Analisis Resumen y Comentario Juicios
Analisis Resumen y Comentario Juicios
Analisis Resumen y Comentario Juicios
Juicio oral
No puede existir la oralidad pura, sin el auxilio de la escritura para documentar los
actos procesales.
El juicio oral en Guatemala, es aplicable para ciertos asuntos, por los Jueces de Primera
Instancia del ramo Civil y por los Jueces Menores en aquellos asuntos de ínfima y de
menor cuantía; aunque en la realidad, los asuntos de ínfima cuantía casi no se llevan a
la práctica.
El objeto de diligenciar el procedimiento del juicio oral, es que el juez escuche a las
partes procesales y se declare de manera rápida el derecho que se pretende hacer
valer, por su importancia y por su carácter urgente.
CAPÍTULO I.
DISPOSICIONES GENERALES.
De acuerdo a lo que establece el artículo ciento noventa y nueve (199) del Código
Procesal Civil y Mercantil de Guatemala, los juicios orales pueden versar sobre:
f) La declaratoria de jactancia.
g) Los asuntos que por disposición de la ley o por convenio entre las
partes, deben seguirse en juicio oral.
Al hacer un análisis del artículo doscientos (200) del Código Procesal Civil y Mercantil
guatemalteco, se establece una analogía que puede existir entre el juicio oral y el juicio
ordinario, en cuanto a algunas disposiciones, siempre y cuando las mismas no se
opongan a los preceptos propios del juicio oral, es decir, existe supletoriedad de normas.
Como ejemplo de ello, puede mencionarse lo relativo a las pruebas y a la demanda.
e) De todo ello resulta, que los principios aplicables frecuentemente al juicio oral
principalmente son: la publicidad, porque los actos procesales pueden ser conocidos
incluso por los que no son parte del litigio; la inmediación, por el objeto mencionado en
líneas anteriores y la concentración, para desarrollar el mayor número de etapas
procesales en el menor número de audiencias, minimizando con ello tiempo y recursos,
tomando en cuenta que el juicio oral debe ser celérico por la naturaleza del derecho
que en el mismo se pretende hacer valer.
f) Se puede concluir que en nuestro país, el juez que conoce en primera instancia debe
ser unipersonal y solamente es tribunal colegiado, el que conoce en segunda instancia,
es decir en cuanto al recurso de apelación (Corte de Apelaciones).
g) En Guatemala, el juicio oral que se ventila por cualquiera de los asuntos a que hace
referencia el artículo ciento noventa y nueve (199) del cuerpo legal anteriormente
citado, es aplicable por los Jueces de Primera Instancia del ramo civil y por los Jueces
Menores (Jueces de Paz) en aquellos asuntos de menor e ínfima cuantía, de acuerdo a
lo a lo que establece el Acuerdo Número 37- 2006 de la Corte Suprema de Justicia.
De lo contrario, podemos darnos cuenta que si falta la firma y el sello del profesional
de derecho y los timbres forenses correspondientes, los escritos serán rechazados de
plano.
El Abogado será responsable del fondo y de la forma de los escritos que autorice con su
firma.
CAPÍTULO II.
PROCEDIMIENTO.
En cuanto al desarrollo del proceso que debe diligenciarse en el Juicio Oral, se analizará
grosso-modo las diferentes fases o etapas del mismo y para ilustrarlo de mejor manera
se incluye un esquema detallado del mismo, con sus respectivos plazos.
1. LA DEMANDA:
En la demanda deben fijarse con claridad y precisión los hechos en que se fundamenta,
las pruebas que en su momento oportuno deben rendirse, los fundamentos de derecho
y por supuesto, la petición. El actor también debe acompañar a su demanda los
documentos en que funda su derecho y si en caso no los tiene a su disposición, debe
mencionarlos con la individualidad posible, expresando lo que en ellos resulte y debe
designar el archivo, oficina pública o lugar donde se encuentren los originales.
2. EL EMPLAZAMIENTO.
Si la demanda se ajusta a los requisitos legales que establecen los artículos 61, 106 y 107
del cuerpo legal citado, el juez debe señalar día y hora para que el demandante y
demandado comparezcan a juicio oral, con sus respectivas pruebas, previniéndoles
continuar el juicio en rebeldía de la parte procesal que no compareciere.
De acuerdo a lo que establece el artículo 202 segundo párrafo del Código Procesal
Civil y Mercantil, entre el emplazamiento del demandado y la audiencia debe mediar
por lo menos tres días, término que según la distancia debe ser ampliado. Si
observamos, en esta clase de juicio, el demandado solo cuenta con tres días para
preparar su defensa, debido a la celeridad en el diligenciamiento del juicio oral.
3. CONCILIACIÓN.
El artículo 203 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que en la primera
audiencia, el juez debe esforzarse para conseguir un acuerdo voluntario entre
demandante y demandado, proponiendo fórmulas ecuánimes de conciliación,
aprobando cualquier forma de arreglo que las partes acuerden, siempre y cuando no
sean contrarias a las leyes. Si la conciliación obtenida es parcial, el juicio debe continuar
en cuanto a las peticiones no comprendidas en el acuerdo.
Esta etapa procesal es de carácter obligatorio para el juez, porque debe buscarse una
justa composición de las diferencias, evitando llegar de manera directa a un debate. En
cambio, para las partes procesales no es obligatoria la conciliación, ya que a nadie
debe obligársele a que celebre un acto conciliatorio, que puede producirse en la
primera audiencia o en la segunda, según sea el caso.
En cuanto a esta etapa del proceso, algunos juristas hacen un parangón con los
preceptos que regula en esta materia el Código de Trabajo, en base a dos
cuestionamientos que es interesante analizar:
b) En cambio, los que se inclinan por los preceptos del Código Procesal
Civil y Mercantil, consideran de que una vez contestada la demanda, en
muchos casos, los estados de ánimo se han exaltado y el propósito conciliatorio
brilla por su ausencia. En este sentido, se considera que si se concilia, sobra la
contestación de la demanda y se evita que el conflicto adquiera mayores
proporciones. A mi criterio, estoy de acuerdo con la segunda posición.
4. CONTESTACIÓN DE LA DEMANDA.
5. RECONVENCIÓN.
Esta es una actitud activa negativa del demandado, toda vez que constituye su propia
demanda contra el actor o demandante. En este orden de ideas, la reconvención, en
caso sea aplicada, debe llenar los requisitos que establece el artículo 119 del Código
Procesal Civil y Mercantil, en base al artículo 200 del mismo cuerpo legal, que permite
la aplicación supletoria del juicio oral con las disposiciones del juicio ordinario, en lo que
fueren aplicables. En este sentido, la pretensión ejercida en la reconvención, debe tener
conexión por razón del objeto o del título con la demanda y no debe estar sujeta a
distintos trámites. En el juicio oral, la reconvención puede presentarse oral o por escrito
antes o durante la celebración de la primera audiencia.
6. EXCEPCIONES.
Lo anterior se sintetiza en que todas las excepciones que desee hacer valer el
demandado, deben interponerse en el momento de contestar la demanda o en su caso
la reconvención, en base a los principios de eventualidad, economía procesal y
concentración. Las excepciones previas deben resolverse en la primera audiencia; sin
embargo, el juez puede resolver en auto separado, es decir, fuera de la audiencia,
aquellas excepciones previas que se presenten con características complicadas. En
cuanto a las excepciones que no son previas, es decir la mixtas y perentorias, deben
resolverse en sentencia. Si entre las excepciones previas, se encuentra la de
incompetencia, el juez debe resolverla antes de las demás, porque en caso de
declararse su incompetencia, obviamente no puede seguir conociendo de las demás
excepciones.
CLASES DE EXCEPCIONES:
A) EXCEPCIONES PREVIAS:
Las excepciones previas son nominadas, porque en el artículo 116 del Código Procesal
Civil y Mercantil aparecen reguladas con un nombre ya definido. Además, la legislación
no permite otras denominaciones, por lo que se habla de un número clausus (cerrado).
Las excepciones previas que establece el artículo 116 de la ley citada anteriormente son:
a) INCOMPETENCIA.
Cuando el Juez ante quien se plantea la acción carece de competencia sea por razón
de la materia, del territorio o cuantía para conocer de ella.
b) LITISPENDENCIA.
c) DEMANDA DEFECTUOSA.
Cuando la demanda no cumple con los requisitos formales que establece los artículos
61, 106 y 107 del Código Procesal Civil y Mercantil y el Juez no se ha percatado de ello.
Cuando el actor carece de capacidad de ejercicio para adquirir los derechos que
pretende en contra del demandado.
e) FALTA DE PERSONALIDAD.
Cuando el actor no tiene la legitimación activa, es decir, no está vinculado al proceso.
f) FALTA DE PERSONERÍA.
Cuando una persona actúa en representación del actor, sin reunir las calidades que se
requieren para los apoderados o reprsentantes legales de una persona jurídica.
b) CADUCIDAD.
c) PRESCRIPCIÓN.
d) COSA JUZGADA.
e) TRANSACCIÓN.
Es un contrato mediante el cual, las partes procesales deciden de común acuerdo algún
punto dudoso o litigioso, evitan el pleito que podrá promoverse o terminan el que está
principiando, mediante concesiones recíprocas.
f) ARRAIGO.
B) EXCEPCIONES PERENTORIAS.
Estas excepciones son inominadas, es decir, uno les pone nombre. Estas son un medio de
defensa que utiliza el demandado con el objeto de atacar las pretensiones del actor,
atacando en consecuencia el fondo del asunto y se resuelven en sentencia.
C) EXCEPCIONES MIXTAS.
Estas son excepciones previas que al acogerse tienen efecto de perentorias. Por
ejemplo: las excepciones de caducidad, prescripción, cosa juzgada y transacción;
porque con ellas se impide reinciar la acción.
7) PRUEBAS.
En cuanto a las pruebas se refiere, es aplicable supletoriamente los preceptos del juicio
ordinario. Las pruebas deben ofrecerse en la demanda o en la contestación de ella,
debiendo individualizarse. En el juicio oral no existe el término de prueba, sino
audiencias.
De acuerdo a lo que establece el artículo 206 del Código Procesal Civil y Mercantil, las
partes procesales están obligadas a concurrir a la primera audiencia con sus respectivos
medios de prueba. La intención de esta norma es concentrar los actos de prueba en la
primera audiencia, ya que las siguientes dos audiencias que permite el Código Procesal
Civil y Mercantil, tienen carácter excepcional. Sin embargo, en la práctica se ha
observado dificultad de que la parte pueda comparecer a la primera audiencia con
todos sus medios probatorios y en algunos casos, si se presentan todas la pruebas, ha
sido difícil recibirlas por parte del juez, por la falta de tiempo.
Al hacer un análisis del artículo 206 del código en mención, surge una duda por las
siguientes razones:
LAS AUDIENCIAS.
Como ya se hizo mención, sólo es posible desarrollar en el juicio oral, tres audiencias. Si
por alguna circunstancia en la primera audiencia no es posible recibir las pruebas
ofrecidas por las partes, tiene que señalarse una segunda audiencia, que deberá tener
lugar dentro de un término que no exceda de quince días, tal como lo establece el
segundo párrafo del artículo 206 de la ley mencionada en párrafos anteriores. Desde
luego, las partes procesales son las más interesadas en procurar que sus pruebas sean
recibidas en la primera audiencia o a más tardar en la segunda, ya que la tercera
audiencia es de naturaleza extraordinaria y siempre que por circunstancias ajenas al
tribunal o a las partes, no hubiere sido posible aportar todas las pruebas. Esta
audiencia es exclusivamente para este efecto y debe practicarse dentro de un término
que no exceda de diez días, plazo que se cuenta a partir del desarrollo de la segunda
audiencia.
El último párrafo del artículo 206 de la ley mencionada, establece la facultad que
tienen los jueces para señalar términos extraordinarios, cuando algún medio de prueba
debe ser rendido fuera de nuestro país, es decir en el extranjero. Para el efecto, es
aplicable las disposiciones del artículo 124 del mismo cuerpo legal, que hace referencia
a un término improrrogable suficiente que no deberá exceder de 120 días.
Esta diligencia de prueba es propia y aplicable al juicio oral, toda vez que el tercer
párrafo del artículo 206 del cuerpo legal mencionado en oprotunidades anteriores
establece: "cuando se proponga la prueba de declaración de la parte, el juez
determinará la audiencia en que deba practicarse. Hay que tomar en cuenta que este
medio de prueba también tiene su característica del principio de escritura, ya que para
el efecto deben redactarse posiciones en forma de interrogatorio, dirigidas hacia la
parte contraria del litigio. Las posiciones deben versar sobre hechos personales del
absolvente o sobre el conocimiento de un hecho, expresadas con claridad, precisión y en
sentido afirmativo.
Por otro lado, si a la audiencia comparece una sola de las partes, se incurre en rebeldía
por la parte incompareciente, sea esta el demandado o el actor. Cuando el
demandado no comparece a la primera audiencia sin causa justificada, el juez debe
fallar, siempre que se haya recibido la prueba ofrecida por el actor. Esto quiere decir,
que si el demandado no comparece a la primera audiencia, corre el riesgo de que en la
misma se rinda toda la prueba por el actor y el juez pueda inmediatamente dictar
sentencia.
Es conveniente hacer ver que en el juicio oral puede también producirse la rebeldía del
demandante, ya que el artículo 202 del cuerpo legal mencionado, establece que la
citación para la comparecencia a la primera audiencia se hará bajo el aprecibimiento
de continuar el juicio en rebeldía de la parte que no compareciere. Si nos damos
cuenta, esta disposición comprende tanto al actor como al demandado, sin embargo,
las consecuencias son más graves para el demandado como quedó establecido
anteriormente.
Asidero legal: artículos 128 numeral primero, 130 al 141 del Código Procesal Civil y
Mercantil. Este medio de prueba se rige por el sistema de la prueba legal o tasada,
pues produce plena prueba.
B) DECLARACIÓN DE TESTIGOS.
En cuanto a la edad para reunir la calidad de testigo, de acuerdo al artículo 143 del
Código Procesal Civil y Mercantil, se requiere que la persona haya cumplido dieciséis
años de edad cronológica. Sin embargo, existe una serie de prohibiciones para ser
testigo como las siguientes:
Los parientes consanguineos o afines de las partes, ni el cónyuge aunque esté separado
legalmente; salvo que el testigo haya sido propuesto por ambas partes, donde dichos
testigos sí pueden declarar, como también en los procesos sobre filiación, edad,
parentesco o derechos de familia que se litiguen entre parientes.
Las preguntas deben ser claras y precisas de manera que no sean de respuesta sobre
apreciaciones ni opiniones propias del testigo. Si en la audiencia no se presentan todos
los testigos, el juez puede practicar la diligencia con los que concurran si está de
acuerdo el proponente, en este caso, ya no se recibirán las declaraciones de los testigos
ausentes. Pero si la parte interesada lo pide, el juez debe suspender la diligencia y
señalar día y hora para recibir las declaraciones a todos los testigos propuestos.
A los testigos, debe preguntársele sus datos generales, de acuerdo a lo que establece el
artículo 148 del Código Procesal Civil y Mercantil y además deben declarar bajo
juramento, en base al artículo 134 del mismo cuerpo legal, para no incurrir en los delitos
de perjurio y falso testimonio, tipificados en los artículos 459 y 460 del Código Penal. Si
un testigo se encuentra imposibilitado para presentarse a declarar al juzgado o por
tener una razón justificada a juicio del juez, debe ser examinado donde se encuentre.
Las partes pueden alegar y probar acerca de la idoneidad de los testigos, dentro del
mismo término de prueba. Si el testigo no sabe el idioma español, declarará en su
dioma materno, necesitándose para el efecto, la intervención de un intérprete
nombrado por el juez. El artículo 162 del Código Procesal Civil y Mercantil, en este caso,
hace referencia a un intérprete, situación que no comparto, porque este término debe
utilizarse en el caso de la declaración de personas que no pueden expresarse en ningún
idioma, por ejemplo un mudo; situación en la que sí es neceario el auxilio del mismo.
En este caso es más técnico utilizar el término de traductor.
El juez debe valorar o apreciar la fuerza probatoria de las declaraciones de los testigos,
mediante el sistema de la sana crítica.
Fundamento legal: artículos 128 numeral segundo, 142 al 163 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
C) DICTAMEN DE EXPERTOS.
Esta constituye una prueba pericial, porque surge del dictamen de peritos, es decir,
personas llamadas a informar ante un órgano jurisdiccional por razón de sus
conocimientos especiales. Para este efecto, cada parte debe designar un experto y el
juez un tercero para el caso de discordia, salvo que las partes se pongan de acuerdo en
el nombramiento de un solo experto.
Los expertos tienen cinco días, contados a partir de ser notificados, para aceptar o no el
cargo para el que han sido nombrados. El dictamen brindado por estos especialistas, no
obliga al juzgador a tomarla como veraz, sino que el juez debe formar su convicción, es
decir, valorar la prueba, de acuerdo a lo que el dictamen provoca en él.
Fundamentación legal: artículos 128 numeral tercero, 164 al 171 del Código Procesal Civil
y Mercantil.
D) RECONOCIMIENTO JUDICIAL.
Fundamento legal: artículos 128 numeral cuarto, 172 al 176 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
E) PRUEBA DE DOCUMENTOS.
El artículo 178 del cuerpo legal citado, hace referencia a la prohibición de utiizar como
medio de prueba documental las cartas dirigidas a terceros, excepto cuando se trata
de probar el estado civil de las personas, en procesos de ejecución colectiva y en
aquellos contra el Estado, las municipalidades o entidades autónomas y/o
descentralizadas. También es importante hacer referencia a la no admisión de
documentos incompletos por estar rotos, cancelados, quemados o raspados en su parte
fundamental.
Fundamento legal: artículos 128 numeral quinto, 177 al 190 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
Asidero legal: artículos 128 numeral sexto, 191 al 193 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
G) PRESUNCIONES.
Esta es una prueba conjetural, porque resulta de indicios, señales o argumentos. Las
presunciones son consecuencias que deduce un juez tomando como base los hechos que
conoce y que le llevan al conocimiento de los hechos que desconoce.
El Código Procesal Civil y Mercantil, establece en sus artículos 194 y 195 dos clases de
presunciones:
A) PRESUNCIONES LEGALES:
B) PRESUNCIONES HUMANAS:
9) SENTENCIA.
Resolución que le pone fin al proceso del juicio oral, sea la misma absolutoria o
condenatoria. Para llegarse a ella puede ser mediante el desenvolvimiento de un
máximo de tres audiencias como ya se explicó, o bien mediante la concurrencia de el
allanamiento o de la confesión, que permite que el juez pueda dictar la sentencia y
poner así fin al litigio. En efecto, el artículo 208 del Código Procesal Civil y Mercantil en
su primer párrafo establece: "si el demandado se allanare a la demanda o confesare los
hechos expuestos en la misma, el juez dictará sentencia dentro del tercer día". Esto
quiere decir que el juez ya no necesita de ninguna otra prueba para que el asunto
judicial termine mediante una sentencia,
Ahora, si se lleva a cabo una, dos o tres audiencias, el juez debe dictar la sentencia
dentro de cinco días que se cuentan a partir de la audiencia o última audiencia
realizada según sea el caso. Es impotante hacer hincapié que en el artículo 208 del
cuerpo legal citado, no se menciona nada sobre la incomparecencia sin causa
justificada del demandante a la primera audiencia, situación que ha dado lugar a que
se plentee la duda de la actitud que el juez debe asumir, especialmente en cuanto a si
debe dictar sentencia absolutoria, si el demandado comparece y niega la demanda.
10) RECURSOS.
El artículo 209 de la ley citada establece que en este tipo de proceso solo es apelable la
sentencia. El objeto de esta norma es que el juicio oral se tramite con toda la celeridad
posible, dando amplias facultades al juez para resolver las excepciones, incidencias o
nulidades que se presenten durante el transcurso del proceso, sin que haya necesidad
de que se abra una segunda instancia.
Es importante tener presente que el juez o tribunal superior, al recibir los autos, debe
señalar día para la vista, la que tendrá lugar dentro de los ocho días siguientes y si no
se hubieran ordenado diligencias para mejor proveer, se dictará sentencia dentro de los
tres días siguientes. A este precepto, muchos analistas han criticado de que debiera
permitirse el recurso de apelación contra la resolución que resuelva la excepción de
incompetencia, ya que es conveniente que un tribunal de segunda instancia ratifique
lo resuelto por el juez o lo revoque en su caso. Con relación a esta crítica debe tomarse
en cuenta que muchas veces la excepción de incompetencia sólo se utiliza para
demorar innecesariamente el trámite del proceso, recordando con ello que la finalidad
del juicio oral es terminar el proceso lo más rápido posible.
11) EJECUCIÓN.
Atendiendo a la naturaleza de las distintas clases de juicios orales que regula el artículo
199 de la ley mencionada, es lógico que la ejecución de sentencias para cada uno de
ellos pueda diferir y no siempre será aplicable la vía de apremio En este sentido, es
importante tener presente lo que establece los artículos 340, 341. 342 y 343 del Código
Procesal Civil y Mercantil; así mismo los artículos 173, 174 y 175 de la Ley del Organismo
Judicial.
A grosso-modo, se explica a continuación las clases de juicio oral que regula el artículo
199 del Código Procesal Civil y Mercantil.
CAPÍTULO III.
Por razón de la cuantía, son competentes los jueces menores cuando el valor que se
litiga no exceda de un mil quetzales, salvo que se trate de asuntos de familia, cuya
ínfima cuantía queda establecida por la suma de seis mil quetzales; esto de acuerdo a
lo que establecen los acuerdos 43-97, 5-97 y 6-97 de la Corte Suprema de Justicia.
Se promueve en esta vía, aquellos procesos en los cuales se pretende una sentencia de
condena y cuyo monto se encuentra determinado conforme las siguientes reglas
establecidas en el acuerdo 37-2006 de la Corte Suprema de Justicia:
CAPÍTULO IV.
Para iniciar el análisis al respecto, debe recordarse que el Código Civil en su artículo 278
establece que la denominación de alimentos comprende todo lo que es indispensable
para el sustento, habitación, vestido, asistencia médica y también la educación e
instrucción del alimentista cuando aún es menor de edad. En este sentido, los alimentos
deben ser proporcionados a las circunstancias personales y pecuniarias de quien los
debe y también de quien los recibe, pudiendo estos aumentar o disminuir de acuerdo a
las necesidades que tenga el alimentista y la fortuna del alimentante.
Como puede apreciarse, el juez que conoce del juicio oral de alimentos tiene amplias
facultades para dictar toda clase de medidas precautorias. Además debe tenerse
presente que el Código Penal regula un capítulo referente al incumplimiento de
deberes, mismo que está integrado del artículo 242 al 245. Además debe citarse el
artículo 55 de la Constitución Política de la República de Guatemala, que establece la
obligación de prestar alimentos.
De acuerdo al artículo 283 del Código Civil están obligados recíprocamente a prestarse
alimentos, los cónyuges, los ascendientes, descendientes y hermanos. Cuando el padre
de familia, por sus circunstancias personales y pecuniarias no tuviera la posibilidad de
proporcionar los alimentos y la madre tampoco pudiera hacerlo, tal obligación
corresponde a los abuelos paternos de los alimentistas, por el tiempo que dure la
imposibilidad del padre.
CAPÍTULO V.
Esta obligación la tienen las personas a quienes se les atribuye por disposición de la ley
o del propio contrato. Es decir, aquel que ha administrado bienes ajenos está obligado
a rendir cuentas de acuerdo a lo que establece el artículo 1515 del Código Civil. En la
realidad, existen muchas personas que en cualquier momento pueden ser obligadas a
rendir cuentas, por ejemplo puede citarse: a los albaceas; adminsitradores de la
mortual; tutores; depositarios; interventores; administradores de bienes del menor,
incapaces y ausentes; presidentes de asociaciones; Alcaldes Municipales; etc.
Cuando se han rendido cuentas durante el juicio y se han aportado las pruebas.
El juez aprueba la rendición de cuentas de conformidad con los resultados que ofrezca
la prueba aportada al juicio., pero determina un saldo a favor del actor a cuyo pago
condena al demandado.
Esto puede ser en cuanto al pago del saldo resultante, de los daños y perjuicios o de los
intereses legales; según sea el caso.
CAPÍTULO VI.
El artículo 492 del Código Civil establece que ningún copropietario está obligado a
pemanecer en mancomunidad. Cada uno de ellos puede pedir en cualquier tiempo,
que se divida la cosa común, salvo los casos en que la indivisión esté establecida por la
ley, como sucede por ejemplo, en el régimen de propiedad horizontal, en la cual los
elementos y partes comunes se han de mantener en indivisión forzosa, mientras dure
ese régimen, siendo nulo cualquier pacto en contrario (ver artículo 534 del Código
Civil).
El juicio oral de división de la cosa común, procede cuando los copropietarios no están
de acuerdo, caso en el cual procede la petición de la división de la cosa común o en su
caso, la venta en pública subasta. Estos dos presupuestos son lógicos porque no todas
las cosas admiten cómoda división (por ejemplo un vehículo), y cuando eso sucede,
procede su venta en pública subasta y será el producto de la venta lo que se repartirá
a prorrata entre los condóminos. Es necesaria la declaración judicial de la división de la
cosa común cuando existan intereses de menores, ausentes, incapaces o del Estado. Un
aspecto que únicamente por cuestión técnica, es recomendable observar es que no
debería hablarse de división de la cosa común; sino de división de la cosa en común,
por tratarse de una copropiedad.
CAPÍTULO VII.
El juicio de jactancia configura uno de los casos en que se obliga a una persona a
demandar, los cuales están mencionados en el artículo 52 del Código Procesal Civil y
Mercantil, que se refiere a la provocación de la demanda. El artículo 225 del cuerpo
legal mencionado, inspirado en el artículo 541 del Código de Enjuiciamiento Civil y
Comercial de la Provincia de Córdova en Argentina, que establece: que la declaratoria
de jactancia procede contra todo aquel que fuera de juicio, se hubiere atribuido
derecho sobre bienes del demandante, créditos o acciones en contra del mismo.
El juicio de jactancia, por ser de naturaleza oral, debe sujetarse a las normas ya
explicadas, pero el Código Procesal Civil y Mercantil trae normas especiales de acuerdo
con su naturaleza, como por ejemplo los artículos 226 y 227 del cuerpo legal citado con
antelación, donde se establece que el actor además de cumplir con los requisitos
establecidos para la demanda, debe expresar en qué consiste la jactancia, cuándo se
produjo, medios por la que llegó a su conocimiento y debe formular petición para que
el demandado confiese o niegue el hecho o hechos imputados.
El numeral 7° del artículo 199 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que se
tramitarán en juicio oral los asuntos que por disposición de la ley o por convenio de las
partes, deban seguirse en esta vía. De acuerdo con esta disposición, el legislador está
facultado para determinar en la ley que algunas controversias se sujeten al juicio oral;
o bien las partes por convenio pueden establecerlo así; esto con el objeto de favorecer
la implantación de la oralidad.
TÍTULO III.
Juicio sumario
El carácter de los juicios sumarios es el de presentar una abreviación y compendiosidad
de formas, en oposición a las del procedimiento del juicio ordinario, amplio y detallado.
Los juicios sumarios son célericos por los plazos cortos que en él se establecen, tal como
se verá en el esquema que se presentará en la parte final de este contenido. Lo resuelto
en juicio sumario queda decidido definitivamente, es decir, no hay lugar a discutirlo
con posterioridad en otro proceso.
CAPÍTULO I
DISPOSICIONES GENERALES.
De acuerdo al artículo 229 del Código Procesal Civil y Mercantil, deben tramitarse en
juicio sumario:
c) La rescisión de contratos.
d) La deducción de responsabilidad civil contra funcionarios y empleados
públicos.
e) Los interdictos.
f) Los que por disposición de la ley o por convenio de las partes, deban
seguirse en esta vía.
El artículo 230 del mismo cuerpo legal hace referencia a la supletoriedad de las
normas, al establecer que son aplicables al juicio sumario todas las disposiciones del
juicio ordinario, en cuanto no se opongan a lo preceptuado en el título III del Código
Procesal Civil y Mercantil, que regula el juicio sumario. Al hacer un análisis de esta
norma, la podemos relacionar también con el artículo 200 del cuerpo legal citado,
donde también se establece una supletoriedad de las normas del juicio ordinario, lo
único que con relación al juicio oral.
El artículo 231 del Código Procesal Civil y Mercantil es interesante, porque el juicio
sumario no tiene recurso de casación, excepto cuando su naturaleza era ordinario y se
sigue en esta vía por convenio entre las partes procesales; esto en aplicación al numeral
6° del artículo 229 del cuerpo legal mencionado en oportunidades anteriores.
CAPÍTULO II.
PROCEDIMIENTOS.
1) LA DEMANDA.
El plazo para contestar la demanda es de tres días contados a partir del siguiente día
de la notificación, constituyendo este término lo que se conoce como emplazamiento,
en cuya oportunidad debe el demandado interponer las excepciones perentorias, que
tenga contra las pretensiones del demandante o actor. En cuanto a las excepciones
previas reguladas en el artículo 116 del cuerpo legal mencionado y discutidas en el
apartado del juicio oral, deben ser interpuestas por el demandado antes de contestar
la demanda. Hay que recordar que en el juicio ordinario, el término para contestar la
demanda es de nueve días.
El artículo 232 citado, establece que el demandado puede hacer valer las excepciones
previas a que se refiere el artículo 116 del Código Procesal Civil y Mercantil, dentro del
segundo día del emplazamiento, las cuales se resolverán por medio del trámite de los
incidentes. Sin embargo, el demandado puede en cualquier estado del proceso,
interponer las excepciones de litispendencia, falta de capacidad legal, falta de
personalidad, falta de personería, cosa juzgada, caducidad, prescripción y transacción;
tomando en cuenta que estas excepciones deben resolverse en sentencia. Lo que regula
el 2° párrafo del artículo 233 del mismo cuerpo legal, hace referencia a las excepciones
nacidas después de haber contestado la demanda, así como las relativas a la de pago
y compensación (le ponen fin al proceso), se pueden interponer en cualquier instancia y
deben resolverse también en sentencia.
El artículo 113 del cuerpo legal citado, es aplicable supletoriamente al juicio sumario y el
mismo establece: si transcurrido el término del emplazamiento (en este caso es de tres
días), el demandado no comparece se tendrá por contestada la demanda en sentido
negativo y se seguirá el juicio en rebeldía del demandado a solicitud, en este caso del
actor.
3) RECONVENCIÓN.
4) PRUEBA.
5) VISTA.
De acuerdo con el artículo 234 del Código Procesal Civil y Mercantil en su segundo
párrafo, la vista debe tener lugar dentro de un término no mayor de diez días,
contados a partir del vencimiento del término de prueba que es de quince días.
6) SENTENCIA.
Según el tercer párrafo del artículo 234 de la misma ley citada, la sentencia debe
pronunciarse dentro de los cinco días siguientes a la vista.
7) RECURSOS.
Contra las resoluciones dictadas en el juicio sumario, caben los recursos previstos en el
Código Procesal Civil y Mercantil en su libro sexto, excepto el recurso de casación,
siempre y cuando la vía sumaria se haya seguido por convenio entre las partes, cuando
su naturaleza era ordinaria.
En cuanto a la apelación, la ley prevé que cualquiera de las partes procesales que
interponga apelación en una resolución que no sea la sentencia, incurrirá en el pago de
las costas judiciales y en una multa de veinticinco quetzales (Q25.00) que le impondrá
el tribunal de segunda instancia, si en caso se confirma la resolución o se declara
improcedente el recurso de apelación (ver artículo 235 del CPCyM).
8) EJECUCIÓN.
La ejecución de sentencias en el juicio sumario no difiere de las formas establecidas
para el juicio ordinario, pero debe tenerse presente la naturaleza especial de cada uno
de los juicios que pueden tramitarse por la vía sumaria, ya que por esa razón existen
modalidades distintas para la ejecución de los fallos que en los mismos se pronuncian.
CAPÍTULO III
Todos los asuntos que se refieren al contrato de arrendamiento, regulado del artículo
1880 al 1941 del Código Civil y en la Ley de Inquilinato, Decreto Número 1468 del
Congreso de la República de Guatemala, deben discutirse por el procedimiento del
juicio sumario. Sin duda alguna, el juicio sumario de deshaucio y de desalojo representa
en definitiva, uno de los medios de que se vale el legislador para proteger la propiedad
de las personas.
Estos juicios solamente proceden en lo que se relaciona con bienes raíces, es decir, bienes
inmuebles, pero se necesita la existencia de un contrato de arrendamiento, donde el
arrendatario se comprometa a devolver el inmueble arrendado, de lo contrario,
estaríamos ante un caso de usurpación que constituye un delito tipificado en el artículo
256 del Código Penal.
El artículo 240 primer párrafo del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que sin
con los documentos acompañados por el actor a su demanda, se comprueba la
relación jurídica afirmada por el demandante, el juez, al emplazar al demandado,
debe apercibirlo de que si no se opone dentro del término de tres días de que dispone
para contestar la demanda, se ordenará la desocupación sin más trámite.
El artículo 239 del cuerpo legal citado, permite que el actor pueda pedir el embargo
de bienes suficientes para cubrir las responsabilidades a que esté sujeto el demandado
según el contrato celebrado y el juez lo decretará preventivamente. Esta medida
precautoria, según el análisis de muchos juristas, puede solicitarse al inicio del proceso o
durante su desarrollo.
El artículo 243 de la ley en mención, establece que en los juicios sumarios de deshaucio
y de desocupación sólo son apelables los autos que resuelvan las excepciones previas y
la sentencia. En este sentido, el apelante debe acompañar a su solicitud, el documento
que compruebe el pago corriente de los alquileres o haber consignado la renta dentro
del juicio.
CAPÍTULO IV.
1) ENTREGA DE COSAS:
En este sentido se trata sobre la entrega de cosas que sean bienes muebles, pero que no
sea dinero. Puede acudirse al juicio sumario para la entrega de cosas cuando no
proceda la vía ejecutiva, lo cual es un criterio lógico porque de contarse con el título
ejecutivo suficiente para obtener la entrega de una cosa determinada, no hay razón
para seguir un proceso de conocimiento, como lo es el sumario, a fin de que una vez
dictada la sentencia se proceda a la ejecución de la misma, si se cuenta con la
disposición del título ejecutivo.
El artículo 244 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que uno de los casos en
que procede el juicio sumario es para la entrega de cosas, pero que no sean dinero.
Esto se puede explicar porque si se trata de sumas de dinero, para eso están
establecidos los juicios orales de ínfima y de menor cuantía; y en su caso el juicio
ordinario. La obligación de entregar dinero puede derivarse de la ley, el testamento, el
contrato, la resolución administrativa o la declaración unilateral de voluntad, en los
casos en que ésta es jurídicamente obligatoria.
2) RESCISIÓN DE CONTRATOS.
El artículo 245 en su primer párrafo del cuerpo legal citado en el párrafo anterior,
establece que procede así mismo el juicio sumario en las demandas de rescisión de
contratos que el acreedor haya cumplido por su parte.
El artículo 1579 del Código Civil establece que los contratos válidamente celebrados,
pendientes de cumplimiento, pueden rescindirse por mutuo consentimiento o por
declaración judicial, en los casos que establece el cuerpo legal citado. Esto quiere decir
que la rescisión de los contratos que se encuentren en esa situación, cuando no sea por
mutuo consentimiento, forzosamente requieren de la declaración judicial. Además es
lógico que la legislación procesal admita que estos asuntos se tramiten en la vía
sumaria, para facilitar un procedimiento rápido, con la finalidad de resolver las
situaciones en que el deudor no ha cumplido con la obligación. Sin embargo, el
segundo párrafo del artículo 245 del Código Procesal Civil y Mercantil, dispone que en
estos casos también puede optarse por la vía ordinaria, esto cuando el acreedor desee
discutir en forma más amplia el conflicto planteado, lo cual ocurre generalmente en
aquellos casos en que se disponga de suficiente prueba.
CAPÍTULO V.
El artículo 246 del Código Procesal Civil y Mercantil, dispone que esta responsabilidad
procede en los casos en que la ley lo establece expresamente y debe deducirse ante le
juez de primera instancia por la parte perjudicada o sus sucesores.
Finalmente, el artículo 248 del Código Procesal Civil y Mercantil, establece que contra
la sentencia que se dicte procede el recurso de apelación ante el tribunal superior; pero
si se trata de responsabilidad de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, no
caben más recursos que los de aclaración, ampliación y reposición.
CAPÍTULO VI.
D) INTERDICTOS.
Los interdictos se rigen por una serie de principios que les da un carácter bastante
especial y tienen algunas diligencias peculiares, que se apartan un poco de las
disposiciones generales aplicables al juicio sumario.
Todo lo relativo a los interdictos fue regulado por los romanos, aun cuando en la
actualidad no se siga la misma concepción y estructura del interdicto romano. Uno de
los orígenes etimológicos más aceptados al respecto, constituye el vocablo "interdicere",
que significa "prohibir".
La verdad es que los interdictos han pasado a los diferentes regímenes jurídicos como
formas de protección de la posesión. Al respecto, el artículo 249 del Código Procesal
Civil y Mercantil, establece que los interdictos proceden respecto de los bienes
inmuebles y de ninguna manera afectan cuestiones relativas a la propiedad y posesión
definitiva.
El artículo 250 del mismo cuerpo legal citado, establece que el que ha sido vencido en
el juicio de propiedad o en el plenario (ordinario) de posesión, no puede hacer uso de
los interdictos, respecto de la misma cosa. La persona vencida en cualquier interdicto
puede después hacer uso del juicio ordinario de posesión, y una vez adquirida ésta, no
se interrumpirá, aunque se interponga demanda de propiedad, sino hasta la sentencia
definitiva. Esta norma nos traslada al artículo 335 del mismo cuerpo legal, donde se
regula el juicio ordinario posterior. Esto quiere decir que primero debe agotarse el
interdicto y luego agotar el juicio ordinario cuando haya necesidad; de lo contrario, si
se agota primero el juicio ordinario, no se puede regresar al interdicto.
Es importante señalar que el artículo 249 del cuerpo legal citado, establece que no
puede rechazarse la demanda por la circunstancia de haberse denominado
equivocadamente el interdicto que legalmente procede, siempre que de los hechos
alegados y probados aparezca que se ha violado un derecho de posesión; en tal caso el
juez resolverá de conformidad con la reglas del interdicto que proceda. Si nos damos
cuenta, esta norma constituye una excepción al principio de congruencia entre la
petición y el fallo que se consagra en el artículo 26 del Código Procesal Civil y
Mercantil.
El artículo 249 del cuerpo legal citado establece que los interdictos son:
1) INTERDICTO DE AMPARO, DE POSESIÓN O DE TENENCIA.
Este interdicto procede con respecto a aquellos que teniendo la posesión o la tenencia
de un bien inmueble o derecho real, fueren desposeídos, con fuerza o sin ella, siempre y
cuando sin haber sido citados, oídos y vencidos en juicio. En tales supuestos, las personas
afectadas pueden pedir la restitución ante el juez, exponiendo el hecho del despojo, su
posesión y el nombre de despojador, ofreciendo la prueba de haber poseído el bien
inmueble y dejado de poseer el mismo.
Si las providencias que causaron el despojo judicial, hubiesen sido dictadas por un juez
que conoce en primera instancia, se pedirá la restitución ante el tribunal superior.
Ahora, si no se interpone el recurso de apelación en contra de la providencia que causó
el despojo, puede el despojado solicitar la restitución ante el tribunal superior, dentro
del año siguiente al despojo.
En este interdicto solo se discute una cuestión posesoria de hecho, que se refiere a la
alteración de límites entre heredades vecinas, cuando se han removido las cercas o
mojones y se han puesto en lugar distinto del que tenían y se ha hecho un nuevo
lindero en lugar que no corresponde. Esto sucede mucho en la realidad y nos damos
cuenta que solo es aplicable a terrenos.
El objeto de este interdicto es regresar los linderos a donde corresponde, ya que el apeo
o deslinde, significa "alteración de linderos". Es importante hacer hincapié, que es
recomendable agotar primero la vía civil, para que con la sentencia (favorable)
obtenida en ella se acuda a la vía penal por el delito de alteración de linderos,
tipificado en el artículo 258 del Código Penal. Por su parte, el artículo 260 del Código
Procesal Civil y Mercantil, hace referencia a los requisitos específicos que debe contener
la demanda del juicio sumario de interdicto de apeo o deslinde.
Es interesante observar que al respecto se regulan dos clases de situaciones que pueden
dar origen al planteamiento de este interdicto. La obra puede ser nueva, aunque no
peligrosa pero susceptible de causar un daño; o bien puede ser no necesariamente
nueva, pero sí peligrosa. Por ello se diferencian ambos supuestos, aun cuando en los dos
se persigue fundamentalmente la suspensión de la obra, primero de forma provisional
y luego definitivamente.
La obra nueva que cause un daño público, produce acción popular que puede
ejercitarse judicialmente o bien ante la autoridad administrativa. Cuando la obra
nueva perjudica a un particular, sólo a él compete el derecho de proponer el
interdicto. El artículo 264 de la ley citada, contiene una norma equitativa, toda vez
que permite al juez, cuando lo estime justo, que ordene la suspensión inmediata de la
obra; pero también, no se perjudica al dueño, porque también se le faculta para que
la continúe si da garantía por las resultas del juicio y por los daños y perjuicios que la
obra pueda ocasionar. Contra lo resuelto por el juez en este caso, no cabe recurso
alguno. Un ejemplo de una obra nueva puede ser la construcción de una carretera que
ha falseado la tierra y que amenaza con ello la caída de una vivienda que se ubica
cerca de la misma.
Los efectos de la sentencia dictada en esta clase de interdicto, son los mismos que para
el caso de que la obra fuese peligrosa; es decir, el juez resuelve en ella sobre la
suspensión definitiva o la demolición de la obra y la condena en costas al vencido. Si
procede la suspensión definitiva, el juez debe ordenar la ejecución inmediata del fallo;
y si procede la demolición, debe fijarse un plazo para llevarse a cabo a costa del
demandado.
En esta situación, las consecuencias riesgosas de la obra hacen que el juez deba actuar
con prontitud. Al respecto el artículo 265 del cuerpo legal citado, establece que si la
obra es peligrosa, o la construcción por un mal estado pudiera causar daño, o si
existiesen árboles de donde pueda éste provenir, el juez debe dictar en el acto las
medidas de seguridad que juzgue necesarias o el derribo de la obra, construcción o
árbol, sin ulterior recurso.
Como ejemplo de una obra peligrosa puede citarse una obra ya existente pero que
representa un peligro; por ejemplo, un muro que está inclinado y amenazando con
caer encima de una vivienda.
Para finalizar este análisis, debemos recordar que los efectos de la sentencia, en la que
el juez se pronuncia sobre la suspensión definitiva o la demolición de la obra, son los
mismos que para el caso de obra nueva.
1) Desde el punto de vista positivo, siendo éste el que más nos interesa, es
importante recalcar que a través de este trabajo se comprenden las diferentes
instituciones que conforman los diferentes procesos de conocimiento que regula
en su libro segundo, el Código Procesal Civil y Mercantil; específicamente lo
referente al juicio oral y juicio sumario, que son los juicios tratados en este
trabajo, por la situación de haber hecho en la medida de los posible el análisis
que corresponde.
JUCIO ARBITRAL