Resumen Sacrosanctum Concilium
Resumen Sacrosanctum Concilium
Resumen Sacrosanctum Concilium
INTRODUCIÓN
Acrecentar en los fieles la vida cristiana, adaptar mejor las necesidades de nuestro
tiempo, promover aquello que pueda contribuir a la unión de cuantos creen en
Jesucristo y fortalecer lo que sirve para invitar a todos los hombres al seno de la
Iglesia, para proveer la reforma y el fomento de la Liturgia. (SC 1)
La Liturgia, por ser el medio en que se ejerce nuestra redención, especialmente en la
Eucaristía. Se ve representada la dualidad de la Iglesia, humana y divina, dotada de
elementos visibles e invisibles. (SC 2)
La Liturgia robustece también admirablemente sus fuerzas para predicar a Cristo y
presenta a la Iglesia como un amparo en donde se congreguen la unidad de los hijos
de Dios que están dispersos. (SC 2)
Hay que tener en cuenta los principios siguientes y establecer algunas normas
prácticas en orden al fomento y reforma de la liturgia. (SC 4)
CAPÍTULO I – PRINCIPIOS GENERALES PARA LA REFORMA Y FOMENTO DE
LA SAGRADA LITURGIA
I. Naturaleza de la Sagrada Liturgia y su importancia en la vida de la Iglesia.
La obra salvífica de Cristo: Dios que “quiere que todos los hombres se salven y
lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tim 2,4) envío a su único hijo, el verbo
hecho carne como médico corporal y espiritual, como mediador entre Dios y los
hombres. En Cristo se realiza plenamente la reconciliación y se da la plenitud del
culto divino, principalmente en el misterio de su bienaventurada pasión,
resurrección y ascensión. Del costado de Cristo dormido en la cruz nació “el
sacramento admirable de la Iglesia entera”.
La obra de salvación, continuada por la Iglesia, se realiza en la Liturgia: Cristo
fue enviado por el Padre y el a su vez envío a los apóstoles, llenos del Espíritu
Santo. Anunciaban al Hijo de Dios, con su muerte y resurrección conduciéndonos al
Reino del Padre, realizando la obra de salvación que proclamaban mediante el
sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica. Parte
del mismo día de pentecostés, donde la Iglesia se manifestó al mundo, desde
entonces la Iglesia no ha dejado de reunirse para celebrar el misterio pascual y los
sacramentos.
Presencia de Cristo en la Liturgia: Dentro de esta obra tan grande Cristo está
siempre presente en las acciones litúrgicas de la Iglesia; está presente en el
sacrificio de la misa, en los sacramentos, en su palabra y en la súplica de la Iglesia
que canta los salmos. La liturgia es entonces el ejercicio del sacerdocio de
Jesucristo, que con sus signos sensibles realizan la santificación del hombre a su
manera, mediante el ejercicio del culto íntegro. Es así que toda acción litúrgica, es
acción sagrada por excelencia, cuya eficacia, con el mismo título y en el mismo
grado no la iguala ninguna otra acción en la Iglesia.
Liturgia terrena y Liturgia celeste: En la Liturgia terrena se pregusta y se participa
de la Liturgia celeste hacia donde nos dirigimos como peregrinos; lugar donde
celebraremos y cantaremos junto a todo el coro celestial la gloria del Señor.
Venerando a los santos esperamos tener parte con ellos y gozar de su compañía
hasta que el Señor se manifieste en nuestra vida y nosotros nos manifestemos
también gloriosos con él.
La Liturgia no es la única actividad de la Iglesia: La Sagrada Liturgia no agota
toda la actividad de la Iglesia, puesto que para que los hombres puedan llegar a la
Liturgia es necesario que sean llamados a la fe y la conversión. La Iglesia se acerca
a los no creyentes para que al proclamarles el mensaje conozcan al único Dios y su
Hijo Jesucristo y se conviertan; en el caso de los creyentes, es deber de la Iglesia
predicarles continuamente la fe y la penitencia, preparándolos en los sacramentos,
enseñándoles a cumplir los mandatos de Cristo y estimulándolos a toda clase de
caridad.
La Liturgia fuente y cumbre de toda la vida eclesial: La Liturgia es la cumbre a la
cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de la que emana
toda su fuerza. Una vez hechos hijos de Dios por la fe y el bautismo participen en el
sacrificio y coman la cena del Señor. La Liturgia, pero sobre todo de la Eucaristía,
emana para nosotros la gracia como de su fuente, y se obtiene la santificación de los
hombres en Cristo, a la cual las demás obras de la Iglesia tienden como a su fin.
Necesidad de las disposiciones personales: Es necesario que los fieles se acerquen
a la Sagrada Liturgia con recta disposición de ánimo, pongan su alma en
consonancia con su voz y colaboren con la gracia divina, para no recibirla en vano.
Liturgia, oración personal y ejercicios piadosos: La Liturgia no abarca toda la vida
espiritual. El cristiano está llamado a orar en común, orando sin tregua, según
enseña el apóstol Pablo, llevando siempre la mortificación de Jesús en nuestro
cuerpo para que se haga presente en nuestra carne mortal, especialmente en el
sacrificio de la misa haciendo de nosotros una “ofrenda eterna”.
Condiciones de los ejercicios piadosos: Se recomiendan los ejercicios piadosos del
pueblo cristiano, especialmente si se hacen por mandato de la Sede Apostólica.
Gozan también de una dignidad especial, pero es preciso que se organicen de
acuerdo a los tiempos litúrgicos y que sean acordes a la Sagrada Liturgia.
II. Necesidad de promover la educación litúrgica y la participación activa
Participación de los fieles: llevar a todos los fieles a una participación plena,
consciente y activa en las celebraciones litúrgicas. Al reformar y fomentar la
sagrada Liturgia se debe tener en cuenta esta plena participación de todo el pueblo,
ya que es la fuente primaria y necesaria de donde han de beber los fieles el
verdadero espíritu cristiano.
Formación de los profesores de Liturgia y del clero: Los profesores deben
formarse a conciencia para su misión en los institutos que se dedican a ello. La
asignatura de sagrada Liturgia se debe considerar como una de las materias
necesarias y más importantes en los seminarios y de las principales en la etapa
teológica, explicándose bajo el aspecto teológico, histórico como también en el
espiritual, pastoral y jurídico. Se debe tener la plena conciencia que todas las demás
asignaturas teológicas tienen su conexión con la Liturgia y la unidad de la
formación sacerdotal.
Iniciación en seminarios y casas religiosas y vida litúrgica de los sacerdotes que
ya trabajan en la viña del Señor: En cuanto a los seminarios se adquiere una
formación litúrgica de la vida espiritual, para que permita comprender los ritos y
participar en ellos con toda el alma, por ende todo debe estar informado de espíritu
litúrgico. A los sacerdotes los ha de ayudar a comprender más plenamente lo que
realiza en las funciones litúrgicas y en comunicarla a los fieles que le han sido
encomendados.
Formación litúrgica de los fieles y MC – celebración litúrgica: Los pastores de
almas fomenten la educación litúrgica y participación activa de los fieles. En cuanto
a los medios de comunicación a la hora de transmitir acciones sagradas se debe
hacer de la manera más discreta y decorosa, bajo la dirección y responsabilidad de
una persona idónea que los obispos hayan delegado.
III. Reforma de la Sagrada Liturgia
Lo que debe reformarse y lo inmutable en la Liturgia: La Liturgia consta de una
parte inmutable por ser de institución divina y otras de parte sujetas a cambio. En
esta reforma los textos y los ritos se han de ordenar para expresar con mayor
claridad las cosas santas que significan para que el pueblo cristiano pueda
comprenderlas fácilmente y participar en ellas por medio de una celebración plena,
activa y comunitaria.
A) Normas generales: la reglamentación es de competencia exclusiva de la
autoridad eclesiástica, la sede apostólica y el obispo. En virtud por el poder
concedido por el derecho las asambleas territoriales también pueden hacer reformas,
nadie así sea sacerdote puede añadir o quitar alguna cosa de la Liturgia. Se debe
conservar la Tradición a la hora de hacer una revisión sobre la Liturgia, no se deben
introducir innovaciones si no es exigido como una utilidad verdadera y cierta de la
Iglesia. Es de vital importancia la Sagrada Escritura, porque de allí se toman las
lecturas, salmos, himnos, etc. que están penetrados de su espíritu y de donde viene
el significado de las acciones y los signos, al hacer alguna reforma se debe fomentar
el amor suave y vivo a la Sagrada Escritura.
B) Normas derivadas de la índole de la Liturgia como acción jerárquica y
comunitaria: Las acciones litúrgicas no son acciones privadas, son celebraciones de
la Iglesia, que es “Sacramento de unidad”. Se debe dar una primacía a las
celebraciones comunitarias siempre que los ritos lo admitan, por tanto se debe
indicar la preferencia de esta acción comunitaria a la individual (misa y
sacramentos). En las celebraciones cada quien desempeñe el cargo que le es
encomendado según la naturaleza de la acción y las normas litúrgicas. Acólitos,
lectores, comentadores y coro desempeñan un auténtico ministerio litúrgico, en tal
caso se debe instruir a los fieles que cumplen esta función para que se haga debida y
ordenadamente. Para que se dé la participación activa se deben promover las
respuestas del pueblo (aclamaciones, salmodia, etc.) pero siempre se debe guardar
un silencio sagrado. Un aspecto de vital importancia es que no se hará acepción
alguna de personas o de clases sociales ni en las ceremonias ni en el ornato externo.
C) Normas derivadas de carácter didáctico y pastoral de la Liturgia: Aunque la
Liturgia sea principalmente el culto a la divina Majestad, también posee una
instrucción para el pueblo fiel, pues Cristo sigue anunciando el Evangelio y el
pueblo le responde a Dios con el canto y la oración. Los ritos deben poseer una
doble sencillez, siendo breves, claros y evitando las repeticiones, además de
adaptarse a la capacidad de los fieles. Se debe tener plena claridad de la conexión de
la Palabra y el rito en la Liturgia, especialmente en las lecturas, en el sermón (lugar
apto y fidelidad completa al ministerio de la predicación) cuyas fuentes deben ser la
Sagrada Escritura y la Liturgia, promover una catequesis litúrgica (moniciones) y
fomentar las celebraciones de la palabra de Dios (fiestas, solemnidades, cuaresma,
etc.) especialmente donde no haya sacerdote. Se debe tener en cuenta la lengua
litúrgica, teniendo presente la lengua latina en los ritos latinos, se usa la lengua
vulgar para celebraciones específicas, además dependiendo del lugar se ha de prever
si se da uso de la lengua vernácula y en que extensión.
D) Normas para adaptar la Liturgia a la mentalidad y tradición de los pueblos:
No se pretende imponer una rígida uniformidad, por el contrario, respeta y
promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas y pueblos.
Dentro de este aspecto se deben admitir las variaciones y adaptaciones legítimas a
los diversos grupos y pueblos, especialmente en las misiones, en este caso
corresponde a la autoridad eclesiástica determinar las adaptaciones necesarias. Por
tanto se debe tener presente que en ciertos lugares y circunstancias urge una
adaptación más profunda de la Liturgia.
IV. Fomento de la vida litúrgica en la diócesis y la parroquia
Vida litúrgica diocesana y la Liturgia en la parroquia: El obispo es de quien
deriva y depende la vida de Cristo en los fieles. Por tanto todos deben tener gran
aprecio a la vida litúrgica de la diócesis en torno al obispo, teniendo en cuenta que
la principal manifestación de la Iglesia se realiza en la participación plena y activa
de todo el pueblo santo de Dios en la misma celebración litúrgica. En la parroquia la
liturgia depende del pastor encargado que hace las veces de obispo, quien sebe
fomentar teórica y prácticamente entre los fieles y el clero la vida litúrgica
parroquial y su relación con el obispo.
V. Fomento de la acción pastoral litúrgica
La renovación litúrgica, gracia especial del Espíritu Santo: El celo por promover
y reformar la sagrada Liturgia se considera, como un signo de las disposiciones
providenciales de Dios sobre nuestro tiempo.
Comisión litúrgica territorial: Conviene que la autoridad eclesiástica territorial,
instituya una comisión litúrgica, con la que colaborarán especialistas en estas
ciencia litúrgica, música, arte sagrado y pastoral. Tendrá como tarea encausar dentro
de su territorio la acción pastoral litúrgica y promover los estudios y experiencias
necesarias cuando se trate de adaptaciones que deben proponerse a la Sede
Apostólica.
Comisión litúrgica diocesana: Cada diócesis contará con una comisión litúrgica
para promover la acción litúrgica bajo la autoridad del obispo, así como otras
comisiones ya sea de música y arte sacro, trabajando en estrecha relación.
CAPÍTULO II – EL SACROSANTO MISTERIO DE LA EUCARISTÍA
Celebración eucarística y Misterio Pascual: Nuestro Salvador en la última cena
instituyó el sacrificio eucarístico de su cuerpo y sangre, a confiar la Iglesia, el
memorial de su muerte y resurrección: sacramento de piedad, vínculo de caridad,
banquete pascual, en el cual se come a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da
una prenda de gloria venidera.
Participación activa de los fieles en la Eucaristía: La Iglesia procura que los
cristianos no asistan a este misterio de fe como extraños y mudos espectadores sino
que comprendiéndolo, participen consciente, piadosa y activamente la acción
sagrada, se perfeccionen día a día por Cristo, mediador en la unión con Dios y entre
sí, para que finalmente, Dios sea todo en todos.
Eficacia pastoral de la celebración litúrgica: Para que el sacrificio de la misa
alcance la plena eficacia pastoral, se debe realizar una revisión profunda del
ordinario de la misa manifestando con mayor claridad el sentido de propio de cada
una de las partes y su mutua conexión para hacer más eficaz la participación de los
fieles. Para ello se deben simplificar los ritos pero conservando la sustancia,
restableciendo las cosas que han desaparecido con el tiempo siempre y cuando sean
convenientes y necesarias. Se debe tener una mayor amplitud de los tesoros de la
Biblia, para que a lo largo de un año se lean las partes más significativas de la
Escritura.
La homilía parte de la Liturgia, la oración de fieles, el latín y las lenguas
vernáculas en la misa: La homilía se expone durante el ciclo del año litúrgico a
partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana.
Se busca restablecer la “oración común” o de “los fieles”, principalmente los
domingos y las fiestas de precepto, con la participación del pueblo en las suplicas de
la Iglesia. En las misas celebradas con pueblo se le puede dar el lugar debido a la
lengua vernácula, especialmente en las lecturas y la “oración común”.
Comunión, culmen de la participación eucarística. Las dos especies: Se
recomienda la participación más perfecta, la cual consiste en que los fieles después
de la comunión del sacerdote, reciban del mismo sacrificio el Cuerpo del Señor. La
comunión bajo ambas especies puede concederse en los casos que la Sede
Apostólica lo determine.
Unidad entre Liturgia de la palabra y Eucaristía: La misa consta de dos partes:
Liturgia de la palabra y la Eucaristía, estas dos están tan íntimamente unidas que
constituyen un solo acto de culto. En la catequesis, instruyan a los fieles acerca de la
participación en toda la misa, sobre todo los domingos y fiestas de precepto.
Concelebración: se amplía la facultad de hacerla además del nuevo rito: Se
concede la concelebración de manera amplia solo en los casos siguientes: Jueves
Santo, Crismal, misas de concilios, conferencias y sínodos, misas de bendición de
un abad, etc. se debe crear un nuevo rito de concelebración incluyéndolo en el
pontifical y en misal romanos.