Dimensiones Del Ser Humano

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Universidad Católica Santa Rosa

Convenio UMB-UCSAR
Formación Humano-cristiana e Identidad Institucional
María Bencomo v-30.189.094
Dimensiones del Ser Humano
Una vez que se habla de las magnitudes humanas o magnitudes de las personas, comúnmente
se está realizando alusión a las diferentes esferas de realidad de la vida humana, o sea, a las
distintas superficies de la vida que conforman nuestra vida y que tenemos la posibilidad de
cultivar en un más grande o menor nivel.
Dicho de otra forma, estas “magnitudes o dimensiones” son las que componen la dificultad
de las personas, cuya vida implica un grupo de potencias y de maneras muchísimo más vastas
y distintas que esas a las que quieren los animales. Se comprenden como magnitudes ya que
cada una sugiere una visión propia de las personas, pese a que en él existan continuamente
cada una de simultáneamente.
Las magnitudes humanas son de especial interés para la enseñanza y la psicología, debido a
que permiten entender de forma holística al ser humano, mejor dicho, en su integridad,
logrando ordenar sus diferentes puntos primordiales y entender mejor cómo se organizan,
cómo operan o cuáles reciben prioridad en determinadas situaciones.
No obstante, no existe un acuerdo respecto de cuáles o cuántas son estas magnitudes
primordiales de las personas. Dependiendo del creador que se consulte, van a poder alterar
entre 3, 4, 5 e inclusive 8 magnitudes diversas, dependiendo de cuántas capas diferentes de
la vida humana se tomen en importancia, mejor dicho, de qué tan vasta o tan específica sea
nuestra mirada.
Las dimensiones del ser humano se dividen en varias características como lo son:
Física: Esta magnitud trata sobre el propio cuerpo humano, entendido en términos
estructurales.
Nuestro cuerpo humano es la herramienta física que nos posibilita hacer ocupaciones,
implantar contacto con los otros y consigue una enorme trascendencia con referente a cómo
nos identificamos y nos vemos a nosotros.
En esta se integran esos hábitos que llevan los individuos para asegurar el mantenimiento
corporal, así sea externa o internamente, y evadir que sea afectado o se desarrollen patologías.
De entre los hábitos que tienen la posibilidad de hacer para evadir que la magnitud física sea
afectada de manera negativa permanecen el tener una ingesta de alimentos sana, hacer
ocupaciones deportivas e ir a doctores para ver en qué estado está el cuerpo humano.
Social: El hombre es un ser sociable y es por esto que la relación con los otros implica una
de las más relevantes magnitudes que permanecen presentes en su historia.
Como miembros de una sociedad y, más precisamente, de equipos parientes, étnicos, de
amigos o de cualquier otra índole, se necesita conservar contacto con otras personas para
asegurar la supervivencia.
Puntos como el desarrollar lazos afectivos, tener unas buenas amistades, vivir en una familia
sin dinámicas disfuncionales contribuyen a poder conseguir la paz y la felicidad.
Espiritual: Aunque el nombre de esta magnitud logre parecer que se limita a puntos bastante
más de tipo religioso, lo cierto es que el término “espiritual” es un paraguas en el cual se
incluye pensamientos filosóficos como por ejemplo el de entender el sentido de nuestra
realidad.
Los seres vivos, como animales con una sabiduría bastante hecha, pretendemos comprender
puntos que van más allá de lo físico, conseguir un grado trascendental.
Hay fenómenos que las leyes físicas no nos permiten describir, lo que nos puede dar por
sentado un auténtico misterio que también de frustrante nos puede ser aún más interesante.
Como prueba de esto, a partir de tiempos inmemoriales los seres vivos hemos desarrollado
creencias y supersticiones a fin de darle una descripción, tal vez espectacular e ilógico, a lo
desconocido.
La iniciativa de Dios, los espíritus, fantasmas y encarnaciones son solo unos cuantos
ejemplos de la averiguación de las personas de eso que no ve ni puede notar físicamente.
Cognitiva: Como seres capaces que somos, los humanos hemos tratado de describir nuestro
mundo y sustraer de él las leyes que lo sostienen.
Continuamente hemos pretendido lograr el más alto entendimiento viable, con el objetivo
de poder presagiar lo que pasa en nuestro alrededor además de usar los nuevos aprendizajes
adquiridos para mejorar la supervivencia.
La magnitud cognitiva se refiere a la capacidad que tiene la especie humana para utilizar su
intelecto y generar nuevos conceptos, cambiar su ámbito y avanzar partiendo de ellos.
Comunicativa: El lenguaje es, sin duda, la capacidad más notable del hombre. Debido a ella
hemos podido llegar hasta las recientes culturas, y es lo cual posibilita la difusión de nuestros
propios conocimientos a extensa distancia por medio de sistemas escritos.
La magnitud comunicativa se refiere a esta destreza del hombre de poder producir sistemas
más o menos complicados de signos y símbolos con los cuales puede interactuar con los
otros.
Y es que el lenguaje es lo cual nos posibilita transmitir nuestras propias ideas, opiniones y
vivencias sin necesidad de tener que representarlas físicamente. Basta con que el interlocutor
conozca el mismo código que estamos usando y de esta forma se dará el trueque de
información.
Por sorprendente que logre parecer, el lenguaje no sólo posibilita compartir entendimiento,
sino además cambiar la verdad.
Ofrecer una orden, invitar a la meditación, describir cómo se debería realizar algo son actos
comunicativos que, paralelamente, se materializan en actividades que cambian el ámbito y
las actividades de los otros.
Estética: La belleza es una iniciativa abstracta y arbitraria. A pesar de ello, es algo que ha
adquirido una enorme trascendencia durante la narración de la raza humana.
La cultura no sólo ha servido para generar bienes útiles para las necesidades más principales
de los seres vivos, además ha servido como base para producir arte, con el objetivo de ser
admirado.
La perspectiva de algo bonito puede producir toda una secuencia de emociones y sensaciones
que enriquecen la vivencia de las personas.
La magnitud estética es precisamente algo que se declara no sólo en cada una de las
civilizaciones del globo, sino que también cada individuo tiene su propia perspectiva de la
belleza.
Inclusive los individuos que se comentan que no se les da bien todo lo referente con las
preciosas artes han intentado hacer algo artístico alguna vez de sus vidas.
Emocional: Los sentimientos son un aspecto de enorme trascendencia para la habituación
de los humanos. Por cierto, es debido a ello que en las últimas décadas se ha ido defendiendo
la iniciativa de la sabiduría emocional.
No sólo tener temor frente a un león es algo que asegura la supervivencia, sino que sentirse
triste en un sepelio o enseñar orgullo y alegría frente a un hito propio son recursos que
facilitan una adecuada relación social y motivan continuar desarrollándose como personas.
Los sentimientos son el resultado de un estímulo, así sea interno o externo. Mejorar esta
magnitud involucra conseguir un mejor autoconocimiento.
La magnitud emocional no hace solamente alusión a la función de sentir emociones, sino
además de identificarlas en los otros y saber cuál es la que estamos sintiendo en un definido
instante y su causa.
Ética: Los individuos requerimos saber cómo comportarnos para no vivir en un mundo de
incertidumbre y de anarquía que, indudablemente, llevaría a una situación de caos y en donde
primaría la ley del más profundo.
La magnitud de la ética se refiere a la funcionalidad de los humanos para reconocer eso que
es lo más adecuado, así sea con base a unos criterios propios o en función de lo cual indiquen
las reglas sociales.
La gente debería intentar de actuar garantizando el más grande bien viable para otros.
Reconocer que los otros poseen los mismos derechos que nosotros mismos, que la
independencia de uno puede dar por sentado el fin del de otro y que para lograr vivir en
tranquilidad y armonía se necesita regular nuestras propias conductas son puntos en esta
magnitud.

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