EXP 01865-2010-PA Osinergmin

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EXP. N.

° 01865-2010-PA/TC
LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
 
En Lima, a los 20 días del mes de julio de 2011, la Sala Segunda del
Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados Álvarez Miranda,
Vergara Gotelli y Urviola Hani, pronuncia la siguiente sentencia, con los
votos en discordia de los magistrados Álvarez Miranda y Vergara Gotelli, que
se agregan; el voto del magistrado Urviola Hani, al que se suma el voto del
magistrado Calle Hayen; y el voto finalmente dirimente del magistrado
Beaumont Callirgo, que se acompañan.
 
 
ASUNTO
 
 
Recurso de agravio constitucional interpuesto por don Arturo Ernesto
Cárdenas Dueñas contra la resolución expedida por la Primera Sala Civil de la
Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 102, su fecha 9 de marzo de 2010,
que declaró improcedente la demanda de autos.
 
 
ANTECEDENTES
 
 
Con fecha 17 de septiembre de 2009, el recurrente interpone demanda
de amparo contra el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y
Minería –en adelante, OSINERGMIN– y la empresa proveedora del servicio
de energía eléctrica Luz del Sur S.A.A. –en adelante, Luz del Sur–, a fin de
que se declare la nulidad de la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de
fecha 23 de junio de 2009, recaída en el Expediente N.º 2009-2871 y emitida
por OSINERGMIN, que resolvió confirmar la Resolución N.º SGSC-CHO-
09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, expedida en primera instancia por Luz
del Sur, que declaró infundado el pedido del actor de instalación de un nuevo
suministro eléctrico en el inmueble destinado a vivienda sito en la esquina de
la Avenida Caminos del Inca con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1,
Urbanización San Juan Bautista de Villa, Segunda Etapa, Distrito de
Chorrillos. Y como consecuencia de lo anterior solicita que se ordene a Luz
del Sur instale el suministro de conexión eléctrica y servicios
complementarios en el referido inmueble. Denuncia la vulneración de sus
derechos constitucionales a recibir un trato razonable y justo como usuario o
consumidor que peticiona el servicio público de energía eléctrica, a la
dignidad, a una vida de calidad y bienestar, a la razonabilidad, al debido
procedimiento administrativo formal y material, y a la debida motivación de
las resoluciones administrativas.
 
Manifiesta que con fecha 7 de abril de 2009 solicitó ante Luz del Sur la
instalación de un nuevo suministro eléctrico y servicios complementarios en el
inmueble ya mencionado, sustentándose en que es integrante conjuntamente
con cinco personas más de la sucesión de don Ernesto Cárdenas López,
existiendo en la actualidad una situación de indivisión y copropiedad en
relación con dicho inmueble. El demandante manifiesta que en la actualidad
se encuentra en posesión efectiva del inmueble materia de la demanda como
administrador de hecho, viviendo en él en su condición de heredero y
copropietario hasta que se produzca la partición material del bien, conforme a
lo establecido en el artículo 974º del Código Civil. Aduce que de acuerdo a la
potestad que le otorga el artículo 973º del Código Civil, ha emprendido los
trabajos de recuperación de dicho bien que se encontraba en situación de
abandono cuando comenzó a poseerlo desde el año 2007, realizando los
trabajos de explotación normal ya que no se encuentra establecida la
administración convencional o judicial.
 
El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, mediante resolución de
fecha 6 de octubre de 2009, rechazó liminarmente la demanda de autos
declarándola improcedente en aplicación del artículo 5.2º del Código Procesal
Constitucional, por considerar que el fondo del asunto se encuentra referido a
la impugnación de la resolución administrativa emitida por el Organismo
Supervisor de la Inversión en Energía y Minería –OSINERGMIN-,
controversia que no puede ser dilucidada en vía constitucional.
 
La Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
confirmó la apelada declarando improcedente la demanda, por considerar que
lo que se pretende es cuestionar en vía de amparo una resolución
administrativa, no obstante que el demandante cuenta con otras vías
procedimentales en las cuales puede hacer valer la protección de sus derechos,
en aplicación del artículo 5.2º del Código Procesal Constitucional.
 
Con fecha 14 de abril de 2010, el apoderado del Organismo Supervisor
de la Inversión en Energía y Minería –en adelante, OSINERGMIN– se
apersona al proceso y señala su domicilio procesal.
 
 
FUNDAMENTOS
 
La posición del Tribunal Constitucional respecto al rechazo liminar de la
demanda
 
1.        Como ha quedado expuesto en los antecedentes de la presente sentencia,
los juzgadores de las instancias precedentes han
desestimado liminarmente la demanda en aplicación del artículo 5.2º del
Código Procesal Constitucional, que dispone que no proceden los
procesos constitucionales cuando existan vías procedimentales
específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho
constitucional amenazado o vulnerado, salvo cuando se trate del proceso
de hábeas corpus.
 
2.        Este Colegiado Discrepa de tal razonamiento, toda vez que si bien el
artículo 5.2º del código adjetivo acotado habilita a los jueces para –en el
legítimo e independiente ejercicio de la función jurisdiccional–
desestimar liminarmente una demanda, sin embargo no se ha tenido en
cuenta que lo que aquí se cuestiona guarda directa relación con la
protección de los derechos de los usuarios, que conforme a la doctrina
jurisprudencial del Tribunal Constitucional (Cfr. Expedientes N.os 3315-
2004-AA/TC, 1006-2002-AA/TC, 1036-2002-AA/TC,
3298-2004-AA/TC, entre otros tantos), no sólo puede, sino que merece ser
objeto de tutela a través de los procesos constitucionales como el amparo
incoado, debiendo puntualizarse que por tratarse de un reclamo efectuado
por quien ostenta la calidad de usuario, tiene una posición preferente en el
ordenamiento, al igual como ocurre con el consumidor.
 
3.        En efecto, aun cuando en el presente caso se ha invocado como
argumento desestimatorio de la demanda la existencia de otras vías
igualmente satisfactorias, este Tribunal considera que en supuestos como
el presente, en el que las pruebas aportadas resultan suficientemente
esclarecedoras, o la constatación en torno de la presunta vulneración
requiere tan sólo de un juicio de puro derecho o de simple contraste
normativo, el amparo no sólo resulta la vía idónea para dilucidar la
pretensión reclamada sino que constituye el instrumento más adecuado
para la tutela de los derechos constitucionales.
 
4.        Cabe, por otra parte, precisar que de manera simultánea a lo señalado en
el párrafo precedente, en el caso de autos los atributos objeto de reclamo
se encuentran directamente vinculados con la protección o defensa del
usuario. Dentro de dicho contexto y habiéndose puntualizado en anteriores
ocasiones que tales derechos tienen una tutela preferente a nivel
constitucional, queda claro que no resulta procedente invocar el
argumento de la vía inadecuada, cuando es el amparo, por excelencia, el
mecanismo procesal pertinente para dilucidar la vulneración de derechos
constitucionales de naturaleza  económica como el descrito.
 
5.        Además, de autos se verifica que los demandados han sido notificados en
diversas oportunidades con cada uno de los diferentes actos procesales
posteriores al concesorio de la apelación, conforme consta a fojas 87, 89,
98, 99, 104, 120, 121, 123 y 124, con lo cual su derecho de defensa no se
ha visto afectado en tanto han tenido conocimiento oportuno de la
existencia del presente proceso. Por lo demás, consta a fojas 118 que el
apoderado de OSINERGMIN se apersonó al proceso el 14 de abril de
2010.
 
6.        En ese sentido, y en aplicación del artículo 20º del Código Procesal
Constitucional, correspondería que este Colegiado declare el
quebrantamiento de forma y disponga la remisión de los actuados al juez
de origen a fin de que admita a trámite la demanda de amparo de autos y
corra traslado de ella a los emplazados.
 
7.        Sin embargo, este Tribunal estima que sería inútil, irrazonable y por lo
tanto injusto, obligar al demandante a transitar nuevamente por la vía
judicial para llegar a un destino que, a la luz de los hechos descritos, y de
la jurisprudencia existente, resulta previsible; además se aprecia que no es
necesario actuar medios probatorios, pues en el fondo se trata de un asunto
de puro derecho. Consecuentemente, dada la naturaleza de los derechos
invocados, y estando a lo dispuesto en el artículo 20º del Código Procesal
Constitucional, así como en virtud de los fines de los procesos
constitucionales y los principios procesales que los orientan, previstos en
los artículos II y III del Título Preliminar del código acotado, procede que
este Tribunal se pronuncie sobre la pretensión de autos.
 
Los derechos de los consumidores y usuarios en perspectiva
constitucional
 
8.        El Tribunal Constitucional, con ocasión de las sentencias recaídas en los
Expedientes N.os 008-2003-AI/TC y 3315-2004-AA/TC, entre otros, ha
establecido algunas consideraciones en relación con los derechos de los
consumidores y usuarios. En atención a la importancia de la presente
causa, resulta pertinente reiterar su doctrina sobre esta materia.
 
9.        El consumidor o usuario  deviene en el  fin de toda actividad económica;
es decir, es quien concluye el círculo económico satisfaciendo sus
necesidades y acrecentando su bienestar a través de la utilización de los
productos y servicios ofertados en el mercado. En puridad, se trata  de una
persona natural o jurídica que en virtud de un acto jurídico oneroso
adquiere, utiliza o disfruta de determinados productos (como consumidor)
o servicios (como usuario) que previamente han sido ofrecidos al
mercado.
 
10.    Es indudable que la condición de consumidor o usuario se produce a
través de la relación jurídica que este entabla con un agente proveedor –
independientemente de su carácter público o privado–, bien en calidad de
receptor o beneficiario de algún producto, bien en calidad de destinatario
de alguna forma de servicio con cargo a un aprovechamiento, ya sea
personal, familiar o de su entorno inmediato. En consecuencia, la
condición de consumidor o usuario no es asignable a cualquier individuo o
ente, sino a aquel vinculado a los agentes proveedores dentro del contexto
de las relaciones jurídicas generadas por el mercado, las cuales tienen
como correlato la actuación del Estado para garantizar su correcto
desenvolvimiento.
 
11.    En ese orden de ideas, el proveedor sería aquella persona natural o
jurídica que, habitual o periódicamente, ofrece, distribuye, vende, arrienda
o concede el uso o disfrute de productos y servicios. Es coherente
consignar que si bien técnicamente el término consumidor difiere
conceptualmente del término usuario (contrastante de un servicio), en
el telos constitucional aparece indubitablemente claro que las personas
ubicadas en la segunda condición reciben el mismo trato tuitivo que la
Constitución consagra.
 
12.    El artículo 65º de la Constitución prescribe la defensa de los
consumidores y usuarios, a través de un derrotero jurídico binario, a saber:
a) establece un principio rector para la actuación del Estado; y, b)
consagra un derecho personal y subjetivo.
 
13.    En el primer ámbito, el artículo 65° de la Constitución expone una pauta
basilar o postulado destinado a orientar y fundamentar la activación del
Estado respecto a cualquier actividad económica.  Así, el juicio estimativo
y el juicio lógico derivado de la conducta del Estado sobre la materia tiene
como horizonte tuitivo la defensa de los intereses de los consumidores y
usuarios.
 
14.    En el segundo ámbito, el artículo 65º de la Constitución reconoce la
facultad de acción defensiva de los consumidores y usuarios en los casos
de transgresión o desconocimiento de sus legítimos intereses; es decir,
reconoce y apoya el atributo de exigir al Estado una actuación
determinada cuando se produzca alguna forma de amenaza o afectación
efectiva de los derechos del consumidor o del usuario, incluyendo la
capacidad de acción contra el propio proveedor.
 
15.    Este Colegiado estima que el derrotero jurídico binario establecido en el
artículo 65º de la Constitución se sustenta en una pluralidad de principios,
entre los cuales cabe mencionar los siguientes:
 
a)      El principio pro consumidor, que plantea la acción tuitiva del Estado
a favor de los consumidores y usuarios en razón de las objetivables
desventajas y asimetrías fácticas que surgen en sus relaciones
jurídicas con los proveedores de productos y  servicios.
 
b)      El principio de proscripción del abuso del derecho, que plantea que
el Estado combate toda forma de actividad comercial derivada de
prácticas y modalidades contractuales perversas que afectan el
legítimo interés de los consumidores y usuarios.
 
c)      El principio de isonomía real, que plantea que las relaciones
comerciales entre los proveedores y los consumidores y usuarios
debe establecerse en función de trato igual a los iguales y trato
desigual a los desiguales.
 
d)     El principio restitutio in íntegrum, que plantea que el Estado
resguarde el resarcimiento por los daños causados por el proveedor a
los consumidores o usuarios en el marco de una relación comercial.
 
e)      El principio de transparencia, que plantea que el Estado asegure que
los proveedores generen una plena accesibilidad de información a los
consumidores y usuarios, acerca de los productos y servicios que les
ofertan.
 
f)       El principio de veracidad, que plantea que el Estado asegure la
autoridad y realidad absoluta de la información que el proveedor
transmite a los consumidores y usuarios en relación con las
calidades, propiedades o características  de los productos y servicios
que las ofertan.
 
g)      El principio indubio pro consumidor, que plantea que los operadores
administrativos o jurisdiccionales del Estado realicen una
interpretación de las normas legales en términos favorables al
consumidor o usuarios en caso de duda insalvable sobre el sentido de
las mismas. En puridad, alude a una proyección del principio pro
consumidor.
 
 
h)      El principio pro asociativo, que plantea que se facilite la creación y
actuación  de asociaciones de consumidores o usuarios, a efectos de
que estos puedan defender corporativamente sus intereses.
 
16.    En función de la proyección normativa de los principios anteriormente
reseñados u otros sobre la materia, se aprecia, en concreto, que en el
artículo 65° de la Constitución aparecen las dos obligaciones estaduales
siguientes:
 
a)      Garantizar el derecho a la información sobre los bienes y servicios
que  están a su disposición en el mercado.  Ello implica la
consignación de datos veraces, suficientes, apropiados y fácilmente
accesibles.
 
b)      Velar por la salud y la seguridad de las personas en su condición de
consumidores o usuarios. Ello implica que se asegure que los
productos y servicios ofertados en el mercado deben ser tales que,
utilizados en condiciones normales o previsibles, no pongan en
peligro la salud y seguridad de los consumidores o usuarios.
 
17.    Ahora bien, pese a que existe un reconocimiento expreso de los derechos
anteriormente señalados, estos no son los únicos que traducen la real
dimensión de la defensa y tuitividadconsagrada teleológicamente en la
Constitución.  Es de verse que, insertos en  el texto supra, albergan
implícita o innominadamente una pluralidad de derechos que, siendo
genéricos en su naturaleza y admitiendo manifestaciones objetivamente
incorporadas en el mismo texto fundamental, suponen la existencia de
un númerus apertus a otras expresiones sucedáneas.
 
18.    La pluralidad anteriormente mencionada tiene su fuente de
reconocimiento, fundamentalmente, en el artículo 3° de la Constitución, y
residualmente en el artículo 2°, incisos 2) y 13), y en las partes ab
initio de los artículos 58º y 61º de la Constitución.
 
19.    Al respecto, cabe señalar que en el caso Lucio Rosado Adanaque contra
el Seguro Social de Salud – ESSALUD, Hospital Nacional
Almanzor Expediente N.º 0895-2001-AA/TC, el Tribunal Constitucional
estableció que,
 
“Es bien conocido que, en un sinfín de oportunidades, la realidad supera la imaginación. 
Por ello, y para que los textos constitucionales y, en particular, aquellos nuevos derechos
directamente vinculados con el principio de dignidad no sean desmerecidos en su condición
de auténticos derechos fundamentales a consecuencia de la existencia de nuevas necesidades
o situaciones, de avances científicos, tecnológicos, culturales o sociales, las constituciones
suelen habilitar una cláusula de “desarrollo de los derechos fundamentales ”, cuyo propósito 
no solo es prestarle reconocimiento como derechos de la más alta consideración, sino,
incluso, dotarlos de las mismas garantías de aquellos que sí lo tienen expresamente.  Ese es
el propósito que cumple, por cierto, el artículo 3 de la Constitución”
 
20.    Desde luego que la consideración de derechos no enumerados debe
distinguir los “contenidos implícitos” de los “derechos viejos”. En
ocasiones, en efecto, es posible identificar dentro del contenido de un
derecho expresamente reconocido otro derecho que, aunque puede
entenderse como parte de aquel, es susceptible de ser configurado
autónomamente. Es lo que sucede con el derecho a un plazo razonable y
su consideración de contenido implícito del derecho al debido proceso.
 
21.    Ese es también el caso de aquellos “contenidos nuevos” de un “derecho
escrito”. Y es que existen determinados contenidos de derechos
fundamentales cuya necesidad de tutela se va aceptando a consecuencia
del desarrollo normativo, de las valoraciones sociales dominantes, de la
doctrina y, desde luego, de la propia jurisprudencia constitucional.
 
22.    La Constitución Política  recoge, en su artículo 3º, una “enumeración
abierta” de derechos, lo cual no obsta para pensar que en ciertos derechos
constitucionales explícitamente reconocidos subyacen manifestaciones del
derecho que antaño no habían sido consideradas. Este Tribunal considera
que, en la medida en que sea razonablemente posible, debe encontrarse en
el desarrollo de los derechos constitucionales expresamente reconocidos
las manifestaciones que permitan consolidar el respeto a la dignidad del
hombre, puesto que ello impediría la tendencia a recurrir constantemente a
la cláusula constitucional  de los derechos "no enumerados", y con ello
desvirtuar el propósito para el cual fue creada. La apelación al artículo 3º
de la Constitución,  en ese sentido, debe quedar reservada solo para
aquellas especiales y novísimas situaciones que supongan la necesidad del
reconocimiento de un derecho que requiera de una protección al más alto
nivel y que en modo alguno pueda considerarse que está incluido en el
contenido de algún derecho constitucional ya reconocido en forma
explícita.
 
23.    En ese contexto los derechos de acceso al mercado, la libertad de elección
e igualdad de trato, el derecho a la asociación en pro de la defensa
corporativa de los consumidores y usuarios, la protección de los intereses
económicos, el derecho a la reparación por los daños y perjuicios y el
derecho a la pluralidad de oferta forman parte del repertorio
constitucional.
 
 
Tribunales administrativos y jurisdicción constitucional. Alcances del
control constitucional. El debido proceso formal y sustantivo
 
24.    Este Tribunal considera que, aunque la existencia de tribunales
administrativos especializados se justifica por la particular naturaleza de
las materias jurídicas cuya defensa o protección se le encomienda, y que
por principio se entienden como naturales y exclusivas, ello no significa ni
puede interpretarse como que tales materias se encuentren fuera del
ordenamiento jurídico en su totalidad y que por consiguiente pueda
postularse la existencia de ámbitos de Derecho, que al mismo tiempo que
se les reconozca como tales, estén ubicados fuera del contexto jurídico
general. Como es evidente, la especialidad de una determinada materia no
puede alegarse como pretexto para pretender que las decisiones adoptadas
por los tribunales administrativos sean irrecurribles o carentes de algún
medio de fiscalización o control.
 
25.    En tanto la Constitución vincula a todos los poderes públicos y sujetos
privados y es, por tanto, la base sobre la que se asienta el ordenamiento
jurídico en su totalidad (Cfr. García de Enterría, Eduardo. La Constitución
como Norma y el Tribunal Constitucional. Civitas, 3° Edición,
4a Reimpresión, Madrid, 2001,  pp. 49 y ss.), es incuestionable que lo que
puede determinarse desde el enfoque de una determinada materia por
parte de un tribunal administrativo especializado puede ser susceptible de
control desde la perspectiva estrictamente constitucional, tanto más
cuando dichas materias y las decisiones que sobre ellas se adoptan,
pueden incidir, ya sea de forma directa o indirecta, en el contenido y la
eficacia de los derechos fundamentales. No existe, pues, incompatibilidad
entre la jurisdicción administrativa y la potestad de control recaída en la
jurisdicción constitucional.
 
26.    En el caso de autos queda claro que, dentro de la perspectiva
preferentemente legal, y aunque la Sala Colegiada de la Junta de
Apelaciones de Reclamos de Usuarios de OSINERGMIN es un órgano
administrativo especializado cuya función se orienta a resolver en última
instancia administrativa las controversias vinculadas a las reclamaciones
formuladas por los usuarios ante las entidades que brindan servicios
públicos de suministro de energía eléctrica y distribución de gas natural,
ello no quiere decir que sus decisiones solo puedan ser merituadas desde
tal supuesto, más aún cuando dichas materias tienen inexcusable base
constitucional. Dentro de dicha lógica es evidente que si, a contrario
sensu de lo que establece la norma fundamental, las materias sometidas a
su conocimiento son resueltas de forma tal que colisionan con los criterios
establecidos desde la Constitución, es perfectamente procedente como
legítimo su análisis dentro de tales parámetros.
 
27.    Aunado a lo expuesto, debe a su vez colegirse que el hecho de que  las
decisiones de la Sala Colegiada de OSINERGMIN puedan ser
impugnadas acudiendo a tal efecto a la vía judicial ordinaria, no tiene por
qué interpretarse como que tal vía sea, procesalmente hablando, la única
alternativa existente. Como ya se anticipó, en tanto las materias sometidas
a su conocimiento incidan en los derechos fundamentales y exista la
necesidad de una protección urgente o inmediata, resulta incuestionable la
legitimidad en la recurrencia a la vía constitucional, en este caso la
representada por los procesos de tutela como el amparo.
 
28.    En el caso de autos aparece que lo que se cuestiona mediante el presente
proceso constitucional son dos resoluciones con las que se pone término a
un proceso administrativo sobre instalación del suministro eléctrico.
Dentro de dicho contexto es pertinente precisar que desde el punto de
vista de los supuestos impugnatorios posibles, pueden darse hasta dos
situaciones:
 
a)    Que lo que se cuestione sea el procedimiento utilizado para adoptar
la decisión.
 
b)   Que se cuestione directamente el fondo de la decisión adoptada.
 
29.    Mientras que en el primer supuesto se trata de una evaluación configurada
desde la óptica del debido proceso formal o procedimental, en el segundo
supuesto se trata más bien del caso de una evaluación proyectada desde la
óptica del debido proceso material o sustantivo.
 
30.    En ese sentido, de lo que aparece descrito en la demanda se aprecia que es
el segundo de los aspectos el que de alguna manera se solicita merituar en
sede constitucional, toda vez que se requiere evaluar diversos extremos
contenidos en los cuestionados pronunciamientos administrativos, los
cuales el recurrente considera directamente lesivos a sus derechos
constitucionales.
 
31.    Este Colegiado, según lo que aparece señalado en los fundamentos 
precedentes, y en una línea consecuente con lo que ha sido la
jurisprudencia uniformemente emitida hasta la fecha, es competente para
analizar dichos aspectos, y según el tipo de nivel o transgresión producida,
para pronunciarse por la tutela del debido proceso material o sustantivo.
 
 
Petitorio de la demanda de amparo de autos
 
32.    Mediante la demanda de amparo de autos el recurrente persigue que se
declare la nulidad de la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de
fecha 23 de junio de 2009, recaída en el Expediente N.º 2009-2871 y
emitida por OSINERGMIN, que resolvió confirmar la Resolución N.º
SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, expedida en primera
instancia por Luz del Sur, que declaró infundado el pedido del actor de
instalación de un nuevo suministro eléctrico en el inmueble destinado a
vivienda sito en la esquina de la Avenida Caminos del Inca con la Calle
Quilla, Manzana J, Lote 1, Urbanización San Juan Bautista de Villa,
Segunda Etapa, Distrito de Chorrillos. Y, como consecuencia de lo
anterior, pretende que se ordene  a Luz del Sur que instale el suministro de
conexión eléctrica y servicios complementarios en el referido inmueble.
 
33.    Como puede apreciarse, lo que aquí se cuestiona es la negativa de parte
de los emplazados de instalar el suministro eléctrico en el inmueble a que
se ha hecho referencia en el fundamento precedente. Tal negativa se
encuentra sustentada en las dos resoluciones cuestionadas emitidas por los
emplazados, de manera que, a juicio de este Tribunal la controversia
radica en analizar ambos actos administrativos –en particular el sustento
normativo que las justifica– y, a partir de allí, determinar si resultan
violatorias del derecho del actor en su condición de usuario de un servicio
público, en la medida que la Constitución prescribe, en su artículo 65°, la
defensa de los intereses de los consumidores y usuarios, a través de un
derrotero jurídico binario; vale decir que, por un lado, consagra la
estructura jurídica de un derecho subjetivo y, por otro, es un principio
rector para la actuación del Estado.
 
Análisis del fondo de la controversia
 
34.    A fojas 10 y 11 corre el original de la cuestionada Resolución N.º SGSC-
CHO-09-0287 expedida en primera instancia por Luz del Sur, mientras
que a fojas 7 y 8 obra el original de la también cuestionada Resolución N.º
0446-2009-OS/JARU-SC emitida por OSINERGMIN, que confirmó la
primera de ellas, y que como antes se ha visto denegó el pedido del actor
de instalación de un nuevo suministro eléctrico en el inmueble destinado a
vivienda.
 
35.    Al emitir ambas resoluciones, tanto Luz del Sur como OSINERGMIN
consideran que, dado que el actor es copropietario del inmueble donde se
pretende la instalación del suministro eléctrico, son todos los
copropietarios los que deben solicitar tal instalación. Y, desde el punto de
vista normativo, se sustentan en:
 
a)    El artículo 82º del Decreto Ley N.º 25844, Ley de Concesiones
Eléctricas, que dispone que, “Todo solicitante, ubicado dentro de una
zona de concesión de distribución, tendrá derecho a que el respectivo
concesionario le suministre energía eléctrica, previo cumplimiento
de los requisitos y pagos que al efecto fije la presente Ley y el
Reglamento, conforme a las condiciones técnicas que rijan en el área
(…)” (subrayado agregado).
 
b)   El artículo 165º del Reglamento de la Ley de Concesiones
Eléctricas, aprobado por Decreto Supremo N.º 009-93-EM, y
modificado por el Decreto Supremo N.º 018-2007-EM, que
prescribe, por lo que ahora interesa, que cuando un usuario obtiene
un suministro de Servicio Público de Electricidad, deberá suscribir el
correspondiente contrato con el concesionario. El contrato constará
en formulario y contendrá, entre otros, las siguientes
especificaciones: a) Nombre o razón social del concesionario;
y, b) Nombre o razón social del usuario, quien deberá acreditar ser
propietario, o la autorización del propietario, o contar con certificado
o constancia de posesión del predio en el que se instalará el
suministro (subrayado agregado).
 
c)    El numeral 1.2.1 de la Directiva N.º 002-95-EM/DGE, aprobada
mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-EM, que regula lo
concerniente a las solicitudes de nuevo suministro, actos de
disposición sobre el mismo y actos ordinarios, y que establece que
“Todo acto de solicitud o disposición relacionado con suministro de
energía, sólo puede ser efectuado por el propietario del respectivo
predio o por tercero con autorización expresa de aquel. Se entiende
que en los casos relacionados con la citada solicitud o disposición,
cuando la Ley, su Reglamento y normas complementarías,
hagan referencia al "usuario" se esta refiriendo al propietario del
predio. Por excepción, en los casos que el Concesionario lo estime
conveniente puede suscribir contrato de suministro con personas que
no acrediten fehacientemente su calidad de propietarios, en estos
casos la responsabilidad frente al Concesionario será exclusivamente
de la persona que suscribió el contrato” (subrayado agregado).
 
36.    En principio, conviene precisar que de los documentos emitidos por la
Oficina Registral de Lima y Callao, que en copia certificada corren a fojas
27 a 32, queda acreditado que el recurrente ha adquirido en copropiedad el
inmueble materia de autos en donde se pretende la instalación del
suministro eléctrico, al haberlo adquirido mediante sucesión intestada de
su padre, don Ernesto Daniel Cárdenas López.
 
37.    En tal orden de ideas, este Tribunal estima que la negativa a instalar el
suministro eléctrico carece de sustento, toda vez que las propias normas
invocadas por OSINERGMIN y Luz del Sur (Cfr. artículo 82º del Decreto
Ley N.º 25844, Ley de Concesiones Eléctricas; artículo 165º del
Reglamento de la Ley de Concesiones Eléctricas, aprobado por Decreto
Supremo N.º 009-93-EM; y, numeral 1.2.1 de la Directiva N.º 002-95-
EM/DGE, aprobada mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-EM),
aluden a la calidad de propietario que debe ostentar quien solicite un
suministro eléctrico, que en el caso del recurrente y como antes quedó
anotado, ha quedado debidamente probada, aun cuando lo sea en
copropiedad; se ha omitido señalar que dicha normatividad en ningún
momento se refiere a que son todos los copropietarios quienes deben
requerir el servicio, incurriéndose en una interpretación restrictiva e
inaceptable en términos constitucionales, máxime cuando se trata de un
servicio esencial.
 
38.    Como puede advertirse, es la propia normatividad invocada por las
entidades emplazadas la que las autoriza para atender la solicitud del
actor, y en ninguna parte de ellas se hace referencia a que, dado que el
actor es copropietario, son todos ellos, y no solo uno, quien debe requerir
tal servicio básico y esencial para el desarrollo de una vida digna.
 
39.    El caso de autos se relaciona con lo que la doctrina constitucional
considera la protección al usuario, mediante la cual no solo se tiene
derecho a recibir servicios esenciales –como ocurre en el caso de autos, en
el que ha sido negado el suministro eléctrico–, sino también a que estos
sean dispensados en condiciones óptimas o, al menos, favorables. De
asumirse que lo único que importa es el servicio y no la manera como éste
se brinde, simplemente se estaría pasando por encima de la Constitución.
Y es que un Estado de derecho que proclama como valor primordial la
defensa de la persona, no puede desatenderse de mecanismos con los que
efectivamente se garantice su protección adecuada.
 
40.    En el caso concreto queda claro que aunque las entidades demandadas
hayan cumplido con motivar y sustentar las razones por las cuales
deniegan el suministro eléctrico, no se advierte que esta motivación haya
sido ejercida de una forma eficiente o idónea, conforme lo impone la
Constitución, de manera que, atendiendo al recuento normativo invocado
por las emplazadas, queda claro que la instalación del suministro eléctrico
resultaba perfectamente viable.
 
41.    Aun cuando la condición de propietario del actor no admite discusión, así
lo sea en copropiedad, cabe precisar que, en todo caso, de la constatación
policial de fojas 34 se acredita además que también ostenta la calidad de
poseedor, pues el actor habita en el aludido inmueble y ha venido pagando
el servicio de agua que se encuentra operativo, así como los tributos
(arbitrios e impuesto predial) que corresponden al inmueble, los cuales se
encuentran al día, según se corrobora de los documentos que corren a
fojas 39 a 44 de autos, además de contar con la línea telefónica habilitada
para llamar y recibir llamadas, según consta en la antes referida
constatación policial.
 
42.    Tal circunstancia resultaría irrelevante sino fuera porque el inciso b) del
artículo 165º del Reglamento de la Ley de Concesiones Eléctricas
invocado por los emplazados dispone que cuando un usuario obtiene un
suministro de Servicio Público de Electricidad debe suscribir el
correspondiente contrato con el concesionario, el que contendrá, entre
otros, el nombre o razón social del usuario, quien deberá acreditar ser
propietario, o la autorización del propietario, o contar con certificado o
constancia de posesión, calidad que también ostenta a tenor de la
constatación policial de fojas 34 antes referida.
 
43.    Y por último, el numeral 1.2.1 de la también invocada Directiva N.º 002-
95-EM/DGE, aprobada mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-
EM, establece que, por excepción, en los casos que el Concesionario lo
estime conveniente puede suscribir contrato de suministro con personas
que no acrediten fehacientemente su calidad de propietarios.
 
44.    De manera que, si las referidas normas habilitan instalar el suministro
eléctrico incluso a quienes no ostenten la calidad de propietarios, este
Tribunal no encuentra justificación para que ello haya sido negado al
actor, quien ostenta la condición de propietario, aun en copropiedad.
 
45.    Por otra parte, tanto Luz del Sur como el emplazado OSINERGMIN, en
su calidad de órgano colegiado revisor, tampoco han tenido en cuenta lo
dispuesto por el artículo 973º del Código Civil, en tanto dispone que
“Cualquiera de los copropietarios puede asumir la administración y
emprender los trabajos para la explotación normal del bien, si no está
establecida la administración convencional o judicial y mientras no sea
solicitada alguna de ellas (…)”; ni lo establecido en el numeral 974º del
mismo cuerpo legal, que prescribe que “Cada copropietario tiene derecho
a servirse del bien común, siempre que no altere su destino ni perjudique
el interés de los demás. El derecho de usar el bien común corresponde a
cada copropietario. En caso de desavenencia el juez regulará el uso,
observándose las reglas procesales sobre administración judicial de bienes
comunes”.
 
46.    En ese sentido si el actor, en su condición de copropietario, puede asumir
la administración y emprender los trabajos para la explotación normal del
bien, conforme a la facultad conferida por el artículo 973º del Código
Civil, cosa que de hecho ha venido haciendo, pues según se verifica de la
constatación policial de julio del año 2001 que corre a fojas 36, el
inmueble materia de autos se encontraba en total estado de abandono, y es
él, a tenor de la constatación de fojas 34, correspondiente a septiembre de
2009, quien lo ha venido recuperando y explotando, pues ahora habita allí
y cuenta con los servicios de agua y teléfono, y pago de impuestos predial
y arbitrios se encuentra al día, con mayor razón puede solicitar la
instalación del suministro eléctrico.
 
47.    Queda claro además y de acuerdo al numeral 974º del Código Civil, que
si el recurrente tiene derecho a servirse del bien común y solicitar la
instalación del suministro eléctrico, con ello no se está alterando su
destino ni perjudicando el interés de los demás copropietarios, de manera
que, también, desde el punto de vista de lo dispuesto por el Código Civil,
la negativa de OSINERGMIN no encuentra justificación alguna, pues no
se analiza la pertenencia y validez de las referidas disposiciones.
 
48.    Por lo demás, una última cuestión que cabe aclarar tiene que ver con el
pronunciamiento de Luz del Sur en primera instancia administrativa, ya
que sustenta la negativa de instalar el suministro eléctrico en el artículo
971º del Código Civil, conforme al cual las decisiones sobre el bien
común se adoptarán por mayoría absoluta para los actos de administración
ordinaria.
 
49.    Al respecto, este Colegiado considera que tampoco Luz del Sur ha
analizado la pertinencia de los numerales 973º y 974º del Código Civil a
los que antes se hizo referencia y, por el contrario, estima que si bien
puede requerirse mayoría absoluta para los actos de administración
ordinaria, una solicitud de instalación de suministro eléctrico no puede
equipararse, bajo ningún punto de vista, a un acto de administración
ordinaria, no sólo porque no lo es, sino porque se trata de un servicio
básico, esencial y necesario para un adecuado desarrollo de la vida digna.
 
50.    En consecuencia, y bajo la lógica descrita, este Tribunal considera que
con la negativa de instalar el suministro eléctrico requerido por el
recurrente en el inmueble materia de autos, se ha acreditado que las
entidades emplazadas han vulnerado su derecho de usuario de un servicio
público esencial, previsto por el artículo 65º de la Constitución; razones,
todas, por las cuales la demanda debe ser estimada.
 
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que le
confiere la Constitución Política del Perú
 
HA RESUELTO
 
1.        Declarar FUNDADA la demanda de amparo al haberse acreditado la
violación del derecho del recurrente de su condición de usuario del
servicio de energía eléctrica, previsto por el artículo 65º de la
Constitución.
 
2.        Declarar NULAS la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de fecha
23 de junio de 2009, expedida por OSINERGMIN, y la Resolución N.º
SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, emitida en primera
instancia por Luz del Sur S.A.A.
 
3.        Ordenar a Luz del Sur que instale un nuevo suministro de energía
eléctrica correspondiente a la Sucesión de don Ernesto Daniel Cárdenas
López, en el inmueble sito en la esquina de la Avenida Caminos del Inca
con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1, Urbanización San Juan Bautista de
Villa, Segunda Etapa, Distrito de Chorrillos, previo pago de los derechos
que correspondan y el cumplimiento de los demás requisitos exigidos por
las normas sobre la materia.
 
4.        Sin perjuicio de lo ordenando en la presente resolución; el juez ejecutor
deberá notificar a los copropietarios con la presente resolución vía edictos.
 
 
Publíquese y notifíquese.
 
 
SS.
 
BEAUMONT CALLIRGOS
CALLE HAYEN
URVIOLA HANI
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXP. N.° 01865-2010-PA/TC
LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
VOTO DEL MAGISTRADO URVIOLA HANI
 
Con el respeto debido por la opinión de mis colegas, mi posición
discrepante es este caso queda expuesta en las siguientes consideraciones:
 
Con fecha 17 de septiembre de 2009, el recurrente interpone demanda
de amparo contra el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y
Minería –en adelante, OSINERGMIN– y la empresa proveedora del servicio
de energía eléctrica Luz del Sur S.A.A. –en adelante, Luz del Sur–, a fin de
que se declare la nulidad de la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de
fecha 23 de junio de 2009, recaída en el Expediente N.º 2009-2871 y emitida
por OSINERGMIN, que resolvió confirmar la Resolución N.º SGSC-CHO-
09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, expedida en primera instancia por Luz
del Sur, que declaró infundado el pedido del actor de instalación de un nuevo
suministro eléctrico en el inmueble destinado a vivienda sito en la esquina de
la Avenida Caminos del Inca con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1,
Urbanización San Juan Bautista de Villa, Segunda Etapa, Distrito de
Chorrillos. Y como consecuencia de lo anterior solicita que se ordene a Luz
del Sur instale el suministro de conexión eléctrica y servicios
complementarios en el referido inmueble. Denuncia la vulneración de sus
derechos constitucionales a recibir un trato razonable y justo como usuario o
consumidor que peticiona el servicio público de energía eléctrica, a la
dignidad, a una vida de calidad y bienestar, a la razonabilidad, al debido
procedimiento administrativo formal y material, y a la debida motivación de
las resoluciones administrativas.
 
Manifiesta que con fecha 7 de abril de 2009 solicitó ante Luz del Sur la
instalación de un nuevo suministro eléctrico y servicios complementarios en el
inmueble ya mencionado, sustentándose en que es integrante conjuntamente
con cinco personas más de la sucesión de don Ernesto Cárdenas López,
existiendo en la actualidad una situación de indivisión y copropiedad en
relación con dicho inmueble. El demandante manifiesta que en la actualidad
se encuentra en posesión efectiva del inmueble materia de la demanda como
administrador de hecho, viviendo en él en su condición de heredero y
copropietario hasta que se produzca la partición material del bien, conforme a
lo establecido en el artículo 974º del Código Civil. Aduce que de acuerdo a la
potestad que le otorga el artículo 973º del Código Civil, ha emprendido los
trabajos de recuperación de dicho bien que se encontraba en situación de
abandono cuando comenzó a poseerlo desde el año 2007, realizando los
trabajos de explotación normal ya que no se encuentra establecida la
administración convencional o judicial.
 
El Octavo Juzgado Constitucional de Lima, mediante resolución de
fecha 6 de octubre de 2009, rechazó liminarmente la demanda de autos
declarándola improcedente en aplicación del artículo 5.2º del Código Procesal
Constitucional, por considerar que el fondo del asunto se encuentra referido a
la impugnación de la resolución administrativa emitida por el Organismo
Supervisor de la Inversión en Energía y Minería –OSINERGMIN-,
controversia que no puede ser dilucidada en vía constitucional.
 
La Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima
confirmó la apelada declarando improcedente la demanda, por considerar que
lo que se pretende es cuestionar en vía de amparo una resolución
administrativa, no obstante que el demandante cuenta con otras vías
procedimentales en las cuales puede hacer valer la protección de sus derechos,
en aplicación del artículo 5.2º del Código Procesal Constitucional.
 
Con fecha 14 de abril de 2010, el apoderado del Organismo Supervisor
de la Inversión en Energía y Minería –en adelante, OSINERGMIN– se
apersona al proceso y señala su domicilio procesal.
 
Respecto al rechazo liminar de la demanda
 
1.        Como ha quedado expuesto en los antecedentes de la presente sentencia,
los juzgadores de las instancias precedentes han
desestimado liminarmente la demanda en aplicación del artículo 5.2º del
Código Procesal Constitucional, que dispone que no proceden los
procesos constitucionales cuando existan vías procedimentales
específicas, igualmente satisfactorias, para la protección del derecho
constitucional amenazado o vulnerado, salvo cuando se trate del proceso
de hábeas corpus.
 
2.        Discrepo de tal razonamiento, toda vez que si bien el artículo 5.2º del
código adjetivo acotado habilita a los jueces para –en el legítimo e
independiente ejercicio de la función jurisdiccional–
desestimar liminarmente una demanda, sin embargo no se ha tenido en
cuenta que lo que aquí se cuestiona guarda directa relación con la
protección de los derechos de los usuarios, que conforme a la doctrina
jurisprudencial del Tribunal Constitucional (Cfr. Expedientes N.os 3315-
2004-AA/TC, 1006-2002-AA/TC, 1036-2002-AA/TC,
3298-2004-AA/TC, entre otros tantos), no sólo puede, sino que merece ser
objeto de tutela a través de los procesos constitucionales como el amparo
incoado, debiendo puntualizarse que por tratarse de un reclamo efectuado
por quien ostenta la calidad de usuario, tiene una posición preferente en el
ordenamiento, al igual como ocurre con el consumidor.
 
3.        En efecto, aun cuando en el presente caso se ha invocado como
argumento desestimatorio de la demanda la existencia de otras vías
igualmente satisfactorias, considero que en supuestos como el presente, en
el que las pruebas aportadas resultan suficientemente esclarecedoras, o la
constatación en torno de la presunta vulneración requiere tan sólo de un
juicio de puro derecho o de simple contraste normativo, el amparo no sólo
resulta la vía idónea para dilucidar la pretensión reclamada sino que
constituye el instrumento más adecuado para la tutela de los derechos
constitucionales.
 
4.        Cabe, por otra parte, precisar que de manera simultánea a lo señalado en
el párrafo precedente, en el caso de autos los atributos objeto de reclamo
se encuentran directamente vinculados con la protección o defensa del
usuario. Dentro de dicho contexto y habiéndose puntualizado en anteriores
ocasiones que tales derechos tienen una tutela preferente a nivel
constitucional, queda claro que no resulta procedente invocar el
argumento de la vía inadecuada, cuando es el amparo, por excelencia, el
mecanismo procesal pertinente para dilucidar la vulneración de derechos
constitucionales de naturaleza  económica como el descrito.
 
5.        Además, de autos se verifica que los demandados han sido notificados en
diversas oportunidades con cada uno de los diferentes actos procesales
posteriores al concesorio de la apelación, conforme consta a fojas 87, 89,
98, 99, 104, 120, 121, 123 y 124, con lo cual su derecho de defensa no se
ha visto afectado en tanto han tenido conocimiento oportuno de la
existencia del presente proceso. Por lo demás, consta a fojas 118 que el
apoderado de OSINERGMIN se apersonó al proceso el 14 de abril de
2010.
 
6.        En ese sentido, y en aplicación del artículo 20º del Código Procesal
Constitucional, correspondería declarar el quebrantamiento de forma y
que se disponga la remisión de los actuados al juez de origen a fin de que
admita a trámite la demanda de amparo de autos y corra traslado de ella a
los emplazados.
 
7.        Sin embargo, estimo que sería inútil, y por lo tanto injusto, obligar al
demandante a transitar nuevamente por la vía judicial para llegar a un
destino que, a la luz de los hechos descritos, y de la jurisprudencia
existente, resulta previsible; además se aprecia que no es necesario actuar
medios probatorios, pues en el fondo se trata de un asunto de puro
derecho. Consecuentemente, dada la naturaleza de los derechos invocados,
y estando a lo dispuesto en el artículo 20º del Código Procesal
Constitucional, así como en virtud de los fines de los procesos
constitucionales y los principios procesales que los orientan, previstos en
los artículos II y III del Título Preliminar del código acotado, considero
que procede pronunciarse sobre la pretensión de autos.
 
Los derechos de los consumidores y usuarios en perspectiva
constitucional
 
8.        El Tribunal Constitucional, con ocasión de las sentencias recaídas en los
Expedientes N.os 008-2003-AI/TC y 3315-2004-AA/TC, entre otros, ha
establecido algunas consideraciones en relación con los derechos de los
consumidores y usuarios. En atención a la importancia de la presente
causa, resulta pertinente reiterar su doctrina sobre esta materia.
 
9.        El consumidor o usuario  deviene en el  fin de toda actividad económica;
es decir, es quien concluye el círculo económico satisfaciendo sus
necesidades y acrecentando su bienestar a través de la utilización de los
productos y servicios ofertados en el mercado. En puridad, se trata  de una
persona natural o jurídica que en virtud de un acto jurídico oneroso
adquiere, utiliza o disfruta de determinados productos (como consumidor)
o servicios (como usuario) que previamente han sido ofrecidos al
mercado.
 
10.    Es indudable que la condición de consumidor o usuario se produce a
través de la relación jurídica que este entabla con un agente proveedor –
independientemente de su carácter público o privado–, bien en calidad de
receptor o beneficiario de algún producto, bien en calidad de destinatario
de alguna forma de servicio con cargo a un aprovechamiento, ya sea
personal, familiar o de su entorno inmediato. En consecuencia, la
condición de consumidor o usuario no es asignable a cualquier individuo o
ente, sino a aquel vinculado a los agentes proveedores dentro del contexto
de las relaciones jurídicas generadas por el mercado, las cuales tienen
como correlato la actuación del Estado para garantizar su correcto
desenvolvimiento.
 
11.    En ese orden de ideas, el proveedor sería aquella persona natural o
jurídica que, habitual o periódicamente, ofrece, distribuye, vende, arrienda
o concede el uso o disfrute de productos y servicios. Es coherente
consignar que si bien técnicamente el término consumidor difiere
conceptualmente del término usuario (contrastante de un servicio), en
el telos constitucional aparece indubitablemente claro que las personas
ubicadas en la segunda condición reciben el mismo trato tuitivo que la
Constitución consagra.
 
 
12.    El artículo 65º de la Constitución prescribe la defensa de los
consumidores y usuarios, a través de un derrotero jurídico binario, a saber:
a) establece un principio rector para la actuación del Estado; y, b)
consagra un derecho personal y subjetivo.
 
13.    En el primer ámbito, el artículo 65° de la Constitución expone una pauta
basilar o postulado destinado a orientar y fundamentar la activación del
Estado respecto a cualquier actividad económica.  Así, el juicio estimativo
y el juicio lógico derivado de la conducta del Estado sobre la materia tiene
como horizonte tuitivo la defensa de los intereses de los consumidores y
usuarios.
 
14.    En el segundo ámbito, el artículo 65º de la Constitución reconoce la
facultad de acción defensiva de los consumidores y usuarios en los casos
de transgresión o desconocimiento de sus legítimos intereses; es decir,
reconoce y apoya el atributo de exigir al Estado una actuación
determinada cuando se produzca alguna forma de amenaza o afectación
efectiva de los derechos del consumidor o del usuario, incluyendo la
capacidad de acción contra el propio proveedor.
 
15.    Estimo que el derrotero jurídico binario establecido en el artículo 65º de
la Constitución se sustenta en una pluralidad de principios, entre los
cuales cabe mencionar los siguientes:
 
a)    El principio pro consumidor, que plantea la acción tuitiva del Estado
a favor de los consumidores y usuarios en razón de las objetivables
desventajas y asimetrías fácticas que surgen en sus relaciones jurídicas
con los proveedores de productos y  servicios.
 
b)   El principio de proscripción del abuso del derecho, que plantea que el
Estado combate toda forma de actividad comercial derivada de
prácticas y modalidades contractuales perversas que afectan el
legítimo interés de los consumidores y usuarios.
 
c)    El principio de isonomía real, que plantea que las relaciones
comerciales entre los proveedores y los consumidores y usuarios debe
establecerse en función de trato igual a los iguales y trato desigual a
los desiguales.
 
d)   El principio restitutio in íntegrum, que plantea que el Estado
resguarde el resarcimiento por los daños causados por el proveedor a
los consumidores o usuarios en el marco de una relación comercial.
 
e)    El principio de transparencia, que plantea que el Estado asegure que
los proveedores generen una plena accesibilidad de información a los
consumidores y usuarios, acerca de los productos y servicios que les
ofertan.
 
f)    El principio de veracidad, que plantea que el Estado asegure la
autoridad y realidad absoluta de la información que el proveedor
transmite a los consumidores y usuarios en relación con las calidades,
propiedades o características  de los productos y servicios que las
ofertan.
 
g)   El principio indubio pro consumidor, que plantea que los operadores
administrativos o jurisdiccionales del Estado realicen una
interpretación de las normas legales en términos favorables al
consumidor o usuarios en caso de duda insalvable sobre el sentido de
las mismas. En puridad, alude a una proyección del principio pro
consumidor.
 
h)   El principio pro asociativo, que plantea que se facilite la creación y
actuación  de asociaciones de consumidores o usuarios, a efectos de
que estos puedan defender corporativamente sus intereses.
 
16.    En función de la proyección normativa de los principios anteriormente
reseñados u otros sobre la materia, se aprecia, en concreto, que en el
artículo 65° de la Constitución aparecen las dos obligaciones estaduales
siguientes:
 
a)    Garantizar el derecho a la información sobre los bienes y servicios
que  están a su disposición en el mercado.  Ello implica la
consignación de datos veraces, suficientes, apropiados y fácilmente
accesibles.
 
b)   Velar por la salud y la seguridad de las personas en su condición de
consumidores o usuarios. Ello implica que se asegure que los
productos y servicios ofertados en el mercado deben ser tales que,
utilizados en condiciones normales o previsibles, no pongan en peligro
la salud y seguridad de los consumidores o usuarios.
 
17.    Ahora bien, pese a que existe un reconocimiento expreso de los derechos
anteriormente señalados, estos no son los únicos que traducen la real
dimensión de la defensa y tuitividadconsagrada teleológicamente en la
Constitución.  Es de verse que, insertos en  el texto supra, albergan
implícita o innominadamente una pluralidad de derechos que, siendo
genéricos en su naturaleza y admitiendo manifestaciones objetivamente
incorporadas en el mismo texto fundamental, suponen la existencia de
un númerus apertus a otras expresiones sucedáneas.
 
18.    La pluralidad anteriormente mencionada tiene su fuente de
reconocimiento, fundamentalmente, en el artículo 3° de la Constitución, y
residualmente en el artículo 2°, incisos 2) y 13), y en las partes ab
initio de los artículos 58º y 61º de la Constitución.
 
19.    Al respecto, cabe señalar que en el caso Lucio Rosado Adanaque contra
el Seguro Social de Salud – ESSALUD, Hospital Nacional
Almanzor Expediente N.º 0895-2001-AA/TC, el Tribunal Constitucional
estableció que,
 
“Es bien conocido que, en un sinfín de oportunidades, la realidad supera la imaginación. 
Por ello, y para que los textos constitucionales y, en particular, aquellos nuevos derechos
directamente vinculados con el principio de dignidad no sean desmerecidos en su condición
de auténticos derechos fundamentales a consecuencia de la existencia de nuevas necesidades
o situaciones, de avances científicos, tecnológicos, culturales o sociales, las constituciones
suelen habilitar una cláusula de “desarrollo de los derechos fundamentales ”, cuyo propósito 
no solo es prestarle reconocimiento como derechos de la más alta consideración, sino,
incluso, dotarlos de las mismas garantías de aquellos que sí lo tienen expresamente.  Ese es
el propósito que cumple, por cierto, el artículo 3 de la Constitución”
 
20.    Desde luego que la consideración de derechos no enumerados debe
distinguir los “contenidos implícitos” de los “derechos viejos”. En
ocasiones, en efecto, es posible identificar dentro del contenido de un
derecho expresamente reconocido otro derecho que, aunque puede
entenderse como parte de aquel, es susceptible de ser configurado
autónomamente. Es lo que sucede con el derecho a un plazo razonable y
su consideración de contenido implícito del derecho al debido proceso.
 
 
21.    Ese es también el caso de aquellos “contenidos nuevos” de un “derecho
escrito”. Y es que existen determinados contenidos de derechos
fundamentales cuya necesidad de tutela se va aceptando a consecuencia
del desarrollo normativo, de las valoraciones sociales dominantes, de la
doctrina y, desde luego, de la propia jurisprudencia constitucional.
 
22.    La Constitución Política  recoge, en su artículo 3º, una “enumeración
abierta” de derechos, lo cual no obsta para pensar que en ciertos derechos
constitucionales explícitamente reconocidos subyacen manifestaciones del
derecho que antaño no habían sido consideradas. Considero que, en la
medida en que sea razonablemente posible, debe encontrarse en el
desarrollo de los derechos constitucionales expresamente reconocidos las
manifestaciones que permitan consolidar el respeto a la dignidad del
hombre, puesto que ello impediría la tendencia a recurrir constantemente a
la cláusula constitucional  de los derechos "no enumerados", y con ello
desvirtuar el propósito para el cual fue creada.  La apelación al artículo 3º
de la Constitución,  en ese sentido, debe quedar reservada solo para
aquella especiales y novísimas situaciones que supongan la necesidad del
reconocimiento de un derecho que requiera de una protección al más alto
nivel y que en modo alguno pueda considerarse que está incluido en el
contenido de algún derecho constitucional ya reconocido en forma
explícita.
 
23.    En ese contexto los derechos de acceso al mercado, la libertad de elección
e igualdad de trato, el derecho a la asociación en pro de la defensa
corporativa de los consumidores y usuarios, la protección de los intereses
económicos, el derecho a la reparación por los daños y perjuicios y el
derecho a la pluralidad de oferta forman parte del repertorio
constitucional.
 
Tribunales administrativos y jurisdicción constitucional. Alcances del control
constitucional. El debido proceso formal y sustantivo
 
24.    Aunque la existencia de tribunales administrativos especializados se
justifica por la particular naturaleza de las materias jurídicas cuya defensa
o protección se le encomienda, y que por principio se entienden como
naturales y exclusivas, ello no significa ni puede interpretarse como que
tales materias se encuentren fuera del ordenamiento jurídico en su
totalidad y que por consiguiente pueda postularse la existencia de ámbitos
de Derecho, que al mismo tiempo que se les reconozca como tales, estén
ubicados fuera del contexto jurídico general. Como es evidente, la
especialidad de una determinada materia no puede alegarse como pretexto
para pretender que las decisiones adoptadas por los tribunales
administrativos sean irrecurribles o carentes de algún medio de
fiscalización o control.
 
25.    En tanto la Constitución vincula a todos los poderes públicos y sujetos
privados y es, por tanto, la base sobre la que se asienta el ordenamiento
jurídico en su totalidad (Cfr. García de Enterría, Eduardo. La Constitución
como Norma y el Tribunal Constitucional. Civitas, 3° Edición,
4a Reimpresión, Madrid, 2001,  pp. 49 y ss.), es incuestionable que lo que
puede determinarse desde el enfoque de una determinada materia por
parte de un tribunal administrativo especializado puede ser susceptible de
control desde la perspectiva estrictamente constitucional, tanto más
cuando dichas materias y las decisiones que sobre ellas se adoptan,
pueden incidir, ya sea de forma directa o indirecta, en el contenido y la
eficacia de los derechos fundamentales. No existe, pues, incompatibilidad
entre la jurisdicción administrativa y la potestad de control recaída en la
jurisdicción constitucional.
 
26.    En el caso de autos queda claro que, dentro de la perspectiva
preferentemente legal, y aunque la Sala Colegiada de la Junta de
Apelaciones de Reclamos de Usuarios de OSINERGMIN es un órgano
administrativo especializado cuya función se orienta a resolver en última
instancia administrativa las controversias vinculadas a las reclamaciones
formuladas por los usuarios ante las entidades que brindan servicios
públicos de suministro de energía eléctrica y distribución de gas natural,
ello no quiere decir que sus decisiones solo puedan ser merituadas desde
tal supuesto, más aún cuando dichas materias tienen inexcusable base
constitucional. Dentro de dicha lógica es evidente que si, a contrario
sensu de lo que establece la norma fundamental, las materias sometidas a
su conocimiento son resueltas de forma tal que colisionan con los criterios
establecidos desde la Constitución, es perfectamente procedente como
legítimo su análisis dentro de tales parámetros.
 
27.    Aunado a lo expuesto, debe a su vez colegirse que el hecho de que  las
decisiones de la Sala Colegiada de OSINERGMIN puedan ser
impugnadas acudiendo a tal efecto a la vía judicial ordinaria, no tiene por
qué interpretarse como que tal vía sea, procesalmente hablando, la única
alternativa existente. Como ya se anticipó, en tanto las materias sometidas
a su conocimiento incidan en los derechos fundamentales y exista la
necesidad de una protección urgente o inmediata, resulta incuestionable la
legitimidad en la recurrencia a la vía constitucional, en este caso la
representada por los procesos de tutela como el amparo.
 
28.    En el caso de autos aparece que lo que se cuestiona mediante el presente
proceso constitucional son dos resoluciones con las que se pone término a
un proceso administrativo sobre instalación del suministro eléctrico.
Dentro de dicho contexto es pertinente precisar que desde el punto de
vista de los supuestos impugnatorios posibles, pueden darse hasta dos
situaciones:
 
a)    Que lo que se cuestione sea el procedimiento utilizado para adoptar la
decisión.
 
b)   Que se cuestione directamente el fondo de la decisión adoptada.
 
29.    Mientras que en el primer supuesto se trata de una evaluación configurada
desde la óptica del debido proceso formal o procedimental, en el segundo
supuesto se trata más bien del caso de una evaluación proyectada desde la
óptica del debido proceso material o sustantivo.
 
30.    En ese sentido, de lo que aparece descrito en la demanda se aprecia que es
el segundo de los aspectos el que de alguna manera se solicita merituar en
sede constitucional, toda vez que se requiere evaluar diversos extremos
contenidos en los cuestionados pronunciamientos administrativos, los
cuales el recurrente considera directamente lesivos a sus derechos
constitucionales.
 
31.    Considero que el Tribunal Constitucional, según lo que aparece señalado
en los fundamentos  precedentes, y en una línea consecuente con lo que ha
sido la jurisprudencia uniformemente emitida hasta la fecha, es
competente para analizar dichos aspectos, y según el tipo de nivel o
transgresión producida, para pronunciarse por la tutela del debido proceso
material o sustantivo.
 
Petitorio de la demanda de amparo de autos
 
32.    Mediante la demanda de amparo de autos el recurrente persigue que se
declare la nulidad de la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de
fecha 23 de junio de 2009, recaída en el Expediente N.º 2009-2871 y
emitida por OSINERGMIN, que resolvió confirmar la Resolución N.º
SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, expedida en primera
instancia por Luz del Sur, que declaró infundado el pedido del actor de
instalación de un nuevo suministro eléctrico en el inmueble destinado a
vivienda sito en la esquina de la Avenida Caminos del Inca con la Calle
Quilla, Manzana J, Lote 1, Urbanización San Juan Bautista de Villa,
Segunda Etapa, Distrito de Chorrillos. Y, como consecuencia de lo
anterior, pretende que se ordene  a Luz del Sur que instale el suministro de
conexión eléctrica y servicios complementarios en el referido inmueble.
 
33.    Como puede apreciarse, lo que aquí se cuestiona es la negativa de parte
de los emplazados de instalar el suministro eléctrico en el inmueble a que
se ha hecho referencia en el fundamento precedente. Tal negativa se
encuentra sustentada en las dos resoluciones cuestionadas emitidas por los
emplazados, de manera que, a mi juicio, la controversia radica en analizar
ambos actos administrativos –en particular el sustento normativo que las
justifica– y, a partir de allí, determinar si resultan violatorias del derecho
del actor en su condición de usuario de un servicio público, en la medida
que la Constitución prescribe, en su artículo 65°, la defensa de los
intereses de los consumidores y usuarios, a través de un derrotero jurídico
binario; vale decir que, por un lado, consagra la estructura jurídica de un
derecho subjetivo y, por otro, es un principio rector para la actuación del
Estado.
 
Análisis del fondo de la controversia
 
34.    A fojas 10 y 11 corre el original de la cuestionada Resolución N.º SGSC-
CHO-09-0287 expedida en primera instancia por Luz del Sur, mientras
que a fojas 7 y 8 obra el original de la también cuestionada Resolución N.º
0446-2009-OS/JARU-SC emitida por OSINERGMIN, que confirmó la
primera de ellas, y que como antes se ha visto denegó el pedido del actor
de instalación de un nuevo suministro eléctrico en el inmueble destinado a
vivienda.
 
35.    Al emitir ambas resoluciones, tanto Luz del Sur como OSINERGMIN
consideran que, dado que el actor es copropietario del inmueble donde se
pretende la instalación del suministro eléctrico, son todos los
copropietarios los que deben solicitar tal instalación. Y, desde el punto de
vista normativo, se sustentan en:
 
a)    El artículo 82º del Decreto Ley N.º 25844, Ley de Concesiones
Eléctricas, que dispone que, “Todo solicitante, ubicado dentro de una
zona de concesión de distribución, tendrá derecho a que el respectivo
concesionario le suministre energía eléctrica, previo cumplimiento de
los requisitos y pagos que al efecto fije la presente Ley y el
Reglamento, conforme a las condiciones técnicas que rijan en el área
(…)” (subrayado agregado).
 
b)   El artículo 165º del Reglamento de la Ley de Concesiones Eléctricas,
aprobado por Decreto Supremo N.º 009-93-EM, y modificado por el
Decreto Supremo N.º 018-2007-EM, que prescribe, por lo que ahora
interesa, que cuando un usuario obtiene un suministro de Servicio
Público de Electricidad, deberá suscribir el correspondiente contrato
con el concesionario. El contrato constará en formulario y contendrá,
entre otros, las siguientes especificaciones: a) Nombre o razón social
del concesionario; y, b) Nombre o razón social del usuario, quien
deberá acreditar ser propietario, o la autorización del propietario, o
contar con certificado o constancia de posesión del predio en el que se
instalará el suministro (subrayado agregado).
 
c)    El numeral 1.2.1 de la Directiva N.º 002-95-EM/DGE, aprobada
mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-EM, que regula lo
concerniente a las solicitudes de nuevo suministro, actos de
disposición sobre el mismo y actos ordinarios, y que establece que
“Todo acto de solicitud o disposición relacionado con suministro de
energía, sólo puede ser efectuado por el propietario del respectivo
predio o por tercero con autorización expresa de aquel. Se entiende
que en los casos relacionados con la citada solicitud o disposición,
cuando la Ley, su Reglamento y normas complementarías,
hagan referencia al "usuario" se esta refiriendo al propietario del
predio. Por excepción, en los casos que el Concesionario lo estime
conveniente puede suscribir contrato de suministro con personas que
no acrediten fehacientemente su calidad de propietarios, en estos casos
la responsabilidad frente al Concesionario será exclusivamente de la
persona que suscribió el contrato” (subrayado agregado).
 
36.    En principio, conviene precisar que de los documentos emitidos por la
Oficina Registral de Lima y Callao, que en copia certificada corren a fojas
27 a 32, queda acreditado que el recurrente ha adquirido en copropiedad el
inmueble materia de autos en donde se pretende la instalación del
suministro eléctrico, al haberlo adquirido mediante sucesión intestada de
su padre, don Ernesto Daniel Cárdenas López.
 
37.    En tal orden de ideas estimo que la negativa a instalar el suministro
eléctrico carece de sustento, toda vez que las propias normas invocadas
por OSINERGMIN y Luz del Sur (Cfr.artículo 82º del Decreto Ley N.º
25844, Ley de Concesiones Eléctricas; artículo 165º del Reglamento de la
Ley de Concesiones Eléctricas, aprobado por Decreto Supremo N.º 009-
93-EM; y, numeral 1.2.1 de la Directiva N.º 002-95-EM/DGE, aprobada
mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-EM), aluden a la calidad de
propietario que debe ostentar quien solicite un suministro eléctrico, que en
el caso del recurrente y como antes quedó anotado, ha quedado
debidamente probada, aun cuando lo sea en copropiedad; se ha omitido
señalar que dicha normatividad en ningún momento se refiere a que son
todos los copropietarios quienes deben requerir el servicio, incurriéndose
en una interpretación restrictiva e inaceptable en términos
constitucionales, máxime cuando se trata de un servicio esencial.
 
38.    Como puede advertirse, es la propia normatividad invocada por las
entidades emplazadas la que las autoriza para atender la solicitud del
actor, y en ninguna parte de ellas se hace referencia a que, dado que el
actor es copropietario, son todos ellos, y no solo uno, quien debe requerir
tal servicio básico y esencial para el desarrollo de una vida digna.
 
39.    El caso de autos se relaciona con lo que la doctrina constitucional
considera la protección al usuario, mediante la cual no solo se tiene
derecho a recibir servicios esenciales –como ocurre en el caso de autos, en
el que ha sido negado el suministro eléctrico–, sino también a que estos
sean dispensados en condiciones óptimas o, al menos, favorables. De
asumirse que lo único que importa es el servicio y no la manera como éste
se brinde, simplemente se estaría pasando por encima de la Constitución.
Y es que un Estado de derecho que proclama como valor primordial la
defensa de la persona, no puede desatenderse de mecanismos con los que
efectivamente se garantice su protección adecuada.
 
40.    En el caso concreto queda claro que aunque las entidades demandadas
hayan cumplido con motivar y sustentar las razones por las cuales
deniegan el suministro eléctrico, no se advierte que esta motivación haya
sido ejercida de una forma eficiente o idónea, conforme lo impone la
Constitución, de manera que, atendiendo al recuento normativo invocado
por las emplazadas, queda claro que la instalación del suministro eléctrico
resultaba perfectamente viable.
 
41.    Aun cuando la condición de propietario del actor no admite discusión, así
lo sea en copropiedad, cabe precisar que, en todo caso, de la constatación
policial de fojas 34 se acredita además que también ostenta la calidad de
poseedor, pues el actor habita en el aludido inmueble y ha venido pagando
el servicio de agua que se encuentra operativo, así como los tributos
(arbitrios e impuesto predial) que corresponden al inmueble, los cuales se
encuentran al día, según se corrobora de los documentos que corren a
fojas 39 a 44 de autos, además de contar con la línea telefónica habilitada
para llamar y recibir llamadas, según consta en la antes referida
constatación policial.
 
42.    Tal circunstancia resultaría irrelevante sino fuera porque el inciso b) del
artículo 165º del Reglamento de la Ley de Concesiones Eléctricas
invocado por los emplazados dispone que cuando un usuario obtiene un
suministro de Servicio Público de Electricidad debe suscribir el
correspondiente contrato con el concesionario, el que contendrá, entre
otros, el nombre o razón social del usuario, quien deberá acreditar ser
propietario, o la autorización del propietario, o contar con certificado o
constancia de posesión, calidad que también ostenta a tenor de la
constatación policial de fojas 34 antes referida.
 
43.    Y por último, el numeral 1.2.1 de la también invocada Directiva N.º 002-
95-EM/DGE, aprobada mediante la Resolución Directoral N.º 029-95-
EM, establece que, por excepción, en los casos que el Concesionario lo
estime conveniente puede suscribir contrato de suministro con personas
que no acrediten fehacientemente su calidad de propietarios.
 
44.    De manera que, si las referidas normas habilitan instalar el suministro
eléctrico incluso a quienes no ostenten la calidad de propietarios, no
encuentro justificación para que ello haya sido negado al actor, quien
ostenta la condición de propietario, aun en copropiedad.
 
45.    Por otra parte, tanto Luz del Sur como el emplazado OSINERGMIN, en
su calidad de órgano colegiado revisor, tampoco han tenido en cuenta lo
dispuesto por el artículo 973º del Código Civil, en tanto dispone que
“Cualquiera de los copropietarios puede asumir la administración y
emprender los trabajos para la explotación normal del bien, si no está
establecida la administración convencional o judicial y mientras no sea
solicitada alguna de ellas (…)”; ni lo establecido en el numeral 974º del
mismo cuerpo legal, que prescribe que “Cada copropietario tiene derecho
a servirse del bien común, siempre que no altere su destino ni perjudique
el interés de los demás. El derecho de usar el bien común corresponde a
cada copropietario. En caso de desavenencia el juez regulará el uso,
observándose las reglas procesales sobre administración judicial de bienes
comunes”.
 
46.    En ese sentido si el actor, en su condición de copropietario, puede asumir
la administración y emprender los trabajos para la explotación normal del
bien, conforme a la facultad conferida por el artículo 973º del Código
Civil, cosa que de hecho ha venido haciendo, pues según se verifica de la
constatación policial de julio del año 2001 que corre a fojas 36, el
inmueble materia de autos se encontraba en total estado de abandono, y es
él, a tenor de la constatación de fojas 34, correspondiente a septiembre de
2009, quien lo ha venido recuperando y explotando, pues ahora habita allí
y cuenta con los servicios de agua y teléfono, y pago de impuestos predial
y arbitrios se encuentra al día, con mayor razón puede solicitar la
instalación del suministro eléctrico.
 
47.    Queda claro además y de acuerdo al numeral 974º del Código Civil, que
si el recurrente tiene derecho a servirse del bien común y solicitar la
instalación del suministro eléctrico, con ello no se está alterando su
destino ni perjudicando el interés de los demás copropietarios, de manera
que, también, desde el punto de vista de lo dispuesto por el Código Civil,
la negativa de OSINERGMIN no encuentra justificación alguna, pues no
se analiza la pertenencia y validez de las referidas disposiciones.
 
48.    Por lo demás, una última cuestión que cabe aclarar tiene que ver con el
pronunciamiento de Luz del Sur en primera instancia administrativa, ya
que sustenta la negativa de instalar el suministro eléctrico en el artículo
971º del Código Civil, conforme al cual las decisiones sobre el bien
común se adoptarán por mayoría absoluta para los actos de administración
ordinaria.
 
49.    Al respecto considero que tampoco Luz del Sur ha analizado la
pertinencia de los numerales 973º y 974º del Código Civil a los que antes
se hizo referencia y, por el contrario, si bien puede requerirse mayoría
absoluta para los actos de administración ordinaria, una solicitud de
instalación de suministro eléctrico no puede equipararse, bajo ningún
punto de vista, a un acto de administración ordinaria, no sólo porque no lo
es, sino porque se trata de un servicio básico, esencial y necesario para un
adecuado desarrollo de la vida digna.
 
50.    En consecuencia, y bajo la lógica descrita, soy de la opinión que con la
negativa de instalar el suministro eléctrico requerido por el recurrente en
el inmueble materia de autos, se ha acreditado que las entidades
emplazadas han vulnerado su derecho de usuario de un servicio público
esencial, previsto por el artículo 65º de la Constitución; razones, todas, por
las cuales la demanda debe ser estimada.
 
Por estas razones, mi voto es por:
 
1.        Declarar FUNDADA la demanda de amparo al haberse acreditado la
violación del derecho del recurrente de su condición de usuario del
servicio de energía eléctrica, previsto por el artículo 65º de la
Constitución.
 
2.        Declarar NULAS la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de fecha
23 de junio de 2009, expedida por OSINERGMIN, y la Resolución N.º
SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009, emitida en primera
instancia por Luz del Sur S.A.A.
 
3.        Ordenar a Luz del Sur que instale un nuevo suministro de energía
eléctrica correspondiente a la Sucesión de don Ernesto Daniel Cárdenas
López, en el inmueble sito en la esquina de la Avenida Caminos del Inca
con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1, Urbanización San Juan Bautista de
Villa, Segunda Etapa, Distrito de Chorrillos, previo pago de los derechos
que correspondan y el cumplimiento de los demás requisitos exigidos por
las normas sobre la materia.
 
Sr.
 
URVIOLA HANI
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXP. N.° 01865-2010-PA/TC
LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
VOTO DIRIMENTE DEL MAGISTRADO FERNANDO CALLE HAYEN
 
Habiendo sido llamado a dirimir la presente causa –de
conformidad con el artículo 5º, in fine, de la Ley N.º 28301, Orgánica del
Tribunal Constitucional, y los artículos 11º y 11º-A del Reglamento
Normativo de éste Colegiado–, emito el presente voto a efectos de
dejar constancia de mi adhesión al pronunciamiento suscrito por mi
colega magistrado Urviola Hani, sin perjuicio de agregar que, en caso
existan adeudos derivados del suministro de energía eléctrica materia
del inmueble de autos, éstos deberán ser previamente regularizados,
esto es, pagados, como condición sine quanon para que se disponga la
instalación pertinente.
 
Asimismo, a efecto de resguardar el derecho que le asiste a los
copropietarios, sin perjuicio del cumplimiento de lo ordenado en la
presente sentencia, el Juez ejecutor deberá notificarlos  con la presente
resolución vía edictos.
 
Por las consideraciones expuestas, también considero:
 
1.      Declarar FUNDADA la demanda de amparo al haberse
acreditado la violación del derecho del recurrente de su
condición de usuario del servicio de energía eléctrica, previsto
por el artículo 65º de la Constitución, y en consecuencia,
 
2.      Declarar NULAS la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC,
de fecha 23 de junio de 2009, expedida por OSINERGMIN, y
la Resolución N.º SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de
2009, emitida en primera instancia por Luz del Sur S.A.A.
 
3.      Ordenar a Luz del Sur instalar un nuevo suministro de
energía eléctrica correspondiente a la Sucesión de don Ernesto
Daniel Cárdenas López, en el inmueble sito en la esquina de
la Avenida Caminos del Inca con la Calle Quilla, Manzana J,
Lote 1, Urbanización San Juan Bautista de Villa, Segunda
Etapa, Distrito de Chorrillos, previo pago de los derechos que
correspondan, el cumplimiento de los demás requisitos
exigidos por las normas sobre la materia y, en caso existan
adeudos pendientes, previa regularización de éstos a través
del abono correspondiente.
 
4.      Sin perjuicio de lo ordenado en la presente resolución; el juez
ejecutor deberá notificar a los copropietarios con la presente
resolución vía edictos.
 
 
Sr.
 
CALLE HAYEN
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXP. N.° 01865-2010-PA/TC
LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
VOTO DIRIMENTE DEL
MAGISTRADO BEAUMONT CALLIRGOS
 
Habiendo sido llamado a dirimir la presente causa –de conformidad con el
artículo 5º, in fine, de la Ley N.º 28301, Orgánica del Tribunal Constitucional,
y los artículos 11º y 11º-A del Reglamento Normativo de este Colegiado–,
emito el presente voto a efectos de dejar constancia de mi adhesión al
pronunciamiento suscrito por mis colegas magistrados Urviola Hani y
Calle Hayen. En consecuencia, mi voto es por:
 
1.      Declarar FUNDADA la demanda de amparo al haberse acreditado
la violación del derecho del recurrente de su condición de usuario
del servicio de energía eléctrica, previsto por el artículo 65º de la
Constitución, y en consecuencia,
 
2.      Declarar NULAS la Resolución N.º 0446-2009-OS/JARU-SC, de
fecha 23 de junio de 2009, expedida por OSINERGMIN, y la
Resolución N.º SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009,
emitida en primera instancia por Luz del Sur S.A.A.
 
3.      Ordenar a Luz del Sur instalar un nuevo suministro de energía
eléctrica correspondiente a la Sucesión de don Ernesto Daniel
Cárdenas López, en el inmueble sito en la esquina de la Avenida
Caminos del Inca con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1,
Urbanización San Juan Bautista de Villa, Segunda Etapa, Distrito de
Chorrillos, previo pago de los derechos que correspondan y el
cumplimiento de los demás requisitos exigidos por las normas sobre
la materia.
 
4.      Sin perjuicio de lo ordenando en la presente resolución; el juez
ejecutor deberá notificar a los copropietarios con la presente
resolución vía edictos.
 
 
Sr.
 
BEAUMONT CALLIRGOS
 

EXP. N.° 01865-2010-PA/TC


LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
VOTO DEL MAGISTRADO VERGARA GOTELLI
 
Visto el recurso de agravio constitucional interpuesto por don Arturo
Ernesto Cárdenas Dueñas contra la resolución expedida por la Primera Sala
Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima, de fojas 102, su fecha 9 de
marzo de 2010, que rechazó in límine y declaró improcedente la demanda de
amparo de autos, el magistrado firmante emite el siguiente voto:
 
1.        Con fecha 17 de septiembre de 2009 el recurrente interpone demanda de
amparo contra el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y
Minería –en adelante, OSINERGMIN– y la empresa proveedora del
servicio de energía eléctrica Luz del Sur S.A.A. –en adelante, Luz del
Sur–, a fin de que se declare la nulidad de la Resolución N.º 0446-2009-
OS/JARU-SC, de fecha 23 de junio de 2009, recaída en el Expediente N.º
2009-2871 y emitida por OSINERGMIN, que resolvió confirmar la
Resolución N.º SGSC-CHO-09-0287, de fecha 22 de mayo de 2009,
expedida en primera instancia por Luz del Sur, que declaró infundado el
pedido del actor de instalación de un nuevo suministro eléctrico en el
inmueble destinado a vivienda sito en la esquina de la Avenida Caminos
del Inca con la Calle Quilla, Manzana J, Lote 1, Urbanización San Juan
Bautista de Villa, Segunda Etapa, Distrito de Chorrillos. Y como
consecuencia de lo anterior solicita que se ordene  a Luz del Sur instale el
suministro de conexión eléctrica y servicios complementarios en el
referido inmueble. Denuncia la vulneración de sus derechos
constitucionales a recibir un trato razonable y justo como usuario o
consumidor que peticiona el servicio público de energía eléctrica, a la
dignidad, a una vida de calidad y bienestar, a la razonabilidad, al debido
procedimiento administrativo formal y material, y a la debida motivación
de las resoluciones administrativas.
 
Manifiesta que con fecha 7 de abril de 2009 solicitó ante Luz del Sur la
instalación de un nuevo suministro eléctrico y servicios complementarios
en el inmueble ya mencionado, sustentándose en que es integrante
conjuntamente con cinco personas más de la sucesión de don Ernesto
Cárdenas López, existiendo en la actualidad una situación de indivisión y
copropiedad en relación con dicho inmueble. El demandante manifiesta
que en la actualidad se encuentra en posesión efectiva del inmueble
materia de la demanda como administrador de hecho, viviendo en él en su
condición de heredero y copropietario hasta que se produzca la partición
material del bien, conforme a lo establecido en el artículo 974º del Código
Civil. Aduce que de acuerdo a la potestad que le otorga el artículo 973º
del Código Civil, ha emprendido los trabajos de recuperación de dicho
bien que se encontraba en situación de abandono cuado comenzó a
poseerlo desde el año 2007, realizando los trabajos de explotación normal
ya que no se encuentra establecida la administración convencional o
judicial.
 
2.        Se aprecia que tanto el Octavo Juzgado Constitucional de Lima, mediante
resolución de fecha 6 de octubre de 2009, rechazó liminarmente la
demanda de autos declarándola improcedente en aplicación del artículo
5.2º del Código Procesal Constitucional, por considerar que el fondo del
asunto se encuentra referido a la impugnación de la resolución
administrativa emitida por el Organismo Supervisor de la Inversión en
Energía y Minería –OSINERGMIN-, controversia que no puede ser
dilucidada en vía constitucional. Asimismo dicha resolución fue
confirmada por la Sala Superior revisora por considerar que lo que se
pretende es cuestionar en vía de amparo una resolución administrativa, no
obstante que el demandante cuenta con otras vías procedimentales en las
cuales puede hacer valer la protección de sus derechos, en aplicación del
artículo 5.2º del Código Procesal Constitucional.
 
3.        Entonces tenemos que el tema de la alzada trata de un rechazo liminar  de
la demanda (ab initio), en las dos instancias (grados) precedentes, lo que
significa que no hay proceso y por lo tanto no existe demandado
(emplazado). Por ello cabe mencionar que si el superior no está conforme
con el auto venido en grado debe revocarlo para vincular a quien todavía
no es demandado puesto que no ha sido emplazado por notificación
expresa y formal requerida por la ley. Lo que se pone en conocimiento es
“el recurso interpuesto” y no la demanda. Por esto es que el Tribunal
Constitucional al intervenir como tribunal de alzada debe limitarse al auto
de rechazo liminar, desde luego.
 
4.        Al concedérsele al actor el recurso extraordinario de agravio
constitucional, el principio de limitación aplicable a toda la actividad
recursiva le impone al Tribunal Constitucional la limitación de sólo
referirse al tema de la alzada, en este caso nada más y nada menos que el
auto de rechazo liminar.
 
5.        El artículo 47º Código Procesal Constitucional en su último parágrafo
precisa ciertamente que “si la resolución que declara la improcedencia
(auto de rechazo liminar evacuado por el Juez al calificar la demanda)
fuese apelada, el juez pondrá en conocimiento del demandado el recurso
interpuesto”. Este mandato tiene sustento en la más elemental lógica: el
recurso de apelación concedido y notificado al que debería ser
considerado demandado si la sala superior revoca el auto cuestionado,
produce efectos para ambas partes. Por cierto si el Superior revoca el auto
venido en grado, para vincular a quien todavía no es demandado puesto
que no ha sido emplazado por notificación expresa y formal por no existir
proceso y no ser él, por tanto, demandado, tiene que ponérsele en su
conocimiento “el recurso interpuesto” y no la demanda, obviamente.
 
6.        No está demás recordar que la parte en análisis del recurrido artículo 47º
del Código Procesal Constitucional es copia de lo que al respecto
prescribe el artículo 427º del Código Procesal Civil en su último
parágrafo  al decir: “La resolución superior que resuelve en definitiva la
improcedencia, produce efectos para ambas partes”. Y la resolución del
superior que, en definitiva, decide sobre la improcedencia, no puede ser o
no es sino la confirmatoria o la revocatoria del auto objeto de la alzada,
desde luego.
 
7.        En atención a lo señalado es materia de la alzada el pronunciamiento del
Tribunal Constitucional respecto del rechazo liminar, estando en facultad
sólo para pronunciarse por la confirmatoria del auto recurrido o por la
revocatoria de éste, y excepcionalmente cuando se trate de casos que
amerite un pronunciamiento de emergencia por tutela urgente del derecho
se podría ingresar al fondo del asunto.
 
8.        En el presente caso encontramos materia constitucionalmente relevante
dirigida a denunciar la afectación de los derechos de los usuarios, que
conforme a la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional
(Cfr. Expedientes N.os 3315-2004-AA/TC, 1006-2002-AA/TC, 1036-
2002-AA/TC, 3298-2004-AA/TC, entre otros tantos), no sólo puede, sino
que merece ser objeto de tutela a través de los procesos constitucionales
como el amparo incoado, debiendo puntualizarse que por tratarse de un
reclamo efectuado por quien ostenta la calidad de usuario, tiene una
posición preferente en el ordenamiento, al igual como ocurre con el
consumidor. Es por tal razón que dicho petitum se constituye en materia
constitucional pasible de ser analizada vía proceso constitucional de
amparo, lo que implica que las instancias precedentes han incurrido en un
error al juzgar, debiendo por ende revocarse el auto de
rechazoliminar para admitir a trámite la demanda de amparo propuesta.
 
Por estas consideraciones, mi voto es por REVOCAR el auto de
rechazo liminar y en consecuencia disponer la admisión a trámite de la
demanda, debiendo emplazarse a los involucrados en el caso.  
 
Sr.
 
VERGARA GOTELLI
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
EXP. N.° 01865-2010-PA/TC
LIMA
ARTURO ERNESTO
CÁRDENAS DUEÑAS
 
 
VOTO DEL MAGISTRADO ÁLVAREZ MIRANDA
 
Con el debido respeto por la opinión vertida por el resto de mis colegas
magistrados, emito el presente voto, que se sustenta en las razones que
expongo:
 
1.      Contrariamente a lo resuelto por las instancias precedentes, es
indudable que el caso de autos debió ser admitido, por cuanto el asunto
litigioso reviste una innegable relevancia constitucional, máxime
cuando estamos frente a una relación de consumo entre una empresa
proveedora de un servicio público y un usuario del mismo.
 
2.      De ahí que, considero oportuno reiterar que el
rechazo liminar únicamente será adecuado cuando no haya márgenes de
duda sobre la improcedencia de la demanda, lo que no ocurre en el caso
de autos. Por consiguiente, corresponde revocar el rechazo liminar a fin
de que la demanda sea admitida y tramitada con arreglo a ley, corriendo
traslado de ella a los emplazados, a fin de salvaguardar su derecho de
defensa.
 
Por tales consideraciones, me decanto porque se REVOQUE el
rechazo liminar y se admita a trámite la demanda, debiendo emplazarse a los
involucrados en el caso.
 
 
Sr.
 
ÁLVAREZ MIRANDA
 
 

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