Apocalipsis 5 - El León, El Cordero, y El Libro by David Guzik
Apocalipsis 5 - El León, El Cordero, y El Libro by David Guzik
Apocalipsis 5 - El León, El Cordero, y El Libro by David Guzik
Y vi en la mano der echa del que estaba sentado en el tr ono un libro escrito por dentro y por
fuera, sellado con siete sellos.
a. Y vi en la mano der echa del que estaba sentado en el tr ono un libro: El enfoque de
Apocalipsis 4 era el trono. Aquí Juan comienza con la r eferencia del trono, pero ahora cambia
su enfoque en el libro que tiene el Señor del tr ono.
b. Escrito por dentro y por fuera: Esto significa que este libr o era inusual. No er a una práctica
común el escribir en ambos lados del libr o. Esto significa que cualquier información que fuer a
en este libro, hay mucha – casi más de la que puede contener el libr o.
i. Los antiguos r ollos se leían horizontalmente, no de manera vertical. Los “rollos” del libro
estaban a la iz quierda y la derecha, y la escritura puesta en columnas angosta s de casi tres
pulgadas de ancho, escrit o en una sust ancia como de papel caf é. El rollo se tenía en la
mano izquierda, y se desenr ollaba con la der echa, mientras continuaba la lectur a, y la
porción previamente leída er a enrollada de nuevo. En ese típico libr o, el Libro de
Apocalipsis llenaría un r ollo de 15 pies de lar go.
c. Sellado con siete sellos : Cuando un r ollo era terminado, se ajus taba con cuer das, y las
cuerdas eran selladas con cer a en los nudos. Este libr o estaba sellado con siete sellos ; hay
siete cuerdas selladas la cuales estaban alr ededor del rollo.
i. Estos no son siete escrit os separados por un sello; sino siete sellos puest os en un libro.
Todos los sellos deben de ser abier tos antes de que el libr o pueda leerse.
d. ¿Qué es este libr o? ¿Qué esta escrit o en él? A través de los siglos, los come ntaristas han
sugerido diferentes ideas. Es impor tante el recordar que sea lo que este en el libr o, nadie
excepto Jesús es digno de abrirlo ( Apocalipsis 5:3-4 ).
iii. Algunos piensan que el libr o es la sentencia de Dios en contr a de los enemigos de la
iglesia. Quizás esto sea cier to, pero únicamente en un sentido indir ecto; ¿pero quién es
indigno de abrir ese libro?
iv. Algunos piensan que el libr o es el texto del Libro de Apocalipsis, o los siguientes
capítulos que siguen. P ero esto es poco probable al consider ar como la idea d el libro es
comunicada, ¿y quién sería indigno de abrir ese libr o?
v. Algunos creen que el libr o de el título de propiedad del planeta tierr a. Esta es una idea
atractiva, especialmente por el tiempo que v endrá de tribulación el cual termin ará con el
gobierno de Jesús en la tierr a. Pero es difícil el demostr ar esto con cer teza. La mejor
conexión de esta idea par ece estar en Jeremías 32:6-15 , el cual describe que los títulos de
propiedad Judíos están sellados. Pero no hay duda de que la tierra es de Jehová
(Salmo 24:1), a pesar que los gobiernos de este mundo le per tenecen a Satanás
(Lucas 4:5-8). Si Dios debe de t omar de nuevo el título de propiedad, ¿cuándo fue que Dios
“perdió” el título de pr opiedad del plane ta tierra? De hecho, Dios tiene este libro – no esta
perdido. Pero el libro debe de abrirse, debe de ser r evelado.
e. La mejor solución es el v er el rollo como “la voluntad de Dios, su pago final de los asuntos del
universo.” (Barclay) Esto esta basado en la idea de que habitualmente, bajo la ley Romana, los
testamentos eran sellados con siete se llos, cada uno de un testigo par a validar el testament o.
i. “La ley Romana requería que un testament o fuera sellado con siete sellos, il ustrado en los
testamentos dejados por A ugusto y Vespasian para sus sucesor es.” (Walvoord)
ii. “El libro puede significar los pr opósitos y diseños de Dios en r elación a su g obierno del
mundo y la Iglesia; per o nosotros, cuya habitación esta en el polv o, no sabemo s nada de
tales cosas. P ero estamos, sin embar go, determinados a adivinar.” (Clarke)
iii. “El libro con los siete sellos, por lo ta nto, es el programa comprehensivo de Dios
culminando en la segunda v enida de Crist o.” (Walvoord)
iv. “El libro de los consejos, decr etos, y propósitos de Dios relacionados con s u iglesia, y a
las cosas asombr osas que deban de su ceder al fin del mundo; un libr o tal como el que
estaba en la mano del P adre.” (Poole)
v. La idea aquí es que Dios tiene el libr o en la cual la hist oria del universo ya a sido escrita.
Él ha escrito la historia del mundo por a vanzado, Él tiene en Su mano la hist oria del mundo
en avanzado, y Él inicia la consumación de t oda la historia. Solamente Dios puede tener este
rollo.
f. Recuerde que el énfasis no esta en el contenido del libro, sino en sus sellos y de Aquel que es
digno de tomarlo.
a. Un ángel fuer te: No sabemos quien es este ángel. Muchos han sugerido que es Gabriel, per o
no lo sabemos. Sin embar go, este ángel echa un r eto a toda la creación: ¿Quién es digno de
abrir el libro y desatar sus sellos? Este es un reto que ninguna criatur a puede contestar por que
ninguna criatur a es digna de abrir este libr o en particular.
i. No hay respuesta para el reto del ángel fuerte porque la creación es totalmente incapaz
de decidir o af ectar su propio destino. Alguien por encima del or den de la creación debe
determinar el curso de la hist oria; sólo Dios puede desenv olver este plan.
c. Y lloraba yo mucho: El llanto de Juan es y a sea por la pr omesa previa de ver el futura, el cual
ahora había sido negado ( Apocalipsis 4:1 ), o mas bien, debido a que la consumación de la
historia estaría ahor a indefinidamente p ospuesta.
d. Porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libr o, ni de leerlo, ni de mir arlo: El
mirar el libro, uno debía de tener el der echo de abrir el r ollo y poseerlo – y ninguna criatur a fue
hallada digna .
Y uno de los ancianos me dijo: No llor es. He aquí que el León de la tribu de J udá, la raíz de David,
ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos. Y mir é, y vi que en m edio del trono y de
los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cor dero como inmolado,
que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por t oda
la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado e n el trono.
a. He aquí que el León de la tribu de Judá : Uno de los ancianos (no un ángel) r escata a Juan de
su lamento, mostrándole a aquel que ha vencido para abrir el rollo. Aquel es la gr an figura de la
profecía del Antiguo T estamento: el León de la tribu de Judá, la r aíz de David, el Mesías de
Israel y de los Gentiles.
b. Y miré, y vi …en pie un Cor dero: Debido al anuncio del anciano, Juan esper aba ver a un León,
pero en lugar de eso v e a un Cordero. Y Juan utiliza una palabr a en específico par a un pequeño
cordero; él “da a entender un cor dero pequeño o delicado .” (Clarke)
i. El Cordero es presentado en una man era simpática y poder osa; Él esta viv o (en pie un
Cordero), pero Él aun tenía las mar cas de un sa crificio previo sobre Él (como inmolado ).
ii. Cuando quer emos símbolos de poder , estas conjuran a bestias f eroces y pájaros que
cazan, tales como aquellos que r epresentan a naciones o equipos de depor te. Pero el
representante del r eino del cielo es un Cordero, representando humildad, gentileza, y un
amor de sacrificio.
iii. El Cordero se ve como inmolado . Es difícil el describir lo que Juan vio, per o este Cordero
tenía las mar cas del sacrificio en él. El juicio que viene, y comienza en el capít ulo seis, es
dictado y administr ado por el Cordero quien ya había ofrecido un escape del juicio al t omar
el juicio para Si mismo. El juicio viene sobr e un mundo que odia al Cordero y todo lo que Él
representa, y que r echaza su oferta de escape
c. Como inmolado : La idea es que el sacrificio de Jesús aún esta al día y fresca delante de Dios
el Padre. No hay nada “rancio” o “gastado” en la obra de Jesús en la cruz. Mile s de años
después aún esta “fr esca” como el día en que Él murió en la cruz.
i. “Esta forma de hablar es puesta par a mostrar la virtud reciente y continua d e la muer te de
Cristo, la cual tiene un ef ecto eterno delante de Dios, y con que de una v ez y pasa siempr e
él ha comprado una redención eterna.” (Trapp)
ii. Como inmolado : “Como si fuer a ahora, en el acto de estar siendo ofr ecido. Esto es muy
notable; tan impor tante es la ofr enda de sacrificio de Crist o a la vista de Dios, que él aun
esta representado como un ser en el mer o hecho de derr amar su sangr e por las ofensas
del hombre. Esto nos da una gr an ventaja hacia la fe; cuando cualquier alma viene al tr ono
de la gracia, ésta encuentr a un sacrificio que ha sido pr ovisto para que la ofrezca a Dios. Y
así, todas las gener aciones venideras hallan que tienen un sacrificio continuo listo, y la
sangre recién derramada para ofrecer.” (Clarke)
d. Que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por
toda la tierra: Aún cuando las mar cas de Su sacrific io son evidentes, el Cor dero no es
presentado como un objet o para tener lástima. Él también tiene las mar cas de la omnipotencia
(siete cuerdos) y omnisciencia ( siete ojos). ¡Qué figura! Un Cordero inmolado, ¡qu ien tiene las
marcas de la omnisciencia y omnipotencia!
iii. Los sieteojos del SEÑOR son una imagen de omnisciencia dibujada del pr ofeta Zacarías
(Zacarías 4:10 y 3:9).
e. Y vino, y tomó el libro: Ningún ser cr eado fue encontr ado digno de t omar el libro, pero el
Cordero podía tomarlo. Su rango, carácter y habilidad de t omar el libro y abrirlo (y así dictar el
destino de la cr eación) ha sido demostr ado permanentemente por Su obr a en la cruz.
Y cuando hubo t omado el libro, los cuatro seres vivientes y los v einticuatro ancianos se
postraron delante del Cor dero; todos tenían arpas, y copas de or o llenas de incienso, que son las
oraciones de los sant os; y cantaban un nue vo cántico, diciendo: Digno er es de tomar el libro y de
abrir sus sellos; por que tú fuiste inmolado, y con tu sangr e nos has redimido para Dios, de todo
linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho par a nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra.
a. Los cuatro seres vivientes y los v einticuatro ancianos se postr aron delante del Cor dero:
Cuando el Cor dero toma el libro, la respuesta es inmediata. Los ángeles de alt o rango y los
hombres redimidos ador an juntos al Cordero.
b. Todos tenían arpas : El arpa es “Apropiadamente, una cítar a o un tipo de guitarr a, tocada con
la mano o con una púa. ” (Alford) La adoración en el cielo esta acompañada de música. Por su
puesto, este es el pasaje que empez ó la idea de que t odos tendremos arpas e n el cielo.
c. Y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los sant os: Con sus copas de
oro llenas de incienso , los ancianos simbólicamente pr esentan las oraciones de los sant os. Sin
embargo, no están inter cediendo por los sant os, funcionando como mediador es del pueblo de
Dios.
i. Se nos recuerda de que ha y un solo Dios y un solo Mediador entr e Dios y los hombr es,
Jesucristo Hombre (1 Timoteo 2:5 ). Estos ancianos no están or ando por los santos, y esto
no es una justificación de la pr áctica Católico Romana de or ar a los santos, pidiéndoles que
oren por nosotr os.
ii. “Es también posible que estas or aciones representen una or ación permanente del pueblo
de Dios, ‘Venga tu reino.’” (Hocking)
iii. Copas de oro llenas de incienso : En esto vemos que tan pr eciosa son la s oraciones de
los santos para Dios. Él las tiene como olor fragante, puestas en copas de oro.
iv. La conexión entr e la oración y el inci enso se muestr a en Salmos 141:2 : Suba mi oración
delante de ti como el incienso, El don de mis manos como la ofr enda de la tar de. El
incienso tiene un olor fr agante, y necesita fuego antes de que pueda tener un uso.
d. Y cantaban un nue vo cántico: Los ancianos cantan un nuevo cántico, por las misericor dias
que son por siempr e nuevas.
i. “Por un cántico nuevo debe de ser entendido como un cántico ex celente (pues los
cánticos nue vos eran usualmente v alorados enormemente,) o (el cual me complació mejor)
nuevo como en el asunt o de ello; para los siervos de Dios bajo el Antiguo T estamento, no
podían bendecir a Dios por la actual r edención del hombr e por la sangr e de Cristo Jesús,
sino solamente esper ar, abrazando la promesa vista a los lejos por el ojo de la f e.” (Poole)
ii. “Es algo nue vo que el Hijo de Dios se debier a de convertir en hombre. Es algo nuevo el
ascender al cielo con un cuerpo. Es algo nue vo de dar remisión del pecado a los hombr es.
Es algo nuevo que los hombr es sean sellados con el Espíritu Sant o. Es algo nue vo el recibir
el sacerdocio de las obser vaciones sag radas, y el buscar un r eino de promesas ilimitadas.”
(Victorinus)
e. Digno eres: En los días del Apóst ol Juan, los Empe radores Romanos er an celebrados en su
regreso con la expr esión Latina vere dignus, el cual se traduce a Digno eres. Aquí, el verdadero
Gobernante del mundo es honr ado.
f. Porque tú fuiste inmolado, y con tu sangr e nos has redimido para Dios, de todo linaje y
lengua y pueblo y nación; y nos has hecho par a nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos
sobre la tierra: En la alabanza de Apocalipsis 4:11 , el énfasis esta en la creación de la obra de
Dios. Aquí, el énfasis esta en Su obr a de redención.
· El cántico honr a la duración de la redención: nos has hecho par a nuestro Dios reyes y
sacerdotes
g. Para nuestro Dios reyes y sacerdotes: Los creyentes son reyes debido a su nacimient o real y
su destino de r einar con Jesús. Ellos son sacerdotes debido a que no necesitan a otr os
mediador, sino a Jesús mismo.
i. “Cuando un compañer o viene con todo tipo de v estidos curiosos, y dice que él es un
sacerdote, el hijo más pobr e de Dios puede decir , “Aléjate, y no interfier as con mi cargo: yo
soy un sacerdote; yo no se que es lo que tu puedas ser . Seguramente debes s er un
sacerdote de Baal, pues la única mención de la palabr a de vestiduras en la Escritura esta
conectada con el templo de Baal. ’ El sacerdocio le per tenece a todos los sant os.”
(Spurgeon)
2. (Apocalipsis 5:11-12 ) Ángeles sin númer o se unen, declar ando la dignidad del Cor dero debido a la redención que
Él consumó.
Y miré, y oí la voz de muchos ángeles a lrededor del trono, y de los ser es vivientes, y de los
ancianos; y su númer o era millones de millones, que decían a gr an voz: El Cordero que fue
inmolado es digno de t omar el poder, las riquezas, la sabiduría, la for taleza, la honr a, la gloria y
la alabanza.
a. y oí la voz de muchos ángeles alr ededor del trono: Los ángeles y los ancianos ca yeron
delante del Cor dero juntos (Apocalipsis 5:8 ). Pero al parecer solamente los ancian os cantaron
el cántico de los r edimidos (Apocalipsis 5:9-10 ), porque en ningún lugar la Biblia nos habla de la
redención de los ángeles. P ero ahora, la voz de muchos ángeles alr ededor del trono se levanta
con la alabanza del Gr an Redentor.
i. En Apocalipsis 4:9-10 , los ángeles causan que los ancianos ador es. Aquí, al par ecer los
ancianos propician a los ángeles. Es un maravilloso ciclo en el cielo, con los ángeles y los
ancianos animándose los unos a los otr os para más y más alabanza.
b. Y su número era millones de millones : Esta es una innumer able compañía de ángeles.
c. El Cordero que fue inmolado es digno : En su cántico, los ángeles no ofr ecen alabanza por su
redención. Est o es porque los ángeles no son (en lo mejor de nuestr o conocimient o) sujetos de
esta redención, per o son cuidadosos o bservadores de ello, y son, por lo tant o, aptos de alabar a
Dios por ellos ( 1 Pedro 1:12 y Efesios 3:10).
i. Los ángeles pueden v er con claridad la obr a de Dios de r edención de los hombr es caídos,
así que en respuesta ellos dan cr édito de poder, las riquezas, la sabiduría, la for taleza, la
honra, la gloria y la alabanza al Cordero. De la misma maner a, podemos alabar a Dios por
la manera que Él obra en las vidas de otr as personas.
Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierr a, y en el mar, y a
todas las cosas que en ellos ha y, oí decir: Al que está sentado en el tr ono, y al Cordero, sea la
alabanza, la honr a, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Los cuatr o seres vivientes
decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que viv e
por los siglos de los siglos.
a. Todo lo creado: Juan no pudo dar una descripción más completa. V erdaderamente, este es
todo lo creado – en el cielo, y sobr e la tierra, y debajo d e la tierra, y en el mar, y a todas las
cosas que en ellos ha y.
b. Al que está sentado en el tr ono, y al Cordero, sea la alabanza, la honr a, la gloria y el poder :
Esta adoración combinada hacia el P adre y el Cordero es un testimonio fuer te de la deidad de
Jesús. “No puede haber la menor duda que el Cor dero debe ser contado con Dios y como Dios. ”
(Morris)
i. “Ahora, si Cristo Jesús no fuer a propiamente Dios est o sería idolatría, y sería el darle a la
criatura lo que le per tenece al Creador.” (Clarke)
ii. “Depende de ello, tú que me escuchas, nunca ir ás al cielo a menos que esté s preparado
de adorar a Cristo Jesús como Dios. T odos ellos lo están haciendo allí: tú tendr ás que
llegar a ello, y si entr etienes la noción de que el es solamente un simple homb re, o de que él
es algo menos que Dios, y o temo que deber ás de empezar en el principio y que apr endas lo
que la verdadera religión significa. Tienes un fundament o muy débil sobr e el cual
descansar. Yo no podría confiar mi alma en un simple hombr e: yo debo de ver a Dios
mismo poniendo su mano en esa obr a tan gigante.” (Spurgeon)
c. Se postraron sobre sus rostros y adoraron: La antigua palabr a Griega para adoraron es
literalmente “el postrarse” o “el inclinarse delante de otr o en completa sumisión. ” La escena
puede ser aquella en la que los ancianos se postraron en sus rodillas, y luego se postr an
completamente delante del que vive por los siglos de los siglos , como una expr esión de su
total sumisión y ador ación.
i. “Este es un mét odo del oriente de adoración: primero, la persona que ador a se postra de
rodillas; y luego, se inclinan t ocando la tierr a con su frente. Este último act o era postración.”
(Clarke)
d. Por los siglos de los siglos …ador aron al que viv e por los siglos de los siglos : El Dios viviente
reina eternamente. Los emper adores van y vienen, incluy endo los que persiguier on al pueblo de
Dios. Pero el Señor Dios vive por los siglos de los siglos , y siempre es digno de nuestr a
adoración.
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