Causas y Consecuencias Del Conflicto
Causas y Consecuencias Del Conflicto
Causas y Consecuencias Del Conflicto
Como seres sociales que somos, estamos continuamente relacionándonos con otras personas y a
partir de esa interacción aparecen frecuentemente conflictos de mayor o menor gravedad.
Generalmente, los conflictos no suelen implicar violencia o agresividad, aunque sí provocan
malestar o nerviosismo ante la existencia de intereses contrapuestos, bien por diferencias de una
persona con otra o bien porque la elección de una decisión u otra puede suponer una serie de
ventajas e inconvenientes.
Por tanto, es importante detectar y analizar los conflictos en el centro escolar, desarrollando
formas adecuadas de actuación para solucionarlos y conseguir una buena convivencia.
Tipos de conflicto
Real: los implicados presentan diferencias de algún tipo, que han abordado pero no han
podido solucionar.
Irreal: el conflicto es fruto de un malentendido o una mala interpretación que puede
aclararse y permitir resolver el problema.
Inventado: parte de un malentendido o una mala interpretación utilizada de forma
deliberada para provocar de forma consciente el conflicto. Puede iniciarse como una
simple broma o un simple juego, o por el deseo de dañar al contrario.
Comunicación
Una comprensión o interpretación inadecuada del mensaje pueden provocar un conflicto, pero
ocurre lo mismo cuando nuestro interlocutor presenta un comportamiento defensivo, mantiene
una actitud hostil o realiza excesivas preguntas. Esto puede hacer que el otro se sienta
interrogado.
Otras causas
Problemas de relación: existen dificultades en la relación entre dos o más personas debido
a la aparición de comportamientos inesperados o inapropiados, estereotipos y prejuicios,
etc.
Problemas de información: los implicados pueden tener diferentes percepciones sobre
algo, lo que impide que se pongan de acuerdo y se genera una discusión.
Intereses y necesidades incompatibles: pueden ser materiales o inmateriales, pero al no
coincidir provocan un conflicto.
Por preferencias, valores o creencias: tienen una connotación emocional o psíquica. No
compartir una serie de valores, creencias o preferencias puede impedir el acercamiento y
la buena relación entre las personas.
Conflictos estructurales: se refieren fundamentalmente a los roles que se asumen en una
relación, a la simetría o asimetría de poder.
En primer lugar se debe analizar el conflicto para conseguir comprenderlo mejor y contribuir a
solucionarlo. Para ello, establecen dos fases en el proceso:
Diagnóstico
En primer lugar, es necesario conocer los puntos básicos del conflicto: qué es lo que ha ocurrido,
quiénes son los implicados, en qué momento y lugar se ha producido, de qué manera y por qué.
En segundo lugar, hay que centrarse en el curso del problema, en la forma en que se ha ido
desarrollando.
En tercer lugar, se prestará atención al conflicto, cuáles son las causas del mismo y qué intereses y
metas tiene cada una de las personas implicadas.
Finalmente, habrá que analizar el contexto físico y social en el que se ha producido, así como otros
factores que hayan podido influir en su desarrollo.
Tipología del conflicto
Debemos tener en cuenta que los conflictos pueden ser de varios tipos en función de sus
características:
En función del interés por la otra persona se establecen diferentes objetivos que hay que
conseguir:
Competición: gano/pierdes.
Evitación: pierdo/pierdes.
Acomodación: pierdo/ganas.
Pacto o capitulación: equilibrio.
Cooperación: gano/ganas.
Con esta información, cree una situación de conflicto ficticia que encaje con lo mencionado en el
apunte.