22-1 La Ética Como Parte de La Filosofía
22-1 La Ética Como Parte de La Filosofía
22-1 La Ética Como Parte de La Filosofía
La ética es parte de la filosofía, por tanto debemos comenzar con tratar de comprender que es la
filosofía, preguntando por lo tanto de qué hablamos cuando hablamos de filosofía.
La palabra filosofía es una palabra que nos refiere a la sabiduría, etimológicamente está formada
(como muchas otras palabras de origen griego) por la combinación de dos términos filos “amante” y
sofia “sabiduría”. Los verdaderos amantes de la sabiduría, los filósofos dirigen su vida a la reflexión
racional cuestionándose sobre su propio saber, se preguntan sobre los grandes temas de la vida y aun
cuando tengan a su disposición los argumentos de los grandes filósofos no parten de ellos para avanzar
como lo haría la ciencia, elaborar sus propias preguntas.
No obstante, sus raíces etimológicas, la reconstrucción del concepto de Filosofía es uno de los
grandes problemas que lleva siglos de discusión, sobre todo cuando se comparan las nociones o las
propiedades que reúne este tipo de saber y que se le han asignado a los largo de la historia; características
que han servido para definir su contenido, su objeto y sus funciones. Como sostiene Millas1, la variedad
de los sentidos asignados a la expresión filosofía se constatan cuando analizamos el carácter
aparentemente disímil de las descripciones que respecto de ella son propuestas por los filósofos a lo largo
de la historia.
Aristóteles, en su obra Metafísica afirma: “Todos los hombres desean por naturaleza saber. Así
lo indica el amor a los sentidos; pues, al margen de su utilidad, son amados a causa de sí mismos, y el
que más de todos, el de la vista. En efecto, no sólo para obrar, sino también cuando no pensamos hacer
nada, preferimos la vista, por decirlo así, a todos los otros. Y la causa en que, de los sentidos, éste es el
que nos hace conocer más, y nos muestra muchas diferencias”.
En esta frase, Aristóteles, reconoce la fuente del conocimiento en los sentidos, pero ellos no
dicen el porqué de nada, esa es tarea de la sabiduría, que trata sobre las primeras causas y sobre los
principios y continua: “entre las ciencias, pensamos que es más Sabiduría la que se elige por sí misma y
por saber, que es la que se busca a causa de sus resultados, y que es la destinada a mandar y por lo tanto,
la Sabiduría que la subordinada”.
El amor a la sabiduría, la dedicación de la vida al conocimiento de la verdad, acompaña el
nacimiento de la filosofía, en un momento de la evolución de la cultura occidental donde el hombre toma
conciencia de sí mismo y de sus límites y busca conocer y dominar el mundo que lo rodea. La filosofía,
es un conocer de carácter “tanto técnico como práctico, sin más especificación que tratarse de un saber
reflexivo” a través del cual el hombre intenta dar cuenta del universo, conceptualizarlo, estableciendo las
causas y los principios que rigen su devenir.
La filosofía se pregunta por las cosas y los hechos, se pregunta por el ser, o como enseña
Aristóteles es el “saber que teoréticamente se ocupa del ente en cuanto ente y de sus propiedades". Esta
saber requiere de la percepción de la “cosa” pero su imagen, es decir la representación que se da en el
1
Millas, Jorge “Idea de la filosofía: el conocimiento” www.biblioteca.org.ar/libros/89964.pdf
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María Antonia Angeleri
sujeto cognoscente, no constituye por sí sola el verdadero saber, porque existen en todo características no
perceptibles por los sentidos sino que requieren de una elaboración racional, y esa es tarea de la ciencia
por una parte y de la filosofía.
Entonces, si la filosofía se ocupa racionalmente del ente, no sólo de los objetos singulares, se
necesita definir qué se entiende por “ente”, cómo se construyen los enunciados que den cuenta de ese
ente y que garanticen alcanzar la verdad, cómo el hombre se relaciona con el mundo que lo rodea, cómo
trata de comprenderlo para adueñarse de él, que diferencia existe entre la filosofía y la ciencia, para dar
paso a la filosofía del derecho en particular.
Tipos de ente
El “ente” es todo aquello que “es”, que existe o puede existir, se trata de cosas reales o
imaginarias que el hombre reconoce como existentes, de ellos se ocupa la ciencia y la filosofía.
La palabra “ente” procede del latín "ens, entis", significa lo que es o lo que tiene que ser; sin
embargo no puede identificarse la expresión “ente” con el “ser” ya que hay entes que trascienden lo
material como por ejemplo los entes matemáticos y los valores.
La experiencia demuestra que, en la realidad que nos circunda, no hay una sola especie de entes,
sino varias, que podemos clasificar en distintos géneros, reconociendo que todas las realidades pueden
ser objeto de investigación científica o análisis filosófico. Ese “ente” que presenta distintos géneros “se
dice de varios modos; pero todo ente se dice en orden a un solo principio. Unos, en efecto, se dicen entes
porque son substancias; otros, porque son afecciones de la substancia; otros, porque son camino hacia la
substancia, o corrupciones o privaciones o cualidades de la substancia, o porque producen o generan la
substancia o las cosas dichas en orden a la substancia, o porque son negaciones de alguna de estas cosas
o de la substancia. Por eso también decimos que el No-ente es No-ente”2. A partir de esta distinción que
respecto de los entes realizó Aristóteles, la filosofía tradición los clasifica de la siguiente forma:
Entes sensibles
o Físicos
o Psíquicos
Entes ideales
Valores
Los entes sensibles (que algunos autores llaman "reales") son los que se captan por medio de
los sentidos, trátese de los sentidos fisiológicamente considerados (como la vista, el olfato, el tacto, etc.),
o el sentido íntimo o autoconciencia, en este caso, percibimos y reconocemos al ente dentro de nuestros
diversos estados de ánimo, lo que nos permite en un momento dado darnos cuenta -por ejemplo- de que
estamos tristes o alegres, o de que estamos evocando un recuerdo.
2
Aristóteles “Metafísica” Libro IV Capitulo 2. Traducción Valentín García Yerba. www.philosophia.cl en
https://docs.google.com/
2
María Antonia Angeleri
Los “entes sensibles” son captados fisiológicamente, por nuestros sentidos o los captamos a
través de nuestra conciencia. De este concepto de ente sensible se desprende que existen entes de dos
tipos: a) los físicos y b) los psíquicos.
Los entes sensibles: físicos son espaciales, es decir, están en el espacio, ocupan un lugar; como la
mesa, la silla o nuestro cuerpo.
Los entes psíquicos, en cambio, son inespaciales; carece de sentido afirmar que un acto de voluntad
o un sentimiento ocupan un espacio físico. Hasta donde llega la experiencia los entes psíquicos, van
siempre ligados a un cuerpo orgánico, pero que vayan ligados a él no quiere decir que sean lo mismo ni
que tengan sus mismas características ni que sean, como en el caso de los valores, parasitarios de ese
cuerpo orgánico.
Lo que caracteriza a estos entes es:
1. La temporalidad, tienen cierta duración, un origen y un fin; tanto los objetos físicos como los
psíquicos, sentimientos tienen un origen, perduran en el tiempo y poseen finitud.
2. los entes sensibles están ligados entre sí por un especial tipo de relación que se llama
relación de causalidad: todo ente físico es causa de otro posterior, y a su vez es efecto de
otro anterior; y lo mismo ocurre en el dominio de la actividad psíquica. La relación de
causalidad está ligada al tiempo, es un tipo de relación temporal, porque la causa es siempre
anterior al efecto y el efecto es posterior a la causa.
Los entes ideales, a diferencia de los entes sensibles, no son algo tangible como son los entes
físicos, ni dependen de lo tangible como el caso de los entes psíquicos o los valores, se trata de “entes
abstractos”, no hacen referencia a ninguna realidad fáctica.
Los entes ideales son las ideas o conceptos, que sólo existen en la mente humana, no los
percibimos por nuestros sentidos, solamente son pensados. Entre los entes ideales encontramos los entes
matemáticos: los números, las figuras, los cuerpos geométricos; otros entes ideales son las relaciones,
como la identidad, la igualdad, la diferencia, la relación de mayor o menor, etc.
Los entes ideales se caracterizan:
1. por su intemporalidad, por no ser temporales. Porque si lo fueran, hubieran tenido un
comienzo en el tiempo, es decir que tendría que pensarse que hubo una época en la cual, por
ejemplo, no existía aún el número 5, y que llegará un momento en que el número 5
desaparezca, circunstancia absurda. Cabe destacar que el tiempo sólo tiene relación con el
espíritu del hombre que los conoce, y esto sí es susceptible de ser fechado. Por ejemplo la
relación entre los lados de un triángulo esta desvinculado del tiempo, esa relación vale desde
siempre y para siempre
2. Una segunda característica de los entes ideales es la relación de principio de consecuencia, o
relación de implicación, con la que se alude al especial tipo de vinculación que enlaza unos
entes ideales con otros. Esta relación, se diferencia de la relación causal, entre otras cosas,
porque mientras la causal se produce en un lapso de tiempo, tal enlace temporal no se da
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María Antonia Angeleri
entre los entes ideales. Es a partir del principio de implicación que una proposición puede ser
inferida deductivamente de otra, de tal manera que para que esa implicación tenga lugar,
debe existir una relación entre las proposiciones que haga que la segunda sea consecuencia
lógica de la primera.
Los valores, son el tercer género de entes: la belleza, la fealdad, la justicia, la injusticia, la
utilidad, etc.; de su estudio se ocupa la axiología. La característica que los separa de ellos reside en que
los valores “valen”: esto significa que frente a ellos no podemos permanecer indiferentes, porque ante
un valor siempre se despierta en nosotros una reacción, una respuesta -la valoración o estimación- , que
puede ser de adhesión -si el valor es positivo- o de rechazo -si el valor es negativo-.
Al igual que los entes psíquicos no ocupan un espacio pero se diferencian de éstos por las
características que se le asignan y en particular por la relación que entablan con los objetos sensibles.
Dichas características son: a) parasitarios; poseen polaridad; tienen jerarquía.
1. Son parasitarios porque los portadores de valor son los objetos sensibles, en ellos se dan los
valores. Los valores dependen de los entes en los cuales se encarnan, cuando un objeto es
portador de valor un se los llama bienes (como una estatua, en que se da el valor belleza, o
una máquina de escribir, que es útil). Para evitar graves malentendidos, dice Carpio, es
preciso no perder de vista esta diferencia: el valor, de un lado, y la cosa valiosa, el bien, por
el otro.
2. Una segunda característica de los valores es la polaridad: esto significa que frente a todo
valor hay siempre un contravalor, disvalor o valor negativo; por ejemplo: frente a la justicia,
la injusticia; frente a la bondad, la maldad; frente a la utilidad, la inutilidad. La dualidad de
las estimaciones -adhesión o rechazo- está vinculada entonces a la polaridad de los valores.
3. Los valores tienen jerarquía. Esto quiere decir que no valen todos uniformemente, sino que
hay valores que valen más que otros, que son más "altos", como suele decirse, en tanto los
otros son más "bajos"; uno: son "superiores" y otros "inferiores". Según tal jerarquía los
valores se ordenan en una serie o tabla de valores, desde los que valen menos o son menos
importantes, hasta los que valen en grado máximo. En este punto, las opiniones de los
filósofos son muy divergentes y es el contenido de la asignatura ética.
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María Antonia Angeleri
Ontología o metafísica
Lógica
Gnoseología o teoría del conocimiento
Ética
Estética
Antropología
Metafísica
La metafísica es la reflexión sobre todo lo que existe y por esta razón es también la disciplina
más general que trata del “ser”; se ocupa de la estructura general de los entes en cuanto tales, sus
preocupaciones van más allá de los aspectos particulares del ser. Su objeto de análisis son los problemas
centrales de todo pensamiento filosófico: el ser, dios, el alma, el universo, etc., intenta describir las
propiedades, causas y principios.
Etimológicamente, es la combinación de dos términos “meta” que significa más allá y “physis”
naturaleza, se ocupa de aquello que viene después de la naturaleza, más allá de lo físico. Históricamente
es la rama que tiene una mayor tradición y también la más criticada por algunas corrientes filosóficas, al
considerar que los problemas de los que se ocupa son en realidad falsos problemas.
Ética:
La palabra “ética” procede del término griego ethos que significa carácter, manera de ser. La
ética, forma parte de la filosofía práctica, que no se ocupa del ente sino de cómo debe comportarse cada
uno, qué es el bien o la felicidad, trata de manera predominante del hombre, su conducta, su actuar
dentro de una comunidad, y de las normas, reglas y costumbres que rigen la vida social.
Al reflexionar acerca del entorno que rodea al obrar humano, analiza los elementos del acto, sus
objetos, fines y circunstancias desde la perspectiva de la “moralidad” (ya sea su “bondad o maldad”) e
intenta orientar el obrar del hombre para que éste no termine contradiciendo la naturaleza profunda de su
ser. La Axiología es una “versión moderna” de la ética que analiza los actos humanos desde la
perspectiva de los valores, al tiempo que la validez, jerarquías y escalas, y objetividad de los mismos.
Si la filosofía es un tipo de saber, y la ética es parte de la filosofía, debemos distinguir los diferentes
niveles del saber:
El saber en tanto actividad humana, que se da en diversos grados, desde el mínimo conocimiento
intuitivo (práctico/productivo) indispensable para la producción de efectos útiles en cuyo caso la
integración y generalización está referida directamente a la acción; hasta el máximo nivel teórico de
integración exigido por las ciencias y la filosofía, donde se realizan interconexiones, enlaces de
5
María Antonia Angeleri
explicación en las que se hace posible la descripción de las cosas, la toma de conciencia de las causas y
los efectos y con estas operaciones es posible la comprensión del objeto en función de la totalidad de la
experiencia.
Todo saber, establece una multiplicidad de enlaces y relaciones entre el agente y el mundo
exterior, estas relaciones pueden ser producto, por una parte, de una apreciación subjetiva y sensorial del
objeto de conocimiento, en cuyo caso la relación se agota en la apreciación o representación del objeto y
se establece con fines prácticos. O por otra parte, la relación entre el sujeto cognoscente y el objeto es
racional o critica, de manera que puede ser explicada, descripta, valorada y comunicada; por lo tanto, se
pone entonces en juego el pensamiento racional teórico, y el conocimiento no se agota con la percepción
del objeto.
Realizar una distinción entre los diversos modos de saber no importa afirmar que estos saberes
sean incompatibles ni estén enfrentados, como afirma Millas “en todo conocimiento hay ingredientes
teóricos y prácticos, y entre unos y otros existe una estrecha relación funcional. Las reglas de acción en
que se traduce el conocimiento práctico no son sino aspectos particulares de las leyes en que se expresa
la teoría de las cosas. Y los conceptos y principios del conocimiento teórico contienen, a su vez, como
consecuencia implícita, las reglas de acción posible de sus objetos”3
Al reconocerla conexión entre los niveles del saber, se debe tener presente que el hombre, desde
tiempo inmemoriales, no se conformó con aprender las conexiones instrumentales de las cosas, buscó
descubrir sus fundamentos, explicar el sentido y describir los objetos en función de la totalidad de la
experiencia, es así que encaró la tarea de investigar sobre lo desconocido para comprender el mundo y
dominarlo, es así que asumió el rol de protagonista de su propia vida, y allí se produjo el salto del saber
práctico al saber teórico.
El origen de la distinción entre los niveles del saber se remonta a Platón que diferenciaba entre la
doxa y la episteme. La doxa, conocimiento sensible, era imperfecto, se trataba de un conocimiento
inferior, dominado por la opinión en donde el sujeto cognoscente percibe las entidades corporales que
son para la teoría platónica simples apariencia. Por otra parte, la episteme (lo que hoy llamaríamos
científico), que es el verdadero conocimiento, el conocimiento inteligible que se refiere al ser. El
conocimiento verdadero, según Platón ha de ser de lo universal, de la esencia, de aquello que no está
sometido a la fluctuación de la realidad sensible: es el conocimiento de las Ideas. A cada uno de estos
conocimientos le corresponderá, por lo tanto, un tipo de realidad, la sensible y la inteligible,
respectivamente.
Aristóteles, redefine el concepto de conocimiento y que distingue tres niveles saberes: el saber
productivo, el saber práctico y el saber contemplativo o teórico.
1. El saber productivo (episteme poietiké) que es el que tiene por objeto la producción o
fabricación, el saber técnico.
3
Millas, Jorge. Op.Cit
6
María Antonia Angeleri
La teoría aristotélica presenta diferencias importantes con las enseñanzas de Platón, tanto
respecto al valor atribuido al conocimiento sensible, como respecto a la actividad misma del
entendimiento, que ha de ser necesariamente discursiva; considera que es imposible llegar a conocer los
universales4 a no ser mediante la inducción; y rechaza explícitamente el innatismo 5 del conocimiento.
Aristóteles presenta al conocimiento como el resultado del aprendizaje, es decir, como el producto de la
coordinación racional de los elementos procedentes de la sensación, a través de la experiencia.
Coinciden, maestro y discípulo, en la consideración de que el verdadero conocimiento ha de serlo de lo
universal, y no de los objetos singulares. Mucho más realista que el maestro, Aristóteles, afirma que el
verdadero “conocimiento del ser” no se encuentra en el mundo de las ideas, sino en el mundo concreto en
que vivimos y nos movemos; ve en la experiencia la base saber y, en la percepción, el punto de partida
necesario y obligatorio de todos los conocimientos. Para el estagirita, todo saber comienza en los
sentidos y en las captaciones que nacen de los sentidos y que son aprehendidos por el intelecto en forma
de imágenes; de ahí que, para el filósofo “careciendo de sensación no sería posible ni aprender ni
comprender”6
La Real Academia Española, define al conocimiento como aquel proceso de “averiguar por el
ejercicio de las facultades intelectuales, la naturaleza, las cualidades y las relaciones entre las cosas”, en
otra de las acepciones se alude dentro del mismo diccionario a aquella actividad que permite “percibir el
objeto como distinto a todo lo que no es”, de estos conceptos se puede colegir que el acto de conocer en
tanto proceso a través del cual el hombre toma conciencia de su realidad nada nos dice del modo en que
el agente, en cuanto sujeto cognoscente se acerca al objeto ni de la operación misma de conocer, ni el
modo cómo se obtiene información del objeto y tampoco si existe coherencia entre el objeto y la
representación que de dicho objeto construye el sujeto cognoscente.
Cabe destacar que nuestro conocimiento (aun aquel conocimiento práctico, intuitivo o vulgar de
las cosas inmediatas, y que traducimos en proposiciones descriptivas de lo visto o de lo que
aprehendemos a través de nuestros sentidos), contiene mucho más de lo efectivamente expresado. Millas
nos dice en este sentido que “lo expresado es siempre un corte convencional en el continuo de un saber
tácito más vasto y profundo”.7
4
Universales en Platón son las “ideas” abstractas e inteligibles
5
Innatismo: Teoría filosófica según la cual algunas ideas o nociones fundamentales del pensamiento son innatas,
es decir, no adquiridas por la experiencia.
6
Aristóteles “Acerca del Alma” http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/acer_alma.pdf. Cap. VIII
7
Millas, Jorge Op.Cit.
7
María Antonia Angeleri
a) Conocimiento vulgar
b) Conocimiento racional, critico o teórico
Conocimiento científico
Conocimiento filosófico
CONOCIMIENTO VULGAR
El CONOCIMIENTO RACIONAL
Este conocimiento nace con el anhelo de racionalidad cuando en el hombre surge la necesidad de
ensanchar su dominio sobre la realidad, entonces busca descubrir cuáles son los fundamentos, las causas
y principios que rigen la naturaleza, para adueñarse de ella.
8
María Antonia Angeleri
En este tipo de conocimiento, la relación que se establece en el acto de conocer entre el sujeto y
el objeto puede ser explicada, descripta y valorada, porque se trata de una actividad consiente y
voluntaria, que el hombre encara con la intención de integrar sus saberes, conceptualizando sobre las
propiedades que reúnen los entes que son objeto de su conocimiento, tratando de indagar sobre las leyes
que rigen el funcionamiento y las relaciones que establecen con otros entes. En este saber, de carácter
crítico y racional, se emiten juicios, se elaboran conclusiones, se formulan generalizaciones sobre los
objetos; se redefinen las leyes que describen las regularidades del objeto, se busca comprender las leyes
de la naturaleza; se analizan los procesos de la historia o los hechos socioculturales para transformarlos o
reafirmarlos, interpretando cada uno de ellos de manera de otorgarle mayor precisión a los conocimientos
pasados y a los novedosos.
El conocimiento racional, se subdivide en virtud de cómo se aprehende el objeto en
conocimiento científico y conocimiento filosófico.
EL CONOCIMIENTO CIENTIFICO
El conocimiento científico es uno de los tipos de conocimiento racional, en cuanto que necesita
para su desarrollo de un método para la observación y la búsqueda de información, así como también
para la identificación de la problemática que rodea a su objeto; la formulación de hipótesis de trabajo y,
de la comprobación de la verdad de los resultados de las investigaciones.
Al realizar todas esas operaciones cognitivas, el hombre de ciencia trata explicar la realidad que
lo circunda desde un punto de vista objetivo, con la intención de alcanzar una mayor rigurosidad y
sistematicidad, para lo cual deberá seleccionar los de métodos de investigación adecuados y apelar a
nuevas técnicas y tecnologías que le resulten más propicias a su objeto de conocimiento, a su área del
saber. El científico, debe aspirar a la mayor objetividad, su tara debe guiarlo hacia la obtención de un
saber que concuerde con la realidad objetiva y que, le permita la describa tal cual es, sin valoraciones,
creencias, opiniones o mitos.
EL CONOCIMIENTO FILOSOFICO
La filosofía también es un tipo de saber racional en el que el hombre busca el conocimiento por
sí mismo y asumiendo una posición crítica, trata dominar el puro saber. El filósofo asume
deliberadamente una posición teorética8 frente al mundo y busca conocer las cosas como son realmente,
tal como se le relevan en sí mismas y así captura la verdad de todo como tal; su tarea implica una
indagación racional de la realidad y del mundo. Como conocimiento absoluto, universal y pantónomo,
nada queda fuera de su objeto de conocimiento y necesita del ejercicio de la razón en el que todo hombre
esté dispuesto a hacer el esfuerzo de pensar y de argumentar para poder explicar la realidad.
8
Teorética: que se dirige al conocimiento, no a la acción ni a la práctica
9
María Antonia Angeleri
A diferencia del conocimiento científico, que nace de la necesidad del hombre de dominar la
naturaleza para solucionar los problemas que enfrenta y que demandan una respuesta determinada; el
conocimiento filosófico, no busca describir las cosas y sus relaciones, sino que encara la tarea de
elaborar una explicación global de un conjunto de fenómenos u objetos, tratando de explicar sus causa y
sus principios.
Al igual que el conocimiento científico, el conocimiento filosófico nace de un acto voluntario,
personal en el hombre se abre al mundo para conocerlo por el simple deseo de explicar los fenómenos
que ocurren en el universo, pero se diferencia de aquel, en que el que el primero posee carácter
progresivo; los científicos aun cuando se refuten unos a otros, parten de hipótesis que han sido
corroboradas no vuelven atrás, siempre avanzan, utilizando las nuevas tecnológicas que le permiten
reafirmar o rechazar las viejas teorías, y en cada etapa se supera o elimina a la anterior; esta circunstancia
no se presente en la filosofía.
El saber filosófico, no es progresivo, no avanza linealmente, no tiene sentido en términos de este
tipo de saber afirmar que Platón ha sido superado por Descartes. Carpio afirma: “en cada gran filósofo
pareciera latir un valor permanente, de manera parecida a lo que ocurre con el arte o la literatura, cuyas
grandes obras encierran sugerencias, inspiraciones y enseñanzas siempre nuevas. Por eso estudiar
filosofía es en buena parte -tal como aquí se lo hace- estudiar historia de la filosofía, y por eso la historia
de la filosofía no es historia, sino filosofía”9
La filosofía, es autónoma, nada la limita fuera de sí misma, no se ocupa de una parte de la
realidad, su interés es ir más allá de lo que explica el científico sobre los fenómenos observados. El
razonamiento es su instrumento básico, es el que le permite al filósofo generar nuevas ideas, analizando
y criticando no sólo al pensamiento de otros filósofos sino también de las elaboraciones teóricas de los
científicos; este saber no admite ninguna verdad como dada, no parte de ningún otro sino que se va
construyendo a sí mismo. Con el uso de la razón el filósofo, busca encontrar el fundamento último de la
experiencia humana y en esa búsqueda va hasta el origen de los problemas; como ciencia de las causas y
principios redefine y clarifica los conceptos y las relaciones.
La labor del filósofo refleja el esfuerzo del pensamiento humano para detectar las fallas y
contradicciones dentro de los razonamientos y, así encarar un trabajo que refute esas contradicciones y
busque superarlas; y en donde se demuestra su capacidad descubar problemas que nadie había notado,
encontrar nuevos problemas para cuestionarse sobre ellos o para resolverlos, fundamentalmente,
preguntándose sobre ellos, la pregunta de Leibniz: "¿por qué hay ente, y no más bien nada?" es la
pregunta filosófica central, porque es aquella que se pregunta sobre el fundamento de todas las cosas y es
tan vieja como la misma filosofía.
Es a partir de esa pregunta metafísica que el filósofo es capaz de ver nuevos problemas que nadie
los había notado antes; de encontrar nuevos modelos para resolverlos o simplemente para cuestionarse el
porqué de esos problemas. En este sentido Carpio nos enseña la actitud filosófica posee como
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Carpio, A.
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María Antonia Angeleri
componente esencial “la tentativa de constituirse como saber sin supuestos, es decir, como saber dónde
nada se acepte porque sí, sino donde todo quede fundamentado. El filósofo no puede simplemente
admitir, sino que debe demostrar, o fundamentar en cualquiera de sus formas, la existencia del mundo
exterior, o la del tiempo, o qué sea la razón, etc.”
Al tratar de discernir sobre “qué es el conocimiento, cuál es su alcance o valor, cuáles son las
fuentes del conocimiento y a cuál de las dos -los sentidos o la razón- debe dársele la primacía”10 el
filósofo pone en juego la razón y a través de ella busca determinar lo verdadero y lo falso. A modo de
observación, Carpio destaca que “Aquí también hay una diferencia entre la ciencia y la filosofía, porque
la ciencia no se plantea el problema del conocimiento; la ciencia, por el contrario, parte del supuesto de
que, simplemente, el conocimiento es posible, supuesto sin el cual ella misma no sería posible”.
Por otra parte, la filosofía es un reflejo de su tiempo, los filósofos, como decía Hegel,
manifiestan la conciencia y el pensamiento de su época, trabajan en un contexto histórico, social y
cultural en el que se producen los problemas que enfrenta el hombre y que filósofo se cuestiona
intentando buscar soluciones desde su saber, en su tarea hay una crítica a su tiempo para tratar de
transfórmalo; una vez que detecta sus errores, se plantea nuevos interrogantes y nuevas soluciones a los
problemas a partir del análisis de las tradiciones y de la historia realizan una conexión entre el pasado, el
presente y el futuro.
El conocimiento filosófico, al igual que el conocimiento científico, es un saber racional, critico,
sistemático, metódico, que posee características propias, a saber:
vocación de universalidad, pretende ser un saber referido a la totalidad de lo real, que pone
en cuestionamiento cualquier tema y reflexiona sobre el ser humano, sobre la ciencia y sobre
la propia filosofía.
no posee supuestos en el que se cuestionan permanentemente sus propios presupuestos y los
presupuestos de otras ciencias.
No busca soluciones a problemas concretos sino que trata de hallar las preguntas a los
interrogantes que el hombre se plantea.
En resumen, es función de la filosofía ofrecer una crítica racional, metódica y sistemática de toda
actividad humana y de toda la ciencia, pero se diferencia del conocimiento científico porque éste se
ocupa de una parte de la realidad, de un ente en su particularidad. El sabio, el filósofo es aquel que
“puede conocer las cosas difíciles y no de fácil acceso para la inteligencia humana (pues el sentir es
común a todos, y, por tanto, fácil y nada sabio). Además, al que conoce con más exactitud y es más capaz
de enseñar las causas, lo consideramos más sabio en cualquier ciencia. Y, entre las ciencias, pensamos
que es más Sabiduría la que se elige por sí misma y por saber, que la que se busca a causa de sus
resultados, y que la destinada a mandar es más Sabiduría que la subordinada”11. Entonces es la filosofía
la que asume la tarea de preguntarse sobre el fundamento de los conceptos a partir de los cuales la
ciencia (la subordinada en términos aristótelicos) construye sus hipótesis, elabora sus leyes y sus teorías.
10
Carpio, A. Op.Cit.
11
Aristóteles.” Metafísica” Op.cit.
11
María Antonia Angeleri
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