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La Crónica, Ornitorrinco de La Prosa - Villoro - InS

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La Nacion.com Suplemento Cultura Stravinski.

El lema se refiere a la imposibilidad


de ser leal a dos reinos, pero se aplica a otras
Domingo 22 de enero de 2006 | Publicado en tentadoras dualidades, comenzando por las
edición impresa rubias y las morenas y concluyendo por los
oficios de reportero y fabulador.
Entre la literatura y el periodismo

La mayoría de las veces, el escritor de crónicas


La crónica, ornitorrinco de la prosa
es un cuentista o un novelista en apuros
económicos, alguien que preferiría estar
La imposibilidad de ser objetivo y la necesidad
haciendo otra cosa pero necesita un cheque a fin
de contar lo que no ocurrió, pero pudo haber
de mes. Son pocos los escritores que, desde un
sucedido, son algunos aspectos que aparecen en
principio, deciden jugar todas sus cartas a la
este ensayo, que forma parte del libro Safari
crónica.
accidental, publicado recientemente en México
por la editorial Joaquín Mortiz En casos impares (Josep Pla, Alvaro Cunqueiro,
Ramón Gómez de la Serna, Salvador Novo,
La vida está hecha de malentendidos: los
Alfonso Reyes, Roberto Arlt), publicar en
solteros y los casados se envidian por razones
periódicos y revistas ha significado una
tristemente imaginarias. Lo mismo ocurre con
escritura continua, la episódica creación de un
escritores y periodistas. El fabulador "puro"
libro desbordado, imposible de concluir. Para la
suele envidiar las energías que el reportero
mayoría, suele ser una opción de Lejano Oeste,
absorbe de la realidad, la forma en que es
la confusa aventura de la fiebre del oro.
reconocido por meseros y azafatas, incluso su
chaleco de corresponsal de guerra (lleno de Tal vez llegará el día en que los periódicos
bolsas para rollos fotográficos y papeles de compren la prosa "en línea", a medida que se
emergencia). Por su parte, el curtido periodista produce. Sin embargo, desde ahora es posible
suele admirar el lento calvario de los narradores, detectar la casi instantánea relación entre la
entre otras cosas porque nunca se sometería a él. escritura y el dinero, economías de signos y
Además, está el asunto del prestigio. Dueño del valores. Nada más emblemático que el hecho de
presente, el "líder de opinión" sabe que la que el poeta Octavio Paz trabajara en el Banco
posteridad, siempre dramática, preferirá al de México quemando billetes viejos, Franz
misántropo que perdió la salud y los nervios al Kafka perfeccionara su paranoia en una
servicio de sus voces interiores. compañía aseguradora y William S. Burroughs
escogiera el delirio narrativo en respuesta al
Aunque el whisky sabe igual en las redacciones
invento del que derivaba la fortuna de su
que en la casa, quien reparte su escritura entre la
familia, la máquina sumadora.
verdad y la fantasía suele vivir la experiencia
como un conflicto. "Una felicidad es toda la La crónica es la encrucijada de dos economías,
felicidad: dos felicidades no son ninguna la ficción y el reportaje. No es casual que un
felicidad", dice el protagonista de Historia del autor con un pie en la invención y otro en los
soldado, la trama de Ramuz que musicalizó datos insista en la obligación del novelista
contemporáneo de aclarar cuánto cuestan las justifica; de la entrevista, los diálogos; y del
cosas en su tiempo. Sí, la idea es de Tom Wolfe, teatro moderno, la forma de montarlos; del
el dueño de los costosos trajes blancos. teatro grecolatino, la polifonía de testigos, los
parlamentos entendidos como debate: la "voz de
Estímulo y límite, el periodismo puede ser visto proscenio", como la llama Wolfe, versión
desde la literatura como el boxeo de sombra que narrativa de la opinión pública cuyo antecedente
permitió a Hemingway subir al ring, pero fue el coro griego; del ensayo, la posibilidad de
también como tumba de la ficción (cuando el argumentar y conectar saberes dispersos; de la
protagonista de Conversación en La Catedral autobiografía, el tono memorioso y la
entra a un periódico, siente que compromete su reelaboración en primera persona. El catálogo
vocación de escritor en ciernes y ve la máquina de influencias puede extenderse y precisarse
de escribir como un pequeño ataúd en el hasta competir con el infinito. Usado en exceso,
escritorio). cualquiera de esos recursos resulta letal. La
crónica es un animal cuyo equilibrio biológico
Comoquiera que sea, el siglo XX volvió
depende de no ser como los siete animales
específico el oficio del cronista que no es un
distintos que podría ser.
narrador arrepentido. Aunque ocasionalmente
hayan practicado otros géneros, Egon Erwin De acuerdo con el dios al que se debe, la crónica
Kisch, Bruce Chatwin, Alvaro Cunqueiro, trata de sucesos en el tiempo. Al absorber
Ryszard Kapuscinski, Josep Pla y Carlos recursos de la narrativa, la crónica no pretende
Monsiváis son heraldos que, como los grandes "liberarse" de los hechos sino hacerlos
del jazz, improvisan la eternidad. verosímiles a través de un simulacro,
recuperarlos como si volvieran a suceder con
Algo ha cambiado con tantos trajines. El
detallada intensidad.
prejuicio que veía al escritor como artista y al
periodista como artesano resulta obsoleto. Una Por lo demás, la intervención de la subjetividad
crónica lograda es literatura bajo presión. comienza con la función misma del testigo.
Todo testimonio está trabajado por los nervios,
Un género híbrido
los anhelos, las prenociones que acompañan al
cronista adondequiera que lleve su cabeza. La
Si Alfonso Reyes juzgó que el ensayo era el
novela Rashomón, de Akutagawa, puso en
centauro de los géneros, la crónica reclama un
juego las muchas versiones que puede producir
símbolo más complejo: el ornitorrinco de la
un solo suceso. Incluso las cámaras de
prosa. De la novela extrae la condición
televisión son proclives a la discrepancia: un
subjetiva, la capacidad de narrar desde el mundo
futbolista está en fuera de lugar en una toma y
de los personajes y crear una ilusión de vida
en posición correcta en otra. En forma aún más
para situar al lector en el centro de los hechos;
asombrosa, a veces las cámaras no muestran
del reportaje, los datos inmodificables; del
nada: desde 1966 el gol fantasma de la final en
cuento, el sentido dramático en espacio corto y
Wembley no ha acabado de entrar en la portería.
la sugerencia de que la realidad ocurre para
contar un relato deliberado, con un final que lo
El intento de darles voz a los demás -estímulo otro lado de la desgracia: "Esta es precisamente
cardinal de la crónica- es un ejercicio de la aporía ética de Auschwitz", comenta
aproximaciones. Imposible suplantar sin pérdida Agamben: "el lugar en que no es decente seguir
a quien vivió la experiencia. En Lo que queda siendo decentes, en el que los que creyeron
de Auschwitz, Giorgio Agamben indaga un caso conservar la dignidad y la autoestima sienten
límite del testimonio: ¿quién puede hablar del vergüenza respecto a quienes las habían perdido
holocausto? En sentido estricto, los que mejor de inmediato".
conocieron el horror fueron los muertos o los
musulmanes, como se les decía en los campos ¿Qué espacio puede tener la palabra llegada

de concentración a los sobrevivientes que desde fuera para narrar el horror que sólo se

enmudecían, dejaban de gesticular, perdían el conoce desde dentro? De acuerdo con

brillo de la mirada, se limitaban a vegetar en Agamben, el testimonio que asume estas

una condición prehumana. Sólo los sujetos contradicciones depende de la noción de "resto".

física o moralmente aniquilados llegaron al La crónica se arriesga a ocupar una frontera, un

fondo del espanto. Ellos tocaron el suelo del que interregno: "los testigos no son ni los muertos ni

no hay retorno; se convirtieron en cartuchos los supervivientes, ni los hundidos ni los

quemados, únicos "testigos integrales". salvados, sino lo que queda entre ellos".

La crónica es la restitución de esa palabra Objetividad

perdida. Debe hablar precisamente porque no


La vida depara misterios insondables: el
puede hablar del todo. ¿En qué medida
aguacate ya rebanado que entra con todo y
comprende lo que comprueba? La voz del
hueso al refrigerador dura más. Algo parecido
cronista es una voz delegada, producto de una
ocurre con la ética del cronista. Cuando
"desubjetivación": alguien perdió el habla o
pretende ofrecer los hechos con incontrovertible
alguien la presta para que él diga en forma
pureza, es decir, sin el hueso incomible que
vicaria. Si reconoce esta limitación, su trabajo
suele acompañarlos (las sospechas, las
no sólo es posible sino necesario.
vacilaciones, los informes contradictorios), es

El cronista trabaja con préstamos; por más que menos convincente que cuando explicita las

se sumerja en el entorno, practica un artificio: limitaciones de su punto de vista narrativo.

transmite una verdad ajena. La ética de la


Una pregunta esencial del lector de crónicas:
indagación se basa en reconocer la dificultad de
¿con qué grado de aproximación y
ejercerla: "Quien asume la carga de testimoniar
conocimiento se escribe el texto? El almuerzo
por ellos sabe que tiene que dar testimonio de la
desnudo, de William S. Burroughs, depende de
imposibilidad de testimoniar", escribe
la intoxicación y la alteración de los sentidos en
Agamben.
la misma medida en que Entre los vándalos, de

La empatía con los informantes es un cuchillo Bill Buford, depende de percibir con distanciada

de doble filo. ¿Se está por encima o por debajo sobriedad la intoxicación ajena.

de ellos? En muchos casos, el sobreviviente o el


testigo padecen o incluso detestan hallarse al
El tipo de acceso que se tiene a los hechos La realidad, que ocurre sin pedir permiso, no
determina la lectura que debe hacerse de ellos. tiene por qué parecer auténtica. Uno de los
Definir la distancia que se guarda respecto al mayores retos del cronista consiste en narrar lo
objetivo autoriza a contar como insider, real como un relato cerrado (lo que ocurre está
outsider, curioso de ocasión. A este pacto entre "completo") sin que eso parezca artificial.
el cronista y su lector podemos llamarlo ¿Cómo otorgar coherencia a los copiosos
"objetividad". absurdos de la vida? Con frecuencia, las
crónicas pierden fuerza al exhibir las
Vida interior y verosimilitud desmesuras de la realidad. Como las cantantes
de ópera que mueren de tuberculosis a pesar de
Siguiendo usos de la ficción, la crónica también
su sobrepeso (y lo hacen cantando), ciertas
narra lo que no ocurrió, las oportunidades
verdades piden ser desdramatizadas para ser
perdidas que afectan a los protagonistas, las
creídas.
conjeturas, los sueños, las ilusiones que
permiten definirlos. A propósito del uso de la emoción en la poesía,
Paz recordaba que la madera seca arde mejor.
Hace unos meses leí la historia de un explorador
Ante la inflamable materia de los hechos,
inglés que logró caminar sobre los hielos árticos
conviene que el cronista use un solo fósforo.
hasta llegar al Polo Norte. ¿Qué lleva a alguien
a asumir tamaños riesgos y fatigas? La crónica La primera crónica que escribí fue un recuento
evidente de los hechos, en clave National del incendio del edificio Aristos, en avenida
Geographic, permite conocer los detalles Insurgentes. Esto ocurrió a principios de los
externos de la epopeya: ¿qué comía el años setenta del siglo pasado; yo tenía unos 13 o
explorador, cuáles eran sus desafíos físicos, qué 14 años y tomaba clases de guitarra en el
rutas alternas tenía en mente, cómo fue su trato edificio. Por entonces, me había lanzado a un
con los vientos? Sin embargo, la crónica que proyecto editorial en la secundaria, en compañía
aspira a perdurar como literatura depende de de los hermanos Alfonso y Francisco Gallardo:
otros resortes: ¿qué se le perdió a ese hombre "La Tropa Loca", periódico impreso en
para buscar a pie el Artico?, ¿qué extravío de mimeógrafo sobre la inagotable vida íntima de
infancia lo hizo seguir la brújula al modo del nuestro salón. Ahí yo escribía la "sección de
Capitán Hatteras, que incluso en el manicomio chismes". Mi especialidad de gossip writer se
avanzaba al norte? Tal vez se trate de una vio interrumpida con las llamas que devoraron
pregunta inútil. La rica vida exterior de un varios pisos del Aristos. Me encandiló ver las
hombre de acción rara vez pasa por las cavernas lenguas amarillas que salían de las ventanas,
emocionales que le atribuimos los sedentarios: pero sobre todo el eficiente caos con que
los exploradores suelen ser inexplorables. Con reaccionó la multitud.
todo, el cronista no puede dejar de ensayar ese
vínculo de sentido, buscar el talismán que una la Cronistas de la más diversa índole han
precariedad íntima con la manera épica de descubierto su vocación ante el fuego: Angel
compensarla. Fernández, máximo narrador del fútbol
mexicano, recibió su rito de paso en el incendio
del Parque Asturias, y Elias Canetti el suyo Por Juan Villoro
durante la quema del Palacio de Justicia de http://www.lanacion.com.ar/773985-la-
Viena.
cronica-ornitorrinco-de-la-prosa

Sí, el cronista debe ser ahorrativo con los


efectos que arden; entre otras cosas, porque a la
realidad siempre le sobran los fósforos. .

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