Modulo 3 de La Mettttreria Ccccompeta de Intro Al Derr

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m3

m3 microobjetivos

¿Qué tengo que lograr?

- Distinguir los sentidos de la palabra “poder”.


-Relacionar poder social, influencia, fuerza y autoridad.
- Distinguir los caracteres del poder y de la obediencia política.
- Vincular el poder y el derecho.
- Caracterizar a los valores en general y a los valores jurídicos en particular.
- Apreciar al derecho como forma de valoración de la conducta humana.
- Clasificar las diferentes concepciones o teorías sobre la justicia.
- Analizar los distintos contenidos que se ha dado a la justicia a lo largo de la
historia.

m3 contenidos

El derecho como norma y como ordenamiento


Las normas jurídicas y el ordenamiento jurídico.

En el video a continuación se encuentra una presentación al


módulo.

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EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 139


I. LAS NORMAS EN GENERAL

Como ya hemos señalado, si se pretende obtener una visión integral


del derecho, éste puede y debe ser examinado desde distintas dimensiones o
perspectivas: como norma, como ordenamiento, como actividad y como relación.
En este módulo abordaremos al derecho como norma y como ordenamiento.
Las normas son reglas o principios directivos de la actividad típicamente
humana, o lo que es lo mismo, de la conducta del hombre. La idea de norma va
ligada a la noción de modelo o guía para hacer algo. En un sentido más fuerte
se une el concepto de norma con la idea de deber, de algo que debemos hacer,
como una conducta estimada o decidida como debida 1. Por ejemplo, estimamos
que debemos ayudar a una persona, o un profesor estima y decide que las
unidades 1 a 3 son las que los alumnos deben estudiar para el primer parcial de
una asignatura. El deber impuesto por la norma puede ser de carácter positivo,
entonces tenemos una obligación; por ejemplo: “se debe pagar el alquiler de
un inmueble alquilado”, “se debe devolver las cosas prestadas”; o de carácter
negativo, y por lo tanto estamos frente a una prohibición. Un ejemplo de deber
negativo es “no se debe fumar en el aula”. También encontramos normas que
se limitan a permitirnos hacer o no hacer algo. Ejemplos de permisos son:
“los alumnos pueden plantear dudas durante la exposición del docente”, “los
alumnos pueden no formular preguntas durante la clase”.
Toda la vida del hombre está regulada por normas, existiendo una
gran variedad de ellas: las reglas técnicas, las reglas de juego, las reglas de
la gramática y de la lógica, los modelos o pautas de comportamiento social,
las normas morales, los mandatos religiosos, las normas jurídicas, etcétera. Las
reglas técnicas o directivas son las que nos indican un medio para lograr un fin.
Por ejemplo, las instrucciones para el manejo de un electrodoméstico. Las reglas
de juego, las de la gramática y las de la lógica se caracterizan por determinar o
definir una actividad. Si quiero jugar al truco debo respetar ciertas reglas, sino lo
hago, no jugaré a ese juego de naipes. Si no respeto las reglas de la gramática
castellana, no hablaré español.

Como vimos, los modelos o pautas de comportamiento social nos dicen


cómo debemos pensar y actuar para llevar una convivencia ordenada con los
otros miembros de la sociedad en que vivimos 2. Las normas jurídicas se nos
presentan antes que nada como normas, como un tipo de normas, una clase
especial de regla de la conducta humana.
Se distingue entre normas jurídicas naturales y normas jurídicas positivas.
Las normas jurídicas naturales son las estimadas como debidas, siendo exigidas
por un fin estimado como debido, un fin exigido por la naturaleza del hombre y
de las situación. Las normas jurídicas positivas son las decididas en función de
un fin decidido. Son conductas decididas como debidas por imposición de otro.

1 Respecto a las conductas debidas, hemos hecho la distinción, siguiendo el pensamiento


de Barraco Aguirre, entre conductas exigidas y conductas decididas. Las conductas
exigidas como debidas, lo son, en función de un fin exigido o propuesto, por la naturaleza
de las cosas o de la situación. El deber en las conductas decididas como debidas surge
también en relación a un fin, por una imposición propia o ajena, es decir, por un acto
de decisión o de voluntad. Las conductas exigidas son conocidas estimativamente, las
conductas decididas son conocidas interpretativamente
2 VILLAGRA, Ángel Esteban y BARRIONUEVO, Daniel: “Introducción al derecho.
Fundamentos al derecho”. Editorial Advocatus. Córdoba, p 28 y ss.

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Las normas jurídicas positivas, que analizaremos en su naturaleza y
en sus diversas clases, y en su estructuración lógica y expresión lingüísticas,
no se nos presentan en forma aislada, ni constituyendo un simple agregado
de preceptos, ni como un conjunto de normas yuxtapuestas unas a otras,
sino relacionadas en un sistema o estructura que suele ser designado con la
expresión “ordenamiento jurídico”. Sin embargo, algunos autores han señalado
que la expresión “ordenamiento jurídico” es un italianismo porque la palabra
equivalente en castellano debiera ser la de “orden jurídico” 3.
Para otros, el ordenamiento jurídico es un medio para establecer el
orden social 4, que debe diferenciarse de la noción de “orden jurídico” que
se reserva para designar el orden objetivo, concreto, real que surge de la
aplicación, cumplimiento o aplicación coactiva de las normas que integran
dicho ordenamiento. En este sentido las nociones de orden social y orden
jurídico se implican y correlacionan5. Al ordenamiento jurídico nos proponemos
analizarlo como estructura jerárquica, coherente y plena de normas positivas.
El ordenamiento jurídico es una estructura, es decir una pluralidad de normas
heterogéneas, que constituyen una totalidad, una unidad. Las normas jurídicas
que lo componen, establecen entre ellas relaciones de subordinación, de
jerarquía, existiendo como hemos visto normas primarias y secundarias. Esta
clasificación se vincula con el concepto de validez, uno de los caracteres de las
normas jurídicas positivas. El ordenamiento jurídico se nos presenta también
como estructura coherente de normas. La coherencia se relaciona con la
inexistencia de antinomias y redundancias entre las normas que lo componen.
En este sentido, el ordenamiento jurídico debe tener para cada conducta, no más
de norma. Finalmente el derecho como ordenamiento se caracteriza también por
su plenitud, es decir, con la inexistencia de casos no previstos o lagunas de
legislación, debiendo regular cada conducta, con al menos una norma.

Los sentidos de la palabra “norma”


Como acabamos de señalar, el término “norma” tiene numerosas
acepciones y es utilizado muchas veces con significados poco claros. Patrón,
modelo, tipo, reglamento, regla, ley, canon, criterio, orden, pauta, precepto,
disposición, mandamiento, etcétera son expresiones que se nos presentan como
sinónimos parciales de la palabra “norma”.

Von Wright enumera y clasifica los distintos significados


atribuidos a la palabra “norma”. Los clasifica en significados
principales y secundarios. Entre los principales señala a la
expresión “norma” como regla de juego, como prescripción o
regulación y como directriz o norma técnica. Entre los significados
secundarios destaca a “norma” como costumbre, como norma
moral y como norma ideal.
Las normas como reglas de juego o determinativas son aquellas que
establecen los movimientos correctos y permitidos en una determinada actividad
o juego. Ejemplos de normas en este sentido son los reglamentos de un deporte
o juego, las reglas de la gramática y las reglas de la matemática.

3 SEGURA ORTEGA, Manuel: “Manual de teoría del derecho”. Editorial Centro de Estudios
Ramón Areces. Madrid. 1998, p 178.
4 MARTÍNEZ PAZ, Fernando: “Introducción al derecho”. Editorial Abaco. Buenos Aires.
1982, p 361.
5 MARTÍNEZ PAZ, F.: óp. cit., p 362.

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Una segunda acepción de la palabra norma, dentro de las acepciones
principales, es la llamada prescripción o regulación. Un ejemplo de norma
en este sentido lo constituyen las leyes del Estado. Las prescripciones son
establecidas o dictadas por una autoridad normativa, destinadas o dirigidas a
un determinado sujeto normativo, buscando que éste se comporte de una cierta
manera. Las prescripciones son promulgadas, es decir comunicadas para su
conocimiento y van acompañadas de la amenaza de una sanción o castigo para el
caso de su incumplimiento. Las normas jurídicas positivas, las órdenes militares,
las órdenes que los padres dan a sus hijos menores, las reglas de tránsito, son
ejemplos de prescripciones. Las prescripciones constituyen modelos o pautas
de comportamiento social explícitos, como hemos visto en el módulo anterior
Las directrices o normas técnicas se caracterizan por ser los medios
a utilizar para alcanzar un determinado fin. Ejemplos de este sentido de la
expresión “norma” como norma técnica son las contenidas en el manual de uso
de los televisores, computadoras, etcétera.
El primero entre los sentidos secundarios de la palabra “norma” es el de
costumbre, como hábito social o regularidad en la conducta de los miembros de
una sociedad, que tienden a hacer cosas parecidas en circunstancias similares.
En general, las costumbres se imponen a los individuos, y tienen que ver con
la forma en que la gente actúa y piensa. Podemos catalogar a las costumbres
como normas en cuanto influyen o ejercen presión sobre los miembros de una
comunidad o sociedad para que se comporten de esa determinada manera.
Sin embargo, se diferencian de las prescripciones porque no son creadas
por una autoridad normativa, son de creación anónima y no necesitan ser
promulgadas. Son modelos o pautas de comportamiento implícitos, y se parecen
a reglas determinativas en cuanto establecen las formas de vida dentro de una
determinada comunidad.
Las normas morales son también un sentido de norma que Von Wright
clasifica dentro de los sentidos secundarios. Este autor señala que las normas
morales son muy difíciles de identificar y no es claro a cuáles normas se les
debe atribuir el carácter de moral. Hay concepciones que vinculan a las normas
morales con las normas religiosas, o sea aquellas emanadas de la autoridad de
Dios, y otras que las entienden como una especie de regla técnica que señala el
medio para lograr un determinado fin: la felicidad del individuo o el bienestar de
la sociedad. Más adelante analizaremos algunos elementos o caracteres de las
normas morales que son útiles para diferenciarlas de las normas jurídicas.
Por último, otro sentido secundario de “norma” señalado por Von Wright,
es el de reglas ideales, que están estrechamente vinculadas con el concepto
de virtud, de bondad, de patrón o de modelo. Señalan las características de la
especie óptima de una clase. Por ejemplo, lo que debe hacer una persona para
ser un buen futbolista, un buen abogado, un buen estudiante, etcétera.
Estos sentidos secundarios de la palabra tienen la característica de
presentar similitudes con más de uno de los sentidos principales. Las costumbres,
por ejemplo, se parecen a las reglas determinativas en que establecen y casi
definen ciertos patrones de conducta, y a las prescripciones en que ejercen una
presión normativa sobre los miembros de una comunidad para que conformen
su conducta con esos modelos. Las normas ideales, por una parte, se asemejan
a las reglas determinativas, en cuanto definen como se debe realizar una cierta
actividad, y por otra guardan similitud con las normas técnicas, al representar el
medio para el logro de la perfección en la forma de hacerla.

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II. LAS NORMAS JURIDICAS: SUS CARACTERES

A) La diferenciación entre las normas jurídicas y las normas morales


Como hemos visto, las normas morales son difíciles de identificar
y de distinguir de los otros tipos de normas. Y especialmente la distinción
entre normas morales y normas jurídicas es un problema que no siempre
ha sido planteado y resuelto con claridad. Analicemos algunos elementos o
características que nos permitirán distinguir estos dos tipos de normas.
Las normas morales son unilaterales en el sentido de que frente al
sujeto obligado no hay otra persona autorizada para exigirle el cumplimiento
de su deber. Son sólo imperativas, imponen deberes. Regulan conductas en
interferencia subjetiva, es decir que establecen la conducta a seguir respecto
a otras posibles conductas de ese mismo sujeto. Nos prescriben, por ejemplo,
que debemos pagar nuestras deudas, frente a otra posible conducta nuestra:
no pagarlas. Las normas jurídicas, en cambio, son bilaterales, ya que imponen
siempre deberes u obligaciones a una o más personas, correlativos a facultades
o derechos de otra u otras personas. En este sentido se dice que las obligaciones
jurídicas no son deberes, sino deudas. Por ello, las normas jurídicas son siempre
impero-atributivas, imponen deberes al mismo tiempo que atribuyen facultades
correlativas, estableciendo una relación entre dos sujetos, el titular de la facultad
y el titular del deber u obligación. Las normas jurídicas regulan conductas en
interferencia intersubjetiva, es decir establecen la conducta de un sujeto frente a
la conducta de otro sujeto. Nos indican que si hemos celebrado un contrato de
locación, debemos pagar el alquiler, y correlativamente confieren al locador la
facultad o derecho de exigir que le paguemos ese alquiler.
Se suele afirmar también que las normas morales se ocupan del fuero
interno del sujeto, de la rectitud de los propósitos, mientras que las normas
jurídicas se limitan a prescribir la ejecución meramente externa de ciertos actos,
conformándose con su pura exterioridad. Este criterio de distinción entre moral y
derecho es relativo. Las normas morales no sólo se ocupan del fuero interno del
sujeto, ya que no son suficientes las buenas intenciones, sino que la moral exige
que esas buenas intenciones trasciendan a la práctica. Ayudar al prójimo, no
robar, no matar, son normas reconocidas como morales y sin embargo, regulan
conductas exteriores del hombre. Sin embargo para la moral la interioridad es
fundamental. Las normas jurídicas a veces permiten penetrar la conciencia de
los sujetos obligados, para analizar los móviles de la conducta, atribuyéndoles
consecuencias jurídicas. Por ejemplo: la intencionalidad en el derecho penal y la
buena fe en el derecho civil y en el derecho laboral. Sin embargo, es indudable
que desde la perspectiva jurídica la exteriorización de los actos tiene una
importancia mayor, ya que el fuero interno sólo tiene relevancia en la medida
que se exterioriza. Por ello, quizás convenga decir que las normas morales son
predominantemente interiores y las normas jurídicas son predominantemente
exteriores.
Otro de los criterios que se ha utilizado para diferenciar entre moral y
derecho, es el de la autonomía. Las normas morales no crean obligaciones si
no han sido interiorizadas por el sujeto, si éste no las percibe como necesaria-
mente fundadas y justificadas, es decir si no las ha internalizado como normas.
Aunque consideremos que la norma moral tiene validez objetiva, es decir que
existe con independencia de que el sujeto la conozca y la acepte como tal,
debemos decir que de dicha norma no se desprenderá un deber concreto para
un determinado sujeto si éste no la reconoce como tal, y se convence de su
validez y obligatoriedad respecto a su conducta. En este sentido se dice que
las normas morales son autónomas. Las normas jurídicas son heterónomas
ya que en ellas, la obligación jurídica se establece, por el legislador, de una
manera exclusivamente objetiva, con total independencia de lo que piense el
sujeto destinatario de ésta. Las normas jurídicas obligan tanto si el sujeto está de

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acuerdo con ellas, como si no lo está. Es decir que, en este caso, no se toma en
cuenta el juicio subjetivo de los sujetos llamados a cumplir lo prescripto.
La coercibilidad de las normas jurídicas radica en el hecho de que el
derecho permite y prescribe el empleo de la fuerza como medio de conseguir la
observancia de sus preceptos. La diferencia entre “coercibilidad” y “coacción”
se encuentra en que la primera consiste en la posibilidad de recurrir a la violencia
para lograr la imposición del deber jurídico, mientras que la coacción es el uso
de la fuerza para lograr un determinado comportamiento. Las normas jurídicas
no son coactivas, ya que en la mayoría de los casos logramos su cumplimiento
sin utilizar la fuerza. Son coercibles, atento a que es posible usar la fuerza para
lograr su efectividad, pero no siempre necesario. Las normas morales son
incoercibles. Su cumplimiento ha de efectuarse de manera espontánea, debido
a que el acto realizado por la fuerza carece de valor moral, porque la moral
supone y requiere libertad en su cumplimiento.
Otro criterio de distinción entre normas morales y normas jurídicas es el
de su finalidad. Las normas morales tienen por objeto el perfeccionamiento del
sujeto obligado, individual o grupal. La moral se preocupa del sujeto que comete
el acto inmoral, y no de los su jetos que sufren las consecuencias del mismo. En
el derecho, en cambio, las normas jurídicas cuidan la suerte de las posibles
víctimas de los actos ilícitos, y procuran el perfeccionamiento del orden social.

B) Las relaciones entre moral y derecho

El análisis efectuado en los párrafos anteriores nos permite


afirmar la existencia de elementos que posibilitan distinguir las
normas morales de las normas jurídicas. Las normas jurídicas
son bilaterales, heterónomas, predominantemente exteriores,
coercibles y a través de ellas se pretende lograr el perfeccionamiento
social, mientras que las normas morales son unilaterales,
autónomas, predominantemente interiores, incoercibles y buscan
el perfeccionamiento personal del sujeto obligado. Sin embargo,
el hecho de que se distingan entre el derecho y la moral no supone
que puedan separarse totalmente, en cuanto órdenes normativos.

Diez Picazo6 analiza algunas de las posibles relaciones


entre derecho y moral. Por ejemplo, señala que hay ámbitos de la conducta
del hombre donde los preceptos morales y las normas jurídicas coinciden o se
superponen, persiguiendo los mismos objetivos y buscando la realización de
unos mismos valores. En este sentido tanto el derecho como la moral sancionan
el robo y el homicidio. Existe incluso una zona en la que el derecho pretende
una moralización de las relaciones jurídicas, impidiendo resultados jurídicos que
sean inmorales. Por ejemplo, en el ámbito contractual se ampara especialmente
a la buena fe y en general existen varias normas jurídicas que remiten a las
normas morales.

Indica también, este autor, la posibilidad de descubrir ámbitos donde


la moral produce normas que no son recogidas por el derecho. Por ejemplo, la
moral prohíbe el suicidio, sin embargo éste no constituye un hecho antijurídico,
ni aun en grado de tentativa o frustración. Únicamente la prestación de ayuda
y la instigación al suicidio constituyen delitos en nuestro país (art. 83 del
Código Penal). Otro ejemplo señalado es el de la prohibición moral de faltar
conscientemente a la verdad, mientras que una mentira constituye para el
ordenamiento jurídico una infracción en casos muy determinados, como es el
6 DIEZ PICAZO, Luis: “Experiencias jurídicas y teoría del derecho”. Ariel. Madrid. 1973, p
48-51.

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del falso testimonio de testigos, peritos o intérpretes (art. 275 del Código Penal),
o de la falsa denuncia (art. 245 del Código Penal).
El jurista español plantea también la existencia de otras
zonas en las cuales el derecho establece soluciones que no van de acuerdo con
los principios morales, en función de la realización de valores sociales como
el orden, la seguridad, etc., como por ejemplo podría ser el caso del desalojo
por falta de pago del alquiler de una familia numerosa por el propietario de la
vivienda donde el padre ha perdido el trabajo. Podría ser reprochable desde el
punto de vista moral, pero perfectamente lícito jurídicamente.
Por último, señala que el derecho puede establecer deberes
que son indiferentes desde el punto de vista moral. Por ejemplo: el deber de
circular en una cierta dirección en determinada calle o avenida, o la obligación
de trasmitir la propiedad de un inmueble por medio de escritura pública.

C) La moral y el derecho en el ordenamiento jurídico y en la jurisprudencia


de los tribunales de nuestro país.

En el ordenamiento jurídico argentino, en las normas internacionales,


nacionales y provinciales que lo integran, encontramos innumerables remisiones
del derecho a la moral y a las buenas costumbres, respondiendo, a veces, a un
concepto común como principio general, y en otras, haciendo referencia sólo a
la moral, o aludiendo únicamente a las costumbres, que son calificadas como
“buenas”. En la Declaración Universal de Derechos Humanos se señala que
toda persona en el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades
estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin
de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los
demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del
bienestar general en una sociedad democrática 7
En la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre se
señala que los deberes del orden jurídico presuponen otros, de orden moral, que
los apoyan conceptualmente y los fundamentan; y que “…puesto que la moral
y buenas maneras constituyen la floración más noble de la cultura, es deber de
todo hombre acatarlas siempre” 8.
En la Convención Americana de Derechos Humanos, también llamada
Pacto de San José de Costa Rica, respecto al ejercicio de derecho de reunión sólo
puede estar sujeto a las restricciones previstas por la ley, que sean necesarias en
una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional, de la seguridad
o del orden públicos, o para proteger la salud o la moral públicas o los derechos
o libertades de los demás9. Y respecto al ejercicio del ejercicio de la libertad de
pensamiento y de expresión, que no puede estar sujeto a previa censura sino a
responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley
y ser necesarias para asegurar la protección de la moral públicas.

7 Declaración Universal de Derechos Humanos. Art. 29.


8 Declaración Americana de Derechos Humanos. Preámbulo.
9 Convención Americana de Derechos Humanos. Art.

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Por ejemplo el artículo 19 de la Constitución Nacional establece como
límite a las acciones privadas de los hombres, la ofensa de la moral pública.
También son muchas las referencias del Código Civil y Comercial de la Nación,
a la moral y a las buenas costumbres. Algunos ejemplos son las siguientes
prescripciones contenidas en su articulado, que establecen: que la ley no ampara
el uso abusivo de los derechos entendiendo como tal, el que contraría los fines
del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos por la buena
fe, la moral y las buenas costumbres (Art. 10), que el objeto del acto jurídico no
debe ser un hecho contrario a la moral o a las buenas costumbres (Art. 279),
que establece la nulidad de los actos sujetos a un hecho contrario a la moral y
a las buenas costumbres (art. 344); que las partes son libres para celebrar un
contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos por la moral
y las buenas costumbres (art- 958); que no pueden ser objeto de los contratos
los hechos que son contrarios a la moral (art. 1004), que un pago es repetible, si
la causa del mismo es ilícita (art. 1796); que son nulos las condiciones y cargos
constituidos por hechos contrarios a la moral (art. 2468). También la Ley de
Contrato de Trabajo considera ilícito el objeto del contrato laboral, cuando es
contrario a la moral y a las buenas costumbres10.
La ley 23331 establece que podrán introducirse en la zona franca toda
clase de mercaderías y servicios estén o no incluidos en listas de importación
permitidas, creadas o a crearse, con la sola excepción de armas, municiones y
otras especies que atenten contra la moral, la salud, la sanidad vegetal y animal,
la seguridad y la preservación del medio ambiente 11
En la ley de marcas y designaciones, se establece que no pueden ser
registrados las palabras, dibujos y demás signos contrarios a la moral y a las
buenas costumbres.12

La Constitución de la Provincia de Córdoba fija que el ejercicio de la


libertad religiosa y de la libertad de conciencia queda sujeto a las prescripciones
de la moral y el orden público13.
El principio general aceptado es que si bien no todo lo moral debe ser
jurídico, todo lo jurídico debe ser moral 14.

En cambio, se discute si el concepto de moral y buenas costumbres


responde a una idea relativa dependiente de su aceptación general o es la
versión de un concepto moral católico, como religión mayoritaria en nuestro país.
La nota del artículo 531 del anterior Código Civil expresa que, en el lenguaje del
derecho, se entiende por “buenas costumbres”, el cumplimiento de los deberes
impuestos al hombre por las leyes divinas y humanas15.

10 Ley de Contrato de Trabajo. Art. 39.


11 Ley 23331. Art. 33.
12 Ley 22362. Art. 3
13 Córdoba. Constitución provincial. Art. 5
14 CFed. Mendoza, B. 21/10/1983. Citada en: ARRIBALZAGA, Martín: “Diccionario jurídico
jurisprudencial”. Editorial Depalma. Buenos Aires. 2000, p 331.
15 CNCiv. C. 15/4/82. “Bardelli, Edmundo R. c/ Comisión Municipal de Vivienda.” Citada
en: ARRIBALZAGA, Martín: óp. cit., p 331.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 146


También los tribunales de nuestro país han reconocido a la moral y
las buenas costumbres como un límite impuesto al ejercicio de los derechos
reconocidos por el derecho de nuestro país. En este sentido se ha señalado que
a) excede los límites impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres
-y que configura por tanto un abuso del derecho en los términos del art. 1071
del anterior Código Civil (hoy art. 10 del nuevo Código Civil y Comercial).- que
un cónyuge requiera del otro la prestación de su deber asistencial mientras
le imputa haberle contagiado una enfermedad venérea que éste no padece y
que -es de presumir- ha contraído por el contacto sexual que, en violación del
deber de fidelidad, ha mantenido con otra persona 16; que dado que la evidente
desproporción entre el monto reconocido en la sentencia de trance y remate y
el de la liquidación es producto de la acumulación de intereses, corresponde
ordenar su readecuación sin anatocismo, pues la usura, además de ser un delito
en ciertas condiciones, viola la moral y las buenas costumbres (art. 279, Código
Civil y Comercial), por lo que los jueces no podrían convalidarla en ningún caso¸
y c) en un caso donde el locador de un inmueble que llevaba adelante una
ejecución por el cobro de alquileres se ordenó la disminución de la cláusula
penal prevista en el contrato, por considerarla abusiva por ser a la moral y
buenas costumbres y por ello corresponde al juez, de acuerdo a la facultad
otorgada por el art. 656 del anterior Código Civil (hoy art. 794 del nuevo Código
Civil y Comercial), adecuarla a un límite más justo —en el caso, el doble del
alquiler pactado17.
El concepto de moral y buenas costumbres dentro de nuestro
ordenamiento, no se refiere a los principios morales subjetivos de cada
juez, sino aquellos que expresan la moral común de la sociedad18. L a s
buenas costumbres “están constituidas por las reglas morales impuestas por
la convivencia”19. Se trata de costumbres valiosas de la comunidad que rigen
prácticamente en el medio social. Se advierte que en todos los casos en que
el Código se refiere a las “buenas costumbres”, hace referencia a la moral. El
juez no debe acudir cuando se trata de calificar la inmoralidad de un acto, a
sus convicciones personales, tampoco a la moral teórica o a la más alta que se
observa en ambientes restringidos, sino a la conciencia popular dominante, esto
es, al sentimiento de decoro de todos aquellos que piensan equitativamente y
rectamente20. “Para que la condición contraria a las buenas costumbres anule la
obligación, la ofensa a éstas debe ser el efecto inmediato y cierto de la modalidad;
cuándo ésta, por sí misma, no ofende a las buenas costumbres, pero hace temer
que sea la ocasión para faltar a sus deberes, no entra en la prohibición legal, ya
que las acciones de los hombres deben juzgarse por lo que les sea personal, no
por el hecho de otro”21.
16 CÁMARA 1A DE APELACIONES EN LO CIVIL Y COMERCIAL DE BAHÍA BLANCA,
SALA I

17

18 CS Tucumán, Civ y Pen., 31/5/96, “Bessero, Antonio P. c/ Elea S.A.” Citada en:
ARRIBALZAGA, Martín: op.cit., p 332.
19 Cciv.1ª 25/10/46, LL 44-456; Cciv.2ª, 31/8/48, JA 1948-IV-508. Citados por: SALAS,
Acdeel Ernesto: “Código Civil y leyes complementarias anotados. I”. 2ª edición. Depalma.
Buenos Aires. 1981, p 21.
20 KALLER DE ORCHANSKY, Berta: “Buenas costumbres”. En: BUERES, Alberto (Director):
“Código Civil- 1”. Hammurabi. 1995, p 58.
21 Cciv. D. 1/4/63. LL 110-376. Citado en SALAS, A.E.: óp. cit., p 284.

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Algunos contratos que los tribunales han considerados contrarios a
las buenas costumbres son: la venta de influencias 22, los contratos vinculados
al proxenetismo, como por ejemplo la obligación de ejercer la prostitución 23,
los contratos de partición de honorarios entre un abogado y quien no lo es24,
el convenio por el cual un profesional facilita su título a otro para que ejerza
actividades que no le están permitidas 25, la obligación contraída por un litigante
de pagar una suma de dinero al abogado de la parte contraria para que obtuviera
de su cliente una transacción26.

Borda, enuncia los siguientes casos que el legislador ha establecido


como contratos nulos por ser contrarios a la moral y a las buenas costumbres:
los pactos que tuviesen por objeto una herencia futura, los que se opongan
a la libertad de acción o de conciencia, como la obligación de habitar en un
cierto lugar, o de no casarse, la de vivir célibe, temporal o perpetuamente, o
de no casarse con cierta persona o divorciarse, los que tengan por objeto el
uso deshonesto de una casa alquilada, el préstamo de una cosa para un uso
contrario a las buenas costumbres, etcétera 27.

D) La diferenciación entre las normas jurídicas y las demás normas


sociales

Como ya se ha señalado, las normas jurídicas positivas constituyen


una tipo especial dentro de los modelos o pautas de comportamiento social,
que podemos definir como “uniformidades de acción o de pensamiento que se
reproducen regularmente en un grupo o sociedad” 28.

Las normas jurídicas han sido caracterizadas como modelos o pautas


de comportamiento social, ideales, explícitas, predominantemente exteriores, y
según el grado de su obligatoriedad, como normas. Los preceptos del derecho
son ideales ya que fijan cómo debe ser nuestro comportamiento respecto de
los demás miembros de la sociedad, y no como es nuestro comportamiento
social real o efectivo. Constituyen modelos explícitos, porque en los Estados
modernos, las normas jurídicas son generalmente establecidas en forma
consciente, y promulgadas y publicadas en forma expresa. También, como
hemos señalado al diferenciarlas de las normas morales, las normas del derecho
son predominantemente exteriores porque regulan, en la mayoría de los casos,
las conductas exteriores del hombre. Sin embargo, en ciertas ocasiones, los
modelos o pautas jurídicas se refieren también a conductas interiores del hombre;
por ejemplo cuando regulan la intención, la buena fe, etcétera. Finalmente,
según su grado de obligatoriedad, hemos clasificado las normas jurídicas como
normas, o modelos del “tener que”, ya que su observancia es obligatoria, y su
infracción genera sanciones.

22 Cciv.1ª. 4/7/32. Citado en: SALAS, A. E.: óp. cit., p 462. CNCom., Sala D. 26/10/95.
“Galli Jorge F., y otro c/ Asociación Civil para el personal jerárquico profesional y técnico
del Banco”. LL-1996-E, p 193.
23 Cciv. D, 16/7/54, LL 76-66. Citado en SALAS, A.E.: óp. cit., p 463.
24 SALAS, A. E: óp. cit., p 463.
25 SALAS, A. E.: óp. cit., p 463.
26 Cciv. 1ª 13/6/19, GF 20-289. Citado en SALAS, A. E.: óp. cit., p 463
27 BORDA, Guillermo A.: “Manual de contratos”. 16 ª edición. Editorial Perrot. Buenos
Aires. 1993, p 90.
28 VILLAGRA, A., y BARRIONUEVO, D.: óp. cit., p 29.

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Apliquemos ahora los criterios que hemos utilizado para diferenciar la
moral del derecho, para distinguir las normas jurídicas de los demás modelos
o pautas de comportamiento social, es decir de los llamados también usos y
convencionalismos sociales29.

Mientras las normas jurídicas son bilaterales, ya que se caracterizan


por ser impero-atributivas, imponiendo a un sujeto, una obligación o deber, y
al mismo tiempo, y en forma correlativa, a otro sujeto un derecho o facultad
de poder exigir el cumplimiento de esa obligación o deber, recurriendo a los
tribunales si fuere necesario, los usos y costumbres son unilaterales, ya
que son sólo imperativos, en el sentido que de frente a nuestros deberes u
obligaciones sociales, no jurídicos, no existe otro u otros sujetos con la facultad
de exigirnos su cumplimiento. O sí, pero sin la posibilidad de recurrir a los
órganos jurisdiccionales para lograr el cumplimiento de dichas obligaciones.

Los usos y costumbres, al igual que las normas jurídicas, son


heterónomos, en el doble sentido de: a) ser creados por una voluntad distinta
del sujeto obligado, aunque relativamente en este caso, porque los destinatarios
participan, en cuanto miembros del grupo, del proceso de formación espontáneo
de los modelos o pautas, y b) ser impuestos y obligatorios con independencia
de haber sido interiorizados y aceptados por sus destinatarios. También las
normas jurídicas y los usos y convencionalismos sociales comparten el ser
predominantemente exteriores, ya que como hemos visto ambos regulan no
sólo las conductas exteriores de los miembros de la sociedad, sino también las
conductas interiores en la medida que son exteriorizadas.

Las normas jurídicas son, como hemos señalado, según el grado de su


obligatoriedad, normas o modelos del “tener que”. Sin embargo, se distinguen
de las demás normas sociales, es decir de los otros modelos o pautas que
establecen deberes respaldados por sanciones, porque son coercibles, es
decir que se puede lograr su cumplimientos por medio aun de la fuerza, que
en las sociedades modernas es ejercitada por órganos especializados. Los
usos, costumbres y las normas sociales no jurídicas, al igual que las normas
morales, son incoercibles, dado que no es posible lograr su cumplimiento por
medio de la fuerza.
También las normas jurídicas y los demás modelos o pautas de
comportamiento social comparten la misma finalidad, ya que se orientan al
perfeccionamiento de la convivencia social, y no al de los sujetos obligados,
como en el caso de las normas morales.

Lo invitamos a resolver la actividad 1.

29 GARCIA MAYNEZ, Eduardo: “Introducción al estudio del derecho”. 15a edición. Editorial
Porrúa. México. 1.968, p 25.

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III. LAS NORMAS JURIDICAS NATURALES

A) El derecho natural

Dentro del derecho encontramos dos tipos de normas jurídicas: las


normas jurídicas naturales, o derecho natural, y las normas jurídicas positivas, o
derecho positivo.

La expresión “derecho natural” adolece de una ambigüedad


similar a la de la palabra “derecho”, ya que tiene tres significados
principales: como ciencia, como normatividad y como facultad.
El derecho natural como ciencia es la disciplina que estudia las
normas jurídicas naturales; como normatividad, “derecho natural”
designa al conjunto de normas jurídicas naturales; y como facultad,
es utilizada para nombrar a las facultades o derechos otorgados
al hombre por el ordenamiento jurídico natural. En este último
sentido30 derecho natural es sinónimo de derechos humanos.

En principio, las normas jurídicas naturales, o el derecho natural, pueden


ser definidas como aquellas normas que surgen, se basan o fundamentan en
la naturaleza. Aristóteles define al derecho natural como aquel “que en todas
partes tiene la misma fuerza”31, y Tomás de Aquino como “aquello que por su
naturaleza es adecuado o ajustado a otro”32. Javier Hervada, en este mismo
sentido, identifica al derecho natural con lo justo natural, y lo expone como
“aquella cosa que está atribuida a un sujeto, y en consecuencia le es debida,
por título de naturaleza y según una medida natural de igualdad”33.

B) El concepto de naturaleza

Esta primera aproximación al concepto de norma jurídica natural, requiere


que precisemos el concepto de naturaleza. La palabra “naturaleza” es uno de
esos términos especialmente ambiguos, ya que es utilizada con significados
muy distintos, tanto en el lenguaje vulgar, como en el lenguaje técnico filosófico.

En este sentido, se señala que aparece “una serie de significados


de “naturaleza” al contraponer ésta a otras nociones. Así, si contraponemos
naturaleza a sobrenaturaleza, natural significará todo aquello en cuya producción
o desarrollo no intervienen factores extrahumanos; naturaleza como opuesto a
cultura representa un sentido de lo primario y espontáneo; cuando naturaleza
se enfrenta a espíritu, lo natural se circunscribe al mundo de la materia; si
consideramos la naturaleza como opuesto a libertad, aquella comprenderá la
zona de la necesidad y la causalidad, siendo libre lo contingente y lo que es
consecuencia de un obrar finalista; puede entenderse lo natural como lo contrario
de artificial, es decir, como aquello que tiene existencia independientemente de
la transformación operada por la actividad humana; por último, decimos de un
suceso o conducta que es extraño o anómalo, cuando no se produce de modo
normal y en el sentido que cabría esperar”34.
30 FERNANDEZ GALEANO, Antonio: “Introducción Filosófica al derecho” Editorial de la
Sección de Publicaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense.
Madrid. 1979, p 80.
31 ARISTOTELES, Ética a Nicómano, 1134 b, Lib. V., c. 7.
32 TOMAS DE AQUINO: “Suma teológica”. 2-2, q 57, a. 3
33 HERVADA, Javier: “Introducción crítica al derecho natural”. EUNSA. 8ª edición. Navarra.
1994, p 79 y ss.
34 FERNANDEZ GALEANO, A.: óp. cit. Capítulo V, p 72.

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Además de esta amplitud significativa excepcional, los vocablos “natural”
y “naturaleza” tienen una especial resonancia emocional, particularmente en el
ámbito jurídico 35.

También desde la filosofía se han acuñado variadísimos


conceptos de naturaleza, Fernández Galeano, en la obra citada,
analiza dos concepciones: la concepción cosmológica y la
concepción metafísica tradicional.

La concepción cosmológica identifica a la naturaleza con el conjunto


de seres corpóreos, con el cosmos, refiriendo el concepto al mundo físico. Esta
es la noción de naturaleza utilizada por las ciencias naturales. Existen a su vez
diversas versiones de esta concepción de naturaleza: organicistas, mecanicistas
e historicistas.

La concepción metafísica clásica, en cambio, entiende como naturaleza


al modo de ser de cada ente, o de cada especie, en particular. La naturaleza es lo
que tipifica y constituye a cada ser, es el modo de ser que tiene cada realidad, el
modo en que cada realidad se manifiesta. Esta naturaleza del ser es, a su vez, lo
que determina las operaciones propias de cada ser, el origen de sus actividades
propias. Esta concepción metafísica clásica considera, entonces, a la naturaleza
en dos aspectos: uno estático y otro dinámico. El aspecto estático de naturaleza
corresponde con la esencia de cada ser, y el aspecto dinámico comprende a esa
misma esencia vista como principio operativo, como fuente de las operaciones
propias de cada ser 36.

C) La naturaleza humana

Cada ser tiene su propia naturaleza, y por lo tanto podemos


hablar de naturaleza humana, como el modo de ser propio del
hombre, que lo tipifica y lo distingue de otros entes, y que al mismo
tiempo es el origen de los movimientos típicamente humanos.

Las notas que caracterizan al hombre, son su naturaleza racional, ética


y social. Como hemos señalado 37, “el hombre actúa, a partir de su inteligencia
y voluntad libre, de la siguiente manera: de frente a una situación, no encuentra
el hombre, una respuesta adecuada e inmediata que determine un obrar único
y mecánico. Por ello debe analizar desde su razón las diversas alternativas de
actuación, y puede elegir libremente una de ellas, para realizarla. La elección
de esta alternativa debe ser justificada, dándole de este modo un sentido o
valor a su obrar. Todo acto del hombre debe ser justificado para ser plenamente
humano. De la elección de la alternativa y de su justificación va surgir el carácter
moral o inmoral de la conducta”. Y por todo esto hemos sostenido la naturaleza
racional y ética del obrar humano.

35 GARDELLA, Juan Carlos: “Naturaleza y Derecho”. En Enciclopedia Jurídica Omeba T.


XX. Driskill. Buenos Aires. 1982, p 69.
36 FERNANDEZ GALEANO, A.: óp. cit., p 75.
37 VILLAGRA, A., y BARRIONUEVO, D.: óp. cit., p 66.

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También ya se ha señalado38 que el hombre, a través de su existencia, por
naturaleza tiende a realizar los siguientes fines: “la conservación y generación
de la vida; el perfeccionamiento físico, espiritual y religioso y la participación
en el bien común general”. Y que el logro de estos fines existenciales implica la
necesidad de un medio o ámbito que la haga posible: Este medio es la sociedad
donde el hombre se relaciona con los demás hombres. A partir de esta idea, se
afirma la naturaleza social del hombre, fundamentándola además en diversos
datos de la experiencia: su dependencia prolongada de un núcleo familiar para
su constitución física y espiritual, el lenguaje, como medio de comunicación y
de expresión con los demás, la necesidad de la sociedad para su desarrollar
plenamente sus posibilidades en el campo del arte, de la ciencia, y en la esfera
religiosa, moral y jurídica39.

D) Las concepciones del derecho natural

Este concepto de naturaleza humana sirve para elaborar la idea tradicional


o estricta de derecho natural. Para esta concepción clásica el derecho natural es
aquel ordenamiento que brota y se funda en esa naturaleza humana. Las normas
jurídicas naturales son aquellas dirigidas al mejor desarrollo de las actividades
propias del hombre

Fernández Galeano señala la existencia de dos concepciones de derecho


natural: una estricta o clásica y otra amplia. Nosotros podríamos agregar una
tercera que se desprende del propio desarrollo que el autor realiza del tema.

La concepción estricta o clásica sustentada por el llamado


iusnaturalismo concibe al derecho natural como el ordenamiento
que surge y se funda en la naturaleza humana, que el hombre
conoce a través de la razón y que el legislador debe respetar.

También para la concepción amplia, sostenida por el


objetivismo jurídico, el derecho natural es un ordenamiento, un
orden normativo que surge de una serie de factores o datos que
condicionan la vida del hombre en sociedad, uno de los cuales es
la naturaleza humana, pero no el único. Otros factores objetivos,
sustraídos de nuestra voluntad como sujetos, son los datos de
la realidad social, cultural, económica, histórica, etc., de donde
se desprenden normas jurídicas naturales en sentido amplio que
pueden ser conocidas por medio de la razón y que el legislador
debe respetar. Esta concepción amplia del derecho natural es
denominada “objetivismo jurídico”, no en relación al derecho
objetivo o normatividad, sino porque sostiene la existencia de
esa realidad objetiva, metajurídica, de donde surgen o se infieren
normas que el derecho positivo debe respetar. Por ejemplo, el
legislador no podría establecer una norma que prescribiera que
todos los habitantes de Argentina deben pagar quinientos mil
pesos anuales de impuestos, no porque dicha ley vaya en contra
de la naturaleza humana, sino porque es incompatible con la
realidad socioeconómica de nuestro país.

38 VILLAGRA, A. y BARRIONUEVO, D.: óp. cit., p 67.


39 MARTÍNEZ PAZ, Fernando: “Introducción al derecho”. Editorial Abaco. Buenos Aires.
1982, p 306.

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Una tercera concepción que se podría denominar
“amplísima” sostiene que el derecho natural es un simple ideario o
conjunto de valores que orienta o guía la actividad del legislador.
En esta última concepción el derecho natural pierde su carácter
normativo.

E) Las relaciones entre el derecho natural y el derecho positivo 40

Uno de los problemas que no pueden ser dejados de lado, cualquiera


sea la perspectiva o concepción desde la que se lo aborde, iusnaturalista o
positivista, es el de las relaciones entre el derecho positivo y el derecho natural.

Sostenemos que es necesario no oponer estas dos concepciones


respecto del concepto de derecho, sino precisar las relaciones entre dos formas
de derecho que necesariamente han existido, existen y deben existir para no
caer en reduccionismos que no explican en forma acabada lo jurídico. En este
sentido no se puede convertir al derecho natural en un orden normativo jurídico
capaz de regular de una vez y en forma definitiva todas las situaciones de la
convivencia social, soslayando toda otra forma de derecho. Pero tampoco es
posible desconocer los requerimientos y exigencias que surgen de lo que el
hombre es, y construir una organización social y jurídica de convivencia sin
anclarla en principios jurídicos universales.

El derecho natural comprende un conjunto de normas, conductas


debidas, en cuanto exigidas por la naturaleza del hombre y de la situación. Las
normas jurídicas naturales constituyen entonces los medios exigidos, natural
y situacionalmente, si nos proponemos regular y ordenar la convivencia social
conforme a los requerimientos de los fines exigidos como debidos, también, por
la naturaleza del hombre y por la situación41.

El derecho positivo constituye, en una visión integrada e integral del


mismo, un sistema de principios y normas, conductas decididas como debidas,
cuyo cumplimiento puede lograrse por medio de la fuerza, que imponen deberes
y atribuyen facultades correlativas, creando relaciones entre los miembros de la
sociedad, elaboradas por alguien con poder suficiente, producto de una serie de
factores sociales, económicos, políticos y culturales, con la finalidad de realizar
una conjunto de valores sociales vigentes, en forma efectiva y eficaz, en la socie-
dad.

De esta definición, en cuanto fenómeno humano, el derecho positivo


no puede surgir como una mera imposición de la voluntad de una autoridad
normativa, sino que ésta debe justificar racionalmente las conductas decididas
como debidas, conforme una estimación de las conductas exigidas en función
de los fines decididos y exigidos por la situación. Esto nos permite afirmar que
las normas jurídicas positivas deben, para ser efectivas y eficaces, tener un
fundamento ético y técnico.

40 MARTINEZ PAZ, F.: óp. cit., p 317.


41 Relacionar con los distintos tipos de fines, y de conductas que hemos distinguido, en
el capítulo 2, al analizar la conducta humana, siguiendo a Barraco Aguirre.

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De estas concepciones del derecho natural y del derecho
positivo, surgen la compatibilidad, la complementariedad e
implicancia de estas formas de derecho, ya que, como afirma
Welzel: “sin positividad, el derecho es simple abstracción o
aspiración ideal de un orden posible, y sin su nota axiológica
fundamental, es mera fuerza incapaz de cumplir con el postulado
originario de toda ordenación: la protección del ser humano”.
El derecho natural necesita del derecho positivo para hacerse
efectivo dentro de la sociedad, y éste de aquél para encontrar un
fundamento que le permita ser algo más que un mero mandato o
imposición basado en la fuerza.

F) El derecho natural y los derechos humanos

La concepción del derecho natural se vincula estrechamente con los


llamados hoy “derechos humanos”, especialmente con su fundamentación.

A partir de la Revolución Francesa, en forma progresiva y creciente,


tanto desde un punto de vista cuantitativo y cualitativo, la humanidad ha ido
preocupándose por la existencia de unos derechos naturales del hombre,
derechos humanos que constituyen un límite que el legislador debe respetar.

En general, y en forma simplificada, podemos identificar dos tipos de


fundamentaciones contrapuestas respecto a estos derechos humanos, que de
algún modo coinciden, aunque no exactamente, con el tradicional antagonismo
entre el iusnaturalismo y el positivismo jurídico.

Para unos, el fundamento de los derechos humanos lo encontramos


en las exigencias de las notas características propias del hombre. Para otros,
los derechos humanos se apoyan en las conquistas sociales y políticas que en
forma progresiva han llevado al reconocimiento de los derechos humanos en los
ordenamientos jurídicos nacionales e internacionales de la modernidad.

I. LA NORMA JURIDICA POSITIVA.

I. La naturaleza de la norma jurídica positiva

Las normas jurídicas positivas, desde una perspectiva sociológica


y conforme a lo desarrollado anteriormente, son modelos o pautas de
comportamiento social, ideales, exteriores, generalmente explícitos, son normas,
del tipo del “tener que”, ya que establecen comportamientos obligatorios,
reforzados con una sanción para su incumplimiento.

Los juristas no siempre coinciden sobre la naturaleza de


la norma jurídica positiva. Diversas teorías se han elaborado al
respecto, las que podemos agrupar, en tesis imperativistas, tesis
antiimperativistas y tesis eclécticas

.42
42 SORIANO, Ramón: “Compendio de teoría general del derecho”. Editorial Ariel.
Barcelona. 1986, p 22 y ss.

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Las teorías imperativistas, que tienen antecedentes en las concepciones
de autores como Cicerón, Hobbes y Rousseau, se configuran en forma
sistemática a partir de Thon, y luego son desarrolladas por autores como Austin,
Carnelutti, Del Vecchio y Bobbio. Dentro de estas teorías podemos distinguir dos
tesis: una radical y otra moderada. La tesis imperativista radical sostiene que
la norma jurídica positiva es un imperativo, un precepto o mandato ordenado
por una voluntad legisladora que obliga a sus destinatarios. Conforme a esta
posición la norma jurídica vincula dos voluntades: la del que manda y la del
que debe obedecer. La tesis moderada concibe a la norma jurídica como una
regla imperativa o prescripción; la norma prescribe comportamientos, pero
no relaciona fácticamente dos voluntades. Las teorías imperativistas, que han
gozado de una gran aceptación en la historia de la teoría del derecho, están
vinculadas en general con las concepciones estatalistas y coactivas del derecho.

Diversas críticas se han acuñado en contra de las tesis imperativistas.


Algunos autores indican la existencia de normas jurídicas positivas que no
responden a la idea de un mandato o precepto. Se ha señalado como ejemplos,
el caso de las normas consuetudinarias, las normas dispositivas o de orden
privado, y las normas derogadas por el desuso. Otros aducen que hay normas
cuya finalidad no consiste en la prescripción de un comportamiento. Por ejemplo,
aquellas normas que otorgan poderes, permisos, o que consisten en definiciones
de términos o instituciones jurídicas.

Olivecrona trata de responder a dichas críticas señalando que las


normas jurídicas positivas son imperativos impersonales, donde el sujeto activo,
la voluntad creadora de la norma, y el sujeto pasivo, el destinatario del mandato,
están indeterminados, no existiendo por lo tanto una relación personal entre
quien emite el mandato y el que lo debe obedecer43.

Las teorías antiimperativistas niegan el carácter imperativo de las normas


jurídicas positivas poniendo el acento en otros aspectos de éstas, concibiéndolas
como juicios, como reglas técnicas o como juicios de valor.

Los autores que conciben a la norma jurídica positiva como un juicio,


niegan su carácter imperativo. La norma jurídica es un mero juicio o razonamiento
de carácter hipotético que enlaza un supuesto con una consecuencia jurídica.

Otros autores antiimperativistas ponen el acento en el carácter


instrumental de las normas jurídicas, como reglas técnicas necesarias para el
logro de fines sociales.

Por último, se define a la norma jurídica como un juicio de valor. El


contenido de la norma más que un imperativo, es una alternativa valorativa. El
legislador considera los elementos de la realidad o sector social abarcados por
la norma y elige una de las varias alternativas de regulación traduciéndola en
un texto normativo, emitiendo un juicio de valor sobre la conveniencia de la
aplicación de dicha regulación.

En realidad, cada una de estas tesis antiimperativistas sobre la naturaleza


de la norma jurídica positiva pone el acento, absolutizándolo en un aspecto de
ella, constituyendo visiones reduccionistas sobre lo jurídico.

43 OLIVECRONA, Karl: “El derecho como hecho”. Labor Universitaria. Barcelona. 1908,
p 127.

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Las normas jurídicas son conductas decididas como debidas,
en función de fines decididos como debidos por el legislador. El
legislador al establecer los fines de la norma, lo hace en función de
la realización de ciertos valores en la sociedad. Y esas conductas
decididas como debidas que constituyen los medios técnicos
exigidos para el logro de los fines propuestos por el legislador,
son pensadas a través de la estructura de un juicio del deber ser.

Se señala, en este mismo sentido, que las normas jurídicas positivas son
“reglas de motivación social indirecta, de carácter prescriptivo, expreso o reflejo,
concretada tras una valoración de las situaciones y las acciones del sector social
regulable”44.

II. Los caracteres de la norma jurídica positiva

Hemos analizado los caracteres útiles para diferenciar a


las normas jurídicas de los otros órdenes normativos (las normas
morales y de los demás modelos o pautas de comportamiento
social). La bilateralidad, la heteronomía, la coercibilidad y la
exterioridad son caracteres propios de las normas jurídicas, ya sean
naturales o positivas. Hay otros caracteres que son específicos
de las normas jurídicas positivas: la validez, y la coercibilidad
institucionalizada, la vigencia, la efectividad y la eficacia.

a) La validez

La primera característica de la norma jurídica positiva es la


validez. Se dice que una norma jurídica es válida si está conforme
con lo dispuesto con las normas jurídicas de grado superior.

Una norma jurídica positiva es válida si reúne dos requisitos:


a) si ha sido elaborada por los órganos y por los procedimientos
establecidos en las normas de grada superior, conocida como
validez formal, b) si su contenido no es incompatible con lo
dispuesto por las normas jerárquicamente superiores, o validez
material.

El problema de la validez de las normas jurídicas positivas y el de la


construcción jerárquica del ordenamiento serán profundizados en el módulo
siguiente.

b) La coercibilidad institucionalizada

Otra de las características de las normas jurídicas positivas es la


coercibilidad. Como hemos visto, al establecer criterios para diferenciar las
normas jurídicas de las normas morales, la coercibilidad de las normas jurídicas
radica en el hecho de que el ordenamiento jurídico permite y prescribe el empleo
de la fuerza como medio de conseguir la observancia de sus preceptos.

44 SORIANO, R.: óp. cit., p 37.

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“Coercibilidad”, también llamada por algunos autores “coactividad”, se
diferencia de “coacción” en que consiste en la posibilidad de recurrir a la violencia
para lograr la imposición del deber jurídico, mientras que la coacción es el uso
de la fuerza para lograr un determinado comportamiento. Las normas jurídicas
no son coactivas, ya que en la mayoría de los casos logramos su cumplimiento
sin utilizar la fuerza.

En las sociedades modernas la coercibilidad está


institucionalizada, es decir que el uso de la fuerza para lograr el
cumplimiento de las normas se halla regulado a su vez, por normas
jurídicas que establecen las ocasiones en que es posible utilizarla,
cuál es el procedimiento para ello y los órganos facultados para
su uso. La institucionalización de la coercibilidad da seguridad y
eficacia al uso de la fuerza para el logro del cumplimiento de las
normas jurídicas.

El Estado moderno, además goza del monopolio del uso de la fuerza


para el logro del cumplimiento de las normas. Es decir que la utilización
de la fuerza queda reservada a órganos especializados, como son el
Poder Judicial y la policía. El ordenamiento jurídico admite algunas
excepciones a este monopolio del uso de la fuerza para el logro de la
efectividad de las normas. Por ejemplo, los casos de legítima defensa, en
el ámbito penal o civil, donde ante la violación eminente y arbitraria de un
derecho se permite la utilización de la fuerza para defenderse, siempre
que se reúnan ciertos requisitos, que veremos en el módulo 4.

c) La vigencia

Otra característica que se predica de las normas jurídicas positivas es la


vigencia. El problema de la vigencia de las normas jurídicas se relaciona con el
ámbito temporal de validez de las normas, y conforme a ello podemos distinguir:
derecho vigente y no vigente.

Una norma jurídica positiva está vigente si es exigible


actualmente, y es derecho no vigente si no es exigible actualmente.
El derecho no vigente puede serlo de vigencia pasada y de vigencia
futura. La norma no vigente, de vigencia pasada es aquella que
habiendo estado vigente en el pasado, por algún motivo no es
exigible actualmente. La norma no vigente, de vigencia futura es
aquella que habiendo sido creada, aún no entró en vigencia, por
no haber llegado el momento para el comienzo de su exigibilidad.

En nuestro país las normas jurídicas entran en vigencia en


la fecha que ellas lo establecen o si no ocho días después de su
publicación en el Boletín Oficial
45
.

45 Código Civil y Comercial de la Nación. Art. 5.-

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 157


En relación con la duración de su vigencia, las normas jurídicas pueden
ser: de vigencia determinada o de vigencia indeterminada. Una norma tiene
vigencia determinada cuando su propio texto establece el período durante el
cual va a ser exigible. Una norma es de vigencia indeterminada cuando de la
letra de la norma no se desprende hasta cuándo es exigible. Las normas de
vigencia indeterminada pierden su vigencia de dos modos: expreso o directo,
cuando son derogadas en forma explícita por otra norma de la misma jerarquía
o de jerarquía superior; y tácito o indirecto: cuando se dicta una norma de
igual o superior jerarquía, cuyo contenido sea incompatible con el contenido
de la norma anterior. En el módulo siguiente, veremos los distintos tipos de
incompatibilidades entre normas, y cómo el criterio temporal, que establece que
la norma posterior deroga la norma anterior, constituye uno de los modos de
solucionar esas antinomias. Por aplicación de ese criterio es que se produce la
pérdida de vigencia en forma tácita o indirecta de una norma, cuando se dicta
una norma posterior incompatible con su contenido.

En relación con la finalización de la vigencia de una norma podemos


distinguir las siguientes situaciones: a) la derogación propiamente dicha o
derogación stricto sensu que consiste en dejar parcialmente sin efecto una ley;
b) la abrogación que estriba en dejar sin efecto totalmente una ley, se utiliza
también la expresión derogación total para denominar esta situación; c) la
modificación o reforma que consiste en dejar sin efecto parcialmente una ley y
reemplazarla por otra; y d) la subrogación donde se reemplaza a una norma en
forma completa por otra.

En general se utiliza la expresión “derogación” para designar en forma


amplia al hecho de dejar sin efecto una ley o norma jurídica, englobando en
dicha expresión las cuatro situaciones señaladas.

El órgano competente para derogar (en sentido amplio) una norma, es el


mismo que la dictó u otro órgano jerárquicamente superior, con facultades para
hacerlo.

d) La efectividad y la eficacia

El derecho positivo es elaborado por la autoridad pública


con la intención de que su cumplimiento sea exigible y que
efectivamente se cumpla y de que, en último término, se logren los
fines propuestos al establecerlo. Por eso, podemos decir que una
norma jurídica positiva se realiza plenamente como tal: en primer
lugar, cuando es vigente (es decir, cuando su cumplimiento es
actualmente exigible), en segundo término, cuando es efectiva (es
decir, cuando su cumplimiento es actualmente real) y por último,
cuando es eficaz, (es decir, cuando a través de su cumplimiento
se obtienen en la sociedad los fines propuestos por el legislador
al dictarla).

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 158


La vigencia es entonces, la vocación de toda norma jurídica positiva,
desde que ella fue formulada para ser exigible en su cumplimiento. Pero,
naturalmente, ya que el dere cho positivo es diverso y variable, una norma
jurídica positiva cuyo cumplimiento es exigible en un lugar o en su momento,
puede no serlo en otro. Así, hay derecho positivo que aun siendo tal, desde que
fue elaborado por los hombres, sin embargo no es exigible aquí y ahora; es local
o actualmente incompleto, en cuanto derecho positivo, porque aunque lo es,
no tiene vigencia. Frente al derecho positivo vigente existe, pues, un derecho
positivo no-vigente, con vigencia en otro país u otra época, sea en el pasado o
en el futuro; quizás, incluso, sin vigencia alguna, ni en el espacio ni en el tiempo,
si a pesar de haber sido formulado nunca llegó a regir.

A su vez, la efectividad es la vocación de toda norma jurídica positiva


vigente, desde que su cumplimiento se hizo exigible para que ella realmente
se cumpla. Pero, naturalmente, ya que la normatividad jurídica (como toda
normatividad) depende para su cumplimiento de la voluntad de los hombres,
puede ocurrir que la norma vigente, a pesar de su vigencia, nunca llegue a
cumplirse. Puede ocurrir, por ejem plo, que sea incapaz de lograr el cumplimiento
voluntario de la mayoría de los obligados por ella; y por ese desprestigio mismo,
a pesar de dicho cumplimiento, no ser éste realmente exigido por la autoridad
pública. La eficacia es también la vocación de las normas jurídicas positivas
vigentes efectivas, ya que si, a través de su cumplimiento el ordenamiento no
logra los fines propuestos por el creador de la norma al establecerla, debe ser
derogada, porque ha perdido su razón de ser.

Aquí puede resolver la actividad 2 de este módulo 1.

III. Las distintas clases de normas jurídicas positivas

Una de las actividades realizadas por la dogmática jurídica o ciencia


jurídica en sentido estricto es la sistematización de las normas que integran
el ordenamiento jurídico de un país. La sistematización tiende a ordenar los
materiales normativos para facilitar su conocimiento y aplicación a los casos
concretos. La clasificación es una de las actividades sistematizadoras, ya que
procede a distribuir a las normas jurídicas en clases o categorías.

Existen diversos criterios de clasificación de las normas jurídicas, muchos


de ellos particulares de cada rama del derecho. A continuación revisaremos
algunos que son generales y comunes a todas las ramas y que creemos de
utilidad para proporcionarnos una idea de la diversidad funcional de las normas
que integran el ordenamiento jurídico.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 159


a) Según el lugar que ocupan en el ordenamiento jurídico

Dentro de un mismo ordenamiento jurídico encontramos normas de


la misma y de diversa jerarquía. Entre las normas de distinto rango jerárquico
existen relaciones de subordinación, cuya existencia hace posible la ordenación
escalonada de dichas normas y, a su vez, constituye el fundamento para
establecer su validez.

Las normas jurídicas según este criterio, y de acuerdo con


esa ordenación jerárquica, se clasifican en normas primarias y
normas secundarias. Las normas primarias son las que ocupan
el lugar más alto en el ordenamiento, y cuya validez no deriva de
ninguna otra norma. Las normas secundarias son aquellas cuya
validez deriva de otras normas de grado superior.
Conforme a este criterio, la Constitución Nacional es la norma primaria,
y todas las demás normas (leyes, decretos, sentencias, etc.) constituyen normas
secundarias. El carácter de norma primaria (o superior) y de norma secundaria
(o inferior), desde otra perspectiva puede predicarse de todas las normas del
ordenamiento, salvo de la primera y de la última, en la escala jerárquica. Por
ejemplo, una ley es norma secundaria en relación con la Constitución, y es
norma primaria respecto de un decreto del Poder Ejecutivo, y un decreto puede
ser una norma primaria respecto de una sentencia judicial o de un contrato.

b) Según el sujeto activo

Las normas jurídicas según el sujeto activo, es decir, según


el tipo de órganos que las crean, se clasifican en personales y
colectivas. Las normas son personales cuando han sido creadas
por órganos unipersonales, y son colectivas las elaboradas por
órganos colegiados, o cuando interviene una pluralidad de órganos
en su creación. Las leyes, las ordenanzas, son normas colectivas.
Las sentencias, los decretos, son normas personales.

c) Según el sujeto pasivo

El sujeto pasivo de una norma es el destinatario de la


prescripción establecida en ella. Los destinatarios de una norma
constituyen su ámbito personal de validez. Según este criterio,
las normas se clasifican en generales y particulares. Una norma
es general o genérica cuando sus destinatarios son una clase
o categoría de personas. Una norma es particular o individual
cuando su sujeto pasivo es uno o más individuos determinados.

El grado de generalidad de una norma, en principio, guarda relación


con su grado de abstracción y con el lugar que ocupa en el ordenamiento.
En general, las normas de mayor jerarquía dentro de la pirámide normativa
son más generales que las normas que están en su base. La generalidad no
es esencial como característica de las normas jurídicas, a pesar de constituir
uno de los principios ideológicos del Estado liberal. El liberalismo sostiene la
conveniencia de que las normas sean generales para promover la igualdad,
y evitar los privilegios. Sin embargo, en el ordenamiento jurídico de cualquier
Estado encontramos normas generales y particulares, y éstas últimas son más
numerosas que las primeras.

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d) Según su contenido

Las normas jurídicas según su contenido, es decir, según


la naturaleza de la prescripción que establecen, se clasifican en
normas típicas y concretas. Son típicas las normas que establecen
un modelo de conducta, y concretas las que regulan una conducta
determinada, que puede ser encuadrada dentro del modelo o tipo.

Generalmente, las normas concretas constituyen la aplicación a


una situación determinada de las normas típicas, y por ello una derivación y
concreción de éstas, aunque no siempre es así.

e) Según la función que cumplen en el ordenamiento

Las normas, según la función que desempeñan en el


ordenamiento jurídico de un país, se clasifican en normas de
comportamiento y normas de organización. Las normas de
comportamiento son las que prescriben una conducta de acción
u omisión, mientras que las normas de organización (en sentido
amplio) establecen las condiciones o medios para la aplicación de
las primeras y para el logro de su efectividad y eficacia.

Dentro de estas normas de organización en sentido amplio, a su vez,


podemos distinguir distintos tipos según la función que cumplen: a) definitorias:
son las que establecen el significado de términos utilizados en la formulación de
las normas de comportamiento; b) interpretativas: son las que aclaran el sentido
y el alcance de las normas de comportamiento; c) de organización propiamente
dicha: son las que constituyen los órganos encargados de la creación,
aplicación y ejecución de las normas de comportamiento; d) de competencia:
son las que establecen las atribuciones de esos órganos de creación, aplicación
y ejecución de normas de comportamiento; e) de procedimiento: son las
que regulan los pasos a seguir para la creación, aplicación y ejecución de
las normas de comportamiento; f) permisivas: establecen una excepción a lo
mandado o prohibido por una norma de comportamiento. Pueden ser positivas
o negativas, según sean excepciones a una prohibición o a una obligación;
g) sancionatorias: regulan la consecuencia correspondiente a la violación de
una norma de comportamiento; las normas de comportamiento son llamadas
también normas sustantivas o de fondo, y las normas de organización, normas
adjetivas, procedimentales o de forma.

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f) Según la autonomía de la voluntad de los destinatarios.

Las normas jurídicas positivas, por su relación con la


voluntad de sus destinatarios, se clasifican en normas taxativas
o dispositivas. Las normas taxativas, también llamadas normas
de orden público, son las que obligan con independencia de la
voluntad de sus destinatarios, no siendo lícito para éstos derogarlas.
Las normas dispositivas, denominadas también como normas
supletorias o de orden privado, son subsidiarias de la voluntad de
los sujetos obligados, y su validez depende de la inexistencia de
una voluntad diversa de los particulares.

g) Según el ámbito material de validez.

Este criterio de clasificación de las normas jurídicas, según el ámbito


material de validez, es el que más arraigo tiene en la tradición histórica de la
ciencia jurídica.

Según este criterio, se las clasifica en normas de derecho


público y normas de derecho privado.

Se destacan entre los numerosos criterios históricos de distinción del


derecho público y el derecho privado los siguientes: “por razón de la utilidad
o del interés” (utilidad o interés social o particular), por razón de la naturaleza
(según normas de organización o de comportamiento), por razón del sujeto
(intervención de un órgano público o sólo la intervención de particulares),
principio de regulación (principio de comunidad o de individualización), de la
tutela (defensa de oficio o de la iniciativa privada), de la patrimonialidad (según
contengan derechos económicos o no económicos), de la coacción (según
sean normas taxativas o dispositivas), según la posición de los sujetos de la
relación jurídica (relación de supraordinación o de coordinación)”. Ninguno de
estos criterios es absolutamente satisfactorio para fundamentar la tradicional
distinción entre normas de derecho público y normas de derecho privado; y de
algún modo son complementarios46.

h) Según el ámbito espacial de validez.

Este criterio de clasificación divide a las normas jurídicas en


nacionales e internacionales.

46 SORIANO, R.: op. cit., p 71.

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Las normas internacionales son las que se aplican en el territorio de más
de un Estado. Dentro de las normas internacionales encontramos las llamadas
normas comunitarias, que son las que se aplican en una comunidad de países,
por ejemplo el derecho comunitario europeo, o las normas del Mercosur. Las
normas nacionales son las que se aplican dentro del territorio de un país. A su
vez, dentro de las normas nacionales podemos distinguir las normas federales
o nacionales propiamente, las normas provinciales y las normas municipales,
según que el ámbito de su aplicación sea el Estado federal, los Estados
provinciales o el municipio.

i) Según su ámbito temporal de validez.

Como hemos visto denominamos vigencia al ámbito temporal de validez


de una norma.

Según su vigencia, podemos clasificar a las normas en


vigentes y no vigentes. Las normas vigentes son las normas
actualmente exigibles o aplicables, y las normas no vigentes son
las que actualmente no son aplicables. Entre las normas vigentes
podemos distinguir las de vigencia determinada y las de vigencia
indeterminada.

Las normas de vigencia determinada son aquellas que establecen


expresamente hasta cuándo pueden ser aplicadas. Las normas de vigencia
indeterminada son aquéllas que no establecen su período de vigencia en
forma expresa, y que son exigibles o aplicables mientras no sean derogadas,
expresamente por otra norma, o tácitamente por el dictado de una norma cuyo
contenido sea incompatible con el de la primera, en ambos casos, del mismo
rango o de jerarquía superior. A las normas no vigentes se las clasifica en normas
no vigentes de vigencia pasada y normas no vigentes de vigencia futura.
Las normas de vigencia pasada son las que, habiendo estado vigentes en un
determinado momento histórico, han sido derogadas expresa o tácitamente por
normas de igual o mayor jerarquía. Las normas de vigencia futura son aquéllas
en las que, habiendo sido promulgadas por el o los órganos con atribuciones
para dictarlas, aún no ha comenzado el período de su obligatoriedad.

Lo invitamos a realizar la actividad 3 de este módulo.

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IV. La estructuración lógica de las normas jurídicas

a) La norma jurídica como juicio

Las normas jurídicas positivas son imperativos, conductas


decididas como debidas, por una autoridad normativa para regular
la convivencia social. Estas decisiones del legislador son pensadas
lógicamente a través de la forma de un juicio.

Un juicio es el pensamiento de una relación enunciativa entre conceptos47.


En un juicio se enuncia, se dice que es, la relación de conveniencia o no entre
dos conceptos. Un juicio consta de tres partes: un sujeto, una cópula y un
predicado. El sujeto es aquello de lo cual se afirma o niega algo, el predicado,
es lo que se afirma o niega, y la cópula es el nexo o unión que expresa la relación
de conveniencia o no. Por ejemplo: “el pizarrón es verde” es un juicio donde “el
pizarrón” es el sujeto, “verde” el predicado y “es” la cópula. Este juicio pertenece
al campo del ser, piensa o enuncia como algo es efectivamente, y por lo tanto es
susceptible de ser calificado como verdadero o falso, según corresponda o no
con lo que acontece en la realidad.

Los juicios según su relación pueden ser clasificados en categóricos,


hipotéticos y disyuntivos. En los juicios categóricos la relación de conveniencia o
no entre los conceptos no está sujeta a condición, ni alternativas. Se denominan
hipotéticos los juicios donde la relación entre el sujeto o predicado está sujeta
a una condición. Por ejemplo: si es primavera, el árbol es verde, o si llueve, iré
al cine. En los juicios disyuntivos se afirma que alternativamente a un sujeto le
convienen uno o más predicados. Por ejemplo: si llueve iré al cine o al teatro, o
el libro es de Juan o de María.

Las normas jurídicas, en cuanto imperativos, en cuanto conductas


debidas, son pensadas a través de juicios del deber ser.

Kelsen denomina “juicios imputativos” a los juicios a través


de los cuales pensamos a las normas jurídicas positivas. En los
juicios imputativos, que son para este autor juicios hipotéticos
según su modalidad, se vinculan dos sucesos o hechos: un
supuesto y una consecuencia. A un supuesto jurídico se le imputa o
atribuye una consecuencia jurídica. El supuesto y la consecuencia
están relacionados por la cópula “deber ser”.

Por ejemplo: “Si alguien mata, debe ser una pena de prisión de ocho
a veinticinco años”. “Si alguien mata” es el supuesto, “debe ser” la cópula, y
“una pena de ocho a veinticinco años” constituye la consecuencia jurídica. Esta
estructuración lógica de la norma jurídica responde a una concepción que pone
el acento en la conducta ilícita como presupuesto de la sanción, dejando en
segundo plano el pensamiento de la conducta lícita. El filósofo vienés denomina
norma primaria a la que comprende la conducta ilícita y la sanción, y norma
secundaria a la conducta lícita que es la que evita la sanción.

47 FATONE, Vicente: “Lógica e introducción a la filosofía”. Editorial Kapelusz. Buenos


Aires, p 15 y ss.

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Cossio, filósofo del derecho argentino, critica por
reduccionista a la estructura lógica propuesta por Kelsen, y sostiene
que el derecho debe pensarse a través de juicios imputativos
disyuntivos. Para este autor no existen dos normas, sino una
con dos partes unidas en forma disyuntiva. Una, la endonorma
comprende la conducta lícita y la otra, la perinorma, la conducta
ilícita más la sanción.
La prohibición de matar se estructuraría de la siguiente manera: “Dada
una situación de normalidad (que no haya agresión ilegítima), debe ser respeto
de la vida ajena, o si no se respeta la vida ajena, es decir si se mata a otro, debe
ser de ocho a veinticinco años de prisión”. “Dada una situación de normalidad
(que no haya agresión ilegítima), debe ser respeto de la vida ajena” constituye la
endonorma, “o”, la cópula disyuntiva, y “si no se respeta la vida ajena, es decir
si se mata a otro, debe ser de ocho a veinticinco años de prisión”, la perinorma,
es decir la conducta ilícita más la sanción.

b) El supuesto jurídico

La estructura lógica de las normas jurídicas pensadas


como juicios imputativos tiene dos partes: el supuesto jurídico y la
consecuencia jurídica.

El supuesto jurídico es la hipótesis o condición que si se actualiza


desencadena las consecuencias jurídicas previstas en la norma. Por ejemplo el
art. 8 de la ley 24.192 establece que: “Será reprimido con prisión de seis meses
a tres años el que destruyere o de cualquier modo dañare una cosa mueble o
inmueble, total o parcialmente ajena, con motivo u ocasión de un espectáculo
deportivo”. El supuesto jurídico en este caso viene constituido por la destrucción
o daño de una cosa mueble o inmueble, total o parcialmente ajena, con motivo u
ocasión de un espectáculo deportivo. Este hecho que constituye el supuesto es
contingente, es decir que puede o no materializar, puede o no suceder. Es más,
podría el supuesto no materializarse jamás, lamentablemente no en el supuesto
del ejemplo, y en nuestro país.

El supuesto jurídico es la representación normativa de


un hecho jurídico, en cuanto hecho o acontecimiento humano o
natural productor de consecuencias jurídicas. En el ejemplo, las
consecuencias jurídicas son la prisión de seis meses a tres años.
Los supuestos jurídicos pueden adoptar distintas formas: un hecho
jurídico, un acto jurídico o una situación jurídica.

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Los hechos jurídicos, conforme a la conceptualización propuesta por este
autor, son los fenómenos naturales que producen consecuencias jurídicas, sin
la intervención del hombre. En los actos jurídicos, libres u obligados, interviene
el hombre con su conciencia y libertad, para ejercer un derecho o cumplir con
un deber impuesto por una norma jurídica. Por último, otra forma de supuesto
son las situaciones jurídicas que comportan un haz de derechos y obligaciones
estables surgidas de los status o posiciones ocupados por las personas en la
sociedad. Las situaciones jurídicas producen consecuencias con independencia
de la concurrencia de actos humanos. Por ejemplo el status jurídico de padre
genera una serie de derechos y deberes, por el mero hecho de ocupar esa
posición 48.

En el derecho argentino, el Código Civil, establece que los supuestos


jurídicos pueden tener como contenido, a hechos naturales y a hechos
humanos. Los hechos naturales o externos son aquellos que se realizan por
causas ajenas al sujeto, no interviniendo para nada su voluntad, pero que sin
embargo pueden producir consecuencias jurídicas49. Son los que Soriano
denomina hechos jurídicos: un nacimiento con vida, la muerte, la edad, la caída
de granizo, etc. Por ejemplo, a partir del nacimiento con vida, se adquiere la
calidad de heredero de un familiar fallecido. O la caída de granizo, que genera
la obligación de indemnizar los daños ocasionados por este hecho natural, por
parte de la compañía aseguradora. Los hechos humanos, producidos por el
hombre, que son denominados, como “actos jurídicos”, pueden ser: voluntarios
e involuntarios. A los hechos humanos voluntarios, que son los ejecutados
con discernimiento, intención y libertad, se los denomina “actos” 50 y pueden
ser calificados como lícitos e ilícitos 51. Los actos lícitos, pueden ser a su vez,
actos jurídicos 52, cuando se dirigen en forma inmediata a la producción de
consecuencias jurídicas, por ejemplo la celebración de un contrato de alquiler,
la presentación de una demanda, la celebración de un matrimonio, y actos
simplemente lícitos 53, cuando no tienen ese fin, pero la ley les atribuye algún
efecto jurídico. Por ejemplo, si alguien va pescar o cazar, y lo hace por simple
placer, sin proponerse aumentar su patrimonio, con la incorporación de nuevos
bienes al mismo. Sin embargo, la ley le atribuye el dominio o propiedad de los
peces o presas obtenidos si son conservados por el pescador o cazador. Otro
ejemplo: el que hace reparaciones urgentes en la propiedad de un amigo ausente,
no tiene como objetivo establecer una relación jurídica, sino prevenir un perjuicio.
Sin embargo, la legislación establece que el beneficiado debe indemnizar al
benefactor, dentro de la medida del beneficio obtenido, por los gastos hechos.
Los hechos involuntarios, en general no producen consecuencias jurídicas,
pero, cuando son ilícitos, sí. Un ejemplo lo constituyen los delitos culposos, en el
48 SORIANO, R.: óp. cit., p 48 y ss.
49 Código Civil Argentino - Art. 896: “Los hechos de los que se trata en esta parte del
Código son todos los acontecimientos susceptibles de producir alguna adquisición,
modificación, transferencia o extinción de los derechos u obligaciones”.
50 Código Civil Argentino - Art. 897: “Los hechos humanos son voluntarios o involuntarios.
Los hechos se juzgan voluntarios, si son ejecutados con discernimiento, intención y
libertad”.
51 Código Civil Argentino - Art. 898: “Los hechos voluntarios son lícitos o ilícitos. Son
actos lícitos las acciones voluntarias no prohibidas por la ley, de que puede resultar alguna
adquisición, modificación o extinción de derechos”.
52 Código Civil Argentino - Art. 944: “Son actos jurídicos los actos voluntarios lícitos,
que tengan por fin inmediato, establecer entre las personas relaciones jurídicas, crear,
modificar, transferir, conservar o aniquilar derechos”.
53 Código Civil Argentino - Art. 899: Cuando los actos lícitos no tuvieren por fin inmediato
alguna adquisición, modificación o extinción de derechos, sólo producirán este efecto en
los casos en que fueren expresamente declarados.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 166


derecho penal, que son aquellos que se configuran cuando un acto imprudente
o negligente ha ocasionado un resultado delictivo imputable a título de culpa,
y dicho resultado se halla en relación de causa efecto con la acción u omisión
reprochable. Por ejemplo un médico que en razón de su negligencia o impericia
ocasiona la muerte de una persona54. En materia civil, en principio, los hechos
involuntarios producen consecuencias jurídicas sólo cuando causan un daño a
otro y si, con el daño, se enriqueció su autor.

c) La consecuencia jurídica

Se denomina consecuencia jurídica a los efectos derivados


de la actualización del supuesto previsto en una norma jurídica.
Es necesario distinguir entre la constitución de la consecuencia
jurídica que se produce a partir de la realización del supuesto y su
actualización, que es contingente.

Las consecuencias jurídicas son los derechos y obligaciones que


nacen, se modifican y extinguen con la actualización del supuesto jurídico.

Las consecuencias jurídicas pueden ser de distintos tipos:


a) la ejecución directa del deber establecido, b) las sanciones
negativas o castigos, c) las sanciones positivas o premios, y d) la
indemnización por daños.

a) En primer lugar, un tipo de consecuencia jurídica viene dada por la


ejecución directa del deber establecido en forma libre o coactiva. Por ejemplo, si
se ha firmado un contrato se debe cumplir con lo estipulado.

b) Otro tipo de consecuencias jurídicas, las sanciones negativas o


castigos, son las consecuencias desfavorables, los castigos que en general
se prescriben para el incumplimiento de una prohibición o de una obligación
establecida en una norma del ordenamiento. Corresponden a una técnica de
control social disuasoria, y buscan, en general, una doble prevención de las
conductas ilícitas: particular y general. El castigo busca, la prevención particular,
que el sujeto que cometió la conducta ilícita, no vuelva a repetirla, pero también,
la prevención general, que el resto de los miembros de la sociedad, viendo la
realización de la consecuencia desfavorable se abstenga de esa conducta ilícita.
Dentro de las sanciones negativas encontramos a la nulidad, que está constituida
por la ineficacia de un acto jurídico, proveniente de la ausencia de una de las
condiciones de fondo o de forma requeridas para su validez.

c) Las sanciones positivas son las consecuencias favorables que se fijan


para quien ha cumplido con la conducta lícita establecida por el ordenamiento
jurídico. Constituyen los que se consideran premios y corresponden a una
técnica de control social promocional. Por ejemplo, la exención de un gravamen,
la concesión de un derecho, etc.
54 Código Penal - Art. 84: “Será reprimido con prisión de seis meses a tres años e
inhabilitación especial, en su caso, por cinco a diez años, el que por imprudencia,
negligencia, impericia en su arte o profesión o inobservancia de los reglamentos o de los
deberes de su cargo o profesión, causare a otro la muerte”.

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d) Un último tipo de consecuencia jurídica es la indemnización por los
daños ocasionados por la conducta ilícita. Tiene una finalidad reparatoria, ya que
busca la obtención de una prestación económica equivalente al deber jurídico no
cumplido, y es común en el ámbito del derecho civil.

V. La expresión lingüística de las normas jurídicas positivas

Las normas jurídicas son imperativos, conductas decididas


como debidas, por imposición ajena, que como hemos visto el
legislador piensa a través de la estructura lógica de un juicio
imputativo del deber ser que consta de dos partes: el supuesto y la
consecuencia jurídica. Estos imperativos o preceptos, destinados
a influir en la conducta de otros son expresados generalmente por
la autoridad normativa o el legislador a través del lenguaje, por
medio de proposiciones normativas. Barraco Aguirre denomina
lo emergente jurídico a la expresión lingüística de la voluntad
de la autoridad normativa. Las normas jurídicas se exteriorizan
generalmente a través de un texto legal. Este texto, que es lo que
aparece o emerge de lo jurídico, sin embargo es sólo lo superficial,
lo exterior, porque lo jurídico consiste en conductas decididas
como debidas.
55

a) El lenguaje como forma de comunicación

Un lenguaje es un sistema de signos convencionales o símbolos56. Un


signo es un fenómeno que nuestra mente relaciona con otro fenómeno. Por
ejemplo, la fiebre es un signo de enfermedad. Cuando, como en este caso,
la relación entre los fenómenos es natural y no intencional ya que en forma
espontánea relacionamos la fiebre con la enfermedad, mediante un vínculo
natural, de causalidad, por el cual decimos que la enfermedad es la causa de
la fiebre, o que la alta temperatura corporal constituye un efecto o síntoma de
alguna enfermedad, y nos encontramos ante un signo propiamente dicho o
signo natural. En cambio, cuando la relación entre el signo y el fenómeno es
arbitraria o convencional, nos hallamos, en este caso, con un signo artificial o
símbolo. Los símbolos son arbitrarios, porque no existe en principio ninguna
razón para relacionar el símbolo con el objeto significado, y son convencionales
porque dicha relación se establece a partir de una convención tácita o expresa
del grupo. Por ejemplo, la palabra “árbol” es un símbolo, porque la relación
entre la palabra “árbol” y el árbol, como objeto que encontramos en la realidad,
resulta de un acuerdo espontáneo y arbitrario entre los miembros de la sociedad
hispano parlante. Los lenguajes, en este caso el idioma castellano, constituyen
sistemas de símbolos que sirven para la comunicación.

55 BARRACO AGUIRRE, Rodolfo: “Lecciones de Introducción al derecho. II. Derecho y


Conducta”. Foja Cero Editora. Córdoba. 1986, p 48.
56 GUIBOURG, Ricardo, GHIGLIANI, Alejandro y GUARINONI, Ricardo: “Introducción al
conocimiento científico”. 6ª edición. Eudeba. 1988, p 19. GOMEZ, Astrid y BRUERA, Olga
María: “Análisis del lenguaje jurídico”. 2ª edición. Editorial de Belgrano. 1984, p 17.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 168


En el fenómeno de la comunicación intervienen los siguientes factores o
elementos: el emisor, el receptor, el mensaje, el canal y el código o lenguaje. El
emisor es el que emite el mensaje y el receptor, el que lo recibe. El mensaje es
lo que se quiere comunicar; el canal, el medio o vía utilizada para transmitir el
mensaje y el código o lenguaje, el sistema de símbolos utilizados. Por ejemplo,
en una comunicación a través de un libro como este, el emisor es el autor del
libro, el receptor, los lectores, el mensaje es el texto del libro, el canal o vía, es el
papel, y el código, la lengua castellana.

b) Las clases de lenguaje

Todos los lenguajes son artificiales en cuanto están formados por


símbolos, y no por signos naturales. Sin embargo, se distinguen dos clases de
lenguajes según el grado de artificialidad: los lenguajes naturales y los lenguajes
artificiales. Se denomina lenguaje natural o vulgar al que usan los seres humanos
en su comunicación cotidiana. El lenguaje natural se forma espontáneamente
mediante los usos lingüísticos del grupo o sociedad. Los lenguajes artificiales,
que son creados intencionalmente para la comunicación de ciertos contenidos,
se agrupan a su vez, en lenguajes técnicos y lenguajes formales. Los lenguajes
técnicos surgen a través de la atribución de un significado restringido a
determinadas palabras o vocablos, mediante definiciones precisas. Los lenguajes
técnicos son característicos en los ámbitos científicos y profesionales. En los
lenguajes formales se eliminan las palabras del lenguaje natural, utilizándose
solamente símbolos arbitrarios, con el fin de centrar la atención en las relaciones
entre esos símbolos. Ejemplos de lenguajes formales son las matemáticas, la
lógica, etc. 57

c) Las normas jurídicas y las clases de lenguaje

En la mayor parte de las normas jurídicas se recurre al lenguaje con la


finalidad de promulgarlas. Sin embargo, existe la posibilidad de la existencia de
normas jurídicas sin que se haya realizado ningún acto lingüístico. Por ejemplo,
en las llamadas normas jurídicas consuetudinarias, o costumbre jurídica, que
surgen de la repetición en forma más o menos general, uniforme o constante de
ciertas conductas con la conciencia de su obligatoriedad jurídica.

Cualquier norma puede ser expresada a través de símbolos lingüísticos,


y esto presupone una actividad posterior que es la interpretación que consiste
en la atribución por parte del receptor de un significado al texto normativo. La
interpretación constituye una de las actividades fundamentales de la ciencia
jurídica y de los operadores jurídicos en general, la que analizaremos en detalle
en el módulo 5.

Las normas jurídicas deben ser expresadas dentro de lo posible en un


lenguaje natural, vulgar o coloquial, es decir a través de expresiones comunes,
conocidas por todos. En forma excepcional se pueden utilizar términos
especializados del lenguaje técnico jurídico en busca de una mayor precisión
de la expresión de las conductas decididas como debidas. En general, el
supuesto de la norma jurídica conviene expresarlo a través del lenguaje natural;
las consecuencias jurídicas pueden y suelen ser comunicadas a través de un
lenguaje técnico.

57 GUIBOURG, R. y otros: óp. cit., p 20.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 169


d) Los usos o funciones del lenguaje y el derecho

A través del lenguaje el emisor trata siempre de influir, de producir algún


efecto en el receptor, y es por ello que es necesario analizar una variedad de
cosas que se hacen con las palabras, o las funciones que cumple el lenguaje
al ser utilizado 58. Las principales funciones del lenguaje son: la descriptiva,
la expresiva y la directiva59. La función descriptiva o informativa se da cuando
utilizamos el lenguaje para llevar a la mente del receptor una determinada idea
o proposición, que describe un estado de cosas, provocando un cambio en las
informaciones o datos que posee. Respecto a las expresiones descriptivas o
informativas se puede predicar verdad o falsedad. Una proposición descriptiva
será verdadera cuando lo que se dice corresponda con la realidad, y falsa
en el caso contrario. Las proposiciones descriptivas buscan del receptor una
respuesta intelectual teórica de asentimiento o no. Otro uso que realizamos del
lenguaje es el directivo o prescriptivo, cuando buscamos provocar en los demás
una modificación de sus comportamientos, a través de mandatos, pedidos,
ruegos, recomendaciones, indicaciones, reclamaciones, ordenes, sugerencias,
etc. Cuando se utiliza el lenguaje en forma prescriptiva no tiene sentido predicar
la verdad o falsedad de lo dicho. Por ejemplo, le digo a un compañero “Cierra
la puerta!”, no posee sentido sostener que esta expresión es verdadera o falsa,
podré formular otros tipos de juicios, por ejemplo, sobre conveniencia o no de
cerrar la puerta, sobre su racionalidad, pero no respecto a su verdad o falsedad.
A través de las proposiciones normativas o directivas se busca en el receptor
una respuesta práctica, una acción determinada. La función expresiva, emotiva
o valorativa del lenguaje se da cuando lo utilizamos para transmitir, manifestar o
provocar sentimientos o emociones, o emitir juicios de valor. Aquí no se busca
mover al otro a la acción, sino conmoverlo. El lenguaje poético es un ejemplo
claro de este uso del lenguaje. Y por último el lenguaje cumple una función
operativa cuando lo utilizamos para realizar un cambio en la realidad, distinto de
la incorporación de información, la modificación de las conductas de los demás
o la expresión o generación de sentimientos o emociones. El uso operativo del
lenguaje se da, por ejemplo, cuando decimos buenas noches, donde el cambio
provocado es el saludo, si decimos “buenas noches”, la o las personas quedan
saludadas. Estas distintas funciones o usos del lenguaje raramente se nos
muestran en forma pura, lo habitual es el llamado uso mixto del lenguaje, que
combina una o más de esas funciones.

También en el mundo jurídico el lenguaje es utilizado con


distintas funciones: por caso, un abogado puede informar sobre
sus derechos y obligaciones a su cliente, o el defensor puede
intentar conmover o provocar emociones en el juez, o describir o
informar al juez y a la otra parte, sobre los hechos en que se basa
su demanda. Sin embargo el uso más importante que se realiza
del lenguaje en el derecho es el prescriptivo o normativo, que es el
que hacen el legislador cuando promulga una ley, o el juez cuando
dicta la sentencia o los particulares cuando redactan un contrato
o un testamento.

58 GOMEZ ASTRID, óp. cit., p 55


59 SORIANO, Ramón: óp. cit., p 38 y ss. GUIBOURG, R., y otros: óp. cit., p 65 y ss. NINO,
Carlos S.: “Introducción al análisis del derecho”. 2ª edición. Editorial Astrea. Buenos Aires.
1984, p 64. GOMEZ A., y otra: óp. cit., p 55.

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Las normas jurídicas positivas se expresan a través de una proposición
normativa, sin que esto signifique que siempre se utilice la forma gramatical
imperativa para promulgarlas. La tendencia actual, por el contrario, es al uso del
tiempo futuro del modo indicativo en la textualización de las leyes. Por ejemplo
“Se impondrá prisión de un mes a un año, al que causare a otro, en el cuerpo o
en la salud, un daño...” (Art. 89 del Código Penal).

e) La textualización de las normas jurídicas

La textualización de la norma jurídica presenta una serie de


ventajas respecto al derecho consuetudinario, no escrito: favorece
la certeza jurídica, aumenta las posibilidades de divulgación y de
conocimiento, da una mayor estabilidad jurídica y supone una
racionalización mayor de las conductas decididas como debidas,
ya que exige una ordenación y selección previa de los materiales
normativos
60
.

En la actualidad, las normas jurídicas generalmente se exteriorizan a


través de un texto normativo escrito. Decimos generalmente, y no siempre, por
la persistencia de normas consuetudinarias que se manifiestan a través de los
usos y costumbres de los miembros del grupo o sociedad. Esta sería una de las
razones que nos llevan a afirmar que la norma jurídica, en cuanto imperativo o
conducta decidida como debida, no se identifica con el texto legal. Otra razón
para distinguir entre norma jurídica y texto legal es la posibilidad de errores u
omisiones en la promulgación y publicación de las normas jurídicas. Un ejemplo
claro de esta situación lo constituye el artículo de la Constitución Nacional,
aprobado el primero de agosto de 1994, por la Convención Constituyente
reunida en Santa Fe, y luego omitido en su textualización, que establece que los
proyectos de leyes que modifiquen el régimen electoral y de partidos políticos
deberán ser aprobados por mayoría absoluta de los miembros de las Cámaras.

La codificación constituye el punto culminante del proceso de


textualización del derecho. Un código es una recopilación sistemática de normas
sobre una determinada materia o institución. La Constitución Nacional establece
como atribución del Congreso de la Nación el dictado de los códigos Civil,
Comercial, Penal, de Minería y del Trabajo y Seguridad Social (art. 75, inc. 12).

f) El lenguaje legal y el lenguaje de los juristas

Las normas jurídicas son imperativos, prescripciones de los órganos


de poder, que luego son estudiadas, interpretadas y sistematizadas por los
científicos del derecho, es decir los juristas, que a partir de esa actividad
producen la llamada “doctrina”, constituida por un conjunto sistematizado de
reglas de derecho o proposiciones normativas sobre esos materiales.

60 SORIANO, R.: óp. cit., p 43.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 171


Se distingue entre la norma jurídica y la llamada regla de derecho o
proposición normativa. Desde el punto de vista de su origen o fuente, las normas
jurídicas surgen de la voluntad de los órganos del Estado, mientras que la regla
de derecho es el producto de la actividad de los juristas o científicos del derecho,
constituyendo la llamada doctrina. La función de las normas jurídicas es la
creación del derecho, para regular y ordenar las conductas de las personas,
conforme a ciertos valores vigentes en un determinado grupo o sociedad. La
función de las proposiciones jurídicas o reglas de derecho es la descripción de
las normas jurídicas ya elaboradas. De las normas jurídicas podemos predicar
si son válidas o no, es decir si formal o materialmente están de acuerdo con las
normas de gradas superiores, pero no podemos formular un juicio de verdad.
De las reglas de derecho, en cambio sí se puede afirmar su verdad o falsedad,
en relación con el hecho de describir o no en forma correcta los contenidos del
ordenamiento jurídico. Por último, desde un punto de vista cronológico, y en
razón del momento de su constitución, las normas jurídicas preceden siempre a
las reglas de derecho 61.

En el mismo sentido, Wroblewski distingue dos tipos de lenguajes


jurídicos: el lenguaje legal y el lenguaje de los juristas 62. El lenguaje legal es
aquel en el que vienen formuladas o promulgadas las leyes y las demás normas
jurídicas positivas, mientras que el lenguaje de los juristas incluye el empleado
por los jueces, abogados, juristas y demás operadores jurídicos, cuando hablan
o se refieren a lo que dicen las normas jurídicas. Este último es un metalenguaje
del primero. Estos dos tipos de lenguaje no siempre coinciden, aunque sí se dan
mutuas interinfluencias. Los legisladores se basan en la ciencia de los juristas
al elaborar las normas, y los juristas participan asesorando en el proceso de
elaboración de las leyes.

g) Los problemas del lenguaje jurídico

Como hemos visto, las normas jurídicas al ser textualizadas, deben ser
interpretadas para luego ser aplicadas. El lenguaje, que constituye el medio
a través del cual se expresan las normas jurídicas, adolece de una serie de
problemas que ocasionan dudas interpretativas acerca del significado de los
textos legales, lo que implica una indeterminación o falta de certeza con respecto
a las soluciones normativas que el orden jurídico ha establecido para ciertos
casos.

La ambigüedad, la vaguedad y la textura abierta constituyen


algunos de los problemas lingüísticos que surgen a la hora de
interpretar el derecho.

61 SORIANO, R.: óp. cit., p 40


62 Citado por ITURRALDE SESMA, Victoria: “Lenguaje legal y sistema jurídico”. Tecnos.
Madrid. 1989, p 30.

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La ambigüedad de una palabra consiste en ésta tenga varios significados,
por ejemplo: cabo, radio. Este problema es aún mayor en los casos de palabras
que tienen varios significados, todos ellos relacionados estrechamente entre sí,
por ejemplo: “derecho” (derecho subjetivo o facultad jurídica, derecho objetivo o
normatividad jurídica y estudio del derecho o ciencia jurídica) 63.

La vaguedad de una palabra se da cuando no es posible enunciar,


teniendo en cuenta el uso ordinario, características que deben estar presentes
en todos los casos en que la palabra se usa, por ejemplo: alto, pesado, lejos,
rico, arbitrario, etc. Estas palabras hacen referencia a una característica que se
da en la realidad en grados diferentes, sin que el significado del término incluya
un límite cuantitativo para su aplicación. La realidad denotada por el término
puede clasificarse así en tres zonas: una de claridad, constituida por hechos
denotados con certeza por el término; otra de oscuridad, por hechos respectos
de los cuales se sabe con seguridad que la palabra no se aplica, y la última
de penumbra, constituida por casos de los cuales dudamos si aplicar o no el
término64.

La textura abierta o vaguedad potencial constituye un vicio potencial que


afecta a todos los términos de los lenguajes vulgares o naturales65. Consiste en
la posibilidad de que surjan dudas acerca de la aplicabilidad de una palabra que
en la actualidad tiene un significado preciso, en circunstancias futuras insólitas
o imprevistas. Por las características propias de este defecto, todas las normas
jurídicas lo padecen en forma latente. Por ejemplo, hasta ahora era claro que la
concepción se daba cuando el óvulo era fecundado por el espermatozoide, en
el seno materno. Hoy, a partir de los avances de la ciencia, dudamos si atribuirle
el término “concepción” y “concebido”, al óvulo fecundado que se encuentra en
la probeta, producto de lo que se conoce con el nombre de fecundación in vitro.

VI. EL DERECHO COMO ORDENAMIENTO: EL ORDENAMIENTO


JURÍDICO

A) El derecho positivo y su estructuración.

Las normas jurídicas positivas, que hemos analizado en su


naturaleza y en sus diversas clases en la primera parte de este
módulo, no se nos presentan en forma aislada, ni constituyendo
un simple agregado de preceptos, ni como un conjunto de normas
yuxtapuestas unas a otras, sino relacionadas en un sistema o
estructura que suele ser designado con la expresión “ordenamiento
jurídico”. Sin embargo, algunos autores han señalado que la
expresión “ordenamiento jurídico” es un italianismo porque la
palabra equivalente en castellano debiera ser la de “orden jurídico”
66
.

63 NINO, C.: óp. cit., p 260. GUIBOURG, R., y otro: óp. cit., p 49.
64 NINO, C.: óp. cit., p 264. GUIBOURG, R., y otro: óp. cit., p 47.
65 NINO, C.: óp. cit., p 266. GOMEZ, A.: óp. cit., p 75.
66 SEGURA ORTEGA, Manuel: “Manual de teoría del derecho”. Editorial Centro de
Estudios Ramón Areces. Madrid. 1998, p 178.

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Para otros, el ordenamiento jurídico es un medio para establecer el
orden social 67, que debe diferenciarse de la noción de “orden jurídico” que
se reserva para designar el orden objetivo, concreto, real que surge de la
aplicación, cumplimiento o aplicación coactiva de las normas que integran dicho
ordenamiento. En este sentido las nociones de orden social y orden jurídico se
implican y correlacionan68.

B) El ordenamiento jurídico como sistema o estructura.

Como señaláramos más arriba, la pluralidad de normas que constituyen


el ordenamiento jurídico forman un todo ordenado y jerarquizado, es decir, un
sistema o estructura. Tenemos una prueba de esto en que, como es sabido, una
resolución de un funcionario administrativo no debe ser contraria a un decreto
del Poder Ejecutivo, ni una ley del Congreso a la Constitución Nacional pues,
en tales casos, serían impugnables mediante diversos recursos. Según vemos,
el más breve análisis de las normas que integran el ordenamiento nos muestra
que hay un orden entre ellas, que se encuentran vinculadas unas con otras, a
través de relaciones de supraordinación, de subordinación y de coordinación.
Ahora bien, tal como hemos dicho, el sistema abarca a todo el derecho de
una sociedad, porque está constituido no sólo por la Constitución y las le yes
nacionales y provinciales, sino también por todas las normas jurídicas, vale decir
que, además de las citadas, cabe agregar los decretos de los poderes ejecutivos
nacionales y provinciales, los contratos, los testamentos, las sentencias y
demás resoluciones judiciales, las ordenanzas y demás normas municipales,
las resoluciones ministeriales, las circulares del Banco Central, las convenios
colectivos de trabajo, los tratados internacionales, los concordatos, los estatutos
de las asociaciones y las sociedades, etc. Comprende, pues, tanto los preceptos
más generales y típicos, cuanto las normas más individualizadas y concretas.

Un sistema es un conjunto ordenado de elementos según un común


principio ordenador donde a cada parte se le asegura en el todo, su lugar y su
función. El derecho visto como ordenamiento jurídico es un conjunto de normas
y principios organizados y relacionados de un modo coherente y que forman
una unidad.

En este sentido, Soriano define al ordenamiento jurídico como “un sistema


de normas e instituciones jurídicas vigentes en un grupo social homogéneo y
autónomo” 69.

67 MARTÍNEZ PAZ, Fernando: “Introducción al derecho”. Editorial Abaco. Buenos Aires.


1982, p 361.
68 MARTÍNEZ PAZ, F.: óp. cit., p 362.
69 SORIANO, R.: “Compendio de Teoría del Derecho”. Ariel Derecho. Barcelona. 1986, p
79.

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Kelsen distingue sistemas normativos estáticos y dinámicos. En los
sistemas normativos estáticos las normas están vinculadas entre sí como las
proposiciones en un sistema deductivo, donde unas normas se deducen de las
otras partiendo de una o más normas originarias de carácter general. Las normas
en estos sistemas estáticos están relacionadas por razón de su contenido. Los
ordenamientos morales serían estáticos. En los sistemas dinámicos las normas
se relacionan entre sí a través de una delegación sucesiva de poder, por lo que
la relación entre las normas es formal. Los ordenamientos jurídicos son sistemas
normativos dinámicos 70.

Otros autores 71 explican al ordenamiento jurídico utilizando el concepto


de estructura, que a partir de Marx comienza a ser aplicado a las ciencias humanas
y sociales, para manifestar la interdependencia de los fenómenos sociales. Marx
distingue las estructuras de base de las estructuras superiores o superestructuras.
Las estructuras de base integradas por los modos de producción y por las
relaciones sociales que de ellos se infieren, constituyen la base que fundamenta
y condiciona a las estructuras superiores o superestructuras, constituidas por los
sistemas jurídicos, políticos, morales, religiosos y, en general, por las ideologías.

Sin embargo, el concepto de “estructura” utilizado en la teoría general


del derecho para explicar al derecho como ordenamiento, es un concepto
técnico, tal como se lo utiliza en el ámbito de la matemática, la física, la biología,
la lingüística y la antropología.

Desde esta perspectiva una estructura presupone las siguientes


características: a) constituir una totalidad, b) dinamicidad, y c) capacidad
de autorregulación. Las estructuras están integradas por una pluralidad de
elementos heterogéneos, que constituyen una totalidad, donde cada elemento
condiciona a los demás, por lo que las propiedades del sistema se modifican
en cada cambio provocado sobre una sola de sus partes. En la estructura no se
atiende a la singularidad de los elementos que constituyen el todo, ni a éste en
forma indeterminada, sino que se presta especial consideración a las relaciones
de los elementos entre sí. Toda estructura es una totalidad dinámica, capaz de
sufrir transformaciones internas en los elementos que la constituyen, sin perder
su identidad. La estructura posee en sí misma una capacidad de autorregulación,
lo que supone la posibilidad de prevenir y corregir los errores o desviaciones.
Por todo esto, las estructuras son, en un cierto sentido, sistemas cerrados, lo
que no excluye, sin embargo, que cada una de ellas pueda ser incluida, como
una subestructura, de una estructura más amplia que la englobe o contenga. Por
ejemplo, un árbol, constituye una estructura, en cuanto que está formado por un
conjunto de elementos heterogéneos: raíces, hojas, tronco, frutos, ramas, etc.,
que se integran en una totalidad: el árbol. El árbol se caracteriza por ser una
totalidad dinámica, porque continuamente cambia, perdiendo hojas y generando
otras nuevas, sin modificar su identidad. Posee capacidad de regulación en
cuanto posee mecanismos para prevenir o corregir errores o problemas. Por
ejemplo, si alguna rama se quiebra o rompe, genera inmediatamente sustancias
que impiden la pérdida de savia, y produce a su vez nuevas ramas que reemplazan
las anteriores rotas. Finalmente, el árbol puede constituir una subestructura de
estructuras más grandes, como por ejemplo, un bosque o un jardín.
70 KELSEN, Hans: “Teoría pura del derecho”. Universidad Nacional Autónoma de México.
México. 1979, p 203. BOBBIO, Norberto: “Teoría General del Derecho”. Editorial Temis.
Bogotá (Colombia), 1987, p 179.
71 LUMIA, Giuseppe: “Teoría e ideología del derecho”. Editorial Debate. Madrid. 1973, p
54 y ss

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El ordenamiento jurídico constituye una estructura en
sentido técnico, porque el conjunto de las normas que lo integran
no conforman, como ya hemos señalado, un simple agregado de
normas inconexas, sino una totalidad. Las normas se encuentran
entre sí y con el todo resultante, en relaciones de coordinación y
de subordinación. Las relaciones de coordinación se dan entre
las normas de una misma jerarquía, lo que trae por consecuencia
que la introducción de una nueva norma modifica todo el sistema
y también que cada norma extrae su significado de su relación
con las demás normas del ordenamiento. Las relaciones de
subordinación se establecen entre normas de distinta jerarquía
(del ordenamiento), lo que supone que cada norma obtiene su
validez de una norma de grado superior hasta llegar a la norma
primaria que le da validez a todo el ordenamiento y le confiere
unidad. El ordenamiento jurídico es un sistema dinámico, ya que
posee reglas de formación y de transformación que posibilitan
su modificación a través de introducción de nuevas normas, sin
que el ordenamiento mismo cambie su identidad. La capacidad
de autorregulación del ordenamiento jurídico se visualiza en
ciertos dispositivos encaminados a su conservación, previniendo y
corrigiendo posibles fallas o errores. Por ejemplo, los mecanismos
coactivos tienden a evitar la falta de efectividad de las normas,
mientras que los procedimientos de modificación de las normas
buscan corregir la ineficacia de sus preceptos.

Lumia, autor que estamos siguiendo en esta exposición del ordenamiento


como estructura técnica, señala que el derecho se presenta como un sistema
cerrado, como un ordenamiento normativo autosuficiente, cuya validez no deriva
de otros sistemas normativos; sin embargo, explica que esto no excluye que el
ordenamiento jurídico mismo pueda ser considerado como una subestructura
respecto de una estructura más amplia como es el sistema social en su conjunto.
También podría ser visto como una subestructura del sistema ético general, en
cuanto sistema que proporciona al hombre, las razones para el actuar típicamente
humano.

C) Los caracteres del ordenamiento jurídico como estructura


de normas

a) La estructuración jerárquica del ordenamiento y la validez de las


normas jurídicas

El ordenamiento jurídico se presenta como una estructura


donde las normas están dispuestas en un orden jerárquico,
existiendo entonces normas superiores y normas inferiores. En un
ordenamiento conformado de esta manera, cada norma obtiene su
validez de una norma de grado superior y a su vez otorga validez
a las normas de grado inferior. En el módulo anterior hemos
clasificado a las normas jurídicas según el lugar que ocupan en el
ordenamiento en normas primarias y secundarias.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 176


Las normas primarias pueden limitarse a establecer cuáles son los
sujetos competentes para la creación de las normas secundarias, y cuál es el
procedimiento que debe seguirse para su elaboración, pero pueden determinar
también criterios materiales de acuerdo con los cuales deben elaborarse las
normas inferiores. Es posible, por lo tanto, señalar la existencia de un doble límite
en toda actividad creadora de normas: un límite externo y un límite interno72. El
límite externo, de forma o de procedimiento, se establece cuando en las normas
de grado superior se fija por quién y con qué procedimiento o formalidades
debe ejercitarse un poder de creación normativa, y el límite interno, sustancial,
material o de contenido, cuando en las normas de superior jerarquía se indica
cómo y para qué fines debe ejercitarse aquel poder jurígeno.

La existencia de límites en la actividad de creación de las normas se


vincula con la característica de las normas jurídicas positivas que hemos
denominado “validez”. La validez de una norma consiste precisamente en
su conformidad con las demás normas de jerarquía superior, que integran el
ordenamiento jurídico-positivo. Como hemos señalado, la validez de las normas
dentro del ordenamiento jurídico-positivo, debe contemplarse desde dos puntos
de vista: a) formal y b) material o sustancial. La validez for mal tiene relación con la
competencia de quien la elaboró y el modo en que lo hizo; así, por ejemplo, una
ley nacional es formalmente válida cuando ha sido elaborada por el Congreso y
el Poder Ejecutivo, siguiendo el proceso que para ello establece la Constitución
Nacional. A su vez, la vali dez material o sustancial se vincula con el contenido de
la norma, con su prescripción; así, por ejemplo, una ley nacional es sustancial
o materialmente válida cuando lo que dispone respeta los derechos y garantías
establecidos en la Constitución Nacional. Como podemos observar la validez
formal se vincula con los límites externos de la actividad creadora de normas y la
validez material con los límites que denominamos internos.

Además de esta validez jurídico-positiva de las normas dentro del


ordenamiento que integran, podemos considerar también su validez natural, en
cuanto se ha dicho que todo derecho positivo debe estar fundado en el derecho
natural, siendo éste un derecho supe rior a toda ley humana. Así, frente al
derecho natu ral, una norma jurídico-positiva será formalmente inválida si se dicta
sin respetar la voluntad del pue blo; y sustancial o materialmente inválida, si lo
que establece es contrario a los derechos fundamentales de la persona humana.

Otros autores distinguen tres grados o escalones en la construcción


del ordenamiento jurídico: los principios del derecho, las normas jurídicas y las
decisiones jurídicas. La primera grada lo constituyen los principios generales del
derecho que surgen del derecho natural y de los principios jurídicos abstractos.
En este primer escalón se ubican estos principios que, para los autores
iusnaturalistas, son generales, es decir válidos universalmente, suprapositivos,
porque su existencia no depende de una decisión explícita del legislador, y
suprahistóricos en cuanto no están ligados a un momento histórico concreto73.
Para otros autores, como veremos en el módulo 6, reflejan las convicciones de
moralidad y justicia vigentes en una sociedad determinada.

72 BOBBIO, N.: óp. cit., p 165.


73 CATENACCI, Imerio: “Introducción al derecho. Editorial Astrea. Buenos Aires. 2001,
234 y ss.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 177


En la parte superior de la estructura normativa de un país, se colocan
las normas constitucionales. Las normas primarias o constitucionales pueden
resultar de un documento escrito, la Constitución, como sucede en nuestro
país, pero pueden también estar establecidas, en parte o totalmente, en normas
consuetudinarias, como ocurre, por ejemplo, en Gran Bretaña. A veces las
constituciones están integradas únicamente por normas de organización, que
configuran la composición y las competencias de los órganos a los que se les
atribuye la elaboración de la legislación ordinaria, pero también puede incluir,
como lo hace la nuestra, principios materiales generales que orientan el contenido
de las demás normas del ordenamiento. Nuestra Constitución Nacional consta
de un Preámbulo, un parte dogmática, titulada “Declaraciones, derechos y
garantías” y una parte orgánica, denominada “Autoridades de la Nación”, dividida
a su vez en dos módulos: del gobierno federal y de los gobiernos provinciales 74.

Como hemos visto, el ordenamiento jurídico está constituído


por un conjunto de normas, que se ubican integrando diversos
escalones o gradas, ordenados jerárquicamente. A partir de las
normas constitucionales, que casi siempre son prescripciones
generales y típicas, por medio de un proceso de sucesiva
individualización, se pasa a normas cada vez más particulares y
concretas, hasta llegar a los mandatos individualizados, como las
sentencias de los jueces, las órdenes de la autoridad administrativa
y los contratos que regulan las relaciones entre los particulares.
El número de normas aumenta a medida que se transita desde las
gradas más altas a los niveles más bajos, de manera que el ordenamiento puede
ser representado a través de la forma de una gran pirámide donde las distintas
normas están dispuestas en niveles, ubicados unos sobre otros. Las normas
constitucionales integran el vértice de esta pirámide normativa, mientras que la
base está constituida por las sentencias y los contratos75.

Al final del proceso de individualización de las normas están aquellos


comportamientos constituidos por los actos de ejecución espontánea o coactiva
de las normas, que no dan lugar, a su vez, a la creación de nuevas normas; el
hecho de que se cumpla una pena o se pague una deuda o simplemente se
detenga el propio automóvil ante el disco rojo del semáforo, constituye el último
eslabón de aquella larga cadena que, desde las normas constitucionales sobre
la producción legislativa, a través de la ley y también a través de la condena del
juez o de contrato o de la orden del guardia, por fin conduce y se agota en un
comportamiento que es un mero acto de ejecución de la norma 76.

b) El problema de la validez de las normas primarias: la norma hipotética


fundamental

74 LUMIA, G.: óp. cit., p 59.


75 LUMIA, G.: óp. cit., p 65.
76 LUMIA G.: óp. cit., p 66.

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Dentro del ordenamiento, como hemos analizado, la validez
material y forma de cada norma deriva de las normas de grada
superior, hasta llegar a la primera constitución, o norma primaria en
sentido absoluto, cuya validez, por definición, no deriva de ninguna
otra norma del ordenamiento. Sin embargo, queda sin resolver el
problema de la validez de la primera constitución. Kelsen para dar
respuesta a este problema afirma que es necesario presuponer
la existencia de una norma hipotética fundamental, que es la que
otorga validez a las normas constitucionales.

Esta norma fundamental otorga al poder constituyente originario la facultad


de dictar la primera constitución y establece la obligación de los miembros de la
sociedad de obedecer los mandatos de este poder constituyente originario. Esta
norma fundamental no es una norma positiva, es decir puesta, decidida por el
legislador, sino que constituye una norma hipotética, un presupuesto necesario
para dar validez y unidad a todo el ordenamiento jurídico.

Aun podríamos preguntarnos sobre la validez de esta norma hipotética


fundamental, y no podríamos recurrir a ninguna otra norma, sin caer en una
cadena infinita de normas hipotéticas. Por ello se recurre a un hecho: la
observancia por los particulares de lo establecido por ese poder constituyente
originario. Y en consecuencia se afirma que la validez y la efectividad coinciden
en el vértice. Un ordenamiento será válido, en definitiva, si lo establecido en
su primera constitución es efectivamente cumplido por la generalidad de los
destinatarios de sus preceptos. Una norma válida puede no ser efectiva, pero un
ordenamiento debe ser mínimamente efectivo para ser válido.

En esta instancia Ud. está en condiciones de resolver la


actividad 4.

D) La coherencia del ordenamiento jurídico

La coherencia del ordenamiento se relaciona con un


problema que podríamos describir como una situación de exceso
de normas, dos o más normas regulan una misma conducta.
Un ordenamiento es coherente cuando hay ausencia de normas
incompatibles, es decir cuando no hay más de una norma aplicable
que regule un determinado caso o conducta. Es decir, cuando
no existan varias normas del ordenamiento que tengan tienen el
mismo supuesto jurídico. En relación con a los casos de excesos
de normas podemos distinguir dos situaciones: la redundancia y
las antinomias.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 179


a) La redundancia de normas

Hay redundancia en el ordenamiento jurídico cuando


encontramos dos normas que tienen el mismo supuesto de hecho
y las mismas consecuencias jurídicas.

La redundancia se produce cuando encontramos dos normas que se


repiten. Sin embargo es habitual encontrar normas semejantes, pero que no
implican redundancia. Para que se dé redundancia entre dos normas deben
darse tres requisitos: 1) que el supuesto y la consecuencia de ambas normas
coincidan, 2) que las normas pertenezcan al mismo ordenamiento, y 3) que
coincidan total o parcialmente los ámbitos de validez.

b) El problema de las antinomias

Las antinomias constituyen otro ejemplo de inconsistencia


normativa. Hay una antinomia en el ordenamiento jurídico cuando
encontramos dos normas que tienen el mismo supuesto o condición
pero las consecuencias son incompatibles.

Lumia resume en forma breve, clara y precisa el problema de las


antinomias como incompatibilidad lógica entre normas:

“Existe conflicto de normas o antinomia cuando dos o más normas


incompatibles entre sí regulan la misma relación. Se recordará que las normas
jurídicas imponen obligaciones, establecen prohibiciones o acuerdan permisos.
Puesto que estos últimos, a su vez, se distinguen en permisos positivos (o de
hacer) y permisos negativos (o de no hacer), las figuras deónticas fundamentales
son cuatro y pueden disponerse del siguiente modo, según el llamado cuadrado
lógico de las oposiciones:

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 180


Del examen de este cuadrado se deduce que de las cuatro relaciones
posibles, dos son de compatibilidad y dos de incompatibilidad; y precisamente:
1. Entre una obligación y una prohibición que tengan un mismo objeto (por
ejemplo, «es obligatorio fumar» y «está prohibido fumar») hay una relación
de contrariedad. Las dos normas son incompatibles: si una es válida la otra
es necesariamente inválida. Las dos normas no pueden ser válidas a la vez,
aunque pueden ser ambas inválidas (fumar puede no ser obligatorio ni estar
prohibido, sino sólo permitido). 2. Entre una obligación y un permiso negativo
que tengan un mismo objeto (por ejemplo, «es obligatorio fumar» y «está
permitido no fumar»), así como entre una prohibición y un permiso positivo que
tengan un mismo objeto (por ejemplo, «está prohibido fumar» y «está permitido
fumar»), hay una relación de contradictoriedad. Las dos normas de cada par
son incompatibles: si una es válida la otra es necesariamente inválida. Las dos
normas consideradas no pueden ser ni válidas ni inválidas a la vez. 3. Entre una
obligación y un permiso positivo que tengan el mismo objeto (por ejemplo, «es
obligatorio fumar» y «está permitido fumar»), así como entre una prohibición y
un permiso negativo que tengan el mismo objeto (por ejemplo, «está prohibido
fumar» y «está permitido no fumar») hay una relación de subalternación. Las dos
normas de cada par son compatibles: de la validez de la primera se deduce por
implicación la validez de la segunda, pero no viceversa (si fumar es obligatorio
debe estar también permitido, pero no se dice que si fumar está permitido debe
ser también obligatorio). 4. Entre un permiso positivo y un permiso negativo que
tengan el mismo objeto (por ejemplo, «está permitido fumar» y «está permitido
no fumar») la relación es de subcontrariedad. Las dos normas pueden ser válidas
a la vez, pero no pueden ser inválidas a la vez (si fumar está permitido puede
estar permitido también no fumar, pero podría igualmente no estar permitido
sino ser obligatorio o estar prohibido). Concluyendo, podemos afirmar que
existe incompatibilidad por contrariedad entre mandatos y prohibiciones y por
contradictoriedad entre mandatos y permisos negativos por un lado y entre
prohibiciones y permisos por otro” 77.

Además de la incompatibilidad lógica, para que haya una


antinomia es necesario, la presencia de otros dos requisitos: la
pertenencia al mismo ordenamiento y el mismo ámbito de validez.

En relación con a la pertenencia al mismo ordenamiento encontramos


tres posibilidades: una, donde claramente hay antinomia, cuando las dos
normas pertenecen al ordenamiento de un mismo país; otra, donde claramente
no hay antinomia cuando las dos normas pertenecen a distintos ordenamientos,
y una tercera posibilidad donde aparecen situaciones dudosas ya que la
incompatibilidad se da entre normas de un ordenamiento positivo y del derecho
natural, o en el caso de la incompatibilidad entre normas legisladas y normas
consuetudinarias, o entre las normas del derecho internacional o comunitario, y
el derecho nacional.

77 LUMIA, G.: op.cit., p 78.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 181


El tercer requisito para la existencia de antinomia es que las normas
incompatibles lógicamente tengan el mismo ámbito de validez espacial, material,
temporal y personal. El ámbito espacial se refiere al territorio sobre el cual una
norma produce consecuencias jurídicas: por ejemplo, no habrá antinomia si
una norma prohíbe estacionar en la calle San Martín y otra permite estacionar
en la calle Tucumán, pero sí habrá conflicto entre dos normas, que permitan
o prohíban estacionar sobre una misma calle. El ámbito temporal se refiere al
momento, al tiempo de aplicación de las normas: no habrá antinomia entre
una norma que permite circular por una calle los días no laborables y otra que
lo prohíbe los días laborables. Y sí habrá antinomia entre dos normas, una de
las cuales prohíbe y la otra permite circular por una calle los mismos días. Los
sujetos obligados por una norma constituyen su ámbito personal de aplicación.
Habrá antinomia cuando las dos normas incompatibles lógicamente tengan el
mismo ámbito personal, es decir, regulen las conductas de las mismas personas.
Por ejemplo, no hay antinomia cuando una norma prohíbe votar a los menores
de dieciocho años y otra permite votar a los mayores de esa edad. Por último,
el ámbito material se refiere a la materia o tipo de objeto regulado por la norma.
Por ejemplo no habrá antinomia cuando una norma prohíbe vender bebidas
alcohólicas a los menores y otra que permite la venta de gaseosas. En relación
con estos ámbitos de validez de las normas pueden darse situaciones en las que
existan coincidencias totales, de los cuatros aspectos, o parciales, de algunos
de ellos78.

c) Las clases de antinomias

Las antinomias pueden ser clasificadas conforme a varios


criterios según la coincidencia total o parcial de los ámbitos, según
concurran o no, todos los requisitos que hemos marcado como
necesarios para la existencia de una antinomia y desde el punto
de vista de su solución.
79

Respecto a la coincidencia de los ámbitos de validez se distingue entre


antinomia total-total, parcial-parcial y total-parcial. La antinomia será total-total
cuando los ámbitos de validez de las normas sean totalmente coincidentes, no
pudiéndose aplicar en ningún caso, ninguna de las dos normas sin que entren
en conflicto. Por ejemplo, una norma prohíbe a los alumnos de una Universidad
fumar en las aulas durante las clases, y otra, que permita a los alumnos de esa
misma Universidad fumar en las aulas durante las clases. Parcial-parcial será la
antinomia cuando la coincidencia entre las normas es sólo en parte. Cada norma
tiene en este caso un campo de aplicación que entra en conflicto con la otra y otro
campo donde se puede aplicar sin provocar conflicto. Por ejemplo una norma
prohíbe a los alumnos de una Universidad fumar en las aulas, durante las clases,
y otra, que permita a los alumnos de esa misma Universidad fumar en las aulas,
durante los recreos. Las antinomias del tipo total-parcial se dan cuando una de
las normas no puede ser aplicada en ningún caso sin entrar en conflicto con la
otra, que tiene un campo de aplicación adicional donde puede ser aplicada sin
entrar en conflicto con la primera. Por ejemplo una norma prohíbe a los alumnos
de una Universidad fumar en las aulas en todo momento, y otra, que permita a
los alumnos de esa misma Universidad fumar en las aulas durante los recreos.

78 ALMOGUERA CARRERES, J.: óp. cit., p 318.


79 ALMOGUERA CARRERES, J.: óp. cit., p 318.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 182


Las antinomias, a su vez, pueden ser clasificadas según concurran o
no todos los requisitos que hemos marcado como necesarios para la existencia
de una antinomia, en propias e impropias. La antinomia será propia cuando
concurren todos los requisitos indicados, es cuando las dos normas son
incompatibles lógicamente, pertenecen a un mismo ordenamiento y coinciden
los ámbitos de validez, e impropias cuando concurren sólo algunos de ellos.
En este último caso nos encontramos con situaciones donde existe algún tipo
o grado de incompatibilidad, sin constituir una antinomia propiamente dicha.
Ejemplos de antinomias impropias son las antinomias valorativas o ideológicas,
que surgen cuando un ordenamiento se inspira en valores contrapuestos,
como por ejemplo, la libertad y la igualdad, la justicia y la seguridad, etc.; las
antinomias de proporción, cuando la consecuencia jurídica es desproporcionada
con el supuesto, ya sea por ser demasiado grave o insignificante en relación al
supuesto o hecho que le da lugar; por ejemplo la desproporción entre un hecho
delictivo y la pena prevista por la norma penal, y las antinomias teleológicas,
cuando hay contradicción entre los medios propuestos en la norma y los fines
perseguidos por el legislador.

Por último, se distinguen según su solución, en antinomias aparentes y


antinomias reales. Las antinomias aparentes son las que pueden solucionarse,
y las reales, las que no.

d) Los criterios de solución de las antinomias.

La solución de las antinomias pasa por la eliminación


o derogación de una de las dos normas que se encuentran en
conflicto. Existen distintos criterios para proporcionar solución
a los conflictos entre normas contrarias o contradictorias: el
jerárquico, el temporal, y el de especialidad.

80

El criterio jerárquico establece que la norma superior o primaria, es decir


la de mayor jerarquía, prevale sobre la inferior, secundaria o de menor jerarquía.
El criterio temporal señala que la norma posterior deroga o prevalece sobre la
norma anterior. Y el criterio de especialidad prescribe que la norma especial
deroga a la norma general. Es este caso se entiende por norma especial aquella
que es más particular y más concreta.

Existe la posibilidad de que los criterios indicados sean insuficientes


para resolver el conflicto, o que en la solución de la antinomia entren en conflicto
los criterios entre sí, es decir, que la aplicación de uno de ellos proporcione una
solución distinta a la que resulta de la utilización de alguno de los otros. En estos
casos podríamos afirmar que nos encontramos con una antinomia (de criterios)
dentro de otra antinomia (normativa), o de un conflicto de segundo grado81.

80 LUMIA, G.: óp. cit., p 80. ALMOGUERA CARRERES, J.: óp. cit., p 322.
81 ALMOGUERA CARRERES, J.: óp. cit., p 326.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 183


Ante la primera situación, de insuficiencia de criterios, que se produce
cuando las normas incompatibles tienen el mismo grado jerárquico, poseen el
mismo ámbito de validez temporal, personal, material y espacial de validez, las
normas incompatibles se anulan entre sí, existiendo por lo tanto un verdadero
vacío normativo que el juez deberá llenar considerando válida a una sola de las
normas, o conciliándolas introduciendo modificaciones parciales a cada una de
ellas.

En el segundo supuesto, cuando la antinomia se da entre las soluciones


proporcionadas por los criterios utilizados, se admite, no sin excepciones, que
prevalezca el criterio jerárquico sobre los otros dos. Esta solución es coherente
con la estructuración jerárquica del ordenamiento. En el caso de conflicto entre los
criterios de temporalidad y de especialidad, no hay acuerdo, y la jurisprudencia
de los jueces ha hecho prevalecer alternativamente uno u otro criterio.

e) La declaración de inconstitucionalidad como modo de solucionar


las antinomias.

El Poder Judicial tiene la facultad de declarar la inconstitucionalidad


de las leyes y demás normas jurídicas que contradigan lo establecido en
la Constitución Nacional o en los tratados internacionales con jerarquía
constitucional. La declaración de inconstitucionalidad sólo puede ser
realizada, conforme lo establecido por la jurisprudencia de la Corte Suprema
de Justicia, a instancia de parte, no de oficio, es decir no por iniciativa propia
del juez; sólo en un caso concreto, vale decir en un juicio, no siendo posible
la declaración de inconstitucionalidad en abstracto, cuando la norma no haya
sido aún aplicada o no se haya vulnerado un interés legítimo en la parte que
la solicite. La declaración de inconstitucionalidad sólo tiene el efecto de la
inaplicabilidad de la norma cuestionada respecto a ese caso, es decir que
genera efectos sólo entre partes, sin que la norma pierda su vigencia, es decir
que quede por este hecho derogada 82. De este modo se soluciona para ese
caso concreto la antinomia, porque una decisión judicial declara inaplicable
la norma secundaria que es contraria o contradictoria a la norma primaria, es
decir a la Constitución Nacional.

Sugerimos en este momento resolver la actividad 5 de este


módulo.

82 BECERRA FERRER, HARO y otros: “Manual de Derecho Constitucional”. Tomo I.


Editorial Advocatus. Córdoba. 1995, p 169 y ss.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 184


E) La plenitud del ordenamiento jurídico

Hemos analizado el caso de una sobreabundancia de normas que genera


un conflicto o antinomia cuando más de una norma regula una determinada
conducta o situación. Estudiaremos ahora el caso contrario que consiste en la
ausencia de una norma aplicable, es decir, en la existencia de casos no previstos,
lo que da lugar a una zona de anomia o a una laguna del ordenamiento.

En razón de que los ordenamientos modernos se caracterizan por la


preeminencia de las normas generales y típicas, y de que los conflictos de
intereses que surgen entre los miembros del todo social son particulares y
concretos, resulta imposible que el legislador pueda prever todas las situaciones
conflictivas, por lo cual es natural la existencia de casos no previstos.

Sin embargo, se destaca a la plenitud, también llamada


completitud, como una de las características fundamentales del
ordenamiento jurídico. Esta característica de los ordenamientos
jurídicos positivos consiste en la cualidad que les hace contener
soluciones para todos los conflictos que puedan originarse en
su seno. La plenitud puede ser entendida en forma absoluta y en
forma relativa o de segundo grado. Un ordenamiento sería pleno
en forma absoluta si el ordenamiento tuviera normas generales
y típicas para resolver todos los casos que se le presenten. Un
ordenamiento es pleno en forma relativa o de segundo grado
si, aunque tenga lagunas, es decir casos no previstos por el
legislador, dispone de recursos para solucionar esos casos, es
decir prevé mecanismos de integración. Entendemos la plenitud
en este último sentido.

a) Los fundamentos de la plenitud

En relación con lo afirmado en el párrafo anterior, la plenitud


del ordenamiento ha sido fundamentada a través del desarrollo de distintos
argumentos lógico-jurídicos. Uno de estos argumentos es la tesis del espacio
jurídico vacío del filósofo Karl Bergbohm, elaborada para sostener la ausencia
de lagunas en el ordenamiento. Según este autor, el derecho ocuparía un plano
o espacio bien delimitado dentro de un espacio mayor que sería su continente.
El plano jurídico sería un espacio pleno de derecho, mientras que el plano o
universo restante sería un espacio vacío o extrajurídico. Todo caso o conflicto
no regulado, para esta tesis, no constituye una laguna jurídica, sino un caso
extrajurídico, extraño al derecho, que formaría parte del universo restante o
espacio jurídico vacío. La tesis de Bergbohm ha sido criticada porque soluciona
el problema de las lagunas del derecho eliminando el problema mismo, a partir de
algo que es, a su vez, sumamente problemático: la formulación de un concepto
claro e indubitado del derecho. Para poder distinguir entre el derecho, espacio
jurídico pleno, y el no-derecho, espacio jurídico vacío, es necesario un concepto
o definición de derecho, que es algo complejo y plagado de dificultades. El juez
para resolver el conflicto o caso previsto, además de aplicar el derecho, debería
convertirse en un teórico que conceptualice, en cada caso, lo que es derecho y
lo que no lo es.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 185


Otro autor, Zitelmann, argumentó de modo diferente, para
fundamentar la plenitud del ordenamiento, formulando su teoría de la norma
general excluyente. Su tesis parte también de la existencia de un universo
representado por el espacio social, que es regulado por las normas que se
presentan como campanas o copas invertidas. Cada norma acota y regula una
porción o segmento del universo social, que queda incluido dentro de la copa
o campana. Cada norma, para este autor, contiene dos mandatos: un mandato
concreto incluyente, que ordena el modo de regular ese espacio específico de
la vida social y otro mandato general excluyente, que ordena que el resto de
la vida social quede excluido de esa regulación. La delimitación del espacio
no jurídico, en esta posición, no es conceptual, sino que es el propio derecho
el que establece lo que es jurídico y lo que no83. Algunos formulan esta norma
general excluyente o norma de clausura del siguiente modo: “todo lo que no está
prohibido u obligado está permitido”84.

El artículo 19 de nuestra Constitución Nacional, en su parte final


parece abonar esta tesis, al establecer que: “Ningún habitante de la Nación será
obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe”. Sin
embargo, este principio que despliega toda su eficacia en el ámbito penal, no es
plenamente satisfactorio en otros ámbitos del derecho. Sería difícil sostener que
Vélez Sarfield porque ni prohibió, ni obligó la fecundación in vitro, por ejemplo,
la permitió.

Carnelutti, entre otros autores, sostiene que la plenitud del


ordenamiento no debe ser entendida como la ausencia de lagunas, sino tan
sólo como la posibilidad su eliminación. Para este autor, el derecho no ofrece
una solución para todos los casos, pero sí debe proveer los instrumentos
idóneos para que las lagunas desaparezcan del ordenamiento. La capacidad
del legislador de prever y regular situaciones de la vida social es limitada, y
por lo tanto es normal la existencia de las lagunas legislativas. Para Carnelutti y
estos autores, la plenitud sería una plenitud relativa o de segundo grado, ya que
significa, no la inexistencia de lagunas, sino la posibilidad de que todos los casos
encuentren una solución porque el ordenamiento proporciona instrumentos o
reglas para colmar dichos espacios no regulados. Nosotros adherimos a esta
última perspectiva 85.

La afirmación de que no existen lagunas del derecho, sino


sólo lagunas de la legislación, se fundamenta en la obligación que
tienen los jueces de resolver todos los casos que se les planteen,
aun los no previstos en forma general y típica por el legislador.
Los jueces no pueden dejar de juzgar bajo el pretexto de silencio,
oscuridad o insuficiencia de las leyes, y el artículo 273 del Código
Penal castiga con pena de inhabilitación absoluta de uno a cuatro
años al juez que se negare a juzgar so pretexto de oscuridad,
insuficiencia o silencio de la ley. Este principio también rige en
materia penal, a pesar de lo que se suele afirmar.
Lo que sucede es que en materia penal, en virtud del principio
de legalidad, de rango constitucional, el juez, ante la ausencia de
una norma penal debe sobreseer a los acusados 86.

83 ALMOGUERA CARRERES, J.: óp. cit., p 290.


84 LUMIA, G.: óp. cit., p 83.
85 SEGURA ORTEGA, M: óp. cit., p 185.
86 El art. 336 del Código Procesal Penal de la Nación establece que: “El sobreseimiento
procederá cuando: 3º) El hecho investigado no encuadra en una figura legal.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 186


La actividad de los juristas, en forma teórica, y de los jueces,
en forma práctica, de llenar las lagunas legislativas se denomina
integración.

b) La clasificación de las lagunas legislativas

Hemos sostenido que si bien el ordenamiento jurídico es


pleno, existen lagunas legislativas, es decir espacios no regulados
por el legislador. Las lagunas legislativas pueden ser clasificadas
según distintos criterios: su causa, su relación con las otras normas
y su propia naturaleza
87
.

Según su causa u origen las lagunas legislativas se clasifican en


subjetivas y objetivas. Las lagunas subjetivas son aquellas que son atribuibles al
legislador, en forma voluntaria o involuntaria. Las lagunas subjetivas voluntarias
se producen cuando el legislador decide por algún motivo no regular un
determinado caso o situación. En determinadas materias el legislador se limita
a orientar al aplicador del derecho, dejando que sea éste quien complete la
regulación. Constituyen lagunas subjetivas involuntarias aquellas que surgen
por el descuido o imprevisión del legislador. Las lagunas objetivas son las que
se producen por el desarrollo y la creciente complejidad de la vida social, que
hace aparecer supuestos que no pudieron ser previstos por el legislador.

Las lagunas legislativas según su relación con las otras normas se


clasifican en extra legem e inter legem. Las lagunas extra legem surgen del
grado de concreción de la ley. Si la norma es muy concreta, es probable que
deje muchas circunstancias sin regular. Por ejemplo, si una norma prohíbe fumar
en la clase de Introducción al Derecho, por su concreción, deja sin establecer
si se puede fumar en las clases de las otras materias, o en los recreos. Las
lagunas inter legem aparecen cuando la norma es demasiado general y típica. El
legislador regula la conducta de una manera muy general y al interior del ámbito
de aplicación de la norma, quedan situaciones sin contemplar. Por ejemplo, si
una norma se limita a establecer que está prohibido fumar en la Universidad,
queda sin regular, si la prohibición se refiere a las aulas, o si también alcanza a
los patios, o si abarca los horarios de clase o también los recreos, etc.

Según su propia naturaleza, las lagunas se clasifican en aparentes


o auténticas. Las lagunas aparentes o impropias son aquellas que pueden
ser llenadas a partir de elementos del propio ordenamiento, por ejemplo lo
establecido por leyes que regulan casos análogos o los principios generales
del ordenamiento. Las lagunas reales o propias para su solución requieren la
utilización de recursos que están fuera del ordenamiento, por ejemplo la equidad,
los principios de justicia, la costumbre, etc.

87 SORIANO, R.: óp. cit., p 197.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 187


c) La integración de las lagunas legislativas

Hemos analizado cómo la afirmación de la plenitud del ordenamiento


no debe ser vinculada con la idea de la inexistencia de lagunas legislativas en
el ordenamiento, sino con la de que el ordenamiento debe dar una respuesta
jurídica a los casos no previstos por el legislador a través de distintos mecanismos
de integración, utilizados especialmente por los jueces.

Podemos distinguir dos tipos de mecanismos de


integración según los medios utilizados para llenar las lagunas
legislativas: mecanismos de autointegración y mecanismos
de heterointegración. Existe autointegración cuando se
recurre a instrumentos o medios proporcionados por el propio
ordenamiento, por ejemplo, la analogía y los principios generales
del ordenamiento. En el caso de la heterointegración, las lagunas
son integradas utilizando elementos externos al ordenamiento,
por ejemplo, los principios de justicia, las costumbres, el derecho
natural, el derecho comparado, etcétera.

El análisis pormenorizado de los mecanismos de integración será


realizado en el módulo donde desarrollaremos la integración como actividad
auxiliar de la aplicación del derecho.

F) La pluralidad de los ordenamientos jurídicos

El ordenamiento jurídico está constituido por un conjunto


de normas cuya validez deriva de una única norma primaria; sin
embargo, este hecho no imposibilita la existencia de una pluralidad
de ordenamientos jurídicos. Como señala Lumia: unidad no
significa unicidad

88
.

La existencia de una pluralidad de ordenamientos jurídicos, no se deriva


sólo de la multiplicidad de los Estados, cada uno de los cuales tiene su propio
ordenamiento, sino también de la pluralidad de ordenamientos que surge de
otras instituciones sociales que se ubican sobre, al lado o en el interior del
Estado mismo.

El ordenamiento jurídico internacional y el llamado derecho comunitario,


constituyen ejemplos de ordenamientos que se ubican por encima del Estado.
Dentro del Estado se colocan los ordenamientos jurídicos parciales, como los
ordenamientos provinciales y/o municipales, o los ordenamientos o estatutos
de instituciones como la Iglesia Católica, o los estatutos de las fundaciones,
asociaciones, sociedades, etcétera, que el Estado reconoce o respecto de los
cuales se mantiene indiferente o las prohíbe.

88 LUMIA, G.: óp. cit., p 86.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 188


Un problema interesante desde el punto de vista del derecho internacional
y del derecho constitucional, es el que surge de la sucesión temporal de
ordenamientos jurídicos distintos en un mismo ámbito territorial; por ejemplo,
a partir de una revolución como la nuestra de la independencia, o la provocada
por los gobiernos de facto que, en nuestro país, se alternaron en el poder con
los gobiernos constitucionales. En general, se sostiene que en estos casos en
los que existe la sustitución de un ordenamiento jurídico preexistente por uno
nuevo, para el derecho interno el viejo ordenamiento es recibido por el nuevo, al
menos en las partes en que no esté expresamente modificado, mientras que para
el derecho internacional la personalidad jurídica del Estado anterior, continúa
en el nuevo, que asume todas las obligaciones y derechos internacionalmente
asumidos por el primero.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 189


m3 material

Material desarrollado en los apartados “Contenidos”.

m3 actividades

m3 | actividad 1

El derecho como norma. Las normas jurídicas y las normas morales.

A) Complete el siguiente cuadro comparativo entre las normas jurídicas,


las normas morales y los usos o convencionalismos sociales.

B).- Lea las situaciones que se indican a continuación y analice si se dan en


ellas los caracteres de bilateralidad, heteronomía, exterioridad, coercibilidad y
finalidad propios de lo jurídico.
a) “Juan hace reparaciones en la pared medianera de su casa que linda con
la Pedro, sin tomar las debidas precauciones y provoca su derrumbe parcial.
Pedro se presenta ante el Juez e invocando los arts. 1716: Deber de reparar. La
violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de una obligación, da
lugar a la reparación del daño causado, conforme con las disposiciones de este
Código y 1717.- Antijuridicidad. Cualquier acción u omisión que causa un daño
a otro es antijurídica si no está justificada.1
El Juez condena a Juan y como éste no paga se le embarga el sueldo en
la proporción autorizada por la ley, hasta el monto de la condena, dichos fondos
son entregados por el Juez a Pedro”.
b) “Juan promete estudiar con Mariela Sociología, pero luego, sin previo aviso, y
tras una serie de evasivas, Mariela advierte que Juan prepara esa asignatura con
Soledad y con José, sin haberle dado ninguna explicación”.

C) Basándose en lo leído en la bibliografía, busque y transcriba otros ejemplos


de las siguientes posibles relaciones entre la moral y el derecho.

1 Los textos transcriptos corresponden a esos artículos del nuevo


Código Civil y Comercial de la Nación

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 190


a) Existe una zona de la conducta del hombre en la que el derecho y la
moral coinciden y se superponen.
b) Hay campos del actuar típicamente humano, en los que la moral produce
normas que el derecho no recepta.
c) El derecho no debe obligar a hacer lo que la moral prohíbe.
d) El derecho puede permitir lo que la moral prohíbe.
e) Las normas jurídicas pueden establecer deberes que son indiferentes desde
el punto de vista moral.
f) El derecho debe buscar una moralización de las relaciones jurídicas.
g) Todo lo ordenado por la moral debe ser permitido por el derecho.

D) Lea e interprete el art. 19 de la Constitución Nacional IC 1 y los arts. 9, 10,


279, 344, 958, 1004, 1796 y 2468 del Nuevo Código Civil y Comercial, y extraiga
una conclusión sobre el papel que le atribuye el legislador a la moral (o a las
“buenas costumbres) en el ordenamiento jurídico argentino.

m3 |actividad 1 | IC

información complementaria

Constitución Nacional

Art. 19. Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan
al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reser-
vadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo
que ella no prohíbe.

.
ARTICULO 9°.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
buena fe.

o el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito


ningún acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el
que contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites
impuestos por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo
o de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición
al estado de hecho anterior y fijar una indemnización.
ARTICULO 279.- Objeto. El objeto del acto jurídico no debe ser un hecho
imposible o prohibido por la ley, contrario a la moral, a las buenas costumbres,
al orden público o lesivo de los derechos ajenos o de la dignidad humana.
Tampoco puede ser un bien que por un motivo especial se haya prohibido
que lo sea.
ARTICULO 344.- Condiciones prohibidas. Es nulo el acto sujeto a un hecho
imposible, contrario a la moral y a las buenas costumbres, prohibido por el
ordenamiento jurídico o que depende exclusivamente de la voluntad del obli-
gado.
La condición de no hacer una cosa imposible no perjudica la validez de la
obligación, si ella fuera pactada bajo modalidad suspensiva.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 191


Se tienen por no escritas las condiciones que afecten de modo grave las
libertades de la persona, como la de elegir domicilio o religión, o decidir sobre
su estado civil.
ARTICULO 958.- Libertad de contratación. Las partes son libres para cele-
brar un contrato y determinar su contenido, dentro de los límites impuestos
por la ley, el orden público, la moral y las buenas costumbres.

los hechos que son imposibles o están prohibidos por las leyes, son con-
trarios a la moral, al orden público, a la dignidad de la persona humana, o
lesivos de los derechos ajenos; ni los bienes que por un motivo especial se
prohíbe que lo sean. Cuando tengan por objeto derechos sobre el cuerpo
humano se aplican los artículos 17 y 56.
ARTICULO 1796.- Casos. El pago es repetible, si:
a) la causa de deber no existe, o no subsiste, porque no hay obligación válida;
esa causa deja de existir; o es realizado en consideración a una causa futura,
que no se va a producir;
b) paga quien no está obligado, o no lo está en los alcances en que paga, a
menos que lo haga como tercero;
c) recibe el pago quien no es acreedor, a menos que se entregue como libe-
ralidad;
d) la causa del pago es ilícita o inmoral;
e) el pago es obtenido por medios ilícitos.
ARTICULO 2468.- Condición y cargo prohibidos. Las condiciones y cargos
constituidos por hechos imposibles, prohibidos por la ley, o contrarios a la
moral, son nulos pero no afectan la validez de las disposiciones sujetas a
ellos

m3 | actividad 2

El derecho como norma. Los caracteres de las normas jurídicas


positivas y el nuevo CCyCN.

A) Lea e interprete la ley 26.994 IC 1 y el título preliminar del Código Civil y


Comercial de la Nación.
Sanción: 1 de octubre de 2014. Promulgación: 7 de octubre de 2014. Publica-
ción: 8 de octubre de 2014

B) Analice que elementos deberían ser tenidos en cuenta para determinar


los siguientes caracteres de la ley 26964, que aprueba el nuevo Código
Civil y Comercial.
a) Validez formal
b) Validez material
c) Vigencia
d) Coercibilidad institucionalizada
e) Efectividad
f) Eficacia.

C) La ley 20.266 fue sancionada y promulgada el 10/04/1973, y publicada en


el Boletín Oficial del 17/04/1973, por el entonces titular del Gobierno Militar de
Facto, Presidente General Lanusse, que ejerció la Presidencia de la Nación hasta
el 25 de mayo de 1973, fecha en que asumió el nuevo presidente constitucio-
nal. Dicha normativa fue luego reformada y completada por la ley 25.028. Esta

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 192


segunda ley fue observada (vetada parcialmente) por el decreto 1279/98, publi-
cado en el Boletín Oficial, el 8/1/98. Con posterioridad, el Congreso de la Nación
la confirmó, resultando sancionada el 14/10/99, promulgada 1/12/99 y publicada
en el Boletín Oficial el 29/12/99. Dichas normas constituyen el régimen legal
vigente para los martilleros y corredores. A partir del análisis de dicha normativa,
y en relación a los caracteres propios de las normas jurídicas positivas responda
a lo siguiente, fundamentando sus respuestas:
a) ¿Es válida dicha normativa?
b) ¿Conforme al art. 29 de la ley 20.266, en qué día entró en vigencia dicha
norma?
Art. 29.- La presente entrará en vigencia a los noventa (90) días de su publica-
ción.
c) Si el legislador no hubiera agregado este artículo en qué fecha entraría en
vigencia esta ley?
d) Analice la vigencia de la ley 25.028, el día 2 de febrero de 2000, conforme a
lo establecido por su art. 4º. Establezca si es derecho vigente o no vigente, y en
este último caso, ¿de vigencia pasada o futura?
Art. 4.- Esta ley entrará en vigencia después de los sesenta días de su publica-
ción oficial.
e) ¿Qué relación se puede establecer entre la actividad profesional de los mar-
tilleros, en particular, entre la establecida en el art. 27 de la Ley 20.266, y la
coercibilidad institucionalizada característica de las normas jurídicas positivas?
Art. 27.- Las subastas públicas dispuestas por autoridad judicial se rigen por las
disposiciones de las leyes procesales pertinentes y, en lo que no se oponga a
ellas, por la presente ley.
¿En qué consistiría la efectividad de dichas normas?
f) ¿En qué consistiría la eficacia de dichas normas?

D) Lea y reflexione sobre el siguiente texto:


La anomia argentina IC 2

C) Analice si está de acuerdo o no con lo expuesto por Carlos Santiago Nino en


el texto leído. Fundamente su opinión.

m3 |actividad 2 | IC

información complementaria 1

Código Civil y Comercial de la Nación

Sanción: 1 de octubre de 2014. Promulgación: 7 de octubre de 2014. Publica-


ción: 8 de octubre de 2014

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,


etc. sancionan con fuerza de Ley:
Artículo 1° Apruébase el Código Civil y Comercial de la Nación que como Anexo
I integra la presente ley.
Artículo 2° Apruébase el Anexo II que integra la presente ley, y dispónese la sus-
titución de los artículos de las leyes indicadas en el mismo, por los textos que
para cada caso se expresan.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 193


Artículo 3° Deróganse las siguientes normas: a) Las leyes Nros. 11.357, 13.512,
14.394, 18.248, 19.724, 19.836, 20.276, 21.342 —con excepción de su artículo
6°—, 23.091, 25.509 y 26.005; b) La Sección IX del Capítulo II —artículos 361 a
366— y el Capítulo III de la ley 19.550, t.o. 1984; c) Los artículos 36, 37 y 38 de
la ley 20.266 y sus modificatorias; d) El artículo 37 del decreto 1798 del 13 de
octubre de 1994; e) Los artículos 1° a 26 de la ley 24.441; f) Los Capítulos I —con
excepción del segundo y tercer párrafos del artículo 11— y III —con excepción
de los párrafos segundo y tercero del artículo 28— de la ley 25.248; g) Los Capí-
tulos III, IV, V y IX de la ley 26.356.
Artículo 4° Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de
Comercio, aprobado por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891,
892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a 1017/5, que se incorporan
como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo nacio-
nal a renumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las
normas precedentes.
Artículo 5° Las leyes que actualmente integran, complementan o se encuentran
incorporadas al Código Civil o al Código de Comercio, excepto lo establecido en
el artículo 3° de la presente ley, mantienen su vigencia como leyes que comple-
mentan al Código Civil y Comercial de la Nación aprobado por el artículo 1° de la
presente. 2 | Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Ley 26.994
Artículo 6° Toda referencia al Código Civil o al Código de Comercio contenida en
la legislación vigente debe entenderse remitida al Código Civil y Comercial de la
Nación que por la presente se aprueba.
Artículo 7° La presente ley entrará en vigencia el 1° de agosto de 2015. )
Artículo 8° Dispónense como normas complementarias de aplicación del Código
Civil y Comercial de la Nación, las siguientes: Primera. “En los supuestos en
los que al momento de entrada en vigencia de esta ley se hubiese decretado
la separación personal, cualquiera de los que fueron cónyuges puede solicitar
la conversión de la sentencia de separación personal en divorcio vincular. Si la
conversión se solicita de común acuerdo, es competente el juez que intervino en
la separación o el del domicilio de cualquiera de los que peticionan, a su opción;
se resuelve, sin trámite alguno, con la homologación de la petición. Si se solicita
unilateralmente, es competente el juez que intervino en la separación o el del
domicilio del ex cónyuge que no peticiona la conversión; el juez decide previa
vista por tres (3) días. La resolución de conversión debe anotarse en el registro
que tomó nota de la separación.” Segunda. “Se consideran justos motivos y
no requieren intervención judicial para el cambio de prenombre y apellido, los
casos en que existe una sentencia de adopción simple o plena y aun si la misma
no hubiera sido anulada, siempre que se acredite que la adopción tiene como
antecedente la separación del adoptado de su familia biológica por medio del
terrorismo de Estado.” (Corresponde al artículo 69 del Código Civil y Comercial
de la Nación).
Artículo 9° Dispónense como normas transitorias de aplicación del Código Civil
y Comercial de la Nación, las siguientes:
Primera. “Los derechos de los pueblos indígenas, en particular la propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras
aptas y suficientes para el desarrollo humano, serán objeto de una ley especial.”
(Corresponde al artículo 18 del Código Civil y Comercial de la Nación).
Segunda. “La protección del embrión no implantado será objeto de una ley espe-
cial.” (Corresponde al artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación).

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 194


Tercera. “Los nacidos antes de la entrada en vigencia del Código Civil y Comer-
cial de la Nación por técnicas de reproducción humana asistida son hijos de
quien dio a luz y del hombre o la mujer que también ha prestado su consenti-
miento previo, informado y libre a la realización del procedimiento que dio origen
al nacido, debiéndose completar el acta de nacimiento por ante el Registro Civil
y Capacidad de las Personas cuando sólo constara vínculo filial con quien dio a
luz y siempre con el consentimiento de la otra madre o del padre que no figura
en dicha acta.” (Corresponde al Capítulo 2 del Título V del Libro Segundo del
Código Civil y Comercial de la Nación). (1) Texto sustituido por art. 1° de la
ley 27.077, BO 19/12/2014. Código Civil y Comercial de la Nación | 3 Decreto
1795/2014
Cuarta. “La responsabilidad del Estado nacional y de sus funcionarios por los
hechos y omisiones cometidos en el ejercicio de sus funciones será objeto de
una ley especial.” (Corresponde a los artículos 1764, 1765 y 1766 del Código
Civil y Comercial de la Nación).
Artículo 10 Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS
AIRES, EL PRIMER DÍA DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO DOS MIL CATORCE.
Firmantes: Amado Boudou - Julián A. Domínguez - Lucas Chedrese - Juan H.
Estrada
Decreto 1795/2014 Promúlgase la ley 26.994. Bs. As., 07/10/2014
POR TANTO: Téngase por ley de la Nación 26.994 cúmplase, comuníquese,
publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. Fir-
mantes: Cristina Fernández de Kirchner - Jorge M. Capitani

ANEXO I
TITULO PRELIMINAR
CAPITULO 1
Derecho
ARTICULO 1°.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser
resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución
Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte.
A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas
y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a
ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios
a derecho.

ARTICULO 2°.- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta


sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen
de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos,
de modo coherente con todo el ordenamiento.

ARTICULO 3°.- Deber de resolver. El juez debe resolver los asuntos que sean
sometidos a su jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.

CAPITULO 2
Ley
ARTICULO 4°.- Ambito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que
habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes,
domiciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.
ARTICULO 5°.- Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación
oficial, o desde el día que ellas determinen.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 195


ARTICULO 6°.- Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los
intervalos del derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche
a medianoche. En los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda
éste excluido del cómputo, el cual debe empezar al siguiente. Los plazos de
meses o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento
no hubiera día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo expira
el último día de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del
vencimiento respectivo. El cómputo civil de los plazos es de días completos y
continuos, y no se excluyen los días inhábiles o no laborables. En los plazos
fijados en horas, a contar desde una hora determinada, queda ésta excluida del
cómputo, el cual debe empezar desde la hora siguiente. Las leyes o las partes
pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo.
ARTICULO 7°.- Eficacia temporal. A partir de su entrada en vigencia, las leyes se
aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.
La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto
disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar
derechos amparados por garantías constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de
ejecución, con excepción de las normas más favorables al consumidor en las
relaciones de consumo.
ARTICULO 8°.- Principio de inexcusabilidad. La ignorancia de las leyes no sirve
de excusa para su cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el
ordenamiento jurídico.
CAPITULO 3
Ejercicio de los derechos
ARTICULO 9°.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
buena fe.
ARTICULO 10.- Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o
el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún
acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que
contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos
por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo
o de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al
estado de hecho anterior y fijar una indemnización.
ARTICULO 11.- Abuso de posición dominante. Lo dispuesto en los artículos 9°
y 10 se aplica cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin
perjuicio de las disposiciones específicas contempladas en leyes especiales.
ARTICULO 12.- Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no
pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden
público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un
resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se
considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la
norma imperativa que se trata de eludir.
ARTICULO 13.- Renuncia. Está prohibida la renuncia general de las leyes. Los
efectos de la ley pueden ser renunciados en el caso particular, excepto que el
ordenamiento jurídico lo prohíba.
ARTICULO 14.- Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código
se reconocen:
a) derechos individuales;
b) derechos de incidencia colectiva.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda
afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 196


CAPITULO 4
Derechos y bienes
ARTICULO 15.- Titularidad de derechos. Las personas son titulares de los
derechos individuales sobre los bienes que integran su patrimonio conforme con
lo que se establece en este Código.
ARTICULO 16.- Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del
artículo 15 pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los
bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al
servicio del hombre.
ARTICULO 17.- Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo
humano o sus partes no tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico,
científico, humanitario o social y sólo pueden ser disponibles por su titular
siempre que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes
especiales.
ARTICULO 18.- Derechos de las comunidades indígenas. Las comunidades
indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad comunitaria de
las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras aptas y suficientes
para el desarrollo humano según lo establezca la ley, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional.

m3 |actividad 2 | IC

información complementaria 2

La anomia argentina
“La existencia en la sociedad argentina de una pronunciada tendencia general
a la ilegalidad y a la anomia resulta bastante fácil de percibir. Es suficiente con
tener presente la forma en que se violaron masivamente los derechos humanos
en la década del 70 a través de un terrorismo de Estado que desconoció la
propia legalidad impuesta por el régimen militar - a diferencia de lo que ocurrió
con el fenómeno similar producido en Chile, el que en buena medida se desa-
rrolló respetando esa legalidad -, y por medio de un terrorismo de izquierda que
desconoció también todo límite ético y jurídico.
Yendo a un caso menos dramático: la imagen externa de una sociedad está dada
por cómo se transita por sus calles y rutas, cómo se mantiene el aseo de los luga-
res públicos, y cómo se cuida la estética urbana: hay pocos países en el mundo
en que se manifiesta un desprecio tan amplio por las reglas que rigen el tráfico
de automotores y peatones que el que se da en la Argentina. Tampoco es fácil
encontrar otros ámbitos en los que se dé un desprecio mayor, por las normas
que rigen la producción de desperdicios y la contaminación del ambiente al
que se da en la Argentina (en una reciente visita a La Falda, Córdoba, me depri-
mió enormemente advertir cómo hermosísimos paisajes eran arruinados por una
gran cantidad de basura dispersa por doquier y cómo ningún turista salvo yo y
mi familia parecía advertirlo). Desde el punto de vista urbanístico, no es posible
pensar que cuando tenemos una avenida, como la del Libertador de Buenos
Aires, con casi todos los edificios parejos en altura pero con enormes torres que
rompen de tanto en tanto esa armonía, las excepciones al código de edificación
se deben a un peculiar gusto estético de algunos intendentes o concejales; más
bien hay derecho a suponer que se hicieron excepciones o se admitieron viola-
ciones a normas edilicias por motivos diferentes al bien de la comunidad.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 197


Si vamos más allá de esa imagen externa y analizamos el discurso de los argen-
tinos, advertiremos que aducir que algo va en contra de la ley es una forma
de iniciar una conversación y no de concluirla, como ocurre en otros países
(recuerdo, por ejemplo, a un prestigioso profesor norteamericano sonrojarse y
callarse cuando su secretaria rehusó cumplir con su pedido de copiar un pro-
grama de computación, por ser ilegal; es poco imaginable una situación similar
en la Argentina).
Si dirigimos nuestra mirada a la que es tal vez la principal obligación cívica que
es la de pagar impuestos, advertiremos de inmediato que la evasión tributaria en
la Argentina está entre las más elevadas del mundo. Si hojeamos los diarios, o
conversamos, por ejemplo, con comerciantes que deben lidiar con inspectores
impositivos, municipales, etcétera, concluiremos que la corrupción de los fun-
cionarios públicos por parte de ciudadanos que realizan diversas actividades
es cosa de todos los días. Lo mismo ocurre con la actividad privada, corno se
comprueba, en un plano menor, con el sobreprecio que cobran los boleteros por
las entradas de espectáculos artísticos.
Si consultamos las estadísticas, nos convenceremos de que los casos de cri-
minalidad que son efectivamente juzgados por la Justicia son íntimos. También
advertiremos fácilmente que hay manifestaciones públicas de ilegalidad consen-
tidas por funcionarios y ciudadanos del común, como, por ejemplo, comprue-
ban sorprendidos los extranjeros cuando perciben que la inscripción “venta bajo
receta”, que figura en casi todos los medicamentos no tiene ningún correlato en
la conducta de farmacéuticos, compradores e inspectores. Basta encarar un tra-
bajo, estudio o actividad comercial para toparse con múltiples incumplimientos
y desviaciones normativas en general y legales en especial.
No obstante la omnipresencia de situaciones de ilegalidad en nuestro país, gene-
ralmente no las asociamos con la reversión de nuestro desarrollo económico y
político. Sin embargo, podemos observar que muchos de los factores que se
suelen señalar como relevantes para explicar la involución del desarrollo argen-
tino están íntimamente asociados con situaciones de ilegalidad. (Texto extraído
del libro “Una país al margen de la ley” de Carlos Santiago Nino, p 25/26).

m3 | actividad 3

El derecho como norma. La clasificación de las normas jurídicas positivas

A) En relación con la clasificación de las normas jurídicas positivas, responda lo


siguiente. Fundamente sus respuestas:

a) ¿La ley 26.994 IC 1 es una norma primaria o secundaria en el ordenamiento


jurídico argentino?

b) Según el sujeto activo, ¿la ley 26694 es una norma colectiva o personal?

c) Según el sujeto pasivo, ¿la ley 26694 es una norma general o particular?

d) Según el contenido el art 12 de Código Civil y Comercial de la Nación, ¿una


norma típica o concreta?

Artículo 12.- Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no


pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden
público.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 198


e) Según su contenido, ¿el art 10 de la ley 26694 es una norma típica o concreta?

Artículo 10.- Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.

f) Las leyes a las que hace referencia el artículo 12 del Código Civil y Comercial
de la Nación, ¿son normas taxativas o dispositivas?
Artículo 12.- Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no
pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden
público.

g) El Código Civil, aprobado por la ley 340, conforme a su ámbito temporal, ¿qué
tipo de normas es?
Artículo 4.- Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de
Comercio, aprobado por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891,
892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a 1017/5, que se incorporan
como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo nacio-
nal a renumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las
normas precedentes.

h) ¿Qué tipo de normas es el Código Civil y Comercial de la Nación según su


ámbito espacial de validez?

i) El art. 4 de la ley 26694 conforme a su función en el ordenamiento, ¿es una


norma de comportamiento o de organización?
Artículo 4.- Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de
Comercio, aprobado por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891,
892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a 1017/5, que se incorporan
como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo nacio-
nal a reenumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las
normas precedentes.

B) Clasifique, según los criterios que se señalan, las siguientes normas jurídi-
cas. Fundamente sus respuestas:
a) La ley nacional N° 23.551, sancionada el 23-3-88 por el Congreso de la Nación
y promulgada por el Poder Ejecutivo el 14-4-88 que regula el funcionamiento de
las asociaciones sindicales.

Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento


Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función
Por razón del ámbito espacial de validez

b) Una ley nacional que establece que los empleadores deberán abonar el 15-7-
89 la suma de australes ocho mil a todos los trabajadores en relación de depen-
dencia.
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 199


c) La designación de Juan Pérez como magistrado de la Corte Suprema por el
Presidente de la Nación, con el acuerdo del Senado.
Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función

d) El Congreso de la Nación crea una comisión de parlamentarios para que


investigue sobre la comisión de ilícitos en una determinada repartición pública.
Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento
Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido

e) El decreto N° 467, dictado por el Presidente de la Nación, que reglamenta la


Ley de Asociaciones Sindicales.
Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento
Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función

f) La orden dada por el administrador de un consorcio de propiedad horizontal


para que los consorcistas efectúen el pago de una suma de dinero, el 5 de junio
del 2017, para afrontar un gasto necesario para el mantenimiento de las partes
comunes del edificio.

Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento


Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función

g) La sentencia de un Juez que ordena que Jorge López cumpla una pena de
prisión de 11 años y 3 meses, por haber sido hallado culpable del homicidio de
Pedro Rodríguez

Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento


Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función

n) Un testamento por el cual una persona distribuye sus bienes entre sus here-
deros.
Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento
Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función

ñ) El art. 164 del Código Penal, que reprime con prisión de un mes a seis años al
que se apoderase ilegítimamente de una cosa mueble total o parcialmente ajena.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 200


Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento
Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función
Por razón del ámbito espacial de validez

o) El art. 63 de la Constitución Nacional que establece que ambas Cámaras del


Congreso se reunirán en sesiones ordinarias todos los años desde el primero de
marzo hasta el 30 de noviembre.

Por razón del lugar que ocupan en el ordenamiento


Por razón del sujeto activo
Por razón del sujeto pasivo
Por razón de su contenido
Por razón de su función
Por razón del ámbito espacial de validez

p) El art. 50 del Código Procesal Penal de la Provincia de Córdoba, que esta-


blece que los conflictos de competencia entre los tribunales serán resueltos por
el tribunal jerárquicamente superior.

Por razón del sujeto pasivo


Por razón de su contenido
Por razón de su función
Por razón del ámbito espacial de validez

m3 |actividad 3 | IC

información complementaria 1

Código Civil y Comercial de la Nación

Sanción: 1 de octubre de 2014. Promulgación: 7 de octubre de 2014. Publica-


ción: 8 de octubre de 2014

El Senado y Cámara de Diputados de la Nación Argentina reunidos en Congreso,


etc. sancionan con fuerza de Ley:
Artículo 1° Apruébase el Código Civil y Comercial de la Nación que como Anexo
I integra la presente ley.
Artículo 2° Apruébase el Anexo II que integra la presente ley, y dispónese la sus-
titución de los artículos de las leyes indicadas en el mismo, por los textos que
para cada caso se expresan.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 201


Artículo 3° Deróganse las siguientes normas: a) Las leyes Nros. 11.357, 13.512,
14.394, 18.248, 19.724, 19.836, 20.276, 21.342 —con excepción de su artículo
6°—, 23.091, 25.509 y 26.005; b) La Sección IX del Capítulo II —artículos 361 a
366— y el Capítulo III de la ley 19.550, t.o. 1984; c) Los artículos 36, 37 y 38 de
la ley 20.266 y sus modificatorias; d) El artículo 37 del decreto 1798 del 13 de
octubre de 1994; e) Los artículos 1° a 26 de la ley 24.441; f) Los Capítulos I —con
excepción del segundo y tercer párrafos del artículo 11— y III —con excepción
de los párrafos segundo y tercero del artículo 28— de la ley 25.248; g) Los Capí-
tulos III, IV, V y IX de la ley 26.356.
Artículo 4° Deróganse el Código Civil, aprobado por la ley 340, y el Código de
Comercio, aprobado por las leyes Nros. 15 y 2.637, excepto los artículos 891,
892, 907, 919, 926, 984 a 996, 999 a 1003 y 1006 a 1017/5, que se incorporan
como artículos 631 a 678 de la ley 20.094, facultándose al Poder Ejecutivo nacio-
nal a renumerar los artículos de la citada ley en virtud de la incorporación de las
normas precedentes.
Artículo 5° Las leyes que actualmente integran, complementan o se encuentran
incorporadas al Código Civil o al Código de Comercio, excepto lo establecido en
el artículo 3° de la presente ley, mantienen su vigencia como leyes que comple-
mentan al Código Civil y Comercial de la Nación aprobado por el artículo 1° de la
presente. 2 | Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Ley 26.994
Artículo 6° Toda referencia al Código Civil o al Código de Comercio contenida en
la legislación vigente debe entenderse remitida al Código Civil y Comercial de la
Nación que por la presente se aprueba.
Artículo 7° La presente ley entrará en vigencia el 1° de agosto de 2015. )
Artículo 8° Dispónense como normas complementarias de aplicación del Código
Civil y Comercial de la Nación, las siguientes: Primera. “En los supuestos en
los que al momento de entrada en vigencia de esta ley se hubiese decretado
la separación personal, cualquiera de los que fueron cónyuges puede solicitar
la conversión de la sentencia de separación personal en divorcio vincular. Si la
conversión se solicita de común acuerdo, es competente el juez que intervino en
la separación o el del domicilio de cualquiera de los que peticionan, a su opción;
se resuelve, sin trámite alguno, con la homologación de la petición. Si se solicita
unilateralmente, es competente el juez que intervino en la separación o el del
domicilio del ex cónyuge que no peticiona la conversión; el juez decide previa
vista por tres (3) días. La resolución de conversión debe anotarse en el registro
que tomó nota de la separación.” Segunda. “Se consideran justos motivos y
no requieren intervención judicial para el cambio de prenombre y apellido, los
casos en que existe una sentencia de adopción simple o plena y aun si la misma
no hubiera sido anulada, siempre que se acredite que la adopción tiene como
antecedente la separación del adoptado de su familia biológica por medio del
terrorismo de Estado.” (Corresponde al artículo 69 del Código Civil y Comercial
de la Nación).
Artículo 9° Dispónense como normas transitorias de aplicación del Código Civil
y Comercial de la Nación, las siguientes:
Primera. “Los derechos de los pueblos indígenas, en particular la propiedad
comunitaria de las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras
aptas y suficientes para el desarrollo humano, serán objeto de una ley especial.”
(Corresponde al artículo 18 del Código Civil y Comercial de la Nación).
Segunda. “La protección del embrión no implantado será objeto de una ley espe-
cial.” (Corresponde al artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación).

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 202


Tercera. “Los nacidos antes de la entrada en vigencia del Código Civil y Comer-
cial de la Nación por técnicas de reproducción humana asistida son hijos de
quien dio a luz y del hombre o la mujer que también ha prestado su consenti-
miento previo, informado y libre a la realización del procedimiento que dio origen
al nacido, debiéndose completar el acta de nacimiento por ante el Registro Civil
y Capacidad de las Personas cuando sólo constara vínculo filial con quien dio a
luz y siempre con el consentimiento de la otra madre o del padre que no figura
en dicha acta.” (Corresponde al Capítulo 2 del Título V del Libro Segundo del
Código Civil y Comercial de la Nación). (1) Texto sustituido por art. 1° de la
ley 27.077, BO 19/12/2014. Código Civil y Comercial de la Nación | 3 Decreto
1795/2014
Cuarta. “La responsabilidad del Estado nacional y de sus funcionarios por los
hechos y omisiones cometidos en el ejercicio de sus funciones será objeto de
una ley especial.” (Corresponde a los artículos 1764, 1765 y 1766 del Código
Civil y Comercial de la Nación).
Artículo 10 Comuníquese al Poder Ejecutivo nacional.
DADA EN LA SALA DE SESIONES DEL CONGRESO ARGENTINO, EN BUENOS
AIRES, EL PRIMER DÍA DEL MES DE OCTUBRE DEL AÑO DOS MIL CATORCE.
Firmantes: Amado Boudou - Julián A. Domínguez - Lucas Chedrese - Juan H.
Estrada
Decreto 1795/2014 Promúlgase la ley 26.994. Bs. As., 07/10/2014
POR TANTO: Téngase por ley de la Nación 26.994 cúmplase, comuníquese,
publíquese, dése a la Dirección Nacional del Registro Oficial y archívese. Fir-
mantes: Cristina Fernández de Kirchner - Jorge M. Capitani

ANEXO I
TITULO PRELIMINAR
CAPITULO 1
Derecho
ARTICULO 1°.- Fuentes y aplicación. Los casos que este Código rige deben ser
resueltos según las leyes que resulten aplicables, conforme con la Constitución
Nacional y los tratados de derechos humanos en los que la República sea parte.
A tal efecto, se tendrá en cuenta la finalidad de la norma. Los usos, prácticas
y costumbres son vinculantes cuando las leyes o los interesados se refieren a
ellos o en situaciones no regladas legalmente, siempre que no sean contrarios
a derecho.

ARTICULO 2°.- Interpretación. La ley debe ser interpretada teniendo en cuenta


sus palabras, sus finalidades, las leyes análogas, las disposiciones que surgen
de los tratados sobre derechos humanos, los principios y los valores jurídicos,
de modo coherente con todo el ordenamiento.

ARTICULO 3°.- Deber de resolver. El juez debe resolver los asuntos que sean
sometidos a su jurisdicción mediante una decisión razonablemente fundada.

CAPITULO 2
Ley
ARTICULO 4°.- Ambito subjetivo. Las leyes son obligatorias para todos los que
habitan el territorio de la República, sean ciudadanos o extranjeros, residentes,
domiciliados o transeúntes, sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales.
ARTICULO 5°.- Vigencia. Las leyes rigen después del octavo día de su publicación
oficial, o desde el día que ellas determinen.
ARTICULO 6°.- Modo de contar los intervalos del derecho. El modo de contar los
intervalos del derecho es el siguiente: día es el intervalo que corre de medianoche
a medianoche. En los plazos fijados en días, a contar de uno determinado, queda
éste excluido del cómputo, el cual debe empezar al siguiente. Los plazos de

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 203


meses o años se computan de fecha a fecha. Cuando en el mes del vencimiento
no hubiera día equivalente al inicial del cómputo, se entiende que el plazo expira
el último día de ese mes. Los plazos vencen a la hora veinticuatro del día del
vencimiento respectivo. El cómputo civil de los plazos es de días completos y
continuos, y no se excluyen los días inhábiles o no laborables. En los plazos
fijados en horas, a contar desde una hora determinada, queda ésta excluida del
cómputo, el cual debe empezar desde la hora siguiente. Las leyes o las partes
pueden disponer que el cómputo se efectúe de otro modo.
ARTICULO 7°.- Eficacia temporal. A partir de su entrada en vigencia, las leyes se
aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes.
La leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto
disposición en contrario. La retroactividad establecida por la ley no puede afectar
derechos amparados por garantías constitucionales.
Las nuevas leyes supletorias no son aplicables a los contratos en curso de
ejecución, con excepción de las normas más favorables al consumidor en las
relaciones de consumo.
ARTICULO 8°.- Principio de inexcusabilidad. La ignorancia de las leyes no sirve
de excusa para su cumplimiento, si la excepción no está autorizada por el
ordenamiento jurídico.
CAPITULO 3
Ejercicio de los derechos
ARTICULO 9°.- Principio de buena fe. Los derechos deben ser ejercidos de
buena fe.
ARTICULO 10.- Abuso del derecho. El ejercicio regular de un derecho propio o
el cumplimiento de una obligación legal no puede constituir como ilícito ningún
acto.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos. Se considera tal el que
contraría los fines del ordenamiento jurídico o el que excede los límites impuestos
por la buena fe, la moral y las buenas costumbres.
El juez debe ordenar lo necesario para evitar los efectos del ejercicio abusivo
o de la situación jurídica abusiva y, si correspondiere, procurar la reposición al
estado de hecho anterior y fijar una indemnización.
ARTICULO 11.- Abuso de posición dominante. Lo dispuesto en los artículos 9°
y 10 se aplica cuando se abuse de una posición dominante en el mercado, sin
perjuicio de las disposiciones específicas contempladas en leyes especiales.
ARTICULO 12.- Orden público. Fraude a la ley. Las convenciones particulares no
pueden dejar sin efecto las leyes en cuya observancia está interesado el orden
público.
El acto respecto del cual se invoque el amparo de un texto legal, que persiga un
resultado sustancialmente análogo al prohibido por una norma imperativa, se
considera otorgado en fraude a la ley. En ese caso, el acto debe someterse a la
norma imperativa que se trata de eludir.
ARTICULO 13.- Renuncia. Está prohibida la renuncia general de las leyes. Los
efectos de la ley pueden ser renunciados en el caso particular, excepto que el
ordenamiento jurídico lo prohíba.
ARTICULO 14.- Derechos individuales y de incidencia colectiva. En este Código
se reconocen:
a) derechos individuales;
b) derechos de incidencia colectiva.
La ley no ampara el ejercicio abusivo de los derechos individuales cuando pueda
afectar al ambiente y a los derechos de incidencia colectiva en general.
CAPITULO 4
Derechos y bienes
ARTICULO 15.- Titularidad de derechos. Las personas son titulares de los
derechos individuales sobre los bienes que integran su patrimonio conforme con
lo que se establece en este Código.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 204


ARTICULO 16.- Bienes y cosas. Los derechos referidos en el primer párrafo del
artículo 15 pueden recaer sobre bienes susceptibles de valor económico. Los
bienes materiales se llaman cosas. Las disposiciones referentes a las cosas son
aplicables a la energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al
servicio del hombre.
ARTICULO 17.- Derechos sobre el cuerpo humano. Los derechos sobre el cuerpo
humano o sus partes no tienen un valor comercial, sino afectivo, terapéutico,
científico, humanitario o social y sólo pueden ser disponibles por su titular
siempre que se respete alguno de esos valores y según lo dispongan las leyes
especiales.
ARTICULO 18.- Derechos de las comunidades indígenas. Las comunidades
indígenas reconocidas tienen derecho a la posesión y propiedad comunitaria de
las tierras que tradicionalmente ocupan y de aquellas otras aptas y suficientes
para el desarrollo humano según lo establezca la ley, de conformidad con lo
dispuesto por el artículo 75 inciso 17 de la Constitución Nacional.

m3 | actividad 4

El derecho como ordenamiento jurídico. El Código Civil y Comercial


y la estructura jerárquica del ordenamiento jurídico de nuestro país.

Introducción
El ordenamiento jurídico se nos presenta como una estructura donde las normas
están dispuestas en un orden jerárquico, existiendo entonces normas superio-
res y normas inferiores. En un ordenamiento conformado de esta manera, cada
norma obtiene su validez de una norma de grado superior y a su vez otorga vali-
dez a las normas de grado inferior. En el módulo precedente hemos clasificado
a las normas jurídicas según el lugar que ocupan en el ordenamiento en normas
primarias y secundarias. Con relación a esta forma de construir el ordenamiento:
Consigna
Analice los arts. 5, 31, 75 inc. 22 y 24 de la Constitución Nacional, que se trans-
criben a continuación y ordene jerárquicamente las siguientes normas que
constituyen la parte superior del ordenamiento jurídico de nuestro país: la Cons-
titución Nacional, las Constituciones provinciales, tratados de integración, las
leyes nacionales, los tratados internacionales, las leyes provinciales, los concor-
datos, los tratados internacionales sobre derechos humanos incluidos en el art.
75, inc. 22.
Constitución Nacional
Art. 5: “Cada provincia dictará para sí una Constitución bajo el sistema - represen-
tativo republicano, de acuerdo con los principios, declaraciones y garantías de
la Constitución Nacional; y que asegure su administración de justicia, su régimen
municipal, y la educación primaria. Bajo de estas condiciones el Gobierno fede-
ral, garante a cada provincia el goce y ejercicio de sus instituciones”.
Art. 31: “Esta Constitución, las leyes de la Nación que en su consecuencia se
dicten por el Congreso y los tratados con las potencias extranjeras son la ley
suprema de la Nación; y las autoridades de cada provincia están obligadas a con-
formarse a ella, no obstante cualquiera disposición en contrario que contengan
las leyes o constituciones provinciales, salvo para la provincia de Buenos Aires,
los tratados ratificados después del Pacto de 11 de noviembre de 1859”.
Art. 75: Corresponde al Congreso:”

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 205


...22: Aprobar o desechar tratados concluidos con las demás naciones y con las
organizaciones internacionales y los concordatos con la Santa Sede. Los tratados
y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.
La Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; la Decla-
ración Universal de Derechos Humanos; la Convención Americana sobre Dere-
chos Humanos; el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y su Protocolo
Facultativo; la Convención sobre la Prevención y la Sanción del Delito de Geno-
cidio; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de
Discriminación Racial; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas
de Discriminación contra la Mujer; la Convención contra la Tortura y otros Tratos
o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes; la Convención sobre los Derechos
del Niño; en las condiciones de su vigencia, tienen jerarquía constitucional,
no derogan artículo alguno de la primera parte de esta Constitución y deben
entenderse complementarios de los derechos y garantías por ella reconocidos.
Sólo podrán ser denunciados, en su caso, por el Poder Ejecutivo nacional, previa
aprobación de las dos terceras partes de la totalidad de los miembros de cada
Cámara.
Los demás tratados y convenciones sobre derechos humanos, luego de ser
aprobados por el Congreso, requerirán del voto de las dos terceras partes
de la totalidad de los miembros de cada Cámara para gozar de la jerarquía
constitucional.
24. Aprobar tratados de integración que deleguen competencias y jurisdicción a
organizaciones supraestatales en condiciones de reciprocidad e igualdad, y que
respeten el orden democrático y los derechos humanos. Las normas dictadas en
su consecuencia tienen jerarquía superior a las leyes.
La aprobación de estos tratados con Estados de Latinoamérica requerirá la
mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara. En el caso
de tratados con otros Estados, el Congreso de la Nación, con la mayoría absoluta
de los miembros presentes de cada Cámara, declarará la conveniencia de la
aprobación del tratado y sólo podrá ser aprobado con el voto de la mayoría
absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara, después de ciento
veinte días del acto declarativo.
La denuncia de los tratados referidos a este inciso, exigirá la previa aprobación
de la mayoría absoluta de la totalidad de los miembros de cada Cámara».

B) Ubique en la pirámide normativa de nuestro país la ley nacional


26694 que aprueba el nuevo l Código Civil y Comercial de la Nación.
Fundamente su respuesta.

C) Responda:

a) ¿Cuáles eran los límites internos y externos que tenía el legislador al


dictar dicho Código? Relacione con los conceptos de validez formal y
material.

b) La primera Constitución de un país, en nuestro caso la Constitución


Nacional de 1853, es la norma primaria, que por definición no deriva su
validez de ninguna otra norma del ordenamiento. En relación con ello
identifique cuál es el recurso lógico que nos permite afirmar su validez.

c) ¿Por qué se sostiene que la validez se confunde o identifica con la


efectividad, en el vértice de la pirámide, es decir respecto a la primera
constitución?

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m3 | actividad 5

El derecho como ordenamiento jurídico. La coherencia del ordenamiento. El


problema de las antinomias y redundancias.
Introducción
La coherencia del ordenamiento se relaciona con un problema que podríamos
describir como una situación de exceso de normas, es decir, cuando dos o más
normas regulan una misma conducta. Un ordenamiento es coherente cuando no
hay más de una norma aplicable que regule un determinado caso o conducta, es
decir que no existan normas que tengan el mismo supuesto jurídico. La redun-
dancia y las antinomias constituyen problemas que afectan la coherencia del
ordenamiento jurídico. En el análisis de esta característica, nos resulta útil tener
en cuenta que las normas jurídicas regulan nuestras conductas estableciendo
prohibiciones, obligaciones y permisos. Estos últimos pueden ser positivos y
negativos.

Consigna
1. Elabore y transcriba dos ejemplos de normas que establezcan:
a) una prohibición
b) una obligación
c) un permiso positivo
d) un permiso negativo

2. Elabore las normas contrarias, contradictorias, subalternas y


subcontrarias que correspondan a las siguientes normas:

a) El inquilino debe pagar el alquiler.


b) No se debe fumar.
c) Está permitido estacionar frente a la Universidad Blas Pascal.

3. La existencia de normas contrarias y contradictorias en un ordenamiento


constituye una antinomia o conflicto de normas, porque dichas normas
son incompatibles desde el punto de vista lógico, no pueden ser válidas
al mismo tiempo.
a) Elabore las normas que constituyen antinomias respecto a las siguientes
normas.
o Los abogados deben guardar el secreto profesional.
o Está prohibido pisar el césped.
o Está permitido pescar en el río San Antonio.
o Los mayores de sesenta años pueden no votar.

b) Analice los siguientes ejemplos y determine si hay una antinomia. Si la


hubiere, señale si esas normas son contrarias o contradictorias, si la antinomia
es total/total, total/parcial o parcial/parcial, y cómo la resolvería. Fundamente
sus respuestas.
1) Una ley nacional prohíbe fumar en los lugares públicos y en el ámbito
de los organismos del Estado. Una resolución del Rectorado de la Universidad
Nacional autoriza a fumar en los lugares abiertos (patios, etc.) de la misma. Esta
última es posterior.
2) Una ley nacional obliga a todos los martilleros y corredores a poseer
título universitario expedido o revalidado en nuestro país para ejercer la profe-
sión. Otro artículo de esa misma ley permite a los martilleros y corredores habi-
litados, es decir matriculados, al momento de entrada la vigencia del artículo
anterior, a ejercer la profesión sin el título universitario.

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 207


m3 glosario

Argumentación: Acción de argumentar. Razonamiento mediante el cual se


intenta probar o demostrar una tesis, convenciendo o persuadiendo a alguien de
la verdad o falsedad de la misma.
Autorreferencia: que se refiere a sí mismo.
Axiología: parte o rama de la filosofía que estudia los valores.
Axiológico/a: relacionado con los valores.
Casos de penumbra: zona de los objetos donde resulta imprecisa la aplicación
de una palabra.
Competencia: Es la capacidad o aptitud que la ley reconoce a un juez o tribunal
para ejercer la jurisdicción en relación con una determinada categoría de casos.

Deducción: Forma de razonamiento que consiste en partir de un principio gen-


eral conocido para llegar a un principio particular desconocido

Doctrina: Conjunto de teorías y estudios elaborados por los científicos jurídicos


sobre el derecho de un determinado país. Es el producto de la actividad de los
juristas.

Eficacia: calidad de aquello que logra los fines propuestos. Carácter de una que
logra cumplir los fines propuestos por el legislador. Se utiliza “eficacia” como
sinónimo de efectividad en relación a las normas, es decir como cualidad de
aquella norma que es cumplida por sus destinatarios.

Estado de derecho: tipo de Estado que se caracteriza por el imperio de la ley, la


división de poderes, la legalidad de la administración pública, la vigencia de los
derechos fundamentales, etc.

Imparcialidad: Falta de designio anticipado o de prevención en favor o en contra


de personas o de cosas, de que resulta poderse juzgar o proceder con rectitud.
Constituye la principal virtud de los jueces.
Justificabilidad: posibilidad de ser justificado. Que se puede dar razones para
sostener algo.
Kelsen, Hans: filósofo del derecho austríaco, contemporáneo, fallecido en 1973.
Su obra más conocida en la “Teoría pura del derecho”, es sus varias versiones.
Liberalismo, actitud, filosofía o movimiento que tiene como eje principal el
desarrollo de la libertad personal y del progreso de la sociedad. En economía se
opone a las restricciones sobre el mercado y apoya la libertad de las empresas
privadas. En lo político, la vigencia de las libertades civiles y políticas.

Lógica: parte de la filosofía que estudia los principios formales del conocimiento
humano, es decir, las formas y las leyes más generales del pensamiento humano
considerado puramente en sí mismo, sin referencia a los objetos. Los problemas
principales de la lógica son las doctrinas del concepto, del juicio, del silogismo
y del método.
Negocio jurídico: todo acto de voluntad lícito realizado de conformidad con
una norma jurídica que tenga por finalidad directa y específica crear, conservar,
modificar, transferir o extinguir, derechos u obligaciones dentro de la esfera del
derecho privado.
Norma abstracta: la que establece un modelo de comportamiento
Norma concreta: la que establece una conducta determinada

EDUBP | ABOGACÍA | introducción al derecho - pag. 208


Norma general: la que regula la conducta de una clase o categoría de personas.
Norma individual: También llamada norma particular, es la que regula la con-
ducta de una o más personas determinadas.
Privilegio: Gracia o prerrogativa concedida a una persona o colectividad, lib-
ertándole de una carga o gravamen, concediéndole una exención, etc.:
Rousseau, Jean-Jacques (1712-1778), filósofo francés, teórico político y social,
músico, botánico y uno de los escritores más elocuentes del siglo de las Luces
Rousseauniano/a: que pertenece a las ideas de Jean-Jacques Rousseau.
Semántica: Parte de la lingüística que estudia la significación de las palabras.
Vigencia: (Vigencia de una ley): Exigibilidad actual de una norma. Su vida o
posible aplicación se extiende desde el plazo señalando al promulgarla, o a
partir de los ocho días de su publicación, hasta que sea derogada expresamente
o tácitamente por otra posterior.

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