La Defensa Pública y el nuevo modelode justicia penal _ _ 72
5 4. Código Procesalde Río Negroy Defensa Pública. Nuevasnormas, nuevas prácticas 75
5 5. Desafíos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79

4.
¿Quérol les cabe a las víctimas en los nuevos procesos
penales? Reflexiones criminológicas y jurídicas
sobre el estatuto de la(s) víctima(s)
en el nuevo Código Procesal Penal de Río Negro

5 1. La exclusión originaria de la(s)víctima(s) del sistema de justicia _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _


5 2.
.,
La irrupcion social y jurídica de la(s) víctima(s) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3.
..
Lasvíctimasy la administración dejusticia penal - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - -
5 4. Algunos dilemas en torno a las luchas por el reconocimiento _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
5 5. La(s)victima(s)en el nuevo Código Procesal Penal de Río Negro _ - - _ - - - - - - -
. . .
5 6. El querellante institucional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
a) Instituciones con interés legitimo _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
b) El Estado como querellante _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
5 7. La cuestión de la obligatoria acusación única: Luna nueva forma de excluira la víc-
tima del proceso?_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ 94
5 8. Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96

CAP/TULOII - DERECHOS Y GARANT¡AS


1.
Los principios generales en el nuevo Código
Procesal Penal de la Provincia de Río Negro
JORGELINA MONTERO

5 .,
1. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101
5 2. El diseño constitucional de juicio penal en la Constitución Nacional y provincial _ 103
[NDICE GENERAL

5 3. Pautasconvencionales
. .. para el proceso penal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
, .
5 4. Los principios generales
. . . del nuevo Codigo _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _
a) Garantia del juicio previo - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - -
.,
b) Garantia de la persecucion penal única _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ -
C) Garantia de los jueces naturales y jurados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
., .
d) La participacion ciudadana en el CPPRN _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
e) Garantia de independencia e imparcialidaddel juzgador - - _ _ _ _ _ - - _ _
f) Determinación del rol de los jueces (art. 6") . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
g) Especificación de los principios y reglas del proceso _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ -
h) Principios de inocencia, «in dubio pro reo» y aplicación de la ley procesal mas
benigna _ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - - - - - - -
11 Libertad duranteel
. . . proceso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
j ) Defensa en juicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
k ) Prohibición de incomunicación y del secreto _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
, .
1) Derechos de la victima _ - _ _ - - - _ _ _ _ _ - - - _ _ _ _ _ - - - _ _ _ _ _ - - - _ _
m) Legalidad y carga de la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
n) Solucion del conflicto _ - - _ - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ -
., . .
ñ) Interpretacion restrictiva _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _
.,
5 5. A modo de conclusion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.
Allanamiento y requisa en el nuevo
Código Procesal Penal de Río Negro
DANILO J. DE LUCA- GONZALO FREIJEDO

5 1. La requisa en el Nuevo Código Procesal Penal de Río Negro - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ -


a) Análisis a partir de la comparación con el Código Procesal Penal de Rio Negro
. .
vigente hasta julio de2017 _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - -
b) Comparación con los códigos procesales penales de la Nación (leyes 23.894 y

C) Comparación con otros códigos provincialesde régimenacusatorio (provincias


de Buenos Aires, Neuquén y Santa Fe) - _ _ - - _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ - - _ _
5 2. El allanamientoy registro de morada en el nuevo Código Procesal Penal de Rio Ne-
gro - - - - - _ - - - - - - - _ - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - -
a) Análisis a partir de la comparación con el Código Procesal Penal de Rio Negro
. .
vigente hasta julio de2017 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Comparación con los códigos procesales penales de la Nación (leyes 23.894 y

C) Comparación con otros códigos provincialesde régimenacusatorio (provincias


de Buenos Aires. Neuquén y Santa Fe) _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ _

Anexo
Normativa utilizada para las comparaciones

1. Comparación con el Código anterior de Río Negro _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ - - _ _ 136


a) Requisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
b) Allanamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136
2. Comparación con el Código Procesal Penal de la Nación (anteriory nuevo) - _ _ 137
[NDICE GENERAL

.. ,. .,
a) Requisa en el viejo Codigo de Nacion - _ - - _ - _ - - _ - -_-_--_- -_-_--
, . .,
b) Requisa en el nuevo Codigo de Nacion _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _
.,
C) Allanamiento en el viejo Código de Nacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
d) Allanamiento en el nuevo Código de la Nacion _ - _ _ - - - _ _ - _ _ - - - _ _ - _
3. Comparación con otros códigos provinciales (Buenos Aires, Neuquén, Santa Fe) _
. .
a) Provincia de Buenos Aires . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Requisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. Allanamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
b) Provincia de Neuquén . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Requisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. Allanamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
C) Provincia de Santa Fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Requisa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. Allanamiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

3.
Las intervencionestelefónicas en el nuevo
Código Procesal Penal de Río Negro
PABLO LARSEN

5 1. El derecho a la intimidad y sus posibles restriccionesen el proceso penal. Nociones


, .
basicas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. El asunto en la Constitución de la Provincia de Río Negro - - - _ _ - _ _ - - - _ _ - _
5 3. 'Bajo qué condiciones es posible intervenir las comunicaciones telefónicas en el
nuevo CPPRN? _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
' 4. Los resguardos que deben tomarse al proceder _ - _ _ _ _ - _ _ - _ _ _ _ - _ _ - _ _ _
a) Proceden solo a pedido de parte . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b)
.,
Duracion de la medida - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - -
C) Valor probatorio _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _
C) Las comunicacionesentre el imputado y su defensor - - _ - _ - - _ - - _ - - - -

4.
Aspectos generales de la prisión preventiva
y las medidas cautelares
GASTÓN PlERRONl - JORGE CRESPO

5.
El régimen de medidas de coerción
en el nuevo sistema de enjuiciamiento
de la provincia de Río Negro
IGNACIO RACCA

5 1. Introduccion
.,
5 2. Principios generales _ _ _ _
[NDICE GENERAL

5 3. Medidas alternativas y cauciones .............................


5
., .,
4. Aprehension y detencion ..................................
5
., . . .,
5. Prohibicion de incomunicacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 6. Prisión preventiva ......................................
a) Un cambiode paradigma ................................
, . ..
b) Hacia unaoptica litigante ...............................
c) Supuestos de procedencia y alcances .........................
.,
5 7. Duracion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

CAP~TULOIII - LAS ETAPAS DE INVESTIGACI~N


E INTERMEDIA

1.
La etapa preparatoria
y el legajo de investigación
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA- LUIS E. DUACASTELLAARBIZU
., .........................................
5 1. Introduccion
. .,
5 2. Desarrollode la Investigacion Preparatoria .......................
a) Actuaciones ........................................
b)
. , . . . .
Actuacionjurisdiccional---------------------------------
c)
. .
Citaciones .........................................
dl
. ..
Actos iniciales. Denuncia ................................
e)
. . . ., . .
Inicio. Averiguacion preliminar ............................
. ., . .
f ) Investigacion preliminar ................................
l . La desestimación de la denuncia querella o actuaciones policiales por con-
siderarque el hecho no constituye delito . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. .
2. La aplicación de un criteriode oportunidad - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
3. La remisióna una instancia deconciliacióno mediación - - - - - - - - - - -
4. El archivo, si no ha logrado individualizar al autor o partícipe del hecho o
existe una imposibilidad de reunir la información necesaria para fundar la
.,
acusacion - - - - -- - -- - - - - - - -- - - - -- - - - - - - - - - -- - - - -- -
..
l. Casos sin pruebassuficientes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
II. Hechos donde no se puede individualizar al autor - - - - - - - - - - - - -
. .,
g) Apertura de la investigacion preparatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
l. Control de la decisiónfiscal.Audiencia deformulación decargos - - - - - -
. .,
2. Desarrollode la investigacion ...........................
3. Otras medidas de prueba ..............................
l. Inspecciones ..................................
II. Requisas ....................................
III. Informes de expertos ---- -------- -------- --------
. .
IV. Reconocimientos de personas .......................
V. Exámenes corporales ............................
VI. Registro de vehículos y otras cosas muebles - - - - - - - - - - - - - -
VII. Allanamiento y registro de morada ....................
VIII. Entrega de objetos o documentos. Procedimiento del secuestro. Ob-
jetos no sometidos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
VIII.l. Entrega de objetos o documentos - - - - - - - - - - - - - - - -
[NDICE GENERAL

VIII.2. Interceptación de comunicaciones _ - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ - _


V111.3. Clausura de locales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
V111.4.
.,
Incautacion de datos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
V111.5. Anticipo jurisdiccional de prueba _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
V111.6. Publicidad de las actuaciones _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
., . .,
h) Duracion de la Investigacion Preparatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
., . .,
0 Conclusion.,de la. Investigacion Preparatoria _ - _ - _ _ - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ - -
l . Acusacionfiscal o querellante _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
. .
2. Sobreseimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.
La resolución alternativa del conflicto penal
en el nuevo Código Procesal Penal de Río Negro
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 ALBERTO JULIANO
, .
5 1. La columna vertebral del nuevo Codigo .........................
. .
5 2. Los criterios de oportunidad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
5 3. La suspensión del proceso penal a prueba _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _
a) Casos en que procede . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
..
b) Oportunidad para solicitarla _ _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - _ _ - _ - _ _ - - _ - _ - -
. . , .
C) Losfuncionarios publicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
d) Delitosamenazadoscon pena de inhabilitación _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - -
e) D i c t a m e n d e l f i s c a l _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
f ) Las reglas de conducta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
g) Revocación de la suspension _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _

3.
La etapa intermedia en los nuevos sistemas
adversariales. El modelo del Código Procesal
Penal de la Provincia de Río Negro
FRANCISCO MARULL
. , Lo quedebio. , sery nuncafue . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 1. Introduccion.
5 2. Estado de situación en los nuevos códigos adversariales. Lo que debería ser y aún
noes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3. La situación
. , en el nuevo Código Procesal Penal de la Provincia de Río Negro _ _ _ _
5 4. Conclusion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

CAPITULO
IV - ELJUICIO
1.
Aspectos generales de la regulación del juicio
FERNANDO AVILA
.,
5 1. introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
, .
5 2. Caracteristicasgenerales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
[NDICE GENERAL

5 3. La efectiva oralidad
. . ._ - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - - - _ - - _ - - _ - _ -
5 4. ~Centralidaddel juicio? _ _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ -
. ..
5 5. Precisando el rol del tribunal en el juicio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a) El tribunal y el contacto previo con la prueba . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.,
6) El tribunal y los límites de la acusacion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
C) El tribunal y la búsqueda de la verdad _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
..
5 6. El juiciosobre la pena - - _ - - _ - - - - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - - - _ - - _ - - _ - _ -
5 7. Consideracionesfinales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

L.
Producción y control de la información en el CPPRN.
El examen y contraexamende testigos y peritos
LETlClA LORENZO
.,
5 1. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. Testigos y peritos: iquiénesson para el CPPRN? _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ -
a) Los testigos - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
6) Los peritos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3. La preparación para la producción y el control. El trabajo previo al juicio _ - - _ _
a) La producción de información y la preparación previa _ - - - - - - - - - - - - - -
6) El control de información y la preparación previa _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ -
5 4. La admisión de la prueba. La etapa intermedia y la audiencia de control de acusa-
.,
aon_-------_----------_-------_-------_-------_---
5 5. La producción y el control de la información en concreto. El momentodel juicio -

a) Producción de la información: el examen directo _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ -


6) Control de la información: el contraexamen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 6. Conclusiones

3.
El derecho del imputado a un acusador penal único
(o, a un solo discurso acusatorio del que defenderse...)
OSCAR RAÚLPANDOLFI

5 1.
.,
Panorama actual de la cuestion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. Las normas internacionales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 3.
., . .
Integracion de litisconsorcio necesario _ - - _ - - _ - _ - - _ - ---_--_- -_-_-
.,
5 4. Del derecho a la acusacion penal única _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ _ _ _ _ _ - - _ -
. . . de congruencia procesal - - - _ - - - - - - - _ - - - - - -
- Nace el principio
5 .,
5. Ampliacion del postulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 6. Alguna disquisición terminológica conveniente . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 7. Compatibilización de los rolesdel Ministerio Público Fiscal y de lavíctima - - - - -
5 8. Principio de congruencia procesal. Postulaciones antiguas y actuales del mismo -
5 9. Para peor lasacusacionespuedennosolamenteserdiferentes. sino incluso, contra-
dictorias entre s i . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 10. La otravertientede lafundamentación de la garantía - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ -
[NDICE GENERAL

5 11. Necesidad de legislar un nuevo supuesto de la alitispendenciaw: lasacusacionesdi-


. ,
versassimultaneas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 306
5 12. La cuestión está vinculada con quiénesserán los sujetos procesalespenales del fu-
turo-_--_-_-__-__--_-_-__--_-_-__--_-_-__--____ 308
5 13. El «non liquet» . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 310
5 14. La «disponibilidad» de los bienesjurídicos protegidos. como criterio para la deter-
minacióndesi deben prevalecerloscriteriosde lavíctima o del representantede la
sociedad organizada (fiscal) - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - - - - _ - - - - 31:

4.
El juicio por jurados
NICOLASOMAR VARGAS
5 .,
1. Introduccion - _ - - _ - - - - - - - _ - - - - - _-------_--_ 317
5 2. Competencia - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ _ 318
5
..
3. Requisitos para serjurado _ _ - - _ - _ _ _ - - _ - - _ _ _ _ - - _ - _ __--_--__- 321
5 .,
4. Seleccion del jurado _ - - - - - - - - - - - - - - - _ - - - - - - - - 322
. ..
5 5. Desarrollo del juicio - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - 324
5 6. Recursos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 328
5 7. Colofón . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329

CAPITULO
V - LA ETAPA RECURSIVA
1.
Los recursos en el nuevo Código Procesal
de la Provincia de Río Negro
HERNANVICTOR GULLCO
.,
5 1. Introduccion . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 2. El impacto de la Constitución Nacional sobre el alcance de los recursos - - - - _ _ _
5 3. Los recursos en el nuevoCPPRN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
a) La norma genérica sobre la admisibilidad de los recursos _ - _ - - _ - - _ - _ - -
6) La impugnación contra la sentencia condenatoria _ _ - _ - - _ _ _ _ - _ - - _ _ _
C) La impugnación contra la sentencia absolutoria _ - - - - - - - _ - - - - - - -
o? El derecho a impugnar el veredicto del jurado popular _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - -
. .
e) El procedimiento de reenvío . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
f ) El derecho al «doble conforme~ como límite al reenvío _ _ - _ _ - _ - _ _ - _ _ -
g) El control extraordinario contra las decisiones del TlP - - - - _ _ _ _ - - - - _ _ _
. .,
h) Revision de la sentencia condenatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

2.
La ejecución de penas en contextos acusatorios
JUAN PABLO CHlRlNOS

5 1. Reformas propuestas - - - _ - - - - - - - _ - - - - ---- 351


, . . . - -

5 2. La practica de las audiencias _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - _ - _ - _ _ - - 353


5 3. Peticiones urgentes y cuestiones no contenciosas _ - - _ - _ _ - _ - - _ - _ _ - _ - - 354
[NDICE GENERAL

. ..
5 4. Algunasconsideraciones de justicia procesal - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
a) Presentarse . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
b) Saludar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
C) C~ntestarcualquierpreocupaciónpor el tiempo de la audiencia _ _ _ _ _ _ _
. .
d) Explicarsituacionesanormales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
e) Explicarla forma en que actúa la Corte y cómo se toman las decisiones _ _ _ _
f) Use lenguaje sencillo _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ - _ _
g) Hacercontactovisual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
h) Hacer preguntasabiertas - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ - - _ - - _ - _ -
., . .
11 Prestaratencion en la audiencia _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ - _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
j ) Personalizar las fórmulas repetitivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
5 5. Una forma noadversarial de resolver la ejecución penal _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
5 6. El juez. como
. . .cirujanovs. el juez como líder de un equipo _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _
5 7. Beneficios .....................................

Sanción. Ley 5020. Aprobación del Código Procesal Penal de Rio Negro - - - - - - - - - -
Ley 5188. Prórroga de la entrada en vigencia del Código Procesal Penal - - - - - - - - - -
Anexo. Código Procesal Penal de Rio Negro - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

BlBLlOGRAFiAGENERAL
Abreviaturas
-
APDH Asamblea Permanente por los Derechos Humanos
BCNCiv. Boletín de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil de
la Capital Federal
BJLP Boletín de Jurisprudencia de La Pampa
BJS Boletín de Jurisprudencia de Salta
CAC Cámara de Apelaciones en lo Criminal
CACCCA Cám. Apel. Civ., Com. y Cont. Adm.
CACCCC Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Criminal y
Correccional de ...
CACCGP Cámara de Apelaciones en lo Civil, Cornercial y de Garantías
en lo Penal de ...
CACCM Cámara de Apelación en lo Civil, Cornercial y Minería de ...
CACCMPT Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz
yTributaria de ...
CADH Convención Americana de Derechos Humanos
CAP Cámara de Apelacionesen lo Penal de ...
CAPCF Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional
y de Faltas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
CEJA Centro de Estudios de Justicia de las Américas
CELS Centro de Estudios Legales y Sociales
CFCP Cámara Federal de Casación Penal
ClDH Comisión lnteramericana de Derechos Humanos
CM Código de Mineria
CN Código de Mineria
CNCCC Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional
de la Capital Federal
CNCCF Cámara Nacional en lo Civil y Comercial Federal de la Capital
Federal
ABREVIATURAS

CNCP Cámara Nacional de Casación Penal


conc.1concs. concordancia/concordancias
coord./coords. coordinadorlcoordinadores
CPPC Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba
CPPCABA Código Procesal Penal de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires
CPPCh Código Procesal Penal de la Provincia del Chubut
CPPLP Código Procesal Penal de la Provincia de La Pampa
CPPN Código Procesal Penal de la Nación
CPPNe Código Procesal Penal de la Provincia del Neuquén
CPPRN Código Procesal Penal de Río Negro
CPPSF Código Procesal Penal de la Provincia desanta Fe
CPPTDF Código Procesal Penal de Tierra del Fuego
CSISC Corte SupremaISuprema Corte
CSJN-Fallos Publicación de Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación
CSJN Corte Suprema de Justicia de la Nación
DADDH Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hom-
bre
DF Defensoría General
dir.1dirs. direcciónldirector
DUDH Declaración Universal de Derechos Humanos
ed. edición
expte. expediente
INECIP Instituto de Estudios Comparados de Ciencias Penales y
Sociales
IPP Investigación Penal Preparatoria
MDH Movimiento de Derechos Humanos
MEDH Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos
MPF Ministerio Público Fiscal
no/nros. númerolnúmeros
p.lps. páginalpáginas
párr.1párrs. párrafolpárrafos
PG Procuración General
PlDCP Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
reg . registro
SAIJ Sistema Argentino de Informática Jurídica
SC Suprema Corte
SC US. Supreme Courtof the United StatesICorteSuprema de los
Estados Unidos
Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires
ABREVIATURAS

sent. sentencia
SERPAJ Servicio de Paz y Justicia
SNEEP Sistema Nacionalde Estadísticas sobre la Ejecuciónde la
Pena
SPLL Suplemento Provincial La Ley
STKS SuperiorTribunalISupremo TribunalKribunal Supremo
t./ts. tomo/tomos
TCPBA Tribunal decasación Penal de la Provincia de Buenos
Aires
TEDH Tribunal Europeo de Derechos Humanos
TIP Tribunal de ImpugnaciónPenal de ...
TOC Tribunal Oral en lo Criminal de la Capital Federal
TSJ Tribunal Superior de Justicia
v. gr. verbi gratia
vol. volumen
-I
Análisis doctrinal
de los principales
cambios del nuevo
procedimiento
CAP~TULOI
EL ROL DE LAS PARTES EN EL PROCESO ACUSATORIO
Reconstruyendo la función judicial
para un sistema de enjuiciamiento acusatorio
*
ADRIÁNN. MART~N

«Los hombres hacen su propia historia. perono la hacen a su libre arbitrio,


bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias
con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado.
La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla
e l cerebro de los vivos.
KARL MARX, El 18Brumariode LuisBonaparte

1- La reforma procesal penal necesita de todos para construir nuevasconcep-


cionesde lo que significa la función judicial. La tradición inquisitiva se cuela y que-
da arraigada también en las nuevasconcepcionessobre lo jurídico penal. La inqui-
sición goza de muy buena salud en muchas disposiciones procesales, pero por so-
bre todo atraviesa las practicas cotidianas de los operadores del sistema. Ello mu-
chasveces lleva en el ámbito procesal penal, fraseando al autor de Elgatopardo, al
cambio para nada cambie. Si de parafrasear se trata, nuevamente la referencia
gramsciana a que loviejo no termina de morir, y resiste ferozmente, mientras que
no nuevo no acaba por nacer, es utilizableen estecontexto.
Tomarse en serio la modificación de un sistema de enjuiciamiento exige no solo
modificar las leyes, sino en especial estar alertas para advertir en esas prácticas co-
tidianas cómo el espectro del pasado vuelve a instalarse en las conductas y las for-
mas de dotar de sentido a acciones e instituciones.
Desde hace algunas décadas se están realizando diversas clases de reformas a
los procesos penales en la región y, en particular, en el país. A cada reforma la si-
guen una catarata decódigosprocesalescomentadosqueexplican lascaracterísti-

* Profesorasociado del área de Derecho Penal y Política Criminal (UNPAZ), profesor adjun-
to-int.-Derecho Penal y Procesal Penal (UBA), profesortitulardeCriminologia (UAI), profesor
titular en la especialización de la Escuela de Servicio de Justicia (UNLaM).Presidentede la Asocia-
ción Pensamiento Penal (APP). Doctor en Ciencias Penales (USAL), Magister en Criminologia
(UNLZ).Juez del Tribunal Oral en lo Criminal no15de la Capital Federal.
cas salientes de cada nuevo artículo. Alguno de esos textos recuperan, como no
queriendo que el pasado los abandone, la jurisprudencia de losviejos sistemas.
No desconozco que es posible que, en algún caso, algo de esa jurisprudencia sea
pertinente para considerar en el nuevo sistema. Sin dudas, no todo cambia de un
día para otro con la sola reforma procesal. Sin embargo, aquello que puede resul-
tar útil suele obstruir la mirada hacia lo que resulta indispensable.
El trabajo que nos convoca implica considerar un aspecto central del sistema de
enjuiciamiento. La función judicial es un tópico que, según como sea configurada
y reconfigurada cotidianamente por los actores del proceso de reforma, va a con-
dicionar fuertemente qué clase de proceso tendrán los ciudadanos rionegrinos.
Se repite casi hasta el cansancio del lector que las reformas procesales que ins-
talan sistemas acusatorios conllevan algunas modificaciones en las funciones que
se les atribuyen a los jueces y a los fiscales. Se indica que la función de juzgar debe
estar separada de la función de investigar, que la oralidad es un aspecto importan-
te de la reforma, que las decisiones deben ser tomas en las audiencias, que deben
ser comunicadas para quesean comprensibles, quelosjuecesdeben procurar la so-
lución de los conflictos y algunas otras referencias similares. No hay duda que ello
es así, pero no alcanza con solo decirlo como una enumeración de ingredientes pa-
ra una receta nueva.
El desempeño de una adecuada función judicial en un sistema acusatorio como
el que se ha sancionado en la provincia exige que la actividad judicial sea pensada
y repensada en forma cotidiana porque el riesgo de hacer lo mismo que ayer pero
con nuevos nombreses una amenaza latente.
Algunos creen que estas tradiciones de lo inquisitivo se subsanan reemplazan-
do a la totalidad de los operadores judiciales por otros nuevos. Más allá de lo que
implica esa decisión en términos institucionales, la pretendida solución olvida que
esos nuevos actores están formadosen la misma sociedad, con valores socialesque
los atraviesan en la configuración como sujetos, y en cuanto a su formación técni-
ca, suelen estar formados en universidades donde los actores del sistema procesal
anterior dictan clases y escriben libros.
Esa poco imaginativa y simplista solución no solo es costosa en términos socia-
les e institucionales, sino que aun cuando fuere idónea y realizable en forma muy
parcial, no debe encubrir el real problema que nos enfrenta la reforma procesal.
Hace más dequinientosañosquese ha instalado un sistema de enjuiciamiento
inquisitivo en Europa y hemos sido colonizados también en ese sentido. Pero esa
instauración de las formas propias de la inquisición supera holgadamente las ex-
clusivas prácticas judiciales. Las ideas que se instalan en los medios de comunica-
ción y que poseeafincada toda la ciudadanía sobre loque es un juezdista notable-
mentede lo que se exige en estos nuevossistemasprocesales. Es por ello que no re-
sulta tan sencillo modificar las prácticasjudiciales para que se ajusten a las exigen-
cias que cotidianamente repiten los manuales sobre la reforma.
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

Ante esa situación resulta ineludible clarificar algunos objetivos y considerar


cotidianamente cómo nos acercamos o nos alejamos de ellos, tanto a nivel institu-
cional como a nivel personal. Poder interrogarse sobre cómo colabora cierta prác-
tica en un modelo de juezque requiriere el sistema exigeantes pensar qué requie-
re el sistema o, para decirlo de forma adecuada, cuáles son los objetivos del siste-
ma de enjuiciamiento penal.
La literatura especializada sobre el tema presupone que el lector conoce la his-
toria del sistema de enjuiciamiento inquisitivo, el resurgimiento de sistemasacusa-
torios, y otra serie de situaciones históricas que parecería inadecuado abordar en
un texto práctico destinado a los actores del sistema1. Es así que se refieren a las
nuevasfunciones con alusión constante a la separación de lasfuncionesdejuzgar y
acusar, lo que conlleva algunos debates sobre tópicos específicos tales como quién
dirige la investigación preliminar, con qué límites, qué facultades tiene la defensa,
a quién debería reclamarle el imputado para que no avasallen sus derechos, qué
puede hacer el juezen un juicio oen audiencias preliminares, etcétera.
Estascuestionesno son menores pero no pueden ser consideradascomosimples
decisiones aisladas dentro del nuevo sistema procesal y que, en consecuencia, se
definan por la comaque los legisladores incluyeron o no incluyeron en determina-
do párrafo. Nos recuerda Binder que "... el modelo inquisitorial no es algo inven-
tado para perseguir brujas, sino un complejo mecanismo político-legal, organiza-
cional y cultural, al serviciode la concentración del poder en el marco de las monar-
quías absolutas. Precisamente este modelo de justicia es el que -en los últimos
veinteaños-se está tratando dedejarU2.
Es por ello que no debe perderse el sentido político más profundo de las refor-
mas procesales, en cuya implementación cotidiana nos obliga a pensar y repensar
las prácticas para resignificarlasen esecontexto. No es pocofrecuentequealgunos
de losmediosy de los finesde las reformas procesalessuelenmezclarsey, desenten-
diéndonos de parte de sus metas, se comienza a considerar a los medios como ob-
jetivos últimos. Ello permite ocultar el debate sobre las distintas miradas en com-
petencia respecto de que características debe tener un proceso penal queabando-
ne las prácticas de un sistema inquisitivo explícito, pero también de un sistema in-
~uisitivovelado.

2 - La pregunta sobre cómo resuelve la ley rionegrina las funciones judiciales


es un interrogante relevante. Es relevante porque esa ley será la que cotidiana-

' Cfr., entre muchos otros. Foucault, La verdady las formasjurídicas. tercera conferencia,
1995, p. 76; Binder, Derechoprocesalpenal, 2013, t. 1. p. 263.
Binder, "Elogio de la audiencia oral y pública", en Elogio de la audiencia yotrosensayos,
2014, p. 13.
mente consulten los actores del sistema, y porque tarde o temprano los legislado-
resquerrán modificarla antedemandas electoralistas de mayor "seguridad".
Es por eso que corresponde hacer un relevamiento del Código y mostrar quéas-
pectosregulaadecuadamente, según losobjetivos ya indicados, y cuálestienen al-
gunas deficiencias. Sin embargo, es aún más relevante mostrar qué relación sisté-
mica tienen esas regulaciones.
Es importante considerar qué relación tienen las disposiciones procesales en la
lógica general del funcionamiento. Solo así se puede pensar y repensar las prácti-
casdel sistema para evaluar qué modificaciones hacer y dónde incorporarlas. Mu-
chas modificaciones legales no tienen ningún efecto positivo porque lo que hay
que ajustar son prácticas que no se guían por aquellas sino por otros parámetros,
por ejemplo de infraestructura.
Pero también es importante tener claro la relación intrasistémica de las reglas
procesales para que seadvierta el descalabro que podrían producir futuras refor-
mas legalesque pretendan garantizarlavelocidad punitiva paradarledecomerse-
guridad al insaciable monstruo mediático quefagocita todo, sobretodo en épocas
electorales.
Un aspecto central, y frecuentemente olvidado por los actores procesales, es lo
que los códigos suelen establecer como principios generales al inicio de sus textos.
Esos principios que son frecuentemente considerados merasexpresionesde deseos,
deben ser tenidos en cuenta seriamente. El CPPRN establece pautas de gran- valor
interpretativo para desarrollar la actividad procesal. En lo que respecta a la temá-
tica que aquí se trabaja es pertinente destacar que el art. 6
' señala como deber de
los jueces el cumplir "... los actospropiamente jurisdiccionales velando por e l res-
guardo de los derechos y garantías", prohibiéndoles "realizar actos de investiga-
ción" o medidas probatoriasodecoerción quenosean por expresa petición de par-
te. La carga de la prueba exclusivamente en cabeza de la acusación indicada en el
art. 13 es una derivación de esasdisposiciones.
Sin embargo, también se afirma en el art. 14 que "losjuecesy fiscalesprocura-
rán la solución del conflicto primario surgido a consecuencia del hecho, a fin de
contribuira restablecer la armonía entre sus protagonistasy la pazsocial". El sur-
gimiento de esta vía de acción es una forma más de horadar las concepciones del
delito como infracción y del condenado como desobediente a la ley. La necesidad
de procurar hacer lo posible por restaurar los lazos sociales a partir del conflicto
suscitado-o al menos, de no seguir agravando la situación por la aplicación de po-
der punitivo-es un camino quedebe ser continuamenteexplorado. No todos los
conflictos individuales podrán resolverse, o noagravarse, a travésdela prescinden-
cia de la acción penal en un contexto institucionalmente definido. Sin embargo, es
deber de los jueces considerar seriamente estas alternativas, no solo por las impli-
cancia~que ello podría tener en la vida de los involucrados, sino también para pro-
curar modificar la tradicional selectividad del sistema penal.
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

Nuevamente nos recuerda Binder que, en última instancia, en la justicia penal


"... lo que está en juego es el cómo, para qué y el hacia quién de la violencia del Es-
tado" 3, y no hay dudas que esa violencia está históricamente destinada a los secto-
res másvulnerables de la población. Las estadísticas del SNEEP muestras sin ningu-
na clase de ambigüedad quienes están privados de libertad. No es posible conside-
rarseriamente una búsqueda decambiar la impronta selectiva del sistema penal ha-
cia delitos de mayor dañosidad social sin apartarse de las prácticas inquisitivas, y en
particular de la lógica del trámite. La tradición inquisitorial impone reglas de juego
y sus prácticasdefinen áreasdeaplicabilidad y espacios de impunidad selectiva.
Ahora bien, introducir novedades en el campo jurídico penal exige tomar en
cuenta la estructura que sostiene la tradición inquisitorial. A partir deallí hay mo-
dificaciones centralesquedeben hacerse y asumirse como espacios que no pueden
ser cedidos. No obstanteello, obtener ciertos logros no garantiza el cambio desis-
tema. La tradición inquisitorial se cuela en los intersticios, se camufla en las nuevas
prácticas y termina logrando que los actores cambien las formas para que nada
cambie en el funcionamiento.
En entonces necesario hacer un rápido rastreo de las regulaciones mássalientes
del CPPRN para advertir cómo se establecen ciertos hitos en la configuración de un
rol dejuezafín con el cambiode paradigma. Sin embargo, y con el límitedeexten-
sión que nos establece la obra, intentaré también señalar algunas cuestiones que
se hallan más allá de esos grandes títulos y que, apenas arranca la máquina proce-
sal de la reforma empiezan a aparecer como fantasmas del pasado proponiendo
una cotidianeidad donde loscambiossean solo de superficie.
Uno de esos hitos salientes de todo sistema acusatorio está dado por la imposi-
bilidad de queel juez pueda adoptar alguna medida de habilitación de poder pu-
nitivo sin requerimiento de algún acusador. En esa línea se señala que se necesita
orden motivada del juez y, antes de ello, expreso pedido del acusador, para recha-
zar el pedido de suspensión del proceso a prueba (art. 98), para la declaración de
rebeldía (art. 43), para disponer el encierro cautelar (art. 109), para dictar una sen-
tencia condenatoria (art. 191), paraaplicar una medidadeseguridad (art. 221), en-
tre muchos otros. El juez posee además la función de resolver otras clases de con-
flictosvinculadosal proceso, por ejemplo deberá ser el revisordelasdecisionesdel
fiscal que no acepte la constitución como partedel querellante (art. 54).
Por su parte, en lo que hace a la ubicación institucional del juez se señala en el
art. 5" que "se garantizará la independencia de losjuecesde toda injerencia exter-
na de los otros poderes del Estado", pero también "de los demás integrantes del
PoderJudicial ...", loqueexpresa una claratomadeposición respectode la concep-

Binder, "La fuerza de la inquisición y la debilidad de la república", en Elogio de laaudien-


cid y otrosensayos,2014, p. 63.
ción verticalista del Poder Judicial, y en especial de la inviable práctica de los fallos
plenarioscomo manera dedisciplinamiento interno. Ello no quieredecir que cada
juez puede hacer lo que quiera en "su causa", sencillamente porque el Código re-
gula los sistemas de revisión de resoluciones, pero también deja abierta la puerta
para que se disponga un mecanismo de asignación de funciones por audiencias y
no por causas.
Es por ello queel art. 20establece que "dentro de una misma circunscripciónju-
dicial todoslosjuecespenalesseráncompetentespara resolverlaspeticionesde las
partes sin perjuicio de las normas prácticas de distribución del trabajo ...". Por su
parte, el art. 26estipula que existirá un foro de jueces penales, indicando que "ten-
drá a su cargo tres funciones: función de tribunal de juicio -individual, colegiado
o conjurados-, función de garantías y función de revisión ordinaria de toda deci-
sión recurrible, con exclusión de los recursos contra lassentencias definitivas.
Será la oficina judicialla que se ocupará, en cadajurisdicción, de administrarlos
recunosy designar a losjueces en cada caso, para una adecuadaprestación delser-
viciodejusticia", agregando respecto de la función detribunal de juicio y de lostri-
bunalesdejuradoscómo seconformarán según la gravedad del delito a juzgar.
En tal sentido, sedisponeque ciertosdelitossean juzgados portresjuecesdeese
foro. La importancia de esteartículo radica en que sedisuelven las conformaciones
fijas de tribunales con miembros estables.
El art. 27 señala que la función de revisión de toda decisión, excepto, las senten-
cias, le corresponderá al foro de jueces penales. En rigor, hubiera sido muy intere-
sante que incluyera el Código esa revisión de sentencias definitivas en este mismo
conjunto de magistrados. Ello permitiría también un mayor horizontalismo que
pondría en cuestión una base estructural del sistema inquisitivo: la verticalidad de
la conformación de la burocracia judicial. Es posiblegarantizar derechossin acudir
para ello a lógicas propias de sistemas monárquicos. La revisión de las sentencias y
otras resolucionesdebe ser efectuada por un juez distinto al que la dictó, pero ello
no implica que deba ser "superior". Por el contrario, la lógica de control cruzado
genera mejores alternativas de funcionamiento y más obligaciones de expresión
de motivos que la estructuraverticalizada donde, por su posición en la distribución
interna de poder, el "superior" no necesita explicar demasiadas razones para des-
calificar al "inferior".
Vinculado a ello, y en este entramado de concebir la función judicial como un
trabajoy nocomo un privilegio, se instala la denominada "discusión sobrelaagen-
da". Una batalla de las reformas en su implementación es definir quién tiene la
agenda. Los jueces han estado acostumbrados a poner sobre sus hombros la res-
ponsabilidad delagestión judicial, paraasí poder mantener el privilegiodel mane-
jo del juzgado como un feudo. Los empleados judiciales, las causas, las personas
privadas de libertad, las audiencias, son precedidas en el lenguaje tribunalicio con
el posesivo "mis" por delante. Liberarse de esos "mis" implica liberarse de un cú-
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

mulo de responsabilidadesque no puede, ni debería manejar, pero para ello debe


pagar el altísimocostodeentregar laagenda con la posibilidad deagruparaudien-
cias, y liberar mañanas, llegar mástardeo irsetemprano. Comocanta Joan Manuel
Serrat, cabría preguntar por qué no renunciar a todas sus pertenencias, y ganar la
libertad y el tiempo que pierdeen defenderlas. En términos institucionales esa re-
~~~

nunciac~nllevaríaqueotrogrupodepersonasseocupasedegestionartiempos,ci-
taciones, fechas y horarios, dejándole al juez la sola -e irnportantísirna- ocupa-
ción desentarse en una sala deaudiencias para dirimir controversias, dea una a la
vez, sin preocuparse por todo lo que no puede hacer al mismo tiempo. La concen-
tración de losactosestambién la concentración mental del juezen la decisión de la
controversia.
Cuando el art. 30 se refiere a la oficina judicial explica que los jueces serán asis-
tidos por ella y que "su DirectoroJefedeberá organizarlasaudiencias, dictarlasre-
soluciones de mero trámite, ordenar las comunicacionesy emplazamientos, dispo-
ner la custodia de objetos secuestrados en los casos que corresponda, llevar los re-
gistrosyestadísticas, dirigiralpersonalauxiliar, informaralaspartesycolaboraren
todos los trabajos materiales que eljuez o e l tribunal le indique. Está prohibida la
delegación de tareasjurisdiccionales en los integrantes de la oficina judicial". La
relación juezy oficina judicial es una relación tensa en la medida que losjuecespre-
tendan seguir siendo los dueños del proceso, de las partes, de sus estrategias y de
sus tiempos.
Otra tensión habitual se da con los acusadores. Es deber del juez resolver todas
las cuestiones en las que se presenten controversias insuperables entre partes an-
tagónicas.Todos lospedidosacusatoriosde privar de un derecho, sea en forma cau-
telar, oen la misma sentencia, deben ser resueltos judicialmente-aun cuando me-
diare un acuerdo previo de partes-. No obstante ello, se presupone que la defen-
sa actúa en formalibre, conuna investigación a u t ó n ~ m aque , ~ puede realizar re-
querimientosal fiscal. Se considera que el fiscal, guiado por los principiosdeobje-
tividad, buenafey lealtad procesal, no habráde procurar perjudicar indebidamen-
te a la defensa. Sin embargo, si alguna cuestión de esas se suscita es el juez quien
podrá resolver el punto en conflicto.
Diversa es la cuestión cuando el conflicto se plantea entre partes complementa-
rias o, unidas por un interés asimilable. La resolución de las diferencias debe, en
principio resolverseen el ámbito donde ese interéssedefiende. En ese sentido, una
regulación interesante y novedosa del CPPRN es la obligatoriedad de unificar la
acusación.
Es así que el "juez sea a petición de parte con antelación, o a más tardar, en la
audiencia prevista en elart. 163convocará a laspartes, a efectosderesolverlascon-
troversias que pudieren existir entre e l Ministerio Público Fiscaly la parte quere-
llante, sobre los discursos fácticos, jurídicos y estrategias probatorias" (art 56),
puestoqueel imputado poseederechoa una única acusación. Esta decisión resuel-
ve una vieja disputa procesal en la que se planteaba que seviola la igualdad de ar-
masentre las partes si seadmite que un acusador privado puede llevar otra hipóte-
sisacusatoriadistintadeladel MPFobligandocon elloa que el imputadosedefien-
da de dos pretensiones diferentes.
Ahora bien, el juez oficia aquí como una suerte de componedor que procura
resguardar los intereses de ambos sectores. Sin embargo, al ser la definición de la
acusación, no será el sino otro fiscal quien resolverá la cuestión si no se llega a un
acuerdo. Así sostiene el último párrafo del art. 56 que será el fiscal general quien
"dirima los planteos y resuelva en el caso en concreto si debe prevalecer el interés
particular o social general".
En forma similar acontece con los casos de recusación. En el caso de los fiscales
la recusación será resuelta por el fiscal superior jerárquico (art. 60) y no por el juez
como solía ser definida la regla en los sistemas inquisitivos mitigados, debido a la
ubicación que la figura del jueztenía.
En cuanto a lasfunciones del MPF, que aquíson degran intereses por definir el
lugar que le queda al juez, el art. 59 sostiene que "a los fiscalesles corresponderá
la carga de la prueba de los hechos que funden su acusación", y que además "será
deber de los fiscales adoptar o requerir las medidas necesariaspara proteger a las
víctimas de los delitos ... ". Ahora bien, esa segunda función no puede ser entendi-
da como una forma de evitar la obligación de losjuecesde analizar los planteosde
las defensas antes decisiones fiscales. Es un trabajo difícil establecer qué aspectos
de la etapa preliminar son exclusivoscamposdel fiscal, y cuáles no.
Un aspecto que suele ser mal comprendido en los procesos de reforma es lo que
losactores suelen derivar de que losjueces no pueden investigar y acusar, y queello
le correspondeal fiscal. Sueleobservarseque, en algunoscasos, hay un abandono
de la función judicial, dejando a instanciasdelfiscal la resolución decuestionesque
no son propias del acusador.
La lógica especular suele jugar allí una mala pasada a los intérpretesde la ley. Si
bien es correcto que no puede haber condena sin acusación, no es correcto que a
cada acusación le corresponda una condena. Esta explicación está clara para todos,
pero a poco deandar pareciera que la confusión empieza a reinar, sobretodo en la
etapa de investigación preliminar-en la que pareciera que todo le está permitido
al investigador-ytambién en loscasosde mecanismosalternativosdesolución de
conflicto -en donde se erige una suerte de fiscal dueño de la acción en todos los
casosy que, deella puede hacer lo quequiera, sin dar cuenta de una coherencia po-
lítico criminal-.
Cierto y evidente es que el juez no puede inmiscuirse en la estrategia de la acu-
sación. Es inválidoqueel juez sugiera al fiscal, decualquier manera que fuere, me-
jores formas de lograr el objetivo de la condena. Es así que no es posible admitir
que el juezproduzca prueba ni que interroguetestigoso peritos. De igual manera,
no es posible que aplique consecuencias más gravosas a las requeridas por el acu-
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

sador. La consecuenciade una mala acusación es la absolución del imputado por no


haber desvirtuado su estado de inocencia.
En cuanto a la defensa, el juez tampoco puede subrogarla. Sin embargo, tiene
el deber -como órgano del Estado- de verificar que el imputado posee una de-
fensa eficaz. Es por ello que la consecuencia de una defensa ineficaz no puede ser,
adiferencia deloquedel otro ladodel espejo le pasaal fiscal, la condenadel impu-
tado. En ese sentido, la cuestión no es de espejos. No es válido aquí el argumento
especular.
La situación es delicada en aspectos como el evaluar si un imputado posee una
defensa eficaz durante el debate. La inacción del defensor puede responder a una
muy meditada y correcta teoría del casoqueconsidereque nosedebe realizar nin-
gún aporte ya queel acusadornotendrá un casosuficientemente sólidocon lasevi-
dencias que ha llevado al debate. El estado de indefensión de un imputado en un
juicio no es algo que puedan decidirse con liviandad.
Sin embargo, en otros momentosdel proceso, y aún sin mediar un estado de in-
defensión -muchas veces todo lo contrario-, se verifican situaciones donde el
juez debe asumir su rol y no contentarse con losacuerdos de las partes. La situación
que se ha debatido en algunos lugares es la del juicio o procedimiento abreviado.
Más allá de cómo esté regulado legalmente debe recordarse que el juicio es la
premisa para la posibilidad de una condena. Su renuncia no puede incluir, además
de la audiencia de producción de prueba, la dispensa deque la sentencia se baseen
un juicio lógico construido a partir de evidenciasque son asumidascomo pruebas.
En tal sentido el CPPRN posee una adecuada regulación. Así señala, en el art.
que 213 que las partes "en audiencia, fundarán suspretensionesyeljuezdictará la
resolución que corresponda valorando para ello lasevidenciasreunidasporlaspar-
tesyla confesióndelimputado". Sin embargo, añade haciaelfinal del artículoque
"la sentencia no podrá fundarse exclusivamente en la aceptación de los hechospor
parte del acusado".
Deallíse deriva ineludiblementeque, de no ser suficientes lasevidencias, el juez
deberá absolver al acusado. Obsérvese que en el art. 216, en tanto regula el proce-
dimiento de acuerdo parcial, también establece que "durantela etapapreparato-
ria laspartespodrán acordar exclusivamente sobre los hechosy solicitar unjuicio
sobre la pena". En este caso también se indica que "el juezabsolverá o declarará
culpable al imputado ".
Otroscódigos procesaleshan pretendidoque el acuerdo impideal juezabsolver
al imputado si no correspondiera rechazar el procedimiento. En ese sentido, a mo-
do de ejemplo, vale señalar que el CPPCABA pareciera tener una redacción distin-
ta. El capítulo de un único artículo (art. 266) que lleva por título "avenimiento" es-
tablece que "ellla fiscalpodrá formalizar con ellla imputadola ysu defensorla, un
acuerdosobre la pena ylas costas"y que el juez, luego de llevar a cabo la audien-
cia de conocimiento personal con el imputado "deberá homologarelacuerdo o re-
chazarlo ydisponerque continúe elproceso, porauto, siconsideraseque la confor-
midaddellla imputadola no fue voluntaria".
Una situación asimilable se ha dado con el supuesto de suspensión de juicio a
prueba. Es evidente para un sistema acusatorio -y así lo resuelve el CPPRN- que
si el fiscal presta acuerdo para la suspensión, más allá del control de logicidad y ra-
zonabilidad de su acto, el juez deberá suspender el proceso.
Sin embargo, la oposición del fiscal, no conlleva la solución de no suspender el
proceso a prueba. Por el contrario, la oposición del fiscal debe ser analizada con
profundidad porqueel acusador debe dar fundamentos suficientes para denegar-
le al imputado la posibilidad contenida en la ley. El CPPRN señala en el art. 98, tam-
bién aquí en forma adecuada, que "la procedencia requiere la conformidaddelim-
putado y de la fiscalía. Eljuezpodrá rechazarla suspensiónsolo cuando exista opo-
sición motivada y razonable del fiscal". Ahora bien, tal como lo ha resuelto recien-
temente la Cámara Nacional de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital
Federal en numerosos casos, el fiscal no puedeexpresar una conclusión sin indicar
las razones que, por lo demás deben ser pasibles de ser criticadas por la defensa y
evaluadas por losjueces. Entre ellos vale destacar el voto del juez Bruzzone al sos-
tener que en los supuestos de suspensión del juicio a prueba el fiscal, "si no presta
su consentimiento, no puede limitarse a utilizar fórmulas generales sino sopesar,
en el caso concreto, la procedencia o no de la vía alternativa. Y, los jueces, en cada
caso deben valorar esos fundamentos no pudiendo aceptar, en aquellos casos que
sería objetivamente procedente el instituto, razones subjetivas ocaprichosas. SO-
breellogira el control quesedebe hacer paradeterminar si la oposición tieneo no
sustancia para ser derivación razonada de los hechos de la causa o del derecho de
aplicación al casou4.
En un sentido análogo, reivindicando el rol garantizador del juez, sostuvo el
juez Bruzzone, en esta óportunidad con el juez ~arraba~rouse, que no debía con-
siderarse una oposición fiscal válida si el representantedel MPF "... noexplicócuá-
les eran los temas objetivos y legales por los cuales no prestaba su conformi-
l...

dad ...' ", añadiendo que ello "...se trata de meras afirmaciones dogmáticas, sin
sustento en ninguna razón plausible de política criminal, lo que evidencia que su
posición frente al caso es arbitraria, basada exclusivamente en su subjetividad, no
siendo derivación razonada del derecho de aplicación al casow5.

CNCCC, 10/4/15, "G. V.. P. l. slRobo deautomotor", reg. no 12/15, en Devoto -Carafa, "Sus-
pención del juicio a prueba", en Jurisprudencia de Casación Penal. Selección y análisis de fallos.
Martin- Nardiello(dirs.), 2016, t. 1, p.44.
CNCCC, 15/4/15, "Ramirez, Fabián Héctor", registro no 18/15, en Devoto - Carafa, "Sus-
pención del juicio a prueba", en Jurisprudencia de Casación Penal. Selección yanálisis de fallos~
Martin- Nardiello(dirs.). 2016, t. 1, p. 55.
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

Estos ejemplos permiten dar cuenta del rol que le cabe al juez ante decisiones
fiscales de continuar con la acción penal. En efecto, si bien esa decisión es una fa-
cultad del fiscal, estadebeser ejercida con criteriosobjetivosy uniformesde políti-
ca criminal, lo que descarta la mera subjetividad de cada fiscal en particular y, más
aún las desigualesdecisionesque pudiera adoptar cada representante del MPF sin
una explicación razonable. Es pertinente concluir estetópico recordando la obliga-
ción vinculada a tratar de resolver los conflictos que deben asumir los jueces y los
fiscales en esta clase de sistemas.
En cuanto al desarrollode lasformasde presentación decuestionesy resolución
de controversias, el CPPRNtiene una fuerte apuesta en las audiencias. Ha señalado
yacon precisión Binderque "la audienciaoral como herramienta principal delaad-
ministración de justicia es la gran fábrica social de la cultura de la tolerancia y de la
legalidad", agregando que "... se sabe que existen algunos instrumentos con ma-
yor eficacia para cambiar esa cultura o, por lo menos, para ponerla en cuestión (...),
la audiencia oral -realizada de un modo masivo, como el lugar permanente de
trabajo del abogado-que constituye, sin duda, uno de los más eficaces" 6.
En tal sentido, son deenorme relevancia losarts. 65,66 y 67 al tratar diversos as-
pectos explicitan cuestiones sobre la forma de las resoluciones que pueden adop-
tarse y el registro quedebeexistir de ellas. En tal sentido sesostieneen el primero
de los artículos referidosque "todaslaspeticiones, oplanteosdelaspartesque de-
ban ser debatidas se resolverán en audiencias orales ypúblicas, salvo las que sean
de mero trámite, queserán resueltasporla oficina judkal". Asimismo en el art. 66
se dispone que "lasdecisionesjudicialesy sentencias de losjuecesprofesionalesque
sucedan a una audiencia oralserán deliberadas, votadas ypronunciadas inmedia-
tamenteenla misma audiencia, salvoquesedisponga unplazo distinto", agregan-
do que "lasresolucionesdel tribunaldurante lasaudienciasse dictarán verbalmen-
te, quedando notificados todosporsupronunciamiento". En suma, la oralidad es
lo quedebe guiar la actuación de las partes y de losjueces. Es imprescindible evitar
las prácticas puramente escrituralistas, pero también las denominadas formas de
falsa oralidad tales como las habituales lecturas en las audiencias con meras refe-
rencias a constancias escritas.
Por su parte, es interesante que en el art. 67 se disponga sobre la forma de do-
cumentar lo acontecido en la audiencia. En especial es importante la obligación de
que "los actosse deberán documentar por audio y10 video" y que "las formalida-
des esenciales de losactosdeberán surgir del mismo registro y, en caso denoserpo-
sible, de un acta complementaria".
A partir del art. 72 se regulan las formas de las audiencias, y allí se consigna un
dato para nada menor, si se considera conjuntamente con otras notasdel Código.

Binder, "Elogio de la audiencia oral y pública", en Elogio de la audiencia yotmsensayos,


2014, ps. 39a41.
En el artículo mencionado se establece que todas las personas que participen de
una audiencia se expresarán en forma oral, y en el art. 75 se establece que las par-
tes deberán expresar sus peticiones de modo concreto y que los jueces podrán re-
querir precisiones para determinar los alcances de tales peticiones.
La idea de un juez que pudiera superponerse a las parteso, directamente, supri-
mirlas, es incompatible con el sistema de enjuiciamiento acusatorio. Pero por otra
parte, una persona ejerciendofunción judicial con un rol absolutamente pasivosin
disponer lo necesario para garantizar que todos puedan ejercer debidamente sus
derechos, es inadecuado.
En tal sentido escorrectoquesedisponga quelosjueces no puedan adoptarme-
didas o resoluciones que no hubieran sido formuladas por las partes pero, parale-
lamente es acertado destacar que si el juez no comprende el planteo, le requiera a
la parte que lo realicecon mayor precisión. No es poco habitual que un planteo no
sea comprendido por problemasen la comunicación. Sin embargo, también esfre-
cuente que las partes no tienen claros los planteos que quieren formular o cómo
ellosvan en desmedro deotros planteosdel mismo litigante.
Los errores en la preparación del caso, sea por una inadecuada teoría que con-
temple todos los aspectos, sea por la falta absoluta de teoría sobre el caso, suelen
generar planteos inconducentes, absurdosoconfusos. El juez nodebedesecharlos
sin más, o construirlos, supliendo a la parteque los hace. Si bien esobligación judi-
cial dar respuesta a todos los planteos antes de ello es deber de la contraparte po-
der analizarlo y contestarlo. En consecuencia, el juez, como forma de garantizar
adecuadamente el contradictorio, debe requerir a las parteque formulen sus pre-
tensiones de manera que queden claras para todos los inte~inientes.Es por ello
que resulta adecuadoqueel Códigodestaquequeel juezdebe interrogara las par-
tes con tal fin. Ello, por supuesto, es diametralmente opuesto a que el juez pueda
interrogar a testigos, peritoso imputados. La producción de la prueba es exclusiva
función de las partes. Es por ello que, sin perjuicio de la cláusula referida, el CPPRN
también afirma en el art. 179 sobre los interrogatoriosde testigosy peritosque "los
jueces no podrán formular preguntas".
Como se dijo ya, el Código indica en el art. 72 que todas las personas que parti-
cipen en una audiencia seexpresarán en forma oral. Ellotambién esaplicablea los
jueces. El art. 76 señala que la registración de la audiencia se efectuará "... en for-
ma íntegra, en audio y video, p o r cualquier medio con e l que se asegure la fideli-
dad"~ agrega que "losfundamentosdeloresuelto quedarán en elregistro digital,
no asíen e l acta de la audiencia ".
Esta última frase es de gran importancia para alejar las prácticas inquisitoriales
de la registración de todas las incidenciasen actas, sin que por ello impida en el ac-
tual estado de la tecnología, afectar el derecho a la revisión de las decisiones ni a la
publicidad de losdebates. En este último sentido, noes nada menor que, a contra-
mano de las notas tradicionales de secreto, críptico, misterioso y opaco que atra-
RECONSTRUYENDO LA FUNCIÓN JUDICIAL ...

viesan al proceso penal, el CPPRN señale que el registro audiovisual no solo debe
estar accesible para las partes, sino también que serán públicos-salvo los excep-
cionalísimos casos de audiencias privadas, en los términos del art. 73-.
Otra disposición que ataca frontalmente las prácticas inquisitivas de los siste-
mas acusatorias es la prohibición expresa del art. 152 en tanto establece que el le-
gajo "es público para las partes", pero que en ningún caso podrá ser consultado
por el órgano jurisdiccional. Esdecir, todaslas partespueden consultar y acceder al
legajo de investigación fiscal, pero el juez no podrá conocerlo ya que ese contacto
lo afectará para tomar una decisión adecuada en base, exclusivamente, en lo que
las partes produzcan en la audiencia.
En lossistemas inquisitivos mitigadoses habitual queel juezarribeal juicio con
lecturas previasdel caso. Esasituación esabsolutamente equiparablea la dever un
film realizado sobre la base de un libro, cuando el espectador ya leyó el libro. Si
además, lo leyó a conciencia, lo estudió y se formó una opinión sobre lo que el le-
gajo del acusador narra, el juicio se transforma en una farsa de juicio.
La notable decisión del Tribunal de Impugnación de La Pampa de hacer lugar
al planteo de recusación interpuesto por el defensor y apartar al tribunal que se
había constituido en la sala de audiencias con una copia del legajo de investiga-
ción fiscal es un muestra muy saludable de cómo los operadores jurídicos se pue-
den tomar en serio estas cuestiones y procurar desterrar esas prácticas antirrepu-
blicanas7.
Complemento de aquella decisión normativa es la previsión del art. 120 que se-
ñala que las evidencias recogidas en la investigación preparatoria "no tendrán va-
lorprobatorio en eljuicio oral para fundar la condena del acusado, salvo aquellas
que fueran recibidas de conformidad con las reglas del anticipo jurisdiccional de
prueba ".
Claroesqueellas podrán invocarse en audiencias preliminaresal juicioo, inclu-
so como declaraciones previas para ser utilizadas en el debate, pero bajo las estric-
tas reglas que dispone el art. 179.
Con relación a la adecuada preparación del juicio cabe decir que ello no es solo
un deber de las partes. El juez también es un actor protagónico que tiene un rol
preponderante en la preparación de un juicio. Claro que no es ya el rol de investi-
gador, pero tampoco posee un rol pasivo. Es su deber asegurar que el juicio se de-
sarrollará de la mejor manera posible, con la cantidad de testigos necesaria, pero
no sobreabundantes, y con la fluidez que mejor les permita a las partes narrar-a
través de la prueba-su teoría del caso.

' TI La Pampa, 25/10/11, "Dr. Alejandro Osio z/Planto de recusación de la audiencia de jui-
cio", disponible en www.pensamientopenal.com.ar/fallos/32863-dr-a/ejandro-osio-s-p/an~a-re-
cusacion-audiencia-juicio.
Uno de los puntos salientes de esa intervención activa es la del juez en la etapa
intermedia. La audiencia decontrol de la acusación esdegran importancia en la es-
tructura del sistema de enjuiciamiento, y así lo asume el CPPRN. Será menester de
los operadoresdel sistema que no rebajen esta audiencia degran importancia a un
simpletrámite. Sobre lascuestionesque genera la práctica arraigada en el trámite
del expediente y que se desentiende de la importancia de la oralidad y del rol del
juez en la etapa preparatoria del juicio, me explayé en un trabajo anterior8. Las
consideracionesespecíficas hechasallí resultan demasiado extensas para reprodu-
cirlasen este caso. Noobstanteellocabe aquíseñalar, a losfinesdequesecompren-
da que el juezdebe tener un rol protagónico en estaetapa, aunquenodesde la in-
vestigación o la acusación.
Expliquéen esa oportunidad que una buena práctica judicial en el rechazo de la
admisibilidad de una prueba puede estar dada por la exigencia de que este procu-
re portodos los mediosdemostrarle al peticionante que su pretensión es inadecua-
da. Esto exige una adecuada fundamentación, destinando unos minutos de la au-
diencia para que se comprenda esta situación. Por supuesto, estas decisiones no
pueden habilitar vías recursivas en ese momento, sino en todo caso contra la sen-
tencia, en la medida en que se demuestre que esa decisión sobre la admisibilidad
tuvo suficiente relevancia para provocar una sentencia contraria a las pretensio-
nes. Sin embargo, sí pueden provocar reposiciones para que la parte que vio cerce-
nado su ofrecimiento seesfuerce por demostrar que el juezse ha equivocado, dán-
dose así todos los intervinientes la posibilidad de obtener la mavor información
disponible para lograr la decisión másadecuada. Este pequeño párrafoessuficien-
temente ilustrativo del rol judicial en la preparación del mejor juicio posible para
que el litigio entre laspartessedesarrollesin perturbaciones. Solo asíse puede ob-
tener la mejor sentencia posible por parte de los juzgadores, sean estos profesio-
nales o populares.
En esa línea cabe destacarse que el CPPRN establece en el art. 163 que la finali-
dad de la audiencia será "debatiry resolver las cuestionespropias de esta etapa",
añadiendo q ue "sipara ello sejustifica producirpruebas, lasparteslas ofrecerán en
la misma audiencia y tendrán a su cargo la presentación y diligenciamiento ...". El
mismo artículo señala que "alinicio de la audiencia la Fiscalíay la querella explica-
rán la acusación y proporcionarán los fundamentos".
Es evidente entonces que las acusaciones tienen que exhibir cuál es la platafor-
ma sobre la cual acusarán. Ello es necesario para establecer si la prueba que ofre-
cen para producir en el juicio es pertinente y necesaria para demostrar sus propo-
siciones fácticas, pero también para que quede absolutamente claro cuál es el ob-

Martin,"En baseaquésejuzga. Notassobreeljuiciodeadmisibilidaddela prueba yelcam-


bio de paradigma", en Eldebido proceso penal. Ledesma (dir.) - Lopardo (coord.), 2015, t. l. p. 93.
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

jetivo de la acusación. El debate no es un espacio destinado a sorprender al impu-


tado o a su defensa. El juicio tampoco es un ámbito adecuado para que los acusa-
dores investiguen y terminen allí de delinear la acusación o su estrategia. Por el
contrario, el juicio es el ámbito donde el acusador debe demostrar que la imputa-
ción que le dirige al acusado debe ser corroborada por el juzgador, sea este juez
profesional o jurado popular.
Es por ello que el propio CPPRN, en el art. 164, también establece que "cuando
eljuezconcluya que el requerimiento de apertura adolece de vicios formales, a pe-
dido departe ordenará que sean subsanadosen la misma audiencia". Esta regla es
una derivación del sentido del juicio. La preparación del debatetiene por finalidad
que el juicio sea una etapa donde el contradictorio se desarrolle con claridad, sin
sorpresas, confusiones o ambigüedades. Ello también alcanza a los ofrecimientos
de prueba. El rol activo que debe tener el juez de la audiencia de control de acusa-
ción conlleva, entre otras cosas, no permitir que las partes produzcan en el juicio
pruebasque no tienen relación con lasteoríasdel caso de cada uno de ellos, o pa-
ra demostrar aspectos que no están controvertidos.
Adviértase queel CPPRNestableceque en la audiencia seexaminarán los ofre-
cimientos de prueba, de acuerdo a las reglas de los artículos siguientes. Al respec-
t o indica el art. 166que "esadmisiblelaprueba quese refieraalobjeto dela inves-
tigaciónyresulte útilpara elcaso", añadiendo que "podrán limitarselosmediosde
prueba ofrecidos, cuando ellos resulten manifiestamente sobreabundantes". El
mismo artículo agrega que "las partes también podrán solicitar a ljuez de común
acuerdo, que tenga por acreditados ciertos hechos, que no podrán ser discutidos
en e ljuicio ".
Como complemento de esas reglas, la norma indica que "cada parte podrá for-
mularsolicitudesyplanteamientos con relación a laspruebas ofrecidaspor los de-
más". Es evidente que las partes no deben intentar probar en juicio lo que no sea
pertinente o relevante para su teoría del caso. No será adecuado probar lo que no
hagaal objeto procesalo loque,dealguna manera, notenga incidenciaen lospun-
tos de controversia. En ese sentido, tampoco tiene sentido acreditar aspectos que
las partes asumen como ocurridos sin ninguna clase de matices o diferencias.
Esteobjetivo de acotar las pruebas a lo necesario y pertinente producirá efectos
en el juicio, En efecto, no solo permitirá acotar la extensión de las audiencias a lo
necesario sino que también tendrá como objetivo que los juzgadores se concen-
tren en los puntos en contradicción.
Es por ello que la preparación adecuada del juicio es obligación de cada parte,
según susestrategiasy roles, pero también loesdel juezde la audiencia de control
de la acusación. El juezen esta etapa no puede tener un rol pasivo sinoquedeberá
procurar que las partes exploren la posibilidad de evitar pruebas innecesarias, o
proponerseentresiconvencionesprobatorias.El art. 167expresamenteseñala que
"eljuez también examinará los ofrecimientosprobatoriosyplanteos que con ellos
se vinculen, ordenando la admisión de laspruebas y de las convencionesprobato-
rias. Solo podrán ser excluidas laspruebas manifiestamente impertinentes, porser
notoriamente ajenasalobjeto procesal, o sobreabundantesylas que tuvieranpor
objeto acreditar hechospúblicosy notorios".
De la misma forma, evitando el ingreso
- al debate de información inválidamen-
te obtenida, el art. 167 le exigeal juez queexcluya "laspruebasqueprovengan de
actuaciones declaradasinválidas y las que se hubieren obtenido con inobservancia
de las garantías fundamentales".
En cuantoal desarrollodeljuicioel art. 170es perfectamentecompatiblecon es-
tas consideraciones. Allíse señala que "quien presida dirigirá la audiencia, hará las
advertenciaslegales, recibirá losjuramentosy las declaraciones, moderará la discu-
siónylosinterrogatorios".Adviértaseque el juez unipersonal, el presidente del tri-
bunal colegiado, o el juez en los procesos con jurados, moderará las discusiones y
también lo* interr~~atorios, pero en el sentido-deverificar la formas en que se rea--
lizan impidiendo las respuestas del testigo ante objeciones, resolviendo esas opo-
siciones y procurando que el declarante comprenda el sentido de su acto y la res-
ponsabilidad queconlleva.
Ademásel juezdebe dirigir el interrogatorio paradesterrar una antigua prácti-
ca que presupone que los testigosson objeto de prueba de todos, y en especial del
tribunal, y que todos le pueden hacer cuantas preguntas se les ocurran, en cual-
quier orden, y siempre de la misma forma. Ahora bien, esa actividad judicial no
puede implicar producir la prueba lo que está en cabeza del acusador y, en su caso,
de la defensa. Nunca el juez puede preguntar ya que ello constituiría asumir roles
de las partes, perjudicar estrategias procesalesy, además, superar dudas que -de
mantenerse- operarían en favor del imputado.
Ello, también afín a un sistema inquisitivo de enjuiciamiento, está claramente
prohibido en el art. 179. Los testigos son elementos de prueba de la parte que lo
produce y, por ello, el examen directo debe realizarse al inicio por esa parte que,
además, debeagotar su interrogatorio. Es por esa misma Iógica quese admiten so-
lo en el contraexamen las preguntas sugestivas
Como corolario de todo lo dicho, la última frase del art. 179 es una derivación
Iógica del sistema que no sería necesaria si no acarreásemos una tradición inquisi-
tiva tan marcada. La norma expresa sin ningún margen a confusión o ambigüeda-
des "los jueces no podrán formular preguntas". La disposición es claramente su-
perflua, pero considerando la tradición en la que se instala no hubiera estado de
másagregar un "nunca" al final de la frase. La inventivajudicial para armarexcep-
ciones que dejen ingresar por pequeños resquicios lasviejas prácticas es asombro-
sa. Depende de los operadores del sistema tomarse en serio la reforma y compren-
der que en este juego, y en especial en el rol judicial, no vale todo.
La resolución de los planteos de las partes tiene, también, una regulación ade-
cuada y coherente en el Código Procesal. La regla está en el art. '5 que establece
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

que losjueces "actuarán con imparcialidaden susdecisionesen todaslasetapasdel


proceso". Por su parte, derivacionesdeesa regla, y también que colaboran en cons-
truirla, se hallan en los arts. 6", 13, 65 y 191 que, respectivamente, señalan que
"queda prohibido a losjueces realizar actos de investigación, [y que] solo podrán
disponer medidas probatorias y de coerción a petición de parte", que "incumbe a
la acusación la carga de la prueba de la culpabilidad", que "eljuez deberá sujetar-
se a lo que hayan discutido laspartes", y que "la sentencia solo podrá darporacre-
ditados hechos o circunstancias contenidos en la acusación ... n o pudiendo e l tri-
bunal aplicarpenas más graves que las requeridas por los acusadores".
Otra valorable decisión legislativa esqueel art. 188 estipuleque, unavez, fina-
lizado el debate, "Losjuecespasarándeinmediato ysin interrupcióna deliberaren
sesiónsecretamyen especial que "... mientrasdurela deliberación losjuecesnopo-
drán interveniren otro juicio". Esta disposición es central en un sistema acusatorio
con intervención de una oficina judicial que asigne los juicios. Tomarse en serio la
continuidad de un juicio implicaqueél debe ser ininterrumpido desdesu inicio has-
ta el final, y que el fin del debate es la resolución judicial. La práctica habitual en
muchos lugares del país es que los jueces realicen simultáneamentevarios juicios.
Ello conspira contra la concentración de losactos y afecta lavinculación del juzga-
dor con el proceso. Ladispersión en laatención que leexigen otros procesosque se
desarrollan en horario y días intercalados, coloca al juezen una exigencia que el sis-
tema procesal debería impedir. La sobrecarga de trabajo y la cantidad de procesos
es un motivoeficaz para aue se desarrollen las prácticasaue se cuestionan. La exis-
tencia de una oficina judicial que se preocupe de no asignar nuevoscasos a jueces
hasta que estos no hubieran finalizado el que tenían inicialmente, colabora nota-
blemente en una mayor celeridad, mayor vinculación mental del juzgador con el
procesoen curso, y evita lasdilaciones indebidasentreaudienciasdejuicios. Esa de-
cisión normativa no es sino una disposición análoga a las del art. 201.
Nuevamente rescatando el valor de la oralidad para el sistema deenjuiciamien-
to, el art. 190 resuelve una situación que conspiraba contra la publicidad de las de-
cisiones judiciales. Indica ese artículo, en una forma análoga a muchas disposicio-
nes del país, que después de la deliberación el Tribunal convocará a las partes y al
público y, ante ellos, leerá la sentencia. Sin embargo, admite el Código una situa-
ción que impediría cumplir con esa disposición. Señala la ley que "... cuando porla
complejidad del asunto sea necesario diferir la redacción de la sentencia, se leerá
tan solo su parte dispositiva ... ". Sin embargo, para evitar que los fundamentos
luego no sean conocidos públicamente, acertadamente el Código dispone que en
esos casos "uno de los jueces relatará a l público sintéticamente todos los funda-
mentos que motivaron la decisiónrr9.

Esa práctica fue desarrollada ya en algunos sucesos de repercusión pública por algunos
juecesen la Capital Federal. ElTribunal Oral en locriminal n021realizó, a travésdel presidentedel
3 - Una adecuada regulación procesal es una buena base para modificar las
concepcionessobrefunciónjudicial. Sin embargo, ellaessolo un puntode partida;
muy interesante, pero punto de partida al fin. Concebir a la ley como el punto de
llegada presupone que ella no es interpretable o modificable. Las prácticas defi-
nen mucho más profundamente lasimplicanciasdel sistema deenjuiciamientoque
las propias leyes.
Las arraigadas concepciones inquisitivas, paternalistas y moralizantes, han Ile-
vado a que concibamos a la figura del juez como algo superior, que no brinda un
servicio, sino quegoza de un privilegioy que, como tal, notiene porquéandardan-
do explicaciones de lo que decide. La asimilación del contenido de una resolución
judicial con una cuestión degustosde un privilegiado no es propia de una repúbli-
ca con un sistema democrático de gobierno.
Lo jueces noson rnásque funcionarios estatalesque poseen una enorme respon-
sabilidad en la decisión de conflictos ajenos. La obligatoriedad de no resolver más
allá de lo pedido por el acusador, de explicar la resolución, y de hacer en un lengua-
je que pueda ser comprendido, y también cuestionado o criticado, es ineludible.
La comprensión de que el sistema penal es estructuralmente selectivo y que es
ineludible procurar cambiar esa selectividad propiciando la resolución de los con-
flictos menores por parte de lo directos involucrado o, en su caso, de buscar otros
mecanismos alternativos de abordaje de los conflictos, es también necesario. Solo
así es posible que el funcionamiento del sistema procesal se dedique, al menos un
poco más, a loscasosde mayor invulnerabilidad al sistema. Explicar en quéclase de
situacionesy conflictos, sedispone tiempo y recursos, estambién un deber judicial.
No solo judicial, pero también judicial.
En suma, es ineludible que losactoresdel proceso de reforma se interroguen co-
tidianamente si están trabajando bajo la premisa de que los derechos de las perso-
nasson realmente de sus titulareso losestán usurpando, aún con fines loables.
Deberán, en relación a esa cuestión, pensar cuánto se está haciendo en forma
institucional, pero también en el caso específico por considerar el conflicto indivi-
dual, y su relación con el contexto social, como eje central de la intervención esta-
tal, y no como mera excusa para garantizar la sanción eficazy rápida al infractora
la ley.
En esecontexto, no hay dudasque lavelocidad noesun fin en símismo. Unaad-
ministración de justicia lenta no es sino la privación de un derecho humano, pero

debate Horacio Días. una explicación de la sentencia en el caso en que fuera enjuiciado, entre
otros, José Pedrazza porel homicidiode MarianoFerreyra (causa 377213922 del reg. de eseTOC no
21). Similar situación se dio en uno de los juicios que se realizaron en el Tribunal Oral en lo Crimi-
nal no15 porel homicidiodeGonzaloAcro. En la causa 297814321 tuveoportunidad deexplicarco-
mo presidente del debate, previo a la lectura de la parte dispositiva, los fundamentos de la deci-
sión tomada respectodecada unode los imputados en esesuceso.
RECONSTRUYENDOLA FUNCIÓN JUDICIAL ...

una administración de justicia "exprés" no suele ser la mejor alternativa para que
el conflicto se gestione de la manera más adecuada posible. ¿Quién podría dudar
en que no es aceptable que muchas personas estén largo tiempo en encierro sin
condena? Sin embargo, no es posible aceptar que toda la modificación que pro-
duzcamos sea cambiar la categoría conceptual que justifica el encierro.
Para ello es necesario deshacerse de aquella mirada especular pero, además
preguntarse, cómo quedará el conflicto después de la intervención estatal?, jpo-
dría modificarse la situación conflictiva en forma más adecuada si el abordaje pe-
nal fueses distinto?, jes posible esa mejora?, jcómo alcanzarla?
Se ha dicho bastante sobre la función social de la administración de justicia,
aunque no haya sido suficientemente leído por los operadores de ese servicio. No
hay dudas que es necesario despojarse de la universalidad de las recetas y hacerse
cargo de que en cada con acto existe alguna posibilidad de aminorar las injusticias
a p á r t i r d i rescatedeesossignificados~cult~s,desoídos-muchasvecese~propia-
dos por losoperadoresjurídicos-y otrosdirectamente no existentesen esta histo-
ria del mundo jurídico, tal como lo refieren, entre otros, Cafferata.
Es indudable, afirma la autora que " ... incluyamos otras versiones, otras reali-
dades, otras verdades, por qué no, otros derechos de otras partes de la sociedad
que esperan ser mirados si en verdad pretendemos una sociedad queconviva en su
pluralidad, en su heterogeneidad". Ante ello la función de un juez, como la de to-
dos los operadores del derecho, "... no es un premio ni la recompensa del rey [sino]
un desafío; un trabajo nunca tranquilizador, pero necesario" 'O.
La posibilidad de la composición del conflicto a travésde la vía de la mediación,
conciliación, principio deoportunidad, suspensión del proceso a prueba u otro me-
canismo alternativo debe ser la primera pregunta de todos losoperadores. Existen
conflictos graves, pero también el sistema hace ingresar una enorme cantidad de
casosqueesperan un abordaje no punitivo, que no incremente la violencia.
Desde otra perspectiva, para loscasosque requieren la realización de un juicio,
propongo la inversión de la regla explicativa. Loscódigossuelen regular losjuicios
con jueces profesionales y, luego, en las disposiciones sobre juicios por jurados se
hacen referenciasaaquellaagregandosolo lo quesedebe modificar en el desarro-
llo del juicio.
Considero que la regla es la inversa. El jurado debe estar siempre presente, aun
en losjuiciossin jurados. En el casode losjurados lasfuncionesdeacusar, defender-
se, resolver la admisibilidad de la prueba, dirigir el juicio, y decidir el caso, están se-
paradas en personas distintas.
Es sencillo entender que el fiscal acusa, el defensor defiende, el juez del control
de la investigación preliminar resuelve la admisibilidad de la prueba, el juez técni-

lo Cafferata, La justicia y su función social, en "Cuadernos de la Escuela de Servicio de Justi-


cia", no 1, año2014, p. 123.
co dirige el debate y el jurado decide el caso. La yuxtaposición defunciones en los
juicios de jueces profesionales, sobretodo en algunos códigos donde, no solo diri-
gen el juicio y juzgan, sino que además resuelven la admisibilidad de la prueba1'.
Los juicios por jurados deberían iluminar y guiar las formas de desarrollo tam-
bién de losjuicios sin jurados. Ello resulta sencillo, peor también es más comprensi-
bleparalaciudadanía. Hadicho un gran jurista que la clase dirigenteargentina nos
ocultó el juicio por jurados durante más de un siglo y medio, pero lo que no nos pu-
dieron ocultar son laspelículassobrejurados. Las películassobrejuicioporjurados,
aun las filmadas en la industria hollywoodense que desvirtúan buena parte de la
técnica en pos del objetivo cinematográfico del "final con beso", permiten desan-
dar ciertas lógicas de funcionamiento que están arraigadas en nuestro contexto
cultural.
Nosresultaría inaceptableiraver unapelículasobrejuradosyque, en el interro-
gatorio al testigo uno de los juradosse parasey empezarea realizarle "preguntas
aclaratorias". Sería un escándalo dentro del filme que algunos de los jurados al-
morzaran a mitad de juicio con el fiscal, y ademásque hablaran del caso. No hay du-
dasque el juradojamáspodría condenar al acusado por un delito másgraveque le
propuesto por el propio fiscal. Estascuestionesy mucho másestas, aún en debate,
en algunos ámbitosde nuestro país.

«...el juez se debateentre la universalidad de la ley y la multiplicidad cambiante


del destinatario de su sentencia. Entre estabilidad y contingencia.
S i el derecho le exige tener en cuenta la primera,
la justicia le exige tener en cuenta la segunda»

«La justicia como reacción es el viaje imposible al pasado, la aporía,


la experiencia intentada pero interrumpida. Sin embargo, ha de estar siempre presente
como vocación, como destino, como meta, dejando siempre abierto el interrogante
jcómo hacer justicia del derecho?»
ANA MESSUTI, Lajusticia deconstruída

l1
Sobre las dificultades que ello genera en el Código Procesal Penal vigente en el ámbito
nacional y federal (ley 23.982) analicé diversas prácticas posibles para conjurar momentánea-
mente esa dificultad normativa en El debido proceso penal, Ledesma (dir.) - Lopardo (coord.)~
2016, t. 1, p. 93.
El rol del Ministerio Público Fiscal de Río Negro
en el marco del proceso acusatorio
instaurado por el nuevo
Código Procesal Penal de la provincia
MARCOS RODOLFO ROCA *

A l o largodeestetrabajoseanalizaráel rol que lecabeal Ministerio Público Fis-


cal rionegrino en el marco del proceso instaurado por el nuevo Código Procesal
Penal de la Provincia de Río Negro (ley 5020), de neto corte acusatorio o adversa-
rial. Para llevar a cabo ese análisis, en primer término se recordará a la lectora y al
lector los alcances del sistema acusatorio en el régimen procesal penal en general,
con particular atención a las garantías constitucionales tanto en la Constitución
Nacional como en la Constitución provincial, efectuando una breve reseña del sis-
tema adversarial, un análisis tanto de índole constitucional como práctica de sus
diferencias con el sistema inquisitivo o mixto -que regía bajo el antiguo CPPRN,
ley 2107-y una enumeración y análisis de los principios que rigen este nuevo sis-
tema procesal. Acto seguido, se estudiará, desde la óptica de las funciones y facul-
tades del MPF, el acusatorio rionegrino, es decir los principios establecidos por el
nuevo CPPRN. En vez de llevar a cabo un análisis artículo por artículo, se engloba-
rán las distintas cuestionesfundamentales bajo la óptica de tres principios marco:
las facultadesdel MPF a lo largo del procesonic especial énfasisen la investigación
-prestándole mayor atención a las salidas alternativas al juicio-, las limitaciones
a la actuación de ese órgano acusador y los puntos en que el CPPRN mantiene resa-
biosdel sistema procesal penal anterior, dejando de lado el acusatorio puro en pos
de una mayor función jurisdiccional. Como conclusión, sedeterminará que el nue-

* Abogado (Universidadde Buenos Aires), Magister en Criminología y Justicia Penal (Uni-


versidadde Edimburgo, Escocia).Agradezco por suscomentariosa NicolásVargas. Loserroresson
todos míos. Contacto: [email protected].
' Como nota técnica, y teniendo en cuenta que los destinatarios principales de este libro
son operadores del sistema de justicia penal rionegrino y académicos estudiososde la materia, el
autor desea aclarar que todas las citas que figuran en este trabajo provienen de libros de fácil
accesoen la Argentina o se encuentran ampliamente disponiblesen internet.
MARCOS RODOLFO ROCA

vo CPPRN representa un avance positivo desde varios puntos de vista: respeto de


lasgarantíasconstitucionalesdel imputado, brindar una mayor agilidad a la inves-
tigación de hechos delictivos y al enjuiciamiento de sus responsablesy proveer a la
provincia de Río Negro de un mecanismo procesal penal, aunque perfectible, acor-
de a las necesidades del siglo XXI y ajustado a la normativa constitucional e inter-
nacional de derechos humanos.

5 2. De qué hablamos cuando hablamos


de ((sistema acusatorio))
Hace más desetenta años, en un famoso discurso, Robert H. Jackson, juez de la
Suprema Corteestadounidense entre 1941 y 1954yfiscal del Juiciode Nuremberg,
advertía que "un fiscal tiene más poder sobre la vida, la libertad y la reputación de
un habitante que cualquier otra persona en los Estados Unidosm2.Esa frase, aun-
que representa una verdad evidente en el derecho anglosajón, todavía resulta Ila-
mativa para quienes ejercemos el derecho bajo la órbita del derecho continental.
Ello esasí porque el sistema acusatoriofunciona desde hace siglosen el Reino Uni-
do y en los países que heredaron su tradición legal, mientrasque en losdemás, y en
particular en América Latina, su incorporación es particularmente reciente y data
de las últimas décadas3.
Podemosdefinir al sistema acusatoriocomo un sistema deorganización judicial
en el que dos abogados representan las posicionesde las partes en el proceso (Fis-
calía y Defensa) ante un tercero imparcial quedeberá decidir el asunto (juez o jura-
do popular). Una de las principales diferencias con el sistema inquisitivo o mixto,
que regía en Río Negro bajo el CPPRN, ley 2107, es la desaparición de la figura del
juez de instrucción, antiguo encargado de la investigación, quien es reemplazado
por el fiscal, representante de un órgano autónomo dedicado específicamente a
llevara cabo la investigación en arasdesostener su hipótesisdurante eljuicioora14.
EstefiscaI,además, puededisponer delaacción yasea medianteel archivodel caso,
la aplicación de mecanismosde resolución alternativa del conflicto y la celebración
de acuerdos de avenimiento o juicio abreviado con el imputado. Del mismo modo,
en el sistema acusatorio se separa el proceso en etapas, a cargo de distintos órga-

Cita original:«Theprosecutorhasmorecontroloverlife, liberty, andreputation than any


otherperson inAmerica» (traducción propia), Jackson. The federalpmsecutor, 24"J.Am. Judica-
ture's Soc'y", 18, 1940. discurso en el marco de la "II Conferencia Anual de Fiscales de los Estados
Unidos", del 1/4/40.
Sobre el punto, véase, entre muchísimos otros, el famoso articulo de Langbeim. Theger-
manadvantage in civilprocedure, en "Universityof Chicago Law Review", 52 (4). 1985, p. 823.
GOS,La persecuciónpenalen losnuevoscódigosprocesalespenalesprovinciales, en "Lec-
ciones~Ensayos", 85,2008, ps. 63 a 84.
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R¡O NEGRO ...

nos: la investigación y la acusación quedan a cargo de la Fiscalía, bajo un control de


legalidad del juez de garantías y evacuando las citas de la defensa del imputado,
mientrasque la definición del juicio oral está a cargo del juez o jurado popular.
En la provinciade RíoNegro, esefiscal acusadorintegrael MinisterioPúblicoFis-
cal, una de las dos divisiones del Ministerio Público provincial (ley K4199, art. 8O),
que promueve y ejercita la acción pública en las investigaciones penales de com-
petencia provincial en todo el ámbito de Río Negro (art. 218, Const. provincial). La
independencia del órgano acusador respecto del estamento jurisdiccional repre-
senta un gran paso en la separación de la función investigadora de la juzgadora,
garantizando así la imparcialidad de quien está a cargo de dictar sentencia, cum-
pliendo con uno de los pilares del acusatorio además de con la manda constitucio-
nal (arts. 18, CN; y 14, Const. provincial). Noobstante, sería fundamentalque, en un
futuro cercano, se promueva también la separación del Ministerio Público Fiscal
del Ministerio Público de la Defensa, ya que resulta disfuncional que lasdos partes
opuestas por antonomasia en el proceso funcionen bajo la órbita de un mismo
órgano, una suerte de Dr. Jekyll y Mr. Hyde, encargado a la vez de promover la
acción penal y de obstaculizarla5. De cualquier modo, a la luz de los instrumentos
de derechos humanos que forman parte de nuestra Constitución Nacional en fun-
ción del art. 75, inc. 22, el acusatorio rionegrino tal como loexpresa el nuevo CPPRN,
ley 5020 parece superar el test de convencionalidad sin mayores sobresaltos.
Hecha esta distinción, y tal como resulta del propio título de este capítulo, a lo
largo de este trabajo nos enfocaremos en el rol del Ministerio Público Fiscal, es
decir, del órgano a cargo de la preparación de la investigación penal y de laformu-
lación de la acusación formal. De acuerdo con el art. 59 del nuevo CPPRN, ley 5020,
a este órgano le cabe ejercer la acción penal, dirigir la investigación, intervenir en
todas las etapas del procesoy sustentar con evidencias la responsabilidad penal de
la persona que se somete a juicio.
Dentro de este sistema acusatorio, al Ministerio Público Fiscal le corresponde
llevar a cabo la "fase administrativa, flexible, informal, [dirigida en forma objeti-
va], decarácter analítica y meramente preparatoria, destinada a la recopilación de

En ese sentido, tanto a nivel federal (art. 120, CN) como local (la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (art. 125. Const. CABA), Chubut (art. 195 y SS.,Const. provincial). Jujuy (ley 5895) y
Santa Fe (leyes 13.013 y 13.014). por nombrar solo algunas)se ha mutado hacia un sistema de un
Ministerio Público bicéfalo, donde un fiscal o procurador general encabeza el órgano acusador
-Ministerio Público Fiscal o "de la acusación" (Santa Fe y Jujuy)-y undefensorgeneral dirige la
defensa oficial-Ministerio Público de la Defensa serviciode de Defensa Pública" (Santa Fe)-, de
modo tal de garantizar la independencia y la igualdad dearmasdeambas partes. La CiudadAutó-
noma de BuenosAires ha idoincluso un poco más allá y su Ministerio Público es tricéfalo: fiscal, de
la defensa y tutelar, este último encargado de velar por los derechos de las personas menores de
edad y10 incapaces.
MARCOS RODOLFO ROCA

los antecedentesque permitan la comprobación de un delito y sus partícipes den-


tro de un juicio oral o hacer efectivos los mecanismos de discrecionalidad reglada
o salidas alternativas con el fin de no iniciar, suspender o poner término a la perse-
cución penal en su caso; proteger a la víctima y los testigos; solicitar las medidas
cautelares personales para asegurar la persona del imputado en la forma y en los
casosque ellofuereprocedentedeacuerdoa lo previsto por el legislador; cautelar
la responsabilidad civil del imputado por los perjuicioscausadoscon lacomisión del
delito frente a la víctima; y finalmente, como principio general requerirse la auto-
rización previa del juez para la realización de actuaciones que privaren, restringie-
ren o perturbaren al imputado o un tercero del ejercicio de los derechos que la
Constitución y las leyesaseguranU6.
De la cita anterior -extraída de una obra chilena no solo por su claridad sino
porque ese país es pionero en América Latina en la implementación del sistema
acusatorio7-sedesprenden cuálesson los principiosgeneralesque deben regir la
actuación del Ministerio Público Fiscal como órgano acusador en un sistema como
el instituido por el nuevo CPPRN.

Al respecto, destacamos los siguientes:


1. lnformalidad en la investigación.
2. Disponibilidad de la acción penal, dividido en la facultad del fiscal de evitar
el juicio oral mediante la implementación de mecanismos alternativos de
resolución del conflicto o de celebración de un acuerdo de avenimiento con
el imputado.
3. Deber de protección de lavíctima.
4. Deber de requerir autorización jurisdiccional para la adopción de medidas
cautelares.

En el siguiente parágrafose analizarán estosprincipiosdesde la óptica del nue-


vo CPPRN, haciendo mención tanto al articulado de la norma como a la forma que,
según nuestro criterio, deberían aplicarse.

5 3. El acusatorio a la rionegrina
a) Informalidad de la investigación

El art. 120 del nuevo CPPRN establece lo siguiente: "El fiscal formará un legajo
de la investigación sin formalidadalguna en donde se hará constar todos los ele-

Maturana Miquel - Montero López, Derecho procesalpenal, 2"ed., 2012, t . II, p. 578,
' El Código ProcesalPenaldela Repúblicadechile, decortenetamenteacusatorio,entróen
vigencia el 12/10/00 (ley 19.696) y su aplicación fue paulatina en distintas regiones del país entre
los años2000 y 2005.
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R¡O NEGRO ...

mentos recabados. Dicho legajo será accesible a todas las partes del proceso. En
ningún caso podrá ser consultado p o r e l órgano jurisdiccional.
Las actuaciones de la investigación preparatoria no tendrán valor probatorio
en eljuicio oralpara fundar la condena delacusado, salvo aquellas que fueran reci-
bidas de conformidad con las reglas del anticipo jurisdiccional de prueba.
No obstante, podrán invocarsepara solicitar o fundar una medida de coerción
o cautelar, excepciones o el sobreseimiento. La defensa podrá contar con suspro-
pias evidenciaspara discutir en audiencia".
Del texto de la norma se desprende que el principio durante la investigación es
la informalidad, basado en que su naturaleza es principalmenteadministrativa: la
información recabada durante la pesquisa no tiene en principio valor probatorio
mientras no sea empleada en el debate oral y público para probar la responsabili-
dad del acusado8.
Esta informalidad representa una de lasgrandesdiferenciasdel sistemaemple-
ado por el nuevo CPPRN respecto al antiguo sistema inquisitivo, pues no se trata
simplemente de trasladar al fiscal las tareas que ayer realizaba el juez de instruc-
ción. Por el contrario, la informalidad implica la inexistencia de reglas en general
para la recopilación de la evidencia, centralizando asíel rol del debate oral y públi-
co, pues solo deberán "rodearse de un conjunto de formalidades que permitan
establecer garantías mínimas para su uso p o ~ t e r i o r los
" ~ actos que la Fiscalía pre-
tenda emplear en el debate.
La informalidadcomopilarde la investigación, otorga puesa la Fiscalía, un gran
poder de creatividad e innovación a la hora de recabar la evidencia, acorde a los
tiempos que corren donde la tecnología brinda cada vez mayores herramientas a
tal efecto. Así, el nuevo CPPRN elimina la necesidad de "sacralizar" todos los actos
en actas en papel pudiendo ahora el fiscal emplear cualquier medio, incluidas las
nuevas tecnologías, para demostrar su hipótesis acusatoria, extremo que el legis-
lador previó a la hora de indicar que los audios y los videos, por ejemplo, son
medios de prueba válidos (art. 183, CPPRN).
De cualquier modo, el legislador rionegrino no apostó por un sistema acusato-
rio extremo, como el quese aplica en los países anglosajones, donde el fiscal acude
al debate oral apenas con las evidencias que estima necesarias -adquiridas con
total informalidad- y con sus notas como ayudamemoria. El acusatorio de Río
Negro, en cambio, prevé no solo que los actos que serán empleados en el juicio
deben cumplir con ciertos recaudos, sino quedirectamente algunas medidasdeben
ser directamente solicitadas al juez de garantías. Este sistema, aunque contrario al
anglosajón, parece ajustarse más a nuestro sistema constitucional, donde confor-

Guillén López, La investigación criminalen elsistema penalacusatorio, 2013, ps. 36 y 37,


Duce - Riego, Introducciónalnuevoprocesopenal. 2002, t. 1. ps. 116 y 117.
MARCOS RODOLFO ROCA

me el art. 18 de la CN, las medidas cautelares que afecten derechos y garantías del
acusado deben ser autorizadas por el órgano jurisdiccional. Sobreeste último pun-
t o nos expediremos más adelante.

bJ Disponibilidad de la acción penal

El Capítulo lll del Título I del Libro Segundo del nuevo CPPRN (art. 96 y SS.)prevé
queel Ministerio Público Fiscal tendrá la posibilidad dedisponer de la acción penal,
entendido como la facultad del órgano acusador de "prescindir total o parcial-
mente delejercicio de la acciónpenalo limitarla a alguna de laspersonasque inter-
vinieron en e l hecho" (art. 96, CPPRN), de suspender el juicio a prueba (art. 98,
CPPRN) y de aplicar procedimientos abreviados en forma de acuerdo pleno (art.
213, CPPRN) y parcial (art. 217, CPPRN).
Estas potestades del órgano acusador deben ser analizadas a la luz del art. 119
del CPPRN, que dispone: "El Ministerio Público Fiscalpracticará la investigación
preparatoria con la finalidadde arribara la solución delconflicto porcualquiera de
las vías legalmente previstas ypromover
~ . o desechar la realización deljuicio".
El artículo, aunque puede pasar desapercibido en el Código por su breve redac-
ción, representa un rotundo giro en el objetivo de la investigación penal. En efec-
to, se trata de cambiar el objeto de la investigación de la "búsqueda de la verdad"
por la "solución del conflicto". Nótese que de la propia redacción queda en claro
que el juicio no es un mecanismo de solucionar el conflicto entre las partes-el fis-
cal practicará la investigación para solucionar el conflicto o para ir a juicio- sino
que se trata de evitar ir a juicio oral o aplicar métodosalternativos para reparar el
daño causado y solucionar la cuestión que fue traída a análisis del sistema judicial.
De lo dichore desprende que la aplicación de los criterios de oportunidad para
disponer de la acción penal no puedeobedecer a razonesde cúmulo detrabajo-la
denominada "limpieza de causasn-sino que debe tener en mira, necesariamente
y en todos los casos, la resolución del conflicto respetando los derechos del impu-
tado y dando una acabada respuesta a los intereses de la víctima. Es por eso mismo
que el propio legislador, en el art. 96 del CPPRN, ha establecido criterios de inter-
pretación acerca del momento y en cuáles circunstancias corresponde aplicar cri-
terios de oportunidad para disponer de la acción penal. Así, se puede disponer de
la acción en los casos de:
a) Insignificancia, la cual debe ser declarada por el fiscal mediante auto fun-
dado, haciendoespecial hincapiéen la naturalezadel hechoy lafaltadedis-
valor de la conducta del i m ~ u t a d oa la luz tanto de los interesesde la socie-
dad como de la víctima.
b) Intervención de menorrelevancia, lo que hace referencia a la participación
del imputado en un hecho determinado sin que su actuar haya sido rele-
vante para la comisión del delito.
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R¡O NEGRO ...

C) Pena natural, entendida, en losdelitosculposos,comoqueelpropio actuar


del imputado le ocasionó un daño grave que puede ser entendido como
que le implica purgar una pena10.
d) La pena que pueda imponerse, por el hecho de cuya persecución se pres-
cinde, cuando ella carezca de importancia en consideración a la pena ya im-
puesta o a la que puede esperarse por los restantes hechos.
e) En los supuestos de mediación o conciliación exitosa, debiendo especificar-
se la inexistenciadeinteréspúblicoen lacuestióny, en nuestra opinión,solo
después de haber comprobado el cumplimiento de las pautas acordadas
para reparar el daño. Es decir, entendemos que el órgano acusador podrá
disponer de la acción unavezcomprobadoel éxito de la mediación oconci-
liación, lo cual quedará demostrado cuando se acredite que la parte reque-
ridadiocumplimiento a las pautasque había acordado. El supuestocontra-
rio -disponer de la acción al momento de la celebración del acuerdo-
implicaría el cierre de la investigación sin posibilidad de reabrirla (art. 97,
CPPRN)sin la posibilidaddeverificarelcumplimientodeeseacuerdo, locual
podría llevar a que por aplicar una salida alternativa al conflicto se acabe
por garantizar la impunidad del acusado, lo cual resulta naturalmentecon-
trario al espíritu de la norma.

En todos los casos, el legislador previó que la disposición de la acción penal por
parte de la Fiscalía implica el cierre de la investigación y la extinción de la acción
penal respecto de la persona en cuyo favor se decidió. En este caso, si la decisión se
adopta antes de la formulación de cargos, el archivo deberá ser dispuesto directa-
mente por el fiscal. De locontrario corresponde al juez, quien, en nuestraopinión,
no puede sino hacer lugaralarchivosolicitado por el órganoacusador, puesen fun-
ción del sistema acusatorio el juzgador se encuentra sujeto a la decisión del fiscal,
máxime cuando es, como en estos casos, en favor del imputado.
Frente a un archivo por aplicación del principio de oportunidad, entendemos
que no es aplicable la solicitud de revisión de la desestimación por parte de la vícti-
ma, prevista en el art. 129 del nuevo Código, en tanto aquel hace referencia a la
desestimación y al archivo por imposibilidad de identificar al autor del hecho,
mientras que en este acápite analizamos el archivo por aplicación de criterios de
oportunidad. Además, mal podría la víctima-ocualquier otra persona-oponer-

'O Piénsese en el supuesto de un padre que viaja en automóvil con su hijo, cruza un paso a
nivel con la barrera baja y producto del impacto del tren con suvehículo le causa la muerte a este
último. lmputadoel padre por homicidio culposo, podría pensarsequeel sufrimiento productode
haberle causado la muertea su hijo implica ya para él una pena natural.
MARCOS RODOLFO ROCA

se ante el fiscal de Cámara, osea mediante una presentación de carácter netamen-


te administrativa e interna del Ministerio Público 11, a una decisión de extinción de
la acción dictada por el órgano jurisdiccional.
En ese sentido, podríamos llegar a entender que la víctima tiene derecho a soli-
citar la revisión de la decisión del fiscal siempre que ocurra antesde la formulación
~ ~

decargos, pues en ese supuesto no setrataría de una decisión jurisdiccional sino de


unadisposiciónfiscal, pero al no haberlo marcadocon claridad en la norma el legis-
lador, este entendimiento debe ser analizado junto con la prohibición de analogía
en perjuicio del imputado. De todos modos, el problema no nos parece tan tras-
cendental dado que novemoscon buenosojosque ningún criteriodeoportunidad
sea aplicado antesde la formalización de loscargos. Ello, puesdisponer de la acción
en forma definitiva antes de citar al imputado a ejercer su defensa nos recuerda a
esavoluntad de "limpiarsede causas" quedebería evitarse.
Decualquier manera, ante una decisión dearchivo por aplicación de criteriosde
oportunidad lavíctima podrá constituirseen partequerellante (art. 97, CPPRN), de
lo que se desprende, según nuestro criterio, que la decisión jurisdiccional de archi-
vo será susceptible de recurso de apelación.
Por lo demás, debe destacarse que, por expresa manda legal, los criterios de
oportunidad no pueden aplicarse en los casos en que el imputado sea funcionario
público -no así empleado- y haya sido formalizado a raíz de hechos cometidos
en el ejercicio desu función.
En todos los supuestos del art. 96 del CPPRN y también en la eventual negativa
fiscal a la concesión de la suspensión del juicio a prueba y del juicio abreviado,
entendemos necesario destacar que es un requisito esencial del acto que la deci-
sión fiscal esté debidamente fundada en derecho y en los hechosdel caso. Se trata
de una obligación derivada del principio republicano de gobierno (arts. lo, CN y
Const. provincial)12y, aun a riesgo de ser demasiado tajantes, opinamos que lafal-
ta total de argumentación escausal de nulidad de la negativa.

l 1 Los recursos son remedios de eminente corte jurisdiccional (cfr. Palacio, Losrecursosen el
procesopenal.4aed..2012),por loque las presentacionesde un particularanteel Ministerio Públi-
co Fiscal.aunenel casoderevisióndeuna decisiónde unfiscaldeanterior instancia, no puedenser
equiparados a tales. Al respecto, véase sin ir más lejos que una decisión fiscal no puede pasar en
autoridad de cosa juzgada (art. 18, CN), de donde se desprende que el legislador haya indicado
que, si el archivo por oportunidad ocurre después de la formalización de cargos, sea el juezquien
deba dictarel pronunciamiento desincriminatorio.
l2 En una república los actos emanados de la autoridad estatal deben estarsiemprefunda-
dos. para que el ciudadano pueda conocer sus motivos y eventualmente impugnarlos. La falta de
argumentación de un acto, propia de las monarquías absolutas, se opone de bruces a todo nues-
tro orden constitucional (cfr. en ese sentido, Gelli, Constitución de la Nación Argentina comenta-
da y concordada. 2011, t. l. p. 27 y 5s.).
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R[O NEGRO ...

Por otra parte, en referencia al procedimiento de juicio abreviadot3, entende-


mos que en función del sistema acusatorio vigente en el nuevo Código, en la opor-
tunidad de losarts. 214y 21 5del CPPRN,el juezseencuentra limitadoa homologar
el juicio abreviado y dictar sentencia condenatoria o, en su defecto, a declarar la
inadmisibilidad de la petición y a ordenar que se continúe con el caso bajo lasfor-
mas del juicio oral y público habitual - e n ese supuesto la declaración de respon-
sabilidad del imputadoserá ignorada por el juezy la Fiscalía-. No resultaría admi-
sible, y causaría agravio suficiente al Ministerio Público Fiscal como para recurrir la
decisión, que el juez rechaceel pedido de procedimiento abreviado y sin másdicte
sobreseimiento. Esa decisión seencuentra vedada por el art. 21 5del nuevo Código
y, además, supera ampliamente la petición de las partes, por lo queviola el princi-
pio dispositivo que rige el rol del juzgador en el sistema adversarial.
Para cerrar este acápite, nos parece necesario aclarar que de los artículos citados
con anterioridad, al igual que de una interpretación sistemática de la norma, el ór-
gano fiscal se encuentra habilitado a aplicar mecanismosdedisposiciónde la acción
penal únicamente durante la etapa de investigación. Esto parece lógico si se piensa
que la Fiscalía debe optar, al momento declausurar la investigación, si va a juicio o si
aplica alguno deestos mecanismos alternativos. Una interpretación contraria Ileva-
ría a pensar que si el Ministerio Público Fiscal, por el motivo que fuera, se arrepiente
de ir a juicio, podría retractarse aplicando un mecanismo alternativo y disponiendo
de la acción, lo cual acabaría por desvirtuar la naturaleza de los institutosaquíestu-
diados.

CJ Deber de protección de la víctima


Se considera víctima "... alofendido directamentepor eldelito y, cuando resul-
tarela muertedeaquel, alcónyuge y a 1oshijos;a 1osascendientes;a lapersona que
convivía con él en el momento de la comisión del delito, ligada por vínculos espe-
ciales de afecto; a los hermanos; o al último tutor, curador o guardador" (art. 51,
CpPRNI4), osea la "personaquepadecelasconsecuenciasdañosasdeun delito" 15;

l 3 Preferimos, al igual que Alberto Bovino (véase la clase donde habla sobre el punto en

www.youtube.comlwatch?~=iweuSzZfV0l)llamaral institutodel modoque recogeelcódigo Pro-


cesal PenaldeTierra del Fuego, dondeel "procedimientoabreviado" esdenominado"omisión del
debate" (art. 324, CPPTDF). Esa denominación es más gráfica, pues aclara que, aunque sea abre-
viado, el juicio debe mantenertodas las formalidades y la vigencia de todas las garantías, siendo
la única diferencia que las partes han escogido prescindir del debate oral y público para pasar
directamente a la sentencia. en la que, una vez más, el juezdebe siemprevalorar la existencia del
hecho, su adecuación típica y cumplircon todos los recaudos para suvalidez (arg. art. 214, CPPRN).
l4 Entendemosque "la persona que convivia con [la victima] en el momento de la comisión
del delito, ligada porvínculosespecialesdeafecto"essu pareja. Su inclusiónentre lossucesoresde
la víctima nos parece correcta; la redacción. no tanto.
l5 "Víctima": Diccionario de la lengua española, en www.rae.es.
MARCOS RODOLFO ROCA

es una figura relativamente nueva en el derecho procesal penal. En el sistema tra-


dicional, incorporado en Río Negro por el CPPRN, ley 2107, la víctima no era un
actor relevante en el proceso: excepto en los casos de querella o de delitos de ins-
tancia o acción privada, el Ministerio Público Fiscal no actuaba como su represen-
tantesino quedirectamente la reemplazaba y desplazaba. El interésen impulsar la
acción para obtener una condena no se basaba en el daño que el hecho había oca-
sionado a una persona en particular ni en el interés de esta en obtener una repara-
ción, sino en que existía un interés de la sociedad y del Estado en conocer "la ver-
dad", independientemente del daño ocasionado a un sujeto en concreto. El órga-
noacusador actuaba, entonces, en la abstracta defensa de la legalidad y de los inte-
reses de la sociedad, sin importar los intereses, las opiniones e incluso la existencia
de unavíctima del delito16.
En simultáneo con este criterio de desinterés en la víctima, todo el proceso
penal liberal ponecomo eje central el respetodelasgarantíasy derechosdel impu-
tado. Los motivos para que ello ocurra son conocidos -en términos demasiado
simples: una defensa del sujeto frenteal poder del Estado de restringirle sus dere-
chos más esenciales, como son la vida y la libertad- y opinamos que si la víctima
comienza a adquirir una mayor centralidad en el proceso, no esadmisibleque ello
ocurra en desmedrode lasgarantíasdel acusado. Y esto no esadmisible no sólo por
el raigambre constitucional de esas garantías, sino porque, desde una concepción
filosófica liberal, deben existir frenos concretos, límites estrictosfrente a la activi-
dad estatal de persecución, porque de lo contrario el imputado mismo podría aca-
bar convirtiéndose en víctima de una institución estatal mucho más poderosa que
él y que en ciertoscasos puede actuar en forma arbitraria o discrecional. Hacemos
esta aclaración para decir que no adherimos a las corrientes de populismo penal -o
demagogia punitiva-que plantean prácticamente la desaparición de lasgarantí-
as del imputado y su reemplazo por garantías de la víctima. La víctima tiene en el
proceso, sin dudas, ciertosderechosy facultades, peroestos nunca pueden sustituir
ni superar las garantías constitucionales del imputado de cometer un delito.
Hecha esta digresión, opinamosque losdebatesquesedan en torno al rol de la
víctima obedecen a lo reciente de su aparición no solo en la legislación sino en el
discurso académico. Solo después de la Segunda Guerra Mundial se inicia el deba-
te acerca desi corresponde "estudiar a la víctima" l7y la "victimología" comienza
a ser estudiada en forma sistemática en la década de 1980, aunquesiempre por psi-

l6 Un resumen muy completo de la historia del rol de la víctima a través de lossiglos esefec-
tuado por Garland, The culture o f control: social order in contemporary society, 2001, p. 11 y
siguientes.
l7 El psiquiatra estadounidenseWeriham es quien por primera vez usa el término "victimo-
logía" en su libro Theshowof violence, publicado en 1949.
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R¡O NEGRO ...

quiatras, psicólogosy cientistassociales,y casi nunca por abogadost8.En la Argen-


tina, solo las últimas modificaciones legislativas -sobre todo a partir de las leyes
Blumberg de 2004- han comenzado a dar importancia al rol de lavíctima.
En ese sentido, debe destacarse la vanguardia del nuevo CPPRN, que ya en su
art. 12enumera losderechosdelavíctima,entreelloselderechoasu resguardofísi-
co ante las consecuencias del delito, el derecho a la tutela judicial efectivaT9y, lo
más moderno, el derecho "... aparticipardelprocesopenalydela ejecuciónpenal
en forma autónoma y a solicitar del Estado la ayuda necesaria para que sea resuel-
to su conflicto y reparado superjuicio". Este derecho de participación en el proce-
so se motoriza a través de la posibilidad de constituirse en querellante (art. 54,
CPPRN) y la activa participación que se le confiere a lo largo del proceso.
Del mismo modo, y en lo que resulta de interés, es deber del Ministerio Público
Fiscal no solo oír a la víctima sino protegerla a lo largo del proceso. Esta protección
debe ser entendida como una protección física de la víctima, en el supuesto en que
su vida o su salud estén en juego tanto como protección de sus intereses. Este últi-
mo supuesto se desprende del rol activo que se le da a la víctima para oponerse a
las decisiones del órgano acusador, tanto en caso de archivo por aplicación de cri-
terios de oportunidad (arts. 97 y 129, CPPRN), como de cumplimiento de las pautas
de conducta de la suspensión del juicio a prueba (art. 98, última parte, CPPRN), co-
mo incluso en el supuesto de obtener una condena inferior a los tres años, en cuyo
caso el fiscal solo podrá impugnar la sentencia si contara con el expreso consenti-
miento de la parte damnificada (art. 236, CPPRN). Este último caso es particular-
mente interesante, si se tiene en cuenta que implica una limitación de la autono-
mía del Ministerio Público Fiscal no ya basada en lasgarantías y derechosdel impu-
tado sino con fundamento en la voluntad de la víctima. Si la víctima no quisiera
impugnar la sentencia, entendemos que su adquisición de firmeza representa la
incorporación al nuevocódigo provincial deun criteriodeoportunidad basadoen
cuestiones de política criminal, es decir, que al legislador no le interesa que se im-
pugnen sentencias condenatorias a penas inferiores a tres años.
De cualquier manera, y como se sostuvo hace unos párrafos, la protección de los
intereses de la víctima no debe ser aplicada en desmedro de las garantías del impu-
tado y, es más, nos animamos a arriesgar que en un supuesto de colisión o igualdad
de normas, priman lasgarantíasdel imputado por aplicación del art. 18de la CNy los
tratados internacionales mencionadosen el art. 75, inc. 22 de la Carta Fundamental.

l 8 Fattah, Victhology:past,presentandfuture. en"Criminologie", 33 (1). "Lavictimologie:

quelques enjeux", 2000.pr17 a 46.


l9 Entendemosqueelloincluye, entreotros, el accesoa la jurisdiccióny laobligatoriedaddel
dictadode un pronunciamientodentrode un plazo razonable, que es un derechocompartido por
la víctima y el imputado
MARCOS RODOLFO ROCA

dJ Deber de requerirautorización jurisdiccional


para la adopción de medidas cautelares

En un apartamiento del sistema acusatorio anglosajón, donde la Fiscalía es to-


dopoderosa y omnívora, el legislador rionegrino previó que el Ministerio Público
Fiscal de la provincia, ante determinadas circunstanciasy para la adopción de de-
terminadas medidas, deba solicitar autorización al órgano jurisdiccional. Se trata
de una limitación tajanteal poder de la Fiscalíay, en consecuencia, al sistema adver-
sarial, a fin de ajustarlo más a nuestro ordenamiento constitucional.
Así, el Título II del Libro Segundo, "Medidas de coerción y cautelares", además
de establecer que la regla es la libertad durante el proceso (art. 100,CPPRN),fija,
en lo que nos resulta de interés, que todas las medidas cautelares personalesy rea-
les deben ser adoptadas por el juez. Entendemos que esta limitación al poder del
órgano acusatorio es procedente.
Existen ciertos códigos procesales penales provincia le^^^ donde el fiscal puede
disponer cautelares por sí mismasy someterlasa un control jurisdiccional posterior,
quegeneralmente demora una cierta cantidad dedías. Frentea estostiposdecódi-
gos, el de la provincia de Río Negro parece más ajustado a nuestro ordenamiento
constitucional, en tanto las medidasque impliquen la privación de derechosdeben
ser adoptadas por el órgano jurisdiccional, cuya función está separada del del
Ministerio Público Fiscal y no comparte los mismos intereses. Es decir que las deci-
siones serán adoptadas por un actor procesal imparcial y, al menos en apariencia,
carente de interés en el resultado del pleito. Esto seve reforzado, además, por el
hecho de que el juez de garantías-que adopta las cautelares- no será el mismo
que quien esté a cargo del debate oral y público.
Teniendo en cuenta este procedimiento de adopción jurisdiccional de las cau-
telares, al Ministerio Público Fiscal le cabrá la motivación de las solicitudes de apli-
cación de las medidas, que deberán estar debidamente fundadas (art. lo, CN) y la
comparecenciaa lasaudiencias.Al respecto, opinamosque laaudiencia resultafun-
damental en tanto permitirá al juez de garantías tomar conocimiento del imputa-
do en forma personal. La omisión de realizar la audiencia, en consecuencia, nos
parece causal de nulidad, por afectación de garantías del imputado, quien tiene
derecho a ser oído y a que el juez lo conozca antes de decidir sobre su libertad o la
disposición de sus bienes.
Sin ánimos de extendernos sobre las medidas cautelares en sí, que han sido
ampliamente cubiertas por la literatura jurídica, no podemos pasar por alto nues-
tra sorpresa ante la denominación que el legislador rionegrino ha empleado para
una de las causales de la prisión preventiva: "peligro de entorpecimiento para la

20 Pensamos, por ejemplo, en el de la provincia de Córdoba, que ha servido de ejemplo para


los códigos procesales penales de muchas otras jurisdicciones del país.
EL ROL DEL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL DE R¡O NEGRO ...

averiguación de la verdad" (art. 109, CPPRN). Dado que el objetivo del proceso,
como vimos más arriba, no es la averiguación de la verdad sino la resolución del
conflicto sometido a consideración del sistema de justicia penal, nos parece que el
nombre empleado debería haber sido el más llano "peligro de entorpecimiento
del proceso". El detalle es sin dudas menor, pero conceptualmente nos parece
importante, pues si la búsqueda de la verdad no es un objetivo del proceso, mal
podría restringirse la libertad de una persona en función desu interés.

5 4. Conclusiones
A lo largo de este capítulo hemos analizado brevemente el sistema acusatorio,
su historia, susalcances y el rol queel legislador provincial le ha dado al Ministerio
Público Fiscal de Río Negro en el marco de este sistema. Consideramos que el acu-
satorio es un avance para lasgarantías del imputado dado que separa claramente
la función de investigar y acusar de la de juzgar, fomentando así la imparcialidad
del juez y el respeto de las demás garantías del imputado. Analizamos la incorpo-
ración de criterios de disponibilidad de la acción penal, que deben ser aplicados
con precaución pero sin miedo en los casos en que resulten adecuados. También
destacamosque el nuevo Código otorga la posibilidad a la víctima de ser una par-
tícipe activa del proceso, pudiéndo induso oponerse y controlar las decisionesdel
órganoacusador. Por último, consideramos lógica y adecuada la limitación al acu-
sador en lo que respecta a medidas cautelares, que deben ser adoptadas por el
juez imparcial y no por un órgano como la Fiscalía, interesado en las resultas del
proceso.
Por razones de espacio no nos adentramos en el rol del Ministerio Público Fiscal
durante el debate oral y público, pues además en esa etapa del proceso no vemos
grandes diferencias, en lo que respecta a la Fiscalía, con el sistema fijado por el
Código Procesal Penal ley 2107. Tampoco hemos analizado la etapa de ejecución,
aunqueesde esperarsequea lo largodeesta-donde la imposición de dolor, como
diría Christiezl, se hace más real- el Ministerio Público actúe no ya como un acu-
sador-su pretensión acusadora debería haberse satisfecho con la condena-sino
como un garante de la legalidad y del respeto de los derechos del condenado.
En definitiva, consideramos que el nuevo Código Procesal Penal de la Provincia
de Río Negro, sancionado por ley 5020, representa un claro avancetanto a nivel de
garantíasdel imputado como de mecanismosde resolución alternativa del conflic-
t o y de participación de la víctima. Celebramos su sanción y aguardamos interesa-
dos su aplicación en los casos judiciales, pues aunque el texto sea de avanzada, su
efectividad está siempre sujeta a cómo lo emplean los operadores del sistema de

21 Christie, Loslímitesdeldolor, 1981.


MARCOS RODOLFO ROCA

justicia penal. Entendemos que si esta aplicación es responsable, juiciosa y acorde


a los principios republicanos liberales de nuestra Constitución Nacional y de la
Constitución provincial, Río Negro podría constituirse en un ejemplo nacional de
sistema de justicia penal respetuoso de las garantías del acusado y de la participa-
ción de lavíctima y del pueblo, mediante losjurados populares. Esto dependerá de
todos los operadores del sistema, pero en particular del Ministerio Público Fiscal,
que tendrá un gran poder, lo queconlleva una gran responsabilidad.
Desafíos de la defensa pública
en un sistema acusatorio
CELlA GUADALUPE DELGADO * - M A R ~ A
RlTA CUSTET LLAMBI **
DALMIRO HUACHACA SÁNCHEZ ***
...................................

5 l.Introducción
La realización de esteartículo nosencuentra transitando una etapa incierta res-
pecto del futuro de la Defensa Pública en la provincia de Río Negro, próxima a
poner en vigencia su nuevo Código de Procedimiento Penal, aprobado por ley
5020, sancionada el 10/12114y publicada en el boletín oficial el 1211115, conforme
lo dispone su artículo segundo al decir: "Elpresente código entrará en vigencia e l
lo de septiembre de 2077 en todo e l territorio de la provincia, a excepción de l o
relativo a l Juicio porJurados, que entrará en vigencia e l 1 de enero de 2018".Eta-
pa incierta, decíamos, porque a tan solo tres mesesdequeeste nuevo Código entre
~ ~

en vigencia la legislatura provincial todavía no ha las leyes orgánicas


que definen, planifican y reglamentan la ubicación, funciones, obligaciones y
facultadesde losorganismosy las institucionesque constituyen el sistema deadmi-
nistración de justicia. Nos referimos a las leyes de organización y readecuación ins-
titucional que requiere el Poder Judicial de Río Negro, integrado por el Servicio
Jurisdiccional, el Ministerio Público Fiscal y el Servicio de Defensa Pública. Con esta
reforma legal se da lugar a la concreción del paradigma procesal que los constitu-
yentes pensaron para nuestro país, un modelo de enjuiciamiento penal denomi-
nado "sistema procesal acusatorio". No obstante, la inacción en la promulgación
de estas leyes, representa una deuda que la legislatura provincial debe saldar con
urgencia, sin perjuicio de compartir las concepciones superadoras de aquel esque-
ma que concebía al "Poder Judicial" como un dispositivo hermético de jueces, fis-
cales y defensores.
Lejos de que esos operadores ejerzan acciones diferenciadas, la peligrosa deri-
vación de esta sinonimia -que identificaba la acción conjunta de estos operado-

* Defensora Pública Penal devilla Regina.Abogada especialista de Derecho Penal.


** Abogada. DefensoraGeneral de Río Negro.
*** Abogado. ExDefensorPenal Público en Perú.
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

res con la búsqueda de la verdad y la realización del valor "Justicia"- ha sido pro-
ducto de una tradición inquisitiva, la cual se valió de cierta arquitectura institucio-
nal para reproducir sus fórmulas y sus fines y que derivó, con el transcurrir de los
siglos, en la consolidación de modelos de organización, de prácticas regulares, de
construcción simbólica y deestándaresde pertenencia escandalosamentealejados
delosprincipiosrepublicanos. Esto último, en el entendimientodequeel principio
republicano no sólo se manifiesta en la clásica división tripartita entre Poder Eje-
cutivo, Legislativo y Judicial, sino que exige, además, que la organización interna
de cada uno de esos poderes asegure el cumplimiento de las funciones asignadas
por la Constitución Nacional y provincial tanto como un sistema decontralor inter-
no entre sus diversos órganos, con el objetivo de evitar, precisamente, lo que el
republicanismo pretende combatir desde sus orígenes: la concentración de poder
y su correlato, la tiranía y la arbitrariedad.
El modelo acusatorio que consagra el nuevo Código Procesal Penal para Río
Negro, regido por los principiosdeoralidad, publicidad, contradicción, concentra-
ción, inmediación, simplificación y celeridad, obliga específicamente al rediseño
delosfines, lasfunciones, lasmisionesy la ubicación de losórganosqueconforman
el Poder Judicial, postulando, en el razonamiento de una implementación exitosa,
una nueva y sólida arquitectura institucional.
Desde la reforma constitucional del año 1994, la institución de la Defensa Públi-
ca no ha cesado de incrementar su importancia, tanto cuantitativa como cualitati-
vamente. En este sentido, la redefinición que señalamos deberá expresarse en una
multiplicidad de frentes. No obstante, todos ellos evidenciarán la obligación del
Estado de proveer de defensa a toda persona sometida a proceso, garantizando el
acceso a la justicia y la protección jurídica e irrestricta de sus derechos e intereses.
Como dijimos al comienzo, transitamos una coyuntura alarmante. Asumiendo
esta realidad, y considerandoque estamos refiriéndonosa los desafíosde la defen-
sa pública, no podemos dejar de abrir este paréntesisidentificadocon el estado de
la situación actual. Intentaremosdar al presenteartículo una dimensión temporal
(identificada con lo coyuntural), y una dimensión atemporal que permita al lector
una aproximación a la comprensión de lo que la Defensa Pública representa para
el sistema de administración de justicia penal, para el sistema republicano y para el
fortalecimiento del Estado de derecho.
En una de las ediciones del INECIP, Eugenio Raúl Zaffaroni expresa: "... puede
afirmarse que el indicador del grado de realización del Estado de derecho en nues-
tra región está dado por la autonomía y el poder de la Defensoría Pública en com-
paración con las otras agencias del sistema penal. Poco importan códigos procesa-
lesacusatoriosyjueces técnicamente formados, si carecen dedefensa idónea quie-
nes más la necesitan (...) el Estado de derecho solo podrá considerarse mínima-
mente respetado cuando la defensa pública-que se ocupa de los menos podero-
soso de los directamente desapoderados-tenga el mismo poder y la misma jerar-
DE LA DEFENSA PÚBLICA EN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

quía que el ministerio de la acusación, pero, por supuesto, a condición de quesobre


ninguno de ambos ponga su zarpa ninguna agencia ejecutiva" l.

g 2. La Defensa Pública rionegrina


Aunque la provincia de Río Negro no ha sido ajena a los procesos y las transfor-
maciones políticas y sociales que nos condujeron hasta estos días, su historia insti-
tucional, al igual que la de las otras provincias del sur del país, es muy reciente. La
primera Constitución rionegrina data del año 19572,y aunque en su artículo pri-
mero expresaba la organización de sus instituciones de acuerdo al sistema republi-
cano y democrático degobierno, lo cierto esqueel resto de su articulado dejaba en
evidencia una democracia débil y un republicanismo incipiente y confuso, propio
del clima político de la época. Aquella primera Constitución, fiel exponente del
constitucionalismo clásico, ya consagraba entre sus arts. 8" y 12 las garantías míni-
mas del debido proceso penal, con la particularidad de establecer en el art. ' 8 in
fine: "La ley determinará el modo de asegurar la defensa de todo indigente, en
cualquier jurisdicción o fuero. En ningún caso los defensores pueden ser molesta-
dos en el ejercicio de su ministerio, ni allanados en sus domicilios o locales profe-
sionales en función de la defensa en causa penal". Esa primera Constitución dedi-
có los arts. 123 al 152 al Poder Judicial; adhería a un modelo que concebía a este
Poder como un todo, constituido por un Superior Tribunal y demás juzgados infe-
riores que determinarían la ley, sin enfoque diferencial de ningún tipo. De hecho,
el art. 124disponía expresamente: "Forman partedel PoderJudicial lostitularesde
los ministerios públicosy pupilar. Habrá, además, un Procurador General".
Otra característica elocuente del modelo de organización consagrado históri-
camente fue el modo de selección de todos los funcionariosdel poder judicial, del
que estaban exentos los miembros del Superior Tribunal. El art. 126 disponía: "Los
magistrados de los tribunales inferiores y los demás funcionarios judiciales serán
designados por el Tribunal Superior, a propuesta de una junta calificadora ...".
Puede concluirse, a partir de la breve reseña enunciada, que al igual que todas
las constituciones de su época, la de Río Negro consagraba mínimas garantías de
debido proceso y derecho de defensa en juicio en la parte primera del texto origi-
nal. Sin embargo, tal como hoy la concebimos, la institución Defensa Pública care-
ció de existencia y regulación en aquel texto.
Es preciso decir que la forma en que las primeras constituciones organizaron el
funcionamiento de losórganoseinstitucionesencargadasde prestar el servicio de

' Zaffaroni, "Introducción", en "Pena y Estado", no5, Defensa Pública, 2002. p. 20.
Hasta el año 1955 Río Negro era partedel territorio Nacional. Dejó de serlo envirtud de la
ley 14.408, promulgada porel presidentede la Nación Juan Domingo Perón. Noobstante, porobra
del golpe militardel 16/9/55, el proceso institucional de organización de la provincia quedó para-
lizado hasta 1957.
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

Defensa Pública pudo resultar comprensible en la época de acuerdo al desarrollo


alcanzado por las instituciones provincialesa la hora de la sanción de la constitución
originaria; y en virtud, también, del grado de progreso del derecho constitucional.
Otro dato contextual relativo a la ausencia de la Defensa Pública deriva de la
funcionalidad de ese modelo de defensor con los sistemas procesalesescriturales,
de raigambre inquisitiva propios de la época. En el año 1988, a raíz de una cierta
consolidación de las instituciones democráticas que permitió incorporar derechos
de segunda y tercera generación, y en un contexto nacional propicio para tal come-
tido, la Constitución rionegrina protagonizó una profunda reforma. En lo relativo
a derechos y garantías, aplicación de la ley penal y derecho de defensa, el nuevo
texto replicó el contenido del articulado anterior, incorporando el derecho a la
vida y a la dignidad humana (art. 16); ampliandoel derechode defensa atodo pro-
ceso judicial y administrativo (art. 22); reduciendo a doce horas la obligación de
comunicar causa de detención; e introduciendo el principio de resocialización de
las penas y los derechos de los detenidos (art. 23), entre otro extenso catálogo
declarativo de derechos de segunda y tercera generación (asociación; de informa-
ción y expresión; de réplica; libertad deculto; defensa del consumidor; derechosde
la niñez; derechosdel trabajo; derechosde los pueblos indígenas; etcétera).
La reforma implicó un avance, puesen el Capítulo IVde la Sección Quinta dedi-
cada al Poder Judicial incluyó la existencia del Ministerio Público con autonomía a
partir del art. 21 5. Si bien el constituyente optó por la denominada tesis judicialis-
ta -órgano judicial no jurisdiccional-, al ubicar al Ministerio Público como parte
integrante del Poder Judicial le reconoció autonomía y delimitó sus funciones con
enfoquediferencial, lo que en partesignificó un adelanto en términosde republi-
canismo, pues en nuestro régimen la acusación es una exigencia derivada del art.
18 de la CN -debido proceso adjetivo- y, a la vez, por imperativo legal, aquella
descansa casi monopólicamente en un órgano estatal.
De las versiones taquigráficas de la Convención Constituyente surge el intento
de algunosconvencionales de incluir, sin éxito, al Ministerio Público como órgano
extra poder3. Por su parte, la Convención no tuvo en cuenta a la Defensa Pública
como Servicio Público. En las sesiones de la época quedó plasmado que la única
referencia al Servicio de Defensa Pública y su importancia fue expresada por una
convencional que refirió el valor de la Defensa Pública civil y de menores4.Más allá
de la rescatable intervención, no se menciona la importancia de la Defensa Pública
penal ni la necesidad de su independencia, con lo cual queda desdibujada en el
nuevotextoconstitucional.Ta1 confusión institucional siguevigente hasta el díade
la fecha, pues la existencia del Ministerio Público y la figura de procurador general
noabastecen en modo alguno lasexigenciasdel sistema republicano, mucho menos

Posicionamiento del convencional Rodrigo. Sesión del 9/9/88


Expresionesde la convencional Campano, Sesión del 9/9/88.
DE LA DEFENSA PÚBLICAEN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

las derivadas del derecho internacional y regional. La reforma constitucional de


1994desactualizó de manera inmediata el texto reformado de Río Negro. La nece-
sidad de un servicio público de defensa autónomo y diferencial es un paradigma
que seva forjando desde la nueva hermenéutica del sistema republicano: "Desde
el seno mismo del Ministerio Público y sus cometidos funcionales contrapuestos,
este modelo de control republicano exige la división estricta entre las funciones
persecutoriasy defensivas (control "intra poder"), de manera que las primeras no
interfieran sobre las segundas o, mejor dicho, que la política persecutoria del Esta-
do no termine por cercenar a la institución que tiene por misión esencial la defen-
sa de los derechos de los ciudadanos. Pero, además, su separación funcional ase-
gura un mejor'control interpartes'y una mejor calidad, equilibrioy efectividad en
la administración de justicia" 5.
El art. 218 de la Constitución rionegrina prescribe: "Elministerio público tiene
las siguientes funciones: 1. Prepara y promueve la acción judicial en defensa del
interés público y los derechos de las personas. 2. Promueve y ejercita la acción
penalpública, sin perjuicio de los derechos que las leyes acuerdan a otros funcio-
narios y particulares. 3. Asesora, representa y defiende a los menores, incapaces,
pobres y ausentes. 4. Custodia la jurisdicción y competencia de los tribunales, la
eficiente prestación del servicio de justicia y procura ante aquellos, la satisfacción
del interéssocial. 5. Las demás funciones que la ley le asigna ".
En el debate parlamentario se dio por hecho que la autonomía funcional asig-
nada a la defensa era suficientemente limitante del rol bicéfalo de la Procuración
General6; otras voces se alzaron a favor de contemplar una defensa autónoma
modificando la Constitución, o reasignando las funciones del procurador general
a las de fiscal general7.

Fernandez, "La autonomía de la defensa pública como existencia republicana en el dere-


cho constitucional argentino", en Por una agenda progresista para el sistema penal: Una pro-
puesta de la Asociación PensamientoPenal, Gauna Alsina (coord.), 2014, p. 181.
"Conesemarcoconstitucional en alguna medida limitante. perocon la obligacióndeajus-
tarnuestrosistema procesal penal y el judiciala lasdisposicionesdelostratadosinternacionalesde
derechos humanosque la Constitución Nacional de 1994incorpora como normas desimilar rango
a aquellas, tenemos que ir diseñando las herramientasque hagan que el comentado sistema acu-
satoriosevaya instalandoen el orden jurídico rionegrino, comenzando por mejorar la normativa
referida a quien es el principal actor del sistema, el Ministerio Público, quien sin dudas adquiere
otro protagonismo al actuaren estesistema mixtocon pretensionesdeacusatorio(...) Normativi-
zada detal modo la organización del Ministerio Público, se cumplimenta. como ya dije, un primer
paso de carácter previoe insoslayable para avanzarseriamente hacia el sistema de procedimiento
acusatorio, también reclamado en los lineamientos de consenso y sin desmedro de otros roles y
funciones del Ministerio Público, tales como la debida defensa y el libre acceso de los ciudadanos
a la justicia" (legisladora Milesi. Sesión de aprobación en primera vuelta ley 4199).
"Y lasegundaobservaciónquequeríacitaresqueseestableceunpodersupremoencabe-
za de la actual procuradora general que, en mi criterio, desvirtúa el concepto y se aparta del siste-
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

Finalmente, la ley 41998consagró un sistema en el cual la Defensa pública que-


dó situada dentro de la órbita de la Procuración General, que fue sancionada el
14/6/07 y promulgada el 27/6/07. Aunque de los fundamentos de la ley surge la
necesidad de dotar de autonomía funcional a la Defensa Públicagy la creación de
la Defensoría General fue un avance, lo cierto fue que al sujetar la mismaa la supe-
rintendencia de la Procuración General y las directivas que la misma emita no se
garantizósistémicamente la autonomía funcional. Por el contrario, a partir del año
201Sseverificó el avasallamientode las pocasfacultades legalesquela ley recono-

ma -muy bueno en mi opinión y en mi concepción- del sistema nacional vigente. En efecto, a


nivel nacional, la Ley Orgánica del Ministerio Público24.946, promulgada en marzode 1998, esta-
blecequeel Ministerio Públicoestácompuesto por el Ministerio PúblicoFiscalyel MinisterioPúbli-
co de la Defensa, en su art. 2O. El primero está encabezado por el ProcuradorGeneral de la Nación,
mientras que el segundo, por el Defensor General de la Nación. De acuerdo con el artículo 21 de
dicha ley, el Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación, cada uno en su
respectiva área, tendrán a su cargo el gobierno y la administración general y financiera del Minis-
terio Público. En el proyecto bajo análisis se establece que el Procurador General es la máxima
autoridad del Ministerio Público. y se crean las figuras del Fiscal General y del Defensor General,
en un segundo nivel jerárquico, lo cual a todas luces se aparta del sistema nacional. Ambos -Fis-
cal General y Defensor General-dependen del Procurador General, cuyas funciones incluyen las
de impartir instruccionesal Fiscal General y al Defensor General. Alguien podría argumentar que
esto es así por imperativo de la Constitución provincial. que solo prevé la figura del Procurador
General. Quizás haya que cambiar la Constitución en este punto. o reasignar el cargo del Procura-
dor General al de Fiscal General, comoocurreen la Nación. o sea queel actual ProcuradorGeneral
tenga funciones acotadas a la conducción del Ministerio Público Fiscal, no así con el Ministerio
Público de la Defensa'' (legisladora Borda, Sesión de tratamiento en primera vuelta ley 4199).

Por otro lado, la autonomia funcional del Ministerio Público se consagra en la ley K 4199
"Ministerios Públicos'' consolidada por ley 4540, que en su art. 3". párr. 1". establece sobre auto-
nomía funcional que: "Los integrantes del Ministerio Público forman parte del Poder Judicial,
gozan de los mismos derechos y garantías y se encuentran sujetos a las mismas obligaciones que
los magistrados, gozan de inmunidad, inamovilidad e intangibilidad reconocida por la Constitu-
ción a los integrantes del PoderJudicial, con idénticos efectos en el orden patrimonial y previsio-
nal". En lo referente al segundo párrafo podemos advertir que establece que: "En el ejercicio de
susfunciones no pueden ser impedidos ni coartados por ninguna otra autoridad. Cada unode sus
funcionarios desempeña su cargo con responsabilidad, independencia y autonomia con sujeción
a la normativa constitucionaly a la presente".Si bienesciertoquese reconoce unaautonomíafun-
cional, y queademás se reconoce como máximo representantedel Ministerio Público de la Defen-
sa a un defensor general; y que además este, de conformidad al art. 20. b) de la ley K 4199, es el
encargado de impartir instrucciones generales para un mejor desenvolvimiento del servicio; se
puede advertir, sin embargo, que las instrucciones del defensor general deben guardar conso-
nancia con las directivasemanadasdel procurador general.
Entre losfundamentosde la ley 4199 se expresa: "En sintonía con la moderna concepción
del MinisterioPúblicosecreanlasfigurasyfuncionesdel Fiscal General yel Defensor Genera1,quie-
nes ejercen las respectivasjefaturas y diluyen definitivamente el rol bicéfalo o bifronte de la Pro-
DE LA DEFENSA PÚBLICA EN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

cía a la Defensoría General, dejándose sin efecto las facultadesde superintenden-


cia delegadas y, por ende, deviniendo la subordinación absoluta del servicio de
defensa a los criterios de la autoridad con competencia constitucional para deli-
near los criterios de persecución penalT0.
Desde el año 2007 a la fecha, casi una década después, la Defensa Pública como
institución ha cobrado gran importancia en el ámbito interno y en el interameri-
cano, y su configuración es parte del postulado republicano1'. No se concibe acor-
de al sistema de derechos humanos y el efectivo acceso a justicia a una Defensa
Pública dependiente de la autoridad acusadora. La enorme trascendencia del rol
de la Defensa Pública ha sido puesta de manifiesto por la Asamblea General de la
Organización de EstadosAmericanos mediante las últimascinco resoluciones refe-
ridas a la cuestión de manera expresa:
- AGIRes. 2656 (XLI-0111): "Garantías para el acceso a la justicia. El rol de los
defensores públicos oficiales.
- AGIRes. 2714 (XLII-0112): "Defensa Pública Oficial como garantía deacceso
a la justicia de las personasen condiciones devulnerabilidad".

lo Si bien hasta el año 2014 la superintendencia de la defensa. en su mayoría. se encontró


delegada en la Defensoria General, a partirde la Res. 13115dicha delegaciónfuesuprimida, dejan-
do sin autonomía funcional alguna a la Defensoría General. Por el contrario, el avance de la Pro-
curación General sobre las facultades legales (no delegadas) de la Jefatura de la Defensa fue ava-
sallada totalmente porlasRes.PG 174/16y416/16.Mediantedichas resoluciones, se Ilegóa afirmar
que las instruccionesgeneralesdela DefensoriaGeneral debían serpreviamenteaprobadas por la
ProcuraciónGeneral (en contraposición a lo dispuesto por la ley 4199 que establece un control ex
post ante el recurso de los defensores) y que todo acto administrativo de la Defensoría General
debía serconvalidado por la ProcuraciónGeneral, sin perjuiciodequeen algunoscasoseltraslado
de personal de las defensorias a las fiscalías se realizó sin conformidad y hasta oposición de la
Defensoria General, solo por indicar algunos ejemplos.
l1 La Constitución Nacionaly los Pactos lnternacionalesde DerechosHumanosquegozande
jerarquía Constitucional aseguran a toda persona acusada de un delito a contar con un defensor
oficial que se consagre exclusivamentea la defensa de los intereses del representado sin sujeción
de ningún tipo a intereses propios de otras estructuras del sistema de justicia (referencia 3 de la
~onveñciónAmericana de~erechosHumanos (CADH), establece entre las garantías judiciales
mínimas. la concesión al inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de
sudefensa (8"2.c). y su derecho de defenderse personalmenteo deserasistido por un defensorde
suelección y de comunicarse librey privadamente con su defensor (art. 8" 2.0'); la Declaración Uni-
versal de Derechos Humanos (DUDH) asegura en su art. 11 la realización de un juicio público para
toda persona acusada de delito, en el cual "se le hayan asegurado todas lasgarantías necesarias
para su defensa", y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) asegura el dere-
cho: "A disponerdeltiempoyde losmediosadecuadospara lapreparación desudefensayacomu-
nicarseconun defensordesuelección"(art. 14.3.6). y "A hallarsepresenteen elprocesoya defen-
derse personalmente o ser asistida por un defensor de su elección; a ser informada, si no tuviere
defensor, delderecho que leasiste a tenerlo ..." (art. 14.3.d)
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

- AGIRes. 2801 (XLIII-0113): "Hacia la autonomía de la Defensa Pública Oficial


como garantía de acceso a la justicia".
- AGIRes. 2821 (XLIV-0114): "Hacia la autonomía y fortalecimiento de la De-
fensa Pública Oficial como garantía de acceso a la justicia".
- AGIRes. 288712016: "Hacia la Defensa Pública Oficial autónoma como sal-
vaguarda de la libertad e integridad personal".

Ya en el año 2013, la Comisión lnteramericana de Derechos Humanos había


expresado: "para la CIDH en principio no resultaría aceptableque la Fiscalía pudie-
ra ejercer presiones o instrucciones sobre la defensoría pues es su contraparte en
un proceso. Asimismo, no resultaría recomendable que la defensoría pública estu-
viera subordinada al Poder judicial ya que será un juez o jueza quien decida final-
mente la controversia en la que interviene el defensor. Sin perjuicio de que la CIDH
valora positivamente que algunos de los Estados de la región hayan impuesto sal-
vaguardas para garantizar la autonomía funcional de algunas defensorías públi-
cas o lograr el mayor grado de independencia, la Comisión considera que, tal y
como ya lo señaló en su Segundo Informe sobre la Situación de las Defensoras y
Defensores de Derechos Humanos, se debe garantizar "la independencia institu-
cional de las Defensorías Públicas" a fin de evitar los riesgos que produce su ads-
cripción a otro poder u órgano de la administración de justicia. La Comisión Inte-
ramericana de Derechos Humanos considera que atendiendo a la diversidad exis-
tente en la región, en aquellos Estados en donde no existe independencia institu-
cional, mientras se alcanza esta los Estados deben adoptar medidas para garanti-
zar su independencia funcional y el manejo de su propio presupuesto". (Informe
CIDH, "Garantías para la Independencia de lasy losoperadores de Justicia", 2013).
Por su parte, en la sentencia de fondo del caso "José Agapito Ruano Torresv. El
Salvador", la Corte lnteramericana de Derechos Humanosdeterminó quees nece-
sario que la institución de Defensa Pública, como medio a travésdel cual el Estado
garantiza el derecho de defensa de todo inculpado de delito de ser asistido por un
defensor, seadotada degarantíassuficientes para su actuación eficiente y en igual-
dad de armas con el poder persecutorio (conf. párr. 157), por lo cual el organismo
supranacional entiende que es obligación de los estados garantizar "un servicio
público eficiente, Iibrede injerenciasy controles indebidos por partede otros pode-
res del Estado que afecten su autonomía funcional y cuyo mandato sea el interés de
su defendido0 defendida (conf. párr. 159).
Cabe destacar que recientemente se ha publicado la "Declaración de Buenos
Airessobrela Implementación delos Principiosy Directricesde las Naciones Unidas
sobre el Acceso a la Asistencia Jurídica en los Sistemas de Justicia Penal", docu-
mento adoptado por los participantes de los más de cincuenta países que asistie-
ron a la "Segunda Conferencia Internacional de Acceso a la Asistencia Jurídica en
DE LA DEFENSA PÚBLICA EN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

IosSistemasdeJusticiaPenal", realizadaen BuenosAiresdel 1Sal 17 de noviembre


de 2016 y cuya co-organización estuvo a cargo del Ministerio Público de la Defen-
sa de la Nación.
La "Declaración", adoptada por expertos en justicia penal, delegados de alto
nivel de los gobiernos y profesionales estatales y no estatales de asistencia jurídica
de cincuenta y dos países, será difundida en castellano, inglés, francés, árabe, ruso
y chino. Entre otrostemasde gran relevancia para mejorar el acceso a la justicia, en
el documento se exhorta a los Estados a revisar y enmendar la legislación existen-
te, cuando sea necesario, o a adoptar nueva legislación. Advierte queuna Defensa
Pública que cuente con menos recursos que otras áreas del sistema judicial puede
crear una situación de desigualdad, y afirma que sin acceso efectivo a la asistencia
jurídica que incluya el acceso temprano, los gruposen situación de vulnerabilidad
que entran en contacto con el sistema judicial se enfrentan a un alto riesgo de
detención preventiva arbitraria, excesiva o ilegal, como asítambién a la tortura y a
otros tratos y penas crueles, inhumanas y degradantes, de confesiones coacciona-
das, de condenas erróneas y estigma social, de impacto negativo sobre la salud y el
bienestar de las personas, como de tantos otros abusos.
No queremos dejar de señalar que la Declaración de Buenos Aires toma como
guía la experiencia regional de la Asociación lnteramericana de DefensoríasPúbli-
cas (AIDEF), tanto como la cooperación que ha desarrolladocon la Organización de
Estados Americanos (OEA) para fortalecer el rol de los defensores públicos oficia-
les y su independencia y autonomía en las Américas.
La integración, el deber de comprender las circunstancias de un mundo en
transformación constante, la naturaleza dinámica del derecho y su imperativa
interpretación acorde a los tratados internacionales de derechos humanos exigen
que el articulado de la Constitución rionegrina sea reinterpretado hermenéutica-
mente, en clave constitucional y convencional, a fin de dotar de autonomía fun-
cional y autarquía financiera a la Defensa Pública, y que se promulgue una ley
orgánica que la consagrecomo un cuerpo independiente, autónomo y autárquico,
separado de su par requirente. La permanencia de losdefensores bajo la órbita del
procurador, que a su vez diseña las políticas de persecución penal, hace peligrar la
constitucionalidad de losprocesosjudiciales y coloca a la provincia frentea la inmi-
nente responsabilidad Internacional. Por otro lado, esa misma circunstancia desle-
gitima la función de la defensa, y legitima a los defendidos a realizar planteos de
cercenamiento de la defensa o deestado de indefensión.
La necesidad inexpugnable de adecuación de la Defensa Pública a los estánda-
res apuntados debe ser atendida por los actores políticos encargados de formular
la legislación necesaria. La resistencia y10 la ignorancia que obstaculice esa reali-
dad debeencontrar defensores públicos pro activosadisputar sus potencialidades,
abandonando las prácticas meramente reactivas en los casos concretos. El desafío
de la Defensa Pública hoy,en términosdeorganización secircunscribea instalar los
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

debates necesarios que visibilicen el inconveniente actual, y generar las condicio-


nes que posibiliten la construcción del modelo exigido.

5 3. La Defensa Pública y el nuevo modelo


de justicia penal
Un común denominador en el proceso de reforma en Latinoamérica es el de
reemplazar losviejoscódigos procesalesdecorte inquisitivo por otrosdecorteacu-
satorio12, procesos acordes al respeto de los derechos de las personas en países
democráticos.
Las diversas experiencias en materia de reformas al sistema de justicia penal en
los países de la región evidencian -presupuesto común- la poca atención que se
ha puesto en la reformulación de los sistemas de Defensa Pública13,como una de
las condiciones de legitimidad de funcionamiento del nuevo sistema. En este sen-
tido, Leonardo Moreno Holman señala con acierto que "al parecer estuvieron pen-
sadasen el Ministerio Público, en el Poder Judicial, pero poco o nada se preocupa-
ron por la Defensa Pública" 14, circunstancia que se repiteen los procesos de refor-
ma procesal de los países de la región. Un ejemplo de lo que señalamos en líneas
precedentes se observa en el actual debate por reformar el sistema de justicia
penal de los Estados Unidos de América que, de la misma forma en que sucedió en
Latinoamérica, no considera a la Defensa Pública en las mesas de diálogo de la
reformaT5,a pesar de que en los últimos años esta es materia de importantes pro-
nunciamientos por parte de organismos internacionales.
En el nuevo sistema procesal adversarial, la Defensa Pública cumple un rol sus-
tancialmente distinto al que cumplió hasta hoy. Es garante del debido proceso y

l2 Lorenzo - Riego - Duce (coords.), Prisión preventiva y reforma procesalpenal en América


Latina. EvaluacWnyperspectivas, 2011, p. 17.
l3 Aunque debemos reconocer que a partir de las reformas tienen mayorprotagonismo.
l4 Moreno Holman, Rolde la Defensa Pública en Chile, en "XXVJornadas Nacionales de los
Ministerios Públicos. Provincia de Buenos Aires", nov. 2012, Mar de Plata. en www.youtube.coml
watch?v=OfpHLlcOMoE(citado el 5/8/16).
l5 ~Numerouspoliticians,including the president, arespeakingpassionatelyabouttheneed
for criminaljustice reform, but not enough discuss what we need to do to live up to the hallowed
right to effective counsel (...)A recentprogram on the role o f the courts in addressing our crimi-
naljustice crisisillustrates the inherentproblem ofleavingpublicdefendersoutofthe reform con-
versation. The panel included two prosecutors anda former federal judge. No one talked about
the critica1role o f lawyersforthe poorin realizing equaljusticen. Rapping, The crucialelement o f
criminal justice reform that nobody is talking about en www.bil1moyers.comlstorylthe-crucial-
elements-of-criminal-justice-reform-that-nobody-is-talking-aboutl(citado el 518116).
DE LA DEFENSA PÚBLICAEN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

asegura, en el plano real, el derecho de defensa. El derecho de defensa, a la vez,


como partedela garantía del debido proceso, obliga a que la Defensa Públicaasu-
ma nuevos roles y consolide nuevas prácticas en favor de las personas sometidas a
persecución penal, pues de nada sirve una legislación de avanzada si las prácticas
permanecen inalterables, osi solosemaquillan para el pretendidocambio. Dentro
de este contexto es absolutamente necesario revisar los nuevos roles de los ~ r i n c i -
palesactoresdel nuevosistema: Ministerio Público, Poder Judicial y Defensa Públi-
ca, y que de manera general podemos resumir de la siguiente forma:
- Ministerio Público con una función objetiva en la labor investigativa.
- Poder Judicial imparcial que resguarde la igualdad entre las partes.
- Defensa Pública que equilibre la actuación del Ministerio Público.

Debe comprenderse, como idea central, que con la vigencia del nuevo Código
Procesal Penal tendremos en línea horizontal, ubicados en igualdad de armas, al
Ministerio Público Fiscal; al Ministerio Públicodela Defensa, en otro extremo; y, en
medio deellos, como un tercero imparcial, al Poder Judicial.
Toda reforma al sistema de justicia requiere, para su consolidación, la acepta-
ción de retos, que para losoperadores implica la asimilación de nuevas prácticas. La
~ ~

experiencia de los países de la región demuestra que la tradición inquisitiva ha


socavado loscimientosjudiciales, puesesevidenteque sometemoscasosal sistema
acusatorio queoperanjueces, fiscalesy defensoresqueaún se identifican con prác-
ticasde la arraigada cultura inquisitiva, reproduciéndola activamente.
La importancia de la Defensa Pública en un sistema acusatorio está ligada al rol
que desempeña en un procesoconstitucionalizadoy se convierteen un garantedel
derecho de defensa, está presente como partede la garantía del debido proceso y,
en consecuencia, asume una tarea absolutamente diferente a la función que ejer-
cían los defensores en el sistema inquisitivo. De tal modo, como contracara de ese
orden decosas, se genera la necesidad de implementar el Ministerio Público de la
Defensa, orientado a asegurar que losdefensores cumplan con sus nuevasfuncio-
nes. En esesentido, el proceso de implementación esdevital importancia para con-
solidar este nuevo rol.
A diferencia de las primeras reformas que solo apuntaban al texto legal, las
reformas actualesvienen acompañadasde un proceso de implementación funda-
mental para su c~nsolidación'~; bajo este prisma, el proceso de implementación
comprende a todas las instituciones, agenciasy organizaciones parteen el proceso

l6 Huachaca Sánchez-Custet Llambi, "La reforma al sistema dejusticia penal.Algunascues-


tiones fundamentales para su consolidación", en justicia oral: retose implicaciones, Alfredo Sán-
chez Ortiz(coord.), 2015, p. 73.
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

de administrar justicia: nos referimos al Poder Judicial, al Ministerio Público Fiscal


y a la Defensa Pública como principales actores del nuevo sistemaI7.
Es posible, en lasetapas iniciales de la reforma al sistema de justicia penal, que
las expectativas puestas por los diversos actores comprometidos y por los cuerpos
sociales destinatarios finales provoquen ciertos "enceguecimientos", ciertas dis-
traccionesque impidan una visión real de lo que aconteceen términosde resulta-
dos-positivoso negativos-, y a efectosde poder ir realizando las necesariascali-
braciones.
El sistema es exigente y estratégicoT8y requiere, para su afianzamiento, de la
observación de procesos comparados en los países de la región y en el propio país
que permitan, entre otras cuestiones, sortear las dificultades y evitar la reproduc-
ción de aquellas prácticasqueerosionan, distorsionan y desvían el horizonte de la
Defensa Pública y, por ende, el de la propia
~~. justicia.
Respecto del proceso de reforma en otras provincias argentinas, "el proceso de
recuperación de la vida institucional y democrática se cuenta a partir de 1983" 19,
"con notables avances por transformar este modelo inquisitivo" se puede señalar
que lasdiversasexperienciasencada provincia evidencian gran heterogeneidadz0,
circunstanciaque requiere una lectura en clave federal y deautonomías locales, lo
que en ocasiones debilita el potencial de riquezas que las experiencias cercanas
pueden aportar al proceso propio. No obstante, lectura en clave federal no equi-
vale a habilitar cualquier regulación provincial, pues tal como reflexiona Fernán-
dez: "Las provincias no pueden organizar las institucionesjudicialescomo les plaz-
ca, sino que el art. Solimitael ámbito de su poder no delegado al debido respeto a
los principios del sistema republicano. Incluso, la misma letra del art. So refiere
expresamente que las constituciones provinciales que se dicten y la regulación de
su administración de justicia debe ser hecha en consonancia con el sistema repu-
b l i c a n o deacuerdocon
~ losprincipios, declaracionesy garantíasde la Constitución
Nacionalz1".

l7 Sin restar importancia de la labor de los defensores privados, la función de lasescuelasde


derecho, de la policía. el papel de la víctima. entre otros.
l8 Baytelman - Duce, Litigaciónpenal, juicio oralyprueba, 2010, p. 91
l9 Lorenzo - Riego- Duce (coords.). Prisión preventiva y reforma procesalpenalen América
Latina. Evaluaciónyperspectivas, 201 1, p. 18.
20 Lorenzo - Riego - Duce (coords.). Prisión preventiva y reforma procesal penal en América

Latina. Evaluacióny perspectivas, 201 1. p. 21.


21 Fernández, "La autonomía de la defensa pública como existencia republicana en el dere-
cho constitucional argentino", en Por una agenda progresista para el sistema penal: Una pro-
puesta de la Asociación PensamientoPenal. 2014. p. 181.
DE LA DEFENSA PÚBLICA EN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

g 4. Código Procesal de Río Negro y Defensa Pública.


Nuevas normas, nuevas prácticas
El Código Procesal Penal impone una multiplicidad de desafíos para la Defensa
Pública derivados del nuevo paradigma que consagra -que como sosteníamos en
líneas precedentes, es estratégico y exigente-. Piénsese que el sistema acusatorio
se rige por principios opuestos al vigente, entre los que sedestacan la oralidad que
protagoniza todo el iter procesal, la inmediación, la contradicción, etcétera.
Defensores públicos acostumbrados al sistema escritural, deben ahora entre-
narse en destrezas de litigación propias de la oralidad; defensores públicos que
siempre se han dirigido a jueces profesionales invocando misteriosas fórmulas
sacramentales propias de ;1 dogmática jurídico penal, deben hoy comunicar su
estrategia a jurados popularesy convencerlosdeella, con lenguaje Ilanoy accesible;
defensores públicos instruidos en la confección de largas piezas escritas (recursos,
memoriales, etcétera), custodiados por profusa literatura jurídica sobre sus escrito-
rios, deben hoy reconstruir su solvencia intelectual para expresarla en audiencias
orales en las que se definirá la suertede la persona defendida; defensores públicos
que recibían el "caso" días o incluso semanas después de la noticia del hecho,
actualmentedeben asumir la defensa y diseñar la estrategia con urgencia, incluso
acudiendo a la escena, entrevistándose de inmediato con el defendido.
La defensa efectiva desde el inicio de la causa se impone como principio en el
art. 1O: "Defensa enjuicio. Nadiepodrá ser obligado a declarar en contra desímis-
mo. El ejercicio del derecho a guardar silencio no podrá ser valorado como una
admisión de los hechos o como indicio de culpabilidad.
El derecho de defensa es inviolable e irrenunciable, y podrá ejercerse plena-
mente desde el inicio de la persecución.
Toda penona tiene derecho a la asistencia y defensa técnica letrada efectiva,
que será garantizada por el Estado".
La defensa efectiva implica un contacto inmediato con la persona imputada de
delitoZZy el delineamiento de la estrategia defensista desde entonces, lo que exi-

22 Art. 40, CPPRN.- "Derechosdel imputado:A todo imputado se le asegurarán lasgarantí-

asnecesariaspara su defensa, debiendo la policía, el fiscaly losjueces, informarle de manera inme-


diata y comprensible los derechos siguientes: 1) A ser asistido desde el primer acto del procedi-
miento por el defensor que proponga él o una persona de su confianza y en defecto de este, por
un defensor~úblico. A tal fin tendrá derecho a comunicarse telefónicamente en forma inmedia-
ta; 2) A designarla persona, asociación o entidada la que debe comunicarse su captura y que el
avisose haga en formainmediata; 3)A quesele informeyescuchesobreloshechosquese leimpu-
tan; 4) A ser oído dentro de las cuarenta y ocho horas sise encuentra detenido y a manifestarse
cuantas veces quiera siempre con la presencia de su defensor, como así también a abstenerse de
declarar0 contestarpreguntas, sin que ello permita usarsuabstención como presunción de cargo;
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

ge además la tarea ineludible de investigar, recabar datos, entrevistar testigos,


generar el acopio de las propias evidenciasy el control de toda actuación fiscal en
el marco de la investigación.
El legajo fiscal debe contener la totalidad de la información que se produzca en
el marco de la in~estigación~~, la cual, para asegurar el amplio derecho de defen-
sa, es pública para las partes, debiendo la defensa estar alerta y atenta a la infor-
mación que acopie la Fiscalía y la q ~ e r e l l a efectosdecontrolarla,
~~a controvertir-
la, impugnarla y10 producir la propia en el momento oportuno25, lo que conlleva
un activo seguimiento de la investigación fiscal. Un descuido en este sentido pue-
deaparejar una defensa ineficaz.

5 ) A que se comunique al consulado en caso de ser extranjero; 6)A saber la causa o motivo de su
captura y el funcionario que la ordenó, exhibiéndole según corresponda la orden de detención
emitida en su contra".
Ari. 44, CPPRN.- "Libertadde declarar. El imputado no será citado a declarar, aunque tendrá
derechoa hacerlo cuantas vecesconsiderenecesario. Durante la etapa preparatoria, podrá decla-
rar oralmente o realizarpresentacionesporescrito ante el fiscal encargado de ella. Está prohibida
la declaración del imputado en ausencia del defensor".
Ari. 46, CPPRN.- "Defensor. El imputado tendrá derecho a elegir un abogado de su confianza
como defensor. Si no lo hace, se le designará un defensorpúblico. Si prefiere defenderse porsimis-
mo, el juez lo permitirá solo cuando no perjudique la eficacia de la asistencia técnica. La interven-
ción deldefensor no menoscaba elderecho del imputado a formularsolicitudesy observaciones".
Ari. 47, CPPRN.- "Nombramiento. El nombramiento del defensorno estará sujetoa ninguna
formalidad. Una vezdesignado deberá informara la autoridadque corresponda el lugary modo
para recibir comunicaciones. Durante el transcurso del proceso, el imputado podrá designarnue-
vo defensor, pero elanterior no podrá renunciara la defensa hasta que el designado comunique
su aceptación. Elejercicio del cargo de defensorserá obligatorio para quien lo acepte, salvo excu-
sa fundada. Para el ejercicio de sus funciones, los defensores serán admitidos de inmediato y sin
ningún trámite, por la policía, el fiscal o el juez, según el caso".

23 Art. 59, CPPRN.- "... No podrán ocultar información o evidencias que puedan favorecer
la situación delimputado. Suinobservancia constituye falta grave. Asimismo deberán registraren
el legajo toda la información con que cuenten".
24 Art. 131, CPPRN.- "Atribuciones. El fiscal, la defensa y la querella en su caso practicarán
las diligenciasy actuaciones de la investigación preparatoria que no tengan contenido jurisdiccio-
nal. Se permitirá la presencia de laspartesen losactosque se practiquen".
25 Ari. 120. CPPRN.-"Actuaciones. El fiscal formará un legajo de la investigaciónsin forma-
lidadalguna en donde se hará constartodos los elementosrecabados. Dicho legajo será accesible
a todas las partes del proceso. En ningún caso podrá ser consultado por el Órganojurisdiccional.
Lasactuacionesde la investigaciónpreparatoria no tendrán valorprobatorio en eljuicio oralpara
fundarla condena delacusado, salvo aquellas que fueran recibidas de conformidad con las reglas
del anticipo jurisdiccional de prueba. No obstante, podrán invocarse para solicitar o fundar una
medida de coerción o cautelar, excepciones o elsobreseimiento. La defensa podrá contar con sus
propiasevidenciaspara discutir en audiencia".
DE LA DEFENSA PÚBLICAEN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

Una de las preocupaciones que planteó la Defensa Pública al momento de tra-


bajar el proyecto de ley, motivada en la experiencia comparada, fue la previsión de
la regla del descubrimiento no solo de las evidencias que eventualmente favorez-
can al imputadosinoel deber legal-on sanciónen casode incurnplimientodelafis-
calía-de incorporar la totalidad de la información en el legajo (informes técnicos y
entrevistasdetestigosfilmadaso transcriptasen su totalidad, entreotras), de mane-
ra de poder plantear una defensa adecuada, por un lado, y, por otro, de evitar situa-
ciones sorpresivas en el juicio, y que dejaran en indefensión a la parte acusada.
Otra de las preocupaciones planteadas fue la necesidad de contar con lasórde-
nes jurisdiccionales necesarias para el caso de testigos renuentes a asistir a las con-
vocatorias, tanto como para las instituciones públicas o privadas hostiles a proveer
de información a los defensores. En ese sentido, el Código prevé que la defensa,
pública o privada, podrá citar a los testigos que considere pertinente, a los efectos
detrabajar sobresu teoría del caso. De requerir auxilio judicial, podrá pedirlo ante
el F o r ~ d e J u e c e sCreemosque
~~. la ley orgánicadeberá profundizar las facultades
de los defensores en este sentido.
El servicio de defensa pública no solo debe estar preparado para asistir loscasos
que ingresen al sistema sino también aquellos que, por renuncia o ausencia dede-
fensa, impongan su intervención inmediata una vez que el proceso se encuentra
iniciado27.Esto, sin embargo, supone un grado de respuesta aún másexigente por

26 Ari. 122, CPPRN.- "Citación. El Ministerio Público Fiscal ordenará la comparecencia por
simple citación de aquellas personas que fueren requeridas, bajo apercibimiento de ser conduci-
das por la fuerza pública. Si el citado no se presentare en el término que se le fije, nijustificare un
impedimento legítimo, el Ministerio Público Fiscal a solicitud de parte interesada dispondrá su
comparecenciapor medio de la fuerza pública, a los efectos de cumplir el acto para el que ha sido
convocado. La defensa, pública oprivada, podrá citara los testigosque considere pertinente, a los
efectosde trabajarsobre su teoría delcaso. En caso de requerirauxilio judicial, podrápedirlo ante
el Foro de Jueces".
27 Ari. 48. CPPRN.-"Nombramiento en caso de urgencia. Cuando elimputado esté privado
desulibertado prófugo, cualquierpersona de su confianza podrá proponerante la autoridadcom-
petente, la designación de un defensor, la que será puesta en conocimiento del imputado inme-
diatamente. En caso de urgencia, comenzará a actuarprovisionalmente el defensorpropuesto. En
caso de que debiera llevarse a cabo una medida de prueba irreproducible, en resguardo de los
derechos de los eventuales imputados, habrá de designarse un defensoroficiala esos fines".
Ari. 49. CPPRN.- "Renuncia y abandono. El defensorpodrá renunciara1 ejercicio de la defen-
sa; en este caso, se fijará un plazo para que el imputado nombre a otro. Sino lo hace, será reem-
plazado por un defensor público. El renunciante no podrá abandonar la defensa mientras no
intervengasureemplazante. Nosepodrárenunciardurantelasaudiencias, salvopormotivosmuy
graves. Elabandono de la defensa será considerado falta grave y deberá ser comunicado al Cole-
gio Público de Abogados respectivo o al Defensor General, según se trate de defensa privada o
pública, a los efectos que correspondan. Siel defensor, sin causa justificada, abandona la defensa
o deja al imputado sin asistencia técnica, se nombrará uno de oficio. La resolución se comunicará
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

cuanto implica la intervención en un caso que viene trabajado con una estrategia
previamente delineada por otro defensor.
El diagnóstico y la preparación del caso debe desplegarse a partir del primer
contacto con el defendido; y, como apuntamos, tendrá que darseen el tiempo más
cercano posible a la individualización de este como presunto autor, esté en liber-
tad o detenido.
El defensor debe construir una estrategia general tendiente a resguardar las
garantías procesales que contemple la argumentación y prueba necesaria ante el
pedido de prisión preventiva, la exposición de las líneas de defensa -al iniciar la
audiencia de j u i ~ i o ~ ~las
- y habilidadesde litigación oral, quevan desde una ade-
cuada incorporación de lasevidenciasal juicio, la acreditación o desacreditación de
los testigos y una correcta exposición de técnicasde interrogatorio para el examen
y contraexamen de los mismos; deberá ocuparse, también, de la objeción de las
preguntas impertinentes o sugestivas y de ; 1 restrictiva utilización dé declaracio-
nes previas; de la adecuada acreditación de los documentos, objetos secuestrados,
grabaciones y elementos de prueba audiovisuales, como de la objeción a la acredi-
tación realizada por las partes29.Todo lo cual, en su conjunto, implica un reto pro-
fundo a la dinámica de la Defensa Pública Penal.

al imputado, instruyéndole sobre su derecho a elegir otro defensor. Cuando el abandono ocurra
poco antesdeljuicio, se podrá aplazarsu comienzo porun plazo no mayorde diez días, si lo solici-
ta el nuevo defensor".

28 Art. 176, CPPRN.- "Inicio de la audiencia. Constituido el tribunal eldia y hora indicado se
declarará abierto eljuicio, advirtiendoal imputado sobre la importancia y elsignificado de lo que
va a suceder. Inmediatamente se cederá la palabra al fiscal y al querellante para que expliquen el
hechodeljuicio, laspruebasquepmduciránpara fundamentarla acusacióny la calificaciónlegalque
pretenden para el mismo. Luegose invitará al defensora que explique laslíneasdesu defensa".
29 Art. 177, CPPRN.- "... 5010 podrán ser incorporados al juicio por su lectura las pruebas
recibidasconforme a lasreglasdelanticipojurisdiccionaldeprueba, sin perjuiciode que laspartes
o el tribunal exijan la reproducción cuando sea posible. Toda otra prueba que se pretenda intro-
duciraljuicio porsu lectura no tendrá ningún valor, salvo acuerdo de partes o que, en la audien-
cia de etapa intermedia, eljuez la haya admitido de ese modo, por tratarse de prueba suficiente-
mente estandarizada ...".
Art. 179. CPPRN En elexamen directonoseadmitiránpreguntassugestivaso indicativas,
salvo que se autorice el tratamiento para el testigo hostil o que se trate de preguntas introducto-
rias o de transición. En el contraexamen las partes podrán confrontar al testigo o perito con sus
propios dichos o con otras versiones... ".
Art. 180, CPPRN.- "Objeciones. Laspartespodrán objetarlaspreguntasinadmisiblesindican-
do el motivo. El tribunal hará lugar de inmediato al planteo si fuere manifiesto el exceso o decidir
luego de permitirla réplica de la contraparte. El tribunalprocurará que no se utilicen las objecio-
nes para alterar la continuidad de los interrogatorios".
DE LA DEFENSA PÚBLICAEN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

A lavez, la administración de los recursosdeberá prever estascircunstanciasy la


dinámica de los procesosen causascomplejas,tanto como el armado de equiposde
co-defensa30que permitan abordar una defensa eficaz. Los cuerpos técnicos y la
disposición de peritos que permitan acopiar las propias evidencias y desvirtuar las
de la acusación resultará clave para el funcionamiento del sistema.
Los defensores públicos deben respetar el interés y las decisiones de sus defen-
didos, conducirse con autonomía funcional, responder personalmente por su de-
sempeño e informar adecuadamente a sus asistidos, tanto como a los familiares y
allegados de estos.
En cuantoal perfil mínimodel defensor público,elsistemaexige unaampliafor-
mación en derecho sustantivo y procesal, en derecho constitucional y en derecho
internacional de los derechos humanos.

5 5. Desafíos
En comparación a lo que ocurría con el sistema reformado, es evidente que en
los últimos años la Defensa Pública adquirió protagonismo en los países de la
región. La labor que ejercen los defensores públicosesdevital importancia para la
consolidación de la reforma, que rompe con el paradigma de un defensor auxiliar
del órgano acusadory el órgano juzgador; esdecir, rompecon el paradigmade una
defensa formal en beneficio de una defensa eficaz.

Ari. 181, CPPRN.- "Lectura de declaracionesprevias.Cuando sea necesario para demostrar0


superar contradicciones o fuere indispensable para ayudar la memoria del testigo o perito, se
podrá leer parte de las declaraciones previas prestadas. Se considerará declaración previa cual-
quier manifestación dada con anterioridadaljuicio. La lectura de la declaración previa no consti-
tuyeprueba y, por ende, no podrá ser incorporada como prueba en eljuicio".
Ari. 182, CPPRN.- "Documentación, objetosydemás evidencias.Acreditación. Losdocumen-
tos, objetossecuestrados,grabacionesy elementosde pruebaaudiovisualessolopodrán ingresar
al debate previa acreditación por la parte que los propuso. La contraparte podrá objetar dicha
acreditación y el juez resolverá en el acto. So10 luego de la acreditación podrán utilizane los mis-
mosdurante eljuicio, conforme lo previsto en este Código".

Art. 50, CPPRN.- "Pluralidad de defensores. El imputado podrá designarlos defensores


que considere conveniente, pero no será defendido simultáneamente por más de dos en las
audienciasoraleso en un mismoacto. Cuando intervengan doso más defensoresla comunicación
practicadaa uno de ellos tendrá validezrespecto de todosy lasustitución de uno porotm no alte-
rará trámites ni plazos. Será inadmisible la defensa de varios imputados en un mismo pmcedi-
miento por un defensor común cuando existan intereses contrapuestos entre sus asistidos. El
defensorpodrá designar un defensorauxiliar para aquellas diligenciasa las que no pueda asistir
personalmente, lo cual será consentido previamente por el imputado o deberá ratificarlo poste-
riormente. El defensorauxiliarsolo tendrá responsabilidaden aquellosactosen los que participe,
pero no exime la responsabilidaddelprincipal"
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

Un sistema acorde a los lineamientos internacionales del debido proceso impo-


ne desafíos importantes, tales como:
1. Generar políticas públicas que tiendan a garantizar el debido proceso y la
vigencia de derechosfundamentales.
2. Definir políticas con enfoque diferencial para el acceso a la justicia de gru-
pos en especial situación devulnerabilidad y de otras minoríasemergentes
conforme las Reglas de Brasilia.
3. Definir líneas de acción desde la perspectiva del litigio estratégico, a efec-
tos de incidir de manera más general y eficaz en el accionar de la justicia.
Dentro de estas medidas podrían considerarse: instruir a todos los defen-
sores penales en el control de las condiciones de detención en dependen-
cias policiales en horarios nocturnos, y el accionar de manera inmediata
frente a la verificación de abusos, irregularidades e ilegitimidades, tanto
como el planteamiento de denuncias colectivas ante los organismos inter-
nacionales de derechos humanos y comités, entre otros, a modo de obte-
ner impacto social colectivo.
4. La Defensa Pública tiene que asumir un rol protagónico, sin aguardar una
designación judicial o la manifestación explícita de que un abogado parti-
cular no intervendrá, con el fin de impedir evidentes situaciones de inde-
fensión; debe hacer el esfuerzo de garantizar su presencia en las unidades
policiales para contrarrestar la posibilidad de que se violen los derechos
humanos de quienes son detenidos, tanto como la circunstancia de que
estos sean víctimas de hechos de corrupción, hasta tanto un abogado par-
ticular efectivamente acepte la defensa. Con respecto a las detenciones
efectuadas por personal policial, deberá implementar una guardia reacti-
va para que los defensores públicosdel Servicio de Defensa, a partir del pri-
merísimo instante de esa detención, reciban información telefónica inme-
diata de fiscales, familiares y10 allegados al detenido, con el objeto de que
los defensores acudan a controlar las condiciones de detención y brinden
un asesoramiento primario.
La comunicación por parte de la Policía deberá gestarse a partir del deber
de colaboración establecido en la eventual ley orgánica que se apruebe y
del Ministerio Público de la Acusación en función del deber deobjetividad.
Deberá asegurarse la existencia del servicio de línea telefónica directa y
gratuita para familiares y allegados al detenido, y para usuarios del servi-
cio dedefensa.
Es de la incumbencia del defensor alentar un cambio en la normativa y la
práctica de la Policía para que todas las personas detenidas sean traslada-
das a una comisaría, a fin de garantizar la presencia permanente de un
defensor que ejerza el control. A tal fin resulta aconsejable llevar un Regis-
DE LA DEFENSA PÚBLICA EN UN SISTEMA ACUSATORIO
DESAF~OS

tro de Detenciones y Afectaciones a Derechos Humanos en dependencias


policiales, clasificadospor día, horarioy lugar,quetenga porfinalidad pro-
ducir informes periódicos y emitir recomendaciones.
5. Diseñar sistemas de acopio de la información privilegiada disponible con
respecto a cuestiones como violencia policial y situación carcelaria, entre
otras;a mododeejemplo, lacreacióndeuna basede datoscomún en la que
todos los defensores debamos informar (independientemente de la estra-
tegiaquedespleguemosen el caso), con el fin degenerarestadísticassobre
cuestiones sensibles que afectan derechos fundamentales y que requeri-
rán del diseño de una política de la defensa tendiente a revertir esas prác-
ticas, o a restablecer el ejercicio del derecho lesionado.
6. Establecer equipos de trabajo basados en criterios de especialidad y com-
plejidad, con principiosdeflexibilidad y dinamismo.
7. Definir equipos de trabajo que intervengan en territorio, sobre todo en
poblaciones periféricas, rurales, o de marginalidad creciente por factores
como desempleo, adiccionesy fragmentación familiar (entre otrascircuns-
tanciasdevulnerabilidad social), donde losabusos policiales son muy habi-
tuales. Hacerse presente en el territorio, conocerlo, permitever la realidad
y permite accionar en consecuencia.
8. Abandonar la herenciajudicial y buscar un modelo de organización propio.
9. Acordar Iíneasde trabajo conjunto con organizacionesnogubernamenta-
les, con el fin de realizar una mejor identificación de las problemáticas a in-
tervenir.
10. Garantizar defensa técnica de calidad a toda persona sometida a persecu-
ción penal, siempreque no pueda designar abogado deconfianza.
11. Crear unidades de apoyo que brinden colaboración técnico-científica y
acompañamiento jurídico a los requerimientos de los defensores públicos
y los funcionarios del Servicio Público Provincial de Defensa Penal, útiles
para la estrategia dedefensa en juicio y la adecuada tramitación de los pro-
cesos penales, la realización de peritajesy pruebas, la obtención de una efi-
ciente y efectiva defensa técnica, el desplieguedeacciones programáticas
y demás funciones propiasdesu competencia.
12. Aliviar a losdefensores públicosdetareasadministrativasy elaboración de
informes. El defensor defiende. la excesiva burocratización de la tarea es
uno de los factores que amenazan más significativamente la calidad del
servicio.
13. En el actual modelo procesal, inquisitivo y de mínima oralidad, la actuación
de losdefensores ginerales no requiere de muchas intervenciones impres-
cindibles; pero, en el próximo modelo de enjuiciamiento penal, acusatorio
C. DELGADO - M . R. CUSTETLLAMBI - D. HUACHACA SANCHEZ

y oral, los defensores públicos tendrán que intervenir necesariamente en


todas las audiencias y etapas del proceso. En consecuencia, será apropiado
calcular la cantidad de audiencias a las que deberán asistir, para pronosti-
cary planificar la carga detrabajo.
14. Diseñar un sistema de asignación decasosquecontempleaptitudesy espe-
cialidades, criterios de especialidad y complejidad.
15. El plan de acción de la Defensa Pública no debería dejar de considerar que
es cuestión de interés público asegurar una defensa penal técnica eficaz
que deberá instrumentarse, fundamentalmente, desde los albores de una
investigación penal, desde el primer momento de la detención de una per-
sona.

En suma, abandonar el modelo defuncionario deescritorioy pasar del perfil del


funcionario reactivo al funcionario proactivo, apuntar a la transformación de una
defensa dependiente y sin recursos a una defensa autónoma y con recursos: es un
imperativo constitucional, funcional y organizacional que, en nuestra provincia,
deberá verificarse ineludiblementey en un muy corto plazo, por cuanto la ciuda-
danía, los aperadores de la justicia judiciales y los responsables institucionales
deben tener siempre presente que sin defensa no hay justicia.
-4
¿Qué rol les cabe a las víctimas
en los nuevos procesos penales?Reflexiones
criminológicas y jurídicas sobre el estatuto
de la(s) víctima(s) en el nuevo
Código Procesal Penal de Río Negro
JUAN CRUZ GONI *

El nuevo Código Procesal rionegrino, haciéndose eco de las reformas de lossis-


temas procesalesde América Latina, rompe con el monopolio estatal de la acción
penal y reconoce a lasvíctimas un rol activo en el proceso penal tanto desde el pun-
t o devista individual comodesdeel puntodevistacolectivo, un derechoque había
sido históricamente expropiado a las víctimas desde el surgimiento mismo del sis-
tema penal.
En las líneas que siguen intento indagar las razonesque explican la transforma-
ción del estatuto de las víctimas en los nuevos modelos procesalesy de la política
criminal en general. M i argumento es que, en nuestro paá, el nuevoprotagonismo
de lasvíctimasen la escena judicial argentina seencuentra inescindiblementeliga-
do a la trayectoria histórica del movimiento dederechos humanos luego definali-
zada la última dictadura militar (1976-1983), movimiento que, al combinar praxis
sociopolítica con activismo judicial, consiguió modificar la significación social de
las víctimas al tiempo que transformó los modos tradicionales de administración
de justicia penal de nuestros tiempos. Dichas transformaciones inspiraron a otros
movimientos sociales nucleados a partir de la protección y la defensa de las vícti-
mas y que sevalen del discurso de derechos humanos para llevar adelante nuevas
luchas por la justicia, apelando al potencial simbólico de los derechos humanos.
Asimismo, en este artículo se presentan algunas reflexiones criminológicasy ju-
rídicas respecto de cuál es el estatuto de las víctimas en el nuevo diseño procesal y
cuáles son los límites que el nuevo modelo impone a la intervención de la víctima
en la tramitación judicial de losconflictos. visto desde el punto devista de lasvícti-
mas, el Código reconoce un conjuntodederechosquelesatribuyea losdamnifica-
dos un rol protagónico en los nuevos procesos penales, pero no modifica el funcio-

* Abogado representantede la Asamblea por los Derechos Humanosde Neuquén; Investi-


gadorde la Universidad Nacional del Comahue; Doctorando en Derechos Humanos (UNLa).
JUAN CRUZ GOÑl

namiento estructural del sistema penal, el que sigue rigiéndose por la disposición
estatal de la acción penal. Desde una dimensión colectiva, el nuevo Código Proce-
sal habilita la participación de entes públicosy de institucionescon interés legítimo
en el caso. Sin embargo, muchos aspectos no han sido regulados deforma clara por
lo que persisten algunas incógnitas respecto de cuál esel alcance de la disposición
que habilita la querella institucional en el nuevo diseño procesal.

5 1. La exclusión originaria de la(s)víctima(s) del sistema de justicia


La exclusión de la víctima en los dispositivos creados para la resolución de con-
flictos halla sus raícesen el surgimiento mismo del sistema penal moderno. Con an-
terioridad al sistema de persecución penal pública que, aunque con variantes, se
mantuvovigente hasta la actualidad, la víctima tenía un papel protagónico en los
métodos de resolución de conflictos. En efecto, tal como lo explica Foucault en su
obra La verdadylas formasjurídicasl, en el antiguo derecho germánico, no existía
la acciónpública, es decir, no había intervención alguna de ningún representante
de la autoridad. De hecho, el modo de resolución de conflictosconsistía en una re-
clamación de un individuoaotroquesedesarrollabacon lasola intervencióndees-
tosdospersonajes: el quese defiendey el queacusa. El derecho delos pueblosger-
mánicos coformaba un sistema de reglamentación de conflictos y litigios entera-
mente gobernado por la lucha y la transacción y no autorizaba a colocar a un ter-
cer individuo sobre los adversarios a la manera de un elemento neutro que busca
la verdad intentando saber cuál de los dos no miente.
Esreciénafinesdel sigloXII, con la formación dela primeragran monarquíame-
dieval, que se asistea la transformación de estasviejas prácticasy a la invención de
nuevasformas de justicia, de prácticasy procedimientos judiciales. La justicia deja
deser el pleitoentre individuosy. laspartesen conflictodeberán someterse a un po-
~

der exterior a ellos que se les impone como poder judicial y político. Aparece una
figura capital: el procurador que viene a reemplazar -y desplazar- a la víctima y
que se presentará cada vez que haya un crimen en su condición de representante
de un poder lesionado por el solo hechodeque un delito haya sido cometido. Jun-
t o a la figura del procurador, nace la noción deinfracción, que no consiste ya en un
dañou ofensacometida por un individuoaotrosinoquesetratade unaofensaque
infringe al Estado.
Así pues, la persecución penal pública surge con la excusa de evitar la venganza
privada, pero convierte a esa venganza privada en una especiede venganzapúbli-
ca. Elsistemajudicial noelimina lavenganza,sinoqueejercesobre la misma un mo-
nopolio absoluto, disimula la misma erigiendo un órgano soberano e indepen-
diente al conflicto capaz de reemplazar a la parte lesionada. Como dirá Girard en

' Foucault, La verdady lasformasjurídicas. (1978) 2010.


¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

su célebre trabajo La violencia y lo sagrado2 "en lugar de ocuparse de impedir la


venganza, de moderarla, de eludirla, o de desviarla hacia un objetivo secundario,
como hacen todos los procedimientos propiamente religiosos, el sistema judicial
racionaliza la venganza, consigue aislarla y limitarla como pretende; la manipula
sin peligro; la convierte en una técnica extremadamente eficaz de curación y, se-
cundariamente, de prevención de laviolencia".
Esta forma jurídica -para emplear una expresión foucaultiana- de persecu-
ción de oficio de oficio de los crímenes y, por tanto, de exclusión e invisibilización
de lavíctima no logróserquebradocon lasreformasdel sigloXlXy llega hasta nues-
tros días. En este esquema, la víctima ofendida, expropiada de la acción, pierde to-
da prerrogativa en la resolución de su conflicto y se convierte en lo que Christie3Ila-
mará una especie deperdedora porpartida doble, primero, frente al delincuente, y
segundo -y a menudo de una manera más brutal-al serle denegado el derecho a
la plena en lo que podría haber sido uno de losencue~trosrituales más
importantes de su vida, la víctima ha perdido su caso en manos del Estado.

5 2. La irrupción social y jurídica de la($ víctirna(s)


La invisibilidad de lasvíctimasen el terreno penal y, sobretodo, en el terreno so-
cial fue una constante en la historia de la humanidad. Durantesiglos, lasvíctimas
fueron condenadasaprivatizarsu dolory relegadasa la invisibilidad política. Es re-
cién en el sigloXXydebidofundamentalmentea los procesosdevictimización ma-
siva propiosdeesta época quecomienzan a producirseciertastransformacionesen
la significación de las víctimas.
Comoafirma el historiador Hobsbawm4,el sigloXX hasidoel mássangrientoen
la historia conocida de la humanidad, un tiempo caracterizado centralmente por
genocidios y Estados criminales. Sin embargo, el siglo pasado ha sido también tes-
tigo de un cambio epoca1 en la significación de las víctimas, las que han logrado
romper los muros del silencio y la invisibilidad y han adquirido una centralidad en
el espacio público. Para emplear las palabras del filósofo Reyes Mates, durante el
siglo XX, lasvíctimas han dejado de ser el precio silencioso de la política y de la his-
toria. Así pues, como señala Wieviorka6, luego de los hechosdeviolencia masiva de
Estado desarrollados durante el siglo XX, dentro de los cuales la Shoá es quizás el
más inquietante, las víctimas y sus testimonios ganan un lugar esencial en la escri-

Girard. La violencia y losagrado, 1995.


Christie, "Losconflictoscomo pertenencia", enAA.W., Delosdelitosydelasvíaimas, 1992
Hobsbawm, Guerraypazen elsigloXXI. 2007.
Reyes Mate, Justicia de las víctimas: terrorismo, memoria y reconciliación, 2008.
Wieviorka. L'ere d u témoin, 1998.
JUAN CRUZ GOÑl

tura de la historia, adquieren una existencia social y una centralidad inusitada en


el plano político.
En la Argentina, la centralidad de lasvíctimas tanto en el espacio público y, co-
mo intentaréargumentar luego,dentrodela escena jurídica, seencuentra inescin-
diblementeunidaa latrayectoria histórica del MovimientoArgentino de Derechos
Humanos (MDH) en la trama social, política yjurídica ~ue~odéfinalizada la última
dictadura genocida (1976-1983) que llevó alentante la violación a los derechos hu-
manos más terrible de la que se tenga memoria en nuestro país.
Al aludir al MDH, hago referencia al conjunto heterogéneo de actores que, a
partir de un sistema devalores fundamentales basados en la defensa de la vida, la
verdad y la justicia, lograron crear una identidad común y posicionarsecomo un ac-
tor social relevante frente a lasviolaciones de derechos humanos cometidas oor el
Estadodurante la última dictadura militar7.Comoseñala Jelin8, el MDH seconfor-
mó por dos tipos de organismos: por un lado, los organismos de afectadosdirecta-
mente por la represión, integrado por familiares de víctimas que se movilizaron
por la recuperación de un familiar detenido o desaparecido. Así, durante el año
1976, surgirá Familiares de Desaparecidos y Presos por Razones Políticas, el 30 de
abril de 1977 se conforma la organización Madresde Plaza de Mayo; mástarde, en
octubre de ese año, lo hará Abuelas de Plaza de Mayo y, posteriormente, en el año
1984, la Asociación Ex Detenidos-Desaparecidos.Por otro lado, están los organis-
mos de no afectados, aunque algunos de sus dirigentes más prominentes fueron
también víctimasdirectas ofamiliaresvíctimasde violacionesa los derechos huma-
nos. Excepto el caso del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), fundado en
1980y del Equipo Argentino de Antropología Forense (1984), Amnesty Internatio-
nal Argentina (1985), losdemás organismosde "no afectados" fueron, todosellos,
creados antes del golpe de Estado de 1976. Entre los organismos de "no afecta-
dos", están La Liga Argentina por los Derechosdel Hombre, el SERPAI, la APDH y el
MEDH.
Dedicado en plena dictadura a la denuncia, la contención de lasvíctimas y fami-
liares, la difusión de la información sobre la magnitud de loscrímenescometidosv

Cabe señalar que el surgimiento de organismos de derechos humanos es un fenómeno


previo a la última dictadura militar. En efecto, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre-el
primer organismo surgido en la defensa y protección de militantes políticos-. se fundó en 1937
por iniciativa del PartidoComunista. En 1974seconstituyóel Serviciode PazyJusticia(5ERPAI). de-
dicadoa proteger los derechosde losgrupossubordinados, especialmente minoríasétnicasy gru-
pos indígenas. En 1975secrea la Asamblea Permanente por IosDerechosHumanos(APDH) y enfe-
brero de 1976 se crea el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos(MEDH).
Jelin,"Lapolíticadela memoria:el movimientodelosderechos humanosy la construcción
democrática en la Argentina", en Juicio, castigosymernorias:derechoshurnanosyjusticia en lapo-
Iíticaargentina, 1995.
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

la organización de la solidaridad y promoción del tema a nivel internacional; ape-


nas iniciada la transición, en la posdictadura, el MDH se concentró en la búsqueda
deverdad y justicia para los crímenes cometidos durante el terrorismo de Estado.
El MDH sepusoa la cabeza del reclamo dejusticia, el que Ilevóadelantea través
de una praxis socio-política que incluyó prácticas expresivas con activismo judicial.
Precisamentepor el acento puesto por los organismosen el reclamo de justicia, la
escena judicial ha sido y, en cierta medida continúa siendo, el escenario privilegia-
do en el queseenfrentan lasmemoriasdel pasadodeviolacionesa losderechos hu-
manosg. El reclamo de justicia respecto de la violación sistemática de los derechos
humanos durante la -ahora denominada- dictadura cívico-militar tuvo su pri-
meraaparición en el Informe de la Comisión lnteramericanade DerechosHumanos
(CIDH) de 1979 que recomienda que se "inicien las investigaciones correspondien-
tes para enjuiciar y castigar, con toda la fuerza de la ley a los responsables" (CIDH,
1980). A partir del informe de la CIDH, el reclamo de justicia ingresa con másfuer-
za al discurso del MDH y se convierte en una demanda hegemónica que se sinteti-
zará en la consigna "juicio y castigo a todos losculpables" al finalizar la dictadura.

5 3. Las víctimas y la administración


de justicia penal
El protagonismo político adquirido por lasvíctimas luego de finalizada la dicta-
dura hilitar,setradujo tambiéninel plano jurídico. ~asdekandasdejusticiadelos
organismos de derechos humanos forzaron a los sistemas legales para avanzar en
la dirección de regular jurídicamente a estos nuevos actoresy obligaron a repensar
las manerastradicionales de administración de justicia penal.
Uno de los variados aspectos que da cuenta de la influencia que tuvo el movi-
miento de derechos humanosen las formasde administrar justicia en nuestro país
es la incorporación de la querella institucionalen los procesos en losque se investi-
gan, juzgan y sancionan las gravesviolaciones a los derechos cometidas durante la
última dictadura militar. Así pues, previamente a la reapertura de las causas de de-
rechos humanos en el año 2003, como consecuencia de la nulidad de las leyes de
Obediencia Debida y Punto Final, los organismos libraron la batalla para ser parte
querellanteen losjuiciosde lesa humanidad. El Código Procesal Penal de la Nación,
aplicable por ser los crímenes de lesa humanidad materia federal, no contaba con
una norma queexpresamente lesconcediera a lasorganizaciones nogubernamen-
tales legitimidad para actuar en juicios penales, pero sí habilitaba a lasvíctimas de

Goñi, ¿Qué hacer con el pasado?La opción argentina deljuicio y castigo a losgenocidas:
una alternativa al perdón y a l talión, en "Revista de Derecho Penal y Crirninologia", año V. no4.
rnay. 2015.
JUAN CRUZ GOÑl

delitos de acción pública a constituirse como querellantes. No obstante, había va-


rios argumentos que justificaban la participación de los organismos en los juicios
criminales de derechos humanos. En primer lugar, el objeto de las organizaciones
de derechos humanosconsistía en asistira lasvíctimasdeviolacionesa losderechos
fundamentales en los reclamos de justicia. Asimismo, eran los mismos organismos
de derechos humanos los que habían iniciado el reclamo de justicia e incluso lo ha-
bían mantenidovivo en épocasdeimpunidad, cuandoel Estado, titular de la acción
penal, le daba la espalda a los damnificados, instaurando la impunidad. Por otra
parte, desde el punto devista estrictamente jurídico, la reforma constitucional de
1994 había incorporado una norma que expresamente consagraba legitimación
activa a organizaciones protectorasdederechos de incidencia colectiva para inter-
poner acción de amparo y había sido la propia reforma la que, a través de los pac-
tos internacionales de derechos humanos con jerarquía constitucional, reconocía
a la víctima el derecho a la tutela judicial efectiva, el derecho de acceso a la justicia
y posibilitaba a las organizaciones civilesa intervenir en juicios penales en losque
estuvieran implicados los objetivos sociales.
Debido a una interpretación amplia de la norma legal, y mediante el activismo
judicial de los organismos de derechos humanos, se permitió a organizaciones de
víctimas a participar en los procesos penales en los que se investigaba a responsa-
blesdel terrorismo de Estado. Así, en 2002, se reconoció la calidad de partequere-
llanteal CELSen una causa en la quese investigaba la desaparición forzada del ma-
trimonio Poblete-HlacziklO.Con este fallo, seabria un nuevocamino para losorga-
nismos de derechos humanos en lo que respecta a su actuación en la justicia.
Sin embargo, una jurisprudencia restrictiva de la Cámara Nacional de Casación
Penal restringía la actuación como parte querellante de las organizaciones no gu-
bernamentales, circunscribiéndola a los casos en que estas actuaran como manda-
tario especial de un particular ofendido por el delito que se investigue1'. Al resol-
ver un pedido de la defensa del "Tigre Acosta", la Cámara de Casación falló: "el in-
terés general que pueda justificar la persecución y castigo de tan aberrante5 deli-

lo En 2001 la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional había admitido


a organismosde derechos humanoscomo parte querellanteen casosen losquese investigaba crí-
menes de lesa humanidaddel terrorismo de Estado. El 27defebrerode2002, la Sala II de la CNCCF
en el caso no 18.317, "Del Cerro, Juan Antonio s/Falta de acción" reconocía la legitimidad del CELS
para intervenir en la causa. por considerar que los delitos que involucraban eran de lesa humani-
dad y coincidía con los objetivosdedicha organización civil.
l 1 Ellfallo"Acosta"delaSala IIdela CNCPexcluíaa losorganismosdederechos humanosdel
concepto de "particularofendido" cuando estos pretendían la persecución de delitosque tengan
por ofendido a personasdistintasdesusentes. El mismo criteriofue reiterado por lacámara deCa-
sación en un fallo posterior con la misma carátula el 16/10/08
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

tos, notransforma a lasafectaciones singularesen interesesdifusoso de incidencia


colectiva que justifiquen una legitimación promiscua de quienes no se ven afecta-
dos por esos delitosde una manera más o menos concreta y directa".
Finalmente, transcurridos tres meses desde el dictado del fallo que limitaba la
legitimación de los organismos, el Poder Ejecutivo Nacional envió al Congreso de
la Nación el proyecto que desembocó en la sanción de la ley 26.55012que zanjaba,
afavor de la legitimación, una controversia devarios años. La nueva ley consagra-
ba el criterio másamplio de legitimación a lasorganizacionesde derechos humanos,
al incorporar una norma expresa al Código Procesal. La nueva disposición estable-
cía: "Las asociaciones o fundaciones, registradas conforme a la ley, podrán consti-
tuirse en parte querellante en procesos en los que se investiguen crímenes de lesa
humanidad o gravesviolaciones a losderechos humanossiempre quesu objeto es-
tatutario sevincule con la defensa de los derechos que se consideren lesionados".
En la jurisdicción neuquina, la legitimación de los organismos de derechos hu-
manosfue rápidamente reconocida por el Juzgado Federal no bien se reconoció la
calidad de delitos de lesa humanidad de los hechos investigado^'^. De esta forma,
el tribunal entendió que, como la afectación del bien jurídico no solo incluía a la
víctimas y sus parientes directos sino también a la sociedad toda, las asociaciones
de derechos humanos, en tanto representan a la sociedad, estaban habilitadas pa-
ra participar en la investigación. Así, los organismos de derechos humanos intervi-
nieron activamenteen la persecuciónde los represoresen todo el proceso de inves-
tigación e, inclusive, en las instanciasde juicio oral y público, en losgruposdecasos
elevados a juicio. Con todo, en 2009, el defensor de dos represoresya condenados
como criminales de lesa humanidad cuestionó la legitimación de las organizacio-
nes de derechos humanos basándose en una interpretación estricta de la norma
que regulaba la participación del particular ofendido como parte querellante en
los procesos. Si bien el planteo iniciado por el defensor fue rechazado por el Juzga-
do Federal n"2deNeuquénl4, un recurso deapelación Ilevóa la Cámara Federal de
Apelaciones de General Roca a pronunciarse sobre la legitimación de las organiza-
ciones de derechos humanos. La Cámara, con votos de los jueces Ricardo Barreiro,
Carlos Müller y Ernesto García Rojas, en un confuso fallo, imponía a losorganismos

l2 La ley 26.550, sancionada e127111/09.


l3 El Juzgado Federal en lo Penal no2 de Neuquén reconoció la calidad de partesquerellan-
tesde lasorganizacionesde derechos humanosen la megacausa "Reinhold. Oscar Lorenzo y otros
slDelitos contra la libertad y otros" (expte. no8736-815) en 2006, apenas recibidoel expedientede
la Cámara Federal de Bahía Blanca.
l4 El Juzgado Federal en lo Penal n02 de Neuquén resolvió rechazar la falta de legitimación
en el incidente caratulado "Reinhold, Oscar Lorenzo y otros sllncidente de excepción de falta de
legitimación" (reg. interno no 168) en julio de 2009
JUAN CRUZ GOÑl

de derechos humanos la carga de acompañar un poder especial de alguna de las


víctimas -o de sus familiares- de los delitos investigados, desnaturalizando la
esencia delos mismos puestoquelosfines noconsistían en la representación devíc-
timas individualessino de la defensa de valores colectivo^'^. Las organizaciones de
derechos humanos, descontentascon la resolución de la Cámara, interpusieron re-
cursos de casación ante Cámara Nacional de Casación Penal, la que tendría la últi-
ma palabra en el conflicto. Entretanto, como se ha señalado, se sancionaba la ley
26.550en noviembre de2009 que disponía la legitimación másampliadelosorga-
nismos de derechos humanos en casos de delitos de lesa humanidad y de graves
violaciones a los derechos humanos. A partir de dicha ley nacional, la absurda con-
troversia resultaba abstracta pero, de todos modos, la Cámara Nacional de Casa-
ción Penal resolvía anular la sentencia de General Roca para que se pronuncie de
acuerdo a la legitimación amplia. Si bien la problemática se resolviófavorablernen-
te y la cámara de ~~elacionesemitió una resolución acordea la solución legal, que-
dó en evidencia la resistencia de la Cámara para que los organismos de derechos
humanos tengan una participación plena en losjuicios de derechos humanos.
En la actualidad, los nuevos códigos procesales provinciales no han adoptado
un criterio amplio en cuanto al reconocimiento de las querellas institucionales. En
este sentido, el Código rionegrino se suma a la tendencia minoritaria iniciada por
las legislaciones más progresivas en cuanto al reconocimiento de la querella insti-
tucional, siguiendo la línea abierta por los códigosde las provincias de BuenosAi-
res y del Chubut, aunque con un reconocimiento más restringido, como se analiza-
rá luego.
En el casodel Códigode la ProvinciadeBuenosAires,el reconocimientodelaca-
lidad de parte en el proceso penal de la víctima colectiva o difusa tiene el más ex-
tenso alcance. En efecto, el art. 84 dispone que "cuando la investigación se refiera
a delitos que afectasen intereses colectivos o difusos, las personasjurídicas cuyo
objeto sea la protección del bien tuteado en la figura penal, o en su defecto, cual-
quier ciudadano, tendrán la legitimación a la que se hace referencia en elpresen-
te capítulo". La regulación de Buenos Aires es amplísima puesto que le otorga la
posibilidad de intervenir en el proceso a cualquier persona jurídica cuyoobjeto so-
cial esté vinculado con la investigación y a "cualquier ciudadano". A su vez, al no
establecer una enunciación de los delitos comprendidos, deja abierta la puerta a
una multiplicidad de supuestos en los que organizaciones de diverso tipo podrían
intervenir penalmente. En suma, la legislación deBuenosAiresinstaura unaverda-
dera "acción penal popular".

l5 Así lodecidió la Cámara Federal de Apelacionesde General Roca en el incidente caratula-

do "Reinhold, Oscar Lorenzo y otrosslDelito contra la libertad y otrossllncidente deexcepción de


incompetencia'' (expte. noP14709 Secr. Penal delTribunal) en abril de 2010.
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

En cuanto a la provincia del Chubut, el criterio de legitimación es también muy


amplio. En primer término, al regular quiénes pueden revestir la calidad de vícti-
mas, el Código Procesal chubutense, incluye varios tipos de organizaciones no gu-
bernamentales. Así, ensu art. 98 leatribuyela calidad devíctima a: "... 4)alasaso-
ciaciones, en aquellos hechospunibles que afecten intereses colectivos o difusos,
siempre que el objeto de la asociación se vincule directamente con esos intereses;
5) a cualquier asociación que acredite interés, cuando se trate de hechos que im-
porten violación a los derechos humanos fundamentales, y hayan sido cometidos,
como autores o partícipes, por funcionariospúblicos en el ejercicio de sus funcio-
nes o en ocasión de ellas o cuando impliquen actos de corrupción pública o abuso
delpoder público y conlleven gravesperjuiciospatrimonialespara el Estado, 6) a
las comunidades indígenas en los delitos que impliquen discriminación de uno de
sus miembros, genocidio o afecten de un modo directo sus derechos colectivos re-
conocidos constitucionalmente". Con respecto a la legitimación procesal para in-
tervenir en el proceso penal, el art. 103 del CPPCh, habilita a cualquier persona, fí-
sica ojurídica a iniciary proseguirquerella contra los presuntosresponsables,en es-
pecífica protección de los derechos de incidencia colectiva. El mismo art. 103 enu-
mera, asimismo, losdelitosen losqueel querellantesocial podría intervenir, con un
criterio sumamente amplio16. Así, cualquier organización podría querellar cuan-
do: "a) losdelitos violen losderechos humanos fundamentales y hayan sido come-
tidos, como autoresopartícipes, porfuncionariospúblicos en elejercicio desu fun-
~ ~

ción o en ocasión de ella; b) los delitos impliquen abuso del poderpúblico y con-
lleven gravesperjuiciospatrimonialespara e l Estado; c) los delitos afecten intere-
ses difusos; o d) se trate de delitos de lesa humanidad".
En el caso de Neuquén, si bien el Anteproyecto de Código Procesal Penal con-
templaba la figura del querellante institucional, la reforma sancionada en noviem-
bre de 201 1 lo excluyót7.

l6 Si bien la intención del legislador ha sidodotara las organizaciones no gubernamentales


de la máxima legitimidad para proceder en juicioscriminales, entiendo, no obstante, que la inclu-
sión de supuestos tales como los delitos de genocidio y lesa humanidad como supuestos específi-
cos de legitimación activa excede las facultades provinciales para legislar en la materia. En los ca-
sos señalados -delitos de genocidio y de lesa humanidad- la competencia es específicamente
federal.
l7 El art. 65 del Anteproyecto neuquino establecía que las personas jurídicas-asociaciones
o fundaciones- registradas conforme la ley podían querellar contra los presuntos responsables
de los delitos, cuando los mismos afecten gravemente los derechos humanos fundamentales o
seanresultantesdecorrupciónadministrativay hayansidocometidosporfuncionariospúblicosen
el ejerciciodesu función o en ocasión de ella. La condición exigida porel Códigoera queel objeto
estatutario de la organización se vincule directamente con la defensa de los derechos que consi-
deren lesionados.
JUAN CRUZ GOÑl

5 4. Algunos dilemas en torno a las luchas


por el reconocimiento
El MDH, a travésdesu reclamo deverdad yjusticia, tuvo el enorme mérito de co-
locar al Poder Judicial en el centro del sistemademocráticoal plantear la resolución
del "problema de los derechos humanos" por vía judicial. Deesta forma, las orga-
nizacionesderechohumanistasfueronexitosas en cuanto a instalar una noción de
justicia en amplios sectores sociales y brindar a otros actores elementos para pen-
sar sus propios reclamos y su relación con el Estado.
Ahora bien, más allá del derrotero de los juicios por las violaciones a los dere-
chos humanoscometidas durante la dictadura, el MDH dejó un legado a los movi-
mientos sociales. En efecto, explica PereyraT8que hubo un proceso de ensancha-
miento temático de las protestas basadas en el lenguaje de los derechos humanos
y, por otra, sedio un proceso de fragmentación del sentido histórico de la lucha por
los derechos humanos, que derivó en una multiplicidad de protestas de distinto
carácter.
Como señala Pereyra, desde finales de la década de 1990, los reclamos de justi-
cia se convirtieron en las formas privilegiadas de protesta social de la democracia
argentina, superando incluso las demandas por cuestiones salariales. En nombre
de los derechos humanos y con el fin de combatir la impunidadse nuclean hoyvíc-
timas de la violencia poliial y del "gatillo fácil", personas que reclaman respecto
de las condiciones de detención en las cárceles, la defensa de presos políticos o de
militantesde izquierda que han sidocriminalizadosy, más recientemente,víctimas
de la violencia machista o patriarcal que también demandan ser incluidose inclui-
dasen el discurso dederechos humanos.
Estas transformaciones están ligadas a un cambio en la percepción respecto de
los contenidos de la justicia. Señala Fraserlgque las luchas por el reconocimiento,
basadas en la dominación cultural, se está convirtiendo rápidamente en la forma
paradigmática de conflicto político, desplazando incluso las luchas por la redistri-
bución económica como remedio a la injusticia. En todo el mundo, las exigencias
de reconocimiento de la diferencia alimentan las luchas de grupos que se movili-
zan por la nacionalidad, la etnia, la raza, el género y la sexualidad y coexisten con
las luchas tradicionales que hacen eje en la opresión socioeconómica.
Organizaciones políticas y de derechos humanos enriquecen cada vez más ei
vocabulario de losderechos humanosy ven en el derecho penal un enormepoten-
cial simbólico para llevar adelante sus reclamos. Es que, para los sectores oprimi-

l8 Pereyra, "¿Cuáles el legado del movimiento de derechos humanos?", en Tomarla pala-


bra. Estudiossobre protesta socialy acción colectiva en la Argentina contemporánea, 2005.
l9 Fraser, lustitia Interrupta. Reflexionescríticasdesde la posición "postsocialista", 1997.
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

dos-económica, cultural y políticamente- la arena judicial puede ser -si se tie-


ne éxito en lograr que se haga cargo de su reclamo- una vía para obtener un reco-
nocimiento formal que en tantas otras prácticasy discursos políticos se les niega.

5 5. La(s) víctirna(s) en el nuevo Código Procesal Penal


de Río Negro
El nuevo Código Procesal Penal rionegrino rompecon el monopolio de la acción
por parte del Estado y reconoce a la(s) víctima(s) legitimidad para actuar autóno-
mamente en el proceso tanto de manera individual como colectiva. Esto no signi-
fica, como sostienen ciertas voces, que se esté ante un modelo acusatorio puro o
adversarial, en el que lavíctima tendría plena disposición de la acción.
Siguiendo a DuceZ0,podríamos clasificar los derechos procesales de la víctima
reconocidos en el nuevo ordenamiento procesal en derechos procesalesfuertes y
débiles. Los derechos procesalesdébiles son losderechos reconocidos a lasvíctimas
en cuantosujetosdederecho y por habersido partedel conflictoque motivó el pro-
ceso penal. Se trata de algunos de los derechos reconocidos al ofendido en el art.
12 del Código, es decir, el derecho a la tutela judicial efectiva, a la protección inte-
gral de su persona frente a las consecuencias del delito y a solicitar del Estado la
ayuda necesaria para quesea resuelto su conflicto y reparado su perjuicio. Forman
también parte de los derechos débiles todos los enumerados en el art. 52 del nue-
vo ordenamiento.
Los derechos procesales fuertes, que se vinculan directamente con la disposi-
ción por parte de la víctima de la acción penal en forma autónoma, no modifican
sustancialmente el esquema del anterior Código Procesal que también habilitaba
la participación como querellante de lasvíctimas en el proceso penal, tanto en el
caso de las acciones privadas como en el caso de la acción pública. En cuanto a esta
última, el nuevo Código disponequeel derecho de lavíctimaa intervenir en el pro-
ceso en calidad de querellante comprende el derecho de provocar la persecución
penal, como de intervenir en la ya iniciada por el fiscal, aún cuandoeste hubiere de-
sestimado o archivado el caso.

5 6. El querellante institucional
El nuevo ordenamiento procesal rionegrino instaura la figura de la querella ins-
titucional, esto es, la posibilidad de que personas jurídicas puedan intervenir en

20
Duce, "Algunas reflexiones sobre los derechos de las víctimas en el proceso penal chile-
no", en M.W.,La víctima en elsistema de justicia penal: Una perspectivajurídica y criminológica,
"Política criminal", vol. 9, no18, dic. 2014, Doc. 1, disponible en www.politicacriminal.cIIVoII091n-
~18lVo19N18Dl.pdf.
JUAN CRUZ GOÑl

procesos penales aunque no sean lasvíctimas directas ni sus representantes lega-


les. El art. 55, párr. 2" del CPPRN dispone que: "... Lasentidadesdelsectorpúblico
podrán serquerellantes, como así también toda organización que acredite interés
legitimo en e l caso y este se relacione con su objeto institucional.. .".
Sin embargo, en el mismo articulo y con una redacción confusa regula la parti-
cipación deorganismos públicoscomode organizaciones pertenecientesa la socie-
dad civil.

a) Instituciones con interés legítimo

El nuevo Código Procesal reconoce legitimidad a las organizaciones de la socie-


dad civil para intervenir en los procesos penalessiemprey cuando se reúnan dos re-
quisitos: a) queacredite un interéslegítimoen el caso, y b) queel interésen el ca-
so se vincule con su objeto institucional. Cabe destacar que el Código Procesal Pe-
nal rionegrino noconsagra una acción popular, esdecir, la posibilidad de quecual-
quier ciudadano pueda intervenir en un proceso penal ante intereses difusos.

b) El Estado como querellante

Un capítulo aparte en la temática de la querella colectiva consiste en la posibili-


dad del Estado de intervenir en calidad de querellante en un juicio penal. En este
caso, pensamos que se configura un caso de doble representáción, al acumular la
representación del Ministerio Público y de otra institución perteneciente al propio
Estado. Se trata de una situación bastante discutible desde el punto de vista de
mantener condicionesde igualdad y equilibrio procesal.
Entendemosque unacosaes reconocer derechos procesalesdeintervención au-
tónomas a lasvíctimas presentadas individualmente o de manera colectiva puesto
que son lasverdaderas protagonistas.de losconflictos, pero otra circunstancia muy
distinta seconfigura cuando el Estado-que ya dispone de un enormeaparato de
persecución penal en contra del imputado-se arroga una doble representación y
por lo tanto seconstituye en dobleacusador.

5 7. La cuestión de la obligatoria acusación única:


Luna nueva forma de excluir a la víctima del proceso?
Una de las disposiciones que va en contra de la autonomía de la víctima en el
proceso penal es la obligatoriedad de la acusación única y de la unidad de repre-
sentación, prevista en el art. 56 del CPPRN. La afirmación de que la única solución
apropiada al problema del conflicto de intereses ante pluralidad de partes acusa-
doras es la que impone la unidad de representación se ha convertido en un dictum
en la doctrina procesal pero es negacionista respecto de la víctima. Pensamos que
dicha solución no respeta el derechodeacceso a la justicia y a la tutela judicial efec-
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

tiva de lasvíctimasy de lasquerellas institucionalesa intervenir autónoma y activa-


mente en los procesos penales.
La necesidad de unificar la teoría del caso, lo que incluye la teoríafáctica, la teo-
ría jurídica y la teoría de la prueba no respeta la autonomía de la querella, no solo
en el aspecto estrictamente punitivosino, sobre todo, en cuanto al derecho a "decir
el derecho". Si, de acuerdo al propio texto del Código y a la propuesta que lo ante-
cedió, el nuevo ordenamiento reconoceel derecho fuerte de la víctima a participar
en el proceso de manera activa y autónomamente, ¿cómo se resuelve el problema
de la necesidad de unidad deacusación cuando la razón deser de la participación de
la víctima o de una querella institucional radica precisamente en un aspecto que la
ley le obliga a renunciar?
Pensemos, por ejemplo, en la intervención de una querella institucional defen-
sora de los derechos de las mujeres que interviene como querellante ante el homi-
cidio de una mujer para que se juzgue al responsable por el delito de femicidio y
que la teoría legal de la Fiscalía descarte el femicidio y acuse por delito de homici-
dio agravado por el vínculo. ¿noes una violación al derecho a la justicia, a la tutela
judicial efectiva y a la autonomía del particular ofendido el hecho de impedirle
acusar por su calificación jurídica de los hechos?, ¿qué sentido tendría que inter-
venga esa organización, o que la víctima se haga representar por ella, si no puede
llevar adelante su propia teoría legal? Pensemos otro ejemplo: ¿qué sucedería si
una organización antirrepresiva, es decir, que combate la violencia policial se ve
impedida de acusar por homicidio agravado por la condición de policía del autor
ante un caso de "gatillo fácil" porque la teoría del Ministerio Público Fiscal califica
al hecho como un homicidio simple?
En la disposición que impide a la víctima continuar con su estrategia jurídica y
que la obliga a unificar acusación con el Ministerio Público Fiscal existe una anula-
ción del peso de la dimensión simbólica quetienen lasdecisionesquese toman en
el campo jurídico. El derecho a querellar comprende el derecho a llevar adelante
una estrategia jurídica, cuyos elementos centrales son una teoría de los hechos,
una teoría legal y una teoría de la prueba. En caso de que alguno de estos tres as-
pectos se vea amputado, se está cercenando el derecho de la víctima o de las orga-
nizaciones que representan sus derechos a participar activamente en el proceso
penal.
A su vez, el art. 56 del CPPRNdispone que cuando existen divergencias entre las
pretensiones de la querella y del Ministerio Público Fiscal, el juez deberá convocar
a las partesa que resuelvan sus controversias poniendo como límite temporal má-
ximo la oportunidad de la audiencia del art. 163. Pero el mismo artículo dispone
que si no llegasen a un acuerdo, "el juez dará intervención al Fiscal Generalpara
que dirima losplanteos y resuelva en e l caso concreto si debe prevalecer e l interés
particularoelsocialgeneral". Entendemosque esta solución agrava lasituación de
la víctima o del representante institucional en el proceso puesto que, ante diver-
JUAN CRUZ GOÑl

gencia de intereses, es el fiscal general el que decide qué interés prevalece, figura
que no revistede lasgarantías de imparcialidad requeridas para evaluar cuál de las
estrategias debe primar.

5 8. Conclusiones
En esteartículo he presentadoalgunas reflexionesrespectodel rol quejuega la
víctima en los nuevos códigos procesales, los que se reivindican superadores de las
legislacionesprevias, entre otras razones, por devolverle a la víctima derechosque
le habían sido históricamente confiscados.
Como se ha planteado, el cambio del estatuto de la víctima en los procesos pe-
nales no es fortuito, sino que obedece a transformaciones históricas que han dado
una nueva significación social y política de lasvíctimas y han llevado al campo jurí-
dico a dar una respuesta a sus demandas. En la Argentina, la trayectoria histórica
del movimiento de derechos humanos y las nuevas apropiacionés que este movi-
miento ha generado en los movimientos sociales explica en parte que el discurso
jurídico haya entendido de una buena vez que ninguna decisión emanada de sus
órganos puede gozar de legitimidad sin haber oído a uno de sus protagonistas
principales: lasvíctimas.
En este escrito se ha tratado de analizar cuál es el alcance de la reforma proce-
sal penal con respectoa la figura de la víctima y cuál es el rol que lecabeen losnue-
vos procesos penales. Desde el punto devista normativo, el nuevo ordenamiento
ha fortalecido derechos que ya habían sido reconocidos a las víctimas y se han in-
corporado otros, dándole al ofendido una participación más activa en el proceso
penal y convirtiéndolo en una parte integrante del dispositivo de resolución del
conflicto. También se ha intentado plantear los límites de la reforma.
Si lo quese pretendees tomar seriamente en cuenta a lavíctima, se necesita una
nueva imaginación intelectual para pensar medidas más radicales de inclusión, las
que demandan -necesariamente- modificaciones en el derecho penal sustanti-
vo. Se necesita repensar dispositivosque pongan en epojé el principio de persecu-
ción estatal pública o, cuanto menos, que se evalúe ampliar sustancialmente el ca-
tálogo de delitos de acción privada; se debería problematizar el principio de ofici-
liadad, es decir, el hecho de que los delitos se persiguen sin intervención de la vícti-
ma y el principio de principio de legalidad procesal, esto es, la ficción de la persecu-
ción obligatoria de todos los hechos punibles.
La reforma perdió la oportunidad de pensar otrasformasde inclusión de lavíc-
tima como la conversión de la acción pública en acción privada establecida como
derecho de la víctima, la intervención del fiscal como abogado particular de la víc-
tima en casos en queesta desee querellar, una mayor cantidad, amplitud y supues-
tos de aplicación de mecanismos reparatorios no represivos, entre muchos otros
dispositivos que garantizan una participación plena de la víctima en los métodos
¿QUE ROL LES CABE A LAS V~CTIMAS...7

de resolución de conflictos. Nos queda por ver si los derechos reconocidos a lasvíc-
timas serán tomados en serio por los actores, los que, para hacerlo, deberán estar
dispuestos a escuchar seriamente a lasvíctimas, sin olvidar que, como plantea Bu-
tler2', pensar a las víctimas da acceso a la condición humana en algunas de sus di-
mensiones más esenciales.

21 Butler, El poder del dueloy la violencia, 2006.


CAP/TULOII
DERECHOS Y GARANT~AS
Los principios generales en el nuevo Código
Procesal Penal de la Provincia de Río Negro
JORGELINA MONTERO *

5 1. Introducción
Partiremosde la baseque todo proceso judicial, sin importar el fuero del que se
trate debe responder al diseño del mismo que han realizado los poderesconstitu-
yentesen la Constitución Nacional, tratados internacionalesdederechos humanos
con jerarquía constitucional y Constitución provincial.
Más claro y coherente debe ser este nivel de adecuación en el caso de los proce-
sosjudicialesde las provincias, atento que las mismas, por imperio del principio de
supremacía constitucional (art. 31, CN), se encuentran sometidas a una doble ins-
tancia de adecuación normativa.
Entonces, la reforma del proceso penal en la provincia de Río Negro, con la con-
sagración de un sistema adversarial, salda, en parte, solo en parte, la deuda histó-
rica de los procesos infraconstitucionales con la Constitución provincial, nacional y
los tratados internacionales de derechos humanos.
Y ello implica un gran avance en términos de legitimación del poder punitivo
del Estado. Me refiero con esto, a que la existencia de un proceso adecuado a las
garantías constitucionales y convencionales consagradas, hace directamente a la
condición de legitimidad de ejercicio del poder penal, e indirectamentea la condi-
ción de legitimidad del Estado de derecho y de la democracia misma.
Tomando la definición de Maier, el derecho procesal es "la rama del ordena-
',
miento jurídico que instituyey organiza losórganos públicos" portanto, se pue-
de afirmar que el diseño constitucional del proceso penal, y el diseño infraconsti-

* Abogada Uncoma. Especialista en Derecho Penal y Ciencias Penales Uncoma. Maestran-


do en Criminologia UNL. Docente regular por Concurso del Área de Derecho Constitucional del
Departamento de Derecho Público de la FaDeCS- Uncoma.
' Maier, Derecho procesalpenal. t. l. "Fundamentos", 1996, p. 75.
JORGELINA MONTERO

tucional (códigosprocesales)seguidosen el ámbito nacional y en las provincias, ha-


bía sido hasta ahora contrapuesto.
El primero responde a la importación de raíz anglosajona, seguido por loscons-
tituyentesde 1853. Por el contrario el modelo seguido por los poderesconstituidos
de la Nación, y luego adoptado por las provincias, con el Código Obarrio en 1888,
proviene del modelo establecido por la Ley de Enjuiciamiento Criminal de España.
Cada uno de estos sistemas respondió a ideas iusfilosoficas claramente diferentes,
incluso encontradas, contrapuestas.
A partir de la reforma constitucional de 1994, esta esquizofrenia normativa co-
menzó a hacerse más plausible. Ello, sumado a las corrientes doctrinarias que toma-
ron fuerza en las ultimasdécadas, el desarrollo teóricode conceptosfundamenta-
les como "Estado de derecho" "proceso democrático", etcétera, los casos judicia-
les resonantes que evidenciaron la insolencia e injusticia de los sistemas procesales
inquisitivos, y de la reformas procesalespenalesde América Latina, se inauguró en
nuestro país, una nueva forma de pensar el derecho procesal penal, reforzando la
puja por la adaptación de los procesos penalesa las mandas constitucionales y con-
vencionales. Habiendo, en primera instancia dado a luz a los sistemas de enjuicia-
miento mixtos, aquellos queconservaban determinados institutos de corte inquisi-
tivo, conjugados con algunas incorporaciones un poco másadversariales (por ejem-
plo, criterios de oportunidad).
Luego de varios años de (no) funcionamiento de los sistemas mixtos, en el mar-
code profundización de las reformas, y advirtiendo la necesidad de las mismas, sur-
gen las reformasdel Código Procesal de la Provincia del Chubut, del Neuquén, que
yaseencuentran implementadosy en funcionamiento, y las revisionespor partede
otras provincias, como asítambién de Nación.
Cabe destacar, que las provincias más "jóvenes" 2, entre ellas las patagónicas, al
ser sus constituciones más "modernas", el diseño constitucional no responde ex-
clusivamente al constitucionalisrno liberal que conocemos por la Constitución Na-
cional, sino más bien, al constitucionalismo social, entendiendo que existen en
ellas, desdesu sancióny con las posteriores reformas, características particularesen
cuantoa concepción defuncionesdel Estado, que implican, no solo en una amplia-
ción de derechos y políticas públicas a favor de la ciudadanía, sino también, en lo
que respecta al tema que nos convoca, a un proceso constitucional con garantías
ampliadas y apegadas a la normativa nacional y convencional.
Asu vez, esta situación ha implicado que las institucionessean aun jóvenes, que
sus tradiciones se encuentren un tanto menos anquilosadas, y sean más permea-
blesal cambio.

Aquellas cuyos procesos de provincialización comenzaron a mediados-finales de la déca-


da de'50 del sigloXX, específicamente Neuquén. Río Negro, Chubut, Santa Cruz(ley 14.408).
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

En el caso neuquinoen particular, también hacontribuidoa la implementación,


y funcionamiento del nuevo sistema la existencia de operadores jóvenes, tanto
dentrode la función jurisdiccional, del Ministerio Público, comode abogadosde la
matrícula.
En el caso rionegrino, a la fecha, la implementación del nuevo Código se en-
cuentra más resistida, careciendo la gran mayoría de los operadores, jurisdicciona-
les y del Ministerio Público, deformación en litigación oral, o con una formación
muy incipiente. Esto último genera un alto nivel de resistencia a la entrada en vi-
gencia del nuevo sistema consagrado por la ley provincial 5020.

5 2. El diseño constitucional de juicio penal


en la Constitución Nacionaly provincial
Nuestra Constitución Nacional ha diseñado un juicio con características especí-
ficas: el juiciodebeseroral, público, por jurados, Ilevadoa cabo porjuecesy no por
otros funcionarios. Tal como lo señala Binder: "Vemos, pues, que no es admisible
conformarse con la interpretación superficial de que cualquier juicio penal es un
juicio constitucional. Nuestra Constitución, por el contrario, manda realizar, en to-
do el país (arts. 75, inc. 12 -que establece la Ley de Jurados con validez nacional-,
5"-queestablece lascondicionesdevalidezdelasinstituciones provinciales-),jui-
cios orales, públicos yporjurados" 3.
En consonancia con este autor, otros también plantean que el modelo a seguir
por la Nación y por las provincias, es el delineado por el constituyente de 1853, en
el caso del juicio político (arts. 53 y 59). Esdecir, un juicio público, ante un tribunal
juzgador colegiado, y que por ende deber ser oral, con una clara separación entre
la función de investigar y la de juzgar. Asimismo, de este diseño también se des-
prende la necesidad de una investigación para una acusación y para una eventual
condena.
La lectura y análisis del proceso diseñado por la Constitución Nacional, en clave
histórico-política, es la que permite dimensionar el alcance real y efectivo de cada
una de las institucionesallíconsagradas.
En el mismo sentido, la Constitución provincial de Río Negro ha seguido eseca-
mino v lo ha profundizado. Como es habitual en las normas fundamentales de las
provincias, se amplían las declaraciones, derechos y garantías consagrados en la
Constitución Nacional, sin contradecirlas. Así, en caso de Río Negro, en el capítulo
correspondiente a "Declaraciones de f e republicana", en el art. lo se incorpora el
concepto de sistema democrático de gobierno; asimismo encontramos especifica-

Binder, Introducciónalderechoprocesalpenal. 2005, p. 98.


JORGELINA MONTERO

da en el art. 4' la publicidad de los actos de gobierno; se consagra en el art. 7 ' el


principio deefectividad, validezy vigencia de lasconstituciones. Asimismo, y refor-
zando el sentido democrático que anula toda posibilidad de discusión incorpora
en el art. 14, la operatividad de los derechos y garantíasallíestablecidos, asícomo
la prohibición dequea travésdela reglamentación semenoscabenoalteren lasde-
claraciones, derechosy garantías.
En el mismo sentido, en el Capítulo 11 correspondiente a los "Derechos persona-
les" enumera y describe, la prohibición de tortura, tratoscrueles, degradanteso in-
humanos (art. 16), la protección de la libertad personal y las causales de detención
(art. 17), las condicionesdedetención (art. 18), principio de retroactividad de la ley
penal más benigna y la revisión solo en favor del imputado (art. 19), inviolabilidad
del domicilio, de los documentos privados y la ilegalidad de la prueba obtenida en
violación a lo allíestablecido (art. 21), el derecho de defensa en juicio en todo tipo
deprocesoo procedimiento, asegurando al justiciablesu defensá en casodenopo-
dersolventar una, y la protección de losdefensoresen razón de su defensa, el prin-
cipio del juez natural, la presunción de inocencia, el juicio público, la no obligato-
riedad de declarar contra si mismo, y la excusa de los parientes al mismo fin, prohi-
bición de incomunicación por más decuarenta y ocho horas (art. 22), y lascondicio-
nes de las cárceles (art. 23).
Asimismo, y en relación a lo queel nuevo Código Procesal Penal establece, tam-
bién se relaciona con el derecho a la información y expresión (art. 26).
Siguiendo el modelo establecido por la Constitución Nacional, la Constitución
de Río Negroestablecepara loscasosdejuicio político, un sistema dedenuncia, con
división de la Legislatura en Sala acusadora y Sala juzgadora. Esta se realiza en la
primer sesión ordinaria por sorteo, teniendo la Sala juzgadora composición del Po-
der Judicial y Legislativo, atento que la misma es presidida por el presidente del
SupremoTribunal (art. 152), en caso deque sea enjuiciado ese funcionario, su sus-
tituto o reemplazante, conforme el art. 202. El proceso del juicio político seestable-
ce en el art. 154 y SS., determinando con claridad las funciones y misiones decada
Sala, siendo necesaria la existencia de una acusación4,garantizando el derecho de
defensa, como así todas las garantías aplicables en los juicios de naturaleza penal
(art. 158) y la mayoría requerida para la condena y la naturaleza y efectos del fallo.
También se consagra el juicio oral y público, previa denuncia e investigación en
el art. 222, incs. 2" y 4", respecto de las funciones otorgadas por el constituyente al
Consejo de la Magistratura.
Por todo ello, decimosqueel nuevo CPPRNvieneasaldar, en partey solo en par-
te, la deuda que el ordenamiento infraconstitucional ha tenido con el constitucio-
nal. Ya quesi bien seavanza en consagrar dentrode la normativa derechos, princi-

"Tarifeño" y "Mostaccio", CVN-Fallos. 328:3399,325:2019,327:120


LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

pios y garantías que hacen a la adecuación del proceso penal a las mandas consti-
tucionales, aún quedan deudaspendientes. Sin entrar en estecapítulo, en ladiscu-
sión profunda y sin hacer más que una valoración normativa (no de política crimi-
nal, ni política estrictosensu), solo me limitaréa mencionar dos. Por un lado, lafal-
ta de universalización del juicio por jurados, es decir, el juzgamiento por juicio por
jurados de la totalidad de losdelitos que se llevan a juicio, encontrándose ahora Ii-
mitadosa aquellos delitoscuya pena requerida por el fiscal es a partir de doceaños
(art. 26). Por otro, la prisión preventiva, atento que la misma no se encuentra en el
CPPnuevo, claramentedelimitada en cuantoal mantenimientotemporal de la me-
dida, por tanto siempre podrá ser considerada un adelanto de pena, ademásde un
castigo sin certeza deculpabilidad y responsabilidad.

5 3. Pautas convencionales para el proceso penal


La incorporación de los tratados internacionalesde derechos humanos al plexo
normativo de la Constitución Nacional a través del art. 75, inc. 22, determinó un
nuevo impulso para las garantías ya consagradas, dinamizándolas, y complemen-
tado las ya existentes. Se genera una ampliación, no ya en tanto consagración de
nuevas garantías y principios, si no en torno a la progresividad que se le imprime a
partir de estas incorporaciones. Las garantías existentes se re conceptualizan, Ile-
nándose de nuevos contenidos, con pautas interpretativas de progresividad, que
refuerzan la vigencia de los derechos humanos frente al accionar del Estado, en
cuanto a aplicación del poder punitivo se refiere. Indicando que jamás un rito se
encuentra por sobre un derecho.
En el mismo modo, la jurisprudencia de la Corte lnteramericana de Derechos
Humanos, y las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Hu-
manos, han sido fundamentales para concebir un proceso penal apegado a losde-
rechos, principios y garantíasfundamentales, y no ya a los ritos sacramentales que
sacrificaban derechos en nombre de la inmaculación del proceso.
El dinamismo, y la simplificación que permiten pautas interpretativas como el
principiopro homine, generan un cambiode paradigma que resulta fundamental
a la hora de desplegar el poder persecutorio y juzgador que tiene el Estado sobre
la población.
Así también cabe destacar, la existencia en el ámbito convencional de numero-
sas reglas elaboradas por las comisiones de expertos, como las "Reglas de Mallor-
ca", entreotras.

5 4 Los principios generales del nuevo Código


En el Capítulo IdelTítulo Idel Libro Primero, llamado "Declaración y principios"
se encuentra contenida la idea fundante del nuevo sistema, las pautas y directrices
respecto de la idiosincrasia de la nueva forma de enjuiciamiento en Río Negro y bá-
JORGELINA MONTERO

sicamente, las declaraciones de los legisladores, los principios básicos del mismo.
Configurándosecomo una pauta de interpretación, y el lentecon el cual mirartodo
el nuevo sistema deenjuiciamiento penal. Estecapítulo con apenasquinceartículos
es el que sirve de base, en caso de duda, respecto de cómo debe regirse el proceso, y
es en sí mismo, la matriz de abordaje de la cuestión penal5.
Cabedestacar que los principio~aquíconsagradossonenunciativos, ya que por
el principio de supremacía constitucional, todos aquellos que deriven de la Consti-
tución Nacional, de los tratados internacionales de derechos humanos con jerar-
quía constitucional y de la Constitución provincial, consagrados actualmente y a
futuro deben ser respetadosy aplicados. Asimismo, y respecto de lo que establece
el art. 33 de la CN y en Consonancia el art. 15 de la Const. de Río Negro, los mencio-
nados en los textos, no pueden ser entendidos como negación de otros derechos y
garantíasnoenumeradosquenacen del principiodesoberanía populary de lafor-
ma republicana de gobierno.
Todos estos serán parte integrante del principio básico de todo proceso de juz-
gamiento, el debido proceso, el cual se constituye como una especie de mega ga-
rantía, mediantelacual se haceefectivoel derechodedefensa en juicio en su tota-
lidad que asiste a todos los ciudadanos en un Estado de derecho. Consagrado por
la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, Declaración Universal de Derechos Huma-
nos, y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

a) Garantía deljuicio previo


La misma se encuentra consagrada en el art. l o del CPPRN. La primer parte del
artículoen cuestión secondice con lagarantíaconstitucionalcons~gradaporelart.
18 de la CN y el 22 de la Const.de Río Negro. Entre otras concordancias se encuen-
tran los arts. 8"de la CADH, 14del PIDCP, XXVl de la DADDH y 10 de la DUDH.
Conforme la redacción, implica, que solo unjuicio fundado ofundamentado en
ley anterior al hecho objeto del proceso habilita la aplicación de una pena. Para
Clariá Olmedo, comprende tres principios: a) Reserva de la ley penal: nullum cri-
men, nulla poena sine lege; b) indispensabilidad del proceso previo: nulla poena
sine iuditio, y c) estado de inocencia6. Esto implica, dirá el autor: "para nuestra
Constitución en ningún caso el juez podrá declarar la existencia de una violación
penal si la conducta quese juzga noestuvo antesdesu producción descrita en la ley
penal (nullum crimen sine lege), y no podrá aplicar pena al autor de esa conducta
si la ley anterior no prevé para aquella una determinada y concreta sanción (nulla

Véase OC 11/90 de la Corte IDH.


Clariá Olmedo, Tratadodederechoprocesalpenal. 2008, p. 230.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

poena sine lege). El juez solo ha de poder condenar aplicando en la sentencia una
ley penal incriminadora y conminadora de pena, ya vigente al momento de la co-
misión del hecho imputado en el respectivo proceson7.
Esta garantía se encuentra en diferentes instrumentos jurídicos desde antes de
las revoluciones burguesas, ya que es una de las principales derivacionesdel dere-
cho penal liberal, una manifestación contra el absolutismo, cuya raíz, origen y na-
cimiento, es anterior a pesar de sistematizarsejunto con ellas.
Nosencontramosante lo que habitualmente la doctrina ha denominado nullun
crime sine legem (derecho de fondo), íntimamente relacionado al principio de le-
galidad y nullapoenasineiudicio (derecho deforma),vinculadoal derechoa seroí-
do, y al derecho de defensa.
De esta garantía sedesprenden claramentedoscosas, por un lado, que para que
exista la posibilidad de aplicar una sanción (pena), debe realizarse un juzgamien-
to, y por otro que esejuzgamiento debe tener por base una ley anterior, en el tiem-
po, al hechoquesejuzga. Su razón principal es poner un Iímiteal poder del Estado,
mediante el cual solo cabe una condena, pena o castigo cuando hubo un juicio an-
terior que determino su aplicación. Como ya vimos, no es cualquier juicio, sino
aquel que respeta lo indicado en la Constitucion Nacional y en la de Río Negro.
Cabe destacar que la referencia existente a ley anterior implica, tanto la ley pro-
cesal, como la ley de fondo. Esdecir, esta garantía conjuga queel juzgamiento de-
be hacerseen base a una ley de fondo, y una ley deforma, existentecon anteriori-
dad al hecho juzgado. La prohibición entonces implica no ser juzgado por una ac-
ción que no es delito al momento de llevarse a cabo (como así tampoco la aplica-
ción de una pena más gravosa que la indicada al momento de comisión del delito),
ni ser sometido a un proceso que no existía al momento de cometerseel delito. Asi-
mismo, también implica una prohibición respecto de procesosespeciales, más aun
si los mismos no se encuentran estipulados con anterioridad al inicio del proceso, o
incluso a la comisión del delito.
Es decir, la prohibición de ser condenado sin ser juzgado, sin ser sometido a un
procesoque respete, en principio, la existencia de leyesanterioresal inicio del juz-
gamiento y de la pena, implica entonces un límiteclaro al avance del poder puniti-
vo del Estado contra una persona8.

Clariá Olmedo, Tratado de derecho procesalpenal, 2008, p. 231


"La garantía del juicio previoes una formula sintética en la que está contenida una limita-
ción objetiva al poder penal del Estado(la forma concreta, que prevé la Constitución) y una limita-
ción subjetiva al ejercicio deese poder(el juez, como único funcionario habilitado para desarrollar
el juicio).También es una fórmula sintética enotrosentido: expresa el puntode máxima eficacia de
todaslasgarantiasprocesales( ...)dedefensa, inocencia. inviolabilidaddel ámbito intimo, inmedia-
ción. publicidad. etcétera" (Binder, Introducciónalderechoprocesalpenal, 2005. ps. 118 y 119)
JORGELINA MONTERO

El juicio previoesuna de lasgarantíasqueforman partede lagarantíaengloba-


dora del "debido proceso". El proceso debeser sustanciado (llevado a cabo) con la
vigencia de la totalidad de las garantías. Entonces, la existencia de proceso, en los
términosde la Constitución Nacional y de la de Río Negro, es una garantía en sí mis-
ma, la existencia de juicio, de una instancia de discusión y control de la acusación y
de la prueba en la que esta se fundamenta.
Una derivación más que tieneeste principio es el de la aplicación de la ley penal
más benigna, que abordaremos más adelante.
La segunda partedel artículo, y su referencia a la vigencia de lasgarantías cons-
titucionales, es conteste con el principio consagrado en el art. 31 de la CN,que es-
tablece la supremacía de la Constitución respecto de todo el ordenamiento jurídi-
co del país.
Esta última parte, si bien la aclaración no está de más, no es otra cosa que un
abundamiento. Sin embargo, esta es una técnica legislativa habitual quese encuen-
tra en las leyes provinciales, que tiende a reforzar los mandatos constitucionales.

b) Garantía de lapersecuciónpenal única


El art. 2" establece la garantía constitucional conocida como non bis in idem,
que consiste en la imposibilidad de doble o múltiple juzgamiento de una persona
por un mismo hecho, consagradas en los arts. 28 y 33 de la CN y en el art. 19 de la
Const. de Río Negro.
Comose puedeobservar, en el caso rionegrino no importa que lacalificación le-
gal difiera o existan nuevas circunstancias, de un intento de juzgamiento a otro si
el hecho quese juzga ese1 mismo. En caso de que haya identidad desujetos, iden-
tidad de hechos e identidad de motivación o causa de persecución, no es posible
realizar una segunda persecución penal, y claramente tampoco se puede una ter-
cera o una cuarta.
Incluso la norma avanza, diciendo que cuando haya identidad fáctica, por más
variación que exista en la calificación tampoco es posible hacerlo.
Al referirseel artículo a "persecución penal", se está indicando que una perso-
na no puede ser sometida a proceso por un mismo hecho más de una vez. Por tan-
t o no se limita solamente a la aplicación de pena. Si no que hace a la seguridad ju-
rídica de la cosa juzgada, en relación a la persona imputada. Y también hace a la
eficacia delacusadoralmomento deperseguir un hechopunible, llevarlo ajuicio y
someter a una persona a proceso. lncluso en casos de que exista concurso ideal.
Si la primer causa iniciada finiquitó, sin importar el resultado (sobreseimiento
durante el proceso, absolución o condena en juicio oral y público) la persona no
puede ser nuevamente enjuiciada. La aclaración fundamental que cabe hacer es
que no se podría, así cambien las leyes, volviéndose más severas, agravarse la con-
dena impuesta.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

El alcance de esta garantía en otros ordenamientos se encuentra altamente dis-


cutido, en este ordenamiento el alcance es claro, no se puede. Ni hacerlo nueva-
mente, ni reabrir causasfenecidas.
A su vez, también se establece la excepción. La única posibilidad de quese rea-
bran los actos que ya han culminado, es que exista una revisión de la decisión a fa-
vor del imputado. ya sea esta para disminuir la condena aplicada o para excluirla y
esto puede suceder por error, ley penal más benigna, etcétera.

cJ Garantía de losjueces naturalesyjurados

Su primera referencia normativa seencuentra en el art. 18 de la CN, así como en


lostratados internacionales dederechos humanos incorporadosen 1994y con pos-
terioridad al plexo normativo de jerarquía constitucional. Así también, en los arts.
22 y 197 de la Const. de Río Negro.
La norma en cuestión, art. 3' del CPPRN refiere a la existencia de un juez legal-
mente establecido, a una determinación de jurisdicción y competencia previa al
inicio del proceso, y seemparenta con la garantía de la imparcialidad del juzgador,
y también a la imposibilidad de crear tribunales especiales, o de excepción. Tiene a
otorgar seguridad jurídica respecto de quién será el juzgador.
La definición positiva de este principio consiste en el juzgamiento por parte de
órganos permanentes establecidos por ley, que se oponen a los comúnmente Ila-
mados ad-hoc. Se relaciona profundamente con la concepción del juez imparcial,
cuya competencia se encuentra fijada de antemano al hecho que se juzga, viabili-
zando también, la garantía de igualdad ante la ley (art. 16), y del debido proceso.
Su objeto último, en virtud de la imparcialidad del juzgador, es una emanación
del ya mencionado principiode legalidad, entendido como legalidad de la jurisdic-
ción. Ya que dichos órganos se encuentran establecidos por las constituciones y le-
yes orgánicas del Poder Judicial. Esto otorga legitimidad al proceso, atento que
ningún proceso es legítimo cuando el juez es parcial.
Cabeaclarar, que la norma se refiere, no solo a la cuestión personal del juez, jue-
za o jueces que se encuentran en funciones, sino a la existencia misma del órgano,
es decir de la fijación de jurisdicción y competencia previamente establecida. Sin
embargo, se relaciona con el sujeto juzgador, es decir con la persona y en conse-
cuencia con la garantía de imparcialidad. Asimismo se relaciona con el principio de
igualdad ante la ley, la abolición de los fueros personales, y con la prohibición de
juzgar
. - en basea la calidad del sujeto.
También resulta necesario destacar que la garantía del juez natural implica no
solo la preexistencia del órgano, sino la fijación de la jurisdicción a órganos perma-
nentes, exclusiva y no delegable.
JORGELINA MONTERO

En relación al segundo párrafo del mismo, se consagra la existencia del juicio


por jurados, adaptando entonces, y por primeravez a los arts. 24y 118 de la CNy 22
y 197 de la Const. de Río Negro, el proceso penal. Sin embargo, esta referencia es
solamente enunciativa, ya queel desarrollo, contenidoe implicanciasdel instituto
se encuentran fundamentalmente en el Capítulo IVdel Título II del Libro Primero.
Como ya expresamos, la consagración del juicio por jurados ha sido a medias. Esde-
cir, la inmensa mayoría de los delitos, serán juzgados por jueces técnicos, y solo se-
rán reservadosa losjueces legos aquellos cuyas penas son más altas. Esto último en
virtud de las reformas sucesivas, desorganizadas, e incoherentes del Código Penal,
no indica que sean los delitos más graves, o los que más daño social causan, sino
simplemente, losque mayor pena acumulan por el delito en particularo por lospo-
si bles concursos.
Asu vez, el "a medias" también implica unaviolación a la Constitución Nacional
y Constitución provincial, ya que el ordenamiento inferior distingue restrictiva-
mentedonde las normativassuperiores no lo hacen. La totalidad de loscasos crimi-
nales deberían ser juzgados por jurados.

d) La participación ciudadana en el CPPRN

El art. 4" refiere a los arts. So, 24,75, inc. 12,118,122,123 y 126 de la CNy 197 de
la Const. de Río Negro, por tanto debe entenderse a la participación en un sentido
amplio.
El conjunto de los artículos constitucionales enumerados en la presente norma
hace referencia a la autonomía provincial en tanto la facultad no delegada al Esta-
do nacional respecto del sistema de juzgamiento criminal, al principio republicano
degobiernoy a lavigencia de las instituciones provincialesen tanto aseguren el sis-
tema de administración de justicia (arts. So, 122 y 123, CN).
Del mismo modo, los arts. 24,75, inc. 12,118de la CNy 197 de la Const. provin-
cial hace referencia a la organización de lostribunalesde juzgamiento en jurados.
La participación ciudadana en la administración de justicia penal implica un sin-
número de variables.
Tiene una faz activa, y paradojalmente, una faz pasiva. En su faz activa implica
la posibilidad de la ciudadanía, a través de losjurados populares de participar en el
proceso, a su vez que se constituye en una garantía para los encartados; esto últi-
mo, por el origen del instituto, también implica, un cuestionamientoal poder ilimi-
tado del Estado en su capacidad de juzgar. Expropiándosele al Estado el juzga-
miento, volviendo a una base más comunitaria y de juzgamiento de pares.
En su faz pasiva, y cuando abordemos la publicidad, veremos que no tan pasiva,
reconoce el principio republicano de gobierno, la publicidad de los actos de go-
bierno, la posibilidad de la ciudadanía de estar al tanto del curso de los juicios de
importancia.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

e) Garantía de independencia e imparcialidad


del juzgador

Las referencias normativas de tan importantes garantías se encuentran en la


Constitución de Río Negro en losarts. lo, 22,200y 201.
Si bien han sido abordadas dentro del mismo artículo ambas garantías, pilar
fundamental del debido proceso, tienen implicancias diferenciadas. Ambas se re-
lacionan con la garantía del juez natural.
La independencia se relaciona íntimamente con uno de los aspectos del princi-
pio republicano de gobierno, la división de poderes. Y con buen tino, los legislado-
resamplían esta concepción, ya que conformeel primer párrafo del presenteartícu-
lo, la independencia es entre poderes, extra poderloy en relación a la sociedad.
No hace falta desarrollar la independencia del Poder Judicial respecto de los
otros poderes del Estado, atento que es principio básico hasta ahora indiscutible.
Sin embargo, la independencia extra poder requiere dedicarle unas líneas. En
relación a esta cuestión, es necesario poner de manifiesto, que este principio debe
ser complementado con la Ley Orgánica del Poder Judicial, o aplicable a la justicia
penal.
Ya que si bien el Poder Judicial se supone un poder no jerárquico, y que la "infe-
rioridad" de los magistradosesen cuanto a estructura organizativa, función e inter-
vención en las diferentes etapas del proceso, en los hechos siempre ha existido su-
bordinación en relación al trabaio -
. .puramente iurisdiccional. Ello, en virtud de asiq-
narsea losórganossuperioresel poder de revisión delasdecisiones, como asíel po-
der disciplinario y desuperintendencia (ambosde carácter administrativo).
A pesar de la aclaración que realiza el segundo párrafo de la norma, solo se en-
cuentran sometidos a la ley reforzando así la vigencia del Estado de derecho, y que
su marcode actuación seencuentra determinado por la ley, y por los hechosajuzgar,
resulta necesario destacar que lo que ha sucedido hasta aquí, a pesar de que el prin-
cipio ya se encontraba consagrado constitucionalmente, es que no funciona de ese
modo. Tiene una característica fundamentalmente subjetiva, en tanto la persona
del juzgador se halla inserta en una estructura organizativa y social determinada.
La independencia judicial esquizás una de las garantías más ilusoria de los pro-
cedimientos, y con esto no se hace referencia a liposibilidad de impugnación de
las decisiones judiciales, sino a la imposibilidad fáctica de que los magistrados no
cedan a las presiones, precisamente, porque son miembros de una sociedad, de un
órgano y de un poder del Estado, que si bien no es electo popularmente, es igual
de político que el resto de los poderes del Estado.

lo Habitualmentedenominada "independencia externa", "independencia internaf'e "inde-


pendencia administrativa".
JORGELINA MONTERO

En relación a la imparcialidad, se relaciona profundamente con lo quedesarro-


llaremosen apartado f ) respecto del rol de los jueces.
Aclarando que del art. Y d e l CPPRN, el ultimo párrafo especifica la imposibili-
dad del mismo sujeto de intervenir en dos instanciasdiferentesdel mismo proceso,
en virtud de tener, por su intervención anterior un criterio ya formado respecto del
hecho objeto de juzgamiento.
Si bien el artículo no lo menciona, tampoco podrá intervenir si ya lo ha hecho
desde otra función, sea como partedel Ministerio Público Fiscal, de la querella, de
la defensa, sea pública o privada, atento a que la garantía consiste en estar, preci-
samente, al momentodejuzgar el hecho, en el sentido más literal del término, des-
prejuiciado.
En relación a ambas, la Constitución Nacional y la Constit. provincial establecen
algunascuestionesvinculadasamantener su independencia e imparcialidad, ejem-
plo de ello es la intangibilidad de las remuneracionesy la estabilidad en el cargo.
Es necesario también evaluarestasgarantías no como una prerrogativa funcional
del juzgador, sino como una garantía establecida en favor de la ciudadanía porque
ese1juzgador el quegarantiza la vigencia de lasformasy el proceso, y con esa matriz
interpretar los casos de conflicto. Por ello, la referencia anterior a la legitimidad de
su actuación en tanto y en cuanto se mantengan independientese imparciales.

fJ Determinación del rol de losjueces (art 64


Esta norma tiene sus antecedentes en los arts. 196 y 218 de la Constitución de
Río Negro.
Es la consagración de unode los pilaresdel procesoadversarial. El art. 6', con su
obviaaclaración, refuerza en un contextode transición, que la única función delos
magistrados es decidir respecto de lo que las partes ponen a su disposición. Y que
además esa decisión es personal e indelegable, lo cual seve apoyado en el princi-
pio de inmediación y en la oralidad. Recordemos que, en el proceso actualmente
vigente, en la práctica de los tribunales, las decisiones son habitualmente delega-
das en otros funcionarios y10 empleados, y refrendadas por ellla juezla.
Significa entonces, en el escenario del juicio, la contradicción entre la parteacu-
sadora y la defensa frente a un tercero imparcial quesu única función es juzgar.
En relación a este principio es dable destacar que el avance que implica en tér-
minosdegarantizar el debido proceso, el derecho dedefensa en juicio, partede la
base de que la separación de la función de juzgar y de investigar, conlleva que el
acusado se enfrente a una parte que se encuentra en igualdad de armas y no ya co-
mo antes, con una desventaja en que el Estado se encontraba doblemente repre-
sentadoen la primer etapa del proceso, en la Fiscalíay en el Juzgado de Instrucción,
que llevaban adelante, tanto la investigación como la acusación. Del mismo modo
garantiza la imparcialidad y la existencia de la decisión en cabeza y manos del juz-
gador. Lo cual brinda seguridad jurídica y respeto al debido proceso.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

Cabe recordar que la CSJN, ya en el año 2004, reconoció esto a través del fallo
"Quiroga" al momento dedeclarar la inconstitucionalidad del art. 348del CPPN,
en virtud de que el mismo consagrada que los fiscales, debían seguir el criterio del
juez de requerir la elevación a juicio de los procesos, incluso si consideraban que
procedía el sobreseimiento. Entendiendo que la función de investigar y de juzgar
debe encontrarse separada, explicada también por una larga cita de la opinión de
Ferrajoli al respecto.

gJ Especificación de los principios


y reglas del proceso
La gran mayoría de locontenido en el art. 7'del nuevo CPPRNtiene concordan-
cia con los principios derivados del art. 22 de la Const. provincial.
En esteartículo encontramos por un lado losprincipiosprocesalesypor otro, re-
glas del proceso. La diferencia entre unos y otros es su naturaleza, mientras los
principios hacen a la esencia del procesoy a la actuación de los sujetos que intervie-
nen (acusación, defensa, juzgador), las reglas hacen a la forma en la que se llevará
a cabo el mismo, es decir a cómo se harán efectivos los principios. Cabe destacar,
que no por ello, las reglas tienen menos importancia que los principios, ya que es-
tassonvehículospara la efectiva aplicación deaquellos. Esesta importancia, y la in-
terrelación que tienen unos con otras, lo que hace que la doctrina lleve a clasificar
reglas como principios y viceversa. Sin embargo, lo que resulta importante desta-
car es que su existencia, desde un análisis integral, presenta la posibilidad de acer-
carse lo más acabadamente posible al proceso diseñado constitucional y conven-
cionalmente y que por ello mismo, hacea lascondicionesde legitimidad del poder
punitivo, del Estado de derecho y de la dignidad humana.
El principio decontradicción12, es un elemento básico y esencial del proceso ad-
versarial. Consiste en la posibilidad de que las partes que se encuentran contra-
puestas, puedan controlar, oponerse a los actos realizados por la otra en el marco
del proceso, es decir, la posibilidad de ofrecer y producir prueba, controlar el ofre-
cimiento y producción de todo tipo de prueba de la contraparte. Este principio se
relaciona a la garantía de defensa en juicio y a la garantía de igualdad de armas. La
viabilizarían deeste principio, se da másclaramente o másacabadamente (en tér-
minos comparativos) cuando el proceso es oral, público, y con la inmediación de la
intervención del juzgador.
La inmediación, como principio procesal, indica que quien ejerce la función ju-
risdiccional, es decir el juzgador, tome su decisión respecto del caso en relación a la

l1 CSJN-Fallos. 327:5863.
l2 CSJN-Fallos, 329:5556;Corte IDH, "Castrillo Petruzzi v. Perú"
JORGELINA MONTERO

prueba que se produce en su presencia, frente a él, y en la etapa procesal corres-


pondiente. Armoniza el sistema adversaria1en combinación con las reglas.
El proceso oral13, refiere al medio de comunicación empleado para llevar ade-
lante los actos del proceso. El mismo permite que el principio de inmediación se
efectivice, y asimismo, la inmediatez, simplificación, y celeridad. Atento a que en
un proceso oral, las contradicciones, traslados, e incidentes se producen en el mar-
code lasaudienciasoralesy públicasfrente al órgano juzgador, e incluso se pueden
producir en la misma audiencia y allí mismo resolverse.
En el proceso oral, las partes exponen sus argumentos, la contradicción se susci-
ta en el mismoacto, y la referencia noessolamentea la forma in voce, sinoa laexis-
tencia misma de la audiencia, es decir, la instancia en las que las partes conjunta-
mente son oídas por el órgano jurisdiccional.
Su comparación con el sistema anterior es necesaria. Ya que en el proceso mix-
to, la única etapa mayormente oral, era la de debate (juicio), e incluso en ella, se
permitía la incorporación por lectura de determinadas pruebas. La inexistencia de
la oralidad afecta el principio de inmediación y contradicción, y por tanto el dere-
cho dedefensa en juicio.
La publicidad del proceso se deriva del principio republicano de publicidad de
los actos de gobierno, y también del principio representativo, tanto en la función
de acusar como en la de juzgar, más claramente que en la de defensa. Asimismo se
encuentraconsagrado por losarts. 10dela DUDH, 8".5y8".2. dela CADH, y 14, incs.
lo y 3O.e del PIDCP.
La idea de que el acto de someter a proceso y de juzgar es un acto de gobierno
es, por lo menos reñida para algunos sectores de la doctrina. Sin embargo, esta es
claramente una de lasfuncionesdel Estado, portanto es un acto de gobierno pro-
piamente dicho.
Esta faz de la publicidad del proceso es de corte social, ya que se dirige a quie-
nes no son parte del proceso. Obviamente, la publicidad es una herramienta dede-
mocratización del proceso, que hace que la sociedad conozca el rumbo de losórga-
nos penales, e incluso, la política criminal del Ministerio Público Fiscal como de los
órganosjurisdiccionales. Portanto, tieneun carácterclaramentesimbólico, decomu-
nicación entre los poderes del Estado y la sociedad. Asimismo como un dar cuentas,
anoticiar, informar de los actosde gobierno, también se constituye como la posibili-
dad de la sociedad de oponerse a la política llevada a cabo por el Estado, de peti-
cionar a sus autoridades la corrección del rumbo de sus acciones. Es decir, la publi-
cidad, tiene una faz normativa, convencional y constitucional, basada en la Repú-

l3 Binderdefinea la oralidadcomo"unmecanismoquegenera un sistema de comunicación

entre el juez, las partes y los medios de prueba, que permite descubrir la verdad de un modo más
eficaz y controlado" (Introducción a l derecho procesal penal, 2005, p. 103).
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

blica y la democracia, y asimismo tiene una faz simbólica muy fuerte respecto del
accionar del Estado en retroalimentación con la sociedad. Permite una relación co-
municacional entre los representados y los representantes, construye democracia
y Estado de derecho, como también construye resistenciasy lucha social.
La publicidad permite que la sociedad realice sobre los jueces y fiscales un con-
trol, esto implica que su actuación debe ser prolija, motivada, fundada, coherente,
como la de todo funcionario público. Destacandoque tienen en relación a la socie-
dad y en comparación con losciudadanosde a pie, un plusde responsabilidad por
el rol, cargo y función que ocupan. Entendiendo que su función, por más técnica
que se considere, es una función política del Estado.
A su vez, la publicidad se vuelve garantía cuando se relaciona con la consagra-
da en el art. 11 quedetermina la prohibición del secreto de lasactuaciones para la
persona imputada, es decir, toda aquella persona que es investigada, tiene dere-
cho a saber qué hecho se investiga, y a medida que avanza el proceso, a saber que
se le endilga tanto jurídica como fácticamente. Todo ello en virtud de la garantía
del derecho a defensa en juicio.
El juicio público es un principio de arraigo constitucional y convencional, sobre
el que no puede caber ningún tipo de duda, y encuentra su límite en la dignidad
humana.
La concentración, por su parte, como regla dentro del proceso implica que los
actos se produzcan en un mismo período temporal sin interrupción, contribuyen-
do a la inmediación y favorecida por la oralidad y la celeridad.~aproducción de la
prueba, incorporación de la información probatoria, se genera asegurando la pre-
sencia de las partesen un acto lo más cercano posible en el tiempo en términos de
proximidad. La concentración, sin oralidad, y si inmediación no es posible. Es decir,
reglas y principios se retroalimentan para hacer el proceso másviable. Existe gran
discusión respectodesi laconcentración es una reglao un principiodel proceso. Lo
importante es distinguir que, en tanto permite tener una perspectiva total de las
diferentesteoríasfácticas, probatorias y jurídicas de las partes, en un mismo acto,
o en actos próximos entre sí, contribuye a colocar al juzgador (sea jurado popular
ojuzgadortécnico) en mejor posición para realizar su tarea, y ello, a un proceso res-
petuoso de garantías constitucionales y de los derechos de lasvíctimas.
La simplificación apunta a la sencillez con la que se llevan a cabo los actos pro-
cesales, y la celeridad a evitar las innecesarias dilaciones en el proceso. Esta última
contribuyea garantizar el derecho a ser juzgado en un plazo razonable.

h) Principios de inocencia, «in dubio pro reo»


y aplicación de la ley procesal más benigna

Consagrado por el CPPRN en su art. ,


8 tiene como base el art. 22 de la Constitu-
'
ción provincial.
JORGELINA MONTERO

Estas garantías son sin dudas la piedra angular del sistema de garantías consti-
tucionales. Son incluso la raigambre iusfilosófica del derecho penal liberal. Tienen
origen en la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano de la Revolu-
ción Francesa de 1789.
Conocidas como principio (o presunción) de inocencia e i n dubiopro reo, signi-
fican auetoda persona debeser considerada o tratada como inocente hasta tanto
exista sentencia condenatoria firme, y que en caso de duda hay una limitación a
condenar, por ello se dice que se debe estar a favor de la persona imputada de un
delito.
Pesa sobre la cabeza del acusador destruir el estado jurídico de inocencia ini-
cial, a travésde la prueba colectada y producida en juicio, para llegar a convencer
al juzgador que ese estado de inocencia no es tal, y obtener una sentencia conde-
natoria.
Ese estado de inocencia subsiste hasta tanto se hayan agotado todos los meca-
nismos de impugnación de la sentencia condenatoria que se prevén en el ordena-
miento procesal y acorde a lo establecido por la Constitución Nacional, provincial
y lostratados internacionalesde derechos humanos.
Asimismo, también establece las funciones de los actores dentro del proceso y
la carga de la prueba. Derribar el principio de inocencia es el objetivo de una acu-
sación eficaz. Del mismo modo sevincula a la garantía del juicio previo, es decir, se
hace efectivo en la existencia de un juicio, de un debido proceso, de un juicio justo.
Estotambién implica unavinculación con la garantía del non bisinidem, queante
una acusación ineficaz, no hay posibilidad de repetición. Es decir, el acusadortiene
una sola chance de derribar el principio de inocencia respecto de un hecho delicti-
vo, debe ser eficaz y se encuentra enteramente a su cargo generar la convicción ra-
cional y objetiva en el juzgador.
Asu vez, el in dubiopro reo, es una directriz para el juzgador, quien en caso de
duda debedictaminar por el sobreseimiento o absolución. La condena solo cabe,
en tanto y en cuanto no exista duda alguna de la culpabilidad y responsabilidad
penal de la persona sometida a proceso. La construcción de ese juicio de certeza
en base a la prueba brindada al juzgador para generar convicción depende de los
elementos probatorios puestos frente a él, y de la concordancia de estos con la
teoría del caso planteada por la acusación. Este límite se encuentra en todas las
etapas del proceso.
Al decír "ley procesal penal más benigna", hace referencia al principio de irre-
troactividad de la ley penal. Es decir, no se podría aplicar a un proceso en curso una
nueva ley, salvo que la misma sea más beneficiosa para la persona imputada.

i) Libertad durante elproceso


El art. 9" del CPPRN consagra la libertad durante el proceso como regla princi-
pal, siendo la privación de libertad la excepción. El instituto se encuentra regulado
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

en el art. 99 y SS., estableciendo las reglas y condiciones para su aplicación. En este


marco de situación, la aplicación de la prisión preventiva solo se puede encontrar
justificada frente a la existencia de un peligro gravísimo que no pueda ser evitado
de otro modo.
Si bien no siempre implica un adelantamiento de pena, siempre implicará un
castigo. Y por tanto es desde la óptica constitucional y convencional sumamente
cuestionable.
Cabe destacar que consagrar la libertad durante el proceso es consecuente con
el principio de inocencia y con la garantía del juicio previo, ambosya desarrollados.
Y que asimismo, siempre deben respetarse las indicaciones constitucionales reali-
zadas en los arts. 17 y 18 de la Const. de Río Negro.

jJ Defensa en juicio
La garantía de defensa en juicio se relaciona a la garantía del debido proceso, y
al principio de contradicción. Es la garantía queviabiliza y da razón de ser a todas
las otras garantíasy principios del proceso. Se encuentra consagrada en los arts. 18
y 75, inc. 22 de la CN, 22 de la Const. de Río Negro, y 10 del CPPRN. Se entiende con
dos aspectosfundamentales, por un lado una defensa material, y por otro una de-
fensa técnica. La primera se viabiliza por el derecho a ser oído, tantasveces como
lo considere necesario, o incluso a no declarar. La segunda por la asistencia técnica,
letrada para la intervención en la totalidad de los actos, preferentemente ejercida
por un tercero, y no por el imputado.
También resulta necesariodestacarqueen loestrictamente procesal, el derecho
de defensa implica el respeto al principiodec~ngruencia~~.Aquel por el cual debe
existir correlación entre la acusación realizada, la prueba producida en juicio y la
sentencia que recaiga en el mismo. Es decir, no es posible que el juez emita su deci-
sión sobrecuestionesque no fueron presentadaspor las partes, ni excediéndosede
lasquesí lo han sido. Es una clara limitación al principio del iura novitcuria, y debe
ser entendida como tal.
Lo primeroqueel art. 10del nuevo CPPRNconsagra es la prohibición de autoin-
criminación forzosa, esdecir que la persona noseencuentraobligadao coacciona-
da a declarar en su contra.~alasí~ue la posibilidad deguardar silencio, esdecir, de
no declarar no puede ser interpretada ni como admisión de responsabilidad ni co-
mo indicio de culpabilidad. Y su contracara, la de declarar todas lasveces que con-
sidere necesario para su estrategia defensita. Se entiende que esta garantía abar-
ca la posibilidad de no declarar, como la de negarse a realizar cualquier otra activi-
dad que pueda involucrar una incriminación, por ejemplo una representación.

l4 En relación al principio de congruencia véase CYN-Fallos, 328:3399,325:2019,317:2043,


318:1234,318:1788,320:1891,325:2005,327:120.
JORGELINA MONTERO

No sucede lo mismo cuando media una orden judicial para practicar una prue-
ba sobre el imputado, en la cual el cuerpo de este es objeto de prueba, por ejem-
plo, extracción de sangre, ADN, etcétera. Si bien la jurisprudencia de la CSJN no es
pacíficaen estacuestión, al igualque ladoctrina, seentiendeque,siemprequeello
no implique soportar un daño sobre el cuerpo o la salud del imputado, habiendo
orden~judicialemitidaen un marcode respeto al debido proceso, este tipodeprue-
bases procedente. Sin embargo, el alcancede la prohibición deautoincriminación
se encuentra en debate constante.
Así mismo el art. 10 del CPPRN consagra el derecho de defensa vinculado pro-
fundamenteal principio decontradicción, el principiode igualdad dearmas, y a la
garantía del debido proceso legal, consistiendo en el derecho a saber en forma cla-
ra, precisa y circunstancia el hecho que se le imputa, el derecho a una defensa téc-
nica, esdecir, a un patrocinante letrado, la posibilidad deofrecer pruebasdesincri-
minatoria, y de controlar las pruebasdecargo, el examen y contraexamen de testi-
gos y el derecho a recurrir las decisiones judiciales desfavorables, ya sean por con-
denatorias, como por violar alguna garantía, principio y10 derecho que asistea los
imputados en el desarrollo de los procesos judiciales.
Estederecho puedeser ejercido desde el inicio mismo de la investigación, inclu-
so previo a la formulación de cargos, etapa de formalización de la investigación y
hasta que el proceso se encuentre finalizado.
Debe ser observado por el órgano jurisdiccional en todo momento, así como
también por la parteacu~sadora,ydebe-ser, en caso necesario, solventado por el Es-
tado, garantizando una defensa técnica eficaz, preparada y permanente.

kJ Prohibición de incomunicación y del secreto


Tanto la incomunicación del imputado, como el secreto de las actuaciones,
atentan contra el derecho dedefensa en juicio, portanto contra el debido proceso
y contrael principiode contradicción. La norma establecida por el art. 11 tiene una
claridad meridiana. Se encuentra prohibida, y solo podrá ser dispuesta por el juez
de garantías y a pedido de parte la reserva de algún acto en particular. De esto úl-
timo, el ejemplo más claro es el caso de los allanamientos. Esta excepción se en-
cuentra completamente limitada, no solo por las formas, y el contenido de los ac-
tos, sino también por lavalidez temporal de la excepcionalidad.
Entonces, y reforzando lo consagrado como principios, seencuentra prohibida
la posibilidad devetarle al imputado, por un lado conocer el hecho que se le endil-
ga y la plataforma jurídica y probatoria desde el inicio mismo de la investigación y
durante el transcurso de todo el proceso, como así al momento de su detención la
incomunicación con su defensor y con sus familiares.
Asimismo es una función reservada al juez, la decisión sobre la misma, lo cual re-
fuerza el principio decontradicción y el impulso del proceso a cargo de las p a r t e s el
~
derribamientodel principio de inocencia por partede un acusadoreficazy eficiente.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

1) Derechos de la víctima

El nuevo articulado otorga a lavíctima un rol principal dentro del nuevo proce-
so penal (art. 12). Si bien lasfacultadesde lasvíctimasen Río Negroeran ampliasen
la anterior legislación, la actual consagra los principiosconvencionalesdetutela ju-
dicial efectiva, protección integral, participación activa durante el proceso y en la
etapa de ejecución penal, en paridad de armas con las otras partes del proceso.
A su vez otorga dos caracteres a las víctimas-querellas que son sustanciales, la
autonomíay lagratuidad. Laautonomía implica la posibilidadde laquerelladeim-
pulsar la investigación y el proceso incluso si el Ministerio Público Fiscal no lo reali-
za. Y la gratuidad implica la posibilidad de solicitarle al Estado el sostenimiento de
la querella, derecho ya consagrado en Río Negro en el art. 75, inc. 16 del anterior
ordenamiento procesal.
Asimismo se consagra, dentro del capítulo dedicado a los principios del nuevo
ordenamiento, la posibilidad de solicitar al Estado, la intervención para la resolu-
ción del conflicto y para la reparación del perjuicio sufrido.

m) Legalidady carga de la prueba

La legalidad de la prueba se refierea la posibilidad devalorar solo aquella prue-


ba que haya sido obtenida conforme lo establece el CPPRNy la Constitución de Río
Negro en su art. 21. La imposición de las formas procesales, no ya como un rito sa-
cramental, rigor formal, sino como garantía del imputado, como protección de es-
te frente a la posibilidad de incorporar en juicio pruebas obtenidas ilegalmente o
con procedimientosque no se adaptan a lo establecido por el Código. Es parte del
derecho de defensa en juicio, del principio de legalidad, debido proceso y contra-
dicción.
Las pruebas ilícitas pueden ser las que se encuentran prohibidas, ya sea porque
implican una afectación a la integridad de la persona o a sus derechos, o aquellas
que cuentan con una ilegitimidad deforma, esdecir, la prueba en si no está prohi-
bida, pero ha sido obtenida en de manera irregular, contrariando lo establecido
por el ordenamiento jurídicovigente.
Este principio también establece que es la parte acusadora, Ministerio Público
Fiscal y10 querella, generar y producir la prueba de cargo. Es decir, es esta parte, o
estas partes, quienes tienen a su cargo probar que el estado jurídico de inocencia
que se presume no es tal, y crear la certeza de culpabilidad para formar la íntima
convicción del juzgador.

n) Solución del conflicto


El art. 14 de la normativa, en consonancia con el art. 21 5 de la Constitción pro-
vincial apunta a la resolución del conflicto primario, que da origen a la investiga-
ción y proceso. Refuerza el principio de ultima ratio por el cual la aplicación e im-
JORGELINA MONTERO

plementación de la maquinaria penal, debe ser el último recurso utilizado por el


Estado.
Aquí también es dable discurrir sobre la función del sistema penal, atento que
el mismo no resuelvelosconflictos, sinoque loscanaliza y resignifica, castigando a
quien infringe la ley.
Deaquíderivaquizásel cambio mástrascendental del sistema procesal penal en
la provincia. Este principio, en conjunción con los otros consagrados, tendría que
ser entendido como el director del proceso.
La función de investigar, no solo es necesaria para llevar un conflicto a juicio, si-
notambién para resolver, o por lo menos intentar resolverlodemanera previa a Ile-
varlo a juicio. Componiendo lavoluntad de las partes, dándole a la víctima y al im-
putado la posibilidad de resolverlo de algún modo alternativo al juzgamiento y
condena.
El concepto de pazsocial es paradojalmenteconflictivo. Noesunívoco, y confor-
me la posición ideológica de cada quien, "paz social" tiene un significado u otro
Ilenándose decontenido conforme el lente de quien la conceptualiza.
Para cierto sector, pazsocial será que disminuyan los robos y losdelitoscontra la
propiedad, para otros paz social esquese acabe la violencia institucional y10 lavio-
lencia sexual.
En este sentido, el rol que asumen jueces y fiscales, es decir, el Estado, es en pri-
mer término el de solución del conflicto, entendiendo que en muchos casos, ese
conflicto no se podrá solucionar sino redefinir en términos de violencia de menor
intensidad, y solo si esto falla, podrán proceder a poner en marcha el aparato pu-
nitivo del Estado, iniciando el proceso penal.
La redefinición del conflicto se genera solo frente a la posibilidad de la existen-
cia de partes con roles activos, tanto del imputado como de la víctima, que se en-
cuentren dispuestas a llevar a cabo un proceso de composición del conflicto.
Con este principio, la provincia de Río Negro, establece como política de Estado,
y como orden para susfuncionarios, no sumar violencia a la violencia (lo que en mi
opinión genera mayormente la reacción del sistema penalfrentea la conducta des-
viada), sino abordar el conflicto, intentar solucionarloo redefinirlo, y solo ante ese
fracaso, avanzar.
El cambio de paradigma que ello implica, tendrá que ser trabajado profusa-
mente, a fin de efectivizarlo, para que no quede en una simple declaración, sino
que se convierta en política criminal.
Claramente, este principio se relaciona con otros principios y reglas consagra-
dos, la oralidad, la inmediación, la concentración, la celeridad. Ya que un conflicto
no puede resolverse o abordarse cuando se dilata en el tiempo, se realiza separa-
damente, se manifiesta con la lentitud de un sistema escrito, etcétera. Recordemos
que tanto para víctimas como para imputados, la justicia que llega tarde no esjus-
ticia.
LOS PRINCIPIOS GENERALES EN EL NUEVO CPPRN

ñJ Interpretación restrictiva
Por último, en estecapítulo del nuevo CPPRN encontramos este principio. Se re-
laciona medularmente con el comentadosupra en el apartadoi). El art. gOestable-
cecomo regla la libertad durante el proceso, como excepción el encierro. La primer
partedelart. 15,establecela pauta interpretativa complementaria, lasnormasque
coarten la libertad se interpretan restrictivamente.
Asimismo, aquellas que limiten el ejercicio de los derechos, y se enlaza con el
principio pro homine de interpretación de los derechos humanos. Siempre ha de
estarse a una interpretación favorable a la ampliación de derechos y restrictiva en
caso de limitación de los mismos. Más aún si nos encontramos en la esfera del po-
der punitivo del Estado.
Por último, se consagra el principio conocido como prohibición de analogía in
malamparte, es decir, no se puede aplicar analógicamente una norma que perju-
dique la situación de libertad de la persona imputada o que coarte el ejercicio de
sus derechos.

5 5. A modo de conclusión
El nuevo ordenamiento procesal penal de la provincia de Río Negro genera un
cambio de paradigma para todos lossujetos que intervendrán en el proceso penal.
Otorga otra legitimidad al sistema penal, y su cumplimiento, seguramente gene-
rará un fortalecimiento de las instituciones del Estado.
Sin embargo, resulta imposible entender al sistema penal en su conjunto, en re-
lación a la función social quecumple, y asu poder simbólico. A los fines declarados,
y sobre todo a los fines no declarados.
La sociedad, frente al Estado, como ente disciplinado, y como monopolizador
de la violencia legítima, necesariamente debe contar con leyes que la protejan del
avanceindiscriminadosobresucondición humana. Sin pretender queel cambiode
la ley soluciona el conflicto y el estado de situación actual, leyes más democráticas
colocan en otra posición as;1 fuerzas sociales para llevar ad;lantesus reclamos.
Cuanto más limitado se encuentre el poder del Estado en el marco legal, menos
lugar existe para las prácticas paralelas que se realizan y se perpetran. Sin embar-
go, las prácticas lo son todo. En este caso en particular, no vemos al derecho como
un obstáculo al cambio social, sino que a losactores del Poder Judicial y de la fuer-
za pública, como un obstáculo a la implementación del cambio jurídico.
Por ello, el trabajo másarduo para realizar deahora en más, ese1cambio cultu-
ral necesario en los operadores judiciales y policiales. Hace años que se discute la
creación de un ~ o d e r ~ ~ u d i yc ide
a l una po¡icia para la democracia, y claramente a
pesar de los cambios legislativos, esta sigue siendo una deuda pendiente del Esta-
do para con susciudadanos y ciudadanas.
-2
Allanamiento y requisa en el nuevo
Código Procesal Penal de Río Negro
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO *
.........................................................

5 l. La requisa en el Nuevo Código Procesal Penal


de Río Negro
Art 133. - Requisa. La requisa personal será efectuada por los funcionarios de la
policía yfuerzasdeseguridad, ysolopodrá llevarsea cabo con orden judicial, a excep-
ción que:
1 ) Concurran circunstancias previas o concomitantes que razonable y objetivamen-
te permitan justificarla medida respecto de persona o vehículo determinado.
2) Existan elementos que razonablemente impidan en razón de la urgencia obtener
la orden en forma eficaz.
3) Se lleve a cabo en la vía pública o en lugares de acceso público.
Antes de procedera la requisa se deberá advertira la persona acerca de la sospecha y
del objeto buscado, invitándolo a exhibirlo.
La advertencia y la inspección se realizarán en presencia de dos testigos, que nopo-
drán pertenecera la policía, salvo en caso de suma urgencia o imposibilidad de conse-
guirlos, lo que deberá serjustificado.
Las requisas se practicarán separadamente, respetando elpudory la dignidad de las
personas. Las requisas de mujeresserán hechaspor otras mujeres.
En elsupuesto quese hubiere actuadosin ordenjudicial, se deberá consignarbajo pe-
na de nulidad, en forma detallada y precisa, las circunstancias que justificaron el ac-
c i o n a r ~la excepción a la regla.

Art 137. - Registro de vehículosyotras cosas muebles. Se podrá registrar un vehícu-


lo, siempre que haya motivos objetivos suficientes para presumir que una persona
oculta en élobjetos útilesa la investigación. En los mismos casos también procederá el
registro de maletines, valijas, bolsos, armarios, escritorios, gabinetes u otros muebles
cerrados.

* Abogados (DefensoriaGeneral de la Nación).


DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

En lo que sea aplicable, se realizará elprocedimiento y se cumplirán las formalidades


previstaspara la requisa depersonas.

al Análisis a partir de la comparación


con el Código Procesal Penal de Río Negro
vigente hasta julio de 2017

En primer lugar correspondeenmarcar el análisisteniendoen cuentaquela re-


quisa personal es una medida que invade y afecta el derecho a la libertad perso-
nal del individuo. Al revestir estecarácter, la legislación en materia penal estable-
ce determinados recaudos que deben contemplarse para que su ejercicio no sea
arbitrario.
En la nueva redacción del Código Procesal Penal de la Provincia de Río Negro se
establecen distintos recaudos que es importante analizar, en alguna medida, to-
mando como punto de partida la regulación del instituto en el Código provincial
anterior.
En ese sentido, la nueva redacción es clara en la medida que dispone expresa-
mente que los únicosfacultados para realizar esta medida sean los funcionarios de
las fuerzas de seguridad, y ello en cumplimiento de una orden judicial.
Este requisito especial que se exige aporta un adelanto en materia de respeto a
las garantíasen materia penal, en tanto el régimen procesal anterior no señalaba
quién expresamente debía realizar la medida.
De lo expuesto sedesprende que la regla general para la realización de la requi-
sa es solicitar a la autoridad competente la correspondiente orden fundada en ra-
zonesobjetivasque permitan inferir-conformes un razonamientoquedeberáser
explicitado-que una persona oculta entre sus pertenencias evidencia de un ilícito
penal.
Es importante destacar que, conforme lo previsto en el último párrafo del art.
133delanuevanormativa, cuando losfuncionariosdeseguridadactúanenestesu-
puesto de excepción deben "consignar bajo pena de nulidad, en forma detallada
yprecisa, las circunstanciasquejustificaron e l accionar y la excepción a la regla".
Este último párrafo contiene una sanción expresa -diseñada por el legisla-
dor-quetienecomofinalidad reducir el marcodearbitrariedad de losagentesde
seguridad, quienes no pueden invocar razones de excepción sin rendir cuentas de
ellas. Ello parece un acierto de la nueva legislación que busca proteger los niveles
de autonomía personal de las personas frente a la discrecionalidad estatal.
Por otra parte seestablece cuál es la excepción a esta regla general de la queve-
níamos hablando, en cuanto a la necesidad de obtener la correspondiente orden
emanada por una autoridad judicial.
En estesentidoel art. 133 establececomodicha excepción que "1)concurran cir-
cunstanciasprevias o concomitantes que razonable y objetivamente permitanjus-
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

tificar la medida respecto de persona o vehículo determinado; 2) Existan elemen-


tos que razonablemente impidan en razón de la urgencia obtener la orden en for-
ma eficaz;3) Se llevea cabo en la vía pública o en lugaresde accesopúblico". Debe
destacarse que estos requisitos deben presentarse en forma conjunta para que se
configure la excepción a la necesidad deobtener la orden judicial.
~ l n haber
o expresamente el legislador utilizado la pirticula disyuntiva entre
los diversos supuestos y tratándose de una norma que restringe el ejercicio de de-
rechos consagrados constitucionalmente, la única interpretación posible es la que
aquí seofrece, en el sentidode que lostreselementostienen queencontrarse pre-
sentes-en simultáneo- para autorizar una requisa sin orden judicial previa.
Volviendo al régimen procesal penal provincial anterior, ese plexo normativo
no establecía claramente supuestos de excepción los cuales en la práctica existían
sin un marco legal que permitacontrolarsuejercicioarbitrario-oal menossin jus-
tificación expresa- por parte de los agentes de las fuerzas de seguridad.
Por otra parte ambas redacciones no difieren en gran medida en cuanto a la fa-
cultad de "invitar" a la persona a exhibir el objeto buscado, contenida en el quin-
t o párrafo del artículo en trato.
Dicho eso, es destacable que en el diseño del nuevo régimen debe comunicar-
se al sujeto pasivo de la requisa "acerca de la sospecha" del funcionario de segu-
ridad. La redacción de la norma exige explícitamente que los testigos del procedi-
miento -sobre los que nos referiremos más adelante- deben estar presentes en
el momento de la comunicación. Así, se garantiza a la ciudadanía que todos los
momentos del operativo policial se encuentren bajo la propia mirada civil. Ade-
más, este alcance permite puedeevaluarjudicialmente-a través de la escucha de
los testigos, con posterioridad a la requisa-, si fuera necesario, el accionar de las
fuerzas de seguridad.
En esta línea es importante mencionar que los testigos del procedimiento son
los "ojos" del juez en el ejercicio de dicha medida, por lo tanto es un verdadero
avance legislativo que su presencia sea requerida durante todo el procedimiento.
Este razonamiento permite apreciar la relevancia y el sentido por el cual la pro-
pia normaexpresamenteprohíbeque lostestigospertenezcan a lafuerzadesegu-
ridad. La excepción a ello se encuentra amparada en razones de "suma urgencia"
o la imposibilidad de conseguir a los testigos, lo cual debe estar justificado, por ex-
presa manda legal.
Entendemos que los motivos por los cuales no se pudo solicitar la colaboración
de testigos de actuación ajenos a la policía deben ser consignados en el acta y, por
tanto, pasibles de evaluación judicial posterior.
Además, en relación al modo de realizar la requisa personal, las dos legislacio-
nesen análisisson coincidentes en que las requisasdeben realizarseseparadamen-
te, respetando el pudor y dignidad de las personas, y que las mujeres solo pueden
ser requisadas por sus pares dentro de las fuerzas de seguridad.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

Por otra parte, adentrándonos en el art. 137 del CPPRN se extienden expresa-
mente las reglas de la requisa personal a losvehículos; y maletines, valijas, bolsos,
armarios, escritorios, gabinetes u otros muebles cerrados.
Esto representa otro avancecon relación a la legislación anterior en tanto otor-
ga -a través de los requisitos que venimos desarrollando- un mejor ámbito de
protección a la intimidad de las personas.
En síntesis, debe reconocerse que en el nuevo régimen, la requisa personal re-
presenta un avance en cuanto a los recaudos adoptados en comparación a su re-
dacción precedente. Ahora bien, consideramos que en relación a los supuestos de
excepción a la necesidad de la orden judicial de la autoridad competente, podría
haberse avanzado en reducir aún más los niveles de actuación discrecional de los
agentes de seguridad. En particular cuando se invocan razones de "urgencia", las
cuales podrían preversey legislarsetaxativamente.
El desafío, entonces, sin desconocer el avance que representa la nueva regula-
ción de este instituto, es avanzar en establecer expresamente cuáles son aquellos
supuestos de "urgencia" bajo los cuales puede actuarse por excepción. La impor-
tancia de ello se encuentra en que si no son los legisladores quienes dan contenido
a estossignificantes, van a ser losfuncionariosde las fuerzas de seguridad quienes
lo hagan, ampliando su ámbito de discrecionalidad.

6) Comparación con los códigosprocesalespenales


de la Nación (leyes 23.894 y 27.063)

En este punto corresponde, para continuar con el análisis del instituto de la re-
quisa personal, contrastar la nueva norma procesal rionegrina en sus diferencias
con relación al Código Procesal Penal de la Nación y a la nueva norma procesal pe-
nal nacional aún no implementada.
Para ello nos centraremos en las grandes diferencias que surgen de dicha com-
paración, sin perjuicio de las muchas semejanzas que en algunos puntos pueden
presentar ambos regímenes procesales.
En primer lugar, tantoen el Código Procesal Penal de la Nación como en la nue-
va normativa aún implementada, en oposición a la norma procesal de la provincia
de Río Negro, no se especifica explícitamente quienes serán los responsables de
realizar la requisa personal. En ninguno de ellossemenciona queella deberáefec-
tuarse por losfuncionariosde la policía y fuerzasdeseguridad, loquesíesmencio-
nado en el Código Procesal Penal de Río Negro comovimosanteriormente.
Por otra parte es importante destacar las diferencias en la regulación de las ex-
cepciones a la regla de la necesidad de la orden judicial emanada de la autoridad
competente paráel ejercicio de la medida. ~ s d e ~ aquellossupuestosen
ir, que pue-
de proceder la requisa sin la respectivaorden. Esto, que por un lado legitima la dis-
crecionalidad prevencional sin control judicial, por el otro permite limitar y contro-
lar las posibilidades en las cuales puede jugar esta excepción.
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

Así, lasexcepcionesreguladasen la norma rionegrina están redactadas de mane-


ra similar a las del nuevo Código Procesal Penal de la Nación aún no implementado.
La única diferencia relevante se presenta en la segunda excepción, cuando refiere a
la imposibilidad de requerir la correspondiente orden judicial "...ante el peligro
cierto de que desaparezcanlaspruebas.. ." frente a ". .. en razón de la urgencia ...".
De lo expuesto, puede afirmarse que en este último caso, el de la nueva norma
procesal de la provincia de Río Negro, se deja lugar a la posibilidad de incluir una
mayor cantidad de supuestos en los cuales se podría actuar sin la respectiva orden
judicial de autoridad competente, en tanto el término "urgencia" puede ser invo-
cado en una seriedesupuestos materiales mucho másampliosque la afirmación de
la circunstancia del "peligro cierto de que desaparezcan las pruebas". A ello hay
que sumar lavaguedad propia del término "urgencia".
Sin embargo, pese a ello, la norma de Río Negro posee un criterio más estricto
para la justificación de loscasosdeexcepción, al concretar la exigencia de "... con-
signar bajo pena de nulidad, en forma detallada y precisa, las circunstancias que
justificaron el accionary la excepción a la regla".
En el caso del registrodevehículos, tanto en lasnuevasnormas procesalesdeRío
Negro como en el ámbito federal, no se regula el supuesto que síexistía en el Códi-
go Procesal Penal ley 23.894.
Allí, sedefinió-n el caso de un operativo público de prevención-la posibili-
dad de requisar un vehículo aún sin orden judicial y sin sospecha razonable y obje-
tiva que permitiera justificar la medida. La única diferencia entre el nuevo Código
Procesal Penal de la Nación y el de Río Negro, es que en este último hay un artículo
específico sobre el tópico, pero que remite a las formalidades previstas para la re-
quisa de personas.
Por último, en otro orden de ideas, existen dos puntos relevantesque regula ex-
presamente el Código federal aún no implementado, ausentesen el de Río Negro;
a saber: la determinación expresa del objeto que se pretende hallar con la medida,
y, por otro lado, en relación a la forma en quedebe realizarse la requisa personal,
agregando además de la diferencia de género, la posibilidad expresa que sea Ile-
vada a cabo por profesionales de la salud.

CJ Comparacióncon otros códigosprovinciales de régimen acusatorio


(provincias de Buenos Aires, Neuquén y Santa Fe)
En el desarrollo del presente análisis surge como una cuestión relevante estu-
diar los institutos analizados en relación a otroscódigos provincialesde raigambre
acusatorios.
Incluso si la limitación en la extensión de este capítulo impide un análisis con la
profundidad que amerita la importancia de la norma, la comparación puede ser
útil envariossentidos: en primer Iugaren la medidaque podemosabarcar una me-
jor comprensión delas garantíasen juego en función desusdistintasregulaciones;
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

en segundo lugar porque nos permite ver las diferencias en relación al grado de
respeto del principio acusatorio de cada uno de los sistemas procesales; y por últi-
mo, dar un marco interpretativo a los institutos del allanamiento y la requisa más
amplio que el de la norma positiva.
Para ello hemos decidido tomar como puntos de comparación la regulación de
dichos institutos en los códigos procesales penales de las provincias de BuenosAi-
res, Neuquén y Santa Fe, vigentes a la fecha de esta publicación.
En los puntosque siguen analizaremos lasdiferencias del nuevo Código Proce-
sal Penal de la provincia de Río Negro con las normas señaladas, concentrándonos
en sus diferencias y no en las grandes semejanzas que presentan.
En primer lugar podemos observar que en relación a la norma procesal de la
provincia de Neuquén, esta no establece la necesidad de la orden judicial emana-
da de autoridad competente, en tanto queel Código rionegrino estableceello co-
mo regla general conforme analizamos anteriormente.
Por ello es que anteriormente reconocimos el acierto de regular supuestos de
excepción, ya que ello protege materialmente a la garantía constitucional puesta
en crisis por la requisa personal. La discusión se centra entonces en ajustar la letra
chica de dichas excepciones.
También es necesario tener presente que la norma neuquina solo exige la pre-
senciadeun testigo parael procedimientodela requisa-adiferencia de la norma
de Río Negro que exige dos- reduciendo los márgenes de control de la actividad
prevencional.
Estasdosdiferenciasque resaltamosparael lector, permiten apreciar que la nor-
ma rionegrina cumple másacabadamentecon su función, en tanto deja un menor
margen de acción sin control a losagentes policialesque lleven a cabo estetipo de
medidas restrictivas de la libertad individual.
Por su parte, el texto procesal penal de la provincia de Buenos Airesestablece, a
diferencia de losanteriores, que la requisa seordenará solo por requerimientodel
agente fiscal, sin presentar mayoresdiferenciascon lostextosobse~ados.Estacues-
tión, sin duda producto de la fuerte impronta acusatoria con la que fue redactado
el Código bonaerense, no fue prevista en la letra de la ley que estamos analizando.
En otro orden de cosas, en relación al Código Procesal Penal de la provincia de
Santa Fe, podemos señalar como algunas diferencias en relación al registro de ve-
hículos ya que la norma santafesina establece que "siempre que haya motivossu-
ficientes para presumir que una persona oculta en é l objetos útiles vinculados a
una investigación preexistente o cuando mediare fuerte presunción de que tales
objetosson resultantesde la comisión de un delito o serán empleadospara la inmi-
nenteperpetración de un delito". A diferencia de esta norma, el Código rionegri-
no remite a las reglas de la requisa personal.
Para concluir debe destacarse que el Código Procesal Penal de la Provincia de
Río Negro, en lo que hace a la manera en que se redactaron losartículosque regu-
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

lan la requisa personal, presenta una formulación máscompleta, sistemática y pre-


cisa quesus paresde las provincias analizadas.
Por ello debe reconocerse que la norma rionegrina reconoce con mayor voca-
ción la voluntad expansiva de la garantía, ya que al reducir los márgenes de arbi-
trariedad policial protege a las personas y sus derechosfrente a la mera discreción.

5 2. El allanamiento y registro de morada


en el nuevo Código Procesal Penal
de Río Negro
Art 138. - Allanamiento y registro de morada. Cuando el registro deba efectuarse
en un lugar habitado, en sus dependenciasinmediatas, casa de negocio u oficina, el
allanamiento sólo podrá realizarse desde que salga hasta que se ponga el sol, salvo
cuando el interesado o su reoresentante consienta que se realice en cualquier hora-
rio o en casossumamentegravesy10 urgentes. En estoscasosla autorización de ingre-
so nocturno deberá emanar delauto que lo ordena. La comunicación de la orden a
quien se le encomiende el allanamiento podrá realizarse por medios técnicos. En el
caso del fax el destinatario de la orden comunicará inmediatamente su recepción al
juezemisory corroborará que los datos de la orden, referidos en el párrafo anterior,
sean correctos.En el caso de e-mailse hará mediante uso de firma digital.
Cuando por existir evidente riesgo para la seguridad de los testigos de actuación, y
fuera necesario que la autoridadpreventora irrumpa en ellugarpreviamente, lo ha-
rá por el tiempo estrictamente necesario para neutralizar el peligro. Procediendo a
continuación, a hacer ingresarnecesariamente a los testigos de actuación.

Alt. 139. - Lugares especiales. Las restricciones establecidas para el allanamiento


de domicilios o habitaciones no regirán para las oficinas o edificiospúblicos, estable-
cimientos militares, lugarescomercialesde reunión o de esparcimiento abiertosalpú-
blico . . no estén destinadosa habitación familiar.
vque
En estoscasosse podrá prescindirde la orden de allanamiento. Cuando se trate de es-
tablecimien tos rurales solo se requerirá autorización judicialpara las moradas.

Art 140. - Autorización. El fiscal deberá requerir la autorización para el allana-


mientoporcualquier medio siempre ycuando sea fundado, ycontenga:
1 ) La determinación concreta del lugaro los lugares que deberán serregistrados.
2 ) La finalidad del registro.
3) La identidad del fiscal responsable del controlo de la ejecución de la medida y en
caso de delegación, funcionario que se encuentra autorizado a diligenciarlo.
4) Los motivos que fundan la necesidaddel allanamiento.
Eljuezexaminará elcumplimiento de los requisitos formales y la razonabilidadde los
motivos.
Hará constarla autorización en elmismo escrito, indicando elplazo para suejecución,
que no podrá superar las cuarenta y ocho horas.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

Eljuezconservará una copia y otra será entregada al titular o encargado, a quien se


encuentre en eldomicilio o a un vecino en elrnornento delallanarniento.

Art. 141. - Allanamiento sin autorización judicial. Podrá procederse alallanamien-


to sin orden judicial cuando:
1 ) Sipor incendio, inundación u otra causa semejante, se hallareamenazada la vida
de los habitantes o la propiedad.
2) Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en
una casa o local, con indicios manifiestos de ira corneterun delito.
3) Si voces provenientes de un inmueble anunciaren que se está cometiendo un de-
lito, o desde ella pidieran socorro.
4) En caso de que se introduzca en una propiedad ajena alguna persona a quien se
persiga para suaprehensión.

a) Análisis a partir de la comparacióncon el Código Procesal Penal


de Río Negro vigente hastajulio de 2017
El allanamiento es una medida de carácter coercitivo que-sin la existencia de
los debidos recaudos- podría constituirse en un supuesto de afectación de la ga-
rantía dela "inviolabilidad del domicilio" expresamentecontemplada en el art. 18
del texto constitucional.
El análisisqueaquíse proponegirará en tornoa la redacción normativa de esta
medida para ver si se ajusta a los parámetros constitucionales. Tomando, en algu-
na medida, como punto de partida la regulación del instituto en el Código provin-
cial anterior.
En primer lugar debedestacarsequeel allanamientoen un lugar habitado, con-
forme a la nueva redacción, solo puede ser llevado a cabo "hasta queseponga e l
sol". Aunque la presente regla presenta dos excepciones: el primero cuando el in-
teresado osu representante consienta el allanamientofuera deese horario, y el se-
gundo en "casossurnarnente graves y10 urgentes".
Estas expresiones del legislador podrían presentar algunos problemas en su
contraste con la norma máxima nacional.
Por un lado, y en relación a la primera de las excepciones presentadas, aceptar
la posibilidad de consentir una medida investigativa que implica la afectación de
una de los derechosfundamentales, mediante el ingreso de fuerzas de seguridad
al propio domicilio, resulta siempre problemático.
Juntoa una amplia corrientedoctrinaria, no podemosdejar de preguntarnossi
existe la posibilidad de que el interesado exprese un verdadero consentimiento,
esto es la exteriorización de una voluntad autónoma, libre devicios e informada.
Es especialmente necesario tener en cuenta que quien lleva a cabo el allana-
miento es una autoridad quecon su sola presencia probablemente imponga temor
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

sobre el individuo quien, lógicamente, seencuentra en una relación marcadamen-


te asimétrica de poder.
Finalmente, la previsión de la posibilidad de que sea el "representante" del in-
teresado quien preste consentimiento, sin dudas provocará posiciones encontra-
dasen doctrina yjurisprudencia. Entendemosque una interpretación estrictade la
norma -y portanto, adecuada para la materia-es la que demanda queel "repre-
sentante" efectivamente revista esa calidad o bien mediante un supuesto legal o
bien mediante un reconocimiento expreso, registrado, y previo a la materializa-
ción del allanamiento en sí.
Por otra parte, en relación a la segunda de las excepciones planteadas, debe se-
ñalarse que vuelve a presentarse el problema de la indeterminación de aquellos
"casos sumamente gravesy10 urgentes".
Es un desatino del legislador dejar librado a la interpretación de los funciona-
riosde lasfuerzasdeseguridad la posibilidad dellenar desentido esa expresión, al
menossi,comodijimos,el sentido deesta normativa es reducir losnivelesdediscre-
cionalidad policial.
En cualquier caso es oportuno resaltar que la redacción del art. 138 del nuevo
CPPRNexige para realizar el allanamiento nocturno la respectiva orden judicial, lo
cual podría reducir el margen de interpretación en la medida que debe pasar por
el control judicial de la autoridad competente.
En cuanto a la presencia de los testigos del procedimiento, ella es obligatoria
durante la duración de toda la medida salvo cuando exista un riesgo para segu-
ridad delos mismos. En esecaso la autoridad preventora podrá irrumpiren el lugar
sin lostestigos hasta que se haya neutralizado el peligro. Debe destacarse que, co-
mo se ha hecho en el punto anterior, que lostestigos como actores de contralor del
procedimiento son la única garantía de la legalidad de la misma y por ello debe
analizarsecon mayorfirmezalosprocedimientoscuyaparticipación estuvorestrin-
gida aunquesea circunstancialmente
Por otra parteel art. 139 de la nueva redacción prescinde de los recaudosobser-
vados en aquellos allanamientos a "oficinas o edificiospúblicos, establecimientos
militares, lugares comerciales de reunión o de esparcimiento abiertos a l público y
que no estén destinados a habitación familiar", en particular de la respectiva or-
den deallanamiento.
Lo expuesto debe analizarse en virtud de cuál es el domicilio que la garantía
constitucional protege de inferencia5 estatales. La norma en análisis parece con-
templar unavisión restrictiva de la garantía que reduce el concepto de domicilio a
aquel lugar donde una persona habita o ejerce su oficio o profesión. Ahora bien,
haciendo un correcto análisis hermenéutica de la garantía y el principio pro homi-
ne, no pareciera ser una interpretación queseajusteal texto constitucional.
En este sentido, teniendo en cuenta que la excepción alcanza a los "lugaresco-
mercialesde reuniónmpodríaser de problemática interpretación en tanto muchos
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

de esos lugares son, también, lugares de vivienda (piénsese en un kiosco o restau-


rant perteneciente a una familia quedispone la planta baja para su explotación co-
mercial mientras que la planta superior se destina a la vivienda familiar).
Por supuesto que, para este tipo de situaciones, es decir lugares que se hayan
contemplados en el art. 139 pero que también pueda decirse que se incluyen den-
tro de los enumerados en el art. 138, corres~ondeaue reciban el tratamiento de la
norma más respetuosa de la constitución, que, además, es la que precede en el or-
den sistemático del Código.
La medida deallanamiento, en un acierto de la nueva redacción, solo puede ser
ordenada si previamente fue requerida por el fiscal. Ello se condice con los princi-
piosdel nuevo Código Procesal en cuanto respeta el principio acusatorio, sin duda
se trata de uno de los principales aciertos que trae la norma.
El fiscal puede requerir la autorización por cualquier medio, siempre que su re-
querimiento se encuentre debidamente fundado. Además, la norma requiere
"7) La determinación concreta del lugar o los lugares que deberán ser registrados.
2) La finalidad del registro. 3) La identidad del fiscal responsable del control o de
la ejecución de la medida y en caso de delegación, funcionario que se encuentra
autorizado a diligenciarlo. 4) Los motivos que fundan la necesidad del allana-
miento". Estos elementos deben concurrir en el requerimiento del allanamiento
bajo pena de ser declarado inadmisible por la autoridad judicial competente. Pero
además dicha autoridad puede rechazar el requerimiento por entender que la me-
dida no es razonable.
Una vez autorizado por la autoridad competente, la misma constará en el mis-
mo escrito del requerimiento, donde debe indicarse en forma expresa el plazo pa-
ra su ejecución que no puede superar las cuarenta y ocho horas.
Los recaudos expuestos parecen razonables ya que, como se sostiene habitual-
mente, el allanamiento no es una excursión depesca. Su objeto debe estar deter-
minado, y una vez quese agota la prosecución desu ejercicio deviene en ilegítimo,
y por lo tanto impugnable.
Por último resta analizar aquellossupuestos bajo los cuales no se requiere la au-
torización judicial.
En este sentido el art. 141 de dicho texto normativo establece las siguientes ex-
cepciones: "1) Sipor incendio, inundación u otra causa semejante, se hallare ame-
nazada la vida de los habitantes o la propiedad. 2) Se denunciare que personas ex-
trañas han sido vistas mientras se introducían en una casa o local, con indicios ma-
nifiestos de ir a cometer un delito. 3) Si vocesprovenientes de un inmueble anun-
ciaren que se está cometiendo un delito, o desde ella pidieran socorro. 4) En caso
de queseintroduzca en una propiedadajena alguna persona a quiensepersigapa-
ra su aprehensión".
El primero de los supuestos no requiere mayoresanálisis en la medida que tiene
por finalidad garantizar laseguridad de las personasqueseencuentran dentrodel
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

domicilio a allanar. Se trata, más bien, de una autorización expresa a las fuerzas de
seguridad para ingresar a domicilios siempre y cuando ello permita salvar vidas o
resguardar la propiedad.
Por otra parte, la segunda de estas excepciones sí presenta mayores inconve-
nientes en la medida que la expresión "indicios manifiestosde i r a cometer un de-
litomtieneuna evidente carga~devaguedad lingüística. El objeto de la cuestión es
cómo determinar que podrían ser estos "indiciosmanifiestos", en función de redu-
cir los márgenes de arbitrariedad en el obrar policial. Por ello la interpretación de
la presenteexcepción debe ser restringida y valorada al realizar la autoridad judi-
cial competente con una mirada exantedel allanamiento efectuado.
Las expresiones restantes no presentan los mismos inconvenientes que los ex-
presados en el párrafo anterior pero requieren de un análisis exhaustivo del caso
en concretoa la hora deejercer el control exantede la medida, ya que, por ejem-
plo, en la última de lasexcepcionesdeberá identificarsesi la persecución realiza-
da responde a razones concretas, fundadas y objetivas para detener a una perso-
na.
Finalmente resta decir que la nueva redacción del instituto presenta muchas se-
mejanzas con el régimen anterior, pero en sus pocas diferencias es en donde pue-
deverseel avanceque representa el nuevo Código Procesal Penal provincial en ma-
teria de allanamientos.
En particular en cuanto deroga- el polémico art. 213 de la norma anterior. La mis-
ma legitimaba a las autoridades nacionales, provinciales o municipales para reque-
rir el registro domiciliario fundado en razones "de higiene, moralidad u orden pú-
blico". El artículo expuesto constituía una flagrante afectación a la garantía aludi-
da, y por lotanto, su derogación representa una victoria para la voluntad expansiva
de la garantía.

bJ Comparacióncon los códigosprocesalespenales


de la Nación (leyes 23.894 y 27.063)

En este punto corresponde, para continuar con el análisis del instituto de la re-
quisa personal, contrastar la nueva norma procesal rionegrina en sus diferencias
con relación al Código Procesal Penal de la Nación y a la nueva norma procesal pe-
nal nacional aún no implementada.
Haremos centro en las grandesdiferenciasque surgen del contraste, sin perjui-
cio de las muchassemejanzasque en algunos puntos pueden presentar ambos re-
gímenes procesales.
En primer término, deben destacarse las diferencias en cuanto a la posibilidad
de admitir el registro de la morada en horario nocturno siempre que medie el con-
sentimiento del morador. Debe recordarse que el principio general en este punto
es que el allanamiento debe realizarse en horario diurno. Ahora bien, el único de
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

los códigos analizados que expresamente prohíbe el consentimiento del habitan-


te funcionecomo una excepción al principio señalado, ese1 Código Procesal Penal
de la Nación, ley 27.063, es decir, la normativa que aún carece de plena vigencia.
Es importante señalar que, cuando la medida es realizada por agentes de las
fuerzasdeseguridad, el consentimiento de la persona debeser interpretado en un
sentido restrictivo. Ellodebeser asíen tanto losciudadanosseencuentran en una
relación asimétrica de poder frente a quienes detentan el ejercicio del poder pú-
blico.
Por otro lado, pero en el mismo tópico, la excepción para casos de urgencia de
realizar el allanamiento en horario nocturno se encuentra consensuada en térmi-
nossimilaresen lastres normasanalizadas. Ahora bien, la nueva norma procesal de
la Nación obliga a "explicitar tales circunstanciasextraordinarias en la orden que
lo disponga". Sin duda esto se trata de un acierto de la normativa, en tanto permi-
te ejercer un contralor -e incluso una revisión por impugnación- de los funda-
mentosque permitieron el desarrollo de la medida.
En el caso del registro de lugares especiales, los que nos estén destinados a ha-
bitación familiar, la norma rionegrina es la única que es más restrictiva de la garan-
tía en tanto permite no solo que estos registros puedan realizarse en horario noc-
turno-lo que también permiten las otras normas procesalespuestas en análisis-
sino, además, autoriza a que los mismos puedan ser llevados a cabo sin la respecti-
va orden judicial emanada de autoridad competente. Como ya se dijo en el acápi-
te anteriór, se trata de un desacierto del legislador que demandará de un esfuerzo
interpretativo mayúsculo para salvar su aptitud constitucional.
Tanto el sistema rionegrino como el nuevo Código Procesal Penal de la Nación
requieren que la medida sea solicitada por el titular de la acción penal -esdecir, el
representante del Ministerio Público-, garantizando así un mayor respeto del
~rincipioacusatorio establecido en el texto constitucional. Este no se observa en la
vieja norma procesal penal de la Nación, dondeconsecuentemente con un sistema
de raigambre más inquisitiva, el juez tiene mayores libertades de acción y la posi-
bilidad deautorizar registrosdomiciliarios prescindiendo de lavoluntad del titular
de la vindicta pública.
Los tres códigos analizados presentan grandes coincidencias en relación a las
excepciones mediante las cuales se habilita al registro de morada sin la respectiva
orden judicial emanada de la autoridad competente. En este sentido, regulan - las
excepciones en estos sentidos: "1) Sipor incendio, inundación u otra causa seme-
jante, se hallare amenazada la vida de los habitantes o la propiedad; 2) Se denun-
ciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en una casa o
local, con indiciosmanifiestosde ira cometer undelito; 3)Sivocesprovenientesde
un inmueble anunciaren que se está cometiendo un delito, o desde ella pidieran
socorro,, 4) En caso de que se introduzca en una propiedad ajena alguna persona
a quien se persiga para su aprehensión".
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

Los códigos procesalesnacionales, tanto el nuevo sin implementar como el vie-


jo, agregan otra excepción, en el supuesto dequeexista la sospecha que dentro de
la morada se encuentre unavíctima de privación ilegal de libertad.
Por último, el Nuevo Código Procesal Penal de la Nación agrega un recaudo pa-
ra el supuestos de la segunda excepción receptada anteriormente, esto es que la
denuncia debe proceder de una entidad que resulteverosímil de acuerdo a las cir-
cunstancias.

cJ Comparación con otros códigosprovinciales de régimen acusatorio


(provincias de Buenos Aires, Neuquén y Santa Fe)
En el presente análisis resulta significativo estudiar los institutos mencionados
en relación a otros códigos provinciales de raigambre acusatoria.
Ello resulta útil por varios motivos: en primer lugar en la medida que podemos
abarcar una mejor comprensión de lasgarantíasen juegoen función de susdistin-
tas regulaciones; por otro lado nos permitever las diferencias en relación al grado
de respeto del principio acusatorio de cada uno de los sistemas procesales; y por úl-
timo dar un marco interpretativo a los institutos del allanamiento y la requisa más
amplio que el de la norma positiva.
Para ello hemos decidido tomar como puntos de comparación la regulación de
dichos institutos en los códigos procesales penales de las provincias de BuenosAi-
res, Neuquén y Santa Fe, vigentesa la fecha de esta publicación.
En los puntos que siguen analizaremos las diferencias del nuevo Código Proce-
sal Penal de la provincia de Río Negro con las normas señaladas, haciendo foco en
sus diferencias y no en lasgrandessemejanzasque presentan.
En estesentido, todos los códigosanalizados presentan grandessimilitudes, sin
embargo podemos desarrollar algunas de las diferencias más relevantes.
En primer lugar, respecto de la norma procesal penal de la provincia de Buenos
Aires, es posible advertir que el Código rionegrino suma otra excepción a lostres su-
puestosque prevé la primera respeto del allanamiento sin orden judicial emanado
deautoridad competente. Así, la nueva redacción del Código Procesal Penal de Río
Negro agrega como excepción: "Sipor incendio, inundación uotra causasemejan-
te, se hallare amenazada la vida de los habitanteso la propiedad". Lo mismo cabe
respecto del Código neuquino que tampoco contempla este supuesto deexcepción.
Además, otra diferencia marcada respecto de la norma bonaerense es que el
rionegrino no contempla, afortunadamente y conforme hemos analizado previa-
mente, el allanamiento requerido por "autoridadescompetentes"fundado en ra-
zones de "higiene, moralidady orden público". Lo mismo cabe respecto del Códi-
go santafesino.
Por otro lado, la diferencia notable en relación al Código Procesal Penal de la
Provincia de Neuquén, más allá de lo señalado, consiste en que este último exige la
presenciadel "fiscalresponsabledela ejecuciónde1amedida"en aquelloscasosde
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

allanamientos practicados en horario nocturno, presencia que, conforme a la re-


dacción d e la norma, es indelegable. Sin duda esto se trata de u n gran avance en
materia de regulación al exigir u n control verdaderamente material por parte del
Ministerio Público Fiscal de la actuación desusauxiliares.
Por último resta subrayar que, comparando la norma rionegrina con el Código
Procesal Penal de la Provincia desanta Fe, queesteúltimo contempla aquella situa-
ción dondeen el marco deallanamientoseencuentran elementos probatorios "no
previstosen l a orden judicial0 rastrosde otro delito". En este caso la norma santa-
fesina exige que la fuerza actuante requiera la respectiva conformidad judicial pa-
ra proceder a su secuestro.

Anexo
Normativa utilizada para las comparaciones

1. Comparación con el Código anterior de Río Negro


a. Requisa
Art. 214- Requisapersonal. El Juezordenará la requisa de una persona, mediante de-
cretofundado, siempre que haya motivossuficientes para presumir que oculta en su cuerpo
cosas relacionadascon un delito. Antes de proceder a la medida podrá invitársele a exhibir
el obieto de que se trate.
Las requisas se practicaránseparadamente, respetando en lo posible el pudor de las per-
sonas.Sisehicierensobreuna mujer, serán efectuadas porotra, salvo queeso importedemo-
ra en perjuicio de la investigación.
La operación se hará constar en acta que firmará el requisado; si no la suscribiere se indi-
cará la causa.
La negativa de la persona que haya deser objeto de la requisa, no obstará a la misma, sal-
vo que mediaren causasjustificadas.

b. Allanamiento
Art. 208. - Registro. Si hubiere motivos para presumir que en determinado lugar exis-
ten cosas pertinentes al delito, o que allí puedeefectuarsela detención del imputado, deal-
guna persona evadida o sospechada decriminalidad, el Juezordenará, por auto fundado, el
registro de ese lugar.
El Juez podrá disponer de la fuerza pública y proceder personalmenteo delegar la dili-
gencia en funcionarios de la policía. En este caso la orden será escrita y contendrá el lugar,
día y hora en que la medida deberá efectuarse y el nombre del comisionado, que labrará un
acta conformea lodispuesto en losarts. 125 y 126.

- deba efectuarse en un luqar


Art. 209. - Allanamiento de morada. Cuando el reqistro -
habitado o ensusdependenciascerradas, la diligencia solo podrá comenzar desdeque salga
hasta quese ponga el sol.Sin embargo, se podrá proceder a cualquier hora cuando el intere-
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

sado o su representante lo consientan, o en los casossumamente graves y urgentes, o cuan-


do peligre el orden público.

Art.210.- Allanamientodeotros lugares. Lo establecidoen el primer párrafodel artícu-


lo anterior no regirá para los edificios públicosy oficinas administrativas, los establecimien-
tosde reunión o de recreo, el local de las asociaciones y cualquier otro lugar cerrado que no
esté destinado a habitación o residencia particular.
En estos casos deberá darse aviso a las personas a cuyo cargo estuvieren los locales, salvo
que ello fuere perjudicial a la investigación.
Para la entrada y registro en la Legislatura Provincial, el Juez necesitará la autorización
del Presidente de la misma.

Art.211.- Allanamientosinorden. Noobstantelodispuestoen losartículosanteriores,


la policía podrá proceder al allanamiento de morada sin previa orden judicial cuando:
1) Por incendio, explosión, inundación u otro estrago, se hallare amenazada la vida de
los habitantes o la propiedad.
2) Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introducían en una
casa o local con indicios manifiestosde ir a cometer un delito.
3) Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para
su aprehensión.
4) Voces provenientesde una casa o local anunciarenque allíseestá cometiendo un de-
lito, o pidan socorro.

Art. 212.- Formalidadespara el allanamiento. La orden de allanamiento será notifica-


da al que habite o posea el lugar donde deba efectuarse, o, cuando esté ausente, a su encar-
gado, o a falta de éste a cualquier persona mayor de edad que se hallare en el lugar, prefi-
riendo a losfamiliaresdel primero.Al notificado se le invitará a presenciar el registro.
Cuando no se encontrare a nadie, ello se hará constar en el acta.
Practicado el registro, se consignará en el acta su resultado, con expresión de lascircuns-
tancias útiles para la investigación.
El acta será firmada por losconcurrentes. Si alguien no lo hiciere se expondrá la razón.

Art. 213.- Autorización de registro.


- Cuando para el cumplimiento de sus funciones o
por razones de higiene, moralidad u orden público, alguna autoridad nacional, provincial o
municipal competente necesite practicar registros
- domiciliarios, solicitará al Juez orden de
allanamiento, expresando losfundamentosdel pedido. Para resolver la solicitud, el Juez po-
drá requerir las informacionesque estime pertinentes.

2. Comparación con el Código Procesal Penal de la Nación (anterior y nuevo)


a. Requisa en el viejo Código de Nación
Art. 230. - Requisa personal. El juezordenará la requisa de una persona, mediante de-
creto fundado, siempre que haya motivos suficientes para presumir que oculta en su cuerpo
cosas relacionadascon un delito. Antes de proceder a la medida podrá invitársela a exhibir
el objeto de que se trate.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

Las requisasse practicaránseparadamente, respetando el pudor de las personas. S i se hi-


cieren sobre una mujer serán efectuadas por otra.
La operación se hará constar en acta quefirmará el requisado; si no la suscribiere, se indi-
cará la causa. La negativa de la persona que haya deser objeto de la requisa no obstará a és-
ta, salvo que mediaren causasjustificadas.

Art.230 bis.- Losfuncionariosdela policíayfuerza deseguridad, sinordenjudicial, po-


drán requisar a las personas e inspeccionar los efectos personales que lleven consigo, así co-
mo el interiorde losvehículos, aeronavesy buques, decualquierclase, con la finalidadde ha-
llar la existencia de cosas probablemente provenienteso constitutivasde un delito o de ele-
mentos que pudieran ser utilizados para la comisión de un hecho delictivo de acuerdo a las
circunstancias particularesde su hallazgo siempre que sean realizadas:
a) Con la concurrencia de circunstancias previaso concomitantes que razonabley obje-
tivamente permitan justificar dichas medidas respecto de persona o vehículo deter-
minado.
b) En la vía pública o en lugaresdeacceso público.
La requisa o inspección se llevará a cabo, de acuerdo a lo establecido por los párrs. 2" y 3-
del art. 230, se practicarán lossecuestrosdelart. 231, y se labrará acta conforme lo dispuesto
por losarts. 138y 139, debiendo comunicar la medida inmediatamente al juez para que dis-
ponga lo que corresponda en consecuencia.
Tratándosedeun operativo públicode prevenciónpodrán procedera la inspeccióndeve-
hículos.

b. Requisa en el nuevocódigo de Nación


Art. 130.- Requisa. El juezordenará, a requerimiento de parte y por auto fundado, la
requisa de una persona, la inspección de losefectospersonalesque lleva consigo, asícomoel
interior de losvehículos, aeronaves o embarcaciones, siempre que haya motivos suficientes
para presumir que se ocultan cosas relacionadascon un delito. La orden deberá indicar los
objetos buscados.Antesde proceder a la requisa sedeberá advertir a la persona acerca de la
sospecha y del objeto buscado, invitándola a exhibirlo.
Las requisasse practicaránseparadamente, con perspectivadegénero,respetando el pu-
dor y la dignidad personal y, en los casos que correspondiere, por profesionalesde la salud.
La advertencia y la inspección se realizarán en presencia de dos testigos, que no podrán
pertenecer a la fuerza de seguridad ni a ninguno de los órganos inte~inientes,salvo en ca-
so de suma urgencia o imposibilidad de conseguirlo, la que deberá ser acreditada. El proce-
dimiento y los motivos se harán constar en el acta que firmarán todos los inte~inientesy si
el requisado no la suscribiere, se indicará la causa. La negativa de la persona que haya de ser
objeto de la requisa no obstará a ésta, salvo que mediaren causas justificadas.

Art. 131.- Requisasinorden judicial. Sólo podrá procedersea la requisa sin orden judi-
cial de la persona e inspeccionar losefectospersonalesquelleve consigo, asícomoel interior
de los vehículos, aeronaves y embarcaciones de cualquier clase, ante la concurrencia de los
siguientes supuestos:
a) Existancircunstancias previasque razonabley objetivamente permitan presumir que
se ocultan cosas relacionadasconun delito.
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

b) No fuere posible esperar la orden judicial ante el peligro cierto de que desaparezcan
las pruebas que se intentan incautar.
c) Se practique en la vía pública, o en Iugaresde acceso público.
Si correspondiera, se practicaránlossecuestrosdelmodo previsto por estecódigo, y se la-
brará unacta, expresando los motivos, debiéndose comunicar la medida inmediatamente al
representantedel Ministerio Público Fiscal para que disponga lo que corresponda.

c. Allanamiento en el viejo Código de Nación


Art. 224.- Registro. Si hubiere motivo para presumir queendeterminado lugarexisten
cosasvinculadasa la investiqacióndel delito, o queallí puedeefectuarsela detención del im-
putado o de alguna personá evadida o sospecháda de iriminalidad, el juez ordenará por au-
to fundado el registro de ese lugar.
El juez podrá proceder personalmente o delegar la diligencia en el fiscal o en losfuncio-
nariosde la policía o de lasfuerzasde seguridad. En caso de delegación, expedirá una orden
de allanamiento escrita, que contendrá: la identificación de causa en la que se libra; la indi-
cación concreta del lugar o lugares que habrán de ser registrados; la finalidad con que se
practicará el registro y la autoridad que lo llevará a cabo. El funcionario actuante labrará un
acta conforme lo normado por los arts. 138y 139 de este Código.
En caso de urgencia, cuando medie delegación de la diligencia, la comunicación de la or-
den a quien se le encomiende el allanamiento podrá realizarse por medios electrónicos. El
destinatario de la orden comunicará inmediatamente su recepciónal Juezemisory corrobo-
rará que los datos de la orden, referidos en el párrafo anterior, sean correctos. Podrá usarse
la firma digital. La Cortesuprema delusticia de la Nacióno el órganoenqueesta deleguedi-
chafacultad, reglamentará losrecaudosquedebanadoptarsepara asegurar la seriedad, cer-
tidumbre y autenticidad del procedimiento.
Cuando por existir evidente riesgo para la seguridad de los testigos del procedimiento,
fuese necesario que la autoridad preventora ingrese al lugar primeramente, se dejará cons-
tancia explicativa de ello en el acta, bajo pena de nulidad.
Si en estricto cumplimiento de la orden de allanamiento, se encontrare objetos que evi-
dencien la comisión de un delito distinto al que motivó la orden, se procederá a su secuestro
y se le comunicará al juezo fiscal inte~iniente.

Art. 225. - Allanamiento de morada. Cuando el registro deba efectuarse en un lugar


habitado0 en susdependenciascerradas,la diligencia sólo podrá realizarsedesdeque salga
hasta que se ponga el sol.
Sinembargo, se podrá procedera cualquier hora cuandoel interesado osu representan-
te lo consienta, o en los casos sumamente graves y urgentes, o cuando peligre el orden pú-
blico.

Art. 226.- Allanamientodeotms locales. Lo establecidoenel primer párrafodel artículo


anterior no regirá para los edificios públicos y oficinasadministrativas, los establecimientos
de reunión o de recreo, el local de lasasociaciones y cualquier otro lugar cerrado que no es-
té destinado a habitación o residencia particular.
En estos casosdeberá darse aviso a las personas a cuyo cargo estuvieren los locales, salvo
que ello fuere perjudicial a la investigación.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

Para la entrada y registro en el Congreso el juez necesitará la autorización del presiden-


te de la Cámara respectiva.

Art.227.- Allanamientosinorden. Noobstante lodispuestoen losartículosanteriores,


la policía podrá proceder al allanamiento de morada sin previa orden judicial cuando:
1. Por incendio, explosión, inundación u otro estrago - se hallare amenazada la vida de
los habitantes o ¡a propiedad.
2. Se denunciare que personas extratias han sido vistas mientras se introducían en una
casa o local, con indicios manifiestosde ir a cometer un delito.
3. Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para
su aprehensión.
4. Voces provenientesde una casa o local anunciaren que allíse está cometiendo un de-
lito o pidan socorro.
5. Setenga sospechasfundadasdequeenunacasao local seencuentra lavíctima de una
privación ilegal de la libertad ycorra peligro inminentesuvida o integridadfísica (art.
34, inc.7, Código Penal dela Nación).El representantedel Ministerio Público Fiscal de-
berá autorizar la diligencia y será necesaria su presencia en el lugar.

Art. 228.- Formalidadesparael allanamiento. La orden de allanamiento será notifica-


da al que habite o posea el lugar donde deba efectuarse o, cuando esté ausente, a su encar-
gado o, a falta de este, a cualquier persona mayor de edad que se hallare en el lugar, prefi-
riendo a los familiaresdel primero.Al notificado se le invitará a presenciar el registro.
Cuando no se encontrare a nadie, ello se hará constar en el acta.
Practicado el registro, se consignará en el acta su resultado, con expresión de las circuns-
tancias útiles para la investigación.
El acta será firmada por los concurrentes. S i alguien no lo hiciere se expondrá la razón.

Art. 229. - Autorización del registro. Cuando para el cumplimiento de sus funciones o
por razones de higiene, moralidad y orden público alguna autoridad competente necesite
practicar registrosdomiciliarios,solicitará aljuezordendeallanamientoexpresando losfun-
damentosdel pedido. Para resolver la solicitud, el juez podrá requerir las informacionesque
estime pertinentes.

d. Allanamiento en el nuevo Código de la Nación


Art. 132.- Registmde lugares. Si hubiere motivospara presumirqueen determinado Iu-
gar existen cosasvinculadasa la investigacióndel delito o que allíse pueda efectuar la deten-
ción del imputado o de alguna persona evadida o sospechada de haber participado de un he-
cho delictivo, el juezordenará, a requerimientode partey porautofundado, el registrodeese
lugar.
El representante del Ministerio Público Fiscal podrá disponer de la fuerza pública y proce-
der personalmente o encomendar la diligencia al funcionario debidamente individualizado
del Ministerio Público Fiscal o de la policía u otra fuerza de seguridad queestime pertinente.

Art. 133.- Allanamientode morada. S i el registro debiera efectuarseen un lugar desti-


nado a habitación o residencia particular o sus dependenciascerradas, la diligencia deberá
realizarseen horario diurno.
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

Excepcionalmente, en loscasosen que exista peligro en la demora, podrá procederse en


cualquier horario. La orden que así lo disponga deberá explicitar tales circunstancias extra-
ordinarias.
El allanamiento será ordenado por el juez y no podrá ser suplido por el consentimiento
de quien habita el lugar.

Art. 134. - Allanamiento en otros locales. Lo establecido en el primer párrafo del art.
133 no regirá para los edificios públicos y oficinas administrativas, los establecimientos de
reunión o de recreo, el local de las asociaciones y cualquier otro lugar cerrado que no esté
destinado a habitación o residencia particular.
En estos casos deberá darse aviso a las personas a cuyo cargo estuvieran los locales, salvo
que ello fuera perjudicial para la investigación.
Para la entrada y registro en el Honorable Congreso de la Nación, el juezdeberá dar avi-
so al presidente de la Cámara respectiva.
Si la entrada y registrohubiesende practicarseenun estudiojurídico, en la medida de lo po-
sible, deberá darse aviso, antes del comienzo del registro, al colegio profesional correspon-
diente de la jurisdicción respectiva, que podrá designar un representante para que presencie
el acto y en su caso formule observaciones para asegurar el respeto del secreto profesional.

Art. 135.- Allanamientosinordenjudicial. No obstante lo dispuesto en losartículosan-


terioresde esteTítulo, la policía u otra fuerza de seguridad podrán proceder al allanamien-
to sin previa orden judicial si:
a) Por incendio, explosión, inundación u otro estrago se hallare amenazada la vida de
los habitantes o la propiedad.
b) Mediare denuncia, cuya entidad resulte verosímil de acuerdo a las circunstancias, de
queuna o más personas hansidovistasmientrasseintroducíanen una casa o local con
indicios manifiestosde comisión de un delito.
c) Se introdujere en una casa o local algún sospechado de delito a quien se persigue pa-
ra su aprehensión.
u) Voces provenientesde una casa o local pidieren socorro o anunciaren que allí se está
cometiendo un delito.
e) Se tuvieren sospechas fundadas de que en una casa o local se encuentra la víctima de
una privación i¡egal de la libertad y cbrriere peligro inminente suvida o integridadfí-
sica; el representantedel Ministerio Público Fiscal deberá autorizar la medida.
En el acta se deberá dejar constancia de la existencia de alguna de lascausalesde excep-
ción descriptas en este artículo.

Art. 136. - Trámite de la autorización. Siempre que por este Código se requiera autori-
zación para la realizaciónde una medida de prueba, el representantedel Ministerio Público
Fiscal deberá requerirla por escrito o en forma oral, expresando:
a) La determinación concreta del lugar o los Iugaresque deberán ser registrados.
b) Laf inalidaddel registro, mencionandolosobjetosa secuestrar o las personasa detener.
c) El nombredel representantedel Ministerio Público Fiscal responsabledel control o de
la ejecuciónde la medida, losmotivosquefundansu necesidadycuálesson laseviden-
cias disponibles que, prima facie, la justifican.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

d) En su caso, los motivosquefundamentan la necesidadde efectuar la diligencia fuera


del horario diurno.
e) La firma del representantedel Ministerio Público Fiscal que requiere la autorización.
El juez podrá convocar a audiencia unilateral previo a tomar la decisión.

Art. 137.- Ordendeljuez. El juezexaminará el cumplimientode losrequisitosformales


y la razonabilidad de los motivosquefundan el pedido del representantedel Ministerio Pú-
blico Fiscal.
La orden será escrita y contendrá la identificación de la investigaciónen el marco de la
cual se libra, la indicación detallada del lugar o lugares que habrán de ser registrados, la fi-
nalidad con la que se practicará el registro, el día en que la medida deberá efectuarsey, si co-
rrespondiera, la habilitación horariay la descripcióndelascosasasecuestraropersonasa de-
tener, así como de la autoridad que la llevará a cabo.
En casosgravesy urgentes, la comunicación de la orden a quien se le encomiendeel allana-
miento podrá realizarse por medioselectrónicoso por cualquier otro medio idóneo, con cons-
tancia fehacientesobre el modo de comunicaciónutilizado y de la identificación del receptor.
El destinatariode la orden comunicará inmediatamentesu recepción al juezemisory corrobo-
rará que losdatosreferidosenel segundo párrafoseancorrectos. Podrá usarse la firma digital.
Si la solicitud fuese por vía telefónica, el juez exigirá al representante del Ministerio Pú-
blico Fiscal los requisitosdel art. 136y. si fueran reunidos, autorizará la medida. Dentro de las
veinticuatro horas deberá dejar constancia por escrito de la orden emitida.

Art. 138. - Formalidades para el allanamiento. La orden de allanamiento será comuni-


cada entregándose una copia de ella al que habite o posea el lugar donde deba efectuarse
o, cuando esté ausente, a su encargado o, a falta de este, a cualquier persona mayor deedad
- ~.preferentementea losfamiliaresdel primero. El funcionario a car-
que se hallare en el luqar,
go del procedimiento deberá identificarse e invitará al notificado a presenciar el registro.
Cuando no se encontrare ninquna- .persona, ello se hará constar en el acta.
Si porexistirevidente riesgo para la seguridadde lostestigosdel procedimientofuera ne-
cesario que la autoridad preventora ingrese al lugar previamente, lo hará por el tiempo es-
trictamente necesario para neutralizar el peligro. Se dejará constancia explicativa de las cir-
cunstanciasenel acta.

Art. 139. - Recaudos para el registro. La diligencia se realizará procurando afectar lo


menos posible el derecho a la intimidad.
El registro se circunscribirá al lugar específico sobre el que se sospecha que pudiera en-
contrarseel obieto de búsqueda ycomprenderá exclusivamenteloselementosqueestén re-
lacionadosconese fin. S i en estricto cumplimiento de la orden deallanamiento seencontra-
renobjetosqueevidenciaren la comisión de undelitodistintoal quemotivó la orden, se pon-
drá en conocimiento del juez o representante del Ministerio Público Fiscal interviniente
quien, en caso de estimarlo adecuado, ordenará su secuestro.
En el acta se dejará constancia explicativa sobre el lugar y la forma en que fueron halla-
dos todos los objetos secuestrados.
Practicadoel registro, se hará constaren el acta su resultado, conexpresiónde lascircuns-
tancias útiles para la investigación.
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

El acta será firmada por losconcurrentes.Sialguienno lo hiciere, se harán constar los mo-
tivos.

3. Comparación con otros códigos provinciales (Buenos Aires, Neuquén, Santa Fe)
a. Provinciade Buenos Aires
l. Requisa
Art. 225.- Requisapersonal. El Juez, a requerimiento del Agente Fiscal, ordenará la re-
quisa de una persona, mediante decreto fundado, siempre que haya motivossuficientespa-
ra presumir que oculta, en su cuerpo, cosas relacionadascon un delito. Antes de proceder a
la medida se la invitará a exhibir el objeto de que se trate.
Las requisasse practicaránseparadamente, respetando el pudor de las personas. S i se hi-
cieran sobre una mujer serán efectuadas por otra, salvo que ello importe demora en perjui-
cio de la investigación.
La operación se hará constar en acta que firmará el requisado; si no la suscribiere se indi-
cará la causa.
La negativa de la persona que haya de ser objeto de la requisa, no obstará a su realiza-
ción, salvo que mediaren causas justificadas.

II. Allanamiento
Art. 219.- Registro. S i hubieren motivos para presumir que en determinado lugar exis-
ten personaso cosas relacionadasconeldelito, a requerimiento del Agente Fiscal, el Juezor-
denará, por auto fundado, el registro de ese lugar.
El Fiscal podrá disponer de la fuerza pública y proceder personalmenteo delegar la dili-
gencia enfuncionariosde la Policía. La orden será escrita y contendrá el lugar y el día en que
la medida deberá efectuarse, y ensuscasos, la habilitación horaria quecorresponday la des-
cripción de las cosas a secuestrar o personas a detener. Asimismo consignará el nombre del
comisionado, quien labrará acta conforme a lo dispuesto en los arts. 117 y 118. Esta misma
formalidad seobservará en su caso y, oportunamente, en lossupuestosde lasdemásdiligen-
cias previstaseneste capítulo.

Art. 220. - Allanamiento de morada. Cuando el registro deba efectuarse en un lugar


habitado0 en susdependenciascerradas,la diligencia solo podrá realizarsedesdeque salga
hasta que se ponga el sol.
Sin embargo,
- se podrá proceder a cualquier hora cuando el morador o su representante
lo consientano en loscasossumamentegravesy urgenteso cuando peligreel orden público,
sin perjuicio de su ratificación posterior por el Juez.

Art. 221.- Allanamientodeotros locales. Loestablecido en el orimer oárrafo del artícu-


lo anterior no regirá para losedificios públicosy oficinasadministrativas, ¡os lugares de reu-
nión o de recreo, el local de lasasociacionesvcualquier otro sitio cerrado que no esté desti-
nado a habitación o residencia particular.
En estoscasosdeberá darse aviso a las personasa cuyo cargo estuvieron los locales, salvo
queello fuere perjudicial para la investigación.
Para la entrada y registro en la Legislatura Provincial, se necesitará la autorización del
Presidente de la Cámara respectiva.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

Art. 222. - Allanamiento sin orden. No obstante lo dispuesto en los artículos anterio-
res, la Policía podrá proceder al allanamiento de morada sin previa orden judicial cuando:
1. Se denunciare que alguna persona ha sido vista mientras se introducía en una casa o
local, con indicios manifiestosde cometer un delito.
2. Se introduzca en una casa o local algún imputado de delito a quien se persigue para
su aprehensión.
3. Voces provenientesde una casa o local advirtieren que allíseestá cometiendo un de-
lito o pidieren socorro.

Art. 223.- Formalidadesparael allanamiento. La orden de allanamiento será notifica-


da al que habite el lugar donde debe efectuarse o, cuando esté ausente, a su encargado o, a
falta de éste, a cualquier persona mayor de edad que allí se hallare. Se preferirán a losfami-
liaresdel primero.
Al notificado se le invitará a presenciar el registro; y cuando no se encontrare persona al-
guna, se hará constar en el acta.
Practicado el registro, se consignará en el acta su resultado, con expresión de las circuns-
tancias útiles para la investigación. El acta será firmada por los concurrentes y si alguien no
lo hiciere, se expondrá la razón.

Art. 224. - Autorización de registro. Cuando para el cumplimiento de susfuncioneso


por razones de higiene, moralidad y orden público, alguna autoridad competente necesite
practicar registros domiciliarios, solicitará al Juez orden de allanamiento, expresando los
fundamentos del pedido. Para resolver la solicitud, aquél podrá requerir las informaciones
que estime pertinentes.

b. Provinciade Neuquén
l. Requisa
Art. 137.- Requisa. Se podrá realizar la requisa personal siempreque haya motivossu-
ficientes para presumir que alguien oculta entre sus ropaso que lleva adheridos a su cuerpo
objetos útilesa la investigación.
de proceder a la requisa se deberá advertir a la persona acerca de la sospecha y del obje-
to buscado, invitándolo a exhibirlo.
La advertencia y la inspecciónserealizarán en presencia de un testigo, que no podrá per-
tenecera la policía,salvoencasodesumaurgenciao imposibilidaddeconseguirlo, loquede-
berá ser justificado.
Las requisasse practicaránseparadamente, respetando el pudory la dignidad de las per-
sonas. Las requisas de mujeres serán hechas por otras mujeres.

Art. 142. - Registro devehículos y otras cosas muebles. Se podrá registrar un vehículo
siempre que haya motivos objetivos suficientes para presumir que una persona oculta en él
objetos útilesa la investigación. En los mismoscasostambién procederá el registro de male-
tines, valijas, bolsos, armarios, escritorios, gabinetes u otros mueblescerrados.
En lo quesea aplicable, se realizará el procedimiento ysecumplirán lasformalidadespre-
vistas para la requisa de personas.
ALLANAMIENTO Y REQUISA ...

II. Allanamiento
Art. 143. - Allanamiento y registro de morada. Cuando el registro deba efectuarse en
un lugar habitado, ensusdependenciasinmediatas, casa denegocio uoficina, el allanamien-
to será autorizado por el juezy en el horario permitido por la Constitución.
Podrá procedersea cualquier hora en loscasossumamentegravesy urgentes. Deberá de-
jarseconstancia de la situación de urgencia en la resoluciónque acuerda el allanamiento. En
estoscasos se exigirá la presencia del fiscal responsable de la ejecución de la medida.

Art. 144. - Lugares especiales. Las restricciones establecidas para el allanamiento de


domicilioso habitaciones no regirán para establecimientos militares, lugarescomercialesde
reunión, odeesparcimiento abiertosal público y que noestén destinadosa habitaciónfami-
liar. En estoscasosse podrá prescindir de la orden de allanamiento.
Cuando se trate de establecimientos rurales sólo se requerirá autorización judicial para
las moradas.

Art. 145. - Autorización. El fiscal deberá requerir la autorización para el allanamiento


por escrito fundado, que deberá contener:
1. La determinación concreta del lugar o los Iugaresque deberán ser registrados.
2. La finalidad del registro.
3. La identidad del fiscal responsable del control o de la ejecución de la medida.
4. Los motivosquefundan la necesidad del allanamiento.
5. La firma del fiscal que requiere la autorización.
Eljuezexaminaráel cumplimientodelosrequisitosformalesy la razonabilidadde losmo-
tivos.
Hará constar la autorización en el mismo escrito, indicando el plazo para su ejecución,
que no podrá superar las cuarenta y ocho horas.
El juez conservará una copia y otra será entregada al titular o encargado, a quien se en-
cuentre en el domicilio o a unvecino en el momento del allanamiento.

Art. 146.- Allanamiento sin autorizaciónjudicial. Podrá procederse al allanamiento sin


previa autorización judicial cuando sea necesario para evitar la comisión de un delito, en res-
puesta a un pedido de auxilio hecho en protecciónde losocupantes de la vivienda o se persi-
ga a un sospechoso que se introdujo en una vivienda ajena, sin consentimientodel morador.

c. Provincia de Santa Fe
l. Requisa
. .personal deberá iustificarsefundadamentecuandohubie
Art. 168.- Requisa. La requisa
ra motivos razonables para presumir que alguien oculta consigo cosas relacionadasconun de-
lito.Antesde procedera la requisa se lo invitará a exhibirel obietocuva ocultación se presume.
Se podrá registrar un vehículo, siempre que haya motivos suficientes para presumir que
una persona oculta en él objetos útiles vinculados a una investigación
- preexistente o cuan-
do mediarefuerte presunción de que talesobjetosson resultantesde la comisión de un deli-
to o serán empleados para la inminente perpetración de un delito, lo que deberá hacerse
constar así. Se asegurará el respeto por la dignidad del requisado.
DANILO J. DE LUCA - GONZALO FREIJEDO

II. Allanamiento
Art. 169. - Allanamiento. Cuando el registro deba efectuarse en una morada, casa de
negocio, oficina, en sus dependencias cerradas o en recinto habitado, y siempre que no se
contara con la autorización libre y previamente expresada por quien tenga derecho a opo-
nerse, el Tribunal, a solicitud fundada ordenará el allanamiento.
La medida podrá ser cumplida personalmente por el Tribunal, o en su defecto éste expe-
dirá orden escrita en favor del Fiscal de Distrito, o del funcionario judicial o policial a quien
se delegue su cumplimiento. S i la diligencia fuera practicada por la Policía será aplicable en
lo pertinente en el art. 268, inc. .'
6
La orden será escrita, expresando el lugar y tiempo en que la medida deberá efectuarse,
individualizando los objetos a secuestrar o las personas a detener. La diligencia sólo podrá
comenzar entre las ocho y las veinte horas. Sin embargo, se podrá autorizar a proceder en
cualquier hora cuando el interesado o su representante lo consientan, o en los casos graves
y que no admitan demora por el riesgo de frustrarse la investigación, o cuando peligre el or-
den público.
La orden no será necesaria para el registro de losedificios públicos y oficinasadministra-
tivas, losestablecimientosdereunión ode recreo, el local de lasasociacionesy cualquierotro
lugar cerrado que no esté destinado a habitación o residencia particular. En estos casos de-
berá darseaviso a las personasa cuyo cargo estuvieren los locales, salvo queello fuere perju-
dicial a la investigación.
La orden de allanamiento será exhibida al que habita o posee el lugar donde deba efec-
tuarse, ocuando estuviereausente,a suencargado;afalta deéste, a cualquier persona mayor
de edad que se hallare en el lugar, prefiriendo a los familiares del primero. Al notificado se le
invitará a presenciar el registro. Cuando nose hallarea nadie, se haráconstar asíen el acta que
seelaborará dejando constanciade lo ocurrido, y quefirmarán los concurrentesal acto.
Si en el acto del registro se encontraren elementos probatorios no previstos en la orden
judicial o rastros de otro delito, se deberá requerir la conformidad judicial para su incauta-
ción, sin perjuicio de adoptarse los recaudos pertinentes para preservarlos. Cuando para el
cumplimiento desusfuncioneso por razonesde higiene, moralidad u orden público, alguna
autoridad nacional, provincial o municipal competente necesite practicar registros domici-
liarios, solicitará al Tribunal orden de allanamiento, expresando los fundamentos del pedi-
do. Para resolver la solicitud, el Tribunal podrá requerir las informacionesque estime perti-
nentes.

Art. 170.- Allanamientosinorden. No será necesaria laordendeallanamientocuando


la medida se deba realizar mediando urgencia que se justifique por:
1. Incendio, inundación u otra causa semejante que pusiera en peligro la vida o los bie-
nesde los habitantes.
2. La búsqueda de personas extrañas que hubieran sido vistas mientras se introducían
en un local o casa, con indicios manifiestosde cometer un delito.
3. La persecuciónde un imputado dedelito quese hubiera introducido en un local ocasa.
4. Indicios de que en el interior de una casa o local se estuviera cometiendo un delito, o
desde ella se solicitara socorro.
Las intervencionestelefónicas en el nuevo
Código Procesal Penal de Río Negro *
PABLO LARSEN **

5 1. El derecho a la intimidad y sus posibles restricciones


en el proceso penal. Nociones básicas
El análisis de toda medida restrictiva de derechos en el marco de un proceso pe-
nal, afin de comprender correctamente la problemática, no puede prescindir de la
identificación de los derechos que se encuentran en juego. La mayor o menor im-
portancia que se leasigne aellosfrenteal objetivo del proceso penal de "descubrir
laverdad" determinará, en consecuencia, si esta misión puede ceder frente a ellos
y, si ello es así, en qué casos y bajo quécondicionesl.

* Por su objetivo, este trabajo no pretende realizar un abordaje integral de la problemáti-


ca que supone la existencia de medidas de investigación como las intervenciones telefónicas. El
enfoque. en cambio, estará dirigido a realizar una exposición decómo algunos de los principales
aspectos de dichas medidas son abordados por el nuevocódigo Procesal Penal de la Provincia de
Rio Negro. Para ~n tratamiento más amplio del tema. véase De Langhe. Escuchas telefónicas. Li-
mitesa la intervencion delEstadoen lap~vacidadeintimidaddelaspersonas, 2009, ps. 107 y 108;
Laino. "La vigilancia de las telecomunicaciones interpersonales para fines de investigación pe-
nal", en Garantías constitucionales en el enjuiciamiento penal. Nuevos estudios criticos de la ju-
risprudencia, 2015, ps. 145 a 158; Garcia, "La vigilancia de lastelecomunicacionesy otrascomuni-
caciones interpenonales según la jurisprudencia elaborada en torno al Código Procesal Penal de
la Nación", en Garantías constitucionales en la investigación penal. Un estudio crítico de la juris-
prudencia, 2010, ps. 303 a 358; Roxin, La prohibición de autoincriminación yde lasescuchasdomi-
ciliarias, 2008.
** Abogadograduadode la Universidad Nacionalde La Plata (UNLP, 2015).Asistentede De-
recho Penal I en la UNLP (Cátedra a cargo de Ramiro Pérez Duhalde, Comisión a cargo de Omar
Ozafrain). Secretario Editorial de la revista En Letra. lntegrantede Asociación Pensamiento Penal
(APP). Contacto: [email protected]: unlp.academia.edulPabloLarsen.
' La averiguación de la verdad, vale destacar, no es la única finalidad del proceso penal. Al
respecto. Laudan señala que en él convergen "tres familias distintas de valores, intereses, fines u
PABLO LARSEN

En el caso de las intervenciones telefónicas, lo que se ve restringido es el dere-


cho a la intimidad de la persona sobre la que recaeesa medida2. Este derechofun-
damental se encuentra tutelado, a grandes rasgos, por los arts. 18 de la CNy 11 de
la CADH3.Deeste modo, el art. 18de la CN, en loque aquiinteresa, señala que: "El
domicilio es inviolable, como también la correspondencia epistolar y los papeles
privados; y una ley determinará en qué casosy con qué justificativos podrá proce-
dese a su allanamiento y ocupación".
Por su parte, ampliandoel campode protección, el art. 11 dela CADHagregaque:
1. Toda persona tiene derecho al respeto de su honra y al reconocimiento de
su dignidad.
2. Nadie puede ser objeto de injerencias arbitrarias o abusivas en su vida pri-
vada, en la de su familia, en su domicilio oen su correspondencia, ni deata-
ques ilegalesa su honra o reputación.
3. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias
o esos ataques.

No obstante, las cláusulas referidas no incluyen ninguna mención específica so-


bre las intervenciones telefónicas. Por el contrario, el art. 18 de la CN solo se ocupa
de señalar que son inviolables "la correspondencia epistolar y los papeles priva-
dos", y queellosolo puedecederfrentea una ley queseñale loscasosy los motivos

objetivos básicos". El primero de ellos seria "averiguar la verdad sobre el delito en cuestión y, por
tanto, evitarel pronunciamientodeveredictosfalsos". El segundo, partiendodel hechodeque, sin
importar cuánto quieran evitarse, devez en cuando ocurrirán errores-condenasfalsas y absolu-
cionesfalsas-, consisteen determinar"1aforma enquesedistribuyen loserrores referidos". El ter-
cero, por su parte. son los que denomina valores de "política pública" o "no epistémicos", por ser
"una miscelánea de intereses que no tienen quever directamente con las clases de error referidas,
sinoqueseenfocan enotrosasuntostambiénconsideradosimportantesen el desempeñodel siste-
ma de justicia penal",talescomo "el uso eficientede recursos, la protección de losderechosdel acu-
sado y otros bienes sociales" (Verdad, erroryproceso penal. Un ensayo sobre epistemologíajurídi-
ca, p. 22). Enestesentido, muchosdeestosúItimosvalores-especialmente, la protecciónde losde-
rechosde los imputados-sonespecialmentedenominados"contra epistémicos" porquesu respe-
tosupone. necesariamente, un obstáculo para cumplir con el fin deobtención de laverdad.

Sobre este punto, también podría argumentarse que se trata de medidas quevulneran el
derecho de la personaa nodeclararcontra s i misma-yaqueconellasse busca obtener información
provenientedesusexpresionesquepermitanobtenerelementosprobatoriospara, posteriormen-
te, poderarribar a una condena. Sin embargo, el camino que mayoritariamente se ha escogido al
analizarel tema es aquel que pone la atención en las restricciones al derecho a la intimidad.
La CADH, al igual que los demás instrumentos internacionales de protección de derechos
fundamentales-vale recordarlo-, enfunción del art. 75, inc. 22de la CN, goza dejerarquía cons-
titucional y es plenamente operativa.
LAS INTERVENCIONES TELEFÓNICAS...

que lo permitan, mientrasqueel art. 11 dela CADHrefierecomoámbitode protec-


ción "lavida privada, la desu familia, el domicilio y la correspondencia", y se encar-
ga deseñalar el requisitoque deben reunir las leyesque busquen restringirlo-al-
go que lo que no se ocupa, al menos explícitamente, el art. 18 de la CN-: las inje-
rencia~no pueden ser "abusivas" ni "arbitrarias".
Sin embargo, la ausencia de una referencia expresa a las comunicaciones tele-
fónicas no ha sido un obstáculo para considerarlas incluidas dentro del ámbito de
protección de esas cláusulas. Al respecto, la Cortesuprema de Justicia de la Nación
ha señalado que: "En relación con losaspectosreseñados resulta oportuno señalar
que lascomunicacionesa las que se refiere la ley 25.873 y todo lo que los individuos
transmiten por lasvías pertinentes integran la esfera de intimidad personal y se en-
cuentran alcanzadas por las previsiones de los arts. 18 y 19 de la CN. El derecho a la
intimidad y la garantía consecuente contra su lesión actúa contra toda 'injerencia'
o 'intromisión' 'arbitraria' o 'abusiva' en la 'vida privada' de los afectados (conf.
arts. 12, DUDH, y 11, inc. 2", CADH-tratados, ambos, con jerarquía constitucional
en lostérminosdel art. 75, inc. 22de la CN-y 1071 bisdel CC)"4.
Asimismo, poniendo el énfasis en la necesidad de realizar una interpretación di-
námica de los derechos receptados en la CN, ha agregado que: "Esta Corte, al refe-
rirseal art. 18de la CN, ha expresado que en él se consagra 'el derecho individual a la
privacidad del domicilio detodo habitante-orrelativo al principiogeneral del art.
19- en cuyo resguardo se determina la garantía de su inviolabilidad, oponible a
cualquier extraño, sea particular o funcionario público' (ver "Fiorentino", CSJN-Fal-
los, 306:1752). Si bien allí no se hizo mención a las comunicaciones telefónicas ni a la
protección desu secreto, una interpretación dinámica de su texto más lo previsto en
su art. 33 y en los arts. 11, inc. 2" de la CADH, y 17, inc. lo
del PIDCP, en cuanto con-
templan, en redacción casi idéntica, que nadie puede ser objeto de injerencia5arbi-
trariasen su vida privada, en la de su familia, en su domicilio o en su corresponden-
cia, permiten hacer extensivas aquellas consideraciones a casoscomo el presenteu5.
Por fuera del ámbito local, el tema ha sido también abordado dentro del siste-
ma interamericano de protección de derechos humanos. Al igual que la CSJN, el
asunto ha merecido el mismo interés por parte de la Corte lnteramericana de De-
rechos Humanos -cuyos criterios interpretativos, usualmente, se considera que
deben ser seguidos por lostribunales localesh. Al analizar el tema, el tribunal in-
teramericano concluyó en que: "Aunque las conversaciones telefónicas no se en-
cuentran expresamente previstasen el art. 11 de la Convención, setrata de unafor-

CSJN, 24/2/09. "Halabi", consid. 23 del voto de la mayoria.


CSJN, 31/8/10, "Quaranta", consid. 17 del votode la mayoría
La Corte IDH, en "Almonacid Arellano y otrosv. Chile", sentencia del 26/9/06, párr. 124, al
delinear el llamado control deconvencionalidad. se ha inclinado porsostener que los Estadosque
PABLO LARSEN

ma de comunicación que, al igual que la correspondencia, se encuentra incluida


dentro del ámbito de protección del derecho a la vida privada" 7.
La Corte IDH también tuvo oportunidad de realizar algunas consideracionesso-
bre la importancia que el asunto tieneen una sociedad dondeel usode herramien-
tas tecnológicas -cuya utilización es cada vez mayor en las investigaciones pena-
les-seencuentra en un constante avance: "La fluidez informativa aueexiste hov
en día coloca al derecho a la vida privada de las personas en una situación de ma-
yor riesgo debido a las nuevas herramientas tecnológicas y su utilización cada vez
más frecuente. Este progreso, en especial cuando se trata de interceptaciones y
grabaciones telefónicas, no significa que las personas deban quedar en una situa-
ción devulnerabilidad frente al Estadooa los particulares. De allíqueel Estadode-
be asumir un compromiso, aún mayor, con el fin de adecuar a los tiempos actuales
las fórmulas tradicionales de protección del derecho a la vida privadaM8.
Sin embargo, la existenciade una interpretación ampliadel derecho a la intirni-
dad que abarque a lascomunicacionestelefónicas no permite, por si sola, concluir
en quesu protección se encuentra plenamente garantizada. Por esa razón, deben
analizarsecuáles son loscriteriosque, con base en la normativa constitucional e in-
ternacional aplicable se han adoptado para verificar cuándo una intervención te-
lefónica es legítima. En este punto, nuevamente, son de especial interés los crite-
rios adoptados tanto por la CSJN y la Corte IDH.

reconocieron su jurisdicción tienen la obligación de seguirsuscriterios interpretativos. En un sen-


tido similar se ha pronunciado la CSJN incluso antes del surgimiento de ese criterio -aunque en
un sentido más débil-, al señalar en "Giroldi" (CSJN-Fallos, 318:514) que los criterios de la Corte
IDH deben ser una "guía de interpretación"de lascláusulas de la CADH. Para una exposición de la
totalidad de los criterios interpretativos de la Corte IDH, véase Larsen, Jurisprudencia de la Corte
lnteramericana de DerechosHumanos, 2016.

Corte IDH, caso "Tristán Donosov. Panamá". sentencia del 27/1/09, párr. 55
CorteIDH.caso"Escherv. Brasil".sentenciadel6/7/09, párr. 115.Asimismo. enel mismoca-
so la Corte IDH se ha ocupado de resaltar el amplio campo de protección que debe asegurarse, al
señalar que "el art. 11 protege las conversacionesrealizadas a través de las líneas telefónicas ins-
taladas en las residencias articulares o en las oficinas. sea su contenido relacionadocon asuntos
privados del interlocutor, sea con el negocio0 actividad profesional que desarrolla. Deese modo,
el art. 11 seaplica a lasconversacionestelefónicas independientementedesucontenidoe incluso.
puedecomprendertanto lasoperacionestécnicasdirigidasa registrar esecontenido, mediantesu
grabación y escucha, como cualquier otro elemento del proceso comunicativo mismo, por ejem-
plo, el destino de las llamadas que salen o el origen de las que ingresan, la identidad de los inter-
locutores, la frecuencia, hora y duración de las llamadas, aspectos que pueden ser constatadossin
necesidadde registrarel contenido de la llamada mediante la grabación de lasconvenaciones. En
definitiva, la proteccióna lavida privada seconcreta en el derechoa quesujetosdistintosde los in-
terlocutores no conozcan ilícitamenteel contenido de las conversacionestelefónicas o deotrosas-
pectos, como los ya mencionados, propios del proceso de comunicación" (párr. 114).
LAS INTERVENCIONES TELEFÓNICAS...

Para ello, la CSJN ha planteado el siguiente esquema de análisis: "Para restrin-


girválidamentela inviolabilidaddelacorrespondencia,supuestoquecabeeviden-
temente extender al presente, se requiere: a) que haya sido dictada una ley que
determine los 'casos' y los 'justificativos' en que podrá procederse a tomar conoci-
miento del contenido de dicha correspondencia; b) que la ley esté fundada en la
existenciade un sustancial oimportanteobjetivodel Estado, desvinculadodelasu-
presión de la inviolabilidad de la correspondencia epistolar y de la libertad de ex-
presión; c) que la aludida restricción resulte un medio compatiblecon el fin legíti-
mo propuesto, y d) quedicho medio no sea másextenso que lo indispensable pa-
ra el aludido logro. A su vez, fines y medios deberán sopesarse con arreglo a la in-
terferencia que pudiesen producir en otros intereses concurrentes" 9.
Asimismo, la CSJN ha señalado algunas consideracionesdevital importancia en
tornoa aquellos "casos" y "justificativos" que podrían ser consideradosaceptables
para llevar adelante una intervención telefónica. De este modo,. .poniendo el énfa-
sisen la necesidad deadoptar un estándar exigente, ha señaladoque: "Tal derecho
federal solo es realizable de modo efectivo restringiendo exante las facultades de
los órganos administrativos para penetrar en él, sujetando la intromisión a la exis-
tencia de una orden judicial previa debidamente fundamentada, exigenciaesta úl-
tima quese derivadel mismoart. 18de la CN. Solo en este sentido puedeasegurar-
seque losjueces, comocustodiosdeesa garantía fundamental, constituyen unava-
Ila contra el ejercicio arbitrario de la coacción estatal, pues, si su actuación solo se
limitara al control expost, el agravio a la inviolabilidad de estederecho estaría ya
consumado de modo insusceptible de ser reparado, ya que la Constitución no se
restringeaasegurar la reparaciónsinola inviolabilidad misma (ver en análogosen-
tido 'Torres' -disidencia del juez Petracchi-, CSJN-Fallos, 31 5:1043). De tal modo,
si los jueces no estuvieran obligados a examinar las razones y antecedentes que
motivan el pedido formulado pór aquellasy estuviesen facultádosa expedir las&-
denessin necesidad deexpresar fundamentos, la intervención judicial carecería de
sentido pues no constituiría control ni garantía alguna" lo.
Para luego concluir en quedicho estándar no debe ser un mero estándar subjeti-
voo basado a lasimpresionesdequien disponga la medida, sinoquedebe serrespal-
dado por elementosobjetivosque permitan reducir la arbitrariedad propia de loses-
tándares meramente subjetivos: "Una orden de registro domiciliario -o, como en
este caso, de las comunicaciones telefónicas a los fines de develar su secreto y cono-
cer su contenido-solo puede ser válidamente dictada por un juez cuando median
elementos objetivos idóneos para fundar una mínima sospecha razonable" l l.

CSJN. 24/2/09. "Halabi", consid. 25 del voto de la mayoria.


lo CSJN, 31/8/10, "Quaranta". consid. 18delvotodela mayoría.
l1 CSJN, 31/8/10, "Quaranta", consid. 19delvotodela mayoría.
PABLO LARSEN

Por su parte, la Corte IDH se ha aproximado al asunto a partir de los Iímitesque


el propio art. 11 de la CADHestablece para las posibles restricciones al derecho a la
intimidad. Así, recordando las reglas generalesque deben observarse al restringir
derechos fundamentales, ha planteado el siguiente esquema de análisis: "El pri-
mer paso para evaluar si la afectación de un derecho establecido en la Convención
Americana es permitida a la luz de dicho tratado consisteen examinar si la medida
cuestionada cumplecon el requisito de legalidad. Ello significa que las condiciones
y circunstanciasgenerales conforme a las cuales se autoriza una restricción al ejer-
cicio de un derecho humano determinado deben estar claramente establecidas
por ley. La norma que establece la restricción debe ser una ley en el sentido formal
y material. En cuanto a la interceptación telefónica, teniendo en cuenta que pue-
de representar una seria interferencia en la vida privada, dicha medida debe estar
fundada en la ley, que debe ser precisa e indicar reglas claras y detalladas sobre la
materia, talescomo lascircunstanciasen quedicha medida puedeser adoptada; las
personasautorizadasasolicitarla, aordenarla y a llevarla acabo; el procedimiento
a seguir, entre otroselementos" 12.
De acuerdo a los estándares repasados, es posible concluir en que, de acuerdo
al ordenamiento jurídico argentino, las inte~encionestelefónicas-en tanto me-
didas restrictivasdel derecho fundamental a la intimidad-, con independencia de
lo que establezca la legislación procesal, deben cumplir con los siguientes requisi-
tos de manera acumulativa:
a) Deben encontrarse previstas en una ley.
b) Esa ley, por su parte, debe prever "reglasclarasy precisas" sobre aquellosca-
sosyjustificativosen losque la medida puede proceder, incorporando unes-
tándar objetivo exigente para habilitarlas13.

5 2. El asunto en la Constitución
de la Provincia de Río Negro
No obstante la importancia de los estándares desarrollados en el apartado an-
terior, el análisisdel tema, en función del sistema federal que rige en la Argentina,
quedaría incompleto si no se determinan cuáles son las reglas que las constitucio-
nes provinciales -en este caso, la de Río Negro- incluyen al respecto. Este aspec-

l2 Corte IDH, caso"Escherv. Brasil", sentencia del 6/7/09, párrs. 130y 131.
l 3 También podrían mencionarse en este punto los requisitosde necesidady proporcionali-

dad, tal como bien lo anticipó la CSJN en el caso"Halabi", en los pasajes antes citados. Sin embar-
go, al tratarse de criterios de análisis más ligadosa los casos concretos en los que estas medidas se
disponen y no a la legislación concreta que las regula, pueden serdejados de ladoen este análisis.
LAS INTERVENCIONES TELEFÓNICAS...

t o es sumamente importante, ya que, deacuerdo al art. So de la CN, las constitucio-


nes provinciales no pueden reducir pero sí elevar el piso "mínimo" de derechos y
garantíasque establece la CN14.
En este sentido, la Constitución de la Provincia de Río Negro, a diferencia de la
CNy de la CADH, incluye específicamente una cláusula donde seconsidera inviola-
b l e a~ las comunicaciones "de cualquier índole", agregando a ello el estándar de
sospecha que debe cumplirse para habilitar una restricción, y también una regla
que obliga aexcluir loselementosprobatoriosobtenidosa travésdeun violación a
esas disposi~iones'~. Así, en su art.21 se establece que: "Eldomicilio, lospapeles y
registros de datos privados, la correspondencia epistolary las comunicaciones de
cualquier índole son inviolables y solo pueden ser allanados, intervenidos, inter-
ceptados o registrados en virtud de orden escrita de juez competente y siempre
que mediare semiplena prueba o indicio grave de la existencia de hecho punible.
Toda prueba obtenida en violación a lo aquídispuesto queda invalidada como tal".
Teniendo ello presente, junto a la posibilidad de entender que el estándar
adoptado por la Constitución provincial sea más amplio que los utilizados emplea-
dos por la CSJN y lacorte IDH porvíajurisprudencial-aunque por laamplitud pro-
pia detodo estándar bien podrían ser utilizadoscomo intercambiableslh, corres-
ponde ahora analizar si la nueva legislación procesal en materia penal de Río Ne-
gro se ajusta a dichos parámetros.

5 3. ¿Bajo qué condiciones es posible intervenir las comunicaciones


telefónicas en el nuevo CPPRN?
El primer aspecto que debe analizarse con detenimiento al estudiar una medi-
da restrictiva dederechosfundamentalesen el marco del proceso penal, por su ca-
rácter crucial, es el estándar que la legislación prevea para permitirlo. La mayor o

l4 Véase Arballo, "Puesta envalor del constitucionalismo provincial", en La Constitución en


2020.48propuestaspara una sociedadigualitaria, 201 1. ps. 281 a 287.
l5 Algo que tampoco se menciona en la CN pero que la CSJN. porvía interpretativa. ha con-
siderado obligatorio desde los casos "Charles Hnos." (CSJN-Fallos, 46:36) y "Montenegro" (CSJN-
Fallos, 303:1938). El nuevo CPPRN, por su parte, incluye esta regla en su art. 13, al establecer que
"los elementos de prueba solo tendrán valorsi han sido obtenidos por medios Iícitosy que respe-
ten las reglas formalesde su adquisición procesal".
l6 Es decir, resulta difícil determinar si el estándar de "elementos objetivos idóneos para
fundar una mínima sospecha razonable" es necesariamente más exigente que el de "semiplena
prueba o indicio grave de la existencia de hecho punible". Sin embargo, la conclusión positiva
que puede extraerse de ello es que, si bien se trata de dos estándares exigentes, el segundo de
ellos encuentra anclaje en el derecho positivo, mientras que el segundo es solo una construcción
PABLO LARSEN

menor exigencia de ese estándary la mayor o menor indeterminación queeste ten-


ga -y, a la par deello, el mayor o menor grado de discrecionalidad o arbitrariedad
que permita- determinará de antemano su compatibilidad con las exigencias re-
pasadas al comienzo de este comentario.
El nuevo CPPRN no prevé expresamente el estándar aplicable para este tipo de
medidas sino que, tratándolo de manera análoga a otro tipo de intervenciones, re-
mite al estándar exigible para los allanamientos. De este modo, el art. 145 prevé
que: "Para el secuestro de correspondencia epistolar y para la interceptación p o r
cualquier medio técnico de otras formas de comunicación personal, se requerirá
autorización judicialy se procederá de modo análogo a l allanamiento ".
No obstante, las reglasvinculadasal allanamiento (art. 138) no prevén ningún
estándar específico, sino que, a su vez, remiten a las reglas previstas para el regis-
tro de vehículos y de otras cosas muebles (art. 137)17. Es en este último artículo
donde puede encontrarseel estándar que debe regir en las intervencionestelefó-
nicas, alestablecerse, con unafórmulaexigentey similara las repasadasenelapar-
tado anterior, que: "Sepodrá registrar un vehículo, siempre que haya motivos ob-
jetivossuficientesparapresumirque una persona oculta en élobjetos útilesa la in-
vestigación ".
De este modo, y sin dejar de considerar que se trata de un estándar algo inde-
terminado, el hecho de que incluya específicamente la mención de motivos "obje-
tivos" permite incorporarlo dentro de la categoría de estándares exigentes y com-
patibles con posibles restricciones de derechos fundamentales, alejándolo de
aquellos estándares puramente subjetivos que, confiando exclusivamente en la
percepción del juez, abren la puerta a la arbitrariedad.
Por otro lado, el art. 146 del CPPRN también dispone que la medida se adopta-
rá mediante resolución "fundada". Esto se complementa con el estándar objetivo
que se establece, en tanto estos son los que permiten exponer una fundamenta-
ción racional susceptible de control.

5 4. Los resguardosque deben tomarse al proceder


A la par del estándar quees necesario satisfacer para que proceda una interven-
ción telefónica, una tutela adecuada del derecho a la intimidad exige una serie de
resguardosquedeben cumplirse paraconsiderar adecuada esa restricción. El nue-
vo CPPRN, en sintonía con ello, adopta un grupo de reglas adicionales que com-
pletan el esquema que debe respetarse al llevar adelante estas medidasde inves-
tigación.

l7 Ello se advierte en el propio comienzo del art.138, cuando no se hace referencia al están-
dar exigible sino que se comienza señalando que "cuando el registro deba efectuarse en un lugar
habitado ... ".
LAS INTERVENCIONES TELEFÓNICAS...

a) Proceden solo a pedido de parte

La primera regla que interesa destacar es que, al tratarse de una medida res-
trictiva dederechos, el nuevo CPPRN, en sintonía con el sistema acusatorio que se
adoptaT8,y estableciendo una aplicación directa de la regla general que prevé en
su art. '
6 19, establece que solo puede proceder a pedido de parte. De este modo,
el art. 146 señala que: "El Juez de Garantías podrá ordenar, a pedido de parte y
mediante resolución fundada, la intervención de comunicaciones telefónicas del
imputado ... ".

6) Duración de la medida
Otro de los resguardos que suele exigirse cuando se permiten medidas como
las intervenciones telefónicas es que, independientemente de que los estándares
que las permitan sean exigentes y se cumplan, la duración de la medida no debe
ser excesiva20.Tomando nota de ello, el nuevo CPPRN prevé reglas claras en este
aspecto, estableciendo en su art. 146 que la intervención de las comunicaciones
telefónicas del imputado podrá ordenarse: "... p o r un período determinado que
no excederá de los diez días. Este plazo podrá ser renovado, cumpliéndose los mis-

l8 A nivel conceptual, Maier ha caracterizado sintéticamente a los sistemas acusatorios del


siguiente modo: "La característica fundamental del enjuiciamiento acusatorio reside en la división
de los poderesejercidosen el proceso, por un lado, el acusador, quien persigue penalmentey ejer-
ce el poder requirente, por el otro, el imputado, quien puede resistir la imputación, ejerciendo el
derecho de defenderse. y, finalmente. el tribunal. que tiene en sus manos el poder de decidir. To-
dosestospoderessevinculanycondicionan unosa otros: su principiofundamental, queleda nom-
breal sistema, searma en la exigencia deque la actuación de un tribunal para decidirel pleito y los
límitesdesudecisiónestáncondicionadosal reclamo(acción)de unacusadory al contenido deese
reclamo, y, por otra parte, a la posibilidad de resistencia del imputado frente a la imputación que
se le atribuye" (Derecho procesalpenal, 3"ed.. 1996, t. l. p. 444).
l9 El cual dispone, en lo que aquí interesa, que "queda prohibido a losjueces realizar actos
de investigación. Solo podrán disponermedidasprobatorias y de coerción a petición de parte".
20 Al respecto, analizando los riesgos que implicaría permitir intervenciones telefónicas sin
plazo máximo de duración o por plazos excesivamente prolongados, se ha dicho que "la vigilan-
cia secreta no puede sersine die. Elloconllevaría a un Estado-policía, incompatiblecon un sistema
democráticoaun cuando se invocaran interesesdesalvaguarda de las instituciones. La cuestión no
es intrascendente tan pronto se toma en cuenta que una escucha telefónica prolongada en el
tiempo pondría al descubierto sin limitación real alguna, la vida, pensamientos, relaciones y acti-
vidades del afectado, a punto tal que, en ciertos casos, el derecho a la intimidad quedaría virtual-
mente anulado. Por ello se suele poner el acento en que la intervención de la línea telefónica de-
be ser limitada en el tiempo. De allíque, para asegurar la protección contra intromisiones despro-
porcionadas,el legisladordebeestablecerel plazo máximoduranteel cual es posiblemantener las
intervenciones" (De Langhe, Escuchastelefónicas. Límitesa la intervención del Estado en la priva-
cidade intimidadde laspersonas, 2009, ps. 107 y 108).
PABLO LARSEN

mos requisitos. Si la misma excediese elplazo de treinta días, la petición de reno-


vación deberá ser efectuada p o r e l fiscal superior y en ningún caso podrán exce-
der de noventa días".

CJ Valor probatorio
Por otro lado, para el caso en que se hayan respetado las reglas anteriormente
repasadas, el nuevo CPPRN incluye una referencia específica al valor probatorio de
la información obtenida mediante las intervenciones telefónicas. En este sentido,
el art. 146 establece lo siguiente: "Estas interceptacionesparapoderser utilizadas
como prueba en eljuicio, al objeto de su reconocimiento p o r testigosyperitos, de-
berán cumplimentar lassiguientes reglas: Su contenido deberá serpuesto a dispo-
sición de las otras partes -quienes deberán suministrar los soportes electrónicos
para ello inmediatamente de concluidas las interceptaciones-a supedido y siem-
pre antes de la audiencia en la que se formalice el litigio ...".
La primera regla quese desprendedel art. 146es, al igual que con la exigencia
de que la medida sea dispuesta solo a pedido de parte, una consecuencia directa
de otras reglas generales. En este caso, al prever que el contenido de las intercep-
taciones deberá ser puesto a disposición de las otras partes, se trata de una mate-
rialización del principio de contradicción que debe regir en la valoración de la
prueba en materia penal, en tanto las partesdeben conocer por igual loselemen-
tos probatorios a fin de poder valorarlos críticamente y, de ese modo, fortalecer
sufiabilidad2'.

21 Sobre el particular, al analizarlas implicanciasdel principio decontradicción. Guzmán, en


una exposición sintética, arriba a las siguientes conclusiones: "primero, que el contradictorio es
una derivación, principalmente, del derecho de defensa en juicio; segundo, que es el método de
investigación judicial(importadode la investigacióncientifica) másadecuado para el conocimien-
to de la verdad. Respecto de esta segunda conclusión, pareciera no haber dudas en cuanto a sus
ventajas para la comprobación de la verdad de una hipótesis, principalmente porque permite su
sometimiento a testsque deberá superarsatisfactoriamente. Superadosesos tests, obtendremos.
como señala Popper, la 'teoría másapta queestá a nuestro alcance mediante la eliminación de las
que son menos aptas'(inc1uyendo en el término 'aptitud', según lo señala el propio Popper en el
texto que aquí se cita. la 'verdad'). Si estamos de acuerdo en esto, podemos obtener un segundo
grupodeconclusionesa partirde losdosseñaladasmásarriba: 1) la privación del ejerciciodelcon-
tradictorioesinconstitucionaly lesionael derechodedefensa enjuicio; 2) no podremosestar nun-
ca seguros de que una sanción penal aplicada sin haberse sometido la hipótesis acusatoria al con-
tradictorio,esté basadaenlaverdaddel hechocontenida enella, puesla actituddogmática-y, por
lotanto, acrítica y pseudocientifica-asumidafrentea ella, lequitatodovisodeveracidad.Tendre-
mos, pordecirlo dealguna manera, una sanción aplicada confundamento en una verdad'débil'(y
acá entramos en otro problema filosófico, pues hay quever si una verdad conscientemente'débil'
puedeendefinitiva ser llamadaverdad)" (La verdadenelproceso penal. Unacontribuciónala epis-
temología jurídica, 2"ed.. 201 1, ps. 186 y 187).
LAS INTERVENCIONES TELEFÓNICAS...

Lasegunda regla queseincluyesevincula con el momento procesal antesdel que


deberá solicitarseel contenidode lasintervencionestelefónicas, al establecerseque
ellodebe suceder siempreantesde la audiencia en la quese formaliceel litigio.

C) Las comunicaciones entre el imputado


y su defensor
Finalmente,el nuevo CPPRNincluye una prohibiciónconcreta para cuando lasco-
municacionesquese pretenden intervenirtienen lugar entreel imputadoy su defen-
sor o defensores. Así, el art. 146 concluye disponiendo que: "En ningún casopodrán
interceptarse las comunicaciones telefónicas del imputado con sus defensores".
Al igual quesucede en otros grupos de casos problemáticosa lo largo de todo el
penal, se trata de un tópico en el que el legislador ha entendido
que un valor particular, por su trascendencia, debe prevalecer frente al objetivo del
Estado de llevar adelante una investigación que permita esclarecer los hechos del
caso. Concretamente. al tratarse de un valor tan sensible como la relación de con-
fianza entre el imputado y su defensor -primordial para que el primero, a través
del segundo, pueda ejercer su derecho de defensa22-, resulta necesario dotarla,
como lo hace el nuevo CPPRN, de una protección especial que asegure que el con-
tenido de esas comunicaciones no podrá ser conocido por terceros.

22 Al respecto, véase Larsen, Elderecho a una defensapenaleficazysushplicancias, en "Re-


vista de Derecho Penal y Criminologia". año 6, no6, jul. 2016. ps. 134a 144.
-4
Aspectos generales de la prisión preventiva
y las medidas cautelares
GASTÓN PlERRONl* - JORGE CRESPO**

Sin dudas la prisión preventiva resulta ser un eje central en la implementación


del nuevo sistema procesal penal aprobado por la Legislatura de la Provincia de
Río Negro mediante la sanción de la ley 5020, promulgada por el Poder Ejecutivo
por decr. 1791114, pasando de tener un sistema de corte inquisitivo a uno acusa-
torio.
En general cuando se produce un cambio de sistema procesal penal, como ser
de corte inquisitivo a acusatorio, la prisión preventiva en cuanto a su aplicación
sufre un tránsito queva desde un paradigma de inexcarcelabilidad a uno de "Iógi-
ca cautelar". Esdecir, su usosevuelve más racional y ajustadoa losestándaresinter-
nacionalesdel Derecho Internacional de los Derechos Humanos.
Es decir, cuando hablamosdel paradigma de la inexcarcelabilidad en el sistema
inquisitivo, ello obedece en la práctica a la figura del Juez de Instrucción, quien
como funcionario judicial concentra en su persona, tanto las funciones principales
de investigación y persecución del delito, como la de decidir sobre la prisión pre-
ventiva, al momento de resolver la situación procesal del imputado. Al concentrar
ambasfunciones indefectiblemente hace que utilice al encarcelamiento preventi-
vo como herramienta útil para el desempeño de su función persecutoria.
Aellosesuma la circunstanciadequeal noexistir en la norma anterior (ley 2107,
consolidada por ley 4270), un plazo perentorio de duración del proceso, sino que,
por ejemplo, en su art. 192 establecía un término de cuatro meses para practicar la
instrucción a contar de la indagatoria, el cual, además de ser "ordenatorio", de
acuerdoa la doctrinadel Tribunal Superior deJusticia de Río Negro1 podía ser pro-

* Fiscal deGradodeVilla Regina.Abogado especialistaen Derecho Penal


** Abogadoespecialista en Derecho Penal.
' Causas"Carcamo". sent. n021192, 16/3/92; "Larreguy",sent. no64/03.
GASTÓN PlERRONl -JORGE CRESPO

rrogado por otro tanto, según las circunstanciasespeciales del proceso, pudiendo
a su vezexceder excepcionalmente dicho plazo, en loscasosdesuma gravedad y de
muy difícil investigación, una persona podia estar privada de su libertad hasta tres
años, conformeart. 287 bis del Código anterior, sin obtener una sentencia de con-
dena, lo que se traducía en una verdadera pena anticipada.
Ahora bien, como podemos apreciar, con el nuevo texto de la reforma procesal
penal, losdosgrandesproblemasquesevisualizaban en el sistema inquisitivode la
ley anterior, en cuanto a materia de la prisión preventiva, esto es su regulación y
uso práctico, se irán solucionando con el correr del tiempo. Y decimos ello en fun-
ción dedos razones, la primera quecon la reforma se redujo al máximo el plazo de
duración en que una persona puedequedar privada desu libertad duranteel trans-
curso del proceso, y la segunda, y como consecuencia directa de la primera, ya no
podremos hablar de "pena anticipada".
Veamos: el art. 69 del CPPRN establece en su inciso primero, como principio
general, que los plazos legales y judiciales serán perentorios, provocando la cadu-
cidad de las instancias o de la petición de las partes, teniendo como efecto, de
acuerdo al art. 70, el cese de la intervención en la causa del juez, tribunal o repre-
sentante del Ministerio Público Fiscal. Por otra parte, en su art. 77 se establece un
plazo máximo de duración del proceso de tres años, improrrogables, a contar des-
de la formalización de cargos y hasta el dictado de una sentencia condenatoria o
absolutoria no firme. A su vez, el art. 128establece un plazo de hasta seis meses, a
contar desdeque seencontrare individualizadoel imputado, para queel fiscal rea-
lice una investigación preliminar, plazo que admite prórroga. Luego el art. 153
otorga un plazo máximo de duración de la etapa preparatoria de cuatro meses, a
contar desde la formulación de cargos. En cuanto a materia de la prisión preventi-
va, el Código- reformado establece en su art. 114 un término máximo de duración
dela privación de la libertad de, en principio, un año, no pudiendo extendersedicho
plazo másallá de losdieciochomeses.Con locual, el tiempode tresaños y seis meses
que preveía el Códigoanterior, como plazo máximo en que una persona podia estar
privada de su libertad, se redujo considerablemente a un año y seis meses.
Asimismoa travésdel art. 99 del CPPRN, seestablece, como principiogeneral, que
las medidas cautelares y de coerción personal solo serán procedentes cuando fue-
ren absolutamente indispensables para asegurar los finesdel procedimiento y solo
podránsubsistir mientrasdureesa necesidad, regulandoluegoen el art. 109y como
únicosfines procesales, el intentar el imputado evadirseo entorpecer el accionar de
la justicia, siendo en consecuencia inadmisiblee improcedentealegar otrascausales
fuera de las dos mencionadas, como para fundar un riesgo procesal. Partiendo, en-
tonces, del texto legal reformado, la prisión preventiva se regirá por su "lógica cau-
telar", lacual debeser aplicada solo para garantizar queel juicio se llevea cabo. Y tal
esel supuesto contemplado en el Código reformado al hablar de "asegurar los fines
delprocedimiento", sin olvidar que "la prisión preventivaes la medidacautelarque
ASPECTOS GENERALES DE LA PRISIÓN PREVENTIVA ...

incidesobre la libertad del imputado, loquela haceequiparablea sentenciadefini-


tiva en tanto es susceptible de ocasionar un perjuicio de imposible reparación ulte-
rior, por afectar un derecho constitucional que exige tutela inmediata" 2.
Entonces, partiendodeese principio básicode "Iógicacautelar" y de losefectos
extremos de la misma, debemos observar para aplicar constitucional y convencio-
nalmente la prisión preventiva, el cumplimiento de una serie de requisitos sin los
cuales resultaría improcedente admitir la restricción de libertad de una persona
sometida a un proceso penal. Es decir, esos requisitos de máxima raigambre nor-
mativa actúan como una especie de filtros a superar para poder llegar finalmente
a poder sostener la aplicación de la prisión preventiva.
En este sentido, el sistema procesal argentino y en particular el rionegrino en la
nueva etapa que se avecina, de manera obligada, se ha adecuado a las tendencias
modernas, esasíque la Organización de las Naciones Unidas(ComitéContra la Tor-
tura y otros Tratos Crueles Inhumanos y Degradantes) expresó al referirse sobre el
tema: "Considere revisar (sus) prácticas en materia de detención preventiva, a fin
de que la imposición de prisión preventiva se aplique solo como medida excepcio-
nal. Entonces, solose puedeconsiderar la imposición deesta medida como ULTIMO
RECURSO para asegurar la realización del juicio ...".
Asícomo primera cuestión debemos, en todo proceso, chequearcon quéelemen-
tosde prueba contamoscomo paraestarfrentea la existenciade un hecho delictivo,
esto es, saber y estar en condiciones de poder describir la plataforma fáctica, indi-
cando las circunstancias de tiempo, lugar y modo en que ocurrió, como así, indagar
la participación en el mismo por parte de la persona sospechada o imputada en el
proceso. Ese sería el primer requisito como para comenzar a analizar la situación del
individuo frente a la cautelar que afecte su libertad, también denominado "mérito
sustantivo" o "supuesto material". Se exige entonces, la comprobación ineludible
de la posible responsabilidad del sujeto enel hecho delictivo quese le atribuye. Pre-
supone cierto nivel de desarrollo de la investigación, de la cual se pueda inferir una
probabilidad concreta deque la persona que se encuentra sospechada de participar
en el hecho objeto de investigación lo haya cometido. Se exige sospecha suficiente,
esto es, indicios racionalesde que el imputado ha cometido una infracción.
De ese modo, uno de los presupuestos de admisibilidad de la restricción a la
libertad de un individuo es la "presunción de culpabilidad", la quesupone la exis-
tencia ineludible de serias pruebas que lo vinculen con el hecho investigado3.
Sobreestaexigencia, lacorte IDH, señalólosiguiente: "La legitimidad de la prisión
preventiva no proviene solamente de que la ley permite aplicarla en ciertas hipó-
tesis generales. La adopción de esta medida cautelar requiere un juicio de propor-

C.UN-Fallos. 31 1:358 y ST Río Negro. sent. no158106.


CIDH, Informe no86/09. párr. 77.
GASTÓN PlERRONl -JORGE CRESPO

cionalidad entre aquéllas, los elementos de convicción para dictarla y los hechos
que se investiganu4.
En consecuencia, también la Corte lnteramericana ha establecido que para res-
tringir el derecho a la libertad personal a través de medidas como la prisión pre-
ventiva, deben existir indicios suficientes, aportados por la parte acusadora, que
permitan suponer razonablemente que la persona sometida a proceso haya parti-
cipado en el ilícito que se investiga5.Ahora bien, en esta instancia del proceso de
dictado de la cautelar, no se debe desnaturalizar el instituto y utilizarse a modo de
control social, tendiente a neutralizar con el encierro la peligrosidad del sometido
a proceso, pues en el caso y de suceder, dejaría la órbita procesal para configurar
sin dudas un adelantamiento de pena, pues al respecto el Superior Tribunal pro-
vincial expresó: "Así, la Constitución Nacional no permite que se tratecomo culpa-
ble a quien a cuyo respecto todavía no se ha dictado una sentencia penal firmeque
así lo declare y lo someta a una pena. Hasta tanto ello no ocurra, la persona tiene
derecho a gozar de libertad durante el trámite del proceso" 6.
En comunión con lo antes expuesto, la Corte IDH ha sostenido que "la sospecha
tiene que estar fundada en hechos específicos y articulados con palabras, esto es,
no en merasconjeturaso intuicionesabstractas. Deallíse deduce queel Estado no
debe detener para luego investigar, por el contrario, solo está autorizado a privar
de la libertad a una persona cuandoalcanceel conocimientosuficiente para poder
llevarlaaj~icio"~. Ello implica quedeben haberseconstatado mediante mediosde
prueba la-configuración de todos loselementosdel tipo legal imputado.
La idea que está detrás de este primer requisito, en el marco de lo expuesto, tie-
ne relación con pretender garantizar la realización del juicio. En el momento en
que debemos decidir sobre restringir la libertad a un sujeto sospechado de haber
participado en la comisión de un hecho delictivo, tenemos que tener en claro que
en esecasodebeexistir unaexpectativa razonableylo probabledeque, con losele-
mentos de pruebas reunidos en la causa resultan suficientes como para avanzar
hacia el juiciooral y públicoy así poder proteger su realización. De allí, la idea cuan-
do hablamos de la "lógica cautelar" que debe tener la prisión preventiva. Por otro
lado, no solo resultará fundamental contar con esa expectativa a proteger, sino
que también resultará necesario, para justificar la prisión preventiva, la existencia
de ciertos riesgos procesalesdignos de ser protegidos y que podemos enmarcarlos
en un segundo requisito para la procedencia de la cautelar.

Caso "López Aivarezv. Honduras", párr. 68.


Casos"ServellónGarcia", párr. 90y "ChaparroAlvarez", párr. 101.
"Incidente excarcelación de Andrés Pérez Casal s1Apelación sICasación" (expte. n-
20734105 STJ, Se. 32 del 27/4/06).
Casos "Servellón Garcia". párr. 90y "Chaparro Aivarez", párr. 103.
ASPECTOS GENERALES DE LA PRISIÓN PREVENTIVA ...

Es decir, luego de probar el requisito material de que existen sospechas sufi-


cientes como para acreditar la existencia del hecho presuntamente ilícito y la par-
ticipación del imputado en el evento, se debe también verificar luego el peligro
procesal en concreto, esto es, constatar la existencia de algún peligro procesal con-
templado en el sistema normativo, como así, determinar de qué modo se puede
neutralizar ese peligro procesal, a través del medio cautelar menos gravoso. Aho-
ra bien, los riesgos procesalesalosquealudimosson el "peligro de fuga" y el "peli-
gro para la investigación o su obstaculización". Como bien hemos mencionado,
ambascausalesson las únicascontempladasen nuestro nuevo Código y son las úni-
cas compatibles con los tratados internacionales de derechos humanos.
Así podemos decir que la prisión preventiva es un mecanismo por el cual, ante
la existencia de riesgos procesales, se limita la libertad ambulatoria del sometido a
proceso, como ultima ratio, respetando el principio de proporcionalidad y prohi-
bición de exceso, con el objetivo de lograr la efectiva realización del juicio8. Por el
contrario no admiten como justificativo de aplicar un encarcelamiento preventivo
cuando lascausalesobedezcanafines preventivosy no procesales, como ser la peli-
grosidad del imputado, la posibilidad dequecometa delitosenelfuturoo la reper-
cusión social del hecho, pues precisamente esos fundamentos se apoyan en crite-
riosdederecho penal material, quese basan en la evaluación del hecho pasado.
En la causal de "peligro de fuga" el objetivo a proteger es laexpectativa de juz-
gar al imputado, ello partiendo de la base de que, según nuestro sistema procesal
penal, un sujeto no puede ser juzgado en su ausencia, esto es, en rebeldía. Para
analizar este peligro procesal debemos tomar en cuenta la seriedad de la infrac-
ción y severidad de la pena fijada en abstracto, sin olvidar que este aspecto es solo
un indicador, nunca puede ser el argumento central o principal del encierro. Otros
elementos a evaluar y analizar sobre la posible evasión del individuo debemos
atender a losvaloresdemostrados por la persona, el arraigo, con suscomponentes:
vínculosfamiliares, propiedades, domicilio fijo, trabajo establey todoaquello que
lo mantendrían en el lugar de su residencia (La Comisión lnteramericana de dere-
chos Humanos ha considerado y definido el término arraigo en su sentido corrien-
te, relativo al establecimiento permanente de una persona en un lugar vinculán-
dose a personas y cosas).
En el caso del "peligro para la investigación o su obstaculización", el objetivo a
proteger es obtener una correcta y efectiva investigación de los hechos de manera
que la misma no se vea alterada por acciones del imputado en caso de que este
estuviereen libertad, cornoserentreotras, intimidara lavíctima ylotestigosdecar-

CIDH, Informe no 86/09, caso 12.553, 6/8/09, "Fondo, José, Jorge y Dante Peirano Basso,
Uruguay", párrs. 81 y 84; CIDH, Informe no77/02, caso 11.506. "Fondo, Waldermar Gerónimo Pin-
heiroy JoséVictor Dos Santos, Paraguay", 27/12/00, parr. 66.
GASTÓN PlERRONl -JORGE CRESPO

go. Dicho de otra manera, la obstaculización de la investigación debe ser entendi-


da como el peligro que puede generar el imputado al utilizar su libertad para
borrarodestruir huellaso rastrosdel ilícito, como intimidar, sobornar0 influenciar
a testigos, entre otras posibilidades.
El Código Procesal Penal establece en su art. 109ciertaspautaspara decidir acer-
ca de esos dos peligros procesales. Asítenemos que para determinar el "peligro de
fuga" menciona el arraigo, el cual se establecerá como ya se indicó párrafos más
arriba por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus negocios
o trabajo y las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto; y el com-
portamiento del imputado durante el procedimiento, en la medida que indique
cuál es su voluntad de sujetarseal proceso penal y en particular, si incurrió en rebel-
día, osi hubiereocultado información sobre su identidad, o domicilio, osi hubiese
proporcionado una falsa.
En lo que hace al "peligro de entorpecimiento para la averiguación de la ver-
dad", la norma dice que podrá tenerse en cuenta la existencia de indicios que jus-
tifiquen la grave sospecha de que el imputado destruirá, modificará, ocultará,
suprimirá o falsificará elementos de prueba, o bien influirá para que testigos o
peritos informen falsamente o secomporten de manera desleal o reticente0 indu-
cir a otros a realizar tales comportamientos. Queda más que claro entonces que
fuera de esas dos causales no es posible justificar la aplicación de la prisión preven-
tiva.
Otra cuestión que debe tenerse presente es que el Código Procesal Penal pre-
senta un abanico de medidas cautelares alternativas a la prisión preventiva, que
permitirá a los operadores realizar un uso más racional de la prisión preventiva.
Peroclaro está quecualquier medida alternativa al encarcelamiento quese impon-
ga al imputado, a los finesdegarantizar los finesdel procedimiento, debeser apli-
cada de manera efectiva y controlada y así demostrar que, fuera de la prisión pre-
ventiva, existen otras medidas cautelares alternativas que permiten del mismo
modo asegurar, por ejemplo, que el imputado no huya del juicio, o que no atente
contra las víctimas o testigos o no realice otras conductas que se considera necesa-
rio evitar. Solo de ese modo será posible evitar que sea la prisión preventiva la úni-
ca herramienta posible para garantizar los fines del proceso.
Loqueocurre en la práctica yeneralmente-esquefrente a la ineficiencia del
Estado en poder dar respuesta efectiva a la sociedad en cuanto a imponer al impu-
tado medidas cautelares alternativas y que las mismas sean cumplidas y controla-
das, se busca una resolución más sencilla y demagógica, cual esel encarcelamiento
del imputado durante el proceso penal, sin importar el debido proceso y demás
derechos y garantías constitucionales que goza todo individuo que se encuentra
sospechadoe imputadoen una causa penal, desobedeciendo e incumplimiento así
los compromisos asumidos al suscribir los distintos tratados internacionales de
derechos humanos.
ASPECTOS GENERALES DE LA PRISIÓN PREVENTIVA ...

Las ReglasdeTokioestablecen que la justicia penal debeestablecer una amplia


gama de medidasalternativasa la privación de la libertad, desde la fase anterior al
juicio para imponerla de modo flexible deacuerdo a las necesidades, según el tipo
y gravedad del delito, la personalidad y los antecedentes penalesdel imputado y la
protección de la sociedad, con el fin de evitar así la imposición innecesaria del
encarcelamiento cautelar (Regla no2.3). Asimismo dispone que las medidas alter-
nativassedeberán adoptar con humanidad y respeto por la dignidad del ser huma-
no "loantes posible" dadoquela prisión preventiva nodeberádurar másdel tiem-
po quesea necesario (Regla no6.2) y en la modalidad menos rigurosa posible.
La Comisión lnteramericana de Derechos Humanos por su parte, propone, el
siguiente catálogo de medidas alternativas: a) la promesa del imputado de some-
terse al procedimiento y de no obstaculizar la investigación; b) la obligación de
someterseal cuidado ovigilancia
- de una persona o institución determinada, en las
condicionesque se lefijen; c) la obligación de presentarse periódicamente ante el
juez o ante la autoridad que él designe; d) la prohibición de salir sin autorización
previa del ámbito territorial que se determine; e) la retención de documentos de
viaje; f ) la prohibición de concurrir a determinadas reuniones o de visitar ciertos
lugares, deacercarseo comunicarsecon personasdeterminadas, siempreque no se
afecteel derechoa la defensa; g)el abandono inmediatodel domicilio, cuando se
trate de hechos de violencia doméstica y la víctima conviva con el imputado; la
prestación por sío por un tercero de una fianza o caución pecuniaria; i) lavigilan-
cia del imputado mediante algún dispositivo electrónico de rastreo o posiciona-
miento de su ubicación física; y el arresto en su propio domicilio o en el de otra
persona, sin vigilancia o con la que el juez disponga.
Con relación a ello, entendemos que el Código Procesal Penal, cumple con la
manda convencional al establecer expresamente en su art. 100, medidas cautela-
res alternativas a la prisión preventiva ya que menciona la posibilidad de exigírse-
le al imputado como medida alternativa a la prisión preventiva y siempre que se
presumiera fundadamenteque el acusado pudiera eludir el accionar de la justicia
o entorpecer la investigación, la prestación de una caución o fianza (inc. a), que
pueden ser juratoria, personal o real (arts. 101 y 102); fijar y mantener domicilio
(inc. b); permanecer a disposición del órgano judicial competente (inc. c), abste-
nerse de realizar cualquier acto que pudiese obstaculizar el descubrimiento de la
verdad y la actuación de la ley (inc. d), la aplicación de medios técnicosque permi-
tan someter al imputado en libertad ambulatoria al efectivo control del órgano
judicial (inc. e), disponer la exclusión del imputado del hogar (inc. f), imponérsele
la obligación de no ausentarse de la ciudad o lugar en que reside, no concurrir a
determinados sitios o comunicarse con determinadas personas; presentarse ante
la autoridad los días que fije, o de someterse al cuidado o vigilancia de la persona
o institución que se designe, entre otras. En lo que respecta a la fianza la misma
debe fijarse a un nivel tal que la perspectiva de perderla sería un elemento disuasi-
GASTÓN PlERRONl -JORGE CRESPO

vo suficiente para evitar que el imputado se fugue. Se trata de encontrar una rela-
ción proporcional entre el riesgo de fuga y que el interesado no desoiga otras
medidas no privativas de la libertadg.
Siempre que exista una medida cautelar alternativa menos gravosa que la pri-
sión preventiva, corresponde aplicar esta si contiene la misma idoneidad para
alcanzar el objetivo propuesto, no podemos dejar de señalar que como se expresó
en los párrafos anteriores, la prisión preventiva será la ultima ratio y no el primer
presupuesto en un catálogo normativo penal. De allí el carácter excepcional de la
prisión preventiva, el cual se encuentra receptado en el Código en su art. 109, al
decir sobre la procedencia de la prisión preventiva, queel acusador podrá requerir
fundadamente dicha medida coercitiva cuando considere que las demás medidas
cautelares fueren insuficientes para asegurar los fines del procedimiento.
Por último, obse~amoscomoun hecho positivo de la reforma procesal el hecho
de que toda medida cautelar y de coerción personal deberá ser peticionada y dis-
cutida en una audiencia oral y pública, en presencia del juez y de las partes, garan-
tizándose los principios de oralidad, inmediación y contradicción. El hecho que se
transforme en oral e inmediata la discusión sobre la cautelar en estudio. conlleva
como beneficio que las decisiones se transforman en trasparentes, permitiendo
socializar el mensaje que desde el sistema judicial se da al tratar un tema tan sensi-
ble como la prisión preventiva, logrando dar confianza y previsibilidad al justicia-
ble. La oralidad conlleva necesariamente a la inmediatez, entendida esta como la
posibilidad dequeel jueztomecontactodirectoy personal con la situación del jus-
ticiable y su relación con la cautelar, permitiendo analizar de primera mano las
resultas de la contradicción y emitir sin dilación alguna un resultado al diferendo
planteado entre la defensa y el órgano acusador.
Tal exigencia es establecida por el art. 111 del Código. Al respecto, el órgano
acusador deberá primeramente, para sostener y justificar una cautelar de prisión
preventiva, realizar la formulación decargoscontra el imputado, esdecir, el titular
de la acción pública debe indicar con claridad cuáles son los hechos que imputa.
Esta formulación de cargos consistirá en el relato de los hechos imputados por par-
te del fiscal, indicando la calificación jurídica. Además, debe el fiscal mencionar
algunosantecedentes probatoriosque respalden a los mismos. Esdecir, lo que Ila-
mamos el "supuesto material". Lo normal para esto, debiera ser que solo con el
relato de los antecedentes probatorios que haga el fiscal sea suficiente, pero
-

excepcionalmente-si esque el debate loexige-podría exigirseun examen delos


registros de la investigación que dan cuenta de esos antecedentes probatorios, y
en casosextremosseríaposibleque fuera necesaria la comparecenciade mediosde
prueba a la audiencia. Luego el fiscal deberá probar la necesidad de aplicar en el

9 CIDH, Informe no64/99. párr. 54.


ASPECTOS GENERALES DE LA PRISIÓN PREVENTIVA ...

caso la prisión preventiva, indicandoel plazo desuvigencia, demostrandotambién


la imposibilidad de poder aplicar otras medidas alternativas menos gravosas, que
permitan asegurar los finesdel procedimiento.
Como cierre de este trabajo y un resumen de ideas, nos pareció importante citar
al maestro Beccaria quien se levantó contra el abuso de la prisión preventiva soste-
niendo: "La estrechezde la cárcel, no puede ser másque la necesaria o para impe-
dir la fuga o para que no se oculten las pruebas de los delitos". Asimismo Frances-
co Carrara preocupado por las graves repercusiones de la cárcel en el ser humano
escribió que: "La custodia preventiva, considerada únicamente respecto a las nece-
sidades del procedimiento, tiene que ser brevísima, esto es, lo que sea indispensa-
ble para interrogar al reo y obtener de él oralmente todas las aclaraciones que la
instrucción requiera, despuésde lo cual ya no hay por esta parte, motivo para dete-
nerlo, y sería injusto ante la sana razón que su detención se prolongara, porque se
pecaría por petición de principio" lo.

'O Programa de derecho criminal. Parte general, V.II, 1977, no897, p. 375. En el mismo senti-
do, Inmoralidad del encarcelamiento preventivo, en "Opúsculos de Derecho Criminal", no V. IV,
1978, p. 223.
El régimen de medidas de coerción
en el nuevo sistema de enjuiciamiento
de la provincia de Río Negro
IGNACIO RACCA*

g 1. Introducción
De la lectura del nuevo Código Procesal Penal de la Provincia de Río Negrose ex-
trae un futuro esperanzador en materia de normativa procedimiental, no solo pa-
ra esa localidad, sino para toda la Nación. Si bien nodesconocemos, como ya hemos
dicho en otrasoportunidades', que lavigencia de las prácticasinquisitivas pasa por
un eje estructural, en donde la formación y capacitación de los operadores ocupa
un rol central, lo cierto es que el progreso en materia legislativa es un buen primer
paso hacia la consolidación de un sistema de enjuiciamiento acusatorio.
Se destaca este avance desde varias modificaciones: la incorporación de la ora-
lidad en carácter pleno, a través de la realización de audiencias como paso previo
a la mayoría de las decisiones jurisidiccionales, la dirección de la investigación pre-
paratoria a cargo del fiscal, el nuevo rol del juez de garantías, apartado de las me-
didas de instrucción, el abandono de la incomunicación y del secreto de sumario, la
solución del conflicto como objeto del proceso penal, la horizontalidad en la fun-
ción judicial a travésde la creación del forode jueces penalesy de la oficina judicial,
y, principalmente, la instauración del juicio por jurados.
A través de estas líneas intentaremos esbozar un estudio práctico de lo relativo
al nuevo régimen de medidas de coerción, diametralmente opuesto a su predece-

* Abogadoegresado de la Universidad de Buenos Aires. Profesor regular en la asignatura


"Garantías Constitucionales del Derecho Penal". cátedra a cargo del doctor Alberto R. Dalla Vía,
Facultadde Derecho, UBA. Funcionariodel Ministerio Públicode la Provincia de BuenosAires.Co-
rreo de contacto: [email protected].
' Racca, La oralidad como desafío ante lossistemasprocesalesmodernos, en "DPI Cuánti-
co - Derecho para innovar", sección "Diario penal", del 25/9/15. año 3, no 83, disponible en
http:/ldpicuantico.com/sitiolwp-content/uploads/20l5/09/Penal-Doctrina-2015-09-25.pdf.
IGNACIO RACCA

sor, donde también se denotan ciertosavances hacia un criterio Iimitador de la pri-


sión preventiva, de función meramente procesal.
Si bien, como se adelantó, el resultado del análisis es positivo, efectivamente
existen algunas cuestiones que admiten cierta crítica. Allíserá clave la interpreta-
ción por la queeventualmenteopteel operador, a losfinesdequeel cambio nosea
meramente discursivo sino que, además, permita visibilizar el abandono de las
prácticas inquisitivasen el día a día del ejercicio de la labor judicial.

5 2. Principios generales
El nuevo Código reconoce inicialmente, en su art. 902,el principio de libertaa
durante el proceso. Dicha disposición no constituye, al menos en sí misma, una no-
vedad. La mayoríadeloscódigosqueaún se inclinan por la pauta rígida establecen
la vigencia de esta manda constitucional, sin perjuicio de quea la hora de regular-
lo, se inclinen por la exégesis binaria, que remitea un meroanálisismatemático de
la pena en expectativa como fundamento del encierro cautelar.
Así, en Iíneasgenerales las normativas procesalespermiten la libertad del impu-
tado durante el proceso penal (generalmente con el vocablo "podrá", lo que nos
habla de su naturaleza como facultad del juez más que como derecho del encausa-
do) solo cuando pueda avizorarse que una eventual condena podría ser dejada en
suspenso, más allá de las particularidades de cada sistema. Lo cierto, es que gene-
ralmente la detención cautelar se vincula centralmente con la magnitud de pena
en expectativa.
Sin embargo, la nueva legislación avanza sobre este punto, en primer lugar, al
consagrar el fin procesal de la detención preventiva en el art. 9g3,pero, principal-
mente, alabandonar la pauta rígida. El nuevoCódigonomencionaen ningún pun-
t o al instituto de la excarcelación, y este es otro de los aspectos que hacen a la na-
turaleza excepcional de la prisión preventiva. El apego del encausado al proceso se
garantizará a través de otros medios, como se verá en el punto siguiente.
Por otro lado, el orden en el cual se encuentran sistematizadas las medidas de
coerción también lleva implícito la preferencia por la cual deberá optar el juez in-
terviniente. El Código estableceen primer lugar lascauciones, luego otras medidas
alternativas, y recién en última instancia la prisión preventiva.

Art. 9".- "Libertad durante el proceso. El imputado tiene derecho a permanecer en li-
bertaddurante elproceso. La libertadsólo puedeser restringida en loslímitesabsolutamente in-
dispensablespara asegurar los fines del proceso, con los alcances, modosy tiempos reglados en
esta ley".
Art. 99.- "Principio general. Las medidas cautelares y de coerción personal solo serán
procedentes cuando fueren absolutamente indispensablespara asegurar los fines del procedi-
miento, ysólo podrán subsistirmientrasdure esta necesidad".
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN...

La pena en expectativa no se prevé como fundamento de la detención cautelar,


mascomo un obstáculo para la procedencia de la prisión preventiva, y sedeja afue-
ra -al menos según una exégesis taxativa- de los riesgos procesales propiamen-
te dichos.
El cambio de paradigma respectodel Código anterior, instauradosegún ley pro-
vincial 2107, es palpable, no solo desde la inicial declaración de principios, sino
también a travésdel abandono del régimen de delitos "excarcelables" e "inexcar-
celables", contrario al principio constitucional que prevé la prisión preventiva co-
mo medida de excepción4.

5 3. Medidas alternativas y cauciones


El art. 1005del nuevo cuerpo procesal confirma el principio de libertad durante
el proceso y establece las condicionesque pueden disponerse para ello. Un primer
punto negativo que puede advertirsees la ausencia de mayores medidasalternati-
vas al encierro cautelar, lo cual creemos que puede operar en desmedro de lo que
se intenta, queesevitar la utilización desmedida de la prisión preventiva.

PactolnternacionaldeDerechosCivilesy Politicos.art.9". inc.3",segúnsuigualart.75,inc.


22 de la CN: "La prisión preventiva de las personas que hayan de serjuzgadas no debe ser la regla
general, pero su libertad podrá estar subordinada a garantías que aseguren la comparecencia del
acusadoen elactodeljuicio, oen cualquiermomento de lasdiligenciasprocesalesy, ensucaso, pa-
ra la ejecución del fallo".
Ari. 100.- "Situación de libertad. Con las limitaciones dispuestas por este Código, toda
persona a quién se le atribuyaparticipaciónpunible en el hecho investigado permaneceráen liber-
tad durante el proceso. A tal fin podrá exigírxele:
a) Prestarcaución.
b) Fijary mantener un domicilio.
c) Permaneceradisposicióndelórganojudicialcompetenteyconcurriratodaslascitaciones
que se le formulen en la causa.
d) Abstenerse de realizar cualquier acto que pudiese obstaculizar el descubrimiento de la
verdady la actuación de la ley.
e) La aplicación de medios técnicos que permitan someter al imputado en libertadambula-
toria al efectivo controldel órgano judicial.
f) En los procesos por alguno de los delitos contra la vida, o la integridad física o sexual co-
metidos dentro de un grupo familiarconviviente, aunque estuviese constituido porunio-
nes de hecho y las circunstancias del caso permitieren presumir fundadamente que pue-
den repetirse, elórganojudicialpodrá disponercomo medida cautelarla exclusión delim-
putado del hogar.
Sieste tuviese deberes de asistencia familiary la exclusión hiciera peligrar la subsistencia de los
alimentados, se dará intervención al defensor de menores, para que se promuevan las acciones
que correspondan.
IGNACIO RACCA

Por ejemplo, varias de las opciones posibles (prestar caución, fijar domicilio,
comparecer a las citaciones de la causa, evitar actos que obstaculicen el proceso,
presentarse ante la autoridad judicial los días que esta fije) son presupuestos de
cualquier excarcelación corriente, institutoque fueeliminadoen estedigesto nor-
mativo. No pareciera haber mucha innovación a tal respecto.

Además de ello, el nuevo Código establece las siguientes medidas de coerción


leve:
Aplicación de medios técnicos respetando la libertad ambulatoria (no debe
confundirse con la prisión domiciliaria bajo un sistema de monitoreo elec-
trónico).
Exclusión del hogar (exclusivamente para delitos contra la vida, integridad
física o sexual cometidos dentro de un grupo familiar conviviente).
- Someterse al cuidado de una persona o institución.

- No ausentarse de la ciudad o lugar en que reside (algo análogo a la obliga-


ción de mantener el domicilio).
En casosexcepcionales,el cumplimiento de la prisión preventiva en el ámbi-
t o domiciliario (art. 110, inc. 4").

Como se adelantó, entendemos que la incorporación de otras herramientas al-


ternativas al encarcelamiento cautelar hubiera sido útil para evitar el abuso de es-
te. La retención de documentos de viaje, o el arresto domiciliario sin las limitacio-
nesque prevé el art. 110, entreotras, hubieran sidovías procedentesen el sentido
aquí propuesto.
Lógicamente, no estamosdeacuerdocon limitar las posibilidadesde cumplir la
prisión preventiva en el ámbito domiciliario como modo efectivo de asegurar el
proceso penal y a la vez evitar los efectos nocivos del encierro cautelar, únicamen-
te a las personas mayores de setenta años, mujeres embarazadas, madres durante
el primer año de lactancia y personas afectadas por enfermedad grave. Cuando es
harto conocido que el grupo humano que se ve altamente expuesto a caer bajo la
órbita del sistema penal difiere en sus características -salvando contadas excep-

Asimismo, podrá imponérsele la obligación de no ausentarse de la ciudad0 lugar en que resi-


de, no concurrira determinadossitioso comunicarse con determinadas personas, siempre que no
se afecte su derecho de defensa;presentarse a la autoridadlos díasque fije, o desometerse al cui-
dado o vigilancia de la persona o institución que se designe, quien informará, con la periodicidad
que se establezca, alórgano judicialinterviniente.
La libertadambulatoria y los demásderechosy garantías reconocidosa toda persona por este
Códigoyla Constitucióndelaprovinciasolopodránserrestringidoscuando fundadamentesepre-
sumiere que elacusado pudiere eludir elaccionarde la justicia, o entorpecerla investigación".
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN ...

ciones- de los sujetos propuestos por el legislador provincial, no pareciera sensa-


t o excluirlosde esta posibilidad.
Como proponen diversos cuerpos procesales del resto del país6, el acceso al
arresto domiciliario debe extenderse al resto de los imputados, dirigiendo sus re-
quisitosexclusivamentea la necesidad de evitar los riesgosprocesalespor dichavía.
Sin embargo, entendemosque nadaobstaal juezinterviniente, si loconsidera ne-
cesario, establecer otras medidas alternativas que no estén taxativamente incluidas
en lossupuestosque prevéel art. 100. Ello, conformeel juego armónico de su primer
párrafo, que dispone las herramientas que el juez "podrá" exigir, denotándose un
carácterfacultativoy no excluyente; juntamentecon el últimoapartado, que manda
que la libertad ambulatoria solo podrá ser restringidacuando fundadamentese pre-
sumiere que el acusado puede eludir la justicia o entorpecer la investigación.
Creemos que aquello, sumado a la naturaleza adversaria1que propone el Códi-
~ ~ ~

go en torno a la oralidad y contradicción previa a la decisión jurisdiccional de esta-


blecer alguna de estas medidas, posibilitaría perfectamente que las partes acuer-
den soluciones no previstas expresamente en la legislación vigente, sin afectación
alguna a los derechos del encausado.
El sistema de cauciones, por su parte, constituyeotro gran avance respecto de la
legislación anterior en la materia. Previendo las clásicas tres variantes, es decir, ju-
ratoria, personal y real, nosdetendremossobreesta última, quees la quesueleaca-
rrear inconvenientes a la hora de su efectivización.
Generalmente, los códigos procesales de antaño, más apegados a la tradición
inquisitiva, preveían el sistema de cauciones reales como una facultad jurisdiccio-
nal sin límite alguno; esta misma línea seguía la ley 2107, que, si bien la preveía co-
mo "excepcional", nada establecía en cuanto a su extensión.
En cambio, los cuerpos regulatorios más novedosostienden a valorar otros as-
pectos, talescomo la necesidád de tener en cuenta siempre el patrimonio del dete-
nido7, o así también la prohibición de establecer cauciones de imposible cumpli-
miento8. Tales disposiciones reconocen la vieja práctica judicial de conceder la ex-
carcelación bajo cauciones reales de montos inalcanzables, disfrazando la real vo-
luntad de continuar con el encarcelamiento preventivo del imputado.
El nuevo Código avanza sobre la cuestión, estableciendo sendas prohibiciones
en los párrs. 2"y 3" el art. 1019. Por su parte, además, el juego armónico junto con

CPPNsegÚn ley 27.064, art. 177, inc. o); CPPBA, arts. 159 y 163; CPPSF, art. 222; CPPCh, art.
227, entre otros.
' CPPBA, art. 177, párr. 2"; CPPCh, art. 227, párr. 2"; CPPC, art. 289, entreotros.
CPPNsegÚn ley 27.064. art. 179, párr.2"; CPPCh, art. 227. párr. 2". entreotros.
Art. 101, párrs. 2Oy 3": "A losefectosdesudeterminación,se tendrá en cuenta la naturaleza
deldelito, eldaño que hubiera ocasionado, la condición económicay antecedentesdelimputado.
IGNACIO RACCA

el inc. 3"del art. 102 lo,


donde se establece la caución real, permite considerarla co-
mo supuesto de excepción, que deberá ser aplicada con suma precaución por par-
te del operador judicial. Envirtud deello, la caución real podráaplicarseúnicamen-
te en delitosdenaturaleza patrimonial, cuando la extensión deldañoy la situación
económica del encausado lo permitan, y jamásen modalidad tal quetorne ilusorio
el derecho a la libertad del iusticiable. Se vislumbra este como otro acierto del le-
gislador respecto del cuerpo legal anterior.

5 4. Aprehensión y detención
Una de las características centrales de los sistemas procesales acusatorios es la
modificación del rol del fiscal, quien en cierta medida, ademásdeser una de las par-
tes, adquiere un protagonismo esencial al ser el encargado de la investigación. Sin
embargo, los límites de sus facultades no son unánimes en las legislaciones proce-
sales modernas, sino queestasvan variando en tornoa las previsionesdecada cuer-
po legal regional.
En lo que hace a las medidas de coerción, el nuevo Código Procesal Penal otor-
ga al fiscal la facultad de ordenar la detención de una persona cuando se den dos
requisitos: mérito sustantivoy riesgos procesales(art. 108, párr. 2" "). No podrá ha-
cerlo de forma autónoma, sin embargo, en el supuesto de demora de varias perso-
nas entre las que no se pueda diferenciar responsables de testigos, supuesto en el
cual, de superarse el plazo de 24 horas, deberá requerir la conversión de la medida
en detención al juez interviniente, u ordenar la libertad (art. 106).
La disposición citada en primertérmino puedeobservarsedesde dos puntos an-
tagónicos. Por un lado, es cierto que otros códigos procesales de tinte acusatorio,
si bien reservan la detención como potestad judicial, habilitan la vía de la aprehen-
sión en casos de urgencia 12, que, con idénticosefectos, es decir, la privación de la li-

Quedaabsolutamente prohibido fijaruna caución de imposible cumplimientopara elimputa-


do, teniendo en cuentasusituación personal".

lo Art. 102, inc. 3".- "[Caución]real: La cualse constituirá depositando dinero, efectospú-
blicos o valores cotizables, u otorgando prendas o hipotecas por la cantidad que eljuez determi-
ne. Los fondos o valoresdepositadosquedarán sometidosa privilegio especial para el cumplimien-
to de las obligacionesprocedentes de la caución. Esta caución sólo será procedente cuando de las
circunstancias del caso surgiera la ineficacia de las modalidades de las dos caucionesprecedente-
mente establecidasy que, porla naturaleza económica del delito atribuido, se conforme como la
másadecuada".
l1 Art. 108, párr. 2".- "Ninguna persona podrá serdetenida sin orden escrita. El fiscal podrá

ordenar la detención del imputado cuando existan suficientes indicios para sostener, fundada-
mente, que esautor o participe de un delito y existen peligros procesales".
l2 CPPBA, art. 153, inc. 3"; CPPC, art. 277; CPPCh, art. 217, último párrafo.
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN ...

bertad por un período mínimo de tiempo13, posee menos requisitos, toda vez que
no se prevé la necesidad de una orden escrita y fundada, por ejemplo. Esta modifi-
cación podría permitir ver a dicha previsión como un avance en la materia, como
sucedetambién en el Código Procesal Penal de Santa FeT4.
Por el otro, no podemos dejar de señalar que si la idea del procedimiento acusa-
torio es consolidar la figura dé1juez de garantías, pareceríaque toda limitación a
derechosconstitucionalesdebería pasar por su pluma, limitándose lasdetenciones
o aprehensiones sin orden judicial a casos de verdadera urgencia que ameriten tal
intervención soslayando una autorización jurisdiccional previa en razón de su na-
turaleza (flagrancia, fuga, intento de cometer un delito, etcétera).
Cabe destacar que estos casos de urgencia se encuentran previstos como su-
puestos de aprehensión, como facultad de los oficiales y auxiliares de la policía, e
inclusive para la ciudadanía, lo cual generalmente seencuentra permitido y previs-
t o en las legislacionesprocesales. U" primer control de legalidad de la medida se le
adjudica al fiscal, a quien deberá comunicarse su efectivización.

Esta licencia se dispone para:


- Flagrante comisión de un delito de acción pública que merezca pena priva-
tiva de la libertad, incluyéndose a aquellos que dependan de instancia pri-
vada, con la condición de que ello seefectiviceen un plazo de24 horas (art.
103, inc. a).
Inicio de ejecución de un delito (inc. b).
La fuga deaquel que se encontrare legalmente detenido (inc. c,facultad ex-
clusivadel personal policial, noautorizada para particulares,conf. art. 104).

Respectode loscasosconsideradosflagrancia,su previsión respeta laconcepción


básica de la figura, en orden a la posibilidad de declarar un supuestocomo tal al sor-
prender a la persona durante la comisión del delito o inmediatamente después,
siempre que sea perseguida por la fuerza pública, el ofendido o el clamor público.
No es menor, sin embargo, destacar que sesoslayó, a diferencia de lo que sucede en
otras legisla~iones'~, añadir como presupuesto de la flagrancia la existencia de ob-
jetos o rastros que permitieran señalar al individuo como partícipe del hecho.

l 3 Según lo dispuesto por el art. 108, párr. 3". la detención no podrá extenderse por más de
veinticuatro horas; para el caso en que el fiscal estime necesaria la continuación de la privación de
la libertad, deberá solicitarlo al juezen audiencia.

l5 CPPBA, art. 154; CPPC, art. 276; CPPSF, art. 213; CPPN, art. 285 (vigente y aplicable actual-
mente, según ley 23.984). y 184(según ley 27.064).
IGNACIO RACCA

En definitiva, entendemos que la correcta aplicación del instituto de la deten-


ción dependerá del alcance que se le otorge a los riesgos procesales, como requisi-
t o ineludible para su procedencia, como ya se adelantó. Es aquí donde el desarro-
llo jurisprudencia1 jugará un papel esencial. Creemos que no existe afectación
constitucional al derecho a la libertad si esta medida se aplica para casosexcepcio-
el
nales, esdecir, de verdadera urgencia, a tal punto de que realmente peligre éxi-
t o de la investigación si no sedetieneal imputado. Si, en cambio, se limita el alcan-
ce de los peligros procesales a parámetros objetivos como la pena en expectativa,
o la imposibilidad de acceder a una condena de ejecución condicional, las nuevas
previsionesderivarán en una aplicación desmedidadel poder punitivo, ya sea a tra-
vésdel instituto de la detención, como de su consecuente prisión preventiva. Sobre
este punto volveremos más adelante.

5 5. Prohibición de incomunicación
Hace más de dos siglos, un brillante joven italiano se preguntaba "¿quién pue-
de defenderse de la calumnia cuando ella está armada del secreto, escudo más
fuerte de la tiranía?" 16. Si bien no desconocemos que Beccaría hacía referencia a
lasdenunciasanónimas, entendemos que sus interrogantes pueden aplicarse per-
fectamente a otros institutos similares, tales como el secreto de las actuaciones, y
porqué no, la incomunicación inicial del aprehendido0 detenido, ambos mecanis-
mos procesalesrelacionadosentresíy, además, vinculadoscon la tendencia kafkia-
na hacia la confidencia como eje de los primeros pasos del proceso penal, herencia
de los sistemas propiamente inquisitivos.
Como hemosseñalado a lo largo del artículo, el nuevo Código Procesal Penal de
Río Negro impone un palpableavance hacia un sistema detinte acusatorio, aban-
donando las históricas tendencias inquisitivas, arraigadas no solo en la provincia,
sino también en el resto de la república. Las diferencias entre ambos sistemas de
enjuiciamientovarían en torno a muchasaristas:jurisdiccional, titularidad de la ac-
ción, naturaleza jurídica del acusado y de su posibilidad de defenderse, requisitos
y recurribilidad de la sentencia, parámetrosde valoración de la prueba, objeto del
proceso, y características propias del procedimiento. En lo que hace a este último
punto, el secreto de las actuaciones se erige como base de los sistemas inquisitivos,
a nivel tal que ha logrado, junto con otras instituciones similares -como la inco-
municación inicial-, trascender a este y penetrar las regulaciones de los modelos
acusatorios; lo que, afortunadamente, no sucedió en la reciente reforma.
Haciendo lasveces de principio general, el art. 11 prohíbe absolutamente la in-
comunicación del imputado-lo cual resultaba ser una facultad del juez en el Có-

l6 Beccaria, Tratado de losdelitosy de las penas. 1993, p. 86.


EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN...

digo anterior (art. 190)- y el secreto de las actuacionest7, institutos que quedan
naturalmentevinculadosentre sí. Por su parte, el art. 107 18insistesobredichapro-
hibición, estableciéndose la excepción respecto de la posibilidad de que se dispon-
ga el aloje separado de los coimputados, a los efectos de evitar la construcción de
una coartada conjunta que pueda obstaculizar la investigación. Que el legislador
haya optado por la fórmula "el fiscalpodrá requerir", sumado a que en la norma
citada en primer término se establezca que "se podrá disponer p o r eljuez de ga-
rantíasyapedido departe ... la reserva dealgún acto", llevan a concluir que por
menor que parezca esta medida, y peseaqueduranteel proceso el acusador públi-
co posee facultades cualitativamente superiores, aquélla debe ser autorizada ex-
clusivamente por el juez interviniente.
El avancesobre el institutode la incomunicación en sentido prohibitivo merece
ser destacado, nosolo porque resulta ser únicoentrelas legislacionesprocesalesre-
gionales, aún teniendo en cuenta las más modernastg, sino que, además, se en-
cuentra previsto por la propia Constitución p r o ~ i n c i a lsiendo
~ ~ , este uno de los po-
cos casos en losque loscuerpos procesalesresultan más benignosque los principios
fundamentales. Parece obvio, pero no puede dejar de señalarse que, aunque la
Carta Magna provincial admita el instituto de la incomunicación, lo hace en senti-
do limitativo y como derecho del imputado-recordemos que se establece bajo el
acápite de "derecho de defensaw- a no ser sometido a aquel por más de 48 horas,
no así como prerrogativa estatal. En virtud de ello, devendría totalmente errado
establecer la inconstitucionalidad del art. 107, como así también pretender la inco-
municación del encausado en lostérminosconstitucionales, todavez que seestable-
ce como garantía del ciudadanoenfrentado al poder punitivo, y noen favor deeste.

l7 Art. 11.-"Prohibición de incomunicación ydelsecreto: Está prohibida la incomunicación


delimputado yelsecreto de lasactuaciones. So10 en loscasosyporlosmotivosautorizadospores-
te Códigose podrá disponerporeljuezdegarantíasyapedido de parte, la reserva de algúnacto".
l8 Art. 107.-"Prohibición de incomunicación. Nose podrá bajo ninguna circunstancia orde-
nar la incomunicación del detenido. No obstante ello, el fiscal podrá requerir cuando los imputa-
dosaprehendidosfueran varios,yexistieran motivospara temerquese pondrán de acuerdo entre
ellos u obstaculizarán de otro modo la investigación, que sean alojados en forma separada".
l9 Aunconsus bemoles mayoro menormente restrictivos, la incomunicaciónse prevécasi co-
mo unánimeentre lasregulacionesprocesales.Asisereconoceenla provinciadeBuenosAires (art.
152). Chubut (art. 22). Córdoba (art. 273). Santa Fe (art. 215). y en el ámbito nacional (art. 205en el
Código vigente y aplicable actualmente, según ley 23.984, y art. 178, según ley 27.064).
20 Art. 22.- "Derecho de defensa: ... Ningún detenido debe estarincomunicado más de 48

horas. Sele notifica la causa de la detención dentro de lasprimerasdoce horas, entregándosele co-
pia de la resolución fechada y firmada. Tiene derecho a dar aviso de susituación a quien estime
conveniente, siendo obligación de la autoridadproveer los medios necesariospara ello en forma
inmediata".
IGNACIO RACCA

Asimismo, la importancia del abandono de este resquicio inquisitivo trasciende


el ámbito procesal, adquiriendo aún mayor fuerza en lo que hace al reconocimien-
t o de derechos básicos, como así al aseguramiento de un piso mínimo de condicio-
nesdedetención, llevando a que la privación de la libertad no trascienda por sobre
otros valores jurídicos de igual relevancia. Ello fue reconocido en diversas ocasio-
nes tanto por la Corte lnteramericana de Derechos Humanos como por la Comi-
sión, en tantoseestablecióque la incomunicación resulta una "medida decarácter
ex~epcional"~' que "produce en cualquier persona sufrimientosmoralesy pertur-
baciones psíquicas, la coloca en una situación de particular vulnerabilidad y acre-
cienta el riesgo de agresión y arbitrariedad en las cárceles" 22.
Sin perjuicio de lo que establezca cualquier normativa, lo cierto es que la inco-
municación resulta una práctica propia de los centros de detención transitoria, ge-
neralmente dependencias policiales, donde se aloja a los aprehendidos de forma
previa a la primera audiencia en la quetendrá la p&.ibilidad de ser oído. Allísuele
rechazarse la posibilidad deservisto por susfamiliareso allegadosen virtud de una
supuesta "incomunicación" que, más allá de las facultades del caso, no se ha decre-
tadoformalmente, sinoquese lasuponeconexaal propioestado procesaldel recien-
temente privado de su libertad. Esto implica un problema mayor si este ha resulta-
do lesionado o padece algún problema de salud. Es muy común que el aprehendi-
do, o aún el detenido, no tenga contacto con su defensa hasta instantesanteriores
a dicha oportunidad, lo que lleva a pensar que será difícil que este pueda hacer va-
ler su derecho de no estar incomunicado en las horas previas a ello; máxime, cuan-
do las prácticas policiales suelen extender esta "incomunicación" hasta la audien-
cia indagatoria.
Esaquídonde jugará un rol esencial el control judicial respecto de loscentrosde
alojamiento inicial, que suelen ser comisarías, como asítambién la capacitación de
losfuncionariosencargadosde la seguridad y control de los aprehendidos, a losfi-
nes de terminar de erradicar esta práctica.

5 6. Prisión preventiva
a) Un cambio de paradigma
A lo largo del desarrollo de este trabajo hemos insistido en reiteradas oportuni-
dades sobre el desafío que impone la transición hacia un sistema de enjuiciamien-
t o de tinte acusatorio. Sin la intención de desmerecer los avances legislativos, lo
cierto es que estos se erigen como un mero primer paso hacia la transformación

21 Corte IDH, "Suarez Rosero v. Ecuador". del 1U11197, p. 51; "Bulacio v. Argentina", del
18/9/03,p. 127;CIDH, "Inf. 66/01,caso 11.992".informe del 14/6/01,p. 65.
22 Corte IDH, "Suarez Rosero", cit., p. 90;"Bulacio", cit.. p. 127;CIDH. "Inf. 66/01",cit., p. 84.
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN...

plena. Un enfoque legalista del asunto llevaría hacia el fracaso: sería muy ingenuo
creer que, simplemente porquese modificó el régimen legal que impone los tiem-
pos y formas del proceso penal, la tarea reformista ha sido cumplida. Del mismo
modo en que el reconocimiento constitucional del derecho a una vivienda digna
no elimina la indigencia, las previsiones procesales sobre oralidad, inmediación y
contradicción quedarán truncas si no son acompañadas por un desarrollo cultural
y político que lleve a asentar la reforma.
Este capítulo en particular invita a la reflexión, toda vez que, más allá de las re-
ferencias que se hicieron en los acápites anteriores al respecto, la audiencia de pri-
sión preventiva será, por sus efectos, la de mayor relevancia. Y es aquí donde la
adopción detécnicasde Iitigación jugará un papel clave. La oralidad obligada23es
solo el principio, ya que la audiencia puede no llevarse a cabo con toda una varie-
dad de pretextos (mal funcionamiento de los equipos de grabación, cortes de luz,
etcétera), ovirtualizarse, convirtiéndoseen una mera lectura oral de actasy memo-
riales, en honor al arraigado mundo del expediente; y no debería sorprendernos
que ello suceda, toda vez que la cultura j ~ d i c i a l ~ ~
has mostrado
e siempre reticen-
te al cambio.
Pensemosque, hasta hoy, el operador judicial estaba acostumbrados un esque-
ma laboral metódico, sencillo y concreto. La línea de trabajo con el régimen legal
anterior se formulaba de la siguiente forma: detención - indagatoria - procesa-
miento con prisión preventiva (si no correspondiere la excarcelación), todo por es-
crito en el término de once o doce días (24 o 48 horas para la indagatoria, y diez
días, a partir deallí, para el procesamiento). El modelo queinstaura el nuevo Códi-
go es totalmente distinto, y, además, más complejo. No descubrimos nada si afir-
mamos que el proceso escrito es más simple que el oral, toda vez que por su natu-
raleza puede ser delegado, fragmentado. Si a ello sumamos, además, que el plazo
que solía ser de once o doce días, ahora es de 24 (en caso de detención) o 48 horas
(para aprehensiones), y que deberá ser sustanciado con presencia de las partes en
audiencia oral y pública, seconcluyecon facilidad en queel caudal detrabajo reque-
rido será mucho mayor: ello derivará necesariamente en la resistencia de, cuanto
menos, alguna parte de los integrantes de la estructura jurisdiccional.

23 Art. 76, párr. 2".- "... lasaudienciasseregistraránen forma íntegra, enaudioy video, por
cualquier medio con el que se asegure la fidelidad".
24 En términos sabiamente expuestos por Binder, "cuando hablamos de cultura jurídica ha-
cemos referencia a la cultura de los abogados: opiniones, creencias, rutinas, hábitos de trabajo,
ideas y valoraciones presentesen el conjunto de actividades que llevan adelante los abogadosen
tantotales. Ellos podránserjueces, litigantes, profesores, burócratasodoctrinarios, perocompar-
ten una matriz cultural que, como se ha anotado, es un agregado aluvional de tipo histórico, que
ha sido producido por la abogacía y, al mismotiempo, moldea a losabogados ..." (Derechoproce-
salpenal, 2013, vol. l. p. 350).
IGNACIO RACCA

De qué forma combatir esa resistencia es, entonces, el interrogante clave.Todas


las reformas procesalesque afectaron el desenvolvimiento usual del operador im-
plicaron siempre un antagonismo. Laaparición de unacontra-cultura, opuestaa la
cultura jurídica, que le dé la bienvenida a la reforma, jugará un rol esencial en el
éxito de la misma. Miremosatrás por un segundoy pensemosen institutosnoarrai-
gados a las prácticasjudiciales clásicas que hoy son indiscutidos en casi todas las re-
giones de la república: el juicio oral, los procedimientos abreviados, criterios de
oportunidad, conciliaciones, etcétera. Como se avanzó allí, perfectamente puede
consolidarse el modelo litiganteque propone el nuevo Código.
Y, deese modo, no podemos dejar dever a la defensa como quien deberá llevar
en alto el estandarte del acusatorio, toda vez que será la parte que severá más be-
neficiadacon lasnuevasmodificaciones. Losefectosde laoralidad, la inmediación,
y la contradicción, serán ciertamente positivos para sus pretensiones: ojos que no
ven, corazón que no siente. Esteviejo proverbio explica una dura realidad, que nos
permitimos exponer en términos simples: es mucho más fácil dictar la prisión pre-
ventivadeun nombreen unacarátula,quehacerlo respectode unapersonadecar-
ne y hueso sentada en frente nuestro. Es por eso que quedará a cargo de esta par-
te el exigir el cumplimiento de las disposiciones del nuevo régimen procesal, sin
perjuiciode queefectivamente implique una mayor carga laboral, toda vezque, a
la larga, será más beneficioso para su propósito.

b) Hacia una óptica litigante


lnstaurado el avance, el desafío másgrande lo tienen las partes, que ya no con-
tarán con el motor de la actividad jurisdiccional en el desarrollo de las audiencias.
Su participación será "netamente activa y continuamente e s t r a t é g i ~ a " ~la~per-
;
suasión, su herramienta para obtener resultados, y la contradicción, el instrumen-
t o para resistir los embates contrarios. La eficacia en el ejercicio de cada tarea pa-
sará por poder llevar adelante una exposición clara, sencilla y concreta. El transcu-
rrir de cada audiencia es constantemente dinámico: todo lo que uno de los actores
afirme con mínima entidad probatoria se tendrá por acreditado, a menos que su
contraparte logre demostrar lo contrario inmediatamente. Por eso no hay espacio
aquí para la pasividad de los litigantes.
En lo que hacea la audiencia de medidas cautelares, más allá de lo que en defi-
nitiva solicite la acusación (sea la prisión preventiva, u otra injerencia de menor en-
tidad), cada parte deberá exponer un primer acercamiento a su teoría del caso. Re-
cordemosque no estamos en la etapa de debate, que presupone mayores precisio-
nesy certezas respectodel hechoque motivó la intervención jurisidiccional; sin em-

25 DeVicente - Lopardo, "Técnicas de litigación. Notassobre un cambio deactuación proce-


sal", en Eldebido proceso penal. 2015. vol. 1. p. 149.
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN...

bargo, esta audiencia preliminar requerirá cierta aproximación a los sucesos bajo
análisis. Aún así, de mayor relevancia serán las exposiciones relativas a la medida
cautelar en concreto: acreditación de peligros procesales, vías alternativas, posi-
bles acuerdos entre las partes, duración, etcétera.
No corresponde a esta instancia la producción de prueba de cargo o descargo,
. del debate, mas si deberá acreditarse el sustento de lo solici-
lo aue resulta .propio
tado. Es aquí donde toca abandonar completamente el expediente, desafío com-
plejo para los i n t e r ~ i n i e n t e sMás
~ ~ . allá de que el nuevo Código prohíba expresa-
mente la lectura2', el relato formal memorizado derivaría en el mismo problema:
se busca evitar que la audiencia sea una mera teatralización del expediente. ¿De
que forma se expondrá el relato hacia el juzgador, entonces? Del mismo modo en
el cual el oficial de prevención seloexponeal fiscal, ocon los mismos mediosdeco-
municación por el cual actualmente un empleado le informa la causa al juez: una
narración concisa, sencilla, lo más breve posible.
Por ejemplo, en lo atintente a la acreditación del hecho, correspondeargumen-
tarse de la siguienteforma: "El testigo Pérez refirióaesta Fiscalía haber observado
cuandoel encausado, aquien conocedel barriocomo Alberto Rey, ingresó a lafin-
ca de su vecino Morales saltando la cerca". Desde la contraparte, al referirse a la
inexistencia de riesgos procesales, se establecerá: "Esta defensa mantuvo entrevis-
ta con el Sr. Ledesma, quien afirmó que de recuperar la libertad el Sr. Alberto Rey,
este estaría dispuesto a darle trabajo en su comercio".
Como si se tratase de la estructura de una sentencia, los puntos de la audiencia
serán los siguientes: acreditación del hecho, participación del imputado, existen-
cia de riesgos procesales, medida solicitada y, en su caso, duración (el juez no esta
obligado a fijar un plazo28). En lo que hace a dichos riesgos, cabe recordar que la
prisión preventiva posee-y así esta establecido en el Código- un fin meramente
procesal. La acusación deberá acreditar la existencia de peligro de fuga u obstacu-
lización de la justicia. Si bien estas bases suelen alegarse deforma genérica y con-
junta, lo cierto es que son parámetros bastante disímiles, y rara vez se encuentran

26 Como explica Lorenzo, "[ulna cuestión bastante común en las audiencias es la formula-
ción de una 'relación de expediente' al momento de tomar la palabra, tanto desde la acusación
quesuelededicar mucho tiempoa relatar las actuaciones policiales como un observador externo,
cuantode la defensa, que suele reiterar lo ya relatado por la acusación intentando cuestionarfor-
malidades sin mayor trascendencia a losfines de la audiencia'' (Manualdelitigación, 2012, p. 61)
27 Art. 72, párr. lo.- "Modalidad. Todaslaspersonasque participen en una audienciase ex-
presarán en forma oral. Nose admitirá la lectura de escritos o declaracionessalvola lectura parcial
de notas".
28 Art. 109, párr. 2" in fine.- "Eljuezcontrolará la legalidady razonabilidaddelrequerimien-
to por apreciaciónde las circunstanciasdel caso particular, y resolverá fundadamente, pudiendo es-
tablecerunplazo acordea lospeligrosprocesalesya laspruebaspendientesde realización".
IGNACIO RACCA

ambos verdaderamente presentes. Es por eso que resulta aconsejable inclinarse a


acreditar el quesegún el caso corresponda, ya que, como establece Lorenzo, "nose
trata de intentar todo para obtener algo" 29; así, será mucho másasertivo el alega-
t o concreto y directo sobre la cuestión, que una mera aseveración genérica sobre
parámetrossustantivos, fácilmente discutibles, como por ejemplo la magnitud de
pena en expectativa. Recordemos, además, que siendo la naturaleza de la defensa
la de resistir la acusación, el punto principal de su actuación va a pasar por la con-
tra argumentación de los puntos pertinentes.

cj Supuestos de procedenciay alcances

Como ya se adelantó, el nuevo Código Procesal Penal de Río Negro abandona la


pauta rígida en materia de medidasdecoerción, según la cual se establece un tope
objetivo, generalmentevinculado a la magnitud de la pena en expectativa, que al
ser superado torna improcedente la libertad del imputado durante el proceso.
Ahora bien, seconserva el supuesto excarcelatorio clásicovinculado a la posible
procedencia de una condena de ejecución condicional, como así también los casos
en losquese trate de un delito de acción privada o no corresponda una pena priva-
tiva de la Iibertad30, en respeto al criterio tradicional por el cual se procura evitar
las medidas de encierro para quien, a fin de cuentas, no le corresponderá una pe-
na de prisión de efectivo cumplimiento.
Hallándoseen juego una garantía constitucional básica, lógicamente la proce-
dencia de la medida se pone en cabeza del juez con función de garantías, siempre
bajo solicitud del fiscal, y previa celebración de la audiencia respectiva. Respecto
del tiempo con el que cuenta este para formular el pedido correspondiente, la re-
gla general es de48 horas (art. 111). Ahora bien, para el caso en que el fiscal haya
ordenado ladetención, el términosereducea24horas(art. 108); entendemosque,
a partir del modo en que se encuentra previsto en la letra de la ley3', este plazo
también es aplicable al supuesto en el cual el fiscal solicita la detención al juez de

29 Lorenzo, Manualde litigación, 2012, p. 61


30 Ari. 109, párr. 2". inc. 2".- "... eljuezconvocará a audiencia con elrequirente yla defen-
sa, debiendo en ella el acusador demostrar los siguientes extremos ... Que existen antecedentes
para sostener que el hecho se cometió y configura un delito reprimido penalmente con pena pri-
vativade libertad, yquea 'prima facie'no correspondierepena de ejecución condicional"; ari. 110,
incs. l oy 2O: "Improcedencia de la prisión preventiva. No procederá la prisión preventiva en lossi-
guientescasos ... 1) Cuandoel hechoatribuido constituya un delito deacción privada o esté repri-
mido con pena no privativa de libertad. 2) Siporlascaracterísticasdel hecho y lascondicionesper-
sonales del imputado, pudiere resultar de aplicación una condena condicional".
31 Ari. 108, párr. 34 l a parte.- "La detención no podrá extenderse por más de veinticuatm
horas".
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN ...

un imputado demorado (art. 106), lapso que, aún sumado al propio de la demora
(24 horas), no excede aquel previsto por la regla general.
En lo que hace a la procedencia de la medida, se observan tres parámetros bási-
cos. En primer lugar, la existencia de riesgos procesales, que pueden ser el peligrode
fugaoentorpecimiento probatorio. Paraello, la norma hacealusióna laspautasge-
néricas, que usualmente son observadas por la mayoría de los códigos procesales:
arraigo, residencia habitual, asientofamiliary del trabajo0 negociosdel imputado,
facilidad para evadirse, comportamiento de este durante el proceso, veracidad de
la información proporcionada sobre su identidad (peligro de fuga); indicios de que
este destruirá o alterará elementos de prueba, influenciará testigos o peritos o in-
ducirá a otros a realizar tales comportamientos (entorpecimiento probatorio).
La nueva regulación procesal es tajante al aclarar que la medida solo procederá
si la acusación logra demostrar fundadamente la existencia deaquellos presupues-
tos. Así, se hace referencia a que "el acusador podrá requerir fundadamente" la
prisión preventiva cuando "las demás medidas cautelares o de coerción personal
fueren insuficientes para asegurar los fines del procedimiento"; se establece que
deberá demostrar los extremos anteriormente señalados, como así también que
este "deberá exponercon claridadlos motivasen loscualessustenta su pedido" 32.
Entendemos que estas referencias constantes hacia la necesidad de motivación,
acreditación, y claridad en la requisitoria, permiten concluir que la existencia de
peligros procesales no podrá alegarsevagamente con un sustento genérico (como
la magnitud de pena en expectativa), sino que, en cambio, deberá acreditarse fe-
hacientemente a través de indicios concretos.
Asimismo, corresponde ponderar el sustento probatorio que haga a la existen-
cia del hecho, como así también que la figura penal respectiva prevé una pena pri-
vativa de la libertad que, en una primera evaluación, no permitiría en un futuro
una condena de ejecución condicional (art. 109, párr. 2", inc. 2").
Por último, se establece la necesidad deacreditar el méritosustantivo, esdecir,
la existencia de elementos de convicción suficientes que permitan establecer razo-
nablemente que el imputado es autor o partícipe del hecho investigado (inc. 3").
El establecimiento de un plazo de duración de la medida luce como una pauta
positiva para justificar la razonabilidad y finalidad de la misma; sin embargo, a di-
ferencia de otros códigos de tinte a c u ~ a t o r i o la
~ ~disposición
, de este resulta una
mera facultad jurisdiccional, y no un presupuesto obligatorio de la medida34.
No procedé la prisión por delitos comeidos en ejercicio de la liber-
tad de expresión o como consecuencia de la crítica en cuestiones públicas, ni cuan-

32 Art. 109,párrs. lo a 3" (el destacado nos pertenece).


33 CPPNsegÚn ley 27.064,arts. 187,inc. c) y 190.párr. 7"

34 Véase nota 28.


IGNACIO RACCA

do se tratase de mayores de setenta años, mujeres en sus últimos meses de emba-


razo, madres durante el primer año de lactancia o personas afectadas por una en-
fermedad riesgosa; aunque sí podrá ordenarse su cumplimiento mediante arresto
d ~ m i c i l i a r i o en
~ ~ reconocimiento
, al principio de humanidad en la aplicación de
medidas decoerción (art. 110, incs. 3'y 4', párr. lo).
Ahora bien, sin perjuicio de los supuestos de improcedencia de la medida, po-
drá ordenarse la prisión preventiva de decretarse la rebeldía del imputado, o si se
hubiera fugado y fuere posteriormente habido (art. 110, inc. 4", in fine). Entende-
mosque, pese a que no seencuentre expresamente previsto, en atención al princi-
pio general, para el caso de hacerse uso de dicha opción corresponde designarse
audiencia en los términosdel art. 109.
Cabe destacar que, ya sea en el caso del dictado de la prisión preventiva, como
para cualquier otra medida cautelar, las resolucionesque las impongan noson per-
manentes, sino que pueden ser sustituidas, revocadas o reformadas en cualquier
estado del procedimiento (art. 112). La resolución que ordene, mantenga o revo-
que la prisión preventiva puede ser recurrida por la parte interesada. Por su parte,
aquella que disponga cualquier otra medida cautelar puedeser apelada por el im-
putado; sin embargo, su denegatoria es irrecurrible (art. 113).

5 7. Duración
La legislación anterior en la materia preveía un plazo máximo de dos años de
prisión preventiva, prorrogable por otro año más para casos complejos, lo cual era
controlado de oficio por la instancia de impugnación que correspondiere. Este tér-
mino podía ser nuevamente prorrogado por otrosseis meses, de existir una senten-
cia condenatoria no firme36.
En su momento, las previsiones provinciales en materia de plazo razonable de
la prisión preventiva eran idénticasa lasdel régimen nacional original, instaurado
por la ley 24.390 (previo a su modificatoria ley 25.430), norma que se autoprocla-
mó reglamentaria del art. 7', inc. 5" de la CADH3', y que también disponía la exis-
tencia de un plazo inicial de dos años, prorrogable por otro año para casoscomple-
jos y seis meses para la resolución de un eventual recurso.

35 Parámetros similares a los instaurados en el orden nacional, según arts. 10 del CPy 32 de
la Ley Nacional de Ejecución Penal 24.660.
36 Arts. 287 bisy 287 ter, CPPRNsegún ley 2107 y modificatorias.
37 "Toda persona detenida o retenida debe serllevada, sin demora, ante unjuezu otro fun-
cionario autorizado por la leypara ejercerfuncionesjudicialesytendrá derecho aserjuzgada den-
tro de un plazo razonable o a serpuesta en libertad, sin perjuicio de que continúe el proceso. Su li-
bertadpodrá estar condicionada a garantías que aseguren su comparecencia en eljuicio", en los
términos del art. 75, inc. 22 de la CN.
EL RÉGIMEN DE MEDIDAS DE COERCIÓN...

Los nuevos parámetros que impone el Código acusatorio mejoran dicho están-
dar, acotando el plazo de duración de la prisión preventiva de dos a un año, para
casoscomúnes, y a un año y medioparasupuestoscomplejos,loquedeberáencon-
trarse debidamente fundado por la acusación (art. 114). Entendemos que, si bien
la redacción de la norma puede ser algo ambigua, corresponde interpretar el plazo
de 18 meses (para casoscomplejos)como un término independiente del primero (de
un año), los cuales no deben sumarse, sino que, en cada caso, y ya sea deforma con-
tinua o interrumpida, correrán desde el inicio de la privación de la libertad. Se in-
terpreta ello no únicamente a partir de su redacción38,sino desde una exégesis inte-
gral del nuevo cuerpo procesal, que impone un piso de derechos más alto en varios
ámbitos, entre loscuales se encuentra también la garantía del plazo razonable.
Por último, cabedestacar que los nuevos plazos incluyentambién la instancia de
apelación, con excepción de los recursos dirigidos hacia sentencias dictadas por el
tribunal de impugnación, comoasítambién de un eventual recurso extraordinario
federal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, supuestos que en virtud de
su naturaleza son expresamente excluidos por la norma.
Transcurridos los plazos señalados sin que exista sentencia firme, corresponde-
rá decretarse el cesede la prisión preventiva en favor del imputado, sin perjuicio de
que el proceso avance, y que eventualmente proceda una nueva detención, ya no
en carácter de medida cautelar, sino como cumplimiento de condena. Unavez con-
cedida su libertad, en un principio no podrá establecerse ninguna restricción a la li-
bertadambulatoria; locual nodebelimitarseal nuevodictadodela prisión preven-
tiva, sino que se extiende al resto de las medidas cautelares ya detalladas.
Sin embargo, la ley faculta el dictado de una nueva prisión preventiva (o medi-
das menos lesivas) para el casoen que la acusación demuestre, en audiencia, la exis-
tencia de nuevos peligros procesales. Entendemos que estos deben corresponder-
se únicamente con comportamientosdel imputado posteriores a su libertad, a los
finesde evitar quese reediten viejosargumentoscon la sola finalidad de evadir el
plazo perentorio que impone la norma.
Si bien la ley no lo prevé expresamente, creemos que dicho cese no opera nece-
sariamentea instanciade parte, sinoque puede-y debe-ser decretadode oficio
por el órgano jurisdiccional inte~iniente,del mismo modo que sucede cuando un
condenado agota en detención la totalidad de la pena impuesta.

38 Respecto del primer plazo se afirma que la privación de la libertad "no podrá prolongar-
se porun término mayora un año"; mientras que, con similar redacción, para casos complejos se
establece que "no [puede] extenderse este último supuesto más allá de los dieciocho meses". La
semejanza entre ambas proposiciones llevan a pensar que se trata de cómputos independientes.
CAP/TULOIII
LAS ETAPAS DE INVESTIGACI~NE INTERMEDIA
- -

La etapa preparatoria
y el legajo de investigación
JULIETA V. VIOLA VILLANUEVA * - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU **

5 1. Introducción
El sistema de investigación que diseña el nuevo Código Procesal Penal de Río
Negro tiende claramente a modernizar y hacer más dinámico y eficaz el método
mediante el cual el Estado tramita losconflictos penales.
El art. 119 del CPPRN, al igual que otroscódigos procesalesacusatorios, estable-
ce un objeto múltiple para la etapa preparatoria1.
En principio le impone al fiscal la obligación dearribar a la solución delconflic-
to p o r cualquiera de las vías legalmente previstas. En subsidio deberá realizar las
medidas deinvestigación parapromovero desecharla realización del
juicio, instancia final y central del proceso penal.
Detal forma, y a diferencia del sistema inquisitivoesel Ministerio Público Fiscal
quien en ejercicio de la acción penal, en la etapa preparatoria, desarrolla la activi-
dad destinada a solucionar el conflicto.
Esto lo podrá hacer por medio decualquiera de las formas.de disponibilidad de
la acción previstasen el art. 96del nuevo CPPRN, en ejercicio del principiodeopor-
tunidad. Esta posibilidad de selección de casos que realiza el fiscal, es una de las
principales características del sistema acusatorio.
En esta labor el fiscal no solo evaluará el aspecto jurídico del caso concreto, sino
que también tendrá en cuenta el interés de los protagonistas, escuchando a las víc-
timasy permitiendo que estas interactúen en la solución del conflictocon el ofensor.
Este objetivo primordial impuesto al MPF modifica el paradigma del anterior
sistema de persecución penal, yaque la única finalidad que tenia la instrucción pe-

* Secretaria de la Defensoria General Adjunta en lo Penal. Contravencional y Faltas del


Ministerio Público de la Defensa de la CABA.
** DefensorGeneral Adjuntoen lo Penal, Contravencional y Faltasdel Ministeriopúblicode
la Defensa de la CABA.
' CPPCABA, ley 2303 art. 91; CPPNe, art. 123, ley 2784.
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

nal en el sistema inquisitivoera laaveriguación de laverdad de los hechos, supues-


t o este difícil deasegurar, por lo menos en su completitud.
En el nuevo sistema de no lograr solucionar el conflicto, o de considerar que el
caso debe ser resuelto en juicio, el fiscal recolecta las evidencias necesarias para
fundar la acusación. Luego en el juicio sedebatirá sobreesasevidenciasy los térmi-
nos de la acusación.
Podemos concluir que la etapa preparatoria es la instancia procesal necesaria
para evaluar los casos que llegan a su conocimiento y mediante la selección de las
estrategias posibles, definir cuálesdeellosse proyectaran en una posibleacusación
fiscal, desechando el resto de los casos mediante la desestimación y consecuente
archivo o la aplicación de una salida alternativa.
Ello permite entre otras cosas una concentración de recursos en los casos selec-
cionados, celeridad en la tramitación de ellos, y por lo tanto una máseficiente ad-
ministración de justicia, reduciendo considerablemente los tiempos de resolución
del conflicto.
Esta selección de casos, solo es posible mediante la aplicación del "principio de
oportunidad" el que constiuye uno de los pilares del sistema acusatorio, y puede
ser definido según De la Oliva Santoscomo aquel en cuyavirtud el deber estatal de
imponer penas no habría de ser cumplido siempre según los criterios legales en to-
dos los casos en que concurrieren tales criterios, sino que estaría condicionado al
poder atribuido al Ministerio Público Fiscal para disponer, bajo condiciones lega-
les, en algunoscasos o con amplio arbitrio el ejercicio y del modo de ejercicio de la
acción penal2.

5 2. Desarrollo de la Investigación Preparatoria


Esta etapa bien podría llamarse de actuación ante el fiscal ya que como impul-
sor de la acción penal -actuando en defensa de los intereses de la sociedad-, es
el director de la investigación, organizador de la actividad de todos los funciona-
riosque participen en ella, sin perjuicio desu ulterior actuación simplemente como
parte en las restantes etapas del proceso3.
En la instancia penal preparatoria el fiscal reúne en un legajo de investigación
todos los elementos de prueba, que luego producirá en la audiencia de juicio pre-
vista en el art. 177 del CPPRN.
Puede practicar, al igual quelaquerella y la defensa cualquierdiligenciay actua-
ción no jurisdiccional, es decir, las que según el Código no requieren autorización
del juez de garantías.

Conf. Guerrero Palomares, Elprincipioacusatorio. 2009, p. 28.


Fundamentalmente en la etapa dejuiciooral donde rige la igualdad de las partes.
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

Además, como titular de la acción pública puede disponer la inspección de luga-


resocosas (art. 132), la requisa personal (art. 133), la realización de informesdeex-
pertos (art. 134), los reconocimientos de personas (art. 135), exámenes corporales
(art. 146); ordenar la entrega de documentos u objetos (art. 142), y con autoriza-
ciónjurisdiccional: registrodevehículos(art. 137), allanamientosy registrosde mo-
radas (art. 138), interceptación de comunicaciones (art. 146) y ratificación de la
clausura preventiva de locales (art. 147).

a) Actuaciones

El objeto que tiene la investigación penal preparatoria es sin dudas la recolec-


ción de evidencias para fundar una acusación.
Si bien la característicadel sistema acusatorioes la oralidad, en esta etapa los re-
gistros serán necesariamente escritos, sin perjuicio de su reproducción oral en las
diversas audiencias que el propio Código prevé.
La acusación prevista en el art. 154del CPPRNes uno de los modosde conclusión
de la etapa penal preparatoria. A diferencia del sistema inquisitivo, aquí poco im-
porta la actividad procesaldesarrolladaen la investigación si la misma no puede re-
producirse ante el juez, pues se encuentra prohibida su incorporación por lectura
en el debate conforme lo dispone el art. 177 del CPPRN.
Estoesasí pues la cualidad central del sistemaacusatorioeslacontradicción, por
la que la prueba no habla por sísola, sinoqueson las partesquienesdeben presen-
tar la evidencia y procurar su demostración ante el juez, quien luego de escuchar-
las resuelve la pretensión llevada a su conocimiento (arts. 121 y 177, CPPRN).
La investigación preparatoriase constituye mediante una investigación desfor-
malizada del acusador público, donde se abandona la lógica del expediente como
mecanismo de producción y registro de prueba, para pasar a un legajo que tiene
como principal característica contener la enumeración y el registro de los docu-
mentos y elementos de convicción que recolectó el fiscal.
La norma enfatiza que el fiscal llevará el legajo sin formalidad alguna, donde
constarán los elementos de cargo recabados, bajo un orden lógico que no necesa-
riamente implica el cronológico del expediente. Dicho legajo debe ser accesible
para las partes del proceso, Quienes examinarlo librémente a partir de la
formalización decargosy debe registrar la totalidad de loselementos recolectados
por el fiscal, pueseste, a diferencia desu contraparte, la defensa, por aplicación del
principio de objetividad, no puede ocultar información o evidencias que puedan
favorecer la situación del imputado (art. 59, in fine, CPPRN)4.

En estesentido, se ha dicho quesi bien el representantedel Ministerio Público puedeesco-


gerdentrodesuestrategia qué prueba produciren la investigaciónpenal preparatoriay cuál en el
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

Este legajo será de libre acceso para la defensa no así para el juez, quien en nin-
gún caso podrá consuItarlo. Esta norma preserva la esencia del método adversaria1
que impide que el juez se forme convicción sobre el caso con anterioridad a la in-
tervención deambas partes (art. 120, CPPRM5.
El juezsolo es llamado en esta etapa a tomar intervención en caso dequealgu-
na dé las partes plantee una pretensión que debe ser resulta por el juez de garán-
tías, oportunidad en que solo podrá examinar las pruebas que fundamenten la
pretensión de la parte.
En loscasosdonde se requiera la resolución judicial, como por ejemplo, una me-
didade coerción ocautelar, el fiscal formulará la pretensión, y en el marcode la au-
diencia oral convocada al efecto producirá la prueba que funda la misma. Adichos
fines la norma aclara que la defensa produce sus propiasevidencias.
Los elementos recolectados en el legajo no tienen valor probatorio en un juicio
salvo aquellas que se acuerden en anticipo jurisdiccional de prueba, y solo podrán
ser utilizadas para solicitar ofundar una medida cautelar y de coerción, excepcio-
neso el sobreseimiento6.
La característica principal de esta etapa es que se trata de una instancia mera-
mente preparatoria de la decisión del fiscal. A su conclusión este decidirá si acusa,
y por lo tanto remite el casoa juicio, osi sobresee las actuaciones por alguno de los
motivos legalmente establecidos (art. 154, CPPRN).
Ocasionalmente alguna de esas evidencias podrá ser utilizada antes del debate
para fundar una medida restrictiva osolicitar medidasqueafectenal imputado. De
todas formas deberá producirlas ante el huez ante quien realiza la petición.
No se trata entoncesde la radicación del sumario en otra sede, en manos de un
funcionario que cumple las mismas funciones que el anterior "juez de instruc-
ción" sino de una auténticadivisión defuncionesentrefiscal a cargodela IPPy un

debate, lo cierto esque de ningún modo puedeesconderloselementosdecargo o de descargo con


que cuente. Por lo tanto si quiere solicitar la prisión preventiva o requerir la elevación de la causa
a juicio deberá echar las cartas sobre la mesa. Lasestrategiasdel fiscal - d e l defensor- no puede
erigir al proceso penal en un juego de azar, donde saltar un casillero signifique ganar o perder el
partido o peoraún que la base del éxitode la disputa sea la sorpresa del contendiente. El proceso
siempre debeser un juego IimpioconsiderandoVE si su actuación noseajusta a un criterioobjeti-
vo, ello poseía ser causal para la recusación siempre que su fundamento resida en su posición an-
tagónica, sino que lo que se busca preservar es que su intervención resulte ajena a las pasiones o
los interesesque pueda tener respecto de ciertos sujetos o del objeto del proceso" (CAPCF, Sala II,
15/3/07, "Frias. Roberto dArt. 189 bisdel CP", causa 25246-00-CU2006).

Enel mismosentidoelnuevoCPPN,ley27.063 loestableceenelart. 197,elCPPNe.art. 198.


Tambiénforma partedevarias legislaciones provinciales, por ejemplo, el nuevo CPPN, lev
27.063 lo establece en el art. 198. y el CPPNe en el art. 124.
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

juez a cargo de un nueva función quees la de control de esa investigación (art. 121,
CPPRN).
Esta noción no va a estar suficientemente clara en los primeros momentos de
funcionamiento del sistema, ya que losoperadorestienden a "continuar" desem-
peñando el mismo rol que antes del cambio de paradigma.
Debe tenerse en cuenta que los códigos procesales acusatorios no son instru-
mentos diseñados para establecer qué debe hacer cada parte, sino por el contrario
a facultar a fiscalesa realizar taxativamente solo los actos que en ellos se indican.
Siendo esto así, dada la característicaadversaria1del sistema, la primera función
del defensor esadvertir cualquier desvíode poder o uso indebidodeestasfaculta-
des para instar la intervención del juez de control de la IPP en salvaguarda del de-
recho al debido proceso.
La experiencia indica que no solo fiscalestienden a excederse en sus facultades,
muchasveces sin advertirlo, por imitar al juez de instrucción del modelo inquisiti-
voen el quese formaron, sinoque los propiosjuecestienden a convalidaractuacio-
nes excesivas de fiscales por el simple hecho de que cuando eran jueces ellos síes-
tabanfacultados para llevaracabo esosactossincontrol alguno. Porejemplo, com-
parendos compulsivos.
La tarea es ardua, no se suple con la formación artesanal con la que operadores
judiciales hemossido introducidosal proceso. La defensa debe por imperativo cons-
titucional ejercer funciones que podríamos definir como guardián delnuevopara-
~ ~

digma, siendo necesaria entonces su capacitación en los Lnstrumentos del proceso


acusatorio.
Así, parafraseando a Ferrajoli, diremos: "En un ordenamiento cuyas leyesfue-
sen tan sencillas quesu conocimiento estuvieseal alcancedetodos losciudadanos
(...)cada cual podría dirigir y defender su causa en justicia, como administra y di-
rigesus negocios. pero eei l reinado de una legislación oscura y complicada, dé un
mododeenjuiciar Ilenodefórmulasy cargado de nulidades, es necesaria la defen-
sa técnica de un abogado de profesión,para restablecerla igualdadentrelaspar-
tes, y compensar la desventaja inherente a la inferioridad de condiciones" 7.

bJ Actuaciónjurisdiccional

Aquíla normativa procesal fija la actividad jurisdiccional en la etapa preparato-


ria, entendiendoque le corresponde intervenir solo a pedido de parte, en losanti-
cipos jurisdiccionales de prueba, resolver sobre excepciones y demás peticiones
propias de la etapa y otorgar autorizaciones (allanamientos) y controlar el princi-
pio y garantías procesales.

Ferrajoli. Derecho yrazon. Teoría delgarantismopenal, p. 614.


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CJ Citaciones

El MPF tiene potestad de ordenar la comparecencia por simple citación de aque-


llas personas que fueran requeridas, bajo apercibimiento de ser conducidos por la
fuerza pública, facultad que le compete como director de la policía.
La defensa también puede convocar testigos a los efectos de trabajar sobre su
teoría del caso. En caso de no presentarse el testigo citado, podrá la defensa solici-
tar al Foro de Jueces Penales el auxilio judicial para hacerlo comparecer.

dJ Actosiniciales. Denuncia
Loscasosseinicianpordenuncia,que podrá realizarsea eleccióndeldenuncian-
te ante el propio fiscal o la policía. Dicha denuncia puede formularse en forma es-
crita overbal, sin embargo en este último supuesto se extenderá un acta que será
suscripta por el denunciante, lo cual transforma la norma en letra muerta (art. 123,
CPPRN).
También se permiteque la denuncia se efectúe personalmenteo por mandata-
rio, debiendo en este caso tratarse de un mandato especial.
Existe para los funcionarios y empleados públicos-que conozcan el hecho en
el ejercicio de susfunciones-, obligación dedenunciar respecto de hecho punibles
de acción pública salvo que se trate de delitos que requieran de instancia privada
para su persecución o que pese sobre ellos el deber de guardar secreto impuesto
por la ley (art. 124, CPPRN).
En este último supuesto se encuentran incluidos los médicos de establecimien-
tos públicos de salud que tomen conocimiento de un ilícito a partir de la declara-
ción de su paciente en ocasión de brindar asistencia sanitaria, con lo que zanja la
cuestión de la autoincriminación por partede quien requiereauxilio.
También tieneel deber dedenunciar los hechos ilícitosque lleguen
- a su conoci-
miento, ". .. losescribanosycontadoresen casosde fraude y evasión impositiva; las
pe~onasquepordisposiciónde la ley, dela autoridadopor algún actojurídico ten-
gan a su cargo e l manejo, la administración, e l cuidado o control de bienes o inte-
reses de una institución, entidad o persona, respecto de los delitos cometidos en
perjuicio de esta o de la masa o patrimonio puesto bajo su cargo o control, siempre
que conozcan el hecho por el ejercicio de sus funciones" (art. 125, CPPRN).
En un sistema de amplitud probatoria y desformalización, lasdenunciasque no
reunieren las formalidades antes expresadas deben ser consideradas como "noti-
cia de crimen" por el fiscal, quien incluso puede recolectar evidencias respecto de
hechos que considere que poseen los elementos constitutivos de un delito de me-
dios periodísticos u otras fuentes, para iniciar una investigación8.

En ese sentido la jurisprudencia de la CABA que posee regulaciones similares ha expresa-


do que "la denuncia recibida por correo electrónico en la oficina central receptora de denuncias
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

e) Inicio. Averiguación preliminar

Cuando el fiscal tenga conocimiento directo de la existencia de un delito de ac-


ción pública ya sea que se inició por investigación preliminar, o prevención o de-
nuncia y no disponga el archivo de las actuaciones dictará inmediatamente el de-
creto de determinación del objeto de la investigación de los hechos (art. 126,
CPPRN).
En la forma que se lo ha legislado, el referido decreto de determinación del ob-
jeto de la investigación constituye el primer acto del procedimiento sin el cual no
serán válidas las diligencias posteriores.
Aquel seconstituye mediante proposicionesfácticasdescriptasafin de estable-
cer ofijar el objeto y límite de los sucesos que el fiscal investigará en el caso y por lo
tanto le brinda sustento a las medidas que dispondrá para ese fin.
El decreto de determinación de los hechosdebe contener una relación suficien-
temente circunstanciada, con indicación si fuera posible del lugar - tiempo~.y modo
de la ejecución de los mismos y su calificación legal provisoria.
Ademásdeberá contener lascondiciones personales del imputado, y en su caso,
de la víctima, si fueran conocidas, al momento del dictado de este acto inicial.

del Ministerio Público Fiscal, cumple con el requisito legalmente exigido consistente en 'compro-
bar y hacer constar la identidad del denunciante' (art. 82, CPPCABA). En efecto, el relato fáctico
que efectúa el correo electrónico defs. 1 permite tener por satisfecha la exigencia del art. 83 del
CPP-CABA toda vez que, a pesar del modo en que se encuentra redactada, contiene un relato del
hecho presuntamentesucedido el24/7/08que le permitió al acusador público la hipótesisde la po-
siblecomisiónde undelitodeacción pública. Porsu parte, la constataciónactuarial obrantea fs. 2
otorgaverosimilitud a la identidad del denunciante pues da cuenta que personal de la Fiscalía es-
tableció comunicación telefónica con el número consignado en la denuncia siendo atendido por
la señora M. E. T. quien manifestó que el día de los hechosdenunciados se encontraba con su ma-
ridoa bordo de su camioneta y, producto de un conflictovehicular, cuando su marido intentó ob-
tener los datos del conductor de la camioneta Kangoo se bajaron sus ocupantes y comenzaron a
insultar, amenazary dañarsu camioneta mediante golpes de puño sobreel capot ytomaron nota
del teléfono inscriptoen la camioneta.
Ahora bien, la verosimilitud acerca de dicha identidad se transforma en certeza cuando se ad-
vierte de la lectura de las copias certificadas del legajode investigación fiscal que el denunciante
T. H. B. (DNI ...)se hizo presente en la oficina de acceso a la justicia del Consejo de la Magistratura
de la Ciudad de Buenos Aires, el 6/10/08, a una audiencia de mediación, juntamenteconel denun-
ciado P. L. A. (sin que hubiesen podidoarribara un acuerdoconciliatorio). De este modo. la princi-
pal objeción del recurrenteacerca de la incorrecciónde la denuncia quedio inicio al presente pro-
cesovinculada con la ausencia de com~robaciónde la identidad de la Dersona aue la formuló. se
disipa totalmente. Desde esta perspectiva, cobra relieve el criterio jurisprudencia1que exige para
la procedencia de una nulidad un perjuicio concreto para alguna de las partes, porque cuando se
adopta en el solo interésformal del cumplimientode la ley importa un manifiestoexceso ritual no
compatible con el buen servicio de justicia (CYN-Fallos, 295:961; 298:312; 311:237, entre otros)"
(......,......,causa n023122/08,"Aschiero, Pablo Luissllnfracción art. 149 bis, amenazas, CP").
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El decreto de determinación de los hechos puede modificarse y ampliarse en


cualquier instancia del proceso hasta la acusación.
Por su parte garantiza el derecho del imputado de conocer cuál es el hecho que
se le atribuye sobre el que se deberá defender.
Aquí aparecen claramente establecidos dos presupuestos fundamentales del
sistema acusatorio, el principio de congruencia de la acusación fiscal, que deberá
sostenerse hasta el alegato final, y la garantía de defensa en juicio.
Ambos implican por partedel fiscal unaactividad ordenada que requieredecla-
ridad y precisión al momento de formular los hechos de su investigación, pues es-
tos serán por los que luego formularán los cargos y oportunamente formulara la
acusación en juiciog.

En ese sentido la doctora Alicia Ruiz del TSJ CABA expresó: "... Lascircunstanciasapunta-
das demuestran que hubo un factor sorpresa que indudablemente afectó la estrategia defensiva
del imputado (derecho de defensa), y sin perjuicio de que los elementos fácticos se mantuvieron
invariables, la calificación jurídica sise modificó. Esto tuvo una consecuencia directa en la fijación
de la pena por el delito imputado. Al cambiarse el encuadre jurídico se afectó el monto de la con-
dena, todo locual repercute, negativamente, en la vida del señor Rocha. El proceso dejuzgamiento
debióajustarsea la manda legal del artículocitadoyesonoocurrió. Esrelevanteenesteaspectodes-
tacar lo dicho por la magistrada que votó en minoría: 'No es tarea del imputado ni de su asistencia
técnicatomaren consideracióncircunstanciasquela propia fiscalía nointroduceen la acusación'(fs.
81). Habertenido talescircunstancias pordadasde ninguna manera eximea lasautoridadesjudicia-
les sustraerse de lo prescripto por las normas ni mucho menos desconsiderar el principio de con-
gruencia que es la expresión de garantía para un adecuadoejerciciodel derecho a defensa y debi-
do proceso penal. Insisto, la Cámara se apartó del mecanismo que prescribe el art. 230 del CPPCA-
EA y nose hizo cargo de quetal decisión privó al imputado de lasgarantíasconstitucionales invo-
cadas. En efecto. las autoridadesjudiciales tornaron incongruente el proceso en el preciso instan-
te en quesealteróel encuadrejurídico y dio poranoticiado al señor Rocha de lascircunstanciasque
promovieron el agravante en la pena. El imputado no tuvo conocimiento en el requerimiento de
juicio ni en la apertura del debate, sinoen la etapa final del alegato decierre de la fiscalía. La Cor-
te Interamericana. en su sentencia defecha 20 de junio de 2005en el caso'Fermín Ramírezv. Gua-
temala'. ha señalado que:'La Convención noacoge unsistema procesal penal en particular. Deja a
los Estadosen libertad para determinar el queconsideren preferible, siempreque respeten lasga-
rantíasestablecidasen la propia Convención. en el derecho interno, en otrostratados internacio-
nales aplicables. en las normas consuetudinarias y en las disposiciones imperativas de derecho in-
ternacional (...)Al determinar el alcance de las garantías contenidas en el art. 8O.2 de la Conven-
ción, la Corte debe considerar el papel de la <acusación>en el debido proceso penal vis-a-vis el de-
recho de defensa (...) Por constituirel principiodecoherencia ocorrelación uncorolario indispen-
sable del derecho de defensa, la Corte considera que aquel constituye una garantía fundamental
del debido procesoen materia penal, que los Estadosdebenobse~arencumplimientode lasobli-
gaciones previstas en los incs. 6) y c) del art. 8O.2 de la Convención'" (TSJ CABA, expte. 12332t15,
"MP - Defensoría General de la CABA s/Queja por recurso de inconstitucionalidad denegado en
'Rocha, René Rolando sllnf. art. 189 bisdel CP").
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

f ) Investigaciónpreliminar

La averiguación preliminar tiene como objeto recabar la información necesaria


para fundar la acusación fiscal.
En esta instancia o fase del proceso el fiscal debe realizar todas las diligencias
tendientes a recabar los elementos que le permitan constatar o descartar los he-
chosdenunciadoso la participación del sospechoso en el mismo (art. 128, CPPRN).
Esta tarea de averiguación preliminar debe concluir dentro de losseis mesessi se
trata de un autor identificado. Este término perentorio es la regulación de la garan-
tía del plazo razonable de duración del proceso penal reconocido en la CADH y por
la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la derivada deellalO.
Las posibilidades del fiscal de conclusión de la investigación preliminar de con-
formidad al art. 128 de la normativa procesal son:

1 - La desestimación de la denuncia querella


o actuaciones policiales por considerar
queel hecho noconstituye delito
Aquíse pone de resalto que en la generalidad de los casos la desestimación de-
be ser incipiente o sea a poco tiempo de formulada la denuncia, esto es así pues el
fiscal en esta primera aproximación al hecho ya visualiza la inexistencia de un he-
cho típico o la imposibilidad de poder llevar adelantecon éxito el caso.

2 - La aplicación de un criterio de oportunidad

Los criterios de oportunidad, tal como se formularan líneas arriba se encuen-


tran regulados en el art. 96 y SS. del CPPRN dentro del capítulo de reglas de dispo-
nibilidad de la acción, allí se especifica en qué casos y bajo qué condiciones el Mi-
nisterio Público Fiscal está autorizado a prescindir total o parcialmente del ejerci-
cio de la acción penal o limitarla a alguno de los partícipes en el suceso.
La aplicación de un criterio de oportunidad, así como también del archivo y la
desestimación de una denuncia,facultan a lavíctima de los hechosa solicitar la re-
visión de la resolución del fiscal sobre el caso dentro de los tres días de notificada.
Dicha revisión es evaluada por un fiscal superior que será establecido al igual que
el procedimiento según la normativa del Ministerio Público Fiscal.

' O Así la CSJN estableció " ... queen suma, debe reputare incluido en la garantía de la defen-

sa en juicio consagrada por el art. 18 de la CN el derecho de todo imputado a obtener -luego de


un juiciotramitado en legal forma- un pronunciamiento que, definiendo su posición, frente a la
ley y a la sociedad ponga término, del modo más rápido posible. a la situación de incertidumbre y
de innegable restriccióna la libertadquecomportael enjuiciamiento penal (CSJN-Fallos, 272:188)
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Esta norma refuerza la característica de autónomo y jerárquico del Ministerio


Público Fiscal, ya que si el fiscal superior decidiera que debe revocarse la decisión
adoptada sustituye al fiscal que intervino en el caso y designa uno nuevo para que
continúe la investigación bajo sus paramentos.
Cuando confirme el dictamen de su inferior, la decisión no será susceptible de
revisión alguna por parte de la jurisdicción.
En estoscasos, la víctima podrá optar por constituirse como parte querellante y
solicitar anteel juez la conversión de la acción penal pública en privada y continuar
con el ejercicio de la acción penal en forma autónoma (art. 129, CPPRN).
Como se desprendede lo dicho, la facultad decontinuar la acción penal escon-
cordante con la participación que brinda todo proceso acusatorio a lasvíctimas, y
reconoce claramente la diferencia entre el interés social representado por el fiscal
como titular de la acción y quienes padecieron las consecuencias de la conducta
presuntamente ilícita 'l.

El sistema penal es fuertemente selectivo. Esa selectividad está fundada en dos


factores:
1. La ausencia de una política criminal que imponga una dirección a la activi-
dad de las agencias policiales.
2. La ausencia de facultades de desestimación de los casos por parte de losfis-
cales.

Duranteaños el principio de legalidad procesal, odeoficialidad de la acción pe-


nal en la anterior redacción del art. 71 del CP12se constituyó en el principal obstácu-

l1 La víctima representa el interés más concreto de persecución penal. Si el Ministerio Públi-


co Fiscal evalúa que un cierto caso no es delito. tal vez el interés de la víctima sea fuerte por lo que
el sistema le permitirá insistir en la persecución.Admitiresta posibilidad incorpora uncontrol adi-
cional por partede lavíctima, el cual puede resultar muy efectivo habida cuenta del interés perso-
nal que esta tiene -cuando lo tiene-en el caso. Aquí el Código Procesal Penal decidió que si la
victima realmente cree que es posible llevar adelante la acción penal aun cuando un fiscal -y
eventualmente su superiorjerárquicc- han llegado a la conclusión de que no hay cómo. enton-
ces debe manifestar esa opción, y el CPPRN permite que la víctima se querelle y siga adelante pri-
vadamente, sujeta al control jurisdiccional.
l2 La ley27.147sustituyó elart. 59del CP, porel siguientetexto: "Laacciónpenalseextingui-
rá: ... 5) Por aplicación de un criterio de oportunidad, de conformidadcon lo previsto en las leyes
procesalescorrespondientes; ... 6)Por conciliación o reparación integral del perjuicio, de confor-
midad con lo previsto en las leyes procesales correspondientes; 7) Por el cumplimiento de las con-
diciones establecidas para la suspensión del proceso a prueba, de conformidad con lo previsto en
este Código y las leyes procesales correspondientes". Y también sustituyó el art. 71 del CP, por el
siguiente texto: "Sin perjuicio de las reglas de disponibilidad de la acción penal previstas en la le-
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

lo para que los fiscales (y aún losjueces) establecieran una corrección a dicha selec-
tividad. Por el contrario el sistema pretendía funcionar bajo la tesis que todos los
delitos deben ser perseguidos hasta las últimas consecuencias.

La dogmática procesal abandonó todo contacto con la realidad a la que estaba


destinada a servir y cuyos problemas estaba llamada a resolver, y no reconoció has-
ta hace pocos años que:
1. Ningún sistema penal del Estado puede investigar sino una partede losde-
litosque llegan a su conocimiento.
2. Hay delitos que, bajo ciertas circunstancias, no es posible investigarlos y en
pocas ocasiones en que el operador judicial se encontraba frente a estas si-
tuaciones las reconocía de manera temprana.
3. El sistema de todos modos, en los hechos, selecciona los casos que lleva a
juicio.
4. Si la ley no permite que el fiscal desestime casos, el sistema va a generar me-
canismos de selección informal.
5. Esta informalidad genera que la selección se haga fuera detodocontrol y en
condicionesde baja o ninguna transparencia, sin saber quién tomo la deci-
sión, con qué criterios, escondiendo casos de corrupción y negligencia.
6. Los centros de decisión van a estar dispersos entre los agentes del sistema
(fiscales, jueces, policías)y, por lo tanto, las decisiones se tomarán sin ningu-
na política criminal determinada.

Es necesario dejar plasmado el rol fundamental en el proceso que posee lavícti-


ma, pues como dijimos, si la primer finalidad de la investigación penal preparato-
ria es la solución del conflicto, dicha composición solo puede ser llevada a cabo me-
diante la intervención personal de lasvíctimas del proceso quienes acuden a la ins-
tancia judicial con sus propios propósitos, que en muchas ocasiones pueden no
coincidir con los parámetros que fijó el fiscal para el caso.
Será labor del fiscal entablar un vínculo de confianza con la víctima, mantener
una relación fluida que le permita no solo conocer su voluntad con relación al pro-
ceso, sino también contar con su presencia en las instancias fundamentales como
será la de juicio.
Evidentemente la víctima constituye para el fiscal una delas principalesfuentes
de evidencia y su relato en la audiencia será central como prueba, lo que le permi-
tirá obtener una sentencia condenatoria.

gislación procesal, deberán iniciarse de oficio todas las acciones penales, con excepción de las si-
guientes: l ) Las que dependieren de instancia privada; 2) Las accionesprivadas".
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

Es necesario remarcar que, muchas veces las víctimas de los delitos, no se en-
cuentran favorablemente predispuestashacía el sistemade justicia, al igual quelos
testigos. Cuanto antesexpliciteel fiscal su decisión sobreel caso menosincertidum-
bre padecerán lasvíctimas y testigos.

3 - La remisión a una instancia


de conciliación o mediación
Otra de las formas de conclusión de la etapa de investigación preliminar es la
mediación o conciliación que implica básicamente un acuerdo de partes que con-
lleva la extinción de la acción penal.
En este sistema de justicia cuyo objetivo principal es la composición del conflic-
to, este modo deconclusión resulta ser el que mejor se ajusta a losobjetivos, no so-
lo porque muchas veces permiten la toma de conciencia por parte de los i n t e ~ i -
nientes de los alcances de sus derechos, sino porque se pueden fijar reglas y esta-
blecer pautas que eviten la reiteración del conflicto y favorezcan restablecimiento
del orden social.

4 - El archivo, si no ha logrado individualizar al autor


o participe del hechooexiste una imposibilidad de reunir
la información necesaria para fundar la acusación
Se trata de dos hipótesis, que reflejan las lógicas más frecuentes de desestima-
ción de casos:

1 - Casossin pruebassuficientes
El núcleo del problema es la posibilidad de que el fiscal archive casos cuando,
conforme su juicio profesional, no hay antecedentes que permitan sostener una
acusación, y dichos antecedentes tampocovan a aparecer con mayor investigación
o con el transcurso de más tiempo.
Para cierto tipo de delitos, o el núcleo de la prueba es obtenido en momentos
muy cercanosa la comisión misma del delito, de lo contrariodicha prueba noseob-
tendrá.

11 - Hechos donde no se puede individualizaral autor


Loscasosqueestán dentro deesta hipótesis representan grandescantidades de
causas del sistema. Sobre todo en losdelitoscontra la propiedad, y en todos lossis-
temasesta categoría dedelitos representan la principal fuentede ingresosdel apa-
rato de persecución.
Si el fiscal puededecidir lo antes posible qué causas no ofrecen posibilidades de
ser llevadas adelante hacia una acusación, y por lo tanto deja de invertir su tiempo
en ellas se ahorrarán recursos y esfuerzos propios de policías, víctimas y testigos.
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

El problema queofrece el archivo por falta de pruebaso imposibilidad dedeter-


minar la autoría al igual que la desestimación por criterio de oportunidad son los
costos de legitimidad del fiscal que lo dispuso frente a la sociedad que representa.
Lasvíctimassesentirán desatendidas y pensarán que recurrir al sistema de justi-
cia es inútil, y crecerá en la opinión pública la sensación de impunidad.
Sin embargo, lo cierto esqueestasdecisionestransparentan las limitaciones del
sistema. Sincera el hecho de que no se pueden investigar efectivamente todos los
casos, toma la decisión de archivarlos y de hacer pública y formal esta decisión co-
municándosela a lavíctima.
El Ministerio Públicodeberá desarrollar procedimientos para comunicar y expli-
car la decisión a lasvíctimas; deberá hacerlo personalmenteel propio fiscal del ca-
so, otro fiscal, u otro profesional entrenado.
En el caso quese haga por escritodeberáser deun modo sencillo, invitandoa la
víctima a obtener información adicional que le permita continuar la persecución.

g) Apertura de la investigaciónpreparatoria

Por último, si el fiscal no aplica ninguna de las salidas alternativas propuestas,


dará lugar a la apertura de la investigación preparatoria, aquí se supone que ya
evaluó lassalidasalternativas, entendiendo que en un principio no lasva a aplicar,
debiendotener para la aperturade esta instancia una mayorcerteza positivade los
hechos. La investigación preliminar debe ser concluida dentro de losseis mesesdes-
dequeseencuentra individualizado la persona perseguida.
Ni la desestimación ni el archivo constituyen cosa juzgada, por lo que de reunirse
loselementos o individualizarse a la persona el fiscal podrá reabrir la investigación.
Este plazo de seis meses de investigación puede ser prorrogado, la prórroga la
otorga el juez por el tiempo que considere oportuno, que podrá coincidir con el
que le solicita el fiscal.
La norma aclara queal vencimiento de la prórroga no deriva en la extinción de la
acción sino que el fiscal puede solicitar nuevas prórrogasy el juez otorgárselas o no.
Estos plazos no son aplicablesen caso de delitos dolosos cometidos por funcio-
narios públicos en el ejercicio de sus funciones.

1 - Control de la decisiónfiscal.
Audiencia de formulación de cargos
Cuando el fiscal entienda que debe formalizar la investigación penal prepara-
toria de un imputado, solicitará al juez la realización de la audiencia deformula-
ción de cargos.
La audiencia de formulación de cargos constituye el hito desde el cual comien-
za a correr el plazo de duración de la investigación penal preparatoria que no pue-
de exceder de los cuatro meses (conforme art. 153, CPPRN).
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

A la audiencia de formulación de cargos, serán convocados el imputado, su de-


fensor y las demás partes del proceso (art. 130, CPPRN).
El objetivo de la audiencia es hacer saber a la persona imputada los hechosque
se le atribuyen y la evidencia que los respalda. La narración de los hechos por par-
te del fiscal debe ser clara, precisa y completa, también debe poner en conocimien-
t o la calificación legal atribuida al hecho y el grado de participación del imputado
en el mismo.
La defensa, en principio, solo puede requerir al fiscal mayor información o la acla-
ración respecto a loscargosatribuidoso la participación desu asistidoen los mismos.
Esta audiencia no está pensada para efectuar planteos relativos a la prueba, ca-
lificación legal oel sobreseimientodel acusado,salvoqueel imputado seencuentre
detenido en cuyo caso el objetivo primordial de la defensa será el cese de dicha me-
dida decoerción por lo que hará los planteosqueentienda necesariosadichosfines.
Esel momento procesal donde elfiscal puede solicitar la aplicación de alguna me-
dida de coerción o cautelar o la aplicación dealguna salida alternativa al proceso.
Para solicitar la audiencia el fiscal debe contar con suficiente información que le
permita sustentar el suceso por el cual está formulando cargos y cómo acreditar la
participación del imputado en el mismo. No se requiere certeza respecto al hecho,
pues aún le restará al fiscal realizar medidas de investigación.
Esteesel acto formal en la apertura de la investigación penal preparatoria, y sal-
vo excepciones la primera intervención del juez en el caso.
Es desde este momento que el defensordebe comenzar a perfilar su estrategia
del caso, establecer las preposiciones fácticas respecto a la teoría del caso alterna-
tiva y comenzar la preparación para la instancia de juicio.
Aun cuando el caso en definitiva no llegue a la instancia de juicio, por la aplica-
ción de alguna salida alternativa, lo cierto es que una defensa eficaz debe no solo
controlar la actuación del fiscal, sino desde el principio de la investigación penal
preparatoria, elaborar su teoría del caso y lasdiferentesestrategiasa desarrollar a
partir de ella.
Es el momento oportuno en el cual el imputado puede resistir y contradecir la
imputación formulada. El imputado debe intervenir personalmente, tomando co-
nocimiento de los cargos, declarando o no conforme a su estrategia, proponiendo
medidas probatoriasT3.

l3 Según Maier: "La imputación correctamenteformulada es la llave que abre la puerta a la


posibilidad de defenderse eficientemente pues permite negar todos o alguno de los elementos
para evitaroaminorar la consecuenciajurídico penal a la que se pretende (...) Pero para que la po-
sibilidad deseroídosea un medioeficientedeejercer la defensa, ella no puede reposar en una atri-
bución máso menosvaga o confusa de malicia o enemistad con el orden público. estoes un relato
imprecisoy desordenadode la acción u omisión que se ponea cargo del imputado y mucho menos
en una abstracción (cometió homicidioousurpación)acudiendoal nombredela infracciónsinoque
por el contrario debe tener como presupuesto la afirmación clara precisa y circunstanciada de un
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

2 - Desarrollo de la investigación

La investigación es la actividad realizada por el fiscal con el objeto de recabar


elementos de convicción necesarios para formular la acusación.
Es función de la defensa no solo controlar y analizar la teoría del caso o estrate-
gia fiscal, sino también elaborar y recolectar elementos de prueba respecto de su
propia teoría del caso, si es que decide presentar una alternativa. La obligación de
elaborar una teoría del caso es del fiscal quien tiene la carga de probar el hecho por
el cual formuló acusación.
Rige en este sistema procesal el principio de amplitud probatoria, esto quiere
decir que el fiscal no está ceñido a formas pre establecidas de probar los hechos,
puede utilizar los elementos de prueba que entienda que son eficaces a sus fines,
con la única limitación del modo lícito de adquisición.
Así en la mayoría de los casos será la prueba testimonial de primordial impor-
tancia. Testigos son aquellas personas que por determinada circunstancia tienen
conocimiento de los hechos. Estos testigos pueden ser directos cuando su conoci-
miento lo adquirieron por medio de sus sentidos-presenciaron algún fragmen-
t o o el hecho completo por ejemplo las víctimas- o indirectos cuanto conocen el
hecho mediante terceros o sin haberlo percibido por sus sentidos-por ejemplo,
un perito-.
La prueba testimonial se produceexclusivamenteen la instancia de juicio, salvo
que por las causas que el mismo CPPRN autoriza se solicite un anticipo jurisdiccio-
nal de prueba.
Sedesarrolla mediante lo que sedenomina declaración testimonial o mediante
entrevistas, estas pueden efectuarse en el lugar de los hechos, comisaria, Fiscalía, o
en el domicilio de la persona.
También se puedenfilmar lasentrevistas, nosolo a losfinesdetener un registro
fidedigno del conocimiento que poseeel testigo, sino también para el supuesto de
refrescar la memoria del testiao,
- . o señalar una contradicción en el debate.
Obviamente esa filmación solo podrá ser ingresada al debate si el testigo omite
u olvida una parte del relato que haya realizado o cambia su versión de los hechos.
Ningún fiscal debería convocar al debate a testigos respecto de los que desco-
nozca la versión de los hechos que este brindará. La adecuada preparación del ca-

hecho concreto, singular, de la vida de la persona. Ello significa describir un acontecimiento-que


supone real-con todas las circunstanciasdemodo tiempo y lugar que lo ubiquen en el mundo de
los hechos (temporal y espacial) y le proporcionen su materialidad concreta, el lenguaje se debe
utilizarcomodescriptivo de un acontecimiento para mentarcategoriasconceptuales. Deotro mo-
do, quienesoído no puedeensayaruna defensa eficiente, puesno podrá negar ni afirmarelemen-
tosconcretos. sino, a lo sumo, leserá posibleafirmaronegarcalidadesocalificativos(nosoy homi-
cida, nosoy malosoy bueno, etcétera)"(Derechoprocesalpenal,t. l. "Fundamentos", Zaed., 2004.
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

so obliga a conocer en profundidad no solo lo que expondrá el testigo, sino el gra-


do de credibilidad quetieneel mismo.

3 - Otras medidas de prueba


1 - Inspecciones

La primera medida que trae el Código es la inspección de lugares o cosas. La


norma autoriza al fiscal por sí o a quien este delegue, funcionario o personal de
las fuerzas de seguridad, a inspeccionar los lugares y cosas, cuanto existan moti-
vossuficiente para presumir quese encontrarán elementos útiles para la investi-
gación.
Es importante recordar que conforme lo dispuesto en el art. 59 del CPPRN los re-
querimientos, dictámenes y resoluciones de los fiscales deben ser motivados, bajo
pena de nulidad, por lo que esta instrucción deberá contar con fundamentos que
la justifiquen.
De la diligencia deberá dejarse constancia en un acta firmada por dos testi-
gos, losqueno podrán pertenecera lasfuerzaspolicialessalvo porrazonesde urgen-
cia e imposibilidad de conseguirlos, de lo que deberá dejarse constancia expresa.
El resultado de la diligencia debe integrar el legajo de investigación sin impor-
tar si será utilizado para la acusación.
Durante la diligenciael fiscal podrá solicitar quedeterminadas personas perma-
nezcan en el lugar o que alguna otra persona comparezca inmediatamente.

11 - Requisas

La requisa debe se efectuada por el personal de lasfuerzasdeseguridad con or-


den judicial, a excepción que:
1. Concurran circunstancias previas o concomitantes que razonable y objeti-
vamente permitan justificar la medida al respectodeuna personaovehícu-
lo determinado.
2. Existan elementos que razonablemente impidan en razón de la urgencia
obtener la orden en forma eficaz.
3. Se Ilevea cabo en lavía pública o en lugares de acceso público.

Antesde cualquier requisa deberáel personal policial advertira la persona acer-


ca de la sospecha y del objeto buscado, invitándolo a exhibirlo.
La requisa personal es una medida de coerción que afecta directamente la inti-
midad de las personas (conf. arts. So, 9" y 10,DADDH, 12,DUDH, 11.2y 3.d, CADH,
17.1 y 2,PIDCP),y la libertad (arts. 18,CN, 7",CADH, 9", PIDCP, gO,DUDH, y el dere-
cho a la dignidad e integridad física y moral, arts. So, incs. l o y 29 y 11, incs. 2"y 3",
CADH, 7"y 10,PIDCP, y So, DUDH).
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

En ese sentido la norma procesal requiere orden judicial para realizarla, pues el
funcionario policial no está autorizado a detener ni revisar a ninguna persona en
la vía pública.
Toda decisión que se tome en el proceso como todo acto de gobierno requiere
que se expliquen los motivos que lo fundamentan, en resguardo del derecho de
defensa.
De tal forma, y en virtud de la limitación prevista en el art. 131 del CPPRN que
impideque el fiscal adopte medidasdecontenido jurisdiccional, solo el juez podrá
autorizar una medida de coerción como la requisa, a solicitud del fiscal, quien de-
berá fundar su pretensión junto a las evidenciasque la motiven.
Esta motivación debeser legítima (fundada en pruebasválidas, legalmente incor-
poradasal legajo),veraz (no podrá fabricar ni distorsionar losdatos probatorios), es-
pecífica (debeexistir una motivación paracadaconclusión) yarregladaa - lasreglasde
-
la sana crítica racional (principiosde la lógica, lascienciasy la experiencia comúnt4.
Volviendoa la norma, la medida de prueba analizada requierequelaadverten-
cia y la inspección a la persona se realice frente a dos testigos que no podrán perte-
necer a lasfuerzasdeseguridad, salvo impedimentosdeconseguirlos,y que las re-
quisasseefectúen por separado sin afectar el pudor y la dignidad de las personas.
La única excepción a la realización de la medida sin orden judicial la constituye
las tres circunstanciasmencionadas en la norma. En caso de concurrir las excepcio-
nes previstas la medida debe estar precedida de motivos razonables y constitucio-
nalmente válidos para actuart5.

l4 Cafferata Nores, Procesopenaly derechos humanos, 2"ed., 2008, p. 140.


l5 Eneseorden.destacóque: "El principiodequelosjuecesse hallanenunasituacióndema-
yorserenidad y objetividad que la policía para disponer medidas limitativasdegarantíasconstitu-
cionales, ha sido afirmado pacíficamente por los tribunales de los Estados Unidos, tanto respecto
de órdenes judiciales de detención como de allanamiento ..." (in re "Johnson v. United States",
333 10,1948.y "Aguilarv.Texas", 378U.S. 108,1964). Enel indicado"Johnsonv. UnitedStates", la
Suprema Corte estadounidense agregó: "...En qué casosel derechoa la privacidad debe razona-
blemente cedera favor del derecho estatal a practicar una requisa. es algo que, como regla, de-
be serdecidido por un juez; no por la policía ni por ningún otroagente del Gobierno(...). si la po-
licía tuviera un estándar de exigencias menor [al del magistrado], o sea, si se le permitiera actuar
en áreas restrictivas de derechos constitucionales en condiciones en que eso mismo le estuviera
vedado a un juez, es notorio que el principio básico de la preferencia por la intervención de un
magistrado se vería notoriamente desdibujado. En ese esquema indeseable, es claro que la poli-
cía carecería de todo incentivo Dara buscar la orden iudicial de allanamiento. detención. reaistro.
. A .

etcétera, puesto que (...) la policía sentiría queesmáslo que puede hacer sinordenjudicial queac-
tuando con ella L..) [Por ello] cuando la policía actúa en estossupuestos de urgencia. es claro que
no poresodesaparecen los recaudos de motivo previo para actuary de límitesa la actuación poli-
cial, la cual debe estar razonablemente relacionada con dicho motivo previo ..." (cits. porcarrió,
Garantías constitucionales en el proceso penal, 2007, ps. 250,251 y 256).
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

En el conocido fallo "Daray" la CSJN estableció que para darse la excepción de


requisa sin orden judicial deben existir "circunstancias previas o concomitantes
que razonable y objetivamente permitan justificar dichas medidas respecto de al-
guna persona" (CSJN-Fallos, 317:1985). Lasola maniobra brusca de conducción y la
alegación del policía deque una persona "cambiededirección y sealejevelozmen-
te, sin hacer caso de la orden de detenerse, y luego se niegue a descender del auto-
móvil" no constituyen elementos positivos que permitan presumir razonablemen-
te que pueda estarseante "la presencia de un hechodelictivo y quejustifican la de-
tención e incluso una eventual requisa del sujeto, para comprobar, o bien descar-
tar, que el automotor haya sido objeto de un delito, que el sospechoso porte armas
y, eventualmente, neutralizar el peligro, garantizar la seguridad pública y asegu-
rar la prueba" (así, el a quo) ni son razones suficientes, en este caso, para afirmar la
concurrencia de "causa probable", "sospecha razonable" o "razones urgentes", tal
lo delineara la jurisprudencia de la Corte (especialmente, en el indicado "Daray").
Es consabido que el resultado positivo e incluso el riesgo posterior no valida la
ilegalidad inicial del procedimiento, esto, particularmente relevante tratándose
de delitos de tenencia, donde la flagrancia o los indiciosvehementes de culpabili-
dad deben ser ostensibles en forma previa al acto de coerción, pues-reitero- un
procedimiento ilegal a su inicio no se legitima por lo que deél resulteq6,ni tampoco
por la urgencia exante de prevenir, la "sustracción devehículos, secuestro 'exprés',
tenencia o portación ilegítima de arma de fuego, etcétera".
Se sostiene que la detención y requisa se aparta del marco legal si jamás fue
mencionada una situación de peligro para la integridad física de los agentes poli-
ciales o de un tercero circulante y tampoco puede considerarse que hubiere indi-
ciosvehementesdeculpabilidad de la comisión del delito por partedel imputado,
por lo quees forzoso concluir que la misma fue dispuesta a extramurosdel art. 18,
inc. d) de la CNy del art. 7'de la CADH, no pudiendo legitimarse la inexistencia de
fundamentos por el resultado obtenido ya que las razonesjustificantesdel proce-
der policial deben existir en el momento en quese lleve a cabo la medida17.

111 - Informes de expertos

Las partes (fiscal o querellante y defensor) podrán requerir informes a expertos


respecto de descubrir o valorar alguna evidencia cuando resulte necesario por la
ciencia, arte o técnica.
A los peritos se les requiere título habilitante o acreditación de experiencia e
idoneidad en la materia en que producirán su informe.

l6 CS U.S., "Byanv. United States", 273 U.S. 28,1927, entre muchísimos otros.
l7 Disidencia de los doctores Lorenzetti, Maqueda yZaffaroni, CVN-Fallos, 224:XLlll, "Cirao-
lo, Ramon Daniel s/Estafa en forma reiterada encubrimiento y hurto", causa 7137,20/10/09, T332
P 2397.
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

Todos los peritosserán por lo tanto peritos de parte, de la parte que lo propuso
o lo utilice en juicio.
En el sistema acusatorio resulta fundamental conocer acabadamente la trayec-
toriadel perito de parte, para exponer las debilidadesque puedan afectar la credi-
bilidad de su informeen la audiencia de debate.
Asimismo, losinformesquese presenten comoevidenciadeben, al igualqueto-
dos los elementos del proceso, estar debidamente fundados y contener una des-
cripción clara y precisa una relación detallada de las operaciones practicadas y sus
resultados, y las conclusiones.

IV - Reconocimientos de personas

El reconocimiento de personas es una medida probatoria que busca introducir


certeza respecto de la identidad de una persona dentro del proceso penal. Por sus
características resulta ser un acto definitivo e irreproducible, por lo que las partes,
deben solicitarlo al juez de garantías.
Cualquiera de las partes, fiscal o defensa, puede fundadamente solicitar la me-
dida, y la norma aclara que la misma se realizará aun sin el consentimiento del im-
putado, debiendo en todos los casos videofilmar la medida deforma completa.
La norma especifica que deberá comenzar el proceso de reconocimiento inte-
rrogándose a la persona que debe efectuarlo, invitándola a describir a la persona
a la que se refiere indicando si lo conoce, o lo ha visto con anterioridad personal-
menteo por fotografía ovideo, o lo ha vuelto a ver previo a la diligencia.
Concluido el interrogatorio se lo invitará a verificar si está la persona en la rue-
da de reconocimiento.
La rueda estará formada portres personasde características morfológicasy ves-
timentasimilar al imputadoy sefacultaa ladefensaa incorporar dos personasmás.
La ubicación en la rueda de reconocimiento deberá ser elegida por el imputado.
En caso del testigo reconocer a la persona, se le consultará respecto a las dife-
rencias y semejanzas que encuentra con el estado actual y el que presentaba a la
época del hechoy queconducta desplegó conforme a lo recibido en la declaración.

V - Exámenes corporales

Siempreque fuera necesario, para acreditar algunacircunstancia del caso, elfis-


cal ordenará la realización de exámenes corporales al imputado o la víctima, tam-
bién podrán efectuarse pruebas de laboratorio tales como extracciones de sangre
u otros análogos.
Si la persona que será objeto del examen luego de informada de sus derechos
consiente la medida, el fiscal la realizará. En caso de negativa deberá solicitar su
producción compulsiva al juez, quien evaluará su utilidad y conveniencia.
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

VI - Registro de vehículosy otras cosas muebles

Se establece como medida probatoria la revisación devehículos así como tam-


bién armarios, bolsos, maletines, gabinetes u otros muebles cerrados.
La necesidad del registro deberá fundarse, y aplicarse aquí las mismas reglas
que para las requisas personales, ya que resulta una medida capaz de afectar el de-
recho a la intimidad del imputado o terceros.

VI1 - Allanamiento y registro de morada

Puede que la evidencia u objetos que verifican el hecho investigado se encuen-


tren en un domicilio o morada, En estoscasos el fiscal deberá solicitar al juez la or-
den judicial correspondiente, explicando claramente la necesidad de la medida y
su imposibilidad de obtención por otro medio.
La CSJN consolidó la doctrina por lacual establece queel allanamiento de un do-
micilio llevadoacabosin orden judicialviola lagarantíaconsagradaen el art. 18de
la CN18.
Cuando los registros domiciliarios deban ser realizados en un lugar habitado y
susdependencias inmediatas, casa de negocios u oficinas, solo podrá realizarsedes-
dequesale hasta que se pone el sol, salvo que el interesado o su representante con-
sientan que se realice en cualquier horario o en casosgraves y10 urgentes.
La limitación expresada no rige respecto de edificios públicos, establecimientos
militares, lugares comerciales de reunión o de esparcimiento abiertos al público
que no estén destinados también a habitación familiar. En estos casos se podrá
prescindir de la orden judicial.
Lacomunicación delallanamientoal funcionarioaquienseleencomienda ladi-
ligencia puede realizarse por cualquier medio técnico como el correo electrónico
con firma digital o envío por teléfono-fax, debiendo aquel corroborar los datos y
su recepción con el juez.
El registro domiciliario es llevadoa cabo por lasfuerzasdeseguridad bajo la di-
rección del fiscal, quien debe estar informado de forma inmediata de los sucesos
que se vayan produciendo y de la conclusión de la medida.

La requisitoriafiscal de allanamiento debecontener:


1. Ladeterminacióncon la mayorespecificidad posibledel Iugardondesequie-
rellevara cabo la medida (característicasexteriores, chapa catastral linderas,
etcétera).

l8 Conformes lo resueltoinre "Fiorentino" (CSJN-Fallos, 3061752)y "Rayford" (CSJN-Fallos.

303:733);y luego con "Fischetti" (CSJN-Fallos, 322:3225);"Yermal" (CSJN-Fallos, 321:510), "Mira-


glia" (CSJN-Fallos. 330:3801).Exige que las órdenes de allanamiento emanen solo de los jueces y
que las mismas estén siempre debidamente fundadas pues, la motivación es el modo de garanti-
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

2. La finalidad del registro (que se busca y porqué se considera que puede en-
contrarse en dicho lugar).
3. La identidad del fiscal que controlará la medida y de quien resulte delega-
do en su ejecución.
4. Los motivos por losque sesolicita la medida.

Corresponde al juez evaluar la pretensión fiscal y resolver si autoriza o no la me-


dida de prueba solicitada, y en caso de autorizarla procederá a emitir la orden in-
dicando el plazo en la que se debe realizar que no puede superar las48 horas.

Solo se podrá proceder al allanamiento sin orden en casosde:


a) Si por incendio, inundación u otra causa semejante, se hallare amenazada
la vida de los habitantes de la propiedad, aquí se trata de una situación ex-
trema en la cual sedeel derechoa la intimidad, frentea la posible afectación
del derecho a la vida.
b) Se denunciareque personas extrañas han sidovistas, mientrasse introducí-
an en una casa o local, con indicios manifiestos de ir a cometer un delito.
C) Si provienen voces de un inmueble anunciando quese está cometiendo un
delito o desde ella pidieran socorro.
d) En caso de que se introduzca en una propiedad una persona ajena a quien
seesté persiguiendo para su aprehensión.

La norma fija taxativamente las situaciones excepcionalesen las que se autori-


za a lasfuerzasde seguridad a ingresar a un domicilio sin orden judicial.

Vlll - Entrega de objetos o documentos.


Procedimiento delsecuestro. Objetos no sometidos
VIII. 1 - Entrega de objetos o documentos
Esta norma reglamenta lasituación en la que una persona tengaen su poderob-
jetos o documentos que puedan servir de prueba para la investigación fiscal.
El fiscal debe invitar a la entrega deestosobjetoso documentos bajo lascondicio-
nes de coacción a la que se sujetan lostestigos. En caso de negativa a cumplir con di-
cha requisitoria, el fiscal podrá disponer el secuestro de los elementos en cuestión.
No se encuentran alcanzados por esta obligación de entregar los objetos las
personas que reúnan la misma condición que los testigos que deban o puedan abs-
tenerse de declarar.

zarque el registro y procedimiento policial sean fundadamente necesarios, para asíexcluir la ar-
bitrariedad en el uso del poderesiatal.
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

El procedimiento de secuestro es idéntico al de cualquier medida de coerción,


por lo que deberá dejarse constancia escrita y circunstanciada de la diligencia y de
los objetos incautados.
Deberá ser debidamente resguardada la cadena decustodia, dejando constan-
cia de la totalidad de funcionarios que hubiesen tenido contacto con los objetos
secuestrados.
Determinados objetos por su calidad o por la circunstanciaque hacen al derecho
de intimidad de las partes, no son susceptibles de secuestro. La ley los enumera ta-
xativamente: comunicaciones y objetos que estén en poder de aquellas personas
que deban guardar secreto o abstenerse de declarar, como el caso de profesiona-
les obligados al secreto profesional, si están en su poder o archivadas en sus ofici-
nas o en establecimientos hospitalarios.

VIII.2 - Interceptación de comunicaciones

La norma estableceque para el secuestrodecorrespondencia y para la intercep-


tación decomunicaciones personales y telefónicas es necesaria autorización juris-
diccional.
Son medidas de prueba excepcionales, limitada en el tiempo, sin perjuicio de
la posibilidad de renovación expresando los motivos que justifican la misma ante
el juez. En ningún caso podrá ser extendida más de noventa días para la corres-
pondencia y comunicaciones personales y treinta para las comunicaciones telefó-
nicas.
Está destinada a conocer el contenido de las comunicaciones del imputado pa-
ra acreditar el hechoo prevenir la comisión deotro o lograr su detención. Al ser una
excepción a la prohibición constitucional deviolación la correspondencia y pape-
les privados, tanto el pedido del fiscal como su concesión por parte del juez debe
serfundadolg.
Para poder utilizar esta prueba en juicio el fiscal deberá ponerlas a disposición
de las otras partes, quienes deberán suministrar los soportes electrónicos necesa-
rios para ello inmediatamente de concluidas las interceptaciones antes de la au-
diencia donde se formalice el litigio.

l9 Se ha resueltoquesi el juez no expresó las razones por lascualesconsideró procedente, la


intervención telefónica dispuesta, ytampoco remitióa ningúnelementosobjetivode lacausa que
pudiera fundar una mínima sospecha razonabley ni siquiera obra información de esas caracterís-
ticascomoantecedentesinmediatode ladecisión judicial, ya quelo únicocon quesecontaba a ese
momento consistía simplemente en datos aislados y afirmaciones infundadas aportadas por un
llamado telefónico anónimo, corresponde declarar la nulidad de todo lo actuado en el procedi-
miento en tanto no hubo varios cauces de investigación sino uno solo, cuya vertiente original es-
tuvo viciada y contaminó todo su curso (CSJN, 31/8/10, c. 124:XLI. "Quaranta, José Carlos sllnf lev
23,737". causa 763).
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

V111.3 - Clausura de locales

El fiscal podrá clausurar locales con el objeto de preservar la escena del hecho o
inmovilizar cosas mueblesque por su naturaleza odimensiones no puedan sertras-
ladadas a otro lugar, por el tiempo máximo de48 horas. En caso de requerir mayor
lapsotemporal deberá requerirlo al juez quien evaluará la pretensión fiscal y resol-
verá respecto a ella.

V111.4 - Incautación de datos

Cuando sean secuestrados datos almacenados, cualquiera fuera su soporte o


equipo informático, se procede de conformidad al secuestro de los documentos.
El examen deestosobjetos, documentosoel resultadode la interceptación deco-
municaciones sedebe hacer bajo la responsabilidaddel fiscal que lo dispuso. Tratán-
dose de una norma que tiende a preservar el derecho a la identidad de las personas
debe entendersequedichoexamen necesariamente debe hacerseen su presencia20.
Losobjetoso información que no resulten útilesserán devueltosde inmediato,
previa consulta a la defensa.

VIII.5 - Anticipo jurisdiccional de prueba

Cualquiera de las partes puede solicitar que la prueba se realice antes de la au-
diencia de debate únicamente en los siguientes casos:
- Si se trata de una diligencia de las denominadas irreproducibles, como por
ejemplo, una pericia quedesnaturalizaría el objeto sobre el que se realiza y
no pueda fraccionarse. Municiones, drogas, etcétera.
- Cuando se trate de un testimonio que por razones excepcionales y debida-
mente acreditadasseconsidereque no podrá recibirseduranteel juicio.
- Cuando el imputado esté prófugooexisteobstáculofundado en un privile-
gioconstitucional, ysetema queel transcursodel tiempo puedadificultar o
impedir la conservación de la prueba.
- Cuando deba recibir testimonio a una víctima de delitos contra la integri-
dad sexual, menores dedieciséis años, y testigos menores de edad si setoma
con la modalidad decámara Gesell y con el auxilio de profesionalesespecia-
lizados.

Se podrá prescindir de la modalidad Cámara Gesell con dictamen favorable de


la Defensoría de Menores, si las circunstancias del caso, y la edad del menor no se
advierte ningún riesgo para aquel.

20 E l art. 116del CPPCABA lo prevé expresamente. El nuevo CPPN, ídem. art. 145.
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

El juezexaminará el pedidoen audiencia, admitiendo0 rechazando la solicitud.


Todo anticipo probatorio deberá ser realizado frente a un juez y quedar regis-
trado en soporte devideo digital.
Para la realización de la medida anticipada el juez citará a todas las partes. La
prueba será conservada y resguardada por el fiscal quien dará una copia digitaliza-
da a las partes si las requieren.
Esta es una excepción a la dinámica del proceso acusatorio adversaria1que per-
mite incorporar al debate prueba anticipada como documentos, siempre que se
hubiesellevadoa cabocon la posibilidad ciertadecontradicción mediante la inter-
vención de todas las partes y asegurando, mediante la video filmación la posibili-
dad cierta de volver a examinarla en la audiencia de juicio.

V111.6 - Publicidad de las actuaciones

El proceso penal solo es público para las partes, y en caso de alguna persona
presentarse manifestando su interés en ser informado deberá acreditar la legiti-
midad de este.
Si embargo, bajo determinadas condiciones, el fiscal podrá disponer la reserva
parcial de las actuaciones, previa audiencia unilateral con el juez.
La medida soloesadmisible si resulta imprescindible para no frustrar la eficacia
de las medidasde prueba dispuestas por el fiscal y por un plazoqueno podrá supe-
rar los diez días a excepción de lo previsto para las interceptaciones telefónicas.

hJ Duración de la Investigación Preparatoria

En resguardo de la garantía de plazo razonable de duración del proceso la IPP


no podrá superar el plazo de cuatro meses desde la formulación de cargos.
Este es el plazo que le otorga la normativa procesal al fiscal para concluir su in-
vestigación y estar en condiciones.de dictaminar la remisión del caso a una instan-
cia de preparación de juicio o desecharlo.
Este plazo es distinto al plazo de prescripción de la acción penal previsto en el
Código de fondo. Nos encontramos ante un término impuesto a los fines de orga-
nizar la acusación y fijar límites perentoriosa la persecución penal.
Como consecuencia, de no cumplirsecon el término en los paramentosexpresa-
dos, se produce la caducidad de la acción que el Estado puso en manos del Ministe-
rio Público Fiscal.
Los plazos se suspenden:
1. Cuando se declare rebelde el imputado.
2. Cuando se conceda la suspensión del proceso a prueba.
3. Desde que se alcance el acuerdo reparatorio hasta el cumplimiento de las
obligaciones contraídas por el imputado a favor de la víctima o hasta que
LA ETAPA PREPARATORIAY EL LEGAJO DE INVESTIGACIÓN

hubiere debidamente garantizado su cumplimiento a satisfacción de esta


última.

El fiscal podrá solicitar prórroga de la investigación al superior que se establez-


ca cuando la pluralidad de víctima so imputados, o las dificultades de la investiga-
ción hagan insuficiente el establecido en el párrafo anterior. Esta prórroga será
eventualmenteconcedida por únicavez, laqueno podrá exceder decuatro meses.
Si alguna prueba no se ha podido realizar el fiscal puede solicitar al juez una nue-
va prórroga que no podrá exceder de cuatro meses; transcurridos los mismos seso-
breseerá al imputado2'.

i) Conclusión de la InvestigaciónPreparatoria

El fiscal debe dar fin a esta etapa que, como dijimos, se desarrolla ante él, en los
plazos antes mencionados y mediante los siguientes actos conclusivos:

1 - Acusación fiscal o querellante

Si entiende concluida la investigación preparatoria y evalúa que recolectó ele-


mentos de convicción para sostener su acusación con el grado de certeza respecto
de los hechos que expuso en oportunidad de la formulación de cargos, dictará el
requerimiento de juicio que dará inicio a la etapa intermedia.

2 - Sobreseimiento

Por el contrario, si el fiscal concluye que pesea la investigación realizada, no ha


podido obtener certeza sobre la existencia del hecho, la autoría o participación del
imputado, o reunir elementosde prueba suficientes para sostener en juiciosu teo-
ría del caso dispondrá el sobreseimiento.
La normativa plantea diferentes situaciones para la procedencia del sobresei-
miento:
a) Cuando el fiscal entiendequeel hecho no se cometió, esdecir que median-
t e la investigación no se pudo establecer la existencia del hecho en que se
basaba su teoría del caso.
b) Que el imputado no fuese autor o partícipe del hecho. Esta hipótesis de au-
sencia de evidencia impide la certeza, o la coartada presentada por la de-
fensa del imputado genera duda sobre su participación en el hecho.

21 En el CPPCABA. prevé en el art. 104 el plazo de tres meses para la investigación fiscal, sin
perjuiciode locual elTSJ CABAconsideró la caducidad de la accióncuandola investigación del fis-
cal excediese el limite de un año correspondiente a la suma de prórrogas que puede conceder su
superiory el juez respectivamente("Minutella", "Haedo", entre otros).
JULIETAV. VIOLAVILLANUEVA - LUIS E. DUACASTELLA ARBIZU

C) Que el hecho no se adecuea una figura típica. Luego de la etapa de investi-


gación nose ha podidocorroborar unode loselementosdel tipo por loque
finalmente no puede ser acreditado que el hecho constituya delito.
d) Que la acción se hubiese extinguido, aplicación de un criterio de oportuni-
dad o hubiese vencido el plazo del art. 97 del CPPRN, para que la víctima
continúe el ejercicio de la acción penal.
e) Si media una causa de justificación, inculpabilidad o ausencia de punibili-
dad. Cuando se comprueba el estadojustificanteel fiscal por el deberdeob-
jetividad debe sobreseer el caso.
f ) Cuandoajuiciodel fiscal no exista posibilidad razonablede incorporar nue-
vos elementos de prueba ni fundamentos para requerir la apertura a juicio.
Si bien se formalizaron los cargos, el avance de la investigación preparato-
riadeterminóque noes posibleacreditar con el gradodecerteza los hechos.

Pueden oponerse ante el juez, dentro del quinto día de notificado, la querella
solicitando la continuación de la investigación o la formulación de la acusación o el
imputado, en razón de la alteración del orden de prelación de los casos de sobre-
seimiento.
Cuando para resolver alguna de estas peticiones la parte que la solicite necesite
producir prueba, el juezfijará una audiencia otorgando un plazo máximo dediez
días para que la produzca.
La resolución que decide el sobreseimiento debe contener la identidad del im-
putado, la enunciación de los hechos objeto de la investigación, los fundamentos
fácticosy jurídicosy la parte resolutiva, con cita en las normasaplicables.
En estos casos la resolución debe indicar que no afectó el buen nombrey honor.
El sobreseimientofirmecerrará el caso irrevocablemente y hará cesartodas las me-
didas de coerción.
La resolución alternativa del conflicto
penal en el nuevo Código Procesal Penal
de Río Negro
GUSTAVO L. VITALE * - MARI0 ALBERTO JULIANO **

El sistema penal argentino (en rigor, lossistemas penales de la región) seencuen-


tra inmerso en una particular situación: su generalizado descrédito. Imputados, víc-
timas y sociedad en general expresan, en una curiosa coincidenciay por distintas ra-
zones, su descontento con la producción del Poder Judicial. Lascausasdel descrédito
pueden ser múltiples, de acuerdo al punto de vista del observador, y novieneal caso
su análisisen este trabajo. Pero lo quesiviene al casoesvalorar si existe la posibilidad
degenerar mecanismosque, a la par que respeten los derechosy las garantíasde las
personas imputadas por la comisión de los delitos, que oigan y ofrezcan respuestas
plausibles a los afectados, contribuyan a la coexistencia pacífica de la sociedad.
Los mecanismos alternativos de resolución de los conflictos penales pueden ser
una de las llaves de entrada a la racionalización del ejercicio de la acción penal, re-
planteando la relación del Poder Judicial con el resto de la sociedad.
En puntoa la racionalización del ejercicio de la acción penal asistimosa una cri-
sis del concepto tradicional, que ubicaba al juicio como el eje del proceso, como su
razón de ser misma. Las nuevas dinámicas sociales y la aludida necesidad de racio-
nalizar el ejercicio de la acción penal imponen queel juicio sea la excepción dentro
del proceso, reservado para aquellos casos que no admitan otro tipo de solución,
mientrasque lasalternativasaljuicio tienen que continuar cobrando un relevante
protagonismo.
Ala par, la relación dialógicaquesuponela mecánica de lasalternativas (la bús-
queda deconsens~sentrea~resor~ afectado por el hecho) permitirá al PoderJudi-
cial jugar un rol diferenteal quetradicionalmente ha desempeñado, alejado de los

* Defensor Público de Neuquén y docente titular de Derecho Penal en la Universidad Na-


cional del Comahue.
** Director Ejecutivo de la Asociación Pensamiento Penal y juez del Tribunal en lo Criminal
no 1 de Necochea.
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

conflictos reales, de carne y hueso, y tener la posibilidad de protagonizar la bús-


queda de la convivencia y los mayores niveles de paz social.

5 1. La columnavertebral del nuevocódigo


El nuevo Código contiene una norma que, si los encargados de aplicar la ley la
dimensionan e interpretan debidamente, está llamada a ser la columna vertebral
de lasaccionesquesedesprendan de su aplicación: "art. 14. Solución delconflicto.
Losjueces y fiscalesprocurarán la solución del conflicto primario surgido a conse-
cuencia del hecho, a fin de contribuir a restablecer la armonía entre sus protago-
nistasy la paz social"'.
Tal como puede apreciarse, nos encontramos en presencia de una norma con
una riqueza conceptual y programática de alcances insospechados que, depen-
diendo dealgunosfactoresque luegoanalizaremos, es portadoradecambiospro-
fundos en la concepción del proceso.
La ideología de la norma (y su letra expresa) trastoca radicalmente lasestructu-
ras tradicionales del proceso, donde el juicio era la forma normal de terminarlos y
los modosanormales estaban constituidos por lassalidascontingentes. Muy por el
contrario, a partir de esta disposición, los modos normales de terminación del pro-
ceso pasan a ser las alternativas (principios de oportunidad, suspensión del proce-
so penal a prueba, mediación) que contribuyan a la armonía de los protagonistas
del conflicto y el restablecimiento de la paz social, mientras que el juicio pasa a ser
el modo anormal de terminación del proceso, cuando no ha sido posible restable-
cer la armonía y la paz social y es preciso queel Estado, con su poder coercitivo, ter-
cie en forma drástica entre loscontrincantes.
Bajo la razón de la disposición que analizamos, el proceso deja de estar conce-
bidocomo una forma dedescubrir laverdad para determinar quién ese1 quetiene
razón y pasa acumplir un rol eminentemente restaurador, donde laspartescobran
un protagonismo esencial, tradicionalmente expropiado (cuando no confiscado)
por el Estado, que en este esquema debe limitarse a promover los objetivosfijados
por la ley y velar por el equilibrio entre las partes.
El sistema de solución de los conflictos que propone la nueva ley no es mera-
mente programático ni constituye una expresión de deseos. Muy por el contrario,

' Hacemos notarque normasdesimilarfactura hansidoconsagradas porloscódigosproce-


salesde última generación.Asiel Código Procesal Penal de la Nación (ley 27.063):Art.22.-"Solu-
ción de conflictos. Losjuecesylosrepresentantes del Ministerio Público procurarán resolverelcon-
flicto surgido a consecuencia del hecho punible, dando preferencia a lassoluciones que mejor se
adecuen al restablecimiento de la armonía entre susprotagonistasy a la pazsocial", y el de Neu-
quén (ley 2784):Art. 17.- "Solución del conflicto. Losjuecesy fiscales procurarán la solución del
conflicto primario surgido a consecuencia del hecho, a fin de contribuir a restablecer la armonía
entre susprotagonistasy la pazsocial. La imposición de la pena es el último recurso".
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

dispone que los jueces y los fiscales deben procurar la solución del conflicto para
restablecer la armonía y la paz social, lo que implica un verdadero mandato de po-
lítica criminal que, principalmente, fiscales y jueces no deben perder de vista, del
mismo modo que no lo deben hacer el resto de los actores del proceso penal.
La mediación, la conciliación, la reparación, la restauración, y aún la suspensión
del proceso penal a prueba2, son las herramientas idóneas para dar respuestas al-
ternativas al sistema penal y buscar fórmulas de abordaje de los conflictos, procu-
rando soluciones más constructivas y edificantes para las partes involucradas que
la mera condena penal, que en una buena cantidad de casos, no logra superar el
mero efecto simbólico.
La construcción de sistemas contingentes al sistema formal y tradicional no se
logra por generación espontánea ni por la mera sanción de una ley.

La concreción deestas propuestas requiere, al menos, dos requisitosfundamen-


tales:
1. El decidido compromiso de losoperadoresjudiciales(jueces,fiscales,defen-
sores) en allanar estoscaminos.
2. Generar las instancias que posibiliten realizar una gestión de conflictos al-
ternativa y restauradora.

Vinculado con la primera de las cuestiones (el compromiso de los operadores


judiciales en facilitar la construcción de sistemas alternativos), probablemente
que setrate de uno de losobstáculosmásdifícilesde remover, ya que existen enor-
mes condicionamientos culturales que llevan a privilegiar las pequeñas letras re-
glamentarias (que normalmentedesnaturalizan las ideasquedicen reglamentar)
por encima de los principios generales que inspiran a los sistemas. En este aspec-
to, debe trabajarse para remover prácticas instaladas, propias de una cultura in-
quisitiva, que impiden acceder a otrassoluciones máscreativase innovadorasque
las tradicionales.
La implementación de los métodos alternativos que contribuyan al restableci-
miento de la armonía y la paz social (como lo quiere la ley) también requiere de
compromisos muy concretos, orientados en la dirección propuesta.

En este sentido, las claves de la justicia restaurativa son cuatro:


1. Encuentro: crear oportunidades con el propósito quevíctimas, agresores y
miembrosdelacomunidad se reúnan aconversaracerca del hecho y suscon-
secuencias.

Hay autoresque cuestionan que la suspensióndel proceso penal a prueba forme partede
las herramientas de justicia restaurativa.
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

2. Reparación: orientadaal restablecimientodel equilibrio perdidocomocon-


secuencia del hecho.
3. Reintegración: para quedamnificadosy ofensorespuedan volverafuncio-
nar como miembros plenos de la sociedad.
4. Inclusión: para permitir que otros interesados en el hecho específico pue-
dan contribuir en su resolución.

El desafío queen definitiva subyace en esta propuesta consisteen la posibilidad


de "civilizar" el conflicto penal, esto es, observarlo desde una perspectiva diferen-
te, sin ignorar ni minimizar su existencia, pero apelando a todas las herramientas
que puedan contribuir al restablecimientode la pazquebrantada por el hecho, re-
servando la reacción punitiva para aquellos casos más graves, donde no se hayan
podido encontrarsolucionescontingenteso donde nuestra cultura aún no nos per-
mitevislumbrar la posibilidad de respuestasdistintasa lastradicionales.
Los mecanismos alternativos de resolución de los conflictos penales nos propo-
nen una exigencia a la que hemos sido remisos quienes adscribimos a los derechos
y las garantías: integrar a víctimas y damnificados por los delitos a los procesos al-
ternativos. No existe la posibilidad de plantearnos vías alternativas al sistema pe-
nal si no integramosa víctimas y damnificadosa la composición de los conflictos.
Desde el mundo de las garantías hemos pensado que víctimas y damnificados
por los delitos eran los enemigos declarados de los derechos humanos y que en su
visión solamenteseencuentra lavenganza y la prisión. Muchos casosde la realidad
(sobre todo los más mediatizados) corroboran al estereotipo, ya que nos muestran
individuosa losque nosatisfaceninguna solución, ni aún las penas másgravesque
se aplican frecuentemente.
Sin embargo, nodejadeser una miradasesgadade la realidad, yaque noesver-
dad que esta categoría de personas responda deforma inequívoca a esa caracteri-
zación, lo que en 6s hechos constituyeuna simplificación y un reduccionismo. Nu-
merosos antecedentes demuestran que hay personas que, a pesar de haber sido
agredidas en sus personas oen sus bienes, están dispuestasa buscar respuestasmás
edificantes y constructivas que una condena penal.
El reduccionismo y la simplificación de pensar a todas las personas que han sido
víctimas o afectadas por los delitos como individuosvindicativos y punitivistas, tie-
ne el mismo origen que en la sesgada mirada que ha venido resistiendo la partici-
pación ciudadana en la administración de justicia bajo argumentos prejuiciosos,
carentes de bases empíricas demostrables, pero que, postulados con un pseudo ri-
gor científico, se convierten en verdades que pocos se animan a controvertir.
Si pretendemos salir del sistema penal en su versión tradicional para pasar a la
búsqueda de mayores niveles de paz social y armonía, tendremos que acostum-
brarnos a pensar que es preciso interactuar con víctimasy damnificados y que, des-
de el mundo de los derechos humanos tendremos que trabajar para hacer com-
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

prender los verdaderos alcances de los mecanismos alternativos de resolución de


conflictos. Planteo que nos conecta, a quienes estamos convencidos de esta pro-
puesta, con la necesidad detrascender laacademia y losclaustros universitarios pa-
ra confrontar con el resto de la sociedad la posibilidad deencontrar otro tipo deso-
luciones a nuestros conflictos.
Proponer la participación devíctimasy damnificadosen la resolución de loscon-
flictos nos lleva a pensar en una ciudadanía responsable e informada, consciente
de sus derechos, participativa y solidaria. En definitiva, un modelo de sociedad di-
ferente, capaz de asumir sus fracasos y frustraciones sin necesidad de apelar al au-
toritarismo. Y también nos propone promover repúblicas más participativas y de-
liberativas y menos representativas, repúblicas donde si bien el pueblo no gobier-
na ni delibera sino a través de sus representantes, también asume una participa-
ción activa en la construcción del futuro, como loquiso el reformista constitucional
del 94, al prever losdistintos mecanismos de democracia semidirecta.

5 2. Los criterios de oportunidad


La nueva ley regula una serie desupuestosen losquese puede prescindir, total
o parcialmente, del ejercicio de la acción penal, o limitarla a alguna de las personas
que intervinieron en el hecho, los que, a grandes rasgos, no difieren sustancial-
mente de la forma en que se encontraban previstos en el viejo Código3: Art. 96.

Art. 172.-"Elagente fiscalpodráprescindirtotaloparcialmente delejercicio de laacción


penal o limitarla a alguna de las personas que intervinieron en el hecho, de oficio o a petición de
parte, siempre previa audiencia de la víctima, en los casossiguientes: 14 Cuando se trate de un he-
cho queporsu insignificancia noafecte gravemente elinteréspúblico. Cuando la intervención
del imputado se estime de menor relevancia, excepto que la acción que se le atribuye tenga pre-
vista una sanción que exceda losseisañosde pena privativa de la libertad. 39 En los delitos culpo-
sos, cuando el imputado haya sufrido a consecuencia del hecho, un daño físico o moral grave que
torne innecesaria y desproporcionada o superflua la aplicación de una pena. 44 Cuando la pena
que pueda imponerse por el hecho de cuya persecución se prescinde, carezca de importancia en
consideración a la pena ya impuesta o a la que puede esperarse porlos restantes hechos. 54 Cuan-
do exista conciliación entre las partesy el imputado haya reparado en la medida de lo posible, el
perjuicio causado, en los delitos con contenido patrimonial cometidos sin grave violencia física o
intimidación sobre laspersonas, o en los delitosculposos. 69 En losdelitosdependientes de instan-
cia privada cuya pena máxima sea de prisión de hasta quince años, con una única víctima o víctimas
múltiples del mismo hecho siempre que haya existido un proceso de mediación exitoso concluido
con elavenimiento de laspartes. en elcualla o las víctimasosus derecho-habientesconsientan de
modo expreso la extinción de la acción penal. Quedan exceptuados todos los delitos dependien-
tes de instancia privada cuyas víctimassean menores de dieciséisañosde edad. 79 En los delitos de
acción pública cuya pena máxima sea de prisión de hasta quince años de prisión o reclusión, con
una única víctima o víctimas múltiples del mismo hecho siempre que haya existido un proceso de
mediación exitoso concluido con elavenimiento de laspartesen elcual la o las víctimasosusdere-
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

"Criteriosde oportunidad. Sepodrá prescindir to taloparcialmente del ejercicio de


la acción penal o limitarla a alguna de laspersonas que intervinieron en e l hecho,
previo requerir la opinión de la víctima, en caso de que ésta sea habida, en los ca-
sos siguientes:
1. Cuando se trate de un hecho insignificante o un hecho que no afecte grave-
mente el interéspúblico.
2. Cuando la intervención delimputadose estime de menorrelevancia, excep-
to que la acción atribuida tenga prevista una sanción que exceda los seis
años de pena privativa de libertad.
3. En los delitos culposos cuando elimputado haya sufrido a consecuencia del
hecho un daño físico o moralgraveque torneinnecesaria y desproporciona-
da la aplicación de una pena.
4. Cuando la pena que pueda imponerse por e l hecho de cuya persecución se
prescinde, carezca de importancia en consideración a la pena ya impuesta o
a la que puede esperarsep o r los restantes hechos.
5. Cuando exista conciliación entre laspartes o cuando se haya realizado una
mediación penal exitosa que haya logrado poner fin a l conflicto primario,
siempre que n o exista un interéspúblicoprevalente, yse repare eldaño en
la medida de lo posible. Laspartespodrán conciliar en todo delito de acción
pública o dependiente de instancia privada, cuya pena máxima sea de has-
ta quince años de prisión o reclusión, siempre que no se trate de un delito
cometido con grave violencia física o intimidación sobre laspersonas, y que
la o las víctimassean mayores de edad y consientan su aplicación.
No corresponderá la aplicación de un criterio de oportunidad en loscasosde de-
litos cometidos por un funcionario público en e l ejercicio de su cargo o por razón
de él".
Los mecanismosde la ley son los que tradicionalmentese regulan en esta mate-
ria en el resto de los códigos de corte acusatorio, del mismo modo que los supues-
tos en los que procede laposibilidad de prescindir del ejercicio de la acción penal.
Nosinteresa poner de resalto que la norma estableceque previo disponer de la mis-
ma se deberá requerir la opinión de lavíctima. La palabra de la víctima o afectado
no esvinculante a los fines de adoptar una decisión, pero es relevante en orden a
la búsqueda de la armonía y la paz social que se analizó en el tramo anterior. Nos
permitimos insistir en que requerir la opinión de lavíctima o afectado nodebe im-

cho-habientes consientan de modo expreso la extinción de la acción penal. No corresponderá la


aplicación de un criterio de oportunidadsi el delito fue cometido por un funcionariopúblico, en
el ejercicio de su cargo o porrazón de él".
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

plicar una tarea meramente pasiva, sino que los actores principales (fiscales y de-
fensores) deben adoptar un rol activo, explicando las razones por lasque se ha con-
siderado conveniente prescindir del ejercicio de la acción penal y las opciones con
las que cuenta para que, en la medida de lo posible, se restablezca el orden afecta-
do por el hecho.

La ley prevé cinco supuestos en los que se habilita la disponibilidad de la acción


penal:
1. Los casos de insignificancia, caracterizados por la escasa afectación al bien
jurídico tenido en cuenta por el tipo penal. Se trata de casos en los que re-
sultaría francamente irracional afectar los recursos estatales necesarios pa-
ra llevar adelante un caso de esta índole en relación con los valores que se
encuentran en juegoen el conflictoespecífico (paragraficar la insignifican-
cia suele apelarse al hurto de una cerilla o, más significativo para nuestra
tradición, la consumición subrepticia de un sandwich).
Dos precisionesa este respecto: a) que es imprescindible oír a la víctima, ya
que lo que puede resultar insignificante para el universo de casosque atra-
pa el sistema penal, quizá no resulte tanto en la economía del afectado, y b)
que la circunstancia de disponer de la acción penal (obturar su progreso) no
debe implicar no dar ninguna respuesta a la víctima. Muy por el contrario,
de lo quese trata esde brindar una respuestade mejor calidad que la expec-
tativa de la pena de prisión.
2. Cuandola participación (denominación preferiblea "intervenciónW)delim-
putado sea de menor relevancia, pero que no sea amenazada con pena de
prisión de más de seis años. Consideramos que desde una interpretación lo
menos restrictiva para la vigencia los derechos del imputado, la interven-
ción a que alude la ley (a falta de especificaciones) puede ser a cualquier tí-
tulo, siempre que su aporte no haya sido decisivo para el perfeccionamien-
t o de la acción delictiva.
3. El tercer supuesto trata de los casos de pena natural, perfectamente des-
cripto por la norma y con arraigo en nuestras tradiciones jurídicas, por lo
que estimamos innecesario formular más consideraciones.
4. El cuarto supuesto trata del caso del concurso de delitos, cuando uno de
ellos (del quese quiere prescindir llevar adelante la acción) no resulte signi-
ficativo respecto del conjunto y su tramitación solamente contribuya a dila-
tar la resolución delas causas principales (por ejemplo, el caso de una tenta-
tiva de hurto en un concurso con roboscon armas).
5. El último supuesto se refierea losacuerdosentre laspartesinvolucradas, ya
sea por la vía de la conciliación o la mediación, con una serie de limitacio-
nes: a) que no exista un interés público prevalente, b) que se repare el da-
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

ño en la medida de lo posible, c) que el delito no se encuentre amenazado


con pena máxima de hasta quince añosde prisión o reclusión, d) que no se
trate de un delito cometido con grave violencia física o intimidación sobre
las personas, y e) que la o lasvíctimas sean mayores de edad y consientan la
conciliación o la mediación.

Hacemos notar que mientrasque la mediación penal se encuentra regulada en


el ámbito provincial (ley 4270)4, no ocurre lo propio con la conciliación, y habida
cuenta las diferencias instrumentales entre ambos institutos, encontramosdificul-
tosa, pero no imposible, su posible implementación.
Finalmente, la ley excluye de cualquier forma de disponibilidad de la acción en
los casos de delitos cometidos por un funcionario público en el ejercicio de su car-
go o por razón de él. A este respectovenimos sosteniendo desde antaño que es ne-
cesario precisar aue la limitación debe estar exclusivamente referida a aauellos ti-
pos penales para cuyo perfeccionamiento se requiere la condición de funcionario
público, y no con relación al resto de los delitos, aunque hayan sido cometidos en
el ejercicio del cargo o por razón del mismo. Coincidimos que el sentido de la ley de
que los funcionarios públicos deben ser objeto de una exigencia superior que el
resto de los ciudadanos, pero estrictamente limitado a los tipos penales que re-
quieren esa condición. Si trasladáramos en forma indiscriminada este criterio a to-
dos losdelitos se estaría generando una discriminación por la sola circunstancia de
revestir la condición de funcionario público, contraria al principio de igualdad de
trato frentea la ley y la prohibición de hacer discriminaciones por la condición so-
cial de los individuos.
Finalmente, deacuerdo a lo dispuesto por el art. 975, si al momento de disponer
de la acciónya se hubiesenformuladoscargos,corresponderá al juez declarar la ex-
tinción de la acción, mientras aue si ello no hubiere ocurrido, es el mismo fiscal el
quedeberá disponer el archivo'delasactuaciones, habida cu;nta queel primer ac-
t o tiene carácterjurisdiccional. Noobstante, en el caso del archivo, la ley habilita a
la víctima, constituida en parte, a continuar con el ejercicio de la acción penal den-
tro de los lineamientosdel Código.

Art. 97.- "Efectos. La decisión que prescinda de la persecución penal pública por aplica-
ción de criterios de oportunidad, determinará que eljuez, siempre que se hubiese procedido a la
formulación de cargos, declare extinguida la acción pública con relación al participante en cuyo
favorsedecideyseprocederáalarchivo. Cuandolaaplicacióndelprincipiodeoportunidadseaan-
teriora la formulación de cargos, será el fiscal quien archivará directamente el caso, sin posibilidad
de reabrirlo. Sin embargo, elarchivo no extinguirá la acción penal, cuando la víctima, constituida
en parte, continúe con el ejercicio de la acción penal en forma particular, según los lineamientos
fijados en este Código".
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

5 3. La suspensión del proceso penal


a prueba

El instituto seencuentra regulado en la cláusula que setranscribey traealgunas


novedades respecto de su anterior formulación6: Art. 98. "Suspensión del juicio a
prueba. Cuando la ley penal permita la suspensión de la persecución penal y no se
trate de un delito doloso imputado a un funcionario público ejecutado en ejercicio
de sus funciones, laspartespodránpedirsu aplicación desde elinicio mismo delca-
so, hasta la apertura del caso ajuicio.
Tampocoprocederá la suspensión del juicio a prueba cuando se trate de delito
reprimido únicamente con pena de inhabilitación, salvo que el imputado ofrezca
cumplir voluntariamente como una de las condiciones impuestaspor el juez el mí-
nimo delmonto de la inhabilitación correspondientealdelito de que se trata, co-
mo así también efectuar los cursos, prácticas o estudios que, al prudente criterio
deljuez, resulten suficientespara estimar razonablemente que la impericia o des-
conocimiento de las leyes del arte u oficio porparte del imputado, han de ser sub-
sanadas.
La procedencia requiere la conformidaddelimputadoy de la fiscalía. Eljuezpo-
drá rechazar la suspensión solo cuando exista oposición motivada y razonable del
fiscal.

Suspensión del juicio a prueba: plazo y condiciones. art. 316. "Elevada la causa ajuicio y
hasta el vencimientodelplazo de la citación previsto en elart 329, el imputado osu Defensorpo-
drán solicitar al Juez la suspensión del proceso a prueba, cuando sea objetivamente posible la
eventualaplicación del a r t 26 del CP. El juez correrá traslado de la solicituda la víctima y al que-
rellante, silos hubiere, y alagente fiscal, quien deberá expedirse en forma fundada en el término
de cuarenta y ocho horas. Evacuadas estas vistas, el Juez resolverá por auto fundado, en el plazo
de tres días. La resolución será apelable por elsolicitante, el fiscal y el querellante en el plazo de
tresdías. Eljuezpodrá también citaraaudiencia para examinarla petición formulada con la inter-
vención del fiscal, el imputado, su Defensory la víctima y el querellante si los hubiere, y de modo
talque todosellosdeban expresarse, debiéndose consignaren elActa solosusconclusiones.En es-
te caso, el juez decidirá inmediatamente por auto fundado, lo que corresponda. Esta decisión
también podrá ser apelada por el solicitante, el fiscal y el querellante en el plazo de tres días. El
juezpodrá rechazar in limine los pedidos manifiestamente improcedentes. No procederá la sus-
pensión deljuicio a prueba cuandose trate de delito reprimido únicamente con pena de inhabili-
tación. En cuanto a los casos en que esta pena sea impuesta en forma conjunta con una pena prin-
cipal de privación de libertad, una de lascondiciones que deberán fijarse obligatoriamente porel
juezpara otorgar el beneficio, será una inhabilitación temporaria especial igual al mínimo de la
prevista en la norma penal de que se trate, que el imputado deberá ofrecer cumplir voluntaria-
mente para que prospere su pedido, como así también la imposición de la realización de los cur-
sos, prácticas o estudios que, al prudente criterio deljuez, resulten suficientespara estimar razo-
nablemente que la impericia o desconocimiento de las leyes del arte u oficio porparte del impu-
tado, han de sersubsanadas".
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

En la audiencia de suspensión, a pedido de laspartes e ljuez resolverá las reglas


de conductas, a cargo del imputado fijando la forma de controly elplazo de cum-
plimiento.
El control del cumplimiento de las reglas de conducta para la suspensión del
proceso a prueba estará a cargo de una Oficina Judicial especializada, que dejará
constancia en forma periódica sobre e l cumplimiento de las reglasy dará noticia a
laspartes de aquellassituaciones que pudieran dar base a una modificación o re-
vocación delinstituto. Esta oficina tendrá a su cargo todo l o relativo alcumplimien-
to de medidassustitutivas a la prisión.
La víctima podrá, previa autorización judicial, supervisar el cumplimiento p o r
parte del imputado de las reglas de conducta impuestas, ya sea porsío a través de
organizaciones no gubernamentales cuyo ámbito de actuación tenga relación con
el hecho imputado. Tendrá derecho a ser informada respecto del cumplimento de
tales reglas.
Cuando el imputado incumpliere lascondicionesimpuestas, el fiscal o la querella
solicitarán a ljuez con funciones de garantías, una audiencia para que laspartes ex-
pongansus fundamentos. Eljuez, según corresponda, podrá dar unplazo al imputa-
do para satisfacer lascondiciones, modificarlas o revocar la suspensióndel proceso a
prueba. En estecaso elprocedimiento continuará de acuerdoa lasreglasgenerales".

a) Casos en que pmcede

La norma apela a la tradicional fórmula de remisión al art. 76 bisdel CP: "Cuan-


do la leypenalpermita la suspensión de lapersecuciónpenal", para determinar en
qué casos procede la suspensión del proceso penal a prueba.
La cuestión (en quécasos procede la suspensión) hizocorrer ríosdetinta desde la
sanción de la ley 24.316 (que incorporó el institutoa la legislación local), debido a su
oscura formulación. Durante años las aguas doctrinarias y jurisprudenciales se divi-
dieron entre los partidarios de la denominada tesis amplia (dentro de los que nos
encontrábamos) y los que, apoyados en el tristemente célebre Plenario 10 de la Cá-
mara Federal de Casación Penal (caso "Kosuta"), postulaban una tesis restringida.
No es el momento devolver sobre esa discusión pretérita. Simplementeseñalar
quela disputa fue resuelta por lacorte SupremadeJusticiade la Nación en abril de
2008en el caso "Acosta"7, saldandoa favor dequienessosteníamos la tesisamplia,
esto es, que son susceptibles de ser suspendidos a prueba todos los delitos que en
abstracto admitan pena decumplimiento condicional.
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

bJ Oportunidad para solicitarla

Celebramos que la ley adhiera a un criterio de amplitud respecto al momento


desde el cual se puede solicitar la suspensión (desde el inicio mismo del caso)8.Tra-
diciones ritualistas cuestionaban, con diferentes razones, la suspensión del curso
de la acción penal sin que previamente se hubiesen formalizado algunos actos del
proceso.
Desde siempre entendimos que tesituras de esa índole sacrificaban la naturale-
za del instituto (evitar la estigmatización que supone la promoción de una causa
penal y descongestionar los tribunales de causas de menor trascendencia) a favor
de los expedientes y los formalismos.
Lascausasqueadmitan ser suspendidasdeben serloen la forma más inmediata
posible, evitando la tramitación de casos que, finalmente, habrán de concluir en
soluciones de esta índole.
Sin embargo, nos genera alguna duda el momento hasta el cual se puede solici-
tar la suspensión (hasta la apertura del caso a juicio), de acuerdo al nuevo Código.
lnterpretamosque la fórmula empleada por la ley se refiereal inicio del juicio oral
y público (ya sea por jurados o por jueces profesionales) que establecería el mo-
mento procesal límite. Comprendemos las razones de ordenamiento y optimiza-
ción del trabajo, que exige que las partes litiguen con cierta previsibilidad. Pero
nuestrasdudas se basan en el tradicional su~uestodel cambio decalificación, al ca-
bo del juicio, por una que sí admita la imposición de una pena de ejecución condi-
cional. Una posibilidad de esta índole, que para nada constituye un casodelabora-
torio, admitiría revisar el límite formal impuesto por la ley para evitar un odioso
tratamiento diferenciado frente a supuestos similares.

CJ Los f~ncionariospÚbli~os

Remitimos aquí a las consideraciones que por idénticos motivos hicimos en el


apartado anterior, al tratar loscriteriosde oportunidad y su aplicación a losfuncio-
narios públicos.

dJ Delitos amenazados con pena de inhabilitación

Otra de las controversias suscitadas en torno a la interpretación del art. 76 bis


del CPfue la posibilidad de suspender loscasos amenazadoscon pena de inhabili-
tación. El anteúltimo párrafo de la norma ("Tampocoprocederá la suspensión del
juicio a prueba respecto de los delitos reprimidos con pena de inhabi1itación"J pa-

Recordemos que, de acuerdo al ari. 316 del viejo Código solo podía solicitarse la suspen-
sión del proceso desde la elevación de la causa a juicio y hasta el vencimiento del plazo de la cita-
ción, loque claramente hablaba de un criterio muy restrictivoy acotado.
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

recíaclausurar la discusión. Sin embargo, se presentaba la paradoja que, en el caso


de laslesionesal imputado le convenía decir que habían sido provocadasen forma
dolosa (que admitían la suspensión) y no de modo culposo, por el obstáculo de la
pena conjunta de prisión e inhabilitación. Haciéndosecargo de esta verdadera in-
consecuencia legal, buena partedeladoctrinay. lajurisprudencia
. ~
acuñaron el con-
cepto deque, en realidad, ¡a ley se refería a los tipos penales que tienen prevista a
la inhabilitación como pena única, pero que la prohibición no era aplicable para el
caso que conviviese en forma conjunta o alternada con la pena de prisión. Este cri-
teriofue tácitamente convalidado oor la Corte Suorema de Justicia en la mismafe-
chaquedictóelfallo "Acosta", en estecasocon la resolución dada en " N o r ~ e r t o " ~ ,
que tratándose de un homicidio culposo, amenazadocon penaconjunta de prisión
e inhabilitación, dijo que debía aplicarse la doctrina sentada en "Acosta", dando
por sentado que procedía su suspensión a prueba.
Estetramo de la cuestión ha sido satisfactoriamente resuelto por el nuevo Códi-
gol0, que dice que no procederá la suspensión (con la salvedad que analizaremos
seguidamente) para losdelitos reprimidos únicamente con pena de inhabilitación,
dejando fuera deesta limitación a losdelitosamenazadoscon pena conjunta o al-
ternativa de prisión e inhabilitación, deacuerdo a la aludida doctrina de la Corte.
Comoseñalamos, la ley impideaccedera la suspensión a losdelitosamenazados
con pena única de inhabilitación, "salvo que el imputado ofrezca cumplir volunta-
riamente como una de las condiciones impuestaspor e ljuez e l mínimo del monto
dela inhabilitación correspondientealdelito dequese trata". Cláusulas de esta ín-
dole no son novedosas y las encontramos en otros códigos.
De acuerdo a lo previsto por el art. So del CP, resulta que la inhabilitación es una
pena y, como tal, solo puede ser impuesta al cabo de un juicio y con el dictado de
una resolución firme y pasada en autoridad de cosa juzgada. Su aplicación en el
marcode una suspensión de juicio a prueba implica la imposición de una pena a un
individuo que conserva todos los atributos de la inocencia y que, por tanto, debe
actuarse a su respecto del modo menos agresivo a sus derechos.
Queremos dejar dicho que encontramos incoherente con el sistema acusatorio
que rige al Código que se delegue en elprudente criterio deljuez la realización de
cursos, prácticas o estudios que contribuyan a subsanar las causas que originaron
el hecho. Discrepamos con la posibilidad de que, en el marco de un sistema acusa-
torio, los jueces puedan imponer condiciones de oficio, de acuerdo a su prudente
criterio. Las condiciones que regirán la suspensión del juicio deben ser el producto
del consenso entre las partes y que el juez debe homologar o rechazar, según en-
cuentren compatibilidad con la ley. Siempre sin perder de vista que esas condicio-

www.saij.gob.arljurisprudencialsumarios/SU70015245?bsrc=ci.
lo Siguiendo la letra del art. 316del viejocódigo.
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

nesdeben ser lo menos invasivasy agresivasa losderechos del imputado, ya que su


estatus se encuentra amparado por el principio de inocencia.

e) Dictamen del fiscal

El carácter vinculante (o no) del dictamen del fiscal ha sido uno de los temas que
también generó controversias en torno a la suspensión del proceso penal a prue-
ba. Haexistido una tendencia, un tantoacrítica, a asignarcaráctervinculanteal dic-
tamen fiscal (al dictamen fiscal negativo pero, curiosamente, no ha ocurrido lo pro-
pio con el dictamen favorable), clausurando sin análisis de ninguna índole la posi-
bilidad de suspender procesos que legalmente se encontraban en condiciones de
hacerlo, por la sola voluntad de~fiscal,~ueen muchas ocasiones respondía a capri-
chos, a prejuicios, pero también a instrucciones generales de los procuradores, en
base a supuestas políticas criminales del Ministerio Público.
Hemossido partidariosdela ideaque no podía justificarseel desplazamientode
la potestad jurisdiccional (decir el derecho) del juez al fiscal, queasumiría esa con-
dición (por carácter transitivo) si su dictamen obligase al juez a seguir su pronun-
ciamiento. Comprendemos perfectamente queel fiscal esel titular de la acción pe-
nal, y que setrata del sujeto procesal queseencuentra en condicionesdedisponer-
la, pero esa potestad siempre debe ser ejecutada observando los principios de ob-
jetividad e independencia, quesolamente pueden ser controlados por un tercero.

La fórmula queadopta la ley rionegrina (que el juez solamente podrá rechazar


la suspensión cuando exista oposición motivada y razonable) es muy interesante,
al menos en dos aspectos:
a) Deriva en el organismo jurisdiccional el análisis de la razonabilidad y moti-
vación del dictamen del fiscal, excluyendo la automaticidad de la negativa
para obturar el progreso de la salida alternativa, aproximándose en buena
medida a la ideaque hemossostenidoen bastantesoledad. Ciertamente, el
análisis de la jurisprudencia nos muestra que bajo el pretexto de la titulari-
dad de la acción o el carácter vinculante del dictamen. se han rechazadosus-
pensiones por merasdiscrecionalidadeso motivosfútiles.
b) Excluye la posibilidad de que el juez pueda rechazar el pedido de suspen-
sión cuando existeacuerdo de las partes, según ocurreen numerosasopor-
tunidades, anteponiendo el criterio jurisdiccional a la voluntad de acuerdo
de las partes para darle una salida alternativa al conflicto. Consideramos
que la adhesión a esta solución no se contradice con lo que postulamos an-
teriormente(quee1jueztienela potestad de analizar la razonabilidad y mo-
tivación del dictamen del fiscal), ya que en el marco de un proceso de carác-
ter acusatorio la intervención del tercero imparcial solamente debe habili-
tarse cuando existe controversia entre las partes (pedido de suspensión y
GUSTAVO L. VITALE - MARI0 A . JULIANO

dictamen negativo), pero no cuando hay acuerdo para el encuadramiento


en un instituto de la ley, salvo excepcionales circunstancias. Por ejemplo,
que el caso no reúna la exigenciasformales de la ley (que el delito imputa-
do no admita pena de ejecución condicional, que no haya existido ofreci-
miento de reparación del daño, etcétera).

fJ Las reglas de conducta


A diferencia de lo que ocurre en los casos amenazados con pena de inhabilita-
ción (donde se habilita al juez a imponer de modo oficioso las reglas de conducta
de acuerdo a su prudente criterio) en este caso la ley adopta el correcto criterio pa-
ra un sistema procesal de corte acusatorio: que el juez resolverá las reglas queco-
rresponda aplicar, a pedido de las partes, que son lasque colocan un Iímitea la ju-
risdicción.
No existe controversia acerca del control de cumplimiento de las condiciones
por parte de una oficina judicial pero, se abre un espacio para el debate cuando la
ley autoriza a la víctima a supervisar el cumplimiento de las condiciones.
Hemos señalado, de modo acotado, que es incuestionable que marchamos ha-
cia procesos penales con una mayor integración, participación y reconocimiento
de la víctima y10 afectado por el delito. Ello tiene que ser así ya que en su defecto
no existiría la posibilidad de las soluciones alternativas al conflicto que defende-
mos con todo énfasis.
Sin embargo no producealgún reparo (por no cerrado rechazo o negativa) asig-
nar a la víctima el control de cumplimiento de las condicionesde la suspensión an-
te la posibilidad que ese control se convierta en un hostigamiento. No participa-
mosde la idea estereotipada de que todas lasvíctimas son punitivistas y reclaman
lassanciones másduras para susofensorespero, mal que nos pese, hay muchas per-
sonas que encuadran en ese estereotipo. Entonces, para evitar los efectos deleté-
reos del control (que el control se convierta en una persecución) sería preciso, por
lo menos, dejar precisado con mucha claridad en quédebe consistir el mismo, los Ií-
mitesaesatarea, y queantecualquieractodiscriminatorioode hostigamiento, de-
bería hacersecesar la habilitación queseñala la ley.

g) Revocación de la suspensión

Coincidimoscon el mecanismo de la ley, que excluye la posibilidad de las revoca-


ciones automáticas por supuestos incumplimientos de las condiciones impuestas".

l1 Elart.317delviejoCódigoadmitia la posibilidadderevocardeoficiolasuspensión,loque
en los hechos implicaba la posibilidadde hacerlosin oira las patesy, principalmente, al imputado.
LA RESOLUCION ALTERNATIVA DEL CONFLICTO PENAL ...

Las circunstancias del posible incumplimiento deben ser analizadas en una au-
diencia, a pedido de parte. Verificado el incumplimiento el juez tiene tres posibili-
dades: a) otorga un nuevo plazo para que el imputado satisfaga la condición im-
puesta, b) modifica lacondición incumplida porotra nueva, y c) revoca lasuspen-
sión del proceso a prueba.
Consideramosque en una correcta comprensión del instituto deberían seguirse,
en orden cronológico, las alternativas propuestas por la ley, tratando de "salvar" la
posibilidad de la suspensión o, al menos, ir descartando, de modo fundado, la im-
posibilidad de seguir el orden propuesto por la ley, desde la solución menosgravo-
sa (el otorgamientode un nuevo plazo para el cumplimiento de la condición origi-
nalmente prevista), pasando por la de afectación de mediana intensidad (imponer
una condición distinta a la incumplida), para terminar, finalmente, con la másgra-
ve (la revocación de la suspensión).
El incumplimientode la condición que habilita poner en funcionamiento los me-
canismosde la ley no escualquier incumplimiento, circunstancial, menor observado
en un contexto, justificado, comprensible. Debetratarse de un incumplimiento gra-
ve, francamente demostrativo de la falta devoluntad de someterse a prueba.
Como es obvio, dispuesta la revocación de la suspensión el trámite de la causa
debe continuarsesegún su estado, rumbo al juicio.
La etapa intermedia en los nuevos sistemas
adversariales. El modelo del Código Procesal
Penal de la Provincia de Río Negro *
FRANCISCO MARULL **

5 1. Introducción. Lo que debióser y nuncafue


En primer lugar sería conveniente detenernos brevemente para acordar qué
entendemos por etapa intermedia. Un repaso de las opiniones de la doctrina más
tradicional nos muestra que aquellos autores que han desarrollado su trabajo co-
mo marco conceptual de los sistemas mixtos coinciden en identificar a la etapa en
cuestión como una instancia de crítica de la investigación realizada por el juez ins-
tructor.
Así, Clariá Olmedo nos habla de la crítica instructoria, fase en la que seanaliza si
resulta pertinente poner fin al proceso o impulsarlo hacia la realización del juicio
plenario'. Sobre ladenominación,el mismoautor refierequesesuele hablar de un
momento intermedio de clausura de la instrucción y elevación a juicio de la causa,
pero asu criterioesa esuna denominación másdescriptiva queconceptual, queno
comprende toda la actividad cumplida y contradice el sistema de la más moderna
legislación de aquella época2. Finalmente precisa, que el momento en cuestión se
extiendedesde el agotamiento de las investigaciones sumariales, hasta el pronun-

* El presentearticulo secorrespondecon una profundización y adaptación realizada porel


mismoautor sobre el articulo "La etapa intermedia en los nuevos sistemasadversariales.Aquello
que nuncafue y hoy debería ser", en Eldebidoprocesopenal. 2016, t. 2, ps. 85a 100.
** Abogado y magister en Ciencias Penales. Vice Decano de la Facultad de Ciencias Econó-
micasyJuridicasde la Universidad Nacional de La Pampa (201412018). Profesortitularde Derecho
Procesal Penal y Adaptación Profesional.

' Clariá Olmedo, Tratadode derecho procesalpenal, 1967, t. VI. p. 109


Hace referencia a queen los nuevoscódigos mixtos de la época partede la critica instruc-
toria (instrucciónsuplementaria,porejemp1o)seatribuyea losjuecesdel plenarioantesde la rea-
lización del juicio.
FRANCISCO MARULL

ciamiento jurisdiccional que en sentido incriminador (remisión de la causa a juicio)


odesincriminador (sobreseimientodefinitivo) pone fin a la primera etapa procesal3.
En igual sentido se expresa D'Albora, quien señala que en este tramo secumple
la denominada crítica instructoria comprensiva de dos fases: el cierre de las inves-
tigaciones y el trámite de elevación a juicio4.
Por su partevázquez Rossi opina que con la vista al querellante y al fiscal para
lavaloración desi la instrucción ha alcanzadosusfines, comienza laetapa interme-
dia, quecomprende una serie de actividadestendientes a determinar la proceden-
cia del pasode la causa a juicio. El mismo autor, con una mirada máscrítica, también
precisa que si bien "en sentido riguroso, esta etapa debe ser el análisis de sí, de
acuerdo con las constanciasacumuladas, existe mérito y necesidad de proceder a la
apertura del juicio ... Porciertoqueellonoesasídentrodela práctica judicial, don-
de la cuestión se convierte en una mera formalidad burocráticamente resuelta,
efectuada como una repetición de los términos del auto de procesamiento que, de
hecho, es el que define la situación" 5.
En la misma línea Maier, refiriéndose al Código de Córdoba de 1940, expresa
que "el procedimiento intermedio, que en teoría tiene por misión el control juris-
diccional de los requerimientos conclusivos sobre la instrucción que lleva a cabo el
Ministerio Público (labor que constituía la razón deser del gran jurado inglésodel
jurado de acusaciónfrancés) ha quedado trunco en el Código cordobés". Luego de
explicitar que en esto el ordenamiento cordobés sigue el sistema del CPPN (1889)6
concluye señalando que "tal forma del regular el procedimiento fue y es, en la
práctica, un fracaso: el mismo juez de instrucción es incapaz para controlar su pro-
pia obra, según resulta naturaln7.
Así entonces, podemos decir que en los códigos mixtos la etapa intermedia es
aquella queva desde que el juezde instrucción, luego de haber dictado el auto de
procesamiento, corre vista al fiscal y al querellante para la realización del requeri-
miento de elevación a juicio o el pedido de sobreseimiento, hasta la efectiva clau-
sura de la instrucción y la elevación a juicio de la causa. El objeto o sentidode la mis-
ma es que las partes puedan hacer una crítica a la tarea investigativa del juez y co-
mo resultantede ello se logrediscernir en mejor forma cuálesson los casos que re-
sulta necesario llevar a juicio y cuáles no.
Lo cierto es que el efectivo funcionamiento del sistema, y creo que todos po-
dríamossuscribir las afirmaciones de Maier y Vázquez Rossi en tal sentido, es una

Clariá Olmedo, Tratado dederecho procesalpenal, 1967, t. VI, p. 110.


WAlbora, Código Procesal Penalde la Nación. 3"ed., 1997, p. 488.
Vazquez Rossi, Derechoprocesalpenal. Elproceso penal, 1997, t. II, p. 384.
Código "Obarrio".
Maier, Derecho procesalpenal. Fundamentos,2"ed.. 4" reimpr., 2004. t. l. p.420.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 233

clara demostración que el mismo nunca ha logrado cumplir con losobjetivosque


se trazara y muy por el contrario los resultados muestran que en la práctica los ca-
sos superan la etapa intermedia tan solo por la inercia que le imprime la cultura
del trámite, las más de lasveces respondiendo al solo interés del mismo juez inves-
tigador y en algunos casos con el único objetivo de sacarse de encima un caso que
implique algún compromiso político o mediático, sin el más mínimo análisisde si el
mismo podrá o no ser acreditado en un juicio.
Todo lo cual, como no podría ser de otro modo, ha significado en la práctica fo-
rense la virtual muerte y desaparición de la etapa intermedia como tal.
De esta forma el proceso mixto o inquisitivo atenuado nos ha mostrado con ab-
soluta crudeza -lo continúa haciendo en algunasjurisdicciones-en qué forma las
prácticasforensessedesentienden de la letra de las normas procesalesy se configu-
ran como una muestra cabal del juego de interesesy poder queel sistema de justicia
penal en definitiva es. Lo que no podemos dejar de señalar, debería resultar una en-
señanza paraapuntary tomar en consideraciónen losactualesprocesosreformistas.
En plan de identificar losmotivospor losque se presentan estas particularidades,
valioso es recordar que aquel esfuerzo realizado por el legislador napoleónico por
complacer a los magistrados franceses que se opusieron a los cambios revoluciona-
riosy conjugar dos modelos procesales con origen y espíritu político claramente an-
tagónicos, si bien logró el objetivo, no menor, de imponer, primero en Europa con-
tinental y luego en toda nuestra región un modelo normativo que perdura hasta
nuestros días, no es menos cierto que nunca logró, como muchas veces ocurre, que
todas las pretensiones legislativas sevieran reflejadas en las prácticasforenses.
Ello, tal vez se deba a lo que advierte con claridad Ferrajoli al señalar que
"...aquel 'monstruo, nacido de la unión del proceso acusatorio con el inquisitivo'
quefueIlamado'procesomixto', predominantementeinquisitivoen la primerafa-
se, escrita, secreta, dominada por la acusación pública y exenta de la participación
del imputado, privado de libertad durante la misma; tendencialmente acusatorio
en la fase sucesiva del enjuiciamiento, caracterizada por el juicio contradictorio,
oral y público con intervención de la acusación y de la defensa, pero destinado a
convertirse en mera repetición o escenificación de la primera fase" 8.

5 2. Estado de situación en los nuevos códigos adversariales.


Lo que debería ser y aún no es
El proceso de reforma en el que nos encontramos sumergidosen nuestro país y
en toda la región ha significado que como primer paso del mencionado proceso se
avance en la reforma de varios de los códigos procesales penales de nuestras pro-
vincias~recientemente del Código Procesal Penal de la Nación. Evidentemente las

Ferrajoli. Derecho yrazon. Teoría delgarantismopenal, 1998, p. 566.


FRANCISCO MARULL

falencias señaladas respecto de la etapa intermedia del proceso ha sido un tramo


sobre el que se han incorporado modificacionessustanciales. La distribución en el
tiempo de las diversas reformas ha hecho que tales innovaciones, a su vez, sefue-
ran ajustando de acuerdo a las observaciones y experiencias recogidas en la imple-
mentación y efectiva aplicación de los nuevosformatos.
Así, podemos destacar las reformas incorporadas a los códigos que siguen el
modelo del Código Procesal de Chile (2000) y son conocidos como códigos de se-
gunda generación. Estos ordenamientos con diversos maticesy formatos incorpo-
raron un concepto resultante del Proyecto de Seguimiento de los Procesos de Re-
forma Judicial en América Latina realizado por el CEJA. Deaquel se desprendíaque
resultaba necesario introducir nuevas prácticas que permitieran desplazar aque-
llas que teñidas de un imborrable color inquisitorial hacían que cualquier modifi-
cación normativa resultara inútil en la medida quesevolvían a colar y repetir losvi-
cios del viejo sistema inquisitivo.
En esa inteligencia, se entendió que la incorporación de la oralidad a lasaudien-
cias previas al juicio oral resultaba una variante que en la medida que obligaba a los
operadores a actuar en un escenario novedoso en el que cada cual debía desarrollar
un rol específico sin posibilidad alguna de delegarlo y auditado por la publicidad del
acto, hacía posible pensar en la incorporación de nuevas prácticas que no pudieran
ser suplidas por hábitosdelviejosistemay permitieradesplazar lasviejascostumbres.
Como señalaba más arriba, estos conceptosfueron tomados en los distintos có-
digoscon matices yformatosdiversos. Mientrasen alguno la oralidad se aplicó so-
lo para discusionesvinculadasa las medidas restrictivas de la libertad y la admisibi-
lidad de la prueba, como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2007), en el ca-
so de la provincia de La Pampa (201 l ) además de utilizarse para la admisión de la
prueba, la oralización también se incorporó a las audiencias de formalización de
loscasosytodas lasalternativasque surgieran en dicha instancia (conciliación,pro-
bation, abreviado, flagrancia, cautelares, etcétera), por su parteen el caso de Chu-
but (2006), y los más novedosos de Santa Fe, Neuquén (2014), Nación (2015) y Río
Negro (2014), la oralización también se incorporó de lleno a la etapa intermedia
que aquí nos convoca, para permitir que las oposiciones que pudiera plantear la
defensa a la petición de apertura de juicio planteada por la Fiscalía puedan ser de-
batidas en una audiencia oral.
Así entonces, aquella etapa que el legislador y la doctrina que se ocupó de los
códigos mixtos, pensó importante y necesaria y la práctica judicial ignoró y desvir-
tuó hasta su desaparición, actualmente resurge desde las cenizas con nuevos con-
tornos, otros objetivos y mayores compromisos.
La etapa intermedia en estos nuevos procesos adversariales ha sido diseñada
con un objetivo diverso. En donde en los mixtosse hablaba de crítica de la instruc-
ción ahora se habla de control de la acusación. Asise la denomina en el Código de
Chubut (Capítulo V, art. 291) y el de Nación (Título 11, art. 241), en el caso de Neu-
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 235

quén y Río Negro, se la llama "Etapa intermedia. Control del mérito de la acusa-
ción". En IoscódigosdeCABA, Santa Fey La Pampa, se mantiene la denominación
Etapa o Procedimiento intermedio, pero con un nuevo formato.
El nuevo sentidosedesprendedesu mismadenominación, no resulta ahora una
crítica burocrática con el solo objetivo de sanear o habilitar un trámite, sino más
bien se pone claramente sobre la mesa que existe una acusación (o más, comove-
remos más adelante), es decir una pretensión de llevar a juicio a una persona para
que se le aplique poder punitivo estatal9; y ella es puesta en conocimiento del acu-
sado y su defensa, para ser debatida ante un tercero imparcial, el juez de control o
de garantías, que como su nombre lo indica ha deverificar, ante los planteos de la
defensa (sistema de garantías), si se advierte en esta instancia necesario o no, ex-
poner a la persona a un juicio oral y público.
Comodice Binder, "estafaseintermedia sefunda en la ideadeque losjuiciosde-
ben ser preparados convenientemente y se debe llegar a ellos luego de una activi-
dad responsable. El juicioes público y ellosignifica que el imputadodeberádefen-
dersede la acusación en un proceso abierto. Que puede ser conocido por cualquier
ciudadano. Así como la publicidad implica una garantía en la estructuración del
proceso penal, también tiene un costo: por más que la persona sea absuelta y se
compruebe su absoluta inocencia, el solosometimiento a juicio siempre habrá sig-
nificado una cuota considerable de sufrimiento, gastos y aún de descrédito públi-
co. Por tal razón, un proceso correctamente estructurado tiene que garantizar,
también, que la decisión desometer a juicio al imputado no sea apresurada, super-
ficial o arbitraria" '0.
Por otro lado, comodecía másarriba, también presenta la etapa intermedia nue-
voscontornosy con ello me refiero a que, en los nuevos códigos que se vienen men-
cionando, en general y con mínimasvariaciones, la misma se integra con lo ocurrido
desde que el fiscal del caso formaliza una acusación", hasta que se resuelve que
prueba se admite y cual no, dejando el caso en condiciones de ser juzgado. Es decir
que se ha incorporado la etapa de ofrecimiento y debate sobre la admisibilidad de
las pruebas que en los códigos mixtos era dejada por fuera de la etapa intermedia.
De esta forma se subraya, a mi criterio en forma correcta, la centralidad del jui-
cio oral; y todo aquelloqueocurreantes del juicio se realiza como preparación del
juicio y lo que pasa después se hace para revisar lo ocurrido durante el juicio. Esto

Eficacia del poder punitivo en lostérminos de Binderal plantear la antinomia fundamen-


tal entre eficacia del poder punitivoy el sistema degarantías.
lo Binder, Introducciónalderechoprocesalpenal, 2"ed., 1999, p. 245.
l1 No hagomenciónal pedidodesobreseimiento, queobviamentetambién puede realizarel
fiscal, en tantoconsidero que no se trata propiamentede una instancia decontrol de una acusación
que no se realizó. y por ende, a mi criterio, no debería considerarseahora comoetapa intermedia,
FRANCISCO MARULL

último, dicho solo como un recurso pedagógico, en tanto no reniego, por el con-
trario, en una mirada más abarcadora del proceso, aliento la búsqueda de salidas
alternativasal juicio oral, puessiguiendo a Binder sostengo que en el sistemaesca-
lonado degestión delaconflictividad el juicio oral y dentrodeél la pena de prisión
resultan la ultima ratio del sistema penal.
Los mayores compromisos a los que me refería párrafos más arriba, sevinculan
a la figuradel juezdegarantíasodecontrol y como, de mi parte, espero queaque-
110s que ocupan tan atractivo rol en estos nuevos procesos adversariales no abdi-
quen de la encomiable tarea que se les reserva, que no puede quedar tan solo en
controlar el respeto de las garantías de los acusados y lasvíctimas durante la inves-
tigación fiscal preparatoria, sino que también implica la asunción del compromiso
de evitar quesean ventiladasen juicio conductasque nunca debieron llegar hasta
esa instancia.
Tal vez sea esto lo más difícil de aprehender, incorporar por parte de losjueces y
de enseñar de nuestra parte, los docentes. Es en este punto en particular donde los
jueces de control o garantías tienen que resultar absolutamente equilibrados para
no resolver la cuestión excediendo su rol y abandonando su posición de imparciali-
dad inmiscuirse en loque serían incumbenciasdela Fiscalía-pinando por ejemplo
respecto de la calidad o dirección de la investigación-; o en el otro extremo rehuir
la responsabilidad que les correspondey abrir a juicio todosaquellos casos que se le
presenten sin un adecuado control, conforme, renglones más abajo abordaremos.

En poco ha ayudado la redacción de algunos de los códigos que venimos men-


cionando en los que claramente se han colado fórmulas y por ende prácticas del
viejo sistema que obviamente respondían a otras Iógicas, veamos:
Art. 304.- "Auto deapertura. La resoluciónporla cualelluezde Controldecide ad-
mitirla acusaciónyabrireljuicio, constituirá unjuicio deprobabilidadacerca dela res-
ponsabilidaddelacusado como autor de un hecho punible opartícipe de él, ydeberá
contenerr'(Códígo Procesal Penal de La Pampa).
Art. 298. - "Auto deapertura deljuicio oral....Elauto de apertura deljuicio requie-
re la constatación de la probabilidadacerca de que elacusado es autor de un hecho
punible o partícipe en él" (Código Procesal Penal de Chubut).

Los ejemplos reseñados son una muestra elocuente de la forma en que aun en
los nuevoscódigosse incorporaron artículos que respondían a la dinámica del vie-
jo sistema esperando que en el nuevo sistema operaran de igual manera, olvidan-
do que las Iógicasde ambos resultan muy diversas. Particularmente en este caso se
pretendieron trasladar al auto deapertura de juicio losestándares probatoriosdel
antiguo auto de procesamiento, cuando uno y otro son el resultante de procesos
de compilación y verificación de información absolutamente diversos, como vere-
mos más adelante.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 237

Como advertíamos en el primer punto del presente trabajo debemos ser suma-
mente cuidadosos si pretendemos evitar que en la práctica forense vinculada a los
nuevoscódigossevuelvaa instalar lacultura inquisitorial que buscamosabandonar.
Pues, comoes lógico con regulaciones normativascomo las reseñadas, si el men-
saje es confuso las decisiones judiciales recorrerán los mismos caminos que acos-
tumbraban recorrer tendiendo a reciclar aquellas prácticas que les resultaban ha-
bituales. De hecho, hoy se puedever en la práctica tribunalicia de una de las pro-
vincias mencionadas que al dictar un auto de apertura de juicio hay jueces que
vuelven a escribir, como si de un auto de procesamiento se tratara: " ... se encuen-
tra debidamente acreditada la participación del imputado en los hechos narrados
en los párrafos que anteceden y en consecuencia su responsabilidad en el mismo,
en el grado de autor ...".
La preguntaqueseimponees la siguienteiCómo hacer paraqueen el casocon-
creto de la etapa intermedia de los nuevos procesos evitemos la repetición de las
prácticasdel viejo sistema y de esa manera abonemos el terreno para su nueva des-
virtuación y desaparición?
El primer paso ya se ha cumplido y es el que destacábamos más arriba. El segui-
mientode los procesosde implementación delas reformas paraadvertir dondeapa-
recen falencias o debilidades que resulta necesario ajustar ha dado buenos frutos.
La circunstancia de que en loscódigosquefueran aprobados con posterioridad (có-
digos de Santa Fe, Neuquén, Río Negro y Nación) no se incluyera este requerimien-
t o entre los contenidos del auto de apertura de juicio parecería una buena señal.
El paso siguiente sería avanzar en la conformación de un marco teórico serio y
consolidado que le permita a los operadores judiciales contar con razones y argu-
mentos coherentes con el nuevo marco normativo y cultural para apoyar sus defi-
niciones y evitar caer en reseñas bibliográficas, escritas y pensadas para un sistema
procesal que buscamos dejar atrás.
En estesentido esqueen el punto quesigue intentarédejar algunas reflexiones
respectoa cuálesseríana mi criterio lascorrectas interpretacionesy aplicacionesde
los extremosque componen la etapa intermedia o de control de la acusación en los
nuevos sistemas adversariales. Para ello tomaré como base el Código de la Provin-
cia de Río Negro.

5 3. La situación en el nuevo Código Procesal Penal


de la Provincia de Río Negro
El nuevo ordenamiento prevé la etapa intermedia en los títulos 1 y 11 del Libro
Tercero, entre los arts. 159 a 168y la denominación que se le impone es la de etapa
intermedia, control del mérito de la acusación.
Art. 159. - "Requerimiento deapertura ajuicio. Sielfiscalestima que la investigación
proporciona fundamento para someter a juicio alimputado, presentará la acusación.
FRANCISCO MARULL

Para ello, procederá de esa forma, cuando las pruebas, tomadas en conjunto sean tales
que, en su concepto,justificarían un veredicto condenatorio, en caso de no ser explica-
das o contradichasen la audiencia.
Deberá contenec
1 ) Los datos que s i ~ a para
n identificara1 imputado.
2) La relación precisa y circunstanciada del hecho quese le atribuye. En caso de con-
tener varios hechos punibles independientes, la separación y el detalle de cada
uno de ellos.
3) La calificación legal.
4) La pretensión punitiva provisoria, cuando ella sea necesaria para fijar la compe-
tencia.
5) La petición de quese proceda deacuerdoalprocedimiento abreviado silo estima
conveniente.
6) Alofrecerse la prueba se presentará porseparado la lista de testigos yperitos, con
- .
indicación delnombre, ocuoación vdomicilio. Tambiéndeberá ofrecerse la docu-
mental, acompañando copia o indicando dónde se encuentra para su compulsa

La acusación sólo podrá referirse a hechos ypersonas incluidas en la formalización de


la investigación aunquese invocare una calificaciónjurídica distinta de la asignada en
esa oportunidad".

No precisa el articulado que la acusación deba presentarse por escrito, sin per-
juicio de ello todos los códigos que hemos mencionado (y el recientemente apro-
bado para la Nación) coinciden en esta exigencia y por otra parte la misma sepre-
senta como absolutamente razonable por la importancia que la acusación adquie-
re desde el respeto de las garantías constitucionales en juego, particularmente el
principio de congruencia. En tal sentido el artículo resulta más esclarecedor que
formatos utilizados en otros códigos y no deja lugar a duda alguna respecto a que
la acusación solo podrá ser dirigida a las personas que hubieran sido formalizadas
y respecto de los hechos que en aquella oportunidad se le hicieran conocer.
No se puede soslayar en esta instancia que la formalización en algunos casos,
particularmente cuando sea necesario solicitar la prisión preventiva, deberá ser
realizada dentro del plazo de48 horas con que cuenta el fiscal para solicitar la cau-
telar12,y ciertoesqueen algunoscasosse hacedificultoso parael fiscal-ellose ha
comprobado en sistemas similares ya en vigencia-fijar definitivamente el o los
hechos objeto de la investigación, y más aún cerrar definitivamente la calificación
legal aplicable, por cuanto es posible que en ese tiempo el fiscal no cuente con to-
da la información disponible.

l2 En el menortiempo posible, dentrode lascuarenta y ocho horasde producida la privación


de la libertad diceel art. 111, e"inmediatamente" dice el art. 130del mismo ordenamiento.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 239

Por ello, es razonable que se habilite la posibilidad del cambio de calificación y


estimo que será la jurisprudencia de los jueces la que definirá si se admitirá que el
hecho descripto en la formalización sufra alguna modificación al momento de la
acusación.
En tal sentido, entiendo que la solución más respetuosa del principio de con-
gruencia sería la siguiente, los hechos ventilados en la audiencia de formalización
al momento de su fijación en la acusación, podrán sufrir modificaciones menores
fruto del avance de la investigación pero aquellas no podrán resultar sustanciales
al punto de resultar una sorpresa para el imputado y su defensa. El mismo razona-
miento sería aplicable al cambio de calificación, en tanto aquella sería aceptable
de no resultar una mutación tal que la nueva calificación repercutiera en la altera-
ción sustancial del marco fáctico.
Si lasvariacionesfueran de una entidad suficiente como para que el juez pudie-
ra verificar, previo pedido de parte, que resultan sorpresiva* para la contraparte y
ello le hubiera impedidoavanzar en la construcción de una teoría del casoadecua-
da a la acusación modificada, el juez debería rechazar la acusación por afectación
del derecho de defensa en juicio (art. 18, CN) y el fiscal podría, a mi criterio, inten-
tar subsanar el defecto conforme las previsionesdel art. 226.
Ahora bien, de lo que si no cabe ninguna duda es que una vez aceptada la acu-
sación conforme fuera realizada por el fiscal, la misma fija el marco fáctico y la ca-
lificación legal de manera definitiva -salvo la previsión del art. 178, que debiera
ser interpretada en forma restrictiva y conforme los estándaresfijados en el párra-
foanterior-y no podrán losjuecesvariar ni una niotraal momentodel dictadode
la sentencia conforme le recepta con claridad el art. 192, quevale señalar resulta
mucho más claro y respetuoso del derecho dedefensa que la previsión que sobre el
mismo punto previeran los arts. 353 del CpPLPI3y 332 del CPPCh 14, que en mi cri-
terio debieran ser modificados.
Sin perjuicio que pueda acompañarse un listado escrito con losdatosidentifica-
torios de los testigos, peritos e intérpretes, como así también los lugares donde se

l 3 Ari. 353. "Sentencia y acusación. En la sentencia, el Tribunal podrá daral hecho una califi-

caciónjurídica distinta de aquélla indicada en la acusación o en el auto de apertura o de la acusa-


ción en elalegato final, aunque debaaplicarpenasmásgravesomedidasdeseguridad. Sin embar-
go, elacusado no puede sercondenado porun precepto penaldistinto delcontenido en laspiezas
procesalesaludidas, sipreviamente no fue advertido porel Tribunalsobre la modificación posible
de la calificación jurídica atento lo previsto en elart 334 ... ".
l4 Art. 332. "Sentenciayacusación ... En la condena, el tribunal podrá dar al hecho una cali-
ficación jurídica distinta deaquella indicada en la acusación o en el auto deapertura o aplicarpe-
nas más graves o medidas de seguridad, siempre que no exceda su propia competencia; pero el
acusado no puede ser condenado en virtud de un precepto penal másgrave que el invocado en la
acusación, comprendidasuampliación, o en elauto deapertura, sipreviamenteno fueadvertido de
la modificaciónposible delsignificadojurídico de la imputación, conformealart 322.4"párrafo ...".
FRANCISCO MARULL

encuentra la documental, en mi criterio, solo podrán tener validez aquellas prue-


bas que fueran efectivamente mencionadas por las partes en la audiencia, porque
esta será la única forma de garantizar la generación de un verdadero debatesobre
la pertinencia de todas y cada una de las evidencias ofrecidas. De lo contrario, los
operadoresvolverán a las prácticasquesiempre han realizado y el debate sobre la
admisibilidad de la prueba se reducirá a la recepción desendos escritos que, como
ocurre actualmente en los procesos mixtos, ni siquiera son confeccionados por el
fiscal o el defensor, sino por auxiliares de sus oficinas.
El resto de los extremos incluidosen el artículo no requieren, en el nivel de aná-
lisis del presente trabajo, mayores comentarios.
Art. 160. - "Comunicación a la querella. El fiscal deberá poner el requerimiento de
apertura ajuicio en conocimien to delquerellante. En el plazo de cinco días este podrá:
1 ) Adherira la acusación del fiscat o
2) Presentar un requerimiento de apertura a juicio autónoma, en cuyo caso deberá
cumplir con todos los requisitos previstos para la acusación fiscal. A los fines de la
calificación legal y del discurso fáctico el fiscal y el querellante deberán cumpli-
mentar lo dispuesto por e l a r t 56.
Recibida la presentación de éstos o transcurrido el plazo fijado, el fiscal remitirá a la
Oficina Judicialla acusación o acusaciones, con el ofrecimiento de pruebas".

En el punto, es evidente que ha prevalecido la opinión que viene sosteniendo


Pandolfi desde hace ya tiempo en el sentido que existe un " ... derecho del imputa-
doa una acusación penal única. Solo siendo única, la acusación podrá ser cierta" 15.
Es así, que el art. 56 del nuevo Código establece:
Art. 56. - "Acusación única. Unidad de representación. Cuando los acusadores fue-
ran varios e invocaren identidadde interesesentre ellos, actuarán bajo una sola repre-
sentación, la que se ordenará a pedido de parte siellos no sepusieren de acuerdo, en
el plazo que se les fije. En aquellos casos en que la víctima se haya constituido como
querellante, eljuezsea apetición de parte conantelación, o a más tardar, en la audien-
cia prevista en elart. 163 convocará a laspartes, a efectosde resolverlas controversias
que pudieren existir entre el Ministerio Público Fiscal y la parte querellante, sobre los
discunosfácticos,jurídicosyestrategiasprobatorias. El imputado-siempre yen todos
loscasos-tendrá derechoa quese leenrostre una única acusación,debiéndoserespe-
tarestrictamente elprincipio de congruencia procesalen losaspectos fácticos. Sino Ile-
gase a un acuerdo, eljuezdará intervención alFisca1Generalpara que dirima losplan-
teos y resuelva en el caso en concreto si debe prevalecer el interés particular o social
general".

l5 Pandolfi, El derecho del imputado a un acusadorpenal único (o a un solo discurso acusa-

torio del que defenderse ...), en "Revista del Ministerio Público de la Defensa", año V. n" 6,abr.
201 1, disponible en www.mpd.gov.arlpdflpublicaciones/revista/Revista%2OMPD%206.pdf.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 241

El consenso alcanzado y plasmado en la letra del Código es sumamente saluda-


ble puesatiendesatisfactoriamentea la igualdad dearmasquetanto pregonamos
y permite superar las discusiones constitucionales y estratégicas que la acusación
alternativa implicaba16.
Recordemos que el profesor patagónico
~- en el artículo mencionado con sólidos
fundamentos pos.tulaba que: "En las acciones penales públicas para resolver las
controversiasentre el Ministerio Público Fiscaly la víctima (en losdelitosen que ha-
yavíctima) sobre losdiscursosfácticosyjurídicosyestrategiasprobatoriasde la úni-
ca acusación, el juez del procedimiento intermedio, tomará en cuenta la prevalen-
cia de los intereses particulares o sociales generales según el caso, y ordenará la
constitución deun litis-consorcio necesario. Si para ello surgieren divergencias, con-
vocará a una audiencia al efecto, a las partes acusadoras. Y en caso de que no hu-
biese consensos en cuanto a la calificación y a las estrategias acusadoras, resolverá
en forma definitiva la incidencia".
El resto de los códigos adversariales mencionados tratan la cuestión de diversa
manera. Mientras el legislador nacional, junto con Chubut y Santa Fe, receptó par-
cialmente la propuesta al disponer en el art. 247, inc. f ) que el juez de control en el
auto de apertura, en caso de pluralidad de querellantes deberá ordenar la unifica-
ción de personería si fuera procedente, supuesto que ya fuera receptado en los có-
digosdechubuty Santa Fey no lo incorporaron loscódigosde Neuquén y La Pampa.
En definitivaentiendoqueseráel juezdelforodejuecessorteado, quien previa
petición de parte, con antelación, o a más tardar, en la audiencia prevista en el art.
163 sopesará lasalternativas planteadas por la querella y la Fiscalíay resolverá cual
será la acusación única quegarantiza al imputadoelart. 56reseñado. Loqueen de-
finitiva permitecumplimentar acabadamentecon el mandatoconvencional quese
desprende del art. 8O.2, aps. b) y c) de la CADH cuando establece: "Toda persona in-
culpada dedelito tiene derechó a que se presuma su inocencia mientras no seesta-
blezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene dere-
cho, en plena igualdad, a lassiguientesgarantías mínimas: b) Comunicaciónprevia
y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) Concesión a l inculpado del
tiempo y de los medios adecuadospara la preparación de su defensa" (el destaca-
do se ha agregado).
Art. 161. - "Comunicación a la defensa. Dentro de las cuarenta y ocho horas de re-
cibida la acusación, la Oficinajudicialcomunicará a la defensa lasacusacionespresen-

l6 Problemasde litigación y particularmentevinculadosa la credibilidad y capacidad de per-


s~asiónque conserva una acusación ae la que ni siq~ierase encLentra convencido quien la suscri-
be. sobre todo pensanooen el escenario de ~ n j ~ i c i o p o r j ~ r apop~lares
dos como el previstoen es-
teoroenamiento, y que conforme avanzan lasexperienciasde Neuquen y provincia ae BuenosAi-
resse encuentra a lavuelta de la esquina en el resto del país
FRANCISCO MARULL

tadas. En elplazo de cinco dias la defensa deberá ponera disposición de la Oficina Ju-
dicialla lista de laspruebas queofrecepara la instancia dejuicio oralypúblico, en las
mismas condicionesrequeridas para los acusadores".

En estos nuevos sistemasadversariales, la etapa intermedia recobra una impor-


tancia sustancial, puesto quetodo aquelloque losacusadores hanvenidocolectan-
do en la investigación fiscal preparatoria, como hemos dicho, se fija y se define en
el momento de la presentación de la acusación. El trabajo del defensor no debería
en modo alguno comenzar en este momento, pues desde la realización de la pri-
meraentrevistacon el imputado el defensor debería ir construyendo su propia teo-
ría del caso, lo que le permitirá discernir, entre otras cosas, si resulta conveniente o
no llegar a esta instancia.
Pero, sin dudas se trata de una oportunidad de particular importancia para la
defensa, en tanto es a partir de aquí, que, en donde primó la negociación, en ade-
lante las definiciones se corresponderán con estrategias casi siempre litigiosas. Las
decisiones que se tomen en la audiencia del art. 163 serán definitorias para los in-
tereses del acusado y por ello parecería más razonable y adecuado que se le otor-
gara a la defensa un plazo másamplio para su cumplimiento. En tal sentido es da-
ble señalar que el código aprobado a nivel nacional concede a la defensa en esta
instancia un plazo de diez días prorrogable por diez más.
Art. 162. - "Control de la acusación. Recibido el ofrecimiento de pruebas de la de-
fensa o vencido elplazo, se designará porsorteo elintegrante delForo de Jueces que
habrá de interveniren la audiencia de controlde la acusación. En la misma, sino se ha
hecho con antelación, a pedido de alguna de las partes, se resolverán las cuestiones
aludidas en elart. 56 a efectos de la unificación de la acusación".

La integración de los jueces en foro o Colegio de Jueces, como se les llama en


Neuquén, es una alternativa a mi criterio superadora. En otras provincias como La
Pampa, Santa Fe y Chubut no se ha avanzado en tal sentido y a mi criterio es un ca-
mino por recorrer. Particularmente se advierten lasventajasin esta instancia, don-
de el juez de la etapa intermedia17, debe decidir qué casos pueden pasar a juicio
oral y qué prueba se ventilará en el mismo. Resulta a mi criterio una buena prácti-
ca queaquel quetomea su cargo tal operación sea un juezque, en otroscasos, pue-
da ser quien sea receptor de losjuicios que le son enviados por otro colega del foro
ocolegio.Tal dinámica entiendo favorece una másadecuada lectura de su partede
la necesidad o no de abrir un caso a juicio y ponderar la pertinencia o sobreabun-
dancia de las pruebas ofrecidas por las partes.

l7 Queen general esel mismo que controla el respetode lasgarantiasde la investigaciónfis-


cal preparatoria: juez de control ode garantías.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 243

Art. 163.- "Audiencia. La Oficina Judicial convocará a las partes a una audiencia,
dentro de los cinco días, para debatiry resolver las cuestionespropias de esta etapa.
Sipara ello se justifica producirpruebas, laspartes las ofrecerán en la misma audien-
cia y tendrán a su cargo la presentación y diligenciamiento de las mismas. De ser ne-
cesario podrán requerirel auxilio judicial. Al inicio de la audiencia la Fiscalía y la que-
rella explicarán la acusacióny proporcionarán los fundamentos.
La defensa podrá objetar la acusación por defectos formales, solicitar que se unifi-
quen los hechos objeto de lasacusaciones conforme lo dispone elart. 56, oponer ex-
cepciones o solicitar elsaneamiento o la declaración de invalidezde un acto.
También podrá proponer una reparación concreta, siempre que no hubiere fraca-
sado antes una conciliación, la aplicación de un procedimiento abreviado, o instar
el sobreseimiento, siempre que para ello no deban discutirse cuestiones que son
propias del juicio oral. La decisión que rechace el pedido de sobreseimiento será
irrecurrible.
En la audiencia se examinarán los ofrecimientos de prueba, deacuerdo a las reglas de
los artículos siguientes".

La efectiva realización de la audiencia presentará dosaspectosclaramentedife-


renciados, uno deellosvinculado al debatesobreel control de la acusación propia-
mentedicha. Esdecir que la defensa contará con la posibilidad de:

Objetarla acusaciónpordefectosformales. Al respecto cabeseñalar que los


defectosformalesa losaue se hace referencia, entiendo solo deberían estar
vinculados a la afectación de garantías constitucionales concretas que de-
berán ser demostradas, verbigracia: afectación del derecho a la defensa en
juicio por cuanto la falta de precisión y vaguedad de la descripción del he-
cho de la acusación impiden la construcción de una estrategia de defensa.
Como todas las decisiones que se asumen en un proceso adversaria1son es-
tratégicas, la que analizamos, particularmente lo es, y en ese contexto po-
dría un defensor, escoger estratégicamente no señalar defectos formales
advertidos, en tanto considerase preferible llegar a la instancia del juicio
con una acusación más debilitada por talesfalencias, con todos los riesgos
que ello implica. Por esta razón no comparto con el Código de Chubut cuan-
do en el art. 295, párr. 5" habilita al juez para que, de oficio, identifique los
defectosy leordeneal Ministerio Públicosu corrección. En el artículoquesi-
gue (art. 164) seestablece que en el caso que la defensa señalara algún de-
fecto, el juez debería instar al fiscal para que la corrija en la misma audien-
c i a eventualmente
~ lo haga en un plazo de hasta cinco días. No debería ha-
ber problema para que así lo hiciera, en tanto no estaría haciendo otra cosa
que cumplir con su rol de asegurador de lasgarantías en juego.
Solicitarquese unifiquen los hechos objeto de lasacusaciones. Conforme lo
dispone el art. 56, con las ventajas que ya explicitamos más arriba.
FRANCISCO MARULL

Oponer excepciones. Aquellas que se encuentran previstas en el presente


Códigoen el art. 95, y no encontrándoseespecíficamente establecido, como
hacen otros códigos (como el de Nación en su art. 38) parece razonable que
se tramiten en forma oral en la misma audiencia, para lo que deberá presen-
tar en esa oportunidad la prueba que la acredite.
Solicitarelsaneamiento o la declaracióndeinvalidezde unacto. Resultatras-
cendente que las partes incorporemosa un análisisfuncional y no secuencia1
del proceso penal, la fundamental circunstancia deque en esta etapa inter-
media ha de estar el espacio para el saneamiento del juicio. Es decir, los acu-
sadores muestran las evidencias (discoveryen el sistema de los Estados Uni-
dos de América) con las que pretenden acreditar el caso en el juicio oral y es
aquídonde la defensa debería con especial ahínco demostrarle al juez si al-
guna de ellas no resulta admisible por el motivo que fuera (vulneración de
garantíasen su obtención) y por endedebeser excluida dela atención dejue-
cesojuradosdelfuturojuicio. Sin perjuicioque pudiera hacerloantes,vincu-
lado con la posibilidad de conseguir un sobreseimiento temprano o luego,
en el juicio, si se hubiere rechazado el planteo en esta instancia, no sería ad-
misibleque la defensa no pusiera el tema en discusión en esta audiencia.
Proponer salidas alternativas. Seguramente no se ajusta a los parámetros
ideales del funcionamiento del sistema adversaria1en general
- la aplicación
de unasalidaalternativa aesta alturade la investigación, cuando yase han in-
vertido muchos recursos para arribar hasta esta instancia. Razón por la cual,
debería ser una política tanto del Ministerio Público Fiscal como de la Defen-
sa Pública Oficial, como así también de los defensores particulares, la de tra-
bajar correctamente sus teorías del caso para identificar en la forma más
temprana posible la necesidad y10 conveniencia de resolver el caso median-
t e una salida alternativa. Muchasveces, se demora la toma de tales decisio-
nes, particularmente por parte de las defensas, a la espera del avance del
proceso y eventuales cambios en la teoría del caso de la Fiscalía. Lo cierto es
que la práctica demuestra que en la mayoría de los casos la teoría del caso
no cambia y aquella con la que se contaba el primer día es la misma con la
que se cuenta al momento de la acusación y la predisposición para la nego-
ciación por partedela Fiscalía es mucho menory másinconvenientea losin-
tereses de los acusados. Por todo lo cual, losjueces del foro tendrán que ser
sumamente cuidadosos y abrir esta posibilidad solo cuando las partesjusti-
fiquen la demora en la elección del camino.
Instar el sobreseimiento. El instar el sobreseimiento claramente se repre-
senta en una oposición concreta a la necesidad deabrir el juicio para dirimir
algo quese entiende ya definido. Eso implica que los motivos por loscuales
podría el defensor postular un sobreseimiento en esta instancia se acotan
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 245

de manera importante. Sin lugar a dudas que aquelloscasosen los cuales se


pudiera afirmar que la conducta resulta evidentemente atípica. Y no cabría
posibilidad alguna que la producción de cualquiertipo de prueba duranteel
desarrollo del juicio pudiera cambiar tal situación (art. 165, inc. 3"). Por otro
parte, dependiendo de lascaracterísticasdelos hechos, también podrían Ile-
gar aser un motivo, aquelloscasosen los que la defensa pudiera alegar que
aun cuando las pruebas ofrecidas por la Acusación rindieran durante el de-
bate sus máximas potencialidades (verbigracia: que los testigos durante el
juicio expresaran todo lo que la Fiscalíay10 querella pretende), ello no sería
suficiente para tener por acreditada la existencia del hecho o la participa-
ción del acusado en el mismo.

Art. 164. - "Corrección de vicios formales. Cuando eljuez concluya que el requeri-
miento de apertura adolece de vicios formales, a pedido de parte ordenará que sean
subsanados en la misma audiencia. Si no es posible, suspenderá la misma por un pla-
zo no mayor de cinco díaspara que se efectúen las correcciones.
En el casó en que, a criterio del fiscal, la decisiónjudicialafecte el objeto procesal de
la acusación, ésta tendrá expedita una revisión judicial.
Si no sesubsanaren los vicios, se tendrá la acusación como no presentada. En talcaso,
procederá el sobreseimiento definitivo, salvo que el caso pueda continuar con otra
acusación. Sise trata de la acusación del fiscalcontinuará sólo con elquerellante, pri-
vatizándosela acción penal".

Sobre la corrección de losvicios formales ya me expresé más arriba, pero resul-


ta interesante apuntar la posibilidad que el Código le otorga al Ministerio Público
Fiscal de poner en revisión, entiendo que ante el Tribunal de Impugnación (art. 23,
inc. 2"),aquella decisión que a su criterio pudiera afectar su teoría del caso y por en-
de desvirtuar su objetivo en el proceso, lo que obviamente deberá acreditar. Asi-
mismo parece sumamente conveniente, a su vez, que el legislador incorpore un in-
centivo claro para que el Ministerio Público agudice la construcción de sus acusa-
ciones~en el caso que no lo hiciera la solución claramentesea el dictado del sobre-
seimiento, sin perjuicio de la posible conversión en acción privada, en el caso de
que secontara con querellante que si cumpla en su acusación con los requerimien-
tos del sistema de garantías.

Art. 165.- "Libertadprobatoria. Podrán probarse los hechos y circunstancias de in-


teréspara la solución correcta delcaso, por cualquier medio de prueba, aun los no re-
gulados en este Código, en tanto no se afecten derechos ni garantías constituciona-
les. Las formas de admisión .y .producción se adecuarán almedio de prueba que resul-
te más acorde a los previstos en este Código".
Art. 166.- "Admisibilidadyconvencionesprobatorias.Esadmisiblelapruebaquese
refiera alobjeto de la investigacióny resulte útilpara elcaso. Podrán limitarse los me-
FRANCISCO MARULL

dios de prueba ofrecidos, cuando ellos resulten manifiestamente sobreabundantes.


Cada parte podrá formular solicitudes y planteamientos con relación a las pruebas
ofrecidasporlos demás.
Las partes también podrán solicitar aljuezde común acuerdo, que tenga por acredi-
tados ciertos hechos, que no podrán serdiscutidos en eljuicio".
Art. 167.- "Decisión. Oídas las exposiciones de las partes el juez decidirá todas las
cuestionesplanteadas. Sila complejidadde aquéllas lo amerita, se podrá disponer un
cuarto intermedio de no más de cuarenta y ocho horas para que eljuez informe a las
partessu decisión vlosfundamentos de la misma.
Eljuez también examinará losofrecimientosprobatoriosy planteos que con ellosse
vinculen, ordenando la admisión delaspruebas ydelasconvencionesprobatorias. Só-
lo podrán ser excluidas las pruebas manifiestamente impertinentes, por ser notoria-
mente ajenas al objeto procesal, o sobreabundantes y las que tuvieran por objeto
acreditarhechos públicos ynotorios.
Eljuez excluirá 1;s que provengan de actuaciones declaradas inválidas y las
que se hubieren obtenido con inobservancia de las garantías fundamentales.
Lo resuelto será irrecurrible, sin perjuicio de hacer reserva de impugnación de la sen-
tencia ".

El otro de los aspectos a considerar por parte del juez es el de la ponderación y


consideración de la evidenciaofrecida por las partes. En estecódigo nose hacetan-
t o hincapié en la separación de la audiencia en dos tramos (discusión de la acusa-
ción y de la prueba, como si se los hace en el de Nación). En este caso se reserva la
definición de ambas situaciones para el cierre de la audiencia. Habrá quever cuál
será la práctica que adopte el operador.
En definitiva, la audiencia se cierra con la decisión del juez de garantías de ad-
mitiro no laaperturadel juicio yaunque no lodiga parecería razonable pensarque
solo si ocurre lo primero se ingresa al segundoaspecto de la audiencia. Para ello co-
mo ya hemos adelantado, el juezdeberá ser sumamente cuidadosay equilibrado y
sin pasar la raya que le impide ingresar a analizar la pertinencia o dirección que lá
Fiscalía le ha imprimido a la investigación determinar la probabilidad de éxitoque
dicha acusación podrá tener en un juicio oral y público y si existe al menos alguna
posibilidad que la acusación prospere en el juicio deberá habilitar la apertura del
mismo.
Claramente, como decíamos párrafos más arriba, nada tiene esto que ver con el
análisisque hace un juez de instrucción en un procesamiento y por eso lo desacer-
tado de la redacción de los arts. 304 del CPPLPy 298 del CPPCh, en los que se le im-
pone al juez la constatación de la probabilidad de que el acusado es autor del he-
cho punible0 partícipe en él. Ello así, por cuanto en estos sistemasadversarialeslo
que se le acerca al juez de la etapa intermedia en esta audiencia es tan solo eviden-
cia que ha sido colectada por alguna de las partes y no se transformará en prueba
hasta tanto no sea producida ante la presencia de los jueces o jurados del juicio.
LA ETAPA INTERMEDIA EN LOS NUEVOS SISTEMAS ADVERSARIALES ... 247

Razón por la que no corresponde que los jueces intenten constatar probabili-
dad alguna en virtud de información que no ha pasado los filtrosque la audiencia
implica y por el contrario deberán ejercitar su práctica para lograr ser precisosy cui-
dadosos en calibrar la entidad de la promesa que hace la Fiscalía o la querella de
que el hecho será probado en el juicio.
Por su parte, el segundo aspecto de la audiencia resulta también sumamente
importante, porque requerirá de los mayores esfuerzos de las partes para litigar
cuálesserán lasevidenciasque serán admitidasen el juicio oral. Para ello el juezdel
foro cuenta con la pertinencia y la vulneración de garantías constitucionales en su
obtención, como estándares que le permitirán definir a cuáles permite ingresar al
juicio y a cuáles no.
Por último, estimo pertinente señalar con relación a este artículo que en esta
audiencia también el juez
. podrá aceptar las convenciones probatorias que las par-
~

tes le propongan, nosiendo criticablesino más bien aconsejable la proactividad del


juez en este sentido, en tanto no podemos olvidar que la presente etapa también
persigueel saneamiento y el pulido de lascuestiones controvertidas para permitir
a los jueces o jurados una concentración mayor durante el juicio en los temas im-
portantes.
Art. 168.- "Apertura a juicio. Si eljuez dispone la apertura a juicio resolverá sobre
las siguientes cuestiones:
1 ) El tribunalcompetente para interveniren eljuicio oral.
2 ) La acusación admitida.
3) Los hechos que se dieron poracreditados en virtud de las convencionesprobato-
rias.
4) Las pruebas que se admiten para suproducción en eljuicio.
5) La mención de las pruebas rechazadas y los fundamentos del rechazo.
6 ) Le ordenará a la Oficina ludicial que fije la fecha de audiencia de selección de ju-
rados para constituir el tribunal de jurados.
Eljuez también ordenará la remisión a la Oficinaludicialdelauto de apertura a juicio
y las evidenciasy documentosadmitidos. Las demás constancias que las partes hubie-
ren acompañado durante elprocedimiento lesserán devueltas".

Finalmente, respecto a este último artículo de la etapa preparatoria o de con-


trol de la acusación, poco queda por decir luego de todo lo hasta aquíseñalado, sin
perjuicio de ello estimo necesario reiterar que la trascendencia del auto de apertu-
ra de juicio oral se vincula fundamentalmente a la admisión de la acusación y por
ende a la fijación del hecho, la calificación legal y la determinación de las pruebas
que serán ventiladas en el juicio.
Por último, vale la pena señalar que, si bien en todos loscódigosel auto de aper-
tura es irrecurrible, como señalan algunos códigos, en la medida que un motivo de
impugnación de la sentencia (sobretodo en losjuicios por jurados) resulta el recha-
FRANCISCO MARULL

zoarbitrariode medidas de prueba que pudieran haber cambiado el resultado del


juicio (art. 233, inc. 2")18, resultaríaconveniente, comoestableceel art. 167, último
párrafo, y el Código de Neuquén en su art. 172, último párrafo, ante el rechazo de
una prueba, dejar constancia de la reserva de impugnación de la sentencia.

5 4. Conclusión
Para cerrar estimo pertinente destacar que la etapa intermedia o decontrol de
la acusación en los nuevos códigos adversariales aún no se encuentra valorada y
considerada con el cuidadoy laatención que requiere. En ellose poneen juegoque
volvamos a lograr con ella lo mismo que se consiguió con la crítica de la instrucción
de los códigos mixtos. Vaya entonces el presente aporte, que tan solo resulta una
aproximación, a intentar evitar que se impongan las prácticas de la cultura del trá-
mite a los objetivos políticos de los nuevos ordenamientosvigentes.

l8 "La arbitrariedad de la decisión que rechace medidasde prueba, contra la cual se hubiese
hecho la correspondiente reserva en la oportunidad del rechazo, de modo que se hubiera cerce-
nado el derecho de defensa en juicioy condicionado la decisión del jurado".
CAP~TULOIV
EL JUICIO
Aspectos generales de la regulación del juicio
FERNANDO ÁVILA *

5 1. Introducción
Detrás del debate por la reforma procesal hay, en última instancia, un debate
por el poder. El diseño y la implementación de una profunda reforma procesal pe-
nal imponeel replanteo del modelo de administración de justicia adecuado para el
sistema político en el que pretendemos vivir.
La vocación de transformación y posibilidades de éxito de una reforma puede
ser leída a través del modo en que se regula el juicio penal.
Es que no se trata solo del anuncio grandilocuente de la implementación de la
oralidad sino del diseño deverdaderosesquemas normativosque contemplen una
serie de previsiones mínimas para orientar las prácticas de los operadores hacia la
construcción de modelosde justicia para una república democrática.
Dejando a un lado los debates en torno al uso de las categorías inquisitivo-acu-
satorio', podemos afirmar que en un modelo de justicia respetuoso de los dere-
chos humanos, orientado a la pacificación y la gestión de conflictos sociales y no a
la simple represión de infracciones, quetenga en consideración la eficiencia junto
a mecanismosde reorientación de la selectividad penal, es esencial que el juicio se
construya como un escenario de plena oralidad que garantice la inmediación, la
imparcialidad, la publicidad y la contradicción2.

* Miembro de la Asociación Pensamiento Penal. Abogado (UNT). Especialista en Derecho


Penal (UNR). Auxiliar Letrado en el Tribunal Oral Criminal no 1 Necochea.
' Langer, La larga sombra de lascategoríasacusatorio-inquisitivo. en "Derecho Público",
no32,2014, ps. 18 a 34; Bachmaier Winter, Sistemasprocesales: la hora de superar la dicotomía
acusatorio-inquisitivo. en "IUS. Revista del Instituto de Ciencias Jurídicas de Puebla", A.C. 24,
2009, p r 172 a 198.
Binder, "Elogiode la audiencia oral y pública", en Rojas, Derechoprocesalyteoría gene-
raldelderecho. 2015, ps. 111 a 131.
FERNANDO AVILA

El juicio puede presentarse como oral, o como la parte acusatoria del proceso3,
pero mientras no existan previsiones (y prácticas) claras en esa dirección, la orali-
dad no será más que una puesta en escena que convalida e invisibiliza prácticas
propiasdesistemas procesalesvetustos, que no cumplen con postuladosde justicia
fundamentales.
El nuevo Código Procesal Penal de Río Negro abandona la falsa oralidad del jui-
cioque rigióconel Códigoanterior4,dondeel juicio noera másque un procesofor-
mal (ni tan público ni tan oral), un simple espacio para la reproducción de lasactas
y las piezas escritaselaboradasen la etapa de instrucción, y en su lugar propone un
diseño normativo acorde a las nociones señaladas.

5 2. Característicasgenerales
El juicio oral y público se encuentra regulado en el Libro Cuarto. Esta etapa se
abre una vez que el control de la acusación de la etapa intermedia concluye con la
decisión jurisdiccional de abrir a juicio el proceso (art. 168).
En términosgeneralesseadvierten la notabledesformalización y simplificación
de la etapa, regulada en cincuenta y cinco artículos, incluyendo el juicio por jura-
dos, contra los más de setenta que se destinaban a la misma cuestión en el Código
anterior5. Esto obedece a una concepción global que prioriza el litigio por sobre el
trámite.
La etapa de juicio puede verse contaminada por arrastre, por las continuidades
inadecuadasentre la etapa de investigación y la de debate. Aquíencontramosuna
primera característica esencial que podría pensarse como de saneamiento o, en ri-
gor, de preservación de la imparcialidad: es el juez que dispone la apertura a juicio
el que decide en ese acto sobre la pertinencia y admisibilidad de la prueba ofreci-
da por laspartes, y deberemitiralaOficinaJudicial únicamenteladecisióndeaper-
tura más la mención de la prueba admitidas. No hay (ni debe haber) en esa comu-
nicación elementosque puedan contaminar o predisponer al tribunal.

Los modelos mixtos se caracterizan por una etapa de instrucción más acorde a los prin-
cipios inquisitivos-escrita, secreta, a cargode un juez que investiga y resuelve,formalista-se-
guida por un juicio oral que se supone acusatorio, aunquecontaminado fuertemente por la ins-
trucción precedente Maier, Derecho rocesal penal. t. l. "Fundamentos", Zaed., 2004, p. 334y si-
guientes.
Ley provincial 2107, sancionada el 1819186y promulgada el 9110186
Esta economía es posible entre otras cosas por abandonar la tendencia de losviejos códi-
gos a un despliegue de autoridad en manos de los jueces (poder de policía y disciplina con posibi-
lidad de ordenar hasta el arresto de asistentes, uso de la fuerza pública para hacer comparecer a
las partes, etcétera).
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

La Oficina Judicial sorteará a losjueces profesionaleso losjuradosquedeban in-


tervenir6, y además será la encargada de organizar el juicio, pudiendo convocar a
las partes a una audiencia con esa exclusiva finalidad (art.169).
Otra de las novedades más importantesdel nuevo CPPRNes la participación ciu-
dadana en la administración de justicia mediante el juicio por jurados, adecuando
finalmente la legislación a lo establecido por la Constitución Nacional (arts. lo, 18,
24,33,75, inc. 12 y 118) y la misma Constitución de Río Negro (art. 197). El diseño
prevé el derecho de las personasacusadasdeun delito a ser juzgadas por sus pares,
en un jurado clásico (no escabinado), para los delitos másgraves7.
Adiferenciadeloquesucedíacon el art.335delviejoCPPRN,ahoraseprevéuna
fecha límite para concretar el debate. Este no podrá iniciar antes de diezdías pero
tampocodespuésdedos mesesdesdequese reciban lasactuaciones. Sin dudas que
esta decisión es saludable porque colabora con la necesaria agilización de los pro-
cesos. Recordemos aue las excesivas demoras en la administración de iusticia tie-
nen una doble incidencia: violan el derecho de toda persona a ser juzgada en un
plazo razonable8y es uno de los factores que inciden en la deslegitimiación social
del poder ~ u d i c i a l ~ .
El debate propiamente dicho inicia con la exposición oral de las partes (art. 176)
de sus líneas de trabajo (acusación y defensa). Se trata de un momento relevante
porque las partes presentan su teoría del caso ante el tribunal que tomará contac-
t o por primera vez con los hechos y antecedentes. Los litigantes deben transmitir
de modo convincente, efectivo y simple cuál es su mirada sobre el caso y cómo de-
ben mirar las pruebasquesevan a ofrecer. Implica presentar una hoja deruta para
transitar el debateT0.

De acuerdo al art. 26 del nuevo CPPRN, el foro de jueces penales tiene tresfunciones: ga-
rantías, tribunal dejuicio y revisión. El juicio puede ser unipersonal. colegiado oporjurados. El tri-
bunal de juicio será unipersonal cuando sean juicios por delitos de acción privada, o donde la pe-
na prevista por el fiscal sea de hasta tres años. Si la pena essuperiora lostresaños, el tribunal será
integrado por tres jueces sorteados. Si la pena es superiora doce años, el tribunal será integrado
porjurados.
Un capitulo especificotratará la regulación del juicio porjurados en el nuevo CPPRN
Ari. 8'. CADH.- "... Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable ... ".
Una de las construcciones más nocivas para una administración de justicia ágil, ha sido la
de los plazos meramente ordenatorios. Pastor, El plazo razonable en el proceso del estado de de-
recho, 2002, p. 433 y ss. En el CPPRN el incumplimiento del plazo tiene consecuencias directas. El
Código regula especificamente un plazo de duración máximode todoel proceso (art. 77). efectos
del vencimiento de los plazos(art. 70) y reglas para lasquejas por retardo (art.78).
'0 Baytelman - Duce, Litigaciónpenal. Juicio oralyprueba, 2006.
FERNANDO AVILA

La lógica de un sistema de cortecontradictorio y netamente oral implica unava-


riación sustancial en la producción probatoria. La prueba es de las partes y solo es
válida y admisible las que propongan y produzcan en audiencia (con limitadas ex-
cepcionesrespectoa laadrnisibilidadde pruebaescrita). EneI casode la pruebates-
timonial, los jueces tienen absoluta prohibición para formular cualquier clase de
preguntas (art. 180) y la producción del testimonio se encuentra sometida a espe-
cíficas reglas de examen y contraexamen 'l.
El éxitodelaspartesen un procesodeestascaracterísticasdependeen muy bue-
na medida de las capacidades de litigación. El tribunal del juicio llega a la audien-
cia sin estar contaminado previamente por haber decidido sobre la admisibilidad
de la prueba para el juicio, no tuvo contacto con un expediente que ahora es ine-
xistente, y tampoco puede producir prueba ni interrogar a los testigos.
Por el diseño del foro de jueces, que son sorteados en cada ocasión, se recupera
la deliberación como momento importante de la garantía constitucional del juicio
previo12. Ya no existen los tribunales de integraciones estables, donde los jueces
que trabajan juntos hace años y no necesitan debatir o representar una delibera-
ción secreta sobre las cuestionessometidas por las partes.
Del mismo modo, la conformación de una Oficina Judicial que llevará acabo las
tareas administrativas y de organización libera a los jueces para que destinen su
tiempo solamente a la función jurisdiccional.
Frente a este panorama, las partes deben optimizar el uso de recursos y estrate-
giasde litigio para convencer al tribunal sobresu caso.
Losalegatos finalesson el momento más relevantede la litigación, el momento
donde las partes presentan susconclusionesaltribunal, pero nose trata de una me-
ra petición. En primer lugar debe ser oral y no pueden leerse memoriales(art. 188),
pero además y de modo más importante, es la herramienta para convencer al tri-
bunal de la teoría del caso, y esto es posible solo en la medida en que seentienda la
litigación como proceso complejo y continuo, donde el alegato final opera como
espacio desíntesis, dotando de unidad y coherencia al relato construido a lo largo
del proceso a partir del alegato de apertura y de la producción de p r ~ e b a ' ~ .
El art. 192 establece otros límites en la demarcación de los rolesen el proceso. La
sentencia del tribunal se encuentra limitada absolutamente por la acusación. No
puedevariar los hechos, no puedevariar la calificación (salvo en beneficio del acu-
sado), no puede imponer pena más grave que la solicitada por la acusación y no
puede condenar si la acusación se retira.

l1 Las técnicas de examen y contraexamen de testigos serán tratadas en un capitulo especi-


fico.
l2 Binder, Introducciónalderechoprocesalpenal, 2"ed.. 1999, p. 119.
l3 Baytelman - Duce, Litigaciónpenal.Juicio oralyprueba, 2006.
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓNDELJUICIO

Es destacable el diseño de un juicio común dividido en dos partes: una destina-


da a comprobar la existencia del hecho, la calificación legal y la responsabilidad del
imputado, y otra -dependiente de la primera- destinada a determinar la pena
(art. 173).
El juicio abreviado puedeacordarsedurante la etapa preparatoria ytienecomo
límite la pena de diezañosde prisión. La novedad esquese permiten acuerdos ple-
nos o parciales (art. 217). Este implica un acuerdo entre las partes respecto a los he-
chos pero somete a juicio la cuestión de la pena.
Por último, se prevén normasespecialespara losjuicios en casosdedelitoscom-
plejos. Son losque por la pluralidad de hechos, el elevado número de imputados o
víctimas, o por tratarse de casos de delincuencia organizada, tornen dificultosa la
investigación (art. 219). El mecanismodepende del pedido de las partesy extiende
los plazos establecidosen el Código para cada etapa.

5 3. La efectiva oralidad
Podría suponerse que el juicio oral no es una novedad porque el viejo Código
Procesal Penal deRío Negro ya contenía un debatede esascaracterísticas.Sin embar-
go, como veremos, la oralidad de ese tipo de sistemas es una oralidad degradada.
La noción de juicio oral hace referencia a un diseño mucho más complejo y pre-
ciso que la mera oralidad prevista (también) en los sistemas inquisitivos mitigados
o mixtos, donde el debate oral es el espacio de manifestación deformas predomi-
nantemente acusatoriasT4.
Los diseños inquisitivos reformados proponen en realidad un falsa o pseudo ora-
lidadT5.Son tantos losvasos comunicantesqueexisten entre la instrucción y el deba-
te y entreel investigador y el juzgador, queel juicio en mayor medida es una ratifica-
ción de lo actuado, aún cuando se respete la apariencia de debate contradictorioT6.
El proceso acusatorio y contradictorio es incompatible con una oralidad acota-
do. En este sentido, Ferrajoli afirma que las garantías de la publicidad y la oralidad
pueden ser admitidas sin términos medios solo cuando se ingresa sin reservas ni
compromisosen lavía del proceso acusatorio puro: "Esclaro que la mediaoralidad
de este sistema de compromiso -instrucción escrita y juicio oral- no tiene mayor
valor que su media publicidad: las declaraciones orales producidas en el juicio es-
tán indudablemente prejuzgadas por lasescritas recogidasdurante la instrucción,

l4 Maier, Derecho procesalpenal. t. l. "Fundamentos", 2"ed.. 2004, p. 453.


l5 González, "La oralidad como facilitadora de los fines. principios y garantías del proceso
penal", en La implementación de la reforma procesalpenal, 1996.
l6 Bachmaier Winter, Sistemasprocesles: la hora de superarla dicotomía acustorio-inqui-
sitivo. en "IUS. Revista del lnstitutode Ciencias Jurídicas de Puebla", A.C. 24,2009.
FERNANDO AVILA

de lasquea menudo terminan por ser una confirmación ritual (...) asíse ha privado
de contenido asimismo a la publicidad del juicio, reduciéndola a simple puesta en
escena del material probatorio recogido con anterioridad" 17.
Un rápido repaso del repertorio de facultadesqueseacuerdan al tribunal en un
debate oral dentro de un sistema mixto quizá ayude a comprender cómo se bana-
liza y desnaturaliza la esencia de la oralidad: el juez puede proponer pruebat8, in-
terrogar testigoslg, disponer el orden en que se produce la prueba20,o reabrir el
debate de oficio para recibir nuevas pruebas2'.
Algosimilar sucede con las reglasquedesmantelan el litigioy la publicidad, admi-
tiendo por ejemplo la introducción masiva de prueba producida durante la instruc-
ción por su lectura22.Este fue uno de losvicios que comprometió el funcionamiento
de losjuicios orales23.Lo mismo seadvierte en el inicio del juicio con la lectura de la
requisitoriafiscal y la indagatoria al imputado, restandoasítoda incidencia aestra-
tegias de las partes.
Entonces, cuando hablamos de juicio oral, no hablamos de la mera afirmación
de la oralidad como un esquema marco de desarrollo de la etapa del debate, sino
del juiciooral pleno quegarantiza un debatecontradictorio y público dondequien
dicta la sentencia es unla juezla imparcial que percibió directamente la prueba
ofrecida por las partes24.

g 4. icentralidad del juicio?


No existe duda respectoa que no hay sistema procesal que lleve (o pueda llevar)
a juicio oral todos loscasosque ingresan en su horizontede intervención. Ni siquie-
ra puede hacerlo en la mayoría de los casos.
Esta realidad evidentedel funcionamientodela maquinaria punitiva estatal en
cualquier región, puede ser verificada a partir de la notable diferencia que existe
-sin considerar la cifra negra y los problemasvinculados a la realización del pro-

l7 Ferrajoli, Derechoyrazón. Teoría delgarantismopenal, 9"ed.. 2009, ps. 619 a 622


l8 Arts. 332y 333 del viejo CPPRN.
l9 Art. 365 del viejo CPPRN.
20 Art. 358 del viejo CPPRN.
21 Art. 373 del viejo CPPRN.
22
Art. 331,367 y 368 del viejo CPPRN.
23 Maier, Derechoprocesalpenal.t. l. "Fundamentos". 2"ed.. 2004, p. 658.
24 Binder, Diez tesis sobre la reforma de la justicia penal en América Latina, en "Revista Cu-
bana de Derecho". 11, dic. 1996, ps. 138a 151.
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

grama decriminalización ~ r i m a r i a ~ ~ - e n tla


r ecantidad de procesos iniciados y la
cantidad de procesosqueconcluyen en juicio
Pesea esta marginalidad del juicio, en losestudiossobre procesosde reforma se
desarrolló la noción de centralidaddeljuicio para referirseal juiciooral como laca-
racterística esencial deun sistema procesal para una justicia republicana, respetuo-
-
sa de las qarantías individuales. Como un instrumento conductor o facilitador de
otros principios y garantías esenciales2'.
En palabrasde Binder28,"...sin juicio oral y pulblico no hay un sistema de justi-
cia penal republicano, de base constitucional y fundado en los pactos internacio-
nales de derechos humanos. Sin establecer el juicio oral y público no se puede co-
menzar siquiera a hablar decómo dejar atrás la tradición inquisitorial".
El verdadero juicio oral(no aquel que proponen los sistemas mixtos) opera co-
mo centro degravedad del proceso acusatorio y contradictorio porquetiene una
función múltiple: actúa como una estructura de comprensión del proceso, por-
que fortalece el sistema de garantías; como estructura de construcción del proce-
so, porque ordena a las etapas anteriores y posteriores; como estructura de legi-
timidad del proceso, porque legitima la figura del juez; como estructura de ges-
tación depoder, porque es condición positiva de la independencia judicial; y ade-
más como estructura de absorción, porque permite la institucionalización del
conflicto posibilitando las funciones pacificadoresdel Poder Judicial y el derecho
en
Sin embargo, me gustaría detenerme sobre una cuestión. Titulé de modo inte-
rrogativo este apartado porque entiendo que la centralidad deljuicio es, a pesar
de todo, un concepto limitado. Quizá corresponda sustituirlo (o complementarlo)
por una noción que abarque otros sentidos (y elimine confusiones) vinculados al
derecho penal mínimo y la construcción de reacciones estatalesorientadas a la pa-
cificación, que contemplen el juicio como un espacio excepcional para causas com-
plejas y de gravedad.

25 Zaffaroni -Alagia -Slokar, Derechopenal. Partegeneral, 2"ed.. 2002


26 Véase por ejemplo las conclusiones del informe especial de la Oficina de Estadísticas del
Poderludicial de la Nación. "2012:Veinteañosdel Sistema Penal Oral Nacional. La actividadde los
Tribunales Orales en el SigloXXI", disponible online en www.pjn.gov.ar/07-estadisticasltrabajos-
esp.htm.
27 González. "La oralidad como facilitadora de los fines, principios y garantías del proceso

penal", en La implementación de la reforma procesalpenal, 1996.


28 Binder, "Elogio de la audiencia oral y pública", en Rojas, Derechoprocesaly teoría gene-
raldel derecho. 2015.
29 Binder, Diez tesissobre la reforma de la justicia penal en América Latina, en "Revista Cii-
bana de Derecho", 11, dic. 1996, ps..
FERNANDO AVILA

Lacentralidad del juicio no deja de ser una herramienta útil para la construcción
de reformas procesalesque impulsan sistemas acusatorios, pero deja en un segun-
do plano la cuestión vinculada al modo de comprensión de los conflictos sociales y
el rol de la justicia penal como instrumento de pacificación.
Pensar la reforma procesal de la región a partir de una afirmación tajante del
juicio oral es indispensable para superar la tradición inquisitiva que resiste a partir
de las prácticas de sus operadores. Pero hay muy buenos motivos para repensar
simbólicamente esa centralidad.
El sistema punitivo estatal y su excéntrico despliegue burocrático es inadecua-
doe ineficiente para ocuparse de losconflictossociales. Esto sucede, entreotrasco-
sas, por el derroche indiferenciado de dolor y energía, la despersonalización de los
eventos y fundamentalmente la sustracción del conflicto a las partes30.
A pesar de esta incapacidad natural, los operadores (de los tres poderes estata-
les) insisten obstinadamente en su utilización, incluso frente a fenómenos que re-
quieren de una mayor responsabilidad estatal debido a su extensión y arraigo en
la cultura social.
La construcción desociedades máspacíficasdependetambién del modo en que
el Estado se posiciona frente a los conflictos. El nuevo CPPRN se construye a partir
de ese ideal3' y ofrece una serie de medidas alternativas al juicio propia-
mentedicho, desuma utilidad en estesentido.
Pensar al juicio como excepción y no como centralidad, en estesentido también
tieneuna función relevanteen latareadecontencióndel impulso i n q u i ~ i t i v oPe-~~.
ro aún másallá, porque la restitución del conflicto a las partes implica no solo des-
mantelar la cultura del trámite que opaca los dramas detrás de cada conflicto hu-
mano que atrapa el sistema, implica también una comprensión de lo social que ex-
cede incluso a la misma disputa inquisitivo-acusatorio.
Esta reformulación aporta herramientaspara la reorientación de la dolorosase-
lectividad penal e impone el uso desalidas de baja intensidad aflictiva para los ca-
sos de menor cuantía. Esto es particularmente importante en esquemas donde la
cárcel siguesiendoeltipodecastigoporantonomasia. UnavezqueunconflictoIle-
ga a un juicio las salidas posiblesson binarias (absolución o condena) y en este últi-

30 Christie. "Los conflictos como pertenencia", en AA.W., De los delitos y de las víctimas,
1992. ps. 157a 182.
31 El art. 14demodoexplicitodemanda una mirada pacificadoradelosoperadores: "Losjue-
cesy fiscalesprocurarán la solución del conflicto primario surgidoa consecuencia del hecho, a fin
de contribuira restablecerla armonía entre sus protagonistasy la pazsocial".
32 Porejemplo las reglas de disponibilidad de la acción del art. 96.
33 Binder, "La fuerza de la inquisición y la debilidad de la República", en Laimplementación
de la nueva justicia penal adversarial. 2012.
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

mo caso, mientras la legislación no ofrezca un abanico variado de respuestas no


violentas a los juzgadores, la cárcel seguirá siendo el destino habitual para el por-
centaje mayor de los sujetos captados por las agencias punitivas estatales.

5 5. Precisando el rol del tribunal en el juicio


Algunas cuestionesvinculadas al rol de quienes sean eventualmente sorteados
como jueces y juezas para integrar un tribunal de juicio requieren una particular
atención.
El juicio en un proceso acusatorio y contradictorio se sostiene sobre una fuerte
delimitación de roles de las partes y el tribunal. Hay coincidencia en los grandes
principios que informan un proceso penal de estas características: el juzgador de-
be ser imparcial, el impulso de la acción le corresponde a la acusación, el juicio de-
be ser oral, público y contradictorio. Sin embargo, estos postulados claros suelen
perder fuerza y desdibujarse o atenuarse en el contacto con la realidad y la tradi-
ción inquisitiva quedistorsiona las prácticasde losoperadores.
Así, en general, podríadecirsequequienesoficiandejuecesojuezasen el tribu-
nal de juicio no deben tener contacto previo con la prueba de las partes y tampoco
pueden suplirfalenciasen susestrategias.de litigación. Lógicamente, el tribunal no
debe involucrarse con las posicionesde los litigantes, ni preguntar a lostestigos, y
menos aún reabrir el debate una vez concluido para impulsar algún tipo de prue-
ba, ni producirla de modo autónomo o de oficio. Tampoco pueden exceder el pe-
dido de pena formulado por la acusación ni condenar en ausencia de esta.
Algunas de estas precisiones ya formaban parte de la práctica tribunalicia en
función de decisionesjudiciales que marcaron Iímitesestrictos. Pero otrassupieron
encontraron ingeniosas construcciones argumentales para sobrevivir a los inten-
tos por precisar el rol de los juecesdeacuerdo a los limitesque impone nuestro di-
seño estatal.
Antesde la entrada en vigencia del nuevo CPPRN, el Superior Tribunal de Justicia
de Río Negro tuvo la oportunidad de pronunciarse sobre algunas de estas cuestio-
nesen diversossentidos.Así, mientrasque por un lado rechazó la posibilidad decon-
denar en ausencia d e a c ~ s a c i ó na~tono
~ , con los precedentes "Mostaccio", "Tarife-
ño", "García", "Cattonar", "Montero" y "Cáseres" de la CSJN, por el otro afirmó35
queeraválido queel juzgador aplique penas máselevadasque las requeridas por la
acusación, convalidó la posibilidad de que los jueces formulen preguntas en el de-

34 STRío Negro, SE. 188115. "D'A., J.A.; S., J. B. s1Robo agravado porel uso de arma defuego,

portación ilegal de arma de usocivil s/Casación". expte. 27553114STJ. del 2311 1115.
ST Río Negro, SE. 50114, "C., C.A.; C., Y. M. y N,, N. N. Y'Robo agravado sllnconstitucionali-
dad s/Casación", expte. 26574113 STJ, del 9/4/14.
FERNANDO AVILA

bate36,oque impulsen la producción de prueba o reabran el debate con esa inten-


~ i ó enn función
~ ~ de lo establecido por el viejo Código Procesal.
El nuevo Código viene a marcar límites insuperables en estos aspectos. Sin em-
bargo, es sabido que los cambios en las prácticas no se alcanzan solo con reformas
normativas.
Los procesos de reforma suelen encontrar un obstáculo importante en la tradi-
ción y la inevitable fuerza que lasviejas prácticasejercen en su afán de superviven-
cia. Esta resistencia al cambio toma cuerpo -habitualmente- en los espacios no
regulados o en las rebuscadas interpretaciones n ~ r m a t i v a s ~ ~ lasque
c o n losopera-
dores facilitan que lasformassacralizadas, los ritos y las costumbresde la vieja cul-
tura organizacional, se reinventen y mantengan su i n f l ~ e n c i a ~ ~ .

a) El tribunaly el contacto previo con la prueba

Los jueces y las juezas no gozan (y no deben hacerlo) del consenso de la mayo-
ría, pero sí deben contar con la confianza de las partes involucradas en el conflicto
en el quedeben intervenir como terceros40.
La garantía de imparcialidad4' -elemental para el estado de derecho- exige
que un caso sea decidido por un tercero ajenoal mismo. Para lograr la intervención
de jueces libres de prejuicios y sometidos a la ley en la decisión de un caso, se consi-
deran tres aspectos: a) independencia de todo poder estatal, para evitar injeren-
ciasindebidas; b) principiodeljueznatural, paraevitar la manipulación de lacom-
petencia, y c) imparcialidad frente al caso, que es la que aquí nos interesa y tiene
en cuenta la relación del juez o jueza con el caso concreto, que debe ser apartado
en casode parcialidad. Esta garantía nodal estan relevante que incluso extiendesu
protección frente al temor de las partes de p a r ~ i a l i d a d ~ ~ .

36 S T Río Negro, SE. 26/10, "F., A. 0 . s1Promoción de la corrupción de menores en c. ideal con
abusosexual con accesocarnal reiteradoy producción de imágenes pornográficasen queexhibie-
ran menores, reiterado y R., F. A. slPromoción de la corrupción de menores en concurso real con
abuso sexual con acceso carnal mediando una relación de dependencia sICasación", expte.
23882109 STJ, del 17/3/10.
37 S T Río Negro, SE. 88/12, "P., R. O. gAbuso sexual con accesocarnal tres hechos en c.r. s/Ca-
sación", expte. 25835112 STJ, del 11/5/12.
38 Muchasveces, sinotodas, reñidas con los principiosde interpretación restrictiva y pro ho-
mine.
39 Binder - Obando, De las "repúblicasaéreas"al estado de derecho, 2004
40 Ferrajoli, Derechoy razón. Teoría delgarantismopenal. gaed., 2009. p. 581
41 Con presencia en diferentes normas internacionales: arts. 26 de la DADH, 10 de la DUDH,
8"de la CADH, y 14 del PIDCP, todos de jerarquía constitucional (art. 75, inc. 22, CN).
42 Maier, Derechoprocesalpenal. t. l. "Fundamentos". 2aed., 2004, p. 739 y siguientes.
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

El nuevo CPPRN, en sus arts. 31 y 33, contempla el temor de parcialidad como


motivo para apartar a un juezo jueza, cuando las partes alberguen dudasrazona-
blesacerca de su imparcialidad frente al caso43.
Una de lastantas manifestacionesde esta garantía esque el juzgador debe Ile-
gar al debate sin haber tenido, previamente, contacto con la prueba44.
En loscódigos inquisitivosm%gados, como el anterior de ~ í Negro,
o o el vigente
en provincia de Buenos Aires, los miembrosdel tribunal del debate son quienes tie-
nen la potestadjurisdiccional paradecidirqué pruebaspodrán ser utilizadaseneljui-
cio. Este esquema genera una indudablecontaminación (o al menossu posibilidad).
El nuevocódigo Procesal Penal prevé, comovimos, queun miembrodel forode
jueces sorteado para actuar en la etapa intermedia en el control de la investiga-
ción, es la misma persona que decidirá sobre la prueba que será admisible para el
juicioqueIlevaráadelanteun tribunal con integración distinta. Esdecir, el juezo la
jueza que resuelve sobre la admisibilidad o exclusión de la prueba que las partes
proponen para el debateoral no intervendrá en el juicio.
La importancia de esta separación tajante se hace evidente en el juicio por jura-
dos donde el mero contacto previo de uno de miembros del jurado con material
probatorio de la causa antesdel juicio habilita su recusación.
Es prudente precisar una cuestión sobre el art. 168del nuevo CPPRN, que en su
último párrafo establece: "... Eljuez también ordenará la remisión a la Oficina Ju-
dicialdelauto de apertura ajuicio y lasevidenciasy documentos admitidos. Las de-
más constancias que las partes hubieren acompañado durante e l procedimiento
lesserán devueltas.. .".
Cuando la norma se refiere a la remisión por parte del juez del auto de apertu-
ra a juicio y las evidencias y documentos admitidos a la Oficina Judicial, lo que re-
quiere es que se remita la decisión de apertura que debe contener, sin excesos, lo
estrictamente señalado por la norma (el hecho imputado, la convenciones proba-
torias, el listado enumerando la prueba admitida y la rechazada). La mención de
evidenciasy documentos en modo alguno hace referencia a las piezasfísicas.

Esta conclusión se impone a partir de un análisis global en dos sentidos depen-


dientes.
1. No puede entenderse otra cosa si nos mantenemos dentro del marco de un
proceso trazado bajo la impronta acusatoria. La separación estricta que es-

43 Aunque debe recordarse que la CSJN ya había reconocidoque " ... no existe óbice alguno

para quecomo regla procedimental en consonancia con la garantía. se interpreteel temorde par-
cialidad como un motivo noescritode recusacióndel juezy afavor del imputado ..." (CSJN-Fallos,
328:3773).
Bovino, Problemas del derecho procesalpenal contemporáneo. 1998, p. 53.
FERNANDO AVILA

tablece el nuevo Código respecto de la identidad de los sujetos que deben


decidir sobre la prueba que podrá usarse en el juicio no puede ser anulada
o tergiversada por una inadecuada interpretación del artículo.
2. La remisión del art. 168 hacemención soloa un listadode la prueba y noa la
prueba en sí misma es la inevitableconsecuencia de un análisis de los artícu-
lossiguientes. Elart. 169establecequeson lasparteslasque "... procederán
a la citación de sus testigos yperitos, ypresentarán los objetos y documen-
tosadmitidosa juicio ...". Por su parte, el art. 183 regula el ingreso a juicio
de la prueba material y sostiene la idea de acreditación previa. Esta es una
noción propia de los esquemas contradictorios, donde la prueba pertenece
a las partes y no al tribunal. Básicamente, la parte que pretende ingresar
una prueba material deberá acreditarla previamente, esto es, justificar su
origen45.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se presentó una situación particular


que nos permite identificar la evolución de los debatesalrededor de la contamina-
ción del tribunal y la lesión a la garantía de imparcialidad.
En un primer momento, se entendió que era importante que al tribunal de jui-
cio no llegara el expediente de la investigación. Se formaba entones un nuevo le-
gajo que contenía solo la prueba admitida para el debate además de la requisito-
ria de elevación. En un segundo momento, se estrecharon esos límites y asíseafir-
mó queel tribunal no debetener ningún contacto previo con la prueba, por loque
ese nuevo legajo solo debía contener la requisitoria fiscal, el acta de la audiencia
declausuradelaetapa intermedia y unaenunciación de la prueba. Finalmente, en
un tercer momento, se precisó que lo único que debe llegar al tribunal de juicio es
una certificación donde únicamente se relate el hecho y se enuncie la prueba ad-
mitida, ya queel acta de la audiencia declausura y la requisitoriafiscal tiene poten-
cial para contaminar al tribunal de juicio por su característico exceso de informa-
ción sobre el hecho y la prueba.
Esta evolución es importante y se genera en un contexto normativo similar. El
CPPCABA también prevé unaetapa intermediadonde un juezdecide la remisión a
juicio o el rechazo de la acción, y en ese momento además resuelve la admisibilidad
de la prueba que se podrá usar en el debate (a cargo de un juez distinto).
El art. 210del CPPCABA, respectoa la cuestión que nosinteresa, dice: "... Conclui-
do e l acto, ellla juezla remitirá e l requerimiento dejuicio y e l acta de la audiencia,
para que se designe ellla juezla que entenderá en eljuicio. No se remitirá el legajo
de investigación del fiscal ni otras actuaciones que n o sean aquellas que se acordó

45 Baytelman -Duce, Litigación penal. Juicio oraly prueba, 2006


ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

incorporar a l debate y las actas labradas respecto de actos definitivos e irreprodu-


cibles.. .".
Noessorprendenteque losoperadoresjudiciales-cornoyavimos-encontraran
entre las líneas deese texto el modo desostener prácticasde tradición inquisitiva.
En efecto, la interpretación inicial de ese texto, sostenida incluso en una Acor-
dada (la 212009 de la cámara de Apelaciones del fuero penal), derivó en la práctica
deformar un expedientequecontenía el requerimiento deelevación ajuicio, el ac-
ta de la audiencia prevista en el art. 21O y todas las pruebas y10 actuaciones ofreci-
das por las partes y declaradas admisibles por el juez de la etapa intermedia. Este
expediente era remitido al Tribunal de juicio.
Esta modalidad fue controvertida y finalmente el Tribunal Superior de la Ciu-
dad Autónoma de Buenos Aires, en diciembre de 2013, se expidióq6afirmando la
inconstitucionalidad de la remisión de la prueba admitida al tribunal de juicio, y or-
denando que solo se podrá remitir el requerimiento de elevación a juicio y el acta
de la audiencia prevista en el art. 210 del CPPCABA.
En Iíneasgeneralesesta decisión partedel argumentoque permitir esa práctica
implicaría desvirtuar por completo la idea de separación de losjuecesqueadmiten
la prueba y losqueluegojuzgan endebate. Setrata, en definitiva, deconstruirsen-
tidosa partir de los principios que informan el diseño del proceso. Por esoel Tribu-
nal Superior dijoque "... el principioacusatorio como lagarantíade irnparcialidad
exigen una lectura del párr. 2"del art. 210 del CPPCABA más acorde con las demás
n o r i a s que limitan fuertemente la actuación del juez del debate para reforzar el
sistema adversaria1y, a la vez, la imparcialidad del juzgador ..."q7.
Finalmente, en el marco deotra causa y en función de un planteo de la defensa
respecto a la evidente lesión a la garantía de irnparcialidad que implica la sola re-
misión de la requisitoria de elevación a juicio y el contenido completo del acta de
la audiencia de control, porqueen esas piezasconstan invariablemente descripcio-
nes de toda la prueba y valoraciones de las partes, se produce una nueva decisión
judicial que fija pautas másadecuadaspara evitar la contaminación del Tribunal.
Así, en noviembre de 2015, la Cámara de Apelaciones de la C A B A ~estableció
~,
queel juezque Ilevea cabo la audiencia decontrol solodebe remitir alTribunal de
juicio una certificación en la que conste el objeto procesal (descripción de los he-
chos, de acuerdo a la requisitoria de elevación a juicio de la acusación), la enuncia-

46 TSJ CABA, expte. 9443112, "Ministerio Público - Defensoria General de la Ciudad de Bue-
nos Aires iQueja por recurso de inconstitucionalidad denegado en 'Incidente de competencia en
ley 13.944 (recurso de inconstitucionalidad)'".
autos Galantine, Atilio Javier sllnf. art. lo,
47 Ibidem.
48 CPCFCABA, causa 0007223-00-00112. "Suárez,VictorHugodlnfr. ari(s). 149 bis, amenazas.
CP (plL 2303)".
FERNANDO AVILA

ción de la pruebaadmitida y la partedispositivadictadaen la oportunidad de cele-


brarse la audiencia.
La Cámara de Apelaciones extrema así los límites para preservar al tribunal de
cualquier tipo de contacto previo con material de la acusación que pueda afectar
la imparcialidad del juzgador o causar temor en las partes sobre su lesión. Partien-
do de la distinción entre imparcialidad objetiva y los jueces entendie-
ronquesise permitequeeltribunal tome "... conocimientoexantede lateoríadel
caso de la Fiscalía con descripción detallada y motivada de la evidencia en la quese
funda ..."50, no puededecirsequesuperen el testpropuestoy entoncesnoseofre-
cen lasgarantíassuficientes para excluir la duda legítima.
Además señalan que: "... Uno de los requisitosdel sistema representativo repu-
blicano degobierno, es la feen quienestienen a su cargo la administración de jus-
ticia, eliminando en el ámbito desu podertodo loque leafectey disminuya, moti-
vo por el cual es evidente que la remisión del requerimiento de juicio al magistra-
do a cargo del debate afecta su imparcialidad, de allí la tacha de inconstitucional
de la norma en cuestión que postulo, debiendo remitírsele solo un extracto de la
audiencia de admisibilidad de prueba ..."5'.
Esta decisión define de modo preciso el alcance de la imparcialidad respecto a
la prueba. El único modo deafianzar la garantía de imparcialidad es no desvirtuar
la separación tajante entre las personas que juzgan (ya sean jueces profesionaleso
jurados populares) y la actividad previa al inicio del debate. El tribunal no debe sa-
ber absolutamente nada del caso. Ese esel pilar de su imparcialidad.

bJ El tribunaly los limites de la acusación


Los jueces no pueden habilitar más poder punitivo que el que fuera requerido
por la acusación5*. Esta noción elemental de un esquema acusatorio, fue larga-

49 Sobre la distinción entre imparcialidad subjetiva y objetiva, puedeverse la doctrina de la


CIDH: "el juezque intervieneen una contienda particular seaproxime a los hechos de la causa ca-
reciendo, de manera subjetiva, de todo prejuicioy, asimismo, ofreciendogarantilassuficientesde
índoleobjetiva que permitan desterrartoda duda queel justiciableo la comunidad puedan alber-
gar respectode la ausencia de imparcialidad" (CIDH, caso "Barreto Leiva v. Venezuela". sentencia
del 17111/09).
CPCFCABA, causa 0007223-00-00/12,"Suarez,VictorHugos/lnfr.art(s). 149 bis, amenazas.
CP (plL 2303)".
Ibídem.
52 Puedeverseenestesentido. elvoto de losjueces Lorezetti yZaffaronienel caso"Amodio"
(CSJN-Fallos, 330:2658), dondedijeron que deacuerdoal art. 18 de la CNdebenobservarselasfor-
mas sustanciales del juicio que consisten en acusación, defensa, prueba y sentencia. Asíla función
jurisdiccional no puedesustraersedel diseñocontradictorio, y eso impidequese imponga una pe-
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓN DELJUICIO

mente desoída por los tribunales regionales. En rigor, sin importar que diseño pro-
cesal se encuentre vigente, se desprende de la Constitución y las normas conven-
cionalesquequien sostenga la acusación establece el tope máximo de alcance del
reproche (arts. 116 y 120, CN).
El tribunal de juicio solo puede actuar dentro de un marco de decisión acotado
y ese marco es fijádo por la acusación. Cuando se habla de la acusación, no se refie-
re únicamentea la descripción fáctica del hecho. La acusación contiene, además, la
calificación legal y la pretensión punitiva.
La composición plural de la acusación como límite del juzgador es el único mo-
do de dotar deverdadero sentido al principio de contradicción. No puede afirmar-
se el derecho a defenderse en un juicio si no existe posibilidad para el acusado de
expresarse libremente sobre cada uno de los extremos de la i m p ~ t a c i ó n ~ ~ .
Pero, además, si a pesar de exigir que la acusación contenga esosextremosy que
el acusado pueda resistirlos, admitimosque el juzgador decida excediendo el Iími-
te de la acusación en cualquiera de esos sentidos, entonces estamos vaciando de
sentido el derecho de defensa.
El nuevo Código afirma una serie de límites insuperablesen este sentido y deja
atráscualquier debateal respecto54.Así, en el art. 192, demodoexpreso seestable-
ce: a) que la sentencia sólo podrá dar por acreditados hechos o circunstancias con-
tenidos en la acusación; b) que la sentencia no podrá variar la calificación del he-
cho salvo que sea en beneficio del imputado; c) que la sentencia no podrá impo-
ner una pena mayor a la requerida por la acusación, y d) que no se podrá conde-
nar en ausencia deacusación.

CJ El tribunaly la búsqueda de la verdad


Detrásdela actividadjurisdiccional en un debateoral hay siemprealguna noción
de la verdad. Los excesos jurisdiccionales (preguntar a testigos, incorporar prueba
de oficio, reabrir el debate, etcétera) suelen cometerse al amparo de la búsqueda
de la verdad real, objetiva, sustancial de los hechos sometidos a juicio, horizonte
que además se afirma como irrenunciable por el interés público que da sentido al
proceso

na mayor que la solicitada por el fiscal en el juicio. Pero además está en juego el derecho a la or-
fensa, que seve postergado se losjuecesquiebran el equilibrio entre la acusacióny el fallo.

53 Maier, Derecho procesalpenal. t. l. "Fundamentos", 2"ed.. 2004, p. 552.


" Véanse por ejemplo los argumentos de los jueces del Tribunal de Casación Penal de Bue-
nosAiresen el plenariodel 1211UO2enexpte. n06467, caratulado "Fiscal anteel Tribunal decasa-
ción solicita Acuerdo Plenario".
Vélez Mariconde,Derechoprocesalpenal,3aed., 1986.t. II, p. 185.
FERNANDO AVILA

El diseño procesal penal se ve atravesado, de modo ineludible, por la posición


que se asuma respecto a la verdad. Es interesante explorar las implicancias que tie-
ne el esquema deverdad en el diseño y prácticas de un sistema procesal (por ejem-
plo, en la relación de las partes y el juzgador con la prueba y el ejercicio y disposi-
ción de la acción pública).
Para dejar atrás posiciones que se alimentan de la tradición inquisitiva, es im-
portante superar la búsqueda de la verdad histórica objetiva como norte del pro-
ceso y, en su lugar, pensar en modelos de determinación de una verdad formal, li-
mitada por la dignidad del ser humano y losderechosfundamentales56.
Másallá de la postura que se asuma respecto a la verdad en el proceso penal, en
lo que aquí nos interesa, debe dejarseen claro que en un proceso acusatorio y con-
tradictorio el ciudadano que juzga como tercero imparcial frente al conflicto que
presentan las partes, jamás debe buscar la verdad. Esta finalidad, en todo, caso in-
cumbe a quien sostiene la acusación.
Binder57aclara que esta pasividad frente a la verdad quese postula del tribunal
no debe entenderse como falta de compromiso o negligencia. El compromiso del
juez con la verdad debe entenderse sin acudir a la noción de búsqueda. Esto es así
porque a quién debe exigírsele la verdad es a los acusadores. Son estos quienes, en
el marco de un sistema adversaria1y acusatorio, deben probar laverdad desusacu-
saciones. Así, el rol del juzgador no es la búsqueda de la verdad. Esta se le exige a
quienles sostengaln la acusación.
Los jueces o juezas solo podrán cumplir con su rol de terceros imparciales fren-
te a un conflicto de partes, si se relacionan con la verdad procesal de un modo reac-
tivo y no proactivo. Su función es, frente a la propuesta de la acusación, decidir so-
bresu admisibilidad, previo control de esaverdad. Control queseexpresa en loses-
tándares p r o b a t o r i ~ s teniendo
~~y siempre en cuenta que la presunción de inocen-
cia opera como una cláusula de cierre.

5 6 El juiciosobre la pena
En el momento de la determinación de la pena queda al desnudo otra de las
pantomimas que proponen algunas prácticasjudiciales. Duranteel debate las par-
tes no destinan verdaderos esfuerzos a racionalizar y justificar o resistir el pedido
de pena (usualmente esta tarea no ocupa más que una pequeña mención del ale-

== Bovino, "Juicioy verdadenel procedimiento penal",enAA.W., Estudiossobrejusticiape-


nal, 2005.
Binder, "Elogio de la audiencia oral y pública", en Rojas. Derechopmcesaly teoría gene-
ral del derecho, 2015.
Schiavo, Valoración racional de la prueba en materia penal. 2013.
ASPECTOS GENERALES DE LA REGULACIÓNDELJUICIO

gato de clausura). En las sentencias de condena, luego de tupidas consideraciones


sobreel hecho y otrasdisquisicionesdogmáticas, vamosa encontrar unos pocos pá-
rrafossobre la determinación de la pena. Líneasque, en rigor, están allí para cum-
plir con la exigencia normativa y dar algún soporte a una decisión que se constru-
ye con total discre~ionalidad~~.
Esta escasa representación de la determinación de la pena contrasta con su in-
dudable relevancia como manifestación máxima y tangible del poder punitivo es-
tatal. Posiblemente sea la pena el eje central sobre el que se estructura toda la di-
námica punitiva estatal y, sin embargo, nunca se asignó en los ámbitos correspon-
dientes (academia, fallos judiciales, proceso penal) la atención que merece60.
Losarts. 173 y 174 del nuevo CPPRN prevén que el juicio penal (sea con tribunal
profesional o por jurados) se divida obligatoriamente en dos partes. La primera es-
tará destinadaa tratar lo relativoa laexistencia del hecho, sucalificación y la respon-
sabilidad penal del acusado. La segunda destinada a la individualización de la pena.
Esta segunda etapa (juicio sobre la pena) inicia a los cinco días de concluida la
primera, plazo en el que las partes deberán ofrecer la prueba que usarán (y deba-
tir eventualmentesobresu admisibilidad ante otro juez).
El nuevo diseño propuesto, en la medida en que obliga a un debateauténtico y
autónomo respecto a la pena, es un aporte sustancial en la búsqueda de coheren-
cia y debida fundamentación de loscastigos6'.

5 7. Consideracionesfinales
El juicio en el nuevo Código Procesal Penal de Río Negro responde a un diseño
acusatorio y contradictorio con participación ciudadana, esquema normativo ade-
cuado para una administración de justicia propia de un estado republicano y de-
mocrático, respetuoso de los derechos fundamentales de las personas.
El nuevo diseño también implicaventajas prácticas. La decidida superación (nor-
mativa) del proceso como una mera gestión de trámites obliga a mejorar la capaci-
tación y desempeño de los abogadoilitigantes quienes debérán escoger con otros
criterios qué causas llevar a juicio y cómo presentar y litigar el caso para obtener re-
sultadosque difícilmenteserán tan previsiblescomo losque ofrecía el sistema que
se abandona.

59 Maier, Derecho procesalpenal, t. l. "Fundamentos", Zaed., 2004, p. 382; Binder, Introduc-

ción alderecho procesalpenal. 2"ed., 1999. p. 258.


Magariños. "Hacia un criterio para la determinación judicial de la pena", en M.W.,De-
terminaciónjudicial de la pena, 1993, ps. 71 a 88.
ZysmanQuirós, "Sistemaspenalescomparadosy determinacióndela pena en Europa",en
Alagia - Slokar- De Luca, Determinaciónjudicial de la penay ejecución de la pena, 2014.
FERNANDO AVILA

Un diseño de estascaracterísticas, en un marco deoralidad e inmediación, inci-


dirá en la calidad de las decisiones judiciales que se adopten.
De cara a la relación con la comunidad, un juicio de estas característicasfacilita
el sentido de la publicidad. Si todas las actividades para convencer a un tercero de
la acusación, o para resistirla, se llevan a caboen una audiencia pública, sin oscuras
remisiones a actos pasados que son "incorporados por lectura< el conocimiento y
lacomprensión social deloquesucedeen el juicio, y en última instancia delaadmi-
nistración de justicia, se verán beneficiadas.
El diseño de un juicio ágil, oral, público, concentrado, simple y contradictorio -
acorde al esquema global propuesto por el nuevo Código, desarticula uno de los
refugios de esa tradición: la cultura del trámite y la opacidad que burocráticamen-
te traducen los conflictos humanos en expedientes copiosos y laberintos intermi-
nables.
Las modificaciones legales nunca alcanzan por sí solas para erradicar una tradi-
ción inquisitiva arraigada en la cultura organizacional de la administración de jus-
ticia y en las prácticasde losoperadores. Es por eso que el impulso de la reforma de-
be ser acompañado por esfuerzos y voluntad de cambio, tanto en la capacitación,
como en la actividad cotidiana de los operadores.
Producción y control de la información
en el CPPRN. El examen
y contraexamen de testigos y peritos
LETlClA LORENZO *

5 1. Introducción
Estetextotiene por finalidad plantear una lectura posible de la litigación en jui-
cio a partir del uso de las herramientas del examen y contraexamen en un contex-
t o muy concreto: la regulación normativa que el nuevo Código Procesal Penal de la
Provincia de Río Negro ha establecido en estos temas.
No nos referiremos exclusivamente al momento del juicio, sino que partiremos
bastante antes: enfocándonos en el trabajo que los litigante5 tienen habilitado (y
deben hacer para fortalecer sus teorías del caso) con testigos y peritos en la prepa-
ración de un caso.
En ese sentido, hablaremos de tres momentos importantes en la estrategia del
litigio referido a los testigos y a los expertos: la búsqueda y preparación (en la eta-
pa de investigación); la defensa o cuestionamiento (en la etapa intermedia); y la
producción y control de información propiamentetales (en el juicio). Nos interesa
plantear el trabajo con testigosy peritos de esta manera porqueessumamente im-
portante enfatizar en todos los ámbitos que la idea central que los abogados liti-
g a n t e ~deben asumir con relación a las nuevas normas procesaleses tan sencilla co-
mo compleja: no es magia. No hay recetas infalibles que permitan a un abogado
que noseocupódeconocer a lostestigosy los peritosdurante la investigación pro-
ducir información de alta calidad en el juicio. Tampoco hay una regulación salva-
dora de la nulidad que permita plantear en la etapa más controversia1del proceso,
el juicio, cuestiones de forma que deberían haberse debatido con anterioridad si
los casos se trabajaran con seriedad y estrategia. Los abogados deben llegar al jui-
cio completamente conscientes y claros en cuanto a la prueba que producirán en
sentidos quevan más allá del contenido de información que las personas pueden

* Coordinadora Escuela de Capacitación. PoderJudicial de Neuquén. [email protected]


LETlClA LORENZO

proporcionar: cómo declaran, cuáles son sus debilidades, cuáles sus fortalezas, en
qué puntos hay que apoyarlos para que sean más contundentes, en qué aspectos
pueden ser cuestionados, cómo intentará trabajar la contra partecon relación a los
testigos y10 peritos propios, cómo puede cuestionarse a los testigos y10 peritos de
la contraparte. Una infinidad de cuestiones que deben llegar absolutamente afi-
nadas al juicio, por un trabajo previo del litigante para el caso.
La buena noticia inicial es que la regulación del CPPRN habilita un trabajo de
preparación y mirada estratégica de los casos absolutamente consistente con una
buena litigación en el juicio, y nos ocuparemosen lo sucesivo de desarrollar esa mi-
rada. La advertencia es que el máximo desafío para los abogados no es conocer la
ley en cuanto a su letra: es cambiar la cultura del trámite del expediente que tan
arraigado tenemos, por la de la mirada estratégica y la preparación del litigio. En
losapartadosque siguen, intentaremosdesarrollar desdeel propio CPPRN, la regu-
lación que nos obliga a transitar ese camino de cambio.

5 2. Testigos y peritos: ¿quiénes son para el CPPRN?


a) Los testigos

Con relación a los testigos, en términos generales, podríamos sostener que son
aquellas personas que estuvieron en el peor momento en el peor lugar: tienen al-
gún tipo de información que resulta relevante para una actuación (el juicio) que,
casi por regla, no les interesa demasiado y les significará una molestia en sus vidas
(citacionesa declarar, preparación con losabogados, cuestionamientos por losque
no desearían pasar, etcétera). Partimos de esta afirmación que no se encuentra en
la regulación procesal en función a quees sumamente importanteque los litigan-
tes (tanto acusadorescomo defensores)tengan claridad sobre lo perjudicial que es
en lavidade las personasverseinvolucradasen un proceso penal en carácterde tes-
tigo. Quizá pensar las cosas desde esa perspectiva, posibilite en los litigantes una
optimización del tiempo y un buen trato hacia quienesserán sus principales herra-
mientasde producción de información en el juicio.
Puntualmente el CPPRN establece una regla amplia y general: "Toda persona
será capaz de atestiguar, sinperjuicio de la facultaddel tribunalpara valorarsu tes-
timonio" (art. 183), para luego regular algunas excepciones en el art. 185: deben
abstenerse de declarar quienes según la ley deban guardar secreto y pueden abs-
tenerse el cónyuge o conviviente del imputado, ligado por especiales vínculos de
afectos, los parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afini-
dad. En el caso de quienes tienen la facultad de abstenerse, el juez deberá infor-
marles antes de prestar su declaración para abrirles la posibilidad de utilizar dicha
facultad o no hacerlo y declarar.
Lo interesanteen la regulación del CPPRN es que aun sin establecerlo en forma
expresa, deja bastante claridad sobre un punto central en el litigio adversarial: los
PRODUCCI~NY CONTROL DE LA INFORMACI~NEN ELCPPRN ...

testigos y los peritos son de laspartes. No son auxiliares de la justicia, no le perte-


necen al Tribunal, no son "del proceso". Los testigosson de las partes y ello queda
claroen el art. 169 sobre preparación del juicio: "Laspartesprocederán a la citación
de sus testigos y peritos y presentarán los objetos y documentos admitidos a jui-
cio". Luego el artículo establece el marco de la colaboración que puede prestar la
Oficina Judicial, pero deja claro que la obligación de concurrencia de testigos y pe-
ritos al juicio queda en cabeza de quienes han ofrecido esas pruebas. El mismo ar-
tículo se ocupa de establecer una consecuencia concreta: "Sialguna de laspartes
comparece eldía deljuicio sin sus testigos y n o acredite haberlos citado, eljuezpo-
drá tenerlo por desistidos". Esta regulación termina con una discusión que se ha
presentado en varias provincias con reformas procesales1y que termina generan-
do consecuencias nocivas para el desarrollo de los juicios, al generar suspensiones
innecesarias para el llamadode personasque unavezque concurren al debate, nin-
guna de las partes tiene claridad sobre para qué fueron llamadas.
Dado que las partes tienen la obligación de citar a sustestigos y peritos al juicio,
ello genera al menos un momento de contacto necesario que, según desarrollare-
mos más adelante, debería significar una forma de preparación del litigante para
la persona y de la persona para el juicio.

bJ Los peritos
En el caso de los peritos es el art. 134 del CPPRN el que nosda una primera apro-
ximación al trabajo con testigos expertos al establecer que: "Losperitos deberán
tener título habilitante o acreditar experiencia e idoneidad en la materia relativa
alpuntosobre elqueserán requeridos". Se trata, en definitiva, de personascon co-
nocimiento específico en algún área científica, artística otécnica necesaria para es-
clarecer un punto controvertido en el caso.
En el ámbito específico de los peritos, resulta importante la aclaración que el
CPPRN realiza con relación a qué es concretamente la prueba pericial: el experto
declarandoen forma oral en el juicio. Así loestableceel art. 178al regular que: "Los
peritospodrán consultarsusinformesescritos,o valersede todosloselementosau-
xiliares útilespara explicarlasoperacionespericialesrealizadas, pero las conclusio-
nes deberán ser presentadasoralmente". ¿Por qué es importante este punto? Por-
que deja fuera de discusión la obligatoriedad de que el perito concurra a declarar
en el juicio y, en consecuencia, abandona la idea del informe pericial como prueba
documental.

' Tanto La Pampa como Neuquén discuten hasta la actualidad de quién es la obligación de
citar a testigos y peritos al juicio: si de las partes o de las Oficinas Judiciales, y más allá de que am-
bas legislaciones permiten interpretarquees una tarea de las partes, no poseen una norma con la
claridad de la rionegrina, que noda lugar a la discusión sobre el punto.
LETlClA LORENZO

Detengámonos en este punto unas líneas más: hemos mencionado al art. 134,
donde se dan las primeras definiciones del trabajo pericial. Ese artículo se encuen-
tra dentro de la parte del CPPRN referida al desarrollo de la investigación y autori-
za la generación de informes expertos cuando el conocimiento "lego" no sea sufi-
ciente para avanzar en la investigación2. Durante la investigación entonces el tra-
bajo de los peritos se plasmará en informes escritos en los que constarán sus con-
clusiones. De cuánto favorezcan o no las conclusionesconcretas a la teoría del caso
de las partes dependerá su ofrecimiento como testigos expertos en el juicio. Aho-
ra bien, cuando las partes decidan proponer las conclusiones de un perito como
partede su prueba en juicio, lo quedeberán ofrecer en su propuesta probatoriase-
rá a la persona física del perito, para que declare en el juicio. En ese contexto, el in-
forme pericial desarrollado pasará a funcionar como una declaración previa en los
términos del art. 181 con la salvedad de que, a diferencia de los testigoscomunes,
el art. 178 autoriza a los peritos a consultar sus informes durante la declaración3.
En consecuencia, llegado el momento de la producción de información, las par-
tes deberán ofrecer a los peritos para que se presenten en persona a declarar4. En

.
No oueremos desviar el contenidode este artículo hacia otros temas.. Dero es im~ortante
señalarq~eres~ltaun gran acierto la regulación oesformalizada que haceel CPPRN de la b~sque-
oa de informes oe expertosd~rantela investigación. La p r ~ e b apericial es uno oe losámbitos que
permanecemásatada a lasformas y procedimientos propiosdelsistema de trabajoenelexpeoien-
te escrito y la tentación de trasladar esas lógicas a los sistemas orales estableciendo cuestiones co-
mo la aprobaciónde un juez para la procedenciade la pericia, el establecimientode puntosde pe-
ricia específicos o la "contra pericia" para la pericia en forma casi de careo judicial, perviven en
nuestra tradición como un tema de debate. El CPPRN ha tenido la sabiduría de regular solo aque-
llosaspectosestrictamente necesarios para diferenciarel testimoniode un expertodel testimonio
común. Lajurisprudencia y elandar del nuevosistema seencargaráseguramentede irestablecien-
do los matices necesarios en este ámbito.
Más que una consulta sobre un informe, lo que los peritossuelen hacer en susdeclaracio-
nes en juicio es ilustrar la explicación oral que brindan de sus conclusiones con imágenes o esque-
mas que extraen desu informe y presentan en formatos de fácil comprensión para los jueces: pre-
sentaciones en powerpoint, imágenes ampliadas. etcétera
Insistimos en este punto porque no se trata solo de una cuestión de litigio y preparación
delas partessinoquetambién implicacambiarculturaenelámbitode losprofesionalesquesepre-
sentancomo peritos. Ensistemasqueacostumbrana que la prueba sea el equivalentedel informe
y dondea lo sumo secita a los peritosa realizar una declaraciónformal admitiendo que el informe
que se ha presentadose corresponde con susconclusiones. el paso hacia un sistema de mucho ma-
yor exposición sobre el trabajo pericial es también complejo. Los profesionales no siempre están
cómodosdeclarando, nocomprenden (porque nadie se los explica) la importancia de acreditarsu
experticia en cada caso al queconcurren hablando de su formación y actualización en su área y, lo
más complicado de todo: no siempre tienen un lenguaje claro que permita a legos en la materia
comprenderlasconclusionesqueestándetallandoy las razonesque los llevan a sostenerlas.Todos
estos puntos deben trabajarse previamente con los peritos si realmente se pretende éxito en sus
declaraciones.
PRODUCCIÓN Y CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

caso de contraexamen y control de la información, los informes previos serán una


herramienta sumamente importante para el litigante, ya que le permitirán una
preparación mucho mejor y más precisa. Como ya hemos mencionado en el apar-
tado anterior, al igual que los testigos los peritos son de laspartesy será su respon-
sabilidad quese presenten a declarar en juicio.

5 3. La preparación para la producción y el control.


El trabajo previo al juicio
a) La producción de información y la preparación previa

Nos referiremosa continuación a un punto que si bien no tiene una regulación


precisa en el CPPRN, no cuenta tampoco con una prohibición: la preparación para
el testimonio. Dentro de nuestra cultura del proceso judicial, una idea bastante
arraigada es que tanto los testigos como los peritos (en loscasos en que concurrían
a los juicios) debían llegar "sin contacto" con los litigantes. Producir información
era casi el equivalentea enterarse en el juicio de qué podían decir sobre el caso las
personas que habían sido citadas a declarar. Se intuye el problema de un accionar
de ese estilo: si el litigante no sabeel contenido de la información que las personas
proporcionarán antes del juicio jcómo puede tener certeza de su utilidad para su
caso?
El trabajocon testigosy peritos no es una tarea sencilla. En nuestrosmundos pro-
cesales las personasque poseen información sobre casos que llegan a juicio no sue-
len ser "el testigo perfecto" o "el buen ciudadano" que desea contribuir a la justi-
cia y por ello está dispuesto a concurrir y enfrentar cualquier tipo de consecuencias
que se le generen. En contextos como los de nuestras provincias (quien escribe ha-
bita en Neuquén, con una realidad bastante similar en muchos aspectos de conflic-
tividad con Río Negro), donde los principalescasosque llegan a juicio tienen quever
con homicidios en contextos de bandas o delitosvinculados con algún tipo de vio-
lenciasexual odegénero, lostestigostienen muchasmás motivaciones para nocon-
currir a declarar que para hacerlo. Adicionalmente el contexto judicial no es preci-
samenteel másamabledel mundo con las personas: no se brinda informaciónclara,
se citavariasvecesa las personaspara decir lo mismoen diversos lugares (ante la ins-
tancia policial, con diversosfuncionariosde la Fiscalía, finalmenteen el juicio), no se
tiene demasiada consideración con los tiempos y actividades de las personas5.

Una práctica "clásica" que las reformas han buscado erradicar pero que aún se mantiene
es la de la citación a numerosas personas que pierden toda una jornada de susvidas para que lue-
godevarias horas "alguien"(nunca está muy claroquiéntieneesa desagradabletarea. perodese-
guro nosetrata ni de un juez, ni de un fiscal ni de un defensor)salga a decirlesque pueden retirar-
se porque su testimonio ya no será necesario: las partes han arribado a un acuerdo en el momen-
t o en que deberían estar generando un debate.
LETlClA LORENZO

Desde el punto devista de quien va a producir la información (quien examina-


rá al testigo), resulta impensable que se ofrezca a un testigo sin haberlo conocido
antes. Hemos repetido hasta el cansancio que un acta de declaración no es el equi-
valentea unadeclaración; queinfinitacantidad devecesquien realizael acta "tra-
duce" lo que el testigo dice y termina haciéndoledecir cosas que nunca mencionó y
que desconoce. Lo hemos repetido tanto que parece que tenemos un cierto acuer-
do sobre ese punto.
Sin embargo, llega la reforma y aparece una nueva delegación de funciones:
son losempleadosde losfiscalesquienesentrevistana lostestigos; y generan un re-
gistro audiovisual, lo cual es magnífico como declaración previa (a veces es la pro-
pia policía la encargada de esa tarea). Pero el fiscal no toma contacto con los testi-
gos hasta el día del juicio; a veces ni chequea los registros de las declaraciones pre-
viassino que confía en lo que le dicen sus empleados que dijeron los testigos (una
nueva forma de "traducción").Y llega al juicio sin conocer nia lostestigos ni el con-
tenidodesu declaración6. En general cuando hablamosdeproduccióndeinforma-
ción tenemos la tendencia a posicionarnos del lado de la acusación en cuanto tie-
ne la obligación de probar el caso; pero desde la defensa ocurrealgo similar: no es
posibleofrecer un testigosin conocerlo previamentey saber a detalleel contenido
de su testimonioy su forma de declarar. Casocontrario, lassorpresasdesagradables
en el debate deben cargarse en cabeza del litigante, no del testigo que concurrió
sin ningún chequeo previo7.
Por ello la preparación para la producción y control de la información es unfac-
tor clave en el trabajo de los litigantes en el nuevo proceso. Y nótese que aquí no
estamos hablando de "preparación del testigo". Porque no esel testigo quien de-
be prepararse(0 aquien debe prepararse): son loslitigantesquienesdeben prepa-
rarse para evitar cualquier tipo de contratiempo que pueda haber resultado previ-

Una modificación en las leyes orgánicas de ministerios públicosfiscales y defensas públi-


cas que acompaña a prácticamente todas las reformas es la que termina con la lógica de "un liti-
gante para la investigación" (sea fiscal o defensor) y "un litigante de mayorjerarquía para el jui-
cio". Mucho hay escrito sobre lo perjudicial de ese modelo de organización y en consecuencia se
instalacadavez máslafigurade"fiscal del caso"o "defensordel caso"atendiendoa locentral que
esenestossistemasquequienva a litigarelcasoeneljuicioestéfamiliarizadocontodosycadauno
de losaspectosde la investigación. En el caso de los testigos, si durante la investigación la tarea de
búsqueda y registrode la información sedelega sin ningúntipodeseguimiento, control o análisis
por parte de los litigantes a cargo. volvemosa un sistema mediocre en el quese llega a juicio "con
todo lo que hay" porque nadie se ocupó de hacer una depuración estratégica de la prueba.
Esta nota en un medio local neuquino sobre un caso reciente puedegraficarlo quequere-
mos establecer. La testigo de la defensa concurre a declarary deja totalmente comprometido con
el hecho al acusado, al anunciarque le habían ofrecido un montodedinero para que declarara en
su favor: www.Imneuquen.comlme-ofrecio-diez-mil-pesos-que-declare-su-favor-n529730(últi-
mo ingreso: 29110116).
PRODUCCI~NY CONTROL DE LA INFORMACI~NEN ELCPPRN ...

sible. Conocer al testigo y su testimonio no implica reunirse con el testigo a contar-


lequées loquedebe decir en el juicio (esta es lavisión instalada de la "preparación"
que atenta contra una verdadera profesionalización del litigio). Quiere decir, an-
tes bien, conocer al testigo para saber cuál es su versión concreta y real de los he-
chos, cuáles son sus limitaciones a la hora de declarar, cuáles son los ajustes en el
lenguajeque deben utilizarse para queel testigo comprenda las preguntasy el tri-
bunal comprenda las respuestas que el testigo dará, cuáles son las posibles debili-
dades del testigo que la contraparte intentará utilizar en el juicio para desacredi-
tarle o desacreditar su versión. Implica, en definitiva, tener un conocimiento cabal
de la persona y la información que posee que permitan tomar la primera decisión
estratégica de cara al juicio: ofrecer o no a la persona como testigo. Esa es una ta-
rea que no puede delegarse sin riesgo de cometer tremendos papelones a la hora
de litigar el juicio concreto.
A I ~ Osimilar y quizá más complejo todavía resulta con los peritos: hemos referi-
do anteriormente que para quienes concurren a brindar opinión experta a los pro-
cesosjudiciales, el cambiode sistema no pasa desapercibido. La exposición, el cues-
tionamiento a su trabajo, la necesidad de dar explicacionesclaras y contundentes,
son aspectos novedosos de un trabajo que tradicionalmente se ha vinculado mu-
cho más con lo escrito que con la presencia oral de los peritos en los juicios. En ese
contexto, trabajar con los peritos para hacerlos comprensibles, para generar for-
masdeacreditación eficientes, estambién una tarea previa de suma trascendencia
para los litigantes.

b) El control de información y la preparación previa

Aún más importante resulta la preparación del litigante para controlar la infor-
mación. Conocer el contenido de lostestimonioses necesario no solo para hacer un
buen contraexamen, sino con anterioridad para hacer un buen cuestionamiento a
la admisibilidad de la prueba.
Por ello loslitigantes no deben enfocarsesoloen su propia prueba sino que tam-
bién deben realizar un seguimiento de toda la prueba de la parte contraria. En ge-
neral, por la lógica del proceso penal se piensa másen este rol a la defensa. Pero no
es exclusivo suyo sino quetambién competea la Fiscalíasaber cuál es la prueba que
deberá controlar en juicio propuesta por la defensa. En cualquier caso, la dinámica
del control es similar independientemente de la parte que se represente: el contras-
te de la información es más amplio que el contenido de la declaración propiamente
tal. El litigantedebeconfrontar el contenidode ladeclaración (o lasconclusiones del
informe pericial) con el contenido del resto de las declaracionesy10 informes, con
su propia versión de los hechos, con los hechos que sostiene la contraparte. Debe
posicionarse en el lugar del testigo y verificar si es sostenible su declaración. Debe
encontrar los huecos posibles de cuestionamiento de la credibilidad, ya sea de la
LETlClA LORENZO

persona como del contenido de la declaración. Como podrá concluirse, esto no es


un trabajo que pueda realizarse "en el juicio". Para realizar un buen control de la
información la preparación del mismo debe partir en el momento cero del caso, al
formular los cargos, al iniciar la investigación. Caso contrario se corre el enorme
riesgo de convertir a la herramienta más potente que el CPPRN da para ejercer el
principio decontradicción (el contraexamen) en una actividad meramente formal.
Es sabido que en general son muy pocos loscasosquellegan a juicio, en contras-
te con el universo de casos que llegan al sistema penal (probablemente menos del
10% deese universo). En el mundo ideal, esosucede por lasenormesdificultadesque
implica la obligación dela acusación de probar un casoenjuicio; y por lasenormesdi-
ficultades para la defensa de cuestionar un caso correctamente construido desde
lo probatorio por la Fiscalía. En ese mundo ideal, los sobreseimientos son una he-
rramienta propia de la Fiscalía, cuando asume quesu prueba no llegará a cubrir el
estándar de valoración del sistema penal para una condena; y losacuerdosse rea-
lizan cuando la defensa sabe que no tiene chances en el juicio por la solidez de la
prueba. Loscasoscontrovertidos, en un sistema responsable, no pueden ser la ma-
yoría del universo. Pero ello solo se logra si las partes trabajan con responsabilidad.
Y prepararse para la producción de la prueba testimonial y pericia1 es una de las
principales acciones responsables que deben asumir fiscales y defensores penales.

5 4. La admisión de la prueba. La etapa intermedia


y la audiencia de control de acusación
El art. 163 del CPPRN regula la dinámica de la audiencia de la etapa intermedia,
cuya finalidad esque un juezdeterminequécasos pasan a juicio y cuáles no. En es-
ta audiencia, más allá de las posibles discusiones formales que pueden darse, la
centralidad de la controversia entre las partes estará orientada a los distintos ele-
mentos de la teoría del caso. Y en vinculación directa con el tema que nos ocupa se
encuentra la admisibilidad o no de la prueba.
El art. 166 establece el criterio general: "Esadmisible la prueba quese refiera al
objeto de la investigación y resulte útilpara elcaso". Ante este criterio adquiere
aún mássentidoel desarrollo del ap. 3"sobre la preparación: para saber que lostes-
tigosy peritosofrecidosestán referidosal objetode la investigación y resultan úti-
les para el caso, los litigantes necesariamentedeben conocerlos y conocer el conte-
nidodesu declaración. Quisiéramosdetenernosen la última partede la oración ex-
traída del art. 166: "útil para el caso". Hemos mencionado que la finalidad de esta
audiencia es que un juezdeterminequécasos llegan a juicio y cuáles no. Evidente-
mente, esta determinación no puede resultar arbitraria. El juez no puede decidir
qué casos pasan a juicio en función a sus caprichos o preferencias "estéticas" sino
quedebedecidirlo basadoen las reglasdel debido proceso. En esecontexto, loque
el juez debeverificar esque existe una teoría del caso completa por partede la acu-
PRODUCCIÓN Y CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

sación (derecho, hechos y prueba ofrecida) y que existe una controversia de parte
de la defensa sobrealguno (S)de los puntosquesostiene laacusación. En términos
probatorios, entonces, podríamosdecir que "útil para el caso" será toda la prueba
ofrecida que permita avanzar en uno u otro sentido para determinar a cuál de las
partesasiste razón sobre los hechoscontrovertidos. Esdecir: para determinar la ad-
misibilidad de la prueba deben estar muy claros los hechos controvertidos y debe
medirse la utilidad de la misma en función a esos hechos8.
Visto el tema desde el punto devista de las partes, podríamos decir que esta au-
diencia es una disputa entre el objetivo de producir mucha información por parte
de una parte y la meta de limitar el ingreso de esa información por la otra. Y desde
ese punto de vista, retomamos la importancia del conocimiento y preparación pre-
via: solo podremos defender o cuestionar prueba que conozcamos en detalle.
El ejemplo más claro: si se ofrecen quince testigos sobre el mismo punto, aun
cuandosea un punto controvertidoes legítimoque la contraparte plantee laexclu-
sión devariosde los quince por sobreabundancia. Si la partequeofrece los quince
testigos no tiene claros los matices que puede brindar cada uno o la importancia
para dar unavisión másclara en concretode la declaración decada uno de losquin-
ce, esesperablequeel juezque intervenga en la audiencia limiteel número de tes-
tigos en función a lo solicitado por la parte que requiere la exclusión. Por ello, la
afirmación que suele utilizarse como mantra "va a declarar sobre aspectos claves
del hecho" o cualquier reemplazo del orden de lo general, no es útil para esta au-
diencia ni para ladefensa de la pruebacuandosurgeconevidenciaqueseestáofre-
ciendo un número innecesariamentealto de testigos.
En el casodelosperitosestaaudiencia puedeir másallá incluso: hemosvistoque
el art. 134 establece los requisitos para considerar a una persona como testigo ex-
perto (perito) en un juicio. En la audiencia de la etapa intermedia perfectamente
puede generarse la discusión sobre la idoneidad del perito para concurrir a decla-
rar a juicio. No puede perderse devista que más allá que la declaración del perito
será valorada por el tribunal conjuntamente al resto de la prueba (es decir: no ge-
nera una sentencia en automático), el peso específicode la conclusión de un exper-
t o en una materia que seasume como "desconocida" por el resto de los asistentes
al juicio, es alto. En ese contexto, es esperable que el litigio sobre la admisibilidad
de una persona como perito en el juicio sea alto y más complejo que el litigio con
un testigo común. En principio puede litigarse la necesidad del conocimiento ex-
perto: jestamos realmentefrentea un tema que deba ser desentrañado por un pe-

a Si bien pueden darse numerosasvariacionespara esta afirmación, de casosen losqueaún


sinexistiruna controversia real esnecesario produciralgún tipode prueba paracontextualizar (so-
bre todo en el ámbitodel juicio porjurados), en principio podríamos sostener que es un buen cri-
terio paradeterminarla admisibilidado node la prueba,queeljuezla considereenvirtud asugra-
dode avance en la resolución de la controversia del caso.
LETlClA LORENZO

rito?joesunatretade la parte para introducir una opinión con un peso "superior"


que influya a los decisores?Si se admite la necesidad del conocimiento técnico, pa-
saremos al punto al que nos referíamos antes: ¿Es esta la persona idónea para de-
clarar sobre el ámbito técnico que se requiere? Y allíse discutirá en concreto la ad-
misibilidad de la persona pudiendo avanzar sobre su experticia concreta: forma-
ción, estudios, experiencia, declaraciones anteriores en juicio, etcéterag También
podría litigarse el alcance concreto de su declaración experta en cuanto a las con-
clusiones, estableciendo prohibiciones de ir más allá de lo estrictamente admitido
en la audiencia.
En ambos casos, tanto para los testigos como para los peritos, el conocimiento
previoy la preparación de los litigantesesesencial para lograr una buena discusión
deadmisibilidad. Ydesdeel puntodevistade losjueces, entender estadinámicade
la admisibilidad y fomentarla entre las partes essumamente necesario: es la forma
más eficiente y adecuada a derecho para impedir juicios larguísimos cuando las
cuestiones podrían resolverse en una sola jornada. Y sobre todo: impedir citacio-
nesa decenas de personas que pierden díasde susvidas y cuyo testimonio termina
siendo desistido en el propio juicio.

5 5. La producción y el control de la información en concreto.


El momentodel juicio
Superadas con éxito las decisiones propias de la preparación del caso y la discu-
sión de admisibilidad de la prueba, estaremosen condicionesdetener un buen jui-
cio. Hastaaqui hemosvisto queel CPPRNcuentacon una regulación que otorga to-
das las posibilidades para ello. Y el juicio no es la excepción: el art. 179 del CPPRN

Es interesanteeneste punto señalarqueel art. 163 sobre laaudiencia de la etapa interme-


dia establece en su primer párrafo que: "La OficinaJudicialconvocará a laspartesa una audiencia,
dentro de los cinco días, para debatiry resolverlascuestionespropiasde esta etapa. Sipara ello se
justifica producir pruebas, las partes las ofrecerán en la misma audiencia y tendrán a su cargo la
presentación ydiligenciamiento de lasmismas". Este articulo es similar en prácticamentetodos los
códigos que han avanzado hacia un sistema oral. Y en general suele surgir la pregunta: ¿para que
puedeser necesario producir prueba en una audiencia de la etapa intermedia?Creemos que el de
los peritos es un excelente ejemplo de casos en los que puede ser necesaria la prueba: tanto para
discutir la experticia del experto (presentar sus antecedentes para que el juez pueda determinar si
se trata o no de un experto) como para determinar la pertinencia de su declaración (podría inclu-
so citarse al perito para quesea examinadoy contraexaminadoen esta audiencia, a losefectosde
darle más herramientasaljuezpara tomarsu decisión sobre la admisibilidad del testimonioen jui-
cio. Debemos insistir aquíen un punto: en una provincia como Río Negro, que ha asumido laman-
da constitucional e incorporado el juicio por jurados, el detalle con que los jueces deberán traba-
jar la admisibilidad de la prueba en esta audiencia genera todas estas posibilidadesque no suelen
ser pensadas en un inicioen los nuevos sistemas.
PRODUCCIÓN Y CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

hace unadiferenciación claraentre loquees producción de la información y loque


es control y establece las herramientas propias para cada momento.

a) Producción de la información: el examen directo

Produce la información quien ha ofrecido al testigo o perito a travésde una he-


rramienta concreta: el examen. Al respecto, el art. 179 señala: "En elexamen direc-
to nose admitiránpreguntassugestivasoindicativasT0,salvo que se autorice el tra-
tamientopara el testigo hostilo quese trate depreguntasintroductoriasode tran-
siciónll ". Aestosuma una prohibición general (tanto para el examen como para el
contraexamen): "En ningún caso se admitirán preguntas engañosas, repetitivas12,
ambiguaso destinadasa coaccionarilegítimamentealtestigo operito". A partir de
esa regulación, podemos afirmar que el CPPRN establece que el examen directo a
testigos debe desarrollarse principalmente a través de preguntas abiertas13.Exis-
te una razón para esta regulación: la finalidad del examen directo es producir in-
formación a través de los testigos y10 peritos. El testigo o perito es el medio de in-

lo Son las preguntasque introducen la respuesta ensu propiaformulacióny solodejanal tes-


tigo la posibilidad de responder s i o no. Por ejemplo, un fiscal que pregunta a un testigo: "Usted
vio el momento en que Juan le disparó tresveces a Pedroen el estómago?".
l1 No son estrictamente preguntas. Las introducciones o transiciones son momentos en los
que losabogadostoman información queel testigo ya ha brindado para situarloencontexto. Por
ejemplo, un abogado quedice a un testigo "usted nosacaba dedecir quevive en el Barrio San Lo-
renzo, ¿podría precisarnos en qué calle está su domicilio?", esa pregunta tiene un formato intro-
ductorio en tanto compila la información que ya ha brindado el testigo (debe haberla brindado,
evidentemente) e introduce una pregunta concreta. Las transiciones se utilizan para pasar de un
tema a otro, por ejemplo el abogado que dice: "Usted ya nos ha habladodel momentodel dispa-
ro. pasemos ahora a verqué sucedió después ¿qué hizo usted luego?", es una pregunta de transi-
ción entanto menciona al testigo "abandonemosAy pasemosa By luego hacela pregunta. Si bien
suformato puede aparentarsugestióno indicación, setrata de preguntas permitidasencuanto el
fondo mismo de la interrogación no resulta sugestivo.
l2 En el caso de las preguntas repetitivas es necesario hacer una salvedad: una pregunta es
repetitiva cuando es la misma parte la que la formula variasveces pese a haber obtenido respues-
ta. Si una parte formula la pregunta peroel testigo no le responde lo que está preguntándole, es
pregunta. En el mismo sentido, si es la contraparte la que retoma la pre-
legitimo volver a hacer la ~.
gunta no puede impedirse por repetitiva, porquequizá el sentido de la interrogación sea diferen-
te(si puedeobjetarse, obviamente. cuandola contrapartevuelve a hacervariasveces la misma pre-
gunta). La prohibición general se establece para impedir que se induzca al testigo a engaños, por
lo que esedebeserel parámetro para medirsi las preguntasformuladas están dentro de lo permi-
tido o no.
l 3 Preguntas abiertas son aquellas que invitan al testigo a declarar en forma amplia. En ge-

neral, son las preguntas que permiten responder: qué, cómo, cuándo, dónde, porqué, para qué,
cuál. Preguntas en las que se espera una respuesta desarrollada del testigo.
LETlClA LORENZO

formación y la información que posee debe ser expuesta sin intermediaciones; esa
es la razón también por la que se impiden las preguntas sugestivas por parte de los
abogados.
Existe otro tipo de pregunta que no se menciona en el CPPRNpero suele utilizar-
se bastante en exámenes y contraexámenes: la pregunta cerradaT4.En el caso del
examen directo, la pregunta cerrada es una herramienta muy útil para la puntuali-
zación de información. Es extremadamente extraño (casi sospechoso, podríamos
decir) que un testigo sesiente a declarar y ante una pregunta abierta del tipo "¿qué
sabe usted de los hechos?" relate al detalle con pelosy señales todos los sucesos im-
portantes para el caso sobre los que puede dar cuenta. Si no nos conducimos así en
nuestra vida cotidiana, no es esperable que lo hagamos en una sala de audiencias.
Por ello, la combinación de preguntas abiertas con preguntas cerradas es la mejor
forma de desarrollar un examen directo: posibilitando al testigo una apertura para
el relatoa travésde preguntasabiertasy puntualizando aquella información del re-
lato sobre la que precisamos más detalle a través de preguntas cerradas.
Luego dependerá del tipo de testigo o perito que se trate (más o menos habla-
dor, más o menos claro en su exposición, más o menos ordenado) la necesidad de
utilizar las herramientas de transición o introductorias para situarlo en el ámbito
de la declaración que nos interesa y no permitir que sevaya por las ramas. La tarea
del abogadoen la producción de información escasi másdifícil quela tareadequien
contraexamina: debe lograr quese produzca toda la información necesaria para su
caso, en forma ordenada y comprensibleparael tribunal, en sentido y consonancia
con el resto de la prueba y pasando prácticamente desapercibido. Quizá sonemos
reiterativos pero lo consideramos necesario: la única forma de lograrlo es habien-
do trabajado desde el inicio del caso con una mirada puesta en el juicio y la forma
de producir información.
No podemosdejar de referirnosa la posibilidad detratara un testigopropioco-
mo testigo hostil. El art. 179 exceptúa la prohibición de preguntas sugestivas para
los casos en que se autorice a tratar a un testigo como hostil. Esto porque cuando
se da tal autorización, básicamente lo que se permite es convertir el examen direc-
t o en un contraexamen. Es bueno que el CPPse haya ocupado de regular expresa-
mente la posibilidad, ya que puede darse el caso en que sea necesario apelar a es-

l4 Cerradaes la preguntaqueacota la posibilidaddebrindarinformaciónporpartedequien


responde.Adiferencia de la pregunta sugestiva, quesolo admitecomo respuestas unsio un no, la
pregunta cerrada limita la respuesta a un determinado ámbito. Por ejemplo, si el abogado pre-
gunta "¿de qué marca era el auto?" está haciendo una pregunta cerrada; si en cambio pregunta
"¿el auto era marca Ford?" está haciendo una pregunta sugestiva. Si pregunta "¿de quécolor era
la chaqueta?" es cerrada; si pregunta "¿la chaqueta era color negro?" es sugestiva. Es importante
hacer la diferenciación porque muchasvecesse impide la formulación de preguntascorrectas con-
fundiéndolascon sugestivas
PRODUCCIÓNY CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

ta norma. Sin embargo, no puede dejar de mencionarse que desde la práctica del
litigio es importante evitar al máximo posible tener que apelar al uso del testigo
hostil, puesto que la credibilidad de un testimonio obtenido a través de la formu-
lación de preguntas sugestivas (es decir: un testimonio prácticamente producido
por el propioabogado) noesequivalentea lacredibilidaddeun testimonio produ-
~ ~

;ido con las regla; propias del examen. En función a ello, no es para nada recomen-
dable iniciar un testimonio pidiendo en forma inmediata autorización para utili-
zar la herramienta del testigo hostil; el litigante deberá acreditar en primer térmi-
no que se encuentra en este universo específico. Haciendo preguntas y poniendo
en evidencia que el testigo evade las respuestaso se niega abiertamente a contes-
tar; intentando formular la misma pregunta de diversos modos, etcétera. Recién
cuando muestre al tribunal que se encuentra ante un testigo hostil, podrá pedir la
autorización para utilizar la herramienta del art. 179. Pero debe ser en casos don-
de resulte extremadamente necesario su uso, no convertirse en una herramienta
corriente en los juicios.
Con relación al orden de la producción de información, la única regla queesta-
blece el CPPRNestá contenida en el art. 177: "Despuésdelaspresentacionesinicia-
lesse recibirá la prueba ofrecida según elorden que hayan acordado laspartes. De
no mediaracuerdo, se recibirá primero la del fiscal, luego la del querellante ya1fi-
nalla de la defensa". La lógica del CPPRN es que se presente primero la prueba de
cargo y luego la dedescargo. Ahora bien: el orden en que se presentarán los testi-
gos y peritos contenidos dentro del género "prueba de cargo" y "prueba de des-
cargo" será entera responsabilidad de las partes y su preparación estratégica del
caso. Recordando que de acuerdo al art. 169 son las partes las responsablesde citar
a sus testigos y peritos, serán también las responsables del orden en que estos con-
curran. No está de más recordar en este punto un detalle nada menor: en el nuevo
sistema, los jueces no conocen el caso ni tienen el expediente ni cuentan con una
radiografía de los hitos importantesdel proceso. Ingresan a la sala de audiencias el
día del juicio a enterarse de las teorías del caso de acusación y defensa básicamen-
te sin saber nada del caso que juzgarán. En ese contexto (tan diferente al del expe-
diente), realizar una presentación de la prueba que le dé sentido a la historia que
han relatado en sus presentacionesde apertura, no es una cuestión para obviar si-
no quetienequeser central en la preparación del litigio.
En lo que se refiere al orden interno del testimonio el CPPRNtampoco estable-
ce ninguna regulación específica. En general, loque se recomiendaen términosde
producción de la información del testigo es estructurar el testimonio en dos gran-
des momentos: presentación del testigo, ¿quién es y por qué debería creerle? Y
presentación del relato sobre los hechos del caso que conoce el testigo. Suele ha-
blarse del primer momento como el de "acreditación" y del segundo momento co-
moel de "produccióndela información propiamente tal". Preferimos no hacer esa
distinción. El primer momento no está tan vinculado con la acreditación como sí
LETlClA LORENZO

con cierta humanización para con el testigo: no solo le permitimosdecir quién essi-
noque le brindamos un espacio previoa iniciar el relato para tranquilizarsey no sen-
tirse incómodocon suobligación en eljuicio; involucra un ciertonivel deacreditación
porqueal decirnosquién es yavamosobteniendo cierta información sobre el interés
o noque puedetener en el casoconcreto. El segundo momento, de producción de in-
formación, es también un momento central deacreditación: el testigo nos dirá qué
es lo que sabe, pero es importante también que nos diga cómo lo sabe y cómo no-
sotros podemos tener cierto grado de certeza en que las cosas ocurrieron como las
está declarando. No bastará, por ejemplo, con que nos diga que vio a Juan dispa-
rarle a Pedro; también tendrá que situarnos en cuanto a las razones por las que ese
díaestabaen eselugary efectivamente pudoveraJuan dispararlea Pedro. Por ello
no se trata solo de producir información sino también de dar razones que tornen
creíbleque la persona queestá declarando tenga esa información.
En el caso de los peritos la estructura del testimonio está bastante estandariza-
da en tres momentos: acreditación de la experticia del perito (toda la información
referente a su formación yexperienciavinculada con la pericia concreta que ha rea-
lizado); información sobre los procedimientosque realizó para la pericia del caso y
el nivel de aceptación de los mismos en su ciencia, arte o técnica; y conclusionesa
las que el perito arribó para el caso concreto. El uso del lenguaje es algo que debe
cuidarse mucho con los peritos: la tentación de elevarse al nivel de relato del peri-
t o (sobre todo en los casos en que se ha trabajado mucho el caso previamente y el
lenguaje técnico se hace familiar) suele atentar contra el objetivo de generar una
real comprensión en el juradootribunal técnicoqueestá recibiendoel testimonio.
Por ello, es muy importanteque las preguntasal perito estén siempreorientadasa
explicar y hacer las aclaracionesque resulten necesarias para que su conocimiento
experto sea realmente transmitido para la comprensión de los legos en la materia.
~ a n t para
o el examen a testigoscomoa peritoses muy importánte considerar lo
que regula el párr. 2"del art. 179: "Nosepodrá autorizar un nuevo interrogatorio
después del contraexamen, salvo cuando fuere indispensable para considerar in-
formación novedosa que no hubiera sido consultada en el examen directo o sobre
aspectosque fueron trabajadosen elexamen cruzado". Es central comprender es-
te mandato: si no ha salido ningún punto novedoso (donde novedoso no significa
"algo más sobre lo que ya se dijo" sino "algo completamente nuevo, no referido a
ningún punto de la declaración inicial") en el contraexamen, no puede habilitarse
una nueva posibilidad de examen directo (también llamado "reexamen"). Si el
abogado se olvidó de hacer alguna pregunta en su examen, no tiene una "segun-
da oportunidad". Si no clarificó y10 acreditó adecuadamenteciertos puntos del re-
lato de su testigo, lo mismo. Es importante limitar la posibilidad del segundo exa-
men a los casos donde sea realmente necesario, para evitar que esto se vuelva una
constante en los juicios, con la posterior discusión sobre el derecho a un segundo
contraexamen y el litigio infinito sobre cuestiones avecesdel todo intrascendentes.
PRODUCCIÓN Y CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

b) Control de la información: el contraexamen


El control de la información es la tarea que una parte realiza con la prueba (en
estecaso lostestigosy peritos) ofrecidos por la partecontraria. La herramienta cen-
tral de control esel contraexamen, porque esel momento en que la partesevincu-
la en forma directa con lostestigosylo peritos de la contraria15.
El primer aspecto relevante del CPPRN es la diferenciación que hace entre exa-
men y contraexamen (muchos códigos aún hoy siguen regulando ambas herra-
mientas como si se tratase de lo mismo). El art. 179 establece que: "En elcontrae-
xarnen laspartespodrán confrontar a l testigo operito con suspropiosdichos o con
otras versiones", diferenciando la dinámica con el examen directo. En el caso del
examen, ante la finalidad de producir información se impiden todas las preguntas
que puedan limitar la declaración del testigo y10 posibilitar al abogado poner sus
palabrasen boca del testigo y10 perito. En el caso del contraexamen, la finalidad es
decontrol de la información y, en función a ello, se posibilita la confrontación más
amplia posible para permitir medir lacredibilidaddela personayde la información
que está aportando.
En función a su finalidad, la pregunta cabecera para el contraexamen será la pre-
guntasugestiva o indicativa: el abogado nodeseaque el testigo exponga largasres-
puestas explicando absolutamente todo lo que le pregunta. Su objetivo es el con-
trario. Necesita mantener el control sobre el testigo y controlar pequeñas porciones
de información, para medir su credibilidad concreta en el caso en que declara.
Aunque parezca unaverdad de Perogrullo es necesarioseñalar unacuestión ini-
cial: no es obligatorio contraexaminara todos lostestigosde la partecontraria. Pa-
ra determinar la necesidad de contraexaminar, lo primero que el abogado debe
evaluar es cuánto perjuicio lecausa a su postura la declaración del testigo; si el per-
juicio es importante, lo segundo que debe preguntarse es si tiene material para
realizar un contraexamen o no. Si no cuenta con material para realizar un contra-
examen, es preferible abstenersede hacerlo a intentar contraexaminar y terminar
fortaleciendo el caso de la contraria.
¿A qué nos referimos con "material para el contraexamen"? Al respaldo que
nos permita poner en evidencia al testigo en caso que decida evadir la respuesta o
directamente falsear el testimonio. Contar con sus declaraciones previas, con las
declaraciones previas de los testigos quecontradigan al testigo actual, con todo ti-
po de instrumento que nos permita generar el escenario de confrontación (recor-
demos que el art. 179 habilita a confrontar al testigo con sus propios dichos o con
otrasversiones). Para confrontar al testigo, el litigante precisa un instrumento de

l5 Otras herramientasque pueden considerarsecomode control son lasobjeciones(regula-


das en el art. 180 del CPPRN) y lasdeclaracionesprevias en su forma de utilización para marcar in-
consistencias(reguladaspor el art. 181 del CPPRN),
LETlClA LORENZO

respaldo que le permita poner en evidencia los casosen que el testigo mienta. Vea-
mos distintos escenarios:
Abogado: ¿Usteddijo que Juan ledisparó a Pedro?
Testigo: Sí.
Abogado: ¿Y dijo que lovio en forma directa?
Testigo: Sí.
Abogado: ¿Lovio porque estaba saliendo de su casa justo en ese momento?
Testigo: Sí.
Abogado: ¿Y estaba saliendo porque iba a buscar a su hijo a un cumpleaños?
Testigo: Sí.
Abogado: Pero nadie más lo vio en ese lugar ¿verdad?
Testigo: No. Solo estaban Juan, Pedro y yo que salía de mi casa yvi la escena.
Abogado: En realidad nadie más lovio porque usted en ese momentoestaba ju-
gando al fútbol.
Testigo: No. Yoestaba saliendo de mi casa a buscar a mi nene. Esedía no fui a la
cancha porqueestaba mal de la rodilla y preferí quedarme.

Escenario 1
El abogado que está contraexaminando recibió un dato durante su investiga-
ción en sentido queeste testigo jugaba todaslassemanas,y esedía (el día de los he-
chos), al fútbol con suscompañerosde oficina. Le dijeron queera raroque hubiera
estadoen la casa porque nuncaseperdía un partido. Peroel abogadonoconsiguió
ninguna información de respaldo: ni un testigo, ni una foto, ni un registro de la
cancha, no tiene nada más que ese dicho al pasar. Ante la respuesta bastante vero-
símil que le está dando el testigo, no tiene cómo seguir adelante y solo ha logrado
fortalecer la credibilidad del testimonio del testigo.

Escenario 2
El abogado recibió el datoy preguntóel nombrede la fuente, sabe quesetrata
de Raúl Ramírez que es compañero de trabajo del testigo, lo llamó y habló con él,
le preguntó si esedía habían estadojuntosen la cancha y Raúl ledijoquesí, que ha-
bían estado en la cancha. A partir deesta información, el abogado sigue con el con-
traexamen. Retornemos:

Abogado: En realidad nadie más lovio porque usted en ese momento estabaju-
gando al fútbol.
Testigo: No. Yo estaba saliendo de mi casa a buscar a mi nene. Ese día no fui a la
cancha porqueestaba mal de la rodilla y preferí quedarme.
Abogado: Déjeme ver si estoy claro: ¿usted dice que el día ... usted no fue a ju-
gar al fútbol y se quedó en su casa?
Testigo: Sí.
PRODUCCIÓNY CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

Abogado: ¿Nofue para nada a la cancha?


Testigo: No, no fui.
Abogado: ¿Ustedconoce a Raúl Ramírez?
Testigo: Sí.
Abogado: ¿Escompañero suyo de la oficina?
Testigo: Sí.
Abogado: ¿Yjuega con usted al fútbol regularmente?
Testigo: Sí, va siempre.
Abogado: ¿Y qué me diría usted si yo le dijera que hablé con Raúl Ramírez y él
me dijo que estuvo con usted ese día en la cancha?
Testigo: No, eso no es posible.
Abogado: ¿Qué me diría si yo le dijera que Raúl Ramírez está dispuesto a venir
a declarar que estuvo con usted?
Testigo: No, ese día no fue a la cancha.

Posibilidades a partir de esta introducción


Puede suceder que el testigo termine admitiendo que estuvo en la cancha y se
desbarate su testimonio o puede suceder que el testigo se mantenga y el abogado
se vea habilitado a ofrecer a Raúl Ramírez como prueba sobre prueba para con-
frontar 10sdichos'~y a partir de allí puede suceder tanto que el tribunal no lo con-
sidereconveniente porque havistoel punto, que lo considereconvenientey dé Iu-
gar a la producción del testimonio, que el propio abogado que ofreció la prueba
admita que hay un problemacon el testimonioy desistadel mismo ... Posibilidades
se abren tantas como litigantes y jueces existenI7. Lo que nos interesa señalar es

l6 El CPPRN no ha regulado específicamentela posibilidad de ofrecer prueba sobre prueba.

Pero básicamente la lógica opera en el siguiente sentido: el abogado no habría podido ofrecer a
Raúl Ramírezen la etapa intermedia porque habría sido impertinente en ese momento (no es un
testigoque pueda aportar información sobreel hecho. aportaría información para establecerque
otro testigo está mintiendo y por el principio de buena fe no pensamos que los testigos vayan a
mentir a juicio porque en caso contrario nosveríamos obligados a admitir prueba sobre todas las
personasque concurran a declarary sería algo interminable); pero ante la declaración del testigo
negando laversión de Raúl Ramírez, se hace necesario contrastar la situación para medir realmen-
te la credibilidaddel testimonio. Eneseescenario. el abogado podría ofrecera Raúl Ramírezcomo
testigo para que concurra a declarar sobre este punto (prueba sobre la credibilidad de los dichos
del testigo) y el tribunal debería evaluar la necesidad de ese testimonio y decidiren consecuencia
(valorando el peso específicodeesetestimonio enel caso de las partes, la posibilidad real de debi-
litar la credibilidad a partir de la incorporación de la prueba que ofrece el abogado, la viabilidad
material de traer al testigo, etcétera).
l7 El abogadode nuestro ejemplo podría habersido un poco más previsortambién y haber
tomado una declaraciónjurada a Raúl Ramírez, que podría ofreceren este momentocomodocu-
mental en función a la incidencia no esperada que se produce por la negativa del testigo y de esa
forma facilitarla resolución,
LETlClA LORENZO

que en el primer escenario que planteábamos, nada de esto era posible porque el
abogado no había realizado ningún tipo dechequeo de la información y todo de-
rivaba en "su palabra contra la mía". Para realizar un contraexamen efectivo es ne-
cesario tener una preparación adecuada. Ello implica conocer al testigola, conocer
sus declaraciones anteriores, contrastarlas con la declaración actual, contrastarlas
con la declaración del resto de los testigosen el caso. No es una tarea sencilla y por
ello debe limitarse a lo estrictamente necesario. Por ello la pregunta de partida en
todos los casos debe ser: jes necesario que contraexamine a este testigo?
Si el litigante decide que es necesario contraexaminarlo, porque cuenta con la
información de respaldo necesaria para evidenciar cualquier incongruencia rele-
vante que surja en el testimonio, entonces lo segundo importante será manejar
bien la herramienta. En el ejemploque hemostomado, si bien el abogado tenía (en
el primer escenario) la falencia en cuanto a la información de respaldo, sí hizo algo
bien: preguntas sugestivasde un solo punto. La regla en el contraexamen es man-
tener el control del testigo. Si en una sola pregunta el abogado le hubiese dicho al
testigo "el día del hecho es el día que usted juega al fútbol, sin embargo, ese día a
esa hora dice que estaba en el lugar y pudo ver el disparo porque estaba saliendo a
buscar a su hijo a un cumpleaños. Cuando en realidad usted estaba en la cancha,
jno?". Está diciendo lo mismo que hemosvisto líneas arriba, pero todo junto y en
una sola pregunta. Másallá de las objeciones que podrían realizarse por lo confu-
so de la pregunta, la posibilidad real de control sobre la información disminuye
mucho. Por ello la recomendación a los litigantes en el contraexamen siempre es
reducir las preguntas, hacerlas sugestivas sobre un solo punto e ir avanzando paso
a paso, como en el ejemplo.
En ese mismo sentido, el contraexamen es fragmentado: no hay un orden cro-
nológico sino que se toman aquellas porciones de información que resultan rele-
vantésy a deallí se construyen las preguntas. Esto contrasta completamente
con el examen directo, donde lo que se procurará es una producción cronológica
de la información.
Otro aspecto importante a diferenciar en el contraexamen es el tipo de objeti-
vo que se perseguirá: puede cuestionarse la credibilidad del testigo (usted está
mintiendo) o la credibilidad del testimonio (usted cree en lo que dice y lo hace de
buena fe, pero hay razones que indican que no puede ser así). La primera forma
(credibilidad del testigo) es la más confrontacional y es el ejemplo que hemos ex-
puesto en el ejemplo: dado que directamente se cuestiona a la persona que está
declarando y se busca evidenciar que está mintiendo, no será un contexto amable

l8 Esto no necesariamente quiere decir haber tenido un contacto directo con él, cuestión
bastantedificil ya que setrata detestigosde la contraparte. Pero no es necesario tener un contac-
to directo para saber cómo piensa, cómoes su vida. cuales son sus actividades, etcétera.
PRODUCCIÓN Y CONTROL DE LA INFORMACIÓN EN ELCPPRN ...

de contraexamen. La segunda forma (credibilidad del testimonio) es menos con-


frontativa ya que apunta a evaluar las condiciones internas y10 externas en que el
testigo percibió la información que viene a aportar al juicio; por condiciones inter-
nas de percepción nos referimos a los sentidos del testigo (veía bien, escuchaba
bien, estaba atento en ese momento). Por condicionesexternas nos referimos a to-
dos losdetallesque permiten construir o no el relatodel testigo: diceque lovio per-
fectamente, pero a qué distancia estaba, qué obstáculos tenía, cómo eran las con-
diciones climáticas, era de día o era de noche, por cuánto tiempo pudo observar,
etcétera. Todos pequeñosdetalles que puestosen contexto son súper importantes
para valorar adecuadamente cuán creíble es el testimonio de una persona.
En el ámbito específico del control de la información debemos hacer notar que
si todo esto resulta difícil pensándolo en términos de los testigos, en lo que hacea
peritosesaún más complejos. No podemos obviar el hecho de que los peritosestán
declarando sobre aspectos específicos del conocimiento que se nos escapan. Por
ello no tenemos posibilidad de discutir de igual a igual y debemos ser muy cuida-
dosos a la hora decontraexaminar a un perito, teniendo precisión en las preguntas
y certeza en las posibilidades reales quetenemosde generar mellas en su credibili-
dad. En definitiva, siempre que contraexaminemos, tanto a un testigo como a un
perito, debemos tener un grado alto de certeza en cuanto a las respuestasque re-
cibiremos (es conocido el consejo que se da a los litigantes para el contraexamen:
nunca haga una pregunta cuya respuesta desconozca).

Finalmente, dos cuestiones generales que influyen directamente en el examen


y contraexamen de testigos:
Essumamentepositivo queel art. 179 haya cerradocualquier posibilidad de
losjueces a hacer preguntas a lostestigosylo peritos. Claramente establece:
"Losjuecesnopodrán formularpreguntas". De esta manera, todo lo que es
producción y control de la información queda estrictamente en manos de
las partes.
También resulta esencial para una correcta implementación de la oralidad
plena la regla establecida por el art. 177, que limita completamente la incor-
poración por lectura de la prueba y pone en su real dimensión a la prueba
testimonial: "La prueba que hubiese de servir de base a la sentencia deberá
producirse en la audiencia dejuicio salvo excepcionesexpresamenteprevis-
tas. Solo podrán ser incorporados a ljuicio p o r su lectura las pruebas recibi-
das conforme a las reglas delanticipo jurisdiccional de prueba, sin perjuicio
de que lasparteso el tribunalexijan la reproducción cuando sea posible. To-
da otra prueba que se pretenda introducir aljuicio porsu lectura no tendrá
ningún valor, salvo acuerdo departeso que, en la audiencia de etapa inter-
media, eljuez la haya admitido de ese modo, p o r tratarse de prueba sufi-
cientemente estandarizada. Ello, sin perjuicio de la presentación de docu-
LETlClA LORENZO

mentos a l testigo, perito o a l imputado para facilitar su memoria o dar ex-


plicacionessobre lo que allíconsta, previa autorización de losjueces. En to-
do caso se valorarán los dichos vertidos en la audiencia". Como puede ob-
servarse, el énfasis está puesto en la incorporación de testimonios y la prue-
ba efectivamente incorporada en el juicio. Esto favorece realmenteal juicio
como etapa central del proceso y genera que la producción de información
al tribunal quedecidirá el caso tenga real calidad.

5 6. Conclusiones
La regulación procesal del examen y contraexamen de testigos y10 peritos del
CPPRN es adecuada a un sistema adversarial, posibilita un accionar amplio de las
partes tanto en la preparación como en la producción y control de la información.
Desde la definición sobre quiénes pueden testificar y cuáles son las características
de los peritos hasta la regulación de las herramientas específicas para producir el
examen y controlar en el contraexamen, se veen el CPPRN un aprendizaje detodas
las normativas que han reformado sus procesos hacia la oralidad.
La desformalización en la etapa de investigación, que permite buscar opiniones
expertas sin mayor exigencia en términos de autorización y nombramiento de pe-
ritosy posibilita el contacto directo con los testigos para una mejor preparación de
los casos, es un elemento clave para el desarrollo de juicios orales con producción
de información realmente relevante.
La forma en que se implemente la audiencia de la etapa intermedia también in-
fluirá mucho en el desarrollo de los juicios: en la medida en queen la audiencia de
control de la acusación se discuta fuertemente la admisibilidad de la prueba, se po-
sibilitará que los casos que lleguen a juicio tengan prueba pertinente y acotada a
los puntos de controversia.
Como hemos detallado a lo largo del texto, desde la regulación normativa se
han generado todas las herramientas necesarias para una correcta preparación de
los abogados con relación a los testigos y los peritos y un adecuado litigio al mo-
mento del juicio. Se han regulado en forma adecuada las preguntas permitidas y
lasprohibidas, las posibilidadesdeintervención de laspartes, lasformasampliasde
confrontación. La implementación y el día a día determinarán si las prácticas se
orientan hacia esta transformación completa que propone la norma, o si perviven
prácticas propias del sistema del expediente. En esa tensión permanente está el
gran desafío de la nueva etapa que se abre en la provincia de Río Negro.
El derecho del imputado a un acusador penal
único (o, a un solo discurso acusatorio
del que defenderse ...)
OSCAR RAÚLPANDOLFI *

POSTULADO
Postulamos que en todo el transcurso del proceso penal, se reconozca,
en los términos del art. 28 de la CN, el derecho del imputado
a una acusación única de la cual defenderse.
Los sujetos procesales penales del futuro deberán ser solo dos:
el imputado y un únicoacusador: la víctima y10 el fiscal.
S i actúan ambos, lo harán en un litis-consorcionecesario con discurso unificado
en caso de disidencia, resolverá el juez del procedimiento intermedio

5 1. Panorama actual de la cuestión


Despuésde "Santillán" el carácter autonómodel querellante particular, parece
tender a afirmarse. Y no solamente eso. Hoy, no es difícil encontrarse con causas
que tengan plurales querellantes. Y ello, no exclusivamente en procesos origina-
dos en hechos que produjeron gran cantidad devíctimas. Cabe entonces pregun-
tarse: ¿Quiénesson los querellantes que tienen tal derecho, es decir, e l de co-ejer-
citar la persecuciónpenal, en delitos de acción pública? Personas físicas (víctimas),
desde luego, o losderechohabientes de las mismas, pero también personasjurídi-
cas particulares, una sociedad anónima, una sociedad de responsabilidad limitada,
una asociación civil (ONG)algunas con y otras sin personería jurídica, y agrupacio-
nesvarias', clubes, iglesias, etcétera.

* Profesor Consulto de Derecho Penal y Procesal Penal de la Facultad de Derecho de la UN


Comahue (por sentencia firme de la Cámara Federal de General Roca).

' Que no siempre tienen la seriedad y trayectoria que tienen las más conocidas en el cam-
po de los derechos humanos. y además, muchas veces carecen de patrimonio y por ende de res-
ponsabilidadesciviles por las acusaciones que formulan. si estas resultaran infundadas.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Pero además de estevariopinto espectro de acusadores particulares, están -lo


queeselcolmo- losentesestatalesautónomos, si sus respectivospatrimoniosfue-
sen perjudicados, y ya que están, también resultan habilitados, en nombrede los
"interesesdifusos" o "sociales, particularizados" el Defensor del Pueblo, la AFIP, la
Auditoría General de la Nación, el Fiscal de Estado Provincial, la Contraloría Gene-
ral de la Provincia, la Aduana, la Oficina Anti-Corrupción, el Fiscal de Investigacio-
nes Administrativas, etcétera. Esdecir, casi todos losorganismos públicos hoy pare-
cen sentirse y están autorizados para querellar, olvidándose que en el proceso pe-
nal, el Estado "es" el Ministerio Público Fiscaly la persecución de este, tratándose de
acciones penales públicas, aparentemente insoslayable dada la norma del art.120
incorporada en la reforma constitucional de 1994.
Si contraponemosesta situación, con la del imputado, encontraremosque+on
forme las inconstitucionales limitaciones impuestas por el art. 105 del CPPN- no
puede designar a más de dos defensores2.La igualdad de armas (tan proclamada)
significa que en este caso, los acusadores pueden ser un coro, pero los defensores,
solamente un dúo. Esto esalgo que repugna -instintivamente-a cualquiera. En
cualquier lid, el sentimiento público exige que se cumpla con el fairplay y además,
por lo general, simpatiza con el más débil. Y obviamente, el imputado, (que en el
peor de los casos, habrá ejercido una violencia privada, que tiene enfrente al Esta-
do, con todos sus recursos, económicos y técnicos y ejerce la violencia punitiva es-
tatal) ese1 másdébil. Pero además, la imagen del "juicio justo", no podría cumplir-
se, si en uno de los rincones, está el imputado con su defensa, y en el otro hay cinco
o seis contendores.

5 2. Las normas internacionales


Ahora bien, el primer derecho humano (despuésdel derecho a la vida) -tanto
axiológica como históricamente-y consecuencia necesaria del derecho a la Iiber-
tad, es el derecho (procesal) de defensa en juicio delimputado. El primer compo-
nente de este derecho de defensa es "el derecho a conocer la imputacion y el dere-
choarefutarla"(arts. 18y7S,inc.22,CN, 1°.2,70.4,80.1,80.2.a,80.2.b,80.2.c,80.2.f,
CADH,9°.2,90.3,14.1,14.3.a, 14.3.b, 14.3.e,y 14.3.9, PIDCP).
Es de hacer notar que al referirse a los términos de la imputación, ninguna de
esas normas alude a la misma en número plural. Puesto que se "sobreentiende"

El autor del Código, en su comentario señala que "una intervención mayora dos aboga-
dos (defensores) conspira contra la buena marcha del proceso ..." (Levene-h-, Código Procesal
Penalde la Nación (ley23.984) comentado yconcordado, 1992, p. 83). Nos gustaría saber que pen-
saría el doctor Levene (h) si viese causas con quince querellantes, con quince requerimientos de
elevación a juicio distintos, otros tantosofrecimientosde prueba, con derecho a repreguntar, ale-
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

que la acusación o imputación es única y unívoca. Por lo cual el imputado comien-


za a ejercer su derecho de defensa (desde el mismo momento en que se convierte
en tal), teniendo3 conocimiento y comprensión completa del tenor de la misma.
Para poder así rebatirla, confrontando a quienes le acusan (cfr. doctrina del fallo
"Benítez" de la CSJN).
Repasemos el texto de las normas convencionales, comenzando por la Conven-
ción Americana sobre Derechos Humanos:
Como consecuencia del texto del art. 1°.2: "Para losefectosdeesta Convención,
penona es todo serhumano", de lo quesedesprende que el Ministerio Público Fis-
cal, representante del Estado, titular del poder penal punitivo, "carecede los dere-
chos humanos" de los que sí goza la víctima si es admitida como sujeto procesal en
el procedimiento penal.
El texto del art. 7O.4obliga que cualquier "persona detenida oretenida debeser
informada de las razones de su detención y notificada, sin demora, delcargo o car-
gos formulados contra ella". Cualquier detenido pues -por el solo hecho de ser-
lo- tiene inmediato derecho a conocer los cargos que se le formulan.
El art. 8O.1 obliga a que el imputado sea oído, "con las debidasgarantíasy den-
tro de un plazo razonable.. ." para "la sustanciación de cualquier acusaciónpenal
formulada contra ella ...". Esdecir, que el conocimiento del tenor de esa "acusación
penal" formulada con total precisión, es la basedel derecho de defensa del imputa-
do. Lo que significa, que ese conocimiento forma parte de las "debidas garantías".
El art. 8O.2.a) obliga al tribunal competente, para asegurarsedequeelimputa-
do comprenda los términos de la acusación quese le dirige a "ser asistido gratuita-
mente p o r e l traductor o intérprete, si no comprende o no habla el idioma deljuz-
gado o tribunal".
El art. 8".2.b)obligaaquesesuministreaI imputado "comunicaciónpreviayde-
tallada (...) de la acusación formulada"(asíen singular).
El art. 8O.2.c) disponela concesión al inculpadodel tiempoy de los mediosade-
cuados "para la preparación de su defensa", la cual -como es obvio- presupo-
ne elconocimiento cierto e inequívoco, del tenor de la acusación que pesa en su
contra.
El art. 8O.2.f)concede derecho al imputado de "interrogar a los testigos" y tam-
bién de proponerlos o designar peritos, para refutar la acusación.
Y por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone en
su art. 9O.2 que: "Toda persona detenida será informada, en el momento de su de-
tención, de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusación for-
mulada contra ella".

Minvielle, en "Doctrina Penal", año 11, 1988, p. 65 y SS.,esp. ps. 80 y 81: "si se quiere res-
petarel principiode legalidad, el mismoopera desdeel comienzode la investigación preliminar".
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Así puesqueesta norma dejó sin efecto (a partir de 1994, los arts. 31 y 75, inc. 22,
CN) lasvetustasnormasque,~.gr., enalgunostribunalesde Río Negro, todavía hoy,
siguen siendo invocadas para evitar queel imputadoo su letrado, sean privadosdel
conocimiento puntual de la imputación que existe en perjuicio deaquel.
El art. 14.1, "...Toda persona tendrá derecho a ser oída públicamente y con las
debidas garantías por un tribunal ... establecido por la ley en la sustanciación de
cualquier acusación de carácterpersonal formulada contra ella".
El art. 14.3, "Durante el proceso toda persona acusada de un delito tendrá de-
recho en plena igualdad a lassiguientesgarantíasmínimas:
El art. 14.3.a), a ser informada sin demora, en un idioma que comprenda y en
forma detallada de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella.
El art. 14.3.b), a disponer del tiempo yde losmediosadecuadospara laprepara-
ción desudefensa y a comunicarsecon un defensor desu elección.
El art. 14.3.e), a interrogar o hacer obtener la comparecencia de los testigos de
descargo y que estos sean interrogados en las mismas condiciones que los testigos
de cargo.
El art. 14.3.f), a ser asistida gratuitamentepor un intérpretesino comprende o
no habla el idioma empleado en el tribunal.
El art. 14.3.g), a no serobligada a declarar contrasímisma n i a confesarsecul-
pable.
Adviértase que en la totalidad de las normas convencionales-internacionales
transcriptas, se alude en términos inequívocamente pertenecientesal número sin-
gular, a la acusación, cuyo tenor claro, cierto y completo, debe ponerse en conoci-
miento del imputado.
Y el adjetivo "singular" determina-lógica y hermenéuticamente-el carácter
"único" dela acusación. Locual, matizandoel títulodel trabajo, revela queen rea-
lidad, todavía más importanteque el número de acusadores, es la acusación la que
debe ser única. Es decir, que podrían alternarse dos o más acusadores, pero todos
deben coincidir en su discurso. En el texto de la alocución acusatoria, quees la que
debeser única. Para respetar losderechos humanosdel imputado, que componen
su derecho de defensa en juicio.

5 3. Integración de litisconsorcio necesario


En las acciones penales públicas, para resolver las controversias entre el Minis-
terio Público ~ i s c alal víctima
~ (en los delitos en que haya víctima) sobre los discur-
sos fácticos y jurídicos y estrategias probatorias de la única acusación, el juez del
procedimiento intermedio, tomará en cuenta la prevalencia de los intereses parti-
culares~socialesgeneralessegúnel caso, y ordenará la constitución de un litis-con-
sorcio necesario. Si para ello surgieren divergencias, convocará a una audiencia al
efecto, a las partes acusadoras. Y en caso de que no hubiese consensos en cuanto a
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

la calificación y a las estrategias acusadoras, resolverá en forma definitiva la inci-


dencia. En lasacciones privadas, obviamente, todosigue igua1.Y en loseventuales
casos de "conversión de la acción pública o privada" para aquellos códigos o pro-
yectos nuevos4que contemplan la "privatización" en el caso de que el Ministerio
Público sedesinterese de la persecución penal (por el acogimiento de un criterio de
oportunidad u otros mecanismos reglados), naturalmente que la víctima-querell-
ante no tendrá que "empezar" de nuevo, sino que todo lo actuado por el Ministe-
rio Público Fiscal antes de la "conversión" será plenamente válido y conservará su
vigencia5.

54. Del derecho a la acusación penal única


- Nace el principio de congruenciaprocesal

Nóteseque el primer componentedel derecho de defensa en juicio del imputa-


do-derechoaconocer la imputación y a refutarla son como lasdoscarasde la mis-
ma moneda- y contiene el derecho (claim) del ciudadano primero a reclamar ese
conocimiento. Y conocida la imputación y adquirido el mismo (que como ya ade-
lantamos debe ser completo, concreto y cierto) nace el derecho a rebatirla. Me-
diante la confrontación delos testigosdecargo, documentasen los cualesaquella
se asienta y el ofrecimiento de los medios probatorios de que disponga quien es
imputado.
Y adviértase también que ese derecho es una conquista de la modernidad. Pro-
viene del iluminismo. Recuérdese el diálogo entre el inquisidor y el imputado, en
el primer capítulo de Elproceso de Kafka, que retrata la situación anterior o sim-
plemente, recórranse las páginas del MalleusMalleficarum, o si se quiere algo más
cercano, el todavia vigente art. 204 del CPPN, cuyo texto acredita que el derecho al
mero conocimiento de la imputación, recién se adquiría-hasta hoy mismoen mu-
chos tribunales de todo el país- al tiempo de ser citado a indagatoria.
Atal punto esello así, quecarrara escribía entre 1871y 1873'? "Desde el punto
devista de los principiosfundamentales,hoy no se puede impugnar seriamente, e l
derecho del acusado para ejercer, inclusive p o r medio de un apoderado, su libre
defensa en todoelcursodelproceso. Si la ley natural me imponeel deberde mi pro-

Lasoluciónesadoptadaenelart. 55del CPPRN,aprobadoporley provincial 5020y condis-


tintoalcance por el art. 64del CPPNe aprobado por ley provincial 2784.
V.gr.,lainvestigaciónpreliminar,art. 128ycontroldeinvestigaciónfiscal.art. 129delCPPRN,
aprobado por ley provincial 5020; y en general todo lovinculadocon laformalización del litigio.
En el "Opúsculo IV", Capitulo VI, bajo el elocuente titulo de "Instrucción secreta", p. 89 y
ss. que indicaba por dónde discurrían las preocupacionesdel maestro de Pisa.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

pia conservación, me da derecho a rechazar con un arma al que ataque con un ar-
ma (...) por lo tanto, me da con mucho mayor razón el derecho de defenderme con
la palabra contra el que me ataque con la palabra. Esta verdad ya ha sido reconoci-
da y proclamada por todos los pueblos cultos; solo que todavía se le imponen Iími-
tesa su aplicación puesgeneralmenteel derecho a la publicidad y a la defensa, que
se respeta en el segundo período, es pertinazmente negado en el primero. Tal es la
última barrera contra la cual combaten los innovadores contemporáneos, que no
admiten Iímiteso distinciones ...".
Y mástarde, en los 55844,891 y 892desu programa7, hablandode la reimplan-
tación del sistema acusatorio (adversarial, en nuestro lenguaje): "...y esta idea (la
reimplantación del sistema acusatorio) hubiera sido buena y feliz, si hubiera sido
actuada con lealtad; pero su actuación cayó naturalmente en manos de hombres
uncidos por costumbre, al yugo de losviejos temores y a las tradiciones del proceso
inquisitivo, y de ahí nació que las garantías del proceso acusatorio en vano fueron
buscadas en las primeras instituciones del proceso llamado mixto ..." (5 844).
"No basta que haya acusación, si no le es intimada al reo (...) la intimación de la
acusación (para que nose convierta en una farisaicasimulaciónprocedimental) de-
be llenar siempre dos condiciones: 19 debe ser completa, 241 debe ser hecha a
tiempo (...)el apercibimiento de la acusación es necesario para poner al imputado
en condiciones de ejercer útilmentesu derecho de defensa, porquesin esta nunca,
podrá haberconfianza dequeel juiciocriminal conduzca al conocimiento de laver-
dad, que interesa no solo al imputado sino a la sociedad toda, y por esto es de or-
den público ..." (5 892).
Además refiereque "... la fórmula de que la intimacióndebesercompleta resu-
me la idea cardinal de que es deber del investigador o del acusadorno tenerle es-
condido al imputado nada de cuanto se prepare para su daño o de cuanto se hace
o se hará, para reforzar el preconcepto de su culpabilidad y destruir la presunción
de inocencia que siempre lo asiste. Yla fórmula que debe ser hecha a tiempo resu-
me otra idea principal, la que esdeber delinvestigador o delacusadorhacerle alim-
putado la comunicación completa delasindagacionesy testimoniosen sucontra, en
un tiempo que le permita introducir en elproceso medios de defensa" (5 892).
Y desde entonces, siempre8 se ha admitido que la deficiencia en la descripción
de los hechos imputados implica una nulidad absoluta. De las que se declaran de
oficio, porque alojan entre las que define el art. 167, inc. 3"del CPPN, pues hacen a
la intervención, asistencia y defensa de los derechos del imputado.

' Carrara, Programa dederechocriminal. Partegeneral, 1977,vol. II, ps. 299y 363 a 367, res-
pectivamente.
Véase por ejemplo. el comentario de Nuñezalviejoart. 358 del Código de 1939de Córdo-
ba (CódigoProcesalPenalanotado, Zaed.. 1986, p. 308).
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

Por otra parte, habrá que recordartambién a Nuñez, peroen relación a la impo-
sibilidad dequeel tribunal deoficio cambie la acusación, en una cita9: "El tribunal
de juicio no puede modificar de oficio la acusación. Esta es una facultadconcedida
al fiscalde la que puede hacer uso enseguida de abierto el debate, en el curso del
mismo y aun antesde la audiencia del juicio, según lo ha resuelto en estecaso el tri-
bunal superior. El hecho procesal es diferente a l hecho penal. Este constituye el
presupuesto de la pena, en cuanto condición para que dentro de nuestro sistema
penal-liberal, se la pueda aplicar sin violar el principio constitucional nullum cri-
men sine lege (art. 18, CN). El hecho procesal constituye la materia de la acusación
formulada en contra del procesado, en la requisitoria fiscal o en la remisión a jui-
cio. Lo que interesa a los fines de la garantía de la inviolabilidad de la defensa, no
son solo los hechospenalmente relevantes contenidos en la acusación, sino tam-
bién todas las circunstanciasenunciadas en ella capaces de influirperjudicialmen-
te en la defensa del procesado, respecto a la prueba de la existencia de aquellos y
desu atribución a élcomo reo".
Y en relación a la primera cita de Carrara, en su decidida embestida contra la
"instrucciónsecreta", tan preconizada en Italia por aquellosaños, habrá que recor-
dar que lo que hoy denominamos "imputación" y Carrara, en su lenguajeortodo-
xo, llamaba "acusación", puede ocurrir mucho tiempo después del comienzo de la
imputación. Operada -por ejemplo- con un allanamiento o una requisa (véase
la cita precedente de Minvielle) Y en cuanto al derecho a rebatir, ofreciendo prue-
ba durante el sumario (art. 199, CPPN), más allá de la garantía más bien nominal de
la "obligatoriedad" de la evacuación de citas hechas en la indagatoria (arts. 304,
CPPN)I0, se puede asegurar que todavía hoy ese derecho humano reconocido por
los pactos internacionales, sigue siendo desconocido.
Nosolamenteen el sumario,sinoinclusoen el p1enario.A travésdelasmúltiples
disposiciones inquisitivas que infectan el rito deljuicio (prueba de oficio, rechazo
de prueba por "impertinente" o "superabundante" 11, facultades de incorporar
prueba sumaria1 casi omnímoda por parte del tribunal, "instrucciones suplemen-
tarias", facultad de interrogar a los testigos, etcétera). Todas las cuales después de
"Quiroga" (CSJN) y "Fermín Ramírez v. Guatemala" (Corte IDH) nos parecen in-
constitucionales.

Véase Pandolfi, Recurso de casaciónpenal, 2001, p. 471 y 5s.. con cita de Nuñez. en LL. 19-
756 y 757.
l o Véase el comentario de Levene (h), Código ProcesalPenalde la Nación (ley23.984) comen-
tadoy concordado. 1992, p. 260, donde se "relativiza" la "obligación de evacuar las citas".
l1 Su pertinencia osobreabundancia, en todocaso, podría serjuzgada por el juezdel proce-
dimiento intermedio, art. 163del CPPRNaprobadoporley 5020, yart. 168del CPPNeaprobado por
ley 2784, pero de ninguna manera porel juezdel juicio.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Como lo dice con acierto CastexT2:"El principio de congruencia procesal, es un


corolario del derecho de defensa en juicio del imputado" 13.
Es decir, que no respetándose el principio de congruencia procesal, queda da-
ñado el ejercicio del derechodedefensa en juicio del imputado. Por la obvia razón
-que no necesita demostración-dequeparaque "haya defensa" tieneque "ha-
ber de qué defenderse", según la clásica tautología de Maier. Aceptada reiterada-
mente por la CSJN-Fallos, 321:469 y losallícitados.
De lo que se infiere quesi hay "variasacusaciones" -todasválidas-el imputa-
do no podría seleccionar, de cuál de ellas defenderse. Y el corolario de este "coro-
lario" previo, esel títulodeeste trabajo. Para poder saber de quédefenderse, el im-
putado tienequeconfrontar una única acusación.

5 5. Ampliación del postulado


La acusación debe ser integramente conocida en tiempo oportuno por el imputado.
Para lo cual debe ser completa, concreta y única.
ALBERTO BINDER, La nigualdaddearmas»

La primera condiciónT4suponequela descripcióndelhechoabarcatodoslosda-


tosde la realidadque elacusadorconoce. La segunda, que ese conocimiento debe
ser puesto a disposición del imputado, no solamente en cuanto a su tipicidad, sino
a la antijuridicidad, a la culpabilidadya lapunibilidad. Y ambossevinculan con el
respeto delprincipiodecongruencia. Principioqueademásemerge-como lo cree
Binder- como corolario del principio, que ahora estamos enunciando: que es e l
derecho delimputado a una acusaciónpenal única. Solo siendo única, la acusación
podrá ser cierta.
Que, aunque emparentado con los anteriores, también lo está con elprincipio
de "igualdad de armas"15. No parece intuitivamente razonable, que el acusado,

l2
Castex "Modos anormalesde inicio del procesoy pariicipaciónde la víctima en la investiga-
ción preliminar", enAA.W., Garant;asconstitucionalesenla investigaciónpenal, 2006, ps. 17a 31.
l3 En realidad, bien mirado, hay quienes piensan (con 8inder)queel derecho del imputado
a unacusadorpenal único (queeselverdadero principio, ari. 56del CPPRNaprobado por ley 5020,
y ari. 66 CPPNe aprobado por ley 2784) del que se desprende. como corolario, el principio de con-
gruencia procesal. Porque las notas caracteristicas que debe tener el conocimiento del imputado
de los términos de la acusación (completo. concreto y cierto), son los que le dan contenido al prin-
cipio de congruencia procesal.
l4 Minvielle, en "Doctrina Penal", año 11.1988, p. 81
l5 Véase la fundada explicación de Minvielle, en "Doctrina Penal", año 11,1988, ps. 82 a 85,

sobre el funcionamiento del principio de igualdad de armas procesal, derivación del principio de
igualdad constitucional, pero que - s i n embargo-se amolda a nuestra concepción del juicio pe-
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

tenga que enfrentarse con dos o tres contrincantes. Amén de l o cual, con las "acu-
saciones alternativas" que algunos códigos autorizan (v. gr., e l art. 335 del CPP de
la provincia de BuenosAires) puede perfectamente resultar que e l imputado, de-
ba afrontar no ya tres o cuatro, sino seis u ocho acusaciones distintas i ! El fair trial
no puedeconsentir una "pelea" o contienda, tan despareja.
~. Asíel juicio moderno
se seguiría pareciendo demasiado a las pruebas del "agua" a que éran sometidas
las imputadas sospechosas de brujería, arrojadas atados pies y manos al río, en el
interior deuna bolsacerradaoa cualquiera de las "ordalías" inquisitivasen el "jui-
cio de DIOS".
Detodos modos, quequede bien entendido, quela "igualdad dearmas" node-
be leerse como que todas las "partes" (o los sujetos litigantes) del proceso penal
tienen los mismos derechos en su curso, sino que en ningún caso elimputadopue-
de tener menos derechosque la otra parte deljuicio, entendiendo p o r tala lospro-
tagonistasdelconflictoprimario, que bien mirado, es nada más que la víctima o el
Estado si la víctima es difusa, o no existe.

5 6. Alguna disquisición terrninológica conveniente


En nuestro lenguaje, el fiscal será un sujeto procesal necesario, pero no es pro-
piamente una "parte" (carece de derecho subjetivo propio y respetuosamente nos
parece poco apropiado denominar a las facultades punitivas detentadas por el Po-
der del Estado, como "derechosubjetivo"), por las mismasabundantes razonesque
-nos parece- no permiten homologar una "teoría general del proceso" que en-
globeal proceso civil y al proceso penal.
Que son dos actividades, en nuestra opinión, absolutamente diferentes: (el
triángulo equilátero de Alvarado Velloso, actor-demandado-juez, del proceso ci-
vil, que no es tal, sino escaleno en el proceso penal, las dos partes que tienen "dere-
chossubjetivos" de la misma intensidad, frente al Estado, tercero imparcial, y colo-
cado "por encima de las partes", etcétera) por el lado civil y por el otro, la mera re-
glamentación -claro que de base directamente constitucional- del ejercicio del
Poder Penal del Estado. En la cual uno delossujetos procesalesnecesario (partedel
conflicto primario, ya sea con la víctima, si la hay o con el Estado (o la sociedad en
su conjunto) en losdelitos de pura infracción, por ejemplo) queesel imputado, tie-
ne más derechos que el otro. Y en realidad, el derecho del Estado a ejercer la vio-
lencia punitiva está limitada por las normas constitucionales, pero emana de su
misma existencia. No de ningún "derecho subjetivo". El Estado, cuando actúa co-

nal, en cuya regulación uno de los sujetos procesales (el imputado) tiene muchos más derechos
procesales,que los demás. Y aun que la misma víctima (que por su parte tiene más facultades que
el Ministerio Público Fiscal)
OSCAR RAÚL PANDOLFI

mo titular de "derechos públicos, parecería que tiene facultades, aptitudes, pode-


res, pero no "derechos", en el sentido del claim anglosajón. Y que aquellas estén
reglamentadas, no habilita para equipararlo con los ritos procesalesciviles.
Y ello así, por dos motivos: a) el fiscal, que representa al Estado, titular de lavio-
lencia punitiva penal, carecede "derechos humanos" (art. 1°.2, CADH) loqueachi-
ca su batería de "facultades procesales"; b) la víctima cuando existe, lo es de la
"violencia privada", mientrasqueal imputado, esa quien se leaplica la "violencia
estatal" (poder punitivo, titular de la coerción preventiva y ejecutiva).
Por eso, el "principio de igualdad de laspartes" ha desaparecido de la formula-
ción de losprincipios de los códigos más modernos (véase, por ejemplo, el art. 2'del
Proyecto del lNEClP2004, quesuprimió el originario diseño de "igualdad procesal").
Y es notorio que es el imputado quien tiene derechosy facultades másamplias
en el proceso penal 16. ¿Si así no fuera, cómo justificar el in dubio pro reo, la refor-
m a t i i inpejui, recurso~derevisión contra la sentencia condenatoria, pero no con-
tra la absolutoria. Y en la misma dirección, la amplitud recursiva máxima ante una
sentencia de condena y derecho al doble conforme, nulidades de máximo rango
para los incumplimientos de las formas que afectan su derecho de defensa en jui-
cio (la compurgación y el saneamiento seaplican con más amplitud para los incum-
plimientosformalesqueafectan losderechosdel fiscal (en primer lugar y aun de la
propia víctima, en segundo lugar), recursos in pauperis, "la torpeza o desidia del
defensor no puede perjudicar al imputado" (véaseel caso "lndalecio Peralta y Cruz
Balderrama", del 25/6/68, CSJN-Fallos, 5:459, "Cipriano Vázquez" de 1929, CSJN-
Fallos, 155:374, o el registrado en CSJN-Fallos, 189:34 y más modernamente CSJN-
Fallos, 306:195,310:1934,311:2502,314:1909,315:2984; 319:192,320:854,320:1824
y voto en disidencia del doctor Bossert, CSJN-Fallos, 323:1440).
En todos estos institutos -del proceso penal moderno, hoy vigentes y acepta-
dos- hay un claro "favorecimiento" de la situación del imputado, frente a los del
Ministerio Público y aun en relación a lavíctima. Lo que ninguna manera afecta el
principio de igualdad ante la ley (art. 16, CN), como quedó explicado más arriba.

5 7. Compatibilización de los roles


del Ministerio Público Fiscal y de la víctima
Además-bien mirados sus ritos-el proceso penal que nace de la acción penal
pública (Chiovenda), es nada más que la reglamentación de una facultad punitiva
del Estado, en la cual son sujetos procesales necesarios: a) el imputado; b) lavícti-
ma individual, si existe (si dada la naturaleza del delito que se persigue, hay una o
másvíctimas propiamente dichas). En este supuesto, lasvíctimas deberán integrar

l6 Cfr. Maier, en M.W.,Las facultadesdelquerellante en elproceso penal, 2008, p. 118.


EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

necesariamente un litisconsorcio necesario, y cualquier divergencia será resuelta


como se prevé para idéntico supuesto entre la víctima única y el Ministerio Público
Fiscal; c) el fiscal: si la víctima no existe (delitos de pura infracciónT7,o delitos que
afectan "interesesdifusos") osi tratándosededelitodeacción pública, aquella no
asume el rol de querellante.
En el caso de los delitos que afectan intereses preponderantemente privativos
de la víctima, el fiscaldeberá convertirse en elabogado de la víctima o desempeña-
rá un r o l exclusivamente vigilante de las "condiciones de legitimidad deljuicio",
pero laspeticionesconcretas- lostérminosde la acusación-lashará elrepresen-
tante legal de la víctima que ella designe.
Si la víctima existe, se presenta y el delito es del grupo en los cuales, los intereses
son mixtos (delavíctima-osusfamiliares-ydelasociedad,~. gr., en principio, un
homicidio) y aquella desea desempeñar su rol acusatorio, allídeberá formarse ne-
cesariamente un "litis-consorcio" activo, en e l cual ambos acusadores, deberán
unificar el discurso (teoría del caso) tanto en su aspecto fáctico como en e l encua-
drejurídico (teoría de la subsunción), yprobatorio, bajo pena de nulidadde la acu-
sación. Y e ljuez del procedimiento intermedio, lo será de cualquier disidencia de
opiniones. Para mantener el principio acusatorio simultáneamente con el princi-
pio de congruencia y el derecho del imputado a confrontar una sola acusación.

5 8. Principio de congruencia procesal.


Postulaciones antiguas y actuales del mismo
Quien debe afrontar el poder punitivo del Estado no puede enfrentarse a más
de una acusación. Si e l discurso fáctico varía, elderecho de defensa se vé afectado.
Pero también se vé dañado si lo que cambia es la calificaciónjurídicat8. Y ello por-
que además, la clásica diferencia entre "hecho" y "derecho" (tanto en casación,
con la polémica Satta-Calamandrei) como a propósito de otras tantas distinciones
discutidas en doctrina (por ejemplo, sentencia arbitraria y sentencia errónea, etcé-
tera) muyprobablemente n o sea epistemológicamente válidaI9.
Queson lasmismasrazonesqueya habíaexplicitado Nuñezen 1956en unacon-
ferencia dada en el Colegio de Abogados de Mendoza, a propósito de la casación
cordobesa. No hay cuestiones "puramente" de derecho, ni cuestiones "puramen-
te" de hecho. Recuérdesesuclásico razonamientosobre laebriedaddel imputado.

l7 Muchos de los cuales son inconstitucionales por adolecer de "lesividad" el hecho conmi-
nado.
l8 Véase Maier, Derechoprocesalpenalargentino.t.1-B. p. 336y siguientes.
l9 Como lo ha reconocido la propia CSJN, in re "Casal" y "Martinez de Areco" (2519105 y
20110105. respectivamente).
OSCAR RAÚL PANDOLFI

La interacción normativo-fáctica y las micro-decisionesdel juez, que tan bien expli-


cóGhirardizo.Y por la misma razón, la calificación, como yacasi nosediscutezl des-
puésdel "XXIVCongreso Nacional de Derecho Procesal" (Mar del Plata, nov. 2007),
integra el concepto de congruencia procesal. (véanse en particular la ponencia ge-
neral de Angeia Ledesma, y su obra posterior sobre el iura novit curia) el informe
sobre la cuestión de Víctor Corvalán y10 las ponencias particulares de García Yoma
y Ahumada y la de Langevín).
Es que el dolo, como se ha dicho mil veces por los tribunales de casación, es un
"hecho",psíquico, pero unhecho. Y por ende, integra la cuestiónfáctica. Pero ocu-
rre que cuando hablamos de "dolo" no hablamos de una conducta unívoca. No es
solamente "cumplir objetivamente el tipo" (dolo avalorado), sino más "conoci-
miento" y "voluntad". Y allí aparecen, los dolos directo, indirecto y eventualz2.Y
algunos tipos, tienen elementos subjetivos especiales (el anirnus) y aparece un do-
lo directo "específico", distintodel otro "directo, pero genérico". Amén de la difí-
cil distinción entreel dolo eventual y la culpa con representación o consciente.
Por último, algo muy importante en materia de Estafas y abusos de confianza.
El dolo lastrero, que caracteriza al abuso de confianza, no permite su identifica-
ción, con el ardid, que es dolo inicial puro. Aquel caracteriza a todos los abusos de
confianza y el inicial a las estafas propiamente dichas (cuentos del tío, cambiazo
ensobrad0,etcétera). Y aquíhay también incongruencia, Puescomoseve, aunalo-
jándose en el art. 173 promiscuamente, ambos supuestos de las defraudaciones
modalizadas recogidos en los quince incisos de esa norma, los hechos (tipos objeti-
vos de las figuras penales contenidas en las mismas) son diferentes. Sin salirse, si-
quiera, del mismo artículo del Código Penal.
Un pequeño repaso a la historiadel temadelaextensión y alcancedel principio
de congruencia procesal, permite aclarar totalmente su interpretación actual. Pa-
ra ello recurriré a una cita de una obra de mi autoríaz3,que alude a la de Nuñezdel
t. 19 de LL: "La Corte de Casación de Italia ha sostenido que lo esencial es la altera-
ción de la prueba defensiva. Con estas bases ha resuelto la Corte de Italia, que no
se modifica el hechosi se imputa el delitodeviolencia privada en daño de una sola
persona y se condena por violencia en daño de dos personas". Pero en cambio
agrega el eminente procesalista: "Hay transformación del hecho si se acusa como
partícipe material en el delito de homicidio y se condena por instigador del mismo
o proveedor de los medios de ejecución porquees diversa la conducta en la partici-

20 Ghirardi, Lógica delprocesojudicial, 2"ed.. 1992, ps. 75 y SS.,y 105 a 111.


2' Al menos a nivel doctrinario (pese a la consabida reticencia jurisprudencia1...).
22 Este último, fuertementearraigadoen la jurisprudencia. aunque muy criticado en la doc-
trina penal.
23 Pandolfi, Recurso de casaciónpenal, 2001, p. 472 y siguientes.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

pación y la prueba defensiva. Que es diverso e l hecho si cambian los motivos que
impulsaron al reo, como cuando se imputa homicidio con fin de robo yse condena
por Homicidio por mandato. Y ello por cuanto la condena deviene, sorpresiva".
Y seguíamos diciendo: "Parecidos conceptos vierte Vélez Mariconde (Derecho
procesalpenal, t. 11, p. 238), (...) el hecho es la acción humana efectuada y las cir-
cunstanciasson los accidentes que como el lugar, tiempo y modo, están unidos a la
sustancia del hecho...la garantía prevista en el art. 414 (del viejo Código de Córdo-
ba) requiere que medie una correlación esencialentre e l hecho objeto de la acusa-
ción y e l hecho acreditado en e l debate por e l que se condena (Derecho procesal
penal, t. II, p. 233 y SS.).Solo una mutación sustancial entre ambos podrá acarrear
la nulidad de la sentencia dictada en relación al último (...)Se prohíbe que la sen-
tencia haga méritodeun hecho, deunacircunstanciaodeunasituación que nofue
debidamente intimada porque no estuvo contenida en la acusación ...".Y conclu-
ye: "Lacorrelación hadeserantetodoobjetivao material. Laacusacióny lasenten-
cia deben versar sobre un mismo acontecimiento histórico, sobre un mismo hecho,
considerado en la totalidad de sus elementos constitutivos y en sus circunstancias
agravantesespecíficas;deben coincidir en cuanto a la acción u omisión imputadas
y al pretendido resultado (...) Pero se puede condenar al imputado, sin violar esta
regla, por un delito más levedel que fueobjeto de la acusación, siempreque en és-
ta se encuentre comprendido aquel, de tal modo que no pueda existir violación de
la defensa (. ..) Eljuezpuede pasar de la hipótesis de delito consumado al tentado;
o del delito de daño degradar a una hipótesis menos grave de delito de peligro; o
de la imputación de un delito más grave, complejo o progresivo, llegar a conside-
rar existente uno de l o de los delitos comprendidos en la estructura de ellos (por
ejemplo, considerar e l hurto en lugar del robo), o de una lesión imputada a una
condena p o r agresión con armas; o de la tentativa de homicidio a la lesión".
"... En todos estos casos, el hecho que motiva la condena está totalmente des-
cripto en la acusación, si bien esta agrega elementos (un resultado o una circuns-
tancia) que el juzgador elimina; c) Las circunstancias de lugary tiempo en que e l
delito se consumó pueden ser modificadasa condición de que elcambio no impor-
te privar al imputado de su defensa (...) d) queda excluida, a nuestro criterio (en
contra, Manzini, t. IV, p. 366) la necesidad de que exista identidad con respecto a l
elemento subjetivo del delito, a menos que la diferencia entre la acusación y e l fa-
llo implique violación del principio constitucional que examinamos, debido a que
no se puedo preverporparte del defensor; o sea, porque e l cambio signifique una
sorpresa. Tampoco aquí puede existir una regla absoluta. También a ese respecto
deberá tenerse presente el caso de que se trate".
Las opiniones vertidas por Vélez Mariconde, que fueran criticadas en su mo-
mento en cuanto a su comentario favorable, a propósito de una condena por en-
cubrimiento en un una acusación por robo, han sido relativizadas con el transcur-
so del tiempo, en relación a la mayor exigencia de la congruencia, que ha idopau-
OSCAR RAÚL PANDOLFI

latinamente incluyendo a la calificaciónjurídica, porquese ha ido advirtiendo que


normalmente, este último cambio implica también e l de un dolo diferente. Es de-
cir, cambian los hechos.
El argumento seentiendeclaramente en el comentario queefectuarnosen las pá-
ginas que siguen: "Y - s i n embargo- nos aventuramos a sostener que no nos con-
vence la última de lascitasdevélez Mariconde. En efecto, escierto aue el 'hecho pe-
nal'esdiferente del 'hecho procesal'o de los'hechosde la causa'. Lossegundoscom-
prenden al primero, que se ciñe a la conducta típica. Pero nos parece, con la opinión
de Manzini, que en realidad, 'pasar' del encuadre en el robo al encuadre en el encu-
brimiento, apoyándose en la mera 'tenencia de la res furtiva' y aceptar que allí no
queda violado el principio de la congruencia procesal, merece algunas objecciones.
En primer lugar, el tipo penal del art. 164 y el del art. 277 difieren en casi todo: bien
jurídico protegido, elemento objetivo y elemento subjetivo. Cierto es q u e d e s d e el
punto de vista de 'los hechos de la causaf- la mera tenencia de la res furtiva permi-
te sospechar tanto que sea el autor del robo, como que haya encubierto a sus auto-
res mediante la receptación (dolosa o culposa) de las cosas robadas. Pero ocurreque
aquíseterminan las identidades. Ya queeldoloqueintegra ambos tipos, esagonal-
mentediferente. Oviamente, agreden bienesjurídicosdiferentes.Yademás,sieldo-
lo es 'un hecho psíquico', como nos lo recuerda a cada rato lajurisprudencia casato-
ria, entonces será claro, que indagar por robo y condenar por encubrimiento, será
haber imputado un determinado factum y condenarpor otro.. ." 24.
Por otra parte, no parece cierto afirmar -como se hace generalizadamente-
que ello no podría afectar el derecho de defensa en juicio del imputado. Siendo e l
robo un delito de consumación instantánea, esto es, cometido con fecha y hora de-
terminada, en determinado lugar, lo que no ocurre con la "tenencia de la res furti-
va" que normalmente se prolongará en e l tiempo, resultando independiente del
lugar donde se haya consumado la receptación, parece que inevitablemente se
afectará e l derecho de defensa enjuicio.
"Toda vez queel acusado de robo, podrá centrar su estrategia defensista en de-
mostrar que ese día a esa hora no estaba en el lugar, donde el apoderamiento se
consumó, para terminar siendo condenado por encubrimiento (...) cuando si la im-
putación hubiera sido inicialmente esa, entonces podría haber argumentado (y
eventualmente ofrecido prueba) en forma totalmente diferente. Nodigoqueine-
vitablementese produzca una afectación del derechodedefensa, sinoqueen mu-
chas hipótesiselloseguramente hadeocurrir. En loquetambién concluye lacitade
Vélez Mariconde".
Por último, para colocarle un adecuado corolario a la cuestión, nos permitimos
transcribir un párrafo del fallo de la Corte IDH en el caso "Ramírez, Fermín v. Gua-

24 Pandolfi, Recurso de casaciónpenal, 2001, p. 475 y siguientes.


EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

temala", de su sentencia del 2015105 (párr. 65) que en sus Conclusiones sintetiza:
"De lo expuesto, se desprende sin mayor esfuerzo que es el acusador quien fija el
objeto litigioso. A su vez este objeto, contenido en la pretensión, constituye una
unidad indivisible entre hecho y derecho (...) La preservación de la identidad fácti-
ca y normativa esencial, a lo largo del proceso, constituye una garantíafundamen-
tal irrenunciabledel imputado, su tutela siguesiendo el Iímitede cualquier actua-
cion oficiosa del órgano jurisdiccional".

5 9. Para peor las acusaciones pueden no solamente ser diferentes,


sino incluso, contradictorias entre sí
No puedeel imputado tener quedefenderse de dosacusacionesdiferentes,que
hasta pueden ser contradictorias en sus términos. Pero además, conforme las más
modernasdisquisicionessobreelcontenido del principio decongruencia, esobvio
que el mismo incluye, como ya se vió, la calificación jurídica de la imputación, por-
que casi cualquier cambio en la calificación produce alguna repercusión en la es-
tructura fáctica delrelato. Y por ello, termina por modificarlo. Recuérdeseelclási-
co ejemplo de Vélez Mariconde (con la "tenencia de la res furtiva) a propósito del
hurto y el encubrimiento.
La kputación fáctica podría ser la misma, pero el dolo de quien encubre recep-
tando (delito contra la administración de justicia) y el de quien hurta (delito contra
la propiedad) esdiferente y además, conjuga verbostípicostotalmente diferentes:
en un caso "receptar sabiendo el origen ilícito de la cosa", en el otro "apoderarse
ilegítimamentede la cosa mueble, total o parcialmenteajena".
A menudo, adoptarla decisión estratégica dedefendersede unaacusación, im-
plica renunciar0 dejardepriorizareldefendersedeotra (v. gr., losargumentospa-
ra defenderse de una acusación de hurto -por ejemplo, no estuve en la ciudad
dondeel hechosecometióen una determinada fecha y hora-lodeja alimputado
inerme frente a una acusaciónporencubrimiento, limitada a la receptación dolo-
sa delobjeto hurtado. Por lo cual su tenencia -expost facto- convierte una acu-
sación por hurto desestimada, en una imputación sobreviniente por encubrimien-
to. Como ya hemos visto. O el tantas veces resuelto jurisprudencialmente caso de
lasestafas propiamente dichasy de losabusosdeconfianza, donde lo quecambia,
es el momento del dolo (inicial en las estafas y lastrero en los abusos). como tam-
bién desapareceel ardid que provoca la disposición patrimonial perjudicial, que es
sustituido por el abuso de confianza, con el mismo propósito o resultado.
Dos acusaciones pueden ser contradictorias entre sí. Y de hecho, muchas veces
lo son. El ejemplo más reiteradoen la experiencia jurisprudencia1actual, esel de los
encuadres en homicidio culposo (por accidente de tránsito) y homicidio con dolo
eventual, quecasi es un clásico de las disidenciasen losencuadres: para el Ministe-
rio Público Fiscal, normalmente, es un homicidio culposo, mientras que los quere-
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Ilantes, en representación de los familiares de la víctima, siempre creen percibir un


dolo eventual. Y ocurre que para el imputado defenderse de dos acusaciones dis-
tintas, también en este caso, resulta una opción como la de la ruleta rusa. Ya que, si
se defiendede una imputación por "estrago doloso" (como por ejemplo, en el ca-
so "Cromagnon", con dolo eventual, podría optar por limitarse a una postura me-
ramente pasiva, refugiándoseen el argumento obvio deque: "¿Cómo iba a actuar
con dolo, si nada demuestra que yo me haya querido suicidar, como que estaba en
el lugar de los hechos y la inundación o el incendio, me hubiese puesto a mítambién
en peligro de muerte? (...) en cuyo caso saldrá condenado por estrago culposo".
U otro ejemplo, casi prototípico: sabido es que para muchosautores clásicosdel
derecho laculpa por imprudencia equivalea un excesodeacción:violación
activa de las normasdecautela y culpa por negligencia es un defectodeacción:for-
ma pasiva de la imprudencia, omisión de la diligencia debida, v. gr., en una praxis
médica.
Aquíladefensa necesitaría de una prueba "diabólica": si efectivamentese pro-
dujo el resultado letal, tendría que probar que no hubo imprudencia, porque en
realidad, no hizo nada, pero en ese caso, se podría interpretar como que confesa-
ría su negligencia y resultaría condenado lo mismo. O en caso contrario, tendría
que probar quesíactuó, por lo que no hubo negligencia, pero en tal caso el resul-
tado letal demostraría que hubo imprudencia. Y resultaría condenado, igual que
en el casoanterior, por unadelassimultáneasimputacionescontrariasentresí, por
las que fuera acusado.
Así pues, admitir dosacusaciones, diversasy simultáneasen el mismo juicio tam-
bién violenta el principio ne bis in idem. Como pasamos a demostrarlo.

5 10. La otra vertiente de la fundarnentación


de la garantía
Si se admite más de una acusación, seviolenta irremediablemente el principio
ne bis in idem.
maga riño^^^ en relación al tema que nos convoca, se pregunta: ¿qué significa
"juicio previo". A lo que el autor se responde, conforme la respuesta tradicional de
la antigua jurisprudencia de la CSJN, un juicio requiere de cuatroelementosfunda-
mentales: acusación, defensa, oportunidad de prueba deambas partes y sentencia

25 V. gr., véase Oderigo, Código Penalanotado. 2"ed., 1946, ps. 115 y 116; Gómez, Tratado

dederecho penal, 1940. t. II. p. 118; Diaz, Código Penalanotado, p. 156.YtambiénTerragni. Elde-
lito culposo, 1984, ps. 75 a 80.
26 Magariños. Garantías constitucionalesdel derecho procesalpenal, en "Doctrina penal"^
año 11.1988. ps. 619 a 633, esp. ps. 623 a 625,632 y 633.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

final, queseautosustente racionalmenteen el análisisdeesa prueba y del derecho


aplicable. A poco que se lean atentamente las normas constitucionales, se adverti-
rá que a esta definición, lefaltan -al menos-otrosdoselementosesenciales: ora-
lidadypublicidad. Recién entonces podremos empezar a afirmar que ese procedi-
miento respondería al tipo constitucional del juicio previo. Al cual, sin embargo,
todavía lefaltaría tratándose de un juiciocriminal, quela talsentencia fuesedicta-
da después de unjuicio porjurados (arts. 24,75, inc. 12, in fine y 118, CN).
Lo interesante, es lo quesiguediciendo Magariños, luego de esta introducción,
que arranca a partir del principio de legalidad, estatuido en el art. 18de la CN, y en
el desarrollo de la formulación del mismo por Beccaría en 1764 y sobre todo por
Feuerbach a comienzos del siglo XIX, quien habló además del nullum crime, nulla
poena sine legepraevia, del nullum crime, nullapoena sine iudicio, de otra conse-
cuencia del principio. Quees lo que sigue.
Pues inmediatamente le adosa como "parte integrantes de esta garantía, lo
que se ha dado en llamar principio de congruencia, con arreglo a l cualla sentencia
solo puede pronunciarse respecto de los hechosque han dado base a la pretensión
de la parte acusadora". Y acto seguido, insiste: "Cabe aclarar que esta garantía de
juicio previotiene una conexión estructural muyfuertecon lagarantíadeladefen-
sa en juicio; por tal motivo, algunos aspectos de esta, conviene que sean adelanta-
dos aquí".
Como veremos, Magariños piensa igual que Francisco Cástex, a quien hemos
mencionado más arriba a propósito de su afirmación sobre que: "El principio de
congruencia procesal, es un corolario del derecho de defensa en juicio del impu-
tado".
Cuando en realidad, si bien están emparentados, elprincipio de congruencia
procesal, esla consecuencia (no la causa o elorígen) delderecho delimputado a te-
nerqueafrontaryrefutar una sola acusación. Lo que además de poner en cuestión
el número de acusadores, lo que no tolera, es la diversidad de los hechos y el dere-
cho, en el discurso acusatorio.
Y continua Magariños describiendo que la garantía de juicio previo dequego-
za el imputado, como condición necesaria, previa a su declaración de culpabilidad
e imposición de pena, es que la acusación que procura esa sentencia condenatoria
en cuestión, debe ser formalizada como la afirmación de una cuestión penal con-
creta, con precisa descripción de los hechos que encuadren en los tipos penales,
descriptosen el Libro Segundo del Código Penal, eimputandoal acusado, dealgu-
nade las formas de la autoría o de la coparticipación criminal, de todo lo cual debe
ponerse en conocimiento cierto, completo y concreto al imputado.
Si así no se cumple, razona Magariños, no es posible la iniciación de un procedi-
miento, en el cual se acopia información, sin que la misma le sea razonada y clara-
menteexpuesta al imputado. Afin de que estey su defensor técnico seencuentren
en condiciones de exponer sus argumentos de hecho y de derecho.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Y se concluye con una cita de Maier27,"solo un juicio -conclusión de un razo-


namientofundado en premisas-, representado por el acto que Ilamamos'senten-
cia', puede estar fundado en algo; para el caso en la ley penal, previa al hecho que
se juzga (...) el proceso, en tanto antecedente necesario del juicio, aparece como
último término de la fórmula constitucional, pero su exigencia se relaciona más
con las otras garantías, en cuando demandan que el juicio (y la sentencia) sean el
resultado de un procedimiento imparcial quepermita a l imputado, amplia opor-
tunidadylibertadde defensa, para influir en el juicio del tribunal con vigencia irres-
trictadelaslimitacionesquelaConstitución imponeal ejerciciode la persecución pe-
nal (incoercibilidad del imputado como órgano de prueba, prohibición de la múl-
tiplepersecuciónpenal, inviolabilidad del domicilio y correspondencia epistolar".
Lossiguientes párrafosestán dedicado a demostrar que el reconocimiento de la
garantía cuya existencia propugnamos, también se fundamenta en otro principio
que ya a esta altura de la cienciajurídica, no se discute: la prohibición de la perse-
cución penal múltiple.

5 11. Necesidadde legislar un nuevo supuesto de la ((litispendencia)):


las acusaciones diversas simultáneas
En efecto, como intentaremos demostrar acto seguido, la subrayada prohibi-
ción, ha sido estudiada (y admitida en forma prácticamente uniformeen doctrina
y legislación) en dos supuestos. Uno que se vincula con el pasado (acusación ante-
rior, desestimada o sobreseída). Y que se articula como excepción de cosa juzgada.
Y el segundo, que sevincula con el presente. Que se opone como excepción de litis-
pendentia. La primera está vinculada con el apotegma ne bisin idem en su aplica-
ción restringida, mientras que la segunda, se corresponde con la prohibición del
double jeopardy.
Pero, nos parece, que todavía no se ha advertido, que para poder defenderse
adecuadamente, siendo indispensable la acusación penal única (como surge níti-
damente del tenor de las cláusulas convencionales internacionales que se refieren
al tema de la garantía de la defensa en juicio penal) todasdichascláusulas, seda co-
mo presupuesto sobreentendido, que todos los requisitos que se requieren de la
imputación, todosellossean de una única imputación.
Cuando dichopre-supuesto, espuesto en tela dejuicio, no solamenteporlasde-
nominadas "acusaciones alternativas" (previstas como prerrogativa de la acusa-
ción oficia1)sino tambiénporla actuaciónpromiscua de la acusaciónprivada (¿de-
nominada a veces conjunta?aunque despuésde "Santillán"c1aramente "autóno-

27 Maier, Juicioprevio, en "Revista de Estudios Procesales", 11-37. año l. 2" Época, del 8/5/87
ps. 65 a 78.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

ma"), de lo cualse desprende que además de la proliferación de los sujetos acusa-


dores, estamos frente a otra proliferación: la de los textos mismos de la acusación,
que es quizás más peligrosa, que la de los mismos acusadores..
Y entendemos que varias de las razones que hacen inadmisible la persecución
penal múltiple, son directamenteaplicables para propugnar la inadmisibilidadde
uersecucionesuenalesmúltiules, . - sobre la base de la admisión de discursos acusato-
rios alternativos y10 diferentes. Promiscuamente planteados, por los plurales acu-
sadores.
Para lo cual, seguiremosa Magariñosen su análisis, cuando se refierea la admi-
tida veda de la persecución penal múltiple, significada en el ne bisin idem.
En efecto, esta garantía (innominada, dicen algunos), entre ellos el citado au-
t ~ r proviene
~ ~ , de la Enmienda V de la Constitución norteamericana, la que reco-
giendo el texto de las cartas de los Estados federados, dice: "Nadie será sometido,
por el mismodelito, dosvecesa un juicio ...".Y hasido reconocidaexpresamenteco-
mo garantía innominada, por la CSJN a partir del fallo registrado en CSJN-Fallos,
248: 232, dictamen del procurador general p. 235, t. 298; p. 736, t. 300; p. 1273 y t.
302, p. 210. Ampliándola -además-del concepto originario, que la hacía emanar
del instituto de la cosa juzgada, "afirmandoqueellavedaba nosolo laaplicaciónde
una pena por un mismo hecho, sinotambién la reiteradaexposición al riesgode que
ello ocurriera a travésde un nuevo sometimiento a proceso, de quien ya lo había si-
do por el mismo hecho". Es lo quese conoce en doctrina como el doublejeopardy a
partir del famoso precedente "Green v. U.S." de la Corte norteamericana de 1957.
Hay acuerdo generalizado en que la aludida garantía impide la posibilidad de
realización, tanto de un procedimiento sucesivo como uno simultáneo por el mis-
mo hecho. Y la garantía queda afectada, aunque no haya cosa juzgada de conde-
na, si se expone a la misma persona a la persecución penal por segunda vez, por
idéntica causa.
Por lo que el instituto se relaciona también con la litispendencia, "supuesto en
el cual durante el curso de un proceso se inicia otro, relativo al mismo hecho ilícito,
duplicándoseel riesgo, pero estavez de modo simultáneo"29. Y añade Magariños:
"Desde mi punto devista, existiría un tercersupuesto anteelcualla garantía se ve-
ría afectada; me refiero a la hipótesis en la cual, durante la tramitación de unjuicio
se verifique la reiteración de actosprocesalesprecluídos". Y añade en nota "esta
idea pareciera estar presente en la doctrina de CSJN-Fallos, 272:188, 29850 y
300:112, entre otros".

28
Magariños. Garantías constitucionalesdel derecho procesalpenal, en "Doctrina Penal"
año 11.1988, ps. 632y 633.
29
Magariños, Garantíasconstitucionalesdelderecho procesalpenal, en "Doctrina Penal"
año 11.1988, p.632.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Nos preguntamos por nuestra parte: ¿Estaremosacaso muy errados, si postula-


mosqueen realidad, hay un cuarto supuesto, emparentadocon el terceroqueenun-
cia Magariños, que ocurriría también simultáneamente, con las "denominadas
acusacionesalternativas" ... Lascuales no necesariamente provienen del mismo ór-
gano (como es el caso del art. 335 del CPPBA), sino que pueden provenir una del
acusador particular y otra del acusador público?
Esta acusación promiscua, no se puede tornar inocua por vía de la excepción de
"litispendencia", puesto quesetramita en la misma "litis" o "lite" (asíen el Diccio-
nario de la Real Academia) y alude a "pleito" o "litigio", pero la resonancia que la
primera palabra provoca, es la del "litisconsorcio" y sobre todo la de la "litis-contes-
tatio" y este último concepto nosparece que sí, es inequívocamente ajeno a las re-
lacionesjurídicas que genera unproceso penal (aunque a muchos amigos partida-
rios de la teoría única del proceso, no les guste esta forma de pensar ...).
Pero ocurre que las causas que median para acoger una excepción de "litispen-
dencia", son las mismas que mediarían, para impedir que siga adelante un proce-
so en el cual el imputado, deba defenderse simultáneamente, de dos acusaciones
no solo diferentes, sino que-como ya hemosvisto- hasta podrían ser diametral-
mente, distintas30.Lascuales, comoesfácil imaginárselo, dificultan engradosurno
la estrategia defensista.
Así que parecería que -salvo que en el proceso penal hubiese una excepción
más (que precisamente existe en el proceso civil) que es la de "defecto legal en el
m o d ~ d e ~ r o ~ o n edemandam-,
rla no sevecuál sería el método para resistir-des-
de la defensa del imputado-estedesbordeacusatorioquegenera la imposibilidad
de ejercer e l derecho de defensa del encausado. Todo lo cual es generado p o r la
proliferaciónde lasacusacionesyde losacusadores(. ..) Algunos ya lo estamosvien-
do como la octava plaga bíblica (...) Y otros (Daniel Pastor) hablan de la "deriva
neo-punitivista".

5 12. La cuestión está vinculada con quiénes serán los sujetos


procesales penales del futuro
Los sujetos del conflicto penal primario son el imputado y la víctima. Pero ¿y los
delitosque no tienen víctima3'?, allítendría su lugar el fiscal. En el primer caso, se-

30 V. gr., una acusación por delito culposo, en el cual el fiscal sostuviese que el galeno debió
haber adoptado una actitud expectante, en vez de lo cual practicó una operación quirúrgica.
mientras que la víctima arguyese, que hizo bien en operar, pero tendría que haberle extirpado
otro órgano. En un caso así. jcómo hace para defenderse el imputado?
31 En realidad, si no tienen "víctima" no deberían ser delitos, pues no quedaría afectado el
principio de lesividad. Pero aludimos a tantos delitos de "pura infracción" como pueden serlo los
de tenencia oalgunos de peligroabstracto.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

ría el abogado de la víctima a su pedido. Pero hay casos de bienes jurídicos mixtos,
otrosquetienenvíctimascolectivas, otrosdonde "no hayvíctima" (delitosde pura
infracción). La cuestión pasaría por analizar el Libro Segunda del Código Penal y
hacer una clasificación que permita una discriminación adecuada. Para ver en qué
delitos debe actuar el fiscal (o bien como abogado de la víctima, o bien si esta pri-
vatiza la acción, directamente el fiscal se retira) en qué otros tiene que necesaria-
mente representar el interés social (a través de la acción penal pública). Esto tam-
bién supone una especialización del Ministerio Público Fiscal en diversas agencias,
lo cual parece indispensable.
Analizando someramente la distribución de los Títulos del Libro Segundo del
Código Penal, como lo posibilitan las características de este trabajo, podríamos es-
bozar una primera aproximación a un intento declasificación, cuyo criterio distin-
tivo sería la preeminencia del interés social, por sobre el individual -primer gru-
p o - ~por el contrario, la preeminencia del interésde lavíctima o sussucesorescer-
canos, que integrarían un segundo grupo. Queda otra serie de delitos, que confi-
gurarían un tercer grupo, en los cuales, por confluir intereses igualmente impor-
tantes y valiosos, para la sociedad en general y para la víctima -siexiste interésde
la víctima particularporinterveniren ellitigio-será imprescindible la instrumen-
tación de un litis-consorcio obligatorio, en cuyo caso, en relación a las disidencias
intra-consorciales, se avizoran varias posibilidades, con una última decisión juris-
diccional del juez del procedimiento intermedio. En primer lugar, resolverá el Su-
perior del Ministerio Público y si este decidiese la falta de interés en la persecución
oficial, la alternativa, es la privatización de la acción penal: es decir, prevalecerá la
opinión de lavíctima, peroel Ministerio Públicodesiste de laacción penal pública32
y el acusador pasa a ser lisa y llanamente privado). Por último, si persistiese la con-
currencia de ambos acusadores, será necesario que el juez o tribunal del procedi-
miento intermedio (obviamenteajeno al tribunal de juicio), resuelva la unificación
del discurso acusatorio, tanto en sus aspectosfácticos, cuando normativos, confor-
me el criterio sentado en el fallo "Fermín Ramírez v. Guatemala" de la Corte IDH
precedentemente citado.

32 Comocreemos haberlodemostradoen un estudio histórico-iurídico. sobreel art. 71 del CP.


su inconstitucionalidad es flagrante. Véase Pandolfi,iTienen lasprovinciasfacultadespara legislar
enmateriadecriteriosdeoportunidadyprobation?,en "Revista de DerechoPenaly Procesal Penal",
jun. 2007, ps. 1041 a 1071. Lo cual ha quedado explícitamente admitido por la reforma que la ley
27.147del 10/6/15 le introdujese al ari.71 y SS.del CP, admitiendo que las normas del mismo se apli-
caran únicamentecuando la jurisdicción en cuestión, no tenga incluidoen su CPPnormas sobresus-
pensión del juicio a prueba, mediacióny criterios de oportunidad, lo cual la provincia de Río Negro
introdujoensuCódigo Procesal mixto-anterioral nuevoaprobado porley 5020-cuando por la ley
3794de noviembre de 2003 en su ari. 316 bis, siguientes y concordantes legislósobre el instituto en
cuestión. En el actual Código Procesal Penal de Río Negro aprobado por ley 5020, el instituto desus-
pensión del proceso penal a prueba se encuentra reguladoen el art. 98, siguientesy concordantes.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

Por otra parte, las acusaciones "alternativas" o "disyuntivas" han proliferado


en algunos textos legales (como el vigente de la provincia de Buenos Aires), que
han creído encontrar una solución ingeniosa al problema de la "aparición del he-
cho diverso" durante el curso de la etapa sumaria1 (lo que se sanea con una nueva
requisitoria de instrucción y el reinicio de la investigación sobre esta base) o en el
curso del juicio (lo cual acarrea la mayor masa de problemas) con solucionesal esti-
lo del art. 389 del Código cordobés de 1991, también adoptado en Tucumán, San-
tiago del Estero y Catamarca, o la aparición de estas acusaciones "alternativas" 33.
Ahora bien, no creemos que esto sea así. Y pasamos a analizar por qué.
Según el Black's Law D i ~ t i o n a r y la
~ ~expresión
, del epígrafe significa: « l . Civil
law. The principle that a decision-maker may decline to decide a dispute on the
ground that the matteris unclear. Even britkhjudges formerlysometimessaidnon
liquet and found for the defendant. 2. lnternational Law. A tribunal's nondeci-
sion resulting from the unclarity o f the law applicable to the dispute a t hand. In
modern usage, thephrase appears almost always inpassagesstating whata court
must not do: tribunals are routinely disallowed from declaring a non liquetx
Maierfundamenta la conveniencia de las acusaciones alternativas (tomadas de
la Ordenanza alemana)35.
El texto del art. 263.111 del Proyecto de 1986 decía: "El Ministerio Público podrá
indicar alternativamente aquellas circunstancias del hecho que permiten encua-
drar el comportamiento del imputadoen una figura penal distinta de la ley penal,
para el caso de que no resulten demostrados en el debate los elementos que com-
ponen su calificación jurídica principal, a fin de posibilitar la correcta defensa del
imputado".
Maier, apartándosede una postura previa, a la que califica como un error deju-
ventud dice. "Es una exageración -y también un error- la exigencia de los tribu-
nales de que la acusación coincida con -sea correlativa a- el auto de procesa-
miento (...) La única función real que cumple el auto deprocesamiento, como la

33 También seaduce, con cita de Maier, en alguna ponencia del "XXIVCongreso Nacional de
Derecho Procesal", celebrado en Mardel Plata en noviembre de2007. y en la norma del art. 263.111
del Proyecto de 1986, comoen el trabajo de Maier, en loscuadernos IVyVde Ad-Hocsobre doctri-
na y jurisprudencia de 1997. Sobre todo se invoca esta "solución"como superadora del non liquet
que produciría la aplicación del "hecho diverso".
34 70aed., BryanA.Garner, Editor in Chief, West Group, St.Paul, Minn. 1999, p. 1078.
35 Véase Maier, Acusación alternativa o subsidiaria, en "Cuadernos de Doctrina y Jurispru-
dencia Penal". año III, nros. 4 y 5, 1997, ps. 621 a 633, esp. p. 627. Esta última cita noes del propio
Maier, sinode la ponencia de Gustavo A. Dalma y María Fernanda Ceballos, en el "XXIVCongreso
Nacional de Derecho Procesal"(vide "Libro del Congreso - Ponencias ...", 2007, p. 817 y 5s.); ídem~
Derecho procesalpenal, t. l. "Fundamentos", 2"ed., 2" reimpr., 2002, t. 1, p. 603.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

declaración delimputado durantela instrucción (sea a su propio pedido o compul-


sivamente) se refiere a las medidas de coerción a adoptar. El auto de procesamien-
t o - ~su opuesto contradictorio: la falta de mérito- resuelve la impugnación ori-
ginaria, también en un primer momento, para sobreél fundar o evitar eventuales
medidasde coerción en contra del imputado: la declaración del imputado, precisa-
mente, constituye un medio de defensa, la primera manifestación del derechoaser
oído antes de que se ordene una medida que puede afectarlo (...) Se dice por ello
que el procesamiento esel presupuesto materialdecualquier medida de coerción,
como a su vez la oportunidad de que el imputado sea oído, es el presupuesto for-
maldel procesamiento. De tal manera, la acusación (requerimiento de remisión a
juicio) no debe, necesariamente, coincidir con el procesamiento en cuanto al he-
cho que describe: puede agregarle o quitarle elementos o, incluso, puede apartar-
se considerablemente deél, por descripción de un hecho distinto ..."36.
Me pregunto: ¿Es posible, que si alguien es indagado -esto es-se le oye para
quesedefienda dela imputación de un determinado hecho, despuésse le puededic-
tarautode procesamiento y por ende prisión preventiva, porotrodiferente?¿Como
no se advierte que la forma de razonar del texto transcripto, conduce a que el "pre-
supuesto material" de la coerción preventiva (auto de procesamiento), no coincida
con el "presupuesto formal" del procesamiento (intimación de la indagatoria)?
Y parece una regla Iógica inquebrantable (por violar los principios lógicos de
identidad y tercero excluído) que el presupuesto formal de una proposición Iógica,
no puede ser inconciliable, incongruente o incompatible, con el presupuesto ma-
terial deotra deducida de la primera.
Si despuésde la primera citación a indagatoria (forzada o espontánea) el hecho
"intimado" varía, puesentonces, para empezar de nuevo, hay quevolver a reque-
rir (para queel iudexno actúeexofficio, lo que el mismo autor, precisamentecali-
fica de "extremadamente autoritario" al analizar el art. 389 del Código cordobés
de 1991)37.
Dicho sea de paso, esta norma innovadora cordobesa, elimina lavieja distinción
de los códigos inquisitivo reformados entre "hecho nuevo" (reiteraciones en un
delito continuado o circunstancia meramente agravante) con el "hecho diverso",
que es absolutamente diferente del originario y que nuestro admirado autor, sin
embargo, "elogia" y al cual por mi parte, lo encuentro repugnante al derecho de
defensa en juicio del imputado). Quien recién se viene a enterar en la discusión fi-
nal, de qué se le acusa, aunque se le dé el premio consuelo de poder declarar de
nuevo, ofrecer alguna prueba, perosiempredentrodel escaso plazo de caducidad

36 Véase Maier, Acusación alternativa o subsidiaria, en "Cuadernos de Doctrina y Jurispru-


dencia Penal", año III, nros. 4y 5. 1997, p. 624, nota 2.
37 Maier, Acusación alternativa o subsidiaria, en "Cuadernos de Doctrina y Jurisprudencia
Penal", año III. nros. 4 y 5. 1997,627, nota 7.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

del juicio. Lo que no resulta respetuoso de los derechos que le confieren el art. 18
de la CN y las normas convencionales internacionalesque rigen en nuestro país.
Es decir, que si hubiese diferenciasfáctica y10 normativa trascendentes, la única
forma de "sanear" la etapa investigativa, seríadespuésde la nueva requisitoria de
instrucción (para que haya intervención del poder requirente) una nueva citación
a indagatoria,conla nuevaimputación y porende, un ~uevoautodeprocesamien-
to. Si la intimación de la indagatoria, recogida en el auto de procesamiento es di-
ferente de la que luego quedará asentada en el requerimiento de elevación a jui-
cio, es más que claro que quedará afectado el derecho de defensa en juicio.
Y nos pareceque no obsta a tal conclusión, que -teóricamente-el imputado
tenga "oportunidad" de pedir una ampliación desu declaración indagatoria (de-
recho este al que no se le puede obligar a recurrir, para preservar la integridad de
su derecho dedefensa). Ello-además-si tenemos presentequeestetrámiteocu-
rreactualmente en el procedimiento inquisitivo reformado, durante el término de
la oposición a la elevación (cuyo plazo sumamente exiguo, es respetado para la vis-
ta a la defensa, aunque raramente para que se expida el Ministerio Público), o de
hacerlo durante el debate final.
Asícomo la acción humana supuestamentedelictuosa,debe ir sorteando losfil-
trosde la teoría de la imputación objetiva (tipicidad, culpabilidad) en el análisisde
laverificabilidad (en el lenguajede Ferrajoli usado por Binder)asíelderechodede-
fensa en juicio del imputado, comienza cuando este adquiere ese carácter y su de-
recho a conocer lo que se le imputa, nace antes -mucho antes- de que la causa
llegue al juicio. Y debe ser respetado a través de todo ese periplo de verificación.
Una pequeña ojeada al texto de los Pactos Internacionales o al t. II del Program-
ma de Carrara, que al fin y al cabo sobre esta materia dicen lo mismo, así lo confir-
ma. Es pues a nuestro juicio erróneo e inconstitucional, el tratamiento igualitario
del "hecho diverso" que se hace en el art. 389 del Código cordobésde 1991, homo-
logándolo con el anterior "hecho nuevo" (véansearts. 381 y 401, párr. 2",CPPN).
Pero-sobre todo-es de hacer notar que el propio Maier38,parece haber rec-
tificado su criterio asíexpuesto, ya queen la obra citada en segundo término dice:
"Por estas razones, se ha concordado en que la fórmula correcta (del ne bisin ea-
dem) debe impedir la persecución penal, simultánea o sucesiva por un mismo he-
cho" lo cual significa que el imputado tiene derecho a defenderse de una acusación
penal única, garantía esta quea su vez, colisiona abiertamente con la posibilidad de
acusaciones (o requerimientos de elevación a juicio)39subsidiarias o disyuntivas.

38 Maier, Derecho pmcesalpenal, t. l. "Fundamentos", Zaed., 2004. p. 602


39 Que en el lenguaje de la CSJN in re "Quiroga" tiene dos momentos complementarios: a)
el requerimiento de elevación a juicio; b) la acusación "propiamente dicha" efectuada en el acto
de la discusión final del debate,
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

Por último, si en oportunidad de dictar sentencia, el tribunal advirtiese que el


hecho finalmente imputado es "diverso" (art. 401, CPPN), no habrá tal non liquet,
pues como ya lo expresase la evolución jurisprudencia1 cordobesa, a propósito del
viejo art. 414, in fine del Código de 1939, que comenzada en Nuñez40(postulaba
meramente que "sedebe remitir el proceso al agente fiscal en turno, para que si lo
considera procedente, requiera la instrucción o practique la instrucción suma-
ria ...") evolucionóa la que fuefinalmenteconsagrada en la postura adoptada por
el Tribunal Superior de esa provincia4', querequería -precisamentepara evitarel
non liquet-, que el imputado fuese absuelto (o sobreseído) del cargo originaria-
mente imputado.
Loque está impecablemente fundadoen elvotodel entoncesvocal de aquelTri-
bunal Superior, el doctor José Ignacio Cafferata no re^^^, con el expreso apoyo de
la cita de Clariá 0 l m e d 0 ~Y~ ello,
. porque el non liquetestaba implícita, pero clara-
mente prohibido" por la norma del art. So del Código aludido.
Así pues, que las "acusaciones alternativas" no solucionan el problema del "he-
cho diverso" y menos aun, de una sentencia non liquetque en ningún caso se ori-
gina. Si el tribunal, como corresponde, absuelve por el hecho originario, por el cual
la causa fue llevada a juicio.

5 14. La «disponibilidad» de los bienes jurídicos protegidos,


como criterio para la determinación de si deben prevalecer los criterios
de la víctima o del representante de la sociedad organizada (fiscal)
Como lo enseña el profesor Enrique Casas Barquero4? "Son múltiples las posi-
bilidades de que dispone la persona que otorga el consentimiento para hacer re-
ducirla intervenciónpenal, tanto en unplano sustantivo, cornoprocesal. De un la-
do, pueden subrayarse hipótesis de perdón por parte del ofendido o de la persona
agraviada, a fin de extinguir la acción penal (art. 443, CPespañol, en los delitos de
abusodeshonesto, estupro0 rapto) o bien la iniciativa procesal (arts. 25 y 117, CP).
En otro orden de cosas, también es roced den te hacer referencia a una serie de fi-
guras delictivas que no pueden cometerse si no es con la cooperación y consenti-
miento de varias personas. Se trata de supuestos en los que constituye un elemen-

40 Nuñez, Código PmcesalPenalanotado, 2"ed.. 1986, p. 387.


41 Véase su falloen el "SemanarioJuridico", ejemplar del 19/6/84, p. 6
42 Cafferata Nores, Temasde derechoprocesalpenal, 1988, ps. 258 a 265, esp. p. 259, punto
111.
43 Clariá Olmedo, Derecho procesal penal, 1984, t. l. p. 161.
"Casas Barquero, La importancia del consentimiento en la teoría general del delito, en
"Doctrina Penal", año 11. 1988, p. 213 y siguientes.
OSCAR RAÚL PANDOLFI

tofáctico integrante en la descripción típica delictiva, dicha cooperación o consen-


timiento, con un alcancediverso".
"Podemos así encontrar casos, en los cuales no cabe hablar de participación cri-
minal, cuando realmente solo puede darse la existencia de un solo autor nos refe-
rimos a determinadas tipificaciones delictivas creadas para proteger a la persona
ante determinadas actuaciones consentidas por ella y de la que siendo partícipe
necesario ha de considerarse su actuación impune. Por ejemplo, ello sucede en el
delito de préstamos usurarios". Otros casossimilares, "cuando setrata de proteger
el estado civil de las personasy de la familia (supresión, suposición de estado civil y
bigamia (...)". En otros casos (aborto de la mujer) el consentimiento atenúa su res-
ponsabilidad penal. Pero aquí, en orden a lo que nos interesa (forma de reconocer
legitimidad como sujeto procesal a la víctima o al Ministerio Público Fiscal), el caso
no tiene trascendencia: se tratará de un caso en el cual prevalecerá el interéssocial.
Al menos, mientrasel abortovoluntario de la mujer, siga siendo criminalizado.
El quid de la cuestión son los efectos del consentimiento de la víctima, que se
pueden dividir en dosgrupos: El primero en el cual el consentimiento esexcluyen-
te de la tipicidad y en el otro caso, en el cual el consentimiento es excluyente de la
antijuridicidad, como causa de j u ~ t i f i c a c i ó n ~ ~ .
Como ejemplos del primer grupo, están aquellos supuestos "en los cuales del
mismo contenido literal del tipo objetivo, seextraeque la acción típica habrá dedi-
rigirse contra la voluntaddelsujeto pasivo. Lapresencia delconsentimiento, exclu-
ye la tipicidad". Y ello ocurre a su vez, en dos casos distintos46.
El primer caso, figurasdelictivasen lascualesjuntoa la existencia de un bien ju-
rídico se protege la liberad de disposición (v. gr., delitos de hurto, violación y alla-
namiento de morada). En el segundo, se trata de que-precisamente-el bien ju-
rídico protegido, es la libertad de disposición (v. gr. delitos de detenciones ilegales,
coaccionesydelitoscontra la libertad en general). En estossupuesto, si hay confor-
midad, es decir, si falta oposición del sujeto pasivo con la realización de la conduc-
ta descripta, no se tipifica una conducta conminada. Asídesaparece la lesividad de
la conducta.
En otros casos, que en nuestro país están legisladosen el art. 73 del CP(acciones
penales privadas) solo el impulso del damnificado permite la incoación del proce-
so y su impulso exterior. La inexistencia delimpulso excluye-de factum-elinjus-
to, pese a que e l bienjurídico esté objetivamente lesionado.
Siguiendo al autor, diremosque aunque en ciertasfamilias de delitos, como los
delTítuloV1del Librosegundo, los "Delitoscontrala propiedad", esobvioquepre-

45 Casas Barquero, La importancia del consentimiento en la teoría general del delito. en


"Doctrina Penal", año 11, 1988, p. 215, con cita de Geerds.
46 Cfr. MuñozConde, Teoría generaldeldelito, 1984, p. 121; Mir Puig, Derecho general. Par-
tegeneral, 2"ed.. 1985, p. 446 y siguientes.
EL DERECHO DEL IMPUTADOA UN ACUSADOR PENAL ÚNICO ...

valece la voluntad de la víctima, la cuestión presenta algunos matices que deben


analizarse con más detenimiento. En efecto, es cierto que en estos delitos, resulta
una condición subjetiva indispensable, para que el hecho sea típico, que la acción
desarrollada por el sujeto activo, sea efectuada con dolo y contra la voluntad del
damnificado (invito domino47).Cometido uno de estosdelitos, queen nuestro país
siguen siendo de acción pública (pensamos que el hurto debería ser de acción pri-
vada), pareceríaqueen ladiscriminación dequévoluntad prevalece para determi-
nar la acusación, es obvio que sería la de la víctima. Pese a que su voluntad no im-
plica -en todos los casos- convertir en atípica una conducta descripta en las nor-
mas penales.
Elloasí, porqueentrelasfigurasdescriptasa partir del art. 162, y hastaelart. 185
del CP, el problema es que existen muchas que además de defender el bien jurídi-
co protegido Primario (enunciado en el Título) protegen también bienesjurídicos
secundario^^^, que pese a no ser los que caracterizan el Título, son de una impor-
tancia muchasvecessuperior a lasdel bien jurídico principal. Por ejemplo, el hurto,
el robo, el robo a mano armada, el homicidio cometido en ocasión de un robo (lat-
rocinio), el robo calamitoso, etcétera. Ahí habrá que discriminar muy fino.
Para ver en qué casos prevalecerá absolutamente la voluntad de la víctima
(V.gr., el hurto) el de la sociedad (v. gr., el homicidio calificado) o el supuesto del li-
tisconsorcioforzoso (víctima - Ministerio Público Fiscal), con decisión jurisdiccional
en caso de imposibilidad o incompatibilidad, por parte del juez que ejerza el con-
trol de la etapa intermedia. Ylaposibilidadde que la defensa, plantee anteeljuez
del procedimiento intermedio la cuestión en oportunidad de la audiencia para la
formulación de cargos.
Estas últimas ideas-apenas esbozadas- son me parece, abrir un rumbo para
una investigación ulterior en un campo que quizás resulte propicio, para seguir
imaginando el futuro de esta disciplina del proceso penal, a la cual le estamos de-
dicando este pequeño trabajo.

47 Véase Nuñez, Delitoscontra la propiedad, 1951. p. 28


48 V. gr., la libertad de determinación, la libertad ambulatoria. la integridad física, la vida.
etcétera, además obviamente del patrimonio.
El juicio por jurados
NICOLÁSOMAR VARGAS *

"La justicia es la reina de las virtudes republicanas


y con ella sesostienela igualdad y la libertad"
S I M ~ N BOLIVAR

5 1. Introducción
La Provinciade Río Negrose hasumadoal conciertode provinciaslque luegode
una injustificable mora de más de un siglo y medio han dado al pueblo el lugar en
la administración de justicia que, justificado por concepcioneselitistas incompati-
blescon el Estado de derecho, le hasido negado, olvidando asíque, como bien dice
Granillo Fernández, el juicio por jurados seencuentra en la base misma del sistema

* Director del área de capacitación de la Asociación Pensamiento Penal. Maestrando en


Derechos Humanos (Universidad Nacional de Lanús).
Las ideas presentadas en este artículo han sido presentadas y discutidas en diversos cursos
sobre juicio por jurados dictados en la Escuela de Servicio de Justicia junto a Adrián N. Martín
durante losaños2015y 2016; enel Institutode EstudiosJudicialesdela Suprema Corte deJusticia
de la Provincia de BuenosAiresjuntoa Edgardo H. Salatinoduranteoctubrede2015; enel Centro
deGraduadosde la Facultadde Derecho de la Universidadde Buenos Airesen marzo de2014y en
marzo y noviembre de 2016, como así también las conferencias dictadas en el Ciclo de Actualiza-
ción y Debate Económico Jurídico realizado en la Universidad Nacional deSan Luis en octubre de
2015 y en el panel "Juicio porjuradosy decisión judicial" del "VEncuentro Nacional de Estudian-
tes de Derecho" el 15 de octubre de 2016 en la Universidad Nacional de La Rioja. Desde ya agra-
dezco a quienes me han invitado a presentar mis ideas en esos espacios como así también a los
estudiantes que concurrieron, quienes con sus agudas preguntas y observaciones han enriqueci-
do mi visión sobre la participación popular en la administración de justicia.
' En Córdoba sesancionó la ley 9182, en Buenos Aires la ley 14.543, en Neuquén la ley 2784
y porúItimoenChaco la ley 7661.
NICOLASOMAR VARGAS

republicano, en el principio de soberanía popular como así también en la partici-


pación y control del pueblo sobre los actos de gobierno2.
Hace casi cien años Tomás Jofré, quien ha sido uno de los procesalistas másdes-
tacados del siglo pasado, enunciaba cuáles eran las razones-o las excusas si asíse
lo prefiere- para no establecer el juicio por~. jurados. Así, el célebre procesalista
so*teníaquequienesseoponían al jlicio por juradosargumentaban queel pueblo
no confiaba en el jurado, queel jurado propiciaba la impunidad, queel jurado era
ignorante eiba adejarse impresionar por losdefensores, queel jurado era másfácil
decorromper que losjueces profesionales, que el jurado esomnipotenteo queen
Europa el jurado se encontraba desprestigiado3.
Esas mismas críticas, sumadas a otras que han surgido en los últimos tiempos,
como aquella según la cual el juicio por jurados no asegura el derecho del imputa-
do a un recurso sencillo y amplio contra la sentencia condenatoria, son sostenidas
hasta el día de hoy por quienes se oponen a aquel.
La incipiente -pero no por ello menos intensa- experiencia juradista en la
Argentina ha pulverizado a todos esos argumentos.
Dado que ya se han desarrollado en otros capítulos de esta obra algunos aspec-
tos generales de la regulación del juicio en el marco del nuevo sistema de enjuicia-
miento de corte acusatorio que establece el nuevo Código Procesal Penal, en este
me concentraré en aquellas cuestiones que son propias y específicas del juicio por
jurados: la competencia del jurado, el mecanismodeselección, las instrucciones de
apertura, las instrucciones finales, la deliberación, el jurado estancado y los recur-
sosen el marco del juicio por jurados.

5 2. Competencia
En primer lugar, se debe mencionar que respetando las disposiciones constitu-
cionalesel ordenamiento procesal en su art. 3'disponeque lostribunalesdejurados
son los jueces naturales, como asítambién en su art. 17 estableceexpresamenteque
losjuicios por jurados deben realizarse en el lugar donde sucedió el hecho, excepto
que ello no sea posible por haber conmocionado a una comunidad de tal modo que
no pudiera razonablemente obtenerse un jurado imparcial, pudiendoen ese caso el
juez disponer, a pedido de parte, que el juicio se lleve a cabo en otra circunscripción
judicial siendo imprescindible para ello el consentimiento del imputado.
Valga mencionar que en la experiencia juradista llevada adelante hasta ahora
en las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Neuquén no ha resultado necesario
que se realicen juicios en un lugar que no fuera el del hecho. Más aún, los jurados

Granillo Fernández, Juicio porjurados, 2013, p. 28.


Jofré, Manualdeprocedimiento (civilypenal), 3"ed.. 1924. t. l. ps. 101 a 108.
ELJUICIO POR JURADOS

han demostrado en casosde gran resonanciaque lejos desentirse presionados han


ejercido su función con absoluta imparcialidad e independencia. Una prueba de
ello es lo sucedido en la provincia de Córdoba durante el año 2005, cuando un
panel de jurados escabino declaró la inconstitucionalidad de la pena de prisión
perpetua en un caso4que había conmovido profundamente a la comunidad, en el
~ ~

que condenó a dos personas por el homicidio de su hija que apenas tenía algunos
meses de edad, decisión que a la postre fue revocada por el Tribunal Superior de
Justicia provincial.
Asimismo, establece dos categorías de jurados. Uno conformado por siete ciu-
dadanas y ciudadanos para aquellos casos en que la pena solicitada por el repre-
sentante de la vindicta pública sea mayor a doce años y no supere losveinticinco, y
un jurado conformado por doce representantesdel pueblo para aquelloscasosen
los queel representante de la acusación solicite una pena mayor aveinticincoaños
depiisión. En esteaspecto, la legislación ri~ne~rinasediferenciade lasleyesdejui-
cio por jurados adoptadas en otras provincias.
La primer cuestión polémica es sobre la competencia del jurado.
Como ya hemos visto, el jurado es competente en aquellos casos en los que la
pena en expectativa sea de al menos doce años, lo que deja fuera del ámbito de
competencia del jurado a una considerable cantidad de delitos y nos lleva a pre-
guntarnossi ello es razonablea la luz delas prescripcionesconstitucionales.Según
Gustavo Bruzzone el constituyente tomó como modelo el esquema francés que
establece una diferenciación entrecontravenciones, delitos y crímenes, siendo los
crímenes aquellos delitos más graves que serían competencia del jurado de acuer-
do al art. 118de la CN. Deese modo, el diseño normativo rionegrinoabastecería los
requerimientos constitucionales.
Si bien la observación que hace Bruzzone es atinada, como bien recuerda Har-
fuch5la cuestión es máscompleja al no existir una ley que defina en qué casosesta-
mosante un crimen.
Una salida razonable de acuerdo a los postulados constitucionales, que ya he
presentado en otra oportunidad6, sería que todos los delitosquetengan una pena
privativa de la libertad de efectivo cumplimiento sean juzgados por un panel de
jurados. Naturalmente, ello implicaría un giro copernicano en la política criminal,

CACBaCórdoba.U1 1/07, "Bachetti. SebastiánAlejandroy otra slHomicidio calificado por


el vinculo".
HarFuch. Eljuicio porjurados en la provincia de BuenosAires: Leyprovincial 14.543comen-
tada yanotada: eljurado clásico. 2013, p. 132.
Vargas, "Sobre el mito del juicio por jurados en la Constitución Argentina", en Por una
agenda progresista para elsistema penal. Una propuesta dela Asociación PensamientoPenal, Fer-
nandoGauna Alsina (coord.), 2014,
NICOLASOMAR VARGAS

coherente con el modelo de intervención mínima del derecho penal que surge de
la mejor doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la Nación7 como así también
de la Corte lnteramericana de Derechos Humanos8, en el que solo los hechos real-
mente graves sean juzgados por un panel de jurados mientras que el resto sea
resuelto por métodos alternativos de resolución del conflicto que no impliquen la
imposición de penas privativas de la libertad.
También hay algunas situaciones que la ley no contempla y que deben ser revi-
sadasen una futura reforma legislativa.
La primera de ellas es la ausencia de jurisdicción del jurado para juzgar delitos
de corrupción; delitos que por lo general quedarían fuera de la competencia del
jurado por el monto de pena con que son castigados. Entiendo que esfundamen-
tal queestos delitossean incluidosen una reforma posterior.
En ese sentido, es necesario recordar que nuestro país es signatario de la Con-
vención de la Naciones Unidas contra la Corrupción y de la Convención Interameri-
cana contra la Corrupción, que si bien no establecen en forma expresa el juzga-
miento de los casos de corrupción mediante tribunales de jurados, sí disponen con
claridad quesedeben arbitrar los medios necesarios paragarantizar la participación
ciudadana en los procesosen losque se investigue, y eventualmentesancione, casos
de corrupción, y el juicio por jurados es una gran oportunidad para que ello suceda
como así también para promover el control popular sobre los actos de gobierno.
Otra cuestión sobre la que la ley no se expide es la jurisdicción del jurado para
actuar en el marco del proceso penal juvenil. En ese sentido, no escapa a nuestro
conocimiento, ni al del lector, quea partir de losfallosseñerosde la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, como así también de los precedentes del Sistema Intera-
mericano de Derechos Humanos, el proceso penal juvenil debe tener una serie de
notas distintivas en función de los principiosdeen qué lescorresponde un plus de
derechos a losjóvenes en conflicto con la ley penal.
Sin perjuicio de que la cuestión merece una discusión más acabada, me parece
interesante traer a colación la postura de Barbirottog quien sostiene, con apoya-
turaen un fallode lacámara Múltiwlede Deán Funes wosteriormenteconfirmado
por la Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de CórdobalO,

CSJN, "Acosta" (CYN-Fallos, 321:858), "Germano" (CSJN-Fallos, 335:38) y "F. A,, L." (CYN-
Fallos, 335:197).
Corte IDH, 2/5/08. "Kimel v. Argentina", Fondo, Reparacionesy Costas, párr. 76.
Barbirotto, Juicio porjurados a niños y adolescentes acusados de cometer u n delito i Es
posible suaplicación?, en "Revista Pensamiento Penal", disponible en www.pensamientopena1.
com.arlsysternlfilesl2014Il2Idoctrina39544.pdf.
'O "V. A. M.; Nóblega, Gonzalo Rubén p.ss.aa de robo calificado por uso de arma impropia y
homicidio calificado-CriminisCausae", 21111/08 porla Cámara y el 6110109 porla Sala PenaldelTri-
bunalSuperiordeJusiicia.Valgaaclarar,que loqueseresolvióen elfallo,esque losjóvenesencon-
ELJUICIO POR JURADOS

queenvirtud dequeel juicio por juradosesunagarantía, con más razón aún debe
permitirse que los jóvenes sean enjuiciados mediante ese sistema sin perjuicio de
que recomienda que por sus propias particularidades sea regulado con mayor
especificidad.
Existe otra discusión, quees imposible abordar en toda su extensión aquí, sobre
el número de miembros quedebetener un tribunal de jurados para adaptarsea los
preceptos constitucionales.
Si bien históricamente se sostiene que el panel de jurados debe estar confor-
mado por doce ciudadanos, no se sabecuál es la razón deesa cifra, aunque se haya
impuesto por el paso del tiempo y el traslado de la tradición juradista a las colonias
inglesas".
Pese a la contundencia de la tradición del jurado conformado por doce inte-
grantes no tardaron en aparecer legislaciones que en los Estados Unidos estable-
cieron paneles de jurados conformados por menos miembros, lo que llevó a que
esta cuestión sea discutida en la jurisprudencia.
Si bien la primer jurisprudencia de la Supreme Courtofthe UnitedStatessostenía
que solo era válido un juicio por jurados cuando el panel de jurados estaba confor-
mado por doce ciudadanos, la jurisprudencia posterior modificó este criterio y per-
mitióen posterioresprecedentesqueelpanel dejuradossea integrado por un núme-
ro sensiblemente inferior a seis jurados, siendo lo importante, de acuerdo al criterio
de la Corte, que el jurado se integre por un número de miembros de la comunidad
que permita que ládeliberación se lleve adelante, que lo deje a salvo de la posibili-
dad de ser intimidado y que sea una muestra representativa de la comunidad 12.

5 3. Requisitos para ser jurado


Los arts. 34 y 35 del ordenamiento procesal establecen cuáles son los requisitos
para ser jurado como así también quiénes se encuentran impedidos de poder serlo.
Así, el art. 34 dispone en sus cinco incisos que para ser jurado se debe ser argen-
tino, mayor de dieciocho añosde edad, estar en pleno ejercicio de losderechos ciu-
dadanos, tener domicilio conocido con una residencia permanente no inferior a
dos años en el territorio de la jurisdicción del tribunal competente y por último
tener profesión, ocupación, oficio, arte o industria conocidos.

flicto con la ley penal puedenser llevadosante un juicio porjurados cuando sean juzgadosenfor-
ma conjunta con un mayor; las consideracionesvertidastanto en el fallo de la Cámara como en el
del TSJ permiten hacerlo extensivo a todos los procesos penales que involucran a jóvenes en con-
flictocon la ley penal.

l1 Schiavo,Juicioporjurados, 2016. ps. 96 y 97


l2 Schiavo,Juicioporjurados, 2016. p. 108.
NICOLASOMAR VARGAS

Esta disposición merece algunas observaciones. Resulta positivo que la ley se


diferencie de otras legislaciones provinciales y se pueda integrar un panel de jura-
dos a partir de los dieciocho años de edad. Por otra parte, hubiese sido saludable
que se aclare que los argentinos naturalizados también pueden ser jurados. Por
último, el requisito relativo a que los jurados deban tener profesión, ocupación,
oficio, arteo industriaconocidosescuanto menosde dudosa constitucionalidad en
tanto retomando algunas ideas que parecían haber sido desterradas de nuestra
cultura política parece intentar someter el ejercicio dederechos políticosa quienes
pertenecen a una determinada clase social.
Asu turno, el art. 35 disponequiénes no pueden ser jurados, a saber: los aboga-
dos, el Gobernador y Vicegobernador de la provincia, ni sus ministros, ni los fun-
cionarioselectivos, los titularesdel Poder Ejecutivo comunal, losfuncionarios auxi-
liaresdel Poder Judicial, Ministerio Público y Defensa Pública, los miembrosen ser-
vicio activo de las Fuerzas Armadas o de seguridad y de la Policía federal y provin-
cial, los ministrosde un culto religioso y losque tengan sentencia condenatoria eje-
cutoriada a pena privativa de libertad por delito doloso. El objetivo de esta dispo-
sición es impedir quequienes pueden contar con unaascendenciaespecial sobre el
jurado no puedan actuar, como así también impedir que quienes cumplen ciertas
funciones no sean interrumpidos en su ejercicio.

5 4. Selección del jurado


Este aspecto seguramente sea uno de los más novedosos para los litigantes y
uno de los mayores retos que enfrentarán a la hora de llevar adelante un juicio por
jurados.
Siguiendo a NicoraI3y Granillo FernándezT4,se puede afirmar que la selección
del jurado estávinculada aquecada caso tenga un tribunal competente, indepen-
dientee imparcial, oen palabrasdelTribuna1 Europeo de DerechosHumanos, es lo
que salvaguarda al imputado de la corrupción o la parcialidad del jurado. Justa-
mente, es la audiencia de selección de juradosel ámbito donde sedebe evitar que
lleguen a integrarlo personas que no tengan esosatributos.
El primer paso se da con la conformación del listado de ciudadanos y ciudada-
nas que están en condiciones de ser jurados. Para ello, de acuerdo al art. 36, en el
primer mesdel año la Justicia Electoral con la colaboración de la Lotería Provincial
confeccionará un padrón de ciudadanos en condiciones de ser jurados que luego

l 3 Nicora, Selección de jurados desde cero. Una nueva mirada sobre las nuevas destrezas de
litigio. en "Revista Pensamiento Penal", en http:llwww.pensamientopenal.com.arldoctrinal
38320-seleccion-jurados-cero-primera-m-io
l4 Granillo Fernández, H. - Granillo Fernández, M., "El juicio porjurados y la audiencia de
'voirdire"', en Eldebido proceso penal, Angela E. Ledesma (dir.), 2016. p. 162.
ELJUICIO POR JURADOS

será depurado por el Poder Judicial. Asimismo, se prevé la participación en esta ins-
tancia de lasasociaciones profesionales y la ciudadanía para que realicen lasobser-
vaciones que estimen necesarias para corregir errores en el padrón.
El segundo paso, y ya dentro del proceso, se da con la realización de la audien-
cia de voirdire o de selección de jurados. Previo a esa audiencia, el art. 192 dispone
que dentrodelosdiezdías hábiles previosal inicio del juicio la Oficina Judicial debe
sortear, en presencia de las partes, una lista de jurados no menor al doble de los
jurados requeridos de acuerdo a la pena prevista, a los que se convocará a la
audiencia de selección de jurados.
De la audiencia de voir dire se ocupa el art. 193 que da algunas pautas sobre
cómo debe realizarse esta audiencia, que según la estructura del mencionado
artículo puede dividirse en cinco etapas.
En primer lugar, se debe verificar que ninguno de los potenciales jurados esté
afectado por alguna de las circunstancias impeditivas para ser jurado prevista por
la ley que ya han sido mencionadas. En ese sentido, la experiencia nos indica quea
los efectos de evitar el dispendio de recursos se debería permitir que quien se
encuentre imposibilitado de ser jurado por alguno de los impedimentos e incom-
patibilidadesdispuestos por la ley (que deben ser notificados al potencialjurado al
momento de convocarlo) lo informe al oficial notificador.
Seguidamente, el juezdebemencionaral jurado cuálesson lascausalesdeexcu-
sación e indicarle a los potenciales jurados que si alguno se encuentra incurso en
alguna de ellasdebe informarlo.
Luego, la ley indica que llega el momento de las recusaciones con causa. Para
ello, las partes pueden examinar a los potenciales jurados bajo las reglas del exa-
men y contraexamen de testigos. El juez resolverá sobre las recusacionesy las par-
tes solo podrán plantear recurso de reposición ante esa decisión, que tendrá vali-
dez como protesta a los fines de interponer recurso contra el fallo.
Más adelante llega el turno de las recusacionessin causa. En caso de tratarse de
un jurado de siete miembros, cada una de las partes puede recusar a un jurado,
mientras que puede hacerlo con cuatro si es de doce miembros. Por otro lado, en
caso de habervariosacusadoreso imputadosy existen desavenenciasentornoa las
recusacionesdeben unificar su criterio.
Una vez que todo ello es superado, serán designados los jurados titulares y
suplentes, debiendo indicarles el juez que a partir de ese momento no pueden
tomar contactocon las partes ni emitir su opinión sobreel caso. El jurado debe estar
integrado por hombres y mujeres en partes iguales.
Dadas así las cosas, corresponde realizar algunas reflexiones sobre el modo en
que esta audiencia fue regulada y cómo deben las partes llevarlasadelante.
En virtud de que el Código no establece cómo debe ser realizado el interroga-
torioa lostestigos, es necesariodecir que existen diferentesformasde llevarloade-
lante, creyendo por nuestra parte que la mejor es acordando entre las partes un
NICOLASOMAR VARGAS

cuestionario previo que los jurados deben responder por escrito y que luego cada
una de las partes en la oportunidad de realizar el examen y contraexamen realicen
las preguntas necesarias a cada uno de los potenciales jurados.
Las partes deben ser sumamente hábilesa la hora de realizar el examen y el con-
traexamen de los candidatos a jurados para poder generar empatía con ellos y
obtener la información que necesitan.
En lo que hace a las recusaciones, Guillermo Nicora plantea una serie defacto-
res de riesgo vinculados a los potenciales jurados que deben ser tenidos en cuenta
por las partes para solicitar su apartamiento. Asaber: que tengan un vínculo direc-
t o con alguna de las partes del caso, los abogados, los testigos o los hechos; cuáles
son los prejuicios del jurado, su poder de influencia o si tiene algún grave proble-
ma de personalidad o sociabilización15.
Si bien la ley no establece el orden en que las partes deben realizar las excusa-
ciones, una interpretación acorde al espíritu del Código impone que siempre la
parte acusadora realice las recusaciones en primer término, es decir antes que la
defensa.
En cuanto a las recusacionescon causa, el Código no establece un límite, pero sí
lo hace para las recusaciones sin causa. Así, cada una de las partes puede recusar a
un potencial jurado cuando se busque conformar un jurado de siete miembros,
mientras que lo puede hacer con cuatro en caso de que se trate de un jurado de
doce miembros. Entiendo que el legislador pecó de conservador al plantear un
número tan acotado de recusacionessincausa para el jurado de sieteciudadanos,
situación que se agrava en el caso de que haya varios coimputados o varios acusa-
dores, ya que a diferencia de lo que sucede en otros ordenamientos, su presencia
no hace aumentar el número de recusaciones sin causa disponibles.
Ello nodebe hacernos perder devista quea diferencia del juiciocon jueces pro-
fesionales, en los juicios por jurados se permite la posibilidad de recusar a los
potenciales jurados sin causa como así también no debemos olvidar que suele ser
una regla que los jueces profesionales tomen las recusaciones como una afrenta
personal por entender que un cuestionamiento a su imparcialidad frentea un caso
puntual implica una crítica a la forma en que ejercen la jurisdicción.

5 5. Desarrollo del juicio


De acuerdo al art. 198, al iniciarse el debate el juez les tomará juramento a los
iurados de acuerdo a la fórmula solemne que se establece en la ley. Asimismo, y si

l5 Nicora, Selección de jurados desde cero. Una nueva mirada sobre las nuevas destrezas de

litigio, en "Revista Pensamiento Penal", en http:llwww.pensamientopenal.com.arldoctrinal38320-


seleccion-jurados-cero-primera-mirada-sobre-nuevas-de~rezas-litigio
ELJUICIO POR JURADOS

bien la ley no lo establece, es recomendable que el juez brinde una serie de ins-
trucciones a losjurados indicándolescuál essu función como asítambién lesexpli-
que algunas cuestiones tales como qué es prueba, qué es la carga de la prueba y
cuál es el concepto de duda razonable.
En lo que hace al desarrollo del debate y la producción de prueba, me remito a
los artículos que se han publicado en esta obra donde se desarrollan estos tópicos,
aunque me permito hacer dos observaciones.
La primera de ellas es que las partes deben hacer un esfuerzo para dejar de lado
los tecnicismos y el lenguaje críptico para que los jurados puedan entender cuáles
son sus pretensiones. Quienes no adapten su lenguaje ni echen mano a recursos
comunicativos para atraer la atención del jurado es muy probable que estén con-
denados al fracaso. La otra observación, que nunca está de más hacer aunque
parezca sobreabundante, es que bajo ningún aspecto los jurados pueden hacer
preguntas a las partes, peritos y testigos.
Unavez terminado el debatecon losalegatosde clausura realizados por las par-
tes, el juez invitará al jurado a retirarsede la sala a fin de discutir con las partes los
modelos de instrucciones al jurado y sus propuestas de veredicto.
El juez decidirá cuálesson las instrucciones definitivasy, además, confeccionará
los modelos deveredicto, uno por cada hecho y por cada imputado con las distin-
tas propuestas.
En caso de desacuerdo, las partes deben dejar asentadas sus disidencias u opo-
siciones, dado que ello es requisito necesario para que prospere el recurso contra
la sentencia quese interponga por erroresen la confección de las instrucciones y el
veredicto. Asimismo, esta audiencia debe ser registrada en formato audiovisual.
Una cuestión que merece especial tratamiento es la de los delitos menores
incluidos en el delito principal.
En ese sentido, si bien el Código expresamente dispone que pueden ser inclui-
dos los delitos menoresvale la pena precisar algunas cuestiones, especialmente en
lo que hace a la posibilidad de la defensa de solicitar la inclusión de delitos meno-
res pese a haber solicitado la absolución al momento declausurar el debate. Sobre
esta cuestión seexpidió la CorteSupremade Puerto Rico en el caso "Pueblov. Boni-
Ila" 16, sosteniendo quees necesario que para queel jurado pueda llevar adelante
su función es necesario que sea instruido en forma adecuada sobre el derecho apli-
cable por el magistrado que conduce el proceso, lo que debe incluir los delitos
menores y sus tentativas, incluidos en el delito principal. Es decir, los jueces están
obligados a hacerlo aunque la defensa no lo solicite.
Una vez conformadas las instrucciones y las propuestas de deliberación, el juez
hará ingresar nuevamente al juradoa la sala a fin de hacerlessaber las normasque

l6 CS Puerto Rico, 89, JTS30.


NICOLASOMAR VARGAS

rigen la deliberación, cómo se llena el formulario delveredicto y que deben emitir


un veredicto en sesión secreta y continua.
Luego debe impartirle las instrucciones, explicándoles qué es la presunción de
inocencia, que para probarla autoríade una personasedebe probaren primer lugar
la existencia del hechoy su autoría más allá detoda duda razonable. También, debe
explicarle el alcance dé1 derecho del imputado a negarse a declarar y qué es lo que
debe considerarse como prueba, es decir que losdichosde las partes no constituyen
prueba. Además debe explicar, con lenguaje llano y sencillo, cuál es el derecho de
fondo aplicable al caso y lascuestionesvinculadasa la valoración de la prueba.
Una vez cumplido con esto, los jurados se deben retirar a deliberar en sesión
secreta y continua. Durante esa deliberación los jurados deben elegir a un presi-
dente, o una presidenta, a los efectos de que ordene el debate y que garanticeque
todos y cada uno de los jurados expongan su punto devista sobre el caso. Una vez
que todos han expuesto su punto devista y discutido el caso procederán avotar.
El veredicto debeversar, con relación a cada uno de los hechos y de los imputa-
dos, sobre doscuestiones: la existencia del hecho y la culpabilidad del imputado.
El último párrafo del art. 202 establece que tanto para absolver como para con-
denar, resulta necesario que el jurado se pronuncie en forma unánime. Si bien
resulta positivo que sea necesario para condenar que exista unanimidad, porque
ello tiende afortalecer la deliberación dentro del jurado en lugar de que la mayo-
ría se imponga sobre la minoría; va a resultar sumamente problemático, y espero
que sea corregido mediante una reforma legislativa antes de la entrada en vigen-
cia, que las absoluciones también deban obtenerse por unanimidad. Esto último
desvirtúa la función del juicio por jurados y va a traer como consecuencia que
muchos juicios por jurados terminen con un jurado estancado, que es aquel que
luego de la deliberación no puede arribar a un veredicto por no obtener las mayo-
rías necesarias, ya sea para condenar o para absolver.
La única mención expresa que el CPPRN hace al jurado estancado seda en el art.
232 in fine donde sostiene que la sentencia absolutoria dictada por el juez en un
juicio por jurados es irrecurrible. Luego no existe ninguna otra mención expresa
sobre el tópico.
Asu turno, el art. 202en su parte pertinentesostiene "... Sinosepudiesealcan-
zar la unanimidad tras unplazo razonable de deliberación, eljuez, previa consulta
con laspartes, reconvocará aljurado a la salay, previa consulta con supresidente,
instruirá aljurado para que retornen a deliberar con la consigna que se aceptarán
veredictos de culpabilidad o de no culpabilidad p o r razones de inimputabilidad
con diez o más vo tos, en caso dejurado de doce miembros, y con seis votos, en caso
de jurado de siete miembros. De no alcanzar esa cifra mínima de votos, la absolu-
ción será obligatoria ".
Si bien resulta positivoen función delavigenciade lagarantía del nebisinidem
que el ordenamiento procesal rionegrino se diferencie de otros códigos y no orde-
ELJUICIO POR JURADOS

ne como solución ante un jurado estancado la realización de un nuevo juicio hay


dos cuestionesque deben ser criticadas.
En primer lugar, los jueces deben ser sumamente cautelosos al determinar cuál
es el plazo razonable de la deliberación debiendo tener presente la pauta del art.
202 según la cual la deliberación no puede extenderse por más de dos días.
porotra parte, en este aspecto lamentablemente la inquisición metió la cola y
ha puesto en cabeza del juezqueconduceel debate el mantenimiento de la acción
penal cuando naturalmente elloesfunción del representantedel Ministerio Públi-
co Fiscal, o de quien ejerce la acusación bajo la figura del querellante. No pasará
mucho tiempo para que esta disposición sea declarada inconstitucional.
Una redacción correcta en este aspecto podría haber imitado, por ejemplo, a la
de la Provincia de Buenos Aires, que en el inc. 2" del art. 371 quaterdispone en su
parte pertinente que cuando se presente un jurado estancado: "Eljuez convocará
inmediatamente a ljurado a la sala de audiencia. Una vez presentes todas laspar-
tes, e10 los imputadosy la totalidad deljurado, eljuez comunicará que eljurado se
declaró estancado, y le preguntará a l fiscalsi habrá de continuarcon elejercicio de
la acusación. En caso negativo, eljuez absolverá a l acusado, salvo que el ofendido
constituido en particular damnificado sostenga la acusación que hubiere formula-
do e l fiscal en la oportunidad delart. 334.. .".
No debemos perder devista, que tal como se ha visto a lo largo de esta obra, en
el marco de un proceso de corte acusatorio -como lo es el que establece la ley
5020-el titular de la acción penal esel Ministerio Público Fiscal, o en su defecto el
acusador particular. Bajo ningún punto de vista el órgano jurisdiccional puede
poner bajo su responsabilidad el ejercicio de la acción penal.
Tan importante es la conformidad del fiscal para continuar con el ejercicio de la
acción penal, que en un reciente fallo "G~erendiaian"'~ la Sala IVdel Tribunal de
Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires ha sostenido que el juez no puede
ser quien ordene deforma oficiosa la realización de un nuevo debate ante un jura-
do estancado, ya que ello le corresponde al representante de la acusación.
También resulta criticable que se reduzca el estándar necesario para condenar
en caso de que se realice un segundo juicio, poniéndose de ese modo en crisis las
nociones más elementales del derecho a la igualdad.
En el imaginario popular, por influencia de las películas y series, el juicio por
juradosestá asociado al secuestrodel jurado, esdecir a queel jurado deba estar ais-
lado durante el desarrollo del juicio hasta que dicte un veredicto. Al respecto, el
Código Procesal de Río Negro sostiene que en la parte final del art. 203 que: "A
pedido de parte, el tribunal podrá disponer que los miembros integrantesdel jura-

'' TCPBA. Sala IV, 27/9/16, "Guerendiain, Néstor Marcelo s1Recurso de casación", causa n"
76.889.
NICOLASOMAR VARGAS

do y los suplentes no mantengan contacto con terceros en relación al juicio, ni con


mediosdecomunicación masivosdurantetodoel desarrollodel mismo, disponiendo
- e n su caso-el alojamiento en lugares adecuados a cargo del Estado Provincial".
La experiencia juradista acumulada hasta ahora en nuestro país no solo nos
muestra que hasta el momento nunca sedebió recurrir al secuestro del jurado por-
que el mismo pudo ejercer su labor sin sufrir ningún tipo de presiones, sino que
además la institución del secuestro del jurado se encuentra en retirada en los paí-
sesanglosajonescon cientos de añosde tradición juradistala.
Volviendo al desarrollo del juicio; una vez que el jurado ha alcanzado un vere-
dicto deberávolver a la sala e indicarle al juez, por medio desu presidente, que ha
alcanzado un veredicto e informárselo, finalizando con ello la intervención del
jurado.
Una de las novedades que trae consigo el juicio por jurados, que en la ley 5020
también se da en el caso de los juicios con jueces profesiones, es la división del jui-
cio en dos etapas o partes. Un primer juicio donde se determina la culpabilidad, y
un segundo juicio-llamado el monto de la pena.
Esto resulta sumamente importante, porque ofrece a las partes un espacio en el
que pueden discutir únicamente el monto de pena a imponerse, pudiendo produ-
cir prueba a esos efectos.

56. Recursos
Las reglas para los recursosen losjuicios por juradosseencuentran reguladasen
el art. 232.
Este es, probablemente, uno de los aspectos en los que los críticos del juicio por
jurados suelen centrar sus reparos, ya que sostienen que el juicio por jurados no
garantiza el derecho a un recurso amplio y sencillo para el imputado.
La realidad desmiente esto, ya sea porque en losjuicios por jurados realizados a
lo largo y ancho del país por ahora no hubo ningún inconveniente en que se haga
una revisión amplia de las condenas dictadas, como así también, no podemos olvi-
dar que, históricamente, y salvoalgunas honrosasexcepciones, los magistrados han
sido sumamente remisos a la revisión amplia de las condenas hasta el dictado del
renombrado fallo "Casal" por parte de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
Además de poder impugnarse la sentencia condenatoria por defectosformales
o sustanciales, existen motivos especiales para la interposición del recurso en el jui-
cio por juradosen lossiguientescasos: 1) Inobservanciao errónea aplicación de las

l8
Ver al respecto. Lorenzo, Juicio porjurados. Deliberación y encierro: cargar aljurado más
de la cuenta (¿tomarle el pelo aljurado?), en "Revista Pensamiento Penal", en www.pensamien-
topenal.com.arldoctrinal39571-deliberacion-y-encierro-cargar-aI-jurado-mas-cuenta-tomarle-
pelo-al-jurado.
ELJUICIO POR JURADOS

reglas referidasa laconstitución del juradoy lacapacidad desusintegrantes; 2) La


arbitrariedad de la decisión que rechace medidas de prueba; 3) Cuando se cues-
tionó lasinstruccionesal jurado porque lasmismas podrían haber condicionadosu
decisión; 4) Si la sentencia condenatoria o la que imponga una medida de seguri-
dad se aparte en forma manifiesta de la prueba producida en el debate. Además,
se establece que a pedido del acusado, el~~ribunal Superior de Justicia puede dejar
sin efecto cualquier sentencia condenatoria oqueimponga una medidadeseguri-
dad y ordenar un nuevo juicio en pos del interés de la justicia.
Por otro lado, prácticamente se abandona el tradicional y polémico sistema de
la bilateralidad de los recursosdado que la ley estableceque la parte acusadora tie-
neunderecholimitadoal recursoeneljuicioporjurados'genaquelloscasosen que
el veredicto de no culpabilidad fue producto del soborno, o de los delitos de coac-
ción agravados, o secuestros extorsivos u otras graves intimidaciones que ejercie-
ron una coacción sobre él o losjurados; situacionesque hasta ahora, debe decirse,
no han tenido lugar en ninguna jurisdicción de lasquese realizan juicioscon pane-
les de jurados.
Una situación sumamente compleja se presentará en aquellos casos en que
haya una colisión entre el derecho de la víctima y el derecho del imputado. En esta
misma obra Gullco presenta ese problema y propone como solución la primacía del
derecho de la víctima al acceso a la justicia en desmedro del derecho del imputado
a que su condena no sea revisada. Otrasvoces se han mostrado críticas de este tipo
de soluciones a partir del axioma de sostener que el titular de las garantías en el
proceso penal es el imputado y de que no se puede avanzar en un sentido que
implique privarlodegarantíasso pretextoderesguardar losderechosde lavíctima.

5 7. Colofón
La implementación del juicio por jurados seguramente sea uno de los mayores
desafíos con que los operadores rionegrinos se encuentren al momento de llevar
adelante la implementación del nuevo Código Procesal Penal.
La actitud demostrada por la ciudadanía en los juicios por jurados celebrados
hasta ahora en Córdoba, BuenosAiresy lavecina provincia de Neuquén han demos-

l9 La constitucionalidad de la ausencia de recurso para la parte acusadora en los juicios por


jurados ha sido ratificada en dos fallos del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos
Aires. El primero de ellos ha sido el fallo "López", dictado por la Sala VI de ese tribunal el 4lU16
donde el juez Ricardo Maidana, quien llevó la vozcantante y a cuyo voto adhirió su colega, sostu-
vo luego de realizar un pormenorizado análisis sobre la función del Ministerio Público Fiscal y la
titularidad del derecho a recurrir que "El jurado es la expresión de la soberanía del pueblo, cuya
voluntad no puede ser cercenada por alguno de los poderes del Estado". Este criterio ha sido pos-
teriormentesostenidotambién por la Sala I del mismoTribunal enelfallo"Antoniacci"del1115116
NICOLASOMAR VARGAS

trado que no solo la ciudadanía se encuentra preparada para asumir su rol en el sis-
temadeadministración de justiciasinoqueademáscumplesufuncióncon un nivel
de responsabilidad y seriedad que es realmente encomiable. Es de esperar que la
provincia de Río Negro continúe por ese camino.
CAP/TULOv
LA ETAPA RECURSIVA
Los recursos en el nuevo Código Procesal
de la Provincia de Río Negro
HERNÁN V~CTORGULLCO *

5 1. Introducción
El sistema de recursos en materia penal ha sufrido, en los últimos veinte años,
profundas transformaciones en el derecho argentino.
El sistema clásico en esta materia, anterior a tales transformaciones, puede en-
contrarse en el Código Procesal Penal de Córdoba de 1939 que establecía los recur-
sos de apelación y de casación como los medios normales de impugnación. Dicho
sistema fue reproducido en los códigos procesalesde lasdistintas provinciasque si-
guieron el modelocordobes. Adiferenciadel recursodeapelación, que permitía al
recurrente la formulación de agravios tanto de hecho como de derecho para im-
pugnar decisiones interlocutorias, el decasación seencontraba restringido al plan-
teo de cuestionesde derecho. Ello coincidía con lavisión tradicional de losalcances
dedicho recurso1.

* Profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad Torcuato Di Tella.


' Véase, en tal sentido, la opinión del profesorvélez Mariconde (uno de los corredactores
del CPPde la provinciadecórdoba) ante la Comisión de Legislación del Senado provincial en don-
deel nombrado realizó la distinciónentrecuestionesde hechoy dederecho, correspondiendo so-
lo estas últimas al ámbito del recursode casación contra las sentencias definitivas. Dicha o ~ i n i ó n
aparece transcripta en el voto en disidencia del Tribunal Superior de Córdoba en el caso "Pirino-
Ili", del 13/4/53(LL, 71-394). Estadecisióncuentacon uncomentariode Nuñez. Lacasaciónporvio-
lación de la ley sustantiva y las cuestiones de hecho y de derecho, LL, 71-394). en donde también
se enfatiza esa distinción como el criterio rector para la procedencia del recurso de casación y se
cita jurisprudencia del Tribunal Superior provincial en el mismo sentido. En una obra mucho más
reciente, De la Rúa decía en el mismo sentido: "El tribunal de casación debe limitarse a examinar
la correcciónjurídica del fallo [de primera instancia]. en cuantoa la aplicación de la ley sustantiva
y en cuantoa la observancia de las formas esenciales del proceso, absteniéndosede incursionaren
su material histórico, el que esdefinitivamente fijado por el tribunalde mérito" (De la Rúa - Diaz
Canton, La casación penal. El recurso de casación en elnuevo Código ProcesalPenalde la Nación.
1994, ps. 3 y 4; el énfasis ha sido parcialmente agregado).
HERNANV~CTORGULLCO

Esta visión restrictiva de los alcances del recurso de casación se mantuvo duran-
te mucho tiempo. Así, al interpretar lasdisposicionesdel CPPN, queentró envigen-
cia en 1992, la Cámara Nacional de Casación Penal también limitó el ámbito del ci-
tado recurso al examen de cuestiones de "derechou2.
Otra importante restricción a los alcances del recurso de casación, se encontra-
ba en la decisión del legislador de limitar la procedencia dedichavía de impugna-
ción a lascondenasquesuperaran determinado monto de pena3.
Finalmente, el recurso de casación también se encontraba restringido en razón
de la interpretación literal que hacían los órganos judiciales del concepto de "reso-
luciones recurribles" contenido en las normas procesales4.

5 2. El impacto de la Constitución Nacional


sobre el alcance de los recursos
La situación descripta en el punto anterior fue modificada sustancialmente por
la jurisprudencia de la CorteSuprema deJusticia de la Nación, la Corte Interameri-
cana de Derechos Humanos, la Comisión lnteramericana de Derechos Humanos y

Un claro ejemplo de ello lo encontramos en el siguiente pronunciamiento de la CNCP, Sa-


la II: "El control queesta Cámara puede ejercitar es pura y exclusivamentede derecho. Los hechos
fijados en la sentencia resultan intangibles. por loque la pretensión de modificarlos resulta extra-
ña al recurso intentado" (caso "Díaz", sent. del 16/2/93, JA, 1995-1-565y AP, On Line). La jurispru-
dencia del Tribunal Superior de Córdoba mantenía la misma línea jurisprudencial(6. RepLL, LV, t.
2, ps. 1856 y 1857, de 1995). La jurisprudencia de estos tribunales y de otros órganos judiciales re-
visores argentinos, que han resuelto en el mismo sentido, aparece reseñada en De la Rúa - Díaz
Canton, La casación penal. El recurso de casación en el nuevo Código Procesal Penal de la Nación.
1994, p. 52 y siguientes.
Cf. art. 459 del CPPN. Esta norma establece lo siguiente: "El imputado osu defensorpo-
drán recurrir:
l. De la sentencia deljuez en lo correccional que condene a aquel a más de seis meses de pri-
sión, un año de inhabilitación o cien milaustralesde multa.
2. De la sentencia del tribunalen lo criminalque locondene (*)a másde tresañosdeprisión,
doscientosmilaustrales de multa o cinco añosde inhabilitación.
3. De la resolución que le imponga una medida deseguridadpor tiempo indeterminado.
4. De losautosen que se le deniegue la extinción, conmutación o suspensión de la pena.
5. De la sentencia que lo condene a restitución o indemnización de un valorsuperiora once
millones de australes.
(*)Texto según fe de erratas publ. 29111/91; texto anterior: "en lo criminal que la conde-
ne".
Véase. por ejemplo, la decisión de la CNCP, Sala IV en el caso "Zylberman", sent. del
23/2/00,JA, 2001-1-737y AP, On Line. En esa ocasión, al interpretarel art. 457 del CPPN, la mayoría
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

el Comitéde Derechos Humanosde las Naciones Unidas en su interpretación de los


tratadosdederechos humanosque, pordisposicióndel art.75, inc.22dela Ley Fun-
damental, poseen jerarquía constitucional
Así, en primer lugar, en el caso "Giroldi" (CSJN-Fallos, 318:514, de 1995), IaCSJN
declaró la invalidez de las restricciones previstas en el citado art. 459 del CPPN en
razón de ser aquellas contrarias al derecho a la doble instancia, prevista en el art.
8O.2.h de la CADH5.
Asu vez, la limitación del recurso de casación al examen de cuestiones de dere-
cho fue dejada de lado por la CSJN en el caso "Casal" (CSJN-Fallos, 328:3399, de
2005). Al fundar esa decisión, el tribunal efectuó, entre otras, las siguientes consi-
deraciones: "34) Que, en síntesis, cabe entender queel art.456del CPPN6debeen-
tenderse en el sentido de que habilita a una revisión amplia de la sentencia, todo
lo extensa que sea posibleal máximo esfuerzo de revisión de losjueces decasación,
conforme a las posibilidades y constancias de cada caso particular y sin magnificar
las cuestiones reservadasa la inmediación, solo inevitables por imperio de la orali-
dad conformea la naturaleza de las cosas ..."7.
Por otra parte, la CSJN amplió el espectro de resolucionesjudiciales que podían
ser impugnadas a través del recurso de casación a través de una jurisprudencia que
estableció que, si una decisión podía ser revisada por la CSJN a través del recurso ex-
traordinario federal, también debía serlo por los superiores tribunales provinciales
(y por la Cámara Nacional o Federal de Casación Penal), con independencia de lo
que, en contrario, establecieran lasdisposiciones procesaleslocales8.En resumen, la
CSJN resolvió en esa oportunidad que "... en los casos aptos para ser conocidos por

del tribunal resolvió que el rechazode un planteode nulidad no era una de lasdecisionesque pu-
dieran ser impugnadas a través del recurso de casación. El art. 430 del actual CPP provincial (ley
4270) contiene ;1 misma limitación

Corresponde recordar que, antes de la incorporación al ordenamiento jurídico nacional


del citado art. 8O.2.h de la CADH (y del art. 14.5. del PlDCPque contiene una disposición similar), la
CSJN había resuelto en forma consistente, que el derecho al recurso no se encontraba reconocido
dentro de las garantías del debido proceso del art. 18 de la CN (véase, para una reseña de esta ju-
risprudencia. el voto de los jueces Fayt y Bacqué en el caso "Jáuregui", CYN-Fallos, 311:274, de
1988).
Redactadoen términos idénticosa losdel art.429 del CPPprovincial actualmentevigente
(ley 4270).
En estecaso la CSJN tuvo en cuenta, para fundarsu decisión, entreotros, el fallo de la Cor-
te IDH en el caso "Herrera Ulloa v. Costa Rica" (sentencia del 2/7/04) y la jurisprudencia del Comité
de Derechos Humanos al interpretar el art. 14.5 del PlDCP(consids. 6"y 33. respectivamente).
Cf. para lossuperiorestribunales locales,véaseelcaso"Di Mascio" (CSJN-Fallos, 311:2478,
de 1988)y para lascámara Nacional o Federal decasación Penal, el caso"Di Nunzio" (CSJN-Fallos,
HERNANVlCTOR GULLCO

esta Corte según el art. 14 de la ley 48, la intervención del Superior Tribunal de pro-
vincia es necesaria en virtud de la regulación que el legislador nacional hizo del art.
31 de la CN, de modo que la Legislatura local y la jurisprudencia de sustribunales no
pueden vedar el acceso a aquel órgano, en tales supuestos, v. gr., por el monto de la
condena, por el grado de la pena, por la materia o por otras razones análogas.
"Las provincias son libres para crear las instanciasjudiciales que estimen apro-
piadas, pero no pueden vedar a ninguna de ellas y menos a las másaltas, la aplica-
ción preferentede la Constitución Nacional ("Strada, Juan Luis", cit., consid. 9", p.
509 [CSJN-Fallos, 308:490, de 1986)" (caso "Di Mascio", CSJN-Fallos, 311:2478, con-
sid. 14).
Los superiores tribunales han receptado en sus decisiones esta doctrina, tal co-
mo se advierte claramente de este pronunciamiento de la Sala IVde la Cámara Na-
cional de Casación Penal en el caso "S~heller"~: "[El1 máximo Tribunal no solo ha
sostenido que son equiparables a sentencia definitiva aquellas resoluciones que
podrían generar efectos de tardía, insuficiente o imposible reparación ulterior
(CSJN-Fallos, 288:287; 292:202; 2951 52; 298:408; 306:1312; 307:282; entre muchos
otros), sino también que la garantía invocada por el recurrente veda tanto la apli-
cación de una nueva sanción por el mismo hecho anteriormente perseguido cuan-
t o la exposición al riesgo de que ello ocurra (CSJN-Fallos, 314:377 y sus citas). De
otro modo, el agravio a lagarantía se habría consumado sin posibilidad de repara-
ción ulterior (CSJN-Fallos, 321:2826, voto del doctor Petracchi) ... "Esta interpreta-
ción resulta,en definitiva,dela misiónque-en tanto'tribunal intermedio1-le ha
sido encomendada a esta Cámara Nacional de Casación Penal, a fin de propender
a la reparación de los perjuicios irrogados en instancias anteriores desde el punto
de vista de las garantías del proceso penal, sin que sea preciso, para ello, acudir an-
te losestradosde la CorteSuprema deJusticia de la Nación (conf. doctr. de CSJN-Fa-
Ilos, 318:514 [caso "Giroldi"]; 319:585; 3251549; entre otros)".
El Superior Tribunal provincial ha adoptado el mismo criteriolo al resolver que
era impugnable a travésdel recurso de casación, a pesar de queel texto del art. 430
del actual CPPRN parece indicar lo contrario, la decisión de la Cámara de Apelacio-
nes que había confirmado la decisión de primera instancia que había impuesto la
prisión preventiva al imputado. En tal sentido, el Superior Tribunal señaló que "...
respecto del agravio dirigido a la fundamentación del auto de procesamiento, la
doctrina legal del Superior Tribunal le niega definitividad a lo resuelto, porlo que
procede restringir e l análisisa los cuestionamientos de la medida cautelar quepo-
dría acompañarlo, quesíresulta equiparable a definitiva puespuede ocasionar un

Sentencia del 10/5/04, JA, 2004-111-629y AP, On Line.


'O Caso "C., R. A. slRobo en lugar poblado y en banda (ttva. de homicidio) $/Casación", sent~
del 13110115. publicada en AP, On Line.
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

perjuicio de imposible reparación ulterior. De tal modo, su motivación debe ser


analizada de modo independienteal auto de procesamiento dictado en conjunto
(ST RNS2 Se. 29/08 'Aguinaga', 97/15 'Fuentes' y 168115 'B.')" (el énfasis ha sido
agregado).
Finalmente, corresponde observar que tal ampliación de lascuestiones que los
superiorestribunalesdeben examinara travésde¡asvíasdeimpugnación previstas
en los ordenamientos locales no solo ha sido impuesta por la jurisprudencia de la
CSJN sino también por la doctrina elaborada por la Comisión lnteramericana de
Derechos Humanos. Esa doctrina hasidoreceptada porel SuperiorTribunal provin-
cial: "... [S]¡ bien, en principio, la resolución atacada no cumple con el requisito
que establece el art. 430 del Código adjetivo, para los fines de la habilitación de
esta instancia, en este caso en particular, se encuentra en juego la garantía del do-
ble conforme (art. 8'.2.h, CADH), integrativa del debido proceso legal (art. 18,
CN), envirtud delacual todoimputadogozadel derechoa recurrir'todoautopro-
cesa1 importante' (en el lenguaje de la Comisión lnteramericana de Derechos Hu-
manos -informe 17/94, 'Maqueda', informe 55/97, 'La Tablada'-). Entendemos
que el procesamiento reviste dentro de esa categoría, en tanto resulta ser hito in-
dispensable del procedimiento penal, por tratarse de una resolución cuya conse-
cuencia es la de seguir vinculado al proceso ..." ll.
En el punto siguiente examinaremos las normas específicas del nuevo CPPRN
(sancionado por la ley 5020) en materia de recursos y trataremos de determinar si
aquellas se ajustan a los principios constitucionales que hemos reseñado.

5 3. Los recursos en el nuevo CPPRN


a) La norma genérica sobre la admicibilidad de los recursos
El art. 229 prevé un criterioamplioal establecer cuálesson lasdecisionesjudicia-
les impugnables. Al disponer que también lo serán "... todos los autos procesales
importantesque ocasionen agravio al imputado", es fácil advertir queel CPPRN ha
adoptado el mismo criterio utilizado por la Comisión lnteramericana en el caso
"Maqueda" que se mencionó en el punto anterior.
Sin embargo, el mismoartículo introduce una importante limitación aese dere-
cho en tanto sediceque "... [cluando el gravamen sea reparable en ocasión de re-
visarse la sentencia definitiva, el recurso se reservará para ser tramitado en esta úl-
timaetapa".Tal limitación permiteconcluir quenosería impugnable ladecisiónju-
dicial de apertura a juicio (art. 168, CPPRN) en tanto allí no se prevé expresamente
dicha posibilidad. Debe recordarse queel art. 223 del CPPRN dispone, como princi-

l1 "C.,R. E. s/Queja en: 'Comisaría 3" s/lnvestigación suicidio (víctima M., M. N,). expte.
4091112 -Apelación'", expte. 26631113 STJ. del 11/2/14.
HERNANVlCTOR GULLCO

pio general, que " ... [I]asdecisionesjudiciales solo serán impugnablesen los casos,
por los motivosy en las condicionesestablecidas por estecódigo ...".
Por cierto que cabe preguntarse si tal restricción es compatible con los alcances
del derecho constitucional al recurso que hemos examinado en el punto anterior.
Ahora bien, si setiene en cuentaquelaaperturaa juiciodel art. 168del CPPRN pue-
de ser considerada como un instituto equivalente al procesamiento del actual
CPPRN, es posible concluir que dicho acto procesal no causa al imputado "un gra-
vamen irreparable" y que, en consecuencia, no resulta violatorio del citado dere-
cho la restricción a la interposición del recurso en tal supuesto. Ello coincide con la
doctrina enunciada por el Superior Tribunal provincial en el caso "C., R. A.", que se
mencionó en el punto anterior. La CSJN ha adoptado el mismo criterio al resolver,
en numerosasocasiones, que "... de acuerdo con la doctrina del tribunal, lasresolu-
cionescuya consecuenciasea la obligación deseguir sometido a procesocriminal no
reúnen, por regla, la calidad de sentencia definitiva a los efectos del art. 14 de la ley
48 (CYN-Fallos, 249:530; 274:440; 276:130; 288:159; 298:408; 307:1030; 310:195) ..."
(caso "Álvarez", CYN-Fallos, 316:341, de 1993). En cambio, y en forma coincidente
con lo resuelto por el Superior Tribunal provincial en el mismo caso "C., R. A,", la
CSJN ha expresado que "... la decisión que restringe la libertad del imputado con
anterioridad al fallo final de la causa, puedeequipararse a una sentencia definiti-
va en los términos del art. 14 de la ley 48, ya que podría ocasionar un perjuicio de
imposible reparación ulterior, por afectar un derecho que exige tutela inmediata
(CSJN-Fallos, 280:297; 290:393; 307:359; 308:1631; 310:1835; 31 1:358; 314:791, en-
tre otros)" (dictamen del procurador general en el caso "Trusso", CSJN-Fallos,
326:4604, de2003, al que se remitió el tribunal).
El SuperiorTribunal provincial haseguido la misma solución que la CSJN en el ca-
so "Álvarez", al declarar inadmisible el recurso de casación interpuesto por el im-
putado contra la resolución de la Cámara de Apelaciones que había confirmado el
procesamientodeaquel y modificado la calificación asu respecto. Para resolver así,
el tribunal sostuvo que debía "... declararse mal concedido el recurso de casación
contra la sentencia interlocutoria que confirma el auto de procesamiento, en tan-
t o nosedirigecontra unasentenciadefinitivaoequiparableatal (conf.art.430del
CPP), pues no reúnetal calidad la resolución impugnada ..."12.
Queda por preguntarse si la decisión deapertura a juicio puedeser considerada
como un "autoprocesalimportante"(art. 167, CPPRN) en lostérminosde ladoctri-
na del citadocaso "Maqueda" de la Comisión Interamericana. Dado que el concep-
t o utilizado por la Comisión es muy vago, una forma de aclararlo sería preguntar-
se cuáles son los beneficios e inconvenientes para las partes en el proceso no per-
mitir la impugnación del auto de apertura. En tal sentido, corresponde tener en

l2 Caso "B., J. A,, A,, J. C. y P., F. E. qlncidente de apelación sICasación", del 6/10115, publica-
do en AP, On Line.
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE RIO
NEGRO

cuenta, en primer lugar, que dicho auto, por sí mismo, no supone la restricción de
la libertad del imputado, deforma tal de no exigir una "tutela judicial inmediata"
(caso "Trusso", CSJN-Fallos, 326:4604). Por otro lado, también es evidente que uno
de los objetivos del nuevo CPPRNesasegurar la realización de un proceso penal sin
dilaciones indebidas.Todo ellodebería llevaraconcluir que los inconvenientesque
puedan producirleal imputado la imposibilidad de impugnación en esa etapa del
proceso, quedan ampliamentecompensadoscon la realización prontadel juicio en
el cual podrá formular todos los planteos que no haya podido introducir en la an-
terior etapa procesal.
Sin embargo, y en contra deesta conclusión, se puede mencionar la decisión del
Superior Tribunal en el mencionadocaso "G. R. E." (véase puntoanterior) en el cual
se resolvió que el auto de procesamiento debía ser considerado como un "auto
procesal importante" en los términosde la doctrina enunciad por la Comisión Inte-
ramericana.
El significado del concepto de "autosprocesalesimportantes"tambiénfueexa-
minado en una resolución plenaria del Tribunal de Impugnación Penal de la pro-
vinciadeLa pampaT3.En esaoportunidad, sediscutiósi era impugnableantedicho
tribunal la resolución del presidente del mismo tribunal que rechazó el recurso de
impugnación interpuesto contra la decisión del juez de control quien, a su vez, re-
chazó la aplicación del juicio abreviado afavor del imputado.
La cuestión a resolver era si el recurso de reposición era admisible a pesar de que
aquél no encuadraba en ninguna de lascausales previstasen los arts. 402 y405 del
CPPLP'4.

l3 Caso"Facundo Bonderghman, defensorde Luis Enrique DiazCastañeira ...", del 2611011 1 .


l4 Art. 402: "Decisioneshpugnables.
Además de los casos especialmente previstos por la ley, y con las limitaciones establecidas en
los artículos siguientes, podrá deducirse esta impugnación contra las sentencias definitivas y los
autos que pongan fin a la acción o a la pena, o hagan imposible que continúen, o que denieguen
la extinción, conmutación o suspensión de cualquiera de ellas, o cuando impongan una medida
restrictiva de la libertad.
Asimismo podrá interponerse contra losautos que denieguen una solicitud de sobreseimien-
t o en el caso en que se haya sostenido la extinción de la acción penal, o invocado la garantía pre-
vista en el art 2'".
Art. 405: "Impugnación delimputado.
El imputado ysu defensor, dado lo previsto porlosarts. 400~401,podrán impugnar:
1. Las sentencias condenatorias.
2. Lossobreseimientos,según corresponda.
3. Las resoluciones que le impongan una medida de seguridad por tiempo indeterminado.
4. Lasdenegatoriasde la suspensión deljuicio a prueba.
5. Lassentencias que lo condenen a la restitución de objetos, y
6. Lasdemás decisionesprevistasen elart 402, cuando le causen agravio"
HERNANV~CTORGULLCO

A pesar de que las normas transcriptas no establecían, a diferencia de lo que


ocurre con el CPPRN, que la impugnación también correspondía contra los "autos
pr~cesalesirnportantes"~~, el Tribunal de Impugnación resolvióqueel planteoera
formalmente admisible. Así, con remisión al mencionado caso "Maqueda" de la
Comisión lnteramericana (ver punto anterior), el Tribunal de Impugnación
-~
señaló
que no se podía pasar por altoque "... una interpretación literal de la procesal pue-
desoslayar la que otrassuperioresotorgan. Y no puede ser de otra manera, pues la
norma procesal no puede contemplar todos los supuestos que la realidad -siem-
premáscompleja y rica en contenidos-ofrece, como asítampoco la incorporación
de futuros derechos".
Todo lo dicho significa que, aunquecuando una decisión no fuera considerada
"equiparable a definitiva" en los términos de la jurisprudencia de la CSJN a los fi-
nes de su impugnación, podría serlo, sin embargo, con fundamento en el concep-
t o másamplio de "autoprocesalirnportante"empleado por la Comisión Interame-
ricana en el caso "Maqueda" y en el nuevo CPPRN.

b) La impugnación contra la sentencia condenatoria


El art. 231 del CPPRN, que establece lascausales de impugnación de la sentencia
definitiva condenatoria, deben ser interpretadas con el mismo alcance que el
enunciado por la CSJN en el mencionado caso "Casal". Ello significa queel Tribunal
de Impugnación Penal (TIP)I6deberealizar un amplio examen de lascuestiones de
hecho y de derecho planteadas en dicha impugnación. El único aspecto no revisa-
ble de la sentencia de primera instancia, de acuerdo a la doctrina de dicho prece-
dente, sería "... loquesurja directa y únicamentede la inmediación. Estoesasípor-
que se imponen limitaciones de conocimiento en el plano de las posibilidades rea-
lesy -en el nivel jurídico-porque la propia Constitución no puede interpretarse
en forma contradictoria, o sea, que el principio republicano de gobierno impide
entender un dispositivo constitucional como cancelatorio deotro. En este caso son
los textosde la Convención Americana y del Pacto Internacional que no pueden ser
interpretados en forma contradictoria: en efecto, los arts. 8O.5 de la CADH y 14.1
del PlDCPexigen la publicidad del juicio, con lo cual están exigiendo la oralidad,
que es inseparable condición de la anterior y, por ende, no puede entenderseque
los arts. 8O.2.h de la CADH y 14.5 del PlDCPimpongan un requisito que la cancela.
Por ende, debe interpretarseque losarts. 8".2.hde la CADHy 14.5 del PlDCPexigen
la revisión de todo aquello que no esté exclusivamente reservado a quienes hayan
estado presentes como jueces en el juicio oral. Esto es lo único que losjuecesde ca-

l5 Cf. art. 229 del CPPRN.


l6 El TIPes el órgano competente para entender en las impugnaciones contra lassentencias
condenatorias (cf. art. 25, nuevo CPPRN).
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE RIO
NEGRO

sación no pueden valorar, no solo porque cancelaría el principio de publicidad, si-


no también porquedirectamente no lo conocen, o sea, que a su respecto rige un Ií-
mite real de conocimiento. Se trata directamente de una limitación fáctica, im-
puesta por la naturaleza de las cosas, y que debeapreciarse en cada caso ..." 17.
Sin embargo, debe tenerse en cuenta, en contra de la posición de la CSJN, que
el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), al interpretar la disposición de
la Convención Europea de Derechos Humanosqueessimilar a loscitadosarts. 8O.5
de la CADH y 14.1. del PIDCP, considera que, como regla general, el citado princi-
pio de publicidad de los procesos penales reconoce el derecho del acusado a pro-
ducir prueba también en la etapa de impugna~ión'~. Ello significa que no corres-
pondería aplicar, en tal caso, la limitación impuesta por la CSJN deque no sería re-
visable ante el TIP lo quesurja directa y únicamente de la inmediación ocurrida en
primera instancia (caso "Casal", CSJN-Fallos, 328:3399).
Por cierto que el nuevo CPPRN ha adoptado un criterio similar al de la jurispru-
denciadelTEDH queseacaba de reseñar en tanto su art. 237autoriza al impugnan-
te requerir la producción de prueba ante el TIP.
Corresponde agregar que el examen de las cuestiones de hecho por parte del
TIP no puede limitarse a determinar si la valoración de la prueba realizada en pri-
mera instancia ha sido o no "arbitraria" en los términos de la jurisprudencia de la
CSJN19.Ello es así porque, tal como surge claramente de la transcripción del citado

l7 Caso "Casal", CSJN-Fallos, 328:3399, consid. 24.


l8 Cf. GuIIco, 'El recurso decasación y el conceptodejuicio'público'", en La culturapenal,
2009. En el citadoartículo, se reseña la jurisprudencia pertinente del TEDH que ha establecido esa
doctrina. Véase, sin embargo. lo señalado por la Comisión lnteramericana de Derechos Humanos
de que "...el derecho a recurrir no implica necesariamenteun nuevo juicio o una nueva 'audien-
cia', siempre que el tribunal que realiza la revisión no esté impedido de estudiar los hechos de la
causa" (caso 12.820, Informe 33/14, "Manfred Amrhein v. Costa Rica", párr. 192).
l9 La definiciónclásica del conceptodearbitrariedad por partedel CSJN apareceen el conoci-
do caso "Carlozzi" (CYN-Fallos, 207:72), resuelto en 1947: "Que la jurisprudencia de esta Corte ha
reconocido, sin embargo, ser procedente el recurso no obstante tratarse de aplicación de normas
procesaleso de derecho común y de cuestionesdehecho, cuando lasentencia recurrida eraarbitra-
riaycarentede todo fundamentojurídico. Conellono ha hecho excepción a losprincipiosenuncia-
dos en el considerando anterior sino, por el contrario, aplicación estricta de ellos, puesto que un
pronunciamientoarbitrario y carente de todo fundamento jurídico, no es una sentenciajudicial. y
es obvio que el primer requisito del amparo judicial de los derechos es que sea eso, precisamente.
amparo judicial, es decir, fundado en la ley de la prueba de los hechosformalmente producida. Pe-
roarbitrariedadsólo la hay cuando se resuelve contra o con prescindencia de lo expresamente dis-
puesto por la ley respecto al caso.seprescindedepruebasfehacientes, regularmente traídasaljui-
cio o se hace remisión a las que no constan en él. El error en la interpretación de la primera o en la
estimaciónde lassegundas. sea cualfuere sugravedad, no hace arbitraria a una sentencia en elsen-
tidopropioyestrictodelaexpresión-queeselquedebepresidireldiscernimientode la proceden-
cia del recurso extraordinarioen estos casos-, porque la existencia de él es por sísola demostrati-
HERNANV~CTORGULLCO

caso "Carlozzi", el control que la CSJN uotrotribunal revisorZOrealizadelasenten-


cia de la instancia anterior a través de la doctrina de la arbitrariedad es altamente
restrictivo y, por tal razón, no satisface el derecho al recurso del art. 8O.2.h de la
CADH, tal como fue señalado expresamente por la Comisión lnterarnericana en el
citado lnforme no55/97 (caso "Abella", párrs. 267 a 273)21.

CJ La impugnación contra la sentencia absolutoria

El art. 232 del nuevo CPPRN parece ser más restrictivo que el art. 231 en tanto li-
mita la impugnación en razón de la arbitrariedad de la sentencia"^ "apreciación
absurda de laspruebasrecibidas en eljuicio" (incs. lo y 2", respectivamente).
En tanto tales restriccionesse apliquen a la impugnación interpuesta por el fis-
cal, ello no plantea problema constitucional alguno ya que la Ley Fundamental
"... consagra expresamente el derecho del inculpado de 'recurrir del fallo ante
juez o tribunal superior' (confr. art. 8', párr. 2", inc. h, CADH). Por consiguiente es
voluntad del constituyente rodear a este sujeto de mayores garantías sin que sea
posibleconcluirqueestadiferenciavulnere la Carta Magna, pueses una norma con
jerarquía constitucional la que dispone tal tratamiento (...) [Plor otra parte no es
ocioso señalar que el Estado-titular de la acción penal- puede autolimitar el ius
penequendien los casosque considere que no revisten suficiente relevancia como
para justificar su actuación. En tales condiciones, el fiscal debe ejercer su preten-
sión en los términosque la ley procesal leconcede. Por ello, no puede considerarse
inconstitucional la limitación de la facultad de recurrir del Ministerio Públicocuan-
do se verifique un supuesto como el previsto por el art. 458 del CPPN en la medida
en que, en las particulares circunstancias del sub lite, no se ha demostrado que se
haya afectado la validez de otras normas constitucionales" (CSJN, caso "Arce",
CSJN-Fallos, 320:2145, de 1997, consids. 8"y 9°)22.

va de que el pronunciamiento no se ha desentendidode la ley y de la prueba sino que se ha hecho


según una interpretaciónequivocada-esdecirtomando porverdadera la que no lo es-, de la pri-
mera y una apreciacióntambién equivocada de la segunda, es decir, que no es un mero actode ar-
bitrariedad ocaprichodel juzgador(CVN-Fallos, 205548) ..." (el énfasis ha sido agregado).

20 Dadoque la arbitrariedad es una "cuestión federal" en tantoconstituye una violación de


la garantía de la defensa en juicio (art. 18, CN), aquella debe serdeclarada, no solo por la CSJN, si-
no por cualquiertribunal argentino que actúe como órgano revisorya que la forma como la CSJN
ejerce el control de constitucionalidad es el "paradigma" al cual deben estar sujetostodos los tri-
bunales de la República (6.caso "Di Mascio", CSJN-Fallos, 31 1:2478, consid. 5").
21 Como se recuerda el mencionado lnforme 55/97 fue citado por el SuperiorTribunal pro-
vincial en el caso"G., R. E.", que aparece transcripto en el 5 2 de este comentario.
22 Véanse, entreotros. en el mismosentido, casos"Jaldín"(CNCP. Sala IV, sent. del 8/7/99,JA,
1999-IV-692, y AP, On Line) y "Collantes" (TCPBA, Sala V. sent. del 7/4/16, reg. no 166). En ambos
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

En cambio, si se pretendiese aplicar la restricción en materia de impugnación,


contenida en el art. 232, al querellante (en tanto actúe como representante de la
víctima individual de un delito), sí se podrían plantear objeciones constitucionales
a dicha restricción. Ello es así porque, tal como lo señaló la CSJN, "... si bien incum-
be a la discreción del legislador regular el marco y lascondiciones del ejercicio de la
acción penal y la participación asignada al querellante particular en su promoción
y desarrollo, desde que se trata de lo atinente a la más acertada organización del
juicio criminal (CSJN-Fallos, 253-31), todo aquel a quien la ley reconoce personería
para actuar en juicio en defensa de sus derechos está amparado por la garantía del
debido proceso legal consagrada por el art. 18 de la CN, que asegura a todos los liti-
gantes por igual el derecho a obtener una sentencia fundada previo juicio llevado
en legal forma (CSJN-Fallos, 268-266, consid. 2") ..." (caso "Santillán", CSJN-Fallos,
321:2021, de 1998, consid. 11).
Por otra parte, la Corte IDH ha resueltoque "... [dlel art. 8'de la Convención se
desprende que las víctimas de violaciones de derechos humanos, o sus familiares,
deben contar con amplias posibilidadesde ser oídosy actuar en los respectivospro-
cesos, tanto en procura del esclarecimiento de los hechos y del castigo de los res-
ponsables, como en la búsqueda de una debida reparación (...) La obligación dein-
vestigar y el correspondiente derecho de la presunta víctima o de los familiares no
solo se desprenden de las normas convencionales de derecho internacional, impe-
rativas para los Estados Parte, sino que, según el Estado dequesetrate, ademásde-
riva de la legislación interna que hace referencia al deber de investigar de oficio
ciertasconductas ilícitasy a las normasque permiten que lasvíctimasosusfamilia-
res denuncien o presenten querellas, pruebas, peticiones o cualquier otra diligen-
cia, con la finalidad de participar procesalmente en la investigación penal con la
pretensión deestablecer la verdad de los hechos" (caso "Gelman v. Uruguay", sen-
tencia del 2412111, párrs. 187 y 188).
De esta doctrina podría extraerse la conclusión que, en el proceso penal, a lavíc-
tima debe reconocérsele los mismos derechos que al acusado y que, en consecuen-
cia, no correspondería reconocersea la primera un derecho al recurso más restric-
tivo que al segundo.

pronunciamientos se invocó la doctrina del mencionado caso "Arce". Por otra parte, hay autores
que consideran que la concesión misma al acusador de un recurso contra sentencias absolutorias
constituye una violación al principio constitucional del non bis in idem, que prohibe la múltiple
persecución penal (cf. Maier, Derecho procesal penal, t. III, "Parte general. Actos procesales",
2015, ps. 315a 317. El citado principioconstitucional se encuentra reconocido, implícitamente, en
el art. 18 de la CNy, en forma expresa, en el art. g0.4de la CADH. Podría entenderse que la posición
del profesor Maierfue la queadoptaron tresde los siete integrantesde la CSJN en el caso "Sando-
val" (CSJN-Fallos, 333:1687, de2010). Sin embargo, tal interpretación del citadovoto fue rechaza-
da por la mayoría, y aceptada por la minoría, de la CFCP, Sala III, en el caso "G., A. D.", sent. del
17/9/12, publicada en AP, On Line.
HERNANV~CTORGULLCO

Es por ello que el texto del art. 242 del CPPRN no debería ser leído en forma lite-
ral deforma tal de restringir indebidamente el derecho al recurso del querellante.
Tal solución se basa en la conocida jurisprudencia de la CSJN conformes la cual, an-
tevarias interpretaciones posibles de una norma, el intérprete debe elegir aquella
que mejor armonice con la C o n ~ t i t u c i ó n ~ ~ - ~ ~ .

d) El derecho a impugnar el veredicto del jurado popular 25

El art. 233 del nuevo CPPRN establece un sistema de impugnación contra el ve-
redicto del jurado, que se aparta en varios aspectos de la regulación prevista para
la impugnación de lassentenciasde lostribunales integrados por jueces letrados26.
Los incs. l o a3"del citado artículo establecen causales de impugnación, que son
normales en el típico juicio por jurados de raigambre angloamericana (que es el
que ha incorporado el nuevo CPPRN) y no presentan mayores problemas constitu-
cionales.

23 Cf., entre muchos, CSJN,"Rodriguezc. Google", CSJN-Fallos, 337:1174, de2014,votode la


mayoría, consid. 14y sus citas.
24 Véase, sinembargo, elvotodel juezMagariñosenel caso"Paternoster"delTOCno23Cap.
Fed. (sentencia del 5111/12, publicada enAP, On Line): "Tampocolajurisprudenciamásrecientede
la Corte lnteramericana de Derechos humanos, que suele invocarse en apoyo del pretendido de-
recho de la víctima a que se impongan castigos, puede ser interpretada estrictamente en ese sen-
tido. En precedentes como'Bulacio' (CIDH, 'Bulaciov. Argentina', sent. del 18/9/03), o'Bueno Al-
ves'('BuenoAlvesv.Argentina', sent. del 11/5/07). al igual queen'velazquez Rodriguez'[sent. del
29/7/88]. resulta clara la conexión que la Corte establece entre las obligacionesestatalesde respe-
tar los derechos y libertades reconocidosen la Convención y adoptar las medidas necesarias para
hacer efectivosesosderechos(arts. 1"y 2". CADH), y la necesidad de investigar, esclarecer y sancio-
naraquellosdelitosque impliquen gravesviolacionesa los derechos humanos imputables al Esta-
do (...) Por ello, el reconocimiento por partede la Cortede underecho de lavíctima a queestos he-
chossean investigadosy sancionados. o incluso a interveniractivamenteen esa investigación (con
losalcances y restricciones con las queesta intervención se regula en el ordenamiento procesal de
cada Estado), puede perfectamente pensarsecomosupuestosen losque ante la inacción o compli-
cidad con estos hechos, por parte de los órganos públicos encargados del ejercicio de la acción pe-
nal dentro del Estado en elque tuvieron lugar, se consagra (como mecanismo de tutela orientado
a garantizar losderechosreconocidos en tal Convención) una suerte de acción subrogatoria, para
que elafectado procure el esclarecimientoy el castigo de esasgraves violaciones de derechoshu-
manos, y gestione así. no un interés privado, sino un asunto público, que atañe no sólo a la socie-
daden la que el hecho fue cometido, sino a la comunidadinternacional en su conjunto ..." (el én-
fasis ha sido agregado).
25 Parte de los argumentos y las citas doctrinarias y jurisprudenciales. que se desarrollan en
esta sección, se basan en Gullco, Eljuicio porjuradosy elderechoal recurso. en "'Revista Latinoa-
mericana de Derecho Internacional", no3, 14/12/15. edición online.
26 La composición del Jurado Popular está prevista en los arts. 34a 38 del nuevo CPPRN y la
forma de realización del juicio se encuentra regulada en sus arts.192 a 207.
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

Distinta es la situación con el inc. 4", en tanto autoriza la impugnación del vere-
dicto que "... sea arbitrario o que se apartare manifiestamente de la prueba pro-
ducida en e l deba te".
Esta restricción de las causales de impugnación del veredicto del jurado es nor-
mal en la mencionada tradición angloamericana. Ella se funda en la circunstancia
de que el jurado, como representante de la voluntad popular destinado a contro-
lar los posibles abusos de jueces y fiscales2', no puede ser sometido, a su vez, a un
control extenso por parte de dichosfuncionariosa travésde la impugnación de las
partes28.
El carácter limitado de dicho control en el sistema clásico de juicio por jurados
aparece claramente en el caso "González, José", resuelto el 10112/14, por el Tribu-
nal de Impugnación Penal de la Provincia del Neuquén, en donde se examinó si la
revisión prevista en la legislación provincial respecto del veredicto condenatorio
del jurado29era o no compatible con el derecho a la doble instancia el tribunal. A
través del voto del juez Sommer se enfatizó, de acuerdo a la tradición angloameri-
cana ya mencionada, la restringida revisión que lostribunales pueden ejercer res-
pecto del veredicto condenatorio del jurado: "Lo quese recurre en un juicio porju-
rados, nuevamente, no esel veredicto: lo quesecuestiona directamenteson las ins-
trucciones del juez y el estándar probatorio de culpabilidad más allá de la duda ra-
zonable (la cantidad y calidad de prueba producida en el debate)' (Harfuch, An-
drés, op. cit., p. 30819). En tal labor revisora a la luz de los precedentes 'Herrera
Ulloa'de la ClDH y 'Casal'de la CSJN, asícomocon los arts. 8O.2.h de la CADHy 14.5
del PIDCP, se hadesarrollado la másamplia revisióndelos hechosy delderechocon
base en las instrucciones y el resultado del veredicto, amén del derecho y la pena
aplicados luego por el juez profesional ..."30.
Y, en un caso resuelto por la Sala I del Tribunal de Casación Penal de la Provincia
de Buenos Aires, se señaló que "[clalificada doctrina ha sostenido que la tarea de
revisión de los veredictos emanados de jurados populares pasa por articular una

27
Cf.CSU.5.. caso"Duncanv. Louisiana",391 U.S. 145 (1968).
28 Porotra, la Corteestadounidense ha resueltoqueel derecho al recurso del acusado no po-
seefundamento constitucional sinoque depende de la decisión discrecional del legislador (cf. ca-
so"Mc.Kanev. Durston", 153 U.S. 484, de 1894). Porotra parte, el citado tribunal ha indicado en
variasocasionesque lostribunales revisoresdelosjuradosdeben realizar uncontrol restringidode
sus veredictos, debiéndose limitar a determinar si aquéllos pudieron haber sido dictados por un
"jurado razonable"y no, encambio, si realizaron unavaloración correcta0 nodela prueba (6.pa-
ra la reseña de esa jurisprudencia. Gullco, Eljuicioporjuradosy elderecho al recurso. en "'Revista
Latinoamericana de Derecho Internacional", no3, 14/12/15, edición online).
29 Que es similara la prevista en el nuevo CPPRN
30 Tal como surgede la transcripción del voto, el magistrado citó la obra de Harfuch, Eljuicio
porjurados en la provincia de BuenosAires, 2013.
HERNANV~CTORGULLCO

base objetiva para la decisión del recurso sobre un veredicto del jurado que es in-
motivado. La construcción de esta base se integra con los aportes de las partes en
la audiencia recursiva, con las instrucciones deljuez y con e l registro íntegro deljui-
cio (dr. Harfuch, Andrés, Eljuicio porjurados en la provincia de BuenosAires, Ad-
Hoc, Buenos Aires, 2013, ps. 353 y 354)" (caso "Mazzon", sentencia del 27/10/15; el
énfasis ha sido agregad^)^'.
Si bien en el voto emitido en el caso "González" se citaron aprobatoriamente
lasdecisionesen los mencionados casos "Casal" y "Herrera Ulloa", es legítimo pre-
guntarse si este sistema de impugnación es, en verdad, compatible con la doctrina
enunciada en dichos casos "...ya que, respecto del jurado, el tribunal revisor solo
podría 'adivinar'cuálesfueron los fundamentos utilizados por el jurado ya que es-
te no brinda fundamentos de su veredicto condenatorio ..."32, lo cual no parece
ajustarsea la obligación deejercer una amplia revisión conforrneladoctrinaenun-
ciada en loscasos "Casal" y "Herrera U l l ~ a " ~ ~ .

e) El procedimiento de reenvío
La posibilidad deque el tribunal revisor invalide la sentencia de primera instan-
cia para que se dicte un nuevo pronunciamiento, que es usual en los códigos pro-
cesales penales en la regulación del recurso d e ~ a s a c i ó nestá
~ ~ , sometida a claros Ií-
mites en el art. 242 del nuevo CPPRN. Estos límites responden a la jurisprudencia
constitucional de la CSJN.
Así, en primer lugar, la disposición de que, en el nuevo juicio, "... no podrán in-
tervenir los jueces que conocieron del juicio anulado", coincide con la doctrina
enunciada por la Corte Federal en el caso "Llerena" (CSJN-Fallos, 328:1491, de
2005), conforme a la cual un juez, queya emitióalguna opinión acerca de la culpa-
bilidad o inocencia del acusado no puede, en el mismo juicio, volver a resolver so-
breesa misma cuestión ya que su imparcialidad objetiva severía c o m p r ~ m e t i d a ~ ~ .

Para una posición similar acerca de los alcancesde la impugnación contra el veredicto del
jurado, véase la sentencia del TCPBA, Sala IV. en el caso "Castillo", del 11/8/16.
32 GuIIco, E l j ~ i ~ i ~ p ~ r j u r a d o ~ y e l d e r e c h o a l r e cen
u r "'Revista
so, Latinoamericana de Dere-
cho Internacional", n"3, 1411U15, edición online.
33 En cambio, lo resueltoen el caso "Mazzon", a diferencia de la decisión en el caso "Gonzá-
lez", no parece serautocontradictorio en tanto no intenta compatibilizar la doctrina de "Herrera
Ulloa" y "Casal" con los principios que regulan el funcionamiento del jurado clásico.
34 Cf. art. 441 del actual CPPRN
35
El derechoa ser juzgado por"unjuezotribunal imparcial", en cualquiertipo de proceso.
se encuentra previsto, implícitamente, en el art. 18de la CNy, enforma expresa, en losarts. 8O.1 de
la CADHy 14.1 del PIDCP. Para el concepto de imparcialidad "objetiva", quese menciona en el tex-
to, y su distinción con la "subjetiva", véase caso"Llerena", CVN-Fallos, 328:1491, consid. 10.
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

Por otra parte la limitación, prevista en el mismo artículo (" ... [S]¡el reenvío pro-
cede como consecuencia de un recurso del imputado, en el nuevo juicio no podrá
aplicarse una pena superior a la impuesta en el primero"), también fue enunciada
por la CSJN como un principio constitucional en el caso "Olmos" (CSJN-Fallos,
329:1447, de 2006).
Finalmente, la prohibición de un nuevo juicio en contra del imputado, en caso
de que tuviera lugar una segunda absolución, responde al citado principio consti-
tucional del non bisin id en^^^.

f ) El derecho alrdoble conformen como l h i t e


al reenvío

El principio del "doble conforme" se encuentra reconocido en losarts. 8O.2.h de


la CADH y 14.5 del PIDCP, conforme lo establecido en la jurisprudencia de la Corte
lnteramericana de Derechos Humanosy la Corte Suprema de la Nación (d., respec-
tivamente, casos "Mohamed v. Argentina", sentencia del 211 1110, "Duarte", CSJN-
Fallos, 337:901, de 2014, y "Carrascosa", CSJN-Fallos, 337:1289, de2014). Ello signi-
fica que, frentea una decisión de un tribunal revisor que revoca una sentencia ab-
solutoria e impone una sentencia condenatoria o que agrava el pronunciamiento
impuesto en primera instancia, el condenado tieneel derecho a recurrir, con la am-
plitud prevista en el caso "Casal", dicha condena.
Para los casos que tramitan conforme el CPPN, la CSJN ha resuelto, en tales ca-
sos, "... quesedesignea otra salade la Cámara Federal decasación Penal para que
actúecomo tribunal revisor" (d. caso "Duarte", CYN-Fallos, 337:901, consid. 10).
La propia Cámara Federaldecasación ha resuelto queesasolución es la que me-
ior armoniza los derechosdel acusado con los de l a v í ~ t i m a ~ ~ .
Dado que los arts. 241 y 242 del nuevo CPPRN no parecen excluir la posibilidad
de que el TIP, al revocar una sentencia absolutoria o modificar en perjuicio del acu-
sado la sentencia de primera instancia, dicte sentencia sobre el fondo del asunto,
la misma solución, que la enunciada en el caso "Duarte", podría aplicarse, en tales
supuestos, en el nuevo ordenamiento provincial.

g) El control extraordinario contra las decisiones


del TIP

En su art. 242 el nuevo CPPRN establece las distintas causales del control que
ejerce el Superior Tribunal de Justicia provincial.

36 Sobreeste principio, véase punto c), supra


37 Caso"B.,A.D.", sent. del 17/5/13. Sala IV,voto del juez Hornos, consid.VII, con el quecoin-
cidió elvotodel juez Borinsky, publicada en AP, On Line.
HERNANV~CTORGULLCO

El inc. lose refiere al control de validez de las normas que dicho tribunal ejerce
respecto de la Constitución provincialen consonancia con lo dispuesto por el art.
207, inc.lo de dicha Constitución.
El inc.2"adoptaladoctrinadel mencionadocaso "Di Mascio" entantoallísedis-
poneque cualquier decisión que pueda ser examinada por la CSJN a través del re-
curso extraordinario federal también deberá serlo por el Superior Tribunal local.
Finalmente, el inc. 3" le reconoce al Superior Tribunal provincial la facultad de
unificar las contradicciones que existan en la jurisprudencia del TIP o del mismo ST.
Tal regulación forma partede un principio básico en el Estado de derechoconforme
al cual la uniformidad ycoherenciaen la jurisprudenciaesun elementocentral dela
seguridad jurídica que, a su vez, integra el concepto de debido proceso en la CN38.

hJ Revisión de la sentencia condenatoria

Los primeros cuatro incisos del art. 253 no aportan novedad a la tradicional re-
gulación de este medio de impugnación en el derecho argentino contra sentencias
pasadasen autoridad decosa juzgada. Dado que lacosa juzgada es un aspectocen-
tral del Estado de derecho, solo razones muy excepcionales-que aparecen enun-
ciadas en el citado art. 253-autorizan a dejarla de lado39.
Por cierto que, entre las excepciones al principio de la cosa juzgada menciona-
das por la jueza Kemelmajer de Carlucci en el voto transcripto en la nota al pie, se
encuentra la doctrina conforme a la cual la cosa juzgada no puede ser un obstácu-
lo para la reapertura de procesosen los cuales no se haya actuado con la debida di-
ligencia para investigar y castigar graves violaciones de derechos humanos40.

38 Cf., entre muchos otros, CSJN, caso "Tellez", CSJN-Fallos, 308:552. de 1986; Garay, Ladoc-

trina del precedente en la Corte Suprema, 2013, esp. Capitulo l.


39 Véase. en tal sentido, el votode la jueza Kemelmajerde Carlucci de la Sala I de la SC Men-
doza en el caso "Puebla", sent. del 2/9/99. publicada en JA, 2000-111-792y en AP, On Line). Sin em-
bargo. en el mismovotose agregó que "... la garantía de la inmutabilidad de la cosa juzgada, co-
motantasotrasde raigambreconstitucional, noes absoluta (compulsar, a vía de ejemplo, senten-
cia de la Corte Suprema, publicada en CYN-Fallos, 301:1067).
"Los grandes maestrosdel derecho procesal moderno enseñan que 'la cosa juzgada es una exi-
gencia política; no es de razón natural sino de exigencia práctica'(Couture, Eduardo, Fundamen-
tosdelderecho procesalcivil, Depalma. 1993, no263); que'nada tienede irracional quese admita
la impugnación de la cosa juzgada, ya que su autoridad misma no es absoluta y necesaria. sino es-
tablecida por consideraciones de utilidad y oportunidad. de tal manera que esas mismas conside-
raciones pueden, a veces. aconsejarsu sacrificio para evitarel desorden y el mayordañoque sede-
rivaria de la conservaciónde una sentencia intolerablemente injusta'(Chiovenda, C.. Principiosde
derecho procesalcivil, vol. 11,1941. Reus, Madrid, p. 51 1)" (caso~"~uebla".
JA, 2000-111-792).
40 Cf. CSJN, caso "Mazzeo" (1993, CSJN-Fallos, 330:3248, de 2007) en el que se citó, entre
otrasfuentes, la jurisprudencia de la Corte IDH en el mismo sentido. Para un ejemplo reciente de
LOS RECURSOS EN EL NUEVO CPP DE LA PROVINCIA DE R¡O NEGRO

La circunstancia de que el art. 253 no prevea expresamente este supuesto como


una de las causales del recurso de revisión no debería ser obstáculo para su proce-
dencia en el orden provincial en virtud de su fundamento constitucional.
El aspecto relativamente novedoso de la regulación que el nuevo CPPRN reali-
za de la revisión lo encontramos en el inc. 5" del art. 253, en cuanto permite solici-
tar la revisión de unacondena confundamentoen la existenciade una nueva juris-
prudencia más beneficiosa para el condenado. Ello forma parte de una tendencia
que solo se advierte en los códigos procesales penales más modernos de nuestro
país4'.
Sin embargo, ya antes de la incorporación de este instituto en el nuevo CPPde
la provincia de La Pampa, la mayoría de la Sala Adel Superior Tribunal de esa pro-
vincia había reconocido al condenado la posibilidad de solicitar la revisión ante un
cambiofavorabledejurisprudenciaa pesar dequetal posibilidad noestaba previs-
ta en el ordenamiento vigente42. Ello demostraría que la posibilidad de obtener
una revisión de la condena ante cambios de jurisprudencia, no solo puedefundar-
se en lasdisposicionesdel nuevo CPPde la provincia deRío Negro, sinotambién en
principios constitucionales.

esta jurisprudencia de la Corte IDH, véase el caso "Gutiérrez v. Argentina", sent. del 2511 1/13,
parrs. 97 y SS.;128 y SS.y 151 y SS.).

41 Véanse, en tal sentido, entre otros, loscódigos de las provinciasde BuenosAires(art. 467,
inc. 8"); Chubut (art. 389, inc. 5"); La Pampa (art.430, inc. 6") y Neuquén (art. 254, inc. 5").
42 Caso "Gandino", sent. del 13/9/96, publicada enJA, 1999-11-600y en AP, On Line. Este fa-
Ilocuenta con un comentario del suscriptoen dondese reseña la jurisprudencia de la CSJN que, en
forma contradictoria con el citado caso "Tellez", resolvió el recurso de revisión era inadmisible an-
te cambios jurisprudenciales. También se examina en ese comentario la jurisprudencia de los tri-
bunales estadounidenses que, en algunos casos, llegaron a la solución opuesta con fundamento
en el principio constitucional de igualdad ante la ley (Gullco. El recurso de revisión ante los cam-
biosdejurisprudencia. JA. 1999-11-606y siguientes)
La ejecución de penas en contextos acusatorios
JUAN PABLO CHlRlNOS *

La reforma introducida en el nuevo CPPRN impone grandes cambios en todos


los procesos, pero como muchas reformas en la región deja el tema deejecución de
penas relegado y con unos pocos artículos específicos sobre la materia.
El haber participado en diferentes etapas del proceso me permite afirmar que
estas omisiones no fueron por diseño, si no por desconocimiento lamentablemente.
El derecho penitenciario o de ejecución es la rama que estudia la aplicación del
castigo penal pero paradójicamentees unade las ramas masjóvenesdel derecho pe-
nal. Esta paradoja es notablesi seobserva quetodas las teorías sobre la pena le asig-
nan a esta algún tipo defunción y que más del 60% del personal de cualquier Poder
Judicial se dedican a temas penales, pero durante años la ejecución concreta de la
pena se consideró una cuestión administrativa y los detenidos sujetos sin derechos.
La reforma constitucional del año 1994 y la irrupción de una constante jurispru-
dencia en materia de derechos humanos permitió que se crearan magistraturas
especializadasenla materia, pero estas no dejan de ser los pariasdel proceso, adap-
tando en general pocos artículos para penas y procesos de ejecución que pueden
durar hasta cuarenta años.

5 l. Reformas propuestas
El Título VI1 trata sobre la Ejecución, costas e indemnizaciones.
La Sección de Ejecucióncomprende losarts. 257 a 264.
La primera particularidad es que la Oficina Judicial asume un rol determinante
en el proceso ejecutivo, dejando atrás un modelo centrado en un juzgado que
impulsaba las causas a un proceso instado por las partes.

* Juez de Ejecución Penal de General Roca. Abogado. Profesor de Derecho Procesal Penal
de la Universidaddel Comahue.
JUAN PABLO CHlRlNOS

El art. 257 trata sobre el cómputo de pena y a diferencia de la legislación actual,


debe contener no solo la fecha de agotamiento, sino también el momento a partir
del cual el condenado podrá solicitar salidasanticipadas, libertad asistida, libertad
condicional o su rehabilitación.
Luego establece como principio que el cómputo será siempre reformable, aun
de oficio, si se comprueba un error o cuando nuevas circunstancias lo hagan nece-
sario. Esta cuestión aceptada por la jurisprudencia en la actualidad, en la práctica
generaba discusionesdetodotipo (quien realizael cómputo, la firmeza del mismo,
quien puede pedir su modificación y la modificación de oficio entro otros).
Las objeciones al computo que surjan ante planteos de las partes, serán resuel-
tasen audiencia por el juez de ejecución.
El art. 258 establece que la comunicación de la condena o de las reglas impues-
tases responsabilidad de la Oficina Judicial.
El art. 259 trata sobre unificación de condenas y establece el procedimiento
para realizarla, por ante jueces del Colegio de Jueces.
El art. 260 es el que establece el procedimiento central para todo "trámite de
ejecución", que será en audiencia pública, oral y contradictoria en consonancia
con lo establecido por el art. 7'del mismo Código.
Tres son los actores que pueden solicitar una audiencia: fiscal, defensor y con-
denado, el planteo es dirigido a la Oficina Judicial y esta fija la fecha y lugar de la
audiencia oral. Si es necesaria prueba, las partes la presentarán en la audiencia o en
caso de reticencia del organismoquedeba producirla, solicitarán a la Oficina Judi-
cial o al juez de ejecución que intime su producción con anterioridad a la fecha de
la audiencia. Esto atento a que el sistema a la fecha no está preparado para res-
ponder directamente las solicitudes de las partes y se prevé que muchasveces será
necesaria una intimación judicial queotorgue mayor fuerza al pedido.
El canal de comunicaciónentreel Servicio Penitenciario y las partesserá la Oficina
Judicial, a quien se ledeberá remitir los informesen un plazo máximodecincodías.
En la audiencia se resolverán los beneficios, fijando el juez de ejecución las con-
diciones e instrucciones que sean necesarias conforme al instituto solicitado y se
ordenará dispondrá la forma de control del beneficio.
El art. 261 pone en cabeza del Ministerio Público la solicitud de revocación de
beneficios y aún la detención preventiva del imputado hasta la realización de la
audiencia ante incumplimiento de reglas.
Es positivo que se fije nuevamente la regla de la audiencia oral, pública y contra-
dictoria, pues permite un adecuado nivel de defensa del condenado ya queen la ac-
tualidad muchas.de estascuestionesseresuelvensin siquiera una audiencia devisu.
El art. 262 establece una novedad, pues poneen cabeza de una Oficina Judicial
especializadael control de las reglasdeconducta impuestasen sentencias. La infor-
mación será brindada periódicamente a las partes para que estas puedan hacer las
peticiones que crean necesarias.
LA E J E C U C I ~ DE
N PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

Ante el incumplimiento de las reglas y una petición concreta de la Fiscalía, la


resolucióncorrespondealjuezdeejecución odel juezdel Colegiode Juecesdepen-
diendo de que se trate de una condena condicional o una suspensión de juicio a
prueba (art. 98, CPPRN).
Entiendo que esta oficina especializada rompe la sistematicidad del Código
Procesal, pues pone en cabeza de un organismo jurisdiccional el control que debe-
ría estar en manosdel Poder Administrador odel Ministerio Público Fiscal, quienes
son los que requieren pena y castigo en el caso concreto.
Esta Oficina solo notifica incumplimientos pero no tiene una actuación de ofi-
cio pues depende de las partes para resolver los conflictos que detecte.
El art. 263 trata sobre la pena de multa y su sustitución portrabajocomunitario
o el pago en cuotas.
La novedad sobre el punto, es que se puede solicitar el embargo y venta de bie-
nes del condenado para hacer efectiva la multa del juez penal actuante, pero
siguiendo las reglas del Código Procesal Civil.
El art. 264trata sobre la revisión de lasdecisionesdel juez de ejecución que aho-
ra queda en cabeza de tres jueces del Foro de jueces, quienes deberán revisar en
cinco días lo resuelto cuando se trate desalidasanticipadas, libertad condicional, o
libertad asistida.

5 2. La práctica de las audiencias


Tengo la suertede haber podido realizar audiencias de ejecución desde haceya
mas de un año en forma continuada. Con esta experiencia y examinadas las reglas
anteriores, entiendo que hay algunas particularidades que deben ser puestas de
manifiesto para que el nuevo sistema seaplique efectivamente.
Claramenteexiste un punto donde segenerará una fricción entre el nuevo orde-
namiento procesaly la práctica anteel juezde ejecución. Este conocea los internosy
por tanto la exigencia de imparcialidad debe ser examinada bajo otros aspectos.
El juez de ejecución no llega virgen a la audiencia, por el contrario seguramen-
t e conozca al condenado y sus circunstancias, pero la exigencia esta puesta en
tomar cada audiencia como una nueva petición y resolverla en consecuencia. El
conocimiento del condenado permiteal juezen alguna medida controlar de mejor
forma la información introducidas por las partes y generar un dialogo que permi-
ta una mejor resolución.
Como en todo sistema adversaria1 la calidad de la sentencia en gran parte se
encuentra ligada a la calidad de la información brindada por las partes.
Concatenado con lo anterior, en la actualidad el Juzgado de Ejecución Penal
actúa de oficio ya sea en el agendamiento de audiencias, como en la procura de
que las partes cuenten con toda la información necesaria para que la sea prove-
chosa.
JUAN PABLO CHlRlNOS

El paso a un sistema adversaria1importa, que ya no exista un impulso de oficio y


por el contrario la judicatura sera activada por las partes.Los participantes deben
abandonar un rol pasivo en las audiencias donde frente al informe del secretario,
cada parte emite un dictamen y el juez resuelve. En el nuevo sistema la parte solici-
tante de la audiencia informará al tribunal su petición, la contraria controlará la
calidad de la información y el juez decidirá.
Al ser necesario que los participantes se preparen para la audiencia y gestionen
en forma particular la información que necesitarán, se dispararán otra serie de
cambios que repercuten con los organismos que deben brindar estos informes. Las
partes deberán en forma particular informes de antecedentes, informe del penal
donde se propicia un beneficio, etcétera.
Estas modificaciones llevarán a generar protocolos de actuación y listas de revi-
siones que aseguren a las partes que las audiencias sean productivas, pues de lo
contrario se caerá en la situación prevista por el art. 260y el consecuentefracaso de
la audiencia.

5 3. Peticiones urgentes y cuestiones no contenciosas


En ejecución penal existen un sinnúmero de cuestiones donde el tiempo es
determinante para que la resolución sea efectiva, pues o bien esta deviene abs-
tracta o por el contrario la falta de respuesta a tiempo puede importar graves dis-
turbiosdentro del penal.
En el actual sistema la autorización se tramita en forma directa con el juez de
ejecución penal y esta la resuelve inaudita parte.
Seguir de esta forma es posible, pero entiendo que rompe la lógica del sistema,
por lo que la respuesta estrasferir la responsabilidaddel juezdeejecución al fiscal de
ejecución, delegando en este funcionario la primera respuesta ante estos pedidos.
Autorizaciones amplias para salir del penal con custodia para cumplir deberes
morales o familiares en los términos del art. 166 y 168 de la ley 24.660 pueden ser
delegadas en el fiscal de ejecución, y este en uso de esta facultad delegada autori-
zar las salidas.
Solo se generaría un caso que necesitara de respuesta judicial cuando el fiscal
entienda que no cuenta con facultades delegadas (y solicitará él la autorización
judicial sin la presencia de la contraparte) ocuandodictamine que no corresponde
dar la autorización y deberá notificar esta resolución al defensor de ejecución
quien en este caso podrá solicitar una audiencia para que el juez de ejecución
resuelva (audienciaque bien puedeser una llamada deteléfono compartida, pues
la celeridad no debería implicar que sedeban movilizar a las partes a los tribunales
para resolver cuestiones urgentes).
La práctica muestra que nacimientos, enfermedadesde hijosofamiliaresdirec-
tos y casos de muertes llevan a los internos a solicitar salidas con custodia y la falta
de respuesta en tiempo oportuno puede derivar en graves problemas dentro del
LA EJECUCI~NDE PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

penal (uno de los motines mas importantes del Establecimiento de EjecuciónPenal


no 2 fue producto de la falta de respuesta ante la internación de urgencia de la
esposa del interno que generó el motín).
Creo que la delegación en el fiscal deejecución se enmarca en el verdadero sen-
tido de un proceso acusatorio y en este sentido el doctor Luis Garcia de la Cámara
',
Nacional de Casación Penal, en el fallo "Cerrudo" señalo con claridad que la
intervención judicial tienecomo rol fundamental asegurar la resolución imparcial
de las pretensiones del condenado, basadasen la Constitución o en la ley, o las pre-
tensiones del Ministerio Público Fiscal, como órgano del Estado, competente para
velar por laejecución de la condenaconformea aquéllas. Ental resolución, seavan-
zó hasta sostener que "... si e l representante del Ministerio Público entiende que
el interés en la ejecución de la pena se satisface ejecutándola bajo una determina-
da modalidadprevista en la ley, que implique una menor restricción de la libertad
física y de otros derechos del condenado ... su pretensión, en la medida en que se
mantenga estrictamente dentro de los límites legales, fija e l alcance y límite de la
jurisdicción, o si se quiere, el objeto del caso judicial.. .".
Sin perjuicio de lo anterior, creo necesario marcar alguna diferencia con los res-
tantes jueces del Foro de Jueces o del Tribunal de Impugnaciones.
Aun cuando exista un acuerdo pleno entre las partes respecto del modo en que
se ejecutará una pena en concreto y aún cuando esto importe que la audiencia no
sería necesaria (pues solo debería realizarse audiencia ante un caso contencioso),
creo que las paiicularidades de la ejecución de penas imponen que se realice de
todos modos la audiencia por los efectos comunicativos hacia las partes y terceros
que esta tiene.
Los efectos comunicacionales hacia terceros que posé la metodología de
audiencias oraleses una herramienta poderosa para transparentar lo que ocurreal
interior de los penales y para lograr en los condenados que participan de las
audiencias adhieran a las soluciones que surjan de las mismas.
Pero paraqueesto se cumplaes necesario respetar algunas premisas básicasque
los estudios de jusiticia procesal señalan con claridad.

5 4. Algunas consideraciones de justicia procesal


Es determinante para el éxito de lasaudienciasy para el cumplimiento de lo que
en ellas se resuelva que tanto el imputado y el público presente entiendan qué
sucede y el modo en que se lleva adelante la misma (sin perjuicio de que varios de
estos puntos pueden ser aplicados a otras audiencias).
Si se "ve" a la burocracia judicial actuando con corrección y las partes, en parti-
cular víctima y victimario, sienten que son escuchados al momento de resolver el

' CFCP. Sala II, 15I1U10,causa no 12.791. reg. no 17.758


JUAN PABLO CHlRlNOS

caso es mas probable que la victima tenga confianza en el sistema y el victimario


acepte la resolución.
Este concepto, al que se ha denominado "justicia procesal", se refiere a la per-
cepción de justicia en el procesoy en la comunicación interpersonal experimentan
en losjuzgados y las salas de audienciasy se distingue de la justicia distributiva que
refiere a la justicia del resultado (quien gana o pierde el caso).
Estudioscomo los llevados adelante por Frazer2y Papachristos, Mares y Fagan3
muestran que la justicia procesal tiene una relación directa con el cumplimiento de
las ordenes de los tribunales (probation) y la reducción de la reincidencia.
Son una suma de pequeñosdetalles que en su conjunto mejoran notablemente
la experiencia de los litigantes ante los tribunales y está centrado en varias de las
dimensiones críticas de la justicia procesal la voz (la percepción de los litigantes de
quetienen unaoportunidaddeser escuchados), respeto(1apercepcióndequeel juez
trata a las partescon dignidad y respeto), neutralidad(1a percepción de loslitigantes
queson tratadosen igual forma) ycomprensión (lacomprensión deloslitigantesdel
lenguaje usado en la corte y como las decisiones son tomadas por el juez).
Otras pequeñas cosas pueden contribuir a una experiencia exitosa y marcar
diferencias.
Los horarios deben ser respetados, esto demuestra el respeto de todos los par-
ticipantes al tiempo ajeno.
El juez debe agradecer a la audiencia por su puntualidad y en caso en que exis-
tan retraso se deberán explicar las razones de los retrasos e informar los nuevos
horarios.

Ejemplo: Graciasa Uds.porllegaren horario, la audiencia comenzará una vezqueel


abogado
- de la parte contraria finalice una audiencia que larnentablementesesuper-
puso con la presente. Les agradecernos su paciencia y estimamos que en 20 minutos
podremos comenzar.

Se debe proveer de información suficiente respecto del orden de las audiencias,


en particular cuando existen familiares o amigosesperando a ver a una de las perso-
nas detenidas. En el caso en que se deba modificar el orden por razones de urgencia
oseguridad, explicar claramenteestassituaciónpara que los participantesy el públi-
co no experimenten el cambio como una forma de favoritismo o preferencia.
Amén de estos ejemplos externos, el juez tiene una parte importante en este
proceso:

Why People Obey the Law.Yale University Press New Haven: London; Frazer, M.S. 2006.
The lmpact of the Community Court Model on Defendant Perceptions of Fairness:ACase
Study a t the Red Hook Community Justice Center. New York, NY: Centerfor Court Innovation; Pa-
pachristos, AndrewV., Tracey Meares, and Jeffrey Fagan. 2007.
LA E J E C U C I ~ DE
N PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

a) Presentarse
El juezsedebe presentarseasímismoal comienzodela audiencia, haciendocon-
tactovisual con los litigantes, susabogadosy el público. Si al comienzo de la audien-
cia se informa a las partes de reglas básicas de procedimiento puede considerarse
incorporar panfletoscon esta información para reforzar la comprensión de los par-
ticipantes.
b) Saludar
Saludar a las partes en forma neutral. Losjueces deben saludar a las partes y los
abogados por su nombre y haciendo contacto visual. Se debe demostrar neutrali-
dad y respeto en el trato a todos los abogados. Esto implica minimizar el uso de
chistes u otras comunicacionesque losasistentesa la audiencia puedan incorrecta-
mente efectuar.

CJ Contestar c~alq~ierpreocupación
por el tiempo de la audiencia
Es posible que determinados días el tribunal este particularmente ocupado y
que se transmita hacia los participantes de las audiencias la sensación de urgencia.
Esto debe ser evitado dando cuenta el juez de la situación y explicando qué
estrategia utilizarán las partes para que la audiencia sedesarrolleen forma fluida.
Esto llevará a relajar la audiencia y a la vez hacer el proceso mas transparente y
respetuoso.

Ejemplo: Perdónenmesiparezco apurado. Cada caso es importante para míy quiero


que trabajemos entre todospara lograrcompletarla agenda deldía de la forma más
rápida posible dando a cada caso el tiempo que necesita.

d) Explicar situaciones anormales


Si hayfactoresanormalesqueafectanlaconductaoel humordeljuez,estedebe
tratar deexplicarlosa los presentesafin dedartransparencia aesta conducta infre-
cuente. Esto humaniza la experiencia y evita que las partes saquen conclusiones
incorrectas de la situación.

Ejemplo: Estoy engripado, por lo que les solicito me disculpen si parezco somnolien-
to o incómodo. Les pido asimismo paciencia sisolicito que repitan alguna pregunta o
respuesta pues no estoy escuchando correctamente.

e) Explicarla forma en que actúa la Corte


y cómo se toman las decisiones
Se debeexplicar a loscondenados lasrazonesdecadaaudiencia en lenguajecla-
ro y cómo podrá participar de la audiencia. Se deben dar oportunidades para que
JUAN PABLO CHlRlNOS

los condenados se expresen y hagan las preguntas que le ayuden a superar sus
dudas. El juez y losabogados litigantesdeben demostrar la mayor neutralidad posi-
ble al explicar los factores que se tomarán en cuenta para la toma de decisiones.

Ejemplo: Sr. Pérez, le voya preguntara1 fiscalunaseriede cuestionesenprimerlugar,


luego le haré preguntas a su abogado y por último Ud. tendrá la oportunidad de
hacerme las preguntas a mí o a su abogado que considere importantes. Luego yo
tomaré la decisión considerando todas las cuestiones vtomando en cuenta lo aue Ud.
me diga en la medida que pueda hacerlo.

fJ Use lenguaje sencillo

Minimizar el uso de jerga legal o siglas para que las partes y el público puedan
seguir la conversación. Si es necesario usartérminos legales, explicar su significado.
Una herramienta útil para medir el grado de comprensión de las partes es soli-
citarles que describa con sus propias palabras que entendió y efectuar las aclara-
ciones necesarias.

gJ Hacer contacto visual

El contacto visual de una autoridad es percibido como una forma de respeto.


Trate de efectuar contacto visual tanto al hablar como al escuchar. Se debe consi-
derar asimismo toda otra forma de lenguaje corporal que demuestre atención al
interlocutor.
El lenguaje gestual es tan importante como el verbal para los participantes de
la audiencia que estarán atentosa lossignos de parcialidad o prejuicio en el juez.
Paralelamente, el lenguajecorporal de los participanteses revelador de nervio-
sismo o frustración.

hJ Hacerpreguntasabiertas

Buscar la oportunidad de invitar a los condenados a que manifieste su lado de


la historia, ya sea en forma directa o a través de sus defensores. Use preguntas
abiertas para invitar al relato y evitar un simplesío no.
El juez deberá advertir a los litigantes que es posible que los interrumpa si
entiende que es necesario seguir adelante con la audiencia o pasar a otro tema.

iJ Prestaratención en la audiencia

Losjueces deben evitar leer o completar papeleo durante la audiencia.


Si debe prestar atención a otro tema, se debe explicar la situación a las partes y
al público y no dude en efectuar un cuarto intermedio si lo necesita para mante-
nerse enfocado en la audiencia.
LA E J E C U C I ~ DE
N PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

La percepción de los asistentes y las partes ante conductas que divergen del
tema del foco de la audiencia es de no ser escuchados o que su punto devista care-
ce de importancia.

Ejemplo: Sr. García voy a tomar notas en mi computadora de sus palabras, que esté
haciendo esto no implica que no lo escuche y es probable que le solicite en algún
momento un segundo para poderdejarregistro de lo que me diga, puessu palabra es
importante yporello tomaré nota de la misma.

jJ Personalizar las fórmulas repetitivas

Las fórmulas preestablecidas son una importante ayuda para delinear los pun-
tos importantes y comunicar en forma eficiente, pero cuando sea posible estasfór-
mulasdeben ser personalizadasde modo tal que no se perciban como un merofor-
malismo.
La lectura de estos puntos minimiza su importancia.
Los jueces deben considerar solicitar a las partes que parafraseen lo dicho a fin
de asegurarse que comprendieron lo dicho.

Ejemplo: Sr. González voy a leerle una serie de puntos que considero importantes
tener en cuenta para dar la sentencia en su caso. Es importante para mí que Ud. los
entienda puessu libertadcondicionaldependerá de estos factoresporlo cualuna vez
que concluya le voy a pedir que me los resuma en sus palabras para asegurarme que
me entendió y disipar las dudas que tenga.

En particular, en lasaudienciasdondesediscuten posiblessalidasde los internos


al medio libre y se imponen reglas, se debería:
1. Pedir al imputadoquerepita lasreglasdeconductay leexpliquequéentien-
de de ellas. Se le deberá entregar una copia de las mismas en lenguaje sen-
cillo y con una tipo y tamaño de tipografía que simplifiquesu lectura.
2. Explicar dónde y cuándo sedebe presentar, si la oficina deseguimiento está
dentro de los tribunales es posible que algún empleado acompañe al inter-
no a la primera presentación.
3. Asegurarse que el interno tenga una notificación oral y escrita de la próxi-
mafecha de presentación.
4. Llamar o enviar recordatorios escritos de las nuevasfechasde presentación.
Los estudios muestran que los recordatorios efectuados en tono respetuo-
so y que despeje dudas es más efectivo que las notificaciones efectuadas
bajo apercibimiento de sanciones.
5. Por último, es necesariotener en cuenta las condiciones de detención de los
calabozosde tribunales y en particular cómo estos pueden afectar a los dete-
JUAN PABLO CHlRlNOS

nidos (hambre, falta de sueño, fatiga) y considerar dar al detenido la oportu-


nidad deinteractuarcon su familiaque puede estar en la audiencia. Si esto no
es posible explique las razones por lascualeseste contacto no está permitido.

5 5. Una forma no adversarial de resolver


la ejecución penal
Una última reflexión sobre el proceso adversarial y la ejecución de pena.
No existe en ejecución penal una verdadera contradicción pues ambas partes
buscan que el interno retorne el medio libre en mejores condiciones de las que lo
llevaron al penal.
Lo que puede existir es una diferencia en los medios para lograr esta reinserción.
En este contexto, entiendo que la práctica que mejor se adecua al nuevo para-
digma y a las particularidades de los Juzgados de Ejecuciónson los modelos de Jus-
ticia Terapéutica, en particular los juzgados de resolución de problemas.
Se ha definidoa losjuzgadosde resolución de problemascomotribunalesen los
que se ha cambiado la forma de manejar a ciertos grupo de ofensores, mediante el
trabajo coordinado con los participantes claves del sistema judicial. En este nuevo
enfoque los tribunales trabajan en conjunto con los fiscales, defensores, agentes
de los patronatos de presos y liberados y otros tribunales para desarrollar estrate-
giasque lleven a losofensores a realizar programasdetratamiento o seabstengan
de realizar conductasqueen el pasado los llevaron frente al sistema penal.
Este enfoque trata de recuperar una de las máximas del tratamiento peniten-
ciario, el "tratamiento individualizado", pero no como una forma de aplicar un
proceso genera l a una persona individual,~inorecuperandolacentralidaddelindi-
viduo en el proceso y utilizando todas las herramientasqueel sistema otorga a fin
de lograr que el participante del proceso adquiera las habilidades necesarias para
cumplir con la ley.
Este tipo de tribunales nacen en los años '80en los Estados Unidos de América y
lentamente se extendieron dentro de dicho país y a otras jurisdicciones.

El Centro para InnovacionesJudiciales, dependiente del Departamento deJus-


ticia de los Estados Unidos de América estableció una serie de principios aplicables
a estos tribunales:
Mejorinformación: un mejor entrenamiento para todo el personal del tri-
bunal (en especial en temas complejos como violencia de género, trata-
miento de adicciones y salud mental) combinado con una mejor informa-
ción respecto de las partes, víctima y el contexto de la comunidad, pueden
ayudar a mejorar la toma de decisiones por parte del juez y decisiones que
se acomoden mejor no solo al ofensor, como así también a la víctima y a la
comunidad en la que se desarrollarán lasactividades.
LA E J E C U C I ~ DE
N PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

Participación de la comunidad: la participación de actores locales es nece-


saria para identificar, priorizar y resolver problemas locales. Esta participa-
ción resulta ademásen una mejora en la confianza de la ciudadanía en el sis-
tema judicial, confianza que a su vez determina mejoras en los índices cola-
boración con el sistema (mas denuncias, participan como testigos, etcéte-
ra).
Colaboración: los jueces cuentan con una inmejorable posibilidad de
lograr que diferentes actores de la sociedad civil realicen esfuerzos para
colaborar entre sícon el fin de lograr mejores índicesde recuperación. Estas
sinergias a su vez permiten nuevas y novedosasformas de atacar los proble-
mas al generar relaciones que antes no existían.
Justicia individualizada: el uso de instrumentos de evaluación del indivi-
duovalidados en la práctica permite que el sistema judicial vincule al ofen-
sor con programasde resociabilización adaptadosa sus necesidades, con un
resultado directo en la baja de la reincidencia y mejoras en imagen de la jus-
ticia y en la sensación de inseguridad de la comunidad. Asimismo desde el
punto de vista de la víctima, esta puede acceder a programas diseñados
para recuperar su confianza y restablecer su modo devida.
«Accountability»: el sistema debe ser suficientemente transparente para
que la comunidad toda pueda confiar en los resultados del mismo. La
accountability debe ser respecto del ofensor y respecto de los servicios
públicos aplicados en su tratamiento.
Evaluación de resultados: el trabajo de estos tribunales debe ser constan-
tementemonitoreadoa fin detener un seguimiento de losresultadosobte-
nidos y adaptar la actuación de los mismos no solo desde el punto de vista
de su eficacia, sino también de los costos que dicho proceso encierra. La
publicación de estas evaluaciones es asimismo una forma de accountability.

Comprendo que lo que pido es pasar en algún punto a un estadio posterior al


proceso adversaria1quea la fecha no está vigente, pero en esta materia la creación
de una Oficina Judicial con auxiliares del juez y de las partes, permite redefinir el
modo de intervención judicial.
Se deben redefinir los roles de los participantes del proceso, puesto que el juez
ya no debe estar solo preocupado por el proceso y la doctrina aplicable al mismo,
los fiscales en la detención de los ofensores y los defensores en dejarlos libres. Por
el contrario, todas las partes tienen un objetivo común en solucionar el problema
del ofensor, lavíctima y mejorar la seguridad de la comunidad.
A continuación solo exploraré una parte de este proceso, lo relativo al juez,
pues entiendo que este puede forzar cambios en los demás actores del proceso.
JUAN PABLO CHlRlNOS

5 6. El juez como cirujano vs. el juez como líder de un equipo


Se sostiene comúnmente que para que un juez sea imparcial, debería ser como
un cirujano que no tienevínculosemotivos con el casolpacientelinterno.
De hecho, pruebas empíricas (PCL SV) muestran que jueces y empresarios pun-
túan con valores significativamente altos en las escalas de psicopatías, en gran me-
dida por su habilidad para tomar decisiones de gran trascendencia interpersonales
sin que los afecte en modo personal.
Frente a este modelo de juez, se plantea una redefinición del rol de juez, donde
este utiliceampliamente los poderescoercitivosy de supervisión para lograr que los
ofensores se plieguen a los tratamientos indicados y acordados entre todos los
intervinientesdelproceso.Son necesariosjuecesque medien entre agenciasguber-
namentales y ONGs con el fin de coordinar sus actividades en pos de un tratamien-
t o individualizado y adecuado para el ofensor.
De un juez sin un vínculo empático se pasa a otro que dé preponderancia a este
tipo de vínculos.
En este contexto no se renuncia a la imparcialidad del tribunal como una garan-
tía fundamental del proceso, pero no seve esta garantía bajo el prisma habitual de
la no contaminación previa con el caso o la distancia con las partes, sino mediante
procedimientos que aseguren que al momento de tomar una decisión el juez pre-
viamente consultó a todas las partes involucradas y a los expertos en los temas aje-
nos a lo jurisdiccional.
Asimismo, es necesario asegurar que el flujo de información entre las partesy el
tribunal permita que todas conozcan los alcances de las decisiones a tomar y los
riesgos que importan las mismas.
En estecontexto se espera de las partescolaboración, no una colaboración pasi-
va pues la defensa y la Fiscalía mantienen sus roles, pero en la etapa de ejecución
ya no se puede tener la mirada en el pasado, en la falta cometida, sino que la obli-
gación detodosesver al futuro, en la forma de reintegrar al sujeto a la sociedad en
condiciones de seguridad para el mismo y para terceros.
Es cierto que esta forma dever el procesoy al juez requiere nuevos parámetros,
pero como se señaló anteriormente, esta actividad en cuanto se desarrolla públi-
camente y pueda ser debidamente controlada cuenta con la suficiente accounta-
bility para que losjueces noviolen lasgarantíasjudicialesde losofensoresy suspro-
pias normas de conducta.
Una última nota es que la experiencia marca que este tipo de actuación no es
posible acomodarla a todos los casos, pero esto se resuelve con parámetros objeti-
vos de selección de casos.
Drogadictos, enfermos mentales, casos de violencia doméstica, delitos meno-
res, ofensores primarios y menores son ejemplos típicos de casos en los que esta
metodología de trabajo no solo podría ser aplicable, sino que probablemente ten-
ga efectos concretos en el ofensor y en la comunidad toda.
LA EJECUCI~NDE PENAS EN CONTEXTOS ACUSATORIOS

Esta práctica dedemostrarseefectiva en el procesoejecutivo puede luego imple-


mentarsetambién en el control de lassuspensionesdejuicioaprueba y en el control
de reglas impuestas por los fiscales como condición para el archivo de una causa.

5 7. Beneficios
Trabajando de juez, entiendo que a nivel personal los beneficios son inconmen-
surables, dado que aun cuando el proceso funcionará en pocos casos, la recompen-
sa se maximiza por la satisfacción que implica para los participantes la solución real
del problema que llevó a la persona a delinquir.
Pero estas experiencias en la jurisprudencia comparada muestran resultados
concretos y soluciones reales para los participantes de estos procesos.
Los jueces en este contexto podemos ser factores que contribuyan a la paz social
y a mejorar aspectosde laseguridad de nuestrascomunidades, máximecuandoen la
Argentina la norma es queexistan menos de 1.O00hab. por km2(solo ocho localida-
desfuera de la Capital Federaly el Gran BuenosAiressobrepasaneste número) y aún
en jurisdicciones medianas los clientes del sistema penal son en general conocidos.
Una actuación coordinada, una Oficina Judicial con equipos al servicio de las
partes y una transparencia total y un juez con conciencia de su rol en el proceso y
no un mero árbitro que señala las faltas pueden dar al nuevo proceso que se insta-
lará en Río Negro grandes beneficios.
-II
Anexo:
Código Procesal
Penal de Río Negro
LEY 5020
Aprobación del Código Procesal Penal
de Río Negro
Sancionada: 10112114 Promulgada: 22112114 Publicada: 60.121111 5

LA LEGISLATURA DE LA PROVINCIA DE R/ONEGRO


SANCIONACON FUERZA DE LEY:

Artículo lo. -Apruébase el Código Procesal Penal contenido en el Anexo de la presen-


t e ley.

A r t .'2 -El presente Código entrará en vigencia el l 0 d e marzo de2017 en todo el te-
rritorio de la provincia, a excepción de lo relativo al Juicio por Jurados, que entrará en
vigencia el 1" de enero de 2018. Dentro de los seis meses de aprobado el Código, la le-
gislatura dictará las leyes orgánicas y de implementación necesarias para el adecuado
funcionamiento del sistema adversarial. Como así también el Código Procesal Penal
Juvenil.

Art. 3'. -Los casos aue se hubiesen iniciado con anterioridad a la entrada en viqencia
de la presente ley, continuarán rigiendo por el Código Procesal Penal anterior, {se es-
tablecerá u n sistema conclusivo de casos Dara los asuntos aue
. aueden
. en la transición
parael mejorymás rápidotratamientod~aquellos.

Art. 44 -La Legislatura de Río Negro crea, para una adecuada implementación del
nuevo sistema procesal penal, una Comisión lnterpoderes quedéseguimiento al proce-
so de reforma.
La Comisión está integrada por u n representantedel Poder Ejecutivo designado por e l
Gobernador, tres legisladores, u n representantedel SuperiorTribunal deJusticia desig-
nado por el Presidente del Cuerpo, un representante del Ministerio Público designado
por la Procuración General, el Presidentedel Colegiode Magistrados y u n representan-
t e de los Colegios de Abogados.
Arts. I 0 / 4 O C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

La misma seconforma e inicia susfuncionesdentro de los quincedías de la publicación


de la presente.

LEY 5 188
Prórroga de la entrada en vigencia
del Código Procesal Penal
Sancionada:26/12/16 Publicada: B0.211117

Artículo lo.
- Prorrógase la fecha de entrada en vigencia del Código Procesal Penal
aprobado por ley 5020, hasta el 1 de agosto de 2017.
Art. 2O.-El SuperiorTribunal deJusticia y la Procuración Generaldeberán informar por
escrito a la Comisión Interpoderes, a partir del mes de enero de2017, del 1 al 10 decada
mes y hasta la fecha establecida en el articulo anterior, los avances obtenidos para la
efectiva puesta en marcha y adecuado funcionamiento del sistema adversarial.
Art. 3 O . -La presente ley entra en vigencia a partir de su sanción.
Art.4°.-Comuníquese al Poder Ejecutivoy archívese.
ANEXO
CÓDIGO PROCESAL PENAL DE R ~ O
NEGRO

Libro 1
Principios generales y lineamientos

Título 1
Principios generales
Capítulo 1
Declaración y principios
artículo lo.-Juicio previo. Ninguna persona podrá ser penada sin juicio previofunda-
do en ley anterior al hecho del proceso. Regirán de manera directa todas las garantías
y derech~sconsa~radosen la constitución Nacional, ratad dos lnternacionalesy l a ~ o n s -
titución de la Provincia.
Art. 2'. -Persecución penal única. Nadie puede ser perseguido penalmente por el mis-
mo hecho más de una vez, aunquese modifique su calificación legal o seafirmen nue-
vas circunstancias. No se podrán reabrir los actos fenecidos, salvo los casos de revisión
de sentencia a favor del condenado.
Art. 3'. -Jueces naturales y jurados. Nadie podrá ser juzgado por otros jueces que los
instituidos por la ley antes del hecho objeto del proceso y designados de acuerdocon la
Constitución Provincial.
La competencia y el procedimiento para el juicio por jurados en causas criminales se
ajustarán a las normas de este Código.
Art. 4O.-Participación ciudadana. Losciudadanos participarán en la administración de
la justicia penal conformes l o previsto en la Constitución de la Nación en sus artículos
5O, 24,75, inc. 12,118,122,123 y 126y 197de IaConstitución provincial y en estecódigo.
Arts. 5O112 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 5O.- Independencia eimparcialidad. Segarantizará la independencia de losjueces


de toda inierencia externa de los otros Poderes del Estado y de los demás inteqrantes
-
del Poder Judicial y de presiones externas.
Las normas jurídicasvigentes serán la única sujeción legalmente impuesta a los jueces
en el ejercicio de la función jurisdiccional a su cargo. Los jueces actuarán con imparcia-
lidad en sus decisiones en todas las etapas del proceso.
Ningún juez podrá intervenir en el juicio sien el mismo proceso hubiera intervenidoco-
mo JuezdeGarantíaso de impugnación o del procedimiento intermedio.

Art. 6'. -Rol de losjueces. Los jueces cumplirán los actos propiamente jurisdiccionales
velando porel resguardo de losderechos y garantías. Queda prohibido a los jueces rea-
lizar actos de investigación. 5010 podrán disponer medidas probatorias y de coerción a
petición de parte.

Art. 7'. -Principiosdel proceso. En el proceso se observarán los principios de oralidad,


publicidad, contradicción, concentración, inmediación, simplificación y celeridad.

Art. 8'. -Estado de inocencia y duda. Toda persona acusada de delito tiene derecho a
quese presuma su inocencia mientras una sentenciafirme no lo declareculpable. En ca-
so de duda, deberá decidirse lo quesea más favorable al imputado. Siempre se aplicará
la ley procesal penal más benigna para el imputado.

Art. 9 O . -Libertad durante el proceso. El imputado tiene derecho a permanecer en li-


bertad durante el proceso. La iibertad solo Puede ser restringida en los límites absolu-
tamente indispensables para asegurar los fines del proceso, con los alcances, modos y
tiempos reglados en esta ley.

Art. 10. -Defensa en juicio. Nadie podrá ser obligado a declarar en contra de símismo.
El ejercicio del derecho a guardar silencio no podrá ser valorado como una admisión de
los hechoso como indiciodeculpabilidad.
El derecho de defensa es inviolable e irrenunciable y podrá ejercerse plenamente des-
de el inicio de la persecución.
Toda persona tiene derecho a la asistencia y defensa técnica letrada efectiva, que será
garantizada por el Estado.

Art. 11. -Prohibición de incomunicación v del secreto. Está prohibida la incomunica-


ción del imputado y el secreto de las actuaciones. 5010 en los casos y por los motivos au-
torizados por este Código se podrá disponer por el juez de garantías y a pedido de par-
te, la reserva de algún acto.

Art. 12. -Derechos de la víctima. La víctima de un delito tiene derecho a la tutela judi-
cial efectiva y a la protección integral de su persona frente a las consecuencias del deli-
to, a participar del proceso penal y de la ejecución penal en forma autónoma y gratui-
ta, en igualdad de armas con las otras partes y a solicitar del Estado la ayuda necesaria
para que sea resuelto su conflicto y reparado su perjuicio.
LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 13118

Art. 13.- Legalidad y carga de la prueba. Los elementos de prueba solo tendrán valor
si han sido obtenidos por medios lícitos y que respeten las reglas formales de su adqui-
sición procesal.
Incumbe a la acusación la carga de la prueba de la culpabilidad.

Art. 14. -Solución del conflicto. Los jueces y fiscales procurarán la solución del conflic-
t o primario surgidoa consecuencia del hecho, afin decontribuira restablecer la armo-
nía entre sus protagonistas y la paz social.

Art. 15. -Interpretación restrictiva. Todas las normas que coarten la libertad personal
del imputadoo limiten el ejercicio desusderechosse interpretarán restrictivamente. La
analogía solo está permitida en cuanto favorezca la libertad del imputado o el ejercicio
de sus derechos y facultades.

Título II
Jurisdicción, competencia y sujetos procesales
Capítulo I
Jurisdicción y competencia
Art. 16. -Jurisdicción. La jurisdicción penal será ejercida por los jueces designados de
acuerdo a la Constitución v la lev,.-
vse
. extenderá al conocimiento de los delitos cometi-
dos en el territorio de la provincia y a aquellos cuyos efectos se produzcan en él, ex-
cepto los de jurisdicción federal.
La jurisdicción penal será irrenunciable indelegable.

Art. 17. -Competencia. Extensión. La competencia solo puede ser fijada por ley. No
obstante, la competencia territorial de un tribunal de juicio no podrá ser objetada ni
modificada deoficio unavez fijada la audiencia de juicio.
Los jueces tendrán competencia en todo el territorio de la provincia, ello sin perjuicio
deque, por razonesorganizativas. seestablezca una fijación territorial sobre los delitos
cometidos dentro de la circunscripción judicial en la que ejerza sus funciones o cuyos
efectos se produzcan en ella. En caso de que no se cuente con jueces en la jurisdicción,
podrá intervenir otro juez deotra jurisdicción, que será previamente sorteado e inter-
vendrá en el acto procesal requerido.
LOSjuicios por juradosse realiiarán en el lugar en quese hubiera cometido el hecho. Ex-
cepcionalmente, cuando un hecho hubieraconmocionadoa unacomunidaddetal mo-
do que no pudiera razonablementeobtenerse unjurado imparcial, el juez podrá dispo-
nera pedido de parte, queel juicio se llevea cabo en otra circunscripciónjudicial.Siem-
pre y en todos los casos, será imprescindible el asentimiento del enjuiciado. La prórro-
ga de jurisdicción en el caso señalado se decidirá por sorteo en audiencia pública.

Art. 18.-Variosprocesos.Cuandoa una personaseleimputendoso másdelitos, el Mi-


nisterio Público Fiscal podrá acumular los hechos y procesarlos en un único legajo o tra-
mitarlos simultáneamente.
Arts. 19/24 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

S i setramitaren varios hechosen forma conjunta, será competente el tribunal al que le


corresponda juzgar el delito más grave, o siendo de la misma gravedad, el que primero
intervino.
Art. 19.-Jurisdiccionesespeciales. Prioridad dejuzgamiento. Si a una persona se le im-
putare un delitodejurisdicción provincial yotrodejurisdicción federal, elorden del juz-
gamiento se regirá por la ley nacional. Del mismo modo se procederá en el caso dede-
litos conexos. No obstante, el proceso de jurisdicción provincial podrá sustanciarse si-
multáneamentecon el otro, siempreque no seobstaculiceel ejercicio de las respectivas
jurisdicciones o la defensa del imputado.
Art. 20. -Competencia durante la investigación. Dentro de una misma circunscripción
judicial todos los jueces penales serán competentes para resolver las peticiones de las
partes sin perjuicio de las normas prácticas de distribución del trabajo que se establez-
can.
Cuando el fiscal investigue en forma conjunta delitos cometidos en distintas circuns-
cripciones judiciales, entenderá el juez de la circunscripción correspondiente al hecho
másgraveodondesedesarrollela investigación principal, salvo cuando el imputado se
oponga porque se dificulte el ejercicio de la defensa o se produzca retardo procesal.
Art. 21.- Efectos. El planteamiento de una cuestión decompetencia no suspenderá la
faz preparatoria n i la audiencia d e control de la acusación, pero si la etapa del juicio.

Art. 22.- Unión y separación dejuicios. Losjuicios se realizarán en la circunscripciónju-


dicial donde se Droduieron los hechos. No obstante.. las ,Dartes ~ o d r á nsolicitar su unifi-
cación y el juezde la ;tapa intermedia decidirá la realización ;eparada o conjunta, se-
gún convenga por la naturaleza de las causas, para evitar el retardo procesal o para fa-
cilitar el ejercicio de la defensa.

Capítulo II
Tribunales competentes
Art. 23. -Órganos. Serán órganos jurisdiccionales los siguientes:
1. Superior Tribunal de Justicia.
2. Tribunal de Impugnación.
3. Foro de Jueces Penales.
4. Tribunales de Jurados.
5. Juecesde Ejecución Penal.
Art. 24. -Superior Tribunal de Justicia. El Superior Tribunal de Justicia será competen-
t e para conocer:
1. De la impugnación extraordinaria de la sentencia de condena y de la
queja por denegación de la misma.
2. De la revisión de las condenas.
3. De las recusacionesde los miembrosdel Tribunal de Impugnación.
373 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 25/26

Art. 25.-Tribunal de Impugnación. El Tribunal de Impugnación será competente para


conocer:
1. De las impugnaciones ordinarias contra las sentencias definitivas.
2. De la revisión ordinaria de lassentenciasde loscasosquetramitan bajo las
reglas del sistema anterior y que aún n o han sido radicadasante el Supe-
riorTribunal de Justicia.
La Ley Orgánica de la Justicia establecerá el número y forma de integración de este tri-
bunal.

Art. 26. -Foro de jueces penales. El Foro de Jueces Penales tendrá a su cargo tres fun-
ciones: función deTribunal de Juicio -individual, colegiado o con jurados-, función
de Garantías y función de revisión ordinaria de toda decisión recurrible, con exclusión
de los recursos contra las sentencias definitivas.
Será la Oficina Judicial la queseocupará, en cada jurisdicción, deadministrar los recur-
sos y designar a los jueces en cada caso, para una adecuada prestación del servicio de
justicia.
1. Función deTribunal deJuicio yTribunales deJurados.
LosTribunalesdeJuicioserán unipersonalesyserán competentes para co-
nocer:
a) De la sustanciación del juicio en los delitos de acción privada y en to-
dos a q u e l l o s que no estén reprimidos con pena privativa de liber-
tad.
b) En aquellos delitos reprimidos con pena privativa de libertad, cuando
el fiscal pretenda una pena de hasta tres años. Siempre que la pena
privativa de libertad que pretenda el fiscal supere los tres años, el jui-
cioserá realizado en forma obligatoria frentea u n tribunal constitui-
do por sorteo portres jueces profesionales.
Si la pena requerida por el fiscal es mayor a doce años y menor a vein-
ticinco añosde prisión oreclusión,el tribunal estará integrado porsie-
tejuradostitulares y, como mínimo, un suplente.
Si la pena requerida porel fiscal es mayoraveinticincoañosdeprisión
o reclusión, el tribunal se integrará con doce jurados titulares y, como
mínimo, dos suplentes. En todos los casos, la dirección del debate es-
taráacargodeun juezprofesional. La integración conjuradosesobli-
gatoria e irrenunciable.
2. Función deJuez deGarantías.
Corresponde a la función de Garantías la competencia para conocer:
a) Del control de la investigación y de todas las decisiones jurisdicciona-
les que se deban tomar durante la etapa preparatoria, intermedia y
hasta la apertura a juicio.
b) Del procedimiento abreviado en los casos y en la forma prevista en es-
t e Código.
Arts. 27/33 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

c) De las solicitudes que se hagan durante el período de suspensión del


juicio a prueba, de su revocación o de la decisión quedisponga la ex-
tinción de la acción penal.
Art. 27. -Función de revisión. Corres~ondeal Foro de Jueces Penales la función de re-
visión de toda decisión, haya sido tomada en la etapa de la investigación penal prepa-
ratoria oen la etapa dejuicio, con excepción de la revisión de lassentencias, que lecom-
pete al Tribunal de lmpugnaciones Penales.
La revisión será efectuada por el Magistrado que determine la Oficina Judicial.

Art. 28.-Juecesde ejecución. Los Juecesde Ejecución serán competentes para conocer:
1. De los planteos relacionados con el cumplimiento de las sentencias de
condena y la confección del respectivo cómputo de pena.
2. De las peticiones vinculadas con el respeto de todas las garantías consti-
tucionales e instrumentos internacionales de derechos humanos en el
trato otorgado a los condenados y personas sometidas a medidas de se-
guridad.
3. Los planteos relacionados con la extinción de la pena.
Ari. 29. -Foro de jueces. Todos los jueces salvo los que integran el Superior Tribunal y
los jueces de ejecución penal, se organizarán en Foro de Jueces.
La Ley Orgánica de la Justicia establecerá el número y forma de integración de los Foros
para toda la Provincia.

Art. 30. -Oficina Judicial. Los Foros de Jueces serán asistidos por una Oficina Judicial,
cuya composición yfuncionamiento será establecido por la Ley Orgánica de la Justicia y
los reglamentos que se elaboren al respecto.
Su Director o Jefe deberá organizar las audiencias, dictar las resoluciones de mero trá-
mite, ordenar las comunicaciones y emplazamientos, disponer la custodia de objetos
secuestrados en los casos que corresponda, llevar los registros y estadísticas, dirigir al
personal auxiliar, informar a las partes y colaborar en todos los trabajos materiales que
el juezo el tribunal le indique.
Está prohibida la delegación de tareas jurisdiccionales en los integrantes de la oficina
judicial.

Capitulo 111
Motivos deexcusación y recusación
Art. 31. -Motivos. Los jueces deberán apartarse cuando existan motivos graves que
afecten su imparcialidad.

Art. 32.- Excusación. El juezqueseexcuse remitirá lasactuaciones, por resolución fun-


dada al presidente del Foro deJueces, quien resolverá si la decisión resulta procedente.

Art. 33. -Recusación. Los jueces podrán ser recusados por las partes cuando se gene-
ren dudas razonables acerca de su imparcialidad frente al caso.
375 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALES Y LINEAMIENTOS Arts. 34/36

Al formularse la recusación se indicarán por escrito, bajo pena de inadmisibilidad, los


motivosen que se funda y loselementos de prueba pertinentes.
La recusación deberá formularse dentro de los tres días de conocerse las causas en que
se funda.
Sieljuezadmitela recusación, aplicará el procedimiento previsto para laexcusación. En
caso contrario, remitirá un informe al Foro de Jueces Dara su resolución en audiencia.
La resolución de la excusación anterior no impedirá'la interposición de la recusación
por el mismo motivo.

Capítulo IV
Integración de tribunales de jurados
Art. 34. -Requisitos. Para ser jurado se requiere:
1. Ser argentino.
2. Ser mayor de dieciocho años de edad,
3. Estar en pleno ejercicio de los derechos ciudadanos.
4. Tener domicilio conocido, con una residencia permanente no inferior a
dos (2) añosen el territorio de la jurisdicción del tribunal competente.
5. Tener profesión, ocupación, oficio, arte o industria conocidos.

Art. 35. -Impedimentos. No podrán integrar el jurado:


1. Los abogados.
2. E l Gobernador y Vicegobernador de la provincia, ni sus ministros, ni los
funcionarios electivos.
3. Los titulares del Poder Ejecutivo comunal.
4. Losfuncionariosauxiliaresdel PoderJudicial, Ministerio Público y Defen-
sa Pública.
5. Los miembros en servicio activo d e las FuerzasArmadas o de seguridad y
de la Policía Federal y Provincial.
6. Los ministros de un culto religioso.
7. Los que tengan sentencia condenatoria ejecutoriada a pena privativa de
libertad por delito doloso.

Art. 36. -Listas de ciudadanos. A los efectos de garantizar la conformación d e los tri-
bunalesdejurados, el primer mes decada año judicial se realizará el siguiente procedi-
miento:
1. Lista inicial de jurados. La Justicia Electoral de la provincia elaborará
anualmente del padrón electoral y en audiencia pública, con interven-
ción de la Lotería de Río Negro, la lista de ciudadanos separados por cir-
cunscripción judicial y por sexo que cumplan las condiciones previstas en
los artículos anteriores y remitirá la misma a la oficina correspondiente
del Poder Judicial, el primer día hábil del mes d e noviembrecon publica-
ción en el Boletín Oficial.
Art. 36 CÓDIGO PROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

A los fines del contralor del sorteo, se invitará a un veedor del Colegio de
Abogados de cada circunscripciónjudicial, a representantes de la Asocia-
ción de Magistrados y Funcionarios del Poder judicial y a las demás enti-
dadesvinculadascon el quehacerjurídico.
2. Depuración. El Poder Judicial verificará que los ciudadanos cumplan los
requisitos previstos legalmente. La depuración de la lista la efectuará la
oficina judicial de la circunscripción respectivay se hará a través de decla-
racionesjuradas que requerirá a los ciudadanos sorteados por vía postal
enviada al domicilio indicado en el padrón electoral y con franqueo de
devolución pago. El Superior Tribunal de Justicia determinará el tenor de
la nota ex~licativa.. el sianificado de las tareas encomendadas, el cometi-
doqueleasigna la ley en razón desu carácterdecarga pública;todootro
dato aue estime de interés. Finalizado este ~rocedimiento.se confeccio-
narán'los listados definitivos.
3. Vigencia. Los listados definitivos confeccionados deberán publicarse en
el Boletín Oficial de la provincia y tendrán vigencia hasta el día 31 de di-
ciembre del año siguiente al que fueron designados. El Superior Tribunal
de Justicia de la provincia, por razones de mérito, podrá prorrogar la vi-
gencia de los listados principales por un año calendario más.
4. Observaciones. Dentro de los auince días com~utadosdesde la última
publicación en el Boletín Oficial de la provincia,;ualquier ciudadano po-
drá observar los listados confeccionados cuando existan errores materia-
les o incumplimiento dealguno de los requisitos legales ante el Superior
Tribunal de Justicia, quien resolverá.
5. Reemplazo. El Superior Tribunal deJusticia comunicará a l Juzgado Elec-
toral de la ~rovincialos nombres de losciudadanos sorteados aue no han
reunidolos requisitoslegalesa losfinesque-por mediodeun nuevosor-
teo-seobtenga u n númeroequivalenteporsexoy circunscripción, en la
misma proporción de los que han sido desestimados.
El sorteo complementario deberá efectuarse dentro de los quince días
hábiles de recibida la comunicación y se observarán -tanto para su rea-
lización cuanto para la elevación al SuperiorTribunal delusticia-las mis-
mas prescripcionesque las establecidas en este Código para el sorteo ori-
ginario.
6. Sorteo. Cada Oficina Judicial sorteará, de la lista de su jurisdicción, el tri-
pledeciudadanosde losquese requerirían para conformar losjurados en
todos los juiciosestimados para el año judicial y dispondrá de las acciones
necesarias para verificar los domicilios de las personas sorteadas.
7. Comunicaciones. La Oficina Judicial notificará a las personas sorteadas,
haciéndoles saber que en el transcurso del año pueden ser citadas para ir
a juicio y que deben comunicarse con la Oficina si llegan a abandonar la
jurisdicción o seencuentran comprendidasen una situación que les impi-
da participar como jurados.
377 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALES Y LINEAMIENTOS Arts. 37/41

8. Lista. La listadeciudadanosnotificadosencadacircunscripción será la lis-


ta oficial de jurados anual de cada Oficina Judicial.

Art. 37. -Remuneración. La función de jurado es una carga pública obligatoria y será
remunerada de la siguiente manera:
Cuando se trate de empleados públicos o privados, mediante declaratoria en comisión
con goce de haberes, de carácter obligatorio para el empleador.
En caso de trabajadores independientes o desempleados, podrán ser retribuidos a su
pedido con la suma de medio jus diario.
Si así lo solicitasen los jurados seleccionados y si correspondiere por la duración del de-
bate o las largas distancias quedeban recorrer para asistir al juicio, el Estado les asigna-
rá a su favor una dieta diaria suficiente para cubrir sus costos de transporte y comida.

Art. 38.-Período. Quien haya cumplido la función de jurado no podrá ser designado
nuevamente durante los tres años siguientes a su actuación, salvo que en un lapso me-
nor hayan sido convocados todos los que integran el padrón.

CapítuloV
El imputado
Art. 39. -Denominación. Se denominará imputado a toda persona a quien, mediante
denuncia, querella ocualquieractodel procedimientodel fiscal o de la policía, seseña-
le como autor o partícipe de un delito.

Art. 40. -Derechos del imputado. A todo imputado se le asegurarán las garantías ne-
cesarias para su defensa, debiendo la policía, el fiscal y los jueces, informarle de mane-
ra inmediata y comprensible losderechossiguientes:
1. A ser asistido desdeel primer acto del procedimiento por el defensor que
proponga él o una persona de su confianza y en defecto de este, por un
defensor público. Atal fin tendrá derecho a comunicarsetelefónicamen-
te en forma inmediata.
2. A designar la persona, asociación o entidad a la que debe comunicarse su
captura y que el aviso se haga en forma inmediata.
3. Aquese le informey escuchesobre los hechosquese le imputan.
4. A ser oído dentro de las cuarenta y ocho horas si se encuentra detenido y
a manifestarsecuantasvecesquiera siemprecon la presencia desu defen-
sor, como así también aabstenersededeclararocontestar preguntas, sin
que ello permita usar su abstención como presunción de cargo.
5. Aquesecomuniqueal consulado en caso deser extranjero.
6. A saber la causa o motivo de su captura y el funcionario que la ordenó, ex-
hibiéndolesegún corresponda la orden dedetención emitida en su contra.

Art. 41. -Identificación y domicilio. Desde el primer acto en que intervenga el imputa-
do será identificado por sus datos personales y señas particulares.
Arts. 42/46 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

S i seabstienede proporcionar esosdatos, existiera duda sobreelloso lo hacefalsamen-


te, se lo identificará por testigos o por otros medios útiles.
La duda sobre los datos obtenidos no alterará el curso del procedimientov los errores
sobre ellos podrán ser corregidos en cualquier oportunidad.
En su primera intervención, el imputadodeberádenunciareldomiciliorealyfijarel do-
micilio procesal; posteriormente deberá mantener actualizados esos datos.

Art.42. -Incapacidad. La incapacidad portrastorno mental del imputado, queexcluya


su capacidad de entender los actos procesales, o de obrar conforme a ese conocimien-
to, será declarada por el juez competentey provocará la suspensión del procedimiento
hasta que desaparezca.
Sin embargo, no impedirá la investigación del hecho, n i la continuación con respecto a
otros imputados. Si la incapacidad existiera al momento decometerse el hecho investi-
gado, eljuez intervinientedec~ararála inimputabilidad.
Cuando correspondiere se dará intervención a la justicia civil.

Art.43.-Rebeldía.Será declaradoen rebeldía el im~utadoaueiniustificadamente no


comparezca a una citación a la que está obligado a cbmpare;er, sedfuguedel estableci-
miento o luaar donde esté detenido. desobedezca una orden de detención o se ausen-
te del domi61iodenunciado sin justihcación.
La declaración de rebeldía y la consecuente orden de captura serán dispuestas por el
juezasolicituddela parteacusadora. La rebeldía suspenderá el procedimientosalvo las
diligencias de la investigación. También suspenderá el plazo de duración del proceso.

Art.44.-Libertad dedeclarar. El imputado no será citadoadeclarar, aunquetendráde-


recho a hacerlo cuantas veces considere necesario.
Durante la etapa preparatoria, podrá declarar oralmente0 realizar presentacionespor
escrito ante el fiscal encargado de ella.
Está prohibida la declaración del imputado en ausencia del defensor.

Art. 45. -Facultades policiales. La policía n o podrá interrogar al imputado. Solo podrá
requerirle los datos correspondientes a su identidad, cuando no esté suficientemente
individualizado.
Si expresa su deseo de declarar se le hará saber de inmediato al fiscal interviniente y a
su defensor.

CapítuloVI
Defensa
Art. 46.- Defensor. E l imputado tendrá derecho a elegir un abogado de su confianza
como defensor. Si no lo hace, se le designará un defensor público. Si prefiere defender-
se por sí mismo, el juez lo permitirá soh cuando no perjudique la eficacia de la asisten-
cia técnica.
La intervención del defensor no menoscaba el derecho del imputado a formular solici-
tudes y observaciones.
379 LIBRO l - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 47/50

Art. 47. -Nombramiento. E l nombramiento del defensor no estará sujeto a ninguna


formalidad. Una vez designado deberá informar a la autoridad que corresponda el lu-
gar y modo para recibir comunicaciones.
Duranteel transcursodel proceso, el imputado podrá designar nuevodefensor, peroelan-
terior no podrá renunciar a la defensa hasta que el designado comunique su aceptación.
El ejercicio del cargo de defensor será obligatorio para quien lo acepte, salvo excusa
fundada.
Para el ejerciciodesusfunciones, los defensoresserán admitidos de inmediato y sin nin-
gún trámite, por la policía, el fiscal o el juez, según el caso.

Art. 48. -Nombramiento en caso de urgencia. Cuando el imputado esté privado de su


libertad o prófugo, cualquier persona de su confianza podrá proponer ante la autori-
dad competente, la designación de un defensor, laqueserá puesta en conocimiento del
imputado inmediatamente.
En caso d e urgencia, comenzará a actuar provisionalmente el defensor propuesto. En
caso de que débiera llevarse a cabo una medida de prueba irreproducib¡e, en resguar-
do de los derechos de los eventuales imputados. habrá de desiqnarse
- un defensor ofi-
cial a esos fines.

Art. 49. -Renuncia y abandono. E l defensor podrá renunciar al ejercicio de la defensa;


en este caso, se fijará un plazo para que el imputado nombre a otro. Si no lo hace, será
reemplazado por un defensor público.
El renunciante no podrá abandonar la defensa mientras no intervenga su reemplazante.
No se podrá renunciar durante lasaudiencias, salvo por motivos muy graves. El abando-
no de la defensa será considerado falta grave y deberá ser comunicado al Colegio Pú-
blico de Abogados respectivo o al Defensor General, según se trate de defensa privada
o pública, a los efectos que correspondan.
Si el defensor, sin causa justificada, abandona la defensa o deja al imputado sin asisten-
ciatécnica, senombraráunodeoficio. La resolución secomunicaráal imputado, instru-
yéndole sobre su derecho a elegir otro defensor.
Cuando el abandono ocurra poco antes del juicio, se podrá aplazar su comienzo por un
plazo no mayor de diez días, s i lo solicita el nuevo defensor.

Art. 50. -Pluralidad de defensores. El imputado podrá designar los defensores que
considereconveniente, pero noserá defendidosimultáneamente por másdedosen las
audiencias orales o en un mismo acto.
Cuando intervengan dos o más defensores la comunicación practicada a uno de ellos
tendrá validez respecto de todos y la sustitución de uno por otro no alterará trámites ni
plazos.
Será inadmisible la defensa devarios imputadosen un mismo procedimiento por un de-
fensor común cuando existan intereses contrapuestos entre sus asistidos.
El defensor podrá designar un defensor auxiliar para aquellas diligencias a las que no
pueda asistir personalmente, lo cual será consentido previamente por el imputado o
deberá ratificarlo posteriormente. El defensor auxiliar solo tendrá responsabilidad en
aquellos actos en los que participe, pero no exime la responsabilidad del principal.
Arts. 51/55 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Capítulo VI1
La víctima
Sección Primera - Derechos fundamentales

Art. 51.-Definición devíctima. Este Código consideravíctima al ofendido directamente


por el delitoy, cuando resultare la muerte de aq uel, al cónyuge y a los hijos; a los ascen-
dientes; a la persona que convivía con él en el momento de la comisión del delito, ligada
por vínculos especialesde afecto; a los hermanos; o al último tutor, curador o guardador.
Para los efectos de su intervención en el procedimiento, la enumeración precedente
constituye un orden de prelación, de manera que la intervención de una o más personas
pertenecientes a una categoría excluyea las comprendidas en las categorías siguientes.
Art. 52. -Derechos de la víctima. La víctima tendrá los siguientes derechos:
1. A recibir un trato digno y respetuoso y que se reduzcan las molestias de-
rivadas del procedimiento.
2. Aque se respete su intimidad en la medida que no obstruya la investiga-
ción.
3. A requerir medidas de protección para su seguridad, la de sus familiares
y la de los testigos que declaren a su pedido, a través de los órganos com-
petentes.
4. A ser informado del resultado del procedimiento, a su pedido aun cuan-
do no haya intervenido en él.
5. A que se lecomunique la desestimación o archivo dispuesto por el fiscal a
fin de requerirsu revisión, aun cuando no haya intervenido en el procedi-
miento como querellante.
Art. 53. -Representación gratuita y asistencia especial. La persona ofendida por el de-
lito tendrá igualdad de derechos y facultades que el imputado a asistencia legal gratui-
ta provista por el Estado a cargo del Ministerio Público y podrá solicitar que sean ejerci-
dos por una asociación de protección o ayuda a las víctimas, sin fines de lucro, cuando
sea más conveniente para la defensa de sus intereses.

SecciónSegunda - Querella
Art. 54.-Querellanteen delitosdeacción privada. Lavíctimade un delitodeacción pri-
vada tendrá derecho a presentar querella anteel juezc~rres~ondiente. El representan-
te legal del incapaz por delitos cometidos en su perjuicio gozará de igual derecho.
Art. 55. -Querellante en delitosde acción pública. En los delitos de acción pública. la
víctima, su representante legal o quienes cite Código habilite para querellar, podrán
provocar la persecución penal o intervenir en la ya iniciada por el Fiscal, aun cuando és-
o
te hubiese desestimado archivado el caso.
Las entidades del sector público podrán ser querellantes, como así también toda orga-
nización queacredite un interés legítimo en el caso y éstese relacionecon su objeto ins-
LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 56/58

La participación de la víctima como querellante no alterará las facultades concedidas


por la ley al fiscal. ni lo eximirá de sus responsabilidades.
Cuando el interesado no tenga legitimación, el fiscal rechazará la constitución de que-
rellante. En tal caso, el peticionante podrá acudir, dentro del tercer día, ante el juez pa-
ra que revise la decisión.

Art. 56.-Acusación única. Unidad de representación.Cuando losacusadores fueran va-


rios e invocaren identidad de intereses entre ellos, actuarán bajo una sola representa-
ción, la que se ordenará a pedido de parte si ellos no se pusieren de acuerdo, en el pla-
zo que se les fije.
En aquellos casos en que la víctima se haya constituido como querellante, el juez sea a
petición de parte con antelación, o a más tardar, en la audiencia prevista en el art. 163
convocará a las partes, a efectos de resolver las controversias que pudieren existir entre
el Ministerio Público Fiscal y la partequerellante, sobre los discursosfácticos, jurídicos y
estrategias probatorias. El imputado-siemprey en todos loscasostendrá derechoa que
se le enrostre una única acusación, debiéndose respetar estrictamente el principio de
congruencia procesal en los aspectosfácticos.
S i n o llegase a u n acuerdo, el juez dará intervención al Fiscal General para que dirima
los planteos y resuelva en el caso en concreto si debe prevalecer el interés particular o
social general.

Art. 57. -Desestimiento. E l querellante podrá desistir de su intervención en cualquier


momento. El desistimiento será declarado por el juez a pedido de parte.

Art. 58. -Abandono de la querella. La querella se considerará abandonada en los si-


guientes casos:
a) En los delitos de acción privada:
1. Si el querellante no insta el procedimiento durante treinta días.
2. Cuando el querellante no concurra a la audiencia deconciliación o de
debate, sin justa causa.
3. Si habiendo fallecido o incapacitado el querellante, quien esté auto-
rizado para ello según la ley n o concurra a proseguir el procedimien-
to, dentro de los sesenta días siguientes de la muerte.
b) En los delitos de acción pública:
1. Cuando no presente acusación autónoma, sin perjuicio del texto del
art. 56, ni adhiera a la de Fiscalía.
2. Cuando no concurra a la audiencia de control de la acusación o de de-
bate, o se aleje de este, o no presente conclusionessin justa causa.
3. Cuando fallecido o incapacitado el querellante, quien esté autoriza-
do para ello según la ley n o concurra a proseguir el procedimiento,
dentrode los sesenta díassiguientes de la muerte.
En los casos de incomparecencia, la existencia de justa causa deberá acreditarse antes
de iniciar la audiencia o diligencia.
Arts. 59/62 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Capítulo VIII
El Ministerio Público Fiscal
Ari. 59. -Funciones. El Ministerio Público Fiscal ejercerá la acción penal pública de
acuerdo a las normasde estecódigo, dirigiendo la investigación y la actuación detodos
los funcionarios que participen en ella, interviniendo en todas las etapas del proceso.
A los fiscales les corresponderá la carga de la prueba de los hechos que funden su acu-
sación.
Será deber de los fiscales adoptar o requerir las medidas necesarias para proteger a las
víctimas de los delitos, favorecer su intervención en el procedimiento y evitar o dismi-
nuir cualquier perjuicioque pudieran derivar desu intervención.
Formularán sus requerimientos, dictámenes resoluciones en forma motivada, bajo pe-
na de nulidad.
No podrán ocultar información o evidencias que puedan favorecer la situación del im-
putado. Su inobservanciaconstituyefaltagrave. Asimismodeberán registrar en el lega-
jo toda la información con quecuenten.

Ari. 60.-Inhibición y recusación. El fiscal se inhibirá y podrá ser recusadocuandoexis-


ta algún interés personal que pueda interferir en su actuación funcional.
La recusación será resuelta por el Fiscal superior jerárquico, previa audiencia con el re-
cusado y el recusante y la decisión no será impugnable.

Art. 61. -Agencia de lnvestigacionesPenales. La Agencia de lnvestigacionesPenales se-


rá auxiliar del Ministerio Público en todo lo concernientea la investigación
- y. persecución
.
de los delitos. Su organización y funcionamiento será establecido por una ley especial.
Sus integrantes ejecutarán sus tareas bajo la dirección y responsabilidad de los fiscales,
sin perjuicio de la dependencia administrativa que lescorresponda. La autoridad admi-
nistrativa no podrá revocar, alterar o retardar injustificadamente una orden emitida
Por los fiscales o los iueces.
El Ministerio Público emitirá las instrucciones generales necesarias para coordinar la la-
bor de la "Agencia de lnvestigaciones Penalesy la Policía Provincial".

Art. 62.-Facultades. Losfuncionariosde la Agencia de lnvestigaciones Penales podrán


realizar, aun sin recibir instrucciones previas, las siguientes actuaciones:
1. Prestar auxilio a lasvíctimas y proteger a los testigos.
2. Recibirdenuncias.
3. Identificar y entrevistar a los testigos.
4. Resguardar la escena del hecho y cuidar que los rastros e instrumentos
sean conservados, haciendo constar por cualquier medio u operación el
estado de las personas, cosas y lugares.
5. Recabar los datos que sirvan para la identificación del imputado, con los
límites establecidos por este Código.
6. Efectuar la aprehensión de personas en los casos de flagrancia.
7. Ejecutar registros, requisas y secuestros cuando les esté permitido.
383 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 63/67

Art. 63. -Otros preventores. Las mismas disposiciones reqirán para la Policía de la Pro-
vincia de Río ~ e d r o cualquier autoridad pGblica que realiceactos de otenga el
deber de colaborar en la investigación criminal.

Título III
Actividad procesal
Capítulo l
Actos procesales
Sección Primera - Normas generales
Art. 64. -Reglas. En los actos procesales se observarán las siguientes reglas:
1. Se cumplirán en días y horas hábiles, sin perjuicio de las habilitaciones
quedisponga el juez. Losactosde investigación, salvo excepcionesexpre-
samentedispuestas, se podrán cumplir en cualquier día y hora.
2. Deberá usarse idioma español.
3. Los fiscales y jueces podrán constituirse en cualquier lugar del territorio
provincial para la realización de los actos propiosdesu función.

Art. 65.-Oralidad. Todas las peticiones, o planteosde las partes quedeban ser debati-
das se resolverán en audiencias orales y públicas, salvo las que sean de mero trámite,
que serán resueltas por la oficina judicial.
Deberá contarse con la asistencia ininterrumpida del juez y d e todos los sujetos proce-
sales, garantizando los principios de oralidad, contradicción, publicidad, inmediación
y simplicidad. El juezdeberá sujetarsea lo que hayan discutido las partes.

Art. 66. - Resolucionesjudiciales. Las decisiones judiciales y sentencias de los jueces


profesionales que sucedan a una audiencia oral serán deliberadas, votadas y pronun-
ciadas inmediatamenteen la misma audiencia, salvo quesedisponga un plazo distinto.
Las resoluciones del tribunal durante las audiencias se dictarán verbalmente, quedan-
do notificados todos por su pronunciamiento.
Lasdecisionesde mero trámiteserán firmadas por el jefeo director de la oficina judicial
indicando el lugary la fecha.
Los jurados deciden según su leal sabery entender, sin expresar los motivos de su de-
cisión.

Art. 67.-Documentación. Losactossedeberán documentarporaudioy/ovideo. Se uti-


lizarán imágenes y sonidos para documentar actos de prueba o audiencias, quedando
prohibida toda forma de edición, tratamiento o modificación de los registros. Se debe-
rá asegurarsu autenticidad e inalterabilidad. Sedeberá reservarel original en condicio-
nes aseguren su inviolabilidad hasta el debate, sin perjuicio de laobtención de co-
pias que podrán utilizarse para otros fines del proceso.
as formalidades esenciales de los actos deber& surgir del mismo registro y, en caso de
no ser posible, de un acta complementaria.
Arts. 68/70 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Lasdiligenciasquedeban asentarse en forma escrita, contendrán:


a) La mención del lugar, fecha y hora.
b) La firma detodos los que participaron en el acto, dejándoseconstancia de
las razonesde aquel que no la firme, o del que lo hace a ruego o comotes-
tigo de actuación.

Art. 68. -Aclaratoria. Dentro del término de tres días de notificadas las resoluciones, el
tribunal podrá rectificar, deoficio o a instancia de parte, cualquier error u omisión mate-
rial contenidosen aquellassiemprequeello n o importeuna modificación esencial. La ins-
tancia de aclaración suspenderá el término para interponer los recursosque procedan.

Art. 69.- Plazos. Losactosprocesalesseráncumplidos en los plazos establecidosobser-


vándose las siguientes prescripciones:
1. Los plazos legalesyjudicialesserán perentoriosy vencerán a lasveinticua-
tro horas del último día señalado, provocando la caducidad de las instan-
cias o de la petición de las partes. 5i el término fijadovenciesedespués de
las horas de oficina, el acto que deba cumplirse en ella podrá ser realiza-
dodurante lasdos primeras horas del día hábil siguiente.
2. Los plazos determinados por horas comenzarán a correr inmediatamen-
t e después de ocurrido e l acontecimiento que fija su iniciación sin inte-
rrupción.
3. Los plazos determinados por días comenzarán a correr al día siguiente de
practicada su comunicación. A esos efectos, se computarán solo los días
hábiles, salvo que la ley disponga expresamente lo contrario.
4. Los plazos comunes comenzarán a correr a partir de la última comunica-
ción que se practique a los interesados.
5. Cuando la ley permita la fijación deun plazojudicial, e l juez l o fijará con-
formea la naturalezadel procedimientova la importancia de la actividad
quesedeba cumplir, teniendo en cuentaslosderechosde las partes.
6. Las partes podrán solicitar la reposición total o parcial del plazo, cuando
por defecto de la comunicación, por razones de fuerza mayor o por caso
fortuito, n o hayan podido observarlo. La justificación se hará dentro de
las veinticuatro horas de cesada la fuerza mayor o el impedimento insal-
vable yfortuito.
7. Las partes podrán acordar la prórroga de un plazo. La partea cuyo favor
se ha establecido u n plazo podrá renunciarlo o abreviarlo mediante ex-
presa manifestación devol;ntad que deberá ser conjunta cuando el pla-
zo sea común.

Art. 70.-Vencimiento. Efectos. Elvencimientode un términofatal sin quese hayacum-


plido el acto para el que está determinado podrá importar, además, el cese de la inter-
vención en la causa del juez, tribunal o representante del Ministerio Público al que di-
cho plazo le hubiere sido acordado. En tales supuestos, se deberá anoticiar al Superior
Jerárquico o al Presidente del Foro de Jueces, según el caso.
385 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALES Y LINEAMIENTOS Arts. 71/75

Art. 71.- Poder de disciplina. Los juecesvelarán por la regularidad del litigio y el ejer-
cicio correcto de las facultades de los litigantes.
No podrán restringir el derecho dedefensa o limitar facultades de las partes invocando
razones de indisciplina.
Cuando lascaractbristicasdel caso aconsejen adoptar medidasespecialespara asegurar
la regularidad en el litigio, el juez convocará a las partes afin deacordar reglas particu-
lares de actuación.

Sección Segunda - Audiencias

Art. 72. -Modalidad. Todas las personas que participen en una audiencia se expresa-
rán en forma oral. No se admitirá la lectura de escritos o declaraciones salvo la lectura
parcial de notas.
Quienes no puedan hablar o no entiendan el idioma español declararán por escrito o
utilizarán intérpretes.

Art. 73. -Publicidad. Las audiencias serán públicas. No obstanteel juez o tribunal podrá
decidir fundadamente quese realicetotal o parcialmente en forma privada cuando:
1. Seafectedirectamenteel pudor, lavida privadaoello implique una ame-
naza para la integridad física dealguno de los intervinientes.
2. Peligre un secreto oficial, profesional, particular, comercial o industrial
cuya revelación pueda causar un perjuicio grave.
EITribunal podrá imponera las partes que intewinieren en el acto el deber deguardar
secreto sobre los hechos que presenciaron o conocieron.
No podrán ingresar a la sala de audiencias personas que se presenten en forma incom-
patible con la seguridad y el orden de la audiencia ni los menores de catorce años de
edad, salvo cuando sean acompañados por un mayor que responda por su conducta.

Art. 74. -Medios de comunicación. Los representantes de los medios de difusión po-
drán presenciar las audiencias e informar al público sobre lo que suceda.
El iuez o el tribunal señalarán en cada caso las condiciones en que seeiercerán esasfa-
cuitades y, por resolución fundada, podrá imponer restriccione;cuandó sea perjudicial
para el desarrollo del debate o puedan afectarse los intereses indicados en el artículo
anterior.
Si lavíctima, el imputadoo un testigo solicitan quenoseautoricea losmediosdecomu-
nicación aquesegrabesuvozosu imagen, eltribunal examinará losmotivosyresolve-
rá en función de los diversos intereses comprometidos.

Art. 75.- Desarrollo. Las audiencias se realizarán con la presencia permanentee inin-
terrumpida de losjuecesydetodas las partessalvo lasexcepcionesqueseestablecen en
el Código.
Eltribunal otorgará la palabraa las partes, comenzandoporaquellaque hubiese hecho
el planteo o la solicitud. Siempre la última palabra le será conferida a la defensa.
as partesdeberán expresars"s peticionesde modo concreto y losjueces podrán reque-
rir precisiones para determinar los alcances de tales peticiones.
Arts. 76/81 CÓDIGO PROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 76. -Registración. De la audiencia se confeccionará acta que contendrá:


1. El lugary fecha con indicación de la hora de inicio y finalización, asícomo
d e las suspensiones y de las reanudaciones.
2. La mención de los jueces y de las partes.
3. Los datos personales del imputado.
4. Las solicitudes y decisiones producidas.
5. La firma del funcionario responsabledeconfeccionar el acta.
Además, las audiencias se registrarán en forma integra, en audio y video, por cualquier
medio con el que seasegure la fidelidad. Los fundamentos de lo resuelto quedarán en
el registro digital, no así en el acta de la audiencia. Las partes tendrán derecho a obte-
ner copias fieles de los registros. Los registros se conservarán hasta la terminación del
proceso y serán públicos, salvo en los casos en que las audiencias se hayan cumplido en
forma privada.
Sección Tercera - Duración del procedimiento
Art. 77. -Duración máxima. Todo procedimiento tendrá una duración máxima de tres
años improrrogables, a contar desde la formalización de cargos y hasta el dictado de
una sentencia condenatoria o absolutoria no firme. No se computará a esos efectos el
tiempo necesario para resolver la impugnación extraordinaria ante el Superior Tribu-
nal deJusticia n i tampocoel recursoextraordinario federal. El plazosesuspende porto-
do acto o decisión que impida poner al proceso en su faz dinámica.
El plazo correrá en forma independiente para cada imputado.
El plazo previsto en este artícuio no se aplicará en las investigaciones seguidas por deli-
tos cometidos por funcionarios públicos en ejercicio de sus funciones.
Art. 78. -Queja por retardo de justicia. Si el juez no dicta la resolución correspondien-
t e en los plazos que le señala este Código, el interesado podrá urgir pronto despacho y
s i dentro de las cuarenta y ocho horas no lo obtiene, podrá interponer queja por retar-
do de justicia.
El juez, con un breve informesobre los motivos desu demora, remitirá inmediatamente
las actuaciones al presidentedel Foro de Jueces para que resuelva lo quecorresponda.
Art.79.-DemoradelTribunal deImpugnación.Cuandoel tribunal de impugnación n o
resuelva e l recurso dentro d e los plazos establecidos por este Código, se podrá solicitar
el pronto despacho. S i en cinco días no dicta resolución, incurre en falta grave y deberá
darse inmediato aviso al Consejo de la Magistratura.

Sección Cuarta - Reglas de cooperaciónjudicial


Art. 80. -Cooperación de autoridades provinciales. Cuando sea necesario los jueces y
fiscales podrán requerir cooperación de manera directa a otra autoridad judicial o ad-
ministrativa de la provincia, para la ejecución d e u n acto o diligencia, fijando el plazo
de su cumplimiento.
Art. 81.-Cooperacióndeotras autoridades. Losfiscalesyjuecespodrán solicitar la coo-
peración deautoridades judiciales y administrativasdeotrasjurisdicciones. Ella se regi-
387 LIBRO I - PRINCIPIOS GENERALESY LINEAMIENTOS Arts. 82/86

rá por lo establecido en losconvenios, por las normas internas o las prácticas de asisten-
cia mutua. Asimismo, existirá reciprocidad respecto a requerimientos análogos de au-
toridades judiciales de otras jurisdicciones. La negación será motivada.
Podrá suspenderseel cumplimiento de la cooperación en el caso dequesu ejecución in-
mediata perjudiqueel curso de una investigación o de un juicio que se desarrolle en es-
ta provincia. La decisión será motivada.
Art. 82.-Extradición en el país. Los fiscaleso losjueces quecorresponda solicitarán res-
pectivamentelaextradición de imputadoso condenadosqueseencuentren en el terri-
torio nacional y fuera del ámbito de la provincia, deconfo;midad con los convenios ce-
lebrados.
La solicitud deextradición efectuada por
. .iuecesofiscalesdeotras iurisdicciones, será re-
suelta por el juez que corresponda, en audiencia y con presencia de las partes.
La resolución podrá ser revisada en audiencia por tres jueces distintos del que la dictó.
Art. 83. -Cooperación internacional. La cooperación internacional a los fines de esta
Sección Cuarta, se regirá por el derecho internacional vigente y por la ley nacional res-
pectiva.
Sección Quinta - Comunicaciones
Art. 84. -Regla general. Las resoluciones y la convocatoria a los actos que requieran la
intervención de las partes o terceros. los pedidos de cooperación o informes. serán co-
municados de conformidad con las normas prácticas dictadas por el Superior Tribunal
de Justicia.
Estasdeberán asegurarque lascomunicacionessehagan a la brevedad, sin excesosforma-
les y ajustados a los principios de claridad, precisióny suficiencia respecto al contenido de
la resolución ode la actividad requerida y lascondiciones o plazos para su cumplimiento.

Capítulo II
Actividad procesal defectuosa
Art. 85. -Principiosgenerales. No podrán ser valorados para fundar una decisión judi-
cial ni utilizadoscomo DreS~D~t?St~dt?ella. los actoscum~lidos
' con inobservancia de los
derechos y garantías constikcionales del imputado.
T ~ ~ D O~ C o dOr á servalorados
n iosactoscum~iidoscon inobservancia de lasformas.. aue
,
obsien al ejercicio del derecho a la tutela judicial de la víctima o impidan el ejercicio de
los deberes y facultades del fiscal, salvo que el defecto haya sido convalidado.
Art. 86. -Saneamiento. Todos los defectos deberán ser inmediatamente saneados,
renovando el acto, rectificando el error, o cumpliendo el acto omitido, a petición del
interesado.
Cuando la invalidezsefundeen laviolación de una garantía establecida en favordel im-
putado el procedimiento n o podrá retrotraerse a etapas anteriores, salvo el caso de
reenvío.
Seentenderá queel acto se ha saneado cuando, no obstante la irregularidad, ha conse-
guido su fin respecto de todos los interesados.
Arts. 87/91 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 87. -Convalidación. Los defectos formales que afectan el derecho de defensa en
juicio del fiscal o del querellante, quedarán convalidados en los siguientes casos:
1. Cuando ellos no hayan solicitado su saneamiento mientras se realiza el
acto, o dentro de los tres días de practicado, si quien lo solicita no ha esta-
do presente. Si por las circunstancias del acto ha sido imposible advertir
oportunamente el defecto, el interesado deberá reclamarlo dentro de
lasveinticuatro horas después de advertirlo.
2. Cuando quienes tengan derecho a oponerla, hayan aceptado, expresa o
tácitamente los efectos del acto.

Art. 88. -Declaración de nulidad. Cuando no sea posible sanear un acto ni se trate de
casos de convalidación, el juez deberá declarar su nulidad.
La nulidad de un acto invalida todos losefectosoactosquedependan deéI.Al declarar
la nulidad el juez interviniente establecerá necesariamente a cuáles actos anteriores o
contemporáneosalcanza la nulidad, por su conexión con el acto anulado.

Libro II
Admisión del caso

Título l
Ejercicio de la acción penal
Capítulo I
Reglas generales
Art. 89. -Delitos de acción pública. Los fiscales tendrán la obligación de ejercer la ac-
ción pública en todos los casos en quesea procedente con arreglo a las disposicionesde
la ley.

Art. 90. - Delitos dependientes de instancia privada. Cuando el ejercicio de la acción


penal pública requiera de instancia privada, el fiscal solo la ejercerá una vez que ella se
produzca, sin perjuicio de realizar los actos imprescindibles para conservar los elemen-
tos de prueba, siempre que no afecten la protección del interés de la víctima.
Sin embargo, el fiscal la ejercerádirectamentecuandoel delito haya sido cometidocon-
tra un incapaz o un menor de edad que n o tenga representación, o cuando haya sido
cometido por uno de sus padres, el representante legal o el guardador o cuando exis-
tan interesesgravemente contrapuestos entre alguno de estos y el incapaz.
La instancia privada permitirá formar causa a todos los partícipes sin limitación alguna.

Art. 91. -Delitos de acción privada. Cuando la acción sea ~rivada.. su eiercicio
. corres-
ponderá exclusivamentea lavíctima, conformeal procedimientoespecial regulado por
este Código. En el procedimiento especial por delito de acción privada no tendrá nin-
guna intervención el fiscal.
LIBRO II A D M I S I Ó N DEL CASO Arts. 92/95

Capítulo II
Situaciones especiales
Art. 92.-lnmunidadesconstitucionales. Si seformula denuncia oquerella contra un le-
gislador u otro funcionario sujeto a juicio político o jurado de enjuiciamiento, se prac-
ticará una investigación que novulneresu inmunidad.
Cuando se formulare acusación se solicitará el desafuero ante quien corresponda,
acompañando copia de las actuaciones y expresando las razones que lo justifiquen.
Si el legisladoro funcionario ha sido detenido por habérselo sorprendidoen flagrancia,
el juez pondrá inmediatamente el hecho en conocimiento de la Legislatura provincial
conforme a lo previsto en la Constitución.
Cuando se proceda contra varios imputados y solo algunoo algunos deellos gocen de in-
munidades constitucionales, el proceso podráformarsey seguir con respecto a los otros.
Si el desafuero es denegado se declarará que no se puede proceder y se suspenderá el
proceso. De lo contrarío se dispondrá su continuación.
Sin perjuicio de lo dispuesto precedentemente el interesado tiene derecho a ejercer las
facultades que le confiere la ley al imputado.

Art. 93. -Cuestión prejudicial. La cuestión prejudicial procederá cuando sea necesario
determinar por un procedimiento extrapenal la existencia de uno de los elementos
constitutivo; del heiho punible.
La existencia de una cuestión prejudicial suspenderá el juicio hasta que exista sentencia
firme en el proceso extrapenal. Resuelta la suspensión del proceso en los casos previstos
en los artículos anteriores, se ordenará la libertad del imputado, previa fijación de domi-
cilio y sin perjuicio de la imposición de otras medidas cautelares previstas en el Código.
Los jueces podrán apreciar si la cuestión prejudicial invocada es seria, fundada y verosí-
mil, y en caso que aparezca opuesta con e l exclusivo propósito de dilatar el proceso, or-
denarán que este continúe.

Art. 94. -Prelación. Cuando la solución de un proceso penal dependa de la resolución


de otro y no corresponda la acumulación de ambos, el ejercicio de la acción se suspen-
derá en el primero hasta que recaiga sentencia firme en el otro.

Art. 95. -Excepciones. Las partes podrán oponer las siguientes excepciones:
1. Falta de jurisdicción o de competencia.
2. Falta deacción, porque esta n o pudo promoverse. no fue iniciada legal-
mente o lo fue por quien no tiene legitimación, o no puede proseguirse.
3. Extinción de la acción penal.
Si concurren dos o más excepciones, deberán interponerse conjuntamente, bajo pena
de caducidad, salvo que la omitida sea una excepción perentoria.
Cuando se hiciere lugar a la falta de jurisdicción o de ;ompetencia, el juez remitirá las
actuaciones al tribunal correspondiente. Si se declara la falta de acción, el caso se archi-
vará salvo que el proceso pueda proseguir por otro interviniente. En ese caso, la deci-
sión solo desplazará del procedimiento a quien afecte. Cuando se declare la extinción
de la persecución penal, ;e decretará el sobreseimiento.
Arts. 96/98 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Capítulo III
Reglas de disponibilidad de la acción
Sección Primera - Criterios de oportunidad
Art. 96.-Criteriosdeoportunidad. Se podrá prescindir total o parcialmentedel ejerci-
ciode laacción penalo limitarlaa algunadelas personasqueintervinieron en el hecho,
previo requerir la opinión de la víctima, en caso de que esta sea habida, en los casos si-
guientes:
1. Cuando se tratede un hecho insignificante o un hecho que no afectegra-
vemente el interés público.
2. Cuando la intervención del imputado seestimede menor relevancia, ex-
cepto que la acción atribuida tenga prevista una sanción que exceda los
seis años de pena privativa de libertad.
3. En los delitos culposos cuando el imputado haya sufrido a consecuencia
del hecho un daño físico o moral grave que torne innecesaria y despro-
porcionada la aplicación de una pena.
4. Cuando la pena que pueda imponerse por el hecho de cuya persecución
se prescinde, carezca de importancia en consideración a la pena ya im-
puesta o a la que puede esperarse por los restantes hechos.
5. Cuando exista conciliación entre las partes ocuando se haya realizado una
mediación penal exitosa que haya logrado poner fin al conflicto primario,
siempre que no exista un interés público prevalente y se repare el daño en
la medida de lo posible. Las partes podrán conciliar en todo delito de ac-
ción públicao dependientede instancia privada, cuya pena máxima sea de
hasta quince(l5)añosde prisión o reclusión, siempreque nosetratede un
delito cometido con grave violencia física o intimidación sobre las perso-
n a ~que, ~la o lasvíctiiassean mayoresdeedad y consientan su aplic&ión.
No corresponderá la aplicación de un criterio deoportunidad en los casos dedelitosco-
metidos por un funcionario público en el ejercicio desu cargoo por razón deél.

Art. 97.- Efectos. La decisión que prescindade la persecuciónpenal pública poraplica-


ción de criterios de oportunidad, determinará que el juez, siempre que se hubiese pro-
cedido a la formulación de cargos, declare extinguida la acción pública con relación al
participanteen cuyo favor sedecide y se procederá al archivo. Cuando la aplicación del
principiodeoportunidadseaanteriora la formulación decargos, seráelfiscalquienar-
chivará directamente el caso, sin posibilidad de reabrirlo.
Sin embargo, el archivo no extinguirá la acción penal, cuando la víctima, constituida en
parte, continúe con el ejercicio de la acción penal en forma particular, según los linea-
mientos fijados en este Código.

Sección Segunda - Suspensión deljuicio a prueba


Art. 98. -Suspensión del juicio a prueba. Cuando la ley penal permita la suspensión de
la persecución penal y nosetratedeun delitodoloso imputadoa un funcionario públi-
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 991100

co ejecutado en ejercicio de sus funciones, las partes podrán pedir su aplicación desde
el inicio mismo del caso. hasta la apertura del caso a iuicio.
Tampoco procederá la suspensióndeljuicioa pruebácuandosetratededelito reprimi-
do únicamente con Dena de inhabilitación. salvo aue el imputado ofrezca cumplir vo-
luntariamente como una de las condiciones impue;tas por el juez el mínimo del'monto
de la inhabilitación correspondiente al delito de que se trata, como así también efec-
tuar los cursos, prácticas o estudios que, al prudente criterio del juez, resulten suficien-
tes paraestimar razonablementeque la impericia odesconocimientodelas leyesdel ar-
. .Darte del im~utado.han deser subsanadas.
t e u oficio Dor
La procedencia requiere la'conforkidad del imputado y de la Fiscalía. El juez podrá re-
chazar la susoensión solo cuando exista ooosición motivada v razonable del fiscal.
En la audieniia de suspensión, a pedido d;? las partes el juez risolverá las reglas de con-
ductas, a cargo del imputado fijando la forma de control y el plazo de cumplimiento.
E l control del cumplimiento de las reglas de conducta para la suspensión del proceso a
prueba estará acargode una Oficinaludicial especializada, quedejará constanciaenfor-
ma periódica sobre el cumplimiento de las reglas y dará noticia a las partesde aquellas si-
tuacionesque pudieran dar basea una modificación o revocación del instituto. Esta ofici-
na tendrá a su cargo todo l o relativo al cumplimiento de medidas sustitutivasa la prisión.
La víctima podrá, previa autorización judicial, supervisar el cumplimiento por parte del
imputado de las reglas de conducta impuestas, ya sea por sí o a través de organizacio-
nes no gubernamentales cuyo ámbito de actuación tenga relación con el hecho impu-
tado. Tendrá derecho a ser informada respecto del cumplimento de tales reglas.
Cuando el imputado incumpliere lascondiciones impuestas, el fiscal o la querella solici-
tarán al juez con funciones de garantías, una audiencia para que las partes expongan
sus fundamentos. El juez, según corresponda, podrá dar un plazoal imputado para sa-
tisfacer las condiciones, modificarlas o revocar la suspensión del proceso a prueba. En
este caso el procedimiento continuará de acuerdo a las reglas generales.

Título II
Medidas de coerción y cautelares
Capítulo I
Normas generales
Art. 99. -Principio general. Las medidas cautelares y de coerción personal solo serán
procedentes cuando fueren absolutamente indispensables para asegurar los fines del
procedimiento, y solo podrán subsistir mientras dure esta necesidad.

Art. 100. -Situación de libertad. Con las limitaciones dispuestas por este Código, toda
persona a quien se le atribuya participación punible en el hecho investigado permane-
cerá en libertad durante el proceso. A tal fin podrá exigírsele:
a) Prestar caución.
b) Fijary mantener un domicilio.
Arts. 1011102 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

C) Permanecer a disposición del Organo Judicial competente y concurrir a


todas las citaciones que se le formulen en la causa.
d) ~bstenersederealiz~rcual~uieracto~ue~udieseobstaculizareldescu-
brimiento de la verdad y la aplicación de la ley.
e) La utilización de medios técnicos que permitan someter al imputado en
libertad ambulatoria al efectivo control del Organo Judicial.
f ) En los procesos por alguno de los delitos contra la vida, o la integridad
física osexual cometidosdentrode un grupo familiar conviviente, aun-
aue estuviese constituido Dor uniones de hecho v las circunstancias del
caso permitieren presumir'fundadamente que p;eden repetirse, el Or-
ganoJudicial podrádisponercomomedidacautelarlaexclusión del impu-
tado del hogar.
Si este tuviese deberes de asistencia familiary la exclusión hiciera peligrar la subsisten-
cia de los alimentados, se dará intervención al Defensor de Menores, para que se pro-
muevan las acciones aue corres~ondan.
Asimismo, podrá imponérsele laobligación de noausentarsede la ciudad o lugar en que
reside. no concurrir a determinados sitios o comunicarse con determinadas Dersonas.
siemp;e que no se afecte su derecho de defensa; presentarsea la autoridad lo; días qué
fije, o de someterse al cuidado o vigilancia de la persona o institución que se designe,
quien informará, con la periodicidad que seestablezca, al órgano Judicial intewiniente.
La libertad ambulatoria y los demás derechos y garantías reconocidos a toda persona
por este Código y la Constitución de la Provincia solo podrán ser restringidos cuando
fundadamente se presumiere que el acusado pudiere eludir el accionar de la justicia, o
entorpecer la investigación.

Capitulo II
Caución
Art. 101. -Caución. E l órgano jurisdiccional intewiniente podrá imponer al imputado
que se encuentre en libertad una caución juratoria, personal o real, con el objeto de
asegurar que cumplirá con sus obligaciones respecto al proceso.
A los efectos de su determinación, se tendrá en cuenta la naturaleza del delito, el daño
que hubiera ocasionado. la condición económica y antecedentes del imputado.
Queda absolutamente prohibido fijar una caución de imposiblecumplimiento para el
imputado, teniendo en cuenta su situación personal.
Art. 102. -Formas de la caución. La caución podrá ser:
1. Juratoria: La cual consistirá en la promesa personal del imputado de
cumplir con las obligaciones impuestas a su libertad durante el proceso.
2. Personal: Lacualconsistiráen laobligaciónqueel imputadoasumajun-
tocon uno0 másfiadoressolidariosdepagar,encasodeincomparecen-
cia, la suma que se fije.
Podrá ser fiador personal toda persona con domicilio real en el territo-
rio de la provincia, que teniendo capacidad legal para contratar, acredi-
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1031106

te solvencia en la medida necesaria, por cualquier medio de prueba. Na-


die podrá tener otorgadas y subsistentes más de dos fianzas.
3. Real: La cual seconstituirá depositandodinero, efectospúblicosovalo-
res cotizables, u otorgando p;endas o hipotecas por la iantidad que el
juez determine. Los fondos o valores depositados quedarán sometidos
a privilegioespecial para el cumplimientode lasobligaciones proceden-
tes de la caución. Esta caución solo será procedente cuando de las cir-
cunstancias del caso surqiera la ineficacia'de las modalidades de las dos
cauciones precedentemente establecidas y que, por la naturaleza eco-
nómica del delito atribuido, se conforme como la más adecuada.

Capitulo lll
Restricción de la libertad
Art. 103. -Aprehensión sin orden judicial. Losoficiales y auxiliares de la Policíatendrán
el deber de aprehender a las personas en los siguientes casos:
a) Cuando fuere sorprendido en la flagrante comisión de un delito de ac-
ción pública que merezca pena privativa de libertad.
En el supuesto que el delito flagrante que se esté perpetrando o se haya
perpetrado sea de acción dependiente de instancia privada, será infor-
mado inmediatamente quien pueda instar, y si éste no presentare la de-
nunciaen u n plazodeveinticuatro horas, el aprehendidoserá puestoen
libertad.
b) Cuandoseintentare un delito, en el momentodedisponersea cometerlo.
c) Cuando se fugare, estando legalmente detenido.
Concretada la aprehensión deberá comunicarse de inmediato al fiscal.
Art. 104. -Aprehención privada. En los casos de flagrancia o que una persona intente
cometer un delito, los particulares están autorizados a practicar la aprehensión, de-
biendo entregar inmediatamenteel aprehendido a la autoridad policial o judicial.
Art. 105.-Flagrancia. Seconsidera que hayflagrancia cuando una persona es sorpren-
dida en el momento de cometer el hechoo inmediatamentedespués, mientrases per-
seguida por la fuerza pública, oel ofendido u otras personas allípresentes.
Art. 106. -Demora. Cuando en el primer momento de la investigación de un hecho en
que hubieran intervenido varias personas no fuere posible individualizar a los respon-
sables y a los testigos, y no pueda dejarsede proceder sin peligro para la investigación,
el fiscal podrádisponer que los presentes nosealejen del lugar ni secomuniquen entre
si, antes de prestar declaración, y aun ordenar la demora, si fuere estrictamente nece-
sario, de lo cual deberá informar en forma inmediata al juez competente.
Ambas medidas no podrán prolongarse por más de veinticuatro horas. Individualiza-
dos los testigos estos no podrán ser demorados por más de seis horas. Vencido este pla-
zo, el fiscal deberá requerir la detención anteel OrganoJudicial interviniente, si corres-
pondiese, u ordenar la libertad.
Arts. 1071109 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Si vencido el plazo el acusador no requiriere la conversión de la medida privativa de li-


bertad en detención, el Juez de Garantías deberá disponer la inmediata libertad de la
persona.

Art. 107. -Prohibición de incomunicación. No se podrá bajo ninguna circunstancia or-


denar la incomunicación del detenido.
No obstante ello, el fiscal podrá requerir cuando los imputados aprehendidos fueran
varios y existieran motivos para temer que se pondrán de acuerdo entre ellos u obsta-
culizarán de otro modo la investigación, que sean alojados en forma separada.

Art. 108.-Detención. La orden será escrita y fundada, contendrá los datos personales
del imputado y los que sirvan para identificarlo, el hecho en el cual se le atribuye haber
participado y la identificación del fiscal que interviene.
Ninguna persona podrá ser detenida sin orden escrita. E l fiscal podráordenar la deten-
ción del imputado cuando existan suficientes indicios para sostener, fundadamente,
que es autor o partícipe de un delito y existen peligros procesales.
La detención no podrá extenderse por más deveinticuatro horas. Si el fiscal estima ne-
cesario que se aplique una medida de coerción deberá solicitarlo en audiencia al juez.
En caso contrario ordenará la libertad.
El funcionario a cargo del procedimiento de detención deberá informar al afectado
acerca del motivo de la detención y de la autoridad que la dispuso.

Capítulo lV
Prisión preventim
Art. 109.-Procedencia. Siemprequeexistieren elementos de convicción suficientes pa-
ra sostenercomo probable la participación punibledel imputado en el hecho investiga-
do. el acusador podrá requerir fundadamente ante el juez interviniente la prisión pre-
ventiva cuando considerare que las demás medidas cautelares o de coerción personal
fueren insuficientes para asegurar
- los fines del procedimiento.
A tales efectos, el juez convocará a audiencia con el requirente y la defensa, debiendo
en ella el acusador demostrar los siguientes extremos:
1. Que el imputado intentará evadirse o entorpecer el accionar de la Justi-
cia.
2. Que existen antecedentes para sostener que el hecho se cometió y con-
figura un delito reprimidopenalrnentecin pena privativade libertad, y
que a prima facie no correspondiere pena de ejecución condicional.
3. Que existen elementos de convicción suficientes para considerar razo-
nablementequeel imputadoes autoro partícipedel hecho investigado.
Al solicitarla, el acusador deberá exponer con claridad los motivos en los cuales sustenta
su pedido. El juez controlará la legalidad y razonabilidad del requerimiento por aprecia-
ción de las circunstancias del caso particular, y resolverá fundadamente, pudiendo esta-
blecer un plazo acordea los peligros procesales y a las pruebas pendientesde realización.
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1101111

Para decidiracerca del peligrodefuga se podrá teneren cuenta, entreotras, lassiguien-


tes pautas:
1. Arraigo, determinado por el domicilio, residencia habitual, asientode la
familia y de sus negocios o trabajo, y las facilidades para abandonar el
paíso permanecer oculto y demás cuestiones que influyan en el arraigo
del imputado.
2. El comportamientodel imputadoduranteel procedimiento. en la medi-
da en que indique cuál es u; voluntad de sujetarse al proceso penal, y en
particular, si incurrió en rebeldía. o si hubiese ocultado información so-
bresu identidad, o domicilio, o si hubiese proporcionado una falsa.
Para decidir acerca del peligro de entorpecimiento para la averiguación de la verdad,
se podrá teneren cuenta la existencia de indiciosque justifiquen la gravesospecha de
que el imputado:
1. Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de
prueba.
2. Influirá para que testigoso peritosinformen falsamenteosecomporten
de manera desleal o reticente.
3. Inducirá a otros a realizartales comportamientos.

Art. 110. -Improcedencia de la prisión preventiva. No procederá la prisión preventiva


en lossiquientes casos:
1. Cuando el hecho atribuido constituya un delito de acción privada oesté
reprimido con pena no privativa de libertad.
2. Si por lascaracterísticasdel hecho y las condiciones personales del impu-
tado, pudiere resultar de aplicación una condena condicional.
3. Cuandosetratede hechoscometidosen ejerciciode la libertad deexpre-
sión o como consecuencia de la crítica en cuestiones públicas.
4. Cuando se tratede personas mayores de setenta años, de mujeres en los
últimos mesesde embarazo, de madres durante el primer año de lactan-
cia de sus hijos o de las personas afectadas por una enfermedad grave y
riesgosa. En estos supuestos, podrá ordenarse la prisión preventiva en el
domicilio.
No obstante encuadrarse dentro de estos supuestos, se podrá ordenar la prisión pre-
ventiva cuando se decretare la rebeldía del imputado o éste se hubierefugado y fuere
posteriormente habido.

CapítuloV
Reglas generales para medidas cautelares y de coerción
Art. 111.-Audiencia y resolución. La resolución que ordene la imposición de una me-
dida cautelar o de coerción personal se dictará al concluir la audiencia respectiva, ex-
Arts. 1121115 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

presando claramente los antecedentes y motivos que justifican la decisión. Dicha au-
dienciasecelebraráen el menortiempo posible, dentrodelascuarentayocho h o r a s d ~
producida la privación de la libertad.

Art. 112.-Modificación y revocación. Lasresolucionesqueimpongan una medidacau-


telar o de coerción personal, la rechacen o sustituyan, son revocableso reformables en
cualquier estado del procedimiento.
En el;upuestoquese'hubieredispuestoalguna medida cautelara losimputadosquese
encuentran en libertad. el incumplimiento iniustificado de las mismas. hará pasible
que, asolicitud de partes.sepueda disponer laaplicación deotras medidasl~asea'enfor-
ma conjunta o sustituyendo a la existente, e incluso la aplicación de la prisión preventi-
va, sin perjuicio de ordenar, si existiere, la ejecución de la caución real o personal con la
cual se hubieregarantizado la sujeción al procedimiento, s i el incumplimiento hubiere
causado costas.

Ari. 113. -Impugnación. La resolución que ordena, mantiene o revoca la prisión pre-
ventiva podrá ser impugnada por la parte interesada.
E l restode las medidas cautelaresquesedispongan, podrán ser impugnadas por el impu-
tado.
La resolución que rechace la aplicación de cualquier otra medida decoerción n o podrá
ser impugnada.

Ari. 114.-Duración. La privación de la libertad no podrá prolongarse por un término


mayor de un año, en forma continua o interrumpida, a no ser que el fiscal justificare
fundadamente que por las circunstancias particulares del caso y la complejidad del
asunto requiriera un plazo mayor, no pudiendo extenderse en este último supuesto
más allá de los dieciocho meses. No se computa el plazo que demande la sustanciación
de los recursos extraordinarios.
Vencido este plazo no se podrá decretar una nueva restricción de la libertad ambulato-
ria, salvoquela acusación acredite,en audiencia, laconcurrencia de nuevos riesgos pro-
cesales.
Asimismo, la prisión preventiva n o podrá extenderse másallá del tiempoque le hubie-
se requerido al imputado en caso de ser condenado, para obtener el beneficio de la li-
bertad condicional o libertad anticipada.

Ari. 115. -Demora en lasmedidasde coerción. Cuando se haya planteado la revisión o


impugnación deuna medidacautelar privativa delibertad y elórganojurisdiccional no
resuelva dentro d e los plazos establecidos en este Código, el imputado o su defensor
podrá urgir prontodespachoy si dentrodelasveinticuatro horas noobtiene resolución,
el Director de la Oficina judicial deberá dar inmediato aviso al Presidente del Foro de
Jueces Penales y designar un nuevo juez para queen forma inmediata fije una audien-
cia a tal efecto. Sobreeste hecho sedará inmediata intervención al Consejo de la Magis-
tratura.
Una nueva medida cautelar privativa de libertad solo podrá ser decretada por el tribu-
nal de impugnación, a petición del fiscal o del querellante.
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1161120

Art. 116.-Internación provisional. Se podrá ordenar la internación provisional del im-


putado en un establecimiento asistencia1cuando proceda la prisión preventiva o exis-
tiere riesgo cierto para la seguridad, y secompruebe por dictamen pe;icial que el impu-
tado sufre una grave alteración o insuficiencia de sus facultades mentales.

Art. 117. -Medidas cautelares. Sin perjuicio de la aplicación de las medidas cautelares
enumeradas precedentemente, podrá, a petición de parte, ordenarse el embargo pre-
ventivo, la inhibición y aquellas medidas conducentes a garantizar la pena de multa si
correspondiere y las costas judiciales, ajustándose el trámite, resolución y revisión a las
normas que rigen la aplicación de las cautelares.

Art. 118. -Desalojosforzosos. En las causas por infracción al art. 181 del CP, el juez, a
pedido de parte o damnificado, podrá disponer provisionalmente el inmediato reinte-
aro de la ~osesióno tenencia del inmueble. cuando del análisis de las condicionesfácti-
cas, surja que, prima facie, se encuentran reunidos los requisitos típicos, el derecho in-
vocado por el damnificado fuereverosímil, y exista peligro en la demora. El juez podrá
fijar una caución s i lo considerare necesario.
S i nose reunieran los requisitosenumerados precedentemente, el juez rechazaráel pedi-
do, sin perjuiciode-en casodecorresponder-corrervista a lasautoridadesadministra-
tivascompetentes, pudiendo, quien sedicedamnificado, ocurrirpor lavíajudicial idónea.
Cuando corresponda ordenar el desalojo, el mismo deberá llevarse a cabo previa exis-
tencia de una auténtica oportunidad de consultar a las personas afectadas, en la au-
diencia prevista en el art. 111, con u n plazo suficiente y razonable de notificación a las
mismas, con identificación exactadetodas las personasqueefectúen el desalojo, no pu-
diendo efectuarse cuando existan condiciones climáticas adversas o en horario noctur-
no, salvo que las personas afectadas presten su consentimiento.

Título III
Etapa preparatoria
Capítulo l
Normas generales
Art. 119. -Finalidad. El Ministerio Público Fiscal practicará la investigación preparato-
riacon la finalidad dearribara la solución del conflicto por cualquieradelasvías legal-
mente previstasy promover o desechar la realización del juicio.

Art. 120. -Actuaciones. El fiscal formará un legajo de la investigación sin formalidad


alguna en donde se hará constar todos los elementos recabados. Dicho legajo será ac-
cesible a todas las partes del proceso. En ningún caso podrá ser consultado por el órga-
no iurisdiccional.
Las actuaciones de la investigación preparatoria no tendrán valor probatorio en el jui-
cio oral ~arafundariacondenadel acusado. salvoaauellasauefueran recibidasdecon-
formidad con las reglas del anticipo jurisdiccional de prueba.
Arts. 1211125 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

No obstante, podrán invocarse para solicitar ofundar una medida de coerción o caute-
lar, excepciones o el sobreseimiento. La defensa podrá contar con sus propias eviden-
cias para discutir en audiencia.

Art. 121. -Actuación jurisdiccional. Corresponderá al juez realizar, a pedido de parte,


los anticipos jurisdiccionales de prueba, resolver excepciones y demás peticiones pro-
piasde esta etapa, otorgarautorizaciones y controlarel cumplimiento de los principios
y garantías procesales.

Ari. 122. -Citación. El Ministerio Público Fiscal ordenará la comparecencia por simple
citación de aquellas personasquefueren requeridas, bajo apercibimiento desercondu-
cidas por la fuerza pública.
Si el citado no se presentare en el término que se le fije, ni justificare un impedimento
legítimo, el Ministerio Público Fiscal a solicitud de parte interesada dispondrá su com-
parecencia por medio de la fuerza pública, a los efectos de cumplir el acto para el que
ha sido convocado.
La defensa, pública o privada, podrá citar a los testigos que considere pertinente, a los
efectos de trabajar sobre su teoría del caso. En caso de requerir auxilio judicial, podrá
pedirlo ante el Foro de Jueces Penales.

Capítulo II
Actos iniciales
Ari. 123.-Denuncia.Toda persona quetenga conocimiento de un delito de acción pú-
blica, podrá denunciarlo ante el fiscal o la policía. La denuncia podrá efectuarse en for-
ma escrita o verbal, personalmente o por mandato especial. Cuando sea verbal se ex-
tenderá un acta que será suscripta por el denunciante; en la denuncia por mandato se
requerirá una autorización expresa.
En ambos casos, el funcionarioque la reciba comprobará y dejará constancia de la identi-
dad y domiciliodel denunciante. Ladenuncia anónima hará lasvecesde "notitiacriminis"
y será el juez quien, en definitiva, valorará su credibilidad y validez del procedimiento.
La denuncia debe contener, en cuanto fuese posible, la relación circunstanciada del he-
cho, con indicación de sus partícipes, damnificados, testigos y demás elementos que
puedan conducir a su comprobación y calificación legal.
Cuando la acción penal dependa de instancia privada, solo podrá denunciar quien ten-
ga facultad para instar.

Ari. 124. -Obligación de denunciar. Deben denunciar el conocimiento que tienen so-
bre un hecho punible de acción pública, salvo los que requieren una instancia para su
persecución, los funcionarios y empleados públicos que conozcan el hecho en ejercicio
de sus funciones o con ocasión de ese ejercicio, salvo el caso de que pese sobre ellos el
deber de guardar secreto impuesto por la ley.

Art. 125. -Otros obligados. También deben denunciar los hechos que tuvieran cono-
cimiento, los escribanos y contadores en los casos de fraude y evasión impositiva; las
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1261128

personas que por disposición de la ley, de la autoridad o por administración, el cuidado


ocontrol de bieneso interesesdeuna institución, entidad o persona, respectode losde-
litos cometidos en perjuicio de esta o de la masa o patrimonio puesto bajo su cargo o
control, siempre que conozcan del hecho por el ejercicio de sus funciones.
En todos estos casos la denuncia no será obligatoria si razonablemente arriesga la per-
secución penal propia, la del cónyuge, conviviente o pariente dentro del cuarto grado
de consanguinidad o segundo de afinidad, o cuando los hechos hubiesen sido conoci-
dos bajo secreto profesional.

Art. 126.-Averiguación preliminar. Cuando el fiscal tenga conocimiento directo de un


delito de acción pública, ya sea que se haya dado inicio a través de una denuncia o in-
vestigación preliminar o prevención, y no disponga el archivo de las actuaciones, dicta-
rá inmediatamente un decreto de determinación del objeto de la investigación
- .prepa-
.
ratoria, que deberá contener:
1. La relación suficientementecircunstanciadadel hecho, con indicación, si
fuera posible, del lugar, tiempo y modo deejecución y10 calificación pro-
visoria.
2. Las condiciones personales del imputado y, en su caso, de la víctima s i
fueran conocidos.
Si de la pesquisa surgiera que los hechos son distintos o deben ser ampliados, o cuando
otras personas resulten imputadas, el decreto de determinación del hecho se deberá
modificar de oficio. La investigación preparatoria se limitará a los hechos referidos en
el decreto de determinación y sus ampliaciones.

Art. 127. -Deber de informar. Los funcionarios de la policía que tengan noticia de un
delitodeacción ~ ú b l i c alo informarán al fiscal inmediatamente. continuando la inves-
tigación bajo su dirección y control.

Art. 128.-Investigación preliminar.Cuando el fiscal tenga conocimiento directo de un


delito de acción pública promoverá la averiguación preliminar, la que deberá ser con-
cluida en el plazodeseis meses, a contar desdequeseencontrare individualizado el im-
putado, disponiendo lo siguiente:
1. La desestimación de la denuncia, querella o de lasactuaciones policiales,
si el hecho no constituye delito.
2. La aplicación de un criteriodeoportunidad.
3. La remisión a una instancia de conciliación o mediación.
4. El archivo, si nose ha podidoindividualizaralautoropartícipeosiesma-
nifiesta la imposibilidad de reunir información o no se puede proceder.
5. La apertura de la investigación preparatoria.
Ni la desestimación ni el archivo constituyen cosa juzgada y puede reabrirse la investi-
gación si aparece nueva información conducente.
Vencidoel plazo, el fiscal podrá solicitar al juez, en audiencia, una prórroga dedicho pla-
zo por el tiempo quese considere, el que deberá ser proporcional a la importancia de la
Arts. 1291132 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

investigación, la complejidad delcasoy de las medidas pendientesderealización. La pró-


rroga podrá ser otorgada por un plazo superior al inicial. El vencimiento de la prórroga
no obsta a que el fiscal pueda peticionar nuevas prórrogas sucesivas, las que serán o no
otorgadas, atendiendo a la complejidad y gravedad de los hechos investigados.
En los casos de delitos dolosos cometidos por funcionarios públicos en ejercicio de sus
funciones, la averiguación preliminar no estará sujeta a plazo alguno.

Art. 129. -Control de la decisión fiscal. Dentro del plazo de tres días de notificada, la
víctima podrá solicitar al fiscal del caso la revisión de la desestimación, archivo o la apli-
cación de criterios de oportunidad. El archivo será revisable por un fiscal superior que
se determinará a través de los reglamentos y normativa del Ministerio Público Fiscal.
En el plazo de tres días, si el fiscal superior decidiera que debe revocarse la decisión
adoptada, dispondrá la sustitución del fiscal que intervenía en el caso y designará su
sustituto para que continúe la investigación conforme a los parámetrosfijados.
Cuando el fiscal superior confirmare el archivo, la decisión no será susceptible de revi-
sión alguna. En estos casos, dentro del quinto día de notificada, la víctima estará habi-
litada para constituirse en parte si aún no era querellante, peticionar ante un juez la
conversión de la acción penal pública en privada y continuar con el ejercicio de la acción
penal en forma autónoma.

Art. 130. -Audiencia de formulación de cargos. Cuando el fiscal deba formalizar la in-
vestigación preparatoria respecto de un imputado que no se encontrare detenido, so-
licitará al juez la realización de una audiencia, individualizando al imputado, indican-
do el hecho quese leatribuye, la fecha y lugar de su comisión, su calificación jurídica, el
grado de participación s i fuere posible, y la información en la que lo sustenta.
Aesta audiencia se citará al imputado, a su defensor y a las demás partes en el procedi-
miento. Si el imputado se encuentra detenido la formulación de cargos se hará inme-
diatamente.

Capitulo 111
Desarrollo de la investigación
Art. 131.-Atribuciones. E l fiscal, la defensa y. la querella
. en su caso practicarán las di-
ligencias y actuacionesde la investigación preparatoria que no tengan contenido juris-
diccional. Se permitirá la presencia de las partes en los actos que se practiquen.

Art. 132.-Inspección. El fiscal podrá porsi odelegando la función en unfuncionarioo


en la autoridad policial inspeccionar lugares y cosas, cuando exista motivo suficiente
para presumir que se encontrarán elementos útiles a la investigación.
De la diligencia se levantará un actaqueserá firmada pordostestigos, queno pertenez-
can a la policía, salvo casos de urgencia o imposibilidad de conseguirlos, lo que deberá
ser justificado.
Para realizar las inspecciones o registros, podrá ordenarse que durante la diligencia no
se ausenten quienes seencuentren en el lugar o que cualquier otra persona comparez-
ca inmediatamente.
LIBRO II A D M I S I Ó N DELCASO Arts. 1331135

Art. 133.-Requisa. La requisa personal será efectuada por los funcionarios de la poli-
cía y fuerzas de seguridad, y solo podrá llevarse a cabo con orden judicial, a excepción
que:
1. Concurran circunstancias previaso concomitantes que razonabley obje-
tivamente permitan justificar la medida respecto de persona o vehículo
determinado.
2. Existan elementos que razonablemente impidan en razón de la urgen-
cia obtener la orden en forma eficaz.
3. Se llevea cabo en lavía pública o en lugares deacceso público.
Antes de proceder a la requisa se deberá advertir a la persona acerca de la sospecha y
del obieto buscado. invitándolo a exhibirlo.
La advertencia y la inspección se realizarán en presencia dedostestigos, que n o podrán
pertenecera la policía, salvoen caso desuma urgencia o imposibilidad deconseguirlos,
lo que deberá ser justificado.
Las requisas se practicarán separadamente, respetando el pudor y la dignidad de las
personas. Las requisas de mujeres serán hechas por otras mujeres.
En el supuesto que se hubiereactuado sin orden judicial, se deberá consignar bajo pe-
na de nulidad, en forma detallada y precisa, las circunstancias que justificaron el accio-
nary la excepción a la regla.

Art. 134. -Informes de expertos. Se podrán requerir informes a expertos o peritos


cuando para descubrir o valorar alauna evidencia sea necesario poseer conocimientos
especialis en alguna ciencia, arte 'técnica.
Los peritos deberán tener título habilitante o acreditar experiencia e idoneidad en la
materia relativa al punto sobre el aue serán reaueridos.
Los informes debeián ser fundado; y contendran, de manera clara y precisa, una rela-
ción detallada de las o~eracionespracticadas v sus resultados. las observaciones de las
partes o de sus consult'ores técnicos y las concíusiones que se formulen respecto de ca-
da tema estudiado.

Art. 135. -Reconocimientos. Se podrá ordenar el reconocimiento de una persona aun


sin su consentimiento, tomando los siguientes recaudos: Previo a l inicio del reconoci-
miento que será presidido por el Juez de Garantías designado al efecto, quien deba
efectuarlo será interrogado por el fiscal y10 las demás partes, para que describa la per-
sona de que se trata, diga si antes de ese acto la ha conocido, o visto personalmente o
en imagen fotográfica o deotro tipo, osi lo havuelto aver antesde la diligencia. La mis-
ma se practicará acto seguido advirtiéndole previamenteal testigo ovíctima queen la
rueda de personas que se le pondrá de manifiesto puede o no estar aquel a quien sindi-
ca como imputado en su testimonio. La misma indicación deberá realizar el personal
policial cuando llevea cabo esta medida.
La rueda se formará además del imputado, con a l menos tres personas de característi-
cas morfológicas y vestimenta, que sean similaresa las del imputado. La defensa podrá
incorporar en la rueda a otras dos personas.
Arts. 1361138 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

El imputadoelegirá su colocación en la rueda y el testigo ovíctima procederá al recono-


cimiento desde donde no pueda ser visto. manifestando si se encuentra en aquella la
persona que describiera previamente.
En caso afirmativo la desiqnará específicamente manifestando las diferencias v seme-
janzasque observara entre su estado actual y el que presentaba en la época del hecho
vauéconducta
.. despleqó
. conforme lo referido en su declaración.Todo reconocimiento
-fotográfico o en rueda de personas-deberá ser registrado en videofilmación, don-
deconstará el tiempo exacto que demandó el reconocimiento y sedeberá interrogaral
testigo cuál ha sido el motivo o los motivos por los que reconoció al imputado.
Losdocumentos, objetos yotroselementosdeconvicción podrán serexhibidos al impu-
tado, a los testigos y a los peritos para que los reconozcan o informen sobre ellos. Tam-
bién se podrá ordenar el reconocimiento devoces, sonidos u otros objetos de percep-
ción sensorial.

Art. 136. -Exámenes corporales. Si fuere necesario para constatar circunstancias rele-
vantes para la investigación, podrán efectuarse exámenes corporalesal imputado y a la
presunta víctima por el hecho punible, tales como pruebas de carácter biológico, ex-
tracciones de sangre u otros análogos, siempre que no fuere de temer menoscabo para
la salud o dignidad del interesado.
Si la persona que ha de ser objeto del examen, informada de sus derechos, consintiere
en hacerlo, el fiscal ordenará directamente que se practique. En caso de negarse, se so-
licitará la correspondiente autorización judicial.

Art. 137. -Registro devehículosy otras cosas muebles. Se podrá registrar un vehícu-
lo, siempre que haya motivos objetivos suficientes para presumir que una persona
oculta en él objetos útiles a la investigación. En los mismos casos también procederá el
registro de maletines, valijas, bolsos, armarios, escritorios, gabinetes u otros muebles
cerrados.
En l o que sea aplicable. se realizará el procedimiento y se cumplirán las formalidades
previstas para la requisa de personas.

Ari. 138. -Allanamiento y registro de morada. Cuando el registro deba efectuarse en


un lugar habitado, en sus dependencias inmediatas, casa de negocio u oficina, el alla-
namientosolo podrá realizarsedesdequesalga hasta quese ponga el sol, salvo cuando
el interesado o su representante consienta que se realice en cualquier horario o en ca-
sos sumamentegraves y10 urgentes. En estos casos la autorización de ingreso nocturno
deberá emanar del auto que lo ordena. La comunicación de la orden a quien se leenco-
miende el allanamiento podrá realizarse por medios técnicos. En el caso del faxel des-
tinatario de la orden comunicará inmediatamente su recepción al juez emisor y corro-
borará que los datos de la orden, referidos en el párrafo anterior, sean correctos. En el
caso dee-mail se hará mediante uso de firma digital.
Cuando por existir evidente riesgo para la seguridad de los testigos deactuación, y fue-
ra necesarioque la autoridad preventora irrumpa en e l lugar previamente, l o hará por
e l tiempo estrictamente necesario para neutralizar el peligro.~rocediendo a continua-
ción, a hacer ingresar necesariamente a los testigos de actuación.
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1391143

Art. 139. - Lugares especiales. Las restricciones establecidas para el allanamiento de


domicilios o habitaciones n o reqirán para las oficinas o edificios públicos, estableci-
mientos militares, lugares comercialesde reunión o de esparcimiento abiertos al públi-
co v que no estén destinados a habitación familiar.
~ n é s t o casos
s se podrá prescindir de la orden deallanamiento. Cuando se trate de es-
tablecimientos rurales solo se requerirá autorización judicial para las moradas.

Art. 140. -Autorización. El fiscal deberá requerir la autorización para el allanamiento


por cualquier medio siempre y cuando sea fundado, y contenga:
1. La determinación concreta del lugaro los lugares que deberán ser regis-
trados.
2. La finalidad del registro.
3. La identidad del fiscal responsabledel control ode la ejecución de la me-
dida y en caso de delegación, funcionario que se encuentra autorizado
a diligenciarlo.
4. Los motivosquefundan la necesidad del allanamiento.
E l juez examinará el cumplimiento de los requisitos formales y la razonabilidad de los
motivos.
Hará constar la autorización en el mismo escrito, indicando el plazo para su ejecución,
que no podrá superar las cuarenta y ocho horas.
E l juez conservará una copia
. y. otra será entregada
- al titular o encargado,
- a quien seen-
cuentre en el domicilio o a un vecino en el momento del allanamiento.

Art. 141.-Allanamientosin autorización judicial. Podrá procederseal allanamiento sin


orden judicial cuando:
1. Si por incendio, inundación u otra causa semejante, se hallare amenaza-
da la vida de los habitantes o la propiedad.
2. Se denunciare que personas extrañas han sido vistas mientras se introdu-
cían en una casa o local, con indicios manifiestosde ira cometer un delito.
3. Sivocesprovenientesde un inmuebleanunciaren que seestá cometien-
do un delito, odesdeella pidieran socorro.
4. En caso de que se introduzca en una propiedad ajena alguna persona a
quien se persiga para su aprehensión.

Art. 142. -Entrega de objetos o documentos. Todo aquel que tenga en su poder obje-
tos o documentos que puedan servir como medio de prueba, estará obligado a presen-
tarlos y entregarlos cuando le sean requeridos, siendo de aplicación las medidas de
coacción permitidas para el testigo que rehúsa declarar. S i los objetos requeridos no
son entregados se dispondrá su secuestro. Quedan exceptuadas de esa obligación las
personas que deban o puedan abstenerse de declarar como testigos.

Art. 143.-Procedimiento para el secuestro. Detodo lo obrado durante la diligencia de


registro deberá dejarse constancia escrita y circunstanciada. Los objetos y documentos
Arts. 1441146 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

quese incautaren serán puestosen custodiavsellados, entreqándose


- un recibo detalla-
do de los mismos al proeietario o encargadidel lugar.
Se establecerá una cadena de custodia que resguardará la identidad, estado y conser-
vación de todos aquellos objetos secuestrados, con el fin de asegurar los elementos de
prueba. Se identificará a todas las personas que hayan tomado contacto con esos ele-
mentos, siendo responsables ~osfu~cionarios'púb~i;osvparticu~ares
.. intervinientes.
Podrá disponerse I'a obtención de copias, reiroducciones o imágenes de los objetos
cuando resulte más conveniente para la investigación.

Ari. 144. -Objetos no sometidos a secuestro. No podrán ser objeto de secuestro:


1. Las comunicaciones entre el imputado y las personas obligadas a guar-
dar secreto profesional.
2. Las notas que hayan tomado los nombradosanteriormentesobrecomu-
nicaciones confiadas por el imputado, o sobrecualquier circunstancia a
la cual se extienda el derecho o el deber de abstenerse de declarar.
3. Los resultados de exámenes o diagnósticos relativos a las ciencias médi-
cas realizados al imputado bajo secreto profesional.
La limitación solo regirá cuando las comunicaciones u objetosestén en poder deaque-
llas personas quedeban abstenersededeclarar, o en el caso de profesionales obligados
por el secreto profesional, si están en su poder o archivadasen sus oficinaso en estable-
cimientos hospitalarios.

Art. 145.-Comunicaciones. Para el secuestrode correspondencia epistolary para la in-


terceptación por cualquier mediotécnico deotrasformasdecomunicación personal. se
requerirá autorización judicial y se procederá de modo análogo al allanamiento.
La intervención de comunicaciones tendrá carácter excepcional v. podrá
. renovarse ca-
da quincedías, expresando los motivosquejustifican la extensión del plazo.
Las prórrogas no podrán superar los noventa días.

Ari. 146. - lnterceptaciones telefónicas. El Juez de Garantías podrá ordenar, a pedido


de parte y mediante resolución fundada, la intervención de comunicaciones telefóni-
cas del imputado, por un período determinado que no excederá de los diez días. Este
plazo podrá ser renovado, cumpliéndose los mismos requisitos. Si la misma excedieseel
plazo de treinta días, la petición de renovación deberá ser efectuada por el fiscal supe-
riory en ningún caso podrán exceder de noventa (90) días.
Estas interceptaciones para poder ser utilizadas como prueba en el juicio, al objeto
de su reconocimiento portestigos y peritos, deberán cumplimentar lassiguientes re-
glas:
Su contenido deberá ser puesto a disposición de las otras partes -quienes deberán
suministrar los soportes electrónicos para ello inmediatamente de concluidas las in-
terceptaciones-a su pedido y siempreantesde la audiencia en la quese formaliceel
litigio.
En ningún caso podrán interceptarse lascomunicacionestelefónicasdel imputadocon
sus defensores.
LIBRO 11 A D M I S I Ó N DELCASO Arts. 1471150

Art. 147.-Clausura delocales. Procederá a petición de parte laclausura cuando sea ne-
cesario para preservar la escena del hecho o inmovilizar cosas muebles que por su natu-
raleza O dimensiones no ~ u e d a sertrasladadas
n a otro luqar.
La clausura dispuesta po;el fiscal no podrá extenderse más de cuarenta y ocho (48)
horas. Si es necesario mantenerla por más tiempo deberá requerirla al juez.

Art. 148.-Incautación dedatos. Cuandosesecuestren equipos informáticosodatosal-


macenados en cualquier otro soporte, se procederá del modo previsto para los docu-
mentos regirán las mismas limitaciones.
E l examen de los objetos, documentos o el resultado de la interceptación decomunica-
ciones, se hará bajo~laresponsabilidad del fiscal que lo solicitó. LOS objetos o informa-
ción que no resulten útiles a la investigación o comprendidas en las restricciones al se-
cuestio, serán devueltos de inmediato; n o podrán "tilizarse para la investigación, pre-
vio ponerlos a disposición de la defensa, la que podrá pedir su preservación.

Art. 149. -Destino de los objetos secuestrados. La custodia. administración y destino


de los objetos secuestrados será reglamentada por el Superior Tribunal de Justicia de
acuerdo a los siguientes principios:
1. La devolución inmediata a quien se le haya secuestrado o en su caso a
quien tenga mejor derecho, cuando no sean imprescindibles para la in-
vestigación.
2. La preservación de los derechos d e los damnificados.
3. La conservación evitando su deterioro y destrucción.
4. La omisión de gastos innecesarioso excesivos.
5. La atención al interés de utilidad pública de los bienes.

Art. 150. -Anticipojurisdiccional de prueba. Las partes podrán solicitar el anticipo ju-
risdiccional de prueba únicamente en los siguientes casos:
1. Cuando se trate de una diligencia de prueba que deba ser considerada
de naturaleza no reproducible.
2. Cuando se trate de un testimonio que por razones excepcionalesy debi-
damenteacreditadasseconsiderequeno podrá recibirseduranteeljuicio.
3. Cuandoel imputadoesté prófugo, o exista un obstáculo fundadoen u n
privilegio constitucional y se tema que el transcurso del tiempo pueda
dificultar o impedir la conservaciónde la prueba.
4. Cuando deba recibirse testimonio de víctimas de delitos contra la inte-
gridad sexual, menoresdedieciséis (16)años,ytestigos menoresdeedad
si se toma con la modalidad de Cámara Gesell y con el auxilio de profe-
sionalesespecializados.En esecaso, previo a la iniciación del acto, el juez
debe hacer saber al profesional a cargo de la entrevista las inquietudes
propuestas por las partes, así como las que surgieren durante el trans-
curso del acto, las que deben ser canalizadas teniendo en cuenta las ca-
racterísticasdel hecho y el estado emocional del menor.
Arts. 1511153 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Sin perjuiciodeello, se podrá prescindirdeesta modalidad, previaopinión favorablede


la Defensoría de Menores, si de las circunstancias del caso yde la edad del menor, no se
advierte ningún riesgo para aquel.
E l juezexaminará e l pedido en audiencia, admitiendo o rechazando la solicitud.
Todo anticipo probatorio deberá ser realizado frente a un juez y quedar registrado en
soporte devideo digital.

Art. 151.-Realización. El juez practicaráel acto, citandoa todas laspartes, quienesten-


drán derecho de asistir, con las facultades y obligaciones previstasen este Código.
La diligencia será documentada en la forma prevista en estecódigo y deberá quedar
registiada en soporte devideo digital. La prueba quedará bajo lacustodia del fiscal,
quien será responsable por su conservación inalterada, suministrando copia autén-
tica a las demás partes a su pedido, los que deberán aportar los soportes técnicos del
caso.

Art. 152.-Publicidaddelasactuaciones.Quien invoque u n interés legitimo será infor-


mado sobre el hecho que se investiga y sobre los imputados o detenidos que existan. El
legajo fiscal es público para las partes.
El fiscal, previa autorización en audiencia inaudita parte por e l Juez de Garantías, por
resolución motivada podrá disponer la reserva parcial de las actuaciones imprescindi-
bles para no frustrar la eficacia de las medidas dispuestas, hasta queconcluyan y por un
plazo que no podrá superar losdiez días, a excepción de lo previsto en el régimen de las
interceptaciones telefónicas.

Art. 153.-Duración. La etapa preparatoriatendrá una duración máximadecuatro me-


ses desde la formulación de los caraosal imputado.
Cuando una investigación se hubiere formalizado respecto devarios im-
putados.. los .plazos establecidos en estos artículos correrán individualmente salvo aue.
. .
por las características de los hechos atribuidos, no resultare posible cerrar la investiga-
ción preparatoria respecto de aquellos de manera independiente.
S i con posterioridad a laformalización de la investigación preparatoria sedescubrieran
nuevos hechos o se individualizaran nuevos imputados que obligaren a la ampliación
de aquella, los plazos establecidos comenzarán a correr desde este último acto.
Los plazos previstos en este artículo se suspenderán cuando:
1. Sedeclarase la rebeldía del imputado.
2. Se resolviera la suspensión del proceso a prueba.
3. Desde que se alcanzare un acuerdo reparatorio hasta el cumplimiento
de las obligaciones contraídas por el imputado a favor de la víctima o
hasta que hubiere debidamente garantizado su cumplimiento a satis-
facción de esta última.
El fiscal podrá solicitar una prórroga de la etapa preparatoria al superior que el Fiscal
General determine. cuando la pluralidad devíctimaso imputados. o lasdificultadesde
la investigación hagan insuficiente el establecido en el párrafo anterior. Esta prórroga
será eventualmente concedida por únicavez, la que no podrá exceder decuatro meses.
LIBRO II - ADMISIÓN DEL CASO Arts. 1541156

Cuando un acto concreto de investigación tampoco pueda cumplirsedentro de este úl-


timo término, se podrá solicitara1 juez que corresponda intervenir una nueva prórroga
que no excederá de cuatro meses. Transcurrido e l mismo se sobreseerá.

Capítulo IV
Conclusión de la investigación preparatoria

Art. 154.-Actosconclusivos. La etapa preparatoria concluirá a travésde los siguientes


actos:
1. La acusación del fiscal o el querellante.
2. El sobreseimiento.
3. La suspensión del proceso a prueba.
4. El cumplimiento de un acuerdo reparatorio.
En los casos en los aue no hava víctima ni auerellante v se trate de delitos de trascen-
dencia pública, crimen organizado o hayan'intervenidófuncionarios públicos, el fiscal,
~ r e v i oa solicitar el sobreseimiento al iuez con funciones de aarantías. deberá contar
con el acuerdo del fiscal su~erior.conforme lo establecido en el art. 130.
S i Iavíctima objetara el sobreseimientodispuesto, en el plazo de tresdíaselfiscal supe-
rior resolverá confirmar la decisión o disponer que se formule acusación dentro de los
diez días siguientes.

Art. 155. -Sobreseimiento. El sobreseimiento procederá:


1. Si el hecho no se cometió.
2. Si el imputado no es autor o partícipe del mismo.
3. Si el hecho no seadecua a una figura legal.
4. S i media una causa dejustificación, inculpabilidad oausenciadepunibi-
lidad.
5. Si la acción penal se extinguió o ha vencido el plazo del art. 77, in fine de
este Código.
6. S i n o existe la posibilidad razonable de incorporar nuevoselementos de
prueba ni fundamentos para requerir la apertura a juicio.

Art. 156.-Oposición. Podrán oponerse al sobreseimiento dentrode los cinco días:


1. La querella, si solicita la continuación de la investigación o formula acu-
sación.
2. El imputado, pedir quese observeel orden del artículo anteriorosepre-
cise la descripción de los hechos del sobreseimiento.
Cuando para resolver alguna de estas peticiones resulte necesario producir prueba, la
parte que la ofrezca tendrá la carga de presentarla en la audiencia, que se realizará
dentro del término máximodediezdías.
En los demás casos el juez resolverá sin más trámite.
Arts. 1571159 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 157. -Contenido de la resolución. La resolución que decide el sobreseimiento de-


berá contener la identidad del imputado, la enunciación de los hechosobjetode la in-
vestigación, losfundamentosfácticosyjurídicosyla parte resolutiva, con citade las nor-
mas aplicables.
En estos casos, la decisión deberá indicar que el proceso no ha afectado el buen nom-
brey honor del imputado.

Art. 158.-Efectos. El sobreseimiento unavezfirmecerrará irrevocablementeel proce-


dimiento en relación con el imputado en cuyo favor se dicte e impedirá una nueva per-
secución penal en su contra por el mismo hecho. Aun cuando no esté firme cesará toda
medida decoerción.

Libro III
Etapa intermedia, control del mérito
de la acusación
Título l
Requerimiento de apertura del juicio
Art. 159. -Requerimiento de apertura a juicio. Si el fiscal estima que la investigación
proporciona fundamento para someter a juicio al imputado, presentará la acusación.
Para ello, procederá de esa forma, cuando las pruebas, tomadas en conjunto sean tales
que, en su concepto, justificarían un veredicto condenatorio, en caso de no ser explica-
das o contradichas en la audiencia.
Deberá contener:
1. Los datosquesirvan para identificar al imputado.
2. La relación precisa y circunstanciada del hecho que se le atribuye. En ca-
sodecontener varios hechos punibles independientes, la separacióny el
detalle de cada uno de ellos.
3. La calificación legal.
4. La pretensión punitiva provisoria, cuando ella sea necesaria para fijar la
competencia.
5. La petición de quese proceda de acuerdo al procedimiento abreviado s i
lo estima conveniente.
6. Al ofrecerse la prueba se presentará por separado la lista de testigos y
peritos, con indicación del nombre, ocupación y domicilio. También de-
berá ofrecerse la documental, acompañando copia o indicando dónde
se encuentra para su compulsa.
La acusación solo podrá referirse a hechos y personas incluidas en la formalización de
la investigación aunque se invocare una calificación jurídica distinta de la asignada en
esa oportunidad.
409 LIBRO III - ETAPA INTERMEDIA, CONTROL DEL MERITO ... Arts. 1601164

Art. 160.-Comunicación a la querella. El fiscal deberá poner el requerimiento de aper-


tura a juicio en conocimiento del querellante. En el plazo de cinco días éste podrá:
1. Adherir a la acusación del fiscal; o
2. Presentar un requerimientodeapertura a juicioautónoma. en cuyocaso
deberá cumplir con todos los requisitos previstos para la acusación fiscal.
A los fines de la calificación lega¡ y del discurso fáitico el fiscal y el quere-
llante deberán cumplimentar lo dispuesto por el art. 56.
Recibida la presentación deéstoso transcurridoeiplazoRjado, el fiscal remitirá a IaOfi-
cina Judicial la acusación o acusaciones, con el ofrecimiento de pruebas.

Art. 161.-Comunicación a la defensa. Dentro de las cuarenta y ocho horas de recibida


la acusación, la Oficina Judicial comunicará a la defensa lasacusaciones presentadas. En
el plazo de cinco días la defensa deberá poner a disposición de la Oficina Judicial la lis-
ta de las pruebas queofrece para la instancia de juicio oral y público, en las mismas con-
diciones requeridas para los acusadores.

Título II
Inicio etapa intermedia
Art. 162.-Control dela acusación. Recibido el ofrecimientode pruebasde la defensa
o vencido e l plazo, se designará por sorteo el integrante del Foro de Jueces que habrá
de intervenir en la audiencia de control de la acusación. En la misma, si no se ha hecho
con antelación, a pedido de alguna de las partes, se resolverán las cuestiones aludidas
en el art. 56 a efectos de la unificación de la acusación.

Art. 163. -Audiencia. La Oficina Judicial convocará a las partes a una audiencia. den-
tro de los cinco días, para debatir y resolver las cuestiones propias de esta etapa. S i pa-
raellosejustifica producirpruebas, lasparteslasofrecerán en la misma audiencia y ten-
drán a su cargo la presentación y diligenciamiento de las mismas. De ser necesario po-
v la querella
drán requerir el auxilio iudicial. Al inicio de la audiencia la Fiscalía . . explica-
rán la acusación v. proporcionarán
. . los fundamentos.
La defensa podrá objetar la acusación por defectosformales, solicitar quese unifiquen
.
los hechosobieto de lasacusacionesconforme lodisponeel art. 56.. o~onerexce~ciones
o solicitar el saneamiento o la declaración de invalidez de un acto.
También podrá proponer una reparación concreta, siempre que no hubierefracasado
antes una conciliación, la aplicación de un procedimiento abreviado, o instar el sobre-
seimiento, siempreque para ello nodeban discutirsecuestiones queson propiasdeljui-
cio oral. La decisión que rechace el pedido de sobreseimiento será irrecurrible.
En la audiencia se examinarán los ofrecimientos de prueba, de acuerdo a las reglas de
los artículos siguientes.

Art. 164.-Corrección devicios formales. Cuando el juez concluya que el requerimien-


todeapertura adolece devicios formales, a pedido de parte ordenará que sean subsa-
Arts. 1651168 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

nados en la misma audiencia. Si no es posible, suspenderá la misma por un plazo n o ma-


yor de cinco días para que se efectúen las correcciones.
En el caso en que, a criterio del fiscal, la decisión judicial afecte el objeto procesal de la
acusación, esta tendrá expedita una revisión judicial.
Si no se subsanaren losvicios. se tendrá la acusación como no presentada. En tal caso.
procederá el sobreseimiento definitivo, salvo queel caso puedacontinuar con otra acu:
sación. Si se trata de la acusación del fiscal continuará solo con el auerellante. privati-
zándose la acción penal.

Art. 165.-Libertad probatoria. Podrán probarse los hechos y circunstanciasde interés


para la solución correcta del caso, por cualquier medio de prueba, aun los no regulados
en este Código, en tanto n o se afecten derechos n i garantías constitucionales. Las for-
mas de admisión y producción seadecuarán al medio de prueba que resulte más acor-
de a los previstos en este Código.

Art. 166. -Admisibilidad y convenciones probatorias. Es admisible la prueba que se re-


fiera al objeto de la investigación y resulte útil para el caso. Podrán limitarse los medios
de prueba ofrecidos, cuando ellos resulten manifiestamente sobreabundantes.
Cada parte podráformularsolicitudesy planteamientoscon relación a las pruebasofre-
cidas por los demás.
Las partes también podrán solicitar al juez de común acuerdo, que tenga por acredita-
dos ciertos hechos, que no podrán ser discutidos en el juicio.

Art. 167. -Decisión. Oídas las exposiciones de las partes el juez decidirá todas las cues-
tiones planteadas. Si la complejidad de aquellas lo amerita, se podrá disponer un cuar-
t o intermedio de no más de cuarenta y ocho horas para que el juez informe a las partes
su decisión y losfundamentosde la misma.
Eljueztambién examinará losofrecimientos probatoriosy planteosquecon ellossevin-
culen, ordenando la admisión de las pruebas y de las convenciones probatorias. Solo
podrán ser excluidas las pruebas manifiestaménte impertinentes, por ser notoriamen-
te ajenas al objeto procesal, o sobreabundantes y las que tuvieran por objeto acreditar
hechos públicos y notorios.
~ljuezexcluirálispruebasqueprovengan deactuacionesdeclaradasinválidasy lasque
se hubieren obtenido con inobservancia de las aarantíasfundamentales.
Lo resuelto será irrecurrible, sin perjuicio de hacer reserva de impugnación de la sen-
tencia.

Art. 168.-Apertura a juicio. S i el juez dispone la apertura a juicio resolverá sobre lassi-
guientes cuestiones:
1. El tribunal competente para intervenir en el juicio oral.
2. La acusación admitida.
3. Los hechos que se dieron por acreditados en virtud de las convenciones
probatorias.
4. Las pruebas que se admiten para su producción en el juicio.
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Arts. 1691171

5. La mención de las pruebas rechazadasy los fundamentos del rechazo.


6. Le ordenará a la Oficina Judicial que fije la fecha de audiencia de selec-
ción dejurados para constituir el tribunal de jurados.
El juez también ordenará la remisión a la Oficina Judicial del auto de apertura a juicio y
las evidencias y documentos admitidos. Las demás constancias que las partes hubieren
acompañado duranteel procedimiento lesserán devueltas.

Libro IV
Juicio oral y público
Título l
Juicio con jueces profesionales
Capitulo I
Normas generales
Art. 169.-Preparación del juicio. Dentrode lostres díasde recibidas las actuaciones, se
hará conocer la integración del tribunal y se fijarán el día y la hora del juicio, que no se
realizará antes de diez días ni después de dos meses.
Las partes procederán a la citación de sus testigos y peritos y presentarán los objetos y
documentosadmitidosa iuicio. La Oficina Judicial dis~ondrálas medidas necesarias Da-
ra la organización y desa;rollo del juicio, pudiendo convocar a las partes a una audien-
cia para tales fines. También auxiliarán a la defensa para la citación de los testigos a jui-
cio. El Ministerio Público Fiscal se encuentra autorizado Dara recurrir al auxilio de la
fuerza pública en casode incumplimiento injustificado.
Si alguna de las partes comparece el día del juicio sin sus testigos y no acredite haberlos
citado, el juez podrá tenerlo por desistidos.

Art. 170.-Dirección dela audiencia.Quien presida dirigirá Iaaudiencia. hará lasadver-


tencias legales, recibirá los juramentos y las declaraciones, moderará la discusión y los
interrogatorios. También ejercerá e l poder de disciplina. El tribunal en pleno resolverá
cuando una decisión de quien presida sea impugnada.

Art. 171.-Inmediación. Eljuicioserealizarácon la presencia ininterrumpidadelosjue-


ces vde todas las Dartes.
El imputado no p'odrá alejarsede la audiencia sin permiso del tribunal y será represen-
tado por el defensor si rehúsa permanecer. Si su presencia es necesaria para practicar al-
gún actoo reconocimiento podrá ser traído por la fuerza pública.
Cuando el defensor se ausente de la audiencia se considerará abandonada la defensa y
corresponderá su reemplazo.
Si el fiscal no comparece o se aleja de la audiencia se intimará a su superior jerárquico
para que provea a su reemplazo. Si en el término fijado en la intimación éste n o se pro-
duce, se tendrá por abandonada la acusación.
Arts. 1721176 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Cuando el querellante no concurra a la audiencia o se aleje de ella sin causa que lo jus-
tifique, se tendrá por abandonada la acción penal por él instada, sin perjuicio deque
pueda ser obligado a comparecer como testigo.
Art. 172. -Continuidad y suspensión. La audiencia del juicio oral se desarrollará en for-
ma continua y deberá prolongarseen sesiones sucesivas hasta su conclusión. Constitui-
rán, paraestosefectos, sesio&ssucesivas, aquellasquetuvieren lugar en eldíasiguien-
t e o subsiguientede funcionamiento ordinariodel tribunal.
EI tribuni¡ podrá suspender la audiencia solamente por razones de absoluta necesidad
y por el tiempo mínimo necesariodeacuerdocon elrnotivo de la suspensión.
Al reanudarla, efectuará un breve resumen de los actos realizados hasta ese momento.
La suspensión de la audiencia o la interrupción del juicio oral por un período queexce-
diere de diez días impedirá su continuación. En tal caso. el tribunal deberá decretar la
nulidad de lo obrado en él y ordenar la realización de un nuevo juicio.
Cuando fuere necesariosuspender la audiencia, el tribunal comunicaráverbalmente la
fecha v hora de su continuación,- lo quesetendrá
. comosuficiente citación.
Para evitar suspensiones el tribunal, en casos complejos que demanden varias semanas
de audiencias, podrá requerir la presencia desde el inicio de algún juez, fiscal o defen-
sor suplente.

Art. 173.-Realización del debateen dosfases. El juicio será divididoen dos partes. En la
primera setratará todo l o relativo a la existencia del hecho, su calificación y la responsa-
bilidad penal del acusado y en la segunda lo relativo a la individualización~dela pena.
Al finalizar la primera parte del juicio el tribunal absolverá o declarará culpable al im-
putado y, en este último caso, otorgará cinco días a las partes para que ofrezcan nuevas
pruebas a fin de fijar la pena. Si media oposición con respecto a las nuevas pruebas, la
admisión o rechazo será resuelta a través de otro juez del Foro de Jueces. De no mediar
oposición el tribunal fijará nueva audiencia señalando día y hora para la culminación.

Art. 174.-Juicio sobre la pena. El juicio sobre la pena comenzará con la recepción de la
prueba según las normascomunes.
Al finalizar el debate y la deliberación el tribunal dictará la sentencia fijando la pena y
modalidad de cumplimiento. El plazo para recurrir la sentencia comenzará a partir de
este último momento.

Art. 175. -Aplicación supletoria. Las normas previstasen este Libro se aplicarán en los
procedimientos especiales, en cuanto sean compatibles y a falta de reglas particulares.

Capitulo II
Desarrollo del juicio
Sección Primera - Apertura

Art. 176. -Inicio de la audiencia. Constituido el tribunal el día y hora indicado se decla-
rará abierto el juicio, advirtiendo al imputado sobre la importancia y el significado de
lo queva a suceder.
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Arts. 1771179

Inmediatamentese cederá la palabra al fiscal ya1 querellantepara que expliquen el he-


cho del juicio, las pruebas que producirán para fundamentar la acusación y la califica-
ción legal que pretenden para el mismo.
Luego se invitará al defensor a que explique las líneas de su defensa.
En el curso de la audiencia, el imputado podrá hacer las declaraciones que considere
oportunas. Las partes podrán formularle preguntas o requerirle aclaraciones.

Sección Segunda - Producción de prueba


Art. 177. -Reglas. Después d e las presentaciones iniciales se recibirá la prueba ofreci-
da según el orden que hayan acordado las partes. De no mediaracuerdo, se recibirá pri-
mero la del fiscal, luego la del querellantey al final la de la defensa.
La prueba que hubiese de servir de base a la sentencia deberá producirse en la audien-
cia dejuicio salvo excepciones expresamente previstas. Solo podrán ser incorporadosal
juicio por su lectura las pruebas recibidas conforme a las reglas del anticipojurisdiccio-
nal de prueba, sin perjuicio de que las partes o el tribunal exijan la reproducción cuan-
do sea posible. Toda otra prueba que se pretenda introducir al juicio por su lectura no
tendrá ningún valor, salvo acuerdo de partes o que, en la audiencia de etapa interme-
dia, el juez la haya admitido de ese modo, por tratarse de prueba suficientemente es-
tandarizada. Ello, sin perjuiciode la presentación dedocumentosal testigo, perito o a l
imputado para facilitar su memoria o dar explicaciones sobre lo que allí consta, previa
autorización de losjueces. En todo caso sevalorarán los dichosvertidosen la audiencia.
Si en el curso del juicio se tuviere conocimiento de nuevos medios de prueba manifies-
tamente útiles, o se hicieren indispensablesotros ya conocidos, las partes podrán solici-
tar la recepción de ellos.

Art. 178. -Peritos, testigos e intérpretes. Antes de declarar los peritos, testigos e intér-
pretes no se comunicarán entre sí ni con otras personas ni deberán ver, oír o ser infor-
mados de lo que ocurreen la sala deaudiencia. No obstante, el incumplimiento de la in-
comunicación no impedirá la declaración, pero el tribunal apreciará esta circunstancia
alvalorar la prueba.
Los peritos podrán consultar sus informes escritos, o valersede todos los elementos au-
xiliares útiles para explicar las operaciones periciales realizadas, pero las conclusiones
deberán ser presentadas oralmente.

Art. 179.-Interrogatorios. Lostestigosy peritos, luegodeprestarjuramento, serán in-


terrogados por las partes, comenzando por aquella que ofreció la prueba.
No se podrá autorizar un nuevo interrogatorio después del contraexamen, salvo cuan-
do fuere indispensable para considerar información novedosa que no hubiera sido
consultada en el examen directo0 sobreaspectosquefueron trabajadosen el examen
cruzado.
En el examen directo no se admitirán preguntas sugestivas o indicativas, salvo que se
autoriceel tratamiento para el testigo hostil o quese tratede preguntas introductorias
o detransición. En el contraexamen las partes podrán confrontar al testigo0 perito con
sus propios dichos o con otrasversiones.
Arts. 1801185 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

En ningún caso se admitirán preguntas engañosas, repetitivas, ambiguas o destinadas


a coaccionar ilegítimamente al testigo o perito.
Los jueces no podrán formular preguntas.
Art. 180. -Objeciones. Las partespodrán objetar las preguntasinadmisiblesindicando
el motivo. E l tribunal hará lugar de inmediatoal planteosi fuere manifiestoel exceso0
decidir luego de permitir la réplica de la contraparte. El tribunal procurará que no se
utilicen las objeciones para alterar la continuidad de los interrogatorios.
Art. 181.-Leduradedeclaraciones previas. Cuandosea necesario parademostrar osu-
perar contradicciones ofuere indispensable para ayudar la memoria del testigo o peri-
to, se podrá leer parte de las declaraciones previas prestadas.
Seconsiderarádeclaración previa cualquier manifestación dada con anterioridad al jui-
cio. La lectura de la declaración previa no constituye prueba y, por ende, no podrá ser
incorporada como prueba en el juicio.
Art. 182.-Documentación, objetosy demásevidencias.Acreditación.Losdocumentos,
objetossecuestrados, grabacionesy elementosde pruebaaudiovisualessolo podrán in-
gresaral debate previa acreditación por la parte que los propuso. La contraparte podrá
objetar dicha acreditación y el juez resolverá en el acto. Sólo luego de la acreditación
podrán utilizarse los mismos durante el juicio, conforme lo previsto en este Código.

Sección Tercera - Reglas especialessobre los testimonios


Art. 183. -Capacidad de atestiguar. Toda persona será capaz de atestiguar, sin perjui-
cio de la facultad del tribunal paravalorar su testimonio.
En todo momento del proceso, el testiqo tendrá derecho a recibir trato diqno, al sufra-
;
gio de los gastos de traslado, que seidopte toda medida en protección-desu perso-
na, su familia y sus bienes. Cuando hubiera peligro para los mismos se dispondrán me-
didas especiales de protección.
Art. 184. -Deber detestificar. Salvo las excepciones establecidas por la ley, toda perso-
na tendrá la obligación de concurrir al llamamiento judicial y declarar la verdad de
cuantoconozcay lesea preguntado.Asimismo, no podrá ocultar hechos, circunstancias
o elementos relacionados con la investigación.
El testigo no tendrá la obligación de declarar sobre hechosque le puedan significar in-
currir en responsabilidad penal.
Art. 185. -Deber de abstención. Deberán abstenerse de declarar quienes según la ley
deban guardar secreto.
~odránabstenersededeclararel cónyugeoconvivientedel imputado, ligado porespe-
cialesvínculos de afectos, los parientes hasta el cuarto grado de consanguinidad y se-
gundo de afinidad. Las personas mencionadas serán informadas sobre su facultad de
abstenerseantes de iniciar la declaración. Ellas podrán ejercerla aun durante su decla-
ración. incluso en el momento de responder determinadas preguntas.
Si el juez o tribunal estima que el testigo invoca erróneamente la facultad de abstener-
se ordenará a pedido de parte su declaración mediante resolución fundada.
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Arts. 1861190

Art. 186. -Compulsión. Si el testigo no se presenta a la primera convocatoria sin moti-


voatendible, podrá hacérselo comparecer por mediodela fuerza pública. Si despuésde
comparecer se niega a declarar sin derecho a hacerlo, se le dará el tratamiento que es-
ta ley establece para los hechos delictivos flagrantes.

Sección Cuarta - Discusión final y clausura del debate


Art. 187. -Alegatos. Terminada la recepción de las pruebas, quien preside concederá
sucesivamente la palabra al fiscal, al querellantey al defensor para queen eseorden ex-
presen sus alegatos finales.
No se podrán leer memoriales sin perjuicio de la lectura parcial de notas.
Si intervinieron más de un fiscal, querellante o defensor, todos podrán hablar repar-
tiendo sus tareas para evitar repetkiones o dilaciones.
Todas las partes podrán replicar, pero corresponderá al defensor la última palabra. La
réplica deberá limitarsea la refutación de losargumentosadversosqueantes no hubie-
ren sidodiscutidos.
Al finalizar el alegato el orador expresará sus peticiones de un modo concreto.
Finalmente, se preguntará al imputado si tiene algo más que manifestar y se declarará
cerrado el debate.
Art. 188.-Deliberación y Sentencia. Los jueces pasarán de inmediatoy sin interrupción
a deliberar en sesión secreta.
La deliberación n o podrá extenderse más detresdías n i podrá suspendersesalvo enfer-
medad gravedealguno de los jueces. En este caso la suspensión no podrá durar más de
diez días. luego
- de los cuales sedeberá realizar el juicio nuevamente. Mientras dure la
deliberación los jueces no podrán intervenir en otro juicio.
Los jueces deliberarán y votarán individualmente respecto de todas las cuestiones apre-
ciando las pruebas de un modo integral, según las reglas de la sana crítica. Las decisiones
seadoptarán por mayoría. En caso dedisidencia el voto dirimentedeberá serfundado.
Art. 189. -Requisitos esenciales de la sentencia. La sentencia contendrá:
1. Lugary fecha en quesedicta, la mención del tribunal, las partesy losda-
tos personales del imputado.
2. La descripción de los hechosque han sidoobjetodel juicio y aquellosque
el tribunal ha considerado acreditados.
3. El voto de los jueces que integraron el tribunal sobre cada una de las
cuestiones planteadas en la deliberación.
4. Losfundamentosde hecho ydederecho.
5. La partedispositiva y la firma de los jueces.

Art. 190. -Redacción y lectura. La sentencia será redactada y firmada inmediatamen-


te después de la deliberación.
EITribunal seconstituirá nuevamenteen la sala deaudiencia. después de convocarver-
balmente a las partes y al público. El documento será leído en voz alta ante quienes
comparezcan.
Arts. 1911192 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Cuando por la compleiidad del asunto sea necesariodiferir la redacción de la sentencia.


se leerá tan solo su ba&edispositiva y unode losjueces relatará al público sintéticamen-
tetodos losfundamentosaue motivaron la decisión. Asimismoanunciará díav hora de
la audiencia para la lectura integral, la que se llevará a cabo en el plazo máximo de los
cinco (S)
. . días posteriores al pronunciamiento de la parte dispositiva.
La sentencia quedará notifiada con la lectura integral.

Art. 191.-Sentencia. La sentencia solo podrá dar por acreditados hechoso circunstan-
cias contenidos en la acusación. La sentencia tampoco podrá dar al hecho una califica-
ción jurídica distinta a la de la acusación, salvo quesea en beneficio del imputado y que
la defensa haya tenido posibilidad de refutar esa calificación.
La sentencia condenatoria fijará con precisión las penas que correspondan, no pudien-
do el tribunal aplicar penas más gravesque las requeridas por losacusadores, y deberán
absolver cuando las partes así lo requieran. También resolverá sobre la entrega o deco-
miso de los objetos secuestradosy sobre la imposición de las costas del juicio.
La sentencia absolutoria ordenará la libertad del imputado, la cesación detodas las me-
didas cautelares, la restitución de los objetos afectados al procedimiento que no estén
sujetos a comiso y las inscripciones necesarias.
Será comunicada al Juez de Ejecución cuando correspondiere.

Título II
Juicio por jurados populares
Capítulo I
Normas generales
Art. 192. -Preparación del juicio. Sorteo del juez profesional y del jurado. Dentro de
los diez días hábiles judiciales previos al inicio del juicio la Oficina Judicial sorteará, en
presencia obligatoria de las partes, una lista no menor al doble de jurados requeridos
de acuerdo a la pena prevista y se los convocará a la audiencia para seleccionar el jura-
do. Deentrelosmismos, sedesignarán también losjuradossuplentesa los fines previs-
tos en el art. 201. Si se trata de un jurado compuesto de doce deberán seleccionarse
también tresjuradossuplentesy uno en caso de jurado desietetitulares. Esto será obli-
gatorio paraáquellos casos en que se trate de j;icios con una complejidad que hagan
presumible su extensión por más de tres jornadas. Los suplentes deben presenciar to-
das las audiencias y se integrarán en reemplazo del titular suplantado cuando sea ne-
cesario.
En la mismaoportunidadsesortearáel nombredeljuezprofesional quetendráasu car-
go la dirección del debate.
La notificación de la convocatoria deberá contener la trascripción de las normas relati-
vas a los requisitos, impedimentos e incompatibilidades para el desempeño de la fun-
ción, las causales de excusación v las sanciones previstas para el caso de inasistencia o
falseamiento de la verdad.
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Art. 193

Art. 193.-Selección del jurado. Con la presencia obligatoria del juez profesional y las
partes, se celebrará una audiencia afin de constituir el jurado imparcial para resolver el
caso.
1. Impedimentos. En primer lugar, severificará que ningunodeloscitados
estécomprendido por un impedimento, para locual el juez preguntará
a losciudadanossi seencuentran comprendidosen alguna de lascircuns-
tancias impeditivas que prevé esta ley.
2. Excusación. Posteriormente, se procederá averificarsi algunode los ciu-
dadanos tiene motivos para excusarse, para lo cual el iuez hará conocer
los motivos para la exc;sa y preguntara s i alguno delos ciudadanos se
encuentra comprendido en una situación que amerite su excusa del ju-
rado.
3. Recusaciónconcausa. Lueqoseprocederá
- . a las recusaciones. para locual
el juez dará la palabra a cada una de las partes para que hagan los plan-
teos aue consideren correspondientes. Para formular sus recusaciones
las podrán, en forma previa examinar a los candidatos a jurado
bajo las reglasdel examen y contraexamen detestigossobre posiblescir-
cunstancias que pudieran afectar su imparcialidad. El juez resolverá en
el acto y, contra su decisión, solo cabrá la reposición. La misma equival-
drá como protesta a los fines del recurso contra el fallo. De todo ello, el
secretario dejará constancia en acta.
4. Recusación sin causa. Finalmente, en la misma audiencia la defensa y el
acusador ~ o d r á n-cada uno-recusar a uno de los iurados titulares sin
expresión'de causa si el jurado es de siete miembrosy a cuatro s i el jura-
doesdedocemiembros.Si havvariosacusadoresvvariosdefensores.de-
berán ponerse de acuerdo y unificar criterios. Cualquier incidencia será
resuelta en el acto por el juez del mismo modo que en el inciso anterior.
5. Designación. Concluido el examen serán designados formalmente-por
orden cronológico del sorteo- la cantidad de jurados titulares y su-
plentes requeridos según el caso, a los que se advertirá sobre la impor-
tancia y deberes de su cargo, que desde ese momento no podrán emitir
criterios sobre la causa n i tomar contacto con las partes y se los citará allí
mismo para la celebración del juicio. Las personas nombradas formal-
mente como jurados no podrán excusarse posteriormente. Las recusa-
ciones e impedimentos fundados sobrevinientes serán resueltos inme-
diatamente a tiempo deser planteados. En este caso, si aún no hubiere
iniciado el juicio, se citará al siguiente de la lista hasta completar el nú-
mero.
6. Integración plural. El jurado deberá quedar integrado, incluyendo los
suplentes, por hombres y mujeres en partes iguales. Se tratará de que,
como mínimo, la mitad del jurado pertenezca al mismo entorno social y
cultural del imputado. Se tratará también, en lo posible, que en el panel
de jurados haya personas mayores, adultas y jóvenes.
Arts. 1941198 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 194.-Circunstanciasextraordinarias. Cuando nosea posible integrarel jurado con


la lista original, seefectuará u n sorteoextraordinario para completarel númerodeciu-
dadanos requeridos y se repetirá el procedimiento de selección abreviando los plazos
para evitar demoras en el juicio.

Art. 195.-Inmunidades. A partir desu incorporación al debate, ningún jurado titular


o suplente podrá ser molestado en el desempeño de su función, ni privado de su liber-
tad, salvoel caso deflagrantedelitoocuandoexista orden emanada dejuezcompeten-
teen razón de haberse dictado en su contra auto de prisión preventiva. Ante estos últi-
mos supuestos, se procederá conforme lo previsto para el caso de recusacióncon causa.

Art. 196. -Sanción. La persona que habiendo sido designada como jurado no se pre-
senta a cumplir su función de tal, se lo hará compareceraun con el uso de la fuerza pú-
blica, sin perjuicio de establecerse en su contra las responsabilidades a las que hubiera
lugar.

Art. 197. -Realización del juicio en dos fases. En los casos de tribunal de jurados el jui-
cio se realizará en dos etapas.
En la primera se tratará todo lo relativo a la existencia del hecho, la calificación legal y
la responsabilidad penal del acusado. Finalizada esta etapa, el jurado deberá determi-
nar si se han probado los hechos materia de acusación y s i la persona juzgada es no cul-
pable, no culpable por razones de inimputabilidad, o culpable por el delito principal o
por un delito menor incluido. Cuando haya veredicto de culpabilidad, en la segunda
etapa y con la exclusiva intervención de un juez profesional sedeterminarán lasconse-
cuencias d e dicho veredicto.
Las partes podrán solicitar al juez un máximo de cinco días luego del veredicto, para
ofrecer nuevas pruebasafin de fijar la penao medidadeseguridad. En esteactosefija-
rán la fecha y la hora para la culminación del juicio.

Capítulo II
Desarrollo del juicio
Art. 198.-Iniciodelaaudiencia. Constituido el tribunal el día y hora indicado losjura-
dos titulares y los suplentes convocados se incorporarán en la oportunidad prevista pa-
ra el debate, prestando juramento solemne ante el juez. Los jurados se pondrán de pie
y el oficial desala pronunciará la siguiente fórmula: "¿Juráis en vuestra calidad dejura-
dos, en nombre del pueblo, examinary juzgar con imparcialidad y máxima atención la
causa, dando en su caso el veredicto según vuestro leal saber y entender, de acuerdo a
la prueba producida en el juicio, observando la Constitución de la Nación y de la Provin-
cia de Río Negro y las leyes vigentes?", a lo cual se responderá con un "Sí, juro". Reali-
zado el juramento se declarará abierto el juicio, advirtiendo al imputado sobre la im-
portancia y el significado de lo que va a suceder.
Inmediatamentese cederá la palabra al fiscal y alquerellanteparaqueexpliquen el he-
cho del juicio, las pruebas que producirán para fundamentar la acusación y la califica-
ción legal que pretenden para el mismo.
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Arts. 1991201

Luego se invitará al defensor a que explique las líneas de su defensa.


En el curso de la audiencia, el imputado podrá hacer las declaraciones que considere
oportunas. Las partes podrán formularle preguntas o requerirle aclaraciones.

Art. 199.-Producción de la prueba. La producción de la prueba se realizará conforme


las reglasdel juicio común.

Art. 200. -Instrucciones para deliberación de jurados. Una vez clausurado el juicio, el
juez invitará a los jurados a retirarse de la sala y celebrará una audiencia con los aboga-
dos de las partes a fin de que presenten sus propuestas para la elaboración de las ins-
trucciones y sus propuestas deveredicto por el delito principal o los delitos menores in-
cluidos. Seguidamente, decidirá en forma definitiva cuáles serán las instrucciones a im-
partir a los jurados y confeccionará el o los formularios de veredicto, uno por cada he-
cho y por cada imputado, con las distintas propuestas. Las partes dejarán constancia de
sus disidencias u oposiciones para el caso de interposición de recursos contra el fallo.
Los abogados podrán anticipar sus propuestas de instrucciones presentándolas por es-
crito, entregando copia al Juez y los abogados de las demás partes. Esta audiencia será
registrada íntegramente en sistema devideo digital.

Art. 201. -Explicación de las instruccionesy deliberación. Cumplido lo dispuesto en el


artículo anterior, el juez hará ingresar al jurado integrado por ;us titulare; y suplentes
que hubiese sido necesario incorporar, a los fines del art. 192 a la sala de debate.
Primero le explicará al jurado las normas que rigen la deliberación, leentregará una co-
pia de ellas por escrito, les explicará como se llena el o los formularios con las propues-
tas deveredicto, y les informará sobre su deber de pronunciar el veredicto en sesión se-
creta v continua.
Luego les impartirá las instrucciones. Les explicará la presunción de inocencia y que pa-
ra declarar culpable a una persona se debe probar la existencia del hecho v su autoría
más allá de toda duda razo'nable. Les hará saber que la acusación es quien i e n e la car-
ga de demostrar la culpabilidad del acusado, les explicará el alcance constitucional de
la negativa a declarar del acusado y quesolamente podrán considerar la prueba produ-
cida en el juicio. Les explicará el derecho sustantivo aplicable al caso, el delito principal
y los delitos menores incluidos en él, las causas de justificación y análogas, si fueron ob-
jeto de debate y las cuestiones atinentes a la valoración de la prueba. Para ello se utili-
zará un lenguaje claro y sencillo. El juez no podrá efectuar en las instrucciones un resu-
men del caso, ni valoraciones o alegaciones sobre los hechos, las pruebas o la credibili-
dad de las declaraciones recibidas durante el juicio.
Inmediatamente después, los jurados pasarán a deliberar en sesión secreta y continua
en la que únicamente deberá estar la totalidad d e sus miembros titulares. Está vedado
el ingresoa cualquier otra persona, bajo pena de nulidad. Unavezque losjuradostitu-
larescomenzaron ladeliberación, losjuradossuplentesquedarán desvinculadosdeljui-
cioy podrán retirarse. La deliberación no podrá extendersemásdedosdíasni podrá sus-
penderse salvo enfermedad grave de alguno de los jurados. En este caso la suspensión
no podrá durar más de tres días, luego de los cuales se deberá realizar el juicio nueva-
mente. La deliberación n o podrá suspendersesalvoenfermedad gravedealgunode los
Arts. 2021206 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

jurados. En este caso la suspensión no podrá durar más de tres días, luego de los cuales
se deberá realizar el juicio nuevamente.
Si durante la deliberación losintearantesdel iurado tuviesen dudas sobreel alcance de
las instrucciones,en cualquiera desusaspectos, lo harán saber al juez por escrito y se re-
petirá el procedimiento previsto en el segundo párrafo del artículo anterior para su
posterior aclaración.
Los jurados elegirán su presidente, bajo cuya dirección analizarán los hechos. La vota-
ción será secreta.

Art. 202. -Veredicto. El veredicto deberá versar, respecto de cada hecho y cada acusa-
do, sobre las cuestiones siguientes:
1. ¿Está probado o no el hecho en que se sustenta la acusación?.
2. ¿Es culpable o no es culpable el acusado?.
Tanto para condenar como para absolver, los jurados deberán alcanzar la unanimidad.
Si no se pudiese alcanzar la unanimidad tras u n plazo razonable de deliberación, el
juez, previa consulta con las partes, reconvocará al juradoa la sala y, previa consulta con
su presidente, instruirá al jurado para que retornen a deliberar con la consigna que se
aceptarán veredictosdeculpabilidad o de no culpabilidad por razones de inimputabi-
lidad con diez o másvotos, en caso de jurado de doce miembros, y con seis votos, en ca-
so dejuradodesiete miembros. De no alcanzar esa cifra mínima devotos, la absolución
será obligatoria.

Art. 203. -Presiones para el voto. Incomunicación. Los miembros del iurado tendrán
obligación dedenunciar anteel juez porescrito, atravésdel presidente,;obrecualquier
o ~resiones.influencias o inducciones externasaue hubiesen recibido ara emitir
t i ~ de
S; votoen un senido determinado. A pedido de parte, el tribunal podrá diiponer que
los miembros integrantesdel jurado y los suplentes no mantengan contactocon terce-
ros en relación al juicio, ni con medios de comunicación masivos durante todo el desa-
rrollo del mismo, disponiendo -en su casoel alojamiento en lugares adecuados a cargo
del Estado Provincial.

Art. 204. -Reserva de opinión. Los miembros del jurado están obligados a mantener
en absoluta reserva su opinión y la forma en que han votado. Las boletas utilizadas pa-
ra la votación serán destruidas de inmediato una vez obtenido el veredicto, cuidándo-
se de que no tomen conocimiento de ellas personas ajenas al jurado.

Art. 205. -Pronunciamiento del veredicto. Cuando se haya logrado el veredicto, el ju-
rado será convocado de inmediato a la sala de la audiencia, a fin de que su presidente
dé lectura a lo resuelto. De acuerdo al veredicto, se declarará, en nombre del pueblo,
culpableo noculpableal o a 1osimputados.ConeI pronunciamientodelveredictofina-
lizará la intervención de los jurados.

Art. 206. -Sentencia. Cuando el juicio se celebre por tribunal de jurados, la sentencia
se ajustará a las normas previstas en este Código, pero deberá contener como funda-
mentos de la decisión sobre los hechos probados y la culpabilidad del imputado, la
LIBRO IV - JUICIO ORAL Y PÚBLICO Arts. 2071210

transcripción de las instrucciones dadas al jurado sobre las disposiciones aplicables al


caso y el veredicto del jurado.

Art. 207. -Aplicación supletoria. Serán aplicables supletoriamente las normas previs-
tas para el juicio común, en cuanto sean compatibles con las reglas particulares de este
Título.

Título III
Procedimientosespeciales
Capítulo l
Procedimiento por delitos de acción primda
Art. 208. -Forma y contenido de la querella. La querella será presentada por escrito,
personalmenteo por mandatariocon poder especial, siemprecon patrocinio deaboga-
do matriculadoy deberá expresar bajo pena de inadmisibilidad:
1. Datos de identidad, domicilio yfirma del querellantey, en su caso, tam-
bién del mandatario.
2. Datosde identidad y el domicilio del querelladoo, si seignora, cualquier
descripción que sirva para identificarlo.
3. Una relación clara, precisa y circunstanciada del hecho, con indicación
del lugar y el momento en que se ejecutó.
También indicará las pruebas que se ofrezcan. señalando en su caso los datos que per-
mitan llevar adelante su produ'cción. Si se trata de testigoso peritos, ademásde loida-
tos personales y domicilio, se deberán indicar los hechos sobre los quedeberán ser exa-
minados o requeridos.
La presentación deberá acompañarse con una copia del escrito para cada querellado.

Art. 209. -Auxilio judicial previo. Cuando no se haya logrado identificar o individuali-
zaral acusadoodeterminarsu domicilio;^ cuando para describirclara, precisa ycircuns-
tanciadamente el delito sea imprescindible llevar a cabo diligencias que el querellante
no pueda realizar por si mismo, requerirá el auxilio judicial indicando las medidas per-
tinentes.
E l juez prestará el auxilio s i corresponde. El querellante presentará su acusación dentro
de los cinco días deobtenida la información faltante. En caso de no hacerlo será conde-
nado en costas y se procederá al archivo de las actuaciones.

Art. 210. -Audiencia de conciliación. Admitida la querella se convocará a una audien-


cia deconciliación dentro de losdiez días. Por acuerdo entre las partes podrán designar
a un amigable componedor o el juez en caso de disidencias podrá designar un media-
dor habilitado. Cuando el componedor o mediador juzgue concluida su labor, lo hará
saber al juez interviniente para queéste, o bien homologueel acuerdo al que hubieran
arribado las partes, o bien convoque a la audiencia prevista en el artículo siguiente.
Arts. 2111215 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 211.-Ofrecimientode pruebayjuicio. S i no se logra la conciliación el juez convo-


cará a una audiencia preliminar para que el querellado ofrezca pruebas y. .para decidir
sobre la admisión o rechazo de la queofrezcan ambas partes.
Con posterioridad, el juez dictará el auto de apertura a juicio y remitirá las actuaciones
correspondientesa IaOficinaJudicial, paraquesedesigneeltribunaldejuicio, enelque
seobservarán las reglas del procedimientocomún en cuanto sea posible. Quien ha ofre-
cido prueba tomará a su cargo la presentación en él. En caso necesario se podrá reque-
rir auxilio judicial.

Capítulo II
Procedimientosabreviados
Sección Primera - Acuerdo pleno

Art. 212.-Admisibilidad. Durante la etapa preparatoria se podrá aplicar el procedimien-


t o abreviado cuando:
1. El imputado admita el hecho que se le atribuye y consienta la aplicación
de este procedimiento, con previa asistencia de su defensor a tales efec-
tos.
2. El fiscal y el querellante manifiesten su conformidad.
3. La pena acordada no supere los diez años de privación de libertad o se
trate de otra especie de pena.
4. Se podrá acordar el trámitedeacuerdo plenodesde laformalización de la
investigación preparatoria y hasta la audiencia decontrol de la acusación.
La existencia de coimputados no impide la aplicación de estas reglas a alguno de ellos.

Art. 213. -Procedimiento y resolución. Las partes solicitarán la aplicación del procedi-
miento abreviado. En audiencia, fundarán sus pretensiones y el juez dictará la resolu-
ción quecorrespondavalorando para ello las evidencias reunidas por las partesy la con-
fesión del imputado.
El juez podrá interrogara las partes sobre los extremos del acuerdo y la información co-
lectada o acordada.
S i condena, la pena que imponga no podrá superar la acordada por las partes y la sen-
tencia no podrá fundarse exclusivamente en la aceptación de los hechos por parte del
acusado.

Art. 214.- Inadmisibilidad.Cuando el juez estimequeel acuerdo no cumple con los re-
quisitos legales, lo declarará inadmisible y el fiscal deberá continuar el procedimiento
seqún el trámiteordinario.
En este caso, el requerimiento anterior sobre la pena no vincula al fiscal durante el jui-
cio, ni la admisión de los hechos por parte del imputado podrá ser considerada.

Art. 215. -Unificación de penas. El acuerdo puede comprender la unificación de pena


con una condena anterior. En estecaso no se tendrá en cuenta el límite previsto. El tribu-
nal no podrá disponer ninguna consecuencia másgravosa que la acordada por las partes.
LIBRO IV J U I C I O ORAL Y PÚBLICO Arts. 2161219

Sección Segunda - Acuerdo parcial


Art. 216. -Admisibilidad. Durante la etapa preparatoria las partes podrán acordar ex-
clusivamente sobre los hechos y solicitar un juicio sobre la pena.
Esta petición se hará ante el Juez de Garantías y contendrá la descripción del hecho
acordado y el ofrecimiento de prueba para su determinación. El juez comprobará
en audiencia el cumplimiento de los requisitosformales. permitirá el debatesobre la
calificación y aceptará o rechazará el ofrecimiento de la prueba relacionada con la
pena.
E l juez absolverá o declarará culpable al imputado. Si condena se pronunciará sobre la
prueba ofrecida y la pena que imponga no podrá superar la pedida por las acusaciones.

Sección Tercera - Acuerdo para la realización directa deljuicio

Art. 217.-Acuerdo. Durante la etapa preparatoria las partes podrán acordar la reali-
zación directa del iuicio. La solicitud se hará ante el Juez de Garantías y contendrá la
descripción del heiho por el que se acusa, el ofrecimiento de prueba dé las partes y la
pretensión punitiva provisional cuando fuere necesario para fijar la integración del
tribunal.
La acusación se fundamentará directamente en el juicio. En lo demás se aplicarán las
normas comunes.

Capítulo lll
Procedimiento para asuntos complejos
Art. 218. -Procedencia. Cuando la investigación sea compleja a causa de la pluralidad
de hechos, del elevado número de imputados o víctimas o por tratarse de casos de de-
lincuencia organizada, a solicitud del fiscal. el juez podrá a;torizar la aplicación de las
normas especiales previstas en esteTítulo.
La autorización podrá ser revocada, a petición de quien considere afectados sus dere-
chos por el procedimiento.

Art. 219. - Plazos. Una vez autorizado este procedimiento, producirá los siguientes
efectos:
1. El plazo ordinario de la prisión preventiva se extenderá hasta un máxi-
mo de dieciocho meses y la duración total del proceso será de cuatro
años improrrogables.
2. E l plazoacordado para concluirla investigación preparatoria serádeun
año y las prórrogasde u n año máscada una.
3. Los plazos establecidos a favor de las partes para realizar alguna actua-
ción y. aquellos
. que establecen u n determinado tiempo para celebrar
lasaudiencias, seduplicarán.
4. Cuando la duración del debate sea menor de treinta días, el plazo má-
ximo de la deliberación se extenderá a cinco días y el de dictar senten-
Arts. 2201222 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

cia a diez días. Cuando la duración del debatesea mayor, esos plazos se-
rán d e diez yveinte días respectivamente.
5. Los plazos de impugnación se duplicarán.
6. El plazo autorizado para la reserva parcial de actuaciones se extenderá
a veinte días.

Art. 220. -Investigaciones bajo reserva. El fiscal podrá solicitar al juez que se autorice
la reserva de identidad de uno ovarios investiaadores de la fiscalía cuando ello sea ma-
nifiestamente útil para el desarrollo de la investigación.
El juezfijará el plazo de la reserva de identidad que solo será prorrogado s i se renuevan
losfundamentosde la petición. En ningún caso podrá superar losseis meses.
Concluidoel plazo, el fiscal presentará al juez u n informedel resultado de las investiga-
ciones, revelando la identidad de los investigadores, los que podrán ser citados como
testigosen el juicio.
El fiscal solicitante será responsable directo de la actuación de estos investigadores.

Capítulo lV
Procedimiento para la aplicación de medidas
de seguridad
Art. 221.-Procedencia.Cuandoelfiscal o lasdemáspartesestimen quesolo correspon-
de adoptar una medida de seguridad, lo solicitarán al juez indicando los antecedentes
y circunstancias que motiven el pedido.
La presentación del fiscal deberá reunir en lo demás los requisitos de la acusación, de-
biendo precisar el hecho atribuido y mencionar la prueba de cargo.
La resolución atenderá todos los puntosde la acusación. ordenará cuando corresponda
la medida de seguridad y dispondrá la remisión de antecedentes a la justicia civil.
Si el juez considera que el encausado es imputable, ordenará la aplicación del procedi-
miento ordinario.

Libro V
Control de las decisiones judiciales

Título l
Normas generales

Art. 222.- Principio general. Las decisiones judiciales solo serán impugnablesen los ca-
sos, por los motivos y en las condiciones establecidas por este Código.
E l derechode impugnar una decisión corresponderátan soloaquien lesea expresamen-
te acordado. Las partes solo podrán impugnar las decisiones judiciales que les causen
agravio.
425 LIBROV - CONTROL DE LAS DECISIONES JUDICIALES Arts. 2231230

Art. 223. -Decisiones durante las audiencias. Durante las audiencias solo será admisi-
ble la revocatoria, que será resuelta de inmediato. Su planteamiento significará la re-
serva de impugnar la sentencia, siempre que el vicio o defecto señalado no sea sanea-
do y provoque un gravamen irreparablea quien lo dedujo.

Art. 224. -Competencia. El tribunal a quien corresponda el control de una decisión ju-
dicial, solo será competente en relación a los puntos que motivan los agravios, salvo el
control de constitucionalidad.

Art. 225.-Extensión. Reforma en perjuicio. Cuando existan co-imputados la impugna-


ción interpuesta por uno d e ellos favorecerá también a los demás, a menos que se base
en motivos exclusivamente ~ersonales.
Cuando la resolución haya sido impugnada solo por el imputado, n o podrá modificar-
seen su perjuicio. La impugnación deducida por cualquier parte permitirá modificar o
revocar la resolución a favor del imputado.

Art. 226. -Efecto suspensivo. Las decisionesjudiciales no serán ejecutadas durante el


plazo para impugnary mientrastramite la instancia decontrol, salvodisposición expre-
sa en contrario.

Art. 227. -Desistimiento. Las partes podrán desistir de la impugnación, sin perjudicar
el derecho de las restantes.
El defensor no podrá desistir de su impugnación, salvo que seacreditede manera feha-
ciente la conformidad del imputado.

Título II
Decisiones impugnables y legitimación
Art. 228.-Decisionesimpugnables. Serán impugnables lassentenciasdefinitivas, el so-
breseimiento, la concesión, denegatoria o revocatoria de la suspensión del juicio a
prueba, la que imponga, deniegue o revoque la prisión preventiva y todos los autos
procesales importantes que ocasionen agravio al imputado. Cuando el gravamen sea
reparableen ocasión de revisarse la sentencia definitiva, el recursose reservará para ser
tramitado en esta última etapa.

Art. 229.-Sobreseimiento. El sobreseimiento podrá impugnarse por los siguientes mo-


tivos:
1. Cuando su motivación se funde en una valoración de la prueba arbitra-
ria o absurda.
2. Cuando se haya inobservado oaplicado erróneamente un precepto legal.

Art. 230. -Sentencia condenatoria. La sentencia condenatoria podrá ser impugnada,


al igual que la que impone una medidadeseguridad, ya sea pordefectosformalesosus-
tanciales por el imputado y su defensor.
Arts. 2311233 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Podrá ser recurrida por la querella y10 el Ministerio Público Fiscal, con los límites esta-
blecidos en los arts. 234 y 235.
Art. 231. -Sentencia absolutoria. La sentencia absolutoria podrá impugnarse única-
mente porel fiscal y por la partequerellantequeacusó, exclusivamente por los siguien-
tes motivos:
1. Arbitrariedad de la sentencia.
2. Apreciación absurda de las pruebas recibidas en el juicio.
3. También lo será por la defensa y el imputado absuelto si se impone una
medida de seguridad en su perjuicio.
4. La inobservancia o errónea aplicación de la ley.

Art. 232. -Reglas para los juicios con jurados populares. En los juicios ante tribunales
de jurados serán aplicables las reglas del recurso contra las sentencias definitivas men-
cionadas más arriba y constituirán motivos especiales para su interposición:
1. La inobservancia o errónea aplicación de las reglas referidas a la consti-
tución y recusación del jurado y a la capacidad de sus miembros.
2. La arbitrariedad de la decisión que rechace medidas de prueba, contra la
cual se hubiese hecho la correspondiente reserva en laoportunidad del
rechazo, de modo que se hubiera cercenado el derecho de defensa en
juicio y condicionado la decisión del jurado.
3. Cuando se hubieran cuestionado las instrucciones al jurado y se enten-
diera que estas pudieron condicionar su decisión.
4. Cuando la sentencia condenatoria o la que imponga una medida de se-
guridad se derive de u n veredicto de culpabilidad o de no culpabilidad
por razón de inimputabilidad, que sea arbitrario o que se apartare ma-
nifiestamentede la prueba producida en el debate.
5. Solo a pedido del acusado, el Superior Tribunal de Justicia puede dejar
sin efecto cualquier sentencia condenatoria o que imponga una medida
de seguridad derivada del veredicto de culpabilidad del jurado o de no
culpabilidad por razón de inimputabilidad y ordenar un nuevo juicio si
el interés de la justicia así lo requiere.
No procederá recurso alguno contra la sentencia absolutoria, salvo que el acusador de-
muestre fehacientementequeel veredicto de no culpabilidad fue producto del sobor-
no, o de los delitos decoacción agravados, o secuestros extorsivos u otrasgraves intimi-
daciones que eiercieron una coacción sobre él o los iurados.- que
. hubiesen determina-
do elveredicto~bsolutorio.~am~ocoseadmitirá rec;rsoalgunocontra la sentencia ab-
solutoria dictada por el juez ante un jurado estancado.

Ari. 233. -Legitimación del imputado. Además de la sentencia condenatoria, tratada


en las disposicionesanteriores, el imputado podrá impugnar la revocatoria del sobre-
seimiento, la denegatoria o revocatoria de la suspensión del juicio a prueba, la conde-
na impuesta en un procedimiento abreviado cuando la pena impuesta fuese más gra-
427 LIBROV - CONTROL DE LAS DECISIONES JUDICIALES Arts. 2341237

vosa a la pretendida, la que imponga la prisión preventiva y las disposiciones que se


adopten durante la etapa de la ejecución de la pena. El derecho al recurso corresponde
indistintamente al imputado y a su defensor. En caso de duda debe presumirse que el
imputado ha ejercido su derecho a impugnar.

Art. 234. -Legitimación de la querella. El querellante podrá impugnar el sobreseimien-


to, la absolución, y la condena cuando la pena aplicada fuere inferior a la mitad de la pe-
na pretendida.También podrá recurrirfrentea la denegatoria desertenido por parte.

Art. 235. -Legitimación del fiscal. El fiscal podrá impugnar las decisiones judiciales en
los siguientes casos:
1. El sobreseimiento.
2. La sentencia absolutoria, si hubiere requerido una pena superior a los
tres años de privación de libertad v se dieren las demás condiciones de
admisibilidad formal.
Si la pena requerida hubiese sido inferior a los tres años de privación de
libertad, podrá impugnar siempre y cuando cuente con la conformidad
expresa de la víctima.
~ n ' l o casos
s de juicios por jurados solo podrá impugnar la sentencia ab-
solutoria cuando aleauefehacientementeaue el veredicto absolutorio
del jurado fueobtenido medianteel soborno.
3. La sentencia condenatoria. si la pena aplicada fuera inferior a la mitad
de la pena pretendida. ~ s t ó límites
s no ;egirán s i el imputado esfuncio-
nario públicoy el hecho se ha cometido en el ejercicio de la función o en
ocasión deella.
4. Las decisiones que se tomen durante la ejecución de la pena.

Título III
Procedimiento de la impugnación
Art. 236.-Interposición. La impugnación se interpondrá por escrito, ante el mismo tri-
bunal que dictó la resolución. dentro del plazo de diez días si se trata de sentencia v de
cinco díasen losdemás casos.~nla presentación deberán indicarse los motivos de lim-
pugnación, salvo que el recurso sea interpuesto directamente por el imputado.
Se deberá también designar el domicilio y el modo en que pretenden recibir las comu-
nicaciones del tribunal de la impugnación.
El impugnante deberá acompañar las copias necesarias para ser puestas a disposición
de las otras partes.

Art.237.-Prueba.SieI impugnante requiere la produccióndeprueba, laofrecerájun-


t o con el escrito de interposición, señalando en forma concreta la circunstancia o moti-
vo que se pretende probar. No se admitirá ninguna prueba que no se vincule con los
motivos invocados.
Arts. 2381241 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Art. 238. -Comunicación y remisión. Formulada la impugnación, la oficina judicial co-


municará la interposición a las otras partes, poniendo a su disposición su contenidoy la
fecha de la audiencia.
En los supuestos en que se haya ofrecido prueba, la valoración de su procedencia será
decidida en la misma audiencia del recurso.

Art. 239. -Audiencia. Recibidas las actuaciones, la oficina judicial sorteará el juez que
intervendrá y fijará fecha para la audiencia oral y pública dentro de los cinco días de la
última comunicación.
La audiencia se celebrará con todas las partes o sus abogados, quienes deberán presen-
tar oralmente sus fundamentos y explicar la decisión cuestionada. Los jueces promove-
rán la contradicción entre ellas a los efectos de escuchar las distintas opiniones objeto
de impugnación. Las partes podrán ampliar la fundamentación o desistir de alguna de
las cuestiones. En este acto, el imputado podrá introducir motivos nuevos.
En la audiencia los jueces podrán interrogar a los recurrentes sobre las cuestiones plan-
teadas y sus fundamentos legales, doctrinarios ojurisprudenciales.
Si el impugnante requiere la producción de prueba, la ofrecerá junto con el escrito de
interposición, señalando en forma concreta el hecho que se pretende probar. Quien la
ofreció tomará a su cargo la presentación y los jueces resolverán únicamente con la
prueba admitida y que se produzca.

Art. 240. -Resolución. Cuando la revisión de la decisión sea una sentencia condenato-
ria o absolutoria, a excepción de los procedimientos abreviados, intervendrán tres jue-
ces con funciones de revisión que dictarán por escrito la resolución dentro de losveinte
díasa contar desdequese produjo la celebración dela audiencia. En losdemássupues-
tos, los jueces actuarán en forma unipersonal y deberán resolver oralmente y de inme-
diato, brindando los fundamentos al finalizarla misma.
S i la anulación es parcial, se indicará el objeto concreto del nuevojuicioo resolución. Si
por efecto de la resolución debecesar la prisión del imputado, seordenará directamen-
te la libertad.
Cuando de la correcta aplicación de la ley resulte la absolución del procesado, la extin-
ción de la acción penal, o sea evidente que para dictar una nueva sentencia no es nece-
saria la realización de un nuevo iuicio. el tribunal resolverá directamente sin reenvío.
En estoscasos, si la impugnación fue promovida por el fiscal o el querellante y fuera ad-
versa para el imputado, éste podrá solicitar su revisión ante otros tres jueces.

Art. 241.- Reenvío. Si se reenvía a un nuevojuicio, n o podrán intervenir losjuecesque


conocieron del juicio anulado.
Para elcasodecorresponder un nuevojuicio, previamente, unjuezdesignado porel Fo-
ro respectivo, examinará las nuevas pruebas que se ofrezcan, actuando de modo aná-
logo al quecorrespondeen la audiencia decontrol d e la acusación.
Si el reenvío procedecomoconsecuencia de un recurso del imputado, en el nuevo juicio
no podrá aplicarse una pena superior a la impuesta en el primero.
Si en el nuevo juicio se obtiene una segunda absolución, esta decisión n o será suscepti-
blede impugnación alguna.
429 LIBROV - CONTROL DE LAS DECISIONES JUDICIALES Arts. 2421246

Título lV
Control extraordinario
Art. 242.-Procedencia y motivos. La impugnación extraordinaria procederá contra las
sentencias dictadas por el tribunal de impugnación.
Procederá en los siguientes casos:
1. Cuando se cuestione la validez de una ley, ordenanza, decreto o regla-
mento que estatuyan sobre materia regida por la Constitución y la deci-
sión sea contraria a las pretensionesdel impugnante.
2. En los supuestos que correspondiere la interposición del recurso extra-
ordinario federal.
3. Cuando la sentencia del tribunal de impugnación resulte contradictoria
con la doctrina sentada en fallo anterior del mismo tribunal o del Supe-
riorTribunal de Justicia sobre la misma cuestión.

Art. 243. -Procedimiento. Para lo relativo al procedimiento y la decisión, se aplican


analógicamente las disposiciones relativas a la impugnación ordinaria d e las senten-
cias, a excepción del plazo para decidir que podrá extenderse hasta u n máximo de
treinta días.

Art. 244. -Comunicación y remisión. Formulada la impugnación extraordinaria, el tri-


bunal que dictó la decisión cuestionada comunicará la interposición a las otras partes,
poniendoasudisposiciónsu contenido, para queen el plazo común dediezdíasformu-
len su contestación de agravios.
Vencido ese plazo se remitirán al Superior Tribunal de Justicia los escritos presentados
por las partes, la sentenciacuestionada y aquelloselementosdejuicioquelas partes hu-
bieren solicitado que se adjunten.

Art. 245. -Audiencia. Dentro de los diez días de recibidas las actuaciones, el Superior
Tribunal de Justicia convocará a una audiencia oral y pública, a la que las partes debe-
rán comparecer bajo apercibimiento de tenerse por desistido al recurrente y de allana-
da a la contraria en caso de incomparecencia.
En la audiencia, el recurrente exbesará los fundamentos de su impugnación, pudien-
doampliar losquemanifestaráensu expresión deagraviosy losdebatiráen formaoral
con la contraria.
En la audiencia los jueces podrán requerir precisionesa los recurrentes sobre las cues-
tiones planteadas y sus fundamentos legales, doctrinarios o jurisprudenciales.
Regirán en lo pertinente las reglas del juicio oral.

Art. 246.-Resolución. Unavez finalizada la audiencia, el Superior Tribunal deJusticia


pasará a resolver, debiendoemitir su veredicto en un plazo máximo detreinta días, con-
vocando a una audiencia para su lectura.
Si la anulación es parcial, se indicará el objeto concreto del nuevojuicio o resolución. Si
por efecto de la resolución debe cesar la prisión del imputado, e l Superior Tribunal de
Justicia ordenará directamente la libertad.
Arts. 2471252 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Cuando de la correcta aplicación de la ley resulte la absolución del procesado, la extin-


ción de la acción penal. o sea evidente que
. para
. dictar una nueva sentencia no es nece-
saria la realización de un nuevo juicio, el Superior Tribunal de Justicia resolverá directa-
mente sin reenvío.

Art. 247. -Reenvío. Si se reenvía a un nuevo juicio, no podrá intervenir ninguno de los
juecesque integraron el tribunal del juicio anulado.
Si el reenvío procedecomoconsecuencia de un recurso del imputado, en el nuevo juicio
no podrá aplicarse una pena superior a la impuesta en el primero.
Si en el nuevo juicio se obtiene una segunda absolución, esta decisión n o será suscepti-
blede impugnación alguna.

TítuloV
Queja por denegación de recurso
Art. 248. -Procedencia. Cuando sea denegado indebidamente un recurso que proce-
diere ante otro órgano judicial, el recurrente podrá presentarse en queja ante éste, a
fin deque lodeclare mal denegado.

Art. 249. -Trámite. La queja se interpondrá por escrito en el plazo de tres días, desde
que la resolución denegatoriafue notificada. El plazo será ampliado porcinco días más,
en el caso que el órgano judicial ante el cual corresponda no tenga su asiento en la mis-
ma ciudad que el que denegó el recurso que motivó la queja.
El Tribunal de Alzada deberá requerir sin demora los antecedentes del caso al órgano
judicial que los tenga en su podery convocar a audiencia dentro del plazo de cinco días
comunicando a los interesados, a la que las partes deberán comparecer bajo apercibi-
miento de tenerse por desistido al recurrente.

Art.250.-Resolución. EITribunalde Alzada se pronunciará, unavezescuchadoelque-


joso y los interesados, sin más trámite.

Art. 251.-Efectos.si la queja fueredesechada, lasactuacionesserán devueltassin más


trámite al tribunal de origen. En caso contrario se concederá el recursoy se devolverán
las actuaciones a fin de que aquel emplace a las partes y proceda según corresponda.

TítuloVI
Revisión de la sentencia condenatoria
Art. 252. -Procedencia. Procederá la revisión de una sentencia firme, en todo tiempo
y únicamente a favor del condenado, por los motivos siguientes:
1. Cuando los hechos tenidos como fundamento de la sentencia resulten
incompatibles con los establecidos por otra sentencia penal.
431 LIBROV - CONTROL DE LAS DECISIONES JUDICIALES Arts. 2531256

2. Cuando la sentencia impugnada se haya fundado en prueba documen-


tal o testimonial cuya falsedad se haya declarado en fallo posterior o re-
sulte evidente aunque no exista un procedimiento posterior.
3. Cuando la sentencia condenatoria haya sido pronunciada a consecuen-
cia de prevaricato, cohecho u otrodelito cuya existencia se haya declara-
do en fallo posterior.
4. Cuando después de la sentencia sobrevengan hechos nuevos o elemen-
tos de prueba quesoloso unidosa los ya examinadosen el procedimien-
to, hagan evidente que el hecho no existió, queel imputado no lo come-
tióoqueel hecho cometido no es punibleocorrespondeaplicaruna nor-
ma más favorable.
5. Cuando corresponda aplicar una ley más benigna o se produzca u n cam-
bio en la jurisprudencia de la CorteSuprema de Justicia de la Nación, el
SuperiorTribunal deJusticia o en los tribunalesde impugnación quefa-
vorezca al condenado.
El rechazo de la solicitud de revisión no impedirá un nuevo pedido fundado en motivos
distintos.

Art. 253. -Legitimación. Podrán solicitar la revisión:


1. El condenado o su defensor.
2. El fiscal a favor del condenado.
3. El cónyuge, conviviente, ligado por especiales vínculos de afectos y as-
cendientes o descendientesdel condenado, si éste hubiese fallecido.

Art. 254. -Interposición. El pedido de revisión se interpondrá porescrito ante el Tribu-


nal de Impugnaciones, con la concreta referencia de los motivos en que se funda, de las
disposiciones legales aplicables y copia de la sentencia de condena.
Junto con el escrito se ofrecerán las pruebas y, en lo posible, seagregarán los documen-
tos o se indicará el lugar donde podrán ser requeridos.

Art. 255. -Procedimiento. Para el procedimiento regirán las reglas previstas para las
impugnaciones, en cuanto sean aplicables.
E l Tribunal de lmpugnaciones que prevea la Ley Orgánica podrá disponer las medidas
de pruebas ofrecidas y quefueren pertinentes. Podrá suspender la ejecución de la sen-
tencia y disponer la libertad provisional del condenado.

Art.256.-Resolución. EITribunaldelmpugnacionesqueprevea la Leyorgánica podrá


revocar la sentencia remitiendo a un nuevo iuicio cuando el caso lo requiera o pronun-
ciar directamente la sentencia definitiva.
Cuando la sentencia sea absolutoria o declare la extinción de la acción penal se orde-
nará la libertad del imputado, la restitución de la multa pagada y de los objetos deco-
misados.
La nueva sentencia resolverá la indemnización a favor del condenado o de sus herede-
ros, s i se constatase el fallecimiento de aquel.
Arts. 2571261 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Título VI1
Ejecución, costas e indemnizaciones
Capítulo 1
Ejecución penal
Art. 257. -Cómputo definitivo. La Oficina Judicial realizará el cómputo de la pena fi-
jando la fecha en que finalizará la condena, la mitad de la misma e indicará el momen-
t o a partir del cual el condenado podrá solicitar salidas anticipadas, libertad asistida, li-
bertad condicional o su rehabilitación y demás beneficios penitenciarios.
El cómputo será siempre reformable, aun de oficio, si secomprueba un erroro cuando
nuevas circunstancias lo hagan necesario. Si alguna de las partes cuestiona e l cómputo,
el planteo será debatido ante el Juez de Ejecución.

Art. 258.-Comunicación. La Oficina Judicial comunicará a la autoridad administrativa


responsablede la ejecución de las penas privativasde libertad decarácter efectivo0 del
control de las obligaciones s i se trata d e condenas condicionales, remitiendo copia de
la sentencia y del cómputo.
Art. 259.-Unificacióndecondenas.Cuandoa1guna de las partessolicitela unificación
de condenas la Oficina Judicial dará intervención al tribunal que deba decidir la cues-
tión. Seaplicarán las reglas del juicio sobre la pena. Cuando se ofrezca prueba, su admi-
sión o rechazo será decidido por un juezdistinto.

Art. 260. -Trámites de ejecución. El Ministerio Público Fiscal, e l condenado y su defen-


sor podrán realizar los planteos que consideren necesarios ante e l Juez de Ejecución,
por intermedio de la Oficina Judicial, relativos a la ejecución, sustitución, modificación
o extinción de la pena. Estos deberán ser resueltos en audiencia oral, previa interven-
ción de las partes.
S i para la audiencia fuera necesario producir prueba, la parteque la proponeseocupa-
rá de presentarla, previa orden del juez a través de la Oficina Judicial cuando ello fuere
menester para cumplimentarla.
El Servicio Penitenciario deberá remitir a la Oficina Judicial todos los informes legal-
mente previstos para resolver los pedidos de egresos transitorios o definitivos un mes
antesde la fecha prevista en el cómputode la pena. En los demáscasos, si para la sustan-
ciación de las audienciasse requiera informes del Servicio Penitenciario, deberán expe-
dirseen el plazo máxima decinco días de haber sido solicitados. La solicitud de los pedi-
dos de informes se practicará a través de la Oficina Judicial.
En la resolución sefijarán lascondicioneseinstruccionesquesean necesariasconforme
al instituto solicitado y se ordenará la autoridad competente para vigilarla.
Seaplicarán estas normasa losdemás institutos previstosen la ley deejecución peniten-
ciaria en cuanto sean compatibles y a falta de reglas particulares.
Art. 261. -Revocación. Cuando severifique el incumplimiento injustificado de las re-
glasfijadaso de lascondiciones establecidas en el Código Penal o en la ley deejecución,
se podrá solicitar la revocación del instituto concedido, previa audiencia de parte.
433 LIBROV - CONTROL DE LAS DECISIONES JUDICIALES Arts. 2621266

A pedido del fiscal, el juez podrá ordenar la detención preventiva hasta queconcluya el
pedido de revocación.

Art. 262. -Control judicial de reglas de conducta. El control de las reglas de conducta
impuestas en las sentencias se hará a través de una oficina judicial especializada, quien
pondrá la información a disposición de las partes, para que puedan hacer peticiones.
De igual modo se procederá en relación a las obligaciones impuestascon la suspensión
del proceso a prueba. En todos los casos la resolución la adoptará el Juez de Ejecución
o designado al efecto por la Oficina Judicial.

Art. 263.-Multa. Si el condenado no paga la multa dentro del plazo que fija la senten-
cia, será citado para que indique si pretende sustituirla por trabajo comunitario o soli-
citar plazo para pagarla o pagar en cuotas.
Si es necesario el juez procederá al embargo y a la venta pública de los bienes embarga-
dos, conforme al Código Procesal Civil o ejecutará las cauciones.
E l importe de las multas será destinado al Patronato de Liberados.

Art. 264. -Revisión. La decisión del juez de ejecución que conceda o deniegue las sali-
das anticipadas, su libertad condicional. o su libertad asistida, podrán ser revisadas en
audiencia'portresjuecesdistintosdelqueaplicólamedidacuestionada.~asolicitudde-
berá realizarse inmediatamentey la audiencia cumplidaen el término decincodías. Los
jueces resolverán inmediatamente.

Capítulo II
Otras decisiones
Sección Primera - Medidas de seguridad
Art. 265. -Revisión y reglas especiales. Las reglas establecidas en el Capítulo anterior
regirán para las medidasdeseguridad en loquesean aplicables.
No obstante, se observarán las siguientes disposiciones:
1. En caso de incapacidad intervendrá el representantelegal, quien tendrá
la obligación devigilar la ejecución de la medida.
2. E l juez determinará el establecimiento adecuado para la ejecución y po-
drá modificar su decisión, incluso a petición del representante legal o de
la dirección del establecimiento.
3. Eljuezexaminará periódicamentela situación dequien sufre una medi-
da, fijando un plazo no mayor de seis meses, entre cada examen; la de-
cisión versará sobre la cesación o continuación de aquella.
4. La denegación de la externación será revisableen la forma prevista para
la libertad condicional.

Sección Segunda - Costas


Art. 266. -Imposición. Toda decisión que ponga término al procedimiento o a un inci-
dente se pronunciará sobre el pago de las costas procesales.
Arts. 2671271 C ~ D I G OPROCESAL PENAL DE RIO NEGRO

Estas serán impuestas a la partevencida, salvo que el tribunal halle razón suficiente pa-
ra eximirla total o parcialmente.

Art. 267. -Contenido. Las costas comprenderán:


1. Las tasas judiciales.
2. Los gastos originados por la tramitación del procedimiento.
3. El pago de los honorarios.

Art. 268. -Condena. Las costas serán impuestas al acusado cuando sea condenado o
cuando se le imponga una medida deseguridad. El precepto no regirá para la ejecución
penal ni para las medidas cautelares.
S i en una sola sentencia se pronuncian absolucionesy condenas, el tribunal establece-
rá el porcentaje que corresponde a cada uno de los responsables.
Los condenados por u n mismo hecho responderán solidariamente por las costas.

Art. 269.-Acción privada. En el procedimiento por delito deacción privada el tribunal


decidirá sobre las costas de conformidad a lo previsto en este Título, salvo acuerdo de
las partes.

Art. 270. -Liquidación y- ejecución. El director o iefe de la Oficina Judicial ~racticarála


liquidación de'losgastosy tasas judiciales. 5e pod;á solicitar la revisión de la liquidación
dentro del plazo de cinco días, ante el presidente del Foro de Jueces.

Art. 271. -Deforma.


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