4.2 Lenguaje No Sexista

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4.

2 LENGUAJE NO SEXISTA
Si pretendemos que la utilizaci�n de nuestra lengua se adecue a los cambios que
demanda la sociedad actual, no podemos olvidar que a�n existe un uso sexista del
lenguaje que impide que hombres y mujeres se encuentren representados en �l de
manera igualitaria.
Cierto, el lenguaje nos sirve para transmitir ideas, sentimientos, modos de pensar,
valoraciones, usos y costumbres, etc. Sin embargo, tambi�n puede transmitir
estereotipos, ep�tetos ofensivos y un trato desigual entre grupos.

Lenguaje sexista: Consiste en aquellas frases, mensajes o expresiones que denigran


a las mujeres, las discriminan e inclusive las violentan (CONAPRED, 2009).
Como ya se ha dicho con anterioridad, por medio del lenguaje se expresa la realidad
social, de ah� que �la discriminaci�n que han sufrido tradicionalmente las mujeres
en el mundo tiene m�ltiples manifestaciones, una de ellas es estrictamente
ling��stica� (Calero, 1999, citado por Bola�os, 2013, p. 96).
Dos caracter�sticas claras con las que podemos relacionar de forma directa las
expresiones sexistas son la subordinaci�n y desvalorizaci�n.

Subordinaci�n
Se relaciona con manifestaciones en donde las mujeres aparecen sometidas a los
designios de un var�n.
P�rdida del control de la mujer sobre diversos aspectos de su vida, tales como: su
sexualidad, su capacidad reproductiva, su capacidad de trabajo.
Desvalorizaci�n
Se quita valor, consideraci�n o prestigio a las mujeres.
�� a las mujeres se las menciona como inferiores o como ejemplo de inferioridad
cuando se trata de una comparaci�n� (Sau, 2001, citado por Guichard, 2015, p. 92).
Hacer uso de un lenguaje no sexista implica: nombrar a las mujeres en sus
diferentes roles, en diferentes �mbitos, con la intenci�n de incluir su presencia y
reconocer que son protagonistas de su propia historia y de la Historia misma,
reconociendo que por el simple hecho de ser personas tienen derechos y merecen
igualdad de oportunidades. De esta manera se evitar� la discriminaci�n.

A continuaci�n, te invitamos a consultar la siguiente lectura y video para


reforzar lo aprendido:
Lectura Complementaria 3: 10 recomendaciones para el uso no sexista del lenguaje
Consejo Nacional para Prevenir la Discriminaci�n. (2009). 10 recomendaciones para
el uso no sexista del lenguaje.
Lectura 3:
Lenguaje y sexismo
En su sentido m�s llano, los lenguajes se definen como sistemas de comunicaci�n que
se componen de c�digos, s�mbolos y signos, los cuales cobran significado en el
contexto de las comunidades que los utilizan. Las complejas facultades de
representaci�n y comunicaci�n que intervienen en el lenguaje son distintivas de los
seres humanos y una de las claves del desarrollo de nuestra especie. A trav�s de la
palabra, verbal o escrita, las sociedades transmiten ideas, sentimientos, modos de
pensar y esquemas de percepci�n y valoraci�n, perpetuando sus usos y costumbres y
consolidando las relaciones entre lengua, pensamiento y cultura. En el lenguaje, la
distinci�n entre lo femenino y lo masculino en s� misma no es indicativa de sexismo
ni de discriminaci�n, ya que en ocasiones resulta necesario nombrar separadamente a
las mujeres de los hombres. De hecho, el uso del g�nero gramatical cambia de un
idioma a otro. Por ejemplo, en alem�n el Sol es un sustantivo femenino y la Luna,
masculino. En cambio, en ingl�s los art�culos son neutros, al igual que algunos
sustantivos. En el caso de la lengua espa�ola todos los sustantivos poseen g�nero
gramatical, pero no todos aluden a realidades sexuadas. El sexismo se produce
cuando estas distinciones se tornan jer�rquicas y excluyentes, valorando a una de
las partes sobre la otra. El problema se ubica en las sociedades y culturas cuando
a la representaci�n y significaci�n de lo masculino se le asigna un valor superior
y universal que invisibiliza y descalifica lo femenino. En dichos casos, los
sistemas ling��sticos presentan una marcada �ptica masculina, que se ha denominado
androcentrismo. Esta palabra deriva del griego andros (hombre) e implica la
prevalencia de la mirada masculina, centrada en la consideraci�n de que el hombre
es el modelo, la medida y la representaci�n de la humanidad. Tal visi�n proviene de
una falsa idea seg�n la cual se justifica la desigualdad de g�nero como resultado
de las diferencias biol�gicas y las funciones reproductivas de hombres y mujeres.
Visi�n que ha sido construida a trav�s del lenguaje mediante explicaciones que
reflejan el peso de dichas creencias, cuya influencia se manifiesta a su vez en la
mentalidad y la manera de sentir y actuar de los seres humanos.
El androcentrismo ha consolidado una visi�n que segmenta el papel de las mujeres y
los hombres seg�n los roles que deben cumplir en diversos �mbitos de la vida
p�blica y la vida privada. As�, las mujeres se ligan indefectiblemente con la
maternidad, la vida �ntima de las familias y el mundo de las emociones, mientras
que los hombres se conciben como proveedores, racionales y arquitectos del orden
social y la vida p�blica. La visi�n androc�ntrica tambi�n impone un tipo de
masculinidad que anula el reconocimiento de la diversidad social, aun entre los
propios hombres. El modelo masculino que aparece como representaci�n de la
humanidad re�ne un conjunto de atributos protot�picos de cierta condici�n social,
preferencias sexuales, credo religioso y apariencia f�sica. As�, la representaci�n
de la figura masculina se distingue por ser joven, jefe de familia, profesional,
f�sicamente apto, blanco y heterosexual. De ah� que todas aquellas personas que no
cumplen con dichos atributos (personas con discapacidad, adultas mayores, pobres,
obreros, homosexuales e ind�genas, entre otros) son invisibilizadas o
estigmatizadas con expresiones ling��sticas o im�genes que refuerzan la vigencia de
estereotipos sexistas claramente discriminatorios.
Adem�s, existe una discriminaci�n de segundo orden a las mujeres que conviven con
hombres a su vez discriminados. En suma, se puede afirmar que el sexismo en el
lenguaje es expresi�n de convenciones sociales construidas en torno a las
experiencias, mensajes y discursos que se gestan en una sociedad y estigmatizan las
formas de ser y actuar de mujeres y hombres, desconociendo el car�cter social e
hist�rico de las identidades. Tales concepciones son recreadas en la comunicaci�n
cotidiana, generalmente sin tener conciencia de ello, por lo que circulan como
expresiones del sentido com�n. Por ello es necesario hacer conciencia de los usos
sexistas del lenguaje y promover formas alternativas de expresi�n y comunicaci�n.
En esta tesitura, eliminar el sexismo en el lenguaje persigue dos objetivos:
visibilizar a las mujeres y la diversidad social, y equilibrar las asimetr�as de
g�nero. El primero implica evitar expresiones sexistas que denotan desprecio,
subordinaci�n o ridiculizaci�n de las mujeres, y reafirmar su construcci�n como
personas activas, independientes, conscientes de sus deberes y derechos en las
esferas p�blica y privada. El segundo corresponde a la funci�n modeladora del
lenguaje, que incide en los esquemas de percepci�n de la realidad, y con ello
pretende contribuir a forjar una sociedad que reconozca e integre la diversidad, la
igualdad y la equidad de g�nero. El texto que tiene en sus manos propone, pues, una
serie de recomendaciones de utilidad pr�ctica para transformar, de manera
deliberada y consciente, los usos sexistas del lenguaje, e introducir en la
sociedad formas de comunicaci�n incluyentes, afines con las nuevas y diversas
realidades de las mujeres y los hombres del siglo xxI.
1. Uso del gen�rico universal
Un buen n�mero de sustantivos en espa�ol son utilizados con el g�nero gramatical
masculino como universal para referirse a la totalidad de las personas, con lo que
se incurre en el error de reforzar la asociaci�n del �todo� con los hombres.
Existen diferentes opciones que se pueden utilizar para hablar o referirse a
colectivos, grupos o plurales formados por mujeres y hombres sin incurrir en un uso
sexista o discriminatorio, como por ejemplo, utilizar sustantivos colectivos no
sexuados, las palabras �personas o personal�; sustituir el grupo representado por
sus funciones o recurrir a la doble forma femenino-masculino:
Expresi�n sexista: El hombre ha creado sistemas, Los derechos del hombre, Ni�os de
la calle� Los trabajadores, Las enfermeras
Alternativa no sexista: La humanidad ha creado sistemas � Los derechos humanos� La
gente en situaci�n de calle� El personal , El personal de enfermer�a
2. Uso de abstractos
Otro error muy com�n en el uso sexista del lenguaje es hacer referencia a los
cargos como si todas las personas que los ocupan fueran hombres, invisibilizando a
las mujeres. Para corregir esto se recomienda utilizar abstractos:
Expresi�n sexista: Enviar los documentos a los coordinadores� Es responsabilidad de
cada jefe de departamento� Se van a reunir todos los directores�
Alternativa no sexista: Enviar los documentos a las coordinaciones� Es
responsabilidad de las jefaturas de departamento� Se van a reunir los y las
titulares de las direcciones�
Si no se conoce el sexo de la persona a quien se hace referencia, evite el uso de
los pronombres masculinos y utilice las palabras �quien� o �quienes�:
Expresi�n sexista: Ser� el juez el que lo determine� El supervisor emitir� su
opini�n� Tras la planeaci�n los administradores iniciar�n el proceso�
Alternativa no sexista: Quien juzgue determinar� Quien supervise emitir� su
opini�n�, Tras la planeaci�n, quienes administren iniciar�n el proceso�
3. Uso de art�culos y Pronombres
Los art�culos se pueden utilizar para enunciar la diferenciaci�n de g�nero sin
repetir el sustantivo. Es recomendable alternar y cuidar la concordancia entre el
�ltimo art�culo con el sustantivo:
Expresi�n sexista: Los trabajadores deben de permanecer en su sitio de trabajo, Los
usuarios morosos deben�
Alternativa no sexista: Los y las trabajadoras deben permanecer en su sitio de
trabajo� Las y los usuarios morosos deben�
Otro uso no sexista del lenguaje lo podemos realizar al sustituir el gen�rico
masculino por los pronombres �nos�, �nuestro�, �nuestra�, �nuestros� o �nuestras�,
tal y como se muestra a continuaci�n:
Expresi�n sexista: Es bueno para el bienestar del hombre
Alternativa no sexista Es bueno para el bienestar... de la humanidad... Es bueno
para nuestro bienestar...
Una alternativa para evitar las generalizaciones en masculino es utilizar la
tercera persona del singular (v�ase primer ejemplo), o bien recurrir a formas
impersonales, empleando el verbo en voz pasiva refleja, es decir, con el verbo
conjugado en tercera persona, precedido de la palabra se, como se muestra en el
segundo ejemplo.
Expresi�n sexista: A los visitantes les recomendamos utilizar su tarjeta
correctamente
Alternativa no sexista: Recomendamos que utilice su tarjeta correctamente.. Se
recomienda un uso correcto de la tarjeta.
4. El uso de diagonales y Par�ntesis en los vocativos
Cuando se desconozca si el mensaje ser� recibido por un hombre o una mujer use las
diagonales o el par�ntesis en los vocativos:
Expresi�n sexista: Estimado, Interesado
Alternativa no sexista: Estimada/o, Interesado(a):
5. Uso de t�tulos acad�micos y ocupaciones
Un error generalizado es mencionar los t�tulos acad�micos y las ocupaciones en
masculino. Evite el uso del masculino cuando se refieran a las mujeres.
Expresi�n sexista: La m�dico Teresa peralta, Teresa peralta, asesor del presidente�
Alternativa no sexista: � La m�dica Teresa peralta� Teresa peralta, asesora del
presidente�
Tambi�n hay que evitar el uso exclusivo del g�nero gramatical femenino para las
profesiones tradicionalmente asociadas con las mujeres. Una opci�n es anteponer la
palabra �personal� al sustantivo:
Expresi�n sexista Alternativa no sexista Las secretarias� El personal secretarial�
Las enfermeras� El personal de enfermer�a� Las terapistas� El personal de terapia�
En gram�tica no existen sustantivos invariables. La feminizaci�n de las palabras
est� determinada por los cambios en la realidad social y en el consenso de la
comunidad de hablantes. Por ello, evite el uso exclusivo del masculino para nombres
que tienen su correspondiente g�nero femenino, y use los art�culos y concordancias
correspondientes:
Expresi�n sexista: La senador Mayra Hern�ndez, La juez Mayra Hern�ndez, La jefe de
secci�n Mayra Hern�ndez
Alternativa no sexista La senadora Mayra Hern�ndez, La jueza Mayra Hern�ndez, La
jefa de secci�n Mayra Hern�ndez

6. Uso de las formas de cortes�a


Hay un sexismo oculto en las formas de cortes�a, ya que regularmente se emplea
�se�orita/se�ora� para referirse a la mujer soltera o casada, respectivamente; no
obstante, para el hombre se ha utilizado �se�or� con independencia de su estado
civil. En nuestro lenguaje los hombres disponen de personalidad y respeto en s�
mismos, mientras que las mujeres lo adquieren por su relaci�n con �stos (es decir,
si est� casada o por parentesco). Asimismo, el t�rmino �se�ora� suele utilizarse
para denotar una relaci�n de subordinaci�n y propiedad en relaci�n con el esposo,
empleando por ejemplo �Se�ora de P�rez� o �Se�ora P�rez�, situaci�n inexistente en
el caso de los hombres casados. En consecuencia, para evitar la preservaci�n de las
desigualdades y asimetr�as entre mujeres y hombres en las formas de cortes�a, se
sugiere utilizar el t�rmino �se�ora� sin distinci�n de edad o estado civil, a
manera de un vocablo de respeto para todas las mujeres, cuando el contexto de las
formas de cortes�a lo permita y tal como se hace en otros pa�ses. Asimismo, al
referirse a una mujer casada, no debe utilizarse el apellido de su c�nyuge ni
usarse la preposici�n �de�
Expresi�n sexista: Se�ora de P�rez o Se�ora P�rez o Se�ora Erika G�mez de P�rez
Alternativa no sexista Erika G�mez o Se�ora G�mez
Cuando se dirige una invitaci�n a una pareja, suele emplearse �Sr. P�rez y esposa�
o �Sr. y Sra. P�rez�, lo cual soslaya el hecho de que la mujer es una persona
singular, independientemente de la relaci�n marital. En estos casos se recomienda
incluir el nombre y apellido de las personas, antecedido por la abreviatura �Sra.�
o �Sr.�, o bien referirse simplemente al nombre de cada uno de los c�nyuges, como
se muestra a continuaci�n.
Expresi�n sexista Sr. P�rez y esposa, Sr. y Sra. P�rez
Alternativa no sexista: Sra. G�mez y Sr. P�rez o Sra. Erika G�mez y Sr. Pedro
P�rez o Erika G�mez y Pedro P�rez.
7. Uso de la arroba
No utilice la arroba �@� para designar de manera indistinta a hombres y/o mujeres;
no es un signo ling��stico y en t�rminos de un lenguaje incluyente nuestro idioma
es rico en vocablos para recrear la igualdad y equidad entre las personas.
Uso incorrecto: Funcionari@s� Director@s� Maestr@s�
Alternativa no sexista Funcionarias y funcionarios� Directores y directoras� Las y
los maestros�

8. Significados sexistas
Una de las dimensiones en las que el sexismo se cristaliza es a trav�s del
significado que le atribuimos a ciertas palabras o expresiones, cuyo sentido
expl�cita o impl�citamente refuerza concepciones que como se ha indicado son
androc�ntricas, porque ocultan la presencia de lo femenino e institucionaliza lo
masculino, como referente principal. El sexismo en el l�xico se produce
espec�ficamente cuando se utilizan palabras cuyos significados califican los
atributos f�sicos y morales seg�n se trate de mujeres u hombres, reforzando
estereotipos de g�nero.
Sirva de muestra el siguiente listado de palabras que expresan creencias o
estereotipos sexistas que suelen utilizarse en la familia, la escuela, los centros
de trabajo, los medios de comunicaci�n, anuncios publicitarios, canciones, chistes,
frases hechas, refranes o dichos, cuentos, etc�tera.
De igual manera, el lenguaje sexista discrimina a los grupos que no cumplen con los
atributos asignados al hombre como representaci�n de la humanidad, tales como
grupos �tnicos, personas con preferencia sexual distinta a la heterosexual,
personas que viven con VIH sida, adultos mayores, migrantes, grupos religiosos y
personas con discapacidad.
Mujeres: Aventurera: prostituta
Hombres: Aventurero: osado, valiente, arriesgado
Mujerzuela: prostituta
Hombrezuelo: hombrecillo
Mujer p�blica: prostituta
Hombre p�blico: el que interviene en los negocios, la pol�tica
Soltera: anda buscando, quedada
Soltero: codiciado
Es importante erradicar los t�rminos peyorativos que se usan en el lenguaje com�n
para estigmatizar a estos grupos, refiri�ndolos con el respeto que merecen.
Uso incorrecto: Minor�as �tnicas Los ind�genas, Las marimachas Los desviados Las
tortilleras, Las vestidas, Los enfermos de sida Los sidosos, Los viejitos, Los
mojados Los braceros, Las sectas religiosas, Los discapacitados, Los minusv�lidos.
Alternativa no sexista: Las y los ind�genas, Las comunidades ind�genas, Los pueblos
ind�genas , personas con preferencia sexual distinta a la heterosexual Lesbianas,
personas travestis personas transg�nero, personas que viven con VIH sida personas
con VIH sida, Los ancianos, Las personas de la tercera edad personas adultas
mayores, personas migrantes , Grupos religiosos, personas con capacidades
diferentes, personas con discapacidad
9. Uso de im�genes no sexistas

Las im�genes tambi�n son parte del lenguaje y reproducen o ampl�an la carga sexista
en el uso del mismo. En la mayor�a de los casos, las im�genes que se utilizan en
las instituciones, p�blicas y privadas, muestran:
� Una divisi�n del trabajo entre hombres y mujeres: aquellos en la econom�a, los
deportes, la pol�tica y las mujeres en la casa o en empleos subordinados, cuidando
a los dem�s.
� Un modelo f�sico de mujer donde las protagonistas son j�venes, blancas, delgadas
y ricas, preocupadas s�lo por su aspecto f�sico y desvalorizadas en sus capacidades
intelectuales.
� Mujeres como objetos sexuales asociadas a la publicidad de todo tipo de
productos.
� Mujeres que compiten con otras mujeres por la seducci�n y aprobaci�n masculina.
� Mujeres como las �nicas responsables de la salud sexual y reproductiva, as� como
del cuidado de ni�as, ni�os y otros integrantes de la familia.
� Mujeres re-victimizadas en situaciones de violencia o procuraci�n de justicia.
Como se observa, de forma reiterada, se reproducen estereotipos que en la mayor�a
de los casos refuerzan relaciones desiguales y sesgos sexistas en las concepciones
de lo humano. Algunos criterios que nos pueden orientar en el uso no
discriminatorio del material visual con el que trabajamos pueden ser:
� Presentar a mujeres y hombres participando en actividades de manera libre de
estereotipos y de manera equitativa.
� Presentar a los hombres en tareas dom�sticas, cuidando a las ni�as, ni�os u otros
integrantes de la familia.
� Presentar a mujeres y hombres realizando trabajo dom�stico o utilizando productos
asociados a esta actividad.
� Desasociar a las mujeres de los papeles dom�sticos y de las estrategias de
consumo de todo tipo de productos o estrategias de marketing.
� Presentar a las mujeres en el mundo p�blico, la vida econ�mica y la participaci�n
pol�tica. � Incluir de forma equitativa a las mujeres y a los hombres en espacios
profesionales prestigiados social y econ�micamente.
� Mostrar a la mujer con deseos y voluntad propia.
� Eliminar la presentaci�n de las mujeres como recompensas del �xito masculino o de
sus pr�cticas de consumo.
� Mostrar la diversidad de mujeres que existe.

10. Lenguaje gestual


Casi la totalidad de la comunicaci�n entre los seres humanos incluye o se acompa�a
de gestos, signos corporales y expresiones no verbales. No hay reglas que indiquen
c�mo expresarnos gestualmente sin sexismo, ya que muchos de los gestos adquieren
sentido en el contexto espec�fico de la comunicaci�n. No obstante, es importante
reparar en varias expresiones cargadas de sexismo, tales como:
� El uso y abuso de la imitaci�n de tonos afeminados con el fin de ridiculizar y
estigmatizar a las mujeres y a las personas homosexuales.
� La pr�ctica masculina de evitar el contacto visual con las mujeres que integran
un grupo mixto restando importancia a su participaci�n.
� La exaltaci�n de la genitalidad f�lica como s�mbolo de poder o reafirmaci�n de
dominio. para combatir estas pr�cticas es necesario tomar conciencia y reflexionar
sobre el uso del repertorio gestual al momento de transmitir nuestras ideas y
opiniones en la interacci�n social cotidiana Tenemos la expectativa de que las 10
recomendaciones para el uso no sexista del lenguaje sirvan como un mapa para
transitar hacia una nueva visi�n del g�nero gramatical, de los abstractos,
art�culos, pronombres, im�genes y de todos los elementos que estructuran y hacen
funcionar nuestro sistema ling��stico. Asimismo, exhortamos a tomar conciencia de
la influencia que la interacci�n cotidiana parlante tiene en la reproducci�n del
sexismo y la discriminaci�n que tanto laceran la convivencia social y humana,
especialmente en instituciones que han sido creadas para velar por el bien p�blico.

Video 3. Sexismo y uso del masculino gen�rico


Comunicaci�n no sexista. (2016, 22 de junio). Comunicaci�n no sexista - Sexismo y
uso del masculino gen�rico [video]. YouTube.

�Fue clarificador el video?


Cuando no estamos acostumbrados a usar el lenguaje incluyente, puede ser que
tambi�n nos resulte un poco dif�cil saber c�mo expresarnos adecuadamente. Para
comprender mejor este concepto, una vez m�s te invitamos a revisar la siguiente
lectura y video complementario.
Lectura Complementaria 4: El uso del lenguaje no sexista como herramienta para
construir un mundo m�s igualitario. Bejarano, M. (2013).

Video 4.Significados sexistas. Comunicaci�n no sexista. (2016, 3 de noviembre).

�Fue ilustrativo el video?


Como en la familia y en la sociedad hemos utilizado durante tanto tiempo el
lenguaje sexista, suele resultarnos dif�cil evitar su empleo y acostumbrarnos al
uso de un lenguaje incluyente. Incluso algunas personas siguen sin encontrar
sentido o valor al prop�sito de cambiar nuestra forma de expresarnos.
La lectura que te ofrecemos a continuaci�n invita a reflexionar y ayuda a reconocer
de manera m�s clara c�mo el sexismo de nuestra sociedad se refleja en la forma como
nos expresamos por medio del lenguaje.

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